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Club Diamantes

Requisitos de Especialidades
Actividades Misioneras y Comunitarias

Especialidad de
Evangelismo
Personal
Marzo 2020

1. A través de la Biblia y los escritos de Elena G. de White,


estudiar cómo Jesús se relacionó con las personas en el
trato uno a uno. Escribir un informe de 500 palabras o
dar un informe oral de un período de 5 minutos de lo
que hayas aprendido.
La vida del ser humano es un entramado de relaciones, que dicen mucho acerca de
su forma de ser y de su proyecto, según el refrán popular "dime con quién andas y
te diré quién eres". Los evangelios presentan también a Jesús en un mundo
complejo de relaciones. En la vida de Jesús, estas relaciones también se vieron
expresadas, el mismo no fue una persona aislada, y estuvo de forma consistente
relacionado con muchas personas y que constituyen el marco de su actividad
pública: los discípulos que fue reuniendo en torno a sí, la gente que acudía a él, y
los adversarios que criticaban su forma de actuar y cuestionaban su autoridad.

Los cuatro evangelios relacionan el comienzo de la actividad de Jesús con la


llamada de los primeros discípulos. En el evangelio de Marcos, al que siguen de
cerca Mateo y Lucas, lo primero que hace Jesús después de anunciar la llegada
inminente del Reinado de Dios es llamar a sus cuatro primeros discípulos, que le
responden con sorprendente rapidez (Mc 1,14-20). En el evangelio de Juan
encontramos una escena similar, aunque la ambientación y el nombre de los que
son llamados son diferentes (Jn 1,35-51). Estos discípulos formarán el núcleo en
torno al cual Jesús irá congregando un grupo de seguidores, que lo dejan todo para
irse detrás de él, y para ayudarle en la tarea de anunciar que está comenzando a
llegar el Reinado de Dios.
Desde el momento de su llamada los discípulos están siempre con Jesús, les
acompañan a todas partes y son testigos de lo que hace y dice. Jesús les dedica
numerosas enseñanzas e instrucciones, y los va vinculando cada vez más a su
proyecto, hasta el punto de enviarlos a anunciar en su nombre y con su misma
autoridad el mismo mensaje que él anunciaba. Será este grupo, reunido en torno a
Jesús, el que conserve más fielmente los recuerdos acerca de su actuación y
enseñanzas.

También la gente ocupa un lugar importante en los relatos evangélicos. Las


enseñanzas de Jesús, y sobre todo su fama como sanador y exorcista, atrajeron a
muchos, que se reunían con gusto en torno a él para escucharle y para pedir su
ayuda. En este grupo más amplio e indeterminado, destacan aquellos que son
objeto de una especial atención por parte de Jesús: los recaudadores de impuestos,
los pecadores, los enfermos, las prostitutas... Todos ellos tienen en común el hecho
de ser personas marginadas en aquella sociedad. Jesús, como él mismo dijo en
algunas ocasiones, no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores, porque
quienes necesitan del médico no son los sanos, sino los enfermos (véase Mc 2,17).

De entre la gente que le escuchaba y le seguía fue surgiendo un grupo de


simpatizantes, que formaron un segundo círculo en torno a Jesús. Eran las familias
en cuyas casas él y sus discípulos se alojaban; aquellos que sin haber dejado todo
para seguir a Jesús, habían decidido vivir de acuerdo con el estilo de vida que él
proponía, esperando la manifestación del Reinado de Dios.

Sin embargo, Jesús fue una persona discutida. Suscitó en muchos una adhesión
entusiasta e incondicional, pero también provocó en otros el rechazo más absoluto.
La oposición a Jesús por parte de las autoridades políticas y religiosas de su tiempo
aparece en los evangelios desde el principio. Fue algo tan significativo, que la
tradición posterior utilizó una forma literaria específica para conservar y transmitir
las disputas de Jesús con sus adversarios: las controversias.

Durante su actividad en Galilea, los principales opositores de Jesús fueron los


fariseos, cuya religiosidad se inspiraba en la interpretación de la Ley de Moisés, y
cuyos preceptos Jesús transgredía con frecuencia. Es probable, no obstante, que
este enfrentamiento entre Jesús y los fariseos sea más un reflejo de entre ellos y las
comunidades cristianas en el momento en que se escribieron los evangelios, que
una crónica de lo que sucedió en la vida de Jesús. Pero, por el relato de la pasión
sabemos que la oposición más encarnizada contra Jesús vino de los saduceos y
sacerdotes de Jerusalén, cuyos privilegios atacaba Jesús. Fueron ellos los principales
promotores de su muerte.

Es así como, Jesús se relaciona y valora al ser humano suprimiendo todo tipo de
diferencias. No cabe duda de que podemos aprender mucho de Jesús y de la
extraordinaria vida que tuvo. Y si ponemos en práctica lo que aprendemos, de
seguro seremos mejores personas y más felices. Así pues, examinemos algunas de
las cualidades de este gran hombre y, al mismo tiempo, pensemos en cómo
podemos imitarlo.

 Jesús fue razonable y equilibrado. Aunque es verdad que, como él mismo


dijo, “no [tenía] dónde recostar la cabeza”, nunca llevó una vida
extremadamente austera ni esperaba que otros lo hicieran (Mateo 8:20). La
Biblia indica que asistió a algunos banquetes (Lucas 5:29). De hecho, el
primer milagro suyo del que se tiene constancia —convertir el agua en vino
durante un banquete de bodas— demuestra que no rehuía el trato con las
personas (Juan 2:1-11). Así y todo, siempre dejó claro qué era lo más
importante para él: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y
terminar su obra” (Juan 4:34).
 Fue abordable. La Biblia presenta a Jesús como una persona cariñosa y
agradable. A él no le molestaba que la gente se le acercara para contarle sus
problemas o para plantearle preguntas complejas. En cierta ocasión, una
mujer que llevaba doce años enferma aprovechó que una muchedumbre lo
rodeaba para acercarse inadvertidamente y tocarlo, pensando que así se
curaría. Jesús no se sintió ofendido por aquella acción, que algunos
considerarían insolente. Al contrario, él le dijo con ternura: “Hija, tu fe te ha
devuelto la salud” (Marcos 5:25-34). Hasta los niños pequeños disfrutaban
con su compañía y no temían que los rechazara (Marcos 10:13-16). Y por las
conversaciones francas y amistosas que tenía con sus discípulos, se nota que
ellos también se sentían cómodos a su lado (Marcos 6:30-32).
 Manifestó compasión. Sin duda, una de sus mayores virtudes fue saber
ponerse en el lugar de los demás para comprender cómo se sentían y poder
ayudarlos. Así, cuando Jesús vio a María llorando por la muerte de su
hermano Lázaro, “gimió en el espíritu y se perturbó” y finalmente “cedió a
las lágrimas”. Por lo que cuenta el apóstol Juan, era obvio que Jesús sentía un
gran cariño por aquella familia y que no le avergonzaba exteriorizarlo. ¡Y
cuánta compasión demostró al resucitar a su amigo! (Juan 11:33-44.). Jesús
no curaba a las personas simplemente para cumplir profecías bíblicas. Él
quería aliviar su sufrimiento. Siempre actuaba en conformidad con una de
sus enseñanzas más conocidas: “Así como quieren que los hombres les
hagan a ustedes, háganles de igual manera a ellos” (Lucas 6:31).
 Fue comprensivo. Aunque él era perfecto, no esperaba que los demás lo
fueran ni se sentía superior a ellos; tampoco actuaba precipitadamente, sin
pensar. En cierta ocasión, estando Jesús invitado en casa de un fariseo, una
mujer “conocida en la ciudad como pecadora” quiso demostrar su fe y
aprecio bañando con lágrimas los pies de Jesús. Este no se lo impidió, para
sorpresa de su anfitrión, que sí la juzgó con dureza. Jesús percibió la
sinceridad de aquella mujer y, en vez de condenarla por sus pecados, le dijo:
“Tu fe te ha salvado; vete en paz”. Es muy posible que este trato
comprensivo la motivara a cambiar de vida (Lucas 7:37-50).
 Fue imparcial y respetuoso. Los Evangelios indican que Jesús sentía un cariño
especial por su discípulo Juan, quizás por tener personalidades afines o por
estar emparentados. Sin embargo, él nunca lo favoreció por encima de los
demás (Juan 13:23). De hecho, cuando Juan y su hermano Santiago le
pidieron puestos destacados en el Reino de Dios, Jesús les contestó: “Esto de
sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía darlo” (Marcos 10:35-
40).
Además, siempre trataba con respeto a todo el mundo. Él no tenía los
prejuicios de sus contemporáneos. Aunque muchos consideraban que las
mujeres eran inferiores, él las trataba con la debida dignidad. Por ejemplo, la
primera persona a la que Jesús dijo claramente que era el Mesías fue una
mujer. Su comportamiento es aún más destacable si tenemos en cuenta que
ella era samaritana, pues los judíos en general sentían tal desprecio por los
samaritanos que ni siquiera los saludaban (Juan 4:7-26). Pero eso no fue
todo: también fueron mujeres las primeras personas a quienes Jesús les
concedió el privilegio de verlo resucitado (Mateo 28:9, 10).
 Se comportó como un hijo y hermano responsable. Parece que José, su padre
adoptivo, murió cuando Jesús todavía era joven. Así que es probable que él se
haya encargado de mantener a su madre y a sus hermanos menores
trabajando de carpintero (Marcos 6:3). Aun estando a punto de morir, no dejó
de preocuparse por su madre y por eso le pidió a su discípulo Juan que la
cuidara (Juan 19:26, 27).
 Supo ser un buen amigo. Jesús fue el mejor de los amigos. ¿Por qué? Él nunca
se alejó de sus amigos porque cometieran errores, aun cuando los repitieran
una y otra vez. Es cierto que ellos no siempre actuaron como a Jesús le
hubiera gustado. Aun así, él les demostró su amistad concentrándose en sus
buenas cualidades, en vez de atribuirles malos motivos (Marcos 9:33-35;
Lucas 22:24-27). Tampoco les impuso sus opiniones. Al contrario, los
animaba a expresarse con libertad (Mateo 16:13-15). Pero por encima de
todo, Jesús los quería sinceramente (Juan 13:1). ¡Y hasta qué punto! Él mismo
dijo: “Nadie tiene mayor amor que este: que alguien entregue su alma a
favor de sus amigos” (Juan 15:13). ¿Puede alguien ofrecer algo más valioso
que su propia vida?
 Demostró ser un hombre valiente. Jesús no era el personaje débil y sin
voluntad que pintan muchos artistas; al contrario, era enérgico y fuerte. En
dos ocasiones echó del templo a los mercaderes con sus artículos (Marcos
11:15-17; Juan 2:14-17). También demostró valor al enfrentarse a una
agitada muchedumbre que buscaba a “Jesús el Nazareno” para arrestarlo.
“Soy yo”, dijo sin miedo. Y luego, para proteger a sus discípulos, añadió: “Si
es a mí a quien buscan, dejen ir a estos” (Juan 18:4-9). No sorprende que el
propio Poncio Pilato, viendo la entereza de Jesús pese a los maltratos, dijera
admirado: “¡Miren! ¡El hombre!” (Juan 19:4, 5).

Estas y otras muchas cualidades sobresalientes convierten a Jesús en un modelo


perfecto para nuestra vida. De modo que, si imitamos su conducta, seremos
mejores personas y más felices. Por eso, el apóstol Pedro exhortó a los cristianos a
seguir cuidadosamente los pasos de Jesús. No obstante, Jesús es mucho más que un
modelo para nuestra vida. Él mismo dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida.
Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Al revelarnos la verdad acerca de
Dios, el Hijo también nos mostró el camino para acercarnos al Padre. Y gracias a
Jesús, todos los siervos fieles pueden obtener vida: sí, la vida eterna (Juan 3:16).

En efecto, si adquirimos conocimiento de Jesús, imitamos su estilo de vida y


ejercemos fe en su sacrificio, estaremos cumpliendo con los requisitos para obtener
vida eterna. Por eso, animamos a todos nuestros lectores a estudiar la fuente de
ese conocimiento —la Biblia— y a esforzarse por poner en práctica lo que esta dice,
tal como hizo Jesús. El ejemplar modo de vida de Jesús nos enseña cómo debemos
ser. Además, su sacrificio nos libera del pecado y la muerte (Romanos 6:23). Si no
fuera por él, nuestra vida sería triste y sin esperanza. Así pues, nunca permitamos
que la ansiedad o las preocupaciones de la vida nos impidan imitar el modelo que
nos dejó el hombre más grande de todos los tiempos: Jesucristo.

2. Mostrar que usted tiene una vida diaria devocional


personal, de al menos 6 meses.
3. Hacer 2 de las siguientes actividades:
a) Tomar parte en uno de los siguientes:
 Reuniones evangelistas
 Reuniones evangelistas juveniles
 Servicios comunitarios en furgoneta
 Seminarios de escuela de cocina
 Seminarios para dejar de fumar
 Seminarios de pérdida de peso
 Seminarios acerca de cómo manejar el estrés
 En su elección de lo anterior, hacer lo siguiente:
 Tomar parte en la organización de la actividad
 Tomar parte en el establecimiento del lugar de reunión
 Prestar asistencia en la publicidad
 Averiguar de dónde vinieron las finanzas para el proyecto misionero y
en qué se efectuaron los gastos.
 Estar involucrado en la operación y funcionamiento del proyecto
misionero de manera regular

b) Asistir en la organización y planificación de uno de los siguientes


proyectos misioneros y participar en el proyecto por lo menos 10 horas:
 Proyecto de embellecimiento comunitario, como la jardinería o la
mejoría de un área pública.
 La hora de la historia.
 Ministerio de los payasos.
 Ministerio de títeres.
 Preparar regalos de Navidad para los niños desfavorecidos.
 Alimentos y/o distribución de ropa para los necesitados.
 Programas de visitas a un asilo de ancianos, orfanatos o sala
pediátrica de un hospital
 Algún proyecto similar aprobado por un Guía Mayor o un líder JA.

c) Realizar toda la planificación, organización y participar por lo menos 15


horas en uno de los siguientes proyectos misioneros:
 Cuidado del patio o el cuidado de la casa de los ancianos
 Enseñar en una división menor del departamento de escuela
sabática.
 Charlas de temperancia
 Hacer tutoría a los estudiantes menores
 Trabajo voluntario en un hospital o asilo de ancianos
 Suministrar libros y juegos en un hospital
 Ayudar a la rehabilitación de una persona con discapacidad física
 Hacer carteles y los proyectos para un hospital, asilo de ancianos o
un orfanato
 Participar en un programa de adoptar abuelos
 Algún proyecto similar aprobado por un Guía Mayor, un líder JA o
líder de Conquistadores
Iglesia
Nor-Oeste

CONSTANCIA

Quien suscribe, Pastor Miguel Bervis, Leobaldo Gutiérrez, primer anciano, Lucia Reyes
secretaria y Rosa Piña, directora de Ministerios Personales, en representación de la Junta de
Iglesia del Noroeste, hacemos constar por medio de la presente que Isnaily Yasmali Rodríguez
Casique, titular de la cedula de identidad V-22.333.266, siendo miembro activo y en regla de
nuestra iglesia, participo en la campaña juvenil realizada Junio del 2019 “Jesús en mi Ciudad” y
en la campaña de Mayordomía realizada en Noviembre del 2019. En las mismas participo como
coordinadora, organizadora, ayudo a la propaganda de la misma, además estuvo involucrada en
la administración de los recursos para la compra de incentivos, literatura, dando cuentas al
departamento de Ministerios personales y Tesorería de la Iglesia Noroeste.

____________________________ ________________________________
Pr. Miguel Bervis Primer Anciano
Leobaldo Gutiérrez

________________________ ______________________________
Secretaria Dir. Min Personales
Lucia Reyes Rosa Piña
Iglesia
Nor-Oeste

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