Escuelas de misterio

La dirección que tomará el desarrollo de la historia humana desde ahora en adelante es aún
desconocida. ¿Que nos espera? ¿Cómo podríamos participar en construir un mundo para las
futuras generaciones de todas las especies? Además de las acciones necesarias para lograr
justicia social y preservar la biodiversidad, la diversidad cultural y mucho más, ¿qué se nos
pide en este momento y en el futuro?

A la luz de estas preguntas, hay tres cosas de las que estoy muy seguro.

La primera es que, para cada uno de nosotros, nuestra mayor satisfacción personal y
nuestra participación más beneficiosa en el mundo son exactamente lo mismo, y que el
camino hacia nuestra participación más rica se desarrolla en el viaje hacia el encuentro, la
iniciación y la expresión del alma -un viaje que ha sido suprimido y prácticamente olvidado
por milenios en el mundo occidental dominante. El encuentro con el alma es el
descubrimiento de nuestra identidad mitopoética individual: nuestro nicho único en el
mundo-más-que-humano, una identidad mucho más profunda y completamente distinta de
nuestros roles sociales y vocacionales. La iniciación del alma es el paso principal de la vida,
poco común en la actualidad, cuando nuestro centro de gravedad psicoespiritual se arraiga en
esa identidad mitopoética. La expresión del alma es el florecimiento de esa identidad dentro
una verdadera edad adulta en la cual entregamos al mundo-más-que-humano nuestros dones
enraizados en el alma .

En segundo lugar, para la gran red de la vida (es decir, no solo para nuestras especie bipeda,
sino para toda la comunidad de la Tierra), nuestra supervivencia, sin mencionar nuestra
promesa evolutiva, requiere la reinvención radical de las culturas humanas contemporáneas.
Esto se debe a que el comportamiento que destruye la vida proviene de culturas poco
saludables e inmaduras, como la nuestra, culturas que no logran un desarrollo individual
saludable. Las deficiencias de nuestro desarrollo individual tienen como resultado tiranos
narcisistas, guerras con fines de lucro y dominación, tierra y agua profanadas, adicciones,
estilos de vida tóxicos, racismo, sexismo y costumbres y prácticas culturales sin futuro. Por
otra parte, el éxito del desarrollo individual conduce a una creatividad silvestre,
comportamientos que mejoran la vida, cooperación, compasión, empatía, perdón,
comunidades resilientes y evolución cultural.

Y aquí está la tercera cosa de la que estoy seguro: la primera y la segunda están tan
entrelazadas que no podemos realmente tener lo uno sin lo otro: las culturas humanas
maduras y en evolución son el resultado orgánico y autoorganizado de cuando verdaderos
adultos y ancianos expresan el misterio particular que cada uno lleva consigo, y colaboran
creativamente mientras lo hacen. En otras palabras, el único camino hacia una cultura
saludable es a través del viaje de iniciación del alma de un número significativo de personas
dentro de esa cultura. Y, en torno, una cultura saludable como contexto social y espiritual es
el mayor apoyo para la iniciación del alma individual. La evolución cultural y la iniciación
individual van de la mano.

Si quisiera agregar una cuarta certeza, sería esta: durante tiempos de degradación cultural y
decadencia, como en nuestro período actual, cuando hay ausencia o escasez de culturas
florecientes, igualitarias y que mejoren la vida para servir como lo social y lo espiritual,
tenemos que crear entornos independientes (lo que podriamos llamar Escuelas de Misterios)
que sirvan como invernaderos para cultivar las semillas del renacimiento cultural que surge
de las experiencias reveladoras de aquellos que experimentan la iniciación del alma.

Desde 1980, el Instituto de Animas Valley ha sido un experimento en evolución para crear
una escuela de misterios occidental contemporánea de iniciación del alma y renacimiento
cultural.

Escrito por Bill Plotkin y traducido del inglés por Carlos García para Ecoespiritualidad.com

Referencias:

Adaptado de un libro en progreso por Bill Plotkin, título provisional: Secretos de la

iniciación del alma.