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Índice

Insomnio
Ansiedad
Ansiedad e Insomnio
Ansiedad
Aspectos positivos
Aspectos negativos
Insomnio
Aspectos positivos
Aspectos negativos
Ansiedad e Insomnio
Aspectos negativos
Referencias

corrección Diana 
corrección Betzabel Zavala Zavala 
corrección Yessica 
corrección  Jacque 
corrección valeria 
corrección Lizbeth

Insomnio 
El insomnio es una patología muy frecuente en la población general y una
situación más común de lo que se cree. Para ello a continuación se presentarán
14 artículos consultados de insomnio relacionados con diferentes aspectos como
calidad de sueño, el impacto que genera el insomnio en el rendimiento escolar,
algunas variables biológicas relacionadas con trastornos del sueño, la higiene del
sueño, aspectos psicosociales, cantidad del sueño, prevalencia, salud mental y
estrés, y cómo estos se relacionan entre sí.

Monsalve, García, Chávez, David y Cardona en 2014, realizaron un estudio para


determinar la prevalencia de insomnio y somnolencia en estudiantes, así como su
asociación con condiciones sociodemográficas y académicas. Este estudio se
realizó con 230 estudiantes de ambos géneros, matriculados en el programa de
medicina de la Universidad Cooperativa de Colombia, con una edad promedio de
19 a 22 años, el 70% de los participantes estaba en ciclo básico y el 30% en ciclo
profesional. Se utilizó el instrumento de escala de somnolencia de Epworth, que
evalúa la propensión a quedarse dormido en ocho situaciones sedentarias
diferentes, donde se dan 4 opciones de respuesta, nunca, leve, moderado y
severo. Esta misma escala de Epworth se aplicó para la tamización de insomnio,
ya que ayuda a discriminar sujetos con insomnio, los clasifica en cuatro grupos,
sin insomnio, insomnio leve, moderado y grave. Se aplicó el instrumento a cada
uno de los participantes y la información obtenida se analizó mediante medidas de
resumen y frecuencias, pruebas no paramétricas, prevalencia y razones de
prevalencia.

Los resultados obtenido en este estudios fueron que los principales factores
asociados a los trastornos del sueño son el consumo de medicamentos con el
15%, medicamentos como el ácido valproico, tramadol, levotiroxina, lansoprazol,
omeprazol, salbutamol, beclometasona, cetirizina y losartan, el tabaquismo con el
10%, el alcoholismo con 51% y alguna enfermedad base con el 23%,
enfermedades como la migraña, gastritis, asma, rinitis, ovarios poliquísticos, colitis
ulcerativa, úlcera gástrica, hipotiroidismo y fibromialgia. La prevalencia global del
insomnio fue del 93% siendo más frecuente el grado leve, para la somnolencia fue
de 73.5% siendo más frecuente el grado moderado. En conclusión la gravedad del
insomnio se asocia estadísticamente con la presencia de alguna enfermedad, esto
debido a que el 70% de los que padecen insomnio presentan una enfermedad
base, también se relaciona con el género, ya que los resultados arrojaron que el
insomnio moderado fue 20% mayor en mujeres frente a los hombres, mientras que
la somnolencia se asocia estadísticamente con el ciclo de formación, esto debido
a que la somnolencia leve fue 60% mayor en estudiantes del ciclo profesional
frente al básico. Asimismo la elevada prevalencia de estos dos trastornos pone de
manifiesto implementar medidas de prevención primaria, debido a los impactos
negativos en las actividades cotidianas, el rendimiento académico y para la salud
física y mental. 

Durán et al. en el año 2016, realizaron un estudio para determinar los factores que
se asocian a la calidad de sueño en estudiantes. En este estudio participaron 633
estudiantes de nutrición y dietética de la Universidad de San Sebastián de Chile,
de los cuales 543 fueron mujeres y 83 fueron hombres, de entre 18 a 39 años,
dicha muestra fue seleccionada bajo un criterio no probabilístico. Los instrumentos
usados fueron el Cuestionario de  Insomnio o Insomnia Severity Index, es un
cuestionario de auto reportado de evaluación de la naturaleza, gravedad e impacto
del insomnio, la Escala de Somnolencia de Epworth, evalúa la propensión de
quedarse dormido en ocho situaciones sedentarias diferentes y el Índice de
Calidad del sueño de Pittsburg, evalúa la calidad del sueño, proporcionando una
evaluación global de su calidad y valoraciones parciales en siete componentes
distintos: calidad subjetiva del sueño, latencia, duración, eficiencia habitual,
alteraciones, uso de medicación hipnótica y disfunción diurna. Cada estudiante fue
evaluado antropométricamente y posteriormente se les aplicaron los 3
instrumentos, para la comparación de variables se utilizó la prueba t de Student,
se realizaron modelos de asociación logística para analizar los factores, también
se usó el programa estadístico SPSS 22.0.

De los 633 estudiantes evaluados, el 31.7% fumaba, el 28.6% consumía alcohol,


el 54.9% dormía menos de lo recomendado. Del índice de calidad del sueño de
Pittsburg, se encontró que el 43.3% presentaba somnolencia leve, el 11.2%
somnolencia severa, del índice de calidad del sueño de Pittsburg, el 88% presentó
insomnio y el 76% presenta mala calidad del sueño. Al comparar hombres y
mujeres, se observó que las mujeres tenían mayor somnolencia diurna, así como
una tendencia a dormir menos y una mala calidad del sueño. En cuanto a los que
fumaban y no, se encontró que los fumadores presentan mayor puntuación en
insomnio, somnolencia diurna y mala calidad del sueño, al comparar a quienes
consumían alcohol y a los que no, se encontró que los consumidores de alcohol
presentan mayor somnolencia diurna e insomnio. Al comparar los años de ingreso
se encontró que los estudiantes de primer año presentaban una muy mala calidad
del sueño que los alumnos de otros años. En conclusión el 76.8% de los
estudiantes presentaron mala calidad del sueño, además se observa insomnio y
elevada somnolencia diurna en los estudiantes, especialmente en los de primer
año, por lo tanto es necesario desarrollar intervenciones factibles y eficaces para
mejorar la calidad del sueño en universitarios.  

Barrenechea et al. en el año 2010, llevó a cabo el estudio para determinar el grado
de somnolencia diurna y calidad del sueño en estudiantes del tercero y cuarto año
de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Martín de Porres. La muestra
que se utilizó en este es estudio fueron 195 y 199 estudiantes de medicina de
tercer y cuarto año, con un rango de edad de 18 a 25 años y con una carga
curricular de 22 créditos en el periodo octubre-noviembre 2008-II (no existieron
criterios de exclusión), respectivamente se les aplicaron 3 cuestionarios de la
escala de escala de somnolencia de Epworth e índice de calidad del sueño
Pittsburgh Modificado con estudio probabilístico aleatorio simple de estudiantes de
medicina del tercer y cuarto año, el Test del Índice de Calidad de Sueño de
Pittsburg consta de 7 subescalas las cuales son: Subescala 1- Calidad de sueño
subjetiva y la pregunta con la que se evalúa es el número 6, Subescala 2- Latencia
de sueño evaluándose con la pregunta número 2 y 5a, Subescala 3- Duración del
dormir evaluada con la pregunta número 4, Subescala 4- Eficiencia de sueño
habitual con la pregunta 1 y 3, Subescala 5- Alteraciones del sueño se examina
con las preguntas 5b a 5j, Subescala 6- Uso de medicamentos para dormir se va a
evaluar con la pregunta número 7, Subescala 7- Disfunción diurna se va a
examinar con las preguntas 8 y 9.

Los resultados obtenidos dentro del estudio fue que con frecuencias de
Somnolencia diurna y calidad del sueño Resultados: Edad promedio global de
21.08 años. El 64.5% tiene mala calidad del sueño y 26%, excesiva somnolencia
diurna. Se encontró una media global de 5.6 horas de sueño. Se encontró alta
frecuencia de mala calidad del sueño y excesiva somnolencia diurna en los
estudiantes de medicina encuestados, además de un valor porcentual
considerable sobre el consumo de medicación hipnótica y una tendencia a dormir
6 horas o menos. En conclusión, la mala calidad de sueño y excesiva somnolencia
diurna está presente en la población de estudiantes de medicina estudiada, en un
porcentaje importante. Además, nos llama la atención los altos porcentajes de
mala calidad de sueño, lo que puede repercutir en el desempeño académico.

Puerto, Rivero, Sansores, Gamboa, y Sarabia  en el 2015, se llevó a cabo un


estudio  que tuvo como objetivo conocer el nivel de somnolencia, los hábitos del
sueño y los patrones en el uso de las redes sociales en estudiantes universitarios.
Por medio del test de Epworth y 2 cuestionarios en relación de los hábitos del
sueño, en el cual participaron 93 estudiantes los cuales eran pertenecientes a la
Universidad Autónoma de Yucatán, de los cuales 31 correspondían a la Facultad
de Antropología (14 hombres y 17 mujeres), 31 de la Facultad de Economía (15
hombres y 16 mujeres) y 31 de la facultad de Psicología (16 hombres y 15
mujeres), con un rango de edad de entre 18 y 26 años, siendo 19 años la edad
más frecuente. Como instrumentos que se ocuparon dentro del estudio fueron la
Escala de Somnolencia de Epworth, la cual evalúa el grado de somnolencia
diurna, según la probabilidad de quedarse dormido en ocho diferentes situaciones.
Para conocer los patrones de higiene del sueño, se empleó el Cuestionario de
Hábitos de Sueño (Moo, 2002), el cual comprende una serie de preguntas sobre
los horarios y número de horas dormidas, lugar donde se duerme y consumo de
sustancias. De acuerdo al test de Epworth el formato de respuesta consta con una
escala que va de 0 a 3, donde 0 es “Nunca me duermo” y 3 “Tengo altas
posibilidades de dormir. Test de Epworth se califica sumando el valor otorgado en
cada reactivo por el paciente, tomando en cuenta que 0 es una posibilidad nula
con valor de 0 puntos, 1 es una ligera posibilidad con valor de 1 punto, 2 es una
posibilidad moderada con un valor de 2 puntos y 3 es una posibilidad alta con
valor de 3 puntos. Para la interpretación se consideran los puntos obtenidos en
donde:0-10 se considera normal, 0-12 somnolencia marginal y <12 somnolencia
excesiva. De acuerdo a la Escala de Somnolencia Epworth El promedio fue de
5.98 puntos (± 3.63); de los sujetos, 46.2% se ubicó en niveles bajos de
somnolencia, 36.2% en el nivel medio y 14% mostró niveles altos de somnolencia.

Los resultados indican que hay diferencias entre los niveles de somnolencia,
hábitos de uso de redes sociales y hábitos de sueño en las diferentes edades,
según el semestre y el sexo. De igual manera, se encontró una correlación
positiva entre el uso de las redes sociales y el horario para ir a dormir en los días
de clase. Dando como conclusión del estudio que los estudiantes que fueron
seleccionados para llevar a cabo el mismo encontró que 82.2% de los
participantes mostraron niveles bajos de somnolencia y 14% niveles altos, a lo que
podemos decir que el hecho de que los estudiantes de la Universidad Autónoma
de Yucatán, presenten somnolencia durante periodos de exámenes debido al nivel
de estrés que se genera, tanto a su vez el hecho de el uso de las redes sociales
como distractor principal a la hora del sueño.
Monterrosa, Ulloque y Carriazo en 2014 realizaron un estudio con el objetivo de
evaluar la calidad del dormir e insomnio y su asociación con el rendimiento
académico. Los participantes de este estudio fueron 210 estudiantes de primero a
décimo semestre de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, de
los cuales 103 fueron hombres y 107 fueron mujeres, con una edad promedio de
19.7±2.0. Se utilizaron dos instrumentos, el primero es el instrumento Índice de
Calidad de Sueño de Pittsburgh, que mide la calidad subjetiva del dormir en siete
aspectos, calidad subjetiva del sueño, latencia del sueño, duración del sueño,
eficiencia habitual del sueño, perturbaciones extrínsecas del sueño, uso de
medicación hipnótica y disfunción diurna. El segundo instrumento es la Escala de
Insomnio de Atenas, que permite identificar la presencia subjetiva de insomnio y
cuantifica subjetivamente trastornos del dormir e insomnio, basándose en criterios
de diagnósticos de la clasificación de trastornos mentales y del comportamiento,
los primero 5 ítems evalúan la dificultad de inducción del sueño, despertares
nocturnos, despertares tempranos, total de duración del sueño y calidad del
sueño, los últimos tres ítems exploran las consecuencias diurnas del insomnio,
miden los problemas sobre la sensación de bienestar, funcionamiento y
somnolencia diurna. A los participantes se les entregó el consentimiento informado
y participaron de forma voluntaria, primero se les aplicó un formulario
sociodemográfico y posteriormente los instrumentos, los datos obtenidos fueron
ingresados a una base de datos Microsoft Excel.

De acuerdo a los resultados, la mitad de los estudiantes tenían rendimiento


académico medio y 8 de cada 10 estudiantes no había perdido asignaturas,
también se encontró que los estudiantes con rendimiento alto dormían entre
4.6±1.3 horas, los de rendimiento regular entre 4.2±1.1 horas. Dentro de la escala
de Pittsburgh, el índice de la calidad del sueño fue de 7.7±2.7, el 88.1% de la
población es decir 185 estudiantes fueron identificados como malos dormidores y
el restante 11.9%, es decir 25 estudiantes fueron identificados como buenos
dormidores, cabe destacar que no hubo diferencias significativas entre buenos y
malos dormidores en cuanto a asignaturas perdidas. En la escala de insomnio de
Atenas, la puntuación global fue de 5.9±3.5, la prevalencia del insomnio fue de
46.6%, que indica a 98 estudiantes y el 53.4% no tuvieron insomnio, que indica
112 alumnos. No se encontraron diferencias significativas en la presencia de
insomnio, según el rango de edad, estado nutricional, estado civil, actividad laboral
o extracurricular y enfermedades. Se concluyó que dos terceras partes de los
estudiantes de medicina de la universidad de Cartagena presentan un patrón del
sueño corto, el 88.1% fueron identificados como malos dormidores, mientras que
el 46.6% presentaban insomnio y más del 80% de todos los participantes
experimentaban somnolencia diurna, no se observaron diferencias significativas
en el rendimiento académico según la calidad del dormir y patrones del sueño,
pero si según la presencia de insomnio, por el contrario los estudiantes con mayor
rendimiento académico tuvieron significativamente menor presencia de insomnio.
Es necesario realizar estudios que midan el sueño de manera objetiva como la
polisomnografía en laboratorios del sueño, también sería interesante comparar
carreras profesionales para determinar si influye la carga académica en el dormir y
el rendimiento académico. 
León, Kautzman, López y Coronel en el año 2014, realizaron un estudio con el
objetivo de conocer el impacto del insomnio en el rendimiento académico de los
estudiantes universitarios. Este estudio tuvo una muestra inicial de 300 alumnos
de Psicología de la Universidad de Occidente, de los cuales salieron como sujetos
de estudio solo 97. Se aplicó un test denominado Instrumento de Medidas del
Insomnio Escalas ISI (Insomnia Severity Index), para detectar aquellos alumnos
que podrían tener insomnio, y si influye en la atención para el rendimiento
académico, también se aplicó un cuestionario que contempla el tiempo, que mide
el tiempo que duerme cada persona y un cuestionario de calidad del sueño y
rendimiento académico, para medir la calidad del sueño y si influye en la atención.
Para obtener a los sujetos de estudio se aplicó primero el Instrumento de Medidas
del Insomnio Escala, posteriormente a los sujetos ya seleccionados se les
aplicaron dos cuestionarios, uno para medir el tiempo de sueño y otro para la
calidad del sueño y atención. También se realizaron observaciones para analizar
el comportamiento con respecto a la atención en exposiciones por parte del
profesor y finalmente se agruparon los resultados para su análisis.

Los resultados señalan que de los 97 participantes, el 65% se le diagnosticó


problemas de insomnio, durmiendo de cinco a menos horas al día. También se
encontraron algunos trastornos físicos como el dolor de cabeza con un 53%,
seguido de somnolencia y tensión muscular, además del total de los participantes
se encontró que 58 han reprobado al menos una materia en su trayectoria
educativa, también se observó que en la mayoría de ellos existe somnolencia en
clase, agotamiento y claro interés por no participar activamente en clase. En
conclusión la falta de atención como producto del insomnio se relaciona también
con procesos biológicos propios del funcionamiento del ser humano, además el no
tener un descanso adecuado y un sueño reparador de energía, baja los niveles de
activación del sistema nervioso repercutiendo directamente en la atención. Con
esta información se encuentra que la variable a investigar referida al impacto del
insomnio en el rendimiento académico es real. Con las observaciones realizadas
se define que la falta de atención provocada por el insomnio y como resultado de
la somnolencia se incrementa en la fase final de cada trimestre, esto por el
incremento de tareas, trabajos y exámenes finales, que les generan estrés,
agotamiento y presión, por lo cual asumen una actitud de más alteración y con
más desgano para sus tareas universitarias.     

García-Gascón, Querts-Méndez, Hernández-González, Agüero-Martén y


Cascaret-Soto en el año 2015, se llevó a cabo el estudio para determinar algunas
variables biológicas que pudieran estar relacionadas con los principales trastornos
del sueño la información fue procesada estadísticamente con el empleo del
porcentaje como medida de resumen y la aplicación de la prueba de la X2 para
valorar la posible asociación entre variables. Se realizó un estudio descriptivo de
110 estudiantes de primer año de la carrera de medicina, seleccionados
aleatoriamente con igual cantidad de hembras y varones de un universo de 465
educandos pertenecientes a la Facultad de Ciencias Médicas No. 2 de Santiago
de Cuba, desde enero hasta julio del 2014, a fin de determinar algunas variables
biológicas que pudieran estar relacionadas con los principales trastornos del
sueño. Para llevar a cabo la investigación se realizó una encuesta a todos los
integrantes y se les examinó a través de un electroencefalograma, con el propósito
de buscar alteraciones cerebrales, como actividad paroxística o irritación cortical;
de lo contrario se establecía el resultado como normal. La información obtenida se
procesó mediante el sistema estadístico SPSS-11.5.1, con el empleo del
porcentaje como medida de resumen y la aplicación de la prueba de la Χ2 para
valorar la posible asociación entre variables, cuyo resultado se consideró válido si
p<0,5 y no válido si p>0,5.Al analizar a los alumnos con trastornos del sueño y la
relación existente con los resultados de los electroencefalogramas, se obtuvo una
primacía de los hallazgos normales, con 45 alumnos, para 57,0 %, aunque le
continuaron muy de cerca los diagnósticos alterados, con 34 estudiantes (43,0 %),
principalmente del sexo masculino. La prueba de independencia fue no válida
(p>0,5).

Como resultado sobresalió el insomnio entre los tipos de trastornos del sueño, que
resultó más frecuente en el sexo femenino, con 31 alumnas, para 39,2 %; a este le
siguieron los ronquidos y las pesadillas, que predominaron también en las
féminas, con 29 y 25 de ellas, para 36,7 y 31,6 %, respectivamente. Concluyendo
con el estudio los problemas del sueño no se diferenciaba con especificidad la
predominancia de ciertas alteraciones del sueño en relación con el sexo de los
pacientes. Sin embargo, una revisión de la bibliografía existente que trata este
importante problema de salud muestra que hasta hace menos de 10 años se creía
que no existían diferencias entre hombres y mujeres en los estudios de insomnio,
y que el ronquido presentaba una incidencia definitivamente mayor en el sexo
masculino

García, Querts, Hierresuelo y Quesada, en el año 2015 realizaron un estudio con


el objetivo de determinar algunos aspectos psicosociales relacionados con el
insomnio, el estudio se realizó con 110 estudiantes de primer año de la facultad de
Ciencias Médicas, de los cuales 55 fueron hombres y 55 mujeres. En este estudio
se aplicaron las escalas de estrés de Holmes y Rahe, esto para determinar niveles
de estrés y que lo provoca mayormente, test de IDARE (inventario de ansiedad
rasgo-estado) para determinar niveles de ansiedad y el inventario de depresión de
Beck, para determinar nivel de depresión. Se aplicaron estos test a cada uno de
los participantes de la investigación, el estudio se realizó desde el 1° de abril al 30
de octubre, posteriormente la información obtenida se procesó mediante el
sistema estadístico de SPSS-11.5.1, se emplearon porcentajes como medida de
resumen, de igual forma se empleó la prueba de independencia estadística de la
x . Finalmente se realizó el análisis y la síntesis para establecer nexos entre
2

variables y poder comparar con otros estudios realizados.

Los resultados obtenidos a través de los test aplicados, arrojaron que el nivel de
estrés en los alumnos fue más alto con un 29%, seguido de depresión y ansiedad
con un 23.5% y finalmente los conflictos, que se dividen en familiares (20.5%),
pareja o amigos (17.5%) y escuela (9.5%). Se observó que en los aspectos
sociales que influyen en el insomnio como el consumo de estimulantes,
condiciones ambientales inadecuadas de la habitación, estilo de vida inadecuado,
ver programas de televisión relacionados con suspenso, acción intensa, horror o
violencia, leer libros de suspenso, violencia, acción u horror, afectan
principalmente a las mujeres con un 52.1% sobre los hombres con un 47.9%.
Además lo analizado arrojó que el estrés está relacionado con el insomnio, esto
debido a las tareas y la rigurosidad de los estudios. Lo anterior se explica, por qué
un agente estresante produce descarga adrenérgica que estimula el sistema
activador de reticular ascendente de la formación reticular, lo que activa el locus
cerúleo o centro del sueño, y esto produce un estado de vigilia. Así mismo los
hábitos tóxicos como la ingesta de café en horarios nocturnos, junto con el
consumo de tabaco, provoca la  estimulación del sistema activador de reticular
ascendente de la formación reticular, por consecuencia activa el locus cerúleo,
provocando insomnio. En conclusión el estrés y los hábitos tóxicos están
relacionados directamente con el insomnio.  

Jiménez-Genchi y Grupo de Estudio  en el 2012, se elaboró el estudio para 


evaluar la eficacia y seguridad del zolpidem de liberación modificada (LM) en
pacientes con insomnio crónico, se seleccionaron 135 pacientes entre 18 y 65
años de edad, con insomnio primario. Los participantes recibieron 12.5 mg de
zolpidem LM durante 12 semanas. Con la Escala de Impresión Clínica Global se
evaluó la gravedad del insomnio al inicio del tratamiento y la mejoría del paciente
al final del mismo; para evaluar la calidad del sueño se usó el Índice de Calidad
del Sueño de Pittsburgh. Se determinó el consumo del fármaco (conteo de
tabletas) y su seguridad por medio del registro de eventos adversos. Se llevaron a
cabo una serie de evaluaciones las cuales fueron las siguientes: Impresión Clínica
Global (ICG).: Comprende dos subescalas por medio de las cuales el clínico
estima la gravedad de una enfermedad y el grado de mejoría logrado a partir de
una intervención. En la subescala de gravedad (ICG-G), el investigador realiza una
comparación entre los síntomas del paciente y los de otros pacientes con el mismo
trastorno; de esta forma, le asigna una calificación que va de 1 (normal) a 7
(extremadamente enfermo). En la subescala de mejoría (ICG-M), el investigador
compara el estado del paciente al momento de la evaluación con el estado en que
se encontraba cuando fue incluido en el estudio; le asigna una calificación que va
de 1 (muy mejorado) a 7 (mucho peor), el índice de Calidad de Sueño de
Pittsburgh:22 Consiste en un cuestionario autoaplicable que proporciona una
calificación global de la calidad del sueño mediante la evaluación de siete
componentes hipotéticos: latencia del sueño, duración del sueño, eficiencia del
sueño, alteraciones del sueño (las dificultades para empezar a dormir,
despertares, pesadillas, ronquido, alteraciones respiratorias), la calidad del sueño,
la ingesta de medicamentos para dormir y la existencia de somnolencia diurna.
Los siete componentes se califican con una escala de 0 a 3. La suma de los
componentes da lugar a una calificación global, en la que una mayor puntuación
indica una menor calidad del sueño. En el estudio original,22 el Índice de Calidad
del Sueño de Pittsburgh mostró un coeficiente de homogeneidad interna elevada
(α de Cronbach = 0.83) y coeficientes de correlación de moderados a altos entre
los componentes y la calificación global (r de Pearson = 0.46 a 0.85). Los autores
reportaron que una puntuación > 5 distingue a los sujetos con mal dormir de
aquellos que duermen bien, con una elevada sensibilidad y especificidad (89.6 y
86.5 %, respectivamente). La versión en español que se empleó posee un
coeficiente de confiabilidad satisfactorio (α de Cronbach = 0.78), la satisfacción del
paciente: Al concluir el tratamiento, se le preguntó al paciente: “¿qué tan
satisfecho está con el tratamiento?”, “¿qué tan conveniente encuentra el esquema
PRN?”. Las opciones de respuesta iban de “muy satisfecho” a “muy insatisfecho”,
y de “muy conveniente” a “muy inconveniente”, respectivamente, la seguridad.: Se
evaluó mediante la exploración física al inicio y al final del tratamiento, la medición
de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, así como con el registro de los
eventos adversos observados o informados espontáneamente en cada visita.

De acuerdo a los resultados del estudio 115 pacientes concluyeron el estudio, de


los cuales 83.7 % se consideró aliviado o muy aliviado y 66 % alcanzó un estado
de normalidad o limítrofe. Por otra parte, 20.8 % de los sujetos experimentó
reacciones adversas, siendo las más frecuentes la cefalea, somnolencia excesiva,
náusea y mareo. Los resultados de este estudio sugieren que el zolpidem LM para
el tratamiento del insomnio crónico es una estrategia terapéutica eficaz, segura y
bien aceptada por los pacientes. Finalmente concluyendo se puede establecer si
la mejoría obtenida está asociada con cambios objetivos en el sueño, aunque hay
que recordar que, en la práctica diaria, el diagnóstico de insomnio primario y su
evolución se establecen por medio de la evaluación clínica y con poca frecuencia
está justificada la polisomnografía.

Durán, Rosales, Moya y García en 2017, realizaron un estudio para determinar los
factores asociados a la cantidad de horas de sueño, somnolencia diurna e
insomnio antes y durante un periodo de clases y exámenes. En este estudio se
evaluaron a 384 alumnos universitarios de la Universidad San Sebastián, sede Los
Leones, de ambos sexos de los cuales aproximadamente 74.1% fueron mujeres,
se incluyó a todos aquellos que aceptaron y firmaron el consentimiento informado.
Se aplicó el Cuestionario de Insomnio o Insomnia Severity Index, que mide la
gravedad e impacto del insomnio y se interpreta con puntos de corte, 0-7 ausencia
de insomnio clínico, 8-14 insomnio subclínico, 15-21 insomnio clínico moderado,
22-28 insomnio clínico grave, también se usó la Escala de Somnolencia de
Epworth, que evalúa la propensión a quedarse dormido en ocho situaciones
sedentarias diferentes y se agregaron preguntas de la encuesta de Pittsburg, que
evalúa calidad de sueño, las preguntas añadidas fueron hora habitual para
acostarse, número de minutos para conciliar el sueño, hora habitual de levantarse
y hora de sueño por noche, igual se realizó antropometría, es decir peso y talla.
Estos instrumentos se aplicaron en dos periodos, durante el primer semestre de
clases, primero en las 4 semanas antes de exámenes y el segundo en la semana
de los exámenes.

De los resultados obtenidos se observó que existe un incremento significativo en


la latencia del sueño durante el periodo de exámenes, y comparando entre
hombres y mujeres, en las mujeres se incrementa significativamente la latencia al
sueño en periodo de exámenes y en los hombres existe una disminución de las
horas de sueño en el periodo de exámenes. En cuanto a somnolencia diurna, al
comparar ambos sexos, se identificó que en ambos periodos, antes de exámenes
y durante exámenes, las mujeres presentan mayor somnolencia diurna y al
comparar el estado nutricional, se identificó que las mujeres con sobrepeso
presentan menor cantidad de horas de sueño en ambos periodos, es decir antes
de exámenes y durante exámenes y los hombres con sobrepeso presentan una
mayor somnolencia diurna en el periodo de exámenes. De acuerdo a lo obtenido
en la investigación se llegó a la conclusión de que pertenecer al sexo femenino
incrementa el riesgo de somnolencia diurna y la ausencia de insomnio es un factor
protector para la somnolencia diurna. 

Tuyani, Román, Olmedo y Amezcua en el año 2015 realizan un estudio transversal


en estudiantes, fundamentalmente de la Universidad de Granada, con el objetivo
de analizar la prevalencia de insomnio en una población universitaria y los
posibles factores asociados a dicho insomnio. Los participantes fueron invitados a
participar en el estudio mediante el envío a su correo electrónico y/o redes
sociales de una encuesta diseñada adhoc a través de la aplicación limesurvey,
sugiriéndoles al mismo tiempo que invitaran a sus contactos. La muestra fue de
222 sujetos de los cuales 26 fueron descartados del estudio, bien por tratarse de
personas que ya habían finalizado su formación universitaria, o bien porque no
indicaron a qué se dedicaban en el momento de la participación. Por tanto, la
muestra final estuvo constituida por 196 universitarios, de edad comprendida entre
18 y 58 años, con una edad media de 22,4, desconociéndose la edad del 3,5% de
la muestra. El método utilizado fue un cuestionario online anónimo constituidos por
la versión en español de la Escala Atenas de Insomnio (EAI-8), tiene una escala
de 0 a 3 puntos, donde 0 (es la ausencia de problema), 3 (el mayor grado de
severidad), toda la información se recogió haciendo referencia a la última semana.
El EAI se obtiene de la suma de las puntuaciones de cada ítem, que como
resultado arrojaría un valor que podría ser como mínimo de 0 y como máximo de
24. Consideramos como insomnes aquellos sujetos que obtuvieron una
puntuación igual o superior a ocho en la EAI (21,22).

Los resultados obtenidos fueron que las quejas de insomnio más prevalentes
corresponden a la somnolencia (el 80,6% de los universitarios dicen que la
sufren), seguida de una duración insuficiente del sueño (el 57,7% dice no dormir lo
suficiente), la inducción retrasada del sueño (el 56,6% de los universitarios dice
que tarda en quedarse dormido) y los despertares nocturnos (el 53,6% refiere
despertarse durante la noche). La prevalencia de insomnio en función de las
variables sexo, edad, área de conocimiento, peso corporal percibido y nivel de
actividad física. Es destacable la prevalencia de insomnio en función del nivel de
actividad física, ya que, como se puede observar, a medida que aumenta el nivel
de actividad física, disminuye la prevalencia de insomnio, con diferencias
estadísticamente significativas. Por otro lado, el insomnio parece ser más
prevalente en universitarios de otras titulaciones que en Medicina y Ciencias de la
Salud, aunque no encontramos diferencias significativas en este caso.

García et al. en el año 2016, realizaron un estudio cuyo objetivo fue determinar la
relación del insomnio con el estrés en alumnos de la licenciatura en medicina en la
Universidad del Valle de México Campus Villahermosa, se evaluaron a 94
estudiantes, con un rango de edad de 18- 51 años, los cuales 35 eran hombres y
59 mujeres, dicha población fueron estudiantes de la carrera de medicina, con un
grado semestral de segundo a sexto. Se aplicaron dos instrumentos: para la
detección de insomnio se implementó la Escala de Atenas de insomnio, la cual
consta de ocho reactivos los cuales miden las dificultades que ocasionan un déficit
en la conciliación del sueño; denotando como caso positivo aquel con seis o más
puntos. Para los casos de estrés se empleó la Escala de estrés percibido, mide la
percepción de estrés psicológico, la medida en que las situaciones de la vida
cotidiana se aprecian como estresantes, incluye una serie de consultas directas
que exploran el nivel de estrés experimentado durante el último mes,
considerando casos positivos aquellos con puntaje mayor de 20 puntos, los datos
de los examinados se procesaron por medio de microsoft, excel y SPSS versión
23.

Se encontró que el 21.28% presentaba insomnio, 34.04% resultaron positivos al


estrés y 10 casos tenían estrés relacionado al insomnio. Se concluye que existe
una relación entre el estrés y el insomnio en los estudiantes de medicina de la
Universidad del Valle de México, relacionado a la falta de adaptabilidad a un
nuevo sistema educativo superior. Este efecto impacta en el rendimiento
académico del estudiante en donde el nivel cognitivo cesa considerablemente
teniendo como resultado un bajo desempeño académico.

Conforme a los artículos investigados el insomnio es un trastorno del sueño


frecuente que puede causar dificultad para conciliar el sueño (quedarse dormido) o
mantenerlo, o puede hacer que te despiertes demasiado temprano y no puedas
volver a dormirte. El insomnio como se estuvo viendo afecta en gran parte a los
estudiantes ya que, por lo general, se debe a estrés o a un acontecimiento
traumático y lo que se busca con base a todos los estudios es que el insomnio no
afecte en gran medida a su salud, desempeño laboral y calidad de vida. A lo que
dentro de los artículos se hacen mención de posibles tratamientos para el
insomnio, de manera que pueda tener llevar a cabo un sueño profundo.

Ansiedad
La ansiedad tiene diversas consecuencias para los estudiantes universitarios, a
continuación se presentaran 35 artículos consultados de ansiedad relacionados
con diferentes aspectos, que son el estrés, depresión, exámenes, evaluaciones,
una muestra de estudiantes de educación, prevalencia, un estudio comparativo
entre españoles y dominicanos, niveles de ansiedad, situaciones que lo generan,
un estudio empírico, el síndrome de piernas inquietas y onicofagia, género y
conductas, estilos de personalidad, patrones de personalidad patológica,
inteligencia emocional y rendimiento académico.  

Vargas, Villareal, Guevara y Andrade en el año 2014, realizaron un estudio con el


objetivo de conocer los índices de depresión y ansiedad en los estudiantes de la
Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa-Aztlán de la Universidad Autónoma
de Tamaulipas, la muestra estuvo conformada por 500 estudiantes de nuevo
ingreso a la UAT, 281 hombres y 219 mujeres, de las carreras de Ingeniero
Químico, Ingeniero Industrial A, Ingeniero Industrial B, Químico Farmacobiologo y
Licenciado en Criminología. La investigación se realizó por medio de la aplicación
de dos pruebas, el Inventario de Depresión de Beck, siendo útil para detectar y
evaluar la gravedad de la depresión, el cual cuenta con 21 ítems y si el puntaje es
superior a 40 puntos se considerara al sujeto con depresión. Y para medir los
niveles de ansiedad, se aplicó la Escala de Ansiedad de Hamilton, dicha prueba se
concentra principalmente en aquellos síntomas físicos, como lo son: tensión
muscular, insomnio, problemas para respirar, este instrumento cuenta con 14
ítems, si el puntaje obtenido supera los 30 puntos se considerará que el estudiante
padece este trastorno. Las pruebas fueron aplicadas en las aulas
correspondientes de cada carrera en donde se les explicó la finalidad del estudio
para quienes quisieran participar de forma voluntaria.

Los resultados muestran que predominaron las mujeres en los 3 niveles de


depresión, en leve se presentaron 33 casos, 8 incidencias de la depresión
moderada y por último 2 que indican depresión severa, y los hombres 15, 6 y 1. En
cuanto a la ansiedad, el género femenino prevalece con 169 casos y el masculino
presentó 101 casos positivos de ansiedad. Se concluye que las mujeres presentan
un 66.64% y los hombres presentan un 33.33% del total de los sujetos que
presentaron depresión, respecto a ansiedad el 62.59% fueron mujeres y el 37.40%
hombres, a pesar de ser mayor el número de estudiantes del género masculino, se
demuestra que las mujeres mostraron puntajes más altos en las dos pruebas.

Tijerina et al. en 2018, realizaron un estudio para evaluar la presencia de


depresión, ansiedad y estrés en estudiantes de nuevo ingreso a la educación
superior, así también para determinar si existe relación entre depresión, ansiedad
y estrés y si hay diferencia según el género. En este estudio participaron 520
estudiantes de primer ingreso a la licenciatura en Nutrición, del semestre Enero-
Junio 2018, con una edad promedio de 18.06 años, de los cuales 420 fueron
mujeres y 100 fueron hombres, para este estudio se utilizó la prueba DASS-21
(Daza, Novy, Stanley, & Averill, 2002) versión en español, para determinar la
presencia de depresión, ansiedad y estrés, esta prueba cuenta con tres escalas,
cada una de las escalas evalúa la presencia e intensidad de estados de depresión,
ansiedad y estrés, la escala de depresión evalúa disforia, falta de sentido, auto-
depreciación, falta de interés y anedonia, la escala de ansiedad considera
síntomas subjetivos y somáticos de miedo, activación automática, ansiedad
situacional y experiencia subjetiva de afecto ansioso y la escala de estrés evalúa
activación persistente no especifica, dificultad para relajarse, irritabilidad e
impaciencia. Los participantes fueron informados sobre el estudio y posteriormente
se les entregó la prueba, se garantizó la privacidad de los estudiantes y su
participación anónima.

De los estudiantes evaluados se encontró que el 19.42% (101 estudiantes),


presentaba algún nivel de depresión, el 36.92% (192 estudiantes), presentaba
algún tipo de ansiedad y el 19.81% (103 estudiantes), presentaban niveles de
estrés. En cuanto al estrés, ansiedad y depresión relacionados se encontró que el
42.9% de los estudiantes presentaron depresión y ansiedad, el 40.6% presentaron
estrés y ansiedad, el 28.6 % presentaron depresión y estrés. De acuerdo a la
comparación por género, los niveles de depresión-ansiedad fueron mayores en
mujeres con el 29.4% que en hombres con el 27.6%, los niveles de depresión-
estrés fueron ligeramente mayores en las mujeres con el 11.7%  que en los
hombres con el 10.5%, los niveles de depresión-ansiedad fueron mayores en
mujeres con el 6.1% que en los hombres con el 4.6%. El 76.15% del total de los
participantes presentó algún nivel de ansiedad, depresión y estrés. En conclusión
existe relación estadísticamente significativa entre depresión, ansiedad y estrés,
además las combinaciones de ansiedad, estrés y depresión se encuentran
asociadas al género, siendo mayor en mujeres que en hombres. Es necesario
desarrollar elementos de vigilancia en estudiantes, como la realización de pruebas
de tamizaje de estrés al ingreso a educación superior.   

Castillo, Chacón y Díaz-Véliz, en 2016 realizaron un estudio para determinar los


niveles de ansiedad e identificar las fuentes generadoras de estrés académico, en
este estudio participaron 154 estudiantes, 78 de la escuela de enfermería y 76 de
la escuela de tecnología médica, de la universidad de Chile. Se aplicó a la
población participante el Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo (STAI) que mide
la ansiedad, consta de dos subescalas, cada subescala evalúa un concepto
independiente de ansiedad, la primera la ansiedad como estado que mide la
condición emocional transitoria y la segunda la ansiedad como rasgo, que mide la
propensión ansiosa relativamente estable, cada subescala cuenta con 20 ítems.
También se aplicó el Inventario de Estrés Académico (IEA), para identificar
situaciones generadoras de estrés, consta de 10 situaciones generales causantes
de estrés. Estos instrumentos se aplicaron al final del 2do semestre del año
académico 2014, se aplicaron en el aula, se entregó el consentimiento informado y
duró aproximadamente 20 minutos, para analizar la información, los datos
obtenidos se pasaron a una base de datos. 

La información obtenida, mostró que de un 80 a 90% de los participantes totales


muestran niveles de ansiedad leve y moderada, los niveles de ansiedad severa se
presentaron con mayor frecuencia en estudiantes de enfermería con un 20.5% que
en estudiantes de tecnología médica con un 9.2%, así mismo los niveles de
ansiedad leve fueron mayores en estudiantes de tecnología médica con un 56.6%
que en los de enfermería con un 32.1%, además los estudiantes de enfermería
manifestaron sentirse más asustados, nerviosos y confundidos y los estudiantes
de tecnología médica manifestaron sentirse bien, relajados y estables. Como
conclusión existen mayores niveles de ansiedad estado y rasgo en estudiantes de
enfermería que en estudiantes de tecnología médica, también se encontró que en
ambas escuelas, los principales factores de estrés fueron la sobrecarga
académica, falta de tiempo para cumplir las actividades académicas y la
realización de un examen. Asimismo se deben seguir realizando investigaciones
para relacionar las variables encontradas en este estudio con el rendimiento
académico y satisfacción escolar. 
Jiménez-López, Arenas-Osuna y Ángeles-Garay en 2015, el objetivo es describir
la prevalencia y las características clínicas de los síntomas de depresión, ansiedad
y riesgo de suicidio y su correlación con trastorno mental en residentes de
medicina a lo largo de un año académico. Su muestra cuenta con 108 residentes
los cuales el 35.19% son mujeres y el 64.81% son hombres. Su promedio de edad
fue de 26 años. Los instrumentos que se utilizaron fueron El inventario de
depresión de Beck, que es una escala auto aplicable para medir la depresión,
cuenta con puntos de corte propuestos para la severidad de síntomas depresivos
(0-4 = ausente, 5-7 = leve, 8-15 = moderada, > 15 = grave. También se utilizó El
inventario de ansiedad rasgo-estado diseñado para evaluar la ansiedad como
estado condición emocional transitoria, cuenta con 20 ítems y la ansiedad como
rasgo propensión ansiosa relativamente estable con 20 ítems. Es auto aplicable. Y
por último La escala de riesgo suicida de Plutchik que es una escala diseñada
para evaluar el riesgo suicida. Es auto aplicable. Se propone un punto de corte de
6. La escala incluye cuestionamientos sobre intentos auto líticos previos,
intensidad de la ideación actual, sentimientos de depresión y desesperanza.

Al comparar el puntaje y las mediciones de los síntomas de depresión, ansiedad y


riesgo de suicidio el promedio de depresión basal fue 0.81, mientras que el
intermedio fue 2.99, el promedio basal del puntaje de ansiedad fue 30.6, el
intermedio 37.81 y el final 31.84. Finalmente, el puntaje para riesgo suicida basal
fue 0.69 y 1.70 en la medición intermedia. Para concluir se confirma la noción de
que cursar una residencia médica genera malestar emocional. Sin embargo, no se
confirma que tal malestar genere trastorno depresivo o ansioso y, mucho menos,
riesgo de suicidio.

Sánchez, Ontiveros y Granados (2019). El objetivo de este estudio fue analizar la


ansiedad y el rendimiento escolar, la muestra estuvo conformada por 346
alumnos, con un rango de edad de 12-16 años, de los cuales eran 191 mujeres y
155 hombres; estudiantes de una secundaria pública de la ciudad de Coatepec,
Veracruz. Se aplicó un instrumento: El Inventario de Ansiedad de Beck, es un
instrumento de autoinforme que evalúa el nivel de ansiedad del individuo en el
momento presente y está compuesto por 21 reactivos. Se aplicó a 12 grupos en
total, con un promedio de 32 alumnos en los grupos de primer grado; 29 de
segundo grado y 26 de tercer grado, la información se analizó mediante el
Programa SSPS 

Los resultados mostraron que el 10% de los alumnos presentó ansiedad. Se


describieron los indicadores de ansiedad respecto al rendimiento escolar en
Español, Matemáticas y Ciencias; en cuatro reactivos se encontraron indicadores
de ansiedad en los alumnos con desempeño regular y bajo en Español,
Matemáticas y Ciencias. Se ha concluido que describir los indicadores de
ansiedad presentes en estudiantes de secundaria, contribuye a la comprensión de
los factores que influyen en los procesos escolares. La ansiedad es un estado de
agitación displacentero que influye en el rendimiento escolar de los estudiantes
por lo que es importante una mejor comprensión de los procesos escolares para
poder atender las necesidades específicas del aprendizaje.
Serrano, Rojas y Ruggero en el año 2013 realizan un estudio donde su objetivo
fue correlacionar el rendimiento académico con las variables de ansiedad y
depresión encontradas en los factores del Inventory of Depression and Anxiety
Symptoms (idas), su muestra fue de 218 alumnos de las licenciaturas de
Psicología, Educación y Trabajo social de la Universidad Autónoma del Estado de
México, el rango de edad fue entre los 19 y 25 años, mujeres en su mayoría,
solteras y con promedios generales con un rango de entre 7.5 y 9.7, quienes
fueron clasificadas de acuerdo con su rendimiento académico en alto de 8.0 a 10.0
puntos y bajó de 7.9 hacia abajo. El instrumento utilizado fue Inventory of
Depression and Anxiety Symptoms (idas), que contiene 10 escalas de síntomas
específicos: suicidio, cansancio, insomnio, pérdida de apetito, aumento de apetito,
mal humor, bienestar, pánico, ansiedad social, e intrusiones traumáticas. También
incluye dos escalas más amplias: Depresión general (que contiene elementos
superpuestos con varias otras escalas idas) y Disforia (Watson, 2007).  Para
obtener la correlación entre rendimiento académico, ansiedad y depresión, se
aplicó el coeficiente de Spearman que arroja la asociación o interdependencia
entre dos o más variables; en este caso, la asociación entre rendimiento
académico y ansiedad y entre rendimiento académico y depresión.

Los resultados de acuerdo con el IDAS, de los 19 factores, 6 correlacionaron


significativamente con la variable de rendimiento académico, esto es, de los 7
factores del IDAS indicadores de Depresión respecto del rendimiento académico,
sólo 4 factores se presentan como significativos en su correlación, lo cual significa
que 57% de indicadores de depresión correlacionaron con rendimiento académico;
mientras que de los 12 indicadores del factor Ansiedad respecto del rendimiento
académico, sólo 2 se presentan como significativos en su correlación, es decir
16.6%.  La depresión va en aumento entre los diversos sectores y rangos de la
sociedad, incluyendo a estudiantes del nivel superior, lo que afecta no sólo la
inmediatez del individuo, sino el nivel educativo en la sociedad y en el país. La
ansiedad es un factor que se relaciona con el rendimiento académico, debido a las
exigencias del actual sistema educativo dentro del marco referente a las
competencias.

Barraza et al en el año 2015 mencionan que el objetivo de su estudio fue


establecer la relación de las dimensiones de personalidad, ansiedad, depresión y
estrés en el primer año en medicina y enfermería. El número de muestra para este
estudio fue de 110 alumnos de primer años, 45 hombres y 65 mujeres, de los
cuales 66 fueron de medicina y 44 de enfermería, con un rango de edad de 18 a
34 años. Los instrumentos que se utilizaron para este estudio fueron el Inventario
de Organización de la Personalidad (IPO) y la Escala de depresión, ansiedad y
Estrés (DASS-21). El Inventario de Organización de la Personalidad (IPO) se
compone de 83 reactivos organizados en cinco escalas tipo Likert: tres primarias
(difusión de identidad, uso de defensas primitivas, examen de realidad) y dos
globales (agresión y valores morales). La Escala de depresión, ansiedad y Estrés
(DASS-21) se compone de 21 reactivos organizados en tres escalas tipo Likert: 7
ítems para depresión, 7 para ansiedad y 7 para estrés. Dentro del procedimiento
se coordinó con los jefes de carrera de las distintas universidades la fecha y hora
adecuada para presentar el proyecto a los estudiantes, se explicó a los diferentes
cursos los objetivos, términos referidos a la confidencialidad de las respuestas y
compromiso de entrega de resultados individualizados a quienes desearan
conocerlos, para finalmente proceder a la firma del consentimiento informado a
quienes voluntariamente participaron del estudio.

Los principales resultados que se obtuvieron para la ansiedad un 53% de la


muestra se sitúa en rango normal, un 35% en rango medio a moderado y un 12%
en rango severo a muy severo. En cuanto a la depresión un 72% de la muestra se
sitúa en rango normal, un 22,4% en rango medio a moderado y un 5,6% en rangos
severo a muy severo, finalmente para el estrés un 56% de la muestra se sitúa en
rango normal, un 32% en rango medio a moderado y un 12% en rangos severo a
muy severo. En cuanto a la comparación de estos promedios por carrera, sólo se
encontraron diferencias significativas en los puntajes promedio de depresión y en
cuanto a la comparación por sexo no se encontraron diferencias significativas
entre hombres y mujeres para estas variables. En cuanto a la personalidad el
55,04% de la muestra correspondía a una organización “Límite Alta” (61 sujetos),
un 5,504% a una organización “Límite Baja” (6 sujetos) y un 39,44% a una
organización “Neurótica” (43 sujetos). Para concluir el estudio se dice que, a
mayor integración de la personalidad, menor es el nivel de ansiedad, depresión y
estrés. 

Rosas- Santiago, Siliceo- Murrieta, Tello- Bello, Teomores- Alcantara y Martinez-


Castillo en el año 2016 realizan una investigación cuantitativa, transversal, cuyo
objetivo fue describir y correlacionar las variables ansiedad, depresión y modos de
afrontamiento. La población de este estudio fueron 539 estudiantes de un curso
propedéutico pre universitario de la Universidad de la Sierra Sur ubicada en la
ciudad de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, México en el año 2015. Se incluyó
a los alumnos inscritos al curso que aceptaron y respondieron los cuestionarios
completamente. Los instrumentos utilizados fueron: Beck Depression Inventory
(Beck & Steer, 1993). Se trata de un instrumento que mide la intensidad de
síntomas depresivos. Consta de 22 reactivos y las respuestas están elaboradas en
formato tipo Likert de 4 opciones donde 0 es ausencia del síntoma y 3 su
severidad máxima.  Inventario de Síntomas de Ansiedad de Beck en su versión
española (Magán, Sanz & García-Vera, 2008). Es un instrumento de auto reporte
que mide la intensidad de algunos síntomas de ansiedad no compartidos con los
de la depresión. Está compuesto por 21 reactivos en los que el individuo debe
señalar la gravedad experimentada de una lista de síntomas en una escala tipo
Likert de 4 opciones donde 0 es nula severidad y 3 la máxima posible.   Escala de
afrontamiento frente a riesgos extremos (López & Marván, 2004) que mide la
frecuencia con que los sujetos afrontan situaciones potencialmente estresantes en
26 ítems con escala Likert de 5 opciones que van de 0 (nunca) a 4 (siempre).
Consta de dos dimensiones que separan las estrategias de afrontamiento de los
individuos en dos grandes categorías: afrontamiento activo (con búsqueda de
estrategias para hacer frente a las situaciones y lidiar con sus consecuencias), y
afrontamiento pasivo (consistente en estrategias de negación, rechazo y
aceptación pasiva). El alpha de Cronbach fue de 0,83 en la escala general.
Se encontró que el afrontamiento activo se asocia con menor incidencia e
intensidad de síntomas ansiosos y depresivos, contrario al afrontamiento pasivo. 
La mayoría de los participantes en esta investigación presentaron niveles mínimos
de ansiedad y depresión, lo que se contrasta con los hallazgos de Balanza. No
hubo diferencias estadísticamente significativas en los niveles de ansiedad y
depresión, ni en los modos de afrontamiento en función de la variable sexo
utilizando este mismo análisis. Con relación a los resultados de las puntuaciones
en el inventario de depresión de Beck, resalta la cantidad de estudiantes que caen
en el rango de aviso para tomar acciones preventivas. En este sentido se encontró
que al menos 121 estudiantes manifiestan sentirse tristes gran parte del tiempo,
de los cuales 9 de ellos expresan sentirse tan infelices que no pueden soportarlo .
Se discuten los hallazgos y se proponen estrategias para el desarrollo de
afrontamiento activo en universitarios como implementar talleres de solución de
problemas con base en la metodología propuesta por D´Zurilla & Nezu (1999) que
incluye estrategias cognitivo conductuales que permiten al sujeto analizar los
problemas, planear las soluciones, ponerlas en práctica y valorar la pertinencia de
las mismas.

Valencia et al. en el año 2017, realizaron un estudio cuyo objetivo fue probar si la
evitación experiencial y otras estrategias de afrontamiento predicen
independientemente la ansiedad-estado y la ansiedad-rasgo, la muestra estuvo
conformada por 284 estudiantes universitarios, con un rango de edad de entre los
16 y los 30 años, 172 mujeres y 112 varones de una universidad pública de Lima
Metropolitana, provenientes de las áreas académicas de Ciencias Sociales,
Ciencias de la Salud y Humanidades, Ingenierías y de Ciencias Básicas, todos los
participantes fueron alumnos de los tres primeros años de sus respectivas
carreras. Se aplicaron instrumentos como: Cuestionario de Aceptación y Acción II
(AAQ-II;). consta de 10 ítems que evalúan la evitación experiencial, se puntúan en
una escala Likert del 1 al 7, el Cuestionario de Afrontamiento COPE Breve;
plantea catorce estrategias de afrontamiento, miden los estilos de afrontamiento
centrado en el problema, centrado en la emoción y evitativo, al igual que se aplicó
el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (IDARE) es un instrumento ampliamente
utilizado para evaluar la ansiedad, consta de dos escalas, de 20 ítems cada una:
una es para medir ansiedad-estado y la otra mide ansiedad-rasgo.

De acuerdo con los resultados, la ansiedad (estado y rasgo) mostró correlaciones


significativas con la evitación experiencial (EE), la baja actitud de solución de
problemas, la autoculpa y el uso de sustancias. Sin embargo, al someter estas
variables al análisis de regresión múltiple, sólo la EE, la baja actitud de solución de
problemas y la autoculpa resultaron predictores significativos de la ansiedad-
rasgo; de estos, solo la EE contribuyó de manera importante al modelo. Por otra
parte, ninguna de las variables estudiadas predijo de manera significativa la
ansiedad-estado. Se concluye que el intento de evitar los pensamientos y
emociones desagradables constituye un elemento fundamental de la ansiedad-
rasgo. La EE constituye un importante predictor de esta, incluso por encima de la
autoculpa y de la tendencia a no buscar soluciones a los problemas. es decir,
evitar el contacto con los pensamientos y emociones desagradables parece tener
el efecto paradójico de aumentarlos, lo cual incluso puede llevar al desarrollo de
un trastorno de ansiedad.

Berrio et al. en el año 2015 realizan una investigación para evaluar el impacto del
programa de prevención para la depresión y la ansiedad a través del desarrollo del
pensamiento crítico y estrategias en solución de problemas en estudiantes
universitarios de primeros semestres. Participaron 60 estudiantes de dos
Universidades de Colombia que cursaban el primer año de formación (25%
hombre y 75% mujeres), edad promedio 18.5 años; grupo experimental n=31,
grupo control n=29. El programa tuvo una duración de 10 sesiones. Se utilizaron 5
instrumentos. La escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos,
comprende de 20 ítems relacionados con el humor, el comportamiento y la
percepción, que fueron considerados relevantes en estudios clínicos sobre
depresión. Fue construida siguiendo los criterios para la elaboración de escalas
tipo Likert de 4 puntos, que van desde 0 (rara vez o ninguna de las veces) a 3 (la
mayor parte o todo el tiempo). Consta de 20 reactivos representativos de los
componentes más importantes de la sintomatología depresiva, y de acuerdo con el
análisis factorial de la escala, los reactivos quedan agrupados en cuatro factores:
a) afecto depresivo, b) afecto positivo, c) actividad somática, y d) relaciones
interpersonales.  SCL-90 (Derogatis, 2002) Inventario autoadministrado que
consta de 90 ítems. Evalúa 9 dimensiones sintomatológicas primarias:
Somatización (12 ítems), Obsesividad compulsividad (10 ítems), Sensibilidad
interpersonal (9 ítems), Depresión (13 ítems), Ansiedad (10 ítems), Hostilidad (6
ítems), Ansiedad fóbica (7 ítems), Ideación paranoide (6 ítems) y Psicoticismo (10
ítems).  El cuestionario de Acontecimientos estresantes (APES) que está
conformado por una primera parte sobre Estrés Vital que costa de los 11 primeros
ítems, estos acontecimientos son relacionados con la separación de los padres,
dificultades académicas o problemas de salud, y la segunda parte del cuestionario
es acerca de Estrés Social que cuenta con 10 ítems (12 al 21), comprenden una
amplia gama de acontecimientos estresantes interpersonales.  ATQ (Kendall,
Howard y Hays, 1989) Consta de 40 ítems, 30 de los cuales hacen parte de la
escala de pensamientos automáticos negativos y los 10 restantes de la escala de
pensamientos automáticos positivos. Es una escala de auto registro que determina
la frecuencia de los pensamientos automáticos positivos y negativos. Las opciones
de respuesta van desde “nunca” hasta “siempre”, dependiendo de la frecuencia
del pensamiento. Las normas de corrección indican que cada escala debe ser
calificada por separado para obtener dos valores diferentes, el de la escala de
pensamientos positivos y el de pensamientos negativos. ASSQ (Kendall y Hollon,
1989). Este cuestionario fue construido con el fin de investigar el lenguaje interno
asociado a la ansiedad, para: a) identificar aquél que discrimina entre sujetos de
alta y baja ansiedad; b) evaluar el grado en que la valoración del estrés eleva el
lenguaje interno ansioso; y c) evaluar la terapia de los trastornos por ansiedad. El
instrumento discrimina fiablemente entre sujetos de alta y baja ansiedad.

Los resultados mostraron diferencias significativas entre la observación pre-test


(O1) y pos-test (O2) en el grupo experimental, y en el grupo control no se
reportaron cambios significativos entre ambas evaluaciones, por lo que se puede
concluir que el programa fue eficaz en las variables que reportaron los cambios:
indicadores clínicos (depresión y ansiedad), pensamientos negativos y la
valoración de los acontecimientos vitales. Los resultados identificaron cambios
significativos en la primera observación (O1) y en la segunda observación (O2),
específicamente en los indicadores clínicos (depresión, ansiedad generalizada y
ansiedad fóbica), en las variables cognitivas (pensamientos negativos) y en la
valoración del estrés (acontecimientos vitales), con puntuaciones inferiores en la
evaluación pos- test. No se reportaron cambios significativos en los pensamientos
positivos ni en los pensamientos ansiosos, y tampoco se reportaron cambios
significativos en la valoración de los estresores sociales. Para el grupo control, los
resultados no identificaron cambios significativos en O1 y O2, en ninguna de las
variables estudiadas. Pego Del Río et al. en el 2018 se realizó el estudio sobre la 
prevalencia de la sintomatología de estrés en alumnado universitario del Grado en
Enfermería en Galicia y establecer correlación entre el estrés, ansiedad y
depresión, participaron  809 mujeres y 146 hombres con edades de máximo de 54
años y un mínimo de 18 años  , los criterios de inclusión en este estudio fueron ser
estudiantes del Grado en Enfermería de primer, segundo o tercer curso y tener
voluntad de participar, los criterios de exclusión fueron no completar la parte
referida a datos demográficos. El ADG se utilizó para detectar la ansiedad y
depresión, cada una de las subescalas se estructura en 4 ítems iniciales para
determinar si es o no probable que exista un trastorno mental, y un segundo grupo
de 5 ítems que se formulan sólo si se obtienen respuestas positivas a las
preguntas iniciales (2 o más en la subescala de ansiedad, 1 o más en la subescala
de depresión). Los puntos de corte son igual o mayor a 4 para la escala de
ansiedad, e igual o mayor a 2 para la de depresión La escala de Ansiedad y
Depresión Hospitalaria (HAD)es un instrumento corto de 14 ítems, se compone de
dos subescalas (HADA: ansiedad y HADD: depresión) de siete ítems cada una
con puntuaciones de 0 a 3. Los propios autores recomiendan los puntos de corte
originales: ocho para casos posibles y >10 para casos probables en ambas
subescalas. Los datos fueron procesados con el programa Microsoft Excel 2013,
incluyendo su herramienta “Análisis de datos” y con ayuda de una plantilla para el
mismo programa. Dicho procesado de datos se realizó con la técnica de doble
ciego para minimizar el sesgo estadístico. Finalmente, se utilizó la técnica del Chi
para determinar si existía relación entre la provincia, universidad, escuela/facultad,
edad y sexo en relación a cada uno de los cuestionarios utilizados. El programa
estadístico utilizado fue el “IBM SPSS Statistics.
 
Este estudio pone de manifiesto la prevalencia de la sintomatología de depresión y
ansiedad en estudiantado universitario del Grado en Enfermería de 1º, 2º y 3º
curso de la comunidad autónoma de Galicia. Para sintomatología de la depresión
el cuestionario EADG y HAD en su respectiva parte de valoración de
sintomatología de depresión han considerado probable presencia de este trastorno
a aproximadamente el 60-62% de la muestra en concreto, el cuestionario BDI
considera depresión mínima al 70%, leve al 22%, moderada al 7% y grave al 1%.

Furlan, Piemontesi, Heredia y Sánchez en el año 2015 realizan una investigación


para medir ansiedad frente a los exámenes, procrastinación académica y
funcionamiento ejecutivo. Su objetivo del estudio es ofrecerles estrategias
psicoeducativas y asistenciales que promuevan el desarrollo de mejores recursos
para el afrontamiento de la ansiedad en situaciones de examen, ya que estas son
ineludibles en su formación profesional. La población se conformó de una muestra
no probabilística con 349 estudiantes de diferentes carreras de la Universidad
Nacional de Córdoba (edad M = 24,25; DS = 5,74; 265 = femenino, 84 =
masculino). Los instrumentos utilizados fueron: Ansiedad ante los exámenes:
GTAI-AR (2012). Auto informe de 29 ítems, con cinco alternativas de respuesta
tipo Likert (1 = Nada de Acuerdo, 2 = Poco de Acuerdo, 3 = Medianamente de
Acuerdo, 4 = Bastante de Acuerdo, 5 = Totalmente de Acuerdo) y cuatro escalas:
Emocionalidad, Preocupación, Falta de Confianza e Interferencia. Inventario de
Funciones Ejecutivas Auto-informe: Para su construcción se partió de un modelo
teórico (Miyake, Friedman, Emerson, Witzki, Howerter, & Wager, 2000), que
presenta a las FE como operaciones básicas que se combinan para formar FE
más complejas. Las FE son en parte independientes y en parte interdependientes,
siendo las operaciones más básicas el cambio (shifting), el control inhibitorio y la
actualización (updating) en la memoria de trabajo. Las propiedades psicométricas
son informadas en los resultados.  Procrastinación académica: Se adaptó la
Tuckman Procrastination Scale (2012). Las propiedades psicométricas son
informadas en los resultados. Los inventarios se administraron con el Servidor de
Encuestas en Línea de la Universidad Nacional de Córdoba (Programa Lime
Survey, Pérez, 2007), mediante invitaciones realizadas a través de diferentes
medios (correo electrónico, facebook, etc). Los participantes completaron de
manera voluntaria y anónima las escalas y se les ofreció de manera opcional que
brinden una dirección de correo electrónico para recibir una devolución individual
de sus resultados, garantizándoles la confidencialidad de los mismos.

Los resultados obtenidos en este estudio corroboran la existencia de una


correlación moderada y positiva entre AE (ansiedad ante los exámenes) y PCT
(Procrastinacion) que puede interpretarse de dos formas. La PCT podría
considerarse una conducta de evitación de tareas que generan ansiedad, y tiene
como fin su alivio transitorio al posponer su realización. Los resultados permitieron
establecer que después del programa los participantes disminuyeron sus niveles
de AE y procrastinación e incrementaron su autoeficacia regulatoria. Los tamaños
del efecto fueron entre moderados y grandes, de acuerdo a las dimensiones de la
AE evaluadas. Los cambios en la AE, considerada como un constructo global,
fueron estadísticamente significativos y los tamaños del efecto grandes en ambas
cohortes, pudiéndose afirmar que el programa fue eficaz para lograr los objetivos
que motivaron su implementación.

Martin, Anglada, y Daher (2014), el principal objetivo de esta investigación es


analizar las estrategias de afrontamiento y la ansiedad ante situación de examen.
El numero muestra que fue utilizado fue de 140 estudiantes, de los cuales el 82%
fueron mujeres y el 18% fueron hombres. La edad se encontraba en un rango de
entre 18 y 40 años. Los instrumentos que se utilizaron fue el inventario de
respuestas de afrontamiento y la escala de ansiedad cognitiva frente a los
exámenes. El inventario de respuestas de afrontamiento es un inventario
autoadministrable que evalúa las respuestas de afrontamiento de una persona
ante una situación estresante. Consta de 48 preguntas en una escala Likert de 0 a
3: ‘Nunca’, ‘Raras veces’, ‘Algunas veces’ y, ‘Muy a menudo’. La escala de
ansiedad cognitiva frente a los exámenes es un autoinforme de 16 ítems que mide
manifestaciones cognitivas de ansiedad frente a los exámenes en estudiantes
universitarios. Posee ítems que indican niveles bajos y altos de ansiedad,
permitiendo clasificar a los estudiantes según su nivel de ansiedad alto, moderado
y bajo. Sus ítems se refieren a la tendencia a preocuparse por un eventual mal
rendimiento, poseer pensamientos irrelevantes en cuanto a la tarea durante el
examen y en los periodos de preparación del mismo. En el procedimiento se eligió
una asignatura de cada año del pregrado en psicología, y se solicitó la
autorización al profesor responsable para administrar los cuestionarios a los
estudiantes de dicha materia, cuya colaboración fue voluntaria y anónima. El
tiempo estimado para completar ambos cuestionarios fue de 15 minutos. Se
explicó brevemente a los estudiantes en qué consistía la investigación y se les
ofreció la posibilidad de una devolución del resultado a quien lo deseara.
Los resultados de los niveles de ansiedad se presentan según el género, ya que la
escala utiliza puntajes distintos para cada sexo. Las estudiantes mujeres
presentan en general, una baja ansiedad ante los exámenes, los estudiantes
hombres también presentan, en general, una baja ansiedad ante los exámenes.
Por lo tanto, tanto hombre como mujeres presentan un nivel bajo de ansiedad ante
la situación de examen. En conclusión, este estudio pudo lograr una aproximación
al conocimiento de las estrategias de afrontamiento y al nivel de ansiedad que
presentan los estudiantes de Psicología ante situación de examen.

Contreras, Paz, Torres-Martínez, Rodríguez-Hopp y Díaz-Narváez durante el año


de 2018, se llevó a cabo un cuestionario el cual evalúa el estado ansioso
confirmando ciertos síntomas frente a distintas situaciones cuando el paciente
contesta la frecuencia e intensidad con que se presentaron durante el último mes.
La escala de valoración es de 0 a 4 puntos y la puntuación total máxima es de 56
puntos. Se consideran los siguientes puntos de corte:(a) 0-5, no ansiedad; (b) 6-
14, ansiedad leve; (c) 15-30, ansiedad moderada y (d) mayor a 31, ansiedad grave
(6,11). Sobre la base de criterios planteados por algunos autores (6,11) se
propone un puntaje de corte para determinar si el paciente presenta o no un
estado ansioso y se considera una puntuación igual o mayor de 14 como indicativa
de estado ansioso clínicamente significativo.

De acuerdo a los resultados no resultó significativa(p> 0,05); por lo tanto, se


puede mencionar que los datos del rendimiento académico se distribuyen
normalmente en los diferentes estados ansiosos (efectos fijos). Las medias de
rendimiento académico y las medias del estado ansioso no difieren entre sí (p =
0,188). El estado ansioso grave muestra un valor menor de rendimiento que las
otras clasificaciones. Con respecto al sexo y estado ansioso, estás se
distribuyeron por igual entre los sujetos (χ²= 1,57; p=0,21). De acuerdo a los
resultados obtenidos no es posible relacionar directamente el estado ansioso con
el rendimiento académico, pero la presencia de ansiedad grave se relaciona con
un menor aprovechamiento efectivo.

Martínez-Otero en 2014, realizó un estudio para comprobar si hay diferencias en la


ansiedad según el género y la carrera. En este estudio participaron 106
estudiantes del primer curso de educación social y del último curso de la
licenciatura de pedagogía de la universidad complutense de Madrid, de los cuales
89 fueron mujeres y 17 varones, con una edad media de 22.09 años. Se aplicó el
instrumento de Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo (STAI), que mide la
ansiedad estado y rasgo, está dividido en dos escalas, la primera ansiedad rasgo
que mide la propensión ansiosa relativamente estable y consta de 20 ítems, la
segunda ansiedad estado que mide la condición emocional transitoria y consta de
20 ítems. Este instrumento se aplicó de forma colectiva en el primer trimestre del
curso. Para el análisis de datos se calcularon estadísticos de frecuencia y
porcentajes, y se realizó la prueba T de Student para muestras independientes,
con objeto de comparar dos medias determinadas por género y especialidad.

Después de analizar los datos, se obtuvo que existen diferencias significativas en


los valores correspondientes a la escala ansiedad estado, más altos en las
mujeres que en los varones, especialmente en el alumnado de educación social,
también se halló que existen diferencias significativas en los valores medios
correspondientes a la escala ansiedad rasgo, más altos en mujeres que en
varones. Los valores medios de las puntuaciones de ansiedad en general son más
altos en educación social que en pedagogía, además las puntuaciones de
ansiedad rasgo son significativamente más elevadas que en ansiedad estado. En
conclusión existe un elevado número de alumnos con ansiedad alta, tanto en
hombres como mujeres, con 13.2% de ansiedad estado con puntuaciones altas y
16% de ansiedad rasgo con puntuaciones altas. Además es importante poder
detectar tendencias que permitan extraer pautas psicopedagógicas básicas que
orienten la construcción de entornos universitarios saludables, un entorno
institucional debe tener un buen ambiente de trabajo y convivencia. Así mismo los
resultados son útiles para el análisis de la salud mental en el ámbito universitario y
como guía para planear nuevas prospecciones.

Pérez, Rivera, y Gómez (2015), el objetivo de su estudio fue identificar la


prevalencia de ansiedad en los estudiantes universitarios, hubo 200 estudiantes
seleccionados, el rango de edad fue de 17 y 39 años, se presentaron 106 hombres
y 94 mujeres, incluyeron personas de ambos sexos, personas que consumen
ansiolíticos, consumidores de alucinógenos. El instrumento que utilizaron para
realizar este estudio fue el Test de Zung, presenta 20 puntos,15 relacionados con
aspectos negativos y 5 relacionados con aspectos positivos. Los primeros se
clasifican en una escala de 1 a 4, donde 1 es nunca (mejor resultado) y 4 es
siempre (peor resultado), mientras que en los segundos se invierte la escala Likert
(1 es siempre y 4 nunca). Con ello se obtiene un puntaje entre 20 y 80, el cual se
multiplica por 1,25 para generar un resultado global entre 25 y 100, donde los
puntajes más elevados indican mayor grado o riesgo de ansiedad. Para el
apartado de procedimiento se utilizó un criterio de inclusión el cual requiere; 1)
personas con matrícula vigente, 2) individuos de ambos sexos, 3) sujetos de
cualquier edad. Para los criterios de exclusión se hicieron mediante 3) personas
con tratamientos ansiolíticos, 2) consumidores de alucinógenos, 3) exigir
remuneración por participar del estudio, 4) no firmar el consentimiento informado.
Posterior al recibir la aprobación de la muestra mediante el consentimiento se
procedió a aplicarles el test de Zung.

La prevalencia de ansiedad fue de 58%, con un 55% en grado leve. El puntaje


obtenido con el test de Zung fluctuó entre 29 y 74 puntos, con una media de 47
puntos. Estos datos hacían parte del estudio que la organización mundial de la
salud desarrollado entre 2001 y 2003 sobre salud mental. Específicamente en
estudiantes de medicina la prevalencia de ansiedad marcó un 60%, 9% moderada
y 1% grave. En el actual estudio, la prevalencia de ansiedad no presentó
asociación con el sexo, la edad, el ciclo de formación, el programa académico ni la
ocupación. Entre los principales factores académicos asociados con la ansiedad
se han referido la insatisfacción con la carrera, dificultades en las relaciones con
compañeros y docentes, y el estrés generado por las responsabilidades
académicas.

García-Batista, Cano-Vindel, Herrera-Martínez en el año 2014, se llevó a cabo la


investigación fue comparar las manifestaciones de ansiedad entre estudiantes de
Medicina dominicanos y españoles la muestra total estuvo conformada por 160
estudiantes de ambos países, 40 mujeres y 40 hombres en cada uno de los
grupos, todos con una edad de 18 años seleccionados de manera no
probabilística de tipo intencional y teniendo como criterio de inclusión no haber
sido diagnosticados por algún trastorno de ansiedad.Como instrumento de
medición se aplicó el inventario de situaciones y respuestas de ansiedad-ISRA. El
ISRA, consta de 224 ítems, de los cuales 22 muestran diferentes situaciones de la
vida cotidiana. Así mismo, siete de esos son respuestas cognitivas como:
pensamientos negativos de sí mismo, temores ante la evaluación negativa,
dificultades para concentrarse, inseguridad y preocupación; siete son respuestas a
nivel motor, como: realización de movimientos repetitivos, evitación, consumo de
diferentes sustancias y hacer cosas sin una finalidad concreta. Diez son las
respuestas a nivel fisiológico, como: molestias en el estómago, náuseas, mareo,
dificultades respiratorias y dolor de cabeza. Los 224 ítems son combinaciones
entre dichas respuestas y las 22 situaciones. Finalmente, se incluye una pregunta
abierta (número 23) en la cual se le solicita a la persona mencionar una situación
diferente a las contempladas en el cuadernillo, que le produzca de manera
frecuente alguna de las respuestas cognitivas, motoras o fisiológicas. Para
responder el inventario, la persona debe evaluar la frecuencia con la que se
presentan las respuestas a nivel cognitivo, motor o fisiológico ante cada una de las
22 situaciones, en una escala que va desde 0 a 4, donde 0, es casi nunca; 1,
pocas veces; 2, unas veces sí, otras veces no; 3, muchas veces y 4, casi siempre.
En cuanto a la aplicación, la prueba tiene una duración de 40 a 60 minutos
aproximadamente, se puede realizar de manera individual o colectiva. Respecto a
la calificación del triple sistema de respuesta, se suman las puntuaciones de cada
ítem perteneciente a cada una de las tres escalas (cognitiva, motora y fisiológica).
Los datos fueron analizados mediante un ANOVA de dos factores (sexo y
nacionalidad) el cual permitió hallar como resultado diferencias estadísticamente
significativas por sexo para el sistema de respuesta cognitivo, fisiológico y nivel
general de ansiedad, así como en áreas situacionales de ansiedad de evaluación
y ansiedad en situaciones cotidianas. No se hallaron diferencias significativas por
nacionalidad entre ambos grupos. Dentro del presente estudio dio como resultado
que se han detectado diferencias de los niveles de ansiedad entre la nacionalidad
española y dominicana. Por otro lado, sí se detectaron diferencias significativas a
nivel estadístico en cuanto al sexo.Como como conclusión el presente estudio se
ha categorizado como ex post facto de tipo descriptivo transversal. Este tipo de
estudios carece de garantías suficientes para establecer relaciones causales 

Arbildo-Vega, Lecca-Gonzalez y Vidal-Mosquera en el año 2014 realizaron un


estudio descriptivo y de corte transversal. Su objetivo fue determinar los niveles de
ansiedad en los estudiantes de Odontología del V ciclo de la Facultad de
Odontología de la Universidad de San Martín de Porres donde se seleccionó una
muestra no probabilística por conveniencia, constituida por 59 alumnos del V ciclo
de la carrera de Odontología de la Facultad de Odontología de la Universidad de
San Martín de Porres, de ellos 55.93% fueron mujeres y el 44.07% hombres. A
todos los alumnos del V ciclo se les tomó el cuestionario de autorreporte IDARE
(inventario de ansiedad rasgo estado), quienes aceptaron libremente participar en
la investigación. Fueron excluidos de la investigación aquellos alumnos que
reconocieron estar sometidos a tratamientos psicológicos o psiquiátricos apoyado
con terapia farmacológica. También se utilizó el inventario IDARE, versión en
español del STAI (State Trait-Anxiety Inventary). Que está constituido por dos
escalas separadas de autoevaluación que se utilizan para medir dos dimensiones
distintas de la ansiedad: 1.- Ansiedad-rasgo (AxR), y 2.- Ansiedad-estado (AxE). 
Los sujetos contestan a cada una de las afirmaciones ubicándose en una escala
de cuatro dimensiones que van de 1 a 4. En la escala ansiedad-estado son: 1) No
en lo absoluto; 2) Un poco; 3) Bastante y 4) Mucho; y en la escala ansiedad-rasgo
son: 1) Casi nunca; 2) Algunas veces; 3) Frecuentemente y 4) Casi siempre. Una
vez obtenida la puntuación, se suman los datos obtenidos para llevar a la siguiente
escala: Bajo = ≤ 29; Medio = 30-44 y Alto = 45 o más.

Los resultados mostraron en relación a los niveles de ansiedad-estado, el 3,39%


de los estudiantes tuvo un nivel bajo, el 49,15% medio y el 47,46% alto. En los
niveles de ansiedad-rasgo el 3,39% fue bajo, 45,76% medio y el 50,85% alto. Los
estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad de San Martín de
Porres presentan niveles de ansiedad – estado medio, y presentan niveles de
ansiedad – rasgo alto. No existe una diferencia significativa entre el sexo y los
niveles de ansiedad – estado y no existe una diferencia significativa entre el sexo y
los niveles de ansiedad – rasgo en los estudiantes.

Reyes, Monterrosas, Navarrete, Acosta y Torruco en el año 2016 se realizó un


estudio con el objetivo de cuantificar la ansiedad (de rasgo y estado) antes de
iniciar el internado médico en los alumnos de una escuela pública de medicina en
México, además determinar si el promedio de calificaciones (GPA: Grade points
Average) tiene relación con la ansiedad. Se llevó a cabo la aplicación del
instrumento IDARE, que evalúa ansiedad de rasgo (IDARE R) y estado (IDARE E).
Se aplicó a alumnos de la Facultad de Medicina de la UNAM, de la generación
2009 que ingresaron al internado rotatorio en 2014, antes de iniciar el internado.
Para medir el número de estudiantes con posible diagnóstico de ansiedad se
utilizó el Inventario de ansiedad Rasgo y Estado (IDARE), desarrollado por los
autores Spielberger, Gorsuch y Lushene, para evaluar dos formas relativamente
independientes de la ansiedad. El primer cuestionario del IDARE evalúa la
ansiedad de rasgo (IDARE R), el segundo cuestionario evalúa la ansiedad estado
(IDARE E).

De acuerdo a los resultados obtenidos la población total de internos en el año


2014 fue de1,023, a lo que el número total de alumnos que contestaron la
encuesta fue de 479 alumnos (46.82% de la generación), mujeres 332 (69.31%),
hombres 147 (30.68%); el intervalo del promedio de calificaciones fue de 66-
96(escala de 0-100). Los estudiantes con ansiedad de rasgo fueron 105 (21.9% de
la muestra), con media de 35.7 (10.7). En conclusión, el presente estudio mostró
que no hay correlación entre ansiedad y el promedio de calificaciones, lo cual
supera lo encontrado en la población general, proponiendo evaluar más
ampliamente la salud mental de los internos durante el año y brindar seguimiento
multidisciplinario para evitar las consecuencias de la psicopatología en su salud y
la de los pacientes.  

Flores, Chávez y Aragón en el año 2016,  tienen como objetivo en este estudio
conocer las situaciones que generan respuestas de ansiedad  y cuáles son esas
respuestas de ansiedad en estudiantes de odontología. En este estudio
participaron 87 estudiantes de odontología de la FES Iztacalaca de la UNAM de
entre 17 y 31 años, de los cuales 54 fueron mujeres y 33 fueron hombres, de
primer, tercer, quinto y séptimo semestre  de la carrera de odontología. Se utilizó
el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad de Miguel-Tobal y Cano-
Videl (1994), este inventario mide la ansiedad en tres escalas, la cognitiva que
mide ansiedad cognitiva como dificultad concentrarse, fisiológica que mide
ansiedad fisiológica como que el cuerpo esté tenso y motora que mide ansiedad
motora como realizar movimientos repetitivos con alguna parte del cuerpo. Se
aplicó este inventario a cada uno de los participantes, se clasificaron y una vez
identificados aquellos estudiantes que presentaron niveles altos de ansiedad en
cualquiera de sus modalidades, se realizó un análisis individual de las respuestas
y situaciones que cada uno de los participantes dio al Inventario de Situaciones y
Respuestas de Ansiedad, todo esto para determinar que provoca la ansiedad y los
tipos de respuestas. Se analizaron las situaciones y respuestas por sexo y
semestre.

De acuerdo a todo lo analizado, tanto en hombres como mujeres las situaciones


de examen o entrevistas para trabajos importantes y hablar en público son
generadores de ansiedad. Ante la situación de examen o entrevista importante, las
respuestas se dan en tres dimensiones, la cognitiva, fisiológica y motora, se
encontró que en las mujeres el 74% manifiestan ansiedad motora en movimientos
repetitivos y el 50% al moverse sin una finalidad, el 68.5% ansiedad fisiológica al
sentir tensión corporal, en cuanto a la ansiedad cognitiva, el 44.4% se preocupan
fácilmente y el 38.9% tiene dificultad para concentrarse, y en los hombres, el
39.4% manifiesta ansiedad motora en movimientos repetitivos, el 36% ansiedad
fisiológica al sentir tensión corporal y en ansiedad cognitiva, el 30% se preocupa
fácilmente y el 24.2% tiene dificultad para concentrarse, con lo anterior se afirma
que por cada tres mujeres que sufren ansiedad un hombre sufre ansiedad. Otra de
las situaciones generadoras de ansiedad es hablar en público, en las mujeres se
da respuesta más fisiológica, el 53.7% señalan tener palpitaciones, el 50%
molestias en el estómago y el 40.7% tiene respuesta cognitiva, al pensar que la
gente se dará cuenta de sus problemas o torpeza, y en los hombres las
respuestas son más fisiológicas, con el 27.3% que perciben temblor de manos o
piernas. En conclusión las situaciones ante la evaluación y asunción de
responsabilidades son las que predominan como generadoras de niveles altos de
ansiedad en los estudiantes de Odontología, específicamente presentar examen y
hablar en público, lo cual tiene como consecuencia un impacto negativo en el
rendimiento escolar y otras tareas académicas. Además como respuestas ante
situaciones que generan ansiedad, se dan en primer lugar las motoras, seguidas
de las fisiológicas y por último las cognitivas. De acuerdo a los resultados
obtenidos, se recomienda modificar las formas de evaluación, promover una mejor
comunicación entre alumnos-maestros, y trabajar en estrategias de afrontamiento
para un mejor manejo de las situaciones generadoras de estrés.   

Santabarbara en el año 2019 realizó un estudio en el cual documentó la ansiedad


hacia la estadística experimentada por los estudiantes de Grado en Medicina y
evaluar su relación con el desempeño en la materia de bioestadística. Se llevará a
cabo un estudio observacional, transversal y analítico en estudiantes de primer
curso de Grado en Medicina en la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte
de Huesca (Universidad de Zaragoza). Para la medición de la ansiedad hacia la
estadística se utilizó la versión en castellano de la Statistical Anxiety Scale (SAS).
El SAS es una medida autorreferida de 24 ítems que evalúa la ansiedad hacia la
estadística entre subescalas:ansiedad ante el examen (8 ítems), ansiedad por
pedir ayuda (8 ítems) y ansiedad por la interpretación (8 ítems). El evaluador debe
calificar cada ítem en una escala tipo likert de 1 a 5 siendo uno ninguna ansiedad
y 5 considerable ansiedad. Cuando mayor sea la puntuación en el SAS en
cualquier subescala, mayor ansiedad hacia la estadística.

De acuerdo a los resultados obtenidos, respondieron el 91,1% (n = 41) de los


estudiantes. La puntuación media de la SAS fue de 2,51 ± 0,61. Las puntuaciones
en las subescalas indicaron que los estudiantes padecen ansiedad baja o
moderada por pedir ayuda e interpretar los resultados estadísticos, y algo más
elevada ante el examen de estadística. El estudio de la correlación mostró que
aquellos estudiantes con menor nivel de ansiedad por pedir ayuda e interpretar los
resultados estadísticos obtuvieron mayor puntuación en el examen de
bioestadística. Los estudiantes presentan una moderada ansiedad hacia la
estadística, aunque se necesita más investigación centrada en los cambios en la
metodología de enseñanza, desde el comienzo del Grado en Medicina, para
disminuir dicha ansiedad. En conclusión, los estudiantes de medicina presentan
una moderada ansiedad hacia la estadística, aunque la ansiedad ante el examen
es importante. Por tanto, ya desde el primer curso de grado habría que reducir la
ansiedad hacia la estadística mediante el uso sistemático de ejemplos reales,
aprendizaje basado en problemas, etc. 

García-Santillán, Escalera-Chávez, Santana-Villegas y Guzmán-Rivas (2016), se


llevó a cabo un trabajo es identificar si en los alumnos del Instituto Tecnológico de
Tuxtepec, existe un conjunto de variables que pueden explicar la ansiedad frente a
las matemáticas. El estudio es cuantitativo, la muestra de estudio se conformó de
303 estudiantes del nivel universitario del Instituto Tecnológico de Tuxtepec,
Oaxaca, de varios perfiles de ciencias sociales e ingeniería. Se utilizó el
cuestionario Muñoz y Mato-Vázquez (2007), para medir la ansiedad a las
matemáticas. Se utilizó el cuestionario Muñoz y Mato (2007), proponen un test
para medir la ansiedad a las matemáticas, cuyas categorías de análisis son:
Dimensiones de la ansiedad hacia la matemática, dividiéndose en 5 claves y cada
una de ellas le corresponden ciertos ITEMS: Ansiedad ante la evaluación
(ANSIEVAL) le corresponden los ITEMS1,2,8,10,11, 14,15,18,20,22,23,Ansiedad
ante la temporalidad( ANSIETEM) le corresponden los ITEMS 4,6,7,12, Ansiedad
ante la comprensión de los  problemas matemáticos(ANSIECOM) le corresponden
los ITEMS5,17,19, Ansiedad ante los números y las  operaciones (ANSIENUM) le
corresponden los ITEMS  y Ansiedad ante situaciones matemáticas  de la vida real
(ANSIESI) le corresponden los ITEMS 9,21,24. Para la realización del análisis e
interpretación de los resultados de campo, a partir de los datos obtenidos con el
test de ansiedad hacia la matemática de Muñoz y Mato (2007), se realizó el
análisis de confiabilidad del instrumento citado, a través del coeficiente Alfa de
Cronbach; el cual no es en sí una prueba estadística, sino una forma de
comprobar la fiabilidad del instrumento y la recolección de los datos, para validar
la estabilidad y consistencia de las mediciones. Este coeficiente de fiabilidad o
consistencia interna toma valores entre 0 y 1. 

Dado como concluido el estudio se sugiere llevar a cabo estudios empíricos que
midan el impacto o beneficio que puede traer consigo la tecnología aplicada al
proceso de enseñanza de la matemática, a la par de otras herramientas didácticas
que modifiquen esa aversión aparente del alumno hacia la materia de matemática.
Los resultados de las cinco variables muestran un alfa de crobach de .841, esto
demuestra que el instrumento reúne las características de consistencia y fiabilidad
requerida para el caso y por ende se confirma la validez del test, tomando como
referente el criterio de alfa de crobach > 0.6 (Hair,1998). Los resultados muestran
que los estudiantes consideran que, de las variables expuestas, el más
preponderante es la ansiedad que les causa las matemáticas cuando se
encuentran en situaciones de la vida real. Los resultados dejan ver que las
variables analizadas contribuyen con el 81% a determinar la ansiedad hacia las
matemáticas, el 19% restante es explicado por otras variables que no han sido
consideradas en esta investigación. Los estudiantes consideran que, de las
variables expuestas, la más preponderante es la ansiedad que les causa las
matemáticas cuando se encuentran en situaciones de la vida real. Además, los
resultados dejan ver que las variables contribuyen con 81% a determinar la
ansiedad hacia las matemáticas, el 19% restante es explicado por otras variables
que no han sido consideradas en esta investigación.

Pedraz-Petrozzi, Pilco-Inga, Vizcarra-Pasapera, Osada-Liy, Ruiz-Grosso y


Vizcarra-Escobar (2015), el objetivo de su estudio fue describir la frecuencia de
ansiedad, onicofagia y síndrome de piernas inquietas (SPI) en estudiantes de
medicina y explorar la relación entre los mismos. El estudio se hizo a 315
estudiantes del primer al quinto año. 49.85% fueron mujeres y 50.15% hombres.
Se aplicó la escala de ansiedad de Beck (BAI), una escala Likert de onicofagia, el
inventario de estudios epidemiológicos de SPI y el inventario de SPI. En la escala
de onicofagia Se considera presente si responde que se come las uñas 1 o más
veces por semana. Para la escala de ansiedad de Beck Un puntaje entre 0-7
indica ansiedad mínima, 8-15 ansiedad leve, 16-25 ansiedad moderada y 26-63
ansiedad grave (26,45). Se consideró en el presente estudio que había
sintomatología ansiosa a partir de un puntaje de 8. El inventario de estudios
epidemiológicos de SPI se emplea para hacer el diagnóstico, es decir para ver si
es que el estudiante realmente tiene un problema de piernas inquietas o no. El
inventario de SPI consta de un puntaje entre 31 a 40 puntos indica un síndrome de
piernas inquietas muy severo, un puntaje entre 21 a 30 puntos indica un síndrome
de piernas inquietas severo, un puntaje entre 11 a 20 puntos indica un síndrome
de piernas inquietas moderado, un puntaje entre 1 a 10 indica un síndrome de
piernas inquietas leve, y un puntaje de 0 no indica algún síndrome de piernas
inquietas. Dentro del procedimiento se hizo una lista aleatorizada de un total de
664 alumnos, se dividió a la mitad la misma obteniéndose 332 individuos. Después
se lanzó una moneda para escoger al azar cuál de estas dos mitades iba a ser la
seleccionada para la aplicación del estudio. A los 332 estudiantes seleccionados
se les tomó una serie de encuestas autoaplicadas y estructuradas, algunas de las
cuales fueron desarrolladas por los investigadores, y su entrega fue de forma
individual y privada.

Las prevalencias encontradas de ansiedad, onicofagia y de SPI fueron de 61.3%,


52.63% y 9.29%, respectivamente. se buscó asociación entre sintomatología
ansiosa y SPI, siendo la primera considerada como variable independiente. Los
resultados arrojaron que las personas con sintomatología ansiosa tienen más del
doble de riesgo de tener SPI que las personas que no presentaron ansiedad en el
estudio. De la misma manera, se buscó asociación entre sintomatología ansiosa y
onicofagia, siendo también la primera considerada como variable independiente.
Para concluir sabemos que existe una asociación entre ansiedad y el síndrome; y
entre ansiedad y onicofagia; pero no entre el síndrome y onicofagia.

Holmes (2015), el principal objetivo de esta investigación es identificar los factores


que han provocado la ansiedad en los alumnos universitarios. Su muestra consta
de 391 estudiantes de los cuales 164 fueron hombres y 223 mujeres. Las cuatro
personas restantes no proporcionaron los datos sobre su género. El instrumento
que se utilizó fue la Escala Multidimensional de Ansiedad Bibliotecaria, es un
cuestionario de 53 preguntas diseñadas para contestar en el formato de Likert.
Este estudio pretende medir en forma general la ansiedad bibliotecaria a partir de
factores que dan cuenta de la percepción individual sobre la biblioteca
universitaria. El procedimiento que se empleo fue Se administró la Escala
Multidimensional de Ansiedad Bibliotecaria (MLAS) a la muestra mencionada,
posteriormente se interpretaron los resultados.

Sus principales resultados encontraron que la media general de ansiedad


bibliotecaria en los estudiantes fue de 3.73, considerada baja. Sin embargo, los
tres factores que más contribuyeron para no estar en el nivel más deseable
(ansiedad muy baja) fueron: (a) comodidad con la tecnología y el acceso en línea,
(b) ansiedad general a la biblioteca y a la investigación y (c) servicio bibliotecario.
En conclusión, con la investigación se puede definir como un resultado positivo en
comparación a otras investigaciones similares ya que la población universitaria a
la cual se aplicó tuvieron poca aversión, temor, o incomodidad al ingresar a la
biblioteca y al hacer uso de los recursos que ofrece.

Castillo y Luque (2018), cuyo objetivo fue medir la ansiedad, la muestra total del
estudio fue de 368 estudiantes de los cuales el 192 fueron mujeres 176 fueron
hombres, el rango de edad fue de entre los 19 y 24 años. El instrumento utilizado
fue el inventario del IDARE que evalúa Ansiedad Rasgo-Estado- se encuentra
estandarizado y cuenta con 40 baremos de medición y con tipificación diagnóstica.

Los estudiantes presentaron un estado de ansiedad baja y media, tanto a nivel de


ansiedad como rasgo y como estado en más del 90 %. Es decir, la muestra
escogida no presentó una predisposición en sus características de personalidad a
desarrollar cuadros ansiosos. Los resultados indican que los estudiantes
investigadores llegan a niveles de ansiedad promedio dentro de lo esperado. Es
decir, dentro de los estándares de normalidad, producto de tareas de investigación
y que en su mayoría son mujeres las que desarrollan esta actividad. Para concluir
sabemos que la ansiedad-estado se ha encontrado diferencia entre sexos, por lo
que se acepta la hipótesis de que las mujeres estudiantes son más ansiosas que
los varones a causa de que aún en nuestra sociedad se les sigue asignando
actividades o tareas de acuerdo con su sexo que son impuestas por el entorno
social.

Siabato, Forero y Paguay (2013), el principal objetivo de esta investigación es


establecer y analizar la relación entre ansiedad y estilos de personalidad en
estudiantes de Psicología de una universidad colombiana. El número muestra que
se ocupó para el estudio fue de 121 estudiantes, de los cuales 34 fueron hombres
y 87 mujeres, el rango de edad fue entre 18 y 33 años. Los instrumentos que se
utilizaron fue el Inventario Millon de Estilos de Personalidad y el Inventario de
ansiedad Rasgo-Estado (IDARE).  El Inventario Millon de Estilos de Personalidad,
es un cuestionario que mide la personalidad no patológica en adultos. Consta de
180 ítems agrupados en doce pares de escalas bipolares. Las escalas integran
tres dimensiones de personalidad:1. Metas motivacionales: apertura-preservación,
modificación-acomodación, individualismo-protección;2. Modos cognitivos:
extraversión-introversión, sensación-intuición, reflexión-afectividad;
sistematización-innovación;3. Conductas interpersonales: retraimiento-
comunicatividad, vacilación-firmeza, discrepancia-conformismo, sometimiento-
control, insatisfacción-concordancia. El Inventario de ansiedad Rasgo-Estado mide
dos conceptos independientes de la ansiedad, como estado y como rasgo. Consta
de 40 ítems, el cual se subdivide en 20 ítems para la escala que mide Ansiedad
Rasgo, estos describen cómo se siente el sujeto generalmente, y 20 afirmaciones
que describen cómo se siente el sujeto en un momento dado, esto último para
medir Ansiedad Estado. Para el procedimiento contactó a los estudiantes que
fueron seleccionados y una vez obtenido el consentimiento informado para
participar en la investigación, se procedió a la aplicación colectiva de los
cuestionarios IDARE y MIPS por semestre. La aplicación se desarrolló en una
sesión de 50 minutos en las aulas de clase.

El 24% de los participantes se ubican por encima del percentil 75 en la escala de


Ansiedad estado, mientras el 25,6% se ubican por encima del percentil 75 en la
escala de Ansiedad Rasgo. Dentro del inventario de personalidad se tiene en
cuentas las tres dimensiones de personalidad (metas motivacionales, modos
cognitivos y comportamientos interpersonales) se halló que: Para la dimensión
Metas Motivacionales, Expansión, es el estilo de personalidad en el que la
mayoría de las personas (87.6%) se ubicaron en un percentil superior al 50, es
decir que presentan mayor probabilidad de manifestar algunas de las
características que se miden en dicha escala. En conclusión, existen estilos de
personalidad relacionados con ansiedad estado y ansiedad rasgo, por
consiguiente, los estilos que correlacionaron negativamente con esta pueden ser
tenidos en cuenta para la planeación de programas de prevención.

Salamanca, Vega y Niño (2014), el objetivo de esta investigación fue determinar la


relación entre los patrones de personalidad patológica y la ansiedad estado-rasgo.
El número muestra fue de 120 estudiantes. De los cuales 87 fueron mujeres y 33
fueron hombres. El rango de edad que se obtuvo fue de entre 18 y 40 años y un
nivel de escolaridad entre primero y décimo semestre. Los instrumentos utilizados
fueron el Inventario Clínico Multiaxial de Millon III y el Inventario de Ansiedad
Rasgo-Estado. El Inventario Clínico Multiaxial de Millon III es una herramienta para
la evaluación de la personalidad, patologías y síndromes clínicos. Está
conformado por 175 ítems; para cada una de las afirmaciones la persona decide si
son o no aplicables a su manera de funcionamiento habitual. El Inventario de
Ansiedad Rasgo-Estado mide la presencia de ansiedad en adultos y adolescentes
“normales”, con dos escalas de autoevaluación separadas, que se utilizan para
medir dos dimensiones distintas de ansiedad: la escala A-Rasgo y la escala A-
Estado; cada una de ellas consta de 20 afirmaciones en las que se pide a los
individuos describir cómo se sienten tanto generalmente (rasgo) como en un
momento dado (estado); es utilizado para identificar individuos que sean
propensos a la ansiedad. Para el procedimiento se realizó la selección de la
muestra a partir de un muestreo no probabilístico, mediante la utilización de los
programas STATS para la extracción de la muestra con un alto nivel de
confiabilidad; posteriormente se procedió a solicitar los permisos pertinentes en la
institución y en reuniones de grupos seleccionados por semestres se explicó el
objetivo de la investigación, los compromisos respecto a los participantes, el
manejo responsable de la información y el uso generalizado de los datos con fines
de publicación y de intervención.

Para los resultados se encontró que en las escalas del MCMI III, la mayoría de los
patrones de personalidad se identificaron de la misma forma para los dos grupos;
se encontraron mayores puntuaciones en el patrón compulsivo, seguido del patrón
histriónico (predominante en mujeres) y el narcisista (predominante en hombres) y
ausencia en general del patrón autodestructivo; mientras que para el caso de la
variable “ansiedad”, las mujeres presentaron mayor ansiedad estado (18,6 %) que
los hombres (5,1 %), al igual que en ansiedad rasgo: 22 % en mujeres y 3,4 % en
hombres. Para concluir sabemos que la ansiedad puede asociarse frecuentemente
a otros trastornos mentales, produciendo un gran impacto sobre la calidad de vida
de las personas.

Cea D´Ancona (2004), con el objetivo de analizar los factores que pueden predecir
el desarrollo de ansiedad social en adolescentes, centrándose en conocer la
influencia que los estilos educativos parentales, la disciplina parental, la
competencia social y la autoestima pueden ejercer sobre la propia percepción del
problema y las diferencias que pueden aparecer si se agrupan  los escolares por
sexo y edad, aplicándose a  2060 estudiantes de Educación Secundaria
Obligatoria (ESO), de los cuales, el 52,1% eran chicos y el 47,9% chicas, la edad
de los estudiantes fue de entre 12 y 19 años, siendo las características principales
que estudien en centros públicos y en centros privados. Se utilizaron los siguientes
instrumentos: “Escala de ansiedad social para adolescentes”, este instrumento
consta de 18 ítems que se responden en una escala tipo Likert de cinco opciones
de respuesta, según el grado de verdad de la afirmación para el sujeto (desde 1=
“en absoluto” hasta 5= “todo el tiempo”). Esta escala evalúa tres factores de la
ansiedad social: el primero de ellos, denominado “miedo a la evaluación negativa”,
refleja los miedos, preocupaciones e inquietudes con respecto a las evaluaciones
negativas de otras personas e incluye ocho ítems “Escala para la evaluación del
estilo educativo de padres y madres de adolescentes”, este instrumento está
compuesto por 82 ítems (41 ítems relativos al estilo del padre y 41 para el de la
madre) que se contestan en una escala tipo Likert con seis opciones de respuesta
en función del grado de acuerdo (desde 1= “totalmente en desacuerdo” hasta 6=
“totalmente de acuerdo”). Esta escala evalúa seis dimensiones del estilo
educativo: el afecto y comunicación. “Inventario de dimensiones de disciplina,
versión niños y adolescentes” Este inventario se compone de 52 ítems (26
relativos a la disciplina paterna y 26 a la materna) que se responden a través de
una escala tipo Likert con 10 opciones de respuesta, que oscilan de 0 a 9, según
la frecuencia con la que los progenitores han llevado a cabo alguna las acciones
recogidas (desde 0= “nunca” hasta 9= “2 o más veces al día”). Dichos ítems se
estructuran en cuatro factores que a su vez pueden dividirse en comportamientos
más específicos. El primero de ellos es la disciplina inductiva (DI), que recoge
conductas de distracción, de explicación y de recompensa, El segundo
denominado supervisión (SUP), alude a los comportamientos de vigilancia o de
ignorar la conducta del menor, el tercero es el castigo (CAS), que engloba tanto el
castigo físico como la agresión y finalmente, el cuarto denominado coste de
respuesta (CR), está formado por conductas de conllevan una compensación del
daño o retirada de privilegios

Los resultados de dicho análisis indicaron que la autoestima, la competencia


social, los estilos educativos parentales y la disciplina parental, predicen de forma
significativa el desarrollo de ansiedad social en población adolescente, cambiando
las variables implicadas y su valor predictivo en función del sexo y la edad de los
participantes

Martínez (2019), realizó un estudio con el objetivo de analizar los índices de


prevalencia de la ansiedad escolar en sus diferentes factores y sistemas de
respuesta, así como las diferencias en ansiedad escolar entre estudiantes chicos y
chicas, la muestra estuvo conformada de 103 alumnos que fueran estudiantes del
grado de maestro de educación primaria matriculados en la asignatura obligatoria
Psicología de la Instrucción, siendo estos 28.2% hombres y 71.8% mujeres; la
edad de los participantes osciló entre 19 y 37 años. Se utilizó el instrumento de
Inventario de Ansiedad Escolar – Universitarios (García-Fernández, e inglés,
2018) el cual evalúa las situaciones y respuestas de ansiedad escolar mediante
tres factores situacionales y tres factores relativos a los tres sistemas de respuesta
la ansiedad (i.e., cognitivo, psicofisiológico y conductual). Los alumnos deben
indicar la frecuencia con que se da cada respuesta en la situación a la que hace
referencia usando una escala Likert de 5 puntos (0 = nunca; 4 = siempre). A mayor
puntuación, mayor ansiedad escolar. Los tres factores situacionales están
formados por 12 situaciones escolares a las cuales el alumno debe contestar en
función de sus respuestas cognitivas, conductuales y psicofisiológicas. Estos
factores son: (a) Ansiedad ante la Agresión (AA): incluye 4 ítems relativos a la
ansiedad en situaciones de agresividad; (b) Ansiedad ante la Evaluación Social
(AES): incluye 4 ítems sobre situaciones en las que el alumno se ve sometido a la
evaluación o escrutinio de los demás; y (c) Ansiedad ante el Fracaso Escolar
(AFE): comprende 4 ítems relacionados con la ansiedad causada por el fracaso
escolar. Los factores relativos a los tres sistemas de respuesta son: (a) Ansiedad
Fisiológica (AF): contiene 3 ítems que evalúan la activación del sistema nervioso
en situaciones escolares; (b) Ansiedad Cognitiva (AC): contiene 3 ítems sobre
pensamientos y sentimientos relativos a varias situaciones escolares; y (c)
Ansiedad Conductual/Motora (AM): contiene de 3 ítems que evalúan respuestas
observables en situaciones escolares, el cuestionario fue aplicado en un aula
colectivamente, el tiempo de aplicación fue de 15 minutos. 

Los datos revelaron índices de prevalencia elevados en las distintas situaciones


de ansiedad escolar en el alumnado universitario. Así, los resultados mostraron
como el 19.8% de la muestra presentaba una elevada Ansiedad frente la Agresión,
el 22.2% una elevada Ansiedad frente a la Evaluación Social y el 23.4% una
elevada Ansiedad frente al Fracaso Escolar. Asimismo, los datos relevaron índices
de prevalencia elevados con respecto a los sistemas de respuesta de la ansiedad
escolar, hallándose como un 21% de los alumnos presentaban una elevada
Ansiedad Cognitiva, un 20.4% una elevada Ansiedad Psicofisiológica y un 22.8%
una elevada Conductual/Motora. Los resultados hallados en este estudio conllevan
importantes implicaciones prácticas. Por un lado, se subrayan los elevados índices
de prevalencia de ansiedad escolar en el ámbito universitario, permitiendo dar
visibilidad a una temática escasamente estudiada en el ámbito científico. Los
numerosos hallazgos en la adolescencia no pueden extrapolarse al ámbito
universitario, debido a las características propias de éste y al momento evolutivo
de los implicados. Así, resulta necesaria mayor evidencia empírica que permita
establecer programas de prevención e intervención específica y ajustada a este
escenario.

Cazalla-Luna, y Molero (2014), el objetivo de este estudio fue comprobar la


relación existente entre Inteligencia emocional percibida, ansiedad y afectos, si
existen diferencias significativas en función de las variables sociodemográficas y
predecir qué variables explican más la ansiedad rasgo, la muestra estuvo formada
por 325 estudiantes, con rango de 23 años, de los cuales eran 67 hombres y 258
mujeres; estudiantes de la licenciatura en Psicopedagogía, del Grado de
Magisterio y del Máster Oficial de Secundaria de la Universidad de Jaén (España),
la mayoría de las personas que cursan estos estudios fueron mujeres. Los
instrumentos empleados han sido; el Trait Meta-Mood Scale 24 –TMMS 24, sirve
para medir de manera autoinforme la inteligencia emocional percibida, está
conformado por 24 ítems que contienen tres importantes dimensiones de la
inteligencia emocional: percepción emocional o atención a los sentimientos,
comprensión de sentimientos o claridad emocional y regulación emocional o
reparación de las emociones. El Cuestionario STAI de Ansiedad Estado-Rasgo  es
un cuestionario diseñado para medir dos dimensiones de la ansiedad: la Ansiedad
Estado –AE- (condición emocional transitoria) y la Ansiedad Rasgo -AR-
(propensión ansiosa relativamente estable) y consta de 40 ítems y la Escala
PANASN de Afectos Positivos y Negativos, es un cuestionario formado por 20
ítems para evaluar el Afecto Positivo (AP) y el Afecto Negativo (AN) en adultos.
Los instrumentos se aplicaron de forma colectiva a los distintos participantes y
para la codificación y análisis de los datos se empleó el programa estadístico
SPSS v.18.0 para Windows.

No existen diferencias significativas en la prueba de diferencias en ninguna de las


dimensiones del TMMS-24 entre hombres y mujeres,  la dimensión ansiedad
estado del STAI y el género; es más alta en los hombres que en las mujeres
(M♂=30.98 vs. M♀=27.94), no se encuentran diferencias estadísticamente
significativas entre hombres y mujeres, en ninguna de las dimensiones del
PANASN. En este trabajo no se encontró alguna significación en las diferencias
entre hombres y mujeres en los valores de la inteligencia emocional percibida. Sin
duda las emociones deben estar presentes en los contenidos que se desarrollen
en la formación inicial de los docentes, como es el caso de los sujetos de la
muestra de este estudio. En relación con la ansiedad, las principales conclusiones
obtenidas evidencian que existen relaciones entre la ansiedad y la salud mental,
finalmente respecto a la relación con afectos, en nuestro estudio no se han
obtenido diferencias significativas en función del género, edad y titulación.
Rosas (2017), realiza una investigación donde el objetivo del presente trabajo fue
determinar la relación entre la ansiedad y el rendimiento académico en estudiantes
de los Centros de Educación Básica Alternativa (CEBA) del nivel avanzado del
cuarto ciclo de secundaria de la UGEL San Román - Juliaca. La investigación es
explicativa, diseño no experimental. Se utilizó el muestreo probabilístico
estratificado con 189 estudiantes, se utilizó como técnica la encuesta, y como
instrumento el cuestionario de IDARE con 40 preguntas, con una confiabilidad de
0,83-0,92.
Los resultados obtenidos fue que el nivel ansiedad de los estudiantes del cuarto
ciclo de los CEBA del nivel avanzado, donde se observó que el 61,4% de
estudiantes tuvieron nivel medio de ansiedad; seguidamente del 19,6% presentan
un nivel de ansiedad bajo, finalmente el 19% tuvieron ansiedad alta. También el
nivel de rendimiento académico, donde se evidencia que el 58.2% de estudiantes
tuvieron un bajo rendimiento, de igual manera un 37% tuvieron un nivel medio en
rendimiento académico o logro en proceso; y finalmente sólo el 4.8% presentan un
nivel alto de rendimiento académico.
Gutiérrez- García y Landeros- Velázquez en el año 2018 realizan una
investigación con el objetivo de explorar las relaciones entre la autoeficacia
académica y la ansiedad, como incidente crítico. El tipo de estudio realizado fue
descriptivo-correlacional tipo encuesta con un enfoque cuantitativo. Se incluyeron
(muestreo no probabilístico, por conveniencia) 310 participantes, jóvenes
estudiantes inscritos en la Facultad de Psicología, campus Xalapa, Universidad
Veracruzana, México. Del total, 183 fueron mujeres (59%), cuyas edades fueron
en promedio de rango de edad de 17 a 30 años y 127 hombres (41%), con un
rango de edad de 18 a 33 años. Los instrumentos utilizados fueron: La Escala de
Autoeficacia en Conductas Académicas (EACA) diseñada por Blanco et al. (2011).
Es una encuesta tipo Likert, asistida por computadora de 16 reactivos, donde el
encuestado responde, en una escala de 0 a 10, cuán capaz se siente, cuánto
interés tiene y, si se esfuerza en cambiar, cuán capaz sería. La escala de
autoevaluación de la ansiedad de ZUNG (1971) incluye un cuestionario de 20
informes o relatos referidos a manifestaciones características de ansiedad, como
síntomas o signos, lo cuales se dividen en 15 reactivos de dirección positiva y 5
reactivos de dirección negativa. En esta escala, un índice bajo indica la ausencia
de ansiedad (< 45 dentro de los límites normales), ansiedad moderada (45-59),
presencia de ansiedad marcada severa (60-74) y ansiedad clínicamente
significativa (75 o más, presencia de ansiedad en grado máximo). El inventario de
Ansiedad Rasgo-Estado (IDARE) que consiste en dos escalas de autoinforme
diseñadas para medir la ansiedad como estado (IDARE-E) y como rasgo (IDARE-
R). La primera escala, IDARE-E mide los síntomas de ansiedad que experimenta
una persona en una situación específica, de manera transitoria. La segunda
escala, IDARE-R, mide la frecuencia con que las personas experimentan
generalmente síntomas de ansiedad. Ambas escalas constan de 20 reactivos en
una escala tipo Likert con opciones de cuatro respuestas (casi nunca, algunas
veces, frecuentemente y casi siempre).
Se encontró una correlación positiva significativa entre la autoeficacia percibida
con la autoeficacia deseable y alcanzable; es decir, en la mayoría de los jóvenes
que obtuvieron las puntuaciones más altas en autoeficacia percibida, también fue
alta la puntuación en autoeficacia deseable y alcanzable, en tanto que la
correlación fue inversamente proporcional entre la autoeficacia percibida y el
índice de mejora, es decir, que mientras más alta es la puntuación obtenida en la
autoeficacia percibida menor es el índice de mejora en autoeficacia percibida,
dado que los jóvenes ya se perciben con autoeficacia alta. Además, la autoeficacia
percibida tuvo una correlación inversa significativa con los puntajes obtenidos. Los
puntajes obtenidos por los estudiantes, en las escalas de ansiedad, mostraron una
correlación negativa con los puntajes obtenidos en la autoeficacia percibida; es
decir, a mayor autoeficacia percibida menores niveles de ansiedad. Es posible que
se trate de dos variables que ocurren paralelamente y no en una relación de
causa-efecto; es decir, pudiera tratarse de un incidente crítico, dado que los
niveles de ansiedad se encuentran en el rango de ansiedad baja y moderada;
excepto para el grupo A, que muestra niveles de ansiedad-rasgo altos.

Caballero, González y Palacio en el año 2014 realizan una investigación para


analizar relaciones entre burnout y engagement con ansiedad, depresión y
rendimiento académico en estudiantes universitarios de programas de salud, para
esto la población de estudio con estudiantes de medicina, psicología, fisioterapia y
enfermería de diferentes universidades privadas de la ciudad de Barranquilla
(Colombia). La muestra se constituyó aleatoria y estratificada mente por semestre
cursado, conformada por 820 sujetos, constituida por hombres y mujeres, de entre
17 a 27 años de edad con una media de 24. Se utilizaron 4 instrumentos los
cuales fueron: Burnout académico: medido con MBI-SS: Maslach Burnout
Inventory-Student Survey que evalúa las dimensiones de Agotamiento, Cinismo e
Ineficacia, a través de 15 ítems, que caracterizan al burnout académico.
Engagement: Se evalúo mediante la Escala de Engagement Académico (UWES-
S) que comprende de 17 ítems, que evalúan las dimensiones de Absorción,
Dedicación y Vigor que definen al engagement. Se utilizó la Escala de Ansiedad
de Rasgo y de Estado (STAI): comprende 40 ítems, que evalúan Ansiedad de
Estado y Ansiedad Rasgo. Inventario de Depresión de Beck, el cual consta de 21
ítems, que evalúan síntomas cognitivos, fisiológicos y conductuales característicos
de la depresión. Para establecer la relación del burnout y del engagement con
depresión, ansiedad de rasgo y de estado y con el rendimiento académico se llevó
a cabo el Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM), a partir de la agrupación
de las variables en áreas temáticas, clasificadas en Variables Activas
(modalidades de cada una de las dimensiones del burnout y del engagement, que
definen y configuran los factores analizados) y Variables Ilustrativas.

El análisis de las correspondencias múltiples entre las variables evidenció un


factor conformado principalmente por las dimensiones de Vigor, Absorción,
Dedicación e Ineficacia Académica, cuyo extremo negativo se relacionaba con
bajo engagement y altos niveles de burnout, ineficacia académica, depresión y de
ansiedad de rasgo y de estado; el extremo positivo, con alto engagement, buen
rendimiento académico y baja ineficacia, depresión y ansiedad de rasgo y de
estado. En la muestra estudiada, el burnout y el engagement académicos se
identificaron relacionados como polos extremos y opuestos de un mismo continuo
multidimensional, en el que tanto el polo del burnout como el del engagement se
configuran por valores esperados de las variables estudiadas pero opuestos al del
polo contrario,  se planteó y estableció relaciones consistentes entre todas las
variables estudiadas, lo cual permite identificar una dimensión única e integradora
de la respuesta posible de los estudiantes universitarios ante el estrés académico,
la cual vincula tanto al engagement y al burnout como polos opuestos de dicha
dimensión única, y a su vez cada uno, de manera consistente y esperada, se
asocia con valores positivos o negativos de indicadores tanto de salud mental
como de rendimiento académico.

De acuerdo a todo los artículos anteriormente presentados la ansiedad es un


problema que afecta a la sociedad en general, pero esta es más frecuente en
población universitaria, debido a las presiones y responsabilidades académicas
que se tienen(incluyendo horarios, tareas, factores personales e interpersonales),
es importante recalcar que este factor no se presenta solo, ya que frecuentemente
se asocia con estrés, insomnio y problemas psicofisiológicos, a lo cual es muy
importante, también se mencionan algunas estrategias prevenir la ansiedad
debido a que la calidad de vida que llevan los universitarios no es buena para su
salud.

Gonzálvez C. et al durante el año 2016 se realizó un estudio con el objetivo de


analizar las diferencias en ansiedad escolar en función de las puntuaciones
obtenidas para las 11 dimensiones del autoconcepto, participaron 1,414
estudiantes chilenos de educación media (695 hombres y 719 mujeres), con
edades comprendidas entre los 13 y los 18 años

Para determinar la existencia de diferencias estadísticamente significativas en


ansiedad escolar en función de las dimensiones del autoconcepto se aplicó la
prueba t de Student, para la cual se dicotomizaron los datos del autoconcepto: se
consideraron altas las puntuaciones iguales o superiores al percentil 75, y se
consideraron bajas aquellas iguales o inferiores al percentil 25. Además, se
calculó el índice d (diferencia media tipificada) propuesto por Cohen (1988) para
determinar la magnitud o el tamaño  del efecto de las diferencias halladas, el cual
fue interpretado de la siguiente manera: magnitudes bajas (entre 0.20 y 0.49),
moderadas (entre 0.50 y 0.79) y altas (superiores a 0.80). Instrumentos Inventario
de Ansiedad Escolar (IAES; García Fernández et al., 2011). Este instrumento es
una medida de autoinforme que evalúa la frecuencia con la que los estudiantes
experimentan ansiedad generada en el ámbito educativo mediante 4 factores
situacionales y 3 factores relativos a los 3 sistemas de respuesta de la ansiedad
(cognitivo, psicofisiológico y conductual). El IAES se dirige a un grupo etario entre
los 12 y los 18 años, cuyas respuestas se recopilan en una escala tipo Likert de 5
puntos (0 = nunca; 4 = siempre). A mayor puntuación, mayor ansiedad escolar.
Los 4 factores situacionales están formados por 23 situaciones escolares a las
cuales el adolescente debe contestar, en función de sus respuestas cognitivas,
motoras y psicofisiológicas, a través de una tabla de doble entrada; en las filas se
encuentran las situaciones escolares, definidas como ansiedad ante la evaluación
social, fracaso escolar y agresión, y en las columnas se ubican las respuestas
asociadas a los sistemas cognitivo, fisiológico y motor.

 Los resultados revelaron que los adolescentes con bajas puntuaciones en


autoconcepto presentaron puntuaciones significativamente más altas en ansiedad
escolar que sus iguales con altas puntuaciones en autoconcepto.

Pineda-García et al. En el año 2016 se llevó a cabo un estudio con el objetivo de


comparar el riesgo de anorexia nerviosa (AN) y bulimia nerviosa (BN) en función
del sexo, el grado de ansiedad y la ciudad de residencia, estuvo constituida por
857 estudiantes universitarios de entre 18 y 30 años de edad (67% mujeres y 33%
hombres); el 58% eran residentes en ENS y el 42% en CDMX, todos eran
provenientes de universidades públicas, de ocho carreras distintas
(Administración, Psicología, Comunicación, Derecho, Ciencias de la Educación,
Informática, Medicina y Enfermería).Se utilizaron los siguientes instrumentos:
Inventario de Ansiedad de Beck (Beck y Steer, 1993), que consta de 21 ítems tipo
Likert con cuatro opciones de respuesta, que van desde nada = 0 hasta
intensamente = 3, por lo que constituye un autor reporte que mide síntomas del
trastorno de ansiedad generalizada, este cuestionario puede ser utilizado en
muestras clínicas y en población general; para su interpretación, Beck y Steer
propusieron las normativas siguientes: puntuación entre 0 y 7 implica ansiedad
normal; de 8 a 15, leve; de 16 a 25, moderada, y mayor de 26, grave; también se
aplicó  el Test de Factores de Riesgo Asociados con Trastornos Alimentarios
(EFRATA; Gómez-Peresmitré y Ávila, 1998), este consta de 54 ítems tipo Likert,
con cinco opciones de respuesta que van de nunca Al comparar la ansiedad en
función del sexo y la ciudad de residencia, el 53% de las mujeres y el 43% de los
varones reportaron experimentar algún grado de ansiedad, sin identificarse
diferencia significativa entre sexos, Finalmente, la comparación por ciudad de
residencia indicó que el 60% de los participantes residentes en la CDMX registró
algún grado de ansiedad vs. el 42% de los residentes en ENS, diferencia entre
porcentajes que resultó ser estadísticamente significativa; También los resultados
indican un mayor riesgo de Anorexia Nerviosa  en los residentes de ENS que en
los de CDMX. Por otra parte, se observa que las mujeres manifiestan mayor riesgo
de Ansiedad Nerviosa que los varones y, además, que dicho riesgo aumenta en la
medida de que también incrementa la ansiedad= 1 hasta siempre = 5 (en donde
una mayor puntuación supone un mayor riesgo). 

Ruiz, Andrada y Ayala en el año 2017 utilizaron un tipo de estudio cuantitativo,


descriptivo y correlacional, de diseño transversal y no experimental, con el objetivo
de describir la prevalencia de ansiedad y depresión, además de la relación con los
rasgos de personalidad en una población universitaria de Gran Asunción, con una
muestra de 69 estudiantes de psicología clínica y empresarial (78% mujeres y
22% hombres) de pregrado de la Universidad del Cono Sur de las Américas
(UCSA),utilizando el  muestreo probabilístico para que los resultados obtenidos
sean representativos a toda la población, por tanto se utilizaron los siguientes
instrumentos: Test de depresión de Zung (1965) Es una inventario que consta de
20 ítems que evalúan los síntomas conductuales, cognoscitivos y fisiológicos
mediante una escala tipo Likert de 4 opciones de respuesta: casi nunca, a veces,
frecuentemente, casi siempre,el instrumento presenta adecuada confiabilidad
mostrada en Campo-Arias, Díaz Martínez, Rueda-Jaimes & Barros-Bermúdez
(2005) donde se presentan las siguientes propiedades psicométricas: un alfa de
Cronbach de 0.85, la sensibilidad hacia el episodio depresivo mayor de 94,7%,
especificidad de 67.0 %, valor predictivo positivo de 37,5% .

Ten Items Personality Inventory Es un instrumento autoaplicable formado por diez


ítems que evalúan los cinco factores de personalidad mediante una escala tipo
Likert de siete opciones de respuesta: completamente en desacuerdo, bastante en
desacuerdo, un poco en desacuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, un poco de
acuerdo, bastante de acuerdo y completamente de acuerdo. En la versión original
se reportan adecuadas propiedades psicométricas medidas a partir de la validez
de constructo con el Inventario Big Five de Benet & John (1998), se presenta una
relación fuerte media (r=.77) y entre sus respectivos factores (extraversión r=.87,
amabilidad r=.70, consciencia r=75, estabilidad emocional r=.81 e intelecto r=.65) y
una correlación test re-test de .72 según Gosling, Rentfrow & Swann (2003).

La asociación entre ansiedad y rasgos de personalidad se encuentra que


solamente existe correlación moderada y negativa con el factor estabilidad
emocional. De modo que se comprueban los hallazgos encontrados por otros
autores en población general, sub clínica y clínica, en cuanto a la asociación entre
depresión y rasgos de personalidad se encuentra que existe correlación baja y
negativa con el factor responsabilidad y correlación moderada y negativa con
estabilidad emocional y con respecto a las diferencias de ansiedad se muestra que
las mujeres presentan mayores niveles de ansiedad y depresión que los varones,
sin embargo, se aclara que la muestra usada presenta un grupo mayoritario de
mujeres en comparación con los varones.

Gómez, Casas & Ortega en 2004 d con el objetivo de analizar los factores que
pueden predecir el desarrollo de ansiedad social en adolescentes, centrándose en
conocer la influencia que los estilos educativos parentales, la disciplina parental, la
competencia social y la autoestima pueden ejercer sobre la propia percepción del
problema y las diferencias que pueden aparecer si se agrupan  los escolares por
sexo y edad, aplicándose a  2060 estudiantes de Educación Secundaria
Obligatoria (ESO), de los cuales, el 52,1% eran chicos y el 47,9% chicas, la edad
de los estudiantes fue de entre 12 y 19 años, siendo las características principales
que estudien en centros públicos y en centros privados.

Se utilizaron los siguientes instrumentos: “Escala de ansiedad social para


adolescentes”, este instrumento consta de 18 ítems que se responden en una
escala tipo Likert de cinco opciones de respuesta, según el grado de verdad de la
afirmación para el sujeto (desde 1= “en absoluto” hasta 5= “todo el tiempo”). Esta
escala evalúa tres factores de la ansiedad social: el primero de ellos, denominado
“miedo a la evaluación negativa”, refleja los miedos, preocupaciones e inquietudes
con respecto a las evaluaciones negativas de otras personas e incluye ocho ítems

“Escala para la evaluación del estilo educativo de padres y madres de


adolescentes”, este instrumento está compuesto por 82 ítems (41 ítems relativos
al estilo del padre y 41 para el de la madre) que se contestan en una escala tipo
Likert con seis opciones de respuesta en función del grado de acuerdo (desde 1=
“totalmente en desacuerdo” hasta 6= “totalmente de acuerdo”). Esta escala evalúa
seis dimensiones del estilo educativo: el afecto y comunicación

“Inventario de dimensiones de disciplina, versión niños y adolescentes” Este


inventario se compone de 52 ítems (26 relativos a la disciplina paterna y 26 a la
materna) que se responden a través de una escala tipo Likert con 10 opciones de
respuesta, que oscilan de 0 a 9, según la frecuencia con la que los progenitores
han llevado a cabo alguna las acciones recogidas (desde 0= “nunca” hasta 9= “2 o
más veces al día”). Dichos ítems se estructuran en cuatro factores que a su vez
pueden dividirse en comportamientos más específicos. El primero de ellos es la
disciplina inductiva (DI), que recoge conductas de distracción, de explicación y de
recompensa, El segundo denominado supervisión (SUP), alude a los
comportamientos de vigilancia o de ignorar la conducta del menor, el tercero es el
castigo (CAS), que engloba tanto el castigo físico como la agresión y finalmente, el
cuarto denominado coste de respuesta (CR), está formado por conductas de
conllevan una compensación del daño o retirada de privilegios

Los resultados de dicho análisis indicaron que la autoestima, la competencia


social, los estilos educativos parentales y la disciplina parental, predicen de forma
significativa el desarrollo de ansiedad social en población adolescente, cambiando
las variables implicadas y su valor predictivo en función del sexo y la edad de los
participantes.

Ansiedad e Insomnio
 
La ansiedad e insomnio se relación con diversos factores, a continuación, se
presentan 6 artículos relacionados con la asociación entre estas variables, la
conducta alimentaria, depresión, estado de salud mental, pasiflora como
tratamiento y si existen alguna relación con la anemia.

De La Cruz-Vargas et al. en el 2018 hacen una investigación, el objetivo de este


estudio fue evaluar los desórdenes del sueño en un grupo de estudiantes
universitarios y estimar la relación entre ansiedad e insomnio en el ambiente
académico, la población de estudio fueron 132 estudiantes de medicina de la
universidad Ricardo Palma con rango de edad de 20 a 34 años, 57 hombres y 75
mujeres, de los cuales 43 eran casados y 89 solteros. Se aplicaron dos
instrumentos: Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), el cual es un instrumento de
21 ítems, desarrollado para estimar ansiedad, y Cuestionario de sueño de Oviedo
ritmo sueño-vigilia; una entrevista semiestructurada que consta de 15 ítems,
ayudando al diagnóstico de insomnio e hipersomnio según los criterios
diagnósticos CIE-10 y DSM IV. Una vez aplicados dichos instrumentos la
información recolectada se ordenó en una base de datos del programa Microsoft
Excel 2010, el análisis se dividió en dos fases: una fase descriptiva y una analítica,
la primera fase se procedió a determinar las frecuencias absolutas y relativas de
las variables categóricas y para la segunda fase se trabajó con un nivel de
confianza del 95%.

La prevalencia de ansiedad clínicamente significativa (moderada y severa) fue de


9.1%, más frecuente en estudiantes mujeres (66.6%) que en hombres (33.3%) y la
prevalencia de insomnio según CIE10 fue de 31.8 % más frecuentes en
estudiantes mujeres (61.9%) que en hombres (38.9%); y según DSM IV fue de fue
de 3.8 % más frecuentes en estudiantes mujeres (80%) que en hombres (20%).
Se encontró una asociación estadísticamente significativa entre ansiedad e
insomnio DSM IV con un OR:7.8 IC95% 1.16-52.26 p: 0.01. Se concluye que la
magnitud del insomnio en estudiantes universitarios de la Universidad Ricardo
Palma evidencia la importancia de examinar la salud del sueño en esta población,
la asociación entre ansiedad e insomnio es significativa, remarcando la
importancia de detectar y tratar oportunamente la ansiedad y no solo el insomnio.

Vilchez-Cornejo et al. en el 2016 realizaron un estudio, con el objetivo de


determinar la asociación entre los problemas de salud mental (ansiedad, estrés y
depresión) y la calidad de sueño, la población estuvo conformada por 892
estudiantes de medicina, de los cuales eran 431 hombres y 461 mujeres; fueron
alumnos que cursaban medicina humana de 8 facultades del Perú, se encontraban
matriculados dentro del primero al sexto año y otorgaron su consentimiento
informado. Los instrumentos que aplicaron fue la escala de Depresión, Ansiedad y
Estrés (DASS-21), es una escala de autorreporte dimensional que es diseñada
para medir estados emocionales negativos de depresión, ansiedad y estrés,
consta de tres escalas, la escala de Depresión evalúa disforia, falta de sentido,
autodepreciación, falta de interés y anhedonia, la escala de Ansiedad considera
síntomas subjetivos y somáticos de miedo, activación autonómica, ansiedad
situacional y experiencia subjetiva de afecto ansioso y por último la escala de
Estrés evalúa dificultad para relajarse, irritabilidad e impaciencia. Cada ítem se
responde de acuerdo a la presencia e intensidad de cada síntoma en la última
semana en una escala de respuesta tipo Likert de 0 a 3 puntos. Cada escala tiene
siete ítems y su puntaje total se calcula con la suma de los ítems pertenecientes a
esa escala y varía entre 0 y 21 puntos, el otro instrumento fue el índice de calidad
de sueño de Pittsburg (ICSP), que mide la calidad del sueño y sus alteraciones, se
realizó un muestreo aleatorio con la lista de los estudiantes utilizando el programa
Open Epi 3.03, se aplicaron dichos instrumentos y para el análisis de datos se
utilizó el paquete estadístico STATA 11.0.

Según los puntajes del ICSP; 693 alumnos tuvieron una mala calidad de sueño.
Según el DASS-21; 290 (32,5%) alumnos padecían depresión, 472 (52,9%)
ansiedad y 309 (34,6%) estrés, el sexo femenino aumenta en 13% las
probabilidades de ser mal dormidor. Se encontró asociación entre la mala calidad
de sueño y los componentes de la escala DASS-21: aquellos que padecieron de
depresión presentaron un 23% de probabilidad de ser malos dormidores, con
trastorno de ansiedad representó un 32% y trastornos de estrés tuvieron 26% de
probabilidad de sufrir una mala calidad de sueño. El presente estudio refleja una
gran representatividad en la población de estudiantes de facultades de medicina
humana del Perú, permite conocer la prevalencia de los malos dormidores y su
relación con problemas de salud mental como ansiedad, estrés y depresión, se
concluye que, la mala calidad de sueño se asoció con la ansiedad, depresión y
estrés, siendo los estudiantes de segundo y tercer año quienes más la padecían.

Ramón et al. en el 2019 realizaron un estudio con el objetivo de este estudio fue
analizar la calidad de la dieta en una población universitaria y cuantificar su
asociación con la prevalencia de ansiedad, depresión, estrés e insomnio, con una
muestra de 1055 estudiantes universitarios, con rango de 18-42 años, 744 mujeres
y 311 hombres, la mayoría de ellos cursaba una titulación sanitaria, no fumaba,
refería un consumo ocasional de alcohol, no mantenía una relación estable y vivía
con su familia. Se utilizaron tres instrumentos: el Índice de Alimentación
Saludable (IAS), para saber que alimentos habitualmente son más ingeridos por
la población española, consta de 10 variables puntuables de 0 a 10 puntos cada
una, puntuación  > 80: alimentación saludable, entre 50 y 80 puntos: necesita
cambios, menor de 50 puntos: poco saludable. Las Escalas de Depresión,
Ansiedad y Estrés (DASS-21) evalúan la presencia e intensidad de estados
afectivos de depresión, ansiedad y estrés, está conformado por las subescalas
DASS-A (ansiedad) la cual considera síntomas subjetivos y somáticos de miedo,
activación autonómica, ansiedad situacional y experiencia subjetiva de afecto
ansioso, DASS-E (estrés) evalúa activación persistente no específica, dificultad
para relajarse, irritabilidad e impaciencia.  y DASS-D (depresión) evalúa disforia,
falta de sentido, autodepreciación, falta de interés y anhedonia. El DASS-21 es un
instrumento compuesto de 21 ítems, 7 para cada subescala, con evaluación de
tipo Likert de 0 a 3 puntos (0 significa “no me es aplicable en absoluto” y 3 “me es
aplicable mucho o la mayoría del tiempo”). Y por último el Índice de Severidad
del Insomnio, mide la naturaleza, severidad e impacto del insomnio, cada ítem se
puntúa mediante una escala de tipo Likert de 0 a 4 puntos.  Las características de
la muestra se resumieron usando la media y la desviación estándar para las
variables continuas, y el número y el porcentaje para las cualitativas.

La puntuación media del IAS fue de 68,57 ± 12,17. La prevalencia de la


alimentación no saludable fue del 82,3%, mayor en las mujeres (84,8% vs. 76,4%).
La alimentación no saludable se relaciona de forma significativa con la prevalencia
de ansiedad, depresión y estrés. El consumo excesivo de dulces y el bajo de
lácteos se asociaron a una mayor prevalencia de alteraciones psicológicas y del
sueño. Se concluye que los patrones alimentarios no saludables son comunes en
la población universitaria y se relacionan con la presencia de ansiedad, estrés y
depresión. Las intervenciones educativas dirigidas a disminuir el consumo de
alimentos no saludables en estudiantes universitarios pueden conllevar una
mejora de la salud psicológica y/o viceversa. 
Texco et al. en el año 2019, el objetivo de su estudio fue identificar el estado de
salud mental y el grado de severidad a los estudiantes de la Facultad de
Odontología de la Universidad Veracruzana Región Poza Rica Tuxpan, con una
población de 96 estudiantes, rango de 21- 22 años, 62 mujeres y 34 hombres que
cursan en la Facultad de Odontología. Se aplicó el cuestionario general de salud
de Goldberg (CGS) que evalúa el estado mental de adolescentes y adultos
dividido en 5 factores: síntomas somáticos, perturbación del sueño, relaciones
interpersonales, alteraciones de la conducta, ansiedad y depresión severa, cuenta
con 28 ítems con una escala Likert; agrupados en cuatro subescalas de 7 ítems
cada una: subescala A la cual mide síntomas somáticos, subescala B mide
ansiedad e insomnio, subescala C midiendo disfunción social y por último
subescala D mide depresión grave, esta investigación fue de tipo descriptiva y
transversal, utilizándose para la recolección de datos dicho cuestionario.

Se encontraron con alteraciones de trastorno mental a 42 (43.75%) estudiantes: 3


(3.1 %) en un nivel de severidad moderado y 39 (40.6 %) en un nivel de severidad
leve, el género de mayor predominio fue el femenino 65% con 62 mujeres. Como
conclusión el análisis demostró que, a pesar del estrés, y la carga excesiva de
trabajo el nivel de trastorno mental es bajo lo que les permita desarrollar la vida
universitaria y concluir satisfactoriamente.

Mourenza en el año 2017, realizó una revisión bibliográfica en relación con esos
dos trastornos (ansiedad e insomnio) y la Pasiflora, constatándose la eficacia y
seguridad de su uso en la deshabituación benzodiacepina y el tratamiento del
insomnio y la ansiedad de corta y larga duración para poder así utilizarla como
tratamiento para estos trastornos, con el objetivo de comprender las bases
fisiológica y químicas del tratamiento farmacológico habitual del insomnio y la
ansiedad, a fin de compararlo con el nivel de acción de la pasiflora y entender, de
este modo, la efectividad de la misma en el tratamiento de estos trastornos. En
2008, se llevó a cabo un estudio en el que se evaluaba la eficacia del uso de la
pasiflora en pacientes con insomnio primario, en quienes se medía, durante una
semana y por medio de un polisoban a ser sometidos a cirugía, se observó que,
dentro de los 60 pacientes estudiados, aquellos a los que se les administró 500
mg de Passiflora en capsulas, noventa minutos antes de la intervención
presentaron niveles significativamente más bajos que los control (los que se les
había administrado un placebo), también en 2014, un equipo de investigación de
la escuela de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Clayton (Australia)
midió la eficacia del uso de té de Passiflora incarnata en un estudio doble ciego
sobre 41 adultmnógrafo, el efecto que sobre el sueño tenía la ingesta de tres tazas
del mismo al día frente a un placebo. Se observó que la calidad subjetiva del
sueño era significativamente superior en aquellos que habían bebido el té de
pasiflora. Se aplicó la acción ansiolítica de la pasiflora en ansiedad tanto de corta
como de larga duración dando así resultados inconcluyentes, aunque no
despreciables, en relación con la efectividad de la pasiflora en el tratamiento de la
ansiedad.
Los resultados fueron que la Passiflora incarnata es una de las alternativas
terapéuticas más utilizadas y estudiadas para el tratamiento de la ansiedad y el
insomnio. Son muchos los ensayos realizados con el fin de evidenciar el
mecanismo por el cual ejerce su acción depresora sobre el SNC así como la
eficacia y la seguridad en el uso de la pasiflora como tratamiento de estos estados
patológicos. Los ensayos experimentales realizados con pasiflora evidencian una
actividad de la misma o un mecanismo de acción a nivel del receptor de GABA.

Espinoza, Díaz, Quincho (2019), con el objetivo de conocer la prevalencia de


ansiedad y mala calidad de sueño y evaluar la asociación con la presencia de
anemia en estudiantes de la Escuela de medicina Humana de la Universidad
Nacional del Santa, Chimbote en Perú, participaron 80 estudiantes, siendo 44
hombres y 33 mujeres   de 19 a 21 años de medicina del primer al cuarto año de la
carrera de medicina Utilizando el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), el cual
evalúa la gravedad de la sintomatología ansiosa en su versión al español la cual
consta de 21 preguntas relacionadas a la ansiedad con escala tipo Likert de 4
puntos que van de “0= En absoluto”, “1= Levemente”, “2=Moderadamente”, “3=
Severamente”. La calidad de sueño fue evaluada con el Índice de Calidad de
Sueño de Pittsburgh (ICSP) con la versión validada al español (alfa de
Cronbach=0,83). Consta de 19 ítems, los cuales se agrupan en siete componentes
que se califican con una escala de 0 a 3, la suma de los componentes da lugar a
una calificación global, dónde una mayor puntuación indica una menor calidad en
el dormir. También otras variables con la finalidad de identificar los factores
asociados a la ansiedad y a la mala calidad de sueño en los estudiantes de
medicina, estas fueron agrupadas en 4 categorías: factores sociodemográficos:
sexo, edad, estado civil, con quien vive, lugar de procedencia; académicos: el año
académico (ciclo), colegio de procedencia, actividades extracurriculares que
realiza y rendimiento académico; conductuales: el uso de redes sociales
(horas/semana); y biológicos: anemia. La anemia fue definida como la
concentración de la hemoglobina en sangre, menor al valor esperado, teniendo en
cuenta la edad, sexo, embarazo y ciertos factores ambientales como la altitud
(<1000 m.s.n.m), fue evaluada en los niveles leve, moderada y severa, teniendo
en cuenta parámetros establecidos por el Ministerio de Salud (MINSA). Los datos
obtenidos se introdujeron en una base de datos de Microsoft Excel 2013 a través
de un sistema de doble digitación, posterior al control de calidad, la base fue
ingresada en el paquete estadístico STATA v14.0 para su análisis, mientras que
en el análisis descriptivo se usaron frecuencias y porcentajes. 

Se encontró que el 62.5% presentaba algún nivel de ansiedad y el 63.57% tenía


mala calidad del sueño, aproximadamente dos tercios de los participantes
presentó ansiedad.  La ansiedad y la calidad de sueño fueron problemas
frecuentes en los estudiantes de medicina evaluados y tener anemia moderada
fue un factor asociado para ambos casos.

Ruiz,Andrada y Ayala (2017) utilizando un tipo de estudio cuantitativo, descriptivo


y correlacional, de diseño transversal y no experimental, con el objetivo de
describir la prevalencia de ansiedad y depresión, además de la relación con los
rasgos de personalidad en una población universitaria de Gran Asunción ,con una
muestra de 69 estudiantes de psicología clínica y empresarial (78% mujeres y
22% hombres) de pregrado de la Universidad del Cono Sur de las Américas
(UCSA),utilizando el  muestreo probabilístico para que los resultados obtenidos
sean representativos a toda la población, por tanto se utilizaron los siguientes
instrumentos: Test de depresión de Zung (1965) :Es una inventario que consta de
20 ítems que evalúan los síntomas conductuales, cognoscitivos y
fisiológicosmediante una escala tipo Likert de 4 opciones de respuesta: casi
nunca, a veces, frecuentemente, casi siempre,el instrumento presenta adecuada
confiabilidad mostrada en Campo-Arias, DíazMartínez, Rueda-Jaimes & Barros-
Bermúdez (2005) donde se presentan las siguientes propiedades psicométricas:
un alfa de Cronbach de 0.85, la sensibilidad hacia el episodio depresivo mayor de
94,7%, especificidad de 67.0 %, valor predictivo positivo de 37,5% .

-Ten Items Personality Inventory Es un instrumento autoaplicable formado por diez


ítems que evalúan los cinco factores de personalidad mediante una escala tipo
Likert de siete opciones de respuesta: completamente en desacuerdo, bastante en
desacuerdo, un poco en desacuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, un poco de
acuerdo, bastante de acuerdo y completamente de acuerdo. Posteriormente se
procede a calibrar los instrumentos de medición a través de una población piloto,
dé los listados de alumnos de psicología regulares del periodo 2011-2016 se
procede a seleccionar la muestra representativa mediante sorteo. Se aplica los
instrumentos de personalidad, ansiedad y depresión a los sujetos en una sola
etapa. Para el análisis de datos se utilizaron medidas de estadística descriptiva,
coeficientes de correlación de Pearson y pruebas T de Student, mediante el
paquete informático Infostat versión 2008.

La ansiedad e insomnio son constantes trastornos que padecen los jóvenes


universitarios, se genera por diversas causas, en sí estos dos van de la mano, se
ha comprobado que los niveles son más altos en las evaluaciones, los jóvenes
que sufren elevada ansiedad en las evaluaciones, a diferencia de los menos
ansiosos, poseen menor habilidad para el estudio, afectando su rendimiento
académico y por tanto impedir que concluyan sus estudios o adquieran nuevos
conocimientos, también el exceso de trabajos escolares pueden originar estados
de estrés, ansiedad, depresión o insomnio. Este último puede provocar ansiedad
por no dormir las horas requeridas, porque el sueño es esencial para la
recuperación corporal, ayudando a despertar con energía, facilitar el proceso de
aprendizaje y memoria, y de esta manera lograr un óptimo rendimiento académico.
Así mismo la ansiedad tiene que ver con la forma de alimentarse, porque existen
patrones alimentarios no saludables y son muy comunes en los jóvenes,
propiciando a padecer de esta. Cabe mencionar que para el tratamiento de la
ansiedad y el insomnio se puede ocupar una de las alternativas terapéuticas como
la passiflora incarnata. Es muy importante que los estudiantes universitarios
tengan un bienestar psicológico y una salud mental en equilibrio, para poder lograr
un excelente desarrollo e interactuar plenamente en su entorno.
Ansiedad
Aspectos positivos  
Mourenza (2017) en su estudio con la pasiflora vio resultados positivos para el
tratamiento de la ansiedad.
Pérez, Rivera, & Gómez (2015) mencionaron que la ansiedad no está afectando
en algún programa académico o con la ocupación que se esté desempeñando.
Jiménez-López, Arenas-Osuna,& Ángeles-Garay, (2015) han dicho que una
residencia médica puede causar algún malestar emocional, pero es poco probable
que debido a esto se esté generando algún trastorno ansioso y depresivo, que
puede estar afectando su rendimiento. Castillo, & Luque, (2018) han demostrado
que los estudiantes están presentando un estado de ansiedad muy bajo, que no
está relacionado con ningún cuadro ansioso en su personalidad. 

La ansiedad funciona como un sistema de alerta del individuo, se activa cuando


siente que está en peligro o sufre de algún tipo de amenaza futura, que sirve para
que se pongan en marcha algunas conductas entre las cuales se encuentra el
escape, la evitación o la lucha con los elementos amenazantes (Vargas, Villarreal,
Guevara y Andrade 2014).  
Asimismo Riveros, Hernández y Rivera (2014) refieren a la ansiedad como un
mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos
comprometidos, por lo que se vuelve una característica favorable, ya que un cierto
grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en
situaciones especialmente peligrosas, una ansiedad moderada puede ayudar a
mantenerse concentrado y afrontar los retos que se tienen por delante. 

Santabarbara, (2019). En este contexto, nos plantean dos objetivos: documentar la


ansiedad hacia la estadística de estudiantes de Grado en Medicina y explorar la
relación entre la ansiedad hacia la estadística y el desempeño en la materia.
Aspectos negativos 

Berrio, Castaño, Correa, Jaramillo, Londoño y Rivera (2015) El estudio que


realizaron reportó que las mujeres eran quienes presentaban mayor riesgo de
problemas depresión y ansiedad.  Flores, Chávez y Aragón (2016), determinaron
que las situaciones ante la evaluación y asunción de responsabilidades son las
que generan ansiedad en estudiantes, en especial presentar un examen y hablar
en público, además encontraron que la ansiedad tiene impactos negativos en el
rendimiento escolar, desequilibrio en la salud tanto física como emocional. 
Castillo, Chacón y Díaz-Véliz (2016), hallaron que la ansiedad se relaciona con el
estrés, encontraron como principales fuentes de estrés la sobrecarga académica,
la falta de tiempo para cumplir con actividades y los exámenes, del mismo modo
Tijerina, González, Gómez, Cisneros, Rodríguez y Ramos (2018), encontraron que
la ansiedad, el estrés y la depresión se encuentran relacionados y que se presenta
mayormente en mujeres, además León, Kautzman, López y Coronel (2014),
hallaron que el insomnio provoca alteraciones físicas y además existe
somnolencia en clase, con esto afirman que el insomnio afecta el rendimiento
académico, por otro lado Martínez-Otero (2014), encontró que es más frecuente la
ansiedad rasgo que la ansiedad estado. 

Morenza (2017) comenta que la ansiedad participan en procesos muy variados.


Se ha demostrado la intervención de factores genéticos, sociales, psicológicos,
biológicos y/o culturales, viéndose afectados, como consecuencia de los mismos,
circuitos de diferentes neurotransmisores como la noradrenalina, serotonina,
dopamina o GABA a distintos niveles cerebrales, dando lugar a una
sobreexcitación del Sistema Nervioso Central y Periférico. Así como también
Pedraz-Petrozzi, et al. (2015) dijeron que las personas con la sintomatología de
ansiedad tienen un mayor riesgo de presentar onicofagia y el síndrome de piernas
inquietas. 

De La Cruz-Vargas et al. (2018) mencionan que la ansiedad es la anticipación del


fracaso, negatividad sobre la autoestima, la valoración social negativa y la pérdida
de algún beneficio esperado. Vargas, Villarreal, Guevara y Andrade (2014) la
ansiedad se puede convertir en una problemática cuando se presenta de manera
repentina, cuando se prolonga por más tiempo o inclusive cuando la respuesta al
estímulo es desmesurada respecto a escape, la evitación o la lucha con los
elementos amenazantes. De igual modo, Riveros, Hernández y Rivera (2014)
mencionan que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es
tan intensa y duradera interfiere con las actividades normales de la persona.

Respecto a la alimentación hay una relación entre la salud psicológica y la ingesta


de ciertos nutrientes y grupos de alimentos, la forma de alimentarse puede afectar
a la forma en que se sienten las personas y viceversa; la ingesta baja en ácidos
grasos y minerales como el manganeso, el cobre o el zinc se ha relacionado con
mayores niveles de ansiedad (Ramón et al. 2019).
El estudio de Valencia et al. (2017) menciona otra razón a saber, el intento de
evitar los pensamientos y emociones desagradables constituye un elemento
fundamental de la ansiedad-rasgo; la evitación experiencial constituye un
importante predictor de esta, incluso por encima de la autoculpa y de la tendencia
a no buscar soluciones a los problemas. es decir, evitar el contacto con los
pensamientos y emociones desagradables parece tener el efecto paradójico de
aumentarlos, lo cual puede llevar al desarrollo de un trastorno de ansiedad.

En otros estudios (Adler y Matthews, 1994), la ansiedad se ha asociado al riesgo


de desarrollar ciertas patologías como, por ejemplo, la hipertensión en las mujeres
o como factor de riesgo de la sobremortalidad cardiovascular (Hansen, 2003). En
un estudio más reciente sobre ansiedad, mencionan que influye en el rendimiento
escolar de los estudiantes de una secundaria pública de Coatepec, Veracruz, se
encontró que la mayoría de los alumnos que presentaron “desempeño bajo” en
Matemáticas y/o Ciencias, afirmaron detectar síntomas de ansiedad (Sánchez,
Ontiveros y Granados, 2019). Martin, Anglada y Daher, (2014) comentaron que si
un estudiante tiene mayor nivel de ansiedad,no utilizan adecuadamente sus
estrategias y solo estarán utilizado estrategias como el distanciamiento y de
escape-evitación y  menos resolución de problemas. Salamanca, Vega, & Niño,
(2014) han encontrado que los estudiantes han presentado un patrón narcisista,
así como también compulsivo en todos sus semestres, a causa de la ansiedad. 

García-Batista, Cano-Vindel y Herrera-Martínez. (2014).De acuerdo a los estudios


la tendencia a la ansiedad tiene efectos que inciden en otros procesos
psicológicos de forma negativa y que han inducido a una intensa investigación por
parte de los especialistas, quienes la consideran un proceso intrincado y complejo
que matiza al análisis cognitivo, ya que implica una interacción de esta disposición
emocional con otros procesos psicológicos como la vigilia, la atención, la
percepción, el razonamiento y la memoria, con esto García-Santillan., & Escalera-
Chávez., &, Santana-Villegas ., & Guzmán-Rivas.,(2016) dejan ver que la
ansiedad matemática se desarrolla con “un sentimiento de ansiedad, terror,
nerviosismo y síntomas físicos asociados que surgen al hacer matemáticas”, con
lo que ,Hopp, María. Y Díaz-Narváez (2018). Mencionan que existe evidencia de
una interacción entre un estado ansioso y el rendimiento académico en carreras
de la salud que indican que los efectos negativos de la ansiedad aquel únicamente
podrían ser en condiciones de estrés de manera que solo ocurrirían ante la
preocupación por una amenaza evaluativa, que reduce la capacidad de
procesamiento. Contreras, Paz, Torres-Martínez, Rodríguez- Furlan, Piemontesi,
Heredia y Sánchez (2015). La AE se convierte en un problema “clínicamente
significativo” cuando el estudiante vivencia los eventos evaluativos como
excesivamente amenazantes, en base a percepciones poco realistas de la
situación y de las consecuencias de un eventual fracaso. Reyes, Monterrosas,
Navarrete, Acosta, Y Torruco. (2016) Mencionan que la ansiedad y la depresión
tienen comorbilidad, en casi la mitad de los pacientes se presentan síntomas
combinados de alguno de estos trastornos, lo que suele conceptualizar, por sus
coincidencias, como síntomas ansioso-depresivos. Rosas (2017) en su estudio
mostró que a mayor ansiedad menor rendimiento académico y a menor ansiedad
mayor rendimiento académico. 

Insomnio 
Aspectos positivos

García, Querts, Hernández, Agüero y Cascaret (2015). La investigación científica


desarrollada en los últimos años, ha producido más información acerca de la
fisiología y fisiopatología del sueño. En consecuencia, la creación de un cuerpo de
ideas sobre las causas de la somnolencia y el insomnio han encontrado bases en
la aplicación de nuevas tecnologías, que a la par de dar soluciones, abren nuevas
interrogantes que agregan mayor fascinación a la larga historia del hombre en la
investigación del sueño, mientras que, Jiménez-Genchi., y Grupo de Estudio
ZONIA.(2012) En conjunto con Grupo de Estudio Zonia mencionan que el
zolpidem es una imidazopiridina con acción agonista sobre el complejo receptor
GABA. El zolpidem ha mostrado ser eficaz en el tratamiento del insomnio al
reducir la latencia de sueño e incrementar su tiempo total.

Aspectos negativos 

Mourenza (2017) afirma que el Insomnio se encuentra englobado dentro de las


patologías por alteración en el sueño conocidas como disomnias. Es una
alteración cuantitativa y/o cualitativa del sueño, un trastorno del mismo por
dificultad en su conciliación o en su mantenimiento, en definitiva, un Desorden en
el Inicio y en el Mantenimiento del Sueño (DIMS). Tuyani, Roman, Olmedo y
Amezcua (2015) comentan que uno de cada cinco universitarios padece insomnio.
Sus quejas de insomnio se encuentran relacionadas fundamentalmente con la
cantidad, y no tanto con la calidad del sueño Esto se traduce en un alto porcentaje
de universitarios que padecen somnolencia diurna, la cual podría repercutir sobre
las actividades de la vida diaria.

García, Querts, Hierresuelo y Quesada (2015), encontraron que el insomnio está


relacionado con el estrés y los hábitos tóxicos, también Castillo, Chacón y Díaz-
Véliz (2016), hallaron que la ansiedad se relaciona con el estrés, encontraron
como principales fuentes de estrés la sobrecarga académica, la falta de tiempo
para cumplir con actividades y los exámenes, por otro lado Durán, Rosales, Moya
y García (2017), hallaron que los periodos de examen y el sobrepeso se
relacionan con el insomnio y la somnolencia diurna, también Flores, Chávez y
Aragón (2016), encontraron que las situaciones de evaluación y responsabilidades
generan ansiedad y que las reacciones ante estas situaciones pueden ser
cognitivas, fisiológicas y motoras, además Monsalve, García, Chávez, David y
Cardona (2014), encontraron que el consumo de medicamentos, el tabaquismo, el
alcoholismo y tener una enfermedad son factores asociados a trastornos del
sueño, por otro lado la somnolencia se relaciona con el ciclo de formación del
estudiante, así mismo Durán, Fernández-Godoy, Fuentes, Hidalgo, Quintana,
Yunge, Fehrman y Delgado (2016), encontraron que la somnolencia diurna, el
insomnio y una mala calidad del sueño se asocian con factores de género, fumar,
beber y ser estudiante de nuevo ingreso, por otro lado Monterrosa, Ulloque y
Carriazo (2014), encontraron que la calidad del dormir y los patrones del sueño no
influyen en el rendimiento académico, sin embargo la presencia de insomnio sí. 

García et al. (2016) encontraron que el insomnio deteriora la capacidad para


trabajar en precisión e intensidad, causa malestar opcional, tanto directa como
indirectamente, y está asociado con irritabilidad y hostilidad. Este se ha asociado
con el bajo desempeño laboral, la salud general física o mental disminuida y los
desórdenes psicológicos. Por lo tanto, el estudio de García et al. (2016) señala
que existe una relación entre el estrés y el insomnio en los estudiantes de
medicina de la Universidad del Valle de México encontrada entres los 18 y 20
años, relacionado a la falta de adaptabilidad a un nuevo sistema educativo
superior.

Barrenechea, Gómez, Huaira, Preguntegui, Aguirre y Rey. (2010). Mencionan que


la mala calidad del sueño está asociado a fatiga, deterioro de la actividad motora y
cognitiva, problemas de relaciones interpersonales y mayor número de accidentes
laborales y de tránsito, como mencionan, Puerto, Rivero, Sansores, Gamboa y
Sarabia.(2015), el sueño se presenta aproximadamente cada 24 horas y es
regulado por factores que dependen del organismo, el ambiente y el
comportamiento y que las consecuencias de la somnolencia suelen ser el
deterioro de las actividades motoras o cognitivas, lo que trae consigo problemas
en las relaciones interpersonales y el incremento de los accidentes de tránsito y
laborales.

Ansiedad e Insomnio
Aspectos negativos 

Así mismo el estudio de Ramón et al. (2019) muestra que pueden desencadenar
conductas de riesgo, en estados de estrés, ansiedad, depresión o insomnio a
competencia y la presión por los resultados académicos, los cambios en las
cargas de trabajo y en las redes de apoyo, y en ocasiones estar lejos de la familia
durante un periodo.

Confirman Texco et al. (2019) que la ansiedad, insomnio, depresión y algunos


trastornos somáticos que padecen los estudiantes pueden afectar su rendimiento
académico y así mismo impedir que concluyan sus estudios o adquirir nuevos
conocimientos.

Vilchez-Cornejo et al. (2016) es costumbre acortar el tiempo de sueño, lo cual


generará estados de estrés, ansiedad y depresión, afectando las labores
académicas en el transcurso del día, en el ámbito universitario debido a la carga
horaria, exigencias por parte de los docentes y la competitividad entre los alumnos
la ansiedad es uno de los trastornos psicológicos con mayor presencia, en este
estudio reflejan que la mala calidad de sueño se asoció con la ansiedad, depresión
y estrés en los estudiantes de segundo y tercer año, respectivamente.

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