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Med Clin (Barc). 2015;xx(x):xxx–xxx

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Diagnóstico y tratamiento

Furúnculo, furunculosis y ántrax: abordaje y tratamiento

Furuncle, furunculosis and anthrax: Management and treatment
Ana Marı́a Arnáiz-Garcı́a a, Marı́a Elena Arnáiz-Garcı́a b,* y Javier Arnáiz c
a
Unidad de Enfermedades Infecciosas, Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander, España
b
Servicio de Cirugı´a Cardiovascular, Hospital Universitario de Salamanca, Salamanca, España
c
Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander, España

I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O

Historia del artı´culo:

Recibido el 5 de octubre de 2014
Aceptado el 30 de octubre de 2014
On-line el xxx

Introducción interior1,3–6. A medida que el material purulento se acumula en su

Los furúnculos consisten en la infección local de un folı́culo
piloso, que puede penetrar en profundidad hacia tejidos subcu-
táneos1–6. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, allı́
donde existan folı́culos pilosos, siendo las localizaciones más
frecuentes, fundamentalmente, el cuello, el rostro, las axilas, las
ingles, los muslos, etc. Pueden aparecer como una lesión única,
afectando solamente a un folı́culo piloso, de forma repetida o
furunculosis, o bien la infección puede diseminarse a folı́culos
pilosos circundantes, presentando una afectación folicular múlti-
ple también conocida como ántrax1–5. A continuación describimos
la forma más frecuente de presentación, ası́ como su diagnóstico,
abordaje y tratamiento.
Forma de presentación
Su forma de presentación más caracterı́stica consiste en la
inflamación del folı́culo piloso, con enrojecimiento, calor local y
dolor. Su tamaño varı́a en función de la fase de maduración en la
que se encuentre, oscilando entre 0,5-5 cm. Aunque puede
aparecer en cualquier parte del cuerpo en la que existan folı́culos
pilosos, esta afección cutánea aparece predominantemente en
zonas húmedas o de roce constante con la ropa. Puede crecer
paulatinamente, y si no es tratado durante las primeras fases de
instauración, la infección puede progresar, y con ello los signos
inflamatorios, presentando fluctuación local que se complica con la
formación de un absceso al presentar material purulento en su
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: elearnaiz@hotmail.com (M.E. Arnáiz-Garcı́a).
interior, la lesión aumenta de tamaño, la piel se distiende y el tejido
circundante adquiere una tonalidad violeta. El dolor se incrementa,
y el mı́nimo roce sobre la zona puede resultar muy molesto. Si se
analiza la lesión con detalle, puede en ocasiones observarse un
pelo, rodeado de toda la reacción inflamatoria desencadenada por
la infección del folı́culo piloso. Además, suelen verse núcleos
amarillentos o blanquecinos en la superficie, a modo de pústula.
Puede llegar a drenar espontáneamente fistulizando hacia la
superficie cutánea (fig. 1).
Dado que la infección progresa a tejido subcutáneo y llega a
formarse un nódulo y posteriormente un absceso local, pueden
asociarse sı́ntomas generales tales como malestar general y
fiebre3–6. A medida que el furúnculo madura, el tejido central
interno sufre un proceso de necrosis. Si no se drena de forma
intencionada, el furúnculo finalmente drenará de forma espontá-
nea, y todo el contenido interior saldrá al exterior. Progresiva-
mente la inflamación disminuirá, y con ello el dolor acompañante,
el enrojecimiento y los signos flogóticos, conduciendo a la
cicatrización de forma espontánea en algunos casos, o bien bajo
tratamiento antibiótico local o sistémico.
Existen, además, casos de furúnculos en los cuales una vez
cicatrizado el folı́culo, al cabo de cierto tiempo vuelven a aparecer
en la misma localización que originalmente. En esta circunstancia
hablamos de folı́culo recurrente, también llamada furunculosis7–9.
La formación de un furúnculo puede extenderse a folı́culos
pilosos circundantes, originando una afectación múltiple también
llamada ántrax, y que no debemos confundir con otra entidad
infecciosa conocida con el nombre de carbunco o ántrax maligno,
que consiste en una grave afectación pulmonar altamente letal
producida por las esporas de Bacillus anthracis, utilizadas como
arma biológica1–4.

http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2014.10.023
0025-7753/ß 2014 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

Cómo citar este artı́culo: Arnáiz-Garcı́a AM, et al. Furúnculo, furunculosis y ántrax: abordaje y tratamiento. Med Clin (Barc). 2015.
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Figura 1. A: Estado del furúnculo previo al drenaje externo por punción. Son evidentes los signos inflamatorios, como el color violáceo de la lesión y la elevación local, que
indica la formación de material purulento en su interior. B: Visión tras realizar drenaje inicial de la lesión. Se observa la zona de pústula superior, por la que se produce la salida
del material purulento desde su interior.
Etiologı́a
El principal agente causal de estos procesos infecciosos que
afectan a los folı́culos pilosos suele ser, en la gran mayorı́a de los
casos, de origen bacteriano, y fundamentalmente causado por
estafilococos. Dentro del grupo de los estafilococos, el Staphylo-
coccus aureus es el que con más frecuencia se ha relacionado con
esta infección cutánea. Sin embargo, también se han descrito casos
originados por otro tipo de bacterias, e incluso hongos1–6.
Existen factores predisponentes, como la obesidad, la diabetes,
la mala higiene local, o déficits inmunitarios, como puede ocurrir
en pacientes afectados de cáncer, o bajo tratamientos quimiote-
rápicos, que logran incrementar de esta manera el riesgo de
infección10,11.
Diagnóstico
Su diagnóstico es sencillo, si se realiza un examen exhaustivo de
la superficie corporal y de la lesión. Su tı́pica apariencia nos
orientará hacia esta entidad. No obstante, en situaciones en que
puedan existir dudas del diagnóstico, y siempre que la lesión sea
supurativa, puede analizarse el material purulento a través de una
tinción de Gram urgente o de un cultivo bacteriológico, con el fin de
llegar a un diagnóstico microbiológico concreto, principalmente el
aislamiento de bacterias grampositivas en masa, caracterı́stico de
los estafilococos1,4.
A pesar de que los signos y sı́ntomas pueden fundamentalmente
conducirnos al diagnóstico correcto en la gran mayorı́a de los casos,
en aquellos en que puedan existir dudas por una presentación
atı́pica, o con el fin de desestimar la posibilidad de una lesión
tumoral, puede requerirse el empleo de una prueba de imagen
sencilla, sin contraindicaciones y de fácil acceso, como es la
realización de una ecografı́a de partes blandas.
En los casos en que se hayan presentado furunculosis de
repetición, este hecho deberá ser motivo suficiente para considerar
y descartar un potencial defecto inmunitario, inmunodeficiencia o
proceso tumoral1,10,11.
Complicaciones
La principal complicación de este tipo de proceso infeccioso
cutáneo es la lesión cicatricial residual tras la cura del mismo, que
suele estar presente en la mayorı́a de los casos, en menor o mayor
grado, en función de la evolución de la lesión y el tratamiento
recibido. Pueden darse casos en que la extensión de la lesión haya
sido amplia, o múltiple como en el ántrax, y las lesiones
cicatriciales residuales sean considerables, con la formación de
úlceras extensas.
Especial atención requieren aquellos folı́culos que afectan al
rostro, sobre todo en la región de la nariz, el labio superior o la
órbita del ojo, por su cercanı́a al seno cavernoso y posible extensión
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de la infección a nivel intracraneal. Por otra parte, también son
peligrosos aquellos folı́culos localizados en la columna vertebral,
por su proximidad a las vértebras y región medular, ası́ como los
localizados en regiones de alto contenido en ganglios linfáticos,
como las axilas o las ingles, por la posibilidad de ocasionar una
linfangitis. Procesos infecciosos como la septicemia o la meningitis
son excepcionales, pero también han sido descritos como
complicaciones graves de una foliculitis1,12–14.
Abordaje y tratamiento
A pesar de que aparentemente sea una lesión inflamatoria
localizada, no debe subestimarse su importancia y potencial
gravedad, de ahı́ que deba realizarse un seguimiento estrecho de la
lesión desde el momento en que aparece y se manifiestan con ella
los primeros sı́ntomas.
La resolución espontánea es posible, pero lamentablemente
solo se da en escasas ocasiones. Por lo general, la evolución natural
es que la infección del folı́culo progrese desfavorablemente hacia
una lesión con material purulento en su interior, drenando de
forma espontánea en un tiempo aproximado de 10-15 dı́as, tiempo
que puede acortarse con la aplicación de paños o compresas
húmedas y calientes1,15.
En determinadas circunstancias, como que en este perı́odo de
tiempo aproximado de 10 dı́as o 2 semanas la lesión no haya
drenado aún de forma espontánea, la sintomatologı́a y principal-
mente el dolor progresen, o la furunculosis afecte a una zona
importante como es el rostro o regiones ganglionares, debe
plantearse el realizar un drenado intencionado de la misma por
parte de personal médico. Es primer lugar, es importante realizar
una adecuada limpieza local de la región afectada, con antisépticos
locales, y lavarse las manos cada vez que se entra en contacto con la
lesión. Los agentes causales más caracterı́sticos son los estafilo-
cocos, los cuales pueden transmitirse a otras zonas de piel
circundante o a distancia si no se llevan a cabo unas adecuadas
medidas de asepsia1,15.
Deben extremarse los cuidados en este sentido, ya que además
puede transmitirse la infección a otros miembros cercanos al
paciente, por lo que no debe compartirse la ropa, y se debe prestar
especial atención a la utilización de toallas y sábanas que hayan
podido contactar con la zona afectada.
Es importante no manipular la lesión, no realizar presión sobre
la misma ni tratar de drenarlo si no se tienen los medios de asepsia
ni los conocimientos necesarios. Los riesgos que se asocian a la
inadecuada manipulación de estas lesiones radican principalmente
en una extensión de la infección a los folı́culos circundantes, y una
futura posible lesión residual cicatricial considerable. Se deberá
valorar el inicio de tratamiento antibiótico siempre que aparezcan
signos de diseminación de la infección, afectación de múltiples
folı́culos pilosos o ántrax, o siempre que la progresión tanto de un
folı́culo piloso aislado como múltiple sea desfavorable1–9.
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Figura 2. A: Evolución del furúnculo tras 3 dı́as de tratamiento antibiótico oral y drenaje diario. B: Estado de la lesión a los 5 dı́as de tratamiento.
Puede pautarse también tratamiento antiinflamatorio y anti-
pirético en el caso de presencia de fiebre elevada y malestar
general.
El tratamiento antibiótico no siempre es necesario, si bien es
recomendable ante la mı́nima sospecha de complicación. La
utilización de antisépticos locales como povidona yodada o
clorhexidina, y pomadas antibióticas locales, también es útil en
las primeras fases del proceso inflamatorio. No obstante, una vez
llegada la fase flemonosa y de acumulación de material purulento
en su interior, esto no es suficiente, ya que la capacidad de
penetración y actuación sobre la misma se ve altamente reducida.
Por este motivo suele ser necesario, además, el empleo de
antibióticos por vı́a oral, con espectro capaz de cubrir los
microorganismos causales más frecuentes de este tipo de lesiones,
como son los estafilococos1,15 (fig. 2).
Como pauta general se podrı́a proponer el tratamiento
antibiótico oral con: amoxicilina-ácido clavulánico (dosis: 875/
125 mg/8 h), o en caso de alergia a betalactámicos: clindamicina
(dosis: 300 mg/6-8 h) junto a una fluoroquinolona (ciprofloxacino
o levofloxacino: dosis de 500 mg/12 h o 500 mg/24 h, respectiva-
mente). La duración estimada del tratamiento es de 10-14 dı́as,
dependiendo siempre de la evolución clı́nica del paciente y la
posibilidad de un drenaje rápido del absceso1,15.
El drenado de la lesión, asociado al tratamiento antibiótico
sistémico, hará que la infección remita y conseguirá la resolución
de la furunculosis en la inmensa mayorı́a de los casos. Uno de los
inconvenientes de este tipo de lesiones es su elevada tendencia a
dejar cicatriz residual en un alto número de casos, a pesar de que el
tratamiento se haya instaurado a tiempo. De ahı́ que se considere
que un folı́culo, aun curado, deja cicatriz. Esta lesión será mayor
para las afecciones que hayan presentado una evolución desfavo-
rable, o se haya comprobado diseminación por continuidad a
folı́culos circundantes1,15.
Cómo citar este artı́culo: Arnáiz-Garcı́a AM, et al. Furúnculo, furunculosis y ántrax: abordaje y tratamiento. Med Clin (Barc). 2015.
http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2014.10.023
3
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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