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Transmisión de la herencia
Adquisición
Indignidad
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El art. 2277 expresa que “la muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su sucesión y la
transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley.…”.1
Este artículo tiene especial importancia, ya que consagra tres principios generales del derecho hereditario:
La muerte:
Como la ley no quiere que la herencia quede vacante, estatuye que la transmisión se opera en el momento
de la muerte; la herencia se adquiere ipso iure almomento de la apertura de la sucesión. Pero como tampoco
se impone la aceptación, se condiciona esa transmisión a que sea aceptada
.En el fenómeno sucesorio hasta la adquisición definitiva de la herencia, se puede indicar ciertos momentos,
algunos de los cuales coinciden cronológicamente. Tales momentos tienen vigencia siempre que el
heredero adquiera de manera definitiva la herencia por medio de la aceptación. Si ello no sucede, se
considera que estos momentos no han existido.
Detallados tales momentos, es necesario precisar que en nuestro derecho –en principio– no se produce la
herencia yacente. Esta se configura en aquellos ordenamientos jurídicos en los que la herencia se adquiere
mediante aceptación y, por lo tanto, existe un período de tiempo que va desde la apertura de la sucesión
hasta la aceptación, durante el cual la herencia carece de titular actual.En cambio, en los ordenamientos
jurídicos –como el nuestro– la herencia se adquiere ipso iure al momento de la apertura de la sucesión. Sin
embargo, la reglan o es absoluta, pues existen algunos supuestos excepcionales que se producen por la
vacancia actual de la titularidad hereditaria o por el estado de hecho de incertidumbre sobre la identidad del
heredero, a saber:
El heredero instituido bajo condición suspensiva: no tiene vocación actual durante el tiempo
que transcurre desde la muerte del causante y hasta el cumplimiento de la condición, período
en el cual la herencia no pertenece al causante ni al instituido bajo condición.
Transmisor: Es el causante, que debe ser una persona física, pues el derecho de familia
estudia las relaciones entre personas físicas.
Objeto: son todos los derechos transmisibles. Los no transmisibles no forman parte del caudal
relicto (que son los bienes del causante al momento de morir). Los derechos extra
patrimoniales se extinguen con la muerte de su titular, mientras que los derechos
patrimoniales –en principio– se transmiten a los herederos, pues hay derechos inherentes al
patrimonio que no son susceptibles de transmisión.
Título o causa: esta trasmisión de derechos se opera en virtud de la ley (lo queda origen a la
sucesión legítima, ab intestado o intestada) o a través de un llamado hecho por el causante
por medio de un testamento (lo queda origen a la sucesión testamentaria).
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La muerte real o presunta es el hecho jurídico que causa, de manera simultánea,la apertura de la sucesión
de la persona fallecida y la transmisión de la herencia a los llamados a recibirla por ley o por testamento. Una
vez sucedida la muerte, la ley o la voluntad del causante producirán el llamamiento a una o más personas
para que reciban la herencia.La muerte real se produce con el fallecimiento de una persona, mientras que la
muerte presunta procede en el supuesto de ausencia de una persona, sin que se tenga noticias de ella
durante el tiempo establecido por la ley. En este supuesto,se requiere que sea declarada por el juez.La
determinación del momento preciso de la muerte puede tener gran trascendencia en materia hereditaria si,
entre quienes mueren casi al mismo momento, existen derechos sucesorios.
Supuesto de conmoriencia
Se refiere al caso en que dos o más personas que tienen derechos hereditarios entre sí fallecen en un
mismo desastre o acontecimiento (terremoto, incendio,etc.) o en cualquier otra circunstancia (p. ej.: dos
personas fallecen en lugares diferentes sin poder determinarse quién murió primero).
El Código Civil y Comercial, en su art. 95, presume la contemporaneidad de los fallecimientos; esto es, que
se considera que todas las personas murieron en el mismo instante si no es posible precisar quién falleció
primero; en consecuencia,no se puede alegar transmisión alguna de derechos entre ellos.
Nuestro Código, en el capítulo 7 del título 1 del libro primero, regula lo relativo ala presunción de
fallecimiento. Tal presunción procede cuando una persona se ausenta de su domicilio sin que se tenga
noticia de ella por el término de tres años. El plazo se cuenta desde la fecha que se tuvo la última noticia del
ausente.
En este caso, la declaración judicial del fallecimiento presunto se asimila a la muerte comprobada. La
sentencia debe contener el día presuntivo de la muerte y,si es posible, la hora; de lo contrario, se tiene por
sucedida la expiración ese día.
La determinación de dicho día tiene gran importancia, ya que la sucesión se considera abierta en ese
momento y determinará quiénes tienen vocación y delación hereditarias.
Respecto a la entrega de los bienes a los herederos y legatarios, el art. 91 del Código Civil y Comercial señala
que recibirán los bienes del declarado presuntamente fallecido, previa formación de inventario. Asimismo,
se dispone que el dominio debe inscribirse en el registro correspondiente con la prenotación del caso. Entre
sus facultades, pueden hacer la partición de los bienes, pero no enajenarlos ni gravarlos sin autorización
judicial.
Si una vez entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene noticia cierta de su existencia, queda sin
efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la devolución de tales bienes a petición del
interesado.
Por su parte, el art. 92 preceptúa que la prenotación queda sin efecto luego de transcurridos cinco años
desde la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de la persona. Desde ese
momento, puede disponerse libremente de los bienes;, y si sucediera que el ausente reaparece, este podrá
reclamar:
La delación supone un llamamiento concreto a determinados herederos y efectivo, porque con ella se
adquiere la herencia, en virtud de que los llamados carecen de obstáculos para adquirirla.
Es importante distinguir la delación de la figura de la vocación. Esta última es un llamamiento a todos los
posibles herederos, efectuado por la ley o la voluntad del difunto. Dentro de este llamamiento, pueden existir
herederos llamados subsidiariamente o afectados por alguna inhabilidad o ser indignos; por lo tanto,la
delación presupone la vocación.
En nuestro derecho, desde la delación hay heredero, con la salvedad de que puede dejar de serlo si renuncia
a la herencia, pues se trata de un adquirente provisional. De allí, que la delación y la adquisición provisional
se producen siempre en el mismo instante.
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Adquisición
Efectos de la transmisión
En ese momento debe verificarse el requisito de la existencia del sucesor y su habilidad para
suceder . La indignidad para suceder también se entiende referida al momento del
fallecimiento.
A partir de allí, los herederos pueden aceptar o repudiar la herencia.Comienza a correr el plazo
de veinte años para aceptarla o repudiarla.
La ley que rige la sucesión es la vigente al tiempo del fallecimiento del causante,
correspondiente a su último domicilio.
El Código Civil y Comercial, en su terminología, no habla de capacidad o incapacidad para suceder, sino que
se refiere a las personas que pueden suceder y las que son inhábiles para ello. Sin embargo, esto no implica
que desaparezca la noción de capacidad, que es la causa por la cual se puede o no suceder.
La capacidad es la aptitud legal para ser titular del derecho a recibir por sucesión los derechos activos y
pasivos transmisibles del causante. Tal capacidad es la de derecho y debe acreditarse al momento de la
muerte del autor de la sucesión, salvo en el caso de las fundaciones creadas por testamento que obtengan
la autorización del Estado para funcionar.
La capacidad para suceder ser rige por la ley del domicilio del causante al tiempo de su fallecimiento.
Para que el heredero con vocación tenga delación, es decir, el concreto y efectivo llamamiento de la
herencia, y pueda adquirirla, debe ser una de las personas autorizadas por la ley para suceder.
las nacidas después de su muerte mediante técnicas de reproducción humana asistida, con
los requisitos previstos en el artículo 561.
Las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas por su
testamento .
En cuanto al inciso b), la persona humana debe estar concebida y nacer con vida.Si no naciere con vida, se
considera que nunca existió.
Respecto al inciso c), es dable señalar que, en un primer momento, el Proyecto de Código hacía una
remisión al art. 563, lo que implicaba reconocer que las personas concebidas por las técnicas de
reproducción humana asistida –TRHA–,luego de la muerte del causante, podían sucederlo; luego esto fue
suprimido. Solo pueden sucederlo las nacidas luego de la muerte del causante habiendo utilizado estas
técnicas y siempre que se cumplimenten los requisitos establecidos sobre el consentimiento informado.
La persona concebida tiene capacidad hereditaria; sus representantes legales administran sus bienes y
esos actos son válidos respecto del heredero que resulte ulteriormente; solo que la muerte antes del
nacimiento opera una extinción retroactiva de todos sus derechos, al punto que la ley la reputa como si
nunca hubiera existido.
Con relación al inciso d), se establece que pueden suceder las fundaciones creadas por testamento.
A esto hay que relacionarlo con el art. 193 del Código Civil y Comercial, en cuanto establece que, si el
fundador es una persona humana,puede disponer su constitución por acto de última voluntad. Como ya se
dijo precedentemente, la fundación debe obtener la autorización del Estado para poder funcionar.
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Indignidad
Noción. Fundamento
La indignidad es una sanción legal impuesta en una sentencia judicial, en virtud dela cual el heredero o
legatario que ha incurrido en determinadas ofensas contra el difunto, tipificadas por la ley, queda privado de
la herencia. Por ello, no es indigno frente a cualquier sucesión, sino frente a determinada sucesión.
En cuanto a la relación de la delación y la indignidad, cabe destacar que la indignidad actúa como
presupuesto de la delación, pues el declarado indigno carece de llamamiento efectivo y, por lo tanto, no se lo
puede considerar heredero por el lapso que va desde la apertura de la sucesión hasta la declaración de la
indignidad.
La exclusión del indigno solo puede ser demandada después de abierta la sucesión, a
instancia de quien pretende los derechos atribuidos al indigno. También puede oponerla
como excepción el demandado por reducción, colación o petición de herencia. La acción
puede ser dirigida contra los sucesores a título gratuito del indigno, y contra sus sucesores
particulares a título oneroso de mala fe. Se considera de mala fe a quien conoce la
existencia de la causa de indignidad.
Esta declaración de indignidad puede entablarse como acción o excepción. Lo primero corresponde cuando
se entabla contra el indigno que se encuentra en posesión material de la herencia; lo segundo, cuando el
poseedor material de la herencia es el heredero real, entonces este opone excepción por indignidad.
Los descendientes.
Los ascendientes.
El cónyuge.
El fisco, si por falta del indigno tiene que recibir los bienes hereditarios.
Respecto a los legatarios, no hay una posición unánime en la doctrina: una parte considera que los
legatarios no pueden ejercer la acción (Pérez Lasala, 2014, p.432); otros sí le reconocen esta acción, cuando
se pretende evitar la reducción dela liberalidad (Rolleri, Pagotto y Dangeli, 2014, p. 32).
Con relación a la legitimación pasiva, pueden ser declarados indignos los herederos llamados por ley o
testamento y los legatarios. Cabe la acción contra los herederos del indigno siempre que no hereden por
representación.
Desde otra arista, el art. 2284 prescribe que:
Caduca el derecho de excluir al heredero indigno por el transcurso de tres años desde la
apertura de la sucesión, y al legatario indigno por igual plazo desde la entrega del legado.
Sin embargo,el demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia,
puede invocar la indignidad en todo tiempo.
La finalidad de la norma es que no quede por tiempo indefinido sin aclararse la situación del indigno, que se
encuentra en posesión material de la herencia.
Una innovación en este punto está dada por el modo de contar el término de caducidad, que para el heredero
es de tres años desde la apertura de la sucesión y para el legatario es de tres años desde la entrega del
legado.
En el primer supuesto del artículo, el heredero indigno está en posesión material de la herencia; por ello, los
demás herederos solicitan la declaración de indignidad y el reintegro de los bienes hereditarios.
Una cuestión que resulta necesario indicar es la supresión en el Código de la figura de la desheredación y la
ampliación de las causales de indignidad. Es dable apuntar que la desheredación consistía en la privación de
la legítima a los legitimarios en virtud de una causa justa, demostrable, taxativamente enumerada en la ley y
expresada en el testamento. En los fundamentos del Proyecto de Código, se manifestó que dichas
modificaciones (es decir, la eliminación de esta figura y el incremento de causas de indignidad) obedecen a
evitar una doble regulación para situaciones prácticamente idénticas. Esto ha sido objeto de fuertes críticas
por prestigiosos autores, quienes estiman que existen claras diferencias que admiten mantener ambas
instituciones, ya que en la desheredación es el propio sujeto el que califica la conducta de su futuro
sucesor;de esta manera, puede defender la porción legítima del resto de sus suceso resfrente a alguno que
no mereciera adquirir mortis causa (Rolleri, Pagotto y Dangeli,2014, pp. 22-23). Asimismo, sostienen que si
se admite que ciertos parientes deben recibir necesariamente una determinada porción de bienes del
difunto,aun contra la voluntad de este, con más razón debe asegurarse su derecho a excluir por testamento
a alguien cuando medien justas causas (Córdoba, 2014).
Causales. Consecuencias
El art. 2281 enuncia las siguientes causas de indignidad (se alternan comentarios):
1 Los autores, cómplices o partícipes de delito doloso contra la persona, el honor, la integridad
sexual, la libertad o la propiedad del causante, o de sus descendientes, ascendientes,
cónyuge, conviviente o hermanos. Esta causa de indignidad no se cubre por la extinción de la
acción penal ni por la de la pena.;[La norma comprende los delitos dolosos; en consecuencia,
no alcanza a los delitos culposos. Dentro de los delitos dolosos, no se limita al homicidio o
tentativa como regulaba el código de Vélez,sino que incluye un amplio espectro de hechos que
afectan distintos bienes jurídicos protegidos. Otra novedad del inciso es la incorporación de la
figura del conviviente].
3 Esta causal es genérica por lo que serán la doctrina y la jurisprudencia quienes establecerán
las pautas sobre el alcance del término “gravedad”.
4 Los que hayan acusado o denunciado al causante por un delito penado con prisión o reclusión,
excepto que la víctima del delito sea el acusador, su cónyuge o conviviente, su
descendiente,ascendiente o hermano, o haya obrado en cumplimiento de un deber legal.;[La
norma se refiere a un delito penado con prisión o reclusión,cualquiera sea el tiempo
establecido en la condena. Esta causal no es absoluta, el mismo inciso determina los casos
en que no se configura la indignidad].
5 Los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del causante,dentro de un mes de ocurrida,
excepto que antes de ese término la justicia proceda en razón de otra denuncia o de oficio.
Esta causa de indignidad no alcanza a las personas incapaces ni con capacidad restringida, ni
a los descendientes, ascendientes,cónyuge y hermanos del homicida o de su cómplice.;[El
fundamento de esta causal es que el heredero que va a recibir una herencia debe procurar el
castigo del delincuente que ocasionó la muerte del causante. La denuncia debe formularse
dentro de un mes de ocurrida la muerte, salvo que antes de ese término el juez ya se encuentre
interviniendo en razón de otra denuncia o de oficio].
6 Los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante los alimentos debidos, o no
lo hayan recogido en establecimiento adecuado si no podía valerse por sí mismo.;[Esta causal
recepta dos supuestos. Respecto a los alimentos, para algunos autores, la causal no exige
reclamo judicial o que hayan sido fijados judicialmente (Pérez Lasala, 2014); para otros, por
razones de seguridad, solo se configura la causal cuando media incumplimiento de una
resolución que establece la cuota alimentaria (Mazzingui, 1996).En cuanto al supuesto de no
recoger al causante en establecimiento adecuado, la norma establece que aquel no debe
poder valerse por sí solo, pero no exige – como lo hacía el Código de Vélez– que se encuentre
demente y abandonado].
8 El padre o la madre del causante que haya sido privado de la responsabilidad parental.
9 Los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para que otorgue testamento o
deje de hacerlo, o lo modifique, así como los que falsifiquen, alteren, sustraigan, oculten o
sustituyan el testamento.; Esta causal se funda en el propósito de proteger la libre
manifestación de la voluntad del testador o el cumplimiento de esa voluntad.
10 Los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que permiten revocar las
donaciones.
El art. 1571 detalla las causas de ingratitud que autorizan a revocar las donaciones. A saber:
1 si el donatario atenta contra la vida o la persona del donante,su cónyuge o conviviente, sus
ascendientes o descendientes.
Cabe señalar que las causales previstas en la norma son de interpretación restrictiva, atentan a la naturaleza
sancionatoria de la indignidad; además, son de carácter excepcional y limitadas, es decir que no pueden
extenderse a otras situaciones, aun cuando sean de mayor gravedad.
Las causales pueden obedecer tanto a hechos positivos realizados por el indigno como a omisiones o
abstenciones.
En definitiva, una vez dictada la declaración judicial de indignidad, el indigno es excluido de la sucesión y se
considera que nunca ha heredado.
Perdón
Así como la indignidad debe ser probada por los herederos, que se beneficiarán con la exclusión del indigno,
el perdón debe ser probado por el ofensor.
El art.í 2282 regula que: “el perdón del causante hace cesar la indignidad. El testamento en que se beneficia
al indigno, posterior a los hechos de indignidad,comporta el perdón, excepto que se pruebe el
desconocimiento de tales hechos por el testador”
De la norma se desprende que el perdón puede hacerse por testamento; sin embargo, algunos autores
señalan que esto no impide receptar otros medios.
Por otra parte, no es necesario que en el testamento conste de manera expresa el perdón; se aceptan
también los casos en que el testador instituyó heredero o legatario a quien incurrió en una causal de
indignidad, pues se presume iuris et deiure que ha tenido conocimiento de ese hecho y lo ha perdonado.
Luego de la respectiva lectura te invito a revisar el siguiente material, para ampliar la información al
respecto:
Modificaciones al derecho sucesorio en el nuevo CCCN.pdf
96.5 KB
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Referencias
Córdoba, M. (2014). Introducción a nuevas normas del derecho sucesorio en el Código Civil y Comercial de la
Nación [Suplemento especial nuevo Código Civil y Comercial]. Buenos Aires: La Ley. Recuperado
de:http://www.laleyonline.com.ar/maf/app/documentVM?
&src=laley&srguid=i0ad81816000001508d36ae626c47a388&docguid=i67245FE2495ABB61E5
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González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1 Disposiciones generales. En J. C.
Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters
– La Ley.
Pérez Lasala, J. L. (2014)., Tratado de Sucesiones. Tomo I. Santa Fe: RubinzalCulzoni., Tomo 1.
Rolleri, G., Pagotto, N., y Dangeli, R. (2014). Título I Sucesiones - Capítulo 2Indignidad. En J. C. Rivera y G.
Medina (Dirs.)., Código Civil y Comercial de laNación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley.
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