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538 HRE\'I: IW';¡ (lRIA PE r.

lil{(}P¡\
e
e
Firmado el 23 de agosto de 1939, el pacto germano-soviético com-
prendía dos partes. En la primera, hecha pública, la Rusia soviéti-
28. La Europa desgarrada
ca y la Alemania nazi cone/uían un acuerdo de "no agresión" váli-
do por diez años y que, por el momento, dejaba las manos libres a
Hitler para desencadenar el ataque contra Polonia, previsto para
el1 de septiembre de 1939. La segunda parte era un protocolo se-
creto que cone/uía eIl un verdadero reparto de la Europa oriental
Seis ¡¡¡lOS de guerra provocada por la ambición hitlerianQ y la
impotencia de las democracias y de la UJ<SSpara entenderse lle-
e
entre los dos cosignatarios. Este protocolo secreto fue modificado el
28 de septiembre por otro acuerdo, que hacía pasar a Lituania a la
"zona de influencia" soviética.
van al desmoronamiento de Europa. «Alemania, arlO cero" ...
¿Europa, ¡¡¡lO ceror ... .sobre sus ruinas, dos potencias, de las que
1II1ll no es europea y la otra sólo lo es de forma illcompleta, fabri-
e
call dos Europas escindidas, agotadas, dependientes ... Envés
macabro de la resplandeciente medalla del si)!./oxx.
e
El prcmio Nobel Franc;:oisJacob escribió: «Nadie sabe el giro
que adoptará la Historia. Nada está decidido, nunca». Sin
e
embargo, a finales del verano de 1939, podía parecer que la
voluntad belicosa de Hitler había convertido la guerra en
algo ineluctable, y que, si el origen dé las guerras puede pa-
e
recer dudoso en algunos casos, no hay duda posible por lo
que se refiere al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Eu-
ropa era víctima de la desmesura del dictador alemán. En
realidad, sean cuales fueren las intenciones de-Hitler, sólo el
e
aislacionismo americano y la imposibilidad de entendi-
miento entre las democracias occidentales y la Unión So-
viética habían hecho posible que el líder alemán pasara a la
e
acción. Éste seguía convencido, además, de que Francia e
Inglaterra no cumplirían sus compromisos con Polonia, y se
quedó «petrificado» cuando le informaron del ultimátum
e
británico. Hitler no había previsto un conflicto de gran en-
vergadura y, como han demostrado estudios recientes, el
ejército alemán no estaba preparado para ello. Se necesita-
e
ron todavía varias etapas para que de un conflicto «regio-
nal» se pasase a una guerra «mundial».
e
539
e
e 540 BREVE HISTORIA DE El:IH1PA 28. LA EUROPA VES(;ARRAlJ ..\ 541

e Hitler, amo de Europa

La guerra relámpago en Polonia


tiva de Finlandia a aceptar las rectificaciones fronterizas exi-
gidas, el Ejército Rojo pasaba a la ofensiva. La «guerra de in-
vierno» fue extremadamente difícil para los soviéticos, que
e Francia e Inglaterra no tenían medio alguno para ayudar a
Polonia, y en unos días el ejército polaco fue arrasado por
sin embargo terminaron venciendo (marzo de 1940) yobli-
gando a los finlandeses a alejar su frontera hacia el oeste ce-
diendo Vyborg e importantes territorios en Laponia y en la

e un ejército alemán que manejaba a la perfección la «pareja»


avión-carro de combate. Atacada simultáneamente por el
norte, el sur y el oeste, Polonia fue aplastada como una «cás-
región de Murmansk. Cuando la guerra se reavivó en el oes-
te, los soviéticos se apresuraron a anexionarse los países
bálticos, así como Besarabia y el norte de Bucovina en detri-

e cara de huevo». El 17 de noviembre, en aplicación del proto-


colo secreto del Pacto germano-soviético, tropas soviéticas
franqueaban a su vez la frontera oriental de Polonia. El 27
mento de Rumanía. En unos meses, la URSS había adquiri-
do 23 millones de habitantes suplementarios y borrado en
gran parte, en sus fronteras occidentales, las consecuencias
de septiembre capitulaba Varsovia, abandonada 22 días an-
-e t~"-pGr-el-g{}&ieme-dehurondHeLk(d:> desepTieml5re).
Polonia había sido borrada del mapa en menos de un mes.
de la Primera Guerra Mundial.

e La dróle de guerre
La campaña de Francia

Durante estos meses de inacción, franceses e ingleses habían


barajado diferentes proyectos -ayudar a Finlandia contra la

e Una vez eliminada Polonia, la guerra iba a detenerse hasta el


mes de mayo. Los adversarios aparcaron momentáneamen-
te las armas por razones bastante diferentes. Del lado fran-
URSS aliada de Alemania y aprovechar la situación para
apoderarse del hierro sueco, atacar los campos petrolíferos
de Bakú-, pero sería Hitler quien tomase de nuevo la inicia-

e co-inglés, se consideraba que a la larga su superioridad eco-


nómica les daría la victoria, mientras que, por razones
meteorológicas, Hitler retrasaba a la primavera de 1940 la
tiva. El 9 de abril de 1940, el ejército alemán otupaba ..Dina-
marca y desembarcaba en Noruega: franceses e ingleses ob-
tenían ahí su única victoria de este período de la guerra
nueva ofensiva relá'mpago prevista para el otoño de 1939. Es
e a ese período de la guerra en el que no se combatía, y duran-
te el cual la moral de las tropas francesas se desmoronó en la
apoderándose, el 28 de mayo, de Narvik, en el extremo nor-
te de Noruega. No obstante, en ese momento los aconteci-
mientos decisivos tenían lugar en otro lado.

e
e
inacción, al que se dio el nombre de dróle de guerreo Pero,
mientras en el oeste no pasaba nada, Europa oriental cono-
CÍagrandes transformaciones, debido a que la Unión Sovié-
tica sacaba todas las consecuencias del Pacto germano-so-
viético. Desde finales de septiembre a principios de octubre,
,
~

ti.
f.
EllO de mayo de 1940, el ejército alemán pasaba a la
ofensiva en Holanda, pero no era más que un simulacro, y,
mientras las mejores unidades francesas e inglesas se preci-
pitaban a su encuentro a través de Bélgica, el 13 de mayo las
divisiones blindadas alemanas, los panzers, franqueaban
a los tres países bálticos se les impuso una ocupación mili- las Ardenas y, mediante un amplio golpe de guadaña, ence-
tar; en el mes de noviembre la parte oriental de Polonia era rraban a las tropas francesas e inglesas que se habían aven-

e anexionada, mientras que el 28 de noviembre, ante la nega- turado en Bélgica en la bolsa de Dunquerque. La mayor par-
542 HKE\'E tUS', (1¡{IA I)¡: ITRI ¡PA
28. LA EL'IH.II'A IlI.S(,.-\.i{I{.o\/):\
543 e
te de las tropas así cogidas en la trampa pudieron ser eva- el Afrika Korps, que rechazó a los ingleses hasta las fronte-
cuadas por mar, después de haber perdido, cuando menos,
sus pertrechos, pero el ejército alemán pudo entonces lan-
ras de Egipto, pero no consiguió avanzar más allá.
El ataque contra Rusia empezó el 22 de junio de 1941. Cua-
tro millones de hombres, 5.000 aviones, más de 3.000 carros
e
zarse hacia el sur. EllO de junio, Mussolini, que hasta en-
tonces había mantenido la no-beligerancia de su país, sor-
prendido por la rapidez de los acontecimientos, entraba en
guerra para participar en la rapiña. París era ocupado el 14
de combate, pronto reforzados por tropas finlandesas, hún-
garas, rumanas, italianas y más tarde por contingentes vo-
luntarios de casi toda Europa -Legión de los Voluntarios
e
de junio y el gobierno francés, que había pasado a ser dirigi-
do por el mariscal Pétain, pedía el armisticio el 17 de junio
desde Burdeos, donde se había refugiado. El 22 de junio se fIr-
Franceses contra el Bochevismo (LVF), División Azul españo-
la, etc.- se lanzaban al asalto de la Unión Soviética. Hitler ob-
tenía inmensas victorias y, a principios del mes de diciembre,
e
maba simbólicamente el armisticio en el claro de Rethondes.
Hitler estaba convencido de que Inglaterra, que se había
quedado sola, no tenía otra salida que capitular rápidamen-
las tropas alemanas se hallaban a 25 kilómetros de Moscú.
e
La Europa hitleriana
te. Pero ¡lO era eso lo que pensaba Winston Churchill, pri-
mer ministro tras sustituir a Neville Chamberlain ellO de
mayo. Para preparar un desembarco, la aviación alemana A finales de 1941, Hitler era dueño de casi la totalidad de e
comenzaba el 13 de ¡¡gasto el bombardeo de Inglaterra (el Europa, si dejamos a un lado Inglaterra y algunos Estados
Blitz), que provocó destrucciones considerables, en especial
en Londres y en Covcntry; pero los aviones de la Royal Air
neutrales -Su<:cia, Suiza, Portugal, España, donde Franco se
había negado a dejarse arrastrar a la guerra-, )' había procla-
mado que iba a establecer en Europa «un orden nuevo para
e
Force consiguieron mantener a raya a los de la Luftwaffe, y
al no haber logrado el dominio aéreo los alemanes tuvieron
que renunciar a su proyecto de desembarco.
mil años», pero en la práctica la dominación hitleriana no
respondía a líneas directrices: una serie de regiones habían
sido anexionadas a Alemania -Alsacia-Lorena, Luxembur-
e
La campaña de Rusia
4
go, el oeste de Polonia, Eslovenia-, otras eran gobernadas
directamente por administraciones alemanas -Bélgica, Paí-
ses Bajos, Noruega, Rusia...-, y otras estaban dirigidas por
e
vasallos de Alemania -monseñor Tiso en Eslovaquia, Ante
La resistencia de Inglaterra obligó a Hitler a invertir sus pIa-
nes ya tratar de eliminar primero a la Unión Soviética. En
este proyecto le retrasó una nueva campaña relámpago en
Pavelich en Croacia ...-. Francia conoció un régimen parti-
cular: disponía de un gobierno teóricamente libre, estableci-
e
do como zona libre en Vichy, dirigido por el mariscal Pé-
los Balcanes, destinada a llevar ayuda a Italia, enfrascada
en una guerra desgraciada contra Grecia. En abril de 1941, el
ejército alemán se adueñaba en unos pocos días de Yugos-
tain, convertido en jefe del Estado, pero el norte de Francia
y la costa marítima occidental estaban sometidas a las auto-
ridades de ocupación; además, a partir del 11 de noviembre
e
lavia y Grecia, y en mayo de Creta. Asimismo, en febrero
Hitler se vio obligado a enviar a Libia, para ayudar a los ita-
lianos que se encontraban en dificultades ante los británi-
cos, un pequeño ejército mandado por el general Rommel,
de 1942,la zona libre fue a su vez ocupada. De hecho, esa or-
ganización de Europa respondió más a las circunstancias
que a un programa definido. El «orden nuevo» se tradujo
e
e
e 544 HIHTE HISTURJ:\ DE ECROPA 2,s_ L..\ LU{(ll':\ !lF:-.t".\/{J{A1Jr\
545

e ante todo, esencialmente, en la explotación económica de


Europa al servicio de la máquina de guerra alemana. A me-
dida que las necesidades bélicas aumentaban, no sólo se sa-
Aproximadamente un millón de polacos fueron deportados
hacia Siberia y muchos no volvieron; al mismo tiempo, mi-
liares de oficiales prisioneros fueron ejecutados, sobre todo

e caban de los países ocupados cantidades considerables de


víveres y de bienes de todo tipo, y se empleaba un gran nú-
mero de obreros al servicio de Alemania, sino que unos siete
en Katyn.
Los gitanos, a los que la ciencia y la administración ale-
mana consideraban como pertenecientes a una población

e millones de obreros de todas las nacionalidades fueron tras-


ladados a las fábricas alemanas, sumándose al millón y me-
dio de prisioneros de guerra franceses, a los prisioneros ru-
nociva, fueron exterminados también en gran número.

e sos supervivientes, y, más tarde, a los siete u ocho millones


de deportados políticos, que en su mayor parte murieron en
los campos de concentración, los «campos de muerte lenta»,
La Resistencia

Frente a la opresión alemana se alzaron, un poco por todas


una muerte lenta de unos pocos meses como media ... El or- partes, fuerzas de resistencia. Resistencias exteriores anima-

e _rleQJlueio--se-t¡:adu¡;;.ia--adcHláscfl-las-perseeuciones--strfridas'
por los judíos. Los judíos alemanes habían sido víctimas de
-- -Qdh~pQ~gQ-b"ie-mos-en-e!-~~ili-Q-;--g~)-8-~€-H-1-G-s--H0-F-ae-ge,-he-la-Hti-é5-)
belga, polacos refugiados en Londres, comités de liberación,

-e odiosas persecuciolles, pero antes de la guerra no se había como el Comité de la Francia Libre dirigido por el general De
pensado en exterminarlos. La guerra puso en manos de los Gaulle. Resistencias interiores que luchaban mediante folle-
nazis numerosas poblaciones judías de Polonia y del oeste to, y periódicos clandestinos COIHl'ael nazismo o contra sus
de Rusia, así como las comunidades judías de los demás paí- gobiernos a sueldo, proporcionando información a los alia-
ses ocupados. Desde su avance por Polonia y Rusia, los ale- dos y formando fuerzas militares. Detrás de las líneas alema-
manes se entregaron a grandes matanzas de judíos, pero la nas en Rusia, unidades de partisanos jugaron un gran papel.
«solución final», es decir, el exterminio, no se decidió de En Europa central, el Ejército Interior polaco, dependiente

e forma definitiva hasta enero de 1942. En total, fueron unos


cinco millones de judíos los que resultaron víctimas de un
del gobierno de Londres, se sublevó en Varsovi¡l en,agosto de
1944 pero fue aplastado por los alemanes. El ejército de par-

'-e
«holocausto» que !a técnica de las cámaras de gas permitió tisanas dirigido por Tito, de obediencia comunista, logró li-
efectuar con grandísima celeridad: las comunidades judías berar la mayor parte de Yugoslavia, asolada por las represa-
de Rusia occidental, de Polonia, de Europa central y balcá- lias alemanas. Una resistencia importante se desarrolló
nica y de Grecia desaparecieron casi por completo, las de también en Italia, después de ser derrocado Mussolini (julio
Europa occidental en proporciones diversas. de 1943), y en Francia, donde se formaron importantes ma-
Los eslavos de Polonia y Rusia, considerados como po- quis, sobre todo con jóvenes que se negaban a partir hacia
blación inferior y que los nazis querían rechazar hacia el este Alemania para cumplir allí el Servicio del Trabajo Obligato-
para asentar en su lugar a colonos alemanes, también se rio (STO).

e convirtieron en blanco prioritario: los alemanes dejaron


morir de hambre a una parte importante de los prisioneros
rusos. Los polacos fueron además víctimas de los rusos du-
Estos resistentes no siempre estaban unidos entre sí -en
Yugoslavia o en Grecia hubo violentas luchas entre resisten-
tes comunistas y resistentes anticomunistas-, pero fueron

e rante el tiempo que éstos ocuparon la parte oriental del país. perseguidos sobre todo con encarnizamiento por la policía
546
HREVE HISTORIA DE EUROPA
28. LA EliHOPA VESGAi{HA!J:\
547 e
política alemana, la Gestapo, ayudada por colaboradores lo-
cales, que torturaba, ejecutaba o deportaba a los campos de
concentración a quienes conseguía arrestar.
por un contraataque soviético. El 2 de febrero de 1943, el
VI Ejército alemán capitulaba. En la primavera siguiente, el
ejército soviético obtenía la victoria en una gigantesca bata-
e
lla de carros de combate alrededor de Kursk, y, disponiendo

La Europa liberada
de una superioridad numérica cada vez mayor, lanzó una
contraofensiva casi continua. Durante el verano de 1944, el
territorio soviético se hallaba liberado casi por entero. Pro-
e
Durante el año 1941, la guerra europea se transforma en
guerra mundial. Los Estados Unidos habían ido poniéndose
siguiendo su marcha a través de Polonia y los Balcanes, los
soldados soviéticos se encontraban, a finales de 1944 y prin-
cipios de 1945, en las fronteras de Alemania.
e
progresivamente al lado de Inglaterra, sin entrar en guerra
por ello. En marzo de 1941, una ley les permitía abastecer en
armas y equipamientos de todo tipo a Inglaterra, y luego a la
El asalto de la <1ortaleza Europa»
e
U nión Soviética, y, en agosto, el presidente Roosevelt Y
Winston Churchill firmaban la Carta del Atlántico, que pre-
veía la organización democrática del mundo después de la
Contrariamente a las apariencias, no fue en el frente ruso
donde se jugó el destino de la guerra, sino en el mar. Tras
e
victoria. Pero no fue hasta después del ataque japonés con-
tra Pearl Harbar, el 7 de diciembre de 1941, cuando la gue-
haber sufrido enormes pér~idas durante la batal~a del Atlán- a
tico, a causa de los submannos alemanes, los ahado~ consl- '.
rra se generalizó, aunque J:lpón y la URSS seguían permane-
guieron invertir la tendencia en la primavera de 194:>,y lue-
ciendo neutrales entre sÍ.
La movilización del inmenso potencial americano anun-
ciaba la certeza de la derrota hitleriana.
go forzar a los alemanes a abandonar la lucha en ese frente.
~ partir de este momento la victoria sólo era cuestión de
tIempo.
e
La inversión de la situación en el frente ruso
La ofensiva contra la Europa hitleriana fue llevada por
los anglo-americanos por el aire, aplastando literalmente a
Alemania bajo las bombas, y mediante una serie de desem-
e -
~ barcos terrestres: en noviembre de 1942 en el norte de
En guerra al mismo tiempo con Japón y con Alemania, Es-
África, en julio de 1943 en Sicilia, y luego en Italia conti- ••
tados Unidos privilegió la guerra contra Hitler, pero, mien-
nental en septiembre, en Normandía en junio de 1944 yen .,
tras todos sus inmensos medios se hacían operativos, el
Provenza en agosto. Las formidables fortificaciones del
año 1942 siguió siendo peligroso para la Unión Soviética.
«muro del Atlántico», construidas desde el cabo Norte _
Rechazado a las puertas de Moscú durante el invierno
hasta la frontera española, no consiguieron detener a los .,
de 1941-1942, el ejército alemán había pasado de nuevo a la
aliados. París era liberado el25 de agosto de 1944 y, a fina-
ofensiva en la primavera de 1942 y avanzaba muy deprisa
les del año, los aliados rodeaban a Alemania en todas sus 6.
por el sur de Rusia, alcanzando las montañas del Cáucaso y
fronteras. ••
el Valga. No obstante, pese a los encarnizados combates en
las calles, los alemanes no lograban apoderarse de Stalingra-
do, y los que se encontraban en la ciudad fueron cercados
e
e 548 HRt-:\'E IIl~T{H{]A ¡JI-' ITIHII'A 2S. LA ElJIH1P.-\ l)F.SCARHADA
549

e El desmoronamiento de Alemania muchos aspectos. El horror del descubrimiento de los cam-


pos de concentración había coincidido con la victoria. Des-
La capacidad de resistencia de Alemania a partir del mo- de 1942 habían ido filtrándose rumores, pero no había sido

e mento en que, contrariamente a los planes de Hitler, no ha-


bía podido derrotar por separado a sus adversarios y se
había encontrado frente a una formidable coalición, puede
posible creer realmente lo que pasaba en el centenar de
grandes campos dispersos por el territorio del Reich, no ha-

e, parecer sorprendente, sobre todo porque hasta poco antes


de 1942 la economía alemana no había sido convertida real-
bía sido posible creer en esa cima del horror en la historia de
la humanidad. Sólo Europa contaba con 30 millones de
muertos, el triple que en la Primera Guerra Mundial; casi la

-
mente en una economía de guerra. Sin embargo, a pesar del mitad de ellos civiles, exterminados en su mayoría en los
empleo de armas nuevas, como las VI y las V2, y de las dos campos de concentración.
últimas contraofensivas del otoño de 1944 alrededor de Bu- Las destrucciones materiales tampoco tenían preceden-
dapest y en las Arden3s, Alemania estaba en las últimas. tes: la Rusia europea había quedado asolada emgran parte,
A principios de 1945, una ofensiva general por el este y el 1.700 villas o burgos y 70.000 aldeas destruidas, las ciudades
6esreapiastalJa hrs lti1ÍiTIas resistencias alemanas. El 2 de
u

----atemarras-en ruinas,tin 75% paraBcrrrii~tiii95% para-Oüs-

-e
mayo de 1945 Berlín era tomado por los rusos, que se ha- seldorL., barrios enteros de Londres desaparecidos. Por
bían unido a las tropas americanas en el Elba el 25 de abril. toda Europa, puertos, vías navegables, puentes, redes ferro-
El 30 de ese mes, Hitler se suicidaba en su búnker de Berlín, viarias estaban dañados o destruidos. La producción indus-
y los días 7 y 8 de mayo se firmaba la rendición de Alemania trial y agrícola quedó reducida casi a la mitad de su nivel an-
en el cuartel general del comandante en jefe aliado, el gene- terior a la guerra. Prácticamente habían desaparecido los
ral Eisenhower, en Reims, yen el del mariscal soviético Zu- intercambios comerciales. Los estados europeos se hallaban
kov en Berlín. La guerra había terminado en Europa, aun- desprovistos prácticamente de cualquier reserva financiera,
que aún debía durar algunos meses contra Japón. mientras las monedas se habían reducido a nada o a casi
nada. Una miseria con frecuencia espantosa:-en Alemania
4' Europa cortada en dos
l
«el año cero», en Europa central inmensas bandadas de ni-
ños vagando para intentar sobrevivir. Como había dicho el

e Un balance ...
ministro alemán de Propaganda, Joseph Goebbels: «¡En
caso de derrota, los nazis sabrán cerrar la puerta tras ellos y
asegurar que su recuerdo vivirá durante siglos!».

e
«Esta inmensa alegría llena de lágrimas», decía el periódico El fin de la pesadilla podía ser, no obstante, la señal del
francés CorJ1bat el 8 de mayo. 'Alegría por otra parte no de- resurgimiento de Europa. De forma bastante paradójica, el
masiado fuerte, al menos en Francia, porque el momento de estado de ánimo era bastante diferente del que había segui-
la liberación, lo mismo que el de la «victoria», había venido

e principalmente del exterior y porque, a pesar de la Resisten-


cia, los europeos (salvo los rusos y los ingleses) sólo habían
contribuido a ella marginalmente; y llena de lágrimas, por-
do a la Primera Guerra Mundial, menos desesperado en
ciertos aspectos. En muchos países se creía en una reyolu-
ción, en líneas generales muy mal definida, pero que -al me-
nos- significaba que se quería construir algo nuevo. El des-

e que el balance de la guerra era abrumador y monstruoso en moronamiento de Francia en 1940 demostraba, desde luego,
550
HRI".'"!'. III:-;TlH{IA DE EUiUlPA 28. LA LLl{ul'A DES<;AIU{t\I)t\ 55/ e
que la Europa de antaño no volvería a existir, pero, como
había dicho Churchill en 1939, esa guerra debía asegurar
«los derechos del individuo» y «realzar la grandeza huma-
Moscú en octubre de 1944y que podía parecer un verdadero
reparto.
La cuestión central era Polonia, porque afectaba a un
e
e
na». La victoria sobre el nazismo permitía contar con ello. tiempo las fronteras de la URSS y las de Alemania. De he-
En el plano cultural, la evolución de una de las principales cho, la Unión Soviética exigía recuperar las fronteras que el
corrientes intelectuales, el existencialismo, que pasaba de la Pacto germano-soviético le había permitido adquirir; exigía
desesperación total a la idea del «compromiso», de dar un
sentido a la vida consagrando su acción a la causa de la hu-
manidad, podía aparecer como una señal. Pero no se necesi-
en particular que la frontera oriental de Polonia correspon-
diese a la Línea Curzon, línea establecida en 1920 por el es-
tadista inglés para delimitar los territorios puramente pola-
,e
tó demasiado tiempo para comprender que de aquel campo cos y aquellos en que las poblaciones eran ucranianas o
de ruinas podían surgir nuevos peligros. Europa aún no es-
taba madura para la armonía.
bielorrusas; los polacos siempre habían rechazado ese límite
porque, según ellos, dejaba a numerosos polacos fuera de
Polonia y amputaba su país de regiones «históricamente»
ei
lil
La guerra fría
polacas. Como contrapartida, Stalin admitía que Polonia re-
cibiese compensaciones por el oeste en detrimento de Ale- e
-el
mania, en Pomerania, en Posnania y en Silesia; en cierto
La «gran alianza» que se había form,ldo durante la guerra modo Polonia se encontraría globalmente desplazada hacia
entre la Unión Soviética, Estados Unidos y el Reino Unido el oeste, lo cual permitiría además hacer desaparecer la pro-
había sido resultado de las circunstancias. Los antago- vincia alemana de Prusia Oriental, dividida a la derecha de 1
nismos no podían dejar de brotar de nuevo una vez acaba- la Línea Curzon entre la URSS -que de este modo recibía
da la guerra. Antes incluso del final de la contienda, en la Kbnigsberg- y Polonia. Los aliados se resignaron a una so-
Conferencia de Teherán (26 de noviembre-I de diciembre lución que hacía del Oder la frontera entre Alemania y Polo-

•-1
de 1943), luego en la de Yalta (4-11 de febrero de 1945), los nia, pero la disputa saltó a propósito de la proloflgación por
«tres grandes», Stalin, Roosevelt y Churchill, habían tratado el sur de esa frontera. Dos afluentes del Oder llevaban el
de ponerse de acuerdo sobre la suerte del mundo y, en pri- mismo nombre de Neisse, Neisse occidental y Neisse orien-
mer lugar, sobre lalde Europa. Había, de hecho, dos proble- tal. Al decidir situar la frontera en el Neisse occidental, los I
mas principales: determinar el régimen político de los países soviéticos entregaban de hecho toda Silesia a la nueva Polo-
liberados o vencidos y trazar sus fronteras. La declaración nia, esperando ponerla bajo su dependencia, pero los anglo-
de Yalta sobre «los países liberados» había sido de gran cla- americanos a duras penas podían admitir que esa vieja re-
ridad al men!=lsen el primer punto: los diferentes países de-
bían escoger sus gobiernos tras unas elecciones libres. Las
gión alemana se adjudicase así a otro país. No obstante,
expulsando a la mayor parte de la población alemana, sovié-
ticos y polacos pusieron pronto a los aliados ante un hecho
e~ ¡

.i
discusiones sobre el destino de Alemania y sobre el trazado
de las fronteras habían sido más difusas, incluso aunque, a consumado. En la Conferencia de Potsdam (17 de julio-2 de
petición de los americanos, se había anulado en teoría el agosto de 1945), Harry Truman, el nuevo presidente de Es-
acuerdo de «reparto de influencia» en la Europa balcánica, tados Unidos tras la muerte de Roosevelt en abril de 1945, y ¡
~
elaborado por Churchill y Stalin durante un encuentro en Clement Attlee, que había sustituido durante la conferencia
el
tt •••... "
e 552 HRE\'E HISTORIA DE ITf{, lP:\
28. LA EUROPA DESCAHIL\J l:\
553

e a Churchill, derrotado en las elecciones, no aceptaron esa si-


tuación como definitiva, pero admitieron que estas regiones
de 1945 en Yugoslavia -los partisanos de Tito ocupan todo
el país durante la liberación- yen Albania, en octubre y no-
fueran administradas provisionalmente por los polacos, lo

e
viembre de 1946 en Bulgaria y en Rumanía, en enero
cual hacía la situación irreversible en la práctica. de 1947 en Polonia. El establecimiento de la democracia po-
Añadiendo los alemanes de los Sudetes y de las diferentes pular fue algo más largo en Hungría y Checoslovaquia. En
comunidades alemanas dispersas por Europa central, fue- Hungría, unas elecciones libres habían dado la mayoría ab-
e ron 11 millones de alemanes los que se vieron expulsados de
este modo hacia lo que quedaba de Alemania.
En cuanto al destino de Alemania, los tres aliados se ha-
soluta en 1945 al partido de los pequeños propietarios, yel
Partido Comunista no consiguió eliminar definitivamente a
sus adversarios hasta agosto de 1947. En Checoslovaquia,

e bían puesto de acuerdo para ocupar cada uno una parte de


su territorio (haciendo un pequeño hueco a Francia), igual
donde se había formado un régimen bastante cercano al de
las democracias occidentales, se necesitó un verdadero gol-

-e
que Berlín, también dividida en cuatro zonas, en espera de pe de Estado, el «go¡~)ede Praga», en febrero.de 1948, para
poder. establecer un tratado de paz. Pero, en la práctica, los asegurar la victoria de los comunistas.
sovieTicos se dedicaron ~rrseguTcta-a«sovteh7:amsu-zona,l-o- ----[os sovletIC6shi[)Ían agrúldado sensiblemente sus ane-
cual hacía imposible una reunificación de Alemania, v por xiones de 1940 en detrimento de Finlandia, y ahora tenían
lo tanto la firma de un tratado de paz con ella. La separación en el extremo norte una frontera común con Noruega y ha-
de Alemania en dos partes antagónicas (las tres zonas occi- bían conseguido de Checoslovaquia la Rutenia subcarpática;
dentales se fusionaban progresivamente, a pesar de la larga pero no trataron de imponer un régimen soviético a Finlan-
resistencia de Francia) iba a ser el símbolo de la separación

e de Europa en dos.
En el conjunto de Europa se desarrollaba un mismo pro-
dia -contentánduse con el sometimiento del pequerio Esta-
do en el dominio de la política internacional-, ni de interve-
nir en Grecia, donde los resistentes comunistas habían

--
ceso. En todos los países ocupados o liberados por el ejérci- chocado con los ingleses en su intento de hacerse con el po-
to soviético -Polonia, Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría, der. Europa estaba dividida en dos bandos según regímenes
Rumanía, Yugoslavia y Albania-, los comunistas se hacían políticos, sociales y económicos diferentes, y muy pronto
con el poder siguiendo un método prácticamente idéntico. antagónicos.
Gobiernos surgidos de «frentes nacionales» formados du- EI5 de marzo de 1946, Winston Churchill había exclama-
rante la guerra se instalaron en el poder con el apoyo activo do: «De Stettin en el Báltico a Trieste en el Adriático, un "te-

-e
del ejército soviético. En estos gobiernos, los comunistas se lón de acero" ha caído sobre el continente». Entre las dos
aseguraban los ministerios claves que les daban por regla cabezas de fila del mundo socialista y del mundo occidental,
general \'1 control del ejército, de la policía y de la justicia, la Unión Soviética y Estados Unidos, había empezado la
particularmente útil para eliminar, desde luego, a los «cola- «guerra fría». El 2 de marzo de 1947, el presidente Truman
boradores», pero también a los adversarios políticos. Tras hacía un llamamiento a «contener el comunismo» a propó-
un período más o menos largo, parodias de elecciones per- sito de las amenazas que se cernían sobre Grecia y Turquía;
mitían al Partido Comunista asegurarse definitivamente el era el enunciado de la «Doctrina Truman». El 5 de junio, el
poder. En estos estados, bautizados como «democracias po- general Marshall proponía la ayuda económica de Estados
e pulares», los comunistas fueron los amos: en noviembre Unidos a todos los países europeos, pero sólo los del oeste
554
HRF.\'E HIST(lHIA nE EUROPA 28. I.A EUKOI'r\ IJEsr;AHRAD ..\
555 e
aceptaron el Plan Marshall. En el mes de septiembre, el diri-
gente soviético ¡danov afirmaba que el mundo estaba divi-
dido a partir de entonces en dos bloques irreconciliables;
Auschwitz; los restantes eran seleccionados y empleados en
trabajos -como esclavos- en las industrias del campo de concen-
tración. Entre las personas ajusticiadas y quemadas se encontra-
e
ban unos veinte mil prisioneros de guerra rusos (que anterior-
era la «doctrina ¡danov». De grado o por fuerza, los países
europeos se habían visto obligados a colocarse en un campo
mente habían sido elegidos por la Gestapo entre los prisioneros
e
-e
de guerra de las cárceles); éstos fueron enl regados en Auschwitz
o en el otro, reducidos en gran medida al estado de objetos
a los transportes de la Wehrmacht, que eran mandados y custo-
de las relaciones internacionales.
diados por oficiales y tropas regulares de la Wehrmachl. El resto
del total de las víctimas abarcaba poco m<Ís o menos cien mil
judíos alemanes y un gran número de habitantes -la mayoría ju-
¿Podemos considerar que, en este momento, la «era eu-
díos- de Holanda, Francia, Bélgica, Polonia, Hungría, Checos-
ropea» había terminado definitivamente? Cierto que aún
lovaquia, Grecia y otros países. Sólo en J\ uschwitz extermina-
había una Europa geográfica, había dos incluso, una del

-e
mos en el verano de 1944 unos cuatrocientos mil judíos
Atlántico al Elba, y una segunda del Elba al Ural; pero, en la húngaros [... ¡.
medida en que la Unión Soviética no era una potencia ex-
Las ejecuciones en masa con gas comenzaron en el curso del
clusivamente europea, ¿no había acabado el papel histórico verano de 1941 y duraron hasta el otoño de 1944 l...].
de esa Europa desgarrada en dos? Inglaterra agotada, Fran- La «solución final" del problema judío significaba el extermi-
cia en medio de la decadencia y Alemania abrumada ¿po- nio de todos los judíos de Europa. Yo recibí la orden de tomar
dían esperar recuperar el lugar que las había convertido en medidas que facilitaran en Auschwitz el exterminio de los inter-
dueñas del mundo? nados. Esto fue en junio de 1942. En aquella época existían otros

DOCUMENTOS
tres campos de exterminio en el Gobierno General: Belzec, Tre-
blinka y Wolzek. Estos campos estaban administrados por desta-
camentos de la Policía de Seguridad y del Servicio de Seguridad.
e
1. La «solució{1 final»
Visité Treblinka para comprobar cómo se efectuaban allí las
ejecuciones. El comandante del campo de Treblinka me dijo que
había liquidado a ochenta mil personas en el transcurso de me-
e
-
e
dio año.
Desde 1934 me ocupé de la administración de campos de con-
Fundamentalmente, su misión consistía en eliminar a todos
centración y presté servicio en Dachau hasta 1938; después fui
los judíos del gueto de Varsovia. Empleaba gas monóxido y, en
ayudante en Sachsenhausen desde 1938 hasta elIde mayo de
opinión suya, sus métodos no resultaban muy eficaces. Por lo
1940, época en que fui nombrado comandante del campo de
Auschwitz. Estuve en la jefatura de Auschwitz hasta elIde di-
ciembre de 1943 y estimo que allí fueron exterminadas como mí-
tanto, cuando levanté los edificios exterminadores de Auschwitz,
utilicé Zyklon B, un ácido cianhídrico cristalizado que arrojába-
mos al interior de la cámara de muerte a través de una pequeña
e
nimo dos millones y medio de personas mediante e! gas y la cre-
mación; otro medio millón, como mínimo, murió a causa de!
hambre y las enfermedades, lo que hace un total de tres millones
aproximadamente. Esta cifra representa poco más o menos el se-
abertura. Según el tiempo que hiciera, eran necesarios de tres a
quince minutos para acabar con la vida de los gaseados. Sabía-
mos el momento de su muerte por la terminación del griterío.
e
tenta a ochenta por ciento de todas las personas internadas en Solíamos esperar media hora antes de abrir las puertas y retirar
e
556 28. LA EUROPA DESl;ARRA[):\ 557

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'stras urgo' StuttgarI
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e P. Serge Choumoff para Les Chambres iI gaz secret d'État, por Eugen
Kogon, Hermann Langein y Adalbert Rückertl; París; Minuit y

e Seuil, col. «Points Histoire», 1987


558
RRE\'F. HISTORIA llF EL!ROPA
28. LA EliRUI'A IJl-.Sl •.~RKAJ)A
559 e
los cadáveres. Después, nuestros destacamentos especiales quita-
ban a los muertos los anillos y las muelas de oro ...
Los datos arriba indicados son auténticos y la declaración la
pender las actividades bélicas a las 23,01 horas del 8 de mayo,
hora centroeuropea, y continuar en las posiciones que ocupen en
dicho momento, desprenderse de todas sus armas y entregarlas,
así como toda la impedimenta, a los comandantes en jefe locales
e
he prestado voluntariamente Ysin ser objeto de coacción alguna.
Una ve.z leída mi declaración, que he hallado conforme, la firmo
en Nuremberg (Alemania) el5 de abril de 1946.
aliados o a los oficiales que los representantes aliados designen.
No será hundido o destruido buque, lancha ni avión de tipo algu-
no, como asimismo tampoco deben sufrir ningún daño los cas-
e
Declaración en el Juicio de Nuremberg de Rudolf F. F. Hbss, comandante
del campo de Auschwitz (1946), cit. por Heinz Huber y Artur Müllcr, El
Tercer Reíd!. Su !listoria el' textos, fotografías y documentos, trad. de
cos de los buques, sus motores, pertrechos, máquinas de cual-
quier clase, armas, aparatos y objetos técnicos que puedan ser
útiles para el punto de vista bélico en general.
e
Ángel Sabrido, Barcelona, Plaza y Janés, 1976, tomo 11,pág. 534
3. El Alto Mando de la Wehrmacht alemana trasmitirá sin de-
mora a los comandantes en jefe afectados todas las órdenes com-
plementarias dadas por el comandante en jefe de las fuerzas ex-
pedicionarias aliadas y por el Alto Mando del Ejército Rojo,
e
A los dirigentes nazis les gustaba bautizar sus actos con la ayuda
de fórmulas abstractas v perífrasis: la expresión «solución final»
encubría el exterminio de mil/ones de europeos, losjudíos. La frial-
dad con la que el texto se refiere a estas matanzas refleja la aplica-
garantizando el cumplimiento de las mismas.
4. Esta declaración de capitulación no obsta a la existencia de
cualesquiera otras condiciones de capitulación que pudieran
e
ción de 105 modernos métodos de la industria alemano para fines
brutales, surgidos di' la deriva totalitaria de los nacionalismos eu-
ropeos.
aplicarse en lugar de las citadas y que pudieran ser impuestas a
Alemania y a la Wehrmacht alemana por las Naciones Unidas o
en nombre de éstas.
e
S. Caso de que el Alto Mando de la Wehrmacht alemana o
El mapa de los grandes campos de concentración, que poseían
numerosísimas dependencias, muestra hasta qué punto se había
convertido la industria de la muerte en uno de los rasgos más ca-
cualesquira de las fuerzas a él subordinadas o por él controladas
no cumplieran las condiciones establecidas en esta declaración
de capitulación, el comandante en jefe de las fuerzas expedicio-
e
racterísticos del III Reich hitleriano en la época de su final.

2.
I
Acta de capitulación de Alemania (8 de mayo de 1945)
narias aliadas y el Alto Mando del Ejército Rojo adoptarán las
medidas punitivas y de cualquier índole que consideren oportu-
nas.
e
Acta de capitulación sin condiciones del ejército alemán frente al ejército _
_ 1. Los abajo firmantes, provistos de plenos poderes y actuando
rojo, cil. por Heinz Huber y Artur Müller, El Tercer Reic!l. Su !listoria en

e
en representación del Alto Mando de la Wehrmacht alemana,
textos, fotografías y documelltos, trad. de Ángel Sabrido, Barcelona, Plaza
aceptan por la presente la capitulación sin condiciones de todas
y Janés, 1976, tomo n, págs. 803-804
las fuerzas terrestres, navales y aéreas alemanas o bajo mando II

alemán. Esta capitulación se efectúa simultáneamente ante el co-


mandante en jefe de las fuerzas expedicionarias aliadas y el Alto
Mando del Ejército Rojo.
Durante la Conferencia de Anfa, en Marruecos, en enero de 1942, a
2. El Alto Mando de la Wehrmacht alemana ordenará sin dila-
Winston Churchill y Franklin Roosevelt habían decidido, para •
ción a todos los comandantes en jefe de las fuerzas terrestres, na-
tranquilizar a los rusos sobre su voluntad de combatir hasta el fi-
nal, no aceptar otra cosa que la «rendición incondicional» de Ale-
vales y aéreas alemanas y de las puestas bajo mando alemán sus-
e
,e
-e
1IR.F.\'¡:' H[~TOIUA \lE EURUP ..\ ~¡:I, 1.:\ ITf{(lI':\ flE~(;AI{RAI>:\
56/
560

mania. Contrariamente a la costumbre, rlOse trataba, llegado el biera una solución rápida a estos delicados problemas, la nueva
momento, de entrar en negociaciones con el poder nazi o con cual- puesta en orden de la estructura económica europea exigiría con
quier otro poder para la firma de un armisticio. La capitulación seguridad un plazo más largo y un esfuerzo más grande que el
alemana del 8 de mayo de 1945 fue la conseCllencia de esa volun- previsto [... j.
tad de los aliados. En la práctica, hubo dos ceremonias, una el8 de La verdad es que las necesidades de Europa en productos ali-
mayo en Reims, otra el 9 de mayo en Berlín. El texto reproducido menticios y otros productos esenciales -principalmente de Amé-

e aquí es el de la rendición de Berlín. En el cuartel general de Eisen-


hower en neims fue el general Jodl quierl ¡irmó por parte de Ale-
mania. La imposibilidad de realizar W/ll sola ceremonia de rendi-
rica- en el curso de los tres o cuatro afios próximos excederán en
este punto su capacidad de pago, teniendo necesidad de una ayu-

,e
da suplementaria importante, si se quiere evitar que tenga graves
ción no iba a dejar de tener significado en elfuturo. problemas económicos, sociales y políticos [... ).
Es lógico que los Estados Unidos hagan todo lo que les sea
posible para favorecer la vuelta del mundo a una salud econó-
mica normal, sin la cual no puede haber ni estabilidad política
Jo -I;l-l'lanMarshaU ni-pJ.Z-ase&u.~a4a.-N.u.€-stFa-r*í+i(a- nü o-hí--d-i-ri-gida--currtr<r l1Ífl- -
aún país ni doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la de-
Considerando las necesidades para una puesta en orden de Eu-
~esperación y el caos. Su fin deberá ser el restablecimiento de

e ropa, las pérdidas de vidas humanas, las visibles destrucciones


de ciudades, fábricas, minas, ferrocarriles, han sido correcta-
mente estimadas; pero ha llegado a ser (~vidente durante el trans-
una economía mundial sana de manera que permita la vuelta a
las condiciones políticas y sociales en las cuales puedan existir
instituciones libres. Tal asistenci,l, )'0 estoy convencido, no

e curso de los últimos meses que esta destrucción aparente es pro-


bablemente menos seria que la dislocación de toda la estructura
de la economía europea. En el curso de los diez últimos años, las
condiciones han sido totalmente 'anormales. La preparación fe-
puede ser establecida sobre una base fragmentaria a medida
que aparece talo cual crisis. Toda asistencia por parte de nues-
tro Gobierno debe ser, no un paliativo, sino un remedio. Todo

e bril de la guerra y el mantenimiento más febril todavía del


esfuerzo de guerra ha absorbido todos los aspectos de las econo-
mías nacionjlles. El mecanismo se ha agarrotado o está total-
Gobierno que consienta colaborar con nosotro.~¡en la tarea de
reconstrucción encontrará, yo esto)' seguro, una cooperación
completa por parte del Gobierno americano. Todo Gobierno

e mente fuera de uso. Bajo el reino arbitrario y destructor de los que maniobre para detener la reconstrucción de otros países no
nazis, casi toda empresa ha sido aga.rrada por la máq¡tina de puede esperar ayuda de nuestra parte. Además, los Gobiernos,
guerra alemana. Los tradicionales lazos comerciales, las institu- partidos políticos o grupos que intentan perpetuar la miseria
ciones privadas, los bancos, las compañías de seguros y maríti- humana para su provecho político o de otra clase, encontrarán

e mas han desaparecido, por falta de capitales, absorbidos como


consecuencia de nacionalizaciones, o por simple desaparición.
En gran número de países, la confianza en la moneda nacional
la oposición de Estados Unidos.
Es ya evidente que, antes de que el Gobierno americano pueda
progresar en sus esfuerzos para mejorar la situación y ayudar a

e ha sido rota. La destrucción de las estructuras comerciales de.:


Europa ha sido completa durante la guerra. La reconstrucción]
ha sido seriamente retardada por el hecho de que dos años des-;
los europeos sobre la vía de la recontrucción, debe existir un
acuerdo entre los países europeos sobre las necesidades de la si-
tuación y sobre cómo estos países aceptarán la acción de nuestro

e pués del fin de las hostilidades un tratado de paz no ha podido¡


ser establecido con Alemania Ycon Austria. Incluso aunque hu~
propio Gobierno. No sería ni conveniente ni eficaz el poner en
aplicación unilateralmente por nuestra parte un programa desti-

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