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Hoy en día existen muchas técnicas para protección de las estructuras metálicas: materiales de pulverización aplicada
resistentes al fuego (fibrosos o cementicios), pinturas intumescentes y fibra mineral. Estas, sumadas a los métodos de
protección más tradicionales como revestimientos con placas de yeso, mampostería de bloques cerámicos huecos u
hormigón, dan lugar a un gran abanico de posibilidades a la hora de proteger las EM ante incendios.
3) Las EM son más livianas que las estructuras de hormigón, resultando fundaciones de menor volumen.
VERDAD
Si bien el peso específico del acero es más tres veces superior al del hormigón armado, las secciones resistentes suelen
ser sólo una fracción de las que se necesitarían en una estructura de hormigón, por lo que el peso total que es
derivado hacia las fundaciones (tomando como referencia una estructura típica de orden común) suele ser menor en
el caso de las estructuras metálicas, lo cual implica fundaciones de menor magnitud.
6) En caso de sismo o incendio, cuando las estructuras aún son recuperables, las EM no se pueden reparar.
MITO
Por su propia naturaleza, mediante una correcta ejecución de los trabajos, las EM pueden ser reemplazadas
parcialmente en sus partes dañadas, sea por segmentos o piezas completas. Incluso mediante uniones soladas o
abulonadas convenientemente diseñadas es posible restituir continuidades o rigideces estructurales que en otros
materiales como madera u hormigón armado no sería posible o sería muy complejo de lograr.