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HISTORIA DE LOS FRAILES MENORES CAPUCHINOS EN:

Custodia General San Félix de Cantalicio


Nicaragua – Costa Rica – Panamá
El documento que ponemos en sus manos pretende ser tan sólo un sumario cronológico de
los acontecimientos más relevantes en el proceso de implantación de la Orden Capuchina en
la Custodia. Muchos datos quedaron por fuera en razón de lo sintético de la exposición. Por
justicia con la historia y con los abnegados hermanos, deberá ampliarse para ser completada.
La presente es tan sólo la obra gris de una construcción que se apreciará más aún con los
colores de los detalles finales.

PANAMÁ (presencia más antigua)

Un primer antecedente de la Orden Capuchina en Panamá se encuentra en la época de la


Colonia, cuando la Sagrada Congregación de la “Propaganda Fidei” Fe, encomendaba a los
Capuchinos de Castilla la misión del Darién el 15 de julio de 1647. En enero del siguiente
año arribaron un pequeño grupo de frailes compuesto por 4 sacerdotes y dos hermanos.
Toparon con el rechazo de los indígenas a raíz de la desconfianza a los españoles, pero
paulatinamente se ganaron sus corazones, fundando con ellos el poblado de “San
Buenaventura de Tarena”, dos años después “La Concepción de Nuestra Señora de
Teporica” y “Santo Domingo de Paya”; situados en las riberas de los ríos Teporica y Paya.

En 1649 llegaron cinco frailes más, pero un enfrentamiento entre tribus indígenas, los obligó
a salir del territorio. En un intento por establecer la paz entre las tribus, Fr. Antonio de
Oviedo fue atravesado por flechas y lanzas el año 1651. Un año después Fr. Francisco de
Vallecas (05/01/1652) moriría por atender las víctimas de la epidemia del cólera mórbido en
Portobelo. Un mes más tarde, Fr. José de Vilalvilla sacrificó su vida de la misma manera.
Los frailes no podían continuar en el Darién por estas situaciones, obligándolos a regresar
España en 1659.

Un segundo momento fue en 1681. Un grupo de ocho Capuchinos españoles arribaron por
segunda vez al Darién. Desgraciadamente surgieron nuevas dificultades. Los piratas
ingleses, holandeses y franceses incitaron a los indígenas contra los españoles obligando a
los frailes retirarse de Panamá. (Smutko: 1990).

Es hasta 1876 que Fr. Antonio de Igualada procedente de Ecuador llega a Panamá y le es
confiada la parroquia Inmaculada Concepción de Colón, la cual se ve obligado a abandonar
en 1878.

Un nuevo intento se proyectó en 1917 con el obispo de Panamá Mons. Guillermo Rojas.
Consistía en establecer una residencia en la ciudad de Colón. Esto representaba una gran
ventaja para las misiones de la Orden en el continente, sin embargo, cualquier orden
religiosa que pretendiese asumir tal misión debía atender además las lejanas zonas del
Darién. A pesar de este reto y con algunas modificaciones a las peticiones del prelado, los
frailes aceptaron asumir la parroquia Inmaculada Concepción. La presencia llegó a
concretizarse con la presencia de una comunidad en el año 1921 cuando Fr. Remigio de
Papiol y Fr. Cipriano de Tarrasa tomaron posesión de la residencia. Esta nueva misión

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tendría su culmen en 1926 debido a dificultades en el acuerdo de la creación del Vicariato
Apostólico del Darién, la edificación del templo parroquial y dificultades con la realización
de las labores apostólicas, constantemente afectadas por la indiferencia de la población
portuaria.

Por último, fue en la segunda mitad del s. XX, con la coyuntura de la “Revolución
Sandinista” en Nicaragua de “1979” y los subsecuentes choques ideológicos, a nivel de los
frailes como con el gobierno de turno, aunado a esto, la vertiginosa devaluación económica.
Situación que presionó al Superior de Nicaragua Fr. Pablo Schmitz, quien vio oportuno abrir
una presencia en Panamá y así subsanar las dificultades. La tarea fue confiada a Fr. Vidal
Vanasek junto a Fr. Felipe Kasper y Fr. José Stmetana en 1981. La nueva presencia
quedaba vinculada a la Región de Nicaragua. Mons. Marcos Gregorio McGrath, Arzobispo
de Panamá, les dio la Parroquia San Antonio - Tocumen, la que abarcaba Cerro Azúl, 24 de
Diciembre y Pacora.

Misión de Chepo: En enero de 1986, la Provincia Capuchina de San José, EE.UU.


respondiendo a la solicitud de la Curia General para que abriera una nueva misión decidió
asumir el territorio misionero de Chepo-Panamá. (Nicaragua desde 1982 formaba parte de la
recién erigida “Viceprovincia de Centroamérica” igualmente Tocumen-Panamá). Chepo
comprendía la mitad de la Arquidiócesis, con unas 200 comunidades rurales. Los pioneros
fueron Fr. Francisto Heagerty, Fr. Miguel Sulivan y Fr. Filiple (Berardo) Casper, luego Fr.
Pablo Kasuboski, Fr Andrés Weller, Fr. José Timmer, Fr. Rafel Fellens, entre otros.

Prestaron también los servicios incluso a la zona misionera de Chimán. Visitaban las
comunidades, formaban Delegados de la Palabra, construían capillas junto a la atención
pastoral. En la parte más alejada de Chepo, camino al Darién, los frailes establecieron una
casa misionera en Wacuco-Tortí, siendo el fundador Fr. Felipe Casper en 1986, uniéndose
posteriormente en 1988 Fr. Pablo Kasuboski; quien ha desplegado una obra colosal
mediante la “Fundación Parque Natural San Francisco”, que abarca distintas áreas, de
protección de afluentes, flora y fauna. Además la represa acuífera para llevar agua potable, a
través de una extensa red de acueducto de 80 km. llevando agua a 13 comunidades (unas
400 familias). También administra el taller mecánico y maquinaria para construcción de
caminos, aserradero, apiladora de arroz entre otros. En diciembre del 2009 la misión de
Chepo, pasó a formar parte de la “Viceprovincia de Nicaragua, Costa Rica y Panamá”. El
28 de noviembre 2015 se erigió la nueva parroquia de “Cuerpo y Sangre de Cristo” en Tortí,
atendida desde la fraternidad de Wacuco.

Desde 1992 la Viceprovincia de Centroamérica apoyó la presencia en Tocumen, “El


Magníficat” enviando frailes de la “Región de Costa Rica y el resto de Nicaragua”. Con el
gran crecimiento poblacional de Tocumen, en el 2005 se segregó la Parroquia San Antonio
en dos. Los Capuchinos aceptaron el nuevo territorio de “La Siesta”, atendiendo la
fundación de la “Parroquia San Pío de Pietrelcina” lo que conllevó arduo trabajo
evangelizador de las nuevas barriadas, la organización pastoral y la construcción del templo
parroquial, consagrado el 15 de septiembre del 2019.

Implantación de la Orden: Un primer ensayo se dio con la fundación del Aspirantado


Interno en la Fraternidad de Chepo (1989), proceso en el cual los candidatos concluían la

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secundaria. Esta experiencia se trasladaría a Tocumen posteriormente (1992). Las
vocaciones pertenecían a la Viceprovincia “Nuestra Señora de la Esperanza” de
Centroamérica, la que estaba constituida en cuatro regiones (Guatemala, Honduras,
Nicaragua, y Costa Rica con el resto de Nicaragua). Las vocaciones panameñas no estaban
vinculadas a ninguna de las regiones y eran sostenidas económicamente por la Región de
Nicaragua.
En 1997 fueron incorporados a la “Región de Costa Rica y el resto de Nicaragua”
(RECONIPA), participando del programa común del postulantado de la Viceprovincia.
Como fruto de esta primera experiencia está Fr. Amado Flores junto a otros dos hermanos
que salieron de la Orden: José Pinto y Félix Barba. Algunos de los acompañantes fueron Fr.
Juan Sherer, Fr. Nilo Kauffman, Fr. Arnulfo Abarca, Fr. Henry Conejo, Fr. Franco Brenes e
incluso Fr. Antonio Lesera.

Con la erección canónica de la “Viceprovincia San Félix de Cantalicio” en el año 2000,


Panamá quedó definitivamente incorporada a la nueva circunscripción. El programa de
postulantado se ampliaría a dos años. El primer año en Nicaragua y el segundo en Panamá,
experiencia que tuvo lugar del 2016-2018 en la Fraternidad Padre Pío, Chepo, teniendo
como formador a Fr. Emanuel Rodríguez. En la actualidad (2020) hay tres frailes
panameños: Fr. Amado Flores, Fr. Anthoy Falcón y Fr. Nelson Duarte.

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COSTA RICA

Antecedentes: La presencia de los Capuchinos en Costa Rica tiene como antecedentes la


llegada de la Revolución Liberal a Centroamérica en 1872. Los Capuchinos asentados en
Guatemala y El Salvador son obligados a abandonar ambas presencias. De allí saldrán los
futuros fundadores: Fr. Antonio de Igualada (†1897), quien para ese entonces se encontraba
en Antigua Guatemala y Fr. Bernardino de Capellades (†1899), en El Salvador.
En un intento de reconstrucción histórica el Costarricense Don Eladio Prado (1880- 1941)
propone que a su salida en barco de estas regiones se encontraba: Fr. Antonio de Igualada
quien se dirige hacia el Norte (San Francisco de California) y Fr. Bernardino de Capellades
quien se dirige hacia el sur (Ecuador - Panamá).
Tiempo después hacia 1874 (Prado: 1928) Fr. Bernardino de Capellades y Fr. Fernando de
Montroig se encuentran dando misiones en Panamá, y de aquí parten hacia Nicaragua, para
posteriormente llegar a Costa Rica y concretar su intento de asentamiento de la Orden.

Fundación: La llegada de los primeros capuchinos a Costa Rica se estima entre los años
1877 y 1878. Los primeros misioneros son Fr. Bernardino de Capellades y Fr. Fernando de
Montroig, provenientes de Panamá (Vilanova, 1947) quienes llegan a Puerto Limón - Costa
Rica, luego de concretar un acuerdo con las respetivas autoridades. Aquí se les confió el
“primer intento” de capellanía en el lugar. Al poco tiempo de haber llegado en 1878, se
estima la muerte de Fr. Fernando ahogado en el río Pacuare luego de intentar bordearlo.
Desde este suceso Fr. Antonio de Igualada, quien continuaba en Panamá, acude al
llamamiento de Fr. Bernardino a Costa Rica. Al encuentro de estos hermanos el trabajo fue
dividido de la siguiente manera: Fr. Antonio de Igualada permanecería en Limón hasta 1979,
donde la población aumentaba considerablemente debido a la construcción del ferrocarril.
Mientras que Fr. Bernardino de Capellades se trasladaría a la Parroquia de Juan Viñas y
Turrialba. Pero este mismo año debieron nuevamente replantearse la presencia, pues Fr.
Antonio de Igualada pasaría al Convento de Cartago por insistencia de Mons. Augusto Thiel
quien reclamaba la presencia franciscana para atender la Venerable Tercera Orden.

Se pueden distinguir tres circunstancias que motivaron el desplazamiento de los frailes desde
la localidad portuaria de Limón hacia el centro del país:

 La experiencia previa de Fr. Bernardino le había hecho comprender que la


indiferencia de los católicos de la zona y el poco interés en la construcción de una
ermita afectaba la labor apostólica en el lugar (Arenys de Mar: 1936).
 Las exigencias de la vida religiosa hacían necesaria la cercanía de los dos únicos
capuchinos presentes en Centroamérica (Arenys de Mar: 1936).
 La ciudad de Cartago había asimilado de tal forma el carisma franciscano desde la
colonia, que hacia finales del siglo XIX la presencia de la entonces Tercera Orden
Seglar requería una especial atención.

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Es hasta finales de 1899, habiendo muerto los dos primeros misioneros, cuando se da la
aprobación para la erección de la primera residencia capuchina en Costa Rica, con el
objetivo de organizar la Tercera Orden de acuerdo con las disposiciones de la Iglesia, según
lo dejó estampado el primer Guardián Fr. Fidel de Montclar en carta dirigida desde
Colombia al Sr. D. Eladio Prado, el 23 dic. 1924. Así la misión de Costa Rica pertenecía a
la Custodia de Ecuador –Colombia hasta el 24 de enero de 1906, cuando el Capítulo
Provincial tomó el siguiente acuerdo: “Que la Residencia de Cartago (Costa Rica) quede
disgregada de la Custodia y pase a depender inmediatamente de la Provincia” (Vilanova,
T.1p.98.)
En 1918 el P. General quiso definir la situación canónica de las Casas que algunas
provincias tenían en América. Para 14 de julio de 1918 dio un decreto en que se reguló estas
presencias. El 8 de noviembre del mismo definió el Superiorato Regular para la “Misión de
las Casas de Centroamérica y de México” (Vilanova, T.1 p. 164-167) Siendo elegido Fr.
Federico de Berga, Superior Regular y Visitador Provincial, Fr Dionisio de Llorens, 1
Discreto y Fr. Marcelino de Salt, 2 Discreto. En 1923 fue elegido Fr. Dionisio de Llorens,
Superior Regular siendo el fraile más influyente en la primera mitad del s. XX en Costa
Rica. Fue el más influyente en la organización de los frailes en Costa Rica y Nicaragua. De
1918 a 1921, el futuro Beato Fr. Federico de Berga, mártir, ejerció de Superior Regular de
las residencias de Centro América y Méjico, y Visitador Provincial.

Misiones: Los frailes desarrollaron una ardua labor evangelizadora a lo largo del país. El
Convento San Francisco de Cartago se convirtió en el lugar de encuentro de los hermanos
para sus diversas actividades, que abarcaron misiones en: Puntarenas, Guanacaste, Guatuso,
Nicoya, Santa Cruz, Tilarán, Liberia y otros lugares de difícil acceso. Al concluir cada
misión fundaban la OFS y continuaban dándole asistencia espiritual. Sólo de 1900 a 1904 se
dieron 18 misiones populares a lo largo del territorio nacional. Un sin número de frailes
participaron en esta labor apostólica anunciando los “Novísimos”. Las misiones atraían a
muchísimas personas que venían para confesarse. El trabajo del confesionario resultaba muy
fatigoso ya que los últimos días se escuchaban confesiones hasta las doce y una de la
mañana. Las misiones renovaban espiritualmente y reactivaban la vida cristiana en
muchísimas personas. Hubo misiones extraordinarias como la que se predicó en la ciudad
capital con ocasión del Congreso Eucarístico del año 1955, en la que participaron religiosos
y sacerdotes diocesanos, abarcando las diferentes parroquias. Esta actividad disminuyó
considerablemente después de la segunda mitad del siglo XX, influenciados principalmente
por las nuevas formas de apostolado a raíz del Concilio Vaticano II y la disminución de
vocaciones, hicieron que los frailes se replegaran a Cartago. Las últimas misiones populares
fueron realizadas por los costarricenses Fr. Gabriel de la Dolorosa y Fr. Norberto Coto.

EL Heraldo Seráfico: Con el objetivo de la difusión de la buena prensa Fr. Agustín de


Artesa, valiéndose de las Terceras Ordenes distribuían unos 26.000 periódicos católicos,
venidos de Europa. Con la Colaboración de una fuerte suma de dinero por parte del
Terciario D. Zenón Sanabria, padre del futuro Dr. Mons. Víctor Manuel Sanabria, se compró
una imprenta la que se hizo venir de Estados Unidos. (Vilanova, p. 93 T.1) Para 1904 estaba
en funcionamiento. La obra que más divulgación tuvo fue el “Heraldo Seráfico” creado para
acompañar y formar a la V.O.T. y a los devotos de San Antonio, extendidos en Costa Rica.
El fraile, poeta, que más artículos publicara en la larga colección del Heraldo fue Fr. Zenón
de Arenys de Mar. La Imprenta fue la referencia más importante de la comunicación católica

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popular escrita. Se editaban también libros religiosos entre los que se destacaron con varias
ediciones “El Protestantismo y la Biblia”, (1927) por el Beato Fr. Remigio de Papiol,
“Monografía de Cartago” (1930) de D. Jesús Mata Gamboa, entre otros. La Imprenta
permaneció activa hasta 1966, pues la Conferencia Episcopal de Costa Rica les prohibió la
publicación de la “Hojita Dominical” con la cual se mantenía principalmente la Imprenta.
Fr. Antonio Solé fue su último director.

El terremoto de Cartago: El 04 de mayo de 1910 quedó grabada en la historia de los


Capuchinos y del pueblo cartaginés, pues Cartago fue asolada por un terremoto de 6.4,
grados, siendo el más destructivo en la historia de Costa Rica, dejando la ciudad en ruinas.
Los Capuchinos insistieron en quedarse en Cartago ante una ciudadanía estresada y en
desbandada. Fr. Agustín de Artesa fue el artífice de la reconstrucción de Cartago junto con
Fr. Agapito de Olot. Empezaron la construcción de la nueva Iglesia de san Francisco,
alentando a la población a reconstruir también la ciudad. El nuevo templo sería embellecido
por el ebanista Fr. Federico de Barcelona, quien elabora en los talleres del Convento los
altares de Jesús Nazareno, San Antonio, San José y el Altar mayor.

Religiosidad popular: Los frailes cultivaron la religiosidad popular a través de la devoción


a la Divina Pastora, a Nuestra Señora de los Dolores y a Jesús Nazareno. La mayor
expresión de estas devociones populares ha sido la centenaria “Hermandad de Jesús
Nazareno” cuya existencia se remonta a 1913 (Benavides, 2019) quienes representan y
engalanan la “Semana Mayor” con las solemnes procesiones; devoción que se ha extendido
a varias partes de Costa Rica, fundándose un sin número de hermandades. Fr. Dionisio de
Llorens y Fr. Isidoro de Mezquíriz por 56 años, han sido los frailes que han estado más de
cerca a la Hermandad sumando a más 500 miembros en sus filas.

El Salón de Catecismo y proyección cultural: En 1914 Fr. Doroteo de Barcelona forma


una Comisión Catequística, cuya referencia será el “Salón de Catecismo”. Sus salones se
han usado para catequesis de primera comunión, cine popular, teatro, sede de la Hermandad
de Jesús Nazareno, La JEF, Cursillos de Cristiandad entre otros. Desde este centro de
formación se destacó, en la primera mitad del s. XX, el concurso literario “Juegos Florales”
fundado por Fr. Pelegrí de Mataró, en los que participaba el Presidente de la República.
Como resultado del certamen de 1924, la premiación fue la publicación del texto ganador,
“La Orden Franciscana en Costa Rica” de D. Eladio Prado.

Arte: Como iniciativa cultural promovida por los Capuchinos crearon los coros infantiles
conocidos como “Corderíferos” por Fr. Egidio de Mayorca en 1917 junto al Maestro Mata
Oreamuno. En 1941 fundarían la Asociación Coral Cartaginesa “Orfeón”, actividad
polifónica no sólo sacra sino también clásica. Y en el arte de los pesebres bíblicos Fr. Ponce
María de Gerona realizó varios cursos y concursos con el fin de incentivar la contemplación
al misterio de la Navidad, influyendo así en la religiosidad popular. Merece particular
mención el taller de ebanistería en los sótanos del Convento dirigidos por Fr. Federico de
Barcelona, como ya se ha dicho, con la confección de los célebres altares no sólo del
Convento, sino también de Santo Domingo de Heredia, El Carmen en San José entre otros.

La Pía Unión de San Antonio: En 1913 por mediación de Fr. Agustín de Artesa, Fr.
Dionisio de Llorens y Fr. Doroteo de Barcelona se fundó la Archicofradía de la Pía Unión de

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San Antonio en Cartago con la que se pretendía propagar la devoción a San Antonio de
Padua en todo el país. A la par desarrollaron una serie de apostolados de la caridad a madres
en riesgo social mediante: el pan de los pobres, el ropero de San Antonio y canastillas de
implementos para recién nacidos. Esta última proyección se ha prolongado hasta hoy día.
Hermanos Laicos: Son los hermanos “anónimos” que desde el silencio han testimoniado la
vida sencilla y fraterna de los Capuchinos, dedicándose a los servicios manuales de la
fraternidad: La huerta, la limpieza, la cocina, la panadería, la ebanistería, la limosna, la
sacristía, entre otros. En el segundo arribo de Capuchinos a Costa Rica ya establecidos en
1901 llegaron ocho frailes. Entre ellos, los primeros cuatro hermanos laicos: Fr. Egidio de
Palma, Fr. Hilario de Guaitarilla, Fr. Rafael de Ibarra y Fr. Bruno de Pupiales. Luego Fr.
Iluminado de Bañolas, Fr. Federico de Barcelona, arquitecto de los altares del Convento,
oficio que aprendió de su padre en España, desarrollando altares de estilo románico moderno
en distintos templos de Costa Rica, trayendo las maderas desde Santa Cruz, Guanacaste.
Otros hermanos, Fr. Angel de Igualada, Fr. Agatangel de la Pera, Fr. Ramón de
Zugarramurdi, Fr. Cipriano de Tarrasa, Fr. Daniel de Torn, Fr. Manuel de Urdax y Fr.
Casiano de Madrid quien fundara el “Hogar Montserrat” para niños huérfanos en
Puntarenas. También engrosaron las filas otros hermanos costarricenses: Fr. Buenaventura
de San José, quien se encuentra sepultado en Bluefields (1914-1935), Fr. Calixto de Cartago
quien muriera en olor de santidad en las Águilas, México (1920-1970), Fr. Augusto de San
José, el limosnero del Convento para la edificación del templo actual (1958-1982) y Fr.
Egidio de Sto. Domingo de Heredia (1932-1946).

Centralización en Cartago: Al tratar de comprender la presencia capuchina en Costa Rica


en la segunda mitad del s. XX y su concentración en la ciudad de Cartago, se corre el riesgo
de perder la objetividad por los cambios sufridos a nivel social como religioso. ( Revolución
del 1948, Garantías Sociales, Concilio Vat. II 1965) Entre las posibles causas estarían: La
disminución de vocaciones en España y cese de envío, el alto número de salidas de
religiosos después del Concilio Vaticano II, la edad avanzada de la mayoría de los frailes
aunada a quebrantos de salud, las nuevas formas de organización pastoral en las parroquias,
el aumento del clero local, las distancias geográficas de las presencias existentes algunas con
un solo fraile y el aislamiento consecuente. También los cambios al interno de la Orden
provocados por la Reforma Conciliar y su debida adaptación mediante la elaboración de las
“Nuevas Constituciones”, los “Consejos plenarios” e incluso el desclasamiento del “Manual
Seráfico” provocando un cambio en la concepción del capuchino tradicional: en el vestir
(dejaron el uso del hábito, las sandalias, la barba y la tonsura), en la identidad (abandono del
nombre de religioso por el nombre de pila) y cambio de costumbres “regulares” (centralidad
de la vida fraterna, dedicación al confesonario, implantación de la Orden, ), entre otros.
Estos factores influenciaron de una u otra manera en la actividad y desplazamiento de los
frailes. Se entregaron las presencias misioneras de Puntarenas y Guanacaste, concentrándose
al Valle Central: Iglesia de la Ánimas en San José (1954-1974) y finalmente a Cartago.

Nuevas formas de apostolado: La nueva forma de interpretarse la Iglesia posterior al


Concilio Vaticano II, contrajo también nuevas formas en la actividad apostólica, no sólo de
los frailes sino también de la Iglesia en general. Cada vez menos se hacían las “misiones
populares” y por ende el decaimiento de la OFS. Ahora se prestaba mayor atención al
acompañamiento de los florecientes movimientos laicales como Cursillos de Cristiandad, la
JEF (Juventud Estudiantil Franciscana, que fue acompañada por Fr. Honorio, Fr. Antonio

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Lesera y Fr. Miguel Ijurco), el MFC y desde luego, las fraternidades existentes de la OFS en
San Ramón, Heredia y Cartago.

Se atendía la Capellanía del Hospital Max Peralta en la atención a los enfermos, tanto de día
como de noche. La Capellanía del Sanatorio Durán de Tuberculosis en Tierra Blanca.
Atención a los oficios religiosos de la Parroquia del Carmen.
Se continuaba con la difusión de la “Hojita Dominical” hasta 1966 cuando se cerró la
Imprenta. Además, Fr. Narciso de Arenis de Mar impartía conferencias religiosas en Radio
Hispana de Cartago. Las parroquias ahora preparaban la catequesis de primera comunión,
tarea que venían realizando los frailes desde inicios del s. XX en el Convento. Además
ayudaban a los párrocos en las misas dominicales, sobre todo en las filiales. ( Las parroquias en
Cartago a mediados de siglo eran: El Carmen, Taras, San Rafael, El Tejar, Guadalupe, Paraíso, San Cristóbal y Orosi. En
los años 90” se crearon nuevas. El 24/05/2005 fue la Erección de la Diócesis de Cartago ) Mientras tanto “El
Convento” continuaba con su centenaria tradición de “Centro penitenciario” no sólo de
Cartago sino a penitentes provenientes de tan variados lugares del país, dedicando amplio
horario (7:00- 11:00 a.m. y 2:00-6:00 p.m.) en la atención de las almas y a la celebración de los
sacramentos.

Por otro su parte Fr. Casiano de Madrid continuó en Puntarenas con el “Hogar Montserrat”.
Centro que acogía a niños huérfanos; apostolado que llevó a título personal después de la
salida de los Capuchinos de Puntarenas.

Educación: En 1964 fue elegido Fr. Antonio Lesera (Fr. Eudaldo de San Sadurní de Anoia)
Custodio de Centroamérica y México. Emprendió la tarea de la construcción del Seminario
Menor Seráfico San Francisco con objetivo de la implantación de la Orden con vocaciones
nativas. Dicha experiencia duró tan sólo cuatro años, dando paso a un internado cuyo
objetivo era abrirse a la población y atender las vocaciones nativas. Por último se transformó
en un colegio de educación secundaria, con el nombre de “Seminario Menor Colegio
Seráfico”. Fr. Antonio impregnó de mística en la organización académica y administrativa
con participación de un sin número de frailes. Obra que se ha prolongado hasta la actualidad
siendo regentada por los Frailes Capuchinos.
Así también, Fr. Miguel Ijurco, quien fue el último capuchino español en llegar a Costa Rica
(28/12/1966) después de cuatro años en el Amazonas, incursionó en la educación no sólo en
el Seráfico sino también en colegios como San Luis Gonzaga y el COVAO.

Otras áreas de la vida social en que se implicaron fueron: el deporte y la economía. Fr.
Miguel Ijurco fue directivo del Club Sport Cartaginés y Fr. Isidoro de Mezquíriz, miembro
fundador de la Mutual de Ahorro y Préstamo (MUCAP) mediante la promoción de viviendas
a familias de escasos recursos.

Las Ánimas – San Nicolás: Desde 1954 los Capuchinos regentaron la Iglesia de las Ánimas
en San José. Fr. Rogelio de San Feliú construyó su templo. La pastoral predominante fue la
celebración de sepelios. También desde allí atendían comunidades como San Ramón y
Sabanilla. En 1974, siendo Fr. Ignacio de Manresa el Guardián de la comunidad, se entregó
a la Arquidiócesis a cambio de la Parroquia de San Nicolás en Taras-Cartago. La nueva
parroquia comprendía, Taras, Ochomogo, Quircot, La Lima y Llano Grande. Permaneció
como párroco hasta 1997 Fr. Ignacio de Manresa, quien cultivó profundamente la

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religiosidad popular en las celebraciones de Semana Santa. Tiene en su haber la
construcción de una decena de hermosos templos en la extensa parroquia. Con la entrega de
las Ánimas en San José, los Capuchinos quedaron confinados a Cartago.

Rivo Torto: En 1971 Fr. Antonio Lesera, Fr. Antonio Solé y Fr. Norberto, que hasta
entonces vivían en el Seráfico, animados por el Ier. CPO de la Orden celebrado en Quito de
aquel mismo año, alquilaron una pequeña casa para hacer experiencia de inserción en
Quircot-Cartago y desde allí atendían el Colegio Seráfico. Con la afluencia de vocaciones
alquilaron otra casa más espaciosa, la que se compró a finales de los 80” para luego
construir una casa más adecuada. Allí funcionó el programa de Postulantado hasta 1999. Un
año después sirvió como Curia de la recién erigida Viceprovincia San Félix, hasta el año
2009 cuando se cerró esta presencia. Allí vivieron los Custodios Fr. Emilio Meléndez y Fr.
Mario Madrigal.

Nuevo templo de San Francisco: La década de los cincuenta estuvo marcada por la
remodelación de templos con el objetivo de albergar a la feligresía. Así quedarían en la
historia los arquitectónicos y remozados templos de madera. Bajo la dirección de Fr. Isidoro
de Mezquíriz fue demolido el templo antiguo, construido después del terremoto de 1910m
para dar paso al templo actual (1961-1968). Fr. Augusto de San José, hermano limosnero,
recorrió las calles de Cartago. Una vez más los devotos de san Francisco apoyaron con sus
donativos para dicha obra. La afluencia de feligreses a este templo conventual ha hecho de él
un santuario donde se lleva una intensa actividad sacramental, principalmente en la atención
del confesionario, celebraciones eucarísticas y dirección espiritual. El liderazgo y carácter de
Fr. Isidoro, aunado a los dotes de oratoria, más su prolongada presencia en El Convento
quedarían marcadas en la memoria de los cartagineses. En homenaje póstumo, las calles
aledañas al Convento llevan el nombre de los dos capuchinos más influyentes en la sociedad
cartaginesa del s. XX: Fr. Dionisio de Llorens y Fr. Isidoro de Mezquíriz.

Montserrat: A inicios de la década de los 90” se erigió una nueva fraternidad en el Tejar
del Guarco-Cartago, la que llevaría por nombre Nuestra Señora de Montserrat, cuyo
fundador fue Fr. Miguel Ijurco. En la actualidad presta el servicio de “Curia de la Custodia
San Félix”.

Hogar Nuestra Señora de la Esperanza: El 19 de mayo de 1989, un joven, dos frailes y


una terciaria comieron un pay de piña. Con este hermoso gesto el muchacho les mostró su
gratitud y horas después partía a la Patria Celestial. El SIDA, consumía la vida de aquel
joven postulante. Así nació la cercanía a “los leprosos del mundo moderno”, como lo definió
Fr. Antonio Lesera, el pionero de la Asociación Servicio Solidario y Misionero, que atiende
a los enfermos de VIH. En el contexto del Capítulo de Erección Canónica de la
Viceprovincias de Centroamérica en el 2000, Fr. John Corriveau, Ministro General, colocó
la primera piedra de lo que es hoy el “Hogar Nuestra Señora de la Esperanza”, reconocida
por el Ministerio de Salud y entidades gubernamentales como “Clínica para personas con
VIH”. Esta obra que ha crecido bajo el paraguas de los Capuchinos ha atendido en sus 30
años de existencia donde se han atendido 478 beneficiarios internos y han fallecido un total
de 138.

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Implantación de la Orden: Esta vino algo tardía y esporádica. Las jóvenes vocaciones,
atraídas por el testimonio de los frailes eran enviados al Noviciado en Cataluña. Para los que
aspiraban al presbiterado eran orientados al Seminario Mayor y después de terminada la
teología, si volvían eran enviados al Noviciado, es el caso de Fr. Gabriel de la Dolorosa
(1929-2007). Algunos otros fueron enviados a hacer su noviciado a Colombia; es el caso de
Fr. Augusto de San José (1958-1981). Como fruto de aquel primer momento tenemos a Fr.
Buenaventura de San José (1914-1935), Fr. Calixto de Cartago (1920-1970) quien muriera
en olor de santidad en Las Águilas México, Fr. Egidio de Santo Domingo de Heredia (1932-
1946), Fr. Carmelo de Turrialba (1948-1950) y Fr. Norberto Coto (1971).
La implantación empezó a tener entidad con la construcción del “Seminario Seráfico
Centroamericano san Francisco” en 1964 por Fr. Antonio Lesera, quien estuvo en la
formación por un lapso de 37 años. Así el Seráfico fue el primer centro de formación de los
futuros capuchinos costarricenses, experiencia que duró tan sólo cuatro años, convirtiéndose
posteriormente en una entidad de educación básica mediante un internado y luego colegio de
secundaria subvencionado por el Estado. Fruto de esta primera experiencia tenemos a Fr.
Norberto Coto quien hiciera su Noviciado en este mismo lugar, siendo el primer noviciado
en Costa Rica.

Inspirados por Ier. CPO (Quito 1971) sobre “Nuestra vida en Fraternidad”, Fr. Antonio
Lesera, Fr. Antonio Solé y Fr. Norberto, que hasta entonces vivían en el Seráfico se
trasladaron a una pequeña casa de inserción en Quircot-Cartago. Años después se reubicaron
a una casa más amplia a fin de acoger la etapa de postulantado que se prolongó hasta 1999.
Algunos frailes que hicieron allí el postulantado fueron: Fr. José Manuel Carranza, Fr.
Enrique Calvo, Fr. Javier Brenes, Fr. Arnulfo Abarca, Fr. Eladio Cordero, Fr. Henry Conejo,
Fr. José Manuel Peña, Fr. Ronald Chaves, Fr. Luis Alonso Mora, Fr. Emilio Meléndez, Fr.
Marvin Fernández, Fr. Benigno Varela, Fr. Leonel Núñez, Fr. Franco Brenes, Fr. Gerardo
Araya, Fr. Mario Madrigal, Fr. Fernando Espinoza, Fr. Mauricio Romero, entre otros.

Noviciado Centroamericano: El año 1976 marcó la pauta en el proceso de implantación de


la Orden en Centroamérica con la fundación del Noviciado en el Convento san Francisco de
Cartago, abierto también a hermanos de Nicaragua, México, República Dominicana,
Guatemala, Estados Unidos y Honduras. Liderado por Fr. Narciso de Arenys de Mar,
(Antonio Pera), “Pionero de la formación en Centroamérica”. Cuatro años después se
trasladaría el Noviciado al nuevo edificio de “Alvernia” construido por Fr. Isidoro de
Mezquíriz, pues el Convento no daba abasto para albergar a tantos formandos (novicios y
postnovicios). En este período hubo un total de 62 novicios. Fruto de este tiempo tenemos a:
Fr. Milton Jordán, Fr. Marco Tulio Guerra y Mons. Bernabé Sagastume, todos de
Guatemala.
Con la Erección Canónica de la “Viceprovincia General de Centroamérica Nuestra Señora
de la Esperanza” el 05 de marzo 1982, marcaría un hito en el proceso de implantación de la
Orden en Centroamérica. Se se tomó conciencia de que la finalidad primera de la
Viceprovincia Capuchina era implantar la Orden. Alvernia seguiría como Noviciado hasta
1985, pues para el año siguiente fue trasladado a Nueva Ocotepeque-Honduras en la
Fraternidad San José. Ha sido la experiencia más sólida en la implantación de la Orden en
Centroamérica desde 1977 hasta la fecha, la que se ha realizado en común y de forma
continua a pesar de que en el 2000 fueran ya dos circunscripciones.

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La Fraternidad Alvernia se convertiría en la casa del Postnoviciado centroamericano. Los
neo-profesos llevarían sus estudios filosóficos y teológicos en el “Instituto Teológico de
América Central Intercongregacional (ITAC)”, institución fundada en 1972 del que somos
cofundadores, la hoy UTAC. (Nacido en 1972 bajo los auspicios de la Conferencia Episcopal y la
Conferencia de Religiosos y Religiosas de Costa Rica. Durante seis años fue la institución donde se formaron
conjuntamente los seminaristas del clero de Costa Rica y los religiosos y religiosas de Centroamérica. A partir
de 1979 comienza a ser regentado por cinco órdenes religiosas masculinas residentes en Costa Rica… ). En el
año 2000 se tomó la decisión de dividir el Postnoviciado en dos etapas: filosofía y teología.
“Alvernia” sirvió como filosofado y “San Lorenzo” en Guatemala, como teologado.
Experiencia que se prolongaría hasta el 2010, cuando cada Viceprovincia asumiría su propio
Postnoviciado, a causa de la reducción del aporte económico de la Curia General para la
formación. Los Postnovicios de la Custodia volvieron a Alvernia. En el 2013 el
Postnoviciado pasó al Convento San Francisco, donde se encuentra actualmente.

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NICARAGUA

Antecedentes-Fundación: El primer referente de la presencia de la Orden en Nicaragua lo


encontramos en las misiones esporádicas predicadas por parte de algunos capuchinos
después de la expulsión de Guatemala y El Salvador. Algunos años después se distinguen
dos escenarios, el Pacífico (Managua, Rivas) y la Costa Atlántica (Vicariato Apostólico de
Bluefields). En 1913 con la creación del Vicariato de Bluefields por el Santo Papa Pío X,
encontramos Capuchinos en la Costa Atlántica de Nicaragua y en 1914 existe otro
acercamiento a lo que se convertirá en la primera residencia en Managua. Iniciaremos con el
Pacífico aunque es posterior cronológicamente a la Costa Atlántica.

A. Managua – Rivas

En cuanto a las fundaciones en Managua cabe destacar que hacia 1914, ante la escasez de
clero y gracias a la mediación de un devoto terciario, se logra expedir la solicitud de
Monseñor José Antonio Lezcano para que lleguen a predicar exitosas y bien vistas misiones
Fr. Dionisio de Llorens y Fr. Doroteo de Barcelona, desde Cartago-Costa Rica.

El 25 de noviembre 1915 (Vilanova, T.1 pág.178) los frailes son recibidos por el señor
Arzobispo en la Catedral de Managua y conducidos a la casa provisional. Meses después se
trasladarán a la Iglesia y Convento de San Sebastián teniendo como primer Guardián a Fr.
Marcelino de Salt, quien fundara la OFS un año después. Uno de los primeros miembros de
esta fraternidad sería el futuro Mártir y Beato Fr. Remigio de Papiol. La Iglesia de San
Sebastián, además de ser el centro de la OFS rendía un culto especial a Ntra. Sra. de Lourdes
y a la venerada imagen de Cristo Crucificado conocido como “Señor de las Misericordias”.
Destruido en el terremoto de 1931 fue reconstruido por Fr. Estanislao de Barcelona.

Casi en paralelo a la fundación de Managua, el obispo de Granada Mons. Canuto Balladares


también quiso que en su diócesis, escasa de clero, llegasen los Capuchinos. Para esta
solicitud estableció tres propuestas de lugares: Chontales, Rivas o Granada. Luego de
consultado el Capítulo Provincial por medio de Fr. Dionisio de Llorens, se autoriza la
fundación de Rivas. Desde su llegada, y dada la interpretación de la presencia de los frailes
por parte del cura párroco, fueron considerados como auxiliares de las necesidades locales y
no encargados directamente de una misión. Dadas estas circunstancias y las distintas
dificultades con los términos de la presencia en Rivas, los frailes deciden retirarse en 1923.

En 1922 Mons. Lezcano concretaba con los frailes la presencia en la Iglesia de San Antonio,
Managua, concedida inicialmente ad experimentum y en 928 in pepetuum. El primer
Párroco fue Fr. Luis de Villafranca. La parroquia confiada a los Capuchinos era muy

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extensa. Abarcaba la mitad de la ciudad de Managua y algunos pueblos vecinos para un
total de 45.138 personas según el censo de 1914. La Iglesia de San Antonio fue el principal
templo después de la Catedral donde se veneraba la imagen de la “Sangre de Cristo”. Estaba
en un barrio residencial. El terremoto 1931 destruyó el antiguo templo, que fue levantado
más hermoso poco tiempo después, llegando a ser artísticamente el más decorado de la
Capital y en tiempos de Fr. Eudaldo de San Sadurnía de Anoia fue elevada a Basílica Menor.
Los Capuchinos se ganaron el afecto de los fieles al servir con celo abnegado a todos los
feligreses. Por un corto tiempo los frailes regentaron un colegio junto a San Sebastián, que
se convertiría en centro de cultura religiosa. Abrieron una escuela para obreras donde se
impartía corte y confección y otra en San Antonio, pero de mecanografía.

En 1972 Managua fue destruida por un nuevo terremoto y las Iglesias y Conventos de San
Sebastián y San Antonio quedaron inhabitables, trasladándose los capuchinos a la filial de
los “Jinotepes - Monte Tabor llevando consigo la venerada imagen de la “Sangre de Cristo”
y del “Señor de los Milagros”. Los frailes desplegaron ardua labor pastoral atendiendo y
construyendo un sin número de comunidades y templos.

Fr. Narciso de Arenys de Mar (Fr. Antonio Pera), en 1961 fundaría la “Radio Católica de
Nicaragua”. En 1966 fundó las “Escuelas Radiofónicas de Nicaragua” con el objetivo de
organizar a los adultos marginados a fin de que adquirieran conocimientos de técnicas en
agricultura, salud e higiene ambiental, desarrollo comunal, idioma y matemáticas, entre
otros. Obra que continuaría Fr. Bonifacio Echarri hasta la actualidad.

B. Vicariato Apostólico de Bluefields

Capuchinos catalanes: En 1913 el Papa Pío X dividió Nicaragua en cuatro jurisdicciones,


naciendo así el Vicariato Apostólico de Bluefields abarcando: Bluefiels, Cabo Gracias a
Dios, Prinzapolka, Siquia, Río Grande y las Islas de la Costa Atlántica. Territorio,
multiétnico, dado por “Propaganda Fidei” a los Capuchinos de Cataluña. Abarcaba todo el
Departamento de Zelaya, en la parte oriental. Es más de la mitad del territorio de la
República.

Los frailes aceptaron el desafío de trabajar en el territorio más grande de Nicaragua y


abandonado. Con difíciles condiciones de vida y comunicación. Fue nombrado primer
Vicario Apostólico Mons. Agustín Bernaus OFM Cap. que era hasta entonces Vicario
Apostólico en Guam y las Islas Marianas del Pacífico. Le acompañó Fr. Berardo de Cirauquí
y Fr. Martín Subirana para la toma de posesión el día 19 mayo de 1915. Fr. Berardo fue
nombrado como el primer Párroco de San Isidro, El Rama hasta 1943. Por su abnegado
servicio a la comunidad el Colegio Público lleva su nombre.
En 1931 es nombrado segundo Viario Apostólico el Rev. Mons. Matías Solá y Farrell. En
1923 llega Fr. Melchor de Barcelona, pionero entre los Misquitos (indígenas) en la
Parroquia Cabo Gracias a Dios, llamado así por el arribo de Cristóbal Colón en su IV viaje
(1502). Fr. Melchor escribió un catecismo en lengua misquita.

Entre las muchas tareas desempeñadas por los frailes se encuentra la promoción de la Orden
Terciaria de San Francisco y la organización de la conocida Sociedad Acción Católica.
Trajeron de Barcelona a las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Madre del Divino Pastor

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(1920) quienes edificaron a todos con su abnegada labor en las escuelas y hospital de
Bluefields, fundando también la Escuela Parroquial y Clínica de Ciudad Rama.

La trágica Guerra Civil Española dejaba una secuela de mártires en la Provincia de Cataluña.
Destrozada por la guerra, tenía que restructurar sus compromisos apostólicos.
Fr. José Besalú, Provincial de Cataluña escribió repetidamente al Ministro General
solicitándole buscara otra provincia que se hiciera cargo del Vicariato Apostólico de
Bluefields, pues además de la carencia de frailes tenían serias dificultades para aprender el
inglés y el misquito.

Capuchinos Norteamericanos: En 1939 la “Provincia de San José”, Detroit-Michigan, de


Estados Unidos aceptó la solicitud del Ministro General para asumir el Vicariato de
Bluefields. Llegaron ese mismo año Fr. Henry Barth, Fr. Regis Neeser y Fr. Francisco
Busalt. Al final del mismo año cuatro frailes más, entre ellos el futuro Vicario Apostólico y
primer Superior Regular de la misión Fr. Mateo Niedhammer y Fr. Juan Crisóstomo Nolan.
Para 1942 con la renuncia de Mons. Matías, los Capuchinos norteamericanos asumirían
definitivamente el Vicariato. Se abrieron nuevas parroquias y fortalecieron otras. Para
entonces la misión comprendía las zonas de Bluefields, Rama, La Cruz, Puerto Cabezas,
Punta Gorda, Waspán y Ulwas.

Mons. Mateo (1901-1970) fue uno de los padres del Concilio Vat. II. Impulsó en comunión
con los frailes la educación en todo el Vicariato, debido al analfabetismo consecuencia del
deficiente sistema de educación pública. Se crearon escuelas en todas las parroquias. Creó el
“Seminario Pío X” en Bluefields, el “Instituto Catequístico en Waspán” y la casa para los
huérfanos en Puerto Cabezas. Trajo a las Madres de Santa Inés que trabajaron en Puerto
Cabezas y Waspán con los indígenas Misquitos, y las Madres de Maryknoll para las Minas
de Siuna. Ambas dirigieron escuelas y clínicas.

A la muerte de Mons. Mateo le sucede Mons. Salvador Schleafer (12/08/1970) que en las
giras misioneras entre los Misquitos, aprendió su idioma. En 1944 publicó una gramática de
la lengua miskita y traducción del Nuevo Testamento junto a Fr. Berardo Casper (Felipe).

Fr. Wilfrido Bieberstein fue el primer párroco norteamericano de Bluefields (1943) con Fr.
Casimiro Wals como su coadjutor. En 1949 Fr. Wilfrido instaló una potente radio receptor-
transmisor para comunicación con los Estados Unidos. Pionera de la red de radios en el
Vicariato e incluso con Managua. Y en los años 80” con Alvernia-Costa Rica. Medio que
favoreció la comunicación e integración entre los frailes, principalmente durante la
Insurrección Sandinista (1979) y el Huracán Juana (1988).

Capuchinos en la tierra de litigio: Desde 1915 los Capuchinos atendieron al pueblo


Misquito en el territorio de litigio, entre Río Coco-Nicaragua y Río Kruta- Honduras,
conocido como Cabo Gracias a Dios. Cuando fue declarado territorio de Honduras por el
fallo de la Haya en 1960, pasó a la Diócesis de San Pedro Sula-Honduras. El Obispo pidió a
los Capuchinos continuar su colaboración. En 1975 los Capuchinos del Vicariato aceptaron
la Parroquia de Puerto Lempira-Honduras. Fr. Donaldo Richardson y Fr. Rafael Fellenz
fueron los primeros. Con la creación de la Viceprovincia de Centroamérica en 1982 ese
territorio pasó a formar parte de la Región de Honduras.

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El Post-concilio: A la luz del Concilio Vat. II y la Conferencia Latinoamericano de
Medellín, los Capuchinos promovieron: la planificación pastoral, establecieron delegados de
la palabra, ecumenismo, Comunidades Eclesiales de Base, diáconos permanentes,
promoción humana, cooperativas agrícolas, salud, escuelas rurales, Jueces de Mesta y
agentes de policía, derechos humanos y la fundación del IPAC (Instituto de Pastoral
Campesina) como centro de formación de laicos.
Semana Franciscana: Con motivo de la Visita Canónica de Fr. Gerald Walker en1955,
Provincial de San José, se realizó la primera “Semana Franciscana” en Nicaragua,
eligiéndose Puerto Cabezas para este acontecimiento. Experiencia que continuó realizándose
primero bimensual y por último anual hasta el 2012. Fue el espacio que usaron para
fortalecer los valores carismáticos (identidad y pertenencia) de reconsiderar su vocación
como misioneros capuchinos, independiente de las labores pastorales o administrativas
designadas por el Obispo. Esta modalidad recuperó la visión de un misionero primeramente
fraile, miembro de una comunidad religiosa y después trabajador pastoral con jurisdicción
conferida por el Obispo” (Smutko, Ig. Cat. Cbe. Nic. p.174).

Planificación pastoral: En 1968, siendo Superior Regular Fr. Florián Ruskam, que a su vez
fue “Presidente de la Conferencia Nacional de Religiosos” y miembro de la Asociación del
Clero de Nicaragua, apasionado por implementar la renovación post-conciliar y la pastoral
de conjunto tan alabada en el Documento de Medellín en ese mismo año, organizó
encuentros con expertos del CELAM para impartir cursos de “aggiornamento” en
Nicaragua. Ya desde 1953 los frailes habían fundado el instituto para la formación de
ministros laicos misquitos en la Mosquita. En este espíritu de renovación, en 1968 en la
Ciudad de Rama, celebraron la Iera. Asamblea de Delegados de la Palabra de Dios fuera de
Río Coco. Dicha organización se extendió a todo el Vicariato. Para 1982 ya eran 1700
Delegados que conformaban Comunidades Eclesiales de Base según los lineamientos de
Medellín. Los Capuchinos prepararon guías de bautismo, confirmación, matrimonio,
novenarios, funerales, velorios y celebración dominical. La metodología se basada en
descodificación de dibujos y diálogos sobre textos bíblicos. Algunos Delegados fueron
autorizados por el Obispo para llevar la comunión a los enfermos y para bautizar en la zona
rural.

En febrero de 1972, los capuchinos empezaron cursos intensivos en Rama para la formación
de futuros Diáconos Permanentes y Delegados. Por falta de material escrito en lenguaje
sencillo, conformaron un equipo y algunas religiosas. Se reunieron cada año para escribir un
librito. El equipo estuvo integrado por Fr. Gregorio Smutko (Goyito), Fr. Nilo Kauffman,
Fr. Wilberto Lánser, Fr. Patricio Forton y Fr. Augusto Seuberth. Algunos de estos libros han
tenido más de ocho ediciones y se han usado en varios países de América Latina e incluso en
España. Entre ellos: ¿Entiendes el Mensaje? Sobre el Antiguo Testamento (1972), ¿Cómo
entender el Mensaje del Nuevo Testamento? (1974), Las cinco caras de la Iglesia,
Eclesiología (1978), La Historia de la Iglesia, (1982) y una serie de libros más en los años
posteriores.

Promovieron la pastoral de conjunto como instrumento de comunión ante las dificultades


constantes de migración de campesinos y Delegados. Además para unir esfuerzos en la

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preparación de materiales para la evangelización. Estaban convencidos de importancia de la
pastoral de conjunto, lo que llevaban a cabo ¡Cueste lo que cueste!
En 1974 en Siuna los frailes realizaron la primera Asamblea General del Vicariato, donde se
reunieron los distintos agentes de pastoral. Fruto de aquel encuentro fue la elaboración del
plan global de pastoral: “Las metas principales del Vicariato de Bluefields”. Probablemente
fue la primera diócesis en Nicaragua que tenía un plan.

Ecumenismo: En 1967 los Capuchinos de Bluefields invitaron a sus hermanos de la Iglesia


Anglicana, Morava y Bautista a conformar el “Consejo Ecuménico Bluefileño de Iglesias
Cristianas” (CEBIC). Abarcaban más del 90% de los habitantes. Los pastores se reunían más
o menos cada sábado para orar juntos, dialogar sobre la Palabra de Dios y tratar proyectos
para el beneficio de la comunidad. Se hacía al menos una celebración ecuménica en cada
una de las Iglesias cada año. Con la cruzada de alfabetización (1979), esta entidad consiguió
fondos para financiar la cruzada tanto en español como en lenguas nativas. Como dato
anecdótico, en Bluefields la procesión del Domingo de Ramos la celebran juntos todas las
iglesias cristianas, hasta el día de hoy.

Promoción humana: Los Capuchinos desde 1969, en Río Coco entre los Misquitos y en
1971 entre los campesinos hispanos, se esforzaron en impulsar una educación liberadora.
Prepararon cursos de concientización en distintas etapas (Juicio Crítico). De esta experiencia
se elaboró el libro “La concientización, dinámicas y aplicaciones” que fue usado por muchos
agentes pastorales en América Latina. El cual no fue aceptado en las librerías de Managua
por miedo a la Guardia Somocista.

Desarrollo Rural: Fr. Herman Buss organizó cooperativas agrícolas entre los Misquitos en
1940 y en 1967 en Río Coco. Fr. Rodrigo Brennan fundó la cooperativa de “San Isidro en
Siuna” en 1957 y Fr. Teodoro Niehaus en 1977 en otras comunidades. Se beneficiaron más
de 1000 familias. A través de estas cooperativas dieron cursos de agricultura, ganadería, uso
de insecticidas e incentivaron el cooperativismo.

Salud: En 1968 los Capuchinos junto a las Hermanas de Santa Inés crearon un programa
para líderes de salud y parteras en la Mosquita. El que se prolongó hasta 1981.
Paulatinamente estos cursos se extendieron en toda Zelaya. Fueron muy valorados sobre
todo por campesinos que tenían que viajar grandes distancias para conseguir atención
médica.

Escuelas rurales: En 1971 los Capuchinos ayudaron a crear el “Comité de los 100.000
Nicaragüenses de Zelaya sin Escuelas”, pues el 80% de la población era analfabeta.
Recolectaron más de 3.000 huellas digitales para solicitar al gobierno la apertura de un
programa de educación. El gobierno Somocista apoyó el programa, pero lo cerró en 1976
debido a la denuncia que presentaron los Capuchinos del Vicariato. Después del triunfo de la
Revolución Sandinista (1979) el programa fue ampliado y mejorado.

Derechos humanos: Ante los problemas legales en la montaña, los Capuchinos prepararon
un librito titulado “Educación Cívica” que explicaba sencillamente la Constitución Política,
el Código de Trabajo y algo sobre Doctrina Social de la Iglesia. Del que se hicieron varias
ediciones. Esto sirvió para impartir cursos tanto a los Jueces de Mesta como a los Delegados

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de la Palabra, lo cual acarreó el desagrado del gobierno de Somoza. También hicieron
circular infinidad de cartas concientizando a los campesinos sobre sus derechos de tierra
según la Ley de Reforma Agraria, a fin de defender sus derechos posesorios ante los ricos
que los querían desalojar con títulos supletorios.
Sin duda el más conocido esfuerzo de los Capuchinos de Nicaragua, en materia de derechos
humanos, fue la denuncia liderada por Fr. Florian Ruskamp y presentada al Senado de los
Estados Unidos en Junio de 1976, llamando la atención al mundo sobre las torturas y
asesinatos a campesinos en Zelaya Norte por parte de la Guardia Nacional. Fue acompañada
con una lista de más de 60 víctimas como evidencia de la violación a los derechos humanos
en Nicaragua.

Viceprovincia de Centroamérica: Con la Erección Canónica de la Viceprovincia General


de Centroamérica, “Nuestra Señora de la Esperanza”(05/03/1982), los Capuchinos del
Vicariato pasaron a formar parte de la nueva circunscripción, no obstante la responsabilidad
de “Propaganda Fidei” del Vicariato continuó siendo de la Provincia de San José. Fue
nombrado como primer Viceprovincial Fr. Pablo Schmitz, quien hasta entonces prestaba el
servicio de Superior Regular. Dos años después fue nombrado (25/07/1984) Obispo Auxiliar
del Vicariato. Se impulsó la implantación de la Orden, tema que se ampliará más adelante.
(En 2017-1918 el Vicariato Apostólico de Bluefields fue dividido en dos para crearse las Diócesis de Siuna y Bluefields )

C. Capuchinos en Nueva Segovia

En 1963 a pedido de Mons. Clemente Carranza, los Capuchinos del Vicariato Apostólico de
Bluefields decidieron ayudar a la Diócesis de Estelí en las Segovia. Asumieron la Parroquia
de Jalapa animada por Fr. Rodrigo Brennan y en 1965 se incorporó Fr. Evaristo Bertrand.
En 1966 aceptaron también la Parroquia de Condega hasta 1973. Fr. André Weller.
Construye el colegio de Condega que lleva su nombre. Y sucesivamente se internaron en las
parroquias de Pacalacaguina, el Jícaro, Quilalí con su filial en Wililí. Impulsaron las
Comunidades Eclesiales de Base y organizaron cooperativas. En 1967 el Jícaro recibe a su
Ier. Párroco Fr. Guillermo Lulloff. Otros frailes que estuvieron en esta zona fueron Fr.
Alfredo Gundrum, Fr. Juan Crisóstomo Nolan, Fr. José Smetana, Fr. Bernardo Wagner
(futuro Regional de Nicaragua), Fr. Glen Gessner entre otros.

En 1991 zona abrieron en Santa Clara un Aspirantado Interno con jóvenes provenientes de
este departamento y de la Costa para estudiar el ciclo básico. Con el mismo objetivo un año
después se fundó la “Posada de San Antonio” en Mozonte participando un gran número de
jóvenes dentro de los cuales algunos llegaron a consagrarse como frailes. Fruto de esta
experiencia es Fr. Vicente Flores Tróchez (+04/07/2015). La Fraternidad de Mozonte se
clausuró en el 2009 por el reducido número de hermanos.

D. Capuchinos de Río Grande do Sul

En la segunda mitad del s. XX, el Vicariato de Bluefields sufrió una disminución de frailes
por diversas razones, entre ellas: la baja vocacional en Estados Unidos, frailes mayores y
deteriorados de la salud regresaban a la Provincia, poca perseverancia de las vocaciones
nativas, entre otras. Esto hizo que el gran territorio misionero del Vicariato no recibiera la
atención adecuada. La recién creada Viceprovincia de Centroamérica (1982) con una

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estructura de regiones, dificultaba la colaboración. El entonces Viceprovincial Fr. José
Antonio Márquez, empezó a gestionar la solidaridad fraterna. Encontró respuesta en la
Provincia de Río Grande do Sul-Brasil. Para 1991 arribaron los primeros frailes brasileños a
quienes se les confió la Parroquia San Isidro de El Rama. Entre ellos Fr. Vítor Poloni, Fr.
Luis Zugno, Fr. Luis Sirtolli, Fr. Rogelio Rubick, Fr. José Deón y Fr. Airton dos Santos. Se
acoplaron con facilidad en la dinámica pastoral y fraterna del Vicariato. Fueron muy bien
acogidos por los feligreses. Dieron continuidad al trabajo que los frailes venían realizando,
dando nuevos bríos y aportes a la Iglesia Local. Crearon capillas en los barrios de la ciudad
con sus respectivos delegados, catequistas y celebraciones dominicales. Fundaron la
celebración del mes de la biblia y fomentaron la auto-sostenibilidad parroquial. También la
Provincia de Río Grande dio becas de estudio a jóvenes frailes de la Viceprovincia. Para el
año 2000 la Provincia decidió concluir la colaboración por no contar con suficientes frailes.

E. Casa Capuchina – Bolonia – Managua

Las grandes distancias geográficas en la Costa Atlántica y el necesario contacto con la


Capital, para trámites migratorios y legales, el abastecimiento de recursos, tratamientos
médicos, el contacto con la Iglesia Local, entre otros, forzaron a los Capuchinos
norteamericanos a abrir una casa en Managua. Decisión que se tomó en el capítulo de 1969,
pues hasta entonces se hospedaban en San Antonio. La nueva Fraternidad-hospedaje se
convirtió en punto de encuentro de los Capuchinos de la Costa y sede del Superior Regular.
Fr. Daniel Kabar y Fr. Florian Ruskamp, fundadores, hicieron de esta casa un puente con la
Iglesia nicaragüense, inaugurada en 1971. Esta Fraternidad fue cerrada en el 2014 a falta de
frailes.

Hermanos Laicos: El silencioso y abnegado servicio de los hermanos laicos ha enriquecido


la historia de los Capuchinos en Nicaragua. Un año después de la fundación en Managua
(1914), en la comunidad de San Sebastián se encontraba el hermano laico Fr. Ángel de
Igualada, luego en San Antonio Fr. Rafael de Ibarra, Fr. Celestino de Barcelona y Fr. Daniel
del Torn y Fr. Ramón Batalla en Monte Tabor hasta 2020, quien prestó los servicios de
Sacristán y Secretario de la Parroquia. Igualmente encontramos en el Vicariato de
Bluefields una serie de hermanos laicos que han entregado sus vidas a la comunidad y a la
Iglesia. El primero fue Fr. Mateo Migan (1940-1942), Fr. Gaulo Neumann, quien durante
cuarenta años trabajó en construcciones y reparaciones entre los misquitos del Río Coco.
Con la llegada de Fr. Isidoro Herriges en 1964, la Catedral de Bluefields, iniciada en 1930,
contó con la persona y talento, iniciativa y gusto artístico para embellecerla por dentro y por
fuera hasta concluirla en 1970. También construyó el campanario con su reloj de 26
campanas (traído por Fr. Enrique de Tolouse de Francia), el cual perduró a los embates del
Huracán Juana en 1988. Otra obra fue la construcción del templo parroquial de Puerto
Cabezas y el colegio católico de Siuna entre otros. En 1971 llegó al Vicariato Fr. Patricio
Forton, que por su preparación académica contribuyó en la formación de Delegados de la
Palabra sobre todo en la elaboración de materiales. Fue muy hábil en la reparación de radios
y aparatos electrónicos. Fue formador de Postnovicios y el primer “Secretario de
Formación” de la Viceprovincia de Centroamérica. Otros dos hermanos que llegaron
posteriormente fueron Fr. Esteban Flottmeyer (1982) quien colaboró como formador en el
postulantado de Bluefields y por último Fr. Mark Davis (1984-1991).

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Implantación de la Orden: Como hemos visto hasta el momento, la presencia de los
Capuchinos en Nicaragua por razón fundacional se dividió en dos partes: el Pacífico
(Managua) y Costa Atlántica (Vicariato). En los inicios se hicieron procesos formativos
independientes. A partir de 1977 se tuvo el primer espacio formativo de colaboración
común en Cartago-Costa Rica (Noviciado-Postnoviciado). Con la creación de la
Viceprovincia de Centroamérica (1982) se continuó con postulantados independientes.

En Managua: Los frailes catalanes acogían las esporádicas vocaciones. Así en 1953
entró el primer fraile de Nicaragua Fr. Vicente de la Trinidad y Fr. Manuel Antonio
Ortega (1965) quien hiciera su noviciado en Quito- Ecuador y los votos perpetuos en
1973. Y en el 1979 ingresó Fr. José C. Báez Martínez. De 1982-1992 establecieron el
programa de postulantado en la Fraternidad San Antonio de Monte Tabor,
acompañados por Fr. José María Clarasó. A partir de 1993 en adelante se tendría un
postulantado único de la fundación catalana de Nicaragua y Costa Rica en la
Fraternidad de Rivo Torto, Cartago hasta 1999 cuando fue trasladado el postulantado
a la Fraternidad de la Inmaculada en Managua.

En el Vicariato: Con el objetivo de implantar la Iglesia local Mons. Mateo


Niedhammer construyó el Seminario Pío X en 1953, para las vocaciones. Las
primeras vocaciones capuchinas del Vicariato fueron Antonio Ríos (ord.1964) y
Agustín Sambola (ord.1975). Este último fue enviado al Seminario Menor san
Lorenzo de la Provincia San José, USA, realizando su noviciado 1966 y la formación
eclesiástica en Colombia junto al Salvadoreño Fr. Roberto Figueroa.

En 1978 la Orden estableció un postulantado en la Casa Cural de Bluefields siendo el


primer formador Fr. Pablo Schmitz, futuro obispo. Ingresaron dos jóvenes garífonas
Marcelino Estrada y Bonifacio Gonzáles, y Martín Chow. El mismo año Fr. Pablo
fue elegido Superior Regular continuando la tarea Fr. Daniel Kabat. El año siguiente
con la “Insurrección Sandinista” los postulantes tuvieron que viajar en barco hacia
Puerto Limón rumbo a su noviciado en la ciudad de Cartago, pues no había otro
medio de transporte. Un año después la “Campaña de Alfabetización” haría que los
postulantes llegaran tarde a su noviciado. Para los años 81-82 Fr. Daniel Anholzer
junto a Fr. Kent Casper continuarían la tarea del postulantado y para 1986 pasaría al
Rama. Fruto de estos postulantados tenemos a Fr. Víctor Vanegas, Fr. Miguel
Hernández, Fr. Carlos Zúniga, Fr. Juan Gómez, Fr. Pablo Alarcón, Fr. Javier Zúñiga,
Fr. Víctor Cruz, Fr. Santos Gámez, Fr. Santos Murillo y otros.

En 1988, siendo Viceprovincia Centroamericana, se estableció el Postnoviciado de


Centroamérica en El Rama, para que los recién profesos profundizaran en los
valores carismáticos encubados en el Noviciado y animar el despertar vocacional en
la Costa. (Este año quedaría en la memoria como el año del Huracán Juana que hiciera estragos en
Bluefields e inundara a Rama). Al frente de esta etapa estuvieron Fr. Tomás Faiola, Fr.
Lorenzo Webber y Fr. Chico Solano hasta 1997. Al año siguiente se trasladó esta
etapa a la Fraternidad de la Inmaculada en Nejapa. Estas experiencias enriquecieron
a la Orden y la Iglesia Local, a nivel cultural y religioso en el compartir con
Delegados, Catequistas y comunidades donde hacían las experiencias de
“minoridad”, “inserción” y “eremitorio”. Entre el 94-95 la Casa Cural de Puerto

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Cabezas sirvió de casa de formación Postnovicios que aún no habían concluido su
bachillerato, acompañados por Fr. Víctor Vanegas, Fr. Carlos Zúniga y Fr. Juan
Gómez.

Con la prioridad dada a la formación capuchina desde finales de los 70”, se dedicó
un valioso contingente de frailes a la formación. Entre ellos Fr. Nilo Kauffman, Fr.
Evaristo Bertrand, Fr. David Zywiec (1er. Obispo de Siuna), Fr. Patricio Forton, Fr.
Ken Casper, Fr. Gregorio Smutko, Fr. Augusto Seubert, Fr. Lorenzo Webber y Fr.
Francisco Solano.

Para los años 90” los frailes del Vicariato trasladarían el centro de formación a las
Segovia. En esta zona, en la Casa Cural de Santa Clara en 1991, abrieron un
“Aspirantado Interno”, con jóvenes provenientes de esta zona y de la Costa, para
estudiar el ciclo básico. Un año después se fundaría “La Posada de San Antonio” en
Mozonte con el mismo objetivo. Experiencia que se prolongaría hasta el 2009. En
1999 sirvió como postulantado de la Región de Nicaragua, acogiendo postulantes de
Honduras, Guatemala y Costa Rica. Algunos de los frailes que vivieron en esta
fraternidad fueron: Fr. Evaristo, Fr. Pedro Solvalbarro, Fr. Miguel Hernández, Fr.
Carlos Zúniga, Fr. Chico Solano, Fr. Juan Gómez, Fr. Miguel Oliveras y Fr. Víctor
Vanegas. Fruto de esta experiencia es Fr. Vicente Flores Tróchez (+04/07/2015), Fr.
Julio Icabalceta y Fr. Pedro Ortez, entre otros; e hicieron el postulantado Fr. Claudio
Calderón, Fr. Henry Ñurinda, Fr. David López, Fr. Estuardo Quesada, Fr. Alejandro
Núñez y otros…

Del 2000 al 2003, la Fraternidad San Francisco de El Rama prestó el servicio de


Postulantado. Algunos de los postulantes fueron: Fr. Berman Bans, Fr. Alejandro
Cordero, Fr. Evys Martínez…

La Inmaculada: Esta fraternidad sirvió como casa de Postnoviciado de 1997 a 2000.


Con la creación de la Viceprovincia “San Félix de Cantalicio” en el año 2000, el
programa de “Postnoviciado sin estudios” llegó a su fin. De allí en adelante, 2003-
2013 esta casa se convirtió en el Postulantado de la Viceprovincia San Félix
(Nicaragua, Costa Rica y Panamá). Algunos frailes que hicieron su postulantado allí
están: Fr. Esteban Mora, Fr. Mauricio Monge, Fr. Alex Sánchez, Fr. Emanuel
Rodríguez, Fr. José Chavarría, Fr. Nicolás Quirós, Fr. Francisco Toledo, Fr. Gustavo
Chaves, Fr. Vicente Flores, Fr. Mauricio Mora, Fr. Francisco Castillo, Fr. Michael
González, Fr. Anthony Falcón, Fr. Donald Núñez, Fr. Yader Salmerón…
El año 2014 el Postulantado fue trasladado a la Fraternidad de San José Bolonia,
volviendo a la Inmaculada del 2015 -2018. Desde 2019 el postulantado se realiza a
nivel intercustodial: El “primer año” en “San Pío” El Salvador y el “segundo año” en
“La Inmaculada” hasta la actualidad.

BEATOS y MÁRTIRES:
La circunscripción de Nicaragua, Costa Rica y Panamá tiene en su haber, hermanos modelos
de santidad por su entrega y su martirio. De esta forma están:

- Fr. Antonio de Oviedo, atravesado por flechas y lanzas el año 1651.

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- Fr. Francisco de Vallecas (05/01/1652) por atender las víctimas de la epidemia del
cólera mórbido en Portobelo.
- Fr. José de Vilalvilla sacrificó su vida de la misma manera un mes después.
- Beato, Fr. Federico de Berga, (Víctima de la Guerra Civil Española 1931)
- Beato, Fr. Remigio de Papiol, (Víctima de la Guerra Civil Española 1931)
- Beato, Fr. Domingo de Sant Pere, (Víctima de la Guerra Civil Española 1931)
Y en olor de santidad: Fr. Calixto de Cartago (1920-1970 sepultado en México,

ANEXO: Cronología de la implantación de la Orden en:

Panamá:
 15 de julio de 1647. Capuchinos de Castilla llegan al Darién
 1681. Un grupo de ocho Capuchinos españoles arribaron por segunda vez al Darién
 1876 Fr. Antonio de Igualada procedente de Ecuador llega a Panamá y le es
confiada la parroquia Inmaculada Concepción de Colón,
 1917. Presencia en Colón y lejanas zonas del Darién, concretizándose en 1921 con el
futuro Beato y mártir Fr. Remigio de Papiol y Fr. Cipriano de Tarrasa.
 1981. La Región de Nicaragua confía a Fr. Vidal Vanasek, Fr. Felipe Kasper y Fr.
José Stmetana la fundación en Tocumen, regentando la Parroquia San Antonio.
 Enero de 1986. La Provincia San José, asume la misión de Chepo-Panamá.
 1997 Tocumen se incorporó a la “Región de Costa Rica y el resto de Nicaragua”
(RECONIPA).
 Con la erección canónica de la “Viceprovincia San Félix de Cantalicio” en el año
2000, Panamá quedó definitivamente incorporada a la nueva circunscripción.
 Diciembre del 2009. La misión de Chepo, fue asumida por la “Viceprovincia de
Nicaragua, Costa Rica y Panamá. (Decreto. 09/06/1999)
 Agosto 2012. El Capítulo General cambió el nombre de Viceprovincia por Custodia

Costa Rica:
 1877 y 1878. Llegada de los primeros capuchinos a Costa Rica: Fr. Bernardino de
Capellades y Fr. Fernando de Montroig y sucesivamente Fr. Antonio de Igualada.
 23 de diciembre 1899. Erección Canónica del Convento San Francisco de Cartago y
entrega a los Capuchinos, en manos de Fr. Fidel de Montclar, Fr. Francisco de Ibarra
y Fr. Egidio de Palma. Perteneciendo a la Custodia de Colombia y Ecuador.
(Fundación de la comunidad religiosa regular)
 24 de enero de 1906. El Capítulo Provincial tomó el acuerdo: “Que la Residencia de
Cartago (Costa Rica) se disgregada de la Custodia y pase a depender de la Provincia”
 14 julio de 1918, erección canónica de la “Misión de las Casas de Centroamérica y
de México” bajo un Superior Regular.

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 05 marzo 1982. Erección Canónica de la Viceprovincia General “Nuestra Señora de
la Esperanza” de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y parte de Nicaragua.
 Enero 2000. Erección Canónica de la Viceprovincia General “San Félix de
Cantalicio” de Nicaragua, Costa Rica y Panamá. (Decreto. 09/06/1999)
 Agosto 2012. El Capítulo General cambió el nombre de Viceprovincia por Custodia

Nicaragua:
 1913 Provincia de Cataluña asume “Propaganda Fidei” el Vicariato Apostólico de
Bluefields recién creado por Pío X. Será el siguiente cuando llegan.
 El 25 de noviembre 1915. Llegan a Managua Capuchinos procedentes de Cartago.
Asumen la Iglesia y Convento de San Sebastián.
 14 julio de 1918. Erección canónica de la “Misión de las Casas de Centroamérica y
de México” bajo un Superior Regular.
 En 1939. La “Provincia de San José”, Detroit-Michigan, de Estados Unidos asume
“Propaganda Fidei” el Vicariato de Bluefields
 05 marzo 1982. Erección Canónica de la Viceprovincia General “Nuestra Señora de
la Esperanza” de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y parte de Nicaragua.
 Enero 2000. Erección Canónica de la Viceprovincia General “San Félix de
Cantalicio” de Nicaragua, Costa Rica y Panamá. (Decreto. 09/06/1999)
 Agosto 2012. El Capítulo General cambió el nombre de Viceprovincia por Custodia

BIBLIOGRAFÍA:
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Smutko, G. Clarasó, J. María. (1993) Historia de los Capuchinos en Centroamérica,

Miranda, Hno. Alfonso. (1996). Los Capuchinos en América Latina, SECAL,


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Mata, Jesús. (1999) Monografía de Cartago


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Benavides Barquero, P. Manuel (2019) La Hermandad de Jesús Nazareno de los Padres


Capuchinos de Cartago: más de cien años de historia.

Revista: Frailes Capuchinos en Cartago 100 años (2000)


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Directorio. Viceprovincia de Centroamérica Nuestra Sra. de la Esperanza. 1995
Directorio Viceprovincia San Félix de Cantalicio, 2004
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