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POESIA DOMINICANA

(Desde sus inicios hasta la muerte del Último tirano)

Dr. Abel Fernández Mejía

Editorial TIEMPO, S. A.
Santo Domingo, R. D.
1987
POESIA DOMINICANA
(Desde sus inicios hasta la muerte del Último tirano)

Dr. Abel Fernández Mejla

@Derechos Reservados
1987.Editotial TIEMPO, Sk
Aristides García Mella No. 21
Santo Domingo, Rep. Dorn.
INTRODUCCION

l . i QUE COSA ES LA POESIA?

Llamamos ' ~ o e s í a "a una manera especial de decir las


cosas. Cuando hablamos corrientemente sólo 'ilos preocupa-
m o s por lo que decimos, pero cuanto tratamos de hacer POE-
SIA, en cambio, debemos preocuparnos más por la I.'ORMA
c o m o decimos las cosas. Cuando u n enamorado dice: "tu
eres el sol de m i vida'', e n vez de expresar, simplemente: ' jjo
t e quiero", está empleando u n lenguaje poético sencillo, ele-
mental, pero podemos afirmar q u e ha hecho POESIA porque
se preocupó por "trabajar" el lenguaje, n o sólo por expresar
algo, por decir algo.
A esta manera especial d e decir las cosas, los GRIEGOS,
la llarnaroil POESIA porque, en su idioma, la palabra 'Poie-
sis " significaba ',creación' : ''elaboración':

DOS TEORIAS (síntesis):

*-Enunciado A) "Se ejerce la función poética del lenguaje cuan-


do se subordina el contenido del mensaje a los elementos formales
del mismo; en ella lo FORMAL (continente) es dominante, mien-
tras el significado (contenido) juega un papel subsidiario, acceso-
rio".
Autor: Roman JAKOBSON (1896-1982)
Obra: "ENSAYOS DE LINGUISTICA GENERAL", París,
1963.
*--Enunciado B) "En la prosa el SIGNIFICADO determina y
condiciona al SIGNIFICANTE, niientras en poesía el SIGNIFI-
CANTE determina y condiciona al SlCNl FlCA DO".
Autor: Yuri TlNl ANOV ( 1894-1943)
Obra: "EL PROBLEMA DE LA LENGUA I'OETICA"
1.1 Y. . . ¿PARA QUE SIRVE LA POESIA?
Como esta variante especial de decir las cosas nos impre-
siona, nos despierta el interés, nos hace conservar la atención,
y por lo tanto, nos fija la--memoria, la POESIA ha tenido di-
versas funciones en la historia de la Humanidad.
Aparece inicialmente, asociada al canto y al baile, entre
los pueblos más primitivos ("salvajes"), para ser usada como
recurso educativo. Así se conservaban las tradiciones cultura-
les de la tribu en la memoria de los hombres. Luego, progresi-
vamente, será utilizada, además, con propósitos mágico-reli-
gisos y políticos. Todavía en la antigua Grecia los más famo-
sos sabios preferían usar la poesía para expresar sus teorías,
aunque ya por esa época la ciifusióii de la ESCRITURA (alfa-
betos) le había quitado importancia coino medio Útil para
preservar los valores culturales en la memoria de los pueblos.
La POESIA variará, en su aspecto y en sus funciones,.
con los sucesivos cambios que marcan el progreso de la Hu-
manidad. Durante la Antigüedad Clásica se separará del baile
y, luego, durante el Renacitiiiento, dejará de ser cantada con
acompañamiento musical. Pero continuará siempre estando al
servicio de los intereses culturales dominantes, o, en las épo-
cas de crisis, como expresión de las ideas contrarias que re-
presentaran intereses sociales opuestos.
La POESIA de hoy se ha despojado del verso métrico y
la rima, pero ha inventado NUEVOS recursos formales que le
permiten continuar siendo, si ya no aquel afilado instrumento
ideológico que fue antes, pero todavía un extraordinario E S
PEJO que refleja nuestro dificil Mundo, agobiado de contra-
dicciones económicas, sociales, culturales, políticas, morales,
ideológicas, etc.

1 FICHA DE LECTURA:
I(
1 *.'El arte y la literatura, a partir del paleolítico, hasta el cine mo-
demo y el arte de Picasso y Dalí, son considerados como floreci-
miento siempre imprevisible, pero condicionado por el anibierite
y por-una complicada combinación de premisas económicas y so.
ciales".
Amold HAUSER: "HISTORIA SOCIAL DE LA LITE-
RATURA Y DEL ARTE"
Ed. Guadarrama, Madrid, España, 1976.

2. RAICES
Modernamente se acepta que los indígenas d e América
pertenecen a la etnia ("raza") mogoloides o xantoderma
("aniarilla"), llegados mayoritariamente desde Asia a través
del Estrecho de Bering en sucesivas emigraciones, la última de
las cuales correspondería al pueblo ESQUIMAL.
Culturalmente, en el momento de la conquista, los in-
dios habían desarrollado sistemas sociales que iban desde el
despotisnlo priniitivo (México, Perú), hasta comunidades neo-
Iíticas (agrícolas) y paleolíticas (recolección).
Desde el punto de vista del idioma, los lingüistas nioder-
nos (Mac Quown, Greenberg) señalan hasta 20 familias ("fi-
luin") de lenguas diferentes que n o parecen tener orígenes co-
munes. Entre ellas el idioma esquimal ha podido ser clasifica-
d o dentro del "filum" uralo-altaico, al cual pertenecen nume-
rosas lenguas de Europa y Asia (lapón, magyar, samoyedo,
manchú, etc.). E. SAPIR considera q u e el "filum" NA-DENE
(indios de Norteaniérica) puede sei clasificado dentro de las
lenguas sino-tibetanas (chino, birmano, etc.) y Georges DU-
MEZIL señala (1 955) similitudes gramaticales entre el "filum"
ANDINO-ECUATORIAL (quechua, araucano, guaraní, ara-
wak, etc.) y ciertas lenguas uralo-altaicas. Y sólo los indios
mexicanos (Aztecas, Mayas) desarrollaron sistemas alfabéti-
cos (escritura).
La LITERATURA indígena era utilitaria, puesta directa-
niente al servicio de intereses culturales básicos, educativos,
niágico-religiosos, políticos, etc.

FICHA HIBLIOGRAFICA:
Paul K ~ v e t :"LOS ORICENES DEL HOMBRE AMERI-
CANO".
Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1960.

2.1 LOS TAINOS.

Los indios taínos (grupo lingüistico "arawak"), en el


momento del Descubrimiento, se encontraban en la etapa cul-
tural conocida como "revolución neolítica" (V. Gordon Chil-
de: "PIECING TOGETHER THE PAST", Lond., 1956), es
decir, vivían la etapa de transición entre una economía d e re-
colección y un sistema basado en la agricultura, ejerciendo la
caza y la pesca todavía en forma primitiva.
Los taínos cultivaron una literatura tribal, colectiva. re-
presentada por narraciones mitológicas (Fray Roinán PanC.
"RELACION SOBRE LAS ANTIGUEDADES DE LOS I'J-
DIOS", 1498), y por el "areito", forma poética para ser can-
tada y bailada. Sobre el AREITO, dice el comista Gonzalo
Femández de Oviedo (1478-1 557) en su "HISTORIA GENE-
RAL Y NATURAL DE INDIAS", que "es lo iiiisnio que no-
sotros Ilamainos bailar cantando" y agrega que eran coino
una especie de "libro o ineinorial que d e gente en gente que-
da, de los padres a hijos, y de los presentes a los venideros",
señalando así su naturaleza indeterminada de literatura e n la
cual se unen la niúsica y el baile, y su caracter colectivo. de
tradición oral.
Fray Bartolomé de Las Casas (1 474-1 566), en su "APO-
LOGETICA HISTORIA DE INDIAS" declara: "la letra de
sus cantos era referir cosas antiguas y otras veces niñerías,
como 'TAL PESCADILLO SE TOMO DESTAMANERA Y
SE HUYO' y otras seniejantes", y también se refiere a otro
"que tenía muy buena sonada" y que cantaban "cuando se
juntaban a rallar las raíces de que hacían el pan cazabí".
Los cronistas se empeñan en presentarnos a Anacaona
(ana: FLOR, caona: ORO) n o sólo coino "reina" dc la región
d e Xaragua, sino como "poeta". Realinente acliiellos invaso-
res espaiioles evaluaban e identificaban, dentro d< los valores
superestructurales d e su propia cultura neo-latina y feudal.
estas manifestaciones de una "cacica" que solo cantaba y bai-
laba ''areiros" tribales q u e foniiaban parte de la tradición co-
lectiva de su pueblo y que, por lo tanto, sólo interpretaba y
no podía, de ningún modo, haber "creado" poesía.

*FICHAS DE LECTURA:

a) "No se conserva en Santo Domingo la letra ni la música de nin-


gun areito. El llamado "Areito de Anacaona" ("lgi Aya Bongbe".
"primero muerto que esclavo", según José Joaquín Pérez) es apó-
crifo, según l o han demostrado Emilio Nau, Apolinar Tejera y
Fernando Ortiz"'
Autor: Emilio Tejera - Obra: "INDIGENISMOS", Ed. Sto.
Domingo, 1977.

B) "El único cantar que se cita como areito es de origen dudoso:


lo recogió en Haití, durante la primera mitad del siglo XIX, Mr.
William S. Simonise, nativo de la Carolina del Sur, y lo comunicó
al Rev. Hamilton W. Pierson, quién lo publicó en la vasta recopi-
laciónde Schoolcraft sobre los indios ("INFORMATION RES-
PECTING THE HISTORY, CONDITION AND PROSPECTS O F
THE INDIANS TRIBES O F THE UNITED STATES" collected
and prepare. . . by Henry R. SCHOOLCRAFT, Filadelfia, USA,
1851160). La letra dice: "Ayá bombá ya bombé / Lamassam
Anacaona / Van van tovaná doguC / Ayá bombá ya bomé /
Lamassam Anacoana", (la transcripción de Schoolcraft está hecha
en ortografía francesa, es decir, "aya bomba ya bombai. . . dogai..
AnaCoana. . .etc.)."
Autor: Pedro Henríquez Ureña; "OBRA CRITICA", Ed. Fondo
Cultura Ec. Mexico, 1960.

2.2 LITERATURA COLONIAL.


La literatura colonial florecerá, sin mucho vigor, alrede-
dor de las cátedras escolásticas de la Universidad y los Con-
ventos, siguiendo fiel y pesadamente los pasos de la retórica
espaíiola. Oradores eclesiásticos y algunos poetas (Diego de
Guzmrín, Leonor de Ovando, Elvira de Mendoza, Francisco
Tostado de la Peña, Luis de Angulo, Baltazar Fernández de
Castro, Tomasin de Leiva y Mosquera, algunos otros) nos de-
Jan apenas más :iombre que poesía. Versos con mucha imita-
ción y pedanter-la, en los cuales el metro se recuenta pero a
veccs cojea, mientras la rima se amarra, se suelta, se arrastra
y en ocasiones se les va de las manos, huyendo despavorida de
estos poetas que habitan una colonia declarada oficialmente
pobre de solemnidaci.
La NOVELA (considerada género subversivo y prohibi-
da legalmente como ',vanas y mentirosas fábulas" por reales
decretos de 153 1 y 1543) no se cultivará, por lo tanto, en las
colonias españolas hasta después de 1810. Así es interesante
notar que "DON QUIJOTE DE LA MANCHA", y toda la no-
vela picaresca, sería leída en América a escondidas, y muchas
llegarían de contrabando. . Y cuando se permite representar
u n "entremés" criollo a las puertas de la Iglesia, el autor
(Cristóbal de Llerena) decide hacer crítica al gobierno y, en-
tonces, es silenciado, expulsado . . . y punto.
La presencia juvenil de Tirso de Molina por el Convento
de la Merced parece haber influido más en Tirso que en la cul
cultura intelectual de la colonia. Otros simplemente nacieron
o , también, pasaron de largo por Santo Domingo.

*FICHA BIBLIOGRAFICA:

Pedro Henríquez Ureña: "LAS CORRIENTES LITERARIAS EN


AMERICA HISPANA Edit. Fondo de Cultura Económica, Méxi-
co, 1969.

DECIMA
Tomasina de Leiva y Mosquera (1 663-?)

Señor, en esta lección


como Orfeo deleitáis,
y asimismo aprovecháis
en paremias Salomón;
aquí a las divinas son
esclavas ya las humanas
letras, si fueron profanas;
pues que combite este día
haze tal sabiduría,
sirvan, dejen de ser vanas;
*NOTA

Doña Tomasina de Leiva y Mosquera fue hija del licenciado Fer-


nano Díez de Leiva, médico y poeta sevillano que residió más de
45 años en la isla, dónde contrajo matrimonio con doaa María
de Mosquera Montiel, muriendo en 1708, y habiendo publicado,
en verso, su obra "ANTIAXIOMAS MORALES, MEDICOS, FI-
LOSOFICOS Y POLITICOS" (1682), en cuyo "Pórtico" apare-
cen las únicas composiciones conocidas de su hija, Da. Tomasina.

RCHA BIBLIOGRAFICA:

Gustavo Adolfo Mejía: "ANTOLOGIA DE POETAS DOMINI-


CANOS", Santo Domingo, 1954.

2.3 LITERATURA POPULAR:

El origen de la DECIMA n o es popular, sino culto, por-


que nació como poesía artificiosa, de salón y corte, antes de
bajar al pueblo y q u e éste la hiciera suya. Está f o m ~ a d apor
ESTROFAS d e diez versos octosilabos cuya rima admite nu-
merosas variantes. La inventó Vicente Espinel (1550-1624)
en Espaíia, desde donde viajó a América durante el siglo XVII
como innovación culterana. Y a finales de ese siglo andan ya
escribiendo décimas en Santo Domingo los bien apellidados
poetas Francisco Melgarejo y Ponce de León, el bachiller José
Clavijo, Miguel Martínez y Mosquera, García de Carvajal y
Campofrío, etc., los cuales se empeíían todos e n hacer gongo-
rismo con cierto esfuerzo y algún retraso.
El siglo XVIII verá el nacimiento de una literatura con
cierto sabor propio, escrita ya n o sólo por nietos d e conquis-
tadores sino por "blancos d e la tierra", o hijos d e emigrantes
canarios, como este Luis Joseph Peguero, banilejo autor de
una "TRASUMPTADA HISTORIA. . "(1 762), y q u e también
es poeta y maneja la décima como cosa propia, mientras nos
conserva unas "SENTENCIAS CAMPESINAS" que comprue-
ban la existencia d e una cultura que ya n o es simplemente im-
portada sino popular y criolla, trasumptada y reburujada.
Pero será durante el siglo XIX cuando la "décima" se
arregla, en forma todavía no completamente dilucidada, para
adentrarse en la tierra y permanecer como expresión poética
predominante en nuestras masas campesinas, hasta hoy, en
que va siendo progresivamente desalojada por los nuevos gé-
neros para consumo popular (radionovela, fotonovela, teleno-
vela) etc.). Y no es que la DECIMA no fuera también expre-
sión (y repetición) de la cultura dominante, sino que, como
producto de explotación y abuso, n o siempre se limita a repe-
ti la ideología del explotador y, a veces, resulta duro testimo-
nio d e la miseria y el desamparo, como ésta, que se dice en
campos del Sur: "QUE CONFUSION PARA UN POBRE /
SIN PLATA NI QUE VENDER, / TIENE SU MADRE A LA
MUERTE / Y DE PARTO SU MUJER / Y LA JUSTICIA A
LA PUERTA / QUE LO VIENEN A PRENDER,/ EL CABA-
LLO EN LA SABANA / QUE NO LE PUEDE VALER / Y
TRES HIJITOS LLORANDO:/ PAPA, DEME DE COMER".
Otro género importante de nuestra literatura popular,
junto a la "adivinanza" y el "refrán", lo constituye el CUEN-
TO, en el cual resulta más evidente que en la décima la pre-
sencia de los elementos restafricanos de nuestra cultura, Ile-
gados en muchos casos p,or influencia haitiana, como dos per-
sonajes, "BuquI'" y "Lepén", protagonistas frecuentes de
esas narraciones en las que otros, como "Juan Bobo" y "Pe-
dro Animal", parecen tener origen español, aunque a veces vi-
ven situaciones venidas de otro u otros lugares. Y es que los
aflos de unión con Haití (1822-44), al aminorar el rechazo
a esos elementos populares, favorecieron la permanencia o in-
greso de u n folklore con raíces africanas.
La investigación moderna descubre, en ese sentido, algu-
na coplas de la época, llenas de un claro contenido clasista:
"SO MERCE NO DICE / QUE YO SOY FEA? / PUE YO ME
BA / Y BUQUE OTRA NEGRA / PA TRABAJA". . . "DICE
MI SEÑORA / QUE ME BA A BENDE / A DORA ANA
PONCE / QUE PRINGA CON MIE". . ."LEVANTATE NE-
GRA / A JACE CAFE / -LEVANTESE UTE / QUE ETO
NO SON LO TIEMPO / DE SU MERCE. // D I 0 SE LO PA-
GUE / A PAPA BOYE / QUE NOJ DIO GRATI / LA LI-
BERTE".
Meso Mónica (o Maese Mónica) fue un hijo de esclavos
africanos que vivió entre los penúltimos años del siglo XVIII
y los primeros del XIX, haciendo décimas propias y parece,
que imitando coplas ajenas, puesto que hoy se ha descubierto
que algunas, atribuidas aquí a Meso Mónica, han resultado
facturadas por otros versificadores populares anteriores como
el cubano6'Padre Carpacho" o contemporáneos, como el mexi-
cano "Negrito Poeta" (José Vasconcelos), etc. Pero de todos
modos, las décimas y otras cosas que se coniprueban como
indudablemente suyas nosresultan ingeniosas, muy sabrosas y
dominicanisimas.
Y los tremendos ajetreos políticos sucedidos entre 1 79</
1822 van a dar nacimiento a muchísima poesía anóiiiiiia. re
dondillas, ovillejos, ensaladillas, en las cuales identificamos ya
nuestra identidad cultural tempranera.

DECIMA
Luis Joseph Peguero (? - 1792)

Oh b o m c o sin segundo!
Manso, fuerte y providente,
que si n o es por ti la gente
más trabajara en el mundo:
en darte mil gracias fundo
este verso aborricado,
por agua que me has cargado
desde que estoy en Baní,
pues si n o fuera por t í
creo me hubiera secado.

DECIMA PIDIENDO CASABE


Meso Mónica (s. XVIII-XIX)

No es ningún asunto grave


en el que os vengo a ocupar,
pues sólo vengo a buscar
una torta de casabe.
En lo posible no cabe
el que de ti yo me valga;
y para que con bien salga
si tu amistad me remedia,
dame de una torta, media,
que yo no busco una carga.

3. CULTURA DOMINICANA/LITERATURA DOMI-


NICANA.

Aunque nuestra HISTORIOGRAFIA se haya empeñado


en subrayar desmesuradamente los días iniciales de la CON-
QUISTA y la COLONIZACION (Virreinato, etc.) las raíces
básicas de nuestro presente arrancan del TRATADO DE BA-
SILEA (1 7 9 9 , y las consecuencias, no sólo políticas sino so-
cioeconómicas, resultantes.
La época colonial (1 505-1 795) vivirá las contradicciones
del desarrollo de relaciones de producción precapitalistas
dentro de una superestructura ideológica con características
predominantemente feudales. Todo eso terminará porque el
reino de Espafia ha cedido Santo Domingo a la República
Francesa, dónde, desde hace ya seis años se ha iniciado la
Revolución de 1789, que barrerá con la Monarquía Absoluta
y los últimos resabios estructurales del feudalismo, todavía vi-
gentes en España y sus colonias.
Los acontecimientos de 1801, 1802, aceleran la EMI-
GRACION de la clase dominante colonial, la cual detentó el
poder económico, el poder político y la cultura intelectual de
la época. Muchos historiadores han minimizado la importan-
cia de esa emigración, porque la han apreciado sólo en térmi-
nos cuantitativos (numéricos), cuando cualitativamente signi-
ficó la ausencia de la "intelligentsia" cultural del país, crean-
do un vacío social que tardará mucho tiempo en ser ilenado,
pero propiciando, en cambio, la renovación de las estructuras
socioeconómicas de la antigua colonia espaiiola.
Luego los sucesos de 1809, 1821, y la etapa 1822144,
marcarán hitos en la consolidación de una nueva clase domi-
nante, con nuevas características socio-económicas y dividida
en tres sectores: niercantil, maderero y hatero, de los cuales
el mercantil será el más avanzado políticamente pero el hate-
ro demostrará ser más fuerte.
La etapa 1822144 estará condicionada intelectualmente
por el cierre (tras un fracasado intento de actualización polí-
tica) d e la antigua Universidad de Santo Tomás de Aquino,
convertida en centro de agitación de intereses escolásticos,
teologales y pro-"legitimistas". Los decretos iniciales d e Bo-
yer (nacionalización d e la propiedad eclesiástica o absentista,
y liberación definitiva de los esclavos) y las consecuencias ju-
rídicas de la unión con Haití (extinción de la institución del
"mayorazgo" y puesta en vigor de los CODICOS franceses
de la Revolución) harán ya imposible el retorno de los viejos
tiempos.
Y, aunque a partir de 1844 regresen algunos pocos inte-
lectuales del "ancien regime" colonial (los Dávila Fernández
de Castro, Angulo Curidi, del Monte, etc.) esa minoría limi-
tará su influencia reaccionaria al terreno intelectual, ya que
n o podrán recobrar la base económica de su poder político,
ya obsoleto, aún cuando funjan, a veces de consejeros de al-
gunos figurones de la nueva clase dominante.
1

*FICHA DE LECTURA:
QUINTILLA:
Ayer español nací,
a la tarde fui francés,
a la noche etiope fui,
hoy dicen que soy inglés:
; n o sé qué será de mí!

Autor: Juan Vásquez (?-1805)


Cura de Santiago de los Caballeros.
1

3.1 NEOCLASICISMO, ROMANTICISMO.


El NEOCLASICISMO había pasado por Santo Domingo
apenas inspirando algunos pedantescos poeinas y fábulas al
Dr. José Núñez de Cáceres (ODA A LOS VENCEDORES DE
PALO HINCADO). El ROMANTICISMO inicialmente patrió-
tio tendrá en Manuel María Valencia, José Fco. Picliardo, Fé-
lix María del Monte, y otra figura política, la de Juan Pablo
Duarte, cultivadores con mejor intención que acierto, cosa
que es apreciable en aquel estribillo a un proyecto de "Him-
n o Nacional" escrito por el Padre de la Patria: "LOS BLAN-
COS, COBRIZOS, MORENOS, / MARCHEMOS ERGUIDOS
/ Y AL MUNDO MOSTREMOS / QUE SOMOS HERMA-
NOS". Pero si la poesía de Duarte es patriótica, en esa época
de la Primera República (1 844/61) encontramos muchos poe-
ta de simples versos patrioteros.

*FICHA DE LECTURA: EL ROMANTICISMO

JUAN PABLO DUARTE (1813-1876):

A) "C ANC ION"

Que aunque al viento mil quejas lanzara


;de qué me valdría?
La ruda, continua borrasca sombría
que ruge tremenda en tomo de mí,
la voz apagara.
¿No escuchas el cielo cual truena profundo?
Pues es que si oyc siquiera mi acento
se toma iracundo:
Por eso al silencio niis penas le di,
por eso a tu sanibra asilo pedí,
no hay ya para el alma
alivio ni calma
ni espera mi duelo
humano consuelo.
Todo, todo se negó a mi pena
y, aun, la queja al corazón condena.

B) "LETRILLA"

Y t ú , mientras tanto,
Sabrás ocultar
A ellos y al niundo
Mi acerbo pesar:
Pues quiero, exhalando
Mi triste querella,
Que sola tú mires
Mi lúgubre estrella,
Y esconda tu sombra
El triste existir;
Y oculte en t u seno
Mi amargo decir.

C) CANTO DE GLJERRA

Quisqueyanos, sonó ya la hora


De vengar tantos siglos de ultraje
Y el que a Dios y a su Patria desdora
Que en oprobio y baldón se amortaje.

No inás cruz que la cruz quisqueyana,


Que da honor y placer el llevarla;
Pero el vil que prefiera la hispana
Que se vaya al sepulcro a ostentarla.

FELlX MAKIA DEL MONTE (1819-1899):


"SONETO A MI PATRIA"
;Allí está la I'olonia ainericana
al poste del oprobio conducida;
allí está la odalisca prostituida,
Señora ayer y sierva a la mañana!

Sirena tropical dominicana;


águila audaz al éter ascendida.
en su vuelo caudal de niuerte herida
por niano aleve y por traición villana. ..
'Qué de tu gloria fue, mustia heredera
del infortunio y genio.peregrino
que te robó a la bruma de ignea zona?

;Con tu sangre aplacar la saña fiera


de vencedor sin lucha es tu destino,
y a quien vil te engañó, ceñir corona!
FICHA: 1
"El tema de la patria de formación, de sus anhelos, sus espe-
peranzas y desventuras, es el que pirmero cautiva la inspiración de
los poetas dominicanos y así se manifiesta en el himno que, horas
después de proclamada la independencia, escnbio Felix María del
Monte:
"Al arma, españoles", dice la primera y más conocida ver-
sión de ese himno, aunque el vocablo "españoles" fue sustituido
despues por el de "patriotas".

Bibliografía: Max Henríquez Ureña, "PANORAMA HISTORICO


DE LA LITERATURA DOMINICANA"
Primera Edición, 1945, Rio Janeiro, Brasil.

r
"DESENCANTO"
Manuel Rodríguez Objío (1838-1871)

Cuando en las puertas del vivir pisamo%


un paraíso su mansión creetilos;
flores y esencias por doquiera vemos,
y sólo espinas por doquier hallamos.

Cuando la meta juvenil tocamos,


lauros y gloria conquistar queremos;
tras el amor de la mujer corremos
y al fin son humo que siguiendo vamos.

Cuando maduros, la prudencia guía


de la ambición el fatigoso anhelo,
que un puerto busca a la vejez sombría:

Y ya al tender la ancianidad su velo


el eco fiel de la verdad retumba
triste diciendo: "nada, muerte, tumba!"

FICHA BIBLIOGRAFICA: PRIMERA ANTOLOGIA DE POE-


SIA DOMINICANA:
José Castellanos: "LA LIRA DE QUISQUEYA"
Santo Domingo, 1874
El ROMANTICISMO es un movimiento cultural que nace
Europa (Alemania) a fines del siglo XVIII, se desarrolla en auge
durante la primera mitad del siglo XIX y languidece en voces ais-
ladas hasta el fin de siglo. Sus características se pueden resumir en
pocas palabras: idealismo, exaltación de la fantasía y los valores
subjetivos, exotismo, individualismo exacerbado y sentimentalis-
m o desbordante. Libertad artística: unión de elementos dispares,
utilización de todo tipo de versos, rimas y estrofas; nacimiento de
la "prosa poética"; preferencia por el estilo expresivo dramático
con tendencia al patetismo.
El ROMANTICISMO, en nuestro país, nacerá con La Trini-
taria.crecerácon la república y sólo conseguirá derrotarlo el
MODERNISMO ya en pleno siglo XX. La poesía roniantica do-
minicana muestra tres directrices principales: el PATRIOTISMO,
el INDICENISMO y el CRIOLLISMO.

3.1.1 EL INDICENISMO Y SUS CONTINUADORES.


El "lndigenisino" es u11 movimiento literario de origen
cubano, fonnalinente situado dentro del ROMANTICISbIO,
que llega al país con el regreso de algunos intelectuales~dela
vieja clase doiiiinaiite colonial (hermanos Francisco Xavier
y Alejandro Angulo Guridi), durante la Primera República,
pero que se afinca y renueva con la Guerra Restauradora
(1 863-65 ), significando una reacción contra lo espaíiol, pero
buscando raíces n o africanas, lo que constituirá en lo adelan-
tc un persistente rasgo ideológico tle nuestra clase dominan-
te. José Joaquín Pérez. uno de sus niejores exponentes, titu-
lará "IGI AYA BONGBE" a u n o dc sus poeiiias indigenistas;
pcro la frase, de acuerdo a la invcstigación iiioderna (Feman-
d o Ortiz, etc.), está lingüísticamente relacionada con nuestra
cultura rcstafricana. Y en otro de sus poeiiias,"COCOLITO",
le Ilaiiia "indio nuevo" a quien se evidencia como hijo d e un
inmigrante negro, d e las islas. cortador d e cafía.
Expresión clásica de esa ideología lo constituye la nove-
la "ENRIQUILLO" (Manuel tle Jesús Galván), iin dramón de
difícil digestión, escrito en el mejor estilo de la escuela ro-
mántica y en el cual Ia idealización de personajes, situaciones
y ambientes alcanza alturas poco igualadas. Es interesante
constatar que el genealogista Carlos Larrazabal Blanco seíiala,
entre los ascendientes de Galván n o indios, siiio "pardos li-
bres"' (exesclavos negros).
Y la temática indigenista y su extre~lladoidealismo se-
guirá persiguiendo aún a poetas cuya facturación formal es
claramente rnodernista, porque habrá q u e llegar al Postumis-
m o para que los indios desaparezcan de la literatura de un
país cuyos últimos indígenas murieron en el siglo XVI.

JOSE JOAQUIN PEREZ (1 845-1 900):

A) "LA TUMBA DEL CACIQUE"

Sobre la tumba del 'guerrero llora


la vestal de los templos d e Quisqueya,
y en su lágrima ardiente y tembladora
ya la luz del crepúsculo destella.

El trono de un cacique era su asiento;


ceñían un arco las triunfales flores,
cuando uii conquistador, d e oro sediento,
quiso liacer siervos los que halló seiiores.

Del Zemi ante el altar postrado u n día,


al resplandor de luz fascinadora,
vio u n genio del Turey que le decía-
-"¡Noble cacique!, por tu patria llora. . .
De otros climas vendrá con Iiierro y fuego
para diezmar tus tribus inocentes,
turbando con la guerra su sosiego,
falange iniciia d e implacables gentes".
Y hoy la raza feliz y predilecta
de los Ciguayos sin temor reposa,
en miserable condición abyecta,
sometida a una ley ignominiosa.

Padre Louquo: si el duelo empapa en llanto


la mejilla que el beso del sol quema,
sobre el sepulcro del guerrero en tanto
el indio grabe misterioso emblema.

iEmblema de exterminio y de venganza;


siniestro augurio del poder que un día
lance al fondo del mar, con fe y pujanza,
al que hoy celebra su sangrienta orgía!

Sacerdotisas de la grey esclava:


i Llorad sobre la tumba del guerrero
que ayer blandiera la potente clava
por redimirnos del poder ibero!

Monótono el tambor el eco lance


al son de vuestro areito quejumbroso;
y de las sombras en el reino alcance
parassu alma el inmortal reposo.

B) "COCOLITO"

La tierra que contiene los despojos


de aquella raza indómita y bravía
dio su crudo color a este indio nuevo
que tres anos n o cuenta todavía.

En los ojos relámpagos de águila


surgiendo en ellos, cual de selva oscura,
y el cabello con rizos que se enlazan
par¿ formar caótica espesura.
La frente alza con el aire adusto
hacia el cielo; y sus músculos fornidos
parecen heclios en un torno hercúleo
para ahogar, estrechando, a los vencidos.

No corre, vuela, y sin fatiga alcanza


al más ligero can en su carrrera;
es un niño titán que hacer prodigios
de tiempos mitológicos espera.

i Y esos tiempos vendrán cuando en América


no se quiera que un palmo sólo oprima
la planta audaz de aventureros déspotas
que bien se están en su nativo clinia!

"CAONABO"
Bienvenido S. Nouel (1 874-1

Vedle! Robusto, musculoso, ágil,


épico el gesto, los cabellos lacios,
la frente erguida, endurecido el ceño,
la faz surcada de viriles rasgos.

Vedle! Broncíneo, en desnudez completa,


con brochetes de oro en cada brazo,
con argollas de oro en cada muslo,
con anillos de oro en cada mano.

Hosco, bravío, la pupila roja


como la luz de un hacho,
inmóvil, fija, cual si así pudiera,
rompiendo brumas, incendiar los barcos. ..
FICHA BIBLIOGRAFICA:

César Nicolás Penson y otros:


"RESENA HISTORICO CRITICA DE LA POESIA EN
SANTO DOMINGO" escrita en 1891; publicada en 1980,
Ed. Taller, Santo Domingo, con notas y adiciones de Vetilio

3.1.2. EL CRIOLLISMO
El "criollismo" idealiza la naturaleza, los hombres y las
costumbres de la tierra. Es un movimiento encuadrado tam-
bién formalmente (y temáticamente) dentro del ROMANTI-
CISMO, y, como el Indigenismo, tiene raíces cubanas. Entre
sus iniciadores dominicanos están Nicolás Ureña (padre de
doña Salomé), José María González Santín, pero el más acer-
tado será probablemente Arturo Pellerano Castro ("Byron")
y la tendencia temática criollista todavía se prolongará,
como sombra de crepúsculo, por mucho tiempo.

FICHAS DE LECTURA:

"CRIOLLA"
Arturo Pellerano Castro (1 865-19 16)

Yo quisiera, mi vida, ser burro,


ser burro de carga,
y llevarte en mi lomo a la fuente,
en busca del agua
con que riega tu madre el conuco,
con que tii, mi trigueña, te bañas.

Yo quisiera, mi vida, ser burro,


ser burro de carga,
y llevar al mercado tus frutos,
y traer para ti, dentro el árgana,
el vestido que ciña tu cuerpo,
el panuelo que cubra tu espalda,
el rosario de cuentas de vidrio
con Cristo de plata,
que cual rojo collar de cerezas
rodee t u garganta. . .
Yo quisiera, mi vida, ser burro,
ser burro de carga. . .
Desde el dfa que en el cierre del monte,
cogida la falta
el arroyo al cruzar, me dijiste
sonriendo: jme pasas?. . .
y tus brazos cifíeron mi cuello,
y al pasarte sentí muchas ganas
de que fuera muy ancho el arroyo,
de que fueran muy hondas sus aguas. .
desde el día que te cuento, triguefia,
yo quisiera ser burro de carga. . .

Y llevarte en mi lomo a la fuente,


y contigo cruzar la caílada,
y sentirme arrear por ti misma
cuando,a vuelta del pueblo, te traiga
el vestido que ciña tu cuerpo,
el pafíuelo que cubra tu espalda,
el rosario de cuentas de vidrio,
con Cristo de plata,
que cual rojo collar de cerezas
rodee tu garganta. .
;Yo quisiera , mi vida, ser burro,
ser burro de carga!

"PAISAJE CAMPESTRE (NOCHE)"


Armando Alvarez Pifieyro (1 873-1930)

Recostado en la hamaca con indolencia


tras las rudas labores de la faena,
en los cielos me finjo la transparencia
de los cálidos ojos de mi morena.

Las estrellas destilan su refulgencia


en la atmósfera tibia, clara y serena;
de los campos aspiro la grata esencia
y me digo, soñando: "la vida es buena".

Mientras que en el reposo de mi destino


lo ignoto y reservado no lo adivino,
afuera, el perro ladra y el viento sopla.

Y hasta mi oído llega, desde el camino,


la voz aguardentosa de un campesino
que, a la luz de la luna, canta una copla.

"DOMINICANO LIBRE"
Emilio A. More1 (1 884-1 958)

Cuando llega el domingo, en la mañana,


ensillo el potro rucio de más brío;
cojo un gallo, concierto un desafío
y marcho a la gallera más cercana.

Cruzo haciendo disparos, la sabana;


me detengo en algún que otro bohío
y dando vivas al caudillo mío
me tomo cuatro veces la manaña.

Dos cosas me subyugan: la morena


con que paso las noches en la plena
y hace que el alma de entusiasmo vibre,

Y la voz, legendaria y palpitante,


que responde al iquicn vive'! interrogante,
llena de fe: idominicano libre!

3.1.3 EL POST-ROMANTICISMO
Post-románticos serán, entre otros, Enrique Henríquez,
Pablo Pumarol, Juan Elías Moscuso, Emilio Prud'Homme, y
doña Salomé Ureña de Henríquez, una de las voces poéticas
de mayor nivel en nuestra literautra del siglo XIX. Su poe-
ma "RU1NAS"destila u n romanticismo lírico quc hubiera sido
asombroso en la pluma de Enrique Heine, Byron o Shelley,
casi cien años antes, pero ya durante la "belle epoque" nos
resultaun poco tardía, toda esta meláncolica poesía. Pero el
Patriotismo, el Indigenismo, el Criollismo y este Post-Roman-
ticismo, produjeron sentimentales poemas enternecedores
que nos han hecho sufrir y gozar desde los días de los bancos
escolares y que forman parte de toda una pesada herencia cul-
tural algo sensiblera, pero nuestra, nuestrísima. . . y hermosa.

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Marcelino Menéndez y Pelayo: "ANTOLOCIA DE POE-


TAS HISPANOAMERICANOS", MADRID, 1893:

"para encontrar verdadera poesía en Santo Domingo hay


que llegar a D. José Joaquín Pérez y a Doña Salorné Ureíia de
Henríquez, al autor de El Junco Verde y de Voto de Anacaona
y de la abundancia Quisqueyana, -- en quien verdaderamente em-
piezan las Fantasías Indígenas inerpoladas con los Ecos del Des-
tierro y con las efusiones de La Vuelta al Hogar,- y a la egregia
poetisa que sostiene con firmeza en sus brazos juveniles la lira de
Quintana y de Gallego, arrancado de ella robustos sones en loor
de la patria y de la civilización, que no excluyen más suaves tonos
para cantar deliciosamente La Llegada del Invierno o para vatici-
nar sobre la cuna de su hijo primogénito".
t

* FICHAS DE LECTURA:
"MISTERIO"
Pablo Pumarol (1 856-1889).

Indiana, yo te vi, tú me miraste


con dulce languidez. El alma mía
un suspiro lanzó. . . ¡Me cautivaste!
Desde entonces. . no sé. . . más noche y día
con intimo lamento
mi corazón te aclama. . .
Si n o se llama amor esto que siento,
¿me dirás, dulce bien, cómo se llama?

"ADELANTE"
Salomé Ureña de Henríquez (1 850-1 897)

Deja a las turbas resolver audaces


de tus limpias acciones el tesoro,
buscando con qué herir de tu decoro
la austera dignidad.
Que ni la envidia, ni ambición cobarde
dentro del pecho generoso abrigas,
ni los favores pérfidos mendigas
del aura popular.

Tú, que del bien por la espinosa vía


firme, tranquilo, imperturbable avanzas,
y tus nobles y grandes esperanzas
en el estudio ves;
alta la frente, el ánimo sereno,
fija la vista al porvenir soiiado,
irás contra los golpes escudado
de la pasión soez.

Irás, aunque se crucen a tu paso


los escollos que el mundo opone al bueno,
aunque apures la copa del veneno
que es premio a la virtud.
Que eliá como fanal que alumbra y guía,
tras de las nieblas del presente oscuro,
brilla en los horizontes del futuro
de ti1 ideal la luz.
¿Qué son a la conciencia del honrado
los aplausos o el odio de un momento?
Rumores que se pierden en el viento
sin eco y sin valor.
Sólo perdura en brillo permanente
d e la verdad la antorcha peregrina,
y t ú vas, a la luz que te ilumina,
de la verdad en pos.
MI PEDRO
Salomé UreÍía de Henriquez

Mi Pedro no es soldado; no ambiciona


de César ni Alejandro los laureles;
si a sus sienes aguarda una corona,
la hallará del estudio en los vergeles.

i Si lo viérais jugar! Tienen sus juegos


algo d e serio que a pensar inclina.
Nunca la guerra le inspiró sus fuegos:
la fuerza del progreso lo domina.

Hijo del siglo, para el bien creado,


la fiebre de la vida lo sacude;
busca la luz, como el insecto alado,
y en sus fulgores a inundarse acude.

Amante de la Patria, y entusiasta,


el escudo conoce, en él se huelga,
y d e una caña, que transl'orma en asta,
el cruzado pendón tremulo cuelga.

Así es mi Pedro, generoso y bueno;


todo lo grande le merece culto;
entre el ruido del mundo irá sereno,
que lleva d e virtud germen oculto.

Cuando sacude su infantil cabeza


el pensamiento que le infunde brío,
estalla en bendiciones mi terneza
y digo al porvenir: iTe lo confio!

'LA CANCION DEL AVARO"


Enrique Henríquez Alfau (1 859-1 940)

Por galardón, Señor, me despojaste


de la carga del oro que al avaro,
por castigo impusiste.
iGracias por este raro,
por este paradójico contraste!
i Gracias! Me exoneraste
del oro con que a él lo empobreciste,
del yugo con que a él lo esclavizaste
iGracias! Así le hiciste
con el agobiamiento de esa carga,
la entraña estéril, la abundancia triste,
la casa grande y el hogar vacío,
la noche corta y vigilia larga. . .
iGracias te doy por tu piedad, Dios mío!
- -

"EL PRIMER B E S O
Juan Elías Mosco Puello (1 866-1932)

Trémula de emoción bajó la frente;


su aliento fatigoso resonaba
como el viento en la hojas;
la tez de sus mejillas se abrasaba
al fuego que encendió el rubor en ella;
suspiró de su amor en el exceso,
y y o la dije con acento triste:
- "¿es acaso un dolor el primer beso?. . .
- - -

ARTURO P E L L E R A N ~CASTRO ("Byron"), (1 865-1 9 16)


EN EL CEMENTERIO
Junto a una cruz, al expirar el día,
una pobre mujer, de angustias llena,
sus lágrimas vertía. . .

Doli6 a mi corazón su amarga pena,


y ante el sepulcro de la madre ajena
llord la muerte de la madre mía.

AMERICA

Cántame el viejo canto, el viejo canto,


el de las noas bravas,
el del aliento del pulmón de Hércules,
del cmpujc de crccídas abwas

Cántame el viejo verso, el verso heróico,


el de la musa trágica,
el del canto insurrecto en la manigua.
el verso del clarín y de la diana.

¿No ves tefiirse en púrpura los cielos?


¿No ves la vieja guardia
de pie, como un titán, en la trinchera,,
desceiíida del cinto el arma blanca?

¿No escuchas en el seno de las sombras


la vibración de un arpa;
una voz que departe en las alturas
con el viejo coloso de la fábula?

¿NO ves, en el levante, un punto de oro,


una chispa que irradia,
una visión de luz adolescente
como la virgen proyección de un alma. . .?

i Esa púrpura roja es el incendio,


la aurora de otra patria!
Esa legión que ciñe la trinchera
es la legión titánica,
la misma d e Pichincha y Ayacucho,
la misma del Naranjo y de las Guásimas!

Ese canto en la sombra es la epopeya:


ies Homero que pasa!
La musa de Junín q u e se despierta
con su perfil d e india americana!. . .

Cántame el viejo canto, el viejo canto,


el de las iras santas. . .
Esa voz en la altura, ;es la del genio!.
Bolívar que delira en la montaña.

Cántame e l viejo verso, el verso heroico,


el himno de la patria,
el del canto insurrecto en la manigua,
;el verso del clarín y de la diana!

Ese punto de oro que en la sombra crece


es el ojo del águila.
la pupila del sol de las Américas:
i La Estrella Solitaria!

1 FICHA BIBLIOGRAFICA:
I
Abigail Mejía (1895-1941): "HISTORIA DE LA LITERA-
TURA DOMINICANA", 1937:

"Después de tanto romanticismo en Francia, en Inglaterra


en España, y por ende, en nuestro pequeñ'o país deconocido de
los de allá; después de tanto lirismo peninsular y transoceánico;
tras iniciarse yila música, honda y filosófica, de los vioIoncellos
modernistas, surge este caso de poeta "criollista" verdadero que
nos demuestra cómo la lira puede y debe aún pulsar una nota casi
virgen: la americana, la nacional, y todo ello e n estilo tan persona-
G
Iísimo que, en oyendo una de sus coniposiciones, todo el que
haya leído algo d e él podráexclamar: - Ahí está nuestro .'Byron",
el de "criollas", de grato sabor bucólico, sin tener que imitar al
"guajiroWde Cuba o Puerto Rico:
. . . Pues señor, en mi casa creyeron
que y o era muy bruto,
porque andaba a pedrada en la calle,
porque estaba en la esquina al insulto.
porque a bolos jugaba descalzo
y , en vez de a las aulas
y en vez de al estudio,
me iba a Güibia a pasarme las horas
como u n vagabundo. . ."
1 -

3.2 LA RENOVACION ESTI LISTICA:


EL MODERNISMO

Luego resulta que llegará un día el fin de siglo, la "belle


epoque" de la burguesía, y otro día será ya el siglo XX y de-
sembarcará aquí, en Santo Domingo, con bombos y platillos.
arpas y melopeas, el MODERNISMO, ese moviniiento litera-
n o que anunciaron José Asunción Silva, Julián del Casal, José
Marti, Manuel Gutiérrez Nájera, y que ahora, con Ruberi Da-
río, Santos Chocano, Unamuno, Guillermo Valencia, Amado
Nervo, Leopoldo Lugones, Juan Ramón Jiménez, Los Maclia-
do, Porfirio Barba-Jacob, Carlos Sabat Ercasty.
Llegará como fuego artificial, incendiándolo todo, azu-
leándolo todo, lienándonos el paisaje tropical (idíiicamente
idealizado por los poetas anteriores) de palacios de malaquita
y lapizlázuli, tesoros d e Golgonda, ópalos, cisnes en abundan-
cia, Versailles, marquesas, hipsipilas, rebafíos de elefantes y
camellcs de l á n b ~ i d acervices,
~ etc.
El MODERNISMO tuvo aquí predecesores en los henna-
nos Xafael y Gastón Deligne, pero su desembarco real ocurrió
alrzdedor de 1901, di1 brazo de Pedro Henriquez UreRa, Tu-
lio Cestero y Valentín Giró. De a h í e n adelante nuestros poe-
tas se llamarán ahora "vates" y se dedicarán ribuscar, entre al-
coholes noctámbulos y amadas misteriosas, desenfrenada-
mente, palabras invioladas y sutiles, rimas extravagantes,
combinaciones métricas cargadas de musicaiidad ex6tica.
estos poetas nuevos se llamarán Fabio Fiallo, Apolinar Perdo-
mo, Federico Bermúdez, Osvaldo Bazil, Porfirio Hemera,
Juan Tomás Mejía, Ricardo Pérez Alfonseca, Virgilio Diaz
Ordofiez, Quiterio Berroa, Víctor Garrido, Juan Bautista La-
marche, etc. Enrique Henriquez abandonará el post-romanti-
cismo y se embarcará en la nueva moda. Y la dulcísima Alta-
gracia Saviñón, antes de volverse irremediablmente loca, nos
entregará su sutil pero irrompible "VASO VERDE". Un dia,
Fabio Fiallo se retratará en París (desde luego!) junto a Dario
y esa foto formará parte integrante de la literatura nacional,
recogida y almacenada en "Pamasos" editados por entonces
en Barcelona y París ( idesde luego!).
Luego con el tiempo, despuCs de una invasión norteame-
ricana y una nueva tiranía, estos poetas modernistas, sobrevi-
vientes generalmente laureados en múltiples concursos, "rei-
nados", etc., terminarán, con algunas valientes y raras excep-
ciones (Enrique Henríquez, Fabio Fiallo) haciendo obsequio
sos panegíricos ,a Tmjillo; cambiando versos por embajadas,
jugosos cargos, canongías. Así llenaron de Odaslamentables las
"Páginas Literarias" de los periódicos y revistas de la epoca, al
lado de los retratos inevitables del Excelentísimo Benefactor
de la Patria y Jefe Insigne, el Benemérito Generalísimo y su
Excelsa Familia.

* FICHAS DE LECTURA:
1
"DE LUTO"
Gastón F. Deligne (186 1-19 13)

Tu oscuro traje, que en la noche late,


fue maligna invención -por tal la tengo-
de una de esas blancuras de abolengo
rabiosamente mate.

Una blancura astral de azules venas,


c)
como la tuya, inmaculada y suave,
formada adrede con pulmón de ave
y con pulpa de nardos y azucenas.

De ese luto, ¡cuán noble privilegio!,


¡cómo en halos gloriosos aurifica!,
¡qué elegancia a tus formas comunica!
y ¡qué porte más regio!. .
Del traje negro, y de $U negro'broche,
surgen las líneas de tu faz, marmóreas,
como el sereno sol de medianoche
en lis desolaciones hiperbóreas.

Mi alma a tu paso atónita se inclina


y en una muda imploración te adora.
Y exclama el ditirambo: ¡triunfadora!,
y el corazón: ¡divina!

Pudiera ser de tu corpiño cierre,


y pregonar tu imperio -no tu duelo-,
algo vibrante y fúlgido que encierre
todos los hipnotismos del anhelo.

Algo para hechizar para toda mirada;


algo para obligar todo tributo;
algo anormal en medio de tu luto,
¡una rosa inflamada!

FABIO FIALLO
(1866-1942)

GOLGOTA ROSA

Del cuello de la amada pende un Cristo,


joyel en oro de un buril genial,
y aparece este Cristo en su agonia
.:( .3
dichoso de la vida al expirar.

Tienen sus dulces ojos moribundos


tal expresión de gozo mundanal,
que a veces pienso si el genial artista
diole a su Cristo el alma de don Juan.

Hay en la frente inclinación equívoca,


curiosidad astuta en el mirar,
y la intención del labio, si es de angustia,
al mismo tiempo es contracción sensual.

j Oh, pequeño Jesús Crucificado,


déjame a m í morir en tu lugar,
sobre la tentación de ese Calvario
hecho en las dos colinas de un rosal!

Dame tu puesto, o teme que mi mano,


con impulso de arranque pasional,
la faz te vuelva contra el cielo y cambie
la oblicua dirección de tu mirar.

FOR EVER

Cuando esta frágl copa de mi vida


que de amarguras rebozó el destino,
en la revuelta bacanal del mundo
ruede en pedazos, no llordis, amigos,

Haced, en un rincón del cementerio,


sin cmz ni mármol, mi postrer asilo
y después, joh, mis alegres camaradas!.
seguid vuesto camino.

Allí, solo, mi amada misteriosa,


bajo el sudario inmenso del olvido,
¡cuán corta encontraré la noche eterna
para soñar contigo!
EN EL ATRIO

Deslumbradora de hermosura y gracia,


en el atrio del templo apareció,
y todos a su paso se inclinaron,
menos yo.

Como enjambre de alegres mariposas


volaron los elogios en redor:
un homenaje le rindieron todos,
menos yo.

Y tranquilo despuds, indiferente,


a su,morada cada cual volvió,
e indiferentes viven y tranquilos
todos jahy ! menos yo.

P L ENILUNIO

Por la verde alameda, silenciosos,


ibamos ella y yo;
la luna tras los montes ascendia,
en la fronda cantaba el ruiseñor.
Y la dije. . No sé lo que le dijo
mi temblorosa voz. . .
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor
y la amada, gentil, turbada y muda,
al cielo interrogó.

¿Sabéis de esas preguntas misteriosas


que una respuesta son?. . .
Guarda, oh luna, el secreto de mi alma,
jcallalo, ruisefior!
APOLINAR PERDOMO
(1 882-1 9 18)

CANCION DE AMOR

Tu ventana está abierta. . .¿Estás dormida?. .


¡Quién pudiera saber a donde el vuelo
habrá alzado tu alma bendicida!. . .
¿Se ha fugado un momento de la vida
para estar con los ángeles del cielo?. . .
¿O escoltada por blancos serafines,
intangible, sutil, plena de olores.
correteará, traviesa, en los jardines
con el alma fragante de las flores?. . .

Tu ventana está abierta. Te importuna


con sus caricias la nocturna brisa,
mientras un rayo de la casta luna
juega a besos de luz con tu sonrisa.
iSueAas? iOh sí! Tú sueñas y sonríes. . .
¿Reproduce tu sueño algún instante
de amor? ¿La hora del te amo vacilante
que hizo un temblor extraño de rubíes,
sobre tu boca breve e incitante?
LOaquel idilio, cuando yo de hinojos
contemplaba tu faz, y se tendía
desde mis ojos a tus tiernos ojos
como un puente ideal, por do venía,
de tus caricias entre el vago arrullo,
tu alma divina a perfumar la mía
e iba mi amor a despertar el tuyo?. . .

Tu ventana está abierta. Es. ansiosas


las flores que cuidaste en tu ventana
por mirarte otra vez : para tus rosas
i tú eres más que la luz de la m,iñana!
la que más blando susurrar de égloga
derramó en el azul de mis mañanas,
me dice con ternura que la olvide,
que la olvide sin odios y sin lágrimas.

Ella, la que me ha dado más ensueños


y más noches amargas,
se aleja dulcemente
como una vela blanca.

Yo, que llevo enterrados tantos sueños


que cuento tantas tumbas en el alma,
no sé por que sollozo y por qué tiemblo
al cavar una más en mis entrañas.

LA FUENTE
Porfirio Herrera (1 88 1-1974)
Como una ninfa hilandera
la fuente, hila que hila,
canta alegre y risotera
mientras su hilo destila.

Burlando la enredadera,
asoma el sol la pupila,
y adormilada y soñera
la ve desnuda en la pila.

Ella prorrumpe en rumores,


carminada de rubores
al ver que el sol la está viendo,

salta esquiva entre la bruma,


y mal vestida de espuma
se va por la selva huyendo.

A LOS HEROES SIN NOMBRE


Federico Bermúdez (1 884-192 1)
a
Vosotros, los liuinildes, los del iiiontón salidos,,
Iicroicos defensores de nuestra libertad.
que en el desfiladero o en la llanura agreste
cumplisteis la orden brava de vuesto capitán;

Vosotros, que con sangre de vuestras propias venas,


por defender la patria manchasteis la heredad,
hallasteis en la lucha la muerte y el olvido:
la gloria fue, absoluta, d e vuestro capitán.

Cuando el cortante acero del enemigo bando


cebó su torpe furia en vuestra humanidad,
y fuisteis el propicio legado de la tumba.
sin una cruz piadosa ni un ramo funeral,
también a vuestros nombres cubrióel eterno olvido:
¡Tan sólo se oyó el nombre de vuestro capitan. . .!

Y ya cuando a la cumbre de la soñada gloria


subió la patria ilustre que fue vuestro ideal,
en áureos caracteres la historia un homenaje
rindió a la espada heroica de vuestro capitán.

Dormidos a la sombra del árbol del olvido,


¡Quién sabe en dónde el resto de vuestro ser está!
Vosotros, los humildes, los del montón salidos,
sois panas; en la liza, con sangre fecundáis
el árbol de la fama que da las verdes hojas
para adornar la frente de vuestro capitán. . .

MI VASO VERDE
Altagracia Saviñón (1 882-1942)

M i vaso glauco, pálido y amado.


donde guardo mis flores predilectas,
tiene el color de las marinas algas,
ticne el color de la esperanza muerta. . .
Las flore tirstes, las dolientes flores
en el agua de vaso se refrescan
y bañan sus corolas pensativas
en una blanca idealidad de perlas.
y luego se van lejos. . . se marchitan
abandonadas. pálidas, enfermas,
muv lejos del cariiio de ese vaso
que del color de la esperanza muerta.
Y cuaiido sola, pensativa, herida
por la etcrna nostalgia,
siciito u n perfume triste, moribundo.
que 1 1 ~ hasta
3 mi alma. . .
pienso en mis pobres flores, las marchitas,
las enfeniias. dolientes y olvidadas.
que aiitcs de marchitarse se despiden
tristisimas y trágicas
tie ese vaso de pálidos reflejos
que es del color de las marinas algas. . .

Valentín Giró (1 883-1949)

E s c ~ c h a encantadora
, fugitiva
que interpretar mi corazón n o quieres:
tu palidez mortal me tiene enfermo
v pieciento, al mirarte, que te mueres. . .

Es t3n débil tu cuerpo delicado,


tu vida está d e levedad tan llena
que un hálito veloz puede quebrarte
como u n pétalo frágil d e azucena.

Surgir parece a t u redor la niebla


como parte envolverte en u n misterio,
y e n t u camino palpitando dejas
u n lejano runior de cementerio.
1-irias esquilas en tu voz sollozan,
blancor de leche en tu pupila vaga,
y tu reír parece hilo de luna
que en la espuna del mar vibra y se apaga.

Frágil, blanca d e niebla, y errabunda


como del aura leda suspendida,
pareces una virgen tembolorosa
del hondo seno de la tumba huida.

Frágil, blanca de niebla, y errabunda


y cuanto más sutil y visionaria
pasas por mi fantástico camino
más pura es tu belleza funeraria.

Y más te quiero, fugitiva niña


que temes al contacto d e mi mano
porque vamos, yo ardor, hacia la vida
y tú, vapor de ensueño, hacia el arcano

VIRGILIO DIAZ ORDOÑEZ (1895-1968)

Vieja camisa rota;


ya n o hay quien te remiende.

Al mirarte de mi memoria brota


un recuerdo que poco a poco enciende
un fanal misterkjso
en tu oscuro pasado y en el mío.
Yo te compré en un día muy lluvioso,
húmedo, desolado, hosco y frío.

Al cruzar una esquina


te vi arrinconada en la vitrina
de una tienda de lujo. El sitio de notoria preferencia
lo ocupaban caiiiisas de la seda más fina.
licclias de rico género iiiiportado de China
- caiiiisas para gentes que visten con decencia -

Tú eras de algodón;
eras el llamativo disparate,
el comercial modelo para coinparacióii:
tú eras el baldón de aquel escaparate.
Y mi intención fue recta;
la habitual escasez d e mi difícil plata
te eligió predilecta:
eras la más barata.

¡Qué extraña paradoja! Las finas y las buenas


he o í d o q u e se compran a veces por doccnas.
Las q u e son como tú, n o hay duda alguna.
son d e esas que se compran una a una.

No lo recuerdo bien, pero es seguro


q u e la primera vez te usé en un día de fiesta:
quizás una mañana, en u n domingo puro,
y, después de aquel día, toda tu liistoria es ésta:
de mis hombros cansandos
al húmedo torniento de afanosos lavados,
y luego, sin apenas
gozar de algún descanso en el ariiiario,
volver a las faenas
d e mis cansados hombros y del servicio diario.

Más tarde se inició la imprecisa comedia


de t u envejecimiento. Te desteñiste tanto
q u e fingías, en rápida tragedia.,
palidecer de espanto.
Después te amenazó la injuria de un remiendo
y, en callada amargura,
c=2
junto con tu primer desgarradura
lloraste hilachas de dolor. icomprendo!

Y entonces fue cuando afanosamente


unas manos que tanto conociste
hicieron sobre ti, pobre convaleciente,
cien zurcidos que ahora son un recuerto triste.

Manos santas aquellas que a los dos nos cuidaron;


que en silencio profundo, diáfano pensativo,
apegaron a ti el botón fugitivo
y, en mi alma, ¡cuánta herida dolorosa curaron!

Camisa: ¡quién dijera que habrías de durar


más que la mano aquella que te solía cuidar!
En tus zurcidosvive aún la huella
de esas manos de paz, blancas y puras.
Pobre camisa mía; ven comprende:
;para ser tan barata, cuánto duras!
Tu bien sabes por qué mi llanto brota;
ya no hay quien te remieqde.
vieja camisa rota. . .

"AQUEL PAÑUELO BLANCO"


Virgilio Martínez Reyna (1 885-1 930)

Aquel pañuelo blanco que me diste


la noche que d e amor te hablé al oído,
es el amigo que en la ausencia triste
mi llanto inagotable ha recogido.

¿Recuerdas? Con tus lágrimas hiciste


la seda humedecer de su tejido,
y al despedirnos, quedo, me dijiste:
-"Líbralo de las nieves del olvido".
Aquel pañuelo blanco, ;oh, Amada!,
como en aquella noche enamorada,
elcorazón que tanto te ha querido,

Obedeciendo a tu ideal reclamo,


junto con los tesoros que más amo
lo libro de las nieves del olvido!
t

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Osvaldo Bazil: "PARNASO DOMINICANO", Barcelona,


España, 1915.

3.3 LA RENOVACION LINGUISTICA: VEDRI-


NISMO/POSTUMISMO.

Si el "Modernismo", a pesar de todos los neologismos


exoticistas, sólo significa una revoluciónestilística, ahora.
en cambio, se trata de renovar el instrumento mismo de la li-
teratura: el Lenbqaje. La subversión estilística se inició en Eu-
ropa con el Pamasianismo (Leconte de Lisle, Herédia) y el
Simbolismo (Verlaine Rimbaud, Mallarme); la revolución lin-
güística en Poesía la iniciarán, dadaístas y surrealistas
(Tristán Tzará, Apollinaire, Breton, Aragon. Eluard). La re-
nevación estilística tenía un precursor: Charles Baudelaire;
la renovación linbiiística, otro, el falso Conde de Lautréaniont.
Lo interesante del caso es que aquí, en Santo Domingo,
la aparición d e estos nuevos "isinos" es coincidente con los
moviniientos europeos: nunca Iieinos vuelto a ser más actua-
les. Esta subversión del lenguaje surge en Europa dentro del
contexto de la Primera Guerra Mundial (1 9 14118), aquí na-
cen dentro de' una Primera Intervención Norteamericana
(1916-24), y son la respuesta literaria a u n mundo que vive,
desde entonces, en crisis permanente.
3.3.1. VEDRINISMO.
Aunque algunos pretenden que el "Vedrinismo" es ante-
rior al "postumismo", y a lo mejor lo sca, la fecha d c 10 I I
(como momento del parto) nos parece irreal, ya (lt11. \'¡gil
Díaz sólo escribe su primer poema en versos libres ( " A ~ A -
BESCO") en 19 17. De todos modos el VEDRINISMO pasa
desapercibido ante quienes sólo creen ver en todo esto un via-
jero suello de drogado o el alambicado rebuscar de un scñor
que desea Ilaniar, desesperadamente, la atención.
Luego Vigil Díaz, su solitario creador, quien declara en su
poema "PROF1:SION DE FE", que desea: "VIVIR CERCA
DE LOS ANIMALES Y MUY LEJOS DE LOS HOMBRES". .
encontrará un discípulo, humano por cierto, en el cual la in-
fluencia Modernista (patente en Vigil Díaz) ya no existe y la
subversión es total: Zacarias Espinal. Ahora bien, la pregunta
subsiste: ifué realmente Espina1 un "discípulo" de Díaz?,
¿fue "Vedrinista" Zacarias'!,. . . ¿influencias? ¿coincidencias?
¿locura) ¿afán o necesidad de notoriedad?.
FICHAS DE LECTURA:

TIMPANO DE LA MONTARA
Vigil Díaz ( 1880-1 96 1)

Mi querida,
que es una negra retinta,
dulce y armoniosa
como el cuello de una citara de ébano,
con pulpa de coco en la sonrisa
y esencia d e madrágora en los dobleces.
me aguardó en la talanquera
para decirme:
"el cabrónha muerto".

En un lecho de piedras,
junto a los corrales,
pulido por su cuerpo velludo y rijoso,
está tendido el padre
y seRor
del aprisco.
La luna de anoche amortajó su cadáver.
y el sol de esta mañana.
calentó las esponjas de sus barbas patriarcales.

En los libros de amor de Publio Ovidio Nasón


aprendió el arte de amar,
y conquistó mil borregas
con la sirynga de Pan

Para que n o coman su Iúbrica carroña famélicos canes.


le haremos exequias griegas en la sabana.

RAPSODIA
(Vigil Díaz (1 880-196 1)

Arboles de la villa blanca de San Carlos;


uno,
dos,
tres,
cuatro,
cinco;
cinco aortas llenas de sangre;
cinco basílicas de misteriosas sombras donde
descansa mi anímula desgarrada por las zarpas
atorrantes de la hora;
cinco ánforas de perfumes que lactan las blancas
y azules serpientes de mis sueííos y mis quimeras;
cinco jarrones de verdes y perfumados aceites
de frescura;
lámparas piadosas, jocundas a veces y a veces
tris t isimas;
estáticas a veces, y a veces móviles como velámenes;
a veces repujadas de oro de estrellas o de plata lunar;
estradivarios metafísicos, simbólico violoncelos!
. . .al pasar el viento sus crines por la urdimbre
d e vuestros ramazones, he sentido el misterio
de las selvas solitarias;
n
las arengas de Matatías, el guerrero bíblico;
las quejas de Leopardi;
las lágrimas de Kociusco;
los siete sellos de Emerson y las crueldades de Marte;
Arboles de villa blanca de San Carlos;
en la armonía pitagórica de la alta noche,
he sentido los festines de Ninive y Babilonia:
he visto los estercoleros de Job y los círculos
candentes del Dante :
a Mercurio y Shylock pesando oro;
a Moloch y Nemrod bebiendo sangre;
a Ariel y el Marqués de Lafayette estribando
el pegaso alado. . .
Arboles de villa blanca de San Carlos;
cipos fantásticos de mi nostálgica necrópolis ideal,
yo he cincelado en vuestras cortezas y en mi
alma: no hay que perder la esperanza. . .

SONETO 5
Lacarías Espina1 ( 190 1-1933)

Junto al bárako euferio que apelista


la diápesis narcótica de Hicrea,
responza su emperámica Hitorbea
la funcia de Kra-Zoma panevista.

Zigia-20,- Zelé,- Kranimia Hitea


Karma Ozoramia de akelión panista
que frunge su aponema panteista
en zakos de ankoroma y Galilea.

Oh! Hiberazuima de Akirón-Retencio,


los ásperos responsos del silencio
en áulico$ aneikos de Kautega;

Hiperamant narcómana de infija,


como un kromelio de Tebaida vieja
en la noche boreal de tu sortija.

SONETO 7

Evoma una grotesca picalia de fumencia


entre ámbares rituales y aspérides furtivos,
ruterva abracadabra de anambios imprztivos
en un negro crepúsculo de Gevia o de Florencia.

Y así, como un hilera de puntos suspensivos


llaneando el horizonte de fúlgida indulgencia,
atreven sus rambelas con rauda interferencia
los hierosolimítanos luceros pensativos.

Gruga obsede a Kanalia, anerma su crolampo


desde su abracadabra litúrgica Melampo
que trasciende a Calipso en nitila Himakea.

Y en tanto Glión respenga su breve cordomiso,


se abre como un sonoro y etéreo paraíso
el rojo apocalipsis de Kibra y Casiopca.
+
FICHA BIBLIOGRAFIA:

Manuel Rueda y Lupo Hernández Rueda:


"ANTOLOGIA PANORAMICA DE LA POESIA DOMINI-
CANA CONTEMPORANEA" Santiago, R. D., 1972.

3.3.2 POSTUMISMO
El POSTUMISMO es otra cosa. Su profunda originalidad
es resultante y no rebuscada. Su aparición (192 1) hace ron-
cha y levanta escándalo, no sólo porque estos jóvenes poetas
están rompiendo la retórica (moreno Jirnenes, 19 16, poema:
"ASPIRACION") y declarándose en contra de todas las re-
glas aceptadas y aceptables, del juego poético, sino porque
sus fundadores pertenecen a la pequeña-burguesía provin-
cial, cuando hasta este momento lapoesia dominicana habia
sido ejercida, hegemónicamente, por miembros d e nuestra
culta y educada clase dominante. Se les dice "brutos" en pri-
vado e "ignorantes" en público. Y se ríen de ellos en privado
y e n público.
Pero estos jóvenes provincianos se endurecen ante los
ataques. Y forman cenáculo, no en Gascue o los alrededores
del Parque Colón, o en la bucólica "Primavera", ni siquiera en
"Ciudad Nueva", sino que, joh, horror!, les da por meterse
en la proletaria "Villa Francisca" declarada por ellos, nada -
más n i nada menos que "Colina Sacra". ¡Anatema!. Sin
embargo, poco a poco algunos "apellidos" se acercarán con
curiosidad al grupo.
Pero su verdadera originalidad reside, más que en el uso
del verso libre, en el hecho de que estos poetas pequeño-bur-
gueses hacen poesía utilizando para ello n o la cultivada len-
gua cultural-literaria de Castilla (tan amada por nuestros ro-
mánticos), ni los sofisticados neologismos Modernistas, sino
el ESPAÑOL COLOQUIAL DOMINICANO. Así la "AMA-
DA" (misteriosa y tenue) de los modernistas, se convierte,
por obra de golpe y postumista porrazo, en NOVIA, simple-
mente; una lánguida "tuberculosa" muere ahora vulgarmente
"tísica" y también en Villa Francisca; el "té" inglés y moder-
nista (por supuesto) se cotidianiza en "tisana" de hojas
criollas (por supuesto): y, jah!, aparece el haitiano en nuestra
poesía como ser humano, no ya el despreciado "mañé" de
aquellos versos patrioteros de la Priniera República.
Y después de esta poesía en mangas de camisa, se hace
difícil, ridícula. la superidealización de sentiiiiientos, indios o
phisajes; se notará vacía la frasc rimbombante, la adjetivación
superflua. la metáfora rebuscadísima. . . y lucen desteñidas la
flora y la fauna d e Darío.
EL HAITIANO
Domingo Moreno Jiménes(n. 1894)

Este haitiano que todos los días


hace lumbre en su cuarto
y me llena las fosas nasales de humo;
este haitiano
que n o puede prescindir de la cuaba,
y prefiere tabaco del fuerte
y aguardiente del malo.
es bueno a su modo.
y a su modo rico
y a su modo pobre.
¡Benditos los seres que maltrata el hombre!
;Bienaventuradas las cosas humildes
que se yerguen siempre sobre polvo friío de todas las cosas!. .
ASPIRACION
(Domingo Moreno Jimenes (1 894-1 985)

Quiero escribir un canto


sin rima ni metro;
sin armonia, sin hilación, sin nada
de lo que pide a gritos la retóñca.

Canto que tubiera.


sólo dos alas ágiles
que me llevaran hasta donde quiere,
con su sed de infinito.
en las noclies eternas volar el alma.

Canto que, como un río


sereno, fuera diáfano;
y en su fondo se vieran
como piedras cambiantes, mis ilusiones,
como conchas de nácar. mis pensamientos.
como mugos perpetuos, mis ironías
sobre los arenales de mi esperanza.

Y allí mostrarme todo


como soy cn la vida
y seré tras la muerte
cuando la eternidad orle mi gloria
c o n sus palmas de liiz!
SIESTA

La negra de los dientes blancos


nie ha pronieito
darnie una cita junto a los naranjos.
a la hora de la uinbría,
en el moniento que gorgean los pájaros.

Se fué por la avenida de las acacias. Y en tanto


que unas cotorras la empalizada brincan
y ella por el andén se va alejando,
por mi memoria cruza
la visión d e o t r o cuadro,
vivido hace unos meses
en el campo.

La quietud y el bocliorno
me van amodorrando,
y ya siento en mis brazos su cintura
y en mis labios sus labios:
tiemblan cual uvas sus morados senos:
y c o m o u n tronco al cual Iia herido un rayo
cae su cuerpo por tierra. y en el bosque
los ruidos cesan por un rato.
Y ya desvanecido aquel mal sueño,
con los ojos fijos en el término vago
continúa mi impiedad, indiferente
como si nada hubiera pasado.

TROZO DE PUEBLO
Domingo Moreno Jimenes (n. 1894)

Esas casas d e cana


donde se respira felicidad.
Esos albergues tímidos
donde hasta la angustía es un silencio.
Esa jovialidad d e pecho joven
que hace brava la gente.
Esas canas de anciano que al sol vigilan virgenes.
Esa tranquilidad d e perspectivas.
Ese canturrear de la madrugada;
ese respeto de la tarde;
esa serenidad d e la noche. . .
Esos pasos ignorados de los héores
por campos de ausencia y de muerte.

La tarde humeaba;
el horizonte echaba chispas;
al frente, unas luces,
u n poco distante. . .

( ¡Ay Bartolina, si y o volviera a verte


como e n la época de tu fresca hermosura!)

- - - -

Gladio Hidalgo (1 91 2-1937)

Por la cuesta de piedras va bajando mi entierro. . .


Al amparo del sol, que arde tras la colina,
llora de mansedumbre la tarde campesina;
y al paso de una oveja q u e baja por el cerro
viene doblando a muerto la voz de su cencerro.
El acto n o es de duelo. La compañía mezquina,
con la pesada carga, charlando se encamina
hacia y o n o sé dónde. . .
Losladndos d e u n perro
turban la paz agreste. Y el acompañamiento,
llevando el ataúd, sigue con paso lento '
tras el carro del sol, que la sombra destierra.
Mi ser, desde los cuernos de un gran cuartocreciente
I
S' ric,. sol)rc Ic iiiiiii~lo.J c la poiiip;i iiicoiisciciilc
qiic sieiiibr~iJ c g ~ i s a ~ i oels viciitrc J c la Tierra. . .

RAFAEL AUGUSTO ZORRILLA


1892-1 9 3 7 )

"INFANCIA"

Dejé mis tristezas a la espalda.


me fui al rosal;
el camino de la montaña
era largo;
los flamboyanes estaban ruborosos
y el perfume de las pomas
era penetrante,
más q u e nunca.
El sol
florecía
sobre el lomo de las briznás jóvenes:
ya la noche me recibió en la puerta
de mi casucha triste;
de la aurora e n el blanco porcelana.
leí:
Imposible.

DE "LO INFINITO, U N GRANO DE ANIS Y YO"


Andrés Avelino ( 1 900-1 9 7 4 )

i,@idn Soy YO,


para q u e pasen diariamente por mi puerta estas
nlismas nubes blancas?
;Qué tengo
para q u e me visiten todas las mañanas
este mismo sol, esta misina brisa y este mismo anhelo?
;Qué puedo y o dar.
para que me brinde
cstc buen árbol su sombra,
esta flor su perfume,
y esta noche su nímbada luz y su misterio?
;Que he hecho yo
para merecer la amistad de este amigo,
la sonrisa de estas palabras y el laurel de este silencio?

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Alberto Baeza Flores: "LA POESIA DOMINICANA EN EL SI-


GLO XX" Santiago, R. D., 1976.

"En 1922 la Imprenta La Cuna de América. de la capital


dominicana,editó "DEL MOVIMIENTO I'OSTUMISTA", con 21
págs. 17 cm. Resulta indispensable para el estudio del Postumis-
nio.
Primero aparecen los poemas y luego las declaraciones esté-
ticas e históricas sobre el inovimiento."

3.3.3 LOS "NUEVOS"

Los "NUEVOS", un movimiento nacido en provincia


(La Vega), serán los primeros en seguir las huellas postumis-
tas: verso libre, ausencia de metáforas y uso del lenguaje colo-
quial criollo, pero sin criollismo.
Y lo harán con sentido social, influidos algunos de ellos
(Luis Manuel Despradel) por la poesía "negroide". (Nicolás
Guillén, Palés Matos) que está entonces (piquitam, piquitam,
piquitam) metiendo bulla (quencúyere, quencúyere, q u e n d -
yere) por todo el Caribe y zonas aledañas.
Ruben Suro será el poeta mayor del grupo y el que to-
mará la poesía con vocación de oficio. Su poema "PROLE-
TARIO" levanta roncha y picazón que sólo su condición de
hijo de familia propietaria e intelectual logra paliar. Es que
nos encontramos ya por la difícil etapa de la tiranía trujillis-
ta. Los "NUEVOS" se han iniciado por el aAo 1936: durará
poco su quehacer. Pero habrán integrado el tema social a
nuestra poesía.
FICHAS DE LECTURA:

JUGUETE DEL CAÑAVERAL


Rubén Suro (n. 19 16)

El azúcar de mi tierra
tiene sabores amargos. . .
¡los jornales sor1 muy cortos
y los abusos muy largos!

El azúcar de mi tierra
tiene sabores de hiel. . .
;al sudor que mal se paga
n o se puede pedir miel!

El azúcar de mi tierra
tiene sabores de sal. . .
ila Antilla canta e n la "mocha"
y sangra el cañaveral!

El azúcar de mi tierra
tiene sabor de retama. . .
iel negro de sol a sol
y el blanco de siesta en cama!

El azúcar de mi tierra
tiene colores muy blancos. .
¡las angustias se refinan
y el "over time" llena bancos!

El azúcar de mi tierra
tiene colores muy pardos. . .
¡las ganancias son del yanqui
y del nuestro son los fardos!

El azúcar de mi tierra
sabe lo mismo que yo,
ique el de aquí sembró la caña
y el de allá. . . la cosechó!

¡En cada saco de azúcar


y en cada cañal de corte
está la garra de un fúcar
y está la sombra del Norte!

PROLETARIO
Ruben Suro (n. 19 16)

Tus músculos se cansan, se agota tu sudor. . .


siempre la misma historia: itriunfa tu explotador
Esclavo resignado no sabes. lo que hacer
y eres un nuevo Cristo: jel cristo del taller!
Y y o que te presiento en mis limpias mañanas:
rebelde visionario, rompedor de sotanas;

pródigo en inquietudes, hecho de "rojo" cuño,


¡que igual tumbas un idolo que levantas un puño!
Con impaciencia espero que en tu pobreza
extrema,
esa sonrisa mansa se cambie en anatema.
Seguro que no ignoras que un surco es cada
Antilla,
iestan a fi abiertas, tú eres, pues, la semilla!
¡Aguarda al mesías, que aunque lo crean utópico,
saldrán un Karl M arx de América o algún
Lenin del Trópico!
¡Acércate y escucha, que es bueno que lo sepas:
i Londres será un desierto y Wall Street una
estepa!
iAh! entonces tus dolores se irán al precipicio,
y los que te engañaron verán su "día de juicio".

Poeta y Proletario. . . comunistas empeiios


nos unen en la senda tras realizables sueños:
i ¡tú, con el jornal largo y más corta la hora,
yo, con q u e cada lira sea una ametralladora!!

BALADADELANEGRAPANCHA
Luis Manuel Despradel(l9 15-1979)

Suda la negra,
la negra Pancha,
pasa los días,
pasa las noches
plancha que plancha,
para que el negro
Juanico Antonio,
(su preferid o)
luzca zapatos
de dos colores,
gaste corbatas
y use sombreros
d e los mejores.

El sólo viste
con trajes blancos
d e fino hilo
a los q u e Pancha
les saca brillo
a fuerza de plancha.

Juanico Antonio.
de dientes blancos.
negro chembón.
de pasa dura,
piel d e azabache
a negra Pancha
ni una caricia,
ni una sonrisa,
ni un cariñito
le brinda nunca.

Juanico Antonio
se gasta todo,
toda la plata
que le consigue
la negra Pancha
plancha que plancha,
con la "chopita"
N3a-An toñita.
fresca y bonita
que por la plata
le cede todo

Cuando de noche
Juanico Antonio
va de "parranda".
la negra Pancha
sigue en su oficio
¡plancha que plancha!
Y cuando viene
ya de regreso
de haber pasado
con su "chopita"
fresca y bonita
toda la noche.
a la morena
que ya descansa
sobre su "catre"
el cruel Juanico
no le prodiga
ni una caricia,
ni una sonrisa,
ni un cariñito.
La pobre Pancha
sufre que sufre
por su desprecio.
La pobre Pancha
sin recomensa,
la pobre Pancha
que se ha pasado
toda la vida.
para que goce
Juanico Antonio,
¡plancha que plancha!

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Pedro Ren6 Contín Aybar:


"ANTOLOGIA POETICA DOMINICANA",
Santiago, R. D., 1943.

3.4 LOS "INDEPENDIENTES DEL 40"

Por aquellos años-ya la tiranía silenciaba el país y aisla-


ba a los intelectuales, porque agruparse resultaba peligroso.
No vamos ahora a hablar de aquella espeluznante tragicome-
dia que ensangrentó el país. Vamos a seilalar a estos poetas
que se les ha llamado "INDEPENDIENTES" porque realiza-
ron su labor sin estar agrupados en un movimiento literario
determinado.
INDEPENDIENTFjS uno de otro, comienzan a darse a
conocer en el medio literario alrededor del año 1940 (aunque
algunos habían publicado poemas y aún libros desde algún
tiempo atrás), trabajan el verso por separado, pero coinciden
en la inquietud social y, aunque muestran influencias diferen-
tes, hay en todos una preocupación consciente por el aspecto
formal de la poesía. Y demuestran tener amplias lecturas
poéticas y no poéticas, muy actuales para su época. No regre-
sarán al uso arcaizante ni excesivamente filigranado del lengua-
je, ni trillarán los raidos caminos de la vieja retórica, pero
tampoco usarán la cruda lengua coloquial postumista, ni na-
die podrá nunca acusarlos de "prosaísmo": están tratando de
crear, cada uno a su manera, una nueva lengua literaria nacio-
nal. Su retorno a los tropos, su cultivo del ritmo, se realizan
con la conciencia del artesano que no olvida la funcionalidad
de su trabajo. Todo ese difícil equilibrio les va a situar, proba-
blemente por largo tiempo, en las alturas mayores de la poéti-
ca nacional.
Francisco Domínguez Charro, Pedro Mi., Héctor Inchá-
ustegui Cabral, Tomás Hernández Franco, Manuel del Cabral,
Carmen Natalia, Tulio Cestero Burgos, Octavio Guzmán Ca-
rretero, algunos otros, conforman este grupo que nunca fue
grupo porque les tocó vivir la soledad impuesta, y, a muchos,
el exilio político o el alejamiento discreto. Probablemente
sean, entre ellos, Manuel del Cabral, Pedro Mir y Tomás Her-
nández Franco, las voces más altas de esta alta cordillera lite-
raria de la Patria.

*FICHAS DE LECTURA:

EL FLAMBOYAN
(Octavio Guzmán Carretero (1 9 15-1948)

En el desborde la primavera
diríase que insulta
el supremo resumen de tu cólera
al inviolado rojo de los ponientes cálidos.

Te asomas
como un rebelde iniitil
en la serenidad de los follajes,
y eres, en el tibio escenario de los campos
el abuelo feudal de los caminos. . .
-

AIRE NEGRO
(Manuel del Cabral (n. 19 12)

Cantan los cocolos bajo los cocales.


Ya la piel del toro muge en el tambor.
Los temibles lirios de sus carcajadas:
son furiosas lunas contra el nubarrón.
Está fiero el cielo que cayó en sus ojos.
Lucha con las ancas de la hembra el son.
Por entre pestañas de los cocoteros
cuchillos de vida le clava ya el sol.

Nórticos turistas mascan voces negras;


piel color de rosa trópico quemó;
pipas neoyorquinas, tufo de cerveza;
(se tragó la dódak los Papá-bocó).

Las cocolas cantan cánticos calientes,


cantos que retuercenvientres de alquitrán,
y entre sus corpiños tiemblan cocos negros
que a los cocolitos vida blanca dan.

Recia risa, a ratos, hace heridas blancas.


Hoy su noche alumbran, y anda por su piel
ya borracho el son. Más, la borrachera
que entra por sus belfos, sale por los pies.

Y los dulces huesos de la dura caña


no tienen más mieles ni más duros son,
que la carne negra de la negra alegre
que se alegra a golpes de tambora y sol.

Sube por su cuerpo de bestia divina


fuerte olor a tierra. Su respiración
viene como un viento del ciclón del Cosmos.
(la emborracha el rito mucho más que el ron).

Sale ya del vientre del tambor la selva.


Ya la piel del toro muge en el tambor.
Y contra el silencio de sus ruidos roncos
la negra desnuda parece una voz.

POEMA 20
Manuel del Cabra1 (n. 1912)
Ahora que me sabe a palo en bruto
tu primitivo olor, bajo la cáscara
de tu párpado el ojo ya es un fruto.

Esta es la tierra, la que se te mete


más allá del puñal que pequeñito
siempre termina donde empieza el grito.

NEGRO SIN NADA EN TU CASA


Manuel del Cabral (n. 19 12

Yo te he visto cavar minas de oro


-negro sin tierra- ;
Yo te he visto sacar grandes diamantes de la tierra
-negro sin tierra-.
Y como si sacaras a pedazos tu cuerpo de la tierra,
te vi sacar carbones de la tierra.
Cien veces yo te he visto echar semillas en la tierra
-negro sin tierra-.
siempre tu sudor que n o termina
de caer en la tierra.
Tu sudor tan antiguo, pero siempre tan nuevo
tu sudor en la tierra.
Agua de tu dolor que fertiliza
más que el agua de la nube.
Tu sudor, tu sudor. Y todo para aquel
que tiene cien corbatas, cuatro coches de lujo,
y no pisa la tierra.
Sólo cuando la tierra no sea tuya,
será tuya la tierra.

POEMA 18
Manuel del Cabral (n. 19 12)

Qué bien, Compadre Mon, tu voz de mito


se me ensanchaba, cuando me decía:
-en aquel vientre me madura un grito-.
a
Y como si apedreara al tieiiipo humano,
sale otra vez tu voz llena de pájaros,
sube otra vez como enterrado grano.

Tú que n o vuelves imitando al río.


Más por el vientre aquel q u e hinchó tu goce,
oye tu voz de nuevo el caserío:

-Nueve lunas lo van desenterrando.


Es aquel grito que enterré dormido.
Hoy está Dios más criollo trabajando-.

-Tendrá u n caballo grande y siete novias,


y n o verá la mar, ¿para qué verla?
¿Para qué, con u n potro, conocerla?-

Tu grito es corto, pero n o es estreciio.


La tierra es ancha, pero siempre cabe
en lo q u e t e golpea dentro el pecho.

EL MUCHACHO MATADO E N LA FARMACIA


Manuel del Cabra1 (n. 1912j

El idioma llegó, dio cuatro voces,


miró al muchacho con sus quince años;
Y,
después de balbucear en castellano,
el muchacho entendió, le dio aspirina,
luego el soldado,
caprichoso,
dudoso,
negativo,
libertino y cobarde,
en inglés preguntó:
esto es veneno?
Y la sonrisa del muchacho fue
el papelito de su defunción:
una bala en silencio escandaloso
entró borracha al cucrpo del nativo
que se quedó doniiido
como cuando se iba
d e vacacioiics para ver la novia.
Luego
un cable del Pentágono diciendo:
"liay q u e juzgarlo",
Iiay que decirle al mundo
que tenemos justicia. . .
Sin embargo,
y o se q u e el asesino está tranquilo;
todas las noches
lo ven entrar al cine, y el domingo
les cuenta su aventura a los vecinos
Mientras tanto. deja t u bicicleta, deja de usarla.
Duerme.
Ya sé q u e está inquieto debajo de la tierra,
pero n o te preocupes. pequeño boticario,
que ya ti3 tendrá tiempo para cobrar tu sueño. . .
Nadie se pone viejo cuando espera dormido.

SED DE AGUA
Manuel del Cabra1 (n. 19 12)

Aquí me encuentro, me dije,


y empecé a sacar arena.

Luego vi el agua en el fondo,


y e n ella el cielo y mi cara.

Despues. . .

Me bebí el azul, pensando


que mi sed
n o era de agua.
Al K E DURANDO
Manuel del Cabrai (n. 19 12)

¿Quién ha matado este Iiombre


q u e su voz n o está enterrada?

Hay muertos q u e van subiendo


cuanto más su ataúd baja. .

Este sudor. . ¿por quién muere?


¿Por que cosa muere u n pobre?

¿Quién ha matado estas manos?


;No cabe en la muerte un honibre!

Hay muertos que van subiendo


cuanto más su ataúd baja. .

;Quién acostó su estatura


que su voz está parada?

Hay muertos como raíces


que hundidas. . . dan fruto al ala.

¿Quién ha matado estas manos.


este sudor, esta cara?

Hay muertos que van subiendo


cuanto más su ataúd baja. . .

SOLO
Manuel del Cabra1 (n. 19 12)

De pronto toda la tarde


la llena un brazo mendigo.
Me voy acercando al brazo,
y n o hay nadie,
y n o hay nadie.
No encuentro nada.
No hay nada.
Sólo yo, desnudo y vivo,
sin nada, existiendo solo.

CANTO TRISTE A LA PATRlA BIEN AMADA


Héctor Incháustegui Cabra1 (1 9 12-1979)

Patria. . .
y en la amplia bandeja del recuerdo.
dos o tres casi ciudades
luego,
u n paisaje movedizo.
visto desde u n auto veloz:
empalizadas baja y altos matorrales.
las casas agobiadas por cl peso de los años y la miseria.
la triste sonrisa de las flores
que salpican de vivos carmesíes
las diminutas sendas.

. . .una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda,


u n hombre que exprime paciente su iniitilidad.
los asnos y los mulos,
miserable coloquio del hueso y el pellejo:
las aves de corral son pluma y canto apenas.
el sembrado sombra,
lo demás es ruina. .
Patria
es mi corazón u n acerico
e n donde el recuerdo va dejando
lanzas de bien aguzadas puntas
que una vez clavadas ttsn.iblorosas quedarán
por los siglos de los siglos.

Patria,
sin ríos.
los treinta mil que vio Las Casas
están naciendo de ini corazón. . .
Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que n o tiene alas.

Patria,
palabra hueca y torpe
para mí, mientras los hombres
miren con desprecio de los pies sucios y arrugados,
y maldigan las proles largas,
y en cada cruce de caminos claven una bandera
para lucir sus colores nada más. . .
Mientras el hombre tenga que arrastrar
enfermedad y hambre,
y sus hijos se esparzan por el mundo
como insectos dañinos.
y rueden por montaiias y sabanas,
extraños en su tierra,
n o deberá haber sosiego,
ni deberá haber paz,
ni es sagrado el ocio,
y que sea la hartura castigada. . .
Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino
y sólo se coma por las noches,
a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados
y llevarle por extraviadas sendas,
por los ranchos,
por las cuevas infectas
y por las fiestas malditas de los hombres. . .

Patria. . .
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo,
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales.
VIEJO NETRO DEL PUERTO
-e
Fracisco Domínguez Charro (1 9 18-1943)

Viejo negio de puerto,


hace mucho que vengo mirando
la oscura silueta de tu cuerpo manso
deslizarse, en silencio, en las noches,
del muelle a lo largo;
p9r recintos cargados de sombra
con t u fardo de penas a espaldas,
y o te he visto escrutando, a lo lejos,
algún raro misterio
perdiendo en lo alto. .
Y' te he visto, sumiso,
responder al reclamo,
-de ese grito silente de tu alma-
cuando aspiras el humo de tu pipa
en profundas y lentas bocanadas. .
Y te he visto, también,
deshilar el fulgor
de tus ojos noctámbulos
por las aguas plateadas. .
¡Viejo negro del puerto!
Esta noche de niebla es propicia
al rito mudo de tu fervor atávico;
prende tu pipa fuerte,
embriágate de trópico,
sumergete en ti mismo
y apura tu nostalgia. . .
Escancia la tortura de tu alma
en un festín inmóvil con tus ansias:
Insúflate en la nada,
penetra los abismos insondables,
fija la indescriptible quietud
de tu mirada,
y acorta la jornada redentora
de tu retorno al Africa. . .
Viejo negro del puerto,
retorna en el espíritu
a tu selva sagrada.
Embárcate en la leve piragua imaginaria
de tu inconsciencia mártir,
-y llora inconsolable-
que en esta noche lánguida
sólo un millón de estrellas
verán correr tus lágrimas. . .
Viejo negro olvidado;
beodo iluso de agonías nocturnales;
yo he visto: muchas veces, tu herida destilando
llamaradas intensas de fuga ilusorias,
y tus pupilas mansas
se han teñido de selva
en actitud fantástica. .
;viejo negro del puerto!
¿qué deseo te taladra?
¿Qué mística idolátrica
penetra tus entrañas
que, inmóvil como estatua,
te embriagas del fulgor
de mil estrellas lánguidas. . ..?
. . .Inútilmente sueñas
con tu retorno al Africa.
Si pudieras tejer con tus brazos
un pedazo de jungla flotante
y dejarte arrastrar por 1 os mares. . .
o tejer con clarores de luna
un velamen muy blanco y extraño
y dejarte impulsar por el aire:
- ¡Qué aventura tan grande!-
i9viejonegro del puerto/:
i Quisiera consolarte!
TROPICO
Tulio Cestero Burgos (1920-1 958)
i Maraca.
siesta en hamaca. ..!
Campiíia que se desnuda
por los mordiscos del sol;
arroyo que es el tenorio
de los naranjos en flor. .
i Maraca.
siesta en hamaca. . .!

Clarin de gallo en ia valla :


mugir de vaca y becerro:
fango con gruñir de cerdo;
montes con color de cielo
y entre ladridos de perros
se va el cielo apolillando,
y el eco nos trae los versos
de los amores guajiros. . .
i Maraca.
siesta en hamaca. . .!
Llamarada en el bohfo,
rumba y tragedia bailando. ..
iCampiila que se acurruca
por pudor ante los astros. . !

iMaraca.
siesta en hamaca. . .!
Olor a sexo que brama. . .
Duelo de sexos que humean
entre relinchos de potros. . .

¡Nalgas que apagan la tarde


en la enramada, bailando. . !
Llamarada en el bohío. . .
Timbal. . .. Pigmento en las almas. ..
Blancos y negros bailando. ..
iRaza que se está forjando!
i Maraca,
siesta en hamaca!
SALUTACION A PANCHO ALEGRIA, CAPITAN DE
GOLETA
Tomás Hemández Franco (1 904-1 952)

i Salud, don Pancho Alegría,


buen capitán de goleta.
matador de tiburones
rico en naufragios y rutas;
conocedor de los vientos
-crucigramas de las islas-,
buzo de la noche negra.
buen hablador de dialectos.
rezador de avemarías
por aduaneros y puertos!
i Salud, don Pancho Alegría,
parrandero de tormentas,
dormilón de calmas chichas.
marrullero de corrientes!
En la noche del Ozama
no se te ve ni la cara
-alquitrán de cara limpia
luz de bengala. tan sólo
los nombres que vas cantando:
Puerto Plata. Las Bahamas,
Aruba. la petrolera.
Turkilán de sal estéril.
Curazao de ron bueno.
Paramaribo y San Thomas.
Jamaica en costa de cocos
y la muchachita aquella.
capitán, dulce de penas.
de San Juan de Puerto Rico.
i Salud, don Pancho Alegría!
Sin brújula se te va
el alma recuerdo afuera.
-El alma s í se te ve
blanca de espuma en bahía
gallardete de t u cuerpo.
el alma si se te ve
capitán Pancho Alegría.
Maiiana -"pa Venezuela"-
por los mares del ciclón
irá alegre. capitán.
Vendrás con lastre de piedras
y con vientos de canción
-alguna historia en tu casa.
miles en el malecón-
y en la taberna del muelle
un solo trago de ron.
i Salud, don Pancho Alegría.
buen capitán de goleta!

SI ALGUIEN QUIERE SABER CUAL ES MI PATRIA


Pedro Mir (n. 19 13)

Si alguien quiere saber cuál es mi patria


no la busque,
no pregunte por ella.

Siga el rastro goteante por el mapa


y su efigie de patas imperfectas.
No pregunte si viene del rocío
o si tiene espirales en las piedras
o si tiene sabor ultramarino
o si el clima le huele en primavera,
No la busque ni alargue las pupilas.
No pregunte por ella.

i ¡Tanto arrojo en la lucha irremediable


y aún no hay quien 10 sepa!
¡Tanto acero y fulgor de resistir
y aún no hay quien lo vea!)
No, no la busque.
Si alguien quiere saber cuál es mi patria,
no pregunte por ella.
No quiera saber si hay bosques, trinos,
penínsulas muchísimas y ajenas,
o si hay cuatro cadenas de montañas,
todas derechas,
o si hay varios destinos de bahias
y todas extranjeras.

Siga el rastro goteando por la brisa


y allí donde la sombra se presenta,
donde el tiempo castiga y desmorona,
ya no la busque,
n o pregunte por ella.
Su propia sangre, su órbita querida,
su instantáneo chispazo de presencia,
su funeral de risa y de sonrisa,
su potrero de espaldas indirectas,
su pufío de silencio en cada boca,
su borbotón de ira en cada mueca,
sus manos enguantadas en la fábrica y
sus pies descalzos en la carretera,
las largas cicatrices que le bajan
como antiguos riachuelos, su siniestra
figura de mujer
obligada a parir
con cada coz que busca su cadera
para echar una fila de habitantes
listos para la rueda,
todo dirá de pronto dónde existe
una patria moderna.
Dónde habrá que buscar y qué pregunta
se solicita. Porque apenas
surge la realidad y se apresura
una pregunta, ya está la respuesta.

No, no la busque.
Tendria que pelear por elia. . .

Así vamos los pueblos de la América


en mangas de camisa: No pregunte
nadie por la patria de nadie.
No pregunte
si el plomo está prohibido, si la sangre
está prohibida, si en las leyes
está prohibida el hambre.
Si resulta la noche
y firmemente los labiregos saben
el rumbo de la aurora,
el curso de la siembra. Si los sables
duermen por largo tiempo,
si están prohibidas las cárceles. . .
Porque apenas un crudo mozalbete desgranado
enarbola la paz como un fragante
pabellón infinito, en nombre del amor
o d e la juventud en medio de las calles,
el látigo produce su rúbrica instantánea,
su bronco privilegio. Porque apenas
un escritor coloca sus telares
en la página blanca y teje un grito
y pide paz y pide voz o pide pan y luz
para las sombras populares,
para los barrios, para las niñas,
para las fábricas, para los matorrales,
cuando no es el ostracismo es el silencio,
cuando no es el olvido es el gendarme. . .

Y así vamos los pueblos de la América


tan numerosos y unos. No pregunte
nadie
por la patria de nadie.
Ni en los países del mar o los océanos
todos con sus hermosas capitales,
ni en las ishs o los cayos
matinales.

No pregunte si hay niinas infinitas,


todas inagotables,
y luchas por salvarlas del saqueo,
todas con cadáveres. . .

Un aroma común, un aire justo


de familia recorre nuestros ángeles,
nuestros fusiles, nuestras metonimias. . .
Un rostro amargo y una misma mano y unas tardes
melancólicas de nuestras tierras crían
los mismos sudores, los mismos ademanes
y la misma garra sangrienta y conocida.

Nadie pregunte por la patria de nadie.


Por encima de nuestras cordilleras y las líneas
fronterizas, más rejas y alambradas que carácter,
o diferencia o rumbo del perfil,
el mismo drama grande,
el mismo cerco impuro el ojo vigilante.
Veinte patrias para un solo tormento.
Un solo corazón para veinte fatigas nacionales.
Un mismo amor, un mismo beso para nuestras tierras
y u n mismo desgarramiento en nuestra carne.

No, n o pregunte
nadie por la patria de nadie.
Tendría que mudar el pensamiento
y llorar solamente por la sangre. . .

Si alguien quere saber cuál es mi patria


se lo diré algún día.
Cuando hayan florecido los camellos
en medio del desierto. Cuando digan
que las mujeres bajan sus dos manos
de la cabeza y la alzan en la brisa,
cuando los trenes salgan a la calle
el d 1a de la fiesta con sus vías
bajo el brazo y descanse el fogonero.
Cuando la caña se desnude y rían
los machetes en fuga hacia el batey
dejando en paz las manos sorprendidas.
Cuando todo milagro sea posible
y ya no sea milagro el de la vida:

Cuando empiece a bajar esta marea


de ignominia
y deje al descubierto hacia la aurora
el fondo firme de los pueblos. Día
justo de enumerar las cordilleras
y decir cuáles son las siete risas
de la nueva semana y cuáles son
los meses que contienen alegría.

Entonces se sabrá cuál es mi patria


y mucha gente irá con sus camisas
de todos los colores y ciudades.

Llenarán sus costuras con la firma


nuestra, de nuestra libertad y entonces
irAn a repartirlas.
La llevarán al viento por los valles
en todas las Antillas.

Dirán que somos libres y golosos,


que gozamos del pan y de la espiga.
Que cada hombre tiene dignidad,
cada mujer sonrisa.
Que tenemos la patria verdadera
y Csta tambiCn será la patria mfa.
Si alguien quiere saber cuál es mi patria
se lo dirC ese dfa.
Yo lo diré tocando la guitarra
con mi novia bordada en la camisa,
con botones de oro, blancos puños
y una gran amapola sonreída. . .

Si alguien quiere saber dónde está ella


yo lo diré ese día
Ahora n o la buSque.
No pregunte por ella todavía.

Pero el día fragante que lo sepa


procure estar bien cerca y bullicioso,
porque habrá patria grande para entonces
y n o habrá ni un silencio de rodillas. . .

Si alguien quiere saber cuál es mi patria,


lo diré en una tarde americana.
Cuando el mundo se quite la cabeza
y le arranque la espina innominada.
Cuando el hilo de todas las fronteras
teja como una alfombra todas las patrias.
Y una risa inmensa
recorra las montañas
y haga hiuir como murciélagos despavoridos
a los acorazados con sus arrogancias,
con su larga cadena de oprobio
que une nuestras gargantas
y nos saca e n sangre y pulpa
las tierras perfumadas. . .

Y empiece entonces a inundar las calles


tanta gente escondida dentro de su casaca,
y las imprentas salgan a ver
con el vientre lleno de libros y de portadas
todos nuestros suburbios desde sus páginas
y las madres alcen sus hijos hacia la luz
de la aurora, sin guerra y sin amenazas. . .
Día justo y solemne de contestar
de cuanto goce se compone una patria.
Cuáles son los veinte ruidos
de la nueva batalla.

A quién le corresponde el apetito,


a quién el gesto copioso y la guirnalda,
qué colorido el del más ancho traje,
qué ritmo el de la más noble carcajada.
Cuáles bueyes y cuáles sementales
en la exposición donde las frutas y las canastas. ..
Pero ahora
nadie pregunte por la patria
de nadie.

Y el día en que estalle


la libertad suprema y soberana,
procure estar bien cerca y bullicioso
porque habrá una gran patria,
una grande, inmensa, inmóvil patria para todos
y n o habrá ni un país para estas lágrimas. . .

SONETO DE LA NIÑA JOVEN


Pedro Mir (n. 1913)

Pues, la niña era joven, su alegría


era joven, su pecho diminuto
era joven y su ángulo de luto
era joven, más joven todavía.

Conocida que fue, como el minuto


contiene la dialéctica del día,
su mirada frutal la contenía
en cristal y en imágenes de fruto.

Sangre fina de fuego y rosas tiernas


en el torpe delirio de las piernas
suscitaban los vínculos y, pues,

Conocida que fue, ardiendo y sola,


la noche la arrastró por la amapola
con un hombre enredado entre los pies.

"NI UN PASO ATRAS"


Pedro Mir (n. 1913)

Arbol de luna que obedece al clima


en u n sistema d e nocturnidad,
no permitas que el muérdago te oprima.
Ni un paso atrás.

No permitas que el largo regimiento


de los años del crimen pertinaz
te toque el hombre con el pensamiento.
Ni un paso atrás.

Que la alta flor que de tus ramas brota


en este chapuzón de libertad,
no pierda en miel ni la más breve gota.
Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás, soldados y civiles


hermanados de pronto en la verdad.
La vida es una sobre los fusiles,
que n o hay trincheras para los reptiles,
de malos nuestros a extranjeros viles.
Ni un paso atrás.

La libertad como un antiguo espejo


roto en la luz, se multiplica más,
y cada vez que un trozo da un reflejo
el tiempo nuevo le repite al viejo:
ni un paso atrás.
Ni un paso atrás, ni un paso atrás, ni un paso
de retorno al ayer, ni la mitad
de un paso en el sentido del ocaso,
ni un paso atrás.

Que en la lucha del pueblo se confirme,


-sangre y sudor- la nacionalidad.
Y pecho al plomo y la conciencia en firme.
Y en cada corazón ni un paso atrás.

ODA HEROICA A LAS MIRABAL


Carmen Natalia (1 9 17-1976)

No hubo blancura igual a su blancura.


Nardo, azucena, lirio. . . magnolia de su carne.
Carne hecha para el beso, fue pasto de las balas.
Las Mirabal cayeron bajo el plomo cobarde.

No hubo dulzura igual a su dulzura.


Los ríos se crecieron para llorar por ellas.
Palomas con el pecho florecido en claveles.
Las Mirabal cayeron de cara a las estrellas.

Ayudadme a subirlas al pedestal de piedra


donde graba la historia los nombres de sus mártires.
Ayudadine a decir qué cosa grande hicieron
estas mujeres-cíclopes, estas mujeres-ángeles.

Allí donde más hondo fue el dolor de los hombres


y niás honda la herida sangrante de la tierra,
donde fue más profundo el surco de las lágrimas
y más largo el llanto. . . allí bajaron ellas.

Allí donde más alto fue el grito de combate


y más enhiesto el puño frente a las bayonetas
donde más levantada fue la frase precisa
y más erguido el pecho. . . allí subieron ellas.

Allí donde más lejos lleg6 la valentía


y apuró el sacrificio su retama postrera,
allí donde más lejos plantara el heroísmo
su bandera de sangre. . . allí llegaron ellas.

El ojo de la bestia les siguió la pisada.


Ojo y plomo a la espalda, como hacen los cobardes.
La tierra abrió los brazos para ceilir sus cuerpos.
Las Mirabal cayeron, taladas como árboles.

Las manos del verdugo deshojaron los nardos


cortaron, como tallos, sus lenguas silenciadas.
Las estrellas besaron su carne por vez última.
Las Mirabal cayeron con el plomo a la espada.

Mas ya el nardo no es nardo, pues que se ha vuelto piedra.


Piedra el enhiesto puño. Piedra la frente alta.
Piedra el pecho y los ojos y la boca sin lengua.
Las Mirabal cayeron para alzarse en estatuas. . .

Y sus bocas, sin lengua, han de seguir hablando


y sus tres corazones palpitando en la piedra.
Perennemente vivas en el alma del pueblo.
Las Mirabal cayeron para volverse eternas.

3.5 LOS POETAS SORPRENDIDOS.

Recibieron el nombre de sa revista (publicada entre


1943 y 1947, "LA POESIA SORPRENDIDA", desde la que
pretendieron hacer suya la poesía, convirtiéndola en algo mi-
noritario, selectísimo, coto privado para uso y provecho pro-
pio. Su preocupación (no siempre llevada a la práctica) por
los aspectos estrictamente formales del poema llega a ser ob-
sesiva. Y se decretó, desde lo alto, que la mayor parte de los
"postumistas" (Moreno Zorrilla, Avelino) eran anti-poetas,
etc. Su desmesurado amor a la metáfora nos hace preguntar si
estos poetas "sorprendidos" n o habrán confundido "metáfo-
ra" con "poesía". . . mientras declaraban "el buen gusto"
como aliado principal de los poetas (No XII, octubrediciem-
bre de 1944).
Este esteticismo confesado choca violentamente contra
toda pretendida filiación surrealista, limitada a algún que otro
intento de escritura automática cuidadosameiite elaborada.
Pero la revista hizo valiosa obra de difusión cultural, aunque
son notorias la ausencia en sus páginas de nombres tan cono-
cidos como los de Louis Aragón (uno de los fundadores del
Surrealismo), Bertold Brecht, César Vallejo, Neruda, Nicolás
Guillén, Miguel Hernández, etcétera.
Los nombres que firmaron la mejor poesía se llamaban
Franklin Mieses Burgos, Manuel Llanes, Rafael Américo Hen-
ríquez, Aida Cartagena Portalatín, Manuel Valerio, Manuel
Rueda, Freddy Gatón Arce, Antonio Fernández Spencer, y
otros, si no muchos, bastantes, porque el grupo fue numeroso.
Trataron de hacer una "poesía con el hombre universal"
y al poner los ojos tan lejos, esa abstracción galáctica les im-
pedía ver al hombre criollo, masacrado por los esbirrros del
tirano.
Aída Cartagena será una de las voces más profundas del
grupo, desde el cual sabrá buscar (y encontrar) una poesía fi-
namente entroncada en los social, en la dura realidad de un
paísaje n o universal sino nuestro.
- -

*FICHAS DE LECTURA

ELEGIA POR LA MUERTE DE TOMAS SANDOVAL


Franklin Mieses Burgos (1907-1 976)

¿Quién ahora, llorando,


te alzará desde el fondo solitario del mar,
para sólo pensar desesperadamente
en el vidrio desnudo de tu limpia sonrisa,
o en aquella tu carne color de azúcar parda,
después que los peces hambrientos se comieron
el último paisaje de sol que había en tus ojos?
jQuién ahora, llorando.
te alzará desde el fondo solitario del mar?
iOh, principe mulato de la verde escafandra!
¡Tronco joven de ceiba y corazón de nardo!
Después que la muerte dejó sobre tus sienes
una polar caricia de puñales de hielo. . .

Por esos ojos tuyos -dolor- por esos ojos


tan llenos de luceros distantes y neblinas.
Por esos ojos tuyos
derramarán su llanto de alero las palomas;
la noche que te clama sin cesar desde el cielo
colgará sns crespones de sombras ateridas
sobre un mundo salobre de guitarras y lonas.

Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.


No la podrás mirar porque ya se habrá ido
el alba que alumbraba por dentro de tus ojos
de terciopelo oscuro;
porque ya se habrá ido sin campanas tu vida
hacia una madrugada de sal y caracoles,
más allá de la noche liviana de las algas,
a donde -todavía-
la luna no ha podido llegar para mirarte
definitivamente dormido bajo el agua.

¡Arena y sólo arena


para el ancla caliente de tus ingles desnudas:
para tus ojos, sombras de los corales mudos!

¡Arena y sólo arena para enterrar tus sueños


marítimos de nubes y de gaviotas blancas,
sobre un cielo de coco nublado de sardinas!

jArena y sólo arena


para hundirte en tu inmenso silencio terminado
entre besos impuros de hermafroditas peces!

¡Ay! iQüe ya no habrá más música marina


de acordeones
en tu lecho de limos y pleamares eternos!
Sin un puerto posible para tu despedida,
en la noche se fueron llorando las estrellas.

iOh, amante ineludible para quien la marisma


tedía el más oculto fluir de sus mareas!
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.

iOh amante ineludible para quien la marisma


tendía el más culto fluir de sus mareas!
¿Que has hecho con el rostro pálido de las lunas
caídas en fondo solitario del már?
¿Qué has hecho con el rostro de amor
de aquellas lunas?

~Transluciday radiante como un cristal


fino
dearnbulará tu sombra en torno a estas islas
caribes que te dieron
ese estupor de cielo mojado de aguardiente?

¿Quién ahora dolido escuchará tu voz


herida de violetas,
y le dará a tu gesto de varón suicida
todos los crisatemos crecidos en la tarde?
En litoral amargo de llanto sin paiíuelos
las verdes hojas anchas sacudidas
por tropicales ráfagas de horno,
te están diciendo adiós,
y tú no miras. . .

CANCION A LA HORA PRESENTE


Manuel Valeno (1 9 18-198 1)

Yo n o estuve presente en días del amor, ni


en días de la luz,
ni en días de la gracia.
Yo n o estuve presente en la hora de los frutos
amargos ni en la hora
de la lluvia fecunda.
Yo no estuve presente en la hora de ese amor
que hace u n dulce batallar
de los sentidos.

Yo no estuve presente para contar las hojas de


los árboles que cayeron
en el Otoño último.
Es que marcho demasiado aprisa para detenerme
junto a las riberas de los ríos
y para deternerme junto a este anchuroso mar
que n o tiene puertos.

Mi blanca osamenta erguida hacia su sombra


como un frondoso árbol.
Mi alto esqueleto proyectándose en el tiempo
como un desgarramiento
de huesos y de siglos
podrá decir mi hora, mi presencia en la
rosa y en el aire.

¿Cómo poblarte de auroras en este instante,


si mi voz es sólo roca
clavada en el silencio? ;
si y o n o estuve presente en días del amor, ni en
la noche callada del sosiego.
Demasidas lluvias nos separan para tenderme
a la orilla de tu cuerpo
como un liviano junco por el viento.

¿Cómo llamarte cosa apetecida si aun me falta


el aliento para respirarte?
;Cómo te hablaría ahora de este cuerpo que es
rosa madrugada
en el amplio sendero de mis versos?
Si te hablará de esta barca que gira y gira en
t o m o a las preguntas
te nombraría paloma o agua deseada. Te
nombraría trino alegre
renaciendo en el alba de mi sueño.

¿Cómo te hablaría ahora de esa barca que


gira y gira en t o m o a su naufragio
desde el día que sigue a la noche primera
del delirio?
Si mi voz es u n grito desgarrado hacia adentro;
si y o n o estuve presente en días del amor,
ni en días de la luz,
ni en días de la gracia.

VA CANTANDO
Rafael Américo Henríquez (1 899-1968)
Amarillos
sus pezones
Amarillas
las estrellas de las charcas del sendero,
Va descalza, va desnuda, va sin miedo
cuesta arriba.
Son sus huellas
huellas vagas de una luna ya difunta.
Canta un gallo. Cantan ciento.
Amanece.
Verde y rojo
en el viento
y en el filo de la sombra:
colorido montañero.
Algún día
SUS pezones, y sus ojos, y sus manos
serán joyas de silencio,
serán tierra, serán nada.
Monte arriba,
con los ojos en las luces de la aurora,
va sin miedo, va descalza, va desnuda,
va ca.ntando.
UNA MUJER ESTA SOLA
Aida Cartagena Portalatín (1 9 18)

Una mujer está sola. Sola con su estatura.


Con los dos ojos abiertos. Con los brazos abiertos.
Con el corazón abierto como un silencio ancho.
Espera en la desesperada y desesperante noche
sin perder la esperanza.
Piensa que está en el bajel almirante
con la luz más triste de la creación.
Ya izó velas y se dejó llevar por el viento del norte
en fuga acelerada ante los ojos del amor.
Una mujer está sola. Sujetando con sus sueños sus sueños.
los sueños que le restan y todo el cielo de Antillas
Seria y callada frente al mundo que es una piedra humana,
móvil, a la deriva, perdido en el sentido.
de la palabra propia, de su palabra inútil.
Una mujer está sola. Piensa que ahora todo es nada
y nadie dice nada de la fiesta o el luto
de la sangre que salta, de la sangre que corre,
de la sangre que gesta o muere de la muerte.
Nadie se adelanta, ofreciéndole un traje
para vestir su voz que desnuda solloza deletreándose.
Una mujer está sola. Siente, y su verdad se ahoga
en pensamientos que traducen lo hermoso de la rosa.
de la estrella, del amor, del hombre y de Dios.

POEMA DEL POLVO


Freddy Catón Arce (1 920-)

PUEDE que por el tiempo, alguna vez,


yo sienta este precioso engaño del aire,
esta alma ligera y al peso de los frutos
arrinconada.
esta nostalgia mínima y exacta de las hojas
que caen,
- ¡todo esto,, Dios mio!-,
y un dulce temblor que a la redonda de los
troncos ardorosos y viejos
se llama el Otoño.

Pero entonces, esta vida tuya y mía,


esta vida conquistada en el hombre y la mujer,
más que rescate
eternidad callada en la raíces;
esta vida vendrá a componerme el traje, a
ponerme u n ojal
en donde yo querrría
el pecho fuerte, una mejilla fresca y otro canto.

- Sí, hermosa mía, esta vida de todos y ya


nuestra.

Luego alguien dirá: es la muerte que pasa;


lo pájaros oscuros
a causa de los vientos del Sur y del Norte,
a causa de la savia de los hijos carnales,
y abandonados, perdidos en la tierra.

Más n o podrá el tiempo cautivar las yemas de


mis dedos
como ahora,
porque el polvo es sagaz, y siendo presa
vuélvese avariento con la muerte.
- Sí, hermosa mía, esta muerte de todos,
casi nuestra.

DANZA
Manuel Rueda (1 92 1)

Tú danzas corno yo a veces hablo:


lanzando rayos.
A ratos el ciclo te toma de la mano y te lleva
para que cumplas con tu alado deber de
precipicio,
de árbol que recobra, girando, su apostura.

Quédate parada en un paso tuyo como en


círculo de luna.
Quédate honda en tu verso de pisada.
Quiero ver el movimiento con que desde
adentro piensas,
el poblado minuto en que para avanzar, sueñas.
Si llegas o te despides, destrenzando tus años,
si vienes o si vas
anegada en un curso de risueñas espumas,
ceñida al ritmo agudo que te lleva de horizonte a
horizonte
en una maternidad del mundo celebrado.

Danzando como quien labra una flor y en


ella entra.
tú en la punta de un pie, o h cuán hermosa,
dándole vértigos al tiempo, aconteceres,
junto a nubes que le graban horas al cielo.

Corre, prívate de la razón, adelgaza la tierra,


Hay muchas cosas que preguntar de t i al paisaje,
a los insectos que a tu presión arriban
en una doble faja de temblor silencioso.
Cruzas y las ciudades se suspenden en el aire.
Cruzas y el pez de la sangre sube a tu costado,
a tus manos efímeras que deberían vivir sobre
tu pelo,
avaras de constelaciones plenas.
Ligera campanada de pájaros sobre el
amanecer,
respiras y un morir te desvanece,
respiras de toda estrella y vuekes
a circular por la rueca de tus senos multicolores.
Tú tiene la misma contextura y los mismos
huesos que la lluvia.
Su mismo caer de abismo y su edad acalladora.
Y como eres antigua y naciste sobre el primer
latido,
las arpas y los pianos se acordarán de t í cuando
regreses
en marfiles volando hacia la nada.

AS1 LA VIDA ES HOY

Antonio Fernández Spencer (1 922)

He amanecido. ¡Qué raro estar vivo otra vez!


Se lo pregunto con ternura a mi mesa de trabajo.
Ella n o sabe nada. ¿Estoy vivo, por qué?
Y es raro sentir el hueso que te besa un poco

¡Qué raro tengo el mismo peso de otros


días amargos!
El camino es muy largo y la vida muy coita.
Ella n o sabe nada. i La pobre vida a golpes
va pasando!
Me enamoré una vez; en el bolsillo tuve su
retrato
lleno de primavera y de jamás.

Todos los días me asomo a la ventana


y veo que la vida está muy bella, que es
imposible verte
en otra primavera. Al sur daré mi corazón;
será alondra cada gota de sangre de su voz.
Está tranquilo. Calla bajo el sol.

He amanecido. iQué raro que mis ojos


vean, llenos de amanecer, que estoy ya vivo!
La primavera ¿dónde está?
Tal vez la tenga en el retrato aquel
lleno de tiempo, Así la vida es hoy. . .

FICHA BIBLIOGRAFICA:

Manuel Rueda y Lupo Hernáiidcz Rueda:


"ANTOLOGIA PANORAMICA DE 1-12 I'OESIA DOMINI-
CANA CONTEMI'OKAN EA"
Santiago, 1972

3.6 AUGE Y DECADENCIA DE UNA TIRANIA.

Despues dc 1 q40 o ('onfites). y hasta 1959 (desem-


barcos por Coit\tdn~d,hldimon y Estcrc, Ilondo), l'rujillo iio
tiene una opostción activa dentro ni fuera (Ir1 país. Ea io que
podría llamarse la etapa "imperial" del tirano.
Ha ido acumulando títulos ridículos, condecoracioncs
ostentosas y cadáveres, mientras se Iletia los bolsillos de
dinero habido en todas las formas posibles. Se ha mandado a
confeccionar un uniforme emplumado, copia del que usaba
otro tirano criollo del siglo XIX("Li1ís"). Una "HISTORIA
DE LA LITERATURA DOMINICANA" (escrita por J. Bala-
guer) lo menciona como uno de nuestros grandes oradores y
su mujer, la Excelentísima Primera Dama Doíia María de los
Angeles Martínez y Alba de Trujillo y Molina, figura en esa
misma obra como brillante dramaturga , ensayista, etc., aun-
que todo el mundo sabe que manos ajenas les escriben los dis-
cursos y los dramas, además de unas "Meditaciones Morales",
llenas d e frases como "la Sabiduría es lo mejor que existe. . ",
que se leen en las escuelas a los alumnos. La cosa seria cómica
si no fuera trágica, pues la represión está llegando a lo inaudi-
to.
Todo libro impreso en el país debe serle dedicado, todo
brindis deberá ser pronunciado a su persona, al oir su nombre
todo dominicano deberá levantarse, apadrinar todo lo que se
pueda apadrinar y se permite dar receta a los enfermos por-
que 61 mismo está convencido de que tiene poder hasta para
curar. La realidad se está tomando increíble y el aire se va
haciendo irrespirable, pero, a pesar de eso y en medio de
todo aquello, hay un grupo de jóvenes que comienza a tratar
de hacer poesía.

3.6.1 LA GENERACION DEL 48.

La "Generación del 48" es un grupo que se inicia en una


sección "COLABORACION ESCOLAR" (Diario El Caribe)
auspiciada por dofía María Ugarte, en el año 1948, y que
posteriormente logrará colarse en las páginas de los "CUA-
DERNOS DOMINICANOS DE CULTURA", con dificultad y
escogiendo los textos que puedan parecer inás inofensivos.
Tienen lecturas prohibidas comunes, admiraciones comunes
(Neruda, Vallejo, Miguel Hemández); serán poetas difíciles de
una época difícil que escribirán poemas "publicables" y "no
publicables", destinados unos a ser "depurados" (muchas ve-
ces rechazados) por atemorizados redactores de periódicos y.
revistas; otros para ser escondidos. ocultados y, a veces, con-
vertirse en picadillo de papel o fuego. Pero, aún entre los ver-
sos publicados resbala una definida conciencia social que no
siempre pasa desapercibida a los censores.
Son voces muy diferentes pero coinciden en el rechazo
a los postulados "sorprendidos" y buscan identificación y10
raíz en poetas anteriores nacionales y extranjeros sobre los
cuales discuten con ardor, ya que no hay otros temas sobre
los cuales discutir públicamente.
Alguien los definió una vez como generación de sobrevi-
vientes, vencidos, vendidos, perdidos o muertos. Pero los
sobrevivientes akn siguen el duro oficio de la poesía tratando
de encontrar su voz definitiva para que mejor sirva a la inten-
ción de lucha con que los motorizó la tiranía, aunque en dife-
rentes direcciones y caminos.
Entre los muertos habría que citar a Juan Carlos Jime-
nez (1 929-1 960), asesinado; a Ramón Cifré Navarro, desga-
rrado por la vida y el alcohol; entre los que todavía cantan,
discuten, gritan, a Rafael Valera Benítez, Víctor Villegas,
Luis Alfredo Torres, Abelardo Vicioso, Abel Fernández Mejía,
Máxinio Avilés Blonda, Alberto Peña Lebrón, Rafael Lara
Cin trón, Rodolfo Coiscou Weber, otros.

*FICHAS DE LECTURAS:

LA BATALLA INEVITABLE
Rodolfo Coiscou Weber (1 924)

En cada lágrima gota de sangre.


Parto doloroso del triunfo y las ideas.

Contra balas, bombas, tanques,


la libertad triunfante e n calles y azoteas.

Y una sonrisa inmensa


más inmensa que la isla,
temblando, titilando en la nueva conciencia
que tiene tanques en los pies,
ametralladoras en los labios,
y bombas en los ojos
para defender el nacimiento que durante tres décadas
esperó u n pueblo.

PARABOLA DEL HOMBRE MUDO


Máximo Avilés Blonda (1 93 1 )

Hermano d e la voz rota,


dulce hermano del silencio,
hermano d e la rosa que muere solitaria
sin pedirle al rocío q u e refresque su muerte.
Hermano del Silencio. ¡Hermano mío!
Tus palabras n o nacen. Mueren dentro de ti,
siii liaocr iiacido. Y y o te digo dulce hermano,
q u e a veces se mueren mis palabras.
Tu silencio me habla.
-Ese silencio amargo
que anida en t u garganta,
y que quiebra tus voces,
y que ahueca tus gritos,
Ese silencio duro
que acalla tantas cosas!

Hermano de la estatua,
y de la arena, donde solo
nos hablan las pisadas!

Soplo de Dios sin voz


para decir ternuras.
Corazón que se quema
sin expresar su fuego.

Hermano de la voz rota


no intentes hablar,
que no quiero oir tus gritos
como campanas sordas.

Hermano del silencio!.


Hermano mío!
No quisiera decirte
que tu voz es un sueño.
Que tu voz.. . que la mía
la de todos, son sueiios. . .

-Ya te he dicho otra vez


hermano mío,
que a veces se mueren
mis palabras!

ELEGIA POR LA MUERTE DE UN AVE

Mhximo AvilBs Blonda (1 93 1)

¿Qué enlatada substancia, qué polvo


cubrió al mundo cuando cesó tu canto tembloroso?
!Oh, mensajero fiel de otras auroras!
i Oh, ángel perseguido por la música!
Silvador de la estrella.
Prisionero.
Cantador de la libertad que no tenías
que comenzaba al borde de tu reja
y nunca terminaba.

¡Tan pequefio es el mundo sin tu canto!


¡Tan lejano el amor sin el roce de tu ala!
¡Tan húmedo el alpiste sin tu pico!
¡Tan terrible el vacío que dejaste
que apenas cabe en él una palabra!

Tú debiste morir en una rama verde,


o cantando en el hombro de una estatua.
No debiste morir en este instante,
puro cantor de ríos,
que escapaste del plomo y de la flecha
y quedaste entre rejas,
prisionero,
para mirar con tus vivaces ojos
la música de un mundo que no sueAa.

No debiste morir en este espacio,


en donde estamos muertos.

YO HE VISTO A MI PUEBLO LEVANTARSE


Victor Villegas (1924)

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces.


Lo he visto en la infancia de su historia
romper la tierra con sus manos,
saciar la sed de los ilustres
y la ciega ambición de los plebeyos;
lo he visto alejarse de las minas
comer lagartos y alimafías
mientras el arcabuz y las espadas
doblegaban sus flechas inocentes;
pero entre tanta lluvia roja,
tanto cielo y oro rojos,
con su frente de sangre dura y
dulce, lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces.


SUSllanuI2S, SUS campos, las
gaviotas que cruzan sus espumas los he
visto manchados de extranjeros,
de huella ajena, de cañones,
de uniformes grotescos y cadáveres;
han tratado de herir su lengua añosa
con voces sin color y sin caminos,
y en dilatada noche sin estrellas
han querido aplacar su mar en furia:
pero entre los fusiles y la muerte,
el carcelero y las gendarmerías,
con su apóstol de luz, de verbo
y de pureza, lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces.


En el hato, en las torres, en
las ganaderfas, en la mano servil
y en el pecho traidor de las medallas;
han cambiado sus códigos, la bandera
de todas sus sonrisas.
han borrado su mapa y a otro mapa
llevado sus costas y montañas,
pero entre mariscales y decretos,
a pesar de los sables y de la artillería,
en medio delvicac y del machete,
lo he visto levantarse.

Yo he visto caer a mi pueblo muchas veces,


Clavado por verdugos en sus hijos
de azúcar, en sus doradas playas,
en SU plateada noche d e
recuerdos.
Lo Iie visto callado en las ciudades
cavar el aire y enterrar sus muertos,
deambular en la sombra,
en la sangrienta voz d e los tiranos;
pero entre tanta afanosa lluvia,
entre el pulial y la celada,
la cómplice justicia y los geófagos,
lo he visto levantarse.

Y o he visto caer a mi pueblo muchas veces.


Lo h e visto sin sol, sin días,
cubierto d e alambradas, d e vbmito
en inglés, d e botas e n inglés,
d e aviones en inglés;
lo h e visto desangrado en las cunetas,
en las azoteas, en el jardín
d e sus crepúsculos:
lo h e visto destrozado por bazookas,
cercenadas sus manos por granadas,
quemados su luna, sus obreros,
sus caflaverales y sus libros
por el fuego de los acorazados;
pero eritre tantos golpes, entre
los enemigos del amor y de las flores,
a pesar d e los distribuidores d e sombras
y tinieblas,
con sus hijos d e siempre, los amantes
del mar y las estrellas,
lo h e visto levantarse!

CANTO DE AMOR A LA CIUDAD HERIDA


Abelar d o Vicioso (1 930)

La ciudad n o se asoma más a las vidrieras


ni habla sobre beisbol en las cafeterías.
La ciudad está herida por los cuatro costados.
Los elegantes barrios beben un vino lleno
de pus amarga y en las chozas humildes
el terror se dibuja sobre el rostro del hambre.

Por el Ozama bajan cuerpos de la esperanza


sin que sea el tiempo justo para una dulce muerte
y el mar es una línea flotante de cañones
apuntando directamente al corazón.

Ah, el corazón de la ciudad latiendo


a ritmo universal, el corazón
herido, acorralado por los canes de presa
que juegan por el mundo con la cola encendida
en un triste pentágono de fuego.
Y todo porque el hombre quiere tener los labios
cerca del pan, y todo porque el hombre
quiere ver las vidrieras más hermosas que nunca
y decir "buenas tardes" al amigo que pasa
y enarnokr la brisa con palabras distintas
arrebatadas al dolor.

Esto ya no se puede pedir en una isla


de azúcar que amamante los lobos extranjeros
sin que en seguida lluevan sobre sus calles puras
los plomos a raudales.

Pero ya vendrá el día del amor. No lo dudes,


amada mía, esposa mía, leve
flor asustada en gestación de polen.
Ya vendrá el día en que los huracanes
populares detengan la agonía
de un país que rechaza la noche con destreza.

El corazón de la ciudad no cesa


de latir, y a su ritmo van creciendo
los vientos que conducen a la acrora.

La ciudad ha poblado de luces el planeta


y en sus patios revientan semillas de esperanza
para la patria herida en primavera.

TORMENTA EN OTOÑO
Juan Alberto PeÍía Lebrón (1 930)

Caminemos unidos o caminemos separados,


vayamos de paseo o quedemos en casa lloremos o riamos
miremos o cerremos los ojos a las cosas
de este día, de este otofío que bien podría ser
(primavera o verano,
si el tiempo ágil n o fuese un simple muro en ruinas,
un recipiente inútil de congoja
donde cabe la muerte y el mundo hace girar
sus rostros desolados, sus rostros ya marchitos:
todo traduce una ilusión, una consciente..relación
entre las formas simples de la palpable realidad.

Un paso hacia la vida conduce al mismo tiempo


al sarcófago ciego de la muerte
o a una siniestra habitación deshabitada
donde un fantasma grita, o a la sorda agonia
de pensar y callar, y puede acaso
conducir al adiós, al umbral de la suerte
que vigila en la sombra nuestros mínimos actos,
nuestras conversaciones infantiles
con máscaras que saben como gastar la poca
ceniza <,ue les queda al borde del final.

Los hombres aman pocas veces,


pero entre cada amor que pasa y su destino
que nadie puede descifrar, ni los actores mismos
del drama principal, ni el mirador alerta,
queda u n vacío apto para ser investigado,
como curiosidad o simple pasatiempo
cuando nada que hacer nos queda cada día
o después de las copas que la noche
nos obliga a tomar para buscar otro color perdido.
Hay rostros decididos que, sin embargo, ocultan
un gesto diferente, pero no menos verdadero,
y todo sigue igual, lo mismo siempre,
variando, renaciendo en relación constante;
estos símbolos, estos ocultos mantos tienen su interés,
porque son una fácil preceptiva, u n útil dato
para fijar la suerte del enigma
que pocos saben cómo definir.

Todo esto y algo más, todo esto ocurre


con la misma pasión con que damos un beso
de despedida, con el mismo violento afán
con que el ayer se mira y el maAana asoma,
y n o podemos decidir o elegir el instante
en que ya nada ocurra, o, si ocurre no tenga
mayores consecuencias queun suspiro,
una lágrima fina dormida en un pañuelo,
en perfecto compás con nuestro lento paso
que mide la inmutable dimensión de la vida.

EL HOMBRE ACORRALADO
Luis Alfredo Torres (1 935

Tocaba puertas,
alzaba manos y papeles,
el corrupto, el miserable,
y hundía su podrida cabeza bajo el sol,
entre las gentes;
pero la ciudad le negaba sus pájaros,
el camarero la sonrisa
y era inútil que buscara la compasión, la luz.

Andaba solo por las calles,


retorcía sus manos sudorosas
y miraba con miedo, con temor, a todas partes,
como si de repente fuera a morir asesinado,
como si de repente los ojos de alguien le cegaran.
Entraba a los templos sigiloso,
pero la noche d e los muertos le seguía
(la noche trepidante que d e m b ó su orgullo)
y e n vano doblegó su frente,
en vano clamó misericordia:
los muros sólo respondían.

Y recordaba su altivez;
entre las ametralladoras asesinas,
su ademán cuando los sacrificios, las torturas,
y h e a q u í que los alegres pájaros traían
u n rótulo d e sangre con su nombre.

Pensar en estas cosas


lo acercaba a los muros,
a las bocas oscuras d e n o se sabe qué túnel
devorante
y e n tanto eran los cantos d e vida y esperanza
u n fugitivo huía, alguien huía,
de espaldas a todas las estrellas.

VERDAD A NUESTRA MANO


Ramón Cifre Navarro (1 926-?)

Gota a gota vamos depositando nuestra pena


en vasijas oscuras y humildes
labradas a sollozos en la frente del tiempo.

Hemos llorado entera la orilla calurosa


y sedienta del olvido,
caminando la congoja que n o termina nunca,
llegado alguna vez al aire tibio
q u e circunda d e gozo el nacimiento de los pajaros.

Asistimos a nuestra diana muerte


de m o d o imperturbable, con la sola premura
del rumor d e la brisa y la mirada
suspensa del amor
como un sonido claro que traduce nuestra misma inocencia.

Hemos cantado la vecindad de los árboles frondosos,


acudido a la vera de la corrientes felices,
levantados sinónimos d e luz al margen de la noche
cuya luna distante hace al hombre sediento.

Cargamos la vida triste en la cabeza


desde el primer vagido desconsolado del tubérculo.

Así nos acercamos al callado viento, con paso


equidistante del gozo y la tristeza,
serenados d e espuma vacilante y doliente,
perdidos en la claridad que nos tiende la esperanza,
sudorosos en la cerrada habitación de la existencia.

Esto se llama y ha de llamarse vida


en nuestro idioma de colores dispersos.

Toda noción del mundo de este modo coincide


con las trémulas manos, con las primeras hojas,
con las últimas muestras de sangre de la nada.

Esto se llama, quiero que lo recuerdes,


ha de llamarsevida por los siglos de los siglos.

También el amor nuestro


toma hoy la parte qae le corresponde de la vida.

Basta con decirnos adiós y quitarnos el polvo


del camino andado
y seguir cada uno otros nuevos caminos.

CONOCIMIENTO DE LA MUERTE
Rafael Lara Cintron (193 1)

BIEN podría soíiarte con los párpados verdes


o con la luz miedosa de un suicida.

Bien podría soííarte disperso entre los pueblos,


ingenio cuando alumbras los hombres de la noche
que elaboran estrellas y codicias
en el más dulce conocimiento d e la muerte.

Bien podría soñarte, anior, creador corno a sabiendas,


con los muslos crecidos enfrente de la tierra
y con unos -mis labios- silbando una manera
de evitar las cosechas de soldados heridos.

Bien podría soñarte, bien podría soñarte con los ojos


(de Cristo
mirándose el costado.
porque tal vez los tiempos preciosos de tus dedos
suscitan las corrientes: el alba, los deseos,
y este madrugar que persiste en mi rostro,
y este fugitivo lucir, como lluvia o juguete,
que n o se aviene nunca con los peces
y procura reñirse con los cielos.

Pero alguien me tiende tu mañana


y a ratos te comprendo, y a ratos eres brisa
igual que aquella nota de pradera y d e sangre;
que aquel cuarto de hora en agonía
tendido a la ceniza
concibiendo una hoguera de paz entre las hojas
curvadas por tu nombre.

Pero alguien me llama a lo largo del cuerpo de las


(savias,
porque lloras entero el sueño de raíces y nieblas d e los
(árboles
y u n oscuro dolor temblando aquí en la huella.

Y un violento decir que aflora desde el aire:


Oíd. Escuchad a mi hermano ahogado por la tierra.
Y no puedo tenerte entre mis ojos:
con los n~usculosturbios
ni con esa tu luz miedosa de suicida.

BALADA
Juan Carlos Jiménez (1929-1 969)

Este joven ha muerto:


Ha muerto dulcemente en un encantamiento.
Ha muerto porque, a veces, u n hombre también muere.

Iba por los caminos


llevando u n libro entre sus manos,
a veces se detenía para leer,
a veces se detenía para llorar.
¿quién cerró sus ojos a la última luz del crepusculo?
Cada tarde le vieron los pastores y las nubes
acechar un lucero cuando caía en silencio,
aspirar intensamente el fino aire
hasta dejar lívidos sus labios
y mirando el cielo entre sollozos suspiraba.
Este joven ha muerto.
Hay en su corazón una rosa,
una rosa que vibra bajo la luz
en el aire sereno de u n desierto,
una rosa que sangra y está como cantando,,
cantando para siempre en inviolable soledad,

OBREROS
Lupo Hernández Rueda (1 930)

En los muelles,
cargando la harina o la cosecha,
guiando enormes palas
o vigorosas gruas;
en el campo, venciendo la espina
y la sequía,
con el colín, la azada o el arado;
en el taller, la fabrica,
en las minas, junto al hierro
doblado, o donde el inar
es la roca sin tiempo para el hombre,
los jornaleros mueren
gota gota, por el párpado,
la espalda, el sobaco, los hombros,
el sombrero, el cachimbo, la copa,
y caen al muelle abrasado,
caen a la tierra abierta,
a las oscuras galerías.
Poco a poco
el sudor muere, poco a poco
el hombre pasa, como el viento,
como un río sin prisa,
como u n tren
por las vegas del tiempo.

SERVICIO MILITAR
Abel Fernández Mej ía (1 93 1 )

Vanios. Marchemos, Marchemos, hijos


de la Patria
herida, ensuciada, pisoteada, i Vamos! Marchemos, hijos
d e la tiranía
hermanos del desastre. Marchemos unidos por la vergüenza
y el oprobio. ;Marchemos! Uno. Dos.
Tres. Cuatro. Y ;rompan filas! Y ;viva
el jefe! Sí, pero algún día.
mailana.
niarcliarenios (Un/dos! un /dos!) también por nuestra tierra
(unidos, un/dos!) subiendo por las 101-iias, recorriendo
los esteros,
canlinando las sabanas, los haitises. las cafiadas,
marcliarenios
/un/dos!, un/dos!) unidos los obreros,
estudiantes, los soldados.
pescadores, campesinos, cortadores de la caña,
hermanos ya en la paz,
desfilando por las calles del trabajo,
sin estos tristes falsos fusiles desarmados,
con rifles de verdad, pero
todos tomados de las manos.

PALABRAS PARA UNA MADRE MUERTA


Abel Fernández Mej ía (1 93 1)

Madre agua madrepan desconocida


casi para
mi hambre alimento
suave que ya olvidó mi paladar
pozo seco
antes de saciar mi sed jcómo
sofiarte
(evocarte)
si apenas n o oivido tu dulzura lejana
tu nombre bíblico y tu sabor-sabor aquel sabor
tan tuyo inconfundible? Cierro los ojos (abro ahora
las puertas del recuerdo) Y aquí viene tu figura frágil
de maestra
caminando por la tarde caminando ide prisa! en la mafiana
hacia las clases (la Normal)
luego sentada tiernamente junto a m i en las noches
moviendo
palabras suave moviendo los brazos
llenos
de pulseras clinc clinc aquellas manos largas
los dedos con sortijas agitando
cl recuero moviendo moviendo
cl viento el tienipo telaraiias Iiasta
dulce despcrtar
un sonido a tierra-tierra recién mojada
un olor a libros
a tiza
a libretas de práctica escolar
y luego a tu alrededor todo un sabor a casa
verdadera
sabor a pan saliendo del horno
recién hecho cocinado
un olor a casa
a sábanas limpias recién puestas
a dulces trabajos de almidón y plancha
y sonidos de casa un beso en maíiana
¡Buenos días!
otro al atardecer
¡Buenas noches! Y luego nunca mas ya verte
solo lamentarte
solo tratar de n o olvidarte
madreagua madrepan
pozo secto tierra devastada sabor casi olvidado.

SEXTO ESCRITORIO AUXILIAR,


A LA DERECHA, 1950. DIA: VIERNES

Y habiendo marcado la tarjeta, 8:00 A.M.


puntualmente colgado cuidadosamente
el saco
en el perchero: buenos días, Don Manuel jcómo está Ud.,
Don Rafael Augusto? ¡hola, José! Luego desde aquí simple-
mente
adivinando nubes, lejos el mar, afilando lápices, soñando,
casi viendo velas
verdeazular por la ventana,
el mar. Luego el archiv. Sí, Don Ramón, jclaro', idesde
luego! El archivo, luego los retratos, las paredes y las sillas
giratorias, las mesas. Papel
carbón largo. Bond Standard (2 resmas), la Copybook, el mar
y sobre el mar las nubes, las gaviotas lejanas,
y las paredes, el reloj TIC TAC, los alma-
naques, C. A. Tabacalera, San Ra-
fael: Monumento a la Excelsa Paz
de Trujillo, C. por A. San Rafael. Un barco, el mar,
carbonero, prisionero del destino en un puerto, Bécquer,
las oscuras golondrinas
y el Generalísimo Dr. Rafael L.Trujillo, nunca de perfil,
siempre de frente
y medallas, charreteras, el bicornio. El retrato de
T w i l l o Padre, La Divina Provindencia, Trujillo Hiio, Trujillo
Madre, Trujillo Esposa, El Papa Pio XII, Trujillo
El Hermano Presidente entre los clips, las má-
quinas los papeles
en la Gavetes de los escritorios y la benemérita sombra de
T N i l l o (Rafael Leonidas)
El Benefactor, lejos el mar, peces, algas, redes
pelícanos, allá lejos, el mar. ¡Despierta! EL COMUNISMO
AMENAZA LAS SAGRADAS
TRADICIONES DE LA FAMILIA CRISTIANA. EL COMU-
NISMO ACECHA
TU MORAL TRUJILLISTA. EL COMUNISMO DESTRUYE
LOS VALORES
AUTOCTONOS
DE NUESTRA SOCIEDAD.
TRUJILLO: DEFENSOR DE LA DEMOCRACIA EN
AMERICA. ¡VIVA

TRUJILLO! y las paredes, los escritorios, lejos el mar, allá


lejos, húmedos de sal, están los peces, los pelícanos, el mar.

"POEMA DE LA BUSQUEDA PRESENTE"


Rafael Valera Benítez (1 928)

Se adueñan del crepúsculo


las cosas. . .
La vida en tanto
cubre sus pupilas con manos
de viento herido por reproches.
Yo estoy aquí. Vertical aún.
Formando una ambulante cruz
con mi sonrisa para morirme cada día.
Hay un vuelo de palomas
s angrando el alba.

Ellas n o saben que el alba


es la niñez del día
-su n 3 e z con pétalos de fuego-
su infancia hecha preludio
para la fiesta de luz que se avecina.
La fiesta de los frutos anhelosos,
la fiesta
de las hojas ebrias
de un alborozo verde. . .
(Ellas n o saben que el alba
es una madre que presiente la cosecha).

Yo me pongo a pensar en muchas cosas


y envejece de miel su nombre en mis palabras,
envejecen los niños en mis ojos
-pertenencia ilimitada de llanto-
y además una muchacha triste
con su diario vestido que no conoce hermanos,
único vestido en todo
el sazonado fruto de su cuerpo.
Unico antifaz para
el inédito vergel de sus encantos.

Yo estoy aquí,
con lágrimas liablándome,
queriendo ser lo mismo, lo inisnio
que antes fuera en sus modales.

La vida e n tanto,
llora en los rincones
de espaldas a la calle. ..

Contemporáneos, aunque no agrupados en esa "Genera-


ción" q u e n o es generación, sino poetas de diferentes motiva-
ciones, contradicciones, admiraciones, tonos, acentos y proble-
mas, son, crecidos para la misma época, los poetas Marcio Ve-
loz Maggiolo, Enriquillo Rojas, Ramón Fracisco, José Goudy
Pratt, Rómulo Medrano Marte, y Juan Sánchez Lamouth, una
de las mejores voces de esa etapa "imperial" que terminó
bruscamente con el sacrificio de los guerilleros de 1959.
Luego entonces, una noche de 1961, ajusticiaron al tira-
n o para que la Patria pudiera amanecer.

FICHAS DE LECTURA

ALUVION DE LA INFANCIA
Enriquillo Rojas Abreu (1 920)

Soy el mismo de siempre.


No aprendí nada nuevo
en este mundo de hombres.
Soy como un aluvión
hecho de infancias muertas.
No añadí ni un adarme
de ciencia o arte humanos
a este poco de instinto
que Dios puso en mis manos.
Me he quedado mirando
la obra que otros hacen.
No he tomado un fusil
ni empujado arado.
Todavía no he tenido mi primera batalla.
Soy un comtemplativo
de los cielos del Giotto.
Soy el resorte roto
de una voluntad muerta.
Soy menos útil que una puerta.
Soy menos funcional que una ventana,
Soy menos que un camino.
Soy menos que una herida.
Soy menos que un sollozo.
No hay duda, hermanos míos,
me he quedado poeta.

TARDANZA
Enriquillo Rojas Abreu (1 920)

En casa del anticuario


sólo encontré esta mañana
u n asa griega sin ánfora
y una vieja empuñadura sin espada.
Se ve q u e llego tarde,
siempre después
del vino
o la batalla.

ESTE DIA
Ramón Francisco

Un día, un día cualquiera, u n solo día,


con la base del mundo quebrantada bajo los pies,
junto a hombres jóvenes muertos, muy muertos
junto u n pedazo d e sol en los labios
y u n poco de mar distante entre las manos.

Un día en q u e los ríos se humedecen


y asoman sus cauces tímidamente, camino a las montañas.
sin música e n los ojos, flagelado por la lluvia
que golpea las cabezas que duermen sobre las piedras,
las cabezas n o despertadas de este sueño encendido.

Un día solo, digo, en que basta un pedazo de silencio


brevemente repartido como alimento amargo
en que los huesos crujen por u n frío que penetra
sin aviso en los cuerpos. . .
un día cuyas paredes desprendidas del tiempo
pretenden ahogar en la garganta nuestra vida.
Este día yo, cansado, me eclio a dormir
sobre las secas hojas
que el viento recostó sobre la tierra.
y en este lecho al fin del plazo
mi lento agotamiento. Me rebelo,
bajo las sonibras de los árboles m e rebelo
y doy mi pecho al sol y a la brisa que traen
tus manos reposadas.

Estc día tú me das en el rostro


con una fuerza que estalla mis ojos d e alegría
y mi espacio se ensanclia bajo los pies
y la tierra n o basta. . .

Yo estaba allí, hundido entre las sombras,


las manos tocando levemente la adulta frente,
debajo de Iioinbres recientemente muertos,
viendo caer la vida al lado de inis hombros
sacudiendo una lucha desesperada con la muerte
entre oscuras lágrimas que cubrían mi rostro.

Yo estaba debajo d e los sitios


donde enterraron aquellos blancos cadáveres,
con u n miedo en los ojos que me hacía girar
sobre una danza helada.

Con u n angustia colgada de los párpados nostálgicos


y con las manos frías, frías y vacías
las manos, y cerradas.

De repente creí en esta rioche larga


q u e envolvía en u n velo doloroso a mi alma,
de repente con mi deseo inmóvil m e dejé navegar
r í o de sangre dolorida abajo,
de repente creí q u e esta ansia d e vivir
ya n o bastaba. . .

Pero u n día así, u n día solo, u n día como este


en que oigo rumor de músicas que llegan
a encender estos pechos encerrados
yo entonces ardo como una llamada dilatada
y levanto en mis manos la vida que tú traes
colgando de los labios.
Este día, ya cansado, tú me haces dormir
sobre un vasto lecho de risueñas hojas,
y hundo mi rostro entre tus manos que recobran
mis mejillas agotadas.
y emerjo como una lluvia nueva
que reconforta mis campos asolados.

En este día así, en fin,


en este dia solo,
tú le pusiste nombre a la sonrisa.

DESCRIPCION DE UN KINDERGARTEN
Juan Sánchez Lamouth (1929-1 968)

A. B. C
para los niños blancos el jardín de la alegría.
para los niños negros, hambre, dolor y agonía;
las aulas se ven unidas,
pero están desunidas:
este horrible kindergarten
en el jardín de los muertos.

A. B. C.
para los niilos blancos, cielos, juguetes, belleza.
para los niños blancos, odio, sangre, desaliento:

A. B. C.
ya los niños blancos escriben
puedente, río, bicicleta,
ya los niiíos negros escriben
cadena, dolor, misería:
n o sé por qué son tan tristes
estas escuelas d e América.

LO QUE MAS SE PARECE AL AMOR


SOBRE LA TIERRA

La culebra
es lo que más se parece al amor
sobre la tierra.
Más que el manzano y aquellas hojas anchas.
oscura, oscura, oscura
es la palabra amor
cuando sabemos
que una mujer nos suelda sus anillos.
Yo n o quiero mirar el verde lienzo
donde hay un río que eleva su comente
en deseos de nidos y d e frutas.

La culebra
es lo que más se parece al amor.

Cuando el amor husmea la ruta de los besos.


serpea y se enrosca
en la madera de todos los olvidos.

Decir culebra y amor


casi es lo iiiismo
porque la culebra es lo que niás se parece
al amor sobre la tierra.

LOS HOTELES BARATOS

Aquí se reorganiza nuevamente el dolor de los racimos;


aquí lo poco es batante y los espejos huelen a tristeza;
huéspedes sedientos gozan al olfatear las viejas copas.
Son las últimas manos del juego de la vida,
las últimas voces de los espiritistas,
los últimos frutos de la tierra.
Hoteles baratos,
locales musicales de los duendes,
aquí en los domingos no vuelan golondrinas:
territorio de culpas
habitado por la predilección de los tormentos;
honda correlación de miembros empolvados,
de beodos, ladrones y rameras.
Aquí se ven los símbolos exactos
de los que falsifican amuletos;
el incubo y el súcubo florecen en los techos
en donde nunca vuelan vientos frescos.
Aquí hasta las arañas pertenecen a los sepultureros.
Hoteles baratos, buhardillas de murciélagos,
locales de cuchillos levantados,
locales siempre sucios de secretos.
INDICE
Pág

1. jQuC cosa es la poesía? ......................... 1


1 .1. $ara que sirve la poesía? ................... 2

2. Raíces.................................... 3
2.1 LosTaínos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
2.2 Literatura Colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
2 3 Literaturapopular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

3. Cultura Dominicana/Literatura Dominicana . . . . . . . . . . . 10


3.1 Neoclasicismo. Romanticismo . . . . . . . . . . . . . . . . 11
3.1.1 El Indigenismo y sus continuadores . . . . . . . . . 15
3.1.2 El Cnoliismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3.1.3 E1 Post-Romanticismo . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

3.2 La Renovación Estilística: El Modernismo . . . . . . . . 28


33 La Renovación Lingüística: Vedrinismo/Postumis-
mo .................................. 42
3.3.1 Vedrinismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
3.3.2 Postumismo ........................ 46
3.33Los"Nuevos". . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

3.4 os "Independientes del 40" ................. 57


3 5 Los Poetas Sorprendidos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
3 6 Auge y Decadencia de una Tiranía . . . . . . . . . . . . . 89
3.6.1 La Generación del 48 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
3.6.2 Voces Sueltas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107

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