¿Cómo se reflejan los elementos de la justicia ambiental (Distribución,
reconocimiento, participación y capacidades; en la problemática del
Páramo de Santurbán? Distribución: Está ubicado hacia el extremo nororiental de la 4.400 m.s.n.m. cordillera Oriental, entre los departamentos de Santander y Norte de Santander, en jurisdicción de treinta municipios y tres corporaciones autónomas: la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental y la Corporación Autónoma de Santander. Surte de agua de manera directa a los municipios que están en su jurisdicción y a la ciudad de Bucaramanga; también a varios distritos de riego y a la termoeléctrica Termo tasajero. Como la mayoría de los páramos del país, tiene coberturas vegetales naturales y otras establecidas por las actividades humanas. Reconocimiento: La operación de Soto Norte, como se conoce el proyecto por la provincia donde se encuentra, se desarrollará a una altura de 2.640 metros, cuando el límite de páramo comienza desde los 3.100 metros. Además, en línea recta desde el límite del título minero hasta la Laguna de Páez en la parte alta del páramo, que según muchas personas será secada por la operación minera, hay cuatro kilómetros. Participación: La Agencia Nacional de Minería ya aprobó el plan de trabajo de Minesa, mientras que la licencia ambiental ya está en estudio por parte de la Anla, trámite que tardará un par de meses más. La minera asegura que el agua que llega a Bucaramanga en ningún momento se va a afectar. La mina está a un costado de la quebrada La baja, que en el sector de tronadora se une con el río vetas y este a su vez en el sector de panaga entrega sus aguas al río Suratá. Este último se une con el río Tona, que surte de agua a Bucaramanga y pertenece a otra cuenca, pero aguas abajo del punto de captación del acueducto de la ciudad, y van al río Sogamoso. Capacidades: Guerrero asegura que la mina será 100% subterránea, con una profundidad que va hasta los 780 metros, lo que minimiza el impacto en la superficie. La mina va a tener comunicación con la superficie mediante dos túneles de 6 por 6 metros cada uno, los cuales se abrirán con tuneladoras o con geles, un tipo de explosivos controlados que causan implosión de la roca en el sitio. Actualmente, uno de estos túneles, pero de solo 150 metros de longitud, fue abierto para tareas exploratorias. Según estudios no habrá ninguna afectación tanto en la calidad como en la cantidad de agua, pero es evidente que cuando se abren túneles así sea a 700 metros de profundidad, es inevitable que se filtre agua y haya fracturas. Toda el agua que se utilizará en la operación será subterránea, que tarde o temprano será tratada para ser vertida a los afluentes.