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Módulo 1
-Foucault, M. (1992). Nietzsche, la genealogía, la historia. En Microfísica del poder. Buenos Aires: La Piqueta. (págs
7-29)
-Lewkowicz, I. (1996). ¿A qué llamamos historicidad?. Buenos Aires: Organización CEAP. (págs 1-6)
Módulo 2
-Lafuente, Loredo, Castro, Pizarroso (2017). Introducción. En Historia de la Psicología. Madrid: UNED. (págs 10-22)
Módulo 3
-Danziger, K. (1984). Hacia un marco conceptual para una historización crítica de la psicología. Revista de Historia
de la Psicología, 5(1-2), 99-107.
-Rose, N. (1996). Una historia crítica de la psicología. N. Rose, Inventing our Selves (págs. 1-32)
Módulo 4
-Foucault, M. (2006). Clase del 1º de Febrero de 1978. En: Seguridad, territorio, población. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica. (págs. 109-138)
-Barrán, J. P. (1994). Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco. 1839-1875. Capítulo 4. Montevideo:
Ediciones de la Banda Oriental. (págs. 120-151)
Módulo 5
-Varela, J. P. (1874a/1964). La Legislación Escolar. Primera Parte. De nuestro estado actual y sus causas. En: Obras
pedagógicas. La Educación del Pueblo. Tomo 1. Montevideo: Biblioteca Artigas- Ministerio de Instrucción Pública.
Capítulo 1- Consideraciones preliminares pag. 23 a pag. 31
Causas Crisis económica: pag. 62 a pag 68 (hasta párrafo que termina con: nada para conseguirlo) Causas
crisis política: pag. 99 a pag 103 (hasta párrafo que termina con: casi al infinito).
-Vaz Ferreira, C. (1897). Curso expositivo de Psicología Elemental. Introducción y Conclusiones. Montevideo:
Imprenta Artística de Dornaleche y Reyes. (págs 1-9 y 240- 243)
Módulo 6
-Pérez Gambini, C. (1999). Historia de la psicología en el Uruguay. Desde sus comienzos hasta1950. Montevideo:
Arena Ediciones.
Cap. 5. Algunas consideraciones para comprender esta etapa pp. 33-35. Cap. 6. La psicopedagogía. pp. 37-57. Cap.
7. Aplicaciones de la Psicología experimental. pp. 59-62. Cap.8. La Psicología en el ámbito de la Salud. pp. 63-77.
-Morey Otero, S. (1928). La psicopedagogía experimental como auxiliar de la labor docente. En Anales de
Instrucción Primaria, 24(1), 220-229. Montevideo: Imprenta Nacional.
Módulo 7
-Pérez Gambini, C. (1999). Historia de la psicología en el Uruguay. Desde sus comienzos hasta 1950. Montevideo:
Arena Ediciones. La preocupación por la problemática de la niñez, El Laboratorio de Morey Otero. pp. 43-51. La
participación de la Psicología en la atención de la desviación social, En el ex-Consejo del Niño. pp. 89-92 -Irrazábal,
E. (2006) La clínica inmóvil. El `pasado de la verdad` de la Psicología en Uruguay. Un análisis posible de las
prácticas en los `campos de la psicopedagogía y de la psicohigiene`. En: E. Irrazábal, J. Chavez, G. Picos, C. Baroni,
G. Prieto, P. Freitas & G. Yañez (org.) Acontecimiento 2. Historia y subjetividad: Modos de producción de ficciones
universitarias. Montevideo: Argos/ Delamancha. pp. 35-51.
Módulo 8
-Pérez Gambini, C. (1999). Historia de la psicología en el Uruguay. Desde sus comienzos hasta 1950. Montevideo:
Arena Ediciones. Cap. 9. Radecki y el Centro de Estudios Psicológicos de Montevideo. pp. 79-87. Cap. 10. La
participación de la Psicología en la atención en la "desviación" Social.
-Marcos, J. (1949). La clínica Médico-Psicológica del Hospital de Niños “Dr. Pedro Visca”. Montevideo: Rosgal. (pp.
13-38)
Módulo 9
Módulo 10
Módulo 11
-Greising, C., Perez, C., Rostang, E., Silva. M. (2011). Restauración Democrática. 1985-2005. Montevideo: Ediciones
de la Banda Oriental. (pp. 7-45)
-Guattati, F. (1995) El capitalismo mundial integrado y la revolucion molecular. En G. Kaminsky (Comp.) Guattari:
Cartografías del deseo. Buenos Aires: La Marca (pp. 17-35)
Historia de la Psicología
Teniendo todas estas cuestiones presentes, podríamos considerar que el propósito básico de este libro es ofrecer
unos contenidos que permitan al lector, en primer lugar, entender las condiciones históricas, filosóficas y
científicas que posibilitan la constitución de la disciplina en el siglo xix; y, en segundo lugar, conocer las diferentes
vías de desarrollo que sigue, tanto en el sentido de las diferentes corrientes y escuelas que se proponen desde un
primer momento, con sus respectivas bases teóricas, como sus sucesivas derivas y las diferentes aplicaciones con
las que se irá engranando en la sociedad. De esta forma, esperamos ofrecer un panorama más o menos global que
ayude a dar sentido a la fragmentación de contenidos y propuestas teóricas a las que solemos enfrentarnos
cuando oteamos el paisaje de lo psicológico. Esperamos así dotar al estudiante de unas herramientas con las que
poder posicionarse críticamente en el complejo paisaje de la psicología, afectado por lo que se ha dado en llamar
un pluralismo epistemológico crónico o crítico y, en último término, constitutivo de la disciplina (diferentes
perspectivas al respecto pueden consultarse en Blanco, 2002; Ferreira, 2010; Gergen, 2010; Parker, 2010; Pinillos,
1962; y Richards, 2002). También, esperamos abrir una reflexión acerca del ambivalente lugar ocupado por la
psicología en el conjunto de las ciencias, desde las primeras disquisiciones de Kant sobre el lugar de la psicología
empírica y el doble programa de Wundt, hasta la progresiva deriva neurocientífica de la investigación en
psicología. A este respecto, y retomando algunas de las inquietudes con las que iniciábamos esta introducción,
cabe señalar por ejemplo que la adscripción, cada vez más generalizada, de la psicología al área de las Ciencias de
la Salud otorga a la vertiente clínica un lugar preponderante entre las diferentes áreas de investigación.
Ciertamente, se recoge con ello una supuesta demanda social, al tratarse de la práctica más popular y solicitada en
nuestros días, en parte probablemente por el gran impacto mediático y cultural de las terapias psicoanalíticas
(marginadas sin embargo desde el ámbito académico por su presunta falta de cientificidad). Pero la centralidad de
la cuestión sanitaria impone sobre el conjunto de la investigación una mirada que, por más laxa que sea la
definición de salud que ofrece la Organización Mundial de la Salud, que se refiere a un bienestar físico, psicológico
y social, no deja de distorsionar muchas líneas de investigación, no directamente ligadas a esa dimensión clínica.
IntroduccIón
Adicionalmente, cabe señalar que esta adscripción sanitaria de la psicología no repercute sólo sobre el predominio
de la práctica clínica o terapéutica, sino que apuntala también una mayor apertura a una investigación básica de
carácter biológico, especialmente ligada a la genética y las neurociencias —ciencias naturales de las que una buena
parte de la psicología no deja de sentirse algo así como la acomplejada «hermana menor»—. Se dan aquí
nuevamente una serie de paradojas importantes, especialmente en la medida en que las modernas neurociencias,
que empiezan su despegue a partir de los años sesenta reuniendo a científicos de múltiples ámbitos (matemática,
física, química, cibernética, farmacología, etc.), estudian los procesos cerebrales en un plano molecular, en
términos biofísicos, químicos y eléctricos no traducibles al plano psicológico (Rose y Abi-Rached, 2013). Como
venimos señalando, este tipo de cuestiones configura buena parte del horizonte de sentido actual de lo que se
relatará a partir de aquí, y de hecho volveremos sobre ellas en el epílogo. En todo caso, el relato histórico que
ofrecemos también está trufado de claves para poder observar la psicología actual desde otros muchos puntos de
vista, algunos, esperamos, especialmente críticos, reveladores y enriquecedores a la hora de pensar en
alternativas teóricas y prácticas.
Sería injusto cerrar esta introducción sin reconocer la ayuda y apoyo que nos han ofrecido muchos amigos y
compañeros. La redacción de este libro ha sido una labor larga y ardua que ha ocupado buena parte del tiempo de
los autores estos últimos años. A estas alturas, nuestra memoria histórica alcanza a recordar los consejos,
correcciones y opiniones de Elena Battaner Moro, Florentino Blanco Trejo, Saulo de Freitas Araujo, Rubén Gómez
Soriano, Fania Herrero González, Álvaro Pazos Garciandía, Alberto Rosa Rivero y José Carlos Sánchez González.
También habría que incluir en esta lista a los numerosos alumnos y tutores del Grado de Psicología de la UNED que
con sus preguntas y apreciaciones nos ayudaron a aquilatar la primera versión divulgada de este texto. Muchas de
las mejores cosas que siguen a continuación se deberán a ellos. Los errores son, naturalmente, exclusiva
responsabilidad de los autores.
MÓDULO 3
La historiografía de la psicología alcanzó una cierta madurez en los últimos tiempos. Al debilitarse el antiguo
mandato, según el cual la historia debe justificar las perspectivas disciplinarias actuales, se amplió el panorama
para la reflexión sobre las tareas del historiador. Los debates recientes sobre este tema parecen haber dado por
resultado un acuerdo relativamente amplio sobre el hecho de que una historiografía no justificacionista debería de
alguna manera ser “crítica” (WOODWARD, 1980).
Con respecto a la noción de historiografía crítica, parece factible distinguir al menos entre dos sentidos amplios en
los que puede emplearse esta noción: sentido débil y sentido fuerte: el primero constituye en cierta forma un
grado de acuerdo mínimo sin el cual no tiene sentido hablar de una historiografía crítica, mientras que el segundo
implica compromisos teóricos que van mucho más allá de ese nivel mínimo. Debe destacarse que cuando se habla
de “historia crítica” no es el nivel táctico el que se tiene en mente, sino la estrategia general de la investigación
histórica.
El compromiso con una historiografía crítica, supone adoptar una postura frente a por lo menos tres coordenadas
que conforman el marco inmediato de la actividad del historiador. La primera, está constituida por las autoridades
y las fuentes históricas tradicionales. Una historiografía crítica resulta incompatible con la aceptación ciega de los
prejuicios tradicionales. La segunda, una historiografía crítica, por supuesto, debe ir más allá y adoptar una actitud
crítica y autorreflexiva también dirigida a sus propios esfuerzos. Por lo tanto, la historia crítica parece incluir la idea
de que poner de manifiesto las relaciones históricas no constituye un ejercicio sin problemas, sino que depende de
manera crucial de las suposiciones y los compromisos del historiador. Y por último, es imposible hablar de una
historia crítica a menos que la actitud crítica se extienda a la disciplina misma el objetivo de una historia crítica
entraña un intento consciente de evitar dar por sentados los prejuicios actuales y usarlos como parámetro
ahistórico según el cual se debe juzgar el pasado (cf. HARRIS, 1980).
Resulta básico reconocer con claridad una divergencia fundamental entre la historia crítica y el naturalismo
ingenuo. De acuerdo con este último, la psicología simplemente encuentra sus objetos en el mundo natural. De
esta manera, su historia se convierte en la crónica de cómo una serie de descubridores hallaron una serie de
objetos. Por el contrario, un enfoque crítico debe considerar que es un problema precisamente lo que se aceptaba
sin reparos desde el punto de vista tradicional.
Los objetos como “la inteligencia”, las “actitudes” o la “personalidad”, no se dan en la naturaleza como materias
dadas sino que son el producto de una construcción humana.
Existe una versión subjetivista del naturalismo que considera que los objetos psicológicos no se encuentran en la
naturaleza objetiva sino en la mente de figuras históricas específicas. Generalmente, las distinciones tajantes entre
el “contexto de descubrimiento” y el “contexto de justificación” brindan una excusa para negarse a someter el
primero al estudio crítico. Así, los nuevos conceptos se convierten en una especie de mutación biológica que
carece de dimensión social. En la medida en que se sostiene que los conceptos se les ocurren a los individuos,
aquellos parecen surgir sin actividad humana, como otros hechos naturales. Sólo cuando las ideas se analizan
desde el principio como construcciones humanas producidas por agentes sociales en condiciones históricas
especificas contamos con un marco aplicable a una historia crítica (ver BEM, 1983). En consecuencia, los objetos
de psicología históricamente constituidos deben analizarse en relación con la actividad constructiva de la que son
producto.
Lo que resulta importante desde el punto de vista de la historia crítica es el estudio de la relación entre tales
actividades constructivas y la naturaleza de los objetos que ellas producen. Por lo tanto, los orígenes de los
cambios significativos en los objetos deben buscarse en los cambios en las actividades que los produjeron.
Debemos rechazar la idea de que las respuestas a los problemas históricos pueden encontrarse en acciones e
intenciones específicas de individuos históricos concretos. Las autorrepresentaciones de los actores históricos
individuales son producto de la reflexión de los actores sobre sus propios actos (GIDDENS, 1979), y no deben
confundirse con la realidad no reflexionada de su actividad constituyente de objetos.
En general, la autorrepresentación de los experimentadores, no toma en cuenta el hecho fundamental de que los
experimentos psicológicos implican un sistema social que está sujeto al cambio histórico al igual que cualquier otro
sistema social, y que deja constancia de su cambio en documentos publicados (DANZIGER, 1981).
El compromiso del historiador crítico con un tipo de análisis que profundiza más allá del nivel de
autorrepresentación de los actores históricos individuales tiene implicaciones importantes para el análisis de la
estructura de las actividades que generan conocimiento. Tales actividades suelen tener lugar en un contexto de
resolución de problemas. Resulta muy sensato, al examinar las actividades que generan objetos, buscar las
situaciones-problema que generaron las actividades mismas.
Es necesario hacer una distinción entre los problemas que se plantea un actor histórico y la problemática dentro
de la que opera. Los problemas que aborda conscientemente tienden a ser de tipo específico, con frecuencia
técnico. Una problemática define los esquemas, las imágenes, las metáforas en términos de las que se formulan
los problemas específicos, y por lo tanto limita la gama de preguntas posibles dentro de su ámbito. Como estas
preguntas son las que generan las actividades constructivas que producen objetos psicológicos que tienen lugar en
la historia, el análisis de la constitución de tales objetos debe continuarse hasta llegar a la problemática dentro de
la que surgen.
Es posible que los problemas específicos sean formulados por actores históricos individuales, pero una
problemática no es nunca propiedad de un único individuo, surge en el curso de la interacción social; implica las
formas en que los individuos se comunican sobre problemas compartidos. Una problemática es un aspecto de la
vida social. Esto presenta consecuencias de largo alcance. Una de ellas deriva del hecho de que una problemática
no funciona como una forma inerte, sino como un proceso generador; configura problemas específicos y
actividades constituyentes de objetos. Por consiguiente, en última instancia, no son los actores individuales los
que funcionan como sujetos históricos, sino los grupos que comparten una misma problemática.
Para operar la historia crítica en sentido fuerte tiene que concebir, de alguna manera, a los “sujetos colectivos”.
Esto no significa que debe dejar de lado a los sujetos individuales.
El modelo del actor individual sujeto a las “influencias” sociales constituye todavía un modelo naturalista;
constituye una actitud no crítica aceptar, sin mayor reflexión, que esta forma es el paradigma según el cual debe
comprenderse y analizarse toda acción histórica (ver MORAWSKI, 1981).
La problemática que proporciona la base de la actividad del individuo es una estructura abierta que define un
áreaproblema y prescribe la naturaleza general de las soluciones aceptables. No es simplemente un conjunto de
categorías cognitivas, sino siempre una expresión de intereses sociales. La existencia de una situación-problema
implica interés por algún tipo de solución. Sólo en la medida en que una problemática implica interés en una
solución, puede servir como fuente de nuevos productos intelectuales o técnicos. Pero tales intereses siempre
adoptan una forma especifica que determinan las clases de objetos que pueden considerarse elegibles para
resolver el problema.
La historia crítica en sentido fuerte involucra rechazar la idea de “cognición pura”, y además, reconocer el papel
fundamental que desempeñan los “intereses constituyentes de conocimiento”.
Las actividades constituyentes de objetos psicológicos también presentan un aspecto socialmente reproductivo.
Dichas actividades dependen de los productos de las actividades de generaciones anteriores que en gran parte se
dan por sentadas. Debe reconocerse que la reproducción de clases específicas de conceptos y prácticas implica
intereses sociales.
Siguiendo con nuestro estudio, el análisis crítico en sentido débil, se basa en una separación dualista de estos
aspectos en, de manera que la cuestión pasa a tener que ver con las “influencias” sociales sobre productos sociales
o en la distribución de la influencia entre factores “externos” e “internos”. Queda claro, que esta analogía espacial
esencialmente fisicalista con un exterior y un interior, pertenece al lenguaje del naturalismo y resulta inadecuada
en un contexto crítico. El objeto de estudio de una historia crítica no está compuesto por cuerpos inertes sino por
actividades humanas en las que los aspectos sociales y los individuales son inseparables. Las actividades
constituyentes de objetos psicológicos son sociales tanto como son intelectuales.
Los conceptos que tiene que emplear la historia crítica cuando trata de dar una explicación metahistórica de su
objeto de estudio, son conceptos que expresan la unidad de los aspectos sociales y los intelectuales. El concepto
de problemática, por ejemplo, pertenece a esta categoría. El hecho de que el aspecto psicológico y el social no son
independientes uno del otro, no significa que uno sea la causa del otro. Más bien, al abordar una problemática en
particular, los sujetos históricos abordan simultáneamente aspectos psicológicos y sociales
Otro ejemplo de un concepto que expresa la unidad de los aspectos sociales e intelectuales es el concepto de
“intereses intelectuales” (DANZIGER, 1979). Estos intereses implican la definición de los objetivos científicos que a
la vez expresa ciertos intereses sociales. Son objetivos que tienden a legitimar ciertas clases de actividad en
relación con los que controlan los recursos que dichas actividades requieren. Pero para la historia crítica el desafío
radica en desarrollar modos de análisis que no perpetúen la separación artificial entre el “contenido” intelectual y
las “condiciones” sociales la definición de la historia crítica debe encararse en términos de la definición de sus
tareas y desafíos.
Epistemología institucional
Hay algo característico sobre las condiciones que hicieron posible la producción de las verdades psicológicas. La
epistemología psicológica es, en muchos sentidos, una epistemología institucional: las reglas mismas que
determinan lo que puede considerarse conocimiento están estructuradas por las relaciones institucionales en las
cuales cobraron forma.
Foucault utilizó la noción de superficies de emergencia para estudiar los aparatos dentro de los cuales se
condensaron los espacios de dificultades o problemas que más tarde habrían de racionalizarse, codificarse y
teorizarse en términos tales como enfermedad, alienación, demencia, neurosis. Tales aparatos, como por ej. La
familia, la situación laboral, la comunidad religiosa, tienen ciertas características: son normativos y, por lo tanto,
sensibles a la desviación; constituyen el eje de la actividad de las autoridades.
En lo concerniente a la psicología, dentro de la cárcel, la sala del tribunal, la fábrica, el aula (espacios
institucionales que reunían a las personas y las juzgaban en términos de exigencias organizacionales tales como la
puntualidad y la obediencia), se formaron los objetos que la psicología buscaría hacer inteligibles. La psicología se
disciplinó a través de la codificación de las vicisitudes de la conducta individual. Dentro de tales aparatos, la
psicología se alinearía con los sistemas de visibilidad institucionales.
Por lo tanto, el poder de la psicología provino inicialmente de su capacidad para organizar, simplificar y racionalizar
terrenos de la individualidad y de la diferencia humana que surgieron en el transcurso de proyectos institucionales
de cura, reforma, castigo, administración, pedagogía, etc. Pero, al simplificarlos, los transforma en aspectos
fundamentales.
La “disciplinarización” de la psicología estuvo característicamente ligada a la psicologización de una serie de
espacios y prácticas diferentes en las que la psicología llego a impregnar, e incluso a dominar otras maneras de
formar, organizar e implementar verdades acerca de las personas. La producción de los “efectos de verdad”
psicológicos esta intrínsecamente relacionada con el proceso mediante el cual una serie de campos, espacios,
problemas, prácticas y actividades “se volvieron psicológicas”. Se vuelven psicológicas en el sentido de que se
problematizan.
LA TEKENE DE LA PSICOLOGIA (tekene = arte)
Podemos destacar tres dimensiones de las relaciones entre la psicología, el poder y la subjetividad.
1. Una trasformación de la lógica y los programas de gobierno 2. Una trasformación de la legitimidad de la
autoridad 3. Una trasformación de la ética.
La tekné de la psicología
Supongamos que consideramos a la psicología como cierta forma de vida, un modo de proceder o de actuar sobre
el mundo. Entonces, podríamos tratar de identificar lo que podría denominarse la tekné de la psicología: sus
características distintivas como técnica, arte, práctica y conjunto de dispositivos. Ahora destacaré sólo 3 aspectos
de esta tekné, tres dimensiones de las relaciones entre la psicología, el poder y la subjetividad: Primero una
transformación de la lógica y los programas de gobierno, segundo una transformación de la legitimidad de la
autoridad y tercero una transformación de la ética.
Gobierno
Cuando hablo de gobierno me refiero a cierto modo de pensar acerca del poder político y de intentar ejercerlo. En
el transcurso del SXX, las normas, los valores, las imágenes y las técnicas psicológicas llegaron a moldear cada vez
más la manera en que las diversas autoridades sociales piensan acerca de las personas, sus defectos y sus virtudes,
su estado de salud y enfermedad, su normalidad y su patología. Se incorporaron objetivos construidos en términos
psicológicos (normalidad, adaptación, realización) a los programas, sueños y esquemas para regular la conducta
humana. La administración del as personas tomó un tinte psicológico desde lo macro (los aparatos de bienestar, de
seguridad y de reglamentación laboral) hasta lo micro (el lugar de trabajo, la familia, la escuela, el ejército, la sala
de un tribunal, la cárcel o el hospital). Es decir que las estrategias, los programas, las técnicas y los dispositivos, así
como las reflexiones sobre la administración de la conducta que Foucault denomina gubernamentalidad o,
simplemente gobierno, se psicologizaron cada vez más. El ejercicio de las formas modernas de poder político ha
quedado vinculado intrínsecamente a un conocimiento de la subjetividad humana.
Autoridad
En primer lugar, la misma psicología generó una serie de nuevas autoridades sociales cuyo campo de operación de
la conducción de la conducta, la administración de la subjetividad. En segundo lugar, y tal vez más importante, la
psicología estuvo estrechamente ligada a la constitución de una serie de objetos y problemas nuevos sobre los que
se puede ejercer legítimamente la autoridad social; y tal legitimidad se funda en creencias sobre el conocimiento,
la objetividad y al cientificidad.
En tercer lugar, la impregnación de los sistemas de autoridad preexistentes por parte de la psicología (el
comandante en el ejército, la maestra en la escuela, el gerente en la fábrica, etc.) los transformó. Estas formas de
autoridad adquieren fundamento ético al impregnarse de las técnicas atribuibles a la psicología, y a la vez se
transforma la naturaleza del ejercicio de la autoridad que ya no es tanto una cuestión de ordenar, controlar y
exigir obediencia y lealtad, sino de mejorar la capacidad de los individuos para ejercer autoridad sobre ellos
mismos: mejorar la capacidad de los alumnos, los empleados, los prisioneros o los soldados.
Ética
Los discursos, las técnicas y las normas cambiantes que intentaron actuar sobre los detalles de la conducta, el
comportamiento y la subjetividad humanas (no sólo los modales sino también los deseos y los valores) se ubican
en el campo de la ética.
Durante los últimos 50 años, los lenguajes, las técnicas y el personal de la psicología afectaron y transformaron el
modo en que se instó e incitó a los seres humanos a convertirse en seres éticos: seres que se definen y se regulan
según un código moral, que establecen preceptos para conducir y juzgar su vida, y que aceptan o rechazan ciertas
metas morales para sí mismos.
Por un lado la persona quedó abierta, de distintas maneras, a las intervenciones conducidas en nombre de la
subjetividad: el sujeto calculable, provisto de características relativamente estables, definibles, cuantificables,
lineales y con distribución normal (los dominios de la inteligencia, la personalidad, la aptitud, etc.); el sujeto
motivado, dotado de una dinámica orientación interna hacia el mundo, con necesidades por modelar y satisfacer;
el sujeto social, que busca solidaridad, seguridad y un sentimiento de valor; el sujeto cognitivo, en busca del
sentido, guiado a través del mundo por las creencias y las actitudes; el sujeto psicodinámico, impulsado por
fuerzas y conflictos inconscientes: el sujeto creativo, que lucha por alcanzar la autonomía a través de la realización
y la elección, y le da significado a su existencia por medio del ejercicio de su libertad. Pero la condición de
posibilidad para cada versión de sujeto contemporáneo es el nacimiento de la persona como un yo psicológico, la
apertura de un espacio de objetividad ubicado en un orden moral interno, entre la fisiología y la conducta: una
zona interior con sus propias leyes y procesos que constituye un campo posible para un conocimiento positivo y
una técnica racional.
Por otro lado, distintos fragmentos y componentes de las disciplinas psi se incorporaron al repertorio ético de los
individuos, al lenguaje que los individuos utilizan para hablar de ellos mismos y de su propia conducta, para juzgar
y evaluar su existencia, para dar significado a su vida y para actuar sobre sí mismos; hecho que transforma aquello
que denomino, siguiendo a Foucault, nuestra “relación con nosotros mismos”
La meta de una historia crítica de la psicología sería hacer visibles las relaciones profundamente ambiguas entre
la ética de la subjetividad, las verdades de la psicología y el ejercicio del poder.
Clase del 1º de Febrero de 1978. En: Seguridad, territorio, población. Foucault. MÓDULO 4 El
problema del gobierno en el siglo XVI:
Tanto en la Edad Media como en la Antigüedad grecorromana, nunca faltaron esos tratados que se
presentaban como consejos al príncipe en cuanto a la manera de conducirse, de ejercer el poder, de
conquistar la aceptación o el respeto de los súbditos.
A partir del siglo XVI hasta fines del siglo XVIII, vemos el florecimiento y desarrollo de una serie
considerable de tratados que ya no se muestran exactamente como consejos al príncipe y tampoco,
aún, como ciencia de la política, sino que se presentan como artes de gobernar.
En términos generales, el problema del “gobierno” estalla en el siglo XVI, abarcando muchas cuestiones
diferentes como por ejemplo el problema del gobierno de sí mismo.
El retorno al estoicismo gira, en el siglo XVI, alrededor de esta reactualización del problema: cómo
gobernarse a sí mismo. El gobierno de las almas y las conductas, fue el problema de la pastoral católica y
protestante. Por otro lado, el problema del gobierno de los niños. Y, por último, tal vez, el gobierno de
los Estados por los príncipes.
¿Cómo gobernarse, cómo ser gobernado, cómo gobernar a los otros, etc.?
Estos problemas se dan en el marco de un entrecruzamiento de dos procesos. Por un lado, el proceso
que, al deshacer las estructuras feudales, introduce los grandes Estados territoriales, administrativos y
coloniales; por otro, una puesta en cuestión de la manera de ser espiritualmente dirigida en esta Tierra
hacia la salvación. Es decir, movimiento de concentración estatal por un lado y disidencia religiosa, por
otro.
La problemática global del gobierno en general es el rasgo dominante de esta cuestión del gobierno en
el siglo XVI.
Durante este período se desarrolla una gran cantidad de literatura sobre el gobierno, de los cuales
destaca [Foucault] aquellos que identifican los puntos concernientes a la definición misma de lo que se
entiende por gobierno del Estado, es decir, el gobierno en su forma política.
Opone esa masa de literatura sobre el gobierno con El príncipe de Maquiavelo, que del siglo XVI al siglo
XVIII implicó un punto de repulsión para esa literatura.
El príncipe de Maquiavelo:
Esa literatura anti-Maquiavelo es una representación por contraste del pensamiento del propio
Maquiavelo.
Para Maquiavelo, el príncipe mantiene una relación de singularidad y exterioridad, de trascendencia con
su principado. El príncipe de Maquiavelo recibe su principado, es exterior a él. El lazo que lo une a su
principado es un lazo de violencia o de tradición. Al ser de exterioridad, la relación es frágil y no va a
dejar de estar amenazada. El ejercicio del poder va a tener como objetivo mantener, fortalecer y
proteger el principado. Se tratará de proteger en tanto la relación del príncipe con su posesión, lo que
debe protegerse es ese principado como relación de ese príncipe con sus súbditos y su territorio.
El arte de gobernar de Maquiavelo tiene como objetivo ese lazo frágil del príncipe con su principado.
A grandes rasgos, El príncipe de Maquiavelo, es en esencia un tratado de la habilidad del príncipe para
conservar su principado.
El arte de gobernar, distinto de la mera habilidad del príncipe:
La literatura antimaquiaveliana quiere sustituir ese tratado de la habilidad del príncipe, por algo distinto
y novedoso, que es un arte de gobernar. Ser hábil para conservar su principado no es en absoluto
poseer el arte de gobernar.
Foucault toma un texto anti-maquiavelo para ejemplificar, este texto surgió en 1555.
En primer lugar, La Perrière define por “gobernar” y “gobernante” lo siguiente “Puede llamarse
gobernante a todo monarca, emperador, rey, príncipe, señor, magistrado, juez y similares”.
Lo que se plantea aquí, a diferencia de con Maquiavelo en donde se tenía un único gobernante, es la
multiplicidad del gobierno.
Se ve que las prácticas del gobierno son múltiples: el padre de familia, el superior de un convento, el
pedagogo, etc. Hay en consecuencia muchos gobiernos, entre los cuales el del príncipe es una
modalidad entre otras. Por otra parte, todos esos gobiernos son interiores a la sociedad misma o al
Estado.
La Mothe Le Vayer dirá que hay tres tipos de gobierno: el gobierno de sí mismo, que depende de la
moral; el arte de gobernar una familia, que depende de la economía; y, por último, la “ciencia de
gobernar bien” el Estado, que depende de la política.
Esto marca una continuidad esencial de una a otra entre la segunda y la tercera. En las artes de gobernar
es preciso señalar la continuidad ascendente y descendente. Ascendente en el sentido de que quien
pretende ser capaz de gobernar el estado debe saber ante todo gobernarse a sí mismo, en otro nivel a
su familia, sus bienes y propiedades, y por último llegará a gobernar al Estado. La continuidad
descendente en el sentido de que, cuando un Estado está bien gobernado, los padres de familia saben
gobernar bien sus hogares y los individuos también se dirigen como corresponde. Esta línea
descendente es lo que comienza a en esa época denominarse como “policía”.
La introducción de la economía dentro del ejercicio político será la apuesta esencial del gobierno.
Gobernar un Estado será, poner en acción la economía; ejercer una forma de vigilancia, de control,
análoga al del padre de familia sobre la gente de la casa.
En el texto de La Perrière encontramos la siguiente frase: “Gobierno es la recta disposición de las cosas,
de las cuales es menester hacerse cargo para conducirlos hasta el fin oportuno”. Para el Príncipe de
Maquiavelo, el blanco del poder es el territorio y, por otra parte, la gente que lo habita.
En el texto de La Perrière se gobiernan cosas. Se trata de mostrar que el gobierno no se relaciona con el
territorio, sino con el entramado de las personas y las cosas. Se debe encargar no solo de los hombres,
sino también de sus relaciones. Lo esencial entonces, es el complejo de hombres y cosas, mientras que
el territorio y la propiedad son variables de la misma.
El gobierno, por lo tanto, tiene una finalidad, dispone las cosas, y las dispone para un fin.
Regresión de la ley en beneficio de tácticas diversas:
Un soberano no debe tener nada por ventajoso para sí mismo, si no lo es también para el Estado. El bien
público es en esencia la obediencia a la ley, la ley del soberano en esta tierra o la ley del soberano
absoluto, Dios.
Lo que caracteriza el fin de la soberanía es la sumisión a esa ley. El bien que se propone la soberanía es
que la gente obedezca a la soberanía misma (fin circular).
La Perrière redefine esta postura. No se refiere el autor a un “bien común”, sino a un “fin oportuno”, fin
oportuno para cada una de esas cosas que deben gobernarse. Tenemos ahí una pluralidad de fines.
Ahora, no se tratará de imponer una ley a los hombres, sino de disponer cosas, es decir, utilizar tácticas
y no leyes, o utilizar al máximo las leyes como tácticas.
De esta forma, el fin del gobierno está en las cosas que dirige. La ley no es en verdad el principal
instrumento.
Los obstáculos históricos e institucionales a la puesta en acción de ese arte de gobernar hasta el siglo
XVIII:
La teoría del arte de gobernar, estuvo ligada desde el siglo XVI, a todas las transformaciones del aparato
administrativo de las monarquías territoriales; pero también estaba ligada a un conjunto de análisis y
saberes que se desarrollaron desde fines de este siglo, cobrando toda su amplitud en el siglo XVII.
Esencialmente, el conocimiento del estado en sus diferentes datos, es decir, la estadística.
Esa búsqueda del arte de gobernar está correlacionada con el mercantilismo y el camerismo, que son
esfuerzos para racionalizar el ejercicio de gobierno, a través de los conocimientos adquiridos gracias a la
estadística.
El arte de gobernar no pudo asumir su amplitud y consistencia antes del siglo XVIII, debido a que quedó
encasillada en las formas de la monarquía administrativa.
Uno de los obstáculos, fueron las razones históricas. El arte de gobernar, solo podía desplegarse en un
marco de expansión, al margen de las grandes urgencias militares, económicas y políticas que azotaron
ese siglo de principio a fin. También, la preponderancia del problema del ejercicio de la soberanía, a la
vez como cuestión teórica y como principio de organización política, fue un factor fundamental en el
bloqueo del arte de gobernar.
Por un lado, el modelo demasiado rígido de la soberanía, por otro, el modelo débil e inconsciente de la
familia. Había un bloqueo por parte de la economía, que en esa época solo se refería al modelo de la
familia. El arte de gobernar no podía encontrar su propia dimensión.
El desbloqueo del arte de gobernar, estuvo ligado al surgimiento del problema de la población.
La población aparecerá como meta última del gobierno, esta se manifiesta ya no como el poderío del
soberano, sino como el fin y el instrumento de gobierno. Será el objeto que el gobierno deberá tener en
cuenta en sus observaciones y su saber para lograr gobernar de manera racional y meditada.
El triángulo gobierno-economía-política:
El poder regional alcanzó su mayor autonomía bajo la presidencia de Lorenzo Batlle. Ante la ausencia de
un jefe nacional de prestigio, desapareció el único factor aglutinante de los partidos políticos
tradicionales. El partido Colorado se fragmentó según los caudillos locales.
Los caudillos siempre habían sido un factor de poder con el cual los presidentes debieron contar. Esto
era un hecho que tenía su fuente en la debilidad del poder central. Se da una desestimación del poder
del gobierno.
Entre 1868 y 1869 se pronunciaron los caudillos colorados, poniendo en jaque la autoridad presidencial
montevideana.
Los sucesos que se debatían en ese momento, ponían en evidencia la falta de autoridad del gobierno
central.
Los jóvenes cultos colorados ni siquiera eran afines al presidente. Lo atacaban por su debilidad para con
los caudillos.
Batlle fue electo en una caldeada atmósfera política en que el odio a los blancos constituyó el factor
aglutinante del Partido Colorado.
Los blancos tenían serias dudas sobre el propósito de Batlle de gobernar con equidad y justicia para
todos. El partido de Oribe se consideraba expulsado del poder por la revolución de Flores y no reconocía
la legitimidad de las elecciones por fraudulentas.
La política de partido engendró una respuesta violenta: la llamada “Revolución de las lanzas”, conducida
por el caudillo blanco Timoteo Aparicio. El enfrentamiento duró dos años, considerándose junto a la
Guerra Grande, el mayor conflicto civil del siglo XIX uruguayo.
Fue en esta revolución que por vez primera el partido opositor generó la opinión pública un esbozo de
programa político.
Ante la revolución blanca el Partido Colorado se unificó, pero la larga guerra provocó un cambio en el
ambiente político, ya visible en 1871 y 1872.
Estancieros, agricultores y comerciantes se quejaban de los destrozos causados por los ejércitos. Los
extranjeros pedían a sus gobiernos que nuestro Estado fuese pacificado.
Al no haberse podido efectuar las elecciones previstas debido al desorden reinante, en marzo de 1872,
quedó como presidente Tomás Gomensoro, quien inauguró la denominada política de coparticipación.
El 6 de abril de 1872 el gobierno firmó la paz con los revolucionarios.
En la Paz de Abril, se estipuló que los blancos obtendrían cuatro jefaturas políticas. Esto les permitió a
los blancos el acceso a las Cámaras. También les otorgó injerencia en el Poder Ejecutivo, porque
limitaron la autoridad del presidente.
Se partía de un hecho: la imposibilidad de purificar el acto electoral ante la injerencia de los jefes
políticos. Estos, al serlo también de policía, tenían la facultad de calificar a los ciudadanos, y, por tanto,
de atribuirles hábitos de vagancia, analfabetismo, etc., todas causales que impedían el voto de acuerdo
con la Constitución de 1830.
Al finalizar la Revolución de las Lanzas en abril de 1872, la nación se encontró en una situación parecida
a la vivida al concluir la Guerra Grande.
El país atravesó una dramática situación económica y financiera. Las clases altas urbana y rural exigían el
orden.
Fueron los jóvenes cultos montevideanos, la mayoría estudiantes o recién egresados de nuestra
Universidad, blancos y colorados por igual, los que protagonizaron un movimiento político -el
principismo- de repulsa a las facciones tradicionales y los caudillos. Acusaban a los caudillos de ser los
causantes de los sangrientos conflictos, así como también lo hacían los comerciantes reunidos en la
Bolsa de Comercio, y los ricos hacendados en la Asociación Rural del Uruguay. Principistas y clases altas
diferían radicalmente acerca de los medios a utilizarse para obtener el tan ansiado orden.
Para los universitarios, el orden sería el fruto del respeto a la Constitución, los garantes individuales y el
sufragio libre. Para las clases altas, el orden solo podía brindarlo un gobierno fuerte. El principismo no
conformó a los sectores de riqueza.
José Pedro Ramírez definió en pocas palabras la idea central del principismo: “La libertad como principio,
la libertad como medio, la libertad como fin”.
Por un lado, los jóvenes extremistas formaron un nuevo partido, que erradicara todo sentido de
tradición. En mayo de 1872, se formó el Partido Radical. Entre sus más notables figuras, se encontraba
José Pedro Varela.
Otros jóvenes creyeron que fuera del partido correspondiente, no se podría imponer el programa
liberal; fue así como se formó el “Club Nacional” en el Partido Blanco y el “Club Libertad” en los
Colorados (con José Pedro Ramírez y Julio Herrera y Obes a la cabeza).
En el año 1872 (año electivo), los caudillos colorados adquirieron el nombre de candomberos.
Diputados y Senadores colorados caudillistas dieron su voto a Ellauri, quien irónicamente era más
cercano a los principistas en materia ideológica.
Era un presidente débil que dejó (o intentó dejar) el poder dos veces.
El principismo reinó frente a los críticos circunstancias, más tuvieron dos errores fundamentales: 1) la
sistemática desconfianza frente al Estado; 2) El descuido consciente los problemas materiales. La
desconfianza frente al Estado no tenía razón de ser en un país como el nuestro, donde aún no estaba
formado el concepto de poder político.
Para los principistas se trataba de transformar primero al hombre, por medio de la razón y la ley, para
luego cambiar, mediante este hombre, a la sociedad.
• La lucha entre principistas y “candomberos”: Caída de Ellauri y gobierno de Pedro Varela: 1875.
En 1875 seguía la lucha entre los dos bandos. Durante el gobierno de Ellauri, principistas blancos y
colorados trabajaron juntos. Para ellos, los caudillos representaban la barbarie, y por encima de eso, se
rodeaban de un populacho rural o suburbano que los convertía en agentes peligrosos de perturbación.
La lucha contra los caudillos era más que nada social.
La lucha entre estos dos grupos tuvo su primer acto en enero de 1875 y culminó con la caída del
gobierno de Ellauri. Todos los principistas se unieron por la candidatura de José Pedro Varela.
El nuevo gobierno fue “Candombero” porque el ejército así lo decidió. Ocupó la presidencia Pedro Varela
con quien el caudillismo retornó al poder para vengarse.
El “Candombe” en el poder se fue desgastando, teniendo que recurrir al ejército para imponer orden,
dejando clara su dependencia de este.
La crisis económico-social:
Varios aspectos de la crisis económica tienen su origen en el desorden que vivió el país desde 1886 y
1875. Existía, como principal problemática, una inestabilidad monetaria y dificultades financieras en el
Estado.
El oro nos abandonaba, y sobre él habíamos basado nuestra circulación monetaria. Además, el país
existía por encima de su capacidad productiva.
Comprábamos más por a) el aumento de población y b) porque nuestras clases altas, en especial los
montevideanos, adquirieron hábitos que la nación no estaba en condiciones de pagar.
Tanto José Pedro Varela como la asociación rural estaban indignados; producíamos a la uruguaya, pero
consumíamos a la francesa.
La evolución de la economía mundial se tornó desfavorable para los orientales. Cuando finalizó la Guerra
de Sucesión en 1865, el sur volvió a producir algodón, haciéndole competencia a la lana, descendiendo
así la cotización de la lana “de Montevideo”. Además, el gobierno de los Estados Unidos se volcó a la
protección de las industrias, mediante trabas aduaneras a la importación de tejidos europeos. Europa ya
no contó más con ese inmenso mercado, pues la industria estadounidense lo satisfizo. Esto restringió las
compras francesas, alemanas y belgas de materia prima uruguaya.
Los cueros también siguieron esa tendencia, aunque la baja fue menos pronunciada.
La crisis tuvo como motivaciones fundamentales el descenso de precios y, sobre todo, la baja en la
producción.
La baja en la producción se dio por la caída de la existencia de vacunos y ovinos. Esto se debió al
consumo excesivo de los ejércitos, durante la Revolución de las Lanzas.
El gobierno era incapaz de mantener el orden, por este motivo, Gran Bretaña rompió relaciones con
Uruguay en 1871.
La crisis de producción tiene otra explicación que complementa la anterior, referida a la falta de
experiencia de los hacendados en el manejo de los dos ganados.
La prosperidad que vivió Montevideo durante los años en que fue centro de aprovisionamiento de los
ejércitos aliados, sirvió de base, como hemos ya visto, para el enriquecimiento de los comerciantes, y
para que otros capitalistas se lanzaran a la fundación de nuevas instituciones bancarias. Las necesidades
de dinero aumentaron y por ello se instalaron las casas de crédito.
Se crearon bancos además de los tres ya existentes (Mauá, Comercial, de Londres), estos eran Bancos
Navia, el Italiano, el Oriental y el Banco Montevideano.
Este sistema funcionaría bien mientras se cumplieran las condiciones que a continuación se exponen: A)
Que el gobierno no ligara la suerte de sus finanzas con la de los bancos. B) Que la confianza del público
en los billetes de papel fuese firme.
En junio de 1866 el gobierno debió dictar un decreto de inconversión ante una “corrida” que sufrieron
las principales instituciones. En ese mes ocurrió en Londres el llamado “viernes negro”, día en que una
de las importantes casas bancarias inglesas quebró, afectando así las casas bancarias de Montevideo. b)
La lucha entre “cursistas” y “oristas”
A mediados de 1867 comenzaron a sentirse los primeros síntomas de la crisis económica. Debido a la
situación que se vivía, los embarques de oro hacia el exterior para pagar la deficitoria balanza comercial
se hacían más y más frecuentes. El metal huía y escaseaba, y el metal era la base de las emisiones de
papel moneda de los bancos.
El banco Mauá, por ejemplo, había emitido más papel moneda del permitido por la ley, lo había hecho
para seguirle prestando al gobierno. Se perdió la confianza de los poseedores de billete.
Se siguieron procesos de inconversión y conversión del papel moneda. Esto llevó a la quiebra de los
bancos recientemente creados.
Los “cursistas” sostenían que debía decretarse por cinco años el curso forzoso del papel moneda,
eliminando la conversión a oro. En este grupo se encontraban los bancos quebrados, puesto a que dicha
medida les permitiría sobrevivir. También era sostenida por los deudores del país, estos eran
agricultores, estancieros de clase media y alta, propietarios de campos, pero con insuficiente capital de
dinero, industriales, políticos a quienes los bancos habían prestado dinero.
Los “oristas” se conformaban por los bancos serios y querían que el gobierno reestableciera la
conversión de billetes para que estos volvieran a ser canjeados por oro. Estos bancos serios eran el
Comercial y el de Londres. También fueron oristas los principales comerciantes de Montevideo y algunos
grandes hacendados. Esos comerciantes habían sido fundadores y eran los accionistas del Banco
Comercial; tenían en sus manos el monopolio del oro. También tenían apoyo político.
Latorre tomó el poder el 10 de marzo de 1876, volviendo a coincidir la política, la economía y la sociedad
oriental representada por sus clases altas. Estaban frente a un gobierno fuerte que imponía el orden.
No es eso, sin embargo, lo que natural y lógicamente puede deducirse de las leyes que presiden el
desenvolvimiento de las sociedades. Las transformaciones
sociales son lentas y se producen regularmente. Los cambios en el gobierno influyen de manera
secundaria, sea en el sentido del bien o del mal. Esto sucede porque los gobiernos no son causa del
estado social, sino efecto de ese mismo estado.
Evidente prueba de esta verdad nos ofrece la Francia, la España y las Repúblicas sudamericanas, por una
parte; y la Inglaterra, los Estados Unidos y la misma Alemania, por otra. Los primeros como ejemplos de
países sumidos en crisis, los segundos como aquellos países que supieron sublevarla, teniendo como
herramienta principal la educación.
Sobre Estados Unidos dice: “sus escuelas explican su tranquilidad, su libertad y su grandeza”. Respecto a
las escuelas sudamericanas, afirma Varela que el estado de las mismas explica la situación de anarquía
en la que viven. “Se reconoce su relativa ignorancia, su atraso, su falta de hábitos laboriosos e
industriales”.
No son, pues, los malos gobiernos los que hacen la desgracia permanente de las naciones: es el estado
social de esas mismas naciones el que marca el tipo que deben tener sus gobiernos.
Es erróneo, sin embargo, establecer esa regla de una manera absoluta e invariable, en el sentido de que
todos los gobiernos de un pueblo son iguales, y de que es indiferente quien esté a cargo de dirigir el
estado.
“¿No debiéramos reconocer que la desaparición de los malos gobiernos es imposible, mientras no
desaparezcan los pueblos ignorantes, atrasados y pobres, que los hacen posibles y los explican?”.
Es indudable que los gobiernos pueden concurrir en el sentido del bien o en el del mal; pero su acción es
siempre secundaria, transitoria e inestable. Es en la sociedad misma, en su constitución en sus hábitos,
en su educación y en sus costumbres, donde deben buscarse las causas permanentes y eficientes de la
felicidad o la desgracia de los pueblos.
La intensidad de la crisis económica reconoce causas transitorias y complejas. Sin embargo, se hará foco
sobre lo que constituye habitualmente los rasgos geniales de nuestra fisonomía económica. Las crisis no
desaparecerán, aunque desaparezcan dichas causas transitorias.
La causa más poderosa y constante es la siguiente: la desproporción entre las aspiraciones y los medios.
El deseo de expansión de las naciones europeas ha impulsado una fuerte corriente de emigración hacia
estas tierras. La emigración italiana, francesa y española se ha dirigido principalmente a la América del
Sur, y en esta, por razones fáciles de comprender, a los Estados del Plata.
Con esa corriente de inmigración, con el comercio a que ha dado origen, han llegado “ráfagas
impregnadas del espíritu de esa civilización lujosa y fastuosa”. De esta forma se fue desarrollando la
actividad consumidora, por la adquisición de gustos que son posibles a la sociedad europea por su
capacidad industrial superior.
Varela hace mención al estado de “atraso” de las sociedad italianas y españolas, haciendo referencia a lo
siguiente: “los malos hábitos y las costumbres torpes, que fluyen lógicamente de la ignorancia, sentíase
regrabadas en ellos por la acción enérgica de deformidades sociales, que hallaban su extravío de las
creencias religiosas”.
En vea de encausarles, para aminorar los males de esa población ignorante, se continuó en la República
con la capa de ignorancia, debido a un núcleo débilmente educado.
En cantidades mucho menos, también llegó inmigración inteligente, trayendo al país fuertes capitales
que sirven al comercio y a las grandes empresas, y que llega para dirigirlos.
Al estar en contacto con Europa y Estados Unidos, hemos querido ser como ellos, y hemos copiado sus
consumos excesivos, su lujo faustuoso, etc.; sin copiar a su vez, sus hábitos de trabajo, la industria, ni la
capacidad productora que los hace posibles sin que sean causas de ruina.
Nuestros gustos, nuestros placeres y nuestros gastos, no están en relación ni con nuestro trabajo, ni con
nuestra producción. La producción ha caminado a paso lento, ya que le falta la gran fuerza motriz: la
inteligencia cultivada.
Han aumentado las necesidades ficticias, derivadas no de las exigencias de la naturaleza, sino de la
sociedad. Los hábitos de trabajo, en cambio, no han seguido una progresión correlativa con ese
desarrollo de las necesidades ficticias.
La crisis política como la crisis económica, ha llegado a un grado de extraordinaria intensidad en los
momentos actuales, por causas transitorias que han contribuido y contribuyen a agravarla, pero cuya
desaparición no haría desaparecer la crisis misma.
Las formas de gobierno van haciéndose más complicadas en su mecanismo a medida que se
perfeccionan, exigiendo a la vez más conocimientos y mayor desarrollo en todos los miembros de la
comunidad.
Por una parte, la esfera de acción legítima del individuo se extiende cada vez más limitándose la acción de
la sociedad; por la otra la representación del poder público se divide más y más, y más va haciéndose
responsable al funcionario.
La autoridad, que primitivamente hallábase concentrada en un individuo y que sucesivamente ha ido
extendiéndose a una familia, después a unos pocos y por último a todos, la autoridad se complica en su
ejercicio, en sus atribuciones, y en sus formas.
Se necesitan de conocimientos para usar de la parte que llega a cada uno en esa autoridad que se
delega.
Somos un Estado pequeño y pobre que, además de las exigencias peculiares de la administración
pública, se impone la obligación de satisfacer pretensiones exageradas y de alimentar parásitos.
La situación financiera se reagrava frente a las doctrinas erróneas que se aceptan con respecto a la
manera en como debe proceder el gobierno.
Los individuos cuando proceden bien, arreglan sus gastos según los recursos de qué disponen; la base es
no lo que necesitarían sino lo que tienen. Sin embargo, el Estado calcula lo que necesita, sin preocuparse
de averiguar si tiene o no medios de pagarlo. Así sus necesidades son mayores que sus recursos, de
manera que, el déficit que debiera ser anormal, presentándose solo excepcionalmente y por causas
eventuales, se encuentra siempre como parte integrante e indispensable de nuestros presupuestos.
Tomando el ejemplo de los sueldos altos en los cargos públicos, Varela afirma que “se contraen
compromisos sabiendo de antemano que no habrá como pagarlos después”.
Otro punto es la atribución que se toma el gobierno respecto a las jubilaciones y a las viudedades. El
Estado usurpa atribuciones que no son suyas, suponiendo que él conoce mejor que el individuo lo que a
este le conviene, o lo que es peor, desconoce la eficacia del criterio individual para regular la conducta
de los hombres. En estos casos el médico no considera amenazada la vida del paciente y hasta supone
muy probable una completa curación.
El libro se basa entonces en ver las causas radicales del estado en que nos encontramos, con el fin de
poder entender los medios para combatir los males que nos acongojan.
La inmigración de ignorantes ingresando al país también fomenta a la crisis, ya que solo traen su mano
de obra y no aportan profesionalismo. La inmigración inteligente surge en menor proporción pero
también se visualiza, esta es la que aporta fuertes capitales que sirven al comercio y a las grandes
empresas y que llega para dirigirlos.
El contacto con Europa se volvía cada vez más frecuente y comienzan a llegar a América del Sur a través
del puerto con nuevos artefactos, productos de industria que satisfacen necesidades de lujos y sus
aspiraciones enfermas. Lo negativo de esto, es que de ese primer mundo se copió, la idea de lujos, sus
consumos excesivos, etc, pero no copiamos sus ansias de trabajo, industria y capacidad productora que
los hace avanzar sin caer en la ruina del consumo. Ahora bien, los lujos están, pero falta la producción, la
cual se va implementando de manera lenta, ya que le falta la fuerza motriz: la inteligencia cultivada. Lo
que cambio aquí, es la cantidad de cosas a comprar, explica en su ejemplo que el salario es el mismo,
pero que hace unos años rendía más porque se compraba lo necesario, mientras que ahora ni siquiera
alcanza en muchos casos.
Luego el aumento del trabajo, no se desarrolla a partir de los hábitos de trabajo, no se da con el fin de
ahorrar para formar el capital, la fortuna, sino que lo que mueve al trabajo es la necesidad de conquistar
el primer puesto sin esfuerzos. Además de la adquisición de títulos, propiedades, mercadería, etc.
El comercio exige como prioridad para el éxito, sagacidad y conocimiento para especular y diferenciar
las verdaderas necesidades actuales y futuras. Esta especulación no debe producirse en exceso, debido a
que esto lleva a una crisis económica.
Otro punto, es que la gente desea los puestos públicos de trabajo, para no adquirir el hábito de trabajo y
centrarse en el aumento de puesto antes mencionado. Por tanto cree que la corrupción de los
gobiernos, hace que la gente viva sin trabajar y viva bien, que no desee producir nada para conseguir
saciar sus necesidades.
Plantea que si se mira por primera vez a Montevideo, se la toma como una ciudad norteamericana y no
de las menos prestigiosas, a causa de sus calles, edificios elegantes y quintas. Creyendo que sus
habitantes son laboriosos y ricos. Luego de estas similitudes comienzan los contrastes, faltan las
fábricas, las manifestaciones y a medida que se van alejando de la ciudad solo hay campo prácticamente
despoblado, sin árboles y con tierras mal cultivadas. A su vez en esos campos también hay ganado
semisalvaje que constituye la principal fuente de producción de nuestro país.
Las cuestiones políticas provocan la acción de las pasiones, de manera que en nuestros juicios políticos se
ponen de manifiesto los sentimientos. Por otro lado, es siempre la prensa diaria quien explica las
cuestiones políticas lo cual evidentemente se hace no solo desde el punto de vista que mejor les parece,
sino que también desde el punto en que favorecen al partido en cuestión.
Plantea intentar dejar de lado las influencias y centrarse desde un lugar objetivo para evitar que
nuestras observaciones sean perturbadas por los acontecimientos, las pasiones y las dificultades de la
actualidad.
La crisis política al igual que la económica se manifiesta actualmente, y al igual que en la otra, las causas
transitorias contribuyen a agravarla y su desaparición no desaparece la crisis misma. Pero el texto va a
centrarse en las causas permanentes, aquellas que obran hace mucho y continuaran obrando si no se las
destruye, a pesar de los cambios superficiales que puedan producirse.
Las formas de gobierno cada vez se hacen más complicadas, a medida que se van perfeccionando exigen
más conocimiento y mayor desarrollo a los miembros de la comunidad.
En la sociedad primitiva la fuerza bruta es la única que controla la conducta de los hombres: el jefe dispone
a su antojo de la vida y propiedad de sus súbitos dentro de lo que alcanza su poder. Pero a medida que la
sociedad avanza esas ideas de jefe se van limitando. Llegando a cierto punto en que comienza a aplicarse
al gobierno de la sociedad el principio de la división del trabajo, ahora el que legisla, ya no es el mismo
que hace cumplir las leyes, ni tampoco el que decide en los casos dudosos. De esta manera la autoridad
se complica en su ejercicio, en sus atribuciones y en sus formas, es decir, conocerla se vuelve difícil y
ejercerla más aún.
Se le pregunta a un residente del campo, que se decía de la guerra ahí, cuando Oribe y Rivera estaban en
disputas. Y el simplemente no sabía. En este ejemplo destaca la importancia del conocimiento de la
autoridad.
Ahora bien, cuanto más complicada es una máquina, más difícil es que el obrero ignorante la pueda usar.
Y al ser un mecanismo definido, un simple mal uso puede provocar que la maquina deje de funcionar o
funcione mal. Lo mismo sucederá con el maquinismo social debido a que son muy variadas las piezas que
lo componen y tienen la capacidad de modificarse y transformarse al infinito.
La falta de moralidad al proceder por parte del estado se eleva a la categoría de axioma político.
Otra de las críticas que le hace al Estado, es que se mete en cuestiones que no le corresponden intentando
parecer previsor. Esto ocurre en la jubilación y las viudedades. Obliga a las personas a ahorrar para poder
asegurarse la subsistencia en la vejez y en el caso de muerte para asegurar el futuro de sus familias. Varela
plantea que el Estada debería darle el sueldo completo al trabajador y este decidir a su antojo que hacer
con él. Ya que se olvida de la diversidad existente en los hombres y somete a todos a una regla uniforme
que en muchos casos será cruel y en todos será ciega.
Uruguay del siglo XX: la alianza entre ciencia y política. Pérez Gambini. Módulo 6
La forma en la que se organizó la enseñanza de la psicología en nuestro país, siguió lo que fue la evolución de la
disciplina en los centros de mayor desarrollo y con los que se tenía mayor contacto. Si bien la psicología uruguaya
recogió lo que era el estado de la psicología en el mundo, esa recepción se registró con cierto retraso en el tiempo.
Hechos destacables:
a) La confección de los primeros programas nacionales, sin limitarse a copiar los índices de los libros extranjeros. b)
La obra de Vaz Ferreira en materia de Psicología. Pero como él mismo señaló, la psicología seguía siendo como una
rama de la filosofía; sin embargo sí puso énfasis en encararla como una ciencia, pero no independiente.
Mientras esto sucedía en Uruguay, en USA y Europa de desarrollo de la formación en psicología, estaba muy
adelantado.
LA PSICOPEDAGOGÍA
En este campo es dónde se aplicó y desarrolló más rápidamente la psicología nacional. Algunos factores que
explican lo previamente mencionado son los siguientes:
• Sobre fines del S XIX y principios del S XX, se puede apreciar un creciente interés por los temas relacionados con
la infancia y un enfoque diferentes de los mismos. • Se consideró necesario reconocer al ser humano en sus
particularidades y por tanto darle un trato acorde a ellos (el niño no debía ser tratado como un adulto pequeño). •
Incremento notorio del sistema educativo, afín al crecimiento del interés oficial y la demanda social por estos
temas. • Las necesidades creadas por la Rev. Industrial aumentaron la actividad de la enseñanza formal. • Surgen
nuevos problemas para la sociedad humana como el ser los de los niños que quedaban fueran del sistema
educativo y los que fracasaban en él.
Desde fines del S XVIII los ideales de la ilustración habían pregonado la necesidad de la difusión de los
conocimientos, viendo en estos la luz que iluminaba las tinieblas de la ignorancia; pero recién un siglo después se
planteó la revisión de las formas de transmisión del conocimiento. También en esta época empezó a plantearse la
preocupación por otro ángulo de la relación pedagógica. El aprendizaje. Representó con ello un nuevo interés por
el alumno y sus características individuales.
Los maestros especializados en pedagogía vieron, con el desarrollo de la psicología del XIX, las posibilidades que
brindaba eta ciencia que estudia los procesos mentales del hombre, y que podía auxiliarlos con aportes que
esclarecían los cuestionamientos que se formulaban. Las investigaciones realizadas sobre los temas de aprendizaje
e inteligencia, por ej., hicieron crecer la psicopedagogía como disciplina de cruce de intereses y aportes entre la
psicología y la pedagogía.
A partir del auge de la psicología experimental del S XIX, se desarrolla la psicometría (medición de los fenómenos
psíquicos). En Uruguay la época fue propicia para el desarrollo de este
campo por la doble coyuntura de la situación económica favorable y el apoyo gubernamental; así ismo hubo una
pronta receptividad a las ideas que se generaban en los centros más desarrollados.
El ámbito de primaria y los institutos normales. En primaria y los Institutos normales fueron el ambiente en que se
gestó la preocupación inicial por los temas psicológicos.
Situación institucional de primaria y los institutos de formación docente. El proceso de cambios arranca con la
sanación de la Ley de Educación General de 1877, que implicaría cambios también en la formación de los
maestros. Con esta ley se creó la Dirección General de Instrucción Primaria. En 1882 se fundó en Internado Normal
para Señoritas, en 1891 se fundó el Internado Normal para Varones. En 1918, en el marco del nuevo ordenamiento
constitucional del país, esa Dirección pasaría a ser Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal. En 1935 se
unieron los institutos normales.
Los Anales de Instrucción Primaria. Son una publicación mensual de la Dirección de Instrucción Primaria, que
comenzó en 1903; a través de los años testimonió los intereses existentes en el magisterio nacional. En ellos
podemos encontrar muchísimos trabajos relacionados con temas de psicología (entre otros). En ellos también se
encuentra un registro de menciones a la existencia y funcionamiento de laboratorios de psicología experimental
en otros países.
Inclusión de la psicología en programas de estudio. Hay testimonios que en los inicios, la maestra directora del
Internado de Señoritas, tenía a su cargo los temas de Psicología. También se encontraron estudios de temas de
psicología en los cursos de pedagogía. La inclusión de la enseñanza en psicología promovió a su vez el interés por
estudiar la metodología apropiada para su transmisión.
La asociación Alfred Binet Es la primera institución de carácter científico formada por uruguayos para promover el
estudio y la investigación en Psicología. Creada en 1929 por Sebastián Morey y asociada a su homóloga francesa.
Clemente Estable. En 1930-31 trazó un plan educativo que se conoció como Plan Estable, una de las más
importante propuestas de reforma educativa llevadas adelante en la época. Su método principal era la
investigación y sus fundamentos los buscaba en los intereses psicológicos de los niños. Cuando en 1953 se
organizó la Sociedad de Psicología del Uruguay, sus promotores buscaron el apoyo de Estable, en reconocimiento
de lo que significaba contar con su enorme prestigio. Su pensamiento en materia psicológoca y especialmente en
orientación vocacional ejerció gran influencia sobre muchos interesados en el tema.
APLICACIONES DE LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL
El laboratorio de la psicología experimental de la fuerza aérea.
La primera guerra mundial y la tirante situación de interguerra significaron el aumento de la demanda de
armamento bélico. La tendencia hacia la colaboración interdisciplinaria en materia científica también fue en
aumento ¿De qué manera se buscó el aporte de la nueva ciencia psicológica? Sobre la década del 30, el comando
de aviación del ejército Argentino fundamentaba la importancia del aporte que el psicólogo hace en la selección de
aviadores. Aquí se privilegiaban las funciones de pruebas de atención, y en la selección de personal. Y al igual que
en los países más adelantados tecnológicamente, en Uruguay se dispuso de la creación de un laboratorio de
psicología en la fuerza aérea; así, en 1927, se inauguró el gabinete psico-físico de la EMA. El psicólogo polaco
Redecki, fue contratado en 1942 para reorganizar dicho gabinete. Asesoró en la confección de aparatos e incluso
algunos de ellos fueron inventados por él mismo, como por ejemplo: silla giratoria que procuraba medir los
efectos del movimiento y las reacciones frente a él.
El trabajo que realizaba el gabinete, dictamina si capacita o no a un aspirante para seguir cursos de aeronáutica;
además si lo hace, el laboratorio psicotécnico quedaría como conejero y guía permanente para velar por la
conservación de su aptitud y estimular el desarrollo de las funciones compensadoras.
Puntos a destacar:
• Este laboratorio fue el primero fundado en el país con fines de aplicación de la práctica psicológica. • Ha tenido
una actividad continua hasta el presente. • Se aprecia en su organización la influencia clara de la psicología
experimental, de la concepción funcionalista de Radecki, y de la orientación de la psicología orientada al campo
ocupacional.
LA PSICOLOGÍA EN EL ÁMBITO DE LA SALUD.
En la facultad de medicina y su entorno. El estudio de la psicología y sus posibilidades de aplicación para la
formación de médicos o para la práctica médica, no aparecen casi contemplados en los planes de estudio de la
facultad por lo menos hasta después de 1950. En el plan de estudios de 1929 existía la posibilidad de incluir temas
de psicología en los curos prácticos. El curso de psiquiatría estaba ubicado en el sexto año de estudios. En el plan
de estudios de 1945 incluye muy vagamente la posibilidad de realizar estudios en el laboratorio de psicología.
La clínica psiquiátrica. Comenzó a funcionar en 1908 en la Facultad de Medicina. Lo interesante para nosotros en
ver como se incluye un encare psicológico en los temas teórico o en la técnica de tratamiento de los enfermos
mentales.
Es a principios de siglo que se registra la influencia y el conocimiento de la obra de Freud en los médicos
Uruguayos. Concretamente mediante la utilización de tratamientos basados en hipnotismo, sugestión y
persuasión. Con el paso del tiempo creció el conocimiento de esa y otras corrientes psicológicas. En 1943 fue
inaugurado el curso de psicoterapia, y en 1949 los curos de medicina psicosomática en el hospital Maciel.
El laboratorio de psicología en la Clínica Psiquiátrica. Se registra la creación de este laboratorio sobre 1943,
posteriormente constituyéndose en el primer servicio psicológico de la UDELAR.
La promoción de la salud mental: Higiene Mental. En Uruguay existía desde mediados del S XIX, una Junta de
Higiene Pública. Sobre fines del SXIX y comienzos del S XX se pensaba como la educación podía constituirse en una
herramienta para prevenir las enfermedades mentales. La Picagogía, desarrollada a partir de las ideas de la
psicología funcionalista, era entendida como una psicología moral, cuya técnica terapéutica se basaba en
conceptos vinculados a la Higiene Mental y la influencia ejercida desde una educación con criterios psicológicos. La
facultad de medicina tenía que ser un lugar de tratamiento ineludible de esta temática, así como la revista de la
sociedad de psiquiatría del Uruguay se convirtió en el ligar de exposición de opiniones sobre ella.
EL MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA
La clínica médico Psicológica del Hospital Pedro Visca Sintiendo la necesidad de atender otros aspectos no
contemplados en la atención médica hasta ese momento, que se vinculaban con lo que sería la incidencia de los
factores psíquicos, tanto provocados por la enfermedad orgánica y/o su tratamiento, como elementos
componentes del cuadro clínico original. La clínica médico psicológica que se fundó en 1947 se convirtió en la
organización pionera en el tratamiento de los problemas psicosomáticos de la infancia. Se destacaría en su
actividad por la asistencia, la docencia y la investigación.
VINCULACIÓN MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA – FACULTAD DE MEDICINA
Cursos de psicología aplicada a la infancia: comenzaron en 1950, fue el primer espacio universitario de formación
de psicólogo y el que obtuvo mayor continuidad en el tiempo, culminando por su transformación en el Instituto de
Psicología de la UDELAR en 1988. Comenzaron a dictarse en el hospital Pedro Visca, fue un lugar de docencia y
práctica.
MÓDULO 6
El primer curso regular en psicología experimental se dictó en el museo pedagógico en 1925, en dos modalidades
una teórica, en forma de conferencias y otro práctico, que consistió en la realización de sencillas experiencia y
apreciación de los resultados. El primer curso oficializado se realizó en 1926 en el Instituto Normal de Señoritas.
En toda labor profesional existen aspectos científicos. Todo trabajo, de cualquier índole, parte de su conocimiento
de cierto aspecto de la realidad, realidad que reacciona a su vez ante la actividad humana, provocando un
conocimiento cada vez más justo y preciso que determina un progreso creciente de las técnicas. Ni los
conocimientos ni los criterios dominantes en la profesión docente permiten resolverlos con el máximo de acierto
dada la relatividad de los conocimientos humanos al respecto. La carrera magistral debe rodearse de las garantías
científicas imprescindibles en cuanto a formación del maestro y el ejercicio de la docencia; garantías científica que
pongan al maestro futuro frente a las posibilidades de las nuevas generaciones que se abren ala porvenir en la
misma disposición de acción inteligente y eficaz en que las facultades de medicina bien organizadas ponen a los
médicos frente a las realidades dolorosas de la enfermedad y de la muerte.
La pedagogía experimental, según el doctor Simón, es el estudio metódico de las reacciones de los escolares a los
procedimientos de la enseñanza. No es posible afirmar que las reformas escolares de conjunto y detalle pueden
prosperar donde el maestro carezca de las técnicas elementales de la observación y experimentación pedagógicas.
La observación, principalmente en todo proceso psíquico, tiene que distinguir la sugestión de la reacción. La
reacción es movimiento o impedimento de un movimiento del cuerpo. Es importante distinguir también la
observación propia de la observación ajena. La observación que el pedagogo realiza de sí mismo, tiene sólo
aplicación práctica para él mismo, no es aplicable de ninguna manera a la realidad. Además, solo sirve para el
adulto. La observación propia necesita controlar el objetivo mediante el experimento.
Es preciso realizar observaciones deliberadamente preparados bajo circunstancias fácilmente discernibles y de
inspección positiva, o sea, es necesario llevar a cabo experimentos pedagógicos.
La Psicología Objetiva, Psicología a base de observación objetiva, de comprobación experimental, de métodos
fáciles y de técnicas sencillas, que reclama la cooperación de muchos profesionales de buena voluntad y de
aptitudes para la investigación científica. La psicología experimental ha permitido la agrupación del alumnado
escolar en forma más lógica y eficaz que con los procedimientos habituales de la rutina pedagógica, ha renovado
los métodos de enseñanza y modificado las prácticas corrientes de la disciplina escolar.
Es de desear que el maestro se instruya en las cuestiones de psicología individual, que conozca los métodos, que
aprenda el arte de interrogar sin provocar sugestiones e imprima en u espíritu los tipos de mentalidad infantil más
conocidos, ya que por estas clasificaciones se hacen los mejores diagnósticos.
La psicopedagogía experimental es una necesidad de la nueva escuela de tipo educativo. Ella impide las
antojadizas interpretaciones subjetivas que tanto daño han hecho y siguen haciendo al trabajo pedagógico. Ella
exige la prueba lógica, objetiva, de la interpretación y de la valoración, orientando la labor docente por caminos
seguros y firmes, acorralando la imaginación ilegitima y hasta enfermiza de muchos pedagogos, desterrando el
capricho personal y ciertas ideologías perjudiciales que tantos males producen hoy en nuestra enseñanza.
HIST DE LA PSICO EN URU HASTA 1950. Perez Gambini (pp. 43-51. -pp. 89-92). MÓDULO 7
Proyectos de creación de laboratorios y/o institutos de Psicología. - 1915 – El médico Federico Susviela,
fundamenta la creación de un instituto de Psicopedagogía con aplicación de Psicología experimental, psicología
medica, psicología criminal, y también de un laboratorio. - 1918 – Proyecto de creación del Instituto
Médicopedagógico. Procuraba organizar sistemáticamente trabajos que ya se realizaban: exámenes a los niños al
entrar en la escuela, para tener una biografía de cada uno y derivar hacia una enseñanza especial a aquellos que lo
ameritaran. - 1920 – Proyecto de Ley en dónde en uno de sus anexos se crea un gabinete de Psicología
Experimental. También propone la formación de maestros en psicología experimental. - 1921 - Proyecto para
transformar la Escuela N° 3 en escuela vocacional para varones. - 1922 - Ensayos de pedagogía experimental. -
1923 – Proyecto de creación de un Instituto de Orientación Vocacional - 1928 – Se propone la creación de un
Instituto de Psicotécnica y educación y un laboratorio de psicología.
La preocupación por la problemática de la niñez. Existen numerosos trabajos de la época sobre la necesidad de
creación de escuelas especiales, los diferentes problemas detectados, el “retardo pedagógico”. Recién en 1933 se
aprobaría alguno de los proyectos elaborados para la creación de laboratorios y/o institutos de Psicopedagogía, el
impulso surge de la preocupación por la alta tasa de repetición que se registraba en la escuela. El 14 de julio de
1933 el presidente de la República designó una comisión para redactar un plan de organización de la enseñanza
especial de aquellos niños en edad escolar. Es probable que las consecuencias de la crisis económica de comienzos
de la década de 1930, al incrementar los niveles de pobreza, contribuyeran a aumentar la problemática de la niñez
en los estratos de población menos favorecidos. El estado debía ocuparse de aquellos que no llegaban an sistema
escolar o desertaban de él. En este contexto se propició la creación del primer laboratorio de psicopedagogía. En el
censo escolar de Mayo de 1933 se arrojaron resultados preocupantes sobre la situación de la niñez en el país.
El laboratorio de Morey Otero.
13 de Setiembre de 1933, el Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal decidió la creación de un
Laboratorio de Psicopedagogía Experimental. Creado de forma experimental, su tarea de afianzó y consolidó con el
tiempo. Sus fines principales fueron: a) Dedicarse a la investigación psicopedagógica b) Preparar las fichas
psicológicas de los alumnos normalistas c) Preparar normas de apreciación justas, precisas, y científicas del
rendimiento escolar. d) Contribuir al examen de los alumnos para las clases especiales e) Colaborar en la
estimación experimental de las escuelas y los métodos de enseñanza.
f) Fomentar la orientación profesional con los alumnos que egresen de las escuelas públicas. En 1939 Fallece
Morey Otero y desde entonces el Laboratorio lleva oficialmente su nombre. Fue el primer centro organizado en
nuestro medio que perduró en el tiempo, y en el que se empezó a producir, en el terreno psicológico, con nivel de
difusión interna y vinculaciones con centros especializados del exterior. No se realizaban solo estudios de
psicología procurando estar al día con el estado de la ciencia en el mundo, sino que se adaptaban las técnicas de
mayor aceptación para la realidad de nuestro medio.
La Participación de la psicología en la atención de la desviación social.
En el ex consejo del niño.
Poco tiempo después de fundado el consejo del niño, se creó la llamada clínica de la conducta, la misma se
inscribía dentro de la línea de la promoción de la Higiene Mental. La finalidad de este organismo era la profilaxia
(prevención) de las enfermedades mentales y de la delincuencia; estaba destinado a los enfermos de la conducta,
o los que tienen conducta anormal. De la conducta normal a la patología, existen un montón de matices; las
anomalías de la conducta corresponden a un desequilibrio bio-social, desequilibrio que si no se intenta corregir a
tiempo, muchas veces se acentuará, pudiendo conducir a la inadaptación, por reacciones antisociales o por
enfermedad mental. Como antecedente de estas prácticas, estaba la prevención de la delincuencia de los
reincidentes, a través de la reeducación médico-pedagógica, que se llevaba a cabo en las Colonias Menores.
Reina Reyes.
Maestra y Pedagoga. Escribió el libro “Psicología y Reeducación”.
Dentro de su trabajo para el consejo del niño dentro del INAME, decía que, fijar normas de vida para la persona
humana no puede hacerse arbitrariamente, porque esas normas deben responder a la realidad intrínseca del
sujeto, realidad que solo puede ser determinada por un estudio científico de su naturaleza psicofísica.
Dice, que “las pruebas psicológicas revelan determinados aspectos del contenido de la personalidad en el
momento del examen, pero, como la personalidad es un continuo dinámico, lo que interesa para la tarea
educativa es descubrir el proceso de su desenvolvimiento, crecimiento y transformación. La psicotecnia, trabajo
cómodo de laboratorio, no permite la justa valoración de la persona humana, porque prescinde de la observación
directa de sus dos elementos esenciales: tiempo largo y naturalidad. El perfil psicológico de un individuo, no
responsable de su perfil somático, es una elaboración histórica de la personalidad que sirve de base a
consideraciones diagnósticas, y fundamenta el tratamiento reeducativo”.
Lo que plantea con el término “reeducación” parece referirse conceptualmente a un proceso terapéutico. Reyes,
se negaba a aplicar pruebas que relacionen exclusivamente inteligencia y edad cronológica. Proponía la creación de
clínicas de conducta para adolescentes, integradas con un psicólogo, un médico y no o dos visitadores sociales. La
Clínica Inmovile – Irrazabal. MÓDULO 7
Introducción y advertencia
El objetivo de este trabajo es la reflexión que posee la demanda social en la “construcción” de la psicología en el
Uruguay. Para esto tomaremos en cuenta acontecimientos, practicas e historias que nos permiten crear espacios
de reflexión y visibilidad.
La clínica no es reclinarse
El método clínico tuvo su origen en la práctica médica; con el pasar de los años se convirtió en los pasos mínimos
que pueden guiar un trabajo psicológico de análisis (observación, diagnostico e intervención).
Las personas y los grupos de personas le realizan un pedido explícito y racional en el cual señalan y diseñan el
problema que creen que es la dificultad central. El trabajo del psicólogo es observar esta dificultad central,
específicamente por qué y para qué es central, que otras dimensiones están involucradas y que otras situaciones
se expresan. Por lo tanto, la tarea es analizar la demanda. La demanda siempre es histórico-social, la demanda
social es la propulsora del “surgimiento” de la psicología y además son prácticas que producen “necesidades”.
El experto necesario y el crítico prescindible
El desarrollo histórico de la psicología en el Uruguay muestra como a medida que se empiezan a desarrollar ciertas
prácticas de enseñanza o en el ámbito de la salud, se plantean demandas sociales, los discursos teóricos e
instrumentos técnico psicológico operan sobre los cuerpos individuales y colectivos.
La historia de la clínica se constituye en un proceso de fundación y desarrollo de la sociedad y del Estado uruguayo
en tanto integran las prácticas sociales de producción de ciudadanos, en lo que denominamos campos de
surgimiento de la psicología.
Las prácticas educativas y de la salud de nuestro país producen una híperespecialización que determina
instituciones y conduce a la formación de expertos que solo saben aplicar técnicas y teorías, sin cuestionar su
origen.
El niño como pureza, el niño diabolizado
El niño es una figura central de las prácticas educativas y sanitarias (psicopedagogía y psicohigiene).
En el pasado, los niños eran considerados como personas grandes en miniaturas, suerte de enanismo o
incompletud y además su vida no poseía valor, pero esto cambio, en la actualidad se toman en cuenta sus
necesidades, capacidades y sentimientos y los adultos tienen un rol fundamental en la facilitación del desarrollo.
En la época civilizada el niño se convierte en sujeto de derecho y deberes de su edad. Se pasa de la
indiscriminación a la discriminación “en aras del amor y la vigilancia”
El mundo adulto ahora estaba centrado en el dinero y el trabajo y el mundo infantil, identificado con la pureza,
podía ser corrompido por los adultos. Había una escuela primaria específicamente para los niños de 6 a 14 años.
En 1894, se abre en la facultad de medicina, la clínica del niño bajo la dirección del dr Francisco Soca. Desde 1848
se prohíbe el castigo corporal en las escuelas aunque la sociedad lo siguió aceptando, a partir de 1877 comenzó a
respetarse esa prohibición. Varela aconsejaba cambiar el método de enseñanza más instructora que educadora,
donde el autoritarismo, no llegara tan descarnadamente al espíritu.
En 1868 se ordena detener a aquellos niños convertidos en vagos y en el más completo abandono, y de no
aparecer sus padres, se los ubica en un taller de artes y oficios. En 1879, Latorre crea la Escuela de Artes y Oficios y
una ley de vagos, en 1882 ordena el envío de jóvenes así definidos a esta nueva escuela. Barrán plantea que el
régimen de internado allí practicado, se convirtió en una cárcel para adolescentes incorregibles.
En las sociedades “barbarás” los niños al igual que los adultos participaban de las ejecuciones de los reclusos y de
los velorios, ya que la pedagogía lo veía como un hombre pequeño. Pero en la actualidad estas actividades son
solo para los adultos y el niño es ahora sujeto de derechos y deberes a su edad. El mundo adulto compuesto de
dinero y de trabajo no puede ser comprendido por los niños y la pureza del mundo infantil no puede ser
corrompida por los adultos.
En el gobierno de Latorre se crea el “Asilo Maternal” y luego se inaugura el primer jardín de infantes. Por otra
parte, con el Reglamento General de la Educación se prohíbe el castigo corporal en las escuelas y Varela propone
una escuela más educadora que instructora.
La policía decide tomar a todos los adolescentes vagos y en abandono y los introduce en la Escuela de Artes y
Oficios (ley de vagos); Los niños rebeldes y holgazanes y de sexualidad viciosa deberían ser sometidos para darles
la oportunidad de ser dóciles y obedientes.
El ocio de los niños era considerado como fomentador de la imaginación con respecto a la sexualidad. La
pedagogía practicada por los padres, curas y maestros reprimía la sexualidad infantil. Se deben ocultar las partes
genitales.
El tránsito de la historia, la historia del tránsito
Aspectos de la historia de la psicología en el Uruguay: # personas pertenecientes a otras disciplinas preocupadas
por los conocimientos psicológicos # estudios no psicológicos divulgan cuerpos teóricos psicológicos aplicando
tecnologías psicológicas (test) # desde 1950 en adelante se forman los nuevos profesionales, los psicólogos.
Enseñanza de Psicología; Filosofía y Experimentación
Carlos Vaz Ferreira fue el fundador del primer laboratorio de psicología con fines educativos, que funciono entre
1897 y 1906.
Existencia de personas pertenecientes a otras disciplinas preocupadas por los conocimientos psicológicos y su
divulgación
En otro momento, estudiosos no psicólogos continúan la divulgación de cuerpos psicológicos pero ya aplicando
técnicas psicológicas como tests, pero siguen siendo no psicólogos
Desde 1950 en adelante, nos encontramos con la formación sistemática de un nuevo profesional, el psicólogo. La
educación del cuerpo y la psicopedagogía
A la democratización y expansión de la educación formal, le siguen nuevos problemas vinculados a los niños que
quedan fuera del sistema educativo y de los que fallan en él. La expulsión, la deserción o la imposibilidad de
ingresar al sistema, es la demanda para analizar.
Las fallas del sistema educativo, el encargo estatal, las investigaciones y los maestros inquietos construyen el
surgimiento de la psicopedagogía.
La revolución industrial genera la exigencia de elevar el nivel educativo del sujeto colectivo: la población. La
expansión de la educación generan problemas vinculados a los niños que quedan fueran del sistema educativo y lo
que fallan en él. Por lo tanto estos niños cuestionan la educación y su falla. Se crea la Escuela Nueva que indaga en
el aprendizaje. Las fallas del sistema educativo, los maestros y el encargo estatal dan lugar a la psicopedagogía, en
la cual se integra la psicología con la función de determinar los diagnósticos intelectuales.
En la documentación de los Anales de Instrucción primaria aparecen trabajo publicados con temas de psicología;
en magisterio se incluye la materia psicología como materia de estudio.
Carlos Pérez manifiesta que aparecen documentos que indican la necesidad de crear escuelas especiales para “los
niños con retardos pedagógicos”, alumnos que no se adecuaban a la normalidad.
¿Cuál era la preocupación por la problemática de la niñez? Clases superpobladas, programas de estudio
inadecuados, mala higiene de los edificios. La solución para esto es crear clases diferenciales y técnicas en la
formación de los maestros (adaptaciones de test mentales).
La biopolítica es la defensa social, para la cual se vuelve fundamentalmente educación y la salud.
Verdesio a través de un censo escolar de las condiciones físico-psíquico de los alumnos reconoce a los que
necesitaban ayuda especial. Se concluye que la niñez es una problemática de los adultos que aplican planes
educativos y medidas socioeconómicas pero también es un problema de la política porque sus efectos se ven en
los niños.
Se crea un plan de enseñanza especial de los niños pobres y para aquellos que desertan se crea el Consejo del
Niño. En este contexto se instala el Laboratorio de Psicopedagogía en el Instituto Normal (Joaquín R. Sánchez). El
mismo formaba profesionales en psicopedagogía.
En 1953 se funda la Sociedad Psicológica del Uruguay; luego aparece la psicología en la Enseñanza Industrial (se
aplica a los vagos, en los cuarteles del ejército).
Para la educación la familia o la ausencia de la misma será la responsable de los “retrasos escolares”. Por otra
parte, los “problemas de aprendizaje” son la demanda escuchada por el mundo adulto, que tiene el encargo social
de enseñar y el único saber para hacerlo.
La escuela pública será la herramienta que permitirá asimilar por igual al indómito habitante de la campaña y al
inmigrante urbano extranjero, introduciendo nuevos códigos de comunicación y nuevos valores.
En la constitución de la educación, se da el desarrollo de la psicopedagogía y luego de la psicología, en los mismos
vemos el esfuerzo normalizador que tiene como objetivo “enderezar conductas”.
Radecki fue una figura gravitante en los primeros tiempos de la psicología en varios países de América
Latina, entre ellos Uruguay.
La situación política europea lo llevó a trasladarse a América. Su primer país de estadía fue Brasil. Allí
organizó y dirigió el laboratorio de psicología en la Colonia de Alienados de Engenho de Dentro. Trabajó
también en la selección de candidatos para la Aviación Militar brasileña en base a un examen
psicológico, y produjo una abundante obra escrita.
A partir de 1933 su ejercicio profesional se repartió entre Montevideo y Buenos Aires. Realizó
investigaciones en ambos países y reunió a su alrededor un grupo muy numeroso de discípulos y
seguidores.
Su primera vinculación oficial con el país se dio en 1933, cuando fue contratado por la Universidad de la
República. Inició su actuación con una conferencia que tituló «Nueva psicología». En abril inició un curso
sobre «Psicología general, individual y colectiva».
Ese mismo año, la Facultad de Medicina lo nombró Profesor Ad Honorem. Además, la Sociedad de
Psiquiatría del Uruguay lo nombró miembro honorario. A partir de entonces y por veinte años, fue el
centro de una intensa actividad en el campo psicológico.
Después de diez años de prestigiosas actividades en el medio, el grupo de discípulos de Radecki ya era lo
suficientemente importante como para organizar una institución: el Centro de Estudios Psicológicos.
Así nació el Centro de Estudios Psicológicos ya con el propósito de encarar el estudio de la psicología, no
solo como complemento de estudios profesionales para medicina, abogacía, ingeniería, comercio,
industria y pedagogía, sino también preocupándose de las aplicaciones prácticas adaptadas a las
condiciones del país, con una organización de estudios didácticos para la formación de psicólogos
profesionales.
El centro de estudios psicológicos tiene por objeto y fines la intensificación, organización y realización
del estudio profesional de Psicología Sistematizada, teórica y aplicada.
El programa de estudios, abarca cuatro años regulares, cada uno de los cuales debe ser aprobado en
exámenes que complementan y atestiguarla adquisición de los conocimientos asimilados. Antes de
considerar como terminado el aprendizaje regular de estudios cada alumno debe contribuir con una
tesis, aporte científico profesional a la Ciencia Psicológica.
Las clases del Dr. Radecki se desarrollaron en la Facultad de Medicina, en la Facultad de Derecho, en el
Museo Pedagógico, algunos cursos se desarrollaron en la sede.
Destacamos que los informes del centro no nombran como psicólogos a las personas mencionadas, aunque
sean egresadas de ese centro.
Con la colaboración de sus ex disípulos t otros docentes de materias anexas, formó en 1951 la Facultad Libre
de Psicología. Fue una institución privada y gratuita.
La hoja de psicología
Fue una publicación semestral del Centro de Estudios Psicológicos, que no solo incluyó información sobre las
actividades del Centro y datos sobre la preparación del congreso. Fue también un espacio de publicación de
trabajos teóricos de sus miembros.
Sus preparativos comenzaron en el Centro desde un tiempo antes. En la “Hoja de psicología” correspondiente
al primer semestre de 1948 aparece la convocatoria al mismo.
Su sesión inaugural se cumplió en el Palacio Legislativo y el congreso en sí tuvo lugar en el Salón de Actos del
Ministerio de Salud Pública.
Las resoluciones formuladas por el Congreso relativas a la profesión de psicólogo fueron las siguientes:
A) El congreso señala la necesidad social de contar con los servicios de psicólogos profesionales
especializadas.
A) El congreso destaca la necesidad de buscar una clara delimitación de la esfera de acción del psicólogo.
B) El congreso señala la importancia de ser formulada la responsabilidad del psicólogo en los casos de
colaboración con otros profesionales o ejercida autónomamente.
El congreso confirma la necesidad de trazar normas referentes a la ética profesional del psicólogo.
IV. El congreso designará una Comisión Permanente encargada de estudiar los problemas que quedaron
planteados precedentemente y de proponer medidas que fueran necesarias.
Sabemos que poco tiempo después de fundado el Consejo del Niño, se creó la llamada Clínica de Conducta.
Esta clínica está destinada a enfermos de la conducta, o, en otras palabras, a los que tienen conducta
anormal.
Sí existe información sobre la actuación como psicóloga en el Hogar Femenino N°1 de Reina Reyes.
Dedicada a los temas de educación y reeducación, escribió varias obras que alcanzaron premios y
reconocimientos. Uno de sus libros, psicología y reeducación, se trata originalmente de un informe que
elevara el 1 de junio de 1946 a las autoridades del Consejo del Niño, resumiendo las observaciones realizadas
durante dicha actuación.
En uno de sus informes afirma: “las actuales instituciones del Consejo del Niño para reeducación de los
adolescentes carecen de orientación técnico-pedagógica”. Enfatiza la importancia de las funciones del
psicólogo en un albergue de adolescentes.
Reina Reyes se manifiesta contraria a que la labor psicológica se limite a la obtención de medidas e
interpretación estadística de ellas.
Proponía la creación de clínicas de conducta para adolescentes, integradas con un psicólogo, un médico y uno
o dos visitadores sociales.
La clínica médico psicológica del hospital de niños Dr. Pedro Visca. MARCOS MÓDULO 8
Nació como una derivación lógica de una necesidad real de la pediatría considerada como unidad psicosomática.
Desde el comienzo se trató de aunar la asistencia de los niños con la actividad docente que imparte la Facultad de
Medicina y por ello, la clínica psicológica ha podido colaborar con la Cátedra de Pediatría, además, la anima la
formación de psicotécnicos y la acción social. Los problemas individuales tienen, en general, raíces familiares o
sociales que, por su propia naturaleza, desbordan la sola acción médica.
• La clínica funciona desde 1947 • Es la primera de su género en Uruguay • Apoyada por el Ministerio de Salud
Pública • El contralor técnico se efectuaba por el Director de la Clínica • El contralor administrativo se realizaba con
supervisión del Hospital • Asistían a consulta desde Montevideo e interior.
Finalidades: • Encara la supervisión del desarrollo psicológico normal de la infancia • Ejerce de enlace de las
situaciones individuales con los servicios sociales del estado o privados.
La patología mental integral del niño es de reciente historia. La psiquiatría clásica se dirigía casi exclusivamente al
período de la adolescencia; por su parte la pediatría se desentendía de todos aquellos problemas que no tuvieran
una base neurológica o somática firme. Pertenece a este siglo, la preocupación por los problemas psíquicos del
niño.
Es a partir de 1925 que en Italia y Alemania, se inicia el camino hacia la psiquiatría infantil. Se consideraba
trastorno metal a el resultado de una desarmonía del funcionamiento del sistema nervioso a causa de la
intervención de factores endócrino, somático y genéticos”.
Con la evolución de los conocimientos y la profusión de importantes obres sobre psiquiatría y psicoanálisis infantil,
se pone de manifiesto la necesidad de incorporar el estudio integral del niño al campo de pediatría, señalando
definitivamente las orientaciones y resultados de la medicina psicosomática.
A) Frecuencia de las alteraciones neuropsiquicas en el neonato: con la escala de maduración y el método vienés, es
posible conocer el primer día de vida extrauterina si el ser humano ha nacido o no con las capacidades para
adaptarse a los requerimientos de un desarrollo normal. B) Es a los tres años que tiene lugar la primera
cristalización del carácter eligiendo el niño su estilo de vida. A la misma edad, el niño vive un momento psicológico
trascendente. Habiendo adquirido parte de las normas de actuación. C) En la edad preescolar y escolar, pueden
revelarse frecuentes alteraciones de la conducta del carácter que, se inician entonces o se mantenían latentes
desde la primera infancia. D) La adolescencia no es más que un momento en el que se expresan con mayor viveza
las instancias psíquicas que se fueron integrando en los años anteriores. La patología psiquiátrica de este período
se caracteriza por la aparición y consolidación de todo tipo de neurosis.
Estructura:
Para cumplir con los cometidos es importante tener en cuenta dos conceptos fundamentales: Primero, que el niño
enfermo es una unidad psicosomática. Segundo, la infancia representa un período especial de la formación del ser
humano en el que viven problemas “sui generis” y se pasa a través de fases evolutivas de la personalidad que
plantean concepciones y reacciones específicas. Con este criterio se estructuro la clínica médico psiquiátrica que
consta de tres secciones:
• Estudio Somático (diagnóstico somático) • Estudio neurológico (diagnóstico neurológico) • Estudio psicológico
(diagnóstico psiquiátrico)
La suma de todos los datos conduce a la síntesis diagnóstica o diagnóstico final.
Funcionamiento:
• Recibe y atiende niños sin limitación • Se les estudia separadamente y con independencia orgánica y psicológica.
• Tres veces a la semana • Dos días se destinan a semiotecnia y reuniones de clínica
Material de trabajo y técnica
• La medida de la inteligencia se realiza por medio de los test de Terman – Merril, Yarkes y Ballard, Kohs • La
afectividad es explorada con los test de Rorschach, T.A.T DE Murray, figura humana de Goodenought, y test de
Brown. Se aplica las fábulas de Despert y la técnica lúdica para completar el estudio. • El psicodiagnóstico de
Rorschach está basado en el antiguo procedimiento de la interpretación de las manchas de tinta, sirve para la
exploración de la psiquis normal y patológica, así mismo es un método muy valioso para investigar la afectividad.
Indica el tipo de inteligencia, sirve en la selección y en la orientación profesional, en la criminología y en la
medicina legal. • El T.A.T constituye un método valioso que nos ayuda a desentrañar planos conscientes e
inconscientes de la personalidad del sujeto examinado. Está incluido dentro de las técnicas llamadas proyectivas.
Con el podemos estudiar las tendencias inhibidas inconscientes, los hechos traumático reprimidos, las apetencias
y las tentaciones instintivas; así mismo estudia la personalidad consciente (grado de inteligencia, adaptación
afectiva al ambiente familiar, social, etc).
• La labor de la Clínica Médico Psicológica Infantil comprende el estudio del niño desde el nacimiento hasta la edad
de la adolescencia inclusive. • Los distintos integrantes de la Clínica han participado en las clases que se dictan en
el Hospital Pedro Visca durante los cursos dependientes de la facultad de Medicina.
• La clínica ha participado también en los ateneos que se realizan semanalmente en los hospitales Pereira Rosell y
Dr. Pedro Visca. • También ha participado la clínica médico psicológica en los cursos de perfeccionamiento que se
dictan en el instituto de pediatría. • La clínica contribuyó con el 2do congreso sudamericano de pediatría
realizado en Bs. As en 1949 • Organiza trabajos de investigación de diversos temas Problemas detectados:
Es necesario recalcar que estas sesiones tienen para nosotros, médicos psiquiatras, un interés común previas las
discrepancias de criterio en la apreciación de los hechos, que hayan de llevarnos luego, felizmente a la obtención
de un fin único, útil y justo.
Nadie viene a atacar ciega ni apasionadamente, ni es el tema de discusión las doctrinas ni los sistemas, nadie
puede venir, tampoco, a defender intereses personales ni de grupo, en pugna con el interés común, superior, de
una colectividad médico-profesional. El yo y el tú tienen que desaparecer de la escena ante el nosotros.
Intrusismo y profesiones liberales
El intrusismo es un hecho frecuente en las profesiones liberales, debido a incentivos de orden múltiple. el
económico entre otros; se encuentra, sin embargo, en algunas de ellas, con limitaciones y trabas poco menos que
insalvables, como en Derecho, donde el intruso se enfrentaría directa y riesgosamente con los institutos y
representantes de la Ley, que, sorprendiéndolo, pueden promover su castigo. En cambio, la perentoria necesidad
de la salud quebrantada, el inevitable plano de la intimidad en que se desarrolla en gran parte el proceso de su
reparación y las mayores posibilidades de impunidad en que puede desplegarse la actividad curativa cuando es
furtiva. han hecho que el intrusismo en la profesión médica sea algo mucho más difundido y por lo mismo, más
peligroso.
La clandestinidad vulgar choca con la valla y el correctivo de las acciones policial y penal respectivamente y es
fácilmente evitable, por lo menos momentáneamente, cuando la organización represiva y judicial llega a sus os
más perfectos. pero esas soluciones son más difíciles cuando el intrusismo adquiere formas más refinadas, ya no
clandestinas sino ostensibles. que pueden escudarse aún tras títulos académicos o lo que es más cobijarse bajo
una insuficiente vigilancia oficial, o la tácita que se desprende del nombramiento para un cargo presupuestal.
Intrusismo médico psiquiátrico
El intrusismo médico tiene una distribución desigual entre sus ramas: algunas han quedado aún indemnes de él;
otras le son desde mucho tiempo atrás tradicionalmente preferidas; el curanderismo, burdo o no, es bien conocido
en ginecología y obstetricia, en el tratamiento de fracturas y esguinces. en medicina interna.
Al decir curanderismo, utilizamos el término, no en un sentido peyorativo, sino en la acepción que tiene para el
Art. 17 de la Ley Orgánica de Salud Pública, del 12 de enero de 1934 cuando dice: "El que teniendo un título
legalmente expedido para ejercer la medicina o cualquiera de los ramos anexos del arte de curar. lo utilizare para
cohonestar o encubrir las actividades de un curandero o paro sustraerlo de lo aplicación de esas mismas
sanciones”.
Curandero es, simplemente, quien ejerce el arte de Curar sin estar legalmente habilitado para ello. No todas las
veces. curanderismo y charlatanismo son homologables.
En Psiquiatría es necesario hacer distingos: como en cualquier otra especialidad, su ejercicio ilegal se configura
cuando concurren la tenencia de un local, la prestación continuada de asistencia y la percepción de honorarios;
pero así como hay formas de intrusismo que pueden asimilarse, por su empirismo simplista o por sus
procedimientos mágicos a lo que el vulgo entiende por curanderos, hay otras en que se trata de autodidactas
pseudotécnicos; y finalmente, hay otras en que el intrusismo se desarrolla en un plano trascendente, científico, en
el que lo discutible no es ya el método empleado, sino el alcance que se le pretende dar, y sobre todo. la
capacitación médico-profesional de la persona que lo utiliza y aplica.
Dejaremos de lado las formas rudimentarias y primitivas de intrusismo. de competencia predominantemente
policial; lo que interesa mas en esta ocasión es lo que podría llamarse el intrusismo científico, es decir, el conjunto
de prácticas médicos terapéuticas realizadas por quienes no son médicos. En este grupo están comprendidos los
psicólogos “clínicos” y psicoterapeutas y los psicoanalistas no médicos, profanos o legos en medicina.
El problema tiene diversas vertientes a considerar, una de orden legal; la otra de orden profesional y
gremial y otra, finalmente de orden técnico y científico; pero antes de analizarlas, es necesario puntualizar con
toda precisión que no se trata aquí de desconocer ni discutir la importancia de la Psicología como ciencia. ni de la
Psicología Médica o de la Psicoterapia en sus vinculaciones con la Medicina Mental, como que se está bien lejos de
renegar de Freud y de Su concepción genial; sólo se busca de delimitar las atribuciones de que se pueden sentir
investidos quienes, sin ser médicos y médicos especializados en aquellas disciplinas, las utilizan para tratar
enfermos.
El Aspecto Legal
La preceptiva legal es inexorable. La ignorancia de la ley no implica, como para los códigos morales o religiosos,
impunidad. Si nos atenemos a la letra de la ley, una vez establecida ésta, hay que cumplirla. Su violación es un
delito, y quien la viola, un delincuente.
El ejercicio de las profesiones liberales está en nuestro país, codificado, legislado y reglamentado.
El Código Penal castiga, en su Art. 167, a quienes se cargaren títulos académicos o ejercieren profesiones para cuyo
desempeño se requiere una habilitación especial. Esta habilitación para el ejercicio de las profesiones científicas
está encomendada a la Enseñanza Superior, por ley del 14 de julio de 1885. Como se puede ver, los preceptos
legales son claros en cuanto a que las profesiones científicas serán ejercidas por quienes Sean puestos en las
condiciones debidas por los institutos de enseñanza superior, que naturalmente integran la Universidad.
En lo que se refiere particularmente a la Medicina, la ley 9202 (Ley Orgánica de Salud Pública, de julio 12 de 1934),
establece en su Art. 13, que la profesión de médico-cirujano no podrá ejercerse por quien, previamente no
inscriba el título que lo habilite para ello, en las oficinas del Ministerio de Salud Pública. En su Art, 15 agrega que
ejercer ilegalmente la medicina, el que, sin título regularmente expedido o revalidado por la ley se dedique al
tratamiento de enfermedades, ejerciendo actos reservados a quienes el Estado habilita para tal fin. En Su Art. 16
establece que también ejerce ilegalmente quien se atribuye condiciones para curar enfermedades por cualquier
medio, aun cuando no sean los habitualmente empleados por la ciencia. Ya hemos hecho referencia, a
"curandero" a los contenidos del Art. 17. Por fin, el Art. 18 excluye de lo preceptuado en los otros artículos a los
practicantes de medicina y enfermeros, cuya actuación será reglamentada por la autoridad sanitaria.
A partir de esta ley ha habido dos reglamentaciones de concursos para técnicos de Salud Pública, en la que se
establecen entre éstos, diversas categorías. Ambas reglamentaciones hacen el distingo entre Técnico profesional,
Técnico especializado y Auxiliar especializado.
La reglamentación del 9 de octubre de 1953 dice en su Art. 9 que la Comisión de Salud entre sus cometidos,
"introducirá todas aquellas especialidades o disciplinas que surjan de la evolución de las ciencias médicas o que no
hayan sido previstas en el presente reglamento", etc. En su Art. 25 incluye entre los técnicos especializados junto a
los dietistas, electrofisiológicos y electrotécnicos, a los psicólogos. Entiende por Técnicos especializados a
diferencia de los Técnicos profesionales. que deben ser universitarios titulados, "a quienes tienen preparación
científica adecuada".
En la nueva reglamentación, del 2 de Mayo de 1956, se especifica más claramente qué se entiende por Técnico
especializado: se requiere "acreditar preparación científica adecuada. Se "reconoce como tal, la que resulte de
títulos, diplomas o certificados de estudio expedidos por organismos universitarios o de diplomas o certificados de
estudio expedidos por organismos oficiales nacionales no universitarios, o privados reconocidos por el Ministerio
de Salud Pública. que capaciten para un desempeño técnico” En resumen, capacitación para un desempeño
técnico, testimoniado mediante documento expedido por organismos oficiales, universitarios o no, o privados
reconocidos por el Ministerio de Salud Pública.
La Medicina es algo mas que el arte de curar, pero es también y por sobre todo, el arte de curar, por lo menos en
su más explicita proyección social, es además, como ciencia, una disciplina investigadora de las causas de los
mecanismos normales y de los mórbidos, una exposición y arquitecturacion de sus expresiones fenoménicas; una
técnica de pesquisa para la captación de estas y una dialéctica de la causalidad sintomática. Y es también una
integración de ramas del saber afines, que complementan sus propósitos
Es médico, quien, como mínimo, tiene esto como adquisición docente siempre que lo complete con un proceso
formativo vivido espacial y temporalmente en un medio que lo penetre de “sustancia de medico” y con un
transcurrir que familiarice su personalidad con los basamentos teóricos y con el material humano sobre el que
dirigirá su saber en forma de aptitud y de intención de éxito.
Para aplicarse al arte de curar, se necesita pues, una capacitación, y ella la da la Facultad de Medicina, que otorga
un título universitario que, ya se dijo, se debe registrar ante el Ministerio de Salud Pública, momento desde el cual,
el médico queda bajo el contralor oficial en el desempeño de su profesión, entra en la competencia profesional y
se ve sometido a diversos atributos impositivos.
¿Con qué se encuentra el médico, lanzado al ejercicio liberal? Con la competencia desleal, no sometida al régimen
tributario alguno, no sólo de idóneos y otras artes menores, sino de dos grupos de innegable jerarquía la
intelectual y cultural, que, en una clandestinidad sólo teórica, se le enfrentan en una injusta desventaja, o por su
origen foráneo y por tanto improcedente. o por eludir el régimen tributario al que el médico, por el hecho de serlo
se ve sometido o por sortear sin esfuerzo toda la preparación larga y penosa que debe cumplir para saber curar
pese a lo cual también pretenden curar. Dichos grupos son el de los psicólogos clínicos y psicoterapeutas y el de
los analistas no médicos.
El aspecto técnico
En nuestro país, la enseñanza superior de la Psicología se imparte en la Facultad de Humanidades, cuya ley de
creación estableció como propósito, la formación, no de profesionales sino de investigadores, nunca de terapeutas
que por antonomasia deben egresar además de por ley de la Facultad de Medicina.
Dicha ley, del 5 de octubre de 1945, establece en su Art. 2, que dicha Facultad tendrá como finalidad esencial la
enseñanza superior en Filosofía, Letras, Historia y Ciencias; en el inciso A de ese artículo expresa que fomentará la
especialización e investigación superiores; en el inciso C, que instituirá cursillos de especialización que abarquen
cuestiones científicas, etc.; en el inciso D que organizará investigaciones de seminario sobre asuntos que atañen a
la cultura superior. En el art. 6 dice que el plan de estudios sólo comprenderá estudios desinteresados y la
enseñanza que se imparte en las Escuelas y Facultades profesionales.
El psiquiatra no puede dejar de ser psicólogo. es más. debe serlo. Como perito de la patología mental no puede
dejar tener presente la contrapartida que significa la normalidad psíquica actuante, a partir de la cual va a edificar
sus conceptos de morbidez, es decir, de alteración de aquélla.
El técnico psicólogo no médico, tiene que tener vedado el arte de curar, primero por la ley, pero, sobre todo, por la
distinta orientación de su formación técnica. Será un idóneo en determinados aspectos del funcionamiento
mental, es un técnico insustituible, necesario, en la manualidad de determinados métodos de investigación y de
diagnóstico, pero no puede desbordar esa aptitud de pesquisa, con su sola formación 'extra-médica, para encarar
los problemas de la salud y la enfermedad, con una jerarquía, y sobre todo con una libertad que no le
corresponden.
Puede trabajar con el psiquiatra, pero a su servicio y bajo sus órdenes; los asesorará pero no resolverá por si, sino
que sólo aportará elementos a tener en cuenta para el-diagnóstico y el tratamiento. - Este es el punto
fundamental de la discusión, el que se refiere a la terapia, pero hay otro que también merece ser discutido: la ley.
se dice, veda al psicólogo no médico, el arte de curar, no el de orientar, guiar o aconsejar (4, pág. 56).
Posiblemente se quiere salvar Con esto, para el psicólogo no médico, además de su función auxiliar, no discutida,
otra, más autonómica, la de guía, consejero u orientador. El problema tiene menos interés y la proscripción de
actuar como tal, menos imperiosa. Sin embargo, creemos que el más indicado en términos generales. debe ser el
médico especializado. En efecto, el médico, experto conocedor de la salud por la que lucha y de sus alteraciones a
las que combate, está condiciones mejores que el fisiólogo. ducho de la investigación experimental de los
mecanismos de la salud para indicar o prohibir determinadas actividades físicas cuando éstas pueden mantener o
alterar el estado de salud. En la misma forma supera el médico psicólogo al no médico cuando debe encarar
problemas de orden psicológico: por ejemplo, el de la orientación vocacional. Es difícil que el no médico pueda
indicar aptitudes vocacionales con justeza, pues corre el riesgo de tomar índices captados, como irreductibles y
primarios, desconociéndolos como máscaras y resultantes de mecanismos mórbidos, cuyo diagnóstico. necesario,
está impedido de elaborar, por carencia de formación médica.
El psicoanálisis, dice Hendrick (5, pág. 2 1), es la ciencia creada por Sigmund Freud y por sus discípulos, que trata
las funciones inconscientes de la mente y de la personalidad. El término psicoanálisis se aplica con propiedad en
los siguientes casos: l) Para designar las observaciones empíricas de aquellos factores determinantes de la
personalidad y de la conducta humana que no son accesibles; a la investigación de los pensamientos y las
motivaciones racionales, ya se realice mediante la introspección o por el estudio directo del prójimo.
para calificar la técnica especial de Freud destinada a demostrar ya a estudiar estos fenómenos mentales
inconscientes, así como a tratar los trastornos de la personalidad y los síntomas neuróticos
2. Para significar el sistema teórico de psicología constituido por la abstracción de estas observaciones y por
las conclusiones de ellas inducidas. En un sentido más amplio y menos científico. el término psicoanálisis
puede emplearse correctamente para enunciar las aplicaciones del conocimiento del hombre logrado por
tal estudio a muchos campos afines, como la sociología, la criminología, la economía, el arte y la
literatura, la pedagogía, la antropología, la religión y la ética".
"El psicoanalista, dice a su vez la Asociación Médica Británica (British Medical Journal, suplemento, apéndice 2,
junio 29 de 1 929, págs. 288, parágrafos 27-28) (7, pág. 166) es una persona que usa la técnica de Freud, y todo
aquel que no use esta técnica, cualquiera sea el método que pueda emplear, no debe esta definición, y con el
propósito de evitar confusiones, el término psicoanalista debe reservarse apropiadamente para los miembros de la
Asociación Psicoanalítica Internacional".
Esta, pues, o sus filiales son quienes, previa severa preparación, autorizan a practicar psicoanálisis.
Para mejor ratificar lo antedicho, valgan las afirmaciones de Lagache, transcriptas por Cáceres (2, pág. 38): "La cura
psicoanalítica es un tratamiento médico y su aplicación debe estar subordinada a un examen clínico practicado por
un médico competente", y, "el estudio profundizado de los casos individuales es el propio de los métodos clínicos,
y el psicoanálisis puede considerarse como ultraclínico", para terminar que toda terapia psicoanalítica "reposa en
la relación del terapeuta con el paciente", y, "un psicoanálisis os pues una psicoterapia". En esto, la coincidencia
con el propio Freud es total (6, pág. 83).
En el mismo sentido pugnan los conceptos vertidos por el psicoanalista didacta que actúa en nuestro medio, Prof.
Baranger en el homenaje rendido a Freud, en la Facultad de Medicina de Montevideo, con motivo del Centenario
del nacimiento del genio de Viena.
Refiriéndose al psicoanálisis aplicado, dice Baranger (23. págs. 1 3 y Sig.): "Por eso me parece inadecuada la
expresión psicoanálisis aplicado". No se trata en realidad de "aplicar" el pensamiento analítico en campos donde le
faltan verificaciones directas, sino de pensar contextos distintos con una mente psicoanalítica. No aplicar sino
sintetizar. por eso, prácticamente, es deseable que el analista que investiga fenómenos sociológicos sea al mismo
tiempo. sociólogo, que el que investiga cuestiones de lenguaje sea al mismo tiempo. filólogo, que el que investiga
cuestiones psicosomáticas, sea al mismo tiempo, médico. Ya pasamos la era donde el pensamiento analítico era
cosa tan novedosa que se podía "aplicar" a cualquier campo con la seguridad de descubrir algo interesante.
Tenemos ahora más exigencia hacia nosotros mismos, porque el primer trabajo de exploración ya ha sido realizado
por Freud y sus discípulos inmediatos".
'"No pensamos entonces que, en la actualidad, se puede "aplicar" el pensamiento analítico a cualquier campo de
las ciencias del hombre. prescindiendo de los conocimientos. adquiridos en este campo".
La razonable intención de destacar su originalidad justifica la afirmación de que el Psicoanálisis es una ciencia del
significado y del diálogo (3. pág.43) es decir que se basa en la interpretación verbal de una expresión también
verbal, pero puede acaso negarse que la Medicina en su totalidad y por su mero carácter de ciencia, es otra cosa
que la interpretación verbal de una expresión muchas veces nada más que verbal en busca de un significado?
Naturalmente que, en su estricta vinculación médica, utiliza técnicas especiales que la individualizan, en su
propósito de curar o aliviar, pero eso no descarta que en la formación del analista no deba concurrir, junto con la
preparación analítica. la basal médica, y mejor aún, la médico-psiquiátrica. No deben tomarse ambas situaciones
como opuestas y excluyentes, sino, por el contrario, como concurrentes y complementarias.
La terapia analítica por no médicos
¿La existencia de analistas terapeutas no médicos obedece a una necesidad, o es una situación de hecho aparecida
al azar? ¿Se debe insistir en seguir formando nuevos? ¿Debe admitirse a los ya existentes? ¿Debe impedirse que
en el futuro se formen más? Esa necesidad de que existan obedece a que deben ser expresamente no médicos o a
que siendo los médicos analistas escasos no se da abasto con los pacientes, ¿y en tal caso la preparación de los
profanos exige menos tiempo que la del médico y por tanto ofrece más tiempo de rendimiento?
"No se ha planteado ningún problema en el uso del psicoanálisis con propósitos de investigar por parte de
científicos no médicos", dice Kubie Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Yale y Profesor del Instituto
Psicoanalítico de Nueva York (15, pág. 233). En cambio. se pregunta si al hombre común, a no médico, se le puede
permitir tratar gente psicológicamente enferma.
Los primeros analistas procedieron no sólo de entre los enfermos que consultaron por sus males, sino de muchos
campos de actividad cultural, filosófica y humanista, además de psiquiatras.
Había pues, como un impulso hacia la nueva doctrina, o una necesidad de curación o una curiosidad ante una
nueva corriente científica. En ciertos casos, dice Kubie (15, pág. 234), la falta de formación científica general
permitió que hipótesis científicas se desprendieran de especulaciones no controladas y se planteó la duda de que
hubiera compensación entre los riesgos y las ventajas de una situación de tal naturaleza.
una de las condiciones exigibles para ser psicoanalista dice Ey (17, pág 131) es que él debe ser médico y médico
psiquiatra "Esta condición, que el buen sentido exige, no sólo no es requerida por Freud, sino que ha sido
formalmente repudiada por él, lo que ha abierto el círculo psicoanalista a una turba de de io que la clínica
psicopatológica, de tal manera que los problemas que son sometidos a su sagacidad son peligrosamente mutilados
e incomprendidos". etc.
Freud sostiene (6, págs. 66 y sig.) que "no puede ejercer el análisis nadie que no haya conquistado, por medio de
una determinada preparación, el derecho a una tal actividad". En esto no cabe discrepancia; ella surge cuando
agrega que "el que tales personas sean o no médicos, me parece secundario La ventaja de ser médico radicaría en
la capacidad de diagnóstico y de alertar sobre las intercurrencias somáticas (6, pág. 79).
En cambio (6, pág. 66-67) dice que "los médicos no pueden alegar en modo alguno un derecho histórico a la
exclusividad en el ejercicio del análisis, pues hasta hace muy poco tiempo han empleado contra él toda clase de
armas. desde la leve ironía hasta las más graves calumnias", refiriéndose con esto a la amargura que le provocó la
manera como fue recibida en Viena su doctrina por sus colegas, y haciéndolo escéptico en cuanto a posibilidades
de un cambio para el porvenir. aunque ese porvenir, que hoy es un pasado de más de 30 años, ha demostrado lo
contrario.
Referente a la capacitación que recibe, o mejor, recibía el médico de la época, dice que esa educación era casi
opuesta a la que exige la preparación analítica, orientada hacia hechos anatómicos, físicos y químicos, sin
despertársele el interés por las fuentes anímicas de los fenómenos vitales, cuyo estudio no interesa, dice, a la
medicina.
Sin embargo, la orientación moderna de la medicina tiene justamente un carácter unitario, integrativo y un
ejemplo de ello es el criterio psicosomático de enfoque de los problemas médicos, gracias, precisamente a la
importancia y fundamental contribución del psicoanálisis.
La psiquiatría de hoy ha dejado de ser, como la de su tiempo, que, "al ocuparse de las perturbaciones de las
funciones anímicas, lo hacía buscando las condiciones físicas de esas perturbaciones y las trataba como oros
motivos de enfermedad".
Hoy la psiquiatría ha perdido esa orientación organicista, que justificaría su distanciamiento de las corrientes
psicologistas, para buscar de integrarlas a sus métodos y a sus contenidos.
El temor de que el médico, formado en el desinterés de los factores psíquicos de la vida, los considere ajenos a su
ciencia y a su arte, y no les dé importancia ya no tiene vigencia, porque, si no la actividad docente, por lo menos la
intención docente oficial actual, busca de promover ese interés.
La no concreción de esa intención en el terreno pragmático de la pedagogía medica , es el motivo de otro temor
de Freud, basado en el estado actual de las relaciones entre la enseñanza académica y los institutos analíticos.
El que muchos conocimientos que adquiere el médico sobran, "ocupan lugar" para el análisis, pierde sentido. No
interesa "descriptivamente el conocimiento" de los huesos del pie, la composición del hidrógeno, el trayecto de las
fibras nerviosas del cerebro o los descubrimientos sobre microbios, sueros o neoplasmas (6, pág. 87) pero
interesan "formativamente" por su valor cultural, y no por su aplicación práctica al análisis.
Puede esto significar prolongar una preparación, que por lo demás una vez terminada sería de una solidez
ponderable, pero permite en cambio, una plausible selección natural de los más capaces, de quienes podrán llegar
al análisis previa esa formación.
Cuando este ideal de armonía entre lo académico y lo analítico cristalice, el analista profano desaparecerá por
gravitación natural, confirmando el carácter transitorio que le ha atribuido Alexander (13).
Los americanos, a la inversa de los analistas europeos, que juzgan superflua la psiquiatría general para lo
formación del analista, "están convencidos de que una práctica psiquiátrica general, previa a la especialización en
el análisis, procura una comprensión de los problemas diagnósticos y terapéuticos que la práctica analítica no
puede ofrecer por sí sola" (5, pág. 29 y sig.) No es sólo por las intercurrencias somáticas que es preferible el
analista médico; lo es también en el campo de las etiologías, como lo pone en evidencia el problema de las psicosis
sintomáticas.
La Asociación Médica Americana exige (15. pág. 225) la graduación en una escuela médica, el internado médico
general, durante un año como mínimo, una cabal formación psiquiátrica con otro año de internado y una
preparación adecuada en los fundamentos de la neurología. Esto rige desde 1938 (5, pág. 293).
La cuestión del análisis profano va siendo resuelto favorablemente en favor de la exigencia de ser médico, no sólo
en Estados Unidos, donde han intervenido la Asoc. Psiquiátrica N. Americana, y varias comisiones estatales de
graduación médica (5, pág. 293) sino en algunos países europeos como Holanda. Suiza, Bélgica y en nuestro
continente, entre otros en Brasil y Chile.
Es de sumo interés, por razones obvias agregar algo sobre los criterios seguidos por el grupo psicoanalítico
argentino, del cual es filial el uruguayo.
"Los requisitos de formación analítica", dice L. Rosenthal (5. pág. 305), "que rigen en el Instituto de Psicoanálisis de
Buenos Aires se ajustan, en términos generales, a las normas del Inst. Psicológico de Berlín y de la Americana
Psychoanalytic Asociation. filiales. como la Asociación Psicoanalítica Argentina, de la Asociación Psicoanalítica
Internacional.
Transcribimos a continuación textualmente lo que se exige como "A Requisitos de Admisión", en lo que tiene que
Ver con el problema que se discute: " I. Preparación científica; a) Título de médico para los analistas adultos y
título pedagógico para los candidatos a analistas de niños; b) Concurrencia a un servicio de psiquiatría bajo
vigilancia directa de un analista didáctico que dirige la enseñanza de la psiquiatría psicoanalítica”, etc.
La conducta seguida o aconsejada ante los terapeutas legos
Hemos visto que la tendencia actual es a hacer que el terapeuta analista sea médico. Rey lo apoya en parte (3, pág.
45) cuando dice que "la tendencia del psicoanálisis en el mundo y la de la Asoc. Psicoanalítica del Uruguay no es de
facilitar el ingreso a personas carentes de formación universitaria, sino todo lo contrario. Lo deseable en este
sentido seria llegar a un acuerdo con las autoridades universitarias".
Pero lo ratifica categóricamente la Asoc. Psicoanalítica Americana (5, pág. 293). que admite "que profanos de
reconocida capacidad en otras profesiones (asistencia social, pedagogía, antropología, sociología, adquirir la
capacitación psicoanalítica necesaria para la aplicación de esta ciencia en su propio sector de estudio, siempre que
se comprometan a no utilizar tal instrucción para el tratamiento de enfermos".
Esta intromisión del profano en la terapéutica ha motivado una importante declaración del I O Congreso
Latinoamericano de Salud Mental, realizado en San pablo en julio de 1954 donde se aprobó una ponencia por la
que se considera infractores legales a los que no siendo diplomados realicen entre otras, psicoterapia analítica, por
entender que ésta corresponde al ejercicio de la medicina (8). En dicho Congreso, Flaminio Favero. catedrático de
Medicina Legal de San Pablo y presidente de la Sociedad de Medicina Legal y Criminología de la misma ciudad, y
Pinheiro Cinna, psiquiatra del Manicomio Judicial del Estado y Presidente de la sección de psiquiatría de aquella
sociedad, entendieron en el trabajo que presentaron (13), entre otras cosas, que el psicoanalista, además de
médico ha de ser psiquiatra y que el título de médico psicoanalista se dará en un curso de post-graduados, al
especializado en psiquiatría, previa una adecuada preparación sobre la materia. sobre la base de conocimientos
teóricos y prácticos de la materia correspondiente.
Las conclusiones que pueden extraerse de 10 que antecede son las siguientes:
1 ) Con un estricto sentido legal, tanto el curanderismo como las intromisiones de psicoterapeutas y psicoanalistas
legos en el arte de curar, caen en el ámbito penal.
1. El arte de Curar los trastornos mentales está limitado y es privativo de los médicos psiquiatras cualquiera
sea la orientación técnica y doctrinaria que hayan elegido.
2. La formación de técnicos auxiliares y con más razón la de investigadores puros puede pertenecer a Otros
institutos docentes que la Facultad de Medicina.
1. La formación de médicos psicológicos y psicoanalistas debe competir a la Facultad de Medicina, que está
obligada a capacitarse para proporcionar la especialización adecuada.
2. Si bien el psicotécnico no médico puede ser considerado como un auxiliar técnico especializado, y por lo
tanto actuar junto al médico, pero supeditado a su contralor, esto no cabe en lo referente al analista
profano, que carece de formación médica y médico-psiquiátrica, teórica y clínica, lo que le impiden actuar
con la autonomía absoluta que la propia naturaleza del análisis exige. Ambas situaciones no son
equiparables y por tanto admisibles en una misma situación reglamentaria.
3. Los argumentos en favor del analista profano han ido perdiendo su vigor inicial y los hechos que lo han
desvirtuado han determinado a las propias autoridades analíticas de muchos países a declarar la
necesidad de ser médico para hacer análisis terapéutico.
4. Si la escasez de médicos-psicólogos y médicos psicoanalistas responde a insuficiencias o defectos de
planes de la Facultad de Medicina, es necesario proveer a ésta de lo necesario para que las
correspondientes enseñanzas sean proporcionadas (9, pág. I l).
Como corolario de lo dicho, la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay dría proponerse, en este problema, los
siguientes fines:
l) Difundir entre quienes corresponda la actualidad de esta forma de intrusismo médico en defensa de sus
asociados, de los psiquiatras en general y de la Psiquiatría.
1. Provocar el celo de la Universidad para que delimite el cometido de cada una de sus facultades.
2. Provocar idéntico celo de las autoridades sanitarias para vedar el ejercicio del arte de curar a profanos o
legos.
3. Enterar a las entidades gremiales para que colaboren en la lucha contra el ejercicio ilegal y la
competencia desleal en el campo profesional.
4. Promover la habilitación de la Facultad de Medicina para proporcionar a sus graduados la formación que
se requiere para ser Médico Psicólogo y Médico Psicoanalista buscando la contribución de los institutos y
las personas habilitadas y aptas y estableciendo Con ellos los vínculos necesarios (9, l l , 13. 14).
Freud y Marx han descubrieron por igual, detrás de una realidad aparente, las fuerzas verdades que nos gobiernan:
Freud, el inconsciente; Marx, la lucha de clases.
Prólogo
¿QUIÉNES? Los que cuestionamos aquí somos personas, desde Laura Achard de Demario hasta Fernando Ulloa y los
dos Viñar. Somos 23. Pero con nosotros hay muchos más. Desde luego, incluyo a Enrique Pichon Rivière, el primero
de nosotros que cuestionó las limitaciones autoimpuestas por el psicoanálisis, buscando nuevas aperturas y
sufriendo el destino de los pioneros. Hay otros que comparten nuestro comportamiento, como Diego García Reinoso
o con Emilio Rodrigué. Hay otros, y son muchos, que cuestionan en su práctica, …. Pero no son forzosamente gente
que escribe sus ideas e inquietudes. Además, están los que no son analistas, pero igualmente cuestionan. Entre ellos
Raúl Sciarretta, cuya “lectura” de Freud y Marx nos ha enseñado mucho. y hay otros, un sinnúmero de gente que
pronto empezarán a cuestionar.
¿CUESTIONAMOS QUÉ? ¿El psicoanálisis en sí? ¿La ciencia que tiene por objeto teórico el inconsciente, con todas
sus implicancias? No la cuestionamos. Por el contrario. Somos psicoanalistas y nos importa el psicoanálisis. Hemos
comprobado que sirve para que el hombre se conozca mejor a sí mismo y al otro, para que se mienta menos y sepa
manejar más lúcidamente su destino. Esto último suena a Marx, pero eso no es extraño. Desde ya, hay analogías y
puntos de contacto importantísimos entre psicoanálisis y marxismo. Cuestionamos las omisiones que comete el
pensamiento psicoanalítico corriente. La estructura de nuestra sociedad capitalista entra, a través de la familia, como
cómplice en la causación de las neurosis, y en que se introduce, a través de nuestras pertenencias de clase, en nuestra
práctica clínica, invade nuestro encuadre y distorsiona nuestros criterios de curación. Cuestionamos las omisiones
que se hacen de ciertos conceptos de Freud. ¿Un ejemplo? “una cultura que deja insatisfecho a un número tan
grande de sus participantes y los impulsos a la rebelión, …"
No cuestionamos al Freud científico que nos muestra que la ideología de la clase dominante se trasmite, a través del
superyó, de generación en generación y vuelve lerdo al hombre en su capacidad del hombre. Pero cuestionamos al
Freud ideológico que toma la sociedad como dada y al hombre como fundamentalmente incambiable.
Cuestionamos, además, la institucionalización actual del psicoanálisis y su pacto con la clase dominante.
Cuestionamos una práctica que tenga, consciente o inconsciente, esta finalidad, y que se vuelva elitista.
Cuestionamos la limitación del conocimiento psicoanalítico tanto como los que quieren formar a otros, para os que
lo necesitan como terapia. Cuestionamos el aislamiento de las instituciones psicoanalíticas, sus estructuras verticales
de poder y el liberalismo aparente de su ideología.
¿DESDE CUÁNDO CUESTIONAMOS? Crónica de un proceso... Proceso porteño, Cordobazo. En uruguay inicia con la
muerte del estudiante Líber Arce. Leyendo a Wilhelm Reich descubrí la similitud de los hechos que llevan a los
psicoanalistas a asumirse políticamente: el 16 de julio de 1927 hay huelga en Viena. Gran manifestación. Reich
instrumento su saber psicoanalítico en favor de la lucha de liberación. Movimiento de higiene mental por Reich, no
precisamente para curar a unas cuantas personas o mejorar su salud.
Para Reich la lucha contra el fascismo y en pos del socialismo pasa por la liberación sexual. El padre de la familia
actual, llena de tabúes, el tiránico padre edípico que reprime las manifestaciones eróticas y rebeldes del niño, lo
transforma en un ser sumiso, presa fácil para cualquier dictador. Para cambiar al hombre no basta eliminar su
explotación económica. Hay que cambiar la familia. (¿Y la posesividad de las madres? El tema lo omite Reich. Pero
es urgente tratarlo.) los marxistas denuncian la miseria económica en que viven las masas. ¿Pero quién se dedica a
desenmascarar la miseria sexual del proletariado? ¿Cómo puede gozar el obrero con su compañera exhausta en su
vivienda precaria, en plena promiscuidad? ¿Y cómo podrá gozar ella, expuesta constantemente a la amenaza de un
nuevo embarazo que se transformará en un nuevo hijo, al que no podrán mantener? El estado no provee
anticonceptivos y hasta le niega el derecho al aborto, su derecho de como todo ser humano a disponer de su propio
cuerpo. Masas frustradas sexualmente, se neurotizan, y el neurótico sabe sufrir, pero no sabe luchar. Por es la miseria
sexual conviene a la sociedad capitalista, a la cual la Iglesia provee de argumentos morales para justificar la represión.
No habrá libertad sexual verdadera sin socialismo, ni socialismo verdadero sin libertad sexual. Esclarecimiento del
proletariado, plataforma común para las exigencias sociales y sexuales.
Analista con posición ideológica definida y de izquierda. intentan reivindicar el psicoanálisis para el marxismo.
Los uruguayos explicitan la crónica a través de sus trabajos. Además, no tienen problemas institucionales.
Cuestionamientos dentro y fuera del ámbito institucional, cuando esto se produjo, provocada con cierta inocencia
por ambos lados, resultó explosiva. Lo cual es decepcionante, si tenemos en cuenta que, como analistas, deberíamos
superar disociaciones y aspirar a la integración; pero efectivamente el adentro y el afuera resultaron inintegrables.
Ocurrió as: la mayoría de nosotros miembros APA y formalmente miembros FAP. Inmediatamente antes del
Cordobazo unos cuantos asumieron activamente su papel en FAP. Hubo huelga general. APA casa, FAP organismo
gremial, científico y político, era casi circunstancial. Campo “locus politicus”, donde poder aprender, en un curso
acelerado, lo que nos había faltado durante tanto tiempo. Allí pudimos adquirir, psicoanalistas de alta categoría,
“calle” en un sentido político. APA reacciono mal ante nuestras palabras inocentes -ven, nos faltaba “calle”. Tras la
independización de APA de planteos de Plataforma Argentina, se formó un núcleo de disidentes dentro de APA, llamado
grupo documento. Puso además en duda las reglas de juego vigentes en APA y, por primera vez desde decenio, una
comisión directiva no fue elegida por unanimidad, sino hasta con votos en contra. Y así seguimos. No hay que pasar del
pensar al actuar, como ya es sabido, esto es mal visto analíticamente.
¿POR QUÉ CUESTIONAMOS? Justamente por una necesidad de integración. También por considerar que el análisis,
cuestionado, repensado, abordado marxista y con nuevas aperturas hacía lo social, puede ser un instrumento más útil en
el presente e indispensable en el futuro.
1) Enseñanza activa que multiplique el acceso, así como se aboque a políticas de permanencia en la institución,
direccionándose hacia modalidades integrales.
2) Desarrollo de la investigación desde una perspectiva integral (formación en investigación en todos los niveles,
consolidación institucional de la investigación, desarrollo de proyectos de investigación).
3) Modalidades de cursados que permitan el desarrollo de experiencias singulares en diferentes lugares del país.
4) Coordinaciones con otros servicios universitarios para la generación de proyectos interdisciplinarios acordes a
las demandas locales y regionales.
7. La facultad de gestionar
El movimiento de higiene mental surge con Clifford W. Beers, un psiquiatra estadounidense que luego
de algunas internaciones psiquiátricas, publica un libro detallando su experiencia como paciente dentro
de ese tipo de instituciones (Babarik, 1979; Beers, 1910, 1917; 1921). A partir de su trabajo y denuncia,
consiguió que se implementaran diversas acciones para modificar la atención de las personas con
diagnóstico psiquiátrico y mejorar las condiciones laborales del personal de salud, creando organismos
dedicados a reflexionar y actuar en torno al problema de la patología mental y su lugar en la sociedad.
En 1919 una de estas entidades, la Comisión Nacional de Higiene Mental de EEUU, exporta algunas de
sus actividades a Europa, comenzando así la internacionalización del movimiento (Allende, 2005/1933;
Bertolote, 2008).
Por su parte en 1913, el gobierno del Reino Unido solicita a la Asociación Central para el Bienestar
Mental que determine la población considerada ‘deficiente mental’ y que, a partir de eso, provea de
ayuda institucional y supervisión a la comunidad. Esta ‘deficiencia’ fue prontamente asociada a
‘ineficiencia social’, vinculándola a otros problemas sociales, ampliando con esto su ámbito de
intervención (Simmons, 1978). El contexto de entreguerras, sumado al inicio de un trabajo colaborativo
de la Asociación Central para el Bienestar Mental junto con otras organizaciones, dan lugar al
afianzamiento del movimiento de higiene mental del Reino Unido. Este movimiento delimita su
preocupación en torno a los problemas psicológicos, entendidos desde aquí como desajustes mentales
producidos por el fracaso en el individuo para adaptarse a su comunidad (Toms, 2012). En términos
generales, la higiene mental en Reino Unido buscó prevenir, detectar y tratar los trastornos mentales en
la población, considerando la influencia de la sociedad en la manifestación de éstos, y la función de las
relaciones humanas en el desarrollo de ciudadanos mentalmente ajustados o desajustados. A partir del
cambio de enfoque, donde lo social adquiere relevancia, se elaboraron nuevas explicaciones para los
trastornos llamados mentales y los problemas que se derivan de ellos, haciendo necesario y
promoviendo un diálogo entre la psiquiatría y las ciencias sociales. Esto produjo un nuevo objeto de
intervención donde ya no se trataba simplemente de la locura o el padecimiento mental, sino más bien
de la relación entre el individuo y la sociedad, y cómo las interacciones constitutivas de este vínculo
podían favorecer o prevenir dichas manifestaciones (Crossley, 1998).
No podemos dejar de mencionar como un acontecimiento relevante para esta reconfiguración el Plan
Beveridge que, en 1942 y en plena II Guerra Mundial, surge en el Reino Unido como primera
planificación de seguridad social y que servirá luego, de modelo para una nueva forma de relación entre
el Estado y la salud de su población. Con esta reconfiguración, emerge una nueva función estatal. De
esta manera “(...) una sociedad asume la tarea explícita de garantizar a sus miembros no sólo la vida,
sino la vida en buen estado de salud” (Foucault, 1976a, p. 152), consagrando de este modo el derecho a
la salud (Rodríguez, 2009). Años después, más precisamente en 1946, la recién fundada Organización
Mundial de la Salud (OMS) propone entender a la salud como “un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente (como) la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2018),
conceptualización que aparece como un antecedente significativo para la posterior conformación de la
salud mental como nuevo ámbito técnico y conceptual. La idea de bienestar, la inclusión de la dimensión
mental y la explicitación de lo social, junto con una consideración de la salud más compleja que sólo la
ausencia de enfermedad, formalizan una ecuación donde los individuos son interpelados acerca de la
necesidad de elaborar un juicio de su experiencia a través de estas claves, y donde la salud adquiere,
para las sociedades occidentales, un valor cada vez mayor (Greco, 2004).
El Congreso se dividió en tres ejes: psiquiatría infantil, psicoterapia médica e higiene mental, siendo esta
última la que tuvo mayor cantidad de conferencias dentro del programa, lo que da cuenta del énfasis y
la impronta del encuentro. Entre sus ponencias destacan: “Problemas de la ciudadanía mundial y buenas
relaciones grupales”, “El individuo y la sociedad”, “Salud mental en la industria y en las relaciones
industriales” y “Planificando para la Salud Mental: organización, entrenamiento, propaganda”
(International Congress on Mental Health, 1948a). Aquí advertimos, por momentos, la indiferenciación
pero sobre todo el reemplazo gradual del término de higiene por el de salud mental, reemplazo que
agudiza aún más la distancia con lo patológico y que ilumina la relación individuosociedad como su
objeto actual de preocupación. Si bien la higiene mental ya contemplaba desde sus inicios la dimensión
social, mediante el impulso de prácticas de prevención que intervienen los medios de los sujetos, en su
interior subsiste la idea que se higieniza algo que es potencialmente nocivo para el organismo. La idea
de salud integra la idea de equilibrio y supone una graduación en el estado integral de una persona que
se conecta directamente con las condiciones de su existencia, condiciones que se consideran no sólo
sociales sino también universales en tanto propias de lo humano, como veremos más adelante.
En los meses previos al congreso, una comisión de profesionales de disciplinas, experiencias y países
diferentes se encargó de elaborar un documento con denominadores comunes y principios básicos para
una delimitación de la salud mental como nuevo concepto y campo, texto que sirvió también de
material de trabajo para el futuro encuentro. Qué es salud mental, qué constituye una buena sociedad,
y qué es la ciudadanía mundial fueron las preguntas que se propusieron para guiar el proceso de
producción de dicho documento, y a partir de las cuales se llegó a ciertas conclusiones a partir de las
cuales se determinó que la comunión de conocimientos de diversas disciplinas permitía sostener algunas
‘verdades’ sobre el comportamiento humano:
Los estudios del desarrollo humano indican la modificabilidad de la conducta humana a través de
la vida (...) mediante contactos humanos. El examen de las instituciones sociales (...) muestra que
éstas además pueden ser modificadas. Estas posibilidades reconocidas recientemente proveen las
bases para la mejora de las relaciones humanas, para la liberación de las potencialidades
humanas constructivas y para modificar las instituciones sociales para el bien común.
(International Congress on Mental Health, 1948b, p. 7; traducción propia)
De esta manera, se establece una ‘naturaleza’ social y maleable, que permitiría intervenir y así cambiar
el curso de ciertas circunstancias según se planifiquen determinados fines para el ser humano.
Las exploraciones sistemáticas de la mente humana tanto sana como enferma, (...) han develado
las inmensas posibilidades que existen para realizar esfuerzos constructivos dentro de las
sociedades humanas, así como la buena voluntad latente en los individuos. (International
Congress on Mental Health, 1948b, p. 11, traducción propia)
La salud mental va apareciendo entonces como un modo de infundir un espíritu científico a los
movimientos de reforma y reconstrucción de posguerra, funcional en la medida que permitirá dar
inteligibilidad a lo que en ese momento histórico se consideraban influencias en el comportamiento
humano, para realizar a partir de ahí una serie de cambios:
El problema de la salud mental es el de reeducar a la gente en todas las áreas de las relaciones
interpersonales de tal manera que les dé una idea de su propio comportamiento y el de otros.
(International Congress on Mental Health, 1948b, p. 33, traducción propia)
El otro elemento fundamental que se propuso y queda sellado en el título escogido para el documento
que precede el congreso, Mental Health and World Citizenship, es la relación de dependencia y
coproducción entre esos conceptos, cuyo propósito explícito es promover un nuevo orden a través de
este proyecto de ciudadanía mundial.
Los principios de la salud mental no pueden prosperar en ninguna sociedad a menos que haya una
aceptación progresiva del concepto de ciudadanía mundial. La ciudadanía mundial puede extenderse
ampliamente entre todos los pueblos a través de la aplicación de los principios de la salud mental. El
concepto de ciudadanía mundial implica lealtad a toda la humanidad. (International Congress on
Mental Health, 1948b, p. 8, traducción propia) Agregando:
La búsqueda de la salud mental no puede ser sino una parte de un sistema de valores. En esta
declaración, los valores asociados con la civilización occidental están, quizás, implícitos en mucho
de lo que se dice. De hecho, el mismo esfuerzo para alcanzar un alto grado de salud mental es, en
cierto sentido, una expresión del logro cultural de Occidente. Pero esto no implica de ninguna
manera que la salud mental, tal como se entiende en los países occidentales, esté
necesariamente en desacuerdo con el sentido que se le da en otros países. Por el contrario,
puede ser que aquí se pueda encontrar una base para la aspiración humana común. (International
Congress on Mental Health, 1948b, p. 11, traducción propia)
Política y ciencia son hibridadas en la noción de ciudadanía mundial. La salud mental, a partir de este
documento que se plantea como declaración de principios para el primer encuentro, emerge como el
resultado del ensamblaje de prácticas sociales y políticas, conocimientos y cálculos, que permiten
instituirla como una estrategia para convertir en objeto de intervención a la población en su totalidad. A
través de esto se instala un proyecto de orden ciudadano que compromete una promesa con tintes
ideales. Desde aquí, ya no se trata sólo del problema de los trastornos mentales, de conductas desviadas
o del padecimiento que algunos exponen sino, principalmente, de un nuevo modo de pensar el gobierno
de la población y la construcción de los individuos donde la racionalidad biopolítica toma su lugar con
toda propiedad y “el problema de la vida empieza a problematizarse en el campo del pensamiento
político, del análisis del poder político” (Foucault, 1976b, , 195).
Es finalmente en 1950 que la OMS entrega su primera definición, estableciendo qué entenderá por salud
mental:
... una condición, sometida a fluctuaciones (por) factores biológicos y sociales, que permite al
individuo alcanzar una síntesis satisfactoria de sus propios instintos, potencialmente conflictivos;
formar y mantener relaciones armónicas (...) y participar en cambios constructivos en su entorno
social y físico. (World Health Organization, 1951)
Esta conceptualización se ha matizado y hoy se usa, por lo general, la noción de salud mental para
referirse a las actividades y estrategias vinculadas al componente de bienestar mental comprendido en
la definición de salud de la OMS, y también para precisar el estado de bienestar que se espera tenga un
individuo. Como hemos visto, la salud mental se constituye en uno de los pilares de la conceptualización
de salud producida y mantenida por la OMS desde 1946 que, como dice Pablo E. Rodríguez (2009)
“expande tanto la noción de bienestar que es posible creer que éste no se alcanzará nunca” (p. 87).
Nuestro recorrido por ciertos hitos históricos y apuntalamientos conceptuales, lejos de pretender ser
completo y mostrarse como acabado, permite dar cuenta de la coyuntura en la que se erigió la salud
mental como una composición específica y original. La salud mental fundó un ámbito inédito de
reflexión e intervención que posibilitó profundizar en la medicalización de la vida diaria, común y
corriente, operacionalizada a través de nuevos códigos que transformaron los modos en que los seres
humanos juzgamos nuestra experiencia, nos pensamos y nos producimos como tales. Lo que queremos
resaltar es la manera en que esta nueva formación asoma como un modo de subjetivación de alcance
global que transporta en su efectuación una idea de ser humano muy específica. Tomamos la noción
modo de subjetivación de la lectura que realiza Gilles Deleuze sobre la obra de Michel Foucault (Deleuze,
2013, 2014), esta noción nos permite dar cuenta de aquellas disposiciones que, mediante la movilización
de singularidades diversas (flujos colectivos, semióticos y materiales), producen una forma particular de
ser sujeto siempre en relación a otros.
En la página web del BM encontramos una entrada que habla directamente sobre este asunto. Allí se
definen los objetivos y alcances del encuentro:
El evento tiene como objetivo comprometer e involucrar a los ministros de finanzas, las organizaciones
multilaterales y bilaterales, la comunidad empresarial, los innovadores tecnológicos y la sociedad civil en
la realización de inversiones urgentes y necesarias en salud mental y apoyo psicosocial así como
participar de los retornos esperados en materia de salud, beneficios sociales y económicos (World Bank,
2018).
El argumento inicial plantea que los problemas de salud mental tienen profundas consecuencias
económicas, las cuales se agravan debido a las bajas inversión y cobertura sanitaria; por ejemplo,
indican que en 2010 la depresión produjo pérdidas de aproximadamente 800.000 millones de dólares en
la economía global, anticipando que, para el 2030, esta cifra se duplicaría. Frente a esta situación, el
texto expone la incapacidad de los gobiernos locales de asumir estos problemas, proponiendo el pasaje
de una estrategia exclusivamente institucional a una intersectorial que busca llevar a la salud mental de
la periferia al centro de la salud global. Al respecto sostiene que “(...) correctamente implementadas,
estas intervenciones representan ‘mejores adquisiciones’ para cualquier sociedad, con retornos
significativos en términos de salud y ganancias económicas” (World Bank, 2016, traducción propia). En la
web podemos ver un video donde, a modo de propaganda, se plantea una serie de metas necesarias
para enfrentar el problema: voluntad política y liderazgo, integración de la salud mental dentro del
sistema de salud, aumento de las inversiones de los gobiernos nacionales y búsqueda de socios
internacionales para el desarrollo. Este ejemplo da cuenta de cómo la salud mental opera como una
dimensión de gobierno intrínsecamente ligada a un modo de economía global. En tanto que dimensión,
puede ser causa de pérdidas como de ganancias económicas, si se la entiende del modo correcto, es
posible obtener un equilibrio en la gobernanza planetaria y en la felicidad de los individuos.
Fitbit del Alma: La Salud Mental como Mediación y Externalización de la Conducta Moral
Recientemente, el centro Cambridge Cognition presentó un dispositivo portátil diseñado para
monitorear el estado de salud mental de las personas, definido por la prensa internacional como un
“fitbit del alma”. El aparato lee patrones de signos vitales y, a través de éstos, realiza el seguimiento de
estados de ánimo, memoria e incluso felicidad del usuario. Entre las utilidades que se le augura está su
eventual aplicación para prevenir bajas laborales por depresión, mediante el control permanente del
estado psicológico de los trabajadores y las trabajadoras, o el monitoreo de tratamientos psiquiátricos
(Ward, 2016). El artefacto, que según un reporte de prensa (Hunter, 2016) tendría la forma de un reloj,
podría mandar un e-mail al usuario para levantarle el ánimo en caso de detectar mal humor o comunicar
a los gerentes fallas en la memoria de los trabajadores y las trabajadoras para sugerir posteriores
chequeos de demencia. Este dispositivo podrá ser adquirido en el mercado dado que es una tecnología
pensada tanto para la autorregulación como para la gestión de grupos tales como empleados de una
empresa o consumidores de un medicamento, entre otros. De esta forma, el monitor articula la doble
dimensión del gobierno: el gobierno de sí y el gobierno de otros, todo esto posibilitado por una
tecnología en la que se delega una forma particular de entender la salud mental.
Kokoro no kaze no es sólo una enfermedad mental como sí lo es utsubyou; es algo que podría pasarle a
cualquiera y que se puede tratar con medicamentos, como afirma una nota de la BBC (Harding, 2016).
Este “resfriado del alma” aparece como una zona intermedia entre las afecciones del organismo y las de
la mente. Es precisamente esa nueva zona la que posibilita que se disparen las ventas del medicamento,
comercializado como antidepresivo, produciendo con ello nuevas personas con depresión. Esta situación
da cuenta además de los problemas y tensiones de un concepto universal como el de salud mental y los
efectos locales de su implementación.
En los tres ejemplos subsiste una racionalidad de orden económico que no sólo lo vemos en el interés
del Banco Mundial, sino también en la necesidad de la industria farmacéutica de ampliar el rango de
consumidores hasta la oportunidad para ciertos empresarios locales de adquirir un dispositivo de
monitoreo del desempeño emocional y productivo de sus trabajadores. Estos ejemplos no hacen más
que enfatizar el régimen de productividad en el que se inscribe la salud mental; la buena adaptación del
ciudadano, su equilibrio, expresado en el concepto de ciudadanía mundial, incluye una adaptación que
le permite ajustarse a las necesidades de producción capitalista.
Desde esta perspectiva, la salud mental no es algo negativo sino algo que hay que promover mediante el
uso de ciertas estrategias (políticas coordinadas, pastillas, fitbit). Así, la salud mental se presenta como
una cuestión positiva en el doble sentido del término; por un lado, porque su existencia y sus
consecuencias se exhiben como datos reales, y por otro lado, porque su connotación desde el sentido
común la revela como algo beneficioso y deseable. La salud mental aparece como la meta que todos
debemos buscar. De esta manera, aparece como una propiedad de todos, que a todos atañe y debe
preocupar.
Otro elemento que nos interesa destacar es la idea de gestión. La salud mental es algo que debe
ser gestionado por actores colectivos e individuales en simultáneo. Ya sea por empresas, gobiernos o
agencias, la dimensión colectiva de la gestión aparece como un elemento inmanente de la
constitución de este campo. Pero esta dimensión sólo cobra sentido si es acompañada por una gestión
individual.
Todo lo anterior adquiere valor si esos esfuerzos se encaminan para posibilitar que los individuos
se comprometan a gestionar su propia salud mental ya sea deviniendo consumidores de
antidepresivos,
utilizando el dispositivo en su cuerpo o apostando por aquellos gobiernos que invierten en salud mental.
Finalmente, ilustran cómo a menos de un siglo de su aparición en la agenda pública, la salud mental ha
conseguido ubicarse con propiedad dentro de la institucionalidad sanitaria proyectada por la OMS
(OMS, 2001, 2013), desbordando al mismo tiempo dicho espacio de salud, para filtrarse en
innumerables ámbitos de nuestra vida cotidiana. Los ejemplos muestran que la salud mental es una
entidad intersectorial que precisa de la movilización de múltiples actores económicos, políticos,
institucionales, tecnológicos, entre otros.
A pesar de que los ejemplos remiten a formas de estar en el mundo estandarizadas (debido en parte a
que se apunta a la regularidad de las poblaciones), la novedad sin embargo no es la existencia de unas
formas estandarizadas de vida singulares, sino el papel que hoy juega la salud mental en la constitución
de éstas. Desde esta perspectiva, la salud mental se refiere a una serie de estrategias individuales y
colectivas que buscan gestionar diversos aspectos de la vida, y que permiten aproximarse mediante
estos esfuerzos a un ideal que apunta a un estado de bienestar y desempeño óptimos. Para esto, se ha
tomado y convertido la vida cotidiana en objeto de examen. A partir de éste, se han generado saberes
específicos y desarrollado ciertas estrategias de acción, consiguiendo formalizar y estabilizar una
relación entre salud y vida cotidiana que resulta novedosa y potente.
De lo anterior podemos concluir algunos puntos: 1) la salud mental es un fenómeno poblacional que
tiene la particularidad de producir sus grupos de acción; 2) a su vez, emerge como un régimen de
productividad muy específico que logra articular biología con política, y tiempo libre con trabajo,
armonizando las tensiones inmanentes de estas dimensiones; 3) adquiere positividad, en tanto
existencia por sí misma, a través de todo un orden de disposición ontológico que requiere la
movilización de múltiples actores, este movimiento es la condición necesaria para catalogarla como
positiva en tanto valor que debe ser perseguido, ideal que opera en la autorregulación de la conducta y
en la búsqueda de la felicidad general; 4) la salud mental se basa en una gestión constante que supone
un grado de compromiso activo por parte de los actores involucrados en su gestión; 5) supera
ampliamente el campo de la salud y los límites de los estado-nación presentándose como una entidad
intersectorial y global; y 6) se trata de la sanitarización de la vida cotidiana, en un movimiento que
despolitiza el significado del bienestar (y por supuesto el de malestar) ampliando el concepto de la salud
hasta el extremo de situarla como la sustancia ética del sujeto. Si el bienestar había sido un logro en
Europa sostenido en parte por grupos de presión, tales como los sindicatos de trabajadores, y partidos
socialdemócratas, en esta reformulación deviene una cuestión individual que el sujeto ha de perseguir
por sus propios medios invisibilizando el rol del estado y centrándolo en su responsabilidad.
Conclusiones
Con la salud mental el gobierno de sí es traducido como una cuestión de salud, despolitizando el
carácter controvertido de lo que significa gobernarse y gobernar a otros. Esta despolitización supone
tornar la forma gobierno –una forma supeditada en la dirección de las fuerzas y los conflictos– en salud
–una salud individual y colectiva que se disocia del conflicto inmanente de la política y que es
apuntalada por un saber técnico y objetivo. En un contexto donde diversos colectivos y reformas se
encaminan hacia un paradigma de la salud mental ligada a los derechos humanos como forma
alternativa a los efectos y problemas derivados de la psiquiatrización, queremos subrayar esta
composición como parte de un nuevo orden global que emerge en posguerra y que se consolida en la
actualidad. Sabemos que muchas luchas abrazan la salud mental como horizonte y espacio de
realización, lo que afirmamos es el efecto de diagramación de la salud mental en la conformación de lo
que somos en nuestra contemporaneidad.
Durante el siglo XX, la noción de salud ha extendido sus alcances más allá de la sanación de heridas o la
cura de enfermedades circunscritas en el cuerpo para abarcar otras esferas y ámbitos vinculados con la
producción y la reproducción de la vida. Por su parte, la noción de salud mental emerge como un
proyecto, no sólo sanitario sino también político que se desvincula de la enfermedad mental y del
simple alcance de la psiquiatría, aportando al concepto de salud un componente de integralidad y una
mayor incidencia en la vida cotidiana de las personas. Estas nociones propias de Occidente alcanzan su
auge global a través de la configuración de un nuevo orden mundial que supone el acuerdo tácito de
ciertos valores y principios localizables en la cultura europea y de rápida extensión en gran parte de la
superficie terrestre.
Como hemos visto, la emergencia de la noción de salud mental está ligada a la idea de ciudadanía
mundial. Esta operación implica la formulación de ciertos rasgos universales en la humanidad a pesar de
las diferencias culturales, ideológicas, anatómicas, religiosas, entre otras; a la vez que liga a la especie a
un estado de derecho global que regula esta igualdad inmanente (la Declaración de Derechos Humanos,
contemporánea a la emergencia de la salud mental, posibilita entre otras cosas homologar y armonizar
el sujeto de derecho con la especie biológica). De aquí en más humanidad y ciudadanía, biología y
derecho, serán entidades difíciles de separar, la singularidad de uno mismo será posible dentro de los
parámetros unívocos que definen qué es ser ‘ser humano’.
Conclusiones
• El curanderismo y las intromisiones de psicoterapeutas y psicoanalistas legos caen en el ámbito penal.
• El arte de curar los trastornos mentales está limitado y el privativo de los médicos psiquiatras. • La
formación de técnicos auxiliares e investigadores puede pertenecer a otros institutos que no sean la
Facultad de Medicina • La formación de médicos psicológicos y psicoanalistas debe ser competencia de
la Facultad de Medicina. • Si la escasez de médicos psicólogos y médicos psicoanalistas responde a
insuficiencias o defectos de los planes de estudio de la facultad de medicina, es necesario proveer a ésta
de lo necesario para que las correspondientes enseñanzas sean proporcionadas.
ROL DEL PSICOLOGO MÓDULO 10
Reconocimiento legal del campo profesional del psicólogo. TUANA.
La psicología en nuestro país nace tardíamente si la comparamos con Argentina y Brasil. En efecto, la
psicología científica comienza en Latinoamérica en el año 1898, año en que Horacio Piñero funda el primer
laboratorio de psicología experimental en Buenos Aires.
En Brasil, encontramos la influencia de Radecki, un psicólogo polaco que llega allí en 1923, desarrolla el
estudio de la psicología general y experimental y funda el primer laboratorio del país.
En el nuestro, el primer laboratorio fue creado en 1933, como Laboratorio de Psicopedagogía de los Institutos
Normales, a iniciativa de Sebastián Morey Otero. La psicología nace en nuestro país en el ámbito pedagógico.
Había existido con anterioridad una iniciativa de Vaz Ferreira, pero tuvo corta vida.
En los años 1944-45 se incrementa la actividad del laboratorio con la contratación del Dr. Emilio Mira y López.
Paralelamente, en 1947, la Clínica Médico Psicológica del Hospital Pedro Vizca, empieza a desarrollar sus
actividades; para concretarse en 1948 un curso que se regulariza a partir de 1950 con la denominación de
Cursos de Psicología Aplicados a la Infancia. Son fundados por el Dr. Julio Marcos, quien dedicaba su atención
al “estudio integral psicosomático de los niños enfermos”. Este centro pasa luego a integrar la Escuela de
Colaboradores del Médico y el título a otorgar se denominaba Técnico en Psicología Infantil. Desde 1967 ese
título es universitario.
En 1972 se pone en marcha el plan 1971 con la diversificación de ciclos: básico que otorgaría el título
académico de Licenciado en psicología y el título universitario de psicólogo; de especialización con la
diversificación en psicología educacional, social, clínica, psicofisiología y la posibilidad de incluir otras, y el
doctorado con prestación de los demás requisitos de los otros doctorados de la facultad.
En 1975 se crea la Escuela Universitaria de Psicología. El 23 de marzo de 1977 se aprueba el pan de estudios
con un Ciclo básico de cuatro años, uno de Especialización de dos y uno de Doctorado. Inicia su
funcionamiento en 1978.
En marzo de 1977, el Decano de la Facultad de Medicina aprueba el nuevo plan de estudios para el postgrado
en psiquiatría. “La práctica en psicoterapia tendrá lugar en el 2° año del curso de post-grado, debiéndose
cumplir tres fases que podrán ser concomitantes: seminario, práctica psicoterápica y aplicación
psicoterápica.”
Por decreto del Poder Ejecutivo en 1979, se resuelve “habilitar los cursos de psicología que se dictan en el
Instituto de Filosofía, Ciencia y Letras” y se comete a la Universidad de la República la supervisión de los
mismos.
Hasta aquí, la historia de las instituciones de formación de Psicología. Nacidas en el ámbito educacional,
habiendo formado sus primeros psicólogos con la formación básica de maestros, se van diversificando para
abarcar otros sectores, aunque esta diversificación es más teórica que real.
Según Aldo Solari, conviene tener claro que en toda actividad es necesario distinguir tres aspectos:
La capacitación científica es evidente que la puede adquirir cualquiera y dentro de ella lograr un nivel más o
menos elevado.
El segundo aspecto es la existencia de un título académico. Esta competencia era privativa de la Universidad
de la República quien lo otorgaba de acuerdo a la ley 12.549 y de las ordenanzas universitarias.
En la actualidad, por el decreto del Poder Ejecutivo en 1973, se confiere al Ministerio de Educación y Cultura.
El que tiene el título tiene cierta preeminencia sobre el que no lo posee, sin que esto sea un impedimento
para el último de ejercer su función.
Ahora bien, las instituciones oficiales, las privadas, etc., pueden reglamentar la admisión de sus funcionarios,
docentes, etc., exigiéndoles la posesión del título académico, aunque no existe reconocimiento legal del
mismo.
El tercer punto es la posesión legal del título, o, dicho de otra manera, el monopolio legal del ejercicio de la
profesión, o como dice la Resolución Ministerial que crea la Escuela de Psicología, el ejercicio profesional del
psicólogo.
En nuestro país la lucha se remonta a 1958, año en que la Sociedad de Psiquiatría produjo y difundió un
documento:
La Sociedad de Psiquiatría del Uruguay en su sesión del 27 de mayo de 1958, previo un estudio detallado del
“intrusismo” en psiquiatría; basado en una serie de informes solicitados y hechos conocer a sus miembros, y
en una discusión a la que dedicó dos sesiones, resolvió por amplia mayoría interesar a las autoridades
pertinentes sobre la necesidad de tomar intervención en el problema de la psicoterapia ejercida por no
médicos, comprendiendo en dicho término no solo las actividades que en ese sentido realizan curanderos
vulgares, idóneos y autodidactas, sino que también y fundamentalmente, los de los llamados psicólogos
clínicos y de los psicoanalistas profanos. En ese sentido, la Sociedad de Psiquiatría en mayoría entiende que la
psicoterapia, cualquiera sea su forma de aplicación, es una actividad estrictamente médica, es decir que debe
ejercerse solo por el médico, el cual para serlo a) debe de graduarse en la Facultad de Medicina, b) inscribir
su título en el Ministerio de Salud Pública, que vigilará en adelante su actuación profesional y c) luego
someterse al régimen tributario vigente.
Sin el cumplimiento de estos requisitos, nadie en el territorio de la República, puede ejercer el arte de curar y
si lo hiciere incurre en “curanderismo”.
Con esto se daría el máximo de garantía a la actividad curativa sin necesidad de salirse de las normales
legales vigentes.
La Sociedad de Psicología del Uruguay asumió la defensa de la profesión y su ejercicio integral en un doble
sentido:
1) Realizando consultas profesionales para la elaboración de un proyecto de protección legal del ejercicio
profesional.
En 1969, Elvira Frank de Ruske y Jorge Poggi hacen un resumen del problema diciendo: “que sería retrógrado
negarle (a la psicología) su independencia como ciencia, por eso se le niega o se limita la praxis”.
El Proyecto de Salud Pública sobre Normas para el Ejercicio de las Profesiones de Psicólogo y de Técnico en
Psicología Infantil, replanteó el problema. Por un lado, determinaba: “Es libre en todo el territorio nacional el
ejercicio de la profesión de Psicólogo” y por otro se delimitaban sus funciones incluyendo el “diagnóstico
psicológico, la orientación y selección profesional y psicopedagógica, dirección de servicios, enseñanza de la
disciplina, supervisión, asesoramiento, realización de pericias y solución de problemas de conducta. La
terapia debe hacerse bajo control del médico especialista habilitado y dentro de los límites de su
autorización.”
La Sociedad de Psicología inició nuevamente consultas y se elevó un proyecto en 1973 que nuevamente no
cuajó.
Art. 5° - “Son funciones privativas del psicólogo la utilización de métodos y técnicas psicológicas con fines de
diagnóstico, orientación y asistencia en los campos comunitarios, institucional, educacional, laboral, familiar
e individual”.
Art. 7° - “La psicoterapia en cuanto a ámbito y técnica cuya aplicación obliga a un enfoque interdisciplinario
de los conceptos de salud y enfermedad, podrá ser realizada por los psicólogos en la medida que su labor
surja del resultado de la interconsulta médico-psicológica”.
Existe también, de la misma época un Proyecto de Normas para el Ejercicio de la Profesión de Psicólogo
presentado por l Instituto de Psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias, que ampliaba los campos
de trabajo.
En el Diario Oficial del 20 de mayo de 1976 aparece el Reglamento de Técnico en Psicología Infantil. Se
adelanta que “las funciones del psicólogo deben quedar limitadas en sus apreciaciones al psicodiagnóstico.”
De esto se desprende:
➢ Que si comparamos esta situación con aquella a que hace referencia la nota de la Sociedad de Psiquiatría
del Uruguay, hay una formación universitaria en Psicología, y para los Técnicos en Psicología Infantil un
registro del título en el Ministerio de Salud Pública.
➢ Como estableció Carrasco: No se plantean problemas ni conflictos en la actividad del psicólogo en los
campos de actividad no clínica;
Art. 5° - Las Clínicas de Psicología Infantil, para obtener autorización de funcionamiento del Ministerio de
Salud Pública tendrán que acreditar que actúan bajo la dirección de un Médico Especialista en esa disciplina.
“El psicólogo recibido, 4 años del Ciclo Básico, no tienen preparación específica para ejercer psicoterapia, por
ejemplo, aún dentro del equipo multidisciplinario. El Psicólogo especializado y el Doctor en Psicología, podrán
asumir otras responsabilidades para las cuales el psicólogo dentro de este Plan, no está preparado.” Se
destaca:
1) Que la lucha debe concentrarse en la creación del título profesional, o más concretamente de la carrera
profesional.
2) Que es necesario realizar mucho trabajo preparatorio acerca de la definición de los conceptos de salud
y enfermedad, así como los de clínico, psicólogo, psiquiatra, etc.
3) Que resulta conveniente usar, para designar campos de actividad del psicólogo, los términos de ajuste
que se manejan en la reglamentación brasileña u otros semejantes.
5) Que las reglamentaciones que establecen las funciones del médico responden a conceptos de otras
épocas; en la actualidad las fronteras de las ciencias se van esfumando y la delimitación se hace cada vez más
difícil.
6) Que no se debe limitar el campo aduciendo el hecho de que no se está preparado pues nos movemos
en un círculo vicioso: por una parte, no se prepara y por otra no se deja trabajar a fuer de que no se está
preparado. Es evidente que, como dice el anticipo de reglamentación, es necesaria una preparación, pero es
también evidente que las instituciones tienen la obligación de preparar a sus profesionales al máximo nivel.
7) Que no se puede admitir la preparación del psicólogo como un profesional de segundo orden,
subordinado a uno de jerarquía superior. Esta situación denigra a ambos. El psicólogo debe estar preparado
con las máximas garantías para asumir la responsabilidad plena de su labor y asumir el papel que el
momento reclama de él.
Estas elecciones y su configuración política, tienen ciertas características distintivas, relacionadas con la
transición del gobierno dictatorial al democrático.
No pudieron participar todos los candidatos de los partidos; por ejemplo, Wilson Ferreira Aldunate, principal
candidato del partido blanco, ni tampoco el Gral. Liber Seregni, líder del Frente Amplio.
En segundo lugar, el régimen democrático estaría condicionado, ya que la Asamblea General elegida tendría
poderes de Constituyente, debiendo expedirse sobre algunas normas de carácter transitorio, producto de los
acuerdos realizados con las Fuerzas Armadas. Estas normas transitorias que se agregaban a la Constitución
serían plebiscitadas. Si eran confirmadas, se adjuntarían al texto Constitucional.
Algunos historiadores sostienen que las elecciones de 1984 marcaron continuidades en relación a las
elecciones de 1971. Lo que sería uno de los indicios del signo restaurador del nuevo período.
En relación a las configuraciones internas de los partidos, existieron diferencias con respecto a la distribución
de los votos. Si bien los datos traducían una continuidad del bipartidismo fragmentario, el Frente Amplio fue
afirmando su presencia en el juego electoral.
El Partido Nacional disminuyó sus votos; este resultado se relacionó con la proscripción de su líder y los
enfrentamientos de algunos nacionalistas con los militares por esta razón, resultando en que algunos “votos
blancos” más conservadores, terminaran fuera del partido.
La reorganización del panorama político afectó posteriormente al Partido Nacional; el sector Wilsonista se
fue reposicionando para ir en contra de los dirigentes de izquierda, lugar que antes había sido ocupado por el
Partido Colorado. Por lo tanto, el Partido Nacional fue optando por un nuevo rumbo, alineándose en un
compromiso creciente con el nuevo gobierno.
…se eliminó el Ministerio de Justicia creado por la Dictadura; se devolvió la legalidad a numerosas
instituciones, entre las cuales estuvieron la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU),
partidos políticos (socialista, comunista), etc.
También se estableció la Comisión Nacional de Repatriación, que pudo hacer volver al país a varios miles de
exiliados, con el apoyo de sus gobiernos anfitriones.
El nuevo gobierno recibió una dura herencia de la prolongada dictadura. Varias fueron las tareas urgentes a
resolver. Así lo señalaba el sociólogo Cesar Aguiar:
“[…] el nuevo gobierno encontrará todos los problemas estructurales clásicos agravados en su importancia. La
producción se encuentra en una fase agudamente recesiva, donde se presencian agudos síntomas de
desinversión y fuga de capitales. EL nivel de desempleo se sitúa en los picos más altos registrados. El valor del
trabajo alcanza su menos nivel en los últimos cincuenta años. A todo ello hay que agregar, además, el
generalizado nivel de endeudamiento interno y falta de rentabilidad de una proporción significativa de
empresas urbanas y agropecuarias, particularmente en el segmento de empresas familiares”.
A los problemas de carácter económico y social se agregaban otros, como las violaciones a los derechos
humanos cometidas por el gobierno dictatorial, los presos políticos, la redemocratización de la sociedad
uruguaya y la restitución o compensación de los funcionarios públicos destituidos.
A nivel demográfico el gobierno dictatorial no solo había provocado sino también estimulado una emigración
de características inéditas. Los exiliados también eran una cuenta pendiente.
En este trámite difícil, algunos actores políticos buscaron y ofrecieron acuerdos. Wilson Ferreira Aldunate,
anunció esta idea de apoyar al gobierno para asegurar la “gobernabilidad” del país. Expresó el apoyo
parlamentario por parte de su partido, como forma de darle estabilidad a la reciente democracia.
Sanguinetti, por su parte, intentó formar un gobierno de “unidad nacional” compuesto por integrantes de
distintos partidos políticos en los diferentes ministerios. No lo logró completamente y se configuró un
gobierno de “entonación nacional” con el “acuerdo limitado (pero operativo) con el Partido Nacional, liderado
por Wilson Ferreira Aldunate”.
También el Frente Amplio participó directamente en el gobierno con seis cargos de dirección en el Estado.
Esto significó el reconocimiento de la fuerza política de izquierda y su ingreso a las tareas de gobierno.
El período se caracterizó por frecuentes reuniones entre los dirigentes de los partidos políticos y los
parlamentarios. Esto se debió a la necesidad de concretar la transición y consolidación de la democracia,
tema pendiente que afectaba a todos los partidos políticos.
El pacto entre las Fuerzas Armadas y los diferentes partidos políticos, produjo efectos sobre los gobiernos
democráticos posteriores. Uno de los más destacados fue el trámite hacia delante de muchos asuntos sin
resolver del período dictatorial.
Como señala Sarlo: “[…] el gran dilema que se le plantaba a Sanguinetti en lo institucional era cómo
reconstruir una democracia creíble (que suponía asignarle un papel digno al sistema judicial) sin renunciar a
su propuesta de cambio de paz (que suponía amnistiar a también a los violadores de los derechos humanos)”.
Las primeras medidas del gobierno intentaron solucionar las situaciones más urgentes. Principalmente la de
los presos políticos y los funcionarios destituidos por razones políticas e ideológicas.
El Frente Amplio, la mayoría del Partido Nacional, algunos sectores minoritarios del Partido Colorado y
diferentes organizaciones civiles de derechos humanos proponían “la amnistía general e irrestricta de los
precios políticos”.
Pero tanto el presidente de la República como la mayoría del Partido Colorado no aceptaron incluir en esta
amnistía a los presos políticos que hubieran cometido delitos de sangre.
Además, el nuevo gobierno eliminó el Ministerio de Justicia creado por la dictadura. La Asamblea General eligió
nuevos miembros para la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo y en junio
se estableció nuevamente la plena independencia del Poder Judicial.
El tema en materia judicial también fue álgido. La restitución plena de la autonomía del poder judicial resultó
primordial. Uno de los puntos de desencuentro con respecto al Poder Judicial fue en lo relativo a los cargos.
Asimismo, la ley contemplaba la restitución de todos los funcionarios destituidos por razones políticas,
ideológicas o gremiales.
Otro tema fundamental en relación a los derechos humanos era la situación de los ciudadanos secuestrados y
desaparecidos durante la Dictadura, entre los cuales había niños. También los asesinatos de los legisladores
opositores a la dictadura, Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini, perpetrados en Buenos Aires en 1976.
Para dar respuesta a esto se crearon dos comisiones dependientes del Poder Legislativo con el objetivo de
indagar sobre lo sucedido.
Al mismo tiempo se presentaron varias denuncias sobre violaciones a los derechos humanos, que
involucraban tanto a autoridades como a funcionarios de la dictadura.
A medida que los reclamos crecían, los principales dirigentes militares comenzaron a manifestar
públicamente su malestar por estas movilizaciones y advirtieron que no comparecerían ante la justicia. Esto
constituyó una amenaza para el Poder Civil recientemente restaurado, ya que parecía que el peligro de un
desacato por parte de los militares era inminente.
En noviembre, la Comisión investigadora del Parlamento creada el año anterior, presentó un informe donde
se reconocía la existencia de “presuntos” ciudadanos adultos y niños desaparecidos.
En simultaneidad, los Jefes Militares enviaron una carta al presidente afirmando que en algunos momentos
habían perdidos los “puntos de referencia” (o sea, que se habían extralimitado en sus funciones específicas).
Esta ley no contempló a los civiles que violaron derechos humanos durante la dictadura, así como tampoco
impedía la investigación de lo ocurrido con los detenidos desaparecidos.
El 22 de febrero de 1987 comenzó la recolección de firmas para pedir que un referéndum revocara la “ley de
caducidad”. El 16 de abril de 1989 se realizó la votación, en medio de una campaña muy intensa de ambas
posiciones. Los que querían mantener la ley (papeleta amarilla) argumentaron el temor de volver a la
dictadura si el problema no se saldaba, por lo que era “necesario dar vuelta la página”.
Finalmente ganó la oposición de la papeleta amarilla que ratificaba la ley. De esta manera parecía que el
tema de la violación a los derechos humanos quedaba saldado, pero años más tarde, el tema volvería a
plantearse.
Los graves problemas económicos que recibió el nuevo gobierno como “herencia dictatorial” no solo fueron
efectos de la profunda crisis que comenzó en el año 1982, sino que también eran producto del desempeño
económico del país en el largo plazo. Este se caracterizó por la incapacidad para sostener un crecimiento
duradero, la inestabilidad manifiesta en ciclos cortos de crecimiento y crisis recurrentes y la vulnerabilidad
frente a las fluctuaciones comerciales y financieras del mercado regional y mundial.
“el insuficiente desempeño uruguayo se debe a características propias de su estructura productiva, al modo
en que la sociedad uruguaya organiza la producción de bienes y servicios, se especializa y se inserta en la
economía mundial. Son esas características fundamentales las que han ambientado las crisis recurrentes”.
La crisis agudizó los problemas estructurales que se manifestaron en el primer gobierno democrático.
Algunos de ellos fueron: la inflación y la disminución del salario real de los trabajadores, el estancamiento
productivo, altos niveles de desocupación y un enorme endeudamiento externo e interno.
Si bien el gobierno intentó recuperar algunos equilibrios macroeconómicos y mejorar los noveles salariales,
hubo ciertas continuidades con las tendencias del período anterior al adoptarse una política aperturista tanto
en lo comercial como en lo financiero.
Se intentó canalizar la gran expectativa de la población en relación a la recuperación de los salarios reales,
convocando nuevamente a los Consejos de Salarios en los que participaron el gobierno, trabajadores y
empresarios y se negociaron los sueldos de la actividad privada.
La primera fue entre 1985 y 1987, cuando se produjo crecimiento y recuperación de la actividad económica.
El contexto internacional favoreció este crecimiento, aumentó la demanda de productos por parte de los
países vecinos. El aumento de exportaciones permitió financiar el pago de la deuda externa.
También hubo una importante recuperación del salario real, que había caído abruptamente durante la
dictadura.
A fines de 1987, el gobierno aplicó una serie de medidas de ajuste para frenar las importaciones. Aumentó el
tipo de cambio real, se elevaron las tasas de interés y se restringió el crédito. De esta manera comenzó la
segunda etapa, 1988-1989, donde el plazo de pago de la deuda externo obligó a aumentar las exportaciones.
Esto desaceleró el crecimiento en esta segunda etapa y frenó la generación del empleo.
En 1985 se produjo el primer acercamiento entre Brasil y Argentina. Uno de los motivos de tal acercamiento
fue la “coincidencia de ambos gobiernos en materia de objetivos e instrumentos de política económica y el
impulso a la cooperación política y económica bilateral resultante de la problemática de la deuda externa
regional”.
En 1988 se firmó el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo, que pretendía consolidar una Zona de
Libre Comercio a partir de 1999 y un Mercado Común.
Paralelamente, el gobierno uruguayo renovó y amplió los acuerdos comerciales bilaterales que se habían
formado en los setenta con Brasil y Argentina.
Este proceso finalmente se consolidó con la firma del Tratado de Asunción en 1991 que dio origen al
MERCOSUR.
1. Elecciones.
Las elecciones del 26 de noviembre de 1989 dieron como resultado una nueva rotación de los partidos
Nacional y Colorado en el Poder. La fórmula ganadora fue la del Dr. Luis Alberto Lacalle, líder del Herrerismo,
y el Dr. Gonzalo Aguirre.
A pesar del triunfo, el apoyo electoral obtenido por el Partido Nacional no le proporcionó las mayorías
parlamentarias, por lo que tuvo que recurrir al acercamiento con otros partidos políticos que le aseguraran la
gobernabilidad.
De los diecinueve gobiernos departamentales, dieciséis correspondieron al Partido Nacional, dos al Partido
Colorado y uno al Frente Amplio. Esto último traía una novedad al sistema político uruguayo: el acceso por
primera vez al poder departamental de una coalición de partidos de izquierda.
A lo largo del mandato presidencial del Dr. Lacalle, se tomaron una serie de medidas tanto a nivel nacional,
como a nivel regional. Se destaca la firma del Tratado de Asunción en 1991, por el cual se creó el MERCOSUR.
Desde el punto de vista institucional se impulsó una reforma del Estado. Si bien en el plano de la economía
real se alcanzaron cifras positivas, la política de privatizaciones y el ajuste fiscal, que implicaba restricción del
gasto publico y aumento de impuestos, determinaron crecientes rechazos por parte de la población.
2. Apoyos políticos.
La formación de coaliciones gubernativas había sido uno de los pilares de la campaña electoral del Dr. Lacalle.
Su estrategia se basaba primero en conversaciones con otros sectores dentro de su partido y luego en iniciar
negociaciones con el Partido Colorado, el Frente Amplio y el Nuevo Espacio. Lacalle recibió un apoyo
inmediato de su propio partido, y con compromiso de cooperación el Partido Colorado. Así nació la
Coincidencia Nacional. Además de permitirle al gobierno la aprobación de algunos de sus proyectos, se trató
de un nuevo ensayo de cohabitación de partidos en el poder, una experiencia inédita y no exenta de
dificultades en la historia política del país.
3. Medidas de gobierno.
Desde el punto de vista político, un aspecto importante a destacar de este período, fue la aprobación de la
reforma jubilatoria. Se buscaba vincular la suba de las pasividades en forma automática al Índice Medio de
Salarios.
La reforma estableció que los ajustes de los montos jubilatorios debían ser iguales a los de los salarios medios
y se realizarían con la misma frecuencia que las modificaciones salariales de los trabajadores del Gobierno
Central.
Su puesta en práctica determinó el aumento del déficit fiscal, que fue compensado con la aplicación del
llamado “ajuste fiscal”.
El 31 de marzo de 1990 el Parlamento Nacional votó una de las primeras leyes fundamentales de las
propuestas de gobierno del Dr. Lacalle, la Ley de Ajuste Fiscal, Tributario y de Aportaciones.
Uno de los motivos aducidos por el gobierno para implementar esta ley fue la herencia recibida del gobierno
del Dr. Sanguinetti. En este sentido se afirmaba que “el déficit del sector público sobrepasaba el 7% del
Producto Bruto Interno (PBI), y la recién aprobada reforma jubilatoria amenazaba con agregarlo todavía dos
puntos más al tal déficit […]”.
Para algunos sectores de la ciudadanía este ajuste fiscal fue interpretado como un “impuestazo2 que recaía
fundamentalmente en los sectores de ingreso fijo, trabajadores y jubilados. También provocó la caída del
salario real de los trabajadores.
No obstante, en los sectores productivos, la mayor demanda regional y extranjera hizo crecer la producción.
Otro de los asuntos considerados prioritarios por el presidente se relacionaba con la reforma del Estado. En
1990, el gobierno envió al Parlamento un proyecto llamado “Ley de Empresas públicas”. Este proyecto
significaba un paso importante en el camino hacia la reducción del dominio del Estado en materia industrial y
comercial, así como el inicio de las privatizaciones.
La Ley de Empresas Públicas posibilitaba la transferencia parcial o total al sector privado de los servicios y
actividades públicas.
El rechazo generado por esta ley en algunos sectores sociales y políticos, determinó la creación de la
“Comisión de Defensa del Patrimonio y Reforma del Estado”, que impugnaba algunos artículos de la ley y
llamaba a la recolección de firmas para impulsar el referéndum. Este se realizó en diciembre de 1992 y como
resultado se obtuvo la derogación de la ley.
La derogación de la ley congeló la privatización de ANTEL, pero no detuvo el impulso del Gobierno para
efectivizarla en otras empresas.
Tampoco la derogación de aquella ley impidió el retorno a la esfera privada de los bancos intervenidos, ni la
sanción de la ley N°16.426 que permitió el ingreso de compañías privadas de seguros para competir con el
Banco Estatal.
La Ley de Puertos, aprobada en 1992, implementó la participación de empresas privadas en los servicios
portuarios, restringiendo la labor de la Administración Nacional de Puertos a la regulación de las actividades y
funciones de comunicación e información.
Varios fueron los asuntos que enfrentaron a ambos centros de poder, por lo que como era de esperarse, en
general las relaciones no fueron cordiales.
Dos de las medidas del gobierno del Dr. Lacalle que más rechazo provocaron dentro del movimiento sindical
fueron la disolución de los Consejos de Salarios y el intento de regular el derecho de huelga.
La disputa ante los derechos sindicales y la reglamentación de los conflictos generó una importante
movilización por parte de los trabajadores.
La creciente agitación sindical determinó la apertura de una instancia de negociación entre el gobierno y el
PIT-CNT, denominada diálogo social, del que participó en calidad de nexo entre el Poder
Ejecutivo y la central obrera el entonces diputado Rafael Michelini. El dialogo social permitió cierta
tranquilidad, aunque momentánea y frágil, ya que el conflicto volvió a instalarse a partir de 1991.
4. El MERCOSUR.
A nivel regional la reforma más significativa se operó a partir de la apertura económica. En marzo de 1991 se
aprobó el Tratado de Asunción que dio origen al Mercosur, espacio integrado por Uruguay, Brasil, Argentina y
Paraguay.
Por este tratado se creaba un Mercado Común que debía quedar consolidado al 31 de diciembre de 1994. Su
principal objetivo era la integración de los cuatro Estados Partes a través de la libre circulación de bienes,
servicios y factores productivos, el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una
política comercial común. También se aplicaron políticas comunes en relación a educación, salud y empleo.
La implementación del MERCOSUR ha pasado por diferentes momentos y por supuesto se ha visto
influenciada especialmente por las crisis económicas.
Romeo Pérez dice sobre el rol cumplido por nuestro país: “…La participación uruguaya en el proceso, durante
la primera etapa, fue adecuada a los papeles que puede desempeñar un socio pequeño. Puso capacidad
negociadora e iniciativas válidas para la construcción del conjunto donde no podía poner gravitación
económica o demográfica”.
La Deuda Externa fue uno de los temas prioritarios de la campaña electoral del sector de Lacalle. Una vez en
el gobierno, acordó con el comité de bancos acreedores la renegociación de la deuda en el marco del “Plan
Brady”. El objetivo propuesto sobre la deuda en cuanto a que “se procurará su eliminación por todos los
medios posibles”, no pudo cumplirse.
En relación al comercio exterior, durante este período se manifestó una tendencia al déficit comercial. El
crecimiento de las importaciones se sumó a la caída de las exportaciones registrada en 1991. Sin embargo,
estas empezaron a crecer hacia 1994.
La inflación fue importante, aunque registró un descenso continuo durante todo el período.
En general, la década del 90, que se inició con el gobierno de Luis Alberto Lacalle, ha sido definida como un
período de crecimiento fuerte desde el punto de vista económico, en el que se destaca la baja de la inflación
y el crecimiento de la producción de bienes y servicios. Ese período de empuje se quebró a partir del año
1999 cuando el país volvió a sufrir una nueva crisis económica.
En las elecciones de 1989, el Dr. Tabaré Vázquez, candidato del FA a la Intendencia Municipal de Montevideo,
triunfó con el 34% de los votos emitidos. Ello determinó por primera vez que una coalición de izquierda en el
Uruguay llegara a ocupar la dirección de un gobierno departamental.
Una de las innovaciones del nuevo gobierno municipal fue la implementación de un sistema de
descentralización. Se dividió el departamento en 18 zonas, cada una de ellas regida por un Gobierno Local.
Además, se constituyeron los Centros Comunales Zonales como órganos administrativos y ejecutores de los
servicios descentralizados.
Durante este período se llevaron a cabo una serie de obras sociales, como la creación de guarderías,
policlínicos, merenderos; asimismo se implementó un plan de vialidad, alumbrado público,
acondicionamiento y limpieza de playas.
El tercer gobierno de la restauración democrática tuvo nuevamente como presidente al Dr. Julio María
Sanguinetti. El Partido Colorado recuperó la presidencia mediante una alianza con un sector escindido del FA,
el Partido por el Gobierno del Pueblo, que terminó ingresando al Partido Colorado.
El escenario de este nuevo gobierno de Sanguinetti fue distinto del primero. Se consolidó, en la distribución
de las preferencias ciudadanas, el llamado “país de los tercios”. Esto significó una práctica paridad en los
votos obtenidos por las tres fuerzas políticas mayoritarias.
Para poder gobernar con una mínima eficacia y obtener mayorías parlamentarias, el partido triunfante debió
buscar alianzas. Se concretó una “coalición de gobierno”.
La coalición se conformó con los sectores colorados y la mayoría del Partido Nacional. Esta alianza aseguró la
continuidad de las reformas iniciadas en el período anterior.
Los resultados obtenidos por la izquierda, que retuvo el gobierno departamental de Montevideo, mostraban
una mayor captación del electorado de centro y un aumento importante y sostenido de sus votantes.
Según Jaime Yaffé, esto se debió a una serie de cambios que procesó el FA como competidor político.
Distingue tres factores básicos: la consolidación como sector opositor, captando la disconformidad creciente
de la ciudadanía hacia los partidos tradicionales; la ampliación de alianzas y la moderación ideológica y
programática.
“La izquierda progresista pasó a promover reformas graduales, el acuerdo social, la democracia política, el
desarrollo científico y tecnológico, las políticas sociales, para, con un renovado protagonismo del estado,
orientas la economía del mercado hacia el desarrollo capitalista con equidad.”
La gestión de este gobierno fue prácticamente una continuidad en relación a la serie de reformas iniciadas en
la década por el gobierno anterior del Dr. Lacalle.
Se crearon comisiones de integración multipartidaria para llevar a cabo el programa de reformas del nuevo
gobierno. El mismo incluía entre otras: la reforma de la seguridad pública, de la política económica, la
seguridad social, la educación y la Constitución.
Estos factores, sumados a una mayoría parlamentaria, aseguró los cambios planificados por el gobierno.
Las reformas perfilaron las características de la “coalición” y los cambios, pero a la vez fueron escenarios de
polémicas.
Los gastos en seguridad social constituían un gran peso para las finanzas públicas. Entre 1985 y 1994 el gasto
en seguridad social (jubilaciones y pensiones) pasó de 9,4% a 15% del PBI.
Además, el sistema de seguridad social estaba desfinanciado. Los aportes de los afiliados no lograban
sustentarlo. El gobierno se vio obligado a realizar transferencias de otros sectores para mantener el sistema.
El resultado de las elecciones de 1994 había demostrado la paridad electoral de los grandes partidos
políticos. Es así que este nuevo escenario hacía posible un acceso de la izquierda al gobierno en las elecciones
de 1999.
Una de las finalidades de la propuesta de reforma de la Constitución por parte de los partidos tradicionales
fue impedir el acceso de la izquierda al gobierno. No fue explicitado por dichos partidos, que justificaron los
cambios que proponían esgrimiendo razones de eficacia, de gobernabilidad y de operatividad de las
mayorías.
Si bien el Frente Amplio se opuso en su mayoría al proyecto, su líder histórico Liber Seregni y algunos
colectivos manifestaron acuerdo con él.
➢ Para elegir al presiente y al vicepresidente era necesaria la mayoría absoluta (más del 50% de los votos). Si
no se obtenía este porcentaje, se pasaba a una segunda vuelta o balotaje. De esta manera se sustituyó el
principio de mayoría simple en un solo acto electoral.
➢ Se exigió un solo candidato a presidente por partido. Dos como máximo para los gobiernos
departamentales.
➢ El período de elecciones se dividió: octubre y noviembre para las elecciones nacionales y mayo para las
elecciones departamentales.
➢ Se establecieron elecciones internas en los partidos para elegir a los candidatos; siendo el voto no
obligatorio.
B) En relación al régimen de gobierno y la relación entre poderes, no fueron tan profundas las
modificaciones:
➢ Se habilitó al presidente a remover a los directores de los Entes Autónomos y solicitar voto de confianza
a la Asamblea General para formar su Gabinete de Ministros.
➢ Aumentó los poderes efectivos del Ejecutivo al restringirse los plazos para el tratamiento de las leyes de
urgente consideración y al modificarse la modalidad de consideración de vetos interpuestos.
Esta reforma transformó el sistema electoral, el sistema de partidos y la formación del gobierno.
3. Evolución económica.
El país continuó con el crecimiento de la administración anterior. Sin embargo, algunos indicadores sociales
desde 1994 comenzaron am mostrar un aumento de la precariedad laboral, el desempleo y la pobreza. De
esta manera el crecimiento económico comenzó a convivir con signos de deterioro social.
Bajó la inflación hasta situarse en un dígito y aumentó la producción en 2,3% anual. Pero a la vez hubo altos
niveles de desempeño y un déficit fiscal elevado.
La economía uruguaya recibió fuertes impactos de crisis regionales e internacionales; esto resultó en un PBI
negativo en 1999.
A esto se le sumó la disminución del consumo interno por el ajuste fiscal del año inicial del período (aumento
de impuestos a los sueldos e IVA).
• Porque sus interacciones son constantes con países que históricamente parecían habérsele escapado de las
manos.
• Porque tiende a que ninguna actividad humana en todo el planeta escape a su control. Este doble
movimiento (extensión geográfica que se encierra sobre sí misma y expansión molecular proliferante) es
correlativo con un proceso general de desterritorialización.
El capitalismo Mundial Integrado (CMI) no respeta las territorialidades ni tampoco los modos de vida tradicional.
Recompone tanto los sistemas sociales como los sistemas de reproducción en sus propias bases, sobre su
axiomática propia. Ciertas formas capitalistas parecen derrumbarse frente a una guerra mundial o una crisis como
la del 29, pero luego renacen bajo otras formas. Esta desterritorialización/recomposición permanente concierne
tanto a las formas de poder como a los modos de producción.
CLASE CMI.
Proceso general de desterritorialización.
Recompone todos los sistemas de producción social sobre su axiomática propia.
Sistemas de producción.
Captación general de todos los modos de actividad (producción, ocio, etc.)
Se recompone permanentemente tanto a las forma de poder como a los modos de producción.
Clausura: lo obliga a recomponerse sobre si mismo (a diferencia de otros momentos en que era expansionista)
Segmentaridad: reinventarse dentro de los mismos espacios con una técnica de palimpsesto (ya no centro y
periferia).
Desterritorialización y multicentraje.
El capitalismo contemporáneo puede ser definido como Capitalismo Mundial Integrado por:
Porque sus interacciones son constantes con países que históricamente parecían habérsele escapado de las
manos.
Porque tiende a que ninguna actividad humana en todo el planeta escape a su control. Este doble movimiento
(extensión geográfica que se encierra sobre sí misma y expansión molecular proliferante) es correlativo con un
proceso general de desterritorialización.
EL Capitalismo Mundial Integrado (CMI) no respeta las territorialidades ni tampoco los modos de vida tradicional.
Recompone tanto los sistemas sociales como los sistemas de reproducción en sus propias bases, sobre su
axiomática propia. Ciertas formas capitalistas parecen derrumbarse frente a una guerra mundial o una crisis como
la del 29, pero luego renacen bajo otras formas. Esta desterritorialización/recomposición permanente concierne
tanto a las formas de poder como a los modos de producción.
a. LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN, DE EXPRESIÓN EXONÓMICA Y DE AXIOMATIZACIÓN DEL CMI
Sobre la evolución: hoy en día ya no solo no existe una división internacional del trabajo, sino una mundialización
de la división del trabajo, una captación general de todos los modos de actividad.
El CMI integra el conjunto de sus sistemas maquínicos al trabajo humano, así las reivindicaciones sindicales que
apuntan a la reducción del tiempo de trabajo es perfectamente compatible, y no solo incompatible sino incluso
deseadas, para que el trabajador pueda dedicarse a tareas financieramente improductivas pero económicamente
recuperables.
La revolución informática acelera considerablemente este proceso de integración.
Esta integración maquínica implica que se tome en cuenta la modelización de cada trabajador no solo a nivel de su
saber (capital de saber) sino también en el conjunto de sus sistemas de interacción con la sociedad y con el
entorno maquínico.
La expresión económica del CMI: los componentes semióticos del capital funcionan siempre en un doble registro,
el de la representación y el del diagramatismo.
De este modo el capital es una categoría semiótica que concierne al conjunto de los niveles de la producción y al
conjunto de los niveles de la estratificación de los poderes. El CMI se inscribe primeramente en el marco de las
sociedades divididas en clases sociales, en clases raciales, burocráticas, sexuales, de edad, etc. Y en segundo lugar
en el seno del tejido maquínico proliferante.
Axiomatización del “socius” por el CMI: Se caracteriza en el contexto actual por 3 tipos de transformación:
La clausura: deja de poder mantener el impulso expansionista, su campo de acción queda clausurado y lejos de
construir un factor de crecimiento, corresponde de hecho a una reformulación radical de sus bases anteriores, que
puede desembocar, ya sea en una involución completa del sistema, ya sea en un cambio de registro. El CMI tendrá
que encontrar sus medios de expansión y de crecimiento, trabajando las mismas formaciones de poder,
retransformando las relaciones sociales y desarrollando mercados cada vez más artificiales. La característica de la
crisis actual es precisamente esta oscilación entre la involución de un cierto tipo de capitalismo que tropieza con
su propia clausura y un intento de reestructuración sobre bases diferentes, que conduce al CMI a aceptar, tal cual,
su finitud y la necesidad de redefinir permanentemente sus campos de aplicación. Fin pues, de los capitalismos
territorializados, de los imperialismos expansivos y paso a imperialismos desterritorializados e intensivos.
La desterritorialización del capitalismo sobre sí mismo es aquello que Marx había llamado “la expropiación de la
burguesía por la burguesía” El CMI no es universalista. Pero requiere, sin embargo, una homogeneización de los
modos de producción, de los modos de circulación y de los modos de control social.
Hoy en día el CMI no posee un centro único de poder, inclusive su rama norteamericana es policéntrica. El CMI
instaura su propia democracia interna.
Pone en juego sistemas de información y de manipulación psicológica a gran escala, utilizando los medios de
comunicación de masa.
El poder del CMI está siempre en otra parte, al interior de mecanismos desterritorializados. Esto lo hace aparecer
hoy día como algo imposible de aprehender, de localizar y de atacar. Esta desterritorialización engendra también
fenómenos paradójicos como el hecho, por ejemplo, de que se desarrollen zonas de tercer mundo dentro de los
países más desarrollados y que, inversamente, aparezcan centros hipercapitalistas desarrollados en zonas de
subdesarrollo
El sistema general de segmentaridad: su problema consiste en descubrir nuevos métodos de consolidación de sus
sistemas de jerarquía social. El CMI tiene que hacer coexistir zonas de súper - desarrollo, de súper -
enriquecimiento en beneficio de las aristocracias capitalistas, y zonas de subdesarrollo relativo, e incluso
verdaderas zonas de pauperización absoluta. Estos son extremos entre los cuales se puede establecer una
segmentación de los espacios mundiales.
Esta segmentación social, esta segregación acondicionada a escala planetaria, es la consecuencia del fenómeno de
clausura del CMI.
En el este de Francia donde se vivía de padres a hijos de la industria del acero, el CMI decide liquidar el paisaje
industrial. Tal otro espacio será transformado en zona turística o en zona residencial para las élites; se alteran los
niveles de vida a escala de regiones enteras.
Todos estos axiomas de segmentaridad están conectados entre sí. El CMI no solamente interviene a escala
mundial, sino también en los niveles más personales. Inversamente, las determinaciones moleculares
inconscientes no cesan de interactuar sobre componentes fundamentales del CMI.
b. LAS NUEVAS SEGMENTARIDADES DEL CMI
C) La segmentaridad molecular: a) las luchas de interés: las luchas económicas, las luchas sociales, las luchas
sindicales en el sentido clásico. B) las luchas relativas a las libertades que yo asociaría con las luchas de deseo,
los cuestionamientos de la vida cotidiana, del medio ambiente, etc.
c. NUEVAS MÁQUINAS DE GUERRAS REVOLUCIONARIA, AGENCIAMIENTOS DE DESEOS Y LUCHA DE CLASES
¿Hasta dónde podrá llegar esta revolución molecular? Los recursos del CMI son quizá más infinitos en el orden de
la producción y de la manipulación de las instituciones y de las leyes. Esto proviene del hecho de que la revolución
molecular no solo tiene que ver con las relaciones cotidianas entre hombres y mujeres, homo y heterosexuales,
niños, adultos, etc. Interviene también, y ante todo, en las mutaciones productivas como tales.