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HISTORIA 2019: Módulos 1 al 11

Módulo 1

-Foucault, M. (1992). Nietzsche, la genealogía, la historia. En Microfísica del poder. Buenos Aires: La Piqueta. (págs
7-29)
-Lewkowicz, I. (1996). ¿A qué llamamos historicidad?. Buenos Aires: Organización CEAP. (págs 1-6)

Módulo 2

-Lafuente, Loredo, Castro, Pizarroso (2017). Introducción. En Historia de la Psicología. Madrid: UNED. (págs 10-22)

Módulo 3

-Danziger, K. (1984). Hacia un marco conceptual para una historización crítica de la psicología. Revista de Historia
de la Psicología, 5(1-2), 99-107.
-Rose, N. (1996). Una historia crítica de la psicología. N. Rose, Inventing our Selves (págs. 1-32)

Módulo 4

-Foucault, M. (2006). Clase del 1º de Febrero de 1978. En: Seguridad, territorio, población. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica. (págs. 109-138)
-Barrán, J. P. (1994). Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco. 1839-1875. Capítulo 4. Montevideo:
Ediciones de la Banda Oriental. (págs. 120-151)

Módulo 5

-Varela, J. P. (1874a/1964). La Legislación Escolar. Primera Parte. De nuestro estado actual y sus causas. En: Obras
pedagógicas. La Educación del Pueblo. Tomo 1. Montevideo: Biblioteca Artigas- Ministerio de Instrucción Pública.
Capítulo 1- Consideraciones preliminares pag. 23 a pag. 31
Causas Crisis económica: pag. 62 a pag 68 (hasta párrafo que termina con: nada para conseguirlo) Causas
crisis política: pag. 99 a pag 103 (hasta párrafo que termina con: casi al infinito).
-Vaz Ferreira, C. (1897). Curso expositivo de Psicología Elemental. Introducción y Conclusiones. Montevideo:
Imprenta Artística de Dornaleche y Reyes. (págs 1-9 y 240- 243)

Módulo 6

-Pérez Gambini, C. (1999). Historia de la psicología en el Uruguay. Desde sus comienzos hasta1950. Montevideo:
Arena Ediciones.
Cap. 5. Algunas consideraciones para comprender esta etapa pp. 33-35. Cap. 6. La psicopedagogía. pp. 37-57. Cap.
7. Aplicaciones de la Psicología experimental. pp. 59-62. Cap.8. La Psicología en el ámbito de la Salud. pp. 63-77.
-Morey Otero, S. (1928). La psicopedagogía experimental como auxiliar de la labor docente. En Anales de
Instrucción Primaria, 24(1), 220-229. Montevideo: Imprenta Nacional.

Módulo 7

-Pérez Gambini, C. (1999). Historia de la psicología en el Uruguay. Desde sus comienzos hasta 1950. Montevideo:
Arena Ediciones. La preocupación por la problemática de la niñez, El Laboratorio de Morey Otero. pp. 43-51. La
participación de la Psicología en la atención de la desviación social, En el ex-Consejo del Niño. pp. 89-92 -Irrazábal,
E. (2006) La clínica inmóvil. El `pasado de la verdad` de la Psicología en Uruguay. Un análisis posible de las
prácticas en los `campos de la psicopedagogía y de la psicohigiene`. En: E. Irrazábal, J. Chavez, G. Picos, C. Baroni,
G. Prieto, P. Freitas & G. Yañez (org.) Acontecimiento 2. Historia y subjetividad: Modos de producción de ficciones
universitarias. Montevideo: Argos/ Delamancha. pp. 35-51.
Módulo 8

-Pérez Gambini, C. (1999). Historia de la psicología en el Uruguay. Desde sus comienzos hasta 1950. Montevideo:
Arena Ediciones. Cap. 9. Radecki y el Centro de Estudios Psicológicos de Montevideo. pp. 79-87. Cap. 10. La
participación de la Psicología en la atención en la "desviación" Social.
-Marcos, J. (1949). La clínica Médico-Psicológica del Hospital de Niños “Dr. Pedro Visca”. Montevideo: Rosgal. (pp.
13-38)

Módulo 9

-Reyes Terra, J. (1998) El problema del Instrusismo en Psiquiatría en el uruguay. En


Psicología. Universidad e Historia de la Psicología (pp.37-50). Montevideo: Ed. Multiplicidades.
-Langer, M. (comp.) (1972). Cuestionamos. Documentos de crítica a la ubicación actual del psicoanálisis. Buenos
Aires, Granica Editor.

Módulo 10

-Baroni, C. (2010) 60 años de Psicología en la Universidad de la República. Inédito.


- Irrazábal, E. (1999) La dictadura uruguaya de 1973 a 1985 y la intervención de la Universidad de la República. En:
Universidad e Historia de la Psicología en Uruguay (equipo docente) Universidad. Montevideo: Ediciones
Multiplicidades/ Depto. de Publicaciones CEUP.
-Sobrado, E. (1985) La salud mental, la psicología y los psicólogos durante la dictadura. Revista Uruguaya de
Psicología, 4 (1-2), pp. 41-44.
-Agüero, M.J.; Correa, G (2018). Salud mental y ciudadanía. Revista de Historia de la Psicología. Vol 39 (1), 40-46. -
Tuana, E. (1980) Reconocimiento legal del campo profesional del psicólogo. Revista Uruguaya de Psicología, 1(4),
12-18.

Módulo 11

-Greising, C., Perez, C., Rostang, E., Silva. M. (2011). Restauración Democrática. 1985-2005. Montevideo: Ediciones
de la Banda Oriental. (pp. 7-45)
-Guattati, F. (1995) El capitalismo mundial integrado y la revolucion molecular. En G. Kaminsky (Comp.) Guattari:
Cartografías del deseo. Buenos Aires: La Marca (pp. 17-35)

NIETZSCHE, LA GENEALOGÍA, LA HISTORIA - MÓDULO 1


Se hace un esfuerzo por representar un panorama general para caracterizar el método genealógico, como
propuesta metodológica y analítica cristalizada a partir de sus descripciones, abarcando un análisis crítico de la
Historia como disciplina.
Foucault pone de manifiesto muchas de sus ideas, como el análisis que hace de la genealogía, lo que entiende
Foucault por el concepto de historia, por el de poder y cuerpo.
Importancia sobre todo del papel del poder y de la historia, a través de este estudio es como se ve que la escritura,
el discurso o narración, es para Foucault una determinada forma de ver y entender el mundo, donde queda
reflejado el paso de la historia.
No se puede entender la historia como el origen del poder, sino que hoy en día, es el poder el que hace que nos
remitamos a la historia. También en torno a esto se tratan los límites del poder, para el autor, el poder y las
relaciones del mismo no pueden ser totales, sólo a condición de esto el poder puede pensarse.

MICROFISICA DEL PODER – Foucault


La genealogía es gris; es meticulosa y pacientemente documentalista. Trabaja sobre sendas embrolladas,
garabateadas, muchas veces reescritas.
La genealogía es concebida por Foucault como un ejercicio analítico que profundiza, de forma particular, en fuentes
de corte histórico, de modo que, a partir de sus particularidades contextuales, se da paso a la identificación clara
de relaciones existentes en los procesos de construcción de los fenómenos de referencia.
La genealogía implica una interpretación, con un enfoque diferenciado y crítico, que se opone a la presentación
convencional de datos históricos en forma de línea ordenada de acontecimientos. De esta manera, en el texto
se busca representar la forma en que el autor expone los fundamentos de la genealogía como parte del acumulado
metodológico y analítico de las Ciencias Sociales, y las posibilidades del enfoque crítico producido a partir de sus
lecturas y relecturas sobre el pasado y las formas en que se representa la experiencia humana.
Se procede a exponer aquellas ideas plasmadas en la presentación de la genealogía como metodología de análisis
delimitado y diferenciado de la Historia convencional/teleológica como disciplina, para luego entrar en
consideraciones sobre la relevancia de su propuesta para las disciplinas sociales y la forma de entender las
sociedades.
En primer lugar, el escenario en que se ubica el autor es la crítica, que empieza desde Nietzsche, hacia las formas en
que la historia convencional pretende representar los sucesos del pasado mediante recursos narrativos y formales
que transmiten la idea de una sucesión monótona y lineal de hechos. Crítica que abre paso al desarrollo del escrito,
pues se cuestiona la pretensión de objetividad que ha llevado a la historia convencional a consolidar nociones como
razón, método científico e imparcialidad que recubren el trabajo del observador, perteneciente a la disciplina, a la
hora de presentar contextos y procesos de la antigüedad.
En oposición a dicho método se presenta a la genealogía, como una propuesta frente a los postulados tradicionales
y las construcciones de verdad que se imponen con estos contenidos.
Foucault aborda los fundamentos conceptuales de análisis de los que se vale la genealogía para definir, de manera
diferenciada, al pasado como una construcción turbulenta marcada por una serie de diversos determinantes que
construyen los sucesos. Hablando sobre estos componentes, el autor dibuja de manera más profunda la idea de la
genealogía y su oposición con la historia convencional.
En primer lugar, basándose en los planteamientos de Nietzsche, se rescata la forma de asumir los datos dentro de
su singularidad; en vez de concentrarse en buscar un origen idealizado, se pretende identificar una esencia separada
de todo lo externo y accidental que condicionó su devenir: “las máscaras” que cubren la verdadera identidad.
También, el francés se enfoca en el uso que hace Nietzsche de las palabras para referirse a distintas categorizaciones
referentes al análisis de la historia: Herkunft y Entstehung, traducidos al español como procedencia y emergencia,
respectivamente; puntos de quiebre que dirigen las interpretaciones del genealogista suponen una oposición radical
al proceder analítico del observador convencional.
Herkunft se toma como “procedencia”, fuente; es la categoría analítica que cobija consideraciones en torno a las
singularidades que rodean al objeto de estudio. Se propone identificar la proliferación de sucesos que construyen
un concepto/entidad en un tiempo determinado, sin buscar continuidad, concentrándose en las turbulencias de los
orígenes; “es descubrir que en la raíz de lo que conocemos y de lo que somos no están en absoluto la verdad ni el
ser, sino la exterioridad del accidente” (Foucault, 1993. p. 13). Al hurgar en los fundamentos del origen del fenómeno
histórico (y, por lo tanto, problematizar el ideal impuesto de verdad), la fuente dota a la genealogía de su potencial
crítico de observación; su objeto de estudio se extiende, adicionalmente, al cuerpo como campo de las relaciones
de poder, gobernable y a ser normalizado, en tanto identifica la articulación de este con los devenires históricos tal
como se construyen: la formación de una verdad, con sustento en los acontecimientos, se soporta de la misma forma
para determinar a los sujetos y marcar así sus cuerpos, por lo que “la genealogía, como el análisis de la procedencia,
se encuentra por tanto en la articulación del cuerpo y la historia. Por su parte, el concepto de Entstehung es tomado
como “emergencia”; punto de surgimiento. Mientras que la procedencia designa las particularidades
contextuales que rodean una entidad/concepto visto desde la historia, junto con sus determinaciones sobre el
cuerpo, la emergencia implica la observación de otro escenario: el escrudiñar sobre cómo emerge algo, pero no
ligándose a la suposición de un destino al que la línea de sucesos estuviese sujeta desde el principio
(es decir, no se lee la emergencia tomando como referente el estado “final”). De esta manera, se observa más
específicamente el conflicto de fuerzas y de intereses de dominación que rodearon a la emergencia en cuestión: las
relaciones de poder se vuelven objeto del análisis en la genealogía, sin considerarlas como fenómenos cerrados, sino
que toman lugar de forma azarosa y asociada a fenómenos más amplios.
A partir de lo propuesto por el autor, se plantea continuar delimitando la genealogía, pero esta vez acentuando su
diferenciación con la historia convencional: en primer lugar, habla sobre elementos puntuales, empezando
sobre la crítica al punto de vista suprahistórico y la necesidad de utilizar el sentido histórico como herramienta,
siempre y cuando este se libre de verdades absolutas. A partir de esta coyuntura, Foucault considera la manera
cómo el análisis genealógico puede ser aplicado a cuestiones que comúnmente se dan por sentado, como los
sentimientos o los instintos. Además, explica cómo la historia “efectiva” se aleja, a la hora de realizar explicaciones,
de continuidades en medio de los procesos que estudia, acentuando la idea de que la historia convencional tiene un
sesgo teleológico que la limita, mientras que la historia efectiva se especializa en hacer que el proceso en cuestión
resurja dentro de sus particularidades contextuales; así, no entiende “suceso” como episodios concretos, sino como
fenómenos producto de un conflicto de poderes. La historia convencional parte de idealizar los puntos de referencia,
mientras que la genealogía enfoca su atención en varias direcciones, apreciando la intensidad de cada cosa y
poniendo en perspectiva las reconstrucciones que va realizando.
Foucault deconstruye, a grandes rasgos, la historia de la Historia y su aparición dentro de una Europa decadente
como un agente de la consolidación del continente, como potencia mundial, al sustentar su “grandeza” con el
recuento de acontecimientos pasados, dando paso una vez más al cuestionamiento sobre la “imparcialidad” que
asume como máscara dicha disciplina.
Para concluir las ideas expuestas, Foucault enumera las principales diferencias del sentido de la historia asociado al
ideal genealógico en contraposición al histórico-tradicional, dibujando de manera concreta los contornos del
enfoque que defiende: la parodia opuesta a la historia como reconocimiento/reminiscencia, el uso “disociativo y
destructor de la identidad” (Foucault, 1993, p.25) opuesto a la continuidad idealizada y el uso “sacrificial y destructor
de la verdad” que se opone a la historia/conocimiento, se refiere a una metodología con imposibilidad de perder su
tinte crítico, que se opone radicalmente a la noción de memoria como modelo metafísico y antropológico, y genera
una propuesta alterna sobre la forma de considerar el tiempo, cuestionando las verdades impuestas por la
disciplina histórica y demostrando su capacidad de abordar problemas relacionados con la identidad y el saber
científico, los cuales condicionan la forma en que vemos el mundo.
Mediante la estructura narrativa del texto, el autor consolida una propuesta que ofrece una nueva forma de ver la
sociedad al abrir una línea metodológica de desnaturalización de la construcción dominante de la realidad. Al interior
de las Ciencias Sociales contemporáneas, dicha propuesta, en tanto ofrece un campo fértil para la problematización
de muchos de los elementos determinantes de la forma de vida actual, se convierte en una herramienta de análisis
conveniente, debido a que genera nuevos compromisos de investigación que suscitan reflexiones sobre las
imposiciones mentales occidentales contenidas en las ideas de progreso, desarrollo, objetividad científica, entre
otras.

A que llamamos historicidad – Lewkowicz MÓDULO 1


ALTHUSSER: Es necesario establecer el concepto de historia, la historia no es una evidencia.
PIERRE VILAR: Luego de observar un párrafo de Althusser y ver que el supuesto concepto de historia se usaba en
cinco sentidos distintos, sentenció que sí. La tarea de conceptualización debía continuar. El artículo en que Vilar
ensayaba esta polémica se llamaba Historia marxista, historia en construcción.
Lewkowicz dice que la historicidad, más que un saber constituido, es un problema que pone en suspenso el
régimen de las evidencias y las certezas a priori al respecto.
Historizar es una relación con el tiempo y la transformación, implica pensar en términos situacionales (no
sustanciales, no evoluciones, no en una dinámica de una estructura) no se trata de evidencias. Es posible imaginar
que historizar algo es inscribirlo en una secuencia. Pero cuando algo se historiza inscribiéndolo en una secuencia se
corre el riesgo de sustancializar ese algo. Si se anotan solo las evoluciones que eso va sufriendo a lo largo del
tiempo, esa historia se reduce al despliegue accidentado pero homogéneo de una sustancia sin capacidad de
alteración.
También se podrá llamar historizar a la operación que inscribe un término en la dinámica de una estructura. Pero
las temporalidades de una estructura clásica, la diacronía y la sincronía, si bien sitúan un término en el devenir lo
acotan en un devenir homogéneo, reglado, en el que jamás aparece lo nuevo, lo otro. Pues la legalidad estructural
proscribe implícitamente cualquier novedad no aparente. Cuando se piensa la historicidad en términos
situacionales, y no sustanciales, historizar es inscribir un una situación. Cuando se piensa en términos de
acontecimiento, historizar es suplementar con un acontecimiento la estructura de una situación.
El problema de la transformación también es decisivo porque tampoco constituye una evidencia. No basta con un
cambio evidente de forma, pues en este campo las evidencias engañan. Tenemos trasformación cuando aparece
un punto de alteridad de lo mismo.
Un tercer aspecto necesario para historizar, es el registro de historicidad, además de un concepto preciso de
historicidad y de un concepto preciso de transformación. Hay muchos niveles de historicidad, y Lewkowicz dice
que es preciso establecerlo porque cada uno tiene su régimen histórico propio; esto quiere decir que en un
principio, para cada serie, o para cada instancia, o para cada registro, hay un tipo específico de fenómenos que
periodiza, un tipo de fenómenos que produce un corte, un tipo de fenómenos que producen alteración. Que un
registro tenga su tipo de historicidad, significa que tiene un tipo de fenómenos que lo historiza.
Si uno intenta esta multiplicidad, más que una articulación vamos a tener superposiciones, conexiones, choques,
chispas. Por ejemplo, hay concepciones y modos de hacer historia que no establecen situaciones específicas para
analizar sino que suponen una interrelación de todo lo que acontece en el mismo marco cronológico y geográfico.
Lo que ocurre supuestamente en una misma época en rigor acontece en distintas situaciones, que se conectan
bajo el modo no identitario de la suplementación, la conexión, el choque, la sorpresa, la subversión de las
condiciones de posibilidad, etc.; pero no de la “articulación”. Hay conexiones, superposiciones, enfrentamientos,
disyunciones: toda una serie de fenómenos no formalizables pero que insisten produciendo efectos. Estos efectos
por mínimos que sean, dentro de sistemas complejos producen efectos de alteración global: cuanto más complejo
es un sistema más sensible es la variación de las condiciones internas. Los fenómenos ínfimos, en un sistema rico
en complejidad, lejos de neutralizarse empiezan a potenciarse, a multiplicarse, a encarecerse.
¿Qué es hacer historia? Lewkowicz establece dos sentidos: el primero en la función más de regular de historiador,
consiste en escribir un relato, escribir una historia ya acontecida es decir, narrar, describir, analizar. El segundo
sentido que distingue el autor es que cuando uno hace historia, historiza. No solo escribe lo que ya haya sucedido,
sino que también la acción real, la intervención efectiva, produce una historización de los fenómenos en los que de
hecho se está interviniendo. Hay una historización actual, una operación que desarticula las temporalidades, una
ordenación que, al hacer advenir un término nuevo, manda o reordena los términos a un pasado. Este es el trabajo
del psicoanalista. Es un operador del proceso por el cual se historiza lo actual. Su operación consiste en hacer que
un término actual caiga hacia el pasado, en la medida en que un término nuevo reordena las presencias.
Presentemos la suplementación como dos marcas, la primera es la representante de una estructura y la segunda
es otra.
Se suele decir que el superyó es heredero del complejo de Edipo. Esta herencia puede ser suplementada por un
término o no? Supongamos que esta herencia sea una marca, esta es una marca única. Si se presenta una marca
que sea otra pueden darse tres casos diferentes:
Cualquier marca nueva se identifica con la anterior, ahí el heredero no se enriquece, o sea que hay una sola
marca.
No se identifica con la anterior sino que la sustituye, ocupa su lugar, ahí se sustituiría una identidad por otra. En
el primer caso tendríamos un puro pasado sin historia, porque lo que fue es lo único que es. En el segundo caso
tendríamos un puro presente sin historia porque lo que fue se fue, se desvaneció sin dejar huellas.
La tercera posibilidad es la de la suplementación. Una nueva marca se introduce, no sustituye a la anterior ni la
repite sino que se agrega, la reordena, la resignifica, la primera marca queda condicionada al efecto de la segunda.
Recién ahí tenemos una operación de historización por la cual la marca anterior cambia su sentido.
Las posibilidades clínicas de historización dependen de dos dimensiones: por un lado de que sea observable algo
radicalmente nuevo en el campo de la clínica y por otro, que exista la posibilidad de lo radicalmente nuevo y la
suplementación, porque sino el ojo adiestrado en la repetición, percibe sólo repeticiones. Los ojos ven lo que
están acostumbrados a ver (Borges).
LA HISTORIA SIN OBJETO
Discurso histórico: mezcla de fastidio y silencio. La determinación del objeto, de sus propiedades, de sus límites ha
declinado.
Es posible una disciplina sin objeto? Si.
Tesis: Fin de la historia: Ninguna configuración estatal podía ir más allá de la democracia parlamentaria. La tesis se
refería no al objeto de la disciplina historia sino a la serie de procesos sociopolíticos en curso.
El fin de la historia también puede comprenderse como:
Fin de la hegemonía de la categoría historia como modo general de inteligibilidad del ser.
Fin del carácter nuclear de la categoría historia en la racionalidad política.
Fin de la posibilidad de la categoría historia como condición fundante del discurso histórico.
Parámetros de consistencia del objeto de la disciplina historia? Respuesta standard: Cuando las evidencias del
pasado no alcanzan, la disciplina tiene su objeto y la consistencia está asegurada por la práctica de los
historiadores. La evidencia de la práctica sustituye a la reflexión teórica.
Prácticas historiadoras: una consistencia evidente pero no transmisible, está demasiado cerca del secreto. Si el
abandono del problema formal del objeto ha cedido el lugar a las prácticas historiadoras, se abren dos
posibilidades: -que la serie de principios que organizaban la autorepresentación hayan sido abandonados en las
prácticas, esto es, que su sustento se ha sustraído del sitio en que la representación lo esperaba.
-Por otro lado es posible que las PH consistan de otro modo que el postulado por la representación habitual ,
estamos ante una práctica que aún no ha generado mediante una reflexión explícita, los cánones que rigen su
racionalidad.
Ausencia de una reflexión de la racionalidad específica de esas prácticas historiadoras, por eso esa mezcla de
fastidio y silencio. Silencio porque aún no ha sido elaborada la respuesta y fastidio porque hay que seguir
recurriendo al expediente de unas definiciones que ya no encauzan las prácticas del campo historiador.
Los principios que organizaron la consistencia del objeto del discurso histórico, son los de la problemática
racionalista de la historia y que la llevaron a establecerse como ciencia.
El problema del objeto del discurso histórico: las polémicas en torno a las exigencias de cientificidad y a las
exigencias de una teoría para un objeto rigurosamente delineado. La historia entonces, campeaba en el centro de
la racionalidad contemporánea.
Lo que estaba en cuestión, no era la posibilidad de una historia científica, sino la doctrina o la escuela que la
llevarían al sitial esperado. Lo que estaba en disputa era la respuesta de qué teoría, qué modelo, qué método, qué
escuela podría satisfacer esas exigencias epistemológicas de cientificidad. El materialismo histórico marxista y sus
matrices funcionalistas, estructuralistas y dialécticas se ofrecían como principios formales capaces de dar a la
doctrina sobre la naturaleza de las sociedades y sus procesos históricos, la consistencia formal requerida.
Godelier se proponía mostrar como el marxismo constituía el modo adecuado de abordar la historia de forma
científica. La intervención de Godelier ocurre en una conyuntura teórica decisiva para el discurso histórico y a
partir de entonces, la práctica comenzó a quedar disociada de su representación.
Posición de Godelier respecto de las potencialidades del marxismo en relación con la historia: el materialismo
histórico constituye una teoría de la sociedad, haciendo posible el descubrimiento de la forma y los mecanismos
de la causalidad jerarquizada y la articulación de sus niveles internos, demostrará el marxismo su capacidad de ser
el instrumento de una verdadera ciencia de la historia.
Para ser una ciencia de la historia, el marxismo debía ser una teoría de todas las sociedades, no solo del
capitalismo y también una teoría del pasaje de un tipo de sociedad a otra. La misión del investigador marxista
tenía que ser la búsqueda de leyes.
Esas leyes existen y expresan las condiciones objetivas de la reproducción y la no reproducción de los modos de
producción y de su articulación con las otras instancias de la sociedad. Son leyes de funcionamiento y de
transformación. La estrategia de Godelier radicaba en la detección de los mecanismos que explicaran el
funcionamiento de una sociedad y el pasaje de una sociedad a otra, problema que no había podido ser resuelto
por las corrientes estructuralistas ni funcionalistas.
Esas leyes generales eran anunciadas como las unificadoras de un campo que se presentaba como organizado a
partir de dos preguntas de índole diferente. Una pregunta por el modo de funcionamiento de la sociedad, la otra
por el pasaje de una sociedad a otra. Y si la reducción es posible, no basta con suponer que explicando los
mecanismos de la reproducción del sistema por consiguiente también quedan aclaradas las razones de su no
reproducción. Reproducción y no reproducción constituyen un par de opuestos, esto es una situación
complementaria: dos partes de lo mismo, la unidad queda asegurada.
Surgen así muchos interrogantes sobre la unificación.
En qué condiciones teóricas dos problemas de distinta índole pueden ser postulados como dos aspectos de lo
mismo? Qué ideal de ciencia está operando en esta suposición? Cuáles son las fuerzas que sostienen este ideal?,
etc.
El discurso histórico cumple con una condición exterior asumida como interna que es la hegemonía de una filosofía
que impone un ideal de cientificidad a las disciplinas sociales.
Las exigencias epistemológicas imponen automáticamente un requisito: la disciplina que se quiera científica ha de
tener un objeto claro y distinto.
A dos problemas diferentes se les da la misma respuesta porque el discurso histórico bajo presión de la unidad de
objeto supone que los dos, por pertenecer al mismo campo, tienen que estar estructurados por el mismo principio
explicativo, por ende, todo lo que suceda, será bajo la permanencia inquebrantable de ese principio. La causa de
todos los cambios y permanencias, es una permanencia de base. En esta línea, los cambios solo pueden ser
puramente cuantitativos: pasaje de lo que estaba en germen a lo que está pleno, por eso en el paso de una
sociedad a otra, el cambio radical desaparece, queda disuelto en los pasos graduales de una continuidad
asegurada.
Esa presión filosófica sobre la práctica historiadora se nutre de 3 antecedentes discursivos para unificar y
sistematizar el objeto de la disciplina:
La decisión antigua de privilegiar la permanencia sobre el devenir: La doxa (tipo de saber subvaluado) consiste en
el saber de las apariencias y como el devenir es pura apariencia, todo saber del devenir será meramente dóxico.
No tendrá jamás rango de episteme. La espisteme constituye un grado superior de conocimiento, conocimiento de
lo estable, de lo inmutable. Así el platonismo piensa lo social bajo el régimen de permanencia.
La decisión moderna de investir a la física como ideal de cientificidad: la física galileana permanece fiel a la
determinación griega del ser como permanencia. La física galileana se instituyó como paradigma de validez en dos
sentidos: la matematización de la naturaleza, permitió eludir la omnipresencia divina y situar la razón humana en
el lugar del fundamento. Por otro lado, los usos técnicos de la física por la sociedad capitalista la impusieron como
ideal de productividad y eficacia de la ideología burguesa. La filosofía y la tecnología terminaron imponiendo un
ideal de rigor físico al discurso histórico.
La decisión contemporánea de asumir la unidad del ser y el devenir bajo la forma de progreso: El ideal de
progreso, suplementando la exigencia moderna de pensar lo social bajo el principio de razón (principio de
evolución). La evolución exige el pasaje ascendente de lo que era en potencia a lo que debe ser en acto. El
progreso era el mecanismo de inclusión y abolición de la alteridad.
Bajo la presión de la representación filosófica del ideal de ciencia tomado de la física, se impone la exigencia de
pensar la permanencia bajo la hegemonía del principio de razón. Y bajo la asunción contemporánea del devenir
evolutivo, se impone la exigencia de pensar el principio de razón bajo las especies del progreso.
Contrastada contra su ideal, la situación efectiva del discurso histórico siempre presentó sus diferencias. Esas
diferencias se pensaban como debilidades o deficiencias, etapas necesarias para la cientificidad ideal.
O bien se asume ese desfasaje entre ideal y práctica efectiva como fortaleza o se continúa asumiéndolo como
debilidad. En general, la comunidad de historiadores se ha inclinado por esta segunda alternativa.
El discurso histórico comenzó a desviarse de la reproducción fiel del sentido de la historia debido al determinismo
ideológico de los años 60 y 70 y se propuso la vuelta a un empirismo sin contaminación ideológica. El empirismo
actual se refugia en los hechos pero no reniega de la concepción de la historia como una totalidad, solo resulta una
versión atomista enclavada en la misma problemática.
El teoricista se preocupa por leyes universales en cambio el empirista se consagra al análisis de casos, pero estos
casos no pueden ser sino casos de una ley, así ambas versiones tratan de compatibilizar la contradicción entre
necesidad de estudiar lo individual y el hecho de que solamente un saber universal puede ser un saber verdadero.
Ese juego de la ley y el caso, parece tomado de nuestro discurso jurídico.
Qué es lo que ha vuelto imposible la existencia de una teoría unificada de la historia? No hay posibilidad de que el
campo, el supuesto objeto quede definido por una propiedad formal integradora. Es que no existe una lógica única
para la integridad del objeto pasado.
Así se remite la existencia del objeto, sólo a la evidencia de un pasado innegable y de una disciplina dedicada a su
estudio.
Cómo queda situada la actividad teórica en el campo del discurso histórico una vez que se ha desvanecido la
posibilidad del objeto unificado? Con la disolución del objeto unificado, lo que emerge como ámbito pertinente
para la práctica historiadora es el campo de intervención. Pero la delimitación del campo depende de la potencia y
de la estrategia de cada intervención y ya no del principio de unicidad del objeto. Cada intervención de la práctica
historiadora determina qué prácticas son relevantes para su análisis.
El concepto central para esta vía de historización actual que no quiere escribir los términos en una secuencia que
despliegue sus regularidades, sino que se quiere historia alteradora, es el término de acontecimiento.
En principio, habría que pensar el acontecimiento en términos de aparición de algo radicalmente nuevo. El
advenimiento de algo radicalmente nuevo es la presencia en acto de lo que nunca fue en potencia: la irrupción
que no es la actualización de lo que ya estaba, el advenimiento de un término que pasa del no ser al ser en
potencia al ser en acto. La posibilidad aquí depende de que exista (para esto que no era en potencia pero adviene)
la capacidad de producir un efecto. El efecto que es el que a Lewcowicz más le interesa destacar es el efecto de la
suplementación. La suplementación es el efecto pertinente de la irrupción de lo radicalmente nuevo en una
situación: suplementación de una estructura, suplementación de un orden, suplementación de una serie. La
suplementación no consiste en agregar a un término lo que le hace falta para constituir un todo, sino de introducir
un todo en un elemento en plus que lo destotaliza. No complementa en términos conjuntistas, de modo que tal
unión entre un conjunto y su complemento resulte en el universo sino que lo suplementa: ese universo se revela
como parcial, se releva – por el advenimiento del término nuevo – como fallado, como inconsistente.
“Función Historizante” – Najmanovich refiere a la mirada a través de la cual buscamos producir sentido a partir de
la cronología historia, reconectado los datos, con su origen y su proceso de construcción. Para la autora, el
realismo científico (correspondencia del modelo con la realidad) que subyace a la perspectiva empírico –
positivista, es el fruto de la estandarización desprovista de una mirada historizante.

INTRODUCCION HISTORIA DE LA PSICOLOGIA. LAFUENTE MÓDULO 2


Aunque pueda parecer obvio, creemos que es importante reconocer que este libro de Historia de la Psicología es
un texto de circunstancias que responde con cierta conciencia de precariedad y provisionalidad a la tarea que nos
planteamos, entendiendo esto en, al menos, dos sentidos. El primero tiene que ver con el propio lugar que ocupa
la historia de la disciplina en la configuración oficial de la identidad profesional del psicólogo actual. Es un hecho
que, sobre todo desde la reforma europea de la educación —el así llamado «Plan Bolonia» que impulsó en 2009 la
modificación de los estudios superiores en España—, la historia de la psicología ha perdido peso en los planes de
estudio de psicología en favor de materias más orientadas a la aplicación de técnicas para la resolución de
cualquier demanda individual y social que pueda llegar a surgir. Sin embargo, algunos docentes y profesionales
consideramos que, dada la pluralidad teórica y metodológica que caracteriza a la psicología desde sus inicios, así
como la complejidad conceptual que encierra todo intento de teorizar el comportamiento o la vida mental,
conviene tener un mapa de las diferentes escuelas y teorías que han ido desarrollándose en el tiempo. Muchas de
ellas conviven de una u otra forma en el presente de la disciplina, y conocer su historia nos permite manejarnos
con más herramientas en esa complejidad y posicionarnos ante ella con cierta conciencia crítica. Su función, por
tanto, no es puramente ornamental o erudita, sino sustantiva.
El segundo sentido de la conciencia de precariedad obedece a la necesidad de haber tenido que tomar decisiones
como elegir entre una irrenunciable función didáctica y una deseable actitud crítica, o entre lo que se cuenta y lo
que se deja fuera en una obra de extensión ajustada como tiene que ser ésta. Ello ha provocado que hayamos
tenido que dejar fuera —no sin controversias— temas tan relevantes como, por ejemplo, la psicología humanista o
la psicología aplicada. El resultado final es el texto que el lector tiene ante sí, pero podía haber sido otro distinto.
Sin renunciar a su compromiso eminentemente didáctico, esta obra está concebida para reflexionar, para
estimular la capacidad crítica o para poner en suspenso lo que se da por evidente en otras áreas, orientaciones y
ramas de la psicología. No narramos una historia de superación disciplinar y victorias científicas apoteósicas, sino
de permanentes tensiones teóricas y prácticas, pactos de no agresión entre corrientes y, como mucho, alguna que
otra victoria pírrica. No es este un texto, en definitiva, de autoayuda para psicólogos emprendedores, sino de
autorreflexión y autocrítica disciplinar para psicólogos curiosos e inquietos. Podría decirse que algunas de las
estrategias adoptadas para la redacción de este texto, sobre todo ante las cuestiones más formales, se poseen de
oficio, máxime con el respaldo de algunas buenas propuestas de protocolización (por ejemplo, Rosa, Huertas y
Blanco, 1996). Así, es un lugar común en los manuales contemporáneos de historia de la psicología señalar una
diferencia metodológica —incluso moral— entre la vieja historia y la nueva historia: la primera supuestamente
construida a través de datos vagos y no comprobados, reproducidos miméticamente de relato en relato; y la
segunda rigurosamente asentada en el trabajo directo con las fuentes originales —conocidas como «fuentes
primarias» —, esto es, las obras de los autores tratados, e incluso sus documentos personales y privados
conservados en archivos (una breve y excelente revisión del devenir de la «nueva historia» puede encontrarse en
Vera, 2006). En realidad, la cuestión es un poco más compleja: incluso la investigación de alto nivel de temas
nuevos y originales —o de revisión crítica de antiguos— recurre a estudios previos, si bien rigurosos —las así
llamadas «fuentes secundarias»—, para ilustrar y dar por sabidos ciertos aspectos secundarios de su argumento.
Esta estrategia compositiva es mucho más habitual en los trabajos con una orientación eminentemente didáctica
como éste. Con todo, en nuestro proceso de redacción hemos recurrido constantemente a obras originales de los
autores tratados, sobre todo siempre que en las fuentes secundarias detectábamos aspectos importantes que
habían sido obviados, malentendidos o resultaban contradictorios. Como señalábamos antes, más importante para
nosotros ha sido la forma de delimitar los contenidos a tratar, y particularmente una cuestión tan básica como
definir los límites temporales en los que encuadrar nuestro relato. ¿Por dónde empezar? ¿Cuándo nace la
Psicología? Con frecuencia se insiste en que la psicología es aún una ciencia joven, nacida apenas en los últimos
años del siglo xIx con la fundación del primer laboratorio de psicología experimental. A la vez, sin embargo, suele
ser un lugar común referirse a obras como el Tratado del alma de Aristóteles, del siglo Iv a. C., para hablar de las
primeras obras de psicología. Entre lo uno y lo otro transcurre prácticamente toda la historia del pensamiento
occidental. Situar los inicios de la psicología en uno u otro momento dependerá de los criterios que utilicemos para
definir qué entendemos por psicología, pero también qué entendemos por ciencia. Todo ello, además, dependerá
de cuáles sean nuestros propósitos a la hora de contar esta historia, que pueden ir desde la legitimación de su
estado actual hasta la apertura de un espacio para la crítica y la reflexión.
¿Cuándo y dónde nace la psicología?
La historiografía convencional sitúa el origen de la psicología como disciplina científica a finales del siglo xIx, en
Alemania, con el establecimiento del primer laboratorio de psicología en Leipzig, en 1879, por parte de Wilhelm
Wundt. Se trata de un mito fundacional que deposita en el empleo del método experimental —en el que Wundt se
había formado durante sus investigaciones precedentes en el campo de la fisiología, con científicos como Johannes
Müller y Hermann von Helmholtz— el rasgo definitorio de una psicología científica. Es sobre todo esa impronta
«experimental», junto al papel institucional desempeñado por el laboratorio como centro ineludible de formación
(también a nivel internacional), lo que ha hecho que el nombre de Wundt haya pasado muy por delante de otros
contemporáneos suyos que planteaban proyectos bastante diferentes1. Por ejemplo, en 1874, el mismo año en
que aparecía un famoso.
1 Que los psicólogos de hoy en día tendamos a subrayar nuestra independencia disciplinar y nuestra condición
«científica» a partir de la gran importancia atribuida a un hito fundacional eminentemente institucional como un
laboratorio —y no a un hallazgo científico, teórico o epistemológico— no es algo anecdótico. Revela algo
incómodo, quizá cierto «complejo de inferioridad», en nuestra identidad colectiva como profesionales de la
investigación o la práctica científica; sobre todo cuando aspiramos a equipararnos, siendo más papistas que el
Papa, al referente epistemológico inevitable representado por las así llamadas «ciencias duras» (la física, la
química, la fisiología, etc.). La pregunta por el origen histórico de estas últimas —bien en sentido teórico, bien en
sentido institucional—suele resultar anecdótico o irrelevante, entre otros motivos porque nadie suele
cuestionarse que sean «verdaderas ciencias» (sobre estas cuestiones puede verse Blanco y Castro, 1999; Castro,
2007; y Castro, Jiménez, Morgade y Blanco, 2001) tratado de Wundt titulado Fundamentos de psicología
fisiológica, Franz Brentano publicaba su Psicología desde el punto de vista empírico. Unos años más tarde, Wilhelm
Dilthey, que a partir de sus trabajos sobre las ciencias históricas se había interesado por una psicología real,
concreta y total, desarrollaría su propuesta en una obra de 1894, Ideas sobre una psicología analítica y descriptiva.
Todos estos nombres y proyectos, en todo caso, nos siguen situando en un momento y un lugar muy concretos: la
Alemania de finales del siglo xIx. Ciertamente, el modelo de universidad por el que se apostó en Alemania a partir
de 1810 permitió una proliferación excepcional no solo de la psicología, que en realidad empezó a contar con
cátedras propias de forma comparativamente tardía, sino de otras muchas disciplinas, como la fisiología, la
filología o las ciencias históricas. Ahora bien, la investigación historiográfica de los últimos años ha defendido la
existencia de una psicología empírica e incluso experimental mucho antes de esta institucionalización.
A este respecto, el siglo xvIII, según el historiador de la psicología Fernando Vidal (2006), parece haber sido el
escenario de un desarrollo sin igual de trabajos de carácter psicológico, visible especialmente en la explosión de
publicaciones tanto académicas como populares (revistas y novelas). Vidal plantea la existencia ya entonces de
todo un debate metodológico en torno a las posibilidades de una psicología empírica (matemática y experimental),
en el que habría venido a intervenir Kant a la hora de juzgar la posibilidad de que ésta fuera una ciencia. Ese
escenario era fundamentalmente germano, pero en él venían a confluir importantes intercambios con otras
tradiciones nacionales, especialmente la británica y la francesa (o francófona, más bien), que seguirán teniendo su
importancia mucho después, a la hora por ejemplo de interpretar la formación recibida en el laboratorio de
Wundt, convertido en el punto de encuentro y formación internacional de las primeras generaciones de
psicólogos.
Así, a muy grandes rasgos, en Gran Bretaña, a partir del análisis de la «mente» que planteó John Locke a finales del
xvII y su desarrollo posterior por David Hume, durante el siglo xIx dominaría una tradición psicológica basada en el
asociacionismo y el empirismo. En Francia, donde Locke tuvo una gran influencia, se desarrolló también durante el
siglo xvIII una filosofía marcadamente empirista y materialista, de la mano de los llamados «ideólogos». Estos
filósofos se planteaban precisamente desarrollar una «ciencia de las ideas», aunque preferían llamarla «ideología»
en lugar de «psicología» —un término que ya había introducido y sistematizado en Alemania el filósofo
racionalista Christian Wolff— por ser éste un término que asociaban a la metafísica del Antiguo Régimen. Wolff
había incorporado en su sistema la psicología como parte de la metafísica, distinguiendo entre una psicología
racional (estudio del alma a priori) y una psicología empírica (a partir de la observación de los fenómenos
mentales).
A partir de ahí se sucedieron toda una serie de intentos de medición de los procesos mentales, con los
consiguientes debates en torno a la posibilidad de una investigación psicológica empírico-experimental (Vidal,
2006). En todo caso, otros investigadores se remontan mucho más atrás en el tiempo y defienden la existencia de
una psicología empírica, natural, ligada a las primeras apariciones del término «psicología», en el contexto de la
reforma protestante, en un momento de inquietud religiosa, de crisis de la espiritualidad, que conlleva nuevas
reflexiones sobre la naturaleza humana. El término, en efecto, había empezado a utilizarse con cierta
sistematicidad a finales del siglo xvI, en pleno auge del Humanismo, de reforma de las universidades y de nuevas
lecturas del tratado De Anima de Aristóteles. A juicio de Paul Mengal (2005), la presencia del término en estos
textos, que se enmarcan en un contexto de crisis de la filosofía natural medieval y de renovación del conocimiento
anatómico, implicaría la emergencia de un nuevo campo disciplinar: una psicología como ciencia natural, en
estrecha relación con los desarrollos antropológicos y anatómicos de la época, que habría contribuido a instaurar
el dualismo mente-cuerpo que encontraremos poco después en Descartes. Otros autores defenderán, sin
embargo, que la aparición del vocablo «psicología» en esos textos no es más que una traducción erudita
(helenizante) de la expresión latina De Anima (Sobre el alma).
2 Como veremos en el primer capítulo, el dualismo mente-cuerpo cartesiano plantea que el ser humano está
compuesto de dos sustancias radicalmente distintas: el cuerpo (res extensa), por un lado, entendido como una
máquina (cuyas operaciones se pueden explicar como procesos físicos, sin necesidad de recurrir a fuerzas vitales) y
el alma o mente (res cogitans), por otro, que Descartes identifica con el «yo pensante». Esta alma cartesiana se
distingue por la capacidad de pensar y por ser lo contrario de la materia, es decir: inextensa, indivisible e
incuantificable (no requiere de ningún lugar ni depende de nada material para existir)los libros más comentados
de Aristóteles desde el final de la Edad Media, sin que dicha terminología haya tenido por sí misma mayores
repercusiones conceptuales y prácticas (Gantet, 2008). Es decir, la irrupción y difusión del vocablo «psicología» a
finales del siglo xvI no parece haber ido acompañada de una reorganización del conocimiento sobre el alma o la
mente en torno a una ciencia unitaria, que pudiera considerarse antecedente más o menos directo de la psicología
moderna. Para Gantet, en línea con Vidal (2006), no será hasta el siglo xvIII cuando algo así empiece a dibujarse,
como parte de un proceso de psicologización del ser humano que se desarrollaría sobre todo a partir de la
influencia del Ensayo sobre el entendimiento humano de John Locke (1690) y que conllevaría un nuevo lenguaje
para referirse a la mente y a la conciencia.
Multiplicidad de saberes y prácticas: ¿unidad disciplinar?
Ciertamente, las reflexiones que hoy calificaríamos como «psicológicas» que se hacían en los siglos xvI y xvII, como
por otro lado venía ocurriendo desde la propia filosofía clásica y los inicios del pensamiento cristiano, se podían
encontrar tanto en el ámbito de la filosofía natural (física y medicina) como en el de la filosofía moral, y estaban
ligadas a cuestiones teológicas (especialmente a la cuestión de la inmortalidad del alma). El auge de este tipo de
discusiones desde finales del xvI y durante todo el siglo xvII no tiene que ver sólo con una dimensión teórica del
conocimiento; antes bien, se encuentra ligado a una serie de cuestiones prácticas, que tienen que ver con el
gobierno (especialmente con el control social) y con el autogobierno, en un momento en que el hombre empieza a
dejar de ser un súbdito para tantear la senda del individualismo moderno. Todas estas prácticas, que se apoyan en
un conocimiento del funcionamiento de nuestra psique, contribuirán precisamente al acervo de las llamadas
«tecnologías del yo», es decir, procedimientos técnicos utilizados para regular el propio comportamiento o los
propios pensamientos y emociones (como la confesión o la oración, por ejemplo; Foucault, 1990). La importancia
de toda esta historia «pre-institucional» o «pre-disciplinar», por así llamarla, radica entre otras cosas en el hecho
de que la psicología contemporánea encuentra ahí, probablemente a su pesar, el desarrollo de sistemas
conceptuales que, con más o menos variaciones y discontinuidades, siguen permeando hoy nuestro vocabulario y
pensamiento. Pero también, y sobre todo, encontramos ahí la historia de las aplicaciones o dimensiones prácticas
de la psicología, especialmente relacionadas con el gobierno de los otros y de sí mismo.
La carcasa disciplinar o institucional (en el sentido de entramado de puestos en la universidad, academias,
sociedades científicas, etc.) intentará aunar la pluralidad de saberes y prácticas al servicio de un discurso
«psicológico» y «científico» típico de la modernidad occidental. Pero antes de ese momento, como decimos,
existían teorías, prácticas y técnicas sobre la mente y el comportamiento directamente relacionadas con lo que
hoy, en sentido amplio, podemos entender por «psicológico». Esa historia pre-disciplinar debe contemplarse como
una polifonía de historias, ideas y prácticas, que tienen que ver tanto con la medicina como con el derecho, la
filosofía (natural y moral) y la teología, que dominará sobre todas las demás hasta el siglo xvIII.
Aunque ofrecer una síntesis del panorama pre-disciplinar de la psicología sería una tarea tan titánica como
quimérica, sí creemos pertinente ofrecer algunas pinceladas al respecto. Eso nos permitirá 1) reconocer la
historicidad de nuestros conceptos y muy particularmente de la propia idea de sujeto que constituye nuestro
objeto de estudio; 2) vislumbrar la genealogía —es decir, los procesos a través de los cuales han ido tomando
forma— de una parte de las discusiones teóricas y metodológicas en las que se mantiene enredada la psicología
(como la cuestión del dualismo mente-cuerpo); y 3) constatar que esa pluralidad de saberes y prácticas sigue muy
presente hoy en nuestra disciplina, cuya unidad responde, más que a un realidad teórica y metodológica, a «un
pacto de coexistencia pacífica» (Canguilhem, 2002).
Así pues, antes de iniciar nuestra andadura por la historia de la psicología como disciplina científica e
institucionalizada (con sus revistas, cátedras y laboratorios) a partir del siglo xIx, dedicaremos un primer capítulo a
señalar algunos de los hitos de esa historia pre-disciplinar, desde la filosofía clásica, donde ya coexiste una noción
platónica de alma (inmortal, transcendente) con otra aristotélica (más naturalista, como principio de vida
inseparable de los cuerpos) hasta la revolución científica del xvII, donde se impondrá la noción de mente como
espacio subjetivo, pasando por la Edad Media y el humanismo renacentista. En ese largo periodo, donde los
clásicos se olvidan, se recuperan, se combinan con otras filosofías y se reinterpretan a la luz de diferentes
contextos hasta hacerlos más o menos irreconocibles, encontraremos claves para entender muchos de los rasgos
que marcan su desarrollo posterior. Podremos así aproximarnos con más elementos de análisis a algunos de los
nudos conceptuales sobre los que se asienta la disciplina.
Más allá de Occidente y la ciencia moderna.
Conviene en todo caso no olvidar que restringir nuestro punto de partida al contexto alemán de los siglos xvIII y xIx
supone ya una elección que deja fuera otras muchas posibilidades, y no sólo otras tradiciones nacionales
europeas. Del mismo modo que en el contexto occidental asistimos a una larga historia filosófico-religiosa, de la
Antigüedad a la Edad Media, el Renacimiento y la época de la ciencia moderna, de la que se va nutriendo la cultura
psicológica que eclosionará con su institucionalización disciplinar en el siglo xIx, existen otras tradiciones no
occidentales, cuyos respectivos acervos de saberes y prácticas acerca del funcionamiento del alma siguen su
propio curso, marcadas por sus propios contextos sociales, religiosos y técnicos. Una historia más ambiciosa de la
psicología que la que nos proponemos trazar aquí bien podría aspirar a cubrir este tipo de cuestiones, no sólo por
la distancia que un mínimo ejercicio comparativo nos permitiría tomar respecto de la supuesta universalidad de
nuestras propias categorías, teorías y prácticas3, sino por la actualidad de que gozan estas «otras psicologías» en
sus respectivos lugares de origen. Allí, como ha estudiado por ejemplo la historiadora de la psicología Irmingaard
Staeuble (2004), se ha de convivir en un mundo post-colonial con una psicología occidental de importación. Pero
entrar en eso nos llevaría demasiado lejos.
3 Este fue, por ejemplo, el punto de partida de la tarea historiográfica de Kurt Danziger en su clásico Naming the
mind (Danziger, 1997), en el que «desnaturaliza» las categorías de la psicología occidental ante su contacto con la
psicología local en Indonesia. Por lo demás, téngase en cuenta que, tal y como nos muestran la etnopsicología y la
etnopsiquiatría, no en todas las culturas se tiene la idea de que existe lo psicológico como un ámbito específico de
la realidad, ni tampoco en todas las culturas se experimentan los problemas psicológicos que nosotros
experimentamos (Leenhardt, 1997; Nathan, 2013; Pazos, 2008).
Con todo, y por lejanas que nos parezcan, no estará de más recordar que la propia filosofía griega, sobre la que se
asientan los pilares del pensamiento occidental, bebe también de algunas de las tradiciones orientales que han
alimentado a esas «otras psicologías». Así ocurre por ejemplo tanto con ideas sobre la inmortalidad y
reencarnación del alma como con prácticas asociadas a su purificación a través de la meditación, el ayuno y otras
técnicas propias del ascetismo —tan de moda, en versiones más o menos adulteradas, en el mundo globalizado de
nuestros días—. Curiosamente, algunos aspectos relacionados con estas prácticas disfrutan hoy, con todos los
matices que impone su importación, de un renovado interés por parte de la psicología «científica» occidental. A
este respecto, cabe mencionar por ejemplo el creciente protagonismo de prácticas como el llamado mindfulness,
que recoge técnicas de la práctica budista de la meditación, si bien con la pretensión de desligarlo del sistema
filosófico y religioso en el que se basa y someterlo a criterios científicos mediante el análisis cuantitativo del
bienestar que produce en quienes lo practican.
¿Para qué sirve la historia de la psicología (y este libro)?
¿Para qué sirve mirar al pasado y conocer la historia de la psicología? Hasta hace relativamente poco tiempo, la
historia de la psicología —como la de otras disciplinas— se venía construyendo sobre el supuesto de un desarrollo
acumulativo y de progreso. Este tipo de reconstrucciones históricas, cuya base solía ser una perspectiva
internalista —denominada así por remitir el cambio histórico a una lógica interna de las teorías— se acompañaba
habitualmente de un punto de vista según el cual el mérito personal de los grandes genios científicos, sus anhelos
y motivos, era lo que impulsaba los logros y desarrollos alcanzados. Era ésta una historia testimonial, poco
integrada en el cuerpo teórico-epistemológico de los saberes y prácticas de la disciplina, aunque cumplía un papel
muy importante a la hora de reforzar la memoria colectiva y, con ella, la identidad profesional del psicólogo. El
psicólogo, en efecto, quedaba así inscrito en una historia de progreso y superación científica donde cada
investigador, terapeuta, orientador, etc., se convertía en un eslabón más, en un actor relevante de la trama,
aunque sólo fuera como un actor secundario o un extra. Se trata de una historia no exenta, además, de
importantes efectos paradójicos —y que se reflejan bien en el arrinconamiento que, tal y como comentábamos al
principio, los contenidos de historia de la psicología están sufriendo en los planes académicos desde el Plan
Bolonia—. Toda vez que la identidad científica del psicólogo está supuestamente garantizada, que su conciencia
profesional no está atormentada por el malestar epistémico, una historia estrictamente legitimadora pierde su
función, se vuelve innecesaria (sobre estas cuestiones pueden verse Blanco y Castro, 2007 y Castro, 2007).
Sin embargo, desde aproximadamente la década de los años setenta del pasado siglo, la historiografía empezó a
atender a los aspectos más contextuales o externos de la empresa psicológica, poniendo en entredicho el modelo
«internalista» de progreso o, al menos, matizándolo en gran medida. Cuestiones culturales, socio-institucionales,
técnicas, políticas o morales de todo tipo empezaron a verse como decisivas en los derroteros que seguían las
teorías y las prácticas de la disciplina (Caparrós, 1985; Furumoto, 1989; Hilgard, Leary y McGuire, 1991;
Woodward, 1980). Las consecuencias de esta nueva perspectiva, sus causas, efectos y alianzas con nuevas formas
de mirar hacia el pasado, han sido múltiples y complejas (véase Vezzetti, 2007). Aquí sólo vamos a señalar muy
brevemente algunos de los derroteros que consideramos más interesantes, aunque en puridad ninguno de ellos
deba englobarse dentro la «nueva historia de la psicología». Más bien comparten con ella cierta sensibilidad o aire
de familia.
Uno de esos derroteros es la historia compensatoria, como la que procede de la crítica feminista y su
reivindicación de la contribución realizada por las mujeres a la historia de la ciencia y la cultura (véase García,
2005). Junto a esta mirada crítica se ha promovido la necesidad de dar visibilidad a otro tipo de cuestiones, de tal
manera que actualmente su denominador común sería la sospecha ante las narraciones históricas tradicionales y
asentadas. En lo que toca a nuestra disciplina, la historia compensatoria se fundiría con la sensibilidad que reclama
la atención sobre opciones psicológicas abandonadas y eclipsadas por otras. Esto incluiría, claro está, el caso
particular de las mujeres. Una segunda aproximación que consideramos relevante señalar es la genealógica. Según
esta, el campo psicológico sólo sería un dominio de prácticas y teorías más entre los dispuestos históricamente por
la cultura occidental para construir tipos de sujetos (o subjetividades) bien ajustados sus fines sociales
(democracia, totalitarismo, felicidad, independencia, autogobierno, etc.). De esta perspectiva se derivan algunas
posiciones especialmente críticas que señalan el carácter de la psicología científica como instrumento de control y
sometimiento del sujeto moderno. Otras posiciones genealógicas, sin embargo, asumen la inevitable utilización de
herramientas culturales y artefactos con los que el sujeto iría construyéndose históricamente, definiéndose así lo
que en cada momento asumiría como «naturaleza humana». Podríamos considerar este último planteamiento
como una tercera perspectiva. En ella la psicología se reconoce a sí misma como una tecnología de construcción de
subjetividades, lo cual convierte la mirada al pasado de la disciplina en algo imprescindible o sustantivo de la
misma. El análisis del pasado se reintegraría plenamente en el cuerpo teórico-epistemológico de los saberes y
prácticas psicológicos. No hablaríamos ya, por tanto, de una historia legitimadora de la identidad del psicólogo —
una historia periférica o testimonial—, sino de mirar al pasado como algo necesario para entender en toda su
complejidad lo que denominamos «sujeto psicológico» (diversas aproximaciones a esta cuestión pueden
encontrarse en Fuentes, 2007; Loredo, Sánchez y Fernández, 2007; Smith, 2007). Conviene en todo caso advertir
que, como siempre que hablamos de la identidad disciplinar de la psicología, las cosas no son tan simples y claras:
no es tan fácil distinguir entre una vieja historia triunfalista y obsoleta y una nueva historia crítica y suspicaz. En
puridad, apenas se han hecho historias «internalistas» y de «grandes genios» sin atender en absoluto a los
aspectos socio-institucionales y culturales que condicionaron el supuesto progreso de la disciplina (Lovett, 2006).
Igualmente, resulta difícil hacer una historia contextual, compensatoria, crítica o genealógica de la psicología sin
tratar de reconstruir algo de lo que sucedió en el pasado, identificar agentes relevantes y suponer una proyección,
sea la que sea, hacia el futuro. El propio relato que el lector encontrará en las páginas que siguen se ajusta bien a
esta lógica híbrida. Su imperativo didáctico exige una narración concatenada de hechos históricos a través de
teorías y figuras consideradas como relevantes por la disciplina tal y como la entendemos hoy, pero nos gustaría
no haber renunciado a preservar un espíritu crítico alimentado de compensaciones y aperturas genealógicas del
campo cuando corresponda.

Historia de la Psicología
Teniendo todas estas cuestiones presentes, podríamos considerar que el propósito básico de este libro es ofrecer
unos contenidos que permitan al lector, en primer lugar, entender las condiciones históricas, filosóficas y
científicas que posibilitan la constitución de la disciplina en el siglo xix; y, en segundo lugar, conocer las diferentes
vías de desarrollo que sigue, tanto en el sentido de las diferentes corrientes y escuelas que se proponen desde un
primer momento, con sus respectivas bases teóricas, como sus sucesivas derivas y las diferentes aplicaciones con
las que se irá engranando en la sociedad. De esta forma, esperamos ofrecer un panorama más o menos global que
ayude a dar sentido a la fragmentación de contenidos y propuestas teóricas a las que solemos enfrentarnos
cuando oteamos el paisaje de lo psicológico. Esperamos así dotar al estudiante de unas herramientas con las que
poder posicionarse críticamente en el complejo paisaje de la psicología, afectado por lo que se ha dado en llamar
un pluralismo epistemológico crónico o crítico y, en último término, constitutivo de la disciplina (diferentes
perspectivas al respecto pueden consultarse en Blanco, 2002; Ferreira, 2010; Gergen, 2010; Parker, 2010; Pinillos,
1962; y Richards, 2002). También, esperamos abrir una reflexión acerca del ambivalente lugar ocupado por la
psicología en el conjunto de las ciencias, desde las primeras disquisiciones de Kant sobre el lugar de la psicología
empírica y el doble programa de Wundt, hasta la progresiva deriva neurocientífica de la investigación en
psicología. A este respecto, y retomando algunas de las inquietudes con las que iniciábamos esta introducción,
cabe señalar por ejemplo que la adscripción, cada vez más generalizada, de la psicología al área de las Ciencias de
la Salud otorga a la vertiente clínica un lugar preponderante entre las diferentes áreas de investigación.
Ciertamente, se recoge con ello una supuesta demanda social, al tratarse de la práctica más popular y solicitada en
nuestros días, en parte probablemente por el gran impacto mediático y cultural de las terapias psicoanalíticas
(marginadas sin embargo desde el ámbito académico por su presunta falta de cientificidad). Pero la centralidad de
la cuestión sanitaria impone sobre el conjunto de la investigación una mirada que, por más laxa que sea la
definición de salud que ofrece la Organización Mundial de la Salud, que se refiere a un bienestar físico, psicológico
y social, no deja de distorsionar muchas líneas de investigación, no directamente ligadas a esa dimensión clínica.
IntroduccIón
Adicionalmente, cabe señalar que esta adscripción sanitaria de la psicología no repercute sólo sobre el predominio
de la práctica clínica o terapéutica, sino que apuntala también una mayor apertura a una investigación básica de
carácter biológico, especialmente ligada a la genética y las neurociencias —ciencias naturales de las que una buena
parte de la psicología no deja de sentirse algo así como la acomplejada «hermana menor»—. Se dan aquí
nuevamente una serie de paradojas importantes, especialmente en la medida en que las modernas neurociencias,
que empiezan su despegue a partir de los años sesenta reuniendo a científicos de múltiples ámbitos (matemática,
física, química, cibernética, farmacología, etc.), estudian los procesos cerebrales en un plano molecular, en
términos biofísicos, químicos y eléctricos no traducibles al plano psicológico (Rose y Abi-Rached, 2013). Como
venimos señalando, este tipo de cuestiones configura buena parte del horizonte de sentido actual de lo que se
relatará a partir de aquí, y de hecho volveremos sobre ellas en el epílogo. En todo caso, el relato histórico que
ofrecemos también está trufado de claves para poder observar la psicología actual desde otros muchos puntos de
vista, algunos, esperamos, especialmente críticos, reveladores y enriquecedores a la hora de pensar en
alternativas teóricas y prácticas.
Sería injusto cerrar esta introducción sin reconocer la ayuda y apoyo que nos han ofrecido muchos amigos y
compañeros. La redacción de este libro ha sido una labor larga y ardua que ha ocupado buena parte del tiempo de
los autores estos últimos años. A estas alturas, nuestra memoria histórica alcanza a recordar los consejos,
correcciones y opiniones de Elena Battaner Moro, Florentino Blanco Trejo, Saulo de Freitas Araujo, Rubén Gómez
Soriano, Fania Herrero González, Álvaro Pazos Garciandía, Alberto Rosa Rivero y José Carlos Sánchez González.
También habría que incluir en esta lista a los numerosos alumnos y tutores del Grado de Psicología de la UNED que
con sus preguntas y apreciaciones nos ayudaron a aquilatar la primera versión divulgada de este texto. Muchas de
las mejores cosas que siguen a continuación se deberán a ellos. Los errores son, naturalmente, exclusiva
responsabilidad de los autores.

Hacia un marco conceptual para una historización crítica de la psicología. Danziger

MÓDULO 3
La historiografía de la psicología alcanzó una cierta madurez en los últimos tiempos. Al debilitarse el antiguo
mandato, según el cual la historia debe justificar las perspectivas disciplinarias actuales, se amplió el panorama
para la reflexión sobre las tareas del historiador. Los debates recientes sobre este tema parecen haber dado por
resultado un acuerdo relativamente amplio sobre el hecho de que una historiografía no justificacionista debería de
alguna manera ser “crítica” (WOODWARD, 1980).
Con respecto a la noción de historiografía crítica, parece factible distinguir al menos entre dos sentidos amplios en
los que puede emplearse esta noción: sentido débil y sentido fuerte: el primero constituye en cierta forma un
grado de acuerdo mínimo sin el cual no tiene sentido hablar de una historiografía crítica, mientras que el segundo
implica compromisos teóricos que van mucho más allá de ese nivel mínimo. Debe destacarse que cuando se habla
de “historia crítica” no es el nivel táctico el que se tiene en mente, sino la estrategia general de la investigación
histórica.
El compromiso con una historiografía crítica, supone adoptar una postura frente a por lo menos tres coordenadas
que conforman el marco inmediato de la actividad del historiador. La primera, está constituida por las autoridades
y las fuentes históricas tradicionales. Una historiografía crítica resulta incompatible con la aceptación ciega de los
prejuicios tradicionales. La segunda, una historiografía crítica, por supuesto, debe ir más allá y adoptar una actitud
crítica y autorreflexiva también dirigida a sus propios esfuerzos. Por lo tanto, la historia crítica parece incluir la idea
de que poner de manifiesto las relaciones históricas no constituye un ejercicio sin problemas, sino que depende de
manera crucial de las suposiciones y los compromisos del historiador. Y por último, es imposible hablar de una
historia crítica a menos que la actitud crítica se extienda a la disciplina misma el objetivo de una historia crítica
entraña un intento consciente de evitar dar por sentados los prejuicios actuales y usarlos como parámetro
ahistórico según el cual se debe juzgar el pasado (cf. HARRIS, 1980).
Resulta básico reconocer con claridad una divergencia fundamental entre la historia crítica y el naturalismo
ingenuo. De acuerdo con este último, la psicología simplemente encuentra sus objetos en el mundo natural. De
esta manera, su historia se convierte en la crónica de cómo una serie de descubridores hallaron una serie de
objetos. Por el contrario, un enfoque crítico debe considerar que es un problema precisamente lo que se aceptaba
sin reparos desde el punto de vista tradicional.
Los objetos como “la inteligencia”, las “actitudes” o la “personalidad”, no se dan en la naturaleza como materias
dadas sino que son el producto de una construcción humana.
Existe una versión subjetivista del naturalismo que considera que los objetos psicológicos no se encuentran en la
naturaleza objetiva sino en la mente de figuras históricas específicas. Generalmente, las distinciones tajantes entre
el “contexto de descubrimiento” y el “contexto de justificación” brindan una excusa para negarse a someter el
primero al estudio crítico. Así, los nuevos conceptos se convierten en una especie de mutación biológica que
carece de dimensión social. En la medida en que se sostiene que los conceptos se les ocurren a los individuos,
aquellos parecen surgir sin actividad humana, como otros hechos naturales. Sólo cuando las ideas se analizan
desde el principio como construcciones humanas producidas por agentes sociales en condiciones históricas
especificas contamos con un marco aplicable a una historia crítica (ver BEM, 1983). En consecuencia, los objetos
de psicología históricamente constituidos deben analizarse en relación con la actividad constructiva de la que son
producto.
Lo que resulta importante desde el punto de vista de la historia crítica es el estudio de la relación entre tales
actividades constructivas y la naturaleza de los objetos que ellas producen. Por lo tanto, los orígenes de los
cambios significativos en los objetos deben buscarse en los cambios en las actividades que los produjeron.
Debemos rechazar la idea de que las respuestas a los problemas históricos pueden encontrarse en acciones e
intenciones específicas de individuos históricos concretos. Las autorrepresentaciones de los actores históricos
individuales son producto de la reflexión de los actores sobre sus propios actos (GIDDENS, 1979), y no deben
confundirse con la realidad no reflexionada de su actividad constituyente de objetos.
En general, la autorrepresentación de los experimentadores, no toma en cuenta el hecho fundamental de que los
experimentos psicológicos implican un sistema social que está sujeto al cambio histórico al igual que cualquier otro
sistema social, y que deja constancia de su cambio en documentos publicados (DANZIGER, 1981).
El compromiso del historiador crítico con un tipo de análisis que profundiza más allá del nivel de
autorrepresentación de los actores históricos individuales tiene implicaciones importantes para el análisis de la
estructura de las actividades que generan conocimiento. Tales actividades suelen tener lugar en un contexto de
resolución de problemas. Resulta muy sensato, al examinar las actividades que generan objetos, buscar las
situaciones-problema que generaron las actividades mismas.
Es necesario hacer una distinción entre los problemas que se plantea un actor histórico y la problemática dentro
de la que opera. Los problemas que aborda conscientemente tienden a ser de tipo específico, con frecuencia
técnico. Una problemática define los esquemas, las imágenes, las metáforas en términos de las que se formulan
los problemas específicos, y por lo tanto limita la gama de preguntas posibles dentro de su ámbito. Como estas
preguntas son las que generan las actividades constructivas que producen objetos psicológicos que tienen lugar en
la historia, el análisis de la constitución de tales objetos debe continuarse hasta llegar a la problemática dentro de
la que surgen.
Es posible que los problemas específicos sean formulados por actores históricos individuales, pero una
problemática no es nunca propiedad de un único individuo, surge en el curso de la interacción social; implica las
formas en que los individuos se comunican sobre problemas compartidos. Una problemática es un aspecto de la
vida social. Esto presenta consecuencias de largo alcance. Una de ellas deriva del hecho de que una problemática
no funciona como una forma inerte, sino como un proceso generador; configura problemas específicos y
actividades constituyentes de objetos. Por consiguiente, en última instancia, no son los actores individuales los
que funcionan como sujetos históricos, sino los grupos que comparten una misma problemática.
Para operar la historia crítica en sentido fuerte tiene que concebir, de alguna manera, a los “sujetos colectivos”.
Esto no significa que debe dejar de lado a los sujetos individuales.
El modelo del actor individual sujeto a las “influencias” sociales constituye todavía un modelo naturalista;
constituye una actitud no crítica aceptar, sin mayor reflexión, que esta forma es el paradigma según el cual debe
comprenderse y analizarse toda acción histórica (ver MORAWSKI, 1981).
La problemática que proporciona la base de la actividad del individuo es una estructura abierta que define un
áreaproblema y prescribe la naturaleza general de las soluciones aceptables. No es simplemente un conjunto de
categorías cognitivas, sino siempre una expresión de intereses sociales. La existencia de una situación-problema
implica interés por algún tipo de solución. Sólo en la medida en que una problemática implica interés en una
solución, puede servir como fuente de nuevos productos intelectuales o técnicos. Pero tales intereses siempre
adoptan una forma especifica que determinan las clases de objetos que pueden considerarse elegibles para
resolver el problema.
La historia crítica en sentido fuerte involucra rechazar la idea de “cognición pura”, y además, reconocer el papel
fundamental que desempeñan los “intereses constituyentes de conocimiento”.
Las actividades constituyentes de objetos psicológicos también presentan un aspecto socialmente reproductivo.
Dichas actividades dependen de los productos de las actividades de generaciones anteriores que en gran parte se
dan por sentadas. Debe reconocerse que la reproducción de clases específicas de conceptos y prácticas implica
intereses sociales.
Siguiendo con nuestro estudio, el análisis crítico en sentido débil, se basa en una separación dualista de estos
aspectos en, de manera que la cuestión pasa a tener que ver con las “influencias” sociales sobre productos sociales
o en la distribución de la influencia entre factores “externos” e “internos”. Queda claro, que esta analogía espacial
esencialmente fisicalista con un exterior y un interior, pertenece al lenguaje del naturalismo y resulta inadecuada
en un contexto crítico. El objeto de estudio de una historia crítica no está compuesto por cuerpos inertes sino por
actividades humanas en las que los aspectos sociales y los individuales son inseparables. Las actividades
constituyentes de objetos psicológicos son sociales tanto como son intelectuales.
Los conceptos que tiene que emplear la historia crítica cuando trata de dar una explicación metahistórica de su
objeto de estudio, son conceptos que expresan la unidad de los aspectos sociales y los intelectuales. El concepto
de problemática, por ejemplo, pertenece a esta categoría. El hecho de que el aspecto psicológico y el social no son
independientes uno del otro, no significa que uno sea la causa del otro. Más bien, al abordar una problemática en
particular, los sujetos históricos abordan simultáneamente aspectos psicológicos y sociales
Otro ejemplo de un concepto que expresa la unidad de los aspectos sociales e intelectuales es el concepto de
“intereses intelectuales” (DANZIGER, 1979). Estos intereses implican la definición de los objetivos científicos que a
la vez expresa ciertos intereses sociales. Son objetivos que tienden a legitimar ciertas clases de actividad en
relación con los que controlan los recursos que dichas actividades requieren. Pero para la historia crítica el desafío
radica en desarrollar modos de análisis que no perpetúen la separación artificial entre el “contenido” intelectual y
las “condiciones” sociales la definición de la historia crítica debe encararse en términos de la definición de sus
tareas y desafíos.

Una historia crítica de la psicología - Rose MÓDULO 3


¿De qué manera debería hacerse la historia de la psicología?
Una historia crítica de la relación entre lo psicológico, lo gubernamental y lo subjetivo. Una historia crítica es la que
nos llama a reflexionar sobre nuestra naturaleza y nuestros límites, sobre las condiciones en las que se estableció
lo que entendemos por verdad y por realidad.
El objetivo de una historia crítica no es imponer un juicio sino hacerlo posible.
La psicología y sus historias
Las ciencias psicológicas no carecen de conciencia histórica, tienen un pasado extenso en el sentido de una
tradición ininterrumpida de especulación acerca de la naturaleza, las vicisitudes y las patologías del alma humana.
Pero una historia corta en el sentido del abandono de la metafísica, la especulación o el reduccionismo médico que
sólo se produjo con el despliegue del método experimental en el SXIX.
A los textos prestigiosos de historia científica, Georges Canguilhem los denomina “historia recurrente” por la forma
en que las disciplinas científicas suelen identificarse con una determinada concepción de su pasado. Y todos esos
pensadores del pasado estuvieron dando vueltas alrededor de una realidad que siguió siendo la misma.
Simultáneamente esas historias recurrentes, establecen la modernidad de la ciencia en cuestión.
Las historias recurrentes consideran que el presente es la culminación del pasado, el lugar desde el cual se
manifiesta su historicidad. Sin embargo desempeñan un papel constitutivo en la mayoría de los discursos
científicos porque usan el pasado para deslindar el régimen de verdad contemporáneo de una disciplina. El
ejemplo más debatido es el de Boring: aplicando criterios de inclusión y exclusión, dichas historias ejercen la
función de gendarmes en las fronteras de la disciplina.
Estas historias recurrentes de la ciencia son programáticas. Al narrar el pasado de la disciplina en cuestión buscan
no sólo deslindar el presente, sino también escribir el futuro.
Hasta la década de 1960, casi todas las historias de la psicología pertenecían al género de lo “recurrente”, siendo
luego cuestionado por varios frentes. Una nueva historia social de la ciencia, argumentó que el propio
conocimiento científico debe ser entendido en su contexto social, político e institucional y en términos de la
organización de comunidades científicas. Hubo un nuevo auge de la historia académica de las psico ciencias y
desarrollo de teorías y técnicas de la psicología.
Las críticas sociológicas de la psicología analizan el desarrollo de las disciplinas en términos de cinco factores
externos: económicos, profesionales, políticos, culturales y patriarcales.
Georges Canguilhem denomina “historia recurrente” para describir la forma en que las disciplinas científicas suelen
identificarse, en parte, con una determinada concepción de su pasado.
Las historias recurrentes consideran que el presente es la culminación del pasado y el lugar desde el cual se pone
de manifiesto su historicidad. Usan el pasado para deslindar (aclarar) el régimen de verdad contemporáneo de una
disciplina y, al hacerlo, no solamente usan la historia para vigilar el presente, sino que también para moldear el
futuro.
Pero esa “historia del presente” debe tomar como una reivindicación en el sentido de que es necesario analizar esa
imagen de la disciplina, no verla como un mito ni reflejo del pasado, sino observar cómo opera y cuáles son sus
funciones, y debe tomarla como problema, en el sentido de que no se la puede utilizar como principio para
nuestra investigación del pasado.
Hasta la década del 1960, casi todas las historias de la psicología pertenecen al género de lo “recurrente”. Sin
embargo, en el período posterior, esa “historia recurrente” de las ciencias psicológicas fue cuestionada en varios
frentes. Los sociólogos del control social y los críticos de la cultura incluyendo a la psicología en sus críticas. Las
críticas sociológicas cuyo objetivo no es ilustrarnos sobre el pasado, sino legitimar el presente, analizar el
desarrollo de las disciplinas en términos de trasformaciones externas al conocimiento científico.
Los siglos XIX y XX, esos análisis se inclinan de factores externos: económicos, profesionales, políticos, culturales y
patriarcales.
Dicha historia escrita a modo de crítica plantea cuestiones significativas en cuanto a la relación entre conocimiento
y sociedad, entre variedad y poder, entre psicología y subjetividad.
FACTORES ECONOMICOS: La relación entre capitalismo y el surgimiento de las disciplinas psicológicas analizando
las condiciones políticas, institucionales y conceptuales que dieron lugar a la formación de diversas nociones de la
economía, el mercado, las clases de trabajadores y el sujeto colonial. Deberíamos analizar la forma en que esas
problematizaciones plantearon cuestiones a las cuales las psicociencias pudieron brindar respuesta.
FACTORES PROFECIONALES: Debemos estudiar la manera en que se forman las alianzas entre aquellos que
terminan convenciéndose, de diversas maneras, de que tienen ciertos intereses y de que esos intereses son los
mismos que los de los individuos.
FACTORES POLITICOS: En lugar de analizar el aumento de control del estado en el siglo XIX y las ciencias
psicológicas que fueron útiles para lograrlo, deberíamos investigar la formación de una nueva forma de
movilización de la autoridad política en ese período. La disciplinarización de la psicología está constitutivamente
vinculada a una transformación fundamental que viene sucediendo en la racionalidad y las tecnologías del poder
político desde las últimas décadas del siglo XIX.
FACTORES CULTURALES: La dirección de la investigación podría invertirse para hacer menos hincapié en las
“mentalidades” que originaron la ética, y más hincapié en las condiciones específicas de emergencia, articulación y
trasformación de los valores éticos y técnicas que hacen que ciertas prácticas culturales sean posibles.
FACTORES PATRIARCALES: Analizan hasta qué punto las identidades y atributos de hombres y mujeres, que
convencionalmente fueron situados del lado de lo natural, habían sido construidos en torno a una diversidad de
problemas de regulación, vinculados con una variedad de supuestos culturales y prácticas para la administración
del espacio (ej.: el espacio público y el privado) y de la interacción (ej.: la crianza de los hijos y el sexo).
La construcción de lo psicológico
Había un dominio de la “realidad” que la psicología buscaba conocer, pero que existía de diversas formas
independientemente de ella: la psiquis, la conciencia, la vida mental humana, la conducta o lo que fuera. Había,
por otra parte, una esfera de la “psicología” que, nuevamente, variaba según cada explicación, pero que estaba
formada por los psicólogos o sus percusores, las teorías, las creencias, los libros y los artículos, los experimentos y
afines. Además, había una esfera de la “sociedad”, construida como “cultura” que actuaba como telón de fondo. A
veces, esas historias cuestionaron las relaciones entre la psicología y la sociedad: de qué manera fenómenos
“sociales” tales como la religión, el prejuicio e incluso, dispositivos institucionales como las universidades y las
profesiones afectaron el desarrollo de la psicología o influyeron sobre él. A veces, también cuestionaron de qué
manera las teorías y los profesionales de la psicología habían afectado a la sociedad: cómo y cuándo y con qué
resultado habían sido “aplicadas”. Por no decir nunca, rara vez, cuestionaron las relaciones entre el objetivo de
conocimiento psicológico (la vida mental del individuo humano, la subjetividad) y el conocimiento psicológico
mismo.
Una serie de autores puso en duda esas divisiones. Según ellos, la psicología no puede ser considerada como un
dominio dado, separado de algo llamando “sociedad”. La psicología constituye su objeto en el proceso de
conocerlo. Esta línea argumentativa se conoció como “construccionismo social”. El conocimiento está
“subdeterminado” por la experiencia, de manera que el mundo deber ser entendido en términos que son
producto de la cultura. Por lo tanto, esta comprensión depende de los procesos sociales. Esos procesos son
variables sociales e históricamente, también lo es lo que se considera como conocimiento.
Para algunos construccionistas el objetivo mismo de la psicología es histórico. Sin duda, la psicología no puede
alcanzar la universalidad en sus leyes, por muchos motivos, pero fundamentalmente, porque su objeto (la
psicología humana) cambia con la cultura y es cambiado a su vez por la psicología misma. Para otros, es
precisamente a través de la investigación histórica que es posible analizar las detalladas y complejas negociaciones
a través de las cuales ciertas técnicas de experimentación, formas de explicación y modos de argumentación
fueron aceptados como definición de la disciplina de la psicología, y a través de los cuales la “materia” de la
psicología se “construye socialmente” tanto en el sentido de la construcción de conocimiento sancionado como en
el sentido de la construcción de pensamiento, el sujeto humano. En otro enfoque, muchos argumentaron que lo
que fue “socialmente construido” debería ser “desconstruido”. Esta línea de pensamiento, la construcción social se
refiere a un complejo de procesos “interpersonales, culturales, históricos y políticos” incluida la psicología misma,
que producen los objetos que estudia la psicología, tales como “el niño” o “la madre”, en relación con ciertas
estrategias de poder o dominio, y la desconstrucción se refiere a todo lo que va desde una forma genética de
análisis y crítica hasta un método analítico formal para revelar las oposiciones originarias y las omisiones sobre las
que ciertas filosofías o formas de conocimiento están fundamentadas. FENOMENOTÉCNICA
Para Rose, el objeto de conocimiento “se construye”. En el nuevo espíritu científico, Bachelard argumenta que la
razón científica es necesariamente una ruptura con lo empírico. Según él, la ciencia no debe ser entendida como
una fenomenología, sino como “fenomenotécnica”: “Lo instructivo en ella proviene de una construcción”.
Para Bachelard la construcción no es una cuestión de “discurso” o de lenguaje, es una cuestión técnica y práctica.
Esa línea de pensamiento bachelardiano es la que siguieron estudios recientes de la ciencia como técnica, como
pertinente a laboratorios, aparatos, inscripciones, tablas, tipos de juicios, divulgación del conocimiento a través de
dispositivos institucionales como publicaciones y conferencias, como algo que tiene que ver con lo retórico y con
otros procedimientos que estabilizan los hechos y las explicaciones.
Rose dice que con tecnología como un conjunto de artes y destrezas que implica la vinculación de pensamientos,
afectos, artefactos y técnicas que no solamente fabrican y manipulan al ser, sino que, lo ordenan, lo producen, lo
hacen pensable como un cierto modo de existencia que debe abordarse de una manera específica.
REGIMENES DE VERDAD
La verdad, siempre se instala por medio de actos de violencia. Se centra en un proceso social de rechazo en el que
los argumentos, la evidencia, las teorías y las convicciones son empujadas hacia los márgenes, no permitidos en el
campo de lo “verdadero”. Para ser parte de lo verdadero, los hechos y los argumentos deben ser admitidos en
complejos aparatos de verdad (ej. Publicaciones académicas, conferencias etc.) que imponen sus propias normas y
estándares a la retórica (argumentos o razones que no vienen al caso) de la verdad. La verdad se centra en una
práctica de alianzas, y de persuasión (capacidad de convencer a alguien), tanto dentro como fuera de cualquier
régimen disciplinario. También entraña (se centra) un modo de existencia humana dentro del cual esa verdad
puede ser factible y operaria.
Comprender la “construcción de los psicológico”, requiere una investigación de las maneras en que se formaron
las redes que operaban dentro de cierto régimen “psicológico” de verdad. Las alianzas entre investigadores y
profesionales que ejercen la disciplina, los productores y los consumidores del conocimiento psicológico, tan
esenciales para su construcción, le confieren un carácter especial al proceso de construcción de lo que se
considerará conocimiento psicológico.
DISCIPLINARIZACIÓN
Desde mediados del siglo XIX en adelante, la “disciplinarización” de la psicología estuvo inextricablemente (muy
intrincado y confuso) ligada a la posibilidad de construir tales alianzas. Las condiciones para lograr una
estabilización disciplinaria de este tipo se basaron en la elaboración de una gran variedad de técnicas y prácticas
para disciplinar, vigilar y formar a las poblaciones y a los seres humanos que las conforman. Estas alianzas hicieron
posible el conocimiento positivo del hombre. Los medios técnicos existentes para materializar la teoría fue
determinante en el proceso de construcción de la verdad psicológica. Hacia fines del siglo XIX, el proyecto de
disciplinarización de la psicología se llevó a cabo, a través de un proceso que obligo a la psicología a abandonar las
formas de justificación utilizadas y a adoptar “técnicas de verdad” ya establecidas en otros campos de
conocimiento positivo.
Las dos primeras técnicas de verdad fueron la estadística y la experimentación. Ambas técnicas no solo ilustran las
alianzas entre la psicología y otras disciplinas científicas, sino también la interacción recíproca entre lo teórico y lo
técnico. La estadística, se originó como “ciencia del Estado”, como un intento por reunir información cuantitativa
correspondiente a hechos y sucesos que tenían lugar en un campo determinado con el objeto de conocerlo y
gobernarlos; inicio de una relación duradera entre el conocimiento y el gobierno.
PSICOLOGIZACIÓN
La disciplinarización de la psicología estuvo ligada a la psicologización. Los requerimientos de administración y
regulación de un grupo real o potencial de autoridades sociales y de profesionales que ejercían la disciplina
desempeñaron un papel fundamental en la determinación de los tipos de problemas que las verdades psicológicas
alegan resolver y de los tipos de posibilidades que las verdades psicológicas alegan abrir. Los espacios que se
psicologizaron: las fábricas, las salas de los tribunales, las cárceles, las aulas, los dormitorios, la administración
colonial, los espacios urbanos y las diferentes imágenes y tecnologías de los sujetos humanos que se establecieron
y se utilizaron dentro de tales espacios.
La realidad social de la psicología no es una especie de paradigma incorpóreo aunque coherente, sino una red
compleja y heterogénea de agentes, espacios, prácticas y técnicas para la producción, diseminación, legitimación y
utilización de verdades psicológicas.
Por consiguiente la producción de los efectos de verdad psicológicos está relacionada con el proceso mediante el
cual una serie de campos, espacios, problemas, prácticas y actividades se volvieron psicológicos. Se vuelven
psicológicos en el sentido de que se problematizan, es decir, se vuelven perturbadores e inteligibles a la vez en
términos impregnados de psicología.

Epistemología institucional
Hay algo característico sobre las condiciones que hicieron posible la producción de las verdades psicológicas. La
epistemología psicológica es, en muchos sentidos, una epistemología institucional: las reglas mismas que
determinan lo que puede considerarse conocimiento están estructuradas por las relaciones institucionales en las
cuales cobraron forma.
Foucault utilizó la noción de superficies de emergencia para estudiar los aparatos dentro de los cuales se
condensaron los espacios de dificultades o problemas que más tarde habrían de racionalizarse, codificarse y
teorizarse en términos tales como enfermedad, alienación, demencia, neurosis. Tales aparatos, como por ej. La
familia, la situación laboral, la comunidad religiosa, tienen ciertas características: son normativos y, por lo tanto,
sensibles a la desviación; constituyen el eje de la actividad de las autoridades.
En lo concerniente a la psicología, dentro de la cárcel, la sala del tribunal, la fábrica, el aula (espacios
institucionales que reunían a las personas y las juzgaban en términos de exigencias organizacionales tales como la
puntualidad y la obediencia), se formaron los objetos que la psicología buscaría hacer inteligibles. La psicología se
disciplinó a través de la codificación de las vicisitudes de la conducta individual. Dentro de tales aparatos, la
psicología se alinearía con los sistemas de visibilidad institucionales.
Por lo tanto, el poder de la psicología provino inicialmente de su capacidad para organizar, simplificar y racionalizar
terrenos de la individualidad y de la diferencia humana que surgieron en el transcurso de proyectos institucionales
de cura, reforma, castigo, administración, pedagogía, etc. Pero, al simplificarlos, los transforma en aspectos
fundamentales.
La “disciplinarización” de la psicología estuvo característicamente ligada a la psicologización de una serie de
espacios y prácticas diferentes en las que la psicología llego a impregnar, e incluso a dominar otras maneras de
formar, organizar e implementar verdades acerca de las personas. La producción de los “efectos de verdad”
psicológicos esta intrínsecamente relacionada con el proceso mediante el cual una serie de campos, espacios,
problemas, prácticas y actividades “se volvieron psicológicas”. Se vuelven psicológicas en el sentido de que se
problematizan.
LA TEKENE DE LA PSICOLOGIA (tekene = arte)
Podemos destacar tres dimensiones de las relaciones entre la psicología, el poder y la subjetividad.
1. Una trasformación de la lógica y los programas de gobierno 2. Una trasformación de la legitimidad de la
autoridad 3. Una trasformación de la ética.
La tekné de la psicología
Supongamos que consideramos a la psicología como cierta forma de vida, un modo de proceder o de actuar sobre
el mundo. Entonces, podríamos tratar de identificar lo que podría denominarse la tekné de la psicología: sus
características distintivas como técnica, arte, práctica y conjunto de dispositivos. Ahora destacaré sólo 3 aspectos
de esta tekné, tres dimensiones de las relaciones entre la psicología, el poder y la subjetividad: Primero una
transformación de la lógica y los programas de gobierno, segundo una transformación de la legitimidad de la
autoridad y tercero una transformación de la ética.
Gobierno
Cuando hablo de gobierno me refiero a cierto modo de pensar acerca del poder político y de intentar ejercerlo. En
el transcurso del SXX, las normas, los valores, las imágenes y las técnicas psicológicas llegaron a moldear cada vez
más la manera en que las diversas autoridades sociales piensan acerca de las personas, sus defectos y sus virtudes,
su estado de salud y enfermedad, su normalidad y su patología. Se incorporaron objetivos construidos en términos
psicológicos (normalidad, adaptación, realización) a los programas, sueños y esquemas para regular la conducta
humana. La administración del as personas tomó un tinte psicológico desde lo macro (los aparatos de bienestar, de
seguridad y de reglamentación laboral) hasta lo micro (el lugar de trabajo, la familia, la escuela, el ejército, la sala
de un tribunal, la cárcel o el hospital). Es decir que las estrategias, los programas, las técnicas y los dispositivos, así
como las reflexiones sobre la administración de la conducta que Foucault denomina gubernamentalidad o,
simplemente gobierno, se psicologizaron cada vez más. El ejercicio de las formas modernas de poder político ha
quedado vinculado intrínsecamente a un conocimiento de la subjetividad humana.
Autoridad
En primer lugar, la misma psicología generó una serie de nuevas autoridades sociales cuyo campo de operación de
la conducción de la conducta, la administración de la subjetividad. En segundo lugar, y tal vez más importante, la
psicología estuvo estrechamente ligada a la constitución de una serie de objetos y problemas nuevos sobre los que
se puede ejercer legítimamente la autoridad social; y tal legitimidad se funda en creencias sobre el conocimiento,
la objetividad y al cientificidad.
En tercer lugar, la impregnación de los sistemas de autoridad preexistentes por parte de la psicología (el
comandante en el ejército, la maestra en la escuela, el gerente en la fábrica, etc.) los transformó. Estas formas de
autoridad adquieren fundamento ético al impregnarse de las técnicas atribuibles a la psicología, y a la vez se
transforma la naturaleza del ejercicio de la autoridad que ya no es tanto una cuestión de ordenar, controlar y
exigir obediencia y lealtad, sino de mejorar la capacidad de los individuos para ejercer autoridad sobre ellos
mismos: mejorar la capacidad de los alumnos, los empleados, los prisioneros o los soldados.
Ética
Los discursos, las técnicas y las normas cambiantes que intentaron actuar sobre los detalles de la conducta, el
comportamiento y la subjetividad humanas (no sólo los modales sino también los deseos y los valores) se ubican
en el campo de la ética.
Durante los últimos 50 años, los lenguajes, las técnicas y el personal de la psicología afectaron y transformaron el
modo en que se instó e incitó a los seres humanos a convertirse en seres éticos: seres que se definen y se regulan
según un código moral, que establecen preceptos para conducir y juzgar su vida, y que aceptan o rechazan ciertas
metas morales para sí mismos.
Por un lado la persona quedó abierta, de distintas maneras, a las intervenciones conducidas en nombre de la
subjetividad: el sujeto calculable, provisto de características relativamente estables, definibles, cuantificables,
lineales y con distribución normal (los dominios de la inteligencia, la personalidad, la aptitud, etc.); el sujeto
motivado, dotado de una dinámica orientación interna hacia el mundo, con necesidades por modelar y satisfacer;
el sujeto social, que busca solidaridad, seguridad y un sentimiento de valor; el sujeto cognitivo, en busca del
sentido, guiado a través del mundo por las creencias y las actitudes; el sujeto psicodinámico, impulsado por
fuerzas y conflictos inconscientes: el sujeto creativo, que lucha por alcanzar la autonomía a través de la realización
y la elección, y le da significado a su existencia por medio del ejercicio de su libertad. Pero la condición de
posibilidad para cada versión de sujeto contemporáneo es el nacimiento de la persona como un yo psicológico, la
apertura de un espacio de objetividad ubicado en un orden moral interno, entre la fisiología y la conducta: una
zona interior con sus propias leyes y procesos que constituye un campo posible para un conocimiento positivo y
una técnica racional.
Por otro lado, distintos fragmentos y componentes de las disciplinas psi se incorporaron al repertorio ético de los
individuos, al lenguaje que los individuos utilizan para hablar de ellos mismos y de su propia conducta, para juzgar
y evaluar su existencia, para dar significado a su vida y para actuar sobre sí mismos; hecho que transforma aquello
que denomino, siguiendo a Foucault, nuestra “relación con nosotros mismos”
La meta de una historia crítica de la psicología sería hacer visibles las relaciones profundamente ambiguas entre
la ética de la subjetividad, las verdades de la psicología y el ejercicio del poder.

Clase del 1º de Febrero de 1978. En: Seguridad, territorio, población. Foucault. MÓDULO 4 El
problema del gobierno en el siglo XVI:

Tanto en la Edad Media como en la Antigüedad grecorromana, nunca faltaron esos tratados que se
presentaban como consejos al príncipe en cuanto a la manera de conducirse, de ejercer el poder, de
conquistar la aceptación o el respeto de los súbditos.
A partir del siglo XVI hasta fines del siglo XVIII, vemos el florecimiento y desarrollo de una serie
considerable de tratados que ya no se muestran exactamente como consejos al príncipe y tampoco,
aún, como ciencia de la política, sino que se presentan como artes de gobernar.

Multiplicidad de las prácticas de gobierno:

En términos generales, el problema del “gobierno” estalla en el siglo XVI, abarcando muchas cuestiones
diferentes como por ejemplo el problema del gobierno de sí mismo.

El retorno al estoicismo gira, en el siglo XVI, alrededor de esta reactualización del problema: cómo
gobernarse a sí mismo. El gobierno de las almas y las conductas, fue el problema de la pastoral católica y
protestante. Por otro lado, el problema del gobierno de los niños. Y, por último, tal vez, el gobierno de
los Estados por los príncipes.

¿Cómo gobernarse, cómo ser gobernado, cómo gobernar a los otros, etc.?

Estos problemas se dan en el marco de un entrecruzamiento de dos procesos. Por un lado, el proceso
que, al deshacer las estructuras feudales, introduce los grandes Estados territoriales, administrativos y
coloniales; por otro, una puesta en cuestión de la manera de ser espiritualmente dirigida en esta Tierra
hacia la salvación. Es decir, movimiento de concentración estatal por un lado y disidencia religiosa, por
otro.

El problema específico del gobierno del Estado:

La problemática global del gobierno en general es el rasgo dominante de esta cuestión del gobierno en
el siglo XVI.

Durante este período se desarrolla una gran cantidad de literatura sobre el gobierno, de los cuales
destaca [Foucault] aquellos que identifican los puntos concernientes a la definición misma de lo que se
entiende por gobierno del Estado, es decir, el gobierno en su forma política.

Opone esa masa de literatura sobre el gobierno con El príncipe de Maquiavelo, que del siglo XVI al siglo
XVIII implicó un punto de repulsión para esa literatura.

El príncipe de Maquiavelo:

Esa literatura anti-Maquiavelo es una representación por contraste del pensamiento del propio
Maquiavelo.

Para Maquiavelo, el príncipe mantiene una relación de singularidad y exterioridad, de trascendencia con
su principado. El príncipe de Maquiavelo recibe su principado, es exterior a él. El lazo que lo une a su
principado es un lazo de violencia o de tradición. Al ser de exterioridad, la relación es frágil y no va a
dejar de estar amenazada. El ejercicio del poder va a tener como objetivo mantener, fortalecer y
proteger el principado. Se tratará de proteger en tanto la relación del príncipe con su posesión, lo que
debe protegerse es ese principado como relación de ese príncipe con sus súbditos y su territorio.

El arte de gobernar de Maquiavelo tiene como objetivo ese lazo frágil del príncipe con su principado.

A grandes rasgos, El príncipe de Maquiavelo, es en esencia un tratado de la habilidad del príncipe para
conservar su principado.
El arte de gobernar, distinto de la mera habilidad del príncipe:

La literatura antimaquiaveliana quiere sustituir ese tratado de la habilidad del príncipe, por algo distinto
y novedoso, que es un arte de gobernar. Ser hábil para conservar su principado no es en absoluto
poseer el arte de gobernar.

Ejemplo de ese nuevo arte de gobernar: Le Miroir Politique de La Perrière:

Foucault toma un texto anti-maquiavelo para ejemplificar, este texto surgió en 1555.

En primer lugar, La Perrière define por “gobernar” y “gobernante” lo siguiente “Puede llamarse
gobernante a todo monarca, emperador, rey, príncipe, señor, magistrado, juez y similares”.

Lo que se plantea aquí, a diferencia de con Maquiavelo en donde se tenía un único gobernante, es la
multiplicidad del gobierno.

Se ve que las prácticas del gobierno son múltiples: el padre de familia, el superior de un convento, el
pedagogo, etc. Hay en consecuencia muchos gobiernos, entre los cuales el del príncipe es una
modalidad entre otras. Por otra parte, todos esos gobiernos son interiores a la sociedad misma o al
Estado.

Un gobierno que encuentra su fin en las “cosas” por dirigir:

La Mothe Le Vayer dirá que hay tres tipos de gobierno: el gobierno de sí mismo, que depende de la
moral; el arte de gobernar una familia, que depende de la economía; y, por último, la “ciencia de
gobernar bien” el Estado, que depende de la política.

Esto marca una continuidad esencial de una a otra entre la segunda y la tercera. En las artes de gobernar
es preciso señalar la continuidad ascendente y descendente. Ascendente en el sentido de que quien
pretende ser capaz de gobernar el estado debe saber ante todo gobernarse a sí mismo, en otro nivel a
su familia, sus bienes y propiedades, y por último llegará a gobernar al Estado. La continuidad
descendente en el sentido de que, cuando un Estado está bien gobernado, los padres de familia saben
gobernar bien sus hogares y los individuos también se dirigen como corresponde. Esta línea
descendente es lo que comienza a en esa época denominarse como “policía”.

La introducción de la economía dentro del ejercicio político será la apuesta esencial del gobierno.

Gobernar un Estado será, poner en acción la economía; ejercer una forma de vigilancia, de control,
análoga al del padre de familia sobre la gente de la casa.

En el texto de La Perrière encontramos la siguiente frase: “Gobierno es la recta disposición de las cosas,
de las cuales es menester hacerse cargo para conducirlos hasta el fin oportuno”. Para el Príncipe de
Maquiavelo, el blanco del poder es el territorio y, por otra parte, la gente que lo habita.

En el texto de La Perrière se gobiernan cosas. Se trata de mostrar que el gobierno no se relaciona con el
territorio, sino con el entramado de las personas y las cosas. Se debe encargar no solo de los hombres,
sino también de sus relaciones. Lo esencial entonces, es el complejo de hombres y cosas, mientras que
el territorio y la propiedad son variables de la misma.

El gobierno, por lo tanto, tiene una finalidad, dispone las cosas, y las dispone para un fin.
Regresión de la ley en beneficio de tácticas diversas:

Un soberano no debe tener nada por ventajoso para sí mismo, si no lo es también para el Estado. El bien
público es en esencia la obediencia a la ley, la ley del soberano en esta tierra o la ley del soberano
absoluto, Dios.

Lo que caracteriza el fin de la soberanía es la sumisión a esa ley. El bien que se propone la soberanía es
que la gente obedezca a la soberanía misma (fin circular).

La Perrière redefine esta postura. No se refiere el autor a un “bien común”, sino a un “fin oportuno”, fin
oportuno para cada una de esas cosas que deben gobernarse. Tenemos ahí una pluralidad de fines.
Ahora, no se tratará de imponer una ley a los hombres, sino de disponer cosas, es decir, utilizar tácticas
y no leyes, o utilizar al máximo las leyes como tácticas.

De esta forma, el fin del gobierno está en las cosas que dirige. La ley no es en verdad el principal
instrumento.

Los obstáculos históricos e institucionales a la puesta en acción de ese arte de gobernar hasta el siglo
XVIII:

La teoría del arte de gobernar, estuvo ligada desde el siglo XVI, a todas las transformaciones del aparato
administrativo de las monarquías territoriales; pero también estaba ligada a un conjunto de análisis y
saberes que se desarrollaron desde fines de este siglo, cobrando toda su amplitud en el siglo XVII.
Esencialmente, el conocimiento del estado en sus diferentes datos, es decir, la estadística.

Esa búsqueda del arte de gobernar está correlacionada con el mercantilismo y el camerismo, que son
esfuerzos para racionalizar el ejercicio de gobierno, a través de los conocimientos adquiridos gracias a la
estadística.

El arte de gobernar no pudo asumir su amplitud y consistencia antes del siglo XVIII, debido a que quedó
encasillada en las formas de la monarquía administrativa.

Uno de los obstáculos, fueron las razones históricas. El arte de gobernar, solo podía desplegarse en un
marco de expansión, al margen de las grandes urgencias militares, económicas y políticas que azotaron
ese siglo de principio a fin. También, la preponderancia del problema del ejercicio de la soberanía, a la
vez como cuestión teórica y como principio de organización política, fue un factor fundamental en el
bloqueo del arte de gobernar.

Por un lado, el modelo demasiado rígido de la soberanía, por otro, el modelo débil e inconsciente de la
familia. Había un bloqueo por parte de la economía, que en esa época solo se refería al modelo de la
familia. El arte de gobernar no podía encontrar su propia dimensión.

El problema de la población, factor esencial del desbloqueo del arte de gobernar:

El desbloqueo del arte de gobernar, estuvo ligado al surgimiento del problema de la población.

Gracias a la percepción de los problemas de la población y el discernimiento de ese nivel de realidad,


que recibe el nombre de economía, el problema de gobierno pudo por fin pensarse. Y la estadística fue
el factor técnico principal para el desbloqueo.
La perspectiva de población, deshecha el modelo de familia y sitúa la economía en otra cosa. La
estadística muestra las regularidades de la población. También muestra los efectos económicos
específicos que de ella surgen.

Se pone en relieve la especificad de la población, irreductible al marco de la familia. Esta desaparece


como modelo de gobierno, pasando a ser un elemento interno de la población. La familia, tras dejar de
ser modelo, se convertirá en instrumento.

La población aparecerá como meta última del gobierno, esta se manifiesta ya no como el poderío del
soberano, sino como el fin y el instrumento de gobierno. Será el objeto que el gobierno deberá tener en
cuenta en sus observaciones y su saber para lograr gobernar de manera racional y meditada.

El triángulo gobierno-economía-política:

La relación entre población, territorio y riqueza, constituirá la denominada ciencia política.

La idea de un gobierno como gobierno de la población, agudiza el problema de la fundación de la


soberanía y la necesidad de desarrollar disciplinas.

Estamos ante un triángulo; soberanía-disciplina-gestión gubernamental, cuyo blanco es la población y su


principal herramienta, los dispositivos de seguridad.

APOGEO Y CRISIS DEL URUGUAY PASTORIL Y CAUDILLESCO. MÓDULO 4


La crisis en las formas políticas tradicionales y en la economía 1868 – 1875.

• La regionalización del caudillismo:

El poder regional alcanzó su mayor autonomía bajo la presidencia de Lorenzo Batlle. Ante la ausencia de
un jefe nacional de prestigio, desapareció el único factor aglutinante de los partidos políticos
tradicionales. El partido Colorado se fragmentó según los caudillos locales.

Los caudillos siempre habían sido un factor de poder con el cual los presidentes debieron contar. Esto
era un hecho que tenía su fuente en la debilidad del poder central. Se da una desestimación del poder
del gobierno.

Entre 1868 y 1869 se pronunciaron los caudillos colorados, poniendo en jaque la autoridad presidencial
montevideana.

Los sucesos que se debatían en ese momento, ponían en evidencia la falta de autoridad del gobierno
central.

Los jóvenes cultos colorados ni siquiera eran afines al presidente. Lo atacaban por su debilidad para con
los caudillos.

• La política de partido y la revolución de las lanzas:

Batlle fue electo en una caldeada atmósfera política en que el odio a los blancos constituyó el factor
aglutinante del Partido Colorado.
Los blancos tenían serias dudas sobre el propósito de Batlle de gobernar con equidad y justicia para
todos. El partido de Oribe se consideraba expulsado del poder por la revolución de Flores y no reconocía
la legitimidad de las elecciones por fraudulentas.

La política de partido engendró una respuesta violenta: la llamada “Revolución de las lanzas”, conducida
por el caudillo blanco Timoteo Aparicio. El enfrentamiento duró dos años, considerándose junto a la
Guerra Grande, el mayor conflicto civil del siglo XIX uruguayo.

Fue en esta revolución que por vez primera el partido opositor generó la opinión pública un esbozo de
programa político.

Ante la revolución blanca el Partido Colorado se unificó, pero la larga guerra provocó un cambio en el
ambiente político, ya visible en 1871 y 1872.

Estancieros, agricultores y comerciantes se quejaban de los destrozos causados por los ejércitos. Los
extranjeros pedían a sus gobiernos que nuestro Estado fuese pacificado.

Al no haberse podido efectuar las elecciones previstas debido al desorden reinante, en marzo de 1872,
quedó como presidente Tomás Gomensoro, quien inauguró la denominada política de coparticipación.
El 6 de abril de 1872 el gobierno firmó la paz con los revolucionarios.

En la Paz de Abril, se estipuló que los blancos obtendrían cuatro jefaturas políticas. Esto les permitió a
los blancos el acceso a las Cámaras. También les otorgó injerencia en el Poder Ejecutivo, porque
limitaron la autoridad del presidente.

Se partía de un hecho: la imposibilidad de purificar el acto electoral ante la injerencia de los jefes
políticos. Estos, al serlo también de policía, tenían la facultad de calificar a los ciudadanos, y, por tanto,
de atribuirles hábitos de vagancia, analfabetismo, etc., todas causales que impedían el voto de acuerdo
con la Constitución de 1830.

La lucha entre principistas y candomberos.

• El principismo bajo Gomensoro (1872-1873) y Ellauri (1873-1870):

a) Consecuencias de la Guerra Civil.

Al finalizar la Revolución de las Lanzas en abril de 1872, la nación se encontró en una situación parecida
a la vivida al concluir la Guerra Grande.

El país atravesó una dramática situación económica y financiera. Las clases altas urbana y rural exigían el
orden.

Fueron los jóvenes cultos montevideanos, la mayoría estudiantes o recién egresados de nuestra
Universidad, blancos y colorados por igual, los que protagonizaron un movimiento político -el
principismo- de repulsa a las facciones tradicionales y los caudillos. Acusaban a los caudillos de ser los
causantes de los sangrientos conflictos, así como también lo hacían los comerciantes reunidos en la
Bolsa de Comercio, y los ricos hacendados en la Asociación Rural del Uruguay. Principistas y clases altas
diferían radicalmente acerca de los medios a utilizarse para obtener el tan ansiado orden.
Para los universitarios, el orden sería el fruto del respeto a la Constitución, los garantes individuales y el
sufragio libre. Para las clases altas, el orden solo podía brindarlo un gobierno fuerte. El principismo no
conformó a los sectores de riqueza.

b) La ideología y la acción principista.

José Pedro Ramírez definió en pocas palabras la idea central del principismo: “La libertad como principio,
la libertad como medio, la libertad como fin”.

Por un lado, los jóvenes extremistas formaron un nuevo partido, que erradicara todo sentido de
tradición. En mayo de 1872, se formó el Partido Radical. Entre sus más notables figuras, se encontraba
José Pedro Varela.

Otros jóvenes creyeron que fuera del partido correspondiente, no se podría imponer el programa
liberal; fue así como se formó el “Club Nacional” en el Partido Blanco y el “Club Libertad” en los
Colorados (con José Pedro Ramírez y Julio Herrera y Obes a la cabeza).

En el año 1872 (año electivo), los caudillos colorados adquirieron el nombre de candomberos.

Diputados y Senadores colorados caudillistas dieron su voto a Ellauri, quien irónicamente era más
cercano a los principistas en materia ideológica.

Era un presidente débil que dejó (o intentó dejar) el poder dos veces.

El principismo reinó frente a los críticos circunstancias, más tuvieron dos errores fundamentales: 1) la
sistemática desconfianza frente al Estado; 2) El descuido consciente los problemas materiales. La
desconfianza frente al Estado no tenía razón de ser en un país como el nuestro, donde aún no estaba
formado el concepto de poder político.

Para los principistas se trataba de transformar primero al hombre, por medio de la razón y la ley, para
luego cambiar, mediante este hombre, a la sociedad.

• La lucha entre principistas y “candomberos”: Caída de Ellauri y gobierno de Pedro Varela: 1875.

En 1875 seguía la lucha entre los dos bandos. Durante el gobierno de Ellauri, principistas blancos y
colorados trabajaron juntos. Para ellos, los caudillos representaban la barbarie, y por encima de eso, se
rodeaban de un populacho rural o suburbano que los convertía en agentes peligrosos de perturbación.
La lucha contra los caudillos era más que nada social.

La lucha entre estos dos grupos tuvo su primer acto en enero de 1875 y culminó con la caída del
gobierno de Ellauri. Todos los principistas se unieron por la candidatura de José Pedro Varela.

El nuevo gobierno fue “Candombero” porque el ejército así lo decidió. Ocupó la presidencia Pedro Varela
con quien el caudillismo retornó al poder para vengarse.

El “Candombe” en el poder se fue desgastando, teniendo que recurrir al ejército para imponer orden,
dejando clara su dependencia de este.

En 1876, Latorre se erigió en dictador.

La crisis económico-social:
Varios aspectos de la crisis económica tienen su origen en el desorden que vivió el país desde 1886 y
1875. Existía, como principal problemática, una inestabilidad monetaria y dificultades financieras en el
Estado.

El oro nos abandonaba, y sobre él habíamos basado nuestra circulación monetaria. Además, el país
existía por encima de su capacidad productiva.

• Causas del aumento de las importaciones

Comprábamos más por a) el aumento de población y b) porque nuestras clases altas, en especial los
montevideanos, adquirieron hábitos que la nación no estaba en condiciones de pagar.

Tanto José Pedro Varela como la asociación rural estaban indignados; producíamos a la uruguaya, pero
consumíamos a la francesa.

• Causas de la disminución de las exportaciones

a) Descenso de los precios internacionales:

La evolución de la economía mundial se tornó desfavorable para los orientales. Cuando finalizó la Guerra
de Sucesión en 1865, el sur volvió a producir algodón, haciéndole competencia a la lana, descendiendo
así la cotización de la lana “de Montevideo”. Además, el gobierno de los Estados Unidos se volcó a la
protección de las industrias, mediante trabas aduaneras a la importación de tejidos europeos. Europa ya
no contó más con ese inmenso mercado, pues la industria estadounidense lo satisfizo. Esto restringió las
compras francesas, alemanas y belgas de materia prima uruguaya.

Los cueros también siguieron esa tendencia, aunque la baja fue menos pronunciada.

b) El descenso de los volúmenes exportados:

La crisis tuvo como motivaciones fundamentales el descenso de precios y, sobre todo, la baja en la
producción.

La baja en la producción se dio por la caída de la existencia de vacunos y ovinos. Esto se debió al
consumo excesivo de los ejércitos, durante la Revolución de las Lanzas.

El gobierno era incapaz de mantener el orden, por este motivo, Gran Bretaña rompió relaciones con
Uruguay en 1871.

La crisis de producción tiene otra explicación que complementa la anterior, referida a la falta de
experiencia de los hacendados en el manejo de los dos ganados.

La crisis monetaria-financiera y las tensiones en la sociedad oriental: •

La crisis monetaria de 1868-1871 y el endeudamiento externo

a) El auge bancario durante la Guerra del Paraguay: 1865-1868

La prosperidad que vivió Montevideo durante los años en que fue centro de aprovisionamiento de los
ejércitos aliados, sirvió de base, como hemos ya visto, para el enriquecimiento de los comerciantes, y
para que otros capitalistas se lanzaran a la fundación de nuevas instituciones bancarias. Las necesidades
de dinero aumentaron y por ello se instalaron las casas de crédito.

En 1865 se dictó un decreto que se convirtió en el principio de la libertad bancaria.

Se crearon bancos además de los tres ya existentes (Mauá, Comercial, de Londres), estos eran Bancos
Navia, el Italiano, el Oriental y el Banco Montevideano.

Este sistema funcionaría bien mientras se cumplieran las condiciones que a continuación se exponen: A)
Que el gobierno no ligara la suerte de sus finanzas con la de los bancos. B) Que la confianza del público
en los billetes de papel fuese firme.

Ninguna de las dos condiciones se mantuvo por mucho tiempo.

En junio de 1866 el gobierno debió dictar un decreto de inconversión ante una “corrida” que sufrieron
las principales instituciones. En ese mes ocurrió en Londres el llamado “viernes negro”, día en que una
de las importantes casas bancarias inglesas quebró, afectando así las casas bancarias de Montevideo. b)
La lucha entre “cursistas” y “oristas”

A mediados de 1867 comenzaron a sentirse los primeros síntomas de la crisis económica. Debido a la
situación que se vivía, los embarques de oro hacia el exterior para pagar la deficitoria balanza comercial
se hacían más y más frecuentes. El metal huía y escaseaba, y el metal era la base de las emisiones de
papel moneda de los bancos.

El banco Mauá, por ejemplo, había emitido más papel moneda del permitido por la ley, lo había hecho
para seguirle prestando al gobierno. Se perdió la confianza de los poseedores de billete.

Se siguieron procesos de inconversión y conversión del papel moneda. Esto llevó a la quiebra de los
bancos recientemente creados.

El país se dividió en dos grupos con distintos intereses políticos.

Los “cursistas” sostenían que debía decretarse por cinco años el curso forzoso del papel moneda,
eliminando la conversión a oro. En este grupo se encontraban los bancos quebrados, puesto a que dicha
medida les permitiría sobrevivir. También era sostenida por los deudores del país, estos eran
agricultores, estancieros de clase media y alta, propietarios de campos, pero con insuficiente capital de
dinero, industriales, políticos a quienes los bancos habían prestado dinero.

Los “oristas” se conformaban por los bancos serios y querían que el gobierno reestableciera la
conversión de billetes para que estos volvieran a ser canjeados por oro. Estos bancos serios eran el
Comercial y el de Londres. También fueron oristas los principales comerciantes de Montevideo y algunos
grandes hacendados. Esos comerciantes habían sido fundadores y eran los accionistas del Banco
Comercial; tenían en sus manos el monopolio del oro. También tenían apoyo político.

Latorre tomó el poder el 10 de marzo de 1876, volviendo a coincidir la política, la economía y la sociedad
oriental representada por sus clases altas. Estaban frente a un gobierno fuerte que imponía el orden.

OBRAS PEDAGÓGICAS. LA EDUCACIÓN DEL PUEBLO

Capítulo I: Consideraciones Preliminares:


“La catástrofe ha venido anunciándose desde largo tiempo”.

Se creería que un cambio de gobierno, o, mejor dicho, un cambio de personal en el gobierno,


transformaría las condiciones esenciales de la vida de un pueblo. Se creería, por otra parte, que las
naciones viven menos que los individuos, y que uno, dos o diez años que no bastan para destruir las
características geniales de un hombre, bastan para transformar los rasgos geniales de un pueblo.

No es eso, sin embargo, lo que natural y lógicamente puede deducirse de las leyes que presiden el
desenvolvimiento de las sociedades. Las transformaciones

sociales son lentas y se producen regularmente. Los cambios en el gobierno influyen de manera
secundaria, sea en el sentido del bien o del mal. Esto sucede porque los gobiernos no son causa del
estado social, sino efecto de ese mismo estado.

Evidente prueba de esta verdad nos ofrece la Francia, la España y las Repúblicas sudamericanas, por una
parte; y la Inglaterra, los Estados Unidos y la misma Alemania, por otra. Los primeros como ejemplos de
países sumidos en crisis, los segundos como aquellos países que supieron sublevarla, teniendo como
herramienta principal la educación.

Sobre Estados Unidos dice: “sus escuelas explican su tranquilidad, su libertad y su grandeza”. Respecto a
las escuelas sudamericanas, afirma Varela que el estado de las mismas explica la situación de anarquía
en la que viven. “Se reconoce su relativa ignorancia, su atraso, su falta de hábitos laboriosos e
industriales”.

No son, pues, los malos gobiernos los que hacen la desgracia permanente de las naciones: es el estado
social de esas mismas naciones el que marca el tipo que deben tener sus gobiernos.

Es erróneo, sin embargo, establecer esa regla de una manera absoluta e invariable, en el sentido de que
todos los gobiernos de un pueblo son iguales, y de que es indiferente quien esté a cargo de dirigir el
estado.

Es relativamente secundaria la acción de los gobiernos, y es tan erróneo atribuirles exclusivamente la


felicidad o la desgracia de las naciones, como lo es atribuir la desgracia propia a los malos consejos y no
a uno mismo que los pide.

“¿No debiéramos reconocer que la desaparición de los malos gobiernos es imposible, mientras no
desaparezcan los pueblos ignorantes, atrasados y pobres, que los hacen posibles y los explican?”.

Es indudable que los gobiernos pueden concurrir en el sentido del bien o en el del mal; pero su acción es
siempre secundaria, transitoria e inestable. Es en la sociedad misma, en su constitución en sus hábitos,
en su educación y en sus costumbres, donde deben buscarse las causas permanentes y eficientes de la
felicidad o la desgracia de los pueblos.

Capítulo III: Causas de la crisis económica:

La intensidad de la crisis económica reconoce causas transitorias y complejas. Sin embargo, se hará foco
sobre lo que constituye habitualmente los rasgos geniales de nuestra fisonomía económica. Las crisis no
desaparecerán, aunque desaparezcan dichas causas transitorias.

La causa más poderosa y constante es la siguiente: la desproporción entre las aspiraciones y los medios.
El deseo de expansión de las naciones europeas ha impulsado una fuerte corriente de emigración hacia
estas tierras. La emigración italiana, francesa y española se ha dirigido principalmente a la América del
Sur, y en esta, por razones fáciles de comprender, a los Estados del Plata.

Con esa corriente de inmigración, con el comercio a que ha dado origen, han llegado “ráfagas
impregnadas del espíritu de esa civilización lujosa y fastuosa”. De esta forma se fue desarrollando la
actividad consumidora, por la adquisición de gustos que son posibles a la sociedad europea por su
capacidad industrial superior.

Varela hace mención al estado de “atraso” de las sociedad italianas y españolas, haciendo referencia a lo
siguiente: “los malos hábitos y las costumbres torpes, que fluyen lógicamente de la ignorancia, sentíase
regrabadas en ellos por la acción enérgica de deformidades sociales, que hallaban su extravío de las
creencias religiosas”.

En vea de encausarles, para aminorar los males de esa población ignorante, se continuó en la República
con la capa de ignorancia, debido a un núcleo débilmente educado.

En cantidades mucho menos, también llegó inmigración inteligente, trayendo al país fuertes capitales
que sirven al comercio y a las grandes empresas, y que llega para dirigirlos.

Al estar en contacto con Europa y Estados Unidos, hemos querido ser como ellos, y hemos copiado sus
consumos excesivos, su lujo faustuoso, etc.; sin copiar a su vez, sus hábitos de trabajo, la industria, ni la
capacidad productora que los hace posibles sin que sean causas de ruina.

Nuestros gustos, nuestros placeres y nuestros gastos, no están en relación ni con nuestro trabajo, ni con
nuestra producción. La producción ha caminado a paso lento, ya que le falta la gran fuerza motriz: la
inteligencia cultivada.

Han aumentado las necesidades ficticias, derivadas no de las exigencias de la naturaleza, sino de la
sociedad. Los hábitos de trabajo, en cambio, no han seguido una progresión correlativa con ese
desarrollo de las necesidades ficticias.

Se produjo un exceso de especulación, que se encuentra en la fiebre de asaltar puestos públicos y de


vivir a costa del Estado. Se pusieron en práctica los mil medios posibles para vivir a la sombra del Estado,
vivir bien sin tener hábitos de trabajo.

Capítulo IV: Causas de la crisis política:

La crisis política como la crisis económica, ha llegado a un grado de extraordinaria intensidad en los
momentos actuales, por causas transitorias que han contribuido y contribuyen a agravarla, pero cuya
desaparición no haría desaparecer la crisis misma.

Las formas de gobierno van haciéndose más complicadas en su mecanismo a medida que se
perfeccionan, exigiendo a la vez más conocimientos y mayor desarrollo en todos los miembros de la
comunidad.

Por una parte, la esfera de acción legítima del individuo se extiende cada vez más limitándose la acción de
la sociedad; por la otra la representación del poder público se divide más y más, y más va haciéndose
responsable al funcionario.
La autoridad, que primitivamente hallábase concentrada en un individuo y que sucesivamente ha ido
extendiéndose a una familia, después a unos pocos y por último a todos, la autoridad se complica en su
ejercicio, en sus atribuciones, y en sus formas.

Se necesitan de conocimientos para usar de la parte que llega a cada uno en esa autoridad que se
delega.

Capítulo V: Causas de la crisis financiera:

Somos un Estado pequeño y pobre que, además de las exigencias peculiares de la administración
pública, se impone la obligación de satisfacer pretensiones exageradas y de alimentar parásitos.

La situación financiera se reagrava frente a las doctrinas erróneas que se aceptan con respecto a la
manera en como debe proceder el gobierno.

Los individuos cuando proceden bien, arreglan sus gastos según los recursos de qué disponen; la base es
no lo que necesitarían sino lo que tienen. Sin embargo, el Estado calcula lo que necesita, sin preocuparse
de averiguar si tiene o no medios de pagarlo. Así sus necesidades son mayores que sus recursos, de
manera que, el déficit que debiera ser anormal, presentándose solo excepcionalmente y por causas
eventuales, se encuentra siempre como parte integrante e indispensable de nuestros presupuestos.

Tomando el ejemplo de los sueldos altos en los cargos públicos, Varela afirma que “se contraen
compromisos sabiendo de antemano que no habrá como pagarlos después”.

Además, se le agrega el error de crear privilegios en favor del empleado público.

Otro punto es la atribución que se toma el gobierno respecto a las jubilaciones y a las viudedades. El
Estado usurpa atribuciones que no son suyas, suponiendo que él conoce mejor que el individuo lo que a
este le conviene, o lo que es peor, desconoce la eficacia del criterio individual para regular la conducta
de los hombres. En estos casos el médico no considera amenazada la vida del paciente y hasta supone
muy probable una completa curación.

Capítulo 1- Consideraciones preliminares. Varela MÓDULO 5


En las naciones muchas veces ocurre que no se espera la bancarrota. Primero se encuentran en un momento de
plenitud, luego comienzan algunas dificultades a las que no se les da importancia y se las considera pasajeras.
Quitándole importancia a quienes advierten la alerta de la bancarrota. Luego de esto evidentemente surge la
bancarrota, para muchos ya será tarde, ya no valdrá la pena buscar las causas verdaderas que la han producido
con el objetivo de combatirlas y si es posible hacerlas desaparecer. Pero para el autor, no es tarde para tener el
valor de mirar sin ambigüedades la situación de la Republica, pese a la crítica de muchos, quienes piensan que es
una queja que solo estudia verdades sin fruto alguno.
Esta bancarrota es asociada al gobierno, el cual, la gente define como el responsable de que esas dificultades se
presenten. Por tanto se creía que un cambio en los integrantes del gobierno modificaría la situación de los
pueblos. El autor afirma que esto no es así, ya que los gobiernos no son causa de ese estado social, sino el efecto
de ese estado.
Cualquiera sea el estado en que se encuentre el pueblo, habrá siempre gradaciones de maldad y de
bondad en sus gobiernos, esto quiere decir que por ejemplo las sociedades mas atrasadas no llegaran
nunca a contar con gobiernos como los que dirigen los pueblos mas educados. Por tanto es secundaria
la acción de los gobiernos y por tanto es erróneo atriburile a ellos la responsabilidad de la felicidad o
desgracia de las naciones. Por tanto Varela destaca que es imposible el cambio de gobierno mientras
siga existiendo un pueblo ignorante, que lo hace posible, lo levanta y sostiene.

El libro se basa entonces en ver las causas radicales del estado en que nos encontramos, con el fin de
poder entender los medios para combatir los males que nos acongojan.

Causas Crisis económica:


La crisis económica contiene cusas transitorias y complejas que no desea enumerar en ese capítulo, ya
que se centra en la fisonomía económica de la república. Estas causas transitorias se modificaran de
manera tal que se desaparezca o intensifique la crisis, pero esto no va a evitar desaparezcan las crisis
mismas. Con esto se quiere decir que la crisis nunca termina, siempre está presente en los estados, la
diferencia es el grado en que se presenta lo cual depende de las cusas de la misma, está claro entonces
que cuanto más se agrava, más notoria y evidente se vuelve para los integrantes de la sociedad. La causa
más contundente de esto es la Desproporción entre las aspiraciones y los medios.

La inmigración de ignorantes ingresando al país también fomenta a la crisis, ya que solo traen su mano
de obra y no aportan profesionalismo. La inmigración inteligente surge en menor proporción pero
también se visualiza, esta es la que aporta fuertes capitales que sirven al comercio y a las grandes
empresas y que llega para dirigirlos.

El contacto con Europa se volvía cada vez más frecuente y comienzan a llegar a América del Sur a través
del puerto con nuevos artefactos, productos de industria que satisfacen necesidades de lujos y sus
aspiraciones enfermas. Lo negativo de esto, es que de ese primer mundo se copió, la idea de lujos, sus
consumos excesivos, etc, pero no copiamos sus ansias de trabajo, industria y capacidad productora que
los hace avanzar sin caer en la ruina del consumo. Ahora bien, los lujos están, pero falta la producción, la
cual se va implementando de manera lenta, ya que le falta la fuerza motriz: la inteligencia cultivada. Lo
que cambio aquí, es la cantidad de cosas a comprar, explica en su ejemplo que el salario es el mismo,
pero que hace unos años rendía más porque se compraba lo necesario, mientras que ahora ni siquiera
alcanza en muchos casos.

Luego el aumento del trabajo, no se desarrolla a partir de los hábitos de trabajo, no se da con el fin de
ahorrar para formar el capital, la fortuna, sino que lo que mueve al trabajo es la necesidad de conquistar
el primer puesto sin esfuerzos. Además de la adquisición de títulos, propiedades, mercadería, etc.

El comercio exige como prioridad para el éxito, sagacidad y conocimiento para especular y diferenciar
las verdaderas necesidades actuales y futuras. Esta especulación no debe producirse en exceso, debido a
que esto lleva a una crisis económica.

Otro punto, es que la gente desea los puestos públicos de trabajo, para no adquirir el hábito de trabajo y
centrarse en el aumento de puesto antes mencionado. Por tanto cree que la corrupción de los
gobiernos, hace que la gente viva sin trabajar y viva bien, que no desee producir nada para conseguir
saciar sus necesidades.

Plantea que si se mira por primera vez a Montevideo, se la toma como una ciudad norteamericana y no
de las menos prestigiosas, a causa de sus calles, edificios elegantes y quintas. Creyendo que sus
habitantes son laboriosos y ricos. Luego de estas similitudes comienzan los contrastes, faltan las
fábricas, las manifestaciones y a medida que se van alejando de la ciudad solo hay campo prácticamente
despoblado, sin árboles y con tierras mal cultivadas. A su vez en esos campos también hay ganado
semisalvaje que constituye la principal fuente de producción de nuestro país.

Causas crisis política:


Ninguna cuestión ha sido tan debatida como la política, sin embargo se extravían estas opiniones y suelen
ser imparciales. Esto es debido a que constantemente se intenta separar el pensamiento de las influencias
que nos dominan y extravían nuestro criterio.

Las cuestiones políticas provocan la acción de las pasiones, de manera que en nuestros juicios políticos se
ponen de manifiesto los sentimientos. Por otro lado, es siempre la prensa diaria quien explica las
cuestiones políticas lo cual evidentemente se hace no solo desde el punto de vista que mejor les parece,
sino que también desde el punto en que favorecen al partido en cuestión.

Plantea intentar dejar de lado las influencias y centrarse desde un lugar objetivo para evitar que
nuestras observaciones sean perturbadas por los acontecimientos, las pasiones y las dificultades de la
actualidad.

La crisis política al igual que la económica se manifiesta actualmente, y al igual que en la otra, las causas
transitorias contribuyen a agravarla y su desaparición no desaparece la crisis misma. Pero el texto va a
centrarse en las causas permanentes, aquellas que obran hace mucho y continuaran obrando si no se las
destruye, a pesar de los cambios superficiales que puedan producirse.

Las formas de gobierno cada vez se hacen más complicadas, a medida que se van perfeccionando exigen
más conocimiento y mayor desarrollo a los miembros de la comunidad.

Se limita la acción de la sociedad, dándole mas responsabilidad al funcionario.

En la sociedad primitiva la fuerza bruta es la única que controla la conducta de los hombres: el jefe dispone
a su antojo de la vida y propiedad de sus súbitos dentro de lo que alcanza su poder. Pero a medida que la
sociedad avanza esas ideas de jefe se van limitando. Llegando a cierto punto en que comienza a aplicarse
al gobierno de la sociedad el principio de la división del trabajo, ahora el que legisla, ya no es el mismo
que hace cumplir las leyes, ni tampoco el que decide en los casos dudosos. De esta manera la autoridad
se complica en su ejercicio, en sus atribuciones y en sus formas, es decir, conocerla se vuelve difícil y
ejercerla más aún.

Se le pregunta a un residente del campo, que se decía de la guerra ahí, cuando Oribe y Rivera estaban en
disputas. Y el simplemente no sabía. En este ejemplo destaca la importancia del conocimiento de la
autoridad.

Ahora bien, cuanto más complicada es una máquina, más difícil es que el obrero ignorante la pueda usar.
Y al ser un mecanismo definido, un simple mal uso puede provocar que la maquina deje de funcionar o
funcione mal. Lo mismo sucederá con el maquinismo social debido a que son muy variadas las piezas que
lo componen y tienen la capacidad de modificarse y transformarse al infinito.

Causas crisis financieras


Al analizar las cusas de la crisis política y económica enunciamos las de la crisis financiera. Contamos con
un estado pequeño y pobre que se encarga de alimentar parásitos y satisfacer pretensiones exageradas.
Esto es la ruina, lo que los Estados denominan crisis.
Entre los presupuestos de 1829 a 1875 los gastos aumentaron considerablemente, al igual que el déficit.
Se parte de que si los individuos hacen las cosas bien, no parten de lo que necesitan sino de lo que tienen
(dinero) para consumir. Esto es lo que se debería hacer, pero el estado no suele proceder así, ya que
calcula lo que necesita sin darle importancia a los medios que tiene o no para pagarlo, lo cual hace que su
déficit siempre sea mayor que sus recursos, cuando esto debería ser únicamente en casos eventuales y
necesarios. Esto, se encuentra como parte indispensable e integrante de nuestros presupuestos. Y eso no
se soluciona a causa de que ninguna de las asambleas al ver el déficit decide recortar los sueldos de los
empleados nacionales. Esto es debido a que según ellos, un empleado de la nación no debe gozar menos
del sueldo que le corresponde por ese cargo. Cuando en realidad se deberían basar en que un empleado
de la nación debe gozar del sueldo que la nación pueda pagar y si cree que esto no es suficiente para el
cargo ocupado debe descender de él. En comparación con otros países se puede distinguir que Uruguay
paga muy bien los sueldos de cargos públicos, lo que quiere decir que conservamos el pensamiento de
nuestros invasores españoles, somos pobres, pero rumbosos y malos pagadores.

La falta de moralidad al proceder por parte del estado se eleva a la categoría de axioma político.

Otra de las críticas que le hace al Estado, es que se mete en cuestiones que no le corresponden intentando
parecer previsor. Esto ocurre en la jubilación y las viudedades. Obliga a las personas a ahorrar para poder
asegurarse la subsistencia en la vejez y en el caso de muerte para asegurar el futuro de sus familias. Varela
plantea que el Estada debería darle el sueldo completo al trabajador y este decidir a su antojo que hacer
con él. Ya que se olvida de la diversidad existente en los hombres y somete a todos a una regla uniforme
que en muchos casos será cruel y en todos será ciega.

Psicología elemental. Vaz ferreira MÓDULO 5


Las ciencias filosóficas tienen un carácter especial y propio, debido al cual la tolerancia y la imparcialidad se
imponen en, en su enseñanza, mucho más imperiosamente aún que en la de todas las otras ciencias. Los
problemas que discuten las ciencias filosóficas son los más importantes y son los más difíciles de todos.
Las ciencias filosóficas, la psicología, no se componen exclusivamente de hipótesis y discusiones; hay en ellas
hechos y leyes.
En cuanto a las hipótesis y discusiones, la duda que se genera, es precisamente un bien y no un mal, porque es el
estado de espíritu más natural, más legítimo, y también más fecundo, cuando lo que se examina son
interpretaciones más o menos inseguras y teorías más o menos verosímiles.
Def. provisoria de psicología: es la ciencia de los fenómenos del espíritu. Estos fenómenos son las sensaciones, los
sentimientos, las ideas, etc.
No conviene a la ciencia psicológica, que es una ciencia de hechos, discutir la naturaleza íntima del espíritu. Existe
una rama especial del conocimiento, la metafísica, destinada a discutir todos estos grandes problemas, y toda una
parte de ella, que lleva el nombre de psicología racional y tiene por objeto el estudio del principio íntimo del
pensamiento.
Todas las ciencias naturales parten, para constituirse de ciertos datos; los de la psicología son: un cierto número de
espíritus ligados a otros tantos cuerpos: un mundo exterior a esos espíritus y conocido por ellos, y finalmente, el
espacio y el tiempo, en que los cuerpos y los espíritus están contenidos. Todos estos datos son discutibles. El
psicólogo debe admitir su discusión, dentro de su ciencia.

La introspección, método fundamental.


La psicología estudia hechos o fenómenos, para ello debe empezar por observarlos, este es en efecto su método
fundamental; pero esta observación es distinta a la que nos hace conocer el resto de los fenómenos (observación
externa).
Cuando observo uno de mis estados de conciencia, cuando estoy colérico, por ej, o cuando tomo una resolución,
siento que no conozco esos fenómenos del mismo modo que los fenómenos exteriores; siento que los conozco de
una manera más directa, más inmediata, porque esos fenómenos no están fuera de mí sino en mi mismo, como
parte integrante de lo que llamo “yo”. La función por medio de la cual conoce el yo sus propios fenómenos se
llama conciencia; su ejercicio, practicado como método científico de llama observación interna o introspección.
La introspección es el método fundamental de la psicología, sin el no podría existir ningún otro, ni siquiera podría
pensarse para concebir los fenómenos psicológicos, que son estados de consciencia. Es necesario empezar
entonces por estudiarlos en la consciencia. Pero, no puede como método, bastar por sí solo a las necesidades de la
ciencia.
Como en la introspección el espíritu se observa a sí mismo, es muy difícil analizar un fenómeno en el mismo
momento en que se produce; además yo no puedo observar sino mis propios estados de conciencia.
El empleo de la introspección aislada, tiene otro inconveniente; ya hemos dicho que uno de los datos
fundamentales de la psicología es la relación del espíritu y el cuerpo, cada fenómeno que se produce en el primero
tiene por correlativo un fenómeno producido en el segundo. Ahora bien, de estos fenómenos orgánicos, cuyo
asiento principal es el sistema nervioso, la conciencia nada nos dice, y es evidente, sin embargo, la utilidad que
puede reportar su estudio, dada la relación estrecha que guardan con los fenómenos conscientes.
Además, como deficiencia, no todos los estados de conciencia son claros, nítidos, y fácilmente observables: existen
hechos de baja conciencia o de conciencia obscura. Algunos sostienen que hay fenómenos psicológicos
inconscientes.
Psicología fisiológica.
La observación exterior constituye un método complementario de una importancia incalculable. La primera
aplicación de este método la encontramos en la psicología fisiológica, que estudia las relaciones de los fenómenos
conscientes y los fenómenos orgánicos, los fenómenos fisiológicos acompañados de conciencia.
La Psicología fisiológica nos permite sustituir en muchos casos los fenómenos conscientes por sus concomitantes
fisiológicos y estudiar y explicar los primeros en función de los segundos, que son accesibles a la observación
externa y a la experimentación.
Psicología Infantil.
Como el espíritu del niño es menos complejo que el del adulto, su estudio es naturalmente mucho más fácil. La
utilidad de ésta es que nos suministra datos sobre la época en que aparecen diversas facultades del espíritu y nos
hace seguir metódicamente su desarrollo.
Psicología etnológica.
Estudia la psicología de las diversas razas, presta servicios análogos a los de la psico. Infantil.
Psicología mórbida.
Estudia las enfermedades, as aberraciones y demás estados anormales del espíritu. Tiene dos ventajas principales:
es un instrumento de aumento que amplifica el fenómeno normal, y es un instrumento preciso de análisis.
Psicología comparada.
Estudia y compara los fenómenos psicológicos en las diversas especies animales, sólo puede emplear un
procedimiento indirecto, que consiste en estudiar actos y costumbres.
La psico. moderna no se satisface con la simple observación de los hechos, sino que trata a veces de intervenir en
su producción y aún de producirlos artificialmente para estudiarlos en condiciones adecuadas (experimentación).
En Francia, fueron los estudios y experimentos de Liébeault y Charcot, y sus respectivos discípulos quienes
introdujeron la experimentación en la Psicología. Estos experimentos no nos ofrecen aún resultados definitivos y
seguros.
El método de la psicología es la introspección completada por la observación externa y por la experimentación en
todas sus formas. Estos diversos procedimientos de estudio deben acompañarse y auxiliarse mutuamente, toda
exclusión es aquí injustificable y perjudicial.
La psicología es una ciencia positiva independiente cuyo objeto de estudio es el espíritu y sus fenómenos.
Relaciones de la psicología con la fisiología.
La Fisiología estudia los fenómenos materiales, objetivos, que se conocen y estudian por la observación externa; la
Psicología estudia los fenómenos espirituales, subjetivos, que se conocen y estudian por la conciencia.
Los dos órdenes de fenómenos parecen distintos por naturaleza, pero guardan entre sí estrechas e inseparables
relaciones.

Uruguay del siglo XX: la alianza entre ciencia y política. Pérez Gambini. Módulo 6
La forma en la que se organizó la enseñanza de la psicología en nuestro país, siguió lo que fue la evolución de la
disciplina en los centros de mayor desarrollo y con los que se tenía mayor contacto. Si bien la psicología uruguaya
recogió lo que era el estado de la psicología en el mundo, esa recepción se registró con cierto retraso en el tiempo.
Hechos destacables:
a) La confección de los primeros programas nacionales, sin limitarse a copiar los índices de los libros extranjeros. b)
La obra de Vaz Ferreira en materia de Psicología. Pero como él mismo señaló, la psicología seguía siendo como una
rama de la filosofía; sin embargo sí puso énfasis en encararla como una ciencia, pero no independiente.
Mientras esto sucedía en Uruguay, en USA y Europa de desarrollo de la formación en psicología, estaba muy
adelantado.
LA PSICOPEDAGOGÍA
En este campo es dónde se aplicó y desarrolló más rápidamente la psicología nacional. Algunos factores que
explican lo previamente mencionado son los siguientes:
• Sobre fines del S XIX y principios del S XX, se puede apreciar un creciente interés por los temas relacionados con
la infancia y un enfoque diferentes de los mismos. • Se consideró necesario reconocer al ser humano en sus
particularidades y por tanto darle un trato acorde a ellos (el niño no debía ser tratado como un adulto pequeño). •
Incremento notorio del sistema educativo, afín al crecimiento del interés oficial y la demanda social por estos
temas. • Las necesidades creadas por la Rev. Industrial aumentaron la actividad de la enseñanza formal. • Surgen
nuevos problemas para la sociedad humana como el ser los de los niños que quedaban fueran del sistema
educativo y los que fracasaban en él.
Desde fines del S XVIII los ideales de la ilustración habían pregonado la necesidad de la difusión de los
conocimientos, viendo en estos la luz que iluminaba las tinieblas de la ignorancia; pero recién un siglo después se
planteó la revisión de las formas de transmisión del conocimiento. También en esta época empezó a plantearse la
preocupación por otro ángulo de la relación pedagógica. El aprendizaje. Representó con ello un nuevo interés por
el alumno y sus características individuales.
Los maestros especializados en pedagogía vieron, con el desarrollo de la psicología del XIX, las posibilidades que
brindaba eta ciencia que estudia los procesos mentales del hombre, y que podía auxiliarlos con aportes que
esclarecían los cuestionamientos que se formulaban. Las investigaciones realizadas sobre los temas de aprendizaje
e inteligencia, por ej., hicieron crecer la psicopedagogía como disciplina de cruce de intereses y aportes entre la
psicología y la pedagogía.
A partir del auge de la psicología experimental del S XIX, se desarrolla la psicometría (medición de los fenómenos
psíquicos). En Uruguay la época fue propicia para el desarrollo de este
campo por la doble coyuntura de la situación económica favorable y el apoyo gubernamental; así ismo hubo una
pronta receptividad a las ideas que se generaban en los centros más desarrollados.
El ámbito de primaria y los institutos normales. En primaria y los Institutos normales fueron el ambiente en que se
gestó la preocupación inicial por los temas psicológicos.
Situación institucional de primaria y los institutos de formación docente. El proceso de cambios arranca con la
sanación de la Ley de Educación General de 1877, que implicaría cambios también en la formación de los
maestros. Con esta ley se creó la Dirección General de Instrucción Primaria. En 1882 se fundó en Internado Normal
para Señoritas, en 1891 se fundó el Internado Normal para Varones. En 1918, en el marco del nuevo ordenamiento
constitucional del país, esa Dirección pasaría a ser Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal. En 1935 se
unieron los institutos normales.
Los Anales de Instrucción Primaria. Son una publicación mensual de la Dirección de Instrucción Primaria, que
comenzó en 1903; a través de los años testimonió los intereses existentes en el magisterio nacional. En ellos
podemos encontrar muchísimos trabajos relacionados con temas de psicología (entre otros). En ellos también se
encuentra un registro de menciones a la existencia y funcionamiento de laboratorios de psicología experimental
en otros países.
Inclusión de la psicología en programas de estudio. Hay testimonios que en los inicios, la maestra directora del
Internado de Señoritas, tenía a su cargo los temas de Psicología. También se encontraron estudios de temas de
psicología en los cursos de pedagogía. La inclusión de la enseñanza en psicología promovió a su vez el interés por
estudiar la metodología apropiada para su transmisión.
La asociación Alfred Binet Es la primera institución de carácter científico formada por uruguayos para promover el
estudio y la investigación en Psicología. Creada en 1929 por Sebastián Morey y asociada a su homóloga francesa.
Clemente Estable. En 1930-31 trazó un plan educativo que se conoció como Plan Estable, una de las más
importante propuestas de reforma educativa llevadas adelante en la época. Su método principal era la
investigación y sus fundamentos los buscaba en los intereses psicológicos de los niños. Cuando en 1953 se
organizó la Sociedad de Psicología del Uruguay, sus promotores buscaron el apoyo de Estable, en reconocimiento
de lo que significaba contar con su enorme prestigio. Su pensamiento en materia psicológoca y especialmente en
orientación vocacional ejerció gran influencia sobre muchos interesados en el tema.
APLICACIONES DE LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL
El laboratorio de la psicología experimental de la fuerza aérea.
La primera guerra mundial y la tirante situación de interguerra significaron el aumento de la demanda de
armamento bélico. La tendencia hacia la colaboración interdisciplinaria en materia científica también fue en
aumento ¿De qué manera se buscó el aporte de la nueva ciencia psicológica? Sobre la década del 30, el comando
de aviación del ejército Argentino fundamentaba la importancia del aporte que el psicólogo hace en la selección de
aviadores. Aquí se privilegiaban las funciones de pruebas de atención, y en la selección de personal. Y al igual que
en los países más adelantados tecnológicamente, en Uruguay se dispuso de la creación de un laboratorio de
psicología en la fuerza aérea; así, en 1927, se inauguró el gabinete psico-físico de la EMA. El psicólogo polaco
Redecki, fue contratado en 1942 para reorganizar dicho gabinete. Asesoró en la confección de aparatos e incluso
algunos de ellos fueron inventados por él mismo, como por ejemplo: silla giratoria que procuraba medir los
efectos del movimiento y las reacciones frente a él.
El trabajo que realizaba el gabinete, dictamina si capacita o no a un aspirante para seguir cursos de aeronáutica;
además si lo hace, el laboratorio psicotécnico quedaría como conejero y guía permanente para velar por la
conservación de su aptitud y estimular el desarrollo de las funciones compensadoras.
Puntos a destacar:
• Este laboratorio fue el primero fundado en el país con fines de aplicación de la práctica psicológica. • Ha tenido
una actividad continua hasta el presente. • Se aprecia en su organización la influencia clara de la psicología
experimental, de la concepción funcionalista de Radecki, y de la orientación de la psicología orientada al campo
ocupacional.
LA PSICOLOGÍA EN EL ÁMBITO DE LA SALUD.
En la facultad de medicina y su entorno. El estudio de la psicología y sus posibilidades de aplicación para la
formación de médicos o para la práctica médica, no aparecen casi contemplados en los planes de estudio de la
facultad por lo menos hasta después de 1950. En el plan de estudios de 1929 existía la posibilidad de incluir temas
de psicología en los curos prácticos. El curso de psiquiatría estaba ubicado en el sexto año de estudios. En el plan
de estudios de 1945 incluye muy vagamente la posibilidad de realizar estudios en el laboratorio de psicología.
La clínica psiquiátrica. Comenzó a funcionar en 1908 en la Facultad de Medicina. Lo interesante para nosotros en
ver como se incluye un encare psicológico en los temas teórico o en la técnica de tratamiento de los enfermos
mentales.
Es a principios de siglo que se registra la influencia y el conocimiento de la obra de Freud en los médicos
Uruguayos. Concretamente mediante la utilización de tratamientos basados en hipnotismo, sugestión y
persuasión. Con el paso del tiempo creció el conocimiento de esa y otras corrientes psicológicas. En 1943 fue
inaugurado el curso de psicoterapia, y en 1949 los curos de medicina psicosomática en el hospital Maciel.
El laboratorio de psicología en la Clínica Psiquiátrica. Se registra la creación de este laboratorio sobre 1943,
posteriormente constituyéndose en el primer servicio psicológico de la UDELAR.
La promoción de la salud mental: Higiene Mental. En Uruguay existía desde mediados del S XIX, una Junta de
Higiene Pública. Sobre fines del SXIX y comienzos del S XX se pensaba como la educación podía constituirse en una
herramienta para prevenir las enfermedades mentales. La Picagogía, desarrollada a partir de las ideas de la
psicología funcionalista, era entendida como una psicología moral, cuya técnica terapéutica se basaba en
conceptos vinculados a la Higiene Mental y la influencia ejercida desde una educación con criterios psicológicos. La
facultad de medicina tenía que ser un lugar de tratamiento ineludible de esta temática, así como la revista de la
sociedad de psiquiatría del Uruguay se convirtió en el ligar de exposición de opiniones sobre ella.
EL MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA
La clínica médico Psicológica del Hospital Pedro Visca Sintiendo la necesidad de atender otros aspectos no
contemplados en la atención médica hasta ese momento, que se vinculaban con lo que sería la incidencia de los
factores psíquicos, tanto provocados por la enfermedad orgánica y/o su tratamiento, como elementos
componentes del cuadro clínico original. La clínica médico psicológica que se fundó en 1947 se convirtió en la
organización pionera en el tratamiento de los problemas psicosomáticos de la infancia. Se destacaría en su
actividad por la asistencia, la docencia y la investigación.
VINCULACIÓN MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA – FACULTAD DE MEDICINA
Cursos de psicología aplicada a la infancia: comenzaron en 1950, fue el primer espacio universitario de formación
de psicólogo y el que obtuvo mayor continuidad en el tiempo, culminando por su transformación en el Instituto de
Psicología de la UDELAR en 1988. Comenzaron a dictarse en el hospital Pedro Visca, fue un lugar de docencia y
práctica.

LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL COMO AUXILIAR DE LA LABOR DOCENTE. MOREY OTERO.

MÓDULO 6
El primer curso regular en psicología experimental se dictó en el museo pedagógico en 1925, en dos modalidades
una teórica, en forma de conferencias y otro práctico, que consistió en la realización de sencillas experiencia y
apreciación de los resultados. El primer curso oficializado se realizó en 1926 en el Instituto Normal de Señoritas.
En toda labor profesional existen aspectos científicos. Todo trabajo, de cualquier índole, parte de su conocimiento
de cierto aspecto de la realidad, realidad que reacciona a su vez ante la actividad humana, provocando un
conocimiento cada vez más justo y preciso que determina un progreso creciente de las técnicas. Ni los
conocimientos ni los criterios dominantes en la profesión docente permiten resolverlos con el máximo de acierto
dada la relatividad de los conocimientos humanos al respecto. La carrera magistral debe rodearse de las garantías
científicas imprescindibles en cuanto a formación del maestro y el ejercicio de la docencia; garantías científica que
pongan al maestro futuro frente a las posibilidades de las nuevas generaciones que se abren ala porvenir en la
misma disposición de acción inteligente y eficaz en que las facultades de medicina bien organizadas ponen a los
médicos frente a las realidades dolorosas de la enfermedad y de la muerte.
La pedagogía experimental, según el doctor Simón, es el estudio metódico de las reacciones de los escolares a los
procedimientos de la enseñanza. No es posible afirmar que las reformas escolares de conjunto y detalle pueden
prosperar donde el maestro carezca de las técnicas elementales de la observación y experimentación pedagógicas.
La observación, principalmente en todo proceso psíquico, tiene que distinguir la sugestión de la reacción. La
reacción es movimiento o impedimento de un movimiento del cuerpo. Es importante distinguir también la
observación propia de la observación ajena. La observación que el pedagogo realiza de sí mismo, tiene sólo
aplicación práctica para él mismo, no es aplicable de ninguna manera a la realidad. Además, solo sirve para el
adulto. La observación propia necesita controlar el objetivo mediante el experimento.
Es preciso realizar observaciones deliberadamente preparados bajo circunstancias fácilmente discernibles y de
inspección positiva, o sea, es necesario llevar a cabo experimentos pedagógicos.
La Psicología Objetiva, Psicología a base de observación objetiva, de comprobación experimental, de métodos
fáciles y de técnicas sencillas, que reclama la cooperación de muchos profesionales de buena voluntad y de
aptitudes para la investigación científica. La psicología experimental ha permitido la agrupación del alumnado
escolar en forma más lógica y eficaz que con los procedimientos habituales de la rutina pedagógica, ha renovado
los métodos de enseñanza y modificado las prácticas corrientes de la disciplina escolar.
Es de desear que el maestro se instruya en las cuestiones de psicología individual, que conozca los métodos, que
aprenda el arte de interrogar sin provocar sugestiones e imprima en u espíritu los tipos de mentalidad infantil más
conocidos, ya que por estas clasificaciones se hacen los mejores diagnósticos.
La psicopedagogía experimental es una necesidad de la nueva escuela de tipo educativo. Ella impide las
antojadizas interpretaciones subjetivas que tanto daño han hecho y siguen haciendo al trabajo pedagógico. Ella
exige la prueba lógica, objetiva, de la interpretación y de la valoración, orientando la labor docente por caminos
seguros y firmes, acorralando la imaginación ilegitima y hasta enfermiza de muchos pedagogos, desterrando el
capricho personal y ciertas ideologías perjudiciales que tantos males producen hoy en nuestra enseñanza.

HIST DE LA PSICO EN URU HASTA 1950. Perez Gambini (pp. 43-51. -pp. 89-92). MÓDULO 7
Proyectos de creación de laboratorios y/o institutos de Psicología. - 1915 – El médico Federico Susviela,
fundamenta la creación de un instituto de Psicopedagogía con aplicación de Psicología experimental, psicología
medica, psicología criminal, y también de un laboratorio. - 1918 – Proyecto de creación del Instituto
Médicopedagógico. Procuraba organizar sistemáticamente trabajos que ya se realizaban: exámenes a los niños al
entrar en la escuela, para tener una biografía de cada uno y derivar hacia una enseñanza especial a aquellos que lo
ameritaran. - 1920 – Proyecto de Ley en dónde en uno de sus anexos se crea un gabinete de Psicología
Experimental. También propone la formación de maestros en psicología experimental. - 1921 - Proyecto para
transformar la Escuela N° 3 en escuela vocacional para varones. - 1922 - Ensayos de pedagogía experimental. -
1923 – Proyecto de creación de un Instituto de Orientación Vocacional - 1928 – Se propone la creación de un
Instituto de Psicotécnica y educación y un laboratorio de psicología.
La preocupación por la problemática de la niñez. Existen numerosos trabajos de la época sobre la necesidad de
creación de escuelas especiales, los diferentes problemas detectados, el “retardo pedagógico”. Recién en 1933 se
aprobaría alguno de los proyectos elaborados para la creación de laboratorios y/o institutos de Psicopedagogía, el
impulso surge de la preocupación por la alta tasa de repetición que se registraba en la escuela. El 14 de julio de
1933 el presidente de la República designó una comisión para redactar un plan de organización de la enseñanza
especial de aquellos niños en edad escolar. Es probable que las consecuencias de la crisis económica de comienzos
de la década de 1930, al incrementar los niveles de pobreza, contribuyeran a aumentar la problemática de la niñez
en los estratos de población menos favorecidos. El estado debía ocuparse de aquellos que no llegaban an sistema
escolar o desertaban de él. En este contexto se propició la creación del primer laboratorio de psicopedagogía. En el
censo escolar de Mayo de 1933 se arrojaron resultados preocupantes sobre la situación de la niñez en el país.
El laboratorio de Morey Otero.
13 de Setiembre de 1933, el Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal decidió la creación de un
Laboratorio de Psicopedagogía Experimental. Creado de forma experimental, su tarea de afianzó y consolidó con el
tiempo. Sus fines principales fueron: a) Dedicarse a la investigación psicopedagógica b) Preparar las fichas
psicológicas de los alumnos normalistas c) Preparar normas de apreciación justas, precisas, y científicas del
rendimiento escolar. d) Contribuir al examen de los alumnos para las clases especiales e) Colaborar en la
estimación experimental de las escuelas y los métodos de enseñanza.
f) Fomentar la orientación profesional con los alumnos que egresen de las escuelas públicas. En 1939 Fallece
Morey Otero y desde entonces el Laboratorio lleva oficialmente su nombre. Fue el primer centro organizado en
nuestro medio que perduró en el tiempo, y en el que se empezó a producir, en el terreno psicológico, con nivel de
difusión interna y vinculaciones con centros especializados del exterior. No se realizaban solo estudios de
psicología procurando estar al día con el estado de la ciencia en el mundo, sino que se adaptaban las técnicas de
mayor aceptación para la realidad de nuestro medio.
La Participación de la psicología en la atención de la desviación social.
En el ex consejo del niño.
Poco tiempo después de fundado el consejo del niño, se creó la llamada clínica de la conducta, la misma se
inscribía dentro de la línea de la promoción de la Higiene Mental. La finalidad de este organismo era la profilaxia
(prevención) de las enfermedades mentales y de la delincuencia; estaba destinado a los enfermos de la conducta,
o los que tienen conducta anormal. De la conducta normal a la patología, existen un montón de matices; las
anomalías de la conducta corresponden a un desequilibrio bio-social, desequilibrio que si no se intenta corregir a
tiempo, muchas veces se acentuará, pudiendo conducir a la inadaptación, por reacciones antisociales o por
enfermedad mental. Como antecedente de estas prácticas, estaba la prevención de la delincuencia de los
reincidentes, a través de la reeducación médico-pedagógica, que se llevaba a cabo en las Colonias Menores.
Reina Reyes.
Maestra y Pedagoga. Escribió el libro “Psicología y Reeducación”.
Dentro de su trabajo para el consejo del niño dentro del INAME, decía que, fijar normas de vida para la persona
humana no puede hacerse arbitrariamente, porque esas normas deben responder a la realidad intrínseca del
sujeto, realidad que solo puede ser determinada por un estudio científico de su naturaleza psicofísica.
Dice, que “las pruebas psicológicas revelan determinados aspectos del contenido de la personalidad en el
momento del examen, pero, como la personalidad es un continuo dinámico, lo que interesa para la tarea
educativa es descubrir el proceso de su desenvolvimiento, crecimiento y transformación. La psicotecnia, trabajo
cómodo de laboratorio, no permite la justa valoración de la persona humana, porque prescinde de la observación
directa de sus dos elementos esenciales: tiempo largo y naturalidad. El perfil psicológico de un individuo, no
responsable de su perfil somático, es una elaboración histórica de la personalidad que sirve de base a
consideraciones diagnósticas, y fundamenta el tratamiento reeducativo”.
Lo que plantea con el término “reeducación” parece referirse conceptualmente a un proceso terapéutico. Reyes,
se negaba a aplicar pruebas que relacionen exclusivamente inteligencia y edad cronológica. Proponía la creación de
clínicas de conducta para adolescentes, integradas con un psicólogo, un médico y no o dos visitadores sociales. La
Clínica Inmovile – Irrazabal. MÓDULO 7
Introducción y advertencia
El objetivo de este trabajo es la reflexión que posee la demanda social en la “construcción” de la psicología en el
Uruguay. Para esto tomaremos en cuenta acontecimientos, practicas e historias que nos permiten crear espacios
de reflexión y visibilidad.
La clínica no es reclinarse
El método clínico tuvo su origen en la práctica médica; con el pasar de los años se convirtió en los pasos mínimos
que pueden guiar un trabajo psicológico de análisis (observación, diagnostico e intervención).
Las personas y los grupos de personas le realizan un pedido explícito y racional en el cual señalan y diseñan el
problema que creen que es la dificultad central. El trabajo del psicólogo es observar esta dificultad central,
específicamente por qué y para qué es central, que otras dimensiones están involucradas y que otras situaciones
se expresan. Por lo tanto, la tarea es analizar la demanda. La demanda siempre es histórico-social, la demanda
social es la propulsora del “surgimiento” de la psicología y además son prácticas que producen “necesidades”.
El experto necesario y el crítico prescindible
El desarrollo histórico de la psicología en el Uruguay muestra como a medida que se empiezan a desarrollar ciertas
prácticas de enseñanza o en el ámbito de la salud, se plantean demandas sociales, los discursos teóricos e
instrumentos técnico psicológico operan sobre los cuerpos individuales y colectivos.
La historia de la clínica se constituye en un proceso de fundación y desarrollo de la sociedad y del Estado uruguayo
en tanto integran las prácticas sociales de producción de ciudadanos, en lo que denominamos campos de
surgimiento de la psicología.
Las prácticas educativas y de la salud de nuestro país producen una híperespecialización que determina
instituciones y conduce a la formación de expertos que solo saben aplicar técnicas y teorías, sin cuestionar su
origen.
El niño como pureza, el niño diabolizado
El niño es una figura central de las prácticas educativas y sanitarias (psicopedagogía y psicohigiene).
En el pasado, los niños eran considerados como personas grandes en miniaturas, suerte de enanismo o
incompletud y además su vida no poseía valor, pero esto cambio, en la actualidad se toman en cuenta sus
necesidades, capacidades y sentimientos y los adultos tienen un rol fundamental en la facilitación del desarrollo.
En la época civilizada el niño se convierte en sujeto de derecho y deberes de su edad. Se pasa de la
indiscriminación a la discriminación “en aras del amor y la vigilancia”
El mundo adulto ahora estaba centrado en el dinero y el trabajo y el mundo infantil, identificado con la pureza,
podía ser corrompido por los adultos. Había una escuela primaria específicamente para los niños de 6 a 14 años.
En 1894, se abre en la facultad de medicina, la clínica del niño bajo la dirección del dr Francisco Soca. Desde 1848
se prohíbe el castigo corporal en las escuelas aunque la sociedad lo siguió aceptando, a partir de 1877 comenzó a
respetarse esa prohibición. Varela aconsejaba cambiar el método de enseñanza más instructora que educadora,
donde el autoritarismo, no llegara tan descarnadamente al espíritu.
En 1868 se ordena detener a aquellos niños convertidos en vagos y en el más completo abandono, y de no
aparecer sus padres, se los ubica en un taller de artes y oficios. En 1879, Latorre crea la Escuela de Artes y Oficios y
una ley de vagos, en 1882 ordena el envío de jóvenes así definidos a esta nueva escuela. Barrán plantea que el
régimen de internado allí practicado, se convirtió en una cárcel para adolescentes incorregibles.
En las sociedades “barbarás” los niños al igual que los adultos participaban de las ejecuciones de los reclusos y de
los velorios, ya que la pedagogía lo veía como un hombre pequeño. Pero en la actualidad estas actividades son
solo para los adultos y el niño es ahora sujeto de derechos y deberes a su edad. El mundo adulto compuesto de
dinero y de trabajo no puede ser comprendido por los niños y la pureza del mundo infantil no puede ser
corrompida por los adultos.
En el gobierno de Latorre se crea el “Asilo Maternal” y luego se inaugura el primer jardín de infantes. Por otra
parte, con el Reglamento General de la Educación se prohíbe el castigo corporal en las escuelas y Varela propone
una escuela más educadora que instructora.
La policía decide tomar a todos los adolescentes vagos y en abandono y los introduce en la Escuela de Artes y
Oficios (ley de vagos); Los niños rebeldes y holgazanes y de sexualidad viciosa deberían ser sometidos para darles
la oportunidad de ser dóciles y obedientes.
El ocio de los niños era considerado como fomentador de la imaginación con respecto a la sexualidad. La
pedagogía practicada por los padres, curas y maestros reprimía la sexualidad infantil. Se deben ocultar las partes
genitales.
El tránsito de la historia, la historia del tránsito
Aspectos de la historia de la psicología en el Uruguay: # personas pertenecientes a otras disciplinas preocupadas
por los conocimientos psicológicos # estudios no psicológicos divulgan cuerpos teóricos psicológicos aplicando
tecnologías psicológicas (test) # desde 1950 en adelante se forman los nuevos profesionales, los psicólogos.
Enseñanza de Psicología; Filosofía y Experimentación
Carlos Vaz Ferreira fue el fundador del primer laboratorio de psicología con fines educativos, que funciono entre
1897 y 1906.
Existencia de personas pertenecientes a otras disciplinas preocupadas por los conocimientos psicológicos y su
divulgación
En otro momento, estudiosos no psicólogos continúan la divulgación de cuerpos psicológicos pero ya aplicando
técnicas psicológicas como tests, pero siguen siendo no psicólogos

Desde 1950 en adelante, nos encontramos con la formación sistemática de un nuevo profesional, el psicólogo. La
educación del cuerpo y la psicopedagogía

A la democratización y expansión de la educación formal, le siguen nuevos problemas vinculados a los niños que
quedan fuera del sistema educativo y de los que fallan en él. La expulsión, la deserción o la imposibilidad de
ingresar al sistema, es la demanda para analizar.
Las fallas del sistema educativo, el encargo estatal, las investigaciones y los maestros inquietos construyen el
surgimiento de la psicopedagogía.
La revolución industrial genera la exigencia de elevar el nivel educativo del sujeto colectivo: la población. La
expansión de la educación generan problemas vinculados a los niños que quedan fueran del sistema educativo y lo
que fallan en él. Por lo tanto estos niños cuestionan la educación y su falla. Se crea la Escuela Nueva que indaga en
el aprendizaje. Las fallas del sistema educativo, los maestros y el encargo estatal dan lugar a la psicopedagogía, en
la cual se integra la psicología con la función de determinar los diagnósticos intelectuales.
En la documentación de los Anales de Instrucción primaria aparecen trabajo publicados con temas de psicología;
en magisterio se incluye la materia psicología como materia de estudio.
Carlos Pérez manifiesta que aparecen documentos que indican la necesidad de crear escuelas especiales para “los
niños con retardos pedagógicos”, alumnos que no se adecuaban a la normalidad.
¿Cuál era la preocupación por la problemática de la niñez? Clases superpobladas, programas de estudio
inadecuados, mala higiene de los edificios. La solución para esto es crear clases diferenciales y técnicas en la
formación de los maestros (adaptaciones de test mentales).
La biopolítica es la defensa social, para la cual se vuelve fundamentalmente educación y la salud.
Verdesio a través de un censo escolar de las condiciones físico-psíquico de los alumnos reconoce a los que
necesitaban ayuda especial. Se concluye que la niñez es una problemática de los adultos que aplican planes
educativos y medidas socioeconómicas pero también es un problema de la política porque sus efectos se ven en
los niños.
Se crea un plan de enseñanza especial de los niños pobres y para aquellos que desertan se crea el Consejo del
Niño. En este contexto se instala el Laboratorio de Psicopedagogía en el Instituto Normal (Joaquín R. Sánchez). El
mismo formaba profesionales en psicopedagogía.
En 1953 se funda la Sociedad Psicológica del Uruguay; luego aparece la psicología en la Enseñanza Industrial (se
aplica a los vagos, en los cuarteles del ejército).
Para la educación la familia o la ausencia de la misma será la responsable de los “retrasos escolares”. Por otra
parte, los “problemas de aprendizaje” son la demanda escuchada por el mundo adulto, que tiene el encargo social
de enseñar y el único saber para hacerlo.
La escuela pública será la herramienta que permitirá asimilar por igual al indómito habitante de la campaña y al
inmigrante urbano extranjero, introduciendo nuevos códigos de comunicación y nuevos valores.
En la constitución de la educación, se da el desarrollo de la psicopedagogía y luego de la psicología, en los mismos
vemos el esfuerzo normalizador que tiene como objetivo “enderezar conductas”.

La higiene del cuerpo y la psicohigiene


Los objetivos de la higiene son la búsqueda de:
# Prevención de las enfermedades y de la muerte. Las principales causas de muerte eran producto de las
epidemias y de las guerras civiles (armas).
# Por medio de la caridad busca construir hospitales para atender a los pobres. Como la muerte de los pobres se
da en el centro de la cuidad, se crean hospitales en el exterior para sacar a la muerte pobre de la vista.
# Promueve a través de la familia, la educación y la iglesia el cuerpo ideal. La gordura se asocia a la riqueza, a los
logros y a la salud y la flacura a lo contrario (importancia del trabajo, la familia y la alimentación).
# Producen la mano de obra que permite aumentar y desplegar las fuerzas productivas de la modernidad (higiene
personal, de la ropa, la casa).
Un polaco en Uruguay: Waclaw Radecki
Waclaw se dedica a la psicología en Polonia y emigra a América en la década del 20. “La psicología de Radecki es
una psicología funcionalista, descriptiva pero que incorpora nociones y técnicas de una aplicación y una
psicopatología” (Carrasco).
En 1945 se crea el Centro de Estudios Psicológicos que formaba psicólogos profesionales, aunque no les otorgaba
un título.
Radecki tuvo una gran influencia en el medio, aportando una visión más amplia de la psicología, que parte de lo
somático, estudia las funciones psíquicas, realiza diagnóstico y tratamiento. Incorpora un abordaje más integral y
profesionalita.
La higiene mental
Los médicos insertos en la educación y en la salud inician la promoción de salud integral, bienestar humano,
atención a la niñez y aparecen instituciones que se encargan de trabajar los problemas de la marginalidad.
Se organizan servicios que incorporan aspectos psicológicos en el Consejo del Niño y el Instituto de Criminología
relacionado con el control social (se le aplican técnicas psicológicas a los que cometieron delitos). Continua
predominando la psicología experimental y psicométrica.
En el campo de la medicina
En la Facultad de Medicina se desarrollan prácticas de Laboratorios relacionadas con Neurología y Neurofisiología,
influenciadas por la psicología experimental; la psicología comienza a estar presente en la Facultad de Medicina
(psicología se integra en la cátedra de psiquiatría); se abre el Laboratorio de Psicología de la Clínica Psiquiátrica-
H.V). Por otra parte Cáceres trabajador del Hospital Vilardebó realizaba una práctica educativa que transitaba por
medio de la amistad y del encuentro.
La psicología también se desarrolla en la Clínica Médico Psicológica impulsada por el Dr. Julio Marcos que busca
indagar los factores psíquicos generados por la enfermedad orgánica y/o por el tratamiento. Fue el primer espacio
de formación sistemática de psicólogos.
En el año 1940 se comienza a divulgar el psicoanálisis y en 1956 se crea la Asociación Psicoanalítica del Uruguay. El
profesional psicólogo transforma a aquellos que no trabajan, no estudian, etc. (contribuyen la higiene mental).
Entre los s. XVII y XIX se da un cambio en la medicina cuando establece a la locura como una enfermedad del alma,
creándose la psiquiatría y la psicología con Wundt; la psiquiatría busca encontrar las bases biológicas de la locura.
Gregorio Baremblitt manifiesta que la enfermedad mental es un fenómeno sobre determinado y que la salud y la
enfermedad mental son un entrecruzamiento de múltiples determinaciones
sociopolíticaseconómicasideológicashistóricas. Es decir que la enfermedad mental no puede ser pensada fuera de
las determinaciones inconscientes deseantes. Antes, el loco era considerado como un privilegiado que tenía
contacto con los dioses.
Lo importante es que los psicólogos asumamos la sobre determinación compleja de los fenómenos que atendemos
y de nuestras propias definiciones para abordar los desafíos que nuestro campo de trabajo nos compete.

Capítulo 9: Radecki y el Centro de Estudios Psicológicos de Montevideo. Gambini. MÓDULO 8


Waclaw Radecki

Radecki fue una figura gravitante en los primeros tiempos de la psicología en varios países de América
Latina, entre ellos Uruguay.

La situación política europea lo llevó a trasladarse a América. Su primer país de estadía fue Brasil. Allí
organizó y dirigió el laboratorio de psicología en la Colonia de Alienados de Engenho de Dentro. Trabajó
también en la selección de candidatos para la Aviación Militar brasileña en base a un examen
psicológico, y produjo una abundante obra escrita.

A partir de 1933 su ejercicio profesional se repartió entre Montevideo y Buenos Aires. Realizó
investigaciones en ambos países y reunió a su alrededor un grupo muy numeroso de discípulos y
seguidores.

Quienes asistieron a sus clases lo recuerdan por la rigurosidad de sus planteos.

La obra de Radecki en Uruguay

Su primera vinculación oficial con el país se dio en 1933, cuando fue contratado por la Universidad de la
República. Inició su actuación con una conferencia que tituló «Nueva psicología». En abril inició un curso
sobre «Psicología general, individual y colectiva».

Ese mismo año, la Facultad de Medicina lo nombró Profesor Ad Honorem. Además, la Sociedad de
Psiquiatría del Uruguay lo nombró miembro honorario. A partir de entonces y por veinte años, fue el
centro de una intensa actividad en el campo psicológico.

Se formó en su entorno un grupo de entusiastas discípulos. Asesoró en la organización el Laboratorio de


Psicología de la Fuerza Aérea y mantuvo una vinculación con el mismo, que le permitió utilizarlo como
lugar de desarrollo de las prácticas psicológicas de sus cursos.
El centro de estudios psicológicos de Montevideo

Después de diez años de prestigiosas actividades en el medio, el grupo de discípulos de Radecki ya era lo
suficientemente importante como para organizar una institución: el Centro de Estudios Psicológicos.

Así nació el Centro de Estudios Psicológicos ya con el propósito de encarar el estudio de la psicología, no
solo como complemento de estudios profesionales para medicina, abogacía, ingeniería, comercio,
industria y pedagogía, sino también preocupándose de las aplicaciones prácticas adaptadas a las
condiciones del país, con una organización de estudios didácticos para la formación de psicólogos
profesionales.

El acta de fundación se firmó en 1945.

El centro de estudios psicológicos tiene por objeto y fines la intensificación, organización y realización
del estudio profesional de Psicología Sistematizada, teórica y aplicada.

En el año 1950 el Centro de Estudios Psicológicos tomó la iniciativa de organizar el I Congreso


Latinoamericano de Psicología, que tuvo lugar en Montevideo, del 20 al 27 de julio de ese año.
Participaron activamente en este congreso la mayor parte de los países americanos.

El programa de estudios, abarca cuatro años regulares, cada uno de los cuales debe ser aprobado en
exámenes que complementan y atestiguarla adquisición de los conocimientos asimilados. Antes de
considerar como terminado el aprendizaje regular de estudios cada alumno debe contribuir con una
tesis, aporte científico profesional a la Ciencia Psicológica.

Las clases del Dr. Radecki se desarrollaron en la Facultad de Medicina, en la Facultad de Derecho, en el
Museo Pedagógico, algunos cursos se desarrollaron en la sede.
Destacamos que los informes del centro no nombran como psicólogos a las personas mencionadas, aunque
sean egresadas de ese centro.

Con la colaboración de sus ex disípulos t otros docentes de materias anexas, formó en 1951 la Facultad Libre
de Psicología. Fue una institución privada y gratuita.

La hoja de psicología

Fue una publicación semestral del Centro de Estudios Psicológicos, que no solo incluyó información sobre las
actividades del Centro y datos sobre la preparación del congreso. Fue también un espacio de publicación de
trabajos teóricos de sus miembros.

El I Congreso Latinoamericano de Psicología

Sus preparativos comenzaron en el Centro desde un tiempo antes. En la “Hoja de psicología” correspondiente
al primer semestre de 1948 aparece la convocatoria al mismo.

Su sesión inaugural se cumplió en el Palacio Legislativo y el congreso en sí tuvo lugar en el Salón de Actos del
Ministerio de Salud Pública.

Se realizaron treinta y tres comunicaciones sobre distintos aspectos de l temática psicológica.


El congreso no se abocó exclusivamente a la exposición y debate sobre ponencias. Las dos últimas sesiones
plenarias fueron consagradas a la discusión del árido problema de profesión de psicólogo, problema que
tiene particular importancia para los psicólogos sudamericanos.

Las resoluciones formuladas por el Congreso relativas a la profesión de psicólogo fueron las siguientes:

I. Formación del psicólogo

A) El congreso señala la necesidad social de contar con los servicios de psicólogos profesionales
especializadas.

B) En consecuencia, el congreso aconseja la creación de Escuelas Superiores profesionales, tipo facultad,


destinadas a la formación y capacitación profesional del psicólogo, en todos aquellos países en que no
existan tales organismos.

II. Responsabilidad del psicólogo

A) El congreso destaca la necesidad de buscar una clara delimitación de la esfera de acción del psicólogo.

B) El congreso señala la importancia de ser formulada la responsabilidad del psicólogo en los casos de
colaboración con otros profesionales o ejercida autónomamente.

III. Ética profesional del psicólogo.

El congreso confirma la necesidad de trazar normas referentes a la ética profesional del psicólogo.

IV. El congreso designará una Comisión Permanente encargada de estudiar los problemas que quedaron
planteados precedentemente y de proponer medidas que fueran necesarias.

Capítulo 10: La participación de la Psicología en la atención de la «desviación» social


En el ex consejo del niño

Sabemos que poco tiempo después de fundado el Consejo del Niño, se creó la llamada Clínica de Conducta.

La Clínica de la Conducta se inscribía en la línea de la promoción de la Higiene Mental. Danrée. Su director, lo


precisa en su artículo: “La finalidad de este organismo es la profilaxia: profilaxia de las enfermedades
mentales y de la delincuencia.

Esta clínica está destinada a enfermos de la conducta, o, en otras palabras, a los que tienen conducta
anormal.

…Las anomalías de conducta corresponden a un desequilibrio bio-social, desequilibrio que, si no se intenta


corregir a tiempo, muchas veces se acentuará, pudiendo conducir a la inadaptación por reacciones
antisociales”. Reina Reyes

Sí existe información sobre la actuación como psicóloga en el Hogar Femenino N°1 de Reina Reyes.

Dedicada a los temas de educación y reeducación, escribió varias obras que alcanzaron premios y
reconocimientos. Uno de sus libros, psicología y reeducación, se trata originalmente de un informe que
elevara el 1 de junio de 1946 a las autoridades del Consejo del Niño, resumiendo las observaciones realizadas
durante dicha actuación.
En uno de sus informes afirma: “las actuales instituciones del Consejo del Niño para reeducación de los
adolescentes carecen de orientación técnico-pedagógica”. Enfatiza la importancia de las funciones del
psicólogo en un albergue de adolescentes.

Reina Reyes se manifiesta contraria a que la labor psicológica se limite a la obtención de medidas e
interpretación estadística de ellas.

Proponía la creación de clínicas de conducta para adolescentes, integradas con un psicólogo, un médico y uno
o dos visitadores sociales.

También menciona la realización de trabajos de investigación psicoanalítica y sesiones de interpretación de


sueños y consideraba la utilidad de los tratamientos psicoanalíticos.

La clínica médico psicológica del hospital de niños Dr. Pedro Visca. MARCOS MÓDULO 8
Nació como una derivación lógica de una necesidad real de la pediatría considerada como unidad psicosomática.
Desde el comienzo se trató de aunar la asistencia de los niños con la actividad docente que imparte la Facultad de
Medicina y por ello, la clínica psicológica ha podido colaborar con la Cátedra de Pediatría, además, la anima la
formación de psicotécnicos y la acción social. Los problemas individuales tienen, en general, raíces familiares o
sociales que, por su propia naturaleza, desbordan la sola acción médica.
• La clínica funciona desde 1947 • Es la primera de su género en Uruguay • Apoyada por el Ministerio de Salud
Pública • El contralor técnico se efectuaba por el Director de la Clínica • El contralor administrativo se realizaba con
supervisión del Hospital • Asistían a consulta desde Montevideo e interior.
Finalidades: • Encara la supervisión del desarrollo psicológico normal de la infancia • Ejerce de enlace de las
situaciones individuales con los servicios sociales del estado o privados.
La patología mental integral del niño es de reciente historia. La psiquiatría clásica se dirigía casi exclusivamente al
período de la adolescencia; por su parte la pediatría se desentendía de todos aquellos problemas que no tuvieran
una base neurológica o somática firme. Pertenece a este siglo, la preocupación por los problemas psíquicos del
niño.
Es a partir de 1925 que en Italia y Alemania, se inicia el camino hacia la psiquiatría infantil. Se consideraba
trastorno metal a el resultado de una desarmonía del funcionamiento del sistema nervioso a causa de la
intervención de factores endócrino, somático y genéticos”.
Con la evolución de los conocimientos y la profusión de importantes obres sobre psiquiatría y psicoanálisis infantil,
se pone de manifiesto la necesidad de incorporar el estudio integral del niño al campo de pediatría, señalando
definitivamente las orientaciones y resultados de la medicina psicosomática.
A) Frecuencia de las alteraciones neuropsiquicas en el neonato: con la escala de maduración y el método vienés, es
posible conocer el primer día de vida extrauterina si el ser humano ha nacido o no con las capacidades para
adaptarse a los requerimientos de un desarrollo normal. B) Es a los tres años que tiene lugar la primera
cristalización del carácter eligiendo el niño su estilo de vida. A la misma edad, el niño vive un momento psicológico
trascendente. Habiendo adquirido parte de las normas de actuación. C) En la edad preescolar y escolar, pueden
revelarse frecuentes alteraciones de la conducta del carácter que, se inician entonces o se mantenían latentes
desde la primera infancia. D) La adolescencia no es más que un momento en el que se expresan con mayor viveza
las instancias psíquicas que se fueron integrando en los años anteriores. La patología psiquiátrica de este período
se caracteriza por la aparición y consolidación de todo tipo de neurosis.
Estructura:
Para cumplir con los cometidos es importante tener en cuenta dos conceptos fundamentales: Primero, que el niño
enfermo es una unidad psicosomática. Segundo, la infancia representa un período especial de la formación del ser
humano en el que viven problemas “sui generis” y se pasa a través de fases evolutivas de la personalidad que
plantean concepciones y reacciones específicas. Con este criterio se estructuro la clínica médico psiquiátrica que
consta de tres secciones:

• Estudio Somático (diagnóstico somático) • Estudio neurológico (diagnóstico neurológico) • Estudio psicológico
(diagnóstico psiquiátrico)
La suma de todos los datos conduce a la síntesis diagnóstica o diagnóstico final.
Funcionamiento:

• Recibe y atiende niños sin limitación • Se les estudia separadamente y con independencia orgánica y psicológica.
• Tres veces a la semana • Dos días se destinan a semiotecnia y reuniones de clínica
Material de trabajo y técnica

• Las corrientes psicoanalíticas consideran un material imprescindible el que proporciona el juego.


Exploración de la inteligencia

• La medida de la inteligencia se realiza por medio de los test de Terman – Merril, Yarkes y Ballard, Kohs • La
afectividad es explorada con los test de Rorschach, T.A.T DE Murray, figura humana de Goodenought, y test de
Brown. Se aplica las fábulas de Despert y la técnica lúdica para completar el estudio. • El psicodiagnóstico de
Rorschach está basado en el antiguo procedimiento de la interpretación de las manchas de tinta, sirve para la
exploración de la psiquis normal y patológica, así mismo es un método muy valioso para investigar la afectividad.
Indica el tipo de inteligencia, sirve en la selección y en la orientación profesional, en la criminología y en la
medicina legal. • El T.A.T constituye un método valioso que nos ayuda a desentrañar planos conscientes e
inconscientes de la personalidad del sujeto examinado. Está incluido dentro de las técnicas llamadas proyectivas.
Con el podemos estudiar las tendencias inhibidas inconscientes, los hechos traumático reprimidos, las apetencias
y las tentaciones instintivas; así mismo estudia la personalidad consciente (grado de inteligencia, adaptación
afectiva al ambiente familiar, social, etc).

Actuación técnica y docente.

• La labor de la Clínica Médico Psicológica Infantil comprende el estudio del niño desde el nacimiento hasta la edad
de la adolescencia inclusive. • Los distintos integrantes de la Clínica han participado en las clases que se dictan en
el Hospital Pedro Visca durante los cursos dependientes de la facultad de Medicina.
• La clínica ha participado también en los ateneos que se realizan semanalmente en los hospitales Pereira Rosell y
Dr. Pedro Visca. • También ha participado la clínica médico psicológica en los cursos de perfeccionamiento que se
dictan en el instituto de pediatría. • La clínica contribuyó con el 2do congreso sudamericano de pediatría
realizado en Bs. As en 1949 • Organiza trabajos de investigación de diversos temas Problemas detectados:

• Necesidad de realizar un estudio sistemático de las características biotipológicas infantiles. • Necesidad de


formación en psicotécnicas especializadas en el ámbito infantil • Contribución a la formación de Visitadoras
sociales • Facilitar la creación de “maestros de enlace” • Necesidad de realizar estudios psicoanalíticos El
problema del intrusismo en psiquiatría en el Uruguay Modulo9 Intrusismo y profesiones liberales.
El intrusismo es un hecho frecuente en las profesiones liberales, sin embargo, las mayores posibilidades de
impunidad en que puede desplegarse la actividad curativa cuando es furtiva, han hecho que el intrusismo en la
profesión médica sea algo mucho más difundido y más peligroso.
La clandestinidad vulgar choca con la valla y el correctivo de las acciones policial y penal respectivamente y es
fácilmente evitable, cuando la organización represiva y judicial llega a sus grados más perfectos.
Intrusismo médico psiquiátrico.
En psiquiatría, como en cualquier otra especialidad, su ejercicio ilegal se configura cuando concurren la tendencia
de un local, la prestación continuada de asistencia y la percepción de honorarios.
El problema tiene diversas vertientes a considerar, una de orden legal, otra de orden profesional y otra de orden
técnico y científico.
El aspecto legal.
La ignorancia de la ley no implica impunidad. Su violación es un delito, y quien la viola, un delincuente. El ejercicio
de las profesiones liberales está codificado, legislado y reglamentado. El código penal castiga en su Art 167 a
quienes cargaren títulos académicos o ejercieran profesiones para cuyo desempeño se requiere una habilitación
especial. ´ Particularmente en la medicina, la ley 9202 establece en su Art 16 que ejerce ilegalmente quien se
atribuye condiciones para curar enfermedades por cualquier medio, aún cuando no sean los habitualmente
empleados por la ciencia.
El aspecto profesional y gremial. La medicina es algo más que el arte de curar, para aplicarse este arte, se necesita
una capacitación brindada por la facultad de medicina, que otorga el título universitario que debe estar registrado
en el MSP.
El aspecto técnico. El psiquiatra no puede dejar de ser psicólogo, es más, debe serlo. El técnico psicólogo no
médico, tiene que tener vedado el arte de curar. Es un técnico indiscutible, necesario, en la manualidad de
determinados métodos de investigación y de diagnóstico, pero no puede desbordar esa aptitud de pesquisa.
Puede trabajar con el psiquiatra, pero a su servicio y bajo sus órdenes; los asesorará pero no resolverá por sí, sino
que solo aportará elementos a tener en cuenta para el diagnóstico y tratamiento. Entonces, además de su función
auxiliar, posee una función de guía, consejero u orientador.
El psicoanálisis en su aplicación terapéutica. El psicoanálisis trata las funciones inconscientes de la mente y la
personalidad. Se aplica con propiedad para designar las observaciones empíricas de aquellos factores
determinantes de la personalidad y de la conducta humana que no son accesibles, a la investigación de los
pensamientos y motivaciones racionales, tratar los trastornos de la personalidad y síntomas neuróticos, para
enunciar las aplicaciones del conocimiento del hombre. El psicoanálisis desborda el campo de la medicina: es un
sistema teórico de la psicología abstraído del conocimiento de la personalidad y de la conducta del hombre en
todas las menaras de su actividad, en el aspecto individual y colectivo, a lo largo del tiempo y todos los ámbitos.
Pero también es una técnica para buscar trastornos y síntomas. La cura psicoanalítica es un tratamiento médico y
su aplicación debe estar subordinada a un examen clínico practicado por un medico competente, el estudio
profundizado de los casos individuales es el propio de los métodos clínicos, y el psicoanálisis puede considerarse
como ultraclínico, toda terapia psicoanalítica reposa en la relación del terapeuta con el paciente; un psicoanálisis
es pues una psicoterapia.
La terapia analítica por no médicos. Freud sostiene que no puede ejercer el análisis nadie que no haya
conquistado, por medio de una determinada preparación, el derecho a una tal actividad. Cuando la armonía entre
lo académico y lo analítico se cristalice, el analista profano desparecerá por gravitación natural. Los requisitos de
formación analítica que rigen en el instituto de psicoanálisis de Bs. As se ajustan en términos generales a los de
Berlín (Uruguay lo toma de Argentina), son los siguientes: título de médico para los analistas adultos y titulo
pedagógico para los candidatos a analistas de niños, concurrencia a un servicio de psiquiatría bajo vigilancia
directa de un analista didáctico que dirige la enseñanza de psiquiatría psicoanalítica.
La conducta seguida o aconsejada ante los terapeutas legos. La intromisión de lo profano en la terapéutica ha
movido una importante declaración en el congreso latinoamericano de Salud Mental (1954), por la que se
considera infractores legales a los que no siendo diplomados realicen entre otras, psicoterapia analítica, por
entender que ésta corresponde al ejercicio de de la medicina. El psicoanalista además de médico, debe ser
psiquiatra.
Conclusiones
• El curanderismo y las intromisiones de psicoterapeutas y psicoanalistas legos caen en el ámbito penal. • El arte de
curar los trastornos mentales está limitado y el privativo de los médicos psiquiatras. • La formación de técnicos
auxiliares e investigadores puede pertenecer a otros institutos que no sean la Facultad de Medicina • La formación
de médicos psicológicos y psicoanalistas debe ser competencia de la Facultad de Medicina. • Si la escasez de
médicos psicólogos y médicos psicoanalistas responde a insuficiencias o defectos de los planes de estudio de la
facultad de medicina, es necesario proveer a ésta de lo necesario para que las correspondientes enseñanzas sean
proporcionadas.

El problema del intrusismo en Psiquiatría en el Uruguay MÓDULO 9


por el Dr. José María Reyes Terra

Es necesario recalcar que estas sesiones tienen para nosotros, médicos psiquiatras, un interés común previas las
discrepancias de criterio en la apreciación de los hechos, que hayan de llevarnos luego, felizmente a la obtención
de un fin único, útil y justo.

Nadie viene a atacar ciega ni apasionadamente, ni es el tema de discusión las doctrinas ni los sistemas, nadie
puede venir, tampoco, a defender intereses personales ni de grupo, en pugna con el interés común, superior, de
una colectividad médico-profesional. El yo y el tú tienen que desaparecer de la escena ante el nosotros.
Intrusismo y profesiones liberales

El intrusismo es un hecho frecuente en las profesiones liberales, debido a incentivos de orden múltiple. el
económico entre otros; se encuentra, sin embargo, en algunas de ellas, con limitaciones y trabas poco menos que
insalvables, como en Derecho, donde el intruso se enfrentaría directa y riesgosamente con los institutos y
representantes de la Ley, que, sorprendiéndolo, pueden promover su castigo. En cambio, la perentoria necesidad
de la salud quebrantada, el inevitable plano de la intimidad en que se desarrolla en gran parte el proceso de su
reparación y las mayores posibilidades de impunidad en que puede desplegarse la actividad curativa cuando es
furtiva. han hecho que el intrusismo en la profesión médica sea algo mucho más difundido y por lo mismo, más
peligroso.
La clandestinidad vulgar choca con la valla y el correctivo de las acciones policial y penal respectivamente y es
fácilmente evitable, por lo menos momentáneamente, cuando la organización represiva y judicial llega a sus os
más perfectos. pero esas soluciones son más difíciles cuando el intrusismo adquiere formas más refinadas, ya no
clandestinas sino ostensibles. que pueden escudarse aún tras títulos académicos o lo que es más cobijarse bajo
una insuficiente vigilancia oficial, o la tácita que se desprende del nombramiento para un cargo presupuestal.
Intrusismo médico psiquiátrico

El intrusismo médico tiene una distribución desigual entre sus ramas: algunas han quedado aún indemnes de él;
otras le son desde mucho tiempo atrás tradicionalmente preferidas; el curanderismo, burdo o no, es bien conocido
en ginecología y obstetricia, en el tratamiento de fracturas y esguinces. en medicina interna.

Al decir curanderismo, utilizamos el término, no en un sentido peyorativo, sino en la acepción que tiene para el
Art. 17 de la Ley Orgánica de Salud Pública, del 12 de enero de 1934 cuando dice: "El que teniendo un título
legalmente expedido para ejercer la medicina o cualquiera de los ramos anexos del arte de curar. lo utilizare para
cohonestar o encubrir las actividades de un curandero o paro sustraerlo de lo aplicación de esas mismas
sanciones”.

Curandero es, simplemente, quien ejerce el arte de Curar sin estar legalmente habilitado para ello. No todas las
veces. curanderismo y charlatanismo son homologables.

En Psiquiatría es necesario hacer distingos: como en cualquier otra especialidad, su ejercicio ilegal se configura
cuando concurren la tenencia de un local, la prestación continuada de asistencia y la percepción de honorarios;
pero así como hay formas de intrusismo que pueden asimilarse, por su empirismo simplista o por sus
procedimientos mágicos a lo que el vulgo entiende por curanderos, hay otras en que se trata de autodidactas
pseudotécnicos; y finalmente, hay otras en que el intrusismo se desarrolla en un plano trascendente, científico, en
el que lo discutible no es ya el método empleado, sino el alcance que se le pretende dar, y sobre todo. la
capacitación médico-profesional de la persona que lo utiliza y aplica.
Dejaremos de lado las formas rudimentarias y primitivas de intrusismo. de competencia predominantemente
policial; lo que interesa mas en esta ocasión es lo que podría llamarse el intrusismo científico, es decir, el conjunto
de prácticas médicos terapéuticas realizadas por quienes no son médicos. En este grupo están comprendidos los
psicólogos “clínicos” y psicoterapeutas y los psicoanalistas no médicos, profanos o legos en medicina.
El problema tiene diversas vertientes a considerar, una de orden legal; la otra de orden profesional y
gremial y otra, finalmente de orden técnico y científico; pero antes de analizarlas, es necesario puntualizar con
toda precisión que no se trata aquí de desconocer ni discutir la importancia de la Psicología como ciencia. ni de la
Psicología Médica o de la Psicoterapia en sus vinculaciones con la Medicina Mental, como que se está bien lejos de
renegar de Freud y de Su concepción genial; sólo se busca de delimitar las atribuciones de que se pueden sentir
investidos quienes, sin ser médicos y médicos especializados en aquellas disciplinas, las utilizan para tratar
enfermos.
El Aspecto Legal

La preceptiva legal es inexorable. La ignorancia de la ley no implica, como para los códigos morales o religiosos,
impunidad. Si nos atenemos a la letra de la ley, una vez establecida ésta, hay que cumplirla. Su violación es un
delito, y quien la viola, un delincuente.

El ejercicio de las profesiones liberales está en nuestro país, codificado, legislado y reglamentado.

El Código Penal castiga, en su Art. 167, a quienes se cargaren títulos académicos o ejercieren profesiones para cuyo
desempeño se requiere una habilitación especial. Esta habilitación para el ejercicio de las profesiones científicas
está encomendada a la Enseñanza Superior, por ley del 14 de julio de 1885. Como se puede ver, los preceptos
legales son claros en cuanto a que las profesiones científicas serán ejercidas por quienes Sean puestos en las
condiciones debidas por los institutos de enseñanza superior, que naturalmente integran la Universidad.

En lo que se refiere particularmente a la Medicina, la ley 9202 (Ley Orgánica de Salud Pública, de julio 12 de 1934),
establece en su Art. 13, que la profesión de médico-cirujano no podrá ejercerse por quien, previamente no
inscriba el título que lo habilite para ello, en las oficinas del Ministerio de Salud Pública. En su Art, 15 agrega que
ejercer ilegalmente la medicina, el que, sin título regularmente expedido o revalidado por la ley se dedique al
tratamiento de enfermedades, ejerciendo actos reservados a quienes el Estado habilita para tal fin. En Su Art. 16
establece que también ejerce ilegalmente quien se atribuye condiciones para curar enfermedades por cualquier
medio, aun cuando no sean los habitualmente empleados por la ciencia. Ya hemos hecho referencia, a
"curandero" a los contenidos del Art. 17. Por fin, el Art. 18 excluye de lo preceptuado en los otros artículos a los
practicantes de medicina y enfermeros, cuya actuación será reglamentada por la autoridad sanitaria.

A partir de esta ley ha habido dos reglamentaciones de concursos para técnicos de Salud Pública, en la que se
establecen entre éstos, diversas categorías. Ambas reglamentaciones hacen el distingo entre Técnico profesional,
Técnico especializado y Auxiliar especializado.

La reglamentación del 9 de octubre de 1953 dice en su Art. 9 que la Comisión de Salud entre sus cometidos,
"introducirá todas aquellas especialidades o disciplinas que surjan de la evolución de las ciencias médicas o que no
hayan sido previstas en el presente reglamento", etc. En su Art. 25 incluye entre los técnicos especializados junto a
los dietistas, electrofisiológicos y electrotécnicos, a los psicólogos. Entiende por Técnicos especializados a
diferencia de los Técnicos profesionales. que deben ser universitarios titulados, "a quienes tienen preparación
científica adecuada".

En la nueva reglamentación, del 2 de Mayo de 1956, se especifica más claramente qué se entiende por Técnico
especializado: se requiere "acreditar preparación científica adecuada. Se "reconoce como tal, la que resulte de
títulos, diplomas o certificados de estudio expedidos por organismos universitarios o de diplomas o certificados de
estudio expedidos por organismos oficiales nacionales no universitarios, o privados reconocidos por el Ministerio
de Salud Pública. que capaciten para un desempeño técnico” En resumen, capacitación para un desempeño
técnico, testimoniado mediante documento expedido por organismos oficiales, universitarios o no, o privados
reconocidos por el Ministerio de Salud Pública.

El Aspecto Profesional y Gremial

La Medicina es algo mas que el arte de curar, pero es también y por sobre todo, el arte de curar, por lo menos en
su más explicita proyección social, es además, como ciencia, una disciplina investigadora de las causas de los
mecanismos normales y de los mórbidos, una exposición y arquitecturacion de sus expresiones fenoménicas; una
técnica de pesquisa para la captación de estas y una dialéctica de la causalidad sintomática. Y es también una
integración de ramas del saber afines, que complementan sus propósitos

Es médico, quien, como mínimo, tiene esto como adquisición docente siempre que lo complete con un proceso
formativo vivido espacial y temporalmente en un medio que lo penetre de “sustancia de medico” y con un
transcurrir que familiarice su personalidad con los basamentos teóricos y con el material humano sobre el que
dirigirá su saber en forma de aptitud y de intención de éxito.

Para aplicarse al arte de curar, se necesita pues, una capacitación, y ella la da la Facultad de Medicina, que otorga
un título universitario que, ya se dijo, se debe registrar ante el Ministerio de Salud Pública, momento desde el cual,
el médico queda bajo el contralor oficial en el desempeño de su profesión, entra en la competencia profesional y
se ve sometido a diversos atributos impositivos.

¿Con qué se encuentra el médico, lanzado al ejercicio liberal? Con la competencia desleal, no sometida al régimen
tributario alguno, no sólo de idóneos y otras artes menores, sino de dos grupos de innegable jerarquía la
intelectual y cultural, que, en una clandestinidad sólo teórica, se le enfrentan en una injusta desventaja, o por su
origen foráneo y por tanto improcedente. o por eludir el régimen tributario al que el médico, por el hecho de serlo
se ve sometido o por sortear sin esfuerzo toda la preparación larga y penosa que debe cumplir para saber curar
pese a lo cual también pretenden curar. Dichos grupos son el de los psicólogos clínicos y psicoterapeutas y el de
los analistas no médicos.
El aspecto técnico

En nuestro país, la enseñanza superior de la Psicología se imparte en la Facultad de Humanidades, cuya ley de
creación estableció como propósito, la formación, no de profesionales sino de investigadores, nunca de terapeutas
que por antonomasia deben egresar además de por ley de la Facultad de Medicina.

Dicha ley, del 5 de octubre de 1945, establece en su Art. 2, que dicha Facultad tendrá como finalidad esencial la
enseñanza superior en Filosofía, Letras, Historia y Ciencias; en el inciso A de ese artículo expresa que fomentará la
especialización e investigación superiores; en el inciso C, que instituirá cursillos de especialización que abarquen
cuestiones científicas, etc.; en el inciso D que organizará investigaciones de seminario sobre asuntos que atañen a
la cultura superior. En el art. 6 dice que el plan de estudios sólo comprenderá estudios desinteresados y la
enseñanza que se imparte en las Escuelas y Facultades profesionales.

El psiquiatra no puede dejar de ser psicólogo. es más. debe serlo. Como perito de la patología mental no puede
dejar tener presente la contrapartida que significa la normalidad psíquica actuante, a partir de la cual va a edificar
sus conceptos de morbidez, es decir, de alteración de aquélla.

El técnico psicólogo no médico, tiene que tener vedado el arte de curar, primero por la ley, pero, sobre todo, por la
distinta orientación de su formación técnica. Será un idóneo en determinados aspectos del funcionamiento
mental, es un técnico insustituible, necesario, en la manualidad de determinados métodos de investigación y de
diagnóstico, pero no puede desbordar esa aptitud de pesquisa, con su sola formación 'extra-médica, para encarar
los problemas de la salud y la enfermedad, con una jerarquía, y sobre todo con una libertad que no le
corresponden.

Puede trabajar con el psiquiatra, pero a su servicio y bajo sus órdenes; los asesorará pero no resolverá por si, sino
que sólo aportará elementos a tener en cuenta para el-diagnóstico y el tratamiento. - Este es el punto
fundamental de la discusión, el que se refiere a la terapia, pero hay otro que también merece ser discutido: la ley.
se dice, veda al psicólogo no médico, el arte de curar, no el de orientar, guiar o aconsejar (4, pág. 56).
Posiblemente se quiere salvar Con esto, para el psicólogo no médico, además de su función auxiliar, no discutida,
otra, más autonómica, la de guía, consejero u orientador. El problema tiene menos interés y la proscripción de
actuar como tal, menos imperiosa. Sin embargo, creemos que el más indicado en términos generales. debe ser el
médico especializado. En efecto, el médico, experto conocedor de la salud por la que lucha y de sus alteraciones a
las que combate, está condiciones mejores que el fisiólogo. ducho de la investigación experimental de los
mecanismos de la salud para indicar o prohibir determinadas actividades físicas cuando éstas pueden mantener o
alterar el estado de salud. En la misma forma supera el médico psicólogo al no médico cuando debe encarar
problemas de orden psicológico: por ejemplo, el de la orientación vocacional. Es difícil que el no médico pueda
indicar aptitudes vocacionales con justeza, pues corre el riesgo de tomar índices captados, como irreductibles y
primarios, desconociéndolos como máscaras y resultantes de mecanismos mórbidos, cuyo diagnóstico. necesario,
está impedido de elaborar, por carencia de formación médica.

El Psicoanálisis en su aplicación terapéutica

El psicoanálisis, dice Hendrick (5, pág. 2 1), es la ciencia creada por Sigmund Freud y por sus discípulos, que trata
las funciones inconscientes de la mente y de la personalidad. El término psicoanálisis se aplica con propiedad en
los siguientes casos: l) Para designar las observaciones empíricas de aquellos factores determinantes de la
personalidad y de la conducta humana que no son accesibles; a la investigación de los pensamientos y las
motivaciones racionales, ya se realice mediante la introspección o por el estudio directo del prójimo.

para calificar la técnica especial de Freud destinada a demostrar ya a estudiar estos fenómenos mentales
inconscientes, así como a tratar los trastornos de la personalidad y los síntomas neuróticos
2. Para significar el sistema teórico de psicología constituido por la abstracción de estas observaciones y por
las conclusiones de ellas inducidas. En un sentido más amplio y menos científico. el término psicoanálisis
puede emplearse correctamente para enunciar las aplicaciones del conocimiento del hombre logrado por
tal estudio a muchos campos afines, como la sociología, la criminología, la economía, el arte y la
literatura, la pedagogía, la antropología, la religión y la ética".

"El psicoanalista, dice a su vez la Asociación Médica Británica (British Medical Journal, suplemento, apéndice 2,
junio 29 de 1 929, págs. 288, parágrafos 27-28) (7, pág. 166) es una persona que usa la técnica de Freud, y todo
aquel que no use esta técnica, cualquiera sea el método que pueda emplear, no debe esta definición, y con el
propósito de evitar confusiones, el término psicoanalista debe reservarse apropiadamente para los miembros de la
Asociación Psicoanalítica Internacional".

Esta, pues, o sus filiales son quienes, previa severa preparación, autorizan a practicar psicoanálisis.

Ateniéndose a estas definiciones, el Psicoanálisis desborda el campo de la Medicina: es un sistema teórico de


psicología abstraído del conocimiento de la personalidad y de la conducta del hombre en todas las maneras de Su
actividad, en el aspecto individual y colectivo, a lo largo del tiempo y todos los ámbitos, luego de la compulsa de
sus actos y de sus factores determinantes ajenos a la conciencia y a la razón. pero también es una técnica para esa
búsqueda y para tratar trastornos y síntomas; en este sentido se expide la Revista del Psicoanálisis Argentina (7),
cuando dice que "el Psicoanálisis nació como una necesidad terapéutica para interpretar y aliviar los trastornos de
un determinado sector de pacientes". aunque "su evolución ulterior le condujo a ampliar el campo de sus
actividades médicas y de su material inicial constituido por los psiconeuróticos “, "extendiéndose en un sentido
para dar una interpretación más profunda de los mecanismos mentales ocurrentes en la Psiquiatría”; y agrega "por
otra parte aspectos insospechados hasta entonces de la Medicina interna pasaron a ser campo fértil para sus
investigaciones. De ahí surgió la actual Medicina Psicosomática"... etc.
Es decir, que el Psicoanálisis no es sólo Medicina, pero también lo es en cuanto es aplicable a sus propósitos,
investigar y curar trastornos como no son Medicina la Química, la Electrónica, la Cibernética, la Radiología, aunque
pasan a serlo en cuanto son utilizadas y aplicadas a ella.

Para mejor ratificar lo antedicho, valgan las afirmaciones de Lagache, transcriptas por Cáceres (2, pág. 38): "La cura
psicoanalítica es un tratamiento médico y su aplicación debe estar subordinada a un examen clínico practicado por
un médico competente", y, "el estudio profundizado de los casos individuales es el propio de los métodos clínicos,
y el psicoanálisis puede considerarse como ultraclínico", para terminar que toda terapia psicoanalítica "reposa en
la relación del terapeuta con el paciente", y, "un psicoanálisis os pues una psicoterapia". En esto, la coincidencia
con el propio Freud es total (6, pág. 83).

En el mismo sentido pugnan los conceptos vertidos por el psicoanalista didacta que actúa en nuestro medio, Prof.
Baranger en el homenaje rendido a Freud, en la Facultad de Medicina de Montevideo, con motivo del Centenario
del nacimiento del genio de Viena.
Refiriéndose al psicoanálisis aplicado, dice Baranger (23. págs. 1 3 y Sig.): "Por eso me parece inadecuada la
expresión psicoanálisis aplicado". No se trata en realidad de "aplicar" el pensamiento analítico en campos donde le
faltan verificaciones directas, sino de pensar contextos distintos con una mente psicoanalítica. No aplicar sino
sintetizar. por eso, prácticamente, es deseable que el analista que investiga fenómenos sociológicos sea al mismo
tiempo. sociólogo, que el que investiga cuestiones de lenguaje sea al mismo tiempo. filólogo, que el que investiga
cuestiones psicosomáticas, sea al mismo tiempo, médico. Ya pasamos la era donde el pensamiento analítico era
cosa tan novedosa que se podía "aplicar" a cualquier campo con la seguridad de descubrir algo interesante.
Tenemos ahora más exigencia hacia nosotros mismos, porque el primer trabajo de exploración ya ha sido realizado
por Freud y sus discípulos inmediatos".
'"No pensamos entonces que, en la actualidad, se puede "aplicar" el pensamiento analítico a cualquier campo de
las ciencias del hombre. prescindiendo de los conocimientos. adquiridos en este campo".
La razonable intención de destacar su originalidad justifica la afirmación de que el Psicoanálisis es una ciencia del
significado y del diálogo (3. pág.43) es decir que se basa en la interpretación verbal de una expresión también
verbal, pero puede acaso negarse que la Medicina en su totalidad y por su mero carácter de ciencia, es otra cosa
que la interpretación verbal de una expresión muchas veces nada más que verbal en busca de un significado?

Naturalmente que, en su estricta vinculación médica, utiliza técnicas especiales que la individualizan, en su
propósito de curar o aliviar, pero eso no descarta que en la formación del analista no deba concurrir, junto con la
preparación analítica. la basal médica, y mejor aún, la médico-psiquiátrica. No deben tomarse ambas situaciones
como opuestas y excluyentes, sino, por el contrario, como concurrentes y complementarias.
La terapia analítica por no médicos

¿La existencia de analistas terapeutas no médicos obedece a una necesidad, o es una situación de hecho aparecida
al azar? ¿Se debe insistir en seguir formando nuevos? ¿Debe admitirse a los ya existentes? ¿Debe impedirse que
en el futuro se formen más? Esa necesidad de que existan obedece a que deben ser expresamente no médicos o a
que siendo los médicos analistas escasos no se da abasto con los pacientes, ¿y en tal caso la preparación de los
profanos exige menos tiempo que la del médico y por tanto ofrece más tiempo de rendimiento?

"No se ha planteado ningún problema en el uso del psicoanálisis con propósitos de investigar por parte de
científicos no médicos", dice Kubie Profesor de Psiquiatría de la Universidad de Yale y Profesor del Instituto
Psicoanalítico de Nueva York (15, pág. 233). En cambio. se pregunta si al hombre común, a no médico, se le puede
permitir tratar gente psicológicamente enferma.

Los primeros analistas procedieron no sólo de entre los enfermos que consultaron por sus males, sino de muchos
campos de actividad cultural, filosófica y humanista, además de psiquiatras.

Había pues, como un impulso hacia la nueva doctrina, o una necesidad de curación o una curiosidad ante una
nueva corriente científica. En ciertos casos, dice Kubie (15, pág. 234), la falta de formación científica general
permitió que hipótesis científicas se desprendieran de especulaciones no controladas y se planteó la duda de que
hubiera compensación entre los riesgos y las ventajas de una situación de tal naturaleza.
una de las condiciones exigibles para ser psicoanalista dice Ey (17, pág 131) es que él debe ser médico y médico
psiquiatra "Esta condición, que el buen sentido exige, no sólo no es requerida por Freud, sino que ha sido
formalmente repudiada por él, lo que ha abierto el círculo psicoanalista a una turba de de io que la clínica
psicopatológica, de tal manera que los problemas que son sometidos a su sagacidad son peligrosamente mutilados
e incomprendidos". etc.

Freud sostiene (6, págs. 66 y sig.) que "no puede ejercer el análisis nadie que no haya conquistado, por medio de
una determinada preparación, el derecho a una tal actividad". En esto no cabe discrepancia; ella surge cuando
agrega que "el que tales personas sean o no médicos, me parece secundario La ventaja de ser médico radicaría en
la capacidad de diagnóstico y de alertar sobre las intercurrencias somáticas (6, pág. 79).
En cambio (6, pág. 66-67) dice que "los médicos no pueden alegar en modo alguno un derecho histórico a la
exclusividad en el ejercicio del análisis, pues hasta hace muy poco tiempo han empleado contra él toda clase de
armas. desde la leve ironía hasta las más graves calumnias", refiriéndose con esto a la amargura que le provocó la
manera como fue recibida en Viena su doctrina por sus colegas, y haciéndolo escéptico en cuanto a posibilidades
de un cambio para el porvenir. aunque ese porvenir, que hoy es un pasado de más de 30 años, ha demostrado lo
contrario.

Referente a la capacitación que recibe, o mejor, recibía el médico de la época, dice que esa educación era casi
opuesta a la que exige la preparación analítica, orientada hacia hechos anatómicos, físicos y químicos, sin
despertársele el interés por las fuentes anímicas de los fenómenos vitales, cuyo estudio no interesa, dice, a la
medicina.
Sin embargo, la orientación moderna de la medicina tiene justamente un carácter unitario, integrativo y un
ejemplo de ello es el criterio psicosomático de enfoque de los problemas médicos, gracias, precisamente a la
importancia y fundamental contribución del psicoanálisis.

La psiquiatría de hoy ha dejado de ser, como la de su tiempo, que, "al ocuparse de las perturbaciones de las
funciones anímicas, lo hacía buscando las condiciones físicas de esas perturbaciones y las trataba como oros
motivos de enfermedad".

Hoy la psiquiatría ha perdido esa orientación organicista, que justificaría su distanciamiento de las corrientes
psicologistas, para buscar de integrarlas a sus métodos y a sus contenidos.

El temor de que el médico, formado en el desinterés de los factores psíquicos de la vida, los considere ajenos a su
ciencia y a su arte, y no les dé importancia ya no tiene vigencia, porque, si no la actividad docente, por lo menos la
intención docente oficial actual, busca de promover ese interés.

La no concreción de esa intención en el terreno pragmático de la pedagogía medica , es el motivo de otro temor
de Freud, basado en el estado actual de las relaciones entre la enseñanza académica y los institutos analíticos.

El que muchos conocimientos que adquiere el médico sobran, "ocupan lugar" para el análisis, pierde sentido. No
interesa "descriptivamente el conocimiento" de los huesos del pie, la composición del hidrógeno, el trayecto de las
fibras nerviosas del cerebro o los descubrimientos sobre microbios, sueros o neoplasmas (6, pág. 87) pero
interesan "formativamente" por su valor cultural, y no por su aplicación práctica al análisis.
Puede esto significar prolongar una preparación, que por lo demás una vez terminada sería de una solidez
ponderable, pero permite en cambio, una plausible selección natural de los más capaces, de quienes podrán llegar
al análisis previa esa formación.

Cuando este ideal de armonía entre lo académico y lo analítico cristalice, el analista profano desaparecerá por
gravitación natural, confirmando el carácter transitorio que le ha atribuido Alexander (13).
Los americanos, a la inversa de los analistas europeos, que juzgan superflua la psiquiatría general para lo
formación del analista, "están convencidos de que una práctica psiquiátrica general, previa a la especialización en
el análisis, procura una comprensión de los problemas diagnósticos y terapéuticos que la práctica analítica no
puede ofrecer por sí sola" (5, pág. 29 y sig.) No es sólo por las intercurrencias somáticas que es preferible el
analista médico; lo es también en el campo de las etiologías, como lo pone en evidencia el problema de las psicosis
sintomáticas.

La Asociación Médica Americana exige (15. pág. 225) la graduación en una escuela médica, el internado médico
general, durante un año como mínimo, una cabal formación psiquiátrica con otro año de internado y una
preparación adecuada en los fundamentos de la neurología. Esto rige desde 1938 (5, pág. 293).

La cuestión del análisis profano va siendo resuelto favorablemente en favor de la exigencia de ser médico, no sólo
en Estados Unidos, donde han intervenido la Asoc. Psiquiátrica N. Americana, y varias comisiones estatales de
graduación médica (5, pág. 293) sino en algunos países europeos como Holanda. Suiza, Bélgica y en nuestro
continente, entre otros en Brasil y Chile.

Es de sumo interés, por razones obvias agregar algo sobre los criterios seguidos por el grupo psicoanalítico
argentino, del cual es filial el uruguayo.

"Los requisitos de formación analítica", dice L. Rosenthal (5. pág. 305), "que rigen en el Instituto de Psicoanálisis de
Buenos Aires se ajustan, en términos generales, a las normas del Inst. Psicológico de Berlín y de la Americana
Psychoanalytic Asociation. filiales. como la Asociación Psicoanalítica Argentina, de la Asociación Psicoanalítica
Internacional.
Transcribimos a continuación textualmente lo que se exige como "A Requisitos de Admisión", en lo que tiene que
Ver con el problema que se discute: " I. Preparación científica; a) Título de médico para los analistas adultos y
título pedagógico para los candidatos a analistas de niños; b) Concurrencia a un servicio de psiquiatría bajo
vigilancia directa de un analista didáctico que dirige la enseñanza de la psiquiatría psicoanalítica”, etc.
La conducta seguida o aconsejada ante los terapeutas legos

Hemos visto que la tendencia actual es a hacer que el terapeuta analista sea médico. Rey lo apoya en parte (3, pág.
45) cuando dice que "la tendencia del psicoanálisis en el mundo y la de la Asoc. Psicoanalítica del Uruguay no es de
facilitar el ingreso a personas carentes de formación universitaria, sino todo lo contrario. Lo deseable en este
sentido seria llegar a un acuerdo con las autoridades universitarias".

Pero lo ratifica categóricamente la Asoc. Psicoanalítica Americana (5, pág. 293). que admite "que profanos de
reconocida capacidad en otras profesiones (asistencia social, pedagogía, antropología, sociología, adquirir la
capacitación psicoanalítica necesaria para la aplicación de esta ciencia en su propio sector de estudio, siempre que
se comprometan a no utilizar tal instrucción para el tratamiento de enfermos".
Esta intromisión del profano en la terapéutica ha motivado una importante declaración del I O Congreso
Latinoamericano de Salud Mental, realizado en San pablo en julio de 1954 donde se aprobó una ponencia por la
que se considera infractores legales a los que no siendo diplomados realicen entre otras, psicoterapia analítica, por
entender que ésta corresponde al ejercicio de la medicina (8). En dicho Congreso, Flaminio Favero. catedrático de
Medicina Legal de San Pablo y presidente de la Sociedad de Medicina Legal y Criminología de la misma ciudad, y
Pinheiro Cinna, psiquiatra del Manicomio Judicial del Estado y Presidente de la sección de psiquiatría de aquella
sociedad, entendieron en el trabajo que presentaron (13), entre otras cosas, que el psicoanalista, además de
médico ha de ser psiquiatra y que el título de médico psicoanalista se dará en un curso de post-graduados, al
especializado en psiquiatría, previa una adecuada preparación sobre la materia. sobre la base de conocimientos
teóricos y prácticos de la materia correspondiente.

Las conclusiones que pueden extraerse de 10 que antecede son las siguientes:
1 ) Con un estricto sentido legal, tanto el curanderismo como las intromisiones de psicoterapeutas y psicoanalistas
legos en el arte de curar, caen en el ámbito penal.

1. El arte de Curar los trastornos mentales está limitado y es privativo de los médicos psiquiatras cualquiera
sea la orientación técnica y doctrinaria que hayan elegido.
2. La formación de técnicos auxiliares y con más razón la de investigadores puros puede pertenecer a Otros
institutos docentes que la Facultad de Medicina.
1. La formación de médicos psicológicos y psicoanalistas debe competir a la Facultad de Medicina, que está
obligada a capacitarse para proporcionar la especialización adecuada.
2. Si bien el psicotécnico no médico puede ser considerado como un auxiliar técnico especializado, y por lo
tanto actuar junto al médico, pero supeditado a su contralor, esto no cabe en lo referente al analista
profano, que carece de formación médica y médico-psiquiátrica, teórica y clínica, lo que le impiden actuar
con la autonomía absoluta que la propia naturaleza del análisis exige. Ambas situaciones no son
equiparables y por tanto admisibles en una misma situación reglamentaria.
3. Los argumentos en favor del analista profano han ido perdiendo su vigor inicial y los hechos que lo han
desvirtuado han determinado a las propias autoridades analíticas de muchos países a declarar la
necesidad de ser médico para hacer análisis terapéutico.
4. Si la escasez de médicos-psicólogos y médicos psicoanalistas responde a insuficiencias o defectos de
planes de la Facultad de Medicina, es necesario proveer a ésta de lo necesario para que las
correspondientes enseñanzas sean proporcionadas (9, pág. I l).
Como corolario de lo dicho, la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay dría proponerse, en este problema, los
siguientes fines:
l) Difundir entre quienes corresponda la actualidad de esta forma de intrusismo médico en defensa de sus
asociados, de los psiquiatras en general y de la Psiquiatría.

1. Provocar el celo de la Universidad para que delimite el cometido de cada una de sus facultades.
2. Provocar idéntico celo de las autoridades sanitarias para vedar el ejercicio del arte de curar a profanos o
legos.
3. Enterar a las entidades gremiales para que colaboren en la lucha contra el ejercicio ilegal y la
competencia desleal en el campo profesional.
4. Promover la habilitación de la Facultad de Medicina para proporcionar a sus graduados la formación que
se requiere para ser Médico Psicólogo y Médico Psicoanalista buscando la contribución de los institutos y
las personas habilitadas y aptas y estableciendo Con ellos los vínculos necesarios (9, l l , 13. 14).

Cuestionamos. Documentos de crítica a la ubicación actual del psicoanálisis.


Langer, M. Módulo 9
Fundamentalmente se trata de un numeroso grupo de psicoanalistas que, sorprendidos en su práctica analítica por
los ecos de los acontecimientos políticos, se interrogan sobre su connivencia responsable con un sistema opresor.
Los artículos son de longitud, contenido y valor muy diferente, pero todos ellos unidos por una búsqueda. Búsqueda
-sin duda alguna- más coherente con la autenticidad que siempre caracterizó a Freud, que con sus tomas expresas
de posición, demasiado condicionadas por su circunstancia concreta.

Freud y Marx han descubrieron por igual, detrás de una realidad aparente, las fuerzas verdades que nos gobiernan:
Freud, el inconsciente; Marx, la lucha de clases.

Prólogo
¿QUIÉNES? Los que cuestionamos aquí somos personas, desde Laura Achard de Demario hasta Fernando Ulloa y los
dos Viñar. Somos 23. Pero con nosotros hay muchos más. Desde luego, incluyo a Enrique Pichon Rivière, el primero
de nosotros que cuestionó las limitaciones autoimpuestas por el psicoanálisis, buscando nuevas aperturas y
sufriendo el destino de los pioneros. Hay otros que comparten nuestro comportamiento, como Diego García Reinoso
o con Emilio Rodrigué. Hay otros, y son muchos, que cuestionan en su práctica, …. Pero no son forzosamente gente
que escribe sus ideas e inquietudes. Además, están los que no son analistas, pero igualmente cuestionan. Entre ellos
Raúl Sciarretta, cuya “lectura” de Freud y Marx nos ha enseñado mucho. y hay otros, un sinnúmero de gente que
pronto empezarán a cuestionar.

¿CUESTIONAMOS QUÉ? ¿El psicoanálisis en sí? ¿La ciencia que tiene por objeto teórico el inconsciente, con todas
sus implicancias? No la cuestionamos. Por el contrario. Somos psicoanalistas y nos importa el psicoanálisis. Hemos
comprobado que sirve para que el hombre se conozca mejor a sí mismo y al otro, para que se mienta menos y sepa
manejar más lúcidamente su destino. Esto último suena a Marx, pero eso no es extraño. Desde ya, hay analogías y
puntos de contacto importantísimos entre psicoanálisis y marxismo. Cuestionamos las omisiones que comete el
pensamiento psicoanalítico corriente. La estructura de nuestra sociedad capitalista entra, a través de la familia, como
cómplice en la causación de las neurosis, y en que se introduce, a través de nuestras pertenencias de clase, en nuestra
práctica clínica, invade nuestro encuadre y distorsiona nuestros criterios de curación. Cuestionamos las omisiones
que se hacen de ciertos conceptos de Freud. ¿Un ejemplo? “una cultura que deja insatisfecho a un número tan
grande de sus participantes y los impulsos a la rebelión, …"
No cuestionamos al Freud científico que nos muestra que la ideología de la clase dominante se trasmite, a través del
superyó, de generación en generación y vuelve lerdo al hombre en su capacidad del hombre. Pero cuestionamos al
Freud ideológico que toma la sociedad como dada y al hombre como fundamentalmente incambiable.
Cuestionamos, además, la institucionalización actual del psicoanálisis y su pacto con la clase dominante.
Cuestionamos una práctica que tenga, consciente o inconsciente, esta finalidad, y que se vuelva elitista.
Cuestionamos la limitación del conocimiento psicoanalítico tanto como los que quieren formar a otros, para os que
lo necesitan como terapia. Cuestionamos el aislamiento de las instituciones psicoanalíticas, sus estructuras verticales
de poder y el liberalismo aparente de su ideología.
¿DESDE CUÁNDO CUESTIONAMOS? Crónica de un proceso... Proceso porteño, Cordobazo. En uruguay inicia con la
muerte del estudiante Líber Arce. Leyendo a Wilhelm Reich descubrí la similitud de los hechos que llevan a los
psicoanalistas a asumirse políticamente: el 16 de julio de 1927 hay huelga en Viena. Gran manifestación. Reich
instrumento su saber psicoanalítico en favor de la lucha de liberación. Movimiento de higiene mental por Reich, no
precisamente para curar a unas cuantas personas o mejorar su salud.
Para Reich la lucha contra el fascismo y en pos del socialismo pasa por la liberación sexual. El padre de la familia
actual, llena de tabúes, el tiránico padre edípico que reprime las manifestaciones eróticas y rebeldes del niño, lo
transforma en un ser sumiso, presa fácil para cualquier dictador. Para cambiar al hombre no basta eliminar su
explotación económica. Hay que cambiar la familia. (¿Y la posesividad de las madres? El tema lo omite Reich. Pero
es urgente tratarlo.) los marxistas denuncian la miseria económica en que viven las masas. ¿Pero quién se dedica a
desenmascarar la miseria sexual del proletariado? ¿Cómo puede gozar el obrero con su compañera exhausta en su
vivienda precaria, en plena promiscuidad? ¿Y cómo podrá gozar ella, expuesta constantemente a la amenaza de un
nuevo embarazo que se transformará en un nuevo hijo, al que no podrán mantener? El estado no provee
anticonceptivos y hasta le niega el derecho al aborto, su derecho de como todo ser humano a disponer de su propio
cuerpo. Masas frustradas sexualmente, se neurotizan, y el neurótico sabe sufrir, pero no sabe luchar. Por es la miseria
sexual conviene a la sociedad capitalista, a la cual la Iglesia provee de argumentos morales para justificar la represión.
No habrá libertad sexual verdadera sin socialismo, ni socialismo verdadero sin libertad sexual. Esclarecimiento del
proletariado, plataforma común para las exigencias sociales y sexuales.
Analista con posición ideológica definida y de izquierda. intentan reivindicar el psicoanálisis para el marxismo.
Los uruguayos explicitan la crónica a través de sus trabajos. Además, no tienen problemas institucionales.
Cuestionamientos dentro y fuera del ámbito institucional, cuando esto se produjo, provocada con cierta inocencia
por ambos lados, resultó explosiva. Lo cual es decepcionante, si tenemos en cuenta que, como analistas, deberíamos
superar disociaciones y aspirar a la integración; pero efectivamente el adentro y el afuera resultaron inintegrables.
Ocurrió as: la mayoría de nosotros miembros APA y formalmente miembros FAP. Inmediatamente antes del
Cordobazo unos cuantos asumieron activamente su papel en FAP. Hubo huelga general. APA casa, FAP organismo
gremial, científico y político, era casi circunstancial. Campo “locus politicus”, donde poder aprender, en un curso
acelerado, lo que nos había faltado durante tanto tiempo. Allí pudimos adquirir, psicoanalistas de alta categoría,
“calle” en un sentido político. APA reacciono mal ante nuestras palabras inocentes -ven, nos faltaba “calle”. Tras la
independización de APA de planteos de Plataforma Argentina, se formó un núcleo de disidentes dentro de APA, llamado
grupo documento. Puso además en duda las reglas de juego vigentes en APA y, por primera vez desde decenio, una
comisión directiva no fue elegida por unanimidad, sino hasta con votos en contra. Y así seguimos. No hay que pasar del
pensar al actuar, como ya es sabido, esto es mal visto analíticamente.
¿POR QUÉ CUESTIONAMOS? Justamente por una necesidad de integración. También por considerar que el análisis,
cuestionado, repensado, abordado marxista y con nuevas aperturas hacía lo social, puede ser un instrumento más útil en
el presente e indispensable en el futuro.

60 AÑOS DE PSICOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA. BARONI. MÓDULO 10


Formación de psicólogos durante la intervención, dar cuenta de dos cosas:
El esfuerzo y la organización de los diversos protagonistas de la psicología por hacer valer concepciones éticas y
políticas acerca de cómo y para qué formar psicólogos. Preocupaciones y movimientos que llevaron a la inclusión y
a la legitimación de la psicología en el país y a la interna de la UDELAR.
Singularidad de dicho proceso en uruguay.
Diferentes etapas
Psic. Preuniversitaria desde principios del SXX hasta 1950
Cursos de psicología dictados dentro y fuera de la universidad por invitados extranjeros y de nuestro medio.
Psic. universitaria de 1950 a 1973
Disciplina autónoma y legítima a partir de su inclusión en la universidad. Surge una psic. Afín a la concepción
latinoamericana donde la enseñanza es acompañada por la extensión y la investigación. En este contexto surge lo
que hoy conocemos como psic. Crítica alternativa.
Psic. En dictadura. De 1973 a 1984
Condicionada por la intervención militar. Clausura de la lic. En psic. De la facultad de Humanidades. La disciplina se
siguió desarrollando en espacios privados (legales, clandestinos, semiclandestinos)que permitieron la formación
bajos las condiciones impuestas por la dictadura (destitución, secuestro, desaparición, tortura, cárcel, exilio).
Psic. Universitaria actual . De 1984 a 2010
Proceso de reinstitucionalización. Creación del IPUR. Reglamentación de la psic. Por medio de la ley
17514. Distintos espacios de formación en psicología dentro de los períodos mencionados 5 espacios de
1950 en adelante:
1950-1973
Curso de técnico en psicología infantil
Licenciatura de psicología en la facultad de Humanidades y Ciencias

Escuela universitaria de psicología 1987-1992


Instituto de psicología de la UDELAR asimilado a facultad (IPUR)
Facultad de psicología
Denominación de espacios de formación (Organizaciones dentro de la Universidad sostenidas):
-en diversas prácticas y dinámicas institucionales
-una estructura
-un plan de estudios
-y uno o más títulos habilitantes
Psicología preuniversitaria desde principios del SXX y hasta 1950
A partir del 30 se comienzan a organizar cursos y exposiciones de docentes invitados o exiliados extranjeros
(Radecki)
Radecki creó el centro de estudios psicológicos de mdeo en 1945 en la órbita de lo privado y posteriormente la
facultad libre de psic.
Psicología universitaria de 1950 a 1973
Dos espacios de formación dentro de la universidad: Curso de técnico en psicología infantil y Licenciatura en
psicología de la facultad de humanidades y ciencias.
Curso de técnico en psicología infantil: En 1948 se crea el laboratorio de la clínica psiquiátrica de la facultad de
medicina. Se normaliza el funcionamiento de la clínica médico psicológica infantil fundada en 1947. A partir de
1950 comienzan a dictarse los cursos de psicología aplicada a la infancia. En 1965, la actividad docente en relación
al curso, se había trasladado al hospital de clínicas, ya estando presente la preocupación por la certificación y
legitimación de la formación.
En 1966 se plantea la solicitud de título universitario en lugar de certificados de estudio, aprobándose en
1967.
El curso de psicología infantil se cierra desde 1973 a 1975
En 1981 nace el curso de técnico en psicología infantil que dura 3 años.
De 1987 a 1992 dicho curso dejó de depender de la ETM para funcionar bajo la órbita de IPUR Licenciatura
en psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias.
El inst. de psic. De la facultad de humanidades y ciencias debería encargarse de la investigación psicológica pura y
de la enseñanza de psicología.
En 1956 comienzan los cursos de licenciatura. El plan de estudios del 56 profundizaba en las direcciones de
filosofía, antropología, epistemología y biología y critica al modelo médico. En 1968 comienzan las prácticas en
centros barriales.
Se diseña un nuevo plan de estudios. El plan 71 tiene una duración de 4 años y una formación predominantemente
teórica y participación en trabajos de investigación y consta de 3 ciclos curriculares: ciclo básico, ciclo de
especialización en 4 áreas (educacional, social, clínica y psicofisiológica) y ciclo de doctorado.
En 1973 con la intervención, se cerró la licenciatura en psic de facultad de humanidades. La mayoría de sus
docentes, fueron destituidos y sus estudiantes perseguidos.
En 1984 luego de la dictadura, docentes, estudiantes y egresados participaron en el diseño del plan de la
estructura de IPUR.
Psicología en dictadura. De 1973 a 1984
La intervención se produjo en octubre de 1973 y hubo un período de casi 2 años en que las autoridades
modificaron planes de estudio, pusieron funcionarios en lugar de los docentes destituidos, limitaron el ingreso, los
cupos, etc. El curso de Psicología aplicada a la infancia, reabrió en 1975.
L escuela universitaria de psicología (EUP)
Resolución por decreto del MEC (Ministerio de Educación) de la EUP.
La propuesta de la EUP no tuvo en cuenta para su diseño nada de lo logrado hasta el momento por la licenciatura
de psic. Esto generó una gran fractura tanto a nivel institucional como a nivel de los psicólogos formados antes de
la intervención. Seguir pensando que la psic. Podía realizar su labor supeditada al servicio médico, tiraba por la
borda todo lo avanzado en la década del 60 (licenciatura).
En la estructura académica de la EUP el escalafón docente más alto era el grado 3 y se proponía que dichos cargos
fueran llevados a cabo por psiquiatras.
Al finalizar la dictadura, hubo un llamado a concurso de todos sus docentes para la creación del IPUR.
Psicología universitaria actual. De 1984 a 2010
3 etapas
1984-1988
En 1984 surge la propuesta de trabajar hacia la concreción de un Centro Único de Formación en Psicología. De
1988 a 1996 se crea el IPUR y de 1996 a la actualidad la Facultad de Psicología.
1998-2010
La facultad de psicología tuvo críticas y halagos. A partir de 2005 comienza a desarrollarse la formación de
postgrado por medio de la implementación de maestrías.

La Facultad de hacer la Reforma Universitaria


1. La facultad de integrar

1) Enseñanza activa que multiplique el acceso, así como se aboque a políticas de permanencia en la institución,
direccionándose hacia modalidades integrales.

2) Desarrollo de la investigación desde una perspectiva integral (formación en investigación en todos los niveles,
consolidación institucional de la investigación, desarrollo de proyectos de investigación).

3) Potenciación de la Extensión en su vínculo inmediato con las otras funciones.


2. La facultad de transformarnos

1) Construcción de nuevos planes de estudio.

2) Construcción de un sistema integral de grado, formación permanente y posgrado.

3) Integración de la extensión y la investigación como componentes centrales de la formación.

4) Establecimiento de coordinaciones con otros servicios universitarios (construcción de tramos comunes y


cruzamientos interdisciplinarios).

5) Construcción de un sistema de evaluación docente.


3. La facultad de comunicarnos

1) Potenciar la Unidad de Informática desarrollando componentes técnicos, tecnológicos y comunicacionales.


2) Comunicación y difusión en coordinación con otros actores sociales.

3) Desarrollo de la página Web y otros medios de comunicación.

4) Construcción de una política editorial y de publicaciones.


4. La facultad de edificar
1) Proyección de transformaciones generales y específicas del edificio.

2) Instauración de un programa de pequeñas obras.

3) Política de mantenimiento edilicio.

4) Política de apropiación y cuidado de los espacios colectivos.

5) Construcción de la unidad de gestión edilicia.


6. La facultad de estar en todo el país

1) Establecimiento de coordinaciones con psicólogos en todo el país.

2) Generación de proyectos integrales con participación de docentes, graduados, estudiantes y funcionarios.

3) Modalidades de cursados que permitan el desarrollo de experiencias singulares en diferentes lugares del país.

4) Coordinaciones con otros servicios universitarios para la generación de proyectos interdisciplinarios acordes a
las demandas locales y regionales.
7. La facultad de gestionar

1) Construcción participativa de políticas de gestión.

2) Mejora de la gestión administrativa.

3) Mejora de la gestión académica.

4) Planificación presupuestal y financiera, mejora de la ejecución presupuestal.

5) Modificación del Diseño Organizacional.


8. La facultad de convivir

1) Adecuación de los espacios de trabajo y estudio.

2) Inversiones que apunten a la mejora de las condiciones de trabajo y estudio.


3) Política de salud ocupacional.
9. La facultad de acercar otros mundos

1) Fortalecimiento de los lazos con otras instituciones a nivel regional.

2) Construcción de vínculos fluidos con psicólogos uruguayos en el exterior.

3) Programa de intercambios académicos.

4) Fortalecimiento de las relaciones con otras universidades del mundo.

La dictadura uruguaya de 1973 a 1985 y la intervención de la Universidad de la


República. Irrazábal, E. MÓDULO 10
Construcción social-histórica de uno de los períodos más complejos de los uruguayos
Punto de partida
Tomaremos como punto de partida desde 1945 (fin de la segunda guerra mundial) en adelante.
El final de la guerra trajo un proceso de futuras penurias para Uruguay. El mundo se presenta en
dos grande bloques E.E.U.U. y la U.R.S.S. La segunda mitad de la década del 40 y los primeros
de los años 50 estuvieron signados por la apropiación y redistribución de las zonas de influencia
de las grandes potencias mundiales. En este marco se comienza la reconstrucción de los países
intervinientes en la conflagración. Para llevar adelante esos proyectos se crean una serie de
instituciones dirigidas a tal fin. Las Naciones Unidas, el FMI, el BID (Algunos de estos
implementan estrategias como el plan Marshall para la construcción de Europa)
Los 60 en el mundo
La revolución sexual, el flower power, los hippies en E.E.U.U., etc., son movimientos sociales de
un período complejo del mundo entero. Las raíces de la conflictividad de este período las
tendremos que buscar en la crisis económica y social de la pos-guerra.
En América Latina y en el llamado 3er mundo las luchas estudiantiles tienen algunas
características similares a Europa o E.E.U.U. y otros que los diferencian bastante.
Estas están entrelazadas en un conflicto social distinto, que es expresión de condiciones de vida
de pobreza, de enfrentamiento de trabajadores, estudiantes y las universidades con los
regímenes establecidos. Revolución de Cuba del 68, Golpe Brasil del 64, Guerra de Vite Na del
67, Golpe de Chile del 73. En lo nacional: conquista de la ley orgánica del 58, intento de golpe del
64, muerte del estudiante Liber Arce en el 68.
Dictadura en la tácita del plata
Fines del 50
Ante el estancamiento productivo se recurrió al financiamiento internacional para la reinserción de
la economía uruguaya (acuerdo “stand by” con el FMI 1959-1960).
En 1958 gana las elecciones el partido Nacional. En 1958 se logra la aprobación de la ley
orgánica de la UDELAR.
Los 60 uruguayos
A fines de los 60 y principios de los 701 se agrava la situación social y económica en Uruguay y
este rechazo se expresa con movimientos sociales, represión policial y surgimiento de grupos
clandestinos como el Escuadrón de la muerte y legales como la JUP (juventud uruguaya de pie).
En el 71 se elige a Bordaberry como presidente.
Entre febrero y junio de 1973 caen las instituciones democráticas y el poder pasó a manos de las
F.F.A.A.
El golpe de Estado y la dictadura
El 14 de febrero de 1973 se firma el acuerdo de “Boisso Lanza” en la base aérea del mismo
nombre, resolviéndose la creación del consejo de seguridad nacional (COSENA) compuesto por
los mandos militares y ratificados por decreto de Bordaberry. Los sectores mayoritarios del
Partido nacional, los minoritarios el colorado y el frente amplio aumentaban su oposición a
Bordaberry. El 27 de junio de 1973, el poder ejecutivo disuelve las cámaras y crea el consejo de
estado.
Eje de la primera resistencia anti golpista: ocupación de lugares de trabajo. En los primeros días
de julio, mueren dos estudiantes.
En filas del partido colorado, Pacheco Areco y su sector se adhieren a las posiciones de
Bordaberry, la lista 15 rechaza el proceso iniciado. En el partido nacional, los sectores de
Aguerrondo acompañaron al dictador. En cambio los movimientos por la patria y de rocha,
rechazan la dictadura y convergen con el frente amplio en coordinaciones de acciones de
resistencia.
El 9 de julio es detenido el Gral. Seregni, permaneciendo (salvo un breve intervalo) preso hasta
1984.
En las elecciones universitarias, triunfó la oposición y murió un estudiante de la fing. Los militares
intervienen la UDELAR, se declaran ilícitos múltiples partidos y se clausuran diarios.
Se aprueba la ley orgánica militar incorporando el programa de la “Doctrina de la seguridad
Nacional”, se designa como ministro de economía a Vegh Villegas y se manifiestan los planes de
reestructuración neoliberal de la economía nacional. Se instalan nuevos procedimientos de
control a través del certificado de la “Fe Democrática”
El año de la orientalidad
Nunca más
Breve descripción y análisis del sistema carcelario militar en dictadura.
En un informe de 1976, Amnesty International estima que 1 de cada 500 ciudadanos uruguayos
estaba detenido por motivos políticos y 1 de cada 50 había estado recluido en prisión por algún
tiempo. Muchos de ellos sufrieron interrogatorios y torturas. Aún en el último año de dictadura
1984, más de 1000 personas continuaban detenidas. Un alto porcentaje ha pasado en la cárcel
por lo menos 11 años. Las edades de los prisioneros van desde los 18-20 años a los 65-70, siendo
significativo el número de hombres y mujeres que pasaron la tercera parte de su vida en la
cárcel.
El vaciamiento del país
Descenso de salarios y previsiones a menos del 50 %, destrucción de 50.000 productores
agropecuarios, cierre de cientos de industrias pymes, aumento descomunal de deuda externa.
Aumentan las exportaciones y el ingreso masivo de capitales extranjeros, crece el PBI pero la
distribución de las riquezas se vuelve cada vez más injusta. Crece la torta y disminuye la tajada
que corresponde a los sectores trabajadores.
Uruguay se vuelve un resumidero del dinero negro del cono sur.
En octubre del 78 se instaura la tablita (cronograma que establecía futura cotización del dólar día
por día, cuyo objetivo era estabilizar el tipo de cambio y los precios internos).
Del 78 al 81 se produce una expansión productiva: aumento de deuda, desarrollo de la
construcción por inversión de capitales argentinos en el este, especulación de capitales
extranjeros por altas tasas de interés.
En 1982 quiebra la tablita y para mantener la estabilidad del sistema se compran carteras de
bancos incobrables, también para acceder a préstamos frescos externos. Más endeudamiento
que se pagará con el esfuerzo de todos. La compra de deuda por parte del BCU (que a su vez
recibía fondos por esa compra por parte del Citi para que la dictadura pudiera paliar la asfixia
económica) generó un endeudamiento de U$S 850 millones.
En el caso de las instituciones que no tenían acceso al préstamo externo, vendían su deuda junto
con la institución a bancos extranjeros por N$ 1, y a esto le sumamos los despidos en masa de
dichas instituciones.
Operativo conserva
En 1978 la dictadura toma medidas en la industria frigorífica para adaptarla al modelo neoliberal.
Se liquida el frigorífico nacional. Paralelamente se privatiza el frigorífico Fray Bentos, este es
entregado a FRECOMAR (relacionado al embajador de Paraguay Gral. Julio César Vadora) quien
no cumple con los pagos y desguaza y vende las instalaciones y la maquinaria.
Luego aparecen inversores árabes que reactivan el frigorífico. Nuevamente trabajadores
desocupados e incluso los dictadores son burlados por la empresa SAUDICO que se dedican a
exportar ovinos en pie y estafar a los estancieros con cheques sin fondos.
Estos cheques los pagó el estado. La industria frigorífica pasa a ser controlada por capitales
internacionales, generándose las condiciones para el operativo conserva 82. Nombre que recibe
el negocio que significó la pérdida de U$S 12 millones y la ganancia de U$S 700 mil para la
sociedad intermediaria.
Descripción de la situación de la Universidad durante la intervención
Comencemos por la función de la enseñanza: la única función que se continuó realizando pero el
descenso de la calidad académica fue muy importante. Exclusión de los docentes de más
trayectoria, aislamiento que padeció la docencia de la producción de conocimiento a través de la
investigación y la extensión, el descenso vertical de los recursos, determinaron el deterioro
universitario. Se suprimieron las materias de contenido crítico social, se modificaron planes y
programas de estudio apartados de las líneas que rigen el campo académico universitario
mundial.
La misma gravedad existía con relación a la investigación: durante la intervención esta actividad
se detuvo casi completamente e incluso en algunos servicios desapareció. La partida
presupuestal dedicada a tal función no superaba el 6% de los recursos universitarios.
La práctica de extensión no existió durante este período, tal cual lo define la ley orgánica
universitaria.
El bienestar universitario se modificó drásticamente, se eliminaron los seguros de salud docente y
no docente, apropiándose la intervención del monto de reserva universitario del seguro de salud,
estimado en 180 millones de pesos en 1973.
LA SALUD MENTAL, LA PSICOLOGÍA Y LOS PSICOLOGOS DURANTE LA DICTADURA (un enfoque
institucional) Enrique Sobrado MÓDULO 10
SALUD MENTAL AGÜERO. MÓDULO 10
¿Qué es la salud mental? Esta pregunta supone otorgarle un estatus ontológico a esta entidad
que en ocasiones se presenta como una condición de equilibrio de salud y bienestar de los
individuos, a veces como un conjunto de saberes y disciplinas abocadas al estudio de dicho
equilibrio y bienestar, y en otras ocasiones, como un campo
de actuación que se ocupa de esos mismos asuntos. De esta ontología múltiple (Mol y Law,
2004), dada por las diferentes versiones que la componen, nos interesará abordar su actuación
como una tecnología de subjetivación de la contemporaneidad, para poder esbozar algunas de
sus características.
Con este propósito, comenzaremos revisando algunas de las condiciones de emergencia de la
salud mental, procurando narrar aspectos de la historia sobre cómo una verdad se instituyó
como tal y permitió que hoy se hable (y algo más que hablar) de salud mental. Nos interesan su
auge y desarrollo para indagar cómo es que se constituye, en la actualidad, en un ámbito de
reflexión e intervención específico, con dinámicas y lógicas particulares, con acontecimientos y
problemas distintivos. Si bien por lo general se la ha considerado como una puesta al día de la
psiquiatría moderna al asociar su campo de acción y preocupaciones principalmente con el
abordaje y tratamiento de los trastornos mentales (Rogers y Pilgrim, 2014), queremos
desarrollar una lectura diferente que piensa la salud mental como un problema nuevo que si
bien se nutre de conocimientos, prácticas y experiencias del poder psiquiátrico y otras formas
alternativas como la antipsiquiatría, introduce una discontinuidad respecto del dispositivo
psiquiátrico y la enfermedad mental, la alienación o la desviación como ejes organizadores
(Foucault, 2005). De esta manera, argumentamos que la salud mental es una composición
original cuyo objeto ya no se centra en la enfermedad, sino en la producción y reproducción de
un ideal de salud ligado a la experiencia cotidiana, que elabora y despliega un tipo particular de
ciudadanía y que sirve como organizador de la subjetividad contemporánea.
Por lo general, la relación entre salud mental y ciudadanía ha sido abordada principalmente
desde la cuestión de los derechos de las personas que participan de los servicios de salud
mental (Amarante, 2016; Rogers y Pilgrim, 1989). En este artículo nos interesa dar un paso más
allá del derecho y mostrar cómo la emergencia de la salud mental es parte inmanente del
proceso de constitución de un proyecto de ciudadanía específico, fenómeno que supera
ampliamente la cuestión jurídico-legal de esa compleja relación (Gibson, Rimmington y
Landwehr-Brown, 2008; Heater, 1996, 2004; Rotblat, 2016; Thompson, 1998). Para ocuparnos
de esto, analizaremos documentos que dan cuenta de los inicios de la salud mental y su
relación con un nuevo proyecto de gobernanza mundial. También, trabajaremos en torno a tres
situaciones actuales aparecidas en medios de comunicación que muestran la vigencia y los
alcances del asunto y, por ende, la necesidad de su problematización.
Para llevar a cabo esta tarea, asumimos como propio el enfoque genealógico inspirado en
Friedrich Nietzsche y formulado por Michel Foucault (1997). La genealogía en lugar de procurar
descubrir el origen de las cosas, pone el acento en comprender y hacer visibles las procedencias
(es decir, aquellas cosas que confluyen en algo para que sea posible) y las emergencias (léase,
los cambios de las reglas de juego de las fuerzas) que posibilitan la aparición de una formación
particular de poder. Incorporando esta perspectiva nos proponemos poner en suspenso la
identidad de la salud mental y hacer visibles algunas tramas que conforman su actualidad y que
la vinculan directamente con una nueva forma de gobernanza mundial surgida en la postguerra.
Brevemente mostraremos cómo el concepto de salud mental es formulado junto con el de
ciudadanía mundial. Lejos de ser una simple coincidencia esta asociación da cuenta del carácter
político del entonces nuevo concepto que, no en vano, viene a sustituir otros como el de la
higiene mental. Para finalizar, presentaremos algunos ejemplos actuales que complejizan los
alcances de la salud mental asociándola con otras esferas de la producción humana.

El Nacimiento de la Salud Mental


Como mencionamos, la salud mental suele presentarse como continuidad del proyecto psiquiátrico
moderno, basándose en la complejización y diversificación del problema de los padecimientos psíquicos
o mentales y en el cambio de enfoque o estrategia para entender y atender dichas situaciones. No
obstante creemos que existe una diferencia de base que distingue una formación de otra: si el problema
de la psiquiatría es qué hacer con la desviación, el problema que concierne a la salud mental es cómo
producir integración, articulación y armonía a partir de las conductas y comportamientos del conjunto
de los individuos. En lugar de basarse en la exclusión-inclusión propia de las sociedades disciplinarias, la
salud mental apunta a la integración del conjunto modulando sus existencias (Deleuze, 2006). De ahí
que sea un enunciado de época la búsqueda y la promoción de la participación de las personas
afectadas y, por consecuencia, se hagan esfuerzos por divulgar la idea de que los problemas de salud
mental afectan a todos y no sólo a unos pocos (ejemplo de esto son las múltiples campañas que se han
realizado para impugnar el estigma que cae sobre personas con diagnósticos psiquiátricos, como Heads
Together en Inglaterra, u Obertament en Cataluña). De ahí también que la salud mental no se reduzca a
las afecciones y malestares psíquicos, sino también al funcionamiento normal en el trabajo, la educación
y la familia. A continuación revisaremos algunos eventos que posibilitaron la emergencia conceptual e
institucional de la salud mental, y dan cuenta del carácter diferenciador respecto de la enfermedad
mental. Estas procedencias contribuyen a pensar una dimensión política de la salud mental que no
atañe a los aspectos participativos con los que se suele pensar la política sino a la función que posee en
la trama política global como descriptor, concepto y dispositivo que circula a lo largo y ancho del planeta
y en la vida cotidiana produciendo modos de ser que se adecuan a las condiciones de producción de la
época.

De la Enfermedad Mental a la Higiene Mental


Uno de los focos que marca esta diferencia o desgarro en relación a la psiquiatría es la emergencia de la
higiene mental. Se trata de un movimiento impulsado desde Estados Unidos y que rápidamente se
expandió a Europa vía el Reino Unido. Repasaremos brevemente algunos hitos para dar cuenta de la
emergencia diferencial y discontinua de la salud mental respecto al orden psiquiátrico. Esto, además,
nos dará pistas sobre cómo desde ciertos espacios y momentos localizados se logra constituir un
entramado cuyo campo de acción se define como global.

El movimiento de higiene mental surge con Clifford W. Beers, un psiquiatra estadounidense que luego
de algunas internaciones psiquiátricas, publica un libro detallando su experiencia como paciente dentro
de ese tipo de instituciones (Babarik, 1979; Beers, 1910, 1917; 1921). A partir de su trabajo y denuncia,
consiguió que se implementaran diversas acciones para modificar la atención de las personas con
diagnóstico psiquiátrico y mejorar las condiciones laborales del personal de salud, creando organismos
dedicados a reflexionar y actuar en torno al problema de la patología mental y su lugar en la sociedad.
En 1919 una de estas entidades, la Comisión Nacional de Higiene Mental de EEUU, exporta algunas de
sus actividades a Europa, comenzando así la internacionalización del movimiento (Allende, 2005/1933;
Bertolote, 2008).

Por su parte en 1913, el gobierno del Reino Unido solicita a la Asociación Central para el Bienestar
Mental que determine la población considerada ‘deficiente mental’ y que, a partir de eso, provea de
ayuda institucional y supervisión a la comunidad. Esta ‘deficiencia’ fue prontamente asociada a
‘ineficiencia social’, vinculándola a otros problemas sociales, ampliando con esto su ámbito de
intervención (Simmons, 1978). El contexto de entreguerras, sumado al inicio de un trabajo colaborativo
de la Asociación Central para el Bienestar Mental junto con otras organizaciones, dan lugar al
afianzamiento del movimiento de higiene mental del Reino Unido. Este movimiento delimita su
preocupación en torno a los problemas psicológicos, entendidos desde aquí como desajustes mentales
producidos por el fracaso en el individuo para adaptarse a su comunidad (Toms, 2012). En términos
generales, la higiene mental en Reino Unido buscó prevenir, detectar y tratar los trastornos mentales en
la población, considerando la influencia de la sociedad en la manifestación de éstos, y la función de las
relaciones humanas en el desarrollo de ciudadanos mentalmente ajustados o desajustados. A partir del
cambio de enfoque, donde lo social adquiere relevancia, se elaboraron nuevas explicaciones para los
trastornos llamados mentales y los problemas que se derivan de ellos, haciendo necesario y
promoviendo un diálogo entre la psiquiatría y las ciencias sociales. Esto produjo un nuevo objeto de
intervención donde ya no se trataba simplemente de la locura o el padecimiento mental, sino más bien
de la relación entre el individuo y la sociedad, y cómo las interacciones constitutivas de este vínculo
podían favorecer o prevenir dichas manifestaciones (Crossley, 1998).

No podemos dejar de mencionar como un acontecimiento relevante para esta reconfiguración el Plan
Beveridge que, en 1942 y en plena II Guerra Mundial, surge en el Reino Unido como primera
planificación de seguridad social y que servirá luego, de modelo para una nueva forma de relación entre
el Estado y la salud de su población. Con esta reconfiguración, emerge una nueva función estatal. De
esta manera “(...) una sociedad asume la tarea explícita de garantizar a sus miembros no sólo la vida,
sino la vida en buen estado de salud” (Foucault, 1976a, p. 152), consagrando de este modo el derecho a
la salud (Rodríguez, 2009). Años después, más precisamente en 1946, la recién fundada Organización
Mundial de la Salud (OMS) propone entender a la salud como “un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente (como) la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2018),
conceptualización que aparece como un antecedente significativo para la posterior conformación de la
salud mental como nuevo ámbito técnico y conceptual. La idea de bienestar, la inclusión de la dimensión
mental y la explicitación de lo social, junto con una consideración de la salud más compleja que sólo la
ausencia de enfermedad, formalizan una ecuación donde los individuos son interpelados acerca de la
necesidad de elaborar un juicio de su experiencia a través de estas claves, y donde la salud adquiere,
para las sociedades occidentales, un valor cada vez mayor (Greco, 2004).

De la Higiene Mental a la Salud Mental


En 1948 se celebrará en Londres el I Congreso Internacional en Salud Mental que, impulsado por el
movimiento de higiene mental (Toms, 2012) y teniendo como punto de partida la intención de disminuir
el daño y sufrimiento que las guerras anteriores causaron a la población, propone trabajar en un
concepto que traduzca y articule, de manera consensuada, los conocimientos de múltiples disciplinas
sobre el desarrollo de los individuos y las sociedades, y que permita, a partir de allí, establecer acciones
y ámbitos de aplicación para promover el bienestar humano (International Congress on Mental Health,
1948b).

El Congreso se dividió en tres ejes: psiquiatría infantil, psicoterapia médica e higiene mental, siendo esta
última la que tuvo mayor cantidad de conferencias dentro del programa, lo que da cuenta del énfasis y
la impronta del encuentro. Entre sus ponencias destacan: “Problemas de la ciudadanía mundial y buenas
relaciones grupales”, “El individuo y la sociedad”, “Salud mental en la industria y en las relaciones
industriales” y “Planificando para la Salud Mental: organización, entrenamiento, propaganda”
(International Congress on Mental Health, 1948a). Aquí advertimos, por momentos, la indiferenciación
pero sobre todo el reemplazo gradual del término de higiene por el de salud mental, reemplazo que
agudiza aún más la distancia con lo patológico y que ilumina la relación individuosociedad como su
objeto actual de preocupación. Si bien la higiene mental ya contemplaba desde sus inicios la dimensión
social, mediante el impulso de prácticas de prevención que intervienen los medios de los sujetos, en su
interior subsiste la idea que se higieniza algo que es potencialmente nocivo para el organismo. La idea
de salud integra la idea de equilibrio y supone una graduación en el estado integral de una persona que
se conecta directamente con las condiciones de su existencia, condiciones que se consideran no sólo
sociales sino también universales en tanto propias de lo humano, como veremos más adelante.

En los meses previos al congreso, una comisión de profesionales de disciplinas, experiencias y países
diferentes se encargó de elaborar un documento con denominadores comunes y principios básicos para
una delimitación de la salud mental como nuevo concepto y campo, texto que sirvió también de
material de trabajo para el futuro encuentro. Qué es salud mental, qué constituye una buena sociedad,
y qué es la ciudadanía mundial fueron las preguntas que se propusieron para guiar el proceso de
producción de dicho documento, y a partir de las cuales se llegó a ciertas conclusiones a partir de las
cuales se determinó que la comunión de conocimientos de diversas disciplinas permitía sostener algunas
‘verdades’ sobre el comportamiento humano:

Los estudios del desarrollo humano indican la modificabilidad de la conducta humana a través de
la vida (...) mediante contactos humanos. El examen de las instituciones sociales (...) muestra que
éstas además pueden ser modificadas. Estas posibilidades reconocidas recientemente proveen las
bases para la mejora de las relaciones humanas, para la liberación de las potencialidades
humanas constructivas y para modificar las instituciones sociales para el bien común.
(International Congress on Mental Health, 1948b, p. 7; traducción propia)

De esta manera, se establece una ‘naturaleza’ social y maleable, que permitiría intervenir y así cambiar
el curso de ciertas circunstancias según se planifiquen determinados fines para el ser humano.

Las exploraciones sistemáticas de la mente humana tanto sana como enferma, (...) han develado
las inmensas posibilidades que existen para realizar esfuerzos constructivos dentro de las
sociedades humanas, así como la buena voluntad latente en los individuos. (International
Congress on Mental Health, 1948b, p. 11, traducción propia)

La salud mental va apareciendo entonces como un modo de infundir un espíritu científico a los
movimientos de reforma y reconstrucción de posguerra, funcional en la medida que permitirá dar
inteligibilidad a lo que en ese momento histórico se consideraban influencias en el comportamiento
humano, para realizar a partir de ahí una serie de cambios:

El problema de la salud mental es el de reeducar a la gente en todas las áreas de las relaciones
interpersonales de tal manera que les dé una idea de su propio comportamiento y el de otros.
(International Congress on Mental Health, 1948b, p. 33, traducción propia)

El otro elemento fundamental que se propuso y queda sellado en el título escogido para el documento
que precede el congreso, Mental Health and World Citizenship, es la relación de dependencia y
coproducción entre esos conceptos, cuyo propósito explícito es promover un nuevo orden a través de
este proyecto de ciudadanía mundial.

Los principios de la salud mental no pueden prosperar en ninguna sociedad a menos que haya una
aceptación progresiva del concepto de ciudadanía mundial. La ciudadanía mundial puede extenderse
ampliamente entre todos los pueblos a través de la aplicación de los principios de la salud mental. El
concepto de ciudadanía mundial implica lealtad a toda la humanidad. (International Congress on
Mental Health, 1948b, p. 8, traducción propia) Agregando:

La búsqueda de la salud mental no puede ser sino una parte de un sistema de valores. En esta
declaración, los valores asociados con la civilización occidental están, quizás, implícitos en mucho
de lo que se dice. De hecho, el mismo esfuerzo para alcanzar un alto grado de salud mental es, en
cierto sentido, una expresión del logro cultural de Occidente. Pero esto no implica de ninguna
manera que la salud mental, tal como se entiende en los países occidentales, esté
necesariamente en desacuerdo con el sentido que se le da en otros países. Por el contrario,
puede ser que aquí se pueda encontrar una base para la aspiración humana común. (International
Congress on Mental Health, 1948b, p. 11, traducción propia)

La operación propuesta se resume en el reconocimiento de la construcción occidental de la idea de


salud mental como la mejor manera de entender y actuar sobre la naturaleza humana, por encima de
otras formas de comprenderla. En este primer intento de delimitación podemos observar que no se
trata sólo de modificar conductas y determinar acciones para la promoción de ‘mejores’ prácticas
individuales y colectivas; implica también la producción de modos para significar y dar sentido a aquel
naciente orden mundial que se buscó instituir, y así elaborar y sostener una nueva semiótica de la
experiencia. En esta línea, Suzan Ilcan y Rob Aitken (2012) sostienen que la noción de orden mundial
originada a partir de la posguerra puede ser pensada como una “mitología política” que ensambla y
estimula diversas prácticas y conocimientos expertos, políticas delimitadas y específicas, así como
procedimientos sobre la población que involucran y promueven un modo de gobierno liberal. Así
considerando lo revisado, resulta claro cómo la salud mental desde sus primeros esbozos, entronca con
dicho proyecto mítico que plantean los autores mencionados: (...) los científicos sociales y psiquiatras
están comenzando a ver en la idea de una comunidad mundial la última esperanza para el pleno uso de
la ciencia al servicio del hombre (International Congress on Mental Health, 1948b, p. 13, traducción
propia).

Política y ciencia son hibridadas en la noción de ciudadanía mundial. La salud mental, a partir de este
documento que se plantea como declaración de principios para el primer encuentro, emerge como el
resultado del ensamblaje de prácticas sociales y políticas, conocimientos y cálculos, que permiten
instituirla como una estrategia para convertir en objeto de intervención a la población en su totalidad. A
través de esto se instala un proyecto de orden ciudadano que compromete una promesa con tintes
ideales. Desde aquí, ya no se trata sólo del problema de los trastornos mentales, de conductas desviadas
o del padecimiento que algunos exponen sino, principalmente, de un nuevo modo de pensar el gobierno
de la población y la construcción de los individuos donde la racionalidad biopolítica toma su lugar con
toda propiedad y “el problema de la vida empieza a problematizarse en el campo del pensamiento
político, del análisis del poder político” (Foucault, 1976b, , 195).

La Definición de Salud Mental


El primer Congreso Internacional de Salud Mental establece las condiciones para la consolidación del
nuevo ámbito específico, aquel desde el que distintas disciplinas y saberes pensarían el bienestar
humano. Durante su realización, el primer Director General de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) propone la creación de la Federación Mundial de la Salud Mental en relevo del existente Comité
Internacional en Higiene Mental, buscando con esto dar un nuevo enfoque, donde el énfasis ya no
estuviese puesto en la calidad de la atención a pacientes psiquiátricos, sino en la necesidad de proteger
y fortalecer la emergente salud mental, que se vincula, como hemos visto, a una preocupación por la
ciudadanía más allá de lo patológico (WFMH, s.f.).

En la culminación del encuentro, se le plantea a la recién fundada OMS la necesidad urgente de


establecer un comité de expertos del campo de la salud y las relaciones humanas, que aborde los
problemas y desafíos que la salud mental ofrecía a la ciudadanía, insistiendo en el carácter global de
dichos problemas. La única conceptualización que se expuso en el Congreso, por parte del Presidente
del Comité del Programa de Conferencias, sintetiza el espíritu cívico que vehicula el problema de la salud
mental: “es una condición que permite el desarrollo físico, intelectual y emocional óptimo de un
individuo, en la medida que ello sea compatible con la de otros individuos” (Bertolote, 2008, p. 114).

Es finalmente en 1950 que la OMS entrega su primera definición, estableciendo qué entenderá por salud
mental:

... una condición, sometida a fluctuaciones (por) factores biológicos y sociales, que permite al
individuo alcanzar una síntesis satisfactoria de sus propios instintos, potencialmente conflictivos;
formar y mantener relaciones armónicas (...) y participar en cambios constructivos en su entorno
social y físico. (World Health Organization, 1951)

Esta conceptualización se ha matizado y hoy se usa, por lo general, la noción de salud mental para
referirse a las actividades y estrategias vinculadas al componente de bienestar mental comprendido en
la definición de salud de la OMS, y también para precisar el estado de bienestar que se espera tenga un
individuo. Como hemos visto, la salud mental se constituye en uno de los pilares de la conceptualización
de salud producida y mantenida por la OMS desde 1946 que, como dice Pablo E. Rodríguez (2009)
“expande tanto la noción de bienestar que es posible creer que éste no se alcanzará nunca” (p. 87).

Nuestro recorrido por ciertos hitos históricos y apuntalamientos conceptuales, lejos de pretender ser
completo y mostrarse como acabado, permite dar cuenta de la coyuntura en la que se erigió la salud
mental como una composición específica y original. La salud mental fundó un ámbito inédito de
reflexión e intervención que posibilitó profundizar en la medicalización de la vida diaria, común y
corriente, operacionalizada a través de nuevos códigos que transformaron los modos en que los seres
humanos juzgamos nuestra experiencia, nos pensamos y nos producimos como tales. Lo que queremos
resaltar es la manera en que esta nueva formación asoma como un modo de subjetivación de alcance
global que transporta en su efectuación una idea de ser humano muy específica. Tomamos la noción
modo de subjetivación de la lectura que realiza Gilles Deleuze sobre la obra de Michel Foucault (Deleuze,
2013, 2014), esta noción nos permite dar cuenta de aquellas disposiciones que, mediante la movilización
de singularidades diversas (flujos colectivos, semióticos y materiales), producen una forma particular de
ser sujeto siempre en relación a otros.

Actualizando la Salud Mental: Una Tecnología de Subjetivación para la Ciudadanía


Mundial
A continuación, y a partir de algunos ejemplos extraídos de la prensa digital, describiremos una serie de
interacciones vinculadas con la conformación de sí, que toman como centro de producción asuntos de
salud mental, en un contexto de cambio de época. Trabajaremos en este apartado, de manera breve y
concisa, tres situaciones que muestran la actualidad de la salud mental en tanto tecnología de
subjetivación que persigue la constitución de una ciudadanía mundial. Las tres comparten que sus
acciones superan ampliamente el ámbito sanitario y que tienden a globalizar criterios que definen qué
es salud mental.

La Salud Mental como una Cuestión de Economía Global


En abril del 2016, el Banco Mundial (BM) y la OMS se reunieron para discutir sobre salud mental luego
que Naciones Unidas la incluyera, por primera vez, como una de sus metas para el desarrollo sostenible
del período 2016-2030 (ONU, s.f.). El encuentro instaló la salud mental dentro del programa mundial de
desarrollo, ya no sólo como un asunto de salud pública, sino como expuso el presidente del BM, Jim
Yong Kim, como un problema de desarrollo implicado en las economías nacionales y global (World
Health Organization, 2016). El nombre de la actividad fue Out of the Shadows: Making Mental Health a
Global Priority.

En la página web del BM encontramos una entrada que habla directamente sobre este asunto. Allí se
definen los objetivos y alcances del encuentro:

El evento tiene como objetivo comprometer e involucrar a los ministros de finanzas, las organizaciones
multilaterales y bilaterales, la comunidad empresarial, los innovadores tecnológicos y la sociedad civil en
la realización de inversiones urgentes y necesarias en salud mental y apoyo psicosocial así como
participar de los retornos esperados en materia de salud, beneficios sociales y económicos (World Bank,
2018).

El argumento inicial plantea que los problemas de salud mental tienen profundas consecuencias
económicas, las cuales se agravan debido a las bajas inversión y cobertura sanitaria; por ejemplo,
indican que en 2010 la depresión produjo pérdidas de aproximadamente 800.000 millones de dólares en
la economía global, anticipando que, para el 2030, esta cifra se duplicaría. Frente a esta situación, el
texto expone la incapacidad de los gobiernos locales de asumir estos problemas, proponiendo el pasaje
de una estrategia exclusivamente institucional a una intersectorial que busca llevar a la salud mental de
la periferia al centro de la salud global. Al respecto sostiene que “(...) correctamente implementadas,
estas intervenciones representan ‘mejores adquisiciones’ para cualquier sociedad, con retornos
significativos en términos de salud y ganancias económicas” (World Bank, 2016, traducción propia). En la
web podemos ver un video donde, a modo de propaganda, se plantea una serie de metas necesarias
para enfrentar el problema: voluntad política y liderazgo, integración de la salud mental dentro del
sistema de salud, aumento de las inversiones de los gobiernos nacionales y búsqueda de socios
internacionales para el desarrollo. Este ejemplo da cuenta de cómo la salud mental opera como una
dimensión de gobierno intrínsecamente ligada a un modo de economía global. En tanto que dimensión,
puede ser causa de pérdidas como de ganancias económicas, si se la entiende del modo correcto, es
posible obtener un equilibrio en la gobernanza planetaria y en la felicidad de los individuos.

Fitbit del Alma: La Salud Mental como Mediación y Externalización de la Conducta Moral
Recientemente, el centro Cambridge Cognition presentó un dispositivo portátil diseñado para
monitorear el estado de salud mental de las personas, definido por la prensa internacional como un
“fitbit del alma”. El aparato lee patrones de signos vitales y, a través de éstos, realiza el seguimiento de
estados de ánimo, memoria e incluso felicidad del usuario. Entre las utilidades que se le augura está su
eventual aplicación para prevenir bajas laborales por depresión, mediante el control permanente del
estado psicológico de los trabajadores y las trabajadoras, o el monitoreo de tratamientos psiquiátricos
(Ward, 2016). El artefacto, que según un reporte de prensa (Hunter, 2016) tendría la forma de un reloj,
podría mandar un e-mail al usuario para levantarle el ánimo en caso de detectar mal humor o comunicar
a los gerentes fallas en la memoria de los trabajadores y las trabajadoras para sugerir posteriores
chequeos de demencia. Este dispositivo podrá ser adquirido en el mercado dado que es una tecnología
pensada tanto para la autorregulación como para la gestión de grupos tales como empleados de una
empresa o consumidores de un medicamento, entre otros. De esta forma, el monitor articula la doble
dimensión del gobierno: el gobierno de sí y el gobierno de otros, todo esto posibilitado por una
tecnología en la que se delega una forma particular de entender la salud mental.

El Resfriado del Alma: La Traducción Tecno-Cultural de la Salud


Mental
En 1999 una compañía farmacéutica introdujo el primer inhibidor selectivo de la recaptación de
serotonina en el mercado nipón, medicamento comúnmente usado como antidepresivo en diferentes
cuadros de variable intensidad. Hasta ese momento, en Japón, la palabra depresión —utsubyou— se
reservaba para designar trastornos graves en circuitos psiquiátricos por lo que se necesitó de una fuerte
campaña de marketing para ampliar esta etiqueta e incluir las nociones de depresión leve y moderada
para las que estaba destinado aquel medicamento. Así, acuñaron un nuevo concepto, ‘kokoro no kaze’,
que literalmente significa “resfriado del alma” (Ihara, 2012). De esta manera, a partir de la necesidad de
introducir un nuevo fármaco, se reconfiguró un modo de enfrentar la experiencia de tristeza o
melancolía en el Japón contemporáneo.

Kokoro no kaze no es sólo una enfermedad mental como sí lo es utsubyou; es algo que podría pasarle a
cualquiera y que se puede tratar con medicamentos, como afirma una nota de la BBC (Harding, 2016).
Este “resfriado del alma” aparece como una zona intermedia entre las afecciones del organismo y las de
la mente. Es precisamente esa nueva zona la que posibilita que se disparen las ventas del medicamento,
comercializado como antidepresivo, produciendo con ello nuevas personas con depresión. Esta situación
da cuenta además de los problemas y tensiones de un concepto universal como el de salud mental y los
efectos locales de su implementación.

Economía, Intersectorialidad y Gestión Global:

Componiendo la Salud Mental


Estas tres noticias poseen cosas en común. Una de ellas es que las acciones que proponen no se dirigen
directamente a individuos sino a grupos de personas que van desde poblaciones, pasando por
trabajadores, hasta nuevos consumidores. Este carácter biopolítico es un signo particular de la salud
mental que lo diferencia del campo de actuación disciplinar de la psiquiatría. Además, la población a la
que se dirige tiene la particularidad de no estar formada de antemano, por el contrario es producida
performativamente por las acciones que se emprenden (como se ve claramente en el grupo de los
depresivos en Japón).

En los tres ejemplos subsiste una racionalidad de orden económico que no sólo lo vemos en el interés
del Banco Mundial, sino también en la necesidad de la industria farmacéutica de ampliar el rango de
consumidores hasta la oportunidad para ciertos empresarios locales de adquirir un dispositivo de
monitoreo del desempeño emocional y productivo de sus trabajadores. Estos ejemplos no hacen más
que enfatizar el régimen de productividad en el que se inscribe la salud mental; la buena adaptación del
ciudadano, su equilibrio, expresado en el concepto de ciudadanía mundial, incluye una adaptación que
le permite ajustarse a las necesidades de producción capitalista.

Desde esta perspectiva, la salud mental no es algo negativo sino algo que hay que promover mediante el
uso de ciertas estrategias (políticas coordinadas, pastillas, fitbit). Así, la salud mental se presenta como
una cuestión positiva en el doble sentido del término; por un lado, porque su existencia y sus
consecuencias se exhiben como datos reales, y por otro lado, porque su connotación desde el sentido
común la revela como algo beneficioso y deseable. La salud mental aparece como la meta que todos
debemos buscar. De esta manera, aparece como una propiedad de todos, que a todos atañe y debe
preocupar.

Otro elemento que nos interesa destacar es la idea de gestión. La salud mental es algo que debe
ser gestionado por actores colectivos e individuales en simultáneo. Ya sea por empresas, gobiernos o
agencias, la dimensión colectiva de la gestión aparece como un elemento inmanente de la
constitución de este campo. Pero esta dimensión sólo cobra sentido si es acompañada por una gestión
individual.
Todo lo anterior adquiere valor si esos esfuerzos se encaminan para posibilitar que los individuos
se comprometan a gestionar su propia salud mental ya sea deviniendo consumidores de
antidepresivos,
utilizando el dispositivo en su cuerpo o apostando por aquellos gobiernos que invierten en salud mental.

Finalmente, ilustran cómo a menos de un siglo de su aparición en la agenda pública, la salud mental ha
conseguido ubicarse con propiedad dentro de la institucionalidad sanitaria proyectada por la OMS
(OMS, 2001, 2013), desbordando al mismo tiempo dicho espacio de salud, para filtrarse en
innumerables ámbitos de nuestra vida cotidiana. Los ejemplos muestran que la salud mental es una
entidad intersectorial que precisa de la movilización de múltiples actores económicos, políticos,
institucionales, tecnológicos, entre otros.

A pesar de que los ejemplos remiten a formas de estar en el mundo estandarizadas (debido en parte a
que se apunta a la regularidad de las poblaciones), la novedad sin embargo no es la existencia de unas
formas estandarizadas de vida singulares, sino el papel que hoy juega la salud mental en la constitución
de éstas. Desde esta perspectiva, la salud mental se refiere a una serie de estrategias individuales y
colectivas que buscan gestionar diversos aspectos de la vida, y que permiten aproximarse mediante
estos esfuerzos a un ideal que apunta a un estado de bienestar y desempeño óptimos. Para esto, se ha
tomado y convertido la vida cotidiana en objeto de examen. A partir de éste, se han generado saberes
específicos y desarrollado ciertas estrategias de acción, consiguiendo formalizar y estabilizar una
relación entre salud y vida cotidiana que resulta novedosa y potente.

De lo anterior podemos concluir algunos puntos: 1) la salud mental es un fenómeno poblacional que
tiene la particularidad de producir sus grupos de acción; 2) a su vez, emerge como un régimen de
productividad muy específico que logra articular biología con política, y tiempo libre con trabajo,
armonizando las tensiones inmanentes de estas dimensiones; 3) adquiere positividad, en tanto
existencia por sí misma, a través de todo un orden de disposición ontológico que requiere la
movilización de múltiples actores, este movimiento es la condición necesaria para catalogarla como
positiva en tanto valor que debe ser perseguido, ideal que opera en la autorregulación de la conducta y
en la búsqueda de la felicidad general; 4) la salud mental se basa en una gestión constante que supone
un grado de compromiso activo por parte de los actores involucrados en su gestión; 5) supera
ampliamente el campo de la salud y los límites de los estado-nación presentándose como una entidad
intersectorial y global; y 6) se trata de la sanitarización de la vida cotidiana, en un movimiento que
despolitiza el significado del bienestar (y por supuesto el de malestar) ampliando el concepto de la salud
hasta el extremo de situarla como la sustancia ética del sujeto. Si el bienestar había sido un logro en
Europa sostenido en parte por grupos de presión, tales como los sindicatos de trabajadores, y partidos
socialdemócratas, en esta reformulación deviene una cuestión individual que el sujeto ha de perseguir
por sus propios medios invisibilizando el rol del estado y centrándolo en su responsabilidad.

Conclusiones
Con la salud mental el gobierno de sí es traducido como una cuestión de salud, despolitizando el
carácter controvertido de lo que significa gobernarse y gobernar a otros. Esta despolitización supone
tornar la forma gobierno –una forma supeditada en la dirección de las fuerzas y los conflictos– en salud
–una salud individual y colectiva que se disocia del conflicto inmanente de la política y que es
apuntalada por un saber técnico y objetivo. En un contexto donde diversos colectivos y reformas se
encaminan hacia un paradigma de la salud mental ligada a los derechos humanos como forma
alternativa a los efectos y problemas derivados de la psiquiatrización, queremos subrayar esta
composición como parte de un nuevo orden global que emerge en posguerra y que se consolida en la
actualidad. Sabemos que muchas luchas abrazan la salud mental como horizonte y espacio de
realización, lo que afirmamos es el efecto de diagramación de la salud mental en la conformación de lo
que somos en nuestra contemporaneidad.

Durante el siglo XX, la noción de salud ha extendido sus alcances más allá de la sanación de heridas o la
cura de enfermedades circunscritas en el cuerpo para abarcar otras esferas y ámbitos vinculados con la
producción y la reproducción de la vida. Por su parte, la noción de salud mental emerge como un
proyecto, no sólo sanitario sino también político que se desvincula de la enfermedad mental y del
simple alcance de la psiquiatría, aportando al concepto de salud un componente de integralidad y una
mayor incidencia en la vida cotidiana de las personas. Estas nociones propias de Occidente alcanzan su
auge global a través de la configuración de un nuevo orden mundial que supone el acuerdo tácito de
ciertos valores y principios localizables en la cultura europea y de rápida extensión en gran parte de la
superficie terrestre.

Como hemos visto, la emergencia de la noción de salud mental está ligada a la idea de ciudadanía
mundial. Esta operación implica la formulación de ciertos rasgos universales en la humanidad a pesar de
las diferencias culturales, ideológicas, anatómicas, religiosas, entre otras; a la vez que liga a la especie a
un estado de derecho global que regula esta igualdad inmanente (la Declaración de Derechos Humanos,
contemporánea a la emergencia de la salud mental, posibilita entre otras cosas homologar y armonizar
el sujeto de derecho con la especie biológica). De aquí en más humanidad y ciudadanía, biología y
derecho, serán entidades difíciles de separar, la singularidad de uno mismo será posible dentro de los
parámetros unívocos que definen qué es ser ‘ser humano’.

Conclusiones
• El curanderismo y las intromisiones de psicoterapeutas y psicoanalistas legos caen en el ámbito penal.
• El arte de curar los trastornos mentales está limitado y el privativo de los médicos psiquiatras. • La
formación de técnicos auxiliares e investigadores puede pertenecer a otros institutos que no sean la
Facultad de Medicina • La formación de médicos psicológicos y psicoanalistas debe ser competencia de
la Facultad de Medicina. • Si la escasez de médicos psicólogos y médicos psicoanalistas responde a
insuficiencias o defectos de los planes de estudio de la facultad de medicina, es necesario proveer a ésta
de lo necesario para que las correspondientes enseñanzas sean proporcionadas.
ROL DEL PSICOLOGO MÓDULO 10
Reconocimiento legal del campo profesional del psicólogo. TUANA.
La psicología en nuestro país nace tardíamente si la comparamos con Argentina y Brasil. En efecto, la
psicología científica comienza en Latinoamérica en el año 1898, año en que Horacio Piñero funda el primer
laboratorio de psicología experimental en Buenos Aires.

En Brasil, encontramos la influencia de Radecki, un psicólogo polaco que llega allí en 1923, desarrolla el
estudio de la psicología general y experimental y funda el primer laboratorio del país.

En el nuestro, el primer laboratorio fue creado en 1933, como Laboratorio de Psicopedagogía de los Institutos
Normales, a iniciativa de Sebastián Morey Otero. La psicología nace en nuestro país en el ámbito pedagógico.
Había existido con anterioridad una iniciativa de Vaz Ferreira, pero tuvo corta vida.

En los años 1944-45 se incrementa la actividad del laboratorio con la contratación del Dr. Emilio Mira y López.

Paralelamente, en 1947, la Clínica Médico Psicológica del Hospital Pedro Vizca, empieza a desarrollar sus
actividades; para concretarse en 1948 un curso que se regulariza a partir de 1950 con la denominación de
Cursos de Psicología Aplicados a la Infancia. Son fundados por el Dr. Julio Marcos, quien dedicaba su atención
al “estudio integral psicosomático de los niños enfermos”. Este centro pasa luego a integrar la Escuela de
Colaboradores del Médico y el título a otorgar se denominaba Técnico en Psicología Infantil. Desde 1967 ese
título es universitario.

En la década del ’50 se crea la Licenciatura de Psicología en la Facultad de Humanidades y Ciencias.

En 1972 se pone en marcha el plan 1971 con la diversificación de ciclos: básico que otorgaría el título
académico de Licenciado en psicología y el título universitario de psicólogo; de especialización con la
diversificación en psicología educacional, social, clínica, psicofisiología y la posibilidad de incluir otras, y el
doctorado con prestación de los demás requisitos de los otros doctorados de la facultad.

Se interrumpe la formación en 1973.

En 1975 se crea la Escuela Universitaria de Psicología. El 23 de marzo de 1977 se aprueba el pan de estudios
con un Ciclo básico de cuatro años, uno de Especialización de dos y uno de Doctorado. Inicia su
funcionamiento en 1978.

En marzo de 1977, el Decano de la Facultad de Medicina aprueba el nuevo plan de estudios para el postgrado
en psiquiatría. “La práctica en psicoterapia tendrá lugar en el 2° año del curso de post-grado, debiéndose
cumplir tres fases que podrán ser concomitantes: seminario, práctica psicoterápica y aplicación
psicoterápica.”

Por decreto del Poder Ejecutivo en 1979, se resuelve “habilitar los cursos de psicología que se dictan en el
Instituto de Filosofía, Ciencia y Letras” y se comete a la Universidad de la República la supervisión de los
mismos.

Hasta aquí, la historia de las instituciones de formación de Psicología. Nacidas en el ámbito educacional,
habiendo formado sus primeros psicólogos con la formación básica de maestros, se van diversificando para
abarcar otros sectores, aunque esta diversificación es más teórica que real.

Según Aldo Solari, conviene tener claro que en toda actividad es necesario distinguir tres aspectos:

1. La capacitación científica que la actividad implica;


2. La existencia de un título académico;

3. La existencia de un monopolio legal del ejercicio de la profesión.

La capacitación científica es evidente que la puede adquirir cualquiera y dentro de ella lograr un nivel más o
menos elevado.

El segundo aspecto es la existencia de un título académico. Esta competencia era privativa de la Universidad
de la República quien lo otorgaba de acuerdo a la ley 12.549 y de las ordenanzas universitarias.

En la actualidad, por el decreto del Poder Ejecutivo en 1973, se confiere al Ministerio de Educación y Cultura.
El que tiene el título tiene cierta preeminencia sobre el que no lo posee, sin que esto sea un impedimento
para el último de ejercer su función.

Ahora bien, las instituciones oficiales, las privadas, etc., pueden reglamentar la admisión de sus funcionarios,
docentes, etc., exigiéndoles la posesión del título académico, aunque no existe reconocimiento legal del
mismo.

El tercer punto es la posesión legal del título, o, dicho de otra manera, el monopolio legal del ejercicio de la
profesión, o como dice la Resolución Ministerial que crea la Escuela de Psicología, el ejercicio profesional del
psicólogo.

En 1953, en el XI° Congreso de la Asociación Internacional de Psicotécnica, se discutió el problema en una


jornada de trabajo con la participación de psicólogos y psiquiatras.

En nuestro país la lucha se remonta a 1958, año en que la Sociedad de Psiquiatría produjo y difundió un
documento:

La Sociedad de Psiquiatría del Uruguay en su sesión del 27 de mayo de 1958, previo un estudio detallado del
“intrusismo” en psiquiatría; basado en una serie de informes solicitados y hechos conocer a sus miembros, y
en una discusión a la que dedicó dos sesiones, resolvió por amplia mayoría interesar a las autoridades
pertinentes sobre la necesidad de tomar intervención en el problema de la psicoterapia ejercida por no
médicos, comprendiendo en dicho término no solo las actividades que en ese sentido realizan curanderos
vulgares, idóneos y autodidactas, sino que también y fundamentalmente, los de los llamados psicólogos
clínicos y de los psicoanalistas profanos. En ese sentido, la Sociedad de Psiquiatría en mayoría entiende que la
psicoterapia, cualquiera sea su forma de aplicación, es una actividad estrictamente médica, es decir que debe
ejercerse solo por el médico, el cual para serlo a) debe de graduarse en la Facultad de Medicina, b) inscribir
su título en el Ministerio de Salud Pública, que vigilará en adelante su actuación profesional y c) luego
someterse al régimen tributario vigente.

Sin el cumplimiento de estos requisitos, nadie en el territorio de la República, puede ejercer el arte de curar y
si lo hiciere incurre en “curanderismo”.

Con esto se daría el máximo de garantía a la actividad curativa sin necesidad de salirse de las normales
legales vigentes.

La Sociedad de Psicología del Uruguay asumió la defensa de la profesión y su ejercicio integral en un doble
sentido:

1) Realizando consultas profesionales para la elaboración de un proyecto de protección legal del ejercicio
profesional.

2) Estableciendo los principios en qué basar esa defensa.


El reconocimiento legal de la profesión en el Brasil infundió nuevos ánimos y se iniciaron una serie de
reuniones conjuntos con todos los grupos que trabajaban en psicología a fin de elaborar un proyecto que se
elevó a la Universidad de la República y a las Cámaras en 1967, pero que no tuvo andamiento.

En 1969, Elvira Frank de Ruske y Jorge Poggi hacen un resumen del problema diciendo: “que sería retrógrado
negarle (a la psicología) su independencia como ciencia, por eso se le niega o se limita la praxis”.

El Proyecto de Salud Pública sobre Normas para el Ejercicio de las Profesiones de Psicólogo y de Técnico en
Psicología Infantil, replanteó el problema. Por un lado, determinaba: “Es libre en todo el territorio nacional el
ejercicio de la profesión de Psicólogo” y por otro se delimitaban sus funciones incluyendo el “diagnóstico
psicológico, la orientación y selección profesional y psicopedagógica, dirección de servicios, enseñanza de la
disciplina, supervisión, asesoramiento, realización de pericias y solución de problemas de conducta. La
terapia debe hacerse bajo control del médico especialista habilitado y dentro de los límites de su
autorización.”

En cuanto al Técnico de Psicología Infantil “la obtención y evaluación de tests exclusivamente; y la


recopilación de antecedentes y datos ambientales de los pacientes.”

La Sociedad de Psicología inició nuevamente consultas y se elevó un proyecto en 1973 que nuevamente no
cuajó.

En él se establecía como fundamental:

Art. 1° - “Créase en el país la carrera profesional de psicólogo.”

Art. 5° - “Son funciones privativas del psicólogo la utilización de métodos y técnicas psicológicas con fines de
diagnóstico, orientación y asistencia en los campos comunitarios, institucional, educacional, laboral, familiar
e individual”.

Art. 7° - “La psicoterapia en cuanto a ámbito y técnica cuya aplicación obliga a un enfoque interdisciplinario
de los conceptos de salud y enfermedad, podrá ser realizada por los psicólogos en la medida que su labor
surja del resultado de la interconsulta médico-psicológica”.

Existe también, de la misma época un Proyecto de Normas para el Ejercicio de la Profesión de Psicólogo
presentado por l Instituto de Psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias, que ampliaba los campos
de trabajo.

En el Diario Oficial del 20 de mayo de 1976 aparece el Reglamento de Técnico en Psicología Infantil. Se
adelanta que “las funciones del psicólogo deben quedar limitadas en sus apreciaciones al psicodiagnóstico.”
De esto se desprende:

➢ Que si comparamos esta situación con aquella a que hace referencia la nota de la Sociedad de Psiquiatría
del Uruguay, hay una formación universitaria en Psicología, y para los Técnicos en Psicología Infantil un
registro del título en el Ministerio de Salud Pública.

➢ Como estableció Carrasco: No se plantean problemas ni conflictos en la actividad del psicólogo en los
campos de actividad no clínica;

➢ El problema se centra entonces en la práctica de la psicoterapia por los psicólogos.


Las reglamentaciones de Técnico en Psicología Infantil establecen: Art.

4° - Los Técnicos en Psicología Infantil podrán ejercer su actividad:

a) En Hospitales, Sanatorios, Clínicas o Consultorios públicos o privados;

b) En el domicilio de los enfermos cuando así lo indique expresamente el médico.

Art. 5° - Las Clínicas de Psicología Infantil, para obtener autorización de funcionamiento del Ministerio de
Salud Pública tendrán que acreditar que actúan bajo la dirección de un Médico Especialista en esa disciplina.

La anticipación el Reglamento de la Escuela de Psicología:

“Las funciones del psicólogo deben quedar limitadas al psicodiagnóstico.

“El psicólogo recibido, 4 años del Ciclo Básico, no tienen preparación específica para ejercer psicoterapia, por
ejemplo, aún dentro del equipo multidisciplinario. El Psicólogo especializado y el Doctor en Psicología, podrán
asumir otras responsabilidades para las cuales el psicólogo dentro de este Plan, no está preparado.” Se
destaca:

1) Que la lucha debe concentrarse en la creación del título profesional, o más concretamente de la carrera
profesional.

2) Que es necesario realizar mucho trabajo preparatorio acerca de la definición de los conceptos de salud
y enfermedad, así como los de clínico, psicólogo, psiquiatra, etc.

3) Que resulta conveniente usar, para designar campos de actividad del psicólogo, los términos de ajuste
que se manejan en la reglamentación brasileña u otros semejantes.

4) Que el psicodiagnóstico no es aplicación de tests para el esclarecimiento de un diagnóstico que realiza


otra persona.

5) Que las reglamentaciones que establecen las funciones del médico responden a conceptos de otras
épocas; en la actualidad las fronteras de las ciencias se van esfumando y la delimitación se hace cada vez más
difícil.

6) Que no se debe limitar el campo aduciendo el hecho de que no se está preparado pues nos movemos
en un círculo vicioso: por una parte, no se prepara y por otra no se deja trabajar a fuer de que no se está
preparado. Es evidente que, como dice el anticipo de reglamentación, es necesaria una preparación, pero es
también evidente que las instituciones tienen la obligación de preparar a sus profesionales al máximo nivel.

7) Que no se puede admitir la preparación del psicólogo como un profesional de segundo orden,
subordinado a uno de jerarquía superior. Esta situación denigra a ambos. El psicólogo debe estar preparado
con las máximas garantías para asumir la responsabilidad plena de su labor y asumir el papel que el
momento reclama de él.

LA RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA 1985-2005. Greising,... MÓDULO 11


Capítulo 1. Primera Presidencia de Julio María Sanguinetti, 1985-1990

1. Las elecciones de 1984: transición, restauración y cambios en la política partidaria.


En noviembre de 1894 fue elegido presidente de la República el Dr. Julio María Sanguinetti, después de doce
años de dictadura.

Estas elecciones y su configuración política, tienen ciertas características distintivas, relacionadas con la
transición del gobierno dictatorial al democrático.

No pudieron participar todos los candidatos de los partidos; por ejemplo, Wilson Ferreira Aldunate, principal
candidato del partido blanco, ni tampoco el Gral. Liber Seregni, líder del Frente Amplio.

En segundo lugar, el régimen democrático estaría condicionado, ya que la Asamblea General elegida tendría
poderes de Constituyente, debiendo expedirse sobre algunas normas de carácter transitorio, producto de los
acuerdos realizados con las Fuerzas Armadas. Estas normas transitorias que se agregaban a la Constitución
serían plebiscitadas. Si eran confirmadas, se adjuntarían al texto Constitucional.

Algunos historiadores sostienen que las elecciones de 1984 marcaron continuidades en relación a las
elecciones de 1971. Lo que sería uno de los indicios del signo restaurador del nuevo período.

En relación a las configuraciones internas de los partidos, existieron diferencias con respecto a la distribución
de los votos. Si bien los datos traducían una continuidad del bipartidismo fragmentario, el Frente Amplio fue
afirmando su presencia en el juego electoral.

El Partido Nacional disminuyó sus votos; este resultado se relacionó con la proscripción de su líder y los
enfrentamientos de algunos nacionalistas con los militares por esta razón, resultando en que algunos “votos
blancos” más conservadores, terminaran fuera del partido.

La reorganización del panorama político afectó posteriormente al Partido Nacional; el sector Wilsonista se
fue reposicionando para ir en contra de los dirigentes de izquierda, lugar que antes había sido ocupado por el
Partido Colorado. Por lo tanto, el Partido Nacional fue optando por un nuevo rumbo, alineándose en un
compromiso creciente con el nuevo gobierno.

PRIMERAS MEDIDAS DEL GOBIERNO

…se eliminó el Ministerio de Justicia creado por la Dictadura; se devolvió la legalidad a numerosas
instituciones, entre las cuales estuvieron la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU),
partidos políticos (socialista, comunista), etc.

También se estableció la Comisión Nacional de Repatriación, que pudo hacer volver al país a varios miles de
exiliados, con el apoyo de sus gobiernos anfitriones.

2. Los desafíos y problemas del nuevo gobierno: la herencia dictatorial.

El nuevo gobierno recibió una dura herencia de la prolongada dictadura. Varias fueron las tareas urgentes a
resolver. Así lo señalaba el sociólogo Cesar Aguiar:

“[…] el nuevo gobierno encontrará todos los problemas estructurales clásicos agravados en su importancia. La
producción se encuentra en una fase agudamente recesiva, donde se presencian agudos síntomas de
desinversión y fuga de capitales. EL nivel de desempleo se sitúa en los picos más altos registrados. El valor del
trabajo alcanza su menos nivel en los últimos cincuenta años. A todo ello hay que agregar, además, el
generalizado nivel de endeudamiento interno y falta de rentabilidad de una proporción significativa de
empresas urbanas y agropecuarias, particularmente en el segmento de empresas familiares”.
A los problemas de carácter económico y social se agregaban otros, como las violaciones a los derechos
humanos cometidas por el gobierno dictatorial, los presos políticos, la redemocratización de la sociedad
uruguaya y la restitución o compensación de los funcionarios públicos destituidos.

A nivel demográfico el gobierno dictatorial no solo había provocado sino también estimulado una emigración
de características inéditas. Los exiliados también eran una cuenta pendiente.

3. Algunas respuestas: la “gobernabilidad” y los acuerdos limitados.

En este trámite difícil, algunos actores políticos buscaron y ofrecieron acuerdos. Wilson Ferreira Aldunate,
anunció esta idea de apoyar al gobierno para asegurar la “gobernabilidad” del país. Expresó el apoyo
parlamentario por parte de su partido, como forma de darle estabilidad a la reciente democracia.

Sanguinetti, por su parte, intentó formar un gobierno de “unidad nacional” compuesto por integrantes de
distintos partidos políticos en los diferentes ministerios. No lo logró completamente y se configuró un
gobierno de “entonación nacional” con el “acuerdo limitado (pero operativo) con el Partido Nacional, liderado
por Wilson Ferreira Aldunate”.

También el Frente Amplio participó directamente en el gobierno con seis cargos de dirección en el Estado.
Esto significó el reconocimiento de la fuerza política de izquierda y su ingreso a las tareas de gobierno.

El período se caracterizó por frecuentes reuniones entre los dirigentes de los partidos políticos y los
parlamentarios. Esto se debió a la necesidad de concretar la transición y consolidación de la democracia,
tema pendiente que afectaba a todos los partidos políticos.

4. Un camino inconcluso: los derechos humanos.

El pacto entre las Fuerzas Armadas y los diferentes partidos políticos, produjo efectos sobre los gobiernos
democráticos posteriores. Uno de los más destacados fue el trámite hacia delante de muchos asuntos sin
resolver del período dictatorial.

Como señala Sarlo: “[…] el gran dilema que se le plantaba a Sanguinetti en lo institucional era cómo
reconstruir una democracia creíble (que suponía asignarle un papel digno al sistema judicial) sin renunciar a
su propuesta de cambio de paz (que suponía amnistiar a también a los violadores de los derechos humanos)”.

Las primeras medidas del gobierno intentaron solucionar las situaciones más urgentes. Principalmente la de
los presos políticos y los funcionarios destituidos por razones políticas e ideológicas.

El Frente Amplio, la mayoría del Partido Nacional, algunos sectores minoritarios del Partido Colorado y
diferentes organizaciones civiles de derechos humanos proponían “la amnistía general e irrestricta de los
precios políticos”.

Pero tanto el presidente de la República como la mayoría del Partido Colorado no aceptaron incluir en esta
amnistía a los presos políticos que hubieran cometido delitos de sangre.

Además, el nuevo gobierno eliminó el Ministerio de Justicia creado por la dictadura. La Asamblea General eligió
nuevos miembros para la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo y en junio
se estableció nuevamente la plena independencia del Poder Judicial.

El tema en materia judicial también fue álgido. La restitución plena de la autonomía del poder judicial resultó
primordial. Uno de los puntos de desencuentro con respecto al Poder Judicial fue en lo relativo a los cargos.
Asimismo, la ley contemplaba la restitución de todos los funcionarios destituidos por razones políticas,
ideológicas o gremiales.

Otro tema fundamental en relación a los derechos humanos era la situación de los ciudadanos secuestrados y
desaparecidos durante la Dictadura, entre los cuales había niños. También los asesinatos de los legisladores
opositores a la dictadura, Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini, perpetrados en Buenos Aires en 1976.
Para dar respuesta a esto se crearon dos comisiones dependientes del Poder Legislativo con el objetivo de
indagar sobre lo sucedido.

Al mismo tiempo se presentaron varias denuncias sobre violaciones a los derechos humanos, que
involucraban tanto a autoridades como a funcionarios de la dictadura.

A medida que los reclamos crecían, los principales dirigentes militares comenzaron a manifestar
públicamente su malestar por estas movilizaciones y advirtieron que no comparecerían ante la justicia. Esto
constituyó una amenaza para el Poder Civil recientemente restaurado, ya que parecía que el peligro de un
desacato por parte de los militares era inminente.

En noviembre, la Comisión investigadora del Parlamento creada el año anterior, presentó un informe donde
se reconocía la existencia de “presuntos” ciudadanos adultos y niños desaparecidos.

En simultaneidad, los Jefes Militares enviaron una carta al presidente afirmando que en algunos momentos
habían perdidos los “puntos de referencia” (o sea, que se habían extralimitado en sus funciones específicas).

Finalmente primó la “solución política”. El 22 de diciembre el Parlamento aprobó la “caducidad de la pretensión


punitiva del Estado”, por la cual se canceló en buena medida la posibilidad de juzgar a los funcionarios militares
y policiales que había violado los Derechos Humanos. Popularmente se la llamó “ley de impunidad”.

Esta ley no contempló a los civiles que violaron derechos humanos durante la dictadura, así como tampoco
impedía la investigación de lo ocurrido con los detenidos desaparecidos.

El 22 de febrero de 1987 comenzó la recolección de firmas para pedir que un referéndum revocara la “ley de
caducidad”. El 16 de abril de 1989 se realizó la votación, en medio de una campaña muy intensa de ambas
posiciones. Los que querían mantener la ley (papeleta amarilla) argumentaron el temor de volver a la
dictadura si el problema no se saldaba, por lo que era “necesario dar vuelta la página”.

Finalmente ganó la oposición de la papeleta amarilla que ratificaba la ley. De esta manera parecía que el
tema de la violación a los derechos humanos quedaba saldado, pero años más tarde, el tema volvería a
plantearse.

5. El escenario económico: problemas heredados y medidas tomadas.

Los graves problemas económicos que recibió el nuevo gobierno como “herencia dictatorial” no solo fueron
efectos de la profunda crisis que comenzó en el año 1982, sino que también eran producto del desempeño
económico del país en el largo plazo. Este se caracterizó por la incapacidad para sostener un crecimiento
duradero, la inestabilidad manifiesta en ciclos cortos de crecimiento y crisis recurrentes y la vulnerabilidad
frente a las fluctuaciones comerciales y financieras del mercado regional y mundial.

“el insuficiente desempeño uruguayo se debe a características propias de su estructura productiva, al modo
en que la sociedad uruguaya organiza la producción de bienes y servicios, se especializa y se inserta en la
economía mundial. Son esas características fundamentales las que han ambientado las crisis recurrentes”.
La crisis agudizó los problemas estructurales que se manifestaron en el primer gobierno democrático.
Algunos de ellos fueron: la inflación y la disminución del salario real de los trabajadores, el estancamiento
productivo, altos niveles de desocupación y un enorme endeudamiento externo e interno.

Si bien el gobierno intentó recuperar algunos equilibrios macroeconómicos y mejorar los noveles salariales,
hubo ciertas continuidades con las tendencias del período anterior al adoptarse una política aperturista tanto
en lo comercial como en lo financiero.

Se intentó canalizar la gran expectativa de la población en relación a la recuperación de los salarios reales,
convocando nuevamente a los Consejos de Salarios en los que participaron el gobierno, trabajadores y
empresarios y se negociaron los sueldos de la actividad privada.

En el quinquenio se pueden distinguir dos etapas del proceso económico.

La primera fue entre 1985 y 1987, cuando se produjo crecimiento y recuperación de la actividad económica.
El contexto internacional favoreció este crecimiento, aumentó la demanda de productos por parte de los
países vecinos. El aumento de exportaciones permitió financiar el pago de la deuda externa.

También hubo una importante recuperación del salario real, que había caído abruptamente durante la
dictadura.

A fines de 1987, el gobierno aplicó una serie de medidas de ajuste para frenar las importaciones. Aumentó el
tipo de cambio real, se elevaron las tasas de interés y se restringió el crédito. De esta manera comenzó la
segunda etapa, 1988-1989, donde el plazo de pago de la deuda externo obligó a aumentar las exportaciones.

Esto desaceleró el crecimiento en esta segunda etapa y frenó la generación del empleo.

6. La integración regional y la construcción del Mercosur

En 1985 se produjo el primer acercamiento entre Brasil y Argentina. Uno de los motivos de tal acercamiento
fue la “coincidencia de ambos gobiernos en materia de objetivos e instrumentos de política económica y el
impulso a la cooperación política y económica bilateral resultante de la problemática de la deuda externa
regional”.

En 1988 se firmó el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo, que pretendía consolidar una Zona de
Libre Comercio a partir de 1999 y un Mercado Común.

Paralelamente, el gobierno uruguayo renovó y amplió los acuerdos comerciales bilaterales que se habían
formado en los setenta con Brasil y Argentina.

Este proceso finalmente se consolidó con la firma del Tratado de Asunción en 1991 que dio origen al
MERCOSUR.

Capítulo 2. La presidencia de Luis Alberto Lacalle, 1990-1995

1. Elecciones.

Las elecciones del 26 de noviembre de 1989 dieron como resultado una nueva rotación de los partidos
Nacional y Colorado en el Poder. La fórmula ganadora fue la del Dr. Luis Alberto Lacalle, líder del Herrerismo,
y el Dr. Gonzalo Aguirre.

A pesar del triunfo, el apoyo electoral obtenido por el Partido Nacional no le proporcionó las mayorías
parlamentarias, por lo que tuvo que recurrir al acercamiento con otros partidos políticos que le aseguraran la
gobernabilidad.
De los diecinueve gobiernos departamentales, dieciséis correspondieron al Partido Nacional, dos al Partido
Colorado y uno al Frente Amplio. Esto último traía una novedad al sistema político uruguayo: el acceso por
primera vez al poder departamental de una coalición de partidos de izquierda.

A lo largo del mandato presidencial del Dr. Lacalle, se tomaron una serie de medidas tanto a nivel nacional,
como a nivel regional. Se destaca la firma del Tratado de Asunción en 1991, por el cual se creó el MERCOSUR.

Desde el punto de vista institucional se impulsó una reforma del Estado. Si bien en el plano de la economía
real se alcanzaron cifras positivas, la política de privatizaciones y el ajuste fiscal, que implicaba restricción del
gasto publico y aumento de impuestos, determinaron crecientes rechazos por parte de la población.

2. Apoyos políticos.

La formación de coaliciones gubernativas había sido uno de los pilares de la campaña electoral del Dr. Lacalle.
Su estrategia se basaba primero en conversaciones con otros sectores dentro de su partido y luego en iniciar
negociaciones con el Partido Colorado, el Frente Amplio y el Nuevo Espacio. Lacalle recibió un apoyo
inmediato de su propio partido, y con compromiso de cooperación el Partido Colorado. Así nació la
Coincidencia Nacional. Además de permitirle al gobierno la aprobación de algunos de sus proyectos, se trató
de un nuevo ensayo de cohabitación de partidos en el poder, una experiencia inédita y no exenta de
dificultades en la historia política del país.

3. Medidas de gobierno.

3.1. La reforma jubilatoria.

Desde el punto de vista político, un aspecto importante a destacar de este período, fue la aprobación de la
reforma jubilatoria. Se buscaba vincular la suba de las pasividades en forma automática al Índice Medio de
Salarios.

El plebiscito fue ampliamente favorable a la reforma jubilatoria.

La reforma estableció que los ajustes de los montos jubilatorios debían ser iguales a los de los salarios medios
y se realizarían con la misma frecuencia que las modificaciones salariales de los trabajadores del Gobierno
Central.

Su puesta en práctica determinó el aumento del déficit fiscal, que fue compensado con la aplicación del
llamado “ajuste fiscal”.

3.2. El ajuste fiscal.

Durante este período se profundizaron en el Uruguay las tendencias económicas sustentadas en el


neoliberalismo, en consonancia con políticas similares en el continente.

El 31 de marzo de 1990 el Parlamento Nacional votó una de las primeras leyes fundamentales de las
propuestas de gobierno del Dr. Lacalle, la Ley de Ajuste Fiscal, Tributario y de Aportaciones.

Uno de los motivos aducidos por el gobierno para implementar esta ley fue la herencia recibida del gobierno
del Dr. Sanguinetti. En este sentido se afirmaba que “el déficit del sector público sobrepasaba el 7% del
Producto Bruto Interno (PBI), y la recién aprobada reforma jubilatoria amenazaba con agregarlo todavía dos
puntos más al tal déficit […]”.
Para algunos sectores de la ciudadanía este ajuste fiscal fue interpretado como un “impuestazo2 que recaía
fundamentalmente en los sectores de ingreso fijo, trabajadores y jubilados. También provocó la caída del
salario real de los trabajadores.

No obstante, en los sectores productivos, la mayor demanda regional y extranjera hizo crecer la producción.

3.3. La reforma del Estado y las privatizaciones.

Otro de los asuntos considerados prioritarios por el presidente se relacionaba con la reforma del Estado. En
1990, el gobierno envió al Parlamento un proyecto llamado “Ley de Empresas públicas”. Este proyecto
significaba un paso importante en el camino hacia la reducción del dominio del Estado en materia industrial y
comercial, así como el inicio de las privatizaciones.

La Ley de Empresas Públicas posibilitaba la transferencia parcial o total al sector privado de los servicios y
actividades públicas.

El rechazo generado por esta ley en algunos sectores sociales y políticos, determinó la creación de la
“Comisión de Defensa del Patrimonio y Reforma del Estado”, que impugnaba algunos artículos de la ley y
llamaba a la recolección de firmas para impulsar el referéndum. Este se realizó en diciembre de 1992 y como
resultado se obtuvo la derogación de la ley.

La derogación de la ley congeló la privatización de ANTEL, pero no detuvo el impulso del Gobierno para
efectivizarla en otras empresas.

Tampoco la derogación de aquella ley impidió el retorno a la esfera privada de los bancos intervenidos, ni la
sanción de la ley N°16.426 que permitió el ingreso de compañías privadas de seguros para competir con el
Banco Estatal.

La Ley de Puertos, aprobada en 1992, implementó la participación de empresas privadas en los servicios
portuarios, restringiendo la labor de la Administración Nacional de Puertos a la regulación de las actividades y
funciones de comunicación e información.

3.4. El gobierno y los sindicatos.

Varios fueron los asuntos que enfrentaron a ambos centros de poder, por lo que como era de esperarse, en
general las relaciones no fueron cordiales.

Dos de las medidas del gobierno del Dr. Lacalle que más rechazo provocaron dentro del movimiento sindical
fueron la disolución de los Consejos de Salarios y el intento de regular el derecho de huelga.

La disputa ante los derechos sindicales y la reglamentación de los conflictos generó una importante
movilización por parte de los trabajadores.

La creciente agitación sindical determinó la apertura de una instancia de negociación entre el gobierno y el
PIT-CNT, denominada diálogo social, del que participó en calidad de nexo entre el Poder

Ejecutivo y la central obrera el entonces diputado Rafael Michelini. El dialogo social permitió cierta
tranquilidad, aunque momentánea y frágil, ya que el conflicto volvió a instalarse a partir de 1991.

4. El MERCOSUR.

A nivel regional la reforma más significativa se operó a partir de la apertura económica. En marzo de 1991 se
aprobó el Tratado de Asunción que dio origen al Mercosur, espacio integrado por Uruguay, Brasil, Argentina y
Paraguay.
Por este tratado se creaba un Mercado Común que debía quedar consolidado al 31 de diciembre de 1994. Su
principal objetivo era la integración de los cuatro Estados Partes a través de la libre circulación de bienes,
servicios y factores productivos, el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una
política comercial común. También se aplicaron políticas comunes en relación a educación, salud y empleo.

La implementación del MERCOSUR ha pasado por diferentes momentos y por supuesto se ha visto
influenciada especialmente por las crisis económicas.

Romeo Pérez dice sobre el rol cumplido por nuestro país: “…La participación uruguaya en el proceso, durante
la primera etapa, fue adecuada a los papeles que puede desempeñar un socio pequeño. Puso capacidad
negociadora e iniciativas válidas para la construcción del conjunto donde no podía poner gravitación
económica o demográfica”.

5. Otros aspectos económicos.

La Deuda Externa fue uno de los temas prioritarios de la campaña electoral del sector de Lacalle. Una vez en
el gobierno, acordó con el comité de bancos acreedores la renegociación de la deuda en el marco del “Plan
Brady”. El objetivo propuesto sobre la deuda en cuanto a que “se procurará su eliminación por todos los
medios posibles”, no pudo cumplirse.

En relación al comercio exterior, durante este período se manifestó una tendencia al déficit comercial. El
crecimiento de las importaciones se sumó a la caída de las exportaciones registrada en 1991. Sin embargo,
estas empezaron a crecer hacia 1994.

La inflación fue importante, aunque registró un descenso continuo durante todo el período.

En general, la década del 90, que se inició con el gobierno de Luis Alberto Lacalle, ha sido definida como un
período de crecimiento fuerte desde el punto de vista económico, en el que se destaca la baja de la inflación
y el crecimiento de la producción de bienes y servicios. Ese período de empuje se quebró a partir del año
1999 cuando el país volvió a sufrir una nueva crisis económica.

6. El acceso del Frente Amplio a la Intendencia Municipal de Montevideo.

En las elecciones de 1989, el Dr. Tabaré Vázquez, candidato del FA a la Intendencia Municipal de Montevideo,
triunfó con el 34% de los votos emitidos. Ello determinó por primera vez que una coalición de izquierda en el
Uruguay llegara a ocupar la dirección de un gobierno departamental.

Una de las innovaciones del nuevo gobierno municipal fue la implementación de un sistema de
descentralización. Se dividió el departamento en 18 zonas, cada una de ellas regida por un Gobierno Local.
Además, se constituyeron los Centros Comunales Zonales como órganos administrativos y ejecutores de los
servicios descentralizados.

Durante este período se llevaron a cabo una serie de obras sociales, como la creación de guarderías,
policlínicos, merenderos; asimismo se implementó un plan de vialidad, alumbrado público,
acondicionamiento y limpieza de playas.

Capítulo 3. Segunda presidencia de Julio María Sanguinetti, 1995-2000

1. Cambios electorales y la consolidación de la coalición.

El tercer gobierno de la restauración democrática tuvo nuevamente como presidente al Dr. Julio María
Sanguinetti. El Partido Colorado recuperó la presidencia mediante una alianza con un sector escindido del FA,
el Partido por el Gobierno del Pueblo, que terminó ingresando al Partido Colorado.
El escenario de este nuevo gobierno de Sanguinetti fue distinto del primero. Se consolidó, en la distribución
de las preferencias ciudadanas, el llamado “país de los tercios”. Esto significó una práctica paridad en los
votos obtenidos por las tres fuerzas políticas mayoritarias.

Para poder gobernar con una mínima eficacia y obtener mayorías parlamentarias, el partido triunfante debió
buscar alianzas. Se concretó una “coalición de gobierno”.

La coalición se conformó con los sectores colorados y la mayoría del Partido Nacional. Esta alianza aseguró la
continuidad de las reformas iniciadas en el período anterior.

Los resultados obtenidos por la izquierda, que retuvo el gobierno departamental de Montevideo, mostraban
una mayor captación del electorado de centro y un aumento importante y sostenido de sus votantes.

Según Jaime Yaffé, esto se debió a una serie de cambios que procesó el FA como competidor político.
Distingue tres factores básicos: la consolidación como sector opositor, captando la disconformidad creciente
de la ciudadanía hacia los partidos tradicionales; la ampliación de alianzas y la moderación ideológica y
programática.

“La izquierda progresista pasó a promover reformas graduales, el acuerdo social, la democracia política, el
desarrollo científico y tecnológico, las políticas sociales, para, con un renovado protagonismo del estado,
orientas la economía del mercado hacia el desarrollo capitalista con equidad.”

2. La continuidad de las reformas de la década del noventa.

La gestión de este gobierno fue prácticamente una continuidad en relación a la serie de reformas iniciadas en
la década por el gobierno anterior del Dr. Lacalle.

Se crearon comisiones de integración multipartidaria para llevar a cabo el programa de reformas del nuevo
gobierno. El mismo incluía entre otras: la reforma de la seguridad pública, de la política económica, la
seguridad social, la educación y la Constitución.

Estos factores, sumados a una mayoría parlamentaria, aseguró los cambios planificados por el gobierno.

Las reformas perfilaron las características de la “coalición” y los cambios, pero a la vez fueron escenarios de
polémicas.

2.1. La reforma de la seguridad social.

Los gastos en seguridad social constituían un gran peso para las finanzas públicas. Entre 1985 y 1994 el gasto
en seguridad social (jubilaciones y pensiones) pasó de 9,4% a 15% del PBI.

Además, el sistema de seguridad social estaba desfinanciado. Los aportes de los afiliados no lograban
sustentarlo. El gobierno se vio obligado a realizar transferencias de otros sectores para mantener el sistema.

2.2. La reforma constitucional.

El resultado de las elecciones de 1994 había demostrado la paridad electoral de los grandes partidos
políticos. Es así que este nuevo escenario hacía posible un acceso de la izquierda al gobierno en las elecciones
de 1999.

Una de las finalidades de la propuesta de reforma de la Constitución por parte de los partidos tradicionales
fue impedir el acceso de la izquierda al gobierno. No fue explicitado por dichos partidos, que justificaron los
cambios que proponían esgrimiendo razones de eficacia, de gobernabilidad y de operatividad de las
mayorías.

Si bien el Frente Amplio se opuso en su mayoría al proyecto, su líder histórico Liber Seregni y algunos
colectivos manifestaron acuerdo con él.

Las principales modificaciones que introdujo la reforma fueron: A)

En relación al régimen electoral:

➢ Para elegir al presiente y al vicepresidente era necesaria la mayoría absoluta (más del 50% de los votos). Si
no se obtenía este porcentaje, se pasaba a una segunda vuelta o balotaje. De esta manera se sustituyó el
principio de mayoría simple en un solo acto electoral.

➢ Se exigió un solo candidato a presidente por partido. Dos como máximo para los gobiernos
departamentales.

➢ Se eliminó la acumulación por sublemas para la elección de diputados.

➢ El período de elecciones se dividió: octubre y noviembre para las elecciones nacionales y mayo para las
elecciones departamentales.

➢ Se establecieron elecciones internas en los partidos para elegir a los candidatos; siendo el voto no
obligatorio.

B) En relación al régimen de gobierno y la relación entre poderes, no fueron tan profundas las
modificaciones:

➢ Se habilitó al presidente a remover a los directores de los Entes Autónomos y solicitar voto de confianza
a la Asamblea General para formar su Gabinete de Ministros.

➢ Aumentó los poderes efectivos del Ejecutivo al restringirse los plazos para el tratamiento de las leyes de
urgente consideración y al modificarse la modalidad de consideración de vetos interpuestos.

La Reforma Constitucional fue sancionada por el Parlamento y después plebiscitada favorablemente en


diciembre de 1996.

Esta reforma transformó el sistema electoral, el sistema de partidos y la formación del gobierno.

3. Evolución económica.

El país continuó con el crecimiento de la administración anterior. Sin embargo, algunos indicadores sociales
desde 1994 comenzaron am mostrar un aumento de la precariedad laboral, el desempleo y la pobreza. De
esta manera el crecimiento económico comenzó a convivir con signos de deterioro social.

Bajó la inflación hasta situarse en un dígito y aumentó la producción en 2,3% anual. Pero a la vez hubo altos
niveles de desempeño y un déficit fiscal elevado.

La economía uruguaya recibió fuertes impactos de crisis regionales e internacionales; esto resultó en un PBI
negativo en 1999.
A esto se le sumó la disminución del consumo interno por el ajuste fiscal del año inicial del período (aumento
de impuestos a los sueldos e IVA).

Capitalismo Mundial Integrado. Guattati. MÓDULO 11


El capitalismo contemporáneo puede ser definido como Capitalismo Mundial Integrado por:

• Porque sus interacciones son constantes con países que históricamente parecían habérsele escapado de las
manos.

• Porque tiende a que ninguna actividad humana en todo el planeta escape a su control. Este doble
movimiento (extensión geográfica que se encierra sobre sí misma y expansión molecular proliferante) es
correlativo con un proceso general de desterritorialización.
El capitalismo Mundial Integrado (CMI) no respeta las territorialidades ni tampoco los modos de vida tradicional.
Recompone tanto los sistemas sociales como los sistemas de reproducción en sus propias bases, sobre su
axiomática propia. Ciertas formas capitalistas parecen derrumbarse frente a una guerra mundial o una crisis como
la del 29, pero luego renacen bajo otras formas. Esta desterritorialización/recomposición permanente concierne
tanto a las formas de poder como a los modos de producción.

CLASE CMI.
Proceso general de desterritorialización.
Recompone todos los sistemas de producción social sobre su axiomática propia.

Sistemas de producción.
Captación general de todos los modos de actividad (producción, ocio, etc.)

El CMI integra el conjunto de sus sistemas maquínicos al trabajo humano.


Maquínico: recubre cualquier fenómeno procesal físico o abstracto.

Matriz de producción de todo lo real.


Tres tipos de transformaciones: CLAUSURA, DESTERRITORIALIZACIÓN, SEGMENTARIDAD.

CLAUSURA: El espacio físico, geográfico y virtual.


Trabaja sobre las mismas formaciones de poder y las modifica, transforma relaciones sociales y crea nuevos
mercados.

DESTERRITORIALIZACIÓN: requiere de una homogeneización de los modos de producción, circulación y de control


social. Multicentraje de los núcleos de decisión.
SEGMENTARIDAD: Descubre nuevos métodos de consolidación de sus sistemas de jerarquía social.

Coexistencia de espacios de superdesarrollo y de pauperización absoluta.


Luchas de interés, luchas organizativas, reivindicativas clásicas (defensa de derechos y trabajador, propiedad y
explotación de la tierra, defensa. Educación pública)
Luchas de deseo: reivindicaciones locales, mutaciones colectivas, cuestionamientos a la vida u cotidiana,
ecológicas, de género….
CMI
Capitalismo contemporáneo que se caracteriza: porque sus interacciones son constantes con países que
históricamente parecían habérseles escapado.
Porque tiende a que ninguna actividad humana, en todo el planeta, escape a su control.
No respeta territorialidades existentes tampoco modos de vida tradicionales.

Se recompone permanentemente tanto a las forma de poder como a los modos de producción.
Clausura: lo obliga a recomponerse sobre si mismo (a diferencia de otros momentos en que era expansionista)

Segmentaridad: reinventarse dentro de los mismos espacios con una técnica de palimpsesto (ya no centro y
periferia).
Desterritorialización y multicentraje.

El capitalismo contemporáneo puede ser definido como Capitalismo Mundial Integrado por:
Porque sus interacciones son constantes con países que históricamente parecían habérsele escapado de las
manos.
Porque tiende a que ninguna actividad humana en todo el planeta escape a su control. Este doble movimiento
(extensión geográfica que se encierra sobre sí misma y expansión molecular proliferante) es correlativo con un
proceso general de desterritorialización.
EL Capitalismo Mundial Integrado (CMI) no respeta las territorialidades ni tampoco los modos de vida tradicional.
Recompone tanto los sistemas sociales como los sistemas de reproducción en sus propias bases, sobre su
axiomática propia. Ciertas formas capitalistas parecen derrumbarse frente a una guerra mundial o una crisis como
la del 29, pero luego renacen bajo otras formas. Esta desterritorialización/recomposición permanente concierne
tanto a las formas de poder como a los modos de producción.
a. LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN, DE EXPRESIÓN EXONÓMICA Y DE AXIOMATIZACIÓN DEL CMI
Sobre la evolución: hoy en día ya no solo no existe una división internacional del trabajo, sino una mundialización
de la división del trabajo, una captación general de todos los modos de actividad.
El CMI integra el conjunto de sus sistemas maquínicos al trabajo humano, así las reivindicaciones sindicales que
apuntan a la reducción del tiempo de trabajo es perfectamente compatible, y no solo incompatible sino incluso
deseadas, para que el trabajador pueda dedicarse a tareas financieramente improductivas pero económicamente
recuperables.
La revolución informática acelera considerablemente este proceso de integración.
Esta integración maquínica implica que se tome en cuenta la modelización de cada trabajador no solo a nivel de su
saber (capital de saber) sino también en el conjunto de sus sistemas de interacción con la sociedad y con el
entorno maquínico.
La expresión económica del CMI: los componentes semióticos del capital funcionan siempre en un doble registro,
el de la representación y el del diagramatismo.
De este modo el capital es una categoría semiótica que concierne al conjunto de los niveles de la producción y al
conjunto de los niveles de la estratificación de los poderes. El CMI se inscribe primeramente en el marco de las
sociedades divididas en clases sociales, en clases raciales, burocráticas, sexuales, de edad, etc. Y en segundo lugar
en el seno del tejido maquínico proliferante.
Axiomatización del “socius” por el CMI: Se caracteriza en el contexto actual por 3 tipos de transformación:
La clausura: deja de poder mantener el impulso expansionista, su campo de acción queda clausurado y lejos de
construir un factor de crecimiento, corresponde de hecho a una reformulación radical de sus bases anteriores, que
puede desembocar, ya sea en una involución completa del sistema, ya sea en un cambio de registro. El CMI tendrá
que encontrar sus medios de expansión y de crecimiento, trabajando las mismas formaciones de poder,
retransformando las relaciones sociales y desarrollando mercados cada vez más artificiales. La característica de la
crisis actual es precisamente esta oscilación entre la involución de un cierto tipo de capitalismo que tropieza con
su propia clausura y un intento de reestructuración sobre bases diferentes, que conduce al CMI a aceptar, tal cual,
su finitud y la necesidad de redefinir permanentemente sus campos de aplicación. Fin pues, de los capitalismos
territorializados, de los imperialismos expansivos y paso a imperialismos desterritorializados e intensivos.
La desterritorialización del capitalismo sobre sí mismo es aquello que Marx había llamado “la expropiación de la
burguesía por la burguesía” El CMI no es universalista. Pero requiere, sin embargo, una homogeneización de los
modos de producción, de los modos de circulación y de los modos de control social.
Hoy en día el CMI no posee un centro único de poder, inclusive su rama norteamericana es policéntrica. El CMI
instaura su propia democracia interna.
Pone en juego sistemas de información y de manipulación psicológica a gran escala, utilizando los medios de
comunicación de masa.
El poder del CMI está siempre en otra parte, al interior de mecanismos desterritorializados. Esto lo hace aparecer
hoy día como algo imposible de aprehender, de localizar y de atacar. Esta desterritorialización engendra también
fenómenos paradójicos como el hecho, por ejemplo, de que se desarrollen zonas de tercer mundo dentro de los
países más desarrollados y que, inversamente, aparezcan centros hipercapitalistas desarrollados en zonas de
subdesarrollo
El sistema general de segmentaridad: su problema consiste en descubrir nuevos métodos de consolidación de sus
sistemas de jerarquía social. El CMI tiene que hacer coexistir zonas de súper - desarrollo, de súper -
enriquecimiento en beneficio de las aristocracias capitalistas, y zonas de subdesarrollo relativo, e incluso
verdaderas zonas de pauperización absoluta. Estos son extremos entre los cuales se puede establecer una
segmentación de los espacios mundiales.
Esta segmentación social, esta segregación acondicionada a escala planetaria, es la consecuencia del fenómeno de
clausura del CMI.
En el este de Francia donde se vivía de padres a hijos de la industria del acero, el CMI decide liquidar el paisaje
industrial. Tal otro espacio será transformado en zona turística o en zona residencial para las élites; se alteran los
niveles de vida a escala de regiones enteras.
Todos estos axiomas de segmentaridad están conectados entre sí. El CMI no solamente interviene a escala
mundial, sino también en los niveles más personales. Inversamente, las determinaciones moleculares
inconscientes no cesan de interactuar sobre componentes fundamentales del CMI.
b. LAS NUEVAS SEGMENTARIDADES DEL CMI

A) La segmentaridad transnacional: el antagonismo este-oeste tiende a perder consistencia.


Estando claro que para el CMI se trata siempre de asegurarse el control de todas las zonas que tienden a
escapársele.
La separación tercer mundo en vías de desarrollo y tercer mundo en vías de pauperización absoluta, en vías de
exterminación, se ha vuelto un elemento permanente de la situación actual. La oposición entre el capitalismo
transnacional, multinacional, lobbies internacionales, por un lado, y el capitalismo nacional por otro, ha dejado de
ser pertinente desde un punto de vista global.
B) La segmentaridad europea: la oposición entre este y oeste dentro de Europa también está llamada a
evolucionar considerablemente en los próximos años. Los métodos de represión y control social de los
regímenes del este y del oeste, tienden a aproximarse mutuamente, un espacio represivo europeo de los Urales
al Atlántico amenaza con reemplazar el actual espacio jurídico europeo.

C) La segmentaridad molecular: a) las luchas de interés: las luchas económicas, las luchas sociales, las luchas
sindicales en el sentido clásico. B) las luchas relativas a las libertades que yo asociaría con las luchas de deseo,
los cuestionamientos de la vida cotidiana, del medio ambiente, etc.
c. NUEVAS MÁQUINAS DE GUERRAS REVOLUCIONARIA, AGENCIAMIENTOS DE DESEOS Y LUCHA DE CLASES
¿Hasta dónde podrá llegar esta revolución molecular? Los recursos del CMI son quizá más infinitos en el orden de
la producción y de la manipulación de las instituciones y de las leyes. Esto proviene del hecho de que la revolución
molecular no solo tiene que ver con las relaciones cotidianas entre hombres y mujeres, homo y heterosexuales,
niños, adultos, etc. Interviene también, y ante todo, en las mutaciones productivas como tales.

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