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En el cerebro reside todo lo que una persona fue, es y puede llegar a ser, lo que
ha vivido, aprendido y memorizado, su conciencia y su metaconciencia.
También están allí sus habilidades y dificultades, lo que acepta y rechaza, lo que
ama y cómo lo ama, lo que está presente y lo que cree haber olvidado. No es en
el corazón, sino en el cerebro, donde se encuentra la predisposición para el
rencor o el perdón, para sentir miedo o valentía, para ser optimista o pesimista,
para sentirse alegre o deprimido.
Aunque todos los seres humanos vienen al mundo con esta extraordinaria
computadora, su desarrollo dependerá de lo que cada uno perciba, experimente
y procese a lo largo de su vida, ya que, cuando nacemos —exceptuando la
información genética—, todos los cerebros están programados biológicamente
para realizar las mismas funciones. Lo que diferencia el cerebro de una persona
del de otra es la intrincada estructura de redes neuronales que se va formando a
medida que las células se comunican entre sí como resultado de los estímulos
que reciben del medio ambiente.
Cuando nacemos, esas redes son pocas y pequeñas, pero con el tiempo algunas
se irán ampliando, otras se mantendrán, y también se crearán redes nuevas
gracias a un fenómeno que se conoce con el nombre de neuroplasticidad, es
decir, el cerebro se modifica segundo a segundo a medida que interactúa con el
entorno. Este fenómeno explica por qué cada cerebro es único y diferente de los
demás.
Durante el desarrollo cerebral, hay factores que el individuo no controla, como
los genéticos y los ambientales (durante la niñez). Después, al crecer, la
morfología del cerebro se va modelando en función del tipo de información que
procesa. Esto nos permite afirmar que cada ser humano se crea su propia
arquitectura cerebral. Dado que la base con la que cada uno viene al mundo sólo
es un punto de partida, no existe determinismo en el desarrollo cerebral. El
cerebro es moldeable, así que todos podemos alcanzar un alto nivel de
desarrollo siempre que queramos hacerlo.
¿Qué es el cerebro?
El cerebro es una de las estructuras más extraordinarias y complejas que existen
en la naturaleza. La ciencia está avanzando mucho y ahora ya conocemos sus
partes y cómo éstas se relacionan entre sí. Además, en el sistema nervioso, el
cerebro es el encargado de recibir los estímulos que llegan tanto del exterior (a
través de los sentidos) como del interior (preconceptos, ideas, valores, etcétera).
Cada persona interpreta el mundo a partir de lo que ve, siente, huele, oye y toca,
y de la interrelación de estas percepciones con lo que existe en su mundo
interno.
A través de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, el cerebro capta, procesa
e interpreta la información que llega del exterior, generando las respuestas que
originan pensamientos, razonamientos, decisiones, sentimientos y acciones.
¿Cómo es el cerebro y dónde está?
El cerebro está dentro del cráneo. Es una especie de masa gelatinosa rodeada
por un líquido llamado cefalorraquídeo cuya función principal es sostenerlo y
protegerlo. Cuando se extrae este líquido, se observa un tejido de color gris
rosáceo compuesto por millones de células nerviosas que se conectan formando
las redes que controlan las funciones de la mente. Si pudieras presenciar una
clase de anatomía cerebral, verías que el cerebro está dividido en dos partes,
llamadas hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, unidas por una estructura
que se conoce como cuerpo calloso. El cuerpo calloso actúa como un puente que
comunica ambos hemisferios: es imprescindible para que la información del
hemisferio izquierdo pueda utilizarla el derecho, y viceversa. La superficie de
ambos hemisferios está cubierta por la corteza cerebral. A pesar de su reducido
tamaño, en esta parte del cerebro se calcula que hay unos treinta mil millones
de neuronas que forman una red que tiene aproximadamente... ¡un trillón de
enlaces! A nivel funcional, la corteza incluye áreas motrices, somatoestésicas
(sensibilidad corporal, como la que procede de la piel y los músculos), del
lenguaje, sensoriales (visual, olfativa, auditiva y gustativa) y asociativas que
integran la información. Entre estas últimas se encuentran las áreas de
asociación y las que se ocupan de relacionar e interpretar la información que
recibimos a través de los sentidos. A un nivel más alto, estas áreas intervienen
en las funciones cognitivas más elevadas. Por ejemplo, el área de asociación que
se encuentra en el lóbulo prefrontal está relacionada con la planificación y el
pensamiento abstracto, mientras que en el lóbulo parietal están las áreas que
utilizamos para leer y hablar. Como la corteza es muy grande en relación con el
tamaño del cráneo, a medida que crece se pliega sobre sí misma. Estos pliegues
y zigzags le dan su aspecto arrugado y forman las regiones anatómicas en las
que se ha dividido para estudiarla: el lóbulo parietal, el lóbulo temporal, el
lóbulo occipital y el lóbulo frontal.
El cerebro en el sistema nervioso humano
El cerebro forma parte del sistema nervioso. Las clasificaciones anatómicas y
funcionales lo dividen en dos grandes partes: el sistema nervioso central y el
sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso central es una estructura muy compleja que procesa
millones de estímulos por segundo, adaptando las respuestas del cuerpo tanto a
las condiciones externas como internas. Comprende el encéfalo (en cuyo
interior se encuentra el cerebro) y la médula espinal, que está protegida por las
vértebras y se ocupa de llevar casi todo el caudal de información del cuerpo
hacia el cerebro.
El sistema nervioso periférico está compuesto por una ramificada red de nervios
formados por fibras aferentes (que envían estímulos y señales al cerebro) y
fibras eferentes (que envían señales desde el cerebro al resto de los miembros o
a un centro inferior de procesamiento). De hecho, incluye todas las partes del
sistema nervioso que no son el encéfalo y la médula espinal.
El sistema nervioso periférico se divide en dos grandes partes:
SNP somático: Responde al ambiente y relaciona el organismo con él; abarca
todos los nervios espinales que inervan la piel, las articulaciones y los músculos
que se controlan de forma voluntaria. Por ejemplo, si tocas sin querer una
superficie caliente, tus reacciones serán automáticas: tu rostro expresará dolor e
inmediatamente retirarás la mano. En tu interior, el contacto de la mano con
esa superficie se traducirá en señales neurales que viajarán por los nervios
sensoriales. En la médula espinal, estas señales se transmitirán a las neuronas,
ya que el sistema nervioso central y el periférico interactúan siempre. Algunas
de estas neuronas conectarán con la parte del cerebro que las interpreta como
dolorosas y otras con las neuronas motoras que controlan los músculos de la
mano, y harán que la retires en cuanto te duela. Este ejemplo tan simple
muestra cómo el sistema nervioso registra, distribuye e integra la información
para provocar un comportamiento que responde a procesos de enorme
complejidad y que se producen ¡en milisegundos!
SNP autónomo: También se llama involuntario, vegetativo o visceral, porque
está relacionado con el medio interno del cuerpo. Lo forman las neuronas que
inervan los órganos, los vasos sanguíneos y las glándulas. Este sistema es
básicamente eferente, pues transmite impulsos nerviosos desde el sistema
nervioso central al periférico y controla actividades que no podemos dominar de
forma voluntaria, como las del corazón o las de las glándulas. También se
conoce como sistema adrenérgico o noradrenérgico, ya que se ocupa de
preparar al organismo para que reaccione ante situaciones que provocan miedo
o estrés.
LA NEURONA
Las funciones básicas de una neurona
Todas las neuronas tienen tres funciones básicas:
Recibir señales (o información).
Integrar las señales recibidas (para determinar si la información debe o
no ser transmitida).
Comunicar señales a células blanco (músculos, glándulas u otras
neuronas).
Estas funciones neuronales se reflejan en la anatomía de la neurona.
ANATOMÍA DE UNA NEURONA
Las neuronas, como otras células, tienen un cuerpo celular (llamado soma). El
núcleo de la neurona se encuentra en el soma. Las neuronas necesitan producir
muchas proteínas y la mayoría de la proteínas neuronales se sintetizan en el
soma.
Varias extensiones (apéndices o protuberancias) se proyectan desde el cuerpo
celular. Estas incluyen muchas extensiones ramificadas cortas, conocidas
como dendritas y una extensión separada que suele ser más larga que las
dendritas, conocida como axón.
LAS DENDRITAS
Las dos primeras funciones neuronales, recibir y procesar la información
recibida, generalmente ocurren en las dendritas y el cuerpo celular. Las señales
recibidas pueden ser excitatorias, es decir tienden a provocar que la
neurona dispare (generar un impulso eléctrico), o inhibitorias, o que tienden
a impedir que la neurona dispare.
La mayoría de las neuronas reciben muchas señales en todas sus ramificaciones
dendríticas. Una sola neurona puede tener más de un conjunto de dendritas y
puede recibir varios miles de señales. El que una neurona dispare un impulso
depende de la suma de todas las señales inhibitorias y excitatorias que recibe. Si
se logra activar la neurona, el impulso nervioso, o potencial de acción, se
conduce por el axón.
LOS AXONES
Los axones tienen varias diferencias con respecto a las dendritas.
Las dendritas tienden adelgazarse conforme se alargan y suelen estar cubiertas
de pequeños bultos llamados espinas. En contraste, el axón suele conservar el
mismo diámetro en la mayor parte de su longitud y no tiene espinas.
El axón surge del cuerpo celular en un área especializada llamada cono
axónico. En neuronas motoras e interneuronas, es ahí donde inicia el potencial
de acción.
Por último, muchos axones están cubiertos con una sustancia aislante especial
llamada mielina, que les ayuda a transmitir rápidamente los impulsos
nerviosos. La mielina nunca se encuentra en dendritas.
Cerca de su extremo, el axón se divide en muchas ramas y desarrolla estructuras
bulbosas conocidas como terminales axónicas (o terminales nerviosas).
Estas terminales axónicas forman conexiones con las células blanco.
LA SINAPSIS
Las conexiones neurona a neurona se forman sobre las dendritas y el cuerpo
celular de otras neuronas. Estas conexiones, conocidas como sinapsis, son los
sitios donde se transmite información de la primera neurona, o neurona
presináptica, a la neurona blanco o neurona postsináptica. Las conexiones
sinápticas entre neuronas y células del músculo esquelético generalmente se
llaman uniones neuromusculares y las conexiones entre neuronas y células del
músculo liso o glándulas se conocen como uniones neuroefectoras.
En las sinapsis, la información se transmite como mensajeros químicos
llamados neurotransmisores. Cuando un potencial de acción viaja por el
axón y llega a la terminal axónica, provoca que la célula presináptica libere un
neurotransmisor. Las moléculas de neurotransmisor cruzan la sinapsis y se
unen a receptores de membrana en la célula postsináptica y transmiten así una
señal excitatoria o inhibitoria.
De esta forma, el axón y sus terminales desempeñan la tercera función neuronal
básica: comunicar información a células blanco. Al igual que una sola neurona
puede recibir señales de muchas neuronas presinápticas, también puede hacer
conexiones sinápticas con numerosas neuronas postsinápticas mediante
diferentes terminales axónicas.
Las neuronas forman redes
Una sola neurona no puede hacer mucho por sí misma y la función del sistema
nervioso depende de grupos de neuronas que trabajan juntas. Las neuronas
individuales se conectan a otras neuronas para estimular o inhibir su actividad y
forman circuitos que pueden procesar la información entrante y producir una
respuesta. Los circuitos neuronales pueden ser muy simples, compuestos de
solo unas pocas neuronas, o pueden componerse de redes neuronales más
complejas.
Las neuronas individuales hacen conexiones con neuronas blanco y estimulan o
inhiben su actividad, lo que forma circuitos que pueden procesar la información
entrante y producir una respuesta.
¿Cómo se "hablan" las neuronas entre sí? La acción sucede en la sinapsis, el
punto de comunicación entre dos neuronas o entre una neurona y una célula
blanco, como un músculo o una glándula. En la sinapsis, el disparo de un
potencial de acción en una neurona —la neurona presináptica, o emisora—
provoca la transmisión de una señal a otra neurona —la
neurona postsináptica, o receptora—, lo que aumenta o disminuye la
probabilidad de que la neurona postsináptica dispare su propio potencial de
acción.
Hendidura Sináptica
Las neuronas no forman redes continuas, sino que existe un pequeño espacio
entre ellas (sinapsis) que debe atravesar el impulso nervioso para pasar de una
neurona a otra.
La sinapsis es la zona de transferencia de información de una neurona a otra.
Tiene tres elementos:
La neurona anterior (componente presináptico), cuyo axón libera
neurotransmisores a la neurona siguiente.
Espacio o hendidura sináptica.
Neurona posterior a la sinapsis (componente postsináptico), que contiene
receptores que captan los neurotransmisores liberados desde otras neuronas.
Dos neuronas adyacentes están unidas mediante la sinapsis. Cuando el
impulso nervioso llega al extremo del axón (componente presináptico), las
vesículas que contienen los neurotransmisores los liberan en la hendidura
sináptica, el pequeño espacio que queda entre las dos neuronas, adhiriéndose
a los receptores específicos de las dendritas (componente postsináptico) de la
siguiente neurona.
Neurotransmisores
En la transmisión química ocurre la liberación de mensajeros químicos
conocidos como neurotransmisores. Los neurotransmisores llevan
información de la neurona presináptica o emisora, a la célula postsináptica o
receptora.
Las sinapsis generalmente se forman entre las terminales nerviosas —
terminales axónicas— de la neurona emisora y el cuerpo celular o las dendritas
de la neurona receptora.
TERMINACIÓN DE LA SEÑAL
Una sinapsis solo puede funcionar con eficacia si hay alguna manera de
"apagar" la señal una vez que se envió. La terminación de la señal permite a la
célula postsináptica regresar a su potencial de reposo normal, lista para recibir
nuevas señales.
Para poder terminar la señal, el espacio sináptico debe limpiarse del
neurotransmisor. Hay varias maneras diferentes de lograr esto. El
neurotransmisor puede ser degradado por una enzima, la neurona presináptica
lo puede recaptar, o simplemente puede difundir hacia otro lado.
La recaptura por la neurona presináptica, la degradación enzimática y la
difusión, disminuyen los niveles de neurotransmisores, y finalizan la señal.
Cualquier cosa que interfiera con los procesos que terminan la señal sináptica
puede tener importantes efectos fisiológicos. Por ejemplo, algunos insecticidas
matan a los insectos mediante la inhibición de una enzima que degrada el
neurotransmisor acetilcolina. En una nota más positiva, se utilizan fármacos
que interfieren con la recaptación del neurotransmisor serotonina en el cerebro
humano como antidepresivos. La cocaína inhibe la recaptación del
neurotransmisor Dopamina.
Neurotransmisores y receptores
Diferentes tipos de neurotransmisores y sus diferentes tipos de receptores a los
que se unen.
Introducción
¿Sabías que hay miles de millones de neuronas —y billones de sinapsis— en tu
asombroso cerebro? (Con razón puedes aprender cualquier cosa, ¡incluyendo
neurobiología!) Las sinapsis son sinapsis químicas, lo que significa que
mensajeros químicos transportan la información desde una neurona a la
siguiente.
Los neurotransmisores son los mensajeros químicos que liberan las
neuronas en las sinapsis para poder "hablar" con las células vecinas. También
las proteínas receptoras en las células blanco les permiten "escuchar" el
mensaje.
Neurotransmisores convencionales.
Hay muchos tipos diferentes de neurotransmisor y ¡se siguen descubriendo
nuevos!
Los mensajeros químicos que actúan como neurotransmisores
convencionales comparten ciertas características básicas: se sintetizan en la
neurona presináptica, se almacenan en las vesículas sinápticas, se liberan
cuando entra Calcio en el axón terminal en respuesta a una potencial de acción y
actúan uniéndose a receptores en la membrana de la célula postsináptica.
Sistema límbico.
Hay evidencias de que lesiones en el hipotálamo lateral producen pérdida de los
comportamientos de apareamiento, alimentación y bebida, lo que refleja la
importancia de esta zona en la supervivencia.
El hipocampo es una región alargada por la cual las señales sensitivas
recibidas tienen la capacidad de poner en marcha reacciones conductuales con
diversos propósitos. La estimulación de distintas partes del hipocampo puede
dar lugar a casi cualquiera de los diferentes patrones comportamiento, como el
placer, la ira, la pasividad o el impulso sexual excesivo. Además, el hipocampo
tiene funciones en el aprendizaje y la memoria. Estudios demuestran que la
extirpación del hipocampo provoca la pérdida de la capacidad de nuevos
aprendizajes (amnesia anterógrada) y mantenimiento de la memoria a largo
plazo. Es un mecanismo neuronal crítico para la toma de decisiones ya que
determina la trascendencia de las señales sensitivas recibidas. Si un estímulo
neuronal tiene importancia emocional para la supervivencia, activará al
hipocampo, y es probable que su contenido se memorice. De esta forma, la
persona se habitúa a los estímulos indiferentes pero aprende rápidamente
cualquier experiencia sensitiva que genere placer o dolor. De esta forma, el
hipocampo participa de la traducción de la memoria de corto plazo en memoria
a largo plazo.
La Amígdala es una estructura límbica constituida por múltiples núcleos
pequeños y situados en el polo anteromedial de cada lóbulo temporal. La
activación ocurre ante reacciones de ira, huida, castigo, dolor intenso y miedo.
La extirpación de la amígdala en animales genera pérdida de temor (se vuelve
manso), curiosidad por todo, olvidos con rapidez de los castigos condicionados,
tendencia a llevarse cualquier cosa a la boca e impulso sexual intenso.
En general, parece que la amígdala es un área encargada de aportar
conocimiento para el comportamiento, que opera a un nivel inconsciente.
También parece remitir al sistema límbico cuál es el estado actual de la persona
en relación con el medio que lo rodea y con sus pensamientos. A partir de esta
información, la amígdala prepara la respuesta de comportamiento adecuada de
esa persona para cada ocasión.
La Corteza Prefrontal (PFC) también participa del sistema de recompensa.
Aunque las neuronas presentes a lo largo de la corteza cerebral disparan en
respuesta a estímulos gratificantes, la principal área cortical asociad con la
recompensa es la corteza orbitofrontal.
También se activa frente a los castigos, generando la inhibición de diversas
respuestas motoras.
El Pálido Ventral es una estructura que se encuentra dentro del globo pálido,
y recibe eferencias del estriado ventral. Participa durante el aprendizaje y los
comportamientos de recompensa-incentivo. Es un área muy estudiada en
relación a las conductas adictivas, al igual que el estriado ventral.
La glándula pituitaria o Hipófisis es una glándula endocrina encargada del
control de las funciones de otras glándulas. El hipotálamo se encuentra justo
encima de la hipófisis y determina qué hormonas libera esta. Esta glándula tiene
la capacidad de provocar la liberación de beta-endorfinas y oxitocina, que
generan alivio del dolor y regula las emociones.
Las nuevas investigaciones también han comenzado a mostrar cómo y por qué
el uso voluntario y temprano de drogas puede interactuar con factores
ambientales y genéticos para dar lugar a la adicción en algunas personas pero
no en otras.
ETAPAS DE LA ADICCIÓN
Para propósitos heurísticos, hemos dividido la adicción en tres etapas que se
repiten:
Atracón/Intoxicación
Abstinencia/Afecto negativo
Anticipación/Craving (Deseo)
Durante muchos años se creyó que con el tiempo las personas con adicción
podrían ser más sensibles a los efectos gratificantes de las drogas y que este
aumento de la sensibilidad se reflejaría en los niveles más altos de dopamina en
los circuitos cerebrales del proceso de recompensa (incluyendo el núcleo
accumbens y el estriado dorsal) que los niveles en las personas que nunca han
tenido una adicción a las drogas. Aunque esta teoría parecía tener sentido
(plausibilidad), la investigación ha demostrado que es incorrecta.
Las personas con adicción a menudo no pueden entender por qué se siguen
tomando la sustancia cuando ya no les parece agradable. Muchos afirman que
continúan para escapar de la angustia que sienten cuando no están en estado de
embriaguez. Por desgracia, aunque los efectos de acción corta del aumento de
los niveles de dopamina provocada por la administración de las drogas alivian
temporalmente esta angustia, el resultado de los atracones repetidos es
profundizar la disforia durante la retirada, lo que produce un círculo vicioso.
Capacidad de autorregulación
Toma de decisiones
Flexibilidad en la selección y el inicio de la acción
Atribución de relevancia (la asignación de valor relativo)
Seguimiento de error