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Plan de escritura Mio Cid

Favorece al género poético y deja de lado un poco el histórico.

Lo poético configura la honra para que suene exaltada y bella, mientras que los histórico es opacado
cuando estas dos entran en común acuerdo, por lo que el poema no resulta ser 100% fidedigno a la
historia real, gracias a que la configuración del poema deja entrever dos lados: el bueno y el malo; en el
texto, lo malo es siempre lo Musulmán o Moro, es por eso que cuando en los hechos reales, el Cid se
une a los moros para luchar contra los cristianos, aún allí defiende su honra, cosa que en plano del
Poema jamás podría haber pasado, porque ya no sería honra, ahora sería “traición”

Binarismo en el Mio Cid: Las dos caras de la honra del Ruy Díaz.

Momentos en los que los histórico se puede ver afectado por lo poético:

 El motivo del destierro, puede que en realidad el cid haya sido avaro y haya tomado más.
 Que las personas los sigan, puede jugar un papel más poético que histórico.

Citas:

“En medio de su sueño, se le apareció el arcángel San Gabriel que le dijo:

- Cabalgad Mio Cid, cabalgad, Campeador que nunca en tan buen hora cabalgo varón, y jamás,
mientras viviréis, os faltará la protección de Dios”

Se ve como la forma poética y divina impera en situaciones que afronta el Cid, en contraste con lo
histórico, y casi que entre líneas, es dicho que la victorias venideras del Cid para recuperar su honra son
gracias a Dios y no a que sea un fuerte caballero. (Pag. 29)

“Gran día en verdad aquel para la cristiandad! Los moros huyen de una parte a otra, perseguidos por las
huestes del Cid” (Pag. 41) (2)

Se ve a los moros como signo de algo malo, mientras que los cristianos son todo lo bueno, de nuevo se
marca ese binarismo en la historia, y esto apoyado a la idea de que en la historia no se mencione el
apoyo que en su momento tuvo Mio Cid con los moros.

“Al contar el Cid sus muertos, se dio cuenta que solo 15 no acudieron a su llamado” Pag. 42

De su carácter poético se toma el texto, y aunque no es seguro cuántos muertos pudo haber en la
batalla, el gran Cid vuelve a sacar a flote su honor en el texto a raíz de matar a la mayor parte de moros
y quedarse con su ejercito intacto.

Casi pareciera que entre más se aumenta el carácter honorario del Cid, resalta más lo poético e
imposible de la historia, y la construcción histórica entonces parece perder algo de valor, relegándose
solo a las ideas más generales de la verdad.

“Todas las tierras que cruza va saqueando, e incluso a Zaragoza la obliga a pagarle parias.” (Pag. 45)

Acá se ve diseminado el honor de lo poético y esta vez acompaña a lo histórico, en dónde pasa de ser
una heroica acción a ser un simple saque más y he aquí la diferencia entre el gran saqueo a ciudades
moras, en dónde cada palabra es pensada en función de resaltar el honor del Campeador, a este
fragmento, en dónde el saqueador podría incluso pasarse por un vil ladrón en tierra de moros, no hay
adornos, acotaciones o frases rimbombantes, hay una objetividad del texto.

“Es indudable que el favor de Dios lo acompaña. Su espada parece invencible y el temor cunde por toda
la comarca” Pág. 51 ¿Epigrafe?

El Cid parece invencible, en el marcó de un hecho real, que fue la conquista de Valencia, el autor
enmarca el honor que ha cosechado y que cosechará el Cid desde ahora con estas palabras, que
trascienden lo histórico y se ponen a merced de lo más poético y fantástico.

“Por mal que le quisiésemos, no le podríamos hacer mal, que siempre habrá de venceros en la guerra y
en la paz” (Pág. 64)

Podemos ver como incluso cuando los moros han sido derrotados, su honra se ha visto truncada y sus
gentes han muerto, se sigue dejando la honra del Cid como lo más importante dentro de la historia,
claramente ligado a lo poético de “ser derrotado” que en un contexto más histórico y fidedigno
denotaría más bien una obligación del vencido, una obligación que debe rendir frente a esa honra que
poseyera el Mio Cid.

“La fiera, cuando le vio, pareció atemorizarse y bajó la cabeza, sin atreverse a mirar al Cid. Este entonces
lo agarró del cuello, y llevándolo consigo, como quien lleva un caballo de la cabeza, lo obligó a entrar a la
jaula” (Pág. 85 y 86)

Así vemos una vez más el corte poético y fantástico, a la luz de la honra, que maneja la historia. La
configuración histórica queda una vez más de lado.

Conclusión:

El binarismo impera en el texto, lo bueno y lo malo; moros y cristianos; objetividad y subjetividad e


incluso histórico y poético. Y quizá eso hace al Cid iniciador de su especie, ese dualismo que logró
conseguir marcó un dualismo que hoy en día se sigue enmarcando en muchas obras escritas e incluso
del medio fílmico; a su vez es lo que lo hace único en su especie, el combinar dos elementos
actualmente tan distantes como son lo histórico y lo poético sin que se pierda la esencia de ninguno de
los dos.

adicionalmente se marcan otros tipos de binarismos subyacentes, como la idea de buenos y


malos, y con esto dicho, pareciera que el autor ligara conceptos como la honra, el bien y la
cristiandad en contraposición de conceptos como la deshonra, la maldad y los moros.

Conclusión 2:
Para concluir, el binarismo es el principal rasgo que impera en el texto: honra y deshonra, lo
bueno y lo malo; moros y cristianos; objetividad y subjetividad e incluso histórico y poético. En
este último, como lo expusimos al principio, se entreve que entre más subjetivo y poético sea el
texto, más honra construye alrededor del campeador, mientras que entre más histórico y
objetivo se torne la narración, más se puede discernir las acciones perpetradas por el
campeador. Y es quizá ese rasgo que hace al Cid iniciador de su especie, ese dualismo que
logró conseguir marcó lo que hoy en día sigue caracterizando muchas obras escritas e incluso
del medio fílmico; a su vez es lo que lo hace único en su especie, el combinar dos elementos
actualmente tan distantes como son lo histórico y lo poético sin que se pierda la esencia de
ninguno de los dos.

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