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FRANCISCO
NOS HABLA
DEL AMOR
QUE DIOS SIENTE
POR NOSOTROS
Selección de textos:
Matilde Eugenia Pérez T
PRESENTACIÓN
“Dios es Amor”, nos dice san Juan (cf.1 Juan 4, 8). El amor
es su ser, su esencia, y también su quehacer.
Dios es Amor y nos ama infinitamente a cada uno de los
hombres y mujeres que poblamos el mundo, ahora en
el presente, y también, por supuesto, en el pasado
transcurrido y en el futuro que vendrá.
Dios es Amor y nos ama con un amor que no tiene límites,
que no hace exclusiones. Un amor de Padre y de
Madre a la vez; un amor de Amigo y de Esposo, como
proclama hermosamente el Cantar de los cantares.
Dios es Amor y nos ama como nadie nos ha amado ni nadie
nos amará nunca.
Su amor es el fundamento de nuestro ser, de nuestra
existencia, y de la existencia de todos y cada uno de
los seres animados e inanimados que pueblan el
universo. Así lo leemos en el libro de la Sabiduría:
“Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste
aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho”
(Sabiduría 8, 24).
Su amor llena nuestro corazón y nuestra vida de fuerza y
entusiasmo, de alegría y de esperanza.
Dios es Amor. Amor creador, amor salvador, amor
santificador.
Dios es Amor y su amor es un amor de palabras y de obras
un amor que promete y cumple. Un amor que se da, un
amor que se entrega a plenitud. Un amor que todo lo
hace nuevo.
El amor de Dios es un amor concreto. Un amor cálido. Un
amor lleno de ternura y bondad. Un amor que nos
cuida y nos protege de todo peligro.
Dios es Amor. Amor “compasivo y misericordioso, lento a la
cólera y rico en piedad” (Salmo 103(102)8).
Un amor que nos acoge cada día en su seno. Un amor que
nos abraza. Un amor que nos acaricia. Un amor que
sana todas nuestras heridas, y perdona todos nuestros
pecados por grandes que sean..
Cuando tenemos la certeza de este Amor infinito de Dios
por nosotros, en nuestra mente y en nuestro corazón,
nuestro ser y nuestra vida son lo que tienen que ser,
llegan a donde tienen que llegar.
Cuando tenemos la certeza de este Amor infinito de Dios
por nosotros, en nuestra mente y en nuestro corazón,
nuestro ser y nuestra vida alcanzan su plenitud, porque
el Amor de Dios es un amor que inspira, que impulsa, que
mueve.
Este es el anuncio de Jesús, la Buena Noticia que Jesús
vino a traernos. La Buena noticia que el Papa
Francisco quiere que todos conozcamos y asumamos
personalmente, para que disfrutemos de ella, y para
que con nuestras obras y nuestras palabras la llevemos
al mundo, que necesita con urgencia conocerla.
Porque el Amor de Dios es la más grande, la más buena y la
más bella noticia que ha habido y que habrá. Una
noticia que sana los corazones heridos por el mal y el
pecado, y reconstruye las vidas truncadas, en la fe y la
esperanza.