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CANCIÓN DE AMOR
" Cuanto tiempo he andado taconeando por ahí se puede ver en mis talones.
Tampoco se puede sacar la telaraña de mi frente con un dedo.
Mas, lo que es grato en el ruidoso kikirikí
es que suena igual que ayer.
Pero un pensamiento negro tampoco puede ser mantenido en su lugar,
como el mechón de cabellos que cae oblicuamente de mi frente.
Y ahora no puedo soñar con nada, para existir menos,
para venir y pasar menos a menudo, para no obstruir
el tiempo. La parte pobre de la ciudad a través de la ventana
ofende mi vista, para que a su vez,
memorice al inquilino por su cara y no
por la manera que piensa, el lado opuesto.
Y dando vueltas en el cuarto como un shamán
enrollo como una madeja de lana
en mí mismo su vacío, para que mi corazón
pueda saber algo de lo que Dios sabe. "
" Un poema es el resultado de una cierta necesidad: es inevitable, al igual que lo es su forma.
Según dice la viuda del poeta, Nadeyda Mandelstam, en su Mozart y Salieri (obra obligada
para todo aquél que se interese por la psicología de la creatividad), «la necesidad no es una
coacción ni es la maldición del determinismo, sino que es un vínculo entre épocas, siempre que
la antorcha heredada de los antepasados no sea pisoteada». Las necesidades, por supuesto, no
pueden ser reproducidas como un eco, pero la indiferencia de un traductor ante formas que
están iluminadas y consagradas por el tiempo no es otra cosa que pisotear aquella antorcha.
La única cosa de bueno que tienen las teorías presentadas para justificar esta práctica es que
sus autores quedan compensados manifestando sus opiniones en letra impresa.
Como si fuera consciente de la fragilidad y perfidia de las facultades y sentidos del hombre, el
poema apunta a la memoria humana. A este fin, utiliza una forma que es esencialmente un
procedimiento mnemotécnico, permitiendo que el cerebro de un individuo retenga una
palabra —y simplificando la labor de retenerla— cuando se ha renunciado a todo el resto. La
memoria suele ser lo que resiste hasta el final, como si tratara de batir una marca de
permanencia. Puede ocurrir, pues, que un poema sea lo último en abandonar los babeantes
labios de un moribundo. Nadie esperaría de un inglés nativo que, en un momento así,
musitara los versos de un poeta ruso, pero si lo que murmurara fuera algo escrito por Auden
o Yeats o Frost, se encontraría más próximo a los originales de Mandelstam que los
traductores actuales.
Dicho en otras palabras, el mundo de habla inglesa todavía no ha oído esa voz nerviosa, pura,
aguda, empapada de amor, de terror, de memoria, de cultura, de fe... una voz que acaso
tiemble como la llama de una cerilla azotada por el viento, pero que es decididamente
inextinguible. La voz que permanece cuando se ha ido quien la tuvo. Uno siente la tentación
de decir que fue un Orfeo moderno: enviado al infierno, jamás volvió, mientras su viuda huyó
a través de la sexta parte de la superficie de la tierra, aferrada a su cacerola con las canciones
de él en su interior memorizándolas por la noche por si las Furias las encontraban tras una
orden de registro. Éstas son nuestras metamorfosis, nuestros mitos. "
ODA AL CONCRETO
" Me sobrevivirás, viejo y buen concreto,
como yo he sobrevivido, parece, a algunos hombres
que me habían tomado, también, por una especie de calle,
citando el color de los ojos o semblante.
TORNFALLET
La tomé en matrimonio
en una parroquia de granito.
La nieve prestó su blancura,
un pino fue testigo.
Y en la noche el testarudo
sol de sus castaños
cabellos brillaba en mi almohada
de un lado a otro.
Ahora en la distancia
escucho su canción.
Canta "Golondrina Azul",
pero yo no la puedo acompañar.
AMOR
*
Los peces en invierno viven.
Los peces mastican oxígeno.
Los peces en invierno nadan,
tocando con los ojos
el hielo.
Allá.
Donde es más profundo.
Donde el mar.
Peces.
Peces.
Peces.
Los peces nadan en invierno.
Los peces quieren salir.
Los peces nadan sin luz.
Bajo el sol
invernal y vacilante.
Los peces nadan de la muerte
por el camino eterno
de los peces.
Los peces no derraman lágrimas:
apoyando la cabeza
en los bloques,
en el agua fría
se hielan
los ojos fríos
los peces.
Los peces
siempre callados,
pues ellos -
son silenciosos.
Los poemas sobre los peces,
como los peces,
se levantan a través
de la garganta.
VALSECITO
MÚSICA SUECA
K.J.
A MI HIJA
EN UNA CONFERENCIA
Vivía en Leningrado, era poeta, tenía veintitrés años y sería arrestado. Las autoridades
soviéticas lo acusaron de ser holgazán y de propagar estados de ánimo decadentes.
Joseph Brodsky había nacido en 1940 un año después de que los alemanes sometieran su
ciudad natal a un pavoroso bloqueo.A la orilla del río Neva junto al mar Báltico queda esta
ciudad de clásicas proporciones. No es posible imaginar otra ciudad tan entregada a las
palabras y a la literatura. Sus seres fantásticos y extravagantes del siglo 19 produjeron las
narraciones de Gogol. El desmesurado poder de los zares dio origen a una literatura crítica
en la que el hombre es aplastado por un poder estatal inhumano. La casi irrealidad de las
enormes avenidas y de sus simétricos palacios clasicistas con el horizonte del mar que arroja
neblinas sobre la urbe fue el lugar de los símbolos y del amor disolvente del poeta Alexander
Blok.Allí nació y vivió hasta los 32 años el poeta Joseph Brodsky. Fue en uno de sus tribunales
donde escuchó el veredicto de condena a cinco años de trabajos forzados, que gracias a la
presión de sus amigos, entre ellos estaba la poeta Anna Ajmatova, se redujeron a dos. El juicio
se realizó el 29 de noviembre de 1963, en el mismo año en que escribió su magnífica oda al
predicador y poeta inglés John Donne.
En N.Y. seguía escribiendo habiendo logrado con otra decisión de libertad, superar la
dependencia idiomática que ata a un escritor con su antigua vida, pues ahora escribía agudos
y originales ensayos en inglés. Podría decirse que no hacía otra cosa que verter parte de su
experiencia en ruso a las sofisticadas formas del análisis de la métrica de sus poetas, al
desciframiento de las máscaras de autores predilectos y a la exploración de ciudades
imaginadas desde su cultura y su pasado. Aunque se repetía: “Lo poco que logro recordar, se
reduce aún más ahora que lo recuerdo en inglés”. Luchaba con el recuerdo poderoso de su
idioma natal que al ser evocado en su contenido vivido, se desprendía en girones de sus frases
escritas en un inglés preciso y refractario al pasado en otro idioma.Los términos del lexicón
ruso-soviético que Brodsky traducía en los fragmentos de sus memorias escritas en inglés
impecable, a lo mejor fueran entendidas por sus nuevos lectores en la clave que el más
detestaba, la de la sovietología, porque los ricos matices de la evocación de su infancia y de su
juventud que están en la estupenda narración “poltary komnaty” o “habitación y media”,
quedaban para sus lectores en Rusia. Que no tenían libertad de leerlo y que no sospechaban
de la existencia del poeta, exceptuando una ínfima minoría de sus amigos.Y así el costo
equilibraba la ganancia, o la sobrepasaba. El poeta que había escrito en su discurso al recibir
el Nóbel, acaso se viera a sí mismo: “La tragedia rusa, es precisamente la tragedia de una
sociedad cuya literatura quedó convertida en prerrogativa de una minoría, la célebre
intelligentzia rusa”. Era su tragedia personal como escritor, pues él mismo estaba convertido
en código de una muy pequeña minoría lectora de sus ensayos en inglés, pero que no podrían
serlo de sus poemas escritos en un idioma cuyo desciframiento, cuyos múltiples matices
cotidianos, culturales, cuyas alusiones quedaban para los lectores de poesía en Piter.
Como Bulgakov, el narrador de las acechanzas del diablo en la Moscú atea de los años treinta
y como Mandelshtam, sería leido treinta años después.El inglés reemplazaba ahora al idioma
ruso aunque no lo sustituyera. La memoria del poeta no podía ser contenida en las sílabas
cortas del idioma anglosajón. Joseph Brodsky entonces le fue dando un nuevo continente a su
nostalgia, se marcharía a Venecia, en el mar Adriático, más cerca del norte.Todos los
inviernos aprovechando sus vacaciones de maestro de literatura en N.Y. el poeta regresaba a
la fabulosa ciudad sobre las islas en el norte de Italia. Desde los versos de A. Pushkin a la
ciudad sobre el mar, Venecia ha sido un sueño de la poesía escrita en Sanct Petersburg. El
viaje anual de Brodsky, era a su manera una expedición a las quimeras de la poesía en ruso
escrita en el siglo 19. Era una manera de trasladar su amor a Piter sin traicionarse.El artista
se dejaba envolver por las formas de los canales sobre el agua de una ciudad que no le
pertenecía. Ella además, era la encarnación más perfecta de la noción que su generación
compartía sobre la cultura, la historia, la arquitectura y la belleza tocada por la decadencia.
Su amor por Venecia era la creación de su destino escogido y de la soledad que lo
acompañaba.La amaba pues él no esperaba ninguna respuesta. De la misma manera como
amaba el idioma ruso, siendo un escritor casi sin lectores. Así volvía a Venecia donde a duras
penas él se expresaba en lengua italiana, volvía para entre otras cosas, encontrar el rostro
fugaz de una veneciana que alguna vez, hacía muchos años había conocido en Piter. Y cuya
belleza, descubre Brodsky en Venecia, es una forma vacía. Ella era un bello estilo de la
moda, lo único que quedaba en Italia de su gran arte, era el fashion de Giorgio Armani.Uno
puede sospechar que el poeta se deleitaba con la belleza absurda de quien se halla obsedido
por un amor sin contrapartida. Brodsky regresaba a Venecia que aunque escuchara sus
declaraciones, o lo viera por sus plazas, le prestaba poca atención. Los venecianos sabían que
los turistas iban a gastar su dinero y ellos les vendían a cambio fotos de su ciudad; un turista
no tiene nada de poético, son clientes con dinero. El poeta no ignoraba tal indiferencia. Era
suficiente que le proporcionara el deleite intraducible de retornar a través de las imágenes del
agua y la arquitectura de otra época y las heladas de enero (en uno de sus viajes fue tal la
helada en el hotel que casi se muere y tuvo que abandonar la ciudad) a Piter, la ciudad en el
Báltico. Venecia podría convertirse en la imaginación del poeta en su espejismo estético de
Sanct Petersburg.
“…. en ningún caso, ni con una pistola en la sien vendría a Venecia en verano, no aguanto el
calor ni el mal olor de los motores y el de los sobacos mucho menos. Las manadas en shorts,
sobre todo las que ladran en alemán, irritan a los nervios debido a la grosería de su anatomía
que no puede compararse con las columnas, los pórticos y las estatuas… Independientemente de
cómo se mantenga tu cuerpo, en esta ciudad hay que cubrirlo con vestidos”.) El poeta Brodsky
aún con su sarcasmo disolvente hacía parte de la misma tradición de los poetas Anna
Ajmatova, o Alexander Blok. Italia para ellos era la obstinación junto a la muerte del arte que
sobrevive después de todo: a la vulgaridad, a la historia, a los Estados. Bizancio había sido
destruida, pero el arte de Venecia permanecía como continuaba viva en el desastre de su
historia, la lengua rusa (en parte continuadora del ritmo de la Grecia que preservó Bizancio).
Ella seguía existiendo para que el ojo fuera instrumento de la arquitectura reflejada en sus
aguas, para que el poeta fuera instrumento de la lengua que podía evocarla.Al regresar
Brodsky con convicción y sin esperanza a Venecia, estaba poseído por aquel amor irracional y
cultivado intelectualmente por la ruinosa ciudad de viejas formas culturales. El sabía el costo
de su amor : “A pesar de todo el tiempo, la sangre, la tinta, el dinero y todo lo demás que gasté
y despilfarré, nunca pretendí convincentemente, incluso ante mí mismo, que hubiese
adquirido un poco de los aires de por aquí, que hubiera podido convertirme, aunque fuera en
un modesto sentido en un veneciano. La débil sonrisa de reconocimiento de la dueña del hotel
o de las tratorías, no cuentan y a nadie podrían engañar los vestidos comprados aquí.
Paulatinamente me fui convirtiendo en inquilino permanente de dos estados”.
ELEGÍA A LENINGRADO
I
III
IV
Telémaco hijo,
La guerra de Troya ha terminado.
Quién fue el vencedor, no lo recuerdo.
Tal vez los griegos, es costumbre suya
arrojar tantos cadáveres fuera de sus casas…
Y a pesar de todo tan largo resultó el camino a casa,
como si durante nuestra ausencia
Poseidón hubiera prolongado el regreso.
No sé dónde estoy, ni qué hay al frente.
En esta isla asediada por la desidia,
por el rastrojo, por los muros sin concluir y por el gruñido
de los cerdos; hay una princesa y un jardín desolado,
no veo más que piedras y vegetación.
Amado Telémaco, todas las islas se parecen
al final de tantos viajes y la mente
se extravía contemplando a las olas,
los ojos, agobiados por el horizonte,
se llenan de lágrimas.
No recuerdo qué pasó después de la guerra,
ni cuántos años tienes ahora.
Crece Telémaco, querido,
sólo los dioses saben si habremos de vernos.
Ya no eres el niño de entonces,
¿recuerdas que me veías enfrentar a los toros?
Si no hubiera sido por Palamedas, estaríamos juntos.
Pero acaso tenía razón, sin mí
te has librado del complejo de Edipo,
+++
Ingresé a la celda en lugar del salvaje animal,
consumí mi tiempo y atravesé la histeria en una barraca,
viví junto al mar, aposté al azar,
vestido de frac cené con quien resultaría un traidor.
Desde la altura de un glaciar avizoré medio mundo,
tres veces naufragué, dos veces fui cortado.
Abandoné al país donde me alimentaron.
Con los que me olvidaron se poblaría una ciudad.
Me fui errante por las estepas llenas de los ecos de Atila,
estaba vestido con lo que siempre pasaba de moda,
sembré centeno y me protegía con encerado para embalajes.
Y lo único que no bebí fue agua seca.
Admití en mis sueños la negra pupila del centinela,
sin perder una migaja devoré el pan del destierro.
Mis cuerdas vocales emitieron todos los sonidos, más allá del aullido,
modulé después el susurro.
He cumplido cuarenta años.
¿Qué debo decir sobre la vida? que resultó dilatada.
Sólo siento solidaridad con el dolor.
Pero mientras no tapen mi boca con barro,
lo único que tendré serán palabras agradecidas.
24 de mayo de 1980
+++
Ahora que sé tanto de mi vida,
de las ciudades, de las prisiones y de las habitaciones
donde perdía la razón, sin volverme loco.
acerca de los mares en los que
me ahogaba y sobre aquellos
a quienes al final no retuve entre mis brazos,…
Ahora hubieses podido decir, suspirando:
“La suerte fue generosa con él”
y los sentados junto a la mesa
asentirían en silencio.
A las personas normales jamás nos pasaría por la cabeza, que uno pueda volver a casa y
hallar ruinas donde estaba el hogar: No podemos imaginar que sea posible perder los brazos y
las piernas en un accidente del tren o del tranvía: Nos enteramos de todo esto… ¡Gracias a
Dios!… a través de penosos rumores, pero es este el porcentaje convenido de infelicidad, esta
es la rosa de las desgracias.
A EUGENIO
1975
Español: Escultura de Dzahui, dios mixteco de ...Español: Escultura de Dzahui, dios mixteco
de la lluvia. Fue realizada en cerámica. Procede del istmo de Tehuantepec. Período posclásico.
Colección del MNA de la Ciudad de México. (Photo credit: Wikipedia)
El explorador polar
22 de julio de 1978
1963
ANTI-SHENANDOAH:
I. SALIDA
“¿Por qué me llamas Johnny cuando sabes que soy Billy, Mary?
¿Quizá por inercia? Es Johnny con el que te quieres casar,
no yo. Pero él no está en Persia, se marchó a Varsovia,
aunque después de 1945 también es una ciudad diferente.”
II. LLEGADA
“No deberíamos hablar por los otros cuando las cosas se ponen mal.
Tú podrás no tener el futuro, pero yo sí.
El futuro es derivado; ellos pueden romper cráneos,
pero como ellos han sido tan primitivos, nosotros hemos tenido Pascales.”
III. ESTRIBILLO
1992
CANTO DE BIENVENIDA
EL BUSTO DE TIBERIO
Poemas sacados del libro “No vendrá el diluvio tras nosotros. Antología poética”, editado por
el Circulo de lectores en el 2000