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TRATAMIENTO DE
HIPERTIROIDISMO
ENDOCRINOLOGIA
NOVENO A
WILSON ALVAREZ, GISELL AVILES, DANIELA PALOMEQUE,
SEBASTIAN SAQUICELA, YESSENIA SARMIENTO
INDICE
1. TRATAMIENTO DE ENFERMEDAD DE GRAVES ............................................................................... 2
1.1. TRATAMIENTO FARMACOLOGICO ........................................................................................ 3
1.2. TRATAMIENTO QUIRURGICO .................................................................................................. 4
1.3. TRATAMIENTOS ALTERNATIVOS ........................................................................................... 5
1.4. TRATAMIENTO CON YODO RADIOACTIVO .......................................................................... 6
1.5. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES ......................................................................... 7
2. TRATAMIENTO EN EMBARAZADAS CON HIPERTIROIDISMO ..................................................... 8
2.1. TRATAMIENTO FARMACOLOGICO ........................................................................................ 9
2.2. MANEJO QUIRÚRGICO ............................................................................................................. 10
2.3. TORMENTA TIROIDEA ............................................................................................................. 10
2.4. CONTROL FETAL ....................................................................................................................... 11
2.5. TRATAMIENTO FETAL ............................................................................................................. 12
2.6. PARTO .......................................................................................................................................... 12
2.7. POSTPARTO Y LACTANCIA .................................................................................................... 12
3. TRATAMIENTO BOCIO MULTI NODULAR TOXICO ....................................................................... 12
3.1. TRATAMIENTO FARMACOLOGÍCO ...................................................................................... 12
3.2. TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO ................................................................................ 13
3.3. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO ................................................................................................ 13
4. TRATAMIENTO ADENOMA TOXICO ................................................................................................. 13
4.1. TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO. ............................................................................... 13
4.2. TRATAMIENTO QUIRURGICO. ............................................................................................... 14
5. HIPERTIROIDISMO LEVE SUBCLINICO ............................................................................................ 14
5.1. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO. ..................................................................................... 14
6. HIPERTIROIDISMO INDUCIDO POR YODURO ................................................................................. 14
6.1. TRATAMIENTO FARMACOLOGICO. ..................................................................................... 14
7. TRATAMIENTO PARA OFTALMOPATÍA POR COMPLICACION DEL HIPERTIROIDISMO. ..... 15
8. TIROTOXICOSIS TRANSITORIA.......................................................................................................... 15
TRATAMIENTO ...................................................................................................................................... 15
9. TIROIDITIS SUBAGUDA ....................................................................................................................... 16
10. OTRAS CAUSAS DE TIROTOXICOSIS CON CAPTACIÓN DE YODO RADIACTIVO BAJAN
16
TIROTOXICOSIS PROVOCADA (FICTICIA) ....................................................................................... 16
TIROTOXICOSIS POR TEJIDO EXTRATIROIDEO............................................................................. 17
TIROTOXICOSIS POR CARCINOMA DE TIROIDES METASTÁSICO ............................................ 17
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................................... 19
1
ENFERMEDAD DE GRAVES
EN EL EMBARAZO
ADENOMA TOXICO
LEVE SUBCLINICO
TIROTOXICOSIS TRANSITORIA
TIROIDITIS SUBAGUDA
OTRAS CAUSAS DE
TIROTOXICOSIS CON CAPTACIÓN
DE YODO RADIACTIVO BAJAN
No es posible tratar los factores patógenos básicos de la enfermedad de Graves sin asumir ciertos
riesgos. Los tratamientos existentes para sus manifestaciones, tanto tirotóxicas como oftálmicas, tienen
todos ellos efectos secundarios significativos. La ausencia de acuerdo en qué tratamiento es preferible
se debe al hecho de que ninguno de ellos resulta ideal.
El tratamiento del hipertiroidismo está diseñado para limitar la secreción hormonal, bien mediante
compuestos químicos inhibidores de la síntesis o la liberación de hormonas, bien disminuyendo la
cantidad de tejido tiroideo. Hay tres opciones eficaces y la elección de la más adecuada está
determinada por las preferencias del médico y del paciente. En EE. UU. El tratamiento de mayor
aceptación es el yodo radiactivo, mientras que en Europa la preferencia se orienta a los fármacos
antitiroideos. La cirugía primaria se utiliza menos en general, y depende de la capacidad y la
experiencia de los profesionales disponibles.
2
1.1.TRATAMIENTO FARMACOLOGICO
Tionamidas: Los principales fármacos para tratar la tirotoxicosis son tionamidas, como metimazol,
PTU y carbimazol. Los fármacos antitiroideos bloquean la síntesis de hormona tiroidea por la glándula
tiroides. Además de este mecanismo ofrece la ventaja del control de la enfermedad de modo indirecto
al actuar sobre el sistema inmunológico. El propiltiouracilo inhibe además la conversión periférica de
tiroxina en triiodotironina. Atraviesa en menor medida que los otros antitiroideos la barrera placentaria,
por lo que es de elección en embarazadas. El uso de antitiroideos no contraindica la lactancia, aunque
debe utilizarse la menor dosis necesaria. El riesgo de hepatotoxicidad es mayor que con el MTZ o el
CMZ. La tasa de recidivas con el tratamiento antitiroideo es más frecuente respecto a la que presentan
las otras opciones terapéuticas disponibles.1
Inhibidores del transporte de yoduro: Tanto el tiocianato como el perclorato de potasio inhiben el
transporte de yoduro tiroideo y se han empleado para tratar el hipertiroidismo. Inconvenientes teóricos
y prácticos, como sus frecuentes efectos secundarios, descartan su uso, salvo en circunstancias
especiales. El perclorato se ha empleado en el hipertiroidismo inducido por amiodarona.2
3
Yodo y fármacos que lo contienen: El yodo puede administrarse directamente o estar contenido en
medios de contraste de uso terapéutico. Sin embargo, en la actualidad, rara vez se emplea como
monoterapia. Su mecanismo de acción en el control de la tirotoxicosis es distinto del de las tionamidas.
Aunque un exceso de varios miligramos de yodo inhibe de forma aguda la unión orgánica (efecto
Wolff Chaikoff agudo), probablemente este fenómeno transitorio no contribuye a lograr una acción
terapéutica. En cambio, el principal mecanismo de actuación del yodo es la inhibición de la liberación
de hormonas.2
En la enfermedad de Graves, el yodo retarda de forma aguda la velocidad de secreción de T4, un efecto
que desaparece de inmediato cuando se suspende su administración. Estas características de la acción
del yodo implican tanto inconvenientes como ventajas. El enriquecimiento de las reservas de yodo
orgánico glandular, que se produce cuando este se administra solo, retrasa la respuesta clínica a las
tionamidas aplicadas posteriormente, en tanto que la reducción de la CYR originada por el yodo retrasa
varias semanas el uso
La dosis de yodo más baja requerida para controlar la tirotoxicosis es de aproximadamente 6 mg/día,
aunque en general se utilizan cantidades muy inferiores. El equivalente a 6 mg de yodo está presente
en una octava parte de 1 gota de solución saturada de yoduro de potasio (SSKI) o en aproximadamente
1 gota de solución de Lugol; no obstante, muchos médicos recetan de 5 a 10 gotas de una de estas
preparaciones tres veces/día. Aunque se aconsejan cantidades superiores a la dosis eficaz mínima
sugerida,
las cantidades masivas de yodo implican mayor probabilidad de reacciones adversas. Nosotros
recomendamos usar un máximo de 2 o 3 gotas de SSKI dos veces/día.2
Las reacciones adversas al yodo son inhabituales y, en general, no importantes; cabe citar entre ellas
exantema, ocasionalmente acneiforme, fiebre medicamentosa, sialoadenitis,
1.2.TRATAMIENTO QUIRURGICO
1.3.TRATAMIENTOS ALTERNATIVOS
Litio: El carbonato de litio inhibe la secreción de hormona tiroidea, se administra en dosis de 300-450
mg cada 8 horas, se emplea solo en el control temporal de la tirotoxicosis en casos de alergia a las
tionamidas y al yoduro. Ello se debe a que el efecto de bloqueo se pierde con el tiempo. El objetivo es
mantener una concentración sérica de litio de 1 mEq/l.3
5
1.4.TRATAMIENTO CON YODO RADIOACTIVO
El yodo radiactivo induce ablación de la tiroides sin las complicaciones propias de la cirugía. Se ha
considerado que esta forma de tratamiento puede provocar leucemia o incremento de las tasas de
mutación celular, habiéndose estimado un riesgo adicional de 0,8% para el desarrollo de cáncer a lo
largo de la vida, atribuible a una dosis de 15-mCi de 131-I a los 20 años de edad. 3
Durante la infancia los fármacos antitiroideos continúan siendo la primera opción terapéutica. Ya que,
en un niño de 5 años de edad, el riesgo de desarrollo de cáncer a lo largo de la vida tras una dosis de
15 mCi de 131I es del 4%. 3
El empleo de yodo radiactivo en mujeres en edad reproductiva continúa estando poco aceptado y está
contraindicado durante el embarazo, el 131-I no debe administrarse durante al menos 8 semanas tras
la suspensión de la lactancia, ya que se concentra en la leche materna. 3
Preparación para el tratamiento: Los fármacos antitiroideos se utilizan en altas dosis antes del
tratamiento con yodo radiactivo para aminorar el incremento posterior a este de la liberación de
hormonas tiroideas, su suspensión se realiza de 3 a 7 días antes del tratamiento, en caso de que sea
necesario, se reintroducen 7 días después del mismo. 3
Ese aumento se considera especialmente peligroso en grupos de edad avanzada con cardiopatía
isquémica, en los que se han notificado casos de muerte por causas cardíacas. 3
Los antitiroideos también pueden prevenir la elevación de los autoanticuerpos tiroideos, inducida por
el tratamiento con yodo radiactivo, que puede afectar a la oftalmopatía. 3
Una dosis de 20 mCi mitiga el hipertiroidismo en casi todos los pacientes y produce hipotiroidismo en
alrededor del 90% de ellos. 3
6
A las mujeres que planean quedarse embarazadas se les debe aconsejar que esperen al menos 6 meses
para hacerlo tras recibir tratamiento con 131-I, a fin de permitir la resolución de cualquier posible
efecto transitorio de la radiación gonadal y la estabilización de la función tiroidea. 3
Si, tras un período de 6 meses, el hipertiroidismo aún está presente y el paciente está sintomático, el
tratamiento se repite, generalmente con una dosis equivalente a 1,5 veces la inicial de 131I o, en
cualquier caso, ablativa. 3
1.5.TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES
En las formas graves de oftalmopatía infiltrativa, los glucocorticoides constituyen el pilar del
tratamiento. 3
Los glucocorticoides pueden también ser muy efectivos en mejorar la agudeza visual en casos de
neuropatía óptica, mientras los corticoides orales consiguen una mejoría clínica significativa en
alrededor de dos tercios de los casos y previenen la aparición o el empeoramiento de la oftalmopatía
en pacientes que van a recibir tratamiento con 131-I. Puede utilizarse prednisona en dosis iniciales
elevadas de hasta 140 mg/día o prednisolona en dosis equivalentes que se irán reduciendo
progresivamente. 3
El uso de Radioterapia: Con un acelerador lineal de supervoltaje puede alcanzarse la dosis total de 20
Gy, repartidos en cinco sesiones diarias de 2 Gy por semana durante 2 semanas para no lesionar los
tejidos adyacentes y reducir el efecto que puede tener la irradiación sobre la aparición de cataratas. 3
Crisis tirotoxica: Para combatir la secreción aumentada de hormonas tiroideas, deben administrarse
fármacos antitiroideos cada 4-6 h. La mayoría de los autores aconsejan el propiltiouracilo (200-300
mg/4-6 h) por su efecto sobre la desyodación periférica de la tiroxina, aunque puede utilizarse también
7
el metimazol en dosis de 20 mg cada 4-6 h. Estos fármacos se administrarán por sonda nasogástrica e,
incluso, por vía rectal si fuera necesario. Puede añadirse yodo (30 gotas diarias de solución de Lugol®
p.o. o 1 g de yoduro sódico i.v. cada 8 h para bloquear la liberación de T4 y de T3 de la glándula
tiroidea) o ácido iopanoico, que adicionalmente bloquea la conversión de T4 a T3 tanto a nivel
intratiroideo como periférico, sobre todo cuando se pretende programar tiroidectomía en un plazo no
superior a las dos semanas siguientes. 3
El hipertiroidismo durante el embarazo se asocia a diversas complicaciones tanto para la madre como
para el niño. Aunque el hipertiroidismo gestacional leve no provoca aumento significativo del riesgo
materno o fetal, la tirotoxicosis grave sí causa numerosas complicaciones y pone en peligro las vidas
de la madre y del feto. Por otra parte, el abordaje del hipertiroidismo durante la gestación puede
constituir un problema mayor que el propio diagnóstico. La enfermedad de Graves se agrava en
ocasiones en el primer trimestre, mientras que en los sucesivos se registra una influencia atenuante
sobre el estado hipertiroideo, como consecuencia de la inmunodepresión asociada al embarazo. Esta
es también una de las escasas situaciones clínicas en las que una prueba de la actividad biológica de
los TR-Ab resulta útil para predecir el potencial efecto sobre el recién nacido. Reviste asimismo
especial utilidad en mujeres embarazadas que anteriormente han recibido tratamiento ablativo del
hipertiroidismo de Graves y que aún presentan niveles altos de TR-Ab. 4
8
2.1.TRATAMIENTO FARMACOLOGICO
Antes de iniciar un manejo específico, es primordial realizar una consejería apropiada, teniendo en
cuenta los efectos adversos que los medicamentos pueden producir. Los medicamentos antitiroideos
(ATD) son la base en el manejo; el yodo radiactivo está contraindicado durante el embarazo y la
tiroidectomía solo se recomienda en casos específicos.4
Los ATD son tioamidas que disminuyen la organificación del yodo y su unión a monoyodotirosina y
diyodotirosina, con consecuente inhibición de la síntesis de las hormonas tiroideas. Esta inhibición no
es completa y su efecto es gradual hasta llegar a la normalización en algunas semanas. Los
medicamentos disponibles de este grupo incluyen el metimazol (MMI), carbimazol (CMZ) y
propiltiouracilo (PTU); todos estos fármacos cruzan la placenta y son igualmente efectivos en el
manejo del hipertiroidismo durante el embarazo. La dosis inicial depende de la severidad de los
síntomas y el grado de hipertiroxinemia. 4
La meta del tratamiento es mantener los niveles de hormonas tiroideas lo más cercano a rangos
normales, utilizando las dosis más bajas posibles; en la mayoría de los casos, la dosis se puede
disminuir después del primer trimestre. El seguimiento de la función tiroidea es importante; las
recaídas pueden presentarse aproximadamente en 30% a 50%; se debe evaluar con frecuencia, cada 2
9
a 4 semanas desde el inicio de la terapia y cada 4 a 6 semanas al alcanzar las metas. El exceso de
tratamiento (sobretratamiento) puede inducir hipotiroidismo y bocio fetal. 4
Los betabloqueadores, como el propanolol (10 a 40 mg cada 6 a 8 horas), pueden ser utilizados para
controlar los síntomas; la dosis debe ser reducida según la respuesta, ya que su uso a largo plazo se ha
relacionado con restricción del crecimiento intrauterino (RCIU), bradicardia fetal e hipoglicemia
neonatal.4
2.2.MANEJO QUIRÚRGICO
La tiroidectomía debe ser considerada en caso de reacciones adversas severas a los medicamentos
antitiroideos; en la paciente en quien no se logra el eutiroidismo a pesar de las dosis elevadas; o en
caso de no adherencia con hipertiroidismo no controlado. Si está indicada, se considera que el
momento óptimo de realizar la cirugía es el segundo trimestre, aunque el riesgo de pérdida fetal
persiste. Posterior a la tiroidectomía, se produce una disminución gradual de los anticuerpos y es
necesario continuar la terapia antitiroidea; su suspensión puede resultar en hipertiroidismo fetal, lo que
hace necesario un control fetal a pesar de la adecuada respuesta materna.
2.3.TORMENTA TIROIDEA
La terapia antitiroidea a dosis altas debe iniciarse tan pronto como sea posible, siendo preferible el uso
de PTU por su capacidad de bloquear la conversión de T4 a T3. Una hora después del inicio de la
ATD, debe adicionarse alguna forma de yodo por vía oral, para bloquear la liberación hormonal desde
10
la glándula tiroidea; se debe iniciar el yodo solo una vez que se haya empezado la ATD; de lo contrario
puede empeorar la tirotoxicosis. Los glucocorticoides (hidrocortisona o dexametasona) pueden ser
útiles en el bloqueo periférico de las hormonas tiroideas. El factor desencadenante debe ser detectado
y tratado siempre que sea posible. El parto y la cesárea deben ser postergados hasta que la condición
materna se estabilice, porque pueden exacerbar la tormenta tiroidea. En general, la tormenta tiroidea
es una condición que amenaza la vida, requiere una detección temprana y un manejo en unidades de
cuidado intensivo y monitoreo materno-fetal continuo.4
2.4.CONTROL FETAL
Dado que los anticuerpos TSI atraviesan libremente la placenta y pueden actuar sobre la glándula
tiroidea fetal (0.01% de las gestaciones) su determinación será necesaria en primer trimestre y a las 22
semanas de gestación en las gestantes que presenten:5
- Enfermedad de Graves
- Historia de Enfermedad de Graves tratada con 131I o tiroidectomía antes de la gestación
- Neonato previo con Enfermedad de Graves
- Anticuerpos TSI elevados antes de la gestación o al inicio de la gestación
11
parto, aquellas con 1 o más determinaciones de TSI durante el embarazo y aquellas en tratamiento con
ATD.5
2.5.TRATAMIENTO FETAL
Bocio hipertiroideo: Si existe sospecha de bocio hipertiroideo fetal en pacientes aun no tratadas,
deberán iniciarse tratamientos antitiroideos. En caso de que la madre ya esté en tratamiento, se
incrementara la dosis de MMZ. Si la madre desarrolla un hipotiroidismo como consecuencia del
tratamiento, se administrará levotiroxina (única indicación de tratamiento combinado)5
2.6.PARTO
No existen riesgos especiales y las exacerbaciones suelen ser más frecuentes tras el parto. Los neonatos
de madres con enfermedad de Graves precisarán controles analíticos para descartar disfunción
tiroidea.5
2.7.POSTPARTO Y LACTANCIA
En el posparto también se precisan controles seriados del perfil tiroideo (TSH y T4L) ya que en la
Enfermedad de Graves puede existir una exacerbación de la enfermedad. Incluso se han descrito
nuevos brotes tras el parto en Enfermedad de Graves en principio curada. El metimazol a dosis < 30
mg/día y en 2ª línea el PTU a dosis < 300 mg/día se consideran seguros en la lactancia; se recomienda
administrarlos en dosis divididas y después de las tomas5
3.1.TRATAMIENTO FARMACOLOGÍCO
El reemplazo de la hormona tiroidea: Con levotiroxina (Levoxyl, Synthroid, Tirosint) resolverá los
síntomas del hipotiroidismo y disminuirá la liberación de la hormona estimulante de la tiroides de su
glándula hipofisaria, lo que a menudo disminuye el tamaño del bocio. 6
12
3.2.TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO
Tratamiento con yodo radiactivo El yodo radiactivo puede ser el tratamiento de elección para
pacientes con bocio multinodular tóxico, a pesar del desacuerdo sobre la magnitud y el número de las
dosis requeridas para conseguir una respuesta terapéutica. 6
Ablación con radiofrecuencia: procedimiento con el que se aplican altas temperaturas al nódulo por
medio de una punción, lo cual genera necrosis por coagulación del tejido nodular. Puede ser una
alternativa a la cirugía en caso de nódulos tiroideos crecientes, grandes, sólidos, sin calcificaciones,
que requieren tratamiento debido a los síntomas locales (compresión) y que no pueden someterse a
cirugía tradicional. Antes del uso de este método, debe volver a excluirse el cáncer tiroideo. 6
3.3.TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
El tratamiento con metimazol debe interrumpirse el día de la cirugía, mientras que la dosis del β-
bloqueante debe reducirse gradualmente para retirarlo a los pocos días tras la cirugía. Antes de la
cirugía no administrar yoduro de potasio, controlar las concentraciones séricas de calcio y vitamina D
y considerar el tratamiento profiláctico con calcio y vitamina D. Tras la tiroidectomía empezar
restitución tiroidea con L-T4, valorar la función tiroidea, la concentración sérica de calcio y, en caso
de necesidad, también la de PTH. 6
4.1.TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO.
Si una biopsia muestra un nódulo tiroideo benigno, se sugerirte simplemente vigilar la afección. Esto
generalmente significa que debe realizar una exploración física y un análisis de la función de la tiroides
a intervalos regulares. Es probable también que deba realizar otra biopsia si el nódulo se agranda. Si
el nódulo tiroideo benigno no cambia, es posible que nunca tengas que realizarte un tratamiento. 6
Terapia de supresión de la hormona tiroidea. Esto implica tratar un nódulo benigno con levotiroxina
(Levoxyl, Synthroid, otros), una forma sintética de la tiroxina que tomas en forma de píldora. La idea
es que suministrar una hormona tiroidea adicional le indicará a la hipófisis que produzca menos
tirotropina, la hormona que estimula el crecimiento del tejido tiroideo. 7
13
Tratamiento con yodo radiactivo En términos de especificidad terapéutica, los nódulos tiroideos
funcionantes son candidatos a tratamiento con yodo radiactivo. Teóricamente, la radiación se dirige
solo hacia el tejido enfermo.Para pacientes de más de 18 años con un nódulo de 5 cm o menos, el 131I
es apropiado si el riesgo de desarrollo final de hipotiroidismo es aceptable. 6
4.2.TRATAMIENTO QUIRURGICO.
A veces, un nódulo que es claramente benigno puede requerir cirugía, especialmente si es tan grande
que hace difícil respirar o tragar. La cirugía también se considera en las personas con bocios
multinodulares de gran tamaño, particularmente cuando los bocios comprimen las vías respiratorias,
el esófago o los vasos sanguíneos. Los nódulos diagnosticados mediante una biopsia como
indeterminados o sospechosos también necesitan extracción quirúrgica, para que se los pueda examinar
en busca de signos de cáncer. 6
5.1.TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO.
No se dispone de datos suficientes para concluir que las personas con concentraciones séricas de TSH
superiores a 0,1 mU/l por hipertiroidismo se beneficien del tratamiento. 7
La decisión a favor o en contra de tratar a las personas con concentraciones persistentes de TSH
inferiores a las normales, por debajo de 0,1 mU/l (con hormonas tiroideas libres normales), debe
basarse en la evaluación de las alteraciones que podrían beneficiarse del tratamiento, así como en la
determinación de sus causas. 7
En pacientes inestables o cuya alteración cardíaca requiere probablemente tratamiento con amiodarona
de por vida, está indicada la cirugía. La amiodarona se ha reinstaurado en pacientes que se han
recuperado de una tiroiditis, manteniéndose su estado eutiroideo. 6
14
7. TRATAMIENTO PARA OFTALMOPATÍA POR COMPLICACION DEL
HIPERTIROIDISMO.
Prismas. Para la visión doble, ya sea por la enfermedad de Graves o como efecto secundario de la
cirugía para la enfermedad de Graves. Si bien no son útiles para todas las personas, los prismas en los
anteojos pueden corregir la visión doble. 7
Cirugía de descompresión orbitaria. En esta cirugía, se extrae el hueso entre la cuenca del ojo y los
senos paranasales, los espacios aéreos al lado de la órbita del ojo. Esto le da espacio a los ojos para
que se muevan hacia atrás, a la posición original. 7
Este tratamiento se suele utilizar si la presión sobre el nervio óptico pone en riesgo la pérdida de la
visión. La visión doble es una de las posibles complicaciones. 7
15
-
- La fase tirotóxica requiere en ocasiones alivio de las manifestaciones periféricas mediante el uso
de β-bloqueantes. 9
- La prednisona (20-40 mg/día): Puede disminuir la duración de la fase tirotóxica, generalmente no
suele ser necesaria, excepto en la forma dolorosa de la enfermedad.
- Si es leve y corta, es posible que la fase hipotiroidea tampoco sea tratada. 6
- Cuando se necesita tratamiento con levotiroxina, este ha de ser retirado lentamente unos 6 meses
más tarde, ya que con frecuencia el hipotiroidismo no es permanente. 6
9. TIROIDITIS SUBAGUDA
16
TIROTOXICOSIS POR TEJIDO EXTRATIROIDEO
- Entre los factores que influyen en la determinación de la extensión óptima de la cirugía están, el
diagnóstico histológico, tamaño y alcance local de la lesión original, presencia de metástasis en
ganglios linfáticos y a distancia y edad del paciente 6
- La extensión de la cirugía para cáncer diferenciado de tiroides; la lobectomía o la tiroidectomía,
dependerá del tamaño del tumor y de si el tumor está o no limitado a la tiroides.8
- A veces los hallazgos antes o al momento de la cirugía, como extensión del tumor en las áreas a su
alrededor o la presencia de ganglios linfáticos que están obviamente afectados, indicarán que una
tiroidectomía total. 8
- La tiroidectomía total permite erradicar enfermedad bilateral y puede disminuir la tasa de recidivas,
en comparación con la cirugía más limitada, pero con mayor riesgo de morbilidad6
- En caso de cánceres muy pequeños (< 1 cm) que están limitados a la tiroides, que afectan un solo
lóbulo y sin evidencia de haber afectado los ganglios linfáticos, una simple lobectomía se considera
suficiente. 8
- Las células tiroideas y la mayoría de los cánceres diferenciados de tiroides absorben y concentran
el yodo. Motivo por el cual el yodo radiactivo se puede usar para eliminar todo el tejido tiroideo
normal que quede después de la cirugía y potencialmente destruir también tejido canceroso
residual.8
- El procedimiento usado para destruir tejido tiroideo residual se conoce como ablación con yodo
radiactivo. Esto produce altas concentraciones de Iodo radiactivo en los tejidos tiroideos, lo cual
hace que eventualmente mueran las células.6
17
- En consecuencia, la tiroidectomía total ha de realizarse en todos los pacientes que vayan a ser
tratados con 131I. En pacientes de riesgo bajo o intermedio, el tratamiento con levotiroxina se
inicia poco después de la cirugía 6
- Cuando el cáncer se extiende fuera de la región del cuello, es raro, pero puede ser un problema
serio. Para canceres más avanzados, o cuando la terapia con yodo radiactivo ya no es efectiva, se
necesitarán otras formas de tratamiento.6
- En pacientes con metástasis a distancia conocidas, el 131. Se lo administra tras retirar la hormona
tiroidea, aunque en casos de bajo o intermedio riesgo, las inyecciones de rTSH constituyen una
alternativa válida. Las actividades altas han de administrarse con precaución en adultos mayores.6
- La radiación externa dirige rayos X enfocados en forma muy precisa a las áreas que deben ser
tratadas, con frecuencia tumor que ha recurrido localmente o se ha extendido a los huesos u otros
órganos. Esto puede menguar el crecimiento de esos tumores. 8
- Está indicada solo en pacientes de más de 45 años con Carcinoma Papilar Tiroideo extenso.6
- Nuevos agentes quimioterapéuticos que han mostrado cierta efectividad en el tratamiento de otros
cánceres avanzados, aunque rara vez curan los cánceres avanzados que se han diseminado, pero
pueden enlentecer o revertir parcialmente el crecimiento del cáncer. 8
Los exámenes de seguimiento periódicos son esenciales para todos los pacientes con cáncer de tiroides
porque este cáncer puede recurrir, como el ultrasonido de cuello, hemogramas, medición de la
tiroglobulina. 8
18
BIBLIOGRAFÍA
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19