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DESDE LA
IZQUIERDA(I)
OCHENTA ENTREVISTAS Y UN BREVE
EPÍLOGO.
Salvador López Arnal (editor)
Copileft 2011
Copyleft 2011
Este libro, editado por Salvador López Arnal,
con entrevistas a Santiago Alba Rico, Luis Alegre
Zahonero, Tariq Alí, Nazanín Amiriam, Mario
Amorós, Juan Andrade, Antonio J. Antón
Fernández, Joaquín Arriola, José María Azpíroz
Pascual, David Becerra Mayor, Jorge Beinstein,
Josep Bel, Antoni Beltrán, Joan Benach, Vicente
Boix Bornay, Jordi Borja, Fernando Broncano, Eva
Caballé, Miguel Candel, Óscar Carpintero,
Colectivo IOE, Enrique Costas Lombardía, Alberto
Cruz, Antonio Cuesta, Joan Devis, Gustavo Duch,
Iñigo Errejón Galván, Pepe Escobar, David
Fernández, Francisco Fernández Buey, Carlos
Fernández Liria, Concha Fernández Martorell,
Robert Fishman, Silvia L. Gil, Eva Golinger,
Nicolás González Varela, José Luis Gordillo, Pepe
Gutiérrez-Alvárez, Gabriel Jacovkis, Miguel Jara,
Daniel Lacalle, Germán Leyens, Ramiro Lizondo,
Alfonso López Borgoñoz, Damián López López,
Gilberto Lopes, Malimé, Miguel Manzanera
Salavert, Txuss Martín, Rubén Martínez Dalmau,
Ángel Martínez González-Tablas, Andrés Martínez
Lorca, Pep Mercader Anglada, Francisco Javier
Merchán Iglesias, Joaquín Miras, Alberto Montero
Soler, “MRE”, Carles Muntaner, Alejandro Nadal,
Pere Ortega, José Manuel de Pablos, Francisco
Palacios Romeo, Montserrat Palou, Eloy Pardo,
Xavier Pedrol, Ignacio Perrotini Hernández,
Albert Recio, César Rendueles, Guillermo
Rendueles, Carlos Humberto Reyes, Agustina
Rico, Ron Ridoneur, José María Ripalda, Eduard
Rodríguez Farré, Antonio Rosa, Antonio Ruiz de
Elvira, David Sánchez, Ismael Sánchez Castillo,
Pascual Serrano, Javier Smaldone, Alan Sokal,
Manuel Talens, Alfredo Alfonso Torrealba, Josep
Torrell, Jordi Torrent Bestit, Clara Valverde,
Francisco Vázquez y Renán Vega Cantor, es de
propiedad pública.
PARA LOS CIUDADANOS Y
CIUDADANAS QUE NO HAN
CLAUDICADO NI TIENEN
INTENCIÓN DE CLAUDICAR.
[…] Me siento aquí [Orihuela] mucho peor que en Madrid. Allí
nadie, ni los que no recibían nada, pasaban esta hambre que se
pasa aquí, y no se veían por tanto las caras y las cosas y las
enfermedades que en este edificio. A nuestros paisanos les
interesa mucho hacerme notar el mal corazón que tienen, y lo
estoy experimentando desde que caí en manos de ellos. No me
perdonarán nunca los señoritos que haya puesto mi poca, o mi
mucha inteligencia, mi poco o mi mucho corazón, desde luego
mis dos cosas más grandes que todos ellos juntos, al servicio
del pueblo de una manera franca y noble. Ellos preferirían que
fuese un sinvergüenza. Ni lo han conseguido ni lo conseguirán.
[…] Hace varias noches que han dado las ratas en pasear por
mi cuerpo mientras duermo. La otra noche me desperté y tenía
una al lado de la boca. Esta mañana he sacado otra de una
manga del jersey, y todos los días me quito boñigas suyas de la
cabeza. Viéndome la cabeza cagada por las ratas me digo: ¡qué
poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea
de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida:
ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este
rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque
zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras…
Miguel Hernández (1940)
1Ambas citadas están tomadas de: David Becerra Mayor y Antonio J. Antón
Fernández, Miguel Hernández. La voz de la herida, El Páramo, Córdoba,
2010.
Howard Zinn, The bomb, p. 27
ÍNDICE
Erich Fried fue una gran persona. Tuvo que abandonar Austria
de la persecución alemana cuando los nazis estaban a punto de
apresarle. Durante toda su vida se opuso con gran fuerza al sionismo,
siempre estuvo a favor de los palestinos y odió lo que los israelitas
hicieron, al igual que la mayoría de mis amigos. Se entristeció mucho
cuando Rudi Dutschke murió. Yo no pude asistir al funeral de
Dutschke en Berlín, pero pude escribir un texto que Erich leyó. Así era
él, otro amigo que nos dejó, una voz muy importante. Creo que
después de Bertold Brecht, Fried ha sido el poeta alemán más
importante.
16Para mi libro Después de la lluvia entrevisté a Sofía y Angélica Prats (hijas del
general) y a Carlos Cuadrado Prats (nieto mayor del general), Ana Fresno e Isabel
Morel (viuda de Letelier).
socialdemocracia, primero, y el neoliberalismo después tras
conquistar el gobierno del país en 1990 como parte de la
Concertación.
¿Qué cree usted que significó para los militantes del PCE
la aceptación de la Monarquía y de otros símbolos del
franquismo como la bandera o el himno?
La militancia del PCE era una militancia muy heterogénea y la
aceptación de la Monarquía y de sus símbolos por parte del partido se
movió entre la indignación y la resignación. Pero siendo en cualquiera
de los casos la aceptación de la Monarquía un duro golpe para toda la
militancia, dos circunstancias añadidas la hicieron más dura. La
primera, su asunción como un hecho consumado, pues no hubo
debate previo más allá de la famosa reunión de urgencia del Comité
Central del 14 de abril del 77, donde los términos de la resolución
aprobada se habían pactado previamente con el gobierno. La
segunda, se debió a una práctica habitual en el núcleo dirigente del
PCE durante la transición: su tendencia a presentar las derrotas como
aciertos, su tendencia a hacer de la necesidad virtud, su tendencia a
reconocer la supuesta bondad de un sistema monárquico que se
habían visto obligado a aceptar a cambio de la legalización en esas
fechas.
El golpe fue duro, pero por la vorágine del proceso buena parte
del malestar no se manifestó hasta más adelante, pues como sucede
con muchas contusiones el dolor no se manifiesta hasta que el cuerpo
se enfría. En cierta forma para muchos militantes la aceptación de la
Monarquía formó parte de una larga serie de renuncias que en su
momento resultaron digeribles tomadas una a una, pero que
finalmente resultaron insoportables en su conjunto. Todas esas
frustraciones latentes eclosionan a partir del 81 en la crisis interna
que dinamitó al partido. De todas formas insisto en que la militancia
del PCE era muy heterogénea y las reacciones fueron de distinta
naturaleza e intensidad.
Prosiga si le parece.
Decía. Ahora bien: tras la II Guerra Mundial se impuso un tipo de
formalización y de modelos que no busca tanto la explicación de los
procesos causales de índole económica, cuanto la evaluación de
dichos procesos concretos a partir de un criterio apriorístico y
axiomático, que considera que los procesos económicos son más
eficientes y eficaces cuando se aplican criterios estrictos de mercado
en las decisiones asignativas (decisiones de inversión-ahorro) y
distributivas (decisiones relativas a precios y rentas (teoría del
óptimo)). En las universidades se explica cada vez más este tipo de
teorías llamadas neoclásicas, y las técnicas instrumentales asociadas
a las mismas (econometría, ecuaciones diferenciales, optimización,
topología, modelos dinámicos de equilibrio con ecuaciones
simultáneas a la Von Neumann…) y cada vez menos la economía
política clásica y sus correspondientes técnicas (análisis estructural,
análisis matricial, modelos de producción-distribución con mercancía-
patrón tipo Sraffa, etc.). Tanto unas como otras tienen una gran
variedad de escuelas y tendencias que se fijan en uno u otro aspecto
de la realidad económica: economía del bienestar, monetarismo,
expectativas racionales, información asimétrica etc. por el lado de las
escuelas neoclásicas, teoría del valor-trabajo, historicismo, teoría de
la producción, evolucionismo etc. por el lado de la economía política.
El keynesianismo se caracteriza por estar a caballo entre ambas
orientaciones, con subescuelas y grupos para todos los gustos
(neokeynesianos y síntesis hicks-hansen por el lado de los
neoclásicos, postkeynesianos por el lado del pensamiento económico
clásico).
DBM: Sobre la pregunta que formulas, de qué herida fue voz Miguel
Hernández, es preciso apuntar primero que nuestro título La voz de la
herida proviene de un poema recogido en su Cancionero y romancero
de ausencias, un libro publicado póstumamente y que fue escrito en
los momentos más desalentadores de la vida de Miguel: los últimos
meses de una guerra de la que ya se sabía derrotado, la muerte de su
primer hijo, el “turismo penitenciario”, la enfermedad en las cárceles
y su primera condena de muerte.
DBM: Con todos ellos tuvo sus más y sus menos. Por Lorca, por
ejemplo, profesaba una gran admiración. Tuvo la ocasión de
conocerle el 2 de enero de 1933, cuando Miguel se encontraba en la
casa del editor de su primer libro, Perito en lunas. Federico García
Lorca aprovechó para elogiar la poesía de Miguel, vaticinándole un
gran éxito y proclamándole mejor poeta que Góngora. Sin embargo el
libro pasó totalmente desapercibido. Miguel Hernández ante su
frustración y sensación de fracaso escribe a Lorca pidiéndole consejo
e incluso se atreve a arremeter contra él por no promocionar su libro.
Parece ser que después de este suceso Lorca empezó a rehuirle.
DBM: Pablo Neruda, por su lado, dijo en 1940 que “es el más
grande poeta nuevo del catolicismo español”. Y su auto sacramental
es una prueba.
DBM: Para mí, sin duda, el que cuenta la terrible historia del
cura verdugo de Ocaña. Aunque, en realidad, el poema no es suyo.
Me explico: en el penal de Ocaña, Miguel Hernández aprovecha las
horas de descanso para instruir a los presos en Historia y literatura:
da conferencias, clases de literatura, de historia, de lucha contra el
fascismo, de la URSS, etc. Y también monta una especie de taller
literario avant la lettre, en el que se compuso el poema que cito. Un
poema que cuenta la violencia que empleaba el cura del penal contra
los presos, cómo los torturaba y el placer que sentía al acudir a los
pelotones de ejecución y dar los tiros de gracia. No tiene desperdicio.
Juega un papel en todo esto el hecho de que sobre todo son TVE
y TV3 las que están financiando producciones sobre este período,
algo a celebrar, pero por su carácter público parece que cualquier
desvío de la ortodoxia bienpensante se evita a toda costa. ¿Por qué
no hay apenas películas sobre la resistencia antifranquista, o sobre el
Frente Popular? Porque entonces tendrían que aparecer en primer
plano el PCE, el PSUC o el POUM, y se verían obligados a que algún
comunista saliese bien parado.
Recordáis en vuestro libro un paso de las memorias de
Miguel Núñez, aquel resistente comunista recientemente
malogrado que tampoco podremos olvidar nunca, quien por
cierto fue responsable político de otro resistente comunista (y
mil cosas más) del que este año recordamos el 25 aniversario
de su fallecimiento, de Manuel Sacristán, vosotros mismos
hacíais referencia a él anteriormente. Es el siguiente paso:
“[…] en un momento de la conversación, Miguel cogió del
brazo a Giménez Caballero, le llevó hasta la ventana que daba
al patio de la prisión –coincidiendo con la hora de paseo de los
presos- y le dijo: “Mira, Ernesto, estos son mis camaradas,
con ello he luchado, con ellos sufro la derrota, y con ellos me
quedo, porque sin ellos no soy nada””. ¿Qué sentido tiene ese
quedarse, ese estar con ellos, ese “sin ellos no soy nada”
cuando la muerte está llamando a la puerta de uno? ¿No es
una locura, un sinsentido?
PS: Entre las páginas de interés sobre el ensayo de Vicent Boix, cabe
citar aquí las siguientes:
http://www.rel-uita.org/campanias/nemagon/17.htm.
http://www.rel-uita.org/campanias/nemagon/33.htm.
http://www.elparquedelashamacas.org/html/fotos.html.
ENTREVISTA CON JORDI BORJA18
“El desafío quizás más importante es reconstruir
el discurso ético o moral sobre la ciudad futura, la
ciudad deseada.”
21El mismo Blanco Ibáñez comentó. “Ninguna de mis obras tiene una base
tan amplia en la realidad. No existe un solo personaje en La horda, ni aún
los más secundarios, sin su correspondiente hermano de carne y hueso.
Ninguna tampoco de mis novelas fue precedida de una preparación tan
minuciosa. Durante un año examiné las diversas agrupaciones acampadas
en torno a Madrid, con una observación sin objeto, por puro recreo de
paseante, y sólo pasado ese tiempo se me ocurrió la idea de escribir La
horda.”
cuenta Louis Chevalier22 que se percibía a los trabajadores hace un
siglo). En ellas se adivina la potencial rebelión social, de tanto en
tanto aparece la violencia gratuita, pero en muchos casos se las
criminaliza injustamente puesto que la delincuencia acostumbra a
reducirse a un sector muy minoritario de la población.
Pero hay otras periferias más peligrosas, las de las casas
ajardinadas o adosadas ad infinitum, las de los “barrios cerrados”, las
de los municipios más exclusivos y excluyentes. Aquí los miedos y los
prejuicios unidos al afán de mantener sus posiciones de privilegios,
grandes o pequeños, en un marco de gobernabilidad débil y
escasamente democrática puede conducir a la emergencia de un
fascismo civil que sea la base de apoyo de un autoritarismo urbano
(como el que representa Sarkozy en Francia) que consolide una
realidad política urbana de castas.
Esta entrevista fue publicada en El Viejo Topo, nº 264, enero 2010, pp.40-
23
45.
multisistémicos como respuesta a una mínima exposición a productos
químicos tan habituales e innecesarios como perfumes,
ambientadores o suavizante para la ropa.
Los síntomas, que son crónicos y se agudizan ante una crisis,
incluyen fatiga y trastornos respiratorios, digestivos,
cardiovasculares, dermatológicos y neuropsicológicos, entre otros.
La SQM es un síndrome con 3 grados de severidad, por lo que
no todos los enfermos sufrimos el mismo nivel de incapacitación y
aislamiento.
Es una enfermedad que se conoce desde los años 50, pero que
a día de hoy aún no ha sido reconocida como tal por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), a pesar que existen más de 100 artículos
científicos de investigación que sustentan la base fisiológica de la
SQM, que el número de afectados aumenta de forma exponencial,
cada vez en edades más tempranas, y que incluso propio Parlamento
Europeo la incluye dentro del número creciente de enfermedades
vinculadas a factores medioambientales.
¿Algo peor?
Sí, efectivamente, hay algo peor, y es que además de la
investigación clínica, la industria ya infecta los centros de creación del
conocimiento científico (universidades, institutos especializados, etc.).
Ensucia las fuentes y la misma naturaleza de la investigación básica.
Verá Vd., la participación financiera de las farmacéuticas origina un
clima de trabajo que empuja a los investigadores a tener más en
cuenta las posibilidades comerciales del proyecto que su valor
intelectual y beneficio público. La industria promueve una
investigación que busca dinero por medio de la comercialización del
conocimiento; orientada hacia la transferencia de tecnología, los
derechos de propiedad intelectual y las patentes, y que, por tanto,
considera los datos científicos como bienes personales y
confidenciales. El escrutinio público y el debate abierto que permiten
a otros investigadores verificar y repetir los resultados, algo
imprescindible para el avance de cualquier ciencia, se hacen
imposibles. La industria aísla a los investigadores y promueve la
apropiación privada del conocimiento científico. Le voy a leer un
párrafo de un informe, ya no reciente, de la Comisión de Evaluación
Tecnológica del Congreso de Estados Unidos sobre nuevas formas de
desarrollo de la biotecnología, párrafo que Sheldon Krimsky, profesor
de la Universidad de Tufts, recoge en este libro titulado, como Vd. ve,
Sciencia in the private interest, un libro excelente. Dice así: “Las
relaciones universidad/industria pueden afectar adversamente al
ámbito académico inhibiendo el libre cambio de investigación
científica, minando la cooperación entre departamentos, creando
conflictos entre pares y retrasando o impidiendo la publicación de
resultados de la investigación. Además, la financiación dirigida puede
reducir el interés de los científicos por los proyectos sin suficientes
posibilidades comerciales, y así dañar indirectamente la investigación
básica que se hace en las universidades”. Y voy a leerle otro párrafo,
mejor dicho, una pregunta, también del libro de Krimsky: “¿Pueden
las universidades preservar el libre cambio de ideas entre estudiantes
y profesorado a la vez que cumplen los acuerdos con la industria?”.
Una pregunta que debería dar que pensar a aquellos, cada vez más,
que en España animan con entusiasmo la asociación de la universidad
o de centros de investigación básica con la industria. Lo que Krimsky
llama la “desenfrenada comercialización de nuestras instituciones”.