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Nº7– Abril de 2017 / Revista online gratuita. www.egiptologia20.

es

Los orígenes del


poder político del faraón

El templo de Seti I
y el Osireion de Abydos

La música
en el Antiguo Egipto

Las reinas
de la tierra negra

Animales sagrados
del Antiguo Egipto

LA GÉNESIS
DE KEMET
Egiptología 2.0 | 1
Editorial
Os presentamos la séptima entrega de la Revista Egiptolo-
gía 2.0, correspondiente al mes de abril de 2017.

Abrimos este número, con un artículo de Hipólito Pecci Ten-


Dirección rero: ‘‘La Génesis de Kemet’’. El texto aborda una serie de
Moisés González Sucías testimonios que constituyen el eco del tránsito de diferen-
moibcn@hotmail.com tes culturas, pueblos que tras recorrer un largo camino de-
cidieron hacer del Valle del Nilo su hogar, crear una nuevo
mundo, vastísimo en el tiempo, que sería, posteriormente,
Edición el reflejo de una historia enterrada durante mucho tiempo,
Moisés González Sucías (Barcelona). que, paulatinamente, iría saliendo a la luz para dar a cono-
cer un país, un territorio, que en algún momento llegó a ser
Diseño gráfico y maquetación antiguo para sus propios habitantes.
David Claros Lozano
Jordi Romera Sevillano Sin embargo, para alcanzar este esplendor, esta magnifi-
cencia, y al igual que todo ser vivo, obtener y lograr esta
Documentación madurez, para, posteriormente, sumirse en un invierno que
Sara López Caiz conduciría a un final inevitable, de la misma forma, es ne-
cesario un origen, un principio que asiente gradualmente,
Colaboradores lentamente, las bases de esta futura suntuosidad, de la fas-
tuosidad del arte egipcio, y, aunque no tan deslumbrante
Sandra Pajares Sotillo
en lozanía, no por ello menos interesante, y no por ello hay
Bartomeu Egea Resino que dejarlo de lado, ya que estos comienzos supondrían el
María Isabel Cubas Contreras germen de lo que más tarde sería el grandioso Egipto.
Laura Huertas López
Marian Romero Gil En nuestra sección de entrevistas, hablaremos de arqueo-
Heródoto de Halicarnaso logía, con Marcela Zapata Meza. Licenciada en arqueolo-
Gerardo P. Taber gía, Doctora en filosofía en la especialidad de filosofía y
Aroa Velasco fenomenología en las religiones y pluralismo religioso, Ca-
Hipólito Pecci Tenrero tedrática de la Universidad Anáhuac (México) y diplomada
Julio López Saco en escritura y lectura jeroglífica.
Antía Martínez Abal
Alberto Fernández Boo Antía Martínez Abal y Alberto Fernández Boo, nos habla-
rán de los orígenes del poder político del faraón y el lugar
Verónica Reyes Barrios
que ocupaban las mujeres, conoceremos los referentes
Alonso de Mendoza geográficos en la mitología egipcia, Sandra Pajares nos
mostrará los rincones menos conocidos del templo de Seti
ISSN: 2444-6254 I y el Osireion de Abydos, nos deleitaremos con la músi-
ca del Antiguo Egipto, María Isabel Cubas nos hablará de
www.egiptologia20.es las reinas de la tierra Negra, conoceremos el papel de las
https://www.facebook.com/egiptologia20 reinas de la XVIIª y XVIIIª dinastías, Gerardo P. Taber nos
https://twitter.com/egiptologia20 hablará de la ocupación de los Hycksos y la apropiación
del carro de guerra, recorreremos Egipto durante el periodo
Egiptología 2.0 es una marca registrada. ptolemaico, de la mano de Lucía Inés Merino, hablaremos
Todos los derechos reservados. Esta publi- de Hatshepsut, La faraona olvidada, conoceremos algunas
cación no puede ser reproducida ni total ni de las piezas conservadas en el Museo Arqueológico de
Cataluña, recorreremos las salas del nuevo Museo Egipcio
parcialmente ni registrada o tramitada en nin-
de Turín, visitaremos la exposición: Animales sagrados del
guna forma ni por ningún medio sin permiso Antiguo Egipto, en el Museo Egipcio de Barcelona, donde
previo por escrito de la editorial. Egiptología conoceremos los diferentes usos que los antiguos egipcios
2.0 no se hace responsable de los juicios, crí- daban a los animales, y finalizaremos viajando a la Deir
ticas y opiniones expresadas en los artículos el-Shelwit, donde Bartomeu Egea nos mostrará sus rinco-
publicados. nes menos conocidos.

Egiptología 2.0 ha hecho lo posible por locali- Todo ello, junto con nuestros contenidos habituales y un
zar los derechos de autor de todas las imáge- artículo especial de Verónica Reyes Barrios: Serapis. El
nes. Cualquier posible omisión no es intencio- dios sincrético, una deidad greco-egipcia a la que Ptolo-
nada y se agradecerá culaquier información meo I declaró patrón de Alejandría y dios oficial de Egipto y
sobre los mismos. Grecia con el propósito de vincular culturalmente a los dos
pueblos.
Contacto: egiptologia2.0@hotmail.com Imagen de portada: Cabeza de Amhosis. 1150-1525 a.C. (Imagen: Metropolitan Museum, New
2 | Egiptología 2.0 York).
Sumario
6. Entrevistas - Marcela Zapata Meza: ‘‘Cuando
sea mayor, voy a descubrir una tumba.’’
Entrevistas - Marcela Zapata.
12. Testimonios del pasado - La Piedra de Rosetta.
20. Historia - La Génesis de Kemet.
29. Estado - Los orígenes del poder político del
faraón ¿Qué lugar ocupan las mujeres?.
36. Mitología - Los referentes geográficos en la
mitología egipcia. Estado - Los orígenes del poder político del
faraón.
41. Arquitectura - El templo de Seti I y el Osireion
de Abydos.
48. Vida cotidiana - La música en el Antiguo Egip-
to.
54. Mujer en el antiguo Egipto - Las reinas de la
tierra negra.
Mitología - Los referentes geográficos en la
58. Política - El papel de las reinas de la XVIIª y mitología egipcia.
XVIIIª dinastías.
61. Historia Militar - Restaurar Ma’at a galope. La
ocupación de los Hyksos y la apropiación del carro
de guerra (I).
69. Faraones - Egipto durante el periodo ptolemai-
co (I).
Arquitectura - El templo de Seti I y el
75. Personajes - Hatshepsut. La faraona olvidada. Osireion de Abydos.

87. Colecciones - El Museo Arqueológico de Cata-


luña (sede de Barcelona).
90. Museos - El Museo Egipcio de Turín.
103. Exposiciones - Animales sagrados del Anti-
guo Egipto.
Vida cotidiana - La música en el Antiguo
Egipto.
110. Hoy viajamos a... - Deir el-Shelwit.
113. Especiales - Serapis: el dios sincrético.
125. Novedades editoriales - La Dama del Nilo / La
arqueología de la conciencia.
127. Noticias - Noticias destacadas del trimestre.
Mujer en el AE - Las reinas de la tierra negra.

Faraones - Egipto durante el Historia Militar - Restaurar Ma’at a Política - El papel de las reinas de la XVIIª y
período ptolemaico. galope. Egiptología 2.0 | 3
XVIIIª dinastías.
Cuando, durante la segunda mitad del siglo
XVI a.C., Amhosis acaudilló sus fuerzas río

En portada abajo, hacia el Delta, con el objetivo de ex-


pulsar a los extranjeros que allí se encontra-
ban asentados, en lo que se ha dado por de-
nominar la “Guerra de Liberación”, ponía fin
a más dos siglos y medio, aproximadamente,
de presencia hicsa en el Bajo Egipto, y con
ello concluía, y ponía el colofón, a la obra
tan anhelada por los príncipes tebanos, que,
desde el maltrecho Sequenenra Taa, padre
del fundador de la XVIII dinastía, o Kamo-
se, su hermano, habían soñado con volver a
unir todo el Valle, el Alto y Bajo Egipto, bajo
la égida de un solo monarca, cuya cabeza
coronaría de nuevo la Doble Corona, como
sinónimo de su poder sobre Las Dos Tierras.

A partir de ese momento, y durante unos cin-


co siglos aproximadamente, “El Don del Nilo”
iba a alcanzar el clímax como cultura, su éx-
tasis como civilización y como gran potencia
en la zona, para, luego, languidecer poco a
poco, hasta convertirse (hecho conocido por
todos gracias a “Marco Antonio y Cleopatra”
de Shakespeare o a la inolvidable actuación
de Elizabeth Taylor, entre otras obras) en
una más de las provincias romanas.

Esos quinientos años marcaron los estu-


dios de la historia egipcia, pues han sido,
y son, el período más conocido de su dila-
tada existencia, etapa idolatrada, admirada
y fascinante, tanto para los investigadores
profesionales, como para los aficionados,
de tal forma que personajes como Akenatón,
Nefertiti, Hatshepsut, Nefertari, etc. han lle-
nado, y llenan páginas y páginas de libros,
revistas, documentales, películas, etc.

Sin embargo, para alcanzar este esplendor,


esta magnificencia, y al igual que todo ser
vivo, obtener y lograr esta madurez, para,
posteriormente, sumirse en un invierno que
conduciría a un final inevitable, de la misma
Mango del cuchillo de Gebel el-Arak forma, es necesario un origen y un princi-
4 |(Imagen: Wikimedia
Egiptología 2.0 Commons). pio...
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Egiptología 2.0 siempre contigo¡


Egiptología 2.0 | 5
Serapis: el dios sincrético
Verónica Reyes Barrios

106 | Egiptología 2.0


Serapis: el origen de un nuevo dios. distintas versiones, J. Alvar (2001: 59-60) afirma, el
poco sentido que tendría llevar en el siglo IV des-
Entre los años 332-331 a.C. Alejandro Magno había de Sínope (Helesponto) a Alejandría una estatua de
conquistado Egipto y fundó Alejandría, como resul- Plutón y que tres décadas después se construyera el
tado se produjo el contacto entre diferentes culturas. culto. Por lo tanto, hay una corriente que afirma que
El general macedonio había conseguido gobernar un con toda probabilidad, nació por iniciativa de Ptolo-
gigante imperio, pero su idea era constituir una mo- meo en el siglo IV a.C. cuya intención era crear un
narquía de manera oficial que aunara cada uno de culto híbrido en el que Serapis quedara vinculado a
los territorios conquistados. Pero diez años después, Alejandría y fuera aceptado por griegos y egipcios.
en el 323 a.C., Alejandro muere de forma repentina F. Cumont habla en su obra Las religiones orientales
en Babilonia. La consecuencia de su muerte fueron y el paganismo romano de la existencia de una cos-
años de interminables guerras entre sus generales, tumbre indígena, según la cual las dinastías nuevas
los Diadocos, que como era de esperar, se disputa- introducían a un dios.
ron los territorios conquistados. Egipto quedó bajo
las manos del general Ptolomeo, nombrado sátrapa Pero, ¿cuál era la utilidad de esta costumbre? En
de Egipto. Éste no dudó en trasladar la capital egip- efecto, tanto a Ptolomeo como a sus sucesores, le
cia de Menfis a Alejandría. Para legitimar el hecho, sirvió para aglutinar en su persona una cohesión so-
de manera simbólica, hizo que el sarcófago con los cial posible de justificar el poder político y heredita-
restos de Alejandro quedara depositado en el Sema rio. Desde época de Alejandro Magno, el inmenso
de Alejandría. No obstante, la constitución definitiva imperio conquistado hizo que se relacionara con los
como reino Ptolemaico fue un proceso largo y carac- modos de gobiernos piramidales, es decir, aquellos
terizado por numerosas guerras. en los cuales la figura del rey se apoya en una ideo-
logía que le da la atribución de divino. Existía una
Ptolomeo trató de expandirse hacia Grecia pero fue necesidad de concentrar el poder político en el so-
frenado de sus intenciones por otro diádoco, Antí- berano, pues quedaba encargado no sólo del orden
gono, el cual se había denominado Rey. Los demás político sino también cósmico, atribuyéndole así, orí-
Diádocos imitaron a Antígono tomando este título. genes divinos. En este sentido, también queda como
Por lo que Ptolomeo pasó a denominarse Ptolomeo medio de propaganda.
I Sóter (“salvador”), fundando una de las dinastías
egipcias más conocidas, la Ptolemaica o Lágidas La literatura nos muestra una versión del hecho, por
(por el padre de Ptolomeo, Lagos). Una vez que la cual a Ptolomeo Sóter se le apareció el dios Plu-
Ptolomeo consolidó su poder sobre tierras egipcias, tón/Hades (dios del inframundo) en sueños y le orde-
introdujo al nuevo dios, pues la nueva capital nece- nó que fuera a buscar una estatua a Sínope. Existen
sitaba una divinidad tutelar que recogiera, tanto los controversias sobre el asunto puesto que pese a que
elementos de la tradición egipcia como ciertos ca- Plutarco (Is. 28 = 362 A) afirma que Ptolomeo ve la
racteres griegos asimilables por la población helena estatua en sueños; Tácito (Historias, IV, 83-84) no
allí instalada. hace referencia a Ptolomeo sino a un joven. La es-
tatua supondría todo un artilugio que atraería lo bue-
La mayor parte de la bibliografía coincide en que no, pues en propias palabras del dios Hades: “daría
Ptolomeo tiene la autoría de la introducción de Se- prosperidad al reino y llenaría de grandeza y gloria a
rapis, pero existe el problema de que los relatos fun- la ciudad que la poseyera”. Sosibio, un viajero, afir-
dacionales no coinciden, debido a que desde esta mó haber visto la estatua y Ptolomeo, sin dudarlo
época no existió unanimidad sobre la procedencia mandó a dos enviados, Soteles y Dioniso, a buscar-
de la divinidad. Una de las versiones que defendían la. Plutarco describe este pasaje del siguiente modo:
los amigos de Alejandro Magno era que Serapis ha-
bía viajado desde Babilonia hasta Sínope y de ahí Ptolomeo Sóter vio en sueños al coloso de Plutón
a Alejandría. En egipcio Sínope es Sen-Hapi “mora- que estaba en Sínope. Ignoraba su existencia, no
da de Apis” y, en este sentido, Estéfano de Bizancio sabiendo su forma, no habiéndolo visto jamás. En
hace alusión a Sinôpion como una colina en Menfis, esta visión le ordenó el dios hiciera transportar lo an-
donde se desarrollaba el culto de Apis y de Otor-Hapi tes posible esta gigantesca figura a Alejandría. Pto-
ante de la llega de los macedonios. lomeo, ignorando como ignoraba el lugar en que se
erigía, se encontró en apuro y, al relatar la visión a
Otras fuentes distinguen entre la introducción de la sus amigos, halló entre ellos un hombre llamado So-
estatua de Serapis a finales del siglo IV y la creación sibios que había viajado mucho. Éste declaró que en
del dios durante el reinado de Ptolomeo II. Mientras Sínope había visto un coloso parecido al que el rey
que para Plutarco fue inspiración directa de Ptolo- vio en su sueño. Entonces Ptolomeo envió a Soteles
meo Sóter, para Tácito fue una iniciativa de su ter- y Dioniso, y estos dos hombres, tras muchas penas y
cer sucesor, Ptolomeo III. En definitiva, y pese a las largo tiempo, a pesar de contar con la ayuda de una

Egiptología 2.0 | 107


providencia divina, consiguieron llevarse furtiva-
mente al coloso.

Tan pronto fue visible aquella figura transportada,


Timoteo y Manetón el Sebenita conjeturaron por
el Can Cerbero y la serpiente que poseía como
emblemas, que se trataba de la estatua de Plutón,
persuadiendo a Ptolomeo que no representaba
a otro dios sino a Serapis. En el lugar de donde
venía no llevaba ciertamente este nombre, pero
una vez transportado a Alejandría se la designó
de este modo, puesto que recibió por parte de los
egipcios el nombre de Serapis, que es precisa-
mente del que se sirven para designar a Plutón
(Is. 28=362 A).

En el relato además se hace mención a los que,


por una parte de la historiografía, consideran los
posibles teólogos del invento; el sacerdote egipcio
Manetón (del templo de Isis en Sabenitos) y el sa-
cerdote griego Timoteo (iniciado en los misterios
de Eleusis). Manetón contribuyó a la transforma-
ción de Osiris, pero para ello necesitó de la ayuda
de alguien que conociera bien la religión griega y
los misterios eleusinos, así que quién mejor que
un sacerdote iniciado en cultos griegos mistéricos,
por lo que hace su aparición la persona de Timo-
teo de Eleusis. El sacerdote egipcio tomó las pau-
tas de ambos cultos e introdujo en el culto egipcio
elementos de los misterios eleusinos. Se trataba
de helenizar al dios pero con rasgos egipcios para Cabeza de Serapis. Mármol. Museo del Louvre
que fuera aceptado por ambas culturas, como (Imagen: Wikimedia Commons).

hemos comentado más arriba; pero como todo proceso, la


transformación no se produjo inmediatamente, sino que se
fueron introduciendo poco a poco nuevos componentes.

Isis y Osiris estaban circunscritos al ciclo vegetativo a través


de la resurrección de Osiris; es decir, el dios quedó vinculado
al momento en que la tierra queda muerta (el invierno). Pero
la nueva pareja formada por Isis y Serapis representaban a
Alejandría. Isis como madre protectora de la familia, los par-
tos, la vida doméstica y matrona del ciclo agrario. Pero a Se-
rapis era necesario darle una imagen propia, por lo que sus
creadores formularon una fusión entre el dios Osiris y Apis,
de hecho la etimología del nombre supone una simbiosis en-
tre ambos dioses que deriva de la transcripción del griego al
egipcio de Osor-Ha u Osiris-Apis (constituye a un Apis con-
vertido en Osiris). Al principio, en Egipto se hacía referencia
al culto de Oserapis y los griegos helenizaron el nombre bajo
Sarapis. También los cristianos darán significación al nombre
como “José, hijo de Sara”.

El dios buey, Apis, era venerado en el templo de Ptah (Men-


fis). Se seleccionaba un buey sin manchas, debido a la idea
de pureza, y se le adoraba. Después de muerto recibía un
funeral y enterramiento divino. Apis simboliza la fecundidad
Busto de Serapis a través de la representación del toro y Osiris lo funerario,
(Imagen: Wikimedia Commons). la fertilidad y la protección de la realeza. Con el tiempo se

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terminó identificando a Apis con Osiris. Y a su vez, estudios, se empiezan a representar serpientes sa-
quedó difundido entre griegos y egipcios la idea de gradas con cabeza de Serapis. Es importante tener
que Serapis era la versión helenística de Osiris. Sin en consideración que la figura de la serpiente en el
embargo, Osiris continuó apareciendo como dios de Antiguo Egipto era símbolo de gobernación, el ua-
la muerte, ritual y mito; mientras que Serapis como raeus utilizado en la iconografía de los faraones. Se
dios sanador y oracular que se manifestaba a través sabe que se trata de Serapis porque aparecen tam-
de sueños proféticos. bién serpientes con la cabeza de Isis y en monedas
de época de Adriano. Algunos autores consideran
Atribuciones. que el sincretismo entre Agathos Daemon y Serapis
se produciría en este momento.
Serapis representa a su vez a Hades/Plutón, Zeus/
Júpiter, a Helios/Apolo (Helioserapis), Dioniso/ Ba- Al igual que Isis y Osiris concentraron a las divinida-
cos y a Ammón. Del dios Hades toma el aspecto y des locales egipcias, Isis y Serapis también concen-
parte de las características de dios del Inframundo, traron en sus respectivas personas a varias divinida-
la comparación fue señalada por Heráclides del Pon- des. Heródoto (I, 23) afirmó: “No todos los egipcios
to y Arquémaco de Eubea; con Helios se le relaciona adoraran igualmente a los dioses, salvo a Isis y Osi-
por ser dios del sol y con Zeus y a Amón se le aso- ris […]” (López, 1992:161). La pareja comienza a re-
cia por su relación con los cosmos. En las atribu- presentarse con rasgos propios de la iconografía he-
ciones de los dioses griegos se aprecia la influencia lenística. Se encarga a Briaxis, escultor griego, que
de Manetón. De hecho, en Quintanilla de Somoza elabore el aspecto del nuevo dios. La mayor parte de
(León) se descubrió un texto epigráfico en 1876 en la historiografía atribuye la escultura a Briaxis, pero
el cual aparece: “Uno, Zeus, Serapis, Iao”. A Serapis existe el problema que la actividad del autor es an-
se menciona a veces como “Señor” o “El que está en terior al modelo en sí, por lo que pudo ser una inspi-
las alturas; el Altísimo”. ración de una obra suya o de un autor homónimo.

Además, al tomar formas rituales propias de los mis-


terios eleusinos resultaron atractivos para los grie-
gos, lo que facilitó su aceptación. Como divinidad de
Alejandría se tomaron cualidades del Agathos Dae-
mon, la serpiente sagrada que se caracterizaba por
proteger las casas y que murió por los trabajos rea-
lizados al fundar Alejandría. Como consecuencia de
su muerte, Alejandro creó un templo en su honor y
se difundió su culto.

A partir de cierto momento, no concreto aún en los

Isis amamantando a Harpócrates, fresco copto, Egipto


(Imagen: Alvar, 1995: 488).

De cualquier modo, la escultura muestra la imagen


de Serapis entronizado propio de la cultura griega;
por ejemplo, fue muy característica de la represen-
tación de Zeus y Hades, pero con el Kalathos (cesto
con frutos que fueron regados por el Nilo, símbolo
de abundancia). Se le representa como un hom-
bre adulto y a veces aparece con el Can Cerbero
(perro de tres cabezas que actuaba como guardián
del Inframundo) La estatua se caracterizaba por su
construcción con madera, metal y piedras preciosas
Agathos Daemon entre Isis y Serapis. Delos que daban a la estatua color. El cetro era de oro, de
(Imagen: Ruiz, 2008: fig. 55). plata la ropa y las sandalias. Isis adquiere rasgos de

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la iconografía de Tyche/Fortuna, Deméter o inclu-
so Afrodita. A Isis y Serapis se les representa a
veces en familia con el dios Harpócrates (Horus
niño), que en ocasiones aparece en el regazo de
Isis mientras se amamanta.

El mito.

El mito de Isis y Osiris, del que se fundamenta Se-
rapis, pertenece al período predinástico; aunque
el mito tradicional es de la religión egipcia antigua.
Hay diferentes versiones, pero la más conocida
es la que realizó Plutarco en el tratado Sobre Isis
y Osiris que escribió aproximadamente en el año
118 d.C., basado en la información que recoge
este autor de las fuentes antiguas egipcias y clá-
sicas. Su mito es transcendental para entender la
importancia que supuso.

Seb y Nut tuvieron los siguientes hijos: Osiris, Set,


Neftis e Isis. Osiris era el dios solar y de la tras-
formación de la naturaleza. Civilizó a la humani-
dad, les enseñó la agricultura y gobernaba Egipto
haciendo reinar la justicia, junto a su hermana y
esposa Isis (arquetipo de esposa y madre); ambos
representaban el bien.

En cambio, se produce una lucha de contrarios,


porque por otro lado, se encuentran sus otros dos
hermanos; Set (Tifón en griego, personifica la os-
Cabeza de Serapis. Mármol. Museo del Louvre curidad) y su esposa Neftis (representa la natura-
(Imagen: Wikimedia Commons). leza). Las relaciones endogámicas servirán para
justificar con posterioridad los casamientos entre los hermanos faraones. Ptolomeo Filadelfo se casa con su
hermana, imitando a Isis y Osiris, dioses que representan la soberanía. Por los tanto, los hijos del rey se iden-
tifican con Horus.

Set envidiaba a Osiris, pues la hegemonía de éste era clara y tras varios intentos, consigue engañarlo para
que se meta en un sarcófago de oro. Para ello prometió a los presentes que tan atractivo objeto quedaría en
propiedad de aquel con quien coincidieran las medidas de dicho sarcófago. Cuando Osiris entró en él, Set lo
selló y lanzó al Nilo, provocando su muerte. El sarcófago navegó desde el Mediterráneo hasta Biblos (Siria).

Isis haciendo uso de la magia blanca encontró el cuerpo y cuando fue recuperado en Biblos, Set se enojó y lo
descuartizó en catorce trozos (veintiséis según Diodoro, I, 87, 2-3) que arrojó por distintos paraderos de Egipto.
Así, comenzó el duro peregrinaje de Isis en búsqueda de cada uno de los pedazos de Osiris. Cuando cada uno
de los pedazos fue recuperado (excepto el miembro viril) lo resucitó con el halo de la vida. Pese a que Osiris
renace lo hace en el mundo subterráneo por lo que se convierte en el protector de los difuntos.

En la historia es significativa la participación de Anubis, hijo de Osiris con Neftis, que es representado con cabe-
za de perro y que ayudó a la búsqueda a través de su olfato. Durante el peregrinaje de Isis le acompaña y tras
la resurrección de Osiris, pasará a ser el compañero de los muertos en su viaje hacia el más allá y preside los
embalsamamientos. Algunas versiones también muestran a Neftis, como en los papiros, ayudando a Isis en la
resurrección y búsqueda de Osiris.

Isis antes de que ocurrieran los citados hechos estaba embarazada, por lo que dio a luz a Horus. Horus será
el vengador de su padre, por lo que se enfrentó a Set. Se produjo una trágica lucha entre los dioses, en la cual
Horus pierde su ojo y será la representación del disco solar. Así Osiris que hasta el momento representaba al
disco solar pasará a Horus, que será el encargado de restablecer el orden. Set queda como la representación
del crepúsculo e Isis de la luna.

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Osiris-Nepra brota del trigo como resurrección (Imagen: Wikimedia Commons).

Se explica, a través del mito, el ciclo anual y las relaciones de los astros. Esto queda vinculado con el ciclo ve-
getativo ya que Osiris aparece como dios vegetal personificando el suelo fértil; al morir y resucitar reproduce el
ciclo biológico. Pero además, quedó como prototipo de la justicia, siendo el juez en el juicio realizado en el más
allá. De ahí, la importancia que tomaron los textos del Libro de los Muertos que tenía que llevar el difunto en su
tumba. Set, sin embargo, personificaba el desierto y la sequedad. Pero, además, con el mito se transmiten una
serie de valores sobre la estructura familiar de cuya unión, encuentra las soluciones, para evitar luchas entre
sus miembros.

Bibliografía Sobre el autor

FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, J. M. (2000). ‘‘Objetos e Nació en 1987 en Las Palmas de Gran Canaria. Se
iconografía egipcia en el mundo colonial e indígena graduó en Historia en la Universidad de Las Palmas
del Extremo Occidente’’. Arte y sociedad del Egipto de Gran Canaria (ULPGC) y realizó un máster interu-
antiguo. Ensayos, 171, 185-203. niversitario en Religiones y Sociedades en la Univer-
sidad Pablo de Olavide (UPO) y la Universidad Inter-
ALVAR, J. (1995). “Los cultos egipcios”, Cristianismo nacional de Andalucía (UNIA).
primitivo y religiones mistéricas, capítulo XXI, Madrid:
Cátedra, pp. 479-498. En el trabajo fin de grado se centró en la figura de Se-
rapis; mientras que en el trabajo de fin de máster en la
ARROYO DE LA FUENTE, Mª A. (1999). “Isis y Sera- de Osiris. Actualmente, está realizando el doctorado
pis, legitimadores de la realeza en época Ptolemaica”, Islas Atlánticas: Historia, Patrimonio y Marco Jurídi-
Boletín de la AEDE, pp. 157-174. co en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
(ULPGC).
CUMONT, F. (1987). Las religiones orientales en el
paganismo romano. Akal Universitaria. Madrid. Su propuesta de tesis es realizar una comparación en-
tre los dioses Serapis y Osiris. Además, ha realizado
FRASER, P. M. (1960). “Two Studies on the Cult of cursos sobre religión egipcia en el Centro de Estudios
Sarapis in thee Hellenistic World”, Opuscula Athenien- del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía de la Uni-
sia, 3, pp. 1-54. versidad de Murcia.

LÓPEZ SALVA, M. (1992). “Isis y Serapis: Difusión de


su culto en el mundo grecorromano”, Revista de filolo-
gía clásica, 6, pp.161-192.

PEREA S. y MONTERO, S. (2001). “La misteriosa


inscripción hispana a Zeus, Serapis y Iao: su relación
con la magia y con la teología oracular del Apolo de
Klaros”, Entre Occidente y Oriente. Temas de historia
romana: aspectos religiosos, pp. 64-94.

Egiptología 2.0 | 111


Todos los números de Egiptología 2.0 en:
http://egiptologia20.es/descargas

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