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El documento analiza cómo la pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia las falencias del capitalismo neoliberal y la necesidad de repensar el sistema hacia uno que priorice la salud y el bienestar públicos por sobre el lucro privado. Argumenta que la crisis ha reavivado ideas como la importancia de un Estado fuerte y regulaciones globales que contrarresten los excesos del libre mercado, y que la filosofía puede ayudar a construir una democracia más justa.
El documento analiza cómo la pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia las falencias del capitalismo neoliberal y la necesidad de repensar el sistema hacia uno que priorice la salud y el bienestar públicos por sobre el lucro privado. Argumenta que la crisis ha reavivado ideas como la importancia de un Estado fuerte y regulaciones globales que contrarresten los excesos del libre mercado, y que la filosofía puede ayudar a construir una democracia más justa.
El documento analiza cómo la pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia las falencias del capitalismo neoliberal y la necesidad de repensar el sistema hacia uno que priorice la salud y el bienestar públicos por sobre el lucro privado. Argumenta que la crisis ha reavivado ideas como la importancia de un Estado fuerte y regulaciones globales que contrarresten los excesos del libre mercado, y que la filosofía puede ayudar a construir una democracia más justa.
El capitalismo ha extendido las tendencias de la globalización de la producción, llevando las industrias hacia extremos dispares del mundo, en cadenas de producción que dependen unas de otras para funcionar, se culpa al capitalismo de muchas cosas como son: la pobreza, la desigualdad, el desempleo y hasta el calentamiento global. Y esta la razón por el que el capitalismo se cae como un castillo de naipes y los cambios que se vienen golpearan a todos. Según lo expuesto por GABRIEL BULGAKOV, desde que se produjera la expansión del virus Covid-19 a nivel planetario, las reflexiones filosóficas en torno a sus alcances sociales y políticos no tardaron en llegar. Como los filósofos el esloveno SLAVOJ ŽIŽEK, afirmó que el Coronavirus es un ataque mortal al capitalismo. Lo que más bien ha mostrado esta pandemia es la crudeza de un sistema de libre mercado radical, en el que producto de la especulación suben los precios, los insumos de salud se vuelven un nuevo campo de ganancias para quienes aprovechan la oportunidad y la salud privada sigue abrazando un negocio lucrativo mientras la salud pública, con enormes dificultades e inequidades, asume gran parte del peso de esta crisis. Está claro que la pandemia hace reflotar idearios políticos y morales que en las últimas décadas se han visto fuertemente cuestionados por el avance de un capitalismo neoliberal sin contrapeso, especialmente en nuestro país. En este sentido, ideas como la necesidad de una salud pública, de un Estado fuerte, de unas regulaciones globales a los intereses privados, vuelven a adquirir una vigencia normativa importante. El coronavirus hace urgente el hecho de que debemos pasar a un análisis más social de la salud y el bienestar. Todos estamos conectados entre nosotros, con la naturaleza y con el medio ambiente que nos rodea. Cabe anotar lo expuesto por el filósofo Alemán MARKUS GABRIEL según GABRIEL BULGAKOV,donde la cadena infecciosa del capitalismo destruye la naturaleza y atenta a los ciudadanos para convertirlos en meros consumidores. Es por eso que hace un llamado a impulsar una nueva ilustración global dejando atrás un modelo suicida.
Por todo lo anterior la filosofía puede ayudar en esto, a la hora de repensar y
reexaminar nuestras formas de vida, las injusticias en las que vivimos y naturalizamos. Hay mucho que pensar y mucho que construir políticamente después de esta crisis para reconducir nuestro proyecto político hacia una democracia verdadera en la que todos tengamos espacio.