Вы находитесь на странице: 1из 6

La concepción de la sexualidad en las personas sordas sigue

construyéndose con base en mitos y desinformación que absorben


del medio, su falta de audición les limita profundamente al no
percibir información de otras fuentes como pueden ser pláticas y/o
conferencias, medios de comunicación y libros o documentos
escritos que les podrían proveer de aprendizajes importantes al
respecto lo que los coloca en una situación sumamente vulnerable
ante un ejercicio de su sexualidad sin responsabilidad.
No existen programas específicos de educación de la sexualidad con
personas sordas que se contemplen en los programas escolares y en
general, el tema sigue sin abordarse de manera seria y permanente.
Introducción
Adentrarnos al mundo de la discapacidad nos podría parecer complicado,
amenazante o simplemente poco interesante, sin embargo esta población puede
guardar secretos que por lo general no se descubren y que podrían ayudarnos a
comprender y valorar desde otro plano una vida sin discapacidad y así, tomar
conciencia de las limitaciones que muchas veces nosotros mismos nos
imponemos aún sin padecer ningún trastorno físico o psicológico.
La discapacidad auditiva o la sordera, puede representar un problema, en la
medida que es una discapacidad que “no se nota” porque no se ve, y con esto, los
oyentes creemos que no existe gran conflicto en el desarrollo y forma de vida de
estas personas. En general, se puede llegar a pensar que, al igual que la persona
miope que se le ponen gafas puede ver se podría hacer lo mismo si la persona no
oye bien, se le pone un auxiliar auditivo y ya oye, pero no es así de sencillo, los
aparatos para audición generalmente no reflejan el sonido con la nitidez que
esperamos, puede semejar a un radio mal sintonizado donde a veces se
escuchan más los tonos agudos, a veces los graves o viceversa, el caso es que no
llegan a escuchar como las personas oyentes, además, si la sordera es profunda,
generalmente el aparato no ayuda mucho o nada.
Por esto, las personas con discapacidad auditiva, de alguna manera se
encuentran aisladas y no solamente del mundo de la información sonora que
nos rodea, ya que por otra parte su aislamiento es social y psicológico, es por
esto que su estructura de personalidad es y se construye diferente, y su manera
de relacionarse con el mundo también es distinta.
De igual manera el desarrollo de su vida y en especial de su sexualidad, estará
cargada de particularidades algunas de las cuales comentaré en este escrito.
Aunque hablamos de la sordera como una discapacidad, las expresiones y
vivencias de su sexualidad no llegan a ser quizá tan “llamativas” como suele
suceder en el caso de las personas con discapacidad intelectual o con trastornos
motores severos, porque una persona sorda no llegará a desvestirse por ejemplo
en lugares inapropiados ni tendrá gran dificultad para relacionarse con otras
personas sordas en el aspecto sentimental; sin embargo al enmarcarlos como
personas con discapacidad se les niega la información igual que a los otros y
esto tiene que ver con la idea generalizada que se tiene de que sexualidad y
discapacidad son términos que de preferencia deben mantenerse separados; que
no cualquier profesional se atreve a abordarlos y que además no existe el
personal especializado para trabajar el tema, mucho menos programas que lo
contemplen. Así, nos enfrentamos de entrada a dos problemas, por un lado la
falta de información y atención a esta población y por otro a la falta de
especialistas para tratar el tema de la sexualidad (y que manejen LS).
Aunque el presente documento recupera el trabajo de una primera
aproximación a la construcción del concepto de sexualidad con adolescentes
sordos, se pretende continuar con estudios posteriores sobre el tema, considero
que la riqueza de información que se generó a partir de la interacción con las y
los jóvenes sordos será pauta a seguir por estudiosos y personas interesadas en
el tema de la sexualidad en la discapacidad además de facilitar un enlace con
trabajos anteriores que a mi juicio se ha perdido y así dar continuidad con
nuevos proyectos; así pues, el trabajo de la sexualidad en las instituciones
siguen quedando muchas veces en planes a futuro que no se llevan a cabo o se
siguen postergando por años talleres, pláticas, etc., y los escasos temas que se
llegan a tratar se siguen abordando generalmente desde la óptica de la
genitalización, con un enfoque preventivo basándose en el viejo modelo
tradicional que maneja la educación sexual en el peligro cuyo objetivo es
infundir miedo para asegurar que estas personas no harán nada que los ponga
en riesgo argumentando que se piensa en “lo mejor para ellos”, este modelo se
olvida definitivamente de sus necesidades, de resolver sus dudas, de rescatar y
validar sus emociones y sentimientos además de su derecho innegable a sentir
placer.
Antecedentes.
Numerosos estudios realizados con adolescentes revelan que los y las jóvenes
necesitan información y cuando no sienten confianza de preguntar o no son
orientados dentro de sus familias, ante esto, ellos mismos la buscan, un ejemplo
es el libro de Castillo (2005) que presenta una recopilación 275 preguntas que
adolescentes hombres y mujeres de secundaria hacen sobre sexualidad, algunos
ejemplos; a qué edad se deben tener relaciones sexuales, qué hacer cuando no
quieres tener relaciones sexuales con tu novio(a), si hace daño la masturbación,
etc. a las cuales da respuestas sencillas y de una manera empática.
Álvarez-Gayou y Millán (2006) Hacen una selección entre cinco mil preguntas
hechas por jóvenes de varios países y las publican con el objetivo de “informar y
desmitificar los aspectos de la sexualidad que han sido obtenidos de la
educación informal, así como complementar la información que los
adolescentes han recibido a través de la educación formal, teniendo en cuenta
las inquietudes y dudas que de ellos han surgido”.
El aspecto psicológico de las personas sordas ha sido analizado por diferentes
autores por lo que hago un resumen al respecto.
Como es sabido, la existencia del vínculo emocional que se establece entre el
hijo y la madre es fundamental para su desarrollo posterior, referente a esto
Colín (1985), menciona que desde edades tempranas el o la bebé oyente
mantienen contacto con su mamá por medio del oído, la voz de su madre que le
llama al igual que sus movimientos, como el caminar hacia él o el ruido que hace
al preparar su biberón, lo tranquiliza y percibe que no está solo. El bebé sordo
carece de este lazo afectivo que tendrá que reforzarse continuamente con el
contacto físico y visual.
La experiencia de veinte años de trabajo con ell@s, me ha permitido conocer
como se abren paso en la vida creando sus propias estrategias, muchas veces
con muy poca orientación. De manera caótica se enfrentan a su sexualidad,
basándose en mitos, fantasías y mala información o desconocimiento, bloqueos
emocionales, etc. El asilamiento al que se someten dentro de un mundo de
oyentes, resulta más doloroso cuando las grandes dudas no resueltas y la
barrera de la comunicación les genera un estado de soledad característico del
que difícilmente pueden salir, lo que hace que a lo largo de la vida se vaya
deteriorando aún más la posibilidad de vivir plenamente su sexualidad. El
siguiente análisis esclarecerá un poco más esto:
Como parte de su personalidad, él y la adolescente sorda, suelen cuidar su
apariencia, critican a sus compañeros y generalmente forman grupos donde se
generan lazos muy estrechos de amistad que se prolongan muchas veces a lo
largo de la vida, así, en eventos importantes como cumpleaños bodas de algunos
de ellos, encuentran la manera de localizarse, invitar y asistir a los festejos, de
igual manera disfrutarlos enormemente.
Téllez (2005) menciona que el sentir de una persona sorda respecto a la vivencia
de su sexualidad, se inclina mucho hacia la culpa, conductas como el
autoestimularse, utilizar material sexualmente explícito, o tocar temas sexuales
aunque sea a escondidas, les crea un sentimiento de incomodidad que hace que
escondan esas conductas e incluso que las nieguen, culpando a otros o evitando
hablar de ello. En el caso de las personas que viven en pareja o de las que tienen
una vida sexual activa, los comportamientos que tienen en la intimidad muchas
veces son inhibidos o censurados por ellos mismos argumentando que “eso está
mal” y si existe la suficiente confianza como para comentarlo con alguien,
preguntarán si lo que hacen es correcto o no, les es importante la opinión de
otra persona, por esto, es muy primordial conocer que sucede con sus
emociones y sentimientos e investigar cómo opera la culpa en ellos, ya que como
personas oyentes hemos crecido generalmente con ésta cuando nos
preguntamos acerca de la vivencia de nuestra sexualidad.
Corvera (1999) explica que la pérdida auditiva no se solventa simplemente con
las aportaciones de otras vías sensoriales, sino que puede tener importantes
repercusiones en la adquisición del lenguaje, en la relación con el entorno de la
persona afectada y por su puesto en su propia organización psíquica.
Varios estudios han mencionado algunos rasgos de personalidad destacando
que la impulsividad y la inmadurez social son frecuentes en la población de
sordos pero no de manera unívoca, es decir, por una parte no todos los sordos
presentan dichos rasgos y por otra son rasgos que han sido constatados en la
población sin deficiencia auditiva. Es importante saber si dichas característica
se derivan de sus dificultades lingüísticas de los niños sordos y como éstos con
su peculiaridad comunicativa son percibidos y aceptados por el medio social en
que crecen. Cambra, Silvestre, (1998) (citados por Corvera).
Perier y De Termmerman (1987) niegan que los niños presenten características
propias de la sordera pero que ésta puede traer consecuencias cognitivas y
conductuales. Furt y Deleao (1966) niegan que haya una “personalidad del
sordo”. Luterman (1985) argumenta que los principales problemas
psicosociales, en opinión de los propios niños sordos (según versión de los
padres), son:
1. Retraso en relación con la mayoría de los niños de su edad en la escuela.
2. Extrañan estar con más amigos sordos y tienen dificultad para hablar por
teléfono
3. Hay falta de aceptación por los demás
4. Se les dificulta hacer amigos íntimos y conservarlos
5. Se avergüenzan que a veces la gente no les entiende
6. Sienten deseo de independencia y sin embargo siguen dependiendo de otros
para poder manejar el mundo exterior
7. Quieren sentirse parte del ambiente y con frecuencia no lo logran pro la falta
de audición, lo que resulta en una gran frustración.
Hablando de lo social, Corvera (1999) menciona que en cuanto a la
personalidad, la vida afectiva, el comportamiento y las relaciones sociales de los
niños sordos, Myklebust (1974) señala que son el resultado de las limitaciones
comunicacionales secundarias a la deficiencia auditiva y de las alteraciones de
las condiciones del desarrollo que generalmente ésta provoca.
Muss (2003) cita a Davis (1902) quien define la socialización como el proceso
por el cual el individuo aprende y adopta modos, ideas, creencias, valores y
normas de cultura particular y las incorpora a su personalidad. La socialización
se ve alterada en los sordos.
Ni la ceguera ni la sordera originan limitaciones físicas en la respuesta sexual
orgánica o imputables al organismo de por sí. Sin embargo la ignorancia que en
materia de sexualidad aqueja a muchas personas sordas o ciegas junto con la
demasiada habitual ausencia de aptitudes para relacionarse socialmente, llega a
crear una propensión a problemas de orden sexual y convivencial, Masters,
Johnson y Kolodny (1987)
En este aspecto Suriá refiere:
“La audición es el sentido que más nos “coloca” en el mundo. Siendo el hombre
un ser incompleto en sí mismo, su vida implica una convivencia, un confundirse
entre los otros, una comunicación, una necesidad de intimar con el mundo
exterior, y de formar parte de todos los medios ajenos y circundantes que le
hagan progresar en esta dinámica de su vivir comunitario para alcanzar el
desarrollo de su propia personalidad”
Schorn (2003), hablando específicamente de la ausencia del lenguaje como
elemento socializador, menciona que el niño sordo no es envuelto por el
lenguaje materno oral trasmisor del lenguaje social que le posibilita anticipar, el
definir, el entender, el aprender. Esto le deja profundas “marcas”.
Aunado a la dificultad que los sordos tienen en el aspecto social se contemplan
estereotipos que marcan a las personas con discapacidad. Algunos de los
principales mitos que se manejan con respecto a la sexualidad en este tipo de
personas en general según Masters, Johnson y Kolodny (1987)
Son:
Que las personas con discapacidad son asexuales
Que son como niños, dependen de los demás y necesitan protección
Que su discapacidad genera discapacidad en su entorno.
Que deben hacer su vida y unirse en pareja con personas como ellos
Que los padres de personas con discapacidad no desean darles educación de la
sexualidad.
Que la relación sexual que culmina con el orgasmo es esencial para el goce
sexual.
Que si una persona con discapacidad padece un trastorno sexual, casi siempre
se debe a su condición discapacitante
Que si una persona sin discapacidad mantiene relaciones sexuales con una
persona con discapacidad es porque no puede atraer a individuos “normales”
Desarrollo.
La metodología que se eligió para la investigación fue la de trabajo con grupos
focales. Esta técnica consiste en recopilar información de los participantes de un
grupo, según Álvarez-Gayou (2003), el grupo focal es una técnica de
investigación social que privilegia el habla, cuyo propósito radica en propiciar la
interacción mediante a la conversación acerca de un tema u objeto de
investigación.
Tal metodología novedosa para un grupo como éste, presentó la singularidad, en
esta población de que la comunicación se dio por vía de Lengua de Señas
Mexicana y las sesiones fueran videograbadas a fin de poder revisar
posteriormente los videos y no perder información.
El trabajar en el centro desde hace varios años ayudó a que se creara un espacio
de confianza, además utilizar este paradigma me permitió acceder a la intimidad
del grupo aunque solo como una guía dentro del mismo lo que les permitió
expresarse libremente cuando más se avanzaba en las preguntas.
Por principio, fue necesario, citar a los padres y madres de los y las alumnas
para explicarles en qué consistiría el trabajo pues consideré que era necesario
informarles ya que generalmente cuando se tocan este tipo de temas en las
escuelas algunas personas suelen estar en desacuerdo. Todos convinieron que
estaba bien y hablaron de su confianza hacia el trabajo, nadie se opuso.
Se elaboró una guía de preguntas con el único fin de no olvidar algún punto a
tratar, y se inició el trabajo. Solo al principio y con el primer grupo hubo que
esperar un poco a que se atrevieran hablar, una vez que lo hicieron no hubo
ningún problema y denotaron gran entusiasmo por participar. Así se continuó
hasta terminar la guía y se continuó con la misma metodología con el segundo
grupo.
De las videograbaciones se realizaron las transcripciones de la información que
se generó lo que resulto ser un poco complicado por la utilización de LSM.
Resultados
Al preguntar acerca de qué significa para ellos el sexo o la sexualidad, la
generalidad relacionó el ideograma de sexo con relaciones sexuales coitales,
igualmente con el embarazo y maternidad y por último con el matrimonio,
podemos observar, que permanece presente un modelo de educación de la
sexualidad tradicional, en el que, hablar de sexo se asocia con genitalidad y
reproducción, teñido por el aspecto moral y religioso del matrimonio. Una
minoría hace referencia al amor.
Mencionan que donde más han aprendido sobre sexualidad ha sido en casa, con
la familia, padres (generalmente con la madre), hermanos, primos, etc. Pero
solo algunos, otros refieren que con sus amigos y/o amigas o en la escuela, y
hubo otros que mencionan otras fuentes de información como libros, TV y
doctores pero fue el menor número, sin embargo la mayoría de las respuestas se
centró en que generalmente no reciben ningún tipo de información acerca del
tema.
De igual manera, la mayoría menciona y se queja de que un impedimento para
poder pedir y recibir información es que los oyentes no manejan lengua de
señas, denotando desesperación, impotencia y enojo ante esta situación.
El temor es un sentimiento que está presente a lo largo de las conversaciones, al
parecer en gran número asocian la práctica de la sexualidad con el peligro,
generalmente el miedo a las infecciones de transmisión sexual, específicamente
al VIH, al embarazo o a la responsabilidad de mantener un hijo y a lo
desconocido ante una relación sexual coital.
Mientras expresan sus ideas, preguntan constantemente si algunas conductas
relacionadas con la sexualidad son correctas o no, es importante para ellos y
ellas, que las personas mayores les digan que es lo que se permite y lo que no,
sin embargo, esta información se encuentra encuadrada en las palabras bien o
mal, no cuentan con una explicación más profunda de la situación y muestran
rechazo cuando se habla por ejemplo de la prostitución, homosexualidad, del
material sexualmente explícito como revistas, videos, etc. y cuando se les
descubre que es un material que han usado o que han realizado alguna actividad
sexual que consideran “prohibida”, se sienten avergonzados y lo niegan pues
están convencidos de que es algo malo y de que quizá puedan ser castigados por
Dios.
En general, existe un sentimiento de temor hacia lo que signifique práctica de la
sexualidad, ésta se asocia con el peligro y la culpa.
La totalidad de los participantes consideraron necesario y urgente recibir
educación de la sexualidad y tratar este tipo de temas con personas preparadas y
en las cuales puedan confiar.
Conclusiones
La poca información que tienen las personas sordas acerca de la sexualidad,
sigue siendo la tradicional, cargada de mitos y tabúes y con el mensaje de que el
único fin es la reproducción, situación que les impide conocer de sus derechos
sexuales y reproductivos, recibir información sobre el placer y su derecho a
sentirlo, y en general a ser verazmente informados para logra una vida sexual
plena en todos los sentidos.
La desinformación los enfrenta a un mundo desconocido que los hace aún más
vulnerables ante abusos, engaños o situaciones que no saben cómo enfrentar,
debido a que no cuentan las herramientas suficientes para hacerlo. Cuántas
mujeres sordas no viven una vida de violencia incluida la sexual creyendo que
esa es la única forma de vida, de igual manera cuántos hombres sordos viven
presos de lo que ven o imaginan violentando o violentándose al vivir su
sexualidad sin ninguna responsabilidad solo con base en su deseo, estas son solo
algunas situaciones a las que se encuentran expuestos.
De igual manera, es importante lograr obligatoriedad del aprendizaje de la
lengua de señas por parte de los familiares más cercanos de la persona sorda y
del personal de las escuelas que atienden este tipo de población.
Es necesario y urgente, plantear programas de educación de la sexualidad así
como talleres, pláticas o conferencias impartidas por especialistas en la materia
que conozcan la Lengua de Señas Mexicana y que abarque tanto a la población
de los padres y madres, profesionales de la educación y alumnos.
Considero que, como cualquier principio, no es fácil avanzar en este campo, sin
embargo, como mencioné anteriormente se están dando pasos hacia delante con
nuevas actividades y proyectos que en algún momento rendirán frutos y pasarán
a formar parte de mayores alcances.
Las líneas de investigación que surgieron a partir de este trabajo fueron las
siguientes:
· La vida sexual y erótica de las mujeres sordas.
· Violencia y abuso sexual en la discapacidad.
· La perspectiva de la masculinidad del hombre sordo.
· El trabajo de la sexualidad con sordos en edad preescolar.

María Marta Castro Martín

Вам также может понравиться