Вы находитесь на странице: 1из 33

1/4/火曜日

Generación de Conocimiento y Construcción de Teoría


en Proyectos de Desarrollo de Capacidad Institucional
La propuesta del Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”
en el contexto del cambio de época1

“El siglo XVIII determina el fin de una época y el comienzo de otra. Los problemas que se
plantearon durante este siglo no hallaron solución en el marco del régimen social imperante y,
por lo tanto, forzaron el cambio social. Un cambio social que...marcaría el fin de una época”
(Prólogo del libro de J. Jacques Rousseau El Contrato Social; libro escrito en 1762)

José de Souza Silva2


Juan Cheaz3
Servicio Internacional para la Investigación Agrícola Nacional (ISNAR)

(Trabajo en progreso: para discusión)

San José, Costa Rica


Mayo, 2000

1
Versión (bajo perfeccionamiento) del documento básico del Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” presentado en el “Taller
sobre la Generación de Conocimiento y Construcción de Teoría en Proyectos de Desarrollo de Capacidad Institucional”,
realizado en San José, Costa Rica, 06-09 de marzo del 2000. Este Proyecto es financiado por la Agencia Suiza de
Cooperación y Desarrollo (COSUDE), el Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda (DGIS), el Servicio Internacional para
la Investigación Agrícola Nacional (ISNAR) y organizaciones nacionales de ciencia y tecnología agropecuaria de América
Latina. Los autores agradecen a los participantes del taller, que aportaran críticas y sugerencias para el perfeccionamiento de
la visión del Proyecto y del contenido del documento. La visión, opiniones y posiciones expresadas aquí son de los autores, y
no necesariamente coinciden con las visiones, opiniones y posiciones de las organizaciones que apoyan al Proyecto.
2
Ingeniero Agrónomo brasileño con Maestría en Sociología de la Agricultura y Ph.D. en Sociología de la Ciencia y la
Tecnología; exJefe de la Secretaría de Gestión Estratégica de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria
(EMBRAPA); y actual Gerente del Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”. E-mail: j.desouza@cgiar.org
3
Economista Dominicano con Maestría en Estudios del Desarrollo; Profesional Asociado del Proyecto ISNAR “Nuevo
Paradigma” que integra su equipo de gestión en San José, Costa Rica. E-mail: j.cheaz@cgiar.org
1/4/火曜日
Generación de Conocimiento y Construcción de Teoría
en Proyectos de Desarrollo de Capacidad Institucional
La propuesta del Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”
en el contexto del cambio de época
Jose de Souza Silva
Juan Cheaz

RESUMEN
Los productos, procesos y servicios más relevantes del Siglo XXI serán aquellos intensivos de
conocimiento. Sin embargo, mientras el conocimiento se establece como el factor estratégico
de la época emergente, muchos proyectos para el desarrollo de capacidad institucional no
incluyen un componente de apoyo a la construcción de la capacidad institucional para generar/
reconfigurar conocimiento en las organizaciones. Ellos tampoco generan conocimiento—
apenas transfieren información; ni teorizan sobre sus experiencias y lecciones—apenas las
sistematizan y las diseminan. Estos proyectos no son concebidos para el desarrollo de la
capacidad para la gestión de la innovación institucional, lo que requiere un esfuerzo de
investigación-aprendizaje para la generación de conocimiento organizacional y la construcción
de teorías contextualizadas. Este tipo de esfuerzo demanda la interdependencia entre los
procesos de sistematización y de teorización en los proyectos de desarrollo de capacidad
institucional. El Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” se propone movilizar la imaginación,
capacidad y compromiso de sus talentos profesionales para construir este tipo de capacidad.
El documento (i) caracteriza el actual cambio de época, sintetizando las tres visiones de
mundo que compiten para moldear la época emergente; (ii) ubica la dimensión de
investigación del Proyecto en el contexto del cambio de época; (iii) justifica esta dimensión de
investigación; (iv) propone cuatro marcos de referencia—filosófico, ontológico, epistemológico
y metodológico—para comprender la naturaleza del esfuerzo a ser realizado; (v) sitúa al
Proyecto en el contexto de los marcos de referencia; y, (vi) articula los marcos orientadores de
la teorización y de la sistematización en el Proyecto.

INTRODUCCIÓN

La historia moderna revela que el poder es para los que generan y usan su propio conocimiento 4.
Eso sugiere la necesidad de que organizaciones y naciones desarrollen una capacidad mínima de
generación/reconfiguración del conocimiento que necesitan, para evitar su excesiva dependencia
de los que tienen esta capacidad. Esto es relevante pues, como nos enseña Michel Foucault, el
conocimiento no puede ser concebido de forma separada del poder, ni la tecnología puede ser
pensada separadamente de intereses humanos (Habermas 1968; Street 1992; Bell 1995).

Los proyectos de construcción de capacidad institucional tienen la obligación ética de incluir un


aporte al desarrollo de capacidades locales para la generación/reconfiguración de conocimiento.
Esta capacidad es imprescindible para las organizaciones de desarrollo, frente a: (i) la complejidad
del proceso de desarrollo; (ii) los frecuentemente divergentes intereses de los actores que
influencian la naturaleza, rumbo, prioridades y consecuencias del desarrollo; y, (iii) la diversidad de
los contextos donde las acciones de desarrollo aportan su contribución y ganan su significado. Sin
embargo, no todos los proyectos de desarrollo de capacidad hacen este tipo de aporte.

Imaginación, capacidad y compromiso para la gestión de la innovación institucional es el


lema de la Red de Intercambio de Talentos para la Innovación Institucional (Red-ITI) del Proyecto
“Nuevo Paradigma”, del Servicio Internacional para la Investigación Agrícola Nacional (ISNAR).
Inspirado en este lema y comprometido con las consecuencias de su práctica, el Proyecto intenta:
(i) abrir espacios para la interacción creativa; (ii) proponer “gatillos” para orientar el foco de la
creatividad; y, (iii) negociar propósitos colectivos que generan energía emocional hacia decisiones
y acciones asociadas a la gestión estratégica5 de la innovación institucional
4
Ver, por ejemplo, Leiss (1974), Wallerstein (1974), Restivo (1988), Castells (1996, 1997, 1998), Demo (1997), Landes (1998),
Bell (1999), De Masi (1999), Perrault (1999), Busch (2000).
5
Para el Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”, la gestión estratégica es aquella que incorpora innovaciones asociadas a las
dimensiones de futuro, entorno, participación, estrategia y gestión, bajo una filosofía gerencial influenciada por el principio
de la práctica del desarrollo de, no del desarrollo en las organizaciones, con el propósito de aportar al desarrollo de, no al
desarrollo en sus sociedades. El desarrollo de es necesariamente negociado y realizado con la participación de los actores

2
En consonancia con el hecho de que el ISNAR es un servicio basado en investigación, el Proyecto
está iniciando un esfuerzo de esta naturaleza para desarrollar uno de sus componentes: su
dimensión de investigación. De forma sintética, este documento: (i) ubica el presente esfuerzo en
el contexto de un cambio de época; (ii) resume los elementos que integran la dimensión de
investigación del Proyecto; (iii) propone cuatro marcos de referencia para ampliar la comprensión
de la naturaleza del esfuerzo que se quiere desarrollar; (iv) sitúa el Proyecto en el contexto de
dichos marcos; y, (v) articula algunos elementos para orientar el esfuerzo hacia la construcción de
un marco orientador del esfuerzo de teorización del Proyecto y un marco orientador del proceso de
sistematización de sus experiencias y lecciones.

¿Una época de cambios o un cambio de época?

“El siglo XVIII determina el fin de una época y el comienzo de otra. Los problemas que se
plantearon durante este siglo no hallaron solución en el marco del régimen social imperante y,
por lo tanto, forzaron el cambio social. Un cambio social que...marcaría el fin de una época”
(Prólogo del libro de Juan Jacques Rousseau El Contrato Social; libro escrito en 1762)

De la misma manera como el Siglo XVIII marcó un cambio de época histórica—del agrarianismo al
industrialismo, la historia registrará para la posteridad que la segunda mitad del Siglo XX y la
primera del Siglo XXI representan igualmente otro cambio de época (De Souza Silva et al. 2000).
Comprender que las turbulencias, inestabilidad, incertidumbre, discontinuidad, inseguridad y
desorientación que hacen vulnerables a naciones y organizaciones son provocadas por un cambio
de época—y no por una época de cambios—es crítico para definir la premisa y diseñar el marco
orientador de la gestión de la innovación institucional.

Una época de cambios es aquella en que su identidad está establecida de forma inequívoca y en la
cual sus características son reconocidas sin ser cuestionadas de forma generalizada en sus
consecuencias. Por la relativa estabilidad de sus características, una determinada época nos
permite identificarla de forma muy fácil. Al contrario, un cambio de época es un momento de la
historia de la humanidad en que las características de la época vigente están en deterioro
irreversible y en la cual las consecuencias de sus características para el desarrollo están bajo
cuestionamiento inexorable por parte de la mayoría de las sociedades. Por el desorden y la
inestabilidad que lo caracterizan, un cambio de época no es fácilmente identificable, principalmente
en su inicio. Por eso, en un cambio de época están todos vulnerables, del ciudadano al Planeta
(De Souza Silva et al. 2000).

Según Castells (1996), una época histórica cambia cuando se transforman de forma cualitativa y
simultánea las relaciones de producción, relaciones de poder, experiencia humana y cultura, lo que
ya ocurre desde la segunda mitad de los años 60 (Castells 1996, 1997, 1998). Tres procesos
revolucionarios están generando cambios que no pertenecen a la época vigente, que están
cambiando la época: (i) la revolución cultural iniciada por movimientos sociales, tales como el
feminismo y el ambientalismo; (ii) la revolución tecnológica en torno a la tecnología de la
información y sus ramificaciones en la infraestructura y medios de la comunicación y en las más
diferentes áreas de la actividad humana; y, (iii) la revolución económica del capitalismo y del
comunismo para superar la crisis económica planetaria que afectó diferencialmente a ambos. Así,
los cambios globales en marcha no pertenecen a la época vigente, ellos están cambiando la época
del industrialismo y forjando una nueva época6. Por ejemplo, a partir de la revolución cultural,

sociales del contexto donde se desarrollan las acciones de intervención, razón por la cual es también centrado en la
construcción de capacidades locales. En contraste, el desarrollo en es practicado sin compromiso con las dimensiones
histórica y material que caracterizan tanto las necesidades y realidades actuales como las aspiraciones futuras de los actores
sociales del contexto donde se desarrollan las acciones de intervención. El desarrollo de se caracteriza por (i) la inclusión de
los actores locales y de su conocimiento y experiencias y (ii) la promoción de su protagonismo y autonomía; el desarrollo en se
caracteriza por (a) la exclusión de los actores locales y de su conocimiento y experiencias y (b) la creación de dependencia
externa.
6
Por ejemplo: (i) en las relaciones de producción, un factor intangible—conocimiento—ya es la fuerza productiva más
relevante de la economía inmaterial emergente; (ii) en las relaciones de poder, la soberanía del Estado-Nación está siendo
erosionada por el ascenso del poder de las corporaciones transnacionales, agencias y acuerdos multilaterales y mecanismos

3
varios cambios están forjando transformaciones hacia el desarrollo sostenible; mientras, a partir de
la revolución económica, está en marcha un proceso de formación de un nuevo régimen de
acumulación de capital cuyas características generan conflictos con las características del régimen
de acumulación de capital de la época del industrialismo (ver ANEXO-1).

Un cambio de época genera una crisis de percepción (Capra 1982), que revela la imposibilidad de
comprender la realidad emergente a partir de antiguas premisas y enfoques y la necesidad de
generar nuevas premisas y enfoques para interpretar viejos y nuevos desafíos. En este contexto, la
innovación institucional debe preceder a otros tipos de innovación (De Souza Silva et al. 2000). Las
organizaciones necesitan primero innovar en sus marcos para pensar, decidir y actuar, para que
estas innovaciones se reflejen en sus futuros productos y servicios. En la gestión de la innovación
institucional, uno de los elementos a considerar es la importancia central del conocimiento 7 para
las naciones y organizaciones del Siglo XXI. En la época emergente, los productos, procesos y
servicios más relevantes serán los intensivos de conocimiento. Según Bell (1999), la característica
más representativa de la nueva época es el reemplazo de la tecnología 8 mecánica de la época
industrial por la tecnología intelectual que permite codificar el conocimiento teórico. La codificación
del conocimiento teórico para la superación de problemas y desafíos prácticos es por lo tanto la
tecnología intelectual más relevante del Siglo XXI, lo que transforma la capacidad para crear
(Nonaka y Takeuchi 1995) y reconfigurar (Gibbons et al. 1994) conocimiento en una de las
capacidades más estratégicas para las organizaciones de desarrollo en el Siglo XXI.

En resumen, la humanidad está saliendo de la época de la prevalencia de la tecnología material9


y entrando en la época del predominio de la tecnología intelectual10. Sin embargo, como la

supranacionales; (iii) en la experiencia humana, la declinación de la autoridad patriarcal y el ascenso de las relaciones de
género, junto con la vulnerabilidad del Planeta denunciada por los movimientos ambientalistas, desafían en definitiva las
formas de producción y consumo que caracterizan la civilización occidental y la sociedad industrial de masa; y, (iv) en la
dimensión cultural, el mundo camina hacia la cultura de la realidad virtual, donde los medios de comunicación ejercen un
poder sin precedentes en la creación de valores y símbolos, percepciones y opiniones, decisiones y acciones (Castells 1996,
1997, 1998).
7
Datos no son información e información no es conocimiento. Datos son una secuencia de eventos o de símbolos, numéricos
o no, todavía carentes de interpretación y por lo tanto de significados, articulados en un determinado orden y forma, que nos
permite apenas contestar a preguntas del tipo qué. Información es el conjunto de significados derivados de los datos, a través
de una interpretación que contextualiza las relaciones existentes entre ellos y que los presenta como tópicos organizados,
permitiéndonos comprender apenas preguntas del tipo cómo. El conocimiento es un estado de entendimiento continuamente
perfeccionado por el eterno proceso—dinámico e inacabado—de generar comprensión para permitirnos contestar preguntas
del tipo por qué. El conocimiento no es una “cosa”, un producto que puede ser producido, vendido, transferido, comprado,
empaquetado, transmitido y absorbido, como quieren muchos que emplean el término conocimiento como si fuera sinónimo de
información. Solamente datos e información son “productos” que pueden ser manejados como tal. Por ejemplo, aún cuando
alguien comparte lo que para él es su más elaborado conocimiento personal sobre un tema o problema, para los que lo
escuchan (individuos, equipos, grupos sociales) todo llega apenas como información, que todavía necesita ser mentalmente
y/o socialmente procesada y reconfigurada antes de ser parcial o integralmente apropiada o rechazada por los modelos
mentales de los individuos, equipos o grupos sociales. El proceso de creación de conocimiento es influenciado por los valores,
creencias, experiencias pasadas, intereses actuales y aspiraciones y compromisos futuros. Por eso no se debe hablar de
gestión de conocimiento; el máximo que se puede proponer es la gestión del la información o la gestión del proceso de
generación de conocimiento. En resumen, el proceso de creación de conocimiento implica la (re)interpretación,
(re)combinación, (re)configuración y/o (re)ordenación permanente de antiguos y nuevos de datos e información. Esto ocurre en
confrontación tanto con nuestro entendimiento previo como con nuestros valores, creencias, intereses, aspiraciones y
compromisos asociados al tema o problema bajo análisis, pues nuestro objetivo—concientes o no—es ampliar o mejorar
nuestra capacidad para juzgar acciones, eventos, fenómenos, hechos, etc., a partir de nuestra más actualizada comprensión
sobre dichos elementos. Uno de los participantes del evento aportó a esta conceptualización de la siguiente forma:
“conocimiento es más un verbo que un sustantivo”.
8
Tecnología aquí es conceptualizada de forma amplia, significando la aplicación de conocimiento—científico o no—para la
realización de tareas prácticas a través de sistemas ordenados que involucran a personas, a otros seres vivos, a
organizaciones y máquinas (Street 1992). Bajo este concepto, el manejo integrado de plagas, un cosechador mecánico, la
organización de una universidad o de un sistema internacional de comercio es una tecnología; de la misma manera que el
diseño y manejo de procesos participativos para el intercambio de ideas, información y apoyo también lo es. Por lo tanto,
tecnología es el producto de un proceso de interacción social, que resulta en conocimiento cristalizado (plasmado) en algún
tipo de aplicación práctica—material, social o intelectual (Street 1992; Barbour 1993; Bell 1999). Hasta una teoría es una
tecnología (Bell 1995), del tipo intelectual: tecnología de la interpretación.
9
Las tecnologías mecánicas, químicas y eléctricas son ejemplos de tecnologías materiales aportadas por la época histórica
del industrialismo (Bell 1999)

4
competitividad será derivada principalmente de la flexibilidad institucional y gerencial11 (Castells
1996), la tecnología social12 será imprescindible para viabilizar la dinámica de la aplicación de
tecnología intelectual. La innovación ya no es un producto del genio individual trabajando de forma
aislada, como Marconi con la radio y Edison con la luz eléctrica (Bell 1999). Ahora la creatividad
institucional depende principalmente (pero no exclusivamente) del esfuerzo de equipos (Gibbons et
al. 1994). Así, la creatividad puede ser percibida y manejada como un producto de la interacción
social y, por lo tanto, de la organización para la participación (Röling 1992).

El ascenso del conocimiento como fuerza productiva y de la codificación del conocimiento teórico
como tecnología intelectual va a distinguir tres grupos de naciones (Bell 1999) y organizaciones:

• El primer grupo, por ser capaz de generar/reconfigurar conocimiento, estará en capacidad


de: (i) iniciar13 la generación de nuevos productos, servicios y/o procesos; (ii)
inventar14, a partir de la codificación del conocimiento teórico (que es capaz de
generar); y (iii) generar tecnologías de transformación15, o transformacionales. Este es
un grupo altamente dependiente de la tecnología social para movilizar exitosamente a
los talentos humanos que manejan la tecnología intelectual.

• El segundo grupo, por ser capaz apenas de reconfigurar conocimiento ya existente, estará
en capacidad de: (i) mejorar los nuevos productos, servicios y procesos generados por
el primer grupo; (ii) innovar en términos de su flexibilidad institucional y gerencial para
incorporar las invenciones generadas por el primer grupo; y (iii) generar tecnologías
de extensión16 o tecnologías de nicho17. Este grupo también es altamente dependiente
de tecnología social para movilizar de forma exitosa a los talentos humanos capaces
de mejorar, innovar y generar.

• El tercer grupo, no siendo capaz de generar ni reconfigurar conocimiento, estará en


capacidad de: (i) replicar los productos, servicios y procesos iniciados y mejorados por los
grupos anteriores, de acuerdo con los estándares por ellos establecidos; (ii) difundir,
sobre la base del mercado, las invenciones e innovaciones de los grupos anteriores; y, (iii)
adoptar las tecnologías de transformación, de extensión o de nicho generadas por los dos
primeros grupos. Este grupo es el menos dependiente de tecnología social, a pesar de ser
el que más la necesitaría, si hubiera una decisión política para aumentar su capacidad de
iniciar, inventar, generar, innovar y mejorar.

Para el Proyecto, las organizaciones de CyT agropecuaria deberían, como principio, ser capaces
de (o aspirar a ser capaces de) iniciar, inventar, generar, mejorar e innovar. Para eso, sus gerentes
10
Las tecnologías para la generación y principalmente para la codificación (programación, lingüística, algoritmo) de
conocimiento teórico para fines prácticos son ejemplos de tecnologías intelectuales (Bell 1999; Knorr-Cetina 1981).

11
Eso es diferente en el caso de la productividad, que será derivada de la innovación tecnológica asociada principalmente a
las tecnologías materiales (Castells 1996) y secundariamente a las tecnologías intelectuales.
12
Las tecnologías para la participación—organización, persuasión, negociación e interacción—de actores sociales son
ejemplos de tecnologías sociales (Knorr-Cetina 1981).
13
La capacidad para iniciar la generación de nuevos productos, servicios y procesos deriva principalmente de la inversión en
Investigación y Desarrollo (IyD) sobre la base de los avances teóricos de la ciencia (Bell 1999)
14
La capacidad para inventar es actualmente fuertemente dependiente de las posibilidades de la ciencia y de la lógica de la
tecnología (Bell 1999).
15
Tecnologías de transformación son aquellas que generan un cambio revolucionario (transformacional) en la sociedad,
como ha sido el caso de la tecnología de comunicación cristalizada en el teléfono (Bell 1999).
16
Tecnologías de extensión son aquellas que amplían el ámbito/alcance de una tecnología ya existente, como es el caso de
la telefonía celular, que hace posible la movilidad del teléfono y provoca un impacto en la relación espacio-tiempo (Bell 1999).
17
Tecnologías de nicho son aquellas que representan una aplicación especializada de una tecnología ya existente en la
realización de una tarea particular, como es el caso de las centrales telefónicas para organizaciones (Private-Branch
Exchange, PBX), un sistema que facilita la comunicación telefónica interna en las organizaciones (Bell 1999).

5
deben generar emoción colectiva entre los actores internos y externos relevantes para movilizar la
energía creativa y construir el compromiso colectivo necesarios para la realización de este sueño.
La variación en la magnitud del esfuerzo debería estar asociada apenas a restricciones de orden
financiero, pero no a la falta de comprensión, decisión y acción en torno a la importancia vital de
hacerlo. Sin embargo, sin emoción no hay pasión, apenas razón, lo que es insuficiente para
realizar sueños. Para convencer a las organizaciones sobre la posibilidad de lograr dicho sueño, el
mismo Proyecto intenta ser un proyecto de desarrollo de capacidad institucional que inicia, inventa,
genera, mejora e innova en torno a la sostenibilidad institucional.

LA DIMENSIÓN DE INVESTIGACIÓN DEL PROYECTO ISNAR “NUEVO PARADIGMA”

No hay una tradición entre las organizaciones de CyT agropecuaria de generar conocimiento para
su propia innovación institucional, lo que no ha permitido el desarrollo deliberado de esta
capacidad. Lo que prevalece es un esfuerzo asociado al acceso, procesamiento y uso de
información. Por un lado, las llamadas organizaciones que aprenden (Senge 1990) están más
preocupadas en aprender a partir del conocimiento ya existente que en generar un nuevo
conocimiento en sintonía con su contexto cambiante (Nonaka y Takeuchi 1995). Por otro lado, la
mayoría de los proyectos de construcción de capacidad no apoya la construcción de la capacidad
institucional para realizar las diferentes conversiones posibles entre conocimiento explícito y
conocimiento tácito, y vice-versa. Finalmente, estos proyectos tampoco se preocupan en hacer un
esfuerzo de teorización sobre los procesos que generan sus experiencias y lecciones, quedándose
satisfechos en apenas sistematizarlas y diseminarlas.

En resumen, los proyectos de desarrollo de capacidad institucional generalmente no apoyan la


construcción de la capacidad para generar/reconfigurar conocimiento en las organizaciones ni
teorizan sobre los procesos que generan sus experiencias y lecciones. Por eso, en esta dimensión,
no logran beneficiar a las organizaciones participantes del esfuerzo ni a otras organizaciones fuera
de su círculo. El Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” intenta hacer una contribución en esta
dirección a través de su componente de investigación.

En sus fases anteriores, el Proyecto no incluyó un componente formal de investigación. Solamente


a partir de esta tercera fase el Proyecto propone ir más allá de la sistematización de sus
experiencias y lecciones, pasando a desarrollar un esfuerzo deliberado en torno al proceso de
generación/reconfiguración y apropiación de conocimiento y al proceso de desarrollo de teoría.
Pero, ¿cuál es la fundamentación para el componente de investigación del Proyecto?

Contribución a la gestión de la innovación institucional

Las organizaciones casos pilotos del Proyecto necesitan de elementos de referencia para mejorar
—en la marcha—el desempeño de la gestión de su proceso de innovación institucional. La
generación—en la marcha—de estos elementos de referencia requiere un proceso simultáneo de
interacción, observación, reflexión, sistematización, teorización y reconfiguración, sin el cuál los
insumos propuestos podrían no ser pertinentes para el perfeccionamiento del proceso de gestión
de la innovación institucional en estas organizaciones. Por lo tanto, el proceso de gestión de la
innovación institucional de dichas organizaciones necesita ser blanco de un proyecto de
investigación que permita identificar como ellas se apropian de la colaboración del Proyecto y como
procesan y gestionan la aplicación de los productos de esta apropiación en su proceso de
innovación institucional. Esta investigación permitirá identificar los actores, factores y procesos
externos e internos (al Proyecto y a las organizaciones) que funcionan de forma impulsora o
restrictiva para la apropiación de la colaboración. Esta investigación incluye un esfuerzo de
sistematización de las experiencias y lecciones asociadas a la gestión de la innovación institucional
y un esfuerzo de teorización sobre la dinámica de la interacción dialéctica entre los actores,
factores y procesos que las generaran.

Contribución al proceso de colaboración y su apropiación

6
El Proyecto mismo necesita de elementos de referencia para mejorar—en la marcha—el
desempeño de su colaboración. La generación—en la marcha—de estos elementos de referencia
demanda un esfuerzo simultáneo de interacción, observación, reflexión, sistematización,
teorización y reconfiguración, sin el cual los insumos propuestos pueden no ser adecuados para el
perfeccionamiento del proceso de colaboración del Proyecto. Como consecuencia, el proceso de
colaboración del Proyecto necesita ser blanco de un proyecto de investigación que permita
identificar como los marcos orientadores (filosófico, conceptual, metodológico y operativo)
influencian el proceso de apropiación de la colaboración. Esta investigación abre un espacio para
identificar los factores externos e internos (al Proyecto y a las organizaciones) que funcionan de
forma impulsora o restrictiva para la apropiación de la colaboración. Esta investigación incluye un
esfuerzo de sistematización de las experiencias y lecciones asociadas a la dimensión de
colaboración del Proyecto y un esfuerzo de teorización sobre la dinámica de la interacción
dialéctica entre los actores, factores y procesos que la moldean.

Contribución al desarrollo de teorías

El Proyecto sistematizará y diseminará las experiencias y lecciones generadas en torno a su


dimensión de colaboración y a la dimensión de gestión del proceso de innovación institucional en
las organizaciones casos pilotos. Además, el Proyecto se compromete a realizar un esfuerzo de
teorización para confirmar, desafiar y/o proponer teorías asociadas a la colaboración para la
construcción de capacidad institucional y a la gestión de procesos de cambio e innovación
institucional en organizaciones de ciencia y tecnología agropecuaria. Esto requiere que los
proyectos de investigación mencionados anteriormente construyan los marcos orientadores de la
sistematización y teorización de forma interdependiente, una vez que ambos se informan e
influencian mutuamente. Igualmente, estos proyectos deben crear un “nodo” de interacción entre
ambos para que los actores participantes puedan mantener la coherencia de sus aportes, como
individuos y como equipo. Los resultados de este esfuerzo de teorización serán la base para una
contribución del Proyecto para otras organizaciones dentro y fuera de América Latina que no han
tenido la oportunidad de participar directamente de este experimento social18 representado por el
Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”.

Contribución a la comprensión sobre vulnerabilidad/sostenibilidad institucional

El Proyecto tiene la obligación moral de hacer una contribución teórica a la comprensión de la


vulnerabilidad y sostenibilidad institucional de las organizaciones de CyT agropecuaria en el
contexto del actual cambio de época. En un cambio de época, todo y todos están bajo presión para
innovar. Por lo tanto, es apenas lógico que muchos conceptos, enfoques, modelos y paradigmas
desarrollados bajo la racionalidad de la época en declinación no logren mantener su estatus como
elementos de referencia para orientar a los actores sociales, económicos, políticos e institucionales
del desarrollo. Esta es la razón por la que, frente a la vulnerabilidad generalizada que afecta
diferencialmente a todas las naciones y organizaciones, todos estén buscando nuevos elementos
de referencia para comprender las características y contradicciones de la época emergente y
manejar los desafíos generados a partir de esta comprensión. El Proyecto intenta aportar a la
construcción de una teoría que mejore nuestra comprensión sobre la génesis e implicaciones de la
vulnerabilidad institucional19 de estas organizaciones y sobre cómo salir de la vulnerabilidad hacia
la sostenibilidad institucional en el contexto del actual cambio de época.

El Proyecto ha desarrollado un estudio prospectivo para contestar a la pregunta: ¿Una época de


cambios o un cambio de época? A partir de la respuesta de que la humanidad experimenta un
18
Todo proyecto de desarrollo es un especie de experimento social, pues la dinámica del proceso de desarrollo no permite (ni
debería permitir) la previsión anticipada de todo lo que deberá ocurrir. A lo largo del proceso, las percepciones particulares de
los diferentes grupos de actores del desarrollo son ampliadas o transformadas, lo que puede resultar en la reconfiguración de
muchos de sus valores, intereses, compromisos y, por lo tanto, sus acciones. Por eso, los fines y medios de los proyectos de
desarrollo deberían estar bajo un constante proceso de reflexión y negociación.
19
En un cambio de época, la vulnerabilidad institucional se transforma en un problema social, pues no se trata de la
vulnerabilidad de una, o de algunas, sino (aunque diferenciada) de todas las organizaciones asociadas al proceso de
desarrollo. En el momento actual del mundo, esta vulnerabilidad institucional generalizada está generando muchos, diversos y
graves problemas para todas las sociedades (De Souza Silva et al. 2000)

7
cambio de época, no una época de cambios, ahora el Proyecto necesita realizar una prospección
de demandas en el nivel global para la gestión de la innovación institucional en el contexto de la
época emergente. Esta investigación debe ser realizada de tal forma que las organizaciones casos
pilotos del Proyecto puedan apropiarse de su metodología a través de un esfuerzo semejante al
nivel de sus respectivos países.

Situación actual

El Proyecto ha desarrollado la primera versión de los proyectos de investigación mencionados


aquí20, que serán reconfigurados a partir de este taller sobre la generación de conocimiento y la
construcción de teoría en proyectos de desarrollo de capacidad institucional. Este es precisamente
el propósito sustantivo del evento: aportar elementos de referencia para el perfeccionamiento de
dichos proyectos. Se espera que este aporte incluya necesariamente una propuesta de dos marcos
de referencia interdependientes: un marco orientador de la sistematización y un marco orientador
de la teorización.

A lo largo del 2002, el Proyecto finalizará el Módulo de capacitación en la dimensión de


investigación. Los elementos filosóficos, ontológicos, epistemológicos y metodológicos generados y
validados en esta experiencia a la fecha serán articulados en dicho Módulo para beneficiar a otros
proyectos de desarrollo de capacidad institucional, organizaciones de ciencia y tecnología
agropecuaria, donantes y otros actores institucionales interesados en este tipo particular de
capacidad institucional.

MARCOS DE REFERENCIA PARA LA COMPRENSIÓN

Tan importante como las propuestas que articulan las acciones son los marcos que generan la
comprensión bajo la cual dichas propuestas son formuladas. El Proyecto ISNAR “Nuevo
Paradigma” intenta desarrollar su actividad de investigación a partir de una propuesta que sea
coherente con sus marcos orientadores. Por lo tanto, el Proyecto necesita posicionarse sobre las
premisas filosóficas, ontológicas, epistemológicas y metodológicas que orientarán su dimensión de
investigación. Sin embargo, dentro de la misma comunidad científica no hay consenso sobre
cuáles son los marcos filosófico, ontológico, epistemológico y metodológico más apropiados para
orientar una investigación, principalmente en el área de las ciencias sociales21.

En el contexto del actual cambio de época, entre las críticas formuladas por los movimientos
socioculturales (Ej., ambientalismo, feminismo) iniciados en los años 60, algunas fueron dirigidas a
los pilares de la civilización occidental. Uno de estos pilares es la creencia de que el método
científico es el único medio legítimo y capaz de generar conocimiento válido (Capra 1982, 1996).
Sin embargo, la vulnerabilidad del Planeta y de la humanidad fue percibida—en gran parte—como
un producto también de la aplicación de la ciencia (Barbour 1993). Bajo críticas irreversibles, la
práctica de la ciencia pasó a ser cuestionada en su versión positivista (Ej., Leiss 1974) y, como
consecuencia, otras propuestas filosóficas, ontológicas, epistemológicas y metodológicas están en
proceso de desarrollo (Ej., Kloppenburg 1991; Feldman y Welsh 1995) como alternativas a
aquellas moldeadas por la cultura positivista que prevalece hace más de cuatrocientos años.

Marco filosófico

Una de las más fascinantes búsquedas filosóficas emprendidas por la humanidad desde el tiempo
de los filósofos Griegos es la que intenta contestar a la pregunta: ¿Qué es conocimiento? Sin

20
Proyecto I: La sistematización de los procesos de innovación institucional y de los procesos de colaboración. Proyecto II:
Visión prospectiva para demandas de innovación institucional en organizaciones de CyT agropecuaria en cambio de época.
21
Sobre las divergencias ontológicas, epistemológicas y metodológicas en la práctica de la ciencia en general, ver, por
ejemplo, Susman y Evered (1978); Knorr-Cetina (1981, 1999); Latour (1987); Guba y Lincoln (1994); Reason (1994); Strauss y
Corbin (1994); Bell (1995); Biagioli (1999). En la práctica de las ciencias agrarias en particular ver, por ejemplo, Kloppenburg
(1991, 1992); Flora (1992); Molnar et al. (1992); Röling (1992); Bell (1995); Feldman y Welsh (1995); Warner y England (1995).

8
embargo, hasta el presente, ninguna respuesta particular ha logrado conquistar el status de
consenso universal. Dada la importancia central del conocimiento tanto para los avances de la
humanidad como para la producción de riqueza y poder, las respuestas a dicha pregunta han
reflejado percepciones influenciadas por intereses contradictorios en diferentes épocas.

Una síntesis22 de este esfuerzo filosófico: (i) incluye una distinción entre los principales tipos de
conocimiento; (ii) caracteriza el dualismo epistemológico existente en la filosofía occidental; (iii)
revela los intentos clásicos y contemporáneos hacia una síntesis epistemológica; y (iv) verifica
como la cuestión del conocimiento ha sido percibida y manejada al nivel de las organizaciones.

Tipos de conocimiento

La división del conocimiento en conocimiento explícito y conocimiento tácito es absolutamente


imprescindible para todos los interesados en emprender esfuerzos deliberados para manejar el
proceso de reconfiguración de conocimiento existente y generación de nuevo conocimiento.

• Conocimiento explícito es la comprensión que está formalizada, y muchos de sus


aspectos se encuentran sistematizados/disponibles en diferentes formas: datos,
fórmulas, reglas generales, procedimientos codificados, principios universales, textos
escritos y procedimientos estandarizados. Los libros, documentos, informes, cursos de
capacitación, clases y conferencias están entre los medios comunes para facilitar el
acceso a dichos aspectos (Nonaka y Takeuchi 1995). La formalización y
sistematización de aspectos del conocimiento explícito, que son sus fortalezas, pues
facilitan su acceso y transferencia, son igualmente sus debilidades, pues pasan la
impresión de que este es el único tipo de conocimiento válido. La formalización y
sistematización forjan una percepción del conocimiento que ignora la importancia del
conocimiento informal que poseen los actores locales sobre su contexto y sobre la
dinámica de los micro-procesos que constituyen lo cotidiano de sus actividades
personales y profesionales. Esta es la razón por la que el conocimiento científico,
asumido como conocimiento universal, ha prevalecido sobre el conocimiento local: el
conocimiento informal que poseen los actores del contexto donde el conocimiento
científico aporta sus impactos.

• Conocimiento tácito es el entendimiento informal, personal o social, difícil de expresar de


forma sistematizada—poco visible e imposible de compartir por medios tradicionales. Este
estado de compresión es intrínseco a los modelos mentales de actores del contexto donde
se desarrolla cualquier actividad humana, incluso dentro de las organizaciones (Nonaka y
Takeuchi 1995). La intuición y la imaginación son dos ingredientes relevantes para la
generación de este tipo de conocimiento, que es un producto de la interacción entre los
individuos o grupos en el contexto de las redes de relaciones y cadenas de eventos que
influencian sus labores cotidianas, que son a su vez influenciadas por la percepción y
acción de estos actores. El conocimiento tácito, a su vez, puede ser dividido en las
dimensiones técnica y cognitiva. La dimensión técnica es aquella traducida a través de la
expresión “saber-como” (know-how). La dimensión cognitiva incluye los modelos mentales,
creencias, valores, esquemas y percepciones que influencian la forma de pensar y actuar
de los actores, lo que en última instancia refleja la imagen de lo “qué es” la realidad y de lo
“qué debe ser” el futuro. La apropiación de los aspectos accesibles del conocimiento tácito
no es imposible sin la interacción directa y personal entre los actores interesados en dicho
conocimiento. Eso solo ocurre a través de un esfuerzo creativo para expresarlo a través de
imágenes verbales, metáforas, símbolos heurísticos y analogías.

En resumen, los dos tipos de conocimiento sintetizados aquí revelan el conocimiento abarcando
ideas e ideales, razón y emoción, valores y hechos, teoría y práctica, pensamiento y sensaciones,

22
Obviamente, este espacio no permite realizar una revisión crítica amplia y profunda de una cuestión que ha generado miles
de libros y tesis de Doctorado. Desdichadamente, aquí se articulan apenas algunos aspectos claves mínimos necesarios para
ubicar el esfuerzo del Proyecto en el contexto filosófico que influencia los marcos para pensar y actuar de los actores
interesados en realizar un viaje hacia el mundo de la generación y apropiación del conocimiento.

9
mente y materia, discurso y acción. Sin embargo, los términos de estos binomios han sido histórica
y artificialmente separados para atender a ciertos intereses a lo largo del tiempo, como se hará
evidente a continuación.

Dualismo epistemológico

La jornada filosófica hacia la contestación de la pregunta ¿qué es conocimiento? ha sido marcada


primero por una guerra epistemológica caracterizada por la dicotomía clásica expresada por las
dos corrientes filosóficas conocidas como racionalismo y empirismo. Básicamente, el racionalismo
asume que el conocimiento puede ser obtenido deductivamente por el razonamiento; mientras el
empirismo (o empiricismo) propone que el conocimiento puede ser obtenido inductivamente a
través de las experiencias sensoriales.

Para el racionalismo el conocimiento es el producto de procesos mentales abstractos y nunca de


experiencias sensoriales. Existe un conocimiento a priori que no necesita ser demostrado o
justificado por las sensaciones que nos permiten nuestros sentidos. Al contrario, la “verdad” es
deducida a partir del razonamiento racional sobre la base de axiomas. La matemática es el típico
ejemplo del razonamiento racionalista. En contraste, para el empirismo no hay un conocimiento a
priori, pues la única fuente de conocimiento es la experiencia hecha posible por nuestros sentidos.
Todas las cosas del mundo tienen una existencia intrínsicamente objetiva. La ciencia experimental
es el ejemplo clásico del razonamiento empírico (Nonaka y Takeuchi 1995).

En resumen, para el racionalismo el conocimiento es obtenido de forma deductiva, a partir de


constructos mentales, tales como conceptos, leyes o teorías; mientras para el empiricismo el
conocimiento es derivado a partir de determinadas experiencias sensoriales. La historia de la
filosofía occidental es la historia de la lucha epistemológica entre estas dos corrientes, con
consecuencias inconmensurables para el proceso de generación de conocimiento. Una de las
consecuencias de mayor impacto hasta el presente ha sido la tendencia de revelar una realidad
dicotómica, constituida de dimensiones independientes e irreconciliables.

• Platón y Aristóteles. Platón sistematizó una estructura sofisticada de pensamiento desde


la perspectiva racionalista, una verdadera teoría de la idea donde el mundo físico es
percibido como una mera sombra del mundo perfecto de las ideas. Es el ojo mental
que permite a los hombres acercarse de las cosas a través de la razón apenas, sin
permitir la intervención de variables sensoriales que distorsionan la percepción de la
verdad. Aristóteles, quien fue un discípulo de Platón, criticó a su maestro. Para
Aristóteles, la “idea” no puede ser separada de la “forma”, pues un objeto físico no
tiene existencia independiente de la percepción sensorial. Por eso, él enfatizó la
importancia de la observación y de la verificación como medios indispensables para la
generación de conocimiento válido sobre la realidad.

• Descartes y Locke. Con su cogito ergo sum (pienso, luego existo), Descartes pasó a ser
considerado el padre de la filosofía moderna, quien visualizó un método que permitiría
construir una ciencia de la naturaleza basada en la matemática y en principios
fundamentales que dispensaban demostración. Como racionalista, Descartes propuso
reglas generales para el pensamiento racional, tales como: (i) no aceptar nada como
verdadero; (ii) dividir cada objeto de estudio en partes cada vez más pequeñas; (iii) realizar
reflexiones que van desde el aspecto más sencillo hasta el más complejo, siempre en este
orden; (iv) ser tan sistemático que nada será omitido; y, (v) dudar de todo, excepto de
aquel que investiga. Estaba propuesto el método deductivo, donde el conocimiento es
obtenido por la mente, no por los sentidos. John Locke, el fundador del empiricismo
Británico, criticó a Descartes. Para Locke, las ideas que maneja la mente solo pueden ser
aportadas por la experiencia, que él dividió en dos tipos: sensación y reflexión. La primera
es la percepción sensorial, que es la fuente de la mayoría de las ideas; la segunda es la
percepción de cómo opera nuestra mente, que es la otra fuente de la cual la experiencia
provee comprensión para las ideas.

10
A lo largo del tiempo, la conveniencia de una visión dicotómica de la realidad se fue consolidando
como una fuerza histórica para moldear los esfuerzos para interpretar la realidad y transformar el
mundo. Hace cerca de 500 años Maquiavelo separó lo político de lo moral. Después, Galileo
separó la realidad material cuantificable de la experiencia sensorial intangible, Descartes separó la
mente de la materia, Bacon separó la ciencia de la sociedad, Hobbes separó el poder del pueblo y
Smith separó lo económico de lo político.

Desde entonces, científicos y otros profesionales asumieron—consciente o inconscientemente—


las premisas (y consecuencias) derivadas de las falsas dicotomías que separan el conocimiento de
los intereses humanos, las teorías de los objetos de estudio, la reflexión de la práctica, el discurso
de la acción, el decidir del actuar, la planificación de la ejecución, lo estratégico de lo operativo, el
mensaje del medio (de comunicación), lo material de lo espiritual y el pensar del sentir. Sin
embargo, no todos los pensadores—clásicos y contemporáneos—aceptaron los términos del
debate definido por esta dicotomía, que se quedó conocida como dicotomía Cartesiana.

En búsqueda de una síntesis epistemológica

Sin embargo, no todos los pensadores—clásicos y contemporáneos—aceptaron los términos de un


debate definido por esta dicotomía, que se quedó conocida como dicotomía Cartesiana.

Entre los clásicos, el filósofo Alemán Immanuel Kant propuso que la base del conocimiento es la
experiencia, sin aceptar la premisa empiricista de que la experiencia es la única fuente de todo el
conocimiento. Para él, el conocimiento emerge cuando el pensamiento lógico del racionalismo y la
experiencia sensorial del empiricismo son integrados en un esfuerzo conjunto donde ambos
aportan y se influencian mutuamente. En desacuerdo con Kant, George W. Hegel propuso que
tanto la mente como la materia derivan del Espíritu Absoluto a través de un proceso dinámico y
dialéctico. El conocimiento empieza con la percepción sensorial, que se hace más subjetiva y
racional, a través de una purificación dialéctica de los sentidos, hasta alcanzar el estado del auto-
conocimiento, o del Espíritu Absoluto, la forma más elevada de conocimiento. Karl Marx integró la
dinámica dialéctica de la propuesta de Hegel con las ciencias sociales de la época. Sin embargo, él
rechazó la filosofía idealista y abstracta de Hegel, que no lograba explicar la dinámica del proceso
de interacción entre los hombres y su contexto histórico y material. Para él, el conocimiento es un
producto de la interacción entre el investigador y el objeto de la investigación, que ocurre en un
proceso continuo y dialéctico, de mutua influencia, donde investigador e investigado son
cambiados en el proceso. Nosotros conocemos las cosas en el proceso de actuar sobre ellas,
argumentaba Marx desde la perspectiva materialista de su concepto de totalidad.

Entre los contemporáneos, el filósofo Alemán Edmund Husserl asumió que el conocimiento era
posible apenas cuando se podía describir la interacción entre la “conciencia pura” y sus objetos, a
través de una reducción fenomenológica, un método con el cual todo conocimiento factual y
premisas racionales sobre un fenómeno son colocados aparte de tal forma que la intuición pura de
su esencia puede ser analizada. Martin Heidegger, un estudiante de Husserl, rechazó la dicotomía
Cartesiana entre el sujeto que piensa y el mundo objetivo; el investigador no actúa como un mero
espectador sino que es alguien que desarrolla una relación cercana entre conocimiento y acción. El
existencialista Francés Jean-Paul Sartre propuso que si queremos “conocer” el mundo nosotros
debemos actuar en torno a (o hacia) un fin, pues la acción humana es definida por la intención que
la genera. Es la selección intencional del fin que revela el mundo para nosotros. El fenomenólogo
Francés Maurice Merleau-Ponty rechazó el dualismo Cartesiano entre mente y cuerpo cuando
propuso que la percepción es una acción cognitiva corporal, y que la conciencia no es una cuestión
de “Yo pienso que” sino de “Yo puedo”. Es a través del cuerpo que nosotros percibimos cosas y
entendemos a otras personas. El filósofo Austríaco Ludwig Wittgenstein argumentó que el lenguaje
es una fotografía de la realidad que corresponde a la lógica, rechazando la metafísica como algo
que no hace sentido. Al final de su carrera, él pasó a percibir el lenguaje como un juego o
interacción entre múltiples actores siguiendo ciertas reglas. El pragmático William James enfatizó
la relación entre conocimiento y acción; si una idea funciona entonces la misma es verdadera. John
Dewey fue otro pragmático quien se opuso a la teoría del espectador como teoría del
conocimiento, porque esta separaba la teoría de la práctica y el conocimiento de la acción. Él

11
insistió en que las ideas no tienen ningún valor, a menos que estas sean incorporadas en las
acciones, que son de alguna forma reconfiguradas como consecuencia de tal incorporación. Así, el
pragmatismo ha intentado una síntesis epistemológica que integra acción, experimentación y
experiencia.

El conocimiento en las organizaciones

La generación de conocimiento y su papel en el desempeño de las organizaciones han sido


blancos de estudios valiosos por parte de importantes pensadores clásicos y contemporáneos
(Nonaka y Takeuchi 1995).

Alfred Marshall, un economista neoclásico, asumía que, bajo la lógica del mercado, toda firma tiene
el mismo conocimiento, fijo y común a todas las demás firmas. Frederick von Hayek clasificó el
conocimiento en conocimiento científico (conocimiento de reglas generales) y conocimiento
circunstancial (determinado por la dimensión espacio-tiempo), argumentando que los contextos
cambiantes redefinen la ventaja relativa del conocimiento que poseen diferentes individuos y
firmas. Joseph A. Schumpeter enfatizó la importancia de combinar el conocimiento explícito que
poseen diferentes individuos y firmas, pues él creía que la emergencia de nuevos productos,
métodos de producción, mercados, materiales y formas de organización resultaban de nuevas
combinaciones del conocimiento existente. Edith P. Penrose y otros economistas percibieron la
firma como un mero recipiente de conocimiento. Desdichadamente, estos pensadores han
ignorado el proceso a través del cual el conocimiento es generado en las organizaciones. También
los sociólogos de la ciencia han aportado a la comprensión de como el conocimiento es generado
(Ej., Bijker et al. 1989; Biagioli 1999), pero estos se han concentrado principalmente en el proceso
de generación del conocimiento científico. El esfuerzo en torno a la generación de conocimiento en
las organizaciones es más reciente y muy limitado.

Un análisis de la génesis y desarrollo de los estudios sobre la generación de conocimiento en


asociación con la gestión y la teoría de las organizaciones revela el dualismo epistemológico que
caracteriza la tradición filosófica occidental. Frederick W. Taylor desarrolló un enfoque científico
para la interpretación y manejo de las organizaciones cuya orientación era derivada de los
dictámenes del racionalismo—eficiencia, cuantificación, control y previsión, separando la razón de
la emoción. George Elton Mayo, de la Universidad de Harvard, propuso un enfoque humanista con
la misma finalidad, pues para él ciertos factores sociales y comportamentales eran clave para el
aumento de la productividad en las organizaciones, separando los factores sociales de los factores
técnicos. Solo recientemente existe un esfuerzo creciente de síntesis a partir de la combinación de
estos dos enfoques.

• La “gestión científica” de Taylor. Taylor decidió reemplazar las reglas tradicionales que
influenciaban el desarrollo de las labores en las organizaciones por un nuevo tipo de
conocimiento que permitía identificar el “mejor método” para realizar una tarea a través
del estudio del tiempo y de los movimientos involucrados en tal proceso. Bajo la
influencia de la visión mecánica de mundo, la gestión científica Taylorista consistió en
transformar el conocimiento tácito de los trabajadores en conocimiento objetivo—
conocimiento científico. Obviamente, esta iniciativa no consideraba las experiencias y
la capacidad de juzgar de los trabajadores como fuentes relevantes de conocimiento.
Los gerentes deberían aprender a clasificar, tabular y reducir el conocimiento tácito de
los trabajadores a reglas y fórmulas, que deberían ser aplicadas en sus labores diarias.
En este contexto, los trabajadores eran reducidos a meras piezas de un engranaje
mecánico, sin imaginación ni creatividad, apenas “recursos” humanos, sin capacidad
para generar conocimiento.

• La “gestión humanista”de Mayo. Mayo defendió que los seres humanos eran “animales
sociales”, y que deberían ser entendidos en el contexto de su propio grupo social. Para
Mayo, los gerentes deberían desarrollar habilidades humanas sociales para facilitar la
comunicación interpersonal dentro de los grupos formales e informales de la
organización del trabajo. Con esto Mayo iniciaba el desarrollo de su teoría de las

12
relaciones humanas, que enfatizaba la relevancia de los factores sociales para el
aumento de la productividad del trabajo, a través del perfeccionamiento continuo del
conocimiento práctico de los trabajadores. Desdichadamente, esta teoría de Mayo no
fue desarrollada al punto de diferenciarla muy bien de la teoría Taylorista. Por eso fue
absorbida más tarde por otras teorías “científicas” sobre los grupos humanos e
interacción social similares a algunas de las teorías de Taylor, tales como la dinámica
de grupos y comportamiento operacional, que tienden a tratar a los seres humanos
como máquinas de estímulo-respuesta con poca o ninguna capacidad para generar
conocimiento.

• La síntesis de Barnard. Chester I. Barnard realizó un esfuerzo importante para sintetizar


las teorías de gestión de los dos enfoques, articulando la racionalidad mecanicista de
la “gestión científica Taylorista y los factores humanos de la “gestión humanista”
derivada de la teoría de las relaciones humanas de Mayo. Para Barnard, el
conocimiento consistía no apenas de contenido lingüístico y lógico sino también de
contenido comportamental no lingüístico. Los líderes crean valores, creencias e ideas
para mantener la coherencia interna del sistema de conocimiento de la organización y
para manejarla como un sistema cooperativo. Por lo tanto, para Barnard existían tanto
el conocimiento científico como el conocimiento comportamental, que él dejó sin
explicar como ambos eran generados en las organizaciones. Sin embargo, este
esfuerzo sentó las bases para el desarrollo de la teoría de las organizaciones.

• El paradigma del “procesamiento de la información” de Simon. Impresionado con los


avances en las ciencias cognitiva y de la computación, Herbert Simon desarrolló una
visión de las organizaciones como máquinas de procesar información. Bajo esta visión,
los seres humanos actúan como sistemas de procesar información, que extraen
estructuras de significados a partir de información capturada a través de sus órganos
sensoriales, y almacenan estos significados como nuevo conocimiento o los usan para
decidir cursos de acción. Herbert Simon ignoraba tanto los procesos mentales no-
lingüísticos (conocimiento comportamental) propuestos por Barnard como el
conocimiento tácito de los actores locales. Para Simon, el conocimiento tácito era
apenas una especie de ruido sin ninguna contribución válida. Su visión racionalista de
corte Cartesiano le impidió percibir el potencial humano para crear conocimiento; él
falló por no percibir la capacidad del ser humano para activamente descubrir
problemas y generar conocimiento para resolverlos.

• La “ciencia” del desarrollo de estrategias en las firmas. Prestigiada por la contribución


de Michael Porter, con su marco para comprender como las firmas crean y mantienen
ventajas competitivas, la ciencia del desarrollo de estrategias en los negocios ganó un
importante impulso. Esto significó la cientización del proceso de desarrollo de
estrategias, un proceso que (i) ignora valores y creencias; (ii) asume una lógica vertical
a partir del conocimiento explícito de la alta gerencia; y (iii) no valoriza el papel del
conocimiento como una fuente de competitividad. En resumen, esta visión del
conocimiento en la ciencia de la estrategia es muy similar a la visión racionalista del
Taylorismo. El énfasis es centrado tanto en el pensamiento lógico y analítico—
deductivo o inductivo—como en el uso del conocimiento explícito ya existente en el
más alto nivel de la organización. Los factores humanos no cuantificables—valores,
creencias, significados, experiencias, etc.—son excluidos de la planificación y gestión
estratégicas. En reacción a este enfoque, algunos estudios de corte humanista sobre
la dimensión cultural de las organizaciones intentaron desarrollar una imagen de las
organizaciones como sistemas epistemológicos. Sin embargo, estos estudios fallaron
por (i) no colocar suficiente atención al potencial creativo de los actores; (ii) asumir a
los seres humanos principalmente como procesadores de información, no como
creadores de información; y (iii) presentar la organización como pasiva con relación a
su “ambiente” externo, ignorando su potencial para cambiar y crear.

13
• Intentos contemporáneos de síntesis. Con su concepto de “sociedad del conocimiento”,
Peter Drucker sugiere que la sostenibilidad institucional de las organizaciones depende de
su capacidad de desarrollar prácticas sistemáticas para la gestión de su proceso de auto-
transformación. Sin embargo, Drucker no propone la tecnología social a través de la cual
estas organizaciones lograrían capitalizar sobre el conocimiento tácito cuya importancia él
parece reconocer. Peter Senge presenta una propuesta para el desarrollo de
“organizaciones que aprenden”, pero no sugiere como el conocimiento es generado en las
organizaciones, sugeriendo que estas deben aprender del conocimiento existente. Como la
civilización oriental no adopta el pensamiento binario que genera falsas dicotomías, es en
Japón, lejos de la influencia de la tradición filosófica occidental, que Ikujiro Nonaka y
Hirotaka Takeuchi, Universidad de Hitotsubashi, han desarrollado una de las más
articuladas teorías de la creación de conocimiento en las organizaciones (Nonaka y
Takeuchi 1995). Sin las limitaciones del dualismo Cartesiano, dicha teoría articula: (i) en la
dimensión ontológica, la posibilidad de generar conocimiento en los niveles individual,
grupal, organizacional e interorganizacional; y (ii) en la dimensión epistemológica, el
esfuerzo para transformar conocimiento tácito en conocimiento explícito (externalización),
conocimiento explícito en conocimiento tácito (internalización), conocimiento tácito en
conocimiento tácito (socialización), y conocimiento explícito en conocimiento explícito
(combinación).

Sin embargo, un esfuerzo de investigación que tiene como propósito “conocer para transformar”
necesita configurar los marcos ontológico, epistemológico y metodológico que deben influenciar la
forma de pensar y de actuar de los profesionales involucrados en el proceso. Ahí reside una fuente
de dificultad, pues no hay un consenso sobre cuáles son los marcos orientadores más pertinentes
a adoptar. Por eso, el Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” necesita discutir y negociar los marcos
de referencia que estarían en sintonía con su naturaleza, propósito, características y compromisos.

En el área de la filosofía de la ciencia, la visión dominante es derivada de la tradición científica


conocida como positivismo, cuya génesis es identificada con relación al marco filosófico propuesto
por Augusto Comte. El positivismo asume el método científico—la experimentación formal,
observación empírica y análisis estadístico convencional—como el único medio legítimo para
generar conocimiento válido (conocimiento objetivo), y acepta la explicación teórica de las
relaciones (mono)causales de los fenómenos, la predicción de estos fenómenos de acuerdo con
las leyes “naturales” que los rigen y el descubrimiento de “la” verdad como los únicos propósitos
válidos para la práctica científica. Una de las características de la práctica científica moderna es la
tendencia a pensar sobre la ciencia como un emprendimiento humano especial, gobernado por
estándares que son esencialmente diferentes de los otros enfoques ordinarios para la generación
de conocimiento y para resolver problemas. Esta supuesta singularidad de la ciencia es hoy
desafiada de forma inexorable por una diversidad creciente de formas alternativas para la práctica
de la ciencia (Knorr-Cetina 1981, 1999; Capra 1982, 1996; Latour 1987, 1999; Bijker at al. 1989;
Nonaka y Takeuchi 1995).

A continuación, las premisas que diferencian los paradigmas existentes son identificadas de forma
sintética para informar los contextos ontológico, epistemológico y metodológico donde se sitúa el
Proyecto. Considerando que el desarrollo del mismo Proyecto ha ocurrido bajo la influencia
sustantiva del paradigma constructivista y en desacuerdo con las características del paradigma
positivista para la práctica científica, apenas estos dos paradigmas son comparados dentro de los
marcos ontológico, epistemológico y metodológico descritos abajo23. Los marcos son articulados en
una secuencia para reflejar la interdependencia entre ellos, donde el próximo depende de los
compromisos asumidos en el marco anterior.

Marco ontológico

¿Cuál es la forma y naturaleza de la realidad? Esta es la cuestión ontológica más relevante que
debe contestar cualquier candidato a paradigma científico. Si se asume que existe un mundo “real”
23
Los interesados en un análisis comparativo entre los paradigmas positivista, postmoderno, constructivista y de la teoría
crítica, en relación a sus dimensiones ontológica, epistemológica y metodológica, deben consultar Guba y Lincoln (1994).

14
independiente de nosotros, entonces solamente preguntas y respuestas asociadas a esta realidad
autónoma serán consideradas como relevantes. Otras cuestiones asociadas a aspectos de
significación moral y estética son ignoradas por no ser de interés para la ciencia y, por lo tanto,
para la investigación. Pero, si la premisa es que existen realidades socialmente construidas por
actores cuyas acciones son impregnadas de valores, intereses, compromisos, propósitos y
contradicciones, entonces el conjunto de preguntas y respuestas es muy distinto del anterior.

En el primer caso, las preguntas estarán formuladas para describir “qué” es la “realidad natural”,
con sus leyes y mecanismos inmutables, y “cómo” estas leyes y mecanismos operan. Con eso,
supuestamente se puede observar, explicar, predecir y controlar la realidad; pero sin el interés de
cambiarla (ya que esta no es construida), apenas de explotarla. En el último caso, las preguntas
estarán formuladas para comprender “cómo” y “por qué” diferentes grupos sociales construyen y
reconstruyen diferentes realidades a partir de su ubicación en la relación espacio-tiempo, o
contexto-historia. Con eso, supuestamente se puede interactuar con estos actores para establecer
un proceso de negociación de una nueva percepción de la realidad, que sea más informada y
sofisticada para permitir su transformación a partir de esta nueva comprensión. Por esta razón, la
pregunta ontológica antecede a las preguntas epistemológica y metodológica, una vez que estas
últimas exigen compromisos consecuentes con las respuestas a la primera.

Paradigma positivista

El paradigma positivista asume una realidad única, observable, aprensible y (cuantitativamente)


mensurable, que existe independiente de nuestra percepción y acción, la cual se rige por leyes y
mecanismos naturales inmutables. El conocimiento sobre “cómo” las “cosas” “realmente” son y
funcionan en esta realidad es presentado en la forma de generalizaciones, independientes del
tiempo histórico y del contexto social y material asociados al objeto de la investigación, muchas de
las cuales son compartidas en la forma de leyes de causa-y-efecto. El método científico es
asumido como el guardián de la objetividad de la investigación hacia “la” verdad última sobre la
realidad “real” e inmutable, cuya homogeneidad de su funcionamiento es garantizada por las leyes
y mecanismos naturales que la rigen. El paradigma positivista promueve el reduccionismo y el
determinismo24. Por un lado, el paradigma intenta explicar un sistema biológico o social solamente
a partir del funcionamiento de sus partes más pequeñas. Bajo este reduccionismo Cartesiano, el
estudio de la realidad requiere su división en partes pequeñas, que deben ser divididas en partes
todavía más pequeñas, hasta que sean encontradas sus unidades indivisibles, que analizadas
aisladamente unas de otras finalmente revelan la esencia del todo. Por otro lado, el paradigma
acepta la mono-causalidad. Para cada efecto detectado hay una causa y solamente una causa
principal que lo genera. Si hay otras variables que supuestamente participan del fenómeno, estas
deben ser consideradas apenas como variables intervenientes sin mucha relevancia para
explicarlo.

Paradigma constructivista

Este paradigma asume que no hay una sino múltiples realidades, aprehendidas en la forma de
construcciones mentales múltiples e intangibles, socialmente y experimentalmente construidas, y
con significados asociados a los contextos y a los actores sociales que los generan. Las formas y
contenidos de construcciones sociales—realidades—son dependientes de los individuos o grupos
sociales que generan, sostienen y cambian estas construcciones. Ninguna de estas realidades es
más verdadera que las demás en ningún sentido absoluto, apenas más o menos informada y
sofisticada. La realidad socialmente construida del paradigma constructivista es mejor explicada
por la existencia de reglas igualmente construidas, que por las leyes naturales de la realidad

24
Por determinismo se comprende la aceptación de la mono-causalidad. Para cada efecto detectado hay una causa y
solamente una causa que lo genera. Si hay otras variables que supuestamente participan del fenómeno, estas deben ser
consideradas como variables intervenientes sin mucha relevancia para explicarlo. Por ejemplo, es muy común que los
científicos asuman un enfoque determinista en sus interpretaciones y propuestas. Por eso diferentes especialistas han
apuntado hacia diferentes dimensiones—ambiental, social, cultural, económica, política, institucional, tecnológica, etc—para
explicar la causa de ciertos fenómenos, tales como el subdesarrollo de las sociedades del llamado Tercer Mundo. En otro
ejemplo, los que creen en la tecnología como la causa de todos los problemas o como la fuente de todas las soluciones son
igualmente agrupados bajo la etiqueta de “determinismo tecnológico”.

15
independiente propuesta por los positivistas. Por eso, así como son construidas, estas realidades
pueden ser igualmente socialmente transformadas, reconfiguradas a partir de nuevas percepciones
y acciones de los actores sociales en ellas interesados. Frente a la complejidad del contexto y a la
agencia (Agency) de los actores sociales, el paradigma acepta tanto la multi-causalidad como la
causalidad mutua, tanto para interpretar y comprender la complejidad y dinámica de lo que se está
investigando como para orientar acciones para su transformación. Para el paradigma, el concepto
de “agencia” de los actores sociales revela tanto la intencionalidad como la capacidad que estos
actores tienen para escoger entre múltiples opciones y (principalmente) para realizar acciones
deliberadas con un propósito transformacional. Es una fuente de cambio.

Marco epistemológico

¿Cuál es la naturaleza de la relación investigador-investigado y qué es lo que puede ser conocido?


Todos los candidatos a paradigma científico aportan sus respuestas a estas preguntas. Sin
embargo, dichas respuestas son necesaria e íntimamente vinculadas a la respuesta del paradigma
a la cuestión del marco ontológico anterior. Aquí no se puede postular cualquier respuesta. Por
ejemplo, si el paradigma asume la existencia de una realidad “natural”, independiente de nuestra
percepción y acción, entonces el mismo asume que esta realidad puede y debe ser aprehendida de
forma objetiva y sin la interferencia de intereses humanos. Si, por otro lado, se asume la existencia
de varias realidades socialmente construidas, no se puede postular una posibilidad objetiva para
generar comprensión sobre dichas realidades. Esta comprensión es necesariamente un producto
de la negociación entre los “sujetos” del proceso de investigación: investigadores formales y
actores del contexto bajo análisis.

Paradigma positivista

A partir de la premisa de la existencia de una realidad objetiva independiente de nosotros, el


positivismo asume el investigador y el “objeto” de la investigación como entidades independientes,
lo que permite al investigador estudiar dicho “objeto” sin influenciarlo o ser influenciado por el
mismo. Ante cualquier posibilidad de influencia en cualquiera de las dos direcciones, varias
estrategias son desarrolladas y seguidas para evitar o reducir esta amenaza a la validez de los
resultados. El proceso de investigación ocurre mecánica y unidireccionalmente, desde el
investigador hacia el objeto de la investigación, donde los valores y prejuicios del primero son
eliminados para no influenciar los resultados asociados al segundo, a través del mecanismo de
seguridad aportado por el método científico. Los resultados logrados pueden ser objetivamente
replicados, si los mismos procedimientos metodológicos usados fueran rigurosamente seguidos.
Estos resultados son “la” verdad que se busca encontrar de forma objetiva e imparcial.

Para postular la neutralidad científica, el positivismo predica la objetividad de la ciencia. El


paradigma positivista asume que las “descripciones científicas” de la realidad son libres de valores
(morales, personales, políticos, sociales). Según la doctrina positivista, la metodología científica
garantiza la no-interferencia de intereses humanos y valores morales en la práctica de la ciencia25,
ya que estos son innecesarios en un mundo constituido apenas por “hechos” (realidad objetiva). La
epistemología positivista es comprometida apenas con la objetividad de la práctica científica en el
proceso de “producción” de conocimiento y, por lo tanto, con la neutralidad del conocimiento
“científicamente” producido. El modo clásico de “producción” de conocimiento—donde unos
generan, otros transfieren y muchos adoptan, en un proceso lineal—es el producto más influyente
de este paradigma, pues influencia tanto la formación de académicos y técnicos como el modelo
de intervención de organizaciones y proyectos de desarrollo. Bajo la racionalidad positivista, el
conocimiento tácito (no formal) y el conocimiento local (no científico) no tienen que aportar al
proceso de “producción” de conocimiento válido. Solamente el conocimiento científico (formal y
universal) es considerado como válido para el avance de la humanidad.

25
Sin embargo, investigaciones realizadas por los que se dedican a los estudios sociales de la ciencia revelan la ciencia como
política por otros medios (Ej.; Knorr-Cetina 1981, 1999; Latour 1987; Shapin y Shaffer 1985; Restivo 1988; Bijker et al. 1989;
Biagioli 1999). De hecho, las evidencias históricas revelan que la ciencia se ha desempeñado como un factor tanto de
desarrollo como de desigualdad (Morazé 1979; Busch 2000), y las ciencias agrarias no son una excepción (Brockway 1979;
Busch et al. 1995).

16
Paradigma constructivista

A partir de la premisa de múltiples realidades socialmente construidas, el constructivismo asume


que investigador e investigado están necesariamente vinculados entre sí, de forma interactiva, de
tal manera que los resultados logrados son literalmente construidos y negociados dentro de la
dinámica del proceso de investigación. Con eso, la distinción convencional entre ontología y
epistemología desaparece en la práctica, pues el conocimiento generado en una investigación es
asumido como un producto de la interacción—acción comunicativa—entre el investigador y los
demás “sujetos” de la investigación. Al contrario del paradigma positivista, que promete aumentar
la capacidad del investigador para observar, explicar, predecir y controlar el “objeto” de su
investigación, el paradigma constructivista promete apenas aumentar la comprensión de ambos
sobre ambos (investigador-investigado), para permitirles transformarse mutuamente, en la
búsqueda por la construcción de realidades mejores.

El paradigma constructivista está permitiendo la emergencia de varias iniciativas epistemológicas


que, en su conjunto, están forjando la emergencia de un nuevo modo para la generación y
apropiación de conocimiento. Mientras la práctica del paradigma positivista ha resultado en una
excesiva penetración de los dictámenes de la racionalización—eficiencia, cuantificación, control y
previsión—en el proceso de “producción” de conocimiento, el paradigma constructivista demanda
la flexibilización del proceso de generación y apropiación de conocimiento. El modo emergente de
generación y apropiación de conocimiento depende de un esfuerzo transdisciplinario—esfuerzo
combinado entre el conocimiento explícito de las disciplinas disponibles y el conocimiento tácito de
los actores del contexto bajo investigación. Entre otros aspectos, eso implica la inclusión, en el
proceso de investigación, de actores sociales cuyo conocimiento íntimo de su propio contexto y de
las relaciones que los vincula con los demás actores de este mismo contexto los transforma en
“expertos del contexto”. El conocimiento local, antes despreciado por los positivistas por no ser
“científico”, asume bajo el constructivismo una relevancia inusitada que lo hace imprescindible para
el éxito del proceso más amplio de la generación y apropiación de conocimiento.

Marco metodológico

¿Cómo debe el investigador proceder para conocer lo que existe para ser conocido? Para sostener
su coherencia interna, los candidatos a paradigma científico deben necesariamente mantener la
coherencia entre su respuesta a la cuestión metodológica y sus respuestas anteriores a las
cuestiones ontológica y epistemológica. No es cualquier estrategia metodológica la que permite
aprehender de forma objetiva a una realidad “natural” que existe independiente de nuestra
voluntad. Tampoco se puede emplear cualquier metodología para comprender una determinada
realidad socialmente construida con el propósito de transformarla. La cuestión metodológica no
puede ser reducida apenas a una cuestión de métodos, pues estos están ética y políticamente
asociados a las implicaciones de los compromisos derivados de las respuestas aportadas a las
cuestiones ontológica y epistemológica anteriores.

Paradigma positivista

Metodológicamente, la práctica del paradigma positivista demanda la experimentación y el control.


Cuestiones y hipótesis son establecidas en la forma de proposiciones sujetas a pruebas empíricas
para verificarlas o falsificarlas. Las condiciones que pueden confundir los resultados deben ser
cuidadosamente controladas para prevenir la influencia de dichas condiciones sobre los resultados
a lograr. Bajo esta lógica, el tiempo histórico y el contexto material donde el objeto de la
investigación está insertado son un estorbo para la investigación, por incorporar variables que
distorsionan la pureza de la “verdad” que se quiere conocer. Eso reduce la posibilidad de la
replicabilidad de los resultados, esta replicabilidad que hace posible una ciencia universal. Estas
posibles distorsiones son evitadas con la aplicación rigurosa y objetiva del método científico.
Tampoco el conocimiento tácito (informal y local) de los actores del contexto donde se inserta el
“objeto” de la investigación es considerado válido para dialogar con el conocimiento científico
(formal y universal), por estar contaminado por los valores e intereses de dichos actores.

17
Para postular el universalismo de la ciencia, el paradigma positivista ignora la historia y borra el
contexto donde está insertado su “objeto” de investigación. Bajo el paradigma positivista, la ciencia
es asumida como una actividad desarrollada para el bien exclusivo de toda la humanidad, una
promesa realizada a partir de la premisa de que el conocimiento científico “neutral” es válido para
todas las realidades y en todos los contextos 26. El paradigma asume que los procesos existentes
en la realidad son constantes y uniformes, para que se puedan emplear técnicas de investigación
que permitan predecir los resultados futuros de un plan con relativa certidumbre. Eso permite la
selección de medios a través de los cuales los factores del ambiente pueden ser utilizados de
acuerdo con las necesidades y deseos humanos. Por asumir una realidad independiente de
nuestra percepción y acción, el paradigma no necesita comprometerse ni epistemológica ni
metodológicamente con los contextos histórico y material donde se inserta el “objeto” investigado.
Tampoco sus teorías son dependientes de la historia y del contexto. Bajo el modo clásico de
“producción” de conocimiento, los criterios científicos son considerados como los únicos criterios
legítimos para evaluar la calidad y validez del conocimiento “producido” bajo las reglas del método
científico. Así, los únicos evaluadores invitados para opinar sobre la calidad y validez de una
determinada práctica científica son otros científicos de la misma comunidad paradigmática27.

Paradigma constructivista

Para este paradigma, la naturaleza variable y personal (intramental) de las construcciones sociales
sugiere que las construcciones individuales o grupales pueden ser comprendidas y perfeccionadas
apenas a través de la interacción entre investigadores, entre investigados y entre investigadores e
investigados. La comprensión de estas construcciones implica el uso de técnicas hermenéuticas
(Ej.; Thompson 1990:272-327), y requiere comparación a través de intercambios dialécticos entre
estos actores, para quienes el tiempo histórico y el contexto son parte integrante de estas
realidades socialmente construidas. Investigadores y demás sujetos de la investigación deben
hacer explícitos sus valores y negociar las divergencias derivadas de los eventuales conflictos de
intereses. También deben negociar nuevos valores y propósitos a lo largo del proceso.

El paradigma considera el conocimiento tácito de los actores locales como imprescindible para la
generación/reconfiguración de conocimiento, promoviendo un diálogo de saberes entre los actores
del proceso de investigación, que incluye necesariamente a los investigados. El propósito final de
una metodología es negociar/construir un consenso en torno a una nueva percepción de la
realidad, que debe ser más informada y sofisticada que la percepción previa a la investigación. Así,
tanto los investigadores como los demás “sujetos” de la investigación puedan actuar para
transformar la realidad anterior en una nueva realidad, diferente y mejor. Por eso, el paradigma ha
postulado el concepto de sensibilidad metodológica—la sensibilidad del investigador para percibir
cuando ciertos aspectos no anticipados, del contexto y/o de los actores sociales que lo constituyen,
requieren ajustes en la metodología originalmente seleccionada. Eso demanda del investigador y
del investigado la intención y disposición para influenciar y ser influenciado en el proceso, cambiar
y ser cambiado, pues bajo el constructivismo el propósito no es apenas la generación sino que
también la apropiación (del conocimiento generado) para la transformación.

Cualquier metodología para la práctica del paradigma constructivista incluye un alto contenido
ético. Al contrario del paradigma positivista, el paradigma constructivista demanda la inclusión de
criterios—políticos, económicos, institucionales, éticos, etc.—postulados por los “sujetos” de la
investigación. Para manejar esta matriz ampliada de criterios, el paradigma recomienda la
26
Este ideal Platónico fortalece la creencia en la objetividad y neutralidad de la ciencia, pues sugiere que su práctica existe
apenas para establecer la verdad o falsedad del conocimiento generado sin que haya ninguna finalidad o interés “no científico”
influyendo o dirigiendo su curso de acción. Sin embargo, esta visión ingenua de la universalidad del conocimiento científico
está bajo cuestionamiento creciente desde hace cerca de cuatro décadas. En las ciencias agrarias, las evidencias más sólidas
en contra del supuesto universalismo de la ciencia son proveídas por la historia de la llamada Revolución Verde, que fue una
imposición de la racionalidad de la agricultura comercial de países desarrollados de regiones templadas sobre la racionalidad
de la agricultura tradicional de los países en desarrollo de las regiones tropicales. Todo eso bajo la premisa del universalismo
de la ciencia.
27
Comunidad de científicos que comparten un mismo paradigma científico y, por lo tanto, la misma visión de mundo y la misma
constelación de valores, premisas, teorías y reglas metodológicas articuladas y promovidas por un paradigma científico. (Ver
Thomas Khun 1970).

18
participación de los actores del contexto como “evaluadores” permanentes del proceso. Bajo este
paradigma, la estrategia metodológica sirve también para apoyar la construcción de teorías
contextualizadas (Grounded Theories), que emergen como producto de la interacción dialéctica
entre (i) teoría y práctica, (ii) discurso y acción, (iii) inducción y deducción, (iv) factores objetivos y
subjetivos e, (iv) investigador y demás “sujetos” de la investigación.

En conclusión, el paradigma positivista investiga una “realidad estable e inmutable” para


observarla, describirla, explicarla, predecirla y controlarla, bajo el argumento de la autoridad
epistemológica (autoridad “científica”) y sin compromiso ético para cambiar la realidad investigada.
En contraste, el paradigma constructivista investiga una “realidad dinámica y socialmente
construida” para comprenderla y transformarla, bajo la autoridad del argumento (participación,
persuasión y negociación).

EL PROYECTO EN EL CONTEXTO DE LOS MARCOS DE REFERENCIA

Por la naturaleza de su contenido ético, base filosófica y compromiso social, el Proyecto se


identifica más con el paradigma constructivista que con el positivista. Sin embargo, esta posición
política28 necesita ser fundamentada. A continuación, el desarrollo del Proyecto en general y su
visión particular de la investigación que quiere desarrollar son situados en el contexto de los cuatro
marcos de referencia ya compartidos para fundamentar esta sintonía.

El Proyecto en el contexto del marco filosófico de referencia

La filosofía del Proyecto es sintetizada por el compromiso ético representado por el principio
orientador central de su modelo de intervención—la práctica del desarrollo de, no del desarrollo en
las organizaciones. De la práctica de este principio ha emergido un modelo de colaboración que
comparte el arte de hacer anzuelos, cuyo compromiso es crear autonomía. Este modelo desafía al
modelo clásico de cooperación que entrega el pez o transfiere el anzuelo, creando dependencia e
ignorando la contribución irremplazable de la historia, del contexto y del conocimiento local.

A partir de esta filosofía, el Proyecto: (i) aporta a la construcción de capacidades conceptuales,


metodológicas y técnicas locales; (ii) genera conocimiento en el contexto de su aplicación; (iii)
actúa bajo la lógica del proceso de construcción y apropiación colectiva; y, (iv) respeta la auto-
determinación de naciones y organizaciones. Estos compromisos con las organizaciones con las
cuales colabora presionan el Proyecto hacia ciertas premisas filosóficas cuyos propósitos no
pueden ser atendidos a partir de otras premisas que generan otros tipos de compromisos
incompatibles con los ya negociados. Por lo tanto, con relación al marco filosófico de referencia, el
Proyecto:

• No asume la dicotomía positivista que separa el conocimiento explícito y el conocimiento


tácito, creando la impresión de que hay la necesidad de escoger entre uno de los dos,
cuando ambos son absolutamente relevantes para orientar los esfuerzos de desarrollo.
El Proyecto promueve el uso del conocimiento local, pues el éxito de las intervenciones
comprometidas con el contexto depende en gran parte del conocimiento local, cuyo
acceso no es posible sino a través de la interacción con los actores sociales que lo
tiene. La generación de conocimiento en el contexto de su aplicación demanda un
esfuerzo transdisciplinario, donde ocurre una interacción dialógica—acción
comunicativa crítica—entre los especialistas formalmente capacitados y los expertos
del contexto, ambos con la posibilidad de influenciar y ser influenciados. En las
organizaciones, este proceso de creación dialéctica permite transformar (i)
conocimiento explícito en conocimiento tácito (internacionalización); (ii) conocimiento
tácito en conocimiento explícito (externalización); conocimiento tácito en conocimiento
tácito (socialización); y, (iv) conocimiento explícito en conocimiento explícito
(combinación) (Ver Nonaka y Takeuchi 1995). El Proyecto debe aportar a la

28
La decisión por un paradigma es una decisión política, puesto que los elementos de referencia de dicho paradigma moldean
la naturaleza, rumbo, prioridades y consecuencias de las acciones de él derivadas.

19
construcción de la capacidad para realizar estos tipos de combinación entre el
conocimiento explícito y el conocimiento tácito.

• Tampoco acepta el dualismo Cartesiano originado por la eterna guerra epistemológica


entre racionalistas y empiricistas. El Proyecto asume como falsas las dicotomías que
separan el razonamiento deductivo del razonamiento inductivo, el pensamiento de la
materia, las ideas de las acciones, lo político de lo moral, lo económico de lo político, la
realidad material de la experiencia sensorial, el mensaje del medio, los hechos de los
valores, lo material de lo espiritual, el pensar del sentir. Al contrario, el Proyecto debe
incorporar los elementos orientadores de todos los esfuerzos de síntesis, siempre
cuando estos consideren la relación dialéctica que generalmente caracteriza la
interacción entre dimensiones opuestas. La generación y apropiación de conocimiento
es un proceso complejo de interacción dialéctica, donde no hay espacio para
dicotomías, relaciones mono-causales y procesos lineales. Por ejemplo, en las
organizaciones existe una trama compleja de relaciones convergentes y divergentes,
que revelan los conflictos de interés de los actores sociales cuyos valores,
percepciones, compromisos y acciones moldean diferentes redes de relaciones y
cadenas de impacto. En su esfuerzo de investigación, el Proyecto debe evitar dichas
dicotomías, y hacer un esfuerzo para convencer a las organizaciones sobre las
inconsistencias resultantes de su práctica.

• Rechaza: (i) el enfoque científico de Taylor; por considerar a los seres humanos como
piezas mecánicas de una máquina sin valores, aspiraciones, conflictos, compromisos o
sentimientos; (ii) el enfoque humanista de Mayo, por reducir los seres humanos a
simples entidades psicológicas movidas por estímulos-respuestas, pero sin capacidad
para generar conocimiento; (iii) la síntesis funcionalista de Barnard, que ignora las
cuestiones de conflicto y poder en las organizaciones y no explica como el
conocimiento es generado; (iv) la visión mecanicista de Simon, para quien las
organizaciones son máquinas de procesar información; (v) el racionalismo Taylorista
de especialistas (como Michael Porter) que aportan a la ciencia del desarrollo de
estrategias para los negocios, ignorando la importancia de los valores, creencias,
significados, experiencias y energía creativa de los seres humanos; (vi) la ingenuidad
conceptual de Peter Drucker, que parece valorizar el conocimiento tácito pero no
sugiere la tecnología social para capitalizar sobre su contribución potencial; y, (viii) la
inocencia creativa de Peter Senge, que ha imaginado la “organización que aprende”
pero no la “organización que genera” conocimiento. El Proyecto opta por la propuesta
de Nonaka y Takeuchi (1995) para la generación de conocimiento en organizaciones,
por su solidez teórica y pertinencia operativa hacia la generación y apropiación de
conocimiento explícito y tácito en los niveles individual, de equipos, organizacional e
interorganizacional.

• Rechaza a la ciencia positivista, por no ser una ciencia de los seres humanos, y rechaza la
tradición positivista por promover el método científico como el único medio legítimo y
capaz para generar conocimiento válido. El Proyecto aboga una ciencia con conciencia, no
una ciencia apenas para la eficiencia; también asume el método científico como uno
método más para la generación de conocimiento, ni más ni menos importante que los
otros. Al contrario de la singularidad del método científico para generar conocimiento, el
Proyecto acepta las evidencias aportadas por los estudios sociales de la ciencia (Ej. Knorr-
Cetina 1981, 1999; Restivo 1988; Bijker et al. 1989; Long y Long 1992; Biagioli 1999), que
revelan la práctica científica como un proceso de construcción social, semejante a otras
prácticas productivas, donde se mezclan hechos y valores, mente y materia, realidad
material y experiencia sensorial, curiosidad individual y presión social, reglas científicas e
intereses humanos, etc. El Proyecto asume la mayoría 29 de las premisas y promesas del
29
El Proyecto no asume, por ejemplo, las premisas y promesas constructivistas que no estén comprometidas con la posibilidad
de la generación de una ciencia alternativa a la ciencia moderna, que está plagada por los mismos valores, propósitos y
compromisos positivistas del proyecto modernista que influenció su génesis y evolución a la fecha. Para una crítica a la ciencia
moderna en general, ver Restivo (1988); sobre la necesidad de reconstruir la ciencia y tecnología agropecuaria, ver
Kloppenburg (1991).

20
paradigma constructivista emergente, pero exclusivamente cuando su práctica está
comprometida con el cambio transformacional y, por lo tanto, con la historia, contexto y
futuro de los actores sociales involucrados en la investigación.

El Proyecto en el contexto del marco ontológico de referencia

El Proyecto asume la generación y apropiación de conocimiento como un proceso de construcción


social dependiente de la percepción, decisión y acción de los actores que participan del mismo.
Desde su concepción original, el Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” se ha desarrollado como un
proyecto contextual—proyecto centrado en varios contextos particulares, y comprometido con las
realidades, necesidades y aspiraciones de los actores sociales que influencian y son, a su vez,
influenciados por dichos contextos. Pero el Proyecto aspira generar—conjuntamente con estos
actores—elementos de referencia capaces de transformar la percepción y, por lo tanto, las
decisiones y acciones de dichos actores, siempre cuando ellos estén en acuerdo con la necesidad
de construir una realidad diferentes y necesariamente mejor.

El carácter aplicado del mandato del Proyecto lo presionó desde su inicio hacia un esfuerzo para
asegurar un alto grado de sintonía entre sus bienes/servicios públicos internacionales y las
necesidades, realidades y aspiraciones de las organizaciones de ciencia y tecnología agropecuaria
de América Latina. La primera actividad del Proyecto en 1992 fue la realización de trece estudios
de casos para comprender el estado del arte de la planificación, seguimiento y evaluación (PSyE)
de la investigación agropecuaria en el continente americano. Los resultados de estos estudios
fueron discutidos y validados con la participación de representantes de la mayoría de los países de
este hemisferio y de donantes con actuación en América Latina, que se reunieron en Ciudad de
México en octubre de 1992. Estos participantes influenciaron los contenidos y las actividades
prioritarias del Proyecto, a partir de la nueva comprensión de la realidad de PSyE, que se quedó
más informada y sofisticada con el aporte de los trece estudios de caso. Por lo tanto, el Proyecto
empezó su primera fase con un esfuerzo para comprender como los temas de su mandato se
desempeñaban en los diferentes contextos organizacionales, para que la contribución de sus
contenidos y actividades prioritarias fuera pertinente con estos diferentes contextos.

Desde entonces, el Proyecto ha perfeccionando su esfuerzo de planificación para aumentar el


grado de pertinencia de la contribución de sus marcos orientadores, contenidos y estrategias y el
grado de validez de sus impactos. El Proyecto ha salido de la tradición de los talleres regionales de
planificación, como los realizados en sus fases anteriores (1992-1994; 1995-1998), para la
realización de misiones de negociación y planificación. En los talleres regionales, los contextos
nacionales y organizacionales están representados por apenas uno o dos participantes, mientras
las misiones nacionales abren un espacio para la participación de todos los gerentes y socios de
cada una de las organizaciones asociadas al Proyecto. En este caso, tanto la comprensión como el
compromiso son construidos de forma ampliamente participativa y negociada dentro del propio
contexto en el cual el Proyecto tendrá que aportar su contribución. Con eso, el Proyecto ha llegado
al nivel de los individuos, equipos y organizacional en su esfuerzo de planificación. Inmediatamente
después, cada una de estas organizaciones tienen la oportunidad de proponer y negociar con el
Proyecto un plan de colaboración que le es exclusivo. Este es uno de los factores que aportan a la
sostenibilidad del Proyecto, y una de las razones por la cual las organizaciones participantes han
decidido asumir los costos directos de la colaboración: la certeza de que la colaboración está en
sintonía con su contexto particular.

Finalmente, el contexto ejerció su influencia máxima en el desarrollo de la hipótesis orientadora del


Proyecto: el ascenso y declinación de las organizaciones de desarrollo están fuertemente
asociados al ascenso y declinación de los modelos de desarrollo. Esta hipótesis30 reconoce que las
organizaciones de desarrollo integran una matriz institucional que influencia y es influenciada por
los modelos de desarrollo que ayuda a concebir, implementar y cambiar. Cuando estos modelos
30
El Proyecto rechaza la hipótesis organicista que transfiere la lógica de los organismos biológicos para la realidad de las
organizaciones. Bajo esta lógica, las organizaciones experimentan un “ciclo de vida”—nacen, crecen, envejecen y mueren. Si
así fuera, entonces no hay mucho que hacer. Esta hipótesis está en sintonía con las “leyes naturales” postuladas por los
positivistas. Como los organismos biológicos no son inmortales, bajo esta hipótesis, a las organizaciones restaría apenas
esperar que su muerte llegara.

21
entran en crisis irreversible, las organizaciones que los practican experimentan grados variados de
vulnerabilidad. Como consecuencia, cuando un nuevo modelo se establece en lugar del anterior,
las organizaciones son presionadas para (re)construir la base de su sostenibilidad institucional,
como es el caso en el momento actual en todos los países. En un cambio de época, la pasividad
institucional puede significar la extinción de muchas organizaciones, o por lo menos la realización
de procesos de cambio desde afuera hacia dentro, con consecuencias generalmente desastrosas
para estas en particular y para la sociedad en general.

Como consecuencia, el Proyecto considera las especificidades de los diversos contextos en los
cuales opera. Para eso, una investigación de procesos será realizada en torno a: (i) la
colaboración del Proyecto, (ii) la apropiación de la colaboración, y (iii) la gestión del cambio
institucional. Esto permitirá comprender como estos procesos influencian y son influenciados por
los contextos, percepciones y acciones de los actores que los constituyen. También permitirá
identificar los factores impulsores y restrictivos, externos e internos, tanto para el logro de los
propósitos negociados como para el desempeño de las redes de innovación y cadenas de
eventos. Frente a este compromiso, el Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”:

• Rechaza la respuesta positivista a la pregunta ontológica: ¿qué es la realidad? Ninguna


experiencia del Proyecto confirma la existencia de una realidad única, independiente
de nuestras percepciones y acciones, regida por leyes naturales y mecanismos
inmutables, constituida apenas por hechos tangibles y mensurables, donde se puede
rastrear la causa de cada efecto a partir de una perspectiva determinista, reduccionista
y lineal. El Proyecto no tiene evidencias de que la realidad de las organizaciones es
inmutable, y que lo que nos resta es apenas observarla, describirla, predecirla y
controlarla. Si así fuera no habría sentido en iniciar procesos de cambio
transformacional hacia la sostenibilidad institucional.

• Asume la respuesta constructivista a la pregunta del marco ontológico. La experiencia del


Proyecto con organizaciones casos pilotos confirma la existencia de diferentes
realidades (dentro y entre organizaciones), socialmente construidas por las
percepciones, decisiones y acciones de los actores internos y externos que integran
diferentes cadenas de valores, relaciones y compromisos asociados a dichas
organizaciones. Además, en la experiencia del Proyecto, la complejidad del todo (la
organización) y la dinámica de sus redes de relaciones sugieren la importancia de
comprender los procesos a través de los cuales estos actores crean, sostienen y
cambian sus percepciones, decisiones y acciones para transformar la realidad de sus
organizaciones. Para el Proyecto, las organizaciones son regidas más por valores,
reglas y conflictos de naturaleza diversa (ética, social, política, administrativa) que por
leyes “naturales” y mecanismos inmutables. El Proyecto ha encontrado que la realidad
de las organizaciones puede ser comprendida y cambiada, desde cuando los actores
locales participen del proceso de su propia transformación. En su dimensión
ontológica, el esfuerzo de investigación del Proyecto generará conocimiento en el nivel
individual, de los equipos, organizacional e interorganizacional.

El Proyecto en el contexto del marco epistemológico de referencia

Consecuente con su filosofía, el Proyecto ha sido concebido para América Latina, está ubicado en
América Latina y es desarrollado por talentos Latinoamericanos. Eso ha implicado en, por ejemplo:
(i) la valorización de los talentos locales; (ii) la incorporación del conocimiento tácito de los actores
del contexto; (iii) el respeto por la complejidad de la realidad regional, nacional y organizacional; y
(iv) la promoción del aprendizaje a partir de la diversidad de experiencias locales. Por lo tanto, más
importante que los insumos técnicos tangibles aportados por el Proyecto son los procesos de
interacción que este promueve para permitir el intercambio de ideas, capacidad y apoyo en torno a
la gestión de la innovación institucional. En este contexto, el Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”:

• Rechaza la respuesta positivista a la pregunta epistemológica: ¿qué existe para ser


conocido y cuál es la relación entre investigador e investigado? Coherente con su

22
posición sobre la pregunta del marco ontológico anterior, el Proyecto no acepta que la
ciencia existe para observar, describir y predecir las leyes naturales que rigen la
realidad. El Proyecto tampoco acepta el dualismo Cartesiano que separa a los
investigadores de los investigados y los métodos de los valores morales y de los
intereses humanos. Esto no permitiría la interacción entre investigadores e
investigados, que es imprescindible para el aprendizaje mutuo, el compromiso conjunto
y las acciones colectivas requeridas por iniciativas de investigación para el cambio.
Esta separación artificial e irreal impide la inclusión del conocimiento tácito/local sobre
el contexto, dinámica de los procesos y papel de los actores nacionales y
organizacionales, lo que para la dimensión de investigación del Proyecto es
fundamental.

• Asume la respuesta constructivista a la pregunta epistemológica, en coherencia con su


posición sobre la pregunta del marco ontológico anterior, que asume la existencia de
múltiples realidades socialmente construidas. Los procesos a través de los cuales los
actores forjan su percepción y acción, las redes de relaciones y las cadenas de eventos
que crean, sostienen y cambian estos procesos son los blancos preferenciales de la
dimensión de investigación del Proyecto, lo que demanda sensibilidad teórica por parte de
los investigadores. Sin este conocimiento, el Proyecto no será capaz de mejorar el grado
de apropiación de su colaboración y, por lo tanto, de aportar a la construcción de
capacidades pertinentes para el cambio institucional. La interacción entre investigadores e
investigados debe ocurrir de tal manera que todos se transformen en investigadores, con
igual posibilidad de comprenderse e influenciarse mutuamente. El conocimiento debe ser
(i) generado y socialmente apropiado en el contexto de su aplicación e implicaciones; (ii) a
través de un esfuerzo interdisciplinario; (iii) que incluye la participación de diversos actores
locales con su conocimiento tácito; (iv) de forma comprometida con las realidades,
necesidades y aspiraciones de dichos actores; y, (v) con la adición de los criterios sociales,
políticos e institucionales de los actores del contexto.

El Proyecto y el contexto del marco metodológico de referencia

El desempeño general del Proyecto es dependiente del desempeño particular de las interacciones
que promueve para desarrollar su actividad de colaboración. Como consecuencia, el Proyecto:

• Actúa a través de una red de intercambio de talentos para la innovación institucional (Red-ITI),
constituida por talentos profesionales formados bajo los marcos filosófico, conceptual,
metodológico y operativo del Proyecto. Eso permite un cierto grado de coherencia en las
formas de pensar, decidir y actuar de estos profesionales, cuando ellos interactúan con los
talentos locales de las organizaciones con las cuales el Proyecto colabora.

• Promueve el concepto de participación como poder. Las organizaciones que participan del
Proyecto tienen el poder de influenciar sus contenidos, marcos orientadores, políticas,
prioridades y formas de colaboración, a través de la negociación con el equipo de gestión del
Proyecto y con sus “profesionales y organizaciones asociadas”. Por esta razón, las
organizaciones con las cuales colabora el Proyecto influyen en el desarrollo de los materiales
de capacitación, en los contenidos de las misiones de facilitación técnica, etc.

• Desarrolla el concepto de valor colectivo agregado, para intentar contestar a la pregunta: ¿qué
agrega la participación que no se puede lograr sin ella? Para aportar a la respuesta, el
Proyecto mismo intenta agregar valor colectivo a su esfuerzo de colaboración, que ocurre
principalmente a través de talleres donde un gran número de talentos locales tienen la
oportunidad de movilizar su imaginación, capacidad y compromiso colectivo en torno a la
reconfiguración y apropiación de la colaboración del Proyecto.

Con su desempeño dependiente de estos procesos de interacción, el Proyecto es absolutamente


dependiente de la sensibilidad metodológica de los investigadores, lo que implica un compromiso
permanente con la participación de los talentos locales en cualquiera actividad del Proyecto. La

23
dimensión de investigación no debería ser una excepción. Por lo tanto, el Proyecto ISNAR “Nuevo
Paradigma”:

• Rechaza la respuesta positivista a la pregunta metodológica: ¿cómo debe el investigador


proceder para conocer lo que existe para ser conocido? Coherente con su posición sobre las
preguntas de los marcos ontológico y epistemológico anteriores, el Proyecto no asume que la
única práctica científica válida es aquella que incluye experimentación y control, lo que excluye
la historia y el contexto donde se ubican los actores internos y externos que son clave para
comprender la dinámica de las organizaciones en torno a las cuales la investigación será
desarrollada. Al contrario, en el contexto del actual cambio de época, tanto la historia como el
contexto se constituyen en dos de las fuentes de información más relevantes para la
investigación del Proyecto. El Proyecto tampoco asume las hipótesis de investigación como
algo fijo a ser sometido a pruebas empíricas para verificarlas o falsificarlas. Al contrario, las
cuestiones y hipótesis deben ser propuestas apenas de forma exploratoria, como elementos
indicativos y temporarios para orientar el inicio de la investigación, cuya dinámica contextual y
negociaciones en la marcha revelarán la necesidad de perfeccionamiento, adiciones o
supresiones. Finalmente, el Proyecto no puede aceptar métodos de investigación que limiten o
impidan la participación de talentos profesionales de sus organizaciones asociadas. Al
contrario, el Proyecto debe privilegiar los métodos interactivos, que necesariamente incluya el
conocimiento explícito/tácito de los actores de las organizaciones participantes de la
investigación.

• Asume la respuesta constructivista a la pregunta metodológica. El Proyecto asume que las


construcciones individuales, grupales y organizacionales pueden ser comprendidas y, por lo
tanto, transformadas a través de la interacción dialéctica entre los “sujetos” de la
investigación. La metodología propuesta debe incorporar mecanismos para la participación con
negociación. Ambos—investigadores e investigados—necesitan tener la posibilidad de
construir consenso en torno a los avances hacia la construcción de una nueva percepción, más
informada y más sofisticada, en torno a los diferentes temas bajo investigación. La
metodología propuesta debe incorporar un alto contenido ético, y ser flexible para permitir
ajustes en la marcha bajo la autoridad del argumento (participación, persuasión y negociación).
La sensibilidad metodológica debe ser suficiente para apoyar la construcción de teorías
contextuales, que emergirán en la marcha. Se debe incluir cuestiones, hipótesis y premisas
orientadoras del esfuerzo inicial; así mismo se debe incluir algunos conceptos y proposiciones
cuya pertinencia será negociada y perfeccionada en la marcha. Sin embargo, estos conceptos,
cuestiones, hipótesis, premisas, y proposiciones deben ser negociados con los actores locales
al inicio del proceso; su conocimiento tácito/local sobre la historia y el contexto cambiante que
moldean el desempeño de la organización debe ser incorporado en el perfeccionamiento de
estos elementos metodológicos orientadores.

En resumen, la filosofía que forja el modelo de colaboración del Proyecto demanda la sensibilidad
de los aportes del paradigma constructivista, mientras rechaza el paradigma positivista, por su
filosofía amoral, ontología artificial, epistemología insensible y metodología mecanicista.

HACIA UN MARCO ORIENTADOR DE LA TEORIZACIÓN EN EL PROYECTO

La conceptualización será la ciencia del futuro (De Souza Silva et al. 2000). Si los conceptos son
propuestos para generar comprensión, y si la teoría es la tecnología de la interpretación para
orientar la acción, hace falta construir nuevas teorías que articulen nuevos conceptos. En el
contexto de un cambio de época, la comprensión es el ingrediente más escaso, visto que
turbulencias, discontinuidad, incertidumbre, desorientación, inestabilidad, inseguridad y
vulnerabilidad generalizadas son sus marcas registradas. Por lo tanto, para las investigaciones
asociadas a la innovación institucional, hace falta proponer cuestiones más desafiantes, hipótesis
más osadas y premisas más creativas.

Hace 2,500 años los Griegos inventaron teoría como una tecnología para mejorar su comprensión
sobre ciertos fenómenos. Sin embargo, en el contexto de un cambio de época, el problema no se

24
limita apenas a comprender sino en comprender para transformar. Nosotros debemos generar
teorías comprometidas con la acción, debemos generar praxis.

Praxis es la teoría de la acción humana, es el conocimiento generado en, por y para la acción, es
la combinación de las relaciones dialécticas entre una acción y el enfoque teórico que la informa.
Una revisión de la praxeología de la innovación institucional—el estudio de los enfoques teóricos
que informan la práctica de la gestión de la innovación institucional—nos revela un movimiento de
ascenso y declinación de paradigmas, lo que también revela la necesidad y la oportunidad para
proponer nuevos enfoques teóricos para esta práctica. En el Proyecto, su esfuerzo de teorización
debe centrase en torno a tres teorías asociadas a la gestión de la innovación institucional:

• Teoría-3: teoría sobre la vulnerabilidad/sostenibilidad institucional, una vez que todas las
organizaciones están bajo presión para cambiar de tal forma de poder salir de la vulnerabilidad
hacia la sostenibilidad institucional.

• Teoría-2: teoría sobre la naturaleza, forma, propósito y marcos orientadores de la gestión del
cambio institucional, desde que este es el proceso a través del cual la colaboración es
apropiada hacia la innovación institucional.

• Teoría-1: teoría sobre la naturaleza, forma, propósito y marcos orientadores de la colaboración


en proyectos de desarrollo de capacidad institucional, desde que estos aportan a la gestión de
la innovación institucional.

Sin embargo, para aportar a la construcción de estas teorías, el Proyecto necesita de un marco
orientador para su esfuerzo de teorización. Para eso se hace necesario contestar a algunas
preguntas, tales como: (i) ¿por qué construir teoría?; (ii) ¿para quiénes construir teoría?; (iii) ¿qué
es una teoría?; (iv) ¿cómo se construye una teoría?; (v) ¿con quiénes construir teoría?; (vi) ¿cómo
expresar, formalizar y compartir la teoría construida?; y (vii) ¿cómo incorporar la teoría en la
práctica?

Desdichadamente, hay más consenso sobre lo qué no es que sobre lo qué es una teoría. Sutton y
Staw (1995), nos informan que: (i) citaciones bibliográficas no son teoría, a menos que nuevos
argumentos y nuevas interpretaciones sean derivados de los conceptos articulados por las teorías
citadas; (ii) datos no son teoría, pues los datos apenas describen cuáles patrones empíricos
fueron observados, mientras una teoría interpreta por qué ciertas relaciones empíricas ocurren; (iii)
variables, por si solas, no son teoría, pues una teoría necesita explicar por qué ciertas variables
están conectadas entre sí y cómo; (iv) diagramas y figuras no son teoría, son apenas artificios
útiles para mejorar la comprensión sobre ciertos procesos y las relaciones que los constituyen; y,
(v) hipótesis no son teoría, son apenas puentes heurísticos entre datos y teoría, que facilitan la
comprensión sobre ciertas relaciones entre determinados conceptos y variables, son afirmaciones
sobre qué se puede esperar que ocurra, no sobre por qué se debe esperar que ocurra. Entonces,
volvemos a la pregunta original: ¿qué es teoría?

Desde la perspectiva del Proyecto, teoría es (i) un conjunto articulado de respuestas sobre
preguntas del tipo por qué; (ii) un conjunto de conexiones entre ciertos conceptos y variables; (iii)
una historia—narrativa—comprensible sobre una cadena de eventos, fenómenos, actores, y
hechos que amplían nuestro entendimiento sobre ciertos procesos; (iv) una guía para la acción
transformadora; y, (v) una tecnología intelectual para la interpretación/conceptualización.

Sin embargo, el Proyecto no está proponiendo probar teorías existentes. El Proyecto propone la
construcción de tres teorías contextuales. Para eso, los investigadores necesitan de un marco de
referencia para la teorización, para guiarlos en el inicio del proceso de investigación. Dicho marco
inicial debe incluir, para cada teoría que se desea construir:

• Un conjunto de conceptos orientadores Para cada una de las teorías a ser construidas,
¿cuáles podrían ser los conceptos básicos cuyos significados deberían ser negociados
para generar comprensión sobre lo que se quiere investigar y para aportar coherencia

25
al esfuerzo colectivo de investigación, hasta que la interacción con los actores del
contexto investigado sugiera su perfeccionamiento o reemplazo?

• Un conjunto de preguntas de investigación. Para cada una de las teorías, ¿cuáles son las
preguntas que se quiere contestar con la investigación, hasta que la interacción con los
actores del contexto investigado sugiera su perfeccionamiento o reemplazo?

• Un conjunto de hipótesis orientadoras. Para cada una de las teorías, ¿cuáles podrían ser
las hipótesis indicativas del esfuerzo inicial, hasta que la interacción con los actores del
contexto investigado sugiera su perfeccionamiento o reemplazo?

• Un conjunto de premisas orientadoras. Para cada una de las teorías, ¿cuáles podrían ser
las premisas indicativas para basar el esfuerzo inicial, hasta que la interacción con los
actores del contexto investigado sugiera su perfeccionamiento o reemplazo?

• Un conjunto de proposiciones orientadoras. Para cada una de las teorías, ¿cuáles


podrían ser las proposiciones indicativas para guiar el inicio del esfuerzo, hasta que la
interacción con los actores del contexto investigado sugiera su perfeccionamiento o
reemplazo?

En resumen, el marco de referencia para la teorización en el Proyecto debe desarrollar y articular


estos elementos de forma comprehensiva, de tal forma que puedan servir de guía para los
investigadores del Proyecto y de las organizaciones participantes. El referido marco debe ser
aplicado tanto para revisar los proyectos de investigación que el Proyecto ha propuesto como para
influenciar la forma de pensar, decidir y actuar de los participantes de este esfuerzo.

26
HACIA UN MARCO ORIENTADOR DE LA SISTEMATIZACIÓN EN EL PROYECTO

“La sistematización es un proceso de reflexión participativa acerca de los procesos y


resultados de un proyecto, y es efectuada por los facilitadores y participantes del mismo” (en
Selener 1996:3)

En el esfuerzo de investigación del Proyecto, la sistematización ocupa un espacio de la más alta


relevancia. Por un lado, la sistematización permite articular las experiencias e interpretar sus
lecciones; por otro lado es también la fuente de insumos para la teorización. Por eso, el Proyecto
necesita de un marco orientador del esfuerzo de sistematización que atienda a estas dos
funciones. Un marco orientador de la sistematización en el Proyecto debe contestar a algunas
preguntas31, tales como:

• ¿Qué es la sistematización? En el contexto del Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma”, la


conceptualización de esta actividad es imprescindible, considerando que esta debe
llenar dos funciones: (i) articulación de las experiencias e interpretación de sus
lecciones y (ii) aporte de insumos para el esfuerzo de teorización.

• ¿Por qué sistematizar? Esta es una pregunta de naturaleza filosófica y ontológica, cuya
respuesta depende del paradigma de investigación adoptado. En secciones previas,
este documento ha articulado varios argumentos a favor de la respuesta aportada por
el paradigma constructivista, donde lo que se busca es conocer para transformar. Las
razones para la sistematización aportan tanto coherencia como estímulos a la
participación de los investigadores/facilitadores.

• ¿Para qué sistematizar? El propósito y objetivos de la sistematización ayudan a precisar


las acciones a ser desarrolladas, los eventos a ser analizados, las fuentes de
información a ser consultadas y los actores claves a ser involucrados.

• ¿Qué sistematizar? Esta es una pregunta de naturaleza epistemológica, cuya respuesta


depende del paradigma de investigación adoptado. Este documento ha articulado
varios argumentos a favor de la respuesta aportada por el paradigma constructivista,
donde lo relevante son los procesos a través de los cuales los actores construyen y
reconfiguran su realidad, que a su turno es construida y reconstruida a través de la
percepción y acción de dichos actores.

• ¿Cómo sistematizar? Esta es una pregunta de naturaleza metodológica, cuya respuesta


depende del paradigma de investigación adoptado. Este documento ha articulado
varios argumentos a favor de la respuesta aportada por el paradigma constructivista,
donde la interacción entre investigadores y facilitadores del Proyecto y locales es
imprescindible para capitalizar sobre el conocimiento local y el compromiso para la
acción por parte de los participantes. Como principio, las reglas, formatos y
procedimientos deberían atender a esta necesidad. En resumen, esta pregunta se
refiere a la planificación y desarrollo de la sistematización, lo que nos remete al hecho
de que el Proyecto trabaja con casos pilotos. Por lo tanto, uno de los métodos de
investigación a considerar es el de “estudio de caso” (ver Yin 1998).

• ¿Con quiénes sistematizar? Esta es una pregunta de naturaleza epistemológica y


metodológica, cuya respuesta depende del paradigma de investigación adoptado. Este
documento ha abogado en favor de las respuestas del paradigma constructivista, que
no separa los investigadores de los investigados, al contrario los integra para que
negocien y construyan consenso en torno a lo investigado y a lo que debe ser
transformado como consecuencia de la investigación.

31
Se espera que los participantes del evento reflexionen sobre estas y otras preguntas afines, y compartan sus respuestas
durante su participación.

27
• ¿Cómo compartir lo sistematizado? El Proyecto tiene por obligación diseminar sus
experiencias y lecciones principalmente (pero no exclusivamente) en la región.
¿Cuáles serían las estrategias más pertinentes para cumplir con este compromiso?

• ¿Cómo la teorización influye en la sistematización? Considerando que se quiere que la


sistematización aporte insumos para la teorización, ¿cómo la sistematización debe
reflejar ciertas necesidades del esfuerzo de teorización? ¿Cuáles elementos/aspectos
de la construcción de teoría deben ser incorporados en el esfuerzo de sistematización?

• ¿Cómo lo sistematizado aporta a la teorización? Una vez que la sistematización este


en un estado más avanzado, ¿cómo se debe proceder para extraer de esta actividad los
insumos que necesita el esfuerzo de teorización? ¿Qué mecanismos se deben establecer
para el intercambio entre los dos esfuerzos?

CONCLUSIÓN

Un cambio de época implica necesariamente la declinación y ascenso de valores, conceptos,


enfoques, modelos y paradigmas. Así, la sociedad necesita que las organizaciones de desarrollo
revisen y, si es necesario, transformen sus valores, conceptos, enfoques, modelos y paradigmas.

Eso es precisamente lo que el Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” intenta hacer consigo mismo y
con sus organizaciones asociadas. El Proyecto “Nuevo Paradigma” es un proyecto contextual,
comprometido con los procesos a través de los cuales las organizaciones de ciencia y tecnología
agropecuaria pueden aumentar el grado de sintonía entre los productos y servicios que aportan y
las necesidades, realidades y aspiraciones de su entorno relevante. Solo esta sintonía puede
aportar al grado de satisfacción de los actores del entorno, que a su vez es traducido en términos
de reconocimiento por parte de estos actores hacia la pertinencia de la contribución de la
organización, lo que a su vez puede ser transformado en apoyo político, institucional y financiero.

Consecuente con eso, el Proyecto (i) genera conocimiento en el contexto de su aplicación donde
es socialmente apropiado; (ii) (re)combina conocimiento explícito-tácito y conocimiento científico-
local en un esfuerzo transdisciplinario; (iii) incluye la participación (valor colectivo agregado) de
actores del contexto (con sus intereses y conflictos); (iv) se compromete con las realidades,
necesidades y aspiraciones del contexto; e (v) incorpora los criterios de aquellos actores para
aumentar la pertinencia de su intervención y la validez de los impactos de la colaboración.

Ahora que su dimensión de investigación será desarrollada, el Proyecto desea hacerlo en sintonía
con la identidad, características y compromisos que sus marcos orientadores le han generado, y
que las organizaciones con las cuales colabora han legitimado por haber participado del proceso
de construcción de esta identidad, características y compromisos.

Entre las visiones de mundo—mecánica, económica y holística (ver ANEXO-2)—que compiten


entre sí para prevalecer en la época emergente, la visión holística es la que el Proyecto ha
adoptado para influenciar su forma de pensar y actuar. La visión mecánica de mundo, heredada
de la época del industrialismo, no sirve porque asume el mundo como una máquina, donde los
seres humanos son llamados de “recursos” y manejados como meras piezas de un engranaje
mecánico. Pero una máquina poblada por “recursos”—autómatas biológicos—no es capaz de
generar conocimiento. La visión económica de mundo, forjada por los dictámenes de la doctrina
neoliberal, no sirve porque asume el mundo como un mercado sin sociedades, donde los seres
humanos son llamados de “capital humano” y manejados como productores, vendedores,
consumidores, inversionistas, etc.; o son llamados de “capital intelectual” y son manejados como
una mercancía. Pero como “capital”—una cosa—no tiene imaginación, la organización no puede
generar conocimiento. La visión holística de mundo, forjada por los movimientos en torno a las
preocupaciones ecológicas/ambientales, es la que más se acerca de una visión sistémica, donde
los seres humanos son considerados como ciudadanos, “talentos humanos” con la capacidad de
pensar y crear más allá de su experiencia y conocimiento previo. En este caso la organización es
poblada por “talentos humanos”, que tienen vida social, política y espiritual, más allá de su

28
dimensión biológica o de sus intereses puramente económicos. Los talentos humanos también
tienen valores, creencias, emociones, pasiones, problemas, conflictos, aspiraciones y compromisos
que influencian su percepción y, por lo tanto, su forma de pensar, decidir y actuar. La organización
puede generar conocimiento.

En Proyecto ISNAR “Nuevo Paradigma” no acepta tratar sus participantes como “cosas” (recurso o
capital) sino como talentos profesionales. Los talentos son capaces de imaginar y crear más allá
de su conocimiento y experiencias previas. Esto coincide con lo que el Proyecto espera de los que
participarán de su dimensión de investigación: imaginación, capacidad y compromiso para la
gestión de la innovación institucional. Lo contrario nos presionará hacia el mimetismo institucional,
donde no es necesario crear, solo imitar. ¿Hasta cuándo? ¿A qué costo?

BIBLIOGRAFÍA

Barbour, Ian. Ethics in an Age of Technology: the Gifford Lectures (Vol.2). New York: Harper San Francisco,
1993.

Bell, Daniel. The Coming of Post-Industrial Society: a venture in social forecasting. New York: Basic Books,
1999.

Bell, Michael M. “The Dialectic of Technology: commentary on Warner and England”. Rural Sociology, 60(4),
1995:623-632.

Biagioli, Mario (Ed). The Science Studies Reader. New York: Routledge, 1999.

Bjker, Wiebe; Hugues, Thomas; y Pinch, Trevor (Eds.). The Social Construction of Technological Systems:
new directions in the sociology of history and technology. Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 1989.

Bonte-Friedheim, Christian; and Sheridan, Kathleen (Eds.). The Globalization of Science: the place of
agricultural research. The Hague: International Service for National Agricultural Research (ISNAR), 1997.

Brockway, Lucile H. Science and Colonial Expansion: the role of the British Royal Botanic Gardens. New
York: Academy Press, 1979.

Busch, Lawrence. The Eclipse of Morality: science, State and market. Hawthorne, New York:Aldine
DeGruyter, 2000.

Castells, Manuel. The Rise of the Network Society (The Information Age: economy, society and culture;
Volume III). Malden, Massachusetts: Blackwell Publishers, 1996.

Castells, Manuel. The Power of Identity (The Information Age: economy, society and culture; Volume III).
Malden, Massachusetts: Blackwell Publishers, 1997.

Castells, Manuel. End of Millennium (The Information Age: economy, society and culture; Volume III).
Malden, Massachusetts: Blackwell Publishers, 1998.

De Masi, Domenico (Ed). A Sociedade Pós-Industrial. São Paulo: Editora SENAC, 1999.

De Souza Silva, José. El Cambio de Época, el Modo Emergente de Generación de conocimiento y los
Papeles Cambiantes de la Investigación y Extensión en la Academia del Siglo XXI. Trabajo invitado para la “I
Conferencia Interamericana de Educación Agrícola Superior y Rural”, organizada por el IICA, realizada en
Panamá, 16-19 de noviembre de 1999.

De Souza Silva, José; Cheaz, Juan; y Calderon, Johanna. La Cuestión Institucional: de la vulnerabilidad a la
sostenibilidad institucional en el contexto del cambio de época. (Trabajo en progreso). San José, Costa Rica:
Servicio Internacional para la Investigación Agrícola Nacional (ISNAR), 2000.

Demo, Pedro. Conhecimento Moderno: sobre ética e intervenção do conhecimento. Rio de Janeiro: Editora
Vozes, 1997.

Feldman, Shelley; y Welsh, Rick. “Feminist Knowledge Claims, Local Knowledge, and Gender Divisions of
Agricultural Labor: constructing a successor science”. Rural Sociology, 60(1), 1995:23-43.

29
Flora, Cornelia Butler. “Reconstructing Agriculture: the case for local knowledge”. Rural Sociology, 57(1),
1992:92-97.

Gibbons, Michael; Limoges, Camille; Nowotny, Helga; Schwartzman, Simon; Scott, Peter; y Trow, Martin.
The New Production of Knowledge: the dynamics of science and research in contemporary societies.
London: SAGE Publications, 1994.

Guba, Egon G; and Lincoln, Y.S. “Competing Paradigms in Qualitative Research”, pp. 105-117, in N.K.
Denzin & Y.S. Lincoln (Eds.) Handbook of Qualitative Research. Thousand Oaks: SAGE, 1994.

Habermas, Jürgen. Knowledge and Human Interests. Boston: Beacon Press, 1968.

Khun, Thomas. The Structure of Scientific Revolutions. Chicago: The University of Chicago Press, 1970.
Kloppenburg, Jack. “Social Theory and the De/Reconstruction of Agricultural Science: local knowledge for an
alternative agriculture”. Rural Sociology, 56(4), 1991:519-548.

Kloppenburg, Jack. “Science in Agriculture: a reply to Molnar, Duffy, Cummins, and Van Santen and to
Flora”. Rural Sociology, 57(1), 1992:98-107.

Knorr-Cetina, Karin. The Manufacture of Knowledge: an essay on the constructivist and contextual nature of
science. Oxford: Pergamon Press, 1981.

Knorr-Cetina, Karin. Epistemic Cultures: how the sciences make knowledge. Cambridge, Massachusetts:
Harvard University Press, 1999.

Kolb, David A.; y Frohman, Alan L. “An Organizational Development Approach to Consulting”. Sloan
Management Review, Fall, 1970:51-65.

Landes, David S. The Wealth and Poverty of Nations: why some are so rich and some so poor. New York:
W.W.Norton & Company, 1998.

Latour, Bruno. Science in Action: How to Follow Scientists and Engineers through Society. Philadelphia:
Open University Press, 1987.

Latour, Bruno. “Give Me a Laboratory and I Will Raise the World”, pp. 258-275, in Mario Biagioli (Ed). The
Science Studies Reader. New York: Routledge, 1999.

Leiss, William. The Domination of Nature. New York: Beacon Press, 1974.

Levins, Richard. “Ten Propositions on Science and Anti-Science”. Social Text, V. 14(1-2), 1996: 101-112.

Long, Norman; y Long, Ann (Eds.). Battlefields of Knowledge: the interlocking of theory and practice in social
research and development. London: Routledge, 1992.

McGivern, C.K.; y Fineman, S. “Research and Consultancy: towards a conceptual synthesis”. Journal of
Management Studies, 20(4), 1983:425-439.

Molnar, Joseph J.; Duffy, Patrícia A., Cummins, Keith A., and Santen, Edzard Van. “Agricultural Science and
Agricultural Counterculture: paradigms in search of a future”. Rural Sociology, 57(1), 1992:83-91.

Nanaka, Ikujiro; y Takeuchi, Hirotaka. The Knowledge-Creating Company: how Japanese companies create
the dynamics of innovation. Oxford: Oxford University Press, 1995.

Perrault, Gilles (Ed). O Livro Negro do Capitalismo. Rio de Janeiro: Editora RECORD, 1999.

Pinch, Trevor; y Bijker, Wiebe. “The Social Construction of Facts and Artifacts: or how the sociology of
science and the sociology of technology might benefit of each other”, pp.17-50, in Wiebe Bjker, Thomas
Hugues y Trevor Pinch (Eds) The Social Construction of Technological Systems: new directions in the
sociology of history and technology. Cambridge, Massachusetts: The MIT Press, 1989.

Quinn, James Brian; Anderson, Philip; y Finkelstein. “Managing Professional Intellect: making the most of the
best”. Harvard Business Review, March-April, 1996:71-80.

30
Reason, Peter. “Three Approaches to Participative Inquiry”, pp. 324-339, in N.K. Denzin & Y.S. Lincoln (Eds.)
Handbook of Qualitative Research. Thousand Oaks: Sage, 1994: 324-339.

Restivo, Sal. “Modern Science as a Social Problem”. Social Problems, Vol. 35(3), 1988:206-225.

Röling, Niels. “The Emergence of Knowledge Systems Thinking: A changing perception of relationships
among innovation, knowledge process and configuration”. Knowledge and Policy, Vol.5(1), 1992:42-64.

Sagasti, Francisco R. “Knowledge and Development in a Fractured Global Order”. Futures, 27(6), 1995:591-
610.

Selener, Daniel. Participatory Action Research and Social Change. Ithaca, New York: Cornell University,
1997.

Senge, Peter. The Fifth Discipline: the age and practice of the learning organization. London: Century
Business, 1990.

Shapin, Steven; y Schaffer, Simon. Leviathan and the Air-Pump: Hobbes, Boyle, and the experimental life.
Princeton, NJ: Princeton University Press, 1985.

Strauss, Anselm; y Corbin, Juliet. Basics of Qualitative Research: techniques and procedures for developing
grounded theory. London: SAGE, 1998.

--- “Grounded Theory Methodology”, pp.273-285, in N.K. Denzin & Y.S. Lincoln (Eds.) Handbook of
Qualitative Research. Thousand Oaks: SAGE, 1994.

Street, John. Politics & Technology. New York: The Guilford, 1992.

Susman, Gerald; y Evered, Roger. “An Assessment of the Scientific Merits of Action Research”.
Administrative Science Quarterly, 23(4), 1978:582-603.

Sutton, Robert I. “What Theory is Not”. Administrative Science Quarterly, 40 (September), 1995: 371-384.

Thompson, John B. Ideology and Modern Culture. Stanford, CA: Stanford University Press, 1990.

Yin, Robert K. “The Abridged Version of Case Study Research”, pp. 229-259, in Leonard Bickman and Debra
J. Rog Handbook of Applied Social Research Method. London: SAGE, 1998.

Wallerstein, Immanuel. The Modern World-System I: capitalist agriculture and the origins of the European
world-economy in the sixteenth-century. New York: Academic Press, 1974.

Warner, W. Keith, y England, J. Lynn. “A Technological Science Perspective for Sociology”. Rural Sociology,
60(4), 1995:607-622.

Warner, W. Keith, y England, J. Lynn. “A Dialectic Technological Science Perspective: reply to Bell”. Rural
Sociology, 60(4), 1995:633-638.

31
Visiones de Mundo en Conflicto en el Contexto del Actual Cambio de Época
Visión Mecánica de Mundo Visión Económica de Mundo Visión Holística de Mundo
Génesis. En los siglos XVI y XVII, se Génesis. A finales de los años 70, el régimen Génesis. En mediados de la década de los
establece con la ciencia moderna una visión de acumulación de capital de la época del 60, varios movimientos sociales iniciaron una
mecánica de la realidad. El marco conceptual industrialismo empieza su declinación. Ahí revolución cultural que cuestionó la
de Galileo y Descartes, de una realidad inicia una revolución económica apoyada en civilización occidental y la sociedad industrial
objetiva gobernada por leyes matemáticas la tecnología de la información para formar de consumo. Asumiendo que estamos todos
exactas, fue completado por la mecánica otro régimen de acumulación: corporativo- vulnerables, esta revolución cultural propone
Newtoniana y la teología cristiana, transnacional-informacional. A partir de la una visión sistémica de mundo, bajo la cual
legitimando el mecanicismo y validando sus debacle del socialismo en Unión todo está interconectado en la Tierra. Pero
implicaciones: reduccionismo, determinismo, Soviética/Este Europeo, el sistema capitalista esta interdependencia no es sinónima de
linealidad y mono-causalidad. La revolución reemplaza la ideología del Estado por la harmonía, pues nuestros conflictos de interés
industrial estableció esta visión como ideología del mercado. generan contradicciones.
dominante.
El mundo es una máquina sin sentimientos, El mundo es un mercado sin sociedades, El mundo es un sistema con múltiples
donde la razón mecánica excluye a la donde las transacciones comerciales dimensiones/ funciones interconectadas
emoción humana. Sin espacio para los valores prevalecen sobre las relaciones sociales. Este (espacial-temporal-ecológica-social-
y los principios éticos, este reinado de la mundo es habitado por proveedores- económica-política-institucional-ética), y es
racionalización es “habitado” por piezas del productores-procesadores-vendedores- habitado por una diversidad de entidades
engranaje que permite funcionar a la consumidores-clientes-competidores- vivas interrelacionadas, incluyendo la especie
máquina. En este mundo, hay una ciudadanía inversionistas. Aquí hay una ciudadanía por humana organizada en sociedades. Aquí, la
por derecho, pero con pocos ciudadanos de derecho, pero con pocos ciudadanos de ciudadanía por derecho genera ciudadanos de
hecho. Metáfora: la máquina. hecho. Metáfora: el mercado. hecho. Metáfora: un sistema.
La organización es una máquina que La organización es un proveedor de La organización es un sistema abierto y
transforma insumos en productos, y debe ser productos y servicios para el mercado, y debe dinámico, que debe ser manejado, bajo un
manejada como tal. Esta máquina particular ser manejada como tal. La dinámica de este enfoque sistémico, como un facilitador del
es “compuesta” por “recursos humanos”, que proveedor particular depende de su “capital cambio y desarrollo. Ahí, los seres humanos
son autómatas biológicos capaces de ejecutar humano”—una cosa, o de su “capital son percibidos como ciudadanos(as) y
tareas rutinarias, de replicar “recetas” y de intelectual”—una mercancía; su fuente de gerenciados como “talentos” humanos, con
imitar comportamientos, pero no son capaces motivación es el lucro máximo en el presente, imaginación y capaces de pensar y de crear
de crear, porque no se les da el espacio para y su fuente de inspiración y referencia es más allá de su conocimiento y experiencias
pensar. únicamente el mercado. previas.
La historia no existe o no es relevante para La historia no existe o no es relevante para La historia. El pasado, presente y futuro
la máquina. El pasado y el futuro están el mercado. El pasado ya no vuelve y el futuro están conectados. Para construir un futuro
asociados a la idea de progreso, que significa todavía no ha llegado. En el largo plazo lo que diferente y mejor es preciso pensar, actuar y
más soluciones mecánicas. El eficiente cuenta es la acumulación contínua/creciente aspirar diferente hoy, basándose en las
funcionamiento de la máquina en el presente de capital; en el corto plazo el lucro máximo lecciones del pasado, compromisos
es lo que cuenta—el corto plazo. es lo que importa. negociados y escenarios alternativos.
El contexto externo (entorno) es constituido El contexto es constituido apenas por El contexto es un conjunto de sistemas
por otras máquinas mecánicamente diferentes tipos de mercados con sus interdependientes que conectan los seres
conectadas por procesos de una sola vía. diferentes tipos de demandas y de clientes. vivos entre sí y con el cosmos.
Los modelos de intervención para el Los modelos de intervención para el Los modelos de intervención para el
desarrollo son centrados en la oferta, como desarrollo son centrados en la demanda, desarrollo son centrados en el entorno,
resultado de la racionalización—eficiencia, como resultado de las leyes del mercado, incluyendo el mercado y sus demandas, pero
cuantificación, control y predicción—que ignorando los aspectos sin voz ni voto en la que va más allá, incluyendo otras
genera rigidez y linealidad. El progreso es realidad material y social. La modernización dimensiones de las realidades material y
sinónimo de crecimiento, y los medios— es sinónima de globalización, y los medios— social. El desarrollo sostenible incluye el
crecimiento económico y desarrollo crecimiento económico y desarrollo desarrollo humano y social, subordinando los
tecnológico—son privilegiados sobre los fines, tecnológico—son privilegiados sobre los fines, objetivos-medios a los objetivos fines:
1/4/火曜日
que son plurales e individuales. que son plurales e individuales. mejores condiciones, nivel y calidad de vida.
La tecnociencia (ciencia moderna + La tecnociencia es un proveedor de ciertos La tecnociencia es apenas un sistema
tecnología moderna) es un factor de productos, procesos y servicios intensivos de facilitador del cambio y desarrollo, que es un
transformación de ciertos insumos en conocimiento, para aumentar la producto de la intervención y de la
información y tecnología, para aumentar la competitividad de los que innovan basados en innovación, pues sin intervención e
eficiencia de ciertos procesos productivos. la ciencia. Desde una base economicista que innovación no hay desarrollo, sólo evolución.
Desde una base mecanicista que selecciona selecciona el mercado como la máxima Desde un compromiso con la totalidad, que
la eficiencia productiva de la máquina como referencia para el proceso de innovación, la implica considerar el encuentro entre
la máxima referencia para el proceso de especialización tiene al mismo mercado como sociedad, naturaleza, cultura y desarrollo, la
innovación, la especialización es el único contexto relevante a considerar, tecnociencia es desarrollada bajo el control
descontextualizada de otras especializaciones generando una tecnociencia comercial social ampliado, en el contexto de su
y desvinculada de los valores humanos: dirigida para el lucro: ciencia sin conciencia. aplicación e implicaciones: ciencia para la
ciencia para la eficiencia. sociedad y la vida en el Planeta
Conceptos básicos: progreso-eficiencia- Conceptos básicos: competitividad-calidad- Conceptos básicos: sostenibilidad-
control-cuantificación-predicción-producción- eficacia-valor agregado-competencia-lucro- complejidad-diversidad-Planeta-naturaleza-
productividad-progreso-engranaje-recursos mercado-cliente-modernización-capital cultura-equidad-multicausalidad-sociedad-
humanos-resultados-impactos- humano/intelectual-sobrevivencia- interdependencia-talentos humanos-
costo/beneficio. individualismo-utilidad. solidaridad, valores.

1/4/火曜日

Вам также может понравиться