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Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009

IV UNIDAD
EL TERRITORIO Y EL DOMINIO INTERNACIONAL

SUMARIO: I. El territorio; II. El Dominio Marítimo; III. El Dominio Fluvial y Lacustre; IV. El
Dominio Polar; V. El Dominio Aéreo

I. El Territorio
(Concepto y Elementos del Territorio – Límites o Fronteras – Modos de Adquirir)

 Concepto y Elementos del Territorio

Según Oppenheim, el territorio del Estado es aquella parte delimitada de la


superficie del globo donde ejerce plenamente su soberanía, sin más limitaciones que las
normales.
Efectivamente, el Territorio debe entenderse como el espacio dentro del cual un
Estado ejerce su soberanía plena.
No es correcto hablar del espacio “que le pertenezca a un Estado”, ya que en rigor
el Estado no es dueño del territorio, sino que le pertenece a las personas que ejercen
derecho de dominio sobre él. La relación entre el Estado y su territorio es de carácter
político y no civil, o sea, se ejerce soberanía sobre él, no así dominio.
Por otra parte, no puede confundirse el territorio mismo con aquellos lugares donde el
Estado ejerce jurisdicción, sin que formen parte del territorio. En estas zonas, el Estado
no ejerce soberanía plena, sino que solo puede actuar respecto de asuntos muy
específicos. Estos lugares son denominados “partes ficticias del territorio”, y
corresponden a:
- embarcaciones de guerra y otros barcos públicos en alta mar;
- barcos mercantes que enarbolen el pabellón nacional del Estado al que pertenecen;
- aeronaves de guerra y públicas en alta mar;
- locales de los representantes diplomáticos en el extranjero.

Ahora bien, en relación con los efectos que nacen del reconocimiento del territorio,
diremos que estos son principalmente de dos clases: una consecuencia positiva, y otra

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negativa:
(a) Consecuencia Positiva: El Estado aplica todo su ordenamiento jurídico sobre
el territorio, puede usarlo e incluso puede disponer de él. El Territorio
constituye en este sentido, el espacio que le permite al Estado, desarrollarse
y ejercer sus poderes.
(b) Consecuencia Negativa: Ningún Estado puede penetrar en el territorio
correspondiente a otro Estado, sin su autorización. En este sentido, el
Territorio viene a ser un espacio inexpugnable, de intimidad del Estado, un
recinto inviolable.

A su vez, es procedente indicar que el Territorio de un Estado se encuentra compuesto


por diferentes elementos, dentro de los cuales se encuentran:

a) La tierra firme, incluyendo el subsuelo;


b) Las aguas interiores o terrestres;
c) El mar territorial, su lecho y su subsuelo;
d) La plataforma continental en lo relativo a la exploración y explotación de recursos
naturales; y
e) El espacio aéreo que cubra la tierra firma, las aguas interiores y el mar territorial.

 Límites o Fronteras

Podemos decir que, en términos amplios, que todo Estado encuentra separado su
territorio del territorio de otros o de patrimonios comunes a toda la Humanidad, mediante
fronteras, las cuales, a su vez, constituyen los límites del mismo Estado.
La frontera se fija mediante la labor denominada “delimitación”, la cual consta de
tres etapas: (1) la preparación; (2) la delimitación propiamente tal; y (3) la ejecución.

(1) La preparación. Consiste en el diseño o proposición de una determinada frontera o


límite. Para ello, el Estado tiene dos opciones:

a) Aceptar un límite ya existente, para lo cual nuevamente hay dos opciones: aceptar un
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límite interno preexistente o un límite internacional preexistente.


La aceptación de un límite interno se rige por el principio uti possidetis (“como
poseéis, seguirás poseyendo”). En este caso los Estados que nacen, mantienen las
fronteras que los dividían antes de transformarse en tales (uti possidetis iuris) o bien,
simplemente, se mantiene la división que de hecho ha estado operando entre ambos
territorios (uti possidetis de facto).
La aceptación de un límite internacional preexistente tiene lugar cuando dos
países diferentes que se han unido, posteriormente se separan, volviendo a emplear las
fronteras que los separaba originalmente (ej: Austria y Hungría en 1908).

b) Adoptar una línea completamente nueva.


Para estos fines, el Estado podrá emplear límites artificiales, como paralelos y
meridianos, límites astronómicos, fronteras geométricas, etc.
Pero también se pueden utilizar límites naturales, referidos a accidentes
geográficos que pueden servir como referencia.

(2) La delimitación propiamente tal. Consiste en el método jurídico por el cual se adopta
una determinada frontera.
Esta delimitación podrá ser convencional, si es por acuerdo entre las partes por
medio de un Tratado; o bien judicial, si es resuelto por un Tribunal arbitral o Jurisdicción
internacional.

(3) La ejecución de la delimitación. Esta se efectúa mediante la demarcación, y se


realiza mediante la instalación de signos visibles como hitos, postes o mojones.

 Modos de Adquirir el Territorio

Los Estados pueden ver aumentado o disminuido su territorio por diversos


motivos. En general, diremos que los modos de adquirir territorio son aquellos actos
jurídicos o hechos jurídicos mediante los cuales un determinado espacio físico pasa a
quedar bajo la soberanía de un Estado.
Si bien existen otras clasificaciones (Hugo Llanos emplea, por ejemplo, la
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clasificación de los modos en jurídicos, históricos (o políticos) y geográficos) 1, y de


acuerdo a lo propuesto en el programa del curso, procederemos a clasificar 2 a los modos
de adquirir en Originarios y Derivados (estos últimos podrán ser directos o indirectos).

1.- Modos de adquirir Originarios.

Son aquellos donde no existe voluntad de un Estado en orden a traspasar parte o


todo su territorio a otro Estado. Estos modos son: la ocupación, la accesión, la conquista y
la prescripción.

a) La Ocupación. Se trata del acto por el cual un Estado toma posesión de un territorio
que no se halla sometido a soberanía u ocupación de otro Estado.
Es necesario en este caso, que el territorio que se ocupa, no pertenezca a otro
Estado, vale decir, que sea res nullius (cosa de nadie). Por lo tanto, si un espacio es
utilizado por ejemplo por tribus que no están organizadas como Estados, entonces la
ocupación de sus territorios, es lícita.
También es necesario que esta ocupación la haga efectivamente un Estado o que
después éste la reconozca como tal, sin que baste la utilización que pueda realizar un
particular para sus fines privados.
Por último, la ocupación debe ser efectiva, con ánimo de señor y dueño, y no
meramente declarativa. Esta regla sin embargo, se aplica parcialmente en caso de
descubrimientos. En los descubrimientos, se debe dar un plazo prudencial para que el
descubridor tome posesión física y pueda reclamar para sí el territorio, mientras tanto
ningún otro Estado podrá proceder a la ocupación de la misma zona.

b) La Accesión. Es el aumento del territorio por el acaecimiento de la naturaleza o del


hombre. Así, hablaremos de accesión natural y accesión artificial.
Hay accesión natural en los casos de:
- aluvión: formaciones de terrenos que se crean sucesiva y gradualmente en los fondos
ribereños de los cursos de los ríos o del mar (aluvión fluvial o marítimo);
- avulsión: separación de una parte del terreno por una fuerza súbita de la naturaleza;
1
LLANOS MANSILLA, HUGO (2007): “Teoría y Práctica del Derecho Internacional Público”, Editorial Jurídica
de Chile, Tercera Edición, Tomo II, Santiago de Chile, pág. 723
2
Clasificación según si participa o no la voluntad de un Estado
4 que traspasa su territorio a otro.
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- formación de islas o islotes: si surge en un río o lago, pertenecerá al Estado a quien


pertenezca dicho río o lago; lo mismo si aparece en el mar territorial de algún Estado;
pero si surge en alta mar, será res nullius, y susceptible de ser apropiada por
cualquier Estado; y
- lecho abandonado por el curso de un río: se entiende que le pertenece al Estado
ribereño.

Hay accesión artificial, en cambio, cuando es por consecuencia de trabajos


ejecutados por el ser humano. En ningún caso, esta accesión podrá perjudicar a otros
Estados ni personas.

c) La Conquista. Consiste en la toma de posesión de territorios enemigos por la fuerza, en


tiempos de guerra.
En la actualidad, la conquista puede justificar el dominio de tierras ganadas en
guerras muy antiguas, ya que hoy en día, no es un método que esté reconocido ni
legitimado por el derecho internacional, puesto que pugna con los principios de paz y
seguridad que deben gobernar las relaciones internacionales de los pueblos.

d) La Prescripción. Consiste en la posesión que se ha hecho de un territorio por largo


tiempo, entendiendo por largo tiempo, el “necesario para crear bajo el influjo de la
evolución histórica, la convicción común de que el estado de cosas presentes concuerda
con el orden internacional” (Oppenheim).
O sea, no basta que se esté utilizando un territorio por mucho tiempo, sino que
además, debe contarse con un elemento histórico, que se acuñe con el tiempo, y se
refiere a que el resto de la comunidad internacional termine convenciéndose que dichos
territorios pertenecen al Estado que pretende adquirirlos.
La prescripción ha sido útil para definir el destino de territorios tales como Oregon
en Estados Unios, y para definir las fronteras entre Venezuela y las Guayanas Británicas.

2.- Modos de adquirir Derivados.

Son aquellos en los que un Estado (o sus gobernantes en el caso de la sucesión)


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voluntariamente procede a traspasar parte o todo su territorio a otro Estado.


Estos modos pueden agruparse a su vez, en medios directos e indirectos.

2.1. Modos Directos

a) La Cesión. Es el acto por el cual un Estado voluntariamente traspasa soberanía de un


territorio a otro.
En algunos casos, esta cesión puede ser producto de una venta, como cuando
Francia vendió Louisiana a Estados Unidos, o cuando España vendió Florida a este
mismo país.
Se ha estimado que una cesión debiera contar con la aprobación de la población
que habita en el territorio traspasado, mediante, por ejemplo, un plebiscito, acto que no se
realizó en casos anteriores.

b) La Sucesión. Hoy en día no es aplicable, ya que la sucesión supone que el territorio


pertenece al rey y no a un Estado. A la muerte de un rey o príncipe, el testamento del
gobernante o las leyes podían establecer que lso territorios se traspasaran a otra Corona.

2.2. Modos Indirectos

La Cesión de Administración. Es un acto por el cual, no se transfiere el territorio de un


Estado a otro, sino que sólo se delega la administración del mismo.
Muchas veces, la cesión de administración se ha entendido que hay detrás de ella,
una cesión real, pero en otros casos, lo que se busca es en realidad es preparar los
territorios para su desarrollo, y alcanzar así su libertad y soberanía en la vida
internacional.

II. El Dominio Marítimo


(Regulación – Los Espacios Marítimos – La Plataforma Continental)

 Regulación

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Desde antiguas épocas, el dominio del mar ha sido un tema de gran discusión
entre los Pueblos.
Ya en la Edad Media Bartolo de Sassoferrato proponía que cada Estado debía
ejercer dominio sobre el mar que estuviera distante a unos 60 o 70 millas marinas 3 de las
costas, que es lo era posible recorrer en dos días de navegación.
En el Siglo XVIII, Hugo Grocio postula, por su parte, que los mares eran libres y
que sobre él, todos los pueblos tienen derecho, en franca oposición a la doctrina inglesa,
la cual estimaba que los mares eran res nullius y por lo tanto susceptible de apropiación
por parte de los Estados.
En 1702, Binkershoek opinó que los Estados ribereños debían tener una franja de
mar ya que de esa forma podían mantener la seguridad en sus costas. Por lo mismo,
propuso que esta franja debía tener la extensión de lo que alcanzara una bala de cañón
lanzada desde el litoral.
Galiani, más adelante, indica que esta franja debería ser de 3 millas marinas que
es lo que recorre una bala de cañón en esa época.
En dos Conferencias celebradas en Ginebra (1958 y 1960), tres Estados
sudamericanos (Chile, Perú y Ecuador) exponen unilateralmente primero (1947), pero a
través de un tratado después (de Santiago de 1952), que la soberanía sobre las aguas, el
lecho y sublecho marinos se ejercería hasta una distancia de 209 millas marinas medidas
desde la costa. Esta postura no fue acogida por los demás países.
Si bien en las Conferencias mencionadas, se celebraron algunas convenciones
sobre derecho del mar4, ellas no resolvieron el tema de la anchura que debía tener el mar
territorial, y además, no fue ratificada por los Estados que adquirieron independencia
después de 1960, los cuales triplicó el número de miembros de las Naciones Unidas.
Paralelamente a ello, además, muchos países comenzaron a incorporar a sus
normas internas, el criterio de las 200 millas marinas, como zona donde el Estado ribereño
podía ejercer determinados actos de jurisdicción o soberanía.
En ese contexto, finalmente, luego de varias instancias preparatorias, en 1982
tiene lugar la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en la
cual se acordó la Nueva Convención sobre Derecho del Mar (o de Montego Bay,

3
Una milla marina = 1.852 metros.
4
Convención sobre Alta Mar (vigente desde 1962), sobre Plataforma Continental (vigente desde 1964), sobre
Mar territorial y zona contigua (vigente desde 1964) y sobe Pesca y Conservación de los Recursos Vivos
(vigente desde 1966). 7
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Jamaica).
Citando al profesor Fernando Gamboa5, podemos señalar que las principales
características de esta Convención son los siguientes:
1. Se resuelve finalmente la disputa acerca de la extensión de los diferentes
espacios marítimos.
2. Promueve el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional al lograr un
entendimiento sobre los límites de los diferentes espacios marítimos.
3. Se consagra la libre navegación y sobresuelo en la Zona Económica Exclusiva
(ZEE).
4. Se consagra también la conservación y utilización óptima de los recursos vivos
en la ZEE.
5. Se establecen normas relativas a la Contaminación del medio marino.
6. Se regula la investigación científica de la ZEE y de la plataforma continental.
7. se establece la obligatoriedad de medios pacíficos de solución de
controversias.
8. Los recursos del fondo marino constituyen un Patrimonio Común de la
Humanidad que deben repartirse equitativamente.
9. Se otorgan facilidades y derechos a algunos Estados en situación excepcional,
geografía desventajosa o sin litoral, dándole acceso a las ZEE de Estados
vecinos.

 Los Espacios Marítimos

Para definir los diferentes espacios marítimos, debiéramos consignar que ellos,
según la Convención de Jamaica de 1982, ellos tienen en consideración o se cuentan
desde las llamadas “líneas de base”. Para fijar estas líneas de base, debemos distinguir
tres circunstancias diferentes:

a) Línea de base normal La línea de base normal es la línea de bajamar a lo largo de la


costa que aparece marcada en las cartas reconocidas por el Estado ribereño. Sin
embargo, si se analizan las distintas variantes geográficas, hay autores que se preguntan

5
GAMBOA SERAZZI, FERNANDO y FERNÁNDEZ UNDURRAGA, MACARENA (2006): “Tratado de Derecho
Internacional Público y Derecho de Integración”, Editorial
8 Lexis Nexis, Santiago de Chile, pag. 489
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si efectivamente la línea de bajamar es la línea de base normal. La idea de elegir la línea


de bajamar es precisamente alejar de la costa el límite del mar territorial y los demás
espacios marítimos, especialmente en costas donde las diferencias de mareas son
mayores6.

b) Líneas de base recta. En el caso de costas muy desmembradas, o cuando existen


deltas, el mar territorial puede medirse de acuerdo a las llamadas líneas de base rectas
que unen diversos puntos del continente y de las islas e islotes cercanos al mismo. Estas
líneas no siguen la línea de la costa sino la dirección general de ella7.

c) Líneas de base archipelágicas. Son las líneas de base rectas que pueden trazar los
Estados archipelágicos que unen los puntos extremos de las islas y los arrecifes
emergentes más alejados del archipiélago, según el artículo 47 de la Convención del
Mar.8
6
“Salvo disposición en contrario de esta Convención, la línea de base normal para medir la anchura del mar
territorial es la línea de bajamar a lo largo de la costa, tal como aparece marcada mediante el signo apropiado
en cartas a gran escala reconocidas oficialmente por el Estado ribereño.” (art. 5° CONVEMAR)
7
Art. 5° Convemar: “Líneas de base rectas: En los lugares en que la costa tenga profundas aberturas y
escotaduras o en los que haya una franja de islas a lo largo de la costa situada en su proximidad inmediata,
puede adoptarse, como método para trazar la línea de base desde la que ha de medirse el mar territorial, el
de líneas de base rectas que unan los puntos apropiados.
En los casos en que, por la existencia de un delta y de otros accidentes naturales, la línea de la costa sea
muy inestable, los puntos apropiados pueden elegirse a lo largo de la línea de bajamar más alejada mar
afuera y, aunque la línea de bajamar retroceda ulteriormente, las líneas de base rectas seguirán en vigor
hasta que las modifique el Estado ribereño de conformidad con esta Convención.
El trazado de las líneas de base rectas no debe apartarse de una manera apreciable de la dirección general
de la costa, y las zonas de mar situadas del lado de tierra de esas líneas han de estar suficientemente
vinculadas al dominio terrestre para estar sometidas al régimen de las aguas interiores.
Las líneas de base recta no se trazarán hacia ni desde elevaciones que emerjan en bajamar, a menos que se
hayan construido sobre ellas faros o instalaciones análogas que se encuentren constantemente sobre el nivel
del agua, o que el trazado de líneas de base hacia o desde elevaciones que emerjan en bajamar haya sido
objeto de un reconocimiento internacional general.
Cuando el método de líneas de base rectas sea aplicable según el párrafo 1, al trazar determinadas líneas de
base podrán tenerse en cuenta los intereses económicos propios de la región de que se trate cuya realidad e
importancia estén claramente demostradas por un uso prolongado.
El sistema de líneas de base rectas no puede ser aplicada por un Estado de forma que aísle el mar territorial
de otro Estado de la alta mar o de una zona económica exclusiva.
8
ARTICULO 47
Líneas de base archipelágicas
Los Estados archipelágicos podrán trazar líneas de base archipelágicas rectas que unan los puntos extremos
de las islas y los arrecifes emergentes más alejados del archipiélago, a condición de que dentro de tales
líneas de base queden comprendidas las principales islas y un área en la que la relación entre la superficie
marítima y la superficie terrestre, incluidos los atolones, sea entre 1 a 1 y 9 a 1.
La longitud de tales líneas de base no excederá de 100 millas marinas; no obstante, hasta un 3% del número
total de líneas de base que encierren un archipiélago podrá exceder de esa longitud, hasta un máximo de 125
millas marinas.
El trazado de tales líneas de base no se desviará apreciablemente de la configuración general del
archipiélago. 9
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Definidas las Líneas de base, debemos desarrollar los diferentes espacios


marítimos:

1.- El Mar Territorial

Corresponde a aquella franja de mar donde el Estado ribereño ejerce soberanía.


La Convención de Jamaica establece que todo Estado tiene derecho a establecer
la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas
medidas a partir de sus líneas de base9.
La línea exterior del mar territorial debe ser, por lo tanto, equidistante de las líneas
de base.
En el caso chileno, el art. 593 del Código Civil establece que el mar territorial
tendrá una extensión de 12 millas marinas contadas desde las líneas de base.
El mar territorial del Estado ribereño está sometido a la soberanía de éste, la cual
se extiende además, al lecho de dicho mar, a su subsuelo y al espacio aéreo que lo cubre.
Además, este Estado tiene el derecho a reservar para sus nacionales, la actividad de
cabotaje, esto es, el transporte marítimo entre puntos de su litoral. También cuenta con
independencia para regular el derecho exclusivo de pesca y explotación de recursos

Tales líneas de base no se trazarán hacia elevaciones que emerjan en bajamar, ni a partir de éstas, a menos
que se hayan construido en ellas faros o instalaciones análogas que estén permanentemente sobre el nivel
del mar, o que la elevación que emerja en bajamar esté situada total o parcialmente a una distancia de la isla
más próxima que no exceda de la anchura del mar territorial.
Los Estados archipelágicos no aplicarán el sistema de tales líneas de base de forma que aísle de la alta mar o
de la zona económica exclusiva el mar territorial de otro Estado.
Si una parte de las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico estuviere situada entre dos partes de un
Estado vecino inmediatamente adyacente, se mantendrán y respetarán los derechos existentes y
cualesquiera otros intereses legítimos que este último Estado haya ejercido tradicionalmente en tales aguas y
todos los derechos estipulados en acuerdos entre ambos Estados.
A los efectos de calcular la relación entre agua y tierra a que se refiere el párrafo 1, las superficies terrestres
podrán incluir aguas situadas en el interior de las cadenas de arrecifes de islas y atolones, incluida la parte
acantilada de una plataforma oceánica que esté encerrada o casi encerrada por una cadena de islas
calcáreas y de arrecifes emergentes situados en el perímetro de la plataforma.
Las líneas de base trazadas de conformidad con este artículo figurarán en cartas a escala o escalas
adecuadas para precisar su ubicación. Esas cartas podrán ser sustituidas por listas de coordenadas
geográficas de puntos en cada una de las cuales se indique específicamente el datum geodésico.
Los Estados archipelágicos darán la debida publicidad a tales cartas o listas de coordenadas geográficas y
depositarán un ejemplar de cada una de ellas en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
9
ARTICULO 3 
Anchura del mar territorial
Todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12
millas marinas medidas a partir de líneas de base determinadas de conformidad con esta Convención.
10
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naturales.
La principal limitación del ejercicio de la soberanía en el mar territorial es el
llamado “derecho de paso inocente”10. Este derecho consiste en que los barcos de
todos los Estados pueden navegar por el mar territorial de otro, siempre que se trate de un
paso rápido y sin detenciones. Se requiere además que el paso no sea perjudicial para la
paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño (un ejemplo de paso no inocente
sería realizar actividades de pesca, o contaminar).
Por lo tanto, para poder invocar este derecho, se requiere de las siguientes
condiciones:
(1) Debe tratarse de un “paso”, entendiendo por tal, a) atravesar dicho mar sin penetrar en
las aguas interiores ni hacer escala en una rada o en una instalación portuaria ubicada
fuera de las aguas interiores; y b) dirigirse hacia las aguas interiores o salir de ellas, o
hacer escala en una de esas radas o instalaciones portuarias o salir de ellas.
(2) El paso debe ser “inocente”. Según el art. 19 de la Convemar “El paso es inocente
mientras no sea perjudicial para la paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño.
Ese paso se efectuará con arreglo a esta Convención y otras normas de derecho
internacional11.”
(3) El paso debe ser rápido e ininterrumpido. No obstante, el paso comprende la
detención y el fondeo, pero sólo en la medida en que constituyan incidentes normales de
la navegación o sean impuestos al buque por fuerza mayor o dificultad grave o se realicen
con el fin de prestar auxilio a personas, buques o aeronaves en peligro o en dificultad
grave.

10
Art. 17 y siguientes de la CONVEMAR.

11
El mismo artículo señala en qué casos se considerará que el paso de un buque extranjero es perjudicial
para la paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño. Será así si ese buque realiza, en el mar
territorial, alguna de las actividades que se indican a continuación: a) Cualquier amenaza o uso de la fuerza
contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política del Estado ribereño o que de cualquier
otra forma viole los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas; b)
Cualquier ejercicio o práctica con armas de cualquier clase; c) Cualquier acto destinado a obtener información
en perjuicio de la defensa o la seguridad del Estado ribereño; d) Cualquier acto de propaganda destinado a
atentar contra la defensa o la seguridad del Estado ribereño; e) El lanzamiento, recepción o embarque de
aeronaves; f) El lanzamiento, recepción o embarque de dispositivos militares; g) El embarco o desembarco de
cualquier producto, moneda o persona, en contravención de las leyes y reglamentos aduaneros, fiscales de
inmigración o sanitarios del Estado ribereño; h) Cualquier acto de contaminación intencional y grave contrario
a esta Convención; i) Cualesquiera actividades de pesca; j) La realización de actividades de investigación o
levantamientos hidrográficos; k) Cualquier acto dirigido a perturbar los sistemas de comunicaciones o
cualesquiera otros servicios o instalaciones del Estado ribereño; l) Cualesquiera otras actividades que no
estén directamente relacionadas con el paso
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(4) Los submarinos deberán navegar en la superficie y enarbolando su pabellón.

2.- La Zona Contigua

De acuerdo al art. 33 de la Convemar, la zona contigua no podrá extenderse más


allá de 24 millas marinas contadas desde la línea de base.
En esta zona el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización
necesarias para:

a) Prevenir las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de


inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar territorial;
b) Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su
territorio o en su mar territorial.

Cabe hacer notar, finalmente que de acuerdo al ya citado art. 593 del Código
Civil chileno: "El mar adyacente, hasta la distancia de doce millas marinas medidas
desde las respectivas líneas de base, es mar territorial y de dominio nacional. Pero, para
objetos concernientes a la prevención y sanción de las infracciones de sus leyes y
reglamentos aduaneros, fiscales, de inmigración o sanitarios, el Estado ejerce jurisdicción
sobre un espacio marítimo denominado zona contigua, que se extiende hasta la distancia
de veinticuatro millas marinas, medidas de la misma manera".

3.- La Zona Económica Exclusiva

De acuerdo al art. 55 de la Convemar, la zona económica exclusiva es un área


situada más allá del mar territorial adyacente a éste, sujeta al régimen jurídico específico
establecido en esta parte de acuerdo con el cual los derechos y la jurisdicción del Estado
ribereño y los derechos y libertades de los demás Estados se rigen por las disposiciones
pertinentes de esta Convención.
El art. 56 en tanto, establece que en la zona económica exclusiva, el Estado
ribereño tiene:

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a) Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación, conservación y


administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos de las aguas
suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar, y con respecto a otras
actividades con miras a la exploración y explotación económica de la zona, tal como la
producción de energía derivada del agua de las corrientes y de los vientos;

b) Jurisdicción, con arreglo a las disposiciones pertinentes de esta Convención, con


respecto a:

i) El establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y estructuras;

ii) La investigación científica marina;

iii) La protección y preservación del medio marino;

c) Otros derechos y deberes previstos en esta Convención.

Los demás Estados, por lo tanto, podrán ejercer una serie de derechos en esta
ZEE, tales como: (1) la libertad de navegación y sobrevuelo; (2) la libertad para tender
cables y tuberías; (3) parte de la doctrina establece que también puede realizarse
“maniobras navales”; (4) soberanía sobre los buques que enarbolen su bandera, salvo en
lo que respecta a la violación de los derechos que otorga la ZEE a los estados ribereños
(exploración, explotación de recursos, etc)

4.- El alta mar

Conforme al art. 55 de la Convemar, el alta mar corresponde a todas las partes del
mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas
interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico.
El alta mar no es susceptible de apropiación, sino que está reservada para fines
exclusivamente pacíficos y todos los Estados tienen en ella iguales derechos.
Las principales características de este espacio marítimo son las siguientes:

1. Existe libertad de navegación y sobrevuelo.


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2. Existe libertad para tender cables y tuberías submarinas.


3. Existe libertad para crear islas artificiales.
4. Existe libertad de pesca.
5. Existe Libertad científica
6. Sólo puede utilizarse para fines pacíficos

 La Plataforma Continental

En 1945 el presidente norteamericano H. Truman, y en 1952 el chileno González


Videla, expresaron una idea similar: que la plataforma submarina de alta mar, pero
inmediatamente contigua a las costas norteamericanas y chilenas respectivamente,
quedaban bajo jurisdicción de estos respectivos Estados, aun cuando el mar que lo cubría
fuera considerada alta mar.
La diferencia entre ambas declaraciones fue que en el caso de González Videla,
expresó además que se reivindicaban como propios de Chile todos los recursos que se
ubicaran en el zócalo (o plataforma) continental.
Finalmente, la Convención del Mar resuelve también este asunto.
El art. 76 de la Convemar define a la Plataforma Continental, indicando que “La
plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las
áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la
prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien
hasta una distancia de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de
las cuales se mide la anchura del mar territorial, en los casos en fue el borde exterior del
margen continental no llegue a esa distancia.”
Por lo tanto, si físicamente la plataforma tiene una anchura inferior a 200 millas
marinas, entonces jurídicamente tendrá una extensión de 200 millas marinas, pero si es
superior a dicha distancia, se extenderá a todo lo que geográficamente sea plataforma.
De esta forma se trata de paliar la situación en la que se encuentran los países
con costas pacíficas, cuyo desnivel es abrupto en lo que se refiere a descenso frente a las
costas. Así, por ejemplo, Chile que geográficamente tiene una plataforma muy reducida,
jurídicamente se la da una extensión bastante mayor: 200 millas marinas.
Por el contrario, en lo relativo al territorio insular chileno, nuestro país declaró
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formalmente en 1985 que la plataforma continental de las Islas de Pascua y Sala y Gómez
se extenderá por 350 millas marinas. Esto, por cuanto son territorios que se establecen en
un área de crestas submarinas, las cuales se caracterizan porque la explanada bajo el
mar es bastante amplia.
El Estado ribereño de la Plataforma Continental podrá ejercer soberanía en lo que
se refiere a la exploración y explotación de recursos naturales.
Cabe señalar finalmente, que el suelo y subsuelo marino que no se encuentre bajo
ningún tipo de jurisdicción estatal (o sea, que no esté bajo aguas interiores, territoriales, o
que no corresponda a plataforma continental), lleva el nombre de “la zona”. Este espacio
será administrado por un organismo internacional denominado La Autoridad Marítima,
con sede en Kingston, Jamaica, y a nombre de toda la humanidad.

III. El Dominio Fluvial y Lacustre


(Los Ríos Internacionales - Los Canales Internacionales –
Los Lagos Internacionales)

 Los Ríos Internacionales

15
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009

Claramente, cuando un río nace y muere dentro de un mismo territorio, poca o


nula importancia tiene para el derecho internacional, y forma parte de las llamadas aguas
interiores, junto con los lagos y mares nacionales, y el espacio marítimo que se
encuentra dentro de las líneas de base.
Sin embargo, es un caso diferente cuando se trata de los llamados ríos
internacionales.
Pero, ¿cuáles son estos ríos internacionales?
a) Según Charles Rousseau, son internacionales solamente los ríos navegables.
b) Sin embargo, con el tiempo, la doctrina también ha incluido a los ríos que atraviesan
dos o más Estados (ríos sucesivos)
c) Finalmente, también son considerados ríos internacionales, los ríos fronterizos, o
sea, los que dividen dos territorios estatales diferentes.

Uno de los temas más álgidos en materia de ríos internacionales es aquél que se
relaciona con el uso o aprovechamiento de las aguas. Al respecto, podemos indicar que
se han elaborado tres doctrinas diferentes, a saber12:
- Principio de la soberanía absoluta: Un Estado puede disponer libremente de las
aguas que atraviesan su territorio, e incluso puede impedir el libre curso continuo de
otros países.
- Principio de la integridad territorial absoluta: Un Estado tiene derecho a pedir el
curso de las aguas provenientes de otros países, pero no puede impedir o restringir
las mismas, cuando se dirijan a otros países.
- Principio de la comunidad de aguas. Los derechos corresponden a cada ribereño
en su cuota correspondiente, de modo tal que ningún Estado puede disponer de las
aguas, sino en su cuota correspondiente o con el acuerdo de los demás Estados
ribereños.
Se ha agregado también algunos sistemas mixtos que intentan combinar o
adecuar estos principios en un solo modelo.
Interpretando al profesor Llanos13, quien no se inclina manifiestamente por una de
todas estas alternativas, debemos asumir que el modelo que según él “ha sido recogido
por la doctrina moderna” es el de la Comunidad de Aguas, ya que, apoyándose en lo

12
GAMBOA SERAZZI, op. cit. Pág 534
13
LLANOS MANSILLA, op. cit. Pág 252 16
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establecido por la Internacional Law Association en sus Reglas de Helsinski, y en lo


escrito por Sir Humphrey Waldock, “cada Estado de una hoya hidrográfica tiene derecho
dentro de su territorio, a una parte equitativa y razonable de los usos de una hoya de agua
internacional”. Además, citando a Waldock resume en tres, los principios básicos relativos
al uso de las aguas de ríos internacionales:
1. Los Estados ribereños de un mismo río tienen derecho a que éste sea
considerado como un solo todo, y por lo tanto, que las decisiones que se
adopten por parte de cualquiera de aquellos tomen en consideraciones los
intereses de los demás.
2. En principio, cada Estado tiene derecho a hacer el máximo uso de las aguas
dentro de su territorio, pero siempre respetando el derecho de los demás
Estados ribereños.
3. Si estos usos entraran en conflicto, entonces debe resolverse teniendo en
cuenta que cada Estado tiene derecho a una proporción equitativa de los
beneficios del sistema fluvial (río) en proporción a sus necesidades y a la luz
de todas las circunstancias propias del sistema fluvial.

Nuestra visión, no comparte en su totalidad la propuesta por los anteriores autores,


ya que creemos que el principio que debiera aplicarse sin lugar a dudas es el mismo que
debe implementarse en los ámbitos nacionales, como es el del Manejo Integrado de
Cuencas. Este sistema se sustenta en la idea que ningún uso es adecuado si no toma en
consideración al río en su conjunto, y que tome en consideración no solo las necesidades
circunstanciales de los beneficiados por las aguas, sino que además deben respetarse los
derechos de cada uno de los titulares de derechos, así como el patrimonio ambiental en
una visión de futuro. Ello involucra la interacción además, entre gobernantes y
gobernados de todos los Estados participantes, los cuales mediante procesos
esencialmente participativos deben resolver el correcto uso de las aguas sobre la base de
un desarrollo sustentable, el cual en caso alguno puede dejarse afuera en la correcta
decisión.
Lamentablemente, hasta la fecha, no se cuenta con un ordenamiento codificado de
la situación de los ríos internacionales, sino que sólo hay una regulación consuetudinaria
o bien, a través de acuerdos bilaterales (o multilaterales muy reducidos, como el Tratado
17
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de Brasilia de 1978 sobre cooperación amazónica).


Sin embargo, debemos dejar constancia que actualmente se cuenta con una
convención internacional que codifica sólo una parte de la materia, como es la
Convención de las Naciones Unidas de los Cursos de Aguas Internacionales para
fines distintos de la navegación de 1997.

 Los Canales Internacionales

Son vías artificiales de agua, y que unen ríos o mares diferentes. Los casos más
notables son los del Canal de Suez (Mar Mediterráneo – Mar Rojo) y el de Panamá
(Océano Pacífico – Océano Atlántico).
Al igual que en el caso anterior, no existe una Convención Internacional única que
codifique el uso de los canales internacionales.
Sin embargo, destaca notablemente la Convención de Constantinopla, tratado
internacional firmado en 1888 por Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia, Turquía,
Austria-Hungría, España, Países Bajos e Italia en dicha ciudad por el que se estableció el
uso libre del paso del Canal de Suez, tanto en tiempo de paz como de guerra y para todo
tipo de buques, se prohibió el bloqueo del canal y la zona o área alrededor del mismo que
quedaba sujeta al mismo.
En virtud de este tratado, se fijaron algunos principios básicos, como que debía
respetarse: (a) la libertad de navegación por el canal, en época de paz y guerra, para
barcos mercantes y de guerra; y (b) la neutralización del canal, sin que puedan actos de
guerra en él. Más tarde, sin embargo, Egipto nacionalizaría el Canal de Suez (1956)
mediante la nacionalización, a su vez, de la empresa extranjera que lo administraba, lo
cual originó una intervención de fuerzas franco-inglesas. Egipto, sin embargo emitió una
declaración unilateral en 1957 donde respetó los principios de Constantinopla antes
planteados.
En la actualidad, Panamá ejerce soberanía absoluta respecto del canal ubicado en
su territorio, luego que en 1999, Estados Unidos devolviera su administración, la cual
había ejercido desde la construcción del mismo, en 1914.

 Los Lagos Internacionales

18
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Si bien geográficamente son un fenómeno diferente al de los ríos, tiene un


tratamiento similar, ya que los problemas que suscitan el uso de sus aguas, no ha sido
resuelto aún.
Debemos indicar que los lagos son internacionales cuando sus riberas
corresponden a territorios de diferentes Estados.
Los lagos pueden ser abiertos o cerrados, según si tienen comunicación o no con
el alta mar.
Los asuntos específicos respectos de los lagos internacionales han sido resueltos
por los países ribereños por medio de tratados locales, bi o multilaterales según sea el
caso.

IV. El Dominio Polar 14


(El Ártico – La Antártida)

 El Ártico

Se considera que forma parte del círculo polar ártico, todo aquello que se
encuentre al norte de los 66 grados, treinta minutos de latitud norte.
A diferencia de la Antártida, que es un continente cubierto por hielos, el Ártico es
mayoritariamente hielo, sin sustento terrestre.
Sin embargo, las zonas terrestres forman parte de los territorios de los países
circundantes, como son Estados Unidos, Canadá, Islandia, Suecia, Noruega, Finlandia,
Dinamarca y Rusia15.
No han sido resueltas aun algunas demandas estatales, como la rusa y la
canadiense, en orden a reivindicar para sí, ciertas zonas del Ártico, invocando la “teoría de
los sectores”.
Han existido sin embargo, notables esfuerzos de los Estados circundantes, así
como de instituciones privadas (ONG’s) en orden a investigar y a proteger el ecosistema
que se ubica en esta zona del mundo, el Comité Internacional de Ciencias Árticas que es
una organización no gubernamental, y el Consejo Nórdico formado por los Estados de
Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia y Dinamarca.

14
En atención a que no se cuenta con una regulación codificada sobre el dominio respecto de los territorios
polares, simplemente, revisaremos la situación de ambos polos.
15
Benadava agrega además a Irlanda. 19
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 La Antártida

Tampoco han sido resueltas totalmente las reivindicaciones territoriales formuladas


por los Estados que, por estar próximos a este continente, alegan ciertos derechos
soberanos.
Tal es el caso de Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelanda.
A ellos se le suman otros Estados que, aun sin tener cercanía con estas tierras,
han hecho descubrimientos y conquistas importantes como Noruega y Reino Unido.
Además, existen bases de países tan disímiles como Brasil, Perú, Japón, India,
Polonia o Estados Unidos. Este último si bien no ha solicitado para sí, una parte del
territorio antártico, tampoco ha admitido el dominio de quienes sí lo han hecho.
Gran Bretaña demandó en 1955 a Chile y Argentina ante la Corte Internacional de
Justicia, con el objeto que se le reconociera dominio sobre vastas zonas del territorio
antártico ocupado por esos países sudamericanos; sin embargo a la fecha, los
demandados no habían reconocido competencia a dicho tribunal, por lo que el juicio no
pudo desarrollarse.
En 1959 se firma el Tratado Antártico en la ciudad de Washington, entre Chile,
Australia, Bélgica, Argentina, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, URSS
(sustituida por Rusia), Reino Unido y Estados Unidos. Más tarde se adhirieron otros
Estados. En esta convención, se adoptan algunos interesantes acuerdos:
- La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos, quedando prohibidas la
explosión nuclear y el depósito de desechos radiactivos.
- Habrá intercambio de proyectos, personal y resultados científicos entre las partes,
con el objeto de promover la cooperación en científica.
- Realizar periódicas reuniones consultivas entre los representantes de los diferentes
Estados, para intercambiar observaciones y hacerse recomendaciones recíprocas.
- No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en este continente, ni se
ampliarán las reclamaciones anteriores mientras el Tratado se encuentre vigente.
- Al cumplirse 30 años de su entrada en vigencia, los Estados podrán solicitar que se
cite a una conferencia para realizar una revisión de las normas, lo que no se ha
hecho, a pesar que esos 30 años se cumplieron en 1991.

20
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Entre las reuniones consultivas más relevantes que se han celebrado a propósito
del Tratado Antártico, destacan la de Canberra de 1980, en la que se adoptó la
Convención sobre Conservación de recursos vivos marinos antárticos; y la de Madrid de
1991, en el que se acordó el Protocolo del Tratado Antártico sobre conservación del Medio
Ambiente, en el cual además se le otorga a la Antártida la calidad de “reserva natural
consagrada a la paz y a la ciencia”, prohibiéndose la explotación de recursos minerales
durante 50 años.

V. El Dominio Aéreo y Espacial


(El Dominio Aéreo – El Dominio Espacial)

 El Dominio Aéreo

Como dijimos anteriormente, forma parte del territorio de cada Estado, el espacio
aéreo que cubre el territorio terrestre, las aguas interiores y el mar territorial.
Los primeros antecedentes en la regulación del dominio aéreo son: el Tratado
francogermánico de 1919 y la Convención de París de 1919.
En la actualidad, el Tratado más importante en esta materia es la Convención de
Chicago de 1944 (y que entró en vigencia tres años después), denominada Conferencia
Internacional de Aviación Civil16.
Dentro de las características más relevantes de este Tratado, son:

- Se establece la soberanía completa y exclusiva de cada Estado sobre el espacio


aéreo situado encima de su territorio, incluido el mar territorial.
- Se establecen las llamadas cinco libertades: (1) derecho de sobrevuelo sobre
territorio de los Estados contratantes sin aterrizar; (2) derecho a aterrizar para fines
no comerciales (ej: reparaciones); (3) derecho a desembarcar pasajeros, carga y
correo, tomados en el Estado cuya nacionalidad posee la nave; (4) derecho a tomar
pasajeros, carga y correo, destinados al Estado cuya nacionalidad posee la nave; y
(5) derecho a tomar pasajeros, carga y correo destinados al territorio de cualquier otro
Estado contratante y poder desembarcar los procedentes de cualquiera de dichos
tratados.
- De las cinco libertades anteriores, las dos primeras son libertades elementales, y las

16
Vigente en Chile desde 1957 21
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tres siguientes son comerciales. Las primeras son necesarias, las demás pueden
adoptarse o no entre los Estados, siempre que exista además un acuerdo de tráfico
entre los interesados.
- En 1999, por enmienda, se agregó una sexta libertad (también comercial): (6) el
derecho a tomar pasajeros, carga y correo en un tercer país, pasar por el país de la
nacionalidad de la nave y terminar en un tercer país parte.
- Se permite a los Estados, que reserven para sí o para sus nacionales, las actividades
de cabotaje.
- Las libertades antes mencionadas sólo se conceden a las aeronaves civiles y no a las
estatales (militares, aduaneras, policiales).

Otro tema de interés entre los Estados, en materia aérea ha sido el combate
contra la piratería aérea. Al respecto, se han celebrado varias convenciones:
- Convenio sobre las infracciones y ciertos actos cometidos a bordo de las aeronaves,
de Tokio (1963).
- Convenio para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, de La Haya
(1970).
- Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil, de
Montreal (1971)
- Protocolo de Montreal para la represión de actos ilícitos de violencia en los
aeropuertos que presten servicios a la aviación civil internacional, de 1988.
- Convenio de Montreal de 1991, sobre la subida a bordo de explosivos plásticos, con
el propósito de su detección.

 El Dominio Espacial

Finalmente, debemos revisar la situación en la que se encuentra el Espacio


ultraterrestre.
Al respecto, se han vislumbrado diferentes opiniones:
- La soberanía se extiende hasta donde llega la gravedad de la tierra (Kroell).
- Sólo se puede ejercer soberanía hasta donde llegan los vuelos de los aviones: 20 a
25 millas17 (Schachter)

17
Una milla = 1609,344 metros 22
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- Sólo pertenece al Estado, el espacio donde éste pueda ejercer su poder efectivo
(Kovalev y Cheprov)
- La soberanía del Estado se extiende hasta el infinito.

Cabe señalar que Estados Unidos y la entonces Unión Soviética acordaron en


1960, que una nave espacial es toda aquella que sobrevuele una altura de 62 millas.
Las Naciones Unidas ha estado atenta de este tema, y dentro de sus actuaciones,
podemos destacar los siguientes instrumentos:
a) La duodécima Conferencia de la Interamerican Bar Association18, patrocinada
por las Naciones Unidas, se celebró la llamada Carta Magna del Espacio
Interplanetario, dividiendo al espacio sideral en espacio aéreo e interplanetario,
siendo este último un “patrimonio común de la humanidad”.
b) Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en
la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluidos la Luna y otros
cuerpos celestes, de 1967.

En estos y otros documentos de la ONU, se han instaurado los siguientes


principios fundamentales en materia de Dominio Espacial:
1. Libertad de exploración y utilización del espacio ultraterrestre a todos los Estados
sin discriminación.
2. Igualdad en la exploración y utilización en provecho e interés de todos los países,
sea cual fuere el grado de desarrollo económico y científico.
3. Ni el espacio ultraterrstre, ni la Luna19, ni otros cuerpos celestres podrán ser objeto
de apropiación.
4. Utilización para fines pacíficos, ya que se prohíbe la colocación en órbita de armas
nucleares y de otros medios de destrucción masiva.
5. Imputabilidad del Estado por las responsabilidades que se puedan adquirir por los
daños causados desde el espacio sideral.

18
Colegio de Abogados Interamericano
19
En 1953, el abogado chileno Jenaro Gajardo Vera, había registrado la propiedad de la Luna, cancelando
unos 42.000 pesos de la época, lo que obligó al ex presidente estadounidense Richard Nixon a pedirle
permiso para el alunizaje de la Apolo 11 en 1969.
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Otros acuerdos relevantes son el Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de


los astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre de 1967; la
Convención sobre responsabilidad internacional por daños espaciales causados por
objetos espaciales de 1971.

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