Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
IV UNIDAD
EL TERRITORIO Y EL DOMINIO INTERNACIONAL
SUMARIO: I. El territorio; II. El Dominio Marítimo; III. El Dominio Fluvial y Lacustre; IV. El
Dominio Polar; V. El Dominio Aéreo
I. El Territorio
(Concepto y Elementos del Territorio – Límites o Fronteras – Modos de Adquirir)
Ahora bien, en relación con los efectos que nacen del reconocimiento del territorio,
diremos que estos son principalmente de dos clases: una consecuencia positiva, y otra
1
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
negativa:
(a) Consecuencia Positiva: El Estado aplica todo su ordenamiento jurídico sobre
el territorio, puede usarlo e incluso puede disponer de él. El Territorio
constituye en este sentido, el espacio que le permite al Estado, desarrollarse
y ejercer sus poderes.
(b) Consecuencia Negativa: Ningún Estado puede penetrar en el territorio
correspondiente a otro Estado, sin su autorización. En este sentido, el
Territorio viene a ser un espacio inexpugnable, de intimidad del Estado, un
recinto inviolable.
Límites o Fronteras
Podemos decir que, en términos amplios, que todo Estado encuentra separado su
territorio del territorio de otros o de patrimonios comunes a toda la Humanidad, mediante
fronteras, las cuales, a su vez, constituyen los límites del mismo Estado.
La frontera se fija mediante la labor denominada “delimitación”, la cual consta de
tres etapas: (1) la preparación; (2) la delimitación propiamente tal; y (3) la ejecución.
a) Aceptar un límite ya existente, para lo cual nuevamente hay dos opciones: aceptar un
2
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
(2) La delimitación propiamente tal. Consiste en el método jurídico por el cual se adopta
una determinada frontera.
Esta delimitación podrá ser convencional, si es por acuerdo entre las partes por
medio de un Tratado; o bien judicial, si es resuelto por un Tribunal arbitral o Jurisdicción
internacional.
a) La Ocupación. Se trata del acto por el cual un Estado toma posesión de un territorio
que no se halla sometido a soberanía u ocupación de otro Estado.
Es necesario en este caso, que el territorio que se ocupa, no pertenezca a otro
Estado, vale decir, que sea res nullius (cosa de nadie). Por lo tanto, si un espacio es
utilizado por ejemplo por tribus que no están organizadas como Estados, entonces la
ocupación de sus territorios, es lícita.
También es necesario que esta ocupación la haga efectivamente un Estado o que
después éste la reconozca como tal, sin que baste la utilización que pueda realizar un
particular para sus fines privados.
Por último, la ocupación debe ser efectiva, con ánimo de señor y dueño, y no
meramente declarativa. Esta regla sin embargo, se aplica parcialmente en caso de
descubrimientos. En los descubrimientos, se debe dar un plazo prudencial para que el
descubridor tome posesión física y pueda reclamar para sí el territorio, mientras tanto
ningún otro Estado podrá proceder a la ocupación de la misma zona.
Regulación
6
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Desde antiguas épocas, el dominio del mar ha sido un tema de gran discusión
entre los Pueblos.
Ya en la Edad Media Bartolo de Sassoferrato proponía que cada Estado debía
ejercer dominio sobre el mar que estuviera distante a unos 60 o 70 millas marinas 3 de las
costas, que es lo era posible recorrer en dos días de navegación.
En el Siglo XVIII, Hugo Grocio postula, por su parte, que los mares eran libres y
que sobre él, todos los pueblos tienen derecho, en franca oposición a la doctrina inglesa,
la cual estimaba que los mares eran res nullius y por lo tanto susceptible de apropiación
por parte de los Estados.
En 1702, Binkershoek opinó que los Estados ribereños debían tener una franja de
mar ya que de esa forma podían mantener la seguridad en sus costas. Por lo mismo,
propuso que esta franja debía tener la extensión de lo que alcanzara una bala de cañón
lanzada desde el litoral.
Galiani, más adelante, indica que esta franja debería ser de 3 millas marinas que
es lo que recorre una bala de cañón en esa época.
En dos Conferencias celebradas en Ginebra (1958 y 1960), tres Estados
sudamericanos (Chile, Perú y Ecuador) exponen unilateralmente primero (1947), pero a
través de un tratado después (de Santiago de 1952), que la soberanía sobre las aguas, el
lecho y sublecho marinos se ejercería hasta una distancia de 209 millas marinas medidas
desde la costa. Esta postura no fue acogida por los demás países.
Si bien en las Conferencias mencionadas, se celebraron algunas convenciones
sobre derecho del mar4, ellas no resolvieron el tema de la anchura que debía tener el mar
territorial, y además, no fue ratificada por los Estados que adquirieron independencia
después de 1960, los cuales triplicó el número de miembros de las Naciones Unidas.
Paralelamente a ello, además, muchos países comenzaron a incorporar a sus
normas internas, el criterio de las 200 millas marinas, como zona donde el Estado ribereño
podía ejercer determinados actos de jurisdicción o soberanía.
En ese contexto, finalmente, luego de varias instancias preparatorias, en 1982
tiene lugar la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en la
cual se acordó la Nueva Convención sobre Derecho del Mar (o de Montego Bay,
3
Una milla marina = 1.852 metros.
4
Convención sobre Alta Mar (vigente desde 1962), sobre Plataforma Continental (vigente desde 1964), sobre
Mar territorial y zona contigua (vigente desde 1964) y sobe Pesca y Conservación de los Recursos Vivos
(vigente desde 1966). 7
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Jamaica).
Citando al profesor Fernando Gamboa5, podemos señalar que las principales
características de esta Convención son los siguientes:
1. Se resuelve finalmente la disputa acerca de la extensión de los diferentes
espacios marítimos.
2. Promueve el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional al lograr un
entendimiento sobre los límites de los diferentes espacios marítimos.
3. Se consagra la libre navegación y sobresuelo en la Zona Económica Exclusiva
(ZEE).
4. Se consagra también la conservación y utilización óptima de los recursos vivos
en la ZEE.
5. Se establecen normas relativas a la Contaminación del medio marino.
6. Se regula la investigación científica de la ZEE y de la plataforma continental.
7. se establece la obligatoriedad de medios pacíficos de solución de
controversias.
8. Los recursos del fondo marino constituyen un Patrimonio Común de la
Humanidad que deben repartirse equitativamente.
9. Se otorgan facilidades y derechos a algunos Estados en situación excepcional,
geografía desventajosa o sin litoral, dándole acceso a las ZEE de Estados
vecinos.
Para definir los diferentes espacios marítimos, debiéramos consignar que ellos,
según la Convención de Jamaica de 1982, ellos tienen en consideración o se cuentan
desde las llamadas “líneas de base”. Para fijar estas líneas de base, debemos distinguir
tres circunstancias diferentes:
5
GAMBOA SERAZZI, FERNANDO y FERNÁNDEZ UNDURRAGA, MACARENA (2006): “Tratado de Derecho
Internacional Público y Derecho de Integración”, Editorial
8 Lexis Nexis, Santiago de Chile, pag. 489
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
c) Líneas de base archipelágicas. Son las líneas de base rectas que pueden trazar los
Estados archipelágicos que unen los puntos extremos de las islas y los arrecifes
emergentes más alejados del archipiélago, según el artículo 47 de la Convención del
Mar.8
6
“Salvo disposición en contrario de esta Convención, la línea de base normal para medir la anchura del mar
territorial es la línea de bajamar a lo largo de la costa, tal como aparece marcada mediante el signo apropiado
en cartas a gran escala reconocidas oficialmente por el Estado ribereño.” (art. 5° CONVEMAR)
7
Art. 5° Convemar: “Líneas de base rectas: En los lugares en que la costa tenga profundas aberturas y
escotaduras o en los que haya una franja de islas a lo largo de la costa situada en su proximidad inmediata,
puede adoptarse, como método para trazar la línea de base desde la que ha de medirse el mar territorial, el
de líneas de base rectas que unan los puntos apropiados.
En los casos en que, por la existencia de un delta y de otros accidentes naturales, la línea de la costa sea
muy inestable, los puntos apropiados pueden elegirse a lo largo de la línea de bajamar más alejada mar
afuera y, aunque la línea de bajamar retroceda ulteriormente, las líneas de base rectas seguirán en vigor
hasta que las modifique el Estado ribereño de conformidad con esta Convención.
El trazado de las líneas de base rectas no debe apartarse de una manera apreciable de la dirección general
de la costa, y las zonas de mar situadas del lado de tierra de esas líneas han de estar suficientemente
vinculadas al dominio terrestre para estar sometidas al régimen de las aguas interiores.
Las líneas de base recta no se trazarán hacia ni desde elevaciones que emerjan en bajamar, a menos que se
hayan construido sobre ellas faros o instalaciones análogas que se encuentren constantemente sobre el nivel
del agua, o que el trazado de líneas de base hacia o desde elevaciones que emerjan en bajamar haya sido
objeto de un reconocimiento internacional general.
Cuando el método de líneas de base rectas sea aplicable según el párrafo 1, al trazar determinadas líneas de
base podrán tenerse en cuenta los intereses económicos propios de la región de que se trate cuya realidad e
importancia estén claramente demostradas por un uso prolongado.
El sistema de líneas de base rectas no puede ser aplicada por un Estado de forma que aísle el mar territorial
de otro Estado de la alta mar o de una zona económica exclusiva.
8
ARTICULO 47
Líneas de base archipelágicas
Los Estados archipelágicos podrán trazar líneas de base archipelágicas rectas que unan los puntos extremos
de las islas y los arrecifes emergentes más alejados del archipiélago, a condición de que dentro de tales
líneas de base queden comprendidas las principales islas y un área en la que la relación entre la superficie
marítima y la superficie terrestre, incluidos los atolones, sea entre 1 a 1 y 9 a 1.
La longitud de tales líneas de base no excederá de 100 millas marinas; no obstante, hasta un 3% del número
total de líneas de base que encierren un archipiélago podrá exceder de esa longitud, hasta un máximo de 125
millas marinas.
El trazado de tales líneas de base no se desviará apreciablemente de la configuración general del
archipiélago. 9
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Tales líneas de base no se trazarán hacia elevaciones que emerjan en bajamar, ni a partir de éstas, a menos
que se hayan construido en ellas faros o instalaciones análogas que estén permanentemente sobre el nivel
del mar, o que la elevación que emerja en bajamar esté situada total o parcialmente a una distancia de la isla
más próxima que no exceda de la anchura del mar territorial.
Los Estados archipelágicos no aplicarán el sistema de tales líneas de base de forma que aísle de la alta mar o
de la zona económica exclusiva el mar territorial de otro Estado.
Si una parte de las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico estuviere situada entre dos partes de un
Estado vecino inmediatamente adyacente, se mantendrán y respetarán los derechos existentes y
cualesquiera otros intereses legítimos que este último Estado haya ejercido tradicionalmente en tales aguas y
todos los derechos estipulados en acuerdos entre ambos Estados.
A los efectos de calcular la relación entre agua y tierra a que se refiere el párrafo 1, las superficies terrestres
podrán incluir aguas situadas en el interior de las cadenas de arrecifes de islas y atolones, incluida la parte
acantilada de una plataforma oceánica que esté encerrada o casi encerrada por una cadena de islas
calcáreas y de arrecifes emergentes situados en el perímetro de la plataforma.
Las líneas de base trazadas de conformidad con este artículo figurarán en cartas a escala o escalas
adecuadas para precisar su ubicación. Esas cartas podrán ser sustituidas por listas de coordenadas
geográficas de puntos en cada una de las cuales se indique específicamente el datum geodésico.
Los Estados archipelágicos darán la debida publicidad a tales cartas o listas de coordenadas geográficas y
depositarán un ejemplar de cada una de ellas en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
9
ARTICULO 3
Anchura del mar territorial
Todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12
millas marinas medidas a partir de líneas de base determinadas de conformidad con esta Convención.
10
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
naturales.
La principal limitación del ejercicio de la soberanía en el mar territorial es el
llamado “derecho de paso inocente”10. Este derecho consiste en que los barcos de
todos los Estados pueden navegar por el mar territorial de otro, siempre que se trate de un
paso rápido y sin detenciones. Se requiere además que el paso no sea perjudicial para la
paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño (un ejemplo de paso no inocente
sería realizar actividades de pesca, o contaminar).
Por lo tanto, para poder invocar este derecho, se requiere de las siguientes
condiciones:
(1) Debe tratarse de un “paso”, entendiendo por tal, a) atravesar dicho mar sin penetrar en
las aguas interiores ni hacer escala en una rada o en una instalación portuaria ubicada
fuera de las aguas interiores; y b) dirigirse hacia las aguas interiores o salir de ellas, o
hacer escala en una de esas radas o instalaciones portuarias o salir de ellas.
(2) El paso debe ser “inocente”. Según el art. 19 de la Convemar “El paso es inocente
mientras no sea perjudicial para la paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño.
Ese paso se efectuará con arreglo a esta Convención y otras normas de derecho
internacional11.”
(3) El paso debe ser rápido e ininterrumpido. No obstante, el paso comprende la
detención y el fondeo, pero sólo en la medida en que constituyan incidentes normales de
la navegación o sean impuestos al buque por fuerza mayor o dificultad grave o se realicen
con el fin de prestar auxilio a personas, buques o aeronaves en peligro o en dificultad
grave.
10
Art. 17 y siguientes de la CONVEMAR.
11
El mismo artículo señala en qué casos se considerará que el paso de un buque extranjero es perjudicial
para la paz, el buen orden o la seguridad del Estado ribereño. Será así si ese buque realiza, en el mar
territorial, alguna de las actividades que se indican a continuación: a) Cualquier amenaza o uso de la fuerza
contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política del Estado ribereño o que de cualquier
otra forma viole los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas; b)
Cualquier ejercicio o práctica con armas de cualquier clase; c) Cualquier acto destinado a obtener información
en perjuicio de la defensa o la seguridad del Estado ribereño; d) Cualquier acto de propaganda destinado a
atentar contra la defensa o la seguridad del Estado ribereño; e) El lanzamiento, recepción o embarque de
aeronaves; f) El lanzamiento, recepción o embarque de dispositivos militares; g) El embarco o desembarco de
cualquier producto, moneda o persona, en contravención de las leyes y reglamentos aduaneros, fiscales de
inmigración o sanitarios del Estado ribereño; h) Cualquier acto de contaminación intencional y grave contrario
a esta Convención; i) Cualesquiera actividades de pesca; j) La realización de actividades de investigación o
levantamientos hidrográficos; k) Cualquier acto dirigido a perturbar los sistemas de comunicaciones o
cualesquiera otros servicios o instalaciones del Estado ribereño; l) Cualesquiera otras actividades que no
estén directamente relacionadas con el paso
11
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Cabe hacer notar, finalmente que de acuerdo al ya citado art. 593 del Código
Civil chileno: "El mar adyacente, hasta la distancia de doce millas marinas medidas
desde las respectivas líneas de base, es mar territorial y de dominio nacional. Pero, para
objetos concernientes a la prevención y sanción de las infracciones de sus leyes y
reglamentos aduaneros, fiscales, de inmigración o sanitarios, el Estado ejerce jurisdicción
sobre un espacio marítimo denominado zona contigua, que se extiende hasta la distancia
de veinticuatro millas marinas, medidas de la misma manera".
12
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Los demás Estados, por lo tanto, podrán ejercer una serie de derechos en esta
ZEE, tales como: (1) la libertad de navegación y sobrevuelo; (2) la libertad para tender
cables y tuberías; (3) parte de la doctrina establece que también puede realizarse
“maniobras navales”; (4) soberanía sobre los buques que enarbolen su bandera, salvo en
lo que respecta a la violación de los derechos que otorga la ZEE a los estados ribereños
(exploración, explotación de recursos, etc)
Conforme al art. 55 de la Convemar, el alta mar corresponde a todas las partes del
mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas
interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico.
El alta mar no es susceptible de apropiación, sino que está reservada para fines
exclusivamente pacíficos y todos los Estados tienen en ella iguales derechos.
Las principales características de este espacio marítimo son las siguientes:
La Plataforma Continental
formalmente en 1985 que la plataforma continental de las Islas de Pascua y Sala y Gómez
se extenderá por 350 millas marinas. Esto, por cuanto son territorios que se establecen en
un área de crestas submarinas, las cuales se caracterizan porque la explanada bajo el
mar es bastante amplia.
El Estado ribereño de la Plataforma Continental podrá ejercer soberanía en lo que
se refiere a la exploración y explotación de recursos naturales.
Cabe señalar finalmente, que el suelo y subsuelo marino que no se encuentre bajo
ningún tipo de jurisdicción estatal (o sea, que no esté bajo aguas interiores, territoriales, o
que no corresponda a plataforma continental), lleva el nombre de “la zona”. Este espacio
será administrado por un organismo internacional denominado La Autoridad Marítima,
con sede en Kingston, Jamaica, y a nombre de toda la humanidad.
15
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Uno de los temas más álgidos en materia de ríos internacionales es aquél que se
relaciona con el uso o aprovechamiento de las aguas. Al respecto, podemos indicar que
se han elaborado tres doctrinas diferentes, a saber12:
- Principio de la soberanía absoluta: Un Estado puede disponer libremente de las
aguas que atraviesan su territorio, e incluso puede impedir el libre curso continuo de
otros países.
- Principio de la integridad territorial absoluta: Un Estado tiene derecho a pedir el
curso de las aguas provenientes de otros países, pero no puede impedir o restringir
las mismas, cuando se dirijan a otros países.
- Principio de la comunidad de aguas. Los derechos corresponden a cada ribereño
en su cuota correspondiente, de modo tal que ningún Estado puede disponer de las
aguas, sino en su cuota correspondiente o con el acuerdo de los demás Estados
ribereños.
Se ha agregado también algunos sistemas mixtos que intentan combinar o
adecuar estos principios en un solo modelo.
Interpretando al profesor Llanos13, quien no se inclina manifiestamente por una de
todas estas alternativas, debemos asumir que el modelo que según él “ha sido recogido
por la doctrina moderna” es el de la Comunidad de Aguas, ya que, apoyándose en lo
12
GAMBOA SERAZZI, op. cit. Pág 534
13
LLANOS MANSILLA, op. cit. Pág 252 16
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Son vías artificiales de agua, y que unen ríos o mares diferentes. Los casos más
notables son los del Canal de Suez (Mar Mediterráneo – Mar Rojo) y el de Panamá
(Océano Pacífico – Océano Atlántico).
Al igual que en el caso anterior, no existe una Convención Internacional única que
codifique el uso de los canales internacionales.
Sin embargo, destaca notablemente la Convención de Constantinopla, tratado
internacional firmado en 1888 por Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia, Turquía,
Austria-Hungría, España, Países Bajos e Italia en dicha ciudad por el que se estableció el
uso libre del paso del Canal de Suez, tanto en tiempo de paz como de guerra y para todo
tipo de buques, se prohibió el bloqueo del canal y la zona o área alrededor del mismo que
quedaba sujeta al mismo.
En virtud de este tratado, se fijaron algunos principios básicos, como que debía
respetarse: (a) la libertad de navegación por el canal, en época de paz y guerra, para
barcos mercantes y de guerra; y (b) la neutralización del canal, sin que puedan actos de
guerra en él. Más tarde, sin embargo, Egipto nacionalizaría el Canal de Suez (1956)
mediante la nacionalización, a su vez, de la empresa extranjera que lo administraba, lo
cual originó una intervención de fuerzas franco-inglesas. Egipto, sin embargo emitió una
declaración unilateral en 1957 donde respetó los principios de Constantinopla antes
planteados.
En la actualidad, Panamá ejerce soberanía absoluta respecto del canal ubicado en
su territorio, luego que en 1999, Estados Unidos devolviera su administración, la cual
había ejercido desde la construcción del mismo, en 1914.
18
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
El Ártico
Se considera que forma parte del círculo polar ártico, todo aquello que se
encuentre al norte de los 66 grados, treinta minutos de latitud norte.
A diferencia de la Antártida, que es un continente cubierto por hielos, el Ártico es
mayoritariamente hielo, sin sustento terrestre.
Sin embargo, las zonas terrestres forman parte de los territorios de los países
circundantes, como son Estados Unidos, Canadá, Islandia, Suecia, Noruega, Finlandia,
Dinamarca y Rusia15.
No han sido resueltas aun algunas demandas estatales, como la rusa y la
canadiense, en orden a reivindicar para sí, ciertas zonas del Ártico, invocando la “teoría de
los sectores”.
Han existido sin embargo, notables esfuerzos de los Estados circundantes, así
como de instituciones privadas (ONG’s) en orden a investigar y a proteger el ecosistema
que se ubica en esta zona del mundo, el Comité Internacional de Ciencias Árticas que es
una organización no gubernamental, y el Consejo Nórdico formado por los Estados de
Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia y Dinamarca.
14
En atención a que no se cuenta con una regulación codificada sobre el dominio respecto de los territorios
polares, simplemente, revisaremos la situación de ambos polos.
15
Benadava agrega además a Irlanda. 19
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
La Antártida
20
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
Entre las reuniones consultivas más relevantes que se han celebrado a propósito
del Tratado Antártico, destacan la de Canberra de 1980, en la que se adoptó la
Convención sobre Conservación de recursos vivos marinos antárticos; y la de Madrid de
1991, en el que se acordó el Protocolo del Tratado Antártico sobre conservación del Medio
Ambiente, en el cual además se le otorga a la Antártida la calidad de “reserva natural
consagrada a la paz y a la ciencia”, prohibiéndose la explotación de recursos minerales
durante 50 años.
El Dominio Aéreo
Como dijimos anteriormente, forma parte del territorio de cada Estado, el espacio
aéreo que cubre el territorio terrestre, las aguas interiores y el mar territorial.
Los primeros antecedentes en la regulación del dominio aéreo son: el Tratado
francogermánico de 1919 y la Convención de París de 1919.
En la actualidad, el Tratado más importante en esta materia es la Convención de
Chicago de 1944 (y que entró en vigencia tres años después), denominada Conferencia
Internacional de Aviación Civil16.
Dentro de las características más relevantes de este Tratado, son:
16
Vigente en Chile desde 1957 21
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
tres siguientes son comerciales. Las primeras son necesarias, las demás pueden
adoptarse o no entre los Estados, siempre que exista además un acuerdo de tráfico
entre los interesados.
- En 1999, por enmienda, se agregó una sexta libertad (también comercial): (6) el
derecho a tomar pasajeros, carga y correo en un tercer país, pasar por el país de la
nacionalidad de la nave y terminar en un tercer país parte.
- Se permite a los Estados, que reserven para sí o para sus nacionales, las actividades
de cabotaje.
- Las libertades antes mencionadas sólo se conceden a las aeronaves civiles y no a las
estatales (militares, aduaneras, policiales).
Otro tema de interés entre los Estados, en materia aérea ha sido el combate
contra la piratería aérea. Al respecto, se han celebrado varias convenciones:
- Convenio sobre las infracciones y ciertos actos cometidos a bordo de las aeronaves,
de Tokio (1963).
- Convenio para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, de La Haya
(1970).
- Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil, de
Montreal (1971)
- Protocolo de Montreal para la represión de actos ilícitos de violencia en los
aeropuertos que presten servicios a la aviación civil internacional, de 1988.
- Convenio de Montreal de 1991, sobre la subida a bordo de explosivos plásticos, con
el propósito de su detección.
El Dominio Espacial
17
Una milla = 1609,344 metros 22
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
- Sólo pertenece al Estado, el espacio donde éste pueda ejercer su poder efectivo
(Kovalev y Cheprov)
- La soberanía del Estado se extiende hasta el infinito.
18
Colegio de Abogados Interamericano
19
En 1953, el abogado chileno Jenaro Gajardo Vera, había registrado la propiedad de la Luna, cancelando
unos 42.000 pesos de la época, lo que obligó al ex presidente estadounidense Richard Nixon a pedirle
permiso para el alunizaje de la Apolo 11 en 1969.
23
Derecho Internacional Público – Universidad de Las Américas - Hugo Tórtora Aravena – 2009
24