Estudiante de Trabajo Social (Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum)
En la película “El Método” de Marcelo Piñeyro se presenta una situación cotidiana
en todas las empresas que por medio de su área de recursos humanos buscan incorporar nuevo personal a sus filas, dicha labor requiere de mucha responsabilidad debido a que el perfil o perfiles de las personas que necesita la organización deben ser acordes a los objetivos empresariales que esta tenga, o que dicha persona sea capaz de adaptarse al cambio y serle de provecho a la compañía. En el transcurso de la película se observa la implementación de una metodología específica para evaluar y seleccionar al personal idóneo para le empresa, el Método Gronholm, el cual sin duda sobrepasaba los principios éticos de las personas, fueron llevados al extremo para alcanzar un objetivo particular sin importar las afectaciones que puedan ocurrirle a los demás que los rodeaban. Se evidencia en la película, al momento en que fueron encerrados los participantes se generó la incertidumbre si era una etapa más del proceso de selección, en efecto lo era, pero desde ese instante se incrementó la competitividad a todo costo y un estado de paranoia generalizada. Pero todo fue con la finalidad de poner a prueba las capacidades esenciales que deben tener en una comunidad, en este caso era la empresa, la capacidad de analizar, colaborar, trabajar en equipo, resolución de conflictos, etc. Importante analizar que durante el transcurso de la prueba fueron dejando a un lado sus principios éticos para sacar provecho de los aspectos negativos de sus contrincantes al puesto, entre las situaciones que ocurren se destaca la necesidad de destapar las verdades de los demás, revelando la personalidad de todos, los secretos que tienen los participantes son develados y de manera sistemáticamente son eliminados de la prueba al no ser aptos de acuerdo al perfil que exige la empresa. Las instancias de alto estrés muestran las capacidades de las personas, el mundo laboral se encuentra lleno de muchas situaciones en las que un profesional debe escoger si atenerse a sus principios éticos o dejarlos a un lado para conseguir un beneficio particular, es un dilema común de nuestra sociedad pero que genera incertidumbre sobre la falta de visión crítica que incida para tomar la decisión correcta.