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Recurso de Casación N°

00661-2016
Expediente N°: 03825-2016-0-5001-SU-PE-01
Exp. Procedente de Piura N° 1444-2012

Sumilla: Téngase presente que en el presente caso existe interés


casatorio y necesidad de desarrollo de doctrina jurisprudencial.

SEÑOR PRESIDENTE DE LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE


SUPREMA DE JUSTICIA:

RAUL PARIONA ARANA, abogado


defensor de LUIS ALBERTO GRANDA
TUME, en el proceso penal seguido en su
contra por presunta complicidad en el delito
de colusión, en supuesto agravio del Estado,
a usted atentamente digo:

I.- PETITORIO
Habiéndose interpuesto recurso de casación excepcional contra la resolución de fecha
06 de junio de 2016, de conformidad con lo previsto en los arts. 414° inc. 1 lit. a), 427°
inc. 4, 429° inc. 3 y 1, y 430° del Código Procesal Penal, y al amparo del irrestricto
derecho de defensa que le asiste a mi patrocinado, consagrado en el artículo 139° inciso
14, de la Constitución Política del Estado; PRESENTO a su Despacho, los
fundamentos fáctico-normativos que sustentan el interés casatorio y la necesidad de
que la Corte Suprema desarrolle doctrina jurisprudencial en torno a:

“Si es necesario acreditar el perjuicio patrimonial como elemento de la


“defraudación” en el delito de colusión desleal, de conformidad con la
modificación del tipo penal previsto en el artículo 1° de la Ley N° 29703,
publicada en 10 de junio de 2011, y vigente hasta el 21 de julio de 2011, así
como, de la necesidad procesal de que dicho perjuicio patrimonial se demuestre
mediante informe pericial o documento similar, y no mediante valoraciones
subjetivas y/o estimatorias del juez”

Al respecto, la citada Resolución incurre en la causal prevista en el artículo 429°


inciso 3 y 1 del Código Procesal Penal: “indebida aplicación y errónea
interpretación de la norma penal que regula el elemento normativo “defraudación”

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en el delito de colusión desleal, previsto en el artículo 1° de la Ley N° 29703,
publicada en 10 de junio de 2011, vigente hasta el 21 de julio de 2011”, [Artículo 384°
del Código Penal, modificado por la Ley N° 29703], así como a la necesidad procesal
de que el “perjuicio patrimonial” se demuestre mediante examen pericial
[vulnerándose lo previsto en el artículo 156° inciso 1 del Código procesal penal: “son
objeto de prueba los hechos que se refieren a la imputación…”; así como, el derecho a
la prueba y principio de imputación necesaria], situación de incertidumbre legal que,
en el presente caso, ha generado la vulnerado la Garantía de Debida Motivación de
las resoluciones judiciales [Artículo 139° inciso 5 de la Constitución Política del
Estado].

En consecuencia, SOLICITAMOS a la Sala de su presidencia, se sirva


DECLARAR BIEN CONCEDIDO LA CASACIÓN INTERPUESTA y
en consecuencia, DISPONGA que en el presente caso PROCEDE
CONOCER EL FONDO DEL RECURSO DE CASACIÓN.

II.- ANTECEDENTES:

1.- Con fecha 22 de febrero de 2011, la Municipalidad Distrital de Castilla asume la


ejecución del Proyecto: “Ampliación y Mejoramiento del Sistema Integral de Agua
Potable y Alcantarillado de los Asentamientos Humanos del Sector Noroeste de
Castilla-Piura” (en adelante: “la Obra”)
2.- Mediante Resolución de Alcaldía N° 443-2011-MDC.A, de fecha 11 de mayo de
2011, se aprueba el Expediente Técnico de la obra por un monto de S/. 31´805,230, 01
soles.
3.- Mediante Resolución de Alcaldía N° 628-2011-MDC.A., de fecha 05 de julio de
2011 se designó al Comité Especial para la Licitación Pública, conformado por José
Castro Pisfil (Presidente), Nilton Ramos Arévalo y Jimi Silva Risco, quienes convocan
a licitación con fecha 04 de agosto del 2011.
4.- Mediante Resolución de Alcaldía N° 658-2011-MDC.A., de fecha 08 de julio de
2011, la Alcalde Violeta Ruesta de Herrera aprueba las Bases del Proceso de Licitación
N° 033-2011-MDC.A., para la contratación de la obra.
5.- Mediantes Cartas N° 20-2011 (11/07/11), N° 23-2011 (18/07/11), y 24-2011
(02/08/11), Carlos Manuel Valdivia Vizcarra, Asesor del municipio de Castilla, informa
a la Alcalde Violeta Ruesta, los posibles riesgos existentes en contratar con consorcios
con poca capacidad financiera, así como de exigir un arqueólogo para la obra.
6.- Con Oficio N° 39-2011, de fecha 04 de agosto de 2011, el señor Luis Ruiz Valencia,
Presidente Regional de la Asociación de Pequeños y Micro industriales del Perú -
Región Grau Piura, solicita a la Alcalde de Castilla, la nulidad de oficio del proceso de
Licitación, por presuntamente haberse presentado irregularidades (se habría afectado la
mayor participación de postores direccionando la licitación, así como haberse
establecido un monto excesivo para adquirir las bases y otros).

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7.- Con fecha 10 de agosto de 2011, el Comité especial publica las Bases Integradas,
donde se habría establecido el pago de S/. 2,000.00 soles para registrar a los
participantes, así como que los postores cuenten con profesionales de arqueología, un
especialista en impacto ambiental, un especialista en estructuras y un técnico de obra en
mecánica automotriz, estableciéndose en el Punto 3.12.2 de las bases que no se
otorgaría adelanto alguno por la adquisición de materiales.
8.- Con fecha 17 de agosto de 2011, el Comité especial deja constancia que la empresa
“H&B”, conformada por “Ar Constructores Ltda., Heral SAC Contratistas Generales,
God Perú SAC, Acm Constructora SRL Y Moscol Contratistas Generales Saxc”, obtuvo
la buena pro al haber cumplido los requerimientos mínimos de las Bases y del
Expediente Técnico, con una propuesta económica de S/. 28.938.882.88 soles.
9.- Con fecha 31 de agosto de 2011, Carlos Ruiz Valencia vuelve a solicitar la nulidad
del proceso de contratación, ahora señalando la supuesta existencia de documentos
falsos en la propuesta Técnica de H&B. Sin embargo, con fecha 09 de setiembre de
2011, se suscribe el Contrato de Ejecución de Obra N° 047-2011-MDC, entre el
Municipio de Castilla, representado por el Gerente Javier Salas Zamalloa y el Consorcio
H&B, representado por Edward Barboza Nieto, presentando la empresa la Carta Fianza
N° 02-260811-2011-COOPEX por S/. 2.893.888.29 soles.
10.- Sin embargo, el 26 de setiembre 2011, el Director del Instituto Superior “Almirante
Miguel Grau de Piura” comunica a Luis Olivares Antón, Gerente de Administración del
municipio que Bily Negrón Luna, a la fecha de presentación de la documentación para
la obtención de la buena pro, no tenía supuestamente título profesional. Asimismo, se
señala que la Carta Fianza de COOPEX no tenía respaldo de la SBS, comunicándose
dichos hechos a la procuraduría de la municipalidad.
11.- Finalmente, con fecha 17 de noviembre de 2011, mediante Cartas Fianza del Bco.
Continental el consorcio H&B solicita un adelanto para material de S/. 5.787.776.58.
Ante ello, el Gerente del Municipio Javier Salas Zamalloa, pone en conocimiento de la
Alcaldesa Violeta Ruesta, que van a proceder a la firma de la adenda, por “el interés
social y la necesidad pública” del distrito y evitar el “detrimento de los intereses
municipales”, recabándose los siguientes informes: I) Informe N° 04-2011-
CCNE/MDC, de fecha 30 de noviembre de 2011, elaborado por el Supervisor de Obra
Jorge Ulloque Rodríguez, quien opina por no otorgar adelantos; ii) Informe N° 939-
2011, del 12 de diciembre de 2011, elaborado por José Castro Pisfil, Gerente de
Desarrollo Urbano, quien opina que de no otorgarse el mismo se pondría en riesgo la
continuidad del proyecto; iii) Informe N° 1139-2011, del 15 de diciembre de 2011,
emitido por Pablo Javier Girón Gómez, Gerente de Asesoría Legal, quien opina que
debía otorgarse el adelanto para evitar posibles perjuicios a la entidad; y, iv) el informe
efectuado por Luis Alberto Granda Tume, Coordinador de la Obra, quien opina a
otorgar el adelanto para materiales solicitado. Siendo único responsable de la
aprobación del adelanto el Gerente del Municipio Javier Salas Zamalloa.
12.- Con el sustento de estos informes, se firma la Adenda al Contrato de Ejecución de
Obra, de fecha 16 de diciembre de 2011, entre Javier Salas Zamalloa y Edward Barboza
Nieto, y se otorga el adelanto para materiales solicitado, ascendente a la suma de S/ 5
´787,776.58 soles, que fue pagado por el área de tesorería.

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III.- IMPUTACIÓN:

13.- Señor Presidente, conforme se desprende de la Resolución de fecha 06 de junio de


2016, se imputa a mi patrocinado Luis Alberto Granda Tume ser presunto cómplice del
delito de colusión por presuntamente haber emitido, en su calidad de Coordinador de
Obra, el Informe N° 18-2011-MDC-GT-CO, de fecha 15 de diciembre de 2011, donde
opina que corresponde efectuar el pago de “adelanto” para la compra de materiales
solicitado por el Consorcio H&B (Según se desprende del Considerando 49° de la
Resolución de fecha 06 de junio de 2016) lo cual configuraría, según el Ministerio
Público, un acto de colaboración dolosa a la acción de los autores del delito en presunto
agravio de la Municipalidad de Castilla, el cual se habría cometido presuntamente desde
el momento en que se designaron a los miembros del Comité especial y la Aprobación
de las bases, de fecha 05 y 08 de julio del año 2011, respectivamente.

IV. SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN DE FECHA 06 DE


JUNIO DE 2016, MATERIA DE CASACIÓN:

14.- Señor Presidente, la Primera Sala Penal de Apelaciones de Piura, mediante


resolución de fecha 06 de junio del 2016, resolvió revocar la sentencia de primera
instancia, y, reformándola, condenó a los señores Aura Violeta Ruesta de Herrera,
Javier Enrique Salas Zamalloa, José Castro Pisfil, Jimi Silva Risco, Nilton Carlos
Ramos Arévalo, Pablo Girón Gómez y Tulio Ulises Vignolo Farfán, como autores del
delito de colusión agravada, bajo la tipificación prevista en el artículo único de la
Ley N° 29758, imponiéndoles seis años de pena privativa de la libertad. Así mismo, se
condenó a mi patrocinado Luis Alberto Granda Tume y Luis Neptalí Olivares Antón en
calidad de cómplices secundarios del delito de colusión agravada imponiéndoseles
cuatro años de pena privativa de la libertad suspendida, y, con fecha 14 de junio del
2016, se emitió una resolución integrando al sentenciado Edward Fernando Barboza
Nieto, a quien se le condena como cómplice primario del delito de colusión agravada y
uso de documento público falso, imponiéndosele seis años de penas privativa de la
libertad efectiva.
15.- Al respecto, en el considerando “Vigésimo Cuarto” de la Resolución impugnada
se señala que al tiempo de ocurridos los hechos, la norma vigente era la Ley N° 29758,
vigente desde el 22 de julio de 2011, la cual preveía una modalidad simple y otra
agravada del delito de colusión. En base a esta tipificación del delito se sustentó la
imputación penal, conforme se encuentra descrito en el considerando “Vigésimo
Octavo”, la cual refiere que “La imputación penal contra los acusados por el delito de
colusión agravada, está directamente relacionada con la concesión y ejecución de la
obra: “Ampliación y Mejoramiento del Sistema Integral de Agua Potable y
Alcantarillado de los Asentamientos Humanos del Sector Noroeste de Castilla-Piura,
cuya buena pro se había otorgado al Consorcio H&B el 17 de agosto de 2011, con una
propuesta económica de S/. 28´938,.882.88 soles, para ello su representante Edward
Fernando Barfboza Nieto, se concertó clandestinamente con los acusados, en diferentes
etapas del proceso, inicialmente con la Alcaldesa Violeta Ruesta de Herrera y con los
miembros del Comité Especial –designados por ella-, que condujo el proceso de
Licitación: José Castro Pisfil –quien lo presidía-, Jimi Silva Risco y Nilton Carlos
Andrés Ramos Arévalo y posteriormente para suscribir una adenda al Contrato de

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Ejecución de Obra –que fue firmado por el Gerente Municipal con el representante del
Consorcio H&B con conocimiento de la Alcaldesa el 16 de diciembre de 2011- y
posibilitar el pago por adelanto, ascendente a S/. 5´787,000 soles al Consorcio H&B
en la misma fecha, a pesar que las Bases Integradas del concurso público establecían
una prohibición expresa de adelanto de dinero para materiales, para ello el Gerente
Municipal Javier Salas Zamalloa, antes de suscribir la adenda del contrato inicial,
comunicó esta situación a la Alcaldesa y recabó los informes favorables de Pablo
Javier Girón Gómez y Luis Alberto Granda Tume, que se desempeñaban en las
Gerencias de Asesoría Legal el primero, mientras que el segundo era el Coordinador
de la obra, (…).” (Subrayado nuestro)
16.- SIN EMBARGO, la presente Resolución materia de impugnación ha incurrido en
una errónea aplicación e interpretación de la norma penal que regula el delito de
colusión desleal, ya que:
i) Se ha APLICADO ERRADAMENTE la Ley N° 29758 [21/07/11], la cual NO
se encontraba vigente al momento en que se produjo el hecho incriminado,
puesto que, conforme se desprende de la Resolución impugnada, el presunto
delito de colusión imputado a los autores y participes (cómplices primarios y
secundarios), se habría cometido desde el momento en que “designó a los
miembros del comité especial y se aprobó las bases de la Licitación,
supuestamente direccionadas”, esto es, el 05 y 08 de julio de 2011, cuando
estaba vigente el tipo penal establecido por el Artículo 1° de la Ley N° 29703
[10/06/11], cuyo tenor legal era: “El funcionario o servidor público que,
interviniendo por razón de su cargo o comisión especial en cualquiera de las
contrataciones o negocios públicos mediante concertación ilegal con los
interesados, defraudare patrimonialmente al Estado o entidad u organismo del
Estado, según ley, será reprimido (…).”
En efecto, conforme se desprende de la Resolución impugnada, los presuntos
actos de colusión se habría iniciado desde la “designación del comité especial y
aprobación de las bases”, las cuales sucedieron el 05 y 08 de julio de 20111,
respectivamente, donde se habría intentado favorecer al consorcio H&B con
actos de supuesto “direccionamiento”:
“Trigésimo Sexto.- (...): luego del acuerdo celebrado por la Alcaldesa Violeta
Ruesta de Herrera con la EPS Grau para asumir la ejecución de la obra y
designar al Comité especial, se establecieron las bases donde se consignaron
requisitos técnicos mínimos cuya cumplimiento era muy difícil de cumplir, salvo
para la empresa ganadora; asimismo se estableció un elevado costo para la
adquisición de las bases y finalmente se estableció como requisito el no
adelanto de pagos para materiales; lo que lograron desincentivar la
participación de más postores; durante el proceso de selección, el Comité
especial solo acogía consultas de la empresa Consorcio H&B, quien resulta ser
el único postor en el proceso de selección; en las bases integradas se establece
finalmente la prohibición de adelantos y se consignan RTM –requerimientos
técnicos- extraños para favorecer a la empresa H&B; posteriormente (…);
1
El Considerando “Trigésimo Tercero” de la Resolución de fecha 06 de junio de 2016 señala que: “1. R.
de Alcaldía N° 658-2011-MDC.A del 8 de julio del 2011 (aprueba las bases del proceso de licitación)” ; y el
“Trigésimo Cuarto” señala que: “c. Mediante R. de Alcaldía N° 628-2011 del 5 de julio de 2011 se
designa a los miembros del Comité especial para la licitación púbica de la obra, conformada por los
funcionarios José Castro Pisfil, Nilton Ramos Arévalo y Jimy Silva Risco”.

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luego se suscribe una Adenda al contrato inicial y H&B presenta cartas fianza
del Bco. Continental irregulares y se logra el pago del adelanto de materiales
solicitado por el consorcio, sustentándose esta entrega que existían “Informes
favorables” para su otorgamiento, lo que acredita la concertación
defraudatoria que se puso en marcha y que culmina con el pago del adelanto
efectuado.” (Considerando Trigésimo Sexto de la Resolución impugnada)

ii) Esto ha generado que la Sala INTERPRETE INDEBIDAMENTE la Ley N°


29758 [21/07/11], cuando se debió interpretar a Ley N° 29703 [10/06/11], donde
se establecía que para la configuración del delito de colusión, de conformidad
con la doctrina y la jurisprudencia de ese entonces, se requería la acreditación de
un “perjuicio patrimonial” al patrimonio del Estado, la cual debía estar
sustentando en “informes técnicos periciales”. Lo cual no ocurrió en el
presente caso, ya que NUNCA SE LLEGÓ A DETERMINAR la existencia de
un presunto en perjuicio patrimonial al Estado, puesto que durante la
investigación y el juicio oral NO SE DISPUSO la realización de examen
pericial alguno para determinar, conforme a las reglas empírico-contables,
la existencia de un perjuicio estrictamente patrimonial a para la Entidad,
vulnerándose no solo el “principio de legalidad”, sino el de “imputación
necesaria”.

17.- ASIMISMO, no solo se aplicó e interpretó erradamente la norma penal, sino que la
Sala de Apelaciones, modificó infundadamente la calificación jurídica inicialmente
fijada por el a quo en colusión simple, por colusión agravada, señalando, sin
basarse en ningún informe técnico pericial – contable, que en el presente caso se
habría causado un perjuicio patrimonial cuando se aprobó la modificación del contrato y
se otorgó el adelanto para los materiales solicitado por el Consorcio H&B, el cual
asciende a S/. 5´787,776.00 soles aprox. Resulta sumamente cuestionable que la Sala
haya decidido modificar la calificación jurídica SIN ACREDITAR la existencia de un
perjuicio real y efectivo, sustentado en una pericia contable. En ese sentido, cómo es
posible que la Sala Penal puede sostener la existencia de un perjuicio patrimonial
efectivo sin siquiera determinar de manera contable alguna afectación al
presupuesto, al estado de la obra, el destino del adelanto, la compra de materiales y
otras cuestiones de índole contable que ni siquiera han sido acreditados o
corroborados en el presente caso. Esto atenta indefectiblemente contra el “principio
de imputación necesaria, el derecho a la prueba” y, en el caso que planteamos con
respecto a la aplicación de la Ley N° 29703 [10/06/11], incurriría en causal de
“atipicidad” por ausencia de “perjuicio patrimonial”.
18.- En efecto, la Resolución impugnada ha señalado que:
“Cuadragésimo Primero.- Respecto a la exigencia del perjuicio patrimonial que
según el juzgador de primera instancia, no habría sido acreditado por cuantro
no se habrían realizado pericias valorativas, informes económicos u otros de la
misma naturaleza que la cuantifiquen en términos monetarios a que se refiere
en el Punto 6 de su sentencia, epígrafe: “Del perjuicio patrimonial y la colusión
agravada”, no compartimos dicha posición, toda vez que justamente la
cuantificación de la defraudación económica está plenamente determinada
con el otorgamiento del adelanto para insumos y materiales otorgado, se
produjo como consecuencia de la concertación defraudatoria realizada, a

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pesar que en las bases integradas de la licitación expresamente se consignó que
no se iba a dar adelantos y que ha servido –reiteramos-, para alejar a los demás
postores que no contaban con la solvencia económica que se requerían en
dichas bases y que finalmente, tampoco la tenía el Consorcio H&B, la
generación de riesgos a que se refiere el juez al “otorgarse montos que no
corresponden en perjuicio de los intereses de la entidad” (sic) y que
contradictoriamente le permiten afirmar que “no se ha acreditado un perjuicio
patrimonial concreto”, en este caso no es necesario, pues se trata de la
comisión de un delito de infracción de deber, como él mismo lo ha reconocido,
donde la generación de riesgo no tiene que ser apreciado, sino la violación al
deber de funcionario, de carácter general y en forma específica lograr una
asignación eficiente de recursos públicos en las operaciones contractuales que
realice el Estado o en cualquier tipo de operaciones, que constituye el bien
protegido específicamente.” (Considerando Trigésimo Primero de la
Resolución impugnada)
19.- Bajo estas consideraciones, y de conformidad con los fundamentos del recurso de
casación presentado en su momento, consideramos que la Resolución de fecha 06 de
junio de 2016 ha incurrido en las causales de casación previstas en el artículo 429° inc.
3 y 1 del CPP, debido a la incorrecta aplicación e indebida interpretación de la norma
penal que regula el delito de colusión.

V.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN


INTERPUESTO CONTRA LA RESOLUCIÓN DEL 06 DE JUNIO
DE 2016, EMITIDA POR LA 1° SALA PENAL DE
APELACIONES DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE
PIURA:

A. SOBRE EL RECURSO DE CASACIÓN EXCEPCIONAL:

20.- Primeramente, hay que precisar que el Recurso de Casación es un medio


impugnatorio extraordinario que tiene como función: i) salvaguardar el ordenamiento
jurídico en un sentido formal; ii) procurar la uniformidad de la jurisprudencia; iii)
tutelar el interés de las partes; y iv) asegurar el cumplimiento de las garantías
constitucionales en el procedimiento y enjuiciamiento penal2.
21.- El Código Procesal Penal ha previsto las causales formales y materiales para
interponer recurso de casación. Así, el artículo 429° establece que procede la casación:
i) Contra la sentencia o auto que han sido expedidos con inobservancia de alguna
de las garantías constitucionales de carácter procesal o material, o con una
indebida o errónea aplicación de dichas garantías.

2
Neyra Flores, José Antonio. Manual del nuevo proceso penal & de litigación oral. IDEMSA, Lima, 2010.
Pág. 404

7
ii) Contra la sentencia o auto que incurre o deriva de una inobservancia de las
normas legales de carácter procesal sancionados con nulidad.
iii) Contra la sentencia o auto que importa una “indebida aplicación”, una “errónea
interpretación” o una “falta de aplicación de la ley penal” o de otras normas
jurídicas necesarias para su aplicación.
iv) Contra la sentencia o auto que ha sido expedido con falta o manifiesta ilogicidad
de la motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor.
v) Contra la sentencia o auto que se aparta de la doctrina jurisprudencial establecida
por la Corte Suprema o, en su caso, por el Tribunal Constitucional.

22.- Sin embargo, el artículo 427° inciso 1 del Código Procesal Penal, regula la figura
de la casación excepcional, la cual procede únicamente para solicitar a la Suprema Sala
la necesidad de desarrollar doctrina jurisprudencial sobre una materia en específico, sea
de carácter sustantivo o procesal. Una de las funciones más importantes del recurso de
casación radica en preservar la seguridad jurídica mediante la unificación de criterios
jurisprudenciales. Dicha función es recogida en nuestro ordenamiento jurídico, en el
artículo 427° inciso 4 del Código Procesal Penal, cuyo texto legal el siguiente:
“Excepcionalmente, será procedente el recurso de casación en casos distintos
de los arriba mencionados, cuando la Sala Penal de la Corte Suprema,
discrecionalmente lo considere necesario para el desarrollo de la doctrina
jurisprudencial.”
23.- La Jurisprudencia se ha pronunciado respecto a la Casación Excepcional señalando
que fue instaurada por el legislador para afianzar aquellos casos concretos, cuya falta de
certeza en la interpretación de la norma origina indefensión y altera la uniformidad de la
jurisprudencia. La finalidad de la interposición del presente recurso, encuentra su
fundamento en la intención del legislador de innovar la Casación Penal en el Código
Procesal Penal del 2004. En ese sentido, la casación excepcional es necesaria para el
desarrollo de la doctrina jurisprudencial en casos concretos, sensibles y necesitados de
una correcta interpretación de la norma y unidad en la resolución de casos similares. El
Nuevo Código Procesal Penal divide a la CASACIÓN EXCEPCIONAL en dos
vertientes:
i) Por un lado, garantizar la debida o correcta interpretación del Derecho Penal
y Procesal Penal – tutela de derecho objetivo, como base de la justicia – y,

ii) por otro, asegurar la unidad en la interpretación y aplicación del Derecho


Penal y Procesal Penal, así como es el afirmar la unidad jurídica como base de
la seguridad jurídica.

B. CAUSALES QUE SUSTENTAN EL PRESENTE RECURSO DE


CASACIÓN, LAS MISMAS QUE ESTAN INTIMAMENTE VINCULADAS
AL DESARROLLO DE LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL

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24.- Al respecto, la citada Resolución incurre en la causal prevista en el artículo 429°
inciso 3 y 1 del Código Procesal Penal: “indebida aplicación y errónea
interpretación de la norma penal que regula el elemento normativo “defraudación”
en el delito de colusión desleal, previsto en el artículo 1° de la Ley N° 29703,
publicada en 10 de junio de 2011, vigente hasta el 21 de julio de 2011”, [Artículo 384°
del Código Penal, modificado por la Ley N° 29703], así como a la necesidad procesal
de que el “perjuicio patrimonial” se demuestre mediante examen pericial
[vulnerándose lo previsto en el artículo 156° inciso 1 del Código procesal penal: “son
objeto de prueba los hechos que se refieren a la imputación…”; así como, el derecho a
la prueba y principio de imputación necesaria], situación de incertidumbre legal que,
en el presente caso, ha generado la vulnerado la Garantía de Debida Motivación de
las resoluciones judiciales [Artículo 139° inciso 5 de la Constitución Política del
Estado].

C. EN EL PRESENTE CASO EXISTE INTERES CASATORIO Y


NECESIDAD DE DESARROLLO DE LA DOCTRINA
JURISPRUDENCIAL

25.- Señor Presidente, resulta pertinente anotar que la casación peruana –en línea
con lo que se viene desarrollando en otros ordenamientos- consagra como motivos
para la admisión del Recurso de Casación ciertos requisitos, entre ellos, la necesidad
de una decisión del órgano Supremo que converge directamente con la función
uniformadora perseguida por el recurso de casación.
26.- De este modo, se exige la concurrencia – a los fines de la admisión a trámite del
Recurso de Casación- de un verdadero interés casacional, el cual comprende, en
primer lugar, la unificación de interpretaciones contradictorias, la afirmación de la
existencia de una línea jurisprudencial o de jurisprudencia vinculante de la máxima
instancia judicial frente a decisiones contrapuestas, así como la definición de un
sentido interpretativo de una norma escasamente invocada pero de especiales
connotaciones jurídicas; y, en segundo lugar, la exigencia ineludible, por sus
características generales, de obtener una interpretación correcta de específicas
normas de derecho penal y procesal penal 3. Es decir, sólo bajo estos dos (02)
supuestos, éste Supremo Colegiado admitirá el Recurso de Casación excepcional.
27.- En ese sentido, la necesidad de garantizar la igualdad o de desarrollar la
doctrina se consagra como elemento determinante de la procedencia misma del
recurso. Conforme se analizará en los fundamentos de hecho y de derecho que
sustentan la presente casación, existen suficientes razones fácticas y normativas,
así como la necesidad de unificar criterios doctrinales respecto los alcances
normativos del elemento “defraudación” en el delito del colusión desleal, con
3
Ejecutoria Suprema de fecha 04 de marzo de 2010 recaída en la Casación N° 54-2009-La Libertad.

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respecto a la tipificación prevista en el artículo 1° de la Ley N° 29703, la cual
genera incertidumbre en la casuística, que merecen, cada cierto tiempo, una
aclaración interpretativa en la jurisprudencia nacional.

D.- FUNDAMENTOS QUE JUSTIFICAN EL DESARROLLO DE


LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL CONFORME AL “ART.
427, INCISO 4 DEL CPP”

La Resolución de fecha 06 de junio de 2016, emitida por la 1° Sala Penal de


Apelaciones de Piura, incurre en la causal prevista en el art. 429° inc. 3 y 1, del
Código Procesal Penal, por lo que se hace necesario el desarrollo de la
“doctrina jurisprudencial” por parte de la Corte Suprema de Justicia, a fin de
que se interprete sobre “La necesidad de acreditar el perjuicio patrimonial como
elemento de la “defraudación” en el delito de colusión desleal, de conformidad
con la modificación del tipo penal previsto en el artículo 1° de la Ley N° 29703,
publicada en 10 de junio de 2011, y vigente hasta el 21 de julio de 2011, así como,
de la necesidad procesal de que dicho perjuicio patrimonial se demuestre
mediante informe pericial o documento similar, y no mediante valoraciones
subjetivas y/o estimatorias del juez”

28.- De conformidad con los previsto 430° numeral 3 y 1 del Código Procesal Penal,
procedemos a fundamentar las razones que justifican el desarrollo de la doctrina
jurisprudencial:

1.- Sobre la aplicación retroactiva de la Ley N° 29703, de fecha 10 de junio de 2011,


por ser más “favorable al reo”, debido a que se exige la demostración de un
“perjuicio patrimonial al Estado”, que en el presente caso no se ha demostrado
debidamente.

29.- Seño Presidente, en el presente caso estamos ante una errónea aplicación de la
norma penal que regula el delito de colusión desleal, puesto que la Sala Penal, en la
Resolución materia de impugnación, ha aplicado indebidamente el texto de la Ley N°
29758 [21/07/11], la cual NO se encontraba vigente al momento en que se produjo el
hecho incriminado, puesto que, conforme se desprende de la Resolución impugnada, el
presunto delito de colusión imputado a los autores y participes, e imputado
específicamente a mi patrocinado Luis Alberto Granda Tume (cómplices secundarios),
se habría cometido desde el momento en que “designó a los miembros del comité
especial y se aprobó las bases de la Licitación, supuestamente direccionadas”, esto
es, el 05 y 08 de julio de 2011, , cuando estaba vigente el tipo penal establecido por el
Artículo 1° de la Ley N° 29703 [10/06/11], condenando por estos hechos a los
funcionarios públicos Aura Violeta Ruesta de Herrera, Javier Enrique Salas Zamalloa,

10
José Castro Pisfil, Jimi Silva Risco, Nilton Carlos Ramos Arévalo, Pablo Girón Gómez
y Tulio Ulises Vignolo Farfán, como presuntos autores del delito de colusión agravada.
El texto legal de la Ley N° 29703, a diferencia de la Ley N° 29758, mantenía la
tipificación básica prevista en el Código Penal del 1991, con una ligera modificación,
incluyó el término “patrimonialmente”:
“El funcionario o servidor público que, interviniendo por razón de su cargo o
comisión especial en cualquiera de las contrataciones o negocios públicos
mediante concertación ilegal con los interesados, defraudare patrimonialmente
al Estado o entidad u organismo del Estado, según ley, será reprimido (…).”
30.- Como se desprende del texto legal previsto en la Ley N° 29703, la configuración
del delito de colusión no presentaba dos modalidades de comisión (simple y agravada),
como se modificó con la Ley N° 29758 [21/07/11], sino, únicamente, la modalidad
básica del delito, donde se requería LA EXISTENCIA DE UNA
“DEFRAUDACIÓN PATRIMONIAL AL ESTADO” A TRAVÉS DE ACTOS DE
CONCERTACIÓN, la cual debía ser acreditara indefectiblemente en base a medios
probatorios de carácter sumamente objetivo, como una pericia técnico-contable
mediante el cual se acreditaba científicamente el detrimento del patrimonio público por
efecto de actos ilegales de colusión. No se requería, como actualmente se sostiene, la
mera concertación, sino un “perjuicio patrimonial efectivo” al erario público, razón
por la cual ante la ausencia de dicho perjuicio, el delito de colusión simplemente no
se configuraba.
31.- Bajo estas consideraciones, es necesario la aplicación del principio de
retroactividad benigna, conforme se establece en artículo 6° del Código Penal, que
señala: “La ley penal aplicable es la vigente en el momento de la comisión punible. No
obstante, se aplicara la más favorable al reo, en caso de conflicto en el tiempo de leyes
penales”; es decir, la ley que se debió aplicar en el presente caso es la Ley N° 29703.
Máxime, cuando esta ley debió ser aplicada a los “autores” del delito y,
consecuentemente, a los presuntos cómplices del hecho.
32.- La aplicación de Ley N° 29703 resulta más favorable en el sentido de que mi
patrocinado NO HA DEFRAUDADO AL ESTADO, ya que NO SE HA
DEMOSTRADO LA EXISTENCIA DE UN PERJUICIO PATRIMONIAL O
DETRIMENTO DEL ERARIO PÚBLICO. La Sala Penal ha incurrido en una
“indebida valoración y motivación en las resoluciones judiciales”, al sostener que no
hace falta un examen pericial para acreditar un supuesto perjuicio patrimonial, pues
sostiene que el perjuicio en el caso concreto se habría corroborado con el mero
“otorgamiento del adelanto para insumos y materiales otorgado, (…) como
consecuencia de la concertación defraudatoria realizada”. Esta forma de valorar y
motivar vulnera el derecho a la prueba, a la debida valoración y actuación de los medios
probatorios, a la debida motivación de las resoluciones judiciales y al “principio de
imputación necesaria”, puesto que la Sala Penal – por decirlo así, “atribuyéndose
funciones técnicas y contables” – considera que se ha generado un perjuicio sin tener
en cuenta que existen factores metodológicos y empíricos que solo los peritos
especialistas pueden efectuar para determinar un perjuicio económico. En efecto,
para que se determine un perjuicio económico se debió determinar la pérdida del
dinero público, lo cual no se ha acreditado, pues no se sabe:
i) si el “adelanto” fue invertido en la compra de los materiales,
ii) si aún se encuentra en depósitos bajo la titularidad del Estado,

11
iii) si fue gastado parcialmente o en su totalidad,
iv) si el dinero ha sido compensado en otra obra,
v) si fue devuelto en su totalidad o parcialmente ala Estado, entre otros criterios
técnicos.
Estas cuestiones técnicas no pueden ser determinados por un Juez, pues no es su
competencia, siendo que en la Resolución materia de impugnación, ni si quiera se
hace mención sobre estas cuestiones, lo cual pone en evidencia la indefectible
vulneración de la “Garantía del Debido Proceso” [Artículo 139°, inciso 3 de la
Constitución Política del Estado], e “indebida motivación de las resoluciones
judiciales” [Artículo 139°, inciso 5 de la Constitución Política del Estado]
33.- Incluso la Sala Penal señala en su resolución materia de casación que “Respecto a
la exigencia del perjuicio patrimonial que según el juzgador de primera instancia, no
habría sido acreditado por cuantro no se habrían realizado pericias valorativas,
informes económicos u otros de la misma naturaleza que la cuantifiquen en términos
monetarios (…)”, no compartimos dicha posición, toda vez que justamente la
cuantificación de la defraudación económica está plenamente determinada con el
otorgamiento del adelanto para insumos y materiales otorgado (…)”. Lo cual
demuestra que la Sala ha desacreditado a la instancia inferior, sosteniendo que no hace
falta pericias valorativas, informes económicos o similar, LA CUAL, ES
COMPLETAMENTE AGRAVIANTE Y VIOLATORIO DE LAS GARANTIAS
CONSTITUCIONALES DE CARÁCTER PROCESAL, PUES EN EL CASO
CONCRETO, ERA FUNDAMENTAL QUE SE PRACTIQUE UNA PERICIA
CONTABLE PARA DETERMINAR EL SUPUESTO PERJUICIO, Y, MÁS AÚN,
PARA “CONDENAR” A UNA PERSONA POR COLUSIÓN EN SU
MODALIDAD AGRAVADA [Modalidad que exige necesariamente la demostración
fehaciente de un perjuicio patrimonial], violándose los incisos 3 y 5 del artículo 139°
de la Constitución Política del Estado.
34.- En consecuencia, NO EXISTE UN PRESUNTO PERJUICIO PATRIMONIAL,
que es el elemento que se requiere para la configuración del delito de colusión, de
conformidad con la Ley N° 29703, donde se exige la “defraudación” del Estado,
entendido por la doctrina y jurisprudencia vigente en ese momento, como la generación
de un perjuicio al patrimonio del Estado.
35.- Asimismo, si bien requerimos que se aplique la Ley N° 29703 por ser favorable, es
preciso señalar también que esta norma fue sometida a un debate de
inconstitucionalidad en el Tribunal Constitucional, en el cual los altos magistrados, con
fecha 03 de mayo de 2012, en el Exp. N° 00017-2011-PI/TC, emitieron sentencia,
señalando, en su fundamento 30, que:
“30. En este contexto, la pretensión postulada por la parte demandante en el
sentido de cuestionar la modificatoria del artículo 384 del Código Penal resulta
atendible, y en tal sentido debe quedar nula y sin efecto la referida disposición
en cuanto menciona el término “patrimonialmente”, a fin de -sin alterar en lo
sustancial el contenido de lo dispuesto por el legislador- orientar la
interpretación de la disposición evitando vaciar de contenido los fines
constitucionales que son de protección al sancionar actos contra los deberes
funcionales en el ámbito de la contratación pública.
Asimismo, el alto Tribunal concluye señalando que la Ley N° 29703 se mantiene en
vigencia para efectos de ser aplicado en aquellos casos que se encuentran inmersos

12
en el periodo del 10 de junio de 2011 al 21 de julio del mismo año, fecha en que fue
modificada por la Ley N° 29758:

“37. Si bien el control constitucional de normas legales que han sido derogadas
pero producen efectos no resulta inusual en la jurisprudencia constitucional, es
preciso que este Tribunal Constitucional despeje cualquier duda que pudiera
surgir en los operadores judiciales sobre los efectos de la presente sentencia.
Como se sabe,  “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al
tiempo de cometerse no esté previamente  calificado en la ley (…)”. A su vez, ello
se ve complementado por la retroactividad benigna de la ley penal. Desde luego,
ello está sujeto a que la norma cuya aplicación se solicita sea válida, conforme se
dijo en el fundamento 52 de la STC N.º 00019-2005-PI/TC, “la retroactividad
benigna sustentada en una ley inconstitucional carece de efectos jurídicos”. En
consecuencia, conforme a lo dispuesto en la presente sentencia, cuando, en el
marco de un proceso penal resulte de aplicación el artículo 384º del Código
Penal en su versión modificada por Ley N.º 29703, los jueces del Poder Judicial
podrán aplicar dicha  disposición siempre que -conforme a lo previsto en la
presente sentencia- no se incluya el término “patrimonialmente” en dicho texto
normativo.”

36.- Con lo cual la tipificación del delito de colusión previsto en la Ley N° 29703, sería
la siguiente:

“El funcionario o servidor público que, interviniendo por razón de su cargo o


comisión especial en cualquiera de las contrataciones o negocios públicos
mediante concertación ilegal con los interesados, defraudare patrimonialmente
al Estado o entidad u organismo del Estado, según ley, será reprimido (…).”

37.- Conforme se desprende del texto legal fijado por el Tribunal Constitucional, la
tipificación es similar al tipo base previsto en el artículo 384° del Código Penal de 1991,
modificado Artículo 2° de la Ley Nº 26713, [27/12/96], la cual, en igual sentido
interpretativo sistemático, señala que:

"El funcionario o servidor público que, en los contratos, suministros,


licitaciones, concurso de precios, subastas o cualquier otra operación
semejante en la que intervenga por razón de su cargo o comisión especial
defrauda al Estado o entidad u organismo del Estado, según ley, concertándose
con los interesados en los convenios, ajustes, liquidaciones o suministros será
reprimido (…)”

38.- En ese sentido, el tipo penal aplicable a mi patrocinado Luis Alberto Granda Tume
exige que se acredite no solo supuestos actos de presunta concertación, sino la
defraudación efectiva al Estado, interpretado por la doctrina y jurisprudencia,
como la generación de un perjuicio económico y cuantificable al patrimonio del
Estado.

39.- Bajo estas consideraciones, es necesario que la Corte Suprema de Justicia corrija
este error en la aplicación de la norma legal, y, aplique la norma prevista en la Ley
N° 29703, modificado por la Sentencia de fecha 03 de mayo de 2012, emitido por el

13
Tribunal Constitucional, donde se exige la prueba de la “defraudación” al Estado,
esto es, la demostración de un “perjuicio patrimonial al Estado”.

2.- Conforme a los alcances de la Ley N° 29703, modificado por el Tribunal


Constitucional, en la doctrina y la jurisprudencia se ha señalado la necesidad de
probar el perjuicio patrimonial como elemento configurativo del delito de colusión
desleal

40.- Señor Presidente, conforme lo ha sostenido la doctrina y la jurisprudencia, la


configuración del delito de colusión desleal, bajo la tipificación establecida, ya sea en el
Código Penal de 1991, en la modificatoria prevista por la Ley Nº 26713 [27/12/96], en
la modificatoria prevista por la Ley N° 29703 [10/06/11] y la modificatoria impuesta
por el Tribunal Constitucional, exige la prueba del elemento “defraudación al
Estado”, entendido como la demostración de la generación de un “perjuicio
económico al patrimonio del Estado”. La no acreditación de dicho perjuicio,
devendría en la ausencia de un elemento objetivo configurativo del tipo y, por tanto,
en la atipicidad del hecho.
41.- En opinión de ROJAS VARGAS, “El perjuicio es elemento intrínseco a la
defraudación, es su componente material que lo objetivista y diferencia del simple
engaño. Es de primera importancia para verificar el perjuicio los informes y
dictámenes técnicos de ley que al respecto se haya realizado administrativamente, vía
control o ya en sede judicial (…)”4. Es decir, el perjuicio es un elemento configurativo
del delito de colusión. Incluso, el citado autor señala que la no existencia de perjuicio
patrimonial es causal de atipicidad5. En similar opinión, REYNA ALFARO, citado por
Rojas Vargas, señala que si no hay perjuicio patrimonial no existe delito de colusión6.
42.- Por otro lado, respecto a la prueba de un perjuicio patrimonial para la
configuración del delito de colusión, en la antigua tipificación, la Corte Suprema de
Justicia se ha pronunciado señalando que:
“el delito de colusión ilegal, previsto en el artículo 384° del Código Penal
contempla como núcleo rector típico el defraudar al Estado o entidad u
organismo del Estado, (…) siendo el perjuicio un elemento intrínseco de la
defraudación, que viene a ser un componente material en cuanto implica un
perjuicio ocasionado a los intereses estatales, que en la mayoría de los casos
se concretará en su sentido patrimonial (…)”7 (Subrayado nuestro)
43.- En esa misma línea de interpretación, dicho organismo jurisdiccional precisó que:
“para la configuración del delito de concusión en la modalidad de concertación
ilegal con los interesados, es necesario la concurrencia de los siguientes
elementos: a) el acuerdo clandestino entre dos o más personas para lograr un
fin ilícito, b) perjudicar a un tercero, en este caso el Estado, c) mediante

4
ROJAS VARGAS, Fidel: Delitos contra la administración pública, 4° ed., Ed. Grijley, 2007, p. 412.
5
ROJAS VARGAS: Delitos contra la administración pública, p. 426.
6
Cita de Rojas Vargas: Miguel Reyna Alfaro, artículo: “Estructura atípica del delito de colusión,
Actualidad Jurídica, T. 130, setiembre 2004, Lima, p. 69”
7
Ejecutoria Suprema, del 04 de julio de 2002, Exp. N° 1402-2002, Tumbes (véase en: Rojas Vargas:
Delitos contra la administración pública, p. 416)

14
formas contractuales, para lo cual se utiliza el cargo o comisión especial”8.
(Subrayado nuestro)
44.- Asimismo, en otro pronunciamiento judicial y haciendo referencia a la Ley N°
29703, la Corte Suprema ha señalado que:
“Que, cabe precisar también, que (…). La Ley número veintinueve mil
setecientos tres, de fecha diez de junio de dos mil once, modificó el acotado
numeral, para establecer que el delito de colusión era necesariamente de
resultado, por lo que se requería de una defraudación (o perjuicio) de carácter
económico para su configuración. No obstante, mediante la Ley número
veintinueve mil setecientos cincuenta y ocho volvió a modificar dicho artículo
del Código Penal para conciliar ambas posiciones. Así en su primer párrafo se
ha creado una modalidad atenuada del delito de colusión que se erige en un
delito de mera actividad (colusión simple), (…) La modalidad agravada,
contemplada ahora en el segundo párrafo, mantiene la modificación efectuada
por la Ley número veintinueve mil setecientos tres, por lo que, se exige para su
configuración que se defraude patrimonialmente al Estado o entidad u
organismo del Estado. Sin embargo, la jurisprudencia nacional, aceptada y
reconocida, durante la fecha en que ocurrieron los hechos materia del presente
pronunciamiento y cuya Ley debe ser de aplicación al caso submateria por
respeto al principio de legalidad -salvo excepciones, como la existencia de una
ley más favorable al acusado (…)”9. (Subrayado nuestro)
45.- De igual manera, la Corte Suprema ha señalado que la “defraudación” al Estado,
debe ser entendido como la generación de un “perjuicio patrimonial”:

“4.5. Así, en la medida en que el articulo 384 Código Penal hace expresa
referencia a una conducta orientada a defraudar, este precepto protege
entonces el patrimonio del Estado. Así también se advierte en la Ejecutoria
Suprema de 03 de agosto de 2005, recaída en el Exp. N.° 25-2003-AV, cuando
señala en su fundamento jurídico 38 que: “[...] es de precisar el obvio carácter
patrimonial del artificio delictivo que exige el tipo de colusión, pues este se
plasma en ámbitos de neto carácter económico en la gestión pública. La
conducta defraudatoria está dirigida al gasto público en los marcos de una
contratación o negociación estatal; incide en la economía publica en tanto
debe implicar una erogación presupuestal”. De lo anterior se deduce que el
delito de Colusión simple del articulo 384 Código Penal exige una situación de
peligro potencial para el patrimonio estatal que debe constatarse en el caso
concreto según un juicio ex ante.” (Subrayado nuestro)
46.- En otro pronunciamiento, la Corte Suprema refiere que:
“Que la inexistencia de dolo en la conducta del procesado –tipicidad subjetiva-
y la ausencia de defraudación a los intereses del Estado, es decir, un perjuicio
económico real a la entidad agraviada –tipicidad objetiva- convierte en atípica
la conducta del impugnante”10.
8
Ejecutoria Suprema, del 16 de mayo de 2003, Exp. N° 3611-2002, Huánuco (véase en: Rojas Vargas:
Delitos contra la administración pública, p. 416)
9
Recurso de Nulidad N.° 2141-2014 - Lima, de fecha, 18 de marzo de 2015.
10
Sentencia del 14 de enero de 2005, R. N. N° 3136-2004.

15
47.- En igual línea de interpretación:
“El delito de colusión fraudulenta (…) exige que el funcionario público
defraude al Estado concertándose fuera de la ley con los interesados en los
contratos que lleva a cabo por razones funcionales; que, propiamente, la
concertación fraudulenta requiere la realización de maniobras de engaño, que
se manifiestan en un perjuicio patrimonial –potencial o real– para la
administración”11.
48.- Asimismo, en otro pronunciamiento judicial, la Corte Suprema puse de relieve la
necesaria acreditación del perjuicio patrimonial para configurarse el delito:
“No ha quedado acreditado la comisión de los delitos ni la responsabilidad
penal de los acusados, puesto que si bien es cierto que se han adulterado
documentos de la entrada y la salida de la carne y arroz, no se ha probado que
tales adulteraciones fueran con la finalidad de sustraer víveres de los
almacenes ni que se haya perjudicado al Estado, puesto [sic] que (…) no están
acreditado perjuicio para el Estado (…)”12
49.- En consecuencia, en la Jurisprudencia nacional se ha establecido claramente
que el perjuicio patrimonial debe encontrarse plenamente acreditado para que se
configure el delito de colusión bajo la tipificación prevista en la Ley N° 29703
[10/06/11], modificado mediante sentencia de fecha 03 de mayo de 2012, en el Exp.
N° 00017-2011-PI/TC, puesto que al exigirse la acreditación de una “defraudación”
al Estado la norma penal exige la demostración de un perjuicio patrimonial para la
configuración del delito, SIENDO QUE EN EL CASO CONCRETO, NO SE HA
DEMOSTRADO LAEXISTENCIADE UN PERJUICIO PATRIMONIAL AL
ESTADO, NI MENOS SE HA ACTUADO ALGUNA PERICIA PARA
CORROBORAR O DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE UN PERJUICIO.

3.- La necesidad procesal de acreditar el perjuicio patrimonial en base a un examen


técnico pericial-contable, mediante el cual se demuestre indefectible la afectación al
patrimonio del Estado, no resultando válido la mera “valorización o estimación” del
juez

50.- Señor Presidente, finalmente, luego de haber expresado las razones fáctico-
normativas para para sostener que en el presente caso se ha realizado una
INCORRECTA APLIACIÓN, así como una INDEBIDA INTERPRETACIÓN de la
norma penal que regula el delito de colusión desleal, RESULTA DE SUMO
INTERÉS Y NECESIDAD JURISPRUDENCIAL QUE LA SALA SUPREMA
desarrolle DOCTRINA JURISPRUDENCIAL sobre: “La necesidad de acreditar el
perjuicio patrimonial como elemento de la “defraudación” en el delito de colusión
desleal, de conformidad con la modificación del tipo penal previsto en el artículo 1°
de la Ley N° 29703, publicada en 10 de junio de 2011, y vigente hasta el 21 de julio de
2011, así como, de la necesidad procesal de que dicho perjuicio patrimonial se

11
Sentencia del 22 de julio de 2003, R. Nº, Exp. N° 1480-2003.
12
Ejecutoria Suprema del5 de mayo de 1997, Exp. N° 4110-95, Arequipa, de conformidad con el
Dictamen Fiscal.

16
demuestre mediante informe pericial o documento similar, y no mediante
valoraciones subjetivas y/o estimatorias del juez”
51.- En efecto, habiéndose puesto en evidencia que la Resolución de fecha 06 de junio
de 2016, resolución materia de impugnación, no solo aplicó incorrectamente la norma
penal que regula el delito de colusión, RESULTA de fundamental importancia
informar a la Sala Suprema que la Sala Penal de Apelaciones ha INCURRIDO en
una grave afectación del principio de legalidad, principio de imputación necesaria
e “indebida motivación de las resoluciones judiciales” [art. 139°, inc. 5 de la
Constitución], YA QUE ACABA DECONDENAR A MI PATROCINADO Luis
Alberto Granda Tume como presunto partícipe del delito de colusión agrava SIN
HABER ACREDITADO DEBIDAMENTE Y CON SUSTENTO TÉCNICO O
PERICIAL UN “PRESUNTO PERJUICIO PATRIMONIAL”.
52.- Como se puede observar de la Resolución materia de casación, NO EXISTE
PERICIA ALGUNA QUE ACREDITE la existencia de un presunto perjuicio
patrimonial para el Estado, siendo que, por el contrario, la Sala Penal de
Apelaciones, “atribuyéndose funciones técnicas” – consideró que se ha generado un
perjuicio patrimonial en base a su propio “criterio y entendimiento”, fijando, incluso,
un monto de perjuicio, sin atender a ningún criterio científico o contable,
metodológico o empírico. En efecto, como se señaló líneas arriba, la determinación del
perjuicio debió basarse en criterios tales como:
i) si el “adelanto” fue invertido en la compra de los materiales,
ii) si aún se encuentra en depósitos bajo la titularidad del Estado,
iii) si fue gastado parcialmente o en su totalidad,
iv) si el dinero ha sido compensado en otra obra,
v) si fue devuelto en su totalidad o parcialmente ala Estado, entre otros criterios
técnicos.
53.- Estas cuestiones eminentemente técnicas no pueden ser determinados por un
Juez, pues no es su competencia, siendo que en la Resolución materia de
impugnación, ni si quiera se hace mención sobre estas cuestiones, lo cual demuestra
la evidente vulneración de la “Garantía del Debido Proceso” [Artículo 139°, inciso 3
de la Constitución Política del Estado], e “indebida motivación de las resoluciones
judiciales” [Artículo 139°, inciso 5 de la Constitución Política del Estado].
54.- Más aún, este razonamiento completamente válido y fundado en garantías
constitucionales, debió ser tenido en cuenta no solo en la determinación del delito de
colusión agravada [Tipo base incorrectamente aplicado] sino que también debe ser
tomado en cuenta en la tipificación prevista en el Ley N° 29703 [10/06/11], modificado
mediante sentencia de fecha 03 de mayo de 2012, en el Exp. 00017-2011-PI/TC, donde
se establece que el delito de colusión desleal se configura con la “defraudación al
Estado” mediante actos de concertación, es decir, el ilícito penal de configura con la
generación de un perjuicio patrimonial al Estado.
55.- Asimismo, otra actuación vulnerante del principio de “debida motivación de las
resolución judiciales”, fue que la Sala Penal de Apelaciones NUNCA ORDENÓ NI
REALIZÓ EXAMEN PERICIAL TÉCNICO CONTABLE PARA
DETERMINAR LA EXISTENCIA DE UN PERJUICIO PATRIMONIAL, lo cual
viola gravemente los principios de imputación necesaria, derecho a la prueba y
debida motivación de las resoluciones judiciales.

17
56.- Al respecto, ROJAS VARGAS, refiriéndose a la necesaria actuación de la pericia
en el proceso por delito de colusión, ha señalado que “Es de primera importancia para
verificar el perjuicio los informes y dictámenes técnicos de ley, que al respecto se
hayan realizado administrativamente, vía control o ya en sede judicial.”13 Asimismo,
el citado autor precisa que “la defraudación, en tanto, lesión a los intereses
patrimoniales del estado o ente estatal, constituye el dato objetivo del delito, que
trasciende y concreta el simple engaño o la preparación de la defraudación este dato
objetivo debe ser verificable y comprobado a través de las respectivas pericias e
informes técnicos.“14
57.- Asimismo, SALINAS SICCHA, en cuanto a la prueba del delito de colusión
agravada, señala que “se requiere que la conducta efectuada por el agente ocasione o
produzca la defraudación efectiva a los intereses del Estado u organismos sostenidos
por el Estado, esto es, que ocasione un real perjuicio económico al sujeto pasivo,
situación que sin duda deberá ser establecida por los peritos especializados.”15
58.- Inclusive, la CORTE SUPREMA ha sido categórico en señalar que se requiere
necesariamente un EXAMEN PERICIAL para determinar el perjuicio patrimonial
en el delito de colusión, la cual no solo debe hacerse, sino que debe ser categórica en
sus conclusiones y precisa en los montos de evaluación. En efecto:
“El delito de colusión previsto en el artículo trescientos ochenticuatro del
Código Penal, exige entre sus presupuestos legales la configuración de un
perjuicio patrimonial, lo que se determina en una pericia contable y por
peritos especializados en la materia; que en el caso de autos, la pericia
contable obrante a fojas mil siete, no es categórica ni concluyente en relación al
detrimento patrimonial causado, limitándose a cuestionar la inobservancia de
las normas previstas en el Reglamento Único de Adquisiciones; resaltándose
que al ser examinados los peritos contables durante el juicio oral, no pudieron
precisar con exactitud el monto real del desmedro patrimonial; (…)”16

59.- Bajo estas consideraciones, se pone en evidencia que la Sala Penal de Apelaciones
ha violado los principios de “debida motivación de las resoluciones judiciales” [Art.
139° inc. 5 de la Constitución], derecho a la prueba, garantía del debido proceso
[Art. 139° inc. 3 de la Constitución], al sostener que NO SE REQUIERE un
examen pericial o informe económico para determinar el perjuicio patrimonial en
el delito de “colusión agravada”, y, con mayor especificidad, en el delito de
colusión desleal, regulado en la Ley N° 29703 [10/06/11], modificado mediante
sentencia de fecha 03 de mayo de 2012, en el Exp. N° 00017-2011-PI/TC, donde se
requiere “LA PRUEBA DE LA DEFRAUDACIÓN” al Estado, entendida como la
prueba fehaciente de un perjuicio patrimonial al Estado, la cual DEBE hacerse
mediante un EXAMEN PERICIAL.

13
ROJAS VARGAS: Delitos contra la administración pública, p. 412.
14
ROJAS VARGAS, Fidel: Manual Operativo de los Delitos Contra la Administración Pública cometidos por
Funcionarios Públicos, Ed. Nomos&Thesis, Lima, 2016, p. 210.
15
SALINAS SICCHA, Ramiro: Delitos Contra la Administración Pública, Ed. Grijley, 3° ed., Lima, 2014, p.
287.
16
Sentencia del 20 de junio de 2003, R.N Nº, Exp. N° 2774-2002.

18
60.- Señor Presidente, la Sala Penal de Apelaciones no puede determinar un presunto
perjuicio patrimonial basándosete únicamente en sus “propias estimaciones o
cálculos”, puesto que no se trata de una cuestión legal, sino de una FUNCIÓN
TÉCNICA CONTABLE que le compete demostrar a los peritos especializados y no
al Juez de la causa.
61.- En consecuencia, señor Presidente, se hace NECESARIO que la Corte Suprema
DESARROLLE DOCTRINA JURISPRUDENCIAL en torno la necesidad de
acreditar el perjuicio patrimonial como elemento de la “defraudación” en el delito de
colusión desleal, de conformidad con la modificación del tipo penal previsto en el
artículo 1° de la Ley N° 29703, publicada en 10 de junio de 2011, y vigente hasta el
21 de julio de 2011, así como, de la necesidad procesal de que dicho perjuicio
patrimonial se demuestre mediante informe pericial o documento similar, y no
mediante valoraciones subjetivas y/o estimatorias del juez.

PRETENSIÓN ESPECÍFICA y PROPUESTA DE DESARROLLO DE


DOCTRINA JURISPRUDENCIA – PROPUESTA DE INTERPRETACIÓN

Se hace necesario el desarrollo de la doctrina jurisprudencial por parte de la Corte


Suprema de Justicia, a fin de que se establezca, “si es necesario acreditar el
perjuicio patrimonial como elemento de la “defraudación” en el delito de colusión
desleal, de conformidad con la modificación del tipo penal previsto en el artículo 1°
de la Ley N° 29703, publicada en 10 de junio de 2011, y vigente hasta el 21 de julio de
2011, así como, de la necesidad procesal de que dicho perjuicio patrimonial se
demuestre mediante informe pericial o documento similar, y no mediante
valoraciones subjetivas y/o estimatorias del juez”

62.- En consecuencia, PROPONEMOS a la Sala Suprema, se pronuncie sobre el


FONDO de la causa, DESARROLLANDO LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL
PERTIENENTE, a fin de establecer “si es necesario acreditar el perjuicio
patrimonial como elemento de la “defraudación” en el delito de colusión desleal, de
conformidad con la modificación del tipo penal previsto en el artículo 1° de la Ley N°
29703, publicada en 10 de junio de 2011, y vigente hasta el 21 de julio de 2011, así
como, de la necesidad procesal de que dicho perjuicio patrimonial se demuestre
mediante informe pericial o documento similar, y no mediante valoraciones
subjetivas y/o estimatorias del juez”.
63.- Por nuestra parte, proponemos que en el presente caso, la Primera Sala Penal de
Apelaciones debió “REVOCAR” la Sentencia de Primera Instancia, de fecha 01 de
febrero de 2015, absolviendo a mi patrocinado Luis Alberto Granda Tume, por
aplicación de la Ley N° 29703, [10/06/11], vigente hasta el 21 de julio de 2011, y,
modificado mediante sentencia de fecha 03 de mayo de 2012, en el Exp. N° 00017-
2011-PI/TC, puesto que en la mencionada Ley N° 29703, el delito de colusión
desleal requería para su configuración la prueba del “perjuicio patrimonial”, a
través de exámenes técnicos periciales, informe económicos u otros de similar

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metodología, que permitan acreditar fehacientemente la existencia de un perjuicio
patrimonial. Y, siendo que en el presente caso nunca de aporto una pericia
contable que acredite el perjuicio patrimonial, los hechos imputados contra mi
patrocinado Luis Alberto Granda Tume NO CONFIGURAN EL DELITO DE
COLUSIÓN DESLEAL, MENOS EN LA MODALIDAD DE CÓMPLICE
SECUNDARIO.
64.- La Resolución de fecha 06 de junio de 2011, ha incurrido en la causal prevista en el
art. 429° inc. 3 y 1 del Código Procesal Penal y, en consecuencia, requerimos que se
aplique correctamente la norma que regula el delito de colusión desleal, previsto en
la Ley N° 29703, [10/06/11], vigente hasta el 21 de julio de 2011, y, modificado
mediante sentencia de fecha 03 de mayo de 2012, en el Exp. N° 00017-2011-PI/TC.

POR TANTO:
A usted, señor Presidente de la Sala, pido: se sirva DECLARAR BIEN
CONCEDIDO LA CASACIÓN INTERPUESTA y en consecuencia, DISPONGA
que en el presente caso PROCEDE CONOCER EL FONDO DEL RECURSO DE
CASACIÓN.
Lima, 21 de noviembre de 2016.

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