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El Espiritu de los Vascos en Venezuela

¿Hay alguien que no sepa cuál es la producción de Venezuela? Habrá quien os


asegure que actualmente es la del petróleo. Permitid que os caracterice la
producción de Venezuela como la de los grandes hombres. Fue cuna de 'Bolívar,
de Sucre y de Andrés Bello. En su nacimiento, es el cañón y el pulpito de América.
¿Qué preparó durante el siglo XVIII la fulguración de Venezuela sobre el
continente a principios del XIXP ¿Qué originó la primacía de Venezuela en la
Emancipación de América? ¿Cómo se hizo el ESPÍRITU de Venezuela?

los cuatro siglos de su fundación por el castellano capitán don Diego—culminando


la epopeya El Tocuyo-Los Caracas con tres subalternos: Agorreta, Ochoa y
Arteaga, vizcaínos los tres—, en su cuatricentenaria conmemoración, calar aquel
espíritu de las élites caraqueñas de tiempos muy idos, supone remontar a una
pequeña villa vasca donde se reunían ciertos personajes muy ilustrados. Eran
hombres que no querían limitarse al ocio cultivado sino que intentaban ensayar
medidas de mejoramiento económico y cultural más allá de su propia patria.

Y uno de estos patrióticos vascos que ya vivió en América Olavide preparado


estaba a "la comprensión y hasta la oscura simpatía con las poblaciones indígenas
en plan de castellanizarse por la conquista". En rigor, el cónclave del Gran Conde
Munibe de apellido en aquella villa de Azcoitia regida por un alcalde Altuna amigo
íntimo del autor de Emilio y El Contrato social, era una reunión de "mousiuritos"
elegante y deliciosamente civilizados. Este círculo que se reunía en torno del
ilustrado Conde de Peñaflo-rida, terco y tenaz —como buen vasco— que no paró
hasta el remate de su sueño, se hallaba animado por un intenso deseo de
regenerar todo lo regenerable.

Presidía su tertulia "un cierto espíritu de imperial pireneismo" ya que las figuras
que intervinieron en la acción directora de la nueva casta —borbónica—, eran
oriundos de la Vasconia boscosa, baluarte de una libertad que se labró en rocas
ensangrentadas como las de Gordexola y Padura. Y cuyos antiguos Fueros los
respetó, con sagrado celo, aquel taciturno Felipe V, primer borbón y sobrino del
versallesco Luis XIV. En ese siglo XVIII, donde se hizo el espíritu de Venezuela,
fue el País Vasco, pequeña nación con todas las características de una auténtica
nacionalidad, incrustada en el septentrión de la ibérica península, quien primero
asimiló la filosofia prerevolucíonaría de los enciclope-anglo-franceses. Y serían
hijos esa tierra donde nació el Iñigo acometedor de una empresa que aún tiene efi-
cacia universal, los encargados de transmitirla a América, comenzando por la
provincia más atrasada del indoamerica-no continente.

En ambos extremos de este acueducto ideológico se hallaban las familias que


ocupaban la cima social de Venezuela (Ustáriz, Aristi-guieta, Eraso, Ibarra, Ariza,
Berroterán, Larrazábal, Uzcátegui, Landaeta, etc., etc.) y el País Vasco de los
Munibe, Itu-rriaga, Areizaga, Arteaga, Altuna, ..., jaunes (señores) que habían
abierto el camino al pensamiento libre en aquellas tertulias azcoitianas presididas
por el Conde de Peñaflorida.

El propio Simón Bolívar —afirma el ensayista diplomático, amigo íntimo del filósofo
bilbaíno don Miguel— tenía todas las luces del XVIII, ideal elaborado en
Venezuela con más intensidad que en parte alguna, por aquellos vascos que a ella
arribaron, a bordo de la fragata "San Ignacio" un día cualquiera de agos to de
1730, tentados no sólo por su riqueza potencial sino también tras la búsqueda de
una libertad distinta y posible en la Nueva Andalucía del cacao y otras aromáticas
especies.

Y si la revolución francesa suspendió el desarrollo -tiel organismo de


pensamientos de la Ilustración en la península ibérica, en los remotos valles del
cacao americano, pozo de los restos de la Real Compañía Guipuzcoana, en
América, la evolución no se detuvo, sino que siguieron las ideas su curso,
enfureciéndose en vez de debilitarse, al pasar por los charcos de sangre de las
degollaciones francesas.

"Desde la primera arboladura que abandonó el puerto vasco de Pasajes, hasta ei


postrer cartucho que se quemó en la batalla de Ayacucho, se va cumpliendo una
fatalidad histórica; realízase el proceso del racionalismo que nace tímido, balbu-
ciente y bienquisto de la superiodidad, que se acrece, se vigoriza, sube a las emi -
nencias de la ambición, ve al pasado como enemigo, mormonea, critica, final-
mente le acomete, le apuñala, se traba en abrazo de pelea de dos épocas,
viértese la sangre, hay ruinas y, sobre el campo desolado, la razón pura finaliza
por edificar la arquitectura independiente de América. En el cometido histórico es
un hecho que el primer piloto de Guipúzcoa, que encara con los valles del cacao,
hasta la figura, que corona la cima del empeño, el Libertador, hay un organismo de
esfuerzo en que una idea con la fatalidad de un astro, comienza a pestañear
destellos, alegra con sus guiños las luces. se le saluda con su nombre de
Ilustración. avanza hacia el planeta del pasado, tíñese de rojo y se le da nombre
de Libertad".

En esa edificación de la arquitectura independiente de América, como magis-


tralmente señala, describe y poéticamente canta Ramón de Basterra, enorme y
decisiva fue la influencia de aquellas consignas civilizadoras trasplantadas a Ve-
nezuela por los asociados del roussoniano Conde que rezaba todas las noches el
rosario. Aquel Munibe fundador de una empresa: Real Compañía Guipuzcoana de
Caracas, cuyos factores —algunos educados en universidades francesas—
introdujeron en Venezuela el culto a nuevas ideas que "hacían torcer el gesto a los
inquisidores".

Ahondando en la historia de aquel medio siglo de colonización vasca en


Venezuela, no sería difícil descubrir el secreto —o el origen— del por qué se creó
en Caracas, puerta abierta de América a la cultura europea durante el siglo XVIII,
y no en otras capitales de virreinatos o generales capitanías, un medio tan maduro
para los ideales de la tremebunda revolución que consumó la independencia de
las provincias del Imperio Hispano.

Nombres vascos en la historia Venezuela

El rey Carlos III designa a Luis de Unzaga y Amézaga como primer Capitán
General de Venezuela (1777-1782). Ilustres próceres de la independencia
venezolana tenían antepasados vascos, entre los que destacan el Libertador
Simón Bolívar, Cristobal Mendoza, Francisco Javier Ustáriz, Manuel Gogorza
Lechuga, Rafael Urdaneta, Luis Urdaneta, Carlos Soublette, José Antonio
Anzoátegui, Salvador de Madariaga, Juan Guillermo Iribarren, Pedro Lucas
Urribarrí, José Tadeo Monagas, Juan Bautista Arismendi, Justo Briceño Otálora y
Juan José Flores Aramburu quien fuera el Primer presidente de la República del
Ecuador.

Cristóbal Mendoza, primer presidente de Venezuela (1811)

Andrés Ibarra hizo la campaña del Sur con Bolívar en 1829 y participó en la
pacificación de Pasto y Popayán; muerto "El Libertador", sirvió bajo el general
Mariano Montilla y desde 1833 .

Su hermano Diego Ibarra tomó parte en el sitio de Barinas y la batalla de


Carabobo; fue edecán del Libertador Bolívar contribuyendo a la toma de
Angostura (actual Ciudad Bolívar), luchó también en Colombia y en la campaña
del Ecuador y en 1833 se incorporó al Ejército con el grado de general. Josefa
Aristeguieta, prima del Libertador casada con el general Gregor MacGregor. Juan
Guillermo Iribarren luchó a las órdenes del general Rafael Urdaneta
distinguiéndose en San Carlos de Cojedes; en 1824 fue comandante general del
4º distrito de Venezuela y acabó con la sublevación de Carabobo. En el terreno de
la cultura, José Agustín de la Torre y Urrieta fue rector de la Universidad de
Caracas mientras que Francisco María de Irastorza, alavés de Subijana, gestionó,
como gobernador del obispado (1800) la elevación del Colegio Universitario de
Mérida a Universidad. Conviene recordar finalmente que los versos del himno
nacional fueron escritos por Vicente Salias y su música por Juan José Landaeta,
ambos fusilados en 1814 durante la guerra de independencia.

En la etapa republicana a partir de 1830 destacan el general Jacinto Fabricio Lara


Urrieta, el general José Loreto Arismendi, el coronel de ingenieros Nicomedes
Zuloaga Aguirre, los generales Narciso López Urrutia, José María Aurrecoechea y
su hermano Ernesto, héroes de la Independencia de Cuba ejecutados en La
Habana, Tirso Salaverría que con el grado de teniente coronel participó en el
Comité Revolucionario que el 20 de febrero de 1859 dio el grito de la Federación
en la ciudad de Coro, iniciándose de esta manera la Guerra Federal, los
cancilleres Santos Michelena y Wenceslao Urrutia y los presidentes Andrés
Narvarte, José Tadeo Monagas, José Gregorio Monagas, José Ruperto Monagas
y Raimundo Andueza Palacio. Otros notables venezolanos del siglo XIX tenían
antepasados vascos como Arturo Michelena uno de los mejores pintores de
América y Felipe Larrazábal considerado por muchos el músico más importante y
uno de los compositores más sobresalientes que tuvo Venezuela en el siglo XIX.

Gobernadores y Presidentes de la República de origen vasco

En la etapa colonial se destacan Antonio de Berrío, Fernando Berrío, Miguel de


Ursúa, Sancho de Alquiza, Martín de Lardizábal, Antonio de Vergara y Azcárate,
Laureano Ezcatay, Gabriel de Zuloaga, Francisco de Arce y los capitanes
generales Luis Unzaga y Vicente Emparán. En la etapa republicana el gobernador
general Abelardo Gorrochotegui y los Presidentes Cristóbal Mendoza, Rafael
Urdaneta, José Tadeo Monagas, José Gregorio Monagas, José Ruperto Monagas,
Raimundo Andueza Palacio
En Torno a las Primeras Inmigraciones Vascas en Venezuela

Hablar de la presencia vasca más temprana en nuestro territorio venezolano, no


hay que olvidar a aquel autor caraqueño, emparentado con los Bolívar, según
atestigua el mismo, llamado Andrés Ponte (1881-1948). Fue él el que con más
afecto supo contemplar «lo vasco» precisamente en la señera figura del Libertador
americano.

Cuando se le lee, se ve que es él un autor bien documentado y con buen criterio,


en líneas generales. De ahí que no ignorase que la presencia vasca en su patria
venezolana no databa de sólo la presencia de los Bolívar, o -más de uno habría
caído en este error- a partir de la llegada de la Compañía Guipuzcoana y su
precursor Pedro José de Olavarriaga en el fecundo y tardío siglo XVIII, cuando con
ella marineros y batallones de soldados vascos arribaban a estas costas del Ca -
ribe para luchar, junto con los soldados venezolanos, en defensa de esas mismas
costas contra las incursiones inglesas, francesas y holandesas. Hay, pues, una
presencia vasca anterior, o -si se quiere- muy anterior. Efectivamente; puede afir-
marse, teniendo en cuenta las últimas investigaciones sobre el tema debidas al
prof. Boyd-Bowman, de la State University of New York, y concernientes a la
época que nos ocupa, que iría desde 1495 a 1519, que de toda la península
ibérica -Portugal incluido- el grupo más numeroso procedía, con un 49% del sur:
exactamente 2.688 individuos. La otra mitad procedía del centro peninsular,
mientras que Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya01, enviaban 233 inmigrantes
en aquel primer momento. Son vascos llegados desde luego a las costas vene-
zolanas, pero también al actual Puerto Rico, Santo Domingo y Panamá... mucho
antes, por lo tanto, del contingente, por ejemplo, de la Guipuzcoana.

Pero el concretar más e, incluso «personalizar» a través de los apellidos


claramente euskaldunes presentes en aquel grímer momento «antillano» -como lo
clasifica Boyd-Bowman-, pienso tendrá su interés para los actuales vascos

En la ortografía respeto la que presenta, obviamente, el autor citado.


que deambulamos por este país y acaso gara los que a estas alturas se
reconocen ya como «vasco-venezolanos». Para mayor claridad el autor
norteamericano distingue muy bien las distintas zonas vascas de las que proceden
aquellos pioneros, y así, de Vizcaya, cita a seis con el apellido Arteaga, dos con el
de Baracaldo, nuevamente seis con el de Orduña, cuatro con el de Zamudio, dos
que llevan el de Orozco, mientras que doce se nos presentan con el gentilicio
Vizcaino, si bien en este último caso sospecho que el prof. Boyd-Bowman -al igual
que otros autores- desconoce el hecho de cómo por entonces, y aun después,
«vizcaíno» equivalía, la gran mayoría de las veces, a lo que en tiempos actuales
llamaríamos «vascófono», o euskaldun. Si así fuera, no todos los que él registra
con el apellido Vizcaino procederían propiamente de Bizkaia sino de cualquier
zona vascófona, mucho más extensa por entonces que en nuestro siglo XX.

Entre los alaveses figura un Chaverri que por su variante oriental -verri podría ser
más bien guipuzcoano, navarro o, incluso, laburdino. Lope de Zaratia sería el
equivalente al actual alavés, muy clásico, Zarate... Mientras que Alegría, Anda,
Araya, Arriano, Gurendez(-iz), y otros bien conocidos como de Araba,
curiosamente son citados sin el patronímico. Aparece el famoso explorador
Pascual de Andagoya, nativo del valle de Koaríango, junto con el no menos
conocido Pedrarias. Hay un Lope Gogor de Elguea (gogor «duro»...), y un diputa -
do de primera hora Bertrán de Guevara, más otro encomendero Sebastián de
Guevara, un tal Sancho de Arriaga, nativo del valle de Gobía, más otros varios del
vecino Salinas de Añaha. Como de Gasteiz están: Juan de Arana, Pero de
Maturana, Bernaldino de Vitoria, Pero de Vitoria, un (sin nombre) Martínez de
Aberasturi, Lorenzo de Zozo (es decir, Zuazo). Y de la misma llamada Mateo Saez
de Zalduondo, más otros tres individuos con el apellido Zurbano.

Los guipuzcoanos, esecialmente variados, proceden de poblaciones tan


renombradas como Azkoitia, Azpeitia, Berástegi, Deba, Ondarribia, Gabiria,
Getaria, Ernani, Legazpia, Arrásate, Motriku, Olaso, Oñatl, Leniz, Rentería, del
mismo Donostia, y de Segura, Tolosa, Bergara, Ordizia...

Por error incluye el investipador Body-Bowman entre los guipuzcoanos a un


individuo de Erigoitia, que es Bizkaia.

Además Guipúzcoa es el apellido de cinco sujetos, mientras que Santa Clara, con
alusión a la isla de la Concha, figura como otro apellido, hoy -lo mismo que
Guipúzcoa- casi desconocido o extinguido. Curiosamente el de Salazar, típico de
la zona vasco-occidental, se presenta como el de un vecino de Segura llegado a
las Antillas en la misma época «antillana», Helusa consta como procedente de
Oñati, pero habría que pensar se trate de una Elosua por falsa transcripción.
Isasaga, venido de Ordizia, ocupará el cargo de teniente-alcalde de Cumaná, ex-
tendiéndose luego ese apellido toponímico por Venezuela y Colombia con notable
profusión.

El más repetido viene a ser Vergara, hasta catorce veces. No deja de llamar la
atención el antro-pónimo (nombre de persona) Estíbariz (de Oyardi), venido de
Bergara, nombre que venía conociéndose como de pila desde la baja edad media
continuándose hasta el siglo XVIII, y hoy rehabilitado por todo el ámbito vasco.

Aunque no faltan,son pocos los navarros que constan como venidos al nuevo
mundo, recién descubierto; en concreto Martín Duran Navarro, de Lizarra, que
luego interviene en la conquista de México. Miguel de Gorraiz, también de Lizarra;
Julián de Miranda de Arga con un convecino suyo. Luis de San Esteba, de
Azkoien, al parecer mercader; Juan Navarro, de Sangotza, mientras que Iñigo
López de Zúñiga, trinchante, Angelo Navarro y Juan Navarro, no especifican el
lugar de su nacimiento.

Como tampoco se hace constar el pueblo natal ni la zona de origen de los criados
Diaz, Urrizar, de los encomenderos Ezquerra (dos con ese mismo apellido),
Gambara, Ibarra, Eguizabal, de escribanos como Ibañez de Tbarra, Landa; gru-
metes como Enderiaza, Irumigarro; mercaderes como Aróstegui o los pilotos
Gambara y Urreta; los procuradores Olando; los de oficios varios Aguirre, Garay,
Monquecho, Barrenechea, Ochoa, Ochoa de Verazu, Ugarte, Uríbarri, y ese
apellido oscuro, pero repetido entre aquellos vizcaínos, Vendebal y también
Vendaba!.

Todavía el referido autor, hacia el final de su interesante libro, presenta, un


Apéndice con los resultados de su investigación en una relación inédita de 234
expedicionarios de aquellos mares del mundo de los cuales 30 son de claro origen
vasco, en igual número que los portugueses.
Si tenemos en cuenta las otras regiones vascas de Laburdi, Benabarra y Zuberoa,
hubiera sido de esperar el acto de presencia de algún representante de las
mismas, máxime teniendo en cuenta los marineros de la costa además de los
comerciantes y artesanos. Pero no es posible descubrirlos ni bajo la denominación
de «franceses»... Sí aparecen, en cambio, gentes de zonas adyacentes de Bizkaia
como Castro Urdíales y el valle de Mena, relacionadas habitualmente desde
antiguo con ella e incluso -caso del primero- integrado en algún momento de la
historia en el Señorío.

Me he ceñido a lo señalado al comienzo de estas líneas: al período «antillano», o


primitivo. Y concluyo dando a entender que, entre la población venezolana, se ha
dado en cierto número de casos una continuidad de aquellos apellidos euskéricos.
Pero para el que haya examinado las obras de Vicente de Amézaga (hoy
agotadas) El elemeno Vasco en el Siglo XVIII Venezolano (Caracas, 1966), y
Hombres de la Compañía Guipuzcoana (Caracas, 1967), le será fácil comprobar
que, para esas épocas posteriores, lo publicado por él es prácticamente definitivo,
y que muchos de los apellidos toponímicos allí recogidos no sólo son conocidos en
la Venezuela actual, sino que algunos de ellos -como Anzoátegui, Aramendi,
Arguindegui, Arismendi, Ibarra, Iribarren, Lecumberri, Urdaneta, Uztariz, etc., que
resalta Arístides Rojas, en cuanto compañeros de Bolívar, en su obra Orígenes
Venezolanos (Caracas, 1891)- han permanecido como emblemáticos en la historia
de este país suramericano.

Presencia Vasca en Venezuela

La parte correspondiente a la actual Venezuela no atrae en las primeras décadas


del siglo XVI a los navegantes de Vasconia, pues la colonización de Costa Firme
sigue otro rumbo, como lo representa el convenio de la monarquía española con
los Welsars, por el cual, aunque sin menoscabo de la soberanía, entrega al país
en feudo de explotación, como operación financiera para compensar los
préstamos hechos a las arcas del estado español. Fue la ilusión de hallar
Eldorado, el incitante mayor de la actividad de los Welsars o Belsares desde la
base de Coro, lo que impelió a la aventura. En los siglos XVI y XVII, el país ofreció
espacio hasta para las más .descabelladas hazañas, como la de Lope de Aguirre
(1511-1561), apellidado el Tirano, quien como remate de sus andanzas por el
Perú, Nicaragua y Bolívia, acompaña a Pedro de Ursúa (1526-1561) a su
expedición por el Amazonas, en 1560, en pos de Eldorado. A costa de terribles
violencias, alcanza la isla de Margarita, para volver al continente y terminar sus
días trágicamente en Barquisi-meto. Un vasco enloquecido por sus pasiones que
ha logrado triste fama.

Acaso hay que buscar la compensación de tanta tristeza en el hecho de que a


finales del siglo XVI se establezca en Venezuela el más importante linaje que ha
de brillar en su historia, en la persona del primer Simón Bolívar (15^2-1612),
vizcaíno, que encontramos en Caracas, en 1589, como Procurador General ante
la Corte y Primer Regidor Perpetuo de Caracas. Será el quinto abuelo paterno del
Libertador, con lo que se fija el destino de la futura Venezuela. En 1590 viaja a
España para llevar a cabo gestiones ante la Corona, de las cuales regresó con
éxito en 1592, pues trae la debida autorización para fundar un seminario de
gramática castellana, para cuyo cargo se nombra en 1592 a Juan de Arteaga, a
quien le sucede en 1594, también vasco, Simón de Basauri. La institución será el
punto de partida de la Universidad de Caracas. Aporta también el diseño del
escudo de armas para la ciudad de Caracas; y solventa el problema del trabajo
forzado de los indios, con la concesión de adquirir esclavos en África. En 1593 es
distinguido con el cargo de Contador General de la Real Hacienda.

Bastaría el hecho de haber incorporado el nombre insigne de Bolívar para


ponderar el aporte de sangre vasca a la tierra venezolana.

Pero es escaso de establecimiento de población vasca en el país,

Aunque se tienen noticias de haber llegado algunos grupos de vizcaínos a


Caracas a finales del siglo XVI. Aunque sin precisar datos, don Vicente de
Amézaga (1901-1969), el investigador moderno más importante de los vascos en
Venezuela, dice que a lo largo de los dos primeros siglos coloniales hasta el
primer tercio del siglo XVIII, se produce una "inmigración individual y esporádica
de vascos impelidos por el espíritu de aventura y el ansia de riqueza y bienestar
que impulsaban a superar las barreras que la estrechez de la tierra, la fecundidad
familiar y las restricciones de su peculiar legislación civil, celosa conservadora de
la casa solariega, imponían a los dinámicos hombres de un pueblo asentado frente
a los infinitos caminos del mar, maestro inigualado en la escuela del progreso, la
libertad y la convivencia humana».
Anota algunos nombres de vascos que aparecen mencionados en tiempos de los
primeros años venezolanos, como Sancho Ortiz de Urrutia y Juan de Urrutia,
quienes constan desde 1519 como armadores de viajes de rescate a la costa de
Cumaná; o Domingo de Zubizarreta, armador de las expediciones perleras de
Cubagua, en cuyas actividades aparece también Sancho de Lizaur, quien en 1525
obtiene licencia «para llevar a la isla de Cubagua un navio cargado de bastimentos
y otras cosas y mercadurías para proveer la gente que está en la isla, en la costa
de Tierra Firme, en el rescate de perlas...». Consta asimismo que Juan López de
Arrechulueta en 1526, es nombrado por Carlos V «veedor de Cubagua y la costa
de las perlas»; y a Martín de Ochandiano, Tesorero Real de la isla en 1527. Con
propósito de «balancear el apetito de riquezas», es nombrado en 1531 fray
Antonio de Bilbao guardián del monasterio de San Francisco de Cubagua.

Son gente vasca que participa en la fugaz etapa de los maltratados tesoros
perlíferos en la primera mitad del siglo XVI, en Cubagua, espejismo de una fortuna
que se perdió por haber sido malbarata. Los nombres vascos se relacionan
ocasionalmente con esta historia de escasa duración. Más adelante encontramos
muchos apellidos de linaje vasco «en los días aurórales de Caracas», en los pri-
meros tiempos de su fundación en 1567: Diego de Henares Leza-ma, de
Baracaldo «quien diseño el plano de la primitiva urbe caraqueña»; y a Sancho del
Villar, «uno de sus primeros alcaldes»; y en 1585 es secretario de Gobiernación
de Caracas Juan de Amézaga. Otros apellidos vascos surgen en la primitiva
Caracas: Bartolomé de liurasabcl, Diego de Leguizamón, Sancho de Urquicta, To-
más de Aguirre, Alonso de Uríá, y un grupo notable antes de 1600.

Si Alonso Andrea de Ledezma es de nación vasca, como ha documentado don


Manuel Pinto, el acto más heroico de la historia colonial venezolana, el de haberse
opuesto solo, caballero con su lanza, al saqueo de Caracas por parte del corsario
Amias Presión, el 27 de mayo de 1595, tendría el pueblo vasco el primer timbre de
heroísmo del pasado venezolano, pues «su nombre no podrá callarse sin agravio
de toda la posteridad», ya que sacrificó su vida en el empeño quijotesco. Fue
sepultado «con aquellas señales de respeto que inspira el patriotismo a los
mismos enemigos», al decir de Andrés Bello.
Traslada Vicente de Amézaga de los viejos documentos del Archivo General de la
Nación y del Registro Principal de Caracas una ristra de nombres vascos que
viven y actúan en la geografía venezolana a lo largo del siglo XVII y primer tercio
del XVIII, antes de la emigración masiva de pobladores vascuences que se
establecen en Venezuela al crearse la Compañía Guipuzcoana de Caracas. He
aquí la relación: Tomás de Aguirre, alcalde ordinario de Caracas; Martín de
Zabala, «abaliador» de perlas en Caracas junto con el capitán Juan de Echebarría;
Bernabé de Oñate Mendizábal, tesorero de Su Majestad en la gobernación en
1606; Sancho de Alquiza, fallecido en 1619, fue gobernador y capitán general,
entre 1606 y 1611, cuyo nombre deformado en «Sancho Orquiz» designa todavía
hoy una hacienda en el Monte Avila, la cordillera que protege a Caracas.

Figuran otros nombres como los de Muxica y Butrón, los Vi-lella; los Ladrón de
Guevara, del linaje de los condes de Oñate; loi capitanes Arteaga, Aguirre Gresala
y Sancho de Zuazo. Fue encomendado don Juan de Landaeta, «natural de la Villa
de Bilbao on el señorío de Vizcaya», apellido de extensa prosapia en Venezuela.
En la ciudad de Mérida, en los Andes venezolanos, consta oí apellido Uzcátegui,
también linajudo en vastagos ilustres; del mismo modo que los Anzola en
Barquisiineto y los Ochagabía en Ba-rlnftB. Y en todo el ámbito de Venezuela
otros apellidos que perdurarán en el devenir venezolano: los Mendoza, los Ayala,
los Urbi-na, los Ibarra, los Veroiz, los Pagóla, los Arechederra y los Arguinzoniz.

A partir de 1730 cambia sustancialmente la contribución de pobladores vascos a


Venezuela. Con la Compañía Guipuzcoana de Caracas, creada por Felipe V en
1728, cobrará un nuevo sesgo, en volumen y en trascendencia, la relación entre la
gente vasca y Venezuela. Es un capítulo nuevo y singular de la historia al mundo
hispánico.

Basta consultar la obra de Vicente de Amézaga y Aresti,H/ elemento vasco en el


siglo XVIII venezolano, editada en 1966 en la oportunidad del Cuatricentenario de
la fundación de la ciudad de Caracas, para darse cuenta de la inmensa
importancia que va a tener la acción de los vascos en Venezuela, a partir del
segundo tercio del siglo XVIII.

En las Jornadas que organizó la Fundación Banco de Vizcaya, en octubre de


1988, se trató el tema de la Compañía de Caracas en todos sus aspectos, lo que
me excusa de tratarlo ahora en detalle. Deseo sólo repetir la conclusión a que se
llega con el examen de la significación histórica de la institución creada en 1728 y
disuelta en 1785. Dura dos tercios del siglo XVIII y los efectos que produce en
Venezuela son radicales. De un país pobre al comienzo de la centuria se llega a
su final con una comunidad sólida, estructurada, rica y productiva, capaz
intelectualmente de llevar adelan-^ te a principios del siglo XIX los fundamentos de
la emancipación hispanoamericana.

Enjuicia la acción de la Compañía, con criterio equilibrado, Andrés Bello (1781-


1865) en el Resumen déla historia de Venezuela, que escribió en 1809-1810, en
las mismas vísperas del movimiento de independiencia, con las" siguientes pala-
bras: «La Compañía Guipuzcoana fue el acto más memorable del reinado de
Felipe V en la América. No podrá negarse nunca que este establecimiento fue el
que dio impulso a la máquina que planteó la conquista y organizó el celo
evangélico. Los conquistadores y los conquistados reunidos por una lengua y una
religión en una l'ttinlllii, vieron prosperar el sudor común con que regaban en
beneficio de lu madre patria una tierra tiranizada hasta entonces por el monopolio
de Holanda.» Enumera los beneficios que se de-rlvuron pura Venezuela de la
acción de la Compañía y ensalza en varios pasajes «la actividad agrícola de los
vizcaínos», y señala asimismo «la laboriosa industria de los canarios», para
concluir que «hurlan siempre apreciable la institución de la Compañía
Gulpuzcoana».

Para poner en marcha la Compañía se requería tanto del elemento material como
del humano. La Compañía sistemáticamente no empicaba en sus almacenes y
barcos sino oriundos de Vizcaya. Lo que trae como consecuencia que se
multiplique la presencia de vascos en Venezuela, una masa en número muy
considerable, de los cuales registra tres mil doscientos sesenta apellidos don Vi-
cente de Amézaga en su obra El elemento vasco en el siglo XVIII venezolano
(Caracas, 1966), que son apellidos vivos en las historias del país hasta nuestros
días. La finalidad del excelente trabajo de Amézaga está consignada en estas
palabras: «para que pueda ser grato a los millares de hijos de Venezuela por
cuyas venas corre la sangre de esos hombres que al afincar en esta tierra
generosa, prestaron su aliento y muchos de ellos ofrendaron sus vidas a la
superior empresa de la independiencia nacional».
La relación de las personas reseñadas, en perfecto orden alfabético, señala en
cada caso los datos de identificación y la circunstancia de su ida a Venezuela, y le
añade la indicación de la fuente histórica utilizada. Una obra ingente que merece
la gratitud de los estudiosos de la historia del país.

Junto a esta obra sustancial para el estudio del tema, publicó Vicente de Amézaga
otra investigación de gran valor: Hombres de I» Compañía Guipuzcoana, Caracas,
1963, al que me cupo el honor de ponerle un prólogo a petición del autor. Forma el
libro un conjunto de monografías interpretativas de las figuras más eminentes que
actuaron durante la vida de la Compañía. Analiza minuciosamente la obra que
realizaron en Venezuela. El libro distribuido en Míete capítulos trata de las
personalidades de Pedro José de Olava-rrl»gtt(m. 1735), José de Iturriaga (1699-
1767), José de Amenabar (muerto en 1784), los hombres de libros, Fermín de
Sansinenea,

Pedro de Berástegui (m. 1785), y los cultivadores (Pablo de Oren-dain [m. 1780],
Antonio de Arbide, Manuel de Arbide, y otros). Estudió además, monográficamente
la personalidad de Vicente Antonio Icuza (1737-1785), en estudio publicado en
Caracas, 1966. Discurren en su análisis un gran número de vascos que inter-
vinieron en las actividades de la compañía, cuyos apellidos encontraremos de
nuevo en la historia de Venezuela, muchos de ellos como actores eminentes en la
empresa de la emancipación, tanto como en puestos destacados en la sociedad
venezolana del siglo XIX y aun en nuestro tiempo. Una labor impresionante la
realizada por Vicente de Amézaga, que vale por la mejor autenticación de la tras -
cendencia de la emigración vasca a Venezuela, obra realizada con amor y con
extraordinaria competencia de historiador, dedicado a esclarecer la verdad sobre
testimonios documentales.

Durante el siglo XIX sigue la corriente emigratoria individual de vascos hacia


Venezuela. Encontraban terreno propicio para desenvolverse en la tierra de
Bolívar, donde siempre han mantenido el prestigio de ser gente esforzada,
honesta y trabajadora. Puede seguirse el testimonio de empresas e iniciativas en
todo el ámbito geográfico de la nación.

Llegamos ya al otro gran aporte de sangre vasca en nuestro siglo, como


consecuencia de la guerra civil peninsular (1936-1939). La emigración posterior a
1939 a las distintas Repúblicas hispánicas fue masiva y distribuida por todo el
continente americano. Más numerosa en México, Argentina y Chile que en los
otros países, desde luego. Con la característica de que se expatriaban familias
enteras, en contraste con el tipo habitual de las emigraciones anteriores desde el
siglo XVI, que era de individuos, de personas que perseguían o el proceso
económico («el hacer fortuna») o en busca de la aventura, siempre con el anhelo
de libertad. Ahora no; son núcleos familiares enteros que van en pos de una nueva
patria, condición que hace más sólida y perdurable la emigración, pues procuran
integrarse en los países que los acogen.

Venezolanos que a lo largo del tiempo han manifestado su simpatía por las
bondades de los inmigrantes vascos en Venezuela. Son muchos los autores de
elogios a los pobladores de Euzkadi que se integraron a Venezuela, pero hay dos
cuya mención no puede eludirse: Arístides Rojas (1826-1894) y el gran meridéño
contemporáneo Simón Gonzalo Salas.

Los vascos y el espiritu de Venezuela

A los cuatro siglos de su fundación el castellano capitán don Diego—culmilando la


epopeya El Tocuyo-Los Caracas con tres subalternos: Agorreta, :hoa y
Arteaga, vizcaínos los tres

Su cuatricentenaria conmemoración, de aquel espíritu de las élites caraqueñas


de tiempos muy idos, supone remon-a una pequeña villa vasca donde se m
ciertos personajes muy ilustra
Eran hombres que no querían lirnitarse al ocio cultivado sino que intenta ensayar
medidas de mejoramiento económico y cultural más allá de su propia patria. Y
uno de estos patrióticos que ya vivió en América —Ola-preparado estaba a "la
compren-y hasta la oscura simpatía con las nones indígenas en plan de cas-
irse por la conquista", rigor, el cónclave del Gran Conde lunibe de apellido— en
aquella villa Azcoitia regida por un alcalde —Altu-amigo íntimo del autor de
Emilio :/ Contrato social, era una reunión de íuritos" elegante y deliciosamente
idos.

Este círculo que se reunía | torno del ilustrado Conde de Penaflorida terco y tenaz
—como buen vasco— no paró hasta el remate de su sueño, laba animado por un
intenso deseo regenerar todo lo regenerable. Pre-su tertulia "un cierto espíritu
de :rial pireneismo" ya que las figuras intervinieron en la acción directora la nueva
casta —borbónica—, eran idos de la Vasconia boscosa, baluarte una libertad que
se labró en rocas igrentadas como las de Gordexola y Y cuyos antiguos Fueros
los res-con sagrado celo, aquel taciturno V, primer borbón y sobrino del leseo Luis
XIV.

Siglo XVIII, donde se hizo el es-de Venezuela, fue el País Vasco, la nación con
todas las caracterís-de una auténtica nacionalidad, in-ida en el septentrión de la
ibérica sula, quien primero asimiló la filo-prerevolucionaría de los enciclope-anglo-
franceses. Y serían hijos tierra donde nació el Iñigo acometedor de una
empresa que aún tiene eficacia universal, los encargados de transmitirla a
América, comenzando por la provincia más atrasada del indoamerica-no
continente. Esa agua viva de los ideales del enciclopedismo — decía un talentoso
escritor que murió con el cerebro destrozado— fluyó desde Vasconia hasta
América a través del acueducto vivificante de la Ilustración, y halló en la Nueva
Andalucía (con tal rótulo se saludó el desembarco en suelo venezolano del primer
nauta hispano, Alonso Ojeda, el año de 1499) una tierra porosa en la cual pudo
acumularse para salir de nuevo a la superficie cuando ya en la fuente originaria del
movimiento habían sido olvidados sus altos empeños. En ambos extremos de este
acueducto ideológico se hallaban las familias que ocupaban la cima social de
Venezuela (Ustáríz, Aristiguieta, Eraso, Ibarra, Ariza, Berroterán, Larrazábal,
Uzcátegui, Landaeta, etc., etc.) y el País Vasco de los Munibe, Iturriaga, Areizaga,
Arteaga, Altuna, Lapatza..., jaunes (señores) que habían abierto el camino al
pensamiento libre en aquellas tertulias azcoitianas presididas por el Conde de
Peñaflorida. El propio Simón Bolívar —afirma el ensayista diplomático, amigo
íntimo del filósofo bilbaíno don Miguel— tenía todas las luces del XVIII, ideal
elaborado en Venezuela con más intensidad que en parte alguna, por aquellos
vascos que a ella arribaron, a bordo de la fragata "San Ignacio" un día cualquiera
de agosto de 1730, tentados no sólo por su riqueza potencial sino también tras la
búsqueda de una libertad distinta y posible en la Nueva Andalucía del cacao y
otras aromáticas especies.

Y si la revolución francesa suspendió el desarrollo del organismo de pensamientos


de la Ilustración en la península ibérica, en los remotos valles del cacao
americano, pozo de los restos de la Real Compañía Guipuzcoana, en América, la
evolución no se detuvo, sino que siguieron las ideas su curso, enfureciéndose en
vez de debilitarse, al pasar por los charcos de sangre de las degollaciones
francesas.

"Desde la primera arboladura que abandonó el puerto vasco de Pasajes, hasta el


postrer cartucho que se quemó en la batalla de Ayacucho, se va cumpliendo una
fatalidad histórica; realízase el proceso del racionalismo que nace tímido, balbu-
ciente y bienquisto de la superiodidad, que se acrece, se vigoriza, sube a las emi -
nencias de la ambición, ve al pasado como enemigo, mormonea, critica, final-
mente le acomete, le apuñala, se traba en abrazo de pelea de dos épocas,
viértese la sangre, hay ruinas y, sobre el campo desolado, la razón pura finaliza
por edificar la arquitectura independiente de América. En el cometido histórico es
un hecho que el primer piloto de Guipúzcoa, que encara con los valles del cacao,
hasta la figura, que corona la cima del empeño, el Libertador, hay un organismo de
esfuerzo en que una idea con la fatalidad de un astro, comienza a pestañear
destellos, alegra con sus guiños las luces, se le saluda con su nombre de
Ilustración, avanza hacia el planeta del pasado, tíñese de rojo y se le da nombre
de Libertad".

En esa edificación de la arquitectura independiente de América, como magis-


tralmente señala, describe y poéticamente canta Ramón de Basterra, enorme y
decisiva fue la influencia de aquellas consignas civilizadoras trasplantadas a Ve-
nezuela por los asociados del roussoniano Conde que rezaba todas las noches el
rosario. Aquel Munibe fundador de una empresa: Real Compañía Guipuzcoana de
Caracas, cuyos factores —algunos educados en universidades francesas—
introdujeron en Venezuela el culto a nuevas ideas que "hacían torcer el gesto a los
inquisidores".
Ahondando en la historia de aquel medio siglo de colonización vasca en
Venezuela, no sería difícil descubrir el secreto —o el origen— del por qué se creó
en Caracas, puerta abierta de América a la cultura europea durante el siglo XVIII,
y no en otras capitales de virreinatos o generales capitanías, un medio tan maduro
para los ideales de la tremebunda revolución que consumó la independencia de
las provincias del Imperio Hispano,

Palabras venezolanas respecto de los vascos

La pluma culta, ameno y liberal del formidable escritor venezolano. Casto


Fulgencio López, autor de "Lope de Aguirre, El Primer Libertario de Venezuela" y
otras importantes obras, tiene mucho escrito acerca de las andanzas de los
vascos en este acogedor país. No podíamos, pues, presentar esta revista sin
recoger en ella siquiera sea unos breves palabras de quien fue tan generoso con
nosotros. Saludamos agradecidos al buen escritor, al ameno historiador y he aquí
una pequeña muestra de sus escritos.

La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas tuvo su origen en la floreciente


noción vasca de 1723. Un hijo ilustre de Guipúzcoa, el Conde de Peñaflorida,
concibió la ideo de crear una empresa naviera que llevara a España los frutos de
la Capitanía General de Venezuela, trayendo los géneros necesarios oí consumo
de los tierras venezolanas. Felipe V concedió el privilegio dando a lo Compañía el
monopolio del cacao y los poderes para perseguir y capturar el contrabando y
aprovechar el corso.

Los detractores sistemáticos de España han atacado en todas las épocas el


establecimiento de lo que se consideró como una explotación onerosa y un odioso
monopolio, cuando es lo cierto que fue éste el paso más acertado que dio el
Gobierno de España en favor del desenvolvimiento, no sólo comercial y agrícola
sino cultural y político de Venezuela.

El establecimiento de la Compañía de Caracas vino a cortar de raíz el


contrabando de los corsarios holandeses, el saqueo de los galeones ingleses y
todas las secuelas de estos actos da vandalaje desmoralizadores del espíritu de
uno nación en desarrollo. El fomento de la agricultura con la compra asegurada de
los frutos del país; la introducción de nuevos cultivos; el mejoramiento urbano de
puertos y ciudades, con el establecimiento de almacenes, depósitos, calles, etc.
vino a cambiar la faz de la Capitanía, convertida de la noche a la mañana en
centro activo de vitalidad. Los medios de comunicación con España re-

ducidos o una nave anualmente, aumentaron con el intenso tráfico marítimo que
estableció la Empresa. Los puertos principales, y especialmente La Guaira,
cambiaron su modorra tropical y su quietud de muerte, en un movimiento febril
traducido en trabajo y bienestar para sus habitantes. Pero hubo algo más valioso
que el beneficio material alcanzado por estos pueblos, gracias a la Empresa vasca
y esto fue el beneficio moral, el lastre de civilización, de cultura y de civismo que
trajeron los vascos a Venezuela, o bordo del "San Ignacio", el "San Joaquín" y "La
Guipuzcoana", primeros barcos que echaron anclas en el puerto de La Guaira por
el mes ds agosto de 1 730.

El vasco es hacendoso, honesto, sobrio. Quien haya viajado por tierras de España
advierte enseguida la diferencia ds vida y costumbres que distinguen o Vizcaya,
Álava, Navarra y Guipúzcoa de las demás provincias ibéricas. El País Vasco es
como una España depurada, el arquetipo hispano con todas sus virtudes raciales:
trabajo, corrección, independencia, religiosidad, arte. Y eso trajeron a América los
naos de San Sebastián; y eso dejaron en La Guaira los barcos que don Ramón de
Basterra llama tan acertadamente "Los Navios de la Ilustración".

Y dejaron, además, un grito libertario enredado en los almendros de Macuto y en


los jobillos de Río Arriba. Entre los fardos de sedas y terciopelos, en los huacales
de pasas y ciruelas y entre las cajas de esencias y baratijas, venían de relleno las
¡deas revolucionarias de los enciclopedistas, los pensamientos elevados de los
Caballeritos de Azcoitio y las reivindicaciones ciudadanas que apuntaban en la
"Real Sociedad de Amigos del País" con el fomento de las industrias, la agricultura
y la cría. El espíritu independiente y cultural del vasco, preparó en La Guaira el
clima que había de amparar el movimiento libertario de América, con la rebelión
del guaireño José María España, abono y semilla de la independencia continental
que realizó el Otro, vasco de sangre y de pujanzas.

Etimologias de apellidos Vascos en Venezuela


De un total de mas 2.500 fichas recopiladas hasta la fechaeleimos lagunas
docenas que en su variedad de empleos, profesiones, y vecindades, creemos
pueden dar una idea de la importancia el elemento vasco en el siglo XVIII
venezolano

AGXJINAGALDE

"Lado o región de Aguinaga". Es decir, de la casa Aguinaga que, a su vez,


significa, "el lugar del tejo", de agin, tejo y el sufijo ~aga. xavier de aguinagalde.
Natural de Azpeitia (Guipúzcoa). Cabo a Guerra de! Valle de Chuao. Año 1770. R.
C. G. - Año 1771.

AIZPURUA

"La cima de la peña". De aitz, peña, y burú, cabeza, cima, más el sufijo -a, la.
nicolás de aizpurua. Factor principal de la Real Compañía Guípuzcoana por los
años 1736-1744. R. C. G. - Tomo I, f. 160, etc.

ÁLZATE

"El puerto o paso de los alisos". De altza, aliso, y ate, puerto, paso, garganta o
desfiladero. domingo de álzate. Tercer piloto de la nave de la R. C. G. "Nuestra
Señora de los Dolores". Año 1767. "Hijo de Gerónimo, natural de los Pasajes, en
la Provincia de Guipúzcoa". Soltero, de 26 años de edad. A. N. C. - R. G. C. - T.
XVIII, f. 16.

AMENABAR

"El quejigo abigarrado". De ametz, quejigo, y nabar, abigarrado.

josé de amenabar. Factor principal de la Real Compañía Guípuzcoana. Años 1772


al 1784. Natural de Azpeitia (Guipúzcoa), "hijo legítimo y de legítimo matrimonio de
don Antonio de Amenabar y de doña Antonia de Zuloaga, ya difuntos, naturales y
vecinos que fueron de dicha Provincia". R. C. G. - Apéndice, T. IV.

ANZOLA
"Choza de borregos". De antzu, borrego, y ola, choza, cabana.

joaquín de anzola. Natural de Motrico (Guipúzcoa). Marinero del jabeque "San


Rafael", corsario de la Real Compañía Guipuzcoana. Año 1769. R. C. G. - T. XX, f.
239.

ANZOATEGUI

"El sitio o casa de Anzola". De Anlzola y el sufijo tegi, sitio o vivienda. agustín de
anzoategui. Factor de la R. C. Guipuzcoana en Puerto Cabello por el año 1755.
R. C. G. - Apéndice, I, 18.

ARAMBURU

"Cima o límite del valle". De aran, valle, y buru, cima y también límite. juan
martín de aramburu. Maestro de las obras de fortificación de Puerto
Cabello, en 1775. Gob. y Cap. Gral., T. XVII, f. 100.

ARBIDE

"Camino de piedra". De arri, piedra, y bidé,

camino.

antonio de arbide. Traído por la Guipuzcoa-

na, juntamente con Orendaín, para el cultivo

del añil en los valles de Aragua. Ver. DIVER-

SOS, Tomo LIX, f. 66, etc. ARAGUA, Tomo

XX, f. 125, etc.

ARISMENDI

"Monte de robles". De aritz, roble, y mendi,

monte-
micuel de arismendi. Residenciado en La

Asunción, como Alguacil Mayor, Fiel Ejecutor,

Regidor y Alcalde de la Santa Hermandad que

fue en la isla de Margarita, en 1785 y 88. Resi-

dencias. - T. LIV, ff. 302, 393.

ARRIAGA

"La piedra o lugar de la piedra". De arri, piedra, y el sufijo -aga.

julián de akriaga. Gobernador y Capitán General de Caracas, los años 1749-1751.

ARRIBILLAGA

"Lugar de guijarros". De arríbil, guijarro, y el sufijo -aga.

tomás ignacio de arribillaga. Natural de la "Noble y Leal Villa de Goizueta, reyno


de Navarra", residente en Venezuela. Reg. Praí. -Test. Año 1771. Tomo H. I.

ARTOLA

"Cabana de ovejas". De ardí, oveja, y ola,

cabana.

josé tomás de artola. Natural de Ernani.

Marinero de la balandra corsaria "Santa Ger-

trudis", de 27 años de edad en 1778. R. C. G. -

T. XXXV, f. 309.

BASAZABAL

"Bosque ancho". De baso, bosque, y ancho.


ignacio de basazabal. Cabo principal a guerra y Juez de Comisos en la ciudad de
Carora. Nombrado después por el gobernador Lardi-zabaí Teniente Justicia mayor
de la ciudad de San Felipe, se produce en dicha ciudad una sublevación contra él,
a poco más del mes de su llegada, el año 1740.

BERROETA

"Los jaros o setos". De berro, jaro, seto cercado, y el sufijo pluralizador -eta.
francisco de berroeta. Vecino del valle de San Sebastián de Ocumare, por el año
de 1769. R. C. G. - Apénd. 111, 298.

BERROTARAN

De Berroetaran, es decir, el valle de Berroet De Berroeta, ya explicado, y aran,


valle. miguel de derrotaran. Marqués del Valle ( Santiago. Residenciado en la villa
de San Lu de Cura, como Teniente Corregidor y Justic Mayor que fue del pueblo
de Turmero, en 176 Residencias. T. XXXII, ff. 160 y 238.

CAREAGA

"La Cal" o "lugar de la cal", de kare, cz juan antonio de careaga. Capitán de Infai
tería. Natural de Albistur (Guipúzcoa). "G mandante del Corso de los
Guardacostas de esi Provincia", en 1788. Gob. y Cap. Gral. - ' XXXVIII, f. 308.

DORRE

"Torre".

miguel tomás de dorre. Deudor de la R. < G. Dueño en Caracas de dos tiendas de


me cería que le son embargadas, mientras él paí a vivir en el convento de Nuestra
Señora de '. Merced. R. C. G. - T. IX, f. 1.

BERASTEGUI

"Herba!". De berar, hierba, y tegi, lugar. antonio de berastegui. Vecino en 1756


d puerto de La Guaira y que "lleva en Venezuel doce o trece años". Registro
Principal. - Tes Año 1755. Tomo M.
ECHEBERRIA

"La casa nueva". De etxe, casa, berri, nuev; y el sufijo -a, la. '' martín de
echeberria. "Oriundo del valle d< Baztan (Navarra) y actualmente vecino ed est
ciudad de Caracas". Fallecido en 1770 y sepu tado en la capilla de Nuestra
Señora de la St ledad, en la iglesia de San Francisco. Legó a 1 dicha capilla 3.000
pesos, "mil para que se hag una fiesta cada año en su octava y dos mil paí un
frontal de plata para su altar". Era dueñ de la fragata "Santo Cristo de la Vera
Cruz" ; a medias con su hermano Fermín, de la "Caí delaría". Reg. Pral.
Testamentarías. - Año 177' Tomo E.

ECHEGARAY

"Casa alta". De etxe, casa, y garai, allí cimera.

joaquín de echegaray. Natural de San St bastían, Guipúzcoa, de 34 años de edad.


Mar ñero que fue de la balandra corsaria de la Res Compañía Guipuzcoana "San
Antonio y Sa Carlos", varada y perdida en la isla Orua e 1770. R, C. G. - T. XXIII, f.
157.

ECHEZARRETA

"Casas viejas". De etxe, casa, iarr, vieja, y el sufijo pluralizador -eta.

pedro miguel de echezarreta. Patrón de la lancha corsaria "Santa Gertrudis", de la


R. Compañía Guipuzcoana. De 24 años en 1776. R. C. G. - Torno XXXI, f. 206,
etc.

EGUREN

"Límite o linde de la ladera". De egi, ladera, y guren, límite.

manuel de eguren. Maestro carpintero de ribera que sale de La Guaira con deslino
a Cumaná solicitado por esa Comandancia, de orden superior, en enero de 1776.
Gob. y Cap. Gral. - T. XVII, f. 241.

ELEIZALDE
"Junto a la iglesia". De eleiz, iglesia, y alde, próximo a.

josé de eleizalde. Escribano público en Ca-lacas, el año 1768. Reg. Pral. Test.
Año 1768. Tomo D.

ELORMENDI

"Monte de espinos". De elorri, espino, y mendi, monte.

juan bautista de elormendi. Maestro mayor de carpintería, encargado del


reconocimiento de Maderas en Guayana y Trinidad. Se encuentra en Cumaná, en
mayo de 1778. A. N. C. Intendencia. - Tomo V, f. 9.

ELOSUA

"Espinal". De elorri, espino, y el sufijo abun-dancial -zu.

agustín de elosua. Representante de la R. C. G. en el servicio de correo de


Venezuela a Puerto Rico, año 1777. R. C. G. - T. XXXIV, f. 60.

ERASO

Villa de Navarra. Probablemente de ira, helécho, y el sufijo so.

josé agustín de eraso. Factor de la Real Compañía Guipuzcoana en La Guaira, en


1771. R. C. G. - T. XXIII, f. 269.

ESTENOZ

El primer elemento es, posiblemente, esteren, torrente. En cuanto a la terminación


-oz, frecuente en nombres de poblaciones navarras, podría ser aquí otz, frío. felipe
remirez de estenoz. Natural de Es-tella (Navarra). Brigadier de ios Reales Ejér-
citos. Capitán General y Gobernador de Caracas en los años 1757-63. Antes
había desempeñado igual cargo en la isla de Puerto Rico, donde se le recuerda
por haber sido el introductor del cultivo del café.

GALARMENDI
"Monte de árboles secos". De galarr, árbol seco, y mendi, monte.

tomás de galarmendi. Capitán del navio "Nuestra Señora del Coro", de la R.


Compañía Guipuzcoana. Año 1731. R. C. G. - Tomo I, f. 9.

"La casa de arriba". De goi, arriba, alto, -ko, sufijo locativo equivalente al de
español, y eíxea, la casa.

martín de goicoechea. Factor de la Real Compañía Guipuzcoana. Años 1758-


1772. R. C. G. - T. VI, f. 175.

GOIZUETA

"Los puentes de arriba". De goi, arriba, zubi, puente, y el sufijo pluralizador -eta.
Es Goizu-bieta en documentos antiguos. juan manuel de goizueta. Factor Principal
de la Real Compañía Guipuzcoana en La Guaira. Años 1744-1749. R. C. G. -
Apéndice, T. I, f. 440.

GUISASOLA

"Retamal". De gisais, retama, y el sufijo derivativo local ola.

josé antonio guisasola. Armero de los Batallones de Milicias del valle de La


Victoria. Intendencia. - Tomo XII, f. 344.

GURRINDO

"Madroño". Contracción de Gurbiondo. josé de gurbindo. Cirujano del Hospital


de la Real Compañía Guipuzcoana, por los años de 1758. Registro Principal. -
Test. Año 1755. Tomo M3, f. 293.

HEREINOZ

De ereñotz, laurel

manuel de hereinoz, fallecido en Caracas el año 1768, dejando por heredero a


Nicolás de Jauregui, también residente en Caracas, "en atención a que en el
Señorío de Vizcaya, Patria del relacionado don Manuel (éste) no tenía herederos
forzosos". Registro Principal. - Test. Año 1768. Tomo H. I. M.
HUICI

Lugai del valle de Larraun, en Navarra. Por la variante Ubici podemos colegir se
trata de Ur-bizi, esto es, agua viva.

josé antonio de huici. Comisionado de plantaciones de tabaco cura seca en


Guanare, por el año 1785. A. N. C. Gob. y Cap. Gral. -T. XXXI, f. 180.

ICUZA

"Higueral". De iku, variante de piku, higo, y el sufijo abundancial -iza.

vicente antonio de icuza. Capitán de la balandra corsaria "Nuestra Señora de


Aran-zazu" en 1765 y Comandante durante varios años de los corsarios de la Real
Compañía Guipuzcoana. R. C. G. - Gob. y Cap. Gral. R. O., etc.

INCHAURRANDIETA

"Los nogales grandes". De intxaur, nogal, andi, grande, y el sufijo pluralizador -eta.
josé ignacio de inchaurrandieta. Natural del valle de Oyarzun (Guipúzcoa).
Segundo cirujano del navio de la Real Compañía Guipuzcoana "Nuestra Señora
de los Dolores". Año 1767. R. C. G. - T. XVIII, f. 16.

INCIARTE

"Entre cenagales". De intzi, variante de aintzi, cenagal, aguazal, y el sufijo -arte,


entre. sebastián de inciarte. Natural de Irún (Guipúzcoa), de 51 años de edad en
1769. Marinero corsario de la R. C. G. Actúa como testigo en información abierta
en Puerto Cabello en setiembre de ese año. R. C. G- - Tomo XXI, f. 96.

"Senda, vereda".

martín josé de inda. "Hijo de Francisco de Inda y de María Josefa de Huici, marido
y mujer legítimos que somos de esta Noble y Leal villa de Andoain, en la M. N. y
M. Leal Provincia de Guipúzcoa, Obispado de Pamplona". Muerto en la costa de
Coro en 1770. Reg. Pral. Test. Año 1771. Tomo H. I.
INTZA

"Juncal".

antonio de inza. Castellano y Justicia Mayor

de La Guaira. Año 1733. R. C. G. - T. I, f. 30.

IRAZABAL

"Helechal ancho". De iratza, helechal, y zabal, ancho.

josé antonio de irazabal. "Único sujeto inteligente en el asunto (ganado vacuno)


que se halla en este puerto". La Guaira. 1778. R. C. G. - Leg. sin encuadernar.

IRIARTE

"Entre villas". De iri, villa, poblado, y arte, entre.

nicolás de triarte. Natural de Fuenterrabía (Guipúzcoa), de 37 años de edad en


1771. Debe declarar por intérprete puesto que ignora el idioma español. Marinero
de la fragata "San Miguel", de la R. C. G. Aren. Gen. de la Nación. R. C. G. - Tomo
XXIV, f. 16.

IRIBARREN

"Parte baja de la villa". De iri, villa, y barren, parte baja, inferior.

juana josefa de iribarren. Esposa de Juan de Azpilcueta, Factor de la R. Compañía


Guipuzcoana en Maracaibo, y viajando con él a bordo de la goleta "Pincela", de la
R. C. G., en noviembre de 1772. Gob. y Cap. Gral. - Tomo XII, f. 143.

IRIONDO

"Junto al poblado". De iri, poblado, villa, y el sufijo -ondo, junto a, próximo. juan
josé de iriondo. Administrador de Real Hacienda de Barquisimeto. Se casa en El
Tocuyo con doña María Josefa de Vizcaya. Agosto, 1781. Intendencia. - Tomo XV,
f. 11.
ISASTI

"Retamal". De isats, retama, y el sufijo -//, variante de -di tras silbante.

Contralor de presidiarios que solicita se le nombre sobrestante de los mismos, lo


que se recomienda "por ser sujeto a propósito y acreedor a lo que pretende".
Puerto Cabello, junio de 1776. Gob. y Capitanía Gral.

ITURRIAGA

"Lugar de la fuente". De iturri, fuente, y el sufijo locativo -aga.

josé de iturriaga. Director principal de la Compañía Guipuzcoana. Colaboró en


1739 y 1743 en la defensa de La Guaira y Puerto Cabello contra los ingleses.
Autor, o, al menos, firmante, del célebre "Manifiesto" editado por dicha Compañía
en 1749. Jefe de la Expedición de Límites de 1750 y, finalmente, Comandante
General del Orinoco. Fallecido en 1767, en la isla de Margarita.

LADRÓN DE GUEVARA

Apellido compuesto tomado del personaje de este nombre, Señor de la casa de


Guevara, "Conde por la gracia de Dios y Príncipe de los navarros".

manuel ladrón de guevara. Maestre del navio "San Ignacio", de la R. Compañía


Guipuzcoana, que el 18 de agosto de 1767 salió de La Guaira para San Sebastián
(Guipúzcoa). Reg. Pral. - Año 1767. Tomo G. L. N. R.

LANZ

Pueblo de Navarra. Viene de latí, trabajo y. por extensión, tierra laborable.


francisco antonio de lanz. Notario público en Caracas, en 1780. R. C. G.
- XXXVII, f. 170.

LARDIZABAL

"Zarzal ancho". De larr, zarza, el sufijo locativo -di, y el adjetivo zabal, ancho.
martín de lardeaban "Del Consejo de S. M. electo Alcalde de su Casa y Corte,
Gobernador y Capitán General de Caracas, de 1732 a 1737.
LARRALDE

"El lado o región del pastizal". De larre, pastizal, de1.esa, y el sufijo -alde que
denota lado, región.

juan larralde. Nombrado para traducir documentos escritos en francés. (Tai vez
por ser vasco originario de la parte sometida al estado francés, donde abunda ese
apellido). 1751. R. C. G. - T. IV, f. 103.

LARTEGUI

"Zarzal". De larr, zarza, y tegi, sitio o lugar de. vicente de laktegui. Intérprete en la
declaración de Nicolás de Iriarte, "como inteligente en la lengua Bascongada".
Puerto Cabello, 1771. R. C. G. - T. XXIV, f. 16.

LECUNA

"El lugar bueno". Contracción de Jeku, lugar, y ona, bueno.

martín josé de lecuna. Natural de Fuente-rrabía (Guipúzcoa), de 20 años de edad.


Marinero <jue fue de la balandra corsaria de la R. C. G. "San Antonio y San
Carlos", varada y perdida en la isla de Orua, en el año 1770. R. C. G. - T. XXIII, f.
160.

LIZAUR

"Parte anterior o delantera de la sima". De leize, con su variante lite, sima, y aurr,
parte anterior o de delante.

bernardo ángel de lizaur. Factor de la Real Compañía Guipuzcoana en Maracaibo,


1778. R. C. G. - T. XXXV, f. 3, etc.

LIZAURZABAL

Lo mismo que el anterior, con el adjetivo zahal,

ancho.
cristóbal de lizaurzabal. Obtiene la canongía

magistral en el año 1733. R. C. G. - Legajo sin

encuadernar, f. 2.

LOPERENA

"La casa de Lope". De Lope, y el sufijo -ena, la (casa) de Lope.

ignacto de loperena. Factor de la R. Compañía Guipuzcoana en San Felipe, el año


1738. Registro Principal. - Test. Año 1738, Tomo A, f. 55.

"Prado, herbazal".

antonio mallo. Tesorero Oficial Real de Puerto Cabello. Año 1774. R. C. G. - T.


XXIX, f. 209.

MARTIARENA

"La casa de Martín". De Marti, Martín, y el sufijo -arena, la (casa) de. vicente
martiarena. Capitán de la goleta "Santo Cristo de Lezo", en viaje a Maracaibo.
Noviembre de 1775. Gob. y Cap. Gral. - T. XVII, f. 211.

MICHELENA

"La casa de Miguelito". De Mitxel, diminutivo de Miguel, y el sufijo -na, la (casa) de.
martín rafael michelena. Empleado de la R. Compañía Guipuzcoana bajo el Factor
Aiz-purua, en Caracas, año 1741. Registro Principal. - Test. Año 1742. Tomo L. M.
N.

MUXICA

"¿Melocotón?".

francisco de muxica. Contador del Ejército y Real Hacienda. Natural de la villa de


Segura (Guipúzcoa). Fue enterrado el 7 de noviembre de 1784 en la iglesia del
convento de San Francisco, a los pies del altar de Nuestra Señora de la Soledad.
Intendencia. - Tomo XXIII, f. 45.
NARVARTE

El primer elemento, narba, que se encuentra en otros apellidos vascos como


Narbaiza, etc., es de significado desconocido. joaquín narvarte. Residenciado en
Caracas como Corregidor y Justicia Mayor que fue del pueblo de Caraballeda, de
1785 a 87. Residencias. - T. XXXVII, f. 108 y T. LVIII, ff. 84-86.

OLABARRIAGA

"La ferrería nueva". De ola, ferrería, barrí, variante occidental de berri, nueva, y el
su-figo -aga.

pedro josé de olabarriaga. Verdadero precursor de la Compañía Guipuzcoana y


primer Factor Principal de la misma en Caracas, en los años 1728-1731.

OLACIREGUI

Muy probablemente compuesto de olaza e irae-gui. El primero con la significación


de albergue, cabana, y el segundo de helechal. sebastián de olaciregui. Factor de
la Real Compañía Guipuzcoana en San Felipe por los años 1740 y 1741 cuando el
motín de dicha ciudad en el que, según uno de los testigos, ei esclavo Juan Pedro
Moreno "oyó en dicha ciudad toda la gente alborotada tirando tiros y diciendo: "no
queremos a los vizcaínos, sino españoles". V. León Trujillo, "Motín y sublevación
en San Felipe".

GLANO

"La ferrería pequeña". De ola, ferrería, y el sufijo diminutivo -no.

"Extraordinario", llegado en compañía de don JuanG ayangos para examen de los


caudales invertidos en el castillo de San Felipe, en Puerto Cabello. Año 1735. R.
C. G. - Legajo sin encuadernar, f. 42.

Pueblo de Navarra. Su terminación ain es i común, pero su raíz no es clara.


pedro de orendain. "Presbítero beneficiadc la Parroquial de San Esteban
Protomártir, el Obispado de Pamplona y actualmente vec del pueblo de Maracay".
Según su téstame fechado en 1780. Introductor, juntamente Arbide, del cultivo
del añil en los valles Aragua. R. C. G. - T. XLII, f. 90.
OTAMENDI

"Monte de argomas". De ola, argoma, y me monte.

antonio esteban de otamendt. Capi Maestre y Administrador de la fragata "Nue;


Señora del Socorro", el año 1756. Reg. P Año 1755. Tomo M4. Albacea del difu
Factor de la Real Compañía Guipuzcoana A¡ tín Ignacio de Uranga. Año 1768.
Regidor Caracas. Año 1780. Archivo General de Nación. Sección Real Compañía
Guipuzco; Tomo XX, f. 6, y T. XXXVII, f. 178.

OYARZABAL

"Bosque ancho". De oyart, que en composic

toma muchas veces la forma oyar, y za

ancho.

josé francisco oyarzabal. Celebra un asie

con el Ayuntamiento de San Felipe para u

zación del río Yaracuy, en 1784. Diversos -

LXVIII, ff. 283 y ss.

PAGÓLA

"Hayedo". De pago, haya, y el sufijo -. josé francisco de "pagóla. Teniente Cabi


Guerra interino de Puerto Cabello, en 1' Diversos. - T. XVII, f. 365.

REMENTARITEGUI

"El lugar o casa del herrero". De errement lerrero, y el sufijo -tegi, lugar. josé
manuel de rementaritegui. Solii empleo de practicante en el Hospital de Puf
Cabello, en octubre de 1786. Intendencia Tomo XXXV.

SAGARZAZU
"Manzanedo". De sagartze, manzano (árb< y el sufijo abundancial -jk. pedro
joaquín de sagarzazu. Natural de Fu terrabia (Guipúzcoa), de 35 años de edad
177Í. Despensero que fue de la balandra c saria de la Real Compañía
Guipuzcoana "! Antonio y San Carlos", varada en las inmei ciones de la isla de
Orua. R. C. G. - T. XX f. 143.

SALABERRIA

"Casa nueva". De sala, casa y también palai y berri, nueva, más el artículo a, la.
martín de salaberria. Comandante de guardacostas de la Real Compañía
Guipuzco; en 1777. Gob. y Cap. Gral. - T. XIX, f. 76.

SANSINENEA

"La casa de Sanchín". De Sanísln, Sanchitc el sufijo -enea, la (casa) de. fermín
de sansinenea. Capitán del navio "í Ignacio de Loyola", de la R. C. G., en vi a
Cádiz en julio de 1775. Gob. y Cap. Gra Tomo XVI, f. 261. Factor de la Real
Ce pañía Guipuzcoana en Guayana, en 1781. tendencia. - Tomo XI, f. 144.

MADARIAGA

"El peral". De madari, peral, y el sufijo -aga. juan antonio madariaga. Administrador
de la Renta de Correos. Año 1767. R. C. G. - T. XVII, f. 28.

OLARTE

"Entre ferrerías". De ola, ferrería, y arte, entre. padre ignacio de olarte. Superior
del Colegio de la Compañía de Jesús. Año 1767. R. C. G. - T. XIX, f. 291.

TELLERIA

"Tejería".

josé de tellería. Factor de la Real Compa Guipuzcoana en San Felipe, el año


1755. C. G. - Tomo XXIV, ff. 195 y ss.
UNZAGA

"La hiedra". De untz, hiedra, y el sufijo -aga, Luis de unzaga y amezaga. "Brigadier
de los Reales Ejércitos, Gobernador y Capitán General de esta Provincia, las de
Cumaná, Guayana y Maracaibo e islas de la Margarita y Trinidad. Superintendente
de la Renta de Correos y Juez Conservador de la Real Compañía Guipuzcoa-na".
Primer Gob. y Cap. Gral. de Venezuela. Años 1777-1782. R. C. G. - T. XXIV, f.
310.

URANGA

Derivado de ur, agua, con la terminación -anga, que se encuentra en Uzkanga,


Estanga, de la que no hay por ahora explicación satisfactoria. juan ignacio de
uranga. Factor Principal de la R. C. Guipuzcoana por los años 1761-1765, en cuyo
mes de diciembre dejó el cargo, falleciendo en marzo de 1766, en Caracas. R. C.
G. - T. XLII, f. 269, y Reg. Gral. Test. Año 1770, T. U.

URBINA

"Dos aguas". De ur, agua, bi, dos, y el elemento -na, tal vez contracción de
-ena. juan antonio de urbina. Presbítero. Cosechero de cacao. Año 1767. R.
C. G. - T. XIX, f. 291.

URDANIBIA

"El vado del porquerizo". De urdan, porquerizo, e ibia, vado.

josé ignacio de urdanibia. Natural de Irún (Guipúzcoa). Testigo que tiene que
declarar por medio de intérprete por no saber el español. Año 1771. R. C. G. - T.
XXI, f. 24.

URIZAR

"Vieja villa". De un, villa, y zar, vieja. josé antonio de urizar. Teniente de Gober -
nador de Venezuela. Año 1767. R. C. G. - T. XVII, f. 64.

URRUTIA
"La lejana" (sobreentendido "casa"). antonio de urrutia. Capitán de Navio. Miembro
de la Expedición de Límites que partió de Sa Península el año 1754 y en cuya
expedición era el tercero, después de Iturriaga y Alvarado. Después de recorrer de
1754 al 56 las cosías de Nueva Andalucía y remontar el Orinoco, murió "comido
por la intemperie de la Guayana". Diversos. - T. XXX, ff. 320 al 383.

USATEGUI

"Palomera". De uso, paloma, y tegi, sitio, lugar. antonio de usategui y oxirando.


"Natural del lugar Zuazo, en el Señorío de Vizcaya". Fallece en Caracas el año
1732. Lega cincuenta pesos a la iglesia de Santa Marina de dicho lugar.
Veinticinco al Cristo de Mugaola en el mismo y cinco a Nuestra Señora de Unza,
en Oquendo. Registro Principal. - Test. Año 1732. Tomo U.

USTARIZ

Tal vez sea "El roble del muérdago". De usta, muérdago, y ariiz, roble.

juan agustín de ustariz. Cosechero de cacao. Año 1767. R. C. G. - Tomo XVII, f.


25. Vecino de Cádiz (España), de la casa "Ustariz Hnos. y Cía.". Con "bienes
muebles y raíces en el Reino de Navarra". R. C. G. - Tomo XLII, f. 350.

VEROIZ

Apellido que ha venido a degenerar en Caracas en Veroes.

antonio de veroiz. Cosechero. Año 1741. R. C. G. - T. I, f. 168.

VILDOSOLA

"Cabana de corderos". De bildots, cordero, y ola, cabana.

josé joaquín de vildosola. Capitán. Vecino de La Guaira. Traductor del francés al


español. Años 1757-1760. R. C. G. - T. V, f. 55 y Apénd. IV, Exp. 2, f. 60.

YARZA

"Brezal". De iar, brezo, y el sufijo abundan-cial -iza.


josé de yarza. Enviado a Caracas por la Real Compañía Guipuzcoana para ver si
el Factor Principal había establecido exactamente las cuentas de las factorías; el
estado de éstas y la calidad de las mercaderías existentes; las necesidades de los
naturales en cuanto a provisiones y vestidos, a fin de que las remediasen los
navios de dicha Compañía; y a averiguar, sobre todo, el proceder de cada uno de
los factores, sus dependientes y demás empleados y si viven cristianamente. Gil
Fortoul. "Hist. Constitucional de Venezuela". T. T, pág. 98.

ZABALZA

De zabal, plazoleta, y el sufijo abundancial -iza. josé de zabalza. "Natural de San


Sebastián de los Pasajes". Tripulante de la balandra corsaria "Santa Gertrudis".
De 41 años de edad en 1778. R. C. G. - T. XXXV, f. 109.

ZARANDIA

"El jaral grande". De zara, jaral, bosque, y andia, grande.

juan bautista de zarandia. Factor en el puerto de La Guaira de la Real Compañía


Guipuzcoana. Año 1765. (1761 según R. C. G.). Registro Principal. - Año 1773,
Tomo T.

ZARRAGA

"El lugar de la escoria". De zarra, escoria del hierro, y el sufijo -aga.

josé antonio de zarraga. Maestre de Campo. Vecino de la ciudad de Coro y


apoderado en ella de la Real Compañía Guipuzcoana. Año 1770. R. C. G. - T. XXI,
f. 155. Residenciado en la ciudad de Coro como Alcalde Ordinario, Alcalde
Provincial y Regidor Perpetuo que fue en elia en 1778, 1787 y 1793. Residencias.
-T. XLIII, ff. 370, 393, 408, etc.

ZUAZNARAR

"Árbol abigarrado". De zugalz, árbol, y nabar, abigarrado.

félix de zuaznabar. Teniente Coronel graduado de Milicias de Infantería. Uno de


los más destacados cultivadores en ios valles de Aragua de añil y algodón y
dedicado también a actividades pecuarias. R. O. 1778. Gob. y Cap. Gral. - T.
XXXI, f. 166. Intendencia. -T. XXVIII, f. 339.

ZUBICOETA

•'Los puentecillos". De zubi, puente, y los sufijos diminutivo -ko y pluralizador -eta.
domingo zubicoeta. "Hijo de D. Domingo, natural dellu gar de Lazcano en (a
Provincia de Guipúzcoa, casado allí con doña Josefa Antonia de Araizcorreta.
Tiene hijos y treinta y cinco años de edad. Mostró certificado". Cirujano a bordo del
"Nuestra Señora de los Dolores", de la Real Compañía Guipuzcoana. R. C. G. - T.
XVIII, f. 16.

ZULOAGA

"La cueva". De zulo, agujero, cueva, y el sufijo

-aga.

gabriel de zuloaga. Natural de Fuenterrazía (Guipúzcoa). Mariscal de Campo.


Gobernador y Capitán General de Caracas, de 1737 a 1747.

ZUMETA

"Los mimbres". De zume, mimbre, y el sufijo pluraiizador -eta.

josé francisco de zumeta. "Hijo de Martín, natural de la villa de Cegama


(Guipúzcoa), soltero, de 23 años de edad el 1767. Ayudante del Mayordomo en el
navio "Nuestra Señora de los Dolores", de la Real. Compañía Guipuzcoana. R. C.
G. - T. XVIII, f. 16.

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