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Condicionamiento Clásico y Condicionamiento Operante

El aprendizaje no solo es la habilidad o capacidad para adquirir conocimientos, conducir


o saber jugar al tenis, sino sacar provecho de nuestras experiencias para adaptarnos
al mundo que nos rodea de una forma eficaz. Gracias a nuestra capacidad de
aprendizaje, podemos rectificar nuestro comportamiento, moldear la personalidad,
adquirir habilidades sociales, manejar los miedos o modificar nuestras creencias y
actitudes.

¿Qué es el aprendizaje?

Partiendo de que el don más importante que nos ha dado la naturaleza es el de la


adaptabilidad, la capacidad para aprender formas nuevas  de comportamiento que nos
permitan afrontar las circunstancias siempre cambiantes de  la
vida, el aprendizaje sería definido entonces como un cambio relativamente
permanente en nuestro comportamiento provocado por una experiencia.

Esperanza para el futuro

El aprendizaje es, por encima de todo, una fuente de esperanza para el futuro. Lo que
podamos aprender ahora quizás lo necesitaremos más tarde (como padres, amigos,
educadores…). Lo que en este momento nos condiciona quizás pueda modificarse con
otro aprendizaje que permita adquirir nuevas estrategias, curarnos de nuestras
ansiedades o rehabilitarnos.

Vamos, el hecho de que ahora seamos poco afortunados en algo, timidillos, con
dificultades para ser cariñosos no tiene porque durar siempre. Así que el aprendizaje
es la garantía de un devenir más equilibrado porque los seres humanos somos los que
tenemos más capacidad de modificar nuestro comportamiento a través de ésta original
herramienta, los únicos que podemos confiar en que hoy es el primer día del resto de
nuestra vida y que estamos dispuestos a seguir aprendiendo para mejorar.

Sabiendo esto ya de antemano, podemos entrar a darle un repaso a las teorías más
relevantes sobre este tema y entendiéndolo desde un punto de vista más cercano, sin
tantos tecnicismos, con ejemplos que nos pasen a todos. Aquí vamos.
El Condicionamiento Clásico

Supón que estas esperando tu turno en una larga fila ante una de las cajas del
supermercado (ese mismo que estas pensando). Es pleno invierno, la temperatura afuera
es muy baja. Cada vez que se abre la puerta automática de entrada, penetra una ráfaga
de aire frio en el interior y te da en la cara. Cuando esto sucede, claro, tú te estremeces y
te encoges. Ahora bien, supón que inmediatamente antes de que se abra la puerta,
escuchas el sonido amortiguado del mecanismo que la hace funcionar. Al principio
quizás lo ignores, pero después de que te pegue el airazo en la cara un par de veces
comenzarás a estremecerte y a encogerte al escuchar el mecanismo, antes de que la
puerta se abra y entre el viento.

Iván Pavlov (1849-1936), premio nobel de medicina, probó en uno de sus experimentos


que si a un estímulo neutro, como es la comida, se le asocia uno condicionado, como
puede ser una campanilla, el animal acabará salivando al percibir el sonido de la
campanilla aunque no haya comida a la vista.

I. Pavlov: Condicionamiento Clásico

La anticipación al miedo
Ahora supón que viajas en el metro. De golpe se apagan las luces y queda el vehículo
atrapado en un túnel entre dos estaciones. Nadie puede salir, claro. La situación dura lo
suficiente  como para que se desencadene en ti una respuesta de angustia (temblores,
palpitaciones, escalofríos, sensación de ahogo y miedo intenso). El metro se pone en
marcha, y bajas despavorido en la próxima estación que no es la tuya. Desde entonces,
cada vez que bajas las escaleras del metro ya tienes una sensación desagradable de
ansiedad; si evitaras subir al metro, podrías desarrollar una fobia a éste.

Un ejemplo muy famoso es el del pequeño Albert (en 1924). Un estudio, por desgracia,


con consecuencias desastrosas. Este estudio demostraba cómo se inician ciertos temores
específicos, ciertas fobias. El sujeto escogido fue un niño de once meses, Albert, que
como la mayoría de los niños, tenía miedo de los ruidos pero  no así de las ratas.
Entonces le mostraban una rata blanca, y cuando el pobre extendía la mano para tocarla,
golpeaban un martillo contra una barra de acero situada detrás de su cabecita. A los
cinco días se observo que el niño generalizaba su respuesta condicionada, pues
reaccionaba atemorizado cuando le mostraban un chucho, un conejo, e incluso ¡un
abrigo de piel! Curiosamente, no mostró esa reacción frente a los juguetes, peluches o
similares.

Discriminación

Es necesario que distingamos entre estímulos de apariencia similares. Pongamos el


ejemplo de un individuo que diariamente escucha el tic-tac de su despertador  y el ruido
del termostato de su refrigerador. Los sonidos reproducidos por su el reloj van
acompañados invariablemente por otro fuerte y molesto del despertador, por lo cual no
tardan en lograr que emitamos respuestas condicionadas (reacciones de fastidio o
incluso de ansiedad moderada). No ocurrirá así con el refrigerador y el resultado final
será que la persona adquirirá poco a poco la capacidad de discriminar con mucha
precisión estímulos relativamente similares.

Como la generalización, la discriminación es valiosa para la supervivencia. A


estímulos ligeramente diferentes siguen consecuencias muy diversas; y ello permite la
adaptación. Nuestro corazón puede sobresaltarse ante un ruido inesperado de un cohete,
pero permanecer indiferente al escuchar el ruido del tráfico.
El proceso de extinción

Si careciéramos de un mecanismo para suprimir las reacciones que ya no son indicios


fidedignos de la aparición de los fenómenos del acondicionamiento, rápidamente
seríamos fardos cargados de inútiles reacciones condicionadas. Afortunadamente,
poseemos un medio para eliminar esta clase de reacciones: el proceso de extinción.

Cada vez que un estímulo previamente condicionado (la famosa campanilla) se presenta
si el estímulo no condicionado con el que se asoció antes (el alimento), su capacidad
de suscitar respuestas condicionadas se debilita hasta desaparecer por completo. Solo
podemos evitar este final inexorable si, de vez en cuando, “recordamos” la situación
inicial  (proporcionando el alimento).

Recuperación espontanea

Ésta se produce cuando el mismo estímulo condicionado, después de un período de


descanso, vuelve a presentarse tiempo después, provocando la respuesta que había
sido condicionada por ese mismo estímulo.

En un principio pues, la extinción frena la respuesta condicionada, más que eliminarla.


Serán necesarias más “desconexiones” entre el estímulo condicionado y el no
condicionado para que llegue el momento del cese definitivo de la recuperación
espontánea. Este proceso hace que sigamos reaccionando con angustia ante palabras
“examen” tiempo después de terminar con nuestra actividad académica, que miedos o
fobias vuelvan a  molestarnos cuando pensábamos que ya estábamos curados o que
sintamos otra vez el “gusanillo” del tabaco o del alcohol, a pesar de habernos librado,
en teoría de ellos. Estos ejemplos de la vida cotidiana están sometidos a otros factores
(adicciones, personalidad, fuerza de ciertos estímulos, etc.), sin embargo la
recuperación espontánea es un descubrimiento muy valioso para comprender muchas
cosas que nos acontecen en nuestro ir y venir de un aprendizaje a otro.

El Condicionamiento Operante

Durante los años que has ido a la escuela, a la universidad o incluso a algún curso,
debes de haber tenido contacto con decenas de maestros y profesores. Algunos de ellos
probablemente habrán sido muy estrictos, mientras otros habrán preferido premiar las
conductas intelectuales apropiadas antes que castigar las incorrectas, es decir, con la
intención de incitar los pequeños logros, paso a paso, prestando más atención a las
actitudes positivas.

Los estudiantes que “sobrevivieron” al primer sistema habrán podido adquirir un


sentido “competitivo” y muy riguroso, con el cual su  bagaje ante los retos constantes de
la vida académica les será a priori útil. Pero también habrán desarrollado más ansiedad
de la deseable y algunos expresarán aversión al método  e incluso a todo lo que suene a
“pedagogía”.

El otro grupo de profesores se habrá ganado un lugar cálido en el corazón de los


alumnos; pero el afecto por un maestro no garantiza necesariamente el aprendizaje de
las aptitudes básicas necesarias para ala adaptación a las futuras situaciones adversas.

Castigos y recompensas

Este ejemplo de la vida cotidiana nos muestra cómo nos movemos en un constante
vaivén de recompensas (esas las buscamos diariamente) y castigos (que pretendemos
evitar), los cuales guían nuestras conductas más complejas. Ya hemos visto cómo el
condicionamiento clásico vincula los estímulos neutros con las respuestas simples e
involuntarias. Pero ¿cómo aprendemos otras formas más variadas y voluntarias de
comportamiento? Una cosa es enseñar a salivar al gatito cuando escucha el bolso de las
croquetas o a un niño a temer los vehículos en la calle, y otra muy distinta es que un oso
aprenda a bailar (aunque sea patosamente, como muchos humanos) una rumba o que un
niño aprenda inglés.

Muchas de estas funciones están reservadas a otro tipo de aprendizaje que se encarga de
inculcarnos esas formas de conducta. Se trata del condicionamiento instrumental u
operante, mediante el cual un sujeto tiene más probabilidades de repetir los
comportamientos premiados y menos de continuar con las formas de conducta
castigadas.

Las acciones siempre traen consecuencias de uno u otro tipo. Por ejemplo, decirle “te
quiero” a alguien dará un resultado muy diferente al esperado si la frase se pronuncia
tartamudeando.
En conclusión, hay una conexión directa e importante entre las acciones que
ejecutamos y las consecuencias que se derivan de ellas. Y éste es el proceso que
conforma el condicionamiento operante, porque el acto opera sobre el ambiente para
obtener estímulos compensatorios o positivos.

Condicionamiento Clásico vs Condicionamiento Operante

Condicionamiento Clásico de Pavlov


Contenido de este artículo:
 Condicionamiento Clásico:
o El famoso perro de Pavlov.
 Condicionamiento Operante
o Estímulo discriminativo
o Respuesta
o Reforzador
¿Verdad que estamos cansados de oír a gente decir que no le gusta un determinado
alimento que le sentó mal?

Seguro que hay otro debate que está presente en tu cabeza….. ¿Seguro que reforzar una
respuesta hace que cambies de conducta y no castigar?

Pues bien, estas dos preguntas que nos hacemos, forman parte de algo que en la
psicología llamamos Condicionamiento Clásico (primera pregunta)
y Condicionamiento Instrumental/Operante (la segunda).
Condicionamiento Operante y Condicionamiento Instrumental no son lo mismo, pero
debido a que son casi iguales, se toman como sinónimos.

Vamos a describirlos, a decir sus características más importantes, y a señalar sus


diferencias:

Condicionamiento Clásico:

El famoso perro de Pavlov.

Consiste en la asociación de un Estímulo Incondicionado (EI) con un Estímulo


Condicionado (EC).

En el caso del perro, se le administraba la comida (EI) mientras se hacía sonar un


metrónomo (EC).

Ocurrió finalmente, que con solo el sonido del metrónomo, el perro ya se preparaba para
comer (salibaba); siendo esta la Respuesta Condicionada (la respuesta incondicionada
es la que se le da al estímulo incondicionado)

En este caso, se dio un condicionamiento de demora, es decir, EC (metrónomo) está


presente al menos hasta que se administra la comida (EI).

A pesar de que hay otras maneras de hacerlo, como por ejemplo, dejar un tiempo entre
el EC y el EI (condicionamiento de huella)  invertir el orden (condicionamiento hacia
atrás), o hacerlo  a la vez (simultáneo), el de demora es el más efectivo.

Si se diese el caso de que se presenta varias veces el EC sin presentarse el EI, daría
lugar al fenómeno de la extinción.

La extinción, no es sinónimo de olvido (aunque puede ser lo que estés pensando). Este
fenómeno en verdad implica aprendizaje. Es decir, asocia el EC con la no aparición del
EI.
Las explicaciones de que extinción no es igual a olvido podrían ser la desinhibición, la
recuperación espontánea o la renovación de la RC. (Es algo bastante más complejo, a lo
que se debería de dedicar un artículo únicamente para ello)

Condicionamiento Operante

Para ponernos en el tema, el término operante hace referencia a que la persona opera
sobre el ambiente. Es decir, aquí relacionamos respuesta/ambiente (ley del refuerzo)

Su temática se basa en que si una respuesta beneficia al sujeto, esta respuesta se


reforzará. Y si la misma, le perjudica, tendrá lugar su reducción/desaparición.

Vamos a distinguir tres elementos básicos de este condicionamiento:

Estímulo discriminativo

Señala la probabilidad de que la respuesta sea seguida de un reforzador. Poniendo un


ejemplo para que se entienda, si vemos la luz verde en una máquina para comprarnos
una bebida, meteremos el euro y pulsaremos debido a que en otras ocasiones el verde
nos indicó la presencia del reforzador (Si nos indica que la respuesta no será seguida del
reforzador, se llamará estímulo delta)

Respuesta

Serán los efectos que provoca en el ambiente. Es decir, si dos respuestas son distintas,
pero provocan el mismo efecto, estaríamos hablando de la misma operante.

Reforzador

Cualquier elemento/suceso que al hacerse contigente con la respuesta modificará su


probabilidad de emisión.

Un ejemplo: Si un niño al sacar a pasear al perro recibe un caramelo, lo volverá a


hacer porque le gustó la consecuencia de su acción

De aquí viene el debate sobre modificar las conductas.


Muchos psicólogos hablan de usar el refuerzo (es decir, añadir algo apetitivo o eliminar
algo aversivo según la contingencia) como manera más eficaz a la hora de cambiar la
conducta, mientras que otros hablan de castigo ( o sea, añadir algo aversivo o eliminar
algo apetitivo, según la contingencia) como lo más adecuado. (Aunque aún no hay
conclusiones, se cree que en función de la situación sería más adecuado un tipo u otro)

Esto ha sido una idea acerca de estos condicionamientos. Al profundizar se encontrarán


muchas más cosas, e incluso momentos en los que se pueden llegar a complementar.

Refuerzo positivo y negativo

B. F. Skinner, uno de los teóricos clave de la orientación conductista, definió el


reforzamiento como un tipo de aprendizaje basado en la asociación de una conducta con
las consecuencias derivadas de esta, que aumentan o disminuyen la probabilidad de que
sea ejecutada de nuevo. Cuando son negativas hablamos de castigo, y cuando son
positivas de refuerzo.

Dentro del aprendizaje por reforzamiento distinguimos dos tipos de consecuencia: el


refuerzo positivo y el negativo. Mientras que el refuerzo positivo se da cuando la
conducta conlleva la obtención de un premio, el refuerzo negativo consiste en la
evitación o retirada de un estímulo aversivo. Veamos las características principales de
ambos procedimientos.

 Artículo relacionado: "5 técnicas de modificación de la conducta"

Reforzamiento y condicionamiento operante

Los conceptos “refuerzo positivo” y “refuerzo negativo” se enmarcan en el paradigma


del condicionamiento instrumental u operante. A diferencia del condicionamiento
clásico o pavloviano, en que se aprende la asociación entre un estímulo y una respuesta,
en el instrumental el sujeto asocia la realización de una conducta con unas
consecuencias determinadas.

El condicionamiento operante surgió de la obra de los conductistas Edward Thorndike,


que estudió el proceso por el cual gatos conseguían escapar de “cajas-problema”, y
Burrhus F. Skinner, que describió de forma sistemática las características de este
procedimiento de aprendizaje y lo aplicó a ámbitos diversos, especialmente a la
educación.

Skinner distinguió tres tipos de aprendizaje instrumental: el de castigo, que consiste


en la aparición de un estímulo aversivo tras la ejecución de la conducta, el de omisión,
en el cual la respuesta se asocia con la ausencia de recompensa, y el de reforzamiento,
en que la conducta es premiada. Dentro de este procedimiento encontramos el refuerzo
positivo y el negativo.

En el marco del condicionamiento operante las consecuencias de la conducta pueden ser


positivas o negativas para quien las recibe; no obstante, esta diferenciación no es la que
separa al refuerzo positivo del negativo, sino que cuando el comportamiento tiene
consecuencias apetitivas hablamos de refuerzo, y de castigo cuando son aversivas.

Cuando nos referimos al refuerzo o al castigo, los términos “positivo” y “negativo” no


hacen referencia a la agradabilidad de la consecuencia, sino a la aparición o
desaparición de un estímulo determinado: en el reforzamiento positivo se aprende
que se obtendrá una recompensa si se hace algo, y en el negativo que se evitará o se
eliminará un estímulo desagradable.

 Artículo relacionado: "Condicionamiento operante: conceptos y técnicas


principales"

¿Qué es el refuerzo positivo?

En el aprendizaje por reforzamiento positivo se asocia la realización de una conducta


con la obtención de una consecuencia agradable. Ésta no tiene por qué ser un objeto,
ni siquiera tangible; comida, sustancias, una sonrisa, un mensaje verbal o la aparición
de una emoción agradable son susceptibles de ser entendidos como refuerzos positivos
en muchos contextos.

Un padre que felicita a su hija pequeña cada vez que utiliza el retrete correctamente
fortalece un aprendizaje por reforzamiento positivo; lo mismo sucede cuando una
empresa otorga primas económicas a sus trabajadores más productivos, e incluso
cuando obtenemos una bolsa de patatas fritas tras meter una moneda en una máquina
expendedora.

El concepto “refuerzo positivo” hace referencia al premio que sigue a la conducta,


mientras que el reforzamiento positivo es el procedimiento por el cual el sujeto que
aprende realiza la asociación. No obstante, con frecuencia se utilizan los términos
“refuerzo” y “reforzamiento” de forma intercambiable, probablemente porque en inglés
no existe esta distinción.

Desde un punto de vista técnico podemos decir que en el reforzamiento positivo existe
una contingencia positiva entre una respuesta concreta y un estímulo apetitivo. La
conciencia de esta contingencia motiva al sujeto a ejecutar la conducta por tal de
obtener la recompensa (o refuerzo).

Definiendo el refuerzo negativo

A diferencia de lo que sucede en el positivo, en el reforzamiento negativo la respuesta


instrumental conlleva la desaparición de un estímulo aversivo, es decir, un objeto o
situación que motiva al sujeto a escapar o a procurar no entrar en contacto con esta.

En términos conductuales, en este procedimiento el refuerzo es la desaparición o la no


aparición de la estimulación aversiva. Como hemos planteado previamente, la palabra
“negativo” hace referencia a que la recompensa no consiste en la obtención de un
estímulo sino en su ausencia.

Este tipo de aprendizaje se divide a su vez en dos procedimientos: el entrenamiento de


escape y el de evitación. En el reforzamiento negativo de evitación la conducta
impide la aparición del estímulo aversivo; por ejemplo, cuando una persona agorafóbica
evita utilizar el transporte público para evitar la ansiedad que le supone está siendo
reforzada negativamente.

Por contra, el escape consiste en la desaparición de un estímulo aversivo que se


encuentra presente antes de que el sujeto ejecute la conducta. Algunos ejemplos de
refuerzo negativo de escape son que un despertador se pare al pulsar un botón, que una
madre compre a su hijo lo que le pide para que deje de llorar o que consumir un
analgésico alivie un dolor.
Cuáles son las diferencias entre el refuerzo positivo y el refuerzo negativo

Educar a los niños no es fácil, es un trabajo de 24 horas donde los padres son los
responsables máximos de lo que aprenden los pequeños. Los niños ven a sus padres
cómo las personas que deben enseñarles todo, y así es. Por eso, y por esta gran
responsabilidad los padres deben saber cuál es la mejor forma de educar a sus hijos. El
refuerzo positivo puede ser una gran herramienta, siempre y cuando se realice
correctamente. Pero para poder usar bien el refuerzo positivo, será necesario también
diferenciar el refuerzo negativo.
En un análisis aplicado del comportamiento, hay dos tipos de refuerzo: el positivo y el
negativo. Puede ser difícil distinguir entre uno y otro. Por lo tanto, es necesario
aprender las diferencias con el fin de ayudar a los padres y profesionales a
desarrollar intervenciones apropiadas para mejorar el comportamiento de los niños,
desde el respeto de los pequeños y de sus necesidades emocionales de cada momento.
El refuerzo

El refuerzo se utiliza para ayudar a aumentar la probabilidad de que ocurra un


comportamiento específico en el futuro mediante la entrega o la eliminación de un
estímulo inmediatamente después de un comportamiento. Otra manera de decirlo es que
el refuerzo, si se hace correctamente, se traduce en un comportamiento cada vez más
frecuente en el futuro, y esto, es lo que se quiere conseguir para que los niños
diferencien el buen del mal comportamiento.
Qué es el refuerzo positivo

Cuando se habla de refuerzo positivo, puede ser muy amplio, ya que dependerá sobre
todo de las circunstancias y de la personalidad de los niños a los que vaya dirigido. Un
refuerzo positivo para un niño en concreto no tiene por qué funcionar con otro niño
diferente. Dependerá de la circunstancia y del momento.  
El refuerzo positivo es la presentación de un estímulo motivador o refuerzo a la persona
después de que el comportamiento deseado haya aparecido, por lo que el
comportamiento es más probable que suceda en el futuro gracias al reforzador que incita
a mejorar.

A continuación encontrarás algunos ejemplos de refuerzo positivo:

 Una madre da a su hijo un elogio (refuerzo de estímulo) para hacer la tarea


(comportamiento).
 El niño recibe 2 euros (refuerzo de estímulo) por cada buena nota que consigue
en los exámenes (comportamiento).
 Un padre da a su hija dulces (refuerzo de estímulo) para la limpieza de los
juguetes (comportamiento).
 Una madre le dice a su hijo que irán al parque (refuerzo estímulo) si acaba su
tarea a tiempo (comportamiento).

Qué es el refuerzo negativo

El refuerzo negativo se produce cuando un cierto estímulo (por lo general un estímulo


aversivo) se retira después de un determinado comportamiento. La probabilidad de
que el comportamiento particular se vuelva a producir en el futuro se incrementa
debido a la eliminación o para evitar la consecuencia negativa.
El refuerzo negativo no debe ser considerado como un procedimiento de refuerzo
positivo. Con el refuerzo negativo, se aumenta un comportamiento, mientras que con el
refuerzo positivo, se está disminuyendo un comportamiento.

Los siguientes son algunos ejemplos de refuerzo negativo:

 Juan lava los platos (comportamiento) con el fin de detener la insistencia de su


madre (estímulo aversivo).
 Natalia puede levantarse de la mesa de la cena (estímulo aversivo) cuando se
haya comido dos cucharadas más de su plato de brócoli (comportamiento).
 Julián presiona un botón (comportamiento) que desactiva una alarma fuerte
(estímulo aversivo)
 Pedro saca la basura (comportamiento) porque huele demasiada peste (estímulo
aversivo)
Cuando se piensa en el refuerzo, recuerda siempre que el resultado final es tratar de
aumentar el comportamiento positivo, mientras que los procedimientos de castigo se
utilizan para disminuir la conducta aunque no hay aprendizaje a largo plazo. Para el
refuerzo positivo, pensar en ello como la adición de algo positivo con el fin de aumentar
una respuesta y para el refuerzo negativo, pensar en ello como algo negativo tomando
distancia con el fin de aumentar una respuesta.

QUE ES UNA OPERANTE

CONDUCTA OPERANTE
     En el marco del conductismo, recibe esta calificación toda conducta que emite un
sujeto gracias a la cual opera sobre el medio ambiente y lo modifica. Se aprende en el
marco del llamado condicionamiento operante. El sujeto aprende dicha conducta como
consecuencia de los acontecimientos que la siguen (la presencia o ausencia de
un refuerzo). La conducta operante muestra la capacidad del organismo para organizar
los estímulos y la conducta en términos de medios-fines.     

 
   Se trata de una forma de conducta más compleja que
la respuesta condicionada (o "conducta
respondiente")que se adquiere por condicionamiento
clásico pues involucra estructuras fisiológicas más
desarrolladas (el sistema nervioso central, por ejemplo,
frente al sistema nervioso autónomo, responsable de las
respuestas condicionadas); la conducta operante es
también más compleja que la condicionada pues en
aquella intervienen los músculos de fibra estriada,
frente a las respuestas de tipo glandular o relativas a los
músculos de fibra lisa propios de la conducta 
condicionada o "respondiente".  La conducta operante
fue muy estudiada por el psicólogo conductista
Skinner.

 
EL MOLDEAMIENTO DE LA CONDUCTA

Entendemos por moldeamiento de la conducta aquel procedimiento en el que


se refuerzan las aproximaciones sucesivas a una conducta meta. Para que el
reforzamiento tenga lugar es necesaria la ocurrencia de alguna conducta previa. Lo que
hará el reforzamiento es fortalecer la probabilidad de ocurrencia de la conducta que
refuerza. La conducta es una operante cuya consecuencia es el refuerzo.
La modificación de la conducta es una herramienta especialmente útil para adquirir
nuevas conductas, inhibir un aprendizaje poco adaptativo o eliminar una fobia. Se
empezarán a fortalecer aquellas conductas que más se asemejen topográfica y
funcionalmente, a la que se pretende conseguir. Sucesivamente, se hará más exigente. El
moldeamiento resulta un proceso dinámico en el que se van transformando
conjugadamente la conducta y sus consecuencias. En este artículo de Psicología-Online,
explicaremos el moldeamiento de la conducta y daremos ejemplos y técnicas.
1. Pasos a seguir para el modelamiento
2. Técnicas adicionales al modelamiento
3. Ejemplos del modelamiento
4. Ámbitos y ejemplos de aplicación
Pasos a seguir para el modelamiento
El procedimiento de moldeamiento de la conducta se configura en una estructura
compuesta por 3 elementos:
1. La especificación de una meta o de la conducta terminal
Criterio sobre el que estimar la efectividad o el éxito.
La especificación de una meta tiene una doble dificultad: clínica y técnica: La
responsabilidad clínica relativa a convenir y proponer una meta razonable, relevante
para los intereses del cliente, y que no exceda las posibilidades de ayuda profesional
técnicamente viable. El terapeuta debe contemplar a la vez las circunstancias del cliente,
las posibilidades razonables de logro dado el punto en el que está, y la confianza que le
merezcan sus propias técnicas.
Eventualmente, la meta puede tener que ser variada, de resultas del progreso habido y
de acuerdo con los recursos disponibles (rebajar o elevar las pretensiones).

2. Establecimiento del punto de partida o "línea base"


Necesario para calibrar la meta y para empezar la construcción de la nueva conducta
(material de origen).
Se requiere conocer (mediante alguna técnica de evaluación conductual) el repertorio
actual del sujeto en relación al desarrollo que se trata de promover, se decir, reconocer
conductas que sean semejantes a las finales que se desea (más el aspecto funcional de la
semejanza que el topográfico).
Es aconsejable realizar un test conductual: Prueba en la que se exponga al sujeto al
comportamiento de que es capaz en orden al objetivo establecido. Este test cumplirá 2
requisitos:
1. Será una muestra representativa de la "población" comportamental posible
(repertorio disponible).
2. Averiguará el límite máximo al que funciona el sujeto ("potencial de
aprendizaje"). Este segundo paso dará cuenta también de los incentivos o motivadores
que muevan al sujeto a hacer algo, es decir, los reforzadores que se pueden manejar.
3. Planificación de las aproximaciones sucesivas
Las preguntas decisivas son: Qué tamaño tendrá cada paso y cuánto tiempo
ocupará. Si se dispone del test conductual, ya se tendrán las "aproximaciones" por las
que empezar. Las primeras etapas suelen ser más lentas por requerir más práctica que
las siguientes (el aprendizaje previo facilita el siguiente).
El terapeuta ha de garantizar el éxito al sujeto, es decir, una disposición de las
aproximaciones en las que el reforzamiento positivo tenga ocasión, debido a la
probabilidad de la conducta adecuada. Al comienzo, el reforzamiento será más
frecuente y el nivel de exigencia más bajo.
El reforzamiento positivo supone, al mismo tiempo, el uso sistemático de la extinción
para las conductas irrelevantes y perturbadoras.

Técnicas adicionales al modelamiento


Además de poner en práctica el entrenamiento en la modificación de la conducta,
podemos complementar la terapia con el uso de las siguientes técnicas:
Uso de estímulos discriminativos
Aunque éstos estímulos no dan lugar al a conducta, son convenientes para ayudar a
ocasionar aproximaciones a la conducta final. Cualquier cosa cuya presencia facilite
cierta conducta aproximativa, es útil al proceso (preguntas tentadoras de respuesta, una
frase o actividad incipiente, anotaciones, etc.). En general, cualquier disposición
ambiental que "seleccione" las conductas apropiadas tendrá el carácter discriminativo.
Una vez conseguido el apoyo que proporcionen los estímulos discriminativos, conviene
prescindir de ellos, en un proceso de retirada gradual, de modo que la conducta bajo su
control pueda mantenerse sin su presencia "Desvanecimiento del estímulo".
Un supuesto especial de desvanecimiento combinado con moldeamiento es la
transferencia de control de un estímulo a otro.
La imitación o moldeado
(En rigor, es un tipo de estímulo discriminativo). En vez de esperar, se propone un
modelo de lo que se quiere (si se trata de moldear una realización motora, se muestra un
movimiento incipiente). Los criterios de desvanecimiento rigen también en éstos
supuestos.
La guía física
Recurso empleado para lograr aproximaciones hacia habilidades motoras. Consiste en
"moldear" mediante constricciones físicas, los movimientos constitutivos de una
función motora. Pueden consistir también en "moldes" u "ortopedias" (dispositivos
físicos), que guíen el movimiento.
Una vez lograda la conducta terminal, se necesita su fortalecimiento, para lo que se
incorporan técnicas formales de reforzamiento (sistema de fichas o contrato de
contingencias).
Instrucciones Verbales
También se emplean como coadyuvantes del moldeamiento.
 "Mandos": relativas a la conducta que hacer.
 "Tactos": clarificadoras de la tarea.
 "Autoclíticas": referidas al control de la propia conducta verbal.

Ejemplos del modelamiento


 Automoldeamiento: variante donde, el propio individuo lleva por sí mismo el
proceso de aproximaciones sucesivas conducentes a un logro determinado. Cuando uno
se atiene a las circunstancias, está en disposición de ser moldeado por ellas. Se trata de
dejarse llevar por los estímulos discriminativos como proceso de moldeamiento.
 Moldeamiento de un grupo: el supuesto más elemental será el ajuste que se dé
entre dos personas. Sería el caso de una mutua aproximación sucesiva, resultante en
logro conjunto (cliente/terapeuta). Una técnica con entidad propia.
 Desensibilización sistemática: aproximaciones sucesivas a un logro terminal, y,
en cuanto al reforzamiento, el terapeuta apoya "sistemáticamente" los pasos en la
dirección deseada, de modo que se desarrollan nuevas conductas. No sería tanto quitar
el miedo que inhibe, como crear un comportamiento positivo, incluyendo la relajación,
si la "desensibilización" se basa en ella. Algunos procedimientos de modelado
(observacional), y, precisamente los más efectivos (participativo con reproducción
forzada y el de acción gradual), se ofrecerían con (más) rigor en términos de
moldeamiento (Pelechano).
Ámbitos y ejemplos de aplicación
1. La educación especial
Se ofrece, no solo como técnica particular, sino como criterio general de actuación.
Aplicaciones en el autismo y en la deficiencia mental.
Autismo: Trabajo de Lovaas: Plan de educación dirigido al lenguaje, constituido por 3
etapas:
 Construcción de las primera palabras o "rótulos".
 Construcción de términos abstractos.
 Elaboración de un lenguaje social.
Tanto el plan total como los programas particulares, se atienen a la lógica del
moldeamiento, utilizando "técnicas adicionales".
Deficiencia mental: Programas diseñados por Galindo, Bernal, Hinojosa:
Cuatro ámbitos de desarrollo considerados:
 La autonomía personal.
 Lenguaje.
 Social.
 Instrucción académica.
Estos ámbitos, están estructurados en programas específicos.
 Ejemplo: desarrollo de la dicción de fonemas inarticulados ("s", "t", y "r").
Un programa concreto dispone de cinco pasos:
1. Entrenamiento en discriminación auditiva.
2. Entrenamiento motor de las distintas formas del aparato fonador.
3. Ejercicios de los sonidos a convenir, donde cualquier aproximación es reforzada.
4. Práctica de decir el nombre de objetos conocidos que contengan el sonido.
5. Se entrenan los fonemas de conformidad con una secuencia verbal.
2. Rehabilitación de funciones motoras
 Resulta un proceso de moldeamiento, al menos cuando se usa algún
procedimiento de biofeedback.
 Rehabilitación de la parálisis facial, de Carrobles y Godoy.
 Se trata de recuperar la motilidad funcional de determinados músculos, supuesta
una inervación de base, aunque dañada.v
 Se requiere un reaprendizaje de ciertas "expresiones" perdidas por incapacidad
motora. Se ocupa sucesivamente de 3 grupos de músculos, practicando movimientos
reforzados por la actividad mioeléctrica convertida en señal auditiva (o visual)
ampliada:
Músculo frontal: arrugar la frente y elevar las cejas.
Músculo orbicular de los párpados: cerrando los ojos.
Músculo orbicular de la boca: apretando los labios.
3. Instrucción académica
 Técnicas de elección para el retraso escolar y para la optimización del
rendimiento.
 Enseñanza, tanto de contenidos instrumentales (aprendizaje de la lectura), como
de contenidos académicos.
 Una de las formas más eficaces para aprender a leer consiste en la disposición
gradual de la tarea: de la letra al a palabra, de la palabra a la frase y de la frase al texto.
 Célebre lección de geometría de Sócrates, en términos de enseñanza
programada, siguiendo criterios skinnerianos: Cohen, reelabora el método socrático de
una manera que el profesor "enseña" menos y exige más al alumno. Dispone la tarea tal
que pide respuestas que se satisfacen con explicaciones ya dadas, pero al mismo
tiempo sitúan ante nuevo conocimiento.
4. Disfunciones sexuales
 Técnicas para el desarrollo de la erección masculina y de la capacidad orgásmica
femenina.
 Programa de masturbación para el desarrollo del orgasmo femenino (LoPiccollo
y Lobitz): lo permite su caracterización como moldeamiento, no es la mera
enumeración de etapas cada vez más comprometidas, sino el proceso de desarrollar
respuestas fisiológicas conducentes a una respuesta final diferenciada que requiere la
participación de los anteriores.
5. Otros
 Desarrollo de discriminaciones perceptivas: oído musical, detección de señales
visuales, etc.
 Desarrollos de habilidades motoras: entrenamiento deportivo o baile.
Con interés clínico:
 Superación del miedo por medio de ciertas aplicaciones de desensibilización
sistemática y del modelado participativo de reproducción forzada.
 Restauración del habla en el mutismo selectivo (comunicación no verbal:
sonidos bucales: comunicación verbal). Este procedimiento también se podría
reivindicar como ejemplo de encadenamiento.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para
hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un
psicólogo para que trate tu caso en particular.

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