Вы находитесь на странице: 1из 3

Cómo desarrollar la resiliencia en tiempos de COVID-19

En épocas de crisis como la que ahora vivimos, la resiliencia es una capacidad que
puede ayudar a las personas a afrontar de manera firme y anclada a la realidad los
cambios que se avecinan.

La vida nos enseña que nada es para siempre, que nuestros sueños no siempre se
cumplen y que no podemos aferrarnos al pasado ni vivir suspirando por el futuro.
Cuando alguien nos traiciona, cuando la salud nos falla, cuando no podemos controlar
una determinada situación o las acciones de los demás, solo nos queda aceptar la
realidad. Pero la realidad es difícil de definir porque cada uno de nosotros tiene su
propio camino: su pasado, su presente y su futuro. La vida de cada persona es
diferente, por lo que nuestra visión o percepción de la realidad también lo es.

Cómo vivir los nuevos tiempos con resiliencia

Cuando nos encontramos ante una situación crítica como la que estamos viviendo, el
primer mecanismo que se activa en nosotros es el afrontamiento, es decir, la
capacidad que tenemos para asumir en el momento una situación que puede ser
destructiva. 

Si bien el afrontamiento nos prepara para recibir el impacto inicial, la resiliencia nos
equipa para sobreponernos al evento crítico y transforma la situación en una fortaleza
para el futuro. Por tanto, ser resilientes nos va a ayudar a evitar determinados
problemas psicológicos y que pueden derivar de una situación adversa. De este modo,
la resiliencia requiere un esfuerzo cognitivo y una actitud determinada.

Ser resiliente no significa no sentir dolor, malestar o no encontrar dificultades ante las
adversidades; la resiliencia parte de un punto de vista realista, de la confianza de que
el golpe recibido no nos desestabilizará si hacemos frente a él, lo asumimos y lo
utilizamos para mejorar nuestra vida. No podemos vivir convencidos de que no existen
problemas porque eso nos aleja de la realidad y provoca que ésta nos golpee con más
fuerza cuando decidamos volver a acercarnos a ella.

Pautas o recomendaciones para mantener pues un estado resiliente


frente a la situación actual por la que estamos pasando

1. Mantener emociones intensas

Para ello es importante aprender a reconocer las emociones y no huir de los


problemas, sino afrontarlos y buscar soluciones, tomándote el tiempo que necesites
para descansar, siendo consciente de lo que te puedes exigir y cuándo debes parar. 

2. Soluciona los problemas y libera tu mente

Coge papel y lápiz y escribe: ‘el tema a tratar es…’. Una vez que lo hayas definido,
lleva a cabo una lluvia de ideas con posibles soluciones: las más y las menos posibles.
Tras ello, vamos a hacer una lista con los beneficios y los inconvenientes de cada idea
que hemos tenido y, finalmente, vamos a elegir aquellas que supongan menos
inconvenientes. Así, nuestro problema ya no estará dando vueltas en nuestra cabeza
porque estará plasmado en un papel y con posibles soluciones. 
3. Acepta el cambio como parte de la vida

Cuando estamos en una situación difícil nos sentimos alejados de nuestras metas.
Para volver a acercarnos a ellas, se hace necesario aceptar las circunstancias que no
se pueden cambiar y comenzar a trabajar sobre los aspectos que sí son modificables.

4. Establece metas que sean realistas

Una meta puede ser cualquier cosa que se desea hacer o conseguir y guarda una
estrecha relación con la motivación porque de ella va a depender que alcancemos o
no nuestro propósito. Tener metas es importantísimo porque incluye la capacidad de
comprometerse. Pero posiblemente, y debido a la situación actual, todos nosotros
tengamos que replantearnos algunas de nuestras metas y adaptarlas a este momento.

5. Piensa de manera práctica y constructiva

Son muchas las veces que le damos vueltas a un asunto que no podemos solucionar o
nos imaginamos situaciones en las que las cosas van a ir de mal en peor. Cuando esto
ocurra, céntrate en actividades que requieran una gran atención, como jugar al ajedrez
o leer un libro de una temática de la que no tienes mucho conocimiento, pero que te
resulte interesante.

6. Mantén una actitud optimista

En realidad la diferencia que existe entre tener una actitud optimista o pesimista es
mínima, pero significativa. El optimismo es la tendencia a esperar que el futuro depare
resultados favorables y es lo que nos ayuda a enfrentarnos a las dificultades con
ánimo, a descubrir lo positivo que tienen tanto las personas como las circunstancias.

7. Cuida las relaciones con los demás

En los momentos complicados las primeras personas que aparecen son nuestras
amistades más cercanas y nuestra familia. Afortunadamente, contamos con medios
tecnológicos con los que podemos mantener conversaciones mirándonos a la cara a
pesar de estar lejos, así que usemos estos medios para hablar, para jugar, para
animar y que nos animen, para compartir experiencias…

8. Haz deporte

Cuando hacemos deporte estamos desarrollando una serie de valores personales y


sociales que nos convierten en personas más resilientes sin que nos demos cuenta:
nos marcamos retos, aumentamos la autodisciplina, el autoconocimiento, la
autoestima…

9. Nutre tu autoestima

La autoestima depende de en qué medida nos sentimos valorados, queridos y


aceptados por otros y en qué medida nos valoramos, queremos y nos aceptamos
nosotros mismos. Toma conciencia de todo lo que has conseguido hasta el momento y
de todo lo que te queda por conseguir. Para ello, haz el ejercicio de plantearte metas,
ejercicio físico y no descuides a tus amistades (hay que buscar tiempo para enviar un
mensaje de vez en cuando a las personas con las que menos hablas, por ejemplo).

10. Aprende a crecer con los problemas

No podemos evitar encontrarnos con problemas o situaciones de crisis, al menos no


siempre podemos hacerlo. Por tanto, debemos tomar estas situaciones como retos
que se nos presentan en la vida y que nos empujan a sacar lo mejor de nosotros
mismos: a ser más fuertes, a pensar y a actuar en consecuencia. Utiliza cada
experiencia que vivas para crecer como persona.

Вам также может понравиться