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Antonio Cornejo-Polar
. Uniuersity of Pittsburgh
algo
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LOS SISTEMAS LITERARIOS COMO CATEGORÍAS HISTÓRICAS
rrancia'dc nuestra historiografía literaria. Incapaces de superar
las
Progreso.
aún ,
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I más inquietante, de varias literaturas parale las y punto menos
que -
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muestra mayor, e í'in de cuentas, IOT estar fuera
En el fondo de esta opción se his t fi r ' f 'C rnf, ' n , pero -pésimo ne- k
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hasta su utilidad, puesto que histórico Que lo suc esivo. Cada
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con'la "oposiejónique contraponeestas
sis-v* más
acercaV jpexftí¿en^ué^.
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tiempo colectiva/'
cesan, y de ■
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autonomizadaK con respecto a La más reciente y nutrida
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los textos con el proceso social júfíciéñtV'párá evidenciar que la
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por las recurrencias agenda
para enfrentar esta tarea, pero . efecto, que situar a dos o más
que temporal,
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dentro del í-una armonía tramposa que
conciencia de la pluralidad de
de í.1ía¿J2JSduse!
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convicción de que las relacionescontradictorias o generan
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América Latina cada sistema representa la actuación de sujetosfiguraciones del opresor. En este sentido es extraordinariamente
sociales diferenciados y en contienda, instalados en ámbitossugestivo recordar que muy temprano, ^nTl5397nó"s!rtlax-, : caltecas
lingüísticos distintos, idiomáticos o dialectales, y forjadores deescenificaron'Laconqi"'?*^"JflftTrprn¥ñlffm pn: 'in•■qftp ina oj¿r. /
racionalidades e imaginarios con frecuencia incompatibles. Esta es lacitos cristianos, en cüya"variguardiá"restá' el ñahüal, veñcen^a*Tos.
razón por la cual no es del todo exacto suponer que la teoría yinfieles comandados por un ."sultán" bien conocido por losriridíbs: .
práctica de comparatismo, más o menos eficaces para el cotejo entreHernán' Cortés; y que más tarde, en7, fecha incierta, los'quechuas .
literaturas homologas, sean esclarecedoras del tramado heteróclito dedramatizaron la conquista con un'act'o final en elque el rey de r Es-;
nuestras literaturas. paña manda a ejecutar a'Pizarro por haber dado.muerte a Atahual- (
De cualquier manera, son las siempre imprevisibles rela- pa,'soberano justo y piadoso.;
ciones concretas entre nuestros sistemas las que pueden servir me- El camino inverso, que lleva de las literaturas marginales a la
jor para comprender la índole de cada uno de ellos y el sentido de la hegemónica, se puede conocer mejor porque sus instancias finales se
contradicción que los engrana y los hace participar en el corpas y inscriben en la faz más visible de nuestra literatura. Las que alguna
en la historia de la literatura latinoamericana. Es inútil, por obvio, vez llamé "li teratur ashe terogénea s" funcionan en parte como
señalar que se trata de relaciones asimétricas, que reproducen receptoras de Tas tradiciones populares e indígenas y en ese sentido, a
sesgada o directamente una situación radicalmente injusta, pero es más de reproducir los quiebres socio-culturales de América Latina,
indispensable recordar, en cambio, que la producción simbólica tie- operan en el ambiguo espacio de la resemantización de formas y
genes que reconstituyen, en el nivel del discurso, el orden más alto do gauchesca, el negrismo, el indigenismo, la novela del nordeste
la justicia y de la autenticidad, aunque para ello tengan que asumir brasileño, el realismo mágico o el relato testimonial, pero en todos
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estos casos el discurso hegemónico se abre a otros discursos, los hos interesa recusar. Los peruanos no deberíamos olvidar que la
marginales y subterráneos, a veces con autenticidad -que es cuando tragedia existencial y cultural de Garcilaso se convirtió en la
son productivos- y a veces con artificiosidad opaca y falsificadora. plenitud intachable de un mestizaje doblemente imperial; que la
Después de todo, la polifonía bajtiniana sólo es enri^quecedora fraternidad andina de Vallejo se trasmutó en una piadosa y ramplona
cuando las voces de los otros pr e servan su tono y te m ple metafísica cristiana; o que, caso extremo, la tierna y mítica
ípscortf TOll^. Pa iu dü ii i 'l er en breve, no es lo mismo Cambio de ;7iel huma ni zación ^ de la naturale z a, tal como la vivió Arguedas, se
'quéEl zorro de arriba y el zorro de abajo. |f''^'!-¡*Insist6Ten"que'es el transforrnó_en sjgno precursor del ecologismo post in dust rj al. La
estudio, de estas relaciones concretas la l'^ñíéjor manera de •"^conciencia de que nuestra literatura es producto de varios y anta-3?#
comprender el carácter de la literatura latinoa-j^'merTcaná;/ Está /génicos sujetos sociales, con lenguajes, racionalidades e imaginarios
demasiado cerca el ejemplo del fracaso de nuestro reclamo de discordantes, bien podría terminar en una
autonomía teórica, que casi nadie desarrolló en concreto/para que aíirmació n j^o-/z^sjtdeJa^^nojvfa,entre los contrario s, algo así como un
ahora el nuevo reclamo, de una historia que de razón ,: déla mestizaje que admite todo, o casi, siempre y cuando el resultado no sea
complejidad de nuestra literatura, de sus pluralidades y ni .demasiado negro ni demasiado cobrizo.*- f¿¡47/stf
contradicciones, se agote otra vez en la formulación de un proyecto Por lo demás, las investigaciones concretas que urgimos no
que , no se encarne en trabajos específicos. Peor todavía: si no lo solamente revelarán sus materias específicas, sino eme
desarrollamos nosotros, será la crítica más conservadora la que contribuirán decisivamente a forjar, más allá de la abstracción en
manipulará algunas categorías, como la de pluralidad, para reforzar la que todavía se mueve todo el proyecto, el perfil del objeto que
las . interpretaciones históricas, socialelfyculturales que queremos .conocer. No hay que obviar nunca el hecho de que éste
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portadora de opciones ideológicas y científicas tal vez no muy concepto. Todo esto, y mu cho más, se explica y se hace legítimo
precisas pero, en todo caso, decisorias. No es "natural", por cuando existe una conciencia clara de por q ué so
ejemplo, que asumamos cocino latinoamericanas las literaturas problem n ti za imasunto, como el carácter heteróclito de TíT litera
precolombinas, ni que asignemos condición literaria a la oralidad tura latinoamericana, que desde otros puntos de
vista podría y hasta debería pasarse latinoamericana'erpe-* .ríodo No es casual, por esto, que anterior a la conquista es el
por alto. prehispánico. Esta apropiación del paralelamente al trabajo histo- sustrato en el que germina la
A este respectóles bueno pasado, que nacionaliza y riográfico, que transforma el espléndida creatividad de
súbrayar'qúe la idea misma'de latinoamericaniza' contenido de la tradición literaria Arguedas. Palma y Arguedas
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unadi-'1* teratura un'tiempo^mucho más extenso que latinoamericana y reformula cada son productos'de una-ciertai'
latinoamericana'es'.obra de-la el"que tieneivS * de una de las tradiciones nacionales, 'conciencia''histórica-" /que ellos
historia, de sus*continuas-S*"' vida'nuestras'repúblicas, implica se produzcan cambios decisivos enmismos, a la vez efectos y
^mudanzas.-''Para las primeras una complejísima operación el curso vivo de nuestras causas de un proyecto
generaciones republicanas, nuestra ideológica, con compromisos literaturas. Do hecho, para volver complejo'yT .'multidireccional,
literatura comenzaba hacia?1810; con político-sociales bien al caso peruano, la apropiación constribuyen a forjar. A la
la"independencia;" más tarde se determinados, más allá, pero no nacional del coloniaje es larga si Palma revive el
ganaron, aunque ciertamente desde independientemente, de las indesligable del ejercicio virreinato es porque su discurso
muy distintas perspectivas, los tres opciones literarias imaginario propio de la prosa de actualiza un intertexto hecho
siglos coloniales, convirtiéndolos en puestas^en,juego...¿Reconocer un Palma, de su éxito literario y con la escritura colonial y con
nacionales; y sólo mucho después, a one~ AÍrTcierto.modo'de definir el ramificaciones, de la misma dialo- |J gar con los mitos y las
pocos y sin consenso, ^se añadió al presente y de'identificar la índole manera que la afirmación de fábulas indias, pone en el
proceso" 1 de la literatura del ' futuro; fí/v/íOf/-) nuestros vínculos con la historia presente, y en su J] espacio, el
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lenguaje del otro, ajeno y identifica'con "todas'las'sangres"