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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


San Cristóbal – Táchira - Venezuela
Universidad Católica Del Táchira

Trabajo de Mercantil Grupo 17


¿Qué Acción debe Obviarse por Falta de Pago En el Cheque?

Autores:
Carrillo Hernández Orlando A.
CI: V-27815753
Santos Moros Juan V.
CI: V-25091751
Sánchez Páez María P.
CI: V-26260360

5to Año Sección “A”

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En materia mercantil en algún momento de la Carrera de la abogacía se presentarán
dudas
acerca de que mecanismo o procedimiento debemos utilizar para determinadas situaciones.
En el sistema venezolano específicamente en el área Mercantil encontramos, al igual que en
otras ramas del derecho, que contamos con más de un procedimiento. Así tenemos:
En primer lugar, al procedimiento ordinario mercantil a través del cual se ventilarán todas
aquellas cuestiones que no tengan señalada tramitación especial en las normas mercantiles.
Y, en segundo lugar, el procedimiento ejecutivo que tiene lugar cuando la demanda se
funda en un documento que traiga aparejada ejecución.
En todo caso, al referirnos al cobro de un cheque debemos obviar la acción del
procedimiento ordinario. Nos interesa el segundo procedimiento; el procedimiento
ejecutivo puesto que el cheque tiene una acción especial prevista en el código de
procedimiento civil que es la acción por Intimación, conocida en materia mercantil como
vía de intimación y procede cuando se quiere hacer valer un título valor (cheque, letra de
cambio, pagaré).
Afirma Chiovenda que el procedimiento por intimación, También llamado “proceso
monitorio” y “por inyucción o inyuctivo”, es creación del derecho Italiano medieval, cuya
finalidad, resultó ser la necesidad de obtener directamente del Juez la orden de prestación y
notificar de ésta al deudor, sin necesidad de citación previa, tratándose de determinados
créditos, aunque no resultaran de Documentos; dicha orden era acompañada y justificada
por la cláusula de que si el deudor quisiera hacer valer excepciones, pudiese formular
oposición dentro de cierto término, privando tal oposición al mandato o precepto de todo
efecto, e iniciándose con ello el juicio ordinario. Se observa aquí que el conocimiento del
juez sobre la veracidad de lo que decía el Acreedor era insuficiente para que en verdad
pudiera dictar la orden fuera de preocupaciones y con total serenidad pues él no sabía si el
deudor tenia excepciones que oponer y solo conocía muy superficialmente los hechos
constitutivos de la acción.
En cuanto a su Naturaleza Jurídica se discute si este procedimiento pertenece a la
jurisdicción voluntaria, si debe considerársele declarativo o es propiamente un juicio
ejecutivo.
Se trata de un procedimiento que en su primera fase carece de cognición y de contracción,
puesto que el juez, sin conocimiento de causa o con un conocimiento parcial, con la sola
información o alegato del demandante, admite o niega la intimación del deudor, sin citación
previa del mismo, observándose que el conocimiento del juez en tal fase, no existe o es
incompleto puesto que él no sabe si el deudor tiene excepciones que oponer y sólo conoce
los hechos constitutivos de la acción; es un conocimiento reducido, sumario y dispuesto a
favor del acreedor, fundado en prueba escrita. Será la oposición del deudor al decreto de
intimación y su posterior contestación a la demanda, el mecanismo que pone en

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movimiento la cognición definitiva del fondo para convertir el procedimiento monitorio en
un procedimiento ordinario.

Por lo dicho hace un momento podemos precisar que el procedimiento por intimación, así
como está regulado en el código de procedimiento civil, no es un procedimiento ordinario,
ni es absolutamente ejecutivo, pues, aunque si bien su finalidad es preparar la ejecución, su
desarrollo puede adoptar tanto las características del juicio ordinario como las del juicio
ejecutivo, dependiendo siempre de la voluntad y de la actitud que asuma el deudor
intimado, quien podrá oponerse o mantenerse en rebeldía.
El Código de Procedimiento Civil en sus artículos 640, 641, 642, 643, 644 y 645 señala los
requisitos de admisibilidad de la demanda y las condiciones de procedencia de la prestación
que se haga valer a través del procedimiento por intimación, que el juez deberá examinar al
momento de providenciar la demanda, los cuales podemos identificar así:

1. Requisitos de admisibilidad de la demanda


El Art 640 determina como requisito objetivo para que el procedimiento intimatorio
proceda, que el derecho subjetivo sustancial que se hace valer con la demanda sea
un derecho de crédito, líquido y exigible, pudiendo tratarse del pago de cantidades
de dinero, entrega de cosas fungibles o de una cosa mueble determinada.
El crédito debe ser líquido en el sentido que la prestación esté determinada en una
medida que la cuantifique con toda precisión y exigible por cuanto su pago no
puede estar diferido por un término o condición, ni sujeto a otras limitaciones.
En cuanto a la competencia del tribunal territorialmente es competente para el
conocimiento del procedimiento de intimación el “Juez del domicilio del deudor
que sea competente por la materia y por el valor según las normas ordinarias de
la competencia, salvo elección del domicilio”.
En cuanto a la forma de la demanda, la demanda que se proponga debe cumplir con
los requisitos del Artículo 340 del CPC pues constituyen una condición de
admisibilidad y ante el incorrecto cumplimiento de tales requisitos el juez deberá
ordenar al demandante la corrección del libelo, absteniéndose de providenciarla
mientras no se corrija. Esto es el despacho saneador que no se produce en el
procedimiento ordinario.
Estos son algunos de los requisitos de admisibilidad de la demanda por intimación a
efectos didácticos.

La intimación equivale a la citación del demandado para el juicio ordinario; pero por el sólo
hecho de haberse practicado la misma no puede decirse que surja el contradictorio, pues la

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intimación “no contiene una ius in vocatio, y menos aún una impetración al Juez para que
conozca y se pronuncie definitivamente causa cognita.

Este procedimiento tiene como fin teleológico que bajen los niveles de congestión en la
labor de impartir justicia pues trata de simplificar actuaciones. Si se tiene un título valor
como un cheque no hay necesidad de abrir todo un largo y complicado proceso para
determinar si el supuesto deudor realmente debe, más aún teniendo un instrumento que
respalda dicha convicción. Más práctico es abrir un proceso de intimación que ordenará al
supuesto deudor pagar y caso contrario se abrirá el procedimiento ordinario para determinar
quién en verdad es el que va a recibir sobre el todo el peso de la justicia. Además, ayuda el
hecho de que al demandado se le da por culpable o deudor de la cantidad que se le atribuye
lo que psicológicamente puede ayudar a que sienta obligado en primer término a pagar y lo
piense dos veces antes de iniciar un largo u costoso proceso sabiendo que se es deudor.
En los casos de poseer un cheque las obligaciones más importantes del acreedor es que
debe protestar el cheque. Si no lo hace dentro de los lapsos previstas en el código de
comercio entonces la persona pierde la acción de intimación y por esa razón, aunque se
tenga un cheque si no se protesta debe obviarse el procedimiento de intimación quedando
como opción intentar la acción de cobro de bolívares, la cual es una vía ordinaria y debe
demostrar todo lo que corresponda.

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