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MATERIA: HISTORIA

NOMBRE DE LA ALUMNO:
JESÚS DAVID CRUZ GARCÍA

PROFESOR:
ELEAZAR SOLÍS CHOLULA

SEMESTRE:
SEXTO

ACTIVIDAD:
LEGADO CULTURAL DEL SIGLO XX
En Biografía de la humanidad. Historia de la evolución de las culturas (Ariel,
2018), libro que he comentado recientemente en Periodistas en Español,
sus autores, José Antonio Marina y Javier Rambaud, dividen el siglo XX en
dos mitades, a la primera, que llegaría hasta el final en 1945 de la Segunda
Guerra Mundial, la llaman época de la locura, a la segunda (que llega hasta
hoy, pues lo prolongan) la llaman época de las soluciones precarias.
Consideran que 1989 y la caída del muro de Berlín es un punto de inflexión.

La época de la locura

Tras un reparto colonial a cargo de los países europeos que abre heridas
entre los imperialistas que quieren ser más potencias que las potencias,
con unos gobiernos desconectados de las preocupaciones de sus
sociedades y más centrados en orientarse hacia la guerra, a comienzos del
siglo XX ya se buscaban pretextos para un conflicto que se veía cada vez
más como inevitable en medio de una “dialéctica de rearme continuo”.
Muchos intelectuales seguían considerando a la guerra un asunto noble,
higiénico.

Y la guerra estalla, una guerra fundamentalmente (pero no sólo) europea, la


Gran Guerra, a la que llamamos desde hace décadas Primera Guerra
Mundial porque luego vino otra.

Fue espantoso el balance de aquel conflicto bélico, con más de quince


millones de muertos. ¿La humanidad no aprendió nada, como afirman los
autores de Biografía de la humanidad…? En cualquier caso, a su final, en
1918, habían desparecido cuatro imperios (el ruso, el otomano, el austro-
húngaro y el alemán) y otros dos quedaron muy dañados (el francés y el
británico), y a la inmediata aceleración económica la sucedió desde 1929
una gran crisis mundial, la Gran Depresión.

Del convaleciente Imperio ruso nació en 1917 un revolucionario nuevo país


que acogió los ideales marxistas de liberación de las clases desfavorecidas
pero acabó convirtiéndose en un Estado totalitario. Y en algunos países,
tras la Primera Guerra Mundial, destacando Italia y Alemania a ese
respecto, triunfaron dictaduras de corte fascista que surgieron entre otras
razones en contraposición a aquella extensión del comunismo. Los dos
totalitarismos, el nazifascista y el socialistacomunista, “reflejaban el
descontento con la modernidad, la inestabilidad del sistema capitalista y la
polarización extrema de ideologías nacionalistas, socialistas y racistas
surgidas el siglo anterior”. Fueron ambas ideologías, la comunista y la
fascista, “respuestas revolucionarias ante el malestar generado por la
modernidad industrial y el liberalismo político, con los múltiples conflictos
que conllevaban (de clase, género, partido o nación), y la erosión de las
comunidades tradicionales en nombre del individualismo”.

El mundo más desarrollado se organizó alrededor de esas dos ideologías y


la liberal, a cuya contra habían surgido dichos totalitarismos.

El expansionismo alemán de su dictador nazi Adolf Hitler llevó a la Segunda


Guerra Mundial. La guerra, que acabó estallando en septiembre de 1939,
quería ser para Hitler “el crisol purificador la raza”, la mejor escenificación
del darwinismo social: y fue la magnífica representación de la
deshumanización de la humanidad que culminaría en el horrible
Holocausto.

ONU_Holocaust_Memorial

La derrota en 1945 de los nazis y sus ultras aliados italianos y japoneses a


manos de la alianza entre las democracias occidentales y la dictadura
soviética fue sucedida por un mundo dividido que cabalgó inestable durante
décadas sobre el filo de la llamada Guerra Fría.

La época de las soluciones precarias

En el nuevo orden mundial escindido en dos existía algo más que las dos
superpotencias (Estados Unidos al frente de las sociedades capitalistas
occidentales y la URSS capitaneando el llamado bloque soviético): pronto,
en la década de los 60, la difusa comunidad de los países no alineados,
casi todos salidos del proceso de descolonización postbélico, y también de
inmediato, antes aún, desde 1949, la dictadura comunista china, al margen
de la autoridad moscovita, un caso único de revolución llevada a extremos
delirantes que sobreviviría a sí misma transformándose al acabar el siglo en
un comunismo capitalista por supuesto sin democracia.

Tras la Segunda Guerra Mundial, “el mundo occidental disfrutó de un


periodo de desarrollo mantenido, que implantó una sociedad de consumo”.
Y en 1948, amparada en la recién creada Organización de las Naciones
Unidas (ONU), se acordó la Declaración Universal de Derechos Humanos
con el objeto de fundar una especie de nunca más taponador de una nueva
confrontación mundial, que incluía en su preámbulo “la dignidad como base
de nuestra arquitectura política y legal” tendente al establecimiento de la
libertad, la justicia y la paz en el mundo.

“Una de las mutaciones más revolucionarias” del siglo pasado fue el


movimiento de liberación de la mujer (el movimiento feminista),
esencialmente si atendemos al finalmente fracasado proyecto socialista
desmoronado con la caída del Imperio soviético desde finales de la década
de 1980:

“Una vez conseguido el voto, el movimiento feminista se centra en la lucha


contra la discriminación, en la crítica de las estructuras sexistas de poder y
en la concienciación ante las desigualdades en la familia y el trabajo”.

El legado del siglo XX

Globalización y feminismo son dos de las grandes herencias que el XXI ha


recibido del XX. El fenómeno cultural que (ya) es la globalización se gestó
definitivamente en el siglo XX. Las dos ramas específicas de la tecnología
en ese siglo fueron la informática y la ingeniería genética, a decir de
Rambaud y Marina. Ellas están en la base del posthumanismo hacia el que
los sapiens nos podemos ver abocados ya en el siglo XXI, hoy en día,
estamos a punto de entrar en la era del posthumanismo: la gran amenaza
que pesa sobre nuestra especie es que “la humanidad puede
deshumanizarse”.

“En la actualidad, hay dos serias amenazas: la ecológica y los niveles


intolerables de desigualdad que puedan alcanzarse”.

Ambas las hemos heredado del siglo XX, que, a su vez, las heredó de la
noche de los tiempos. Aunque la desigualdad parece que desciende desde
hace docenas de años, aún está ahí, arriesgándolo todo. Y el equilibrio
ecológico está seriamente tocado desde los daños que hemos infligido a la
Tierra con nuestros avances.

REFERENCIAS
https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/siglo-xx-evolucion-
culturas/20181220095459158544.html
https://www.mexicodesconocido.com.mx/el-patrimonio-cultural-de-mexico-en-el-siglo-xx.html
http://annalesdeltiempo.blogspot.com/2010/12/el-legado-del-siglo-xx.html

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