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La Peshitta*

Diácono Orlando Fernández Guerra

Después de las biblias Septuaginta y Hebraica, la más antigua e importante traducción


del Antiguo Testamento al arameo es la “Peshitta", palabra que significa “simple, sencilla”.
Esta traducción se estima que se realizó, aproximadamente, alrededor del año 40 d.C. en el
reino de Siria, por eso es también conocida como Biblia siriaca. Constituye un texto muy
importante para la investigación bíblica, pues se trata de una de las versiones más antiguas
de la Escritura que se conserva.
La mayoría de las obras cristianas de esta época fueron escritas o traducidas del
griego, pero el Antiguo Testamento de la Peshitta fue traducido directamente del hebreo.
Esta versión comprende la mayoría de los libros deuterocanónicos (Eclesiástico, Baruc,
Tobías, I y II Macabeos y Sabiduría); e incluso algunos libros apócrifos (Salmos 151 al 155,
el Apocalipsis de Baruc, el libro de Enoc, de los Jubileos, etc.).
Por lo que se refiere al Nuevo Testamento es muy difícil precisar cuándo fue escrito,
pues hacia el año 175 ya era muy conocido el Diatesarón de Taciano; una especie de
armonía de los cuatro evangelios escrito en arameo y comentado por San Efrén de Siria, lo
que supone la existencia de los evangelios como textos independientes en esta lengua.
Algunos libros considerados canónicos no aparecen en los manuscritos más antiguos de la
Peshitta, como son: La 2 carta de Pedro, la 2 y 3 carta de Juan, Judas y el Apocalipsis.
En cuanto al trabajo de traducción de ambos testamentos hoy se tiene certeza que se
realizaron en momentos distintos de la historia. Mientras que el Antiguo Testamento, en su
mayor parte, fue traducido directamente del hebreo, salvo algunos pocos casos en que se
usaron textos arameos y/o libros de la Septuaginta griega. El Nuevo Testamento, sin
embargo, parece haber sido traducido íntegramente de manuscritos griegos. Algunos
estudiosos hoy defienden la existencia de una redacción original de estos libros en arameo, y
no una traducción del griego a esta lengua. Ello ocurre porque entre los 22 códices de la
Peshitta que se conservan, no hay apenas variantes textuales como sucede con los
manuscritos griegos que alcanzan varios miles entre sí. Esto sería una prueba del respeto
que los copistas tendrían por los originales del texto arameo. Pero este criterio permanece en
el terreno de la hipótesis.
En cuanto al alefato de la Peshitta, -lo que en nuestras lenguas llamamos alfabeto-,
resulta curioso que el arameo puede encontrarse en cuatro formas distintas. Existen
manuscritos con escritura “cuadrada” muy similar a la hebrea. Otros están en “estrangelo”,
una forma de mayúscula utilizada en los manuscritos más antiguos. Luego hay otros en
“serto”, el arameo que se hablaba en el occidente de Siria y, finalmente, algunos en
“nestoriano”, la escritura propia de esta antigua secta cristiana.
La Peshitta es la Biblia de todas las Iglesias de Siria, Asiria, Caldea y el Asia Central.
Es decir, el texto oficial que usan para las celebraciones litúrgicas y para la vida de fe diaria
las iglesias: Ortodoxa Siria, Católica Siria, Asiria de Oriente, Ortodoxa Malankara, las Iglesias
católicas de rito Caldeo, Maronita, Siro-Malabar y Siro-Malankara, etc. Una cantidad de
iglesias y fieles nada despreciable de una parte importante del mundo.
Además, por esta misma razón es un texto ecuménico que se comparte sin problemas
por todas estas iglesias de tradición Católica y Ortodoxa.

* Agradezco para este artículo la colaboración del P. Valentín Sanz cm, un Peshitólogo entusiasta, quien también me ha
enviado la imagen que ilustra el texto.

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