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Alumno: Rocío Herrera Espinoza

Materia: Internacionalización del Derecho en su Ámbito Privado

Profesor: Alberto Vega Hernández


Desarrollo

Factores por los que se determina la competencia

JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA. Frecuentemente se confunden estos dos conceptos,


pero debe entenderse que la jurisdicción es la potestad de que se hallan revestidos los
jueces para administrar justicia, y la competencia, la facultad que tienen para conocer de
ciertos negocios, ya por la naturaleza misma de las cosas, o bien por razón de las
personas. La jurisdicción es el género, y la competencia la especie. Un juez puede tener
jurisdicción y no competencia, pero no al contrario. Para que tenga competencia, se
requiere que el conocimiento del pleito le esté atribuido por la ley. La jurisdicción y la
competencia emanan de la ley, más la competencia algunas veces también se deriva de
la voluntad de las partes, lo que no sucede con la jurisdicción.

La competencia es, en realidad, la medida del poder o facultad otorgada a un órgano


jurisdiccional para entender de un determinado asunto.
En otros términos se puede decir que la competencia es aquella parte de la potestad
jurisdiccional que está legalmente atribuida a un órgano judicial determinado frente a una
cuestión determinada.
Por ello, el primer problema que se presenta, después de fijada y delimitada la cuestión
que se pretende plantear ante un órgano judicial, es el de dilucidar cuál es el competente
para resolverla. [ CITATION GAB16 \l 2058 ]

Por materia: “Es el criterio que se instaura en virtud a la naturaleza jurídica del
conflicto objeto del litigio” o “por razón de la naturaleza de la causa, o sea de las
cuestiones jurídicas que constituyen la materia litigiosa del proceso” o “es la que
se atribuye según las diversas ramas del derecho sustantivo”; o bien es la
naturaleza jurídica del asunto litigioso. Este criterio de distribución del quehacer
judicial toma en consideración la creciente necesidad de conocimientos
especializados, respecto de las normas sustantivas que tutelan los intereses
jurídicos involucrados en el debate sujeto a juzgamiento; así encontramos órganos
que conocen de materia civil, familiar, penal, constitucional, administrativa, laboral,
agraria, fiscal, etcétera.
Por cuantía: Es el valor jurídico o económico de la relación u objeto litigioso.
Aunque se ha dado lugar a una cadena de polémicas, en que se discute si deben
plantearse distingos en torno al monto pecuniario de los litigios a ventilarse; y así
se habla de “justicia para pobres” y de “justicia para ricos”; hace varios años que la
competencia se determina también por este punto de vista del valor económico
que pueden revestir los negocios judiciales. En ese sentido tanto en el orden local,
como en el federal se regula por las Leyes Orgánicas del Poder Judicial esta
distribución para el conocimiento de los pleitos de mayor o menor quantium.
Naturalmente hay problemas que no tienen traducción monetaria, en los que
concretamente, el legislador tiene que definir y ordenar cuál es el juzgado o
tribunal competente para componerlas.
Por grado: Este vocablo en su acepción jurídica se refiere a la instancia o grado
jurisdiccional, atendida la estructura jerárquica de los sistemas judiciales, en que
puede ser conocido un asunto. Puede ser en única, primera o segunda instancia,
también significa cada una de las instancias que puede tener un juicio o bien el
número de juzgamientos de un litigio. También se hace referencia al “grado de
jurisdicción como el lugar que ocupa un órgano jurisdiccional en el orden
jerárquico de la Administración de Justicia” o sea se emplea la palabra grado como
sinónimo de instancia.
Por territorio: Es el lugar físico donde se encuentran los sujetos u objeto de la
controversia o donde se produjo el hecho que motiva el juicio. Entendido desde la
óptica jurídica, el concepto de territorio no se restringe a la “costra terrestre”, sino
que abarca el subsuelo, la superficie terrestre, una columna del espacio aéreo
hasta los límites que los recientes descubrimientos astronáuticos recomienden.
Por otro lado, en planos internacionales se comprenden otras instituciones como el
mar jurisdiccional, la plataforma continental, el zócalo submarino, etcétera amén
denominado principio de extraterritorialidad por el que el territorio se extiende al
espacio que ocupan las embajadas, legaciones, ubicadas en el extranjero; así
como el de naves y aeronaves nacionales. Además de este ámbito espacial, en
cuya esfera de acción pueden producirse los actos y sus efectos jurídicos, debe
tomarse en cuenta el problema que plantea el ángulo de distribución territorial de
la competencia entre los diversos órganos judiciales; otros principios jurídico-
políticos influyen sobre la división territorial de la competencia, como ocurre en
nuestro país donde existe una organización constitucional que establece
autoridades y normas de carácter federal y estatal, así como la creación, en
algunos sectores como el fiscal de nuevos tribunales regionales. [ CITATION Ort1 \l
2058 ]

Actividad 2. Puntos de contacto en los conflictos internacionales

Los tipos de puntos de contacto que existen.

 PUNTOS DE CONTACTO MÚLTIPLES. Esta clase de conexiones permite


flexibilidad en la determinación del derecho aplicable, lo que da más posibilidades
de solución, a la vez que evita la impunidad, sin embargo, a contrario sensu,
podría dar lugar al fraude a la ley.
La multiplicidad de los puntos de contacto se regula generalmente a través de las
Convenciones: en el “Protocolo sobre las Obligaciones Alimenticias” de La Haya
contiene diversos puntos de conexión, el artículo 3º ofrece un ejemplo al
establecer:
“Las obligaciones alimenticias se regirán por la ley del Estado de residencia
habitual del acreedor”.
Frente a este primer punto de contacto de la residencia habitual del acreedor, el
inciso 2 del artículo 4º dispone:
“Se aplicará la ley del foro si el acreedor no pudo obtener alimentos de acuerdo
con la ley de su residencia habitual”.
Nótese que se agrega como un nuevo punto de conexión la ley de foro.
El punto 2·2 del artículo 4º dispone:
“…se aplicara la ley del foro si el acreedor ha acudido a la autoridad competente
del Estado de residencia habitual del deudor, sin embargo, se aplicará la ley de la
residencia habitual del acreedor, si este no puede obtener alimentos del deudor en
virtud de la ley del foro”.

 PUNTOS DE CONTACTO MUDABLES. Adicionalmente en el apartado “4” del


artículo 4º se incluye un nuevo punto de conexión basado en el principio de
nacionalidad.
“4).- Si el acreedor no puede obtener alimentos del deudor en virtud de las leyes a
que se refiere el artículo 3º y los apartados 2 y 3 del presente artículo, se aplicará
la ley del Estado de la nacionalidad común del acreedor y deudor, si existe.”
Nótese que este punto de conexión al modificarse con el cambio de nacionalidad
del deudor alimentario, le permitiría evadir su obligación alimenticia con lo que se
actualizaría el fraude a la ley.
 PUNTOS DE CONEXIÓN INAMOVIBLES. Estos sólo son posibles en conexiones
territoriales, como ocurre con los inmuebles que se rigen por el principio de lex rei
sitae.

 CONEXIONES PRINCIPALES Y SUBSIDIARIAS. Las conexiones subsidiarias


sólo se actualizarán en el supuesto de que el punto de conexión principal sea
imposible. Ejemplo de un punto de contacto subsidiario se encuentra en la
Convención “Interamericana sobre Derecho Aplicable a los Contratos
Internacionales”9 , el artículo 9º dispone:
“Si las partes no hubieran elegido el derecho aplicable o si su ejecución resultara
ineficaz, el contrato se regirá por el derecho del Estado con el cual tenga los
vínculos más estrechos. El tribunal tomará en cuenta los elementos objetivos y
subjetivos que se desprendan del contrato para determinar el derecho del Estado
con el cual tiene vínculos más estrechos…”
Esta Convención, por ser relativa a contratos internacionales, permite que sean las
partes las que determinen el derecho aplicable, aquí el punto de conexión queda a
la voluntad de las partes con lo que se aplica el principio de autonomía de la
voluntad.
En este orden de ideas el punto de conexión principal sería el que determinarán
las partes y si ellas se abstuvieran de hacerlo, el punto de conexión subsidiario
sería el que designará el tribunal después de analizar los elementos objetivos y
subjetivos que le permitieran determinar el derecho del Estado con el cual se
tuviera el vínculo más estrecho.
Puede ocurrir que no exista un punto de contacto subsidiario, y que en su lugar
haya varios, con lo cual habría un concurso de puntos de conexión, en cuyo
supuesto pueden presentarse los siguientes puntos de conexión:
• Alternativos
• Acumulativos

 PUNTOS DE CONEXIÓN ALTERNATIVOS. En los puntos de conexión


alternativos las partes tienen la facultad para elegir el derecho aplicable, por existir
diversas opciones; al respecto el artículo 13 de la “Convención10 Interamericana
sobre Conflictos de Leyes en Materia de Adopción Internacional de Menores”
dispone:
“Cuando sea posible la conversión de la adopción simple en adopción plena o
legitimación adoptiva o instituciones afines, la conversión se regirá a elección del
actor, por la ley de la residencia habitual del adoptado al momento de la adopción,
o por la del Estado donde tenga su domicilio el adoptante (o adoptantes) al
momento de pedirse la conversión.
Si el adoptado tuviera más de 14 años, será necesario su consentimiento”.

 PUNTOS DE CONTACTO ACUMULATIVOS.- En estos puntos de contacto, la


consecuencia de la norma conflictual designara como derecho aplicable varios
sistemas jurídicos, por lo que los efectos sólo se darán cuando haya concordancia
entre ambos.
El ejemplo pertinente aquí se encuentra en los artículos 3º y 4º de la “Convención
sobre Adopción Internacional”.
Cada norma pertenece a un sistema jurídico diferente, ya que el artículo 3º se
refiere a la residencia habitual del acreedor y el artículo 4º al domicilio del deudor
los que por la concordancia que tienen, permitirán que la adopción se lleve a
efecto. [ CITATION Man11 \l 2058 ]

Actividad integradora. Determinación de la competencia jurisdiccional en los


conflictos internacionales

SISTEMA GENERAL DE SOLUCIÓN DE CONFLICTO DE LEYES

1. Concepto personal del conflicto de leyes aplicado al derecho internacional


privado.
El problema llamado ''conflicto de leyes'' se presenta cada vez que una relación jurídica
contiene dos o más elementos que se vinculan con dos o más sistemas jurídicos. Sin
embargo, es importante subrayar el hecho que la terminología ''conflictos de leyes'' por sí
misma se presta a confusión. En efecto, no son las leyes las que entran en conflicto sino
los sistemas. En realidad, no existe un verdadero conflicto de leyes en el sentido que las
leyes entran realmente en conflicto, tal colisión de reglas se presenta únicamente en los
sistemas territorialistas y en los sistemas de personalidad de las leyes.
El problema de los conflictos de leyes consiste en la determinación del derecho aplicable
para resolver la relación jurídica en la cual existe por lo menos un elemento extraño.

Existen otras diversas clasificaciones de los conflictos de leyes, como a continuación se


detallan:

A) Nacionales e internacionales. - El conflicto puede plantear a propósito de una relación


jurídica vinculada con sistemas jurídicos de varios países o de sistemas jurídicos de los
Estados de un país de tipo federal. En el primer caso se habla de conflictos de leyes en el
ámbito internacional, en el segundo de conflictos de leyes en el ámbito nacional. Ambos
casos constituyen los conflictos de leyes en el espacio, por oposición a los llamados
''conflictos de leyes en el tiempo'' o ''conflictos móviles'' que se presentan cuando una
misma relación jurídica se encuentra sometida sucesivamente a varios sistemas jurídicos

B) Conflictos de leyes en el Derecho Administrativo. - Los conflictos de leyes en el


derecho administrativo es la incidencia procesal que supone el conocimiento de un mismo
litigio por dos tribunales, los cuales divergen en cuanto a la apreciación de su
competencia. Se distingue:

B.1.- El conflicto de atribuciones: es el conflicto que se da entre los tribunales judiciales y


la autoridad administrativa, respecto del alcance a darse a la separación entre la autoridad
administrativa y la judicial Puede consistir en un conflicto positivo de atribuciones,
planteado por el prefecto al negar competencia al tribunal judicial que afirma tenerla,
respecto de un litigio deferido previamente a este último; o en un conflicto negativo de
atribuciones, resultante de una doble declaración de incompetencia de la autoridad judicial
y la administrativa, respecto de un determinado litigio que es, no obstante, realmente de la
competencia de una de ambas autoridades. Los conflictos de atribuciones son resueltos
por el tribunal de conflictos

B.2.- El conflicto de jurisdicciones, en el que la divergencia sobre la competencia se


produce entre dos tribunales del mismo orden, judicial o administrativo. Puede consistir en
un conflicto positivo de jurisdicciones, en el que ambos tribunales se declaran
competentes y que es resuelto por la excepción de litispendencia o por decisión del
tribunal jerárquicamente superior; o en un conflicto negativo de jurisdicciones, en el que
ambos tribunales se declaran incompetentes y que es resuelto por decisión del tribunal
jerárquicamente superior.

C) Conflictos de leyes en el espacio, en el tiempo y personales.

C.1.- Conflicto de leyes en el espacio: Es el conflicto de leyes que se da entre las leyes
que se hallan simultáneamente en vigor en dos lugares distintos.

C.2.- Conflicto de leyes en el tiempo: Es el conflicto de leyes que se presenta entre dos
leyes sucesivas de un mismo país, por ejemplo el conflicto entre la aplicación del antiguo
y el nuevo texto del artículo 43 de la Ley de Adquisiciones para el Distrito Federal.
C.3.- Conflicto de leyes personales: Este conflicto de leyes se da entre las leyes de los
diversos grupos que en un país se encuentran sometidos a la personalidad del derecho.

Los diversos tipos de conflictos de leyes no tienen la misma naturaleza; de allí la utilidad
de distinguir a unos de otros.

2. ¿A qué se refiere el carácter bilateral de conflicto, y su diferencia con los


conflictos internacionales y conflictos internos?

La determinación del alcance de los derechos que confiere una garantía real

requiere, en general, un análisis en tres etapas de las siguientes cuestiones:

a) La primera cuestión es determinar si la garantía real se ha constituido válidamente.

b) La segunda, determinar si la garantía es oponible a terceros (para las cuestiones que


abarca el concepto de oponibilidad a terceros.

c) La tercera, determinar el grado de prelación del derecho de un acreedor garantizado


frente al derecho de otra parte reclamante concurrente, por ejemplo, otro acreedor o el
administrador de la insolvencia del otorgante.

3. ¿Cuál es la solución general de los conflictos de leyes?

La antinomia es la situación en que dos normas pertenecientes a un mismo sistema


jurídico, que concurren en el ámbito temporal, espacial, personal y material de validez,
atribuyen consecuencias jurídicas incompatibles entre sí a cierto supuesto fáctico, y esto
impide su aplicación simultánea.

Antes de declarar la existencia de una colisión normativa, el juzgador debe recurrir a la


interpretación jurídica, con el propósito de evitarla o disolverla, pero si no se ve factibilidad
de solucionar la cuestión de ese modo, los métodos o criterios tradicionales de solución
de antinomias mediante la permanencia de una de ellas y la desaplicación de la otra, son
tres:

1. criterio jerárquico (lex superior derogat legi inferiori), ante la colisión de normas
provenientes de fuentes ordenadas de manera vertical o dispuestas en grados diversos
en la jerarquía de las fuentes, la norma jerárquicamente inferior tiene la calidad de
subordinada y, por tanto, debe ceder en los casos en que se oponga a la ley
subordinante;

2. Criterio cronológico (lex posterior derogat legi priori), en caso de conflicto entre normas
provenientes de fuentes jerárquicamente equiparadas, es decir, dispuestas sobre el
mismo plano, la norma creada con anterioridad en el tiempo debe considerarse abrogada
tácitamente, y, por tanto, ceder ante la nueva; y,
3. Criterio de especialidad (lex specialis derogat legi generali), ante dos normas
incompatibles, una general y la otra especial (o excepcional), prevalece la segunda, el
criterio se sustenta en que la ley especial substrae una parte de la materia regida por la
de mayor amplitud, para someterla a una reglamentación diversa (contraria o
contradictoria).

En la época contemporánea, la doctrina, la ley y la jurisprudencia han incrementado la


lista con otros tres criterios.

Criterio de competencia, aplicable bajo las circunstancias siguientes:

a) que se produzca un conflicto entre normas provenientes de fuentes de tipo diverso;

b) que entre las dos fuentes en cuestión no exista una relación jerárquica (por estar
dispuestas sobre el mismo plano en la jerarquía de las fuentes), y

c) que las relaciones entre las dos fuentes estén reguladas por otras normas
jerárquicamente superiores, atribuyendo -y de esa forma, reservando- a cada una de ellas
una diversa esfera material de competencia, de modo que cada una de las dos fuentes
tenga la competencia exclusiva para regular una cierta materia.

Este criterio guarda alguna semejanza con el criterio jerárquico, pero la relación de
jerarquía no se establece entre las normas en conflicto, sino de ambas como
subordinadas de una tercera;

Criterio de prevalencia, este mecanismo requiere necesariamente de una regla legal,


donde se disponga que, ante conflictos producidos entre normas válidas pertenecientes a
subsistemas normativos distintos, debe prevalecer alguna de ellas en detrimento de la
otra, independientemente de la jerarquía o especialidad de cada una; y,

Criterio de procedimiento, se inclina por la subsistencia de la norma, cuyo


procedimiento legislativo de que surgió, se encuentra más apegado a los cánones y
formalidades exigidas para su creación.

Para determinar la aplicabilidad de cada uno de los criterios mencionados, resulta


indispensable que no estén proscritos por el sistema de derecho positivo rector de la
materia en el lugar, ni pugnen con alguno de sus principios esenciales. Si todavía ninguno
de estos criterios soluciona el conflicto normativo, se debe recurrir a otros, siempre y
cuando se apeguen a la objetividad y a la razón.

En esta dirección, se encuentran los siguientes:

Inclinarse por la norma más favorable a la libertad de los sujetos involucrados en el


asunto, por ejemplo, en el supuesto en que la contienda surge entre una norma imperativa
o prohibitiva y otra permisiva, deberá prevalecer esta última. Este criterio se limita en el
caso de una norma jurídica bilateral que impone obligaciones correlativas de derechos,
entre dos sujetos, porque para uno una norma le puede ser más favorable, y la otra norma
favorecerá más la libertad de la contraparte.
Para este último supuesto, existe un diverso criterio:

En éste se debe decidir a cuál de los dos sujetos es más justo proteger o cuál de los
intereses en conflicto debe prevalecer. Criterio en el cual se elige la norma que tutele
mejor los intereses protegidos, de modo que se aplicará la que maximice la tutela de los
intereses en juego, lo que se hace mediante un ejercicio de ponderación, el cual implica la
existencia de valores o principios en colisión, y por tanto, requiere que las normas en
conflicto tutelen o favorezcan al cumplimiento de valores o principios distintos; y, Criterio
basado en la distinción entre principios y reglas, para que prevalezca la norma que
cumpla mejor con alguno o varios principios comunes a las reglas que estén en conflicto.

Esta posición se explica sobre la base de que los principios son postulados que persiguen
la realización de un fin, como expresión directa de los valores incorporados al sistema
jurídico, mientras que las reglas son expresiones generales con menor grado de
abstracción, con las que se busca la realización de los principios y valores que las
informan; de manera que ante la discrepancia entre reglas tuteladas de los mismos
valores, debe subsistir la que mejor salvaguarde a éste, por ejemplo si la colisión existe
entre normas de carácter procesal, deberá resolverse a favor de la que tutele mejor los
elementos del debido proceso legal.

El principio de coherencia normativa concibe al sistema jurídico como un todo unitario, en


el que las partes se encuentran en plena armonía, y su aplicación individual o conjunta
concurre vigorosamente al cuidado y fortalecimiento de los valores tutelados por ellas, y a
la satisfacción óptima de los fines perseguidos. Empero, como toda obra humana, la del
legislador es susceptible de incurrir en imperfecciones, como la de expedir disposiciones
total o parcialmente contrarias o contradictorias, para su aplicación a un mismo supuesto
fáctico de las relaciones humanas, con lo que se suscitan los llamados conflictos
normativos o antinomias jurídicas, reveladoras de inconsistencias que, mientras no las
corrija su autor, requieren de una solución satisfactoria de los operadores jurídicos,
especial y terminalmente de los órganos jurisdiccionales, para su aplicación a los casos
concretos, mediante la aplicación de dos fórmulas.

La primera consiste en proceder a hacer un análisis penetrante de los enunciados que se


vislumbran en conflicto, con el fin de determinar si cabe la posibilidad de asegurar a cada
una un campo material o temporal distinto de aplicación, con lo que el enfrentamiento se
evita y queda sólo en los terrenos de la forma o la apariencia.

La segunda se dirige a la prevalencia de una de las disposiciones discrepantes en el


sistema jurídico, y la desaplicación de la otra, para que no vuelva a ser aplicada en lo
sucesivo.

Para este efecto, la doctrina y la jurisprudencia han venido proveyendo de métodos o


criterios para justificar la desaplicación, con base en ciertas características que concurran
en cada antinomia. En esa situación, el conflicto formal o aparente se confirma en la
realidad. En esta línea son del conocimiento general los criterios clásicos o tradicionales
de solución de antinomias, bajo la denominación de criterios jerárquico, de especialidad y
cronológico, así como otros métodos recientes.

En atención a lo anterior, el operador del derecho, y sobre todo los órganos


jurisdiccionales como responsables terminales de esta labor, deben dirigir y optimizar al
máximo sus esfuerzos, en primer lugar, a la búsqueda de la aplicación de esa primera
fórmula, para lo que pueden emplear las valiosas herramientas constituidas por los
métodos de interpretación jurídica, y sólo si después de denodados esfuerzos orientados
hacia dicha dirección no encuentran posibilidades de evitar la confrontación, deben pasar
a los criterios aplicables para resolver el conflicto, por la vía de la desaplicación de alguna
de las reglas desavenidas; e inclusive, si en una actuación subsecuente encuentran
facticidad para la primera fórmula, deben dar marcha atrás y decidirse por ella.

4. Mencione de manera objetiva ¿cuál es la localización jurídica en función del


objeto de la relación de derecho?

Somos conscientes de que la realidad y el entorno en el cual esta disciplina se está


desarrollando poco o nada tiene que ver con sus inicios y con los problemas que Story
presenció y que dio, prácticamente, origen a este concepto; sin embargo, estimamos que
esta concepción cargada, como indicamos, de inercia y tradición, es para nosotros la más
adecuada.

En este orden de ideas afirmamos que los cambios podrían pasar por aplicar otra
denominación: derecho privado internacional. Para nosotros el orden de estos dos
adjetivos no altera la sustancia de esta disciplina. Un cambio en este sentido estimamos
que traería más desventajas que ventajas y seguiría contando con una corriente crítica.

El derecho internacional privado se configura como el conjunto de normas y principios que


cada ordenamiento particular establece para dotar de una regulación especial a los
supuestos de tráfico externo. La construcción de este sistema exige el recurso a una
metodología propia. Su positivización y aplicación es particularmente dependiente de la
realidad social y jurídica del momento histórico que se considere.
Fuentes de consulta
GABUARDI, C. A. (2016). revistas.juridicas.unam.mx. Obtenido de
revistas.juridicas.unam.mx: https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-
comparado/article/view/3960/5020

Ortega, M. A. (s.f.). tesis.uson.mx. Obtenido de tesis.uson.mx:


http://tesis.uson.mx/digital/tesis/docs/23110/Capitulo2.pdf

Mansilla y Mejía, M. E. (diciembre-febrero de 2010-2011). www.derecho.unam.mx.


Obtenido de www.derecho.unam.mx: https://www.derecho.unam.mx/investigacion/revista-
cultura01.php

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