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Por materia: “Es el criterio que se instaura en virtud a la naturaleza jurídica del
conflicto objeto del litigio” o “por razón de la naturaleza de la causa, o sea de las
cuestiones jurídicas que constituyen la materia litigiosa del proceso” o “es la que
se atribuye según las diversas ramas del derecho sustantivo”; o bien es la
naturaleza jurídica del asunto litigioso. Este criterio de distribución del quehacer
judicial toma en consideración la creciente necesidad de conocimientos
especializados, respecto de las normas sustantivas que tutelan los intereses
jurídicos involucrados en el debate sujeto a juzgamiento; así encontramos órganos
que conocen de materia civil, familiar, penal, constitucional, administrativa, laboral,
agraria, fiscal, etcétera.
Por cuantía: Es el valor jurídico o económico de la relación u objeto litigioso.
Aunque se ha dado lugar a una cadena de polémicas, en que se discute si deben
plantearse distingos en torno al monto pecuniario de los litigios a ventilarse; y así
se habla de “justicia para pobres” y de “justicia para ricos”; hace varios años que la
competencia se determina también por este punto de vista del valor económico
que pueden revestir los negocios judiciales. En ese sentido tanto en el orden local,
como en el federal se regula por las Leyes Orgánicas del Poder Judicial esta
distribución para el conocimiento de los pleitos de mayor o menor quantium.
Naturalmente hay problemas que no tienen traducción monetaria, en los que
concretamente, el legislador tiene que definir y ordenar cuál es el juzgado o
tribunal competente para componerlas.
Por grado: Este vocablo en su acepción jurídica se refiere a la instancia o grado
jurisdiccional, atendida la estructura jerárquica de los sistemas judiciales, en que
puede ser conocido un asunto. Puede ser en única, primera o segunda instancia,
también significa cada una de las instancias que puede tener un juicio o bien el
número de juzgamientos de un litigio. También se hace referencia al “grado de
jurisdicción como el lugar que ocupa un órgano jurisdiccional en el orden
jerárquico de la Administración de Justicia” o sea se emplea la palabra grado como
sinónimo de instancia.
Por territorio: Es el lugar físico donde se encuentran los sujetos u objeto de la
controversia o donde se produjo el hecho que motiva el juicio. Entendido desde la
óptica jurídica, el concepto de territorio no se restringe a la “costra terrestre”, sino
que abarca el subsuelo, la superficie terrestre, una columna del espacio aéreo
hasta los límites que los recientes descubrimientos astronáuticos recomienden.
Por otro lado, en planos internacionales se comprenden otras instituciones como el
mar jurisdiccional, la plataforma continental, el zócalo submarino, etcétera amén
denominado principio de extraterritorialidad por el que el territorio se extiende al
espacio que ocupan las embajadas, legaciones, ubicadas en el extranjero; así
como el de naves y aeronaves nacionales. Además de este ámbito espacial, en
cuya esfera de acción pueden producirse los actos y sus efectos jurídicos, debe
tomarse en cuenta el problema que plantea el ángulo de distribución territorial de
la competencia entre los diversos órganos judiciales; otros principios jurídico-
políticos influyen sobre la división territorial de la competencia, como ocurre en
nuestro país donde existe una organización constitucional que establece
autoridades y normas de carácter federal y estatal, así como la creación, en
algunos sectores como el fiscal de nuevos tribunales regionales. [ CITATION Ort1 \l
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C.1.- Conflicto de leyes en el espacio: Es el conflicto de leyes que se da entre las leyes
que se hallan simultáneamente en vigor en dos lugares distintos.
C.2.- Conflicto de leyes en el tiempo: Es el conflicto de leyes que se presenta entre dos
leyes sucesivas de un mismo país, por ejemplo el conflicto entre la aplicación del antiguo
y el nuevo texto del artículo 43 de la Ley de Adquisiciones para el Distrito Federal.
C.3.- Conflicto de leyes personales: Este conflicto de leyes se da entre las leyes de los
diversos grupos que en un país se encuentran sometidos a la personalidad del derecho.
Los diversos tipos de conflictos de leyes no tienen la misma naturaleza; de allí la utilidad
de distinguir a unos de otros.
La determinación del alcance de los derechos que confiere una garantía real
1. criterio jerárquico (lex superior derogat legi inferiori), ante la colisión de normas
provenientes de fuentes ordenadas de manera vertical o dispuestas en grados diversos
en la jerarquía de las fuentes, la norma jerárquicamente inferior tiene la calidad de
subordinada y, por tanto, debe ceder en los casos en que se oponga a la ley
subordinante;
2. Criterio cronológico (lex posterior derogat legi priori), en caso de conflicto entre normas
provenientes de fuentes jerárquicamente equiparadas, es decir, dispuestas sobre el
mismo plano, la norma creada con anterioridad en el tiempo debe considerarse abrogada
tácitamente, y, por tanto, ceder ante la nueva; y,
3. Criterio de especialidad (lex specialis derogat legi generali), ante dos normas
incompatibles, una general y la otra especial (o excepcional), prevalece la segunda, el
criterio se sustenta en que la ley especial substrae una parte de la materia regida por la
de mayor amplitud, para someterla a una reglamentación diversa (contraria o
contradictoria).
b) que entre las dos fuentes en cuestión no exista una relación jerárquica (por estar
dispuestas sobre el mismo plano en la jerarquía de las fuentes), y
c) que las relaciones entre las dos fuentes estén reguladas por otras normas
jerárquicamente superiores, atribuyendo -y de esa forma, reservando- a cada una de ellas
una diversa esfera material de competencia, de modo que cada una de las dos fuentes
tenga la competencia exclusiva para regular una cierta materia.
Este criterio guarda alguna semejanza con el criterio jerárquico, pero la relación de
jerarquía no se establece entre las normas en conflicto, sino de ambas como
subordinadas de una tercera;
En éste se debe decidir a cuál de los dos sujetos es más justo proteger o cuál de los
intereses en conflicto debe prevalecer. Criterio en el cual se elige la norma que tutele
mejor los intereses protegidos, de modo que se aplicará la que maximice la tutela de los
intereses en juego, lo que se hace mediante un ejercicio de ponderación, el cual implica la
existencia de valores o principios en colisión, y por tanto, requiere que las normas en
conflicto tutelen o favorezcan al cumplimiento de valores o principios distintos; y, Criterio
basado en la distinción entre principios y reglas, para que prevalezca la norma que
cumpla mejor con alguno o varios principios comunes a las reglas que estén en conflicto.
Esta posición se explica sobre la base de que los principios son postulados que persiguen
la realización de un fin, como expresión directa de los valores incorporados al sistema
jurídico, mientras que las reglas son expresiones generales con menor grado de
abstracción, con las que se busca la realización de los principios y valores que las
informan; de manera que ante la discrepancia entre reglas tuteladas de los mismos
valores, debe subsistir la que mejor salvaguarde a éste, por ejemplo si la colisión existe
entre normas de carácter procesal, deberá resolverse a favor de la que tutele mejor los
elementos del debido proceso legal.
En este orden de ideas afirmamos que los cambios podrían pasar por aplicar otra
denominación: derecho privado internacional. Para nosotros el orden de estos dos
adjetivos no altera la sustancia de esta disciplina. Un cambio en este sentido estimamos
que traería más desventajas que ventajas y seguiría contando con una corriente crítica.