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En 1861, se hizo famoso por declarar la localización del centro del lenguaje,
conocido hoy en día como "Área de Broca", ubicado en la tercera circunvolución
frontal del hemisferio izquierdo.
Las personas con lesiones en esta área hablan poco y lo hacen con mucha
lentitud y esfuerzo. Se les dificulta enunciar los sonidos correctos, tampoco logran
producir oraciones correctas. Lo característico es que omiten palabras pequeñas y
terminaciones gramaticales. Curiosamente la capacidad musical no se encuentra
afectada, el paciente puede cantar tonadas familiares sin problemas de
articulación.
Este descubrimiento fue vital para establecer una clasificación de uno de los
síndromes neuropsicológicos por excelencia: la afasia.
Existen diferencias entre los circuitos neuronales del arco reflejo del sistema
somático y del sistema autónomo, principalmente en la parte eferente (que es la
que controla las respuestas automáticas y musculares); en este último, entre el
sistema nervioso central y los órganos efectores siempre media la presencia de un
ganglio, al contrario de lo que ocurre con el arco eferente somático.
Estructura y componentes
1. Los receptores
Entre los receptores más comunes podemos encontrar a los fotorreceptores, las
células encargadas de detectar la intensidad lumínica; los termorreceptores,
responsables de la detección del calor y de los cambios de temperatura; o los
mecanorreceptores, neuronas que reaccionan ante la presión mecánica.
2. Neuronas sensitivas o aferentes
Una vez que los receptores han captado la información del exterior, las neuronas
sensitivas o aferentes se encargan de recogerla y transmitirla hasta los centros
nerviosos (la sustancia gris) de la médula espinal, el lugar donde se va a procesar
la información para poder elaborar la respuesta que mejor se adapte a las
demandas ambientales.
4. Órganos efectores
Los órganos efectores constituyen el último componente del arco reflejo. Son las
estructuras encargadas de ejecutar la respuesta automática e involuntaria que
proviene de los centros nerviosos de la médula espinal. Existen de distintos tipos:
pueden ser glándulas exocrinas (p. ej. las glándulas salivales o las del sudor) y
músculos (p. ej. músculos esqueléticos o el músculo cardíaco).
Funciones
La mayoría de los arcos reflejos que existen en el cuerpo humano tienen como
objetivo prevenirnos o responder de forma rápida y efectiva ante situaciones
potencialmente peligrosas. Por este motivo han sido y son tan necesarios para
nuestra supervivencia: nos alertan cuando existe un riesgo de exposición a
elementos tóxicos, a través de los receptores del olfato; o cuando estamos a punto
de quemarnos, a través de los termorreceptores.
Con todo, algunos de los reflejos primarios que adquirimos al nacer terminan
desapareciendo a medida que crecemos. Por ejemplo, el reflejo de succión, que
permite al niño alimentarse y desaparece a los 4 meses; o el reflejo de moro, que
facilita que el bebé cambie de postura y se proteja frente a sonidos estridentes, tan
necesario cuando somos recién nacidos como prescindible a partir de los seis
meses de vida.
En definitiva, existen distintos tipos de reflejos con diferentes funciones; algunos
son necesarios desde el nacimiento y se vuelven prescindibles con el tiempo; y
otros permanecen de por vida porque cumplen una función adaptativa esencial
para la supervivencia y la conservación de la propia especie humana.
Son reflejos comunes en todos los seres humanos. También reciben el nombre de
incondicionados o absolutos, y su principal característica es que no es necesario
un aprendizaje previo para llegar a adquirirlos, ya que son un mecanismo innato
que nos protege de condiciones externas potencialmente dañinas (p. ej. la retirada
de la mano al sentir una fuente de calor).
2. Reflejos condicionados
Los reflejos condicionados son lo contrario a los innatos; esto es, se adquieren
como resultado de un aprendizaje y de las experiencias previas ante determinadas
situaciones y estímulos externos.
3. Reflejo miotático
En el siglo XIX, ante los sorprendentes éxitos de las ciencias naturales, la teoría
de que el alma constituye una esencia separada del cuerpo empezó a tener cada
vez menos partidarios. Entonces se hizo popular la idea de que la psicología ha de
estudiar no el alma sino los "fenómenos anímicos", cuya fuente radica en la
actividad de los órganos de los sentidos: los productos de éstos órganos, las
sensaciones, se decía, son los elementos primarios de la conciencia, y éstos no se
unen de manera arbitraria, sino en concordancia con las leyes de la formación de
un nexo psíquico (asociación), leyes que, por su carácter ineluctable, recuerdan
las de la mecánica o de la química.
El hombre, según él, era simplemente un animal más. La diferencia era sólo
cuantitativa, y no cualitativa. Darwin (1809-1882) naturalista inglés, parte de
tres hechos:
El hecho
b) y
c) por la selección natural. Darwin influyó en varias aproximaciones psicológicas,
en la psicología funcional ista norteamericana interesada en el carácter adaptativo
del comportamiento, también en la psicología comparada, por ejemplo, Romanes
quiso establecer una ciencia que, al modo de la anatomía comparada, ofreciese
una descripción de las diferencias en la mente y la conducta de los animales.
Dividió la conducta animal en dos componentes principales, instinto y hábito.