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Materia:
Tema 1.
Actividad de Aprendizaje 1.
Introducción.
Los pormenores del crecimiento exponencial de los alcances infecciosos del virus
y su desarrollo cronológico hasta nuestros días son de sobra conocidos, hemos
iniciado con una aproximación básica a algunos conceptos que serán guía para
desarrollar ciertas consideraciones sobre el tema, mismas que ilustrarán la
importancia de las comunicaciones y transportes en nuestro mundo.
Desarrollo.
El fenómeno del espacio, que debe ser comprendido más allá de sus
implicaciones geográficas y físicas, de hecho se produce y se reproduce a través
de las interacciones sociales, tal cual lo establece Baringo Ezquerra al desarrollar
las teorías de Lefebvre: “El espacio es un producto social, fruto de las
determinadas relaciones de producción que se están dando en un momento dado,
así como el resultado de la acumulación de un proceso histórico que se
materializa en una determinada forma espacio-territorial” (Baringo, 2013, pág. 123)
Entre el espacio surgen flujos que conectan los distintos puntos donde se
representa las densidades poblacionales, estos flujos poseen dos ámbitos
diferenciados, a) los de circulación que se refieren a la infraestructura y logística
del transporte, que hace uso de las vías de comunicación y b) los de
comunicación, que se refiere a la información que se vale de la infraestructura de
comunicación y el espacio radioeléctrico, además hace uso de distintos medios
tecnológicos para entregar sus mensajes.
El hecho es que desde finales del siglo XX, y mucho más precisamente durante la
década de los 70, nuestro mundo se sometió a un proceso de interconexión de los
espacios nacionales tradicionales determinados por el modo de producción
capitalista, la globalización es un proceso histórico y de naturaleza física, que
permite el establecimiento de la infraestructura necesaria para replicar los proceso
productivos de explotación, en este transcurso permite la construcción de la
mundialización que es más un proceso social, permanente, encaminado a la
integración de las naciones en una sociedad mundial.
Tras unas cuantas semanas y a pesar del esfuerzo del gobierno chino en el
encierro de más de 10 millones de personas en su capital Wuhan, este pequeño
enemigo silencioso comenzó su proceso virulento, la conectividad en los
transportes fue esencial para este propósito, aviones, barcos, trenes de alta
velocidad, permitieron la llegada de personas infectadas a los cinco continentes.
Los grandes núcleos de población centralizados, las capitales, fueron las más
afectadas, lo que se pudo ver en las regiones de Lombardía o las ciudades de
Madrid y Nueva York, Precisamente es, el aspecto de centralidad, el que hace
dependiente y vulnerable a las capitales, como señala Raffestin: “Los lugares
centrales, como se les ha definido geométricamente, esconden una realidad más
profunda; a saber, que son producto de la probabilidad diferencial de nudosidades
humanas que hacen emerger una relación de poder con un lugar” (Raffestin, 2011,
pág. 130)
El COVID – 19 parece que logró lo que durante años buscó el capitalismo y que
Raffestin describe tan precisamente al hablar de marginalidad, rechazar hasta
desaparecer al proletario, dentro de su propio espacio singular; “La víctima
emisaria es el proletariado, que pertenece y no a la colectividad. En efecto, éste es
indispensable para establecer el potencial económico y, en esa medida, contribuir
a la unidad económica fundadora de la centralidad moderna, pero al mismo tiempo
debe ser rechazado y eventualmente debe desaparecer” (Raffestin, 2011, pág.
131).
Lo siguiente fue decretar encierros obligatorios para todas las personas que no
llevaran a cabo actividades productivas esenciales, así en contraposición al evento
anterior, aumentó la comunicación, escalando el tráfico en los sistemas
informáticos, al trasladar la fuerza productiva, servicios, escuelas, gobierno, a las
redes. Así la circulación se restringe pero la comunicación aumenta. El problema
de trasladar nuestra vida entera a las redes de comunicación lo señala el mismo
Raffestin: “Controlar las redes es controlar a los hombres y es imponerles un
orden nuevo que sustituirá al viejo” (Raffestin, 2011, pág. 150).
Cabe entonces la duda, ¿es éste el principio del fin de los Estados nacionales, o
es simplemente una nueva etapa en la construcción del capitalismo?
Conclusiones.
Si como Raffestin lo señala, las aldeas eran la base del modelo de producción
asiático, el feudo lo era en el feudalismo, la ciudad estado y posteriormente los
estados nacionales en el capitalismo, ¿recuperaremos la normalidad o por el
contrario, estamos ante la modificación de nuestro modo de producción?, o quizá
es nuestro espacio (ahora global) el que se verá nuevamente modificado por el
capitalismo, para ajustar las fuerzas productivas y la vida humana a sus
requerimientos.
Bibliografía.
Baringo Ezquerra, David (2013) “La tesis de la producción del espacio en Henri
Lefebvre y sus críticos: un enfoque a tomar en consideración” Quid 16. Revista del
Área de Estudios Urbanos del Instituto de Investigaciones Gino Germani. Núm. 3,
Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Buenos Aires, pp. 110-126
Koening, David (03 de abril de 2020) 3M responde a crítica de Trump sobre envío
de mascarillas, en San Diego Union Tribune. Associated Press. Consultado de
https://www.sandiegouniontribune.com/en-espanol/noticias/story/2020-04-03/3m-
responde-a-critica-de-trump-sobre-envio-de-mascarillas
Mann, Michael (Noviembre de 2006) “La autonomía del Estado: sus orígenes,
mecanismos y resultados” en Revista Académica de Relaciones Internacionales.
Núm. 5, UAM, México, 45 pp.
Raffestin, Claude (Noviembre de 2011) Por una geografía del poder, El Colegio de
Michoacán, pp. 101-153