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UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

SEDE BUCARAMANGA
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

MODALIDAD DE GRADO PARA PREGRADO EN PSICOLOGÍA


TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Presentado por:
MARCEL RUBÉN RINCÓN APARICIO

Asesor de modalidad de grado:


LYDA MARITZA BOHÓRQUEZ ZAMBRANO

BUCARAMANGA
DICIEMBRE
2016
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Tabla de Contenido

Lista de figuras y tablas .............................................................................................. 3

Introducción ................................................................................................................ 4

Planteamiento del Problema ....................................................................................... 5

Justificación ................................................................................................................ 9

Objetivos ................................................................................................................... 12

Objetivo general .................................................................................................... 12

Objetivo específicos.............................................................................................. 12

Marco Conceptual ..................................................................................................... 13

Factores sociales ................................................................................................... 15

Factores familiares ................................................................................................ 15

Factores individuales ............................................................................................ 16

Metodología .............................................................................................................. 34

Instrumentos.......................................................................................................... 34

Procedimiento ....................................................................................................... 35

Resultados ................................................................................................................. 36

Discusión .................................................................................................................. 46

Referentes bibliográficos .......................................................................................... 51


TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Lista de figuras y tablas

Grafico 1 : Una de las formas más comunes de violencia encontradas es: .............. 20

Grafico 2: fases de la violencia en la pareja ............................................................. 22

Grafico 3: tipologías de la familia ............................................................................ 25

Tabla 1: Violencia de pareja. Colombia, Enero a agosto 2008-2009 ....................... 31

Tabla 2: tipo de maltrato ........................................................................................... 31


TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Introducción

Incontables son los inconvenientes que quedan por resolver en relación con la violencia
conyugal, desde que se comenzó a investigar este fenómeno, han sido frecuentes las
discusiones sobre sus causas o la efectividad de las diferentes medidas aplicadas para su
eliminación, algunas de las controversias se centran en el papel que desempeña el
paradigma de género y cómo el hombre puede llegar sufrir violencia por parte de su pareja,
con base en esto se realiza una revisión sistemática de literatura sobre la “tipología del
hombre victima de la violencia conyugal”, se sabe que esto representa un aporte desde un
nivel exploratorio en el cual se desarrollan unos contenidos teóricos y metodológicos, que
se consideran cercanos a la realidad, el sustento teórico está relacionada en varias partes:
primero, la sociedad patriarcal, y como esta configura la forma en que los hombres y las
mujeres se relacionan; segundo, la violencia desde la niñez, y como este afecta en la
situaciones de violencia en el futuro; tercero, los primeros maltratos desde el noviazgo, y
cuarto, la violencia hacia los hombres.

Inicialmente se busca revisar varias investigaciones y ellos que nos confirmen como el
hombre puede llegar a ser víctima de su pareja, no necesariamente desde la violencia física
sino desde los otros tipos de violencia que se generan.

Entre los resultados más importantes de esta investigación hacia la violencia de los
hombres es que los hombres reaccionan permaneciendo en silencio. Este silencio es
animado, a menudo, por factores tales como el miedo al ridículo, o a la reacción violenta de
su mujer. Incluso, cuando un hombre ha probado que él es la víctima, parece que la línea de
conducta que le queda es solamente salir del hogar. Esto implica separarse de sus hijos y
experimentar a menudo la dificultad para mantener un contacto regular con ellos.

Las características más sobresalientes de las percepciones los hombres víctima de


violencia psicológica intrafamiliar, es el temor de ser ridiculizado ante la sociedad. Las
principales dificultades que sortean los hombres víctima de violencia psicológica
intrafamiliar versan sobre la limitada información existente sobre las instituciones y las
rutas de atención a las que puede acudir.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Planteamiento del Problema

La presente revisión sistemática de literatura se realiza con el fin de determinar las


diferentes tipologías de los hombres que sufren violencia por parte de su cónyuge, según la
investigación de Trujano (2009) “La percepción de la sociedad generalizada acerca de la
violencia doméstica es que ésta tiene siempre como víctimas a las mujeres y como
agresores a los hombres, lo que ha favorecido el surgimiento de medidas y declaraciones
que, aunque tienen la intención de acabar con la violencia doméstica (también aluden a ella
como violencia de género), mantienen un sesgo importante que otorga al varón
invariablemente el papel de verdugo” (Perez, 2005)

Inclusive, entidades internacionales como la organización mundial de la salud (OMS), o


leyes de suma transcendencia por la protección que ofrece a las víctimas, como la ley
integral contra la violencia familiar en Colombia (ley 294 de 1996) mencionan que
“Mediante un tratamiento integral de las diferentes modalidades de violencia en la familia,
a efecto de asegurar a ésta su armonía y unidad, toda persona que en el contexto de una
familia sea víctima de daño físico o psíquico, amenaza, agravio, ofensa o cualquier otra
forma de agresión por parte de otro miembro del grupo familiar, podrá, sin perjuicio de las
denuncias penales a que hubiere lugar, pedir al juez de familia o promiscuo de familia,
promiscuo municipal o civil municipal, si faltare el de familia, una medida de protección
inmediata que ponga fin a la violencia, maltrato o agresión o evite que ésta se realice
cuando fuere inminente.” (Colombia, 1991)

Esta interpretación genérica del fenómeno de la violencia intrafamiliar es reconocida por


Romero (2014) quien identifica la existencia de una doble moral en medio de la
comunicación y en la comunidad, y en la presión de colectivos radiales o de
entretenimiento sobre violencia solo a la mujer que mantiene una actitud más sexista, y
sobre todo muy alejada de la buscada equidad de género.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

La violencia conyugal principalmente dirigida hacia los hombres es un tema de gran


relevancia donde ampliamente se enfatiza en los rasgos que colocan, mantienen y perpetuán
la subordinación, tanto en el ámbito doméstico como en lo social. Las percepciones sobre
los roles de género se asocian con las distintas prevalencias de violencia. Si bien no es
posible establecer relaciones de casualidad, si se puede afirmar que las percepciones sobre
el papel que mujeres y hombres deben desempeñar en la sociedad, inciden en formas de
comportamiento, tolerancia y subordinación, algunos aspectos culturales.

Según Huertas (2006) citado de Pérez A (2007) “cada año mueren más de 1.6 millones
de personas en el mundo como consecuencias de actos violentos y más de 500.000 son
producto de la violencia interpersonal.” En la actualidad en muchos de los países están
preocupados por las muertes, que año tras año ocurren entre cónyuges o ex cónyuges, lo
cual lo lleva a considerarse un serio problema de salud pública.

La definición de Coriac (1995) “reconoce las modalidades de violencia física, sexual,


psicológica o emocional, económica o financiera, social y objetal. Sin embargo, se empieza
a manejar una más: la violencia legal, que consiste en el abuso de los apoyos legales para
ejercer poder, dominio y control sobre la pareja o los hijos.” En otro contexto, hoy existen
cada vez más medida de prevención y erradicación de la violencia, a través de recursos al
alcance de las manos de las víctimas registradas año tras año que, como se sabe, continua
siendo en su mayoría las mujeres. Sin embargo, hay un hecho contundente de las demandas
en aumento de varones victimizados a manos de sus mujeres. (Williamson, 1995)

Sacar evidencias que los hombres también pueden ser centro de la violencia domestica
(aunque no necesariamente sean más frágiles físicamente, ni ancianos) han producido un
giro en las investigaciones, escasas aun, a pesar de que autores como Williamson (1995)
“advirtieron que desde 1995, Murray Strauss, Richard Gelles y Susan Steinmetz, son los
pioneros sobre la violencia domestica, en la cual averiguaron que los varones conforman el
50% de víctimas reales.”
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Una publicación de Straus (2006) “Durante más de 25 años se han puesto en tela de
juicio, a veces con actitud, las investigaciones que demuestran que las mujeres ejercen la
violencia física contra sus parejas masculinas en una proporción si miliar a la ejercida por
los varones contra sus parejas femeninas, sin embargo, los datos de casi 200 estudios son
concluyentes.” Esto basado en más de 111 estudios que expone en la prevalencia de la
violencia bidireccional y cruzada.

Las mujeres tienen la misma capacidad de atacar físicamente a sus hombres, en contra de
los mitos de que las mujeres solo recurren a la violencia por autodefensa. En Colombia de
cada 100 denuncias que llegan a las comisarias de familia o inspecciones de policía del
departamento solo ocho corresponden a hombres que dicen ser maltratados por sus esposas
o compañeras sentimentales, así lo reveló la Secretaria de equidad de género, la cual
explica que los hombres no denuncian el maltrato por motivos culturales asociados a la
virilidad que ha formado la sociedad (Gualdron, 2014)

Cabe resaltar que las cifras están en aumento de los hombres victimas por parte de su
conyugue, según el informe Forenses 2012 de Medicina Legal, de los 14.394 asesinatos en
contra de hombres que ocurrieron en 2012 en Colombia, 24 fueron perpetrados por la
pareja o ex pareja. Un índice muy bajo En 2011, por otro lado, los hombres asesinados por
su pareja o ex pareja fueron 37 mientras que en las mujeres llegaron a los 130. Esa misma
referencia se puede notar en las cifras de maltrato intrafamiliar. En 2012 alrededor de 6.779
hombres denunciaron haber sido víctimas de maltrato, 2.667 fue infringido por su
compañera permanente. El mayor presunto agresor de las mujeres también es el compañero.
Según las denuncias recibidas en ese año recibieron 20.496 casos de los 47.620 registrados.
Si se compara con 2011 hubo un leve aumento en las cifras: 6.669 dijeron haber sido
víctimas de maltrato, mientras que en las mujeres hubo 51.092 denuncias. (Gualdron, 2014)

Así mismo poder analizar de donde proviene el problema de violencia, es esencial saber
que la violencia es un acto, y debido a ello se debe explicar qué es el actuar.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Giddens (1997) Señala que cuando una persona acude a encuentros sociales “cara a cara”
con otros individuos y requiere explicar su actuar menciona sus motivos psicológicos, o
bien sus causas racionales y sociales, a esta doble explicación se le denomina “doble
hermenéutica”, pues los individuos explican cómo influyeron a los demás y a su vez cómo
los demás lo hacen con ellos.

Igualmente, Giddens (1997) establece que cuando la persona crea un discurso explicativo
sobre su acto está realizando otro tercer acto que no es ni racional ni emotivo, sino
reflexivo. Por tanto, para Giddens lo social, lo psicológico y lo reflexivo explican el actuar
de una persona, que además se ve influenciada por otros dos factores: el poder, y el tiempo
y el espacio.

Otro aspecto importante para esta revisión sistemática de literatura aparte de conocer el
origen de los actos violentos es saber que desde muy temprana edad los hombres sufren
violencia por parte de sus parejas, de acuerdo con Armendáriz (2002), ha sido una creencia
socialmente aceptada que el noviazgo es la época “ideal” de una pareja, sin embargo, la
realidad se muestra diferente porque las jóvenes parejas muchas veces se enfrentan a
situaciones violentas. (Alegria de Angel, 2013)

Finalmente, la revisión de múltiples artículos y su recopilación proporcionaran las


tipologías de los hombres que fueron víctima de violencia por parte de su pareja,
promoviendo una mejora en futuros escenarios, donde los índices de violencia domestica
disminuyan, garantizando una verdadera igualdad de género no impuesta por una sociedad
que genera mitos y ambivalencia con el tema, con el fin de que las diferentes entidades
logren tener acceso a la investigación y se les facilite plantear métodos correctivos y
preventivos, para disminuir esta problemática que sigue en aumento.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Justificación

En Colombia, la violencia en las relaciones de parejas se ha convertido en los últimos


años en un problema de salud pública, debido a su acelerado crecimiento y a la gravedad de
sus consecuencias, destacadas diariamente en los medios de comunicación quienes han
colaborado de manera importante en la difusión, donde victimizan siempre a la mujer y
representan al hombre como el verdugo, sin embargo es importante señalar que los hombres
también sufren de violencia por parte de sus parejas. Esta problemática social haya llegado
a tener este rango y hoy en día ocupe uno de los primeros lugares en la agenda pública.

Mucho se habló y se habla sobre violencia doméstica. Las mujeres, poco a poco,
aprendieron a denunciar malos tratos por parte de sus maridos, pero el fenómeno tiene otra
cara y en ocasiones las víctimas son ellos. No sin cierta timidez, algunos hombres empiezan
a animarse a buscar ayuda cuando se sienten superados por las agresiones, físicas o
psicológicas de sus parejas

Las estadísticas de las distintas instituciones privadas y gubernamentales, plantean que


existe un predominio de la violencia ejercida por el hombre hacia la mujer, que puede darse
dentro del vínculo matrimonial, en convivencia libre e inclusive dentro de las relaciones de
noviazgo. En ese sentido, todas las investigaciones que se pueden encontrar se han centrado
en la mujer como la principal víctima de agresión, seguida por los niños y niñas y
adultos(as) mayores. Sin embargo, aunque se manifieste de manera menos frecuente, por lo
menos desde lo que se transmite en los medios de comunicación, también existe la
violencia de pareja en donde es la mujer quien se presenta como victimaria y el hombre
como víctima. (Fontana, 2009)

En nuestro país el problema de la violencia conyugal va en aumento. De acuerdo a las


cifras estadísticas del observatorio del delito de la Policía Nacional de Colombia del año
2003 al 2013 se registraron 209.560 casos de violencia intrafamiliar a nivel nacional siendo
el año 2012 el de mayor participación con 30.682 casos, en lo corrido del año 2013 se han
insertado 11.029 casos por esta conducta punible. En países, como en Estados Unidos,
España y México la situación de los hombres agredidos se ha divulgado un poco más. Por
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

ejemplo, en el 2005, el noticiero electrónico de la empresa Televisa en México destaca que


“Dos de cada cincuenta hombres son víctimas de violencia por parte de sus parejas según
especialistas de la UNAM” (Toro, 2007). Desde ese año se han presentada más denuncias
por parte de los hombres. En otro noticiero electrónico español se revela la siguiente
información “Más de 2.600 hombres sufrieron malos tratos de sus parejas en 2005, según el
CGPJ”, esta noticia destaca los siguientes datos: “En el conjunto del país, 11.604 mujeres
fueron denunciadas por malos tratos por sus parejas, y 73.109 hombres por sus compañeras
sentimentales. Asimismo, se dictaron más de 2.651 órdenes de protección para hombres,
siendo Andalucía (459), Cataluña (402), Valencia (288) y Madrid (238) las que registraron
más órdenes de protección a varones” (Toro, 2007) (Espinoza delgado A, 2008)

Con todas las situaciones violentas que se han registrando en los diferentes periódicos
nacionales e internacionales y algunas investigaciones realizadas dónde revelan datos
importantes sobre el tema de la violencia en la pareja, ejercida hacia el varón, estos hechos
han alertado a la sociedad sobre la existencia de esta manifestación de la violencia de
género.
El género, para abordar este concepto hay que resaltar la diferencia que existe entre este y
el sexo, debido a la confusión que se presenta en gran parte alrededor de dicho término; el
género hace referencia a hechos sociales mientras que el sexo hace referencia al hecho
biológico. Según los estudios de John Money, Robert Stoller, el gender rol, el rol del
género en traducción, es el conjunto de conductas atribuidas a los varones y a las mujeres.
(Vizcaino & Euseche, 2014)

Alrededor de las conductas a las que aluden los teóricos anteriormente citados se forman
ciertos tabúes. La conducta que se desarrolla es aquella que parece impropia de la mujer; se
trata de la mujer maltratante de hombres, cuestión que en la modernidad es un hecho y sin
embargo para muchos tabú, ya que algunos lo ven como una falta al patriarcado, una falta
al ego del hombre.

Los hombres maltratados por su pareja constituyen un tema tabú, por el tipo de sociedad
patriarcal en la que se vive actualmente, en donde, generalmente, la golpeada suele ser la
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

mujer, costándole admitir a estos la situación que se les presenta, por lo que no se atreven a
denunciar estos hechos, ya que los ven como algo que puede afectar su hombría. La
percepción común es que los hombres nunca son las víctimas de la violencia doméstica.

Los hechos anteriores, revelan que aunque en menor escala, efectivamente la violencia en
la pareja no solamente afecta a la mujer, sino que también existen hombres que la viven y
en estos casos se convierte en una problemática severa por las consecuencias que conlleva,
entre estas las psicológicas, físicas, familiares, laborales entre otras, agregado a esto puede
acabar en los mismos términos mortales, No obstante, esta otra cara de la moneda ha sido
poco investigada tanto por la sociedad en general como por los mismos hombres.

Desde la psicología es importante la forma como es valorada social y académicamente en


nuestro país dicha situación, por tal motivo, se hace necesario la realización de esta
investigación, pues se trata de una problemática de la violencia que, aunque no repercute de
la misma forma en ambos sexos, hay una desigualdad y falta de interés para la ejercida
hacia los hombres.

Por tal motivo este trabajo servirá para mejorar futuros escenarios, para evitar la
desintegración familiar y buscar alternativas que establezcan pautas para que la violencia
hacia el hombre sea atendida; de igual manera que se lo hace con una mujer, aplicando la
igualdad de género, ya que la familia constituye el ambiente social primario para los seres
humanos. De la relación entre cada uno de sus integrantes, depende el adecuado proceso de
socialización, pues en su interior donde se generan las acciones positivas o negativas que
determinan el buen o mal funcionamiento y las expectativas de un adecuado desarrollo
como individuos integrados en un contexto social determinado.

De lo anterior se reconoce entonces la trascendencia que esta revisión sistemática de


literatura tiene, dado que el tema a tratar no es común en nuestra sociedad y existen pocos
estudios de una realidad que día a día se aumenta silenciosamente tras un aparece bajo
porcentaje que ubica a la mujer como agresora y no dentro de su clásico rol de víctima.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Objetivos

Objetivo general

Determinar la tipología de los hombres víctimas de la violencia conyugal a través de la


revisión sistemática de literatura con el fin de sintetizar investigaciones científicas que
visibilicen la existencia del maltrato conyugal sin preferencia de género

Objetivo específicos

 Revisión de artículos científicos e investigaciones que ayuden a determinar


las diferentes perspectivas existentes sobre la violencia intrafamiliar.

 Recopilar y analizar los datos relevantes que arroje la literatura encontrada,


permitiendo determinar las tipologías de hombres víctima de violencia por parte
de su pareja.

 Sintetizar los resultados obtenidos durante la revisión sistemática con el


propósito de generar nuevas posturas que describen la victimización tanto de
hombre como de mujeres en la relación conyugal.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Marco Conceptual

Para la realización de la revisión sistemática de literatura se va a tener en cuenta los


aspectos y definiciones más importantes del tema como: masculinidades, la violencia hacia
los hombres, así como de otros sus ejes transversales como lo, son el patriarcado el género,
el relaciones de parejas. De esta manera, se inicia en un primer momento describiendo el
sistema patriarcal poder y la violencia en las tomando en cuenta que es el principal
fundamento de las relaciones de poder entre hombres y mujeres y bajo el cual se
desenvuelven las interacciones genéricas actualmente.

Asimismo, amplia el tema de género, conceptualizando sus principales elementos y la


seriedad de las implicaciones que éste trae a hombres y mujeres en la vida cotidiana y a su
vez indicar el costo de ser hombre.

El tema de la masculinidad es uno de los dos temas centrales de la investigación, debido a


que de acuerdo a la percepción que se tenga de la misma, sugerirá la forma en que ésta
persona desarrollará su papel dentro de la sociedad y la manera en que establecerá sus
relaciones interpersonales con las otras personas. En cuanto a la violencia, el énfasis se
centró en las relaciones de pareja.

Estas categorías, innegablemente se ven transversadas por las relaciones de pareja y el


poder en las mismas, más estos elementos se encuentran contemplados en las
investigaciones retomadas anteriormente, con el fin de de definir cuáles son las Tipología
del hombre victima de la violencia conyugal, donde se planea abarcar todo los posibles
rasgos que marcaron esta problemática, niñez, noviazgo hasta llegar a la adultez.

Para iniciar, la revisión sistemática de literatura es definida como “un estudio interactivo,
observacional, retrospectivo, secundario, en el cual se combinan estudios que examinan la
misma pregunta. Las revisiones sistemáticas proveen una síntesis racional de la
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

investigación básica. Supera las limitaciones de las revisiones narrativas al aplicar


estándares rigurosos a la investigación secundaria (donde la unidad del estudio son otros
estudios de investigación) como si fueran aplicados a estudios de investigación primaria
(estudios originales).” (Español, 2004)

Las revisiones sistemáticas buscan identificar, integrar, analizar y sintetizar estudios


existentes alrededor de una problemática o tema seleccionado; esta se debe realizar de
forma rigurosa e imparcial y valor científico a través de la delimitación de las variables que
van a ser estudiadas.

La sociedad como se encuentra estructurada, en un sistema para relacionarse en grupo, se


sostiene a través de ciertas normas y leyes con el fin de regular las relaciones,
comportamientos y actividades que son o no permitidas dentro de la sociedad, las cuales
esta elementos económicos, ideológicos políticos y culturales, que posibilitan la creación de
un sistema de producción y comportamiento que son heredados de generación y que
conforme pasa el tiempo se van eliminando o trasformando

El sistema, es conocido como el Sistema Patriarcal que marca la cotidianidad entre


hombres y mujeres con elementos como dominación, poder, subordinación, entre otros y
además construye desde sí mismo mecanismos en la sociedad para sostenerse.

El patriarcado como sistema de dominación ha imperado desde hace miles de años y


según investigadoras como: Gerda Lerner (1990) tiene sus inicios con la aparición de la
propiedad privada. Se considera como el orden social que ha perpetuado desde sus inicios,
las desigualdades entre hombres y mujeres.
Cuando se habla de patriarcado, éste se entiende como:
“un orden de poder, un modo de dominación cuyo paradigma es el hombre y está basado en
la supremacía de los hombres y lo masculino, sobre la interiorización de las mujeres y lo
femenino “ (Sanchez, 2012)
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Cuando se habla de cultura patriarcal se le vino a llamar patriarcal para expresar que ha
sido a partir del concepto padre, entendido como categoría de poder, transcendida la
palabra desde lo biológico y real a lo simbólico y cultural, mediante el que sólo los varones
deciden quién es quién, qué lugar se le asigna a cada cual, incluidos ellos mismos o, mejor
dicho, empezando por ellos, en el orden de los acontecimientos, de las expectativas y las
necesidades. (Barbera E, 2004). En el trabajo de Cáceres y Estévez citado, definen la
violencia contra la mujer como un fenómeno multicausal, en el cual intervienen procesos
sociales, culturales y de política. (Maria Cordoba, 2011)

Al respecto conviene decir que esta cultura patriarcal tiene unos roles específicos para el
esposo y la esposa, expectativas y creencias, en el libro “Crónica de una muerte anunciada”
una mujer dice: Las muchachas de esa familia serán muy buenas esposas: fueron criadas
para sufrir, y se entiende que incluso son felices con ello. Es la manera como la sociedad
patriarcal soluciona el sufrimiento femenino dándolo por lógico y considerando que forma
parte de la naturaleza femenina. (Barbera E, 2004)

De esta manera se derivan varios factores de riesgo en la violencia de pareja, a


continuación se mencionan algunos vinculados a la línea de pensamiento analizada:

Factores sociales

 Existencia de instituciones (educativas, laborales, judiciales, etc.) que reproducen


un modelo de relación de poder vertical, autoritario y sexista.
 Existencia de instituciones y de un ambiente social que reduce la importancia o
justifica el comportamiento violento en general y la violencia de pareja en
particular, considerando ésta última como un “asunto familiar” en el que no hay que
inmiscuirse.

Factores familiares

 Estructura vertical y rígida.


 Fuerte adhesión a los estereotipos de género
 Reparto de las responsabilidades familiares acorde con los roles de género.
 Escaso grado de autonomía de los miembros de la familia.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Factores individuales
Cualquier miembro de la familia, por el mero hecho de serlo, puede ser maltratado por su
pareja o ex pareja. No hay factores de riesgo característicos de las víctimas, aunque la
dependencia económica y una visión excesivamente dependiente de las relaciones amorosas
puede contribuir, si no al origen, sí al mantenimiento de la violencia de pareja. En el caso
de los agresores cabe destacar los siguientes factores individuales:
 Interiorización de un modelo de masculinidad rígido y estereotipado.
 Socialización en el valor de la disciplina.
 Presencia de notas psicológicas relacionadas con la socialización sexista recibida:
misoginia, inseguridad, impulsividad, hipercontrol, etc.
 “Dieta dura” de visión de violencia real o filmada.
 Abuso de substancias tóxicas. (Cordoba & Perez, 2011)

La asignación de roles del hombre y la mujer en la pareja es una construcción que valida
modos de pensar, sentir y comportarse de ambos géneros, más que tener una base natural
invariable, se deben a construcciones sociales y familiares asignadas de manera
diferenciada a mujeres y hombres. “Por medio de tal asignación, a partir de estudios muy
tempranos en la vida de cada infante humano, unas y otros incorporan ciertas pautas de
configuración psíquica y social que dan origen a la femineidad y la masculinidad.” (Burin
M, 1999)

Ha llegado el momento de hablar de los roles parentales: El desarrollo sano desde el


nacimiento, es posible en la medida que el crecimiento ocurra en hogares con adultos que
poseen las competencias parentales no necesariamente biológicas, para garantizarles la
protección, el cuidado y bienestar necesarios tal desarrollo. En culturas donde dentro del
seno familiar las competencias parentales no registran ningún control y la violencia puede
establecerse con total impunidad, los registros psicológicos se verán reflejados en esos
niños de diferentes formas, siendo la más frecuente la reproducción de episodios y
conductas violentas. Los malos tratos en la infancia junto con los factores culturales
resultados de una ideología patriarcal, juegan un papel preponderante en la producción de la
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

violencia conyugal que hace víctimas a cientos de mujeres, llegando incluso al asesinato.
(Cordoba & Perez, 2011)

En las familias donde la relación es de tipo complementaria la violencia se da en un


marco de relación desigual. La violencia es unidireccional y no trasciende los límites de la
familia. La persona que es maltratada presenta un importante trastorno de la identidad y un
sentimiento de deuda con respecto a quien la castiga, que la lleva a aceptar y justificar los
golpes sin decir nada. En esta situación se ve afectada la identidad de las personas que se
encuentran en posición baja, negándoseles su condición de personas. Su autoestima es baja
y el pronóstico desde el punto de vista terapéutico es reservado. A su vez la persona que
está en la posición alta tiene sólo una mínima conciencia de la violencia que ejerce. La ley
en estas familias carece de significación, sólo existe su propia ley en la que la violencia está
legitimada no existen sentimientos de culpabilidad por considerar quien se encuentra en la
posición alta que tiene derecho a ejercer el castigo. (Garzon, 2004)

Las familias donde se desarrolla la llamada cultura del abuso, se producen lo que Leonor
Walker denomina “síndrome de indefensión aprendida”. Estas personas estarán siempre
dispuestas a escuchar argumentos que las descalifiquen, a reconocer fácilmente errores no
cometidos y faltas mínimas como si fueran graves, y a asumir culpas frente a acusaciones.
Entre las características de la sociedad patriarcal se identifica la dominación del varón en
las relaciones sexuales, la sumisión de la mujer y el apoyo recibido por la sociedad y la
iglesia que respalda este modelo de sumisión de la mujer, a tal grado que la honorabilidad
de la mujer reside en su virginidad, y en la fidelidad al marido, hecho este que en el seno de
la familia y en la concepción religiosa son estandartes que se siguen esgrimiendo hasta la
fecha. (Gerda, 1990)

Es necesario recalcar el tema de: Género y masculinidad en la violencia en la pareja. El


enfoque de género enfatiza en el modelo patriarcal para explicar la violencia del hombre
contra la mujer. El patriarcado es una organización sociocultural, en que la dominación
masculina estructura las relaciones sociales desde dinámicas de poder asimétricas y
jerárquicas según lo mencionado anteriormente. Asimismo, Velásquez (2003), afirma que
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

los hombres no tienen una posición igualitaria en la vida cotidiana en relación a las
mujeres, ejerciendo una relación de dominación masculina. De esta forma, el ejercicio de la
violencia es una cualidad asignada socioculturalmente a los hombres, quienes la utilizan
para legitimar el poder que poseen en el marco de las relaciones de género (Bourdieu,
2007). Esta desigualdad de género, concuerda con la dinámica de violencia castigo descrita
por Perrone R, (2005) que, por lo visto, también tendría relación con variables
socioculturales.

En la década pasada, Valdés T, (1997), presentaron los resultados de la investigación


denominada “Construcción social de la masculinidad en Chile”. En esta describieron relatos
sobre atributos de la masculinidad, señalando que el ser hombre significaba “ser activo,
tener derechos; ser autónomo, dar la sensación de ser seguro; ser fuerte, no tener miedo, no
expresar sus afectos, salvo que al hacerlo confirme su hombría; ser de la calle, del trabajo y
heterosexuales”, dando cuenta de la construcción de una identidad más individual que
social. Además, estos autores señalaron que el mandato hegemónico tenía un contenido
moral muy importante, “ser hombre es ser recto, responsable, le obliga a comportarte
correctamente”. Asimismo, Viveros (como se citó en Valdés & Olavarría, 1998) refería que
“el hombre es responsable en todos los ámbitos de su desempeño social: es buen trabajador,
padre responsable y proveedor económico para su mujer y sus hijos”. (Alvarez, 2015)

La adquisición de la identidad masculina en las sociedades modernas está en crisis,


debido a importantes transformaciones sociales, económicas e ideológicas, destacando el
acceso de las mujeres a la educación y al trabajo. En esta misma línea, han aparecido
grupos de hombres preocupados de cambiar aquellas prácticas tradicionales, convencidas
de que los roles predefinido en el estereotipo o deber ser masculino les produce dolor,
insatisfacción y frustración. (Cots, 2009)

Los enfoque constructivista y la teoría de los constructos personales reconoce el papel


activo del sujeto en la construcción social de la realidad y del conocimiento humano
Martínez (2008) y Álvarez (2015), plantea que este enfoque puede ser de gran utilidad para
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

entender el fenómeno de la violencia en la pareja, ya que en la construcción de significados


participan tanto procesos culturales como personales.

Según este autor, las terapias constructivistas están focalizadas en determinar cuál es el
significado que las personas le otorgan a su mundo y las acciones que realizan para intentar
regularlo y predecirlo. De esta forma, el problema no radica en determinar si las personas
ven el mundo de una forma distorsionada o disfuncional, sino simplemente en cómo ven el
mundo. El desafío está en elegir, no las visiones más verdaderas o aceptables, sino aquellas
que le permitan al sujeto hacer más preciso y útil su sistema de significados personales para
predecir el mundo (Martinez, 2008).

Otros estudios de estudios feministas, con relación al género y de masculinidad han


cuestionado los modelos de la jerarquía de género directo, que suponen el poder
homogéneo de los hombres sobre las mujeres. Esto no quiere decir que los investigadores
todavía no reconozcan el poder del patriarcado a nivel social, sino que estos están más
interesados en ver cómo los dictados de la masculinidad hegemónica forman las
experiencias de los hombres y cómo el patriarcado y el potencial de la dominación
masculina no son compartidas por todos los hombres por igual. Algunas de las primeras
investigaciones sobre este tema en América Latina son acerca de los hombres
homosexuales, especialmente travestís, quienes claramente no comparten todos los
privilegios de la masculinidad. Estudios como los de Kulick (1998), Prieur (1998) y
Lancaster (1992) muestran que estos hombres no se ven a sí mismos como mujeres sino
más bien como parecidos a las mujeres, tanto en género como deseo sexual, e incluso
muchas veces en su posición estructural en la sociedad, pues se ven sometidos a las mismas
formas de violencia que las mujeres. En este sentido, son hombres que de alguna forma han
rechazado los privilegios de la masculinidad. (England, 2013)

Otro de los aspectos más importantes es la violencia donde se evidencio que existen
varios tipos de esta.

La violencia se puede definir como una conducta intencional, cuyo objetivo prioritario es
dañar, imponer, vulnerar, reprimir o anular; posee direccionalidad, ya que siempre va
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

dirigida a una persona específica que se encuentra en una posición de más desprotección y
debilidad; es un medio posible en la resolución de conflictos, imponiendo una solución sin
utilizar el diálogo, la tolerancia y/o la negociación; es un ejercicio de poder, dado que la
violencia en cualquiera de sus manifestaciones se ejerce del más fuerte al más débil (Ruiz,
2003)

La Organización Mundial de la Salud define la violencia como: El uso intencional de la


fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un
grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte,
daños psicológicos, trastornos de desarrollo o privaciones. (OMS, 2002)
La clasificación de la OMS, divide la violencia en tres categorías generales, según las
características de los que cometen el acto de violencia:

 la violencia auto infligida (comportamiento suicida y autolesiones),

 la violencia interpersonal (violencia familiar, que incluye menores, pareja y


ancianos; así como violencia entre personas sin parentesco),

 la violencia colectiva (social, política y económica). (OMS, 2002)

Grafico 1 : Una de las formas más comunes de violencia encontradas es:


TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

 Maltrato físico: por ejemplo, abofetear, golpear con los puños, patear.
 Maltrato psicológico: por ejemplo, mediante intimidación, denigración y
humillaciones constantes, amenazas, vigilancia.
 Maltrato sexual: relaciones forzadas, prostitución, abuso
 Maltrato social: aislar a una persona de su familia y amigos, vigilar sus
movimientos y restringir su acceso a la información o asistencia
 Maltrato económico: impedimento a trabajar, humillación por dificultad
económica. (OMS, 2002)

La postura de Alan Jenkins expresada en un estudio de Ángela Hernández (2001),


propone una teoría donde enumera distintas limitaciones en los sujetos, que explican la
violencia familiar. Para fines de este estudio se enumeran algunas de las limitaciones
relacionadas directamente con el tema en cuestión:
 La violencia y el abuso ocurren por limitaciones de los individuos, las familias y la
sociedad.
 Las limitaciones son tradiciones, hábitos y creencias que influyen sobre la forma en
que los violentos le dan sentido y participan en el mundo.
 Las limitaciones no “causan” la conducta abusiva: conducen a que el agresor no se
haga cargo de su conducta.

Algunas de las limitaciones socioculturales expresadas por Jenkins que favorecen la


conducta familiar violenta:
 La mitificación del status y del poder, la cual da derecho a no considerar el bienestar
de los demás y a sentirse dueño de todo lo que se desea.
Dentro de la familia, el patriarcalismo que justifica la subordinación por sexo y por edad.

Sobre la dinámica de la violencia en la pareja, parecería haber al menos dos modalidades:


 Modalidad grave (llamado maltrato físico) se caracteriza diversas formas de
maltrato, amedrentamiento y amenazas, aunadas a una conducta posesiva y
un comportamiento dominante por parte del agresor.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

 Forma moderada de violencia (denominada violencia común de pareja) en


las relaciones íntimas, en que la frustración y la ira continuas
ocasionalmente estallan en forma de agresión física. (OMS, 2002)

Los factores asociados a los cuatro tipos de violencia se asocian con la presencia de
violencia de género por parte de la pareja. Entre ellos pueden mencionarse el lugar de
residencia, la condición de habla de lengua indígena, la edad, las condiciones
socioeconómicas, la participación laboral y los antecedentes de violencia durante la
infancia. Dado que estos motivos interactúan entre sí, el análisis de la relación que guardan
con la prevalencia de violencia debe realizarse mediante un análisis.

La violencia conyugal se da de manera cíclica. Este ciclo tiene 3 fases: una primera fase
de acumulación de tensión, una segunda fase de explosión o episodio agudo de golpes y
una tercera fase llamada «Luna de miel» o «calma amante».

Grafico 2: fases de la violencia en la pareja

 Fase 1, Acumulación de tensión: En ésta se produce una sucesión de pequeños


episodios que llevan a roces permanentes entre los miembros de la pareja con
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

incremento de la ansiedad y hostilidad. En un primer momento generalmente es


sutil y toma la forma de agresión psicológica, posteriormente aparece la violencia
verbal que viene a reforzar la agresión psicológica. El agresor insulta y denigra a la
víctima. A continuación comienza la violencia física, empujones, zamarreos,
cachetadas. etc.
 Fase 2, Episodio agudo de golpes: Esta fase se caracteriza por la descarga
incontrolada de las tensiones que se acumularon durante la fase 1. La pérdida del
control y el grado de destrucción diferencian al incidente agudo de golpes de los
incidentes de golpes menores de la primera fase.
 Fase 3, «Luna de miel»: En esta fase se produce el arrepentimiento y la
demostración de afecto del hombre golpeador. Este sabe que ha ido demasiado
lejos e intenta reparar lo hecho. La tensión acumulada en la fase 1 y disipada en la
fase 2, desaparece. En esta fase el hombre golpeador se comporta de manera
encantadora y constantemente cariñosa. La mujer elige creer que la conducta que
observa durante la fase 3 le muestra su verdadero marido. Debido a que la
recompensa por estar casada o en pareja se da en esta fase, esta es la etapa en la que
le es más difícil tomar la decisión de terminar con la relación. (Almonacid. Flavia:
Daroch, Mena, Gloria, Razeto, & Zamora, 1996)

Desafortunadamente este es también el momento en el cual le es posible recibir ayuda.


Unido a la ocurrencia del ciclo, se ha establecido una situación que aumenta la gravedad de
la violencia denominada Escalada de Violencia, la cual describe que en cada fase aguda del
ciclo de violencia conyugal, aumenta la magnitud y duración de la violencia, aumentando
por consiguiente el peligro para los afectados. (Almonacid. Flavia: Daroch, Mena, Gloria,
Razeto, & Zamora, 1996)

Existen mitos y prejuicios sobre la violencia conyugal, los mitos son creencias erróneas
que la mayoría de la gente acepta como si fueran verdades. En relación a la violencia
familiar existen muchas ideas falsas sobre las mujeres víctimas de maltrato en el seno de su
propia familia que es necesario revisar para entender bien el fenómeno. Algunos de ellos
son los siguientes:
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

 Los casos de violencia familiar son escasos: No representan un problema tan grave;
la realidad que hasta hace algunos años la violencia intrafamiliar era un fenómeno
oculto, cuyos protagonistas hacían lo posible por ocultar o disimular, pero con las
investigaciones se ha demostrado que alrededor del 50% de las familias sufren
alguna forma de violencia.
 La violencia familiar es algún tipo de enfermedad mental: Los estudios demuestra
que menos del 10% de los casos de violencia familiar son ocasionados por
trastornos psicopatológicos de alguno de los miembros de la familia. Al contrario,
muchas situaciones de violencia dentro del hogar producen trastornos, tales como
depresión, insomnio, angustia, etc.
 La violencia familiar es un fenómeno que sólo ocurre en los sectores más pobres;
sin embargo se ha demostrado que la violencia familiar se da en todas las clases
sociales y en todos los niveles educativos. Lo que ocurre es que, a medida que se
asciende en la escala social, existen más recursos para mantener oculto el problema.
 El consumo de alcohol es la causa de las conductas violentas; el consumo de alcohol
puede favorecer la emergencia de conductas violentas, pero no las causa. Si hay
violencia, no puede haber amor en una familia; es importante destacar que los
episodios de violencia no ocurren en forma permanente, sino por ciclos. El amor
coexiste con la violencia, de lo contrario no existiría el ciclo. Generalmente es un
tipo de amor dependiente, posesivo y basado en la inseguridad.
 A las mujeres maltratadas por su pareja le debe gustar, de lo contrario no se
quedaría; en la mayoría de los casos, las mujeres sufren situaciones crónicas de
abuso no pueden salir de ella por una serie de razones de carácter emocional, social,
económica, etc. Por otro parte es sabido que una mujer víctima de maltrato
experimenta sentimientos de culpa y vergüenza por lo que le ocurre, además de
miedo, impotencia y debilidad, lo cual le impide muchas veces pedir ayuda.
 Las víctimas de maltrato a veces se lo buscan: «algo hacen para provocarlo»; es
posible que la conducta de la mujer provoque enojo, pero, la conducta violenta es de
absoluta responsabilidad de quien la ejerce.
 El maltrato emocional no es tan grave como la violencia física; es importante
destacar que el abuso emocional continuado, aun cuando no existe violencia física
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

provoca consecuencias graves en el equilibrio emocional, pudiendo ser


diagnosticados como cuadros psicóticos donde en realidad la persona está sufriendo
secuelas del maltrato psicológico crónico.
 La conducta violenta es algo innato, que pertenece a la «esencia» del ser humano; la
violencia es una conducta aprendida a partir de modelos familiares y sociales que la
definen como recurso válido para resolver conflictos, por lo tanto, también sería
posible aprender a resolver las situaciones conflictivas de manera no violenta.
(Valenzuela, 2001)

En un estudio realizado por Cantera (2010) donde se midieron las percepciones sociales
de las relaciones de pareja, los autores plantean que la relación “se fundamenta en términos
generales en los estereotipos de género (hombre-proveedor, mujer-cuidadora) y que la de la
violencia en la pareja está filtrada específicamente por el paradigma de violencia de género
(hombre-violento, mujer-pacífica).
Para poder analizar más de donde sale esta tipología del hombre víctima de violencia se
pretende mirar otros aspectos importantes.

Inicialmente la familia y su tipología influye, en el núcleo padre-madre e hijos, donde se


cumplen las funciones básicas de reproducción, compromiso y crianza en función de una
unidad de residencia, el hogar es proveedor de satisfacciones morales y de la seguridad
emocional que no se pueden encontrar en el exterior. “Esta concepción desconoce que la
organización no ha sido exclusivamente nuclear a lo largo de la historia y no lo es en la
actualidad. Si se observa los datos de composición familiar para Colombia, (Rojas, 2014)

Grafico 3: tipologías de la familia


TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

En la grafica anterior se puede corroborar esta afirmación, del total de población de los
hogares, 54% vive en familia nuclear, 38% en familia extensa, 7% en familia
compuesta/recompuesta y 1,5% en hogar unipersonal1, datos que confirman la composición
diversa de las familias Colombianas. (Jose Mora, 2013)

Es importante enunciar los tipos de familia que se presentan en nuestro contexto


colombiano con el fin de conocer su conformación y acercarnos a vislumbrar la compleja
dinámica que se entreteje en su organización frente a circunstancias disfuncionales como es
la presencia de la violencia conyugal. Para tal fin es necesario tener en cuenta que la familia
es concebida como un sistema en interacción que evoluciona constantemente, se va
adaptando a las necesidades del contexto y de sus integrantes, así se convierte la familia en
un sistema netamente dinámico desde la estructura hasta su organización. Agrupado según
su estructura y composición así:
 Familia nuclear tradicional: compuesta por padre, madre e hijos; se considera este
tipo de familia como la unidad mínima. Puede ser completa o incompleta (cuando se
presenta separaciones, divorcio, fallecimiento de un cónyuge).
 Familia extensa: compuesta por tres generaciones que comparten vivienda y
economía, frecuentemente alberga alguno de sus miembros y su grupo familiar
secundario en momento de crisis, puede ser por línea materna o paterna.
 Familia monoparental: es una forma de organización familiar que se deriva de la
ruptura de un vínculo inicial, puede ser díada materna (madre con hijos) o díada
paterna (padre con hijos).
 Familia superpuesta o recompuesta: conformada por parejas que han tenido uniones
previas, concluidas en rupturas. A esta familia cada cónyuge puede aportar los hijos
de uniones anteriores y los actuales, es decir se conforma un grupo familiar con
hijos tuyos, los míos y los nuestros.
 Familia pareja sin hijos: díadas conyugales, las cuales no pueden concebir por
razones fisiológicas, no han adoptado o el tener un hijo no se encuentra dentro de
sus planes inmediatos.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

 Unipersonal: es un hogar o una unidad social de consumo. Son personas que viven
solos, ya sea solteros, viudos, separados pero que viven solos. (Jose Mora, 2013)

Conociendo las distintas clases de familia, otro de los aspectos es la violencia que
recibieron de niño, las consecuencias de la exposición de los niños a la violencia familiar
constituye un grave riesgo para el bienestar psicológico de los menores, especialmente si,
además de ser testigos, también han sido víctimas de ella. Resultados hallados en diversos
estudios muestran que los niños expuestos a la violencia en la familia presentan más
conductas agresivas y antisociales (conductas externalizantes) y más conductas de
inhibición y miedo (conductas internalizantes) que los niños que no sufrieron tal
exposición. Los niños de estos hogares violentos también suelen presentar una menor
competencia social y de grandes presentar problemas con sus parejas si tuvieron una madre
maltratadora, se conyugue seria de igual forma que este tipo de situaciones constituye un
modelo de aprendizaje de conductas violentas dentro del hogar, (Del Prado Ordoñez, 2012)

La violencia en las relaciones de noviazgo, conocida en inglés generalmente como


“dating violence” (Chung, 2005), ha sido definida como cualquier intento por controlar o
dominar a una persona física, sexual o psicológicamente, generando algún tipo de daño
sobre ella (Wolfe et al. 1996). Este tipo de violencia se presenta cuando ocurren actos que
lastiman a la otra persona, en el contexto de una relación en la que existe atracción y en la
que los dos miembros de la pareja “salen” (Anacona, 2009)

En los Estados Unidos de América, donde se han realizado varios estudios de prevalencia
de la violencia durante el noviazgo, se han encontrado cifras que oscilan entre el 18% y el
32% de las muestras (Howard & Wang, 2003), las cuales, según Cornelius y Resseguie
(2007), pueden aumentar hasta en un 88% cuando se considera la violencia verbal. En
Iberoamérica, por su parte, se han llevado a cabo tres estudios publicados de dicha
prevalencia (González & Santana, 2001; Muñoz-Rivas et al., 2007; Rivera, Allen,
Rodríguez, Chávez & Lazcano, en prensa). En el primero se encontró, entre 1.146
estudiantes de 16 a 18 años de edad, oriundos de Santa Cruz de Tenerife (España), y que
habían tenido al menos una relación de pareja, una prevalencia de 7.5% y 7.1% de varones
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

y mujeres, respectivamente, que informaron haber empujado o pegado a su pareja. Muñoz-


Rivas y otros (2007), por su parte, analizaron la prevalencia de conductas agresivas de tipo
verbal y físico, entre 2.416 adolescentes solteros, de 16 a 20 años de edad (1.416 mujeres y
1.000 varones), vinculados a 36 escuelas de secundaria de Madrid (España), que tenían al
menos una relación heterosexual. Encontraron una prevalencia de 95,3% y de 92,8% de
mujeres y desde varones, consecutivamente, que habían llevado a cabo actos de agresión
física. (Anacona, 2009)

En Colombia se han realizado pocos estudios dirigidos a examinar la prevalencia o los


factores de riesgo de la violencia durante el noviazgo, aunque las cifras del Instituto
Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses (2007), que realiza los dictámenes
médico-legales en dicho país, señalan que ésta podría ser muy frecuente dentro de la
población juvenil colombiana. Esta institución encontró que el 23.32% de los 37.047 casos
de violencia de pareja que evaluó en el año 2006, correspondía a personas entre los 25 a 29
años de edad, constituyendo el grupo de edad con mayor número de casos. También
informó que los casos entre 15 y 17 años ascendían a 1.013 (2.73%); los de personas entre
18 y 20 años. a 2.902 (7.83%). y los de 21 a 24 años. a 6.283 (16.96%), lo que equivale a
un total de 18.836 casos entre los 15 y los 29 años de edad (50.84% del total).

Para estas situaciones de violencia conyugal la ley también está a favor del hombre pero
se desconoce, la cual es la Ley 294 de 1196 (Julio 16), Por la cual se desarrolla el artículo
42 de la Constitución Política: (la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se
constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una
mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.) Y se dictan
normas para prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar.

A pesar de que la ley corresponde en su totalidad la violencia intrafamiliar, sólo se va a


mencionar algunos artículos que parecen los más relevantes en el tema que se esta
tratando, como el TÍTULO V. De los delitos contra la armonía y la unidad de la familia.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

 ARTÍCULO 22. Violencia intrafamiliar: “El que maltrate física, síquica o


sexualmente a cualquier miembro de su núcleo familiar, incurrirá en la prisión de
uno (1) a dos (2) años.”
 ARTÍCULO 23. Maltrato constitutivo de lesiones personales: “El que mediante
violenta física o síquica, trato cruel o intimidatorio o degradante, cause daño en el
cuerpo o en la salud sicológica a un integrante de su grupo familiar, incurrirá en la
pena privativa de la libertad prevista para el respectivo delito, aumentada de una
tercera parte de la mitad.”
 TÍTULO VI. Política de protección de la familia
 ARTÍCULO 28: “El Instituto Colombiano de Bienestar diseñará políticas, planes y
programas para prevenir y erradicar la violencia intrafamiliar.

Igualmente, las autoridades, las autoridades de-partamentales y municipales podrán


Consejos de Protección Familiar para adelantar estudios y actividades de prevención,
educación, asistencia y tratamiento de los problemas de violencia intrafamiliar dentro de su
jurisdicción. La ley 1275 de Diciembre del 2008 explica cual debe ser el papel del estado y
de la sociedad civil y cuáles son las acciones para garantizar una vida libre de violencia a
las todos los miembros de la familia. La norma es clara en el sentido que quien acose,
persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, incurrirá
en prisión de uno a tres años. La violencia de pareja, como cualquier otra forma de
violencia, no es una cuestión privada: no es algo propio solamente de quien la sufre. Muy al
contrario: es un atentado contra los derechos humanos de la victimas y, por consiguiente, es
una cuestión pública.

En los últimos años la sociedad ha tomado conciencia del grave problema que la
violencia domestica, ejercida por el hombre sobre la mujer constituye. Año tras años,
estadísticas terribles, con decenas de mujeres muertas a manos por sus parejas, sacuden a la
opinión pública y centran en el debate en esta lacra, el ministerio de igualdad que dirige una
ambiciosa Ley Integral Contra la Violencia de Género. Pese a todos los esfuerzos, el
fenómeno persiste y es tal su presencia mediática que silencia otro que, por inoportuno,
pasa desapercibido: el de los hombres maltratados,
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Varones que son objeto de denuncias falsa de malos tratos o que reciben de ella maltrato
psicológico o incluso físico. Patón dice que “la ley solo protege a la mujer, al hombre se le
tiene desamparado” y denuncia que “los jueces en estos temas se la cogen un papel de
fumar por temor a que la opinión pública se vuelva en su contra y dictan medidas
provisionales siempre excesivas”. (Pichon, 2010)

En Colombia Según estudios realizados por el Instituto nacional de Medicina Legal y


Ciencias Forenses (INMLCF), la ciudad de Bogotá, es la ciudad donde existe el mayor
número de casos con 1.558 denunciados de maltrato aplicado de mujeres hacia los
hombres, le sigue Cundinamarca con 537 casos, en tercer lugar está Antioquia con 391, en
el cuarto y quinto lugar, Valle y Santander, con 323 y 175 casos, respectivamente. Por el
contrario, en el departamento del Vichada solo hay un caso reportado. En la ciudad de
Barranquilla se reportaron en el año 2008 3.286 casos denunciados, y en el año 2009 se
reportaron 4.342 aumentado alarmantemente 1056 casos de mujeres a hombres. y a partir
del cuatrimestre del 2010 reportándose 14 casos. (Pichon, 2010)

Esta entidad aclara que posiblemente existen más casos que no son denunciados, y lo que
se referencia anteriormente es número de casos reportados en los diferentes departamentos
de Colombia. En palabras de Pedro Carreño, profesional Universitario del Centro de
referencia Nacional sobre Violencia del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, “culturalmente es complicado que los hombres denuncien el maltrato, por un
sentimiento de vergüenza ante la sociedad. Sin embrago, se puede decir que en los estratos
bajos, es donde más se presenta este fenómeno, aclarando, que en los estratos altos también
existen casos pero son menos denunciados y visibilizados”.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Tabla 1: Violencia de pareja. Colombia, Enero a agosto 2008-2009

. Fuente: Centro de Referencia Nacional sobre Violencia. INMLCF.

Según la tabla anterior se evidencia datos arrojados del los años 2008 y 2009 sobre la
violencia conyugal donde a 3.286 hombres son agredido por su pareja siento un 44% de las
denuncias que fueron impuestas en esos años, cabe decir que las cifras de las mujeres son
más altas que la de los hombres con un 56%, sin embargo no es tan baja como otras
investigaciones o grupos feministas quieren hacer creer.

Tabla 2: tipo de maltrato


TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Con relación a la tabla anterior se evidencia otro dato sobre los tipos de violencia
infligidos en las relaciones de parejas, donde en la violencia física el hombre sufre un 37%
y la mujer 63%, en la violencia psicológica y emocional el hombre un 36% y la mujer un
64%, en la violencia sexual el hombre 37% y la mujer 63% y por último la económica el
hombre un 37% y la mujer un 63%, cabe resaltar que las cifras verdaderas no puede ser
analizadas por que la mayoría de los hombres o denuncian esas violencias por parte de su
pareja.

La Encuesta de Salud en Québec, según Bellerose et al. (1994), Constata que muchas más
mujeres (que hombres) reciben ayuda por problemas de salud: 62% de mujeres contra 38%
de hombres.2 Verbrugge (1982, en Dulac, 1997c) llega a afirmar que un mismo problema
de salud (sobre todo si es leve) inducirá más a menudo a una mujer que a un hombre a
restringir sus actividades y a consultar a un médico. (Turcotte, 2004)

Como Dulac lo explica, los hombres aprenden a no entrar en contacto con sus emociones
y a no confiar en sus sensaciones corporales: a lo largo de la socialización masculina, es
como si hubiese una desconexión con el cuerpo en los hombres, lo que podría explicar la
ausencia de actitud preventiva con respecto a su salud. (Turcotte, 2004)

Según AZ Manfred, citado en Herrera (2000) “Hablar de mujer desde una perspectiva de
género, es referirnos a una historia de supeditación que nace con la implantación del
patriarcado en las comunidades primitivas y no ha dejado de ser así en las comunidades
contemporáneas.” Sin embargo, esta diferenciación de normas y valores no afecta solo a la
mujer, ya que el hombre también es víctima de las expectativas sociales que se tienen sobre
su comportamiento y desempeño, del cual se espera siempre fortaleza, valentía, control
emocional e independencia, entre otras cosas.

Como señala, entre otros autores, Valenzuela “…es importante evaluar si la violencia es
ejercida en forma unidireccional desde el hombre a la mujer o en forma bidireccional entre
ambos miembros de la pareja...”, aunque “... sin perder de vista que la mentira, el
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

ocultamiento, la minimización y la distorsión de los hechos constituyen características


presentes en muchos de los hombres que ejercen violencia; ni tampoco las desigualdades de
poder que aún existen entre hombres y mujeres” (Valenzuela, 2001)

Teniendo en cuenta lo referenciado y mencionado anteriormente, se pretende identificar


las características de la tipologías de hombres en situaciones de violencia con las parejas,
determinando los comportamientos de violencia física en los que las mujeres son
perpetradoras, con el fin de generar un abordaje que logre disminuir este tipo de violencia.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Metodología

Se realiza el análisis de literatura sistematizado, donde implica consultar, detectar y


sintetiza los resultados de múltiples investigaciones primarias, para determinar la
problemática del estudio, donde se extrae y recopila toda la información importante para la
investigación. (Hernandez, 2010)

Esta revisión sistemática de literatura es no experimental, transicional de tipo descriptivo


donde se revisan investigaciones con el tema tratado y se va a proponer una síntesis de lo
revisado.
Instrumentos

Para esto se selecciona artículos de investigación teniendo en cuenta los siguientes


criterios:

 Artículos nacionales e internacionales

 Información publicada en castellano con relación a la problemática (tipología del


hombre víctima de la violencia conyugal)

 Artículos y publicaciones

 Todos los contenidos y estadísticas relacionados con la violencia conyugal nacional


e internacional.

La selección de los artículos y toda la información referente a la problemática, se


obtendrá con el procedimiento inicial de la literatura según (Hernandez, 2010)

 Se revisa la información obtenida relacionada con el planteamiento del problema,


con el fin de tener claridad y veracidad para futuras investigaciones.

 Se realiza búsqueda de la literatura en la base de datos de la Universidad


Cooperativa de Colombia (UCC) con las cuales tiene convenio, con el fin de
consultar temas relacionado a la problemática a tratar en:

 Dialnet
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

 Redalyc

 Psicodoc Y Proquest

 Revistas electrónicas y páginas web

 Artículos académicos

 Las funciones importantes de las bases teóricas son: explicar el fenómeno,


predecirlo y sistematizar el conocimiento.

Procedimiento
En primera instancia se investigó en los diferentes sitios según descrito en los
instrumentos, se pudo obtener una gran cantidad de artículos donde se exponían casos e
investigaciones sobre temas de violencia de mujeres, violencia de familia, violencia en el
noviazgo y claro violencia al hombre, se revisan esos artículos consiguiendo los aspectos
más importantes, se realizan fichas con el fin de tener un resumen de cada uno de los
artículos, cuando ya se tiene con la información suficiente se empieza a formular todo el
trabajo, realizando la problemática y la justificación, revisando que la pregunta problema
planteada al principio tiene mucha relación con lo leído, al realizar el marco conceptual ya
se logra resultados.

Con los resultados que se obtuvieron a través de todos los artículos, revistas e
investigaciones, se analizar y determinar la tipología de los hombres que son víctima del
maltrato por parte de su conyugue, permitiendo a los lectores conocer más sobre el tema,
que si está muy estigmatizada debido a que la idea popular es que solo las mujeres son
victima de la violencia y que le hombre en ningún momento puede ser víctima, con el fin de
aportar a la salud estrategias de apoyo para bajar los índices de violencia en la familia.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Resultados

La inmensa variedad de literatura existente respecto a la violencia en la pareja, alude


principalmente a la mujer, realidad que es constatable y cruda, pero también es cierto que
cada día se acrecientan casos de hombres que son agredidos física y psicológicamente por
la mujer.

Con relación a la investigación planteada, se logra analizar los resultados por lo cual se
pueden comparar con el objetivo general, para aclarar es “Determinar la tipología de los
hombres víctimas de la violencia conyugal a través de la revisión sistemática de literatura
con el fin de sintetizar investigaciones científicas que brinden valiosas producciones
académicas que contribuyan a concientizar la importancia del maltrato conyugal sin
preferencia de género” gracias a esta investigación se pudieron diseñar varios aspectos
importante a la violencia que sufren los hombres por su pareja.

Se tenía el concepto de que el hombre siempre como agresor y a la mujer como víctima,
en la violencia de pareja se supone que existe una jerarquía con superioridad del hombre
sobre la mujer, lo que es cuestionable hasta en el ámbito conceptual sociológico, La
violencia en cualquiera de sus manifestaciones es una conducta intencional, que puede
tener componentes de aprendizaje familiar y/o cultural cuyo objetivo es controlar mediante
el ejercicio del poder.

Sin duda, en la violencia de pareja siempre hay una víctima y un victimario que, en
incontables estudios, se han estado presentando como una dicotomía permanente con un
hombre activo y una mujer pasiva, sin considerar que la violencia es un fenómeno humano
y relacional en movimiento, y no sólo uno de género, por lo que no se puede reducir
fácilmente en dicotomías rígidas. Los resultados aquí revisados son contundentes pues
revelan datos que aluden al reconocimiento de que esta problemática no corre con la misma
suerte que en años anteriores, debido a que las mujeres están adoptando también el papel de
victimarias. En este orden de ideas, se hablaría de la ruptura del paradigma tradicional de
género, principalmente en relación a la sumisión de las mujeres que, en última instancia,
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

dan cobertura a la violencia, aumentando considerablemente las exigencias de las jóvenes


en el seno de la relación y desvinculándolas de los roles tradicionales.

La mayoría de los incidentes de violencia intrafamiliar están registrados de los hombres


hacia las mujeres, debido a que la mayoría de los hombres reaccionan permaneciendo en
silencio. Determinado por elementos que lleven a la burla o a represarías por parte de su
conyugue. Incluso, cuando un hombre ha probado que él es la víctima, parece que la línea
de conducta que le queda es solamente salir del hogar. Esto implica separarse de sus hijos y
experimentar a menudo la dificultad para mantener un contacto regular con ellos.

Ahora observemos los tipos de roles que se encontraron en la investigación aprendidos a


través de los patrones culturales avalan un entramado social donde la masculinidad y la
femineidad están insertas en un modelo machista que se adquiere desde la primera
socialización y se fortalece a lo largo del camino. Los aspectos culturales más destacados
son “creer que las mujeres son menos que los hombres o que son posesiones de los
hombres, creer que las mujeres están para servir a los hombres, y creer que hay cosas que
los hombres pueden hacer y las mujeres no, y viceversa.”

En relación con el análisis la tipología del hombre víctima del maltrato conyugal se sitúan
principalmente desde la óptica macro y exosistemica por razones de espacio destinados
para este efecto. Los principales datos apuntan sobre los factores sociales, culturales e
individuales que influyen en el varón para no formular denuncias cuando son agredidos por
su pareja, tales como machismo, vergüenza, ignorancia legal u otros factores de índole
personal que le impiden a los varones denunciar a su pareja cuando es afecto de violencia.
Según el modelo ecológico el análisis consta de:

En el nivel macrosistémico: se sitúan los sistemas de creencias y estilos de vida que


prevalecen en una cultura determinada, los cuales manifestaron sus opiniones bajo el
contexto de la ideología patriarcal y/o machismo light, este último que se viene gestando
conforme evolucionan los estereotipos y roles de lo que es ser hombre y ser mujer hoy en
día.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

En este contexto, la ideología patriarcal influye notoriamente para que los varones que
vivieran algún tipo de violencia no denuncien ya sea por orgullo de hombre o por temor al
ridículo, entre otros, en algunas investigaciones plantearon que hay manifestaciones por
parte de los varones el cual respondían a la espontaneidad de las apreciaciones y/o
calificativos de los varones cuando se refieren a catalogar sus acciones de denuncias, siendo
las expresiones mayormente con risas , pero al referirse en el sentido de cómo observan a
los varones como seres humanos iguales a ellos, las investigaciones daban como resultados
y señalando en su mayoría que son "personas que sufren", lo que evidencia que la violencia
hacia el varón existe y conocen "muchos casos que no son denunciados", ya sea por el
elemento sociocultural como factor preponderante para no denunciar y factores de índole
personal como es el amor a la pareja o por los hijos para que no sufran.

En proporción con la evolución de roles que han experimentado tanto hombres como
mujeres, en el mundo cada vez más exitista y competitivo, se observo que en torno a la
relación de pareja que las decisiones y/o acuerdos "deben efectuarlos ambos" para que
prime la armonía en la pareja y de esta manera no herir susceptibilidades, en donde el
hombre ha asumido la mayor participación de la mujer en general como positivo,
inclinándose por una relación igualitaria, donde ninguno tenga más derechos sobre el otro,
adaptándose a este tipo de cambios.

En el nivel exosistémico: se evidencian aspectos como lo son la difusión de la Ley 1275


de Diciembre del 2008 y las instituciones que trabajan con violencia intrafamiliar, puesto
que los varones se perciben como desprotegidos de la legislación existente, ya que la
mayoría la desconoce y la atribuye a la mujer, señalando que es la "ley de la mujer" ,
evidenciando dos aspectos, uno que la ley no ha sido debidamente difundida, tal vez por ser
dirigida hacia la población femenina en las campañas de prevención.

Además se plantea que se pone énfasis en los derechos de las mujeres y que, estas están
protegidas como lo demuestran los estudios, omitiendo según estos que al varón también lo
protege la ley, presumiblemente porque las personas encargadas de realizar estas acciones
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

no los consideran como cifras de víctimas significativas, hecho que no se puede comprobar
en su totalidad.

En segundo lugar como desencadenante de lo primero al no difundir la Ley a todos los


sectores de la población y grupos étarios, el hombre desconoce que efectivamente existe la
ley y por tanto, relacionado con otros puntos, no denuncia porque no sabe que están
protegidos, implicando una falencia del sistema sociojurídico y del estado por ser este el
ente encargado de poner en práctica las Políticas Públicas al bienestar de la población en su
conjunto.

En este mismo plano, se plantea que son pocos las instituciones para los hombres que
puedan brindar ayuda y que ellos logren canalizar sus problemas e inquietudes que los
afectan al sentirse escuchados y comprendidos en esta sociedad que les asigna un papel
rígido que es medido a que el hombre exprese sus emociones o llore por estereotipos
asignados a lo que se espera del hombre y la mujer,

Las características más sobresalientes de las percepciones los hombres víctima de


violencia psicológica intrafamiliar, es el temor de ser ridiculizado ante la sociedad. Las
características en común de los hombres víctima de violencia psicológica intrafamiliar, es
no saber qué hacer y donde recurrir.

Los síntomas más caracterizados de estos hombres víctima de violencia psicológica


intrafamiliar son:
 Depresión,
 Angustia,
 Irritabilidad,
 Impotencia
 Ansiedad.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Las mujeres gritan, ignoran, maldicen, culpan, se encolerizan, ridiculizan o prohíben y, de


no haber respuesta, dan puñetes, arañan, hincan, queman, disparan o golpean con objetos
contundentes.

El 51% de los hombres sufre maltrato los fines de semana por causa del dinero, porque
cobró menos o simplemente por el enfado de la pareja. Los sujetos en cuestión perciben
estos tipos de conducta como normal y, como consecuencia de este hecho, se quedan
callados o se van de la casa para no seguir provocando a su pareja. Asimismo, los hombres
que son violentados no lo cuentan a nadie por vergüenza o por temor a que se vayan a
desquitar con los hijos. (Pichon, 2010)

Los sistemas de creencias y estilos de vida que prevalecen en una cultura determinada, los
cuales manifestaron sus opiniones bajo el contexto de la ideología patriarcal y/o machismo ,
este último que se viene gestando conforme evolucionan los estereotipos y roles de lo que
es ser hombre y ser mujer hoy en día.

Los hombres víctimas de sus mujeres, no se atreven a decirle a ninguno de los miembros
de su familia la situación por la que está pasando, y da las explicaciones más increíbles de
sus lesiones, incluso cuando los atienden en los hospitales o el médico, temen la
humillación. Y es que cuando un hombre señala los incidentes del abuso y la violencia, la
gente responde con la discriminación, la incredulidad o la broma. Los comentarios son tales
como, por ejemplo:

 "Usted debe haberle hecho algo muy malo a su esposa para merecer esto..."
 "¿Por qué no le demuestra quién manda y lleva los pantalones en casa?"

La sociedad parece que quisiera que estos hombres se fueran de sus propios hogares
porque no hay una solución simple a sus problemas de violencia. Aún no se concibe
socialmente que la violencia en la pareja pueda ser ejercida por la mujer, fundamentalmente
porque la violencia en la pareja les afecta mayoritariamente a ellas, pero cada día aumentan
los casos de violencia hacia el hombre sin que nadie se preocupe de estos hechos.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Existe una atención para los hombres víctimas de violencia, que cuenta con tres
características: es prejuiciada, es cuestionada y es homogénea sin particularizada.

 Prejuiciada por un contexto patriarcal que asigna roles a hombres y perpetua


estereotipos que marcan la forma en que deben comportarse ellos, evidentemente, se
considera que el agresor es el hombre, lo que causa que cuando se llega a solicitar
atención se considere que lo hace por motivos erróneos, como porque no se le
atiende en la casa, lo que no permite que se le brinde la atención adecuada a los que
se encuentran en esta situación.
 A su vez, esta atención es cuestionada debido a que como no es parte del ideario de
hombre que se tiene, el que este sea agredido, se cuestiona reiteradas veces y con un
énfasis en comprobar que no lo son.
 Además esta atención no se hace particularizada, retomando las características
propias del género y sus necesidades a estas personas. Esto se evidencia en que si un
hombre, que plantea que se encuentra en situación de agresión, llega a solicitar un
servicio recibe la atención, con la particularidad de que se le cuestiona que pueda
ser agredido, lo anterior debido a toda la idea preconcebida de que los hombres son
victimarios y no víctimas lo cual influye en esta atención y en cómo se interviene.

Para mas ejemplo claros dentro de la investigación se puede observar algunos datos
obtenidos, la tabla 1 evidencia datos arrojados del los años 2008 y 2009 sobre la violencia
conyugal donde a 3.286 hombres son agredido por su pareja siento un 44% de las denuncias
que fueron impuestas en esos años, cabe decir que las cifras de las mujeres son más altas
que la de los hombres con un 56%, sin embargo no es tan baja como otras investigaciones o
grupos feministas quieren hacer creer.

Así mismo en la tabla 2 se encontró sobre los tipos de violencia infligidos en las
relaciones de parejas, donde en la violencia física el hombre sufre un 37% y la mujer 63%,
en la violencia psicológica y emocional el hombre un 36% y la mujer un 64%, en la
violencia sexual el hombre 37% y la mujer 63% y por último la económica el hombre un
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

37% y la mujer un 63%, cabe resaltar que las cifras verdaderas no puede ser analizadas por
que la mayoría de los hombres o denuncian esas violencias por parte de su pareja.

Algunos estudios realizados sobre prevalencia de violencia en el seno de la pareja arrojan


resultados similares, Se destacan, entre otros 2, los trabajos de (Rivas, 2007) y de (Graña,
2014). Donde el primero de ellos analiza la presencia de comportamientos violentos de
carácter psicológico y físico en las relaciones de noviazgo en una muestra de jóvenes
universitarios de entre 18 y 27 años. Los resultados demuestran que existe una alta
prevalencia de agresiones físicas y psicológicas y que, teniendo en cuenta el número de
agresiones, hombres y mujeres se agreden en medida similar, si bien y tomando como
referencia la gravedad de esas agresiones, hay más víctimas del género femenino que
masculino. En lo que respecta a la violencia de tipo psicológico y desde el punto de vista
del victimario y de las agresiones verbales, las mujeres puntúan por encima de los hombres
en la categoría:
 “insultos” (58,3 % de mujeres y 42,7 % de hombres)
 “comentarios para disgustar y molestar a la pareja” (83,4% de mujeres y 77,3 % de
hombres).
 “tratar de romper la relación si la pareja no satisface sus deseos” (44,5 % de
mujeres frente a un 38,5% de hombres).
 “sentir celos de otro chico o chica” con un 72,3% frente a un 63,7% de los hombres.

Por lo que se refiere a la violencia física, los resultados revelan que cuando se trata de
agresiones leves (lesiones no constitutivas de delito o maltrato de obra) las mujeres puntúan
por encima de los hombres en:
 “empujones” (14,7% frente a un 12,8% de hombres)
 “bofetadas” (6% frente a un 2,3% de hombres).

Estos datos son confirmados desde el análisis de la víctima, ya que los hombres puntúan
por encima de las mujeres en haber sido víctimas de “lanzamiento de objetos por parte de la
pareja” (4,1 % de mujeres víctima frente a un 8,1% de hombres) y en recibir bofetadas
(1,5% de mujeres víctima frente a un 9% de hombres). (Hidalgo, 2015)
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Por su parte, el estudio de (Graña, 2014) efectúa una interesante distinción conceptual
preliminar entre violencia situacional (donde no existen dinámicas de control o coerción y
la relación es simétrica, siendo la más común) y violencia coercitiva controladora
(caracterizada por la asimetría entre las partes y por el poder y el control ejercido sobre la
víctima). Según los resultados obtenidos en una muestra de 3.578 parejas de edades
comprendidas entre los 18 y los 80 años, la agresión de tipo bidireccional es el patrón de
agresión más frecuente (80% bidireccional psicológica y 25 % bidireccional física), seguida
de la agresión mutua psicológica (46%) y física (4%) y la violencia recíproca psicológica
(41%) y física (3%). Por tipologías de relación, son las parejas más jóvenes y las que llevan
menos años de relación las que más se agreden. (Hidalgo, 2015)

Estos datos ponen a preguntarnos sobre las percepciones en torno a la violencia hacia los
hombres por parte de pareja, se cuestiona sobre como son percibidos los mismos como
hombres agredidos y por ende se pasa por la apreciación de la masculinidad, determinada
por el contexto en el que se encuentran.

Del mismo modo, se plantea que el hombre es un guerrero estereotipo que implica “la
valentía, la decisión, la perseverancia, la lealtad y la agresividad. Remite a las tareas de
controlar y defender su territorio”, así establece que los hombres para lograr lo deseado
deben recurrir a la agresión o la violencia en todas sus manifestaciones y hacia todas las
poblaciones, esto en la búsqueda de refirmar su masculinidad ciertamente al encontrarse en
la situación de víctima, se le resalta las características que son asignadas a las mujeres, por
consiguiente su femineidad, lo que los ubica en la posición que deben reprochar.

De igual modo, el miedo por parte de los hombres al que no les crean que se encuentran
en una situación de violencia se debe a los estereotipos antes señalados y por la percepción
que ellos tiene de ser hombre, en la cual ellos mismos no encajan y por tanto quedarían en
lo repudiado, el ser mujer o afeminado.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Los estereotipos anteriormente citados son los que por socialización y reforzados por los
agentes socializadores, construyen diariamente su identidad masculina, situación por la que
se prefieren tratar de solucionar la situación por su propia cuenta, antes que recurrir a
instancias externas como la denuncia, la ayuda profesional o institucional y tener que
comprobar que están en situación de agresión.

Algunos procesos de concientización y movilización que han realizado las mujeres en las
últimas décadas, afirmar mucho mas esto, sería igual de discriminatorio que afirmar que los
hombres no son agredidos, esto porque para ninguna persona en situación de violencia se le
hace fácil reconocerse en ella y realizar una ruptura que le ayude a salir de la misma, por
tanto en estos ejemplos se visualiza una idea de masculinidad hegemónica y por ende
refuerza la misma y visibiliza la escasez de investigación o sistematización de la violencia
hacia el hombre.

Para terminar se sabe la importancia de profundizar en el tema de la violencia hacia las


mujeres porque es la que mayormente se presenta e históricamente han sido ellas las que
han permanecido en situaciones de vulnerabilidad sean niñas, adolescentes o mujeres
adultas, también es necesario reconocer la necesidad de profundizar en el tema de las
masculinidades desde una perspectiva diferente a la que presenta siempre al hombre como
el violador, el delincuente, el agresor, el abusador y otras etiquetas sociales que contribuyen
a la estigmatización.

Es importante empezar a investigar y a intervenir mas en las masculinidades y la


violencia preguntándose ¿qué pasa con los derechos humanos de los hombres? “Como
praxis social, el Trabajo Social conoce la realidad para intervenir en ella con el propósito de
modificarla en conjunto con las personas y grupos que son objeto de intervención.

Esta revisión sistemática de literatura se realiza teniendo como referente un conjunto de


propósitos y principios ético valorativos que son coherentes con los valores que sirven de
fundamento al Bienestar Social. Estos responden a su vez a valores de derechos humanos”
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Esta perspectiva de los derechos humanos cambia la imagen de hombre agresor, violador
y delincuente a una imagen de persona, con la que se debe trabajar para superar ciertas
debilidades en la interpretación de su género y de esta forma lograr también cambios más
significativos en el tema de la violencia hacia las mujeres.

El compromiso ético y político que tiene el Trabajo Social en la construcción de


sociedades justas y equitativas, implica planificación, promoción y ejecución de procesos
críticos y reflexivos de construcción y deconstrucción de lo que la sociedad hoy entiende
como lo masculino y lo femenino, para lo cual la profesión debe cuestionar mitos, romper
estereotipos y formular propuestas de intervención acordes con los principios éticos de la
profesión como el reconocimiento de la individualidad de cada persona, la no
discriminación bajo cualquier circunstancia.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Discusión

Según las características de la presente revisión sistemática de literatura, representa una


mirada diferente, que evidencia la necesidad de considerar la introducción de los elementos
individuales, sociales y culturales para explicar este fenómeno y, como se manifiesta en los
varones, por ser esta una problemática de connotación reciente y que augura un potencial
crecimiento en cuanto a hombres agredidos.

El fenómeno de violencia en la pareja, cruza múltiples variables que dificultan su estudio,


que debe ser comprendido y abordado de manera integral, pero por tratarse de un tema,
cuya aproximación es exploratoria, la que se realiza hacia el varón "como víctima", siendo
tratado por separado a modo de comprensión.

La violencia doméstica ejercida por las mujeres en contra de los varones es hoy por hoy
una realidad, existe, y se debe reaccionar frente a ello. Ciertamente, los registros indican
una muy superior cifra de mujeres víctimas, lo que es terrible y vergonzoso, cosa que nadie
puede negar, pero al ser menos numéricamente no debería significar importar menos,
cualquier víctima de la violencia merece atención, respeto y apoyo.

Su sufrimiento y su dolor son igualmente legítimos, se trate de una mujer o de un hombre,


de un niño/a o un anciano/a. Recurrir que son pocos los varones victimizados, es reclamar
al argumento que tantas veces se objeta las mujeres durante todos estos años, ¿ las
dificultades para denunciar?, ¿y la falta de credibilidad?, ¿y las burlas, los malos tratos y se-
gundas victimizaciones por parte de las instancias que deberían proteger?, ¿y el miedo a las
represalias, a perder a la pareja, a separar a la familia?

El hallazgo más importante del presente estudio es que antes no se concebía que la
violencia en la pareja la ejerza la mujer, como tampoco ahora. La violencia en la pareja,
afecta mayoritariamente a las mujeres, pero cada día aumentan los casos de violencia hacia
el varón que no denuncian, estos últimos presumiblemente porque han derribado la pared
de la ideología patriarcal o bien su vivencia se sitúa en el ámbito crónico, situación que
llama la atención de algunas de las investigaciones encontradas que es permiten descubrir
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

que hay detrás de todo aquello, basado en diversas interrogantes y supuestos, los que
finalmente se comprobaron con la participación de los varones en los diferentes estudios
que se revisaron, que indican que la problemática se está siendo explícita.

En las investigaciones revisadas se observó, que el tiempo demostró que las víctimas
masculinas no eran pocas y de igual forma hoy cada vez más algunos varones se atreven a
romper el silencio y a denunciar rompiendo tabúes y enfrentando a una sociedad que parece
repetir la historia: “son casos aislados… son las excepciones”. Argumentar con mitos como
que los varones suelen ser más grandes y más fuertes, o que si alguna mujer violenta a su
marido es siempre en defensa propia, o que ellos hacen cosas que provocan el enojo de sus
mujeres. Sin embargo, al mencionar víctimas y victimarios, mujeres golpeadoras se corre el
riesgo de limitar este fenómeno, que no es "culpa exclusiva" de la mujer en estos casos,
sino que de ambos en la interrelación de su relación, lo que es demostrado el marco teórico
a través del conocimiento de diversos modelos.

Cuando se les niega a las víctimas varones sus derechos estos están siendo discriminados
por su género. Se omite entonces que la violencia no es natural (sino aprendida), que es
dirigida e intencional, y que tiene que ver con poder, con abuso y con control. Ponerle
apellido masculino al ejercicio de la violencia y rostro femenino al papel de víctima es
encorsetar, es perpetuar los roles tradicionales, y negar o justificar la violencia femenina
equivale a ser su cómplice, a legitimarla.

Al situarse nuevamente al inicio, los estudios con relación a la mujer, son enfocados de
manera unidireccional mayoritariamente tendiente a describir la problemática de violencia
intrafamiliar, excluyendo al varón como potencial víctima por tanto de la mano de la
perspectiva feminista reconocida por autores. Sin duda, estudiar la violencia en la pareja,
implica dejar de lado el término feminismo y machismo, tendiente a evitar prejuicios de
valores que puedan sesgar de alguna manera la investigación.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Autores tan reconocidos como Seidler (2003) subrayan que la teoría feminista temprana
insistió en identificar la masculinidad como una relación exclusivamente de poder, como si
no hubiera manera de <<redescubrirla>>, ya que el objetivo era deconstruirla “era como si
los hombres no tuvieran ninguna oportunidad para el cambio o ningún modo que permitiera
la redención de la masculinidad”. Por ello, el feminismo tradicional iba unido a la
proclamación de igualdad de derechos.

La segunda oleada del feminismo extendió una importante premisa “lo personal es
político”, lo que significaba que el poder debió ser analizado dentro de la esfera personal de
las relaciones íntimas, al igual que dentro de la esfera pública de la política (Seidler, 2003).
Reconocer que las estructuras sociales de poder se reproducen en casa fue un avance, negar
que los protagonistas se estén invirtiendo es un retroceso.

Es imprescindible subrayar que la perspectiva de género implica que, los hombres


precisamente por ser infundido social e históricamente, las relaciones de inequidad,
dominación, discriminación y violencia entre hombres y mujeres pueden y deben cambiar.
De ahí la importancia de aceptar la multiplicidad de formas de ser varones. Construir
nuevos vínculos a partir de las diferencias abrirá posibilidades de complementación, de
búsqueda de alternativas y de relaciones con sentido de equidad entre hombres y mujeres.

Urge rebasar los clichés de género y asumir que lo importante es luchar en contra de la
violencia, provenga de quien provenga. Burlarse de los hombres, ridiculizarlos, someterlos
o violentarlos no sólo no favorece la igualdad, sino que transfiere la supremacía masculina
a las mujeres. La violencia, finalmente, forma parte de un sistema de dominación, pero es al
mismo tiempo una medida de su imperfección. Se debe trabajar por una mayor justicia
entre los géneros sin sometedores(as) ni sometidos(as), en escenarios dibujados por el
respeto a la diversidad que guíe a la equidad en el contexto de una sociedad más
democrática y libre.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

Como limitación de la revisión sistemática debe señalarse el carácter no probabilístico de


la muestra, debido a que se al hombre no denunciar esa problemática, fue difícil encontrar
investigaciones sobre el tema, sabe puntear que diferentes autores se dedicaron y lograron
buenas investigaciones donde demuestras cifras de violencia hacia el varón, pero la vez
resulta poco con el conocimiento que se tiene que el hombre no denuncia por miedo a ser
ridiculizados.

Algunas recomendaciones para que se pueda ampliar mas las propuestas dirigidas a
mejorar los diseños de investigación y las estrategias de intraversión con el tema planteado.
 Es necesario considerar el problema de la violencia dentro de la pareja de forma
ecológica y sistémica, superando los marcos explicativos rígidos e incorporando
planteamientos innovadores no sólo en la explicación de la violencia sino también
en la evaluación y en los procedimientos de intervención.
 Hay que tratar de mejorar la confianza en el sistema jurídico y en las instituciones
de los hombres y mujeres que cometen este tipo de delitos, que les permita el
cuestionamiento de su comportamiento y su predisposición a cambiarlo, evitando
sus resistencias y la externalización de la responsabilidad.
 Es importante valorar no sólo las especificidades personales de víctimas y agresores
sino también la dinámica relacional, los diferentes microsistemas implicados y su
relación entre ellos.
 Investigar las causas por las que la violencia se manifiesta cada vez más por
individuos más jóvenes.
 Articular programas de concientización sobre equidad de género, erradicación de la
violencia de pareja, desmitificación de roles construidos socialmente,
conjuntamente con las instituciones educativas, organizaciones sociales e instancias
que tengan repercusión en la sociedad.
 Incentivar a los estudiantes para la realización de investigaciones de tipo cualitativo,
relacionados con la Violencia Intrafamiliar, con el propósito de identificar
oportunamente las necesidades de este grupo de personas, lo cual redundará en el
fortalecimiento de la ciencia psicológica a nivel local.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

El telón de fondo de esta propuesta de investigación tendría que ser el cuestionamiento de


la adhesión a roles de género tradicionales (hombre/violencia, mujer/sumisión) o novedosos
(mujer/violencia, varón/víctima), atravesados por una visión dicotómica que impide ver
toda la gama de posibilidades. Esto lleva a la falsa creencia de que las personas deben
elegir ser víctimas o verdugos (como si no hubiera más opciones) y, por lo mismo, deciden
lo segundo, lo que facilita tener el poder y el dominio sobre los demás, lo que de paso
obstaculiza la derivación de nuevas concepciones y actitudes que favorezcan relaciones
más igualitarias.

Este estudio no pretende asignar a la mujer la culpabilidad en las situaciones de


violencia en la pareja, puesto que la información recogida se basa en identificar la violencia
que se ejerce a los varones. De antemano se tiene conocimiento de la violencia que sufre la
mujer, en la mayoría de los casos con cifras mayores en comparación con la del hombre,
tanto en su niñez y su vida adulta, repitiendo por tanto patrones de conducta con su pareja.
A su vez esta investigación no fue de ninguna manera una defensa al varón como víctima,
el objeto apuntó a comprobar y determinar los factores socioculturales presentes en la
abstención a denunciar por parte del varón. Cabe señalar, que si bien resulta un desafío la
presente revisión sistemática de literatura por todos las dificultades debido a la poca
información e investigaciones que hay sobre el tema, se pudo obtener datos interesantes
donde se demuestra la problemática que va en aumento en los diferentes países, además
cabe mencionar que es un hecho que existen cifras de varones agredidos que no denuncian,
implicando por tanto que no desean manifestar su situación, resultando difícil que se
extiendan y compartan sus vivencias por todo el trasfondo que hay detrás de este fenómeno.
TIPOLOGÍA DEL HOMBRE VICTIMA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL.

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