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HÁGASE TU VOLUNTAD

Una visión breve y general


Antes de profundizar en el “arte”/”lucha” de hacer la voluntad de Dios y las consecuencias de
como el no hacerla se manifiesta en el alma del cristiano, debemos dejar muy en clara la amorosa
presencia de Dios ante nuestra rebeldía (rebeldía en mayor o menor grado según nuestra vida
espiritual).

El Amor de Dios es realmente maravilloso, restaurador, vivificador y pleno. Perfecciona cualquier


otro amor humano y lo guía en el camino de la perfección.
Ante la realidad de hacer la voluntad de Dios , se deja ver algunos atributos de nuestro amado
Padre, hasta por medio de nuestras oposiciones a su guía.

La paciencia infinita que nos tiene el Padre, que espera todo el tiempo necesario para que llegue
el momento de que consigamos distinguir Su voz de la voz de nosotros, del mundo o del demonio.
La persistencia que no abandona a sus hijos y que escoge siempre por encima de la permisión del
dolor , el adelantarnos en amor entregándonos cosas buenas para seducirnos hacia Él,a la
santidad. La comprensión de nuestra debilidad porque sabe que es un camino, una lucha y una
decisión fuerte pero por medio de ella tendremos VIDA VERDADERA!. La justicia siempre para
bien de los que le aman, usando hasta las situaciones dolorosas que nos puedan llegar para
encaminarnos en el Camino del Amor. La Misericordia / Caridad / Amor que nos ayuda a salir
adelante de nuestros errores, nos consuela, nos acoge, nos cura amorosamente las heridas,
restaura nuestro corazón quebrado, resucita nuestra alegría, renueva nuestras fuerzas, nos
abraza, nos besa, reviste nuestra alma de la Paz e incendia nuestro corazón con el Fuego Santo de
su Espíritu para que lo llevemos hasta los confines del mundo.
Mt 6, 10b : “Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.”
“Que no se haga mi voluntad sino la tuya” Mc 14. 36

Lo mejor que nos puede pasar es HACER LA VOLUNTAD DE DIOS POR ENCIMA DE LA NUESTRA.
Porque la voluntad de Dios es que nosotros seamos FELICES!. Escoger la voluntad de Dios es
decirnos a nosotros mismos “QUIERO SER FELIZ!”.
Es que acaso no percibimos que el tentador, el enemigo, hace todo lo posible para que nosotros
no hagamos la voluntad de Dios porque así seremos infelices?
CASI todas las veces, nuestra pequeña mente sabotea nuestra felicidad haciéndonos decir:
“Quiero ser feliz A MI MANERA” y como nosotros somos ciegos escogeremos (la gran mayoría de
las veces) equivocadamente. Allí llegará el dolor de nuestro error y nuevamente el Amor salvador
de Dios correrá para rescatarnos como ese padre misericordioso que corre al encuentro del hijo
pródigo.

Síntomas / Riesgos
Cuando los síntomas son silenciosos es difícil acertar el diagnóstico es por eso que se necesita del
Espíritu Santo para que nos muestre lo que nosotros podemos tener oculto. Algunos son:

 Conformismo: Llegue lo que llegue sólo nos quedamos con el “hágase Tu voluntad” pero
con una actitud muy pasiva que nos hace “aflojar” en la oración y la “Santa lucha con
Dios” como nos pone de ejemplo quien fue Jacob y que luego Dios le cambió el nombre
por Israel. (Gn 32, 22-32)
 Falso positivismo (cristiano): que difiere del positivismo más pagano que nos tienta a
decir que “todo saldrá bien” por consecuencia de nuestro esfuerzo y nuestro
pensamiento positivo porque “pensando positivamente” llegarán cosas positivas.
La gran diferencia con el positivismo cristiano es que ahora sabemos que “todo saldrá
bien porque Dios está obrando”, pero nuevamente hace pasiva nuestra alma y disminuye
la intensidad de nuestra oración.
Si nosotros reaccionamos bien, que Dios esté obrando significa que nosotros oraremos
con intensidad, comprometidos pero confiados en la voluntad de Dios. Nuestra lucha será
más fuerte pero en la PAZ que nos dá la confianza en Dios.
“La Paz no es ausencia de problemas sino PRESENCIA DE JESUS EN NUESTRA VIDA”. Paz
que nos llega en abundancia por la oración constante.
 “Dios tiene todas las situaciones bajo control”: En efecto ES ASÍ, pero seguimos
escogiendo más nuestra voluntad por encima de la de Él y las bellas sugerencias con las
que nos rodea para ser mejores. Una de las causas es nuestra imperfección porque no
podemos ver bien, porque “lo esencial es invisible para los ojos” (Antoine de Saint-
Exupéry – El Principito).
 Filtramos Su luz a los colores que nos gusten: Haciendo pasar luz blanca por un prisma
puede descomponerse en los colores (los visibles) que la componen. Mientras más duro
(herido, triste, etc) está nuestro corazón más filtramos la luz de Dios y nos quedamos sólo
con algunos colores y no vemos todo como es de verdad. Podemos hasta llegar a filtrar
“lo esencial”.
 Regresión: El arte de hacer la voluntad de Dios cuando es ejercitada todos los días en
todo momento crece como un árbol fuerte y frondoso, pero cuando se la ejercita poco o
nada, no crece (se achica, sufre una regresión) sino que se seca y sus raíces son atacadas
por distintas enfermedades espirituales.
Grupos de Riesgo

Así como ciertas personas son más propensas a ciertas enfermedades, ayuda mucho el identificar
en qué grupo de riesgo podemos estar para prever los ataques y cuidarnos más.

Estamos los que tenemos más marcada un alma mística y los que tenemos mas presente un alma
ascética (Según Santo Tomás de Aquino).

Los del alma mística son los que están constantemente necesitando de SENTIR la presencia de
Dios. Los mueve más el “Dios explícito” que el “Dios oculto”, el “Dios en su creación” que el “Dios
Sacramentado”. Buscan tener la mayor cantidad de experiencias humanas (por ejemplo los
sentidos sanamente usados), como retiros, canciones que nos muevan, pinturas, predicaciones,
experiencias con otras personas, etc. Pero cuando no sienten, cuando les llegan problemas o
compromisos, “postergan a Dios”.
El alma mística, por ser un alma muy sensible, es fuertemente atacada por la pereza espiritual y
tiende a dejarse llevar más por las preocupaciones.

Los del alma ascética son todo lo contrario y sus movimientos son más por la razón. Estarán
firmes aún sin “sentir” a Dios y lo buscarán con constancia, principalmente en la Eucaristía y en las
adoraciones del Santísimo Sacramento. Prefieren el silencio, el recogimiento y el “desierto” como
forjador de su ser. Sin embargo tanta “aridez” puede llevarle a secar su alma.

Entonces el mejor lugar para estar es en el CENTRO (exige esfuerzo y dedicación). El alma mística
busca aumentar su ascetismo y el alma ascética aumentar su mística. Y eso se lleva hasta el plano
de la oración y el hacer la voluntad de Dios haciéndonos más dóciles por la acción del Espíritu
Santo.
Tratamiento / Medicina
Jn 3,30: “Es necesario que Él crezca y yo disminuya”
Gal 2,20: “Ya no soy que vivo, sino Cristo quien vive en mí.
Que se apartan drásticamente del pensamiento del mundo donde anticipa la destrucción
del Yo y mi esencia. Que sea Jesucristo el que viva, tome control, reine, viva y por nuestra
parte morir al hombre viejo para dar lugar al hombre nuevo, significa que Él tome nuestra
esencia y la haga más plena cada día. Él es el artesano que toma la madera (que por sí
sola se pudre, le atacan las plagas, etc) y la transforma en algo maravilloso. Algunos
somos madera otros otro material, cada uno tiene su propia esencia.
Mientras más espacio le dejamos, mientras menos nos resistimos, mientras más nos
rendimos a su voluntad, más maravilloso será el trabajo del artesano.
Si luchamos porque Él crezca y nosotros disminuyamos, el podrá llevarnos siempre
guardados y protegidos en sus llagas. Por qué en su resurrección no las cerró si según la
teología y las escrituras el cuerpo resucitado es perfecto? Por amor, para que nos
refugiemos en Dios y sepamos que dentro de Él estaremos siempre seguros; tendremos
espacio infinito para desarrollarnos, nuestros vacíos infinitos será saciados con el infinito
de Dios, nuestras virtudes crecerán y nuestros defectos disminuirán y el resultado será la
versión más plena de nosotros mismos.
ME DEJO EN SUS MANOS Y CONFÍO. EL REMEDIO ES LA CONFIANZA EN LA DIVINA
PROVIDENCIA QUE LLEGA POR MEDIO DE LA ORACIÓN.
Hacer la voluntad de Dios es una de las cosas más profundas que tiene la vida espiritual
cristiana y la lucha más difícil que tendremos.
Serán innumerables las veces en que Dios pondrá frente a nosotros aquello/a quien(es)
necesitamos para potenciarnos y ser más santos y la mayoría de las veces seremos
nosotros por medio de nuestro don más hermoso: la LIBERTAD, los que rechacemos esas
sugerencias divinas. No creamos con firmeza que sabemos lo que necesitamos pero sí
creamos que Dios lo sabe. Sólo necesitamos abrir bien los ojos, los ojos correctos!
Porque Dios es un caballero respetuoso con nuestra libertad dejará que escojamos lo que
nos place, sin embargo nunca será lo mejor y de hecho será la consecuencia de muchos
de nuestros sufrimientos.

Pero no se aflijan que nuestro amado Jesús está allí listo a socorrernos,
ayudarnos a sanar y enseñarnos a seguirle cada vez mejor; y sin desistir, con
mucho empeño y esfuerzo lo lograremos!

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