1 de febrero de 2020 Elegí el poema “A Dafne ya los brazos le crecían…” de Garcilaso de la Vega para su inicio con el primer verso, del cual yo seguí.
A Dafne ya los brazos le crecían,
el trazo de su mano creadora, la cual desarrolla la existencia de la armonía. Creadora de saberes, creadora de sentimientos y sensaciones
Mujer que mueve corazones…
Mucho o poco movimiento, amor del que se cree y arraiga, con una estrella desesperada por el silencio.
Silencio de letras que corrompe,
tanto el sentimiento como ilusiones del hombre sin aprecio. Mujer de arte con astilla punzante, con el surgimiento del infinito del ser desesperado.
Sentimientos ilusorios con la mentira propia de la vida.
La paz y esperanza caídas en la flor de apoyo débil y enfermizo. Amor recargado en el sufrimiento del trazo de esa mano, de ese brazo recargado en el sentimiento común del ser vivo, para al fin poder ver a su alrededor.