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LETRA

S DELSIGL
. oxx

Armando Pereira
Claudia Albarrán

Narradores mexicanos
en la transición
de medio siglo (1947-196S)

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLóGICAS.


11 ..

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


MÉXICO, 2006 .. . '
CENTRO DE ESTUDIOS LffERARIOS .
ÍNDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

PRIMERA PARTE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Al .filo del agua y la ética del sujeto ........ . ........... . ....... 31
Juan Preciado y el discurso de la madre ........................ 45
Josefina Vicens y el abismo de la escritura ... . ..... . . .. ......... 61
Carlos Fuentes en la ciudad más transparente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
José Revueltas: entre la racionalidad, el dogma y los instintos ....... 91

SEGUNDA PARTE
Introducción .............................. . .............. 105
El juego de escrituras en De Anima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
La fragmentación del cuerpo textual en Farabeuf . . . . . . . . . . . . . . . 141
Desdoblamiento, travestismo y otredad en los cuentos
de Juan Vicente Melo .................................... 149
Las señales de Inés Arredondo . ........ . ...... ....... ........ 159

D. R. © 2006, UNIVERSIDAD NACIONAL AuróNOMA DE MIDaco TERCERA PARTE


La polémica entre nacionalismo y universalismo en la
Instituto de Investigaciones Filológicas
Revista Mexicana de Literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
Circuito Mario de la Cueva s. n. .
Ciudad Universitaria, C. P. 04510, México, D. F.
Bibliografía citada ......................... ·. . . . . . . . . . . . . . . 209
www.filologicas.unam.mx Hemerografía citada ............................... : ....... 214
iifl@ servidor. unam.mx

Departamento de publicaciones delllFL


Tel. 5622 7347' fax 5622 7349 .
Librería delllFL
Tel. 5622 7347

ISBN 970-32-3986-2

Impreso y hecho en México


'
INTRODUCCIÓN

Las décadas de los años cincuenta y sesenta continuaron, en el


plano económico, con los principales lineamientos establecidos
durante los gobiernos de Ávila Camacho y Miguel Alemán. En
esas décadas, México pasó de ser un país eminentemente agríco-
la a uno esencialmente industrial y urbano. La actividad agrícola,
que en 1950 concentraba al 70% de la población económicamen-
te activa, en 1970 no llegaba siquiera al 50 por ciento. Y a fi-
nes de los años sesenta la Ciudad de México concentraba ya
el 20% de la población total del país. Ese desarrollo industrial
(tanto en el campo como en las ciudades), que vendría a otorgar-
le otra fisonomía a la nación, estuvo sustentado básicamente en
la participación del sector privado y en la apertura de los merca-
dos al capital extranjero. Y aunque la vinculación entre el poder
político y el económico, más que disolverse, se afianzaba, hay
que señalar que la figura del empresario privado, así como su
importancia estratégica en la escena nacional, que ya se venía
perfilando desde el sexenio de Miguel Alemán, ganaba ahora
cada vez más fuerza y una presencia más decisiva en todos los
ámbitos.
Es verdad que los gobiernos de Adolfo Ruiz Cortínez (1952-
1958) y de Adolfo López Mateos (1958-1964), que continuarían
con la política de sus predecesores, -negarían a sufrir algunos al-
tibajos económicos; sin embargo, en ningún momento esas rela-
tivas dificultades pusieron en crisis el proceso de desarrollo del
país. En el primer caso, con el fin de la guerra de Corea (1953),

105
los precios de las exportaciones mexicanas
rra habían alcanzado niveles considerabl' que durante la gu
. . emente alt · e~ En estos campos [producción de bienes de consumo y, en
mercados mtemac10nales, disminuyeron sen 'bl os en 1
. .. . SI ement . os menor medida, producción de bienes de capital] _señala Lo-
las ImportaciOnes se reduJeran, y eso creó un défi . e Sin que
za comercial cuyas principales consecuencias f Citen la halan renzo Meyer- la resistencia nacional casi no existió y paulati-
. 1 d ueron la d ~ namente fueron ocupados total o parcialmente por las grandes
ción de a mone a en 1954 (el peso llegó a 12.50 or , evalua~
empresas multinacionales, que eran las únicas que contaban
consecuente endeudamiento del país sobre tod p dolar) y el
. . . ' o con el B con la tecnología, el capital y los métodos de comercialización
Mundial, al final del penodo de Ru1z Cortínez. anco adecuados ... La inversión extranjera directa que en 1940 era de
Por otra parte, habría que record~ también la . 411 millones de dólares, Y que para 1950 había subido apenas
. . 'ó 1 , ' recesión
nóiDica que VIVI e pais entre 1960 y 1961 Ést eco~ a 566 millones, ascendió a casi 3 000 millones en 1970 .•. Así,
'd 1 d' · · ' d
gran me d I a, a a IsmmuciOn e la inversión privada · a se debió ' en pues, las empresas extranjeras contribuyeron con el 27.6 por
de capitales a que en esos años dio lugar la retóri·c y a la fuga ciento de la producción industrial total y en algunas ramas el
a revoluc·
naria de López Mateos y los voceros de .su gobierno en Io~ tanto por ciento fue mucho más elevado.'
d R 1 ·'
la rec1en estrena a evo uc10n cubana. Con ello el p .d 'a'
·' apoyo Así, aunque el principal motor del desarrollo económico
. , .. , res¡ ente del México moderno era el sector privado, que seguía exten-
mexicano no quena otra cosa que IDitigar el seguro impacto
1a nueva po1Itica ' · cu b ana tend na ' en 1os sectores populares que diendo sus tentáculos en las distintas esferas de la producción,
del
el Estado tampoco dejaba de ejercer su ingerencia y control en
país y en las fuerzas opositoras al régimen, efecto que ya se de
0 la actividad económica. "Las once empresas más grandes del
jaba sentir con fuerza en otros países latinoamericanos, aunqu~
país -continúa Meyer- pertenecían al Estado; algunas de ella
no llegó nunca a prever el efecto directo e inmediato que una verdadero's emporios, como Pemex." 2 Mientras que otros países
retórica como ésa tendría sobre la economía ,nacional. Aunque del continente se internaban en esa época en la ruta de una eco-
la nueva política económica de López Mateos, sustentada en la nomía de mercado, en México el sector oficial, a través de aran-
retórica de "mexicanización" de los recursos del país, no llegó celes, medidas fiscales y monetarias, control de precios a las im-
a afectar a la empresa extranjera en su conjunto, sflo hizo al portaciones, etc., sujetaba con mano férrea la libertad inherente
menos en dos rubros significativos, de. nues~ra economía: la mi~ al movimiento del mercado. A pesar de ello, el crecimiento de la
nería y la electricidad. En lo qu~ se,refiere concretamente al se infraestructura económica del país fue considerable: de 1940 a
gundo rubro, en 1960 las dos compañías extranjeras más f~erte~, 1970 la producción de petróleo pasó de 44.5 millones de barriles
al año a 170 millones; la capacidad instalada de energía eléctrica
en la producción de energía eléctrica en México, la Mexhght Y
subió de 700 000 kw a 7.5 millones; la red federal de carreteras
. .
la Amen can Foreign Power, ' se VIeron
· ) 1
.
b'
°·
bl'gadas
1
por la
,a vender sus
·
suma de .400_
aumentó de 10 000 km a más de 70 000; el total de hectáreas
activos (y también sus pasivos a go temo . beneficiadas por obras de riego se incrementó de 267 000 a 3
obo en 1a pro..,
millones de dólares. Desde entonces, e 1 monoP .. millones, y las exportaciones pasaron, en ese mismo periodo, de
, , . os de la Comtst 60
ducción de energm electrica ha estado en man · , JtPI 174 a 1 474 millones de dólares. 3
. . ' ' ' ; 1 (} ,¡, ¡1·¡ ' ¡ . 1
Federal de Electnctdad. 1 • • tros rubz:os_
olíúc~
0 1
Sin embargo, hay que señalar también que en _- · 1
. 1 fecto de esta p . Lorenzo Meyer, op. cit., p. 1292.
económicos ni siquiera llegó a sentirse e. ·e · presiden~ 2
Ibídem, p. 1293.
. . . , 'deo ló 1 . .
. g1·camente 1mampulada.pore
3
de mextcamzaciOn·I ' . , rrl .1tr;q Ibídem, p. 1294.
1:; onq . :.~ ·
1
te López Mateos. . ·. :·,. ; <1~ /vbJ
107

106
Además de la contundencia de estas cifras hab ,
' na
tacar también el hecho de que a partir del gobiern que,de 8_
. , d Mé XICO
. E o de A • casa influencia en las masas populares que en · ,
Camacho la re1acwn e con stados Unid ~Vtla . . . ' nmgun momento
. . os, que h llegó a constituir una alternativa política realmente viable.
entonces se había visto senamente afectada por el rad. . asta
ideológico de Lázaro Cárdenas y su política de nacio ~ahsrno
1
1
La única característica general de los sectores d 1 . .
· . - e a OpOSICIÓn en
na Iza .6 este penodo -senala Lorenzo Meyer- fue su m
comenzó a restablecerse sobre bases consistentes d Ct n, . . argmal"d
· I ad...
. e~~b Controlada [por
. el partido
. dommante] ' la oposici "ón d · .
pu o existir
ción política y económica. Entre 1940 y 1970 las i . ora- Porque cumphó una función: asentar la existenci·a de ·
. 1 , h nverston . . un sistema
norteamericanas vol vieron a pais asta llegar a e . es plurahsta formal. S~ presencia permitió mantener el ritual electo-
. ., . , . onstttuir 1 ral aunque desprovisto en buena medida del contenido prop· d
70% de la mverswn extranJera en ~l'lexico y conven1· , e · l"b Io e
. . . ras¡ a E todo sistema I era1 democratico
' · maduro. El electorado mexicano
tados Unidos en nuestro pnncipal socto comercial. Est s-
. 0 -hay no tuvo entre 1940 Y 1970 la oportunidad real de elegir entre dos
que puntualizarlo- sm comprometer seriamente la inde 0 más élites políticas competitivas a aquella que le habría de go-
, . d M, . ., penden-
cia pohtlca e extco en re 1ac10n con su vecino del nort bernar y mucho menos tuvo la oportunidad de escoger entre dos 0
e, que más caminos de desarrollo político y social. 4
fue puesta a prueba en tres momentos concretos durant
. e~~
periodo: 1954, con el enfrentamiento entre Estados Unidos Y en otro momento subraya: "La simbiosis entre partido y
,. d J b ' ye1
gobierno democratlco e aco o Arbenz en Guatemala al que gobierno fue casi absoluta". 5
México apoyaba; 1959, con su apoyo a la Revolución cubana Esa oposición, con reconocimiento oficial, estaba constitui-
frente a la política de aislamiento diplomático y bloqueo eco- da básicamente por tres partidos políticos: en el lado derecho
nómico implementada por Estados Unidos y respaldada por la del espectro ideológico, el PAN, defensor de los intereses de la
OEA; 1965, con su firme condena :a la invasión a la República Iglesia y portavoz de su doctrina social a favor de un régimen
Dominicana por tropas norteamericanas para_sofocar el levan- democrático, con respeto a los derechos del hombre y de una
tamiento de Caamaño. En los tres casos, la postura de Méxice economía de mercado sin injerencia del Estado; en el centro del
confirmó que los vínculos comerciales y económicos no impli- espectro, el PARM, surgido básicamente como una corriente con-
servadora disidente del PRI y con una plataforma política muy
caban necesariamente convenios políticos que comprometieran
poco definida; y a la izquierda, el PPS, fundado en tomo a la fi-
la autonomía de la nación.
gura de Vicente Lombardo Toledano, recientemente expulsado
En fin, lo que me parece necesario subrayar es que entre
de la CTM, y con una orientación abiertamente popular Y socia-
1940 y 1970 México sentó las bas1es estructurales, tanto en el lista. Habría que referirse también a otras dos fuerzas: el Partido
orden interior como en el exterior, para convertirse en un país Comunista (a la izquierda) y el Partido Sinarquista (a la dere-
moderno, cuya pujanza económica y autonomía política lo colo- cha), que carecían de reconocimiento oficial y actuaban desde
caba en la avanzada de América Latina. la clandestinidad. Ninguna de estas fuerzas de oposición, ni las
En el ámbito político, los gobiernos de Adolfo Ruiz , legales ni la ilegales, tuvieron una presencia significativa entre
nez Y de Adolfo López Mateos consolidaron la hegemoma las masas y una verdadera capactdad· de mov1·1·¡zaci."ón pop,ular·
partido dominante (PRI) en la escena nacional, sin que Concretamente, durante la administración de Rmz Cortmez
ra ninguna fuerza opositora que pudiera poner en entredicho
franco predominio. La "familia revolucionaria" había 4
Ibídem, p. 1328.
ya sus diferencias internas en las décadas precedentes Y. 5
Ibídem, p. 1324.
nes~
cerraba filas ante una oposición débil, poco organizada Y co
109

108
no llegaron ni siquiera a tener representación en
Esa representacwn· ' 1a a1canzanan' con López Mateos e1 Conó•eso.
o.-
La extraordinaria estabilidad del sistema político mexicano en-
insignificante e inocua; a lo sumo, permitió crear 1 : pe~o fue tre 1940 Y 1970 -concluye Lorenzo Meyer- se debió en buena
un juego democrá tlco. en 1a con d ucct"6 n de la política lluslón de parte a un partido dominante, a través del cual se reclutaron los
a lllex¡ cuadr?s P?líticos y se cont~ol~ la actividad política de las grandes
pues en los hechos nunca un proyecto de ley 0 una dec. . cana,
orgamzacwnes de masas siguiendo las directivas del presidente.6
Ejecutivo enviada a las cámaras fue cuestionada 0 lSión del
Durante este peno · do, 1a presencia
· d e la oposición en rechazada.
· e1 Cona-- Fue esa estabilidad política, sin embargo, la que hizo posi-
so nunca rebasó el 3 por ciento. ó•"- ble que México entrara plenamente en el proceso de industriali-
Esta misma situación de dependencia del Congre zación que lo convertiría en un país moderno: la agricultura se
. d .. 1 so ante el
Ejecutivo la tuvo e 1 pod er JU ICia , que en ningún mo tecnificó, la proliferación de las industrias cambiaron el rostro
. . . mento se
permitió actuar contra l as d Ispostcwnes presidenciales ~ del centro y del norte del país, los servicios se expandieron en
. , atecta-
ran a qmenes afectaran. los centros urbanos y la red de comunicaciones unió por prime-
Esta dependencia se repite también en la relación ra vez a todos los estados y municipios de la República Mexica-
. . . centro- na. Si el crecimiento demográfico fue inusitado, el producto na-
penfena; es decir, entre el poder central y la provincia. Aun-
que formalmente México funcionaba como una federación de cional bruto aumentó a un ritmo todavía superior. Los sectores
medios de la población, junto con las ciudades que les son con-
estados independientes, en los hechos esa independencia nun-
naturales, irrumpieron en el panorama nacional con una impor-
ca existió. Mediante el control, por parte del Ejecutivo, de los
tancia y una presencia crecientes. En fin, otro México nacía de
recursos financieros de la Federación, los gobiernos locales no
las entrañas del México agrícola y revolucionario de la primera
tenían más remedio que someter su voluntad de acción al po- . mitad del siglo xx, un México moderno y cosmopolita, con to-
der central si querían llevar adelante sus proyectos de desarrollo das las sofisticaciones y el confort de la era técnica e industrial.
regional. Además, la selección de los candidatos a las gobema- . En el ámbito cultural, como ya lo habíamos señalado en
turas de los estados, que se llevaban acabo en el interior del par- la introducción a la primera parte de este libro, los principales
tido, tenían que contar con la aprobación expresa del presidente síntomas de cambio hacia una cultura urbana y cosmopolita se
de la república. habían manifestado a principios de los años cincuenta, con la
Es esta rígida configuración del poder en torno a un solo emergencia de un movimiento renovador que recorrió todas las
partido y a una sola figura dentro de él (que no se pondría en esferas del arte y la literatura. En la segunda mitad de los cin-
cuestión sino hasta en años recientes) lo que le permitió .a Ma~. cuenta esos síntomas de cambio y renovación terminarían con-
rio Vargas Llosa, todavía a principios de los años noventa, ha- solidándose hasta imponerse, con sus nuevas propuestas estéti-
, ·
blar de Mexico, y concretamente de su parti·do d orni·nante' 'el .. cas, sobre el escenario de la cultura mexicana.
En el plano literario, a partir de 1956 un nutrido grupo de
PRI, como una "dictadura perfecta", precisamente porque no e~:
la dictadura abierta y visible de una sola persona (O lo era S~
jóvenes escritores tomarían el relevo de sus mayores para des-
nca plegar una nueva concepción del arte y la literatura que conlle-
duraiJ.te seis años), sino la dictadura de una estructura P~ I ~<~ vaba también una nueva concepción del mundo. A ese emergente
· 01ngLW
centrada en un mismo partido que heredaba el poder, sin
. f d de un sex:.e-
tlpo de fractura y en algún caso a través del rau e, . 0
· · · taba el Jueg
mo a otro, disfrazada con los oropeles que 1e pres ' 6
Ibídem, p. 1322.
democrático parlamentario. ·' t
111
110
e escritores y artistas se les conoció más tard
grupo d e com
Ge neración de ]a Casa del Lago, aunque Huberto Batí o la
1 1 1 . 7 s Prefi . entre sí: no sólo una misma voluntad de escribir sin t b'é
llamarla la Generación de a ns~ encta. Muchos de ellos ere 'ó . , o am 1 n
una concepct ~ semeJante de la literatura. En 1956 se había
, n de provincia - Huberto Batts y Carlos Valdés d G Ve. publicado un llbro de ensayos de Octavio Paz que fue esencial
ma . e Uad
laJ·ara, Inés Arredondo de Smaloa, Juan Vicente Melo S ~- para todos ellos: ,El arco y la lira. 9 En ese libro hay un capítulo
.. .. d y ergio
Pito] de Veracruz, Jorge lb arguengmtta e Guanajuat en particular -' La revelación poética"- en el que Paz anali-
o, Juan
García Ponce de Yucatán-' a1gunos de e 11 os buscando t 1 za una serie de conceptos heredados de romanticismo y ligados
. h . a vez
en la Ciudad de México, un onzonte más amplio para d ' a la poesía -Jo sagrado, la otra orilla, la parte nocturna del ser
] . . esple.
gar sus inquietudes 1teranas. la noción de cambio o metamorfosis, la otredad, la extrañeza, ei
No hay datos precisos del impacto que la capital pud vértigo, la revelación, el rito, la reconciliación- que ellos in-
'f' '1 . . o pro- mediatamente hicieron suyos extendiéndolos al cuento y a la
ducir en ellos, pero no es d1 tct tmagmar el deslumbram·
. ,. . tento novela, al grado de ·convertirlos en una especie de poética ini-
inicial que una cmdad como la de Mextco (sobre todo si s
. . e 1a cial del grupo. De ahí que podría decirse que una amplia red de
compara con las ciudades de provmcta de entonces) seguramen-
túneles y pasadizos secretos comunica la obra de Juan Vicente
te provocó en esos jóvenes ávidos de experiencias artísticas
Melo e Inés Arredondo con la de García Ponce, Pitol, Salvador
literarias que sus ciudades natales no habían podido colm:.
Elizondo o Sergio Femández, para citar sólo algunos de esos
Aunque, como dije antes, no abundan los testimonios sobre ese
contactos inevitables.
hecho, Huberto Batís, Sergio Pitol y Juan Vi.cente Melo nos han Compartían, además, una decidida vocación cótica, que
dejado al menos una breve semblanza de su llegada a la capi- ya Paz había señalado también como una de las caracteósticas
tal y de su inserción en los ambientes literarios, guiados siempre esenciales de la literatura moderna, y que los llevaría a cuestio-
de la mano de un avezado Cicerone que les abriría las puertas de nar no sólo zonas específicas de la cultura nacional sino a esa
revistas y suplementos culturales y los pondría en contacto con cultura en su conjunto, como una totalidad. La cótica que todos
otros escritores de su generación. 8 ellos desarrollaron durante varios años en revistas y suplemen-
Aunque aparentemente azaroso, me parece que el encuentro tos literarios abarca por igual la música (Juan Vicente Melo), hi
entre ellos estuvo dictado más bien por la necesidad, por la per- pintura (Juan García Ponce), el teatro (Jorge lbargüengoitia), el
tinencia. Compartían demasiadas cosas para mantenerse ajenos cine (José de la Colina), la poesía (Tomás Segovia), el cuento,
la novela y el ensayo (todos los integrantes del grupo). Podría-
7
En realidad, ni sus propios integrantes ni los críticos que se han ocupa- mos afirmar, sin temor a excedemos, que no hubo un solo terri-
do de ella se han puesto de acuerdo en la manera de nombrarla. Unos hablan torio del quehacer intelectual que no hubiera sido tocado por la
de la Generación de Medio Siglo, otros de la Generación de la Casa del Lago, incisiva actividad crítica del grupo. En este sentido, Juan Vicen-
~ otros más de la Generación de la Revista Mexicana de Literatura. En este te Melo señala:
hbro, cuando se usa el término de Generación de Medio Siglo es para referirse
al conjunto de esen'tores que comenzo, a publicar . a pnnctptos
. . . de 1os an-os cin-
cuenta Y cuyo antecedente inmediato fue Agustín Y áñez con Al .filo del agua, 9 Octavio Paz, El arco y la lira, pp. 115-181. Véase tambié~ el ens~-
Cf.:
Ycuando me refi .,
ero a 1a Generac10n de la Casa del Lago hablo especl'ficamen-
· yo de Tomás Segovia "Entre la gratmda . d
Ye1 compromiso" ' en Revzsta Mexz-
te de ese grupo mue ho mas , reducido que compartió proyectos comunes. ' . d' · be
8
Cf. Hub B · Lo que "Cuadernos del Viento" nos dej6; · Sergt·o Pi-
cana de Literatura núm. 8 noviembre- ICiem r • 1956 ' pp · 102-113. Véase,
. . ' '. d S · en "Apéndice", pp. 188-
t0 1, Sergw. Pito/erto( t atis,
b' , u lo (auto-
asiffilsmo, nuestro comentano al ensayo e egovia
.
hIografía).
au 0 10grafJa)·' Juan Vicente Melo ' Juan Vicente JYJ.e ,
118 de este libro.
1

113
112
J
Esta ge neración ha alcanzado.
una visión crítica, un deseo d
. . . e ti-
na voluntad de clandad, una necesana revisión de v Entre las instituciones más destacadas en este sentido figura
gor, u fi . d f¡ a1ores
han permitido una rme actito rente a la literatu
que nOs d ra, las sin duda el Centro Mexicano de Escritores. Fundado en 1951
otras art y los demás autores. Ca a uno de
es
.
los miembros d
e esa por iniciativa de la escritora norteamericana Margaret Shedd,
supuesta generación[ ... ] ha alcanzado [... ]responsabilidad y com-
tendría como objetivo fundamental estimular la creación litera-
promiso con el arte. No- es .
raro que todos nosotros, poetas
, no- ria de los escritores jóvenes a través de incentivos económicos,
velistas, ensayistas, camptstas, nos pr:_ocupemos por la crítica de
una manera que, desde hace algunos anos, no existía en México. lo y su modus operandi consistiría en reuniones semanales en las
que los becarios leerían y discutirían colectivamente sus traba-
Compartían, en fin, lecturas, intereses, anhelos y una misma jos. Shedd le propuso la idea y un programa inicial de activi-
voluntad de decir y decir libremente, fuera de los cauces con- dades a Charles Fahrs, entonces director de Humanidades de la
vencionales, ajenos a las normas de la cultura establecida y, so- Fundación Rockefeller, quien accedió a patrocinar el proyecto y
a establecer una serie de becas a jóvenes escritores mexicanos,
bre todo, sin aceptar ningún tipo de censura. Fue todo ello lo
siempre y cuando se diera cabida también en el Centro a jóve-
que les permitió establecer los canales de una comunicación y nes escritores norteamericanos.
los fundamentos de una amistad que los integraría como grupo.
Sobre esas bases, y bajo la dirección inicial de Margaret
De ahí que el concepto de "generación" al que aquí aludi-
Shedd, se echó ·a andar el Centro Mexicano de Escritores. Junto
mos concuerde plenamente con el de Ortega y Gasset, 11 pue~
a ella habría que destacar también la entusiasta participación de
no hablamos de generación en un sentido exclusivamente bio- Felipe García Beraza, quien se encargaría de promover el pro-
lógico o genealógico -la estricta sucesión de abuelos, padres yecto a nivel nacional y constituir a su vez el primer Consejo
e hijos-, sino, como quería Ortega, atendie1,1do sobre todo al Literario del Centro, que estaría integrado por Alfonso Reyes,
elemento histórico y cultural que esencialmente la define: parti- Julio Torri, Agustín Yáñez y el crítico norteamericano Hershel
cipar de una cierta sensibilidad colectiva, de una manera seme- Brickell. Ese mismo año se establecieron las bases del concurso
jante de percibir y reproducir el mundo, de ideas y actitudes co- y se convocó a una reunión de prensa en la que Alfonso Reyes,
munes, de arihelos e intereses compartidos. Si a eso agregamos presidente del Consejo, se encargaría de dar la noticia de la fun-
la fecha de nacimiento de todos ellos, ese ritmo de sucesión ge-: dación del Centro y de la convocatoria a su primer concurso a
neracional de 15 años que también marcaba Ortega, nos damos los medios informativos y culturales.
cuenta que no es gratuito ni impostado hablar de ellos como una Si en sus inicios el Centro Mexicano de Escritores estuvo
generación. 1
patrocinado exclusivamente por la Fundación Rockefeller, po-
Habría que agregar además un aspecto sociológico e institu- cos años después comenzarían a participar también capitales
cional que contribuyó sensiblemente a conformar ese imagin~­ mexicanos con aportaciones similares a la que otorgaba la Fun-
rio generacional al que nos referimos pues, junto a voluntades dación. El primero en acudir a la solicitud de apoyo fue C~los
e intereses afines, hubo también una serie de instituciones Y pu- Prieto, a quien después se le irían uniendo hombres de neg~c10~,
bli~acio~es literarias que, en gran medida, promovería Y facili- empresas mexicanas tanto públicas como privadas Y otras mstl-
tana su Integración. ; ., ... tuciones de diversos órdenes. Entre los principales patrocinado-
,, . ,· l f' ~
res nacionales de esa naciente institución cabe destacar a Juan
Cortina Portilla Elizabeth De Cou de Beteta, el Departamen-
1uan v·Icente Melo, op. cit. pp 42-4
11 ' '1· 1 •
10
11 J ' . 3. 1
,.
,.
,' to del Distrito Federal, el grupo Somex, Petróleos Mexicanos,
osé Ortega YGasset, El tema de nuestro tiempo, pp. 59-66:

115
114
anamex los gobiernos de -los estados d
t Cultura1 B ' , . . e
Fomen °
·uato y ue
N vo León la Secretana de Educación Púbi'
' lea
mación y conocimiento mutuo que tuvo el Centro
. ,
. . .
en SUS IniCIOS
GuanaJ . , Mary Street Jenkins de Puebla y la Universid d, como escntores. Ines Arredondo por eJ'emplo res
. . . ' , · ume su paso
1 FundaciOn , . A1 1 . a por esa mstttuctón en una sola palabra: "amistad".l4
a , ma de Mextco. a arga, esas contnbucio .
· nal Autono . . nes
N.a~I0 'bl que el Centro prescmd1era del patrocinio de Es necesario señalar que, entre sus becan'os
. .
e
, e1 entro
htcteron post e , d d . 1a
. , R kefeller, que le habta a o ongen, y se convirti .. Mexicano de Escntores acogtó a poetas, dramaturgos, cuentis-
FundaciOn oc . . d d' e tas y novelistas que, a partir de la mitad de la década de los años
· t'tución cultural mextcana m epen lente. ,
ra en una ms I . ,
cincuenta, marcarían de una manera significativa a la literatu-
SI. duran te la primera década el. Centro Mexicano . de Escn·-
. cabt'da también a. , becanos norteamencanos (aunque· ra mexicana. Baste citar libros como Pedro Páramo, La región
tores d10 . más transparente, Algo sobre la muerte del Mayor Sabines, Ba-
.
stempre en menor proporc10n ,que los mextcanos), . a Partir de
lún Canán y Farabeuf, nacidos entre muchos otros bajo el estí-
-
los anos s esenta esas becas senan
. suspendidas,
. no tanto
, porque mulo de esas becas, para damos cuenta del papel preponderante
ahora los recursos eran naciOnales, smo .
porque, segun García
l'd d que jugó el Centro en la promoción de nuestra literatura desde
Beraza, esa mezcla de lenguas y nac10na 1 a es
. había sido ·un mediados de siglo.
error desde el principio: "tanto los norteamencanos comO los
Otra institución no menos importante para la integración y
mexicanos estaban en formación. Poco podían aprender unos de
consolidación del grupo fue la Coordinación de Difusión Cultu-
otros. Además, existía la barrera verdaderamente infranqueable ral de la UNAM. Esta dependencia universitaria (en ese entonces
del idioma"Y Desde entonces, y ya bajo la asesoría intelectual llevaba el nombre de Departamento de Intercambio y de Exten-
de Juan José Arreo la y Juan Rulfo, el Centro Mexicano de ·Es- sión Universitaria) se creó en 1921, bajo el rectorado de Anto-
critores acogería exclusivamente a jóvenes escritores mexicanos, nio Caso y a instancias de José Vasconcelos, entonces Secretario
entre los que destacarían varios de los narradores de la Genera~ de Educación, para quien "la Universidad tiene como respon-
ción de Medio Siglo. De mediados de los años cincuenta a fine.s
de los sesenta, gozaron del apoyo del Centro: Jorge 'lbargüen.. ,
mente fantasmal que no me interesa en lo absoluto. Nole veo ninguna relación
goitia (1954-1955 y 1955-1956), Tomás Segovia (1954-19.5.5 Y
con nada que· sea importante dentro de la literatura. Hace ocho años tuve una
1955-1956), Juan García Ponce (1957-1958 y 1963-1964), Inés beca y renuncié a ella, porque en general tanto los sistemas como las discipli-
Arredondo (1961-1962), Vicente Leñero ( 1961-1962 ·y 1963- nas que consideraba necesarios al escritor se me hacen lo contrario totalmente
1964), Carlos Monsiváis (1962-1963 y 1967-1968), Salvad~r de las exigencias que la creación plantea para cualquiera que desee escribir de
Elizondo (1963-1964 y 1966-1967), Fernando del Paso .(1964- verdad. Desde entonces no sé nada del Centro ni me impo~. Ahora no se me
ocurriría renunciar a una beca, sino ni siquiera solicitarla ... Me parece que es
1965) y José Emilio Pacheco (1969-1970), para sólo citar a
una institución burocrática, que sirve para que unos ilustres inútiles de:en-
algunos de ellos. Con la excepción de Juan García Ponce;. qlle guen un sueldo y tengan una relación ligera con la literatura. El ~entro. tie~~
renunció a la beca la segunda vez que se le otorgó y desde' en- tanta relación con la literatura como la Secretaría de Recursos Hidráulicos ·
tonces mantuvo siempre una actitud crítica hacia el Centro, 13 Véase Margarita García Flores, "El Centro Mexicano de Escritores cumple
dos ellos coinciden en señalar la importante labor de apoyo, veinte años", en La Cultura en .México, núm. 495, 4 de agosto, 1971, P· XII.
En una de sus últimas novelas (Pasado Presen te, 1993)• García Ponce vuelve .
. como una institución burocrática
(en~revista a F;~lipe
12
a referirse al Centro Mexicano de Escntores .
Manuel Núñez Nava, "El pan de cada día" , que facilitar
. . o promover, I'nhibía las capacidades del
Beraza), p. 18. · . Y autoritaria que, más _
.Joven escritor. En ella, incluso, Margaret Shedd aparece como la senora Sheet.
En una entrevista de agosto de 1971, García Pon~e se~ala e~ ~ste
13

do: "Me es difícil siquiera recordar qué es el Centro. Para ~ es un ~·· fin'lrnl!llil
14
Margarita García Flores, op. cit., P· XII.

117
116
. aún por encima de los trabajos de docen .
sabilidad pnmera, d Cia, dor, Juan
. José Arreola, estuvieron
. al frente de la easa del Lago
ltura a todo lo ancho y a to o lo largo de la Rep _
1
extender a cu . u- a partir de 1961,. y su trabaJo constante y decidi'do 1ogro, Situar
· a
. "15 Desde entonces hasta 1953, en que Jaune .García Terrés
bhca · · su f unci'ón consistió esta dependencia. en. una posición de vanguardi·a en cuanto a la
de esa dependencia, · · prin .
se hace cargo . CI- difusión de las ~Istmtas esferas del arte y la literatura. (La Casa
organizar conferencias, mesas redondas . recital del Lago todavia hoy, a. más de cuarenta años de esa gestton, .,
palmente en . . ' es
, exposiciones de pmtura, conciertos, ballets, represen- no se repone del fuerte. Impacto que tuvo entonces en la cultura
de poesta, . bl' . ,
. de teatro funciones de eme, 1a pu IcaciOn de libros a mexic~na.) En esos ~Ismos años,. Juan García Ponce figuraba
tac10nes • .
. ódicos a través de la Imprenta Umversitaria etcétera como Jefe. ?e ~edacc10n de la revista Universidad de México,
preciOs m . . . ' ,
con el objeto de extender el ~atnmomo cu!tural umversitario al que conocio, sm duda, como ya lo hemos señalado, una de sus
conjunto de la socieda~ ~extcan.a. De . ahi que, a p~ir de ese mejores épocas. José de la Colina manejaba los cine clubes y
omento, entre los objetivos pnmordiales de la Umversidad, Juan José Gurrola el teatro y la televisión universitarios. Inés
runto a la docencia y la investigación, se incluyera también la Arredondo trabajaba en la Dirección de Prensa y Huberto Ba-
difusión de la cultura, como una manera de devolver a la socie";' tís estaba a cargo de la Dirección General de Publicaciones y
dad lo que la sociedad aportaba a la Universidad. de la Imprenta Universitaria. Si tenemos en cuenta -como se-
En 1957, con el traslado de la UNAM a las nuevas instala., ñala Enrique Krauze- 16 que ya para ese entonces la Universidad
ciones de Ciudad Universitaria, García Terrés no sólo recoge había dejado de ser exclusivamente un centro de enseñanza e
todas estas preocupaciones, que habían guiado la labor de la · investigación para convertirse en uno de los principales centros
dependencia durante las administraciones que lo precedieron, difusores de la cultura del país, no es difícil aceptar que allí,
sino que las amplía y enriquece con un decidido entusiasmo. Du- · al frente de esa importante función, que rebasaba los márgenes
rante su gestión se puso en marcha el movimiento de Poesía en universitarios y se proyectaba en la escena nacional, la labor del
Voz Alta, al que ya nos hemos referido antes; se reanima la revista · grupo fue decisiva.
Universidad de México (fundada en 1930, bajo la dirección de Ju- Paralelamente a su trabajo universitario, los integrantes de la
lio Jiménez Rueda), al grado de alcanzar en esos años :uno de los generación colaboraban en las principales revistas y suplementos
niveles de calidad más altos en toda su historia; se fund~ la C~s,a · culturales del país: la revista Universidad d_e México, a la que ya
del Lago, en el bosque de Chapultepec; comienza a · editars~ 1~ nos hemos referido hace un momento; Cuadernos del viento, que
revista Punto de partida y se lanza la colección de discos Voz dirigían Huberto Batís y Carlos Valdés; La Palabra y el Hom-
Viva de México, que recoge los testimonios de los escritores bre, en la que aparecieron varios de los primeros textos de casi
todos los integrantes del grupo; la Revista de Bellas Artes, tam-
más representativos de nuestro país. ' · · : · . . ·, <; "'
bién bajo la dirección de Huberto Batis y, en fin, la que sin duda
Para llevar a cabo esta labor con profesionalismo, y e,fip~~n~
constituyó el órgano esencial que permitió reunir, integrar Ydar
cia, García Terrés se rodeó de varios de los integrantes ..qe.i1a
solidez teórica y conceptual a la generación: la Revista Mexicana
joven generación hasta llegar a formar un equipo de' colabQ!~­
de Literatura en sus tres épocas: de 1955 a 1958, fundada Ydiri-
dores como nunca lo había tenido (ni ha vuelto a tenerlo) laGo-
gida por Carlos Fuentes y Emmanuel Carballo; de 1959 a 1962,
ordinación d~ Difusión Cultural: Tomás Segovia pri~~ro y' dirigida primero por Tomás Segovia y Antonio Alatorre y más
tarde Juan Vtcente Melo, que sustituirían en e'I 'c atgo .a su'
\ , ·,. r~,}'

J98~-1 ~92\· ~. l7,. ·; ,


16
15
1 Enrique Krauze, Caras de la historia, P· 147.
Coordinación de Difusión Cultural, Crónica (
119
118

\'
. Segovia y Juan García Ponce, y finalme
t de por el propio ., , . , nte, El ánimo que alentó al grupo, no sólo en 1 R .
ar baio la direccwn umca de Garcia Ponce. . · · a evlSta Mexi-
de 1963 a 1965 ' :.1 • u · cana de Literatura smo en general a lo largo d d
desarrollada por la Revzsta 1Y1exzcana de Literat _ e to a su labor
La 1abor . , u editorial, ha quedado fielmente definido en palab d H
, b't de la cultura mexicana es so1o comparable . h . " . ras e uber-
ra en el am I o co to Batis: una defensa de los valores literarios ve d
a por revistas como Taller y Contemporáneos S . . . • ngan e don-
la desarro 11 ad . . . ·· u d e vengan; un repudio a lo naciOnalista a lo ofi · .
, . f ue el de abrir sus págmas a mamfestac10nes !iterar·1as , , . • c1a1Ista, a lo
propos1to . 'mexicano , asi, entre comillas, que es lo que a nosotros má
tanto nac1·onales como extranjeras, con , el objeto
. , de contrarrestar • , , 20 E
nos umo . sa
b, d é. S

la tendencia nacionalista qu.e t~davia subs1st1~ con fuerza en la . .usque a est. tlca y cosmopolita que lo s reum'ó
como grupo, SI bien los escmde de un cierto sector de la lite-
cultura mexicana.l7 El propiO titulo de la revista resulta enton-
ratura mexicana (precisamente de aquel que acentuaba lo "so-
ces significativo, en la medida en que establece una clara opo-
cial", lo "político", lo "nacional", lo "comprometido"), al mis-
sición con la Revista de Literatura Mexicana (1940) de Antonio
mo tiempo los liga con generaciones anteriores que participaban
Castro Leal, cuyos propósitos fueron siempre eminentemente también de la misma actitud abierta y plural frente a la cultura
nacionalistas. 18 . concretamente el Ateneo de la Juventud, el grupo de Contem~
En este sentido, la Revista Mexicana de Literatura difundió, poráneos y, más tarde, la generación de Taller y Tierra Nueva,
a través de traducciones en mucho casos impecables, la obra creando así lo que podríamos llamar una "continuidad en la di-
de autores europeos y norteamericanos: Pavese, Joyce, Maim, ferencia", que ha sido también una constante en nuestras letras.
Musil, Miller, Barthes, Camus, Bonnefoy, Auden, entre otros; Sé que hasta ahora, en este breve recuento de las publicacio-
antologó poesía y narrativa de distintas latitudes, y promovió nes literarias que acogieron a la Generación de la Casa del Lago,
incluso a muchos escritores latinoamericanos que más tarde al- no me he referido a dos suplementos culturales que también fue-
canzarían prestigio y reconocimiento internacional: José Lezama ron esenciales para el grupo: México en la Cultura (del periódico
Lima, Emilio Adolfo Westphalen, Fernando Charry Lara, Gabriel Novedades) y La Cultura en México (de la revista Siempre!), los
García Márquez, Álvaro Mutis, Cintio Vitier y Julio Coitá.zar (de dos fundados y dirigidos por Fernando Benítez. Si he preferido
este último, sin duda su mejor cuento, "El perseguidor", apare- tratarlos por separado es porque en tomo a ellos, sobre todo, se
cería publicado por primera vez en esta revista), para sólo citar a tejió esa noción que pesaría tanto sobre la cultura mexicana de la
algunos. Pero sobre todo -y esto hay que subrayarlo- se abocó época y que haría correr niucha tinta y mucho papel por parte de
a la tarea de reunir en sus páginas tanto a autores mexicanos corh sus detractores: la de la "mafia literaria".
sagrados como a aquellos que comenzaban a estrenar sus plumas La idea de una "mafia literaria", que quedaría cifrada en un
por ese entonces, 19 sin distinción ideológica de ningún tipo. Lo libro de Luis Guillermo Piazza, 21 y a la que más tarde se referi-
único que pedían, y en eso sí fueron inflexibles, era calidad< ría también aunque con mucha más gracia y sentido del humor
el chileno José Donoso en Historia personal del "Boom" • co~
22
17
Véase el "Apéndice" de este libro. mienza a fraguarse sobre todo a partir de la constante e incisiva
18
Cf.: Sergio González Levet, Letras y opiniones.
19 presencia de esos jóvenes y veleidosos escritores en los dos .su-
En el número 6-7 (nueva época), por ejemplo, la revista puhttc:a·· uuc
antología de jóvenes poetas mexicanos, entre los que figuran los que más ·
plementos que dirigió Benítez en la década de los sesenta. SI es
de. se van a agrup~ bajo el nombre de La Espiga Amotinada: Juan B 20
Sergio González Levet, op. cit., p. 39.
JaJme Labastida, Osear Oliva, Jaime Augusto Shelley y Eraclio Zepeda, . 21
Cf. Luis Guillermo Piazza, La mafia.
no habían cumplido entonces los treinta años. Cf.: Revista Mexicana de 22
José Donoso, op. cit.
ratura, núms. 6-7' diciembre 1959 -enero 1960.

121
120
verdad que en el centro de la idea de una mafia 1.
,. tteran
están Bemtez, Fuentes y Carba11o, no es men . a rnexic:~ ... deducir que la "mafia" tenía sus preferencias ..P~ro aun aceptán-
os c1en0 "''a
que, en torno a ellos y desplegando un círculo también
do1o, l.. no podríamos pensar que en caso de extstrr estudios simi-
guran Batis, García Ponce, Me1o, Segovia, Arre:!~ arnplio, fi, e Vanden Berghe referentes al Ateneo de la Juventud
0 }ares al d . '
Pues algo que definitivamente no puede negarse • etcétera. evista de Contemporáneos o la revtsta Taller no arrojarían
lar y . . ,. d' .
na parte de la crítica de los principales evento es que Una bue,
ct'fas
r
parecidas? st. ana1tzaramos. con tstancia crítica el pa-
,. 1 ,. s cultural
rama actual de la 1tteratura mexicana, ¿no podríamos hablar
ocuman en e pats por esos años se debió a ell es que
d ecu· que, a1 tgua · 1 que J rume
· García Terrés en 1os.U Podn' . amos no bién de "mafias" muy precisas · y de1'Imtta
· das? Una de dos:
0
Fernando Benítez también descubrió en ellos e: ~~~~rsidad, tam ' b' 1 all " · '
aceptamos que en nuestro am tto e~ tur a vocac10n mafiosa"
.
l tteratura y esa capact'dad cnttca ,. . que tanta falta h a ,Vtston de 1a un mal endémico que nos constituye y contra el que ya nada
. actan en 1 es , b'
tura nac10nal como un factor necesario.de renov . , a cut, odemos hacer, o aceptamos, mas ten, que toda revista o gru-
acton y ca b' p0 literario tiene derecho a tejer su propia red de afinidades y
y se apoyó en ellos para cubrir esas columnas de e 't' m lo,
. .
que constituyen uno de los pilares fundamentales d
. n 1ca sema al
n ~ivergencias, sin que por ello se sienta culpable de "elitismo" o
1 l . . S. 11 e todo su en pecado mortal por falta de una "democracia representativa".
p emento tterano. 1 a e o agregamos su ,presencia -
. . . b',. 1 d ,. ' constante . No se ha dicho lo mismo, por otra parte, de grupos como el de
e mctstva tam ten, en as emas publicaciones literarias ·
. . . d , en los ~ur en Buenos Aires o el de Orígenes en La Habana, para sólo
centros e mstltuctones e cu1tura, y además en las pn· ·
nctpa1es citar dos casos cercanos en el tiempo y en el espacio?
casas editoras del momento -Fondo · de Cultura Económica Lo que tampoco se nos dice, sin embargo, al hablar de la
Siglo XXI, Era, Joaquín Mortiz, la Universidad de México y· J~ "mafia" de los sesenta en textos como el de Vanden Berghe, es
Universidad Veracruzana-, podría parecer que todo el ámbito la cantidad de espacios intelectuales nuevos que esa supuesta
cultural mexicano estaba dominado por una pequeña elite rde mafia abrió a través de traducciones de escritores europeos y
muchachos intransigentes, pretenciosos ' y extranjerizantes ,que
1
norteamericanos o de la publicación de autores latinoamerica-
mangoneaban a su gusto los gustos ~ísticos de un país .., l' ."ob nos hasta entonces desconocidos o poco conocidos en México,
.Existe incluso, a este respecto, una acuciosa investigación que nos permitió superar esa "cortina de nopal" de la que habla-
(aún no publicada· en libro, al menos en México) de una es~Zp·~ ba José Luis Cuevas.
tora belga, Kristine Vanden. Berghe, que .muestra d~tos. ap~eq.;
Yo puedo decir sinceramente -señala García Ponce en ese senti-
temen te reveladores que .vendrían a . confirmar la mdts:utible do- que no había ninguna mafia, que nunca tuvimos intención de
existencia de un cohecho en la cultura mexicana · de los anos . se-... ser un grupo cerrado ni mucho menos, que la Revista [Mexicana
. . .
senta: JUnto a escntores como mmanue E 1 Carballo • Juan Vtcente , de Literatura] publicó por primera vez a muchos autores mexi-
· · t rantes confesos canos, que por algo cambiaba continuamente la redacción, Y que
Melo Juan García Ponce y Huberto ~ Batts, m eg .é
' 'b · r'a La··Cultura; n la idea de mafia es una estupidez que sólo puede caber en mentes
de la supuesta "mafia", cuyas .contn uclOnes· 'fr d cási obtusas como Piazza 0 Monsiváis ... Yo preferiría que quede como
" 1 ante~: ct a e~~
México· de 1962 a ·1967 alcan;zan a a arm 1 1 llega una generación alcohólica o lo qu~ sea, menos es0. 23
1 b 0 radores que na. · · ·
180 colaboraciones; hay. más . de :190 .~o a , . ,nunca1l~
O ,. 1 No 'Se lnosridicen Y fue precisamente esa mentalidad obtusa y un tanto para-
a publicar ·ni siquiera 1 arttcu os. : '. . o el hecho de que
noica la que, con el pretexto de limpiar de ma~as a la cultura
razones (entre las que podría estar, p~r e~e~p~ . ~ ·, ~· e··¿ tica se- 0
• '. 1 ' · a, 'columnas u .-' ..
ellos eran colaboradores fiJOS,~ cargo. ~··" '"r; .!!t!"u1e'to 'debe}Ilos 23
Sergio González Levet, op. cit., p. 68 .
fn'o y ese 1 ...l
man al espec1'fi e as) . Del dato esta . tsttco .. · ~~-. ·"''' d•'' · · ·
. d. ;. • ·

123
122
,
. ·mponiéndose hasta darles un fuerte golpe t1.empos oscuros, del
C
abyecto
, .
diazordacismo, en aquel no , revue -
1
· tennm6 1 • to ' Gastón Garcta antú tmp 1antó, desde Difusión Cultural d 1
mextcana, . , del que ya, como grupo, no se repondrían
" lpe de gracta ' ó G , . Universidad, N ·
. actona 1, 1a represt'6 n de todo arte, literatura y pen-
e a
e1 go mbramiento de Gast n arcia Cantú como samiento cnttc ~ que no se ocupara en contarle las lentejuelas a la
En 1 '
967 con e 1 no
d. ct'ón de Difusión Cultural de la UNAM que china poblana.
2
. ~ de la Coor ma '
Je e , go a Jaime García Terrés, nombrado ese año
edena en e1 car 'fi 1
suc G cia comenzarían las d1 cu tades para el gro- Es decir, con el fin de truncar la creciente fuerza que cobra-
embajador en re '
0 El detonan
te que hizo explotar la bomba . fue el, ·asesinato ba en la escena nacional una corriente amplia, plural y abierta

de un homosex
ual italiano en la Facultad de F1losof1a y Letras
. . · 1 arte y a la literatura de todas las latitudes, un cierto sector de
B tis se .ha referido a ese acontecimiento lamentable ~a intelectualidad mexicana no pudo más que valerse de medios
Huberto . a·c · de las hostlhda . . des: "H ab'1a h a b'd
1 o ad emás por pequeños y sucios para alcanzar sus mezqui~os objetivos, pues
como e1 101 10 .
esos días -señala Batis- un cn~en .de un homosexual, de la or lo visto no contaba con argumentos sufictentes en el terreno
Facultad de Filosofía y Letras, un 1tahano. Entonces, se vieron ~n el que por principio debía haberse dirimido el conflicto: el
envueltas en él todas las gentes que estaban en una agenda del propio terreno de la cultura.
italiano, y en esa agenda estábamos todos, pues todos lo cono- A partir de entonces, un proyecto generacional quedaría
cíamos".z4 Sin embargo, fue una la figura que pasaría a convertir- frustrado, un proyecto que se sustentó siempre en la libertad in-
se de pronto en el centro de las hostilidades, en el chivo expiatorio telectual y en el ejercicio de la crítica, y cuyas últimas manifes-
de una situación que no tenía que ver directamente con él s que en taciones, como grupo, serían las protestas públicas de casi todos
todo sentido lo rebasaba: Juan Vicente Melo, al ser involucrado ellos frente a la brutal represión, un año después, de los afanes
1
en el crimen. El grupo cerraría filas en torno a Melo y decidiría libertarios del movimiento estudiantil del 68. Ese año, por otra
enfrentarse como grupo a García Cantú. El desenlace no se hizo parte, se convertiría en un año crucial para la generación, un
esperar: de una manera sutil, como generalmente suele ocurriF punto de fuga, tal vez el momento definitivo de su dispersión.
en estos casos, se les obligó a todos ellos a renunciar a sus pues- Después de un paso fugaz por el Comité Olímpico (que organi-
tos en la Universidad y de un día para otro se vieron en la calle, zaba la XIX Olimpiada), que gracias a Pedro Ramírez Vázquez
sin trabajo. "No los despidió sin más, con pantalones. Inició una los acogió en su Departamento de Publicaciones y les dio traba-
persecución puritana, que se ensañó en denunciar sus preferen- jo por un tiempo, la diáspora del grupo sería inevitable. Desde
cias sexuales, por ejemplo, o en tasar sus ingestiones etílicas. entonces, cada uno se dedicaría sólo a sus proyectos personales,
De hecho se trataba de una purga o una limpia de .los restos que proyectos que, por lo demás, no dejarían de seguir marcando a
quedaban en Difusión de la administración del 'yernísimo' del la literatura mexicana con una obra rica, plural y diversa, y que,
doctor Chávez." 25 Una vez más, una situación de carácter per- ante todo, ha sabido conservar siempre su desenfado, su ironía,
sonal, íntimo o privado vuelve a convertirse en el vehículo de su crítica punzante y corrosiva de toda pequeña moral institui-
intenciones políticas o culturales más bien oscuras. da, una obra que ha abierto (y sigue abriendo) nuevos cauces a
la sensibilidad y a la imaginación, y que ocupa ya, sin duda, un
Tocó a~ nac~onalismo ramplón, demagógico y populista -conclu-
lugar privilegiado en el vasto y fértil panorama de la literatura
ye BatJs- mtentar destripar a mi gente de letras ... [En] aquellos
mexicana de todos los tiempos.
24
Ibídem, p. 28.
25
Huberto Batís Lo
' que "C uadernos del viento" nos dej6, p. 17 1·
26
Ibídem, p. 140.

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