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✞ ✞ ✞ Padre, en Tus manos abandono mi vida y todo mi ser, para que me vacíes de todos
los pensamientos, palabras, obras, deseos e imágenes que me separan de Ti.
Calma mi sed y sacia mi hambre, lléname de Ti. Con humildad te entrego mi intención
de consentir tu Presencia y acción en mí, sáname, transfórmame, hazme de nuevo.
Ahora mismo anhelo y te pido a nombre de tu Hijo Jesús que me des al Espíritu Santo;
pues ya dispuesta mi alma, por tu gracia y misericordia; espera la luz que abra mi
mente y mi corazón para escucharte y ahí en mi meditación dejarme encontrar,
sorprender, seducir, tocar, y guiar por Ti.
Dime lo que quieres de mi para hacer Tu voluntad y no la mía. Dame el don de la
contemplación y la gracia para ver, aceptar y perseverar sin apegos, en este camino
hacia la Gloria.
✞ ✞ ✞ Señor Jesús, que tu Espíritu, nos ayude a leer las Sagradas Escrituras en el mismo
modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de
Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía
ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús,
podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú
estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo
pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén
✞✞✞
Jesús, enséñame a gustar la infinitud del Padre. Háblame, Señor Jesús, acerca del
Padre. Hazme niño para hablarme de él como los padres de la tierra conversan con sus
pequeños; hazme amigo tuyo para hablarme de él como hablabas con Lázaro en la
intimidad de Betania; hazme apóstol de tu palabra para decirme de él lo que
conversabas con Juan; recógeme junto a tu Madre como recogiste junto a ella a los doce
en el Cenáculo..., lleno de esperanza para que el Espíritu que prometiste me hable
todavía de él y me enseñe a hablar de él a mis hermanos con la sencillez de la paloma y
el resplandor de la llama (G. CANOVAI, Suscipe Domine).
“JESÚS: ENSÉÑAME A PREDICARTE EN EL MUNDO”
«Jerusalén. Jesús se aparece a los Once en el Cenáculo»
1 RITOS INICIALES
✞ ✞ ✞ Antífona de entrada Mc 16, 15
Nos reunimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
✞ ✞ ✞ Saludo al altar y pueblo congregado
Misa de la Fiesta: San Marcos, evangelista, fiesta. 25 de Abril 2020
• La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté
siempre con nosotros.
• Señor, vengo a encontrarme contigo en este rato de oración. Ayúdame a acallar mis
preocupaciones y pendientes, a desechar ruidos, planes, sueños, que no me dejan
escucharte. Quiero quedarme un rato contigo y prestar mucha atención a lo que me
quieres decir hoy.
• Jesús, me pongo humildemente en tu presencia. Tú eres la Palabra de Dios, Tú eres el
Camino, la Verdad y la Vida. Te pido que ilumines mi vida con tu presencia gloriosa para
que pueda participar de tu misterio pascual y así anunciarte al mundo entero.
✞ ✞ ✞ Acto penitencial
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora
a la conversión. Reconozcamos nuestra indignidad, debilidad, y nuestros pecados e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Jesucristo, el justo, intercede y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro
espíritu al arrepentimiento. … Un poco de silencio…
• Puesto en tu presencia, reconozco también buen Jesús, que muchas veces soy
incoherente con el amor que te tengo. A veces me olvido de ti y te doy la espalda y
prefiero las cosas fáciles que me ofrece el mundo. Te pido perdón también por mi
indiferencia. Pero quiero decirte, que al mismo tiempo confío en tu perdón y en tu
misericordia. Me acojo a ellas y te pido que me ayudes cada día a ser mejor.
¡Señor, ten piedad! ¡Cristo, ten piedad! ¡Señor, ten piedad!
✞ ✞ ✞ Gloria a Dios.
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias. Señor Dios, rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica. Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque
solo Tú eres Santo, solo Tú Señor, solo Tú Altísimo, Jesucristo. Con el Espíritu Santo, en
la gloria de Dios Padre.
✞ ✞ ✞ Oración Colecta:
Oh, Dios, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con la gracia de la predicación
evangélica, concédenos aprovechar de tal modo sus enseñanzas que sigamos con
fidelidad las huellas de Cristo. Él, que vive y reina contigo.
Señor Dios nuestro: Desgraciadamente, hay muchos puntos negativos en nosotros que
oscurecen tu palabra y nos impiden ser verdaderamente tú Iglesia. Te pedimos hoy:
Llámanos, como una vez llamaste a Marcos, para proclamar y vivir tu palabra.
Inspíranos por medio de tu Espíritu y enséñanos a vivir esperanzados en que tu reino
vendrá y permanecerá entre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Señor, ahora y
por los siglos de los siglos.
2 LITURGIA DE LA PALABRA
✞ ✞ ✞ Primera lectura: 1 Pedro 5, 5b-14
Meditatio
Este hermoso texto de San Pedro, nos muestra la unidad que existe entre la resistencia
a los embates del enemigo y la humildad.
El demonio, desde el principio es la persona más soberbia que hay y transmite ese
veneno a todo aquel que puede. Es, por decirlo de alguna manera, su arma mortal, pues
de ahí vienen todos los demás pecados. El antídoto, es precisamente la humildad.
Es por eso que, en todos los intentos que hizo para subyugar a Cristo y a María
Santísima, se encontró siempre con el muro de su humildad. Es por ello que, si
queremos vencer los embates del Enemigo, es necesario que la humildad en nosotros
sea patente. Lo difícil del tema, es que la única forma REAL en la que podemos crecer en
la humildad es la humillación, y la verdad, es que a nadie le gusta que lo humillen y
menos que sea, en ocasiones, Dios mismo quien nos humille.
El mundo de hoy, lejos de este pensamiento, promueve entre nosotros la autosuficiencia
y la vanidad, hermanas de la soberbia. Por todos lados nos hablan de no dejarnos, de
responder a las agresiones, etc. Es por ello que, hoy en día, el Demonio tiene gran
influencia en la sociedad, pues hemos ido creando una sociedad en donde la humildad
no tiene cabida.
Deja que Dios te ayude a crecer en la santidad, permite ser, de cuando en cuando,
humillado por los demás.
Oratio
Señor, me humillo ante tu presencia, pues sólo me interesa la honra que de ti pueda
recibir; dejo en tus manos todas mis preocupaciones, pues sé que eres tú quien me
cuida. Dame una fe inconmovible, Dios mío, para resistir las acechanzas del demonio.
Por tu amor restáurame, afiánzame en ti y fortaléceme para mayor gloria tuya. Amén
Actio
Este día me esforzaré por mantener una actitud de humildad, esperando que sea Dios
mismo quien me levante en cada situación.
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• El apóstol Pedro llama a Marcos en este fragmento «mi hijo» (v. 13): a partir de esta
preciosa noticia, la tradición ha considerado que Marcos había recogido en su evangelio
la predicación del primero de los apóstoles, cuyas exhortaciones están dirigidas a los que
ejercen responsabilidades de guías y maestros en la Iglesia.
Un auténtico pastor, en primer lugar, debe estar revestido de humildad, consciente de
que no posee nada como propio, sino que todo lo ha recibido de Dios. Humildad es
verdad: esto vale para todo auténtico creyente y, con mayor razón, para quien está
revestido de autoridad.
Quien haya sabido vivir en la humildad, recibirá a su tiempo el reconocimiento por parte
de ese Dios que «resiste a los soberbios, pero concede su favor a los humildes» (v. 5;
cf. Prov 3,34).
Además de humildes, los pastores deben ser también sobrios y estar alerta. Se repiten
aquí las recomendaciones que Jesús había dirigido a sus discípulos en el discurso
escatológico {cf. Me 13,1ss). La sobriedad y la vigilancia son buenas hermanas: ambas,
juntas, pueden oponer una firme y segura resistencia -la resistencia de la fe- al enemigo
número uno: el diablo, representado aquí con el aspecto de un león rugiente y
devorador. A los pastores humildes y fieles, sobrios y vigilantes, el apóstol Pedro les
dirige la promesa: el Dios que les ha llamado a la vida nueva en Cristo, tras un breve
sufrimiento, les confirmará en la gracia y les coronará de gloria (v. 10).
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San Marcos forma parte de la comunidad que está en Roma. A pesar de la persecución,
esta comunidad resiste en la fe, porque es Dios quien da la fuerza. Los cristianos de
Roma exhortan a todos los creyentes a mantenerse en la resistencia frente a los
ataques, así como velar y cuidar la vida de la comunidad.
✞ ✞ ✞ Salmo
Sal 88,2-3.6-7.16-17
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las
edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad.»
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los seres
divinos?
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu
nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo.
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
✞ ✞ ✞ Aleluya
✞ ✞ ✞ “Padre, dame tu bendición”: “El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
• En la fiesta de san Marcos, la Iglesia nos propone para nuestra reflexión la última
página del evangelio de Marcos, el llamado «final canónico» del segundo evangelio: no
es auténtico, en el sentido de que no pertenece al evangelio originario, pero es
inspirado, porque ha sido recibido por la Iglesia desde la antigüedad.
Encontramos, en primer lugar, el mandato misionero: Jesús envía a sus discípulos a
llevar el Evangelio a todas las criaturas (vv. 15ss). El misionero del Padre tiene
necesidad de otros misioneros; aquel que es la Palabra tiene necesidad de otros
portavoces que divulguen su conocimiento; aquel que es el Evangelio hecho persona
confía ahora el Evangelio a sus apóstoles: «Id... Proclamad».
El segundo elemento que encontramos en esta página evangélica describe, también en
términos telegráficos, el hecho prodigioso de la ascensión de Jesús al cielo: «Y se sentó
a la diestra de Dios» (v. 19). Una vez subido al cielo, Jesús entra en plena posesión de
sus poderes de Mesías, Salvador, Dios.
He aquí, por último, la respuesta de los apóstoles a los mandatos que les ha dado Jesús:
«Ellos salieron a predicar por todas partes» (v. 20). Se trata de una reacción no verbal,
sino práctica; no abstracta, sino concreta, que se traduce en una decisión tan fuerte que
da la vuelta por completo a la vida de los apóstoles e implica a muchas de las personas
que les escuchan.
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El evangelio de Marcos llega a sus últimos compases. Jesús envía a los misioneros
cristianos (v. 20) y asegura la eficacia de su obra (vv. 17s); él concluye su experiencia
terrena (v. 19), pero su obra y su presencia están aseguradas por la obra de los que ha
enviado (v. 20).
A Partir de esta página conclusiva del evangelio resulta claro que el asunto de la
salvación constituye un deber primario, algo que incumbe a toda persona a la que Cristo
haya llamado. Los destinatarios de ese anuncio son todos los seres humanos; la
universalidad está bien subrayada por expresiones como «por todo el mundo » y «a toda
criatura». La predicación del mensaje cristiano es condición para que se pueda creer,
entendiendo por «creer" la adhesión a Cristo. El encuentro con su persona tiene lugar en
el bautismo, principio y causa de salvación (cf. Tit 3,5; 1 Pe 3,21). La adhesión o no a
la persona de Cristo determina la vida del hombre. Las dos posibles soluciones,
salvación o condena, indican la urgencia de la tarea misionera por parte de los
anunciadores y la necesidad de la decisión por parte de los destinatarios. En términos
simplificados: Cristo no es algo opcional.
Lo importante y transformador que es el encuentro con Cristo en la fe lo manifiestan de
una manera figurada cinco ejemplos de milagros enumerados por Jesús. Son los signos
de la presencia del Señor (cf. v. 20). Así como el Resucitado había intervenido antes
para hacer crecer la incierta fe de sus apóstoles (cf. v. 14), así también los signos,
testimonio de su obra, constituyen la ayuda ofrecida para decidirse en su favor. Los
milagros no fundamentan ni, mucho menos, crean la fe; son en todo caso dones del
Señor destinados a favorecer el camino de los hombres abriendo sus corazones.
El 19 es el versículo central que refiere el misterio de la ascensión, presentándolo,
primero, de un modo más fotográfico, siguiendo el modelo de Elías (cf. 2 Re 2,4), y,
después, de un modo más teológico, con la ayuda del Sal 110, el más citado en el Nuevo
Testamento. El Jesús terreno encontrado y conocido por los apóstoles se presenta ahora
como el “Señor Jesús", expresión que le adecua al Resucitado y que solo aparece aquí
en el evangelio, mientras que está muy presente en Pablo. El significado, más que a la
tosca interpretación de un alejamiento, por lo general espacial, de Cristo -y, por
consiguiente, a una distinción entre quien se va y quien se queda-, remite a una nueva
presencia de Jesús y a una comunión real entre él y su Iglesia. Un mayor centramiento
cristológico del hecho favorece la nueva comprensión que la comunidad tiene de sí
misma, de su relación con su cabeza y de su apertura misionera. Cristología y
eclesiología abren el camino a una Vision más madura y completa del hombre, con lo
que también la antropología resulta beneficiada.
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2 Reflexión. ¿Qué nos dice Dios en el Texto? La palabra me ilumina.
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1) Oración inicial
Danos, Señor, una plena vivencia del misterio pascual, para que la alegría que
experimentamos en estas fiestas sea siempre nuestras fuerza y nuestra salvación. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Marcos 16,15-20
3) Reflexión
• El Evangelio de hoy forma parte del apéndice del Evangelio de Marcos (Mc 16,9-20)
que presenta una lista de algunas apariciones de Jesús: a la Magdalena (Mc 16,9-11),
los dos discípulos que iban por el campo (Mc 16,12-13) y a los doce apóstoles (Mc
16,14-18). Esta última aparición con la descripción de la ascensión al cielo (Mc 16,19-
20) constituye el evangelio de hoy.
• Marcos 16,14: Las señales que acompañan el anuncio de la Buena Nueva.
Jesús aparece a los once discípulos y les reprocha el no haber creído en las personas que
lo habían visto resucitado. No creyeron en la Magdalena (Mc 16,11), ni a los dos que
iban por el campo (Mc 16,13). Varias veces Marcos se refiere a la resistencia de los
discípulos en creer en el testimonio de aquellos y aquellas que experimentaron la
resurrección de Jesús. ¿Por qué Marcos insiste tanto en la falta de fe de los discípulos?
Probablemente, para enseñar dos cosas. Primero, que la fe en Jesús pasa por la fe en
las personas que dan testimonio de él. Segundo, que nadie debe desanimarse cuando la
duda surge en el corazón. ¡Hasta los once discípulos tuvieron dudas!
• Marcos 16,15-18: La misión de anunciar la Buena Nueva a toda criatura.
Después de haber criticado la falta de fe de los discípulos, Jesús les confiere la misión:
"Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea
bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.” A lo que tienen el valor de creer en
la Buena Nueva y que son bautizados, Jesús promete las siguientes señales: expulsarán
demonios, hablarán nuevas lenguas, agarrarán serpientes y el veneno no les hará daño,
impondrán las manos sobre los enfermos y éstos quedarán sanos. Esto acontece hoy:
- expulsar demonios: es luchar en contra del poder del mal que mata la vida. La vida de
muchas personas es mejor por haber entrado en comunidad y por haber empezado a
vivir la Buena Nueva de la presencia de Dios en su vida;
- hablar lenguas nuevas: es comenzar a comunicarse con los demás de forma nueva. A
veces encontramos a una persona que no hemos visto nunca antes, pero parece que la
conocemos desde hace mucho tiempo. Es porque hablamos la misma lengua, el lenguaje
del amor;
- vencer el veneno: hay muchas cosas que envenenan la convivencia. Muchos chismes
que causa estragos en la relación entre la gente. Quien vive la presencia de Dios vive
por encima de todo esto y consigue que este veneno terrible no le moleste;
- curar a los enfermos: doquiera que aparece una conciencia más clara y más viva de la
presencia de Dios, aparece también un cuidado especial con las personas excluidas y
marginadas, sobre todo hacia los enfermos. Aquello que más favorece la curación es que
la persona se siente acogida y amada.
• Marcos 16,19-20: A través de la comunidad Jesús continúa su misión. Jesús
mismo que vivió en Palestina y acogió a los pobres de su tiempo, revelando así el amor
del Padre, este mismo Jesús sigue vivo en medio de nosotros, en nuestras comunidades.
A través de nosotros Él quiere continuar su misión para revelar la Buena Nueva del amor
de Dios a los pobres. La resurrección acontece hasta hoy. Nos lleva a cantar: "¿Quién no
separará, quién no separará del amor de Cristo, quién nos separará?" Ningún poder de
este mundo es capaz de neutralizar la fuerza que viene de la fe en la resurrección (Rom
8,35-39). Una comunidad que quisiera ser testigo de la Resurrección tiene que ser señal
de vida, tiene que luchar en contra de las fuerzas de la muerte, para que el mundo sea
un lugar favorable a la vida, tiene que creer que otro mundo es posible. Sobre todo en
aquellos países donde la vida de la gente corre peligro a causa del sistema de muerte
que nos fue impuesto, las comunidades deben ser una prueba viva de la esperanza que
vence el mundo, ¡sin miedo a ser feliz!
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Conmemoración de San Marcos. Marcos era hijo de María de Jerusalén, en cuya casa
se refugió Pedro cuando fue liberado de la cárcel (Hch 12,12). Colaboró con Pablo en su
obra apostólica (Col 4,10) y también estuvo cerca de él en la cárcel de Roma (Flm 24).
Según la tradición, Marcos fue un discípulo fiel de Pedro (1 Pe 5,13) y escribió el
segundo evangelio, recogiendo la predicación del apóstol Pedro sobre los dichos y los
hechos de Jesús. Su evangelio es reconocido, por lo general, como el más antiguo, y fue
utilizado y completado por Mateo y Lucas. Al parecer, la predicación apostólica
atestiguada por los grandes discursos de la primera parte de los Hechos de los apóstoles
encuentra en el evangelio de Marcos -a partir de Mc 1,15- una continuación y sugestivos
desarrollos narrativos.
• La figura del evangelista Marcos, cuya fiesta litúrgica celebramos hoy, nos invita a
profundizar en el significado del término «evangelio», con el que el evangelista comienza
su obra. Se trata de una profundización no puramente escolar o académica, sino
existencial y vital.
El Evangelio es de Dios cf. Mc 1,14): contiene y expresa todo el proyecto salvífico que el
Padre quiere realizar por medio de su Hijo en favor de toda la humanidad. Es del
corazón de Dios de donde brota esta «Buena Noticia» capaz de colmar de alegría todos
los corazones humanos disponibles al don de la salvación. El Evangelio es de Jesucristo
(cf. Mc 1,1), teniendo en cuenta que este genitivo puede y deber ser entendido así: el
Evangelio que es Jesucristo, Hijo de Dios. Es como decir que la «Buena Noticia» tiene
como objeto único y exclusivo la persona, la enseñanza y el ministerio de Jesús, único
Mesías y verdadero Hijo de Dios. Ahora bien, según Marcos, el Evangelio es también
memorial de todo lo que acompañó al acontecimiento terreno de Jesús: por ejemplo, el
gesto gratuito y sorprendente de la pecadora que, la víspera de la pasión y muerte de
Jesús, bañó, perfumó y besó los pies del Salvador: «Os aseguro que en cualquier parte
del mundo donde se anuncie la Buena Noticia será recordada esta mujer y lo que ha
hecho» (Mc 14,9). En suma, de todo esto se deduce que, para Marcos, el Evangelio es
todo, todo es Evangelio.
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La ascensión constituye un artículo del Credo: «Resucito de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso “. No es correcto
sostener que el que estaba antes con sus discípulos ya no lo está. También nosotros,
hoy, estaríamos privados de Cristo. La ascensión no celebra la separación de Jesús de
los suyos, porque constituiría un contrasentido: si Jesús es la vida del creyente, ¿cómo
puede vivir este sin él? ¿Por otra parte, puede estar ausente Jesús? No, Jesús está
siempre presente, aunque de formas diferentes.
Los discipulos experimentaron al menos tres presencias distintas de Jesús: una que
llamaríamos ordinaria, otra excepcional y otra invisible. La presencia ordinaria es la
experiencia del Jesús histórico: cuando, estando con él, tenían la posibilidad de verle,
escucharle, comer con él, captar de una manera directa o indirecta algunos de sus
sentimientos. Esta experiencia se prolongó cerca de tres años. A continuación, la
presencia excepcional: es la experiencia del Resucitado que se deja ver algunas veces y
ofrece los signos para reconocerle; a pesar de todo, la duda envuelve todavía a los
discipulos. Es una presencia extraña, fuera de lo normal, decididamente excepcional:
basta pensar que aparece y desaparece, se presenta solo a alguien para reprochar,
impartir ordenes, comunicar poderes. Esta experiencia dura poco, unos cincuenta días,
según la cronología lucana. Por ultimo esta la presencia invisible: es la experiencia de la
comunidad tras la ascensión. Jesús sigue actuando con los suyos, que forman la
comunidad fundada por él, o sea, la Iglesia. Ésta no puede sostenerse ni tiene valor sin
él. Los discípulos ya no le ven, no le sienten; sin embargo, le experimentan tan cerca
que están convencidos de que ahora está incluso más presente. Esta experiencia durará
hasta el fin del mundo.
La ascensión representa para Jesús la conclusión de su jornada terrena, su colocación a
la diestra del Padre. A los cristianos se nos ofrece vivir ahora, al mismo tiempo, la triple
presencia de Cristo: la presencia ordinaria está en los hermanos con los que cada uno se
encuentra y a los que lleva su propio amor; la excepcional está en la gracia
sacramental; la invisible, en la comunión de los santos. Podemos y debemos gozar de la
eterna presencia del Señor en medio de nosotros. Con su ascensión nos ha
responsabilizado, pidiéndonos un mayor compromiso de cara a una apertura al mundo.
Se trata de una fase de gran progreso y de madurez. La comunidad cristiana, ayudada
por el Espíritu, que es la perenne presencia del Resucitado, se hace adulta.
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Una luz en las tinieblas. "Si Dios está con nosotros, ¿quién está contra nosotros?"
(Romanos 8, 31) Si hablamos en nombre de Él, ¿quién nos podrá callar? Todo aquel que
ha conocido a Dios tiene el deber personal de transmitir el tesoro que ha encontrado.
Puede ser que, en algún momento, nos invada el temor y el sentimiento de incapacidad.
Cuando Dios pide que vayamos a todo el mundo predicando su nombre, tendremos que
ir por lugares difíciles de recorrer. Se nos impondrá la necesidad de caminar y, a veces,
de correr en medio de la obscuridad. Puede ser que, en algún momento, no veamos
claro el camino que se pierde y se oculta entre las tinieblas, mientras nuestros ojos, con
cansancio, buscan un poco de claridad.
Correr en la obscuridad es lo que Dios nos pide para transmitir la luz que llevamos
dentro, porque de nosotros depende llevar la luz que nos ha guiado. Al final, sólo somos
portadores, de forma que si caminamos entre tinieblas es porque llevamos la luz que ha
iluminado nuestras vidas y que puede iluminar la de los demás.
• Y todo esto significa humildad. El temor del Señor es humildad. Solamente los
pequeños son capaces de entender plenamente el sentido de la humildad, el sentido del
temor del Señor, porque caminan ante el Señor, siempre: ellos se sienten observados
por el Señor, custodiados por el Señor; sienten que el Señor está con ellos, que les da la
fuerza para seguir adelante. Los pequeños entienden que son un pequeño retoño de un
tronco muy grande, un retoño sobre el cual viene el Espíritu Santo. (Homilía de S.S.
Francisco, 29 de noviembre de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con
Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees
que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy intentaré hablar con alguien sobre la presencia del Espíritu Santo en nuestra misión
de evangelizar.
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La misión de los apóstoles es llevar la Buena Noticia a todos los rincones de la tierra.
Este anuncio se hace con palabras y también con signos que demuestran que el mal está
siendo derrotado y se expande el Reino de Dios. Jesucristo exhorta a los apóstoles para
que no teman frente a los peligros, porque el mal no triunfará. El poder de Dios será el
que haga crecer el Reino.
1. Resucitado Cristo, se apareció varias veces a los once.
Se apareció a los once cuando estaban reunidos, para que todos fuesen testigos, y
refiriesen a todo el mundo lo que habían visto y oído. Al decir once, se designa a todo el
colegio apostólico antes de que Matías ocupase el lugar de Judas. Y después de la
ascensión ellos debían de predicar el Evangelio a gentes que debían creer sin haber visto
a Jesús. Antes de partir, increpó también el Señor a sus discípulos cuando iba a
dejarlos corporalmente, para que sus palabras quedasen impresas más profundamente
en sus corazones. Jesús Reprueba la incredulidad, para que la reemplace la fe;
reprueba la dureza del corazón de piedra, para que le reemplace otro de carne lleno de
caridad.
2. Jesús da la orden de predicar el evangelio a todas las gentes
En un momento, a los apóstoles no les fue fácil creer en la resurrección de Jesucristo,
pero los hechos les dieron mayor firmeza, al comprobar directamente la realidad de los
sucesos que estaban presenciando. Ellos convivieron directamente con el Señor, así
ellos constituidos en testigos, reciben el mensaje y el mandato del Señor Resucitado
para llevarlo a todo el mundo. Luego Jesús da la orden de predicar el Evangelio a
todas las gentes, junto con el bautismo. Se observa ya el universalismo cristiano en
acción entre los gentiles. Este es el gran mandato, es decir la gran misión que nos dio el
Señor, que debemos hacer con fidelidad en todos los tiempos y en todas las
circunstancias.
3. Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el mundo
Es así como Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el mundo, a predicar a todas las
gentes de todas las naciones, para que la predicación apostólica, que antes fue
rechazada por la soberbia de los judíos, venga en nuestro auxilio. Cuando Jesús dice a
toda la creación, está diciendo a los creyentes e incrédulos. El que crea y se bautice se
salvará. El que no crea se condenará. Porque no basta creer, porque el que cree y no
está bautizado todavía, no ha alcanzado aún la salvación, sino imperfectamente. Así
se dirá tal vez cada cual a sí mismo: Yo seré salvo porque he creído. Y así será en
efecto, si une las obras a la fe; porque la verdadera fe consiste en que no se contradiga
la obra con lo que dice la palabra. "Pero el que no creyere será condenado".
4. Arrojarán demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas
Dice Jesús; “Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi
nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si
beben un veneno mortal no les hará ningún daño; Puede entenderse también de las
serpientes ordinarias, como la víbora que mordió a Pablo sin causarle daño. Muchos
hechos semejantes encontramos en las historias de hombres a quienes, defendidos bajo
el estandarte de Cristo, no ha podido causar daño el veneno que habían bebido.
También dice Jesús; “impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Cuando
los sacerdotes imponen sus manos sobre los creyentes, ellos están impidiendo con la
gracia que se les ha dado de exorcizar, la permanencia del espíritu maligno en el
corazón de aquéllos, es decir, no hacen otra cosa que lanzar de ellos a los demonios. De
esta forma, liberado del mal, dominará la serpiente que ha provocado la malicia de su
corazón. Con esto, aunque beba el veneno de la maldad no le hará daño, esto es si oye
malos consejos no se dejara llevar al mal. Así, nosotros también debemos dar una
mano al que esta vacilante en el camino del bien, para que quede curado y para que se
fortifique y pueda hacer con ánimo un camino de buenas obras.
5. Jesús fue llevado al cielo
San Marcos termina los 16 capítulos de su evangelio afirmando: Después de decirles
esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo, luego proclama la gloria del Señor Jesús al decir
que: y está sentado a la derecha de Dios. El final del evangelio reconoce la obra
misionera de los apóstoles y la confirmación de ella que Cristo les hacía con milagros
diciendo: Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su
palabra con los milagros que la acompañaban. Es ya la predicación y extensión de la fe,
vista desde la perspectiva histórica de la Iglesia con unas decenas de años.
Los Evangelistas refieren el hecho con mucha sobriedad, y sin embargo su narración
hace resaltar el poder de Cristo y su gloria: “Me ha Sido dado todo poder en el cielo y en
la tierra”, se lee en Mateo (28, 18); y Marcos añade: “El Señor Jesús fue levantado a los
cielos y está sentado a la diestra de Dios” (16, 19). A su vez Lucas recuerda la última
bendición de Cristo a los Apóstoles: Mientras los bendecía se alejaba de ellos y era
llevado al cielo” (24, 51).
3 Para la reflexión personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
5.- ¿Cómo acontecen en mi vida estas señales de la presencia de Jesús?
6.- ¿Cuáles son hoy las señales que más convencen a las personas de la presencia de
Jesús en medio de nosotros?
7.- ¿Cómo vivo mi vocación apostólica?
8.- ¿Qué temores descubro en mi vida a la hora de anunciar el Evangelio?
9.- ¿Estoy comprometido(a) con el Señor y con el anuncio del Evangelio?
4 Oración. ¿Qué le decimos a Dios? La palabra se convierte en Oración.
1 No hay oración. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
2 Abre, oh Señor, mis oídos para que se llenen del tesoro de tu Evangelio: sólo así mi
vida, iluminada y confortada por tu Palabra, tendrá un significado pleno y duradero.
Abre, oh Señor, mi corazón, a fin de que aprenda a acoger al Verbo de la verdad que
está encerrado en tu Evangelio: sólo así me sentiré totalmente saciado, porque estaré
colmado por completo de tu don.
Abre, oh Señor, mi boca, a fin de que, de la abundancia del corazón, acoja tu mensaje y
lo proclame para tu gloria y para el bien de los hermanos. Abre, oh Señor, mi vida al
encuentro contigo, que me sales al encuentro día tras día con la Palabra de la verdad
que tu Evangelio encierra y entrega. www.santaclaradeestella.es
3 Cantaré por siempre el amor de Yahvé, anunciaré tu lealtad de edad en edad. Dije:
«Firme está por siempre el amor, en ellos cimentada tu lealtad.» (Sal 89,1-2) www.ocarm.org
4 ¡Padre de la Creación! Hoy nos envías a proclamar la Buena Nueva. Fortalécenos con
tu amor nuestra fe, porque ella hace parte de nuestro «detenimiento» para salir a
realizar tu mandato. Es tan débil, que nos «bloquea» los testimonios y señales en
abundancia que recibimos a diario de tus manos, pero, no los publicamos por temor,
indiferencia, y falta de credibilidad. Oremos para que por la intersección de san Marcos
tengamos el coraje y la voluntad plena de «salir» confiados en Cristo Jesús a llevar el
evangelio a la comunidad. Igualmente oremos a Dios Padre en Nombre de Jesús para
que «creamos» por nuestro bautismo y fe, y las infinitas gracias del Altísimo; sanar,
expulsar demonios, imponer las manos, para la obra del Señor y Gloria de Dios. Amén
www.dario.res
5 Señor, las verdades reveladas por el cielo a nuestros padres han sido divinamente
confirmadas con signos y prodigios tan numerosos, grandes y admirables que alimentar
aunque sea una ligera duda al respecto parece una especie de locura. Dirige ahora tu
mirada a nosotros, tu Iglesia peregrina en la historia: ayúdanos a ver las maravillas que
tú obras incesantemente en medio de nosotros, a fin de que podamos anunciarte a ti y
tu resurrección con renovado ánimo y entusiasmo. Envíanos a tu Espíritu y haznos sentir
tu presencia eficaz: necesitamos sentir en nuestros hombros el calor de tu mano que
nos anima y nos sostiene en los momentos de aridez y dificultad.
www.evangeliodeMarcos.GiorgioZevini
✞ ✞ ✞ Profesión de Fe
3 LITURGIA EUCARISTICA
Sacerdote: Orad hermanos para que este sacrificio, mío y vuestro, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria
de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. (→ Este es el
Compendio de la Misa)
*** Se llevan al altar los dones; el pan y el vino. *** Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios
nuestro. *** Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.
a) Acción de gracias
El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. Levantemos el corazón R/ Lo tenemos
levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
Prefacio II de los Apóstoles. Los Apóstoles, fundamento de la Iglesia y
testimonio para el mundo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque has querido que tu Iglesia tenga por fundamento a los apóstoles, para que
permanezca en la tierra como signo perpetuo de tu santidad y ofrezca a todos los
hombres las enseñanzas del cielo.
• Gracias Señor por este momento de encuentro contigo. Te agradezco llenarme de tu
gracia y de la luz de tu resurrección. Te pido que me des el valor y la sabiduría para
poder anunciarte, no sólo con el testimonio de mi vida, sino que también con mis
palabras a todos los que pongas en mi camino. Amén
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Por eso, Señor, con toda la multitud de los ángeles, te aclamamos ahora y por siempre
diciendo con humilde fe:
b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta
o recita las alabanzas a Dios.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
c) Epíclesis Se implora el poder divino para que los dones se conviertan en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para
salvación de quienes la reciban.
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por
Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas
todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin
mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que
santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera
que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que
nos mandó celebrar estos misterios.
d) Narración de la institución y consagración. Con las palabras y gestos de Cristo, se
realiza el sacrificio que él mismo instituyó en la última cena. Momento más solemne de la Misa;
es la transubstanciación: pan y vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros con todo su amor. ¡Bendito Jesus en el
Santísimo sacramento del Altar!
Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y dando gracias te
bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a
sus discípulos, diciendo: "Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi
Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por
muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía".
e) Anámnesis. La Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de
Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, su Reactualización, recordando
principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el
mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor
nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Padre eterno, te ofrecemos la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las
Misas celebradas en el mundo en éste día, por las benditas Almas del
Purgatorio. Y Concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz
perpetua. Amén.
h) Doxología final. Se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen
del pueblo.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del
Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria por los siglos de los siglos. Amén
✞ ✞ ✞ Rito de la comunión
Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de
nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia en esa misma
alegría y amor.
a) Introducción al Padrenuestro
Con las palabras de Jesús nuestro Señor oremos al Padre de todos para que su reino venga a
cada persona de la tierra.
Líbranos, Señor.
Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que
ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza.
• Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya
bastará para sanarme.
c) El gesto de la fracción del pan: Significa que nosotros, que somos muchos, en la
comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17)
d) Inmixión o mezcla: el celebrante deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz.
Antífona de comunión Mt 28, 20
Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos, dice el
Señor. Aleluya.
Te pedimos, Dios todopoderoso, que nos santifique el don recibido de tu santo altar y
nos fortalezca en la fe del Evangelio que san Marcos predicó. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Señor Dios nuestro: Acepta nuestra acción de gracias por darnos a conocer cuán bueno
e inspirador es tu Hijo Jesús. Te pedimos que sepamos llevar algo de su bondad y de su
Buena Noticia al mundo de hoy y que nuestra irreprochable conducta cristiana sea parte
importante de este mensaje. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
4 RITO DE CONCLUSION
Consta de saludo, bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea,
para que cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor.
✞ ✞ ✞ Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. R/ Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! R/ ¡Venga tu Reino!
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Santa María, Madre del Señor Jesús y nuestra, obténnos la presencia vivificante del
Espíritu, y la gracia de andar siempre por los caminos de Dios.
✞ ✞ ✞ Bendición
✞ ✞ ✞ Abba Padre, gracias te doy por enseñarme a Cristo histórico. Y ahora, por tu gracia
y Espíritu Santo concédeme fortalecer la fe, para caminar con Cristo, por Cristo y en
Cristo, ya no histórico, sino Pan vivo bajado del cielo.
«Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo» Mt 16, 16