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ALGUNOS ANTECEDENTES

SOBRE ESTUDIOS FOLCLORICOS


EN COLOMBIA

Por FRANCISCO MARQUEZ YAÑEZ


ANTECEDENTES HISTORICO-JURIDICOS

T al vez el primer antecedente legislativo que se refiere con-


cretamente al estudio metódico de los fenómenos arqueológicos, etno-
gráficos y folclóricos de Colombia, se encuentra en la Ley 59 del
11 de junio de 1881, disposición esta que creó una Comisión Cien-
tífica Permanente, con el objeto de continuar la tarea investiga-
tiva y de reconocimiento del país iniciada por la Expedición Bo-
tánica y por la Comisión Corográfica. El artículo 59 de la mencio-
nada Ley ordenaba: "Los profesores naturalistas adj untos a la
Comisión tendrán el deber de coleccionar y clasificar todos los
vegetales, rocas, minerales, animales, objetos de cerámica, piedra
u otras materias que puedan contribuír al progreso de los estudios
naturales y al esclarecimiento de las cuestiones etnológicas rela-
cionadas con la historia universal y con la especial de la República".
Más tarde, siendo Presidente de la República don José Manuel
Marroquín, y su Ministro de Instrucción Pública don José Joaquín
Casas, se dictaron la Resolución número 115 del 9 de mayo de
1902 y el Decreto Ejecutivo número 1808 de 1902, con el fin de
fundar un Centro Nacional de Investigación Histórica con sede
en Bogotá.
La Academia Colombiana de Historia fue instalada solemne-
mente en octubre de 1902 y empezó a funcionar con cinco comi-
siones, así: historia, bibliográfica, arqueológica, artística y de anti-
güedades, etnológica y geográfica.
La Ley 48 del 20 de noviembre de 1918, que constituye la
primera disposición legal encaminada a defender y preservar los
monumentos arqueológicos en Colombia, declaró como "pertene-
cientes al material de la Historia Patria" los monumentos preco-
lombinos.

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En la Ley 47 del 30 de octubre de 1920 se contienen las pri-
meras disposiciones que prohiben sacar del pais, sin previo per-
miso del Gobierno Nacional, todos aquellos objetos de propiedad
pública o privada que tengan interés para la historia. Asimismo
se dispuso alli que la Academia Colombiana de Historia cuidara
de la observancia de tales disposiciones, con el objeto de lograr en
forma efectiva la salvaguardia de los "edificios y monumentos
públicos, fortalezas, cuadros, esculturas y ornamentos de los tiem-
pos coloniales, monumentos precolombinos, y cuantos objetos y
documentos puedan interesar a la historia, etnografia, folklore y
bellas artes".
"En el año de 1931 -anota Luis Duque Gómez en su obra
Colombia: Monumentos Históricos y Arqueológicos (1955)- se
expidió un decreto por el cual se ordenaba la fundación de un
museo especializado en arqueologia y en etnografia. El cumpli-
miento de esta disposición sólo vino a tener vigencia años más
tarde, en 1938, época en la cual se procedió a esta fundación y al
establecimiento del Servicio Arqueológico Nacional, conforme al
Decreto ordinario número 848 de 8 de mayo de 1938, en cumpli-
miento de lo dispuesto en los Decretos de carácter legislativo nú-
meros 1965 y 1976 de 1931".
Vienen después la Ley 103 de 1931 y su Decreto reglamen.
tario número 904 de 1941, sobre conservación y protección de los
monumentos arqueológicos de la zona de San Agustín (Huila) y
demás regiones del país. Esta legislación fue complementada con
el Decreto 1060 de mayo 12 de 1936, que dispone y reglamenta
todo lo relacionado con la entrada al país de expediciones cientí-
ficas y la exportación de objetos de importancia cientifica o cul-
tural.
Las disposiciones anteriores prepararon y abonaron el terre-
no para la fundación del Instituto Etnológico Nacional que fue
establecido por Decreto número 1126 de 21 de junio de 1941, el
cual más tarde, junto con el Servicio de Arqueología, se unificó
por Decreto número 2190 de 18 de septiembre de 1952, originario
del Ministerio de Educación, bajo la denominación de Instituto
Colombiano de AntropologÚL, con las siguientes secciones: Antro-
pología Física y Arqueologia, Etnografía, Lingüística Aborigen,
Antropología Social, Folclor y Parques Arqueológicos.
La Resolución 3371 de 1952, del Ministerio de Educación,
reglamentó el funcionamiento de los centros filiales del Instituto

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Colombiano de Antropología, el Decreto 237 de 1953 y el Decreto
número 3409 de 1954 del mismo Ministerio determinaron el pén-
sum y reglamentación de los estudios antropológicos y folclóricos
en dicha institución. Por lo que atañe a los estudios folclóricos, el
pénsum contempla las siguientes asignaturas: Teorias sobre el
origen del Hombre, Antropología General, Prehistoria y Proto-
historia del Viejo Mundo, Historia y Concepto de la Cultura, Or-
ganización Social y Economía Primitivas, Etnografia de América,
Religión y Mitología de los Pueblos Primitivos, Africanismo y
Cultura de nuestros grupos negros, Teorías de la Cultura Criolla,
Concepto del Folclor, clasificación y métodos de investigación, Ba-
ses triétnicas del Folclor Colombiano, Cultura Folk y Cultura Ur-
bana y Estudio comparativo del folclor colombiano con el folclor
de los demás países latinoamericanos.
Finalmente, el Instituto Colombiano de Antropología partici-
pó en la preparación y estudio de la Ley 163 de 1959 y su Decreto
reglamentario número 264 de 1963, cuyas normas vinieron a actua-
lizar las anteriores disposiciones sobre defensa y conservación del
patrimonio histórico, arqueológico, artístico y monumentos públi-
cos de la nación, de conformidad con distintas resoluciones inter-
nacionales suscritas por Colombia en lo que se refiere a esta ma-
teria. También tomó parte en la elaboración de la Ley 116 de 1960
sobre incremento de las labores de preservación y estudio de las
reliquias arqueológicas del Alto Magdalena y dotación del Hotel
de Turismo de San Agustín, así como en la gestación y estructura
del Decreto número 812 del 12 de abril de 1961, reorgánico de la
institución antropológica, la cual quedó integrada así: Dirección,
Subdirección, Secretaría, Escuela de Antropología, Sección de Ar-
queología, Sección de Etnografía, Lingüística Aborigen y Folclor,
Sección de Antropología Física, Sección de Antropología Social,
Sección de Museología, Sección de Servicios Especiales y Parques
Arqueológicos.
El meritísimo hombre público, pedagogo, jurista, diplomático,
poeta y feliz cultivador de los estudios folclóricos en Colombia,
doctor José Joaquín Casas Castañeda, fue quien dio los primeros
pasos para el fomento de este género de investigaciones sobre
firmes bases científicas, al haber convocado en su casa a un se-
lecto grupo de intelectuales que desde tiempo atrás venían labo-
rando en los campos de la lingüística, la música, la paremiología,
la geografía, la historia, las artesanías típicas y otras manifesta-

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ciones culturales del pueblo. Fue así como al abrígo de su hogar
y merced a su ínícíatíva, se ínstítuyó en 1938 la prímera Sociedad
Colombiana de Folklore, entidad ésta que si bien es cierto no logró
prosperar, no cabe duda de que constituyó el primer intento de
formalizar tales estudios en nuestro país, habiendo servido de pun-
to de partida para el desarrollo de otras instituciones similares,
de modo especial aquellas que 'Se dedicaron a la indagación acerca
de nuestra demótica en sus variadas expresiones culturales.
El sacerdote santandereano Juan Crisóstomo García, eminen·
te orador sagrado y miembro de varias academias y círculos cien-
tíficos, inició sus publicaciones sobre folclor en la prestigiosa
revista Santa Fe y Bogotá, del doctor José Joaquin Casas, quien,
por su parte, había demostrado su predilección por los temas fol-
clóricos en numerosas obras literarias salidas de su castiza y di-
serta pluma como "Crónicas de Aldea". "Poemas Criollos", "Poe-
sías escogidas", "Cantos de la Patria Chica" y la hermosa colección
de coplas "Guayaberas".
En cuanto a coplas populares, tal vez uno de los aspectos más
apasionantes de la variada temática del folclor, la bibliografía
colombiana cuenta ya con importantes y muy bien nutridas colec-
ciones como El Cancionero de Antioquia, de Antonio José Restre-
po; En torno a la poesia popular, de Ciro Mendía; Cantas del Valle
de Tenza (Tomos 1, 1I y 1I1, 1949), compiladas por el Presbí-
tero Joaquín R. Medina, y con estudio preliminar del Reverendo
Padre José Vargas Tamayo, S. J.; Literatura colonial y popular
de Colombia, de Gustavo Otero Muñoz; Poesia popular del Norte
de Santander, de los Hermanos U. Miguel y Rodulfo Eloy, de las
Escuelas Cristianas; Folklore Santandereano. de Juan de Dios
Arias; El Romancero del Tabaco, de Aurelio Martinez Mutis;
Muestras !olklóricas del Norte de Santander, de Lucio Pabón Nú-
ñez; Espíritu de mi Oriente, de José Antonio León Rey; Cantares
de Vaquería, de Jaime Exbrayat, y Corridos y Coplas (Llanos
Orientales de Colombia, 1963), del Presbítero Ricardo Sabio, mi-
sionero español de la Orden Agustina.

COMISION NACIONAL DE FOLCLOR

En el año de 1943 el Departamento de Extensión Cultural


del Ministerio de Educación constituyó la Comisión Nacional de
Folclor, con el fin de fomentar en el país el estudio, clasificación

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y difusión de las modalidades o manifestaciones típicas de nues-
tro pueblo.
En torno a esta actividad se congregaron unos cuantos estu-
diosos de estas disciplinas, quienes trabajaron en forma eficaz co-
rno lo demuestran las numerosas huellas de su fecunda actividad
por esa época de pasos incipientes en el vasto campo ·de las inves-
tigaciones folclóricas.
Según Resolución 694 de 29 de abril de 1946, orginaria del
Ministerio de Educación, formaron parte corno miembros acti-
vos de la Comisión Nacional de Folclor, los siguientes señores:
Andrés Pardo Tovar, Aristóbulo Pardo, Antonio García, Presbí-
tero Enrique Pérez Arbeláez, Antonio Brugés Carmona, Daniel
Mesa Bernal, Daniel Zamudio, Diego Castrillón Arboleda, Her-
nando Márquez Arbeláez, Presbitero José Rafael Arboleda, S. J.,
José Antonio León Rey, José Joaquín Casas, José Rozo Contreras,
Lucio Pabón Núñez, Luis David Peña, Luis Alberto Acuña, Luis
Duque Gómez, Octavio Quiñones Pardo, Daría Mazo, Luis Flórez,
Milcíades Chaves y Roberto Pineda Giralda.
La Comisión eligió corno miembros correspondientes a los si-
guientes caballeros: Juan de Dios Arias, Ramón C. Correa, Carlos
López Narváez, Benjamín Iragorri Diez, Joaquín García Barrero,
Tomás Calderón, Emilio Robledo, Rosa M. Otálora de Cors¡' Víctor
Sánchez Montenegro, Elías Pérez Ramírez, Juan C. Hernández,
Alfonso Dueñas Medina, Víctor A. Bedoya, Pbro. J osé Vargas Ta-
mayo, S. J., Benigno A. Gutiérrez, Sergio Elías Ortiz, Ulises Rojas
y Daría Achury Valenzuela.
Bien pudiéramos resumir y enmarcar sus tareas en el siguien-
te cuadro descriptivo: levantamiento de una encuesta regional
producida por intermedio de todos los maestros de las escuelas
oficiales del país, que comprendía un trabajo monográfico acerca
de cada Departamento, Intendencia o Comisaría, encaminado a
describir aquellos rasgos y características salientes de cada zona,
para lo cual se distribuyó un esquema-guía que enunciaba los si-
guientes puntos: Texto literario: a) breve reseña geográfica e
histórica del Departamento, Intendencia o Comisaría; b) vívíenda,
típos y condícíones actuales; e) muebles y objetos doméstícos, uten-
, sílios de cocina, su uso y nombre, instrumentos de labranza, vesti-
dos, alimentación, etc.; d) trabajo, industrias populares, trabajos
agrícolas, ganaderos, mineros, fiestas agrarias, hilados, tejidos, re-
pujados en cuero, cerámica, cestería, etc.; e) brujería, adívinación
y medicina popular; f) supersticiones, fiestas y juegos populares,
juguetes, adivinanzas, refranes, frases hechas y dichos; g) música
regional, aires nativos, canciones, coplas, danzas e instrumentos
musicales; h) fábulas, leyendas, cuentos y mitos populares; i) ha-
bla regional (modismos, vocabularios y construcciones peculiares
de cada región). Sección ilustrada: el hombre: tipos representa-
tivos de las distintas regiones del país; el traje: vestidos regio-
nales; el paisaje: la montaña, el valle, la selva, el mar y los ríos;
fiestas religiosas: procesiones, rogativas, romerías; fiestas popu-
lares; carnavales, fiestas de toros en las plazas de pueblo, la cu-
caña, fiestas típicas; mercados: escenas típicas de cada región; el
campo: la siembra, la siega y la cosecha; arte popular: trabajos
en cerámica, en madera, en cuerno, en tagua, en mimbre, etc.;
cestería, hilados y tejidos, etc.
ButTI número de los resultados de estas encuestas se conser-
van en los archivos de la Comisión y constituyen una admirable
fuente de primera mano para adelantar estudios ya sistematiza-
dos sobre estos aspectos.
También se realizaron algunos trabajos y observaciones con
motivo de la celebración de ciertas fiestas típicas en diferentes
poblaciones del país, tales como "La fiesta del maíz en Sonsón"
(Antioquia), "La"fiesta de San Isidro en Guateque" (Boyacá),
"Las Ferias de Vélez" (Santander), ·en las cuales se tomaron do-
cumentales cinematográficos, se hicieron grabaciones de los aires
musicales regionales, apuntaciones relacionadas con la paremio-
logía, el cancionero popular, el traje, la vivienda, la alimentación,
los usos y costumbres en general.

ANEXION AL INSTITUTO ETNOLOGICO NACIONAL

Por Resolución número 218 de 20 de febrero de 1946, origi-


naria del Ministerio de Educación, la Comisión Nacional de Fol-
clor, que venía formando parte de la Sección de Cultura Popular
del Departamento de Extensión Cultural, fue anexada al antiguo
Instituto Etnológico Nacional (hoy Instituto Colombiano de An-
tropología), con el fin de garantizarle a esta entidad una organi-
zación más técnica y dotarla de mayores recursos para el mejor
desarrollo de sus propósitos.
Posteriormente el Ministerio de Educación, mediante Reso-

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lución 612 de 15 de abril de 1946, reorganizó la Comisión Nacional
de Folclor y le fijó sus "funciones.
Bajo la presidencia del distinguido folclorista Octavio Qui-
ñones Pardo, activo y entusiasta propulsor de los estudios folcló-
ricos en Colombia, y con la eficiente colaboración de todos sus
miembros, la Comisión entra en la segunda etapa de su vida, esta
vez como una de las secciones especializadas del Instituto Etno-
lógico Nacional.
En este periodo (1946-1952) avanza en sus programas y pes-
quisas de campo y publica siete números de la Revista de Folklore,
que agavillan un selecto material de investigación folclórica de
variada índole y extracción diversa.
Como anexos a los números de esta revista se presentaron
los gráficos referentes a las danzas, instrumentos musicales y tra-
jes populares colombianos, así como los concernientes a la alimen-
tación, a la habitación popular y a la ubicación de las tribus indí-
genas actuales de Colombia, en cuya documentación y elaboración
tomaron parte los maestros Luis Alberto Acuña y Vidal Antonio
Rozo. En la reproducción que de ellos hizo posteriormente el Ins-
tituto Colombiano de Antropología participó el maestro Enrique
Izquierdo.
Esta primera época de la Revista de Folklore se cierra con
el número 7 (1951), en donde apareció publicado el Diccionario
de Bogotanismos, de Luis Alberto Acuña.
La segunda época de la Revista Colombiana de Folclor com-
prende también siete números publicados desde 1952 hasta la fecha,
en los cuales se ha recogido un excelente acervo de materiales que
son el resultado de pacientes investigaciones de terreno en materia
de manifestaciones autóctonas y típicas de nuestro pueblo.

OTRAS PUBLICACIONES FOLCLORICAS

De otra parte, la Comisión Nacional de Folclor patrocinó y


fomentó otras publicaciones de destacados folcloristas colombia-
nos, tales como Interpretación de la poesía popular, Refranero de
Boyacá, Cantares y otros Cantares de Boyacá, de Octavio Quiño-
nes Pardo; Cantas del VaUe de Tenza (3 tomos), del compilador
R. P. Joaquín Medina; Refranero Colombiano y Diccionario de
Bogotanismos, de Luis Alberto Acuña, etc.; sin descartar el meri-

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torio esfuerzo propio de otros distinguidos folcloristas vinculados
estrechamente a la Comisión, como el Presbítero Pedro José Ra-
mirez Sendoya, con su Refranero del Gran Tolima y Diccionario
Indio del Gran Tolima; Juan de Dios Arias, con su Folklore San-
tandereano; Sergío Elías Ortiz, con sus Cantares del Departamen-
to de Nariño; José Antonio León Rey con su cancionero popular,
Espíritu de mi Q,-iente; Lucio Pabón Núñez, con Muestras Folkló-
ricas del Norte de Santander; Jaime Exbrayat, con Cantares de
Vaquería (folclor cordobés y bolivarense) ; Aurelio Martinez Mu-
tis, con su Romancero del Tabaco; Arturo Escobar Uribe, con Mitos
de Antioquia; Jorge Sánchez Camacho, con Diccionario de voces y
dichos del habla santandereana, y otros más que se me escapan
en el raudo curso de mi pluma.
Asímismo, la Comisión propugnó por las tareas de recolec-
ción, selección, clasificación y estudio de los diversos materiales
folclóricos hallados en las expediciones investigativas, así como
por la exhibición de los mismos en las salas de exposición del
Museo Antropológico Nacional (Sección de Etnografía y Folclor).
No hay para qué rememorar aquí la éra costumbrista que
antecedió a las publicaciones susodichas y en la cual sobresalieron
nombres que figuran con derecho propio en las páginas de nues-
tra literatura colombiana, como los de Eugenio Díaz, con su novela
Manuela y sus cuadros de costumbres El rejo de enlazar, Los Agui-
naldos en Chapine,'o, La ruana, etc.; Ricardo Carrasquilla, con Lo
que va de ayer a hoy, Yo y el Diablo, Destino irrevocable; José
Caicedo Rojas, con sus Apuntes de Rancheria; Ricardo Silva, con
sus Artículos de costumbres; José María Vergara y Vergara, con
sus cuadros costumbristas Las tres tazas, Un par de viejos, Con-
sejos a mi potro, El chino de Bogotá, El último abencerraje, Ca-
ballos nacionales y El lenguaje de las cosas; José María Samper,
con sus novelas de costumbres: Martín Flórez, Florencio Conde,
El poeta soldado, y sus artículos Literatura fósil, El bambuco, Via-
jes y aventuras de dos cigarros; Juan de Dios Restrepo (Emiro
Kastos), con sus cuadros de costumbres: Mi compadre Facundo,
Los pepitos y Antioquia y sus costumbres; José Manuel Marroquín,
con sus novelas: Blas Gil, Entre Primos, El Moro y Amores y
Leyes; Manuel Pombo, Juan Francisco Ortiz, José David Guarín,
Lorenzo Marroquín, Luciano Rivera y Garrido, Luis Segundo de
Silvestre con sus cuadros de costumbres; Pbro. Rafael Maria Ca-
margo (Fermin de Pimentel y Vargas) con sus Escenas de la gleba;

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Eustaquio Palacios, con su novela E¿ A¿férez Real; Tomás Carras-
quilla, con Frutos de mi tierra, Sa¿ve Regina, La Marquesa de
Yowmbó, El Zarco, Ligia Cruz, San Antoñito, El padre Casafús
y los cuentos A ~ diestra de Dios Padre. E¿ rifle, Simón e¿ Mago
y el Anima sola.

BIBLIOTECA NACIONAL DEL FOLCLOR y DISCOTECA

La Comisión también fundó la Biblioteca Nacional de¿ Folclo,'


y organizó la discoteca folclórica, hoy anexas a la biblioteca del Ins-
tituto Colombiano de Antropologia. entidad que ha venido comple-
mentando los trabajos de organización con la instalación de un
centro de documentación bibliográfica sobre temas folclóricos. así
como de una fototeca y filmoteca para la conservllCión de foto-
grafias y filmes documentales de sitios, paisajes, monumentos, pro-
cesos de artesanias e industrias populares, tipos o elementos de
interés folclórico. instrumentos musicales, a todo lo cual se agrega
el archivo fonográfico y magnetofónico para la preservación de
aires musicales y demás aspectos folclóricos grabables.

MUSEOS FOLCLORICOS

En colaboración con la Junta de Festejos Patrios de la Aca-


demia Colombiana de Historia, la Sección de Folclor del Instituto
Colombiano de Antropologia fundó e instaló el Museo Foldórico
de¿ Oriente Colombiano (1960), adscrito a la Casa de la Cultura
del Socorro, en Santander, primer museo folclórico que existe en
el pais.
Actualmente, están en proyecto y en vias de construcción el
Museo Nacional de Folclor en el Parque Arqueológico de Facata-
tivá. el Museo Folclórico de Instrumentos Musicales Tipicos de
Colombia en el Conservatorio Nacional de Música de la Universi-
dad Nacional y el Museo Antropológico y Folclórico del Conserva-
torio de Música de Ibagué.
Tambíén señalamos aquí el interesante Museo Etnográfico y
Folclórico del Instituto Caro y Cuervo en la Hacienda de Yerba-
buena, inaugurado el 16 de julio de 1962 como una sección deri-
vada del Atlas Lingüístico y Etnográfico de Colombia. obra que
adelanta el Departamento de Dialectología de la institución cien-
tífica arriba mencionada.

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FolclQf - 11
CENTRO DE ESTUDIOS FOLCLORICOS y MUSICALES'
(CEDEFIM) ,

En el Conservatorio Nacional de Música de la Universidad


Nacional 'ha venido funcionando un importante Centro de Estu:'
dios Folcló?'icos y Musicales (Cedefim), con person'al técnico es-
pecializado en estos menesteres culturales, como Andrés Pardo
Tovar, Fabio González-Zuleta, Jesús Bermúdez Silva, Carlos Me-
rlellin, Jesús Pinzón Urrea, Luis Carlos Espinosa y BIas Emilio
Atehortúa, Este Centro ha publicado las siguientes monografias:
Los canta?'es tradicionales del Baudó (1960), por Andrés Pardo
Tovar; Rítmica y melódica del folelo?' chocoano (1961), por Andrés
Pardo Tovar y Jesús Pinzón Urrea; La guitarrería popuJar de
Chiquinquirá (1963), por Andrés Pardo Tovar y Jesús Bermúdez
Silva; Fotogmfías doc'umentales sobre diferentes aspectos del pro-
ceso de fabricación de instrumentos musicales de cuerdas en Chi.
quinquirá (bandola, guitarra, tiple y requinto), (1963),
Además, tiene en preparación estas otras obras: La música
colonial en Colombia, por Robert Stevenson; Del folclo?' en Colom-
bia, por Andrés Pardo Tovar, y Anotaciones sobre el cancionero
ritual del Chocó, por Andrés Pardo Tovar y Bias Emilio Ate-
hortúa.

CENTRO NACIONAL DE INVESTIGACIONES FOLCLORICAS

, Este centro cultural, fundado el 25 de julio de 1957 por un


grupo de estudiosos del folclor colombiano, ha tímido su sede en
Bogotá y ha desarrollado algunas actividades de género investiga-
tivo, La mesa directiva está formada por los siguientes caballeros:
Presidente, doctor Abimael Caballero Sierra; Vicepresidente, Pbro,
José Ignacio Perdomo Escobar; Secretario, doctor Arturo Escobar
Uribe; Revisor Fiscal, Jacinto Jaramillo, y Vocales: Guillermo
Abadía y Harry C. Davinson.

RADIO DIFUSORA NACIONAL

Plausible ha sido también la meritoria labor de difusión cul-


tural en materia de folclor, llevada a cabo por la Radiodifusora
Nacional, a cargo del doctor Darío Achury Valenzuela, distínguí.
do íntelectual y folclorista, particularmente en el, espacio radial

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abierto a las eruditas disquisiciones folclóricas del maestro Gui-
llermo Abadía, entusiasta pesquisador y expositor de las técnicas
de esta disciplina, que ha sostenido tan interesante programa des-
de 1962, bajo los rótulos de Diccionario Folcl6rico y Curmllo de
Folclor.

INTRODUCCION AL CANCIONERO NOBLE DE COLOMBIA

Finalmente, es apenas justo reseñar la valiosa y excelente


contribución al desarrollo de nuestra cultura nacional, realizada
por el doctor Joaquín Piñeros Corpas con la lujosa entrega de la
Introducci6n al Cancionero Noble de Colombia, editada por la
División de Divulgación Cultural del Ministerio de Educación
Nacional (1962) Y con la participación del siguiente equipo de
colaboradores: Asesores: Pbro. José Ignacio Perdomo Escobar,
Otto de Greiff, José Rozo Contreras, Andrés Pardo Tovar, Delia
Zapata Olivella y Gisela Beutler. Colaboradores especiales: Oriol
Rangel, Teófilo Potes, Delia Zapata Olivella, Enrique Buenaven-
tura, Amalia Samper Gnecco, Jorge Núñez Pontón, Darío Garzón
y Ernesto Camargo. Direcci6n editorial: Enrique Grau. Ilustra-
ciones: Enrique Grau, Luciano J aramillo, Antonio Roda y Sergio
Trujillo M. Grabaciones: Radiodifusora Nacional de Colombia. Re-
gistro y montaje: Rernando Niño. Edici6n fonográfica: Industrias
Fonotón, Limitada. Verm6n inglesa: Lorna Martín, Mary West, •
Joan Safford, Beatriz y Elvira Castillo Samper.
Este Cancionero recoge, en las maravillosas impresiones mu-
sicales de sus tres discos, los aires exquisitos del más auténtico
espíritu nacional, que se hallan difusos en el sentimiento popular
y que se expresan libres, naturales y corrientes a través de la
copla, la nota o la canción. La nitidez de las transcripciones fono-
gráficas y el criterio selectivo que predominó en la colección de las
muestras más representativas de nuestro folclor musical, conflu-
yen a enaltecer la calidad de la obra.
Allí encontramos, en su orden, los instrumentos musicales de
Colombia, los conjuntos de música folclórica, algunos aires popu-
lares (bambuco caucano, bambuco de Santander, pasillo, guabina,
danza, torbellino, cumbia, paseo, merengue, porro, danza del ga-
rabato, puya, mapalé, currulao, juga, jota, bambuco viejo, pango,
maquerule, contradanza, patacoré, fandango, bullerengue, bunde,

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jaropo, corrido, zumba que zumba, galerón, carnaval, seis" por "de"
recho, jaropo sanjuanero, trisagios, alabados, villancicos y salves),
las coplas del Tolima, Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, los Lla-
nos y Santander y las" canciones del medio familiar y del ciclo
patriótico.
Los discos se hallan acompañados de una reseña informativa
que ilustra y explica el texto y contexto de los mismos con deste-
llante claridad didáctica y no menos fervor ratriótico en el trata-
miento de los temas concernientes al folclor musical de" Colombia.

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