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el hecho de que la sublevación que necesitamos hoy tiene que ser un proceso casi
físico. Un sublevarse del cuerpo, que no puede tener nada de militar pero sí debe
social que parece haber desaparecido. Me pareció importante volver sobre esa
palabra desde el momento que me di cuenta que otros en el movimiento sentían su
fascinación, incluso debo decir su rica ambigüedad. Por esta razón me pareció casi
necesario decir algo al respecto. El mensaje que he difundido tenía más que nada un
mismo tiempo muy feliz, contra la barbarie que el capitalismo financiero europeo
estaba provocando.
Tres años después las cosas han cambiado mucho, posiblemente para peor, en
europea. Así que mi mensaje intentaba decir que lo que debemos hacer es salir del
error de la batalla final. Una equivocación en la que esta vez nadie ha caído porque
ésta. Ahora espero sobre todo la continuidad del proceso. Es el único modo de que la
que las explosiones se están multiplicando en estas últimas semanas, empezando por
características ambiguas que se quiera, pero representa uno de los muchos elementos
continua?
Hay una palabra que ha salido de Bolonia hace un par de años, que es de absoluta
europea. Insolvencia no sólo significa la negativa a pagar una deuda que no hemos
que no tiene ya ningún contenido ni ninguna realidad. Es una deuda simbólica que
dos núcleos temáticos sobre los que el movimiento podría y debería construir su
continuidad.
permanente?
penumbra en Europa. La noche es larga porque cuando se razona sobre procesos que
no son únicamente políticos, sino también sociales y culturales, no basta confiarse a
Es necesario tener en cuenta qué hay en las profundidades de las relaciones sociales
más incapaz de recomponerse para resistir y para invertir la ofensiva. En esta larga
condición de impotencia, Europa está viendo emerger las formas conocidas del
términos políticos. Oímos hablar de lo que está sucediendo en Francia, que junto con
Italia es el país más triste de todo el continente en este momento. Oímos hablar de la
que haya estudiado un manual de historia de secundaria sabe que esto está en el
orden de lo inevitable. La clase dirigente europea no puede fingir que no sabe que la
presupuestario impuesto por los agentes de Goldman Sachs –como el señor Mario
Draghi y los otros Mario que circulan por el territorio europeo– significa una ofensa
sociedad pueden llegar a identificarse en el momento que son atacados, como ocurre
actualmente, por una entidad política extranjera como Alemania. Siento decir esto,
conflicto que no solamente tiene caracteres nacionales, sino que se manifiesta bajo
cuando resurge. ¿Estamos a tiempo de parar esta locura, que lleva directamente al
pregunto si hay alguien en la clase política europea que se dé cuenta del absurdo que
miedo. Viendo la gran participación del 19 de octubre parece que este dispositivo
del miedo ha fallado: ¿ha sido así en tu opinión, y dónde hay que buscar las
razones de su fracaso?
Recuerdo los días previos a Génova en el 2001, cuando algún indeseable corrió la
voz de que se habría arrojado sangre infecta sobre la policía o incluso que
trescientos treinta féretros estaban llegando a Génova. En esos días oí decir que en
los hospitales de Roma había que hacer sitio para los posibles heridos.
El dispositivo del miedo puede haber funcionado en cierta medida porque quizás en
vez de 80-90.000 personas podrían haber sido 200.000. Esto prueba no tanto que el
dispositivo del miedo ya no funcione, sino más bien que la gente ya no puede más,
es decir que las dimensiones de la rabia han alcanzado niveles de peligro, y todo el
mundo lo sabe. Sin embargo no podemos contentarnos con esto. La rabia por sí sola
esperaban 25.000 personas y han sido al menos el triple. Sin embargo no podemos
mes el ritual. Es un ritual útil por razones simbólicas, también por razones de
universidad, a los barrios. Mientras no consigamos trasvasar esa fuerza al día a día
ver con su composición y con el intento de describir a los precarios, a los okupas,
a los migrantes, a los estudiantes que han llenado las calles de Roma como
de que, por ejemplo, nos cuesta relacionar y poner en común el trabajo precario en
plano estructural, que ni siquiera estoy seguro que la consigamos superar. En los
institución política, una consigna. El plan es el del salario para todos, el salario o la
más importante la reducción general del horario de trabajo, -ya sé que decir esto
provoca risa. Pero mientras no nos demos cuenta de que el tiempo de trabajo es el
núcleo central de la cuestión. Mientras no nos demos cuenta de que esto tiene que
convencernos de que si los jóvenes quieren tener una renta entonces los mayores
tienen que trabajar más tiempo. Al decirlo me da la risa. Y tengo que reírme
doblemente al pensar que toda la clase política lo repite diariamente y gran parte de
incluso que a las de la sociedad y la política. Por tanto, una ofensiva cultural sobre
este tema es probablemente una de las claves que nos permitirían recomponer una
sociedad que por el momento, a parte de los gloriosos sábados por la tarde, para el
En los años noventa, por repensar la historia reciente, la división entre trabajo
precario y trabajo cognitivo tenía su fundamento real y salarial dado que el trabajo
qué ha pasado dentro de la composición del trabajo. En los últimos diez o quince
el trabajo cognitivo se identifica cada vez más con el trabajo precario, del que
constituye gran parte. Por tanto, es cierto que el trabajador cognitivo se ve obligado
a ejercer sobre sí mismo una violencia permanente, porque más que otros se ve
obligado a vivir como competencia su situación social. A este nivel habría que
desarrollar una crítica cultural que recoja precisamente los efectos de auto-violencia
autor inglés, Jonathan Crary, titulado “24/7,” veinticuatro horas al día y siete días a
la semana. Es un libro sobre el sueño, en el que el autor explica que al inicio del
siglo XX la humanidad dormía diez horas por noche, en los años sesenta la media
era ocho horas, mientras que hoy el americano medio duerme seis horas. ¿Qué ha
vida, sino que también hace tonterías en su vida cotidiana. Es por esto que la
el propio trabajador.
Publicado 30th October 2013 por Lobo suelto