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Maquiavelo y la secularización.

El concepto de individuo como sujeto de las


teorías acerca de la sociedad y el Estado.
Pietro Cea Anfossi
Resumen

Maquiavelo es sin duda uno de los pensadores más importante en la

escena política en la época moderna. A su persona se le atribuye un pensamiento

frío y calculista que poco y nada tiene que ver con ética o moral, incluso pasando

a llevar el sentido común. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer, las malas

interpretaciones que ha presentado su pensamiento, no considerando su contexto

histórico, su coyuntura en el cual se desenvuelve. Lo que hace de este pensador

florentino un tipo extremadamente interesante de analizar, sobre todo teniendo en

cuenta sus influencias tan fuertemente marcadas en la política posterior a su vida

y que hasta el día de hoy marcan un precedente importante.

Conceptos Claves: Realismo político – Estado – secularización – Religión.

Macchiavelli y su propia secularización.

La época del Renacimiento marcó un gran hito en la historia de la

humanidad, el pensamiento da un giro y se comienza a concentrar en el hombre y

no en Dios. Por lo mismo, el pensamiento político como pensamiento directamente


Texto expuesto en I Jornadas de Historia del Pensamiento Político. Universidad Catolica de la Santísima
Concepción. Concepción, 25 al 27 de abril del 2012 Chile.

Licenciado en Educación mención Filosofía, Magíster (c) en Filosofía Moral, Universidad de
Concepción, Chile.

1
relacionado con el hombre y su forma de actuar en sociedad, vuelve a adquirir

gran importancia.

En este ambiente Niccolò Macchiavelli, (desde ahora utilizando su nombre

en italiano1con el fin de recuperarlo dejando de lado su versión española), tras su

paso por distintos cargos públicos en su ciudad natal, se dedica al análisis

filosófico político de los gobiernos, la fundación de estos, su desarrollo, así como

de los paradigmas que dominan la política de su época. Todo este trabajo

concluye en una separación entre la política y la moral, así como de la religión. De

esta forma, Macchiavelli termina asumiendo el “Realismo político” como base de

su pensamiento y que tiene como fin la búsqueda de la verdad effettuale.

Esta consideración de la verdad, se entiende como una verdad práctica, de

realización, y que no juzga en bien o mal, sino por los beneficios materiales que un

acto pueda traer. por lo mismo Leo Straus señala que:

Macchiavelli es el único pensador político cuyo nombre ha encontrado en el

uso común para designar un tipo de política que existe y que seguirá existiendo

cualquiera que sea su influencia, una política guiada exclusivamente por

consideraciones de convivencia, que emplea todo los medios, justo o injusto, el

acero o el veneno, para alcanzar sus fines – siendo su fin el engrandecimiento

de la propia patria -, pero también poniendo la patria al servicio del

engrandecimiento del político o del estadista, o del propio partido. (1964, 286 –

287).

1
Nacido en Florencia el 3 de mayo de 1469 y fallecido en Florencia 1527.

2
A pesar de lo anterior, este pensamiento no es original, ya que en Polibio 2

y Aristóteles3 se puede apreciar un desarrollo de estas ideas políticas. Es por esto,

que se puede decir que “lejos de ser un innovador radical, Macchiavelli es un

restaurador de algo antiguo y olvidado”, (STRAUSS; 194, 288) por lo que en

muchos puntos, el pensamiento del florentino se asemeja bastante al de

pensadores de la antigüedad, haciendo incluso alusiones explícitas o implícitas a

filósofos políticos que lo anteceden, como el caso de Aristóteles, de quien extrae

la estructura de los gobiernos.

Además, parte importante de su pensamiento es inspirado por alguien más

cercano a él en el tiempo, como su coterráneo Dante Alighieri, de quien extrae

muchas ideas a partir de su texto De Monarchia y Commedia y que quedan

explicitadas en varios capítulos de sus textos. Para explicitar esta relación

revisemos el caso del capitulo XI De la religión de los romanos de Los Discursos

sobre Tito Livio donde cita al poeta:

Rare volte resurge per li rami

L’umana probitade: e questo vuole

Quel che la dà, perche da lui si chiami.4

El primer problema que le preocupo a este pensador, nace con su

experiencia como funcionario público, que le permite comprender el problema de

2
Político e Historiador griego, nacido en Megalópolis (Arcadia) hacia 206 a. De J.C.
Nueva Enciclopedia Sopena. Diccionario Ilustrado de la lengua española. Editorial Ramón
Sopena, Barcelona, España. 1953. Tomo IV p. 827
3
Filósofo griego nacido en Estagira, ciudad de Calcidia, en Macedonia, en 384 antes de J.C.
Id, Tomo I p. 504
4
Rara vez se tramite la probidad humana, y así lo quiere quien la da, para que se proclame que de
él depende.

3
la unidad política y social italiana “tomando conciencia de una Italia fragmentada

políticamente frente al poderío y la ambición de las potencias europeas, tomando

como ejemplo la grandeza y la estabilidad de la antigua Roma, propone volver al

pasado en la conducción del estado”. (PUIGGROSS; 1985) Así, Roma se debe

entender como su paradigma, pues representa la idealización del Estado.

Este cambio de paradigma, el regreso al pasado con respecto a la política,

y el desecho de la teología medieval como forma de gobernar, hacen de un

proceso de secularización importante dentro de la política de Macchiavelli.

Macchiavelli versus Macchiavelli

Si tuviéramos la oportunidad de hacer una encuesta y consultar “¿Qué obra

conoce de Macchiavelli?”, seguro la más reconocida y leída seria El Príncipe. Y no

es raro que así sea, ya que en muchas clases de Filosofía Política e Historia en

distintos grados de nuestra educación, se nos muestra este texto del pensador

florentino. Sin embargo se desconocen los otros textos como Los Discursos sobre

la primera década de Tito Livio, El Arte de la Guerra, Descripción de Alemania,

Informe sobre los asuntos de Alemania y sobre el emperador, Descripción de

Francia y Carácter de los franceses, por solo nombrar los textos de política

publicados en español.

Ahora, si se nos permite concentrarnos en los textos de política más global

que tiene el pensador florentino, podemos rescatar El Príncipe y Los Discursos

sobre la Primera década de Tito Livio.

En Los Discursos está estructurada la base de su pensamiento, además de

que es donde se reconstruye toda la problemática del Poder, señalando, de qué

4
forma, dónde, cómo, cuántos y cuáles son los factores que ayudan a la

mantención del poder y el engrandecimiento del Estado.

Para este objetivo, Macchiavelli, revisa de forma crítica los textos del

historiador latino Tito Livio. Así Los Discursos sobre Tito Livio, pasa a ser un texto

noemático, es decir, no hay ideas utópicas en su pensamiento, todo es bien

calculado y pensado como para que un gobierno funcione y específicamente Italia,

tomando como gran paradigma Roma.

En contraposición se encuentra El Príncipe, pero que apunta a una realidad

completamente distinta. Se puede decir que es un texto que va dirigido a una

coyuntura, que considera su contexto histórico, etapa de la historia de Florencia

llamada El Cinquecinto, donde los Médicis después de ser desterrados de

Florencia por segunda vez, son restaurados en 1537 por el apoyo del Emperador

Carlos V y el Papa Pablo III generando un sin numero de rencillas y batallas tanto

dentro como fuera de Florencia. A causa de esto y en la cárcel, escribe este libro

con el fin de aconsejar a Lorenzo de Médicis, lo que debe y no debe hacer para

mantener el poder, y claro está, dentro de lo que el denomina “realismo político”.

Al comparar ambos textos, se puede concluir rápidamente dos cosas: 1º El

Príncipe es un texto de una prosa mucho más audaz, menos ejemplificadora, pero

mucho más radical, no hay mayores justificaciones ni explicaciones, es

básicamente un manual de cómo debe actuar Lorenzo de Medicis si quiere

mantener el poder. 2º Podría ser considerada como un grito desesperado para su

propia libertad. Si bien es cierto, Macchiavelli nunca pasa a llevar su propio

principio de “Realismo político”, el texto adquiere un tono muy diferente al que se

encuentra en Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, en el cual es

5
mucho más ejemplificador, observa detenidamente la Historia de Roma, y por

media de ella, extrae fundamentos específicos para el desarrollo político de su

contemporaneidad.

EL individuo como eje de la Jerarquización

Entendiendo que Macchiavelli rechaza las justificaciones teológicas para la

gobernación de un País, Principado, o Gobierno, es necesario también entender

cual es el rol del individuo como tal, dentro de este realismo político.

Primero, tomo aquí al individuo no como el concepto generalmente

utilizado, que se asemeja al de persona, sino más bien, al individuo como

particular, como uno. Esto nos permitirá entender que se gobierna de “uno para

unos”, vale decir de la individualización a la particularización de individuos que por

necesidad de sobrevivencia conforman una sociedad.

Así el pensador florentino en uno de los capítulos de mayor controversia del

Libro I, de Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio; “De cómo es

necesario que sea uno solo quien organice o reorganice una republica”

(MAQUIAVELO; 1957, 86), hace un análisis de porqué debe ser solamente un

sujeto el que concentre el poder de un gobierno. Esta tesis la justifica a partir de la

historia de Roma, que como ya se ha dicho es el paradigma de este texto.

En su argumentación parte del hecho siguiente: Rómulo asesina a su

hermano Remo, y posteriormente a Tito Tacio Sabino a quien había escogido

como asociado.

Este hecho encarnizado por Rómulo es una prueba argumentativa de

justificación sobre la legitimidad de matar a funcionarios de mayor grado por el

6
hecho de entorpecer con sus deseos o por coartar ciertos procesos (Como lo

fueron en el caso de las revoluciones). En este sentido, el ejemplo apunta a un

derecho del pueblo. A pesar de esto, no se debe mirar a Rómulo asesinando a su

hermano y a su compañero, sin mirar antes el fin de dicho cometido, vale decir, el

objetivo político.

En efecto, según Macchiavelli, el hecho que justifica a Rómulo del asesinato

de su hermano y ayudante con el fin de quedarse con el poder, es que no sería

por ambición, sino que lo realiza por el bien común. Así queda de manifiesto en el

hecho de haber organizado inmediatamente un senado que le aconseja, y a cuyas

opiniones ajustaba sus actos. (MAQUIAVELO; 1957, 87)

En este capítulo parece tomar con mayor fuerza la famosa frase extraída de

las lecturas de sus textos: “El fin justifica los medios”5, aunque la frase utilizada

con frecuencia por el autor en este capitulo es; “cuando el hecho acuse, el

resultado le excuse” (MAQUIAVELO; 1957, 86), ya que sin duda, el fin por el cual

Rómulo realizó estas matanzas favorecerían a la estabilidad de Roma.

En este mismo capítulo, en la cual el florentino justifica la concentración de

poder en un solo sujeto, se toma de la figura de Rómulo, como también la de Agis

y Cleómenes,6 para explicar la República en el sentido más general, “como un

gobierno no hereditario que es por lo tanto humano y para el bien común de la

5
N. del A.: Es importante destacar que esta frase nunca fue escrita ni dicha explícitamente por Niccolò
Macchiavelli, sin embargo, se ha hecho famosa con la autoría muchas veces atribuida al florentino, por el
hecho que es una frase extraíble con facilidad tras la lectura de sus textos de política, ya sea de “El Príncipe”,
de los “Discursos sobre Tito Livio” o de “El Arte de la Guerra”, siendo estos tres lo textos políticos más
conocidos de Macchiavelli.
6
N. del A.: Ambos reyes de Esparta, los cuales siguieron con la idea de gobernar uno solo basándose en las
ideas de las leyes de Licurgo.

7
patria, este mundo. Su autoridad divina difiera de la autoridad divina en que

permite también a sus ‘sucesores’ tener autoridad” (MANSFIELD; 1986, 71).

La Religión a favor de la conquista del Poder

La perspectiva de análisis que privilegia, descansa en una mirada que la

entiende como aquella instancia capaz de ordenar una República, haciendo

posible, por ejemplo, un ejército por el temor que los soldados le tienen a Dios o

Dioses más que a las leyes terrenales.

Roma estaba acostumbrada a una fuerte empresa de guerra y de

conquista, guiada siempre por Rómulo, sin embargo, una vez que Rómulo deja el

poder, esto cambia, y la forma de dominar tanto al pueblo de Roma como

aumentar el ánimo de los soldados, toma un matiz completamente distinto. Para

esto, la figura de lo religioso es fundamental. El personaje clave en el asunto es

Numa quien no tiene el poder bélico de su antecesor Rómulo, pero es quien supo

instaurar la religión en Roma.

Numa usando lo religioso logra ordenar algunas cosas; especialmente en el

caso del control del ejército. Pero, también en el caso de los habitantes de Roma.

Numa, simuló tener conexiones con una ninfa que le señalaba que hacer y que no

hacer, lo que le ayudó a crear cierto miedo, en los habitantes como mecanismo de

dominio.

La religión, por lo tanto, tiene una existencia plenamente utilitaria, es usada

como medio de control y no de fé o salvación, tomando ese rol en épocas

posteriores de la historia.

8
El florentino, continúa con su examen a la religión de los principados en el

capítulo XII “De lo importante que es hacer gran caso de la religión, y de que Italia,

por no hacerlo, a causa de la iglesia romana, está arruinada” (MAQUIAVELO;

1957, 96). Mantiene su postura que la observa como funcional al gobernante, pero

agregando una crítica a las religiones cuando son débiles, ya que si los príncipes

de las naciones cristianas hubieran mantenido la religión conforme a las doctrinas

de su fundador, los estados y las repúblicas cristianas estarían mucho más unidas

y serían mucho más felices que lo son (MAQUIAVELO; 1957,98).

En esta línea, Macchiavelli viene a sostener que mantener una religión

fuerte, implica necesariamente que ocurran actos explicables solo por medio de lo

religioso que convenzan de una determinada doctrina que es lo que se da en

Roma.

En efecto, los romanos fueron personas religiosas, por lo que los milagros

fueron importantes para mantener su fe, por tanto, el orden dentro de un

principado. Esta impronta se mantiene incluso si estos salían de su propio

territorio. Es lo que paso cuando los solados romanos llegaron a Veyos, en

Etrusca, y al ingresar en alguno de los templos de Juno, consultaron a una estatua

de la diosa “vis venire Romam? (¿quieres venir a Roma?)”7. Algunos creyeron ver

que la estatua movía la cabeza afirmativamente, otros simplemente la escucharon

decir que “Si”. Este hecho es un ejemplo de lo valioso que son los acontecimientos

de carácter religioso, pues permite que se mantenga la fidelidad a la fe y la lealtad

7
Íbid. p. 97

9
al principado romano. No solo en los milagros se nota la religiosidad del hombre

romano, sino en todo su hacer.

Numa al instaurar la religión como un elemento de control del pueblo hace

una gran inversión para los gobernantes venideros, los cuales podían seguir con

esta misma idea, pues son ellos los que son capaces de dialogar con los dioses y

trasmitir sus ideas al resto de la gente. De esta forma, es el emperador o

gobernante el nexo entro lo terrenal y lo divino. Más, este carácter de lo religioso,

debe ir acompañado por una serie de ritos, ceremonias, sacrificios que los

hombres poco a poco fueron adaptando y haciéndolos propios. El resultado de

todo eso es una plena identificación con la religión, y por ende con el Estado.

La identidad del hombre con la religión trajo muchos beneficios a Roma,

sobre todo en batalla, pues cuando los soldados veían gastadas sus fuerzas, por

la fe y miedo al castigo de los dioses se envalentonaban y luchaban con más

fuerza hasta lograr la victoria.

Para aumentar más su visión respecto del rol que cumple la religión dentro

de Roma, Macchiavelli, no evita resumir ejemplos tomados de Tito Livio para tener

una visión mucho más fundamentada de su postulado. Así, destaca que muchas

de las empresas, re-estructuraciones de la ciudad y control de tumultos exaltados,

fueron llevadas a cabo gracias al respeto del pueblo de Roma para con la religión.

Es decir, los romanos obedecían al príncipe o al senado, quienes se justificaban

por medio de los oráculos para ordenar al pueblo, de otra forma podría venir un

castigo divino. O que los dioses estaban molestos porque no realizaron una

determinada acción, una determinada empresa. Todas estas artimañas fueron

manejadas por los príncipes, y el senado romano.

10
A pesar del respeto que le tenían los romanos a su religión, esta también se

encuentra sometida a interpretación, por lo que muchas veces se obedece más a

la razón que a los augurios. Con respecto a esto mismo, Macchiavelli, plantea dos

ejemplos en que la interpretación, o la manipulación de algunos augurios, no han

sido obedecidos del todo, pero sin perder el respeto a la religión. Uno de estos

ejemplos dice que “entre los aurúspices habían algunos, llamados polarios, que

acompañaban dar la batalla al enemigo, pedíanles que hicieran los auspicios, que

consistían en echar de comer a los pollos sagrados. Si éstos picoteaban con afán,

era buen augurio y daban la batalla; y si no, se abtenían de pelear. Sin embargo,

cuando habían motivos racionales para hacer alguna cosa, aunque los auspicios

fuesen contrarios, la realizaban; pero disfrazando los actos de tal suerte, que, al

parecer, no la ejecutaban en desprecio de la religión”. (MAQUIAVELO; 1957, 102)

La religión es útil en distintos contextos, y no solo es ocupada por los

romanos. Por esta razón, el pensador florentino nos señala que también pueblos

extranjeros se ven beneficiados con la buena utilización de la religión, como lo es

el caso de los samnitas. El ejemplo relata que los samnitas, perdiendo la batalla

contra las legiones de Papirio en Anquilona, realizaron un rito religioso que

produjera obstinación y valentía en los soldados durante la batalla, lo cual

funcionó, sin embargo, y a pesar de la buena utilización del recurso religioso,

perdieron la batalla.

Macchiavelli, logra dilucidar que en el caso de la Península Itálica de su

época, la religión a sido un factor desventajoso para la unificación de está, ya que

carece del poder suficiente como para unir la Península, pero tampoco es tan débil

para dejar que otro la domine. No existía la posibilidad de unificación, según el

11
florentino, si la Sede Pontificia se mantenía ahí, ya que las únicas formas de

unificación son a través de “gobiernos republicanos o monárquicos, como a

sucedido a Francia y a España”, (MAQUIAVELO; 1957, 98) y esto involucra

también a que la Santa Sede se mantuviera dentro de los parámetros de

gobiernos que existían.

Con esto, Macchiavelli, termina el tema de la religión, dejando en claro la

utilidad que esta cumple en Roma y así, develando que no solo en Roma, sino

también en los pueblos extranjeros, la religión fue útil para los gobernadores.

El Individuo, la virtud y el Realismo Político

A pesar de que en Macchiavelli se puede ver un total desalojo de la ética y

la moral en el ámbito político, no podemos menospreciar el hecho que a partir de

toda su teoría esta la intención de llegar a un bien, por lo mismo hay una virtud

que es esencial para el desarrollo de esta, la Hombría.

La hombría es clave para el desarrollo de la política según el pensador

florentino, ya que la valentía va a ser esencial para que el individuo que va a tomar

las decisiones de carácter político las pueda llevar a cabo no temiendo a las

consecuencias que estas puedan tener, pero ha esto se le suma, que para el

filósofo, quien es tremendamente machista, la Mujer no es un aporte al gobierno,

la mujer es un estorbo. Sin ir más lejos dedica varios capítulos a este tema, uno de

ellos es el capitulo XXVI del tercer libro de Los Discursos sobre Tito Livio, De

cómo por causa de las mujeres se arruina un Estado, señalando como las mujeres

han generado grandes batallas haciendo perder el poder de un Estado a personas

que tenían una buena administración.

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Por esta razón, la virtud que nos acerca al bien en la política según

Macchiavelli seria la hombría, ya que recae en el hombre la valentía, y no en la

mujer.

Bajo todo lo anteriormente dicho, podemos ya aventurarnos a concluir que

para el pensador florentino, la política no debe tener rasgos éticos que soporten la

política, más bien la moral construida a partir de la religión esta al servicio de la

política y del poder, pero no al revés, por lo mismo, la religión debe estar al

servicio de la política y del poder, haciendo que en toda relación entre el individuo

y el poder, sea responsable revisar todos estos elementos que son indispensables

para el desarrollo de las ciudades y del poder político en un gobierno y

gobernante.

Bibliografía
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Estudios Políticos, Madrid.

 Villari, Pasquale. (1953) Maquiavelo, su vida y su tiempo. Biografías

Gandesa. México 1953.

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