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“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” 

Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones

(S-2140/16)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,..

Artículo 1: Incorpórase como párrafo segundo del Artículo 6° de la Ley


Nacional 23.968, el siguiente:

“Demarcase con carácter definitivo y obligatorio, en los términos del


artículo 76 inciso 8) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el
Derecho del Mar, el límite exterior de la Plataforma Continental
Argentina trazado de acuerdo con los puntos consignados en la
presentación de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la
Plataforma Continental y adoptados por la Comisión de Límites de la
Plataforma Continental de la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar”.

Artículo 2: Comuníquese al Poder Ejecutivo. –

Norma H. Durango. – Juan M. Abal Medina. –

FUNDAMENTOS

Señora Presidente

Uno de los componentes centrales y constitutivos de un Estado es un


territorio delimitado donde ejerce su potestad soberana, elemento
fundamental para crear un Estado de derecho y construir un sentido
de Nación para que esa facultad sea reconocida, consentida y
acatada. En este sentido, la Constitución Nacional atribuye en su
artículo 75 inciso 15 la autoridad del Congreso Nacional para arreglar
definitivamente los límites del territorio nacional. Por ello, a
continuación se expresan los argumentos que avalan una
trascendental pieza de legislación que permitirá avanzar en el
establecimiento de los márgenes de la patria.

La reglamentación codificada del derecho marítimo tuvo un largo


recorrido para llegar a la Convención de las Naciones Unidas sobre el
derecho del Mar. La falta de una sistematización del derecho condujo
en el S. XX a la yuxtaposición de normas convencionales y
consuetudinarias en la materia, por lo que se reveló fundamental
avanzar en la elaboración de un documento que permita regular el uso
del mar. En 1931, en el marco de la experiencia fallida de la Sociedad
de las Naciones, se fracasó en el primer intento por confluir en una
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norma de amplio alcance. Luego de la Segunda Guerra Mundial, la


Comisión de Derecho Internacional de la Asamblea General -de la
recientemente creada ONU- preparó durante ocho años una serie de
convenios que fueron aceptados sin demasiadas observaciones en la
Conferencia de Ginebra de 1958. No obstante ello, surgieron debates
en torno a la extensión y delimitación del mar territorial y la zona
contigua que condujeron a una revisión de los convenios, por lo que se
celebró una nueva conferencia en Ginebra en el año 1960.En la
votación, por un escaso margen, se mantuvieron los criterios
tradicionales de delimitación marítima. En aquel entonces, hace ya 56
años, los países latinoamericanos habían elaborado y presentado su
tesis de las 200 millas de mar territorial, postura que asimilaba el mar
territorial a una porción misma del territorio ribereño por lo que el
Estado en cuestión ejercía la soberanía plena sobre eso espacio
marino.

Luego de importantes cambios políticos, como la descolonización de


África y Asia, y económicos, como el abandono del patrón oro entre
otros, se produjeron importantes cambios que se vieron reflejados en
los acuerdos para regular los límites marítimos. No obstante, la
controversia internacional sobre la anchura del mar territorial estuvo
planteada en términos prácticamente inflexibles, razón por la cual los
Estados Unidos y la entonces Unión Soviética formularon un proyecto
conjunto que fijaba en 12 millas marinas ese espacio y convocaron a
una nueva conferencia internacional. Los debates en la III Conferencia
del Mar, que se continuaron por el término de 10 años, llegaron a una
conciliación de intereses con la firma de la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar el 30 de abril de 1982 en
Montego Bay, Jamaica. Se acordó la determinación de la extensión del
mar territorial de 12 millas marinas, más una zona contigua de 12
millas y la creación de un nuevo espacio marítimo; la zona económica
exclusiva que se extendía más allá del límite exterior del mar territorial
hasta una distancia de 200 millas marinas y en la que el Estado
ribereño ejerce plenos derechos de soberanía para los fines de
exploración y explotación, conservación y administración de los
recursos naturales, tanto vivos como no vivos, de las aguas
suprayacentes al lecho del mar y con respecto a otras actividades de
la zona, tal como la producción de energía derivada del agua, de las
corrientes y de los vientos, entre otras. Finalmente, estableció que en
determinadas circunstancias el límite territorial de un país podrá
extenderse más allá de las 200 millas cuando se registraran
determinadas condiciones de extensión de la plataforma continental.

La República Argentina estableció su mar territorial de 200 millas


marinas de ancho por medio de la ley 17.094 en el año 1967 y más
tarde, en 1991, adecuó por medio de la Ley Nacional 23.968 la fijación
del límite exterior de su plataforma continental según lo estipula la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
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(CONVEMAR), ratificada en 1995 por la Ley Nacional 24.543. Si bien


la ley 23.968, que establece los puntos de base de medición para el
trazado de las líneas, fue aprobada antes que la ratificación del
instrumento internacional, el legislador previó armonizar ambos
instrumentos. Por ello, la ley contempla correctamente en su artículo 6
que “la plataforma continental sobre la cual ejerce soberanía la Nación
Argentina, comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas
que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la
prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen
continental, o bien hasta una distancia de doscientas (200) millas
marinas medidas a partir de las líneas de base que se establecen en
el artículo 1 de la presente ley, en los casos en que el borde exterior
no llegue a esa distancia”. Ahora bien, al momento de la sanción de la
ley quedó abierto el desafío de demarcar el límite definitivo y
obligatorio del borde exterior del margen continental donde éste sea
mayor a las 200 millas medidas desde la costa, según el régimen
previsto en la CONVEMAR. Entonces, de manera de avanzar con la
tarea, el Congreso Nacional primero ratificó el instrumento
internacional en 1995 y luego, por medio de la sanción de la Ley
Nacional 24.815, creó en 1997 la Comisión Nacional del Límite
Exterior de la Plataforma Continental (COPLA) con la misión de
elaborar una propuesta definitiva para demarcar el límite exterior en
virtud de lo estipulado en la CONVEMAR. Para poder definir hasta
dónde se extiende el borde exterior del margen continental y demarcar
el límite exterior de la plataforma continental más allá de las 200
millas, la Convención establece dos criterios en el artículo 76.4:

(i) Una línea trazada, de conformidad con el articulo 76.7, en relación


con los pintos fijos más alejados en cada uno de los cuales el espesor
de las rocas sedimentarias sea por lo menos el 1% de la distancia más
corta entre ese punto y el pie del talud continental; o (ii) Una línea
trazada, de conformidad con el artículo 76.7, en relación con puntos
fijos situados a no más de 60 millas del pie del talud continental.

El artículo 76 inciso 5 establece dos restricciones. Los puntos fijos que


constituyan el límite exterior de la plataforma continental, trazados de
acuerdo con los criterios anteriormente mencionados, no deberán
exceder de 350 millas contadas desde las líneas de base establecidas
en la ley 23.968 o de 100 millas contadas desde la isobata de 2.500
metros.

Con la sanción de la Ley Nacional 24.815 que crea la COPLA, este


Congreso Nacional dio inicio a la tarea para el trazado del límite
exterior de la plataforma continental del Estado argentino, en tanto
dicha plataforma se extienda más allá de las 200 millas contadas
desde los puntos de medición en la costa, a partir de los cuales se
mide la anchura del mar territorial, mediante líneas rectas, cuya
longitud no exceda de 60 millas, que unan puntos fijos definidos por
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medio de coordenadas de latitud y longitud, según se estipula en el


artículo 76.7 de la Convención del Mar. La COPLA tuvo la difícil tarea
de definir el punto más provechoso para la Argentina, es decir, aquel
más lejano posible del punto de base. Luego de este enorme desafío,
tuvo que conglomerar toda la información sobre los límites de la
plataforma continental más allá de las 200 millas y entregarla a la
Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano
emanado de la CONVEMAR. Es esta Comisión la encargada de
formular recomendaciones una vez estudiado profundamente el caso,
haciendo recomendaciones a los Estados ribereños sobre lo relativo a
la determinación de su límite exterior de la plataforma. Finalmente, el
artículo 76.8 estipula que los límites que establezca un Estado
ribereño tomando como base tales recomendaciones serán definitivos
y obligatorios.

Para llegar a la presentación final, la COPLA fue creada en el ámbito


del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto
e integrada también por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas
y el Servicio de Hidrografía Naval. Además, el Congreso facultó a la
COPLA su trabajo interministerial por lo que también colaboran con
ella el Ministerio de Planificación, Inversión Pública y Servicios, del
Ministerio de Ciencia, Tecnología a Innovación Productiva, del
Ministerio de Industria y Comercio, de la Comisión Nacional de la
Carta Geológica y de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.
Asimismo, se han efectuado tareas de cooperación científica con el
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET), la
Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la
Universidad Nacional de Rosario, el Instituto Geofísico-Sismológico de
la Universidad Nacional de San Juan, el Instituto de Geodesia de la
Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, la Dirección
Nacional del Antártico -Instituto Antártico Argentino- y la Facultad
Regional de Río Grande -Extensión Áulica Ushuaia- de la Universidad
Tecnológica Nacional, entre otros.

Entonces, en 1997 fue asumido un desafío que tiempo más tarde se


convirtió en política de Estado. Para poder elaborar una propuesta
científica y jurídicamente sólida se necesitaron 432.600 horas hombre
de trabajo hasta la presentación realizada el día 21 de abril de 2009.
Ello no ha sido solamente posible por el mayor o menor apoyo
económico recibido, sino porque se ha mantenido la continuidad de un
equipo de trabajo con profesionales idóneos del Estado y contratados
especialmente para la tarea. Este apoyo sistemático ayudó al
cumplimiento de un cronograma de tareas que fue desarrollado desde
la creación de la COPLA, pero fue más determinante la pasión y
dedicación que dieron cientos de servidores públicos para estar a la
altura del desafío. Sin dudas, el compromiso registrado para reunir y
analizar todos los elementos geomorfológicos, geológicos, geofísicos e
hidrográficos y confluir en un compendio de superlativa validez
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científica y sustento jurídico ha sido también clave para que la


Comisión de Límites de la Plataforma Continental aprobara por
consenso las recomendaciones sobre el límite exterior de la
plataforma continental. Como resultado se demuestra la prolongación
natural del territorio de la Argentina que se entiende más allá de las
200 millas.

Para el trazado del límite, la República Argentina siguió las tres etapas
que mandan las Directrices Científicas y Técnicas de la Comisión de
Límites de la Plataforma Continental:
1. Aplicó las dos fórmulas positivas, que permitieron trazar la línea
envolvente exterior o línea de las fórmulas.
2. Aplicó las dos restricciones, lo que le permitió trazar la línea de
las restricciones.
3. La combinación de ambas líneas permitió trazar la envolvente
interior que presentan el límite exterior de la plataforma continental
argentina.

Llevar a cabo semejante tarea no fue para nada fácil. El margen


continental argentino es uno de los más extensos del mundo y
sumamente complejo desde el punto de vista geológico por
encontrarse constituido por tres ámbitos geotectónicos y
tectodimensionales diferentes y, por lo tanto, se relaciona con tres de
los tipos diferentes de márgenes definidos por las Directrices. No
obstante ello, siguiendo las directrices de la CLPC pudo arribarse a
una propuesta sólida que fue adoptada. Sin votos en contra, la CLPC
emitió las recomendaciones para que la Argentina demarque el límite
exterior de su plataforma de manera definitiva y obligatoria.

Es importante destacar que la presentación aprobada comprende la


parte Norte de la plataforma continental, desde el Río de La Plata
hasta los 48º Sur aproximadamente. Sin embargo, el trabajo también
ha sido realizado para el sector de las Islas Malvinas, Georgias del
Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes y
también sobre la Antártida Argentina. Estos dos últimos no fueron
considerados por la CLPC, pero es necesario remarcar que para el
primer caso reconoció la existencia de una disputad de soberanía
entre la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte. Ello representa un avance considerable por cuanto un
organismo técnico del sistema de Naciones Unidas reafirma que es un
territorio reclamado por dos partes. En el mismo sentido, dicho
argumento fortalece la posición argentina y suma herramientas para
insistir con el llamamiento al diálogo para resolver el diferendo, como
manda la resolución 2065 de la Asamblea General. Sobre la cuestión
de la Antártida, sostuvo que el régimen del continente blanco estaba
regido por el Tratado Antártico y que no podía resolver por el
momento.
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Entonces, dado que la CONVEMAR reconoce la competencia respecto


de la delimitación marítima entre Estados reside en los propios
Estados, proponemos este proyecto de ley que se inscribe en una
larga serie de esfuerzos para engrandecer la soberanía. Las
delimitaciones por aprobar expanden en total las fronteras de la patria,
por la prolongación natural del territorio, en 1.700.000 km2 de mar,
que resultan de la distancia entre las 200 millas marinas y el límite
exterior, es decir las 350 millas en algunos casos. Esto equivale a
cerca del 48% del territorio emergido de la República Argentina, que
se suman a los aproximadamente 4.800.000 km2 comprendidos entre
la costa y las 200 millas marinas. Así, se amplía un 35% el dominio
sobre el lecho marino.

Las esforzadas conquistas obtenidas no pueden hacer más que


animarnos a continuar por la misma senda del trabajo. La Argentina
puede constituirse en el país que todos soñamos si se fortalecen las
políticas de Estado y las mismas se sostienen a lo largo de décadas.
Esta valiosa experiencia debe servirnos como faro para iluminar el
camino que el país debe transitar hacia el futuro. Todos los partidos
políticos con representación parlamentaria deberíamos conocer este
caso y replicarlo en todas las políticas públicas, de manera de
aprovechar al máximo los esfuerzos de los argentinos. Sabemos que
tenemos la capacidad de lograr grandes cosas, pero ahora debemos
convencernos que el trabajo exitoso requiere ser madurado en el
tiempo.

Por ello, llamo a mis pares a consustanciarse con esta gran proeza y a
seguir trabajando juntos para lograr el cometido que nos demanda el
gran pueblo argentino. Con aporte, dedicación y entendimiento
podemos entre todos construir una sociedad más justa, soberana y
equitativa para nosotros, los nuestros y los que vendrán.

Norma H. Durango. – Juan M. Abal Medina. –

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