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CODIGO PE/GP - 03

CONOCIMIENTO GEOPOLITICO
Tomando del libro ¿Qué es la Geopolítica?
de Jorge Atencio Edit. PLEAMAR Bs. 1965
págs. 21 - 65

a. Definición

El nacimiento de toda disciplina científica fue precedido por observaciones


efectuadas por los hombres, de diferentes lugares y en distintos idiomas,
relativas a una rama particular del saber humano. Como paso previo para
que esas observaciones pudieran constituir un cuerpo ordenado y
metódico, fue indispensable determinar y uniformar el valor y el alcance de
las palabras, dándoles universalidades a éstas y a los conceptos que
envuelvan.

Tanto la génesis del conocimiento científico, promovida por esas


observaciones como la conformación del lenguaje particular de cada
ciencia, disciplina o técnica científica, ha requerido en el transcurso del
tiempo, que en algunos casos, debe ser medido en siglos, y que está en
relación con el desarrollo de la inteligencia del hombre y con los medios de
que ha dispuesto para comunicar, sus descubrimientos a sus semejantes
que tuvieron análogas inquietudes.

Ambos factores del proceso científico; inteligencia y medios, unidos a la


actual tendencia a la especialización, han promovido a la vez grandes
adelantos en el saber y la necesidad de la exactitud semántica.

En el conocimiento humano, hoy más que nunca, las palabras son


instrumentos y herramientas, cuyo buen empleo posibilita una buena
artesanía intelectual.

En Geopolítica, disciplina de larga gestación, pero aparecida en el


escenario científico en nuestros días, instrumento del lenguaje presenta
conceptos que deben localizarse y fijarse con palabras exactas; exactitud
que no priva, en una nueva dimensión de la inteligencia, el otorgar validez
dinámica a las palabras que antes se nos aparecían como estáticas pero
sin alterar las verdades fundamentales.

Es por ello que a fin de coordinar criterios y de informar al lector acerca de


términos en boga sobre cuyo significado no hay todavía doctrina
uniformemente sentada lo que es explicado por la novedad Geopolítica,
empezando por su definición, iremos siguiendo un método analítico que
nos permita encontrar la adecuación entre las palabras y los conceptos.

La palabra española «Geopolítica», en inglés «Geopolities» y en francés


«Geopolitique», es traducción de la palabra alemana Geopolítik, vocablo
creado por el profesor sueco de Historia y Ciencias Políticas, Rudolf Kjellen
y ha empleado en sus obras, en especial en su última: «El Estado como
Manifestación de la Vida» (1916). Cabe aclarar que muchos autores de
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habla inglesa prefieren las palabras «Geografía Política», en reemplazo de


«Geopolitica», lo que es menester tener en cuenta en la interpretación de
su contenido, para satisfacer con brevedad y en forma fácil la inquietud de
saber que conocimientos abarca, cuál es el objetivo y que fines persigue la
Geopolítica, podríamos sin más dar una definición.

Pero las características de dichos conocimientos, en especial últimamente


recién en su estructuración, aconsejan que lleguemos a esa definición
inductivamente.

Veremos entonces, en primer término, cómo se ha definido, mencionando,


con su comentario las definiciones dadas, luego analizaremos las ideas de
los pensadores, considerados sus precursores; y por último, se concluirá
con una definición que reúna las condiciones de tal, vale decir breve, clara,
expresada en terminología usual entre nosotros, y precisa en la interpreta-
ción del actual conocimiento geopolítico, al menos ésta será nuestra
intención.

Como se podrá apreciar enseguida, en general no se han dado definiciones


claras y concretas que reúna el pensamiento de todos los autores y que
circunscriban la esencia y cuestiones que abarca la Geopolítica. Durante
siglos, hasta 1916, existió un conjunto de conocimientos que hacen al
pensamiento geopolítico, pero por no existir un vocablo que los condensara
los hombres que se ocuparon de el, no llegaron a substraerlo de lo
puramente geográfico o político. Los que escribieron conposterioridad, al
parecer acuciados más por la necesidad de aplicar éstos conocimientos
que por la de metodizarlos y ordenarlos, no siempre concretaron una
definición y si lo hicieron, fue respondiendo a puntos de vista particulares,
no exentos a veces, de determinismo geográfico, de evidente parcialidad o
tendenciosamente.

En cuanto a las definiciones existentes o a los conceptos que pueden


ayudarnos a escrutar el pensamiento de los autores a falta de aquellas, una
rápida mención y comentario nos permitirá realizar la antedicha tarea
inductiva.

En mérito al creador del vocablo y con la intención de establecer el


pensamiento que les dio origen, empezaremos con la definición de Kjellen.
Advertimos que en ésta, como en las demás y en todas las transcripciones
que haremos se respetarán los términos originales de los autores, a fin de
que lleguen al lector sus ideas tal cual fueron expresadas, salvo las
dificultades de traducción. La interpretación de esas ideas queda libradas al
criterio y conocimiento de los lectores; las aclaraciones y comentarios que
agregaremos están animadas por el propósito de esta obra.

La definición del pensador sueco dice: GEOPOLITICA ES LA CIENCIA


QUE CONCIBE AL ESTADO COMO UN ORGANISMO GEOGRAFICO O
COMO UN FENOMENO EN EL ESPACIO. Es evidente que esta definición
no informe satisfactoriamente a quien desea saber, sin estudios previos,
¿Qué es la Geopolítica? para interpretarla a priori sería menester conocer
las ideas de su autor, las que esbozaremos más adelante. Como anticipo
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de su interpretación, debe tenerse en cuenta que las ideas fundamentales


de Kjellen responden a su concepción del Estado como organismo viviente,
que se manifiesta en cinco aspectos: el territorio, el pueblo, la economía, la
sociedad, y el gobierno.

Kjellen empleó el vocablo Geopolitik para estudiar al primero de dichos


aspectos: el territorio, de donde se induce «geo» se refería a «tierra» y no a
«geografía».
Dividió a la ciencia política en cinco ramas que tienen como objeto el
estudio de cada uno de esos cinco aspectos, consideró al territorio, en lo
fundamental, desde el punto de vista de:

- El espacio, el tamaño y la forma.


- La situación con respecto al mar y a otros Estados.
- A los cambios en la situación, debidos a un aumento o
disminución en el poder de uno o varios de los Estados
vecinos.
- La historia de las pasadas cuestiones geográficas y el papel
que las mismas representaron en la política exterior.

Sobre estas bases estableció un sistema para demostrar cómo el territorio


influye en la política internacional. Vemos que esta definición además de
ser poco explícita a incompleta, no responde al moderno concepto de la
Geopolítica, pues sólo considera a un factor geográfico.

Para juzgarla como definición se le debe tomar tal cual fue dada por su
autor. Sostenemos esto a fin de no desvirtuar el pensamiento del bautista
de la geopolítica en su interpretación, ya que otros autores, como Henil y
Korholz, entienden encerrar las ideas de Kjellen en forma distinta a las
originales y dicen...» no nos proponemos otra cosa que enseñar la
Geopolítica según lo entendía Kjellen, el creador de este vocablo", a saber
«La influencia de los factores geográficos, en la más amplia acepción de la
palabra sobre el desarrollo político en la vida de los pueblos y Estados»

Atendiendo a la labor realizada en la investigación y divulgación de la


Geopolítica, correspondería después de Kjellen, mencionar una definición
de Karl Haushofer, principal propulsor de estos trabajos en Alemania, pero
en realidad no existe ninguna que puede atribuirse exclusivamente a él.
Algunos autores, principalmente estadounidenses, influidos por la lucha en
el terreno científico, que también existió durante la última guerra mundial, le
atribuyeron definiciones que no son tales, sino conceptos parciales sobre
ciertos aspectos de la Geopolítica alemana a los cuales llevaban el centro
de gravedad de sus ataques.

Así por ejemplo, Weigert le atribuye como definición de Geopolítica dada


por Haushofer, la frase siguiente:

"LA GEOPOLITICA, ES LA BASE CIENTIFICA DEL ARTE DE_ LA


ACTUACION POLITICA EN LA LUCHA A VIDA O MUEFTE DE LOS
ORGANISMOS ESTATALES POR EL ESPACIO VITAL".
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De su análisis se induce que éste es un concepto del sabio alemán y no


una definición, pues no llena los requisitos para ser tal. Merecen análogos
comentarios estos y otros conceptos de Haushofer, a los que se les da el
carácter de definición:

"GEOPOLITICA ES LA CIENCIA DE LAS FORMAS DE VIDN EN LOS


ESPACIOS VITALES NATURALES, CONSIDERADOS SU VINCULACION
CON EL SUELO Y EN SU DEPENDENCIA DE LOS MOVIMIENTOS
HISTORICOS". Haushofer fue consciente de la falta de definición cuando
ya la Geopolítica había avanzado bastante, y no intentó imponer una suya,
sino que, en 1928, reunió a sus principales colaboradores Erich Obst.
Hernan Lautensach y Otto Maul, con el especial objetivo de definir a la
Geopolítica, publicando luego en la «Revista de Geopolítica» (Zeitschirift
fur Geopclitih;; la siguiente definición r: conocida con el nombre de
«oficial». GEOPOLITICA ES LA, DOCTRINA DE LAS RELACIONES DE LA
TIERRA CONJ LOS DESARROLLOS POLITICOS. Tiene como base los
sólidos fundamentos de la Geografía, en especial de la Geografía Política,
como doctrina y estructura de los organismos políticos del espacio. «Los
descubrimientos de la Geografía en cuanto al carácter de los espacios de
la tierra, representan el armazón de la Geopolítica. Los acontecimientos
políticos han de ocurrir dentro de esta armazón para poder tener
consecuencias favorables permanentes. Aquellos que moldean la vida
política ocasionalmente, podrán apartarse de este armazón, pero, antes o
después ha de prevalecer la característica limitación terrestre de los
acontecimientos políticos». De este modo la Geopolítica se convierte en la
doctrina de un arte, la cuestión de guiar la política práctica hasta este
punto, es la que obliga a dar un paso hacia lo desconocido. Este paso sólo
alcanzará el éxito si se está inspirado por. conocimientos geopolíticos. «La
Geopolítica debe ser y será la conciencia geográfica del Estado».

Apreciamos que esta definición tiene como valor el expresar la esencia del
pensamiento de la escuela geopolítica de los estudiosos identificados con
Haushofer. Tiene como definición, el defecto de ser demasiado extensa y
de emplear un lenguaje poco explícito para quien no tenga conocimiento de
dicha escuela. Este defecto debe atribuirse a las varias traducciones que
ha sufrido (Alemán, Inglés, Español), a la terminología particular de los
geopolíticos alemanes y al afán de sus autores de hacerla completa.

Strauss Hupé y Weiger dan sus respectivas versiones de la misma, que


transcribimos a fin de que el lector juzgue la diferencia en las palabras y en
los conceptos.

Strauss Hupé la menciona así: LA GEOPOLITICA ES LA CIENCIA DE


LAS RELACIONES DE AMBITO MUNDIAL DE LOS PROCESOS
POLITICOS, SE BASA EN LOS AMPLIOS CIMIENTOS DE LA
GEOGRAFIA, EN ESPECIAL DE LA GEOGRAFIA POLITICA QUE ES LA
CIENCIA DE LOS ORGANISMOS POLITICOS EN EL ESPACIO Y DE LA
ESTRUCTURA DE LOS MISMOS, ADEMAS LA GEOPOLITICA SE
PROPONE PROPORCIONAR LOS UTILES PARA LA ACCION POLITICA
Y LAS DIRECTRICES PARA LA VIDA POLITICA COMO CONJUNTO, DE
ESTE MODO LA GEOPOLITICA SE CONVIERTE EN UN ARTE DE
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GUIAR LA POLITICA PRACTICA LA GEOPOLITICA ES LA CONCIENCIA


GEOGRAFICA DEL ESTADO.

En cambio Weigert transcribe a la definición «oficial» de esta manera:


«Geopolítica es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos
políticos con relación al suelo. Se basa sobre los amplios cimientos de la
Geografía, en especial de la Geografía Política, doctrina de la estructura
especial de los organismos (del Estado) políticos. La Geopolítica aspira a
proporcionar ¡es armas para la acción política, y los principios que sirvan
de guía en la vida política ..... La Geopolítica debe convertirse en la con-
ciencia geográfica del Estado».

Hernán Franje, es un autor alemán que publicó un libro titulado «La


Geopolítica se Convierte en Geopolítica de «Defensa» (1936), En el que
comenta la definición «oficial» y da una versión suya. Es una disciplina que
prepara al investigador para el arte de la política y de la estrategia de
acuerdo con las líneas probadas por la Historia que corren a través de la
faz de la tierra». Luego refiriéndose a sus aplicaciones a la estrategia y
para aclarar lo de «Geopolítica de defensa», agrega: «La Geopolítica de
defensa señala la influencia que la topografía, el clima, la flora y la
población ejercen sobre la estrategia. De este modo nuestros
conocimientos de Geografía que se adaptan a las necesidades de la
política y de la ciencia militar.

Como definición no es totalmente satisfactoria, pero compendia y aclara los


conceptos de la «oficial», en especial al señalar la utilidad que puede
proporcionar al político y al militar. Debe observarse que limita a cuatro los
factores geográficos que influyen en la estrategia. El mismo autor menciona
que una radio emisora alemana; definió con acierto a la Geopolítica como:
«La ciencia de la relación entre el espacio y la política, que tiende en
especial a mostrar como pueden transformarse los conocimientos
geográficos en caudal intelectual para los dirigentes políticos». Esta
definición, pese a tener la virtud de ser breve, no es muy completa y si bien
es comprensible para quienes ya tengan conocimiento geopolíticos, no es
suficientemente informativa; agrega ideas sobre su utilización por los
políticos.

Hans Weigert, profesor estadounidense, dice en su libro GEOPOLITICA -


GENERALES Y GEOGRAFOS: «Por el momento nos contentaremos con
definir a la Geopolítica como Geografía Política aplicada a la política del
poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra» y más
adelante agrega: al (desarrollar) relacionar todo desarrollo histórico con las
condiciones de espacio y suelo, y al considerar la Historia como
determinada por esta fuerzas eternas, la Geopolítica intenta predecir el
futuro».

Consideramos que esta definición no está libre de parcialidad y que en su


elaboración ha influido la situación política de la época en que fue escrita,
lo que se confirma con lo expresado en uno de los párrafos que le siguen:
«La Geopolítica alemana es la aplicación de los principios geográficos,
descuidada en el pasado por amigos y enemigos, al juego de las
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ambiciones de poder». No coincide con los conceptos de otros autores, ni


aún con los estadounidenses como Dorpalen y Kintner.

Robert Strauss Hupé, estadounidense, es autor de «Geopolítica y la lucha


por el espacio y el poder», obra que es una crítica dura y apasionada y en
la que efectúa un particular exégesis de la Geopolítica alemana. No encara
concretamente una definición, pero de las ideas expuestas en su prefacio y
en el primer capítulo, se desprende que según él: «La Geopolítica propor-
ciona las bases para proyectos de una estrategia política de carácter
global". "La estrategia política es sinónimo de arte del estadista».«La
Geopolítica se ha ido usando cada vez más como un símbolo verbal en el
estudio de las relaciones entre el espacio y el estado». Estos conceptos
merecen análogas observaciones a las efectuadas para la definición de
Weigert.

Andrés Dorpalen concreta una definición extraída del análisis de las ideas
Geopolíticas alemanas en su obra «El mando del General Haushofer -
Geopolítica en acción»; la expresa en la siguiente forma: «La Geopolítica
es una técnica política que se basa en los descubrimientos de la Geografía,
especialmente de la Geografía Política, la Historia, la Antropología, la
Geología, la Economía, la Sociología, la Psicología y otras muchas ciencias
que combinadas, pueden explicar una situación política determinada».
«Infunde movimientos a estos descubrimientos, los considera cómo fuerzas
dinámicas vivientes que ocasionan el desarrollo de los acontecimientos
políticos, y que a su vez, pueden llevarse hacia direcciones definidas». «La
Geopolítica, considera entonces, que su misión es la de establecer los
objetivos políticos y señalar el camino para alcanzarlos».

Ante todo se observa que esta definición, pese a pertenecer a un


connacional de los dos autores anteriores y de haberse elaborado
contemporáneamente, vale decir, en iguales circunstancias de
conocimiento y situación política no es apasionada como las que aquellos
pretenden y lo logran desentrañar el pensamiento Haushoferiano, cuya
esencia abarca satisfactoriamente. Al calificarla de «técnica política»
parece que despeja a la Geopolítica, al igual que Weigert y Strauss Hupé,
de carácter científico
También podemos observar que se aparta de los fundamentos
estrictamente geográficos, en que la apoya Kjellen, para mencionar una
serie de otras ciencias, que deben considerarse como auxiliares de la
geografía, pero no son geográficas. Tal observación se ratifica con la
opinión de Dorpalen al respecto de decir: «Puesto que la geografía no es la
única, si bien la principal fuente de la Geopolítica, este término es una
contradicción de «geografía» y «política», es en realidad erróneo». En
nuestra opinión lo mismo se podría decir del vocablo «geometría», pues no
estudia la medida de la tierra.

El Dr. Frank H. Selmolk fue miembro del Instituto de Geopolítica, fundado


por Haushofer y desempeñó misiones diplomáticas en Estados Unidos y en
Guatemala; al referirnos a la aplicación de la Geopolítica a la diplomacia ha
dicho: «No es suficiente para un diplomático conocer las estadísticas del
país ante el que se está acreditado, conocer a sus enemigos en el lugar.
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Será capaz de dedicarse a una intriga de alto vuelo únicamente cuando


sepa más de sus oponentes, cuando sea así capaz de prever las cosas
que van a pasar, los acontecimientos que pueden suceder o que tienen que
suceder. La calistenia de este «sentido de anticipación» es la Geopolítica».

Aún cuando este concepto, que no necesita comentario, no es una


definición, coincide con varios autores en cuanto a la aplicación de la
Geopolítica en la previsión de los acontecimientos políticos.

Everardo Backeuser, profesor brasileño, consultor técnico del Concejo


Nacional de Geografía del Brasil, en la revista «Revista Brasileña de
Geografía», la definió así: «Geopolítica, es política orientada en armonía
con las condiciones geográficas». Si bien es admirable por su brevedad,
sobre todo frente a otras largas definiciones, y por contener concisamente
lo que entendemos por Geopolítica, debido a esa brevedad no informa por
si sola, a quien desee iniciarse en su conocimiento.

En un artículo titulado «Geopolítica para el Soldado», cuya traducción


publicó la «Revista Militar» del Círculo Militar Argentino, en noviembre de
7947, del Teniente Coronel William R. Kintner, del Ejército de Estados
Unidos, dice: «Se puede definir la Geopolítica como la ciencia que
interpreta la historia de las naciones; explicando por qué unas se hacen
fuertes y otras débiles. Para hacer esto, recopila la mayor cantidad de
hechos geográficos y los evalúa a la luz de la historia.

De esta manera la Geopolítica prevé una clave del pasado y del presente
con la cual puede conocer el futuro. «Al estadista, le da las suposiciones
esenciales para la conducción de la política nacional, y, al militar le revela
los propósitos de una feliz estrategia».

Salvo su primera fase, esta definición encierra en forma bastante clara y


completa las finalidades de la Geopolítica. Sin discutir el método que
esboza, en el que sería menester aclarar el alcance de los hechos
geográficos en la complejidad histórica; observamos que está desprovista
del pasionismo que revelan las de Weigert y de Strauss Hupé y que no
niega a la Geopolítica el carácter científico.

Kintner coincide en términos generales con Kjelllen, en la determinación de


factores en que manifiesta el poder de los Estados (territorio, población,
economía, etc.), con la diferencia de que el estudio de todos es para el
primero en el campo de la Geopolítica, y para el segundo, en el de la
Ciencia Política, de la cual la Geopolítica es una parte que solamente
estudia al Estado en relación con su territorio.

El (profesor) Dr. Jorge A. Vivó Escoto, profesor de Geopolítica en la Escuela


Normal Superior de México, dice «La Geopolítica es la ciencia que estudia
las relaciones que existen entre la tierra y las instituciones políticas. El
desarrollo de esta nueva disciplina está íntimamente relacionada con el de
la Geografía Política».
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Esta definición, breve como la de Backheuser, merece la misma


observación que efectuamos a ésta; para información de quien se inicia en
el conocimiento de la Geopolítica, es conveniente aclarar más su campo y
finalidad.

El Ing. Alberto Escalona Ramos, eminente científico mexicano,


prematuramente desaparecido, definió a la Geopolítica diciendo: «La
Geopolítica es la ciencia y arte o técnica de la aplicación del conocimiento
de los factores geográficos, políticos e históricos, en acción recíproca y
conjunta, para el dominio político del espacio (con todo lo que tal dominio
implique en lo económico, social y cultural), previendo y aprovechando
como propio de toda ciencia y técnica las desigualdades de efectos que
éste pueda causar debido a la desigualdad de acción de cada una y de
todas estas causas juntas».

Estos conceptos encierran cabalmente el sentido actual de la Geopolítica


como disciplina universal, aplicable en todos los Estados, libre de banderas
a independientemente del mal o buen use de sus enseñanzas que se
pueda hacer en las relaciones de los Estados; no obstante, para beneficio
de quien se introduce en su conocimiento, es preferible definirla en otros
términos, que no dejen interrogantes iniciales, por ejemplo el concepto de
espacio, particularmente Geopolítico, no conviene emplearlo hasta no haber
sido explicado.

Hasta aquí se ha mencionado y comentado brevemente las definiciones


más conocidas entre nosotros, existen mucho más, pero juzgamos que las
señaladas son suficientes para la finalidad que se persigue. Desde ahora
podemos observar que todas tienen punto de contacto y que se agrupan en
dos: las que le niegan carácter científico a la Geopolítica y las que la acep-
tan. Teniendo en cuenta que la gran masa de las personas que desean
saber que es la geopolítica acude, al rápido expediente de la consulta de un
diccionario o enciclopedia, agregaremos a las definiciones que le dan los de
use corriente:

- Nueva Enciclopedia Sopena: «Doctrina según la cual la política de un


país está determinada por su posición geográfica antes que por sus
inclinaciones de carácter étnico a ideológico».

- Enciclopedia Espasa: «Ciencia que combinando la Geografía


Política, Historia y la Geografía Descriptiva, estudia la causalidad
espacial de los fenómenos políticos, sin tener en cuenta las posibles
causas psicológicas, sociológicas, etc.».

- Diccionario Político de nuestro tiempo; «Una Escuela de doctrina


política que explica las tendencias y acontecimientos políticos por las
leyes de la Geografía. Afirma que la política de cada país está
determinada invariablemente por su posición geográfica y que las
necesidades dictadas por el «espacio» son más efectivas, a la larga,
que los factores étnicos a ideológicos".
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- Nuevo Diccionario Enciclopédico Fido: «Ciencia que pretende fundar


la política internacional o nacional en el estudio sistemático de los
factores económicos, geográficos o raciales».

- Enciclopedia Vergara: «Ciencia que estudia la vida a historia de los


pueblos en relación con el territorio que ocupan».

Para estas definiciones vale la observación general efectuada


anteriormente; salvo la última están retrasadas veinte años en el actual
concepto de la Geopolítica; reproducen los términos de la escuela
estadounidense que afloró en 1942 como reacción a la Geopolítica alemana
de entonces y por lo tanto, pecan de parcialidad.

Hasta aquí, se ha contribuido en beneficio del tiempo del lector a


proporcionar las definiciones dispersas en varios libros, pero deseamos
seguir en la tarea de ver brevemente antes de hacerlo con mayores
detalles, y cuales han sido las ideas que contribuyen a la gestación de la
disciplina cuya denominación creó Kjellen y que han conformado, en su
interpretación, las definiciones mencionadas.

Para ello, veremos qué definiciones pudieron haber dado tres precursores,
que juzgamos como principales, de las ideas geopolíticas, examinando
sucintamente las ideas de Ristre, de Ratzel y de Mackinder, sin perjuicio de
tratarlas con mayor amplitud más adelante.

Karl Ritter (1779-1859), sostenía, como Humboldt, que las formas de la


tierra ejercen una influencia directa y determinante en el clima, la vida de
las plantas y animales y hasta en el hombre. En su famosa «Geografía
Comparada» formuló el concepto de la geografía como «Ciencia del Globo
Viviente», considerando a los continentes como órganos primarios del gran
organismo, el globo viviente; su frase, «Vendrá un tiempo en que humanos
de sólida mente, por su comprensión de los aspectos morales y materiales
del mundo, serán capaces de prever y orientar el futuro y desarrollo de
cada nación de la tierra», es un anticipo de la aparición de la Geopolítica.
Afirma Ritter que los movimientos humanos y la historia de las naciones
están profundamente influidos por la topografía y el clima. Además que el
elemento histórico de la Geografía representa la variedad de funciones
realizada por la misma región natural, en diferentes épocas de la
civilización.

De acuerdo con éstos conceptos fundamentales, pueden darse la siguiente


definición: «Geopolítica es la ciencia que considerando a la geografía como
ciencia del globo viviente, estudia los aspectos morales y materiales del
mundo con vistas a prever y orientar el desarrollo de las naciones, en el que
influyen profundamente los factores geográficos».

Friedrich Ratzel (1844-1904), fue considerado «el padre de la Geopolítica


alemana» por sus investigaciones de los fundamentos que rigen la relación
entre el espacio y los Estados. Inspiró la teoría del «espacio vital»
(Lebensraum) y de las «grandes zonas» (Grossraum) y tuvo predilección
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por el concepto de «espacio», llegando a formular sus «Leyes del


Crecimiento Espacial de los Estados».
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Algunos de sus principales conceptos son:

- Un gran espacio mantiene la vida de los Estados.

- El espacio amplio es el elemento vital de toda acción política del


organismo estatal.

- Los factores geográficos desempeñan un papel decisivo en la vida de


las naciones.

- El destino de la humanidad está determinado por las leyes de la


Geografía.

- El hombre y la sociedad humana dependen del medio en que viven.

- Las características y condiciones geográficas y muy especialmente


los grandes espacios, son los fundamentos que gobiernan la relación
entre el Estado y la Tierra.

- El espacio, el elemento en que respira el cuerpo político y que, a


impulsos de las leyes de la naturaleza, se expande y crece, se
convierte en parte inseparable del organismo vivo que es el Estado el
espacio vital.

- El instinto del conductor político se basa en los aspectos geográficos.


1
Del pensamiento ratzeliano, que hemos esbozado en estos conceptos,
podríamos inducir la siguiente definición: «La Geopolítica es la ciencia que
establece que las características y condiciones geográficas y muy
especialmente los grandes espacios desempeñan un papel decisivo en la
vida de los Estados y que el individuo y la sociedad humana dependen del
suelo en que viven, estando su destino determinado por las leyes de la
Geografía. Proporciona al conductor político el sentido geográfico,
necesario para gobernar».

Sir Halford J. Mackinder (1861-1947), fue un representante distinguido de


la ciencia y la política inglesa, que gozó de prestigio científico mundial.
Para el fin que se persigue, es suficiente condensar sus teorías, expuestas
principalmente en su conferencia «El pivote geográfico de la Historia», en
estos conceptos:

- Desde el punto de vista geográfico y político, puede considerarse el


mundo como una unidad cerrada.

- Cualquier hecho político tiene repercusión en todo el mundo;


repercusión que se reflejará según la importancia de los Estados.

- Es el hombre y no la naturaleza quien indica.


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- Aunque la naturaleza condiciona en gran medida las acciones de los


hombres, esto no quiere decir que determine las actividades
humanas.

Conforme con estos conceptos, se podría dar la siguiente definición: «La


Geopolítica estudia los hechos políticos considerando al mundo como una
unidad cerrada, en la que tiene repercusión según la importancia de los
Estados". En este sentido, los factores geográficos, principalmente la
situación, extensión, población, recursos y comunicaciones de los Estados,
si bien no son determinantes, tienen gran importancia y deben ser tenidos
en cuenta para orientar la política exterior.

En una apreciación de conjunto de estas definiciones transcritas, y de las


que hemos extraído del pensamiento de los principales precursores de la
Geopolítica, podemos concluir que todas difieren en su forma; que muchos
discrepan en su fondo; que algunas son parciales, en fin, que no
encontramos ninguna que por su claridad, sencillez, brevedad, exactitud y
precisión satisfaga plenamente; esto es, desde íos puntos de vista que nos
interesan lograr una definición que esté al día con el conocimiento
geopolítico, comprensible para los que se inician en este y que son libres
de tendencias o de pasionismo, para ser universal y verdadero.

Desde estos puntos de vista, puede interpretarse que las definiciones


dadas han sido una contribución negativa a nuestro propósito; pero no
es así, por que nos servirán como base salvar los defectos señalados.

No discutiremos en particular cada una de ellas, sino que analizaremos lo


que tienen de real y de error en común, a fin de recoger lo primero y
rechazar lo segundo. Ante todo, reparamos en que los diferentes autores,
al empezar la definición, dicen: Geopolítica es la base científica...», «es una
disciplina...», «es la aplicación», «es una técnica...», «es la ciencia y arte o
técnica...», «es la doctrina...», «es una escuela...».

Por otra parte, se le ha calificado de «seudociencia» y hasta de «faramalla»


(Strauss Upé, Robert: «Geopolítica la lucha por el, espacio y el
poder») o sea, charla artificiosa y trapacera para engañar. Es por esto, y
por el descrédito y falta de seriedad que se ha pretendido atribuir a la
Geopolítica, que corresponde dejar sentado si tiene o debemos darle, o no,
carácter científico. Los numerosos significados de la palabra «ciencia»
pueden circunscribirse así:

- Cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado que


constituye una rama particular del saber humano.

- Conjunto de conocimientos basados en el estudio.

- Conjunto de conocimientos relativos a un objeto determinado.

- Conocimiento exacto y razonado de ciertas cosas.


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- Conocimiento de las cosas por sus principios y causas.

En filosofía se entiende por ciencia al «sistema» (conjunto) de


conocimientos verdaderos (que la idea responda a la realidad) y ciertos
(que tengamos plena conciencia de la verdad; alto grado de certeza). No
entraremos en discusiones filosóficas, pues escapa a la finalidad de
nuestro estudio, pero podemos aceptar, en el método inductivo que
seguimos, que la mayoría de los autores, al hablar de «base científica».
«disciplina», «doctrina», y otros términos que tienen estrecha relación entre
ellos y con los científicos, no le niegan y si le asignan este carácter. Y si,
por otra parte, nos atenemos a los significados, antes transcritos del
vocablo «Ciencia», no encontramos en ninguno de ellos oposición a que la
Geopolítica pueda ser considerada como tal; en verdad, los diversos
autores no coinciden exactamente en el conjunto de conocimientos que
abarca, pero todos se refieren a la contribución de conocimientos de la
ciencia geográfica a la ciencia política, contribución que ha sido estudiada y
razonada metódicamente.

Además, a fin de encuadrar a estos conocimientos y relacionarlos luego


con sus finalidades, es necesario reparar en el objeto de la Geopolítica.
Esta no puede estar desvinculada de los respectivos objetos de la Ciencia
Política y de la Ciencia Geográfica.

El objeto de la Ciencia Política, es decir, su materia y sujeto, es según unos


autores «El Estado», según otros «El Poder»; en una concepción más
amplia y considerando las más recientes teorías, se ha pensado que la
determinación de ambos objetos responde a tendencias extremas de la
Ciencia Política; la primera; restrictiva; y la segunda, muy amplia,
invadiendo el campo de otras ciencias. En consecuencia, se ha llegado a
una concepción intermedia que señale como objeto al «Poder Político».
Maurice Duverger, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias
Económicas de París, y uno de los más destacados estudiosos de la
Ciencia Política, dice: «El objeto de la Ciencia Política no provoca grandes
dificultades; Ciencia de la Autoridad, de los gobernantes, del Poder».

En cuanto al objeto de la ciencia geográfica, concordando con Brunhes y


sintetizando las modernas teorías que giran alrededor de sus ideas
básicas, y que llegan al actual concepto de esta ciencia, del cual Penck es
uno de los más calificados expositores, podemos decir que es «la
superficie de la tierra».

El estudio de la superficie de la tierra objeto de la geografía, se efectúa


mediante el conocimiento de los factores geográficos, que son el resultado
del ordenamiento y metodización de los conocimientos que hacen de esa
superficie.

En el conjunto de conocimientos que abarca la ciencia política,


encontramos unos de carácter exclusivamente espiritual y otros materiales;
pero todos, tratan del Poder de los gobernantes o de la autoridad, se han
de referir en su aplicación práctica, a uno o a varios Estados, ya que
éste es el desarrollo de organización política más avanzado en la
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actualidad. Entre los elementos esenciales del Estado, el territorio y la


población; en especial el primero, es obvio que deben estudiarse desde el
punto de vista geográfico de lo que se desprende que el nexo entre los
conocimientos geográficos y los de la Ciencia Política, o sea, entre los
objetos de las dos ciencias, es la relación de la tierra con los Estados o con
las instituciones y vida política. Visto con mayor o menor claridad por los
autores cuyas definiciones hemos comentado, sus ideas giran más o
menos completamente alrededor de este nexo o vínculo que es el objeto de
la Geopolítica.

En cuanto a su finalidad, vale decir, a que objetivo responde y a quien y


para qué sirve la Geopolítica, también observamos que si bien no hay
uniformidad en las expresiones de los autores, en sus conceptos prima la
opinión de que sirve para la actuación política, para guiar la política
práctica, para explicar una situación política, de guía para el estratega, para
el dominio político del espacio, etc. En todos ellos está claro o subyacente,
a través de sus definiciones y en la mención de su finalidad, que el estudio
de las relaciones geográfico - políticas tiende a extraer conclusiones de
carácter político. Por otra parte ese fue el sentido del creador del vocablo
que si bien lo restringió con respecto a la acepción actual, manifestó
claramente que la Geopolítica era una rama de la Ciencia Política y que
servía a ésta. Con lo hasta aquí expuesto, estimamos que se han reunido
suficientes bases para obtener una definición previa y clara.

En atención a la novedad de la Geopolítica, a su divulgación relativamente


circunscrita a determinados círculos intelectuales y a la aspiración de que
sea comprendida sin dudas especialmente en lo que atañe a sus alcances
tergiversados por sus detractores juzgamos, necesario hacerla más amplia.
En tal sentido, conviene fijar la aplicación de las conclusiones de carácter
político a que arriba en el estudio de las relaciones «Tierra - Estado».

Circunscribiéndonos al objeto de la Ciencia Política según Duverger, la


autoridad, el gobierno o el poder político, no tomándolos como conceptos
abstractos sino en su personificación real, residen en individuos que
ejercen prácticamente como autoridades, gobernantes o rectores del poder
político de los Estados. A ellos se refieren los distintos autores en general,
mencionándolos como beneficiarios de las conclusiones geopolíticas
aclaramos que algunas definiciones parciales y con pocas bases científicas
confunden posiblemente a sabiendas el término «poder», dándole
significación de «superioridad» o «dominación».

A las autoridades, gobernantes o a los rectores del poder político para


simplificar diremos a los estadistas en su gestión interna y externa, les
puede servir de guía a la Geopolítica. Estando tan relacionado la política
con la estrategia, tanto en la actualidad su conducción superior se confía,
cuando está afectada la vida del Estado, a una misma autoridad es
comprensible que las conclusiones geopolíticas sirvan también a los en-
cargados de preparar la defensa nacional y a los conductores estrategas.

Ello explica la inclusión en varias de las definiciones y conceptos de sus


autores en fines de la Geopolítica en relación con los estrategas; como que
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también sea la profesión militar, numerosos estudiosos y divulgadores de


esta disciplina. Con la intención de que la definición incluya una idea de
cómo puede guiar y orientar la Geopolítica a los estadistas y militares en
sus respectivas funciones específicas es útil agregar una breve explicación.

Muchos de los autores mencionados coinciden en que la Geopolítica


«intenta predecir el futuro», «internarse en lo desconocido», etc. dándole la
facultad de adivinación; nosotros, sin ser tan absolutos y para no caer en
error de pretender adivinar lo incognoscible como es lo futuro, podemos
juiciosamente afirmar que facilita la previsión de los acontecimientos.
Entendámoslo bien, prever no adivinar y esta predicción apunta al carácter
predictivo de la ciencia, cuando explica causalmente.

Los Estados viven y se desarrollan esencialmente en un medio o ambiente


geográfico, en el estudio del Estado se le menciona como territorio o
posición geográfica, este elemento esencial del Estado es el menos
variable de los factores que intervienen en la formulación de toda política,
sobre todo si se compara con la inestabilidad de otros de orden espiritual.
En la conducción del Estado, el progreso que se espera con la aplicación
de una determinada política, debe estar inspirada por el sentido de la
previsión; igual sentido debe alumbrar las decisiones del conductor
estratégico para lograr el éxito de la guerra, esta facultad es la que se
conoce vulgarmente como visión del estadista y genio del militar.

Para prever lo que probablemente acontecerá es necesario apreciar


factores variables y complejos, como ser la voluntad humana, la
idiosincrasia de la población, las ideas políticas, las costumbres y
tradiciones, etc., y otros factores que pasan a ser variables en el decurso
de los siglos, se mantienen más o menos estables; tales los que configuran
el ambiente o medio geográfico de los Estados.

En medio de la nebulosa de los acontecimientos futuros, que el conductor


político o estratégico necesita develar para guiarse y orientarse, aparece la
luz de lo menos inestable que le proporciona, no el mero conocimiento
geográfico, sino el de las relaciones que existen entre los hechos
geográficos con su realidad innegable, y la vida de los Estados. Vemos así,
que en la difícil tarea de prever el desarrollo de lo que acontecerá, los
conocimientos geopolíticos proporcionan una ayuda útil para establecer
posibilidades, las que puedan ser orientadoras al estimar la manera de
alcanzar los objetivos propuestos y las medidas políticas o estratégicas que
convengan.

Entendamos que en el conjunto de conocimientos que deban tener los


estadistas y militares, el de la Geopolítica es uno más que contribuirá al
éxito de su gestión. Les brinda no sólo el conocimiento del ambiente
geográfico que sirve de escenario a los hechos políticos, lo que es misión
de la Geografía, sino el de las relaciones entre ese escenario y el
comportamiento humano.
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Como conclusión, obtenemos la siguiente definición:

«GEOPOLITICA ES LA CIENCIA QUE ESTUDIA LA INFLUENCIA DE


LOS FACTORES GEOGRAFICOS EN LA VIDA Y EVOLUCION DE LOS
ESTADOS A FIN DE EXTRAER CONCLUSIONES DE CARACTER
POLITICO».

GUIA AL ESTADISTA EN LA CONDUCCION DE LA POLITICA INTERNA


Y EXTERNA DEL ESTADO Y ORIENTA AL MILITAR EN LA
PREPARACION DE LA DEFENSA NACIONAL Y EN LA CONDUCCION
ESTRATEGICA.

AL FACILITAR LA PREVISION DEL FUTURO MEDIANTE LA


CONSIDERACION DE LA RELATIVA PERMANENCIA DE LA REALIDAD
GEOGRAFICA LES PERMITE DEDUCIR LA FORMA CONCORDANTE
CON ESTA REALIDAD EN QUE SE PUEDE ALCANZAR LOS
OBJETIVOS Y EN CONSECUENCIA, LAS MEDIDAS DE CONDUCCION
POLITICA O ESTRATEGICA Y CONVENIENTES.

II GEOPOLÍTICA Y GEOGRAFÍA POLÍTICA

La Geografía Política enseña como la superficie de la tierra ha sido


dividida por el hombre, el cual en cuanto ser social, está dentro de las
instituciones políticas, respondiendo unas veces a su voluntad de cons-
tituirse en Estados soberanos; otras acatando la voluntad, impuesta por el
poder de algún Estado fuerte y ha permanecido como tributario de éste,
siendo colonia o dominio. Nos muestra esta rama de la geografía las
formas de gobierno establecidas dentro de determinada jurisdicción, las
subdivisiones políticas a los fines de gobierno administración, etc., y en
cada Estado o Nación, las particularidades etnográficas, religiosas,
idiomáticas, culturales, e ideológicas que caracterizan a la sociedad
humana que habita en su territorio.

Esta división de la tierra es un fenómeno cultural, por ser obra del hombre;
a veces, el elemento para efectuar convencionalmente la división puede
coincidir con un accidente morfológico como es una cesto o la cumbre de
una montaña, pero otras, pueden ser líneas sin relación visible con el
medio físico, como son los límites artificiales, circunstancia que destaca el
Prof. Dr. Tobal en su definición: «La Geografía Política estudia las distintas
modificaciones que imprimen en la superficie terrestre, las diferentes
agrupaciones sociales, aún cuando estas huellas no siempre se
manifiestan materialmente. Todas las relaciones entre el Estado y el
territorio terrestre y marítimo que pueda abarcar, pertenecerán entonces al
dominio de esta rama Geográfica».

Estudia entonces esta rama de la Geografía, las condiciones en que viven


las agrupaciones humanas en la tierra desde el punto de vista político.
Ante las variaciones que experimentan estas condiciones, es evidente que
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su conocimiento debe referirse a un momento determinado, sea el


presente o a un momento histórico preciso, resultando ser estática.

Por el contrario, la Geopolítica al estudiar las relaciones entre la tierra y


las
instituciones y vida política, con la finalidad de extraer conclusiones útiles
para orientar o guiar la política, tiene que forzosamente ser dinámica para
ello debe partir necesariamente del conocimiento de la realidad actual de
las condiciones geográficas - políticas. De aquí que una de sus bases sea
el conocimiento de la Geografía Política; esta diferencia, al parecer no fue
claramente percibida cuando apareció la Geopolítica y científicos o no,
poco escrupulosos en cuestiones semánticas y por la simplicidad de
atenerse a razones etimológicas, pensaron que Geografía Política y
Geopolítica era una misma cosa; o a lo sumo, como la Geopolítica, era una
aplicación de la Geografía Política, olvidaron o no repararon que la
Geopolítica debe apoyarse en el conocimiento íntegro de la geografía
general y no sólo en el de las condiciones geográfico - políticas.

Podemos sintetizar los conceptos que encierran las definiciones men-


cionadas; las diferentes características de una y otra disciplina; las
cuestiones que estudian; las cualidades y los respectivos fines, en el
cuadro que sigue:

Geopolítica

- Geociencia con bases geográficas útil a la ciencia política.

- Estudia la influencia de los factores geográficos en la


vida y evolución de los Estados, a fin de extraer
conclusiones de carácter político.

- Util para deducir necesidades.

- Es dinámica.

- Finalidad, guiar al estadista en la política interna y


externa y orientar al militar en la preparación de la
defensa nacional y en la conducción estratégica.

- Geografía Política

- Rama o parte de la Geografía General.

- Estudia la tierra como habitación o morada de las


sociedades humanas.

- Util para conocer condiciones.

- Es estática.
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- Finalidad, conocer la situación pasada y presente


relacionadas con: gobierno, división política; etnografía,
idiomas, religiones, cultura, ideología, etc. de las
sociedades humanas en determinado territorio.

Los geopolíticos alemanes han establecido bien las diferencias; entre ellos,
R. Hennig y L. Kornolz dicen: «Aclaremos desde un principio, que la
Geopolítica y la Geografía no son la misma cosa aunque tengan muchos
puntos de contacto. La Geografía Política trata de la forma y división política
de los Estados en determinada época es decir de una situación estable; la
Geopolítica, en cambio, indaga los movimientos en los sucesos estatales,
los que acarrean cambios, alteraciones y transformaciones de situaciones
existentes y estudia los resultados que de ellos derivan. La Geografía
Política, traza cuadros semejantes a vistas fotográficas; la Geopolítica, en
cambio evidencia las fuerzas motrices a manera de un filme.

Hay otras muchas maneras de describir el contraste entre las dos.


Podríamos decir que la Geografía Política se ocupa de la descripción del
espacio - estado, es decir, su situación y extensión, mientras el campo de la
Geopolítica son las circunstancias vitales dentro de un Estado y entre
Estados en sus «relaciones espaciales». La diferencia entre Geopolítica y
Geografía Política, podríamos añadir, consiste en que mientras la Geografía
Política es sólo la investigación de condiciones, la Geopolítica plantea la
cuestión dinámica del desarrollo.

Pasando a las causas de las confusiones, intencionadas o no, entre estas


disciplinas, podemos atribuirlas principalmente a la relativa novedad de la
denominación «Geopolítica». Fue alrededor de 1916 cuando Kjellen la llamó
así. Por la resistencia que provoca toda innovación en ciertas mentes
conservadoras, muchos estudiosos siguieron y siguen empleando el término
de «Geografía Política», algunos con sus razones y otros con las mismas
por las cuales se continúa diciendo: « Las tres de la tarde», en lugar de «Las
quince». Hay obras de contenido específicamente geopolítico bajo títulos de
Geografía Política o relacionadas con éste como ser «Geografía Política»
del alemán Arthur Dix, discípulo de Ratzel, y «Principios de Geografía
Política» de los estadounidenses Weigert y otros.

Pero, la causa fundamental de las confusiones se debe a que la deno-


minación de la nueva disciplina ha sido resistida por muchos hombres de
ciencia, como una reacción al empleo de la Geopolítica alemana en la
política seguida por el Tercer Reich. Pese a la contribución del conocimiento
geopolítico a una mejor interpretación de los hechos y problemas
geográficos - políticos, la época histórica en que se consolidó y divulgó ha
coincidido con la de las dos guerras mundiales y su período intermedio. No
sólo las divergencias se iniciaron en el terreno de la política internacional
para culminar en las luchas armadas, sino que, como parte de la guerra
intelectual se planteó la oposición «Geopolitik» versus «Political
Geography».
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III GEOPOLÍTICA GENERAL Y GEOPOLÍTICA PARTICULAR

El estudio que se efectúa sobre el objeto de la Geopolítica: relaciones entre


la tierra y las instituciones y vida política, puede realizarse de una manera
general, atendiendo a las influencias que ejercen los factores geográficos en
la política, lo que al igual que en otras ciencias, como Historia o Sociología
constituye la Geopolítica General.

El estudio de dichas relaciones, que se realiza referido a un Estado


determinado o a otras instituciones políticas circunscritas a un ambiente
geográfico dado, pertenece a la Geopolítica particular por ejemplo,
Geopolítica estadounidense, egipcia, etc. El análisis y las conclusiones que
pueden extraerse de la aplicación de la Geopolítica general o, simplemente
de la Geopolítica, son de ámbito y de aplicación universal. La Geopolítica
particular es la aplicación de la Geopolítica a una institución política, siempre
que, como el Estado tenga entre sus elementos constitutivos su base
geográfica.

La Geopolítica, como muchas ciencias, puede referirse a conocimientos y


principios generales que abarca a toda la tierra y particularmente a una parte
de ese todo, dado que los factores geográficos se pueden estudiar desde el
punto de vista de la geografía general o referidos a una determinada
geografía particular y además por existir una política internacional y las
políticas particulares o nacionales.

Es obvio que para estudiar una Geopolítica particular o Nacional, es


necesario la base de los conocimientos que proporcionan la Geopolítica
General y la Ciencia Política.

También la Geopolítica puede aplicarse, particularmente al estudio de uno o


varios factores geográficos y a su influjo en determinado aspecto o región
geográfica. Un ejemplo de este estudio lo tenemos en el realizado por el Dr.
Josué de Castro, sobre el nombre, en el que relaciona la realidad geográfica
con la situación alimentaria de la población mundial persiguiendo el fin de
que se busquen soluciones a los graves problemas que plantea
(«Geopolítica de Hambre»). La diferenciación mencionada, que no es difícil
de aceptar, se debe a quiénes no la aceptan aunque parezca raro; así
tenemos a que Weigert dice: «No existe en absoluto una ciencia general de
la Geopolítica que puede ser aceptada por todas las organizaciones
estatales». Estimamos que en lo que hemos expresado, se aclara el
concepto de Geopolítica General y Geopolítica Particular y que la frase
citada equivale a afirmar que no existe clima en el mundo, sino que cada
Estado tiene su clima. También cabe tal diferenciación, ante el empleo ten-
dencioso de la palabra «Geopolítica» acto que algunos detractores o por
personas mal informadas de su esencia y propósitos, que lo han tomado
como adjetivo y no como sustantivo, queriendo calificar a una política
fundada solamente en razones geográficas; por ejemplo, se dice «Tal
Estado ha procedido inspirado por sus inclinaciones geopolíticas». En
realidad, el procedimiento o actitud política de un Estado puede inspirarse en
un análisis de su Geopolítica nacional o particular, como podría hacerlo por
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razones inspiradas por su historia, en sus tradiciones o en su ideología y no


por sus inclinaciones históricas, tradicionales o ideológicas.

IV. PROPÓSITO DE LA GEOPOLÍTICA

Por las conclusiones a que se ha llegado en «definición» vemos que, en


esencia, la Geopolítica preconiza la conveniencia para quienes dirigen a un
Estado o colaboran en esa dirección de la información geográfica y de la
capacitación para interpretar las relaciones existentes entre los factores
geográficos y la vida y desarrollo de las instituciones políticas, de poseer
conocimiento geopolíticos.

Los conocimientos que proporciona la Geografía por más completos y


actualizados que sean por sí solos y sin desconocer su carácter de
indispensables, no son suficientes en la preparación intelectual del estadista;
es necesario que esos conocimientos se amplíen mostrando la innegable
interacción que existe entre el medio y las actividades políticas, económicas y
sociales, mediante el dominio de la Geopolítica. En el estudio de los
acontecimientos históricos es imposible llegar a conclusiones ciertas, sin
atender, entre otros muchos factores, al escenario y ambiente en que aquellos
se desarrollaron, vale decir que Historia y Geopolítica, Geografía Histórica en
este caso deben it unidas. «La Geografía Histórica no es una mera ocupación
de anticuarios, una búsqueda de cosas olvidadas del pasado que bien
podemos dejar en la oscuridad, sino que se interesa en cuestiones presentes
para las cuales el pasado retiene las claves.

Si los estudiosos de la historia han entendido esto, cómo no se entiende que


para establecer una política, que será en el mañana historia, debe pensarse
en las condiciones geográficas y en la influencia de éstas en la vida política.

La Geopolítica pretende en su función orientadora para la política, aprovechar


los conocimientos fríamente descriptivos de la geografía no sólo para explicar
la causalidad geográfica de los hechos históricos que bien pueden servir
como experiencia, sino también para proporcionar elementos de juicio que
permitan suponer el curso de los acontecimientos en cuanto éstos dependen
del medio geográfico y estén condicionados por la interdependencia entre la
tierra y las sociedades humanas. «Sin suelo, sin atmósfera, sin vegetales y
sin animales, los hombres no podrían subsistir, por ello nuestro estudio debe
partir de ese substrato físico que condiciona los fenómenos sociales y permite
a los primeros realizar todas sus funciones, desenvolver su actividad y
organizar sus instituciones. La tierra adquiere así la jerarquía de elemento
necesariamente condicionador de los hechos sociales, los que sin perjuicio de
su específica naturaleza, tienen ineludiblemente que hallarse en dependencia
de ese cuadro físico.

En un mundo empequeñecido como es el actual, debido al extraordinario


desarrollo de las comunicaciones y transportes con gran velocidad, radio de
acción y rendimiento, la apreciación de los hechos y las decisiones de la
política interna y externa de los Estados no pueden ni deben efectuarse sin
conocer y comprender globalmente los asuntos de la política internacional.
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Recordemos lo que afirma Stendhal «El mundo es como un libro abierto del
que uno ha leído la primera página si no conoce más que su propio país».

Ya en 1904, cuando recién se iniciaban los actuales insospechados progresos


de la técnica aplicados a los intercambios en todo los campos de las
actividades humanas que han producido dicho empequeñecimiento, el sabio
inglés Mackinder afirmó que la tierra contiene un sistema político cerrado y
que la esfera de acción del mismo es el mundo entero. Los hechos
posteriores confirman su apreciación y ahora «En el estudio de la política
internacional es esencial, por lo menos, el conocimiento de algunos hechos
básicos sobre el ambiente natural, la población y la vida económica de los
países más importantes. También es fundamental conocer su posición
geográfica en el mundo y cuáles son los Estados vecinos».

Este resultado de la técnica ha influido en la política internacional dándole


sentido de unidad y haciendo que las políticas exteriores de los Estados
tengan que atender a aquellos por la interdependencia y expansión mundial
de los hechos sociales, económicos y culturales. Indudablemente que en
estos hechos, el factor geográfico es uno de los tantos aunque no
absolutamente es el más estable y al que se le puede conocer
anticipadamente o prever sus variaciones con relativa exactitud, frente a otras
variables a inestables como consecuencia de la variabilidad de las causas
originarias o de la versatilidad de los hombres o de la comunicación social. La
estimación de cómo influirá el factor geográfico en la formulación,
programación y realización de una política determinada, en el complejo y
variable panorama de la política mundial es función de la Geopolítica.

Otro propósito del dominio de los conocimientos geopolíticos es el de permitir


establecer la ubicación de la Geopolítica particular o nacional dentro de la
general o mundial y poder percibir las afinidades, convergencias o
antagonismos con otras geopolíticas particulares. En efecto, los factores
manifiestan su influjo sobre los habitantes de los países de todo el planeta,
influjo que se estudia en la Geopolítica General, pero también los factores
geográficos que caracterizan a cada uno de las divisiones políticas del
mundo ejercen su influjo sobre la población de éstas en forma particular.

La reacción o aprovechamiento que hace el hombre ante las exigencias o las


ventajas del ambiente geográfico, pueden ser estudiados, entonces, de un
modo general y también particularmente para cada división política. Las
conclusiones particulares que se deduzcan no podrán ser necesariamente
iguales o análogas para cada, Estado, por que no es la misma la reacción ni
el aprovechamiento que hacen de los hechos geográficos todas las
sociedades del mundo, por consiguiente las relaciones entre el escenario y
medio geográfico y las instituciones y vida política que tienen su base en los
influjos de los factores geográficos sobre las comunidades humanas, para ser
bien conocidas a interpretadas, deben apreciarse no con sentido de egocen-
trismo nacional sino con visión de conjunto, estableciendo la ubicación de la
Geopolítica particular de determinado Estado dentro de la geopolítica
mundial.
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Por otra parte, el estudio de las Geopolíticas particulares permite, dentro del
conjunto de las motivaciones de las políticas nacionales, las debidas o razones
fundadas en un influjo geográfico y comprender mejor a esas políticas,
pudiendo percibir la afinidad, convergencia o divergencia de sus objetivos con
respecto a otras, cuando medie relación con un hecho geográfico.

Resulta así, que la Geopolítica es orientadora en la comprensión de


determinadas políticas pero debe tenerse en cuenta que no toda política tiene
forzosamente que apoyarse en razones geográficas y que pueden esgrimirse
estas razones para justificar objetivos sin que los hechos geográficos
aducidos tengan real influencia o sean interpretados tendenciosamente. Es útil
por lo tanto, estar informados conociendo las teorías de la Geopolítica General
y las Geopolíticas Nacionales que ingresen. Conforme con estos conceptos y
atendiendo a la situación actual en el plano del conocimiento geopolítico en
nuestros medios intelectuales y a la orientación general de nuestra política ex-
terior, podemos concretar los propósitos de la Geopolítica entre nosotros en la
siguiente forma:

A. Proporcionar sólidos conocimientos sobre las influencias de los


factores geográficos en la vida y evolución de nuestro Estado y de
otros, que tengan relación con nuestros problemas políticos, sociales y
económicos.

B. Brindar bases para adquirir un conocimiento global de los asuntos


internacionales, en especial de los que giran alrededor de la Geografía
y de la Política.

C. Hacer conocer los conceptos geopolíticos foráneos y enseñar a


desechar, por exóticos y no aplicables a nuestro medio, aquellos que
estén en pugna con nuestra doctrina en materia de derecho
internacional o que no convengan a nuestras realidades y posibili-
dades.

D. Crear una conciencia geográfica y geopolítica que esté acorde con los
objetivos políticos nacionales, cuya acción se manifieste en el interés
por el estudio a investigación de estas disciplinas, como medio para
lograr la idoneidad a fin de poder extraer de ellas las útiles conclusiones
que, indudablemente pueden proporcionarnos.

V. CARACTERÍSTICAS DE LA GEOPOLÍTICA

AI establecer las características de la Geopolítica, surge en primer lugar la


novedad que el conjunto organizado de sus ideas doctrinarias se ha
conformado sólo en la década del siglo actual y no debe llamar la atención
esta novedad con respecto a muchas ciencias y sobre todo frente a la
antigüedad de otras disciplinas conexas si se considera que la génesis de la
Geopolítica fue imposible sin el perfeccionamiento de la ciencia geográfica
recién lograda en el siglo XIX, según nos revela la historia de la Geografía y
sin el progreso alcanzado en nuestros días por la Ciencia Política.
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Además, es imposible concebir el nacimiento de la Geopolítica en épocas


en que la Geografía era eminentemente descriptiva y en que la Política,
olvidando las sabias observaciones de la cultura helénica, estaba divorciada
de expresas consideraciones de orden geográfico.
No obstante si bien no existió la Geopolítica como ciencia hasta nuestros
días el pensamiento geopolítico no escapó a la sensibilidad de los grandes
genios de la humanidad que supieron captar por lo menos intuitivamente la
acción de los influjos geográficos desde lejanos tiempos de la antiguedad,
por ello, podemos afirmar que siendo nueva como ciencia metódicamente
organizada tiene sus raíces a la misma profundidad que otras ciencias.
Aparejada con esta primera característica, puede señalarse otra su
actualidad.

El resultado más notorio de la aplicación de los descubrimientos de las


técnicas modernas en los acontecimientos mundiales, ha sido la
disminución del tiempo necesario para que las ideas, las personas y las
cosas recorran el espacio, es decir, que la magnitud de las distancias pese
a permanecer iguales en términos geográficos, ha disminuido
extraordinariamente. Ello, al ser consideradas en función del tiempo con
respecto a épocas anteriores de la Historia.

La consecuencia en la vida de relación de las naciones, ha sido por una


parte, el estrechamiento de los vínculos de toda clase que existen entre
éstos y por otra que los antagonismos se manifiesten con mayor rapidez y
se sientan más intensamente. Si ocurre un desastre en cualquier parte del
mundo la noticia es transmitida a trescientos mil kilómetros por segundo y
puede producir sentimientos de solidaridad que se exteriorizarán en ayuda
moral y material; la primera, irá a la misma velocidad y la segunda podrá ir a
800 kilómetros por hora en otras épocas, la noticia hubiera demorado meses
o semanas y las ayudas no habrían llegado en su oportunidad. Si se
producen motivos de rozamiento en las relaciones internacionales, por
ejemplo, si en un parlamento extranjero se pronuncian palabras que
producen malas interpretaciones, la noticia llega casi de inmediato y la
aclaración o reacción surge sin pausa. En la época de la navegación de vela
el tiempo influía retrasando las noticias y restando intensidad a las
disensiones.

Dos procesos históricos análogos revelan la influencia del estrechamiento


de los vínculos y de la mayor fuerza de los antagonismos en este siglo, con
respecto al anterior, y ejemplifican lo expresado anteriormente; estos son,
sin considerar las diferencias esenciales que plantean los diferentes factores
históricos, los movimientos de independencia de los países
latinoamericanos, comparados con los mismos en las colonias africanas, en
cuanto a duración desde su iniciación y hasta su término. En nuestra época
el poder de las naciones, está con relación al pasado, mucho mayor
observamos también, que las diferencias de poder entre ellas son más
notorias, tal incremento y diferencias de poderse han generado en
ambientes y medios geográficos que en lo físico, no han variado
fundamentalmente. Se menciona al caso, la campaña de Napoleón contra
Rusia en que lucharon 400 mil franceses, alemanes, italianos, españoles,
suizos, portugueses, daneses, etc., contra 200 mil rusos, creyéndose
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entonces que nunca volverían a ver operaciones de tanta magnitud y con


tales medios en Europa; sin embargo, en la última guerra mundial
combatieron unas 300 divisiones del Eje contra otras tantas de los ejércitos
aliados, en total unos 15 millones de hombres. El escenario principal fue
Europa y uno de los factores geográficos más influyentes en el resultado, el
clima de Rusia, fue el mismo en ambos conflictos bélicos.

Otra consecuencia de la disminución relativa de las distancias, debida a


los progresos técnicos, es que precisamente por el requerimiento de éstos,
han aumentado la interdependencia de las naciones, llegándose en la
actualidad a que les sea muy difícil encasillarse en el aislamiento, menos
en el caso de una guerra aunque ésta sea fría; aún pudiendo no participar
por el carácter global de los problemas económicos, sociales a ideológicos,
no se puede escapar a sufrir sus consecuencias. La última guerra mundial
y la fría que le ha seguido, promovieron nuevos progresos técnicos que
todavía están y estarán e n pleno desarrollo, por lo que los efectos
antedichos tienden a magnificarse.

El estudio y la aplicación de la Geopolítica pueden ser caracterizados como


de gran actualidad por argumentar sobre el poder de los Estados y su
espacio, la población, las condiciones económicas, etc., en vinculación con
el suelo. En una palabra, sobre las relaciones de la Geografía con los
hechos políticos, que en la época actual son más estrechas se perciben
mejor y no se pueden dejar de tenerse en cuenta, sin pagar este descuido.

La tercera característica, a tono con la tendencia actual de las ciencias es


proporcionar conocimientos prácticos y especializados, en su utilidad, en
particular para las estadistas y para los militares. Tanto la doctrina de la
Geopolítica y los conocimientos concurrentes, como las deducciones de
carácter aplicativo que pueden efectuarse mediante su estudio, constituyen
una contribución valiosa para la preparación de quienes deban actuar en
funciones relacionadas con aspectos orgánicos, directivos y funcionales de
los Estados que aspiran a evolucionar favorablemente y al compás con la
civilización contemporánea.

Para el estadista es de evidente utilidad como guía en la conducción del


organismo político que gobierne, ya que ésta ciencia le señalará si los
objetivos a fijar y el camino para llegar a ellos, están conformes con la
realidad geográfica y como ésta y su acción sobre los elementos del
Estado influyen en sus decisiones.

Al militar también le es útil para desempeñar con mayor eficacia sus tareas
específicas ya que encierra conocimientos que le serán necesarios en su
gestión de los altos comandos, organismos directivos e institutos de
enseñanza superior, sea como colaboradores, o en los más altos grados,
como comandantes o directores; en tales tareas hay muchas demandas
que requieren dominar para apreciar los problemas que deben resolver con
un amplio conocimiento político, social, económico, etc, del propio país y de
otros que interesen, el que debe relacionarse para no olvidar la realidad y
el consejo de la Geografía, en las condiciones geopolíticas de los países en
cuestión.
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El Teniente Coronel estadounidense, Kintner, dice: «Un buen conocimiento


de los asuntos internacionales es indispensable para el militar calificado» y
luego concluye sosteniendo que tal conocimiento se adquiere con el
estudio de la Geopolítica. Pero la utilidad de la Geopolítica no sólo debe
beneficiar a políticos y a militares, los conocimientos resultarán
provechosos también para quiénes quieran aumentar las bases para
interpretar más cabalmente los problemas políticos y su interdependencia
con lo social y económico, en el mundo de hoy en que la rápida evolución
de los acontecimientos requiere amplia información y criterio dinámico y
previsor.

Otras características de esta disciplina son que ha sido muy discutible y


que se presta para ser empleada tendenciosamente; estas características,
que en parte son el resultado de su novedad y de su actualidad, no son
exclusivas de la Geopolítica, puesto que cualquier rama del conocimiento
humano puede prestarse a alteraciones de la verdad con fines
determinados, más o menos maquiavélicos, sin que por ello se niegue su
existencia. Lo cierto es que la Geopolítica, ha sido muy discutida y sigue
siéndolo aún, más por su ignorancia que por otra razón; también ha
motivado numerosas y apasionadas polémicas y se la ha empleado
tendenciosamente.

Esto no debe extrañarnos si consideramos que como se relaciona


directamente con la política internacional y es fruto de especulaciones
humanas, está sujeta a los errores y a las deformaciones propias de la
naturaleza del ser humano; quiénes la estudian y la aplican, o sus
detractores, se inclinan a justificar o a defender los objetivos políticos de su
propia nacionalidad o de la de sus simpatías.

Finalmente, podemos calificar a la Geopolítica por la dificultad para su


estudio, al menos en nuestros medios intelectuales; la primera dificultad
radica en que existen muy pocos textos metódicos sobre teoría de la
Geopolítica donde se la puede estudiar, en efecto, la mayoría de los libros
son estudios aplicativos de la teoría, que se da por sabida y, además, han
sido mucho de ellos, escritos con gran parcialidad y no exentos de
pasionismo. Tanto su teoría como los estudios de aplicación se encuentran
dispersos, por lo que su consulta requiere un tiempo extraordinario.

Además, la calificación de difícil se debe a que para efectuar estudios


geopolíticos es necesario poseer amplios conocimientos de otras ciencias,
efectuar paciente y metódica búsqueda de información y vivir al día la
actualidad mundial. El más eminente geopolítico Alemán, Karl Haushofer,
dijo «La Geopolítica es una ciencia sintética, cuyos adeptos deben poseer
conocimientos enciclopédicos».

En su país, que es uno de los que han dedicado a estos estudios mayor
extensión a intensidad se fundó un Instituto, expresamente creado para el
efecto, en el que han trabajado un selecto y numeroso conjunto de
hombres de ciencia, políticos, economistas, militares, etc.; todos los
estudios y su difusión se efectuaban sobre la base de minuciosos
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antecedentes mantenidos permanentemente al día, de los aspectos más


diversos de todos los países del mundo.

Dedúzcanse de las circunstancias mencionadas las dificultades que


encontrarán, en nuestros ambientes intelectuales, quiénes deban o deseen
encarar esta clase de estudios.

En conclusión y a manera de balance de las características señala das,


podemos estimar como positivas la novedad, actualidad y utilidad que han
instado a pensadores de distintos países, a veces con el apoyo estatal, a
interesarse por el conocimiento de lo que es y contiene la Geopolítica,
llegándose en muchos casos a empleársela en sus aplicaciones prácticas.

Las características negativas que pueden ser tendenciosas y que existen


dificultades para su estudio, han sido de menor efecto que las positivas. El
resultado es que, pese a sus detractores, la nueva ciencia que se estudia y
se aplica, sea bajo su verdadero nombre o, por quiénes no lo aceptan, bajo
el de Geografía Política.

VI. ESPACIO COMO FACTOR GEOPOLITICO GENERAL

A El concepto de espacio en la Geopolítica

A poco que se lea algo sobre esta ciencia, se encuentra el término


«espacio» ocupando un lugar destacado en sus razonamientos y
concluyendo que es un factor importante de la potencialidad de
los Estados; importancia que han aumentado exageradamente los
geopolíticos cuyos países tenían problemas «espaciales». La
confusión que puede originar este hombre, si sólo Lo
relacionamos con conceptos puramente geométricos o
geográficos, obliga a la conveniencia de aclarar su significado
geopolítico.

A pesar de que esta aclaración debería ser previa a su empleo


aplicativo, los textos de casi todos los geopolíticos no la contie-
nen, sin repararen que la novedad del término y de la Geopolítica
toda requiere que se le haga más, cuando es necesaria para
completar su doctrina y para interpretar teorías como la del
«espacio vital». Pretendemos llenar ese vacío.

En Geopolítica, el término ESPACIO no significa el continente o


parte de ese continente que ocupa cada objeto en su sitio o lugar,
ni tampoco exclusivamente el factor geográfico «superficie o
extensión» desvinculado de toda otra consideración geográfica,
política, económica social, que pueda dar mayor o menor valor a
esa superficie.

En cambio, si relacionamos el concepto de lugar o escenario en


que vive una comunidad política con otros factores que lo hacen
más o menos valioso, previniéndonos de considerar aislado al
espacio físico geográficamente visto, obtendremos el ambiente
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geopolítico en que actúa esa comunidad, vale decir el espacio


geopolítico.

Desde que el hombre dejó de transitar solamente por la tierra


para surcar los mares, por su superficie y debajo de ésta y atra-
vesar la atmósfera y hasta la estratosfera amplió su escenario
natural, se extendió el ambiente geográfico en que desarrolla sus
actividades; el atributo principal pero no único de este espacio, es
la extensión tridimensional.

Pero, además, esta extensión no debe ser considerada en sí, por


su mayor o menor magnitud sino influida en lo geográfico, por la
acción de los otros factores; posición, conformación, clima, etc.,
que condicionan el desenvolvimiento más o menos favorable o
desfavorable de las agrupaciones humanas y, por ende, de los
Estados.

En cuanto juegan estas influencias, el espacio escapa a la po-


sibilidad de ser medido por su extensión, para entrar dentro de la
valoración de una cosa más o menos grande. La dificultad de
establecer medidas en estos valores lo hace inconmensurable.

Además, en la consideración del espacio geopolítico, debemos


agregar otros factores, que atañen a la población y que por su
esencia son imponderables, como son: la idiosincrasia de los
pueblos, que éstos están o no satisfechos de su ambiente geo-
gráfico si están animados de espíritu de progreso, el grado de
civilización, la índole de sus instituciones políticas, etc.

En virtud de sus dimensiones, en lo conmensurable, por la in-


fluencia positiva o negativa de los otros factores geográficos y
por la de los imponderables, el espacio geopolítico influye en
forma más o menos ventajosa en la vida y evolución de los
respectivos Estados, por constituir su base física y ser insepa-
rable de su existencia. Esta influencia constituye, al condicio-
nar un mayor o menor valor, uno de los factores del potencial
de los Estados.

En suma, podemos encerrar estos conceptos diciendo que en


Geopolítica se entiende por espacio al ambiente geográfico, al
mundo circundante en que vive un Estado, constituyendo uno
de los factores de su potencial; ese espacio está dado por el
territorio (incluyendo las aguas y la atmósfera) condicionado en
su valor por: su extensión, su profundidad la posición o si-
tuación geográfica absoluta y relativa; la clase y características
de las fronteras las influencias geográficas que originen zonas
vivas o muertas y mayores o menores fuentes de riqueza y por
factores imponderables dependientes de las aptitudes de su
población.
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Aún cuando no existe coincidencia total entre los geopolíticos


sobre los conceptos expuestos, a falta de una teoría clara y
concreta hemos tratado de extractar las ideas que aparecen
como de mayor seriedad científica y libres de tendencias.
Nuestro objeto es formarnos una idea propia sobre la acepción
general del espacio geopolíticamente considerado a que se ha
llegado en la actualidad, luego de la evolución que enseguida
trataremos.

Cabe agregar la distinción, que la generalidad de los autores


aceptan espacio terrestre, marítimo y aéreo, según se trate de
actividades que se desarrollen en un ámbito continental, en el
mar o en el aire respectivamente.

B. Evolución del Concepto Espacial

AI concepto actual ya esbozado, se llegó mediante el conoci-


miento de las ideas de los precursores de la Geopolítica, inter-
pretadas y ampliadas por los cultores de la ciencia. Es conve-
niente hacer una breve exposición de esas ideas a fin de com-
pletar el esbozo anterior, para examinar las principales opinio-
nes, que como dijimos no son coincidentes, y para fijar elemen-
tos de juicio que nos servirán para formar nuestro propio criterio
al respecto.

Desde la antigüedad hasta el término de la Edad Moderna, sólo


encontramos que los pensadores y estudiosos mencionan al
espacio considerándolo desde un punto de vista estrictamente
geográfico, es decir, como extensión o superficie, observándo-
se en las ideas de Bodin y de Montesquieu referencias a la
importancia de su magnitud para el progreso de los Estados.

Es en la Edad Contemporánea cuando empieza a darse al factor


geográfico de extensión, el sentido geopolítico de espacio.

El economista alemán Friedrich List es quien por primera vez, en


forma clara y categórica llama la atención dirigiéndose a sus
condicionales, sobre la importancia del espacio con el actual
sentido geopolítico. Convencido de que la nación alemana debía
unirse políticamente ocupando un gran espacio, abogó por unión
de numerosos y pequeños Estados en uno, que debía extender,
su territorio desde los mares del Norte y Báltico hasta el Negro y
el Adriático. Pero para que ese Estado fuera dueño de su
espacio, era necesario dominar esa extensión mediante el
desarrollo de las comunicaciones, consolidar su economía por el
fomento de las industrias y unificar y fortalecer sus finanzas por
medio de la unión aduanera y de leyes proteccionistas.

Estas ideas guiaron su prédica y su acción directa,


concordantes con su concepto de comprensión del valor del
espacio que adquirió durante su permanencia en Estados
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Unidos. List sembró la semilla de la unidad alemana a inspiró las


teorías «espaciales», las que tanta influencia tuvieron después
en la política del Reich.

Friedrich Ratzel fue el primer teórico del espacio. Tal calificación


la merece por sus profundas investigaciones sobre las
cuestiones espaciales. A ellas les dedicó toda su inteligencia de
sabio, que le sirvió para formular sus teorías precursoras de la
Geopolítica, las que en lo fundamental señalamos en el Capítulo
II, «Génesis y Evolución».

Según su concepción biológica del Estado y sus teorías sobre su


crecimiento, no se puede admitir una limitación estática del
'territorio, siendo por lo tanto necesario justificarlas variaciones
territoriales. A esta justificación tendía la teoría espacial de
Ratzel, cuya expresión concreta encerró en sus leyes sobre el
crecimiento de los Estados, llamadas por sus detractores «Las
siete leyes del expansionismo». Son las siguientes:

- El espacio de los Estados aumenta con el crecimiento de la


cultura.

- El crecimiento de los Estados presenta otros síntomas de


desarrollo: ideas, producción comercial, actividad
misionera.

- El crecimiento de los Estados procede por la amalgamación


y absorción de unidades menores.

- La frontera es el órgano periférico del Estado y como tal, la


prueba del crecimiento es la fuerza y los cambios de ese
organismo.

- En su crecimiento, el Estado tiende a incluir secciones polí-


ticamente valiosas, líneas de costa, cuencas de ríos,
llanuras, regiones ricas en recursos.

- El primer impulso para el crecimiento territorial llega al Esta-


do primitivo desde fuera, de una civilización superior.

- La orientación general hacia la amalgamación transmite la


tendencia de crecimiento territorial de Estado a Estado y
aumenta esa tendencia en el proceso de transmisión.

Von Treitschke, asimilando la teoría orgánica del Estado de


Ratzel y apoyándose en las afirmaciones darwinianas sobre el
valor del espacio para el crecimiento de las especies fue quien
primero concretó en la palabra "lebensraum" la actual teoría
del «espacio vital». Como resultado de sus convicciones,
predicó la necesidad de que se aumentara el espacio de
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Alemania, prédica en la que según vimos, fue superado por


sus condicionales Naumann y Rohrbach.
En cuanto a Mackinder, cuyas ideas fundamentales se sinteti-
zan en su tan mentada conferencia de 1094, «El pivote
geográfico de la Historia», si bien no trata del espacio con su
actual significado geopolítico, concentra su argumentación en
el control de una extensión continental condicionada en su
valor por los factores que señalamos al definir el concepto que
nos ocupa.

Rudolph Kjellen, fuera de que logró renombre por haber sido


quien usó por primera vez el término «Geopolítica», tuvo gran
prestigio entre los geopolíticos alemanes por sus ideas
concordantes sobre el espacio. Estas, sin ser originales pues
responden a las teorías Ritteriana y Ratzeliana y tienden a
exaltar la importancia del espacio para la vida del Estado.

De su frase: «Los Estados vitalmente fuertes que sólo poseen


un espacio limitado, se deben a sí mismo el agrandar este es-
pacio por colonización, amalgamación o conquista», se valió
Haushofer para cimentar uno de los pilares de su doctrina.

Para Kjellen el espacio es el primer factor para que un Estado


sea considerado gran potencia, anteponiéndolo a la libertad
de movimiento y a la cohesión interna. Pero ese espacio debe
ser geográficamente conocido, poblado y políticamente
organizado para que sea una fuerza. Sus palabras al respecto
son: «Cada tierra, cada mar, debe verse siempre como un
espacio, que debe llegar a ser conocido, habitado y lleno
políticamente antes de que pueda llegar a ser fuerza».

Cabe recordar que Kjellen, designó con el término


«Geopolítica» a una rama de la Ciencia Política que
según él, estudia el aspecto físico - geográfico del Estado
como territorio dejando otros factores que hemos incluido
en la nación o espacio. Para otras ramas observemos que, sin
embargo, cuando dice que «la Geopolítica estudia al Estado
como reino, organismo o fenómeno en el espacio», excede al
concepto que limita al estudio del territorio, provocando
confusiones.

Haushofer tomó de Kjellen el nombre de la nueva ciencia y la


consolidó definitivamente, abarcando todos los factores geo-
gráficos que el sabio sueco había separado en sus ramas de
la Ciencia Política. Así se deduce de la teoría de Haushofer y
de su afirmación: «La Geopolítica se relaciona con todo lo que
afecta directa o indirectamente a la cultura, poder, economía
en un Estado, y a la lucha por el dominio de los espacios de la
tierra». Además de aprovechar las ideas de Kjellen sobre el
espacio haciéndolas más dinámicas, Haushofer acondicionó a
su geopolítica las teorías de Ritter, de Ratzel y de Mackinder.
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Como fundamento de la tesis sobre el «espacio vital», se


dedico a exaltar la importancia del espacio y a afirmar que
éste supone poder, tanto mayor, cuanto más grande es su
dominio.

Son muchos los escritos en que Haushofer y sus discípulos se


ocupan del espacio. Para muestra de las ideas sustentadas,
transcribimos párrafos de Poder y Espacio de Karl Haushofer:

«El espacio rige la historia de la humanidad. No obstante eso,


¿Cuántas naciones se han dado realmente cuenta de la
importancia que tiene la adopción de planes adecuados con
respecto al espacio? Hay demasiadas que prefieren las
pequeñas comodidades de un rincón seguro y agradable a las
penalidades que representa la vida en amplias zonas en
llanuras o en el mar».

«Tampoco se preocupa la mayoría de las naciones de la cues-


tión si viven en territorio que están o no de acuerdo con su
carácter. Y no obstante, sólo una nación cuyo espacio esté
acorde con sus necesidades, tanto materiales como espiritua-
les, puede tener esperanza de alcanzar alguna vez una verda-
dera grandeza».

Las más duras críticas a las ideas sobre el espacio, que


hemos mencionado, han sido las afectadas por algunos
escritores estadounidenses, entre ellos, por Dorpalen, Weigert
y Strausz Hupé; sin embargo, conviene recordar lo que ha
afirmado este último: «Su gran tamaño, su espacio con
profundidad, sus recursos y la posesión de todas los requisitos
previos de poder terrestre, aéreo y marítimo hacen de los
Estados Unidos un Estado capaz de ejercer esa medida de
intervención internacional necesaria, para proteger a la
comunidad de naciones contra la minoría siempre presente de
posibles agresores». El espacio es fuerza y las realidades de
espacio de los Estados Unidos proporcionan a éstos los
atributos de un predominio benéfico.

C. La Teoría del Espacio Vital

Derivada del concepto geopolítico de espacio, se concibió la


teoría del «espacio vital», la que pronto tuvo una gran extraor-
dinaria difusión, que es común oír mencionar estas palabras en
todos los ambientes.

Es más, esta teoría fue presentada en Alemania con habilidad,


por la propaganda que precedió a la II Guerra Mundial. Se
difundió durante éste y convenció no sólo al pueblo de ese
Estado, sino también a muchas personas de ¡os más apartados
lugares de la tierra, en su deseo de comprender los cruentos
problemas que convulsionaban al mundo.
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Lo lamentable es que la mayoría de los que esgrimían y toda-


vía esgrimen tal teoría, ignoran su génesis, evolución y alcan-
ces, sin detenerse a reflexionar sobre su tazón y sobre la con-
veniencia, para los propios intereses, de convertirla en ley o
dogma.

Teniendo en cuenta lo expresado y la finalidad de esta obra,


creemos necesario contribuir a que se conozca mejor esta
teoría y proporcionar algunos elementos de juicio para
determinar cuál debe ser nuestro pensamiento ante la misma.
Tales son los objetivos de lo que continúa a este capítulo.

1. Génesis, Evolución y Alcances de la Teoría

Las ideas de Friedrich List enseñaron a los pensadores


alemanes a apreciar el valor del espacio y les señalaron las
ventajas de conformar un Estado extenso, en lugar de
múltiples y pequeños y aún de extender más sus fronteras.

Ratzel llevó al terreno geográfico - político las


observaciones que List había efectuado en lo económico,
dando origen a la concepción biológica del Estado, según
ésta el territorio del Estado no puede tener fronteras fijas,
pues como todo organismo biológico, está sujeto a
variaciones.

También Ratzel tomó de Von Treitschke la idea de que un


Estado necesita de determinado espacio para poder vivir y
adoptó la designación Lebensraum (espacio vital) que éste
le diera.

Kjellen dio gran impulso a estas ideas expansionistas al


justificarlas con nutrida argumentación científico - política,
la que llegaba a la conclusión: «Si un Estado poderoso es
pequeño, tiene el derecho a ampliar su territorio si quiere
seguir siendo poderoso».

Justificado el expansionismo como «necesidad», sólo


faltaba fijar la oportunidad y el sentido para satisfacerla.
Ello se hizo mediante la enunciación de la teoría del
Lebensraum.

En síntesis, el «espacio vital» es el área de influencia de un


Estado, que éste necesita imprescindiblemente para poder
existir; la teoría de Lebensraum preconiza que si un Estado
no posee ese espacio, tiene el derecho de extender su
influencia física, cultural y comercial.

Nótese que hemos dicho que la teoría fija la oportunidad y


el sentido del expansionismo y no sus límites; esto se
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debe a que según los sustentadores de la teoría los


Estados vitalmente fuertes «necesitan» ampliar su espacio.
Una ampliación suporte aumento en el poder, pues «el
espacio es poder»; el Estado ampliado será más fuerte y a
su vez «necesitará» más espacio y así sucesivamente
llegaríamos a un Estado mundial en que la tierra le
resultaría chica para continuar expandiéndose.

Esa ampliación de espacio y de poder naturalmente


actuaría siempre en desmedro de la soberanía de los
Estados más débiles, la que estaría sujeta a las
necesidades de «espacio vital, de los Estados poderosos.

2. Fundamentos Esenciales de la Teoría

Fuera del fundamento biológico estatal de la teoría del


Lebensraum, originado en la tesis de Ratzel y llevado a su
máxima difusión por la escuela de Haushofer, se han dado
fundamentos demográficos, económicos y estratégicos.

Los fundamentos de carácter demográfico afirman que


siendo obligación del Estado proveer a la subsistencia de
su población cuando un excesivo aumento de ésta
convierte en insuficiente al espacio disponible a tal fin, se
justifica la ampliación espacial.

Hay total coincidencia entre esta idea y la concepción


orgánica del Estado. A su vez, las razones demográficas,
están íntimamente ligadas a las economías. El Estado
debe asegurar a la población la satisfacción de sus
necesidades; aún cuando esa población no sea
excesivamente numerosa, el territorio puede no tener
suficientes fuentes de riqueza para satisfacerlas, lo que
también hace lícito la expansión.

También la teoría del espacio vital se ha asentado en


razones de orden estratégico o de defensa, sí bien en
forma más limitada que en las demográficas y económicas.
Aquellas, argumentan la necesidad que tiene el Estado de
poseer, dentro de su espacio todas las materias que le son
necesarias para sus fuerzas armadas en particular y para
el desarrollo de la guerra en
general. La exigencia de espacio para lograr tal autarquía
bélica, puede ser superior a la que demandarían las
razones simplemente demográficas o a las económicas.

Además, es vital el espacio conveniente para realizar con


efectividad las operaciones bélicas siendo esta
conveniencia ilimitada, pues el espacio es tanto más
favorable para la defensa del país, cuanto más extensa es
su base física, la extensión territorial.
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3. Aplicación de la Teoría

Casi todos los pensadores alemanes o filoalemanes, antes


y después del nacimiento de la Geopolítica, se guiaron por
el concepto de Ratzel: «El espacio amplio conserva la
vida» y estuvieron convencidos de la pequeñez espacial de
Alemania.

Todas las consideraciones sobre el espacio de los Estados


y su relación con la vida de éstos, giraban alrededor de la
búsqueda de soluciones para esa pequeñez, las que tenían
como premisa la «necesidad» vital.

No importaba que estas soluciones pudieran ser pacíficas


o violentas, si tenían este último carácter, se justificaban
por esa «ley de necesidad». En 1911, el General prusiano
Bernhardi escribió: «Las naciones fuertes, saludables y
florecientes aumentan en número de habitantes. A partir de
un cierto momento, requieren una expansión constante de
sus fronteras, necesitan nuevo territorio para el acomodo
de su exceso de población. Dado que casi cada parte del
globo está habitada, el nuevo territorio debe por lo general
obtenerse a costa de sus poseedores, esto es, por
conquista, la cual se convierte así en una ley de
necesidad».

Con respecto a los límites del crecimiento espacial como


es difícil fijarlos en un «organismo» tan complejo como es
un Estado poderoso que aspira al expansionismo. Quienes
se ocuparon de los problemas espaciales de Alemania,
desde List hasta los que existieron en la época del Tercer
Reich, nunca se pusieron de acuerdo sobre cuál debía ser
el espacio vital de ese Estado.

Según List, concebía una Alemania extendida desde los


mares del Norte y Báltico hasta el Negro y el Adriático;
después, los límites convenientes, en la opinión de los
expansionistas, fueron siempre más amplios. Para Ratzel
«en este pequeño planeta sólo hay espacio suficiente para
un gran Estado». Nicolás Spylman cree delimitar al
«espacio vital» alemán cuando dice: «El programa alemán
está claro y definitivamente diseñado; aspira a constituir un
amplio espacio vital que comprenda los Continentes N y S
y el Mar Mediterráneo intermedio; un imperio extendido
desde el Cabo Norte hasta el Cabo de Buena Esperanza.

Pero el pensamiento de algunos geopolíticos alemanes iba


más a11á, para ellos, el espacio vital no se limita a la
estricta posesión de territorios por un Estado. Se extiende
hasta lograr una hegemonía tal, que asegure para éste por
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vínculos políticos una influencia espiritual, cultural y


económica.

Este pensamiento tiene antecedentes en los vocablos;


Schicksalsraum (espacio del destino) y Grossraun
(grandes espacios) de la filosofía espacial de Rohrbach, la
que alcanza su mayor desarrollo en la doctrina de
Haushofer.

Haushofer fue el mayor difusor de los conceptos espaciales


y del espacio vital. Sobre el concepto de Ratzel «el espacio
amplio conserva la vida». Escribió esta opinión biológica
del Estado, expresada por Ratzel con brevedad clásica no
sólo se adapta a las grandes potencias mundiales. Muchas
de las cuales sufren de abundancia de espacio, sino que
también deben ser el principio que guía a los países que
como Japón, Italia o Alemania carecen de espacio o fueron
despojados del escaso espacio que habían podido llegar a
obtener».

En la misma obra en que afirma lo antes transcrito, al


aconsejar los medios para obtener ese espacio, dice:
«Actúa como si la máxima a que obedece fuera a
convertirse en una ley universal de la naturaleza (Kant), es
una existencia que no sólo debe seguir el individuo, sino
que también debía ser el principal rector de los países
pequeños, que hallan obstáculos en su camino y que
desean alcanzar o recuperar un lugar en la política
mundial. Deberían conservar constantemente en su mente
este consejo cuando persiguen sus objetivos. Estos
pueden obtenerse tanto más fácilmente cuanto más se
ajusten a indiscutibles exigencias de ley y de justicia, por lo
menos aparentemente » .

Este agregado final, nos hace pensar si el primer


geopolítico alemán y mayor propagandista de la teoría del
«espacio vital», estaba convencido de ésta o si procedía
siguiendo el consejo de Kant, contribuyendo así al logro de
los objetivos políticos de su patria.

Sobrepasan a las aspiraciones del maestro las de uno de


sus inmediatos colaboradores Kurt Vowinckel, quien al
analizar el concepto de «espacio vital» como un fenómeno
político, económico y cultural lo definió así: «El espacio
vital alemán está en primer lugar, donde se ha establecido
el campesino alemán como parte de la entidad nacional
alemana y en el que ha dado al ambiente un aspecto
alemán; en segundo lugar, donde la estructura económica
de otros Estados completa a la nación alemana en un
esfuerzo común y se coloca a su lado y en tercer lugar,
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donde la cultura alemana complementa o de cualquier otra


forma fecunda las culturas extranjeras».

Hitler incorporó a su doctrina la teoría del Lebensraum, no


sabemos si porque estaba convencido de ella, o para
justificar los objetivos políticos que se propuso, lo cierto es,
que antes de subir al poder la propugnó y después casi a
diario la sostuvo en sus discursos.

En su catecismo político dice: «El derecho al suelo y al


territorio, puede convertirse en deber si la decadencia
parece amenazar a una gran nación a menos que extienda
su territorio. Alemania será una potencia mundial, requiere
ese tamaño que ahora da su importancia necesaria a
semejante potencia, y que da vida a sus ciudadanos».

Son párrafos de sus discursos, los siguientes:

- «Nada hay fuera de la amplitud del espacio, que


asegure la libre existencia de un nación».

- «Exigimos espacio y territorio para la alimentación de


nuestro pueblo y para establecer nuestro exceso de
población».

- «La verdadera cuestión de Alemania es la falta de


espacio para el pueblo alemán».

- «Nosotros, los Nacional Socialistas, tenemos deber de


aferrarnos resueltamente a nuestros propósitos de
política exterior, que fincan en asegurar a la nación
alemana el territorio que ella necesita en el planeta».

No debemos atribuir exclusivamente al nacional


socialismo, a los geopolíticos alemanes la paternidad de
esta teoría. Se creó y tuvo destacados propagandistas
mucho antes de la existencia del partido y del nacimiento
de la Geopolítica. Recordemos las ideas al respecto de
Rohrbach.

4. Críticas de la Teoría

No efectuaremos un juicio crítico de la teoría, por cuanto


al hacerlo acabadamente requeriría demasiada extensión
y apartarnos de nuestra finalidad, en cambio, concordante
con ésta, mencionaremos algunas críticas y objeciones
que le han sido formuladas, sin perjuicio de dejar
sentadas, después nuestras ideas sobre ella.
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La teoría ha sido analizada por destacados hombres de


ciencia de renombre mundial, habiendo la gran mayoría
llegado a conclusiones de que proporcionan argumentos
psicológicos enunciativos y no racionales para justificar
objetivos expansionistas, los que fueron utilizados por los
dirigentes de ciertas potencias como medio de
propaganda para tal fin.

Luego de una de las repetidas demandas de Hitler ante el


Reichstag por el espacio vital, formulado en abril de 1939,
Halifax contesta, dos meses después, fijando el punto de
vista inglés: Lebensraum. Esta palabra, de la que aún no
hemos oído todo, necesita ser examinada justa y
cuidadosamente. Toda comunidad desarrollada se
encuentra desde luego con el esencial problema del
espacio en que vive. Pero el problema no se resuelve
simplemente adquiriendo territorios. Eso puede incluso
agudizar más el problema. Lo puede resolver éste por una
sabia ordenación de los puntos de un país en el interior y
por el ajuste y mejorar sus relaciones con otros países en
el extranjero. Las naciones extienden su riqueza y elevan
el nivel de vida de su pueblo, ganando la confianza de sus
vecinos y facilitando así el comercio de mercaderías entre
ellos. Exactamente lo contrario será sin duda la
consecuencia de que una nación suprima la existencia de
sus vecinos menores y más débiles. Y si la idea de
espacio vital a de aplicarse en esa forma, la rechazamos y
nos opondremos a su aplicación. Por medio de la coope-
ración, nosotros, por nuestra parte, estamos dispuestos a
cooperar, hay amplio margen para extender a todas las
naciones la oportunidad de una vida económica más
amplia con todo lo que esto significa que la implicada en
el término «Lebensraum».

El sabio canadiense Isaiah Bowman al criticar a esta


teoría dice: «Es completa carencia de honestidad a
menos que creamos en la guerra constante, sostener que
la presión demográfica debe ser aliviada por el robo del
territorio de los vecinos. El transporte moderno, las
facilidades de crédito, los recursos y la destreza técnica,
la creciente demanda de la sociedad como consecuencia
de la evolución del nivel de vida, da a todas las naciones
la posibilidad de remediar tal presión mediante la industria
y el comercio».

Hernan Heller opina que: « De la densidad de población


exclusivamente no cabe reducir una conclusión fundada
sobre la justificación de pretensiones de espacio porque
las necesidades espaciales están siempre en relación con
el carácter, en lo económico y en los demás aspectos de
la población.
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El estadounidense Quincy Wright, maestro en artes,


doctor en Filosofía y profesor de Derecho Internacional en
la Universidad de Chicago, trata sobre «Las tendencias de
la población y las relaciones internacionales» en su obra
A Study Of War. Revela gran erudición y acierto, lo que
unido a su postura de imparcialidad da valor a sus
afirmaciones. No se ocupa en particular de la teoría que
tratamos. Pero es útil, enfrentar lo que él expone con la
teoría para juzgar el valor de ésta.
Sobre este trabajo, una síntesis de las conclusiones
fundamentales sería a nuestro entender, las siguientes:

a. La teoría del «espacio vital» ha tendido a buscar


razones para racionalizarlas, para justificar la guerra,
considerar que la presión de la población diferencial
entre naciones vecinas o el diferente ritmo de aumento
de la misma, son forzosamente causas de conflictos
entre naciones civilizadas.

b. Tal teoría, ha tomado el aumento de población como


un factor determinante en la política internacional, lo
que es erróneo. Ese aumento es uno, entre los
complejos factores que la determinan. Aún suponiendo
lo contrario, es controlable por una política restrictiva
eugenésica con respecto a la población, por la política
migratoria y por medidas económicas.

c. Si bien los aumentos de población, las diferencias de


densidad o una población creciente con relación a los
vecinos pueden ocasionar fricciones, tensiones,
migraciones en masa, agresiones, guerras o
conquistas. También vecinos con ritmos de
crecimiento de población muy directos pueden vivir en
paz, dado que tal circunstancia puede conducir a
intercambios mutuamente ventajosos y a la acción de
una interdependencia pacífica. Ello sucede
particularmente entre las ciudades y el campo de un
mismo Estado, entre la madre patria y las colonias
migratorias. Por lo tanto, la solución que preconiza el
«espacio vital» no es la única, existiendo alternativas
más racionales y ventajosas.

d. En los pueblos primitivos las alternativas posibles


frente a los aumentos de población son limitadas,
definidas y susceptibles de predicción pues obran por
«necesidad», costumbres tribales, no por leyes físicas
o fisiológicas (árabes del desierto, hordas nómadas de
las estepas, pobladores de la Polinesia).
Indudablemente los cambios de la población, como los
de clima, descubrimientos geográficos o geológicos,
inversiones técnicas y sociales, etc., influyen en gran
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medida sobre el comportamiento político. Pero, cuanto


más civilizados sean los pueblos, menos
determinantes resultan esos factores. La esencia de la
civilización es el reconocimiento en grado creciente de
que hay soluciones alternativas para los problemas y
una creciente oportunidad para explorar nuevas
soluciones.

El hombre civilizado puede reemplazar lo «necesario»


por lo racional cuando se trata de adoptar soluciones.
Los que sostienen la teoría del «espacio vital»
establecen su razonamiento en la «necesidad», sin
ninguna alternativa.

e. La teoría colocaba a los ciudadanos de las naciones


en que fue empleada, ante la disyuntiva de que el
Estado debía ampliar su espacio o entrar en la
decadencia, cuando no amenazarlo la muerte. Esas
naciones se encontraban tan por encima de la «línea
del hambre» que la presión de la población no influía
en los medios de subsistencia, sino más bien en el
«nivel de vida». Los remedios para una presión de
población incipiente pueden ser explorados antes de
que el hambre se presente o incluso, antes de que
amenace una seria reducción en el nivel de vida.
Era por lo tanto, una exageración hacer vislumbrar la
decadencia o la muerte a menos que perentoriamente
se lograse una expulsión. .
AI estudiar la influencia de la población en crecimiento
en la política exterior, el mismo autor señala que ésta,
en sus medios y fines, se encuentra afectada por
muchas circunstancias, entre ellas:

- Las características raciales y culturales.

- El Estado y la opinión pública.

- Las tradiciones históricas.

- Las leyes y los tratados nacionales.

- El Estado y la organización de las comunicaciones


internacionales

- El equilibrio de las fuerzas militares en el mundo; el


estado del crédito, comercio y producción.

- Las teorías y la manera de ser de los individuos que


se hallan en el poder.
CODIGO PE/GP - 03

Agrega que estos factores no sólo pueden diferir de un


país a otro, sino de una época a otra distinta y que
dicha política estará influida por la combinación
operante particular de aquel, dado el lugar y momento.

Recuerda como ante poblaciones crecientes, diversas


naciones adoptan diferentes políticas, confirmando lo
expresado sobre las soluciones a este problema Japón;
Italia y Alemania, se embarcaron en planes de conquis-
ta; Java y China, con problemas más serios, intentaron
intensificar sus métodos agrícolas y desarrollar indus-
trias rurales; Rusia, con un caso parecido en 1917, tuvo
la revolución, abandonó territorios que había poseído
proyectos de ulterior expansión y cambió el acento de
su economía, de la agricultura a la minería y a la
industria; Bélgica y Suiza hicieron frente a sus
problemas de superpoblación acrecentando
constantemente sus exportaciones industriales y sus
importaciones de materias primas y de alimentos.

Para terminar su examen de los problemas demográfi-


cos, efectuado con métodos filosóficos, históricos, psi-
cológicos y sociológicos, Quincy Wright arriba a conclu-
siones de las cuales nos interesa transcribir la
siguiente:

«Las políticas de guerra y expansión han sido menos


influidas por los cambios de la población que por la dis-
posición del pueblo a aceptar teorías económicas sin
fundamento sobre el asunto. Un conocimiento más
general del valor de los varios métodos de hacer frente
a un problema dado de población haría más por la paz
y la cooperación, en las actuales circunstancias, que
por la guerra, siempre que se quisiese realmente hacer
del bienestar general el objeto de una política dada».

También puede ser de utilidad para juzgar a la prédica


del Lebensraum la cita que hace Wright, de Harold
Cox, que transcribimos sin comentarios:

«Tan pronto como una población se hace grande, sus


dirigentes declaran: Nuestros conciudadanos son
tantos que debemos luchar por más espacio. Y tan
pronto como la guerra se ha producido, los dirigentes
invierten su llamamiento y dicen: «Debemos contar con
una población mayor en preparación de la siguiente
guerra».
CODIGO PE/GP - 03

5. Nuestro pensamiento sobre la teoría

Creemos que con lo hasta aquí expuesto, se ha


demostrado que las pretendidas razones que respaldan
a la teoría no hacen otra cosa que poner en evidencia
su falta de bases científicas y su unilateralidad. Excluye
otras soluciones, que no sean el expansionismo, para
los problemas espaciales.

En su aplicación práctica, las ideas que ella encierra,


puestas en acción por Komura, Hitler y Mussolini,
mediante la política exterior seguida por estos
dirigentes, llevaron a sus naciones a la guerra. AI fin,
motivaron la derrota de ésta y no sólo la pérdida de los
espacios conquistados, sino la disminución de sus
patrimonios iniciales.

Parece que estas lecciones de la Historia son


suficientes pese a que demuestran que no se puede
violar sin castigo a las normas de convivencia
internacional, aún se mencionan razones de «espacio
vital» en apreciaciones relacionadas con Estados de
nuestro continente.

Es que por desgracia somos afectados a la adaptación


de teorías foráneas, aún cuando éstas sean
inadaptables a nuestro medio a idiosincrasia. Resulta
una incongruencia "9ríar de presión demográfica en
nuestro continente, en especial en América del Sur
cuando las características más notorias de sus Estados
son las grandes extensiones y la escasa densidad de
población.

Tal incongruencia no se justifica y sólo encuentra su


explicación en el desconocimiento geográfico; la
mención de razones de «espacio vital» se debe a la
misma causa, a falta de información y a superficialidad
en las apreciaciones.

Considerando la magnitud de las superficies de


nuestros países y la falta de población, no debe
inquietarnos tanto al error de que se hable de presión
demográfica, sino la posibilidad de que potencias
extracontinentales, superpobladas vean en nuestras
zonas despobladas la solución para sus problemas
demográficos y, escuchadas por teorías como la del
lebensraum, las señalen como su espacio vital.

Es autodefensa, entonces, rechazar categóricamente


toda idea que pueda significar no sólo la aprobación de
esta teoría, sino también simpatía hacia la irracional
CODIGO PE/GP - 03

«necesidad» que ella pretende, a menos de cometer un


crimen de esa soberanía.

Aún limitándonos al ámbito continental, la defensa de la


soberanía de nuestros Estados requiere que se
prescriba tal teoría, por atentatoria contra las relaciones
pacíficas que nos empeñamos en mantener.

Estimamos que estas razones satisfacen para orientar


el criterio a fin de establecer una manera de pensar
sobre la teoría que nos ocupa pero juzgamos que es
necesario fijar aún más claramente cuál debe ser el
pensamiento argentino sobre la misma.

Este pensamiento debe estar respaldado


principalmente, además de las razones que han
quedado expuestas, por las inspiraciones de nuestra
doctrina en Derecho Internacional y por nuestras
realidades geográficas.

Nuestra doctrina en Derecho Internacional ha inspirado


una política exterior que ha sido siempre orientada y
conducida con sujeción a las normas de éste.

La esencia de esa doctrina muestra amor a la libertad,


respeto a la soberanía, repudio a la agresión y espíritu
de concordia y de solidaridad.

Tales sentimientos se han exteriorizado en hechos


prácticos desde los albores de nuestro Estado hasta la
fecha, como lo demuestran; el envío de expediciones
militares para libertar pueblos sojuzgados; la renuncia
al reconocimiento de adquisiciones territoriales
obtenidas por la fuerza; la defensa de la soberanía de
los territorios, mares y aire nacionales, respeto a la
soberanía sobre iguales elementos de otras naciones;
la política de recurrir a tratados, convenios o arbitrajes
en la solución de cuestiones de límites; el
sostenimiento del principio de autodeterminación de los
pueblos; el mantenimiento de relaciones amistosas con
la gran mayoría de las naciones del mundo; y los
pactos de defensa y de solidaridad interamericanos.

Con los antecedentes mencionados, resultaría un


contrasentido aceptar o simpatizar con una teoría que
justifica la ampliación del espacio de los Estados
poderosos en desmedro de la soberanía de los débiles.

Además, esa conducta en lo exterior fuera de


responder al sentir nacional, está influida por las
características geográficas de nuestro país, en relación
CODIGO PE/GP - 03

con la naturaleza geográfica de América. sobre las que


hemos tenido conciencia siempre.

La existencia de esta conciencia se revela a través del


pensamiento de numerosos políticos, juristas y
hombres de Estado que orientaron nuestra política
exterior, cuya mención a ideas sería largo tratar.

Como ejemplos sólo recordaremos; la oposición de


Mariano Moreno en 1810, a las ideas de que
integremos una confederación con los demás países
americanos, puesto «que la naturaleza misma nos ha
prefijado esa conducta», la negativa del Presidente
Mitre, en acuerdo con el Ministro de Relaciones Exte-
riores Dr. Elizalde, al adherirse al Tratado Continental
de Santiago (Chile, Ecuador y Perú; en 1856) por
cuanto «la naturaleza y los hechos han dividido a los
países y los esfuerzos de la diplomacia resultarían
estériles para contrarrestar las exigencias de las
nacionalidades»; la declaración de Carlos Tejedor, Mi-
nistro de Relaciones Exteriores durante la presidencia
de Sarmiento, que dijo: « La mejor regla de convivencia
para la política americana es la de emplear las grandes
divisiones naturales como elementos para fijar la
jurisdicción propia de cada nación « y la interpretación
que dio Zevallos en 1913, a la doctrina de Monroe,
diciendo: «La doctrina en referencia a medida que se
desciende hacia el Sur degenera y pierde su objeto to
que ella vale en el Golfo de México, carece de valor en
el Plata. La República Argentina no será protegida por
la actitud de Monroe porque nuestro país ya ha
concluido su evolución civilizadora y es un país
respetado y que sabe hacerse digno del respeto del
mundo».

Tal conciencia también se corrobora en nuestra


intervención en la política panamericanista,
proponiendo a que ésta respetuosa de la voluntad de
los pueblos y las divisiones políticas -geográficas
condujera a una organización espacial (O.E.A.), en que
cada Estado conserva su soberanía y no a una
confederación americana.

Queda dicho que el amor a la libertad, el respeto a la


soberanía y la conciencia política - geográfica, hacen
que estemos satisfechos de nuestro patrimonio, que no
tengamos ninguna aspiración territorial fuera de
nuestras fronteras y que repudiemos toda idea
expansionista, sentimientos que todos son diametral-
mente opuestos a la teoría del «espacio vital».
CODIGO PE/GP - 03

Como conclusión, pensamos que esta teoría es


inaceptable porque:

- Se basa en argumentos irreales.

- Es contraria a nuestros intereses.

- Se opone a las normas de nuestra tradicional


política exterior y a nuestras realidades geográficas.

- Está destinada a justificar expansionismos, a los


que no aspiramos, a los que repudiamos y contra
los que lucharemos si afectan a nuestra integridad
de nación soberana

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