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Desde los primeros tiempos, la humanidad ha soportado

innumerables enfermedades, plagas y epidemias que han


diezmado y aterrorizado a la población a lo largo y ancho
del mundo.

No en vano, para hallar los primeros testimonios de la


peste (nombre genérico con el que los antiguos se
referían a las epidemias), no hay más que acudir al
Antiguo Testamento, donde en el Libro del Éxodo (9,5)
puede leerse: «Jehová dijo a Moisés y Aaron: Coged
puñados de ceniza de horno y espárzala Moisés hacia el
cielo a vista de Faraón y se convertirá en polvo menudo
en toda la tierra de Egipto de lo que resultarán tumores
apostemados así en los hombres como en las bestias»

De la sepsis a la viruela, pasando por la fiebre tifoidea,


hacemos un repaso a los males que azotaron a los
pueblos de la antigüedad, tanto en Egipto como en
Grecia y Roma.

Si tuviésemos que señalar una enfermedad común en la


época de los faraones, esa sería la sepsis, «estado
tóxico infeccioso que se produce al entrar un
microorganismo patógeno al torrente sanguíneo»,
“Las plagas, causas y consecuencias a luz de la Biblia”,
esperando les sea de información, orientación y
edificación.

Bien, comenzamos diciendo que plaga es toda clase de


organismo que produzca daños y problemas tales como
bacterias, virus, insectos, etc., a la salud humana, las
plantas y animales.

Nosotros somos los responsables de las plagas que hoy


nos afectan, pero Dios da la promesa de librarnos de
ellas si nos preocupamos por obedecerle, para esto nos
ha dado sus normas y sus reglas y se ha dado a conocer
a través de su palabra la Biblia.

Así que de nosotros depende evadir todas estas plagas


de manera individual si le obedecemos a través de su
Hijo Jesucristo y de manera colectiva si les damos para
atrás a todas esas leyes antíbiblicas que se han
aprobado legalizando el pecado y la maldad, de no
hacerlo, pues no lloremos después, tendremos lo que
sembrados.

Y lo peor sería la perdición del alma… ¿Qué me dice


usted? Salmos 91, Hechos 3:19; Mateo 4:17; Lucas 9:23
al 25; Juan 5:24.
En este mismo sentido, las plagas han existido desde el
principio de la humanidad y desde que entró el pecado,
por esto vemos las enfermedades, la vejez, el dolor, la
muerte, etc.

También la historia universal registra plagas en masa,


tanto en las personas, en los animales, como en las
plantas y cultivos, generando muerte, dolor, miseria,
escasez, aflicción, tristeza, etc., etc.

Ahora bien, queremos plantear el origen y las plagas a


luz de la Biblia, para tener una mayor comprensión del
porqué de esta calamidad en la humanidad a través de
los tiempos y en todo sentido material y espiritual que
nos han afectado y debemos decir que el Señor
Jesucristo hablando del futuro y su retorno a gobernar y
eliminar el libre albedrio en la humanidad dejó señales
variadas que se cumplirían simultáneamente en toda la
tierra y entre ellas mencionó “La Pestilencia” en
diferentes lugares. Lucas 21:11; Mateo 24:7.

Por otro lado, en toda la historia bíblica vemos como


Dios castigó el pecado en muchas ocasiones de diversas
formas, pero una de ellas era enviando peste o plaga a
quienes se sublevaron contra él y sus normas y
queremos mencionarles algunos casos:
Primero: En el tercer libro de la Biblia Levítico capítulos
13 y 14, se menciona la lepra como una plaga o peste por
el pecado que Dios hacía brotar a aquellos
desobedientes en su pueblo y de humillarse y
arrepentirse y ofrecer los sacrificios correspondientes
por su maldad Dios los restauraba nuevamente. Levítico
Caps. 13 y 14.

Segundo: En el quinto libro de la Biblia Deuteronomio


capítulo 28, después que Dios les dio sus mandamientos
al pueblo de Israel y los adoptó como su pueblo siempre
y cuando ellos les obedecieran les advirtió que de
abandonar sus normas y corromperse les enviaría toda
clase de plagas y enfermedades por su mal proceder y
así se cumplió en varias ocasiones que el pueblo se
apartó de Dios y sus reglas. Deuteronomio 28:15 al 68.

Tercero: Todos hemos visto la película de Moisés y los


diez mandamientos, donde Dios castigó el pueblo de
Egipto con plagas o pestilencia para que dejara ir a su
pueblo Israel a la tierra que Dios les prometió, desde
plagas contra los animales, las plantas y los seres
humanos demostrando su control sobre la naturaleza, y
dándose a conocer como el único Dios verdadero y con
poder. Exodo Caps. 8, 9 y 10.

Cuarto: El rey David, segundo rey de Israel cometió el


error de realizar un censo para saber con cuánto
soldados contaba para salir a la guerra con su ejército,
algo que no fue del agrado de Dios ya que quien los
protegía y daba la victoria el mismo Creador, lo que llevó
a traer el castigo de una plaga o peste contra el pueblo
por tres días donde murieron 70 mil personas, y no
murieron más porque el pueblo y su rey se humillaron y
pidieron perdón a Dios y cesó la mortandad, este hecho
lo registra en el segundo Libro del profeta Samuel,
capítulo 24:1 al 25.

Mis queridos hermanos y amigos, si la Biblia es la


palabra de Dios, se demuestra cuando se cumple lo que
ha dicho Dios que ha de acontecer, por esto hubo plaga,
hay plaga y habrá plagas en toda la historia humana y
más cuando vemos que el pecado apareció, está, estará
y ha aumentado a nivel intercontinental, donde se
aprueba el matrimonio homosexual, el aborto, el
consumo de substancias alucinógenas, las canciones
nocivas, la violenta, el robo, la idolatría, los homicidios y
toda clase de corrupción física y espiritual, trayendo el
disgusto de un Dios santo, Amo y Señor del universo que
ha demostrado su desacuerdo con el mal, dándonos
todo, pero esperando gratitud y obediencia a sus normas.
¿Si o no

La situación mundial es crítica, el coronavirus ha


causado estragos en los países que ha llegado, dejando
miles de contagiados, fallecidos y desestabilizando la
economía de las regiones y del mundo.
Haciendo eco a prácticas antiguas, ante el nuevo y aún
poco conocido coronavirus, China adoptó medidas
clásicas, aunque a una escala nunca antes vista: separar
a los enfermos de los sanos, una costumbre de larga
data.

La lepra es la primera enfermedad documentada para la


cual se impuso la cuarentena.

Ya en el Antiguo Testamento, por ejemplo, existían ese


tipo de reglas (Números, 5):

Yavé le dijo a Moisés:

"Manda a los hijos de Israel que echen del campamento


a todos los leprosos, a los que están impuros por flujo
seminal y a todos los están impuros por haber tocado
algún muerto".

Debido a las llagas y las desfiguraciones que sufrían los


afectados, y al hecho de que era incurable, durante
siglos las civilizaciones creyeron erróneamente que la
lepra se propagaba fácilmente, y permaneció
incomprendida hasta 1873, cuando se descubrió la
bacteria que la causaba, Mycobacterium leprae.
Pero no sólo los dioses, sino también varios colosos
médicos, aconsejaron tomar medidas parecidas ante las
enfermedades contagiosas.

Los diez castigos divinos al pueblo Egipto son un


paradigma de los efectos de una plaga en nuestra
sociedad.

Atacan a dos puntos claves de las sociedades modernas,


la economía y la salud. Dependiendo de la naturaleza de
la plaga en cuestión, lo primero afectado será la salud de
las personas o la economía de la zona afectada.

Pero de cualquier forma siempre hay daños económicos


añadidos. Las inversiones necesarias para el control de
la plaga, las medicinas y cuidados para solventar los
problemas de salud.

Toda plaga tiene un impacto económico en el área donde


se localiza. Como vivimos en un mundo completamente
globalizado, esos daños que antes eran muy locales hoy
lo son globales.

Plagas en cultivos en Asia, afectan al precio de


productos que se manufacturan en Europa.
'Cito, Longe, Tarde'

Los griegos Hipócrates y Galeno, reconocidos por sus


sabios e innovadores consejos sobre asuntos médicos,
ofrecían una orientación similar, traducida en latín como
'Cito, Longe, Tarde', queriendo decir 'vete rápido, vete
lejos y tarda en regresar'.

Cuando la peste negra se extendió por gran parte de


Asia, Europa y partes de África a mediados de 1300, ese
consejo era lo mejor que la medicina podía ofrecer.

Sin embargo, en ninguna parte de esos primeros


registros de esta práctica aparece el término
"cuarentena".

¿Cómo, entonces, el término se convirtió en parte del


léxico moderno?

La Muerte Negra llegó a Europa en 1347. Según cálculos,


en cuestión de 4 años, mató a entre 40 y 50 millones de
europeos y entre 75 y 200 millones de personas en el
mundo. (Estatua de madera que representa a una víctima
de la peste, Europa)
La respuesta se puede encontrar precisamente en la
historia de esa epidemia, también conocida como peste
bubónica o muerte negra, que asoló a Europa.

Trentinos

Desde de mediados del siglo XIV, repetidas oleadas de


peste se extendieron por toda Europa.

Después de llegar al sur de Europa en 1347, avanzó


rápidamente a Inglaterra, Alemania y Rusia en 1350.

Durante este tiempo, se estima que un tercio de la


población europea murió.

El profundo impacto de la epidemia llevó a la institución


de medidas extremas de control de infecciones. Por
ejemplo, en 1374, el señor de Milán Bernabé Visconti
declaró que todas las personas con peste debían ser
sacadas de la ciudad a los campos, para que se
recuperaran o murieran lejos.

Una estrategia similar se utilizó en el concurrido puerto


mediterráneo de Ragusa (Dubrovnik moderno, en
Croacia), donde el médico jefe, Jacobo de Padua,
aconsejó establecer un lugar fuera de los muros de la
ciudad para el tratamiento de personas enfermas y
extraños que llegaran a la ciudad buscando una cura.

Desafortunadamente, estas medidas demostraron ser


solo modestamente efectivas y llevaron al Gran Consejo
de esa ciudad a tomar otras más radicales para prevenir
la propagación de la epidemia.

Acuarela de Giovanni Grewembroch que aparece en el


manuscrito del siglo XVIII mostrando a un doctor en
Venecia en el momento de la peste.

En 1377, el Gran Consejo aprobó una ley que establecía


un trentino, o un período de aislamiento de 30 días, para
los ciudadanos o visitantes de áreas endémicas de peste
antes de ser admitidos.

Durante los siguientes 80 años, se introdujeron leyes


similares en Marsella, Pisa, Génova y Venecia.

Pero fue la República de Venecia la que, en 1423, dio un


paso más adelante.

Un infierno en la Tierra
En los siglos XII y XIII, Venecia era un epicentro
comercial con el Oriente.

A sus aguas llegaban barcos cargados de todo lo


imaginable, desde el mundano trigo hasta sedas, gemas,
tintes, especias y telas.

Pero todos esos buques que traían lujos exóticos del


Este traían también ratas y enfermedades igualmente
exóticas, como la peste bubónica.

La Serenísima República de Venecia era el epicentro del


comercio entre el este y el oeste.

Desde 1361 hasta 1528, en la república se registraron 22


brotes diferentes.

Las víctimas sufrirían hinchazón y sangrado dolorosos.


Sus cuerpos empezaban a descomponerse incluso antes
de que estuvieran muertos.

En un brote, más de la mitad de la población de la ciudad


fue aniquilada.
2 CLASE

Cuando esta situación termine de una vez, que


terminará, habrá que reflexionar sobre muchas cosas.
Habrá que hacerlo sobre el curso que ha seguido la
sociedad en los últimos años, y que ha determinado que
se cometan muchísimos errores, que se ejerza una
violencia inusitada en nuestra sociedad en muchos
aspectos, y que la intolerancia sea la pieza fundamental
que dirige la actuación de una gran parte de la Sociedad.

A pesar de los esfuerzos de gobiernos y organismos para


prepararse para lo peor, el mundo no está preparado
para un brote mundial de una enfermedad contagiosa
mortal

Es por ello, por lo que el devenir al que nos estaba


llevando nuestra conducta debe ser un ámbito de
reflexión cuando esta situación puede resolverse por los
responsables de que todo lo bueno pueda volver a ser
como antes del día 9 de marzo de 2020, pero quitando lo
malo.

Porque podría darse la circunstancia de que podríamos


reflexionar acerca de qué parte podemos sacar en
positivo de todo esto, si algo se puede obtener, y cómo
puede la sociedad cambiar en sus conductas negativas,
cómo reducir la violencia y la intolerancia, así como
comprobar si podemos convertirnos en una sociedad
mejor, ante el deterioro al que ya habíamos llegado.

Resulta evidente que esta vez la alerta sanitaria ha sido


justificada en la extensión brutal de la enfermedad,
frente a otros momentos, como los de la crisis del Ébola,
o la gripe aviar, que no tuvieron el impacto tan brutal que
ha provocado esta vez el coronavirus, y que ha
terminado con un encierro obligado de muchos
ciudadanos en los primeros países en los que se ha
producido una extensión brutal del virus como es el
nuestro, Italia, China o Corea, así como otros en los que
ya se está viendo la necesidad de llevarlo a cabo con
urgencia, si no quieren estar como nosotros.

Las Diez Plagas son probablemente la faceta más


reconocible del Éxodo. ¿Por qué hubo plagas?

El entendimiento simple es que fueron necesarias para


convencer a los egipcios de liberar a los judíos.

Sin embargo, si ese era el único propósito, entonces con


una sola gran calamidad hubiera alcanzado.
Por lo tanto, obviamente tiene que haber una lección que
aprender de la progresión de las plagas.

Y esta lección tiene un mensaje doble, tanto para los


egipcios como para los judíos en su calidad de
observadores.

¿Cuál es la lección para los egipcios?

¿Cuál es la lección para los judíos?

¿Cuál es la lección que requiere que hayan sido


específicamente diez plagas?

¿Cuál es el aspecto único que tienen estas diez plagas?

Trayendo monoteísmo al mundo

Para poder responder estas preguntas, primero


necesitamos clarificar el sistema de creencia que tenía
el mundo en ese entonces.

La moralidad monoteísta fue presentada al mundo por


Abraham y sus descendientes.

Abraham trató de diseminar este concepto en el mundo,


pero durante este período histórico la civilización estaba
inundada de ídolos, con Egipto en el centro de la escena.
Por lo tanto, cuando los judíos descendieron al exilio
egipcio, se vieron rodeados por aquella cultura idólatra.

En un mundo idólatra, cada fuerza de la naturaleza tiene


su propio dios, y cada dios es una fuerza independiente y
diferente. Los dioses discuten y luchan, y el hombre
queda abandonado a merced de los caprichos y celos de
estos ruines personajes.

Lección para los judíos

El profeta Isaías dijo: “Dios golpeó duramente a los


egipcios, una plaga y una cura” (2). En otras palabras,
para los egipcios las plagas fueron un castigo, mientras
que para los judíos fueron una cura. ¿Qué enfermedad
espiritual tenían los judíos que necesitaba una cura?

La enfermedad era la asimilación. No era una asimilación


cultural, sino que se trataba de la lenta desconexión de
los ideales de Abraham.

Los judíos de ese entonces, si bien continuaban siendo


distinguibles como nación (es decir, no se habían casado
con los egipcios), de todas formas habían comenzado a
adorar ídolos.
Para corregir este problema no era suficiente con
demostrar el dominio de Dios en un sentido general, sino
que había que mostrarlo de manera detallada y
específica.

Las Diez Plagas, en su progresión correcta, muestran el


poderío de Dios sobre todos los aspectos de la
naturaleza.

Por lo tanto, las diez plagas no sólo tuvieron la función


de castigar a los egipcios, sino también de clarificarle al
mundo en general —y al pueblo judío en particular— la
conexión que hay entre Dios y Su mundo.

De hecho, este sigue siendo nuestro desafío en la


actualidad: usar la manifestación de la mano de Dios a
través de la historia y la naturaleza para quitar las capas
de ocultamiento y aumentar la consciencia de Dios.

Pero, ¿por qué necesitamos que las plagan sean diez y


que sean específicamente esas para poder curar al
pueblo judío de su práctica de idolatría?

Por lo tanto, no hay un sentido de justicia o piedad, pues


cada dios tiene su propia agenda.
La idea de un Dios único que controla todas las fuerzas
de la naturaleza al mismo tiempo el cual se relaciona
con el hombre en un balance de justicia y misericordia
no era muy popular en la sociedad egipcia.

La enseñanza para los egipcios fue conocer a Dios. La


Torá repite cinco veces que las plagas eran para que los
egipcios supieran que Dios es el amo de todo el universo
(1).

El caso es que hasta hoy en día se les llama lazaretos a


los establecimientos sanitarios que se usan para aislar a
los infectados o sospechosos de enfermedades
contagiosas.

Cualquiera que mostrara lo que se sospechara que eran


síntomas de la peste bubónica era retirado
inmediatamente de la ciudad y llevado a remo a la isla,
que sigue siendo un lugar desolado.

Muy pocos venecianos pisan la isla... y ni siquiera se


escucha el canto de los pájaros.

Lo que se ve son edificaciones que le dan la apariencia


de colonia penal, con largos salones cuyas ventanas
tienen barrotes.
"No había cura para la peste bubónica...

"Cuando caminas en esta isla, créeme, caminas sobre


fosas comunes".

En una ocasión, los arqueólogos encontraron más de


1.000 cajas con huesos humanos debajo de una pared
derrumbada.

Quién sabe cuántos murieron en esa isla.

"Aunque no había casi medicamentos -señaló Rizzi-, en la


isla los enfermos obtenían dos cosas muy importantes:
primero, comida y asistencia básica y, segundo, la
extremaunción (sacramento que consiste en la unción
con óleo sagrado hecha por el sacerdote a los católicos
que se hallan en peligro inminente de morir)".

Es imposible saber cuántas personas perecieron en


Lazzaretto Vecchio: "Decenas de miles, mínimo. Esto era
un infierno en la Tierra", declaró Rizzi.

Es abrumador pensar en la gran cantidad de historias


trágicas que llegaron a su fin en los largos salones del
hospital de la que se conoce también como la Isla de la
Muerte Negra.
Sin embargo, aunque la solución fue quizás vil, al
contener la peste, debió haber salvado cientos de miles
de vidas.

Medio siglo después, Venecia llevó la idea del


aislamiento otro paso más allá.

Otra isla

A unos 6,5 kilómetros de distancia, junto a la entrada a


la laguna, hay otra isla en la que a partir de 1468 las
autoridades venecianas ordenaron que todos los barcos
que llegaban permanecieran durante 40 días antes de
ingresar a la ciudad.

Todos los pasajeros y la tripulación debían desembarcar,


y hasta los productos que transportaban eran
descargados y llevados a una enorme bodega en el
centro de la isla, donde eran desinfectados con vinagre,
agua hirviendo y hierbas humeantes.

Las edificaciones de la que se conoce como Lazzaretto


Nuovo fueron construidas y pagadas por el Estado
veneciano, no sólo para evitar la muerte de los
venecianos, sino la de la ciudad misma: si Venecia no
podía mantener su comercio fluyendo, estaba muerta.
La República de Venecia estableció así el primer sistema
institucionalizado de cuarentena del mundo.

En algún momento de esta historia, habrás notado, el


período de aislamiento se extendió de 30 días a 40 días,
cambiando así el nombre trentino a quarantino, un
término derivado de la palabra italiana quaranta, que
significa "cuarenta".

40 días y noches

Se desconoce la justificación precisa para el cambio.

Algunos autores sugieren que se modificó porque el


período más corto era insuficiente para prevenir la
propagación de la enfermedad.

Otros creen que el cambio estuvo relacionado con la


religión, ya que en los libros sagrados judeo-cristianos
las referencias al número 40 son múltiples: los años en
que Moisés vivió como pastor en Madián, así como los
años que vagó por el desierto con su pueblo y los días
que permaneció en el Monte Sinaí antes de bajar con las
tablas de los Diez Mandamientos; o los días que
Jesucristo pasó de ayuno en el desierto; hasta la
observancia de la Cuaresma comprende un período de 40
días de purificación espiritual.
Nadie sabe el porqué de los 40 días.

Otra teoría es que el número de días estuvo conectado


con la teoría de los números de Pitágoras, en la que el
número 4 tenía un significado particular.

Quizás la imposición de 40 días de aislamiento se derivó


de la antigua doctrina griega de "días críticos", que
sostenía que la enfermedad contagiosa se desarrollaba
durante los 40 días posteriores a la exposición.

3 CLASE

La crisis del coronavirus nos ha cambiado la vida en


unos pocos días a cientos de millones de personas de
todas las razas, culturas, posiciones sociales, religiones
y creencias.

Las personas infectadas se cuentan ya por cientos de


miles, y por miles las personas fallecidas. Las cifras no
hacen sino crecer y golpear cada vez con más furia y
dramatismo las puertas de nuestros hogares.

Todo está yendo muy rápido. Ninguna pandemia fue


nunca tan fulminante y de tal magnitud.
En Éxodo 2, 23-24 dice: como los israelitas gemían y se
quejaban de su servidumbre, el clamor de su servidumbre
subió a Dios.

Dios escuchó sus gemidos y se acordó de su alianza con


Abraham, Isaac y Jacob.

En un texto muy interesante, Ex 3,7, vuelve a contarnos


otra vez la aparición de Dios a Moisés: He visto la
aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado su
clamor ante sus opresores, conozco sus sufrimientos, he
bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para
subirlos de esta tierra a una tierra buena y espaciosa, a
una tierra que mana leche y miel.

El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto


la opresión con que los egipcios les afligen. Y ahora ve,
te envío para que saques a los israelitas de Egipto.

Dios escucha el clamor de los oprimidos; no es


simplemente una oración puntual, devota y recogida; es
el clamor, diríamos, el quejido por el sufrimiento; hasta el
punto de que esta palabra, el clamor -sa`aqa en hebreo-
se convierte en un término que se repite muchas veces
para decir que Dios escucha el clamor.
No voy a citar todos los textos pero sí voy a mencionar
uno, el episodio de Caín y de Abel que está en Génesis, 4-
10: El Señor dijo a Caín, ¿dónde está tu hermano, Abel?
Caín contestó: No sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi
hermano? El Señor replicó: la sangre de tu hermano
clama a mí desde el suelo… Y por eso Dios interviene.

A pesar de la muerte, daño, y el desastre económico de


este 7mo golpe, Faraón se arrepiente de libertar a los
Israelitas cuando ve que la tormenta de granizos y rayos
para. Y, el verso 34 nos dice que los siervos de
Faraón……queriendo decir los oficiales de gobierno Y los
ciudadanos en general en Egipto…..también
endurecieron sus corazones.

Pero, ¿Cómo esto iba ser manifestado sobre los hebreos?


¿Qué fue lo que este endurecimiento en general de
Egipto hacia Israel iba a significar para los Israelitas?

Lo mismo que quiere decir hoy en día, 3,330 años más


tarde; un odio irracional hacia los Israelíes, aun cuando
quiera decir una terrible adversidad y calamidad sobre
aquellos que están odiando.

O, usando las palabras que la Biblia usa, aquellos que


maldigan a Israel, van a ser maldecidos ellos mismos.
Mira a estas naciones del Medio Este, hoy en día, que
odian a Israel, y maldicen a Israel, y tratan una y otra vez
de desaparecer a Israel. Iraq ahora es un territorio
ocupado. Los palestinos tienen 70% de desempleo y
viven en terrible miseria y sin esperanza.

Egipto es una nación horriblemente pobre. Irán está al


borde de una guerra civil y tiene al mundo en contra de
ellos. Siria es un estado policía.

Todas estas naciones lo único que piensan, todos los


días y todas las noches, es como destruir la tierra hogar
de los judíos.

el matar a los judíos y erradicar a Israel es la fuerza


motor, la meta, detrás de cada decisión que es hecha por
los Palestinos…..la misma domina sus pensamientos y
sus vidas, aun cuando no le trae nada sino que una vida
en pobreza y escasez.

Y, ¿Por qué, será que los Israelíes están sentados sobre


un tipo de riquezas……aceite, minerales, metales
preciosos? Israel no tiene nada de eso.

¿Acaso tienen un pedazo inmenso de tierra que los


Musulmanes necesitan? No.
Es un odio ocasionado por Satanás que trae destrucción
propia.

Pero, también es una consecuencia decretada por Dios,


inevitable, para aquellos que odian a Israel….ya sea
Faraón y Egipto en el tiempo de Moisés…o los Palestinos
y los Iraquíes y Árabes y casi todo el resto del mundo hoy
en día.

Y, nosotros los americanos y esos en la iglesia no están


exentos a esto tampoco.

Ustedes y yo tenemos una elección, al igual que Faraón


tuvo una elección: bendecir a Israel o maldecir a Israel.

No hay punto medio. Me asusta cuando yo veo a nuestro


Presidente criticar a Israel por defenderse ellos mismos.
Se me tuerce el estómago cuando veo a líderes judíos
forzosamente desalojan a los judíos de la misma tierra
que Jehová le dio a ellos.

Me da coraje cuando escucho a líderes de la iglesia


condenar a Israel e irse del lado de los árabes.
Considerando a Israel y cazando a líderes terroristas con
homicidas Palestinos que indiscretamente explotan
lugares públicos y pizzerías.

Un constante llamado a igualdad; para quitar todas las


distinciones.

No hay igualdad cuando se escoge entre el bien y el mal.

Para su propio bienestar, y el bienestar de su familia y de


esta nación, yo les pido que bendigan a Israel y no sean
una maldición para ellos.

Si ustedes no hacen esto, entonces ustedes son igual al


Faraón: o ustedes muy bien pueden creer que Dios es,
ustedes solo no creen lo que Dios dice que Él es. Y, les
va a lleva a la destrucción.

Espiritualizarse. El ser humano puede operar desde su


dimensión biológica, emocional, racional o espiritual. Las
crisis ayudan al ser humano a identificarse con su
dimensión más elevada, la espiritual, a encontrar una paz
más profunda en medio de situaciones verdaderamente
dramáticas, a adquirir un conocimiento de la realidad
mucho más integral.
La persona humana se espiritualiza —fundamentalmente
— a través del silencio y la contemplación, de la
meditación y de la oración. Espiritualizarse ayuda a dar
más valor a lo esencial que a lo accesorio, a lo eterno
que a lo temporal, al espíritu que a la materia, al amor
que al placer, a lo gratuito que a lo oneroso, al dar que al
recibir.

4. Espíritu de servicio. Las crisis ayudan a multiplicar los


actos de servicio a los demás porque generan
necesidades apremiantes. Las crisis producen una
multiplicación en cadena de actos de solidaridad entre
seres humanos y pueblos que fortalece lazos y destinos.

Este necesario espíritu de servicio implica cuidarse a


uno mismo para poder ser buen instrumento en ayuda de
los demás. Por eso, un correcto espíritu de servicio sabe
protegerse, no egoístamente sino solidariamente, con el
fin de recuperar fuerzas y poder continuar con el
servicio.

Esto resulta de capital importancia en el personal


médico. De lo contrario, es fácil caer en el agotamiento
que siempre conlleva un aumento de la carga social.

Surgido hace apenas cien días en una lejana ciudad


desconocida, un virus ha recorrido ya todo el planeta y
ha obligado a encerrarse en sus hogares a miles de
millones de personas. Algo sólo imaginable en las
ficciones post-apocalípticas…

A estas alturas, ya nadie ignora que la pandemia no es


sólo una crisis sanitaria.

Es lo que las ciencias sociales califican de « hecho


social total », en el sentido de que convulsa el conjunto
de las relaciones sociales, y conmociona a la totalidad
de los actores, de las instituciones y de los valores.

La humanidad está viviendo -con miedo, sufrimiento y


perplejidad- una experiencia inaugural.

Aceptar la crisis. Aunque resulte muy complicado, sobre


todo cuando las infecciones y fallecimientos afectan a
nuestra propia familia, una crisis no se supera
personalmente mientras no se acepta plenamente, con
todo su dramatismo y con todas sus consecuencias.
Aceptar no es una postura pasiva ni indiferente.

Prudencia, no miedo. Una adecuada gestión de la crisis


exige aprender a distinguir la prudencia del miedo.
La prudencia es espiritual y no consume energía vital; el
miedo es emocional, y acaba con nuestra energía.

Cuidar las relaciones humanas. La crisis es una gran


oportunidad para mejorar nuestras relaciones humanas
con los más próximos.

El confinamiento al que tantos millones estamos


sometidos obliga a muchas personas a convivir con
seres queridos, a veces en espacios reducidos y con
medios escasos.

El confinamiento genera tensión. El respeto, el buen


humor y el perdón en las relaciones humanas perfuman
nuestras casas y las convierten en hogares dignos y
nobles, aptos para la convivencia en familia.

La prudencia ante la crisis lleva a cumplir a rajatabla las


indicaciones de las autoridades gubernamentales y
sanitarias que la gestionan.

Es fuente de paz y siempre suma. El miedo, en cambio,


paraliza, resta y en nada contribuye al fin de la
pandemia.
Aceptar es más que tolerar, soportar o aguantar. La
aceptación exige una comprensión.

Aceptar la crisis lleva a comprender su conveniencia


para el desarrollo personal y colectivo, así como
vislumbrar los muchos bienes que de ella pueden
derivarse a corto, medio y largo plazo para la humanidad.

Verificando concretamente que aquella teoría del « fin


de la historia » es una falacia…

Descubriendo que la historia es, en realidad,


impredecible. Nos hallamos ante una situación
enigmática.

Huir del victimismo. Una cosa es ser víctima del


coronavirus y otra caer en el victimismo.

Ser víctima del coronavirus es un hecho; el victimismo


es, en cambio, una actitud, un modo de comportarse
asumiendo indebidamente el papel de víctima.

Es victimista quien elude su propia responsabilidad ante


la crisis del coronavirus, quien considera que las
medidas adoptadas por los gobiernos son imposiciones
autoritarias, quien culpa a los demás como potenciales
transmisores olvidando que uno mismo es un factor de
riesgo, o quien busca excesiva compasión sin
compadecerse de los demás.

Sin precedentes1. Nadie sabe interpretar y clarificar este


extraño momento de tanta opacidad, cuando nuestras
sociedades siguen temblando sobre sus bases como
frente a un cataclismo cósmico.

La crisis como oportunidad. La aceptación permite ver la


crisis como una oportunidad en la medida en que supone
un aceleramiento brusco del nivel de consciencia
individual y colectivo, así como del ritmo de crecimiento
personal y desarrollo de los pueblos y de la humanidad.

Las grandes crisis ponen la maquinaria humana a su


máximo rendimiento, pues a cada persona se le exige
dar lo mejor de sí misma. Sin una crisis social profunda,
ni Gandhi, ni Martin Luther King, ni Nelson Mandela, ni la
Madre Teresa de Calcuta, ni Oscar Romero se habrían
convertido en auténticos campeones de los derechos
humanos.

Y no existen señales que nos ayuden a orientarnos… Un


mundo se derrumba. Cuando todo termine la vida ya no
será igual.
PREDICA JUEVES 4

"Ve pueblo mio, entra en tu casa y cierra las puertas


detrás de ti. Escóndete un poco, hasta que pase la ira del
Señor", y los números 26:20 ( marzo 26 del 2020)
coinciden con una fecha actual del virus, haciendo
alusión al difícil momento que vive el mundo por la
epidemia originada en China.

El versículo cada vez causa más asombro en redes


sociales, tanto así que es tendencia, muchos usuarios
aseguran que la tragedia había sido anunciada por la
Biblia y que así mismo las medidas de aislamiento
también fueron mencionadas.

Hace apenas unas semanas, decenas de protestas


populares se habían generalizado a escala planetaria, de
Hong Kong a Santiago de Chile, pasando por Teherán,
Bagdad, Beirut, Argel, París, Barcelona y Bogotá.

El nuevo coronavirus las ha ido apagando una a una a


medida que se extendía por el mundo…
A las escenas de masas festivas ocupando calles y
plazas, suceden las insólitas imágenes de avenidas
vacías, mudas, espectrales. Emblemas silenciosos que
marcarán para siempre el recuerdo de este extraño
momento.

Estamos padeciendo en nuestra propia existencia el


famoso ‘efecto mariposa’ : alguien, al otro lado del
mundo, se come un extraño animal y tres meses
después, media humanidad se encuentra en
cuarentena…

Prueba de que el mundo es un sistema en el que todo


elemento que lo compone, por insignificante que
parezca, interactúa con otros y puede influenciar el
conjunto.

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

Angustiados, los ciudadanos vuelven sus ojos hacia la


ciencia y los científicos -como antaño hacia la religión-
implorando el descubrimiento de una vacuna salvadora
cuyo proceso requerirá largos meses.
Porque el sistema inmunitario humano necesita tiempo
para producir anticuerpos, y algunos efectos secundarios
peligrosos pueden tardar en manifestarse…

La gente busca también refugio y protección en el


Estado que, tras la pandemia, podría regresar con fuerza
en detrimento del Mercado.

En general, el miedo colectivo cuanto más traumático


más aviva el deseo de Estado, de Autoridad, de
Orientación. En cambio, las organizaciones
internacionales y multilaterales de todo tipo (ONU, Cruz
Roja Internacional, G7, G20, FMI, OTAN, Banco Mundial,
OMC, etc.) no han estado a la altura de la tragedia, por
su silencio o por su incongruencia.

El planeta descubre, estupefacto, que no hay


comandante a bordo… Desacreditada por su complicidad
estructural con las multinacionales farmacéuticas2, la
propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
carecido de suficiente autoridad para asumir, como le
correspondía, la conducción de la lucha global contra la
nueva plaga.

En cuanto a las epidemias, Atenas hubo de enfrentarse a


una amenaza devastadora que se inició en el 430 a.C.,
extendiéndose asimismo a Esparta y gran parte del
Mediterráneo oriental.

Conocemos los detalles gracias al historiador y militar


Tucídides, quien sitúa el origen en Etiopía, continuando
posteriormente por Egipto y Libia, hasta desembocar en
Atenas. Estos eran los síntomas de la peste: «Violentos
dolores de cabeza, [...] enrojecimiento e inflamación de
los ojos, sufusiones de sangre en garganta y lengua...

El cuerpo se ponía de color lívido, hacia rojo, y aparecían


pústulas y úlceras [...]

La inquietud se hacía intolerable y morían al séptimo o


noveno día. Si sobrevivían este tiempo, aparecían
extenuantes diarreas que terminaban con la vida del
enfermo. Algunos escapaban vivos, pero perdiendo los
ojos o los dedos de manos y pies».

El Imperio Romano también se vio sacudida por pestes


de gran virulencia.

La más terrible tuvo lugar durante los tiempos del


emperador Marco Aurelio, y comenzó en el 166 d.C.
Conocida como peste «Antonina», fue la primera
pandemia que afectó globalmente al mundo occidental,
«llegando a perturbar todas las dimensiones de vida del
género humano en el Imperio Romano tales como la
economía, la política, la religión y la cultura

En redes sociales, los usuarios se interrogan por el


origen del virus y muchos de ellos han llegado a la
conclusión que fuera del origen científico de la
pandemia, la Biblia había predicho la catástrofe sanitaria
anteriormente mencionada.

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

"Ve pueblo mio, entra en tu casa y cierra las puertas


detrás de ti. Escóndete un poco, hasta que pase la ira del
Señor", y los números 26:20 ( marzo 26 del 2020)
coinciden con una fecha actual del virus, haciendo
alusión al difícil momento que vive el mundo por la
epidemia originada en China.

El versículo cada vez causa más asombro en redes


sociales, tanto así que es tendencia, muchos usuarios
aseguran que la tragedia había sido anunciada por la
Biblia y que así mismo las medidas de aislamiento
también fueron mencionadas.
Como psicóloga con una discapacidad, me gustaría
sacar a relucir la pequeña parte positiva de este
monstruo e invitar al lector a reflexionar sobre algunas
de las grandes lecciones de vida que nos está regalando
este virus.

¿Quizás, esta crisis sea una gran oportunidad de


aprendizaje? Posiblemente, este virus nos permita
transformarnos convirtiéndonos en una sociedad mejor,
formada por individuos más resilientes y empáticos.

¿Qué es un coronavirus?

Los coronavirus son una extensa familia de virus que


pueden causar enfermedades tanto en animales como en
humanos.

En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan


infecciones respiratorias que pueden ir desde el
resfriado común hasta enfermedades más graves como
el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el
síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

El coronavirus que se ha descubierto más recientemente


causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.
¿Qué es la COVID-19?

La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el


coronavirus que se ha descubierto más recientemente.
Tanto este nuevo virus como la enfermedad que provoca
eran desconocidos antes de que estallara el brote en
Wuhan (China) en diciembre de 2019.

Actualmente la COVID-19 es una pandemia que afecta a


muchos países de todo el mundo.

¿Cuáles son los síntomas de la COVID-19?

Los síntomas más habituales de la COVID-19 son la


fiebre, la tos seca y el cansancio. Otros síntomas menos
frecuentes que afectan a algunos pacientes son los
dolores y molestias, la congestión nasal, el dolor de
cabeza, la conjuntivitis, el dolor de garganta, la diarrea,
la pérdida del gusto o el olfato y las erupciones cutáneas
o cambios de color en los dedos de las manos o los pies.

Estos síntomas suelen ser leves y comienzan


gradualmente. Algunas de las personas infectadas solo
presentan síntomas levísimos.
Esta plaga del coronavirus no lleva consigo ninguna
exigencia de nadie.

Pero sí nos alerta con dureza a quienes están viendo


morir a sus familiares sin poder despedirse de ellos, nos
confina en nuestros inmuebles con la coherencia de una
medida que, aunque dura, es necesaria para que con la
solidaridad y comprensión de todos se pueda combatir a
este fenómeno.

Pero lo que debe ser importante es que, una vez


superados los esfuerzos y la concentración en acabar
con este mal, se reflexione sobre todo lo que se ha
hecho mal.

Y también desde el punto de vista asistencial y de


potenciación de los servicios públicos y la ayuda a los
desfavorecidos, así como de la necesidad de proteger a
las víctimas y valorar más y mejor a quienes ejercen y
desarrollan su vida con bondad y con espíritu de ayuda a
los demás.

Debemos ser conscientes de lo mal atendida que está la


sanidad, cuando este es el servicio de primera necesidad
que debe disponer de los medios necesarios para que
esta sociedad pueda seguir con vida.
Y apostar más por la investigación, en lugar de dejarla de
lado, invirtiendo el dinero en objetivos que no son de
tanta urgencia y necesidad como la salud y la
investigación.

La plaga del coronavirus no sabemos si será un aviso,


pero cierto y verdad es que después del desastre que a
esta humanidad le produjeron las guerras mundiales, no
se recuerda en la historia un daño y estado de pánico
que, desgraciadamente, nosotros hemos tenido que ver y
sufrir.

El mundo no puede regresar a lo que era antes de la


pandemia del coronavirus, ha dicho la Alta Comisionada
de la ONU para los Derechos Humanos este jueves.

Michelle Bachelet aseguró que este momento es una


prueba colosal de liderazgo que requiere acciones
decisivas, coordinadas e innovadoras para todos.

“Ningún país estaba preparado para este shock, que en


todos los Estados se ha visto exacerbado por las
desigualdades, particularmente en el acceso a la
atención médica, las protecciones sociales y los
servicios públicos”, dijo.
Para Bachelet, la epidemia ha aclarado la necesidad de
aumentar los esfuerzos para garantizar que todas las
personas, incluidas las más vulnerables, se beneficien
del desarrollo, para construir economías más inclusivas y
sostenibles, y para dar forma a sociedades que sean más
resistentes.

El coronavirus también ha puesto límites a la lucha


contra la plaga de langostas del desierto en el este de
África, cuyo aumento sigue siendo alarmante.

La Organización de las Naciones Unidas para la


Alimentación y la Agricultura sigue buscando
alternativas para acabar con este flagelo a pesar de las
restricciones sobre el movimiento de personal y equipo
como resultado de la pandemia de COVID-19.

En Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y


Tanzania, alrededor de 20 millones de personas ya están
padeciendo hambre por culpa de la plaga. En Yemen,
afecta a unos 15 millones, y un nuevo enjambre ha
aparecido en Irán

Desde enero, la FAO ha tratado más de 240.000


hectáreas con pesticidas y capacitado a 740 personas
en los países afectados para eliminar a las langostas y
salvar la producción.
La langosta del Desierto se considera la plaga migratoria
más destructiva del mundo y un enjambre único: un
kilómetro cuadrado contiene hasta 80 millones de
langostas.

La FAO estima que el número de langostas podría


aumentar otras 20 veces durante la próxima temporada
de lluvias que vendrá pronto a menos que se
intensifiquen las actividades de control.

La historia dentro de muchos años esperamos que pueda


dar cuenta de lo que en estos días ocurrió, y esperamos
que pueda hacerlo en otra sociedad mucho mejor que
esta y apuntando que todo este sufrimiento sirvió para
cambiar muchas conductas negativas y abrir los ojos de
muchos que los tenían cerrados.

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

¿Quizás, esta crisis sea una gran oportunidad de


aprendizaje? Posiblemente, este virus nos permita
transformarnos convirtiéndonos en una sociedad mejor,
formada por individuos más resilientes y empáticos.
Es necesario abandonar el discurso bélico y asumir las
causas ambientales de la pandemia, junto con las
sanitarias, y colocarlas también en la agenda política.

No tener nada que hacer aburre. Todos, sin excepción, lo


han experimentado en el transcurso de sus vidas, y con
el encierro esa sensación puede exacerbarse.

A menudo muchos lo perciben como una pérdida de


tiempo, talento o energía, y por eso puede resultar
estresante.

Sin embargo, en la última década varios científicos han


descubierto que aburrirse juega un papel fundamental en
la vida.

Una de ellos, la psicóloga Sandi Mann, autora del libro El


arte de saber aburrirse, asegura que este estado
emocional sirve para que las personas piensen diferente
y encuentren soluciones innovadoras.

Esto nos ayudaría a prepararnos positivamente para


responder al gran desafío de la humanidad, la crisis
climática, y a pensar en un gran pacto ecosocial y
económico.
Ante el COVID-19 la sociedad está viviendo una realidad
insólita, “el estado de alarma” nos está poniendo a
prueba a nivel psicológico y social.

Dentro de la horrible realidad que estamos viviendo, en


estos momentos, dónde muchas personas viven
atemorizadas ante una incertidumbre creciente, donde
vemos a personal de limpieza, personal de atención al
cliente, personal sociosanitario, fuerzas de seguridad del
estado, periodistas etc., enfrentarse al virus con valentía
y generosidad por el bien común, donde muchas
personas no pueden despedirse de sus seres queridos
fallecidos...

¿Cuál es nuestro propósito vital? En momentos de crisis


es cuando nos damos cuenta de lo que realmente es
importante en nuestra vida.

Es hora de relativizar y darse cuenta que hay que vivir


cada día como si fuera el último, practicar “el
presentismo”, el día de hoy es lo único que tenemos
seguro, las personas hemos venido a este mundo a ser
felices, no suframos anticipadamente por problemas que
todavía no han ocurrido.
Como decimos en nuestra Escuela Convives: la escuela
online del afrontamiento de la discapacidad “La felicidad
es una actitud que también se aprende”. No podemos
cambiar los hechos, pero sí elegir nuestra actitud ante
ellos. ¡Elijamos ser felices cada día!

Pandemias hubo muchas en la historia, comenzando por


la peste negra en la Edad Media y pasando por las
enfermedades que vinieron de Europa y arrasaron con la
población autóctona en América en tiempos de la
conquista. Se estima que entre la gripe, el sarampión y el
tifus murieron entre 30 y 90 millones de personas. Más
recientemente, todos evocan la gripe española (1918-
1919), la gripe asiática (1957), la gripe de Hong Kong
(1968), el VIH / sida (desde la década de 1980), la gripe
porcina AH1N1 (2009), el SARS (2002), el ébola (2014), el
MERS (coronavirus, 2015) y ahora el Covid-19.

Sin embargo, nunca vivimos en estado de cuarentena


global, nunca pensamos que sería tan veloz la
instalación de un Estado de excepción transitorio, un
Leviatán sanitario, por la vía de los Estados nacionales.

En la actualidad, casi un tercio de la humanidad se halla


en situación de confinamiento obligatorio.
Por un lado, se cierran fronteras externas, se instalan
controles internos, se expande el paradigma de la
seguridad y el control, se exige el aislamiento y el
distanciamiento social.

Por otro lado, aquellos que hasta ayer defendían


políticas de reducción del Estado hoy rearman su
discurso en torno de la necesaria intervención estatal, se
maldicen los programas de austeridad que golpearon de
lleno la salud pública, incluso en los países del Norte
global...

2 Pedro 3:9

LBLA El Señor no se tarda en cumplir su promesa,


según algunos entienden la tardanza, sino que es
paciente para con vosotros, no queriendo que nadie
perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.

DHHNo es que el Señor se tarde en cumplir su promesa,


como algunos suponen, sino que tiene paciencia con
ustedes, pues no quiere que nadie muera, sino que todos
se vuelvan a Dios.
Los usuarios y además creyentes, afirman que en el libro
de Isaías en el versículo 26:20 se anuncia la llegada de
la emergencia sanitaria, pues el en el pasaje bíblico
aparece

El pánico desatado por la situación actual ha hecho que


miles de personas busquen el origen de esta
enfermedad, y así mismo poner en alerta a los
ciudadanos quienes aún no lo están.

El relato bíblico sobre el Diluvio no empieza diciendo


“Había una vez...”, como si fuera un cuento.

Más bien, la Biblia menciona el año, el mes y el día de los


acontecimientos relacionados con el Diluvio (Génesis
7:11; 8:4, 13, 14).

También nos dice las medidas del arca que Noé


construyó (Génesis 6:15). Estos detalles demuestran que
la Biblia habla del Diluvio como una realidad y no como
una leyenda.

FUERA del arca, la gente seguía su vida como antes.


Todavía no creían que el Diluvio vendría. Tienen que
haberse reído más que nunca. Pero poco tiempo después
dejaron de estar riéndose.
De repente empezó a caer agua. Cayó del cielo como
cuando uno derrama agua de un cubo. ¡Noé tenía razón!
Pero ya nadie más podía meterse en el arca. Jehová Dios
había cerrado bien la puerta.

Esta acción de Dios cerrar la puerta la encontramos


solamente dos veces en la Biblia.

Ambas ocasiones señalan el final de la oportunidad para


el hombre (incluyendo la mujer) entrar por la puerta que
estaba abierta.

Y también señala el comienzo del Juicio Divino sobre el


hombre por su incredulidad al no entrar a la salvación
que Dios le había provisto gratuitamente.

La primera puerta que Dios cerró la encontramos en


Génesis 7:16-17, donde dice: “Y los que vinieron, macho
y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado
Dios, y Jehová le cerró la puerta.”

Es sumamente importante notar que el primer cierre de


puerta que Dios hizo dio comienzo al justo Juicio de Dios
por medio del Diluvio.
El Señor Jesús nos enseña sobre el Reino de Dios
utilizando el mecanismo de las parábolas. En Mateo 25:1-
13, tenemos la parábola de las 10 vírgenes. En la cual
encontramos la segunda ocasión en que Dios cerrará la
puerta.

Si nos fijamos bien, ésta es la única parábola cuya


semejanza es futura, pues dice: “Entonces el Reino de
los Cielos SERÁ semejante a…” no dice: ES semejante
a… como en todas las demás parábolas.

Sino que dice: SERÁ semejante a… Es decir, que el


cumplimiento de este evento será siempre futuro
mientras la Iglesia esté aquí en la tierra. Pues tiene que
ver con el día del Rapto de la Iglesia (1Cor 15:51-52).

En esta parábola, las 5 vírgenes prudentes representan a


los verdaderos cristianos.

Mientras que las 5 vírgenes insensatas representan a


aquellos que no se han preparado suficiente y que no han
dejado que el Espíritu Santo trabaje lo necesario en
ellos.

Estas últimas vírgenes tenían aceite en sus lámparas (la


Biblia), pero no tenían aceite en sus vasijas (el Espíritu
Santo morando dentro de sus cuerpos), o sea, que
aunque eran religiosas no habían permitido una
transformación espiritual completa.

La Biblia dice que antes del Diluvio “la maldad del


hombre abundaba en la tierra” (Génesis 6:5). Y que “la
tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios
verdadero” porque había mucha violencia e inmoralidad
sexual (Génesis 6:11; Judas 6, 7).

El relato bíblico también explica que esta situación fue


provocada principalmente por algunos ángeles malvados,
que habían bajado del cielo para tener relaciones
sexuales con las mujeres.

Los retos que millones de personas hemos afrontado a


causa del coronavirus nos llevan a reflexionar acerca de
cómo podemos reaccionar para una próxima pandemia y
qué podemos hacer desde el sector de la construcción.

Es aquí donde el diseño urbanístico de las ciudades tiene


un rol fundamental en la salud y el bienestar de sus
ocupantes, tal como ocurrió con el cólera y otras
enfermedades por la precariedad de saneamiento en el
siglo XIX.
Los ángeles tuvieron hijos a los que se llamó nefilim, y
estos causaron mucho sufrimiento (Génesis 6:1, 2, 4).
Dios decidió acabar con la maldad que había en la Tierra
y darles a las personas buenas la oportunidad de
comenzar de cero (Génesis 6:6, 7, 17).

Pronto todo el terreno bajo quedó cubierto. El agua


parecía grandes ríos. Empujaba los árboles y movía
grandes piedras y hacía mucho ruido.

La gente se asustó. Subieron a terreno más alto. ¡Ay,


cuánto deseaban haber prestado atención a Noé y
haberse metido en el arca cuando todavía tenían la
puerta abierta! Pero ahora era demasiado tarde.

El agua siguió subiendo y subiendo. Por 40 días y 40


noches cayó agua del cielo.

Sí. Dios le dijo a Noé lo que iba a suceder y le mandó


construir un arca para que su familia y los animales
pudieran salvarse (Génesis 6:13, 14; 7:1-4).

Noé les advirtió a las personas de la destrucción que


pronto ocurriría, pero nadie lo escuchó (2 Pedro 2:5).
La Biblia dice: “No hicieron caso hasta que vino el diluvio
y los barrió a todos” (Mateo 24:37-39).

Subió por las montañas, y pronto hasta las más altas


quedaron cubiertas.

Tal como Dios había dicho, toda persona y animal que


estaba fuera del arca murió. Pero todo el que estaba
dentro estaba a salvo.

a. Como le había mandado Dios: Esta declaración en


resumen describe cómo todo se cumplió exactamente
como el Señor había hablado. Todas las cosas estaban
listas para el diluvio que Dios haría sobre la tierra.

Y DIOS CERRÓ LA PUERTA DEL ARCA

“Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las


aguas vino sobre la tierra. Y por causa de las aguas del
diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y
las mujeres de sus hijos…

Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio


vinieron sobre la tierra”. (Génesis 7:7,10)
Noé entró al arca siete días antes de que se iniciara el
diluvio y dejó la puerta abierta ¿Por qué? Esos siete días
eran el plazo final que Dios concedió para que alguna
otra persona creyera, se arrepintiera e ingresara al arca.

Esto nos muestra la misericordia tan grande de Dios,


siempre queriendo darnos una oportunidad.

i. Dios mantuvo la puerta abierta hasta el último minuto,


pero llegó un momento en que la puerta tenía que
cerrarse. Cuando la puerta está abierta, está abierta,
pero cuando se cierra, está cerrada. Jesús es el que abre
y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre (Apocalipsis
3:7).

ii. El arca era la salvación de Noé y la condena para el


mundo. No existen segundas oportunidades para los que
se quedan al margen.

En aquella era, Dios pretendió llamar a Noé para que


hiciera algo muy importante. ¿Por qué tenía que hacerlo?
Porque Dios tenía un plan en Su corazón en ese
momento, y consistía en destruir el mundo con un
diluvio. ¿Por qué destruir el mundo?
Aquí dice: “La tierra se había corrompido delante de
Dios, y estaba la tierra llena de violencia”. ¿Qué
observáis en la frase “estaba la tierra llena de
violencia”?

Es un fenómeno que se produce sobre la tierra cuando el


mundo y sus habitantes están corrompidos hasta el
extremo, y dice así: “estaba la tierra llena de violencia”.
En el lenguaje actual, “llena de violencia” significa que
todo está en desorden.

Para el hombre significa que no existe el orden en ningún


ámbito de la vida, y que las cosas son bastante caóticas
y difíciles de gestionar.

A los ojos de Dios esto quiere decir que las personas del
mundo son demasiado corruptas. ¿Pero hasta qué punto?
Hasta el punto de que Dios ya no soporta mirarlas ni ser
paciente con ellas.

Corruptas hasta el punto de que Dios decide destruirlas.


Cuando Dios se decidió a destruir el mundo, planeó
encontrar a alguien que construyese un arca.

Entonces Dios escogió a Noé para que la hiciera, que fue


permitir a Noé construir un arca. ¿Por qué escogió a
Noé? A los ojos de Dios, Noé es un hombre justo y hará
cualquier cosa que Él le indique, siguiendo Sus
instrucciones. Significa que hará todo lo que Dios le diga.

Él quería encontrar a alguien así para que trabajase con


Él, para completar lo que Él había encargado y Su obra
en la tierra.

En aquel momento, ¿había alguien más, aparte de Noé,


que pudiese realizar aquella tarea?

¡Definitivamente no! Noé era el único candidato, la única


persona que podía llevar a cabo lo que Dios encargó, y
por eso fue escogido.

Pero la perspectiva y los estándares de Dios entonces


para salvar a las personas ¿eran los mismos que ahora?

La respuesta es ¡existe absolutamente una diferencia!


¿Por qué lo pregunto? Noé era el único hombre justo a
los ojos de Dios en aquella época; de manera implícita se
entiende que su esposa, sus hijos y sus nueras no eran
personas justas, pero Dios de todos modos las mantuvo
por Noé.
Dios no les exigió a ellos de la misma manera como Él
exige a la gente ahora, sino que mantuvo a los ocho
miembros de la familia de Noé con vida.

Recibieron la bendición de Dios por la justicia de Noé. De


no haber existido este, ninguno de ellos podría haber
acabado lo que Dios había encargado.

Por tanto, Noé era la única persona que debía sobrevivir


a la destrucción del mundo en aquel momento, y los
demás fueron beneficiarios colaterales.

Esto demuestra que, en la era anterior a que Dios


comenzase oficialmente Su obra de gestión, los
principios y los estándares mediante los cuales trataba a
las personas y se dirigía a ellas eran relativamente
relajados.

Para la gente de hoy, la forma en que Dios trató a la


familia de Noé parece carecer de justicia, pero en
comparación con el volumen de trabajo que Él hace
ahora en las personas y la cantidad de Su palabra que
transmite, el trato que dispensó a la familia de ocho de
Noé fue simplemente un principio de trabajo, dado el
trasfondo de Su obra en aquella época.
En comparación, ¿recibieron los ocho miembros de la
familia de Noé más de Dios que las personas de hoy?

El diluvio fue justo porque la humanidad era malvada. "Y


vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en
la tierra, y que todo designio de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal"
(Génesis 6:5).

No podemos imaginar plenamente el grado de la maldad


de ese tiempo. Nunca hemos visto algo similar. La
maldad era "grande", y cada pensamiento del corazón de
cada uno de ellos era de continuo solamente el mal.

No había bondad en el mundo; cada persona estaba


totalmente degenerada. No había nada en ellos que no
fuera malo. Las personas en los días de Noé no eran
pecadores ocasionales; ellos se habían arriesgado y todo
lo que hicieron fue una abominación.

Todos nosotros tenemos uno de dos destinos. Todos


nosotros iremos a uno de dos lugares cuando muramos:
al cielo o al infierno. No hay puntos intermedios. No hay
rutas alternas. Dejado solo, el hombre perece.
Alguien tiene que decirle que Dios ha hecho provisión
para que sea salvo - para que no se pierda.

He hablado con mucha gente que tiene la idea de que no


ha hecho nada para merecer ir al infierno. Y ¿sabe qué?
Tienen razón. No tienes que hacer nada para merecer ir
al infierno. Ya lo hiciste. ¡Y yo también! Uno va al
infierno NO por lo que hace, sino por lo que NO hace - por
lo que REHUSA hacer.

Es como decir “Pues yo no hice nada para merecer ser


tan ignorante.”

La ignorancia no es por lo que HACES. Es por lo que NO


haces.

“No sé qué hice para merecer tronar ese examen.” No es


lo que hiciste. Es lo que NO hiciste. ¡No estudiaste!

¿Qué hice para merecer que me corten la luz? ¡NADA!


¡No pagaste el recibo! ¿Qué hice para merecer que mi
esposa me trate mal? ¡NADA! ¡Por eso te trata así!
¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

2 PARTE

Como veremos en este articulo, las 10 plagas de Egipto


demostraron el poder de Dios sobre los dioses paganos
de los egipcios, dejando claro quien está en control.

Los egipcios adoraban ídolos hechos de piedra, oro y


plata. Cabe destacar que lo más importante de estos
juicios fue mostrarles a los Israelitas que la religión
egipcia (con la que estuvieron en contacto por más de
400 años) es falsa.

El Señor los liberó de todo esto para que pudieran


servirlo y para que cumpliera las promesas que hizo con
Abraham, Isaac, y Jacob. Esto también sirvió para que
los mismos egipcios y las naciones vecinas se dieran
cuenta que el Dios de Israel es el Señor.

“Y cuando haya mostrado Mi poder sobre Egipto, y haya


sacado de allí a los israelitas, los egipcios sabrán que Yo
Soy el Señor.”— Éxodo 7:5 (DHH)
Cuando leemos en la Biblia que Dios causó 10 plagas
para que los egipcios liberaran al pueblo de Israel, Dios
estaba no tan sólo presionando al Faraón para que ésto
sucediera, sino que además Él estaba juzgándolos por la
idolatría que tenían.

La crisis producida por el coronavirus también ha


provocado un descenso en la demanda de petróleo, ya
que la actividad industrial y doméstica se ha ralentizado
en muchos países a causa de las medidas de control.

Además de consumir menos combustible por la situación


de pandemia, hay otro factor que influye en el precio del
petróleo: la batalla interna entre Rusia y Arabia Saudí,
que son los dos mayores productores de petróleo del
mundo.

El petróleo tiene una gran influencia en la economía


mundial y estos productores tenían un acuerdo para no
perjudicarse: coordinaban la producción y venta de
barriles para no competir.

Sin embargo, en un contexto de crisis como la pandemia


de coronavirus, Rusia ha visto una oportunidad para
avanzarse a los Estados Unidos (su eterno rival) y ha
decidido romper el acuerdo e ir por libre. Como
respuesta, Arabia Saudita ha decido bajar el precio de su
petróleo para vender más.

Las plagas fueron diseñadas específicamente para


evidenciar la mentira acerca de los falsos dioses de
Egipto y cada una de ellas iba dirigida a atacar esas
deidades falsas.

Plaga: Disciplina enviada por el Señor para que le


busquen aquellos que no le conocen. Si no se
arrepienten es porque son demasiado duros y no quieren
recibir en su interior a Cristo.

Esta crisis económica es distinta a las que conocíamos


hasta ahora.

América Latina está comenzando a recibir el impacto.

Las proyecciones apuntan a que inevitablemente algunas


empresas irán a la bancarrota y subirá el desempleo en
medio de una crisis catalogada como "la peor desde la
Gran Depresión de 1929".

Sin embargo, la mayor parte de los países de la región


han activado planes de emergencia, están negociando
ayudas financieras y utilizando todas las municiones
disponibles para enfrentar lo que se viene.

"Existe una ventana de oportunidad en el largo plazo",


dice Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo
Económico de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Cepal).

Todos tienen la oportunidad de salvarse. Las plagas de


Egipto son un claro ejemplo, pero faraón no se arrepintió.
Los de Nínive y Job si.

1-Desplome económico de sus principales socios


comerciales: China y Estados Unidos

La crisis en Estados Unidos hace que en lugares como


California la gente haga fila para recibir comida.

Los principales socios comerciales de la región son


China y Estados Unidos. Como estas economías están en
serios apuros por la pandemia, Latinoamérica recibirá el
golpe de frente.

El descalabro económico en Estados Unidos afecta a


toda la región, pero especialmente a México y
Centroamérica a través del comercio, pero también con
las remesas.

Y lo que ocurra en China también se siente de inmediato,


porque es el socio más importante de muchos países de
Latinoamérica y uno de los principales compradores de
materias primas.

"La peor crisis financiera desde la Gran Depresión": las


oscuras proyecciones del FMI sobre la economía mundial
por los efectos del coronavirus

Durante los últimos días, la incertidumbre y el


desconocimiento sobre la epidemia Covid-19 también ha
llegado a los mercados de valores y economías de todo
el mundo.

La dificultad para frenar la expansión de la epidemia ha


obligado a los gobiernos a aplicar medidas
extraordinarias, como cerrar edificios públicos,
empresas y comercios, además de limitar la movilidad.

Como consecuencia se ha reducido la producción, el


consumo y el turismo en la mayoría de países afectados.
Y eso tiene consecuencias económicas.
Organismos internacionales como la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el
Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten de que la
pandemia puede reducir el crecimiento económico
mundial en 2020.

En una situación como esta, los estados se ven


obligados a inyectar grandes cantidades de dinero para
que el sistema siga funcionando: por ejemplo, que las
personas que se han quedado temporalmente sin trabajo
sigan cobrando para poder pagar las facturas, o que las
empresas que no pueden producir puedan pagar a sus
trabajadores.

Que las empresas dejen de producir y la gente deje de


consumir también tiene efectos sobre las bolsas y
mercados de valores, donde se comercia con el valor de
las empresas y las materias primas.

Otros países, como Francia, han anunciado que se


suspende el pago del alquiler y de las facturas de la luz,
gas o agua, mientras el propio Estado se hará cargo de
pagar los créditos bancarios de la gente que no pueda
asumirlos por culpa de la epidemia.

2-Caída de los precios de las materias primas


La baja en el precio de las materias primas está
afectando las arcas de muchos países de la región.

A la caída de los precios de los minerales -como cobre y


hierro- se suma la disminución en el precio de alimentos
como la soja, el maíz, las carnes y los cereales.

Y el que se ha robado el protagonismo en lo que va del


año es el petróleo.

Ha caído el precio del petróleo, así como de minerales y


alimentos exportados desde América Latina.

No solo por el efecto coronavirus, sino por la guerra de


precios entre los países de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) liderados por Arabia
Saudita y Rusia.

El conflicto hizo que el precio del barril bajara a niveles


históricos llegando a cerca de US$20 a fines de marzo, el
mínimo en los últimos 18 años, afectando directamente a
países como Colombia, Venezuela, Ecuador y México.

La OPEP acuerda el mayor recorte en la producción de


petróleo de la historia tras la negociación entre Trump y
López Obrador
Las proyecciones apuntan a una recuperación del precio
luego que las partes llegaran a un acuerdo para disminuir
la producción.

La caída del precio de las materias primas provoca


menos entrada de dólares por exportaciones a la región
y pone en jaque las arcas públicas.

3- La interrupción de las cadenas de producción a nivel


global

"Como el mundo se cerró, hay una interrupción de las


cadenas de suministro", explica Titelman.

Las partes para fabricar un producto se hacen en


distintos países. Así se arma una cadena entre las
distintas empresas que proveen los componentes a quien
ensambla el producto final.

Cuando eso se interrumpe, muchas de las empresas de


un país se quedan sin la posibilidad de seguir
produciendo, porque no tienen los insumos que
necesitan.
Si las empresas no pueden conseguir las partes que
requieren para fabricar sus productos se paraliza la
producción.

"El grueso del comercio mundial es de insumos que se


venden las empresas entre sí, más que los bienes finales
que compra el consumidor", apunta Titelman.

Con la crisis por la pandemia, los países más afectados


por la interrupción de estas cadenas son México y Brasil,
cuyos sectores manufactureros son los más grandes de
la región. Por ejemplo, el sector automotriz en México.

4-Menor demanda de servicios turísticos

La menor demanda -y en algunos casos la nula demanda-


de servicios de turismo, está dejando sin oxígeno a
países que dependen de esta actividad.

Es el caso de varios países, como México, República


Dominicana o Cuba.

Las grandes aerolíneas del mundo se han visto obligadas


a dejar en tierra gran parte de su flota de aviones.

5-Fuga de capitales y devaluación de las monedas


Latinoamérica ya estaba con altos niveles de
endeudamiento antes de que llegara la pandemia.

Ahora, las deudas públicas de los países han comenzado


a dispararse a medida que la actividad económica se ha
ido paralizando.

Coronavirus: cuánto perdió la economía de Italia en el


primer mes de encierro (y las medidas "sin precedentes"
para recuperarla)

La recesión que está sacudiendo al mundo ha provocado


históricas caídas de las bolsas y pánico en los
inversores.

"La gente se asusta y busca refugio, llevándose los


capitales a lugares más seguros, como los Bonos del
Tesoro de Estados Unidos",.

Hay una fuga de capitales de la región y una profunda


devaluación de las monedas.
Como suele ocurrir en tiempos de crisis, se produce una
fuga de capitales porque los inversores no quieren correr
riesgos. Y eso es precisamente lo que ha estado pasando
en la región.

"Los capitales están saliendo de América Latina como


nunca antes habíamos visto", agrega el economista.

"Cuando más necesitas financiamiento, se te está


yendo".

La salida de dólares ha empujado una gigantesca


devaluación de las monedas en lo que va de año, con
espectaculares caídas del real brasileño, el peso
mexicano y el peso colombiano.

Y como la mayor parte de la deuda pública de los países


de Latinoamérica está en dólares, el efecto es muy
negativo.

Un motivo para la esperanza

No es nada fácil encontrar un efecto positivo en medio


de las devastadoras consecuencias económicas de la
pandemia.
Sin embargo, Titelman dice que "existe una ventana de
oportunidad en el largo plazo".

Esta crisis, explica, "hará que el mundo se replantee


nuevos modelos de desarrollo donde el papel del sector
público tendrá que ser mayor al que tenía en los últimos
30 o 40 años".

Esta crisis provocada por la pandemia ha dejado en


evidencia la falta de protección social, el deterioro de los
sistemas públicos de salud y la desigualdad en la región.

La crisis podría propiciar un papel más protagónico del


sector público.

"También vendrá un mayor cuestionamiento al modelo de


globalización", apunta Titelman, algo que puede impulsar
cambios positivos en el sentido de cómo hemos venido
haciendo las cosas.

Otros economistas también destacan que mientras


algunas empresas perderán la batalla en medio del caos,
otras capitalizarán nuevas oportunidades comerciales.

Y a nivel de las personas, dado que la crisis provocará


cambios importantes en la manera en que trabajamos,
compramos, viajamos y convivimos, también surgirán
oportunidades cuando se calmen las aguas.

Lo que no sabemos es cuánto tiempo falta para que pase


la tormenta.

Que el Señor tenga misericordia de los que aún no Le


conocen que son muchos; así que no nos detengamos en
la obra de la predicación, porque es de Dios

Los egipcios eran el pueblo más politeísta conocido en el


mundo antiguo, las plagas les enseñarían que sus dioses
eran solamente ídolos que no podían hacer nada para
rescatarlos.

“Allí ustedes servirán a dioses de madera y piedra,


hechos por manos humanas, incapaces de ver, oír, comer
ni oler.” — Deuteronomio 4:28 (RVC)

Con las plagas el verdadero Creador deshizo todo lo que


había sido adjudicado a ídolos ante sus propios ojos para
mostrar quién es el que realmente tiene el poder de sus
vidas y del universo.

La duración de las plagas no se conoce, pero la mayoría


de los estudiosos postulan que duraron un período de
entre 6 y 18 meses, tiempo suficiente para que
aprendieran la lección.

Durante este periodo se mostró la impotencia del Faraón,


quien supuestamente era uno de los dioses que había
sido engendrado por Amón-Ra.

Hasta hoy se conoce con el nombre de plaga a alguna


calamidad grande que aflige a algún pueblo.

La sola palabra nos da la idea de infortunio y de un daño


inmenso y abundante que trastorna las vidas de los que
la padecen.

En el pasaje del encabezado vemos el dolor egipcio


como consecuencia de la tremenda destrucción caída
sobre Egipto por causa de la dureza del corazón del
Faraón (con respecto a este tema revisemos la reflexión
anterior).

Egipto era en ese momento un pueblo invencible con


recursos inagotables. Los hebreos eran un pueblo que
había crecido bajo el alero egipcio y eran tratados como
esclavos.
Los `azotes´ que cayeron del cielo fueron
manifestaciones sobrenaturales de la justicia de Dios,
pero no eran ajenos a las condiciones naturales y
sociales de la vida de Egipto. Debemos tener cuidado en
pensar que las plagas son el resultado del capricho de
Dios.

No vemos en la Biblia que Él haya derramado estos


eventos para luego llamar a la reflexión a Faraón.
Nuestro Dios habla antes de obrar: “Moisés y Aarón
fueron a Faraón, y le dijeron:

Así dice el SEÑOR, el Dios de los hebreos:”¿Hasta


cuándo rehusarás humillarte delante de mí? Deja ir a mi
pueblo, para que me sirva.” Porque si te niegas a dejar ir
a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu
territorio” (Éx. 10:3-4).

En cuanto a su poder divino, el Faraón era


supuestamente Horus, el hijo de Hathor. Las plagas
fueron efectivas al demostrar que el Faraón no era una
deidad.

Las plagas de Egipto sirvieron como una lección visual


para el pueblo de Israel acerca de lo inútil de la idolatría
de falsos dioses.
También demostraron el asombroso poder de Dios al
redimirlos de la esclavitud y sacarlos de la tierra de
Egipto, así como de Su capacidad para cuidar de ellos y
proveer todas sus necesidades.

“…Y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto.


Yo, el Señor, lo he dicho.” — Éxodo 12:12b (DHH)

Esta afirmación puede sorprender a aquellos que no


conocen a Dios todavía, o que no han leído la Escritura y
no han nacido de nuevo, pero a los discípulos de
Jesucristo les es rutina, triste rutina, ver cuántas
personas están siendo perseguidas por las plagas y no
dejan de ensoberbecerse contra Dios, están siendo
perseguidas por el diablo, a quien Dios autoriza para ello,
y no pueden buscar protección porque no aman a Dios.

Sí, la Iglesia en el mundo entero conoce y da fe de que


es una realidad, porque todos en cierta medida hemos
experimentado la necesaria disciplina del Señor.

Dicha disciplina, dicho sea de paso, es por amor de


nosotros, pues gracias a ella, nuestros corazones van a
ablandarse.
Con un corazón abierto a Dios se recibe la fe en la obra
de su Hijo, que salva el alma porque vamos a comprender
que Dios no escatimará en darnos la oportunidad de
creer en Él, de buscarle, de tener necesidad de Su amor,
de conocer la Verdad, de comprender Su Palabra y de
tantas cosas que Él suple sobradamente. ...Porque Dios
sujetó a todos en desobediencia para tener misericordia
de todos.

¡Oh profundidad grandeza de las riquezas de la sabiduría


y de la ciencia de Dios!¡Cuan insondables son sus juicios,
e inescrutables sus caminos!... Romanos 11:32.

La Iglesia, las personas que la componemos, los que


hemos creído a Dios por Su gracia y amamos a Su Hijo
Jesucristo, habiendo nacido de nuevo del Espíritu Santo,
de todas partes del mundo, como supongo que lo será el
lector, sabemos por la Biblia que las plagas anunciadas
en Apocalipsis que vendrán al final del tiempo, están
reservadas para los que no creyeron, y que la Iglesia
será librada de la ira venidera, del mismo modo que lo
fueron los Israelitas ante las plagas contra el Faraón.

Las plagas que veremos a lo largo de este estudio Bíblico


no son otras que las mismas que están en los Textos
Sagrados, muchas ya han venido sobre personas, sobre
naciones, sobre congregaciones, etc., y otras están por
venir al mundo incrédulo, algunas para dar otra
oportunidad y otras para castigo y prueba de la justicia
de Dios Todopoderoso.

Si el que lee siente que no está libre de ellas es el


momento de la reconciliación con Dios, lo cual le invito a
hacer en este mismo momento, antes de seguir leyendo,
en una corta oración de entrega a Dios, entre Dios y Ud.
que puede leer en este enlace a la Salvación del
Evangelio de Jesucristo.

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

3 TEMA

La fe en Jesucristo naturalmente conduce al


arrepentimiento. Desde los tiempos de Adán hasta la
época actual existe la necesidad del arrepentimiento en
el mundo.

El Señor instruyó a Adán: “Enséñalo, pues, a tus hijos,


que es preciso que todos los hombres, en todas partes,
se arrepientan, o de ninguna manera heredarán el reino
de Dios, porque ninguna cosa inmunda puede morar allí,
ni morar en su presencia…” (Moisés 6:57).

Venimos a la tierra con el propósito de crecer y


progresar, lo que constituye un proceso de toda la vida.
Durante ese período, todos pecamos (véase Romanos
3:23), por tanto, todos tenemos la necesidad de
arrepentirnos.

Algunas veces pecamos por ignorancia, otras por


debilidad y en otras ocasiones debido a nuestra
desobediencia deliberada.

En la Biblia leemos que “…no hay hombre justo en la


tierra que haga el bien y nunca peque” (Eclesiastés 7:20)
y que “si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros” (1 Juan 1:8).

¿Qué es el pecado? Santiago dijo: “El pecado… está en


aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace” (Santiago
4:17); Juan describió al pecado como “toda maldad” (1
Juan 5:17) y la “transgresión de la ley” (1 Juan 3:4).

A pesar de las reiteradas recomendaciones de los


organismos de salud brasileños sobre evitar el contacto
social y las aglomeraciones de multitudes para impedir
la propagación del coronavirus, algunas iglesias
evangélicas
anunció el lunes dieciséis (16) las medidas que tomará
para evitar el contagio con el coronavirus en sus
templos:

“Antes de ingresar al culto, se ofrece a los visitantes


alcohol en gel o agua y jabón para lavarse las manos;
dentro de los templos se les dice a las personas que se
sienten lejos una de la otra, manteniendo al menos una o
dos sillas vacías entre ellas; se evitarán las oraciones en
las que deben tomarse de las manos.

También recomendamos que las personas mayores con


problemas de salud permanezcan en sus casas”.

“Cada persona tiene derecho a buscar la religiosidad de


una u otra manera y el culto a Satanás es una forma de
religiosidad, es una manera de vivir de algunas personas
que reconocen en el demonio a su Dios y le rinden
adoración; ya en iglesias como la que hay en Quindío
pues se le rinde no solamente culto sino que hay un
ritual de celebración, así como en la iglesia católica”,

De acuerdo con el sacerdote, el culto a Satanás consiste


en reconocerle como su Dios y señor; se le rinde culto a
través de celebraciones en las que emplean los signos
satánicos como la estrella de cinco picos, las
expresiones de los dedos en forma de cacho y lo
relacionado con el número de la bestia, es decir, el 666.

Agrega que “Satanás es una realidad en el mundo y en el


antiguo testamento se empezó a conocer como
“demonio”, aunque tiene otras denominaciones y
aparece en el libro de Job como el que tiene tres
características: robar, destruir y matar”.

La puerta del Arca de Noé que Dios cerró en Génesis


capítulo 7 representa a Cristo.

El Nuevo Testamento nos revela esta verdad en el


Evangelio según San Juan 10:9 donde Cristo dice: “Yo
Soy la Puerta el que por mí entrare será salvo.”

La segunda puerta que muy pronto Dios va a cerrar es


Cristo. Pero hasta el día de hoy esa Puerta todavía
permanece abierta.

Debemos aprovechar y hacer nuestra decisión de entrar


al Arca de Salvación, antes que sea demasiado tarde.
Podemos estar seguros que un día de estos Dios va
cerrar esa puerta también, así como la cerró en los días
de Noé.
Luego que se cierre la puerta por segunda vez, de la
misma manera que no hubo segunda oportunidad para
los contemporáneos de Noé, no la habrá para el mundo
actual. Y el que no haya entrado perderá el regalo
gratuito de la salvación.

Cristo nos invita: “Entrad por la puerta estrecha…porque


estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la
Vida (Eterna) y pocos son los que la hallan”(Mateo7:13).

Ahora el evangelio está siendo predicado al mundo


entero, desde el oriente hasta el occidente. La obra de
Dios se completará rápidamente a su debido tiempo.

Cuanto más se acerca ese momento, más fiero se vuelve


Satanás para infamarnos. Nosotros, como pueblo de
Dios, podríamos sufrir ahora más pruebas, aflicciones,
persecuciones y tentaciones que nunca.

Veamos, a través de la Biblia, cómo Satanás difama la


verdad de Dios, y cómo Dios obtiene la victoria sobre él
al final (Ap. 18); así, podremos vencer con la fe firme y
mucho gozo.

La Biblia profetiza que Dios vencerá los obstáculos de


Satanás y que lo derrotará al final.
Sin embargo, en el proceso de la victoria se presentan
con frecuencia una infinidad de momentos críticos.

Ustedes y yo, que vivimos en estos últimos tiempos,


debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por correr la
carrera de la fe con una fuerte confianza, hasta el
momento en que se abra la puerta del reino de los cielos.

En la actualidad, existen innumerables iglesias en el


mundo. Externamente, se muestran como iglesias
establecidas para servir a Dios; colocan cruces y claman
a la gente: “Vengan a nuestra iglesia a escuchar el
evangelio de Cristo”.

No obstante, las enseñanzas de Dios escritas en la


Biblia, nos permiten darnos cuenta de que requerimos
saber si ellos siguen la voluntad de Dios o no, es decir, si
basan sus enseñanzas y obras en la Biblia o no.

Desde la creación del mundo, el diablo (nuestro enemigo)


procura constantemente engañar de muchas formas a
todos los hombres y, si fuera posible, aun a los
escogidos.
Cuando el rey de Nínive oyó estas noticias, se levantó de
su trono, se quitó su túnica, se vistió de cilicio y se sentó
sobre cenizas.

Después proclamó que no se permitiría comer nada a


nadie en la ciudad, y que ni el ganado, ni los corderos, ni
los bueyes podrían pastar o beber agua. Los hombres y el
ganado por igual debían vestir de cilicio; las personas
rogarían a Dios fervientemente.

El rey también proclamó que cada uno de ellos se


volviese de sus caminos malvados y abandonase la
violencia en sus manos.

A juzgar por esta serie de actos, el rey de Nínive


demostró su arrepentimiento sincero. La serie de
acciones que llevó a cabo —levantarse de su trono,
quitarse su túnica de rey, vestir de cilicio y sentarse
sobre cenizas— dice a la gente que el rey de Nínive
dejaba de lado su estatus real y vestía de cilicio junto al
pueblo llano.

Es decir, el rey de Nínive no ocupaba su puesto real para


continuar con su camino malvado o la violencia en sus
manos después de oír el anuncio de Jehová Dios; en su
lugar, dejó de lado la autoridad que ostentaba y se
arrepintió delante de Jehová Dios.
En este momento el rey de Nínive no se estaba
arrepintiendo como un rey; había venido delante de Dios
para confesar y arrepentirse de sus pecados como un
súbdito ordinario de Dios.

Además, también dijo a toda la ciudad que confesase y


se arrepintiese de sus pecados delante de Dios de la
misma forma que él; adicionalmente, tenía un plan
específico en cuanto a cómo hacerlo, como se ve en las
Escrituras: “Que ningún hombre ni bestia, manada o
bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua… y
que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se
arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de
toda la violencia de sus manos”.

Como gobernador de la ciudad, el rey de Nínive poseía un


estatus y un poder supremo y podía hacer cualquier cosa
que desease. Cuando se enfrentó al anuncio de Jehová
Dios, podía haber ignorado el asunto o simplemente
haberse arrepentido y confesado sus pecados él solo; en
cuanto a si el pueblo de la ciudad decidía o no
arrepentirse, podía haber ignorado por completo el
asunto.

Sin embargo, el rey de Nínive no hizo esto en absoluto.


No sólo se levantó de su trono, se vistió de cilicio y
cenizas, confesó y se arrepintió de sus pecados delante
de Jehová Dios, sino que también ordenó que todas las
personas y el ganado de la ciudad hiciesen lo mismo.

Incluso ordenó a las personas “clamar con todas sus


fuerzas a Dios”.

A través de esta serie de acciones, el rey de Nínive


cumplió verdaderamente con su deber; su serie de actos
es una que resulta difícil de realizar para cualquier rey en
la historia humana, y también una que nadie realizó.

Estas acciones pueden definirse como empresas sin


precedentes en la historia humana; son dignas tanto de
ser conmemoradas como imitadas por la humanidad.
Desde los albores del hombre, cada rey había llevado a
sus súbditos a resistirse y oponerse a Dios.

Nadie había guiado nunca a sus súbditos a rogar a Dios


en busca de redención por su maldad, a recibir el perdón
de Jehová Dios y evitar el castigo inminente.

Sin embargo, el rey de Nínive fue capaz de llevar a sus


súbditos a volverse a Dios, dejar sus respectivos
caminos malvados y abandonar la violencia en sus
manos.
Además, también fue capaz de dejar de lado su trono, y a
cambio, Jehová Dios se volvió y se arrepintió y retiró Su
ira, permitiendo que las personas de la ciudad
sobreviviesen y guardándolos de la destrucción.

Las acciones del rey sólo pueden calificarse como un


milagro raro en la historia humana; pueden incluso
definirse como un modelo de humanidad corrupta que
confiesa y se arrepiente de sus pecados delante de Dios.

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