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Llamamos signos de puntuación a los recursos gráficos que nos sirven para enlazar y separar
nuestros enunciados (frases, oraciones, párrafos, cláusulas, periodos), y para crear o resaltar
diversas relaciones entre esos enunciados. Esos signos nos aclaran el sentido de lo que estamos
leyendo y, cuando redactamos, de lo que queremos que el lector entienda. Los signos de
puntuación hacen posible la lectura y la comprensión del texto: van anunciando el carácter de
frases, oraciones, cláusulas, etc., que puede cambiar mucho si falta o sobra alguno o si el redactor
confunde su uso.
Veamos cuáles son y cómo se usan los signos de puntuación.
El punto
Indica el fin del sentido lógico y gramatical de una oración o un enunciado más abarcador. Si
separa oraciones se llama punto y seguido. Si separa cláusulas o párrafos, punto y aparte; y si los
concluye, punto final. Se usa:
• Cuando termina la oración, y da a entender con ello que el texto contenido desde la
mayúscula inicial hasta el propio punto posee sentido completo. El redactor delimita una
idea con el punto. Si la oración siguiente se relaciona de algún modo con la anterior, se
seguirá escribiendo en el mismo renglón después de punto y seguido. Es decir, usamos
el punto y seguido para concluir una oración —una idea— pero queremos continuar
tratando el mismo tema en la oración siguiente, desde otro ángulo y dentro del mismo
párrafo. El punto y seguido, de este modo, separa oraciones cuyos contenidos están
relacionados entre sí —aunque no de modo inmediato- y pertenecen, por tanto, a un
enunciado más amplio, formado por el párrafo. Entonces, el punto y seguido también
jerarquiza.
Si después del punto la siguiente oración ya no se relaciona con la precedente, se
marcará punto y aparte y se cambiará de renglón. Dicho de otro modo: escribimos punto
y aparte cuando el pensamiento se ha desarrollado en varias oraciones para formar una
unidad más amplia, también con sentido completo, llamada cláusula (o párrafo). La
cláusula contiene y relaciona varias oraciones separadas con punto y seguido; el último
de ellos lo leemos como punto final.
• Después de una abreviatura: Sr. (señor); Sra. (señora); Cd. (ciudad): Excmo. (Excelentísimo);
etc. (etcétera).
La coma
Tiene varios usos.
Si quitamos esas frases incidentales que van entre comas, el sentido de la oración no se altera:
Esta oración, sin comas, se limita a señalar solamente a las aves que estaban en el techo, sin dar
más información ni incluir otras. Pero si (en lo que parece ser la misma oración) encerramos entre
comas la oración que estaban en el techo, ésta se vuelve incidental: un añadido que nos aporta un
dato quizá importante, pero cuya ausencia no altera el significado:
Tenemos entonces una oración principal con una subordinada que la parte en dos. Esta última
oración lleva comas, pues es necesario que como lectores veamos que se trata de un segmento
diferenciado y que podríamos omitirlo si quisiéramos porque es incidental; y algo incidental posee
por definición una importancia secundaria. Otro ejemplo:
Si escribiéramos coma (,) antes y después de la oración subordinada en cursivas (Los niños, que
jugaban en el patio, se llevaron un susto), el sentido del enunciado completo sería diferente, aunque
esté formado por la misma secuencia de palabras: aportaría más información que si meramente
escribimos Los niños se llevaron un susto. Esa información no es vital para que comprendamos
esta última versión, más sintética; sin embargo, nos muestra que la presencia de una coma provee
un contexto situacional.
3. Además, la coma es obligatoria después de una palabra que sirve para llamar o invocar a
alguien (caso vocativo). Las dos frases que siguen tienen sentidos diferentes; lo único que
cambia es la coma:
Eduardo entra enseguida (aseveración: quiere decir que afirma que la acción se está
realizando)
Eduardo, entra enseguida (orden o petición)
El verbo omitido está representado por una coma. La omisión del verbo evita la reiteración. Si se
reitera en frases como las citadas puede considerarse un vicio del estilo.
5. A veces se usa la coma para separar oraciones enlazadas con y, en casos que
pudieran ser confusos:
6. Las expresiones finalmente, sin duda, por consiguiente, pues, acaso, en efecto,
por último, van entre comas si están intercaladas en la oración, y seguidas de
coma si están al principio:
El punto y coma ;
1. Separa oraciones en cuyo sentido hay proximidad pero no están unidas por
conjunción(‘y’, ‘o’ y ‘ni’; ‘porque’ y ‘aunque’) ni preposición (a, ante, bajo, cabe, con, contra, de,
desde, en, entre, hasta, hacia, para, por, según, sin, so, sobre, tras) :
Es una noche tormentosa; el despegue del avión fue irregular y muy difícil nos
sacudimos en el aire; apenas si puedo escribirte, por el miedo. Registre usted
todo; lo que buscamos debe estar en esta habitación; cada detalle cuenta.
Te miré en esa ventana; te vi salir; te seguí de lejos; no me atrevía a hablarte.
2. Se usa punto y coma en todo periodo de alguna extensión interrumpido por alguna
conjunción adversativa (pero, mas, aunque, con todo, no obstante, sin embargo):
3. Usamos punto y coma cuando, ya terminada una oración con pensamiento completo,
deseamos desarrollar de nuevo la idea bajo otros aspectos:
Los geógrafos del equipo investigaron el fondo marino; los oceanógrafos, las
corrientes superficiales; los geólogos, la tectónica de placas; y nosotros los
biólogos, e/ plancton.
Se realizaron tres series de tomas de barrido con el microscopio electrónico;
se contrastaron los datos con los obtenidos en lecturas anteriores; se sacaron
conclusiones satisfactorias, aunque tal vez demasiado optimistas; y al fina/ se
diseñó un nuevo modelo experimenta/ de investigación.
Entre las pertenencias del ahorcado la policía reportó dos pares de anteojos;
un ejemplar, muy manoseado, de/ Antiguo Testamento; veintidós cuadernos
llenos de una escritura ilegible; varios lápices viejos; tres navajas; y treinta
monedas de plata.
La diferencia entre el punto y el punto y coma puede llegar a ser de matiz. En ciertos
contextos, algunos autores emplean punto donde otros usan punto Y coma, y
viceversa, cuando con ello no se cambia el significado del enunciad0, aunque sí
puede registrarse un cambio de tono:
Las diferencias son mínimas, pero no es posible confundir el uso del punto y seguido
con el del punto y coma.
Venía todo el convoy: carros de asalto, tanques con ametralladoras, vehículos de las
unidades especiales, camiones de la infantería, transportes de caballería, vehículos
anfibios y maquinaria pesada de los zapadores.
Después de dos puntos se escribe siempre con minúscula, salvo en dos situaciones:
primero, cuando se abre una cita, en cuyo caso la primera palabra llevará mayúscula
inicial aunque se trate de texto seguido:
A saber:
Por la autoridad del Juez Segundo de lo Penal (...) Decreto,
ordeno y mando:
Que se establezca en este sitio una ciudad (...)
Considerando:
Que teniendo a la vista la documentación referente al caso (.. .)
Que ante las razones de los vecinos, no quedó más remedio que (...)
1. Son tres (ni uno más, ni uno menos) y sirven para expresar una pausa o suspensión
dramática o para marcar una interrupción; asimismo, para insinuar que estamos callando
algo. También, para sustituir la voz etcétera.
Y entonces le dijo, con voz rota por la emoción… “¡Tú eres la elegida!”
Yo no quería enterarme de… Bueno, tú ya sabes…
Al velorio vinieron todas sus novias: Silvia, Luisa, María, Úrsula, Popea…
2. Pueden ir inmediatamente antes o después y sin blanco que los separe del vocablo en
cuestión. Se usan también para indicar si en una cita textual faltan palabras, suprimidas
por no ser relevantes para la cita. Las partes aligeradas o suprimidas de una cita se
indicarán con puntos suspensivos entre paréntesis o entre corchetes si se trata de obras
de gran aparato crítico o de mucho rigor documental.
El cuatro está inseparablemente unido con el orden, con el primer orden conocido que
transforma la multiplicidad confusa de manifestaciones en formas fijas(…)Por la observación de
los puntos de salida y puesta del sol, especialmente en equinoccios y solsticios (…)se
descubrieron las coordenadas de la vida.
César González Ochoa, Música congelada
Los signos de interrogación ¿ ?
Indican pregunta y deben usarse uno antes, con el punto hacia arriba después de la oración
interrogativa, con el punto hacia abajo; su guarda la oración con que preguntamos, cuyos
lindes quedan así claramente,
¿Qué le había preguntado? Una palabra loca. ¿Y qué es la locura? Una creer que
preguntando sabremos. Pero si seguimos preguntando se a que no hemos obtenido
respuestas. ¿ Y si ya no preguntáramos?
Estos signos, como los admirativos o enfáticos, deben limitarse a un par
en cada oración. No sólo es inútil su acumulación, sino que resulta contraproducente: al
usar más de un par dejamos ver que uno nos parece insuficiente y que carecemos de otros
recursos para intensificar la tonalidad de lo expresado, con lo cual evidenciamos nuestra
nula sensibilidad de redactores.
El guion o raya
Si al final del renglón no cabe la palabra entera, se escribirá sólo una parte siempre formando
sílaba completa, separada de la siguiente con guion corto: con-ca-vi-dad, pre-po-ten-cia, sub-si-
guien-te, ca-ria-con-te-ci-do. En las compuestas se puede hacer la separación aunque no
coincida con sus elementos silábicos: de-sam-pa-ro / des-am-pa-ro; no-so-tros / nos-o-tros; de-
sa-rro-llar/ des-a-rro-//ar, de-so-be-dien-te / des-o-be-dien-te.
Como diptongos y triptongos forman una sola sílaba, no deben partirse: gra-cio-so, no-ti-
cia, Cuau-t/a, //u-via, a-ve-ri-güéis. Las letras dobles (ch, ll, rr) tampoco se separan.
Cuando los gentilicios de dos pueblos, lenguas o territorios formen un compuesto nuevo en
el que se han fundido los caracteres de ambos, se escribe el compuesto sin separación de sus
componentes: comunidad afroamericana, dialectos francobelgas, naciones hispanoamericanas,
culturas anglosajonas, civilización grecorromana, tronco yutoazteca. Sólo se conserva el acento
del elemento final: italofrancés, urdofinés.
Si no hay fusión sino, por el contrario, idea de separación, confrontación, contraste o dominio, el
guion corto indica ese carácter: guerra hispano-cubana, conflicto indo-paquistaní, crisis kurdo-
iraqui, escisión ruso-china. En estos casos, los componentes conservan su acento y número
propios. Lo mismo para compuestos ocasionales de dos adjetivos de género o número diferentes
separados por guión corto: el primero conserva invariables sus desinencias de género (mascu lino)
y número (singular), mientras que el segundo concuerda con el sustantivo correspondiente: lección
teórico-práctica; obra lírico-dramática; interpretación histórico-mítica.
Los guiones cortos (-) se usan también como signo menos. Recordemos, por último, que el
término guion no lleva acento, pues se trata de un monosílabo.
Los guiones largos señalan el cambio de interlocutores en el diálogo litera-
rio, así como las acotaciones del narrador respecto de esas intervenciones:
—Está en su despacho.
—Está hablando con el licenciado Zorrilla -dijo Alfonso.
El paréntesis
En Lógica y en Lingüística, estos signos marcan el carácter opcional de los elementos. Se usan
—siempre en pares y con las concavidades hacia lo que en ellos se encierra— para separar
oraciones incidentales intercaladas, cuando son distintas del periodo en que se introducen o
tienen con él una relación indirecta o lejana; por lo tanto, establecen un mayor grado de
separación que los guiones largos, y más aún que las comas:
La casa, ahora (ni rastro ya del pesado edificio que antes indignaba la esquina), se veía
amplia y soleada.
El ingeniero (aquella reunión había quedado atrás, ya para siempre en el olvido) decidió
seguir escrupulosamente el plan técnico.
La vía del tren suburbano partirá desde este barrio (sin importar lo que aducen unos
cuantos opositores al proyecto), corazón de una zona populosa cuyos habitantes se
verán beneficiados.
Se usan en los siguientes casos:
A partir de esa fecha se dio por terminada la investigación (forzados por las
circunstancias, debemos admitirlo, pues más bien fue interrumpida por aquel
desafortunado suceso), dos meses antes de/ plazo establecido, lo que tampoco
dejó satisfecho a nadie.
—Hijo, acércate, quiero decirte algo (el niño se arrimó poco a poco, desconcertado).
Cuando íbamos al campo (el río crecido nos impedía pasar a cortar guayabas,
sandias, melones y otras frutas del verano), nos limitábamos a sentarnos junto al
embalse, mirando las milpas que se doblaban bajo el peso de las mazorcas.
Cuando se interrumpe la oración principal con otra aclaratoria o incidental que puede omitirse
sin alterar el sentido de la primera:
El inspector general del ejército y la armada visitó (de paso hacia el centro del conflicto)
las instalaciones de los muelles.
La revista apareció finalmente (aunque con menos páginas) hasta el siguiente año.
E/ nuevo servicio de autobuses (adjudicado después de muchas y muy difíciles
negociaciones a los anteriores concesionarios) corre de norte a sur por toda la ciudad.
Se acostumbra encerrar entre paréntesis las citas, fechas, autores, etimologías, capítulos,
versículos, etcétera:
Don Francisco de Quevedo Villegas (1580-1645) es uno de los más importantes poetas
de los Siglos de Oro en España.
El pasaje que alude a la escritura en la pared está narrado en el libro de Daniel(V, 1-31).
La CTM (la Confederación de Trabajadores de México, vieja y otrora poderosa central obrera
priista) se encuentra en estado terminal.
La ONMUCAVE (Organización Nacional de Movimientos Urbanos, Campesinos y Vecinales)
no es sino un membrete sin sustancia.
Nunca se pone punto, coma, punto y coma ni dos puntos antes del paréntesis; pero pueden
ponerse después, según lo que a continuación queramos decir:
Si el fragmento entre paréntesis forma parte de una cláusula y la termina, el punto final va
después del paréntesis de cierre. Esta regla de puntuación es válida para los paréntesis, las
comillas y los guiones largos.
En el primer capítulo, el autor cuenta cómo, después de muchas vicisitudes, llegó a
la Ciudad Escondida (llamada por sus habitantes Catacumbia).