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LOS ESTUDIOS DEL FUTURO:

problemas y métodos
JOSEPH HODARA

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Los Estudios del Futuro.

e) Derechos del autor de Joseph Hadara. Editado en México


el 20 de febrero de 1984 por el Instituto de Banca y Finan­
zas, A.C. en Carmen No. 1, Chimalistac San Angel. 01070,
México. D.F.. Prohibida su reproducción parcial o total
excepto con la autorización expresa por escrito del autor.
Contenido

Presentación
';'¡j Introducción, 8

2, Evolución de la Prospectiva: marco e

irradiaciones, 11

,~2, 1 El Axioma de Thomas 12

·~2,2, Determinantes de la Reflexión

Prospect;va, 15

~23 Dialéctica de la 'Predicción, 20

2.4 Progresos Recientes, 23

2,5 Prospectiva y Subdesarrollo 25

2,6 Efectos de la Imprevisión, 30

2 7 Modelos de Sobreviviencla 37

"-'T Mirtcos'C6h-cepWales-e-tnsTirucinmrte,,- -_.- .__ .­ 39


3.1 Las Preguntas a la Pregunta 40

..
~j
~·3.2 Hacia un Marco Teórico. 44

J:"'3.3 El Crecimiento de los Estudios


'.

del Futuro. 46

4. Técnicas Formales. 48

4.1 Encuadre. 48

42 Extrapolaciones. 51

4.3 Impactos Cruzados. 56

.,
4.4 Simulación y Teoria de Juegos
60
J
-);'4.5 El Pronóstico Tecnológico.
63
4.6 Discoritinuidades Tecnológicas
67
4.7 La Evaluación Tecnológica.
69
*,48 El Método Délfico.
74
49 Recapitulación.
77

\,

'\

"""5. Técnicas Informales. 79

5.1 Observaciones Preliminares. 79

"'5.2 Las Intuiciones Sistemáticas 80


/7.t?>
l.
!/¡5.3 Las Imágenes Alternativas. 82

5.4 Las Analogías. 8,7


~55 Escenarios. 89

4.6. R,~fÍ'?tep~,ias Bibliográfica#,; 93

Apéndice l' Preguntas Ilustrativas. 101 (:t·,


Apéndic¿ 2: Glosario de Términos 103
t<·:':.
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Indice. 105

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4l:.... -'--- _
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.'.~ 79
Presentación

,-,'so
~'·~8?
"J ­
• 87
::;89
~ Cuando mi buen amigo Joseph Hadara me invitó para escribir este preámbulo a su Hora sobrs
93 .Los estudios del futuro: problemas y métodos», le agradecí y accedí con gusto no sóio por si
~
f!!J hecho de que, aunque no soy experto en estas cuestiones, sí tengo un marcado interés en el
,Jpl tema y le asigno, además, una gran importancia. También lo hice porque considero qUe se trata
de una aportación significativa al estudio de estas cuestiones y, en especial, si une considera
~i03
lo reducido de los esfuerzos que se han hecho en el área latinoar¡;lericana y, desde juego, en
México, para explicar de una manera clara qué son y qué pretenden los estudios sobre !l1turC)o
logía.
:/­ Como lo reconoce el propio Joseph Hadara, la elaboración del texto que ahora nos pre·
senta fue posible gracias al apoyo que le proporcionaron el Instituto de Banca y Finanzas, A.. C.
y ei propio Banco Nacional de México. No está de más destacar que no es la primera vez que
estas instituciones u otras a ellas vinculadas (como Fomento Cultural BanamexJ. ha" apoyado
aigunas otras investigaciones sobre el tema y una de ellas del propio J. Hadara. Este última fue
un estudio aparecido en 1978 sobre «Los futuros de México .. que fue también uno de íos ensa·
yos en qUE por primera vez se examinaban las perspectivas a largo plazo de ia economía mexi­
__.~ ~a.Da.. y O,.uB ..aportó elementos novedosos ~I cuestionar una tesis-m1:iy--en-boga- en esa época
sobre los efectos de la bonanza petrolera en el desarrollo de la econom.ía y la sociedad me­
xicana.
De más está decir que parece sumamente deseable que a pesar de .las difíciles C!;-CU;¡SÍSr1­
cias de corto plazo por las que atraviesa el país, puedan el Banéo Nacional de México e ;r.stitu­
ciones similares continuar apoyando estudios básicos para definir en blanco y negro 10 que un
tanto eufemísticamente en muchos planes y documentos del Gobierno se llama. ei tipo de Daís
que aspiramos ser ..... Tarea que, por lo demás, no es monopolio de ninguno de los sectores· ­
dentro de nuestra economía mixta y en que, como es obvio, también corresponde a¡ Gobierno
una responsabilidad importante. .
lQ~ _propósitos del libro que ahora se nos .m:esenta.n son f!,Jndal1J.e.o.talme.n.ta-Jr~! upri- .
rnefO~ar-de HAa..Hlaoera ei steD'látre"a..-.e I aeª-arrollo de los estudios..rlaLilJtuLQ; si segundo
es reflejar las situaci es restricciones que determinan la trayectoria de la prospecTiVa én
- Ises como -os latinoamericanos; ,~arrrr~ósitode carácter i . 'ca ." '{'h.
'1l0S.que---es-~rlos-arcances y las limitaCIOnes de las metodolog¡ss Gua·
litativas y cuantitativ~_de las técn.icas prospectivas. El primero de esos objetivos, come 'o
-sefuH~ra, no es de ninguna maneraracil y de hecho surge un probiem& de S6­
lección porque, con todo y que los estudios de futurología son relativamente nuevos, iG c1EO'ÍG
es que se han multiplicado a tasas geométricas en los últimos años. QUizás el aspecto 'JU8 más
~i3:;

=====================================
deb~"destacarse es el propósito fundamentalmente didáctico de este libro. En lo personal con·
sidero que éste es un aspecto que constituye uno de los mayores atractivos de este trabajo,
dado que, a pesar de la explosión en el número de obras que aparecen en nuestros días sobre
futurología, hay muy pocas que explican de una manera sencilla y relativamente clara sus al·"
canees, metodologias y limitaciones. En el idioma español, de más está decirlo, esta ausencia
es todavia más notoria. ,t
Me parece que ha sido precisamente el interés en ser didáctico y claro lo que explica laF'o,:
división del libro en cuatro capítulos relativamente simples, en los cuales se da cuenta de lo que'
ha sido la evolución de la prospeetiva, los esfuerzos por ir integrando una «teoría», y se analizan;'
someramente las técnicas utilizadas, tanto aCfJellas de carácter formal como las informales. Des·'
de e! mismo punto de vista debo decir que. en lo particular, encontrará especialmente útiles dos"
secciones que aparecen al final del texto principal y en las cuales se trata respectivamente al_Le'
gunas preguntas ilustrativas y un glosario de términos. Sin embargo. en este último punto habrfa.".;,c.
algunos aspectos que me parecieron cuestionables. Pero estas diferencias serían fáciles de expli.(;'SC"
cal', en primer lugar, porque Joseph tiene la formación de sociólogo y yo tengo la de economis- ,'-"o
ta y, de manera más importante, por lo novedoso del tema de la futurología aún en nuestros días.~~'

Como es natural, hay múltiples definiciones sobre la prospectiva. Algunas de ellas se dan en
el propio texto c;,omo -nombre genérico que comprenderá de ahora en adelante a los estudios de(
largo plazo ya los instrumentos de decisión de planificación que deben acompañarlos» (p. B. 2).
La función social de la prospectiva es «sensibilizar a un público determinado respecto a tenden·\
cias prevaleéientes en un tema que considera central. La sensibilización llevará (es de esperar) .
a deslindar opciones, reducir sorpresas e incrementar los insumas para decisiones óptimas». (p..
32) . Me parece importante destacar que. contra el error en que frecuentemente se incurre, y en'
especial en la formulación de planes. se tiene el buen tino de diferenciar claramente entre lo
que s9n proyecciones propiamente dichas de aquellos esfuerzos analíticos que constituyen más
adecuadamente un ejercicio prospectivo. Esto es '10 que explica también, entre aque!los que se
dedican a los estudios del futuro, el hincapié en el carácter eminentemente científico de los aná··
lisis realizados. La comprensión de estos aspectos por el gran público no ha sido \0 amplia o
profunda que sería de desearse_ y. Jl!?.tº-..op_ede.ce.5ln gran medida, al hecho de que los métodos; .'
-_. -_.. _._.-.. . -.. "-. -pr6'specffvos-·so-n-a~nnov-edosos. Considérese la circunstancia, señalada fambién por ei propio ---
Hadara, de que no fue sino hasta los años cuarenta que aparece en forma más frecuente el térmi·
no "futurologia .. pará describir la interrogación sistemática y organizada del futuro al acuñarse
este término por Flechteim (p. 68). Como disciplina académica propiamente dicha, es decir, con ~:~~:
t.;n reconocimiento relativamente amplio entre los propios medios académicos, su origen es tao -~
davía más reciente y podria situarse entre fines de los cincuentas y principios de los sesentas.
Pero fue solamente hasta que esto se logró que fue posible comenzar a agrupar y clasificar
de una manera relativamente sistemática los trabajos sobre el futuro. Es conocido de práctica· ,:
mente todos, y se ha hecho ya referencia a él, el crecimiento casi explosivo de los estudios del '.
futuro a partir de esas fechas.
A mediados de los sesenta se amplió considerablemente el ámbito de los estudios prospectivos pa·
ra referirse ya no únicamente a sectores. naciones o regiones geográficas sino a nivel global conside­
rando el mundo en su conjunto. Estos estudios fueron promovidos por el Club de Roma y tuvieron un
fuerte impacto a nivel mundial Y. sobre todo, para aportar elementos que permitieran conducir

6
sobre bases más firmes y más realistas el llamado "Diálogo Norte-Sur". Otro resultado importante
fue que estos análisis permitieron posteriormente, a nivel regional, realizar exámenes en torno a !a
estructura ya la evolución probable de nuestros países.
Es así Que toda persona preocupada por el devenir de América Latina, y, en particular, de
México encontrará en estas páginas instrumentos útiles de análisis y previsión.

GERARDO BUENO

, .

~.

7
:. ~~~~~:~-;_1~:~·±~.:'?~
,.

10 Introducción

o
Esta obréLtikJ.f.le tres pr9pÓsítos fundamentales Uno es presentar de una manera razonable7-'
_
mente' s' emática el desenvolvimiento, roblemas, métodos ncialidades y perspectivas con:'
cernientes a los estudios del uturo. No es una tarea liviana. Las indagaciones de cada uno ¿'
"'estos asuntos son abundantes, como advertirá el lector a lo largo del texto. La literatura perti~
¡cente viene creciendo no sólo geométricamente, sino con un desorden considerable Por estO ,
motivo, es imposible afirmar de momento que las exploraciones en torno a tendencias globaiesc
m!crosociales siguen premisas teóricas y metodológicas semejantes. Por el contrario, la inctr''"
sión en los futuros revela puntos de partida y de llegada muy desiguales. 'i.,i<i

Para algunos, esta pluralidad de ángulos e intereses pondría en tela de juicio el carác€,'
/: <;ientífico" (atributo susceptible de múltiples interpretaciones) de ia prospectiva como estü
\'" dio razonado de propensiones, alternativas e incertidumbres. Preferirán tal vez la "bola de cri"
'\ ':ai ". el juicio- intuitivo 0, simplemente, el acoplamiento inercia! y ciego a las modas en marcha
Sin e:T1bargo, sería ésta una visión equivocada de la disciplina. Pues los exámenes del lar
i ~iaz6 sobre probiemas como la energía, la inflación, la robotización industrial, el surgimient(
,," de nuevos tipos de servicios, la asimetría creciente entre las naciones, han logrado volúmen­
apreciables de coherencia cognitiva, además de la necesaria legitimidad institucional. .
~
En otras palabras, las interrogaciones ordenadas del futuro ya contienen componentes '-,
Quer.acer cientifico, a saber: definición acotada y rigurosa de problemas. constante revisió
; ajuste de métodos, difusión pública (al menos entre íos especialistas) de lOS resultados de,'
investigaciones, intercambios regulados de información, amén de ritos sociales (conferenc¡a~
premios. reconocimientos profesionales). Estos componentes caracterizan los procedimieni
aceptados en la ciencia moderna (Ziman 1972; Cale & Cale 1973; Sklair 1973: Salomón 19',"
-~ Gastor~1'918; RQ:oára'f9'8Zf'­
¡' La prospectiva (nombre genérico que comprenderá de ahora en adelante a jos estudios d~

~
r largo-plazo-y a'los Tristrumentos de decis'ión yde planificación que deben acompañarlos) es "
acción que se efectúa dentro y entre las hOnteras marcadas convencionalmente por las discip
nas En gran medida, constituye un desafío a las separaciones aceptadas entre especialidac!'o',';
Es siste-m'aticay estructuralista.Sfst"mática,pues aspira a tomar en cuenta simutáneamente',"
en momentos previamente establecidos, factores que pertenecen de ordinario El disciplinas eL'.
reneiadas. Asi, por ejemplo, la evoiución probable de los precios del petróleo no depende s'e;!'
",ente de circunstancias económicas: cálculos políticos y estratégicos,tanto de los países cor~,
:nidores como de los productores,gravitan sustancialmente en esa evolución; asimismo, aptituL
tecnoiógicas, capacidad de ajuste y de negociación y desequilibrios ambientales tienen ¡w
dable importancia (Hablützel 1981; National Geographic, Special Report. rebrero 1981). Estru_
k)~
I ralista, puesto que ei quehacer prospectivo [la se lim.ita a.1 recuento superficial de los hechos

~¡ ¡li a las descripciones pormenorizadas; .pretende descubrir los enlaces profundos, los "códigos"
que presiden tendencias reconocidas! Los encadenamientos empíricos son visualizados come

.:~
expresiones de un "lenguaje» cuya sintaxis debe ser descifrada (Richard & Fernand de Geo"ge
........"
;,:,'" ' ~. 1972; He!!einer 1980).

~,~ ¡I ·Úí carácter sistemático y estructuralista de la prospectiva hace más difícil su unión con 'as
disciplinas p,evaleciente...§j No obstante, trátase de una dificultad transitoria. Consi:Jérese
~}. por una Darte. que las separaciones entre especialidades constituyen fenómenos históricos; nue­
¡§t vas circunstancias pueden alterarlas. De hecho, hay señales que indican que ª.Jgunas cie"cias 8S'
~f tán ¡na' constrCilcasJ sor' ,,,neotas» en relación a ios requerimientos de sitüaciones ¡r.,esoe­
~! radal' (Siik íS7S) Pe:- otra parte: lOS avances logrados por combinaciones como la astrcf i si·C2
'-", r la biotecno:cgia, fa ingeniería médica. la antropología económica. la psicología cognitiva dern:.¡es­
..) ¡ tran que i", ;¡'ts'c i s:'p!l,,9: i edad es una demanda intrínseca de ja investigación mcdern& :3e:¡
r 1980}. fta ~~üSp2C-:¡'jé. p\-cetende ajustarse a estos cambies externos e internos en la eVOlución
~;:), f científica'?
. :.";
r... I

lV .~ segundo propósito de este escrito es. reflejarsiJuacjone::; restriccion_es_ ue 'ot • . an


l§.yay'eCfm':a de :::rlJi'f spéctiva en paísescDruoJos JatinoamerjcaQ.Q.§...Se encararán visiones des­
de ei subdesan-o i lo. Ef! ·'á"mines genéricos, es la prospectiva una «ciencia joven .. (Kuhn ~ 971) :
pero su juve¡-;uci es ·:odavia más notoria en contextos donde tanto jos costos comparativos de la
!nTormació(> co",o las incertidumores son muy altos. Como se comprobará. muchos de los ",éto­
dos y conceDÍes corrier.tes en los estudios de los futuros suponen realidades y ventajas aCc;8:J­
¡"das ':::~;e s ¡as sociedades industriales avanzadas. Como si !a prosoectiva no tuviese :.,;­
gar en la sIe;:>2 ore-industria! o en los estadios iniciales de la modernizaciÓn económica. ?o:- si
contra rio. CDD.!.QsQeb.idus_ ajustes •.las _mé.tDdo.s-rl.e .la_pwspect ¡va son.J ndisp.ensa bJ.esp.re.c¡S¡¡í.;,e~;~--._-_._­
te pa!-a oaises ::;o::'''os D vulnerables que padecen coerciones externas o desorganización ¡nter­
, '1a, como ",a:&s s;-,démiccs Con el auxilio de indagaciones de largo alcance estos países pueden
....-.. i-.
v'slumbra, f --'eL'I,21iza, amenazas y aprovecharoportunidades. Pues estas indagaciones seña'an
~~;. ~
que el subdesarrollo no es una cuestión meramente económica o social; dadas las inter¿e;::,er­

~f ¡
ceneias inre¡·'iaciona1es y las 'epercusionesprobables de las tecnologías avanzadas (Knor> 197':'
Norman 19S·';.:a oersistencia del subdesarrollo compromete la sobrevivencia física de estos pa i ­
~. t~ SSS sn las ::/éxi:~!2S décadas.
.~~~ ~
ld¡.
, De aquí que la p·rese¡-'tación de las cuestiones y los métodos contemplados por ia prosoe~;.
F5~~..
~.J"" ,;
¡¡va se,¿ '10;-"'3d2 po~ la estructuración particular de las sociedades latinoamericanas. Visié)'"'82
• de otras iatiLdes serán «traducidas» en este contexto. Se verá entonces cómo, análisis concci­

dos (CE;:lt:;.L '97S~¡ aac¡uieren, con esta perspectiva, aristas adicionales que elevan su relieve.

(9Ei tercer vc¡;;ósito de esta obra es didáctico. Se dirige a un lector interesado en los Drot¡e­
-'·í·
.Ji mas de estos tiempos. que necesita nuevos instrumentos de examen y decisión, pero que 'as
metodologías cualitativas y cuantitativas de la prospectiva y de la planificación de largo piaza
na le son familiares. Ests propósito entraña una economicidad selectiva en los tecnicismos yen
las .referencias bibliográficas. Cada término alejado del lenguaje corriente será explicado opo'tL'­
namente; ai f~"21 de :a obra aparecen un glosario y el indice de nombres y ternas, con ei cbje:;:¡
de enriouecer !CS i"tereses dei lector. Por añadidura, las indicaciones bibliográficas serán ap:ir;­
tadas, por capitulo, a! cierre dei texto. También con un designio didáctico se proponen pregu'ltas
'.~' " ..-_...~ .. ­

en torno a los tópicos centrales de cada sección; estas preguntas. agrupadas en el recodo final
del texto~ constituyen un género de «provocaciones intelectuales" dirigidas a acentuar la inquie­ (
tuó y la curiosidad de los lectores.
Estos tres objetivos (caracterizar a la prospectiva en cuanto disciplina. iluminar!a desde el
¿"gulc del desarrollo latinoamericano y proponer nuevas herramientas para la formulación y
a¡:;licación de políticas), no implican en modo alguno agotar las posibilidades de examinar siste­
máticamente los futuros de diferentes sistemas. Representan apenas un inicio, un asomo a un gé·
nero de especulación y discurso que es susceptible de auxiliar en la captación y manejo de pro­
blemas de indoledesigual. No se persigue aquí la originalidad o el avance de hipótesis osadas. si
bien la exposición revelará giros acaso inesperados. r
Cabe una nota personal. Nuestra curiosidad por ios estudios del futuro no es producto del
azar. Tiene como trasfondo la intensa y permanente inquietud del autor por las incidencias de
constelaciones externas e internas en la evolución latinoamericana. Esta inquietud fue abonada
por la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL), organismo regional al cual el autor
sirvió durante una década. Tuvo expresión parcial en su escrito auspiciado por Fomento Cultura!
del Banco Nacional de México (Hadara 1978). Y fue influida constantemente por los destellos
múltiples de Víctor L. Urquidi.
Este texto fue posible merced al apoyo del Banco Nacional de México y de! instituto de Ban­
ca y Finanzas, A. C. (IBAFIN), que nos concedieron el raro obsequio de una libertad intelectual
sólo restringida Ror prejuicios y preferencias del autor.
Algo Jnás. Como en otras aventuras intelectuales que nos han aparejado tensiones yenclaus­
tíamiento, queDamos en deuda irredimible con seres cercanos que nos toleran pacientemente.
Para vislumbrar futuros colectivos hubimos de descontarles porciones personales del pasado y
del presente. Como en el caso del Abraham biblico. es esta obra injusto pero irrefrenable sa­
crificio.

10

2. Evolución de la prospectiva:
..
marco e ¡rra08ac;ones
... '"

Cuestiones centrales de este capítulo:


¿Cuáles son las raíces de la exploración prospectiva?
¿Qué factores determinan el encuadramiento de sus problemas?
¿Cómo se verifica la institucionalización de esta disciplina?
¿Cuál es el marco del "debate global»?
¿Cuál es ia utilidad social de la prospectiva en países latinoamericanos?

Objetivos:
Puntualizar la importancia del futuro en los modelos que norman la interpretación de! pre­
sente y ios procesos de toma de decisión.
Advertir cherencias cualitativas en los ejercicios de prospectiva en sociedades ;ndustriaies
yen países en desarrollo.
+rus tra reómo--j as pefce!3c-toAeB·-s·Gb-re·-interdepe+ldencias. internac.ion.alEs -.a dquier.en _Sl,Jslen· _
to más sólido con el auxilio de la prospectiva.

Conclusiones principales
al La prospectiva es producto de la confluencia de valores con elementos empíricos.
bj En países latinoamericanos. la prospectiva encara dificultades intrínsecas; es indispen­
sable superarlas.
cl El debate sobre el "orden planetario» afecta el desenvolvimiento futuro entre el Norte
industria! y el Sur dividido y marginado.

Términos-clave: axioma de Thomas; consumo conspicuo; culturas prefigurativas; predic­


ciones suicidas; orden planetario: neomalthusianismo; la modernización de la pobreza.
"Nuestra era no es la primera que piensa poder predecir el futuro. Los griegos consultaban
los oráculos; la Edad Media a los clérigos; el Racionalismo a los filósofos e historiadores. La úni­

-
.I
ca diferencia es que nosotros se lo pedimos a los científicos» (Heilbroner 1972).
Este párrafo es instructivo por varias razones. Señala, primero, que la inclinación humana
l a explorar f~terntltivas en un horizonte de largo plazo exhibe amplios antecedentes;
segundo, que esa actiVTtiaé1satisface necesidades psicosociales profundas relacionadas, bien
\I con el ordenamiento temporal (como la periodificación y el tránsito de las generaciones) que
! toda. sociedad requiere, bien con las imágenes °
representaciones colectivas que imprimen

11 .< :
:",' \i;. !-:~.. ~;;. ,:··~··;'-f!:3i"W6'-Y'"""<;t ..~.... ..,.·'%bi'SFS
....

cohere\Jcia y legitimidad a las acciones individuales (Dror 1970; Lukes 1977}; por último, que en .
si curso de la historia ha variado el carácter del consultado, más no la tendencia aparentemen. r
te j~ceprimib!e a la consulta.
Sir. embargo, !a expresión .da única diferencia» invita a postular una continuidad sin sobre·
sa!tos entre las especulaciones de ayer y los ejercicios de hoy. No es así. En la ISGtura del futuro
han ocurrido cambios cualitativos tanto en la sustancia de las preguntas olanteadas como en jos
métodos empleados. El propio Heilbroner (1974, 1976) io reconoce en sendas obras que preter,·
6en estabiecer las probabilidades de sobrevivencia de la especie humana y, 3:1 particular, ja cri· '­
sis :Je: capitalismo moderno, .
¿ Cuáles son ¡os fundamentos de estos cambios? ¿ Qué factores part'cularizan y condicion2r1
la reflexión prospectiva en los días que corren? ¿Es la prospectiva una ventaja exclusiva y exciJ' i ' .
yelte de jos países industriales? .

Conrormea este axioma (Thomas 1980) , que goza de amplia aceptación en ;as ciencias so·
ciales y en las relaciones internacionales, !ª conducta de sistellias co~p¡ejos (inclüyendo al pro·
pio individuo) está determinada en gran meO.ida_ppr las definiciones que esos sistemas impo::sn .
a la realidad: ES,lp percepción dominante, por fuerza selectiva pero no neCaSSr!2"'e!~te arbitraria.
;8 Que enjuicia y clasifica los datos empíricos. Estos a su vez reacciona" ¡-:¡odificar;j:::; ei enjuiciamie;;·
to original. Esta interacción entre valores y realidad fluye de dos parámetros o :::;onst3:i·'SS que peCi.J1'2­
rizan la conducta humana: por un lado, la capacipad finita de aprende; {y de otvidEJr); v.. par e! otro, ,3
carác;ter infinito de los estímulos ambientales, ' ..

Esta tensión entre imágenes iniciales sobre una realidad y íos datos empíricos qJe la con pe·
;le" se traduce en términos de una .definición", vaie decir, de un significado o interpretación
que ordena los estímulos que se reciben del mundo exterior. A su \fez, ¡as dehlic:ones toma;"
'forma de símbolos que des~mpeñan papel ir:nportante en cualquier orden soc;a:' ( ..

~¡énsese, para precisar este tema, en la moneda, Come se saoe, \os s¡s',srnes de transac·
:::;~ón de bienes y servicios (o simplemente mercados) han cambiado sustanciaimer;te en ei cursi.
de la historia (Gilpin 1977), Desde los intercambios más primitivos, basados Si: la reclprocidag"
y en la redistribución, se ha pasado por las economías monetarias hasta Hega:-, en algunos p,l~i:
ses, a mercados quasi-monetizados o desmonetizados, En cualquier caso, la moneda (o su eq",¡vs­
'ente) desempeña varias funciones reales: es u n medio de intercambio; es una medida de valo;;,
es una forma de pago, Sin embargo, las "definiciones de la moneda" puede;, trascender esta­
Dese empírica creando nuevas realidades socialmente válidas, Po, ejemplo, 1,nnoneciaesufl &¡rr·~·'
tofo de prestigio personal; es un objeto de manipulación política eil ías relaciones inter!lac¡o'ja~'
,es (como en las depreciaciones competitivas); y puede conferir seguridad psicoiógica a Uf] i
c'viduc en momentos de crisis o desorganización (desempleo, enfermedad, v3jez, etcétera},

12
Lb- -;:,.:'>
; En suma. el axioma de Thomas postula que «la realidad» tiene un estatuto inter-subjetivo,
~0>ensible a los significados que diferentes autores le imprime~_, i

,. ·Este es ei origen psicológico y cognitivo de los «modelos», vale decir, cuerpos ordenados de
, 'definiciones e hipótesis que se refieren a sistemas complejos y que interactúan con las bases
"'. empíricas de la realidad: Por cierto, los grados de articulación y coherencia de estos modelos di­
¿jííeren conforme a la apUud de individuos y organizaciones para entender. discriminar y controlar
las variables que determinan un ambiente determinado (Faludi 1973, McKenzie-Tullock 1978).
ti'ilPero el carácter de! ambiente (y las «turbulencias» que encierra) depende de la modelación, es
""decir, de la definición significativa y simbólica de la realidad.
~ _ . _ - -

. Cabe añadir, para aclarar más este asunto, que ,laaxJqmatizacióncondiciona las percepcio­
''',nes de lo que fue. O como sugiere Me Hale: «La idea deLfu.turo es unode loScsímbolos centrales/~
;:conapego al cual los seres humanos ordenan el presente'y '~(;nceden- sig~ificado al pasado»¡'¿/
;_(McHa!e 1978;. Esta sugerencia ayuda a comprender el origen de la constante reconstrucción de
::'Ios hechos oc:.:rridOs oue es materia profesional de los historiadores. No sólo nuevas eviden-
Cias obligan a erec-::uar ü:la oermanente !evi.sLó~historia:combinaciones ex~!l91iyas.-que(t
'llenen raíZ en ei preseme, conducen a una repro.,Yección o redefinicLó...n..d~-'o acontecido. Cierta­
méñfe-,-esTa-pfap'¿-ns!Ü,-;-;; revislOnísta "-efe-la historia es frecuente en dos situaciones: cuando la
investigación del pasado encara constantemente nuevos diltos y evidencias;,y cuando regíme­
nes "totales" ['::;offman 1970) o totalitarios imponen al pasadO'aeflnlCIOnes tomadas del presen­
,te a fin de legitimario.
Ahora tú,,;: lo oue le interesa a la prospectiva es la validez creciente de las imágenes o re­
, ' presentacio',es de' ·:~t'-'ro en la modelación del presente. Se trata de una axiomatización desde
-~'.~ll---devef!i-r- Errt:f)Rtrtls-te- :oA.1e~ ~Qstltl;¡rlf)& dási-Bes--deips~GanáWs¡s--vAe:.la bi"torjograf~_
;".:I,wosp~\ja s;!9iere 9.ue~s deCISiones que se acuerdan en sistemas CQQJpl.etosdeFood.~ho..
...,
::2~ies d~.i_ fu11:Trd=:tmltt'r1a-;;'memor¡a~~rganlzacl0ñf:_'¡ ' •
.,.- Considérense var:os eiemplos tomados de esferas diferentes. Aclararán este tema. Desde el
~ punto de vista de une emp-resa dinámica (que crece a tasas superiores a un 10 por ~iento anual).
~'" el sostenimiento de esa expansión depende en amplia medida de la aptitud anticipadora de. los .
~." tipos de ambientes e ¡"certidumbres que habrá de encarar y que acaso ella misma genera (Ray­
S' nolds 1972). E! anrendizaje (y el ajuste) de los directores de esa empresa debe ser ágil; ·<10 que
,..-.." fue" en poco puede ayudarlos. pues lidian permanentemente con situaciones inéditas, nuevas. Y
",,-- como este 2:Jrendiz8je entraña transformaciones rápidas en las actitudes y en los métodos de tra­
bajo. los costos personales para esos directores, metidos en las turbulencias del cambio apre­

'" . miante. pueden o3receries aitos o intolerables. En esas condiciones, serán víctimas fáciles de

la "tentación ai estancamiento", es decir, preferirán contener ei crecimiento -con el fin de apo­

.,.~ yarse en el pasado-oreseflte y mantener así posiciones de influencia. En un contexto competiti­

vo. este auto-·:;or;ge!amier;to organizacional suele implicar la entrada 3 __una curva de rendimien­

.,.;. tos decreciertes. 1..2 Quiebra de la organización no tardará en Ilegar.Tia (ctentación al estanca~
miento» fluye de uno incapacidad descompensada para enfrentar opciones que se suceden rápi­
"oc dilmente., .

Otro ejemplo: La "seg'Jnda revolución industrial" impulsada por tecnologías avanzadas (prin­
cipalmente fe f',:croeiectrónica), ir]Volucra amenazas macrosociales para los países incapaces

13
.;'..~-'"::

de vislumbrarlas o carentes de una infraestructura cient;fica-tecnoiógica-empresariai adecuada/'


No stl.trata sólo de 1a posibilidad de procesar información y programar instrucciones en una apre- ' .. f
ciabie variedad de máquinas y herramientas (desde aparatos domésticos que funcionan con mi­
cro-ondas hasta cohetes y robots). Esta revolución altera las ventajas dinámicas de los países,
crea fuentes de desempleo masivo y estructural, conduce a la «reindustrialización» de los países
avanzados y les concede capacidades de control internacional apenas sospechadas (Evans 1980; " ..
Rush-Hoffman 1980; Hodara 1981). No sólo se produce una diferenciación más acusada en los"
sistemas productivo"s; se ponen en marcha prácticas de "imperialismo cibernético» (Hodara(·~:ii'
1981) ante las cuales los países de incipiente industrial ización no han reveiado resistencias ..
Si ¡as tendencias del futuro fueran advertidas cuidadosamente, las amenazas macroeconóm.icas~~
y para la seguridad nacional involucradas en estas tecnologías serian vislumbradas con mayor
ciaridad. También aquí el pasado no puede dar consejos ...
Recuérdese, en fin, un ejemplo extraído de la antropología. En tiempos pasados (y aún ac-, '.
·~uaimentel. !a generación presente aprendía de la anterior; era «postfigurat¡va» en la caracteri-'';;~;:-'
zación de Margaret Mead (1972). Merced a la internacionalización y a la densidad creciente de"
¡os contactos humanos, ahora una generación tiende a aprender de la otra que le es coetánea: es{i~J
"corigurativa». Sin embargo, el aceleramiento hi stórico es tan intenso y la capacidad de aprendi- ,
zaJe tan baja, que el modelo actitudinal y conductuai debe fundarse necesariamente en los vi,a-@
.~es anticipados; debe ser «prefigurativa». Conforme a este modelo. los padres aprenden de los
r
n¡¡os; los maestros, de los alumnos; y los gobernantes, de especialistas más jóvenes y ajustados:. '>
El tránsito al estilo prefigurativo no está libre de tensiones personales y colectivas; pero condi­
ciona, en última- instancia, la continuidad generacional y organizacionai. Adviértase que en ¡as re-i­
¡Bciones_ internacionales las normas prefigurativas fluyen de las sociedades jndustrial~s. .
Ofrecidos estos ejemplos ilustrativos sobre el peso del futuro en las interpretaciones y de-:
cisiones que se articulan en el presente, cabe hacer dos reserv.as. El énf.9,s.ls._~r:u:d, futuro de nin­
cuna manera anula la importancia de los pasados personales o cOlectivos: Se arrastrá!o cue
fUe; está en nosotros;'Yli"aYquienes gusfcffirUmiaYcon Tamemor'ia Más todavía, existen se~ti­
mientps primordiales que sólo pueden explicarse recordando el pasado. Por ejemplo; las acti,.
'ludes de México respecto a los Estados Unidos se remontan a un desgarramiento territorial que
t¡e'le más de un siglo: las angustias de los países industriales por el desempieo y el descon-(
cierto de las políticas económicas tienen raíz en la Gran Depresión; y, en fin, tendencias neuró-'
tieas de un individuo pueden explicarse principalmente por algún trauma infantil.
A pesar de estas concesiones razonables al pasado, no cabe restar importancia a las opcio­
nes que se configuran necesariamente en el devenir. La historia contemporánea es incomprensi-'-;
bie si se desprecia fa axiomatización significativa del futuro. Esta aseveración se perfilará más _.
'l!tidamente en el curso del texto: %;)
La segunda reserva: el relieve que se imprime a las previsiones de alternativas, oportunida-.c :'
des y amenazas en modo alguno entraña un subjetivismo absoluto. El axioma de Thomas no es'~:;';'
un j~icio autista, desprendido de cualquier base emg,Lrica.Se insisteEm-que e-st1f'W<iOmásubraya.
la. i.,11PQ rtª!!..~Lg ¡, if~gue~B:trEnF\!'ire¿aCJÚa r. c~oi'do.ij)i~,á_rne~ros "y~ i abl es e -rnce ¡:ir' : '.
dumbres de ambientes reales.' Esta transacción condiciona la libertao decisiona! (EmerY--Y977) ..
~ '.:. '. "" éTe7i8mente, las definíciones-'-ae la realidad pueden ser inadecuadas, equívocas o faisas; en ta-'

.:~ .; .
~ les casos, esa libertad es severamente lesionad3. Ya Von Ranke observó que existen sistemas

·'c¡Ll.:¡:. .~c~;

.-; ..
..... ' _ ...__ __ .
.. --~~­
(y personas) que se dirigen a la autodestrucción no por ignorancia, sino con lucidez [19'77},
"" j Poco a poco (o de repente) se deslizan hacia abismos que hubieran querido evitar, Podría decir­
:J 1 se que son incapaces de dominar fuentes de entropía y de rendimientos decrecientes.

, I

22. Determinantes de la Reflexión Prospectiva


........., 1,

F.:;'
~-:r i
!

~j
¡:. l La refiexión prospectivatiene orígenes múltiples (Toffier 1972J ' Interesa aquí considerar un
conjunto selecto de factores que explican su rápida evolución precisamente en estos tiempos,
En este orden de ideas y con un marcado criterio de selectividad se distinguen tresti·;:¡os de
determinantes: los macrosociales, los políticororganizaciona+escy'-lbSptofesional~s,
al Los factores macl'Osociales constan a su vez de varios componentes, Uno de elios es !a
revolución ¡"formática y teiemática que imprime complejidad a procesos clave de !a sociedad
moderna (Be:! 1980). Esta ¡-evolución tiene importantes ramificaciones en la diferenciación ocu,
pacionaL en :a división internacional del trabajo, en las disparidades llamativas entre países, y
en el potencia! destructivo (HeHbroner 1974; Koestler 1979]. Algunos analistas distinguen dos
situaciones extremas en el acervo relativo de información. De una parte, el exceso de datos (y
de "ruidos,,) que suele abrumar a ciertos sistem as que carecen de procedimientos efieientes de
~ ..::
absorción y recuperación; y, por otra, la insuficiencia crónica de información, Huérfanos de da­
tos, los sistern::ls se mueven dentro de una «cortina informática», en una tiniebla que puede ser
--" -- autojndoC'¡da-hmprevisiór;;-desOf-gani~eiéft--€flclém-f€a-)
,o€ u lHvada por intereses externo:: _Esta
asimetría gesta una "pugna cibernética» (Hodara 1980): los que poseen inf.ormación pertinerte
no sóiC;UlerÍe.c;,c.Lon&fl ventajas dinámjcas.-y...métodOS-de-n.a9D'c:L~OLJ.?_~·CoDJi¡¡lan. aUwtu­
r6-;-ae los desinformados, Desde este punto de vista,\la r ectiva es un instrumento de los ií­
deYesdé'!a 'rE~vo!u-c'¡6nTñfor'mática para maximizar beneficios ara países vulllera es que-a vier­
'-~cho, la prospeét1va pue e convertirse en un Ins· l:l- to de negociación defensiva y
hasta agresiva,
Aparte de ¡a re';o!ución informática, hay que subrayar la velocidad de los cambios en la sa­
ciedad contemporánea, Estos transcurren y se yuxtaponen sin cesar, Abruman y ponen en tensión
la capacidad física, económica y psicológica de ajuste. Se han propuesto diversos expedientes
y ceremonias para atenuar los efectos de esta velocidad fenomenológica (Toffier 1970) , pero es­
tos consejos no pueden sustituir la necesidad de recurrir a proc.édimientos de planificación de
,-, largo plazo y a previsiones contingenciales a fin de lidiar con las 't-urbulencias ambientales. Cier­
tamente, es una trágica ironía que países como los latinoamericanos, que experimentan un COil­
junto simultáneo de revoluciones y perturbaciones (industrialización, desempleo y subempieo,
,secularización, descoordinación ¡nter e intrasectorial, oscilaciones externas y caprichosas er, ei
comercio y en los flujos rínancieros),no han prestado suficiente atención a la prospectiv3, Gen
esta omisión han acentuado su vulnerabilidad secular. Todavía es tiempo de repararla,
En tercer lugar, los estudios del futuro han sido estimulados por el incremento de los con·
tactos entre naciones, entre estratos sociales y entre "sub-culturas". Se ha verificado una con­
m
RTF

taminación"mutua que ha/acentuado. al mismo tiempo. los universalismos y ios particularismos


en ¡os valor'es' colectivos. Las posibilidades de «encapsularse .. , de levantar cortinas de "hiena»
o de "pobreza» son restringidas. salvo en el campo de la información estratégica (información
directamente ligada con los mecanismos de poder) que es hábilmente dosificada por !os siste­
mas que la poseen.
La intensificación de los contactos sociales ha acarreado dos efectos. Por un lado. se ha di­
fundido una marejada de expectativas crecientes que suele traducirse en demandas de consumo
incontenibles que el aparato productivo (especialmente en los países pobres}, apenas puede sa­
tisfacer. En estos países, el hedonismo y el consumismo han precedido al desarrolio industria!,
dislocando la acumulación de capital. Las reacciones a estas expectativas crecientes han oscila­
do entre el populismo que se traduce en el reparto de «ingresos psicológicos» a los estratos en
ascenso y de algunos servicios asistenciales. y la inflación inducida. bien por un gasto púbilco
desmesurado, bien por la necesidad de incrementar los ingresos gubernamentales sin provoca
confictos inmediatos. En los casos en que estos expedientes fracasan, se desencadenan los re­
cursos de una represión más o menos masiva. Sin embargo, parece claro que estas medidas
(populismo. inflación inducida, represión) aparejan costos sociales muy altos (desorganización,
incertidumbre endémica, deslegitimidad de los sistemas) y que no pueden convertirse en cons- """,,;
tantes. De aquí la necesidad de identificar alternativas (incluyendo costos de oportunidad) con
ei auxiiio de las herramientas que la prospectiva puede suministrar.

Por otro lado. también se advierte en los últimos años una revoiución de «expectativ¡;s de­
clinantes". ocasionaáa por esos intensos contactos inter-culturales. En un mundo de recursos
finitos, los sistemas activos desencadenarán luchas darwinistas: pero los pasivos y íos derro­
tados CUltivarán la apatía. De aquí los ejercicios recientes -que oportunamente serán est;J­
diados-dirigidos a lograr «crecimientos orgánicos»,-precios justos». «transferencia ;jO recipro·
ca de recursos» y reconstrucción global de instituciones y valores (Pe'stel-Mesarovic i 975). Este
cortejo a las utopías no es sólo una manifestación ostensible de hacer compatibíe ;0 que, en si
corto piazo, parece incompatible; emana de una visión de amplio horizonte que anticipa el que­
brantamiento de las tendencias actuales.

Finalmente, la prospectiva se ha visto favorecida por los costos de la imprevisión. en otros

períodos históricos. la mayoría de los desastres han tenido efectos reversibles o han ocurrido en

- -- -,-.. ",
contextos de fataltsme--soci-a-l-:--No- es así en la edad contemporánea. Los" balances de terror", :8 _."

transnacionalización de las economías y sociedades y las actitudes activas en relación al cambio


se traducen en una sensibilidad más acentuada respecto a las amenazas y oportunidades del fu·
turo. Ai menos en sociedades avanzadas, es convicción compartida de que un colapso estratégico
puede arrojar efectos irreversibles. Tienden, por tanto. a minimizar y distribuír riesgos a la luz de
anticipaciones más o menos fundadas. Así. hoy el futuro es importante: no puede ser dejado en
manos dei accidente o de la contemplación.

al Aparte de estos factoresmacrosociales que-nan. gestado unambíente favorabie para ¡as


indagaciones del largo plazo. hay que mencionar los factores político-organizacionales. Entre eilos
cabe recordar la institucionalización de la planificación, el ascenso de entidades transnacionaíes,
ia poiítización-militarización del sistema internacional, y las incongruencias entre cícios econó·
micos y ciclos políticos. Conviene detenerse brevemente en cada uno de estos tópicos.

16
Los origenes de la planificación son múltiples (8hagwati-Eckaus 1973). Arrancan de la fe
racionalista (difundida pOrComte. Marx. Saint Simon. Weber, Mannheim, entre otros) que se tra­
dujo en la convicción de entender y controlar procesos sociales. debido a la marcada insuficien­
cia (o imperfecciones) de los mercados. Keynes, en particular. ofreció las bases teóricas y los
instrumentos de política con vistas a ampliar la intervención del Estado en el comportamiento
económico interno e internacional. Sus ideas cayeron en suelo fértil en los años treinta. cuando
el mundo habia experimentado la Gran Depresión y estaba padeciendo los males del desempleo
masivo, las devaluaciones caóticas y la retracción generalizada de los mercados de bienes y de
capital. En este contexto de inestabilidad creciente, diferentes estilos de planificación tomaron
forma

Esquematicamente. se pueden distinguir cuatro situaciones en cuanto a la eficacia relativa


ya la legitimidad ideológica de la planificación. En un primer caso, la planificación goza de apoyo
extenso y es relativamente eficaz en términos macroeconómicos (economias socialistas avan­
zadas y democracias capitalistas europeas); esto no quiere decir que las diferencias en el con­
cepto y en la practica de la planificación no sean importantes, ni que no se hayan verificado reac­
ciones en contra de ella (Dentan y otros 1970). Segundo, hay países en los que el discurso gu­
bernamental y público niega legitimidad a la planificación y glorifica las virtudes del mercado y
¡ .•.. la presumibie «soberanía del consumidor»; sin embargo, expedientes de la pia/1ificaciónson usa­
dos considerablemente. en particular en la política exterior, en la investigaciónmi[itar y en los
grandes conglomerados. Tal es el caso de Estados Unidos. Tercero. se observan paises que se
adhieren ideológicamente a la planificación y que han ampliado ~D,~cóñsecuencia .la magnitud y
las intervenciones del sector público, con resultados modestos,),"contraproducentes (como en !a
mayoría de los paises de América Latina). Esta discrepancia entre ideología y realidad se maní­
___ f.le.S.taOJ..aeD.uQcreci.el1t~J:;ªp-italismode Estado. ora en una planificación ilusoria y autista (Ava­
!os-Antonorsi 1980; Hadara 1982). Finalmente, se presenta el caso de- naciOfleS-rnJeV8S 'tparti­
cuiarmente en Africa y en algunas porciones de Asia) que carecen de ideolo.gia y de mecanismos
. " de planificación Tampoco cuentan con mercados monetizados que aseguren «equilibrios» gioba­
!,:...,.

les o parciales Los arecios son determinados merced a mecanismos pre-capitalistas, conforme
a los intereses de !~s élites gobernantes. A largo plazo, estos paises e;'caran una problemática
viabilidad.

De todos modos. \a planificación. como concepto y como práctica. abrió cauce a jos ejerci­
cios prosoectivos La aceptación de un régimen de precios administrados y negociados la cau­
sa del debilitamiento de la competencia. de la inmovilidad relativa de los factores y de! arbitraje
activo por parte de los gobiernos en asuntos económicos, sociales e internacionales), acentuó
la importancia de anticipar factores que actúan aparentemente independientemente de los mer­
cados, pero que los afectan profundamente.

El ascenso y propagación de las entidades transnacionales es otra circunstancia catalizado­


ra de la prospectiva Con el designio de maximizar ventajas dinamicas y economías de escala.
estas entidades deben operar con horizontes amplios y en ambientes dispares. Deben :eaucir
factores comerciales, tecnológicos y politicos de inestabilidad. No se olvide que estas empresas
se mueven en un clima de competencia oligopólica y que. en consecuencia, dependen gra demen­
te de los a'Jances tecnológicos y del perfeccionamiento constante de los servicios de lOrorrna­
clón respecto a mercados, productos. procesos y eventuales competidores. En cuanto a a inves­

17
• _ _ •• _. ~._ • • " ••• ' •• L_ • • • _ _~ • • ~~ __ .- __
_ •. ~L-.~_. ~ .. ',

tigació'1 tecnológica, ésta posee un ciclo de vida (desde los estudios básicos hasta la colocación
come"cia1. de los productos) extremadamente largo. Con frecuencia, la secuencia real del ciclo
es muy diferente de la normativa o esperada (Roman 1980); y, en todo caso, tiene irradiaciones
no SÓlO en la empresa sino en el ambiente que la rodea (Mansfield 1968; Vernon 1971). En paí­
ses avanzados pero pequeños (Suecia, Israel, Holanda), el ciclo tecnológico vinculado con la cons­
trucción, por ejemplo, de un avión multifuncional altera el comportamiento macroeconómico de
¡os mismos durante dos ° tres décadas.

A,lgo más. La transnacionalización impone una flexibilidad organizacional extrema; los ajus­
tes deben ser oportunos y rápidos: y esta flexibilidad no puede lograrse sin una previsión razo-'
nablemente sólida de la capacitación y flujos de personal, fuentes de crédito y financiamiento,
\/3riaciones ambientales, etcétera.

Adviértase que este requerimiento no toca sólo a las empresas multinacionales. 1',1 borrarse
ce facto muchas fronteras poi íticas y al extenderse los espacios económicos, también los go·
biernos deben afinar sus métodos de defensa contra una transnacionalización lesiva a sus intere·
ses como estructuras de poder (Díaz, Alejandro 1981; Vernon198í). De esta manera, tanto los
grandes conglomerados que tienen interés intrínseco en al extensión y oligopoiización 'de los
mercados, como los gobiernos que propenden a estrechar el espacio político y a cuidar sus
soberanías, precisan anticipar signos y configuraciones que pueden afectar a esos intereses.
Ciertamente, en la realidad existen también alianzas o complicidades entre gobiernos y grandes
empresas, pero a nad,ie se le escapa que estas alianzas no son ni "sagradas .. ni incondicionales.

La oolitización y militarización del sistema internacional apremian, por añadidura, a las ex­
piCíaCtOnes de 10& signos del futuro. Este proceso involucra e! uso de la violencia a través de
los s'stemas nacionales, violencia que se ejerce de diferentes maneras y con límites convenidos
;Srar¡dt 1980; Hadara 1981). La descolonízación no ha sido acompañadó:, como bien se sabe, ni
por e; crecimiento sostenido ni por la paz universal. Se advierte un marcado desencanto en iDS
paises subdesarrollados, especialmente entre aquellos que han ganado ascendiente y presencia
gececonómica en los organismos internacionales. Al mismo tiempo, las ex-poténcias imperialis­
tas v'enen incrementando el comercio de armas a ritmos sin precedente (Time, octubre 1981 J, y
!lasta a;ounas naciones en desarrollo (como Brasil) tienen lugar prominente en estas transaccio·
"les [S8;"0 Jugar). La conversión del mundo en un arsenal se traduce.e-n-ufl-juBgopeiigrcrs1Jae--- .. --i'~'
...:_......i'i.TJe.r;;;;z3s y contraamenazas. Guerras comerciales, cierre probable de vías a bases estratégicas,
y "12sta insinuaciones de chantaje internacional (atómico, quimico o financiero) son modalidades
de ese juego [Heilbroner 1974). .

Cat)e advertir que la militarización del mundo tomó ritmo inusitado a partir dei último lus­
tre, debido a la "crisis de ene"qía .. y al estancamiento-can-inflación Desde el ángulo del vendedor,
:2 venta de armas es una form~ de compensar déficits en la balanza de pagos y, además, provocar
¡''''lovaciones (o spin offs) a partir de las industrias e inversiones paramilitares. Para eicompra·
dar. las armas representan .expresi.ones de" consumo conspicuo .. , ocasionadas ya sea por pugnas
entre ¡as éiites gobernantes, ya sea por la posibilidad creciente de insurgencias popUlares, o ya
sea por nuevas concepciones geopolíticas. En todo caso, politízaciól1...LOlilitarización favorecen
:a ref'ex:ór; Q.ms.pe.cJiva en un contexto~f' incertidumbres crecientes y empleo irref~nado""de la
v~o'i-eTrCfr~"- _ .. - - - .----~---- -=---..~.-.....
18~ _
Finalmente, cabe apuntar una apreciable incongruencia entreJ.os cicles se-onóA'lioos-im'tDcl­
dos por inversiones, gasto públ icü- c rcio internacional, .y.JQ.S.-.G.iG!os...pnJj.t.iQLs que re~nder:
a los'earnb+us--t (, normados) de.. gobierno y de es eras de in ia. Hoy se acepta no
; ,. sóló"qüe-~iclos políticos han acortad'ó . ICOS, sino que los afectan sustancialmen­
te. Pero en muy pocos casos se registra una correspondencia consistente entre esos dos ciclos.
y cuando tal correspondencia se verifica (con algunas reservas, es el caso de México) ,.¡;l <:;i"c.io
político domina acarreando un alto costo económico (Hadara 1973). En forma acumulativa, es­
toscostcis-p-üeden Inc;di, eñTIi' regularidad d'erp';:Opio ciclo político (Hodara 1978; Wheeler 198;)

En suma, estos nuevos factores políticos y organizacionales que extienden considerabieme r ..


te los espacios y los impactos decisionales, obligan a mirar a lo lejos y desde lejos. La hisfo;ia
ha perdido su inocencia: los hechos del presente están preñados con el futuro:\~1 problema cen­
trel consiste ahora en organizar relaciones de incertidumbre. mediante nuevos tipos de conjett..;­
ras, indicadores y modelos. Tal es el propósito cardinal de la prospectiva.j Su descuido bordea
!a irresponsabi lidad en el plano comunitario o empresarial, dependiendo del asunto y de lOS ¡,.,­
tereses de los actorf,S (Time, noviembre 30, 1981, donde se explica la actividad del Stanford i'ie­
search instituteJ. Es probable que los sistemas de hoy sean más inteligentes que sus directores.
Pero los sistemas no se programan automáticamente ni las relaciones de incertidumbre He',en
normas constantes: sus líderes deben formular los cuestionarios al porvenir.
_i

cl Factores profesionales también han contribuido al progreso de la prospectiva. Uno de ­


ellos es !a diferenciación en los mercados de trabajo académico Esta diferenciación tiene varias
causas: la explosión informática, los requerimientos de la planificación, el rumbo de ;a invest:­
.. .: ~ gación hacia problemas concretos, la fertilización mutua de disciplinas. Es muy d!ficil corferi'
-- ------.. ·pBSG-<l-eacia.llQQ_1:te_fistO$ elementos: y la lista no es exhaustiva. Pero en cualquier caso. se ad·
vierte que la oferta de profesionales dedicados a escudriñar e!_ devenir de sistemas complejos
(desde los usos de los r~yos !asers para librar guerras desde el espa'¿io"ha;;ta'los-'jmpact~s so·
ciales de :3
¡.,.-,!croelectrénica en los métodos de trabajo y en la estratificación 'de las clases) he
crecido "épicamente. A pesar de que en algunos casos esta oferta crea maliciosameñte su propi:;:
demanda, no hay duda de que responde a requerimientos concretos de la conducta de mercados
y sistemas.

Hasta los afias cincuenta, especialistas en ciencias naturales mostraron predilección por as·
pectos sustantivos y metodológicos de la prospectiva; pero en las últimas décadas se han adheri­
do a ella los analistas sociales. Institucionalmente, pueden depender de algún gobierno 6empre- .
sao o bien actuar con autonomía (Dickson 1971).
,,-.;' ~

Otro factor profesional toca la creciente importancia de las "industrias del conocimiento"
que atenúan sensiblemente e! peso de los factores clásicos de la producción y eievan e: valor
de! capital humano y del acceso rápido a la información (Bell 1976; Bell 1980; Hadara 1982). Por
ejemplo, innovaciones como la hidroponia (cultivos sumergidos en agual y la aeroponia (cuitivos
tratados químicamente, sin agua ni tierra) habrán de introducir una genuina revolución en ja agri­
cultura (inaugurando la agricultura urbana) y si sus efectos probables no son previstos er, pai·
ses .con una constelación clasica de recursos. podrá acarrear una catástrofe en ellos. Ya existe
un antecedente ampliamente investigado en la «revolución verde», que en modo alguno reSOiV!O
los problemas sociales del campo.

19
~.--"
'~ .. '
, .0:.-_ ======================~=============================(;\
.""

~n suma, la reflexión prospectíva CObra fuerza y sistematización en las últimas décadas. No;"
es ni episodio ni accidente. Demandasobjetívas alimentan crecientemente a esta disciplina. Se'
han hecho comentarios (en algunos casos deliberadamente provocativos) sobre algunas de elias.( .;.
Podría añadirse que los estudios del futuro son muy importantes para las soci~dacfes industria·
les, pues éstas no parecen tan invulnerables como de ordinario se piensa; encaran no sólo las
amenazas crecientes de algunos países en desarrollo [Mesarovic 1981), sino la competencia
cada vez más apremiante entre los propios países avanzados. Sin embargo, para América Latina
estos estudios constituyen una necesidad impostergable. La postergación de sus reformas agra:
rlas, el mantenimiento de regímenes industriales excesivamente protegidos, la expansión impru;.-:~
dente del sector público, el anquilosamiento de los intelectuales, la estrechez de mira de los.. ··
sectores privados: estas circunstancias -entre otras- explican la margina\¡dad comercial, tec·
nológica y cultural de este continente. Si los signos del porvenir también son descuidados. iL
marginalidad podría tornarse sistemática e irreversible.

2.3. La Dialéctica de la Predicción

Los adelalltos de la prospectiva en modo alguno significan que se hayan superado los pro:
biemas epistemológicos. teóricos y metodológicos de la predicción. Es ¡a prospectiva Ulla di
cioiina joven, y en cuanto tal todavía debe articular paradigmas y consensos.

i
Por otra parte, ~as conclusit;}lles 41e. cualquieri;;9nticipaci6n tienen impactos en el devenir. Es
tos Impactos a su vez pueden áfecúrr ~os'Pr~ri~os- de-de'eisién,'.¡:¡eut¡:alizando.D_aweS-i,¡rªn_d9 t!,'
anticipación.,
De aquí la dialéctica de las previsiones. Afectan sin duda a las "políticas» en cuanto ¡nst
mentos de control que afectan a ambientes. sociedades e individuos. Una ilustración es OpOI
tuna. Las experiencias de algunas sociedades latinoamericanas en el manejo del petróleo .;....;:.'
cuanto rubro importante de producción y exportación encierran tres tendencias aparentement'
contradictorias, Una es la marcha hacia un capitalismo de Estado: los excedentes petroleros r: .
. ministran. ingresos, liquidez y capacidad de maniobra al sector público, de suerte que éste pue'éf
influir considerablemente en los ciclos macroeconómicos e, incluso, en las expectativas de '.:..
empresas. Otra es el ascenso de un populismo económico que descansa en el gasto púbi,,,
como una forma de pacificar a los estratos medios y a las agrupaciones obreras organizadas. ro.:
se trata en rigor de un "Estado benefactor», puesto que el apoyo estatal a esas clases es a,~
mente selectivo e intermitente. Sin embargo, esta forma particular de popu!ismo ofrece" inq­

20 .~::-.

·,·-··f:.

tA':
~::rT

l., ",:."~. .'.. ",


) sos psicológicos". simbólicos (además de un conjunto de servicios y bienes publicos) que per­
miten ya sea imprimir legitimidad a las intervenciones gubernamentales. ya sea postergar ei
estallido de demandas genuinamente populares. Finalmente. la adhesión directa o ¡f"ldirecta de
estos países a la OPEC los compromete en una pugna internacional con las naciones consumido·
'., ras de hidrocarburos. e implanta en las élites de los mismos sentimientos en contra de esas na­
;"..:;
ciones. El caso de! Ecuador. por ejemplo. ilustra estas tres tendencias (Philip 1980). p.caso
se
:~) noten también en México (Hadara 1981).

Ahora bien. estos efectos probables del petróleo condicionan las políticas económicas y so­
ciales de los países que lo poseen. asi como las reacciones internacionales que habrán de encono
trar en contextos diferentes. Desde este punto de vista. la previsión es una herramienta útil
de esas políticas. Sin embargo. genera también una propensión crítica. La Jn'Qspebtiva puede
reaccionar contra la polit:ié'i3 cuando ésta no se ajusta a las anticipaciones o es guiada por defini­
ciones estrechas o burocriíticas de la realidad. Eli·Tale·ss:1tü?E:i€!f1e~ . .l,a<·prospectiv~ puede aC'
tuar como un "fermento :insurreccional;. que abre·caWC.€ í 'auná·resjsf§'jic¡:á:sóstellida a las orie'rl~
taciones gubernamentales.

Asi. por ejemplo, !a visión de los efectos plausibles del petróleo debe conducir a una políti­
ca exterior flexible respecto a paises productores (que fijan los precios por la vía de !a nego­
ciación multilateral) y consumidores (que son la fuente de ingresos de los proyectos de des­
arrollo) Si esta delicada oscilación es estropeada por medidas que obedecen a presiones de!
corto plazo. los costos sociales de desviarse de las tendencias entrevistas ascienden ap'recia­
b!emente.

En otras palabras. I¡> prpspec;tiya eSl.Jnin$J.r!JITljmtº~~í~iY~/.?:eja~~cI?<;UjJ.icªsencuaT}to lesé:


confiere flexibi lidad. infbrtnacio!i:y.;horizonte,;; pero es tarilbiéíi' uninstfümerito' normativo¡ que
o
pone en claro desv'3ciones gubernamentales corporativas apenas razonables. No ciehe .sorpren·
der que trabajos producidos por instituciones especializadas (como el Hudson Institute. Broak·
ings. la Rand. el Ciub de Roma. y otras) despierten inevitablemente discusiones enardecidas. Es­
tas tienen raíz en las cargas positivas y normativas de la prospectiva. De nuevo un ejemplo: se
sabe de un lado el precio de un avión de combate, las rutas viables de adquisición, las funciones
que puede desempeñar en tareas civiles y militares; estos datos son importantes como insumes
de la decisión pertinente Pero también se sabe el costo de oportunidad de ese avión: cuántas
escuelas, hospitales o caminos no habrán de abrirse como resultado de la 'mísma~ Eñ esté- ChO·
que reside la dialéctica de la prospectiva.

No obsta¡1te, ¡as exploraciones del futuro deben seguir a pesar de sus dificultades metodo·
lógicas y de las reacciones iracundas que suelen provocar en algunos círculos. Comprender;
asuntos demasiado importantes (Peccei ',1981 J. Pretenden. en primer lugar. i.~te~.!~ alternativas
en.!9.-s...politica s y en los sistemas d~coritro4:t!dblico y/oempresariaL. segundo, proponer nuev9.§.
díS_E!ños..y·-e~~~aceptablg;, tercero. ag~dízar la sens;~I[dad RúlJJi­
ca 'podaU.Qflg'~Ll~cambios cualitatiyos; cuarto. e.stimular el ~~ ¡~cjaLde las
experienci.as..pJ.sEQ~LCQID..o_ielas propeosjooes prevaleciente.::>: y. en fin. exc.it9.~, la imagina·
CiÓjLc,oJ.ec.tiva--y~.uefuLQi.9lUli.zadQ.:JDror 1 972) con el fin de aminorar la rigidez de sistemas
\.:;...'
complejos y detectar oportunamente las repércusiones de una acción (Hetman 1973) .
Debido a esta dialéctica. los especialistas en la prospectiva (en-asuntos que tocan las mo­

21
/ ....
d2iidade~ futuras del terror interno e internacional y el cambio radical de valores) encaran una \­
respetabiiidad socia! ambivalente. Se les necesita y se les teme simuitáneamente; son materia
de atención y de burla, pues iluminan el presente y sus grados de apertura y libertad; al mismo
tiempo, afinan el sentido crítico dentro de la sociedad y de las organizaciones que no aprovechan
justificadamente la posibilidad de «inventar los futuros".
Esta actitud ambivalente suele traducirse en términos institucionales.-Así, en algunos pai­
ses (Unión Soviética, Francia, Japón) la detección de tendencias se efectúa en los organismos de
planificación, o muy cerca de ellos; en otros (Estados Unidos), en cambio, existe una diferencia­
ción deliberada entre los ejercicios de anticipación y los procedimientos para asumir decisio­
nes. SÓlO en circunstancias concretas (y no en el plano abstracto) puede aconsejarse cuál es la
configuración institucional óptima.
Cabe hacer un apunte epistemológico. Los pronósticos suelen «suicidarse» (Henshe! 1979);

vale decir, levantan resistencias en el momento en que son publicados. Piénsese en la anticipa­ \ ..

ción respecto a las tasas de interés_ Algunos razonamientos económicos pueden conducir a la

conclusión de que éstas habrán de subir en los próximos meses o años; pero esta previsión, que

puntualiza también los impactos negativos, puede alterar los precios del capital.

Pero hay también pronósticos que se autorealizan (independientemente de su fundamento

empírico) merced a la aceptación pública que reciben. Por ejemplo, la proliferación internacional

del armamento nuclear podría autocumplirse, pues se trata de una expectativa generaiizada (Ra­

se-Lester 1978); y.este evento ocurrirá a pesar de que realidades del subdesarrollo aconsejan

una acumulación de capital en proyectos sociales y civiles.

En ambos CflSOS los pronósticos se "alteran a sí mismos» (Merton 1980), pues desencadenan

secuencias que los desmienten o corroboran, independientemente del contenido intrínseco de

esos pronósticos. Aquí reside el dilema epistemológico: cómo es posible distinguir entre el

fundamento empírico que lleva a cristalizar o destruir una anticipación y el fundamento público

que apareja un resultado semejante. Para resolver este dilema hay que observar no sólo los he­

chos inmediatos pertinentes al pronóstico, sino el ambiente cualitativo y los núcleos de poder

que admite01 o rechazan el pronóstico.

Un ejemplo de actualidad ayudará a esclarecer este punto. Estados Unidos y Japón están li­
brando una áspera competencia por Jo.s. mercados- de JOJ;¡PJº9!otct9~ LPJº!=~sº~EJ.Le_c!1':9f)ic;_ºs_.. f\l:
gunos' datos empíricos, como la tradición de las empresas norteamericanas en este rubro y el-- +~._-- --­
apoyo que merecen de parte del Departamento de Defensa, invitan a concluir que USA habrá
de ganar esta batalla e'conómica (Servan Schreiber 1980). Sin embargo, esos mismos datos y la
posibilidad de una hegemonía norteamericana en la telecomunicación y en la miniaturización de
procesos han provocado reacciones en la política económica norteamericana, como ei subsidio
a las empresas electrónicas ¿:f1 una vasta escala, la elevación de las tarifas a las importaciones,
y ei apoyo institucional del Ministerio Japonés de Comercio Internacional e industria (M!TI) Si
esta reacción tiene éxito, el pronóstico inicial será "falsificado» Q desmentido por e! devenir
-tReich 1981). Deslindar la causalidad de estos pronósticos es tarea ardua pero indispensable;
:JO es posible comprender el encadenamiento de reacciones y respuestas sin este deslinde.

De aquí un coroiario importante: la "realización» de un pronóstico no puede ser el único pa­

irón de medida de la «cientificidad» de la prospectiva. No es el caso de la metereoiogía o de ia

2?
{ :.
· " ~-. ~ ,

r mecdánicél celeste, d0cindfe las POSibilidlades de intervenir son en ver?addrehduchidas: Adl andufl~iar una
L/ píe icción, ésta pue e racasar o rea izarse merced a l a interaccion e ec, os y e eC!Slones.
Aparentemente, el dilema podria ser superado Gon pronósticos «sellados», es decir, previsiones
¡;! que quedan encerradas en los círculos de expertos; o bien con pronósticos que se enuncian y
.-, operan en «tiempo real», es decir, que poseen rapidez y complejidad tales que ningún sistema
j decisionaí puede frenarlos. Pero cabe pl'eguntar si este procedimiento no mella la ética personal
y profesional de! especialista.
r:'.
~
Un ejemplo aclaratorio es el siguiente. Supóngase que sea posible trasplantar el corazón de
"'" Ln joven a un anciano y que el trasplante, para lograr éxito, debe hacerse a los pocos minutos
~ de fallecido el joven. En términos generales, este pronóstico llenará de esperanzas a los aneja­
r,,; nos. Pero supóngase que la posibilidad cristaliza en una sociedad donde el poder y la 'riqueza
se distribuyen muy desigualmente, o donde algún género de discriminación tiene alta difusión,
entonces no es desatinado esperar que los trasplantes se ajusten a normas anti-humanistas
.) (como el asesinato de jóvenes). Si este pronóstico se cobija en el hermetismo de especialistas
o de políticos, este tipo de conducta podría acontecer. Y en tal caso ¿cuál es la calidad ética del
pronosticador?
Este ejemplo parecerá fantástico. Desafortunadamente no lo es. Al lector atento y especiali­
,j zado de una obra reciente (Collins-Lapierre 1980) rtO se le habrá escapado que todas las posibili­
dades tecnológicas que en ella aparecen son factibies y que muchas de ellas operan en la real;­
",,;: dad: acontece que ei público tiende a considerarlas como ficticias debido a una desinformación
r~]
deliberada.

En. suma, !~<l;~:pr(}2ó::'3~ic? s ,e) t~~J;a_fl;'~i~~y:~t~}}!'8rrre-¡tteitíl.~y.R~ª,:td~~Y;1{a"$e¡:f'1'?.ttflc;?n.ºQ"p f0yecc i Q•.


n¡;: S;'. ya
sea d~storsionárídQlas,Deni®l'lfHH1lef1:eféfr;~Qj'!(:¡;féúfb':¡.tes::.yalgo más: la función socia;
J de jos pronósticos no es Dredeci, ei futuro con grados de probabilidao relativamente a!tos. Su
cometido es 'T,2S b'8': s8>1sibiijzar a :..in público determinado respecto a tendencias prevalecien­
j tes en Ui, tema q:.;e considera centraI.La-s:ehS:Jftjlg"ªci~ifJlejja:¡¡á\t.es'Q:'e:',~;sp;eraTlacdEislindar op-
F..... éi;.mes,reducir sorpresaste increm~n~r-}Q~~iÍ1Sl.1iriÓ~;:~a'i:¡~~cl~I;;-I1~s;~tfiháS?- • . _. '.
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2.4. Progresos Recientes

tn los últimos años han proliferado estudios sobre el futuro del sistema internacional, so-'
J ore una sociedad determinada y sobre instituciones y valores particulares. Kahn, por ejemplo,
é',", (í 979) ha continuado apuntalando su optimismo tecnológico, en contrapunto con las premisas
",' neomalthusianas avanzadas, desde principios de los setenta, por la literatura sobre el «crecimien­
to cero". Así, según Kahn, de no intervenir «la mala suerte" o una «administración inadecuada», el
",...>
crecimiento mundial habrá de continuar incluso en los países menos desarrollados. Este autor
sostiene que la expansión demográfica debe bajar sensiblemente en las próximas décadas, debi­
do a los imperativos de la modernización y, en particular, de la etapa post-industrial. En esta
etapa aparecerán fenómenos (como una cultura «sensata»,-Ia institucionalización del cambio téc·

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.~::~""'-""''''''''-''''''''''-- ''''_IiiIII__IIIlil_Ií·'''EIIIiI.Il'lIrtill· s.·••n•••••••••
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niGlp, el auge de ¡as industrias del conocimiento, la difusión de las meritocracias) que pondr(~.
límite a esa expansión por vías directas o indirectas. Mientras tanto -Kahn sugiere- la densid?~,.
urbana podría ser resuelta mediante el aprovechamiento más razonable del espacio; la contar',
nación, con castigos fiscales: y las confrontaciones internacionales que tienen como telón d,
fondo una desigualdad creciente, mediante una «despolitización. selectiva de los términ,.
usados.
Otro género de actitudes es menos optimista y lineal. Presupone considerables turbulenciú,',
en las interdependencias globales, a menos de que «la humanidad organizada» en las Nacionj?-"",
Unidas instaure voluntariamente una reconstrucción internacional (Tinbergen í977). Este. proC"·
so de cambio planificado comprenderá simultáneamente el orden monetario, la redistribucié>
mundial de ingresos y recursos, el redespliegue del comercio y la industria, la diferenciación'·
las fuentes energéticas, la administración conjunta de los océanos, y la supervisión de las com'.
nicaciones de masa.
-' ..
~
Hay también testimonios sombríos sobre el futuro de la humanidad (Peccei 1981). Desp(}¿~'
de distinguir redes y puntos nodales críticos en las interdependencias (como en el empleo, rd:'
:.--,
usos dei agua, la contaminación ambiental, el comercio), estos testimonios destacan signos ,é,:
una decadencia sistemática y acumulativa. Entre ellos: un crecimiento demográfico desordeÑP
do, la ausencia de planes y previsiones contingenciales en vastas áreas del globo, la degrarl'
ción de la biósfera, la carrera de armamentos, la incomunicación Norte-Sur, ia existencia de' ~ .
-vacío» de valores. En estas condiciones, no sólo se instituyen medidas y gobiernos «demenc¡'
les», sino que la humanidad entera padece un desequilibrio tal vez irreparable. ! •

Aparte del global, los estudios recientes del futuro tocan planos regionales (Mesarovic-P
te' 1975; CEPAL 1981). Los autores de estos estudios observan con lucidez !a heterogeneidad d
la situación internacional y el consiguiente eS,colio (y tal vez futilidad) de formular planes ge r
rales, cuasi-planetarios. Mesarovic-Pestel, por' ejemplo, proponen dividir el mundo en parcel"
relativamente homogéneas tomando en cuenta la calidad de los problemas que enfrentan y <"~o
faCultades de auto-gobierno Conforme a estos criterios, sugieren géneros de "crecimiento 0':\1,
¡¡ico» (que contrastarían con el -crecimiento canceroso" vigente) basados en la cooperación j ,
ternacional y en la movilización de recursos locales. '

.E¡:¡.j.o-que -!espe.cta-a_Amérlca_Latina._C.EPAL.bace.hÜtac.apLé_ e.nJ<;t Q.ºbr~uu;:rítLc-ª JmJ.S".Q.(......


__ o

prendería al 40 por ciento de la población), la inestable recuperación de las economías nacían:


les, la escalada incontenible de los precios, el incremento de la deuda externa, la marginali(
comercial y tecnológica y el acentuamiento de las convulsiones internas. Para enfrentar este
cuestiones se necesitaría instalar un tipo de planificación normativa que defina cuál debe se~{.:,
calidad deseable de las estr:Jcturas regionales. Mientras no se fije un «blanco» social y un pÓ'
to de llegada, habrá confusión en los puntos de partida.
Tampoco faltan estudios de carácterintra-regional. Algunos advierten en la «transnacion
¡ización» de economías y culturas (VillamiI1981) una variable clave para explicar los ritmos
ferenciales de modernización económica y de dependencia externa. Otros (Hodara 1979) advie
ten, además de estos procesos externos, la existencia de fuerzas internas que crean escisio·
y «esferas de influencia" dentro del área latinoamericana. Así, por ejemplo, estos trabaios r
ócultan que la integración económica viene tropezando con obstáculos tal vez insalvable~; ,.

?4
dos países económicamente grandes de la región están reproduciendo los nexos de asimetría y
~':1Jependencia en contra de los países pequeños: que algunos países (Brasil, Argentina) estár
~'CJuebrando objetívamente delicados balances geopolíticos: que el fermento revolucionario en
,América Central le dicta a México y Venezuela nuevos dilemas tanto en la política exterior como
..,.;.n 1:1 inlerna.
,. No se ha descartado !3 indagación de sociedades nacionales. Muchos países han concitado
,,"~nterés debido al papel que desempeñan (o pueden desempeñar) en el juego internacional de
O:7fuerzas. Es el caso de México, por ejemplo, que ha provocado una copiosa literatura con ánimo
~íospectivo (Koslow 1977; Looney 1978; Hadara 1978; Creasey-Langston 1979; Wheeler 1981).
""entre ¡os parámetros y variables que han merecido detenida atención en este caso cabe resaltar:
,~Ia evolución demográfica, las tensiones distributivas, la legitimidad de las instituciones políticas,
_.:a estatización creciente de la economía, las nuevas formas del ascendiente norteamericano y
_. otros tópicos de cardinal significado. Ciertamente, la evolución externa e interna de los merca­
_oos del petróleo es un factor critico en la determinación de las tendencias mexicanas.
, Los estudios han descendido al nivel sectorial, esto es, el análisis de algún cuello de bote·
'Ila o escollo estratégico En esta esfera se encuentran los exámenes prospectivos sobre la ener­
gía (CONACYT, México, 1980). la educación y los valores (E. Boulding 1977), Y la secuencia
probable de los mercados financieros y de seguros (Boucher-Ralston 1980J,

, Como puede anora comprobarse con los comentarios hechos, el impulso hacia las explora­
. ciones del futuro no ha cesado. Antes al contrario, tiene ya dinámica propia, aunque obedece a
';.fines desiguales: la reducción de neblinas o "ruidos" en la percepción de las trayectorias veni­
'deras, como insumo indispensable de las politicas y estrategia3 de largo alcance, y, en fin, como
"f1ueva:; modali-dades--de+-ffltihear--o -legitimar un ordenamiento vigente; . .

Ahora bien: si se acepta que estas indagaciones son necesarias, ¿pueden los paises en des­
arroilo -los latinoamericanos en particular-emprenderlas con recursos y marcos de referencia
~~~Jropios?

'O' 2.5. Prospectiva y Subdesarrollo

Si se ponderan los asuntos que han suscitado la atención de los estudios recientes en pros­
_ pectiva, ei interés de los países subdesarrollados en ellos deberia ser ubicuo y permanente. Oes­
:~:'afortUriadamente. no es así. Sólo en algunos paises (México, Brasil, Argentina. Venezuela, Egip­
- to, India) se advierten destellos fragmentarios de interés: se ha ensayado incluso elaborar un
modelo latinoamericano" como respuesta a los análisis en boga en las sociedades industriales,
con logros modestos (Herrera 1977) He aqui una paradoja: despuntan varias tendencias en terre­
..)lOS estratégiCOS (tecnología, comercio, financiamiento, terrorismo, energía. gustos de los con­
·....sumidores) que, si no son manejados 0pOJ'tunamente. pueden ocasionar no sólo la ampliación

--. ---'2'---"-'h
f?
as¡

eonstar¡,te de la brecha-ingreso, sino la perpetuación del subdesarrollo. Y sin embargo, es mar­


cado el 'tiesinterés por el estudio de esas tendencias. Si se rechaza la hipótesis de que este des·
cuido no es producto de la »malicia internacional», habrá que buscar factores estructurales
¿Cuaies son los obstáculos internos a la institucionalización de los estudios de! futuro? ¿Hay
QOsit-;'!ioad de relTloverlos?

Para contestar a estas interrogantes se ensayara una respuesta compleja que pone énfasis
en elementos internos y estrücturales. De ninguna manera se subestiman factores externos (Ha·
dara i981) que, en conjunto, abren cauce a un nuevo tipo de vulnerabilidad y de control que ei
término "imperialismo cibernético» pretende caracterizar (Hadara 1981). Sin embargo, la adjudi·
cación sistemática de responsabilidad a factores externos conduce a una demonologiéi" estériL

.~c--'j¡jj¡~~

.lHgn·!:I. .,eñl1fr~l'lff't~ftltwct~·ékagéiadá'1j;",,~rfdeQI0;·
glzaclón a eiperí"sa's ~ill:iJ'7a't'a a).La información es un prerequisito de la prospectiva En pági·

"as anteriores, al examinar los determinantes de la reflexión institucionalizada sobre el futuro,


("
se afirmó que el desenvolvimiento de la informática ha brindado a las sociedades industriales
instrum<:ntos muy eficientes de control ambiental. Los resultados de este ava'nce no se limitan
2 esa rnanifestaci{)n. La estructura de los servicios (que se tornan intensivos en capital huma­
ro) y las configuraciones de costos y de ventajas comparativas se vienen modificando sustan­
cia,mente-en u.na medida que análisis algo tradicionalistas (por ejemplo Ruiz Nápoies 1981) apeo
ras sospechan Algunas cifras ilustrativas. en 1962, un circuito integrado costaba alrededor de
se dólares; seis años mas tarde, el costo bajó a 2 dólares. Este proceso volvió a repetirse en el
caso de la robótica industrial: hechas las inversiones iniciales, una hora de operación por robot
asciende a 5 dólares, mientras que el costo correspondiente por obrero oscila entre 15 y 20 dó·
lares (Time, diciembre 8, 1980). No se precisa mucha imaginación para suponer que ei carác·
ter de la inflación (inducida. entre otros factores, por los incrementos en e! costo del factOr
t,abajoJ y dei redespliegue industrial será afectado por los nuevos géneros de ja informatica

'f'BrD'AmériCcd~atina-S"Óto-e's"tá'eTl' tns unmral-es-'crel-a-teierm:ihca-:Aúrr -encaT3"Lin' problema

mucho más elemental que frena el progreso de la planificación de largo plazo; ¡as modestas do·

taciones de datos básicos sobre variables y series estratégicas. Por ejemplo es tarea ardua (s:

no imposibie) proyectar y planificar con base en coeficientes de producción, consumo, inflación o

escolaridad apenas confiables Y cuando las escasas fuentes de información se contradicen muo

tuamente, el encildenamientLJ de las conclusiones es empíricamente frágil. Existen dos situacio·

nes todavía más perversas Una, cuando las redes formales e informales de información no son.

ofrecidas a, ni cooperan con los organismos que p-esumiblemente deben adoptar decisiones [Boyd

~980;. y la otra, muy di"fundida, qüe involucra un verdadero m.onopsonio Eln la información: las

instituciones rectoras que dependen de informaciones cardinales para enunciar politicas reciben

estimulos contradictorios a causa de la heterogeneidad burocratica, de las pugnas internas entre

sectores y de la ausencia de un sistema homogéneo de recolección y recuperación de datos

Cada orq~nismo o grupo .. filtra .. la información conforme a sus intereses organizacionales

26
i'':; Este monopsonio Informativo. además de la dispersión cuasi-feudal de los datos. conlleva

uÍla Ignorancia estructura!. Esto es. muy probablemente cada actor de un sistema nacional cuen­

~, con una suma necesaria de unidades de información que le permite ajustes oportunos; pero

,j colectividad es presa de una neblina informática. No es casualidad que sus pasos y decisio­

P',lS sean irracionales. muy alejados de una meta que se mueve constantemente

Err \,stecDnteX!o<o !a.prospectivacor..r e eJ r.ies·gó.dEvcQn\Íe,-·tir?eeouna·.\I~lJ:>iºn~soGial:prome­

"",,;Ió;::qúe;no
puede cu·mplir. Más todavia. este encadenamiento de datos'y series parciales reduce

Ybs horizontes de decisión y planeación y se transforma en un conducto autónomo de incerti­

§;Jmbres

Tényase presente que esta fractura informativa no tiene relación directa con los niveies

~e escolaridad prevaiecientes en la región. De hecho. éstos han aumentado sustancialmente, en

los últimos veinte años. en todos los segmentos por edades Se recordará que la tasa de esco­

.Jridad. en el estrato de 6 a 11 años. ha subido de 57.3 a 82.3 en ese intervalo; y que el incr,;­

mento ha sido aun más notable en el grupo de 18 a 23 años: del 6.3 por ciento al 26.1. Por países.

,:' escolarización es casi total en Argentina, Barbados. Guyana, Costa Rica. Cuba. Chile; en Méxi­
co. el avance fue muy rápido (de 58 a 94 por ciento en el estrato primario). Pero las tasas de es­ ;i";\
)Iaridad (para mayor información véase Iglesias 1981) no corrigen automáticamente la desinfor­ IJ.~~!
"I['~
mación. Este es un problema sistémico y de organización Por cierto. cuando se incrementa ia
~.~,
:"pac!dad socia! de asimilar y difundir conocimientos, se colocan bases para una sociedad~~:
'informada Pero suele suceder en países en vía de desarroilo que estos conocimientos son exce­ ~\. ti
'-. ¡vamente estáticos (cuando no obsoletos) corno para garantizar ajustes óptimos. Por lo demás. '\1.1
"ti
él ocultamiento de la información. en una sociedad aquejada pOl perturbaci.Qoes.y..8scisLoue.s.ln, . 'VJ1'iff'
'-"~"1'rras.'es un instrumento dE! poder. En Una escala microsocial ocurre en estos países lo que se !'''i';f
jidvierte en el escenario mundial: la posesión de "mapas cognitivos" correctos sobre tendencias
jcentros de poder es l1n2 forma de conseguir y acumula'r influencia. ­

'" bl Las mqdalidades de ¡decisión prevalecientes en países en vías de desarrollo p.rés8ntan

~§.,s:aracteristicas principa1es. Por una parte. 1);¡~jófJ'~'i:iRé¡,a;·.q¡;í)Jic!Qr~é:s;j:t~~GQ¡-to.¡:iI~z().·~~9W.,~¡j[(jo

¡jsta·s". parece ser mucho más pronunciada que en las sociedades industriales. Por la 6ttaJa'ad­

~~¡rÍ'istración de crisis e incertidumbres _esºrgi6a:i;!a~h.i~h1jI¡Inade'bu¡'¡d:a$; ¿ Cuáles son las causas

~:tructurales deeste·fenómeno? .

O¡ígopo!iO y monopsonio en los mercados de información representan una de ellas. Cuan­


) la ¡"rormación es fragmentaria (por exceso de centralización o de dispersión) los centros de

~eCisíó¡' pueden actuar de las siguientes maneras: i); postergar constantemente las acciones (el

, ;¡tablecimiento de "comisiones de trabajo", por ejemplo, suele representar un instrumento legí­

:imo de postergación) hasta tanto se reunan los datos pertinentes que permitan reducir riesgos y

")sponsabi!idades; ji) desencadenar acciones «en la oscuridad". a pesar de las cortinas informé­

~icas ysin ponderar alternativas. con el designio de crear imágenes y sensacíones de "movimien­
:. organizacional,,; o bien, Hi) detener o precipitar decisiones intermitentemente, conforme 2

~~remios coyunturales

" Estas formas de conducta no son necesariamente «irracionales". Los desafios existen y pre­

,,¡qnao. y ame-la orfandad de datos, es preciso asumir algunos de estos comportarnientos. Pero

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~..;,.;'

27
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ei cost~ social de los errores puede ser sustancial. Entre otras circunstancias, porque no existen
(o son débiles) las fuerzas que tienden a contrarrestarlos y corregirlos. Esta observación. .toca la
segunda causa de las imperfecciones decisionales.

En organismos conflictuales, escasamente solidarios (podrían denominarse "órdenes socia­


les hobbsianos,,) y que padecen ya sea una separación social nítida entre los estratos, o ya sea
una fuerte dependencia "patrón-cliente», la lógica de las decisiones sigue un curso cortop!acista
Gue apenas toma en cuenta las irradiaciones amplias y de largo alcance de una acción. La hete­
rogeneidad estructural (Touraine 1978) impide y facilita a la vez esta cortedad de miras y mira­
mientos. Para los sectores dominantes, infortunios como desastres naturales, pobreza crítica, ~~
'.,."
desequilibrios ambientales y regionales, son conceptuados como "problemas de los otros". Ellos
pueden -minimizar. o absorber los costos de una actividad equivocada o de las catástrofes que
resultan de la acumulación de errores.

Adviértase que estas realidades no se desenvuelven sólo en países en vías de desarrollo.


Tipifican también a comunidades donde la fractura entre los objetos y los sujetos de la decisión
es apreciable. Por ejemplo, se ha observado (Weinberg 1972) que la construcción de usinas ató­
micas sigue diseños desiguales en Estados Unidos y en la Unión Soviética en cuanto al estable­
cimiento de mecanismos de prevención y seguridad contra filtraciones radiactivas. En el primer
país, estos mecanismos gozan de atención prioritaria debido al peso de la opinión pública y a la ,
organización de los consumidores respecto a este asunto. No así en la Unión Soviética, donde fa ¡"

separadón entre-sujeto y objeto en las decisiones tecnológicas es marcada.

Sin embargo, esta distancia suele ser permanente en sociedades donde prevalece el disen­
so sociaL Recuérdese que el ciclo político de los gobernantes es con frecuencia excesivamente
corto y tropieza con crisis intermitentes de credibilidad y legitim!dad. Pero el ciclo de las reper­
cusiones de sus actividades (o pasividad) es relativamente extenso. Esta discrepancia -que
sueie estar acompañada de una "amnesia institucional .. pronunciada- inhibe el interés en ¡as
incidencias mediatas, de mediano alcance, de una decisión. Nadie asume responsabilidad por
esta discrepancia, salvo entidades abstractas como· la historia .. , la «configuración estructural .. ,
,la dependencia externa», o el .carácter nacional". Ya sea porque los actores poseen corta vida,
.'" , o ya sea porque los rastros de sus acciones (y embrollos) quedan borrados merced al acelera­
-- -- - __ .'+c.~._ ._. ---"-miemo de€al'Jlb«)s- superliciales,Jos...imperªtivqs del corto plazo son dominantes. En este con-
t> texto, la prospectiva es una ·diversión social" dispensable. .._ .... .__. _'_" __ . _

Por añadidura, la administración de las crisis (disciplina que ya conquistó estatura intelec­
tual propia) se apoya en bases precarias, Como se sabe, todo sistema en expansión progresa en
ambientes desiguales. Algunos se ajustan mansamente a sus intereses: pero en muchos casos t~i
jos ambientes son «fríos», hostiles, involucrando choques organizacionales. Esta situación de
equilibrio inestable (que en algunos países es de desequilibrio estable) demanda el afinamien­
to constante de los instrumentos de adaptación y negociación. Cuando este requisito no se satis­
face, las crisis estallan de una manera desordenada, generando oscilaciones y perturbaciones vio- ..
lentas en sistemas y ambientes.
Ocurre que en segmentos amplios de la región latinoamericana no se han instituido mecanis­
mos adecuados de compensación y ajuste. Esto no se debe a la .ceguera. de ¡os gobernantes ni
1

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~'.;al "egoísmo de las empresas»; hay que distinguir variables estructurales que modelan la COí'­ ii
,- ducta de los sistemas y sus grados de libertad
" Considérese, orimero, el carácter relativamente abierto de las economías latinoamericanas.
Esto es, el peso re'lativamente considerable del entorno internacional que se manifiesta a través
de! comercio, la ¡nflación. la tecnología y la cultura, Por ejemplo. el hecho de que las transac­
ciones internacionales no hayan aumentado en términos reales en 1980 (CEPAL 1981) por prime­
?-,:~, ra vez en las últimas dos décadas, tuvo repercusiones significativas en los ritmos internos de cre­
<C' cimiento de las economías de !a región. Se sugiere que este parámetro (la dependencia comercial
~}" de expansiones externas) tiene una importancia declinante respeéto a otros (como la tecnología.
t· el proteccionismo y los «controles cibernéticos» l. especialmente en los países de mayor dimen·
"'. sión que han. logrado una apreciable div~rsificación económica. Sin embargo. las actitudes sue­
len ir a remolque de los hechos. La dependencia externa ha sido interligada por círculos gober­
. nantes. confiriéndole una causalidad excesiva, Y si el motor de la economía es externo. las crisis
. son aceptadas con voluminosas dosis de resignación y fatalismo que, como efecto secundario.
paralizan o contienen el estudio de la «parametrización», es decir, de los factores-clave del de­
. venir regional En estas condiciones, la aptitud interna para manejar crisis apenas se desarrolla,
parece inútil. ~

.t'i~

Hay que tener presente. por añadidura, que los logros de la planificación (incluso de corto '~:.;~.

plazo) en América Latina han sido pobres, erráticos y contradictorios (Cibotti-Bardeci 1972; Ava- "f." ~.

~ ~i
los-Antonors i i980). La intervención estata!.que tenia como intención primera la de crear «si- ;, ¡¡

nergismos .. , o cancpíementaciones, en favor de la acumulación de capital (o bien neutralizar eie- .~ 'i

memos adversos) se ha deslizado hacia un intervencionismo burocratizante. Así. \a previsión co- 'U

'. lectiva se ha visto desacreditada a menos que asuma formas·-paternaHstas·en-ilpeYD de-a~R-'gfU-'- ..... -'TJl~'
) po particular La crisis de la planificación apareja el debilitamiento del racionalismo económico :~,,¡ .
y socia! que implica no sólo la maximización de la acumulación de capital sino la coordi(1ación
.- institucional y la ponderación de necesidades globales (Hoogvelt 1978). No debe sorprender en·
". tonces que modalidades estrechamente monetaristas que involucran un liberalismo económico
;;,} selectivo [que opera en mercados ya oligopól icos) sin liberalismo político (Prebisch 1981) se
'. vengan enseñoreando de las economías latinoa merícanas. Hay un desencanto con los modelos
J anteriores de desarrollo (incluyendo a la planificación) que hacen resucitar la presunta sabiduría
. delmercad.o, Como.en el caso de la dependenci a. también aquí se entrega la responsabilídad pú-'
.~ biica a una entidad extrínseca que tampoco esti mula las visiones de amplio alcance,

La administración de las crisis y de ambientes hostiles e inciertos no se ha desarrollado

a causa de otros dos ractores. Uno es la ausenciJ relativa de corporaciones (privadas o públicas)

oue operen, desee América Latina, en los mercados internacionales. Como se sabe, la gran em­
~.~ pres8 sigue cuitivandD la racionalidad como una forma de reducir incertidumbres (Vernon 1981).
La multinacional facilita la flexibilidad y la reflexión prospectiva; sin ellas sucumbe, aun cuando
en e! plano ideológico y declarativo 910rifique las fuerzas sabias del mercado (Aharoni-Vernon
1980). Estos géneros de empresa educan hacia la previsión organizacional. Las megacorporacio­
ciones extranjeras bien lo saben; de aquí el interés sistemático que revelan en los climas eco­
-; nómicos y políticos de la región. Pero no se verifica el fenómeno inverso con la debida intensi­
- dad: multinacionales latinoamericanas que decidan incursionar. en forma sostenida y consisten­

29
te, en ios entornos internacionales. Tal vez hay que advertir ciertas excepciones en Brasil y
México~.donde se revelan propensiones modestas en este sentido. , .....

El segundo factor que inhibe la habilidad para administrar crisis, especialmente en situacio­
nes de emergencia en las que el tiempo y la información son variables críticas, es ia debilidad
'-e!8t i Va de ¡as instituciones científicas que podrían formar el capital humano necesario. La inves­
tigaci6n nc es cultivada sistemáticamente en el área, incluso en los paises de mayores propor­
ciones (Pérez Tamayo 1980); antes al contrario. es penalizada de diferentes maneras (desde 18 _
disfuncional estructura de los salarios hasta, en algunos países, la intolerancia policial). Es sab¡~
do que el investigador «progresa» en su carrera abandonando la investigación. En este contexto,
se gestan de hecho climas anti-intelectuales que no pueden vislumbrar con simpatía las «es­
peculaciones» de la prospectiva, especialmente si éstas arrojan conclusiones que ponen al des­
cubierto la obsolescencia de estructuras y de juicios.
e] La sobrealimentación ideológica emana del fracaso sistemático para lidiar pragmática­
:-:lente COn ¡os hechos. La han cultivado, en América Latina, tanto Jas derechas como Jas izquier­
Das, aunque por razones desiguales. ¿En qué consiste? En una actitud romántica de hostigamiei1­
to 31 mundo empírico (que tiene raíces en el «arielismo» de principios de siglo) debido a Que
.~.
éste encierra «fealdad", «mecanicismo., «incongruencia ... «injusticia». Desde luego, esta actitud
se manifiesta también en la sociedad avanzada (Bell 1978; Roszak 1978: Hodara 1982); pero en
ésta existen instituciones que la contienen y dosifican. No es el caso desafortunadamente de
nuestra región. Este género de romanticismo no sólo refuerza el clima anti-inteiectua!, sino que
ensancha la incol1lprensión de las tendencias objetivas que están modelando las interdependen­
cias internacionales.
Entié~dase bien: las ideologías son necesarias como sistemas de interpretación y legitima­
ción de las realidades circundantes; sin ellas se crea un «vacío existencial .. , se borran significa­
dos y valores. Pero cuando la ideología es excesivamente autoritaria y dominante, trastorna loS'
criterios de racionalidad. Regímenes fascistas y comunistas (Beyerchen 1978; Bernstein 1978)
ilustran íos costos de la sobrealimentación ideológica aun en sociedades industriales. Son ma­
yores en los países de incipiente modernización económica.
Recapitulando,los estudios del futuro no han progresado en América Latina a causa de un ,.
SOil!Ui1tOde factores estructurales que llevan a concentrar la mirada en el corto plazo. No sen .'
:es 'únicos, por cierto. Pero alcanzan para revelar esta infeliz paradoja: países que más necesi­
tan de la prospectiva para 'asegurar su viabilidad y vitaiid-ad' en 'las prox-imas ·déeadaS-etlentaH-;:~.·-··- .. _... ­
son una débil ¿ot;;¡ción para montarla.
Si ¡os estudios del futuro no prosperan, '¿cuáles serán los costos?

2.6, Efectos de la Imprevisión

----_._----_._---_._--­
~. uviera sólo el valor de un ejercicio intE:lect~teresante,o de un insumo
indispensable para una planificaclon macro-economica y corporativa) tieXíbTe~a-ypoii­

30 _
W:lSioRal, sería una disciplina pl~LlQ..Qlente justificada. Pero es más que ello. Se procura demos­

~frar aquí que el aceleramiento' de' los procesos no sólo recorta los plazos de decisión sino que,

,,~;;>ara oaises en desa,rollo como los latinoamericanos, la negligente atención al largo plazo podría.~..

"'~par~jar distorsiones irreversibles.

/}. uno de esos erectos se le ha ¡Iamado el efecto-sorpresa. Se arguye que la ausencia od.e.bj­

~dad de lil~apacidad previsora hace que círculosdirigentessea~constá-ñfementesorp¡:encildos­

a'-¡:emo
-¡Jo r el g i·ro_d·e:.~i;;conteél [ñ(e·ntos'TfénaEÚicias.\ia nCéíñstanteme'nt-é~ éstl
Iqüé:-REic i bE;n- m u Ios

%- datos con atraso-percepiTblé--'-cü'áñdcf\iá-~-b=sonú tiles,o cuando sóloes posible reaccion.arpar­


. CJ.aJm·en~~Rec!.Q....a_eilos. Por éré"mplci','cábepregLJ'nta'r-'sTlasdTferendas-'notábles entre ej

'''r-apitalismo en los paisesperiféricos y el capitalismo en las sociedades industriales no se ex"

"plican sólo por dotación diferenciada de factores (Prebisch 1981), sino por un encadenamiento de

"> sorpresas retardadas" Este encadenamiento conduce a una copia que desvirtúa al original

~.~

.,,; Téngase presente que este t<fe_ct~R[e~ª no se limita a los eventos externos. El descuido ...
de las con.~_ec!..J~nc¡.Ql?....de "segundo y n ... orden" de una actividad repercute negativamente en

"'[a aptit~d interna para formular y poner en marcha políticas correctoras. Y no sólo por una esca·

.- sez de información, sino porque la imprevisión fomenta modalidades excesivamente lineales de

,cref!ex!ón que apenas sirven para entender cabal mente sistemas complejos (Forrester 1969).
~,,;
.~~ R¡
~ll ~

;, Se ofrecerán en seguida varios ejemplos para captar las ramificaciones de este efec·'o·sor- \J
,presa Desde !.a."e.rLsls..dB ene[gí.ª!>_.LVe[l:Lo_n_t!l7.BL,'pajse_s.c()IT.!.0_~~..0ezuela, México. Irán y Ara· ;j¡~~
_,ibia Saudita han hecho depender su desarrollo y diversificación prodüc1:ivacle- ros'ingres6s'-"--";~f
. petroleros (Hadara 1977; Lustig 1980). Esta perspectiva permitió alentar la esperanza·no sólo en
)una ,<industrialización instantánea", sino en poner en marcha un modelo de crecimiento con
redistribución [Adeiman 1980). es decir, un conjunto de políticas económicas y soc:iales Que ¡le·
~ven a superar a !a vez !os conflictos sociales y la lenta acumulación de capital. Muchos a~á!isis
parecían suministrar evidencias favorables a esta esperanza; sin embargo, se produjeron sorpre­
5)sas. En Irán, por ejemplo, convulsiones populares trajeron la des-industrialización, el desmembra·
• miento militar y el fundamentaiismo religioso. Venezuela comprobó un vuelco negativo en el cre­
,,)cimiento (0.7 y 1.0 por ciento en 1979 y 1980, según CEPAL 1981) que se tradujo adversamente
;~ en los movimientos de capital yen el balance de pagos. Y, en fin, México tropieza con dificul­
".'. tades en 1980·1981 debido al brusco recortamient'o de los ingresos esperados para financiar
;:) ambiciosos planes de desarrollo; esta circunstancia se aparta de algunos alentadores pronósti­
''', cas (Business International Corporation 1981] y lleva a un replanteamiento crítico de las estra·.~..
,¡.i tegias de este país (Eatwell·Sing 1981 l.

Cabe preguntar en qué r;;9dida estas sorpresas resultan tanto de las distorsiones inherentes
" a la ><tentación petrolera" (Hadara 1980) como de una subestimación de la capacidad de ajuste
;,;' de los países consumidores. Como se sabe, Arabia Saudita ha asumido una posición conserva­
dora en materia de precios dei petróleo por dos cá!culos interrelacionados: su limitada capaci·
':' dad de absorción y desarrollo le permiten prescindir de volúmenes mayores de ingresos (en
contraste con otros países petroleros que ya cuentan con un mercado monetizedo y amplia in­
,.},
31

fraestructura) y, además, las élites de este país, educadas en paises occidentales, perci­
ben quE? la aptitud innovadora de éstos podría verse reinstigada por un cambio dramático de lOS
precios"de materias primas estratégicas. Una subida real de precios, acompañada de una depen·
dencia estratégica marcada, aceleraría transformaciones en las fuentes de energía a expensas
del petróleo. Hay signos de que es te proceso habrá de ocurrir en esta década. a Desar del
estancamiento, la inflación y el desempleo de las economías industriales (OECO 1981) _.

Pero todavía hay lugar para sorpresas mayores l3aradójicamente en temas y ordenamientos
donde la participación de los paises en desarrollo -parece decisiva. Se toca el problema de los
¡imites y costos de un crecimiento indefinido (Forrester 1971; Meadows y otros 1972) que se
acompaña de una transferencia global de recursos a fin de compensar desigua!dades (Tinber- ~{;~
gen 1977) También aquí la ingenuidad producida por la imprevisión o por la subestimación del
poder de control de las sociedades industriales (ejemplos adicionales de esta aptitud. en Vogei
,¡ 980) es perceptible, como se pone de manifiesto en las respuestas contempladas por paises
hoy hegemónicos (Laqueur 1980).
Como se sabe. este problema no se reduce a las dimensiones económicas. ,ll,tañe a la plani­
ficación y manejo de sistemas complejos (Laszlo 1972). a la carrera armamentista desatada en el
Tercer Mundo (Brandt 1980), a las pretensiones legítimas de los países recientemente descoloni­
zados [Bauer-Yamey 1980), a la viabilidad de las aspiraciones que éstos preconizan (Wionczek
1980), a la difusión regulada o irrestricta de artefactos nucleares. a la transnacionalización de!
terrorismo incluyendo la posibilidad (que ahora parece infundada: no es así) de que multinacio­
nales también us.en este recurso con medios sofisticados [Black 198í), a políticas fiscales glo­
bales. y a otros asuntos.
Los oebates en torno a esta agenda compleja tienen consecuencias prácticas, al menos en
mecanismos y criterios de decisión de las sociedades industriales [Time, 5 de enero de 1981)_
No cabe duda de que el escepticismo social respecto a los mundos creados por la tecnología
(Roszak 1979) y por el crecimiento constante (Daly 1974) está a!Jmentando. Se cuestiona la fac­
tibilidad y la deseabilidad de la expansión material indefinida Por el contrario, se extiende ia con­
viccióR de que los incrementos seculares del producto, de la productividad. del ingreso, del pro­
greso tecnológico, de las transacciones financieras, podrían conducir aun desequilibrio radical y
a llr. remate víolento de las tendencias conocidas (Freeman-janoda 1978J . Para países, como los
latinoamericanos, que depositan esperanzas en el desarrollo sostenido y en el alejamiento cons­
tante de los espectros malthusianos, estas convicciones entrañan repercusiones sombrías_ To­
davía no han percfOrdoque--et crectmiento-pfJGF-ia encarar,.e[Lv_er_dªc;l,j!9_nt~!§s':"'~_S!:~~tura¡es y/o:
proteccionismos darwinistas que reducen perceptiblemente su factibiiidad. Las generaclohe-sla:-l..--·· ---.----.. --.­
-tinoamericanas se han acostumbrado a un crecimiento" osci lante". incierto. pero crecimiento al
fin no están preparadas para una parálisis total.

Tampoco se comprende cabalmente la dinámica del conflicto Este-Oeste y sus rasgos dis­

tintivos (Pipes 1980). Este conflicto es inestable, total y comprensivo. involucrando amenazas

severas para los países en desarrollo Ya no es posible sostener la esperanza de que una fricción de

":os grandes" será un conflicto de los "otros" que se traducirá en beneficios netos para los países­

suministradores de las materias primas, La Segunda Guerra incentivó la industrialización de algunos '-,'­

países latinoamericanos; no hay bases para suponer razonablemente que un conflicto adicional de

estas proporciones arrojará efectos equivalentes.

32 ---'--'-_-'--'--'----'-- _
-Ega hipótesis se funda ri en estudios prospectivos sobre la dinámica de ¡as
~~G.i9-!!es y de los consensos entre el Este y el Oeste (Sc e In9 . =sfaOíñarñií:;-aeslñes­
table puessemanlflesta en sorpresas posicionales constantes n la ado'ó ri. s s mgy
',JJI tos (T ucker 1981); es tota pues se verifica s i m L.t1.@DJ~.aOle.nte...en...Jii:ILeJ;sas.p.aüE¡s_d_E}L f!'uf1c_t:l:
~ialmente en lás porciones débiles o vulnerables (Polonia, Centroamérica) de los contrin­
p;~ante-s-irege'l'T'tÓftic-e&~~A-gef-¡g1l1),y es comprensiva pues reviste aspectos que oscilan entre e;
idenfrentamiento armado, la contestación ideológica y el manejo medido de los «equilibrios de te­
~ror» Pero acontece que los estudios prospectivos sobre esta dinámica no se efectúan desde la
¡:;1óptica de los países latinoamericanos, abriendo cauce a sorpresas.
~
&! Considérese otfa ilustración: las tensiones Norte-Sur, o más rigurosamente, Oesté-Sur
",,'¡puesto que se verifican dentro del sistema capitalista) que se manifiestan en la denuncia cons­
:·-·tante de las disparidades en la dinámica yerradicaciones del crecimiento complican las interde­
o .pendencias globales. L.as flaquezas del sistema monetario, las incertidumbres que caracterizan

~J"a los mercados de hidrocarburos, la militarización del Sur, los proteccionismos practicados po,

"",ei Norte, y, en fin, 12 erosión ideológica de los- regímenes verticales de cooperación añaden

(jvolumen a estas tensiones De aquí la demanda de un «nuevo orden» que plantea ahora, no

_ la Alemania nazi (donde la expresión tuvo origen). sino los países en desarrollo animados por
~
r,.íI~1
.):os procesos de descolonización (Carr 1970), por el desarreglo objetivo de las articulaciones
~f 1lt;~
internacionales (Block 1977), y por la transnacionalización ideológica de la lucha de clases (Ho­
·~jara 1982]
~I,
:..:"-~
,ti

Si los paises del Sur hubieran encontrado Caminos expeditos de desarrollo y de atenuación .,.,.
_.-..:-d.e.Jas brecbas-ingre"o-prGGlict'¡v·idaG-poder nacional, las exploracioi}es del futuro no_preSej]tf;lx.illn._-_ T;¡~~
>';al vez apremio. 1\10 es el caso, desafortunadamente Una de las sorpresas que se descubriÓ e" ja l':$f
-última década conSiste en que el desarrollo es una empresa colectiva mucho más ce~plej& de
;-'lo Clue se ¡rnaoinó a ür;nci;Jios de los cincuenta (Prebisch 1976). No es una mera reconstruc­
=->'ció~ económic~, como la que aconteció en Europa. Se trata más bien de un conjunto o síndrome
5e revoluciones simultáneas [en la agricultura, la industria, el comercio internacional, los valo­
~res, los sistemas de administración) que desencadenan inestabilidades sinérgicas, canee te­
~ladas En 'a mayor!3 de les cases, los líderes del Sur no han podide lidiar con este síndrome
b-(reto 1:jue no debió enfrentar el Norte durante su despegue) con resultados conocidos L~_gJ_e~
~<,CJuieta es que con toda probabilidad el encadenamiento de sorpresas e incertidumbreshabr3 de
;":~mpl iarse en lbs :Jrójúmos'-af1os -debTdo~ entie-üfros-f¡:fctOFés:a-las'Tii'iíovacicines cualitativas gue
}rrastra....--j·a-ré'(é'éfa~,~ TTOffl;;;-1980)- -(j~---- --...-------..--,.'.----.---.-.-.. -, . --- . '­ o' _.--._- -- - ••

En suma, el «efecto-sorpresa .. es una de las consecuencias sobresalientes del descuido de


.Jos estudios de! futuro. Los paises en desarrollo están perdiendo el control de las decisiones ai
tiempo que se reduce drásticamente el margen de maniobra. El devenir los sorprerui.e...c.o.n.s.tante._
~nente enuna medida que rebasa los grados que se justifican por el peso de variables ajeate, .
::~rrase·¡n~~terñii6a'bi.~~~fero podr(a-·oc-ür~rot;:ac-onsecueñcTa-'tod·avía rrias-'sombría «e I efecto­
~egregac!on"

.. ~cto.segregació~ se manifiesta, f?n America Latina, en la Q.articipaCló n cipoP,;inn+.¡:; en

:"";'8S cmrientes
/-
corneciales, tecnológicas y culturales. La región en su conjunto ha reducido

<-..._------~~-~~-~~~~~--~=-
83

'",.
su parcela en las transacciones mundiales a menos d~ un cinco por ~iento: su producció~ toe>
de '!;llenes y serVICIOS no alcanza los niveles de un pals como Alemania Federa!: y el renolmleri
to científico de todos ellos apenas equivale al de un país 'pequeño como Israe!. Considerad(',
dinámicamente, estos indicadores no ofrecen lugar al optimismo. La superioridad comercial·tec'
nológica de las naciones industrializadas altera constantemente ventajas reiativas y com¡-'
naciones óptimas de factores. Así, por ejemplo, la producción y la productividad de bienes p'"
marias no ha declinado en varias de estas naciones (Estados Unidos. Hoianda); en tanto que,I.,
robotización y el redespliegue industrial habrán de empequeñecer ¡a importancia del factor ti;,;
bajo manual-salario en la competencia internacional. Se insinúa una nueva división del traba>r,
que podría'lPrescindir o menoscabar sensiblemente la participación de la mayoría de iospaíst3'1
en desarrollo. Así, se gestarán dos tipos de civilizacione~ yuxtapuestas a sistemas (capitalista,s
socialistas, periféricos) y facciones (Norte·Sur) con-eerdas. Esperaría a estos países no só
una satelización permanente sino una «excomunión de la historia •.
(
Las especulaciones recientes hechas por Kahn (1979) ofrecen todavia ¡a esperanza de 0\.I<
este trágico escenario no tome cuerpo. Conforme aellas,el crecimiento poblacionai habrá de 9",>,
ciinar en los noventa. Esta tendencia decreciente desactivaría los erectos de la "bomba demog~~:"
fi~a" y sus repercusiones conexas: ecocidío, incremento de la agresividad a causa de la ?ong~~;;"
),. ,ion y la pobreza, consumo voraz de recursos a expensas de las generacIOnes venloeras\;';:-?
;f:
desempleo crónico, especialmente de los estratos juveniles. Según la visión ootimista de Kahp
el declive de la población sería acompañado por una «urbanización envolvente» que cristalii'
ría_ en megalópolis sin perjuicio agudo a la calidad de la vida. _.
(J}/s.in emb;rgo, KJlhn norecha~posibilidad de CbOQIIAS y discontinuidades si los aObl§m1;/
;,:.:.emPresas no actl'¡aQ adecuadameJ}}N.Por ejemplo, una hambruna gener~!¡zada podría .verificp·,
se en el mundo en desarrollo a causa del deterioro IrreverSible de la agricultura y de lOS slst\:;'
mas rurales. Así, el espectro malthusiano no sería una som.bría metáfora, sino c~uda realida,;
Pero (sugiere Kahn) si las sociedades industriales transfieren recursos y relocaiizan industril.
en los paises pobres, y si la racionalidad preside el gobierno de los mismos, ¡as hambrunas Sf'
r:ail parciales y pasajeras. (

Hay que cuidarse del optimismo fácil (que cultiva no sólo esperanzas injustificadas si(
evangelismos paternalistas) como del pesimismo apocalíptico que encierra un "catastrofismo
cue precipita las catástrofes. En términos generales, Kahn suele exagerar la existencia ~.~AL ._
aptitüd paracoñ'uu1-ardl::¡-continuidades y de las facultades 'colectivas de aprendizaje. No parec~'
probable que las sociedades industriales decidan, espontáneamente y con generosidad inéditO
detener la segregación de los países en desarrollo de 100s flujos internacionales de comerc¡;"':
tecnología. a menos que la universalización del balance del terror (instigada por la diseminac(:'/:::
de artefactos nucleares y bioquímicos y/o nuevas formas de terrorismo internacional) ap¡emf~'
esa decisión. Por lo demás, Kahn parece ignorar que el ciclo decisional de muchos gobiemos (:', ,
paises periféricos es excesivamente corto respecto a los plazos y rezagos (iead times) inhen~'¡-(
tes a la administración de las revoluci()nEJ~sil12ul!ánea~ a_las que se aludió anteriormente. Dr:;
afortunadamente, una alta proporción de estos gobiernos padece una incapacidad íntrínseó
para gobernar racionalmente; la alternativa es una dictadura sorocante que abriría cauce a J'­
neo-barbarismo Sin duda, hay que encontrar y perfeccionar nuevas formas de gobierno (D~,-,
1981)

~-...L4=- ---------- . ~t=X-;


I
I
~ Estudios empíricos que se refieren a un sector y a un pais (alimentos en México, según Mon­
~.;, tes de Oca-Escudero Co!un¡na. 1981) llevan a oponer reservas a las generalizaciones de Kahn.
~, Las tasas de crecimiento y la participación de la industria alimentaria en el conjunto manufactu­
rero flan decrecido en los últimos quince años. Cayeron, en efecto, de un 12.8 por ciento en 1960
~ a un 52 por ciento en 1975, mientras que el valor de la producción se encogió de un 22.2 a un
" 17.0 por ciento en e! mismo periodo. Este declive está acompañado por un proceso intenso de

I
transnacionaiización que influye fundamentalmente en las pautas de consumo, equiparándoias
:J -sin una irradiación social similar- a las de Estados Unidos. Como las empresas transnacic­
roa les cuentan con ventajas considerables respecto a las nacionales (mayor integración, articu­
W laciones más efectivas en la producción, distribución e investigación) controlan estos mercados
declinantes mediante recursos financieros, tecnológicos y publicitarios. Si quisieran, podrían
~<.:\ ocasionar una catástrofe colectiva. ~
Podría objetarse que los mecanismos de mercado evitarían esta posibilidad (Solow 1976),

'. como se demostró en el caso del mejoramiento relativo del ambiente. Sin embargo. la objeción

es débil; primero, puesto que se trata. en paises como los latinoamericanos, de estructuras oli­
. j gopólicas dominames que contradicen los supuestos clásicos sobre la atomización de los merca­

dos y la «soberania de! consumidor,,; y segundo, la precipitación de una catástrofe el'] el corto
piazo podría representar. para estas empresas, un "acto de racionalidad" conforme a las normas
de! mercado. pues su capacidad de negociación y ganancia aumentaría después de un controlado
desarreglo
c),l

ºümo se ve~. ,ofecto-se


pO . s una licencia literaria ni una consecuencia intra~s~
c:~~d_e~~e~oe,¡~.¡m;Jrev¡s¡6n.Presenta seña!es ciar realided Q<; flQY· :~-..:~-~-
. z~. ~l; '::"': G, -:-de.«.lr6-.-··-_··_··- .-_... . ' .

.J__ ----~
Considérese el caso de la microelectrónica (Rush~Hoffman 1980; Norman 1981).- Ya conduce
:,.- el desarrollo industria! de países avanzados, y, hacia finales de la década, será más importante
~ que la producción de automóviles, acem y derivados químicos. La microelectrón1ca adquirió dl­
~~. namismo en !2 última década gracias a la miniaturización y a la integración de circuitos. Una
pequeña unidad (chip) de silicón que ocupa menos de cinco milímetros puede albergar 100000
;;; componentes electrónicos. Al final de los ochenta. este número se multiplicará por diez. Aí mis­
mo tiempo, íos costos de producción batan f:Ons·taAtemente una vez hechas las inversiones irii­
o. ciales. No obst2nte, el mercado crece a tasas espectaculares (un treinta por ciento anual) , y ya
alcanza ¡os 10 mii mi!!ones de dólares anuales. Esta revolución no sólo posibilitará la «economía
computadorizade» y las «oficinas sin papeleo", sino que inaugurará un .crecimiento sin empleo".
Esta perspectiva en modo alguno es al~ntadora para paises que ya cuentan con amplias masas
:.:.;' desempleadas o subempieadas y que no han desarrollado sistemas de rápida acumulación de
capital humeí1o, incluyendo el periódico re-aprendizaje de habilidades requeridas por las innova­
'.'.C ciones. Por añadidura ,ei acceso financiero a este tipo de producción se estrecha con el tiempo;
-- las "barreras a !a entrada .. se tornan infranqueables. De este modo se perfilan dos amenazas
que habrán de acentuar la ma,ginalización internacional de los países de menor ingreso: la anula­
ción de sus ventajas relativas a causa de la automatización de los procesos y el «control telemá­
tico .. de sus economías La primera amenaza ya se cierne en paises que fueron dinámicos hasta
' ..: los últimos años: Hong Kong, Singapur. Corea del Sur y Taiwan. Las exportaciones tradicionales
de estos países se están reduciel'ld-o. Sobre la segunda amenaza se cuenta con menos evidencias

35
~.
r

--------~""""'~-----

e" '¿¡ literatura pública, pero se sabe que la "guerra fría» (no sólo entre el Este y el Oeste) es [("¡
7ur~iamentalmente una batalla electrónica.

lO
El «efecto-segregación» no debe inducir un catastrofrsmo injustíficado. Visiones de largo
presentan tambi én componentes apocal ipticos (Pi rages-Ehrl ich 1974) que han suscitado d iver.
pe
sas críticas (Cole 1978) . El catastrofismo desean sa en tres premisas: a) La tierra es un sister:','
finito e interdependiente: explosiones atómicas en Nevada inciden en la calidad de !a leche ma
Terna de Turquía; el DDT usado en la agricultura argentina afecta la fauna marina australiai",:.
al Las principales variables del crecimiento (población, contaminación, use de recursos) aumeri'
¡a,! geométricamente. de modo que al acercarse a una cierta pared o «techo» se tornan asinté@""
cas, cayendo más tarde con rapidez. Si esta expansión geométrica no es contenida, epidemias'
desastres naturales y guerras brutales habrán de tener lugar. cl En caso de una crisis global q(
es oercibida como «terminal .. , las sociedades avanzadas habrán de aplicar normas de «sobrev'i
vencia darwinista .. , especialmente en el mundo en desarrollo.
..

No hay que despreciar estas premisas (Ferkiss 1978). incluso si se acepta una versión m~",:.
suave del catastrofismo, las repercusiones, si no son atendidas oportunamente, serán gravÉ:¿':
Po, ejemplo, si el incremento mundial de la pob lación se detuviera en íos siete mil :niilones ~~~;
personas (proyeccion baja conforme a las estl maclones hechas por NaCiOnes Unidas), ef&:..~'
tos negativos todavía podrían verificarse. La percepción social de un «sistema compr.imidQ>
aumentará sin duda las patologías colectivas, como el uso intensivo y extensivo del terror, <
abuso de drogas y las agresiones reales e ideológicas contra el racionalismo. Sólo gobiernos .~
sistemas nactonales capaces de absorber estas crisis sin una perturbación profunda tendrí"
viabi¡ipad en el largo plazo (Forrester 1978). .
~) . \
El tercer costo de la im revisión es la sobre:reacción/apatía., Cuando ias sorpresas ocurrec
constantemente y la se regaclOn SIS emlca parece insos ayable, brotan dos actitudes extren-¡r
sas. iJna es la agresión verbal desmesurada que se nota, por ejemplo, en íos organismos ¡nte,­
;¡acionales cuando se discuten el contenido y la factibilidad'del «nuevo orden». Argumentos E""
ravor y en contra sobre la «recolonización., el «imperalismo», .,Ia injusticia distributiva», «la d~~
da moral», los «pecados económicos de los pobres», ofrecen chispas y poca luz. Son modalid.él­
des de desbordamiento emocional que en nada auxilian a comprender y resolver problemas. L
lugar de una táctica legítima, las agresiones suelen convertirse en un fin en sí mismo. En muchos
peíses de menor ingreso. estas actitudes suelen carece¡: d.e-una.ba~.-mo-Ha¡-~e.git~ma;-fJues--i4:-·-.-
cambios que se reclaman 'en el plano internacional son resistidos internamente. -

Adviértase que en esta agresividad n6 sólo se distinguen cálculos fundados (como forzar \10
transferencia no recíproca de recursos, «tranquilizar» a las izquierdas locales, o adherir a b\#;;;;,.,
ques regionales con fines de negociación), sino reacciones reflejas a una frustración acumulaó-a:'
La historia transcurre, las brechas se dilatan, las innovaciones abruman, sin que los países ma[,
ginados tengan la posibilidad de controlar (yen algunos casos de comprender) los mecanismei·
de causalidad de estos fenómenos. Víctimas y victimarios caen en una trampa de resentimient0
ytentacinnesqaeseacBrca a una neurosis colectiva. ! .

Brota, por añadidura. la apatía. Si la dependencia es absoluta e irreversible (todavía no,'

es): si el nuevo orden internacional se está conformando al margen de los intereses de países

;)oDres y pequeños (hay bases para esta premisa). y si el subdesarrollo es irremediable (lo es

......:
~-,-,6 -----,,,,:--:,:
orevalecen las pautas de hoy), entonces sólo cabe u[Ja «orgía fatalista». Nada se puede hacer;

todo está decidido o modelado por fuerzas omnipotentes. Se produce entonces una esc!erosls

funcional en estos sistemas: dejan de reflexionar para entregarse a una neo-demonología.

:.::.:,';'

'2.7. Modelos de Sobrevivencia

%'~t;
.},: ~~
~;1; ~'-
,Como se.verá, el diseño, die estos esqduem, as estám~y infdluído pOI l' lasltedndencias
en el escenario internaciona: a recesión e as economlas in ustria es; e esencanto SOCia! y
rec¡e~i,es ,~
.• ~" '"':'_":o'.,<:~.;.I1ifr. _;'~'-;:
filosófico con la ciencia contemporánea; el desmantelamiento de los regímenes de integración "';¡r
económ ica y -de cooperactón de- afgttrms'b-Jeques-regionales;-ladHat-aGión d~la-brecha.ingr.esc=' Ah' ~i
productividad entre países dotados desigualmente por la historia, la naturaleza y los recursos ...._.... _~':¡.-.;~;,~ ~. .
humanos; las perturbaciones en el abastecimiento regular de materias primas' estrptégicas; el ­
«apagón» del espíritu empresarial en las economías avanzadas; los monopolios de Estado que {:'.':
crecen en países de incipiente industrialización, y, en fin, la carrera armamentista que convier- ;W:~
te al mundo en un verdadero arsenal. "'"'c.;~.

• Desde ei punto de vista de la teoría social, estos esquemas también han sido modeiados
por las críticas que se vienen difundiendo en .torno al desarrollo económico y a sus estrategias
(Bell 1980). No hay duda de que ni el capitalismo ni el socialismo revisten hoy las formas "clá­
sicas», esperadas y preconizadas originalmente. Han tomado otras modalidades, apremiadas por
los imperativos de la sociedad industrial. Por otra parte, los «modelos de desarrollo" muchas ve­
ces han carecido de la claridad conceptual necesaria, y, al ser puestos en marcha, encararon y
generaron distorsiones económicas, sociales y éticas.

Autor Visión Diagnóstico-Escenario

~' ...
Kahn Progreso indefinido, estabili­ Marcha hacia la sociedad post-industrial. "Ne­
dad, abundancia creciente con gociación Fáustica n que implica desajustes
pobreza crítica. pero remata en equilibrio.

Erhiích Población excesiva. Colapso Desaceleración general. Aplicación razona6ie

o,:>
i# 37
".--,
¡ 1

'.

ecológico. Descenso niveles de la tecnología. Recurrencia selectiva a me­


en los subdesarrollados. canismos maithusianos.

Meadows Límites físicos se presenta" en Reducción poblacional. Moratoria tecnológica.


menos de un siglo. Consumo medido de los recursos.

Heiíbroner Desastre malthusiano en los Ajustes de largo plazo posibles só!o si se


pobres. Regímenes totalitarios atiende el ecosistema.
o anarquía general.

Fundación El desastre ya existe. Las difi­ Reconstrucción política e institucional. Trans·


Bari!oche cultades crecerán en As i a y ferencia geográfica de recursos.
Africa hacia fines del siglo.

Leont~ef Los esfuerzos de la ONU fraca­ Crecimiento selectivo: más entre ¡os pobres,
sarán. Crecerá la brecha. menos entre los ricos. Redistribución mundial
de recursos.

Modrzhinskaya Refuta mecanismos neomal­ Prosperidad global sólo limitada por sistema
thusianos. Postula sociedad capitalista.
socialista post-industrial.

(Según Coie, 1978, con ajustes del autor).

Préstese atención al hecho de que estas visiones y diagnósti.cos en modo alguno agotan !a

gama de -futuros probables» que se han propuesto hasta la fecha; íos esquemas sóio ilustran

direcciones básicas y servirán en el análisis que se hará en el próximo capítulo. Por otra parte,

estos escenarios tienen carácter global; no especifican ni estrangulamientos sectoriales ni los

encadenamientos causales que podrían llevar a formaciones alternativas del futuro. Estos asun·

tos específicos serán contemplados en la presentación de las metodologías cualitativas y cuan­

titativas que se están empleando en los estudios prospectivos.

-- -- -- ---'--' -_ .. _-_._. __ . __.. _._-_.- _._--- _.. _. - ._.--,-._-- .(;"-'- ._.- - ----- -._­

. ' . . '. , ,- '. - ~ -:." -:' . . ::: -.

38

I .,\.¡-.;.

:'~\' "...:- :¿ ..
. ::

3.Marcos conceptuales e institucionales

Cuestiones centrales de este capítulo


¿Cuál es la orerta y la demanda de los estudios del futuro?
¿Cuáles son los nexos entre prospectiva y mecanismos de decisión?

¿Puede llegarse a JdJ:!'ª- teoría de la prospectiva?

¿Cómo vienen creciendo los estudios del futuro?

Objetivos
Presentar paradojas particulares en los" mercados intelectuales» de la prospectiva. Se­

ñalar tendencias contradictorias en el orden social. Proponer elementos para un marco teó­

rico de alcance intermedio.


~::~~
" ~.)
..
Conclusiones principales
.".
-';'., ~.~

r.~:
2) t..os «mercados intelectuales» de la prospectiva no ostentan las mismas características
~-~;
en sistemas nacionales. .-: .
. ~

bJ 'Se puede establ-ecer un'nÚffiero-de'criterios para normar los nexos entre investigac;c­

nes y decisión.

e) Existen elementos para Slrticu lar un marco teórico provisional ~


Términos·clave: grupos teóricos; refeudal ización; aprendizaje organizaciona l ; ~onducta hob­

asiena; historicismo; industrialización del espacio ..

;;;:J
. El estilrlio del futurQ Qresenta una paradoja} Por una parte.E ind.l~Q.§D_§..ab.ku~.ª-!1J .. siste!T'Jls
G.o'~1Píeio~ (g0)Jiernos. empresas. hospitales) en donde·lasinterveRci0.Jlesexternas y I-ª§..conduc­
_t.as ineso_e.radi:JS. C!1Us.tituyen rasgos predominantes. Por la otra, tropieza con teorías y métodos
gue DO trad!(Ceo "0
conseoso significativo entre especialistas. La demanda por este genero de

estudios parece ser más imperativa que la oferta; las expectaÜvas apenas se basan en ¡ogros

sóiidos. /,..\j

. Esta paradoja~ varios orígenel U~ellos es la brech.-ª...fw..t.rnJ..QS..Qvangl..§. 1ª_¿ri,f':..Q§_de

tiiJliosRec,ti.\Lfl.,...')'.. 8..US.-apllf.~.!Q!@§ emnlrlcas. I.a tooria..ba marchado más_~lill a como...su%

le acontecer en muchas disciplioas bóvenes tMulljns 1971J. Los investigadores deben resoiver

" la problemas de organización. comunicación y liderazgo después de haber alcanzado un or­


. den cor.ceptual razonable. .
-....... .:..,._------

Qtra raíz de la paradoiª~el amhi.ente....eo--eL:.uaUos estudios del futuro están des~.rJ.:L9ivL~D;


.dose._ Como las perturbaciones en el entorno de la _sociedad industrial son recurrentes y gra­ -.::..

.ves-. y existe escasa fe en la «resiliencia» (es decir, la aptitud de absorber cambios cualitativos

39
I
\

sir; destrozar el sistema), la tolerancia al error es baja. No se tiende a una constante experimen­
tación cO,n la realidad a fin de perfeccionar modelos y despejar la ignorancia, debido a que una
equivocación apareja altos costos. En estas condiciones se tiende a preferir adaptaciones pasi­
vas que, en el corto plazo, disminuyen los riesgos. Ciertamente, esta conducta es miope, pues
a la larga los factores lentos de cambio se acumulan y manifiestan en una explosión o catástrofe
(Rabinovich 1981).
Dicho en otras palabras, la demanda social por las previsienes es significativa y abrumado­
ra: sin embargo, la demanda gubernamental-empresarial no l'iene equivalente magnitud, debido
a ¡os riesgos que todo estudio hipotético-experimental (como la prospectiva) genera. Si se quie­
re, existe una analogía de esta desigualdad en las demandas en el campo de la investigación y
ei desarrollo: los sectores privados tienden sistemáticamente a subinvertir en este campo, pro­
yectando los riegos al sector gobierno (Roman 1980).
Por añadidura, cuando se producen períodos de pronunciada incertidumbre, gobiernos y em­

prssas recurren a la prospectiva como "último recurso», sometiéndola a las presiones intrínse­

cas a este comportamiento (Emerson 1981). Como los remedios ordinarios han fracasado, se

ape,ia a promover lecturas del largo plazo como un medio casi desesperado de encontrar formas

de superar las perturbaciones. Esta "búsqueda con alta presión» ofrece oportunidades a la pros­

pectiva, pero simultáneamente levanta, con· gran efervescencia, las expectativas respecto a sus

resultados. Esta tensión puede conducir a interpretaciones apresuradas del estado de Ur> siste­

ma, aumentando paradójicamente los grados de incertidumbre. t) )

A. ll,€sa!" de estas dificultades que emanan de Las i.pt€+~u;d(}ne~4&-la p~iJiva como dis­
ciplina 'oven con un ambiente ue ed e oexa era las ex jpracIQr;8s
aei

•u uro an ro resada tanto e las esferas aplicativas. Breve­


'mente, estas exploraciones se han institucionalizado en las socieda es 1ni1üSTFT131es aoñde alejar
¡¡;certidumbres e incrementar la optimización constituyen imperativos sistemáticos y estructura­
les. \fa se ha visto que una tendencia equivalente encara dificultades en países en desarroilo, a
pesar de que estos imperativos son objetivamente (pues gobiernos y organizaciones aún no iQS
nen internaiizado) por lo menos de igual apremio.

,,
.. "- -- .-_._--
¡5; P ~ ~ ~ ~ = = = = = = = = -
3.u..a!.!..reguntas a la Pregunta
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"I7
..:2~lJLflecht •..:.. término" fut.u.r.o.lllilla» en los años cuarenta al tocar la interro­
oación sistemática y organiza a e evenlr (F1echffieim 1972). En verdad, ~li.mÜó..a-prJ)j).oner
"";;1 :18rnb~e, sino queJWbtmH:ambién v.o p r ogta!Ji1a de temas al cuaUiebéría..av..Qc.ars.e_Ja..nuENa
genc.ii3... Le preocupaba, en especial, la suerte dela c"ívilización en la época de reconstrucción
qliesiguió a la última guerra mundial. Ya en ese período es posible encontrar en Flechtheim tó­
picos y conceptos que más tarde habrán de merecer atención profunda. Por ejemplo, planteó
preguntas sobre las posibilidades de que el crec ¡miento científico, tecnológico y económico con­
tinúe indefinidamente, a pesar de atonías episódicas y cíclicas, insinuando que si la respuesta

40
era negativa habría de regresarse a una sociedad oscura, primitiva, rural, localista y violenta,
sociedad "hobbsiana» que el historiador Sacco y otros (1973) vienen dilucidando. Como se ha co­
mentado en el capítulo anterior, la literatura sobre el "crecimiento cero" y sobre el ensancha­
miento irreversible de las brechas internacionales alude a una «re-feudalización" del mundo y 2i
probable declive de los valores seculares (Dobbel;:¡ere 1981).
·Ff )
~eim, -la f"tllrologia babría de descansar en [elaciones pr:.ob.abilisticas entre
i:leclto.s; caQrIa entonces repasar la historia para identificar, no las hazañas de los ~
·lLombres ".l.ficcióD didáctica If-empí rica q"e ocas ion Ó tendencjas totalitarias y-p.m.c.ep.cionas-sim~.
c.. 'Iilistas de la reaiidadl, sino las determínaciones estructurales, la acumulación c ntinuid8­
~~?"'-rles--krilias...-cas: . yisioles. que remat i cualita' .U>in embargo, esta revisión, t<{.
aunque necesaria, tendría consecuencias modestas, puesto que muchos de los grandes proble­
mas oue se Í!en planteado después de la última conflagraci<;5n ~.und.~ .. 1 carecen de antecedentes.
en ei nueve entorno, la sabiduría del pasado ya no puede aux~ f-;
Lr¡tre Los rartQros.que _ayudarían al surgimi ento de la futurología, Flechtbeffi;¡ a¡ll./ota eo ..as­
í I a la planificación. Ya no es ésta ni rival intrínseco de la democracia ní «camino de serv!­
dumbre:=¡rraye 976, sino el guardián de la racionalidad social. Existiría un nexo causal entre
planificación y modelación del futuro. de suerte que los futuros podrían ser «reinventados» mer­
ced a herramientas suministradas por las ciencias sociales (Hodara 1968; Coser 1977).

Algo más. Fiechtheim puntualíza que si las excursiones de la prospectiva llevaran a COIl­
cluir que las enfe!"medades de la civilización son «terminales". el diagnóstico tendríéull valor
apreciable. Prepararía a la especie humana «para la muerte colectiva» o para la aceptación esto;­
ca de un mundo diferente. En otras palabras, la futurología tendría la aptitud psicológica y edu- . __
cativa. en este casG....de·rBdy¡;.ir-·tensiones destructivas mediante la anticipación de virajes trans­
formadores. No se le ocurrió a Fiechtheim que la visión de catástrofes cercanas puede apresu­
rae ei desmantelamiento de la vida organizada y favorecer el nihilismo.

FlechtheimJJm[.aS..e.nta tendencias hi<:tÓrjcas qlle se manifestaron en forma destructiva en


~; .J9s 'lJTtirilas décadas y que tarDan imper¡;¡til/¡J la insp~66ión del porvenir pero es también la pros­
.oectiva una reaccióll..,previ<:jble de' espíritll científíco al lídiar con presentes complejos e insati~'­
factorio~En otros tiempos, el desasosiego colectivo se tradujo en utopías que constituyen, en
"esta textura, imágenes sobre futuros posibles y.probables ..que _criticansímbólicamente ai pre·
sente. ei espírítu científico captura el componente crítíco común a las utopías y le añade direc­
ciones operacionales, prácticas. No se limita a la simbología ni a la fantasía literaria, sino que
reclama la intervención en el curso de los acontecimientos (Amara 1978).

la conf!uencl.§~tre tendencias_ol2ie1LY-ª.S....Y_..e..s.Wr.itu científico tlJiLo_.d.QSJB.s.uI1.ados..-P-m:--ur'r


,,_o' lado las imágenes flltllras erentes o implícitas, enarboladas por al unas ideolo ías Y.--.li'llglg­
_.--,':lAS laicas se debilitaron . D81ismo la burocratización y la secularización
;:~: quitaron validez a estas imágenes en cuanto «puntos de lIe ada n normas ara la a . 'J:l. El mis­
o
H2srl"Yoes- aúno im¡:}Ql'-wnte--err,rtganas subcu turas pero carece de la universalidad epistemológi­
ca de la ciencía moderna. Sólo ésta ofrece un lenguaje común, transcultural, para admínistrar or­
ganizaciones y desequilibrios. El relativismo cultural no debe implicar relativísmo gnoseológico
(.""'"
[Bunge 1981). Le diferenciación de las instituciones y el ímperativo de administrar tanto los már­
genes de latitud como el cambio org.aFlizacional conducen a un género de pragmatismo uní­

41
','ersal que rivaliza con (o se yuxtapone al) relativismo de alguna traalCtO" o cuitura_ A la (_."
prospectiva le cabe ofrecer herramientas congruentes con este pragmatismo.
Adviértase que esta premisa no significa invalidar «lo sagrado» ni despreciar ¡as emociones
colectivas que presiden a diversos grupos culturales o ideológicos. Antes al contrario, algunos
;' .._.,­ '. aJtares anticipan el reverdecimiento de formas religiosas (ceremonias, cultismos, ritos de tran­
sicióil) ya sea como complemento, ya sea como reacción, al racionalismo contemporáneo. Ex­
pres¡ones de este nuevo equilibriD comunitario se advierten en países (como en irán de estos
dias; y en grupos seJectos no n.ecesariamente religiosos (como en agrupaciones terroristas).
E¡ _segundo resultado es el empalme de la prospectiva con los mecanismos de decisió". !:;~,
Cuando se hace hincapié en la distribución de probabilidades que configura el curso de los acon­
tecimientos es importante identificar cómo esta distribución se modifica en el tiempo. Este
ejercicio es muy diferente de la "búsqueda de leyes» y del «culto a los grandes hombres» que
~af! nor... ado las filosofías clásicas de la historia (Berlín 1980); impíica-más bien la incursió¡;
act\\'c, e!? ;os ambientes y "Iibretosn (o códigos áe conducta) que regulan las relaciones de i,,­
certidumbre. Así, lecturas del futuro pueden aconsejar la postergación de acciones o bien pro­
mover ajustes adaptativos conforme a la evaluación secuencial que esas lecturas entrañan. La "~-V
'prospectiva invita, en definitiva, a un proceso de aprendizaje organizaciona! (VValters-Hilborn _:-"
1978}. \;-;:

Ouizá un ejemplo ayude a esclarecer estas ideas complejas. Piénsese en las economías sub­
desarrolladas petroleras que han gestado nueVas relaciones de incertidumbre a causa de 18
importancia centrJlI de las exportaciones de hidrocarburos en la secuencia expedita de! desarra­
no. Pero la bonanza relativa de esas economías puede ser traicionera (Hadara 1977). La liquidez
excesiva,1a corrupción en cascada, la quiebra de la agricultura, el fin de la economía mixta, un
grave endeuda-miento externo: éstas pueden ser las consecuencias de una administración des­
atinada del petróleo. Ahora bien: cada una de estas variables comporta una distribución de pro­
babilidades que es importante determinar con vistas a administrar la conducta del sistema. Así,
por ejemplo, los precios reales que se vislumbren en ¡as exportaciones del petróleo habrán de
sTectar ,a estas distribuciones o compondrán diferentes «escenarios». En cualquier caso, las an­
ticipaciones no pueden desligarse de las medidas tangibles. Si se renuncia a este maridaje de
la prospectiva con los mecanismos de operación, factores exógenos habrán de fijar, conforme
a sus intereses, las relaciones de incertidumbre.
/.:
,- '-tv u [Cuaresson T6sucr-iteríos qu-eregulán UeTe¡iÚc¡¿¡ü-dEdaprQ.spectiv-¿- como-iQi0_;:;j-o.:JQdj~pe~­
sacie de políticas?
,~.-~

.Uno de ellos es la visualización de opciones y «w!lbrales de ruptura .. (la posibiíidad_~E;.ucªm­


,Dios cuaiitativosl Lps opciones no representan lID dato inconmQ\{ibJB sjnO.J!OiU@~S'=de­
•.-p.end.e.-d p la da.tal:i.ó.D...!ia.factoUlS (que se transforma a S!l vez en el curso del tiempo). d~~so
a ¡a j'1formación ertinente de la flexibilidad institucional ara absorber las transformaciones .
. Tómese como ejemplo la ex anslon _ r_ Ica_ e . ·~..,J;.omo M¿;.;ico. Parece claro qué-e!
crecimiento po aClOnal presenta una gama de variaciones probables, en función de las estructu­
ras y ritmos demográficos existentes, de la información acerca de las «entradas» (nacimientos,
cOf'figuración por edades) y «salidas» (mortalidad, emigración), y de las políticas aplicadas
(control directo o indirecto de la natalidad, estímulos a la emigración, convenios con Estados

42
Jo;.

Unidos sobre la fuerza migrante). Es importante determinar estas variaciones. pues un &scenso

pob!acionai descompensado puede agravar los cuellos de botella (desempleo: cOiT'unicaciones:

desnaciona!ización fronteriza) de este país (Hodara 1978; Business Internationai Con:;oratic:¡

1981) .

Aoarte de visua!izar opciones es necesario comprender la lógica contra- i ntuit;v2 oei :::rs­

cimiento exponencial (Meadows 1972) que gobierna la mayor parte de las variables que oetermi­

nan la viabH¡dad de largo plazo de sistemas complejos (población. tecnología, comercio exterior,

endeudamiento, ai¡mentos y otros). Este tipo de crecimiento entraña que los márgenes de 'ibero

tad y de intervención se encogen en el curso del tiempo. Lo que es factible hacer hoyes imposi·

ble hacer mañana. El tiempo corre contra los mecanismos de decisión derrotándolos al rina:: éste

es ei mens&je lúgubre de la curva exponencial.

ti terce, criterio normativo es el despejamiento de sorpresas mediante !a detección de,.~:;:;


¿ev21"n" t"''''~''"''M@s,;Q la instalación de "sistemas de alarma» Que indiquen la probab i e?2"§':" :.t.it
_r¡clón de "kiUna amenaza tl!o supone, desde luego, un conocimiento previo sobre iO que se ;:~'~J
, pretende obtener o impedir, así como el establecimiento de códigos para interpretar sigras :c:,.:l:'),
portafltes Supóngase, PEor ejemplo, el surgimiento de un Estabdo dio.tda¡¡t~rio
en cJ:""¡ cCiltex':::; de '.~ ,:' ,.iI.: ,) _.: :.~ .· _~: 't._~ ;,: .·
momente denocratico. ste proceso reconoce etapas. Las posi j l j a es latentes eXisten Y3 sea _ :: ~?~'.
a caus3 oe:carácter .. total .. del Estado moderno, pues domina fuentes de informació" yoo;-;trol . "T'

:, :'i.~:,_;.~: .~ c-~':
i
en grades considerables, ya sea por el "monopolio del terror» o de la "violencia legal, que si Es- ".k..,.,,:;: ..
tado posee (..6..vishai 1979). Pero esta capacidad latente necesita eventos precipitantes, ·:::ataíi- _ ."':'
zad'Jres, para manifestarse p!enamente. Inflación galopante, desorganización sociai. pror,unciaaa, ¡,:,¡~".
inn"nencia de ataques extemos: estos factores pueden desencadenar el proceso. ldenti+jcac¡ón '_ !' 1~j

..op,rt:;~:: ':';:::0::~:':~':~':::',dc::~:":: 0p:::':~:: ::::::::es ~~ ~ d;~pi;º,e" ',;0: .;:~ ~


i "lo
cnga~¡z2t¡\jOS que ~DS actores interesados activan cuando lo~ acontecirnientos . o
. resenta:--l gir8s

--o
irreguiares y 'iO recurrentes. La elaboración de estos planes es en si misma un pmceso de cp~e,,­

dizaje Que ¡¡sva a atenuar las sorpresas. Ejemplos de estos desplegamierrtos continge"ci8;es sor:

ja capacitación de unidades anti-terroristas especiales o la flexibilización constante de ¡ss ,asas

de interés en una economía mixta que padece incertidumbres inflacionarias.

Ceetamente iosactorbs que 3nticipanactos contingenciales deben definir con claridad no

s6'o SeOS :Jceiaci:me:: sino las "elasticidades .. o capacidad de reacción de íos sistemas ~ue diri.

gen. Pera regresar a íos ejemplos anteriores: el entrenamiento de unidades antHerrcristas S;j·

pone la aptitud de aprender e internalizar ,ola lógica terrorista" (Laqueur 1978) con ei Gsjeto ce

conteneda, As! también los climas inflacionarios que suelen arrastrar la devaluaci6n exter'l3

de la moneda exigen sistemas de intermediación financiera ágiles, dotados de "reflejos" "epdos.

la ap!icación feliz de estos criterios depende del armado de modelos de comDcrtar:iento

relativamente complejos. Estos modelos ya no pueden descansar solamente en lui ios intuitivos,

sino que raquieren la observación organizada. Al describir con razonable precisión a realidad, es­

tos mode!os puede:: esbozar la distribución de probabilidades que norma la aparic ón de un cam­

bio cill'liitativo.

43
3.2. Hacia un Marco Teórico

r r.-f: 1..}\
lenguaje denota predilecciones,-Palabras como «cambio», «equilibrio», «catástrofe», «con-.
=1
~cta hobbsiana», etcétera, implican juicios de valor,;. No son descriptores neutr..o.s-.d.e~J..§.~li:
__9aa.
Las ciencias SOCjaJES DO pueden desprenderse de las preferencias normativas; y menos to­
~i'" los estudios de los futuros.

Por ejemplo, los trabajos de la -Comisión del Año 2000» auspiciada por !a Academia de
Ciencias de los Estados Unidos en los sesentas postuló un tipo de sociedad post-industrial
basada en «servicios a servicios», intensivos en información (Bel! 1976). Las ¡abares de esta
Comisión se remitieron a evaluar el tránsito hacia este perfil social y sus modalidades probables
de funcionamiento. Pero es claro que la postulación básica descansaba en una racionalidad tec..
¡¡acrática congruente con los intereses de las sociedades industriales. Con otros supuestos y
valores se habría llegado a un tipo diferente de sociedad preferida. -', ,
:_j J
~I eso de los valores en el discurso teórico no si lJifica en modo algw:w.J:¡ue.J8$.. .c.íencias
~.?Ea'es sean «simp es armas políticas» Q.«cons¡;¡i¡:.;;¡ciones de-inteLe.c..tu.ales» No e~: Las incii­
nacío'nes norma:rrva5:fe óresentan legítimament.sL,en la ele..c.clán..d.~los_ temas, en ia importané'ia
que merecen para un público determinado eolo_s recursos mJ.f;L~e-.1~~_Qes_!!na-:i·e-n·-ros"p¡,opÓsitos
(fue se les adiudicEt~~:~~~~7 el e~t\ldiQ sQf.ill1 S~P-ºl:LlLE~D ....~~c:hª".~i:D:o.I:~~a)::l?~~ctecer a
reglas afines al métados:ientiliCQAlfioal el estudio puede coincidir o discrepar con los varares
~o justificaron en la p a r t i d a . - ------.---.----.----------- ..­

En otras palabras, el ejercicio de las ciencias sociales representa un compromiso entre los
ambientes que imprimen juicios de valor y las normas intrinsecas al método científico. Si este
compromiso no se respeta, los ambientes externos a la investigación imponen formas más o me·
nos refi.nadas de auto-engaño ¡ntele.ctual o de apología ideológica «adornada» por la ciencia (Sha­
piro - Neubauer 1973). Ciertamente, los investigadores mismos pueden violar este compromiso
reflejando mecánicamente los intereses de algún grupo, con menoscabo del espiritu cientifico.

Estos breves comentarios sobre 13 legitimidad de los valores en la construcción de marcos


.... te6r fcos'Heva n -a1'f aotear-' a -sigtlienTe-1 flterrogan te :-tGltáles-elit:tego-'de-su puestos -que di sti n9 ue
a :2 prospectiva? ¡ , ~ \
J ~ ._'
liQ...b.Q,Y
forma de establecer uo juego único y excluyente. El acopio de ~ación, ¡as trans­
formaciones de los valores y los intere§es desiguales de los sistemas que «inventan:lUtufO'S,"ín­
ti:~';-BafRhiOS"eoost~ea T~s premlSas ioiciales:]910.~~Ll?i.Je¿l.jul.Dsayaru nallproximactón
~,i.Lasros.~•.OO'g.a,.en•.¡a--ifltelfgefi"r.,i ¿",re
G1 blel.Gs-f.asto~ a n tes.....ª-Dota Te-rmpfTmen raro·dos
._~~:_~.r.np~:..~~-~~dad. 6¡)
Uno de e~_tos supuestos' conieates en el quehaceLQ.L..Qsp.~G.tj'.LO_~§~,.eLhj;:¡iQ.r.i.cismoJ~r
¡ 96G}. Se trata de la comtl¡;~ -com:.!1i.Qs.p.m:.J..as.«nueYas1~1~gJ¡j.e.r.d.as. ..y-.cier,\'.¡:;,b.~. ~.:= . rl.e_.qi!i'.. 12
t[storia sigue leyes, regularid;;fies ritmo.~les.En_e.s1~: el ~~_t9!I.~i.:3i11g,'§'§....Q.P9.De
a la glorificación de lo irracional, lo espontáneo. lo imprevisible, como atrTIlutos centrales del gé­

44

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Ml€W hUm¡:lOo. La orospectiva no ¡Jodría ejeroita rse..si aceptara ia~ igeas d.e_ul1,Qe-Mals.tr.§,.Q,;:Je
~(Berii!1 1980t ace.r.f.a. det~arácter.ºc.c.i.dftDiªl, ea..Qx.icQoso, de la trayecto.ria his!ºr!..c~2..

Su ano, por el contrario, la existencia de regularidade y la posibilidad de c(mocor~a~J._odJjl [TIe­


l)-2.s, de atenuar a ignorancia respecto a ellas. .

Pero este supuesto de racionalidad tiene como contrapartida una tendencia conservacora",S¡=--­
El1 historici.!illlJl_~iQ~ent~ controlado con modelos que aceptan a priori vari.ables area~
torias. Pllede rromQver experimentos al!toritarios de "ingeniería SOcial», .esto es, la construcción
--_''-'-_'
,Q gran escala de nuel/as org::lnizaciqn.es co_o.~Q..ala..e.xperiencCa conQ~ida o se9.9o -'~s Lntér­
--­
¿retes poderosos de la racionalidad sug~Una versión más suave de este conserva urlsmü==
es la marcada predilección por las proyecciones que ignoran o empequeñecen la importancia de
los cambios inesperados o de continuas extinciones de reducida escalada que se acumulan y ex­
plotan en la forma de un viraje significativo en las tendencias vigentes.
Ejemplos de reflexión historicista se pueden encontrar en diferentes trabajos de H. K2h,;
(i979). Sus escenarios, guiones y alternativas se derivan de una proyección multidimensiona!
que supone una regularidad básica. Pero si las proyecciones se acortan ysi se renuncia a preten­
siones teóricas de gran envergadura, entonces existe la posibilidad de atisbar tendencias plau­
sibles (Hudson Research Europe 1981). Aún en en este caso hay que manejar con prudencia
las proyecciones mecanicistas.
~i
Por otra parte,ill!stOricismo tiene iofluW1,Cias positivas. en lagrq2J2ectiva. De hecho ex;s­
ten regularidades que se sostienen todo tiempo que las variables' condicionantes se comportan
con lentitud. Piénsese, por ejemplo, en las irradiaciones tecno'rógícas: económicas y políticas de
ia s'ilación espacia!. Esta habrá de continuar su avancE:1 ~n.Jamel:UQ.a.er¡gL!..~ LQ~_9ºbJ.§rrL9~ .. y:"ell}- ...
presas que ia auspician le destinen recursos humanos y financieros y compartan la convicc1ó;"',
de que el dominio espacial es un factor estratégico irrenunciable. Las actividades recientes-de
íos europeos en este campo (Time, a de febrero 1982) se explican por estos supuestos.,
, .. • ¡ h- . t .. d ' • I • , .6) - ,
;,,~as aun, e! IS,OrlCISmO pue e con . ronostlcos que se cUfTIQJen a S.lJU.I.Sí)Jos: iaJs
sr¡ ~2S regu~addades se 8U osos lene.
. . . .. - .. -_ . .
"--~.~---~._ "

e.}
El seguru;Lo st¿Questo corriente en la grospectiva es la modérnización_G.OmG-i4e.aLcOlIl.¡:lQJ1.i..9..9
k ¡as. socieda~ ..co.f1temporáneas. Hasta los sesentas existía éíertO consenso en la comunidad
de investjgadores acerca del signif~cado de este proceso: diferenciación de esferas institucio­
nales, secularización ,actitud positiva respecto al futuro, aceptación entusiasta de! cambio y ale­
jamiento de ,as normas prescriptivas y autoritarias. Estos valores se difundieron merced a ia
revolución en las comunicaciones, a los intercambios culturales y a los beneficios materiales
que trajeron consigo, al menos para algunas clases. Sin embargo, en los últimos años comienza a
proliferar una reacción en contra de este proceso. Para algunos autores. la modernización es iJna
forma benigna de imperalismo cultural; emana de un «centro» que impone a su « periferia" SJS_
preferencias_ Las opiniones discrepan sobre el grado de tolerancia que debe concederse a esta
subordinación (Shils 1975; Prebisch i9a1). Ya se ha visto, por otra parte, que ciertos !nvestig2­
dores sostienen que la modernización como proceso devorador de recursos no puede proseguir
en un mundo finito y que, por tanto, hay que pensar en formas «estacionarias» (Daiy í 973) que
maximicen la calidad de la vida humana. Y, en fin, la revuelta contra la modernización toma tam­
bién form'38 de fundamentalismo religioso, de "regreso a las raíces», de la movilización emOG'O­

45
----------
na! de las masas con fines desiguales (Bell 1978). Acaso el mes.ianismo político (que hoy sor­
prende) ~aya sido un ingrediente latente de ,la modernización.
"

Un tercer supuesto de la prospectiva es la im ortancia cardinai de lOS C8nJ.!!i.Q!! tecnológi·


coso A pesar de que ciencia y tecno ogla espiertan también ácidas críticas por diversos~mcitiv'os
lHcos í978) y de que existen movimientos sociales que abominan del .monopolio epistemológi­
co" de la ciencia y de la industrialización como uno de sus productos [Roszak "1978). 110 cabe
duda qlie los adelantos tecnológicos habrán de determinar la viabiiidad de las naciones. Estos
adeiaRtos alteran sustancialmente las escalas del tiempo. las ventajas comparativas y los impac­
tos internacionales de la innovación (Gabor 1972.1973). Esta premisa es de particular importan­
cia para los países en desarrollo que, por factores externos e internos, podrían verse excluidos
de las corrientes tecnológicas. En cuaiquier caso. un marco teórico propuesto -desde- el sub­
desarrollo no puede subestimar el peso de las tecnologías (especialmente de aquellas que con­
ducen a las innovaciones en las sociedades industriales) en ei condicionamiento social. h-
En suma. JIº, se puede proponer de momento una «gran teoría" en la prospectiva. C.PIIIP fue
-ª! caso en otras ciencias sociales (Gouldner 1970). Las divergencias ·aeinteresesdesiste~.Y
actores son muy .,pronund.ailils. Sin embargo, existenaTcíunos supuestos que pueden comparÚrse,
, .'. al menos en la primera aproximación. En c.o.njunto representan una teoría de «niveTmed'io',;'y de
ab~friGClOñ.pr1Jdenté~;q~onsidet.3GióA las disparidades en los valQI:esYTOscooflictos
~e.s v abiertos. Ent"re estos StlPl::JilstOS se ha Sllgerido 110 "principio de raciona!idad" que invo,
lucra la e~istencia de regularidades previsibles en la conducta colectiva•. f;o este sentido, super.a
er-hrstorlcismo tradiciDnal,pues acepta la posibilidad ~ccidentes, mutaciones y catástrofes. B­
~undo supuesto es la modernización. en 'd mo un proceso detran,S ormacJóR~st!'uctm.a1
. ura que-mvo ucra la intervención activa Mlhombre ~!1Jaarquitectmasociaj~ Finalm@Rte.,...eJ
~ÓI ic~::EQ&YlE que las innovaciQnes t~cn.oIQglcas constituymLeLd~~~~t~ca~dif1311de
la fisonomía contemporánea ue ,es. de las rebeliones contra la "razón 05jefiva;;y la con­
d

. •él In ustria. a importancia de los progresos ciElO'títicos y tecno OglCOS no h1f¡JrÉcde"c-eder


C.Z:..enütUropreVíSlOTe-.--~· - - . , _.

3.3. El Crecímíento de los Estudios del Futuro


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.- ..._-"-- - -- . _. - .- ... _" .. -".­

b§ institucionalización de los estudios del futuro se ha profundiz en las últimas décadas


(McHale 1975). No sólo el número e especia ¡stas a aumentado perceptiblemente; la forma,
ción disciplinaria de los mismos toma hoy múltiples formas. con el consiguiente enriquecimien,
to temático y metodológico.
Como resultado de esta comprensiva institucionalización. se ha diversificado el espectro de
las organizaciones interesadas en el largo plazo. Gobiernos. empresas. universidades y hasta las
:¡ NaCiónes Unidas (Seynes 1977) exhiben curiosidad sistemática por los temas y circunstancias
.' -\ que pueden determinar su viabilidad, su legitimidad y su entorno. 'Paralelamente, se han estable,
cido instancias públicas en la forma de .comisionesdel futuro» que tienen como cometido princi­
pal elaborar y corregir pronósticos de mediano y largo alcance con el fin de fortalecer los enlaces

46

~~~1~~e¡~'~ . .- -----.-.--~~--- . _._--,.--­


complementarios e iterativos entre ellos y el enunciado de políticas.
Adviértase que estos pronósticos tocan asuntos sensibles vinculados con la seguridad na­
ciona! y regional. En algunos casos, este nexo no es visible, como en la .<industrialización de!
espacio» (O'Nei!! 1977), pero en otros es llamativo, como en las formas probables de; "te'roris­
mo nuciear» (Livingston 1978).
,c..! mismo tiempo, se hacen más frecuentes las reuniones académicas dirigidas a identificar
tendencias y a especular sobre impactos directos e intermediados de prácticas y estr'Jcturas
futuras, como "la oficina sin papeles», las «economías computadorizadas», la «invasión de la Vi­
vacía», y la trascendencia social e internacional de los controles microelectrónicos.
Esto no quiere rlecir qlle la p~o"pectiva tenga ya un estatuto científico e in~titucionai fir~~e...:_
Todavía requiere perfeccionar ~tQdQs y ordenar temas. Aún debe probar ~ti.iliIi<'t:$o6arLas_
p~spectivas son promisorias, sin emb~_gQJ.M~ssini1978).

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47

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4.Técnicas formales

Cü€stiones centrales de este capítulo:


¿Cuáles son los orígenes de los procedimientos formales en la prospectiva?
¿Cuáles son las caracte'rísticas. etapas y limitaciones de las siguientes técnicas: extrapolacic-, .
>les, impactos cruzados, simulación, prospección tecnológica. eventos precursores, evaluación .
~ecnoiógica y consulta délfica? (:",
Objetivos

Presentar un conjunto selecto de técnicas formales y cuantitativas empleadas en los estudios del "'.­
e,·,
futuro colocando <;lcento en: a) organización de problemas en una perspectiva de largo pi.az.o: bJ ..
adecuación óptima de la meJodüJQgía a la indole del problema: c) señalamiento de pasos e indi­
cadores en el uso .de las técojcas.
Conclusiones principales
a; No existe de momento una técnica que pueda suministrar respuesta completamente satis­
factoria a problemas planteados en la perspectiva del largo plazo: es necesario, por consi­
guiente, un pluralismo metodológico,
Dj Todas las técnicas formales se encuentran en una etapa de experimentación: [10 son ero modo
alg-uno intrínsecamente superiores a los procedimientos cualitativos o informales.
Términos-clave: pronósticos alfa y omega; curvas envolventes; técnicas exploratorias y norrnat;-(
vas: diagramas de misión: codificación de señales significativas: reflexión anti-intuitiv2: con se­
-,--- cUefl&ias--dB-fl'To,:-Qroen-;- ,inreraGción ,anóroi ma.

¿::.:.-:-::

~4:2.1~.E~n~c~u~a~d~r~e~===========================---
Al abordar las técnicas (cuantitativas y cualitativas) de los estudios del futuro cabe tomar en":
cuenta tres géneros de circunstancias: el carácter evolutivo de estas técnicas; ¡as condiciones
medioambientales que gravitan en ellas: y la dialéctica constante entre los usuarios, los métodos
/ la realidad.
La discriminación entre métodos "formales» e «informales .. sóio obedece a motivos didác­

;-0".:."

48
ticos. Todos elíos son insumas o componentes indispensables en cualquier decisión que es, en

el fondo, una intervención para el futuro. Las decisiones entrañan pronósticos explícitos e implí­

citos y grados desiguaies de sistematización y rigurosidad. La distancia real entre técnicas cuan­

titativas y cualitativas es pequeña, al menos en esta etapa de la prospectiva. Todavía no es ciaro

si los nuevos métodos de computación electrónica habrán de aparejar una revolución metodoló­

gica (McLaughlin 1979), aunque facilitan sin duda la presentación, control y evaluación de las

cuestiones que un sistema considera importantes para su evolución futura. La computadora he

enriquecido la diferenciación de las técnicas y los usos complementarios de elias; sin embargo,

no ha desplazado a los criterios cualitativos en la toma de decisiones. De allí la importancia de

ponderar con espíritu ecléctico o p!uralista el conjunto de procedimientos disponible. Este plura­

iismo metodológico tiene raíz en el carácter complejo de los sistemas. actores y ambientes

que se pretende explorar; ninguna técnica, que se ejercite excluyendo a otros, puede agotar un

problema (Sachs 1878).


Este apunte implica que no cabe incurrir ni en el culto fetichista a series, flujos o curvas de fJ1:j
crecimiento, ni en .una desconfianza absoluta a presentaciones numéricas. Ambas actitudes son jjt.
injustificadas. Por otra parte, tampoco es acertada la exaltación de los juicios intuitivos, especial- ~
mente en la administración de sistemas abiertos y complejos. Las intuiciones suelen estar mo- ~\ ~
deladas por el pasado o la tradición organizacional; por añadidura. abren cauce a comportamien- ':¡\¡ ~
tos rígidos entre aquellos que no poseen el don de la captación inmediata. Estas 1imitaciones ~:':,¡,'. ~.
:'.~. I

afectan la comprensión de sistemas que se encuentran en continuo movimiento a causa de in- ~


teracciones internas y externas. En conclusión: la naturaleza del problema. el acceso a la infor- , !ii ;.l"~
n:~~
mación y el costo relativo de la misma, la posibilidadde operacional izar categorías y variables ,J ~
determin.ar. la elección del grupo de técnicas adecuado. En última instancia, las interpretaciones Itf ~~
resultan de! encuentro entrj;lo.shal!BzgDsempí.¡:jcas.-y-el-enjui~jami&nte ..cua~i1:ative ... ---- ­ ----- - .""'-:~ ~. ~.-:- .
. '" -:
Un ejemplO bastará para esclarecer esta dialéctica entre procedimientos fOímalés e :n- ~~!
¡ I ~,.¡<,
arma es. ®~
i.:f~~
Supóf1gase que se qu:ere anticipar la magnitud, tendencias y significado de-las protestas pú­
blicas en un pa¡~ iatinoamericano El término central del problema (<<protesta pública») puede te· #i~
~/J;"J!
ner a priori dos alcances muy diferentes. De una parte. indicar el aumento (o no) de tensiones ~i
""~
estructurales que se traducen en demostraciones callejeras. Las demostraciones a su vez «anun­ ~-iI
ciarían» una explosión socioambiental cercana, especialmente si logran medidas considerables
~
de organización y de contestación respecto a los instrumentos de arbitraje y «violencia legíti­ ~

I
ma" del Estadq. Pero, por otra, la proliferación de protestas puede servir de "válvula institu­

cional de escape" y representar así un camino de estabilización del orden vigente. Ambos

alcances del problema son aceptables; para distinguir entre ellos es menester efectuar un con­

junto de investigaciones.

El primer paso es definir las categorías y variables de la protesta, con el objeto de organizar
(o codificar) las respuestas que habrán de recogerse en el ".informante» (los registros de la po­
~
~
licía, los líderes de las demonstraciones. un conjunto de periódicos que describe los hechos du­
rante el período que interesa). Las categorías pueden ser: La intensidad de las protestas; !a
reacción de las autoridades; la magnitud; la legalidad; el motivo; la duración, etcétera. Estas
categorías siguen a juicios cualitativos respecto a las categorías generales de !a protesta en
el país escogido. Las varíables pueden ser informales y/o numéricas. Por ejemplo, la categoria

49
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"intensidad» puede ser definida por las variables «violenta., «no violenta" «destrucción de
propiedM., «ataques a personas., «niotines". La categoría «reacción' de las autoridades« pue­
de referirse a «ninguna», "reacción pasiva y no coercitiva», «arrestos", «contra-violencia., «cor,­
tra-violencia armada». La «magnitud» dfl la protesta será caracterizada por un abanico de número
de participantes, etcétera.
Una vez hecha esta operacionalización de las categorías por intermedio de ¡as variables, es
menester distinguir atributos dinámicos (históricos y estructurales) del ambiente nacional en
jonde las protestas tienen lugar. Así, por ejemplo, se tocarán factores cualitativos que norman
!as "regias del juego» en la presentación y resolución de conflictos colectivos (para el caso de
México, Smith 1981). Además, se estudiarán series temporales de un conjunto selecto de indica­
dores de desarrollo social y económico, a saber: crecimiento de la población, dependencia demo­
;." . . gráfica, urbanización, analfabetismo, desempleo, producto por habitante, participación sectorial v
regional en la generación y reparto del producto, destino del gasto público, evolución de los
precios, etcétera. El análisis de estos atributos permitirá enunciar hipótesis y conjeturas acerca
dei futuro de las protestas conforme a tipologías sugeridas por las categorías y variabies. Estas
conjeturas también se valdrán de investigaciones comparadas que se han efectuado sobre
e¡ Tema.

Puesto ei problema en su contexto dinámico, cabe ahora proyectar series temporaies de las
v2:riabies en el tiempo con dos objetivos principales: obtener un cuadro numérico de ias tenden­
cias en la protesta por «intensidad-, .. reacciones de las autoridades», .. magnitud", «motivoD, et­
cétera, y contar col'1 apreciaciones cualitativas acerca de los determinantes de estas tendencias
(por ejempl.o: ¿crecen o disminuyen las protestas en períodos de inflación?; ¿cómo influyen los
cambios de administración gubernamental en la frecuencia, intensidad e impacto de las protes­
tas 7) . Estas apreciaciones son indispensables para anticipar discontinuidades en 1a trayectorle
de !as tendencias.
Esta i!ustración sencilla demuestra la necesidad de una simbiosis, de una compiementación
entre téc.nicas. Ciertamente, existen problemas que exigirán (por su naturaleza e por su carac­
terización) un tratamiento cuantitativo. Por ejemplo, los ingresos esperados por una econo­
mía petrolera suponiendo un ritmo estable en el ascenso real de íos precios de los hidrocarburos.
Pero también se presentan decisiones que factores cualitativos las arectan sensiblemente. Por
______eje~"I'e.¡c..J~i.uga_ª~_G~p!ta.~
aílt~ la inminencia de una devaluación.

Aparte de este necesario pluralismo metodológico cabe tener presente el hecho de que las
técnicas que habrán de presentarse fueron y son elaboradas en sociedades industriaies. Este he­
cho involucra no sólo facilidades que tienen origen en una infraestructura superior (como ya se
ha visto ei! capítulos anteriores), sino un sesgo evaluativo particular. Estas técnicas no se ::ljus­
tan necesariamente a las realidades institucionales de otras sociedades; más aún, su aplicación
( ..
;mpiic8 costos fijos diferenciales. Pues eS evidente que organizaciones familiarizadas en el uso
de estas técnicas tenderán a usar, con costos y resistencias menores, los procedimientos de la
prospectiva y a atender sus conclusiones (Makridakis-Wheelwright 1979), mientras que lasitua'
ción será opuesta en organizaciones y ambientes que empiezan a practicar estos métodos.

De aquí ia necesidad de ponderar las técn icas dispor,ibles con t,es sriterlos cuando so"
"trsso'"",t"das" a un contexto histórico-social diferente. Uno 6S metcdo!-6g:cü:ac, qué med:da la
económico, tecnológico o político; la agricultura habrá de urbanizarse; se verificará una trans­
nacionáoiización intensa del terror y del anti-terror, etcétera. Estos son postulados «omega» que
demandan otro tipo de técnicas (como escenarios y la identificación de señales anticipatorias).
Se tocarán ahora las extrapolaciones. Suponen una continuidad esencial o normada de los
parámetros y variabJes de un fenómeno como, por ejemplo, la velocidad de los aviones, el cor¡­
sumo de petróleo y electricidad, la resistencia de materiales y tejidos, la expansión geográfica
de un sistema nacional, el crecimiento económico y organizacional de una empresa. las tasas
de cam_bio de las variables pueden variar sin alterar relativamente el fenómeno. No se anticipa
un rompimiento.
Encuanto a diagnósticos,las proyecciones de tendencias representan expedientes descriptivos
que carecen de un significado teórico o ideológico intrínseco. Establecen una regularidad empí­
rica de un fenómeno (cohortes, consumo de petróleo, surgimiento de industrias) a través del
tiempo, o bien de una pareja de eventos ligada por una hipótesis que explica o anticipa una
; . ,,~
regularidad (urbanización e industrialización; estructura demográfica por edades y expans¡-ón uni­
~'i~: versitaria; inversiones en ciencia y tecnología y generación de innovaciones). Estas proyec­
~:'': ~:

ciones toman la forma de series temporales conforme a los indicadores que operacional izail a ¡as
categorías y variables.
Piénsese, por ejemplo, en el concepto «armonía conyugal». Para manejarlo constructivamen­

','
te se precisa, primero, ubicarlo en un marco teórico-cultural determinado. Así, se deben contem­
plar categorías y fenómenos cercanos, como la «familia nuclear .. , el reparto de papeles entre los

sexos y sus grados de institucionalización, los pre-requisitos materiales y emocionales de la "ar­

monía", etcétera. Una vez cumplida esta etapa se emprende la operacionalización del concep­

to, esto es, la c;:onversión cuantitativa y cuantificable de algunos de los aspectos que, en corres­

pondencia al marco teórico-cultural, se consideran pertinentes_o Así, el número de divorcios

;-:;.Jr· puede emplearse como un indicador de inestabilidad conyugal. En este caso, se elabora una

f~~ serie de tasas de divorcio (respecto a las tasas de matrimonios, por ejemplo), o, alternativamen­

~~
te, porcentajes de divorcio respecto a una cifra acotada de iapoblación, con el objeto de descri­

bir hasta el presente y pronosticar para períodos venideros la conducta de esas tasas y por­

r'-'
~
centajes.
BffiO rr! cos, !.<
--- ---E-R- etras- j3a lB br8S,- fa-opef'8donaH'Zaeióft-es--el-proeeso--cie-ccnstrutn;nTItenidos
-i~- «observables», a los conceptos. «Inteligencia» o «agresividad» denotan en si mismas un signifi­
cado intuitivo y subjetivo a menos que estos conceptos sean «traducidos» a conductas observa­
m~? bles, como la aptitud relativa para resolver un conjunto selecto de problemas o el ataque que se
g~~-; efectúa por intermedio del ienguaje u otros instrumentos.
~:.,"::

Préstese atención a que el cotejo de series supone traducciones operacionales equivaien­


tes. Si «ingreso» o «filiación religiosa» son definidos de una manera desigual, no pueden formar
parte de la misma serie, Encierran contenidos empíricos dispares. Esta experiencia es muy fre­
cuente en la experiencia censal latinoamericana.
Por otra parte, la serie debe ser suficientemente larga si se pretende deducir de ella no
sólo generalizaciones enumerativas, es decir, sentencias que se limitan a describir o «fotogra­
fiar» un fenómeno, sino generalizaciones causales que tienen un alcance tempo-espacial amplio,
más allá de las situaciones que todavía no se han presentado.

52
En todo caso, las series no son necesariamente rectilíneas a menos que tanto eí lengua­
je teórico como ¡os hallazgos empíricos lleven a este tipo de curvas. Supóngase, por ejemolo,
Que se constrLiYe un modelo sencillo que correlaciona «suicidas» (medidos u ooerac!ona!izados
por el porcentaje de personas que se han quitado la vida respecto a grupos de edades) con "in­
fiación galopante» [caracterizada por el ascenso rápido y constante de precios) . Si la correlaclón
postulada teóricamente se verifica en la realidad se tendrá una familia de líneas rectas. Sin em­
bargo, las proyecciones siguen de ordinario puntos dispersos a causa de conductas irregulares.
La irreguiaridad es determinada a su vez por variaciones estacionales, como suelen producirse
en e! conjunto de ventas en épocas del año; por variaciones cíclicas. cuya explicación reside
en la conducta de otros fenómenos no descritos directamente por la serie, como la influencia de
las guerras en el espaciamiento de los hijos o en la demanda de ciertos bienes; por umbrales;
es decir. e¡ punto en que una tendencia modifica su dirección debido a una mayor densidad del
fenómeno y/o por las interacciones que empieza a gestar con otras variables, como en el caso
de la rotación de personal en una empresa que puede acelerarse en la medida en que la rotación
gana frecuencia (dinamismo que guarda analogía con la conducta de una bola de nieve); y, en fin,
factores aleatorios producidos por el accidente o por la ignorancia relativa, como los que apare­
cen en los mercados {Wionczek-Serrato 1981).
Cuando el significado de las series es traducido a términos normativos o de políticas, se ¡¡e­
va a versiones «conservadoras» o .radicales». Por ejemplo, una compañía de electricidad puede
extrapolar el consumo de este energético por destinatario (industria, residencias: transportes,
etcétera). conforme a la expansión demográfica y a la elevación del ingreso promedio por secto­
res. Si con estos elementos postula que el consumo ascenderá indefinidamente a una tasa fija
con ligeras variaciones por destinatario, las proyecciones serán conservadoras»: la empresa se­
guirá orreciendo más de lo mismo. Pero si tiene presentes variaciones cíclicas, umbrales y rac­
tares aleatorios (como un receso económico, el perfeccionamiento de los materiales de con:3­
._.-iruccjÓl1•.i.zu;IPaücjÓi1 .de sustitutos energéticos), sus normas serán probablemente cradicaies".

Otre ejer--.plo: las series dinámicas que justifican el «creciníYeiito'-éero;; ·TRoda;a-Restrepo


1977} descansan en ei supuesto [pues el hallazgo es empíricamente controvertible) de que !os
recursos son finitos: es imposible ofrecer más de lo mismo. Estas series, junto con ei lenguaje
teórico que está detrás de ellas, conducen a auspiciar y legitimar un cambio normativo en la cor;­
figurac:ó" seciaL en la asignación de recursos y en decisiones geopolíticas.
{ ..
De aquí que sea falso suponer que toda proyección es por fuerza «conservadora". Cierta­ , .:.'

mente, puede ser el casa de extrapolaciones de «variables Jentas», como la transformación de la


b9se energética de una economía (el pasaje del carbón al petróleo IIe-vó varias décadas) o eles' .
trechamiento de las arterias en el curso del tiempo y en individuos normales. Sin embargo.
después de un cierto umbral la proyección lineal cesa para abrir lugar a curvas de otro géne­
ro, O a «catástrofes" o bifurcaciones que han suscitado atención en los últimos años (Zeeman
1973).

Trá,gase un ejemplo cercano: el sistema urbano de la ciudad de México. Las proyecciones


demográficas indican que hacia finales del siglo contará con unos 31 millones de habitantes. Sin
embargo. es obvio que este crecimiento no puede verificarse con los actuales parámetros (con~a·
minación, agua, transportes, ruidos) y con un nivel tolerable de desorganización social (violen·
cia, epidemias). Si se auspicia una política conservadora. las autoridades deberán Inve¡-tir"n

'~j"""".
-------------- ...-:'-----'~h5
;:-..: \
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esos parámetros en una forma más que proporcional (respecto al pasado y al resto del país} a
fin de ase'gurar el suministro de agua, agilizar el tránsito, reprimir las agresividades. Esta esta­
bHización del sistema exigirá cambios considerables en la logística y en la ingeniería social de la
ciuead (horarios flexibles, activación de sistemas de telecomunicación con fines múltiples, nue­
vas formas de transporte), como se infiere de experiencias similares (de Sola Pool í S80).
-
Pero si la política decide emprender un giro radical, deberá implantar nuevas normas en la
regionalización y descentralización del crecimiento y de los servicios, en el establecimiento de
¡nc6ntivos directos e indirectos dirigidos, bien a estimular la salida de! sistema, bien a cerrar el
f-""J acceso al mismo. Esta política alteraría a su vez las tendencias seculares de los centros rura­
.:...1
l·.· les mexicanos (Esteva 1980) e impulsaría a las ciudades de tamaño intermedio.

Uts3e.gularidades en ·el tiempo que caracterizan a las extrapolaciones pueden agruparse de


diferentes maneras. Con el objeto de evitar perturbacion.es transitorias es recomendable trabajar
(;on promedios móviles. esto es, promedios que describen al indicador (por ejemplo, accidentes
de tránsito, divorcios, fluctuaciones en los precios de bienes de consumo) en un tramo acotado
de tres o cuatro años .. De este modo, la curva que resulta es más instructiva que la graficación
anual de los promedios. La promediación móvil, al atenuar los efectos de acontecimientos excep­
cionaies, ofrece una curva más suave y más significativa en el largo plazo. Se sugiere experi­
mentar con aglutinamientos temporales diversos, a fin de encontrar la proyección más adecua­
da a los fines del estudio (Croxton 1969). En algunos casos se llega a la tendencia secular de un
fenómeno, curva que describe su evolución y conducta en el largo plazo. Es dable localizar tenden­
cias seculares, por ejemplo, en los precios del intercambio comercial entre paises y en i3 COIl­
tracción demográfica «elástica» o sensible a variables de la modernización (educación, ingreso,
secularización, aparición de la «familia nuclear n .)

Una forma más rigurosa de trabajar co~eries temporales/consíste en el emplea de regre­


siones iineaies y curvilineales. La primera organiza y presenta los datos en una Hnea recta que
representaría el -mejor ajuste- a los valores empíricamente recogidos. La fórmula es conocida:
Yt ~ a+ bX. en la que Yt representa el valor tendenciai de la variable considerada, X es
tiempo, a es una constante que indica el valor de Y cuando X=O. y b es e! incremento de Y por
_ _:;, , '.'_ , unidad,decambio.deX _., - -. -- - - - - - - - - - - - _.-_ -.­
v:~:··
;:.;: Una propiedad útil de la regresión lineal es su asociación con ei vaior Pearsoniaf1o r que en­
,. traña üna correlación producto/momento. Este valor r se mueve entre más y menos 'l. [_Os vaio,
~:"
:;:-~
;-: res extremos indican un ajuste perfecto, positivo o negativo respectivamente. Como l" denota los
.- -­ grados en que la linea recta resume los datos, una r relativamente grande (positiva o ¡;egativa)
:::.~)..
;. ~.

;:;? ¡," tmpiica que la línea recta ofrece una estimación tendencial satisfactoria. Por otra parte, cüando
.,... ~ -2­
,.
r es pequeña indica, como se sabe, o que la tendencia no es lineal, o que la serie fluctúa con am­
- "
~':.
~:': ;­
pUas variaciones. También se da la posibilidad de una tendencia indefinible. En estos casos se
hace necesario examinar visualmente las series y la línea que las describe.
f;·:·,·
'~.:
{'J.'
,~:-: :~.
(~".
Las regresiones curvilineales aluden a fenómenos que varían conforme a un porcentaje
1,0',
~~,:.
constante po, año (y no a una cifra absoluta por unidad de tiempo). Esta tendencia se define por:

~: Yt :::::: AS);, en la que A y B son constantes.


i
~ ..-J

~.;;

J
;'.~ ItW; ~:
',.
"1 ~,:.
1
~--
~i

.-\
.::
1
~#~
gl·
~1 ff*:
r:'-'
'-=' ~~
I
~ ::-J.
~
.~~~

:'.1
~i
I
Esta tendencia exponencial puede "Iinearizarse» a través de escalas semilogarítmicas. En ta!
caso:
Log Vt = log A + X log B
Para aclarar estos procedimientos piénsese en el producto por trabajador a través del tiem­
po. Es probable que en los primeros tramos, el comportamiento de la serie sea lineal debido <::
cambios técn!cos menores o no suficientemente adoptados por el empleador. Pero con el and2~
de! tiempo, la serie se ajusta a un modelo curvi lineal por el efecto de insumas tecnológicos e in­
genieriles que se acumulan hasta representar un "umbral., un punto de ruptura. La previsfón de
estos umbrales y transformaciones flexibiliza el uso de regresiones con fines de pronóstico
[Martina 1972}.
Las labores de ajuste estadístico representan la parte más sencilla de la proyección. La ds­
ficuítad principal estriba en el significado que se atribuye a las curvas. El significado puede es­
tablecerse por medios inductivos o deductivos. Los inductivos se fundan en las características
empíricas, observables, de los fenómenos estudiados. Por ejemplo, la advertencia de un límite
físico a natural {como el número de peces que se pueden introducir en un espacio finito sin pro­
vocar mayores desorganizaciones, ° la velocidad de la luz) puede auxiliar en la interpretación
correcta de la conducta de una curva. En otros casos el límite puede ser institucional o reglamen­
tario, como la superficie prevista para cada persona en un refugío anti-aéreoEstas e·xpHcaciones
inductivas llevan él alterar las normas de política.

En contraste, ías explicaciones deductivas conectan los contenidos emptrlcos observados


con las teorías que han servido en el arranque de la investigación. Para atribuir significado a las
series se recurre al esquema hipotético-deductivo de la modelación científica convencional. '~.
dentro de este esquema se introducen las rectificaciones emanadas de los observables .

...-.. -_ ... - ·-De -aquí la presencia ubicua de supuestos-teóricos·eTT-¡-a·selecc·ió·n y elaboracíón de series.


Es importante que !nvestigadores y usuarios tengan conciencia clara de estos enlaces. Primero,
para establecer y presentar los nexos empíricos de un fenómeno; y segundo, para enunciar gene­
ra!izaciones causales.
Por ejemplo, una curva ascendente de accidentes de tránsito indica la existencia y la magni­
tud de un problema. A ella se le deben añadir otros datos como la frecuencia por lugar de los
accidentes, la superficie de camino por automóvil. la densidad relativa de los medios de trans­
porte, eí precio de repuestos, los costos de seguros, etcétera. La unión de estasseries·-permife- ­
enhebrar nexos causales y aún jerarquizarlos, con lo cual se perfeccionan tanto los modelos ex­
plicativos como la toma de decisiones.
Otra forma de describir tendencias, muy en boga en los estudios del futuro, es la curva en·
volvente. Se trata de una familia de curvas que pertenecen al mismo parámetro. Piénsese en !a
velocidad (Jantsch 1967). Esta aumenta conforme a una curva envolvente en forma de "8,,, com­
Juesta de curvas reiativamente cortas que se detienen a un nivel de "saturación" o plateau. Cada
curva se refiere a un medio de locomoción (ferrrocarril, automóvil, diversos tipos de aviones y
cohetes) conforme a la capacidad funcional para obtener una velocidad máxima. La suma ascen­
dente de curvas pronostica -y también describe- la factibilidad técnica de un avance e¡: la
conducta de! parámetro [velocidad en este caso). Préstese atención a que la curva envolvente

55
nada dice. con respecto al futuro, qué tecnologías habrán de acortar las curvas aunque es dable
ca¡':Utaiizar experiencias del pasado a fin de enunciar sus determinantes tecnológicos y económi·
coso Como se verá, las curvas envolventes son muy útiies especialmente en la prospección
tecnológica y en la formulación de directrices para crear ambientes píOpicios al cambio técrdco
En suma, las proyecciones poseen varías ventajas operativas. Representan, en primer !Ug2T,
una aproximación sistemática a un fenómeno para el cual e! correr del tiempo es elemento críti·
ca. En este sentido, superan las visiones intuitivas al ofrecer un valor numérico o un orden de
magnitud a las recurrencias empíricas. En segudo lugar, los costos de las proyecciones son re·
lativamente menores respecto a otras técnicas. Los datos ordinariamente se encuentran con
prontitud. en tanto que la dificultad central consiste en la articulación de un modeio hipotético·
deductivo que defina y operacional ice categorías y variables. Por último, ¡as series temporaies
constituyen un instrumento cualitativo y gráfico sencilio que permite iíuminar especulaciones e
intuiciones de alcance subjetivo. El estudio de las mismas suele invitar a un análisis más dete­
nido de los parámetros, y por esta vía se prepara el terreno para estabiecer embonamientos 0
nexos funcionales (que se producen simultáneamente o con rezagos) entre variables.
El trazo de proyecciones tiene valor reducido cuando faltan datos significativos en el tiempo
(<<cortes transversales»), o cuando son definidos desigualmente en dos o r.ás cortes. Cuando
las series comprenden períodos estrechos es sumamente difícil detectar tendencias ciaras.
Efectuadas las interpolaciones y los estudios longitudinales (por ejemplo: Jas variacionesce
precios de los granos básicos a través del año; las corrientes turísticas por estaciones y po,'
destino; el incremento de los tenedores de tarjetas de crédito; la difusión de ü!la nueva droga
medicinal y los efectos secundarios que acarrea; el consumo de fertilizantes y sus nexos con la
productividad por unidad de superficie) es oportuno plantear las siguientes interrogantes qCle
se refieren a los impactos futuros: a) ¿Cuáles serán las consecuencias de la tendencia descr i t2
si continúa imperturbable. con similares ritmos de crecimiento (o decremento)? b) ¿Cijá!es se­
rán las repercusiones de una aceleración (o desaceleración) significativa? e) ¿Cuáles so" :23
fuerzas determinantes (o inhibitorias) de la tendencia que podrían alterarse en ei tiempo? el)
¿Con 'qué grados de libertad se puede intervenir en la conducta de las variables estudiadas y
cuáles serán los efectos de esta eventual intervención? (Huber 1978).

4.3. impactos Cruzados

Una de las limitaciones de varias técnicas empleadas en los ejercicios de prospectiva estri·
ba en el hecho de que producen pronósticos aislados. Asi, por ejemplo, una economía petrole r 2
puede proyectar la producción futura de hidrocarburos y ¡as entradas de divisas que habrá de
recibir en los años venideros. en el supuesto de que los precios varíen en un porcentaje deter­
minado. Pero estos pronósticos nada dicen acerca de las repercusiones indirectas de estos fenó­
menos como. por ejemplo, desequilibrios de precios por sectores o por re9iones, ncremento oe i
desempleo agrícola, daños ambientales y multiplicación de las oportunidades de nversión, y pre
geopoliticas desde el exterior. Para captar estas repercusiones es menester aeua í a tipos dife­

58
" .
rentes de anáiisis (Allub-Miche 1980; Hodara 1981; Bueno 1981).

A fin de complementar y robustecer los encadenamientos lógicos que crean los esquemas
hipotético-deductivos. se ha sugerido una técnica que labora de una.mªnera esencialmente.probB­
bilística. La técnica es aún joven (Gordon 1970) y encara graves difi.cultades metodológicas. Sin
embargo, se la viene usando con éxito en diversas esferas, a saber: política exterior, comunica­
ciones, aprovechamiento de recursos naturales y en la movilidad de recursos humanos cali­
ficados.
Se trata de la técnica de «impactos cruzados .. que descansa en supuestos desprendidos de
las teorías de sistemas: que los hechos se influyen mutuamente; que estas influencias arrojan
impactos detectables y que los impactos se presentan en un período acotado, aunque con re­
tardos.
Estos supuestos fundamentan tres interrogantes sobre pares o conjuntos de pronósticos
cuyo estudio afina la detección de opciones: a) ¿Cómo se produce la interacción? ¿Sube o baja
la probabilidad de un pronóstico cuando se le une a otro? b) ¿Con qué fuerza un pronóstico re­
percute en otro? c) ¿Cuáles son los retardos probables en el encadenamiento de impactos? (Mar­
tina 1972).
Por ejemplo, con base en estas preguntas se construyó un modelo hipotético en torno él las
incidencias que tendría una crisis militar en el Medio Oriente, por una parte, y la transformación
de la Unión Soviética en un país comprador de hidrocarburos, por la otra, en los nexos entre Mé­
xico y Estados Unidos que hoy están profundamente afectados por el petróleo y el gas (Nehring
1979) .
1:

Es conveniente insistir en que las vinculaciones postuladas son probabilísticas, así como los
efectos sinergéticos (suma agregativa de impactos). En última instancia, los impactos dependen
de! "lenguaje teórico" que selecciona y organiza a las categorías y del" lenguaje auxil iar" que
visiumbra y asi'gna probab¡iidades. Estos" reñ'guaí"e's'
'g"uardan relaciones a su vez con las bases
empíricas de la reaiidad.
Los encadenamientos de impactos se presentan en matrices. Cuando un efecto refuerza a
otro (es "sinergético,,), un número positivo lo señala; la magnitud del número denota, en una es­
cala previamente convenida, el peso del efecto. Impactos inhibitorios son indicados por núme­
ros negativos. "0,, equivale a ausencia de impacto.
,.;,'
Un breve ejercicio aclarará estos conceptos. Supóngase que.se_ intentaestablBcer impac­

tos entre lOS siguientes acontecimientos:

ti: Aumento de impuestos a la renta


E2: Elevación de precios en artículos al menudeo
E'{' Medidas federales que incentivan la descentralización regional
E4: Descenso en jas tasas de migración hacia las ciudades mayores
Así se tiene:
1 2 3 4
E1 +3 O O

------- -= --.:57

~~
.t~*'
~
~-
~ctJ.

I~
.
., E2
E3
O
O O
O +1
+2
Ia~
t.1..~
E4 O -1 -2

~ Se observa que, conforme a ciertas premisas que se derivan del modelo hipotético-deducti­
iW
~} vo, Eí afecta a los precios de los bienes que se venden al menudeo debido a un mecanismo de
f~~ t"ansferencia aceptado en economías mixtas; el efecto es importante en una escala que oscila en­

I
tre más/menos cinco. Por otra parte, la incidencia de E3 y E4 es nula o improbabie. A su vez, E2
puede desalentar la migración hacia las ciudades grandes donde la elevación de precios (res­
pecto al ingreso disponible' tradicional del migrante) es significativa. Por añadidura, la decisión
de descentralizar no revelá nexo directo ni con E1 ni con E2; sin embargo, afecta positivamente
~.

tt
,fi~:
~:
a ¡os traslados migratorios. En fin. el descenso de éstos puede reducir precios y desaientar ia
descentral ización,
Este sencillo juego de impactos se representa por un valor numérico. Gordon-Hayward
~,.
(1970) propusieron la siguiente fórmula para determinarlo:
~'t;

~~~ t - tm t - tm

~
g:ii..
P ni = KS--­ Pn' - (1 - KS - - ) Pn

";(-Ji t t
~
~ donde: Pn' es la probabilidad de que el evento n ocurra después del evento m;
~_." ,.._. K es igual a más 1 si m inhibe a n y es igual a menos 1 cuarodo m refuerza a n:
~ _S es la fuerza del impacto en una escala de O a 1;

-Ii ., '
~ t es el tiempo para el cual las probabilidades son estimadas;
tm es el tiempo cuando m habrá de ocu rrir.
<:: La matriz facilita la presentación ordenada de las variables, a las que se les atribuye «p'o­

1~~
11
",';í!'j¡
babilidades de ocurrencia» con arreglo al esquema hipotético-deductivo.
Gordon-Hayward decidieron probar la fórmula en forma retrospectiva, es decir, a secue¡:­
cias de acontecimientos ya producidos. Escogieron el proceso de diseñar y construir los cohetes
._~_~~_. -- -----Mtiltlreman;-en--IQs·Que-detectaron 28 impactos c~uzados. Al comiE1nzo d¡:;J.ej~Lcj.c¡!LestQS jnvesti­
~; gadores adjudicaron probabilidades a los impactos sin atender a lo que aconteció en la realidad.
íi':1'í Estas probabilidades fueron programadas junto con los eventos correspondientes. En la primera
~ cerrida. el programa seleccionó a un evento y determinó, con el auxilio de números aleatorios, si
• 'O., debió ocurrir».Si así fue en la realidad, las probabilidades se rectificaron con vistas a determinar
~I~¡¡
I
ei siguiente evento. De esta manera se procedió hasta cubrir los 28 impactos en :a primera corrí­
~¡.: da. Después de mil operaciones aproximadamente, los resultados fueron traducidos a un prome-
dio Con "te lo, ,n,I;,,,, enmend"on las p,ob,bllldades miginale,
i~ El cuadro siguiente presenta un cotejo entre las primeras probabilidades y las corregidás:
.. ....
~

~'ie Probabilidad Probabilidad


~
.~
Efecto o Impacto inicial corregida
~-:-~.'

1. Autórización del
proyecto M inuteman 0.20 0.729

58
.i

~;·T
i
~ .¡
_."
!
!
'~.

2. Autorización del
proyecto Polaris 0.20 0.717
3 incremento de la
brecha USA-URSS
en cohetes 0.50 0.33
4. Reducción de la
brecha 0.50 0.958
5. Desarrollo de ojivas 0.70 0.941
6 Capacidad móvil 0.30 0.511
7. .A.utorización del
proyecto Titán 0.20 0.396
8. Desarrollo narices
cónicas 0.30 0.523

9. Explosión de la
bomba H. soviética 0.80 0.990
10. Lanzamiento del
Nauti!us 0.80 0.956
Este ejercicio retrospectivo demostró las potencialidades de la técnica de impactos cruza­
dos. De nir,guna manera se llega a coincidencias exactas con la realidad; pero las aproximacio­
nes son significativas y útiles. Por lo demás, debe recordarse que la matriz de pronósticos puede
actuar reforzando (o inhibiendo) e: itinerario de los hechos, conforme a lo que se denominó la
dialéctica de las predicciones. .
TQmbiérLse_esciareció.que el impacto es función del tiempo de ocurrencia de" los fenó'Tle­
nos y del orden en que éstos tienen lugar. Por otra parte, el número de intera,cciones posibles au­
menta de acuerdo con e! número de eventos o componentes escogidos. .
En suma: ¿cuáles son las etapas de este procedimiento?
La primera es definir los eventos o efectos que serán materia de anális.is. Esta etapa tiene
importancia critica, pues si alguna influencia no es anticipada en el arranque, será excluida com­
pietamente del ejercicio (Gordon 1977). Por otra parte, la inclusión de variables impertinentes
complicará el trabajo innecesariamente. -Como el número de interacciones crece más rápido que
el de eventos seleccionados, hay que proceder con cuidado. Al incrementar los impactos se en­
riquece la descripción de los mismos; pero, al mismo tiempo. suben los costos y se complican las
explicaciones acerca del juego de influencias mutuas. De aquí la importancia de revisar la ¡itera"
tura concerniente al tema, sin excluir entrevistas a los expertos. Esta consulta permite «afinar
puntería» en la identificación de los eventos.
La segunda etapa es estimar la probabilidad de cada eventpjEI cálculo inicial supone que

otros eventos no ocurrirán, aunque es evidente que cuando especialistas son consultados res­

(.. .~.
pecto a la asignación de probabilidades. sopesan las probabilidades de los demás efectos. Este

impacto cruzado intuitivo será contrastado más tarde con la realidad .

• ti
á.signadas las probabilidades se inicia la tercera etapa: atribuir una probabiiidad a pares de_
eventos. Es decir. se plantea la pregunta: si E1 ocurre, ¿cuáles la probabilidad de que E2 tam­
bién ocurra? Para indicar la dirección y la fuerza del impacto se emplea Uila escaia de menos!
más í. Una vez estimadas las probabilidades por pares de eventos se liega a la probabilidad de
la matriz. Por supuesto. esta atribución de probabilidades subjetivas y condicionales involuCía Uf)
excelente ejercicio de aprendizaje respecto al fenómeno estudiado.
Ejemplo: existen bases para suponer que el flujo masivo de ingresos petroieros impacta en
forma diferencial a las economías mixtas (incluyendo la "capacidad de digestión» de los ingre­
sos) conforme a la existencia o falta de un ente petrolero nacionalizado. Cabe preguntar: si ta­
les ingresos se verifican (E1) y si esa empresa existe (E21. ¿cuál es la probabilidad de que ese
par de circunstancias aumente la capacidad financiera del Estado hasta poner fin. de hecho,
a una economía mixta,? Un ejercicio, conforme a estas líneas. ya se efectuó (Hadara 198ü).
Con base a esta distribución de probabilidades sigue la cuarta etapa: caiibrar ia matriz en
una primera corrida con la ayuda de números aleatorios. La calibración permite discernir cambios
en las probabilidades iniciales. por pares de eventos. Si las diferencias son apreciables. la cau­
sa puede estribar ya sea en eventos no contemplativos en la partida del estudio, ya sea en 1,,­
fluencias aleatorias.
La quinta etapa se refiere alasensibilidad de las probabilidades a cambios deliberado;;; Ai
modificar un ordenamiento o política. se prace,de a una nueva corrida. Si las diferencias entre
los resultados y las que arrojó la calibración son significativas, cabe concluir que la interven­
ción no es neutr'al: afecta a la distribución de las probabilidades. En tal caso hay que retornar
a la matriz original con el fin de ensayar un nuevo esbozo de encadenamientos funcionales entre
impactos. Esta práctica se ha seguido en un estudio reciente sobre los mercados de energía (Sto­
.o.," : .
ver-Gordon 1978).
Como se verá más adelante, esta técnica de impactos cruzados guarda afinidad con la ae­
tección de eventos precursores o «detonantes". El evento inicia! áesempeña una función catali­
zadora. El conjunto es sometido a corridas probabilísticas con el fin de encontrar un nexo cau­
sal entre las variables identificadas. No obstante. la debilidad de esta técnica consiste en que
las transiciones de un evento a otro y las nuevas fuerzas que generan no son contempladas
·.. --....tBoucher-StDver 1976). Cada combinación es u na entidad_discre.ta._.que se verifica en un con­
tinuo temporal. Obviamente. el pasaje de una a otra puede «perturbar» los valores probabi·
1ísticos.
Se sugiere superar este defecto mediante la unión de esta técnica con ur;a consulta de ex.­
pertas que asignen a posteriori «figuras de mériton u órdenes de prelación &. jos impactos, to­
mando en cuenta las interacciones en el tiempo. Ya se ha intentado la aplicación de esta idea
(Gerardin 1974). Se extiende. en cualquier caso, la convicción de que el perfeccionamiento de
esta técnica descansa en su enlace con otras, como la consulta délfica. el anáiisis de rearesio­
i1es. y ei "impacto de tendel,cias n (TIA) Gordon-Stover 1976). .. . -~- .

r";'
4.4. Simulación y Teoria de Juegos

60
El estudio de técnicas simulativas se ha difundido en varias direcciones (Duke 1978). No
todas son pertinentes en este contexto ni se pretende aquí describirlas exhaustivamente. Se da­
rán algunos señalamientos introductorios.

La simulación está emparentada con esas representaciones simplificadas (de ninguna ma­
nera simplistas) que son los modelos. Esta caracterización supone a) que la percepción humana
reconoce !imites en ·Ia percepción de la realidad; b) que una percepción completa -incluso si
fuera posible conseguirla- es innecesaria, pues contendría elementos que carecen de gravita­
ción causal o funcional en la formación y transformación de una reali.cJad que en el interim ha

cambiado: cl que, sin embargo, se debe organizar selectivamente a esa realidad conforme a con­

ceptos-clave; y al que esa organización puede ser estática (un corte en el tiempo-espacio a se­

mejanza de una fotografía) o dinámica (como en una película).

A.hora bien: !a simulación consiste de un modelo formalizado que puede expresarse en len­

guaje matemático o en etapas organizacionales. Su propósito es captar relaciones entre las va­

riables de un sistema y ponderar sus componentes. El uso de la simulación -especialmente en

¡os «modelos mundiales .. del tipo auspiciado por el Club de Roma- se ha visto facilitado sin

duda por la invención de la computadora digital. Con vistas a este uso se han programado tipos

especiales de lenguaje (GDSS, Dynamo, CSMP, Simscript).

'¿ ~'.
La simulación reproduce la conducta de sistemas complejos aún antes de que esta conduc­

ta tenga lugar. Piénsese en los «tiempos de espera» en los aeropuertos. Se puede reconstruir y

programar los problemas de una compañía aérea en tales situaciones (atención a·los pasajeros,

sustitución de avión, acciones de mantenimiento, etcétera). También es dable simular una cuen·

ca a fin de establecer alternativas para levantar presas, fijarla velocidad diferencia! del agua,

establecer eí arrastre de desechos, etcétera. Generalmente, se trata de reducir el volumen de

.-i .. _ .•. .ct¡¡tQ.S.Tt::9u.eridos y maximizar la información que es posible obtener:con base en ellos.

Un modelo de simulación, en suma, puede servir tres objetivos. Primero,' antic¡par'~-;~se~'-"'---'- ~.,­
cuencias que resulten de la aplicación de estímulos a una franja de la-realidad; segundo, como
método de aprendizaje puesto que permite establecer conexiones entre variables y componen·
tes: finalmente, como auxilio en la comunicación, especialmente en los «juegos» emprendidos
Dor especial istas.

Un caso ilustrativo toca los flujos y ciclos del mercurio, observación que facilitó identificar
¡as necesidades de investigación, eLxarácter contaminante del mercurio, y las políticas de con­
trol más adecuadas (A. A. Anderson·J. M. Anderson 1973). El modelo correspondiente empezó
distinguiendo las secuencias naturales de diferentes formas de mercurio: metálicas y orgánicas.
Esta distinción fue importante pues la carga tóxica de cada una de ellas probó ser desiguai. Más
tarde se calculó el volumen de mercurio en cinco ambientes: aire, suelo, agua potable, océano y
en los peces, con el objeto de reconstruir la cadena alimenticia. Los efectos del mercurio fueron
previstos en una perspectiva de 150 años, a partir de 1990. Para describir el período anterior a
""/.1
esta fecha se usaron series con datos corroborados. El modelo propició un conjunto de experi­
mentos estadisticos que cimentaron la conclusión de que la contaminación por mercurio de sue­
ía y corrientes de agua es básicamente un problema local-regional: el control de ¡:lesechos es,
por tanto, parte de la solución. Se comprobó, por añadidura, que el mercurio liega al mar lenta­
mente a través de los suelos y del agua, pero con rapidez con las precipitaciones pluviales. En el

61
;~:
~.,'

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f~i;
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........:---.~

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i· medio marino, ia contaminaclon persiste aproximadamente sesenta años después del control
efectivo de las fuentes de mercurio.
:?:'.:•
.. }}F
!;~4 Una técnica similar se utilizó para anticipar y evaluar ios encadenamientos y daños del DDT

I
...,. (Randers 1973) .
::,.:~'

La simulación es una herramienta para efectuar experimentos en sistemas dinámicos, Puede


~ ser de gran ayuda a los estudios de tendencias, pues pone al descubierto la dinámica que sub­
$:'j;4,.
yace en ¡as series. El origen de la simulación es múltiple: juegos de azar, anállsis de sistemas,
:J::'.i." ~.:.. investigación de operaciones, tácticas y estrategias militares. Hasta se han sugerido nexos con

~~\ i"ii el ajedrez (Morgenstern 1973). Se recordará que Jacobo de Cesolis [siglo XII!) consideraba al
ajedrez como un micro cosmos social que posibilita la experimentación constante de opciones y

~
:; ...,j,
:...~

combinaciones, sin ocasionar daños colectivos. Leibnitz (1710) observó, por su parte. que ·dos
~ juegos que combinan el azar con la habilidad representan lealmente la vida humana, en particu­
V lar en los asuntos militares y en la práctica de la medicina, que dependen necesariamente en
~~
ti
~ parte dei azar y en parte de la habilidad". Este m ismo autor sugirió el uso de tableros para simu­
éi:1
ti-, iar combates navales. Ciertamente, esta idea tiene amplia difusión en la actualidad ai genera­
~_.~

ti
~5!l'
lizarse las aplicaciones de la electrónica.

rJ.!lji;; No obstante, la simulación es sólo una de I as herramientas de la prospectiva a pesar de que


~[§
~ la literatura ha glorificado, acaso excesivamente, sus potencialidades. De ninguna manera pres­
~i5 ,,!
cinde de la configuración hipotético-deductiva del sistema en la etapa preliminar, ni de la fijación
~
1: f ~;
probab! lística de reglas más tarde. Empero, es muy útil en el aprendizaje anticipado de las regias
de funcionamiento de un sistema dinámico, así como en la realización de diálogos instructivos
entre jugadores-especial istas.
I ~-"
~
.'
Aparte de los casos mencionados, la simulación ha sido aplicada exitosamente en la apertu­
ra de mercados. en la elección de alternativas de transporte, en e! manejo de semáforos, en la
~
~
W1-~'
admir¡istración de bosques, y en el desenvolvimiento de sistemas de energía.
n~t Un ejemplo que conviene recordar es el Sistema Sirnuiativo Nutricional (SNUS 1) propues­
~:
.~~! to por la FAO con el objeto de contar con un instrumento de ayuda en la alimentación y en los
programas "educativos conexos" EI-siste11Ta'C"onsiste en una transacción lúdica [o «desempeño de
papeles,,) entre funcionarios del más alto nivel que deben tomar decisiones en torno ai abasteci­
miento de alimentos. SNUS 1 los sensibiliza respecto a las variables que gravitan en ese proce­
so y ies sugiere acciones alternativas. El modelo "simula» a un país (SNUSLAND) que encara
problemas de subalirnentación. El juego (que dura cerca de ocho horas) pretende determinar las
raíces de esos problemas en la producción, transporte y mercadeo, y las medidas para corregir­
los (cambios en la dieta, nuevas tecnologías, reorganización de mercados) " En la primera etapa,
los personajes actúan como ministros de Estado: en la segunda, se convierten en productores y
vendedores. De este modo anticipan e internalizantécnicasde negociación, "de-regateo; de for­
"..; ...
mación de alianzas en el plano gubernamental: más tarde, estas técnicas se refieren a los mer­
cados.
Esta transacción simulativa (aplicaciones adicionales se nan hecho en la anticipación de
operaciones bursátiles, en el perfeccionamiento de técnicas de interrogatorio, en la experimenta­
ción con diseños alternativos de aviones) tiene la virtud de crear «mapas conceptuaíes» que or­
ganizan ia información disponible, revelan vacíos en la posesión de datos, y reducen las incerti­

62
dumbres. Al mismo tiempo, la negociación simulativa implica múltiples entradas e insumas en
el proceso decisional, con costos relativamente menores. Por lo demás, la simulación propicia
'.ir! enfoque unificado y total de los problemas, incluyendo la dinámica inherente. Para el cortc
plazo, la simulación es una técnica decisional importante; en el largo, revela encadenamientos y
conexiones con plazos suficientes que permiten superar las restricciones de la conducta expo­
nencial.
Esta técnica es afín al pronóstico tecnológico, y con frecuencia se verifica una combinación
entre ambos.

4.5. El Pronóstico Tecnológico

En ja última década se ha progresado considerablemente en la comprenslon del fenómeno


tecnológico así como en sus irradiaciones en el crecimiento, la conducta industrial y el comer­
cio exterior. En las sociedades económicamente diversificadas, ha dejado de ser una «variable
exógena", es decir, determinada desde fuera de las mismas, y se ha transformado en materia ex­
plícita de política, incluyendo las innovaciones «menores" que se traducen en ajustes de ingenie­
ría, estudios de movimientos, adecuación de proyectos a escalas pequeñas, y aprendizaje tecno­
lógico dentro de las firmas (Freeman 1974; Cibotti-Lucángeli 1980), Los .desafíos» (americano,
japonés) que se perfilan en la competencia entre aquellas sociedades están impregnados de una
dinámica tecnológica diferencial. Hoyes obvio que la tecnología no es sólo un factor adicionai
en la producción, sino que en el largo plazo puede alterar las ventajas comparativas de un país y
condicionar la fisonomía de las interdependencias internacionales.
Un ejemplo notori¿ y actual es el petróleo. Como·sesabe~Ed-asc-eriso reanái ldS-:PrBGio"S de
este combustible a principios de los setenta y la asociación de los países productores modifjca­
ron sensiblemente los mercados de este' bien. Gracias a las ventas de petróleo, estos países pue­
den resolver estrangulamientos externos y reactivar sus economías sobre bases más firmes. Sin
embargo, no hare podido superar las imperfecciones que existen en el mercado de tecnología pe­
trolera (Nore 1981). Las compañías privadas conservan conocimientos esenciales en la extrac­
ción, producción y comercialización del producto, a pesar de que han perdido formalmente poder
a causa denaciQnªli2;aciones y. presiones concertadas de los países productores. Estas compa­
ñías siguen acumulando ventajas tecnológicas (por ejemplo: en 1975 Shell gastÓ en invéstigación
y desarrollo cinco veces más que el sector público y privado de Noruega en su conjunto), pues en
eiias descansa la superioridad en la negociación. No debe sorprender, por consiguiente, que en la
evaluación técnica de los campos, en la modelación de los perfiles óptimos de producción y en
las estrategias de mercado, las empresas petro leras poseen marcado ascendiente. Este ascen­
diente habrá de crecer en la medida en que las empresas dominen todo el mercado .energético
(convencional y no convencional) y se deba producir péTróleo en nuevas condiciones ambienta­
::-:.-.
les, como a profundidad o en el mar (Wionczek-Serrato 1981).
Establecida brevemente la importancia de la tecnologia como factor de producción, control

y re-estructuración económica y social, hay que añadir que la prospección de las tendencias tec­

63

nológicas se ha ampliado extensamente en los últimos años. Este hecho se explica por varios rac­
tore'!>: al la fuerza de la tecnología para modelar las relaciones en el mercado, incluyendo las
"barreras a la entrada», como ya se apuntó; b) la difusión comercial de un proáuctoíproceso de­
pende de una larga cadena de decisiones que empieza en la interpretación de las demandas
futuras de un mercado, sigue con el lanzamiento de proyectos de investigación básica y aplica­
da, y culmina con las diferentes etapas de la producción y comercialización. Estas decisiones
toman lugar en organizaciones no necesariamente dependientes (como una firma respecto a un
centro universitario); esta "distancia organizacional» explica por qué los rezagos entre un descu­
brimiento y su aplicación tecnológicaícomercial fueron tan considerables en el pasado. Por
ejemplo, este lapso fue, para el motor eléctrico, de casi cincuenta años; de treinta, en el tubo de
vacío; de veinte, en los rayos X. etcétera. Debido a los costos de estos rezagos y a la competen­
:. .. : cia oligopólica entre las grandes empresas, se han multiplicado ¡os esfuerzos para acortarlos.
Uno de ¡os procedimientos fue el estrechamiento de la comunicación entre "descubridores» e ,<in­
novadores»; otro, el auspicio y el financiamiento de investigaciones conforme él los intereses
explícitos de las empresas; un tercero, la formación de centros de investigación dentro de las em­
presas; y finalmente, la creación deliberada de "futuros tecnológicos». Como resultado, los pia·
zas de espera en la investigación y el desarrollo han disminuido sensiblemente (en el caso
del radar, cinco años; en los transistores, tres años; en las baterías solares, dos años). el Los pro­
nósticos tecnológicos han adquirido importancia no sólo como insumas en ia planificación de un
productoíproceso cuya demanda se anticipa, sino por la multitud de .efectos inesperados» (spin
offs) que un proyecto de envergadura puede acarrear. Por ejemplo, las investigaciones espacia­
les trajeron un torrente de innovaciones inesperadas, desde el descubrimiento de nuevos mate­
riales hasta las bases electrónicas del marca-paso.
En'suma, el pronóstico tecnológico pretende. primero, anticipar amenazas y oportunidades
que pueden 'gravitar en los mercados tecnológicos del futuro; segundo, determinar el período (o
ei ;-ango cronológico) en que estas innovaciones podrian despuntar en ei mercado; tercero, eva­
luar el ritmo con que estas innovaciones podrían capturar los mercados, tanto nacionales como
internacionales; cuarto, anticipar y promover una política ya sea defensiva o ya sea agresiva.
confqrme a los objetivos y aptitudes de la empresa o país y. por último, decidir cuándo entrar al
:' ..
mercado, con un mínimo de ri~sgos, con vistas a iniciar un nuevo y conveniente ciclo de prOdliC­
:':: ción (Twíss 1974; Granger 1979; Roman 1980).
Existen -varias-técnicas-paf8·determinar las expectativas tecnológicas futuras. En general, la
~"J'
eficiencia del pronóstico aumenta cuando toca una sola variable en un horizonte temporai rela­
tivamente corto (cinco a diez años); las probabi lidades de "dar en e! blanco» decrecen al incluí,­
varias variables y extender el período. Técnicas primitivas de prospección tecnológica se em­
plearon desde la Revolución Industrial (Bright 1968). Sin embargo, a partir de la última guerra, y
especialmente desde los sesenta, se empieza a contar con un repertorio de métodos dirigidos a
perfeccionar la validez y alcance de las técnicas.
Se distinguen dos categorías: exploratoriéls,Y. nOLma.tivas._Las primeras tratan decaptar pa­
trones de innovación que se han producido en el pasado y que presentan un ciclo de evolución
que tiene irradiaciones en el presente; las normativas proyectan una aspiración tecnológica
(alimentos artificiales, combustibles sintéticos, transportes de reducido tonelaje y alta veloci­
dad, nuevos sistemas de clasificación, adiestramiento, y promoción de personal, etcétera], y
"programan hacia el presente», ajustando criterios y recursos a la aspiración proyectada.

64

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Las técnicas exploratorias se fundan esencialmente en las curvas de crecimiento y en las de


tendencia. ­
Las curvas de crecimiento toman varias formas; una de las más comunes es .. S» que descri­
be un sistema en expansión que .. juega» contra el tiempo. Su etapa de arranque es lenta, más tar­
de gana velocidad, y, finalmente, tiende a enderezarse al encarar un límite paramétriéo (físico,
organizacional, informático, de capital financiero o humano, etcétera). Esta curva se originó en
la descripción de procesos biológicos (por ejemplo, la propagación de una epidemia); de la bio­
logía su aplicación fue transferida' a diversos campos, incluyendo el pronóstico tecnológico.
Esta curva es graficada en una escala logarítmica a fin de determinar órdenes de magnitud; una
vez que se ajusta a los datos y se obtiene la ecuación correspondiente, la curva indica el pronós­
tico a un año deseado.
Adviértase que la curva traduce una pauta de comportamiento que se ha verificado en el
pasado; pero a la corta o a la larga enfrenta un .. límite» que la desacelera y empieza a requerir
un cambio paramétrico tanto en términos empíricos como conceptuales.
La afinidad metodológica entre la biología y el fenómeno tecnológico gesta analogías suge­
rentes. En el cuadro siguiente se presentan algunas de ellas (Lenz 1962), "'­ ';'~y,;

ANALOGIAS ENTRE CRECIMIENTO CELULAR Y PROGRESO TECNOLOGICO {¡ "


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Biología Tecnología
Célula inicial Idea o invención
División celular Proceso inventivo
Segunda generación celular Nueva idea o invención
Período de división celular Período de maduración tecnológica
Medio nutritivo Apoyo a la investigación ;...>
':,." .
Ciclo de vida celular . . Gk!¡:¡ ~e--tecflolo~ía-úti-l-·'-- -:... _ .. _.-.--- .. _­ _.- - --;;.-:;~~._-_.

'Muerte celular Obsolescencia tecnológica


Masa celular TecJlologización de la máquina
Límite de la mas'a celular Límites en la demanda
Tamaño de la masa celular Acervo de innovaciones

Un caso especial de la curva de creCimiento es la sustitución de tecnologías. En algunas


situaciones, cuando se trata de preservar una capacidad funcional, o bien mejorarla (por ejemplo:
el tránsito de los televisores blanco y negro a los de color) se emplea una yuxtaposición de cur­
va-s con el fin de indicar cuándo habrá de producirse la sustitución y cuál será el lapso de transi­
ción y ajuste.
Entre las curvas más usadas cabe mencionar las de Pearl (biólogo y demógrafo norteame­
ricano que falleció en 1940) y las de Gompertz [actuario y matemático inglés del siglo pasado).
Las fórmulas correspondientes se encuentran en textos convencionales de estadística (Martino
1972) _Lo que aquí interesa es destacar que estas curvas son representaciones de ,<lo que ven­
drá». en la medida en que los datos son confiables. Si no alcanzan esta calidad, se produ'cen dis­
torsiones sistemáticas. Esta circunstancia limita el empleo de estas curvas en sociedades en
desarrollo que aún no disponen de una base informática firme.

65

m s
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Se dijo que las técnicas normativas representan una forma de «inventar., o de repensar ei fu·
turo, proyectándole un designio definido. Al dibujarse una «imagen terminal., y proyectarla al pre·
sente es factible evaluar costos, aptitudes, limitaciones y cuellos de botella con anticipación. La
"imagen» indica qué falta, o qué requisitos deben satisfacerse, para cristalizaría. Mucho depende
de la transparencia o claridad que esa imagen alcanza.

Este método no está divorciado del anterior, sino que lo complementa. La exploración, en
efecto, indica la factibilidad relativa de una aspiración teniendo presente la experiencia verifica­
da; el enfoque normativo identifica los nexos, los niveles de complejidad y jeraxquización que de­
!:len alcanzarse con vistas a materializar la aspiración.

Una de las herramientas normativas más usadas es el árbol de pertinencia. En rigor, es Uf1Z
técnica de descomposición de elementos y niveles. El árbol y sus ramas indican las jerarquiza­
cienes diferenciales de un sistema. Se parte de un nudo que se subdivide en ramas; cada rama
incluye los componentes que un grupo de especialistas considera pertinentes para resolver cm
problema o realizar una misión. Por cierto, los componentes deben excluirse mutuamente, es de­
cir, referirse a una familia desigual de acciones.
Piénsese, como ejemplo, en un automóvil. Para producirlo. hay que distinguir tres ramales:
sistemas de propulsión, estructura y control. A su vez, el sistema de propulsión puede consisti,
dei motor. la transmisión de gasolina. y los neumáticos. Por otra parte, la estructura se «rarnif!­
ca" en el chasis 'f en el ensamblaje de las partes. Así. de cada nudo y rama se desprenden tan­
tas «hojas» como la observación y el análisis reclaman ..EI «árbol., encuadra el problema yorien­
ta las deCisiones.
.,'
Claramente. la descomposición del sistema en subsistemas facilita. por una parte, ja visión
del conjunto de problemas que cabe abordar, y no sólo de un tema aislado; y, por la otra, la dis­
tribución de tareas entre el personal que habrá de ocuparse de las labores se vislumbra con ma­
yor precisión. El "árbol» abre camino a un sistema de planificación .participat'va e indicativa.
Dues responde a valores y criterios previamente convenidos. .
Adviértase que a cada tramo del árbol se le puede conceder una probabilidad subietiva, oro­
'C'BEifm¡'ento que recuerda al de los impactos cruzados. Los pesos numéricos sor.-Gtiiespü-estc·q~e-- _.­
jerarquizan cursos alternativos de acción. Este método se aplica en particular a ¡os «diagramas
. de misión» (Wills 1972) propuestos por H. Linstone, diagramas' que organizan las secuencias. pla­
zos, recursos y tareas.
Los diseños normativos se emplean en los géneros de planificación aceptados por econe­
'TIfas mixtas (Ackoff 1974; Churchman 1979]. Estos tipos de planificación suponen, por un iado,
la índole racional de la conducta humana, y, por otro, la posibilidad de intervenir eficazmente en
¡os procesos que la confgrr1]an._Es!os p~st':llados descansan en la insufic!encia de los mecanis­
mos del mercado para lograr espontáneamente resultados socialmente satisfactorios; pero, ei'
paraielo, le conceden al mercado un amplio margen de maniobra e influencia.

En este contexto. la planificación normativa puede ser muy útil para superar un escollo im­
portante que entorpece el desarrollo, como la desnutrición, el analfabetismo, la estrechez de los
~ercados de capital. o la insuficiencia de personal calificado en un área estratégica. De este
modo, la planificación normativa se adhiere al basamento ideológico de las economías mixtas.

66
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~;..;;

~
.'4~:
Iji,v.,
Este enriquecimiento ideológico no es fortuito. Emana en buena medida de las teorías de la
"madurez economica» propuestas por Hansen y Higgiñs (James 1957) en fos años treinta. Estas
teorías pusieron en tela de juicio la continuidad de los grandes descubrimientos y anticiparon, en
consecuencia, un estancamiento de las economías industriales acompañado por un exceso de
ahorro. Esta visión pesimista motivó acciones públicas correctoras, dirigidas a mejorar la pro­
ductividad global de los factores, incluyendo el impulso al aprendizaje tecnológico y a la acade­
mización de la fuerza labora!. Diseños normativos auxiliaron a este empeño (Mansfield 1969).
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4.6. Discontinuidades Tecnológicas
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Los métodos exploratorios y normativos aplicados al pronóstico tecnológico han conducido :~:-c~:
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2 otra técnica que tiene ya perceptible autonomía. Se trata de la a.nticipación informada de -even·
tos precursores» o de «señales» que insinúan la aparición de una mudanza paramétrica. Con este \~t~'
fin, diversos especialistas se vienen dedicando a la elaboración de «indicadores» susceptibles r..;
.'
de pronosticar PUritos de ruptura. La previsión de estos puntos habrá de ,ayudar en la recons­ ;~¡ ,
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'(t'ucción de un 'sistema complejo, cuyo «código de conducta» tradicional experimenta altera· "~1 :'~.. ;.:~:
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E! análisis de las discontinuidades se basa en tres supuestos: las curvas de creCimientO
tropiezan regularmente con «techos» u obstáculos que impiden su expansión indefinida; que
las ¡ilnovaciones y decisiones tienen un «ciclo de vida» relativamente largo y que es factible,
dentro de esta evolución, detectar signos de peligro o de desaceleramiento en el ciclo; que ¡os
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costos de lin:: conducta pasiva en relación a estos signos son más severos que los que encierra :: ~·"~l
!: una "prudencia- mWtante>,que. faVQULc~.L,ª a~f:lpt.a_cL~n de un c a m b i o . ' ~,
¡I
Estos supuestos regulan la lógica de la secuencia-d~'de~;;i'~~~;~~-~~d~' ~~a~;c;~~;ñ~¡es' de-- .-.-.--7~if¡·c-
peligro o ir:estabi!idad. Cuando estas señales despuntan. el sistema y sus. componentes pueden y;:
decidir ignorarías, ya sea por el efecto de teorías previas que se resisten a cualquier cambio, ya
sea porque se adopta la convicción de que «perseverar en la curva» o seguir ejerciendo las activi­ ,.',.-~.-..

dades como si nada habrá de acontecer. es menos arriesgado que encarar un cambio. Pero cuan· .:~ "¡

do las señaies se multiplican, este comportamiento es suicida: la discontinuidad pondrá en seve­

ra tensión a íos actores que no se han preparado para un giro ambiental o interno. Para moderar

estas tensiones Corganiiacionales y cognitivas)' conviene asimilar estas señales y preparar con

tiempo planes contingenciales,

Un ejemplo sencillo bastará para esclarecer estos coneeptos. Todo sistema descansa en el

apoyo social y en la fuerza para imponer sus valores. Cuando el apoyo social es suficiente, :a
cur­

va de expansión del sistema prosigue sin mayores dificultades; pero cuando el apoyo se reduce

y debe usar la fuerza sistemáticamente para asegurar su estabilidad, entonces se produce una

"inflación del poder» que es una señal de redistribución de la fuerza que anteriormente estaba

sólo en el sistema. Grupos externos (guerrillas. por ejemplo) aprovechan esta <<inflación .. y tra­

tan de ganar porciones del apoyo social. Como respuesta a la inflación del poder, el sistema pue­

de reaccionar de cuatro maneras diferentes: a) aceptación pasiva de la pérdida de fuerza y po·

67
·....

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:2} ~{.
~~;:"

;) ~~\ der a cau,¡;a de una crisis de legitimidad que es incJpaz de resolver; b) control de la "inflación»
r: ~.

i
mediante 'nuevos programas económicos y sociales, sin perder la c<lpacidad para ejercer violen,
"'" cia legítima; c) negociación con grupos externos con el fin de lograr un nuevo equilibrio inestable
.'-. entre poder y fuerza; d) finalmente. reprimir selectiva o totalmente a los grupos insurgentes .
rr.s~.

~~~;z. . Ciertamente. las reacciones de los grupos externos ante una «inflación del poder» (seña!

r,;::, que indica una marcada inestabilidad sistémica) toman característica_s opuestas.

fp:!~.
~'.

",'"
La ponderación de los eventos precursores o señales reposa en una importante distinción
~ ~1'
entre "pautas» y "pistas», Se sabe que todo descubrimiento es un ensamblaje de partes, decisio­
nes y comunicaciones. Este ensamblaje no es producto del accidente; tiene una lógica externa
~.. normada por el mercado, el gobierno y las empresas, y una lógica interna emanada de !a comuni­
;. ...
~'.""
dad de especialistas. De la unión de estas lógicas brota una pauta de asignación de recursos, de
~,,;- ".
desempeño funcional, de rendimientos esperados, etcétera. Estas pautas o configuraciones se
t~:~~~ manifiestan con pistas, esto es, señales sobre los tipos de decisión reclamados por el siste­
:~ ':
". ma tecnológico. Así, por ejemplo, un mayor gasto (público y privado) en la agricultura en el
~ t.:iS'
~.:'
marco de una economía petrolera expansiva puede estar indicando la propensión a impedir el de­
bilitamiento de ataduras intersectoriales. La asignación de inversiones es una pista; el eslabo­
~~ tf\'"
GY "lamiento intersectorial es una pauta deseada por cálculos económicos, políticos e institucionales.

"' ~

~~~.
Así proceden diferentes sistemas de espionaje industrial y militar. Detectan primero pistas o
eventos conducentes (por ejemplo, interés o inversiones en nuevos campos de actividad) y con
;~.:~:~
base en ellos prefiguran una pauta que habrá de gestar la discontinuidad. En este caso se trata de
~:t:--'

r-~ .... '


"discontinuidades cpmpetitivas., vale decir, cambios paramétricos deliberados diriqidos a mante­
1";:1"

[! ner o aumentar el control de variables estratégi cas, ­

¡ ~.

J,;.~'

La búsq-ueda. sistemática de pistas y pautas supone que los rompimientos de tendencias no


constituyen hechos irregulares o extraordinarios, especialmente en sociedades sometidas aola
W~l:;
tercera ola» (Toffler 1980). El problema es anticiparlos. La historia de "descubrimientos parale­
~it·
..,..
:;.­
los» (Merton 1973) muestra que una multiplicación de señales abre paso a una nueva pauta

I~
II Sin embargo, hay que precaverse de una visión' excesivamente determinística del avance
)
tecnológico. No todos los adelantos son inevitables. ni las pistas conducen necesariamente a
¡ pautas. El progreso de la industria automovilísti ca, por ejemplo, fue causado por un conjunto de
I
,1 . ..__ " ..... _factores que operaron sinergéticamente (Schmookler 1966). Enfre-ellüs:-el'pi;'i-reccionl:¡mi"eñfü­
....( ~:-:J de sus partes técnicas, la conversión del automóvil en símbolo de prestigio, la privacía que con­
..j
I
~F cede dentro de un ambiente de masas, el aprovechamiento óptimo del tiempo libre, los nexos
~~:;:
b-~ : con otras industrias, etcétera. Por otra parte. se detectan constantemente «pistas» en la indus­
1
f::>.
kJ,·
~~\ .
tria farmacológica en torno a la búsqueda de nuevos medicamentos para la presión arterial, el
.,;t ..::., . cáncer y el resfrío, pero todavía no se puede hablar de una nueva configuración en ei tratamien­
¡
f{( to tradicional.
~\ \i1Y'

i~:'
fd Por añadidura, hay que considerar que uha dis.continuidad en.un campo puede tener irradia­

l t':;l
l.'
ciones inesperadas-en otros. El teléfono, por eje mplo (De So la Pool 1980). Hoy se acepta que la
construcción de rascacielos fue apresurada más por los usos difundidos del teléfono que por los

i~,

~ cambios acaecidos en la arquitecura. El teléfono incentivo la edificación hacia lo alto debido a los
ahorros que implicaba en la comunicación. De manera similar, el teléfono reforzó las propen­
····i s10nes hacia la aglomeración urbana, en unión de factores demográficos y económicos cono­
'. 1 k~ ciéos.
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Es muy importante evaluar los eventos precursores y sus implicaciones en un contexto


)- socioambiental concreto.-La ponderación tecnocráticay tecnológica no es suficiente. Piénsese,
e como ejemplo, en ¡é! telemática que es un resultado de las innovaciones microelectrónicas en ei
campo de las comunicaciones, En una sociedad relativamente igualitaria y que ofrece posIbilida­
des de ascenso social, la telemática crea sistemas de trabajo y de comunicación flexibles, con un
coste' social relativamente menor Pero en una sociedad caracterizada por «tensiones redistribu­
tivas" y bloqueos importantes en la movilidad, la misma innovación puede conducir a una rigidiza­
ción de las instituciones, incluyendo una mayor centralización del poder económico e institu­
cional '
El uso de la técnica de las discontinuidades empieza con un inventario de las pistas; la ider'­
tificación, interpretación y codificación de las mismas es un primer paso de decisiva Importan­
cia, La segunda etapa consiste en la clasificación de las relaciones de causalidad que unen a
esas pistas, Se trata de la «gramática» que preside la aparición y los nexos de las pistas, En una
tercera etapa, se liega a la pauta o nueva configuración que reorganiza los elementos y recursos
del sistema,
Por ejemplo, el estudioso de los mercados petroleros estará alerta a las siguientes pistas
que vienen despuntando en los años recientes: la redistribución geográfica de la oferta mundial
de petróleo; el avance de las tecnologías de exploración y explotación; el tránsito de las empre­
sas petroleras tradicionales hacia nuevas fuentes energéticas. La -gramática» de estos hechos
está dictada por la asi llamada «crisis energética» (Vernon 1976) que creó nuevas relaciones de
fuerza en los mercados petroleros y en los ambientes institucionales y políticos conexos, La co­
dificación de estas pistas puede llevar a la conclusión de que el ascenso real del precio interna­
cional del crudo habrá de detenerse en los ochenta, debido a la sobreoferta de petróleo. el au­
mento de las «reservas estratégicas» en los paí ses consumidores, los confl ietos internos dentro
de la OPEP, y el éxito relativo de las medidas conservacionistas. Esto implica una pauta de dis­
continuidad respecto a las tendencias que prevalecieron en la década anterior. Prever esta pauta
es muy importante para R.aLsEl"_ q\,le. _b,ac_eo.cies_cansar s.u desál'fo~lo-·fHtu-r6 y et-tanzamic'mto tJe pla­
en-
'nes- amolCTosos' Tos-' ingresos esperados del petróleo. En el caso particular de México, esta
pauta previsible tiene graves implicaciones en el crecimiento, en las relaciones con los países
miembros de la OPEP, y, en fin, con el gobierno norteamericano (Wionczek-Serrato 1981),
E! ejercicio de estos tres pasos metodológicos (determinación de pistas; composición de una
gramática; e identificación de la pauta y sus consecuencias) puede perfeccionarse mediante aná-.
lisis retrospectivos, Un ejemplo fue TRACES (1968) que trató de esbozar las secuencias críticas
que siguieron diversas innovaciones desde la última guerra, Ensayos más recientes son los de la
OECD (1979, 1980), en donde se coloca acento en las señales significativas de la configuración y
redespliegue de los paises capitalistas en los ochenta, Estos exámenes retrospectivos selectos
afinan la capacidad prospectiva para proponer conjeturas informadas sobre discontinuidades pro­
bables, Algunos países har¡ pagado caro por esta ineptitud para hacer conjeturas (Morawetz
1980),

4.Z La Evaluación Tecnológica

69

_.- -- - - ~~~~"'----------- 1iI

~ l..a e-.:lil!uación tecnológica se refiere a los impactos no planeados, ¡ndi~ectos, imprevistos


y/o retardados ocasionados por el cambio técnico. El origen de esta técnica se encuentra en las
;:;rctestas literarias y políticas de los uambientalistas» que pusieron de relieve, en las dos úitimas
¿écadas, el «ecocidio» generado por las aplicaciones contemporáneas de la tecnología. Hoy se ha
convertido en una herramienta de la planificación.
La evaluación tecnológica se apoya en varios supuestos: al el conocimiento avanza por en­
sayo y error; bl el cambio tecnológico espontáneo no acarrea resultados socialmente deseables:
e) ei cambio tecnológico resuelve problemas en el corto plazo pero genera nuevas incertidum­
eres en el largo; d) las repercusiones indirectas y no anticipadas del avance sueien t6ilsr efectos
osrjudícia:es.

Estos supuestos implican que las evaluaciones tienen presente el caraCTer "anti-intuitivo»
(FOirester 1969: Hetman 1973) de las secuencias tecnológicas, y que este carácter reclama tanto
una visión global, holística, de los procesos socioeconómicos como nuevos instn.!mentos de de­
cisión (Giordani y otros 1980).
'léase el siguiente ejemplo. Proyecciones fundadas indican que la ciudad cíe iv1éx'co contará
con aproximadamente 22 millones de habitantes hacia finales de la década: más de la mitad serán
jóvenes menores de 20 años. En este ambiente se han tomado decisiones que entrañan la tripii­
cación de ¡os contaminantes( que hoy llegan a cinco millones de toneladas por año), 'adup¡¡'ca­
ción del número de vehículos hasta toct:lr los cinco millones y el increme~to dei ccnsU;r;8 de
agua por encima de los 40 metros cúbicos por segundo. Una evaluación tecnológica senci!!a [Ha­
dara 1978) revela que las repercusiones de estas tendencias y decisiones no haiYán de ¡imitarse
.-.:." . a la aparic'ión y. difusión de enfermedades por infición ambiental, o a la reducción de la velocidad
promedio de los vehículos por debajo de los 10 kilómetros por hora. Serán más amplias: descen­
so generalizado de la productividad y eficiencia de los servicios; extensión de ia vfo!encia urba­
na; aumentos en los costos del suelo; difusíón de padecimientos psicosomáticos. Transferencias
masivas de recursos (provenientes del petróleo) podrían compensar estos efectos, pero a expen­
sas del· desarrollo en otras regiones. Por lo demás, estas medidas sólo tendrían carácter di·
iatoho.
Adviértase que este tipo de evaluací6rr polieeiíhrs¡-sintclaimelite8nV~rlaDte$-reCñaiod¡c'as~----
­
pero ta visión global que le es inherente lleva a descubrir encadenamientos de otro caráct;r.

Una prueba de la importancia y de los logros de esta técnica se revela en ,::d hecho de que
ei gobierno norteamericano organizó en la última década una oficina especial al :nás a;to nive',
encargada de identificar repercusiones socialmente indeseables originadas en el cambio tecno­
lógico (Coates 1972). Otros países han seguido este ejemplo. De esta mailera se ha creado :"¡r'
cuerpo de premisas avalado por estudios de evaluación tecnológica. Entre ellas: todos los DiOyec­
-tos tecnológicos deben atenerse a criterios 'de costo/beneficio, incluyendocostossocia!es e jn­
(¡¡rectos; se deben prever medidas que norme n el cambio técnico; hay que profundizar en ei
estudio de sustituciones tecnológicas; deben atenderse los entornos institucionaies de la tecno­
logra y sus irradiaciones; los usuarios y receptores del cambio técnico áeben ser Gcnstantemef'­
te consultados a fin de alimentar un sistema iterativo de control de riesgos.

Estas directrices justifican con mayor intensidad el imperativo de «endo;:;enizar» las V2­

70
¡...

.
-.

riables principaies dE! la mutación técnica. Esta endogenización no implica el cierre total de las
importaciones de KñOW How, sino la compra selectiva y discriminada. Este aserto vale en especia:
para los países en vías de desarrollo. donde las fuerzas que pueden moderar o neutralizar los im­
pactos negativos de jos adelantos técnicos son débiles y desorganizadas.
Piénsese como ejemplo en los aparatos domésticos de diálisis. En un ambiente donde la
privatización de la medicina tiene proporciones apreciables. el acceso a estos aparatos es privi­
iegio de grupos minoritarios. El uso diferencial de estos aparatos habrá de acentuar las desigual·
dades prevalecientes. Se debe pensar entonces en un «banco" que ofrezca acceso amplio a estos
aparatos.
La Oficina de Ciencia y Tecnología de Estados Unidos y la MITRE Corporation han propuesto
siete pasos fundamentales en la evaluación de impactos tecnológicos:
El primero consiste en definir las tareas pertinentes a esta evaluación. La definición com­
prende: al la naturaleza de las tecnologías qUe habrán de emplearse: b) las incidencias inme­
diatas que provocan: c) los grupos afectados por ellas: dl el tramo temporal o período que
constituirá la unidad de análisis: el los tipos de impactos que deberán atenderse; f} la fuerza
probable de esos impactos: gl la medición de esos impactos.
E! segunde se refiere a la caracterización de la tecnología. Tarea que comprende ¡as siguien­
tes etapas: al descripción física y funcional de la técnica; b) presentación del «estado del arts"
de esas técroiccs; e) identificación de los factores influídos. incluyendo probables ajustes institu­
cionales: d) señalamiento de tecnologías complementarias o alternativas; el prospección de esas
tecnologías conforme a las tendencias de las disciplinas, proyectos de investigación y deman­
da en !OS mercados: t) usos,/ usuarios de esas tecnologías.
El te~cer ;::;aso toca aspectos no tecnológicos. Entre ellos: al el cambio de valores y normas,
por estrates. edae, sexo, etcétera; bl evolución del ambiente físico y social; cl ei crecimiento
demn-gYáfrco-,·¡nclú-y-endo· mlgraciótiEfs--esp6n1:áheas- elnólicídas;-dl--faCtorés '-vincu lados con ei
e.npleo, la producción, e i ingreso, los precios, el entrenamiento de la mano de obra y e! inven­
tario de recursos naturales; el dimensiones sociales atingentes a la salud, ~a criminalidad. el
~ransporte, iDs usos del tiempo libre. la educación, la seguridad, etcétera: f) las adaptaciones
institucionales en materia legal. politica económica, ceremonias sociales y aspectos conexos.

En cuarto lugar, hay que identificar las áreas donde habrán de verificarse los impactos-.Las
¿reas se refieren a los campos institucionales tocados en el punto anterior.

En el quinto paso. los impactos de la tecnología se calibran en términos de costos. del al­
cance de capacidad funcional y de las probables irradiaciones. Los impactos sociales aludirán
a los grupos afectados (por edad, situación socioeconómica, región. categoría profesional. etcé­
tera); a la dirección (positiva o negativa) del efecto; a la probabilidad del impacto; al período en
que puede ocurrir; a sus fuentes; y, en fin, a las posibilidades de controlar los impactos mediante
programas correctores. Estos aspectos habrán de examinarse en cada uno de los campos institu­
cionales distinguidos en la tercera etapa.

El sexto paso es identificar alternativas. Su secuencia es la siguiente: al manejo diferencial


(real o simulativcl de los fondos públicos dedicados a la investigación y desarrollo, con el fin de
cGnsegwi, combinaciones tecnológicas variadas; bl estudio de los efectos de la política físcai, de

71,
(
..... -, ... ,", .....,..
f'·o ~
... . • • • • • • • • • • • III••

crédito. de depreciación y de elección de técnicas: cl evaluación de las medidas legales sobre


licencias. monopolios, inversiones extranjeras. controles de higiene y calidad: d)probable orien­
tación de los medios de comunicación de masas a fin de encarar constructivamente las reper­
cusiones negativas de las innovaciones: el anticipación de medidas que debiliten los efectos
que se juzgan inevitables (centros de salud. control crereo de tráfico,subsidio a fármacos usados
por motivos ambientales).
El último paso de la evaluación tecnológica suma y combina los anteriores. Las tareas se re·
sumen en el siguiente cuadro:

Evaluación de Impactos Tecnológicos


Tecnología
Capacidad funcional
Costos
Aplicaciones
Impacto Social
Conforme a los campos institucionales distinguidos en la tercera
etapa
J Alternativas
I CoñforllJe a las variables demarcadas en el sexto paso.
.,¡ ;,~

.... :.,
,
.

Características de los

impactos
"'(
l
"
Grupos afectados 11
Intensidad

~~~~~~~Ii?_a~
Duración
... _.
-.--
J
I .. - - _ . - - - - - - - ­

Difusión I
~.:. : ~e: .: sn:. :.t~=:~. : . :. :. :. .: .=. :. : . :. =~
..
!'0edidas correctoras I'
o.
_

Estas etapas de la evaluación tecnológica no agotan los recursos metodológicos. Sólo ofre­
cen una orientacióri práctica para emprenderla apreciación previsora e informada de las proba­
.~
bles repercusiones de un cambio técnico en un ambiente institucional concreto.
Véanse los siguientes ejemplos de carácter complementario. El primero consiste en un PíO­
cedimiento intuitivo-comparativo que atribuye consecuencias directas e indirecta~ al uso del
automóvil: el segundo aprovecha la técl]ica de impactos cruzados. tocando los efectos que apa·
reja el pronóstico del clima con un me~. de anti cipación; y el último se funda en .. escenarios»
(método que será considerado en el capltulo siguiente), aludiendo a las repercusiones probables
del ascenso petrolero de México.

72
:;-( _{,'i .._;"

'~t
'-~J

Consecuencias Directas e Indirectas del Automóvil

De primer orden Ofrece un medio de transporte rápido. fácil. privado. y de "puerta a puerta".
',',;­

De segundo orden Permite establecer centros comerciales'y de entretenimiento relativamente

lejos de las zonas residenciales. Por este medio. estos centros obtienen
economías de escala.
De tercer orden Los residentes de una comunidad no se conocen; alienación mutua.
De cuarto orden A causa de la alienación, los miembros de una comunidad residencia! care·
cen de aptitud para organizarse y resolver problemas compartidos.
De quinto orden El alejamiento entre vecinos refuerza las funciones de !a familia como gru­
po primario.
De sexto orden Si la familia no se consolida como grupo primario, las frustraciones se mul­
tiplican y pueden conducir a la desorganización social, incluyendo el di­
vorcio.
(Fuente: Coates 1971).
'1
.. 1,"

~- .\
Matriz de Impactos Cruzados sobre Efectos del Pronóstico ~: ¡

Mensual del Clima

entonces la probabilidad del


evento es:
Si ocurre con probabilidad A B C n
....... _-.. _.­ -Ac- Prenés-fieo-men-sual-- ... - .. .A .2 .5 '7

8. Factibilidad de
controlar el clima .2 .5 . .5 .65
c. Posibilidad de una
inmunización general .5 .4 .2 .5
D. Eliminación de daños a la
agricultura .5 .4 .2 .5
(Fuente: Enzer 1972)

El tercer ejemplo se refiere a la transform ación de un país como México en una economía
petrolera. El encuadre y los efectos más amplios de esta transformación fueron presentados en
diferentes trabajos (Hadara 1980). Se perfilan aquí sólo algunos lineamientos de la evaluación.

Probables Efectos de la Transformación de México en Economía Petrolera

Primer escenario: México llega a una plataforma de producción de 2.5 a 3 millones de barri­
les diarios.

73
~4$\!i'...$ IP" w
~:~~~.

Segunda €6cenario: Las transferencias de ingresos permiten sanear la balanza de pagos y


ampliar la latitud de maniobra del sector público.
Tercer escenario: Se consolida un capitalismo de Estado. Se multiplican los conflictos inter­
ministeriales y entre las élites dominantes por e! destino de los exce­
dentes. ­
Cuarto escenario: Debilitamiento del poder presidenciaL Se intensifican las presiones infla­
cionarias y laborales. Sobresale el poder político, financiero y regional
de PEMEX.
Quinto escenario: Proliferación de presiones externas. México redefine sus intereses geo-'
politicos en Centroamérica y el Caribe. Aumento del gasto miHtar. Xeno­
fobia selectiva. Ingreso de cohortes jóvenes radicalizadas en la pugna
electoral de 1988.
Sexto escenario: Desmantelamiento de la agricultura. Agitación en las clases medias urba­
nas. Incertidumbres externas. Contención costosa del valar de la mone­
da. Control tecno·cibernético desde el exterior.
[Fuente: Hadara 1980).

En suma, la evaluación tecnológica es una técnica que se originó como respuesta a las pre­
siones organizadas.,de los defensores del medio ambiente. Hoy posee autonomía metodológica y
es una herramienta útil en la planificación del cambio tecnológico y sus repercusiooes. Es indis­
) pensable ellambientes institucionales donde las innovaciones fluyen en gran medidádesde ei ex­
terior. .

:";'

4.8. El Método Délfico


.J •. - _.- _. 0 _ - o __ • • _ •• • _. ••.• • _. "'0 o •• _._ •••_" • • o •• _ •••• _ _ •

. "
"",'

Esta técnica consiste en una consulta sistemática y anónima de especia!ista"E en torno 2


probemas concretos. Reúne ventajas de los ca mités o grupos de trabaje a la par que reduce o
controla sus imperfecciones. Es conveniente, po r tanto, definir esta técnica en relación a las vir­
tudes y defectos de las interacciones abiertas e ntre grupos.
Las "comisiones de trabajo» compuestas po r expertos encierran varias ventajas: al la suma
de información que poseen los miembros del gru po es superior a la que tiene cada U';(¡) en particu­
lar;b) e! número de aspectos contemplados ascie nde en correspondencia a los inte~e? dispares
v al intercambio .de unidades de información de ntro del grupo; c) el grupo tiende 11 asumir ries­
gos. pues ninguno de sus miembros es responsable o «culpable» en especial por sus conclu­
siones.
Los grupos de trabajo también presentan defectos: a) si la selección. es demaSiado pequeña,
;a información útil agregada por sus miembros es reducida; b) un grupo amplio esti sometido a

74
"js"arqu:as ¡nvisible,>, a presiones ejercidas por los miembros de mayor prestigio. y" "eo"s sc­
ciomét(cas que establecen alianzas y hostilidades entre los especialistas, sin re!ac!5" a !os
asuntos discutidos: el los grupos pueden ser manipulados mediante la fatiga :de i ,6sra::;c::8s
\3rg3s e inútdes) que conduce bien a conclusiones "de compromiso», bien El dec!siof'ss ¡"ters·
sadas que defienden al grupo, independientemente del tema; d) los grupos pueder; acorCar que
>10 habrán de !legar a conclusión alguna, a fin de extender los beneficios directos 2 ;r'¿:'-ectcs
de! agrl'oamiento (Martina 1972).
C:CirfW ,Jt~os métodos, ia consulta délfica nació en ios años cincuenta er la Em¡Y2Sa Rane
(Les Angeles) dedicada entonces a estudios estratégicos y militares. El procedimiento nrstsncifa
obtener ei consenso confiable y argumentado de un grupo de expertos mediante cuestionarios
eSTructurados (Unstone 1975). Al principio tuvo sólo aplicación militar (establecer ¡a red de obje.
tivos --en suelo soviético- que deberían ser bombardeados con artefactos nucleares an':es de re­
::;'b¡, ja "respuesta .. r'Jsa); con el andar del tiempo, se ramificaron los usos de esta Técnica. Así. e!
Tiétodo se mostró útil en los pronósticos tecnológicos, en el control demográfico. er si progre­
so espacial, en la automatización, en la administración de conflictos y crisis, etcétera. En t's",·
DOS recientes, la consulta se efectúa en tiempo real, es decir, en forma simultánea e Llmediata
él ~-avés Ce la aresentación computadorizada de opiniones y transacciones entre especialistas.

¡-es rasgos singularizan a esta técnica. El primero es el carácter anónimo de ;os r.-dembros
~je¡ ;;ruoc consuitado; e i anonimato reduce los «ruidos", los efectos espúreos que emanan del if'­
terca,,'1b;c ent,'e expertos que se conocen. El se gundo es ia interacción constante y Gor'!t"olada,
Dres;ció", Dor 'JP no-miembro. De este modo se asegura que el grupo desempeñe ':::Oil econo",[a
de '-ecui'i,OS la misión asignada. Y, en fin, se pone atención a ia distribución estadfst;c2 de 12 "
op:r::o::es, inciuyendo promedios y colas.

E' ;Yimer paso en si uso de ia técnica consiste en la definición precisa de; v:}t.ie'oca po'

-'j~~~;""-,~i'~~;;Q~¡"~'e~su~~~r~:~t:sqí~ee:~~c~~ ~mJ~ousn ~~~po;~~i~~;e~i~~~t~;~~:;.=_~',~~__~_;t¡:~¡~:; .


~O" el ,yab!ema. En ei tercero, el tema es planteado por separado a cada uno ¿s ¡es ",ier;;s-rcs
30!icitanda Wla r:::3puesta que, en general, asume la forma: "el evento ocurriré sr- .. " L.EeS
'-sso:..;est35-S8 ordenan estadísticamente a continuación, con el fin de presentari=s a' gr'..ipo. ;"2
CC;";Ó" 2_J",,¡r,u::e es reoressntada por la mediana; y la variación de opiniones cee e: -::,o:;r"J .,
:ercuartH.
Esté' secuencia de recolección y presentación de opiniones sobre un pro~¡ema oafi'1ido pue­
de tene, lugar varias veces. dependiendo de la distribución estadística, de los '::;OS~0S \/ de ios
':;,bjetivos del ejercicio. De ordinario, las preguntas se refieren a la fecha probable de un "8ven­
~o critico" COme se dijo. El objetivo de la consulta puede ser tanto exploratorio (m¡n¡!T!¡z2~ ince'­
t¡dum)~es '! sO"presas) como normativo (ubicar y escoger opciones preferidas).

He!:-r:er (1965), uno de ¡os creadores de esta técnica, sugiere un esquema dE:: \ss ~~~:J3S q-J-3
deben c'lmp!irse. Es el siguiente:
al !=orrnación de un grupo de expertos en el problema escogido por el operó:dc?'. ;:;S;;¡PiOS
de G,obiemas: factibilidad. y fecha probable de la desalinización económica de! agua ':í3Spic"-'':6
de 6rgano;o: prcnósticos fiables del clima; usos de los láseres; empleo de la ingeí:i rio:; ::;snéti­
ca p2ra "sparar 0ai'¡os hereditarios; precios del petróleo; evolución de la economíe m xte' dese'-,

' .. -.. - --- - ----- _


........_ - - - -...
~ .. ~~-,--_.

"\ ~

volvimien~j) del ~diálogo. Norte- Sur, etcétera.

b) Enunciado del problema en forma de pregunta o familia de preguntas.

e) Revisión (pre-test) anticipada de las preguntas en un grupo no participante de expertos,

con el fin de ide¡:ltificar ambigüedades.

c) Entrega (a mano, por correo, o en tiempo real) de las preguntas a los expertos.

di Primer análisis de los resultados.

el Estimación y graficación de las dispersiones .

. ~.
f) Presentación de los datos a los expertos. El operador solicita reacciones.

, g) Segundo análisis de los resultados.

:.:/

h) Repetición de! proceso, conforme a los objetivos y restricciones del ejercicio.


i) Preparación del informe sobre la consulta délfica.
Cabe advertir que la técnica no se limita a identificar fechas, sino que presenta los argumen­
tos que sostienen las diversas opiniones, incluyendo las extremas que aparecen en las colas de
las curvas.
Considérese esta pregunta hipotética: .¿Cuándo se iniciará un ciclo Kitchin (que comprende
40 meses) en las economías avanzadas?.
1 Las respuestas se organizan así:
Mediana - 1983
Dispersión intercuartil: 1982-1986
8% de los expertos estiman que el presente receso se extenderá más de diez años.
La respuesta don;Jinante (1983) puede basarse en argumentos como ias nuevas medidas del
Presidente Reagan; el fortalecimiento de la Alianza Atlántica; la estabilizaeión de los precios
...__reates .deLpetrólflQ,_etcétera.. ... oo._ ._oo_ ...._...__ .. _

Aparte de las dispersiones de frecuencia que responden a la pregunta ¿cuál es la fecha más
probable de que el evento «e· se produzca?, se pueden obtener, con la ayuda de los especialistas,
probabilidades subjetivas en torno a los efectos sociales del fenómeno pronosticado (<<índice de
deseabilidad'l, a las dificultades tecnoeconómicas que el fenómeno debe superar (.índice de
factibilidad»), y, en fin, a las medidas que se podrían adoptar para acelerar o postergar la apari­
ción de un evento «<índice de políticas»). .. ....

De aquí que la consulta délfica no sólo produce insumos informáticos para las decisiones.
Es una vivencia creativa para los especialistas mIsmos. que se estimulan mutuamente y tienen
la oportunidad de conocer las inquietudes de los «operadores •.

Estudios comparativos sobre la validez de la técnica (Hill-Fowles 1975) indican que grupos in­
dependientes de expertos, reaccionando a preguntas equivalentes, \legaron a conclusiones seme­
jantes. Ciertamente, el hecho puede ser interpretado como prueba de validez, pero también refle-

ZfL _
~~;if
21
.~~~

ja la formación común de los especialistas. Ante un análogo estímulo cognitivo-verbal, reaccio,;an


de manera convergente. En cualquier caso, la validez de la técnica crece en la medida en qus !a
elección de los expertos es acertada y el enunciado de la pregunta-estímulo es univoco.!>'¡ juego
anónimo e iterativo de ¡os especialistas puede seguir una discusión abierta y ordenada. Esta ~o­
sibilidad queda a juicio del operador.
Adviértase que los expertos pueden ser escogidos dentro de una empresa cuando ésta es su­
ficientemente grande como para asegurar una variación significativa de opiniones. En tai caso. se
cuenta con la ventaja de que el grupo conoce los factores ambientales y los objetivos de ja en,·
presa. Así se llegó al modelo Probe 11 (Linstone 1978) que se aplicó en una corporación multina­
cional que produce instíUmentos electrónicos, lubricantes, sistemas mecánicos e hidráulicos,
transporte, aviación espacial, oceanografía, fármacos e informática. A los consultados se les so­
¡icitó establecer no sólo la factibilidad de eventos que podrían afectar críticamente a los ambien­
tes externos e internos de la empresa, sino los riesgos comerciales inherentes a cambios en ¡as
preferencias de los consumidores. El sondeo consistió en tres rondas y fue concluído er: dos
años. Probe i! introdujo una innovación metodológica: los expertos debieron autoestimar su com­
petencia en el asunto planteado; esta autojerarquización se tomó en cuenta al hacer las estima·
ciones de los pronósticos. De todos modos, la consulta délfica hecha dentro cie la compañía
permitió afinar la sensibilidad de los ejecutivos respecto a los entornos futuros, aproveciiancJo
una facultad ¡atente de los recursos humanos disponibles.
Otre ensayo reciente, con base en expertos internos, fue efectuado por la Bel! Co",pany
(1975) de Canadá. La empresa quería formular una política de producción de amplio a\canee en
el campo de las computadoras, telecomunicaciones, e instrumentos ópticos. Tamb'iéfl en este
caso se motivó a los especialistas a ponderar no sólo las probabilidades de invenciones futuras
en estos cernpos, sino la calidad y ¡as trayectorias probables del mercado. Es interesante subra­
yar que este estudio comprendió aspectos axiológicos, vale decir, transformaciones esperadas y
.. .__.... ':'..~ deseadas e:; la esfera de los valores. pertinentes a-los objetivos de la empresa. f',si, se pl2'1te2­
-ro'n'Jnterrogarltes -sobre la probable rew}!ución en las normas..de.trabajo.. (.eí .hogar-oflc;na. por
ejemplo; ,ei acortamiento de !a semana de trabajo, el ahorro de desplazamientos, ei uso de ::ib;;c;­
tecas automatizadas, etcétera. "
Estas e;~pe¡-¡encias indicéln que la consulta délfica representa un instrumento prometedor
Dora obtene·' c'.!antificar y comparar pronósticos con base en el saber acumulado po" es;::.ec!s­
!!stas.
Sin embargo, no es una técnica libre de imperfecciones. La seguridad de los xOllóstic:Js es
función del tiempo; cuanto más remota es la fecha media de la producción del evento, tanto más
crece la dispersión de las opiniones. La lejanía tiene dos efectos: multiplica las incertidumo,es,
por un lado, y, Dar el otro, pone al descubierto la obsolescencia profesional de los especialistas

4.9. Recapitulación e'.:'

Este C0,cj0f1l0 de técnicas se ha denominado "formal», pues trata de establecer ,eiac¡Gnes

'77
-----, !
iógi~as en diagnósticos y previsiones. Algunas de ellas r.an alcanzado formas rudimentarias de
notación aritmética que permite obtener un mayor grado de precisión. El lenguaje matemático es
un sistema axiomático que emplea términos lógicos como «más", "menos", "igua!", etcétera.
Como tal es preferible al lenguaje «cotidiano", lleno de adjetivaciones y ambigüedades. La difi­
- cuitad para llegar a un lenguaje plenamente formalizado por las matemáticas estriba en dos
factores: por una parte, el carácter «móvil", con amplios contenidos aleatorios de los juicios
prospectivos no permite una formalización plena. No existen bases para un isomorfismo entre el
lenguaje y el mundo empírico, como el que se advierte entre el álgebra y la mecánica. Por otra
parte, la metodología prospectiva todavía debe emprender una vigorosa marcha como para des­
prenderse de las limitaciones del lenguaje natural. Las técnicas formales están a mitad del
camino.
,. De aquí la necesidad de conocer y de emplear técnicas cualitativas que pueden auxiliar en:a
previsión de futuras configuraciones estructurales y en la aparición de eventos «detonantes,. Se
basan en los lenguajes naturales de las ciencias sociales y de la historia. Como los «futuros»
son creaciones sociohistóricas, estas técnicas tienen un lugar legítimo y complementario entce
las herramientas de la prospectiva.

i
.1

.,
!

78
.
.~

5.Técnicas Informales

Cuest¡ones cenáales de este capítulo:


¿En qué consiste la «informalidad" de los métodos informales?
¿Cuáles sor; las características, etapas y aplicaciones de las intuiciones sistemáticas. ¡as imá­
genes alternativa,;, las analogías, y los escenarios?

Objetivos
Presentar Guairo técnicas cualitativas que se emplean con frecuencia en los estudios de! futurú.
Demostrar::¡ue las decisiones son, en última instancia, «conjeturas informales e inteligentes».

Conclusiones principales
a] Las técnicas informales llevan a perfeccionar los usos del lenguaje natural o cotidiano que es
entorpecido ordinariamente por falacias, relaciones oscuras entre variables, y empleo imperti­
nente de metáforas
a) Las técnicas informales no son en si mismas menos precisas que las formales; se eílcuentran
COPlO éstas en proceso de experimentación.

Términos·dave: ¡rracional ¡dades selectivas; metáforas oscurantistas; utopías científicas; sQuiva·


.- ....----..-----.- ·-teñtes funciona!es: guiones,'
4
- --_ .....- ..- ...-.-_...
-_o-o - •

5. t Observaciones Preliminares

"lnformai" no significa, en este contexto, imprecisión, y menos vaguedad, así COITIO "forma!"
:10 es sinónimo de exactitud. En ambos tipos de técnicas (las formales como las informales)
Drevalecen criterios y normas conferidas por el método científico. El método científico suminis­
era significado y explicaciones a porciones selectas de la realidad. Si el método científico preten­
diera explicar toda la realidad, se transformaría en una ideología autoritaria, unidimensional.
Haria anti-ciencia. Por ejemplo, la clasificación de valores religiosos puede ser efectuada, con
bases en el conocimiento aculTlulado, por filósofos y sociólogos de la religión; pero el significa­
do ~xistencia! de esos valores no pertenece al orden de la ciencia. Es otro género de realidad.

79

;.; ..
,-:..,: .
~~-_. -----~--~--------- IIII_lIlIlI. .!lIlII_IIlllI .iH!IIQ.II!II.IIIE.E1U~

r?~{~

t.h.~ra bien: entre los métodos posibles con los cuales se puede estampar significado iógico
O·"
y ilega, a explicaciones intersubjetivas satisfactorias se encuentra el científico. Es reiativamente
;oven: como institución social no tiene más de 400 años (Mertan 1973) si bien en tiempos anti·
;uos aparecen ensayos importantes. La ciencia y los científicos adquieren legitimidad y acep­
tación sociai en un entorno histórico definido; no se presentan en todas las sociedades y pueden
üesaparacer en las que hoy se encuentran. De momento se puede afirmar que el método científi·
cO,en unión de la tecnología, ha modelado el mundo contemporáneo, y que éste es reguladopar
;0 gue el economista Leibenstein llamó una «racionalidad selectiva»: amplias porciones de la rea­
¡·Jad son susceptibles de ser examinadas con métodos científicos, pero otras se rebeian. Mo­
v:mientos de masas, culturas juveniles, catástrofes deliberadas. llevan a pensar que también
existen ,,¡rracionalidades selectivas», es decir, desviaciones socialmente aceptadas y que prete,,­
Gen inc!uso e! apoyo del método científico (Beyerchen 1978).
Las técnicas informales que se presentan en este escrito reconocen la superioridad de! mé­
todo científico para explicar porciones signíficativas de la realidad. Aceptan, en particular, que
2: mundo empírico es independiente de los sentidos humanos y que es factible trazar relacio~es
oe causaiidad y de funcionalidad entre contenidos empíricos. El «teorema de Tremas" (lhomas
1980) según el cual «cada hombre define su real idad y se conduce de acuerdo con su definición"
['o cancela la separación entre los sentidos y la real idad. Antes al contrario. si teorema supone
esa separación: las definiciones no son ejercíc ios autfsticos.
En suma, en ambos tipos de técnicas prevalece la indagación disciplinada que descansa en
hechos empíricos. y en conceptualizaciones «abiertas", críticas. La diferencia estriba en que en
:as técnicas formales se ha avanzado más en las aplicaciones del lenguaje iÓr.;iCOY en :a vaHd8­
oión intersubjetiva. En cambio, muchas de las apreciaciones informales no se prestan a tal tipo
Líe corroboración: y sin embargo, manifiestan enunciados significativos sobre la re<Ji¡dad.
Esta división entre técnicas formales e informales está sostenida por la naturaleza de ia
reaiidad sociaL En ésta suelen dominar relaciones de incertidumbre, ya sea a causa de eiemen­
~2S aieatol'ios, ya sea porque la ignorancia relativa ocasiona una inestabilidad intelectuai cons­
tante Cfhomas 1982), ya sea porque nuestros paradigmas o sistemas de explicación no son sa­
"sfactoríos. Cuando dominan las relaciones de incertidumbre. las visiones inro;-maies (si bien
..l'f Q'in-ªª~~ J'_~¡~!e!!lª-ti«a.§ l~()Q.Jf1<J i_sfJ~nsa_bl es.
'-s ,informalidad". por consiguiente, no es vaguedad; señala- el carácter fragrnentario, con­
. de enunciados empíricamente firmes sobre la realidad (Masini-Gaitung ';979).
En este orden de ideas, el capítulo tocará las intuiciones sistemáticas, las imágenes alterna·
'dvas, ¡as analogías prospectivas y retrospectivas, y los escenarios como ejemplos de técnicas
¡.,formales. Se comprobará que una abundante litE;ratura apoya e iiustra a estas técnicas. y que
sus aplicaciones pueden ser extensas precisamente en paises en vías de desarrollo donde las in­
certidumbres son endémicas. También se verá que las excursíones informales suelen provocar
'J" "desbloqueamiento» de la información (antes guardada o latente) y convertida en materia de
~8S '~écr~¡cas forrnales.

5.2. Las Intuiciones Sistemáticas


"

El futuro es un oroblema intelectualmente malicioso, repleto de indeterminaciones. Con fre­


cuencia no puede ser abordado con esquemas excesivamente rígidos. Se requieren entonces
JiJt'oximaciones sistemáticas que no rechazan a priorí las irracionalidades selectivas que se men­
cionaron anteriormente. Pero estas percepciones ¡¡lmediatas de la realidad no constituyen fanta­
sías neuróticas, extravagantes: deben encarar los principios y los datos de la realidad.
Ei objetivo principal de esta técnica consiste en sugerir que los criterios dominantes en la
toma de decisiones representan una realidad que ha desaparecido: son criterios para la historia,
no para ei futuro. Con frecuencia, estos criterios asumen la forma de mitos (Sauvy 1969j, es de­
cir. creencias difundidas que carecen de apoyo empírico, circunstancias que no entorpecer> la ins­
tituciona!ización de movimíentos sociales que descansan en premisas transracionales. ,tI.prender
olvidando es uno de los principios esenciales de la intuición sistemática (de Bono 1971). Ei olvido
puede ser una exigencia impuesta ya sea por la aparición de nuevos datos, ya sea por la imposi­
bilidad de que las tendencias vigentes se mantenQan.
Como un ejemplo sencillo considérese la relación entre los costos de coordinación de una
empresa y el tamaño de la misma. La hipótesis dominante sostiene (Hirshleifer 1980) que una
organización no puede crecer indefinidamente debido (entre otros factores) a que los cos­
tos de coordinación se comportan conforme a una curva .. u" (véase abajo). Si no fuera asi, los
costos descenderían en correspondencia al tamaño de la empresa. Sin embargo, esta hipótesis
debe ser revisada a la luz de dos nuevas premisas que, en una primera aproximación, resultan
de juicios intuitivos. Una de ellas toca la posibilidad de delegar autoridad y de alterar lOS patro­
nes jerárquicos dentro de la organización; la otra se refiere a un probable ahorro en íos costos a
consecuencia de la introducción de nuevos sistemas de comunicación, electrónicos fundamental­
mente (Dertouzos 1979). La introducción de estos juicios intuitivos llevan a vislumDrar la posibi­
lidad de una conducta organizacional diferente (graficada en la curva 3j, que permite exte~der el
tamaño de la empresa sin incurrir en costos adicionales.
Costes

j----+---- -" ---- -.


\~

Gráfica
Tamaño de la
empresa

Costos Costos· -

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e; igrtarr'.ente , esta posibilidad debe ser corroborada por métodos más rigurosos: pero ;a revi­
sión oe la hipótesis prevaleciente se genera en una percepción intuitiva que descansá, explicita
o im::iicitamente, en la captación de nuevos datos,
:-as intuiciones sistemáticas pueden beneficiarse ampliamente de! estudio de ¡a literatura
de ciencia ficción, Este género de creélción sugiere analogías y conjeturas que afinail la imagina­
ción, Tesis consagradas son puestas en tela de juicio mediante invenciones aparentemente ¡no­
cu?s de fa fantasía, Estas ficciones constituyen una forma de trascender las responsabilidades
y ataCUr3S cei método científico y de insinuar crítícas a los paradigmas prevalecientes, Al reco­
;e r y sistematizar estas ficciones, la intuición puede volver a la ciencia esbozando nuevas ca m­
:'jr;aciones.

Una modalidad particular de estas ficciones son los juegos mentaies que se efectúan en gru­
DOS. Estos juegos tocan probables configuraciones. Por ejemplo, las interacciones probables en
i2rn;!ias óe tres padres (dos biológicos y uno «cultural») abren paso ai análisis de nuevos ferma­
',003 'fam'ií"res diferentes al monogámico tradicional.

Se ha observado en este orden de ideas que la intuición puede ganar con ei estudio de
juegos infantiles (Galtung 1979). Estos en efecto encaran y «reinventan» situaciones, considerán­
doias campos reales. los niños modifican reglas y juegos con gran flexibliidad pues ne están
((cerrados por ei pasado}).
Desde ctro ángulo, las intuiciones sistemáticas pueden nutrirse de las vertier,tes estructu­
-a: istas (de George 19.72) que tratan de captar la "gramática oculta» de un fenómeno. Este tipo
de indagación favorece la identificación de «equivalentes fenomenológicos»~, es dec;r, cambio
naciene" de nechos que discrepan de las prevalecientes pero que obedecen a esa lógica básica.
Este e:ercicio es afin a las distinciones que trazó Pareto en torno a lOS «sedimentos" y a las .de..
c:vacic::es» (Finer 1976], esto es, los elementos constantes y variables que se encuentran en fa
'::J[";ouc·'¿. ;:¡ sedimento (o la «gramática») puede ser preservado: perc e! juicio ¡ntuitivo conci.!ce
2' instiga, ¡¡uevas variantes.

E" suma; !as intuiciones sistemáticas poseen una aptitud sensibilizadora. Enseñan qué fac·
tores y fenómenos pueden combinarse de manera diferente, y hasta contradictoria. La reaíidad
_..-ª9.;;;SJ3;La5Ue.col1su.uid2.y-rei.lwel'ltada, ya sea con el objeto de lograr mayor flexib¡¡¡riaG-€n.. ¡as·
'eSO~iestaS a estimulos externos, ya sea para alcanzar, con economía de recurSGS, ¡os proposi­
-::05 d·s Lif~ s\sterr:a.

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5,3, Las imágenes Ai¡ernati.~va~s-=======================

:)e;:;resentan ia fase operativa de las intuiciones sistemáticas. Las imágenes aiternat;vas, en


efecto Dretendero captar la gama de mundos pos ibles. Esbozando lo que puede ser y venir, es da­
6[e u,za, "'..:Tapias prácticas" (Polak 1973). Estas imágenes suscitan entusiasmos cOlectivos y
'TOtiV2" :a voluntad Dolitica hacia nuevos rumbos. La visión de alternativas ayuda a "caministrar

R~
C)..c.¿ _
el futuro" identificando íos protagonistas, el contenido y las circunstancias de cada caso [Bel!­
1976). ­
Esta actitud metodológica tiene origen en el citado Polak, intelectual holandés que, durante
la úitirna guerra, fue encerrado durante varios años en un campo de concentración. Esta expe·
riencia determinó su convicción de que una sociedad (como un individuo) es capaz de sobrevi·
vil' sólo en \a medida en que cultiva una «utopía razonable", es decir, un mundo que todav¡e no
existe pero que puede cristalizar. Según Polak, la cultura europea se habría caracterizado hasta
el sigio 17 por ia facultad de crear utopías factibles, como el humanismo, el iluminismo, el capi­
talismo, el socialismo, etcétera Pero en los últimos siglos, esta facultad se habría empob'eciao,
pues sólo genera modelos catastrofistas y apocalípticos.
Estas ideas fueron recogidas por Gaston Serger, intelectual francés que inauguró la "pros·
pectiva", ejerciendo influencia considerable en el lanzamiento de los planes indicativos de Fran­
cia en ¡os sesenta. Serger postulaba que a causa del aceleramiento de la historia, las técnicas
proyectivas convencionales tenían poco valor: el futuro habrá de oponerse necesariamente a!
presente. De aquí ia importancia de ejercer la intuición para proponer adivinanzas informadas
respecto al porvenir. En cada situación hay elementos singulares que la «razón forma!" no puede
captar (Berger 1973).
También de jouvenel (1972) puso acento en las -utopías científicas .. en cuanto conceptos or­
ganizadores del futuro. La identificación de alternativas se hace en el presente; pero si se preten­
de atenuar el Daso de las fuerzas dominantes (poco interesadas en un mañana diferente) hay que
recurrir a tOGas las aptitudes de la percepción, incluyendo la conjetura intuitiva.
Como auxilio a esta técnica hay que fundar «museos del futuro .. en donde se expondrán, con
medios audlo\/isuaíes, las alternativas encontradas y sus probables consecuencias. Estos mu·
seos, que aspiran a «simular .. e! futuro, tendrán no sólo valor didáctico: habrán de extender ei
espectro de a!ternativas.
- -- -_. __ ..- -n,s t-écTli:;asencaminadas-a diseñar f1nitgeftes-opctoflale~Hl:Ivieron·ap~eciable ¡nfiuer1Cia
en
la práctica ·r3ncesa de la planificación nacional y regional. En este marco se concibieron y pu-­
sieron en '1'".archa tres planes simultáneamente, en la inteligencia de que UQO habría de rectjficar
ai otro. E! primero fue el .plan lógico», que recogió las proyecciones lineales de las tendencias
dominantes; "'! segundo consistió de un "plan creativo», que reunió probables factores de discon­
tinuidad y de 'ompimiento de esas tendencias; y el tercero: llamado "plan decisionai" tUVJ come
cometido cm'siliar las imperfecciones de hoy con los «detonantes .. de mañana, a fin de preservar
un conjunto ordenado de desequilibrios inestables (Mas~é1972).

Esta concepción recuerda los niveles normativos, estratégicos y operativos distinguidos por
Ozbekhan (1969). Según este autor, las políticas ya no pueden ser, en un contexto de acelere­
miento socia!, formas de legitimar y administrar lo conocido y lo imperfecto, sino instrun:entos
de cambios cor.gruentes con valores básicos compartidos. Asi, la planificación ye. no es sólo un
medio de ajuste coyuntural; se transforma en vehículo de mudanzas fundamentales.
Estos conceptos se han difundido ampliamente en los últimos años. La críticé radica; al pre­
sente, basada en evidencias más tecnológicas que ideológicas, empuja a una búsqueda óeiibera­
da de opciones que superen los límites de las situaciones prevalecientes (Beres-Targ 1975]. Se
ha terminado ra época de los desastres localizados; cualquier crisis de envergadwB se dih:;,de '"

------_._------------------------------------'-..<.>.,;.".) 8?
travé~"de lasinterdependencias que caracterizan al mundo contemporáneo. y como estas crisis
son altamente probables se impone un nuevo género de planificación global.
¿Cómo se llega a estas imágenes alternativas?

Los métodos difieren. Algunos autores (8age-Chobot 1974) opinan que tos árboles de re­
ievancia (o pertinencia) constituyen el camino más adecuado. pues eL futuro es, básicameme,
un problema institucional-administrativo. La racionalidad constituye, a pesar de sus limitaciones.
el expediente óptimo.
Otros se inclinan por la confección de "mapas cognitivos" (Kastenbaum 1963) que se basa
en la asociación de conceptos. El «operador" propone un estímulo verbal (por ejemplo: «La inte­
gración latinoamericana es" ...) a grupos diversos. Cada uno de ellos reacciona con predicados
alternativos que traducen los significados, alcances, consecuencias, etcétera, que se le atribuyere
a la integración. La codificación y cotejo de las respuestas conducen a establecer ¡as imágenes
prevalecientes, muchas de ellas implícitas o inconscientes. La posesión de estos mapas cogniti­
vos es un insumo adicionai en la toma de decisiones, puesto que el desencadenamiento de ¡as
ideas no es caprichoso. Cabe agregar que esta técnica ha sido probada en contextos culturales
diferentes (Heckel-Rajagopal 1975), con resultados alentadores.

Uro método alternativo consiste en aplicar una consulta délfica a no-especiaiistas. Estos
proponen eventos probables con una fecha estimada de ocurrencia. El anáiisis de las situaciones
;:¡revistas y de IQs periodos respectivos permite conocer imágenes compartidas por un grupo
que se exime de los resguardos de un experto. Una variación de este procedimiento es solicita,
el disefio,de "lo mejor" y de "lo peor" que puede verificarse en una situación determinada, 'f ¡ss
"echas probables. Las caracterizaciones extremas llevan a identificar ¡os deseos y temores de
¡os consultados.
Otra técnica se basa en la redacción de una Futura Autobiografía (Guiiiispie-Aiiport 1965).
Se les pide a los sujetos imaginar que se encuentran en un año situado a diez o quince af\os dei
'1 presente. y escribir un ensayo breve sobre el entorno, los protagonistas, y su proDie pape! en ese
1
futuro. El análisis del contenido de estas autobiografias enriquece !as imágenes alternativas.

-Estas técnicas no resu-elven espontáneamente-laeXl'Sle-ndá'de incompatibilidades en las pro­


yecciones que se trazan en el futuro. Tampoco formulan una "estrategia de transición". es decir,
e i paso de un presente insatisfactorio hacia un futuro deseado (Oror 1973]. Es indispensable, por
lO tanto, emplear técnicas complementarias dirigidas a fijar prioridades con arreglo 2 Ui' sistema
compartido de indicadores (Johnston 1978). También los árboles de pertinencia pueden ser
útiies en !aorganización y clasificación de las preferencias, auxiliando así a resolver problemas
de exclusión, prelación, y transición.
Un ejemplo se encuentra en el "árbol» propuesto por la Comisión de.Comu'1idade-s E-uropfras­
(1:=74) a fin de definir las imágenes alternativas sobre el bienestar social:

Etapa Opciones
Bienestar Social
Cogestión Propiedad individua!

Rtl
v_t:- _
: i."·

'\

3 'niciativa del Estado Régimen mixto Régimen C·r¡V2GC

4 Coerción Persuasión
Impuestos diferenciales Subsidios E:xhO:~2c¡ones

(} General Regional por Estratos

7 Ahorro libre de Inversión libre de Peopi edad i i c.re


impuestos impuestos de impuestos

8 Para todos los Para algunos tipos


tipos de ahorro de ano"Q

La Comisión interpreta la gama de opciones en cada etapa y toma una decisión,

Las decisiones a su vez son reordenadas en términos sectoriales, Así, cada ministeric e enti­
dad gubernamental toma a su cargo una de las opciones escogidas en cada etapa, Los nexos
entre la identificación de alternativas y los enunciados de políticas se estrechan de este modo
apreciablemente,
U!1 método adicionai que pretende responder simultáneamente a cuestiones vinculadas COl'
la articulación y organización de imágenes fue propuesto recientemente- por Miles-Coie-Ge"­
shuny (1978), Las imágenes son extraídas de autores y/o doctrinas que ejercen influencia
notorLe en grupos gubernamentales, intelectuales, o sindicales_ Estos contenidos se codifican
conforme a un criterio temático (así: geopolítica, cambio social, estratificación, alimente, e"e"­
;:¡ia, tiempo! ibre, transporte, recursos naturales. etcétera) y, por añadidura, de acuerdo :;0:1 un
abanico político (conservadores, reformistas. radicales), La codificación se refiere a dos escen2­
,¡os pertenecientes a "países ricos» y «países pobres», donde cada variable tiene peso des:qu3!,
-- -- .. --eOMorlUS-traclóncon-siaerese--elrema--"geopolHlta;; tar como es desagregado el" pa:ses de
ingreso dispar; a esta división se yuxtapone la desigualdad de juicios o doctrinas politicos Los
::;ontenidos pertenecen a autores como H. Kahn, R, Dumont y M, Modrzhinskaya, que ejercen L
ascendiente distintivo en diferentes tipos de sistemas nacionales, El esquema caracteriza GOS s ­
tuaciones: «crecimiento con igualdad» y «crecimiento con desigualdad» al tiempo que enu!'cia ju ­
c'os probables de conservadores. reformistas y radicales.

Tema: Geopolítica

Situaciones Crecimiento con igualdad Cree. sin igualdad


¡¡- Países ricos
p- Países pobres
.~
'~- Conservadores
R- Reformistas

Re- Radicales

_________________________________________.!,f<¿~5

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el.
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2.·IAa
iI

1) Desplome barreras comerciales. 4") R deciden aisiarse de P para ev¡·


'\
Ayuda multilateral. Nueva divi­ tar incertidurnores de P. R p.o·
sión internacional dei trabajo. mueve la coopeí3ción norizont2i
Alta movilidad de factores Glo­ entre Ps Crece el comercio en·
palización del consumo cuitUi"al tre Ps. ECCH10í1lfas cOr:1petit¡vas
Transferencia tecnológica vía de Ps huscan ei estímu!o de Rs
- transnacionales .

2) Estabilización de precios de bie­ 5) Aparece ei «Ldtra-imperialismo r


nes primarios de Ps. Expansión Reparto de zones de influencia
general aunque heterogénea dei Violencia generalizada en lOS Ps
comercio. Mayor especialización Crece la brecha-ingreso.
de países conforme ven ta j a s
comparativas y dinamicas.

3) Incertidumbres crónicas causan 6) Fracasan luchas ciasistas en los


«crisis terminal .. del capitalismo. Ps. Crece el dominio imperial de
Se forman economías socialis­ los Rs con al ianza de' algunos
tas en los Ps con amplio inter­ Ps. Economías socialistas neci!­
cambio de recursos. nan debido dependencia tecno­
lógica

En suma, la creación, internalización y auspicio de imágenes futuras ampiian la gama oe se­


lec:c!ón de-ruta~ y políticas en los sistemas complejos Sin ellas, es fácii incurrir en la inercia, ia
rigidez, ei fatalismo o la anomia [vacío de valores). La conducta -de los sistemas es presidid"
por apremios de! corto plazo; decisiones importantes son postergadas definidarr;ente, trasis­
da'1oo al futuro los costos de la pasividad presente

POi- a:l2didura, las imagenes representan polos de aprendizaje colectivo. Es;-c ¡jO ent"aña una
,'s dogmática y coercitiva en la ingeniería social. ni el estrangulamiento de tenuencias espanté­
0'_6'<:8_ y.c..r:e_~tilJ:a_s ..~a.$_ Ll"DajJeJ1E;i$_ organizan.J:llos_futurQs~ oir.ecen.d.~6b{;iüf!e-s~e-+at'go -akance, y
':ransforman ei proceso planificador (de ordinario. expediente tecnoburocrátic0 y árbitro de püg­
"as eedistributivasj en un mecanismo de invención social.

Estas propiedades de las imágenes son particularmente valiosas en paises ei"i desarrOllo que
'lar! a remolque de las pautas, corrientes, modas y estimulos de las sociedades i'ldustriaies De­
-;¡do a estos comportamientos imitativos y a otras circunstancias, la planificación global se con­
vierte a lo 3umo en un procedimiento de raciOnalización del gasto público, procedimiento que
carece de continuidad pues está sujeto a presiones de grupos de interés y a oscilaciones coyun­
:cln,;es.A causa de las querellas desmesuradas en el presente no sólo el futuro es descuidado o
::'3svarnente esperado: la historia misma es constantemente ,einver,tada para "ajustarla .. a las
:)0;Jnas 2ctuales (Lewis 1979).

:=:n ei siguiente diagrama se describen las secuencias que siguen la inve"ción y rr>a;eriaii­
:acién de las imágenes.

86

",.'
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,.: ::':'~
>.~~
,::"f'i
.,, t::~
~::~::-?!
;~};~i
invención de imágenes .:~,:';

Cambio no deseable CambiQ. deseable

Tácticas de tíansiciór.
+
Internalización social

Participación social
+
Materialización vía meccnismcs
de planificación, medios formEdes
e informales de educación"' ".
vilización intersectorial

Fuente: [Huber '978) con ajustes del autor

5.4. Las Analogías

Consister, ef~ el trazo de paralelismos entre situaciones que ocurrieron y otras suscep~i~ie3
ce acontecer. Esta técnica acepta los supuestos de las escuelas estructural istas según 'os cuco
ies, más aHá de los fenómenos cambiantes. se verifica una alta regularidad cuya clave es iT:DGr'
tante descifrar !Martino 1972) La reflexión diaria está repleta de analogías que se a!imenta¡; de
'a experiencia colectiva y de e~,ª Illi~tu!:.ªd_e_r~cLJ~dº _y_ºJvi.d9_qu_e_~s_elpa~élcJ.()_p.er.~oJl.?Uf:3~~)~ .:.,..~
1980) Pero en este caso el ejercicio es mucho más riguroso y sistemático. Apunta' & encon~,?c
configuraciones es!cucTura!es semejantes. él fin de extraer de ellas alguna ,lección válida e~ el
!:.: tu re']
Piénsese en el s!.;.;uiente ejemplo En los años veinte. México era una economia eSTjm~:aci2
;,,, gran n-:edlda po, el petróleo (segundo productor del mundo y segundo exportador). en!cn':es
como hoy hacia depender su desarrollo de las colocaciones del crudo en los mercados inte'·
nacionales. Sin embargo. los contextos son diferentes. En \a actualidad, ha diversificado su eco·
['omia a! tiempo que ha n;;:r:ionalizado la producción. También la situación internacional se he
modificado A, ;:lesar de estas reservas, no es estéril trazar comparaciones. Entonces se orodujc
un aprovechamiento defectuoso de los estímulos generados por la producción petrolera ¿Podris
esta Situación repetirse aunque en un marco mucho más complejo? Un esbozo de ;nvestigació,.
an"lógica se e'!cuentra er, un estudio reciente (Meyer 1980). pero el paralelismo no es seguicc
s;stem¿ticamente.
OtrO e¡emo!o le declinación marcada de las economias latinoamericanas en e; úitimo q'Jii>
quenio lleva c pensar que una situación similar a la Gran Depresión podría configui'arse ¡CEPA~

,. "
~98 ) En 1981. el producto inter'lO global del conjunto bajó a 12, tasa interior ii Ié:s registradas
de:óde 'S45: simultáneamente. se advierte un marcado deterioro de otras variables ,,12CI'OeCOno­
:--"e22 2; tiempG que crece el proteccionismo de los paises industriales Cabe preg~ntar por co'~­
siguiente ¿en qué medida este declive generalizado reproduce las condiciones que existian hacia
fines de los ar,os veinte? La proyección sistemática de analogias puede auxiiiar e~¡ i2 cOf'feccion
de ¿~ respüesta

Esta técnica se compone de cinco pasos. El nrimero apunta a localizar des COi~il.Ji1tOS de
'2Ve;¡tos [uno ya verificado y el otro presente o por venir] ql!R ostRntan RlfOmentos estrlictur"lfS
se".ejantes e equivalRntes'
Ei segClndo paso está dirigido a indagar, cun indicadores cuantitativos en lél medida de lo po­
s:oie ei grado de cOl'nparélbilidad entre esas dos situaciones Esta tarea ,nvoll:clól estu,j'ol 11')
sÓ:o? :8S variables o<3Iláioqas» sino éil entorno o " 1<1 1exillr" dond¡-; ~;(; verifl(~;:n
" tercerJ consiste en aislar a la variable de influencias externas, ek valor episócjicc () en
yc;ntura!, que no afectan el comportamientu estructural de las mismas Este aislamiento eX¡~le.
Ciertamente, considerable claridad intelectual respecto a los propósitos del ejercicio y amplie [jr;
·",inlo de los datos pertinentes.
En cuarto lugar, hay que establecer las "condiciones de reproducibilidad» de los dos co:,jun
tos de eventos Estas condiciones pueden ser tecnológicas, sociales, administrativas. económicas
C il'ternacionales si la reproducibilidad es plausible se determina un "código ce compo'!:,­

;='pp,lmerte, el cotejo dé las analogias permite extraer "leCCiones" " ;r,edldé:s rJ,-ient::J,~3
<, é,~'leS:"r2r
o a impedir el desenlace del evento presente

:JéC'sese en el sigUiente ejemplo que se reitera en la experiencia latinoamericana Las dev3­


iu¿,c:o,es de la moneda local ocurren conjuntamente con ciclos políticos Cambios de qobie~­
!l=:, inminencia de golpes de Estado, suelen crear un .. síndrome de expectativas devaluatorias'·
(¡l,e suele aUlorreaiizarse De aqui que instituciolles financieras no puedel~ perrn2.llecer ind¡fe~en
tes" íos ciclos politicos con vistas a preparar ájú·stesO¡Jo-rfunarTlenfe-···· - .. _ .

Un ejemplo más general. la experiencia de las sociedades industriales enserié' Gti'? un (;'i:O
j'-":;to n,bricado de innovaciones tecnológicas mayores (la construcción de ferroca!'~'ies) ap,nó
"Ji' ;,i\"enCias dur-acJeras en esas economias y en su comercio internacional Cabe P¡-ciJunto( l"
eSlé, experiencia habrá de repetirse (por ejemplo, con lél industria aeroespacial) y cu¡'¡es St-;r¿;n
SeiS ,,(ectos Un estudio basado en las etapas distinguidas más arriba ensayó ;-esponder él esté' ir¡
~~irog2i~:e (\íazlich 1965)

'E:s"'" Técnica es informal puesto que todavia debe resolver problemas que constrinen su \lé!­
-, 18(':' ''''':r:p. Je ¡as dificultades mas frecuentes yace en el estado de los datos históricos que co;~s
•,~ ~¡:,,\"e:' e; Llnciamento de las analogias Cuando la historiowafia es d8bil o fragrnert8ria. los obs
,{;c¡~;o:, se mu!tipllcan La segunda dificultad estriba en lél deterrnini.Jcióncle las reacciones de los
P~C\'~9Cin¡st3s de rJtferentes secuencias de eventos Los criterios y los márgenes de latitud ¡}~:'o
ce" diferir, afectando a estas reacciones. Las analogias generan un "efecto aprcndizé:j¡> que PUf'
ce 'leva' a 2bartarlas Finalmente. los entornos o contextos que envuelven a los eventos puede"
ss: --,--,uy ,deSiguales. minimizando la plausibilidad de un paralelismo Cier-talTlente. un hecho h;s

.:-":; ,.".
'\

(ú,ico es "inguiar v no admite cotejos: pero existen configuraciones históricas en donde so: pue­
d·:;" traza,. comparaciones legitimas (Hackett Fischer 1970).
C0n:;iJéreso:. como ejemplo adicional. el abastecimiento de agua a una zona urbane El SJe r ­
C;iSiO anaióg!co arranca con la elaboración de un modelo teól'ico sobre el papel de la demandE.
lé InformaCión. los usos y los usuariOS, concerniente al suministro del líquido Modeios ce esta
indole se encuentran en la literatura profesional (Jevons 1976) En seguida se locaiiza un caso
equivaiente como el abastecimiento de agua a la ciudad de Roma en el primer siglo de ,a era
crlsti,ma l..8S similitudes son llamativas (Martino 1972); es legítimo. por lo tanto, trilza, ene
10gl2.s Ai mismo 'iemoo. hay que respetar diferencias: los I-omanos ca recia n de conocimientos
Slstém2t!cos sobre procesos hidraulicos Pero estas diferencias no anulan el valor ni e i carác~e'
instíUC~[VO de fas analogias

=n este orden de Ideas cabe plantear una pregunta provocativa. la industria quimica alemana
del s!yio casado. el despliegue de los ferrocarriles en los Estados Unidos, el desarrollo aeraes­
pacl"; en les sociedades industriales han acentuado. por vías diferentes, la margínalidad tecnoló­
q:.:e v comercia' de~mérica Latina ¿Cabe anticipar un resultado equivalente a consecuencia del
i)rugreso de ia microelectrónica y de la biología molecular? ¿Puede América Latina neutralizar
est3s consecuencias? ¿Es capaz de marcar una frontera tecnológica propia? El estudio ordenado
de ¡as analogias explicitas e implicitas en estas preguntas podría evitar la autorreproducción de
la vuinerabilidad regional .

5.S.Escenarios

:::;on:,;riU;'ftn descripCiones c;xplor3toriJs y provisionales de un futuro probaº.J~_O.. S.i;;yw~ __ ;a


(!é;f¡;;,c!ón ¡G~i11c¡ de uno de los cuitivadores conocidos de esta técnica "Los esc-enarios SO~ S8­
éiién2as'-'1:;:J'ci'ét¡cjs de eventos articulados con el designio de concentrar 1" atencjó" iOn ;:;ro­
cesos u,useies y ell rompimientos factibles" (Kahll 1969).
~a i.éuica de los escenarios se ha difundido ampliamente en los LJltimús a[10S Tarnbié'- se
r,éi dilatado su ;'20io 00 aplicaciones Asi. el futuro de una profesión como la de actLiario. siSt2'
!"ll8S aitern2,t:vl'S para "drninistrar crisis. una revolUCión probable en Arabia Saudlta. la suerte de
ios ;)equeíios bancos. el porvenir de la industria del papel todos estos asuntos han sido elabora·
dos con t;1 auxilio de "¡ibretos,, que describen esas secuencias (Zentne r 1975)
(>CuC;ies son los rasgos de estas construcciones analitico-empiricas que se denominan es­
ccnarlOS '?

En pr:me" iugilr. tratase de enunciados hipotéticos. En modo alguno pretenden "predecir" e¡


_JI;;ru. sii10 se!Fdar mas bien un abanico de opciones y situaciones probables. Las hipótesis. c'e,­
ti'!1Wnte. no son caprichosas. Estan fundadas en diagnósticos razonablemente consistemes de
li:5 iue"zas que modelan acontecimientos Pero los encadenamientos factibles son la materia ce!
énunciado hipotético

."'Si hi1y que entender. por ejemplo. cada uno de los "guiones" que preside la "tepcenC!2

B9

1111.11••••••••11 111I -.--1·R·~'R~r.!l!!!!!\!i:l-~=""'"


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múltiple El ¡argo plazo» de la cultura occidental (Kahn-Briggs 1972) El ascenso de las é\ites "me·
":tocráticas", es decir, basadas en atributos personales más que en abolengo de familias o de
ciase, es 'Jna hipótesis que se vincula con la acumulación exponencial de conocimientos, con
ia importancia de éstos en la formación de capital, y con la aceptada movilidad socia!. De modo
equ,valente, la configuración y jerarquización de los países latinoamericanos en las próximas dos
décadas dependen de la constelación inicial de factores y de los "enlaces» que esos paises sean
capaces de cri sta Iizar en ese período (Hadara 1979).
r~ingún escenario "tendrá lugar» como se anticipa; sólo sugiere una secuencia probabie con
2i objeto de sensibilizar a los tomadores de decisiones sobre lo que cabe y puede acontecer.
En segundo lugar, los escenarios no son necesariamente estudios monográficos. pormenori·
zados sobre un tema. Otra es su intención: señalar los relieves significativos de una situación
probable, puntualizar determinantes y consecuencias de envergadura, seleccionar dentro dei
conjLnto infinito de datos aquellos que poseen pertinencia e impacto en una situación concreta.
Los escenarios pueden descansar en análisis detallados: pero persiguen en última instancia
el seña:amiento esquemático, ahorrativo, conjetural
Pié"sese como ejemplo en el futuro del terrorismo. A esta técnica no le concierne una in·
vestigasió" exhaustiva de! fenómeno; se limita a aislar una o dos variables (verbigracia: la ínter·
nac,onaHzación del terrorismo y el uso de armas no convencionales; con el fin de trazar secuen·
cias Drobabies respecto "al comportamiento de grupos terroristas en un nuevo contexto geogréfi·
ce. y mHIt~r.

Por otra parte, adviértase que los escenarios emanan de visiones agregadas, comprensivas
hoiísticas, de la realidad. Deben sustentarse necesariamente en indagaciones muitidiscipi!na·
"ias ~~o les interesa (como al método délfico) determinar la fecha probable de un acontecimien­
to, sine jos encadenamientos entre eventos. Ilustraciones al respecto pueden encontrarse en los
esUcios sobre e: "futuro de la humanidad» y de la «nave·tierra» (Meadows 1972).
¿Cuáies son los objetivos de los escenarios')
-- . - .• - .•
-. - - "._-- - - --'- .__ .. _- ._- ._- .. - ._-- .. _-_ .. _­
__ o,

Tres, P¡·ir¡c¡~almente. El primero apunta a un cono'Cimiento más afinado de! presente y sus
tender.c'as coriorme a supuestos teóricos Estos supuestos deben organizarse en un rhode!o
ahorrativo [representación de la realidad con un mínimo de conceptos), pertinente (congruencia
con 'os oropósitos del estudio) y novedoso (planteamiento de consideraciones que no han me·
recido suficiente atención).
Estos atributos del modelo (Deutsch 1966) facilitan la atenuación de sorpresas y, por Jo tan·
too de tensiones organizacionales, que un entorno mal comprendido puede aparejar. Los escena·
rios :;¡retenden establecer y controlar relaciones de incertidumbre. a fin de auspiciar medidas
cont'"genciaies y ajustes reiativamente fluidos.
::'js",pios: :s probable presencia de armamento atómico en algunos paises de América Latina
e" e C.i(SO ae esta década ayuda a concebír esas medidas. O la Illarcada recesión de ;os merca·
dos ¡JGb'icos de capital que se producirá en los años venideros debería instigar la búsqueda de
fue:,tes alternativas de recursos.
Cerno instrumentos de diagnóstico, de control de incertidumbres, y de planificación, ios es·
cen3'ics deben ser instrumentos fiables, útiles e inteligibles. Estas cualidades positivas se ase·
'~.

gura" con ia revisión periódica e iterativa de los guiones propuestos. El trazo de escenarios nc
puede ser un ejercicio aisla~o-.
En su estudio sobre ei Japón como probable potencia hegemónica en ei sigio 2i, H. Kahn
establece desde el principio un modelo de análisis que aísla dos componentes: el «carácter na·
cional. y el «estilo de liderazgo. en ese país (Kahn 1970). A ambos lesatribuye un peso determi­
nante con base en estudios pormenorizados sobre la sociedad japonesa. Como paso siguiente,
este autor ofrece un diagnóstico de las tendencias prevalecientes: elevadas tasas de ahor:o e in­
versiér:, sistema educativo excelente, disponibilidad de capital de riesgo, capacidad tec;¡o!ógica
competitiva, apoyo estatal que no traba las fuerzas del mercado, y un sistema de valores que !'e­
sa[ta !a lealtad comunitaria. Conforme a este diagnóstico, Kahn expone "libretos- que n::únen iíj­
formación cuantitativa y cualitativa. Los libretos se refieren a temas como el crecimiento de! pro­
ducto nacional, la preeminencia de las transacciones externas, la probable alianza con China, ies
nexos con aigunos países en desarrollo y el rearme atómico. Finalmente. establece cuáles de
estos escenarios se ajustan a los intereses del sistema norteamericano, incluyendo sus grupos
empresariales.
En una primera aproximación, esta secuencia parece excesivamente esquemática y simplifi­
.. ¡
cadora. En cierta medida. lo es. Pero se trata de una elección deliberada que tiene presente el
tipo de audiencia interesada en el análisis. Por otra parte, estos libretos pueden ser cotejados
con las conclusiones de estudios más recientes (Vogel 1979) y acaso mejor informados.
En algunos casos, el formulador de guiones no hace la investigación necesaria. sino que se
basa en un conjunto de diagnósticos confiables. Su papel es organizarlos en forma de escena­
rios. Se ha visto un ejemplo en las páginas 85-86, donde se distinguen dos escenarios ("crecimiento
con igualdad" V "crecimiento con desigualdad") y se los enjuicia a la luz de tres concepciones dei
mundo. El ejercicio podría haber tomado en cuenta. con plena justificación. una posibilidad adicionBi:
la recesión prolongada de las economías industriales
Como ilustración adicional véase un juégo de escenarios concernientes ai futuro de ¡os aH­
-mentas ,'qtle--1nciuyeí-a-ea4 idad· y ·las-GGndi.ciones..de d istribu.c.iillL ene.l.IILaDQ !TI.lJf.lQ@L. _.

Tema: El futuro de los alimentos

a) Crecimiento con igualdad


bi Crecimiento con desigualdad (o brecha creciente)
R Paises ricos
? Paises pobres
Conservadores
R Reform¡s~as

Ra: Radicaies
a) b)

Ampíia diferenciación en la dieta de Demanda creciente de aUmentos.

C Rs. Dieta de Ps basada en carbohi­ Inflación galopante. Decilve de 12

dratos. Desnutrición en áreas mar- ag ricu l tura. ContíO!es rn.a!thus ¡"nos

9-¡

_.id&iild &&i22JIt.­
ginales de los Ps. en Ps: hambre, amotinamientos.
Abundancia de alimentos en Rs. Los Crecientes importaciones de ali·
Ps imitarán esta pauta de consumo, mentas básicos desde Ps. Genera­
pero en menor escala. Innovaciones l ización de "dietas básicas" en Ps.
radicales en la agricultura de los Hambrunas esporádicas en Ps.
Rs. Resurrección de dietas tradicio­
nales en los Ps.
Convergencia en las pautas de con· USA: granero mundial. Usos estra­
SUrTIO. Recuperación de la agricul­ tégicos de los alimentos. Dieta en
tura en Ps. Surgimiento de dietas Ps conforme al ingreso diferencia!
localistas con fines de diferencia­ de las clases. Pugnas internas en Ps
ción cultural. por el acceso a aiimentos.
¡::uente: (Miles-Cale Gershuny 1978) .

..
.~
los autores de estos escenarios no se limitan a la esfera de los aiimentos e de la geopoií­
~¡ca. Presentan reflexiones complementarias sobre el «tipo de mundo .. que es justo construir sí
se quiere cristalizar las utopías racionales que subyacen en el humanismo europeo. Si estas uto·
pías no toman cuerpo, se iniciaría una «época oscura .. , violenta e inestable en las relaciones in­
ternacionales.
Un ejemplo adicional, que se refiere al devenir de América Latina en ias prox¡mas décadas,
también descansa en diagnósticos fiables efectuados por organismos regionales de prestigio
(Hadara 1979). Esta exploración propone cinco escenarios, con base en un modeio que distingue
cntre «factores de encuadre .. , «enlaces .. , «capacidad de adaptación .. , y "constelación externa". El
:-nacelo anticipa cinco situaciones diferentes que oscilan entre la solidaridad regional y el hosti·
gamiento' mutuo. También anticipa revoluciones redistribucionistas y nacionalistas en algunos
países pequeños, como los centroamericanos, previsión que parece cumplirse en estos dias
(1982), así como el ascenso de «capitalismos de Estado» en algunos países mayores .
.... _--------- ... _­
En suma, los escenarios también constituyen un insumo importante en ia administración v
planificación de sistemas complejos (públicos y privados). Inducen a una selección cuidadosa d~
la i:lTorrnación conforme a una variable que se juzga estratégica (por ejemplo: el precio futuro
"eal de Ics energéticos) y a una exploración sistemática de secuencias probables clue habrán de
afectar a esa variable Esta técnica parece ajustarse a las imperfecciones de la información en
::;aises en vias de desarrollo (donde suelen faltar series largas); pero practicarla en forma aisia·
Ja y fortuita podría tener resultados contraproducentes: difundir un prematuro e injustificado es·
c6pt:cismo sobre los estudios del futuro.

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J
.\

-100
':,.,

Apéndice 1: Preguntas !fustrativas

"~()n el ;.)rGD6~:,¡ln de ~fin3:' y enriquGc{;( j:~ sf~nsjb¡­ cuencias podría aparejar en lus patrones de ¡ndu3­
~~dE:d de: \ec,;cr res!Jccto a lOS prr,olemas y potellciali­ trialización de los paises larinoamerica:¡cs y e¡· :3
¿ao~s de 10S estudies dei futuro, se n::: reunido en división internacional del trabajo?
este 2;)éndice un cGr~~untc de preguntas ordenadas por
c3pi::ulo. No ~;retendeíl estas jr;terroaantes "examinarlO d) Varias economías latinoamericans parece:! m2rC~&t
la' capaciaé¿' lJe 8n¿I~S~3 del usuario.. . de este sscrito: hacia un capitalismo de Estado. Considere si es¡a
bdscan ¡¡lás b!8n ¡;ustrar las ramificaciones de la ima­ tendencia habrá de estimular o entorpece~ 'os ~s­
g;¡,ación prospect!\/2:. No debe descartarse. sir: ernbar· tudios del futuro.
ge, !2 posib¡1idad de que cOrlstituyen elementos para
ejercicios o t~abajos que podrían efectuarse indivi­ 4_ Técnicas formales
dualmente o en gruoos
al Operacional ice conceptos como «sojid2rid3d .. , ,co­
2. Eveiucién de \a ~,raspect¡'ia rrupción", ce concentración económica n, "dist3;:cia
organizacional t>,
aj ¿Có::lG ¡nteraChJan ~as percepciones con las bases
b) Considerando las circunstancias que de'err",;rercn
em!)irlcas ,:~:; .z !'e;;ljdad en el juego ~!e:!tif;co? En
las ultimas devaluaciones de la moneda ¡:-,exicar,e,
~:.3 rBSpi..!est&, p~2de auxiliér !a obro de f,.,1 Bunge,
¿qué supuestos puede plantear acerca de la fL'~r2
~a !nvest¡ga(:~ó~ c~ent¡fica: 'Joi 1, S¿rcelona, 1973.
conducta de los ahorristas en circuns'ónci2S S'­
jj ;!'lcgir;e ~O;T~~3 Je :;::pedj;- 0! "3:J:cioio de lOS pro· mi!ares?
r:ósticos".
el ¿Cuáles son los pre-requisitos pare u:-:e p¡a~;'ica­
c' t="i s'...!Ldt~S2!·!'C¡;O ;)e~ece C3US3r c~ u~s(;ujdo
relativú cian normativa en paises cerno los ¡2"t:n02f':'.er;­
::e :as 8StU.j;:¡s ce! ~:~t:":"8 y ~2 S~b~$t~mBr::¡Ó!) de sus canos?

~;~~~~\::ci~~_~'D;¡~;;éP,:'l~s¡~¡~~el;-~~;ij;~1i.l_!.~.a_ c~j~y.i~n_~l~~_. _ ·.dl--Pwyecte .una ..cof1wlta_dé.If.iC;;tí'lJ ¡.oI'lC -ªj~_D..Q:l.tl·:,,-_ .__. .;.;;--_.. . _


económica del próximo gobierno .
..Es i:: C3(~:;::>3 612 !;"!fO!'l'"f!3c\(}r; (j el exceso de la
:-:~:~;T~Z: :~~, ~~je e'-,:O:'~)f;:':S 12 iqvesi.i~F:;c¡ón ce futuros 5. Técnicas informales
8,; C(1:~8S '::011'0 ;os ~etinoámer¡canos?
a) Reaccione: «Todo método informal eS
S': ;::;c P :()~ .-::.:;.:e.:iéri')s en t:)oo ordenamiento
~¡-::tns
mente vago e impreciso:> .
neC232:-ir..·

.~QC;c¡'J ¿.P0.:1:";éj ~il\'~nt2r


;Jr: futuro desprovisto de
,::.ics? (Ei ;:brü de ::.... S2UVY, LO$ ¡1'dtos de nuestro b) Haga un recuento de los .. juegos .. (mer,'iáles y ss­
tiempo. L::::bc:', 82rc2:0na 1969, le ayudará). cialesl que conoce. Con base en ellos. invente ~['
juego decisional que se puedE aplicar al ¡ugó- de
í\lhu'C05 conceptuales e institucionales trabajo.

G: Proponga
1
c~i~(;r!os que cebs,;8n nOrnléir las inves­ el Escriba su autobiografia futura. Olvide e, escri¡c
tigé.iciorles de! futuro !~!l paises latinoamericanos. durante algunos dias. Retómelo con el o':JjetO ce
identificar sus implicaciones en su presente.
G; R8acc~úne a la siguiente afirmación' "Los valores
corrompen a la cienCia:'. dl Aisle y ordene una ideologia [de un par!ido, de L!f1
consejo empresarial, de una ceremonia social) y
'-J Suponga que ,,13 !:ldustrial¡zacíón del espacio" es exponga los .. libretos" explícitos e implici'os que
L-:.crible en un plazo de veir:te años. ¿Qué conse­ la normano
el -:-er,ie'1do"tlresente la división marcada entre países carecen de este energético, ¿cómo podrfa evo¡uc;o­
iat;noamericanos que poseen petróleo y los qua nar la heterogeneidad regionai?

102
,.-,._,.

.
-.

Apéndice 2: Glosario de términos

Se presenta a cor!tinuación ün conjunto de concep­ a firmas nuevas. Estas barreras suelen estar de·
.os Que t¡ene~ ampíja d¡fus!ón en estudios del futuro terminadas por la diferenciación amplia del pro·
'/ en la pianificac:ó;¡ de ~argo plazo. Este diccionario ducto. por economias de esc~la. y poc monopo;iss
es necesariamen:e seiectivo y d0bera Ser constante­ tecnológicos.
"'ne~~e revisado y enriquecido.
.. Balance decisional .. : Evaluación de los resultacos d"
·.Amb:ente turbulento,,' En[OrilC (nac:onal, orgénizacio­ una decisión conforme a variables '! plazos con·
roa, que al encara i~cert¡dumbres agudas; bl ignora venidos.
cuales son ¡as variables criticas que lo condIcionan.
.. Ciclo de Kondratiefk Fluctuación ecoilómica qL:=
,·An¿;!sis costo/beneficion: Evaluación de ios costos y transcurre en un intervalo de SO años. con dos pü;;'
:Jéneficios sociales de una inversión Por ejemplo. tos de apogeo y un largo valle de estancamiento.
los costos de un aeropuerto deben incluir los físi­
·:05 (ocupaciór do::l 5Ue!o. :ons:rucción, operación) .Ciencia joven .. : Disciplina que todavia no ha articl3'
y ios sosiaies {ruido contdminación, dañas estéti­ lado un marco de referencia (o "paradigma .. ) ni l!r1
cos. etcétera}. grupo teórico. Se deriva de las investigaciones de
Th. Kuhn sobre las revoluciones cieniíficas.
:'~puesta :1eDulosa" S~ r~he(e ? una decisión hecha
C~:i una !rfOimacion muy imperfecta. Termino acu­ .. Ciencia madura .. : Disciplina que cuenta con un marco
118.<:0 por Y. Di'Oí conceptual aceptado y difundida por una comun!·
dad de especialistas.
,A!~O;T1Ic;' Oee: ;VE: o ueSéDéJrición abrupta de valores
':':();~l¡:;;_,:-~:(!,~s p,:)!"
t..::: {..jrupo S~~ deriva de los estu~ "Competencia atomistic3": Mercado compues1o pur ~!!'l
_. ._ . ._Qios_d1;--Gu¡:k.;..e¡"¡+¡ __ snbre-el sl:Iicidiu número apreciable de empresas !.;equei'¡as Sl;e :::.
teractúan indepencJientemEinfe·.-""·'" ......
';\d'~();)~8'2r;::iii:: i:...:-rIJr~" í1e~-ra:o im;:,gi!!(:luo de- olrihlJtos
~/ ";s ~~~ ::'\lO:li;:~Ó;; ~¿~'::(H~(;~ probable en los años .. Consumo conspicuo .. ' Consumo determinado ¡n¿s ;:l('­
imitación y prestigio que por el ingreso re,i dis·
ponible El término fue propuesto por Th Ve':lie:1 :,:....
- ..J.:i,- 'r::S!r(~Clú;; (;t=: -:;,~sjs", S~~:r:m3S rif: detección. en­
;'..;::::;:;¡nl:;,;:io'~. ~"';~;¡?F~ de incer!ldL!n)Lr,':~ y di~con- .. Consecuencias de n... orden .. : ConsecuenciéS ~G
:;:'1ii:dad~3 planeadas. mediatas e inesperadas de una acción'
decisión que cristaliza en el presente.
,'\XliJ'r.C :le ~hGr:'éS' Cedc ;),';rSoIl3/qrupo define su
:-2a!;~~d 'f 8cLlz conior:-ne a esa dt:fJnlciúf'. ..Democracia anticipatoria .. : Régimen que perm:le y
estimula In participación colectiva en la invención
.'S¡or:le':;~!;-,~,,· C'-mju!ltc de pr:)b~t;mas que SB deriva y elección de futuros.
:c i? u~-·¡ér; de ¡~ bioiogi? molecular y experimen­
-':2: sur ~a prélct!;:a de lEl medicina, ESIUdios de "Determinismo tecnológico .. : Postula que todo probie·
~endenc¡as han calocado acento en ;a "santidad de ma es en esp.ncia tecnológico y puede ser resuelle
:2 vi[~a". :le! G&recnc a u/la lnuerte digna". los ex­ por medios técnicos exclusivamente. Por ejemplo .
.;:¡"rimen;os en v:v:l. I~ ¡nanipulación genética. el los .. veranos tórridos- en los barrios negras de
comrol quim:co de la cO'lducta. la eut~nasia. y fe· Nueva York serian aliviados con la instalación d"
nómenos conexos. sistemas de aire acondicionado. Este Dostulado
subestima variables socioeconómicas.
t:!3arr::~ras 2 'a entr:1d2'-: Características tecnoeconómi­
c::::s ~:b i..!': mer·":aoo qi.J~ e!e'Jan ifls costos de acceso .. Desempieo friccionid,,: Tasa de desempleo que cesu:·

--'--_._-------._-­ 103

11111111'.-.-.--."1-.".'.-.'1'1'-1'."'."."1-.'-.'.--111
Ijj'!I".Íl·-iii--l·ii·.Il!.iII.I!!!I!Il.B!!!'Bllii!iDB'I.!~f;2~~rnrn:~~:~~#
. ~dt~
t8 '~GC ~ezagos en el replIegue de la fuerza laboral S\V2 ejerc!da por un grupc puede .ser c-:>í"!--:¡Js;;s2d?
?uede se~ reducidc perfeccionando los sistemas de o f1eutraiízada por otro; de -a~ta rnaner8 se 2te'"::.:u
;-¡rD;"rr:3ción en los mercados de trabajo. l::i explotac¡ón y se crean cond¡c~cr.es para U;-! ~e~
parta socioeccnómicc Sqult2tiVO.
',i::~¡st¡c;dad,,' Grado de respuesta de una v8r!3ble res·
~)2C~O o cambios de otra. ", Prognos¡s normativa l>: imagen que se p!·ayect8 desde
el futuro para organizar el presente.
,,¿r,'rü;¡ia,,: Tendencia al desorden en los sistemas,
Se deriva de ia segunda ley de la termodinámica \(Profecía que se autoreal¡za n : Eí1L;r;c¡aco que' se rna­
terializa porque se le cons¡dera sociai;¡1ente f!2b~e,
"Equivalente funcional .. : Valor, evento o técnica que
independientemerüe de si deflne COrt :erteza ;3
:Juede sustituir el desempeño de otro valor, evento realidad,
o :écnico, con resultados semejantes,
(( Profecia que se autodestrüye\~: Enunciado T?!)¡do 2
,,=scénario,,: Descripción cualitativa de un estado fu­
caL;sa de fas :"2s;siencias socfeies qU0 su p~:bi!­
I!Jrc mediante un "gu¡ón 1l o .:libreto».
cae ión suscita.
:~ ::\/er~·te detonante»: Situación o circunstancia que ace·
«Sociedad Post·!ndustíiai ll: Soc!edec ~asadE.: 9fi s8rvj~
leca [jna ruptura sistemática,
cios densos en infoímát¡c2. Ter;"!8 .3;aborado pe:'
"Ex POS''': Valor real de una variable; contrasta con D, Bel!.
al valo'- ex-ante o valor esperado, « Teoría de juegos ". Análisis de dos tipos de situacio­
1..: Falac;z de composiciói\»: Indica que io que es cierto nes: a} ConfJlcto pure cc;¡forme al c:Jai !as gana:-:­
para las partes no es necesariamente cierto para el cias de una parte son les pérdidas de ¡a otra; :.}
:8njUrito. Cooperación o conflicto regu12Go conforme al CG6;
los jugadores colaboran para aume~t8r el resuitadc:
"i'!ocJeio eje! acelerador-multiplicador .. ; Se refiere al pero compiten por (--:1 reparto.
~¡sio comercial q'ue recoge los efectos encadenados
Ge\ acelerador (conforme al cual el nivel de inver­ .. Teorema tétrico,,: S¡ ei obstácu!o a¡ creClm!ento po·
5'6" vería directamente con la tasa de cambio del blacional es ia miseri2, en~once·3 ;9 eXP8nsióp oe·
:ocoduc:o o de
¡as ventas] y del multiplicador (inci­ Inográfica se petendrá ai llegar a :..;¡¡ giéGO a¡)recjc.~
ble de miseria, Fue sugerido po: K. Bould¡ng
oencja de un cambio en algún componente en la
¿e"'~[1cz agregada en el ingreso nacional). {(Te,,: Teorfa de colas que se ,efiere ;;; prot;~emas ¿9

1-
cOi1ges~ionam¡e;nto, intervalOS de espere. Es 6tH
e \l3':e especia; »: Metáfora propuesta por K, Boulding c:"'

los sistemas de t¡ernpo compa;~¡do.


8cie ['enota los límites Íísicos del sistema tierra.

¡tt
:~Negent;-op¡gn: Tendencia de los organismos a recu~ "TIA»' Trend lmpact Ana~ys¡s: V;í~2¡¡t8 de los ¡i!:pac~cs
1!"_I~l
::>,,:2r ia complejidad, el orden y la informaciQn~_ ' . C~~_z?~C~" _, _._ .. --_.o- --'

~1~7:~
:.~
2onceD:s eiaborado por K: Boulillilg
r'!::~ege;-:.

'.:i\¡8CHlia¡~nqsianisnv),,: ,6..ctitud
y'¡'CGeorge~cu­

que favorece la inst3Lí­


"Transacción fáustica .. : Aceptació'c s-3lectiva de costos
ambientales con el T;n de P;''JIT¡over el progresa
material. Metáfo¡z p;opues~é por ;-1. Kahn.
~-·"l
r"CIóG de controles a variables [población, indus­ « Utopía)>: Libreto sobre Uil rutu;c. Puece tener inten­
--, ::i~lizaci6n, consumo de recursos] que pueden ción exploratoria [discriminar entre ai::ernét¡·v'8S;'
., :i~s~c¡uili:xar radicalmente el sistema global. indicativa (trazar diíecc¡ón al presente), 0 critica
, (negar ei status qua}. Es afin 2i ::sueño organiz2do».
";O·-·,;c:os ad'ninistrados .. : Precios fijados por una enti­
~Iif¡,
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¿De; ~ui'ocrática-econór'nica (gobierno_ empresa mo,
'1o?óiica; independientemente del juego de las
"ZEGn' Zerc Economic Grovvtr.. T¡¡JO de sociedad que
aspira al crecimiento nulo,
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""" ~ , 7ue;-zas del mercado.
"ZPG,,' Zero Population Grúwth, Con1enció" global de;

I
,'?sder oE.iar,ceador .. : Término acuñado por el econo­ crecimiento demográfico mediantei:¡strurnentos fis­
--;s1a J. :<:, Galb;'&ith, Postula que una flJerza exce­ cales, tecnológicos y morales,

~
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la

Indice '. '''-- -.-, ~ '. -'- . ' .~ . . -'. - .. '~-'~.:~.

ACTORES ..... 49, 67


ADMINISTRACION DE CONFLICTOS..... 75
ADMINISTRACION DE CRISIS ..... 27, 29, 30, 89
AMBIENTE ... 13, 14,15,16,17,18,28,29,40,44,49
50, 56, 61, 73, 74.

AMERICA LATINA ..... 9,11,15.

ANALOGIAS ..... 87, 88

ANOMIA 86

APTER 51

ARBOl DE PERTINENCIA 66, 84

AUTOGRAFIA FUTURA 84

AXIOMA DE THOMAS 12

AYRES .... 51
BARRERAS A LA ENTRADA .... 35

BELL 9, 15, 19, 30, 37, 44, 45, 83

BERUN 42, 45, 87

BERGER 10,83

BERNSTEIN ..... 30

BRANDT 18, 32

.. _._ ..... BUENO 57


8UNGE 41
BUSINESS INTERNATIONAl CO ..... 31
CAPACIDAD FUNCIONAL .... 56,65
CAPITALISMO ..... 12
CAPITALISMO DE ESTADO ..... 20, 25, 37
CATASTROFE ..... 40,41,44,46,53
CATASTROFISMO ..... 34, 36
CATEGORIAS ..... 50-· ..
CEPAl ..... 9, 10, 24, 29, 31, 51, 87
CICLO DE KITCHIN 76
CIENCIA FICCION 82
COATES ..... 70, 73
COF1GURATíVO ..... 14
CONTROL DE RIESGOS ..... 71
CORRELACION ..... 54

COSER ..... 41

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ . _ . _ - - '';05
~
~I"'~ COS1'OS DE COORDINACION .... 81

CRECIMIENTO CERO ..... 23.41. 53

CRECIMIENTO ORGANICO 24

,.
~

1.·.

CRECiMIENTO SIN EMPLEO


CURVA DE GOMPERTZ ..... 65

CURVA DE PEARL .... 65

CURVA ENVOLVENTE ..... 55

35

~r
~ DALY ..... 32,45

DEL RiO ..... 51

~.
-, g~~~~;~O DE"J,~,~' .~~ 66

. . f¡ DISCONTINUIDADES ..... 50,67,68,69

rl DISTANCIA ORGANIZACIONAL ..... 64

WI~. ·.:'.·".

r,¡ DUMONT
DROR ..... 12, 85

21, 34, 84

ECOCIDIO 70

ECONOMIA COMPUTARIZADA ..... 36

EFECTO SEGREGACION '" 33, 34, 35, 36

,.
~.
R~
EFECTO SORPRESA ..... 31, 33

EHRLlCH ..... 36, 37

ESCENARIO., 72, 79, 89, 91, 92

-.p;' .:'~".". EVALUACION TECNOLOGICA ..... 69, 70

, EVENTQ CRITICO ..... 75

EVENTOS DETONANTES 60, 78

~~r-l EVENTOS PRECURSORES 43,51,67

1;

~~.~
FERKISS ..... 36

FiGURAS DE MERITO .... 60

~ FLECHTHEIM ..... 40, 41

. ~ .. _ _ .LQR.RJ;SJI:R ~ .~.3 L~2,:3º, .7.0


~. ¡::R EEMAN ..... 32, 63

~. ', .~ t.: ~

~
g~~~~:~~zN1g:R~~:CCH:USA::S ..... 52

':;ENERALlZACIONES ENUMERATIVAS ..... 52

["#j GORDON .... 51,57,58,59,60

I~~
~~~
- GRUPOS TEORICOS ... 39

GUION
HAYEK
79.91

41

!i~ HEILBRONER . 11, 12. 15. ¡ 8. 38

HELLEINER 9

HERRERA 25

~ rlErMAN 21, 70

~I"~ H!STORiCISMO. . 44, 45

':'~ riODA.RA.8,lO.14,15.17.18.19,21,24,25,26.30,31,

~
• ~ fllli-
'.J;0,cd . _

~
~
..... ~.\
~t
~
'~.

33,41,42,43,51,53,57,60,70,73,74,90
IMAGEN .-66, 67, 79, 85, 86
IMPACTO ..... 56, 59,71, 72, 90
INCERTIDUMBRE .... 13, 14, 19,43,62,63,70,74,77,80,90
INTUICION 80, 82
JANTSCH 55

JOUVENEL 83

JUEGOS 60,61, 62, 76, 82

KAHN 23,24,34,35,37, 45, 85, 89, 90, 91

KEYNES 17

KOESTLER ..... 15

KUHN 9

LASZLO 53

LEONTIEF 38

LEWIS ..... 85, 86

LIBRETOS 42, 89, 91

L1NSTONE 75, 77

LOONEY 25

MAKRIDAKIS ..... 50

MAPAS CONCEPTUALES ..... 62,

MARTINO 55,57,65,75,87,89

MATRICES 57, 58, 59, 60

MASSINI 47,80

MC HALE 13,46

MC LAUGUN ..... 49

MEAD ..... 14

.'- -- '---MEADOWS .-:..:32.38;··43..·90.--_ .. _._ .. _ _ ..


MERITOCRACIA ..... 90
MERTON ..... 22, 68, 80
MESAROVIC ..... 20,24
METODO CIENTIFICO 8,9, 80
METODO DELFICO 74, 75,76,77,89
MILES ..... 85, 91
MODELOS ..... 12, 13, 14, 19, 29, 61, 88, 90
MODELOS DE SOBREVIVENCIA ..... 37, 38
MODERNIZACION MORGENSTERN ..... 62
MUSEOS DEL FUTURO 83
NEODEMONOLOGIA 37
NEUROSIS COLECTIVA 36
NUEVO ORDEN INTERNACIONAL ..... 33, 36, 37
OPERACIONALlZACION 52

ORDEN PLANETARIO 11

OZBEKHAN ..... 83

PARAMETROS ..... 12, 14, 52,54


:."

-. .
?ARETO 82
?AL:TAS 67, 68,69
?ECCE! .. 21, 24
"'ESEL 16, ,24
PISTAS 68, 69
?!....ANES CONTINGENCIALES ..... 15, 24, 43, 67
P~N¡FiCACION. 16, 17, 19, 22, 29,30,31,32,41,83
P'-ANIFICACION NORMATIVA ..... 66

J
I PLAZOS DE ESPERA ..... 64
POLAK 83
POPPER 44
POSTFIGURATIVO ... 14
FREBISCH ..... 29,31,33,45
PREFiGURATIVO 14
PROBABiliDADES 60, 66
PROMEDIOS MOVILES 54
PRONOSTICOS ALFA 51
PRONOSTICOS BETA 51
PROYECCIONES 53, 56
RACIONALIDAD 41, 44, 45, 46, 66, 84
t' RACIONALIDAD SELECTiVA .... 80

'" RANDERS "o. 62

CiANGO CRONOLOGICO .... 64

REFEUDAUZACION ..... 39,41


RELACIONES INCERTIDUMBRE.o 42

:A:CO 41
SACHS 49
SALOMOr-.; .. 08
SCHMOOKLER ..... 68
SERIES. 46,49,50, ,51,55
SERVAN SCHAEIBER ..... 22
SHILS . 45
o ••

~ SiMULA.CION 60,61,83
.J,. SiNERGISMO 27, 57
SISTEMAS DE ALARMA 43
SiSTEMAS DINAMICOS 61
SKLAIR .... 8 o

SOCiALISMO ..... 37
SOCiEDAD HOBBSIANA o'" 41, 44
SOU~ POC)L ..... 54
SOLOW .... 35
SP!N-OFF '" 64
SUBDESARROLLO ..... 9, 11, 25,26

,.... :
.
,~

TECNICAS NORMATiVAS ..... 66

TELEMATICA 60

TENDENCIAS 23, 25, 31, 32, 65, 81

THOMAS ..... 12,70

TIEMPO REAL. 75, 76

TINBERGEN 24, 32

UMBRALES 42, 53,55

URQUIDI .' .. 10,94, 95, 97

UTOPIA .... 16,41,83

VALOR DE PEARSON ' " 54

VARIABLES ..... 13, 14,49, 50, 56, 61, 62, 63, 70

VENTAJAS COMPARATIVAS ..... 63, (85, 86)

VENTAJAS D!NAMICAS ..... 63, (85, 86)

VERNON 23,31,60

VILLAMIL 24

WIONCZEK 32, 53, 63, 69

ZIMAN ..... 8

...
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109

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