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i

CURSO
DE

HISTORIA NATURAL,
FISIOLOGÍA É HIGIENE
SEGÚN LOS PRINCIPIOS DE

SANTO TOMÁS DE AQUINO


por el

P. R. MARTÍNEZ-VIGIL
DE LA ORDEN DE PREDICADORES
CATEDRÁTICO QUE FUÉ DE ESTA ASIGNATURA EN LA REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD
DE MANILA, DOCTOR EN FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA,
INDIVIDUO DE VARIAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS NACIONALES Y EXTRANJERAS,
Y PROCURADOR GENERAL DE SU ORDEN EN MADRID

MADRID
KTABUCaMIENTO TIPOGRÁFICO DE A. PÉREZ DUBRULL
CáUe át U Fiar Baja, nim. 32

1883
Derechos de propiedad reservados.
Queda hecho el depósito prescrito
por la ley.
PROLOGO.

«Nuestra intención, al tratar estas cuestiones de ciencias natu-


rales, es la de prestar un servicio, en cuanto nos sea posible, álos
religiosos de nuestra Orden. Hace años que nos piden un libro so-
bre los fenómenos de la naturaleza, que pueda servirles de curso
completo de ciencias naturales, y guiarles para comprender las
obras de Aristóteles; y aunque nos hayamos sentido incapaz para '
llevar á cabo felizmente semejante empresa, no hemos querido
resistir á sus apremiantes súplicas; y, vencido por ellas, hemos
acometido el trabajo. Lo dirigimos principalmente á gloria de Dios
todopoderoso, fuente de la sabiduría, creador, conservador y
rey de la naturaleza, y además al aprovechamiento de los reli-
^osos, quienes podrán, si gustan, adquirir en este libro los co-
nocimientos naturales más indispensables.»
Asi se explicaba á mediados del siglo xiii el maestro de Santo
Tomás de Aquino, el incomparable Alberto Magno, al dar razón
de sus libros de Física. Sus palabras tienen aplicación exacta en
nuestros días, en los cuales las obras de historia natural, cuando
flo son hostiles á la religión, abundan en falsos conceptos filoso-
VI HISTORIA NATURAL.

fieos, de difícil conciliación con las explicaciones de nuestros


dogmas.
En un antiguo capítulo general de nuestra Orden, se inculca
á los religiosos la necesidad de los conocimientos naturales, di-
ciéndoles: «El estudio de las artes liberales y de las ciencias en-
cierra grandes ventajas para la cristiandad, y es útil para la defen-
sa de la fe, atacada, no solamente por ios paganos y herejes, sino
aún por los filósofos.» Y el venerable Humberto de Romanos,
quinto General de la misma Orden, añade: «El estudio de las
ciencias es indispensable para la defensa de la fe, precisamente
porque los paganos se valen de esos conocimientos para comba-
tirla. Es además necesario para la inteligsncia de la Escritura, en
la cual hay muchos pasajes incomprensibles sin el auxilio de este
estudio; y realza por fin la reputación de la Orden, porque el
mundo menosprecia á los religiosos ignorantes.» Al ocuparnos,
pues, en la redacción de este CURSO, hemos permanecido dentro de
las tradiciones y de la vocación de una Orden religiosa que se
gloria de contar entre sus hijos á Santo Tomás de Aquino, á Al-
berto Magno, á Vicente de Beauvais, y á Tomás de Champré, ilus-
tres expositores de las obras de la naturaleza.
Siguiendo de lejos á estos astros luminosos, hemos procurado
levantar el velo que cubre las riquezas de nuestro suelo, tanto en la
Península como *en nuestras provincias de Ultramar; extendernos
algo más de lo que es costumbre en la explicación de los orígenes
de la tierra, manifestando la concordancia que resulta de las con-
quistas de la ciencia, y hasta de las hipótesis racionales, con el
relato inspirado de Moisés; aplicar las prescripciones higiénicas á
los habitantes de los países cálidos, donde viven tantos de nues-
tros compatriotas; é informar toda la serie de conocimientos na-
turales con los principios de Santo Tomás de Aquino, Patrono
PROLOGO. Vil

universal de las escuelas católicas, para corresponder, en calidad


de hijo sumiso de la Iglesia, al llamamiento del gran Pontífice
León Xm.
Las obras de los hombres son siempre imperfectas; y nos-
otros, al implorar la benevolencia de nuestros lectores hacia nues-
tro CURSO DE HISTORIA NATURAL, les manifestamos además que les
agradeceremos cualquiera observación que tienda á disminuir sus
faltas.

MADRID, festividad del Corazón de Maria (3 de Junio) de i88?.


ERRATA IMPORTANTE.

En el epígrafe de la página 435 se ha deslizado Época terciaria,


lugar de Época secundaria.
CURSO
DE

HISTORIA NATURAL

PRELIMINARES

Historia natural es la ciencia que tiene por objeto conocer los


cuerpos que constituyen y pueblan el globo terrestre: abraca el estu-
dio de los caracteres exteriores de estos cuerpos, su particular orga-
nización y su distribución metódica. Los cuerpos presentan á primera
vista dos caracteres especiales que sirven para dividirlos en orgánicos
ó vivientes, é inorgánicos ó no vivientes. Constituyen el primer gru-
po los animales y los vegetales, y el segundo los cuerpos brutos ó
minerales.
Los cuerpos organizados se distinguen por estar dotados de un
principio interior llamado alma , que los anima y sostiene, y es en
todos el principio de las funciones ejecutadas por órganos más ó me-
nos complicados. Sus formas son constantes y casi siempre redon-
deadas : su crecimiento está sujeto á límites determinados, y la vida
se alimenta por medio de trasformaciones sucesivas de sustancias que
dichos cuerpos se asimilan. Estas sustancias, elaboradas y trasfor-
mádas en materias reparadoras délas pérdidas que diariamente sufre
el cuerpo viviente, circulan interiormente por todas sus partes. Su
reproducción se verifica trasmitiendo á un germen el principio vital
característico ', y las propiedades particulares del individuo primi-
tivo. La existencia como el crecimiento es limitada, y acaba por la
cesación de las funciones vitales, que es la muerte.
Los cuerpos inorgánicos ó brutos están sotnetidos principalmente
4 las leyes químicas : diferéncianse de los primeros por su estruc-

' Hasta para la creación del alma racional es condicíóa indispensable


la trasnaisióa del germen.
2 HISTORIA NATURAL.

tura y por su manera de desenvolverse: sus formas son angulosas y


terminadas casi siempre por planos; su crecimiento ilimitado, y sólo
se realiza merced á la atracción molecular y yuxtaposición ó adhe-
rencia á sus superficies de moléculas semejantes. Como carecen com-
pletamente de órganos, forman una masa compacta y uniforme, que
puede ser dividida sin mutación de su naturaleza; la agregación de
las moléculas que los componen y las causas que determinan su
composición , dependen de multiplicadas circunstancias accidenta-
les, como accidentales y multiplicadas son las formas que presentan.
Su duración no depende, como en los cuerpos orgánicos, de esa tras-
formación continua que agita los líquidos y repara los sólidos , y así
sólo puede ser destruida por la disgregación de las partes compo-
nentes, ocasionada por un agente extraño.
Linneo dividiólos cuerpos naturales en tres reinos, cuyos lími-
tes concurren en los \oófitos, y asignó á cada uno los caracteres si-
guientes:

Lapides corpora congesla, nec viva, nec sentientia.


Vegetabilia corpora organisata et viva non sentientia.
Animalia corpora organisata, et viva , et sentientia, sponteque se

Sustituyendo la división de los cuerpos en organizados é inorga-


nizados á la del ilustre naturalista sueco, se han reunido, bajo la mis-
ma denominación, los vegetales y los animales,que están unosyotros
provistos de órganos : circunstancia que los acerca, apartándolos
esencialmente de los minerales. Por otra parte, siendo incontrover-
tible que no se pueden confundir los vegetales con los animales, no
lo es menos que no es posible señalar con acierto la línea divisoria

' No diremos que el ilustre Linneo haya copiado á SABUNDE ; mas las
palabras del filósofo español del siglo xv nos parecen harto significativas
para no darlas á conocer.
«Cuatro son, dice, los grados generales en la naturaleza , cada uno de
los cuales contiene una escala de seres especiales que nos conduce al si-
guiente grado general, con el que se encadena y forma el todo.
» I) Todo cuanto existe, ó no hace más que existir sin gozar de vida,
sentimiento, inteligencia, raciocinio ni libre albedrío;
• 2) Ó existe y vive falto de sentimiento, inteligencia y Hbertad;
»3) Ó existe, vive y siente con cierta inteligencia, pero sin raciocinar ni
tener libre voluntad;
•4) Ó bien, adornado de todas estas cualidades, existe, vive, siente, en-
tiende, raciocina y goza de libre albedrío.»
Cons. á RAIMUNDO SABUNDE: Las Criaturas, lib. i, cap. 1.—Barcelo-
na, 1834,
PRELIMINARES.

entre unos y otros, ignorándose en muchos casos si los cuerpos or-


gánicos están ó no dotados de sensibilidad, propiedad característica
de los animales, según el aforismo de Linneo.
Las principales diferencias que aconsejan la división de los cuer-
pos orgánicos en dos grupos, son las siguientes:
CLKRPOS ORGANIZADOS A>'IMALES.—Los animales tienen un lubo di-
gestivo, abierto comúnmente en sus dos extremidades,y provisto en
su longitud de poros por donde se absorben las moléculas nutriti-
vas. La esencia del animal consiste en el principio de la motibilidad
espontánea mediante el sistema muscular, y en el de la sensibilidad
más ó menos activa mediante el sistema nervioso; más claro: la vida
del animal consiste en la facultad de conocer y de moverse para con-
seguir un objeto determinado. Órganos especiales les facultan á casi
todos para distinguir las propiedades y cualidades de los cuerpos que
los rodean.
CUERPOS ORGANIZADOS VEGETALES.—Aristóteles llamó á los vegetales
animales al revés ó inversos, ácausa de que no tienen canal intesti-
nal , y los poros de la absorción se hallan esparcidos en su super-
"cie. La esencia de los vegetales consiste en Ja facultad radical de
ejecutar cierta clase de movimientos inmanentes, sin ningún cono-
cimiento del fin y objeto á que se dirigen '.
Finalmente, los vegetales sólo tienen un elemento anatómico,
<]Ue es una sustancia homogénea, trasparente, que forma tubos, cel-
das ó membranas. Los animales tienen tres elementos : el celular,
el nervioso y el muscular.
Tales son las diferencias principales que separan las plantas de
los anímales. Se podría insistir mucho más sobre las relaciones me-
ramente orgánicas que parecen confundirlos ; pero, aparte de que
este examen no es propio de una obra elemental, debe tenerse pre-
sente que en los seres vivientes los caracteres materiales son de una
importancia muy secundaria respecto á los que nos revelan los fe-
nómenos de la vida. Resumiendo ahora Jas reflexiones anteriores, se
desprende que los cuerpos que son objeto de la Historia Natural se
dividen en tres reinos: reino mineral, abraza todos los cuerpos brutos
e inorgánicos, que no tienen ningún movimiento inmanente y pro-
cedente de una fuerza ó principio interior á los mismos; reino vegc-
''*', comprende aquellos cuerpos que, teniendo en sí mismos el prin-

No se niega á los vegetales más movimiento que el espontáneo y de


aigua modo voluntario : es decir, el que emana de un principio intrínseco
con un conocimiento, siquiera sea imperfecto, del fin á que el movimiento
Se ordena. Los vegetales están dotados de movimientos vitales y físicos
como el de nutrición , el de circulación, el de irritabilidad en la sensitiva,
y el local en algunas plantas que flotan en las aguas, etc.
4 HISTORIA NATURAL.

cipjo del movimiento, no conocen el fin á que sus actos se ordenan,


y son únicamente ciegos ejecutores ; reino animal, se extiende á t o -
dos aquellos seres que, moviéndose á sí mismos, conocen el fin á que
se ordenan: ó solamente bajo la razón de conveniente ó desconve-
niente, como sucede en los irracionales, ó también bajo el concepto
formal de fin como hace el hombre.
De cada uno de estos tres reinos se ocupa una parte de la Historia
Natural : la que trata de los animales se llama ZOOLOGÍA ; la de los
vegetales, FITOLOGÍA Ó BOTÁNICA , y la de los minerales LITOLOGÍA Ó
MINERALOGÍA. Como complemento de esta última parte, se añade un
tratado de GEOLOGÍA.
ZOOLOGÍA.

ZOOLOGÍA (Cmov, animal, K'-vO" discurso) es la parte de ¡a His-


toria Natural que trata del conocimiento, descripción y clasificación
"e los animales. Puede dividirse en tres partes : organogra/ía
(ípícívov, órgano, Yp«'f<"; describo), que se ocupa en describirlos órga-
nos del animal; fisiología i-fiJy.;, naturaleza. W^»;, discurso), que da
á conocer las funciones vitales desempeñadas por cada uno de los
órganos anteriores; y ^oografía (CA'/v, animal, jp'>fuj, describo), que
señala las analogías y diferencias de unos animales con otros, des-
cribiéndolos y clasificándolos.
Para mayor claridad y concisión, se tratará á la vez la organogra-
f'a ó anatomía y la fisiología, dando á conocer un órgano, y expli-
cando á continuación sus funciones.

ORGANOGRAFIA Y FISIOLOGÍA.

El cuerpo de un animal se compone de elementos JMÍWIÍCOÍ, or-


gánicos y anatómicos. Los primeros son los mismos que entran á
componerlos cuerpos inorgánicos, señaladamente el oxígeno, hi-
drógeno, carbono y nitrógeno ; mas las combinaciones, que en estos
suelen ser binarias, son muchas veces en los animales ternarias y
cuaternarias, y dan origen á los elementos orgánicos 6 principios
inmediatos de los animales, como la gelatina, albúmina, fibrina,
mucus, caseína, úrea, e t c , que están nitrogenados : los ácidos lác-
tico y oxálico, la estearina, el castóreo, etc., que son principios no
nitrogenados.
La gelatina (cola del comercio) es sólida, inodora, insípida,
semi-trasparente, muy soluble en el agua hirviendo : se puede ex-
traer cociendo el tejido celular conectivo. La albúmina es viscosa
6 HISTORIA NATURAL.

diáfana, un poco amarillenta y de un sabor especial : la líquida es


soluble en el agua fría y más pesada que ésta; se encuentra en la
sangre, en la sustancia cerebral, en las segregaciones mucosas, etc.
La ^¿rmíj es sólida , blanca , elástica, insípida, inodora, más pe-
sada que el agua, y soluble en el ácido acético concentrado : se ob-
tiene agitando con unas varillas la sangre que sale del cuerpo del
animal y lavando los hilillos que quedan á ellas pegados. El muciis
es líquido, viscoso, trasparente, inodoro, insípido, y se encuentra en
las superficies de las membranas mucosas, pelos, uñas, etc. La ca-
seína se encuentra en la leche, de la que se precipita por medio de los
ácidos; es seca, sólida, amarillenta, insípida y más pesada que el
agua. La úrea tiene un principio animal nitrogenado, y se halla en
la orina de los animales. El ácido láctico es un compuesto de oxí-
geno, hidrógeno y carbono. El aceí/coes, como el anterior, muy
abundante en la economía animal; encuéntrase casi siempre unida
al agua ', y tiene un sabor muy pronunciado.

' Hacemos mérito de los principios inmediatos, no porque tengamos


convicción alguna acerca de su existencia como partes componentes de los
órganos, y sí sólo para conformarnos con la generalidad de los ana-
tómicos. Creemos, por nuestra parte, con Henle, «que no es posible decir
hasta qué punto el método empleado para evidenciarlos influya en su pro-
ducción.» La química orgánica puede analizar, puede descomponer, pero
está privada del procedimiento sintético : sola el alma puede hacer que un
cuerpo viva. ¿ Cómo, pues, afirmar que la caseína, la fibrina, la albúmina,
la creatina, la ormozona, y otras sustancias extraídas de los músculos,
preexistan en los mismos á su análisis? ,; No se podría decir con igual ó más
sólido fundamento que dichas sustancias son educios ó extractos antes bien
que componentes naturales? Por de pronto , nadie nos podrá disputar el
derecho de afirmar que esta primera base , sobre la cual descansa confiada
la química orgánica actual, es puramente hipotética.
Antes de elevar esta hipótesis al rango de principio, como se pretende
ya hacer , es preciso resolver dos problemas. Primero : una reconstitución
sintética, basada en proporciones definidas; es decir, componer carne
muscular con la fibrina, la caseína, la albúmina, la creatina y la ormo-
zona, que se extraen de la misma, á la manera que se reconstituye una sal
con el óxido y el ácido que la componen. La química no ha resuelto aún
este problema. Segundo : demostrar que estos pretendidos principios in-
mediatos que se extraen de la carne muscular, por ejemplo, entran á com-
ponerla en proporciones definidas y según las leyes de la equivalencia, así
como se demuestra que en una sal entra tanto de óxido y tanto de ácido.
Este problema está al alcance de la química, pero, lejos de demostrarlo,
los resultados no son favorables á la resolución que se desea. Los princi-
pas inmediatos son una hipótesis gratuita, sin fundamento alguno, y sólo
admisibles como extractos producidos por la operación analítica. (FRÉ-
DAüLT, Physiologie general, pág. 199.)
ZOOLOGÍA. 7

Combinados entre sí estos principios, dan origen á los elementos


anatómicos. Estos pueden ser sólidos ó líquidos. Son líquidos la
sangre, el quilo y quimo y los fluidos procedentes de la sangre, co-
mo son las serosidades, mucosidades, orina, bilis, etc.
Los sólidos forman asimismo tres elementos : celular, muscular
y nervioso.
Celular. Son unas laminillas formadas por las fibras de la sus-
tancia gejatígena, entrelazadas unas con otras, y dejando unos in-
tersticios llamados celdillas ó células. Se divide en conectivo , adi-
poso, mucoso y seroso. El tejido vascular y el fibroso son el mismo
celular, según que constituya tubos de longitud variable , ó que esté
sujeto á tracciones continuadas. El tejido llamado cartilaginoso es
el conectivo dotado de mayor consistencia , por haberse aproximado
considerablemente las fibras. Los huesos despojados del fosfato cal-
cico por el ácido clorhídrico adquieren la flexibilidad y trasparencia
de los cartílagos , de los que por lo mismo no se distinguen esencial-
mente.
Muscular. Está constituido por la fibrina , no formando tejido,
sino que están simplemente reunidas las fibras por el conjuntivo ó
conectivo. Constituye la mayor parte de los miisculos.
Nervioso. Está compuesto de una gran cantidad de agua de di-
versas sustancias grasas , de albúmina , fósforo, azufre y sales. Cons-
tituye el cerebro , médula espinal , ganglios y nervios : su estado es
semifluido encerrado en tubos sumamente tenues.
Dispuestos convenientemente estos elementos , dan origen á los
órganos ó instrumentos de los animales, que, en virtud del alma que
les da vida , ejecutan fenómenos inexplicables por las propiedades de
la materia bruta. Los órganos se agrupan y constituyen un aparato,
capaz de producir una acción compleja, ó una serie de acciones su-
bordinadas que se llaman funciones. Al conjunto de estas funciones
llaman muchos naturalistas , con Richerand, vida ; locución impro-
pia , toda vez que los actos ú operaciones vitales son manifestaciones
de la vida , no la misma vida.
Cuatro grupos pueden formarse de estas funciones, atendido el
fin á que se ordenan : tienen unas por objeto la conversión del ali-
mento en sustancia del animal alimentado para su conservación, y
se llaman funciones de nutrición; otras el desarrollo , crecimiento y
perfección del individuo , según las exigencias de su especie, y son
iis dt aumentación; por medio de otras percibimos, apetecemos y
discernimos las cualidades sensibles y singulares y aún las generales
y la misma esencia de los objetos extensos colocados en distancia
proporcionada , y éstas se llaman funciones de relación; finalmente,
con el auxilio de otras produce el individuo un nuevo ser á sí seme-
jante para perpetuar las especies : tales son las funciones de rejpro-
8 HISTORIA NATURAL.

ducción. De estas cuatro facultades sólo las de relación son propias y


características de todos ó de alguti9S animales, siéndoles las restantes
comunes con las plantas. He aquí el orden con que deben estudiarse,
/ Digestión.
Absorción.
Circulación.
Respiración.
Nutrición.
Asimilación.
Exhalación.
Secreción.
Calomficación.
Aumentación Crecimiento.
Sensaciones exteriores.
i 1 Sensaciones interiores.
FUNCIONES DE / I Apetito sensitivo.
\ ' Conocimiento intelectivo.
Re/ación.
Apetito racional.
Locomoción y quietud.
Mimia y lenguaje.
Sueño y vigilia.
Multiplicación.
Gemación.
Reproducción ...
Generación sexual.
Generación espontánea.

FUNCIONES DE NUTRICIÓN.

DIGESTIÓN. El acto digestivo tiene por fin preparar las materias


sólidas ó líquidas capaces de ser absorbidas y asimiladas y de nutrir
al animal.
Los órganos que sirven para que la digestión se verifique consti-
tuyen el aparato digestivo, que consta de seis partes , boca, faringe,
esófago , estómago, intestino delgado é intestino grueso. Las glándu-
las salivares, el hígado y el páncreas, son órganos relacionados con
el canal digestivo.
ZOOLOGÍA. 9
^ Los actos en que se divide la digestión en los animales más com-
plicados, y que son desempeñados por los órganos anteriormente
enumerados, son :j7re«jió« de los alimentos, masticación é insali-
vación, deglución , quimificación, quilijicación y defecación. Gene-
ralmente preceden á estos actos dos sensaciones involuntarias, el
hambre y la sed, que revelan al animal la necesidad de proveer á su
alimentación.
Prensión de ¡os alimentos. Los alimentos son productos orgá-
nicos, animales ó vegetales, nitrogenados ó no nitrogenados, sólidos
o líquidos, que, convenientemente preparados, pueden reparar las
perdidas que sufre el cuerpo del animal. Algunos animales se alimen-
tan de plantas, y se llaman filófagos (ÍUTÓV, planta; 'íé^m, yo como);
otros de animales, :[oó/agos iCww, animal; oa/w, yo como): divídense
los primeros en riiúfagos , filófagos, granívoros, frugívoros; y los
segundos en ictiófagos, insectívoros, carnívoros, etc. Dase el nom-
bre de chupadores á los que se alimentan de líquidos, y de masticado-
' es á los que comen sólidos. El modo de coger los alimentos varía,
según las anteriores clasiñcaciones : sírvense los animales de las ma-
"^os, de los pies, déla boca, de Jos labios, de la cola, y hasta de todo
el cuerpo, según que el alimento sea sólido ó líquido, esté en el aire,
en el agua ó en la tierra *.

' Los alimentos se pueden reducir á cuatro clases:


>•'' Las materias albuminosas Materias nitrogenadas.
í." I.as materias grasas i
3." Las materias azucaradas y feculentas. ] ^^'"^'"''^^ "" nitrogenadas.
4-'' Las materias minerales.
Algunos fisiólogos han llamado alimentos plásticos á las materias albu-
minosas, y alimentos respiratorios á las grasas y azucaradas; pero Fredault
llama la atención sobre la impropiedad de esta clasificación, pues ni las
primeras se incorporan siempre á la trama de nuestros tejidos, ni tampoco
Son las Segundas las que únicamente son quemadas por el oxígeno del aire
en la respiración.
Materias albuminosas.—Las tres principales son la albúmina, la fibrina
y la caseína. La albúmina se encuentra en la sangre y en casi todas las ma-
terias animales. En los vegetales se encuentra en el jugo de las zanahorias,
nabos, guisantes, tallos y hojas de las plantas, en la harina y en las semi-
llas oleaginosas; es soluble en agua fría. La fibrina se halla en la carne de
«os animales, y disuelta en el suero de la sangre y jugo de las plantas. Ya
»e indicó en el texto cómo se puede extraer. La caseína se encuentra princi-
palmente en la leche , y en las judías, habas, guisantes y lentejas. Combi-
nada con la manteca, forma el queso. Á esta clase pertenecen también la
gelatina, la condrina, el gluten , la globulina, la vitelina, etc.
Materias grasas.—Son el resultado de la g/ícenna .combinada con un
acido; así, la eiíeíirinaes el ácido esteárico y aquélla base; \a oleína la
roisma base con el ácido oléico. Estas materias grasas, mezcladas con un
10 HISTORIA NATURAL.

Masticación é insalivación. Los alimentos sólidos, antes de ser


introducidos en el estómago, necesitan sufrir una división mecánica,
la masticación, que se verifica por la acción de los dientes, cuerpos
duros implantados en las mandíbulas.
Los dientes, cuya dureza es superior á la de los huesos, se des-
arrollan en el interior de ambas mandíbulas {Jig. i) dentro de una
(¡ doble membrana que constituye
una cavidad llamada cápsula del
diente ffig. 2 ) ; contiene en su
interior un núcleo pulposo , deno-
minado bulbo dentario, al que van
á parar un filete nervioso y varios
'* sanguíneos. Tres materias entran
F-g- en la composición de los dientes, á
saber : marfil, esmalte y cemento
ó sustancia cortical; el fosfato ca-
lizo, el carbonato de cal y la gelatí-
gena entran en la composición del
marfil; en el esmalte abunda el fos-
fato, lo mismo que en el cemento.
Por razón de su forma, divídense
Fig. 2. los dientes en incisivos, caninos y
molares. Atendiendo á su desarrollo, unos son constantes, no tienen
raíces, y continúan siempre creciendo según se desgastan sus bordes;

álcali, se jabonifican, produciendo la glicerina, porque su ácido se combina


con el álcali. Se trasforma la glicerina en ácido acético bajo la influencia
de fermentos, y en otras condiciones puede dar ácido oxálico , carbóni-
co, etc. El agua ligeramente alcalina emulsiona las grasas,que se disuelven
en el alcohol y en el éter. Se extraen las materias grasas de la sangre , del
tejido célulo-adiposo, de la leche y de los huevos, y contienen carbono
que, quemado por el oxígeno, alimenta el calor animal.
Materias feculentas, gomosas y azucaradas.—Su composición química
difiere apenas de la de las grasas, y bajo la influencia del fermento de la
cerveza se convierten las féculas en dextrina, después en azúcar; laque,
como es notorio, da el alcohol y el ácido carbónico. Las materias feculen-
tas ó almidonadas se encuentran en los cereales, legumbres, castañas, uvas,
patatas, yucas, orquidas, batatas, etc. Las diferentes sustancias que perte-
necen á esta clase no es posible tengan lugar en esta nota.
Materias minerales.—Hay pueblos geófagos que comen bolitas de ar-
cilla. Aparte de esta costumbre, el animal no puede pasar sin cloruro de
sodio, fosfato de cal y óxido de hierro, no siendo estas las únicas sustan-
cias minerales que forman parte de su alimentación.
Fii- I. Pedazo de U mandíbula de un niño en la cual se desarrollan los dientes.—a, ángu-
lo de la mandíbula; b, t>orde inferior de la mandíbula; e, cápsulas de los dientes; d, encía.
Fig. 2. Corte de una cápsula dentaria.—í, bulbo;/, cápsula; g, rudimentos del esmalte;
b, vasos sanguíneos y nerviosos.
ZOOLOGÍA. I I

Otros son temporales y con raíces, sucediéndose á los primeros b u l -


bos {dientes de leche), otros más permanentes que marcan la segunda
dentición. Estos tienen tres p a r t e s : la ra¡\, contenida en el alvéolo,
que suele ser de marfil; la corona, es la p a n e que sobresale á la encía
y está vestida de esmalte; y el cuello, que es la angostura que se nota
entre la raíz y la corona.
La forma de los dientes varía según el alimento del animal : son
c o m p r i m i d o s , fuertes
y cortantes en los car-
nívoros ffig. 3); p e -
queñosy puntiagudos
en los granívoros; tu-
berculosos en los que
comen frutas, y p l a -
nos con rebordes en
los herbívoros.
La fórmula denta-
ria de u n animal se
puede expresar de la Fig.
manera siguiente:
5—1—4—1—b . r I—o—II—o—I
Hombre elefante
5—I—4—1—5 I—0—0—o—I
La fórmula interior indica los incisivos; las dos i n m e d i a t a s , los
caninos de derecha é izquierda y de una á otra m a n d í b u l a ; y las de

Las bebidas del hombre se pueden reducir á tres: agua, licores fer-
mentados c infusiones. Nada decimos del agua, bebida indispensable y
base (Je todos los líquidos que constituyen el cuerpo vivo.
Los licores fermentados se reducen al vino, sidra, cerveja y aguardien-
te. El vino es el productodel jugo de la uva fermentado, que contiene di-
ferentes principios, principalmente alcohol, que varía según la procedencia
de aquéllos, teniendo de 8 á 12 por 100 los de Borgoña, y hasta un 23
por too algunos de España , según Fredault. VAjere:; seco tiene cerca de
'6 por 100, y lo mismo el málaga seco y el dulce, como aparece de la Aíe-
moria del Sr. Bonet y Bonfill, premiada por la Academia de Ciencias físi-
cas, etc., de Madrid. El champaña tiene más ácido carbónico que los
demás vinos. La sidra es el jugo fermentado de la manzana ópera. La de-
cocción fermentada del arroz ú otro cereal, mezclada con la del lúpulo,
constituye la cerveza. El aguardiente es el producto de una fermentación
muy azucarada: su composición es de 4 d e carbono, 2 de oxígeno y ó de
hidrógeno; es el alcohol puro, con aceites volátiles y otros residuos de su
procedencia, según sea común, ó ron, ó de cerezas, etc.
Las infusiones principales son el le, el café, el chocolate y el caldo.
Las tres primeras contienen respectivamente la teína, la cafeína y la teo-
'"'otnina (del cacao), y además almidón, albúmina, materias volátiles, olo-
rosas y grasas. El caldo se hace con la cocción de las carnes, y contiene
1

12 HISTORIA NATURAL.

los extremos los molares. Cuando faltan los dientes de una especie se
pone el cero, como se ve en los colmillos del elefante , pues los que
llevan vulgarmente este nombre son incisivos.
En el momento de la trituración de los alimentos tiene lugar la
insalivación , mediante la
segregación de un líquido
alcalino contenido en las
glándulas salivares fjig.^),
situadas alrededor de la bo-
ca. Este líquido favorece la
trituración, y mucho más
!a digestión.
Deglución es el paso de
los alimentos por la faringe
y esófago. La faringe es un
tubo membranoso coloca-
do entre el fondo de la boca
Y el esófago (fig. 4J, cuyo
extremo superior forma el
velo del paladar en comu-
nicación con las fosas nasa-
les, y en el inferior presenta
dos aberturas: una llamada
glotis , que comunica con
la laringe ó tubo respira-
torio, y otra llamada esó-
fago , que es un tubo que
desciende por el cuello y
pechohasta el card/as,aber-
tura superior del estómago.
'^^-^ Divididos los alimentos
F'g- 4- sólidos , y formando una
especie de pasta por medio de la saliva, se separa una corta cantidad
que recibe el nombre át bolo alimenticio, y se coloca en el dorso de

gelatina y albúmina.—Recomeadando al lector la obra de FREDAULT, Traite


d'Antropologie phisiologique et philosophique, Madrid, Bailly-Bailliére,
i863, nos limitaretnos á observar que el animal no puede entretener la
vida con solos los alimentos nitrogenados, ni mucho menos con el uso ex-
clusivo de los no nitrogenados.
Fig. 4- Aparato digestivo del hombre, i, comete inferior; 2, boca , ) , 4, f y 6, cometei
medio y superior; 7, porción de la base del cráneo y seno esferoidal; 8. abertura de la trompa
de eusUquio-, 9,encias; 10, velo del paladar, óbula ó campanilla-, //.paladar; / 3, cánura pos-
terior de la boca ; 1} y 14, fauces y abertura del esófago; ; j , lengua; 16, cartílago tiroides;
17, laringe, y en el centro su ventrículo; 18, cartílago crínoides, y encima el aritenoides; / ? ,
columna vertebral; ao, esófago; 2 / , músculo milo-hioídeo.
ZOOLOGÍA. •3
la lengua , se eleva ésta y lo comprime hacia el paladar, verifican-
do al mismo tiempo un movimiento vermicular de adelante atrás;
el bolo camina hacia la faringe en fuerza de este movimiento y auxi-
liado por la saliva que lo cubre, se levanta el velo del paladar, impi-
diendo (al paso que le da entrada en la faringe) que se introduzca
en las fosas nasales por su orificio posterior. La laringe se eleva,
cerrándose exactamente su orificio superior con una lengüeta llama-
da ep/g'/o/w, y acelera el paso del alimento á través de la faringe;
penetrando aquél en el esófago, se contrae éste desde arriba abajo, y
hace que el bolo descienda al estómago. Todos estos movimientos
son voluntarios hasta que el alimento llega á la laringe, é involunta-
rios después. Los
líquidos se deglu-
ten casi del mismo
modo, aunque sin
c o m p r e s i ó n por
partedela lengua.
Qtiimijicacián:
tiene lugar en el
estómago ,^¿'. 5),
que es una gran
dilatación del tu-
bo digestivo; pre-
senta dos abertu-
ras : el cardias ,
que se dijo arriba,
comunica con el
esófago, y el pi-
¡oro (wXoup'i;, por-
tero ) por la que
está en relación
con los intestinos.
Llegados los ali-
mentos al estóma-
g o , sus p a r e d e s
segregan en abun-
dancia unyug'o lla-
mado gástrico;
contráense las íi-
•"•as musculares
P'g- i

c f'^j'•, *P""*° *g«st'™ de' hotntrj,—a, esófago; *, extremidad cardíaca del estómago;
.' ¿^ÍA ****'"*5°i '• curvadura mayor del estómago; / , extremidad pilórica del estómago;
^ ¿ ! ***»*"«•> fc, hígado, lóbulo derecho; i, hígado, lóbulo izquierdo; A, vejiga de la biel; J,
mi^y J^^**"*' "' '"'*»''"" delgado; n, ó u, Síliaca del colon; o, el ciego; p, apínJice ver-
«uiar del ciego; q, colon ascendente; r, s, I, colon trasverso; v, vejiga; x, páncreas.
14 HISTORIA NATURAL.

del píloro, impidiendo que pasen ínmediaiamente á los intestinos, y


principian las contracciones de las fibras trasversas del estómago,
desde el píloro al cardias, abertura que también se cierra, para que
las sustancias ingeridas no vuelvan de nuevo al esófago; esta obtura-
ción, sin embargo, no es constante, pues muchas veces sale el aire
atmosférico que había penetrado con los alimentos, y tiene lugar el
eructo, y á veces parte de aquellos mismos en la regurgitación.
La capa más externa de la masa alimenticia, por su contacto con
el jugo gástrico, se convierte en una sustancia pulposa , blanqueci-
na, acida , de olor nauseabundo, que es el quimo; desprendida ésta,
se forma otra análoga que á su vez se desprende, y así sucesivamen-
te, dilatándose el píloro, y permitiéndoles penetrar en los intestinos,
lo mismo que á las sustancias indigeribles de cierta magnitud.
Qiiilificación : se verifica en la primera porción del intestino del-
gado , bajo la acción del jugo pancreático é intestinal y de la bilis.
Los intestinos ¡Jiig. 5) forman un tubo muy prolongado de pare-
des lisas en los delgados; en la superficie interna de éstos hay una
infinidad de folículos y glándulas secretorias, de prolongaciones có-
nicas llamadas vellosidades del intestino., y de repliegues internos,
que se conocen con el nombre de válvulas coniyentes. En la primera
porción del intestino vierten su humor dos glándulas importantes:
el páncreas í r.i-/, todo, rpía;, carne ) y el hígado. Éste presenta una
dilatación denominada vejiga de la hiél, que derrama la bilis en el
intestino por medio del colidoco \ yo/.r^, hiél, ííy/;, recibe). Este jugo
es alcalino, de un sabor amargo muy pronunciado y de color ver-
doso amarillento; el pancreático segregado por el páncreas es análogo
á la saliva, alcalino, á propósito para destruir las propiedades acidas
del quimo.
Mezclándose el quimo con todos estos líquidos, cambia poco á
poco de cualidades ; se neutraliza su acidez, y las sustancias que no
han cambiado de naturaleza, como la fécula y el gluten, lo veri-
fican ; y otras, como las grasas, son emulsionadas en pequeños gló-
bulos por la acción del álcali que aquellos líquidos contienen : en
tal estado se forman dos porciones, una que, á manera de capa, se
adhiere á la superficie interna de los intestinos, y otra que corre á lo
largo de éstos. La primera es el quilo, líquido denso de color blanco
agrisado, lactescente y algo parecido á la sangre blanca.
Defecación. Los intestinos están colocados en el abdomen, en-
vueltos por una membrana llamada/m/o/iío, y sostenidos por unos
repliegues de la misma, conocidos con el nombre de mesenterios. El
intestino delgado se divide en tres panes: duodeno, que parte del pí-
loro,^eT""*' ^ íleon. Las partes del intestino grueso son: el ciego,
que sigue al íleon, el colon y el recto, que desemboca en el ano. Las
partes de los alimentos que no pueden ser absorbidas, van reco-
ZOOLOGÍA. •5
rriendo los intestinos deJgados, mediante los movimientos/'mí/a'W-
cos ó de compresión, é impidiéndoles las válvulas coniventes retro-
ceder hacia el estómago, llegan al intestino grueso. Aquí, merced á
la bilis que contienen y á la absorción de la parte líquida, toman los
excrementos un color verdoso y una consistencia sólida, comunicán-
doles los folículos del intestino un olor característico en las diferentes
especies de animales. Acumulados en el recto se siente la necesidad
ue la expulsión, se relaja algún tanto el esfínter del ano, se contraen
las fibras del recto, y contrayéndose al mismo tiempo el diafragma y
las paredes del vientre, son expelidos los excrementos, liltimo de los
diferentes actos de la digestión, que recibe el nombre de defecación.
ABSORCIÓN. La función en virtud de la cual las materias extra-
ñas son introducidas en lo interior de los tejidos, recibe el nombre
de absorción. Este fenómeno se explica por la capilaridad y por la
endósmose, de la manera siguiente:
Cuando tubos de un diámetro bastante pequeño, para que se les
pueda comparar á un cabello, se ponen en contacto con algún lí-
quido, y son mojados por él, asciende éste dentro del tubo á un
uivel superior al que tiene fuera : fenómeno conocido con el nom-
bre de capilaridad, y que puede tener su explicación en la atracción
especial de las moléculas del agua con las del tubo. Así, una esponja,
un terrón de azúcar, un pedazo de paño embeben una cantidad con-
siderable de agua al contacto con este líquido.
Si á un tubo abierto por sus dos extremos se le ob-
tura uno con una membrana, se le pone dentro agua
azucarada y se introduce la parte obturada en un vaso
'íe agua pura ; se observará que se establece entre los
dos líquidos de diferente densidad, y á través de la
membrana, una doble corriente: eJ agua pura penetra
en el tubo (endósmose), y la azucarada sale (exósmose),
aunque en menor cantidad que aquella. Este fenómeno
puede observarse por medio del endosmámetro de Du-
trochet (^/f^. 6). Los cuerpos que no están disueltos,
ó que no son solubles por medio de la digestión ú
otros fenómenos, no son absorbibles : Corpora non
^gunt, nisi soluta. Por eso el animal expele todas las
sustancias que en absoluto ó relativamente son inso-
lubles. Fig. 6.
Introducidas las sustancias absorbibles dentro de los tejidos,
son recogidas por los vasos absorbentes, que las conducen al aparato
de la circulación, si ya ellos no forman parte de ese aparato, como
sucede con las venas. La absorción de las sustancias nutritivas tiene
'ugar á lo largo del canal digestivo, desde la mucosa bucal hasta la
ínucosa del recto; pero principalmente los vasos linfáticos y quilíferos
HISTORIA NATURAL.

ffig.y] absorben el quilo del intestino, y pasando á través délos


ganglios mesentéricos, lo con-
ducen al canal torácico , para
verterlo finalmente en la vena
subclavia izquierda, mezclán-
dolo con la sangre venosa.
CIRCULACIÓN es una fun-
ción que determina el movi-
miento de los líquidos del ani-
mal. En los animales de orga-
nización complicada la sangre
, j circula partiendo del corazón
á los órganos por las arterias,
y volviendo al corazón por las
venas.
La sangre es el fluido n u -
tritivo que lleva á los diversos
órganos las sustancias de que
necesitan para reparar sus pér-
didas. Existe en todos los ani-
F'g- 7-
males: en los osleózoos es ro-
jiza, en los demás animales es generalmente incolora, ó azulada, ver-
dosa , amarilla.
lila, etc. Está for-
mada en aquellos
por el plasma,
parte líquida y
trasparente, y por
los glóbulos roji-
zos que la colo-
ran [figuras 8
y 9), y que se
creen proceden-
tes del bazo*. Di-
vídese la sangre
en arterial y ve-
Fig. 8. P'g-9- nosa , siendo la

' La sangre tiene, además, agua, sales y materias grasas y azucaradas.


Fig. 7. Vasos linfáticos del mescnterío.—a, a, «rteri»; aorta c, /, conducto torácico; g, ¡,
ganglios linfíiticos; o, /, orígen de los ganglios linfáticos; 1, intestinos; m, mesenterio; v. I, vasos
linfáticos.
Figuras 8. y 9. Glóbulos de la sangre.—A. Del hombre; a, colorado»; b, incoloros; c,
colorados, puestos en columna unos sobre otros. B. De palonu. C. De naja; a, colorados; b, in-
coloros. D. De proteo ; a, colorados; b, incoloros. E. De invertebrados (insectos y moluscos).
Muy aumentados.
ZOOLOGÍA. 17

primera de un rojo vivo, y la segunda casi negra. En su composición


entran la fibrina, la albúmina, el ácido carbónico, el oxígeno, el ni-
trógeno , y algunas sales. En los invertebrados carece de glóbulos
rojos , y sólo se distinguen otros menores, trasparentes, procedentes
del quilo y linfa, que también se ven en la de los vertebrados.
El órgano motor de la sangre es el corazón ¡'^fig. 101, saco mus-
culoso, de figura cónica, protegido por una doble membrana serosa
llamada pencrtríV/o ( ZZ;A, alrededor; ZOÍ,'/V/,;, corazón). En los mamí-
feros y en las aves tiene cuatro cavidades, dos aurículas^ donde ter-
minan los troncos venosos, y dos ventrículos, donde nacen los arte-

Fig'. 10. •

ríales. Las venas cavas terminan en la aurícula derecha . y en la


izquierda las pulmonares; la arteria aorta nace en el ventrículo
izquierdo , como \Í\S pulmonares en el derecho. Cada aurícula comu-
nica con el ventrículo del mismo lado por medio de orificios llama-
dos íTz/r/cM/o-rt'/z/r/cM/íírcí. Las válvulas de estos orificios se llaman
fíltrales ó O/CÍ/Í/'/C/CÍ, según están al lado izquierdo ódcrccho del co-
razón. El aparato circulatorio se compone, pues, del cnra\ón, de las
arterias, que son las ramificaciones de la arteria aorta; de las j'Cíídí,
ramificaciones de las venas cavas, V de otras ramificaciones más te-
nues, intermedias y en comunicación con las venas y las arterias,
denominadas vasos capilares.
La circulación tiene lugar en la forma siguiente: dotado el cora-
zón de dos movimientos ó latidos opuestos, uno de 5í5/o/e (;v;¿KX(ii,

, Pig. 10. Corazón del hombre.—,-/. ventrículo dcreclio; B. vcntriculn úquierjn ; C. au-
ficula derecha; 1). aurícula izquierda;/;. ciy.idn de li aort i; F, arteria pulmonar; (/'. tronco
oraquiocetalico ; H. carótidaí; /. arteria^ sulíclav.a^;; K. v m cav.i •iU(icr,or; /,. vonaí pulmona-
res; j j vena cava superior; a, vena cava interior; b. avincal.^ d-r:cha ; r. ventricuio derect\o; d,
Wyado de la aorta; <i', arteria pulmonar ; c, vena* pulmón ir.-s ; ,•'. ven.i» pulmonareí; / . aurícula
¡^"'erda; g, ventrículo izquierdo; /i. arteria subclavia derecha; h', arteria carótida; *", id., id.
I, , arteria subclavia izquierda; *. aorta descendente.
18 HISTORIA NATURAL.

contraigo), y otro de didstole { o:ct."íü.o>, separo),obra como una bom-


ba impelente, y arroja por el ventrículo izquierdo una cantidad
dada de sangre en la arteria aorta, la que , distribuyéndose por sus
multiplicadas ramificaciones, va á los diferentes órganos del animal,
para depositar en ellos, mediante los tubos capilares, las sustancias
nutritivas ; y pasa después á las venas, y finalmente á las cavas y au-
rícula derecha del corazón. De la aurícula derecha pasa por el orifi-
cio aurículo-ventricular al ventrículo derecho , á las arterias pulmo-
nares, al pulmón, donde se verifica la hematosis , á las venas pulmo-
nares, á la aurícula izquierda y al ventrículo izquierdo, para ser de
nuevo impelida á la arteria aorta y repetir la circulación. Las con-
tracciones del corazón son intermitentes, como intermitentes son las
compresiones ó pulsaciones que la sangre ejerce sobre las paredes de
los vasos arteriales '.
La circulación de la sangre desde el corazón á los pulmones , se
dice que fué notada primeramente por el español Servet', comple-
tando las observaciones el inglés Harvey. La sangre extraída de los
órganos y abandonada algún tiempo, se divide en suero, parte lí-
quida y trasparente, un poco amarilla, y coágulo, parte sólida,
opaca, roja y de consistencia de jalea.
El corazón de los reptiles tiene dos aurículas y un sólo ven-
trículo; el de los peces, una aurícula y un ventrículo; y el de los
animales de organismo menos complicado es aún más sencillo, y
por lo mismo la circulación no es completa.
RESPIRACIÓN. Considerada la respiración como una función ani-
mal, tiene por objeto la trasformación de la sangre venosa en arte-
rial, bajo la influencia del aire atmosférico, libre ó disuelto en el
agua.
Entre los animales que respiran el aire Ubre, tienen unos el ór-
gano respiratorio localizado en un sitio determinado, respiración
pulmonar, y otros Kpa.TÚdo por lo interior de todos los órganos,

' Se ha considerado la circulación de una manera general, mas no es


tan sencillo el curso de la sangre. Existen otras vías ó derroteros, como la
vena porta, las venas renales, la circulación derivada, etc. Conviene notar
aquí la circulación de la linfa, que termina en el canal torácico, y se derra-
ma en la vena subclavia izquierda , mezclándose con la sangre antes que
llegue al pulmón.
* Descartes atribuye esta gloria á Harvey; el P. Feijóo á Francisco de
la Reina , albeitar de Burgos , que imprimió un libro en 1564. La circu-
lación sencilla de la sangre fué conocida de los antiguos filósofos grie-
gos, y SANTO TOMÁS DE AQUINO, lib. iii, De anima, leci. i5, hace de ella, lo
mismo que del tractus et pulsus, una luminosa explicación. Consúltese al
P. RosELLi, Summa philosophica, Phjrs. particul., cuest, 3o, artículo
único.
ZOOLOGÍA. 19

respiración traqueal. Los que respiran el aire disuelto en el agua, ó


lo hacen por medio de repliegues salientes ó branquias, respiración
branquial, ó tienen toda la superficie
del cuerpo destinada á esta función,
respiración cutánea.
Los pulmones fjig. 11) están
contenidos en el pecho, y se com-
ponen de un tejido blando, ligero, es-
ponjoso (envuelto por una membra-
na llamada pleura], en el cual se
ramifican los tubos aéreos, cuyos
troncos principales se llaman bron-
quios. Estos nacen de la bifurcación
de la traquearteria, que es un tubo
formado por anillos ternillosos, cuya
parte superior está terminada por la
laringe, que es el órgano especial de
Fig. I I .
\A^OZ.(fig. 12.)
Las paredes que forman la cavidad torácica ffig. i3) presentan

Fig. II. Fig. I).


figit. Pulmones y corazón del hombre.—a, tráquea; h, arteria carótida; c, arteria sub-
>via; d, venas subclavias; e, pulmón;/, vena yugular; g, vena cava inferior; *, aurícula dere-
¿.'' ^'otriculo iiquierdo; A, aorta descendente.
\^g- ' J- a, laringe; b, tráquea; c, pulmón; d, ramificaciones brónquicas.
co t'íi" ' ^ ' ^'^''*'' ^*' hombre.—a, columna vertebral; b, músculos escalenos que elevan las
di fií "' '^'"*'"*'i ''' clavicula; f, esternón; / , bóveda formada por el diafragma; g, pilares del
«ragma; b, diafragma: i, músculos intercostales.
20 HISTORIA NATURAL.

dos movimientos : por el primero se aumenta su capacidad , dando


origen á la entrada del aire ; por el segundo se disminuye y se ex-
pele de los pulmones ; verificándose de este modo los dos actos de la
respiración llamados inspiración y expiración. La hemalosis ó san-
guinificación tiene lugar cuando el oxígeno inspirado con el aire
se combina en el pulmón con la sangre venosa para convertirla en
arterial, exhalándose cierta cantidad de ácido carbónico y vapor
acuoso. El hígado facilita la sanguinificación , desembarazando la
sangre venosa de gran cantidad de carbono é hidrógeno, formando
aceite combinado con la sosa; por eso el desarrollo del hígado está
en razón inversa del desarrollo del aparato respiratorio '. Cuando
la sangre venosa no puede convertirse en arterial , sobrevienen acci-
dentes graves, mortales en muchos casos, que se denominan asfixia.
ASIMILACIÓN. Introducidas las sustancias extrañas en el interior
del cuerpo del animal, é incorporadas á la sangre por medio de la
absorción, este líquido, en su período de circulación , las presenta á
las diferentes partes del cuerpo para que se las asimilen , separando
del fluido nutricio ciertas moléculas que forman parte de los órganos
y adquieren sus propiedades, mientras que otras se incorporan con
la linfa. De modo que la asimilación es una descomposición del fluido
nutricio, agregando á cada parte del cuerpo del animal las moléculas
que le son similares para la reparación de las pérdidas sufridas , ó
para aumentar su masa y su volumen.
La causa en virtud de la cual las moléculas toman cierta posición
en los órganos de modo que éstos conserven siempre la misma for-
ma, es completamente desconocida, como casi todas las que obran
por la fuerza vital del alma. Cuando la materia conducida por la san-
gre para ser asimilada es superior á la que necesita el animal para
reparar sus pérdidas, ó adquirir su completo desarrollo, se deposita
en forma de grasa en las celdillas del tejido celular, lo trasforma en
adiposo, y da origen á la obesidad ó gordura de los animales.
No sólo se debe á la fuerza asimilativa la conservación de los ór-
ganos y su crecimiento (del que se tratará luegol, sino también su
completa reproducción en algunos casos : así sucede con la cola de
los lagartos, con los ojos de los tritones y con las extremidades de
los arácnidos y crustáceos.
EXHALACIÓN. La exhalación es un acto vital inverso al de la a b -
sorción, y debido á las mismas causas, la permeabilidad de los vasos
sanguíneos, la cual, al dar entrada á los líquidos que los rodean.

' La hematosis tiene lugar en el pulmón principalmente ; mas los ani-


males de respiración pulmonar tienen hematosis parciales, llamadas cutá-
neas, urinarias , linfáticas, vasculares, digestivas, etc. ; pero son poco
conocidas, por punto general.
ZOOLOGÍA.

permite también pasar parte de ios que contiene. La exlialación pue-


de ser cí/tó/zea, pulmonar v serosa, liabida consideración al lugar
en que se efectúa. La c«/t3«í.'^ imuy distinta del sudor) se observa
cuando aplicamos un dedo á una superficie metálica pulida, ó á un
pedazo de cristal; si la temperatura atmosférica es alt;o elevada, se
condensa sobre ella el vapor que se exhala por la superficie cutánea.
LA pultnonar se conoce al condensarse el vapor acuoso exhalado en
una temperatura baja y algo húmeda. La serosa tiene lugar en las
cavidades interiores revestidas por las membranas serosas, y sin co-
municación con el exterior : generalmente ésta es equilibrada por la
absorción; mas cuando así no sucede y la exhalación es mayor, da
origen á hidropesías.
SECRECIÓN. Se llama secreción á la función por medio de la
cual órganos especiales denominados glándulas , separan de la san-
gre ciertos principios, expeliéndolos generalmente fuera del cuerpo;
con su auxilio, pues, se purifica la sangre de ciertas materias que ni
la respiración ni la exhalación pueden separar de ella. En el estado
actual de la físiología, se distingue la secreción de la exhalación en
que por los actos de la prime-
ra se forman productos cuya
naturaleza diñere de la san-
guínea , como la epidermis,
pelo, uñas, plumas, sudor,
saliva , bilis , orinas , lágri-
mas,etc.,y algunos gases muy
comunes en Jas cavidades or-
gánicas.
Las glándulas, ú órganos
secretorios , presentan formas
muy variadas,principalmente
en los animales complicados,
y que se ha intentado clasificar en folículos sencillos, agregados y
aglomerados, y glándulas conglomeradas ('fig. 14); mas esta clasi-
ncación no corresponde á ninguna modificación
constante en la naturaleza de los productos segre-
gados : la forma vesicular es el solo carácter común
a todas ellas. Las más notables de estas glándulas
son las salivares, el hígado y el páncreas, cuyas
'Unciones quedan indicadas, y los ríñones fjig. 15),
que segregan la orina, que por dos conductos de-
nominados uréteres baja á lo largo de la columna
vertebral á depositarse en una gran dilatación men-
branosa llamada vejiga de la orina, para ser expe-
lida por la uretra. Fig. i^.
22 HISTORIA NATURAL.

CALORIFICACIÓN. E S la facultad que poseen los animales de con-


servar una temperatura dada, independiente déla del aire ambiente,
mediante la producción del calórico y el enfriamiento.
Los naturalistas han dividido los animales en hematermos (ain'/,
sangre; fJ:¡>aó;, caliente), y hemacrimos (7.p'j(i(z;, frío j . Correspon-
den á la primera categoría los mamíferos y las aves, y á la segunda
todos los restantes. La temperatura normal del cuerpo humano es
de 3j grados, pudiendo ascender hasta 48 en las enfermedades : los
mamíferos tienen generalmente 38°: las aves de 40° á 44°,y los demás
animales, así como las plantas, sólo superan la temperatura atmos-
férica en '/, ó en i grado. Algunos mamíferos que no llegan á po-
seer los 38" de calor, y casi todos los hemacrimos, sometidos á una
temperatura baja, caen en una especie de letargo, durante el cual
sólo ejecutan lentamente las funciones de nutrición : tales son el
oso, la marmota, el lirón, los lagartos, las culebras, los insec-
tos, e t c , que por esta razón se llaman infernantes.
Lavoissier quiso explicar la producción del calórico por la com-
bustión , suponiendo que el ácido carbónico que se espira es pro-
ducido por el pulmón. Creen hoy los fisiólogos que esta producción
tiene lugar en todos los órganos , mientras se verifica la asimilación
por la formación del ácido carbónico y del agua en la conversión de
la sangre arterial en venosa. A pesar de lo seductoras que son las ci-
fras que para sentar esta opinión se presentan, cree M. Frédault que
están muy lejos de satisfacer las exigencias de un espíritu analítico.
Se llama enfriamiento á la facultad que tienen los animales de
moderar su propio calor y resistir al extraño. Sometido el hombre á
una temperatura de go grados, el interior de su cuerpo sólo presen-
tó una elevación de dos grados. Se explica este fenómeno por la eva-
poración que sufre el cuerpo, y que, según las leyes físicas, no puede
tener lugar sino á expensas de gran cantidad de calor, necesario para
trasformar los líquidos en gases.

FUNCIONES DE AUMENTACIÓN.

Aunque la aumentación ó crecimiento presuponga las funciones de


nutrición, no debe confundirse con ésta, como generalmente hacen
los autores de Historia Natural. El concepto propio de la nutrición
es la conservación de la sustancia viviente con la reparación de las
pérdidas sufridas; mientras que la aumentación indica además la ad-
quisición de aquel volumen y de aquella masa que es á cada especie
debida para su perfección. La facultad aumentiva es, pues, un prin-
cipio próximo de aumento vital, 6, mejor dicho, aquella facultad por
la cual el viviente adquiere mayor cantidad, asimilándose las mate-
rias alimenticias, hasta llegar : 1.°, á cierto volumen material; 2.°, á
ZOOLOGÍA. 23

Cierta figura geométrica, y 3.°, á la conveniente estructura y dispo-


sición de sus órganos.
Cuando nace el animal, no está dotado de la mole que le conviene
para ejercer todas sus facultades ; ni esto podría ser sin que la gesta-
ción fuera sumamente penosa. Nace, pues, diminuto, pero con po-
der para adquirir mayor desarrollo mediante el crecimiento, que de-
nniremos : una operación vital por ¡a que el animal pasa de menor d
mayor cantidad. Sólo tiene lugar en los períodos de la infancia , de
la pubertad y de la juventud, en los que el calor animal es más puro,
niás intenso y más asimilativo ; pierde éste más tarde de su vigor, y
solo puede digerir y asimilar lo meramente necesario para la repara-
ción de las pérdidas, y entonces el animal deja de crecer; y cuando
cl calor animal pierde más todavía de su fuerza, que ya no sea poten-
te para reparar las partes perdidas, entra el cuerpo en el período de
la decadencia. Finalmente: el crecimiento se efectúa por la extensión
de los miembros, principalmente de los cartílagos; pero cuando éstos
han recibido dentro de sus tejidos fosfatos y. carbonates calizos, se
endurecen, st'osifican los cartílagos por la acción de dichas sales, y no
son ya capaces de crecimiento. Si la osificación no es completa, el ani-
mal crece constantemente, como se ve en algunos cetáceos y reptiles '.

FUNCIONES DE RELACIÓN.

Por funciones de relación entiéndense los actos que ponen al ani-


n^al en contacto ó comunicación con los objetos exteriores. Cuando
se traslada espontáneamente de un lugar á otro para adquirir ó para
evitar alguna cosa ; cuando percibe las cualidades sensibles de las
sustancias corpóreas ; cuando da á conocer sus dolores y sus afectos»
ejecuta actos de relación y se distingue de los vejetales.
El aparato de todas las funciones de relación es el sistema ner-
*'toso; pues aunque la intelección y la volición en el hombre se ejer-
^ n por sola el alma, independientemente de órgano corporal, es
indudable que éste influye y suministra á aquellas nobilísimas po-
tencias el material para sus misteriosas elaboraciones. El sistema ner-
vioso se compone de agua, albúmina, grasas, fósforo, azufre y sales.
Está formado por tubos pequeñísimos , de una sustancia celulosa y
"oja, llena de una materia semifluida. Se divide en dos porciones:
ganglios y nervios: los primeros constituyen la porción céntrica, re-

' La histología distingue específicamente la evolución de la nutrición,


no siendo aquella otra cosa que lo llamado aquí crecimiento. Por eso Ro-
bín hace justicia á la división que Santo Tomás adopta de las funciones ve-
getativas, y San Severino observa también que el crecimiento difiere de la
nutrición. Confundiólas el P. Suárez, é hicieron lo mismo Adrien y Jussieu.
24 HISTORIA NATURAL.

presentada por abuhamientos; y IDS segundos la porción periférica,


en forma de cordones procedentes de los ganglios. Existe ademasen
algunos animales una sustancia cenicienta, denominada sustancia
gris. En los osteózoos. la parte céntrica ó gangliosa es el eje cé/alo-
raquideo ó ci'rcbro-espinal, llamado así porque parte se aloja en el
interior del cráneo, recibiendo el nombre de encéfalo (¿v, den-
tro ; y.vyjj.r,, cabeza i, y otra en el conducto del raquis ó espinazo, y
se llama médula espinal. De este centro parten los nervios ó cordo-

nes que constituyen la parte periférica del sistema. El encéfalo se


divide en cerebro y cerebelo ffig. i6): ocupa el primero la parte
antero-superior, y el segundo la postero-inferior, y es menor que
aquél. Una hendedura longitudinal divide ambas partes en dos he-
misferios : tienen también surcos profundos llamados anfractuosi-
dades, y elevaciones laberínticas, conocidas con el nombre de cir-
cunvoluciones : los hemisferios constan de lóbulos, y están unidos en
su parte m,edia por el cuerpo calloso ó mesolobo. De cada hemisferio
del cerebro y cerebelo sale un cordón , pedtnculo, que va á formar

Fig. i6. Corte vertical del cerebro humano, con los nervios cerebrales y principios de la
médula.—a. lóbulo anterior, h, corte del cuerpo calloso ó mesolobo; c, lóbulo posterior; á, tu-
bérculos quadrigéminos ; e, cerebelo; /. nervios espinales; g, médula espinal; h, nervio del sexto
par . uno de los óculo-motores ; í, nervio neumogástrico, ó par vago; /, nervio hipogloso, duo-
décimo par; /, nervio gloso-laringeo , ó noveno par; m, nervio facial . ó del sétimo par: debajo
se ve el origen del octavo ó acústico; n. rama maxilar inferior del quinto par; o, ramo maxilar su-
perior del mismo quinto par; />, ojo donde terminan los nervios ópticos ó del segundo par , y los
del tercero, cuarto y sexto, ú óculo-motores; g, ramo oftálmico del nervio trigémino, ó del
quinto par ; r. nervios olfatorios ó del primer par.
ZOOLOGÍA. 2S

parte de la médula espinal. La parte céntrica del sistema nervioso


esta protegida por membranas particulares : la más externa se llama
ura-mater, y pía-maler la que está en inmediato contacto con la
sustancia nérvea.
De este centro se separan paquetes de tubos que se ramifican más
y mas, se anastomosan algunas veces, y que van á parar á todos los
rganos sensitivos, locomotivos y á casi todas las partes del animal:
«ales son los nervios. íjig. 17.)

!•'<!:• 17.

«»le?noi^dd bialr'" T"""° del hombre—,. cerebelo; r plexo braquial, j . nervios cutáneo-
'itercosules. ^' "° '^t^™": 5- ""vio músculo cutáneo; /, y y, nervios
26 HISTORIA NATURAL.

SENSACIONES EXTERIORES. Ponen al animal en relación con las


sustancias corpóreas, percibiendo las cualidades en cierto modo ex-
teriores de las mismas, por medio de los cinco sentidos : de la vista,
del oído, del olfato, del gusto y del tacto.
Órgano de la vista.—Está formado por el globo del ojo, los
músculos que le mueven y las partes que le protegen. El globo del
c ct d f °'° ^•^^' '^' ^^^^ constituido por
x^ -. , , / la esclerótica, cubierta exterior,
•\ '•, '. \ / blanquecina y fibrosa : por un ori-
b^ 'v^^^^Élk.r' 9 ^'-'° posterior da paso al nervio
~--._ # Í - - ' Í ' ' ¿ ^ ^ B L '•''' óptico, y otro anterior lo presenta
^^^MjMi^fKM^^ obturado por una lámina traspa-
0VHn||^H^LfW ' «"ente 1 llamada corlea. Un tabique
, , - ^ ^ í y ^ l ^ ^ M P ' •-^ i membranoso, el iris, divide el in-
d .-'''' \jS!^S^^ •-. • terior en dos partes; ca'wara an/e-
; ; • \ \ rior y cámara posterior, que se
• • \ comunican por \apupila, abertura
situada en el centro del iris. El
'^' ' humor ácueo llena la cámara ante-
rior: la posterior está revestida por la red coroides , que forma los
procesos ciliares en la superficie posterior del iris. El nervio óptico,
después de penetrar por la esclerótica, forma una expansión nerviosa
sobre la superficie interior de la coroides, que toma el nombre de
retina. Esta cámara está llena de un líquido trasparente, el humor
vitreo, y en su parte anterior, detrás de la pupila, hay un cuer-
po lenticular, formado de capas concéntricas, que se llama cris-
talino.
Las partes que mueven el ojo son los músculos : seis en el hom-
bre, cuatro rectos que dirigen el ojo de dentro afuera, de arriba aba-
jo; y dos oblicuos que le imprimen un movimiento intermedio. En
algunos mamíferos existe mayor número de músculos. Protegen el
ojo las órbitas, las cejas y los párpados.
El aparato de la visión obra como una cámara oscura, refrin-
giendo los rayos luminosos y dibujándose en la retina la imagen del
objeto visible : para que aquella imagen sea clara, es preciso que los
objetos estén á distancia proporcionada, la que en el mismo h o m -
bre varía, según la convexidad del ojo y distancia de la retina. Si
aquella es excesiva, ocasiona la miopía,que se corrige con lentes cón-
cavos; y si es escasa dicha convexidad, el individuo se llama prés-
bita, Y puede recurrir á lentes convexos.

Fig. rS. Estructura del globo del ojo.—a, nervio óptico; i , retina; Í , coroides; á, escleró-
tica; e, cristalino; / , conjuntiva; g, iris; b, pupila; i, cámara anterior delojo;/, córnea; /, pro-
cesos ciliares ; m, humor vitreo.
ZOOLOGÍA. 27

Órgano del oido.—Es muy complicado en el hombre y demás


vertebrados : se halla colocado de lado de la cabeza, dentro de los
huesos temporales. Consta de tres partes : oído externo, oído medio
Y oído interno.
Consta el primero generalmente del pabellón forejaj y del con-
ducto auditivo externo. Este tiene una porción de folículos que se-
gregan una sustancia amarillenta y
amarga, denominada cerumen, ó ce-
rilla del oido.
^-^ oído medio ffig. 19;, ó caja del
tímpano , consta de la membrana del
tímpano, que cierra el conducto audi-
tivo externo ; de la trompa de eusta-
iuio, conducto cónico membranoso
que va á la faringe; de una cadena de
nuesecillos, que por su figura son co-
nocidos con los nombres de martillo,
yunque, lenticular y estribo (fig. 20),
y que van desde la membrana del tímpano á la vestibular; y, final-
mente, en esta última membrana están dos ventanas que se llaman
coclear y vestibular, de las partes con las que co-
n^unican.
El oido interno, llamado también laberinto, por
su complicación, se compone de dos partes : el
^stibulo , cavidad irregular que comunica con el
Oído medio por la ventana vestibular , y en el
que se encuentran tres tubos encorvados, llamados
conductos semicirculares: y el caracol, lámina ósea
1 su parte interna y membranosa en su borde; comunica con la
caja por la ventana coclear, y está lleno de un líquido seroso , la
"l/« Cotunni, en el que flotan las ramas del nervio acústico, que
Por el conducto auditivo interno pone al oído en comunicación con
^1 cerebro.
Los sonidos, objeto de la audición , se trasmiten por medio de
loraciones aéreas desde el cuerpo sonoro hasta la membrana del
mpano ; ésta vibra á su vez, conmueve los huesos del oído, y tras-
t e la impresión mecánica al oído interno. Hasta aquí no tenemos
*un sensación.
Órgano del olfato.—El órgano del olfato se encuentra localizado

c '^' '9. Aparato auditivo del hombre.—a, pabellón de la oreja ; b, trompa de eustaquio;
> nducto auditivo externo; d, concha de la oreja; c, caracol; f, conductos semicirculares; g,
nervio acústico.
Uiartlf' ^°' ^ J ' '^^ timpano del oido.- », estribo; b, martillo; c, yunque; i, músculos del
"^"'o ; e, músculo del estribo.
28 HISTORIA NATURAL.

en las fosas nasales ffig. 21J, cavidades situadas encima de la boca


y separadas por un tabique vertical. El interior está revestido por
. . j g la membrana pituitaria , que,
y \ \ / como todas las de su género, se
,•6 halla cubierta de una mucosidad
abundante , segregada en parte
por ella misma. Por su superficie
-r£^^ •^-7^'^^ --' se distribuyen los nervios olfato-
h 'gStÉB^ZmáP^ ^%\'' i:\o%^ que son los del primer par
&^^ml^^¿Mj¿^J que parte del cerebro. El aire
^^'''' ttBl^^HwíftC '-. que entra por las fosas nasales
,-' /W*-—WMIWB'^ \ , g para la respiración trae las par-
/' tículas olorosas que se disuelven
I e d en la mucosidad de la pituitaria,
^'^- ^'' Y dan origen á la olfación.
Órgano del gusto.—Todos los cuerpos solubles en la saliva son
sápidos, ó, lo que es lo mismo, objeto del gusto. El órgano de esta
función se halla en la lengua fyig. lO), y también en la bóveda pa-
latina , los carrillos y la entrada de la faringe. Diferentes nervios ra-
mificados bajo las mucosas de estas partes ponen al animal en es-
tado de sentir los sabores de los cuerpos disueltos por la saliva, sin
que se pueda dar razón de las contrarias impresiones producidas en
individuos distintos por idénticas sustancias.
Órgano del tacto.—Reside particularmente en la piel ó cubierta ex-
terior de los animales: ésta se compone de dos partes, la dermis í?;pjicí,
piel), y la epidermis [zr.\, sobre; ?:¡>ijLa, piel). La primera es membrano-
sa , elástica y resistente, de fibras entrecruzadas á manera de fieltro.
Está unida á los órganos subyacentes por el tejido conectivo, y pre-
senta en su exterior una serie de elevaciones llamadas papilas, donde
se alojan tubitos del sistema nervioso. La dermis es la parte más con-
sistente de la piel, y lo que se conoce en el comercio bajo el nombre
de cuero, es la misma combinada con el tanino. La epidermis, ó piel
superior, es una sustancia mucosa segregada por la dermis, y solidi-
ficada y seca en los animales que viven en la atmósfera. Se renueva
periódicamente, cayendo entera como en las culebras, ó en escamitas
como en el hombre. En medio de la dermis y la epiderrnis hay una
membrana llamada cuerpo pigmentario, poco visible en la raza blan-
ca, pero bastante en las demás razas y en los animales, por debér-
sele la coloración de la piel.
Para que la función del tacto tenga lugar, los objetos tangibles

Fig. 21. Fosas nasales del hombre.—a, canales de la nariz;fr,concha media de la misma;
c, aberturas nasales externas ; d, cavidad bucal; e, velo del paladar ; / , abertura de la trompa de
eustaquio; g, faringe; h, base del cráneo; i, seno esfenoidal;/, concha superior de la narii; /,
seno frontal.
ZOOLOGÍA. 29

han de ponerse en contacto con las papilas de la dermis é impresio-


nar los tubos nerviosos que en ellas se alojan. En el hombre es la
mano el órgano mejor dispuesto para el tacto, por el mayor número
<íe papilas, fle.xibilidad y extensión de los dedos, etc. Con este sen-
tido se percibe el calor, el frío, la dureza, la blandura, etc., etc.,
como se dirá al tratar de la sensación particularmente.
Objeto de los senliJos externos. Queda indicado que las cuali-
dades sensibles ó corpóreas son el objeto del conocimiento sensitivo
exterior. Mas no todas afectan igualmente los órganos de estas fun-
ciones. Algunas lo hacen inmediata y propiamente , sin que nece-
siten estar asociadas á otra calidad para impresionar nuestros senti-
dos ; y de ellas se dice que son objeto propio de uno ú otro sentido:
tales son los colores respecto de la vista, los sonidos respecto del
Oído, los olores del olfato, los sabores del gusto, y del tacto las cua-
lidades tangibles. El sentido jamás engaña al testificar que es afec-
tado por su objeto propio, si las condiciones necesarias no faltan.
f*ay, empero, otras calidades ó accidentes corporales que no afectan
inmediatamente alguno de los sentidos, sino que se perciben por
tincó varios de una manera secundaria y por razón del enlace que
tienen con su objeto propio : as!, la extensión puede ser conocida
por la vista ó por el tacto, pero únicamente en cuanto está asociada
^ los colores ó á cualidades tangibfes ; estos accidentes son objeto, ó
^^nsible común de los sentidos, pues se perciben por varios ó todos,
y con menor seguridad y acierto que el sensible propio, como su-
cede con la distancia, el movimiento, la figura, etc. Finalmente,
como los sentidos perciben su objeto en concreto, acontece que, afec-
tado solamente un sentido, el animal viene accidentalmente en cono-
amiento de otras cualidades que, aunque no sean objeto del sentido
afectado, están, sin embargo, inherentes al mismo sujeto : así, bajo
^as cualidades descubrimos las sustancias, y bajo el color blanco del
azúcar, su dulzura : de estos accidentes, ó sustancias, se dice que son
sensible accidental (per accidensj de los sentidos externos. Estos ú l -
timos sensibles se conocen siempre de una manera confusa y sujeta
^ equivocaciones.
Condiciones previas d la sensación. Es la 1.", que el órgano esté
"ten dispuesto, sin lesión, padecimiento ú otro óbice cualquiera;
^- ) que el objeto impresione convenientemente dicho órgano, para
'O cual se requiere, no sólo su presencia, sino también distancia
proporcionada á la exigencia de cada sentido ; 3.", medio ó vehículo
capaz de trasmitir la impresión del objeto al órgano, como la luz
respecto de la visión , el aire respecto de los sonidos ; 4.", que la im-
presión no sea demasiado vehemente y fuerte, ni demasiado remisa:
tnucha luz nos deslumhra, una luz tenue no nos hace perceptibles
os colores ; un sonido muy bajo y un estrépito muy ruidoso pue-
30 HISTORIA NATURAL.

den pasar igualmente inadvertidos; 5.', que el alma no tenga fija su


atención con tanta vehemencia en otro asunto que le impida apli-
carla á la sensación ; y 6 / , que el órgano comunique con el cere-
bro mediante el sistema nervioso.
Naturaleza de la sensación. Las anteriores condiciones no de-
terminan aún la sensación. A la impresión del objeto en el órgano
sigúese la afección del ánima, ó sea un movimiento reaccionario
por el que tiende al objeto causante la anterior impresión, y al cual
movimiento se sigue la percepción de la cualidad representada en la
impresión objetiva. Para cuya inteligencia es preciso tomar en cuenta
que la impresión de un cuerpo en el órgano sensitivo puede acaecer:
ó mecánicamente, en cuanto que un cuerpo obra sobre otro cuerpo:
ó en cuanto que es representativa de un objeto cognoscible en un
órgano cognoscente para determinar una función, no mecánica, sino
vital é inmanente, que se llama sensación. La primera impresión
procede del cuerpo en cuanto tal, como la imagen que se pinta en
la retina del ojo, tanto del animal como del cadáver, y que puede
compararse á la que se refleja en un espejo. Pero la impresión repre-
sentativa procede del cuerpo,8no como tal, sino como objeto, y es
causada en el órgano dotado de fuerza vital, é informado por una
alma sensitiva, para determinar la reacción de ésta y la percepción del
objeto representado. Y como estafHmpresión representativa se recibe
en el alma, que en tanto es sensible en cuanto que se sobrepone en
alguna manera á la materia, por eso es conocida con el nombre de
inmutación intencional, á diferencia de las impresiones corporales y
mecánicas.
Resumiendo : la sensación se verifica : i.", por la impresión i n -
tencional del objeto en el sensorio, que, seguida de la reacción por
parte del alma, determina la representación de la cosa perceptible,ó,
lo que es lo mismo, la especie sensible : 2.°, por la acción del alma,
que, excitada por la representación de la especie sensible, se convierte
al objeto del cual procede la impresión, y le percibe ó conoce ' .
SENSACIONES INTERIORES. Se llaman sentidos internos los que no
tienen órgano determinado en la superficie exterior del cuerpo, y
cuyas funciones se ejercen en el centro del sistema nervioso. Cuatro
se conocen en los animales más complicados, á saber : sentido co-
mún, imaginación, estimativa y memoria. Su objeto son algunas
cualidades menos materiales, y por lo tanto fuera del alcance de

' Si el profesor quiere evitar la confusión en que comúnmente incu-


rren muchos físiólogos al tratar de la sensación, puede consultar las obras
del P. ZEFERINO GONZÁLEZ , Philosophia elementaría: Madrid, 1868, tom. i,
páginas 262 y siguientes; y Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás:
Manila, 1864, tom. in, desde el principio.
ZOOLOGÍA. 31

los sentidos externos, la reproducción de las sensaciones ya percibi-


das por estos sentidos, y la conservación de sus especies.
Sentido común. Reside en la primera cavidad del cerebro , dice
Santo Tomás, á la cual convergen todos los nervios de los sentidos
exteriores. Con su auxilio percibe el animal todas las sensaciones
exteriores y conoce sus diferencias , aunque sin juicio ni compara-
ción alguna. Siente el animal la dulzura de un fruto, oye un himno
y ve una pintura : la facultad que, sin examinar la naturaleza ni las
propiedades de estas tres sensaciones conoce sin embargo que son
tres relativas á tres distintos objetos, se llama sentido común. Con
el se ejercen ciertos juicios incompletos, y , por decirlo así, discreti-
vos, como cuando, auxiliados del tacto, conocemos que es de pers-
pectiva lo que á simple vista parecía de relieve. La conveniencia de
esta función se deja comprender desde que se toma en cuenta que
'OS sentidos exteriores, no conociendo más que las cualidades aisla-
"3S) no bastan á satisfacer las necesidades del animal, sobre todo
tratándose de aquellos objetos que se han denominado sensible co~
»!««.• era, pues, necesario un tribunal superior que apreciase las im-
presiones de cada uno, y, por un juicio instintivo y natural, dirimie-
ra sus diferencias, en el caso de no hallarse conformes , lo que suce-
'^^ frecuentemente.
"Paginación. La experiencia de cada día nos hace ver que existe
f nuestro interior una fuerza capaz de reproducir y representar las
imágenes de los objetos percibidos anteriormente : tal es la imagi-
nación 6 fantasía. Que esta facultad sea distinta y diferente del e n -
cendimiento, se comprende, atendida la diferente naturaleza del objeto
"e Una y otro. La facultad de reproducir los objetos en otro tiempo
conocidos, existe en todos los animales de organización complicada;
nías en el hombre, la presencia de la razón ennoblece aún los senti-
dos, y la imaginación se halla dotada de \in^ fuerza creadoray sin-
^éíica, con la cual representa, no sólo las cosas conocidas, sino otras
^ue no existen , y son el resultado de nuevas combinaciones por esta
potencia concebidas. Á ellas se deben los mitos y los monstruos de
*s fábulas; y las bellas artes son asimismo deudoras de sus más glo-
bosas concepciones á la fuerza compositiva de la imaginación. El
rgano de la imaginación es el cerebro, como aparece de las pertur-
*ciones que en la misma se siguen á cualquiera lesión ó afección
nebral en los amentes, monomaniacos, delirantes, etc.
estimativa. Á más de las cualidades exteriores conocidas por los
ntidos exteriores, y de las que son objeto del sentido c o m ú a , hay
los objetos otras razones de conveniencia ó inconveniencia, que
^be á todo trance conocer el animal para asegurar su subsistencia
T Perpetuar la especie, y que están fuera del alcance de los sentidos
*sta aquí analizados, por más de que vayan envueltas en las espe-
32 HISTORIA NATURAL.

cíes por aquellos percibidas. Huye la oveja del lobo, y se acoge al


amparo del mastín; el pajarito conoce su polluelo, aunque esté con-
fundido con centenares de la misma especie, y elige entre la maleza
del bosque la pajita y el limo convenientes para la construcción de
sus nidos inimitables; la cabra y el buey evitan instintivamente los
pastos nocivos, y se alimentan de los sanos; la abeja construye exa-
gonales las celdillas de sus panales, muchos siglos antes que las ma-
temáticas demostraran que este era el polígono con el que más parti-
do se saca de un espacio dado; hacen sus emigraciones las aves; y el
castor, reunido en sociedad, construye sus habitaciones con un arte
y concierto admirables. Estos y otros instintos prodigiosos que á
cada paso admiramos en los seres irracionales, que han inducido á
algunos filósofos á admitir en los brutos la existencia de la razón ', y
movido á San Agustín á decir que hay en ellos cierta ciencia^ redu-
cidos á sus justos límites, nos demuestran evidentemente que tienen
una facultad sensitiva capaz de valuar y apreciar las razones de inju-
ria y benevolencia, inimicicia y amistad , y utilidad y daño, que no
pueden ser percibidas por los sentidos exteriores. Mas sus apreciacio-
nes son todas instintivas, naturales, sin comparación de términos, y
al nivel délos conocimientos sensitivos Es, sin embargo, indudable
que la estimativa es la facultad que ep los brutos suple hasta cierto
punto la falta de la razón, y que en alguna manera se le asemeja; al
paso que en el hombre, procediendo esencialmente del alma racio-
nal, tiene alguna afinidad psicológica con el entendimiento, y ha
sido llamada raión particular.
Memoria sensitiva es la facultad de conservar las sensaciones pa-
sadas. Que ésta exista en los brutos, se comprende fácilmente, pues
vemos que reconocen los beneficios, y vengan á su modo los agra-
vios ; que las palomas regresan á su nido aun cuando se las aparte
de él muchas leguas, etc. La memoria sensitiva difiere de la intelec-
tiva, de que se hablará después, por razón de su objeto, que se con-
creta á las sensaciones, mientras que el objeto de la memoria intelec-
tiva son las ideas generales y abstraídas de toda concreción material
APETITO SENSITIVO. Según la observación profundamente filosó-
fica del Doctor Angélico, el apetito es consecuencia natural é inme-
diata del conocimiento ; por eso al conocimiento intelectivo se sigue
la voluntad, como al conocimiento sensitivo el apetito sensitivo, ó la
inclinación al bien aprendido por lt>s sentidos. Este bien delectable y
excitante de la sensualidad se presenta algunas veces rodeado de difi-
cultades que embarazan su consecución. De ahí la división del ape-
tito sensitivo en concupiscible é irascible.

* El P. FEUÓO, Teatro Crítico, tomo iii, discurso 9.°, concede á los


brutos algún discurso , aunque equivocadamente , como puede verse en
SANTO TOMÁS , quien previno sus objeciones. 5«m. TVo/., part. i,cuest. i3.
ZOOLOGÍA. 35

Apetito concupiscible es aquella facultad por medio de la cual el


animal desea los bienes que los sentidos le presentan, y se aparta de
los males que son contrarios á aquellos bienes. Seis son los movi-
mientos del apetito concupiscible conocidos con el nombre áepasio-
"**, porque se desenvuelven siempre con alguna alteración ó pasión
de un órgano corporal : se llaman amor y odio, deseo y fuga, go\o
y ínstela. La razón de esta diferencia de pasiones se toma del dife-
•"ente modo con que los sentidos perciben el bien delectable, ó el mal
que le es contrario. Si el bien se concibe ó se conoce como conve-
niente, excita el amor, ó e\ peso ó atracción que el animal siente
hacia el objeto que se le presenta como bueno; y como á la apren-
sión de un objeto como conveniente se sigue el aprender como n o -
civo su contrario, de aquí el odio, que se puede calificar como un
•Hovimiento de repulsión. Mas si el bien amado ó el mal aborrecido
están ausentes, engendran en el ánimo, el primero su deseo, y su
J'^ga el último. Finalmente: el go^o es el descanso satisfactorio en la
posesión del bien ansiado y querido, y la tristeza, la inquietud y de-
sasosiego motivados por la presencia de un mal conocido como tal.
Apetito irascible. Tiene el mismo objeto que el concupiscible,
pero en cuanto que lo ve rodeado de dificultades difíciles de superar,
^-s, pues, aquella facultad dada al animal para vencer los obstáculos
9*íe le impiden la consecución del bien, y para allanar el camino en
" satisfacción de sus deseos. Tiene cinco ímpetus ó pasiones : espe-
ran^a y desesperación, temor y audacia, é ira.
El bien arduo, pero de posible consecución, engendra la espe-
'"f^'ía en el ánimo, mientras que la desesperación nace del conven-
cimiento de que la empresa es, no sólo difícil, sino imposible. Los
males y peligros graves que es preciso vencer para llegar á un fin
preconcebido, son superables en unos casos, y motivan la audacia;
inminentes y próximos en otros, y de ahí el temor. La ira es el deseo
de venganza que se pretende tomar del autor de los males que impi-
den la satisfacción de las pasiones.
Los límites y la naturaleza de este libro no permiten entrar en
retalles sobre la índole y propiedades, causas y efectos de estas pa-
"ones, cuya dirección pertenece á la ética.
CONOCIMIENTO INTELECTIVO.—Hasta aquí hemos visto las funcio-
nes de relación comunes al hombre y á todos los animales en m a -
yor ó menor perfección ; mas el conocimiento intelectivo y el ape-
*ito racional son propios, exclusivos y característicos del hombre,
que es el único animal compuesto de cuerpo orgánico y alma espi-
ntual, inmaterial, simple, inmortal, creada por el Señor Dios á su
imagen y semejanza, para que, conociéndole, le amase, y amando-
le, le poseyese en la vida venidera. La encadenación metódica de l|s
"•laterías exige que tratemos aquí de esas funciones.
4
34 HISTORIA NATURAL.

El entendimiento.—Es una facultad natural y vital del alma, con


la que conoce las cosas insensibles, y también las sensibles, pero no
en cuanto tales, sino abstraídas de toda concreción material y sensi-
ble. Cuando discurrimos sobre la naturaleza de la virtud, sobre las
proporciones de dos cantidades, ó sobre el desarrollo de una poten-
cia generatriz, hacemos uso del entendimiento. Por manera que,
atendida su capacidad, cuanto existe ó puede existir es objeto en
algún modo de esta facultad nobilísima, porque á todas esas cosas
puede remontar su vuelo atrevido, y en todo lo que tiene razón de
ser puede conocer alguna cosa. Mas como quiera que el alma racio-
nal , de la que el entendimiento emana, sea la última entre las sus-
tancias inteligentes, creada para informar un cuerpo que le sumi-
nistre los materiales para elaborar sus ideas, por eso el objeto pro-
pio del entendimiento son solamente aquellas naturalezas ó esen-
cias cuyas propiedades caen bajo el alcance de los sentidos, y son
por lo mismo materiales. Y es la razón, porque el entendimiento
unido al alma, y ésta á la materia, no conoce directamente las cosas
espirituales, como se ve por experiencia y se deduce de la imper-
fección relativa de su naturaleza; y con las sustancias materiales no
se puede poner en contacto sino mediante las especies sensibles que
le suministran los sentidos : las cuales especies el entendimiento de-
pura y abstrae de todo lo singular, conociendo muchas cosas que,
aunque entran por los sentidos, no caen bajo su dominio.
Siendo el entendimiento facultad del alma, y como el alma es-
piritual , no usa de órgano corporal en sus operaciones : éstas son
tres: aprensión, juicio y discurso ó raciocinio. La aprensión es el sim-
ple conocimiento de una cosa, sin afirmar ni negar de ella cosa al-
guna. El juicio es la comparación de dos ideas conocidas, afirman-
do ó negando si una está ó no está comprendida en la otra, si le
conviene ó no le conviene : como cuando, comparando la idea que
tengo del marfil y de la blancura , comprendo que ésta conviene á
aquél, y digo : el marfil es blanco. Discurso ó raciocinio es el tránsi-
to de un juicio conocido á otro desconocido, que, comparado con
aquél, se encuentra en él de algún modo comprendido. Si de este
juicio: los ángulos de todo triángulo son iguales á dos ángulos rec-
tos , deduzco que los ángulos agudos de un triángulo rectángulo
son iguales á un ángulo recto, hago un discurso ó raciocinio. La
primera de estas operaciones la expresa ó manifiesta exteriormente
el hombre por medio del término; la segunda mediante una propo-
sición, y por una argumentación la tercera. El discurso ó raciocinio
es propio y característico del hombre, que por eso se llama animal
racional; pues ni los brutos discurren, por carecer de entendimien-
t o , ni tampoco los ángeles, ni Dios, inteligencias nobilísimas en su
o'rden, que no necesitan de este medio progresivo de deducción pa-
ZOOLOGÍA. 35

ra llegar al conocimiento de la verdad. Sus conocimientos son i n -


tuitivos y no discursivos. La memoria intelectiva es el mismo en-
tendimiento que conserva las especies ó ideas de las cosas conocidas.
APETITO RACIONAL.—La inclinación que se sigue al entendimien-
to se llama yo/un/íjí/, y también apetito racional, porque tiende á
aquellos bienes que la razón ó el entendimiento conocen. Su objeto,
pues, tanto se extiende como el objeto del entendimiento y con las
mismas distinciones; y es la razón, porque todo lo que existe tiene
Una bondad, bajo cuyo respecto excita esta potencia y la solicita á su
consecución. Si el entendimiento comprende un objeto como inñni-
tamente bueno, sin mezcla de mal real ó aparente , sacia completa-
tnente la capacidad de la voluntad que tiende á él y le ama , atraída
por una fuerza irresistible : la volición en este caso es necesaria. Mas
IOS bienes todos particulares que existen fuera de Dios jamás se pre-
sentan al entendimiento dotados de esta perfección absoluta; siem-
pre aparecen defectuosos en algo é insuficientes para saciar nuestros
deseos , razón por la cual la voluntad tiende á ellos ó los ama libre-
mente, y puede dejar de amarlos, y hasta repudiarlos y aborrecerlos
SI le place. Estos son los únicos actos del hombre que pueden 11a-
•"larse con propiedad ajectos morales.
Ángulo facial. Camper, anatómico holandés, convencido de
*!ue el desarrollo intelectual era proporcionado al del encéfalo, y este

al desarrollo del cráneo, ideó un ángulo de medición, cuyo vértice


puso en los alvéolos de los dientes incisivos de la mandíbula supe-
••tor, siendo una de las líneas tangente á la parte más prominente

noid« ' *^' *-•'"*••' humana.—/, frontal; a. parietales; j , occipital; 4, temporal; 5, ejfe-
^'**> * y 7 , pómulos; 8, nasales; 9, lagrimal; 10, maxilar inferior.
36 HISTORIA NATURAL.

del hueso frontal, y pasando la otra por el orificio del temporal cfigu-
ra 22]. Con este ángulo, que Warnófacial, pretendía medir el desar-
rollo de la masa cerebral, que sería tanto mayor cuanto más abierto
fuese dicho ángulo. Daubenton modificó el principio de Camper, y
tomó por base la posición del agujero occipital, que se halla tanto más
atrás, cuanto menor es el cerebro del animal y menor su inteligencia.
Y, en efecto, parece que el hallarse adelantado el orificio a u d i -
tivo débese al aumento, no sólo del cerebelo , sino también de los
lóbulos posteriores del cerebro, circunstancia que coincide con el
descenso de la línea inferior del ángulo facial, y al mismo tiempo
con la depresión de la línea anterior, que produce el desarrollo de
los lóbulos cerebrales correspondientes , y la consiguiente abertura
del ángulo. Cuvier ideó llegar al mismo resultado, comparando la
extensión de la cara, hecha abstracción de la mandíbula inferior, con
la extensión interna del cráneo '. El ángulo facial puede contribuir
á la hermosura del rostro, pero no será jamás indicio seguro del des-
arrollo de la inteligencia.
Frenología, craneoscopia , craneologia. Por estas palabras, es-
pecialmente por la primera, se significa un sistema dinamilógico que
afirma que el alma tiene diferentes facultades á las que corresponde
en el cerebro igual número de órganos, por medio de los cuales
obra; de manera que por el desarrollo de los lóbulos y circunvolu-
ciones del cerebro se pueda conocer a priori la capacidad é intensión
de aquellas facultades. Los principales sostenedores de este sistema
fueron Gall, Spurzheim, y en nuestra España el Sr. Cuví y Soler,
que sienta los seis principios siguientes, como base de la pretendida
ciencia frenológica: i.° Las facultades del alma por medio de las
cuales se producen los deseos y aversiones, se excitan los afectos, se
adquieren las ideas y se forman las concepciones, son innatas. 2.° La
cabeza ó cerebro en este mundo es el órgano de manifestación direc-
ta del alma. 3." Las varias facultades del alma se manifiestan por
otros tantos órganos ó partes simples de la cabeza. 4.° El tamaño de
un órgano cerebral, siendo todo lo demás igual, es una medida po-
sitiva de manifestación mental. 5.° El tamaño y forma del cerebro se
conocen por el tamaño y forma de la superficie externa de la cabe-
za. 6.° Toda facultad mental, cuando está muy desenvuelta ó exci-
tada, produce una expresión particular en las facciones del rostro, y
un movimiento especial en las partes flexibles del resto del organis-
mo , llamado fisonomía, mímica ó lenguaje naturah

> No dejaremos de lamentamos de que tratándose de los brutos se


haga uso de las palabras inteligencia é inteligente, que están consagradas
en el lenguaje psicológico á funciones propias de una sustancia dotada de
facultades espirituales.
ZOOLOGÍA. 37

En cuanto á los órganos indicados en el principio tercero, Gall


señaló veintisiete en el hombre , Spurzheim treinta y cinco , Cuví y
Soler señala cuarenta y tres, siendo lo más notable que á tan increí-
ble número de órganos cerebrales corresponde igual número de fa-
cultades en el alma. Nada diremos de la inexactitud de llamar al ce-
rebro órgano del alma; pues siendo el alma independiente en sus
actos de entender y querer, no puede tener, ni tiene, órganos pro-
piamente dichos para el ejercicio de semejantes funciones, por más
que la actividad del cerebro se presuponga á estos actos. El tercer
pnn
cipio , en su segunda parte, deja mucho que desear , abstracción
«echa de la inexactitud con que está redactado. ¿Por dónde sabe el
Sr. Cuví que el alma manitiesta sus facultades por las circunvolu-
ciones de] cerebro, que llama órganos? Todavía está más sujeto á error
^l cuarto principio; porque además de la imposibilidad de valuar
Si todo lo demás es igual, ocurre la duda de si el excesivo desarrollo
de lo que se llama órgano podrá tal vez embarazar el ejercicio de la
potencia que está llamado á servir. Tampoco es incontrovertible el
quinto principio : las excepciones son más numerosas de lo que se
supone, y destruyen por su base la certera con que se quieren dedu-
cir consecuencias de premisas mal sentadas.
Respetando los sentimientos religiosos del Sr. Cuví ', creemos que
su sistema no puede admitirse sino con ciertas restricciones, i." Las
deducciones de la frenología no podrán ser más que conjeturales
acerca de las propensiones del hombre; jamás acerca de sus actos,
que puede omitir en uso de su libertad , cualquiera que sea la energía
ae la inclinación natural. 2." Deben distinguirse cuidadosamente las
facultades intelectuales y las sensibles , tanto en la parte cognoscitiva
como en la afectiva : las primeras son inorgánicas; las segundas or-
gánicas. 3." El número de facultades debe reducirse á las que la ra-
zón y la experiencia dictan, habida consideración á la diferencia de
objetos y de actos. 4.* La intensidad de una facultad se ha de gra-
duar, no sólo con respecto á la magnitud de un órgano , sino tam-
bién teniendo en cuenta sus condiciones intrínsecas y su relación con
otros órganos y con las potencias sensitivas. El Sr. Cuví llama en su
auxilio á la
Fisiognomonía^ ó conocimiento de la naturaleza, inclinaciones y
lealtades de un individuo por la configuración de sus facciones, so-
retodo de su fisonomía. Los caracteres ó indicios que guían al fisiog-
nologo, son : i.°, generales; 2.°, de ra\as y climas; 3.", de edades y
Es laudable el empeño con que este sabio procuró armonizar su fre-
o'ogía con las verdades religiosas, mereciendo que un tribunal eclesiástico
e España dijera de él que era religioso antes qae filósofo. (Véanse las obras
c este autor, especialmente su Sistema completo de frenología y La polé-
mica religiosa , etc.)
38 HISTORIA NATURAL.

temperamentos, y 4.°, los relativos á todo el cuerpo y á sus diversos


movimientos. Los generales se toman de la expresión del rostro, del
movimiento corporal, del tono de la voz, de la textura de la fibra,
del color, y de los pelos y cabellos. Acerca de esta rama de la física,
como la llama Lavater , diremos lo mismo que hemos dicho de la
frenología : admitiendo su utilidad, sólo damos á sus conocimientos
el carácter de probables ó conjeturales acerca de las propensiones de
la naturaleza de un individuo, y eso después de repetidas observa-
ciones y experimentos. Son conocimientos inductivos en materias
contingentes, que no pueden suministrar datos para una proposición
universal mientras no se examinen todos los individuos '.
LOCOMOCIÓN y QUIETUD. Los órganos activos de esta función son
los músculos, que están casi siempre acompañados de unas piezas re-
sistentes, conocidas con el nombre de huesos en los vertebrados. Los
huesos son los órganos pasivos del movimiento , por cuanto obran
como palancas, y dan á los órganos activos punto de apoyo. Su con-
junto se llama esqueleto, y puede ser, ó interior, que protege espe-
cialmente la porción céntrica del sistema nervioso, neuro-esquele-
to (vaOp'jv, nervio; 3/.;}.;-:óv, esqueleto), ó exterior, que protegetodo el
cuerpo, dermato esqueleto (^Ápw-',-,, piel, y T/^KZXW). El tejido óseo no
es otra cosa que las membranas, endurecidas ú osificadas, al de-
positarse en ellas el fosfato y carbonato calizos. Constan los huesos
de una membranita adherente,/er/ojto (-Ip-., alderedor; rr^tvj, hue-
so), y de la sustancia ósea, que puede ser compacta, esponjosa ó re-
ticular. Se dividen en planos, ó de forma laminar; cortos, ó de casi
iguales dimensiones, y largos, que suelen tener una cavidad llena
de una materia grasa llamada tuétano. Las elevaciones de los huesos
se llaman apófisis (ó-vyjy.'-,, apéndice), y si son esféricas caberas, y
cóndilos (xov5v),it¡, tubérculo) si son comprimidas, etc.
Los huesos se articulan unos con otros, ó inmediatamente, ó por
medio de otro cuerpo, ó de ligamentos. Si la articulación permite
que un hueso se mueva independientemente del otro, se llama wó-
vil, é inmóvil, si sólo pueden moverse los dos á la vez.
El neuro-esqueleto humano se compone de cabera, tronco y ex-
tremidades. La cabeza consta de cráneo y cara : los huesos del crá-
neo en el adulto, principiando por Ja parte anterior y superior, son:
frontal, dos parietales, occipital, es/enoides, etmoides y dos tempo-
rales , colocados detrás y debajo de los parietales {fig. 22). No es tan
fácil determinar el número de huesos de la cara, por no estar acordes
los anatómicos en considerar como distintas algunas láminas óseas.
' LAVATER lleva su frenesí por la físiognomonía hasta el extremo de
decir: Physiognomjr is as capable of becoming a science as any one of the
Sciences, mathematics excepted. ¡Gracias á Dios que no la puso sobre las
mismas matemáticas!
ZOOLOGÍA. 39

^J-fig- 23 y el cuadro analítico que la sigue dan una ¡dea del arma-
d o del esqueleto del hombre y de sus partes.
omii 1*'*^' '^*<I''*'«t'' humano.—Cr., cráneo; K.f., vírtebris cerviciles; C/., clavícula; Ow.,
teb» I ' '^'•' '"*''"'^"; ^•> costillas vírtebro-esternalts; CC, costillas vertebrales; ('.í., vír-
u / * ? , '"'•"•es; O.i., huesos de las caderas; y.s., virtebras sacras; y.cc, vértebras coxígeas;
*•. humero; fc„ radio; Cs., cubito; Ce., carpo; Mtc, meucarpo; Ph., falanges; Fr., «mur;
•> rótula; Tfc., tibia; Pe., peroné; Te., tarso; MU., meUtarso; Cm., calcáneo.
40 HISTORIA NATURAL.

E S Q U E L E T O HUMANO.—CONSTA DE

; 2 parietales.
\ 2 temporales.
_ , ) I frontal.
CRÁNEO • • ,
\ I occipital.
I I esfenoides.
1 etmoides.
2 nasales.
CABEZA. , . . ^ I 2 lagrimales.
I 2 maxilares.superiores.
Mandíbula superior.... { 2 conchas de la nariz.
12 pómulos.
I CARA. I 2 palatinos.
' ( vómer.
j { I maxilar inferior.
' Mandíbula inferior | r hioides (en la basede
' la lengua;.
7 vértebras cervicales.
112 » dorsales.
[ESPINAZO < 5 » lumbares.
y j I sacro.
TRONCO.... < ( 1 cóccix.
24 costillas (12 en cada
Í lado).
, I esternón.
,, , ( i clavícula.
: Hombro ; , , , .
i ( I homoplato.
I Bra:¡o 1 húmero.
PECTORA-L„,,¿
LES. I "="*^"°-
j ' I I radio.
I Carpo I 8 huesos en dos filas.
Mano s Metacarpo. I 5 huesos en una fila.
, f Dedos ' 2 8 falanges: tres en ca-
^í^..1!"'"' i da dedo, menos el
DADES... , I , . ,
I pulgarquetienedos.
Cadera i innominado.
Muslo I fémur.
. \ ( 1 rótula.
ABDOMINA- K . 1 -L-
LES ^Pierna { i tibia.
' ' I peroné.
j Tarso / 7 huesos.
Pie ( Metatarso.. I 5 huesos.
Dedos {28 falanges: tres en cada
dedo, menoselgrue-
so que tiene dos.
ZOOLOGÍA. 4'

Cráneo 8
Cara 15
Columna vertebral 26
Costillas 24
Esternón i
Las dos extremidades pectorales 64
Las dos id abdominales 62
TOTAL 200

Los músculos son los órganos activos del movimiento, así como
'as piezas del esqueleto son pasivos ó puntos de apoyo. Están los
primeros compuestos por fibras de fibrina tan tenues, que sólo pue-
den distinguirse con el auxilio del microscopio. Láminas muy del-
gadas del tejido conectivo las reúnen en hacecillos, los hacecillos
forman el músculo, y aquéllas cubiertas reunidas en los extremos
'•eciben el nombre de tendón si forman cordones muy resistentes, y
''e aponeurosis si se ensanchan en forma de cinta. La forma más
general de los músculos es presentar abultada su parte media que re-
cibe el nombre de vientre; de sus dos extremos, uno de ellos es corto
y ancho, y el otro más ó menos largo y delgado. Las fibras que cons-
tituyen estos órganos tienen la propiedad de contraerse por la ener-
vación, lo que explican algunos fisiólogos diciendo que las fibras, al
contraerse, se repliegan formando ángulos en zig-zag, cuyos vértices
corresponden á los puntos en que los filetes nerviosos las cortan en
ángulos rectos: lo que sí está averiguado es que no puede tener lugar
este fenómeno sin el auxilio del sistema nervioso , ó sin que una cor-
riente eléctrica atraviese el nervio. Esta influencia puede ser depen-
diente de la influencia de la voluntad, ó completamente indepen-
diente de ella, y de aquí la división de los músculos y de los movi-
mientos en voluntarios, involuntarios y mixtos: á esta última clase
pertenecen los movimientos respiratorios, y á la segunda los del cora-
zón, tubo intestinal, etc.
El P. Goudin, después de exponer varias explicaciones acerca del
Qiovimiento de los músculos, entre ellas la que acabamos de indicar,
añade : «El movimiento voluntario se verifica en cuanto que la i m -
presión cerebral se propaga hasta el músculo por el nervio, y excita
los espíritus (cuerpos tenuísimos, aeriformes) á un movimiento ex-
pansivo , de modo que, entumeciéndose el vientre del músculo, sus
nbraa se contraen, ó , lo que es lo mismo, pierden en longitud lo
que se encorvan para dar lugar á la cavidad ventral, y el mismo
íHúsculose hace más corto, é imprime un movimiento en el hueso.»
Quietud. Para que un animal esté en quietud ó reposo, es i n -
42 HISTORIA NATURAL.

dispensable que su centro de gravedad sea perpendicular á la base de


sustentación, ó que estén en equilibrio todas las fuerzas de gravedad
de su masa. Este equilibrio puede ser indiferente, estableé inestable.
Es indiferente cuando el punto de apoyo ó de suspensión permanece
á igual distancia del centro de gravedad; estable, si el centro de gra-
vedad está debajo del de suspensión ó todo lo más bajo que puede
estar; é inestable, si, vice versa , está el centro de gravedad más alto
que en cualquiera otra posición. La quietud ó reposo será tanto más
estable cuanto más ancha sea la base de sustentación ó de apoyo»
cuanto más denso sea su ambiente, y cuanto el centro de gravedad
esté más bajo. Por eso la actitud en decúbito es más estable que la
cuadrúpeda, y ésta más que la bípeda.
Los mopimientos voluntarios , unos son parciales y exclusivos de
algún miembro, permaneciendo el cuerpo en quietud; otros son to-
tales , en los que todo el cuerpo cambia de lugar. Estos son de cuatro
especies: la marcha, la natación, el yuelo y la reptación.
La marcha se verifica por la flexión y extensión de las extremida-
des , sirviendo sucesiva ó simultáneamente de apoyo, según que la
marcha sea á paso ó á saltos. En los animales bípedos, los brazos se
mueven alternando con las piernas paraáacilitar el equilibrio. En los
cuadrúpedos se distinguen diferentes especies de marcha, debidas á
las combinaciones que en su flexión y extensión guarden entre sí sus
cuatro extremidades : si las contraen en cruz, es decir, la torácica de-
recha cuando la abdominal izquierda, se l l a m a / a í o natural; si con-
traen y extienden ala vez las extremidades de un lado, como hace
la girafa y se enseña á practicarlo á los caballos, se W&mapaso de
ambladura. La carrera , el trote y el galope , son combinación del
salto y del paso en la primera , y una serie de saltos veloces los se-
gundos. Algunos animales poseen la facultad d e / r e ^ a r , que consiste
en suspenderse mediante un órgano de un objeto colocado á cierta
altura, y en seguida hacer una elevación del cuerpo mediante los
músculos flexores de la parte que se ha fijado.
hdí nataciones un medio de progresar, teniendo por punto de
apoyo solamente un líquido. Aunque todos los vertebrados pueden
nadar, hay algunos mejor organizados para esta locomoción , por
tener las extremidades terminadas en aletas, ó anchas superficies
laminares, membranas interdigitales, etc. Los peces tienen un depó-
sito de gas, llamado vejiga natatoria, que contraen á su voluntad,
haciéndose más ligeros, más pesados d de igual peso específico que
el agua, y facilitando la natación.
El vuelo ó locomoción aérea es un medio de progresión, tenien-
do por punto de apoyo un fluido aeriforme. Entre los mamíferos,
sólo los murciélagos i'ae/íZ/í, siendo este medio de locomoción co-
mún á las aves y á los insectos. Para el efecto tienen generalmente
ZOOLOGÍA. 43

las extremidades torácicas en forma de alas, las que extienden y d e -


primen con gran velocidad , después de un salto ó arranque efectua-
do con las extremidades abdominales. La cola sirve á las aves de
timón para regular la dirección de su vuelo, ó para equilibrarse y
cernerse en el aire.
La reptación es el medio de traslación de que se sirven los animales
desprovistos de extremidades, arrastrándose por la tierra, por cuya
razón se les llamó reptiles, si bien este nombre hoy no se aplica ni
asólos ni á todos los animales que reptan. La reptación se efectúa,
ó por ondulaciones como en los ofideos, ó por contracciones y ex-
tensiones del cuerpo, como en muchos anillados.
MiMiA Y LENGUAJE. La experiencia enseña que el animal hace ex-
teriormente sensibles sus afecciones, sensaciones y pensamientos, ya
Valiéndose del gesto, de movimientos corporales, de voces inarticu-
ladas, ademanes, etc., ó ya por medio de voces articuladas que tie-
nen significación convencional. Ai primero de estos géneros de ex-
presión ó de significación se le llama mimia, y al segundo lenguaje.
La mimia es el medio más general de expresión en los animales,
toda vez que se encuentra en los de organización más sencilla, y
también en los que poseen el verdadero lenguaje, como en el hom-
"re. La diversa disposición de las extremidades, del cuello, de la ca-
beza, de la región caudal, y el diverso aspecto de los ojos, son los
actos más comúnmente significativos de los afectos internos. El hom-
"J'e y algunos mamíferos tienen un medio especial de expresión, de-
bido á los numerosos músculos de la cara, que toman una parte activa
en todas las manifestaciones afectivas. La vo\, sonido producido en
« laringe por el aire espirado , es también un medio de que se sirve
tanto la mimia como el lenguaje. La laringe (fig. lo) es el tubo i n -
termedio entre la base de la lengua y la tráquea. Está formado de
cartílagos, provistos de unas eminencias que pueden vibrar y se 11a-
Oían cuerdas bucales; su superficie interna está revestida por una
tíiembrana, continuación de la de la boca y de la que tapiza lo in-
terior de la traquearteria : forma en la parte media de la laringe dos
repliegues á cada lado, llamados ligamentos superiores ó inferiores,
^ g u n el sitio que ocupan. Los espacios que median entre el superior
^ inferior se llaman ventrículos de la laringe, y el que hay entre los
superiores glotis, que se obtura por la epiglotis. Para que el aire es-
pirado produzca el sonido ó voz, es indispensable que pase por la
laringe, y que sea con fuerza bastante para que entren en vibración
*us ligamentos. Tres cualidades notables se han de tener presentes
*nel sonido : la intensidad, el tono y el timbre. La intensidad de-
pende de la amplitud mayor ó menor de las ondas sonoras, lo que
nace que se perciban de mayor ó menor distancia; el tono es el n ú -
tnero de vibraciones en un tiempo dado, y el timbre ó metal de voz
44 HISTORIA NATURAL.

procede de la modulación que es propia de la naturaleza de las partes


que entran en vibración. Los sonidos de la voz en el hombre, y en
muchas aves, pueden ser modulados, constituyendo el canto, ó no
modulados, conocidos con los nombres de grito, aullido, relincho,
rebuzno, graznido, balido, silbido, etc. La estridulación es el sonido
que producen ciertos coleópteros y hemípteros, frotando unas par-
tes córneas contra otras; y \umbido el que producen las vibraciones
de algunos órganos exteriores de los dípteros.
El lenguaje es la producción de ciertos sonidos articulados, lla-
mados palabras, que por convención sirven para comunicar á los
demás hombres nuestros pensamientos y afectos. Este medio de co-
municación es propio y peculiar del hombre, porque sólo el hom-
bre, dotado de razón, puede adaptar los sonidos articulados á la
significación precisa de determinadas afecciones é ideas. Y esta fa-
cultad le es natural, no menos que útil y necesaria, si bien la
elección y aplicación de las palabras á esta ó la otra representación
depende del arbitrio de los hombres. Su necesidad se desprende
de la insuficiencia de la mimia para explicar los multiplicados con-
ceptos del hombre y para satisfacer todas sus necesidades y aspi-
raciones. El lenguaje en su origen es debido, no al hombre, sino á
Dios, que lo infundió á nuestros primeros padres, á quienes creó
con todas las perfecciones debidas á su naturaleza privilegiada. Así lo
afirma el sagrado texto: diales consejo y lengua (á Adán y á Eva), y así
lo textifica la ciencia etnográfica al afirmar que el lenguaje primitivo
del género humano fué uno solo, y que la multiplicación de las len-
guas y su confusión se debeá una causa violenta y súbita , que fué
la confusión de Babel. El lenguaje es oral y escrito. Tiene el prime-
ro cinco sonidos primitivos, que se representan en el segundo por
las cinco vocales : los órganos situados á continuación de la laringe
modifican ó articulan aquellos sonidos, representándose estas articu-
laciones en la escritura por medio de consonantes, que se denomi-
dan guturales, labiales, linguales , etc., según las modificaciones que
representen.
SUEÑO Y VIGILIA. El animal pasa su vida en la alternativa de dos
estados, uno de vigilia, otro de sueño. En el primero vive y siente
que vive, percibe los objetos exteriores, juzga, obra con conciencia
de sus actos y según su voluntad ó sus instintos. En el segundo es-
tado está como muerto para los objetos exteriores : ó no siente, ó lo
hace con mucha confusión; su acción es nula ó débil, y sin con-
ciencia de sus propias operaciones; disminuye el pulso y el calor de
su cuerpo y la misma respiración, y la sombra de la muerte parece
extenderse por todo su organismo *. Este estado ha preocupado mu-

Stulte, quid est somnus, gelidae nisi mortis imago? (Ovidio.)


ZOOLOGÍA. 45

cho á los filósofos y á los médicos, sin que sus desvelos hayan derra-
mado mucha luz sobre tan importante fenómeno. Aristóteles dice
que el sueño es la ligadura del sentido común en obsequio de la sa-
lud, apartándose de los que miraban esta interrupción de algunas
funciones como una enfermedad. Por manera que, según el Estagi-
nta, así como los sentidos exteriores en tanto son capaces de recibir
impresiones, en cuanto que, mediante el sistema nervioso, están en
comunicación con el cerebro ó sentido común, así la causa del sueno
es la suspensión natural y no morbosa de este mutuo y misterioso
comercio. Los cordones ó pares nerviosos pasan todos por la porción
céntrica y ganglionar : obstruida ésta , queda ligado el sentido co-
m ú n , en lo que consiste principalmente el sueno, é impedida ó
embotada la comunicación de los órganos exteriores ó periféricos
con el encéfalo. Para precisar más la causa del sueño, Aristóteles '
parte del principio de que la vida sensitiva pende de la vida vegeta-
tiva, y que el cerebro recibe del corazón, mediante el sistema arterial,
los llamados espíritus animales, ó materia nérvea fluida , con cuyo
auxilio siente. Los vasos que conducen estos fluidos del corazón al
cerebro padecen una obstruccionó infartación, ocasionada por la
abundancia de vapores que ascienden de la parte inferior del cuer-
po al cerebro; de modo que el sueño tiene lugar cuando, obstruí-
aos los vasos del corazón, el cerebro no recibe refuerzo de materia
fluida, y su acción se debilita, sin que sea preciso recurrir á la obs-
trucción de los mismos nervios, aunque tampoco habría inconve-
utente en suponer que estos se obturan en su origen por el enfria-
miento , condensación y aglomeración, á manera de rocío, de los
Vapores que llegan al cerebro procedentes de las partes inferiores,
principalmente durante los actos de la digestión. Por esta razón , el
animal puede resistir al sueño mientras que los vasos del corazón
no priven al cerebro del indispensable subsidio para hacer frente á la
acción letárgica de dichos vapores; y por la misma causa , una con-
tiloción violenta ó ruido fuerte que abra nuevamente el paso de los
fluidos á través de sus vasos conductores, hacen que el animal des-
pierte del más pesado y profundo sueño. Cuando el sueño no es
completo, parte del encéfalo conserva su actividad, y tienen lugar los
ensueños, en los que se creen realmente existentes los objetos imagi-
nados, porque se carece del uso de los sentidos externos. Otras veces

Nejcum et vinculum primi sensorii, quodfit gratia salutis. (ARIST. De


íomno et vigilia, cap. iii.) HIPÓCRATES dice: Motus in somno intro ver-
S^nt. Somnus labor visceribus. Cum somnus invaserit,corpusfrigescit.—
^tnnus, ubi corpus corripuerit, huno sanguis refrigeratur, cum suapse
""tura somnus refrigerare solet. (De flatilus.)
46 HISTORIA NATURAL.

se hace uso del sistema locomotor, y tiene lugar el sonambulismo,


en el que se anda y se hacen otras operaciones sin ver, sin oir y sin
conciencia de lo que se ejecutó.

FUNCIONES DE REPRODUCCIÓN.

Estas funciones tienen por fin la conservación de las especies,


produciendo nuevos seres en reemplazo de los que diariamente arre-
bata la muerte, término inevitable de cuanto tiene vida. Los modos
principales por cuyo medio se reproducen los animales, pueden re-
ducirse á cuatro : i.", multiplicación; 2", gemación; 3.", generación
sexual; 4.", generación espontánea.
MULTIPLICACIÓN, ó reproducción escisípara.—Por ella un ser de
organización muy sencilla se divide en algunas partes, cada una de
las cuales constituye un individuo de la especie del productor. Así
en varios infusorios se advierte un angostamiento en medio de su
cuerpo, que, yendo siempre en aumento, acaba por dividirlo y for-
mar dos animales. Trembley observó que esta reproducción se po-
día efectuar artificialmente en las hidras y pólipos, dividiéndolos y
colocando sus partes en agua, expuestos á la luz y en una tempera-
tura conveniente. La lombriz de tierra, á pesar de ser algo más
complicada en su organismo, se puede dividir por secciones trasver-
sas y obtener nuevos individuos.
GEMACIÓN, Ó reproducción gemípera.—Se efectúa por tubérculos
ó yemas, que se forman en una parte cualquiera del animal pro-
ductor, principalmente en la superficie externa : mediante una
asimilación muy activa , aumenta rápidamente de volumen y va
tomando formas semejantes á las de aquel sobre el que está implan-
tado, acabando por separarse del que lo produjo, ó para vivir del
todo independiente, ó para conservar alguna relación por prolonga-
ciones del tejido celular en lo perteneciente á la nutrición. Tam-
bién este medio de reproducción es peculiar de animales sencillos,
como los pólipos y algunos gusanos. •
GENERACIÓN SEXUAL.—Es el modo de reproducción más común,
y que se encuentra aun en aquellos animales que gozan de los me-
dios anteriores. Tiene lugar mediante el concurso de los dos sexos,
masculino y femenino. Si los órganos genitales están reunidos en
un solo individuo y se puede fecundar á sí mismo, recibe el nom-
bre de hermafrodita. Cuando, á pesar de hallarse los dos sexos en
un solo tronco, es indispensable para la generación el concurso de
dos individuos, como en los caracoles terrestres, se les llama an-
dróginos; y, finalmente, son unisexuales aquellas especies más per-
fectas en las que los individuos llamados machos tienen solamente
órganos masculinos, y las hembras los femeninos. Los órganos
ZOOLOGÍA. 47

femeninos suministran el germen ó huevo del nuevo individuo y


los líquidos de que ha de alimentarse en su primer estado, y los
tnasculinos un líquido excitador al parecer de la virtud pasiva de
aquél germen. La incubación del huevo para el desarrollo del em-
brión puede ser fuera del cuerpo de la hembra, como en las aves, y
se llama generación ovípara : ó bien en el interior de los oviductos,
saliendo el animal del cuerpo de la madre después que ha roto las
cubiertas del huevo, como hacen los viboreznos, y es la generación
o^ovivipara. Se llama ésta vivípara, cuando el huevo fecundado se
")a en el útero de la hembra y se nutre con su sangre durante el
periodo de la gestación ó preñe^ , que dura hasta que el nuevo indi-
•viduo esté en disposición de vivir al aire libre. Los vivíparos por
consiguiente nacen vivos, y se alimentan después de nacer con la
leche que segregan las glándulas mamarias '.
GENERACIÓN ESPONTÁNEA.—Así se llama la producción de ciertos
animales de sencilla organización , á los cuales no se asignaba en la
antigüedad ni causa unívoca, ni siquiera causa orgánica. Losauto-
•"Cs de libros elementales suelen pasar en silencio esta cuestión, hoy
inás que nunca importante por la aceptación que ha tenido el libro
«e Ha;ckel ' y por las tendencias materialistas de su escuela. Pre-
tende este autor, apoyándose en que la química llega á componer
'^''ea, que las combinaciones orgánicas no son necesariamente obra
<le organismos, y que las maneras, pequeñas masas informes de
albúmina, sin diferenciación de funciones, son una prueba más de la
generación espontánea. En apoyo de su tesis invoca el famoso Ba-
' ^ ¿ í M j , ' organismo sin órgano, que se organiza espontáneamente

' En Noviembre de 1861), Brígida Guerrero, natural de Poliñino, de


edad de veinte y seis años, dio á luz en Fraella cinco niños, muriendo po-
co después, á consecuencia de tan extraordinario esfuerzo. Sobrevivió uno
"e los niños.
' Historia de la creación natural, por Manuel Ha;ckel.
' El Balhybius fué descubierto por Huxley en las muestras de los
sondajes practicados en el mar Atlántico septentrional. Era, decía el en-
tusiasta transformista, un protaplasma sin forma definida y sin órganos dis-
antos. HíEckel observó en él movimientos de trepidación, le proclamó dota-
*»ode vida, y creyó realizado el ideal de lostransformistas, al verá la materia
^'•ganizarse por sí misma. Giimber y Zittel incurrieron en la misma falta, y
« Balhybius ocupó por fin su puesto de honor en los tratados descriptivos,
colocado á la cabeza de las Moneras, primera familia de los Protozoarios.
"awson y Carpenter le invocaron para justificar los caracteres enigmáticos
"C su Eojoon Canadense, y todo marchaba viento en popa para nuestros
*'*'"í^í"Oitransformistas. Mas he aquí que el navio inglés Challenger sale á
''na misión científica, durante la cual le hemos visto en los mares del ex-
48 HISTORIA NATURAL.

en el fondo de los mares, si bien la química se ha encargado de de-


mostrar que el pretendido viviente es sólo fosfato de cal.
Hay, en efecto, cierta clase de animales, como los batracios,,
algunos peces, el pulgón, los hongos y los gérmenes innumerables
que se desarrollan en los líquidos en fermentación y en determina-
dos sólidos que se descomponen , á los cuales no era fácil antigua-
mente señalar progenitores de la misma especie, para aceptar, sin
excepciones numerosas, el principio de Harvey y deLinneo : Omne
vivumex ovo. Un cadáver, expuesto á la acción del aire, se cubre
inmediatamente de gusanillos, y hanse encontrado parásitos en los
intestinos, en el globo del ojo, en el hígado, en lo interior del crá-
neo y en el centro de las frutas y de las maderas. Los piojos pulu-
lan de una manera prodigiosa en el cuerpo de ciertos hombres,
como sucedía en los de Sila, Platón, los dos Herodes, el emperador
Maximino y el rey de España Felipe I I , á cuyo fenómeno dan los
médicos el nombre Atphtiriasis.
Los antiguos filósofos, careciendo de los datos precisos que hoy
ofrece la observación auxiliada por el microscopio, atribuían estas
súbitas apariciones de vivientes á la generación espontánea, sive ex
putrescente materia. «La tierra , decía Epicúreo, es la madre común
de todo lo que vive, por más que h o y , extenuadas sus fuerzas, no
produzca ya ni hombres, ni grandes animales, sino pequeños é im-
perfectos seres.» «Hay animales, añadía Aristóteles, que nacen por
sí mismos, sin ser producidos por animales semejantes. Proceden de
la tierra podrida ó de las plantas.... y también de las superfluidades
de otros animales.» Plinio ' atribuye el mismo origen á las larvas,

tremo Oriente, y ¡ oh desengaño cruel! el eminente químico de la expedi-


ción da por fin con el famoso Bathybius, le somete á escrupuloso análisis,
y encuentra solamente sulfato de cal.
] La imaginación calenturienta de los científicos había divagado largo
tiempo en tomo de un precipitado cualquiera mineral y lo hab(a revestido
de propiedades orgánicas! Sin embargo, Allman, presidente del Congreso
de la Asociación británica reunido en Sheffield (Agosto de 1879), intentó
resucitar al ya muerto BÍ7ÍAKWU5, halagando de paso el amor propio de
Huxley, allí presente y designado para responder al presidente. ¡Nueva
sorpresa! Huxley es sincero, y dijo paladinamente que el travieso Ba-
thybius no había correspondido en nada á las esperanzas concebidas cuan-
do le había bautizado con tanta alegría ; que ya le había perdido de vista.
Porfín Murray, uno de los sabios de ia expedición Challenger, extendió
la partida de defunción del supuesto/rofofcxirio con fecha 11 de Setiembre
de 1879. Acompañamos á los científicos de Madrid en su justo senti-
miento.
< En el libro v de su Historia de los animales.
ZOOLOGÍA. 49

piojos, pulgas, polilla, acaro, anguilas, r a t o n e s ' , etc.; pudiendo


decirse que Ovidio no hizo más que poner en arte métrica las pa-
labras del célebre naturalista, cuando escribió :

....Eodcm corporc scvpe,


Altera pars vivil, rtiJis est yars ítItera tellus '.

Lo misino sintió Eleano, Diodoro de Sicilia, Plutarco y Virgilio,


sin hablar de los alquimistas del siglo xvii, como los P P . Kircher y
oonani, que daban recetas infalibles para producir serpientes, es-
corpiones y otras lindezas por el estilo.
Los Santos Padres y los escolásticos de la edad media admitían
Una generación espontánea, racional en el fondo (por más que se
aparte de observaciones más recientes), y que era diametralmente
opuesta al moderno materialismo. Santo Tomás resume admirable-
•nente la opinión católica de su tiempo ; "Avicena supuso que los
animales todos podían ser engendrados de alguna combinación de
^os elementos sin el germen seminal, aun por vías naturales. Esto
empero parece insostenible, por cuanto la naturaleza procede á sus
efectos por medios determinados; y por lo mismo, lo seres que son
engendrados del dicho germen, no pueden naturalmente serlo sin
el. Habremos, pues, de decir más bien que en la generación natu-
ral de los animales el principio activo es'la virtud productiva de la
lorma, que reside en el germen, respecto de los que son engendra-
dos de éste; siendo reemplazada esa virtud, en cuanto á los engen-
drados de la putrefacción , por la del cuerpo celeste : y el principio
'naterial en la generación de unos y otros, es algún elemento ó al-
guna combinación elemental. Mas en la primera institución de los
seres, el principio activo fué el Verbo de Dios, quien de la materia
elemental produjo los animales, fuese en acto ó virtualmente, se-
Bún la respectiva opinión de los otros santos, ó de San Agustín : no
porque la tierra ó el agua tengan en sí la virtud de producir todos
'os animales, como pretendió Avicena, sino que eso mismo de po-
tier ser producidos los animales de la materia elemental, por virtud
*íeí germen ó de las estrellas, proviene de la virtudprimordialmente
otorgada á los elementos '.» Y añade : a Para aquellas cosas que se
engendran de la putrefacción, existe en la materia un principio, íc-
'"ejante á la virtud activa del germen, el cual causa el alma en tales

' Detegente eo (Nilo) musculi reperiuntur inchoato opere genitalis


^ux terraeque,jam parte corporis viventes, novissima effigie etiam nunc
terrena. Lib. IX, cap. 38.
* V. R0SE1.U, O. P., Summa Philosophica, tom. iv, cap. 29.
* Suma teolog., i.* parte, c. 7, art. único adprimum.
5
50 HISTORIA NATURAL.

animales '.» Por cuya razón concluye muy oportunamente el Pa-


dre Pesch, que «casi todos los peripatéticos, al poner en las estre-
llas, en la luz, en el calor y en la humedad la causa de estas gene-
raciones, afirmaban además la existencia de una especial virtud se-
minal para cada una de ellas, que afectaba á la materia de una m a -
nera particular '.»
Algunos naturalistas modernos , entre ellos Pouchet y Joly, se
han declarado mantenedores incansables de la generación espontá-
nea, llamada más propiamente heterogénea; aunque estrechados ca-
da día más y más, á medida que los hechos iluminan los horizontes
brumosos de la ciencia , se han refugiado , para sostenerse con al-
gún honor, á los últimos dominios de la observación, que aún per-
manecen en tinieblas. He aquí las diferentes hipótesis que han ex-
cogitado para la explicación del fenómeno :
I." Generación espontánea propiamente dicha; es decir, cons-
titución de seres vivos por el concurso exclusivo de elementos inor-
gánicos : agenesia.
2.' Facultad de las moléculas de un cuerpo organizado para
reconstituirse por sí mismas, después de la muerte de aquél, en
nuevos cuerpos vivos de naturaleza diferente: necrogenesia.
3." Facultad del cuerpo vivo para trasmitir el principio vital á
organizaciones diferentes de la suya. sin comunicarle carácter de-
terminado de especie ó de familia. Pudiera llamarse amorfo gene sia.
Agenesia.—En i668 se declaró Redi adversario de esta teoría
antigua, probando con hechos tangibles que los gusanos que apa-
recen en las carrochas eran larvas de insectos, cuyos huevos ha-
bían sido depositados sobre la carne en putrefacción. Admitió, sin
embargo, la agenesia para los insectos de las agallas, cuyo origen no
supo explicar de otra manera. Siguiendo sus huellas, calculó Leu-
wenhoeck que una sola mosca puede poner más de setecientos mil
huevos, descubrimiento que hizo decir á Linneo : primero consu-
men el cadáver de un caballo tres moscas, que un león. Vallisnieri
descubrió que una mariposa nocturna, llamada después pirala de
la man\ana, depositaba sus huevos en la época de la florescencia, y
de ellos salía más tarde la larva que devora el sabroso fruto, hacién-
dole caer extenuado, para trasformarse ella en crisálida sobre la tier-
ra, y ser luego mariposa. Contra la opinión de los antiguos, acerca
déla agenesia de las abejas ' , levantóse Swammerdam, demos-

« VII Metaph., lecc. vni. litt. A.


' Institutiones Philosophiae naturalis: Fñhurgo, i88o, núm. 190.
' Los partidarios de la generación ex putrescente materia, sive ex re-
solutione elementorum, solían decir que de la corrupción de la carne del
toro nacían las abejas; del caballo, las avispas; del asno, el escarabajo;
del cangrejo, el escorpión; del pato, el sapo, etc.
ZOOLOGÍA. 51

trando su procedencia de los huevos puestos por la reina, y reivin-


dicando el mismo origen para los piojos, el pulgón y ciertas larvas
<]ue se alojan en el interior de algunas hojas. Descubrió Bonnet el
secreto de la partenogenesia, al observar que los pulgones, ovíparos
en determinados meses del año, gozaban además de la facultad de
"multiplicarse por una especie de yemas en época diferente.
Malpighi sorprendió el secreto de la inoculación de la agalla,
9ue había sido para Redi un misterio impenetrable. Vio á un cínife
poner sus huevos en la vema entreabierta de la encina, y desarro-
*'arse más tarde la desconocida formación; extendiendo Réaumur y
Geer las mismas observaciones á la generación de otros seres que se
''en en las hojas, frutos, raíces, ramas y troncos de los árboles y
hasta en los tejidos y huevos de diferentes animales. Si se toma una
larva que haya sido atacada por el ichneumón, y se la alimenta en-
cerrada en una caja, se verá con sorpresa que, en vez de la mari-
posa esperada, sale metamorfoseado un gusano, hijo del destructor,
^1 cual había depositado su huevo al efectuar la picadura.
Así avanzaba la entomología , refutando de pasada con hechos
innegables el sistema de Epicuro, de la generación espontánea,
cuando á fines del siglo xvii descubrió Leuwenhoeck, con el auxilio
uel microscopio, los millares de infusorios que en poco tiempo se
desarrollan en el agua pluvial, con sólo introducir en ella alguna
l^ateria orgánica. Los partidarios de la agenesia batieron palmas de
lubilo, presagiando el triunfo de su desautorizada hipótesis. Backer,
empero, les salió al encuentro, aventurando la opinión de que esos
infusorios pudieran muy bien proceder de huevecillos suspendidos
^n el aire, como el polvo y las semillas de las plantas. Cabe á Spal-
ianzani la gloria de haber elevado á tesis la hipótesis de Backer,
presentando en su favor hechos tangibles, evidentes y demostrati-
vos. Propúsose el ilustre naturalista examinar si los infusorios se
^desarrollaban con estas dos condiciones : i.', careciendo la infusión
''e todo germen de vida; 2.", impidiendo que en ella penetrasen cor-
púsculos vivientes. Las experiencias, llevadas á cabo con minuciosas
precauciones, dieron un resultado negativo, y perfeccionadas des-
pués por Schultze, Milne Edwards, Haine, Claudio Bernard y Du-
l'^as, recibieron una sanción completa, gracias á los asiduos traba-
Jos de Pasteur y de Tyndall, que pusieron en evidencia la existen-
1'de los corpúsculos seminales , condición indispensable para el
esarrollo de los infusorios. Demostraron además la imposibilidad
el desarrollo de la vida, cuando no preexisten esos gérmenes vita-
o s , así como la conservación indefinida, sin alteración ninguna,
^» vino, la cerveza, el vinagre, la sangre, y todo cuerpo de origen
fganico, puesto en contacto con el aire puro y al abrigo de todo
armenio particular. Así quedó desautorizada para siempre la hipó-
52 HISTORIA NATURAL.

tesis de la generación espontánea, que el Emmo. Cardenal ZigHara,


O. P., califica de metafísicamente imposible '.
Necrogenesia.—Débese á Buffon esta singular teoría. Atribuir á
la combinación accidental de la materia bruta la creación de esas
obras maestras de mecanismo, de armonía y de previsión , que lla-
mamos seres vivos, era una suposición inaceptable para el pintor
de la naturaleza, que conocía á fondo la finalidad de los fenóme-
nos fisiológicos. ¿Cómo explicar entonces la aparición de tantos ani-
malillos donde la observación sólo había descubierto materia pri-
vada de vida? Buffon consideró la vitalidad como una propiedad
indestructible de las moléculas orgánicas. Estos átomos vivientes,
dotados de propia individuación , poblaban el espacio terrestre, y
mediante combinaciones diversas, realizábanlas formas múltiples
de la creación biológica, desde los seres ínfimos á los supremos,
constituyéndose ellos mismos en partes del nuevo individuo. La
muerte de un ser complejo era la disolución, y nada más, de esas
asociaciones, y la molécula orgánica continuaba viviendo aislada-
mente, hasta que entraba en otra combinación, para formar aquí
un insecto y allí un cuadrúpedo '.
Fúndase esta opinión en que la vida de algunos materiales del
organismo no depende necesariamente de la vida general del ser,
del cual parece que forman parte. Los glóbulos hemáticos, por
ejemplo , que flotan en el fluido nutritivo, son organismos libres y
vivientes, susceptibles de reproducción por división espontánea ó
gemación, si bien mueren separados del medio ordinario de su
existencia. Amputados algunos miembros animales, parece que con-
servan algún tiempo la vida, y que pueden ser hasta ingertados de
nuevo en el mismo animal ó en otro; y sabido es que la rhinoplas-
tia, ó soldadura de cienos tejidos previamente separados del cuer-
po , forma hoy la reputación de alguno de nuestros médicos.
Empero hoy está demostrado que los infusorios no son elemen-
tos anatómicos, sino animales de organización completa; mientras
que los tejidos separados del animal, del cual formaban parte, no
son capaces dp reproducirse, y sólo conservan por algún tiempo un
organismo que puede ser reaniíjiado.
Atnor/ogenesia.—Admitiendo que todo ser vivo ha recibido el
principio vital de un progenitor también vivo, hanse preguntado al-
gunos naturalistas si la potencia generativa podría producir seres
de naturaleza diferente. Esta cuestión, última trinchera de Jos par-
tidarios de la heterogenesia, es conocida con el nombre impropio de
jenogenia.

Summa philosophica, tom. n, pág. 149: Lyon, 1878.


PROOST, La doctrine des générations sponlanées.
' ZOOLOGÍA. 55

Los parásitos, dicen, que se encuentran en el interior del orga-


nismo de los peces y de los cuadrúpedos, no pueden proceder de la
nomogenesia : están encerrados en cavidades profundas, cerradas
herméticamente, donde jamás se reproducen, de donde les es im-
posible salir, como imposible es que un germen haya penetrado
hasta allí; son, pues, engendrados por los tejidos orgánicos del ani-
mal á cuyas expensas viven. El velo que cubría estos misterios de
ja fisiología ha sido descorrido últimamente por Van Beneden, en
su libro inmortal Z,o5^aras//oí y comensales. Nadie antes que él
había descrito las trasmigraciones y metamorfosis de los gusanos
parásitos, que son primeramente ágamos y larvas en los tejidos de
animales herbívoros, y luego adultos y sexuales en el interior de
animales carnívoros. Tal sucede con el cisticerco del puerco, que
se trasforma en tenia en el estómago del hon>bre, y con la larva de
'a triquina que se encuentra en el tejido muscular, y se trasforma
en animal sexual en el tubo digestivo.
La teoría de la generación espontánea carece hoy de hechos y
"C pruebas sólidas, y podemos concluir con Santo Tomás de A q u i -
no : /,í7 generación de ¡os vivientes es : el origen ó ¡a proceden cia
'ie un viviente, de un principio viviente á él unido, con semejanza de
natura/e:{a '.

ZOOGRAFIA.

La \oografia constituye la segunda parte de la zoología; su objeto


es el estudio comparativo de los animales y su descripción caracte-
rística , por medio de sus analogías y diferencias.
Los caracteres que nos conducen al conocimiento íntimo y esen-
cial de Jos animales pueden ser orgánicos ó fisiológicos, según pro-
cedan de los órganos ó de las funciones que el animal ejerza por ellos
" sin ellos. Aunque unos y otros son de grande importancia, se
hace más uso de los orgánicos, en atención á que siempre están á
disposición del zoólogo, aun después de la muerte del animal, si se
conserva el cuerpo por alguno de los medios conocidos. Ni todos los
caracteres orgánicos tienen igual significación : hay unos que indu-
*^*n grandes modificaciones en toda la organización, y se llaman
dominantes, como, por ejemplo, la porción céntrica del sistema ner-
vioso, el aparato respiratorio, el corazón y el neuro-esqueleto , etc.,

Generatio in viventibus significat: originem eúicujus viventis a prin-


*"P'o vívente conjuncto secundum rationem similitudinis. Suma .Teológica,
'•* Parte, cc. on
'•• 27, a.a ai
54 HISTORIA N A T U R A Í .

mientras que otros, llamados por Cuvier subordinados, tienen m e -


nor importancia por no afectar á la totalidad del organismo, como
la forma y número de las extremidades y de los dedos.
Clasificación. Uno de los medios de distinguir y conocer los
animales es la tradición , que nos da las primeras nociones de esta
ciencia. Empero fácilmente se comprende cuan imperfecto sea este
procedimiento; por eso se ha recurrido á la descripción de las pro-
piedades de todos los animales para poder así distinguirlos, y saber
su nombre y sus aplicaciones; y para facilitar este trabajo, se esta-
blecieron divisiones subordinadas y fundadas en uno ó más carac-
teres, con lo q u e , colocadas metódicamente las descripciones, se
acortan muchísimo, por suprimirse en ellas todo cuanto es común
al grupo á que pertenecen. Este modo de clasificar puede ser artifi-
cial ó natural: será artificial ó sistemático, cuando se haga uso de
un solo carácte r para establecer las divisiones y subdivisiones, lo que,
si puede ser de utilidad para facilitar el conocimiento del nombre
del animal, jamás dará á conocer el encadenamiento ordenado de los
seres, ni la armonía de la creación. Tal sería si, atendiendo á las
extremidades solamente , dividiéramos los animales en dos grandes
grupos, unos que carecen de pies, y otros que están provistos de
ellos. A los primeros, que llamaríamos ápodos, pertenecería la cule-
bra, la lombriz de tierra y la sanguijuela. Los que tuvieran pies
podrían subdividirse en monápodos, de un solo pie; diápodos, de
dos pies, reuniendo así al hombre con la gallina; tetrápodos, hexá-
podos, octápodos, decápodos y miriápodos, según que estuvieran
dotados de cuatro, seis, ocho, diez ó más pies. Después, atendiendo
al número de dedos, y á la ausencia ó presencia de las membranas
interdigitales , á las uñas y pezuñas, podríamos continuar las subdi-
visiones.
La clasificación natural ó metódica consiste en atender á las afi-
nidades naturales, al con/unto de los caracteres, de las funciones
nutritivas y reproductivas, y aun á las costumbres de los animales,
para dar á conocer, no sólo el nombre, sino especialmente su
estructura interna , sus propiedades y el puesto que ocupa en la es-
cala animal. Y aunque este método haya prevalecido siempre en
zoología, presenta aún en la práctica grandes dificultades al apre-
ciar las afinidades de unos seres con otros, dificultades que paso á
paso va eliminando la ciencia, merced á la constancia desús más
ilustres representantes. El grupo más natural é importante de esta
clasificación es la especie, ó sea la reunión de seres que tienen la
misma naturaleza, la misma forma sustancial, esencialmente inimi-
table , comunicada íntegra á individuos numéricamente distintos y
dotados de la facultad de perpetuarla por generaciones indefinidas;
así el gato, el tigre, el león, son tres especies naturales. Mas esta
ZOOLOGÍA. 55
naturaleza tipo que se comunica álos individuos sin cambio alguno
en sus atributos esenciales, recibe modificaciones secundarias indis-
pensables para evitar la confusión que resultaría de la completa seme-
lanza de aquellos. Si estas modificaciones son notables y comunes á
muchos individuos, constituyen lo que se llama una variedad\ así,
en la especie caballo hay la variedad pío, ala\án , moro, blanco, etc.,
y cuando estas cualidades se propagan por la generación, constitu-
yen la ra:{a, como la raza andaluza, árabe, normanda, en ia misma
especie*.
La reunión de muchas especies que convengan en muchos de los
atributos esenciales, aunque en alguno difieran, forma lo que se
"ama género; así, las especies gato, tigre, león , pantera, leopardo,
onza, vienen áconstituir el género Félix. La afinidad de los géneros
compone las tribus que dan origen á las familias ; éstas, por su re-
'inión, constituyen órdenes; los órdenes c/ajes, y las clases/ipoj,
en que se divide el conjunto del reino animal. Algunas de las ramas
^le estas subdivisiones ofrecen una variedad tan asombrosa y al mismo
tiempo tan rica, que es preciso formar nuevos grupos, á los que se
''a el nombre del grupo superior, precedido de la preposición sub,
como sub-iipo, sub-clase, sub-orden. En otras, por una razón con-
traria, se puede pasar del tipo á la especie, sin recorrer todos los
eslabones de la cadena metódica.
^descripción. Hay descripción característica y descripción lata.
La caraclerística indica exacta y concisamente el carácter esencial que
constituye la especie, y sirve para distinguirla de las demás del mis-
mo género. Esta descripción debe ser latina; y cuando no se conoce
•a naturaleza específica, se hace sobre un órgano esencial, que se
toma como síntoma de la diferencia de aquella. Linneo ofrece en su
"Wíewa bellísimas características con todas las cualidades que en
ellas se requieren. La descripción lata puede estar en lengua vulgar,
y abraza todas las particularidades de la especie que se describe,
exceptuando los caracteres que han servido para formar los grupos
superiores, bajo los cuales está contenida; pues en el mero hecho de
subordinarla á aquellos, se supone que los tiene. No se dirá, por
consiguiente, en la descripción de un roedor que tiene mamas, ni
orazón de cuatro cavidades , ni sangre caliente, ni respiración pul-
jnonar, á no ser para notar alguna circunstancia particular de aque-
^os órganos. Deben, sí, expresarse todas las circunstancias que no
stan expresadas en los grupos superiores, ora sean relativas á su
vida ó á sus costumbres y carácter fisiológico; así como el número

Cuando los individuos de especie diferente, como el asno y la yegua,


*e unen y engendran, resulta el kibridismo, ó seres híbridos, que son esté-
tes, ó, cuando más, de fecundidad accidental y no constante.
56 HISTORIA NATURAL.

de hijuelos que nacen en cada parto, la duración de la lactancia, si


son ó no gregales, cuál es su habitación y su estación, cuáles sus
alimentos, y las aplicaciones que puedan tener en los usos de la vida.
Nomenclatura. En el lenguaje ordinario de las naciones sólo
tienen nombres especiales los animales que han llamado la atención
por su abundancia, por los daños ó beneficios que ocasionan , ó por
alguna de sus particularidades. Estos nombres vulgares son impor-
tantísimos, sobre todo cuando se trata de los animales propios de un
país dado; pero fácilmente se comprende que tienen muchos incon-
venientes, entre otros, el que con un solo nombre se designen algu-
nas veces animales de muchos géneros y hasta de distintas familias,
mientras que para otros haya tantos nombres como provincias; así,
una ave insectívora, cuyo nombre español, según ü u i r a o , es aguí^a-
niepes. es Udmada. por el vulgo ¡abandera , ^asíorcita, pajarita de
las nieves, maríin del rio, nevatilla y también aguzanieves.
Otro de los inconvenientes de esta nomenclatura es que se nece-
sitan tantos nombres como especies, y siendo estas numerosísimas,
y variando aquellos en cada lengua y cada país, no habría memoria
capaz de contener tanta copia de nombres. Por eso hoy está univer-
salmente recibida una nomenclatura técnica y binaria, cuya inven-
ción se debe á Linneo, y que consiste en designar los animales por
el nombre del género y el de la especie, á la manera que los indivi-
duos del género humano se distinguen por el nombre y el apellido;
y así como cuando hablamos de la familia de Gon:{á¡e\, decimos
Eugenio Gon:{ále\, Eulogio Gon\ále\ y Eladia Gon\álei; decimos
también Félix caius, Félix leo, Félix tigris, Félix on:{a, para dar
á conocer los individuos de las especies contenidas bajo el género
Félix. Estos nombres son comunes á todas las lenguas, y ofrecen la
ventaja de que con mil nombres genéricos y doscientos específicos
se pueden denominar doscientas mil especies de animales, cuando
por el método mononímico se necesitarían tantos como especies. El
nombre del género se toma del que tenían las especies en latín, en
griego, ó en alguna lengua moderna, latinizándole; de las divinida-
des del paganismo y de algún hombre ilustre en historia natural ó
en la sociedad. El nombre específico es preferible cuando expresa
alguna particularidad del animal relativa á su organización, á su
patria, nombre vulgar, ó usos á que se destina '. Después del nom-
bre especifico se ponen las iniciales del naturalista que primero lo
describió y denominó.

< También suele tomarse de algún apellido benemérito de la ciencia, á


semejanza de lo que hace tiempo se practica en botánica: así Semper de-
dicó á Graffe un radiado de las Islas Filipinas, y le llamó Holothuria
Gra/fei: estos nombres se ponen en geaitivo, ó se adjetivan.
ZOOLOGÍA. 57

CLASIFICACIÓN.

Linneo propuso á mediados del siglo pasado la siguiente división


de los animales ':

Dh'isio iialwaiis aniyiialiuin ab interna struclura indicitiir.

*-or biloculare, biauritum; saiii^iiine j V'iviparis Mammalibus.


Calido, rubro I Oviparis Avibus.
^or uniloculare , uniauritum ; san-i Pulmont arbitrario.. Amphibiis.
guiñe frígido, rubro ! Branchiis cxternis . . Piscibtis.
^or uniloculare , inauritum ; ÍÍJ«-Í Antennatis Insectis.
guiñe frígida, albida | Tentaculatis Vcrmibus.

Esta clasificación , la primera que mereció el nombre de tal, pro-


dujo en el mundo científico un efecio asombroso, y fue casi u n i -
versalmente recibida. Hoy día, á pesar de los adelantos que nos obli-
garán á apartarnos algo de ella, se conservan cuatro de sus grandes
clases con la misma extensión que les asignó el naturalista sueco.
^Un admitiremos la clase de anfibios con pequeñas innovaciones,
alendo por consiguiente la clase sexta, en la que puso los gusanos,
« m á s desgraciada de todas. Poco se sabía entonces de la organiza-
ción de los moluscos, anélidos y radiados, comprendidos todos en
^*c grupo heterogéneo, y á Cuvier estaba reservado alcanzar en este
'•amo una celebridad bien merecida. Todavía nos apartaremos algo
<ie Cuvier, aunque será más en los detalles que en el fondo, pues
6» nombre de articulados que da á su tercer tipo, parece improce-
"^nte, toda vez que los anélidos comprendidos bajo el mismo, ni
«enen extremidades articuladas, ni siquiera articulaciones trasver-
las. Lo propio sucede con el tipo :^oo/¡ios, palabra que da una idea
^Tónea de los animales que comprende, y que sólo pudo ser admi-
"da, ó cuando se dudaba acerca del reino á que pertenecían algunos
seres, ó cuando se creía que iiabía un reino medio entre el animal
y el vegetal. He aquí, pues, la clasificación más aceptable para los
'educidos límites de este curso.

Systema naturae, editio decimatertia , tom. i, pág. i i .


58 HISTORIA NATtJRAL.

TIPOS.
Con un eje nervioso céfalo-raquídeo, pro-
tegido por un neuro-esqueleto: forma
1." Vertebrados.
simétrica; cuatro extremidades á lo más;
sangre roja; unisexuales
[Ganglios nerviosos dispuestos alrededor
del esófago, ó dispersos en lo interior del
2." Moluscos.
cuerpo: sin articulaciones trasversas:
tendencia á arrollarse en espiral
ANIMALES. . ' C o n un ganglio supra esofágico y una
cadena nerviosa infra-intesttnal; forma
simjirica : cuerpo dividido por anillos',
3." Anillados.
duros ó pliegues trasversos, duros ó
blandos, que sirven de punto de inser-
ción á numerosas extremidades

Sistema nervioso radiado ó desconocido


°'1
forma radiada globulosa 6 irregular; sin ^4." Radiados.
cabeza

T I P O PRIMERO.—VERTEBRADOS

Los VERTEBRADOS tiencti un armazón interior, huesoso, sólido y


compuesto de gran número de piezas enlazadas unas á otras, pero
movibles por medio de articulaciones. El conjunto de estas piezas,
conocido con el nombre de sistema huesoso ó esqueleto, compren-
de; I.", un cráneo más ó menos desarrollado, y una columna ver-
tebral, destinados á recibir y amparar el cerebro y la médula espi-
nal y raquídea: 2.°, los huesos que constituyen la parte sólida y
dura de los miembros, y que, por su disposición, protegen las vis-
ceras, al mismo tiempo que determinan la forma del cuerpo. Del
estudio comparativo del esqueleto de todos los vertebrados ú os-
teó^oos, se desprenden ciertas analogías que encadenan sus más
apartados extremos, el hombre y el pez, de manera que es fácil se-
guir paso á paso las gradaciones de este importante tipo. Blainville
lo divide en cinco clases, que caracteriza del modo siguiente :
ZOOLOGÍA. 59
CLASES.

Sangre caliente: circulación doble y com- i


pleta; respiración pulmonar; cuerpo casi I
n." Mamíferos.
siempre cubierto de pelo; generación vi-
vípara: mamas
Sangre caliente : circulación completa y '
doble; extremidades anteriores ea forma |
2." Aves.
de alas; pico; cuerpo cubierto de plu-
mas; generación ovípara
Tipo I.» Sangre fría: circulación incompleta; respi-
VERTEBRADOS. ración pulmonar; piel casi siempre c u - ) 3 . " Reptiles,
bierta de escamas ; generación ovípara.
Sangre fría : circulación incompleta; res-
piración branquial en la primera edad, I
4.' Antibios.
y pulmonar después; cuerpo desnudo; I
generación ovípara, con metamorfosis.
Sangre fría: circulación completa; respi-
ración branquial; piel casi siempre cu-) S." Peces,
bierta de escamas; generación ovípara.

CLASE PRIMERA.

MAMÍFEROS.

Los mamíferos fmammalia, L.) están caracterizados por tener la


^ ' ' g r e caliente, la circulación doble y c o m p l e t a , la respiración p u l -
o n a r , el cuerpo casi siempre cubierto de p e l o , la generación viví-
para y estar provistos de m a m a s .
Esta clase es fácil de distinguir; p u e s , c o n m u y raras excepcio-
* » presenta u n a forma característica y análoga á los mamíferos

Alberto Magno no comprendió entre los mamíferos á las ballenas ni


Os murciélagos, error en que incurrieron aun los naturalistas que escri-
'*ron cinco siglos después. Por lo demás, en su tratado ¿e Animalibus,
HUe Ocupa todo el sexto tomo de la edición completa de sus obras recopi-
''*s por Jammy, se encuentran estudios importantísimos de anatomía
*Parada, fisiología, fisiognomonía, clasificación y descripción Al hablar
6o HISTORIA NATURAL.

más comunes. Es importante y numerosa, porque en ellas se encuen-


tran las especies de organización más complicada , las más útiles para
el hombre y las de instinto más desarrollado. Las diferencias más
notables de su organización , comparada con las demás clases de los
vertebrados, están reducidas á las siguientes: en los mamíferos exis-
ten casi siempre labios carnosos; sus mandíbulas están provistas de
tres especies de dientes, estando los molares formados de diferente
modo , según la clase de alimentos de que han de nutrirse : tienen
lengua, sostenida únicamente en su base por el hueso hióides, y
con numerosas papilas nerviosas; glándulas salivares bien desarrolla-
das ; velo en el paladar y epiglotis para cerrar la laringe. El esófago
es distinto del estómago, que unas veces es sencillo como en el hom-
bre , otras veces complicado, como en los delfines, ó compuesto, como
en el buey. La sangre tiene una temperatura de 38" c., y sus glóbu-
los son comúnmente circulares, y ovales en los camellos. El corazón
tiene dos ventrículos y dos aurículas. El tórax está separado del vien-
tre por el diafragma , tabique musculoso, muy esencial para la res-
piración. Presentan generalmente cinco sentidos externos, los cuatro
internos descritos en las funciones de relación, y el hombre tiene
además las facultades de inteligencia y voluntad. Sus extremidades
suelen tener apéndices córneos, llamados uñas, si sólo ocupan el
dorso de la última falange del dedo, y/e^uñíij, si cubren entera-
mente dicho hueso.
Como nacen vivos, el nuevo ser se desarrolla en un principio á
expensas de los jugos de la madre, ya tomándole por medio de la
placenta f'monodelfosj, ó si esta no existe, por toda la superficie del
cuerpo,'^íÍ2áe//b5,/'. En el primer caso, sigue al nacimiento el período
denominado/ac/anc/'a; los individuos nacen formados, y ejecutan
movimientos, En el segundo caso, nacen los mamíferos en tal estado,
que apenas se conocen sus formas, ni ejecutan movimiento alguno,
y la madre les coloca el pezón en la boca, y así permanecen durante
mucho tiempo.
Pueden dividirse los mamíferos en los diez órdenes siguientes :

del hombre, es muy superior á Linneo. Blainville dice que San Alberto
describió un murciélago, tres insectívoros, veintitrés carniceros, quince
roedores, un tardígrado, seis paquidermos, diez y siete rumiantes, dos ce-
táceos y otros cuarenta y siete mamíferos que no es fácil precisar. Total:
ciento quince mamíferos. (Histoire des sciences de ¡'organisation: Pa-
rís, 1846; t. II, pág. 86.) Lo más notable es que en pleno siglo xiii habla
de las costumbres del castor en un sentido que sólo puede convenir á los
del Canadá (América).
ZOOLOGÍA. 6I

SUBCLASES. ÓRDENES.

, en las cxire- i
I i
\ midades' i.'Bimanos.
I pectorales..
/ Con manos..
I ¡en las cuatro i
/Dentición! i /
1 I extremida- \ 2.0Cuadrumanos.
.'Con uñas, ó I «^""ipleta.. j f ^^^ |

sean uncu i-< • c- ^ •


^ \ ?in manos 5."Carniceros.

cu a "^ •• • I Den t i c i ó n ) Sin caninos 4." Roedores.

* •* M O N O - y y incompleta. J Sin incisivos í." Desdentados.

«I OELFOS... iCon p e z u - í Estómago compuesto ; rumiación 6." Rumiantes.


21 i \
¿ I I ñas, ó sean ' Estómago sencillo, ó complicado; sin r u - i
"S I I I > 7.o Paquidermos.
( y I ungulados..' miación )

¡
Semejantes á los peces : sin extremidades abdominales.. 8." Pisciformes.
Sin placent.i, ni cloaca, con huesos marsupiales y replie-1
/ 9." Marsupiales,
gues abdominales ]
Sin placenta, ni repliegues abdominales, pero con cloaca I
) icoMonotremas.
y huesos marsupiales \

ORDEN I.°—RÍMANOS.

Los bimanos están caracterizados orgánicamente por la presen-


'^'a de los miembros torácicos impropios para la marcha, destina-
dos, por el contrario, para la prehensión, y terminados por una mano
'^Uyo pulgar es o/'on/'i/e á los otros dedos. Tienen únicamente dos
"'amas situadas en el pecho, y su cuerpo afecta la línea vertical en
la estación.
Solamente el hombre pertenece á esta familia, y atendiendo al
Pnncipio espiritual que esencialmente le constituye, el hombre de-
"íera formar un reino aparte en la historia natural. Pontífice del
'iniverso y rey de la creación, es al mismo tiempo el resumen mara-
^uloso de toda esta colectividad de seres que pueblan la superficie
^^' globo, surcan los senos de la mar ó describen inmensas órbitas
*** el dilatado firmamento. Su nacimiento, su vida, su muerte, son
'» caminQ para otra vida más duradera que le está reservada ultra-
tumba; mientras que su alma espiritual hace de él el eslabón que
"ne el cielo con la tierra. Muy bien dijo Isidoro Geoffroy Saint-Hi-
**ire : «Si se considera al hombre entero en su doble naturaleza y
02 HISTORIA NATURAL.

»en SU alta supremacía sobre todas las otras criaturas terrestres, no


»es posible que constituya ni un orden zoológico, ni aun una clase,
»ni un tipo cualquiera en el reino animal. Preciso es conocer en él
»un ser aparte, por encima de todos los otros, separado de los más
«perfectos animales por una distancia inmensa, por un abismo que
»no es posible llenar con afinidades orgánicas. No sin razón se dijo
»que debía por sí sólo constituir un reino distinto. Y si por una par-
nte tiene relaciones íntimas con los primeros mamíferos, en vano
«pretenderéis que las diferencias que de ellos lo separan sean de un
«valor ordinal; por el contrario, está separado, no sólo de los cua-
xdrumanos, sino de todo el reino animal, del cual es la corona,
«pero no parte integrante.» Sin embargo, si el hombre reina sobre
todos los seres que pueblan con él el globo , si ha sometido á sus
necesidades los vegetales , si ha dominado los cuerpos inorgánicos,
descompuesto y recompuesto los fluidos de la atmósfera, es, bajo el
punto de vista de Ja potencia generatriz, un ser formado de los mis-
mos elementos, sometido á las misn^as leyes que los animales, á
cuya cabeza es preciso colocarle para darnos cuenta exacta de las
fases diversas y múltiples de su existencia. Para enaltecer la digni-
dad del hombre no es preciso desconocer la unidad de composi-
ción, la analogía de funciones, la semejanza de físicas necesidades
y de trasformaciones materiales, que, bajo cierto aspecto, no per-
miten separarlo completamente del bruto. Nace, comoél, débil; cre-
ce y se desarrolla con los años; decae al tocar el término do^u exis-
tencia, muere, y devuelve al polvo los elementos terrestres que del
polvo tomara.
UNIDAD ESPECÍFICA DEI, HOMBRE. Se dijo que la especie era la
misma naturale^^a bajo el mismo tipo perpetuada por la generación,
y una observación constante ha demostrado a posteriori que son de
la misma especie todos los individuos que engendran hijos dotados
de fecundidad constante é indefinida; y , por el contrario, que del
hibridismo sólo se obtienen productos estériles ó de fecundidad ac-
cidental. Con estos principios se puede hacer ver que los hombres
sólo constituyen una sola especie, pagando la ciencia humana á la
ciencia revelada el tributo justo de su constante conformidad. Nos
detendremos algún tanto en señalar los caracteres esenciales ó inte-
grales del hombre, con el doble objeto de hacer ver que son los mis-
mos en todos los hombres, y que le separan infinitamente aun de
aquellos animales con los que en mal hora pretendió Linneo aso-
ciarle.
El hombre es un animal racional, es decir, que sobre todas las
funciones animales tiene otra que es su característica: la racionali-
dad, procedente de un principio espiritual, como demuestran los
psicologistas. Esta noble facultad pone al hombre en aptitud de cono-
ZOOLOGÍA. 63

cer las esencias de las sustancias materiales que afectan sus sentidos,
y de elevarse por un procedimiento deductivo de lo conocido á lo
que desconoce, de los efectos á las causas, de lo contingente á lo nece-
sario, de lo corpóreo á lo incorpóreo, de lo particular á lo universal,
diferenciándose por esta facultad nobilísirna , no sólo de los brutos
más instintivos, quibus non est intellectus, sino de los ángeles, cuya
inteligencia es intuitiva, no racional, y, con mayor motivo, del
Wismo Dios, que entiende por su esencia simplicísima. El raciocinio,
pues, es peculiar del hombre. Y no se diga que, impotentes para
escudriñar la íntima naturaleza del bruto, ignoramos si se halla ó
"o dotado del principio de inteligencia, pues nos serviremos de un
^'•gumento concluyeme en ciencias físicas; el argumento de los efec-
tos. La química , V. gr., no conoce directamente el flúor, mas lo
conoce por los efectos. La física no ha visto jamás la electricidad ni
el galvanismo; pero los efectos de estos agentes garantizan su pre-
sencia. Ahora, pues, los signos de la inteligencia son la religión, la
palabra, la.política, la industria, las bellas artes. Donde se descu-
bran estos caracteres, allí está el alma racional, la inteligencia, el hom-
"••e; donde, por el contrario, no se noten estos efectos, como no se
"otan en los brutos, tendremos sensaciones é instintos, pero no in-
eligencia. El hombre, en efecto, sea europeo ó chino, óbosquimano,
" esquimal, ú hotentote, comunica con Dios por la justicia, la verdad
y el bien; conoce la moral que debe regular sus costumbres, según las
eyes de lo justo; recibe de Dios las fuerzas necesarias para el cum-
plimiento de sus prescripciones, y á Él dirige su adoración y sus
plegarias, y los deseos de toda la creación ; y por lo mismo se ele-
^3 hasta la idea de la justicia, de la verdad y de la bondad, con-
'^ibe ¡deas generales y abstractas, ve en su inteligencia el mundo
exterior y sus leyes, y da cuenta de sus percepciones mediante la
palabra. Comunica con sus semejantes, cambia con ellos palabras,
y por las palabras ideas generales, y con el auxilio de este vínculo
se. hace político, forma sociedades, y leyes, y jerarquías sociales.
. *^elve luego su vista hacia el mundo inferior y hacia los seres
Inanimados, y se apodera de todo, y doma las bestias, y las somete
sil imperio; y cual rey absoluto de toda la creación , consigue por
u industria satisfacer sus necesidades, sus deseos y hasta sus capri-
nos. Y si profundizamos más en el examen de los pueblos, aun de
Os naás salvajes, veremos que no se contentan con la bondad ni con
* utilidad, aspiran á la éc/Zeja, son artistas. Sí, esta palabra subli-
e , cuya magia inflama tantas generosas inteligencias y las eleva
asta los esplendores del genio y de la belleza inmaculada, encuen-
^ también eco entre los habitantes del polo y de las selvas, que
Mornan sus armas de guerra y de caza, pintan sus cuerpos y amad
*n todas sus obras la belleza, que dimana de la variedad en la unidad.
64 HISTORIA NATURAL.

En una palabra: las ideas religiosas, morales, sociales (ó de familia),


industriales y artísticas, así como el don de la palabra, son signos
necesarios de la espiritualidad del alma y de la inteligencia, que en
grado superior, mediano ó ínfimo se encuentran en todos los hom-
bres, sin que haya vestigio alguno de ellas en los brutos '.
El organismo humano difiere también considerablemente del or-
ganismo de los brutos, en términos que aun bajo el aspecto de este
sólo carácter, que es el menos importante, hay mayor distancia del
gibón ú orangutang al hombre más contrahecho é imperfecto, que
entre éste y el tipo ideal de la belleza en nuestra especie. Su apostu-
ra recta y su mirada al frente, dejando libres las manos, le dan un
aire de mando, y son el principio de una multitud de rasgos ana-
tómicos interesantes. El cráneo es redondeado, con la frente alta y
despejada; el agujero occipital corresponde casi á la parte céntrica de
la superficie inferior de la cabeza, de tal modo, que los cóndilos es-
tén situados verticalmente debajo de su centro de gravedad, y no
necesite ni tenga, como los cuadrúpedos y cuadrumanos, ligamento
cervical suspensor de la cabeza. Los mtisculos de la espalda y de los
hijares están muy desarrollados para sostener derecho el talle; el es-
ternón es corto y no sostiene el corazón como en los cuadrúpedos,
mientras que la región basilar, destinada á sostener todo el peso del
cuerpo, es ancha y fuerte, lo mismo que el sacro y arcadas del pel-
vis. Sus miembros anteriores cortos y con pulgar oponible para las

' Si la índole de este libro lo permitiera, nos haríamos cargo de los


argumentos aducidos para probar que algunos pueblos carecen de las ideas
nocionales que nosotros reconocemos en todos. Sirva de ensayo un ejem-
plo, que se refiere á los esquimales, pueblo abyecto sí, pero que se le
quiere despojar gratuitamente de todo sentimiento religioso con la auto-
ridad de las siguientes palabras de Ross : tDid they comprehend any thing
»of all that I attempted to explain? Explaining ihe simplest things in the
«simplest manner that I could devise. 1 could non conjecture. Shoud I háve
(gained more, had I better understood their language? I have much rea-
»son to doubt. That they have a moral law of some extent Written in the
theart, 1 could not doubt, as numerous traits of their conduct show; but
«beyond this, I could satisfay myself of nothiag: not did these efforts, and
wmany more, enable me to conjecture aught worth recording, respecting
itheir opinions on the essential points from whichl mighthavepresumed on
>a religión. • (Edinburg: New philosophical Journal, t. xxxviii.) Es decir, se
apoyan en un viajero que no puede asegurar si estos hombres tienen reli-
gión, porque confiesa que ignoraba su lengua; y, á pesar de todo, confiesa
que advirtió en ellos leyes morales de alguna extensión, escritas en su co-,
rajón. La historia natural ha entrado en mejor camino; pero es triste que
algunos genios privilegiados, que le pudieran imprimir una marcha rápida,
procedan con reprensible ligereza en las cuestiones más fundamentales.
ZOOLOGÍA. 65

obras manuales, y sus pies robustos y de fuerte talón para la esta-


ción bípeda; todo contribuye á separar al hombre del bruto.
El ejercicio de la inteligencia necesita mayor desarrollo del en-
céfalo, pues aunque la operación intelectual no use de órgano cor-
póreo, presupone y necesita, como de objeto, de la acción de los sen-
taos interiores, más perfectos en el hombre que en los demás ani-
males; las masas encefálicas son pues más considerables en él que
sn estos últimos : los lóbulos interiores se adelantan por encima de
'Os cuerpos estriados, y todo el cerebro presenta numerosas circun-
voluciones y profundas anfractuosidades.
La alimentación natural del hombre, según su dentición y la
estructura del tubo digestivo, es vegetal; pero se ha acostumbrado
con facilidad á los alimentos animales convenientemente prepara-
dos, y le es ventajoso un régimen alimenticio mixto. En esta mate-
'•^i como en todas, vemos el concierto de la ciencia y la revelación.
J^'os, en efecto, dijo á Adán que se alimentase de los frutos de la
«erra, y sólo después del diluvio vemos que autorizase á Noé para
sustentarse de animales. La fórmula dentaria del hombre adulto es
^' siguiente :

5—1—4—1—5

Los dientes de leche que comienzan á salir á los seis meses des-
pués de nacer, caen á los siete años, y comienza la segunda denti
Clon, cuya última muela, llamada del juicio., no nace hasta los
'einte ó treinta años. Ni sólo el hombre es omnívoro, es también
*^^smopoltta : la tierra es su patria, y puede vivir y aclimatarse en
*odas las latitudes, bajo las nieves del polo y bajo los ardientes ra-
yos de la zona tórrida.
Kdades ó épocas del hombre.— La vida del hombre, como la de
odos ios seres engendrados, es una sucesión continua de cambios,
^uienzando por el nacimiento, hasta la muerte, que es su término.
•^' ser es el mismo en su naturaleza esencial; es siempre un indivi-
^o de la misma especie, y siempre el mismo individuo : su cuerpo
'^fece y se robustece y adquiere sucesivamente su complemento, y
j alma misma desenvuelve y desarrolla sus facultades y sus poten-
'*s> siempre en consonancia con las evoluciones de la materia,
•'aunque estos desarrollos están muy lejos de tener la precisión ma-
^Uiática que suponen Flourens, Burdach y otros, todavía señala-
''íos cuatro épocas ó fases de nuestra vida, que le imprimen un
<r4cter especial, y que se realizan por lo común en el tiempo que
"idicaremos.
66 HISTORIA NATURAL.

1."ÉPOCA, Infancia y puericia.—Abraza desde el nacimiento has-


ta la pubertad, es decir, hasta los doce ó catorce años en las hem-
bras, y hasta los catorce ó diez y seis en los varones. Dividimos con
Hallé esta época en dos períodos: infancia, que abraza los siete pri-
meros años hasta la segunda dentición y desarrollo de la razón,
donde comienza lapMerfc/a. Triste es, dice Buffon, el estado en
que venimos al mundo; incapacitados para hacer uso de nuestros
órganos y servirnos de los sentidos, y necesitando para socorrer nues-
tras perentorias necesidades de la ayuda de la familia en la que nos
coloca la Providencia. Inmediatamente después de nacer, pasando
del líquido que nos circuía al fluido de la atmósfera, siente el niño
su impresión, llora, comienza la respiración y la circulación pulmo-
nar, y se cierra el orificio botal que unía las aurículas del corazón,
y al noveno día está ya el ombligo cicatrizado. El alimento de los
siete primeros meses es la leche y alguna fécula hervida, y aun des-
pués es preciso servirle el alimento hasta la edad de tres años : ríe á
los cuarenta días, toma objetos en sus manos al año, pero sin po-
der sujetarlos hasta el segundo ó tercero : sus sentidos están obs-
truidos por una sustancia mucosa, aunque á los quince días ya se
complace en la luz , que conviene ponerle de frente, para que no
contraiga el vicio del estrabismo. Las primeras palabras que pro-
nuncia al medio año son baba, papa, mama : conjuga á los dos
años, y encadena y perfecciona las frases á los cuatro ó cinco. El
recién nacido duerme mucho : en los primeros meses, apenas des-
pierta más que para mamar, y padece pasadillas : anda al año y me-
dio. Al nacer tiene 41 centímetros de largo, es decir, la cuarta parte de
su talla natural; la mitad á los dos años y medio, y las tres cuar-
tas partes á los diez. Los dientes que nacen en este primer período,
llamados de leche, porque se renuevan en el siguiente, á causa de
un segundo germen colocado en el fondo del alveolo, son diez y
seis, los incisivos, los caninos, y cuatro molares, uno en cada
lado ' .
En la puericia, la aparición déla dentición modifica la figura de
rostro; los huesos se solidifican y hacen más compactos; el tubo
digestivo se amplía y el hígado se disminuye, engrosándose el bazo.
Pero lo que caracteriza este período es el desarrollo que toma la
razón y el uso que el hombre empieza á hacer de esta noble facul-
tad. Por los actos intelectuales, los hábitos morales y hasta por los
movimientos físicos, se distingue el muchacho de la doncella; en

* Consúltese el erudito art. Homme, escrito por el conde de LACÉPEDK


en el Grand Dictionnaire classique des sciences naturelles, Bruselas, 1845,
de donde tomamos algunos de los datos precedentes.
ZOOLOGÍA. 67

aquél son más violentos y bruscos; en ésta, más dulces y delicados.


ÍJedícanse los primeros á los juegos que demandan fuerza y activi-
dad: á la pelota, la lucha,-el salto, mientras que las segundas, más
apacibles y sosegadas, danzan, se columpian y entretienen con sus
niunecas. Unos se dedican á hacer el soldado y tirar la honda;
otras á arreglar cocinas. En una palabra : hay en esta edad una espe-
<^'e de inquietud , una necesidad de actividad y de movimiento, una
explosión de bienestar y de expansión. Comienzan los jóvenes los
estudios serios, y su inteligencia se desarrolla mas fácilmente en los
primeros conocimientos abstractos de la gramática, que tiene siem-
pre en ejercicio la actividad de su memoria : las niñas se dedican á
•as labores domésticas y de aguja. Á los doce años la razón ilustra ya
suficientemente al individuo, y los sentimientos religiosos se apode-
ran de su corazón inocente y puro.
2- ÉPOCA. Adolescencia y juventud.—Abraza esta época hasta
'os treinta ó treinta y tres años, y es su límite intermedio la edad de
veintiuno ó veintitrés. Al entrar en la adolescencia, el hombre siente
^na exuberancia de vida que le excita á comunicarla; los sentimien-
tos del bien y del mal, de lo bueno, de lo bello y de lo verdadero
cautivan sus facultades; ya no obra, como el muchacho, meramente
por moverse; se propone un fin en cada una de sus operaciones, y
para todas ellas se inclina á elegir una carrera. El bozo apunta en
^u barba y la cubre; su voz de infante baja en poco tiempo una
octava; su inteligencia se desenvuelve mucho más, adquiere más
energía y mayor extensión; ya no estudia por sola curiosidad: las
abstracciones, la relación de las ideas, las especulaciones filosóficas
*'enen un encanto indecible para su alma sedienta de la verdad, de
'a justicia y de la belleza. Todo se ve en esta edad florida, en esta
primavera de la vida , vestido de rosa y púrpura; es la época de las
•'Usiones, de las esperanzas, de la gloria, de la ambición y de los
ensueños castos con una compañera angelical que endulce las horas
f esta vida. Mas ¡ay! cuando la fría vejez y los desengaños de la
Vida han aleccionado al hombre, que ya tiene un pie en la tumba,
f inyectan sus ojos en lágrimas al recuerdo de aquellos risueños
tiempos.
. «iDichoso el joven, dice Lacépede, si las pasiones tan vivas y tan
*petuosas en esta edad no se apoderan de su alma, y no la hacen
presa de todas las ilusiones, de todas las esperanzas falseadas, de
Odas las tormentas; dichoso, si la más terrible de estas pasiones no
*'ega á dominar! Comienza porseducirle, por embellecerle los obje-
°*» y por presentar la naturaleza rielante y bella ante los ojos fas-
"íados del apasionado joven; conduce sus pasos por un camino, al
parecer sembrado de flores, y al fin de esta carrera fatal le presenta
otilo por encanto las puertas del templo de la dicha, que se abren
68 HISTORIA NATURAL.

para recibirle; le enseña su lugar predilecto al lado del objeto de su


pasión funesta: es Armida que conduce á Rénaud á una isla encan-
tada, aislándole de sus guerreros, de su deber y de su gloria, y que,
cercándole de guirnaldas, le carga insensiblemente de pesadísimas
cadenas.. .»
hz juventud completa y perfecciona el desarrollo del hombre. Al-
gunas veces dura el crecimiento hasta los treinta años : otras se em-
plean los últimos sólo en robustecer y dilatar los órganos como las
facultades espirituales. Ensánchase el pecho, los músculos adquieren
más espesor, más ñbra y más consistencia contráctil; toma la barba
su forma definitiva, de modo que á los veintiocho ó treinta y dos
años aparecen todos los caracteres que se llaman de constitución
atlética ; también hacia los veinticinco años se suele manifestar ten-
dencia á la obesidad, laque por una excepción se conoce algunas
veces á los doce ó antes. La voluntad tiene más decisión y firmeza,
porque cuenta con todo el apoyo de la inteligencia y de los sentidos,
que conocen ya lo que desean , lo que aman y lo que pueden , y las
pasiones asimismo se presentan con toda su energía, su violencia y
su astucia. El hombre y la mujer comienzan en esta época á gozar
de la vida y de los encantos de la sociedad conyugal. El tiempo de
constituirse en familia es para la hembra de los veinte á los veinti-
cinco años, y para el hombre de los veinticinco á los treinta '.
3." ÉPOCA. Virj/iáacf.—Esta época abraza desde treinta y tres ó
treinta y cinco años hasta sesenta y cinco, y suele subdlvldirse en
tres períodos : hasta los cuarenta y cinco años, virilidad creciente;
hasta los cincuenta y cinco, virilidad confirmada; y, finalmente,
hasta los sesenta y cinco, virilidad decreciente. Fácilmente se deja
comprender que la complexión Individual abrevia considerablemente
la duración de la virilidad en muchos casos, sin que sea menor la
influencia que en ella ejerce el modo arreglado ó no arreglado de
vida. Al tocar á este estado, el hombre comienza á decaer en su parte
material, aunque de una manera lenta al principio, pues habiendo
obtenido todo el desarrollo físico de que es susceptible, de él se veri-
fica lo que dijo Job : Nunquam in eodem staiu permanet. Hacia los
cuarenta años disminuye su talla, blanquea el cabello, aparecen las
arrugas, y se entorpecen los movimientos tan ágiles en la juventud;
el sueño, aunque menos prolongado, es suficientemente reparador,

' La estatura media del hombre es de i«>,6a7 ; es anómala por exceso si


pasa de i",76 , y por defecto si no llega á i^jió.—Los patagones y bosqui-
manos son de talla gigantesca : de los primeros dice la expedición de Ma-
laspina que levantan de i'",97 á z'",i2. Por el contrario, son casi enanos
los samoyedos y lapones.
ZOOLOGÍA. 69

y aun se nota que al despertar tienen las facultades intelectuales más


lucidez y libertad que en la edad precedente. Las pasiones, por punto
general, pierden mucho de su impetuosidad, aunque no está el hom-
ore libre de ciertos ímpetus, de cierto furor que suele ser síntoma de
próxima decadencia. Una pasión hay, sin embargo, que en este pe-
'•'odo de la vida se desarrolla señaladamente : la ambición, convi-
a.ando al hombre con auréolas de todos colores. En cambio, el ser
inteligente y libre se muestra aquí en toda su superioridad y omni-
potencia : el rayo divino que le anima brilla con todo su esplendor;
enardecida su inteligencia por las huellas que la juventud imprimiera
en su fantasía, goza de todos sus derechos y todo lo somete á su po-
''er. El alma entonces, animando un cuerpo CUYOS órganos poseen
e» justo grado de su perfeccionamiento, en el que se asocian la fuerza
y ' a nexibilidad , y todo secunda y fomentalosdiferentes movimientos
lUe excita, se lanza atrevida hacia las especulaciones sublimes, hacia
°s esplendores del genio, descubre las más grandes verdades, pro-
yecta, emprende, lleva á cabo los trabajos más colosales, las más gi-
gantescas obras. Es la época en que el hombre, verdadero emblema
^ la majestad y del poder, elevando su cabeza, enhiesta y augusta,
°Dre un cuerpo robusto y fuerte, marcha, habla y obra cual señor
^ la naturaleza, á la que manda y hace servir á sus nobles de-
signios.
Mas después de los cincuenta y cinco años la virilidad declina
'siblemente. La inteligencia es aún bella; diríase que cuanto más se
esprende de la materia más se eleva y se sublima; pero la parte ani-
"^al responde mucho menos que antes á lo que de ella se pide : os-
'•'irecense los sentidos externos, debilítanse los movimientos, y las
e*;ciones sensibles, más egoístas, no son el reflejo de los arrebatos del
^'Oía : las digestiones se hacen perezosas , languidece la nutrición,
aumenta el hígado en volumen, la respiración es menos amplia y el
S'ieño más corto.
4- ÉPOCA. Ve¡e\.—Preséntase ésta hacia los sesenta y cinco
''Os, y lo hace á largos pasos, deslizándose la vida con una rapidez
''ganosa. Puede subdividirse en vejez, caducidad y decrepitud.
En efecto : el hombre bien conservado tiene á los sesenta años
Crto vigor que le distingue del caduco : la imaginación es bella y
_^a ; los sentidos internos finos y experimentados , y la inteligencia
gorosa y buena : en vista de esto se dijo que el corazón no envejece;
P^''o á los setenta años todos los sentidos, incluso el gusto, se pierden
*' por completo : la respiración quema menos carbono y el cuerpo
"^^e friolero ; el sueño dura muy pocas horas ; sécanse y hácense
Tees los huesos; osificanse los cartílagos, y el tejido fibroso se con-
•"te en cartilaginoso, y hasta la inteligencia es menos viva y pode-
*9)aunque puede aún, prudente y experimentada, escudriñar las
70 HISTORIA NATURAL.

tendencias de los jóvenes ' y dirigirlos. Es sin duda en estos años


cuando el amable anciano es el encanto de la familia y el mentor de
la juventud por sus sabios consejos y consumada experiencia: ama á
los niños, cuyos juegos sufre con mansedumbre y hasta con fruición,
recordando los placeres de su infancia. Pero bien pronto cae á su
vez en otra infancia más triste , la decrepitud , último peldaño de la
escalera que baja al sepulcro. El cuerpo, debilitado é incapaz, es una
pesada carga que arrastra al alma por los últimos senderos de la vida,
y aquel anciano venerable, que hace algunos anos formaba el alma
de las veladas, es hoy una triste y desconsoladora ruina. Perdió los
sentidos, perdió las afecciones, perdió ó se oscureció su inteligencia,
y, melancólico y simple , ríe y llora cual si fuera niño , sin ningu-
na razón plausible, y sin poder sufrirse á sí mismo : no le queda
otro porvenir que la muerte, término de tantos males y vestíbulo de
otra vida mejor que la religión ofrece á su esperanza fatigada. Tiem-
po de tristeza, de desfallecimiento , de prueba, en el que Dios sólo
derrama en el corazón el bálsamo del consuelo!
DE LA MUERTI:.—La muerte , en efecto , es la disolución del com-
puesto natural del alma y del cuerpo , y la disolución del cuerpo
mismo y de los elementos y combinaciones materiales que lo consti-
tuyen; no puede, pues, tener lugar más que entre las sustancias com-
puestas y dotadas de vida. Por eso dijo Sócrates : Lo compuesto es
mortal, lo simple inmortal '.
Hay dos clases de muerte : una llega en el último período de la
vida , y es su término natural después del pecado; otra corta el hilo
de la vida en medio de su carrera , como un accidente violento á la
naturaleza. Nam mors altera violenta est, altera naturalis; violenta
cum principiurji extrinsecus advenit; naturalis, cum idem in ipso
animali est '\
Fredault, siguiendo á J. P. Tessier, pretende negar esta distin-
ción , admitida generalmente en fisiología, apoyándose en que la
muerte es pena del pecado , y por lo mismo contra la naturaleza del
h o m b r e : equivocación manifiesta, pues la inmortalidad en que el

' Conocida es la descripción que hace Horacio del viejo.


Multa senem circumveniunt incommoda : vel qiiod
Quaerit, el inventis miser abstinel ac limel iili;
Vel quod res omites timide gelideque minislrat;
Dilatar, spe longus, iners, avidusque futuri
Difficitlis, querulus, laudator temporis acti
Se puero, castigator, censorque minorum. (Ad Pisones, verso i(x}.)
» Apuá PLATOfiEMfin Phedon.
' ARISTÓTELES, De vita et marte, cap. xii.
ZOOLOGÍA. 71

nombre fué creado era efecto de un privilegio y de un vigor sobre-


natural otorgado al alma para preservar al cuerpo de la corrupción ' .
Las causas accidentales de la muerte son numerosas : diversas
enfermedades, accidentes quirúrgicos, envenenamientos, pesares y
otros sucesos imprevistos, desconocidos ó inevitables, que determi-
nan una muerte súbita, y, finalmente, el asesinato y suicidio. Las
señales para certiñcar la muerte del individuo, son : 1.", la falla de
••espiración ; 2.°, la falta completa de circulación ; 3.", la rigidez ca-
davérica , 4.°, la ausencia de contracción muscular bajo la influencia
del galvanismo (este signo no es seguro) ; 5.°, la aparición de una
enancha en la córnea, que algunas veces, no obstante, precede inme-
diatamente á la muerte ; 6.", cuando deprimida la mandíbula infe-
"or no vuelve por sí misma á cerrarse (signo infiel ] ; 7.", la falta de
trasparencia interdigital; 8°, el empañe y hundimiento de los ojos;
9- , el vacío de las carótidas; 10, la falta de crepitación vital do-
blando y comprimiendo la oreja con el dedo ; 11, la falta de vesícu-
'3s en el cauterio; 12, la putrefacción. El ensayo de estos signos
exige una prudente reserva.
No es posible calcular la duración común de la vida, pues cada
estadista ofrece cálculos distintos : el primer mes de la vida es al pa-
recer el más peligroso, pues de 100.000 niños, mueren en él, según
vuetelet, 9,604, y todo el primer año es peligrosísimo : de un mi-
llón de niños dice Burdacfi, que murieron dentro de este corto pe-
ntodo 221,845. De 10,000 nacidos sólo uno llega á 104 años : la
''''tad muere antes de los 5o años; á los 80 sólo queda la décima
parte, y á l o s gS, uno por 1,000. La muerte natural suele llegar
a los 70 ú 80 años, aunque se citan casos de una longevidad excep-
cional ; prescindiendo de los patriarcas antediluvianos, cuya larga
existencia dejó Moisés consignada en el Génesis, tenemos en los his-
toriadores profanos ejemplos de hombres que vivieron 180, i85 y
"asta 190 años : casos menos frecuentes en las razas oriental y
Oceánica, que en la europea. Diferentes consejos han sido prescri-
tos para asegurar esta longevidad; pero Dios se ha reservado el se-
creto, y sus decisiones desconciertan siempre los cálculos de nuestra
prudencia.
Variedades de la especie liumana. La especie humana, invaria-
pie en su esencia, presenta caracteres accidentales varios hasta el
Jtthniío, y necesarios, como en toda otra especie, para la distinción
individual ; caracteres á los cuales se ha querido dar más importan-
eia de la que se merecen. En dos clases pueden dividirse estos carac-
teres ó variedades : unos que afectan los atributos esenciales de la

SANTO TOMÁS , primera parte, cuest. 97.


72 HISTORIA NATURAL.

especie, como el mayor ó menor desarrollo intelectual; otros que


afectan órganos menos principales, imprimiéndoles una modifica-
ción que puede ó no encontrarse en los individuos, sin detrimento
alguno esencial, v. gr., la forma ovalada ó achatada del cráneo, el
color de la piel y del cabello, la espesura de la barba. Fácilmente se
comprende que las últimas variedades son muy accidentales, y que
las primeras, si bien afectan propiedades esenciales, ínterin no las
destruyan completamente, hasta en su raíz, no cambian la esencia
del individuo, cualquiera que sea la alteración que en ellas causen.
Ma^is ct minits non mittant specicm, decían los escolásticos. Un
azul turquí y un azul de agua, son el mismo color específico, aunque
de intensión diferente. Las causas de estas variedades son el clima,
la alimentación , las costumbres y la generación. Lucas ha demos-
trado que la generación está sometida á dos leyes : la de semejanza
y la de espontaneidad; es decir, que los hijos presentan á la vez la
influencia del padre y la espontaneidad del individuo engendrado;
el aire de familia y los caracteres singulares que lo distinguen de sus
hermanos. Por esta razón , nace un toro inerme de padres cornudos,
una gallina negra en un gallinero donde no se conocía esta variedad.
Algunas veces presenta el hijo un carácter mestizo que une los del
padre y de la madre en partes proporcionales, ó saliendo uno de
ellos favorecido, mientras que otras conserva el aire de familia, ase-
mejándose tínicamente á uno de sus progenitores.
Las variedades accidentales que más llaman la atención de los
sabios son la coloración de la piel, las diferencias de talla , de cráneo
y de cabellos; la longitud de los brazos, la conformación de los p i ^
las grandes mamas, el delantal y callo graseoso de algunas tribus. Erf
cuanto á la coloración de la piel, se debe á una membrana delgada,
llamada cuerpo pigmentario reticular, ó de Malpighi, que está entre
la dermis y epidermis , y que sólo es visible cuando su color sube
por un exceso de ácido carbónico, lo que en la raza blanca sucede
alrededor de las tetillas. Los fiisiólogos están acordes en que esta
membrana no difiere esencialmente en cuanto á su forma. La insola-
ción , la sequedad ó humedad, los alimentos, los hábitos, una enfer-
medad y la generación, son las causas de este color. Las manchas
parciales que aparecen en el cutis de los blancos, el color negro que
algunos han contraído en una calentura , y el que contraen algunas
mujeres en la época del embarazo, sonde la misma naturaleza que
el de los etíopes; la generación, ayudada por causas extrínsecas, pudo
fijar este color en una ó varias familias, y pudo también provenir de
la espontaneidad, de la misma manera que de un caballo y una ye-
gua negros nace un potro blanco.
Ninguna importancia merece la diferencia de talla, la prolonga-
ción de los brazos, que apenas llega á tres centímetros, ni el que cier-
ZOOLOGÍA. 73

tas tribus sean comúnmente estevadas; pues son accidentes que se


verifican algunas veces en individuos de una misma familia de la
raza blanca, y que por tanto á ninguna exclusivamente pertenecen.
Lo mismo debe decirse de la prolongación de las mamas, desarrollo
del cóccix hasta constituir un pequeño rabo, del callo y delantal gra-
seoso, etc.; pues, como dice Godron, todas estas diferencias orgáni-
•^as son aun menos notables que las que ofrecen nuestros animales
domésticos '.
En resumen. Los caracteres esenciales de la especie se modiñcan,
pero no se destruyen. Los accidentales ó accesorios se dispersan por
lodas las variedades. Las causas de las variedades son las influencias
exteriores y la generación. Aunque su acción no se explica suficien-
temente, no por eso deja de ser real. La generación crea variedades,
ya por la espontaneidad, ya por el mesticismo, y puede perpetuar-
'3s. Finalmente: las variedades son condiciones inseparables de toda
especie, y aunque se combinan y se extienden dentro de límites
"los, no son clasiricables como los tipos específicos.
RAZAS HUMANAS.—Cinco son las admitidas generalmente con Blu-
"'embach, á quien seguimos, salvas ligeras modificaciones '.
!•" Blanca ó europea.—Ocupa la parte central del antiguo con-

Fig. 24.—Cabeza y cara líc la raía blanca.

linente
"lente, es decir, el Asia Occidental, el África Oriental y Septentrio-
**> el ,Indostán ,y—la Europa. Sus, caracteres
— son el.—color
_, —de
,—la piel
piel
GODRON, De l'espéce, lib. 11, pág. 442. Recomendamos la lectura de
«pece Itumaine de QÜATREKAGES. París, 1879, ^•* edición.
Véase su obra De generis humani nativa varietate.—Gottinga , '795.
74 HISTORIA NATURAL.

más ó menos blanco ó moreno, las mejillas encarnadas, los cabellos


largos, negros, castaños ó blondos, la cabeza casi esférica, ia cara
ovalada y estrecha, con las facciones medianamente pronunciadas, la
frente tersa, la nariz mayor que en ninguna otra raza y ligeramente
arqueada, la boca pequeiía, los incisivos perpendiculares, el labio
inferior blandamente tendido, la barba llena y redonda; finalmente,
la regularidad de las facciones del rostro induce á considerar esta raza
como lamas hermosa. En el indo,abisinio y berberisco se notan mo-
dificaciones secundarias que no afectan las características de la raza.
2.'' Amarilla ú oriental.—Color amarillento; cabellos negros,
tiesos, rectos y poco espesos; el cráneo afecta algo la forma pirami-
dal; la cara ancha, plana y deprimida; el entrecejo ancho y liso; la
nariz pequeña y roma; las mejillas globulosas y prominentes; la
abertura de los ojos estrecha, lineal y oblicua, y la barba punti-
aguda. Esta raza se compone de todos los pueblos asiáticos que viven
al Oriente del Ganges, Himalaya, monte Bolur y Altay, excepto
los malayos de la extremidad de la península de Malaca. Los lapo-
nes de Europa y los esquimales del Norte de América , son modifi-
caciones de esta raza, llamada mogola por Blumembach, que, cir-
cunscrita á los límites que acabamos de trazar, ofrece una seme-
janza muy notable de tinte , fisonomía, forma de cráneo, y aun de
lenguas.
3." Cobri\a ó americana.—Es muy parecida á la anterior. Sus

Fig. 25.—Raza amarilla. pig. ]6.—Raza aceitunada.

principales caracteres son : color cobrizo; cabellos negros, tiesos,


rectos y ralos; frente estrecha, ojos hundidos, nariz casi roma, pero
saliente, juanetes prominentes, cara ancha, aunque no plana. Las
ZOOLOGÍA. 75

•acciones, vistas de perfil, parecen muy pronunciadas. Esta raza


ocupa toda la América, excepto las extremidades septentrionales, ha-
bitadas por los esquimales de la raza anterior. Presenta algunas modi-
ncaciones secundarias entre los patagones, los cristinales y los bra-
sileños.
4-' Aceitunada ú oceánica.—Color aceitunado ó atezado, cabe-
llos negros, gruesos, abundantes y rígidos (no rizados, como afirman
rnuchos autores!; la cabeza algo estrecha, grande y aplastada poste-
"ormente; la frente un poco cónica; la nariz gruesa, ancha y rema-
chada; la boca grande, la quijada superior un poco avanzada , y las
extremidades largas y delgadas. Es indígena de la península de Ma-
laca, Marianas, Filipinas, Molucas, islas déla Sonda, Nueva Ho-
landa, Nueva Zelandia, y de casi todos los archipiélagos del mar
Pacífico, en los que se halla mezclada con los papús de la raza si-
guiente. (Es la malaya de Blumembach.)
5.' Negra á etiópica.—Color negro, cabellos negros y crespos,
cabeza estrecha y comprimida en ambos lados; la frente muy con-
vexa y abovedada; juanetes y quijada superior prominentes hacia
adelante; los ojos salientes; la nariz gruesa y casi confundida con la
quijada; dientes incisivos superiores oblicuos; los labios entumecí-
'los, la barba retirada y las piernas arqueadas. Habita toda el África
occidental y las costas de Madagascar; y una variedad, de color de
"ollín y pelo crespo, conocida en historia natural con el nombre de
P^púa, se encuentra en algunos montes de Filipinas, donde los WSL-
^'in aetas ó negritos, y xa.mh\én existe en Australia, Nueva Gui-

Fig. 37.—Rara negra.

"ea, Caledonia, Borneo, Java, Sumatra, y en las islas de la Socie-


dad, según su primer descubridor el inmortal Quirós.
Los hotentotes que habitan en la parte Sur del África, par-
ticipan de la raza oceánica por el cráneo, por el tinte y barba
76 HISTORIA NATURAL.

de la oriental; pero su cabellera lanosa los aproxima á los negros '.


ANOMALÍAS—Lemery ha demosirado que no pueden existir mons-
truos en el verdadero sentido de la palabra , y concretándose á la
especie humana. Existen, sin embargo, monstruosidades ó anoma-
lías, como gemelos pegados uno á otro, cuyo ejemplo ofrece Buffon
cu su hisxoñn de Helena y Judit; órganos dobles, hermafrodismo,
cambios en la situación de los órganos, y otros accidentes de menor
importancia. La superfetación ó diplogenesia es la causa de las más
importantes deformidades , pues al desenvolverse los fetos , unas ve-
ces se desarrollan felizmente, y de ahí los partos dobles ó triples;
otras veces se sueldan como en el ejemplo citado; otras el menor se
ingerta en el mayor, que le absorbe en casi su totalidad , dejándole
libre, ya la cabeza , ya las extremidades , y de aquí los órganos du-
plicados ; finalmente, el germen menor queda incluido en el mayor,
que impide , por consiguiente, su desarrollo y lo mata, adhiriéndo-
selo , y esto explica el fenómeno de haberse encontrado pequeños
fetos al hacer la autopsia de algunos miembros entumecidos, como
escriben Winslow y Velpau. A la misma diplogenesia ha de atribuirse
el hermafrodismo , siempre aparente en nuestro concepto, si ya no
proviene, como algunas veces sucede, del desarrollo excesivo de un
órgano. Las anomalías restantes tienen su explicación en la multitud
de obstáculos y contratiempos que sobrevienen al feto, é impiden su
natural desenvolvimiento hasta que sale del materno seno.

ORDEN 2 —Cf.ADRUMA.NOs.

Los cuadrumanos, como su nombre indica , tienen las extremi-


dades torácicas y abdominales terminadas por manos. Hay, no obs-
tante , algunas excepciones : así los tnor^os-arañas apenas tienen pul-
gar en los miembros anteriores, y algunos semnopitecos sólo lo tie-
nen rudimentario : todos, no obstante , lo tienen en las posteriores,
cabalmente á la inversa de lo que acontece en el hombre. Esta dis-
posición hace á estos animales más aptos para trepar por los árboles

' Es imposible una clasificación de razas. Cuvier, que en nuestro con-


cepto Se aproxima más á la verdad, SJIO admite tres ; Pérez Arcas, cuatro;
Linneo, cinco ; Dumeril, seis. Virey divide el género humano en dos es-
pecies ; éstas las deriva de cuatro troncos, tres pertenecientes á cada uno de
los hijos de Noé , y el cuano , que es la raza malaya ú oceánica , al cruza-
miento de los hijos de Sem y de Cam ; y, finalmente, divide las seis razas
en once variedades.—Saint-Vincent admite catorce especies , que aún sub-
divide en razas y variedades.—Desmoulins, diez y seis especies, y muchas
más razas y variedades que Saint-Vincent. Otros admitieron mayor ó me-
nor número de especies ó razas , según dieron importancia á determinados
caracteres.
ZOOLOGÍA. 77
que para marchar por el suelo. Su organización se aproxima algo á
la del hombre, del que los separan aún grandes diferencias. Tienen
los ojos dirigidos hacia adelante, dos mamas pectorales y la estación
casi vertical, siendo algunas de sus especies una imitación grotesca
del hombre, aunque en otras es tan notable la degradación, que se
acercan á los cuadrúpedos , hasta en la posición horizontal de su
cuerpo, prolongación del hocico, desarrollo de la cola y falta del ins-
tinto de imitación y gregalidad , que casi les es característico. Son
generalmente vivos, petulantes, irascibles, sensuales y glotones, y no
se llega á domesticarlos sino á fuerza de castigos y privaciones, y eso
hasta la edad de seis ú ocho años solamente.
Algunos son animales solitarios y monógamos ; viven otros en
bandadas más ó menos numerosas, y las hembras muestran mucha
ternura por sus hijuelos. Su alimento se compone de frutas é insec-
tos : en la domesticidad se alimentan de carne, azúcar y hasta de be-
bidas fuertes.
Este orden es natural y abundante en especies, que se pueden re-
ducir á tres familias, atendiendo á sus dientes incisivos y á la forma
<^e sus uñas.

F A M I L I A S .

Incisivos--verticales , uñas planas en todos los


dedos Monos.
I Incisivos-^ verticales, uñas comprimitidas, pua-
ORDEN 2." I tiagudas y encorvadas, excepto en el pulgar de
las extremidades abdominales : el de las toráci-
CUADRUMANOS i
cas apenas oponible Titís.
[Incisivos proclives y más de —; uñas planas, ex-
cepto la del índice, y á veces la del dedo medio
de las extremidades abdominales Makís.

MONOS. Esta familia es interesante, por ser la que más se aproxi-


^^ al hombre: su cuerpo está todo cubierto de pelos elásticos y algún
tanto gruesos, más abundantes en la faz dorsal que en la ventral,
^nos tienen -5^5- molares, estrecho el tabique de la nariz, abazo-
''ss, ó dilataciones bucales, callosidades isquiáticas, y casi siempre
*-oIa, aunque no es prensil ^Monos, propiamente dichos.)—Otros tie-
'^^'^ ~ 5 ^ molares, ancho el tabique de la nariz, carecen de abazo-
nes y de callosidades isquiáticas : tienen siempre cola, y con frecuen-
tóla es prensil (CebinosJ. Pertenecen á los primeros el chimpancé,
^® África, que forma chozas en los árboles ; es igual ó mayor que el
hombre; el orangután, cuyos brazos llegan hasta los tobillos estan-
co en pie , es de Borneo y Malaca; el macaco (machín de Filipinas),
^^ sapajú, la. mona de Gibraltar, único representante de los cua-
78 HISTORIA NATURAL.

drumanos en Europa ; los tnicos de cola muy larga ; los papio-


nes y mandriles de África, feroces, robustos y con el hocico cortado
como los perros. También pertenece al África, y habita en las orillas
del río Gabón, el g-onVa {^Simia gorila, Sauagei, que la expedición
del capitán Hannon, según nuestros historiadores Mariana y Flo-
rián de Ocampo, tomó por mujeres cubiertas de pelo. Es de la esta-
tura de un hombre, aunque más membrudo, de color negro oscuro,
y los tres dedos de los pies están unidos por una piel hasta la última
falange '. Los cebinos ó monos del nuevo continente son , por punto
general, pequeños, de cabeza redondeada, bastante instintivos, y
de carácter dulce, por lo que fácilmente se domestican : algunos son
nocturnos. Son notables los monos aulladores de ios bosques de

Fig. 2S,—Cebus hipoleucos, Fisch —Carita-bUnca.

América, que gritan á la salida y puesta del sol; su cola, despro-


vista en parte de pelo, es tan prensil, que aunque se logre matarlos,
se quedan después de muertos suspendidos de altísimos y espinosos
árboles, sin que sea fácil apoderarse de sus cuerpos, según el testi-
monio de D. Félix Azara. Los monos arañas son delgados, de cola y
extremidades largas, y de una agilidad sorprendente. El carita-blan-
ca ffig. 28) pertenece á los monos almizcleros, así llamados por el

< Plinio, lib. VI, cap. xxxi, refiere este hecho, y dice que no pudieron
coger hombres, y que de las mujeres trajeron dos pieles, argumenti el mi-
raculi gratia, y las colocaron en el templo de Jano. El P. Nieremberg las
llama taris- Historia naturalis máxime peregrina (¡y tantol), lib. ix, capí-
tulo xLV.—Mas quien trata este asunto con más acierto es Wood, Illustra-
ted natural History, Londres, i865.
ZOOLOGÍA, 79

olor que despiden en época del celo, y el c^ifuchino á un género


nocturno.
TiTís. Las especies de esta familia son todas de América Mcri-
'•'onai, muy pequeñas y algo san¿;uinarias: se alimentan de frutos,

Fig. 29.—Hap.ile ia,\l:u<i, 1..—Titi.

'nsectos, huevos y pajaritos El //// común (fig. 29) de color oscuro


con pinceles blancos alrededor de las orejas y listas transversas en
^1 lomo, que pasan á ser anillos en la cola, es el que más frecuente-
•iiente se encuentra domesticado. Los hay de diferente coloración.
MAKÍS. Se ve ya en esta familia el tránsito á otros mamíferos,
pues su cabeza se prolonga en un hocico agudo, con las narices trun-
cadas en su extremidad ; el pelo es lanoso, suave al tacto y más
abundante que en las familias anteriores ; las especies de menor ta-
iJano mezclan insectos con los frutos de
l^e se alimentan , y las mayores, pajari-
tos. Viven en el antiguo continente é islas
"6 Oceanía. El maki rojo ffig. 3o) es
*ina especie rara y hermosa, procedente
de Madagascar; tiene el pelo encarnado,
color de castaña ; la cabeza, el vientre, la
Cola y las manos negras , con una gran
'''ancha blanca detrás del cuello, y otras
"OS transversales en las partes internas
^C las m a n o s . H a y otros m u c h o s g é n e r o s , fig. }0.—Lémur ml'cr. Per-Maki.

ORDEN 3.°-CARNICKROS.

EJ orden de carniceros comprende un número considerable de


•"aniíferos que no tienen el pulgar oponible á los demás dedos. Tfe-
^0. como los cuadrumanos y bimanos, tres clases de dientes , y
'Us dedos están armados de uñas afiladas ó ganchudas, para desga-
'•far la carne, de la que comtinmente se alimentan. Domina en ellos
8o HISTORIA NATURAL.

el sentido del olfato y el de la vista, con cuyo auxilio se muestran


sumamente astutos en la caza.
Tres familias componen este orden : los Queirópterus, los Insec-
tivoros y los Carnívoros.

I." FAMILIA.—QLEIRÓPTEROS.

Los queirópteros (Xáipo;, mano; "H¡>ÓV, ala) son notables por un


repliegue de la piel que en forma de membrana se extiende entre sus
cuatro extremidades y dedos, facultándolos para volar (los Murciéla-
gos) , ó bien los sostiene en el aire á manera
de para-caídas ílos Galeopitecos. [yAf,, gato;
r>.Or,;, mona.)
GALKOPITIÍCOS. —Diferénciansede los mur-
ciélagos en que susdedos están todos guarne-
cidos por uñas cortantes, y no comprendidos
bajo la membrana que se extiende desde el
cuello hasta guarnecer la cola, sirviéndoles,
no de alas , sino de para-caídas, para efectuar
largos saltos de uno á otro árbol , donde vi-
ven alimentándose de colibrís, frutas, etc.
Su cabeza es parecida á la del makí.
Ftg • )i. — GaUopithecui rufus El galeopiteco rojo, conocido en Filipi-
Geoffr.—Cáguang.
nas con el nombre de cdguang 'Jig. 3i),
es muy apreciado por su finísima y bien teñida piel.
MURCIÉLAGOS.—Animales nocturnos ó crepusculares de vuelo obli-
cuo é irregular, mamas pectorales, tacto y gusto finísimos. Las ven-
tanas de la nariz suelen estar rodeadas de una expansión membra-
nosa, movible en muchas especies á voluntad del animal; y las
orejas son tan grandes á veces, que se unen en la parte superior.
También están muy desarrollados los dedos de la mano y los hue-

Fig. )i.—yesp€rliUo piputreBus. L—Murciélago.

sos metacárpicos correspondientes, extendiéndose entre ellos la


membrana que constituye sus disformes alas. La dentadura presenta
ZOOLOGÍA. 8l

a'guna modificación, según se alimenten de pájaros, insectos, hue-


vos o frutas. En Asia y Oceanía liay especies de ijran tamaño. El
Paniqui de Filipinas (caguín de Pangasináni, Pteropsjubalus, de
t-schsch., ó ruseta de Manila , alcanza vara y media de enverjadura,
y su carne es comestible, á lo menos para los indígenas, que los per-
siguen con este objeto: es parecida á la del conejo, si bien algo al-
mizclada. F'n Europa es común el murciélago cunún fjig. 3 2>, y
"iras muchas especies, aunque todas de pequeño tamaño. iCalapnit
'íe los filipinos.,

2.:' i'A.MII-IA. — I^.s^;c^ívorío,s.

Los insectívoro.s son animales generalmente pequeños, débiles,


nocturnos, con los dientes erizados de puntas cónicas. Sus pies son
^ortos y los movimientos poco vivos. Aliméntanse principalmente de
"isectos, y en el invierno quedan muchas aletargados. Son verdade-
^'^^ plantigradns ^ yiucs apoxixn en c\ suc\o c\ tarso y el metatarso.
*•' 'opo -Jii^. y?,^ tiene las extremidades torácicas cortas, anchas,
robustas, y en forma de paleta, á propósito para cavar v formar sus
galerías subterráneas. En Filipinas está esta familia representada

>''.<•
T.,ll,¡ .:iir -T.-pn.

por el musgaño, Scrcx myo.surus, animalito de hocico prolonga-


r e n forma de geta, ojos pequeños y poco aparentes, orejas redon-
. ^adas, y aspecto parecido al ratón , del que no la distinguen los
''dios, á pesar de su fuerte olor de almizcle. Se encuentra con fre-
'íencia en España el o / f o , cuyo dorso está cubierto de púas rígi-
' * ' cortas y puntiagudas, que contribuyen á la defensa del animal,
pies con la ayuda de músculos especiales, dobla la espina dorsal,
"'^oge las extremidades, la cabeza y la cola, y se distiende la piel
'izada de púas en términos de proteger completamente el cuerpo,
ÍUe forma una bola.

TV ^ /- /^
7^^
82 HISTORIA NATURAL.

3." FAMILIA.—CARNÍVOROS.

Esta familia, dice Cuvier, une á su apetito sanguinario la tuer-


za necesaria para satisfacerlo. Por la misma razón le dio Linneo el
nombre de fieras. Todos sus individuos tienen cuatro colmillos,
gruesos, largos y lií;eramente encorvados, seis incisivos en cada
mandíbula, y molares cortantes, especialmente el llamado carnice-
ra, y algunos tuberculosos. Habida consideración á sus órganos lo-
comotores, se divide esta familia en planlíf^rados, digiíígrados y
pinnipedos.
PLANTÍGRADOS.—Se distinguen fácilmente por su manera de apo-
yarse en el suelo, poniendo en contacto con la tierra los cinco de-
dos y la palma entera de sus patas, lo cual les hace muy fácil y se-
gura la estación en pie, y aun el enderezarse y sostenerse sobre las
extremidades posteriores. Participan de la pesadez y hábitos noc-
turnos de los insectívoros, y se entorpecen en invierno.

El OJO castaño ffig. 341, animal pesado en sus movimientos, de


mucha fuerza, que se encuentra en Asturias, es distinto del oso de
los Alpes, y quizás también del oso de ios Pirineos. Con mayor ra-
zón se ha de distinguir del oso polar, áú fero^, del americano, del
tibetano y otros.—En los alrededores de Madrid , y en casi toda Es-
paña, se encuentra el tejón, Meles iaxus, Pall., de color gris por
encima y negruzco por debajo, que habita en cuevas, y cuya piel es
estimada.—El glotón pertenece también á esta tribu.
DiGiTÍGRADOs.—Los animales de esta tribu andan sin tocar el
suelo más que por la extremidad de sus dedos, que son comtinmentc
libres, aunque están reunidos por membranas en las nutrias. Algu-
ZOOLOGÍA. 83

lias especies tienen bajo la cola una bolsa olorosa (las civetas). Todas
las especies que tienen uñas retráctiles, es decir, ganchudas y exten-
sibles á voluntad por un ligamento especial, pertenecen al genero
f^ato. Los que tienen dos molares tuberculosos superiores, lengua
suave, cinco dedos en las extremidades anteriores, cuatro en las pos-
teriores y uñas no movibles, pertenecen al género perro. A los he-
diondos ó mustélidos pertenecen los que tienen un molar tubercular
superior y otro inferior, y cuerpo fétido, delgado y Hexible.

Fií. y-.. Félix ho, I,.—l.cón.

Gatos.—Son los carniceros más sanguinarios.—El león ffig. 35) es


^l'zo, ligeramente parduzco en algunos puntos: la cola larga v
Jrniinada en una bola de pelo ; el macho tiene melena sobre los
oinbros y sobre el cuello. Su modo de andar es majestuoso, con la
^beza erguida; mas, al decir de Pérez Arcas, se le ha dado una re-
"^tación de generosidad que está muy lejos de merecer, pues sus
stumbres difieren muy poco de las de los demás gatos.—El tigre
blanquecino por debajo y rojizo por encima, con fajas trasversas
^gras: vive en Asia, Los chinos lo tienen por animal sagrado, á
ya superstición, sin duda, dio origen su excesiva ferocidad.—La
P<tntera y el leopardo están salpicados de manchas negras anilladas,
84 HISTORIA NATURAL.

siendo las de éste más ahuecadas, más pequeñas y en diez hileras.


—La on^a, ó jaguar, es, según Hernández, más pequeña que la pan-
tera, de cerca de cuatro pies de largo y de color gris blanquecino.—
El lince tiene un pincel de pelos en la punta de las orejas.—Kntre las
especies de menor tamaño debe contarse el gato montes, cuyas varie-
dades más preciosas son el gato de España y el de Angora, de abun-
dante y fino pelo, que algunos hilan para guantes, chales y medias.
—El género CiVe/a tiene en Filipinas dos representantes: el gato de
algalia, que los tagalos llaman mu-
sang, \'ivcrra \ibetha de Linneo; v
el Viverrr. tangalunga de ^^'oo(^
(fig. 3'),. Ambos tienen una bolsi-
tu secretoria de un olor especial. Kl
pato de algalia es pequeño, gracioso,
l'ilt-rra íjní^.ilungii, W'onJ.-
de pelo abundante, sobre todo en el
Civcta. lomo. El tangalunga mide tres pies
desde la nuca al nacimiento de la
cola, está salpicado de manchas negras sobre fondo blanquecino , y
es de aspecto más fiero.
Perros.—El género, tipo de esta familia, es el canis de Linneo,
que comprende las especies conocidas vulgarmente con los nombres
ác perros, lobos, chacales y gorras.—El perro, C.familiaris, L , es
un animal bien conocido, y caracterizado por tener la cola encor-
vada al lado izquierdo. Conócense en América Meridional nume-

fig. 57. Cai:ii vulpes, L.—Zorra.

rosas bandadas de perros en estado salvaje, que indudablemente son


originarios de los que introdujeron los españoles en aquellos países.
Numerosísimas son las variedades de esta especie, y de tan marca-
das modificaciones, que á no ver las uniones fecundas de unos indi-
ZOOLOGÍA. 85

viduos con otros, se creerían especies distintas. El hombre, por


medio de la alimentación y del cruzamiento, fomenta y conserva
estas variedades. Son las más notables : el mastín, de gran tamaño,
"delísimo guardián de los ganados i el a/j/jo, guardia nocturno de
nuestras viviendas ; el galgo ó lebrel, de mucho olfato y prodigiosa
agilidad; c\ podenco, el perdiguero, sobresaliente en olfato é ins-
tinto. Hay asimismo perros de agua, falderillos, habaneros, rato-
neros, etc.—El lobo, C. lupus, L., tiene la cola pendiente y las orejas
tiesas;—y ]a :^orra fjig. Byj tiene el hpcico agudo, la cola copuda y
caída, y es célebre por su sagacidad. Se aprovecha su piel en los
Países fríos.—El chacal, C. aureus, L., más pequeño que el lobo, es
de África.
Hediondos.—Su cuerpo es de tal flexibilidad, que les permite in-
troducirse por los agujeros más pequeños en busca de otros mamí-
feros que cruelmente persiguen.—Al género Muxicla perteneiiecc la
'^^inadreja ffig. 38), de medio pie de longitud , blanca por debajo y

¡v¿. ; ' . Mil:.l<-I¡i i ' í ' i , ' » ; , ' . . — I ;ii.\:!cji.

'le color de canela por encima. El armiño ffig. .^oj es del tamaño de
•a comadreja, y de su coloren el verano; m.»s en el invierno es blan-

Fig. _J9. Mítütilla erminea, 1..—Armiño.

•^o en los países fríos, y blanco amarillento en los templados , menos


'* punta de la cola, que permanece siempre negra. Su piel es muy
86 HISTORIA NATURAL.

apreciada. Son también del género Mustela el hurón, la marta , la


garduña ófuina, el turón, la \ibclbia y el veso.—La nutria ffig. 41"

l-i.^. 40. Liíln.i viil-^arti, Hrxl.—Nutri,i.

tiene la cola y el cuerpo deprimido , la lengua áspera , dos m a m a s


abdominales y m e m b r a n a s interdigitales : lo que indica sus costum-
bres acuáticas. Se encuentra en los alrededores de Madrid y en ca^i
toda España : su piel no carece de estima.
PINM'PKDOS '.—Los caracteres que distinguen á los p i n n i p e d o s
están tomados de su organización, dispuesta para la locomoción
acuática: el cuerpo fusiforme , el pelo corto y aplanchado, las extre-
midades cortas, envueltas p e r l a piel hasta la muñeca y talón , los
dedos cubiertos todos por u n a piel c o m ú n . Pasan estos animales en
Ja mar la m a y o r parte de su vida , saliendo ú n i c a m e n t e á tierra para
t o m a r el sol y lactar á sus hijuelos. Dos son los géneros principales:
F'ocas y Morsas.
Focas.—La especie tipo es la foca común ó ternera marina
(fig. 4 1 . ; de sólo tres pies de longitud ; carece de orejas y tiene una
cola corta. El monje, Plt. monacltus, C u v . , conocido ya en tiem-
pos de Aristóteles , tiene diez y siete pies de longitud : es negro
por el lomo y blanco gris amarillento por debajo. El elefante mari-
no, Pli. elephantina. Mol., llega á tener treinta pies de longitud y
diez y ocho de circunferencia : es parduzco , y en tiempo de celo se

' Latreille y otros naturalistas llaman anfibios á lo> mamíferos de esta


tribu ; pero impropiamente, dice Galdo, porque scSIo pueden respirar el aire
atmostérico, para lo cual sacan la cabeza fuera del agua cuando permane-
cen mucho tiempo en este líquido. Molina les dio nombres de animales co-
nocidos , como Ph. elephantina; Ph. lupina; Otaria porcina, etc. Lesson
llamó foca de Molina á otra especie, y el mismo camino siguieron otros-
¡De ahí esos equívocos : liebre, león , tortuga,puerco, tigre, lobo, oso, ele-
fante, leopardo, ternera...., todos marinos!
ZOOLOGÍA. 87

le prolonga la nariz, formando una trompa ereciil de un pie de lar-


So» á la manera de los panículos carnosos de ciertas gallináceas.

/•'/;'. -y/. í^r<>.\i vÜKltU'íf L . — í (ica LI'ÍIUIII.

Morsas.—Sólo es bien conocida una especie de esta familia : la


morsa ó paca marina ¡Jig. 42); de treinta pies de longitud, notable
por los enormes colmillos de la mandíbul.» superior, que , como los

fií^. ^ 2 . Trh'bcihus rosmaru^. L. — Mor>a.

'ncisivos del elefante , salen fuera de la boca á manera de defensas.


^e aprovechan para marül, y también se saca utilidad de su grasa y
^le su piel. Se caza sobre los hielos ó en las costas del mar Glacial.

ORDEN -RoiiDORES.

El orden de roedores es muy natural, y fué ya creado por Linneo


•^on el nombre latino glires. Sus caracteres son : mamíferos ordina-
•^os, de reproducción normal y con uñas , conocidos fácilmente por
88 HISTORIA NATURAL.

SU sistema dentario, que sólo se compone de incisivos y molares. La


ausencia de colmillos , tan propios para desgarrar ó dividir las car-
nes , indica que estos animalitos son todos frugívoros ó herbívoros.
Los incisivos de ambas mandíbulas carecen de raíces, y crecen , por
consiguiente , indefinidamente ; pero como se desgastan los unos
contra los otros, aparecen siempre de la misma longitud. La mandí-
bula inferior está articulada con el cráneo, mediante un cóndilo lon-
gitudinal, que permite los movimientos de protracción y retracción,
pero no los laterales. Algunos roedores pueden servirse de sus miem-
bros anteriores para llevar el alimento á la boca, porque su clavicula
bien desarrollada y articulada con el omoplato y el esternón , les
permiten movimientos variados : forman éstos la sección de roedo-
res claviculados. Otros carecen de clavículas , ó las tienen rudimen-
tarias , sin permitirles hacer de sus extremidades anteriores otro uso
que el de progresión ; tienen algunos tan grandes las uñas , que casi
cubren la última falange, y son el tránsito natural á las pezuñas: llá-
manse éstos roedores acldidos.
CLAVICULADOS.—Pertenecen á esta familia las ardillas, marmotas,
rata-topos, gerbasias, ratas y los castóridos.
Las ardillas. caracterizadas por su lar-
ga y pelosa cola, habitan en los árboles,
á lo largo de los que trepan clavando en
la corteza sus uñas puntiagudas. Es co-
mún en los pinares, castañares y avella-
nos de España la ardilla común ,j!¿,'. -3i,
de un pie de largo, con pinceles en las
orejas , y cuya piel, oscura por encima y
blanquecina por debajo, se aprecia en
manguitería. — Un nuevo género se ha for-
L—Ardilla. mado de las ardillas que tienen la piel ex-
tendida á uno y otro lado, uniendo las
extremidades anteriores con las posteriores y formando un paracaí-
das velloso por ambas caras. Llamaron á este género polatuca, nom-
bre que dan los rusos á una
ardilla de Siberia. El laguán
de Filipinas fjig. 44) perte-
nece á estos polatucas ó ardi-
lla-volantes. Tienen pie y
medio de largo, sin contar la
cola: las partes superiores son
de un moreno salpicado de
Fig. 44- Pteroniys pctaurisla, t)esm.—Ptrfatuu. blanco; las inferiores de blan-
co gris y la cola negra.
Las marmotas tienen las extremidades cortas, y las anteriores un
ZOOLOGÍA. 89
poco inclinadas liacia adentro, con uñas robustas para escarbar la
tierra : cuatro dedos en las extremidades anteriores y cinco en las
posteriores, reunidos por una membrana hasta la primera falange.
Son notables por el sueño profundo en que caen durante el invierno,
y participan de los caracteres de las ardillas y de los ratones.
Los rala topos tienen, como indica su nombre, mucha analogía
con los topos. Viven debajo de la tierra, y están privados de la vista,
aunque no completamente de los ojos ; en cambio su oído es tinísi-
'''^o , la cabeza muy ancha , y las extremidades anteriores tienen
cinco dedos como las posteriores, terminados por unas fuertes y ob-
tusas uñas.—El \cinni ¡"Jig. 45), de diez y ochopulgadas de longitud.

^"m:^_
Fií^. 4^. 0<orn-h!is tvphtn^. I-css.~/enini.

pelo fino y espeso, y que se alimenta de raíces bulbosas, pertenece á


este género.
Las gerbasias son muy notables por la longitud de sus miembros
posteriores, que son muchísimo mayores que los anteriores, disposi-
ción que les obliga á saltar en vez de andar. Sus incisivos superiores
*on puntiagudos é informes, y los dedos libres. ¥A alactaga ifigii-
" 46) tiene siete pulgadas de longitud, sin incluirla cola. Difiere
^^i gerbo, tipo del género, en que tiene dos pequeños dedos laterales
n las extremidades posteriores , el pelo menos rojo, la cabeza más
^•"Sa) y las orejas desnudas y más largas que la cabeza. El pueblo de
"•adrid hasta hace poco llamaba gerbo al canguro, que ciertamente
® pertenece á este orden, sino á los monotremas.
Las extremidades anteriores de las ratas están provistas de cuatro
edos y un pulgar rudimentario ; las posteriores tienen cinco : los
pelos del dorso son á veces recios, lisos y espinosos : la cola está casi
esnuda, y presenta hileras trasversales de escamitas muy numerosas,
90 HISTORIA NATURAL.

debajo de Jas cuales nacen los pelos. Los ratones más comunes en
Manila y alrededores suelen ser: en los bajos húmedos, la rala, Mus

í-ij,'. 4''. Diluí ia-ntiis. GITI. — Alactaga.

r.7/«\. I,.; en las habiíaciones-un ratoncito parduzco ; y en los gra-


neros de arroz, el ratón blanco con ojos encarnados como los del co-
nejo blanco: ambos son variedades de
la especie, M. musculus, L. Distin-
güese del ratón la chinchilla {fig. 4/1
en tener buches externos. Su piel es
muy apreciada por su viso aterciope-
lado de gris y blanco. Tiene once
pulgadas de longitud, y se encuentra
en los montes de Chile y Perú.—El
lirón fyig 48.1 es casi del tamaño de la
¡••ix.^y. Mus laiiigcr Mol. ardilla, á la que se asemeja además por
—ChincliiDa. su cola. Casi todo el invierno pasa ale-
targado, á pesar de que en verano hace
provisiones: trepa por los árboles, atacando á las avecillas que no pue'
den volar. Es común en España y en toda la Europa meridional la

Fig, ^S. Mxcxus gUs, Gml.—Lirón,


ZOOLOGÍA. 91

especie que representa la fig. 48.—Pertenecen al mismo grupo el


campañol, el leming y la rata de agua.
Los casíi'iriJos se distinguen de los anteriores en que tienen los
dedos palmeados ó semipalmeados, y en el género castor la cola
es ancha, oval, complanada horizontalmente, sin pelos y con esca-
mas. El castor o bívaro ffig. 491 es del tamaño de un tejón , provist<i
de pelo muy tino y abundante y de gran valor en el comercio.
igualmente se aprecia el castóreo, sustancia segregada por dos glán
dulas situadas en el origen del pene. Los castores de Canadá se
reúnen en sociedades numerosas y hacen sus habitaciones con arte
y concieno admirables. Se establecen en las orillas de los ríos, bus-
cando algún remanso, ó construyendo un dique artificial. Algunos
dicen que llegan á cortar un árbol que , atravesado en el rio, sea
el alma de la fortificación. Lo indudable es, que con sus dientes in-
cisivos cortan arbolitos y ramas , que son conducidos y arrojados en
la corriente, clavados en el río con el auxilio de la cola, que les sir-

F/jj. ^<;. í'íT,t/(V Jibí'r, L.—Castor.

' e de machina, entretejidos unos con otros y rellenados sus espacios


"e tierra y piedras. liste dique es muy consistente, porque las ramas
Por Jo general echan raíces. Para hacer las habitaciones sepáranse los
^^astores en grupos : son éstas cilindricas, terminadas por una me-
"la naranja, y situadas á orilla del agua de modo que la puerta
esté debajo. Tienen dos ó tres pisos ; en el inferior almacenan sus
Provisiones, y el superior les sirve de habitación. Los castores del
"orte de Europa hacen sólo madrigueras profundas en las orillas
•*e los ríos : mas en tiempo de Alberto Magno otros eran sus hábi-
^^s, si ya el sabio dominico no se refiere á los castores de Amé-
'*ca, al tratar de sus cabanas y de sus instintos gregales. La rata al-
"•«ícWa del Canadá, Castor '{ibeíecus, fué asociada á este grupo
Por Linneo. Son casi tan grandes como un conejo, y despiden un
92 HISTORIA NATURAL.

tuertísimo olor á almizcle, suave para los europeos, pero que Uos
indios no pueden soportar. Hoy forma este animal el género Ondc-
íra, que con otros pertenece á la familia de Castores.
AcLEiDOs.—Los principales géneros pertenecientes á los roedores
sin clavícula y que son herbívoros, á diferencia de los claviculados
ú omnívoros, son los puerco-espines, las liebres y las cai>ias 6 cone-
jillos de indias.
Puerco-espines.—El género tipo es el Hystrix, L., de clavículas
rudimentarias, lengua cubierta de papilas córneas, y el cuerpo re-
vestido de púas rollizas y larguísimas. La cola es corta; tiene cuatro
dedos en los miembros torácicos y cinco en los abdominales, y
pasa el día en su madriguera, saliendo por la noche á buscar el ali-
mento. La carne dd puerco-espín de España f^fig. 5o; es comestible,
y las púas del dorso tienen anillos pardos y blancos. El puerco-
cspín de Malaca, / / . fcsciculata, es más pequeño y de formas más
prolongadas que el anterior : termina su cola un penacho de corre-
güelas.

Hg. 50. Hysirix crislala, L.—Puerco-espin.

Liebres.—Todas las liebres tienen muy largas las extremidades


posteriores, loque las hace excelentes corredoras. El Lepus grana-
tensis de Schimp., que se encuentra en España, es el tipo de esta fa-
milia : es de color gris rojizo por encima, con la garganta y los pies
leonados : las orejas más largas que la cabeza, negras en la punta, y
lo mismo es la cola por arriba.—Conócense y abundan en Filipinas
ZOOLOGÍA. 95
dos variedades del conejo ^^^. 5i) de tamaño bastante grande, que
son el crapter de orejas grandes y el crapíer pío; y algunos comple-
tamente negros y blancos.

Fig. yi. I.i-¡iis iiiiihiilus, L.—Oncjo.

Conejillos de indias. ^V)i\]o este nombre se comprenden diferen-


'^s géneros de América, que tienen cuatro molares en cada man-
díbula, cuatro dedos en las extremidades anteriores v tres ó cinco

K' ' ';

Fig. 52. Ciii/ii/Mia, Gnil.—Pacj.

*" las posteriores. Tal es el paca ífig. 52), de mayor tamaño que el
'•Onejo, y que, como éste, cava madrigueras-, tal es también e\ puer-
'¡^ecillo ó conejillo de indias, caria cabaya. Desm., de un pie de
v)4 HISTORIA NATURAL.

longitud, y que es bastante conocido en España en estado de do-


mesticidad.
El músang, lampong ó gato de monte de Filipinas, no se puede
reducir á género alguno de los conocidos. Es un roedor de o,5i3 de
longitud desde la punta del hocico hasta el origen de la cola : si ésta
no estuviera completamente poblada de pelo espeso, largo y negro,
se acercaría á la hutía de Cuba descrita por Lasagra. El pelo del
juerpo es negro, grueso y algo cerdoso como el del tejón; pero muy
espeso, mal asentado y desigual. Por las callosidades de sus metacar-
pos parece plantígrado; tiene en las extremidades anteriores cuatro
viedos y otro rudimentario; cinco en las posteriores, los tres interio-
res más largos, con pelos claros y cortos, y uñas largas ío,oi3) y cur-
vas. Bigotes de 0,08 dirigidos hacia el cuello : orejas de o,o23 por
!a parte exterior V pelos de o,oi5. Sólo pude-observarle los incisi-
vos : los dos inferiores entran debajo de los dos superiores. Faltá-
bale parte de la cola, que debería tener cerca de tres decímetros.

ORDEN 5."—DESDENTADOS.

Los desdentados convienen con los órdenes anteriores en ser ma-


rníteros monodelíos ordinarios y unguiculados; tienen por carácter
diferencial la ausencia de dientes incisivos, ó sea los que hay colo-
cados en la parte anterior de ambas mandíbulas. Algunas veces fal-
lan también los caninos y molares. Sus dedos están armados de
fuertes y grandes unas, más propias para cavar la tierra que para la
progresión. Hay desdentados que en su forma exterior ofrecen pun-
ios de contacto con las monas, mientras que otros tienen el derma-
10 esqueleto cubierto de chapas exágonas ó de escamas. Pertenecen
aquéllos á la familia de tardígrados, y los segundos á la de desden-
tados ordinarios.
TARDÍGRADOS.—Tienen el hocico corto, á semejanza délos cua-
drumanos. Su marcha es lenta en extremo, y su estructura verdade-
ramente heteróclita : no parece sino que la naturaleza se ha compla-
cido en una producción imperfecta y grotesca. Los españoles llama-
ron á estos 3^mma\csperezosos; pero, como nota Buffon, la lentitud
de sus movimientos proviene menos de pereza que de miseria. La
forma y las dimensiones y la casi inmovilidad de sus uñas les hace
tan difícil la progresión como la trepación. Prorumpen en gritos
plañideros, que son quizás síntomas del dolor habitual motivado por
su organismo excepcional. Carecen de armas para atacar y para de-
fenderse; la fuga les es imposible, y prisioneros en el espacio, están
confinados al árbol sobre el cual nacieron. Todo en ellos es miseria
y dolor : parece que su existencia no tenga otro objeto que el exci-
tarnos á ensalzar y amar al sumo Hacedor, que con tanta sabiduría
ZOOLOGÍA. 95
nos hizo superiores á esos seres que, habiendo apenas saboreado im-
perfectamente las dulzuras de la vida, son borrados de la lista de los
vivientes.
Pertenece á esta familia t\pcrko-li^ero fñg. 53 , llamado así por
«itiiítrasis, que vive en los árboles de América Meridional; y el
^nán, Bradyyius didactylus, de la América y de la India, mayor
lUe el anterior, pero sin cola. Linneo dice que apenas andan 3o pa-
sos en un día; en cambio suben con menor didcuhad por los tron-
cos de ios árboles; y siendo en ellos más robustos los músculos fle-
xores que los extensores (al contrario de lo que sucede en los demás
mamíferos;, sus dedos están naturalmente doblados, y pueden dor-
mir colgados de las ramas de los árboles; necesitándose la contrac-
'-•¡ón de los músculos extensores para que cese tal posición.

I'ig. s ; . Bradypíts ItiJíiiívlu-^. 1..—Pcrito-Iigcro,

DESBENTAROS ORDINABIOS.—Dilieren mucho á primera vista de los


tardígrados: están unos cubiertos de una especie de coraza formada
"2 las placas del dermato esqueleto, endurecidas por el fosfato y car-
bonato calcicos (^armadillos}; en otros el dermato esqueleto está for-
•^ado por escamas triangulares, sobrepuestas (pangolines); otros, en
^^1 están cubiertos de pelos, sin escamas ni coraza (hormigueros).
Los armadillos, que también
se llaman tatús, tatuayos ó quir-
quinchos, tienen los molares ci-
lindricos y separados; y el der-
mato esqueleto endurecido y
formado en gran parte por pie-
zas exágonas. Según el Sr. Aza-
ra, se alimentan de sustancias
'"'g- 54- Dasypus uri.'i'iríiis, L.—Armadillo. animales, con preferencia á las
vegetales. Linneo afirma que el
representado en l^fig. 54 es de África; mas los Sres. Pérez Arcas y
96 HISTORIA NATURAL.

Chao sostienen que son todos originarios de América , aun el en-


contrado en Turquía. En Filipinas no es conocido ningún desden-
tado hasta el día.—Los pangoliiics ''fií^. 351 tienen el cuerpo cubierto

F14. TT. M'Uiii litraJ>u!\¡a, 1.. — Hi^ngclin.

de escamas : cuando se ven atacados doblan el cuerpo , procurando


formar con él una esfera, y las escamas medio levantadas los prote-
gen bastante bien.
Los honnigueros tienen el án:;ulo facial muy agudo ; carecen de
caninos , de muelas y de incisivos en aiubas mandíbulas : la lengua
es delgada , cilindrica v muv protráciil v retráctil. Alimcntanse de
insectos blandos que puedan coger con h lengua v dividir con las

Fig. S''- M)rmc(ifh.-c^a ¡ubatn, L—Hormiguero.

mandíbulas, como son las térmites, que en F'ilipinas llaman anay. Para
el efecto, derriban los hormigueros con sus robustas uñas, y cuando
las obreras acuden á reparar la obra, pasan por encima su lengua
glutinosa y retienen una porción de insectos. El osito hormiguero,
llamado así por los hispano-americanos f^ig. 56), tiene cuatro pies y
ZOOLOGÍA. 97

ocho pulgadas de largo: está todo cubierto de pelo, especialmente la


cola, que tiene cerca de tres pies de largo, y cuyos ásperos pelos lle-
gan á la longitud de un pie.
El esqueleto del Megaterio que se conserva en el Museo de His-
toria Natural de Madrid, y que fué extraído de las orillas del río Lu-
jan, en Buenos Aires, pertenece , según Cuvier, á los armadillos ó
<lasipódidos. Su tamaño es el del elefante, con uñas robustísimas para
cavar la tierra, y su dermato-esqueleto formado por placas gruesas
cxágonas.

ORDEN 6.°—RUMIANTES.

El orden de Rumiantes es muy natural. Linneo lo estableció bajo


^' nombre latino Pécora , y con los caracteres siguientes: Dentes
primores superiores nulli. Inferiores VI aut VIH a molaribus re-
^otissimi. Pedes ungulati. Mammce inguinales. Cuvier tradujo la
PalabrajJecora por rumiantes., tomándola de la costumbre que tienen
estos animales de rumiar los alimentos.
Los Rumiantes son mamíferos monodelfos, ungulados; es decir,
con pezuñas, estómago de cuatro cavidades y digestión anormal. Son
herbívoros, y en la mandíbula su- ,,
Perior tienen un callo prominen-
te que corresponde á fos incisivos
<^e la inferior. La rumia se efec-
túa mediante cuatro estómagos
(^figuras 57 y 58): el primero,
•iiiayor que los otros tres juntos,
*e denomina pan^^a ú omaso; el
^undo, retículo ó redecilla, por-
ítie la mucosa forma en su super-
ficie interna unos exágonos más
o tnenos salientes : este estómago F'f- 57-
y el anterior comunican con el
^ f a g o mediante una hendedura longitudinal, en cuyos bordes hay
"bras musculares ; el tercero es el libro, llamado así por la semejanza
Que con las hojas de un libro tienen los pliegues de su mucosa : co-
•"unica con el esófago mediante un orificio circular; es el cuarto es-
*6niago el cuajar, cuyo jugo gástrico cuaja ó coagula de leche : co-
"•lUnica con el libro y con el intestino delgado. Los rumiantes divi-
den con sus incisivos las yerbas, que formando una bola y pasando
** esófago, distiende los repliegues de la abertura longitudinal que
'^Onjunica con la panza, de cuya cavidad pasa al retículo. Hecha esta
'''g- J7. Estóiiugo del carnero, visto por de fuera.—a, esófago; b, ]\bn;c, redecilla; d,
'**• t, ciujar;/, inteitino delgado.
8

• ¿:
:J
98 HISTORIA NATURAL.

provisión de alimento, el animal se retira á descansar, y da principio


á la rumiación. Contráense las fibras de la redecilla, y por un movi-
miento que puede compararse al vómito, hacen que el alimento suba
á la boca , donde sufre la se-
gunda masticación, mucho
más completa que la prime-
ra, y mezclado con la saliva
forma una especie de papilla
que recorre el esófago, sin
ensanchar los pliegues de la
abertura longitudinal, á cau-
sa de su semi-fluidez, y llega
allibro, yluegoal cuajarpara
convertirse en quimo.
Encuéntrase en el estó-
mago é intestino de los ru-
f l f . ?.V. miantes una concreción pe-
losa , llamada piedra be\oar
ó engagrópila, que por su tamaño ocasiona algunas veces la muerte
al animal. Parece que sea la acumulación de los pelos que tragan
cuando maman.
Pueden reducirse los géneros de este orden á dos tribus : unos
carecen de cuernos, y tienen menos de-Jj^| tnolares, camellos; tie-
nen o t r o s - g ^ molares, y casi todos los machos y muchas hembras
tienen cuernos, rumiantes ordinarios.
CAMELLOS.—^Es esta tribu poco numerosa, y la especie de zuecos

Fig. 59. Camelus haclrianus. L.—Camello.

que termina sus dedos los aproxima á los paquidermos.—El género


camello se conoce por dos lupias ó gibas que presentan en la espalda

Fig. ^S. Estómago del carnero, visto por dentro,—La misma explicación.
ZOOLOGÍA. 99

fcamellos propiamente dichos), ó por una sola giba redonda, situada


en el mismo sitio (dromedarios). El camello ffig. 59) tiene más de sie-
te pies de alzada, y puede soportar cerca de cuarenta arrobas de peso,
con la circunstancia especial de que, hallándose provisto de una bol-
sa para conservar el agua incorrupta y libre del contacto de los ali-
inentos, puede pasar muchos días sin beber, prestando un servicio
singular á los que se ven precisados á atravesar los inmensos arena-
les de Asia y África, Á expensas del tejido adiposo, puede asimismo
soportar fácilmente el hambre.
El género Llama es origi-
nario de la América, y carece
<íe jorobas. Su alzada es de
cuatro pies , puede cargar seis
arrobas; su paso es mucho
filas lento que el del camello.
Son sus principales especies
el llama (fig. 60), el alpaca^
el guanaco, el hueque y el vi-
cuña. Del alpaca y vicuña se
obtienen lanas muy finas y
«ásticas, comparables única-
•nente á las de Cachemira, que
se desprenden del animal en
mellones de un pie de longi-
Fig. 60. Camdus llama. 1..—Llana.
tud.
RUMIANTES ORDINARIOS.—Comprende el mayor número de los a n i -
'"'ítles de este orden : unos no tienen jamás cuernos (el ceryitillo); tie-
'*en otros cuernos caducos que se renuevan (el venado); otros, cuer-
''os persistentes, cubiertos en el exterior por una lámina córnea aná-
loga á las uñas (el buey), y otros, ^
*^ fin, cuernos persistentes, cu-
ítenos con una piel pelosa (la
Sifafa).
Ccrvitillos ó almizcleros.—To-
f^aron el nombre del almi:{cle,
tutnor odorífico que segregan las
Paredes de una bolsita de dos á
fes pulgadas de ancho situada
•Rebajo del ombligo. Son peque-
^**8; los mayores apenas igualan
^tamaño á los cabritillos de dos
^^i\ no tienen cuernos, son
?'*'y ígiles, y los dos colmillos de Fig. 6i. Moscbu¡ nuscbiferus, L.
••QiandíbuJa superior sobresalen —Almiiclero.
lOO HISTORIA NATURAL.

generalmente. El almi:{clero (fig. 6i) es el que proporciona el almiz-


cle del comercio : el más apreciado es el de Tonquín , que no tiene
más intensidad que el castóreo. El cervitillo de Java, tan admirado
de los españoles y del que suelen proveerse en Anger cuando pasan
á Filipinas, pertenece á este género.
Ciervos.—Tienen cuernos caducos, sencillos en el primer año.
mientras que los del segundo suelen presentar una apófisis, llamada
candil, que en algunas especies se aumenta anualmente hasta for-
mar unos cuernos complicadísimos. Son animales de formas esbel-
tas, velocísimos y pacíficos, exceptuando la época del celo.—Es co-
munísimo en Filipinas el ve-
nado , (usa Jig. 62), de muy
sabrosa carne, y que se distin-
gue , según Smith, del ciervo
común.—En las islas Marianas
hay una especie sin colmillos,
manchada de blanco, proce-
dente de Filipinas, y parecida,
por consiguiente, al Axis ó
ciervo del Ganges. Parece dis-
tinta de la anterior, y lo afir-
man Quoy y Gamard, Ua-
Fig.63. CfruMíPfci/i/'/inBJ, Smith.—Venido. mándola C. Marianus.—Co-
nócensc en España el ciervo,
C. ellaphus, L., de gran tamaño y cuernas cilindricas; el gamoópale-
to, C. dame, L., menor que el anterior, con las cuernas ensanchadas
cerca déla extremidad en forma de paleta, y el cor^o, C. capreolus,
L., del tamaño de una cabra y cuernas de una sola apófisis.— Es ade-
más notable el alce de Siberia, tanto por su magnitud como por sus
pesadas y ensanchadas cuernas.—El tarando, rengífero ó reno, pres-
ta inmensos servicios á los lapones; tiene el pelo muy espeso, los
cuernos de muchos candiles, existiendo también en las hembras, y
necesita para vivir de un clima muy frío.
Bovinos.—Esta tribu, caracterizada por tener cuernos persistefi-
tes y cubiertos de una capa córnea, es numerosa en especies, de ta'
maños y costumbres muy diferentes.
El género antílope tiene sólido el núcleo óseo de los cuernos , y
presentan éstos, por lo general, anillos ó aristas espirales, y una fó-
sela en el ángulo interior del ojo, á la que se llamó lagrimal. Entre
las numerosas especies que comprende, está el rebeco 6 gamuza, An'
tilope rupicapra, L., de tamaño de una cabra, que trepa con sum»
agilidad por los riscos de España.—La gacela es algo menor que el
rebeco.
Las cabras tienen la mucerola cóncava, carecen de lagrimales»
ZOOLOGÍA. 101

la parte ósea de los cuernos (que están echados atrás) con grandes
celdillas que comunican con los senos frontales, y muchos tienen
en la mandíbula inferior un mechón de pelos que se denomina
barba. Propágase bien en Filipinas la cabra doméstica. Capra
hircus, L . , importada de España, donde se encuentra además la
cabra montes, C. pyrenaica, Schinz. Son notables por su pelo la de
Cachemira, que lo tiene liso y fino, y la de Angora, en la que es
rizado.
Tienen las ovejas ó carneroí^angulosos sus cuernos, con arrugas
trasversas y arrollados en espiral, la mucerola cóncava, y carecen de
barba. En Filipinas se aclimata mal este género, y su carne pierde
mucho del gusto y sustancia que la caracterizan en España. La Oyis
Ammon de L. es considerada como el tronco principal; se la en-
cuentra en los montes de España. De la oveja común, O. Aries, L.,
existen en nuestra Península importantes variedades, apreciables por
sus carnes, su sebo y sus lanas. Para paños burdos está el ganado
churro, de pelos gruesos, cortos y rígidos : mas el que hasta hace
pocos años ocupaba el primer lugar en los mercados era el merino,
ganado trashumante, de lana fina, larga y rizada. Hay carneros con
muchos cuernos, como sucede con las cabras del conde de Bornos
en España, y en Oriente se conoce una especie, O. laticaudata, de L.,
cuya cola se carga de una cantidad tan enorme del tejido adiposo,
que es preciso ponerles dos ruedecitas para que la lleven con más
facilidad. Hasta treinta libras de peso, dice Linneo que han adquiri-
dlo algunas de estas colas.
Los toros tienen celulosas las apófisis de los frontales ; los cuer-
nos redondeados por lo general y rollizos, dirigidos primero hacia
los lados, y luego adelante y arriba; papada y cuatro mamas. El
^oro, Bos taurus, L., ha sido introducido por los españoles en Fili-
pinas, como en América, y se ha aclimatado perfectamente. Conó-
cense en España dos variedades importantes: una, de mucha alzada,
llamada avilesa ; y otra más chiquita de las provincias de Galicia.
El bisonte, B. bison, L., es negruzco, y tiene una abundante melena
en la mitad anterior del cuerpo.—Mas después del toro, quizás no
haya especie más sufrida y más robusta que el búfalo, Bos buba-
'"5, L. Tiene una arista en la parte anterior de los cuernos, piel
negruzca de pelo ralo y las mamas en una misma línea.—En Filipi-
nas presta servicios inmensos el carabao, Bubalus buffalus, varie-
<lad de la especie precedente. Los h^y cimarrones y domésticos ,* en
este estado se destinan á todas las faenas de la agricultura y acarreo,
bastando uno sólo para roturar un terreno nuevo y arrastrar más
P®so que una yunta de bueyes. Tienen las astas muy grandes, en-
corvadas hacia atrás con regularidad, y en el tAismo plano que la
•rente: carecen absolutamente de papada : manéjanlos los indígenas

Vi^
102 HISTORIA NATURAL.

con suma destreza, atravesándoles el tabique interior de la nariz con


una cuerda ; basta una seña del conductor para que esa mole infor-
me y pesada vaya ella misma á colocarse bajo el yugo. El pelo es
de dos clases : el más común es negruzco y ralo (fig. 63); algunos
lo tienen blanquecino, dejando traslucir el color de la carne, como
en los cerdos de color blanco. Las astas son muy grandes, especial-
mente en los cimarrones. El carabao es excelente nadador, y suele
sumergirse por completo para atravesar los ríos; también se com-
place en revolcarse en los pantanos y fango, y ser montado por un
muchacho. Tanto en estado salvaje como doméstico son temibles
sus accesos de furor : corren entonces mucho, y acometen con los
ojos abiertos.

F'g- 6). Bubalus buffalus. L.—Carabao.

Caracteriza á las ^ira/aí el tener cuernos, Unto las hembras como


los machos, y estar cubiertos de la piel pelosa que reviste el cuerpo.
El único género que se conoce habita en África : tiene muy largo
el cuello, y las extitmidades abdominales más cortas que las toráci-
cas. Es de color gris con manchas polígonas leonadas; aliméntase de
ZOOLOGÍA. 103

hojas de árboles, y no carece de valor. Á la girafa se le llamó ca-


^elo pardalis (xav-i^V.;) camello; xapoaXi;,
pantera), por alguna semejanza remota
con estos animales. (Fig. 64.)

ORDEN J.^-PAQIIDKRMOS.

Los paquidermos (IIK/ÜC, espesa; %|i!<.


piel) son animales ungulados, cubiertos
«e una piel espesa, estómago sencillo y di-
gestión normal. Apenas se puede asignar
otro carácter á este orden, que abrázalas
*>estias de Linneo ; los dedos varían de
•ino á cinco, y tienen dos ó tres clases de
alientes. Los dividiremos en tres familias,
^Ue para algunos naturalistas constituyen
otros tantos órdenes, y son: pacjuiJermos
pfoboscideos , ordinarios y monodáctilos.
PAQUIDKRMOS PROBOSCÍDEOS.—Están pro-
vistos de una trompa cilindrica , larga,
*xtensible , que les sirve de órgano de
prensión, y puede ser considerada como
'^na prolongación de la nariz; con su
*Uxilio llevan a l a boca los objetos más
Pequeños, y levantan y trasportan los ma-
yores, alrededor de los que enroscan tan
Singular apéndice. Tienen cinco dedos en
sus pies, cubiertos por una piel callosa,
guedeja sólo á la vista informes uñas. La fig. »4. Camelo pardaUs giraffa,
L.—Girafa.
'''andíbula superior está armada de dos
obusta^defensas, llamadas colmiUos,aun-
'Jue propiamente sean incisivos.—Pertenece á esta familia el elefante,
"*1 cual se conocen dos especies: el de la India ffig. 63), y el africa-
"0. Este, aunque de menor corpulencia, tiene mayores orejas y
•colmillos, y es el que suministra casi todo el marfil del comercio; está
^mbién caracterizado por tener cuatro pezuñas en las extremidades
'*'ácicas y tres en las abdominales. El elefante de la India es el gi-
©ante de los mamíferos terrestres; dócil, vengativo si se le castiga sin
'**otivo, se domestica fácilmente, aunque su caza ofrece peligros;
P*>edellevar ochenta arrobas de peso,y descargado anda hasta treinta
^ u a s al día. Se encuentran principalmente en las cordilleras de
Ma y en algunas grandes islas del mar Indico, aunque no en Fili-
^ ^ s , como equivocadamente afirma Buffon ' . Aunque la historia
No anduvo más acertado Lesson. No hay noticia de haberse encon-
£04 HISTORIA NATURAL.

del elefante es de todo el mundo conocida, no será inoportuno rec-


tificar con Boitard ' dos errores bastante vulgares: «Se ha dicho que
el elefante está dotado de pudor, y que nunca se junta el macho á la
hembra en estado doméstico, ni procrea, por consiguiente; pero hay
en esto tantos errores como palabras. Este animal no tiene más pu-

Fig. 0^. Elephas indicus, Cuv,—Elefante.

dor que otro cualquiera , y la prueba se ha visto en la colección de


París.... Hay otro error popular, que el elefante no puede estar
echado, y que, por lo mismo, siempre duerme en pie; cuando cae, no
le es posible levantarse otra vez; pero lo cierto es que se arrodillan,
se echan y se levantan siempre que se les antoja; aunque hay entre
ellos, lo mismo que entre los caballos, individuos que duermen en
pie, y que, por consiguiente, muy rara vez 6 nunca se tienden en
el suelo.»

trado elefantes en ninguna isla del archipiélago fílipiao. Ni los huesos ha-
llados han sido reconocidos por ninguna persona inteligente.
• BOITARD, Museo de hist. nat., tomo i, pág. 453; Barcelona, i85i.
ZOOLOGÍA. 105

Conócense en paleontología otras especies de elefantes que han


ya desaparecido, así como el mamut y el mastodonte, de los que sólo
nos ocupamos para consignar que de los molares del último teñidos
por el hierro , provienen las piedras conocidas en el comercio con
los nombres dt turquesas occidentales ú odontolitas,
PAQUIDEKMOS ORDINARIOS.—Los animales de esta familia carecen
de trompa , y el número de dedos de sus pies varía de dos á cuatro:
comprende losjaía/i'ej, hipopótamos, rinocerontes, dantas y babi-
rusas.
El jabalí tiene cuatro dedos en cada extremidad, dos de ellos tan
cortos, que no tocan en el suelo; caninos fuertes, prismáticos , muy
desarrollados y encorvados hacia atrás : su mandíbula superior está
terminada en un reborde prominente y calloso llamado geta, á pro-
pósito para hozar la tierra. Áeste género pertenece el cerdo (babuy),
cíel cual se con"t)cen en Filipinas tres variedades por lo menos : la
española ó extremeña, la inglesa y la china. También hay en el pais
abundantes jabalíes de diferentes tamaños.—La babirusa es mayor
que el jabalí, y los colmillos de ambas mandíbulas se encorvan hacia
arriba y crecen en forma de arco hasta clavarse en la frente. En los
cráneos que se conservan en el Museo de Historia Natural de nues-
tro colegio de Manila , procedentes de Molucas, hay colmillos de i3
pulgadas (o,3i) de longitud.
El hipopótamo {l'rrzrK, caballo; ro-íziio;, río, Jig- 66) es menor que

Fig. 66. Hippofvlamus amphibius, L.—Hipopótamo.

^ elefante, feroz, estúpido, de cabeza gruesa, piernas cortas, vientre


abultado, incisivos cilindricos y caninos largos y estriados. Se en-
io6 HISTORIA NATURAL.

cuentra en los ríos del África, donde nada con suma destreza : el
marfil de sus caninos es preferible , dice Pérez Arcas, para la cons-
trucción de dientes artificiales.
El rinoceronte Cp'-'^, nariz; y-i?'-'', , cuerno i tiene tres dedos igua-
les en cada extremidad, y sobre la nariz, en la línea media, un cuerno
sólido adherido á la piel, como en el unicornio ffig. 67), ó dos, como

Fi^. 6 7 . RHnoccroi umcornis^ L. — Unicornio.

en el nabal; hay especies que carecen de cuernos. Su piel es gruesa,


tamo que en su superficie se aplastan las balas de plomo , y es pre-
ciso usarlas de hierro para herirlo: tiene grandes arrugas en la base
de las extremidades y del cuello.
Caracterizan al danta ó tapir el tener las narices prolongadas en
una pequeña trompa; los caninos poco des-
arrollados; las extremidades torácicas termi-
nadas en cuatro dedos y en tres las abdo-
minales. Son animales nocturnos de Amé-
rica , islas de Oceanía y península de Ma-
laca; de carne exquisita, y color negruzco
con rebordes blanquecinos ffig. 68).
PAQUIDERMOS MONODÁCTILOS.—Los mono-
fig bs. Cabttadetapiródanu. dáctilos son mamíferos ungulados, y de ex-
-Tapvvs amencanm, L. trcmídadcs terminadas por un sólo dedo. Ra-
zón por la cual los hemos designado con el
nombre que acabamos de darles, abandonando el de ío/íperfoj con
el cual generalmente se les designa, y que es menos propio, pues sig-
nifica un solo pie. Su sistema dentario consu de seis incisivos en
cada mandíbula, los caninos poco desarrollados y á veces nulos, so-
bre todo en las hembras, y en la mandíbula inferior; doce molares
ZOOLOGÍA.

arriba y doce abajo. Comprende esta familia el sólo género Equus,


ae Linneo.
El caballo, E. caballas, L., se distingue por sus orejas cortas, las
crines que cubren el muslo desde su base y el color uniforme de la
piel. Es originario, se dice, de Tartaria, reducido á domesticidad
aesde la más remota antigüedad, si bien en un principio no sirvió
^e cabalgadura, sino sólo de bestia de carga. «La conquista más no-
'6 que ha hecho el hombre, dice Buffon , es la de este animal fiero
y 'Ogoso, que comparte con él las fatigas de la guerra y la gloria de
as batallas. Tan intrépido como su dueño, conoce el peligro y lo
esafía, acostúmbrase al fragor de las armas, le gusta y se anima
con el mismo ardimiento : comparte igualmente sus placeres en la
aza, los torneos y la carrera. Brilla y centellea; pero siempre tan
"CU como animoso; no se deja arrebatar por su fogosidad, reprime
Us ímpetus, cede á la dirección de la mano que lo conduce, y hasta
parece consultar los deseos del jinete; y obedeciendo siempre alas
•opresiones que de éste recibe, se precipita, se modera ó se detiene,
y no obra más que para dejarlo satisfecho.') Conócense diferentes
azas de esta especie, siendo la primera la árabe, sobria, valiente y
^Tedora; tiene la cabeza abultada, el cuello enarcado, las extremi-
aaes delgadas y la cola corta. Ocupan el segundo lugar, dicen BoÍ-
•"" y Buffon , los caballos españoles, y entre estos pasan por mejo-
íos andaluces. Tienen la cabeza proporcionada, el cuello enar-
"O, la grupa arredondeada, las crines largas y abundantes, y de
'•Rías tan elegantes, que no conocen rival bajo este concepto. La
avidad de sus movimientos y el instinto especialísimo de que es-
n «otados, los hace muy aptos para los ejercicios de picadero, para
guerra y para cabalgaduras : son valientes, pero resisten menos
L * **^s árabes. La raza inglesa proviene del cruzamiento de la ára-
y normanda; es corredora, pero de movimientos bruscos y for-
as poco elegantes. En Francia, dice Buffon, hay muchos caba-
*> pero son pocos los buenos; sirven los limosinospara silla y los
'"'nandos para coches y cabriolés. Para tiro se prefieren los darte-
» servicio que en España prestan los mulos, producto híbrido de
«especie y la siguiente. Los caballos, ó más bien jacas, de Fili-
as, son descendientes de los de España, de elegantes formas,
ique de talla muy inferior á aquellos. Encuéntranse en Paragua
'fos puntos caballos salvajes, remontados de los introducidos
jos españoles, como sucedió en América, según las observacio-
"'» del Sr. Azara.
' . *^ «íno, E. asinus, L., se distingue por sus orejas prolongadas, la
con cerdas más largas y abundantes en la punta, el color blan-
co ^^^ fondo, y una lista negra á lo largo del cuello y lomo,
Una ó dos trasversas del mismo color sobre los hombros. En los
I08 HISTORIA NATURAL.

países en que esta especie recibe cuidados más esmerados, es viva, ac-
tiva y elegante ; mas en Europa, tanto por ser más intenso el frío,
escasos y malos los alimentos, como por sujetarla al trabajo antes
que se haya verificado su completo desarrollo, ha degenerado nota-
blemente. El onagro es el asno salvaje. En Filipinas no ha sido po-
sible fomentar la cría asnal, quizás por la humedad excesiva del clima.
De la unión de esta especie y la anterior proceden los híbridos,
llamados mulos y muías, si deben su origen á yegua y asno, y macho
romo ó burgédano, si á caballo y burra. Los primeros son de más
talla y más robustos que los segundos, por loque se les prefiere para
los penosos trabajos á que se los destina. Tienen el inconveniente de
ser estériles (aunque hay ejemplos de fecundidad '), y de participar
de la tenacidad del asno.
La cebra, E. \ebra, L. ffig. 69), es algo mayor que el asno, con
fajas alternadas y trasversas,
blancas ó amarillas y negras,
en todo el cuerpo y en las ex-
tremidades, dispuestascon una
regularidad admirable. Tiene
la ligereza del ciervo y la for-
ma y gracias del caballo.

ORDEN 8.°-PISCIFORMES.

Los Pisciformes carecen de


extremidades abdominales, y
tienen las formas exteriores á
Fig. 6y. E^mis ^ehra, /..—Cebra. propósito para surcar los ma-
res, en cuyo elemento viven",
habiendo sido por esta razón confundidos con los peces por espacio
de muchos siglos. Son,no obstante, verdaderos mamíferos; pues
las modificaciones más notables de su organización, en definitiva, nO
influyen más que en los órganos del movimiento. Tienen solamente
brazos ó aletas pectorales, bastante desarrolladas, sostenidas por niJ-
merosos huesos, y su cola, á diferencia de todos los peces, es hori-
zontal. Respiran el aire atmosférico en la superficie de las aguas ; J
paren generalmente un solo hijuelo, que lactan con una mama si-
tuada en una cavidad cerca del orificio anal. La garganta de esto*
animales es muy estrecha relativamente á su cuerpo, y su alimento
ordinario son peces y moluscos.

' Véase el Museo pintoresco de Historia Natural, tomo 11, pág. 52.-*
Madrid, i853.
ZOOLOGÍA. 109

El nombre de pisciformes parece más exacto que el de cetáceos


(de x>¡T04, ballena), que les dan los autores ; pues éste lleva consigo
laidea de un cuerpo gigantesco, que sólo conviene á las ballenas y
cachalotes.
Puede dividirse este orden en tres familias: Sirenas, cachalotes y
ballenas.
SIRENAS.—Las sirenas carecen de caninos, tienen molares de co-
rona plana, y se distinguen de los cachalotes y ballenas en tener dos
Wamas pectorales y las aberturas nasales en el extremo del hocico,
oon herbívoras, y tienen incisivos en la primera edad, mas Juego se
'Cs caen. Estos son los animales que al parecer dieron origen á las
tabulas de los tritones y de las sirenas, pues sacan con frecuencia la
parte superior del cuerpo fuera del agua; tienen bigotes y mamas,
estrechan contra el pecho á sus hijuelos, y semejan remotamente al
nombre ó á la mujer. Pertenece á esta familia el dugong ó peje mulier
"cl archipiélago filipino, Halicore dugong, Erxl. (de uXi, mar; xopYj,
"Oncella). Llega á tener ocho pies de longitud : su aspecto es repug-
nante : tiene la cabeza voluminosa, el labio anterior truncado, los
<*Jos pequeños, el cuerpo cubierto de una piel gruesa, apizarrada por
*ncima, blanquecina por el vientre, conjunto que nos representa la
>niagen, no de una graciosa sirena, sino de un animal bien indigno
"^ los encantos que tan equivocadamente se le han supuesto. Los
herbolarios españoles que escribieron en Filipinas ensalzan extrema-
''amente las virtudes medicinales de todos sus huesos, á diferencia
"elos antiguos, que concretaban la superstición al hueso manatí, que
•^ota en el conducto auditivo de todos los cetáceos.
CACHALOTES.—Los cachalotes tienen dientes cónicos, una sola
abertura nasal encima de la cabeza , las mamas cerca del ano, y se
^'nientan de animales.—Pertenecen á esta familia los delfines (jigu-
'"" 70), conocidos desde la antigüedad ; son velocísimos, tanto que

Fig. yo. Delphims fhocfmi, L.—Marsopa.

"gucn un día entero á un buque, así de vela como de vapor, como


"> todos los viajes del cabo de Buena Esperanza se observa. Creyóse
'•i otro tiempo que tenían afición al hombre; mas lo que persiguen
lio HISTORIA NATURAL.

son los pececillos que se alimentan de los desperdicios del buque.


Es fácil cogerlos, no sólo con el arpón , sino también con el anzue-
lo, y se aprovecha la grasa del tejido adiposo subcutáneo.—Tienen
dientes en ambas mandíbulas, mientras que el narval ó unicornio
marino (Jig. 71) sólo tiene dos dientes, uno que no sale de la boca

Fi^. 71. MofíoJon mono.rros, L.—Narval.

y otro recto, delgado, asurcado en espiral y que iguala en longitud


á la mitad del cuerpo.—Los cachalotes, propiamente dichos, son de
magnitud gigantesca : de ochenta y más pies de longitud. La cabeza
es tan voluminosa, que forma la tercera ó cuarta parte del total del
cuerpo. Es en ellos característico el tener dientes solamente en la
mandíbula inferior, y en la superior agujeros para alojarlos cuando
cierran la boca. Varían éstos de veinte á treinta: veinticinco tiene
cada uno de los dos huesos que forman la quijada inferior át\ pe\
mular, Physiter tursio, L., que se conservan en nuestro colegio de
Manila ; la longitud de cada hueso es de 2,35 metros. Aprovéchase
de esta especie la citina que segrega y contiene en las cavidades que
hay sobre la cabeza y en varios tubos del tejido adiposo ; esta sus-
tancia es líquida mientras vive el animal; se solidifica después de
muerto, y sirve para hacer bujías. Los excrementos que jjor alguna
enfermedad han permanecido mucho tiempo en el recto, se conocen
en medicina y perfumería con el nombre de ámbar gris.
BALLENAS.—Tienen, como el último género,la cabeza muy volu-
minosa, y lo igualan también en tamaño y velocidad, pues andan
once metros por segundo; pero se distinguen en que tienen dobles
ZOOLOGÍA. III

»as aberturas nasales, y en que carecen de dientes, que están susti-


tuidos por una serie de láminas córneas,divididas en filamentos por
uno de sus bordes, de modo que permiten la salida de las aguas é
impiden la de los pececilios y moluscos que forman el pasto habi-
tual de estos cetáceos. Su tejido celular adiposo es muy abundante,
y de él se extrae el aceite llamado saín.—La ballena común (fig. 72)
e encuentra en todo el Océano, v principalmente en los mares po-
lares.

Fig. 72. BaliT»a mrstketus, L.—Ballena.

Pesca de U Ballena.—Antiguamente abundaban estos gigantes


^Ji Océano en el mar Cantábrico, y los asturianos y vascos se de-
*ticaban á su pesca en el siglo xvi; así consta aún por las ruinas de
las torres vigías que se habían construido en el litoral para espiar su
aproximación á tierra. Cuando el centinela percibía los surtidores
**c ios cetáceos, daba la señal de consigna, y los pescadores echaban
*1 agua sus botes y atacaban al monstruo marino. En los archivos
Qe aquellas provincias se encuentran documentos de lo floreciente
íue estuvo la pesca de la ballena y del instrumental que usaban '.
" o y es preciso aproximarse al norte para tener probabilidades de
ocontrar grandes especies. Por las islas Marianas pasan todos los
^uos algunos barcos balleneros en dirección al polo: llevan un vigi-
lóte en el palo, que avisa tan pronto como los surtidores del agua
"i^c el animal arroja por las fosas nasales le anuncian su presencia;
'^han los botes al agua, y el barco se prepara para prestarles auxilio
^ caso necesario. Lleva cada lancha, además de los remeros, un ti-
onel, y el encargado de lanzar el arpón, que se sitúa de pie en la

Puede verse el Diccionario histórico de las artes de ¡a pesca nacio-


"'> cinco volúmenes en folio.—Madrid, 1791, art. Harpón.
112 HISTORIA NATURAL.

proa, y con toda la fuerza de que es capaz se lo clava alrededor de


la aleta pectoral, ó en otro punto en que la piel no sea muy gruesa.
Luego que el cetáceo se siente herido, huye con gran velocidad, y
por eso el cable del arpón está recogido en espiral, y se va desarro-
llando conforme vaya alejándose. Si no basta la cuerda, se le
amarra al fin una pipa vacía que sirva de boya é indique el paradero
del cetáceo. Cuando éste sube á la superficie para respirar, le hiere
de nuevo otra lancha; hasta que, debilitado por la pérdida de la
sangre y demás heridas, se le puede sujetar. Sus coletazos son tan
terribles, que han llegado á levantar y volcar botes y tripulación.
Muerto el animal, flota, y se aproxima el buque para amarrarlo con
cadenas al costado, quitarle las ballenas y derretir el lardo, colo-
cando el aceite en toneles que llevan ya preparados. Algunas veces
un sólo animal produce dos mil arrobas de saín.

ORDEN 9."—MARSUPIALES.

Los Marsupiales son mamíferos didelfos, con una bolsa abdo-


minal formada por los repliegues de la piel, y huesos largos y de-
primidos, articulados con el pelvis, y que fueron llamados marsu-
piales^ por suponer infundadamente que sostenían la bolsa (marsu-
piumj. El feto es expulsado de la matriz en un estado en que no son
perceptibles los miembros.sino por pequeños tubérculos. Las ma-
mas, que son numerosas, están colocadas en forma de semielipse,
observa el Sr. Azara, y protegidas por la bolsa ó repliegues abdomi-
nales. Cuando tiene lugar el parto anormal, la hembra introduce un
pezón en la boca de cada hijuelo, llevándoselo hasta el esófago, y
en este estado permanecen adheridos á las mamas hasta alcanzar el
desarrollo que presentan los hijos de otros animales al nacer. Cesan
entonces de estar implantados en el pezón, y entran en las condicio-
nes ordinarias, aunque son todavía conducidos en la bolsa abdomi-
nal. Cuando empiezan á andar se suben á las espaldas de su madre,
donde se sostienen enroscando su cola á la de ésta.
Distínguense del orden siguiente por la bolsa ó repliegue, y por-
que, si bien tienen un solo orificio para las secreciones y órganos
sexuales, no terminan éstos en el recto.
Las especies más importantes de este orden son la zarigüeya, qu&
se alimenta de animales, y el canguro, cuyo régimen alimenticio es
vegetal.
La zarigüeya (fig. 73) tiene en las extremidades cinco dedos con
uñas agudas y encorvadas, excepto el pulgar de las abdominales que
no tiene uña y es oponible; la cola es prensil , y la lengua está eri-
zada de papilas córneas. Al decir de Oviedo, son animales nocturnos^
tardos en sus movimientos, trepadores y despiden un olor fétido.
ZOOLOGÍA.
"J
Viven en América. Temmincit ha dedicado á Azara la especie micu-
'•^; hchurcha de Oviedo tiene la cola desnuda.

Fig. •]). DMf'hys virginiana, I..—Zarigüeya.

El
canguro (fig. 74) tiene cinco dedos en las extremidades torá-
cicas , y sólo cuatro en las abdominales. Los canguros tienen una
^*9c¡ón característica, pues se
ostienen sobre las extremi-
'"Cs abdominales, que son
^**y largas, apoyados en su
••obusta cola. Habitan en las
praderas de Australia é islas
próximas en rebaños numeró-
o s : aprovechan los natura-
^s su carne como comestible,
y Jos incisivos para fabricar
*nEas y flechas. En el parque
^^' Buen Retiro de Madrid
*y Una numerosa manada
P*"ectamente aclimatada: en
tro lugar queda notado que
**S di<5 i o i p r o p i a m e n t e el Fig- 74. Maaopus gigaiUem, L.—C«nguro.
*>onibre de gerbos.

X.-<^
I 14 HISTORIA NATURAL.

ORDEN 10.—MONOTREMAS.

El nombre de Monotremas [^^ovoi:., solo; -zp^^m, agujero) ha sido


impuesto á los animales de este orden , porque sólo tienen una sola
abertura posterior, ó cloaca , para dar salida á las excreciones, así
nutritivas como reproductivas, asemejándose en esto á las aves. Se
hallan indicios ciertos de mamas á los lados del abdomen. No tienen
bolsa como los marsupiales; pero sí tienen los huesos que llaman
marsupiales, con impropiedad, como se ha notado. Su clavícula
tiene también una configuración particular análoga á Ja horquilla
de las aves. Tienen cinco dedos en cada extremidad, reunidos por
una membrana. Los machos tienen en el talón un aguijón córneo
con un conducto en el centro, continuación del escretor de una
glándula situada en el muslo, y cuyo líquido es venenoso, según
algunos. La abertura de la boca está terminada en un pico parecido
al de los patos, y sólo tienen dientes en el fondo del paladar. Aun-
que poco conocida su reproducción, parece que tiene algunas analo-
gías con la ovovivípara.
El ornitorinco (opvi6o;, ave; pÚYxo;, pico) (fig. 75), dado á conocer

Fig. 75. Orniihorhyncims paiadoxus,&um.—Ornitorinco.

á principios de este siglo por Blumenbach, produjo singular admira-


ción, pues contrariaba algunas de las leyes más constantes en mam-
malogía. Es animal acuático de Australia, nocturno, tímido, apaci-
ZOOLOGIA. H5
ble y poco instintivo : coloca sus hijuelos en madrigueras m ullidas,
y se alimenta de anélidos y pececillos.
El equidna (fig. 76) tiene la boca
muy pequeña, la lengua protráctil,
el cuerpo cubierto de espinas cortas
y rígidas, las uñas á propósito para
cavar , la cola apenas visible, y ca-
rece de dientes. Conócense dos espe-
cies, distintas únicamente por el ^iS
mayor ó menor desarrollo de las es-
pinas. Creyóse á fines del siglo pa- Fig. yC), Echidna hysirix,
—Equidno.
sado que pertenecían al género Myr-
mecophaga ú oso hormiguero.

CLASE SEGUNDA.

AVES.

Las aves son animales vertebrados de sangre caliente, circulación


completa y doble, extremidades anteriores en forma de alas, pico,
cuerpo cubierto de plumas, generación ovípara , y sin mamas.
«Entre los vertebrados, dice el profesor Lamarck, las aves ocupan
justamente el segundo lugar, pues aunque no haya en estos anima-
les tan grande número de facultades, ni tanta inteligencia (instinto)
como en los animales de la primera clase, son, sin embargo, los úni-
cos que, como los mamíferos , están provistos de un corazón con
dos ventrículos, y de sangre caliente. Tienen, pues, con ellos relacio-
nes inmediatas, que no se encuentran en ninguna otra clase; al paso
que la falta absoluta de mamas, órganos característicos de laclase
anterior, supone en ésta un cambio esencial en el sistema de repro-
ducción.«
El neuro-esqueleto de las aves (jig. 77) presenta algunas modifi-
caciones. Los huesos del cráneo se sueldan en la edad adulta, hasta
el punto de quedar aquél constituido por una sola pieza : una cosa
análoga sucede con los de la cara. El esternón está muy desarrollado,
tanto en su anchura como en su longitud ; forma una especie de
escudo, que protege toda la parte anterior del pecho y gran parte del
vientre ; tiene en el medio una cresta, llamada quilla, en la cual se
insertan robustos músculos; y otros apéndices y modificaciones or-
denados á dar robustez y fuerza á las alas y sostener el vuelo, para
el que están dispuestas las extremidades torácicas.
El dermaio-esqueleto está representado por las placas córneas que
forman el pico, por los estuches que revisten las últimas falanges de
I16 HISTORIA NATURAL.

los dedos en las extremidades abdominales, y á veces también por


los espolones que se notan en algunas especies. Pero principalmente
está formado el dermato-esqueleto por las plumas, apéndices caracte-
rísticos de esta clase, que tienen grande analogía con pelos muy des-
arrollados. Están formadas por una cubierta de sustancia córnea y

^'£- 77- Neuro-ísquíleto de una gaviota '.

por la médula, que ocupa la parte interna y falta en la parte inferior,


que se denomina cañón. La parte superior se llama tallo, el cual pre-
senta á los lados apéndices numerosos en forma de láminas, barbas
adheridas entre sí por medio de otras laminitas, hasta constituir un
tejido impenetrable al aire. Se da el nombre de pennas ó grandes
plumas á las que, implantadas en la mano y antebrazo, ó en la últi-
ma vértebra coxígea, sirven para el vuelo; las pennas de las alas se
llaman remiges ó remeras, y se dividen en primarias, que en nú-
mero de diez ocupan la mano, y secundarias, que están colocadas eo
el antebrazo; las de la cola reciben el nombre de timoneras. En 1*
base de las pennas hay una hilera de plumas mayores que las qu^
revisten el resto del cuerpo: son las iecírices ó cobijas.
El tubo digestivo es más corto que en los mamíferos, por alimen-
• a, húmero; t, omoplato; r, región sacra; d, última vértebra coxIgea; e, tibia;/, tarso; /•
bboge; *, esternón; /, clavicula.
ZOOLOGÍA. 117

tarse las aves de sustancias más nutritivas, como carne, semillas, etc.
'^u esófago presenta en la base del cuello una dilatación, llamada bu-
(fiS- 78), donde los alimentos sufren una especie de maceración.
Consta el estómago de dos partes: el ¡ílanduloso ó ventrículo subcen-

'*'~iado, que es de corto diámetro y algún tanto prolongado, y el


^sculoso ó molleja, más ó menos esférico y revestido de fibras mus-
"'osas; el epitelio que lo cubre interiormente es muy grueso, callo-
, en las granívoras, que trituran con sus contracciones las piedre-
'^s que se han tragado. La extremidad del recto está ensanchada,
I reconoce con el nombre de cluaea : en ella terminan el uréter y
'»s oviductos.

7*' Aparato digestivo de una gallina.—a, esófago; h, ventrículo sube bcenturlado; c, mo-
'id' ?'""•«»«; ' , intestino delgado; / , ciegos; g, intestinos gruesos, h, uiríter; 1, oviducto;
ano; />, conductos hepáticos; r, vejiga de la hiél; s, hígado, /, buche.
Il8 HISTORIA NATURAL.

El aparato circulatorio es semejante al de los mamíferos. Las ra-


mificaciones brónquicas no se dividen todas hasta las celdillas d é l o s
p u l m o n e s ; antes algunas terminan por un orificio en la superficie de
aquellos, pudiendo pasar el aire atmosférico al interior del cuerpo del
a n i m a l , y mediante las células aéreas, al interior de muchos huesos
y base de las plumas; por eso se dice que su respiración es doble, y á
la misma función deben las aves la facilidad que tienen de disminuir
su peso específico, introduciendo aire en el cuerpo y dilatándolo,
por hallarse sometido á u n a temperatura de 44" centígrados.
T i e n e n estos animales una glándula debajo de la cola que segre-
ga u n líquido aceitoso q u e , extendido por las p l u m a s , las hace im-
permeables al agua.
Entre los órganos de los sentidos , el del tacto , gusto y olfato no
son m u y perfectos : en el oído está el t í m p a n o á flor de la cabezal,
pues carece de parte externa; pero el oído medio tiene grande exten-
sión, y las aves pueden apreciar musicalmente los sonidos. El órga-
no de la vista está bien desarrollado, y gozan, al parecer, de la prcro-
gativa singular de ver con distinción de cerca y de m u y lejos, apro-
ximando más ó menos el cristalino á la retina, ó haciendo que cam-
bie la convexidad del ojo en la parte anterior. T i e n e n m u y desarro-
llado el tercer párpado ó m e m b r a n a niclitaníe, y pueden correrla á
manera de cortina desde el ángulo interno al externo, con lo que cu-
bren el ojo por completo y templan la intensidad de la luz.
La locomoción característica de las aves es el vuelo : algunas ca-
recen de esta facultad, como el avestruz, el c a s u a r i o , el pájaro niño
y o t r a s ; pero las demás tienen un vuelo más ó menos i n t e n s o , lo
que se conoce por la longitud de las alas , rigidez de las p l u m a s re-
meras y estructura del esternón. Asegúrase q u e el palomo viajero
vuela quince leguas por hora , velocidad m a y o r que la de las loco-
motoras ordinarias de vapor '.
La reproducción de las aves es ovípara : colocan los huevos por
p u n t o general en nidos que anticipadamente construyen y abrigan

' En la noche del 7 al S dt; Junio de 1862 recibió el jefe de una esta-
ción de Dijon (Francia; dos cestas ilc palomas viajeras, procedentes de Ma-
linas (Bélgica!, con ruego y encargo de que les hiciese beber y las soltase
el domingo, día 8, á las cinco de la mañana. Se soltaron á las cinco y seis
minutos, con un tiempo hermoso y brisa del norte, k las dos de la tarde
habían entrado once palomas en .Malinas; la primera había llegado á las
once y cuarenta y dos minutos, volando á razón de 70 kilómetros por hora,
pues desde Dijon á Malinas hay por el aire 490 kilómetros. (Science pour
lotis, septíeme année, pág. 304., Parece que esta revista lo toma de la Gi-
roitde, mas sin citar el número. En 1879 hízose en Inglaterra la prueba en-
tre una paloma y un tren directo, venciendo la paloma, con una ventaja
de 18 millas de las 7Ó y media que tenía el trayecto.
ZOOLOGÍA.

con sustancias vegetales ó animales filamentosas, con las plumas de


•a misma madre ú otras sustancias análogas. El embrión necesita
para su desarrollo u n grado de calor igual , con corta diferencia , al
ael cuerpo de sus padres; y como la atmósfera, por p u n t o general,
•10 puede d a r l o , de aquí que aquellos se coloquen sobre los huevos,
a j o que se da el nombre incubación, cuya duración varía desde doce
"'as hasta cuarenta y tantos. F^n algunos puntos de la zona tórrida
"O cuidan ciertas especies de la i n c u b a c i ó n , sino que la confían al
calor atmosférico; así hace el ¡abón de Filipinas, que se contenta con
cubrir sus huevos con arena, y los abandona á la acción del sol. Si las
aves son poliganuis. sus poUuelos están m u y crecidos al salir del cas-
caron ; mas si son umiKi^'amas, necesitan del cuidado de sus padres,
que los alimentan d u r a n t e un período semejante al de la lactancia.
r,ntre los instintos de las aves merece especial mención el de
^migración á diferentes puntos del globo en las diversas estacio-
nes, y el qyc tienen algunas de presentir v a n u n c i a r la m u d a n z a de
'iempo.
_ Siguiendo á Linneo y á Cuvier, puede dividirse esta clase en
seis ó r d e n e s ; procedimiento sencillo, a u n q u e no m u y n a t u r a l , que
*^n nada perjudica la formación de familias tan naturales como per-
'"ita el estado de la ciencia.

ÓRDENES.

I'ico sólido, fuerte y encorvado; uñas fuertes, 1


ganchud;is y puntiagudas : Inisc Je la man-\ i." Rapaces.
díbula inferior cubierta de cera )
I'ico débil ó recto ; tarsos cortos ; tres dedos ,
anteriores y uno posterior, libres, ó con 12." Pájaros.
membrana sólo en la base.
Dos dedos anteriores y dos posteriores.. Trepadoras.
Ct.ase 2."
Casi todos con la mandíbula superior above-
VVES.
dada ; alas cortas ; cuerpo pesado ; oriücios i 4." Gallinác
maceas.
jrana.. )
nasales circunscritos por una membr
f Patas largas y delgadas ; tarso y parte inferior j
. 5." Zancudas.
de las piernas sin plumas '
Patas cortas ysituadashacia la parte posterior:
dedos anteriores unidos por una membrana ^6." Palmípedas.
interdigital..
120 HISTORIA NATURAL.

ORDEN 1."—RAPACES.

Las aves Rapaces tienen las uñas y el pico sólidos, robustos, en-
corvados, acerados y puntiagudos, de los cuales se sirven como de ar-
mas ofensivas para apoderarse de otros animales y desgarrar sus car-
nes. Forman un grupo bastante natural, establecido ya por Linneo
con la denominación de j4ccí/'zVreí, y tienen alguna analogía con
los animales carniceros. Su tubo digestivo es c o n o , pues se alimen-
tan de carnes, y la molleja apenas es musculosa. Tienen instintos
sanguinarios, vuelo elevado y rápido, que les permite dar alcance
con facilidad á sus víctimas; y el sentido de la vista, y en algunas
especies el del olfato, están perfectamente desarrollados. Son monó-
gamas y solitarias : sus hijuelos nacen en tal estado de debilidad,
que necesitan por mucho tiempo del socorro de sus padres.
Puede dividirse este orden en tres familias.

FAMILIAS.

Mandíbula superior encorvada en la punta;


uñas romas; ojos laterales, sin ceja saliente; |
) Buitres,
dedo externo unido al de en medio por una |
corta membrana
|Mandíbula superior muy encorvada; uñas'
Orden i."
puntiagudas ; ojos laterales cubiertos supe-
RAPACES.
riormente por una ceja saliente; dedo ex-) Halcones,
tcrno unido ai de en medio por una mem-
brana
Ojos dirigidos hacia adelante ; cabeza gruesa; i
> Nocturnos,
cuello corto ; dedo externo libre y versátil.)

BUITRES.—Como tienen las garras más débiles que los halcones,


prefiéranla carne muerta, y soloatacaná los animales vivos caso de no
encontrar cadáveres. Sufren mucho tiempo el hambre, y se hartan
con tal exceso cuando encuentran alimento, que no pueden volar,
y se sitúan en las peñas para efectuar la digestión : el buche les
forma entonces un abultamiento debajo del cuello, y de él sacan el
alimento para sus polluelos. Son sus alas larguísimas , y á pesar de
su voluminoso cuerpo, se remontan formando espirales hasta per-
derse de vista.
ZOOLOGÍA. 121

El tipo de esta familia es el buitre ffig. 79), que, como el alimo-


'^''e, se encuentra en Espaüa : tienea el cuello y la cabeza, ó á lo
"íenos ésta, desnuda, ó cubierta
solamente de plumón muy cor-
to—Es notable entre las especies
'^e este género el cóndor, Vultur
S^yphus, L., que habita en los
Andes, y acerca del cual tantas
tabulas se cuentan. Es mayor
*ltie el buitre, y ataca algunas ve-
^•^s á los animales vivos.—Tam-
bién se encuentra en España el
1'^^branta-huesos ó grifo (figu-
' ' ' 8 0 ) , que se alimenta no sólo
^ cadáveres sino que despeña
abras, gamuzas etc., tiene un l'i,í. y). I'iiltiiy fuhits, 1., — Buitre.
"íechón de cerdas en la mandí-
*i>a inferior. No se conoce en Filipinas ninguna especie de esta
''amilia.

Fig. So. Gypa'cliis l:irl\ilu>. L.—Quebranta-huesos.

^ HALCONES.—Los halcones tienen las uñas muy puntiagudas y se-


"™ "retráctil es; la mandíbula superior encorvada casi desde su base,
y los ojos cubiertos superiormente por una ceja de pelos. Alimén-
"*c de carne palpitante, y solo en caso de no hallar caza viva se
^fcan á los cadáveres. Sus plumas son rígidas, largas las remeras
7 su vuelo elevado y sostenido. Nacen los polluelos con los ojos cer-
aaos. —El género Falco de Linneo es el tipo de esta familia, de nu-
^rosas especies, que en la edad media se empleaban en cetrería,
'fistrándolas en la caza y enseñándolas á traer sus víctimas al ca-
^^f- Llamaban nobles á las especies fáciles de educar, y que aco-
litan á otras de igual ó mayor tamaño que el suyo : cerca de la
Pinta de la mandíbula superior tienen un festón , y sus alas son
122 HISTORIA NATURAL.

puntiagudas, pues la primera y tercera remeras son iguales y la se-


gunda es la más larga.—Á este subgénero pertenecen el cernícalo,
V íinminculus, L.; el esmerejón , /•'. esalón, L., y el halcón común.

l-ig. SI, /-'.i/ii íhymdcs. L. — Águila real.

F. peregrinits, L., que se encuentran en Filipinas, lo mismo que en


España, donde también se halla el alfaíieqtie y el jerifalte. Las in-

Fig. 82. FaUo leuiogaslrr, Lath.—Águila oceánica.


ZOOLOGÍA. 123

nobles carecen de festón, y sus alas están como cortadas, pues la


primera remera es corta, la sejíunda más larga, y la tercera y cuarta
más aún que todas.—Á este subf^éncro pertenece el águila real (Jigu-
'•«81), que se encuentra en las cercanías de .Madrid, lo mismo que la
imperial.—Es común en Filipinas el dónala oceánica (fi^^. 82I, la co-
*""«, la nei;ra , la de mar (pira en tagalo , la ¡auin, F. eriif;inesus.
L.; la ¡auin laninan, F. ccnilcscens, L.; la lauin-pira, V. torcualus,
^••, Y lá mamujan, F. Urubiünga, Temm., con otras varias. —Hay
asimismo el a\or neirro, Spi\aclus nii^cr, Vieill; el tirano, F. 7')'-
rannus, Max; el milano real
(calipay, fig: 83); el de Ca-
rolina, F. furcatus, Lath; el
borni, F. rufus, L., y una
"Ueva especiequehcmosdeno-
niinado provisionalmente F.
^hilippiíms. — Distingüese el
^^rpentario , Gypogcranus
^^rpeiiLirius, L., por sus tar- Fi:;. S;. Fiiúv ",(A'«(, I.. — Milano real.
aos largos y dedos muy cor-
aos: es de África.— La arpia, F. harpya, L., tiene las alas cortas, lo>
^rsos muy gruesos y semirreticulados, y el pico y uñas de una ro-
''Usiez y magnitud, que indican bien sus hábitos carniceros.
NOCTURNAS.—La dilatación de su pupila hace que no puedan re-
^'stir la intensidad de la luz durante el día, y s;ilgan sólo en los cre-
púsculos y noches de luna. Sus plumas son suaves y flexibles; el
^uelo débil, pero tan silencioso, que se acercan á las víctimas sin sei
amidas. Las plumas sedosas y en
'Orma de círculo que tienen estas
'_ves alrededor de los ojos, las eréc-
^iles que algunas tienen cerca de
'Os oídos amanera de orejas, su
'Parición en los ediricios arruina-
dos y en los campanarios, y su lú-
8ubre grito nocturno , las hacen de
«>al agüero para el vulgo ; los grie-
o°s, sin embargo, habían consagra-
do el buho á Minerva.—En España
'aman buhos á las especies mayó-
os y adornadas de penachos; lecliu-
^^ á las medianas como la corneja Fig. S4. Slrix 5ii)/'.<, L.—Corneja.
'fig. 84J, y mochuelo á las de me-
/^r tamaño.—En Filipinas, donde las llaman cua^'o, hay el gran
f*^"^ ÍJig- 85), el pequeño duque, la lechuda horquillada, y el wo-
^"uelo común (figM).
124 HISTORIA NATURAL.

De la cetrería.—Las aves de rapiña que la antigua nobleza adies-


traba á la caza, y que, vencidas por medio de las privaciones que se
les imponían para domesticarlas, ponían al servicio de su amo su
fuerza, astucia y arrojo, eran solamente el halcón, eljerifalte, el al-
cotán, el aguilucho, el cernícalo y el esmerejón. A las restantes jamás
pudieron domar ni las privaciones, ni la abundancia, ni los hala-
gos, ni el rigor: en su mayor parte, dejáranse morir de hambre an-
tes que obedecer. El águila hallábase al frente de estas aves, llama-
das innobles, porque se obstinaban en usar por cuenta propia de las
facultades belicosas de que las había dotado la naturaleza.

Fig. 8^. Slrix buho. I..—Gran duque.

Para domesticar aquellas aves altivas, se comienza por privarlas


tres días con sus noches de comida, bebida, sueño y luz. Se les cubre
para el efecto la cabeza con el capacete, se les sujetan las piernas con
\ina.spilmelas hechas de correas y rematadas en campanillas ó casca-
beles, y el halconero lleva el ave en el puño constantemente. Si ^
rebela, se la sumerge la cabeza en agua. Cuando recibe la comida de
la mano y se deja encasquetar el capillo, se cree que está amansada.
ZOOLOGÍA. 125

Llamaban curalle á unas pelotillas de estopa atadas á un hilo que


les hacían tragar, y se las sacaban en seguida para excitarles el apetito
y satisfacérsele después, obteniendo por este medio la adhesión del
animal. Llevábanle después al césped de un prado, y le presentaban un
pedazo de carne; si para comerla venía ai puño del halconero, estaba ya
en estado de aprender á conocer el señuelo, que era una imitación de
una ave de presa, quellevaba atado un pedazode carne, y estaba desti-
nado á servir de reclamo al halcón cuando estaba elevado por el aire.
Una vez puesto sobre este armadijo, se le dejaba engolosinar para

Fig. S6. Stnx f'^surina, 1..—Mochuelo.

aficionarlo más á él. El halconero le llamaba la atención á fuerza de


Bnios hacia el lugar donde estaba el señuelo , y esto hasta que el hal-
cón conocía su voz. Cuando conocía va el reclamo, se le llevaba al
campo, y sujeto á un fiador (cuerda de 6o pies), se le presentaba el se-
ñuelo cada día á más distancia , hasta que estuviese completamente
adiestrado á lanzarse sobre él. Después se le hacía conocer lo pivo,
soltándole sobre aves domesticadas atadas á un poste, pero sin aban-
donar jamás el ñador, aunque se le quitara el capacete; y finalmente
se le adiestraba para la caza de aves libres, soltándole el fiador cuando
126 HISTORIA NATURAL.

se estaba ya seguro de su obediencia. Esta caza variaba mucho, según


las especies que se hubieren de cazar; aunque, á decir verdad, la ce-
trería, más que caza comestible , proporcionaba un espectáculo di-
vertido, que hizo en un tiempo las delicias de la nobleza. El vuelo del
faisán, de la perdi^ y delpato silvestre constituían, á lo que se decía,
una diversión de caballeros ; y se llamaba pasatiempo de príncipes,
al vuelo del milano, de la gar:{a real , de la corneja y de la urraca,
verdadera caza de lujo, sin ningún valor culinario. Esta caza era tam-
bién la diversión predilecta de las damas de la edad media. En cuan-
to á nosotros , concluye Boitard , que vivimos en este siglo de peque-
neces, al paso que somos admiradores de la edad media y del
renacimiento , creemos bastante para reproducir la poesía de los an-
tiguos tiempos con rodearnos de muebles históricos, llevarlas barbas
terminadas en punta , y dar un corte clerical á los cabellos, sin cui-
darnos de lo más digno de imitación de aquella noble época; á sa-
ber : las pasiones varoniles, la lealtad y afecto inalterables, la gene-
rosidad , el pundonor, el ardor e n l a t e y la religión , el descuido
de lo material y positivo, el respeto á las damas y la pasión por
la caza.

O R D E N 2."—PÁJAROS.

Los Pájaros son aves de pico recto ó débil, tarsos cortos, tres de-
dos anteriores y uno posterior, libres , ó con membrana sólo en
la base.
Difícil es, dice Chenú, formarse idea adecuada de este orden por
sólo los caracteres anunciados. Los pájaros de ningún modosa dan
mejor á conocer que cuando se dice ser aquellas aves no compren-
didas ni en las rapaces, ni en las trepadoras, ni en las gallináceas, ni en
las palmípedas y zancudas. Tienen por punto general las alas de me-
diana longitud, el vuelo poco sostenido, y es en ellas característico el
andar á saltitos. Casi todas las especies son monógamas, y el macho
suele compartir con la hembra los trabajos de la construcción del
nido, incubación y cría de los polluelos Á este orden pertenecen las
especies cantoras por excelencia, y muchísimas de los más brillantes
y metálicos colores. Todas son pequeñas ; las mayores , de tamaño
mediano: pueden dividirse en cinco familias.
ZOOLOGÍA. 127

FAMILIAS.
Pico escotado por ambos lados cerca de la 1
> Dentirrostros.
punta )
Pico corto, a n c h o , aplastado horizontal-
mente, algo encorvado, sin escotadura y \ Fisirrostros.
profundamente hendido 1 *
Orden 2." Pico fuerte, más ó menos cónico y sin es-1
-j , / I Conirrostros.
' Á j A H o s , \ cotadura )
jPico endeble, prolongado, ya recto, ya ar-1
[Tenuirrostros,
queado, sin escotadura )
Dedos externo y medio de longitud casi I
' igual y unidos entre sí hasta la penúltima) Sindáctilos.
articulación

DENTIRROSTROS.—Pertenecen á esta familia los pájaros que tienen


Una escotadura a cadaI;idode la p u n t a del pico: son aves insectívo-

< ^mJS0B3BSB^S^^&'*^

-/y

Fig. Sj, Lanius rycuhilor, L.—I'ega-rcborda.

•"'s y granívoras, prefiriendo las drupas, bayas y otras frutas tiernas.


'^iipega-retordas (fig. 87), (culilis de Filipinas), tienen el pico fuer-
128 HISTORIA NATURAL.

te, cónico, deprimido, y ganchoso en la punta, circunstancia que


hace de estas aves el eslabón entre las rapaces y los pájaros.—Los gé-
neros más comunes en Filipinas, son: elpapamoscas fcalasangpari)y
el tirano, de pico complanado horizontalmente y guarnecido de pe-
los en la base; el drongo (dalaga-irenei, del que se conocen varias
y lindas especies, y que se diferencian del anterior en tener ambas
mandíbulas ligeramente arqueadas; el lángara, de pico cónico trian-
gular, y alas cortas; el mirlo (hioco), muy parecido al mirlo de roca
europeo, y el solitario, más pequeño que aquél; la oropéndola (cu-
liáuan), de hermoso pajizo, con alas y cola negra; la nevatilla (maria-
capra); la collalba; el colelo gulin); el tordillo i sumud-carabao); el
martin, introducido de China por la Sociedad Económica, y otros.
FisiRHOSTROs. —Las aves de estafamilia tienen hendido elpicocomo
los papamoscas, pero carecen de escotadura. Son notables por sus
emigraciones las golondrinas (langai-jangai;, de cola bifurcada , y
alas casi tan largas como ésta, cuando están plegadas. Unas especies se
acercan á la habitación del hombre, y colocan sus nidos, construidos
de barro y saliva , bajo los aleros del techo de sus casas ; tales son,
la golondrina de chimenea y la urbana; otras, como la ribereña y de
monte, se alejan del hombre.—Losrencejos tienen las alas mucho más
largas que la cola , los tarsos conos y los cuatro dedos dirigidos ha-
cia adelante; vuelan por lo común en numerosas bandadas, y emi-
gran como las golondrinas.—Es notable en Filipinas la salangana.

htg. Sf. Cipi III ügin airofaus, l..~Paravientos.

que Gray llama hirundo troglodites,y Línneo llamó esculenta. Cons-


truyen el nido, no con tierra, sino con un líquido que segregan del
buche, y que es muy gelatinoso. Disuelto este mV/o en agua, forma
ZOOLOGÍA. 129

un caldo suculento y sustancioso, que los chinos toman con gusto, y


los médicos recetan algunas veces á los enfermos. Entre las islas del
Archipiélago, quizás sea la Paragua la que más nidos traiga al merca-
do de Manila, y su precio medio es 12 pesetas 5o céntimos el cató
(o>63kilogramos), estando limpio, pues con pluma sólo vale la quinta
parte. Creyóse en un principio que la salangana hacía sus nidos de
la freza de los peces, que recogía en la superficie del agua, del jugo
balsámico del calambuco, de las ovas del Gelidium, etc., etc.—Conó-
<^ese también en estas Islas c\papa-vienios (candarapa, fig. 88), her-
nioso pájaro nocturno ó crepuscular, de plumaje fino , suave y ma-
cizado de pardo y ceniciento : tiene ojos grandes y pico guarnecido
"C recios bigotes. Llámanle algunos choía-cabras, por la creencia, tan
antigua como falsa, de que mama las cabras.
CONIRROSTROS.—El pico de los conirrostros es recio, más ó menos
cónico y sin escotadura en la punta; son especialmente granívoros.
El gorrion,pin\ón, piñonero, pardillo, verdaula,herrerillo y canario
*'enen el pico corto, recto
por lo común, grueso y ro-
busto para romper las se-
quilas y otras partes duras
^6 los vegetales , si bien
''estruyen asimismo innu-
"Jerables insectos.—El jil-
8uero se distingue por su
Pico delgado , largo y pun-
tiagudo. Algunas especies,
especialmente el c a n a r i o ,
9ue se cree originario de
Ca nanas, donde existe en
estado de libertad , llaman Fig. í<j. Alaujj ciistala, I..—Cogujada.
'a atención por su canto va-
••lado y armonioso.—La calandria, alondra y cogujada (fig. 89) tie-
len el pico más largo y puntiagudo y muy larga la uña del pulgar:
* primera de estas especies es apreciada por su canto.—Las viudas,
''Olables por la longitud de sus rectrices y su color negro, son pa-
ecidas en lo demás al pardillo: conócese de Filipinas la que Sonne-
' t dibujó y llamó viuda de Panay (fig. 90), caracterizada por una
"lancha roja en el pecho '.—Las mayas, tan temibles para los arrezá-
is del país por su voracidad, pertenecen al género gorrión.

Por más diligencias que hice en la misma isla de Panay para obten«r
^ especie, nadie me dio noticias de ella. Sonnerat, Voy. a la Nouv. Gui-
*'» dice que la vio en Antique. Es el panay bunting de Lathan y la veuve
^"/eu de Buffón.
10

^yt'-í—-

íí'
HISTORIA NATURAL.
i3o
El cuervo (huacán y balicasián de Filipinas) es el gigante de los
pájaros. Tiene el pico robusto, algo encorvada la mandíbula superior
cerca de la punta, y las ventanas de la nariz cubiertas de plumas rígidas,
echadas á lo largo de ellas.—Es común en España la groja, la corneja,
la urraca, \a.pica:^a fpagat-pagat de Filipinas) y el rabilargo, espe-
cies todas de tamaño inferior al cuervo, aunque todas astutas y ro-

Fig. go. Emberiza PttiayeHsú, L.—Viuda de Pinay.

bustas, lo mismo que el grajo 6 arrendajo, que tiene plumas erécU'


les sobre la cabeza y manchas azules en las alas.
Mas si el cuervo es el gigante del orden, el aye del paraíso
fjig, gt) es el rey de la hermosura y una aiaravilla de la creación-
No se encuentran estas aves sino es en Molucas y Nueva Guinea, <»*
donde las exportan para emplear sus brillantes y graciosos penacho»
en diferentes adornos. Como les quitan las paus antes de entregar»**
ZOOLOGÍA. i3i

al comercio, se creyó en épocas anteriores que carecían de pies, que


volaban siempre, que se alimentaba del rocío y que la hembra depo-
sitaba los huevos sobre el dorso del
•nacho. Se conocen varias especies,
distintas algunas sólo por sus colores.
Las más comunes son la representada
^•n la figura, que suele tener amarillas
'is plumas hipocóndricas, y achocola-
tadas las rectrices; la roja, que tiene
colores rojos, y el rey del paraíso, de
pequeño tamaño, con dos sedas termi-
nadas en apéndices luniformes y gra-
ciosas mucetas sobre el pecho. El pa-
•"aiso filipino que Linneo llama tristis
pertenece al género Gracula de los co-
nirrostros.
TENUIRROSTROS.—Entre las especies
'europeas pertenecientes á esta familia Fig. 9 ( . Paradisiaca apoda, L,—Ave
^stá la abubilla (fig. 92), ave hedionda, del paraíso-

pero de colores variados y adornada


*^on una cresta de plumas manchadas en su extremidad de negro y
"lancuzco; y el trepatroncos, así llamado porque corre á lo largo
<ie los troncos de los árboles buscando insectos y arañas,—En Filipi-

Fig. 93. Upupa tpops, L.—Abubilla.

la» hay el pájaro-mosca, obra maestra de la creación por la ligereza,


[•«Pidez, volubilidad y gracia de su tenue cuerpecito, y por la bri-
•inte librea de esmeralda, rubí y topacio, que nunca mancha el
Po'vo; pues esta avecilla, revoloteando de flor en flor, lleva un» vida
'^'ca, tocando apenas algunos instantes en el suelo.
132 HISTORIA NATURAL.

Creyóse hasta hace poco tiempo que el pájaro-mosca se alimen-


taba únicamente del néctar de las flores ; así es que Buffón , en una

Fi^, 9 i ' Trochtius granaííKus ,Vj.\.h.—Colibrí,

descripción cuya belleza es digna del brillante colorido de esta ave-


cilla, nos la pinta cual voluble amante de las flores, que con amorosa
inconstancia vuela de una en otra, requiriéndolas de inocentes de-
leites. Mas Audubon ha demostrado que esta lindísima criatura, esta
esplendente partícula del arco-iris, bajada del cielo para esmaltar las
florestas intertropicales, sólo gira de floren flor, sostenida por sus
armoniosas alas, para libertar el cáliz de parásitos dañinos. Tal había
sido anteriormente la opinión del Sr. Azara. Entre estas diminutas
aves, unas tienen el pico encorvado y llevan el nombre de colibrís
(siete colores,Jig. 9?); otras largo, recto y dentado en los bordes, á
modo de finísima sierra, sui-manga 1 pipil i; y conservan el nombre
de pájaro-mosca los que tienen el pico recto, delgadito y liso.
SINDA'CTILOS.— Las aves de esta clase tienen el dedo exterior unido
al de en medio hasta la penúltima falange (TJV, juntamente; Í7Z-:J>.";'
dedo).—Los cálaos tienen un pico enorme , con las mandíbulas ase-
rradas, y algunas veces una protuberancia en la base de la superior, de
tamaño y forma variables. Tres especies se encuentran en Filipinas:
el cálao de Panay (taligtig), que vive en la isla que le dio el nombre.
y también en la de Luzón;el cálao filipino ("fig.()^], y el cálao de Ma-
nila, distinto del anterior, en que no tiene aserradas las mandíbulas.
y es mucho menor la prominencia córnea del pico.—Los alciones tie-
nen el pico grande, recto y anguloso, las piernas cortas y situadas muy
hacia atrás: viven de la pesca, por lo que se les llama martín-pesca-
dor. Lo mismo que el género anterior, es muy común en las Filipi'
ñas, especialmente el Ceyx lepido, Temm., el martin arvela (salacsa,
fig. 95), el martin-pescador bicolor, etc.—El pico de los abejarrucos
es más proporcionado, anguloso y ligeramente encorvado. Comeo
ZOOLOGÍA.
Í33
j»_ ejas y otros himenópteros, protegiéndolos contra el temible agui-
jón de estos insectos su piel, que es muy gruesa. Dos especies de Fi-

Fijii. \>4, liíUTros h¡:prnis, L.—Cálao.

lini
pinas conoció Linneo ; una inaror, en la que dominan las tintas
^^rde, azul y naranjada, y otra menor, con dos rectrices más largas,
y de color verde, cerúleo y negro. Existe otra especie, que llaman

Fi{. 95. Alcedo his(<idj,\.di.—Martin-arvcla.


I 34 HISTORIA NATURAL.

vulgarmente canelo, por ser toda completamente de un color morado


oscuro,con dos rectrices largas, que pertenece al género Orthotomus,
de Harsfield, aunque muchos le confunden con el abejarruco.

ORDEN 3."—TREPADORAS.

Compóncse este orden de aves que tienen el dedo externo dirigido


hacia atrás como el pulgar, circunstancia que les hace sumamente
fácil el trepar por los troncos y ramas de los árboles, para lo que
algunas especies se ayudan también de su fuerte y ganchudo pico.
Muchas de estas aves tienen colores brillantes y variados, pero nunca
metálicos; y su voluminosa cabeza, y el servirse de la patita para
llevar el alimento á la boca , movió á Linneo á compararlas con lo*
cuadrumanos de la clase primera.—Pueden dividirse en dos familias:
los loros, que tienen los dedos libres, las mandíbulas robustas y la
superior encorvada desde la base; y los picos, de pico corto y redon-
deado, ó largo, anguloso y cuneiforme, y la lengua protráctil y re-
tráctil.
LOROS.— Familia rica en
especies, pues sólo en Filipi-
nas se conocen unas catorce,
y son muchas más las exóti-
cas. Todas tienen la lengua
gruesa y carnosa, en tal for-
ma dispuesta, que pueden
imitar los sonidos modulados
—Las cacatúas ( cátala, quilá-
quil, /ig. 96) se distinguen
por un penacho de plumas
eréctiles y largas que tienen
sobre la cabeza : son todas de
color blanco ó negro, y c*
mono en las primeras tiene
frecuentemente matices ama'
rillo-rosados. Hay en P'ilipi'
ñas dos especies.—Los pitad'
mayos de América Meridio-
nal tienen la cola larga y e*'
F,g. .j6. Pstíiacus Phti,pp,«aru,„.-i. c>«tú,. caloñada,y las mejillas desnu-
das.—Las cotorras y los loros
(caguit y colasisi) tienen las mejillas cubiertas de plumas, la cola
larga en las primeras, y corta , cuadrada ó redondeada en los se-
gundos. Es notable entre los del Archipiélago filipino la cotorra
ZOOLOGÍA. '35
de sedas (fig. 97), el ¡oro de Joló , el periquito, etc. Sus colores son
d verde solo, ó mezclado con rojo , azul y amarillo.

Fig, 'jy. PsiHaats setnriusXin.—Cotorra.

PICOS.—Los picos ó pico barrenos (camuling) tienen diez timo-


neras rígidas y desgastadas en la punta, porque les sirven de apo-
yo cuando trepan : conócense en España y Filipinas el cardenal,
(fig. 98), el negro, el carpintero (anloaguej y el verde.

Fig. 'yí. PiiUícardinalts. Lath.—Cardenal.

El cuclillo tiene el pico más corto, no trepa ni forma nido. La


hembra deposita el huevo en el nido de un insectívoro, y des-
pués de haber nacido el polluelo intruso, arroja del nido á los legí-
I^Ó HISTORIA NATURAL.

timos, para tener más cebo y abandonar á sus adoptivos padres en


cuanto pueda volar. Es común en Manila y Luzón el cuclillo de
Egipto (sabocot, fig. 99), el de Panajy (bulic-bulic), el de Minda-

Fig, 'ri, Cu::<hii Aíi;ipiius. VICL¡.—(;ui.lillo.

nao, el rojo y el radiado.—Análogo á este género es el delasA/a/cq/as


(malcohaj, de pico más grueso v algo arqueado; cola redondeada y
larga. Dos lindas especies viven en el Archipiélago : la de cabeza roja
y la de Barrott, que tiene hermosos escuditos córneos circulares so-
bre la cabeza: es común en los montes de Caláuan,y digna del apre-
cio en que se la tiene.—El barbudo (ulang-pari), el currucu y el indi-
cador, pertenecientes á esta familia, viven igualmente en Filipinas.
Los tucanes, de pico enorme, arqueado y dentado en sus bordes,
son aves americanas, dadas á conocer por el Sr. Azara, aunque en
la Universidad de Manila existe un ejemplar de Molucas.

ORDEN 4.°—GALUNÁCKAS.

Las gallináceas tienen la mandíbula superior abovedada, convexa


y más ancha que la inferior : su vuelo es pesado , sus alas cortas, y
su alimento predilecto semillas y yerbas tiernas. Se dividen en dos
familias : las palomas, aves monógamas, con los dedos libres y la
mandíbula superior abovedada en su extremidad; y las gallinas, aves
polígamas, los tres dedos anteriores unidos en la base por una mem-
brana, y la mandíbula superior abovedada en toda su extensión.
PALOMAS.—Son las palomas aves intermedias entre las gallinas y
los pájaros, tanto qu? Linneo las colocó en este último orden, mien-
tras que Ja tendencia actual de los naturalistas parece manifestarse
por la formación de un orden especial. Á diferencia de las gallinas,
que viven habitualmente en el suelo, las palomas se posan casi siem-
pre en los árboles. En Europa se conocen cuatro especies principa-
ZOOLOGÍA. 137

les, que se encuentran todas en España : la paloma torca^, la :;orita,


U silvestre y la doméstica, que constituye un ramo de riqueza , para
los que poseen grandes palomares, pues se vende á muy buen pre-
cio el estiércol (palomina) y los hijuelos (pichones), que sacan casi
ttiensualmente. También se halla en España la tórtola, más pe-
*lueña que las anteriores, de color ceniciento uniforme , las alas y
dorso de rojo claro, y dos manchas á los lados del cuello, formadas
ae blanco y negro. En las Islas Filipinas hay una colección de palo-
'^as ípolapati, calapati), que si en el tamaño son inferiores á las de
Molucas , en la variedad y hermosura de sus metálicos colores nada
alejan que desear. Hay varias domésticas , entre ellas la de ribera , ó
3ncha cola, como la llama Linneo; la aromática,con una variedad de
Vientre rosado; la de tierra ;la ¡inda ipulchella. de Temminck.; la de
^icobar, con largas plumas verdes en el cuello, y otras variedades,
«esconocidas algunas de los ornitologistas. Entre las tórtolas bató-
oatój son una especialidad las llamadas de puñalada, por una man-
*^na sanguínea que tienen en el pecho, que se destaca sobre fondo
"lanco, como si manara sangre de una herida : hay dos especies, una
'le color gris, y otra toda blanca , a excepción de la mancha '. En-
'•"e las exóticas sólo mencionaremos la llamada de Ternate '^ura, en
"lolucas), del tamaño del gallo-pavo, con una hermosa cresta de plu-
'nas sobre la cabeza.
GALLINAS.—A esta familia, esencialmente terrestre, pertenecen casi
*odas las aves domésticas ó de corral. Los pavos comunes ó gallo-
pavos, llénenla cabeza desnuda y una carúncula prolongada en la
"ase del pico. Conócense dos especies, ambas originarias de América,
Introducidas en Europa en i552 por los misioneros españoles : son
"luy estimadas por su tamaño, fecundidad y sabor exquisito de su
Carne.—Semejante á este género es el de aléctores, también america-
no,de cola ancha y redondeada, cabeza cubierta de plumasyadornada
^e penacho en algunas especies.—El^aro real ó pavón es originario
"e la India, introducido en Europa por Alejandro; ave hermosísima,
^nto por la garzota que corona su cabeza y cuello azules, cuanto
por los brillantes y variados colores metálicos, salpicados de man-
<^nas oceliformes, de las coberteras de la cola, que son más largas
^ue las rectrices. Críase en los parques como objeto de adorno; en
'9s mesas de los romanos y de los feudales de la edad media era
*ervido con toda su soberbia librea.—La gallina de Guinea ó pintada

' No me ha sido posible obtener ningún ejemplar de la paloma blanca


*** puñalada , que Sonnerat trae pintada y Linneo llama Columba sangui-
"ft. Es muy rara , lo que me induce á sospechar que no sea especie dis-
'*la, sino variedad de la agrisada, que es muy común.
138 HISTORIA NATURAL.

(fig. 100) es animal turbulento y alborotador, de cabeza desnuda,


cresta ósea, y carúnculas carnosas en las mejillas.—Los gallos (ma-
noc) tienen una cresta carnosa sobre la cabeza, dos prolongaciones
semicirculares de la misma naturaleza en la base de la mandíbula
inferior, y verticales las plumas limoneras. Su incubación es natu-
ral ó artificial, y dura veintiún días. El gallo es hermoso, arrogante,
altivo y valiente. En las Islas Filipinas se le emplea en las riñas, ar-

Fi^. l o o . Kuinida makagris, L. — Pintada.

mando su espolón con añladas navajas, y atravesando sumas consi-


derables en favor de uno ú otro combatiente. No hay pueblo que no
tenga su gallera, que el gobierno arrienda en subasta pública, deter-
minando los días en que han de verificarse los juegos y las condi-
ciones de que han de revestirse. Además del gallo común, existe en
estado salvaje otra especie más pequeña (labuyo, y hanse introdu-
cido algunas variedades exóticas, entre ellas el gallo de Japón, de
pluma blanca, suave y larga, con los tarsos y parte de los dedos cal-
zados.

Fig. 101. Pbasianta calcbkia. L.—Faisán.

Los faisanes carecen de cresta, y tienen la cola larga, puntiagu-


da y tectiforme. Conócese en Europa el faisán común (fig. ioi)q«^
ZOOLOGÍA. 139

los argonautas trajeron de las orillas del Faso, río de la Cólquide. En-
tre las especies de China, es especial el dorado, más pequeño que el
anterior; pero de colores más brillantes, de oro, naranja y rojo,que
algunos creen ser el ave fénix de Plinio : vive domestico en Filipi-
nas. El argos, cuyas rectrices tienen más de un metro de longitud.
es de color pardo, el cuello es cerúleo, y en Jas timoneras tiene
manchas blancas oceliformes; es común en China y Sumatra; más
raro y hermoso es el magnífico, de la magnitud del anterior, pero
de colores vivos y variados.
A las gallináceas pertene-
cen las ortegas ó cangas, con
los tarsos cubiertos de pluma,
los dedos desnudos, la cola
puntiaguda y color aleonado.
— Las perdices blancas, con
plumas en tarsos y dedos,
cola cuadrada ó redondeada
y el pico corto y grueso; las
perdices comunes, de tarsos y
dedos desnudos, espolones en
los machos, cola mediana y
el pico más débil que el gé-
nero anterior. La más común
en España es la pcrdi:^ roja
ifig. 102), uno de los objetos Fig. 102. PciJix rufa. L.—l'trdiz.
de la caza menor por el sabor
exquisito de su carne.—Hay en Filipinas tres especies de codorni-
ces ifig. io3), aves más pequeñas que las perdices, tarsos y dedos

Fig. /O). Colurtiis commuris, Bon.—Codorni».


140 HISTORIA NATURAL.

sin plumas, sin espolones, cola corta y cubierta por las rectrices por
estar inclinada hacia el suelo.

ORDEN 5."—ZANCUDAS.

Las zancudas tienen los tarsos largos, á manera de zancos, de lo


que proviene su denominación : son aves de ribera, piscívoras, ver-
mívoras, ó insectívoras; algunas son granívoras, y viven lejos de las
aguas. Casi todas efectúan emigraciones, y fácilmente se las puede
distinguir cuando vuelan, porque estiran el cuello y las patas for-
mando una cruz con las alas.
Este orden es bastante natural, y abraza los géneros del orden
grallae, de Linneo, y además las aves de la primera familia, entre
las cinco en que puede dividirse, según las apreciaciones de Cuvier.

FAMILIAS.

Alas cortas, impropias para el vuelo; múscu- j


los pectorales débiles; patas largas; múscu-; Drcvipennas.
los abdominales robustos; sin pulgares.
I Piernas elevadas; sin pulgar, ó tan corto I
que no toca al suelo; alas medianamente , Presirrostras.
Urden 5." / desarrolladas; pico corto y robusto |
ZANCUDAS. iPico robusto, grueso y generalmente punti-(
; Cultrirrostras.
agudo; con pulgar )
[Pico largo, delgado y débil; pulgar de Ion- i
> Longirrostras,
gitud variable )
Dedos muy largos; pulgar; pico estrecho; i
JMacrodáctilas.
alas poco robustas )

BREVIPENNAS.—Algunos ornitologístas forman de esta familia el


orden de corredoras. Dos corpulentos géneros, cada uno con dos
especies, constituyen este grupo.—E\ avestruz (fig- 104), que alcan-
za seis pies de altura en la estación bípeda '. La especie africana tiene

' En i85i Godofredo Saint-Hilaire dio cuenta en el Instituto de Fran-


cia de haber hallado en Madagascar los huesos y huevos fósiles de una ave
gigantesca, á la que se dio el nombre ^flpyornis maximus. Tienen un ta-
maño casi seis veces mayor que el avestruz : ei diámetro mayor de sus
huevos es de 34 centímetros, y el menor de 22 y medio. Su capacidad 8 li-
tros y tres cuartos. (Comptes rendus, i83i.¡
ZOOLOGÍA. 141

dos dedos solamente, y tres la americana ( nandú ), que es algo me-


nor que la primera. Los africanos les hacen cruda guerra para apro-
vecharse de su pluma, de su carne y de sus huevos, que son muy

Fig, 104. Struthio camclii', L. — Ave«trui

grandes, pues el que existe en el Musco de la Universida.l Je Mani-


la tiene la capacidad de litro y
medio—El casuario ffig. io5j
íiene tres dedos en las extremida-
des ; las plumas con muy pocas
barbillas, de modo que parecen
cerdas; el pico comprimido, y las
alas representadas solamente por
los tallos de cinco pennas. La
especie de Australia carece de la
protuberancia ósea que tiene so-
lare la cabeza la representada en
la figura del texto. Esta es origi-
naria de Molucas y Nueva Gui-
nea. Ambas especies son capaces
de domesticidad : de la primera
llevaron á Madrid varios indivi-
duos, que vivieron algún tiempo
^n el Parque del "Retiro y Casa
d e C a m p o : d e la s e g u n d a e s p e c i e F,g. loj.Cflsuarim^aícaíui.Vicm.—Casuario.
142 HISTORIA NATURAL.

se conservaron más dedos años en el Colegio de Padres Dominicos de


Manila, una hembra con tres poUuelos, que en este tiempo no adqui-
rieron el tamaño de aquélla. Son aves solitarias , tristes , crueles
con sus hijos , á los que maltratan en el acto de la comida , y tan
voraces, que , después de hartarse de arroz cocido, se las veía tragar
medias, trapos y las letras de-la imprenta. Su esófago es tan ancho y
su estómago tan capaz , que en el espacio de ocho minutos tragó
enteras doce frutas de mangífera la hembra mencionada , que
pesó muerta, después de haber perdido algo de sangre, muy cerca de
tresarrobas (32'6i9 kilogramos) : cuando viva era tal su fortaleza, que
un hombre no podía sujetarla , y las coces que tiraba causaron se-
rios disgustos.
PRESIRROSTRAS.—Pertenecen á esta familia las avutardas , que se
alimentan de vegetales y semillas , y son como el eslabón que une
las zancudas con las gallináceas. Dos especies se conocen en España:
la común y la sisón, que es del tamaño de una gallina, y debiera re-
ducirse á domesticidad.—En Filipinas se conocen varias especies de
chorlitos ' (fig. io6), que algunos naturalistas llaman pluviales, por

Fig. 106. Oiaradriía erylhropui, L.—Chorlito.

no tomarse la pena de estudiar la lengua en que escriben ; también


existe una especie de avefría.
CuLTRiRROsTRAS,—Entre las especies de esta familia es común en

« El chorlito vulgar es el alcaraván déí Dic. de la Acad. (Gurao).


ZOOLOGÍA. '43
Filipinas la grulla {úpo\, Jig. 107) , que algunos tienen en domesti
cidad : su cabeza es encarnada como
en la grulla de Europa ; mas el cuello
es mucho más largo , y las plumas del
ovispillo menos levantadas: tampoco
tiene negra la garganta. Una de las de
nuestro Museo, en estación natural,
levanta metro y medio : desde los ojos
á la extremidad del pico tiene dos decí-
metros.—Las garbas tienen el pico lar-
go y puntiagudo, con surcos proceden-
tes de las fosas nasales, y la abertura de
la boca llega hasta debajo de los ojos; el
dedo pulgar desarrollado, y la uña del
dedo medio aserrada en uno de sus bor-
des. Muchas son las especies de este gé-
nero, y en Filipinas abundan especial-
ícente la gar:{a real (dangcanhauoc),
la g-ar^íj blanca (lagac, Jig. 108), la
Fig. IO-. GiM cmiadensis , Edw.—
gar^a ^umaj'a Icamaboy) y la gar:^a Grulla.
<^vetoro.—Las cigüeñas de Europa y
el marabú del Senegal y de la India tienen el |pie muy grueso y
prolongado, y la uña del dedo
Wiedio lisa, — A esta familia
pertenece la espátula (figu~
'~<^ '09), así llamada por su
pico plano y dilatado en la ex-
tremidad : vive en la isla de
Luzón , como también el tan.
to^lo de Manila, de Linneo.
LONGIRROSTRAS.—A esta fa-
milia perteneced ibis, tan vene-
rado de los egipcios; los gara-
pitos (fig. iio),de pico cilindri-
co en toda su extensión y ar-
queado, y los dedos unidos en
su base por una corta membra-
tta: existen en Filipinas; las
becadas y agachadizas (oloc),
3sí llamadas porque ocultan la
Cabeza detrás de los terrenos;
viven en Filipinas la becada-
<^gachadiza (condoró, figu- s*!**r^
r» 111) y la de Luzón. T i e - Fig. loS. Árdea alba, L.—G«rM blanca.
144 HISTORIA NATURAL.

nen el pico cilindrico, delgado y recto, á propósito para penetimr en

Fig. I Oí). PlalaUa tolalba , L.—Espátula.

la tierra y extraer las orugas. Son muy buscadas de los cazadores.

Fig. lio. Ntimcmus maJagascartensá , Lath.—Zarapito.


ZOOLOGÍA. 145

MACRODÁCTILAS.—La longitud de sus dedos les permite sostenerse


sobre las plantas flotantes de los pantanos para alimentarse de ellas y
"C los animalitos que en las mismas
encuentran. Á esta familia per-
tenece el tabón de Filipinas , ave
™uy conocida, que tiene la costum-
bre de enterrar los huevos en la
arena dejando al calor del sol el
•cuidado de la incubación : los in-
Fig. III. Pico de la Scolof'íix ^allinaf^o,
dios gustan mucho de estos huevos, L. — Becada-agachad iza,
y los comen á medio empollar.—
^os rascones ópolla^uas (ticlfnj tienen el pico comprimido y más

Fig. 112. Ralltis philippineitiis, L.—Rascón.

^argo que la cabeza: se conocen en Filipinas diferentes especies, y son


las más comunes el filipino
'fig. 112), el de collar, el
'^'Ü^ado,c\ pardtn^co, etc.—
también existen el cala-
*nón y ]as fochas, cuyos
**edos están algunas veces
ensanchados por membra-
nas laterales, y tienen so-
"••e la frente una placa cór-
"^ea, continuación de las lá-
''linas del pico. — Á este
Srupo pertenece el cirujano
^jdcana de cola larga (fi-
S^'*'! 113), preciosa ave del
Fig. 11}. Parra luioiuiisis, Lath.—Jacana.
II

?\^
146 HISTORIA NATURAL,

mismo país, con lancetas en el muñón de las alas, y el flamen-


co (fig. 1141 de patas muy lar-
gas , pico grueso y acodado,
plumas blancas y alas rojas: vie-
ne algunas veces á los grandes
ríos de España.

ORDEN ó."—PALMÍPEDAS.

Las palmípedas tienen ge-


neralmente los tarsos cortos,
implantados hacia la parte pos-
terior del cuerpo ; y los dedos
anteriores, por lo menos , con
membranas interdigitales. Son
aves esencialmente nadadoras:
t i e n e n muy desarrollada la
glándula sebácea que está deba-
jo de la cola, y por medio del
pico untan las plumas que es-
tán más expuestas al contacto
Fig. 114. Phcenicoplerm roscm. Pall.—
Flamenco. del agua con el líquido aceitoso
que segrega. Su régimen ali-
menticio es animal; mixto en algunas especies. Divídese este or-
den en cuatro familias.

Pies implantados muy atrás ; alas muy j


Braquípteras.
cortas, poco aptas para el vuelo )
[Pulgar corto ó nulo; alas muy largas
Longipennas.
Orden b." ] bordes de las mandíbulas lisos
PALMÍPEDAS. \ Pulgar bien desarrollado y unido á los an-1
Totipalmas.
teriores por una membrana interdigital.)
Mandíbulas provistas en sus bordes de |
Lamelirrostras-
dientes ó láminas córneas; pulgar corto.)

BRAQUÍPTERAS.—Á esta familia pertenecen las palmípedas, que,te*


niendo los pies implantados muy hacia atrás, toman en la estació''
una actitud vertical: sus alas son tan cortas, que algunas especies fl"
pueden apenas volar; pero todas nadan con facilidad admirable»
Tal es en España el somormujo, <\\jit tiene en los dedos membran**
ZOOLOGÍA. 147

laterales anchas, en vez de las interdigitales que sólo existen en la


Pase : las uñas son planas. Apreciase la piel de su pecho por su plu-
ma singular de color argentino.—Los
pájaros bobos, ó pájaros niños , de
América ^yi^'-. ii5;, tienen membrana
interdigital, pero tan cortas las alas,
que no les sirven para el vuelo. El
nombre vulgar se les impuso por los
españoles, que al pasar el estrecho de
Magallanes observaron la torpeza de
estas aves en tierra, y su estupidez para
huir. En Filipinas está la familia re-
presentada por el colimbo, Colj'mbiis
minor, de L.
LoNüiPENNAS.—-Tienen las alas muy
'•'?'• í / í . Jpli-m\irti-s iiiiih-rs.i. Gm\
desarrolladas y el vuelo sostenido, por
—Pájaro niño, cuya razón las llaman algunos grandes
veleras.—Los patines ó pamperos llé-
nenlas ventanas de la nariz en un tubo situado en el lomo de la
mandíbula superior: su nombre genérico es procelaria, porque se
las encuentra en alta mar volando en medio de los más furiosos
huracanes.—Los viajeros españoles llaman ^íi/'aro carnero al alba-
trós, Diomcdea exulans, L., que se encuentra en los mares del cabo

Fig. 116. Larus ¡ancomckí, Vieill.—Gaviota.

de Buena Esperanza.—Las gaviotas ijig. ii6j tienen el pico en-


corvado, son estúpidas, y abundan en todas las costas, y hasta
en el interior, pues se las encuentra en abundancia en los alrede-
dores de Madrid: se alimentan de peces, aunque sean muertos,
limpiando las playas de cadáveres. La especie representada en la
148 HISTORIA NATURAL.

figura es abundantísima en Filipinas.—Las gavinas (pagatpat, figu-


ra 117) son más pequeñas que las gaviotas, tienen el pico recto y

Fig. Iiy. Stcrna mi,.ut.i, Cir.l.—Gavina.

puntiagudo, las alas largas, la cola ahorquillada y el vuelo oblicuo,


circunstancias que les lían merecido el nombre vulgar de golondri-
nas de mar. En España es frecuente la variable, y en Filipinas la de
Panay y la pequeña.
ToTiPALMAS.—Estas aves, así llamadas porque la membrana in-
terdigital comprende también el pulgar, son carnívoras y frecuentan
las orillas del mar, de los ríos y pantanos, donde abunda su alimen-
to.—El pelícano ó alcatraz (págala ,^¡¿0'. ii8í tiene el pico muy lar-

[•ig. 118. Pelecanus maniUnsis, L.—Pelicano.

go y ancho, la mandíbula superior deprimida y terminada en una


especie de uña superpuesta; la inferior sostiene una bolsa enorme,
constituida por una piel dilatable y sin plumas , de la cual se sirve el
ave como de un butrón para pescar. Cuando cría á los hijuelos, de-
ZOOLOGÍA. 149

prime la mandíbula inferior, comprime la bolsa contra el pecho, y


jes presenta de ese modo los pececillos. Este hecho, observado de le-
jos ó con poca atención, ha sido tal vez el origen de la antiquísima
tabula de que el pelícano se hiere el pecho para con su sangre rociar
y alimentarlos hijuelos. Es frecuente esta ave en la laguna de Bay,
en las de Pangasinán y otros puntos de Filipinas. Linneo describe
tres especies de este archipiélago ; pero consistiendo sus más nota-
ntes diferencias en la coloración, es de presumir que sean simples
variedades de la misma especie , como sucede en España con la ga-
vina variable.—Análogo de este género es el ciiervomar (pato-casili),
^ue también vive en Filipinas; tiene el pico mucho más corto y en-

Fig. I nj. Plotm melogasler, 1..—Anhinga.

corvada la mandíbula superior.—La anhinga (casili ó candangas,


fig, 119) tiene el cuello largo, el pico recto y delgado, y parte del
rostro desnuda como el pelícano; dos especies viven en Luzón.
LAMELIRROSTR.VS.—Las aves de esta familia tienen los bordes inte-
riores del pico provistos de laminillas ó dientes córneos.—Es notable
por la esbeltez de sus formas , gran tamaño y blanco de nieve dé su
pluma el cisne doméstico. Es ave pacifica y de suaves costumbres,
pero que está lejos de poseer el canto armonioso que suponen los es-
critores griegos. Es asimismo una fábula que el cisne cante en pre-
I50 HISTORIA NATURAL.

sencia de Ja muerte.—Los gansos ú ocas tienen el cuello más corto


que los cisnes , a u n q u e más largo que los patos, y su estatura es asi-
mismo intermedia entre estos dos géneros. Se tienen en domesticidad,
a u n q u e no con el aprecio que a n t i g u a m e n t e , porque los pavos los
sustituyeron con ventaja. Sus plumas remeras se usan para escribir,
y las de la pechuga y vientre para
rellenar colchones. Son de sue-
ño ligero y vigilante ; lo que fué
causa de que se frustrase el ata-
que de los galos contra el Capi-
tolio.—hos patos, ánades ó ala-
bancos forman otro importante
g é n e r o : tienen el pico más a n -
cho en la punta que en la base, y
en ésta más ancho que alto : el
cuello y los tarsos cortos. C o m -
F'g. 120. Anasbosckaf, L. —Ánade. prende m u c h a s especies, salvajes
las m á s , reducidas á domestici-
dad algunas, cuya coloración ofrece grandes cambios. En Filipinas se-
incuban artificialmente los huevos del ánade coliverde (bibí, fig. 120-,
alimentando los polluelos con moluscos que se extraen de la la-
g u n a de Bay, y son diariamente conducidos en pequeñas piraguas
(bangcaj al pueblo de Pateros y circunvecinos. Á los patos así c r i a -
dos llaman itic, y papan al que conserva su independencia '. T a m -
bién hay en Filipinas u n a especie de mergo de pico estrecho y pro-
longado, y u n collar-blanco.

' Las especies de ánade, Anas bernicla y pigra de Linneo, fueron objeto
de una fábula tan universalmente recibida en la edad media, que en ella
creyeron, no ya Aldrovando y Federico II, sino hombres tan grandes como
Vicente de Beauvais y San Alberto. I'retendióse que nacían en los árbo-
les como frutos, y que si tenían la fortuna de caer en el agua, vivían ; pero
morían si caían en tierra. El autor del Physiologus, que algunos creen sea
San Ambrosio, ve en esto una parábola sobre la necesidad de la regenera-
ción por las aguas del bautismo. Creyóse también que los percebes que se
encuentran adheridos á los cuerpos sumergidos eran los polluelos ó berna-
chos jóvenes. Nuestro insigne Navarrete, en su obra Monarquía china, se
apoya en este fenómeno para corroborar la opinión de que en Filipinas
hay un árbol cuyas hojas al caer al suelo se convierten en ratones ; mien-
tras que los ratones que pasan por debajo del árbol instantáneamente
mueren (pág. 35). Una persona harto respetable, doctor y algo más, se em-
peñó en convencerme de que de unos moluscos conquíferos que remedan
toscamente el pico de un ave, había visto salir las gaviólas que revoloteaban
sobre nuestras cabezas; y jñadía que aquellas conchas eran el huevo de las
longipennas. El se quedó en su creencia, á pesar de mis observaciones.
ZOOLOGÍA. 151

CLASE TERCERA.

REPTILES.

Los reptiles, emblemas de la deformidad moral, son animales de


sangre fría , circulación incompleta y doble, respiración pulmonar,
piel casi siempre cubierta de escamas y generación ovípara.
La forma exterior de estos animales es muy variada ; tienen unos
Cuatro extremidades, otros dos, y muchos carecen de ellas , estando
dispuestos parala reptación. Aliméntanse ordinariamente de sustan-
cias animales que aprehenden con las mandíbulas, y algunas veces
con la lengua, que es protráctil y retráctil en este caso. El tubo di-
gestivo es corto, la digestión lenta, el estómago sencillo, y los intesti-
fios sin notable diferencia entre gruesos y delgados. La sangre de los
""eptiles tiene la temperatura del medio en que habitan, con uno ó
^os grados de diferencia; sus glóbulos sanguíneos son elípticos, pero
'le mayor tamaño que en la clase anterior. Llámase incompleta la
circulación de su sangre, porque el único ventrículo del corazón de
^stos animales está imperfectamente dividido, y la sangre venosa y
arterial mézclase en él, y puede aquélla volver á un órgano cualquie-
''a sin haber estado en los pulmones. A causa déla temperatura baja,
o por la dificultad de la digestión, caen en un estado de letargo pa-
recido al de los mamíferos invernantes ; durante este período son
escasas sus funciones de relación y circulación. El dermato-esque-
leto está cubierto, ó de placas, como en las tortugas, ó de escudetes
carbonato-fosfato-calizos, como en los cocodrilos, ó de escamas,
como en las culebras y lagartos. Algunos reptiles mudan la piel en
épocas determinadas ; la locomoción es lenta en todos , y algunos
trepan, mientras que niuchos son excelentes nadadores. La repro-
ducción es ovípara, y basta el calor atmosférico para que se desarrolle
el nuevo ser en el huevo ; si éste se detiene en la dilatación de los
oviductos hasta que aquel rompa la cubierta, se les llama ovoviví-
paros.
Divídense los reptiles en tres órdenes, á saber:
152 HISTORIA NATURAL.

ÓRDENES.

I Con extremidades; sin dientes; con una co-


raza formada por las vértebras, costillas y |
; I." Quelonios.
esternón; tronco cubierto de grandes es- j
camas, alguna vez desnudo
Clase 3.*
Con extremidades; dientes y párpados; cuer-
REPTILES. ^2." Saurios,
po cubierto por pequeñas escamas
^Sin extremidades, ni párpados, ni esternón; ]
con dientes y cuerpo cubierto de escamas , 3." Ofidios.
' pequeñas 1

ORDEN I."—QLELONIOS.

Los quelonios (/S/.WVY;, tortuga) tienen las mandíbulas sin dientes


y revestidas generalmente de placas córneas; la soldadura de las
apófisis de las vértebras dorsales y de las costillas forma la parte de
la coraza que se llama espaldar, y peto á la dilatación del ester-
nón. Abraza este orden las especies vulgarmente llamadas tortugas y
galápagos, que se alimentan de animales vivos y de vegetales terres-
tres ó marítimos, y se dividen en las siguientes familias.
TORTUGAS TERRESTRES.—Tienen el espaldar muy convexo y una
depresión profunda en el peto de los machos ; dedos envueltos en
una especie de muñón, y sólo visibles al exterior por las uñas. Vi-

Fig. 121. Taludo graca, L.—Tortuga.

ven en los países húmedos intertropicales y templados, haciendo en


¿stos cuevas para invernar aletargadas. La especie más conocida de
la familia es la tortuga griega (fig. 121), de carapacho arqueado,
ZOOLOGÍA. 153

forma oval, un poco más ancha por detrás que por delante, cola lar-
ga y unguiculada, uñas oblongas y más largas en los pies de ade-
lante que en los de atrás. Su tamaño no llega á 28 centímetros.
TORTUGAS PALUSTRES.—Su espaldar es menos convexo que en las
anteriores, y puede ocultar en su coraza la cabeza, la cola y las ex-
tremidades. Tiene membranas interdigitales y uñas en todos los
'ledos. Es familia abundantísima en especies, que viven en las aguas
dulces y generalmente estancadas. En los alrededores de Madrid y
en otros puntos de España es común el f^aldpapo^íCmyx sigri^, Du-
nieril, que, como el E. orvicularis, L., es apreciado en la alimenta-
ción. También es apreciada en Cuba la carne del /'íi/7co, E. rugosa, •
Shaw.
TORTUGAS FLUVIÁTILES.—El espaldar de estos quelonios es blando,
iiuy poco covexo, cartilagíneo en su circunferencia, y tiene el peto
un espacio vacío en la parte media ; tres dedos en cada extremidad,
provistos de uñas casi rectas y acanaladas interiormente, y otros dos
dedos sin uñas, pero sosteniendo las membranas natatorias. Las na-
rices están prolongadas en forma de tubo, y terminan en un pequeño
apéndice carnoso, movible como el de la trompa del elefante ; man-
díbulas cortantes y desnudas, con un repliegue exterior á guisa de
labio ; ojos salientes, cuello redondeado, retráctil, de piel libre y en-
vainadora ; cola co'rta y gruesa.
Las tortugas fluviátiles, llamadas también blandas, viven común-
mente en los grandes ríos de África, Asia y América, sin que se ha-
yan encontrado en Europa representantes de esta familia.—El Trio-
nys cegipttacus , Geofr., única especie que habita en el Nilo , es
notable por su tamaño, que llega á más de un metro , por el color
Verdoso con manchas blancas y amarillas en su parte superior, y
porque come con preferencia los huevos de cocodrilo. Su carne es
estimada.—El Gj-niiopus spiniiferus, Lesueur, es muy voraz, y muer-
de á los pescadores que le cogen, lanzando su cabeza como un dar-
do. Su carne es exquisita, y la especie es peculiar de América Sep-
tentrional.
TORTUGAS MARINAS.—El carapacho de estas tortugas, muy conoci-
das desde la antigüedad, es aplanado, y sus extremidades torácicas
liucho más largas que las abdominales, aplanadas unas y otras en
forma de remos, y cubiertos los dedos por una piel que sólo deja
fuera las uñas. No pueden ocultar sus largos miembros bajo la co-
raza, y el esternón tiene un vacío en su parte media, que sólo se osi-
fica en individuos de mucha edad. Las ventanas de la nariz es-
*án provistas de una masa carnosa, como en los cocodrilos, que se
<^ierra á voluntad del animal para que no penetre el agua. Son exce-
lentes nadadores, y habitan en el mar de los países cálidos hasta
^ 3,200 kilómetros lejos de tierra, donde se las ha encontrado exten-
'54 HISTORIA NATURAL.

didas é inmóviles, al parecer entregadas al sueño. Se sumergen largo


rato bajo el agua, y salen á tierra para depositar los huevos en un
hoyo que hacen en la arena á la orilla del mar, y que cubren cuida-
dosamente. Sabido es que los españoles encontraron tantos de estos
animales en sus viajes de exploración, que llamaron á algunas tier-
ras Islas de los galápagos y Archipiélago de las tortugas '.
La especie más útil de esta familia es el carej^ 'fig. 122), de cara-
pacho subcordiforme, jaspeado de
pardo sobre un fondo leonado o
amarillo; dorso tectiforme y gran-
des dientes en la parte posterior del
limbo. Vive en los mares tropicales
de la India y Filipinas, y también
en América. Su carne es mala, sus
huevos delicados, y su concha muy
estimada en el comercio por su es-
tructura compacta, dura y suscepti-
ble de un hermoso pulimento. —La
tortuga franca, descrita por Linneo
en la nota anterior, y que pertene-
ce hoy al género Chelonia , es nota-
ble, porque llega á adquirir unos
Fig. 122. Chelonia imbrícala, Schw.
—Carey, dos metros de longitud, y más de
mil kilogramos de peso. Se distingue
por las placas del disco no recargadas ni tectiformes, y tener una uña
en el primer dedo de cada pata. Su carne es muy estimada , su con-
cha muy inferior al carey, y el espaldar le emplean los salvajes como
lancha.—También es de gran tamaño el laúd iSphargis coriácea,
Grayí, así llamado á causa de siete quillas longitudinales que tiene
en el carapacho. Esta especie rara vese en el Mediterráneo y en el
Atlántico, y pasa de dos metros de longitud. Rondelet menciona
una, cogida en Frontignan , que medía cinco codos.

' Place trascribir aquí lo que dice Linneo, describiendo la Testudo


midas: Habitat ad pelagi Ínsulas e. g. insulam Ascensionis, Aurorae,^
testudinum multitudine denominatam , congenerum máxima et robustissi-
ma, ut Goo ¡ibrarum et majare adhuc pondere dorso imposito currat; tot
hominibus quot ei insistere possunt, onusta incedat; resupinala in mari dar
miens natat, resupinata in térra non erigitur; ova numerosissima (ad 1 ,ooo
quotannis) rotunda , membranácea in arena calcárea defodit; nocluque in-
cubat; caro cum pinguedine viridescens esculenta, nautis exoptatissima;
scorbuticis, utfertur, salutaris; sepiis et testaceis victitat. Testa olim fo
scutis fornicibus.—SYSTEMA NATÜKAE , Conimbricae, 1793; tom. iv, pág- 3-
ZOOLOGÍA. 153

ORDEN 2."—SAURIOS.

Los saurios [-¡ribp'j-, lagarto) están caracterizados por tener gene-


ralmente cuatro extremidades con uñas, cuerpo prolongado, escamo-
so, lijoso y sin carapacho; cola prolongada y generalmente la cloaca
trasversal; dientes numerosos, cónicos, ó dirigidos hacia atrás ó com-
primidos, propios para retener la presa; tienen dos ó tres párpados,
y el tímpano es visible casi siempre. Este orden es bastante natural,
Wuy numeroso, y habita con preferencia en los países intertropica-
les, invernando aletargado en las regiones templadas, donde también
vive. Se alimenta ordinariamente de animales vivos: es ovíparo,y sus
nuevos carecen ordinariamente de cubierta caliza, si bien están pro-
tegidos pur una membrana resistente. Son sus principales familias:
Cocot»siLOs.^Tienen cinco dedos en las extremidades torácicas
y cuatro en las abdominales; su cola es muy robusta y comprimida,
y el corazón, á diferencia de los demás reptiles, tiene dos ventrículos
sin comunicación directa.—Pertenece á este género el caimán, que se
distingue por su hocico poco prolongado y ancho, la cabeza subpira-
fnidal y cuadrangular, y en tener cuatro cavidades eu la mandíbula
superior para alojar los dientes de la inferior ; este último carácter le
distingue del cocodrilo y del gavial. Los caimanes habitan en la
América, llegan á adquirir doce pies de longityd, y no atacan gene-
ralmente al hombre, aunque sí á los cuadrúpedos y aves.
El cocodrilo (buaya), llamado impropiamente caimán en Filipi-
•^as, donde abunda, se distingue de éste por tener el hocico más pro-

Fig. lij. Crocodüus hifvrcalus, Cuv,—Cocodrilo.


•56 HISTORIA NATURAL.

longado, la cabeza más plana,y porque los dientes cuartos inferiores


se alojan en una escotadura que tiene la mandíbula superior cerca
de la punta. El coco¿r/7o de Filipinas ijig. iti^ alcanza el tamaño
que le asigna Linneo ' (t8 á 20 pies), especialmente en los grandes
nos de Mindanao, y aun en Cagayán se encuentran de notable lon-
gitud; es la especie mayor que se conoce, y ha de tenerse por exage-
rada la dimensión de 3o pies que Pérez Arcas atribuye á ciertos in-
dividuos Se le observa sacando fuera del agua la extremidad de la
mandíbula superior, donde están las narices. Aunque es animal
acuático, no respira debajo del agua, circunstancia que saben apro-
vechar los indígenas para aprehenderle. Es animal voraz, aunque
cobarde, y acomete al hombre por sorpresa, dejando que el cadáver
aprehendido entre en putrefacción para deglu t i r i o . - E l ^av/a/. Gavia-
lis gangeticus, Geoff., se distingue del caimán y cocodrilo por sus
mandíbulas, muy prolo'ngadas, estrechas y en íorma de pico. Vive
en el Ganges, y mide cinco ó seis metros.
^ LAGARTOS.—Saurios de cuerpo prolongado, tetrápodo, con cuatro
o cinco dedos libres, desiguales, de cola larga, verticilada, cónica,
graneo protegido por placas córneas, poligonales, tímpano distinto,
vientre con grandes escamas, lengua libre, bífida, protráctil y á ve-
ces envainada en su b a s e . - E s tipo de esta familia el lagarto común,
Lacerta vir,dis (bangcalang), L., que abunda en España, lo mismo
que la lagartija, L. agilis, L. Viven estas especies en la tierra; son
agües, nada venenosas, se alimentan de insectos y se aletargan en el
invierno. "
iGUANAs.-Distínguese esta familia de la anterior en que tiene la
lengua simplemente escotada y no protráctil; los dientes están aplica-
dos, no implantados, á la superHcie interna de las mandíbulas; algu-
nas veces hay en la garganta una papada, y muchos géneros tienen
a lo largo del dorso y de la cola una serie de espinas, de donde les
viene el nombre de eunotos, con que algunos distinguen esta fami-
lia. Habitan sus numerosas especies en los países intertropicales

' Linneo dice que el cocodrilo es el leviatán de Job. Es curiosa su des-


^«pción, que puede en parte, y casi ea todo, aplicarse al de Filipinas:
Moschum olens, mugiens, velocitate summa, robore, voracitate periculo-
^'sstma, hotmnem et alia animalia majora, terrestia et aquatica occidit, et
smcibus deglutitis digestionem juvat, navículas invertens inretia irrum-
?ens,non msi si ventre oclopeti ictu ferienda, tabaco trueidanda, in cursu
vix ad latera expatians, eo artificio fugientibus ejus denles, adhuc servan-
a,s,quos SI arriprat, tanto soevius dilacerat; faemina in coitu supina ad
centena ova auserinisvix aequalia in arena deponit, a viverra ichneumone
magnam partem effossa et exhausta; adorti aethiopes dorso insiliunt, re-
gunt, dormieniem occidunt, et carnem cum ovis comedunt. (Loe. cit., pági-
aazg.) * 'f o
ZOOLOGÍA. 157

ambos hemisferios ; en Filipinas se llaman iguanas, nombre


americano; en tagalo layagan y bayanac á diferentes géneros, del
amano de un metro y más, que se encuentran en sus espesos caña-
erales de bambú, y á veces en los desvanes de las casas. Son inofen-
sivos, y se alimentan de insectos y frutas blandas ; algunos indíge-
as comen su carne.—La iguana , propiamente dicha ( layagan,
Pg. 124), el Calotes ophioniacus, Merr., y el Varanus bivittatus,

Fíg. 124, Igvaiia íubcrculaía , l,aur.—Iguana.

•'^um. (bayanac), son las especies más comunes.—Sagita volante,


^•n duda por referencia al texto sagrado (fig. 125), llaman á dos

Fig. 735. Draco spiloflerus.'Wkg.—Dragón.

^P^cies de dragones (anga-anga), que se encuentran sobre los ár-


a l e s , caracterizados por su gran papada y por tener las costillas
vertebrales rectas y muy largas, unidas unas á otras fuera del a b -
158 HISTORIA NATURAL.

domen por un repliegue de la piel, que les sirve de paracaídas, para


pasar de un árbol áotro.—El basilisco pertenece á esta familia; pro-
•ede de América , y es inofensivo.
SALAMANQUESAS Ó GECÓNIDOS.—Los individuos de esta familia tie-
nen el cuerpo deprimido y cubierto de escamas granuliformes, los
ojos grandes, y ocultan los párpados entre el globo del ojo y la ór-

Fig. 126. Platydactylits gullalm, Í'M\.—Chacón.

bita. Tienen generalmente cinco dedos, ensanchados y provistos de


laminillas trasversas para adherirse á los cuerpos.—La salamanquesa
común, Gecko mauritanicus, Laur., de color gris rojizo en la parte
superior, y más claro en la inferior, abunda en toda España.—En Fi-
lipinas, los chacones (tac-có, Jig. 126) son por todos conocidos.
Viven en las casas, en las huertas y en las ruinas, y su canto mo-
nótono y acompasado es tenido por augurio de buen tiempo : a l '
canza veinte centímetros de longitud.—Son comunes también en
dichas islas el Hemidactj'lus mutilatus, Wieg., y el H. maculatiis,
Dumer., llamados en tagalo butiqui.
CAMALEONES.—Cuerpo comprimido, dorso saliente, cola prehensil,
redondeada, cónica ; extremidades largas, con cinco dedos iguales;
de los cuales dos son oponibles á los otros tres; piel granulosa; len-
gua cilindrica, vermiforme, muy prolongable ; ojos grandes, salien-
tes y con un solo párpado. De las catorce especies que se conocen de
esta familia, ninguna es americana; se alimentan de moscas y otros
insectos, y son inofensivas.—Vive el camaleón vulgar (fig. 127) en
Andalucía y otros puntos, siendo muy conocido desde la antigüedad
á causa de la infundada creencia de que se mantenía del aire, que en
gran cantidad introduce algunas veces en sus pulmones. La mayor
ó menor intensidad de It luz, la ira y la misma respiración influyen
ZOOLOGÍA. '59
^n su cambio de colores. En Filipinas quizás se encuentre el Cli. bi-
fidus, Brong.

n^í;. 12/. Cl'iinurlfn i-nl^ivi^. C.uv.—^Ciinialeón.

A lamillas menos importantes de este ^ d e n pertenecen : el Eii-


P''epcs Seba', Dum.; el liraiichymeles í»o;!/írt', Dum., común en
'3s islas Filipinas, y el ¡ución lesculientni de los asturianos!, Anf^uis
/''df^ilis, L., que se pone muy rígido cuando se ve sorprendido, y
^e rompe con facilidad.

ORDEN 3."—OFIDIOS.

Los oñdios í''f';, culebra) tienen en general el cuerpo largo y ci-


"ndrico, cubierto de pequeñas escamas, sin extremidades, ni párpa-
'•os, ni esternón ; sus mandíbulas están provistas de dientes y arti-
culadas por medio de ligamentos elásticos, que permiten su separa-
'•'on. Su lengua es bífida y protráctil, las costillas numerosas y m u v
Cilindricas; la cloaca es constantemente trasversa. Estos reptiles se
^linnentan siempre de sustancias animales ; no pueden chupar lí-
quidos, por carecer de velo en el paladar ; los dientes son cónicos y
puntiagudos, colocados, no sólo en las mandíbulas, sino también en
los arcos palatinos. Poseen la facultad de deglutir presas de mayor
"lámetro que su cuerpo, gracias al ligamento elástico que une sus
•Mandíbulas, á la falta de esternón y á la dilatabilidad de su esófago
y de su piel. Para efectuar la deglución magullan y trituran la presa
enroscándose á ella, y la embadurnan y reblandecen á beneficio de
su saliva viscosa.
Las especies venenosas tienen á cada lado de la cabeza ¡Jig. 128),
debajo de los músculos elevadores de la mandíbula inferior, una
glándula que segrega la pon^oña^ la cual sale por un conducto excre-
tor que termina en la base de uno de los dientes de la superior. Este
aiente tiene un canal ó un conducto que va á su punta; es, ó móvil
y solitario en su línea, ó fijo y más largo que los restantes de la
l6o HISTORIA NATURAL.

mandíbula. Cuando estas especies muerden, oprimen la glándula


venenosa con su mandíbula inferior, é infiltran la ponzoña en la
herida en el momento de retirar el diente conductor. El veneno
absorbido por las venas no tarda en producir sus efectos, hinchán-
dose la parte mordida, sobreviniendo la fiebre y la convulsión, y

Fig. 12S.—Cabeza del crótalo.

finalmente la muerte, en medio de una rabiosa sed. Dícese que


para la muerte de un hombre sano y robusto se necesitan i5 centi-
gramos de ponzoña; y como la víbora, única especie venenosa de
España, sólo tiene 10 centigramos en sus vesículas, no puede causar
la muerte de un adulto con una sola mordedura: las consecuencias,
sin embargo, son siempre funestas. El cauterio inmediato, la dilata-
ción de la herida, las ligaduras para evitar la circulación, y las ven-
tosas, son los primeros auxilios que deben practicarse, tomando
interiormente unas gotas de álcali volátil en agua , ó la conocida
/?e^íía de Tonquín. También puede emplearse la succión, no ha-
biendo heridas en la boca; pues, como dijo Lucano,

Morsu virus habent, el faium dente minantur ,


Pocula marte carent '.

Los ofidios pueden dividirse en dos grandes familias : culebras y


víboras; llámanse vulgarmente serpientes las culebras de gran fuerza
y de mucha longitud.
CULEBRAS.—Las especies de esta familia carecen de aparato vene-
noso; y si tienen dientes en la mandíbula superior, son siempre fijos

• LucANUs, Farsalia , lib. iv, verso 6i6.

fig. 128. Cabeía del crótalo.—v4, músculos elevadores de la mandíbula inferior; B, glándu-
la del veneno; C, conducto excretor que termina en U base de lo» dientes móviles; D, aber-
tura nasal; £, dientes móviles, i lo largo de los cuales pasa el veneno; F, glándulas salivares.
ZOOLOGÍA. 161

é Iguales. En los países templados sólo alcanzan las culebras dos


varas de 1 argo, y se alimentan de pajaritos, ratones, batracios, pe-
<^es, etc.; pero en los países cálidos llegan á adquirir gran tamaño y
una fuerza temible, con la cual se apoderan del hombre, de los ru-
ciantes y de otros animales. Es familia numerosísima, de la cual
Citaremos los géneros más notables.
Al género Coluber, tipo de la familia, pertenecen la culebra y
•as culebrillas de agua, de España, inocentes é inofensivas, á pesar
<lcl temor que inspiran y de las preocupaciones de que son objeto.
•Jila de las últimas se parece á la víbora, y de ahí el error de que las
Víboras en el agua no hacen daño. Estas especies tienen la cabeza
Cubierta de placas yuxtapuestas, fajas trasversas dobles por debajo
"C la cola, y carecen de fosetas en la mandíbula superior y de apén-
*iices córneos junto al ano. Menos importante es el género Tjyhlops;
culebras de poco más de un pie de largo, del cual se encuentran va-
nas especies en Filipinas, especialmente bajo las piedras y en los
muros.
El género Prthon es el más notable de la familia, por 'as propor-
ciones colosales que adquieren sus individuos ; tiene apéndices CÓT-
"eos junto al ano, dos ó cuatro fosetas al lado de la mandíbula supe-
'^'or? y dobles las fajas trasversas subcaudales. Habitan en los pa-
""'jes húmedos, cenagosos ó pantanosos de los países cálidos, y se
'uinentan de mamíferos, aves, etc. Las llamadas en Manila boa
(sauá) y culebra casera, son el Pyithon molurus y el P. reticula-
res, Gr. En el Museo de la Universidad de Manila hay un ejem-
Piar de esta última que mide seis varas y media, y que aquellos Pa-
dres alimentaron vivo más de un año; alcanzan aún mayores dimen-
siones.
Las boas tienen las escamas de la cabeza más pequeñas, carecen
<*e fosetas en los labios y las fajas trasversas subcaudales son ente-
'^s. Estas culebras no exceden de doce pies de largo; viven en los
bosques, en los árboles, como el Dryinus nasatus, Merr., de Filipi-
•^as, lejos de las aguas, y se alimentan de mamíferos, aves y saurios.
~~"La boa nadadora. Ennecies murinus, Wagler, análogo al género
oa, llega á tener 25 ó 3o pies de largo ( 7 á 8 metrosl.—La majá , de
*-uba, pertenece al género Tropidophis, de Dumeril'.

Mucho se viene hablando de pocos años á esta parte sobre la exis-


^^ncia de una gran serpiente marina. Los ingleses, á pesar de su seriedad.
Creyeron haber visto una que medía 1,000 yardas: ¡un kilómetro! Annals
^Tnatural history, secc. 4, vol. 9, pág. 484. Como otros viajeros no pon-
deran tanto el descubrimiento, que por otra parte confirman, ¿no podrá
s^r el Eunectes murinus ú otra especie del género?
12
162 HISTORIA NATURAL.

VÍBORAS.^La característica de los vipéridos ó culebras veneno-


sas estriba en la desproporción de los dientes, en su desigualdad, y
sobre todo en la presencia del aparato venenífero,que ya queda des-
crito. Son animales de tamaño poco considerable y de movimientos
tardos.
Es notable en esta familia el cró-
talo, ó culebra de cascabel 'figu-
ra 129), cuyos dientes prolongados,
rnóviles y provistos de un con-
ducto, infiltran un veneno tan enér-
gico , que muchas veces causa la
muerte en algunos segundos. Tiene
en la extremidad de la cola unos dis-
cos córneos y movibles, que hacen
algiin ruido cuando el animal se
mueve, y que han dado lugar al
nombre con que es conocido. Habi-
ta en América , dice Linneo, vene'
natissimus ad sex pedes loncos et
borachiuin viri grassitic aequans, O,
sue absque noxa devoratur, y es co-
nocida con el nombre de boiquira.
Fig. Í29. Crolalm horridus, -Cule-
bra de cascabel. —Semejante á la anterior, aunque
sin sonajas en la cola, es la culebra
amarilla de las Antillas . de cabeza notablemente triangular, de
donde le vino el nombre de trigono-
céfala, y que se halla representada
en Filipinas por el Trigonocepha-
lus hj'pnale, Schlegel.
La naja tiene movibles las cos-
tillas anteriores , con las que dis-
tiende la piel, formando en su cue-
llo un disco imponente. Una de sus
especies ifig. i3o] tiene en el cuello
una mancha negra de fajas trasver-
sales ó en forma de anteojos; de abi
el nombre de culebra de los anteO'
jos. Habita en Filipinas y en el Asia
meridional , donde es sabido el paf"
Fig. 1)0. Naja iripudians, Merr.—Cule-
tido que de ella sacan los juglares-
bra de anteojos. Á este género pertenece el áspid «*
Cleopatra.
En España no se conocen más serpientes venenosas que tres es-
pecies de víbora: la V. Cerus, Daud; la V. Aspis, Wagler, y la V-
ZOOLOGÍA. 163

i-alastei, Boscá '; pero en F'ilipinas abundan por desgracia estos te-
mibles reptiles, como en todo país cálido y húmedo. Además del da-
nurtgpalay (caña de arroz), así llamado por su forma delgada, larga
y verdosa, que tantas desgracias causa en los que frecuentan despre-
venidos los arrozales y campos de forraje, son comunes las siguien-
tes especies, todas muy venenosas : en las aguas dulces el Ccrberus
"Oaeforniis, Dum., ovovivíparo como la víbora; en tierra el Tryffli-
f'^odon gemini-cinctiim, Dum., de metro y medio de longitud y con
^'^£•1 dientes acanalados ; el Elaps calligastcr, Wieg., forma exterior
"e culebra inocente, cola redondeada, cuerpo negro con escuditos
'Circulares blancos y rojos, y líneas cruzadas en X en las escamas; en
la mar el Platiirus fasciatus, Daud, de cola comprimida, con anillos
Illancos y negros, hocico y punta de la cola blancos, y el Hydrophis
^^Rfo-cinctiLs\ Schl., que mide más de un metro y se distingue por
^'is círculos negros. Por su cola delgada y dientes perforados son
también notables el Tropidolemus hombruni, Dum., y el T. philip-
Pinensis^ Gr.

CLASE CUARTA.

ANFIBIOS.

Los anfibios [¿i^w> dos; fi-.o;, vida) son animales desangre fría,
^circulación incompleta, respiración branquial en la primera edad y
pulmonar después; cuerpo desnudo , generación ovípara con meta-
"'orfosis, Linneo llamó anfibios á todos los animales de nuestras cla-
ses tercera y cuarta ; nuestros anfibios , siguiendo á Blainville, se li-
"iitan á. los bairáceos, orden cuarto de los reptiles en otros trata-
«íistas.
La respiración branquial en la primera edad y pulmonar des-
P'^^s , la manera de fecundar los huevos después de la puesta , el
'Cuidado que el macho tiene, tanto de los huevos como de los hijue-
*°s en la primera edad, la falta de vesícula alantoides, y la metamor-
°^is, hacen que estos animales participen casi en igual grado de la
^Wa de los reptiles y de los peces, y que deban formar una clase in-
^rinedia, eslabón natural entre aquellos y éstos. Los renacuajos,
P^i" ejemplo, son al nacer ovalados, pisciformes , sin extremidades, y
P'"ovUtos de una cola larga y comprimida para la natación. Sus
"Mandíbulas son córneas, y el tubo intestinal largo , porque se ali-
"lentan de vegetales; tienen branquias ó pinceles propios para la

Esta última, confundida hasta hace poco con la especie ammodytes,


•* la más común en la Península. An. de la Soc. Esp. de H. N., tomo vui,
P^. 75.
ib4 HISTORIA NATURAL.

respiración de aquella edad. Pero á medida que el animal crece , se


trasforma '; aparecen las extremidades abdominales, siguen las torá-
cicas , y la cola va decreciendo hasta anularse; caen las láminas cór-
neas de las mandíbulas, nacen los dientes, se acorta el tubo digesti-
vo, y empiezan á alimentarse de animales; por fin , desarrollados los
pulmones, desaparecen las branquias ó pinceles respiratorios f figu-
ra 1311. Se divide esta clase en tres familias.

Fig. 1)1. Metamorfosis del renacuajo.

APODOS , ó sin pies , comprendidos en otro tiempo entre los oti-


dios, hasta que el conocimiento de su metamorfosis y demás carac-
teres hizo de ellos un orden ó clase aparte. El género Coecilia es el
tipo de la familia ; habita los países tropicales; vive debajo de tierra,
y muchas especies carecen de ojos visibles. La C. grutinosa, L. fus-
ca, linea laterali albiela, es propia de Ceilán y Java, y tal vez se ha-
lle en Filipinas.

' No se le ocultó á Ovidio esta tpetamorfosis:


Semina limus habet virides generantia ranas
Et general truncas pedibus , mox apta natando
Crura dat, ulque eadem sint longis saltibus apta
Posterior superat partes mensura priores.—[Meu, lib. v.)
Fig. /^/.—Metamorfosis del renacuajo: a, huevo aumentado; ¿>, renacuajo reci¿n salido oc
huevo ; c, renacuajos aumentados para que se vean las branquias; d, renacuajo que empie**
perder las branquias; f. renacuajo que ha perdido las branquias externas ; / . renacuajo con « "
tremidades abdominales ; g. renacuajo cuya cola está ya casi del todo atrofiada.
ZOOLOGÍA. 165

ANUROS, Ó sin cola.—En esta familia están comprendidas las ranas,


os escuerzos y sus análogos.—Las ranas tienen muy prolongadas las
extremidades y las membranas interdigitales ; la piel lisa y dientes
*n 'a mandíbula superior. — Los
^scuer:^os ó sapos tienen las extre-
niidades abdominales más cortas;
'a piel cubierta de tubérculos ve-
nenosos, y carecen de dientes. Es
común en España el Bufo viilfra-
^"1 Laur, que se hincha cuando
se ve sorprendido y lanza la orina
^ gran distancia; se alimenta de in-
sectos y babosas.—Propio es de las
Islas Filipinas el Plectropus pic-
^^1 D u m . , y a b u n d a n t a m b i é n Fig. Ij2. Pohfváates rugosiu, Dum.—Rana,
^as ranas (palacá), sobre todo la R.
^'fidis, L.; la R mugiens, Damd., que es muy grande, y una especie
'^e rana de San Antonio 1 Jig. i32), más esbelta que la común y con
'Seos terminales en sus dedos anteriores.
URODELOS , ó con cola.—Tienen extremidades , cola, y el cuerpo
^ ^ y prolongado.—En las salamandras la cola es redondeada, y tam-
'en en los a/o/o fe* de Méjico, que se distinguen de aquellas por

Fig. t)). PleurodeUs Walllii, Mich.—Gallipato.

conservar mucho más tiempo sus largas y extensas branquias, siem-


P''e en número de tres.—En los gallipatos , comunes en las fuentes
* Madrid (fig. i33), las costillas horadan la piel y se hacen salien-
l66 HISTORIA NATURAL.

tes, y la cola es comprimida y sin crestas.—Finalmente, en los tri-


tones , ó salamandras de agua, la cola es comprimida y con una cres-
ta , y el vientre plano. Linneo había ya observado que el humor
viscoso que la salamandra segrega por su boca y por los poros de su
piel apaga un fuego poco intenso, pero que en manera alguna podía
el animal vivir en el voraz alimento. Experimentos posteriores han
demostrado que la salamandra, aun en el caso de apagar las brasas,
no deja de sentir sus efectos funestos.

CLASE QUINTA.

PECES.

Los peces ipisccs, L.), quinta y última clase de los vertebrados,


son animales de sangre fría, circulación completa, respiración bran-
quial, piel casi siempre cubierta de escamas, generación ovípara.
Linneo, al comenzar su tratado de peces, exclama : Qiiis nisi vi-
disset pisces habitare sitb unda crederet? Los animales de esta n u -
merosísima clase están, en efecto, conformados para vivir siempre en
el agua ; y, en general, basta su figura exterior para distinguirlqs de
los demás vertebrados ; su cabeza es abultada ; falta el cuello; la
cola no se adelgaza en su origen, y las extremidades se presentan en
forma de aletas propias para la natación. La sangre es fría y roja,
y sus glóbulos, no tan grandes como en los reptiles, son elípticos ó
circulares. El corazón tiene una aurícula y un ventrículo, y la cir-
culación de la sangre es completa. La respiración es en estos seres
característica, por deber efectuarse con el aire disuelto en el agua.
El aparato respiratorio consta de branquias y opcrciilar. Las bran-
quias ó agallas son unos apéndices encorvados, articulados al hióides
y al cráneo, y provistos de hojuelas y vasos capilares sanguíneos. El
opércular son unos huesos planos y movibles, situados en la parte
exterior para proteger las branquias y dar salida al agua que entra
á bañarlas , mediante un movimiento de deglución que efectúa el
animal. El esqueleto de los peces es huesoso ó ternilloso , carece de
esternón , se compone de gran njámero de vértebras, ofrece la singu-
laridad de los huesos operculares, y tiene casi siempre extremidades,
aunque al exterior sólo se vea una sección de las mismas, llamada
a/eía. Las aletas están formadas, ó por huesecillos rígidos, punti-
agudos y sencillos, espinas; ó por series de huesecillos articulados
entre sí, subdivididos ó sobrepuestos, que reciben el nombre de
radios blandos; las pares, y colocadas del lado del cuerpo, representan
las extremidades, y reciben el mismo nombre de torácicas ó a b d o '
rainales; las impares, situadas en el centro del cuerpo, pueden ser
ZOOLOGÍA. 167

"0'~sales, anales Ó caudales, sc^ún c\ snio en que respectivamente


nacen.
Algunos peces tienen una epidermis mucosa; pero lo general es
que estén protegidos por placas córneas, sobrepuestas ó simplemente
yuxtapuestas, lisas ó espinosas. Para facilitar la natación , hay tam-
bién especies dotadas de vcji¿;a natatoria, saco membranoso lleno de
gas, que, dilatado ó contraído por el animal, puede disminuir ó au-
•i^entar el peso específico de su cuerpo. Su generación es ovípara,
ecundando el macho los huevos después de la puesta, y la alimen-
tación animal, aunque también hay especies que viven de algas y
otras plantas marinas '.
Esta clase ha sido dividida por Cuvier en los nueve órdenes si-
guientes.
ÓRDENES.

Radios dorsales, y algún otro, espinosos^ i.<»Acantop-


ó sencillos ( terigios.
/ situadas de- I 2." Malacop-
Branquias I I tris del ab- \ terigios ab-
p e c t i n i- Todos los ra-i Aletas ab- d o m e n . . . . ' domínales.
Ibrmes ó < dios dorsa-l d o m í n a - . i 3-" Malacop-
lamina- les, e.xcepto ] les., 1 colocadas de- \
Mandíbula á veces el ( bajo de las ] t e r i g i o s
res
supeí* i o r primero , j torácicas. sub-br a n -
i móvil. blandos ó I quí ales,
articulados. ^ Sm aletas abdominales. , 4." Malacop-
EsguELETO í terigios
HUESOSO. 1 íipodos.
5.oLofobran-
1 Branquias en forma de penachos, ó hilos sueltos.. .
Í quios.

I Mandíbula superior inmóvil ó fija al cráneo


1 6.» Plcctog-
( natos.
( 7.° Esturio-
Branquias libres en su borde exterior; una abertura branquial..
ESQUELETO ( nes.
TERNILLO- Mandíbula 1
SO ó CAR- inferior mó- 8.» Selací
TILAGISO- vil 1
Branquias fijas en sus bordes; varias aberturas
SO Mandíbula J
branquiales á los lados del cuello
inferior sol- f 9.° Ciclosto-
dada con l a | mos.
superior.

Conocidas son en Filipinas las extensas pesquerías (estanques de


piscicultura;, en las que se alimentan muchísimas especies sin otro recurso
Itte vegetales. Á dos leguas solamente de Manila hay uno de estos estan-
Sttes, que mide diez mil bralks cuadradas.
l68 HISTORIA NATURAL.

PECES DE ESQUELETO HUESOSO.

Comprende esta denominación la inmensa mayoría de la clase,


y se divide en seis órdenes.

ORDKN I."—ACANTOHTERIGIOS.

Los Acaiitopterigios [awAia, espina; --ap-j^.o'/, aleta) se llaman así


porque su característica es la aleta dorsal espinosa, que, ó es única
en el dorso, ó está acompañada de otras, aunque sean blandas; en
cuyo último caso, suelen ser espinosos los primeros radios de la anal
y alguno de las abdominales. Las branquias son laminares, pectini-
formes y la mandíbula superior movible. Comprende este orden la
mitad de los peces conocidos. Los más notables son los siguientes.
PERCAS.—Cuatro aletas pares y opérenlo de las branquias espinoso
ó aserrado en sus bordes.—Es tipo la perca de los ríos de Europa,
muy voraz y muy estimada por su carne.—El mero ó perca de mar
es también muy estimado, y se diferencia de la anterior por tener
una sola aleta dorsal; hállase en las aguas de Filipinas la especie
Serranus marginatus, Cuv., y Polymenus longifilis, Cuv., una y
otra de buen gusto; y en las termas de Mainit, afirma Sonnerat ha-
ber visto peces pertenecientes tal vez al Ámbaris thermalis, Cus•',
por nuestra parte, jamás hemos sido tan afortunados.
SALMONETES.—Las escamas son pestañosas y se desprenden con
facilidad; tienen dos barbillas , apéndices de la mandíbula inferior,
y dos aletas dorsales muy separadas. Son peces muy apreciados por
su carne, de los que se conocen cuatro especies en el Océano índico.
Los PECES VOLADORES ffig. 134), llamados así porque el gran des-

Fig- i)4- Triglia volitam, L.—Pez volador.

arrollo de sus aletas torácicas lej permite sostenerse algunos instan-


tes en el aire, abundan en el Mediterráneo y en las Antillas, y há-
llanse representados en las aguas de Filipinas por el Dactilopterios
orientalis, Cuv.; el Pterois volitans, L., y el Pt. antennata, Cuv.
—Los anfipriones, pecccitosdc colores vitos, que tanto abundan ei»
ZOOLOGÍA. 169

IOS mismos mares, y el llamado pavo real en Marianas, Pomacen-


'fus tceniops, Cuv., pertenecen á familias próximas.
Las DORADAS, que tienen algunos dientes cónicos en la parte an-
'Crior de la mandíbula superior, los pajeles ó besugos (bacoco), que
"cnen dichos dientes en ambas mandíbulas, y el cántaro a\ul át
^s Marianas, son muy buscados para la mesa y pertenecen á la fami-
lia de los Espdridos.
Los EscÓMBRiDOs , tan útiles al hombre por su agradable sabor,
'lotables por su tamaño y por su reproducción inagotable, tienen
aletas espúreas detrás de las aletas anal y segunda dorsal.—El atún
^fig- 135), que llega á tener cinco varas de largo, negro, azulado por

Fig. 1}^ Thyíiiius vulgaris, Cuv.—Atún.

^Ocima y gris plateado por debajo, es objeto de una pesca activa en las
*^ostas de España; la almadraba, laberinto de redes con que se pescan
^stos hermosos peces, es parecida á los corrales que hacen con cañas
'Os malayos.—El bonito y la toñina pertenecen al mismo género.—El
i'^í ei^arfa carece de extremidades abdominales, y tiene el vómer
y los intermaxilares prolongados en
^'la lámina larga que parece una es-
Pada. Vive en el Mediterráneo y en
as Antillas ; llega á tener diez varas
^e longitud ; su carne es sabrosa y su
Uerza tal, que se cuenta haber atra- ^,^ ,^, Hisiiophorus Micm, Cuv
csado con su temible arma la tabla —PM espada.
^f un barco. Los del mar de la In-
^(fig. i36j tienen extremidades abdominales y mayor la aleta dor-
.—En los estanques dulces de Filipinas vive un pececito del género
^'ncobdela, que tiene el hocico sumamente prolongado y se sirve
* él, al parecer, como órgano del tacto.
Los FARÍNGicos tienen la cabeza gruesa y obtusa, y debajo de los
Pcrculos unas cavidades ó pequeños agujeros más ó menos compli-
ados, pero á propósito para retener cierta cantidad de agua, que les
170 HISTORIA NATURAL.

permite salir de los estanques y riachuelos en que viven, y hasta su-


birse á los árboles sin que se sequen sus branquias.—El dalag, tan
conocido en las islas Filipinas y tan apreciado por su carne sana y
de fácil digestión ffifr. 137), goza de la facultad de aletargarse bajo

Fig. i;y. Ophicephalus vapis. Peters.—Dalag.

tierra durante los meses de sequía, cuando ésta le ha cogido en los


arrozales y cortádrile la retirada á los ríos. A las primeras lluvias de
Mayo ó Junio se le ve de nuevo pulular por las tierras de labor : se
conocen varias especies'.—Terminaremos este orden recordando que
en los mares de Filipinas se conocen acantitros y anfacantos, peces
que presentan la especialidad de ser vivíparos.—El gobio,que anuncia
Jagor haber visto en Leite, y que tenía más de metro y medio de
largo, no debe tomarse en serio : un gobio-anguila es una idea tan
peregrina como otras del viajero alemán '.

ORDEN 2."—MALACOPTERIGI os ABDOMINALES.

La característica de los malacopterigios (jx^A^Ó;, blando; ^Tcpufiov,


aleta) es la aleta blanda de su dorso; los de este orden tienen las ale-
tas abdominales situadas detrás del abdomen y separadas de las to-
rácicas. Las carpas, los salmones y las sardinas representan las tres
familias en que se divide el orden.
CARPAS.—Cuerpo cubierto de grandes escamas, dorsal larga con
el primer radio resistente. Se encuentra casi en toda Europa el Cy-
prinus carpió, L . , que llega á adquirir dos pies de longitud; es de
color parduzco, y estimado por su carne. Los peces de colores con
que se adornan nuestros salones y nuestros estanques, proceden
generalmente de la China , y son variedades del C. auratus, Bl., y
de otras tres especies descritas por Lacépéde.-El barbo, así llamado
por los cuatro apéndices de su boca, tiene las escamas y la aleta dor-

• Es maravilloso, dice el Sr. Monlau, que estos seres, notados apenas


por nuestros naturalistas, hayan sido conocidos de los antiguos, como apa-
rece por Teofrasto. Semper menciona los del Archipiélago filipino.
> Ni al gobio fluvial del orden 2.» se puede referir la anguila de Jagor.
ZOOLOGÍA. >7'
sal más pequeñas que la carpa; es fluvial y comestible , adquiriendo
a veces dos varas de longitud. Los barbos de los países intertropica-
les son muy pequeños.—La tenca, con las barbillas muy cortas; los
peces de rio (así llamados), que carecen de radios espinosos y de dor-
sales, y las lochas y lisa\-, de cuerpo casi cilindrico y muchas barbi-
llas, pertenecen á la misma familia : las dos últimas especies críanse
en el Manzanares de Madrid.
SALMONES.—El salmón tiene dos aletas dorsales, una de ellas adi-
posa, por ser un repliegue de la piel sin radios que la sostengan ; el
•cuerpo prolongado y cilindrico; el dorso negruzco; blanco el abdo-
men y escotada la cola. Es animal voraz; llega á tener dos varas de
°ngitud; vive en el Océano, y entra en los ríos á desovar. Antes que
se verifique el desove es muy estimado por el gusto y tinura de su
carne. Abundan en el mar Cantábrico, donde se hace una pesca lu-
crativa—La trucha común y la trucha asalmonada 'fif^. i38) pertene-

Fig. i}S. Salmo trulla, L.—Trucha asalmonjda.

••en al mismo género, y son también muy apreciadas; la segunda


"ene, como el salmón, escotada la cola, y además manchas rojas á
*0s lados del cuerpo. En los ríos y estanques de Asturias y Galicia,
y en el Arlanza de Castilla, abundan estas especies.
SARDINAS.—Cuerpo comprimido, vientre como aserrado, abertu-
ras branquiales muy grandes y sin espina dorsal adiposa. Este gé-
nero comprende muchas especies pequeñas, que viven generalmente
eunidas y se prestan á pescas abundantes, porque su carne es sa-
°sa y fácil de conservar por la salazón.—La sardina común, el aren-
9«e y la alosa, son las especies más notables; abundan en los mares
"e España, y pertenecen al género Clupea, de Linneo, del cual ha
eparado Cuvier algunas especies.—Del mar de China proceden la
Alosa Reevesii, la Clupea isengleena y la Cl. nimphea, de Richard-
^1» que, cuando sopla el Norte, entran en la bahía de Manila.—Las
anchoas ó boquerones son parecidos á los anteriores, y objeto también
«e abundante pesca en Galicia, Andalucía y Cataluña.
172 HISTORIA NATURAL.

ORDEN 3.'—MALACOPTEBIGIOS SL'B-BRANQUULES.

Ademas de los caracteres consignados en Ja clave de la clase, está


caracterizado este orden por tener las aletas abdominales articuladas
en su porción basilar con las torácicas, y situadas debajo de las bran-
quias, de donde procede su denominación. El abadejo y el rodaballo
son los tipos de las familias más importantes de este orden.
ABADEJOS—Todos los peces de esta familia tienen dientes pun-
tiagudos y el cuerpo simétrico.-El abadejo ó bacalao ffig. ijg) tiene

!"'§• ')9' Gadm morrhua, L.—Bacalao.

tres aletas dorsales, dos anales y una barbilla en la mandíbula infe-


rior. Abunda mucho en las aguas de Terranova , donde se hace la
salazón para el consumo de todo el mundo. El conocido aceite de
bacalao se extrae de su higado secado al sol.—La merluza sólo tiene
dos aletas dorsales, una anal y carece de barbillas. Es muy común
en el Cantábrico la especie Merlucius esculentus , Risso , pez muy
voraz y de carne estimada por su fácil digestión. El llamado bacalao
de Escocia es la merluza seca y salada que viene del Norte de Eu-
ropa.
RODABALLOS.—Las especies de esta familia están perfectamente
caracterizadas por la falta de simetría
en sus órganos. Los ojos están situa-
dos ambos á un lado, y ni la boca, ni
las aletas , ni la coloración guardan
proporción alguna; el cuerpo es com-
primido, con la parte superior más
oscura que la inJFerior.—En el roda-
ballo (fig. 140) los ojos están situados
14o- PlairoMctes maximm, al lado izquierdo , y la aleta dorsal
1 Rodaballo. nace cerca de la boca , y llega, como
la del ano, hasta la caudal. Se encuen-
tra en los mares de España, oculto en el cieno, cerca de la emboca-
dura de los ríos; llega á adquirir gran tamaño, y su carne es exqui-
ZOOLOGÍA. 173

Sita sobre toda ponderación.—También es muy apreciado el len-


guado^ de cuerpo oblongo y comprimido y que sólo tiene dientes en
la parte de coloración más oscura. Abunda en el Mediterráneo, en el
Océano y en el mar de nuestras Antillas.

ORDEN 4."—MALACOPTERIGIOS ÁPODOS.

La falta de aletas ventrales caracteriza los ápodos , separándolos


ae los demás malacopterigios. Tienen estos animales forma de ofi-
dios por su cuerpo prolongado y algo cilindrico; piel gruesa, sin es-
camas aparentes y con mucha mucosidad ; las piezas del aparato
opercular son poco visibles, y los dientes son cónicos v puntiagu-
dos. He aquí los géneros más notables:
Anguilas.^-Tienen la mandíbula inferior más larga que la supe-
'''or, aletas torácicas y además la dorsal y la anal se encuentran uni-
das á la caudal. La pequenez de sus piezas operculares y la gran
cavidad branquial hacen que puedan contener cierta cantidad de
agua y vivir muchas horas fuera de su elemento. Éste es la mar, los
""'OS, las charcas ó pantanos y unas madrigueras con dos agujeros
*lue hacen á la orilla de los arroyos. La carne es apreciada por su
finura, y en algunos países, como en Filipinas, llegan á tener dos
''tetros de longitud. En España se prefieren las del Tajo á las del
Guadiana, aunque las de este río son mayores.
Congrios.—Tienen la mandíbula inferior más corta que la supe-
rior, y la aleta dorsal nace casi encima de las torácicas ; dos circuns-
tancias que distinguen á estos animales de las anguilas. Son mari-
cos , voraces , sanguinarios , de carne exquisita, y llegan á adquirir
diez pies de longitud. En el Mediterráneo y Océano abunda el con-
grio común, Conger vulgaris , Cuv., y otras especies se hallan en
casi todos los mares explorados.
Morenas.—Carecen de aletas torácicas , circunstancia que separa
este género de los dos anteriores. Habita en el Mediterráneo una es-
pecie pardo oscura, jaspeada de amarillo, y de una vara de longitud,
que fué en otro tiempo muy apreciada para la mesa.
Gimnotos.—Con extremidades torácicas, pero sin alela dorsal y

Fig. 141. Gymnotus electrkm, L.—Gimnoto.

^on la anal muy desarrollada. La especie más conocida/^^^. 1411


procede de América meridional; llega á dos varas de longitud. y
174 HISTORIA NATURAL

tiene un aparato eléctrico encima de la región caudal, compuesto de


membranas horizontales y verticales, que descarga á su voluntad
para herir á los pececillos de que se alimenta. Las emociones prO'-
ducidas por esta pila electro-animal han sido bastante fuertes en al-
i^unos casos para matar caballos salvajes que los americanos habían
hecho entrar en el Orinoco y sus afluyentes, donde abunda el temi-
ble animal.

ORDEN 5."—LoFOBRANQUios.

Los peces lofobranqiiios UY''-, cresta; íi^j'-íp'''', branquial sonde


esqueleto huesoso, mandíbula superior movible y branquias en for-
ma de penachos ó hilos sueltos; carácter que los distingue de los
anteriores peces óseos, cuyas branquias son pectiniformes ó lami-
nares. Es orden poco numeroso y de utilidad desconocida. Dícese
que los machos son los encargados en este grupo de la incubación
de los huevecillos , que reciben en una bolsa membranosa ó en los
repliegues de la piel, y los conservan allí hasta que los pececillos
rompen la cubierta que los protege.
Los caballos marinos (fi^. 142), que frecuentan las costas de Es-

Fig. i42.mppocampm hrevirostris, Cuv.—Caballo marino.

paña, Cuba y Filipinas, son el tipo del orden que nos ocupa. Su
dermato-esqueleto está bien desarrollado y con escudetes, cuyas
series rodean el cuerpo formando anillos; las escamas están elevadas
formando aristas, y su hocico prolongado y la parte anterior del
cuerpo presentan cierta semejanza |tosca con la forma del caballo.
La cola es prensil.—Parecido á éste es el género Sygnatus, que tiene
los huesos de la cara prolongados en forma de tubo ; se encuentra
en los mares de Europa y América.

ORDEN 6.°—PLECTOGNATOS.

Losjj/ecfogTiatos (itXsxTá;, unido; r-áOo;, mandíbulas) se diferen-


cian de los anteriores en que tienen la mandíbula superior inmovi-
ZOOLOGÍA. 175

We y unida al cráneo, mediante la sutura de los huesos de éste con


los palatinos. Carecen de aletas abdominales, y la piel está desnuda
o protegida por escudetes óseos ó aguijones. Ultimo orden en la
serie de peces de esqueleto, huesoso que venimos estudiando, los
Plectognatos le tienen cartilnginoso durante su primera edad, y son,
^ r consiguiente, el eslabón natural que une las dos series. Los di-
•vidiremos en dos grupos principales.
PECES ERIZOS.—Tienen las mandíbulas cubiertas con láminas de
esmalte, y la piel casi siempre provista de aguijones. Dos géneros
notables se conocen ác peces eri^o.s. caracterizados por tener el es-
•^alte de las mandíbulas entero ó dividido en dos piezas. Sus indi-
^•auos son propios de los mares ecuatoriales v muv comunes en
'"'hpinas, donde les llaman bóteles, como en Cuba tambares. Tie-
•len estos animales un buche muy extenso, en el cual intruducen á
noluntad gran cantidad de aire que distiende la piel y hace que el
'cuerpo quede redondeado con las espinas verticales. Su carne es
poco apreciada, y aun en ciertas épocas pasa por venenosa, siéndolo
siempre la de algunas especies.—El pe^ luna tiene la piel lisa y el
'Cuerpo como truncado en la parte posterior ; es plateado y fosfores-
cente ; por manera que en noches oscuras se parece algo á la ima-
§en de la luna reflejada sobre la mar.
PECES COFRES.—La cara de estos peces está prolongada desde los
°Jos en una especie de pico pirami-
''^l, la piel está revestida de escude-
tes óseos, articulados unos con otros
P^ra proteger el cuerpo del animal.
Conócese en el Mediterráneo la
^specie llamada/»e;^ ballesta por los
'tállanos y cochino por los cubanos.
El cofre (fig. 143), c o n diez ó d o c e Fig i^j. Oftraaon tri.¡uc¡<r. 1..—CoCre.
alientes en cada mandíbula, sin ale-
las ventrales, y á veces con espinas en la frente y en la parte posterior
*iel abdomen , es propio de los mares intertropicales; en Filipinas le
*'atnan bótete, como al género reírorfíí/;, yen Cuba chapín. Aunque
'* carne de algunos cofres sea buena, la hay también que es mortífera.

PECES DE E S Q U E L E T O TERNILLOSO.

El neuro-esqueleto de estos peces, por su estructura cartilagínea,


nace de ellos como el anillo de tránsito con el tipo segundo. Se divi-
**en en los tres órdenes siguientes.
176 HISTORIA NATURAL.

ORDEN 7.°—ESTURIONES.

Los esturiones (nombre latino) llénenlas branquias libres, co-


mo los peces óseos, con una sola abertura y vestigios de piezas
operculares; carecen de dientes, tienen unas barbillas en el h o c í ^
y algunas filas longitudinales de escudetes óseos en el cuerpo.
El género más notable en este orden es el sollo (fig. 144)> ^^
dos á cinco varas de longitud, color ciniciento con manchas oscu-
ras, extremidades bien desarrolladas y dotado de gran fuerza. Vive

Fig. 144. Ancipemer huso, !,.—Sollo.

en el mar y entra en los ríos Ródano, Volga, Danubio, Ebro, Gua-


dalquivir, etc. Es muy apreciado por su carne parecida á la de la
ternera, y por la cola de pescado, que se fabrica de su vejiga nata-
toria, de su estómago, intestinos y piel. Con sus huevos preparan en
el norte de Europa el caviar, manjar muy apreciado entre los ru-
sos y los griegos.

ORDEN 8.°—SELÁCEOS.

Los seláceos (ssXaxo;, sin escamas) se distinguen del orden siguien-


te en tener movible la mandíbula inferior, y convienen con él en
tener las branquias fijas á la piel por sus bordes, con varias abertu-
ras al exterior, las aletas pares están bien desarrolladas, y la cola,
robusta y prolongada, termina en una aleta de lóbulos desiguales.
Se divide el orden en dos familias.
ESCUÁLIDOS.—Aletas torácicas de magnitud ordinaria; aberturas

^ig- '45- SquntM carcharias, L,—Tiburón.

branquiales á los lados del cuello.—El tiburón (fig. 145), animal vo-
raz, de fuerza extraordinaria, y que llega á adquirir hasta treinta
pies de longitud, pertenece á esta primera familia y es su tipo. N a -
ZOOLOGÍA. '77
<ia mucho, siguiendo días enteros á los barcos en su rápido curso,
para aprovecharse de los desperdicios del rancho que se arrojan al
llar ó arrebatar al infeliz que caiga al agua y destrozarle con sus
dientes triangulares y aserrados. Es fácil de coger con anzuelo, á
causa de su voracidad. En las islas Filipinas, no contento con las
^•Climas que hace en la mar y bahía de Manila , penetra en el río de
'3 capital.—La lija (tuco) pertenece al mismo género que el tiburón;
^s más pequeña, con el hocico menos prolongado, y con su piel se
prepara la lija del comercio.—Y\ pe\ martillo (bingcungan), así Ha-
blado porque los ensanches laterales de su cabeza forman con el
cuerpo la figura de aquel instrumento , es semejante al tiburón en
sus costumbres; llega á tener tres varas de longitud, y se le encuen-
'••a en el Mediterráneo y bahía de Manila. Es el género Spliyriía, de
Rafinesque.

Fig. 146. Prista anlüjuorum, Lith—P«-sierr«.

RÁYIDOS,—Aletas torácicas muy grandes; aberturas branquiales


^^ la cara inferior del cuerpo. Á pessir de su cuerpo prolongado y
'3

'^
'¿7 f /•i'-'r:' ^ / . - - • / • ^

/ "^
1^8 HISTORIA NATURAL.

gruesa cola, se incluye en esta familia al pei-sierra (sudsud, fif^'


ra 146), así llamado á causa de una prolongación laminar, larga y
estrecha, con espinas óseas implantadas en sus bordes, que tiene
este animal en su mandíbula superior. No sólo habita en los mares,
sino también en las aguas dulces, como lo prueba el ejemplar del
Museo de Santo Tomás de Manila, que fué cogido
en la laguna de Bay, á seis leguas de la capital. Llega
á tener cinco varas de largo '.—Las vajeas , tipo de la
familia, tienen la cola gruesa y el cuerpo en forma de
disco; llegan á adquirir gran tamaño; su carne es
buena y abundan en las costas de España.—Las tre-
mielgas ó torpedos (Jig. 1471 son parecidas á la^
rayas, pero tienen entre las aletas torácicas y la parte
anterior déla cabeza un aparato eléctrico, no tan
temible como el delginnoto, pero que causa una
fuerte conmoción y adormece el brazo del que le
loca imprudentemente. Tienen dos pies de longitud;
f'i¿. ¡4-j. Torpedo
Gahanii. Risso.—
su carne es poco apreciada; abundan en el Medi-
Tremielga. terráneo, y sabido es que han dado nombre á un ins-
trumento bélico de nuestros días.

ORDEN o."—C ICLÓSTOMOS.

Los ciclóstomos (x6x>.o:, círculo; STÓJICÍ, boca) se distinguen del or-


den anterior por tener la mandíbula inferior fija y soldada con
la superior. Su boca es circular, con tubérculos agudos y lengua en

F'^. '4S. Pelromiion mariims, L.—Lamprea de mar.

forma de pistón, á propósito para chupar los jugos de la piel en lo'


animales á que se prenden. La especie mayor que se conoce es la
lamprea de mar ffig, 148), de una vara de longitud, amarillo-ver-

' El pez-sierra tiene deprimida la parte anterior del cuerpo y las aber-
turas branquiales en la parte inferior del mismo, caracteres que inducen 4
colocarle aquí.
ZOOLOGÍA. 179

dosa y jaspeada de pardo. Abunda en el Cantábrico y ríos que aflu-


yen á este mar, en los cuales se introduce en la época de la freza; su
carnees muy apreciada; pero es preciso arrancarle la médula espinal,
"luele comunica un sabor amargo. L^ lamprea de rio es mucho más
pequeña que la anterior, y de coloración mas clara. —El género
"h'xinc, último de esta familia, es, por su esqueleto membranoso y
sus aberturas branquiales, el enlace natural del tipo de vertebrados
con el tipo de los moluscos.

T I P O SEGUNDO—MOLUSCOS.

Los moluscos son animales que tienen el sistema nervioso dis-


puesto en ganglios alrededor del esófago, ó dispersos en lo interior
del cuerpo; sin articulaciones trasversas; cuerpo blando y con ten-
dencia á arrollarse en espiral.
Algunas veces se encuentran en los moluscos vestigios de un
neuro-esqueleto, anillo cartilaginoso situado alrededor del collar
esofágico; circunstancia que justifica la colocación de este tipo á con-
tinuación de los vertebrados. La piel de estos animales está reblande-
cida, cubierta de mucosidad, y algunas veces se separa del cuerpo, for-
iiando un repliegue que se llama manto (fig. i5i): éste segrega una
gran cantidad de carbonato calcico y algo de fosfato, que se solidifica
^'contacto de los agentes exteriores, y forma en muchas especies el
"ermato-esqueleto, llamado concha ó caracol. Llámanse testáceos los
"Moluscos que tienen concha, y desnudos los que carecen de ella. Se
aerifica la locomoción por medio de míisculos ó tentáculos (Jig. i5i),
y también mediante el movimiento vermicular déla superficie ventral,
que recibe en este caso el nombre dspie. Son ovíparos lí ovovivípa-
•^os, Unisexuales, andróginos ó hermafroditas. Viven en el agua ó
en sitios húmedos; se alimentan de animales ó de plantas tiernas.
La sangre es incolora ó ligeramente matizada de azul, rosa, violeta
^ verde; el aparato respiratorio es b;istante perfecto , y la respiración
^e efectúa por branquias ó poruña red vascular situada en cualquier
sitio del cuerpo.
La forma y disposición de las conchas es muy variada; unas
^eces aparecen en forma de escudo; otras con tendencia á la espiral;
y» finalmente, las más de las veces en espiral perfecta y cónica. La
parte interna está cubierta de nácar, la exterior por el paño marino.
Las conchas se dividen en marinas, fluviales y terrestres, aten-
diendo al sitio en que viven los moluscos; en i'iv/enít's y/ósí/es,
*^8>in correspondan á la fauna actual ó á la pasada; y en univalvas,
^valvas y multivalvas, según el número de piezas de que se com-
pongan.
Conchas univalvas (figuras i53 á 179).—Están arrolladas en
18o HISTORIA NATURAL.

disco Ó en cono, arrollado de izquierda á derecha; si se verifica en


sentido contrario, se llama concha/erver^a. La base del cono es la
abertura de la concha, y en ella se distingue el labio izquierdo ó co-
lumnilla y el labio derecho, que es libre ó dentado, alado ó tabulo-
so, etc. La abertura de la concha está en muchos casos cerrada por
una pieza dermato-esquelética, llamada opérenlo (figuras i53 á i79)-
Conchas bivalvas (figuras i83 á 190).—Tienen la misma ten-
dencia á la espiral, aunque siendo corto el eje, la espiral forma po'
cas vueltas. Las dos valvas están unidas por una sustancia elástica,
llamada ligamento; las elevaciones y depresiones que tienen las val-
vas cerca de la inserción del ligamento, y que ajustan con exactitud,
se llaman charnela.—Aductores, son los músculos de que se vale el
animal para aproximar las valvas (figuras i83 á 190).
Conchas multivalvas.—En estas especies, que son poco numero-
sas, las valvas se cubren unas á otras como tejas, ó están de diferen-
te manera yuxtapuestas (fig. i53.)
Los moluscos se pueden dividir en las dos clases y seis órdenes
siguientes, procediendo de lo más á lo menos perfecto, como hemos
hecho hasta el presente.
CLASES. ÓRDENES.

/ Con brazos locomoto- !


I res alrededor de la w.° Cefalópodos.
i.^ Céfalos. I cabeza )
Cabeza distinta; jCon un pie carnoso ba-1
desnudos; uní-( jo el vientre para la f „^ , i„c
, ' 1\ •, / ) 2.° Gasterópodos.
vaivosomul-J reptación ó nata-í
tivalvos i ción I
i I Dos aletas natatorias al 1 ^ „ _ , . ^
-r- o. / , , , , , , 3.°Teropodos.
Ttpoi."^ I \ lado del cuello ) ^
MOLUSCOS. 1^ j Un músculo aductor y i
una impresión del >4.° Monomiarios.
mismo en cada valva.)
iDos músculos aducto-j
'í-* Acéfalos. I res, y dos impresio-f , . .
o- • •' / •' , . } 5." Dimiarios.
oin cabeza;con-r nes separadas encada i
cha bivalva... ] valva |
I Varios músculos parea- I
dos y simétricos, que ( ^ „ „ f^^Ans.
\ ) G.o Braquiópodo*-
no sirven para mo-l
ver las valvas 1
« Excluímos de este tipo á los Cirrópodos, Tunicados y Briozoos qo*^
tienen su lugar natural, los primeros en los ANILLADOS, y los restaott* e"
los RADIADOS.
ZOOLCXIÍA. l8t

CLASE PRIMERA.
CÉFALOS.
ORDEN I."—CEFALÓPODOS.

Los Cefalópodos {y.iY/Xr¡, cabeza ; rogó;, pies) son moluscos cuya


^abeza está rodeada de un grupo circular de apéndices ó brazos más
° tuenos largos, inarticulados, provistos de ventosas ó de ganchos,
^u boca está provista de dos mandíbulas córneas que se parecen al
pico de ciertas aves. Este orden es el grupo de organización más
complicada del tipo de moluscos, y algunos tienen concha calcárea
'nterior.
La piel de los cefalópodos tiene manchas de diferentes tintas,
que
no aparecen cuando el animal está tranquilo. Están además es-
'Os moluscos provistos de un depósito de secreción llamado bolsa
"^ ¡a tinta, que vierten en el agua, cuando les place, para entur-
biarla y escapar más fácilmente de sus enemigos. Todos son carni-
^^•"os, sexuales, ovíparos y tienen respiración branquial. Se dividen
^n Varias tribus y familias, cuyos principales géneros son los si-
guientes.
Pulpos.—Sin hueso interior, cuerpo globuloso, sin aletaslatera-
'^s> ocho tentáculos iguales, provistos de ventosas en la superficie in-
^^•"na. El pulpo comi'tn ffiguras 149 v i5oi es objeto de pesca en las

Fig. I49- Oclof^a vulgnrii, Lani.—Pulpo.

°stas de España.—Parecidos al pulpo, son los calamares, de cuerpo


órnese, contenido en un saco prolongado con dos apéndices en for-
a de alas en su base, y boca rodeada de diez brazos con ventosas,
°s de los cuales son más largos y pedunculados;—y la jibia, cuerpo
182 HISTORIA NATURAL.

también carnoso y oval, con una sola


aleta que se extiende á los dos lados del
saco, diez tentáculos, de los cuales dos
son más largos que el cuerpo, ensancha-
dos al extremo y con ventosas. Tiene en
el dorso y debajo de la piel una concha
oval calcárea, que se conoce con el nom-
bre de hueso de jibia, y se usa para pu-
limentar diversos objetos. Estos dos gé-
neros abundan en Filipinas.—La qiiiro-
tenla tiene los dos brazos tentaculares
más largos que el doble de su cuerpo.
NAUTILOS.—Cabeza poco distinta del
cuerpo , numerosos tentáculos, cilindri-
cos, retráctiles , concha arrollada en es-
piral, ocultándola liltima vuelta todas
las demás, con tabiques interiores cón-
cavos perforados en el centro. Con su
concha tucsi, fi^. i5i), nacarada en el
interior y blanca mate por afuera, se ha-
Fig. 750. Octopus havaimeiisis, cen en Filipinas objetos de adorno.
Lam.—Pulpo.
ARGONAUT.ÍS.—Cuerpo ovoideo , sin
aletas, ocho tentáculos iguales, y algu-
nas veces dos de estos muy ensanchados en su extremidad en forma

la

Fig. ifi. Naulüus pompilius, L.—Sauülo.


Fig 1^1. NautUo.—í, tentáculos;/», masa carnosa que representa el pie; m, peda» df'
manto
nto que cubre la concha; s, sifón ó tubo en que se prolonga el saco para introducir agua en 1»
concha
cha; o, ojo; tu, tubo de salida del agua, que ha servido para la respiración, de los excremen-
tos, etc.
ZOOLOGÍA. 183

«e velas; concha unilocular, papirácea, frágil, trasparente, arrollada


en espiral, plana, bicarenada, tuberosa y ocultando la última vuelta
3 las anteriores ¡Jif^. i52). Se encuentra en el Mediterráneo y en los
mares de Filipinas.
Fiíinín,.

Fig. 1^2. Argonauta íirgo, L.—Argonauta.

Hay otros géneros de este orden , de suma importancia para la


geología, pero poco interesantes para el zoólogo por haber desapa-
recido casi todas las especies. Sólo se conoce de ellas el dermato-
esqueleto, que consiste por lo común en una concha recta ó enrollada
en espiral, á veces doblada y dividida por tabiques enteros. Los terre-
nos silurianos, devonianos y carboníferos presentan algunos géneros.
*-os nautilos y ammonites aparecen en los terrenos triásicos; los be-
'^mnites en los jurásicos, extendiéndose como los ammonites al lías,
oolítico y cretáceo. En los terciarios sólo se encuentran nautilos, ji-
'"as, plumas y espirales.
184 HISTORIA NATURAL.

ORDEN 2.°—GASTERÓPODOS.

Los gasterópodos ((asTrjp, vientre; -ooó;, pie) son moluscos que


se arrastran sobre un disco abdominal, llamado pie. Tienen cabeza
distinta con tentáculos ; los ojos, ó en la extremidad de los tentácu-
los, ó cerca de su pie; el cuerpo es recto ó espi-
ral; algunos tienen un pulmón rudimentario;
los demás branquias. La concha es univalva,
espiral ó recta en la mayoría de estos seres ; al-
gunos, sin embargo, son desnudos y otros final-
mente muhivalvos.
Este orden es numerosísimo en especies;
abraza moluscos marinos, fluviales y terrestres;
sus conchas son muy apreciadas de los colec-
tores por sus variadas formas y hermosos colo-
res. He aquí algunas de las veinticinco familias
fig. 1^). Chiton aculea
en que se divide el orden.
tus, L.—Oscabrión. FiLiDios.—El género oscabrión (fig. i53),
de cuerpo oblongo, convexo, redondeado en las
extremidades, ribeteado por una piel coriácea y cubierto en el cen-
tro por una serie regular de piezas testáceas y movibles. De Filipinas,
donde también se encuentran diferentes Patelas.
BÚLEOS.—Se encuentra en F'ilipinas la hulea
(fig. 154), concha delgada, poco arrollada en espi-
ral, sin columnilla saliente, y con la abertura muy
dilatada ; y la bula (fig. i55), de concha más ro-
busta, pero parecida á la anterior, óvalo-globulosa
y sin dilatación en el borde, que es cortante.
LiMACios.—Pertenece á esta familia la babosa
fig. 1^4. fiu/tea (fig- i56j, animal andrógino, sin dermato-esquele-
plancíana, Lam to, pero con un escudo sobre el dorso formado por
—Bulea.
el manto ; cuatro tentáculos retráctiles. El cuerpo
está cubierto de una materia viscosa, que cuando
se seca toma un aspecto plateado.—La vitrina (fig. iS/) se halla en
los bosques de Filipinas. Los moluscos de esta familia respiran todos
el aire libre.
CoLiMACios.—Concha espiral, con ó sin opérculo, y con el borde
recto y doblado á veces hacia afuera. Son animales terrestres con dos
ó cuatro tentáculos. Los caracoles (Helix), parecidosála babosa, de
respiración pulmonar y cuatro tentáculos, pero provistos de concha,
de espira poco elevada, de ancha y entera abertura ; sus especies se
cuentan por centenares repartidas por todo el mundo, y muchas son
apreciadas por su carne. En Filipinas abundan, entre otros, t\ judío.
ZOOLOGÍA. 185

el unguiculado (figuras 158 y 159) y la caracola.—El anatosma, con

Fig. ¡ly^. Bulla ampMa, L.—Bula.

u boca dentada ; la/"z/^a , de concha cilindrica, gruesa y muchas

Fig. 1^(1. Umax rufuí. L.—Babosa.

^'Uelias de espiral; la ctausila , fusiforme, de boca irregular, bordes

Fig. 757. Vilritia viridis, Quoy.—Vitrina.

••eun idos en todas sus partes y doblados hacia afuera ; los bulinos y

'í- ifS, Helix candidissima, Drap.—Caracol judio. Fig. 759. Hilix uttgulitia,C^ttn,
i86 HISTORIA NATURAL.

las agatinas tienen en las mismas islas especies que los representan.
—También se encuentran en ellas la aurícula (fi^. i6o), concha oval,

Fi^. /6o. Aiírúuuí Mida-, Laiii,—Aurícula.

bastante gruesa, con Ja abertura larga y estrechada por arriba,—y


el escárabo, que por su aplanamiento afecta dos aristas laterales
ffig. i6i).

Fig. ¡6¡. Scarahm australh, Monf.—Escárabo.

MELANIARIOS.—Concha con los bordes de su abertura desunidos,


y el derecho cortante. Animal con respiración branquial, fluvial ó
marino, con dos tentáculos y opérculo. Entre las especies de esta
familia que hay en Filipinas, merecen citarse: la a'ara, concha
fluvial, con la espira en forma de torre, coronados sus cuerpos por
picos; la ATe/. spinulosa, Lam., así llamada por las espinas, y 1»
M. inquinata, Def. Se conocen además dos especies fósiles.
PERISTOMIANOS.-MOIUSCOS fluviales operculados, concha cubierta
extenormente con una epidermis delgada y verdosa y bordes reuni-
dos. Lüs paludmas abundan en las inmediaciones de Madrid y en la
laguna de Bay (Filipinas), donde también se encuentran las amp»'
lanas.
NERiTÁCEos.-Conchas notables por su forma particular, con el
borde izquierdo cortante, trasverso, afectando cerrar la abertura; no
se ve la columnilla. Son comunes en Filipinas la neritina, la nerita
ZOOLOGÍA. 187

'fig. 162), y la natica, que también se encuentra fósil (tabunganga).


MACRÓSTOMOS.—Conchas en
lorma de oreja , con la boca
""uy grande, bordes desunidos
y sin columnilla. Las orejas de
"'<^'- íbacas-cabayo, /í,r. i63)
son comunes en Filipinas.
ESCALARIANOS.—Las conchas
ae esta familia tienen diferen-
'^las notables , y sólo convienen Fig. i('l. .NVMI'.I politj, L. — Nerita.
^n tener separadas las vueltas de
la espiral y la boca circular. Las escalarías fjif;. 164 i han sido en
"tro tiempo apreciadas en las i s -
'as Filipinas , de donde las remi-
Han á Europa para hacer zarci-
'os. Se conocen varias especies.
TuRBiNACEOs.—Concha orbi-
'^ülar, en cono deprimido den-
^Wo sobre el borde interior de
'as vueltas espirales.—Los cua-
«'"íiwíeí, que tienen el ombligo
Profundo á manera de embudo;
•~-las ruletas, de espiral achatada Fig. / ^ J . Haliolis ctrininm, L,—Oreja de nía
y una callosidad sobre la colum-
J^illa y ombligo;—los trompos, cónicos, de espiral alta, a n c h a y a n g u -
'Osa en su base;—el aljófar ó perlas, naca-
""adas turbinadas, espiral corta y vueltas re-
dondeadas;—h peon:^a (lagang, ^ ¿ ^ i65|,
~s hermosos colores marmóreos en el e.xte-
•"lor y nacarada en el interior,—y el torni-
(fig- 166), puntiagudo y con estrías
longitudinales, son especies comunes en
'Os mares de Filipinas.
CANALÍFEROS.—Las variadas conchas de
^sta familia tienen un canal recto ó encor-
dado , corto ó largo en la base de la aber-
^'^ra. Hay en Filipinas pertenecientes á
^sta familia : la corneta (viva y fósil),
'Oncha prolongada y en forma de torre;
^^pleuromoto (fig. 167), fusiforme y con
'^0 canal recto ¡vivo y fósil);—la turbinela,
''las gruesa que la anterior y tuberculo-
sa;—t\huso (fie. 168), más notable por _. . „ , ^ , ,,^
' " lOrma que por sus colores ;—el lugo —Escarria.
188 HISTORIA NATURAL.

(fig. 169) y el candelera^ ambos de forma de pera, y el último de

Fig. 166. Turri-


tella duplícala ,
Ftg. 16^. Turbo marmoralus, L —Peonza. Lam.—Tornillo.

base cuadrangular;—la ránula , con dos colleras tuberculosas;—los


múrices ó cañadilla (salungo, fig. 170 , notables por sus várices ó
espinas;—y los tritones, de concha oval, oblonga,
de espiral alta y cubierta de colleras ó costillas irre-
gulares. De una especie de cañadilla, M. branda-
ris, L., que abunda en el Mediterráneo, se cree
que extraían los romanos el líquido con que da-
ban el color de púrpura.
ALADOS.—Las conchas tienen un canal más ó
menos largo en la base de la abertura, el borde
derecho cambia de forma con la edad, y presenta
un seno en la parte inferior; son las principales:
la rosca (fig. 171), fusiforme con el borde derecho
alado y dentado;—el escorpión (fig. 172), de canal
largo y con el ala derecha dilatada y digitada;—y la
oreja de Diana (sicad, fig. 173), que tiene surcos
undosos , la espiral corta y puntiaguda y el ala
lobulada ó acanalada. De los mares de Filipinas.
PuRPURÍFERos.—Conchas globosas ó alargadas
con un canal corto ascendente por la parte poste-
ñor ó una escotadura oblicua en la base de la
Fig. i6y. Pleuromota abertura que se dirige hacia atrás. Especies nota-
auitralit, Roissy.
bles:—la omjc/a/^^g-. 174), de abertura alargada,es-
trecha y bordes paralelos;—el casco (fig. 17 5), de
espiral muy corta , abertura estrecha y oblicua y con un canal brus-
camente replegado hacia atrás ;-.el arpa (fig. ,76), concha bellísima,
esmaltada, de espiral corto, finísima, puntiaguda, y adornada con
ZOOLOGÍA. 189

costillas paralelas y un poco oblicuas;—el tonel (fig. ijj], concha de


forma barriguda, con círculos trasversales en su exterior superficie,

^'g. 16S. Fusutpagoda, Less.—Huso. Fig. /6y. PynilaJuuf, Lam.—Higo.

abertura muy ancha y borde derecho dentado;—las bocinas, conchas

^'g- lyo. Aí«r« írassií/iiVia, Lam.—Cañadilla. Fig. fji. Rostelaria reetirostris, Lam.—
Rosca.

escotadas en la base y con la columnilla redondeada;—y los tala-

Fig. lyi. Plerocera scorpio, Lam,—Escorpión.


1^0 HISTORIA NATURAL.

i r o í , conchas fusiformes, de muchas espiras y muy apuntada la

Fíg^iy^. Slromhus auri^-diatur, L.—Oreja de Diana.

cima. Los taladros (terebra- se distinguen de las roscas (turritella)


por la abertura y escotadura posterior de su base.
De los mares de Filipinas.
CoLUMiXARios. —Concha sin canal, pero con una
escotadura subdorsal en la base de la abertura; co-
lumnilla con pliegues dentiformes. Pertenecen a
esta familia:—las palomitas , Conchita de hermosos
colores y elegante forma , que se encuentra en la
arena de las playas; es oval, gruesa, y con la espira
corta y un poco abultada en la pared interna de su
^ borde derecho ;— las mitras, sin el abultamiento
Fig. 174. omcia del género anterior , subfusiformes, de espiral
Lamarckii, Sow. , ' 1 • 1 r
apuntada , con la abertura estrecha y triangular y

Fig. ij^. Cassis madagascariensii, Ijm.—Casco.


ZOOLOGÍA. 191

los pliegues anteriores de la columnilla más pequeños que los pos-


tenores.— hs volutas (manoc-manuc,^'^. 178), de concha oval, algo

Fti^. ijf'í, Harpíi veiitiicosa, Lam.—Arpa.

ventruda, lisa, brillanie, de vivos colores, y que se distingue de


'3s mitras porque los pliegues anterio-
''es de la columnilla son más grandes
4Ue los posteriores. Todas son de las
'slas Filipinas.
ARROLLADOS.—Conclias cuyas vuel-
cas espirales son anchas y comprimidas
^n los extremos, envolviéndose una á
'^tra, de modo que la última cubre por
completo á las anteriores. El huevo
^fiS- 1791, concha abultada en el centro,
adelgazada, casi en forma de pico en los
'extremos, sin espiral aparente,y con la
abertura larga , estrecha y encorvada;—
^^^ porcelanas (paca) son conchas lisas,
tuberculosas ó estriadas, ovales ú oblon-
8as, brillantes, la boca estrecha, ar-
queada y dentada en los dos bordes, que
^stán enrollados hacia adentro; sus espe-
*-'es, muy apreciadas, tienen nombres
Vulgares, como argos , mapa, aurora,
apreciadísima (-'/?/,'•. i8oj, tif^rc, sigaj^,
"Uce, Isabel, piojo de viar, etc., etc., Fig, lyy. Dolium pcrJix, Lam.-
Tonel.
que pertenecen todas al género Cy-
praa.—Las olivas tienen las conchas subcilíndricas, enrolladas,
lisas, gruesas y con las vueltas espirales separadas por un canal de
las estrías de la columnita.—Los conos (balacuit), de concha cónica,
192 HISTORIA NATURAL.

espiral poco elevada, constituyendo la base del cono engendrado;

Fig, lyS. Voluta ¡^roboscidalis, Lam,—Voluta gondolera.

abertura larga y estrecha. Todos estos géneros, así como la barrena


y ancilaria, cuentan numerosas especies en el Archipiélago Fili"
pino.

Fig. 179. Orula tmformá, Lam.—Huevo.

ORDEN 3.°—TERÓPODOS.

Los terópodos ('ctspúv, ala; róoó;:, pie) son moluscos libres, des-
nudos ó con concha muy frágil, nocturnos ó crepusculares, con ex-
pansiones membranáceas propias parO, W
natación. Abraza este orden las dos fo'
milias siguientes.
HIALINOS.—Tienen una concha del-
gada, trasparente, globosa, abierta, y '^*"'
la extremidad posterior tricúspide. No ^
Fig. 180. Cypraa aurora, Lam encuentran sino en alta mar.—Lzcleodora
—Aurora. de concha casi cartilaginosa;—y la ^^P''
ZOOLOGÍA. «93
''o^tela (fig, i8i),Hmacina de otros autores, de concha planórbica,
subcarenada, papirácea y arrollada oblicuamente, son las especies
'Oás notables. La primera se encuentra en los mares de Filipinas.
NEUMODERMOS.—Son desnudos, cuerpo jelatinoso,de forma oblon-
8» y con dos alas. El pasto de la ballena , así llamado porque con él
se alimenta especialmente el gran cetáceo, abun-
'•a en los mares del Norte.

CLASE SEGUNDA.

ACÉFALOS.

O R D E N 4.°—MoNOMiARios.
Fig. /.SI. SpirateUa ros-
Los monomiarios (;J.OVO;, único; p ; , múscu- traiis. Blainv.—E.spiratela.
lo) tienen un solo músculo aductor, que parece
atravesar el cuerpo del animal, y se nota en cada valva la impresión
Subcentral de su inserción. Las conchas son irregulares, desiguales
y foliáceas. La forma del pie y la relación de este órgano con el
"''anto es la base para la subdivisión de este orden. Para ceñirnos
'o posible, le dividiremos sólo en tres sub-órdenes, atendiendo á la
colocación del ligamento con relación á la concha.
PRIMER SUB-ORDEN.—Ligamento marginal prolongado en
^1 borde sublinear. Comprende las familias TRIDÁCNEOS, MITILÁCEOS
y MALEÁCEOS, cuyos principales géneros son :
El toclobo, así llamado en Filipinas fjif;. 1825, soberbia equi-

h'íg. 183. TriJacna gigas, Lam.—Toclobo.

**'Va, ondeada en sus bordes, con una grande abertura para pasar
** biso, con el cual suspende el animal el peso de su concha, que es,
' 'eces, de muchas arrobas; adquiere un tamafio gigantesco, y suele
asarse para pilas de agua bendita.—Los mejillones tienen abundante
biso y rudimento de un segundo aductor; se aprecian en España
Para la alimentación, aunque no siempre hayan dado buen resulia-
****< La Medióla striatula, Hanley, abre numerosos agujeros en las
'4
194 HISTORIA NATURAL.

orillas de los ríos filipinos; y la cuña (barung, fig. i83j es apreciada

Fig. iS). Pinna saccata , I,.—Cuña.

por sus grandes dimensiones, y por la finura é igualdad de la seda


que forma el biso.
La madre-perla ffig. 184) es una concha escamosa, sobretodo
cuando es joven , con nates rectos y un seno
en cada valva para dar salida al biso ; su in-
terior es nacarado. Las perlas son secreciones
del nácar que el animal de esta concha se-
grega en grande abundancia, especialmente
cuando padece alguna afección mórbica, a'
decir de varios naturalistas. La buena perla
ha de ser grande, regular en su forma, esfé-
rica, ovalada ó piriforme, y blanca y brillan-
te como el ópalo. Las irregulares son llama-
das barruecos, y las pequeñas, bien forma-
das y de buen color, aljófar. La pesca de
Fig. 1S4. Maleagrina marga'
ritifera. 1..—Madrt-perla. este molusco interesante, que se halla al Suf
de las Filipinas, y en Ceilán , Arabia y Pa-
namá , suele hacerse por medio de buzos en los meses de Febrero,
Marzo y Abril.
Los martillos., así llamados por su figura exterior, que afecta la
lorma de aquel instrumento, son conchas bastas é irregulares , con
biso grosero, pero estimadas por los naturalistas; Malleus vulgaris,
Lam., de Filipinas.
SEGUNDO S U B - O R D E N . - E l ligamento no es marginal, y
está encerrado en un corto espacio bajo la charnela. Abraza las dos
familias siguientes.
PECTINEOS.—Conchas regulares, compactas, no foliáceas, auricu-
ladas en su borde cardinal, y con estrías ó costillas radiadas. Perte-
nece á esta familia la concha de los peregrinos (sihí, fig. i85), qu^
es auriculada cerca del ápice, sin rudimento apenas de charnela V
con el ligamento en una fosita trasversal; el animal tiene dos ten-
táculos , terminados en un ojo. Sus especies son numerosísimas, es-
pecialmente en Europa, donde se les llama peines y conchas de San-
ZOOLOGÍA. 195
"^go; en Filipinas se entuentran fósiles y vivas, como la Plicantula
"^pressa, Lam., de esta misma familia.

h^. iS^. /-'t'i'.'t'1 iíi,i.\ii)ju-s, L.—Concha de peregrino.

OsTRÁcKos.—Conchas no auriculadas, foliáceas, muciías veces


"|3s en otros cuerpos por su valva inferior, con el ligamento inte-
rior ó semi-interior.—Las ostras son el tipo de la familia. Se las en-
•^uentra en todos los mares, y se hace de ellas un consumo inmenso,
'levando la palma las procedentes de Ostende. Entre sus doscientas
especies, la Ostrea ediilis, L., es la más apetecida. En el comercio se

Fig. 1S6. Placula placenta. L.—Concha.

• <iístinguen además con los nombres de ostras de draga, comunes y


'*^ estanque, siendo estas últimas muy buenas, si con el agua del mar
'^ *e mezclad aguadulce. Las conchas de estos moluscos presentan
IQ6 HISTORIA NATURAL.

admirable variedad de formas. Entre las especies de Filipinas hay al'


gunas fósiles.—Á la misma familia pertenecen lasque en este país lla-
man conc/M.? por antonomasia ffig. i86j, porque sus valvas sustitu-
yen con ventaja al vidrio en los corredores de las casas, para templar
los rayos del sol ardiente de los trópicos; la charnela de estas con-
chas presenta dos dientes cortantes en forma de V.
TERCER SUB-ORDEN.—Ligamento y charnela invisibles; ani-
mal desconocido; este sub-orden se compone sólo de la familia de los
RUDisTOs, cuyos tres géneros son conocidos por las conchas que yacen
fósiles en la creta y en otros terrenos, especialmente de los montes
Pirineos.

ORDEN 5.°—DiMiARios.

Los dimiarios [oK, dos; ¡iv;, músculo; tienen dos músculos aduc-
tores, distante uno de otro, cuya inserción es hacia las extremida-
des laterales de la valva, donde se nota su huella ó impresión. Siendo
numerosas las familias de este orden, las reduciremos á tres sub-or-
denes.
CRASÍPEDOS.—Manto cerrado en todo ó en parte por delante,
pie grueso, subcilíiidrico, situado en la extremidad posterior, y poí^^
apto para la locomoción; la concha no se cierra herméticamente-
Los TUBÍcoLAS, FOLADARios, soLARiACios j MiARios, sou las famüias o
este sub-orden , y los géneros principales los siguientes.
La regadera , pequeña concha equivalva, implantada en un tubo
testáceo que se estrecha en la parte anterior, y en la parte posterio
termina en un disco con muchos agujeros, como el instrument
cuyo nombre lleva (/z^'-. 1871. Es poco conocido el animal que habU
esta concha rara.

Fig. ¡Sy. AsptrgiUum javanicum, Lam—Regadera.

La broma ó íara;;[a(Teredonavalis,L.),decuerpo prolongado ybí'


furcado en dos tubos, vive como la anterior en una envoltura cale»'
rea, y ataca y destruye la madera de las construcciones navales.— *^
mango de cuchillo (tic-han, fig. 188), equivalva, trasversa,de extenso
ZOOLOGÍA. 197

'igamento; animal cilindrico y prolongado, que vive enterrado en la


3renaá bastante profundidad. Los tres géneros se hallan en Filipi-
•^35, y sólo los dos últimos en España.
TENUIPEDOS.—El pie de estos moluscos es pequeño y compri-
''^'ao; el manto no está cerrado por delante, y la abertura lateral
^^ la concha es poco notable. Comprende las fami-
"as MATRÁCEOS, CORBÚLKOS , LITÓKAGOS y NINKÁ-
^Eos, cuyos numerosos géneros son poco notables.
L A M E L Í P E D O S . — P i e aplanado y en forma
de lámina, situado más cerca de la base de la con-
cha que de su borde posterior. Se divide en seis
'amilias: CONCHAS, COUDIÁCKOS, ARCA'CKOS, TRIGÓ-
''Eos, NÁYADES y CAMA'CKOS , cuyos géneros más im-
portantes son los siguientes.
hdícireua ifig. 189), concha triangular, abulta-
"3, con tres dientes en cada valva.—La concha de
^cnus {Jig, 190), notabilísima porsus espinasysu-
'íiamente apreciada por los coleccionadores.—Las
^l'uejas de mar y las de rio, tan abundantes en las
costas de España, y tan eslimadas como alimento
sano y agradable.— Las biicardas, notables por
sus estrías uniformes, y conocidas particularmente
'Je los indios de Camarines (Filipinas) porque en
"illas recogen el polvo del oro lavado.—Las arcas,
'*sí llamadas por su forma, cuya concha está pro-
vista de muchos dientes en su charnela , y cuyo
animal se adhiere á las rocas mediante unos hilos
tendinosos (el biso) que hace salir por la abertura
<lue dejan sus valvas.—Y, hnalmente, la anodonta,
común en los arrozales, y del cual se sirven los
'ndios de la citada provincia de Camarines para
cortar la caña del arroz. Todos estos géneros se
encuentran en Filipinas, vivos en los mares, v r ..^ c .
'Osiles en los terrenos tercíanos, donde también L.—Mango de cuchillo.
se halla el género Chama (cabibi).

ORDEN 6."—BRAQLIÓPODOS.

Los braquiópodos (ppor/uuv, brazo ; xoSd;, pie) son moluscos acé-


dalos, dotados de músculos pareados y simétricos, pero que no les
sirven, al parecer, para aproximar sus valvas; su carácter real, distin-
tivo y verdadero de los demás acéfalos, consiste en tener cerca de la
wca dos bra\os, opuestos, prolongados , velludos, y arrollados en
espiral cuando e¡ animal está en reposo.—En gracia de los princi-
|p8 HISTORIA NATURAL.

plantes, y al terminar este estudio, recordaremos la inmensa distan-


cia que separa á los braquiópodos de los cefalópodos; como que éstos
son los primeros y más perfectos moluscos, que hemos por lo mismo
colocado á la cabeza del tipo, mientras que la organización de los
braquiópodos es inferior á la de los animales de toda la serie, y en el
plan descendente que hemos adoptado han debido formar en última
línea , aunque para conseguirlo nos hayamos apartado algo del mf
todo de autores elementales respetabilísimos, si bien siguiendo á otros
no menos notables.

Fig. i8<). Cyrena suborbicularif, Busch.

Por último: todas las familias y los géneros de este orden son poco
importantes, y fósiles en su inmensa mayoría. Sólo mencionaremos la
Terebrdtula, concha lisa, sin estrías ni surcos, y
la Língula, aplanada, oval y un poco puntiaguda-
Ambas se encuentran en los mares de Filipinas-

T I P O TERCERO.—ANILLADOS.

Los anillados tienen un ganglio supra-esofá-


gico y una cadena nerviosa infra intestinal; for-
ma simétrica, cuerpo dividido por anillos duros
ó pliegues trasversos, duros ó blandos, que sir-
ven de punto de inserción á numerosas extremi-
dades. Estos anillos, que dan el nombre al tipo»
forman una especie de vaina ó estuche que con
tiene y protege todos los órganos, y presenta
alguna analogía con el esqueleto interior de los
'Vy'r%y^c:2:^°- vertebrados, y con las partes calcáreas de los
Venus. moluscos.
El sistema nervioso de los anillados consiste
ZOOLOGÍA. 199

sn dos cordones situados á lo largo del c u e r p o , con varias h i n c h a -


zones ó ganglios, entre los cuales el primero constituye el cerebro
(fig. 191). El órgano de la vista suele estar
bien desarrollado, y lo mismo el del olfato,
a u n q u e se ignora el punto fijo por donde
ejercen esta función. El cuerpo de estos ani-
males se divide generalmente en tres porcio-
nes : la crt/'t'^íj, parte anterior, donde están
la boca y órganos de los sentidos; el tórax
parte m e d i a , donde están las alas y las patas;
y el abdomen, ó parte posterior, en la cual se
encuentra el a n o , y por lo c o m ú n los orificios
para los órganos de la generación , que son,
generalmente h a b l a n d o , unisexuales, aun-
'«••'yI. Sistema nervioso de que no fallan esDccies andróginas, y que
un anillado (insecto). ^ . , • ,• , . ,
pueden multiplicarse hasta por gemación.
Los anillados pueden dividirse en las clases siguientes.
CLASES.
Respiración traqueal; tres 1
, ' pares de pies, cabeza,f
I . . y !•" Insectos.
tórax y abdomen distiñ-i
tos; con antenas )
¡ Respiración traqueal; doce i
pares ó más de pies; con[
)2"' Miriápodos.
antenas; tórax y abdo-í
Con extremi- ] 1
men confundidos /
dadesarticu- I
I / Respiración traqueal ó pul- 1
ladas p a r a (
\ monar; cuatro pares de
la locomo- \ . I
pies; sm antenas; cabeza I
ción J )'i.' Arácnidos.
y tórax confundidos y á j
veces también el abdo-
TipoZ." I n,en
ANILLADOS. f Respiración branquial ó ]
cutánea; cinco ó siete I
)4." Crustáceos,
pares de pies por lo co-
mún
Sia extremidades articuladas para la loco-
moción; sistema nervioso menos des-^5." Gusanos,
arrollado
200 HISTORIA NATURAL

CLASE PRIMERA.

INSECTOS.

Los insectos tienen la respiración traqueal, el cuerpo dividido


en las tres porciones, de las cuales se hizo mérito arriba; con la ca-
beza provista de unos apéndices llamados aníewíj.y, y tres pares de
extremidades articuladas insertas en el tórax. El abdomen carece de
extremidades.
Los órganos de la prehensión y de la masticación de los insectos

.GO

^ ,

Figuras I<j2

son apéndices de los mismos anillos que constituyen la cabeza, y


aun cuando sean iguales en el número de piezas, se diferencian mu-

It VI

Figuras l()4 y ip^.

che en la forma, según que los insectos son masticadores ó chu-


padores. En los masticadores se componen de un labro, lámina
Figuras lyiy i^}. Órganos de la masticación del Carafrits :a. labro, ó labio superior; b,
mandíbulas; c, palpos labiales; d, barberol; e, palpos maxilares extemos; / , palpos maxilares
internos; g, maxilas.
Fig. 194.—Cabeza de un himenóptero; a, mandíbulas; b, palpo maxilar; c, maxilas; i,
palpo labial; e, lengüeta; / , lóbulo lateral de la lengúeO; g, labro.
Fig. ;??.—Cabeza de un lepidóptero: h, cabeza; i, maxilas; ;', palpos maxilares; /, ojo»
compuestos; .m, base de las antenas.
ZOOLOGÍA. 201

cuadrangular y córnea, dos »Híi«íf/¿'H/íiJ duras, consistentes y pun-


tiagudas, dos maxilas débiles, cortantes y provistas de cerdas rígi-
das, un labio, pieza córnea y trasversa y opuesta ai labro, apén-
dices llamados palpos labiales ó maxilares, según donde estén
insertados y la/t'/jjíriVt'ía , generalmente corta , bífida, situada entre
los palpos labiales (figuras 192 y ig3). En los chupadores se pro-
longan estas mismas piezas , desarrollándose mucho la lengüeta, los
labios y las maxilas en forma de trompa sencilla iHimenópteros),
ó de trompa arrollada en espiral (Lepidópteros), como se ve en las
figuras 194 y igS.
La respiración es traqueal, y se verifica mediante unos orificios
situados á cada lado de los anillos, que se llaman estigmas, con-
tráctiles, por los cuales penetra el aire, que por tubos ramificados
se distribuye por todos los órganos.
El dermato-esqueleto consta, como se ha dicho, de cabc:^a,
tórax y abdomen (fig. 196); en la cabeza están los órganos de la mas-

Fig. ;<;';.

ticación y de los sentidos exteriores. Las antenas características de


la clase están, á manera de cuernos, situadas en la parte superior
de la cabeza; se componen de artejos, y según la forma de éstos así
Fig. 1^6, Dermato-esqueleto de un sílUmontes.—a, antena»; c, ojos; d, primer par de patas;
*, alas del primer par; / , segundo par de patas; g, alas del segundo par; h, muslo; •', tibia; /',
tarso; /, abdomen; m, metatórax; «, mesotórax; o. prototórax; p, cabeza.
202 HISTORIA NATURAL.

aquéllas se Uamanjiliformcs. moniliformcs, setáceas , aserradas,


plumosas, claviformes, perfaliadas ú hojosas, variantes que deben
tenerse muy presentes y que por sí mismas se explican. En el tórax
se distingue el/7ro(oíoríix, parte anterior, el mcsoiórax, parte media,
y el metatórax, parte posterior; las patas se insertan en el semianillo
inferior de estas tres partes del tórax ; las alas en el semianillo supe-
rior de las dos liltimas partes. En el tarso de las patas debe notarse
el número de artejos de que consta. Las alas conservan este nombre
cuando son membranosas; llámanse élitros si son coriáceas , y he-
mehtros cuando son coriáceas en la base y membranosas en el ex-
tremo. En el abdomen no suele haber más apéndices que el aguijón
y el oviducto, cuando existen.
La reproducción es ovípara y la mayor parte de los insectos no
presentan al salir del huevo la constitución definitiva que adquieren
al llegar á la pubertad , sino que pasan, como los anfibios, por varias
trastormaciones, que se denominan metamorfosis completas ó in-
completas. Eilflas metamorfosis incompletas, el insecto nace sin
alas ó sin algunos otros apéndices que adquiere después; empero en
las metamorfosis completas son mayores estos cambios. El insecto
en este caso nace en forma de gusano cilindrico, sin extremidades
o con ellas muy cortas, y en este estado recibe el nombre de larva
ú oruga; después de mudar varias veces la piel, pasa al segundo es-
tado, durante el cual se fija en un punto dado, abrigándose con la
piel, con hojas ó con un capullo que él mismo se fabrica, y
va poco á poco adquiriendo los órganos que le faltan ; durante es-
te segundo período se le llama ninfa ó crisálida; y por fin, sa-
liendo de esa envoltura, pasa al estado perfecto, provisto ya de to-
dos sus órganos.
Esta numerosísima clase se puede dividir hoy, según los estudios
de Latreille, en la forma siguiente:
ZOOLOGÍA. 203

ÓRDENES.
Metamorfosis completa; ;

alas posteriores plegadas > 1." Coleópteros.


Con élitros ó ^
trasversalmente.
alas anterio- ^
Metamorfosisincompleta; \

Í
/
alas posteriores plegadas > 2.^ Ortópteros.

> á lo largo ¡

Las cuatro alas membranosas y reticuladas. 5.0 Neurópteros.

Alas membranosas con

células; niandibulas li- hí." Himenópteros.

bres; metamorfosis com- i

pleta

Alas membranosas con pe-

Cuatro alas... ' quenas escamas; trompa


, * 7." Lepidópteros,

e s p i r a l ; metamorfosis 1

completa )

Alas desnudas ; boca en 1

pico articulado; meta-\ 6.*' Hemipteros.

morfosis incompleta... . /

Dos alas; metamorfosis completa 7." Dípteros.

Sin alas; metamorfosis completa 8.» Afanipteros.

Abdomen desprovisto de apéndices 9.» Anopluros.

Abdomen con apéndices 10. Tisanuros.


ORDEN I."—COLEÓPTEROS.

Los coleópteros (xoXsó;, estuche; xispóv, ala) son insectos con meta-
niorfosis completa, boca dispuesta para la masticación, cuatro alas,
de las cuales las anteriores son coriáceas y las posteriores membra-
nosas y plegadas trasversalmente , durante el reposo, bajo las ante-
riores , que hacen veces de estuche. Las 3o,ooo especies estudiadas
por los naturalistas han sido clasificadas en quince familias , de las
cuales citaremos las más interesantes.
CARÁBIDOS.—Notables por tener en la parte posterior del cuerpo
unas glándulas que segregan líquido cáustico y fétido ; son noctur-
nos, terrestres, carniceros, de vivos colores, y se encuentran en todas
204 HISTORIA NATURAL.

las partes del mundo. Tienen cuatro palpos maxilares, cinco artejos
en los tarsos, y generalmente seis anillos en el abdomen. El cárabo
(fig- '97)) de hermoso color verde dorado, es
el tipo de la familia. Algunas de las especies
de Filipinas son muy grandes, y otras viven
en los astiles de las palmas.
HiDROFÍLiDOs.—Los palpos maxilares son
filiformes y tanto ó más largos que las ante-
nas; éstas tienen de seis á nueve artejos; el
primero prolongado y los tres ó cinco últi-
mos formando una maza sólida ó perfoliada.
Su abdomen consta de cuatro á siete segmen-
tos, y los tarsos casi siempre de cinco artejos.
Se les encuentra en el agua, en el cieno y en
Fie 197- Carahus auratm. los excrementos ó en materias corrompidas.
Fabr.—Cárabo. El hidrófilo , tipo de la familia, tiene los tar-
sos aplanados para nadar. Se encuentran en
España el Hj-droplnlus piceits y él H. pistaceus, Cast., y en Fili-
pinas el H. armatiis, Fabr.
EscARABKiüos.—Antenas cortas, insertas en una cavidad profun-
da bajo los bordes laterales de la ca-
beza, y terminadas generalmente por
una maza hojosa de tres á siete arte-
jos ; abdomen de cinco anillos y tar-
sos de cinco artejos; el lado exterior
de las dos piernas anteriores siempre
dentado. Algunos individuos de esta
familia adquieren gran tamaño, otros
están adornados con hermosos colo-
res metálicos; todos se alimentan de
excrementos ó vegetales, y al volar
suelen hacer mucho ruido.—El esca-
rabajo pelotero, así llamado por las
Fig. 198. Scarabaus sacer, L.— esferas que construye con el excre-
Escarabajo.
mento, era adorado por los egipcios
ffig. 198); se encuentra en Egipto y
en España.—En Filipinas es conocido el 5c. gideon., Fab., y en los
árboles de los alrededores de Manila se hallan el Euchlora smarag-
</«/a, Kirby,, que se alimenta de hojas y está guarnecido lateral-
mente por unas barbillas en forma de franja; el hermoso Agestata
iu^onica, Esch., que frecuenta las flores; el Gnathocera Macleayi,
Kirby., de verde claro brillante, con manchas negras relucientes en
el coselete y élitros, y varias especies de tucanos.
LAMPÍRIDOS.—Cuerpo aplanado, dermato-esqueleto flexible y la
ZOOLOGÍA. 205

cabeza no es triangularen su parte posterior. El último artejo de los


palpos maxilares mucho más desarrollado que los demás. Son nota-
bilísimas en esta familia las luciérnagas íalitap-tap, fig. 199), que

Fig. i'jf). iaw/'vris splciijíiiuhi, Kabr.—Luciérnaga.

esparcen luz fosforescente por los últimos segmentos del abdomen, y


cuyos machos alados se suben en Filipinas á los árboles durante las
noches serenas y los iluminan, causando una visualidad sorpren-
dente.
MELOIDOS.—Cinco artejos en los tarsos anteriores y cuatro en los
posteriores. Garfios de los tarsos bífidos, antenas simples v mandí-
bulas puntiagudas. Pertenece á esta familia la cantárida ffig. 200),
bien conocida por sus efectos cpispásticos, y que
habita en los fresnos de España.—En Filipinas
se halla la C. actcon, Latr.—La carraleja, tan
frecuente en España , es de la misma familia.
TENEBKIÓNIDOS.—Así llamados porque sus in-
dividuos viven en la tierra ó arena, y son noc-
turnos. El Upis rotiindicollis, Oliv., que se en-
cuentra en la planicie de Manila, alado, oblon-
go y con un artejo maxilar en forma de sierra,
pertenece á este grupo.—A familia análoga per-
tenece el Tctraplryllu.s Laircillci, Lap., de Ma- Fig. 200. Cüntharis
nila. ves!c.\toyia, L.—Cantárida.
CURCULIÓNIDOS.—Cabeza prolongada en for-
jna de trompa, y las antenas encorvadas en el mayor número de sus
individuos. Hállanse en Filipinas el Brenthus collaris , Castel, que
^ive bajo la corteza de los árboles; el Plij^toplrllus cruciferus,
Schasnh, propio del país, y el Minyrus exaratus, idem. Los insec-
tos de esta familia causan mucho daño en las plantas, en los cereales
y'en las maderas. En España abunda el briico y el gorgojo, que por
desgracia también se conoce en Filipinas, así como el Curculio pal-
*narum, Linneo.
"g- 199. Luclérnagí, ó gusano de lu».—a. primera fase del Insecto; *, hembra; c, macho.
206 HISTORIA NATURAL.

COCCINÉLIDOS.—Coselete corto, á manera de media luna ; tres ar-


tejos en los palpos ; son de cuerpo semi-esférico, adornados sus éli-
tros de colores brillantes, rojos ó amarillos, con puntos negros algu-
nas veces. Se alimentan de los pulgones de las plantas, y es conocida
en España y Filipinas la vaqiiita de San Antón.

ORDEN 2."—ORTÓPTKROS.

Los ortópfcros {''('^I'J:,, recto; ""f'óv, ala) se distinguen del orden


anterior por tener las alas posteriores plegadas á lo largo y no tras-
versalmente. Pueden dividirse en dos familias.
CORREDORES.—Corresponden á esta familia : la tijereta de agua,
tan común en los ríos de España, cuyas largas antenas y apéndi-
ces abdominales en forma de pinzas, le han valido el nombre que
lleva; y la cucaracha, Blatta orientalis, Fabr., común en las islas
Filipinas, de olor fétido, y tan voraz, gue á veces ataca las yemas de
los dedos del hombre dormido; sus antenas son larguísimas y filifor-
mes, y el prototórax muy ancho.—La Manti.s religiosa, L. (fig 201 i,

Fi^. 201. Maiili; religiosa, L.

notable por sus formas, es común á España y Filipinas. El insecto


conocido en Manila con el nombre de gusano de hoja, ú hoja vo-
lante, es el Phyllium siccifolium, Stoll.; tiene el cuerpo muy abul-
tado,los muslos dilatados por membranas laterales; élitros grandes y
verdes en las hembras, parecidos á una hoja de árbol; y en los ma-
chos alas grandes y élitros muy cortos; antenas moniliformes en las
hembras y filiformes en los machos.
SAI-TONES.—Familia caracterizada por tener los pies posteriores
dispuestos para el salto: comprende los siguientes géneros, entre
otros. El grillo (cagayc.vy), notable por la grandeza del prototórax y
por el sonido de estridulación que produce frotando sus élitros. Es
común en las casas de Filipinas y en las panaderías de España el
grillo doméstico, y bien conocidas otras especies. La langosta {ba-
^^"g> fip- 202), que en Filipinas constituye legiones inmensas, de-
ZOOLOGÍA. 207

bastando los sembrados, pertenece á la Aídipodia subfasciata, Haan.;


y la del Mediodía de España al Acridium mif^ratoriiiin, Geoffr. Los
indígenas de Filipinas, como los africanos, comen estos saltamontes,
^^s saltamontes de España pertenecen al género Acridium.

f-i¡^. 202. Aídi^oJa suhfasciatj, HiAn.—Langosta de Manila.

ORDEN 3."—NKURÓPTEROS.

Los neurópteros '.-•'Arj'j-, nervio; r:-iwj, alai tienen los órganos bu-
*^ales resistentes y córneos, propios para la masticación, como en los
dos órdenes anteriores; pero se distinguen en carecer de élitros ó alas
coriáceas, siendo en ellos las cuatro alas membranosas y reticuladas.
Géneros más notables:
El anay de Filipinas neuróptero de antenas articuladas y moni-
"formes, de artejos esféricos, alas más largas que el cuerpo y siem-
bre extendidas. Estos insectos, llamados por a]^uuos hormiflras blaii-
^'^^, se agregan en niimero muv considerable, como 1 as abejas v las
hormigas,construyendo sus habitaciones en las ramas de los árboles ó
'^n el suelo, levantando un pilón de tierra y arcilla duro y compacto.
^e distinguen cinco categorías de individuos en esta asociación ad-
tnirable ; los machos, las hembras , los neutros , las ninfas y las lar
'"^•í- Los machos y las hembras, al llegar al estado perfecto, tienen
atas y levantan el vuelo durante la noche en ntimero muy considc-
'"able, y como se acercan á la luz, son muy impertinentes, durante
'3 comida sobre todo, porque caen sobre los platos. Entonces Jas
• '^rvas recogen á las hembras fecundadas y las encierran en un aposen-
to arcilloso, donde las alimentan, y del cual no pueden salir á causa
*^^' gran desarrollo que toma el abdomen. Los neutros no tienen
alas y su cabeza es muy larga y provista de grandes mandíbulas : se
ocupan en la defensa del nido. Las larvas son en esta colmena ma-
•"avillosa lo que las obreras en la colmena de abejas : están dotadas
'^^ admirable actividad; construyen los nidos y almacenan los vive-
208 HISTORIA NATURAL.

res, llevadas de un instinto que predica la sabiduría y la providencia


de Dios. Reunidos en numerosas legiones, destruyen en una noche
un cajón de ropa, una biblioteca , una casa de madera. Las ninfas
tienen rudimentos de alas. Tres especies de este género se conocen
en Filipinas, siendo más común la Termes dives, Hag., y otra en
España, donde ni sus individuos son tan numerosos , ni hacen los
estragos que en los países cálidos '.
Los caballitos del diablo tienen los pies iguales, la cabeza abulta-
da y los ojos grandes ; el labio está muy desarrollado, redoblado,
dividido y aserrado en forma de pinzas para coger pequeños insec-
tos. Las larvas son acuáticas , y los individuos perfectos no se alejan
mucho del agua. Es común en Filipinas la especie Libellula indica,
Fabr., y en España la L. virgo, Linneo.
La efímera , así llamada porque su existencia en estado perfecto
es tan corta como la del anaj^, tiene dos ó cuatro alas verticales, tres
cjitos, cuerpo y extremidades muy prolongados, y unos hilos en la
parte posterior del abdomen. La Ephcmera díptera, L., vive junto á
Madrid.
La hormiga león ! antotobing j , en estado de larva , forma en la
arena un cono inverso de paredes sumamente lisas, y se esconde en
el fondo ó vértice para atrapar al insecto que caiga en el hoyo. Se
encuentra en los alrededores de Madrid, y también en los de Manila,
sobre todo en Nabotas.

ORDEN 4."—HiMESÓPTEROS.

Los himenópteros ! J'.^v, membrana; '";'''•', ala) son insectos con


la boca dispuesta para ¡a succión , con cuatro alas membranosas V
poco nervadas , que forman grandes células , mandíbulas libres y
metamorfosis completa. La hembra tiene por lo común el abdo-
men terminado en taladro, órgano de piezas acanaladas que sirve
para depositar los huevos, ó en aguijón , que, teniendo el mismo
objeto , sirve además.para verter un líquido venenoso. Estos insec-
tos comienzan la serie de los chupadores , distintos délos mastica-
dores, porque las maxilas son prolongadas y flexibles , cóncavas en
su superficie interna , de manera que al reunirse forman un tubo o
trompa en la cual se aloja la lengüeta, que es muy larga ffig. 194)-
El abdomen está casi siempre unido al tórax por una división muy
delgada (pediculado); hay cinco artejos en todos Jos tarsos; y las lar-
vas son por lo común ápodas y están envueltas en una piel flexible,
de la cual sólo sale la cabeza, y se trasforman en ninfas dentro de un
capullo. Sólo mencionaremos algunos géneros.

PICTET: Synopsis des Néuropteres de Espagne, i863.


ZOOLOGÍA. ao9

Los cínifes tienen el abdomen pediculado y las hembras con


taladro; las antenas cortas y más gruesas hacia la extremidad, y las
«as posteriores con una sola nerviación. Cuando las hembras per-
oran los vegetales para depositar los huevos, se forman agallas , en
as cuales viven las larvas, y que después sirven para la medicina y
tintorería.
La caprificación, tan conocida de los andaluces , consiste en re-
oger los higos silvestres en los cuales se hallan las larvas de estos
imenópteros y colocarlos en las higueras cultivadas, para que las
ichas larvas fecunden los fruios de las últimas con el polen que
raen adherido á su cuerpo y así aceleren la madurez.
Las hormigas, bien conocidas, se dividen en tres clases : machos
4Ue tienen alas, neutros que son ápteros, y hembras, que tienen alas
nayindividuos neutros, y son ápteras cuando aquéllos no existen.
•-as hormigas viven en numerosas repiíblicas, construyendo sus hor-
_'güeros en los árboles ó sobre la tierra y almacenando en ellos pro-
*sion de víveres para alimentar las larvas ; tarea en la cual llevan
asi todo el trabajo los individuos neutros ti obreros. La estimativa
instinto de estos animaliios es tan notable, que ha llamado la aten-
lon de los autores, no sólo naturalistas, sino ascéticos, tales como el
• Granada en su Símbolo de la fe.
'-^s avispas (pucuyutan) tienen las antenas con doce artejos en
^ hembras y trece en los machos, tórax oval, y constituyen socie-
*des con tres cljses de individuos, todos alados. Sus panales son
o Oseros y formados por celdillas exágonas cerradas por un extremo.

Ftg. 20?. Bomhus ierreslris, Fabr.—Abejorro.

Se
conocen varias especies en España, y en Filipinas la Vespa cincta,
* '•' '^"ya hembra, como la del abejorro* (fig. 2o3), tienen un
%uij6n venenoso.

EJ nombre abejorro se da también á un coleóptero.


15
210 HISTORIA NATURAL.

Las abejas (figuras 2.0^ y 2o5) tienen las piernas del tercer par
anchas y con una depresión llamada cestillo, porque en ella colocan
el polen que recogen de las flores : las alas están extendidas, y 1"*

Fig. 204. Fig. 305. jipis mellifica, i..—Abej^-

individuos que constituyen sus numerosas repúblicas son de tres


clases : {dnganos ó machos, hembras y obreras, todas con alas. En
los países cálidos las abejas forman sus colmenas al aire libre, colg^'
das de los árboles ó de los aleros de las casas; mas en los países rno*
se acogen á las cavidades que las protejan contra la intemperie. Pa""*
el efecto, las obreras elaboran con las partes tiernas de las plantas
una materia llamada tanque ó própolis, con la cual preparan el sitio,
luego con la cera, sustancia que las obreras segregan por los replí^'
gues de su abdomen, construyen los panales, compuestos de celdilla*
exágonas y prismáticas, colocadas en dos planos verticales, que coin-
ciden uno con otro por el lado en que las celdillas están cerradas,
por manera que el prisma de cada una de estas corresponda á la
inserción de tres celdillas del plano opuesto. Todas las celdillas estao
horizontales ; las superiores sirven de almacén , y en las otra
deposita la hembra, ó reina, un huevecito en cada una para J*
cría de las larvas. Finalmente, la miel, alimento de las abejas y «^
sus.larvas, es también producto de las obreras, y procede de los
jugos azucarados délas plantas, que sufren una alteración en s
buche.
En España es célebre la miel de la Alcarria y sierra de Cuencíi
siendo aún superior la de las islas Baleares. En Filipinas, donde fíO

' Hase observado que en las plantas orquídeas las abejas no tornan '
néctar, sino que roen la flor.—A;/», and Mag. ofNat. Hist., S. iv, v. 4-

Fig. 204. Pata posterior de una abeja, amplificada en cuatro diámetros.—a anca y "*"* '
h, pierna; c, articulación de ísta con el artejo cuadrangular; d, artejo cuadrangular; e, tan»-
ZOOLOGÍA. 211

litan abejas ni otros ápidos melíferos, nada se hace por la cría de


estos himenópteros, tan útiles y tan admirables, contentándose las
gentes con recoger la miel en los bosques.

ORDEN 5.°—LEPIDÓPTEROS.

Los lepidópteros Q.trJ.m^, escama; z-^pi-j, ala) tienen cuatro alas


^vestidas de pequeñas escamas de hermosos matices, en muchos
3S0S, boca dispuesta para la succión mediante una trompa espi-

h m

Fi^, 306'. Cabeza y trompa de un lepidóptero.

(fif^- 2o5), formada por la prolongación de las maxilas, provista


"e un canal en suparte interior: la metamorfosis es completa. Com-
prende las tres familias siguientes :
DIURNOS.—Tienen las antenas terminadas en maza, y las alas ver-
'cales durante el reposo. Las mariposas (paró paró y aliparó) son tan
comunes y tan variadas, sobre todo en los países cálidos como Fili-
P'nas, que es difícil poner un ejemplo. La más notable es del gene-
•"O Papilio fftg. 207), de la cual se hallan muchas en las islas, como
'Smbién de los géneros Lectocircus, distinto del anterior por el
apéndice que tienen sus alas, posteriores; Cethosia, de abdomen y
"^azas de bastante longitud ; Hyades, de maza fusiforme ; Thanaos.
^ alas anchas y no dentadas, etc.
CREPUSCULARES.—Tienen las alas horizontales durante el reposo,
y las antenas prismáticas, fusiformes ó en maza muy prolongada.
. * especie más notable por su tamaño (fig. 208) es común en las
•sias Fiíi
pinas, hallándose su oruga comúnmente en los árboles del
'"'^g-ilang, cuyas hojas destruye completamente para formar el
*Pullo de la crisálida. Sus antenas son cortas, en forma de ramo
"^ los machos y de peine en las hembras : las alas son muy anchas,
i-ig. 3o6. Cabeza de un lepidóptero.—h, cabeza: I, m.ixibii, / , palpos maiilares; /, ojos
'*^s; m, base de las antenas.
212 HISTORIA NATURAL.

y tienen una mancha diáfana y generalmente triangular, que parece


un ojo.

Fig. 7oy. Pafilio Coon, Fabr.—Mariposa.

NOCTURNOS.—Antenas sedosas, algo apuntadas, sencillas ó ligera-


mente pectinadas ; alas pequeñas con respecto al cuerpo, y horizon-
tales durante el reposo. De esta numerosísima familia sólo citaremos
dos especies. La mariposa del gusano de seda (fig. 209), cuyas ante-
nas son plumosas en los machos y dentadas en las hembras. Su larva
vive en la hoja de la morera, y tiene un apéndice muy saliente en el
último anillo. Después que estos gusanos han comido y dormido
cuatro veces por espacio de un mes, se fijan en un punto dado, y em-
piezan á elaborar el capullo, trasformándose en crisálidas á los cua-
tro de haberlo concluido. Después de tres semanas se convierte en
mariposa, y con un liquido amarillento que despide por la boca re-
blandece el capullo para romperle y salir. El capullo se ablanda en

Fig. J07. Mítamorfosis de un lepidiptcro.—a, Urva; i , cristiidai c, maripou.


ZOOLOGIA. 213
3gua caliente, é hilándole se obtiene la seda, con la cual se hace un

Fig. loS. Attacuí aurora, Latr.^Aurora.

f ^ n comercio en las provincias orientales y meridionales de Kspa-


^1 y sobre todo en China y en Japón.

Fig, lo*). Bortibíx viori, L.—Mariposa del gusano de seda,

fj. w^^' ^°9- Metamorfosis del gusano de seda.—yí, macho; /}, hembra; C, crisálida ó nin-
, capullo; E, gusano ü oruga sobre una hoja de morera. Tamaño natural.
214 HISTORIA NATURAL.

"La. polilla, durante el reposo, abraza lateralmente el abdomen


con sus alas anteriores, conservando las inferiores plegadas á lo largo;
la cabeza está provista de unos penachos. La larva de la polilla e.s
vermiforme, vive dentro de una especie de funda que ella se fabrica,
y los estragos que causa, sobre todo en las ropas de lana, son bien
conocidos en uno y otro hemisferio.

ORDEN 6."—HEMÍPTERCS.

Los hemipteros (TÍJH, medio; rt-póv, ala) son insectos de meta-


morfosis incompleta, boca dispuesta para la succión en formada
pico articulado (fig. 210), casi siempre cuatro alas, de las cuales son

Fig, 210. Cabeza de un hemíptero.

algunas veces coriáceas las anteriores, como en los ortópteros; la for-


ma de la boca los distingue, sin embargo, fácilmente. Este orden se
divide en los dos sub-órdenes siguientes :
HETERÓPTEROS.—El pico nace en la frente; el prototórax es
mayor que los otros dos segmentos del tórax, y los élitros son coriá-
ceos solamente en la parte anterior. A este sub-orden pertenecen las
chinches Cimex Lectularia, L, de cuerpodeprimido, poco más largo
que ancho, antenas muy largas, coselete escotado y élitros rudimen-
tarios. Su cuerpo es de color ferruginoso y rojizo y exhala un olor
fétido. Es bicho carnicero, nocturno, y se alimenta de la sangre del
hombre, aunque hay variedades ó especies (que esto no está averi-
guado bien) que viven á expensas de otros animales. Se halla en toda
Europa, América y Filipinas.
HOMÓPTEROS.—El pico nace en la parte inferior déla cabeza,
cerca del pecho, el prototórax es más corto que los otros dos seg-
Fig. 210. Cabeza de un hemiptero.—A, tubo cerrado; B, con las cerdas fuera del tubo; o-
mandíbulas; b, maxilas; c, labio inferior; d, ojos compuestos; e, base de las antenas; f, labro.
ZOOLOGÍA. 2J5
roemos del tórax, y los élitros, bien sean coriáceos ó membranosos,
son uniformes y trasparentes en toda su extensión. Son notables y
conocidos los géneros siguientes : la cigarra (culilis, ftg. 211) tiene
os tarsos de tres artejos, las antenas cortas y alesnadas, y tres ojos en
vértice de la cabeza. Los machos tienen en la base del abdomen

h'íg. 211. Cicada plebeja^ Scop. — Cigarra.

^ aparato complicado, que puesto en movimiento por contraccio-


'^^s musculares, produce un sonido fuerte; en las hembras este apa-
''sto está reducido á simples láminas que no producen ruido. Las

Fig. 212. Futgora candelaria, L.—Fulgora.

Barras viven en los árboles, cuya savia chupan, y en Filipinas son


"•«cuentes en el llamado talisay.
La fulgora (fig. 212), notable porque su frente se prolonga en for-
2l6 HISTORIA NATURAL.

ma de tubo, con élitros pardo-verduzcos y ribeteados de rojo, es de


Filipinas, y parece que en algunas épocas sea fosforescente.
Los pulgones tienen las antenas setáceas ó filiformes largas y
compuestas de siete artejos; las alas son grandes y rodean los lados
del cuerpo, y el abdomen tiene en su extremidad tubérculos secre-
tores. Se conocen muchas especies, que toman el nombre específico
de la planta ó árbol sobre él cual vivea. Es muy conocido el pul-
¡•ón del rosal.
L,& filoxera (fig. 2i3), que apareció en España en 1878, lle-
nando de consternación á los viticultores de la provincia de Málaga,

Fig. 21}. Phjhxira vas/alri.'í, Rich. — Filoxera.

es un insecto casi microscópico, notable sólo por los estragos que


causa en las vides: su cuerpo es ovoideo y apenas tiene un milímetro
de largo; antenas de tres artejos, boca en forma de trompa articula-
da y formada por tres espiguillas longitudinales que introduce en
las raíces de las plantas para chupar su jugo , condenándolas á una
muerte segura. Se presenta con alas y sin ellas, siendo más perjudi-
cial y común la última clase, por lo que nos inclinamos á creer que
la _/i7()A-cra, á semejanza de otros insectos ya descritos, se compo-
ne de machos, hembras y obreras.

Fig. 21}. Fases que presenta la Filoxera.—^4, larva antes de la primera muda, con tres
huevos, vista por encima y por debajo; B. hembra después de la primera y segunda mi^o*'
vista por encima y por debajo; C, hembra después de la tercera muda, convertida en crisália»;
^ , hembra alada y con ojos compuestos.
ZOOLOGÍA. 217

La cochinilla trene antenas de diez artejos en los machos, y nue-


ve en las hembras; tarsos con dos uñas; las hembras son ápteras. Es
interesante en la tintorería la especie que vive sobre el Cactus
(fig- 214), por el hermoso carmín que de ella se obtiene. Su cultivo
*5 na introducido con éxito satisfactorio en el Mediodía de España,

Fig. 214. Coccus cadi. L.—Cochinilla A, B.

^ donde es originario el quermes, C. ilicis, L., y cuyo tinte no es


*an apreciado. En Filipinas se conoce el C. lacea, Brandt.

ORDEN /."-DÍPTEROS.

Los dípteros (íi;, dos; r—pv/, alas), son insectos con la boca dis-
puesta en forma de trompa membranosa ó coriácea, con dos ó cua-
•"O cerdas en el interior, lodo dispuesto para la succión; las alas
^Xísten en número de dos , aunque faltan algunas veces, y la meta-
•^orfosis es completa. Las larvas de estos insectos son ápodas; con-
sumen muchas materias en putrefacción, de las cuales se alimentan,
y se las llama vulgarmente cresas. Los mosquitos tienen rudimen-
°s de las segundas alas que, prolongados y terminados en una esfe-
'*•!> reciben el nombre de balancín.
El orden es muy numeroso en familias y demás subdivisiones;
"^ aquí las principales :
TipúLiDos.—Antenas de seis artejos por lo menos. El género más
conocido es el mosquito., dotado de trompa bien desarrollada, para
"mentarse de la sangre de los mamíferos ó del jugo azucarado de
'^ plantas. Produce un zumbido agudo y ataca con preferencia
1 hombre porque tiene la piel delgada. Conocidas son las precau-
'^'Ones que deben tomarse en Filipinas para librarse de las picadu-
" s de estos insectos nocturnos, que al paso que chupan la sangre
2l8 HISTORIA NATURAL.

depositan en la herida cierta cantidad de saliva muy irritante. Sus


larvas son acuáticas, y por esta razón abundan los molestos insectos
en los sitios en que hay estanques. El Culex pipiens, L., es común
á España y Filipinas.
TABÓNIDOS.—Antenas de tres artejos
con el último anillado. El género tipo
es el tábano (fig. 218), díptero bastante
grande, que se alimenta de la sangre
de algunos animales, especialmente de
los caballos y bueyes , á los que causa
heridas de las que mana sangre, pero
que no se inflaman. En España se co-
Fig. 118. Tabanus bovinus, L.— nocen algunas especies, entre ellas el
Tábano.
tábano de buey; en Filipinas el T. au-
rocincíiis, Macq.
MúsciDos.—Antenas de dos ó tres artejos, el último con un estilo.
cerda sencilla ó plumosa. Son notables los re^no.'i (Oestrusj, porque
las hembras depositan los huevos sobre el cuerpo de los grandes ma-
míferos herbívoros, á expensas de los cuales deben vivir sus larvas:
cuando éstas han de desarrollarse en el estómago, el incauto ru-
miante toma con la lengua los huevos al lamerse, y los traga; otras
veces las mismas hembras los colocan debajo de la piel del animal,
por más que éste se resista, y allí viven las larvas entre piel y carne.
La mosca es el tipo de la familia, y entre sus especies comunes en
España y Filipinas deben citarse la mosca común, que abunda en
tiempo de calor, y más que todo en las regiones donde se macera el
índigo;—el moscón, de color azulado oscuro, con reflejos blanque-
cinos y doble mayor que la anterior,—y la moscarda, que no pone
huevos, sino larvas, y que son funestas si las
deposita en las heridas.
HiPOBÓsciDOs,—Antenas de un solo artejo.
La mosca borriquera (fig. 219) , que se sitúa
por lo común en la horcajadura de los caba-
Fig. 2 / 9 . Hippobosca equi, llos, tiene el cuerpo amarillo, cubierto de es-
L.—Mosca borriquera. trías finas, una mancha humeral blanca y una
lista frontal parda.

ORDEN 8."—AFANÍPTEROS.

Los afanípleros (orfavíjc, latente; xzzpi'j, ala), que otros llaman con
poca propiedad chupadores, tienen , como los cuatro órdenes ante-
riores, la boca dispuesta para la succión, pero carecen de alas, aun
en el estado perfecto; la metamorfosis es completa.
La pulga (fig- 220) es el único género del orden. Tiene el cuerpo
ZOOLOGÍA. 219

Ovalado y comprimido lateralmente, la cabeza y


los ojos pequeños, y órganos bucales, compues-
tos de dos láminas córneas laterales con un chu-
pador de tres piezas, formado por las mandí-
bulas y el labio; los pies son fuertes y largos,
dispuestos para saltar; sus especies viven en el
hombre, el perro, el gato, el ratón y hasta en
2JO. Putcx iniliVis.
las aves. L.—Pulga.

ORDEN 9.°—ANOPLUROS.
i-os anoplitros [m, sin; úzKov, arma; vjpd, cola), parásitos ds al-
gunos naturalistas, no tienen metamorfosis,
y carecen de cola y de todo apéndice en el
abdomen. Pertenecen á este orden única-
n^ente el piojo, el piojuclo y la ladilla. El
P'ojo (fig_ 221) tiene un chupador retráctil,
compuesto de cuatro cerdas, y los tarsos ter-
'"linados por una uña. Deposita sus hueveci-
"os, llamados liendres, en Jos pelos de los
"Mamíferos, sobre los cuales vive parásito. Se
conocen variáis especies.—E! piojuelo es pará-
sito de las aves.—Las ladillas viven sobre el F's- ^J'- Pediadm humanus.
nombre, agarrándose fuertemente al pelo, v •• J •
Causando una picadura más dolorosa que la del piojo.
ORDEN 10.—TiSA.NUROs.
^ostisamiros ¡tíJMvoí, franjas; ryjrA, cola) son insectos sin meta-
ttiorfosis, y con el abdomen provisto de apéndices. El nombre de
monoforillos, con el cual distingue Laporte á este or-
den , es quizá más científico y característico que el de
tisanuros, impuesto por Latreille.
Comprende dos familias: Lepisdemos y Podure-
tos: pertenecen á la primera los individuos que tienen
el abdomen con diez segmentos y nueve pares de apén-
dices lameliformes, como la lepisma (fig. 222), y á la
segunda los que tienen el abdomen formado por cinco
segmentos, sin apéndices laterales, pero con un apén-
dice posterior sencillo ó bifurcado, que se adapta á un
canal del vientre y puede servirles como un resorte
para el salto. Comprende esta familia cuatro géneros,
á los que pertenecen los pequeños insectos que como
Pií
'S; 3 23. Le- polvo negro cubren las aguas estancadas, las plantas
pisma saccba-
rtna, L. acuáticas y los troncos de los árboles. Todos los indi-
viduos de este orden son ápteros.
"í- 331. Sobre un pelo se ven las liendres en tamaño natural y aumentadas.
2ÍO HISTORIA NATURAL.

CLASE SEGUNDA.

MIRIAPODOS.

Los miriápodos son animales anillados, ápteros, de respiración


traqueal, con doce pares ó más de pies articulados para la locomo-
ción, con amenas y con el tórax y abdomen confundidos. Pueden
considerarse como tipos de la clase el cien-pies de Europa y el anti'
palo de Filipinas. Los mayores individuos se encuentran en las re-
líiones intertropicales, y se dividen en dos órdenes.
QuiLOGNATOs.—Tienen dos pares de pies en casi todos los anillos.
FA polidei>?to de Mdn'úa ffig. 223) tiene el cuerpo crustáceo, algo

h'ig. 22;. Polydcsmui imvgarilifcruí, Eyd, FIÍ;. 224. Gcophiius fo^foresceiis, 1-.—Antipal"-

aquillado, y que puede arrollarse en espira!; vive debajo de las pie-


dras, y tiene treinta y un pares de patas. Se conocen, además, otras
especies en el mismo país, como la escolopendrc (olahipanj.
QuiLÓPODOs.—Tienen un par de patas en cada anillo. Á este orden
pertenecen: el cien pies, de unos veintiún pares de patas, venenoso y
carnicero, que en Filipinas se desarrolla muchísimo, y el antipalo
/fig. 224), que es fosforescente, é introduciéndose en la nariz ó en los
oídos, puede ocasionar vértigos y otros accidentes graves.
ZOOLOGÍA. 321

CLASE TERCERA.

ARÁCNIDOS.

Los ara'cn/í/oí tienen respiración traqueal ó pulmonar; carecen


ae antenas; la cabeza y el tórax están confundidos, y á veces también
el abdomen; tienen cuatro pares de pies articulados y dispuestos para
'^locomoción. Estos animales son zoófagos por lo común, absor-
biendo los líquidos de las víctimas que hacen con sus mandíbulas en
forma de pinzas y con el veneno de que están provistos. Segregan,
además, algunas especies una clase de seda finísima,con la cual cons-
truyen las telas ó redes para habitar y atrapar insectos. Son ovípa-
ros u ovovivíparos, y la hembra cuida de los huevos ó de los hijuelos,
que lleva al dorso envueltos en un capullo. Las divisiones de esta
clase no están aún bien determinadas, por lo que citaremos los gé-
neros más notables, empezando por las arañas.
La musaraña, así llamada porque su tamaño la aproxima á un
pequeño ratón, tiene los palpos pediformes, con una uña en su ex-
tremidad, de modo que el animal afecta cinco pares de patas. Es co-
^ ú n en Manila la Myff-ile fasciata, Walek. En España se encuen-
tran otras especies algo menores.—La araña comtin es más pequeña y
de cuerpo más prolongado, y sus palpos, aunque pediformes, ni son

Fi^. 22^. Scorpio curopiTUS, i.. —Alacrán.

tan largos como los de la musaraña, ni están provistos de uñas.—Se


conocen en filipinas algunas especies de C]áster acamtlia, Latr., que
**jen mallas abiertas, circulares ó espirales, cruzadas por radios rec-
tos; ~ e l Phoxichilus phalangioides, id., que se distingue por carecer
^^ palpos,—y la hermosa araña dorada^ que forma sus admirables y
«'ellas urdimbres de color amarillo sobre los ríos de las inmediaciones
de Manila, y pertenecen al género Epeira, del cual también se halla
tina especie junto al Manzinares de Madrid.—La tarántula (anlala-
"8)» común en España é Italia, no hace telas; lleva á veces los hijue-
'^s Ubres sobre el cuerpo; tiene el último par de patas más largo que
122 HISTORIA NATURAL.

los anteriores, y ha adquirido en otro tiempo grande celebridad,


porque se creía que su mordedura causaba una enfermedad que sólo
se curaba por la música.
Los escorpiones tienen los palpos en forma de pinzas ó garras, y
el abdomen con anillos, constituyendo los últimos una especie de
cola que termina en un aguijón agujereado para dar salida al vene-
no. El alacrán (fig. 22b \, ó escorpión de Filipinas, no excede en
magnitud al de España, y su picadura, como la de éste, causa sólo
un dolor vivísimo acompañado de fiebre, que dura dos horas gene-
ralmente.
l^diS garrapatas (fig. 226) tienen respiración traqueal, y su cuerpo

Fif;. 226. Ixo¡ks americattus, Oeer.— Fig. 227. Sa'-coptes homiitis, Rasp
Garrapata. —Arador,

I.S una masa orbicular, sin distinción de cabeza, tórax, ni abdomen,


pero provisto de un chupador en forma de pico obtuso, con el cual
horadan la piel de los vertebrados para saciarse de su sangre.—El
arador ffig. 227) tiene el cuerpo redondeado, testudiforme, estriado,
blanco y cubierto de papilas tiesas en la espalda y en les pies. Este
animálito es el que produce la sarna en el hombre, y á pesar de su
pequenez, que no pasa de la sexta parte de una linea, los indígenas
de Filipinas le distinguen perfectamente con su vista de lince y le ex-
traen con facilidad. Hay especies muy parecidas que se encuentran
en otros animales.

CLASE CUARTA.

CRUSTÁCEOS.

Los crustáceos útatn la respiración branquial 6 cutánea, con


cinco ó siete pares de pies por lo común. Su cuerpo está protegido
ZOOLOGÍA. 323

por un dermato-esqueieto característico, que adquiere á veces gran


consistencia por el carbonato y fosfato calizos que en él se depositan.
Tanto la cabeza como el tórax constan de siete artejos, y en muchas
especies están confundidas estas dos partes del cuerpo ; los ojos y los
Oídos son pedunculados en algunos casos. El número de artejos del
vientre no es fijo, aunque generalmente sea también de siete.
Los crustáceos son zoófagos por lo común , chupadores ó masti-
cadores; en cuyo último caso, además de las mandíbulas y maxilas,
se valen también para la masticación de los pies insertos en los pri-
fneros anillos, que se llaman pies maxilares. El tubo digestivo es
corto, y algunos tienen en el estómago placas calcáreas ó córneas
para ejecutar con ellas una segunda masticación ; tienen hacia el
dorso un corazón unilocular, y respiran por branquias de numero-
sas hojuelas yuxta-puestas, ó de filamentos que forman penachos ó
pinceles.
Las patas de los crustáceos nacen del tórax, y en el primer par
ej quinto artejo forma una salida llamada/"oZ/ex, que, cayendo en-
cttna del sexto artejo ó garra, constituye una especie de pinzas. El
abdomen da también origen á unos apéndices , llamados falsas patas.
Siendo complicadísima la división de esta clase, nos limitaremos
a mencionar los géneros más conocidos y notables.
La cacerola mastica con Jos seis pares de extremidades torácicas,
por carecer de otros órganos propios para este acto. Su cuerpo es
convexo en la parte anterior y superior, y ligeramente cóncavo en la
parte posterior, donde tiene una espina en forma de espada de tres
filos—Es notable en la Oceanía el Limulus moluccanus, Latr., que
llega á dos pies de longitud.
El cangrejo tiene los órganos bucales, y los primeros pies torá-

l^ig. 218. Oelasimus Marioms, Desm.—Cangrejo.

Cieos dispuestos para la masticación, quedándole sólo diez pies para


'^ locomoción , de los cuales terminan ios dos primeros en forma de
224 HISTORIA NATURAL.

pinzas. El céfalo-tórax es redondeado, ó trapezóideo, y prismáticos


ios artejos desús pies. El cangrejo de Manila (fig. 228, ayamá)
cava madrigueras cilindricas y profundas en la arena de las playas.
Los de España se esconden generalmente debajo de las piedras.
La centolla se distingue del cangrejo en que el céfalo-tórax es
mucho más largo que ancho, estrecho en su parte anterior y tuber-.
culoso ó espinoso por encima. En los mares de Filipinas se halla
una hermosa centolla, Alimiis arles, Latr., cuyo caparazón no es
espinoso, sino largo y abultado por encima.
El cenobita, de abdomen más desarrollado que los dos géneros
anteriores, tiene un caparazón estrecho y comprimido por delante,
que no basta para la defensa de su cuerpo, por cuya razón se refu-
gia en una concha vacía, que le sirve como de baluarte. El Cenobi-
ta clypeata, Edw., que se halla en los mares de Filipinas, alcanza
cinco pulgadas de largo.— En las costas de España se encuentran los
ermitaños, soldados ó centinelas, pertenecientes al género Pafu-
nis, Fabr. (alimasag).
La langosta de mar tiene las antenas externas muy largas y la*

Fig. 229. Palinurm vulgaris. Latr.—Langosta de mar.

internas bífidas; los pies con garras, pero sin pinzas; el céfalo-tórax
espinoso, y el abdomen desarrollado y terminado en aletas. Las es-
pecies de la costa de España (fig. 229 ) son de carne muy estimada
ZOOLOGÍA. 235

y adquieren un tamaño al cual no llegan las propias de los mares


**# Oriente (baragan). El cangrejo de río ( fig. 23o) tiene sólo cua-
tro pulgadas de largo. Las antenas
externas son más cortas que el cuer-
Po, dobladas hacia atrás como en la
lan gosta de mar, y con una espina
gruesa en su base lateral : los tres
pares de patas anteriores terminan
^^ pinzas; los bordes laterales de
los segmentos del abdomen acaban
^n punta, y todo el cuerpo en aletas,
como en la especie anterior. Es co-
""un en los ríos de Europa , en el
arama v otros de los alrededores de
Madrid.'
Los camarones tienen el cuerpo
''oprimido, giboso, estrecho por
etrás y terminado en aletas. Los
°s primeros pares de patas son di-
actilos^ los restantes monodáctilos. f'í" 2}0. As!a,'us jhívialilís , Fabr.—
r.'nt;reio de no.
«•stos crustáceos, que forman el gé-
^•"o Palemón de Fabr., se encuen-
an en todos los mares, siendo abundantísimos en los de Filipinas;
ü carne es comestible, y además sirve de excelente cebo para la pesca.
Las i^aleras, algo parecidas á los camarones en la forma gibosa
de SU cuerpo y en su caparazón endeble, tienen las branquias al
^scubierto, situadas sobre los apéndices abdominales. El gran des-
rrollo de su primer par de patas y la facultad que posee el animal
^ Unir una pata con otra para prender los alimentos, recuerda
genero Mantis, que hemos descrito en los insectos.
. Las cochinillas de humedad ó mil pies , respiran el aire atmosfé-
*^°) y su dermato-esqueleto no está endurecido por las sales calizas.
a Cabeza es distinta del tórax, y el abdomen, que también termina
'^ aletas, está poco desarrollado. Se las encuentra en los sitios h ú -
edos y debajo de las piedras. También se les llama armadillos^
O'flbre que es equívoco como los anteriores.
•^ esta clase pertenecen también \os percevcs (fif^. 23i), que a n -
'Ormaban los Cirrópodos, del tipo Moluscos. Estos crustáceos se
)an mediante un pedúnculo carnoso á los cuerpos sumergidos en
agua. Tienen órganos bucales dispuestos para la masticación , y
s filas de apéndices articulados y pestañosos, que representan las
•"emidades. Las placas calizas que protegen su parte superior, die-
^ Ocasión á que se les creyera en un principio moluscos multival-
os. Abundan en el mar Cantábrico, y se venden como alimento
i6
220 HISTORIA NATURAL.

apreciado en el mercado de Madrid. Las bellotas de mar carecen de


pedúnculo carnoso, y se adhieren á otros cuerpos por su dermaW-
esqueleto.

Fig. 3}i. Lepas poüicipa. L.—-Pcrceves.

Los fósiles del período paleozoico llamados trilobitcs son también


crustáceos , con los pies lameliformes y provistos de hojuelas bran-
quiales para la respiración.

CLASE QUINTA.

( Í L SANOS.

El carácter de los ^¡iisanos ó anélidos es carecer de extremidades


articuladas para la locomoción. Verificase esta por medio de pequ^"
ños apéndices laterales, ó con la ayuda de ventosas situadas en lo*
dos extremos del cuerpo, que es prolongado, cilindrico ó algo depri'
mido, y compuesto de numerosos anillos. La boca de estos animales
consiste en una trompa ó en una hendedura trasversa , sencilla, sin
mandíbulas ni maxilas en muchos de ellos; el tubo digestivo es recto
ó sinuoso, con unas dilataciones en su mitad posterior. La sangre es
roja y la circulación completa. £1 aparato respiratorio lo constituye"
unos apéndices membranosos, aunque algunos gusanos parece qu^
sólo respiran por la piel externa. El sistema nervioso consta de un
cerebro que da origen á varios cordones nerviosos dispuestos en gn"'
glios. Son hermafroditas y ovíparos. Puede dividirse esta clase en tres
familias, que en obras más extensas constituyen otras tantas clases.
ZOOLOGÍA. 227

ANÉLIDOS.—La sérpula ffig. 232j es un gusano marino, que vive


<lentro de un tubo calizo formado
por una segregación de la piel, y
adherido á un objeto sumergido; tie-
'^e una trompa prolongada, y alre-
dedor de ella branquias brillantes,
que form an un elegante penacho;
cuerpo es prolongado, va an-
bOstándose hacia atrás, y en cada
segmento (menos en el primero) tie-
•e tres clases de extremidades in-
articuladas. Se halla en los mares de
*^spaña, como también la arcnícohi,
'íUe tiene las branquias laterales y
atriificadas, el cuerpo cilindrico,
^''80 y abultado en la parte pos-
terior.
La lüi}ihri:[ de tierra (bulati:, así
arlada porque vive debajo de la l'ig. 2 ) 2 . Si-pul I .i'IltúiiJI'lk-alj, 1. .
jerrahúmeda, carece de cabeza dis- St-rpula.

"^*a, de antenas, de trompa y de


^ndíbulas; tiene un cintarón abultado alrededor del cuerpo, y
Pued £ reproducirse por divisiones trasversas. ^
La sanguijuela (lintái tiene la boca grande, con
a. ventosa al_;o cóncava, labio superior muy sa-
^ t e , maxilas t^uy duras, deprimidas y con dos
asde dientecillos puntiagudos. Los ojos son diez,
• '* ventosa anal oblicua. El cuerpo, que es obiu-
en su parte posterior, va adelgazándose gradual-
^ite hacia adelante. Vive en las a^uas dulces , v
"^Ocida es la aplicación que tiene cu medicina la
"~ud() inediciiidlis, L. Ln los bosques espesos v
•^edos de las Islas Filipinas es común una cs-
^'^le de sanguijuela, H. :;ej'!duica, Valmont, que
e entre la hierba, las malas y hasta en los árbo-
' desde los cuales se deja caer sobre el viajero, y
'^etrando por debajo de la ropa, se agarra t'uer-
•uente á su cuerpo, sin que se sienta la herida
hi,í. 2-);. Rotijfr
^*3 que se ve correr la sangre. ifJivivus. Cuv,—
^ISTÓLIDOS.—Estos gusanitos sólo se distinguen Kolytorio.
el auxilio del microscopio. Viven en el agua,
'enen la boca rodeada de unas pestafias vibratorias. El rota-
,'° (fiE- 233) está terminado posteriormente por una cola bífida y
'Culada, con la cual se adhiere á otros cuerpos.
228 HISTORIA NATURAL.

ENTÓZOOS.—Estos gusanos, intestinales en su mayor parte (ev-co;,


dentro; Cmuv, animal), son de cuerpo prolongado,con divisiones tras-
versas. En la boca tienen una trompa retráctil, y á veces una corona
de ganchos y ventosas. El sistema nervioso es limitadísimo, y care-
cen de órganos de locomoción. Viven parásitos en las plantas y ani-
males, y se multiplican por gemación y por medio de huevos. Algu-
nos de ellos están sujetos á tan admirables metamorfosis, que necesitan
cambiar completamente de morada para adquirir completo desarrollo,
en el cual parecen animales totalmente distintos de lo que eran en la
primera fase de su vida. Asila lombri^ intestinal sólo alcanza la perfec-
ción que le es propia después de pasar de los vegetales al tubo intes-
tinal del hombre; así losesporocisios pasan de los caracoles á los ver-
tebrados, especialmente al hombre; así la solitaria ffig. 234), que en

Fig. 2)4. TíFiíia soUum, L.—Solitaria.

el tubo intestinal del hombre se desarrolla hasta tomar la forma de


una cinta larguísima, procede del cisticerco, de forma esferoidal,
que vive en el tejido celular subcutáneo del cerdo, como las tenias
del perro, zorra, lobo y gato proceden de los cisticercos de la liebre,
del conejo y del ratón.
La <ingT<?7¡í/a, parásito de cuerpo filiforme y casi microscópico,
vive en los intestinos de los insectos y en los granos de trigo.
La trichina, Trichina spiralis, Owen, es un gusano muy P^"
queño y muy delgado, que se atenúa de atrás adelante, de piel lis^
y boca pequeña é inerme. El macho tiene dos apéndic es laterales en
la cola y carece de pene; la hembra, que es mayor, tiene la vulva
situada en el primer cuarto anterior del cuerpo y un solo ovario.
Este peligroso gusano vive adulto en el mucus que cubre las pare-
des interiores del intestino delgado de los mamí feros, donde pon^
el embrión de un nuevo helminto. Éste atraviesa el tejido celular
hasta encontrar una fibra muscular, en la cual se aloja, atrofiándola,
para convertirse en larva encerrada en un kisto. Permanece en est
ZOOLOGÍA. 229
estado indefinidamente , ó hasta la muerte , á no ser que una cir-
cunstancia favorable la conduzca al intestino delgado de un mamí-
fero, en el cual llega al estado adulto, y se multiplica por la genera-
ción de nuevos embriones. Sabido es cuan peligroso sea comer car-
nes infestadas con la larva de la trichina.

T I P O CUARTO.—RADIADOS.

Los radiados comprenden los últimos individuos de la escala ani-


mal, y están caracterizados por tener el sistema nervioso radiado y
poco conocido, la forma exterior también radiada, globulosa ó irre-
gular y carecer de cabeza. Los autores no están aún conformes en
señalar los límites de este tipo, porque la imperfección misma de su
organismo, y la mayor ó menor importancia que se da á determina-
dlos caracteres, son causa de que se incluyan ó excluyan de él algunas
<Je las clases que expresa el siguiente cuadro;

CLASES.

/ Sin dermato-esqueleto; bordes de la 1


> I." Tunicados,
boca divididos sólo en lóbulos )
Con dermato-esqueleto comúnmente!
en forma de tubo, y la boca rodeada > 2.* Briózoos.
de apéndices pestañosos respiratorios. ]
¡Tubo digestivo casi siempre con boca J
Tipo 4.»
y ano; tráqueas acuíferas; sistema\ 3." Equinodermos.
^ADIADOS.
nervioso visible ]
lUn solo orificio que hace de boca y ,
ano; sin tubo digestivo propiamente \ 4.° Pólipos.
tal; sistema nervioso invisible
Sistema nervioso casi nulo; forma irre-
I 5." Heteromorfos.
gular; sincavidad digestiva constante.

CLASE PRIMERA.

TUNICADOS.

Los tunicados, que algunos colocan entre los moluscos, tienen


os bordes de la boca divididos en lóbulos ; carecen de cabeza y de
23o HISTORIA NATLRAL.

dermato-esqueleto, y su cuerpo, cilindrico ó globuloso, está cubierto


con una piel consistente. El tubo digestivo, que tiene pocas dilata-
ciones, se encorva cerca del ano, que está inmediato á la boca. El
corazón es un pequeño tubo contráctil, y el órgano respiratorio una
dilatación que hay á la entrada del tubo digestivo, cuyas paredes tie-
nen pliegues trasversos y pestañas vibrátiles. Algunos tienen man-
chas oceliformes ; la piel es en unos dura y opaca , y en otros tras-
parente como el cristal. Su reproducción es altcrnaliva, es decir, por
generación sexual y por gemación. Todos viven en la mar, unos
libres y otros formando una masa común. Entre estos últimos me-
rece citarse el pirasaiito < fip. 235), con-
junto de animales pequeñísimos y singu-
lares , bajo la ferma de un cilindro hueco,
cerrado por una extremidad. Vive en gran-
des bandadas en Jos mares ecuatoriales de
Laní—Pirosomo. Filipinas, y esta dotado de gran lostores-
cencia, con la cual comunica á la mar una
visualidad encantadora. Otras especies se hallan en el Mediterráneo.
Entre los tunicados libres son notables los biforos ígcn. sa¡pa>,
que tanto en el Mediterráneo como en las aguas intertropicales se
encuentran á veces unidos entre sí, formando largos cordones , do-
tados de fosforescencia y de una trasparencia que compite con la del
elemento en que se mueven.
Con el nombre de castañas de las indias, naranjas y otros aná-
logos, se conocen muchísimos tuniculados, algunos comestibles,
de aspecto singular, subcoriáceos, fijos por su base sobre los cuer-
pos marinos, y pertenecientes todos ellos al género Ascidia. Son de
todos los mares.

CLASE SEGUNDA.

RRIÓZOOS.

Los brió^oos son animales muy pequeños, con el dermato-es-


queleto en forma de tubo, generalmente cerrado por un opérenlo,
y la boca rodeada de apéndices pestañosos respiratorios. Esta clase
ha sido unas veces colocada entre los pólipos, á causa de las concre-
ciones calizas que forman sus individuos, y otras veces ha sido agre-
gada á los moluscos, en atención al tubo digestivo, con distinción de
boca y ano de que se hallan dotados. Se reproducen por gemación
y por huevos , y en el último período de su existencia se reúnen en
colonias numerosísimas, fijas en los cuerpos sumergidos, y como
las celdillas ó tubos se unen unos á otros, toman el aspecto de un
polipero , de forma variable.
ZOOLOGÍA. 23l

Las alcionelas, cristatelas , escaras y plumatelas, son las espe-


cies más notables y comunes en las aguas marinas ó dulces, corrien-
tes ó estancadas.

CLASE TERCERA.

EQUINODERMOS.

^os cquinodcniío.s- (r/ív/-, erizo; í:f>uc<, piel i tienen el tubo di-


e^stivo con paredes propias y casi siempre con boca y ano; la respi-
3eion se verifica por tráqueas acuíferas, es decir, por un sistema de
UDOS que se abren al exterior, y por los cuales se introduce el agua,
4Ue llena todo el aparato; la piel es gruesa y endurecida á veces con
P'acas polígonas. Viven en el fondo de los mares.
Las/io/oí!írw.< ó cnlidiubros de nnn-, llamadas también balate
^" las Islas Filipinas f fi^^. 236!, tienen la piel fuerte, lisa ó espino-

Fi^. 2jh. Hc'loíhuii.i t:ju!i<. I.c>s.—Balate.

**) y la boca rodeada de apéndices ramosos. El cuerpo es cilindrico,


y'lene unos poros sin orden determinado, por los cuales pueden
salir las tráqueas acuíferas. Poseen la facultad de arrojar por la boca
"^1 ano, á fuerza de enérgicas contracciones, las visceras más impor-
tantes de su organismo interior, las que después se reproducen de
nuevo: lo propio sucede, aunque se divida su cuerpo, como ha ob-
servado el ü r . Semper ',
Hállanseen todos los mares, son abundantes en el Mediterráneo,
y se conocen muchas y muy estimadas especies en los mares de Pi-
mpinas, donde son objeto de un comercio lucrativo.
Se da el nombre de estrellas de mar ípalapalai á los equinoder-
""os, cuya circunferencia presenta ángulos ó lóbulos dispuestos en
••adiós divergentes, como se representa una estrella. Su cuerpo es
*^rbicu)ar, deprimido, algo convexo por encima, y cubierto de una
P'el calcárea granujienta ó tuberculosa y movible. La boca, guarne-

* El Dr. Semper ha empleado largos años en la observación y es-


tudio de estos radiados que viven en Filipinas. El fruto de sus fatigas pue-
"e verse en la lujosa é interesante obra : Reisem im archipel der Philippi-
"*">• Leipzig, 1867 y siguientes.
232 HISTORIA NATURAL.

cida de cinco horquillas huesosas, ocupa el centro de la cara infe-


rior; el estómago es corto y céntrico ; el ano, cuando es distinto de
la boca, ocupa la parte superior. De la boca parten unos canales re-
gularmente dispuestos, á cuyos lados hay muchos agujerilIos,por los
ouales salen tubos retráctiles que les sirven para la locomoción; tie-
nen, además, varias filas de espinas, cortas, delgadas y movibles. Se
alimentan de gusanos y pequeños cangrejos. Son comunes en el
Mediterráneo, Océano y mares de Filipinas, y forman el género ^4^-
terias de Lamarck.
Los eri:{os de mar pre-
sentan un cuerpo regular,
inflado, globuloso ú oval,
algo deprimido, pero rara
vez aplastado en su parte
superior, cubierto de placas
polígonas, de tubérculos y
de espinas sencillas, que
dan al conjunto el aspecto
del pericarpio de la castaña.
Los poros de sus tentáculos
Fig. 2^7. Cidarites mperialis, Lam.—Cidarita. están dispuestos en listas
simétricas , generalmente
en número de diez, como las secciones del mesocarpo de algunas
naranjas. La boca es inferior y central, y comunica con el intestino
y con el ano, que es vertical. Se
conocen muchas especies, comes-
tibles algunas de ellas, especial-
mente en el Mediterráneo, Océa-
no índico y mar de Filipinas.
Echinus de Lamarck.
Las cidaritas, muy parecidas
á los erizos de mar, se distinguen
de ellos á simple vista por la irre-
gularidad de sus espinas, unas
grandes, gruesas y truncadas en
su extremo, como si fueran dedos;
otras pequeñas situadas alrededor
délas primeras, ofreciendo unas
y otras la particularidad de estar
perforadas. Se conocen varias en
las costas de España y Filipinas,
<@L entre ellas la imperial (fig. 237.)
También se encuentran en el
Fig. 2)S. Euryale esculatum, Blaín.—
Lirio de mar. Sur de Filipinas los lirios de WÍ""
ZOOLOGÍA. 233

(fig- 238), equinodermos sumamente apreciados por los coleccio-


nistas, á causa de los cinco pares de radios dicotómicos, pinados,
largos, encorvados, y á veces subdivididos en numerosas ramas. Per-
tenecen á los géneros Comátula, Euryale , 0phiura,txc.

CLASE CUARTA.

PÓLIPOS.

Los pólipos tienen un solo orificio , que hace de boca y ano;
1 alta el tubo digestivo, que está representado por una simple cavi-
dad interior, y el aparato circulatorio y el sistema nervioso no son
Visibles. La boca está rodeada de tentáculos variables en forma y nú-
^ s r o , aliméntanse de animalitos ó de plantas acuáticas, y se re-
producen por generación, excisión ó gemación, cambiando algu-
nos de ellos la forma como los helmintos. Unos viven aislados é inde-
pendientes; otros, que nacen por gemación, se conservan unidos
constantemente por medio de una sustancia carnosa (polipero), que
puede ser blanda, córnea ó lapídea. Creyóse en otro tiempo que estos
poliperos eran plantas marinas, y el pólipo su flor, y más tarde se
'es llamó :{OÓfitos o animales-plantas. Se dividen en dos órdenes:
'torales é hidras.
CORALES.—Tienen rudimentos de tubo digestivo, representado
en un repliegue de la piel que va de la boca á la cavidad interior. Son
"•eunidos ó independientes, en cuyo último caso se tíjan en un cuer-

Fig. 339. Tuhipora música. L.—Órgano de mar.

Po sumergido.—Pertenece á este orden la anemone de mar, así llama-


da porque los numerosos tentáculos que rodean su boca, adornados
'le colores vivos, le dan el aspecto de esa flor; vive aislada y fija en un
cuerpo sumergido.—La madrépora, pólipo asociado, que forma ex-
tensos poliperos calizos, en cuya superficie se encuentran celdillas
234 HISTORIA NATURAL.

con láminas radiantes. Algunas de las islas del Sur del archipiélago
filipino deben su formación á bancos madrepóricos.—El órgano de
mar (fig. aSg), pólipo de ten-
táculos pinados en sus bordes
y polipero de color rojo for-
mado de tubos calizos, unidos
de trecho en trecho por lámi-
nas perpendiculares á su eje.
De Filipinas. •
El cora/, también de ten-
táculos pinados, polipero de
forma arborescente, rojizo, es-
triado, cubierto por una capa
gelatinosa y con celdillas para
los pólipos. El eje del polipero
es susceptible de pulimento y
de grande uso en joyería. Del
Mediterráneo, mares de Fili-
pinas, etc.
HIDRAS.—Carecen de tubo
digestivo; tienen tentáculos Fig. 240. MeJiiui phosf^horca. Spall.—
Ortiga de mar.
que les sirven de órganos de
prensión y de natación en ciertos casos; viven lijos sobre cuer-
pos sumergidos, ó flotan sobre las aguas, ya reunidos, ya ais-
lados. Se reproducen por yemas ó hue-
vecillos.—La ortiga de mar, llamada en
Filipinas agua muerta (fig. 240), tiene el
cuerpo en forma de casquete esférico, y
en su parte inferior la boca rodeada de
tentáculos y de apéndices. Su cuerpo es
trasparente con visos azulados ó de rosa
y sumamente urticante, por lo cual es
preciso precaverse de su contacto al en-
trar en los mares tropicales,donde abun-
da muchísimo. — La hidra (fig. 241)
tiene la figura de un tubo hueco, cerra-
do por uno de sus extremos, y coronado
por el otro con tentáculos largos , urti-
cantes, que sirven de órgano de pren-
sión, y que matan con su vivo escozor p,^. ,^,. H^J,^ „V,¿„, L . - H Í J " .
el anélido ó larva que entrelazan. Vive
adherido á los cuerpos sumergidos en las aguas dulces estancadas;
puede cambiar de sitio, y se reproduce por excisión, gemación y
por huevos.
ZOOLOGÍA. 23 S

CLASK QUINTA,

HETErUJiMORFOS.

í-o$ heteromorfos >':p'';, diverso; ;).'<,'-fr,. forma) son los animales


ínfimos y menos conocidos de la inmensa escala que se ha dado á co-
nocer rápidamente : no se descubre en ellos el sistema nervioso ; la
cavidad digestiva es inconstante, y la forma varía en cada especie.
Llaman algunosprotopUisma á la sustancia poco conocida, contráctil,
sin órganos especiales que constituye su cuerpo. Se divide en dos
ordenes: Infusorios y Ri^ópodos.
INFUSORIOS.—Así son llamados estos animales microscópicos, por-
que se los encuentra comiinmente en las infusiones animales o vege-
tales. La casi totalidad de estos seres no son visibles á simple vista;
empero con el auxilio del microscopio se les ve agitando constante-
mente sus apéndices largos, vibrátiles y filamentosos. Las observa-
ciones incompletas que se han practicado apenas permiten establecer
nada fijo ni cierto sobre su organización íntima, aunque se sabe que
su reproducción es ovípara y escisípara.
Los gigantes, por decirlo así, del orden (Jig. 242 i ofrecen la par-
ticularidad de fijarse por un piececillo
Contráctil en los cuerpos sumergidos. La
parte superior es cónica , con pestañas
vibrátiles en la base. Los demás géneros
se hallan en las aguas dulces y saladas,
en el tubo digestivo de otros animales v
en los tejidos de las plantas, en número
tan prodigioso, que excede á toda pon-
deración , y son por lo común ovales,
oblongos ó redondeados.
RizópoDOs.—Dáseles este nombre ^'/'Cc,
^^. ip
raíz ; T.huí,%, pie) porque puede prolongar
su cuerpo en forma de apéndices carno-
sos que le sirven de órganos de locomo- Fig. 2^2. Iniusorios del gi-ncrn
ción ó reptación por el fondo de las ro,!u;ILi.
aguas. Carecen de pestañas vibrátiles, y
algunos segregan una sustancia caliza, córnea ó silícea que protege
4 un individuo, ó á toda una colonia. Pertenecen á este orden:
La esponja, cuerpo polimorfo y fijo, blando, gelatinoso é irrita-
ble mientras tienen vida los rizópodos; tenaz, flexible, muy poroso
y que absorbe el agua cuando está seco. Tiene en su interior fibras
córneas, flexibles y enlazadas, y en el exterior una pulpa gelatinosa,
que desaparece en cuanto se saca la esponja del mar, y que se cree
236 HISTORIA NATURAL.

no ser otra cosa que la prolongación de algunas partes del cuerpo de


los animales que forman la colonia. A este género pertenece la her-
mosa Copa de Neptuno (fig. 243), que se encuentra en los mares de

¡-iff. 24). Sf'nngiausilaUssima. I.am. —Copa de Neptun

Filipinas, y de la cual hay un soberbio ejemplar en el Museo de los


Dominicos de Manila , y la esponja comi'in del Mediterráneo.
La euplectela <fig. 244), mal llamada regadera en las islas Fili-
pinas, es un rizópodo marino cuyo armazón está formado por fibras
de sílice entrelazadas y dispuestas con regularidad ; de modo que
forma un enrejado elegantísimo, en forma de tubo, ligeramente en-
corvado y más estrecho por la parte fija á los cuerpos sumergidos.
Es de los mares de Cebú, y se tiene como objeto de adorno, es-
pecialmente en Manila.
ZOOLOGÍA. 237

Ftg. 24-t- EupUiicUa spccio^is^i'U.i, Owcn.—Kuplectcla.


BOTÁNICA.

La BOTÁNICA es la historia general de los vegetales; trae su origen


'^^^ griego B',-c(vr|, hierba, y llamósele en latín res herbaria. Su ob-
lato es darnos á conocer las plantas, distinguirlas unas de otras, cla-
sificarlas según las analogías que presentan entre sí,y describirlas de
'a manera más propia para facilitar su estudio.
Las plantas ó vegetales son seres o r g á n i c o s , a n i m a d o s y vivientes,
botados de un principio de movimiento y de vida, que es el alma ve-
getativa, pero privados absolutamente de la facultad de sentir '.
Puede dividirse la Botánica en general v aplicada. La primera
abraza la ()rf:au()prafía, descripción de los órganos de las plantas,
^u estructura y caracteres; la Fisioloí.'-ta reí,'Ctal, que trata de las fun-
*^iones que aquellos órganos desempeñan; la Gliisolof^ía , lenguaje
ootánico, ó explicación de los términos empleados para designar los
"afganos de las plantas y sus moditicaciones; la Fitof^rafia, descrip-
<^ion de las plantas; y la Taxonomía, ó estudio de las leyes generales
^^ la clasificación. La Botánica aplicada tiene por objeto utilizar las
propiedades de los vegetales, y puede ser económica, indii.'ítria!, nic-
"'ca, af[rtcoIa, etc. F i n a l m e n t e : la Geoi^rafia botánica examina las
'^'rcunstancias físicas y locales que influyen en el desarrollo de las
plantas, como la Patolopía i'L'^'fÍj/estudia las enfermedades que al-
^^ran las funciones de los mismos vegetales.
Los límites estrechos de este Curso sólo permiten tratar m u v lige-
•"acnente: i.", la ORGANOGRAKÍA; 2.", la FISIOLOGÍA VKGETAL; 3.", la T A -
^o.NOMÍA, y 4.", la FiTOGRAKÍA de las plantas más comunes de algunas
l^fnilias solamente. La Clo.solo^ia, en su parte más indispensable, irá
'ntercalada en las partes anteriores, y se añadirán al fin algunas no-
'^lones de Geografía botánica.

' Plantae secundum iiltimxm reson.tntiam vitae habeni vivera. S. Dio-


^'s.De Div. Notn., c. vi.—Sobre la esencia de la vida, consúltese á SANTO
*OMAs, í.' parte, cap. xvi, art. i.'
240 HISTORIA NATURAL.

ORGANOGRAFÍA.

ÓRGANOS ELEMENTALES.

Siendo cada planta una sustancia única á causa del principio vi-
tal que la informa, no puede admitirse en ella la existencia actual y
formal de elementos químicos como el carbono, hidrógeno ú oxíge-
no, ni tampoco de la fécula, azúcar, goma, etc., considerados por
algunos como sustancias completas coexistentes con la planta ; estos
elementos resultan de la descomposición de la planta como produc-
tos de la causa que la destruye; ó son otras veces secreciones del
vegetal, que no pertenecen á su integridad.
Los órganos, pues, de que las plantas se componen,unos son ele-
mentales y otros compuestos. Los (¡roanos clemcntaies, llamados
también similares por Grew y por los escolásticos, pueden redu-
cirse al tejido celular y al tejido vascular.
TEJIDO CÍXULAR.—Se compone de celdillas., contiguas unas á otras
(fig. 245), modificadas en su figura por la resistencia que encuen-
tran en su desarrollo. Hanlas comparado algunos autores á la espu-
ma que forma el agua de jabón cuando se agita este líquido, compa-
ración que no carece de exactitud. Cada celdilla está circunscrita
por tabiques propios , de modo que donde están en contacto es do-
ble la membrana que las separa. Como los alvéolos délas abejas,
afectan la forma exagonal si no encuentran otra resistencia que la de

m
m
&sl

fig. 245- Celdillas y espacios intcrteiuiares FÍ?^. 2.^6'. Vaso puntad"


de la siempreviva mayor , SCTH/'fj-jiruin de melón.
leclorum, L.

ellas mismas; mas si la resistencia es superior, se alargan como pris-


mas hexaedros, especialmente al lado de los grandes vasos. Las mem-
branas de las celdillas son tenues, trasparentes, y comunican entre
sí por poros apenas perceptibles con el auxilio del microscopio. El
BOTÁNICA. 241

tejido celular existe en todos los vegetales y en todas sus partes, pero
especialmente en la médula, corteza y fruto. Muchas de las cripta-
gamas han sido llamadas por De Candolle y Humboldt plantas ce-
lulares, porque se componen de sólo este tejido.
TEJIDO VASCULAR.—Los vasos ó tubos de que se
compone (fig. 246) son de calibre cilindrico, oval ó
anguloso, y sirven para trasportar, si no para elabo-
''3r, el aire y los jugos necesarios para la vegetación,
ous paredes son fuertes, espesas y poco trasparentes,
y están siempre colocados á lo largo de la planta y
adheridos al tejido celular inmediato. Se los conside-
''a como series de celdillas sobrepuestas, cuyos dia-
'••agmas han desaparecido en parte. Toman diferentes
nombres, según las modificaciones que presentan: llá-
'í'anse fibras (fig. 247) cuando se reúnen muchos y
*e sueldan en fascículos prolongados, mediante el te-
Wo celular, como se observa en los órganos foliáceos;
'^dqueas cuando se arrollan en espiral; lacticiferos á
'Os que son ramosos (fig. 248); tnoniliformes ó rosa-
''tos cuando se estrechan en algunos puntos y tienen
*''afragmas porosos para conducir la savia, como se
observa en las raíces y nacimiento de las hojas. Otros Fig. 2.^7.— Fi-
bras de la yer-
•nombres reciben algunos vasos, debidos á las modifi- ba de pordio-
caciones secundarias que presentan, y que se com- seros, Clema-
lis hh'alva L.
prenden con sólo enunciarlos.
Llámanse meatos intercelulares ó intervasculares á los espacios
*lue median entre estos dos tejidos, y parcnquima á la parte del teji-
do celular, que, especialmente en las hojas y
"•utos, se presenta blanda , esponjosay ver-
^Uzca,
La epidermis es la cubierta exterior de las
plantas, efecto de una vegetación prolongada,
y que á veces se rompe y destroza; debajo de
'a epidermis hállase la cutícula, (\\xe. tal vez
^^ se distinga de la primera sino en la edad;
's más regular, y se halla cubierta de pelos y
provista de aberturas ó estomas. No han con-
*enido Jos naturalistas en fijar Ja naturaleza
^^estas cubiertas, que parece ser la misma
**«! tejido celular.
í-os estomas (Jig. 2;^g) son orificios ova-
^ s característicos de la cutícula, esparcidos
*n toda su superficie, visibles sólo con el au- /^f- J-íí.-Vasosiacticiferosde
vji; , ' ' la celidonia, CÍPí/<ífc«<am m«-
•*»uo del microscopio, y que no se encuen- Jus.i.
'7
HISTORIA NATURAL.
242
tran en ninguna otra membrana del tejido celular. Han recibido
también el nombre de poros , poros prohmpadns. pandes poi os,
^ puros de la Lpidcrnns, pan-
dulas corticales , glándulas
miliarias, f^ldudulas cpider-
vwidalcs y poros cvaporato-
rios, prevaleciendo el nombre
de Linck tomado del priego
r,-',<y,.^ boca. Los estomas se ha-
llan situados generalmente en
la parcnquima, ó sitios donde
no hay nervaduras.
Los pelos son órganos fila-

Hi^Ü, mentosos, libres, formados de


una ó varias celdillas salientes
fuera del tejido . y que pare-
cen servir para la absorción y
FV. 2^<f—Kpidermis del l:r!o c/irdoiT^. lii exhalación de los vegetales.
germánica. L,
Nacen principalmente sobre
las nervaduras, y también sobre glándulas, á las cuales sirven de ca-
nales secretores. Cuando el licor de estis glándulas es acre e trntan-
te la picadura de los peles produce ampollas y causa dolor, como se
ve en la ortiga. De Candolle divide y subdivide estos pelos en vanas
clases, según su naturaleza v funciones.
Con el nombre de lentejuelas deúg,n^ el mismo autor unas man-
chas pálidas y ov:,les que se descubren en h cutícula de las dicotile-
dóneas, forman relieve v la ha;en áspera al tacto. A medida que la
rama crece, las lentejuelas se redondean, y se convierten por hn en
una raya trasversa, hasta quí ss destruven con la cutícula. De esta
lentejuelas salen las raíces nuevas cuando se planta la rama ose su-
merje en el agua, v también las raíces aéreas.
No deben'confundirse con los árpanos- elementales . rápidament
mencionados, otras materias que puedan hallarse en ellos en circu-
lación ó en depósito, como cristales, moléculas amiláceas, de goma,
resina y los líquidos y gases (humor y spiritus délos antiguos), que
los órganos producen , trasforman , ó de los cuales se apoderan para
sostener, desarrollar y vigorizar la planta.

ÓRGANOS COMPUESTOS.

Los árpanos compuestos (disimilares á^ los antiguos) resultaii de


la reunión de los órganos elementales, y forman el vegetal, en unión,
Epidermis del lirio ckritno.—pp, ptlicuU epidérmica,/, orificios de la pelicuU,
Fig. 349' con celdillas exagonales; 55, estomas.
u, epidermis
BOTÁNICA. 243

por supuesto, con el principio viviente ó alma veíjetativa, cuyo estu-


*Jio no es de este lugar. En absoluto basta el tejido celular para la
organización de una planta; pero otras veces esas celdillas se aglo-
meran de m a n e r a , formando vasos y fibras de naturaleza más c o m -
plicada, que el vegetal no podría desarrollarse sin el auxilio de n u e -
vos órganos. T o m á n d o l e desde el principio de su desarrollo, la
célula que le sirve de germen produce nuevas celdillas en las plan-
tas celulares ; las celdillas se trasforman en vasos en las plantas
'^'asentares^ y c u a n d o éstas son más complicadas, al eje formado por
^' tejido vascular se agregan u n o ó dos apéndices laterales. El eje
•"epresenta la raíz v el tallo de la planta, y los apéndices laterales,
llamados cotiledones, las hojas de la misma.
Estos ó r g a n o s , compuestos y rudimentarios de los vegetales, son
'ii base de la primera clasificación natural, que los divide ea tres
grandes tipos :
ftANT-ís ijicoTii.KDÓNEAs, quB tienen celdillas, vasos y dos apén-
*Jices ó cotiledones, como la habichuela ijif;- 352 .
PLANTAS MONOCOTiLKoÓNEAs, con celdillas, vasos v un cotiledón:
e l í n > r y Í A ' . 353,.
PLANTAS ACOTILLDÜNEAS, con celdillas, pero sin vasos ni cotiledo-
nes : las celulares, como la seta.
Mas para formar idea exacta de los órganos de las plantas es pre-
ciso atender á las potencias ó facultades de que esiáii dotadas, las
Rué uo conoceremos de otro modo que por las funciones vitales que
e)erccn : potentiae sunt propter actus ; y estos actos ó funciones, que
'nás adelante describiremos, nos demuestran la existencia de tres ta-
^uliades distintas : la nutriti.a, la aumentativa y la ¿icnerativa, cu-
- Os principales órganos son los siguientes :

I Raíz.
Facultad nutritiva 'i \
' rallo.
F.icultad aumenl.uiva ) /
f llo;as.
i Flor.
Facultad generativa <
( Fruto.

ÓRGANOS DE N'UTRICIÓN V A U M E N T A C I Ó N .

LA RAÍZ.

La raíz (figuras 25o, 251 y 252 ) es la parte de la planta que crece


«n dirección opuesta al tallo, sin apéndices foliáceos, aguijones, ns-
*Omas, ni lentejuelas, y sin tomar jamás el color verde. Aunque n o
íodas las raíces son subterráneas, ni todos los tallos aéreos, aquéllas
344 HISTORIA NATURAL.

tienden generalmente hacia el centro de la tierra, excepción hecha


de las de plantas parásitas. El punto de donde las fibras vegetales
parten en las dos direcciones opuestas, de raíz y tallo, se llama nudo
vital, y se halla frecuentemente en la superficie de la tierra. La parte
carnosa ó leñosa toma el nombre de cuerpo de la raí^ ó nabo ; de él
se derivan las raíces secundarias, y de éstas las raicillas, fibrillas ó

Fig. 250. Raiz tuberiforme de la Fig. 2 5 ; . Raíz nudo<a de Fi^. 252, Raíz tuberosa de
dalia, Dahlia rosea^ Cav, la filipéndula. Spiraa Fi- una orquídea.
Upcndula, L.

barbillas, que son caducas como las hojas, y cuya función es absor-
ber el jugo de la tierra. El Sr. Colmeiro no admite la existencia de
esponjinas en las extremidades de los ramos radicales y de las bar-
billas, como afirman muchos naturalistas, aunque sí la de los pelos
radicales unicelulados que llenan el mismo objeto.
La composición de las raíces es más simple que la de los tallos, y
varía poco en los diferentes vegetales ; pueden considerarse tres par-
tes : el cuerpo cortical, el cuerpo leñoso y los radios medulares. Las
raíces carecen absolutamente de médula, y pueden producir nuevos
tallos, como éstos pueden producir raíces adventicias, aéreas ó sub-
terráneas.
Pueden caracterizarse las raíces: i.', por su duración, en anua-
les, bienales y perennes ó vivaces ; 2.°, por su consistencia, en her-
báceas, leñosas, carnosas, huecas y sólidas; 3.", por su forma, en
cónicas, cilindricas, filiformes, tuberosas, fibrosas, ahusadas, nabi-
formes, engrosadas, redondas y nudosas ; 4.", por su dirección, en
perpendiculares, oblicuas, hon\ontales y descendentes, entendiendo
que bajan después de haber caminado horizontalmente ; 5.°, por su
capa exterior, en lisas, rugosas, tuberculosas y anilladas; y 6.", por
BOTÁNICA. 245

el medio en que funcionan, en subterráneas, aéreas y acuáticas;


calificativos que no necesitan explicación.
En las plantas dicotiledóneas, las raíces presentan cierta semejan-
za con el tallo en el modo de ramificarse , formando un cuerpo en el
nudo vital, que luego se divide en fibras leñosas; en las monocoti-
Jedóneas , las raíces son compuestas, procediendo lodos sus ramos
"Cuna solábase, permaneciendo simples generalmente, y destru-
yéndose por orden de antigüedad ; en algunas acotiledóneas no hay
•"aices primitivas y propias, sino unas prolongaciones tubulosas que
aerifican la absorción, aunque más tarde se observan en ellas raíces
adventicias.

EL TALLO.

El tallo es la parte de la planta que crece en dirección opuesta á


la de la raíz, tiende á elevarse verlicalmente y lleva las hojas, flores
y frutos '. Este órgano, visible y notable en los árboles, arbustos y
plantas más comunes, está reducido á un pequeño vulvo en los ja-
cintos y en muchas liliáceas.
Se distinguen varias especies de tallos aéreos : llámase tronco al
de los árboles, arbustos y grandes matas , conservándose el genérico
de tallo para las yerbas y pequeñas matas; caña es el tallo de los ce-
reales y demás gramíneas, generalmente hueco y con nudos circu-
lares ; cálamo designa tallos blandos y sin nudos: es sinónimo de
junco ; astil, cauloma ó estípite suele llamarse el tronco de las mono-
cotiledóneas arborescentes, como la palmera.
En cuanto á su organización interna, dividiremos los tallos, con
"esfontaines, en tallos de plantas dicotiledóneas y de monocotile-
dóneas. Los primeros, si son leñosos, se componen : i.°, de epider-
'^ts; 2", de tejido celular; 3.", de capas corticales, cuyas partes in-
teriores se llaman líber; 4.°, át fibras leñosas, y 5.°, de la médula.
La epidermis es una membrana doble por lo menos, delgada,
*lgo diáfana, que cubre todas las partes de la planta. Si una de sus
películas se rompe fácilmente al través, y hasta cae en pedazos, suele
Quedar la otra, llamada cutícula, que está llena de pequeños orifi-
cios, que sirven para la traspiración de la planta, impidiendo á la
^ez la disecación del tejido celular (fig. 249).
El tejido celular, capa suberosa ó corcho, está colocado bajo la
epidermis; es una sustancia celulosa, verde, suculenta y muy hú-

* La definición del P. Goudin, O. P., es más científica : Ea pars


P'^ntae, quae primum e térra erumpens, a radice simptex assurgit, et in
5^'"« humor aümentitius confluit, ut in caeteras parles diffundatur. (Phil.
* hom., 4 / p. Appendic.)
246 HISTORIA NATURAL.

meda en el tiempo de la savia, que envuelve toda la corteza, desde


la raíz hasta las hojas. Parece u n a continuación de la m e d u l a , con
Ja cual comunica á través de las mallas de la corteza, sirviendo tal
vez para que pasen al interior los fluidos absorbidos exteriormente.
Las capas corticales están colocadas bajo el tejido celular y sobre
la madera, formando láminas aplicadas unas sobre otras, compuesta
cada una de ellas de una red de tejido vascular, cuyas mallas están
llenas del tejido celular.. Las más interiores llámanse líber, por su
semejanza con un libro, y sus hojas son más numerosas hacia la
base del árbol, formándose cada año una nueva. Las mallas son más
anchas en las hojas exteriores, á causa de la dilatación que sufren al
ensancharse para dar lugar á las nuevas que se forman en la parte
i n t e r n a , lo que ocasiona m u c h a s veces
su rompimiento. Las capas corticales
se componen de vasos y del tejido ce-
lular reunidos en h a c e s , formando
fibras, que siguen una dirección casi
paralela al eje del tronco, a u n q u e la-
deándose alíío y entrelazándose en for-
ma de malla.
Fibras leñosas.—La parte más sóli-
da del árbol es la que inmediatamente
sigue á la corteza; compónese de albura
y corazón de la madera ó madera anti-
F¡g. 2 ; ? . Corte horizontal i^e un tronco
¿c roble. Qurciis rotur, L. gua. La primera es generalmente blan-
ca y la segunda más oscura, siendo
unas veces brusca v otras insensible la línea de demarcación. C o m -
pónese la madera de capas sobrepuestas en forma de conos concén-
tricos, cuvo eje c o m ú n es u n largo t u b o , llamado conducto medular
I figuras 253 y 254), porque en él está la médula , que proyecta ha-
cia la circunferencia irradiaciones que reciben el n o m b r e de radios
medulares. Los vasos de las capas leñosas unos son de savia, como
los de la corteza, a u n q u e más apretados y llenos de u n tejido celular
más denso; otros son propios, paralelos al eje del árbol, y finalmente
hállanse en ellas otros vasos en forma de tráqueas. La albura es ma-
dera en formación, que rodea exteriormente las capas leñosas, en
forma de capas sobrepuestas como conos concéntricos, siendo los
interiores los más viejos, v formándose, por consiguiente, en sentido
inverso de las capas corticales. El jugo mucilaginoso llamado cam-
bium, que se ve entre el sistema cortical y leñoso, parece ser la savia
elaborada en aptitud para ser asimilada, y proveer á la nutrición y
crecimiento del vegetal.
La médula es una sustancia esponjosa,situada hacia el centro del
sistema leñoso , en el canal medular. En los arbolitos tiernos y en
«OTÁKICA. ' 247

las ramas es verde; mas á medida que se ve privada de la acción de


la luz por la adición de capas leñosas, cambia de color, volviéndose
blanca por punto general, y desapareciendo en los árboles viejos.
Su naturaleza es análoga á la del tejido celular de la epidermis , con
el cual está en correspondencia mediante los riidios ó producciones
medulares.

TjavTvRJo

) Ct S 6/

/-•',;'. ./. Corte ii'">ri/,nntit! v vertic.il ilc i n r MiMí pl.itar.o.

Las excepciones que presentan algunas familias á esta descripción


de los tallos dicotiledóneos 110 caben en los límites de este CURSO.
Los tallos herbáceos, como no viven más que un año,sólo presentan
Una capa exterior (la corteza; y otra interior.
Los tallos de las monocotiledóneas/'/ii.'íirci.v 255 y 256) se compo-
nen de haces leñosos, sólitlos, lisos y flexibles, que siguen por punto
general una dirección paralela al eje ilcl tronco, sin interrupción
ninguna desde la base á la cima, coriándo>c algunas veces masó me-
nos oblicuamente. Si se examina el corte trasversal de uno de estos
•roncos ó astiles, no se verán ni capas concéntricas, ni canal, ni ra-
dios medulares. La médula envuelve, por decirlo así, los haces leño-
sos, y llena todos sus intervalos, mientras que aquellos, más duros y
niás comprimidos, según que más se aproximan á la circunferencia,
dan al tallo más solidez y fuerza en su superticic que en el interior.

^'g- 25./. Corte horizontal ( A ) y vertical (B) de un ramito de un año, procedente del falso
plátano,, v/istos
i s t e ; con niuclio
mucho aumento, i*, eeptv.^,,.,...,
p i d t r n i i s ; .v.
... envoltura tuberosa; d, nicsodermis; ch,
Cnvnítiipi herbácea;
"ivoltura t,_-ul . ii'. Ihacecillos
: t i _ , d'.l
1.1 1.1 ,..- dos
líber en J__ __ zonas ; .-. .tciido
• 1 ccluUr;
I i._ ;*•' , ndodermis;/,
»...l.^^.pn-)ic-
en f ha-
.,, hfl-
•Cecilios leñosos; rr', radios medulares; v, vasos punteados; /, tráqueas; / , conducto medular,
"'. médula.
248 HISTORIA NATURAL.

Esta diferencia de constitución en los tallos dicotiledóneos y mo-


nocotiledóneos es de suma importancia , y más segura aún para la
gran división de las plantas fanerógamas que la presencia de uno ó
varios cotiledones; por eso De Candolle la tomó por base de su cla-
sificación, y sustituyó aquellos nombres por los de exóf^enas y en-
dógenas.

Fig. 3 5 ; . Astil del cocotero, Cocos nucifara, L.

El tallo de las plantas acotiledóneas es muy sencillo y puramente


celular en muchas hepáticas y musgos; vascular en las licopodiá-
ceas y equisetáceas; y en los heléchos arborescentes es el tallo leñoso,
aéreo, y semejante exteriormente al estípite ó astil de las monocoti-
Icdóneas. Cortándole, sin embargo, trasversalmente (fig. 287), se le
BOTÁNICA.. 249
ve reforzado hacia la circunferencia por una zona leñosa compuesta
de trozos irregulares , sepa-
rados ó unidos entre sí. Esta
zona corresponde á los haces
leñosos , y el resto del tallo
al tejido celular, modificado
exteriormente á manera de
corteza , cubierto de epider-
mis en los primeros tiempos,
y más tarde del envoltorio
duro que forman los restos
de las frondas caídas.
Además de su estructura,
considerado el tallo bajo otros,
aspectos, ofrece nuevos carac-
teres. Por su duración , es
<^nual, bienal, ó perenne;
por su consistencia, leñoso,
herbáceo, esponjoso, sólido,
hueco , etc.; por su forma,
^tlíndrico, cónico , compri-
mido, anguloso, trígono, te-
^'"ágono, raj^ado,exc.; por su
fuerza, tieso, frágil, Jlexi-
"le, sarmentoso, débil,fili-
forme, capilar; por su divi- Fig. 356. Astil del pandano^ Pandattus
ulilií, Willd.
sión , tínico, múltiple, rami-
ficado, dicotomo, tricótomo; por su dirección, vertical, oblicuo,
encorvado, inclinado, rastrero, voluble, trepador, tortuoso, etc.;
por su superficie, escamoso, liso, estipulado, estriado, surcado, to-
mentoso, etc.; y, por su elevación,forma árboles, arbolitos, arbustos,
matas y yerbas.
Gawler llama ri:{omas á los tallos subterráneos de las irídeas y
'pelechos, á los que Linneo había llamado descendentes, que son
fnás ó menos superficiales y producen raíces de trecho en trecho
(fig 258). Las hojas y pedúnculos florales nacen de una de sus ex-
tremidades, que se alarga continuamente, de manera que al cabo de
*lgún tiempo la planta cambia realmente de lugar. El bulbo ó cebo-
^^ (fiS- 259) es un tallo muy corto situado sobre raicillas, con un
^je central rodeado de escamas de diferente figura, que llevan en su
interior el germen de una nueva planta. Cuando estos apéndices son
'ííacizos y sólidos ^^^. 260), se les da el nombre de tubérculos, y
Penenecen al tallo s¡ tienen yemas, como la patata, y á las raíces si
Carecen de ellas, como las chufas.
250 HISTORIA NATURAL.

LAS H O J A S .

Las hojas son expansiones, ordinariamente planas, membranosas,


horizontales, verdes, que nacen sobre el tallo v sus ramificaciones,

.-Md ^v^'^.a-ftwr

Fig. 2 í 7 . Corte trasversal del tallo de l-'if;. Jvy. Rizoma del Junco palustre.
un helécho arhore^cente.

Ó en el mismo nudo vital ó cuello de la raíz. Componente de un


haz de fibras mezcladas del tejido celular ; este haz se divide y sub-

Fig. 259. Cebolla de la azucena Fig. 260. Tubérculos de la patata.

divide, ensanchándose en una red , cuyas mallas, más ó menos tinas,


están llenas del tejido celular, que toma el nombre de parcnquima;

Fig. 25«. Scirpus Tahernaemoiila "í, Orne).—b. rizoma; U, hoja*^ subterráneas trasforma
en escamas; «, linea que significa el nivel de la tierra- ii parte aerea del vegetal.
Fig. 2yj. Lilmm canJidum. l.—r, raices; e, escamas formadas por las bases de las hoja',
/, tallo cortado.
Fig. 260. Sohnum luherosuní, L —/, tubérculos; 5$. nivel de la tierra, pa, parte aérea del
vegetal; T, tubérculo separado y representado en mayor escala ; h, hojas trasformadas en esca-
mas, que cubren las yemas ú ojos de la patata.
BOTÁNICA. 251

cada una de sus superficies está recubierta de una epidermis delgadí-


sima, provista de muchos poros.
Mientras que el haz fibroso permanece indiviso, forma el rabo de
la hoja, y se llama peciolo ; la parte ensanchada recibe el nombre de
itmbo, distinguiéndose además la cara superior í haz I, la cara ii'f<-'-
'^/or (envés), el ¡jorc/c ó margen que roden la hoja y deierminu su
'Orma, las nervaduras, ó divisiones más salientes del haz de fibras,
las venas, subdivisiones menos notables, y las venillas, ramihcacio-
nes apenas visibles de las venas.
Las hojas, antes de desplegarse, están contenidas en las j-einas,
que se darán á conocer más aticlaine.
Según la manera de sucederse, las hojas se dividen en seiuiíiales
(los coiiledonesj, primordiales 1 las que siguen á aquellas^ v caiaetc-
''isttcas. Si se atiende á su origen , pueden ser radicales, caulinas,
''imeas y Jlorales, segijn que nazcan en el nudo vital, tallo, raino^
o cerca de la flor ; en este último caso se llaman también brdcteas,
como sucede en el rosetón encarnado de la flor de Pascua (fig- 264).
Las hojas que carecen de peciolo reciben el nombre de sentadas, y se
subdividen en sem:abra\adoras, abrasadoras y envainadoras. Por
*u posición en el nudo donde nacen, se llaman alternas, cuando hay
Una hoja sola en cada nudo; opuestas, cuando nace una á cada lado
ílel nudo; v verticiladas, ó en verticilo, cuando existen tres ó má^
alrededor de cada nudo.
Cuanto se retiere á la forma, figura, contorno y escotaduras de
las hojas depende principalmente de su innervación, ó disposición de
sus nervios, que De Candolle reduce á cinco divisiones :
!•'' Simples (simplices).—Cuando las nervaduras atraviesan el
limbo desde la base sin ramificarse, permaneciendo casi paralelas.
Ejemplo en las Monocotiledóneas.
2.'' Penninervias ipennatij. —Una sola nervadura central, que se
"divide en venas, como las barbas de una pluma. Ejemplo el tilo.
3." Pedalinervias (pedati).—Si desde el peciolo parten dos ner-
vaduras principales y divergentes, llevando cada una venas paralelas
^ntre sí, y perpendiculares á las dos nervaduras. La aristoloquia.
4." Pa/DimcrviíJA'(palmaii .—Si desde el peciolo parten de tres
^ siete nervaduras divergentes y dispuestas como los dedos de la
llano abierta y extendida. La vid.
5.° Peltinervias (peltatij.—Cuando desde el peciolo parten en
todos sentidos nervaduras divergentes sobre un solo plano, como los
••ayos de una rueda. La capuchina.
La inner\;ación horizontal da también lugar á diferentes figuras
^1 el limbo de la hoja , que se llama orbicular, redondeada, oblott-
¿•o, elíptica, oval, sub-oval, parabólica, cuneiforme, lanceolada,
^xpatulada, triangular, cuadrangular, romboidal, trapeciforme,
252 HISTORIA NATURAL.

linear, calificativos que se comprenden con solo enunciarlos. Si la


innervación no se desarrolla en el mismo plano, la figura de la hoja
puede ser cilindrica, fistulosa , comprimida, ensiforme, lingüifor-
me, etc. Si se consideran las modificaciones de la base, puede ser
cordiforme, arriñonada, scmilunada, aflechada, alabardadayabro-
quelada, si soldados los lobos de la base, presenta el peciolo casi en el
centro del limbo. Por respecto á la punta, la hoja será aguda, punti-
aguda, ganchosa, roma, truncada, escotada, bífida, bipartida, etc.
Ha de considerarse también la hoja por las desigualdades que
presente la margen de su limbo, y es entera, dentada, aserrada ó
afestonada; llámase hendida, si las divisiones del limbo no pasan de
la mita.d ; partida , cuando penetran más allá del medio, y cortada,
si, como en el berro, tiene los segmentos independientes unos de
otros, por llegar las escotaduras ó lacinias hasta el nervio central,
pero sin que tengan rabillo propio, en cuyo caso serían hojas com-
puestas. La superficie de la hoja, cualquiera que sea su figura, puede
ser plana, convexa, cóncava, canaliculada, carenada, rugosa, ondu-
lada , lanosa, tomentosa, hispida, velluda , sedosa , espinífera, eic.
Todos los calificativos anteriores, como á las hojas simples, son
aplicables á cada una de las partes de las hojas compuestas.

Fig. 361. Hoja temida del tríbol Fig. 262. Hoja bipínada de la acacia de
Trifolium pratense, L. tres espinas, Gledtlschia triacanlbos, L-

Llámanse hojas compuestas á las formadas de var¡as'/iq;Me/aí ar-


ticuladas sobre peciolos comunes ^raquis), de modo que puedan se-
pararse por la articulación, sin la fractura que ocasiona la separación
de ua lobo de hoja simple. Llámanse trifolioladas, temadas ó de
BOTÁNICA. 253

tfes en rama , cuando salen tres hojuelas del peciolo común f'figu-
f^ 261); difritadas, cuando son más de tres,como en el castaño de las
Indias; binada, es la que consta de dos hojuelas apareadas por no
haberse desarrollado la intermedia. En los casos en que la hoja com-
puesta presenta sus hojuelas de uno y otro lado á lo largo del raquis,
se le llama alada ó pinada , y será además alterna ú opuesta , según
<?ue dichas hojuelas sean entre sí alternas ú opuestas; y estas últimas
son imparipinadas cuando tienen una hojuela impar y terminal , y
P<iripinadas si de ella carecen. Por fin , la hoja será bipinada, ó dos
^eces pinada, si el peciolo común 1 fif:. 2621 produce peciolos secun-
darios, que á su vez presenten lateralmente hojuelas, y tripinada si
^el peciolo común salen los secundarios , de estos los terciarios y de
'Os últimos las hojuelas.
Hay hojas que se apartan aparente-
mente de estas descripciones, como suce-
"íe con las del nepentes, ó jarro de Filipi-
nas. El peciolo es en ellas alado , deja de
serlo luego , y encorvándose sostiene un
'^scidio, ó urna llena de agua pura, y ce-
bada por una tapadera que es el limbo. La
Urna ó jarro está formado por las alas del
•^ismo peciolo (/i^. 263). Otras hojas ex-
perimentan un movimiento particular;
cuando el sol deja el horizonte, se doblan,
se inclinan, se encorvan , etc., hasta que
Vuelve el sol á aparecer. Alberto Magno
l l a m a á este f e n ó m e n o sueño de las plan- ptg. 26). Hoja de una cantarífera, ó
f « * ' . A l g u n a s o t r a s g o z a n d e cierta i r r i - ntfmX<:^,NepenlhesdíSlilí¡loria,V..
labilidad notable, como las del Dionaea
^Uscipula, ó atrapa-moscas, y de la sensitiva, que todos conocen.
El desarrollo de la hoja se verifica presentándose bajo la forma
ae un tuberculillo, que se prolonga dando origen al nervio principal,

' Opera, tom. v, cap. xi. An plantis conveniat somnusvel non Algunos
'naturalistas, atribuyendo equivocadamente á Alberto Mignoel libro intitu-
'ado De virtutibus herbarum , y desconociendo por completo la grandiosa
obra del sabio dominico que lleva por título Da vegetabilibus et plantis,
han censurado injustimcnteal Maestro de SantoTomás. Sin embargo, an-
les que l.eenwenhoek y Malpighi, Alberto .Magno habla profundamente
"lel embrión, tan importante hoy en la botánica. Trata además de fisiología
vegetal, de las propiedades vitales de las plantas, de anatomía y de clasifi-
eación. Sus detalles carpológicos, dice Meyer, son capaces de avergonzar á
"luchos naturalistas modernos, mientras que, adelantándose cinco siglos á
rournefort, sentó las verdaderas bases para el conocimiento de la flor,
cotuo para el progreso de la botánica y de todas las ciencias naturales.
254 HISTORIA NATURAL.

y se perfecciona por la formación de las tráqueas y vasos anulares.


Verifícase esto generalmente á impulso de la base : formación basi-
^efa;aunqLie en otros casos se observa mayor actividad en la parte su-
perior: formación basíftipa. Por razón de su duración, divídense las
hojas en caducas, caedizas y permanentes, dándose este último nom-
bre á las que, por no estar articuladas, subsisten mucho tiempo al
lado de las nuevas hojas, mientras que las segundas caen desarticu-
lándose en determinada época del año. Las caducas caen poco des-
pués de haber brotado las yemas. En los países fríos, los árboles, sal-
vas algunas excepciones, pierden sus hojas en el otoño; en los cálidos
se conservan siempre cubiertos de hojas.
Sirven las hojas para poner al vegetal en comunicación con la
atmósfera, por la absorción de los cuerpos gaseosos que alimentan la
vida, y por la exhalación de las materias inútiles á su existencia;
cu\o fenómeno se verifica comúnmente por los poros del envés de la

/••¡f. 204. l'omMUa pitíderrinu, üraliam,—El rosetón de hOjas que


rodea lai flores está forliijclo de brácte..is.
BOTÁNICA. 255
hoja, cuando las caras de la misma son desemejantes. Bajo la in-
fluencia del sol absorben el ácido carbónico de la atmósfera, retienen
^1 carbono y exhalan el oxígeno, verificándose un fenómeno inverso
en Ja oscuridad. De manera que los vegetales purifican la atmósfera,
^descomponiendo el ácido carbónico que se produce por la respira-
ción de los animales.
Deben considerarse como hojas modificadas las estípulas v las
brdctcas.
Llámanse estipulas los apéndices foliáceos que nacen junto al

Esp.ta el . / r l r l , .

peciolo, y que prcscntin la misma organización que las iidjas. Las


Slue nacen á ios lados del peciolo reciben el nombre-de laterales. y
las que nacehpntre el pjciolo y el tallo, axilares. No todas las plan-
eas iii;nen estipulas; son, sin embargo, comunes las laterales en las
^dicotiledóneas, y raras y axilares en las monocotilcdóneas. Se cla-
S'ncan por su inserción, número, conexión, naturaleza, figura y
duración.
Las bráctcas son pequeñas hojas que nacen junto á las flores,
"•ferentes de aquéllas por su forma y color. El penacho encarnado
"e la Poinsetia pulcherrima ffig. 264), la espala del aro ffig. 265),

. ^'% 365. Hor del varo común,/JrifiB vu/¿-iirf, L,—Nútn. 1 i?, espala ó garranchi cnvol-
J'endo las flores; a. eie floral.—Núm. 2 : h. M p « U abicrtí: a. eje doral, m, flores masculina'!; /.
"ore, femeninas.


256 HISTORIA NATURAL.

la gorgnera déla zanahoria, la cúpula del avellano, la ^/«madelas


gramíneas, y el involucro de la chirivía, son verdaderas brácteas.
Además de las hojas, estípulas y brácteas , hay en los tallos unos
cuerpos ovoideos, cónicos ó redondeados, compuestos de escamas
sobrepuestas é imbricadas (figuras 266, 267 y 272J, que han recibi-

Fig. 266. Yema del Acer pseiiJo-platavus, L. Fíg. 267. Corte trasversal de la misma.

do el nombre dej^etnas, y también el de invernáculos, porque pro-


tegen contra el frío los rudimentos de las hojas, tallos y flores que
encierran. Todo eje termina en una yema destinada á continuarlo, y
se llama íerwiMa/, mientras que son laterales ó axilares las produci-
das por los nudos del tallo en las axilas de las hojas. Las yemas que
por su posición no ofrezcan la regularidad indicada, son adventicias o
fortuitas. Las yemas de los árboles de climas fríos presentan una en-
voltura viscosa y resinosa, y un tejido tomentoso ó peludo en su in-
terior : yemas escamosas. Las de plantas herbáceas y las de árboles
de climas cálidos no tienen las escamas que constituyen la envoltura
exterior.
Por razón del rudimento que encierran las yemas se dividen en
foliáceas, que son más largas, dándose el nombre de vernación o
prefoliación, á la disposición que en ellas tienen las hojas; y florífe-
ras á las que producen flores y frutos ; se distinguen por su forma
más ó menos oval ó redonda (botones, capullos), y cuya disposición
interior se llama eíín»ac/o« ó prefloración. Hay también yemas mix-
tas, que producen hojas y flores.
Las yemas son simples, si producen una sola rama, como en la
lila; compuestas, s\, como en el pino, producen varias; externas,
cuando son visibles desde el principio de su formación; internas,
cuando permanecen ocultas hasta la época de brotar; sexiles ó pe-
dunculadas, según que salgan inmediatamente del tallo, ó descansen
sobre una pequeña excrecencia.
Fig. 266. Yema del falso plátano.—p, pie que sirve de apoyo á la yema ; c, cicatrices de
hojas caídas anteriormente; e. escamas que envuelven las hojas.
Fig. 267. Corte trasversal de la yema representada en la figura anterior.—/, hojas pleg»-
da» dentro de las escamas, que se ven al derredor.
BOTÁNICA. 257
Los espárragos que se sirven en las mesas son yemas ó retoños jó-
venes, conocidos en la botánica con el nombre de turiones, lo mismo
que las yemas del ruibarbo, eléboro, peonía y otras plantas vivaces.
Í^Os bulbos que se desprenden de algunas monocotiledóneas y arrai-
gan en el suelo; los sarmientos que en otros vegetales producen nue-
vas plantas; los tubérculos y bulbos subterráneos y los barbados y sier-
pes que de ellos brotan, son modificaciones, y nada más, de las yemas.

ÓRGANOS ACCESORIOS.

Considéranse como tales los zarcillos, espinas, aguijones,pelos


y glándulas.

fig. 368. Rama de U vid con zarcillos. Fig. 369. Espina del endrino,
Prunas spinosa, L.

Zarcillos I fig. 268).—Apéndices particulares filamentosos, sen-


cillos ó ramosos, arrollados frecuentemente en espiral, y que sirven
para fijar y sostener la mayor parte de las plantas trepadoras. Se
consideran como abortos de los órganos cuyo sitio ocupan ; y por
"•especio á su forma y posición, ó al órgano sustituido, se llaman
imples, bífidos, etc.; axilares ú opuestos; estipulares,peciolares
o pedunculares.
Espinas.—Excreceí\chs duras y puntiagudas, que nacen del
cuerpo leñoso, y son un aborto de la rama (figuras 262^269), del

^ ^ % . 363. Rjmode la vid, ^itis vinifm'a, L.—«, ejo; / hoj«s, v, tMiaíüat OfNjeftM i l*>
258 HISTORIA NATURAL.

lobo de una hoja endurecida (fig. 270), ó simplemente de una


estípula ffig. 271).

fig. 270. Espina del acebo, fig. 2 7 / . Rama de una bovinia con espina,
llex aquífolium, L. Anchusa ilalica. Retz.

Aguijones.—Distínguense de las espinas, porque proceden, no


del sistema leñoso, sino del cortical, y de los ^c/oí, porque éstos se
componen sólo de vasos, mientras que los aguijones tienen vasos y
tejido celular. No son, pues, pelos endurecidos, como afirman algu-
nos autores. Encuéntranse los aguijones sobre el tallo, como en el
rosal; sobre el peciolo, como en el escaramujo ifig. 272); en las caras
de las hojas de la palma espinosa, y en el cáliz del nopal.
Pelos.—Órganos filamentosos, libres, y que parecen sólo una ex-
crecencia de la epidermis, que sirve para la exhalación, la absor-
ción, y también para la secreción cuando están situados sobre glán-
dulas, como en la ortiga ffig. 273). De Candolle divide los pelos en
seis clases , que subdivide en numerosas especies. Otros autores los
incluyen entre los órganos elementales, como hemos indicado al
describir la epidermis.
Glándulas.—Órganos de variada forma, que nacen en diferentes
partes de las plantas y sirven para segregar líquidos. Se dividen en
celulares y vasculares, según su composición interior. Las primeras
se llaman nectariferas ó nectarios cuando nacen en la flor ; las se-
BOTÁNICA. 259

gundas no segregan líquido exteriormente. Reciben otras denomina-

F'f. 272 Trozo de un ramo de escaramujo. Fig. 27^. Pelo glandular de la ortiga.

ciones, según SU forma v posición , los aceites volátiles y otros lí-


quidos que contengan.

ÓRGANOS DE LA GENERACIÓN Ó REPRODUCCIÓN.


La reproducción más común entre los vegetales es por genera-
ción, cuyos órganos principales son la. flor y el fruto.
Llámasey7or al conjunto de órganos parciales, dispuestos gene-
ralmente en verticilo y sostenidos por un pedúnculo, cuyo objeto es
la fecundación de las plantas.
El pedúnculo es á la flor lo que el peciolo á la hoja ; la extremi-
dad del pedúnculo, más ó menos ensanchado, donde se asientan las
partes de la flor, recibe el nombre de receptáculo, toro y tálamo.
Puede ser comiín ó propio, según que sostenga muchas flores ó una
sola. Llámanse .sentadas las flores cuyo pedúnculo es tan corto que
apenas se distingue.
INFLORESCENCIA.

Dase este nombre á la disposición que presentan las flores de un


vegetal con respecto á sus pedúnculos y á los ramos de los cuales pro-

Pig. 272. Troio de un ramo de escaramujo, Rosa canina, L.—a, aguijón; f", yema axilar;
'• hoja compuesta;/), peciolo; r. ramo; J, estipulas laterales.
Fig. 37^, Pelo glanlular de la ortiga, Urtica dioica, L.—ue, celdillas; h, bulbo; J, botón
lúe hiere U piel; / , corrientes de la materia que producen el escoior.
26o HISTORIA NATURAL.

ceden. De Candolle sólo quiere admitir dos clases de inflorescencia:

Fig. 274. Umbela compuesta del Foenkulum Fig. 275. Corimbo compuesto de
vulgare, Goertn. la Achittet multifolium, L.

el racimo y la umbela, á las cuales reduce las siguientes, admitidas


comúnmente por los autores.

Fig. 176. Ramillete del clavel, Dimthm barbaiía, L.


BOTÁNICA. 261

Umbela (fig. 274). Inflorescencia en la cual todos los pedúncu-


los parten de un mismo punto, divergen en seguida, y terminan casi
* la misma altura, formando una superficie plana ó convexa. La
umbela es simple cuando cada radio, permaneciendo indiviso, sos-
llene una flor , es compuesta cuando los radios se subdividen en um-
f>élulas.
Carimbo 1 fig. 2y5). El corimbo difiere de la umbela en que las
flores están colocadas en el mismo plano; pero los pedúnculos no
nacen del mismo punto del eje flo-
ral, y su ramificación es irregular.
Puede ser simple ó compuesto, como
la umbela.
Ramillete ifig. 276; ó fascículo, es-
pecie de corimbo, pero de pedúncu-
los cortísimos, y que salen todos del
mismo punto del ramo floral.
'•'^- 377. Cabezuela de la Scahiosa airo- Cabezuela ifig. 277). Inflores-
fmrpurea, I., cencia compuesta de flores senta-
das, ó casi sentadas, y de tal ma-
cera apretadas unas con otras, que parecen formar una sola flor. Las
florecitas de las cabezuelas suelen ir acompañadas de brácieas, y si

Fíf;, 278. Citna dicotótnica. Fig. 379. Cima escorpioidea, Myosotis


scorpioides, Willd.

existen otras brácteas independientes de las flores, y que cerquen la


cabezuela , llámase ésta involucrada ó bracteada; desnuda, cuando

,,,,^'t- 37S. Cima dicotómica de la Erythrea Centaurium . Pers,—a', eje principal; »' > ""
' > ejes de diferente orden y número ^ff, fiores en diferente estado de desarrollo.
202 HISTORIA NATURAL.

no tiene ese involucro. El asiento de las fiorecillas que constituyen


la flor compuesta de la cabezuela recibe el nombre de fcceptáculo
común, ó forantio.
Cima fjig. 278). Llámase así la inflorescencia cuyo eje primitivo
abona ó termina en una flor. Si los ramos laterales son dos, recibe
el nombre de dtcotómica, y de tricotómica si los ramos y hojas son
tres. Toda inflorescencia con dicotomía ó tricotomía, y aun alguna
que carece de esta circunstancia, recibe el nombre de cimasa- La
cima escorpioídca {'fig. 279), así llamada por su remota semejanza
con la figura del escorpión , se distingue del racimo en que aquélla
tiene todas Jas flores de un lado.
Espiga ffig. 280). Disposición de flores sentadas sobre un eje

fig. 280. Espiga del trigo, fig. 381. Espádice del ya- Fig. 3S2. Espátula del mismo
Triticum aestivum, L. ro, Arum vulgare, Link. yaro.

común, largo , tieso y muchas veces vertical. La verbena, el sauce,


d trigo, d pino, d nogal, d avellano, tienen la inflorescencia en
espiga. Algunos autores distinguen el amento de la espiga. Las
BOTÁNICA. 203

flores del amento son unisexuales (nogal, sauce, avellano); el eje

Fif;. 2fl). Racimo de la lila, SyritigJ vulgjrií, 1,.


común está articulado , y las flores tienen brácteas por pedúnculos.

Fig. 2S4. Panoja de la avena, Avena saliva, L.


264 HISTORIA NATURAL.

Espádice (fig. 281). Conjunto de flores sentadas sobre un eje co-


mún, como en la espiga, y rodeadas de un involucro llamado espa-
ta (fig. 282). Esta inflorescencia se
encuentra solamente en las plantas
monocotiledóneas.
Racimo (fig. 283). Difiere de la
espiga en que las flores nacen pe-
dunculadas de un eje común pro-
visto de brácteas. El racimo puede
ser sencillo y compuesto ó ramoso.
Los compuestos reciben el nombre
de tirso cuando los pedúnculos ra-
Fig. 285. Glomérulo del boj, Buxus sem-
pervivens, L. mosos mayores están colocados ha-
cia el medio del racimo ífig. 283); y
el de panojas cuando los pedúnculos son muy largos, están muy
separados y en forma de ramas ijig. 284).
Glomérulo (fig. 285) es una agregación irregular de flores, que,
anatómicamente considerada, es solamente una modificación del
racimo.

FLOR EN GENERAL.
La flor pone término á la vegetación del tallo, y es en cierto modo
la gloria y la alegría de la planta'.
Si atentamente se examina una
EP flor completa, se encontrará en su
centro un pequeño órgano de forma
variable , simple ó dividido , que
ocupa el medio: es el pistilo ú órga-
no femenino; alrededor del pistilo
lior
hay otro ú otros órganos semejantes
entre sí, provistos casi siempre de
una materia pulverulenta ó pastosa:
son los estambres, ú órganos mas-
culinos (fig. 286). Estos órganos es-
tán protegidos por cubiertas más ó
menos coloradas, llamadas perigo-
Fig. 286. Flor del alhelí amarillo, Chtiraii'
íbut Cbetri, L. nio 6 perianto (fig. 286); si éste es
doble, la parte interior, ordinaria-
mente colorada, recibe el nombre de corola, y la cubierta exterior

• Gaudium etjucunditas planlae, pulcherrimumque illius ornamentum.


—GOUDIN.

Fig. 186. Flor,del alhelí amarillo.—Cu/, cáliz; Cor, corola; E. esUmbres; P, pistilo.
BOTÁNICA. 265

se llama cdli:^. La flor es completa cuando está dotada de los cuatro


órganos que acaban de mencionarse ; pistilo, estambres, corola y
^<íli^. Si faltan uno de ellos, dos, ó hasta tres, la flor es incompleta.
Monoclamídea laque sólo tiene una cubierta floral.
Sólo es esencial á la flor el estambre ó el pistilo : si tiene estos
dos órganos, se dice que es hermafrodita; si uno de ellos solamente,
unisexual. La flor es además monstruosa , estéril ó neutra cuando,
a causa de un exceso de cultivo, ó por otra razón cualquiera, alguno
de sus verticilos esenciales se convierte en otro , como los estambres
del clavel doble y de la rosa de cien hojas se convierten en partes de
Ja corola.
Además de los órganos descritos hay en algunas flores glándulas
pequeñas colocadas en los estambres, en la base de la corola, ó en el
involucro de las compuestas , y que destilan un licor azucarado : á
estos órganos se les llama nectarios.
Los vegetales son monoicos cuando en un mismo pie hay flores
"ííasculinas y femeninas diferentes; dioicos, cuando las flores de di-
ferente sexo ocupan pies distintos; y polígamos cuando la misma es-

O
Fig, 28y. Preíloractón valvada. Ftg. 28S. Prefloración sobrepuesta.

Pecie de planta tiene flores masculinas, femeninas y hermafroditas,


bien sea en un mismo pie, bien sea en dos ó en tres.
La jjre/7oracion ó disposición que tienen los verticilos de la flor
antes de abrirse puede ser : valvada, tocándose lateralmente los pé-
talos y sépalos fjig. 287); sobrepuesta , aplicándose unos sobre otros

Fig. 289. Prefloración plegada. Fig. 390. Prefloración torcida.

^n SU parte superior externa (fig. 288); plegada, cuando los vertici-


los se tocan por su cara interior, plegándose como un filtro de pa-
P^' (fig- 289); torcida, si los pétalos y sépalos están como enrollados
en espiral (fig. 290J; imbricada , cuando las piezas de las cubiertas
266 HISTORIA NATURAL.

forman diferentes verticilos, y se cubren unas á otras en parte (figu-


ra 291); quincuncial, de cinco piezas, dos interiores, dos exteriores

UD
F'g- 2.;,. Prefloracion imbricada. F,g. 292. Prefioracón qui
quincuncial.

y otra cubierta en parte por una exterior y sobrepuesta á una de las


interiores {fig. 292).

CÁLIZ.

t i primer verticilo exterior del perianto doble es el cali:; En el


perianto sencillo no hay uniformidad entre los autores : Linneo y
Tournefort le llaman cáli^ si es verde y poco notable, y corola cuan-
do esta coloreado y más desarrollado. Por punto general,el cáliz tie-
ne más semejanza con las hojas que la corola, si
bien carece siempre de yemas axilares.
Las partes de que el cáliz se compone se llaman
sépalos. Cuando consta de un solo sépalo, ó pieza,
recibe el-nombre de monosépalo ó gamosépalo, 11a-
rnándose tubo á su parte inferior y limbo á la supe-
rior : polisépalo es el cáliz de dos ó más sépalos. El
cáliz monosépalo se Uama paríicio, hendido, denta-
do ó entero, según que sus lobos lleguen hasta cer-
ca de la base, sólo hasta el medio, señalen sola-
mente unas puntas, ó no existan por completo.
Este cáliz forma un tubo con su erarganta v su
limbo. ^ ^ ^
La forma del cáliz puede ser regular, irregu-
lar, tubulada, embudada, hinchada, cupulifortne,
cilindrica,prismática, etc., palabras que fácilmen-
/•'#• ^9). Fiósculo te se entienden. Dase el nombre de vilanos (figu-
del Áster rubricau-
lis, Lmk. ra 293J á los nervios de ciertos cálices prismáticos
, , 1"^ ^^ ramifican en su borde libre, y facilitan des-
pués el trasporte de las semillas por el aire
La consistencia del cáliz puede .,v foliácea, herbácea, petaloidea,
escamosa ¡en los juncos) y ghunácea, como en las gramíneas.

P'g- 29). FIóscuio corudo por la mitad —a vlUn - » k /• j • •• j l.<


anterasf«/«m¿r«5,»í.««„5;;«, ovario, / c o r o ú i t estilo *"' ""'""
BOTÁNICA. 267

Su duración es varia : los hay caducos, que caen al abrirse la flor,


cotno en la amapola; caedizos, si lo verifican después de la fecunda-
r o n , al mismo tiempo que la corola, como en los alhelíes; y pcrma-
^ntes, que duran mucho más, como en los claveles. Este último se
anta también acrescentc y vejigoso cuando, además de perseverar,
toma un grande desarrollo.
Suelen algunos cálices llevar apéndices conocidos con los nom-
^s dt jorobas, sacos y espolones, según su forma, y también los
*y con alas. En las malváceas y otras lleva el cáliz un segundo
^rttcilo de hojuelas ó brácteas, que llaman caliculo. En la Musscnda
/''Ondosa, L. (bula-lac nanp dala^a de los tagalos 1, uno de los sépa-
os de la última flor, que está en medio de la división última de la
umbela, crece muchísimo, toma el color blanco y da una visualidad
característica al arbolito.
Llámase ad/iercntc al cáliz cuando está soldado con el ovario.

COROLA.

La corola es el verticilo interior del perigonio doble, la parte


mas elegante de los vegetales, la que da á la flor su brillo y su fres-

%. ^9-4- Fig. 2<j^. Fig. 2^6. Fig. 297-

*-'í'"a. La finura de su tejido y los colores que la adornan bastan ge-


"^eralmente para distinguirla del cáliz, y no puede confundirse con

f^
'^g- 1^4. Corola monopétala, regular y embudada del tabaco, Nkoliana labacum, L.
^'g- 395. Corola polipétala, regular y cruciforme de la oruga ó roqueta, Eruca saliva, Lmk.
I '^^ 29¿. Corola monopétala, regular, tubulosa de la Spigelia maiylandica, L.—c, cálii;
' c- *** '* ' * ' ' ° ' ' ; '• limbo; s, estigma.
"^. 397. Corola monopétala, regular y acampanada de la Campania relundifoHa, L.
268 HISTORIA NATURAL.

los estambres, que á ella siguen en orden , atendiendo á que carece


de órganos de fecundación.
Las partes de que la corola se compone se llaman pétalos. Las
que constan de un solo pétalo reciben el nombre de monopétalas ó
gamopétalas ; las que tienen dos ó más, el de polipétalas. En la co-
rola gamopétala se distingue el tubo, parte inferior soldada ; el limbo,
porción superior y libre, y la garganta, que ocupa el medio entre
el limbo y el tubo. En las polipétalas cada parte consta de uña y de
lámina, que son como el peciolo y el limbo en las hojas ; pero si la
uña es corta, el pétalo se llama sentado.
Si se considera la forma de la corola, ésta puede ser regular o
irregular ; es regular la monopétala, cuando, doblada longitudinal-
mente, coinciden con exactitud sus mitades ffig. 2941; y la polipé-
tala, cuando son iguales en ta-
maño y forma los pétalos de que
se compone (fig. 295).—Son irre-
gulares, si carecen de dichas con-
diciones.—La corola monopétala
regular puede ser tubulosa (fig^~
ra 296), embudada ifig. 294), y
acampanada 1 fig. 297); la mono-
pétala irregular es labiada cuan-
Fig. 3^8. Corola labiada del romero, Rosna-
rinut officinalis, L. do tiene el limbo dividido en dos
labios, superior ó gálea, inferior
Ó barba, y la boca abierta rfig. 298]; personada ó enmascarada
ffi8- 299), cuando la boca está cerrada por una prominencia del

fig. 295». Corola personada del dra- Fig. )oo. Corola cruciforme de la col,
goncillo, Aniirrhinwn nujui, L. Brassica olerácea, L.

labio inferior, llamada paladar.—La corola polipétala regular puede


ser cruciforme (figuras 2g5jr 3oo), con cuatro pétalos en cruz; ca-
rio filea ó aclavelada, como en la clavelina; ffljja ver ¿cea, como en la
BOTÁNICA. 369

amapola; rosdcea, de cinco pétalos, con uñas cortas, como en la rosa;


y hliácea 6 a^ucenada, de seis pétalos alternos, formando dos verti-
cuos, como en la azucena.—La polipétala irregular se divide en anó-
"•"'a y amariposada ó papiliondcea; la primera división comprende
'Odas las irregularidades que no tienen nombre especial, como las
'^^ la capuchina, pensamiento, etc.; la amariposada, como en el
Suisante (fig. 301), y otras leguminosas, consta de cinco pétalos, uno

»• )oi. Corola amariposada del gui- Fig. )02. Flor compuesta de la maravilla, Ca-
sante, Púum saítvum, L. l/ndula officinalis, L.

^^íperior, llamado vexilo ó estandarte, dos inferiores que unidos for-


"•30 la g«í7/a, y dos intermedios libres, que reciben el nombre de

l^as floréenlas que componen las llamadas flores compuestas


'J'S^- 3o2J, son monopétalas regulares é irregulares, según la forma
c los pétalos de sus corolas. Si las florecillas son tubulosas (fig. 3o3)

%. }o). FIósculo de la maravilla. Hg. )04. Semiflósculo de la maravilla.

'Cciben el nombre de Jlósculos; y si son liguiadas, ó en forma de


'^inta (Jig, 304), se llaman semiflósculos , como si fuesen medias flo-
'**• De aquí el denominarse las plantas compuestas flosculosas,
^^**tiflosculosas ó radiadas, según que tienen solamente flósculos ó
^7° HISTORIA NATURAL.

«miaósculos ó bi.„ éstos . „ i . circunferencia y aquéllo, en él cen-

.r a'-pr.trei'írrLrc:;,^ t : : : f'°' • "•'"•'•"


rona<! rnm^ ^o I. .• '^•'/'"'O'í, 70' ota , escamas, pestañas ó co-
Hav corola. r,.^a » • ^'^ " " ' " ' ^ «" «odas las plantas.
Hno^ r í a s r a s ' l ? ' " " ' " ° " ' " '^^ ^ ' S " " - horas, como en el
S y las mard'nr * ? ' " ' ' " ' ' ' " " ' " ^ " ' ^ '^^ ^''"'•^^ como en la
I ó abriTndot ^ ^ " " . " '^"^' P ^ ™ ^ " - i e n d o abi'ertas hasta el
ñas' Pued oa t ^ . " " ^ " ' ^ « ^ ^ alternativamente, como las anémo-
permanenJ ' " " ' ' " " " " ' '^°'"° ^^ " ' - ' en c . . „ c . , c . . ^ / , . y

KSTAMBRES.

Los . . í a m t r e . ^y?^. 3o5) forman el tercer verticilo de la flor V


son los órganos masculinos de las plantas; porque un p stil 'se
le pr>va de la acc.on de los estambres, aborta constantemente' Consta

t
el estambre de dos partes: una accesoria, que falta al-
gunas veces, y se llamaJUamcnto, siendo como el pe-
HZ'K^ ° ' ^ ' " ° ' y°*^^ principal, que lleva el
nombre de antera. Este último órgano encierra co-
munmente en dos celdillas unidas por un conectivo,
^l polen o polvo fecundante, que vivifica los óvulos
prÍíucd° ; ' ' """^'"" ^" ^^"^'^'- ^f'- P-^ 1^ ^^-
Los granos del polen compónense de dos ó tres
'F.,.JO, B„a. K . L ' n ' ' "^i'^^l^res, lisas ó ásperas, llenas de un
bre separado "1""^° Hamado /ovilla, en el cual nadan los grani-
d..a,he>ia.a- " « ^ ' q ^ ^ s o n tenidos por fecundantes, y en los que
e observan gotnas de aceite y moléculas de fécula.

.ícuiríí;?;.-í::i":¿^--^'".P™ccdan s¡c.pre del recep-

pis.iL, dis^XaT/o^rr;,™'™" •" °T" '-'-"'" '='


hipoginos, 6 se adhieren a l r c e p T u l o e ^ T ' ' , " T " : ? '°°
'cceptacuio, en las plantas talamiforas,

Fig. )0i. Estambre del alheli, Chmaníhu, ni. , r. , .


, ^nmanlbus Chttrt, L.-F, (Hamento; P, polen; ^ , antera.
BOTÁNICA. 271

son periginos, ó se adhieren al cáliz, en las calicifloras, y son epigi-


''Os, ó adherentes á la corola, en las corolifloras.

*• !o6. Corte vertical de la flor Fig.joy. Corte vertical de la flor de un membrillo.


* ' fanúnculo, Ranmiculus aüati- Cydonia vulgaris, Pcrs. — Estambres periginos.
"5. U. — Estambres hipoginos.

húmero.—Los estambres, por respecto al número, se dividen en


í/c-/?«/ífíw, que no pasan de diez y nueve, é indefini-
dos, cuando son veinte ó más. Los definidos se ex-
presan por la palabra andros, pospuesta al numeral
griego respectivo. Los indefinidos, si están adheren-
tes al receptáculo ('_^g'. 3ogj se llaman poliandrias;
pero si se adhieren al cáliz ó á la corola (fig. 3io),
reciben el nombre de icosandrios.
Conexión.—Los estambres pueden estar libres ó
adherentes entre sí mismos. En este último caso, si
están soldados por las anteras formando una especie
de cilindro (figuras 2g?ij'- 3i i), se llaman singcnesios;
si, por el contrario, están soldados por los filamentos,
formando un cuerpo (fig. 3i2!, se llaman monadel-
fos; formando dos cuerpos (fig. 3i3), diadclfos; y
formando más (fig. 314), poliadclfos. Si los estambres
forman un solo cuerpo con el pistilo (fig. 3i5), son
ginandrios. Penalmente, llámanse sinfisandros los es-
tambres cuando se sueldan entre sí por los filamentos
y las anteras (fig. 3i6j.
Proporción.—Los estambres pueden ser iguales
'«•• ^}o8.
"*j. Corte
v^orie * 1 . 1 » 1 I „i
vertical de la ñor O dcsiguales, mayores O menorcs que la corola y el
cbi^^l^p"'"''^
•»•«epiginos. cáliz.
' Estam
cuatro,Considerados ellos ysolos,
dos más largos dos son
másdidinamos,
cortos f^^. si3i6);
hay
272 HISTORIA NATURAL.

ietradinamos, siendo seis, cuatro largos y dos conos (fig. 319)

^'í' 309- Corte vertical de U flor del alcaparro,


Capparis ¡pinosa, L.—Estambres pollandrios. Fig. jio. Corte vertical de una rosa, Rn"
centi/olia, L—Estambres icosandrios.

• Estambres sin- F'g- JI3. Estambres mona-


genesios del cardo, C'v- Fig. )i). Estambre» diadel-
delfos de una malva, Mal- fos del guisante de olor,
"ora cardmcvlus, L.'
^n sylvfstrá, L. Sathyms odoratus, L.

Fig. J14. Estambres po-


P'g JI5- Estambre! m- Fig. )i6. Estambres sínfisandros
liadelfos del naranjo, Ci- nandno» del varo, Anm
trus aurantium, Risso. del melón , Cucumis meló, L.
vulgare, Lmk,
IWiy--:

BOTÁNICA. 273
Dirección.—Los estambres pueden ser rectos, encorvados, corvos
hacia dentro; recori'arfoí, corvos hacia fuera (Jig. 319); ondeados.

% J ' 7 . Estambres di- Fig. ;¡S. Estambres tctradj- Fig. jít^. Estambres recorva-
vinamos del camedrio namos del alhcli amarillo, dos de un lartán , Carex
" germandrina, TV/if- Cheirjiíthui Chciri, L. vulpina, L.
num ChamoeJiys. L.

torcidos, como en el acanto; colgantes, como en las gramíneas; as-


cendentes y decumbentes.

4NTERIDI0S.

Las plantas acotiledóneas, dice el Sr. Colmeiro, á las cuales se


"Jegan estambres y también pistilos, llamándolas dgamas , ó se con-
*^^de la posibilidad de que los tengan ocultos, de-
nominándolas criptógamas, no todas carecen, al
parecer, de algo que sea análogo á la antera y al
polen. Muchas, como las hepáticas, musgos, etc.,
^'enen unos saquillos llamados anteridios ó :;oote-
^"^(Jtg- 320), cuya forma y posición son varia-
bles, que se abren en cierto tiempo y dan salida á
cuerpecillos trabados por un líquido mucilagino-
*°- Llámanse estos cuerpecillos fitozoarios ó ante-
^^^oides ; tienen movimiento análogo á los infu-
sorios, y son acaso los órganos reproductores.

PISTILOS.
Fig. )io. Anteridio
de un musgo con
EseljjíjííVo el órgano sexual femenino de los cuatro celdilTts ais-
ladas y un cutr-
^*getales; ocupa casi constantemente el centro de peciílo m o v i b l e
^* flor, y es único en muchas plantas, como en las aparte.

»9
x^.
A.,.
274 HISTORIA NATURAL.

cruciferas, auranciáceas, cariofíleas, aunque en el rosal y ranúnculo


existen varios. El pistilo (fig. 32i), aunque parezca tínico, si es com-
puesto forma un verdadero verticilo, llamado gineceo, por Roeper,
compuesto de hojas trasformadas como los demás verticilos de la flor,
y que en éste reciben el nombre de carpelos. Tiene cada carpelo en
su parte inferior una porción hueca, llamada ova-
ÍTIG rio ', donde se hallan los hucvccillos, y encima un
punterito, al cual se da el nombre de estilo ó esti
STY
lete, con una parte terminal glandular y despro-
vista de epidermis, que es el estigma. En el ovario
se distingue el í/or.vo, dirigido hacia afuera, y d
vientre hacia el centro, ambos con una sutura más
ó menos perceptible. El estilo no es esencial al ór-
gano que examinamos, y puede ser cortísimo, o
nulo, en cuyo último caso se dice que el estigma es
P sentado. Cada carpelo debe considerarse como un
pistilo simple, y cuando hay más de uno en cada
Fig. )2i. Ciineceo de flor, como pistilo compuesto, por más que en mu-
la aguileña, Ai^uile-
pavulgarh. L. chos casos haya abortos, soldaduras, adherencias
y otras irregularidades en algunas de sus partes.
El tejido que une los bordes de los carpelos recibe el nombre de
placenta, y á ella están unidos los huevecillos por medio de cordones
umbilicares ó funículos; cuando éstos faltan, el huevecillo es senta-
do; el punto de inserción en los huevecillos se llama
ombligo, y también hilo. La placenta es central ífig^'
ra 322) si se halla situada independientemente en el
centro del ovario ; es a.vil cuando está en el ejsf/ig"'
ra 327), y es parietal si ocupa una de las paredes del
mismo ovario (fig. 325).
Es importante la posición que ocupa el huevecillo
dentro del ovario. Cuando hay un sólo huevo en cada
celdilla, llámase ésta uniovulada, y puede tener cinco
posiciones diferentes: 1.% en el fondo del ovario (fiff^'
ra 323), y entonces el huevecillo está derecho ; 2. >
procediendo del ápice, ó de un punto muy próximo a
Fig. _J32. Corte
vertical de un gi- él (^fig. 324), Y ^c llama inverso; 3.% saliendo de una
u"°m/'"'" placenta axil ó parietal y dirigiéndose hacia arriba
(fig. 325), y es ascendente; 4.', cuando en iguales cir-
cunstancias se dirige hacia abajo ffig. 326), y se llama pendiente ó

' Es el germen de los antiguos naturalistas.

Fig- ) " • Gineceo.—P, pedúnculo; R, receptáculo; O, ovario; STY, estilo; STIG, estigm»-
Fig. ^23. Gineceo del Cerastium alpitium, L.—«, ovario; J, estilo; y en d centro la pl»"
oenti central, rodeada de los huevecillos.
BOTÁNICA. 275
suspendido; y b.\ si el punto de unión equidista de los extremos del
huevecillo /^/¡¿r, 327), se dice que es peritropo.
Llámase reclinado al huevecillo cuando el cordón umbilicar,nac¡-

"% )ij. Hueveci- Fig. )24. Huevecillo Fig. } 2 ; . Huevecillo Fig. J26. Hueveci-
"0 derecho de la inverso del durillo, ascendente de la llo colgante del
°7'S» m e n o r , yivurnum tiiius, L. parietaria, Parida- niezcreo, Daphm
'^rt'ca ure„s, L Ha offichialis, L. Me^^ereum, L.

do ^n el fondo del ovarlo ffig. 328) es muy largo, y manteniéndose


derecho le tiene como suspendido; funículo colgante ffig. 329 ) se
lama al cordón umbilicar largo del huevecillo ascendente.

1^^?T- Huevecillo peritropo Fig. jlS. Huevecillo recli- f-ig. )ii}. Huevecillo de ta
** la abutra, Menispermum nado del césped, Arme- morsana blanca, Zigophyl-
cocculuí, L. ría vulgaris, Willd. lum álbum, L.

Siendo varios los huevecillos que hay en cada celdilla , en las


biobuladas se llaman colaterales si son ambos colgantes, ó uno col-
©9nte y ascendente el otro; pero si se desprenden de diferentes altu-
s se dice que son sobrepuestos. Lo mismo sucede cuando hay tres
""evecillos en cada celdilla; pero en las multiovuladas están sobre-
puestos ó comprimidos, y á veces presentan formas angulosas, á cau-
* «e la presión que sufren.
El ovario se llama infero 6 adherente (fig. 33o), cuando se halla
276 HISTORIA NATURAL.

situado debajo del receptáculo, y adherido al tubo del cáliz; y supero


ó libre (fig. 3o6) cuando está encerrado
dentro de la corola y situado sobre el re-
ceptáculo.

ESPORANGIOS.

En las plantas criptógamas se observan


algunas veces una especie de urnas ó caji-
tas llamadas esporangios, que hacen, al
parecer, las veces de los pistilos de las
fanerógamas. En su interior hay unos
granitos, perceptibles solamente con muy
Fig. ))o. Corte vertical de una
buenos microscopios, á los cuales se da el
saxífraga. nombre de esporas , y que corresponden
á los huevecillos de los vegetales más per-
fectos. Algunos autores limitan el nombre de esporangios á la signi-
ficación sola de los órganos de la fructificación de los musgos y las
hepáticas.
FRUTO.

El fruto es el ovario fecundado v maduro, y el último término


de la vida vegetal'. Consta de pericarpio y de semillas, que son
trasformaciones de los carpelos y huevecillos (fig. 33i.)
PKRICARPIO.— Es común á las semillas de
todas las plantas cotiledóneas, excepción he-
cha de las cicádeas y coniferas , cuyas semi-
llas son desmidas. Compónese el pericarpio
de tres cubiertas, partes esenciales : i % va-
sos, que sirven para conducir los jugos n u -
tritivos, y que forman una trama , cuyas ma-
llas están llenas de un tejido celular más ó
menos abundante ; 2.', una membrana ex-
terior, que cubre aquella trama; 3.% otra
membrana interior, que tapiza la pared i n -
Fig. }}¡. Sección de un fru- tema de la primera, y limita la extensión del
t o d e haba. ... f ' ^.
te)ido celular. La primera de estas capas,
carnosa ó vascular, é intermedia entre las otras dos, se llama wí-
' Fructus est id quod uUimum ex arbore expectatur, et cum quadarn
suavilate percipitur.—S. THOM., Summa, 1-2, q. 11, a. 1.
Fig- }}o. Saxífraga geum, L.—», ovario adherente hasta la mitad del cáliz; c, cáliz; s, es-
tilos y estigmas; p, pétalos; e, estambres.
Fig. )p. Sección de un fruto de haba, ykia faba, L.—sil, sutura dorsal, jv, sutura ven-
tral; e. epicarpio; m, mesocarpio; n, endocarpio; g, semilla.
BOTÁNICA. 277

^ocarpio ó sarcocarpio; la membrana que le cubre exteriormente


recibe el nombre de cpicarpio; y la más interior el de cndocarpio.
*''epicarpio es una membrana delgada, muchas veces trasparente,
acil de separar en los frutos carnosos^ y muy adherente en los secos;
y cuando el ovario es infero, como en las manzanas y peras, está
ormada por el cáliz adherente. El endocarpio es de ordinario seme-
jante al epicarpio, aunque en otros casos se hace cartilaginoso ó
"Uesoso, como en las ciruelas y melocotones. El mesocarpio pre-
senta aún variaciones más notables : es unas veces carnoso y grueso
como en el melocotón y calabaza, mientras que otras es tan tenue,
1"e apenas se conoce.
El pericarpio, si procede de un carpelo de una sola hoja dobla-
da ' presenta una sutura dorsal, que corresponde al nervio central
"_e la misma, y otra vt"¡//'a/, formada por la unión de sus bordes;
^1 procede de varios carpelos, presenta además celdas, divididas por
^^turas parietales 6 tabiques dobles , formados por ia prolongación
''el endocarpio, con alguna porción del mesocarpio. Estos tabiques
'Ueron llamados verdaderos por Richard , en contraposición á los
i^^lsos, que deben su origen á otras causas.
Maduro el fruto y las semillas que contiene, se abre el pericar-
P'<^) si no es permanente, en cuyo caso, dura hasta la germinación.
*^1 acto de abrirse se llama dehiscencia, y los frutos que gozan de
esta propiedad dehiscentes, así como se llama indehiscctites á los

'*• J)2. Fruto del cólchl- Fig. )))• Fruto de un lirio con Fig. ^)4. Fruto abierto de
^ con dehiscencia í^epti- dehiscencia loculicida, Iris una orquide con dehis-
1'^*, Colchicum aulumna- girmatiica, L. cencia septifraga, Qrchis
mascula, L.

*l^c, dotados de un pericarpio jugoso y apretado, no se abren jamás


P^r sí mismos. La dehiscencia puede efectuarse por agujeros, val-
"^as 5 dientes ; se llama septicida, si, como en el cólchico ffigu^
278 HISTORIA NATURAL.

ra 332), se efectúa por las suturas parietales; loculicida, si la abertura


se hace por las suturas dorsales de los carpelos {^Jig. 333); y septi-
/'ra^a, cuando los tabiques de las valvas se desprenden, permane-
ciendo unidos á la placenta ffiig. 334) : clasificaciones que están su-
jetas á numerosas excepciones.
SEMILLA.—Fecundado el huevecillo, pasa á semilla, constituyen-
do la parte más esencial del fruto, destinada á la reproducción de la
planta.
Dos partes se han de considerar en la semilla madura : los tegu-
mentos, llamados también espermodermis, y la almendra. Vese
además en la parte exterior de la semilla una cicatriz, que es el pun-
to por donde estaba unida á la placenta, ó inmediatamente, ó me-
diante el cordón umbilical, punto que es el hilo ú ombligo; y la cha-
laba, que en muchas semillas está opuesta diametralmente al om-
bligo, se presenta bajo la forma de una eminencia más ó menos
marcada, é indica el sitio del ombligo interno; una nervadura va
del ombligo á la chalaza y recibe el nombre de rafe.
El espermodermis se compone : i.°, de una película lisa ó esca-
mosa que cubre exteriormente la semilla, y se llama fc.rfc , ó tegu-
mento exterior; 2.", de otra película interior llamada endopleura , y
3.°, de una sustancia análoga al mesocarpio del fruto, situada entre
los dos tegumentos anteriores, y que se distingue con el nombre de
mesospermo. Las semillas de ciertas plantas (jig. 335) están cubier-

Fi^. J_?5. Arilo del bonetero en diferentes grados de desarrollo,


Evonymus europaeus, L.—/, hilo; a, arilo.

tas por otro tegumento accesorio, llamado arilo, producido por la


extensión del cordón umbilical.
La almendra es la parte de la semilla que está dentro del esper-
modermis. Unas veces consta solamente del embrión ; mientras que
otras tiene además una materia farinosa, córnea, membranosa o
aceitosa, que se denomina perispermo. El líquido mucilaginoso en
el cual nada el embrión de algunas semillas, como la del cocotero,
antes de su fecundación, se llama amnios.
El embrión (figuras 336 y 337) existe en todas las semillas fecun-
dadas, y contiene virtualmente una planta de la propia especie. Ha-
BOTÁNICA. 279
liándose acompañado de un perispermo, debe considerarse atenta-
•Tiente su posición con respecto al mismo : llámase basilar si ocupa
•a base del perispermo que le circunscribe {Jig; 336); axil, si forma
como su eje {fig. 337), y apicilar ffig. 338), si está en su ápice. Mas

'^- 3)6. Semilla de una Fi/;. ))y. Semilla de la Fig. )}ii. Almendra del dátil; em-
ninfea : embrión hs'n- amapola: embrión axil. brión apicilar, Phortiis dticíylife'
Papavcr Rhni'iis, L,

^1 el embrión rodea al perispermo á manera de anillo, se llama ^pcr/-


¡erico, y recibe el nombre de lateral cuando está aplicado á uno dc
sus lados.
Aún es más importante la posición del embrión relativamente al
lodo de la semilla. Llámase derecho, ú homotropo, aquel cuya raicita
•corresponde al ombligo de la semilla, est.indo los cotiledones dirigi-
dos al punto opuesto ; inverso ó antitropo, si los cotiledones se ha-
' « n hacia el ombligo y al contrario la raicita ; anfitropo, cuando
'Cotiledones y raicilla corresponden al ombligo, y lieterotropo, no
•^erigiéndose á dicho punto ninguna de las partes
'Mencionadas. Se dice, finalmente, que la posición
••el embrión respecto al fruto, es supera, infera,
^^ntrípeta y centrífuga, según que la prolonpa-
C'on imaginaria de la raicita se dirija hacia el
3pice, Ja base, el centro ó la circunferencia del
fruto.
Compónese el embrión de toda planta vascular
**e eje y apéndices, ó sea de blastema y cotiledones.
Los cotiledones son órganos adherentes al blas-
'^OJa, y representan las primeras hojas de la plan-
*' (fig 339j. Se llaman plantas monocotiledóneas Pig- i)9- Embrión
con cotiledones de
^íuellas cuyo embrión lleva un solo cotiledón , ó la yerba pastel.
^anos alternos y desiguales ; y dicotiledóneas las
9ue llevan dos ó más cotiledones iguales, opuestos ó en verticilo,
" a y , sin embargo, algunas plantas cuyo embrión está reducido al
emlí'^" ^-'*' A''"'"''''* «l^' '''*•' > " " ' «ntera y otra cortada traversalmente á la altura del
"Uwión extíntrico,—p, perispermo; e, embrión excéntrico y apicilar,
, '^' )}9- Embrión de la Isatis tincloria, L., entero y cortado trasversalmente.—r, radícula;
'• «otile/ones.
aSo HISTORIA NATURAL.

blastema ó ejecillo, sin apéndice ninguno, y que, no obstante esa


circunstancia, deben colocarse entre las cotiledóneas.
E\ blastema esiá formado dedos partes: la plumilla, yemecita
que representa el tallo; y la raicita, radícula ó rejo, sita en el ex-
tremo opuesto á la yema anterior, v que está destinada á formar la
raíz del vegetal. Richard llamó endohri\as á las plantas monocotile-
dóneas, á causa del cnlcoliriía, especie de estuche que envuelve la
base de su radícula; y cxohri\as, alas dicotiledóneas cuya radícula
está desnuda. Las coniferas y cicádeas, cuyas radículas están solda-
das al perispermo, y ofrecen también otras particularidades en sus
cotiledones, fueron llamadas sinuhri^as por aquel autor.
La clasijicacii'in de los frutos es de suma importancia, y ha sido
estudiada detenidamente por ilustres botánicos ; nos limitaremos á
indicar las más importantes divisiones , que consisten en distinguir
los frutos en simples, compuestos y a¡^n-cfiados, según que procedan
respectivamente de un ovario y un carpelo, de un ovario y varios
carpelos unidos, ó de algunos ovarios originados de otras tantas
flores.
FRUTOS SIMPLES.—El cariópside ffip;. 3401, fruto monospermo é in-
dehiscente, cuyo pericarpio está íntimamente unido á la semilla,
como en los cereales.
Aquenio ijig. 341 j , fruto monospermo é indehiscente, cuyo peri-
carpio no está adherido á la semilla, como en los cardos y demás
compuestas.
Sámara f fi¿(. 34'i), fruto unilocular, indehiscente, que contiene

Fig. J40. Cariópside de! tn- f)¿^, ^ 4 / . Aqueniodelazu- Fig. J42. Sámara del olmo,
go, Trilicum aeslmm, L, lejo; CenlamaCyanus, L. Úlmus campeslris, L

una ó muchas semillas con apéndices ó alas membranosas. El fruto


del fresno y arce; samaridio, es la sámara compuesta.
Drupa. Fruto carnoso que contiene un solo hueso ó núcleo
unilocular, como la ciruela. La nue^ es una drupa, con el semocar-
pio más bien coreáceo que carnoso.
Legumbre. Fruto bivalvo, con las semillas pendientes de las dos
BOTÁNICA. 281

Márgenes de la sutura ventral, como en las habas y demás legumi-


nosas,^^¿x. 355).
Folículo ^Jig, 3^3), fruto capsular, dehiscente, alargado, formado
ae una sola valva plegada, y con una sola sutura longitudinal, situa-
da en su parte interior. Ejemplo : las apocináceas y colchicáceas.
Odrecillo (fif:. 3441, fruto capsular, unilocular, con una ó varias
sstnillas, cuyo pericarpio membranoso se rompe á veces trasver-
salmente. Es una modificación del aquenio.

'^'¿'. )4^. Folículo de la pervinca. fif. ¡44. Odrccilio del bledo, /Ima-
tautu^ blílum, L.

FRUTOS COMPUESTOS.— Pomo. Fruto carnoso, adherente al cáliz,


lOrmado de cinco ó más carpelos con endocarpio cartilaginoso, como
^^ la manzana, la pera y el membrillo. En el majuelo y níspero,
«ay huesecillos en vez de pepitas, y el endocarpio es leñoso, deno-
"iinándose pircnario.
Pcpónida. Fruto carnoso con una sola cavidad y muchas semi-
''9s, que ocupan todo el interior del pericarpio ; v. gr.: el melón y
^1 pepino.
Hespcridio. Fruto carnoso rodeado de una corteza gruesa, y di-
sidido interiormente en muchas celdas por tabiques membranosos,
y colocadas en verticilo; v. gr.: la naranja y el limón.
Sincarpio, conjunto de carpelos libres en la flor, q u e , soldán-
''Ose después, toman la forma de un solo fruto, como en las mag-
i^olias, chirimoyas y ananas.
lielloia, fruto indehiscente, unilocular por aborto, de una ó más
^^Willas, con el pericarpio coriáceo ó leñoso, soldado al perianto, y
cubierto por un involucro ó cúpula, propia ó común , como en la
oficina , avellano, castaño, haya y roble.
Caja f fig. 332), cualquier fruto sincarpio, seco y dehiscente de
Una ó varias celdillas.
Silicua (figuras 'i'^bj 346), fruto prolongado y bivalvo, cuyas
282 HISTORIA NATURAL.

semillas nacen de dos placentas suturales, unidas por un tabique es-


púreo, como en el rábano. La silicula es una silicua corta ffig. M?)-

Fig. j ^ j í . Silicua del Fig. }4<>, Silicua de la col, ^'.? 347. Silicula del mastuerzo,
aihtii üniarillo. Hríniíca nierai'ta, L. Lfpuiiuin Jrahd. L.

Elaterio, es el fruto que presenta costillas salientes, y consta de


cocos bivalvos, pudiendo ser bicocv, tricoco ó multicoco. Ejemplo:
las euforbiáceas. El elaterio es una especie de caja.
FRUTOS AGREGADOS.—La pina es un agregado de carpelos, sin es-
tilos ni estigmas, que se arriman unos á otros, cubriéndose á ma-
nera de escamas, siendo unas veces leñosas y otras carnosas, como
en el ciprés, enebro, pino. Llámase también cono ó estróbilo.
Sorosis.—Agregado de muchos frutos soldados entre si por el
intermedio de sus involturas florales carnosas; semejándose á una
baya con pezones, v. gr., la pina de América, ó anana, y la mora.
Sicono.—Reunión de frutos muy pequeños, procedentes de otras
tantas flores femeninas, y colocadas en el interior de un receptáculo
carnoso, como la dorstema, ambora é higo.

FRUTO DE LAS CRIPTÓGAMAS.

Hase dicho más arriba que se llamaba esporangio á los presun-


tos órganos de la reproducción de las criptógamas: resta añadir aho-
ra que el fruto conserva el nombre de esporangio, si las esporas se
hallan del todo libres en su interior, y toma el nombre de esporo-
carpió, cuando dichas esporas están sujetas mediante unos cordon-
cillos. Los esporangios de algunos musgos, terminada la madurez,

Fig. J4¡. Silicua del alheli amarillo, Cheiraníbus Cbeiri, L.—tr, valvas; o, semillas; ''.
Ubique.
BOTÁNICA. 283

se convierten en una cajilla, que si se abre en valvas trasversas,


constituye una urna con su opérenlo (fif;. 348). Los esporangios de
los heléchos forman muchas veces grupos, llamados soros (figii-

Pig- ^48. Urna del musgo, Funtuia h'ig. )4<j. Soro de un helécho, Asptdium tri-
hibcniica, L. folulum, Swarti.

'^^ ^49)) y los de los equisetos forman en las extremidades de los ta-
llos unas como espigas, compuestas de escamitas.

Fig. ^50. Corte de dos esporocarpios de una salvinia, Salvinia


ualans, L.; uno con esporas, y otro con anteridios.

Las esporas (Jig. ibo] pueden considerarse como semillas, en


cuanto son los cuerpos por cuyo medio se reproducen plantas crip-
*6gamas.

FISIOLOGÍA.

h^ fisiología ((pÚ3i;, naturaleza; Xóp;, tratado) vegetal es el análi-


sis experimental y científico de los actos ó funciones vitales que las
plantas ejecutan mediante sus diferentes órganos.
Las plantas viven, porque se nutren, crecen, fructifican y se
propagan, llevando en sí mismas el principio de estas funciones,
284 HISTORIA NATURAL.

que es precisamente la base fundamental de la vida ' , de la cual se


asignan como propiedades, en un sentido lato y poco exacto, la ex-
íensibilidad, la elasticidad y la higroscopicidad.
La cxiensibilidad es una fuerza por la cual u n a parte del tejido
vegetal se dilata y adquiere toda la magnitud de que es c a p a z , r o m -
piéndose luego en m u c h o s casos, como se ve en la epidermis de los
tallos y tegumentos de los frutos.
La elasticidad se observa c u a n d o una parte de la planta toma con
fuerza y rapidez u n a dirección d e t e r m i n a d a , ó c u a n d o recobra por
sí misma la posición que ha perdido natural ó violentamente.
La higroscopicidad es una propiedad por la cual u n órgano se
apodera de la h u m e d a d ó del a g u a , volviendo á desprenderse de es-
tos elementos según las circunstancias en que se halle.
Algunos tratadistas hablan en este lugar de la excitabilidad de
las plantas , palabra indetiiiida, á la cual atribuyen todos los fenó-
menos de la vida vegetativa inexplicables por las leyes físicas y quí-
micas; mas es evidente en sana filosofía que siendo las plantas s u s -
tancias completas y vivientes, los actos todos de las mismas, en cuan-
to tales, han de atribuirse al principio vital que las informa, al alma,
en u n a p a l a b r a , que no cae bajo la observación de los sentidos, sino
de la razón , y que se nos manifiesta por sus tres facultades, nutriti-
va, aumentativa y generativa, cuyos actos ó funciones son :

; Absorción.
\ Circulación.
' Digestión.
Facultad nutritiva. '
i Respiración.
I Asimilación.
; Excreciones.
Facultad aumentativa Crecimiento.
Florescencia.
I Fecundación.
Facultad generativa { Maduración.
'Diseminación.
, Germinación.
• Illa proprie sunt viventia quae seipsa secundum aliquam speciem mo-
tas movent.... Plantae et aliae res viventes moveniur motu vitali, secun-
dum hoc quod sunt in sua dispositione naturali.—SANTO TOMÁS , Suma
Teol., I. P. q. i8., a. i.
BOTÁNICA. 285

Considéranse como accidentes de las plantas, especialmente el


color, el olor, el sabor, el calor, la fosforescencia, la irritabilidad, y
finalmente la muerte.

ACTOS DE LA FACULTAD NUTRITIVA.

ABSORCIÓN.

Las plantas se componen de tierra, agua y gases, y se nutren por


lo mismo de estos elementos ', que penetran en sus tejidos por me-
dio de la absorción. Las raíces son los órganos propios de la absor-
ción en los vegetales perfectos é independientes; en los parásitos ve-
nficase ésta por medio de chupadores, y el leño desnudo puede
también empaparse en agua, y suplir el defecto de las raíces. Los
alimentos han de ser líquidos, gaseosos ó solubles, y la absorción
se verifica en virtud de la fuerza vital, por los cos-
cados de la raíz que están próximos á su extre-
midad.
Aunque el cndosmómctro de Dutrechet • fif^u-
'"^ 35i) sea á propósito para dar una idea de la ab-
sorción , creemos que no debe acentuarse dema-
siado la analogía , á causa de la diferencia radical
*lue media siempre entre los fenómenos de los
cuerpos animados y los de cuerpos inanimados. Si
aos líquidos de diferente naturaleza y densidad se
separan por una membrana animal ó vegetal, se
aerifica el paso de ellos á través de las paredes que
'Os separan, ganando el uno en cantidad. La co-
ciente mayor que va del líquido menos denso al
''^ás denso, se llama cndósmose, y la menor, que
^adel más denso al menos denso, recibe el nom-
bre de cxós7nosc. Pruébase esto adaptando al c\-
'•"emo de un tubo de vidrio la legumbre del espan- Fig. 3S / . Kniiosmó-
nietro de Dutro-
talobos, ú otra análoga; en el tubo se pone agua chct.
azucarada, engomada, ú otra más densa que el
agua del vaso, é introduciendo en éste la parte del tubo cerrado por
'a legumbre, se establecerá una corriente que no cesará hasta que los
«os líquidos se hayan igualado en densidad. Como no está demos-
trado, ni mucho menos, que los líquidos contenidos en las barbi-
llas radicales, sean más densos que el agua común por ellas absor-
bida, y como explicar un fenómeno oscuro por otro que lo es asi-

Vivens iis nutritur quibus constat, dice el axioma.


286 HISTORIA NATURAL.

mismo no sea solución plausible, seguiremos creyendo que la ab-


sorción es un efecto de la vitalidad de las plantas, y no un caso par-
ticular de la endósmose '.
La materia más abundantemente absorbida por los vegetales es
el agua, y después todas las sustancias minerales disueltas en la mis-
ma, en mayor ó menor cantidad, según la naturaleza de la planta,
siendo las principales el ácido carbónico, el aire, las sales ^ o n i a c a -
les, y los minerales alcalinos y sulfates, siempre que sean solubles
en el agua. Los minerales insolubles no son absorbidos, ni tampoco
las sustancias orgánicas, aunque estén disueltas en el agua. La tierra
vegetal, ó humus, y el abono animal, ó mantillo, fertilizan el terre-
no , ya por el ácido carbónico que desprenden, y ya por el amoniaco
que devuelven al suelo. El calor y la luz activan poderosamente la
absorción.

CIRCULACIÓN.

El líquido absorbido por el vegetal recorre sus tejidos,proveyé""


doles de la savia necesaria para su nutrición y crecimiento , y á este
movimiento se llama circulación. Dos movimientos principales se
observan en la circulación: i.", el ascenso de la savia desde las raíces
hasta las hojas, el cual se verihca por el cuerpo leñoso,especialmente
por la albura, mas no por los vasos, sino á través de los meatos in-
tercelulares ó de las mismas celdillas; á esta savia se la denomina
linfa ó savia ascendente; 2.°, el descenso de la savia elaborada por
entre el sistema cortical y leñoso, y aun quizás por los radios medu-
lares ó por las células cambiformcs (pues nada hay completamente
averiguado) para nutrir el tallo y las raíces. La circulación, así ex-
puesta y evidentemente comprobada, es una función vital que en
vano ha pretendido explicarse por leyes físicas y mecánicas, á las cua-
les contradice en muchos casos; si bien es cierto que su fuerza é inten-
sidad, como la de la absorción, depende mucho del calor y de la luz.

DIGESTIÓN.

Los jugos absorbidos por las plantas, y trasportados por la circu-


lación, sufren, como toda sustancia que ha de ser asimilada por
otra, una preparación ó modificación íntima, una especie de coc-
ción que aquí llamamos digestión. La savia , así digerida, es una

' Prescindiendo de otras dificultades que ofrece la explicación de la


absorción por la endósmose, observaremos que ésta se verifica en membra-
nas privadas de vida, mientras que la absorción sólo tiene lugar en vege-
tales vivos.
BOTÁNICA. 287

sustancia que se compone principalmente de agua y carbono, á juz-


gar por las materias que químicamente se extraen de la misma,
y de Jas partes del vegetal á las cuales se incorpora. Acaso no sería
aventurado decir que la savia ascendente corresponde en las plantas
3' (juitnn de los animales; y que digerida mediante las modificacio-
''^s, pérdidas y combinaciones que recibe de la acción de las hojas,
<íesciende en forma de ,vav/a t'/ato;-¿ií/a ó quilo, para ser absorbida
por los tejidos del vegetal; en este caso el látex, fluido lactescente y
"Otado de un movimiento circular (ciclosisi que se encuentra en los
'Vasos lacttciferos de la corteza, será como la sangre venosa ó des-
oxidada de los animales; aunque nada de esto tenga por el momento
"'ngún grado de certidumbre.

RESPIRACIÓN.

La atmósfera es indispensable para la vida de las plantas, y al


conjunto de fenómenos que éstas efectúan bajo su influjo se le llama
''espiración vci^ctal. Sabido es que la atmósfera contiene oxígeno,
ázoe y una cantidad relativamente pequeña de ácido carbónico.To-
yas las partes verdes de las plantas, ó que tengan clorofila, bajo el
influjo de la luz descomponen el ácido carbónico de la atmósfera y
^_' que existe en la savia vegetal, y, apropiándose el carbono, dejan
libre casi todo el oxígeno contenido en el mismo ácido. En la com-
P'eta oscuridad, porque la sombra no basta, tanto las hojas como las
"smás partes verdes de las plantas, absorben el oxígeno y emiten el
*cido carbónico; siendo de notar que para algunos de estos fenóme-
•^os se requiere precisamente que el vegetal viva.
Las partes desprovistas de color verde y que carecen de clorofila,
tanto á la luz, como en la oscuridad , se descarbonizan siempre,
combinándose su carbono con el oxígeno de la atmósfera. Las raí-
*^^s mismas se hallan sujetas á esta respiración ; circunstancia que
^'^Plica perfectamente cuan perjudicial práctica sea la de estancar las
^guas alrededor de los vegetales, privándoles del oxígeno del agua
corriente. El fenómeno de la respiración se efectúa principalmente
por los estomas y á través del tejido celular; en las plantas acuáti-
cas» sin embargo, que carecen de epidermis , y por¡lo mismo de es-
comas, el aire atmosférico, disuelto en el agua, penetra por el paren»
'luiina, y el ácido carbónico se descompone como en las hojas de las
plantas aéreas.
Así se compensan en la atmósfera los efectos de la respiración
'^imal y vegetal, porque los animales toman de ella oxígeno y des-
PWen ácido carbónico , y las plantas toman el carbono en mayor
catitidad que lo pierden, y devuelven á la atmósfera mucho másoxí-
Seno que el consumido por las mismas.
288 HISTORIA NATURAL.

Es además cosa averiguada que las plantas humedecen el aire,


fenómeno que se explica por la propiedad que tienen las hojas y otras
partes de la superficie del vegetal de exhalar cierta cantidad del agua
absorbida por las raíces. Las hojas y las demás partes de la planta
provistas de epidermis con estomas, experimentan mayor pérdida de
agua que los otros órganos del vegetal, en los cuales la exhalación
es más lenta, y la pérdida se reputa insensible. Esta exhalación acuo-
sa, ó sea traspiración , está en relación con la intensidad de la luz,
calor y humedad de la atmósfera, presión del aire , vigor y edad del
vegetal, y con el número y clase de estomas de que se halla provisto.
Comúnmente se dice que las plantas retienen una tercera parte del
agua absorbida , y exhalan las otras dos partes por toda su superficie
ó por los estomas.

ASIMILACIÓN.

Por la asimilación cada parte de la planta toma y se apropia la


parte de savia elaborada ya y preparada para la nutrición. Esta fun-
ción, completamente fisiológica, débese exclusivamente al principio
vital , y será siempre un misterio para el hombre. Sábese, sí, que se
extraen del vegetal muerto oxigeno, hidrógeno, carbono, á\oe, a\U'
_/rc y _/o.s/oro; sábese igualmente de qué manera se descomponen
las féculas, dextrinas, azúcares, gomas, mucílagos y otras sustancias
neutras abundantes en las plantas; pero k)s pormenores de la asimi-
lación , la manera cómo en ella influya la fuerza vital, y por qué cau-
sa se constituyan sustancias tan diferentes con los mismos elementos,
son cosas todavía desconocidas, que dependen de circunstancias qu^
no están al alcance de la observación, y que el raciocinio no ha sa-
bido hasta el día revelarnos. Únicamente puede afirmarse que la sa-
via digerida ó elaborada se incorpora á la planta para su nutrición y
crecimiento, y que este acto , poco ó nada conocido, es sin duda el
último y más importante de la facultad nutritiva.
La química moderna, considerando las sustancias todas como
mixtos imperfectos , en los cuales los elementos componentes con-
servan su ser y sus propiedades , se ocupa detenidamente del oxtg^'
no, hidrógeno, carbono y d^oe, que son los metaloides extraídos
comúnmente de los órganos elementales de las plantas. La filosofi*
racional cree que la asimilación va más allá , y que hace de todos
esos elementos, así como del potasio, del sodio, del calcio y de cuan-
tos metales se encuentran en los vegetales, otra sustancia tercera,
tínica y perfecta, en la cual no hay propiamente oxígeno ni carbo-
no, hidrógeno ni sodio, ni ninguno de los cuerpos elementales que
entran en la composición y resultan de la destrucción de una planta
cualquiera. El cuerpo compuesto es una síntesis sustancial de lo*
BOTÁNICA. 289

cuerpos elementales , á la cual no se puede negar racionalmente la


perfección del ser que á estos se concede. La análisis química, muy
importante por otra parte, nada prueba contra esta teoría ñlosófica.

EXCRECIONES.

La excreción es un acto por el cual los vegetales arrojan al exte-


"or los jugos inútiles ó perjudiciales. No debe confundirse con la
^^creción, que es el acto por el cual un órgano cualquiera de una
P'anta toma de la savia lo que le es conveniente, y que viene á ser
Una función parcial de la asimilación.
Las gomas, los jugos lechosos y las resinas son las sustancias más
comúnmente excretadas, acumulándose en gran cantidad dentro de
^s cavidades propias, resquebrajándose á su empuje la corteza, y
facilitándoles la salida al exterior, ya á causa del vigor de las plan-
*aS) ya á consecuencia de alguna enfermedad.
De Candolle ha reducido las excreciones constantes á los siguien-
'^s grupos :
Volátiles, que consisten en la evaporación de algún aceite esen-
*•'*') ó en el desprendimiento de algún gas. Éstas se verifican sin ro-
Ura alguna, porque se volatilizan á través de los tejidos. El olor y
^IJdez de algunas plantas no reconoce otra causa.
Acidas, que son muy poco frecuentes; pero de las cuales ofrecen
limpio los garbanzos, el zumaque de laCarolina y algunos liqúenes.
Cáusticas en las plantas cuyas hojas tienen glándulas terminadas
^^ pelos, como la ortiga.
Cegajosas, que se observan en muchas plantas provistas de pe-
^ glandulosos, tanto en las hojas como en la corteza : de la última
•^''se son los brotes del abedul, que sirven para curtir el cuero 11a-
'*'ado de Rusia.
Cerosas, observadas en la superficie de varios órganos de muchas
P'antas, como el polvo gar^o de la hoja de la col y la flor que cubre
'* uvas. Estas excreciones pasan de líquidas á sólidas por el contacto
*' aire, y forman en algunas plantas una verdadera capa de cera
^ e t a l , distinta, sin embargo, é inferior á la cera elaborada por las
^ias. El barni^ resbaloso de las plantas acuáticas no está aún deter-
minadamente colocado entre las excreciones.
Salinas, son propias de algunas plantas marinas, y del taraje, que
''ece lejos del mar.
„ ^^ucaradas, ó con sabor á azúcar, como el maná del fresno de
**'> del alhagí y de otros árboles.
El néctar de las flores es también una excreción de las glándulas
"*madas nectarias.
Respecto á las pretendidas excreciones radicales, nada hay que
20
290 HISTORIA NATURAL.

ofrezca certidumbre. El agua que se halla en ciertas hojas, y muy


abundantemente en las del Nepenihes ó jarro de Filipinas, se consi-
dera más bien como efecto de una exhalación que de una excreción

ACTO DE LA FACULTAD AUMENTATIVA.

CRECIMIEMTO.

Las potencias se especifican por sus actos, por cuya razón el cre-
cimiento de las plantas no puede ser un acto ó función de la facultad
nutritiva, limitada á suministrar al individuo el alimento necesario
para reparar sus pérdidas.
Es el crecimiento un acto por el cual cada planta adquiere aque-
lla magnitud que es proporcionada á su propia naturaleza. El alma
vegetativa no tiene otro fin en el individuo que el de su desarrollo,
empleando todas sus fuerzas en la nutrición y crecimiento, que e*
por lo mismo más considerable que el de los animales, cuya alma
ha de compartir su vigor entre aquellas funciones y las de la sensa-
ción y movimiento local. La íntima constitución de las plantas, sin
osamenta ni otros tejidos secos que opongan gran resistencia á W
dilatación de sus células; y el calor, que les es extrínseco y por '<'
mismo inagotable, mientras que el de los animales les es innato y
sufre pérdidas frecuentes, son también razones muy poderosas para
explicar el mayor vigor aumentativo en los vegetales. Es, sin embar-
go, esta fuerza limitada, y tiene un término prescrito, del cual no
pasa y al que no llega en muchos casos, porque la fuerza del alm*
se quebranta por la reacción de los alimentos que se asimila» y
también por la frecuente absorción de materias menos á propósito
para la nutrición, no menos que por la contrariedad de los agentes
exteriores, de los que no se halla inmune.
El crecimiento del diámetro de los tallos de las dicotiledóneas se
explica hoy por el cambium, que, acumulándose en la \ona generi-
tri^, es decir, entre el sistema cortical y leñoso, forma allí cada ano
una capa cortical y otra leñosa (líber y albura). Su crecimiento en
altura es consiguiente al desarrollo de una yema terminal en cada
año también, la cual origina un vastago compuesto de médula, con*
ducto medular, una capa leñosa y otra cortical, continuación atnbas
de las que al mismo tiempo se forman en el tallo. De manera q"^
todo tallo de planta dicotiledónea perenne se compone de unos cuaO'
tos conos muy prolongados, formados por las capas anuales y i"*'
tidos unos dentro de otros, cuya base común corresponde al tallo» 7
cuyos ápices respectivos se hallan á diferentes alturas. Para deteron*
nar, pues, la edad de un tronco, deben contarse las capas leñosas
que presenta en su corte inferior, pues las superiores
disminuyen
BOTÁNICA. 291

sucesivamente. En algunos árboles, como los pinos y abetos, se co-


noce también la edad contando los verticilos de ramos que tiene el
tallo.
El crecimiento en diámetro de los astiles ó estípites de las plan-
a s monocotiledóneas, que sólo tiene lugar hasta que se solidifiquen
completamente, se verifica por medio de haces de fibras que nacen
uacia el centro, atraviesan el tejido celular, y llegan por la parte
''ledia de éste á las hojas del cogollo terminal. De esta manera las
Obras antiguas son empujadas hacia la circunferencia, y producen
*' endurecimiento del tallo en esta parte, cuando todavía es fofo en
^í centro: más tarde se endurece todo él, si bien presenta mayor so-
Wez por fuera. Parece que en estos tallos se verifica una adición su-
*^ssiva de ejes que se sobreponen unos á otros, formando una serie
"C discos, correspondientes á las hojas del año, en disposición espi-
'31. El desarrollo en altura se efectúa por medio de una yema termi-
nal muy larga.
El
crecimiento de las raíces se verifica de una manera bastante
^náloga al crecimiento de los tallos; el de las hojas tiene lugar por
*a expansión y multiplicación de las fibras y celdillas de que se
coQiponen, como ya se dijo al tratar de las mismas '.
ACTOS DE LA FACULTAD GENERATIVA.
FLORESCENCIA.

Llámase florescencia ó antesis el acto de la expansión de las


flores.
Este acto tiene lugar en diferentes épocas, según la naturaleza de
^* plantas, su posición geográfica, el clima, y sobre todo el calor, la
"*as influyente de las causas que concurren á esta variedad. Las
plantas bisanuales florecen el primer año en los trópicos y en los in-

Respecto á la altura y grosor q.ue adquieren algunos árboles, parece


Míe hasta la fecha no se conocen otros superiores á la Wellingtonia gigan-
^*i de California : había un ejemplar de esta especie en el Condado de
** Calaveras, que tenía 92 pies de circunferencia y 285 de elevación; otro,
amado Madre de ¡a Selva, con 90 pies de circunferencia, había llegado á
79 de altura. Ene! Parque de Madrid hay muchos ejemplares de este her-
"loso y gigantesco árbol.
Parece que siguen á la Wellingtonia las encinas y los tilos, algunos de
' Cuales tienen una circunferencia de más de 3o pies. El famoso castaño
« monte Etna, con i5o pies de circunferencia, procede de diferentes re-
°nosque se han soldado entre sí; y el ciprés deOajaca.de 118 pies de
*™cunferenc¡a por 100 de elevación, acaso no ha sido examinado coa la
^íetención debida.
2g2 HISTORIA NATURAL.

vernáculos ; las anuales de los países cálidos no florecen en los cli-


mas templados hasta el segundo ano ; y el bananero, llamado im-
propiamente//aíawo en Andalucía y Filipinas, que es anual en los
trópicos, es perenne en nuestro litoral de Málaga, donde no florece
hasta después de algunos años, muriendo en seguida: diferencias
que se explican por la menor intensión del calor.
Como cada planta florece en determinada época del año, Linneo
ideó una serie de plantas según la época de su florescencia, á la cual
denominó Calendario de Flora. El de Madrid ha sido publicado en
la Revista de Ciencias físicas, exactas j ^ naturales, según las obser-
vaciones recogidas en el Botánico de la capital. Bajo el mismo pie
podría formarse el reloj y el higrómetro de Flora, tomando en
cueiita la hora de la expansión de ciertas flores y su relación con la
humedad de la atmósfera.
Llámanse flores efímeras las que, abriéndose á una hora determi-
nada, se cierran para siempre en el mismo día, como las del lino; y
eqiiinociales las que se abren y se cierran alternativamente á horas
fijas durante más de un día, como las del ornitógalo : unas y otras
pueden ser diurnas ó nocturnas. Cambian algunas de color durante
el día, como se ve en el hibisco mudable, llamado en Andalucía
amor al uso, y altea por algunos en Manila; mientras que otras,
como la dama de noche, sólo exhalan olor durante la noche.
Dura la florescencia hasta tanto que la fecundación se efectúa,
marchitándose por lo común los órganos que después de ella no tie-
nen uso.

FECUNDACIÓN.

La fecundación es un acto por el cual los huevecillos encerrados


en el ovario reciben el principio vital que ha de desenvolver en ellos
el embrión, para que produzca una planta de la misma especie '.
En la mayor parte de los vegetales las flores son hermafroditas, y
el polen cae inmediatamente sobre los órganos femeninos, hallándose
los estambres y pistilos dispuestos de tal manera, que la fecundación
apenas puede dejar de efectuarse. Así se observa que si las flores son
rectas, el estigma está elevado sobre el estilo á la altura de las anteras
ó un poco menos; mientras que si las flores están inclinadas, el estilo
es más largo que los filamentos, de manera que en uno y otro caso
el polen cae por su propio peso sobre el estigma, protegido por la*
envolturas florales, y se adhiere al mismo mediante el humor viscoso
que segrega.

' En el caso del hibridismo, posible en botánica como en zoolog(a>''


planta híbrida constituye nueva especie.
BOTÁNICA. 293

En las flores monoicas, las flores masculinas están constantemente


ttJás elevadas que las femeninas; en las dioicas, son más numerosas
aquéllas que éstas, y la ligereza del polen permite que el viento lo
"Cve á largas distancias ; y como, á pesar de este conjunto de cir-
cunstancias favorables, resulte que algunas flores hembras de esta
Ultima clase no sean fecundadas, Dios ha provisto además conve-
nientemente á la perpetuidad de la especie, dotando á la mayor parte
^^ los individuos femeninos de la facultad de propagarse por estaca.
Los órganos sexuales tienen cierta irritabilidad en la época de la
scundación, y en algunas especies de plantas son marcadamente sen-
sibles los movimientos que efectúan para aproximarse, siendo nóta-
le el de la Vallisneria spiralis (cintascintásan), común en el río
"e Manila, cuyas flores masculinas se desprenden de la planta fija
*1 el fondo de las aguas, para abrirse en la superficie, donde encuen-
tran á las flores femeninas, que, merced á un pedúnculo espiral, se
«evan á la misma altura, para sumergirse de nuevo efectuada la fe-
cundación.
Los granos del polen son vejiguillas llenas de un líquido particu-
l^fj las que, en contacto con el humor viscoso que segrega el estig-
'n^) se abren y vierten en el ovario el líquido fecundante. Efectuado
^ste acto importante, los jugos nutritivos abandonan las demás par-
'es de la flor, que se marchita, para acudir al ovario, que se entumece,
se desarrolla y se cuaja , convirtiéndose sus paredes en pericarpio,
sus huevecillos en semilla , y ofreciendo hasta la madurez una serie
"e fenómenos que se llaman fructificación. Durante este período,
odos los órganos florales, á excepción del ovario, se marchitan y
caen, si bien en algunos casos el cáliz suele acompañar al ovario y
Soldarse con él.

MADURACIÓN.

Llámase maduración á los cambios vitales que se operan en los


"'•ganos desde la fecundación hasta que las semillas se hallan en es-
*ado de dispersión , como se ha llamado fructificación al paso del
"Vario al estado de fruto perfecto.
Los huevecillos no son visibles antes de la florescencia, mas des-
pués de la antesis empiezan á distinguirse y á aislarse de las paredes
«el ovario, al cual, ó á la placenta, se adhieren sólo por un punto, ó
P^r la mediación del hilo umbilical. Compónense entonces los hue-
vecillos de tejido celular, blando en el centro y más consistente en la
Periferia; mas desde que el polen se ha puesto en contacto con eXts-
**gnia y el líquido fecundante ha descendido hasta los huevecillos
por los tubo; polínicos, se observan cambios importantes en el inte-
'•or de aquel tejido, que comienza á delinearse en vasos, se llena de
294 HISTORIA NATURAL.

una sustancia opaca , blanca ó verduzca, crece, ocupa el interior del


huevecillo, y forma el germen de un nuevo ser, ó sea el embrión.
Aliméntase éste de la sustancia que le rodea, y la parte del ovario
que no sirve para el alimento del embrión constituye el perispermo,
mientras que aquél desenvuelve en su eje el rejo y la plúmula , y á
sus lados los cotiledones.
Los cambios químicos de la semilla pueden reducirse á los si-
guientes : preséntase al principio mucilaginosa y á veces algo azuca-
rada , llegando á la madurez cuando el mucílago ó el azúcar se ha
convertido en fécula, y ofrece además notable carbono. El fruto ver.
de presenta el fenómeno químico de cambiar el oxígeno atmosférico
en ácido carbónico, aun bajo la acción de la luz, en lo que se dis-
tingue de los demás órganos verdes del vegetal.

DISEMINACIÓN.

La diseminación es el acto en virtud del cual las semillas se es-


parcen naturalmente por la superficie de la tierra.
Para llevar á cabo este poderoso medio de reproducción, Dios ha
dotado á los frutos de cualidades admirables : tienen algunos dos pe-
ricarpios elásticos, que se abren con fuerza en la época de la madu-
rez y arrojan las semillas á determinada distancia; en otros, sus
ligeras semillas están provistas de alas membranosas ó de vilanos para
ser fácilmente trasportadas por el aire, ó de un copo sedoso que
les sirva de paracaídas. Finalmente, el hombre, las aguas, y sobre
todo los animales, son un medio eficaz de diseminación para las se-
millas.
La facultad de germinar es muy distinta en las diferentes espe-
cies de semillas, pues mientras en unas se conserva muchos años,
en otras se inutiliza muy pronto.

GERMINACIÓN.

Dase el nombre de germinación al conjunto de fenómenos que


presenta una semilla cuando en circunstancias favorables se desarro-
lla el embrión y nace una nueva planta.
Necesítase para el objeto una temperatura que varíe desde 3° hasta
So" sobre cero; que esté en contacto con agua y oxígeno, y que
no haya mucha luz. Cualquier fluido, excepto el oxígeno y el aire
atmosférico que lo suministra de ordinario, perjudica la germina-
ción , si bien se ha observado que una pequeña cantidad de cloro la
acelera. Parece que el calor obra como estimulante; el aire, por me-
dio del oxígeno combinado con el carbono de la semilla y del pe-
ricarpio, forma el ácido carbónico, y descarbonizando aquellas par-
BOTÁNICA. 295
^<^s, las hace capaces de nutrir á la plan tita, mientras llega la época
>1e nutrirse del exterior; el agua finalmente (ó los vapores acuosos),
""cblandece los tejidos de las semillas, diluye las materias que en-
cierran, y suministra el hidrógeno, que es absorbido, formando tam-
bién ácido carbónico, combinándose el oxígeno con el carbono de la
semilla.
Excitado el principio vital del embrión por los agentes enume-
•"ados, hínchanse las semillas, se reblandecen los tegumentos, se
fompen y sale el embrión (figuras 352 y 353 ), cuyas dos extremi-

Fig. ^53 Germinación de una dico- Ffc. }^}. Germinación de una mono-
tiledónea. cotiledónea.

dades toman dirección opuesta, y se llaman rejo y plúmula. Los co-


tiledones prestan á la nueva plantita el alimento prep;írado que ne-
•^csita desde luego, supliendo en ciertos casos á su escasez el albu-
rien ó perispermo. El rejo se convierte muy pronto en verdadera raíz
^n los embriones exórrizos, tardando algo más en los endórrizos; la
P'ümula, verdadero centro de la vida, según autores distinguidos ' ,

Creemos ajeno de este CURSO el examen crítico de las teorías que he-
lios apuntado en esta íisioloiíía vegetal, como las más seguidas en las escue-
las. Recomendamos, sin embargo, La Boianique, de Gaudichaud, Voyage
"^ la Bonite, París, i85i. Richard llamó raíces e.vorri^as ú las de plantas
"icotiledóneas, porque se presentan libres y desnudas; y endorri^as á las
^^ plantas monocotiledóneas, porque aparecen, en su primer estado, en-
vueltas por una especie de saco, que rompen para desarrollarse exterior-
ícente.

p '^'¿. i 5 J. Germinación de la habichuel», Pbaseolut vulgará, L.—*, raices ; T, tallo ó eje;.


*•<-, cotiledones epigeos, ó que salen fuera de la tierra.
^'i- J5>. Germinación del maii, Zfa mays, L.—I, tallo; c, cotiledón; jr, ycna terminal.
296 HISTORIA NATURAL.

se endereza y prolonga hasta salir de la tierra, gozar del aire libre,


é inaugurar las funciones independientes y propias de la nueva
planta.

REPRODUCCIÓN DE LOS VEGETALES POR DIVISIÓN-

Hasta aquí se ha estudiado la fecundación como medio necesario


para la multiplicación de los vegetales; pero es bien conocido que las
plantas pueden multiplicarse de otras maneras diferentes que suma-
riamente indicaremos.
Por estaca : es un medio artificial que la naturaleza emplea rara
vez; pero del cual el hombre sabe sacar gran partido, especialmente
en los vegetales leñosos. Se toma un ramo, una penca, un esqueje,
un cogollo y algunas veces hasta una hoja, y se planta separado del
pie principal, para que por los nudos, ó mediante ligaduras ó heri-
das que detengan el jugo , eche raíces adventicias, y se constituya en
vegetal completo.
Por acodo : se entierra la rama sin separarla del árbol hasta que
haya producido las raíces adventicias, lo que es frecuente en las vi-
des, naranjos y limoneros. El renuevo es un acodo natural.
Por ingerto, cuando la parte de un vegetal se adhiere y vive so-
bre otro llamado patrón. Hay cuatro clases de ingertos : por aproxi-
mación , de púa, de yema y herbáceos. Los ingertos por aproxima-
ción son los únicos que se producen naturalmente, y se logran arti-
ficialmente aproximando las ramas que se quieren unir, despren-
diendo la epidermis en los puntos de contacto. La púa consiste en
aplicar al patrón una ramilla con yemas , procurando que estén en
contacto las alburas y líber respectivos. Para el ingerto por yema se
adhiere un pedazo de corteza con una yema, llamado escudete^ á U
albura del patrón, cuya corteza se abre previamente en forma de T .
Los ingertos herbáceos tienen lugar en las plantas anuales por la
adhesión de sus partes verdes.

ACCIDENTES DE LOS VEGETALES.

Color.—Aunque domina en las plantas el color verde, ostentan


sus ñores los más bellos matices, hallándose también algunos otros
órganos adornados de la misma cualidad. Las materias colorantes s^
forman bajo el inñujo de la luz solar. La clorofila, 6 materia colo-
rante verde, desaparece en la oscuridad, como se ve en las hojas del
repollo cerrado , porque la falta de luz impide que se exhale el oxí-
geno y se fije el carbono. Las manchas blanquecinas ó amarillentas
de ciertas partes verdes se atribuyen á alguna enfermedad poco co-
nocida. Los colores vivos de algunas hojas y los de las brácteas 6
í;?'

BOTÁNICA. 297

•ojas inmediatas á las flores, tampoco han sido hasta hoy satisfacto-
riamente explicados.
Los pétalos presentan más variedad de colores, y habiéndose ob-
^rvado que el azul puede modificarse hasta convertirse en rojo ó
blanco, y que lo propio sucede al amarillo; pero que ni el azul pasa
a ser amarillo, ni el amarillo á ser azul, De CandoUe ha ideado dos
senes de colores, tomando el azul por tipo de una , y el amarillo por
«pode otra, y pasando ostensiblemente del verde al rojo en la forma
«guíente :

Verde.

Azul verdoso. Amarillo verdoso.


Amarillo. I "
z
Azul violado. Amarillo naranjado. > ^,
Violado. Naranjado.
V2
Violado rojizo. Naranjado rojizo.

Rojo.

Según esto, las rosas, claveles, dalias y tulipanes, toman colores


"^ la serie xántica, sin pasar jamás á la ciánica, mientras que las
"ortensias, geranios y campánulas presentan colores de la serie
ciánica, y nunca de la xántica. Ofrece la teoría sus excepciones bien
conocidas.
Olor.— Los olores de las plantas pueden dividirse en continuos é
"itermitentes : los primeros son como una consecuencia de la natu-
""aleza íntima de la planta, y los segundos el resultado de alguna de
*us funciones. Las causas exteriores que influyen en la exhalación de
efluvios olorosos no son las mismas en todos los casos, puesto que
^^y plantas que huelen más durante la noche que bajo la acción de
'* luz, y vice versa, aunque la lluvia y la excesiva humedad se opon-
gan generalmente á la intensidad del olor. Algunos olores dependen
necesariamente del principio vital de la planta, al paso que otros sólo
'«conocen por causa su constitución física, y se conservan largo
'empo después de muerto el vegetal.
Sabor.—Para que una materia sea sensible al gusto, es preciso
4ue sea líquida ó soluble, y tales son las sustancias sápidas que se
OQian de los vegetales; el sabor, pues, no es una cualidad vital de la
P'anta, sino una consecuencia de su composición química, debida
*" gran parte á la influencia del calor y de la luz. Las materias muy
«apicJas sirven de aderezo y condimento á las que son más nutriti-
^' y menos sápidas; debiendo notarse que muchas de las primeras
298 HISTORIA NATURAL.

pueden, por su estado de concentración, convertirse en verdaderos


venenos.
Calor.—Créese comúnmente , y hay numerosas observaciones
en favor de esta creencia, que los vegetales tienen una temperatura
propia superior á la atmosférica , y que esa temperatura aumenta
sensiblemente durante las funciones vitales déla germinación y otras,
como también en la fermentación. Respecto á la temperatura del
ambiente, hay plantas para los grados más extremados, sin que sea
posible señalar un límite á la vida vegetativa.
Fosforescencia.—Consecuencia del calor es la fosforescencia es-
pontánea observada en algunos vegetales, y que parece á primera
vista ser efecto de una combustión sumamente remisa, toda vez
que el desprendimiento de luz fosfórica del agárico, rizomorfa y
otros, sólo se observa en la oscuridad ".
Irritabilidad.—Ksi se llama á la virtud que tienen las plantas de
ejecutar algunos movimientos parciales. Son estos movimientos r^-
gulares ó irregulares. Corresponden á la primera clase los que se
efectúan constantemente en determinadas horas ó conocidos perío-
dos de la vida vegetativa , como consecuencia inmediata de la acción
de la luz sobre los tejidos de la planta, ó del mayor ó menor vigor
de ésta ; así las hojas se inclinan, se encorvan, se tuercen ó se doblan
durante la noche, á cuyo fenómeno llamó Alberto el Grande sueño de
las plantas. Las flores están también sujetas á movimientos análogos.
La misma contracción de fibras puede ser provocada por el contacto
de un cuerpo exterior; la sensitiva inclina sus hojuelas cuando recibe
un choque, y si el choque es fuerte, inclina también los peciolos , V
el atrapamoscas cierra las hojas en cuyos limbos se posan insectos:
á estos movimientos se denomina irregulares.
Muerte.—La muerte del vegetal es una prueba palmaria de su
vida y el término de la misma. Hay vegetales que sólo viven uno o
dos años, y los hay que son perennes y cuya muerte acaece más o
menos tarde, según la naturaleza de cada uno. Suponen algunos
botánicos que la muerte no es jamás en éstos natural, sino debida á
causas exteriores , fundándose en el supuesto de que la planta es

' Distínguense comúnmente cinco diferentes fenómenos de fosfores-


ceacia : la fosforescencia por insolación , bien conocida por los floristas»
ópticos, etc.; \a. fosforescencia espontánea, á la cual se refieren las propie-
dades luminosas de algunos vegetales y animales; \a. fosforescencia por
elevación de temperatura, que se obtiene en el diamante, amatista, jaspe»
granate, sucino, sulfures, etc.; la/os/brescencia/jor la electricidad, de.
bida al paso de la chispa eléctrica; y la fosforescencia debida á los actos
mecánicos, obtenida por la frotación en la oscuridad de ciertas sustancias
una con otra, como el cuarzo, el clorato de potasa, los terrones de zzdc^^
y otras.
BOTÁNICA. 399

'ina colección de individuos adherentes, que se reproducen sin cesar,


como los pólipos ; empero las pruebas que hasta el día se han adu-
cido para sostener esta hipótesis están muy lejos de ser concluyen-
**s, como lo son las de la tesis contraria.
Hay árboles que si no son atacados por una enfermedad que
Ocasione la muerte accidental, pueden llegar á una longevidad ver-
•laderamente sorprendente.
He aquí algunos ejemplos :

El olmo vive 335 años.


La yedra 45o »
El alerce de Europa 5/6 »
El naranjo (el plantado por Santo Domin-
go en Santa Sabina de Roma) 662 >
El olivo 700 n
El cedro del Líbano 800 »
El tilo 1147 >
La encina i5oo »
El tejo 2880 1
El baobab 5i5o >
El ahuehuete 6000 >

Como para determinar la edad de estos últimos árboles no se han


contado las capas anuales, sino que se ha tenido en cuenta el tér-
•^ino medio de crecimiento, que está sujeto á importantes modifica-
ciones, no creemos que todas las cifras aducidas hayan de aceptarse
Como ciertamente averiguadas '.

TAXONOMÍA.

La taxonomía (dexáStí, orden; y vrjjio;, ley) es la parte de la botá-


nica que fija las leyes para las agrupaciones ó clasificaciones de los
vegetales.
El número de plantas que cubren la superficie de la tierra es i n -
''•lenso ', y de ahí la necesidad de asociarlas en determinados grupos,
"Cslindar los caracteres de estas asociaciones, darles nombre y facilir
•^r por estos medios un estudio que sin ellos sería imposible.
Las clasificaciones pueden ser empíricas ó racionales. Las pri -
"Jeras son independientes de la naturaleza de las plantas, como, por

Para mayor extensión en los conocimientos glosológicos, puede con-


'"Itarse el Dictionnaire de termes de botanique, por Lecoq et SuiUet; Pa-
••í», i 8 3 i .
Conócense ya unas cien mil plantas entre fanerógamas y criptógamas.
300 HISTORIA NATURAL.

ejemplo, el orden alfabético con que dispuso Quer la Flora española.


Las clasiñcaciones racionales se fundan en la naturaleza de las plan-
tas, y pueden ser de tres maneras: usuales, artificiales y naturales.
Las usuales ó prácticas dividen los vegetales con relación á una
ciencia, á una virtud ó á un uso determinado, por ejemplo, en co-
mestibles, medicinales, resinosas, etc.
Las clasificaciones artificiales tienen por objeto llegar fácilmente
al conocimiento del nombre de la planta, valiéndose de caracteres
ostensibles y poco numerosos, como el número de estambres, pisti-
los , etc.
Las clasificaciones naturales intentan reunir las plantas que ten-
gan más semejanzas entre sí, formando grupos autorizados por la
naturaleza, para lo cual es preciso considerar todos los órganos bajo
todos sus puntos de vista.
No pertenece á este lugar tratar de las clasificaciones usuales : las
artificiales recibieron el nombre de sistemas y las naturales el de mé-
todos. Como modelo de sistemas propondremos el de Linneo, el más
conocido de todos y más justamente celebrado ; y de entre los di-
versos métodos tomaremos el de De Candolle, por hallarse escritas
conforme al mismo las obras más vulgarizadas entre nosotros.
BOTÁNICA. 301

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302 HISTORIA «ATURAL

Las veinticuatro clases del sistema de Linneo se dividen en órde-


nes, éstos en géneros, y los géneros en especies. Los órdenes de las
trece clases primeras se fundan en el número de estilos, y se llaman
monoginia, diginia, etc. Los caracteres para la ordenación délas
demás clases, aunque bien marcados , requieren para su exposición
un espacio mayor del que permite este CURSO.
Cavanilles, ilustre Director del Jardín Botánico de Madrid, redujo
á quince las veinticuatro clases de Linneo, facilitando aún más el sis-
tema sexual, que, gracias á los trabajos de los dos Jussieu y deDeCan-
dolle en favor delmétodo natural, quedócompletamente abandonado.
CLAVE DEL MÉTODO DE DE CANDOLLE.
ALGUNAS
TIPOS. CLASES. SUBCLASES. FAMILIAS-

/ Anonáceas.
I.» Talamifloras. — Pétalos y I Papaveráceas,
estambres libres , insertos < Cruciferas,
en el receptáculo i Malváccas.
' Auranciáceas.

S
Terebintáceas.

Leguminosas,

aos o mas cofiedones, l 1 Rosáceas.


opuestos ó en verticilo. I ' " • '"«'•*°' " ' ' " " ^ - " ' / «"^iáceas.
Sistema cortical y leño- / ' Compuestas.
so en capas concéntri- \ [ Ebenáceas,
c a s ; hojas anguliner- P ' C<"-<''i^'^<'s-Corola mo-1 Oleáceas,
yjg^ j nopétala , inserta en el re-/Solanáceas.
ceptáculo i Verbenáceas.
.0 I ' Labiadas.
COTILEDÓNEAS. \ f < Uuráceas.
I Euforbiáceas.
4." Monoclamideas.—Una so- ) , , , ,
< Urticáceas.
ia cubierta floral 1„ ,.,
I Cupuliferas.
\ Coniferas.
^ , , / Musáceas.
• / I 2 . ' MonocotiUdÓHcas.—Un cotiledón, ó varios alternos; I Liliáceas.
T \ I '* "'"' fil^fosa y sin capas concíntricas; hojas reeti-< Palmas
nervias i Aroídeas
I Gramíneas.
' J.« Semivascu'ares,—Celulares y vasculares, cuando es--1 1
tan crecidas; órganos reproductores semejantes i los >• Heléchos.
; sexuales J'*"^»»
Aconi-EOÓHEAS. 1 I Liqúenes
J 4.* Cdulans.—Con sólo tejido celular; reproducción por I
Hongos,
esporas.
' ••-;»5.
BOTÁNICA. 303

DE LA IMPORTANCIA DE LOS ÓRGANOS

Y SUBORDINACIÓN DE LOS CARACTERES.

Dependiendo la exactitud del método natural, no del número de


afinidades que las plantas tengan entre sí, sino del peso que tengan
esas semejanzas, se hace indispensable estimar la importancia rela-
tiva de los órganos y la de las consideraciones generales de que son
susceptibles, para formar los caracteres de la clasificación con el resul-
tado de aplicar una consideración general á un órgano particular.
La importancia de los órganos, de mayor á menor, ha sido dis-
puesta por De Candolle, hijo, en la forma siguiente :
!• Tejido celular.
2. Tráqueas, vasos diversos, estomas, etc.; cotiledones, radícu-
'*> plúmula ó esporas.
3. Raíz, tallo y hojas , ó fronde, talludo (thalus'), estambres y
pistilos ó esporangios.
4- Corola y cáliz.
5. Toros, nectarios, brácteas é involucro.
Así clasificada la importancia de los órganos, resta examinar las
^consideraciones generales que á los mismos deben aplicarse y expre-
sarse en la descripción. Versan éstas sobre la existencia ó la ausén-
tela, la posición, la continuidad ó la articulación , la adherencia, el
número, el tamaño, la forma, las cualidades sensibles de consisten-
'cia, color, olor y sabor, y por fin, sobre el uso de los órganos. Las
principales consideraciones aplicables á los órganos de las plantas
Pueden disponerse en la forma siguiente :
1. Presencia ó ausencia de los órganos.
2. Forma en los órganos elementales; posición en ios demás
órganos.
aJ Relativamente á los órganos de donde nacen.
b) Relativamente á los órganos vecinos (yuxtaposición, simetría).
c) Relativamente á los órgí^nos de la misma naturaleza , ó sea
relativamente á sí mismos, como la simetría de los pétalos, la de los
cotiledones, etc.
De los dos conceptos, órgano y consideración, resulta el carác-
*er, que es una manera de mirar los órganos en general, aplicada
<í Un órgano en particular, como cuando decimos tallo cilindrico,
'PHcamos la consideración de forma al órgano tallo, y constituímos

' El thalus representa al caulis (tallo) ea las criptógatnas puramcate ce-


lula.ires.
304 HISTORIA NATURAL.

Ó expresamos un carácter de la planta, cuyo valor estará siempre en


razón compuesta de la importancia del órgano y de la importancia
de la consideración aplicada á él.
He aquí, en consecuencia, las reglas más generales para apreciar
esta importancia, ó sea la subordinación de los caracteres:
Grado 1."de importancia. Existencia ó ausencia del tejido celular-
Grado 2." Existencia ó ausencia de tráqueas, vasos diversos,
estomas, cotiledones, radícula ó plúmula. Disposición de las células.
Grado 3." Existencia ó ausencia de raíz, tallo ú hojas.
Grado 4." Existencia ó ausencia de estambres ó pistilos. Dispo-
sición de los diversos órganos elementales en fibras, capas, etc. Dis-
posición de los cotiledones, plúmula y radícula.
Grado 5." Existencia ó ausencia de la corola ó del cáliz.
Grado 6.° Existencia ó ausencia de los nectarios, brácteas ó in-
volucro. Disposición de las hojas, etc.
Las excepciones son numerosas, porque se trata de una ciencia
que no es aún completa, por más que pueda gloriarse de sus recien-
tes adelantos. El botánico ejercitado sabrá establecerlas por sí mis-
mo, y aun conocer y clasificar muchas plantas por la facies, ó as-
pecto general que resulta del conjunto de sus caracteres.
La clasificación natural es por familias, éstas se dividen en gé-
neros, los géneros en especies, y éstas en individuos. Fórmanse al-
gunas veces secciones dentro de un género, como medida del mo-
mento, hasta que el progreso de los estudios filológicos autorice la
creación de nuevos géneros, su reducción, supresión, etc. Dentro
de la misma especie. De Candolle llama ra^a á las variedades per-
manentes por semilla, y variedad á las que sólo son permanentes
multiplicando los individuos por ingerto, acodo, estaca ú otro medio
semejante; respecto á las condiciones indispensables para constituir
cualquiera de las agrupaciones mencionadas, he aquí lo que afirma
el ilustre De Candolle,
CLASE.—División primaria del reino vegetal (después de la división
en tipos), fundada sobre los órganos de más valor, como el embrión
j sus partes en los órganos reproductores ; y los vasos en los órga-
nos nutritivos, considerados unos y otros bajo estos dos puntos de
vista solamente: i.", su presencia ó ausencia; 2.", su situación res-
pectiva.
FAMILIA Ú ORDEN.—Asociación de vegetales formada sobre el mis-
mo plan simétrico de los órganos primarios y secundarios: es decir,
que todos estos órganos estén naturalmente colocados de una ma-
nera uniforme, considerados los unos con relación á los otros.
GÉNERO.—División de los vegetales de una familia, basada sobre
las consideraciones del número, tamaño, forma y adherencia de los
órganos.
BOTÁNICA. 305

ESPECIE.—Colección de todos los individuos que, teniendo entre


*i semejanza completa, ó casi completa, pueden fecundarse recípro-
atnente, producir individuos fértiles, que se reproduzcan á su vez
aguarden la misma semejanza.
Los grados de caracteres que se toman en consideración para es-
' s cuatro agrupaciones son el tercero, cuarto, quinto y sexto.
Son aplicables á este tratado muchas de las explicaciones dadas
exponer la clasificación zoológica.

FITOGRAFÍA.

Llámase fitografía la parte de la botánica que se ocupa en la


cscripción é historia de los vegetales, considerados particularmente
y como distintos unos de otros. No caben en este curso más que las
""«s distinguidas familias, con la indicación de algunos géneros, se-
^^n el método natural de De Candolle.

CLASE I,—DICOTILEDÓNEAS Ó EXÓGENAS.

Caracteres.—^Dos cotiledones opuestos ó varios verticilados.


alio compuesto de dos sistemas de capas concéntricas, el uno cor-
•cal y el otro leñoso, con una médula central y radios medulares,
^ j ^ s frecuentemente opuestas, y comúnmente articuladas en la
.*^*, con nervios ramosos. Flores casi siempre correspondientes al
Po quinario, y provistas comúnmente de sépalos, pétalos, estam-
pes y pistilos bien distintos. Divídese en cuatro subclases : talami-
^as, calicifioras , corolifloras y monoclamidcas.

SUBCLASE I.—TALAMIFLORAS.

Cáliz polisépalo. Pétalos muchos, separados é insertos en el


^^ptdculo sin adherencia con el cáliz. La inserción de los estam-
"^^5 es como la de los pétalos.

ANONÁCEAS.

TIPO DE LA FAMILIA : La Anona.

C&racteres.—Arboles ó arbustos con hojas alternas, simples, en-


9s y pimpollos con pelusa. Flores raras veces unisexuales por
. °^^o) casi siempre axilares, solitarias , ó en forma de manojillo
\ ^^Dojadas), comúnmente verdes ó moreno-verduzcas, ásperas con
cuencia. Cáliz tri-tetrasépalo, persistente, con sépalos cortos. Co-
21
J06 HISTORIA NATURAL.

rola hexasépala en dos verticilos ternarios. Estambres numerosos,


algunas veces sólo seis, nueve ó doce, y Ubres : filamentos cortísi-
mos , aplanados; anteras pegadas. Pistilos casi siempre muchos, li-
bres ó soldados : estilo simple ffig. 354). Fruto simple ó compuesto,

fi¿. j^4.—Victoria regia, D. C.

seco ó carnoso , mono-polispermo. Semillas pegadas al ángulo if*'


temo de cada carpelo, derechas ú horizontales : testa membranoso-
crustácea, frágil : embrión diminuto, derecho en la base de 13
semilla.—Habita principalmente en las regiones intertropicales de
ambos hemisferios.
Plantas comnnes 6 importantes.—La anona, el ates y el guaná-
bano son frutos muy apreciados en las Islas Filipinas, sobre todo e'
segundo.—Del ilan-ilang (ó alang-ilang), se extrae en el mismo p^**
un aceite aromático muy apreciado en la perfumería, y que alcanz*
subido precio en los mercados de Europa. Las cortezas de estos ár-
boles son estimulantes.—La famosa Víctor iaregia ífig. 334) P^'"'^'
nece á las ninfáceas.

PAPAVERÁCEAS.

T I P O : La Amapola.

Caracteres.—Matas 6 yerbas, provistas de 1^8


blanco, amarillo ó rojo", y con hojas alternas. Flof**
largamente pedunculadas. Cáliz disépalo, caduco. C f
rola tetrapétala, ó de ocho á doce pétalos en dos ó f
series -. á veces nula. Estambres libres, cuatro, ó to^'
chos ; filamentos delgados. Pistilo libre; estilo corto
1* adormidera,
Papaver somni-
nulo; estigma comúnmente estrellado. Fruto en ca)
ferum , l^.—"i (fig. 355), ovoidea ó prolongada. Semillas en número
ovario ; J, es-
tigma.
indefinido, raras veces solitarias, insertas sobre place
BOTÁNICA. 307

as intervalvarcs; albumen oleoso, carnoso ; embrión mínimo, recto


sn la base del albumen.—i7aí)iía casi toda la fattjilia en las regiones
templadas del hemisferio boreal.
Plantas comunes ó importantes.—La amapola común en los sem-
rados, y Ja adormidera, planta de adorno en los jardines; de esta
e extrae, por incisión de la caja, el jugo narcótico llamado opio ó
nhón.—La arffdmone vicjícaini (en Manila í/;7?<íj/;V)y es medicinal,
y 'as semillas de la adormidera oleosas.

CRUCIFERAS.

TiJ'O : E l Alhelí.

Caracteres.—Yerbas perennes , bisanuales ó anuales, con hojas


alternas. Flores racimosas, al principio acorimbadas. Cáliz tetrasé-
Palo. Corola tetrapétala, con los pétalos unguiculados, casi siem-
pre iguales y en forma de cruz (fig- 356). Estambres tetradinamos,
Seneralmente libres ; glándulas verduzcas entre los pétalos y los es-

Fig. 356. OYiraH/«j C/'f/ri, L.—Alheli.

fatnbres. Fruto en silicua ó silícula. Semillas solitarias ó en número


'"definido, pendientes de la placenta parietal; albumen nulo , em-
'^''Jón encorvado.—fía6ífa esta numerosísima familia en todo el glo-
^ ) y particularmente en el antiguo continente.
Plantas comunes Importantes—Son plantas de ornamentación;
Os alhelíes, el carraspique y la araña de Manila;—alimenticias, la
^°^ Acriba ri:;ada, repollo^ lombarda, coliflor, bróculi, llanta y mos-
<^{a;—oleosas y acres las semillas de la co^a, titosta^a, las hojas de
a codearía y maisipaisí de Filipinas, y las raíces del rábano. Úsanse
^Uchasplantas de esta familia coma antiescorbúticas y estimulantes,
|"ientras que son tintóreas las hojas y las raíces de otras.—Á la misma
'•nilia pertenece la rosa de Jericó, flor higrométrica, que ha sido
•^Jeto de mil supersticiones.
3o8 HISTORIA NATURAL.

MALVÁCEAS.

T I P O : La M a l v a .

Caracteres.—Yerbas, arbustos y árboles con hojas alternas, den-


tadas ó lobadas, revestidas de pelos y provistas de estípulas. Flores
axilares, solitarias ó amontonadas, á veces
racimosas ó corimbosas. Cáliz comúnmente
pentasépalo, y á veces con involucro. Co-
rola con tantos pétalos como sépalos el cáliZi
y retorcida en la estivación. Estambres mo-
nadelfos (fi^. 357); filamentos desiguales.
Pistilo de muchos carpelos verticilados. Se-
millas aovadas ó angulosas, frecuentemente
cubiertas de vello í algodón ; albumen nulo;
embrión recto.—Habita comiínmente dentro
de los trópicos, aunque también hay muchas
especies fuera de ellos.
F'g- i 5 7 - Flor de la mal
Plantas comunes ó importantes. — SoO
va, Malva sylvesins, L. plantas de jardín : en Europa , la malvil
real; y en Filipinas, la piimamcla, el /'•'
bisco mudable i amor al uso de los andaluces y las varitas de Dd'
vid;—medicinales la malva, el malvavisco y la altea ;—y es notable
el algodonero íbulac) por la materia que presta á la industria.
También es textil la corteza del balibago y del atiabo de Filipinas.—
El bi'ibuj', con cuya lana se llenan las almohadas en el mismo ar-
chipiélago, pertenece ala familia de las bombáceas. —La malva-rosa
de Manila pertenece á la familia de las geraniáceas.

AURANCIÁCEAS.

TIPO: El Naranjo.

Caracteres.—Arboles ó arbustos comiinmente lampiños, con


glándulas provistas de aceite volátil, hojas alternas , imparipinadas
ó reducidas á la hojuela terminal, y algunas veces al peciolo dila-
tado. Flores axilares ó terminales, solitarias, corimbosas ó racimosas,
y de gratísimo olor en muchas e^jecies. Cáliz aorzado (en forma de
orzuela ó uña) ó acampanado , con tres ó cinco dientes, corto y per-
sistente. Corola tri-pentapétala. Estambrasen número igual, doble ó
múltiplo de los pétalos. Pistilo con ovario multilocular; estilo úni-
co, rollizo; estigma gruesecito. Fruto íhesperidio) con uno , dos ó
varios aposentos. Semillas inversas ó casi horizontales, á veces con
BOTÁNICA. 309

°|uchos embriones; albumen nulo, embrión recto.—Habita en la In-


"'*, la Australia , isla de Borbón, etc., y se cultiva por sus excelen-
tes frutos en España, Cuba, Filipinas y otros países.
Plantas comunes <J importantes.—Klnaranjo, cuyo fruto, llamado
^(ífanja, es un manjar delicioso, y sirve para preparar refrescos : de
su corteza se extrae el aceite de naranja, y con las flores se hace el
^gua de a\abar.—El limón, con cuyo fruto se prepara la limonada, y
" « cual se extrae el ácido citrico.—El cidro, de grande uso en la con-
^cción de dulces secos y en perfumería.—El luchan y el suja de F i -
'Pinas, de notorio uso en el país, en cuyos bosques crecen esponta-
'^eos. Las sustancias amargas y el aceite volátil que contienen dife-
''^^ntes partes de Jasauranciáceas, son estimulantes,antiflogísticas, an-
^'biliosas ó antisépticas.
Lastalamifloras comprenden otras cincuenta y una familias, entre
*^uyos géneros merecen especial mención : el cacao, árbol tropical,
•cultivado en América, Asia, África y Oceanía , cuyas semillas sirven
P^ra preparar el chocolate;—el te, arbusto indígena de la China, cu-
yas hojas se usan mucho en infusión;—xilino, planta textil de muchí-
^''iia importancia; de sus semillas ó lina\a se extrae un aceite que se
^sa en las artes;—la vid, con sus numerosas variedades y el exquisito
^Urno de sus uvas (mosto), que se trasforma en vino por la fermenta-
cion;-_el lan\ón, el janío/y la/ec/íí'íi, frutales de Filipinas.—Son
P'^ntas de jardinería el clavel, la minutisa, la magnolia, la cameali, la
^'^ampaca y el nenúfar, que es acuático.—También pertenecen áesta
•obelase los siguientes vegetales de las islas Filipinas, notables por
U resina, su madera ó sus virtudes medicinales: el binúcao , el ma-
^Pajo y el apiton; el yacal, el tanguili y el guijo, y, finalmente, el
^in, la abiitra y el macabújay.

SUBCLASE IL—CAUCIFLORAS.

Cáliz gamosépalo. Pétalos y estambres aparentemente insertos


^°'""e el cáli^. Ovario libre ó pegado al cáliz, con el cual está tam-
'^n soldado en parte el receptáculo.

TEREBINTÁCEAS.

TJPO: El Terebinto.

Caracteres.—Árboles ó arbustos sin estípulas, con hojas alter-


'*! generalmente compuestas, y corteza resinosa. Flores pequeñas,
'l'Qúnmente apanojadas, hermafroditas, polígamas ó dioicas. Cáliz
'"pentasépalo. Corola raras veces nula, y con frecuencia compuesta
* *in número de pétalos igual al de los sépalos y alternos con ellos.
310 HISTORIA NATURAL.

Estambres en número igual ó doble al délos pétalos, é insertos en


el fondo del cáliz alrededor del ovario. Carpelos con los estilos se-
parados. Fruto capsular ó drupáceo. Semillas escasas, frecuente-
mente solitarias; albumen casi siempre nulo; embrión recto encor-
vado ó replegado '.-Habita entre los trópicos , y en otros pJíses cá-
lidos.
Plantas comnnes ó Importantes.—El anacardio ó ca.mj-, árbol de
la India y Filipinas conocido por su fruto, por el aceite de acajú
que se extrae de su almendra, y por la ffoma de acajú que por inci-
sión fluye del leno;-el zumaque de América, de! cual se saca la goma
copal,-e] balsamero quedalarcíwa tacamaca.j el que da el bálsamo
de Judea;—e\ terebinto, de cuyo leño se obtiene la aímdciffa;-cl go-
mero de Jamaica y el árbol de brea de Filipinas, cuya resina puede
sustituir al incienso;—el mango de la India y Filipinas, cuyo fruto
(la manga) es exquisito,-y el semecarpo, queproduce el fruto comes-
tible llamado anacardo , y el jugo acre y cáustico , con el cual se pre-
„ „ para en Oriente el famoso barniz maque, qu^
distingue los muebles importados de China
y Japón. A la misma familia pertenece el frU'
tal llamado impropiamente ciruelas ó sir'-
huelas en Manila.

LEGUMINOSAS.

TIPO : El Guisante.

Caracteres.—Árboles, arbustos ó yerbas


con hojas simples ó compuestas, provistas de
estípulas. Flores casi siempre amariposadas
{fig. 3o8) y racimosas, axilares ó apanoja-
das. Cáliz pentasépalo, ó rarísimas veces t^-
Fig. jfS. Legumbr
guisante.
trasépalo. Corola pentapétala , á no ser ^^
caso de aborto, comúnmente irregular. E*"
tambres, diez ó más; diadelfos, á veces nio-
nadelfos ó triadelfos. Pistilo comúnmente único ; estilo único filiar-
Las terebintáceas se distinguen de las rámneas por su ovario übr^'
la estivación del cáliz no valvar, y sus estambres no opuestos á los peta-
los; de las celastríneas, por sus hojas sin estípolas y casi siempre compuer-
tas; su falta de albumen y su embrión rara vez recto ó axilar ; de las i^'
guminosas y de las rosáceas , por la falta de estípulas y por la semilla ti]3
en la base ó cima del aposento.—DE CANDOLLE.
Fig. }^8. Legumbre del guisante, Pisum salivurn. L.—r, pericarpio formado de * » ^IT
vas; V, V, valvas de sutura dorsal sd, y ventral sv; g, semillas prendidas i la plaoenU for ""
ordones umbilicares.

4
BOTÁNICA. 311

™e. Fruto en legumbre (fig. 358), bivalva. Semillas dos ó muchas,


«veces solitarias, ovales ó arriñonadas; embrión recto ó encor-
vado.—Habita esta familia, numerosísima y muy natural, en todas
las regiones del globo, y cuenta seis mil quinientas especies, dis-
'nbuídas por De CandoUe en cuatro subórdenes: papilionáccas,
^war^ieas, mimoseas y ccsalpíncas.
Plantas comunes ó importantes.—Son feculenta%y alimenticias:
^judia^ haba, habichuela, altramu:{, cacahuete ó mam, lenteja, gui-
sante, garbanzo, almortas, etc. ; se usa por sus principios Azucam-
'^^^ t\ rcgali\ ó palo dulce, y como refrescante , el tamarindo; son
tintóreas el palo campeche y el afíil; medicinales, e! tamarindo, tra-
gacanto, cañafístula, inga (camachiles), alolba, moringa y sen, y
otras varias, unas por sus gomas , y otras por diferentes propiedades.
—Se hace el llamado papel de arro:^ áe Ja csquinomena y agaloco,
y son excelentes plantas forrajeras : alfalfa, trébol, as trágalo, pipi-
'''S^llo, arveja, algarrobo, aliaba, mielga, etc.—Finalmente, como
plantas de ornamentación y recreo en paseos y jardines se estiman:
^'•coletuy, guisante de olor, eritrina, sensitiva, diferentes varieda-
des de acacia, el árbol del amor, el árbol del fuego, las Jlorcs-caba-
llero, y otras.

ROSÁCEAS.

TIPO: El Rosal.

Caracteres.—Yerbas, arbustos ó árboles con hojas alternas, es-


tipuladas, simples ó compuestas. Flores variamente dispuestas, y no-
tables muchas por su hermosura. Cáliz comúnmente pentasépalo,
Con los sépalos entresoldados como si fuera monosépalo. Corola
(fi^- 359) con igual número de pétalos, inserta en el cáliz y casi

Fif. j^í). Corte vertical de U flor de un membrillero,


CyJonia vulgarit, Pers,

Siempre regular. Estambres comúnmente indefinidos, insertos como


los pétalos en el cáliz. Carpelos numerosos, ó solitarios por aborto,
fruto vario. Semilla única, ó pocas en cada carpelo; albumen nulo;
312 HISTORIA NATURAL.

embrión recto.—Habita esta familia en las regiones templadas y algo


frías del hemisferio boreal.
Plantas comunes ó importantes.—Los frutales de hueso : almen-
dro, melocotonero^ albaricoquero ' , guindo, cerezo, cirolero',
los frutales de pipa: manzano , peral, membrillero, majuelo, níspe-
ro, exc, y otras plantas conocidas que tienen frutos diferentes,
como la. fresai el fresón, la. frambuesa'', la ^ar^a, la rosa de
cien hojas, el rosal castellano, el de Damasco, el escaramujo, el
blanco, etc.—Del jugo fermentado de la mangana se hace la sidra',
con las rosas del rosal de Damasco, cultivado en Europa, se hace el
agua de rosas; con algunas drupas de los frutales de hueso se prepa-
ran el marrasquino y otros licores; del fruto del almendro, que es
comestible, se extrae el aceite de almendras, y del árbol la llamada
goma del país, que también se obtiene del albaricoquero ; con el
membrillo cocido se prepara la carne de membrillo y otras conser-
vas, siendo las semillas muy abundantes en goma.—El ácidoprt'isico
ó hidrocidnico, veneno enérgico, se obtiene de las hojas del laurel-
cerero. También se usan como astringentes y vermífugas las raíces,
cortezas y hojas de muchas rosáceas.

RUBIÁCEAS.

TIPO: La Rubia.

Caracteres.—Arboles, arbustos y yerbas con ramos, rollizos ó


tetrágonos, hojas opuestas ó verticiladas, simples, enterísimas y con
estípulas de diferentes formas y adherencias. Flores raras veces uni-
sexuales por aborto. Cáliz con tubo adherente al ovario, de tantos
sépalos como pétalos, y á veces con algún diente accesorio. Corola
gamopétala de cuatro ó cinco lóbulos ; á veces de tres ú ocho. Es-
tambres, tanto como los pétalos (ó sus lóbulos), alternos con éstos y
pegados al tubo de la corola; anteras ovales, introrsas. Pistilo con
ovario infero, coronado de un disco carnoso; estilo, único; estigmas,
dos por lo común. Fruto en baya, caja ó drupa. Semillas solitarias
ó numerosas, las primeras derechas ó pendientes, las otras horizonta-
les; albumen córneo ó carnoso;embrión recto ó encorvado.—Habit<^
en las regiones intertropicales, ó en las regiones próximas á ellas, á
excepción de una sola tribu que se halla en las tierras templadas y
frescas.

' Fué descubierto por el botánico español Monardés, siglo xvi; »e


cultiva en Filipinas, provincia de Cagayán.
• Es espontánea en Filipinas, en sitios elevados.
BOTÁNICA. 313

Plantas comunes ó importantes.— El árbol de la quina ', origina-


rio del Perú, y de cuya corteza se sacan las cuatro variedades de
^utna amarilla, gris, roja y blanca, es hoy el más interesante de la
tamilia por sus propiedades febrífugas, como lo es también la
ipecacuana, arbusto del Brasil, por su actividad emética; la muscn-
«'', la coutárca y el cuaja-leche son también plantas medicinales.—
c-l ca/eío es célebre por las cualidades estimulantes de sus semillas,
llamadas cafe; es originario de la Abisinia; se aprecia mucho el de
Arabia, de donde fué importado, y se cultiva con grande éxito en nues-
tras posesiones filipinas.—Son tintóreas: la rubia, que dio nombre á
la familia, y la morinda, llamada niño en el archipiélago de las Fili-
pinas, cuya capital, Manila, tomó el nombre de la rubiácea Ixora
Manila '.- á este mismo género pertenece el santán, cultivado por los
'ndios, á causa de sus flores.

COMPUESTAS.

TIPO : El Cardo.

Caracteres.—Yerbas, arbustos y raras veces árboles, con hojas


alternas ti opuestas, simples. Flores compuestas (figuras 3o2, 3o3
y 3o4), formando cabezuelas Jlosculosas, semijlosculosas ó radia-
das, rodeadas de un involucro general; unisexuales ó hermafrodi-
t ' s ; con pajas ó bracteillas en la base de cada florecilla, ó sin ellas,
yáliz gamosépalo, adherente al ovario ; limbo nulo, ó de una forma
iTegular que recibe el nombre de vilano. Corola inserta en lo alto
"el tubo calicino, tubulosa, bilabiada ó ligulada. Estambres cinco,
rara vez cuatro; filamentos alternos con los lóbulos de la corola y
pegados á ella; anteras derechas , soldadas en forma de tubo, intror-
*as. Pistilo con ovario adherente al cáliz y uniovulado; estilo rollizo
o hinchado en la base. Fruto en aquenio. Semilla derecha; albumen
"^tilo; embrión derecho.—Habita en todas las regiones del globo, y
iBás particularmente en América.
Plantas comunes ó importantes.— Comprende la familia nueve
ttil especies, repartidas por De Candolle en : tubuli/loras, labiali-
J'oras y Ugulifloras , según la forma de su corola, cuyas virtudes no
darían mucho.—Son las más importantes, como medicinales, la man-
yf^nilla , tan común en nuestros campos, la matricaria, el ajenjo, el
^^*nen-contra, el árnica y la centaura.—Sirven de alimento al hom-

l^lamído Chinchona por Linneo, en honor de la condesa de Chin-


•*on, esposa del virrey español del Perú.
Manila viene de manilar, contracción de may-nilar, que indica el
itio en que crece la rubiácea llamada nilar, y nila en tagalo.
314 HISTORIA NATURAL.

bre, la alcachofa, de la cual se cultivan cinco variedades, el cardo


y el cardillo, la achicoria, la escarola y la lechuga;—y de adorno en
los jardines y huertas la margarita, espontánea en las tierras de la-
bor, la dalia, el girasol, así llamado porque el gran disco formado
por la cabezuela de las flores mira al astro del día , la damasquina,
el helenio, la perpetua, ln siempreviva y la caléndula.—Como tintó-
rea merece notarse el cártamo tintóreo, ó azafrán romi, bien cono-
cido en España y Filipinas Ibirii.—Úsanse también como medicina-
les en este último país: el hagonoy, para heridas y llagas; el saP^-
bón, como sucedáneo de la salvia; la yerba de Santa María, que
es una especie de artemisia , y una matricaria, á la cual llaman man-
ganilla.
Quedan aún sesenta y una familias de calicifloras, que es imposi-
ble describir. A las umbelíferas pertenecen el apio, perejil, anis, co-
mino, \anahoria y cicuta, plantas de conocido uso doméstico,—D^
las Islas Filipinas sólo citaremos el cinamomo, la Jlor de cáli^ y £'
granado, como plantas de jardín ; el talisajy, árbol de paseo; el loni-
boy, el tampoj' y la macupa, por sus frutos; y la papaya. Xas cala-
bazas y el amargoso, frutos también comestibles. Todas pertenecen
á diferentes familias de las calicifloras, lo mismo que el eucaliptus,
que ha alcanzado últimamente celebridad.

SUBCLASE III.—COROLIFLORAS.

Cáliz gamosépalo. Pétalos comúnmente entresoldados, separa-


dos del cáliz en la base. Estambres frecuentemente pegados á la co
rola. Ovario de ordinario libre, raras veces adherido al cáliz.

EBENÁCEAS.

T I P O : El É b a n o .

Caracteres.—Arboles, arbustos ó matas con madera generalmente


negra. Hojas alternas, á veces casi opuestas; sin estipulas. Flores axila-
res, raras veces terminales; unisexuales. Cáliz gamosépalo, tri-sep-
tetnlobo. Corola gamopétala, caediza, regular, tri-septemioba. Es-
tambres de las flores masculinas insertas en lo más bajo de la corola»
indefinidos ó en número de seis, ó diez y seis: filamentos cortísimos;
anteras libres, introrsas. A veces las flores femeninas tienen estam-
bres en número doble de los lóbulos de la corola. Pistilo con ovaoo
libre, tri-duodecimlocular ; estilos libres ó unidos en la base : estig'
mas pequeños. Fruto en baya globosa ú ovoidea. Semillas pendien'
tes ; albumen cartilaginoso ; embrión axil ó poco oblicuo, recto o
BOTÁNICA. 315

encorvado en el ápice.—Habita generalmente entre los trópicos de


Asia y América.
Plantas comunes d importantes.—El ébano, que da nombre á la
ramilia, es un árbol indígena de la India, de madera dura, negra y
lustrosa ; el lodoñero, aclimatado en Italia, es también estimado por
su madera dura: Jlámanle en Filipinas ca!70>?ioj^.—Tamblen se apre-
cian mucho en este archipiélago las maderas del papóte negro, ma-
oolo, camaffóii, malacapay y Iiij^ón, todas congéneres del ébano, y
3'gunas negras y lustrosas.—El estoraque produce la resina del mis-
lio nombre, que es estimulante y de uso en perfumería, y el ácido
benzoico, ó/lores de benjuí, se extrae de la resina benjuí, producida
por un árbol del mismo género.—Los excelentes frutos, llamados en
Filipinas c/i/coí, pertenecen á las sapotáceas, familia anterior á la
presente.

OLEÁCEAS.

TIPO : La O l i v a .

Caracteres.—Árboles ó arbustos con hojas opuestas, simples ó


iitipari-pinadas. Flores algunas veces unisexuales, racimosas en el
ápice ó axilas ; pedúnculos opuestos, unibracteados. Cáliz gamotilo,
persistente, libre. Corola hipógina con pétalos iguales. Estambres
dos, pegados á la corola y alternos con sus lóbulos : anteras bilocu-
«res, libres. Pistilo con ovario simple, bilocular : huevecillos pen-
dientes ; estilo simple ó nulo ; estigma bífido ó indiviso. Fruto en
"aya, drupa, cápsula ó samaris. Semillas pendientes; albumen car-
noso, ó nulo : embrión recto.—Habita generalmente en las regiones
templadas del hemisferio boreal, siendo pocas las especies que salen
*le esta zona.
Plantas comunes ó importantes.—El olivo, tipo de la familia , ár-
bol propio de la región mediterránea y objeto de extraordinario cul-
tivo en nuestras provincias de Levante y Mediodía. Sus frutos, 11a-
^^dos aceitunas, son comestibles, convenientemente aderezados; y
*e exprimen para sacar de ellos el aceite común ó de olivas, de uso
universal.—Son árboles de paseo ó de jardín la lila, la alheña, úfres-
"o y t\ fresno de flor, que es el que en España produce el maná.—La
^impaga de las Islas Filipinas, tan apreciada y conocida por su grato
olor, pertenece á las jazmíneas, familia que sigue inmediatamente á
'as oleáceas.
3i6 HISTORIA NATURAL.

SOLANÁCEAS.

TIPO : La Patata.

Caracteres.—Yerbas anuales ó perennes, matas, arbustos ó ar-


bolitos, frecuentemente con aguijones, y á veces con espinas; hojas
simples, alternas ó colaterales; las florales apareadas sin estípulas.
Flores de diferentes colores y disposición. Cáliz con cuatro, cinco ó
seis dientes ó partes. Corola gamopétala. acampanada, embudada ó
asalvillada/^yí^'. 294J. Estambres cinco, y raras veces cuatro ó seis,
insertos en el tubo de la corola. Pistilo con un solo ovario. Fruto en
drupa, cápsula ó baya (figuras 36o, 36i y 362j. Semillas numero-
sas ; albumen carnoso abundante; embrión diversamente encorvado
ó recto.—Habita comúnmente en las regiones intertropicales, y al-
gunas especies solamente en las templadas.
Plantas comunes ó importantes.—Son unas venenosas y otras

Fig. )6o. Fruto de la Fig. )6i. Flor de la patata. Fig. }63. Embrión de la
patata. patata.

alimenticias.—Son más ó menos venenosas y narcóticas : el tabaco,


estramonio, solandra, beleño, belladona, mandragora y cestro;—y
gozan de propiedades alimenticias: el alquequenje, pimiento, patata,
berengena y tomate.
El tabaco (fig. 294) es una planta de suma importancia por el
uso que de ella se hace en todo el mundo, ya fumando sus hojas, ya
deduciéndolas á polvo y tomándolas por la nariz, y ya por las aplica-

Fig. j6i. Flor de la patata, Solamim tuterosum, L.—c, cálii; p, corola; e, estambres; s,
estilo y estigma.
Fig. )6i. Embrión de la patata.—e, embrión curvo; p, perispermo; /, tegumento.
BOTÁNICA. 317

Clones medicinales que tiene, merced á una sustancia alcalina, Ha-


llada nicotina, en que abundan. El español Monardés dio á conocer
esta planta en Europa, que ya los compañeros de Colón vieran fu-
ndar á los indios de Santo Domingo. El mejor tabaco procede de la
Vuelta de Abajo en Cuba, y le sigue en calidad el de Cagayán, en
*"lupinas.—El estramonio entra en la composición de algunos medi-
camentos, especialmente en la del bálsamo tranquilo.—También tie-
nen propiedades medicinales hbelladona y la mandrdf;ora, habiendo
sido esta última aplicada desde la antigüedad por los magos y hechi-
ceros para producir alucinaciones.—Hay una especie de cestro que
huele de día (galán de día), otra solamente de noche dama de noche),
y otro por la tarde (galán de la tarde). Cultívase el primero en Euro-
Pa» y el segundo en Filipinas.
La patata es originaria de Chile ; fué descu-
bierta por el español Gomaza, é importada tam-
bién en Italia por los españoles, desde donde
la extendió Parmentier por toda Europa á me-
diados del siglo último. Lo que de ella se come
son unos tubérculos subterráneos que proceden
del tallo ffig. 260), no de la raíz, y son muy
ricos en fécula.—Hay en Filipinas una especie
dt alqucqiienje, llamado tutulacac, que goza,
al parecer, de propiedades medicinales.

VERBENÁCEAS.

TIPO : La Yerben».

Caracteres.—Yerbas y más comúnmente ar-


bustos y árboles con glándulas resinosas, ra-
mos tetrágonos, hojas opuestas ó veniciladas,
sin estipulas. Flores racimosas , espigadas ó en
cabezuela , y frecuentemente cimoso-axilares
(fig. 363). Cáliz libre, gamofilo, con cuatro,
cinco y hasta seis ú ocho dientes. Corola hipó-
gina, caediza, gamopétala, tubulosa, con cua-
j2?- )6). Espiga de la vcr- tro, cinco, seis y hasta doce lacinias desiguales.
°«na, yerbena ofJiciiiaUs, L.
Estambres insertos en el tubo de la corola, in-
clusos ó salientes, en número de cuatro ó cinco por lo común, fre-
cuentemente didinamos: anteras biloculares. Pistilo con ovario libre,
Sentado sobre un disco; estilo terminal simple: estigma cabezudo ú
**bl¡cuo. Fruto capsular ó drupáceo. Semillas derechas; albumen
•lulo; embrión recto.—Habita esta familia entre los trópicos de Asia,
América y Oceanía , siendo pocas las especies que salen de esta zona.
3l8 HISTORIA NATURAL.

Plastas comunes ó importantes.—La verbena, planta perenne de


Europa, poco usada en el día.— La teka, árbol altísimo de la India
y del sur de Filipinas, de leño amargo, impregnado de sílice , muy
duro y útil en construcciones.—El agnocasto ó sauzgatillo, arbusto
del mediodía de Europa y de Filipinas (lagundi), de hojas refrige-
rantes, semillas acres , y al cual se le atribuyó en la antigüedad la
virtud de apagar el fuego amoroso.—Congénere de éste es el molave,
de Filipinas, árbol de madera dura, vidriosa, capaz de pulimento,
y de duración extraordinaria , aun expuesta á la intemperie : condi-
ciones que le dan la supremacía entre todas las maderas del archi-
piélago.—En el mismo país se cultiva en Jos jardines la lantana vi-
burnoides, y es espontánea la volkameria casopánguil) y otras.

LABIADAS.

TIPO : La Terba buena.

Caracteres.—Yerbas, matas ó arbustos, con ramas y hojas opues-


tas ó verticiladas ; comúnmente con glándulas llenas de aceite volá-
til muy aromático. Flores cimosas y verticiladas. Cáliz libre, persis-
tente, gamosépalo, quinquedentado. Corola gamopéiala, hipógina,
caediza, irregular, bilabiada ^yi^. 298). Estambres insertos en el
tubo de la corola ; dos ó cuatro didinamos. Pistilo con ovario libre,
puesto sobre un grueso disco (ginóforo), estilo que sale de entre las
cuatro partes del ovario, comúnmente bífido. Fruto semejante al
ovario, ó de menos aposentos por aborto. Semillas solitarias, dere-
chas, con testa tenue; albumen escaso ó nulo; embrión recto y raras
veces encorvado.—Habita en todo el globo, y de preferencia en las
regiones templadas.
Plantas comunes ó importantes —Son conocidas y cultivadas en
su mayor parte en las huertas, á causa de sus propiedades estimu-
lantes, aceites esenciales que contienen para preparar aguas olorosas
ó para condimentarlos alimentos: la albahaca, salvia, orminia,
mejorana, ajedrea, melisa, betónica y yerba buena, lo mismo que
el espliego, orégano, tomillo y serpol
La subclase de las corolifloras tiene otras treinta familias. A las
apocináceas pertenece el ditd, succedáneo de la quina en Filipinas,
elpandacaqui, que se tiene por vermífugo, y la vincapervinca, gra-
ciosa flor, á la cual los tagalos llaman cantolan.—parte de la madera
de baticulin, que se vende en Manila, pertenece á una bignoniácea,
lo mismo que la linga, de la cual se extrae el aceite de sésamo ó de
ajonjolí, llamado lana por los indios.
BOTÁNICA. 319

SUBCLASE IV.—MoNOCLAMÍDEAS.

Flores frecuentemente unisexuales. Pétalos faltan casi siempre, y


por lo mismo una sola envoltura floral.

LAURÁCEAS.

T I P O : El L a u r e l .

Caracteres.—Arboles comúnmente elevados, rara vez matas ó


yerbas, hojas enteras, coriáceas, permanentes y sin estípulas; alter-
nas, falsamente opuestas ó simulando verticilos. F'lores hermafro-
'litas, unisexuales por aborto, racimosas ó apanojadas. Perigonio
calicino, gamofilo, con cuatro ó seis lacinias. Disco carnoso en el
fondo del perigonio. Estambres periginos, insertos en la margen del
olisco, en número múltiplo de las lacinias: filamentos libres; anteras
extrorsas, ó las exteriores introrsas y las interiores extrorsas. Pistilo
con ovario unilocular libre: un solo huevecillo pendiente y ana-
tropo; estilo simple; estigma obtusamente bi-trilobo. Fruto en baya ó
^li'upa. Semilla inversa: embrión ortótopro.—H¿i{>/ía en los montes
oe las regiones intertropicales, llegando apenas alguna especie al
niediodía de Europa.
Plantas comunes ó importantes.—El laurel, tipo déla familia,
árbol indígena del mediodía de Europa, de hojas largas, anchas y
persistentes y de olor agradable, á causa del aceite esencial que tiene.
Las hojas con sus bajeas, se usaron antiguamente para ceñirlas
sienes de los aventajados en las ciencias, y de ahí bacca-laureatus;—
el alcanforero de China y Japón, del cual se saca el alcanfor, y con
cuya madera se hacen los cofres de alcanfor, que preservan la ropa
fie ia polilla;—el canelero, oriundo de la India y cultivado en Ceilán
y colonias intertropicales, á causa de su apreciada corteza, llamada
<^anela.—Es notable el pusopuso de Filipinas, porque echadas sus
hojas en la mezcla de cal, agua y arena, produce un apreciado y
sólido cemento.
A las miristicáceas, familia inmediata á ia presente, pertenece el
árbol de las Islas Molucas del cual se obtiene la nue^ moscada, tó-
nica y estimulante; al arilo, que tiene las mismas propiedades, se le
llama maclas.—En el Sur del archipiélago filipino hay dos árboles
congéneres del anterior, llamados talangtdlang y duguan.
320 HISTORIA NATURAL.

EUFORBIÁCEAS.
TIPO : La LechetreBna.

Caracteres.—Yerbas, arbustos ó árboles de jugo lechoso, hojas


alternas, simples ó palmeadas, con estípulas pequeñas ó sin ellas.
Flores unisexuales, solitarias ó amanojodas (fig. 265), con brácteas,
disposición varia respecto á las masculinas y femeninas; involucro
común. Cáliz libre, partido, valvado ó nulo. Corola comúnmente
nula. Estambres definidos ó indefinidos, insertos en el centro de la
flor. Pistilo con ovario libre. Fruto di-tripolicoco. Semillas pen-
dientes con tegumento crustáceo; albumen carnoso, abundante; em-
brión ortotopro.—Habita la mayor parte de esta familia entre los tró-
picos de América; en España hay unas setenta especies; en Filipinas
hay cerca de cien especies, y otras en diferentes países.
Plantas comunes ó importantes. —En el Mediodía de Europa se
cultivan las especies de euforbio ó Icchctrepia, llamadas vulgarmen-
te _/7(>res de pascua, nochebuena y corona de espinas, bonitas plantas
de adorno, y además el ricino ó palma Christi, de cuyas semillas se
extrae el aceite de castor, que es excelente purgante.—Además de las
anteriores danse en Filipinas, entre otras: lajrerba de golondrina, de
notable virtud astringente; la consuelda y ]d lengua de perro, que
forma excelentes vallados; el lagari, malatinta, San Francisco y oxrus
que se cultivan por sus hojas variadas; y el Itimban y \atuba, de cuyas
semillas se extrae el aceite del mismo nombre —El boj, con que se de-
coran nuestros jardines, y el árbol de Guyana, del cual se obtiene la
goma elástica ó cautchú, son también de esta familia.
La raflesia,, planta parásita de hermosas y grandes flores de las
Islas Filipinas; el cañano, planta textil, y el lúpulo, usado en la fa-
bricación de la cerveza , pertenecen á familias próximas á las eufor-
biáceas, y á las

URTICÁCEAS.

TIPO : La Ortiga.

Caracteres.—Yerbas ó arbustos de hojas alternas ú opuestas,


casi siempre provistas de pelos estimulantes^^/?-. 274) y estípulas
peciolares. Flores unisexuales, algunas veces hermafroditas, en espi-
ga ó cabezuela, con involucro común. Flor mascul. Perigonio cali-
cinc de cuatro ó cinco hojuelas. Estambres insertos en lo más hondo
del perigonio , iguales en número á las lacinias del mismo y opues-
tos á ellas; filamentos libres ; anteras introrsas , bilocalares. Pistilo
rudimentario. Flor femcn. Perigonio calicino con dos , cuatro ó
BOTÁNICA, 321

«neo hojuelas desiguales. Estambres rudimentarios. Pistilo con


ovario libre y un solo hueveciilo derecho, ortotropo : estilo corto
o casi nulo; estigma cabezudo ó apincelado. Fruto seco ó abayado.
"Cmilla derecha; albumen carnoso; embrión inverso.—Habita gene-
ralmente en las regiones tropicales ó subtropicales.
Plantas comunes 6 importantes.—La ortif^a mayor, planta pe-
renne de Europa , de cuyos tallos puede hacerse lienzo y también
papel.—El lienzo de Cantón se hace de la ortiga nivea (apó), que se
cultiva en la China como textil y se produce espontánea en el Norte
"C Filipinas.—La ortiga menor ó moheña, conocida entre nosotros
por el escozor ¿ inflamación que produce, es anual.—La ortiga fcro^
("pal, notable por la comezón intolerable que produce , alcanza en
'• lupinas tres metros de altura.
La higuera común y el moral pertenecen hoy á la familia de las
"bóreas; la rima, el árbol del pan (antipolo), la nangca y demás aná-
'ogas de Filipinas, á las artocárpeas.

CUPULÍFERAS.

TIPO : El Castaño.

Caracteres-—Árboles ó arbustos de hojas alternas, simples y con


estípulas. Flores unisexuales. Las masculinas amentáceas, con pe-
''gonio escamiforme ó caliciforme , de cuatro ó seis lacinias. Estam-
•Tes en número igual, doble ó triple de los lóbulos del perigonio:
anteras introrsas. Flor femenina amentácea, amanojada ó espiga-
*^^; perigonio adherido al ovario. Pistilo con ovario infero, hueve-
*^'lios pendientes, anatropos ; estilo corto; estigmas tantos como cel-
dillas (figuras 364, 365 y 366). Fruto {bellota ó glande) indehis-
^^tite, unilocular, coriáceo, ó huesoso, sentado en el fondo de un
involucro cupuliforme , propio ó común. Semilla generalmente úni-
*•*» pendiente; el rafe longitudinal, y la chalaza apicicular; albu-
^^Tv nulo; embrión ortotropo.—HaWageneralmente esta familia en
'8s regiones templadas, aunque también se extiende á los países in-
tertropicales.
Plantas comiuies ó importantes.—El castaño, el avellano, la en-
^ 1 a , el roble, el haya, la coscoja, el alcornoque, la carrasca , etc.
~e las cupulíferas, además de excelentes maderas, se obtienen los
°*nefic¡os siguientes : del castaño, avellano, encina, roble y haya,
'Os frutos que respectivamente se llaman castañas, avellanas, bello-
7 y fabucos; de la corteza de la encina y del roble se extrae el ta-
""10 para curtir pieles; la parte exterior de la corteza del alcorno-
ítte es el corcho, usado principalmente para hacer tapones; y de las
33

'y\t::>
322 HISTORIA NATURAL.

ramas de la coscoja se recoge la hembra del coccus ilicis, L., ó sea


la cochinilla de encina, que sirve para teñir de escarlata y carmesí '•
El olmo (ulmáceas), el alme^ (celtídeas), aplatano (platanáceas),
el aliso y el abedul (befuláceas), y el chopo y sauce (salicíneas), ár-

t'ig- V'4- F'g- )^"i- Fig. )(iG.

boles todos comunes en los paseos y parques de España, pertene-


cían antes á la familia de las cupulíferas ó amentáceas; mas De Can-
doUe y Endlicher han constituido con ellos nuevas familias. El no-
gal, árbol notable por su hermosa copa, por su madera hna, por

' El tronco del castaño del Etna tiene ciento cincuenta pies de cir-
cunferencia, con una abertura capaz de dar paso á dos carruajes pareados,
sin que su vegetación haya experimentado quebranto. La encina-capi'
lia de Alouville (Franciaj, en cuyo interior hay una capilla, tiene treinta
pies de circunferencia. Respecto al plátano, cuenta Plinio haber visto un"
en Licia, cuyo tronco hueco medía interiormente ochenta pies de circuf
ferencia. Nuestros lectores ultramarinos no confundirán este plátano coo
el bananero, que tiene allí el mismo nombre.

Fiv. )64. Flores masculinas'^3 y femeninas $ del avellano, Coryllut avellana, L.


Fig_ j6f, Flor masculina aumentada del avellano.—<, escama; a, estambres.
Fig. )66. Flor femenina aumentada del avellano,—i, involucros con el ovario: ff, estilos.
BOTÁNICA. 323
SU fruto, la mie:^, y por el aceite que se extrae de la almendra, per-
tenece á las yuglándeas.
En Filipinas está representada la familia por el almez (macaitmo),
** encina (alayán, hayopat y palayen) y el sauce (liaun).

CONIFERAS.

Tii'o : El Pino.

Caracteres.—Arboles ó arbustos, que segregan resina de su


tronco, de ramas verticiladas; hojas alternas ó verticiladas, rara vez
opuestas, lineales y puntiagudas. Plores amentáceas, unisexuales.
*-as masculinas de un estambre, ó de muchos reunidos y solda-
•^os; las flores femeninas, dispuestas en conos y á veces solitarias,
^on brácteas membranosas en las axilas. Fruto agregado en pina ó
drupa (figuras 366, 36/ y 368), con escamas leñosas ó carnosas. Se-

F'guras jt¡á, }6j y )6S. Órganos de la fructificación del pino común, Piíms sylwstris, L.—
•^1 amento de flores masculinas con hojas / , y yemí />; B , flor l'emenina ; C, amento de flores
femeninas o.

"billas duras, rodeadas de escamas ó brácteas; albumen carnoso, oleo-


so» embrión en el centro.—Habita en todas las regiones, y principal-
tétente en las templadas. Algunos autores dividen esta familia en las
^tiatro siguientes: Genetdceas,abietmeas, cupresincas, taxineas.
Plantas comunes ó Importantes.—De las diferentes especies de
Pitio (saleng) se saca la trementina , el alquitrán, la miera, \a.pe^; es
'preciada la madera y se comen los frutos, piñones, del llamado pino
Ptnonero.—Con las bayas del enebro , infundidas en aguardiente y
dejándolas fermentar, se confecciona la ginebra, obteniéndose de las
ttismas aguardiente y aceite.—También se obtiene trementina del
Peto y del alerce, y son conocidos y apreciados entre otros el ciprés,
^sjo, la sabina, el cedro y la H>ellintonia.—El mayor cedro de E u -
324 HISTORIA NATURAL.

ropa pertenece alJardín de plantas de París; pero el más hermoso,


por la particularidad de sus ramas caídas como las del llorón, está en
la Plaza de las Cortes de Madrid.
La subclase que acabamos de bosquejar contiene cuarenta fami-
lias, de las cuales y de sus especies se han apuntado las más intere-
santes.

CLASE II.—MONOCOTILEDÓNEAS Ó ENDÓGENAS.

Caracteres.—Un cotiledón, o varios alternos. Tallo con las


fibras no dispuestas en capas, ni paralelas, sino entrecruzadas. Lo
más duro del tallo es la parte exterior. Hojas comúnrrfente alternas,
envainadoras, persistentes; nervios más ó menos curvos. Flores casi
siempre del tipo ternario. Comprende esta clase veintiocho familias,
de las cuales describiremos las cinco siguientes.

MUSÁCEAS.
TIPO : El Bananero.

Caracteres.—Yerbas perennes, á veces gigantescas, con el tallo


compuesto de las vainas de las hojas caídas; hojas alternas , simples,

Fig. j6p. Carica Papaya, L.—Papaya.


BOTÁNICA. 325

anteras, con el peciolo envainado, y provistas de un fuerte nervio,


í^lores irregulares, con brácteas espatiformes (figuras 369 y 3/0).

Fig. )/0. Musa puraJisiiitci, 1..—Bananero,

"erigonio corolino, con las hojuelas biseriadas, desiguales y dese-


**^ejantes. Estambres, seis insertos en las hojuelas del perigonio ó
'*'ériice del ovario; filamentos libres; anteras introrsas. Pistilo con
ovario infero; estilo simple; estigma tripartido con lacinias lineales.
•Tuio umbilicado por la cicatriz al perigonio trilocular. Semillas
^^oídeas, con tegumento coriáceo: albumen harinoso-carnoso ; em-
, ''lón ortotropo.—Habita principalmente esta familia en los países
"itertropicales, de donde se ha extendido á otros.
Plantas comunes ó importantes.—El bananero, llamado j;/d7ano
^^ Andalucía y Filipinas (tagalo íag^Mí'ng i, cuyos frutos, éananai,
'Oí de exquisito gusto, muy sanos, y se dan en todas las estaciones,
^•n España se cultiva una especie; en Filipinas hay dos especies cul-
326 HISTORIA NATURAL.

tivadas y espontáneas, con más de cincuenta variedades, y otra ter-


cera , el abacá, planta textil propia de aquel archipiélago, y objeto de
un comercio considerable.—El árbol del viajero (fig. 371), así lla-
mado por el agua clara y fresca que le ofrece en la vaina de los pecio-
los , es la especie más hermosa de la familia.

^'S- ) / ' • KnveiialiamadiígiiSianfiisis, Sonner.—Árbol del viajero.

A las irídeas, familia que sigue á la presente, pertenece el lirioj


el a\ajrán.—El narciso y las cebollas de Persia, de Manila, la fl^^
de lis y el junquillo amarillo de nuestros jardines; las rosas de P^'"'
sia, de Manila, y la,pita (en Filipinas maguí, maguey, nipisi, plaO'
ta textil, pertenecen á las amarilídeas.

LILIÁCEAS.

TIPO : La Azucena.

Caracteres.—Plantas perennes, aveces anuales, bulbosas ó i^'


berculosas, con hojas simples, enterísimas, envainadoras ó abraza'
BOTÁNICA. 327

doras, lineales, planas, acanaladas ó rollizas ; las radicales amonto-


nadas. Flores comúnmente regulares (fig. 372) con brácteas avitela-
das. Perigonio libre, de seis hojuelas. Estambres, seis insertos en el

/•'i¿. ; 7 2 . LiUiim ipciiúuim . Curt.—Azucena elegante.

receptáculo; á veces tres; filamentos libres; anteras introrsas, bi-


loculares. Pistilo con ovario libre, trilocular; estilo terminal, simple;
estigmas, tres. Fruto capsular y abayado, trilocular. Semillas nume-
rosas; albumen carnoso; embrión recto ó encorvado.—Habita en todo
el globo, exceptuando los climas muy fríos.
Plantas comanes ó importantes.—Cultívanse en los jardines el
nardo, jacinto,yuca, aiucena y tulipán; en las huertas, como medi-
cinal, el áloe (sábila),-del cual se extrae el acíbar, y en calidad de co-
mestibles el ajo, cebolla, puerro y espárrago.—La anana, ás exqui-
sito fruto, y de cuyas hojas se saca en Filipinas el filamento páralos
tejidos finísimos átpiña, y la g-u^mania, arbusto de Chile , del cual
se obtienen hermosas flores, miel y corcho , pertenecen hoy á las
bromeliáceas.

PALMAS.

TIPO : El Cocotero.

Caracteres.—Plantas lignescentes, con astil casi cilindrico (figu-


ra 255), desprovisto de nudos; hojas ó frondes alternas, envainado-
ras y el limbo dividido. Flores pequeñas, unisexuales , ó raras veces
hermafroditas. Cáliz trifilo con hojuelas libres. Corola calicina , tri-
pétala. Estambres seis, hipóginos; filamentos libres, ó unidos por la
base; anteras introrsas, biloculares. Pistilo con ovario libre; estigmas
32^ HISTORIA NATURAL.

indivisos. Fruto en drupa ó baya; frecuentemente fibroso, leñoso ú


óseo. Semilla tan grande como la celdilla , aovada ó esférica; albu-
men abundante, lácteo al principio, después duro : embrión cónico
ó cilindráceo.—//«¿-/ííi esta majestuasa familia en los países cálidos
de todo el globo.
Plantas comunes ó importantes.—La palma datilera, magnífico ár-
bol dioico de setenta pies de alto, cultivada y sub-espontánea en dife-
rentes provmcias de España , oriunda del África austral, y apreciada
por sus dátiles; y el palmito de escobas , que sólo alcanza doce pies.
—El cocotero, de la zona tórrida ¡niog de Filipinasi, cuyo estípite,de
ochenta pies de alto, está coronado de un gracioso capitel de hojas
pinadas. Se dice de este árbol que con él se hace un barco y se carga
de ricas mercancías , porque, en efecto, produce agua, vino, vinagre
y aceite : la madera es dura, el endocarpio hue-
soso y sirve para vasijas,y el epicarpio (bonote)
se aprovecha para cuerdas.—Son notables tam-
bién en Filipinas el buri, más alto y más grueso
que el cocotero, del cual se obtiene vino tuba) y
sa^'ú (yoro);—la areca ibonga) , graciosísima y
esbelta palma, cuyo fruto entra en la compo-
sición del masticatorio llamado buro:—\a. ñipa,
que sirve para techarlas chozas de los indios, y
de la cual se obtiene vino, como del cauon, que
proporciona además sagú y yesca.—Pertenecen,
finalmente, á esta familia los bejucos, de tanta
utilidad en la industria, y \3i palma brava, esti-
mada por su madera dura.

AROÍD EAS.

TIPO : El Yaro.

Caracteres.—Plantas herbáceas y perennes,


tuberculosas ó con rizoma; hojas solitarias ó
amontonadas , envainadoras con el peciolo en-
sanchado y el limbo grande. Flores colocadas
sobre un espádice (fifj;. 3/3); las femeninas en
la parte inferior , y las masculinas en la supe-
rior; raramente hermafroditas; protegidas por
^'X- )71 Espátula del una espata monofila fjig. 371). Perigonio nulo
yaro. ó rudimentario. Estambres muchos; filamentos
cortos; anteras extrorsas, biloculares. Pistilo de
diferente forma; estilo nulo ó simple; estigma cabezudo ó en forma
de disco. Fruto en baya. Semillas con tegumento coriáceo; albumen
BOTÁNICA. 329

carnoso ó harinoso; embrión derecho ó Inverso. —Habita principal-


mente en los países intertropicales.
Plantas comunes ó importantes.—En España elyaro y \a_yerba
"^ la culebra.—Aprécianse en Filipinas por sus tubérculos elpana-
*''én, del cual hacen u n a harina llamada ga^ao, y el líaby; el bigd
^s notable por sus grandes hojas, el corazón de María por las h e r -
llosas manchas que presenta en el l i m b o , y el quiapo por sus e m i -
Sraciones á favor de la corriente de los ríos.—\^o> juncos, Idsjuncia.i,
^^s chufas y las que en Filipinas llaman caberas de negrito, perte-
'^ecen á las ciperáceas.

GRAMÍNEAS.
T I P O : La Grama.

Caracteres.—Plantas herbáceas ó leñosas de caña cilindrica ó


'•Omprimida; hojas dísticamente alternas con peciolo ensanchado.
*^lores espigadas, con espata propia, hermafroditas, ó unisexuales
por aborto. G l u m a ffig. 3j}] formada de dos valvas ó brácteas: pajas
*1 n ú m e r o de dos, casi opuestas, desiguales,
'* interior con dos p u n t a s visibles; pajitas ó es-
'^^mitas hipóginas, en n ú m e r o de dos ó tres a l -
ternas con las pajas. Estambres hipóginos, de-
"nidos; filamentos filiformes; anteras bilocula-
j^s, recostadas. Pistilo con ovario monofilo, li-
"""e; estilos dos ó tres; estigmas plumosos. F"ru-
^ en cariópside , libre ó pegada á las pajas;
albumen harinoso, a b u n d a n t e ; e m b r i ó n len- Fi?. 77; Hspiga de la
licular.—/fíj¿.;fíi esta familia en todo el globo, ^grosi-s alba, Schr^d.
* cuenta tres mil ochocientas especies.
Plantas comunes ó i m p o r t a n t e s . — Es la familia más útil de todas,
** por las semillas harinosas que ofrece al h o m b r e , y que se conocen
^^ la d e n o m i n a c i ó n de cereales, y ya por los pastos que suminis-
''* para los animales domésticos.—El arro:{, originario de la India, y
^Itivado en E u r o p a , América, Asia y Oceanía, es la base de la ali-
mentación de más de la mitad del género h u m a n o . — S i g u e n el trigo
" e l maj;j, cereales respectivos de E u r o p a y América, de uso y de
ijlidad reconocidos; y finalmente el centeno, cebada, avena, pani:^o
. í/o, escanda, con sus variedades de difícil e n u m e r a c i ó n . — D e la ca-
"^niel, cultivada en España, C u b a , F i l i p i n a s , etc., se extrae el
^car, producto importante, cuyos usos en medicina y economía d o -
*sUca n o hay para qué ponderar ' . — O t r a gramínea importante es

Hace algunos años qne se cultiva el Holcus saccharatus, para obtene r


«car. Wray lo introdujo en Inglaterra; el conde de Vega Grande en Ca-
330 HISTORIA NATURAL.

la caña bambú, ó caña de indias, que en Filipinas llega á tener


veinticinco metros de elevación '; dentro de esta caña ¡cauayang
totoo) se encuentra la concreción silícea llamada tabaxir, en cuya

^'S- )T4- /¡¡sophila ármala, Endlich. —Helécho arbóreo del Brasil.

virtud medicinal ponen gran confianza los indios algo aficionados a


maravillas. El uso que de estas cañas se hace para construcciones»

narias, y después en España. Llámanle en Filipinas balad, pero ni le cul-


tivan ni le utilizan.
• Tanto medían las que de la provincia de Tayabas nos remitieron *
Manila en 1875, para la exposición de FiladelHa, una de las cuales se con-
serva en el Ministerio de Ultramar.
BOTÁNICA. 33^
andamies, etc., es inmenso.—La caña común, el cógon, la grama, la
yerba mora, la paja de Meca, los amores secos, el heno, la ci:{aña,
el esparlo, la alpistera, el carrito y djoyo, ó cizaña anual de los
lardinillos de Madrid, pertenecen á esta familia.

CLASE IIL—SF.MIV.\SCULARES Ó ETEÓGAMAS.

Caracteres.—Estas plantas, generalmente verdes, están despro-


vistas de vasos y estomas en su primera época, aunque no más tarde.
Esporas dentro de cajillas de dos ó más envolturas, situadas al ex-
terior de la parte ascendente de la planta.

HELÉCHOS.

Tiro : El Helécho Común.

Caracteres.—Plantas perennes, herbáceas ó leñosas con rizoma


rastrero ó tallo arborescente. Ho)as, llamadas frondes, simples ó pi-
nadas, esparcidas sobre el rizoma ó amontonadas en el ápice del ta-
llo (fig. 3/4). Fructificación agrupada (figuras 3-5 y 376); anteridios

Fig. j 7 5 . Botrychium lunaria, Sw. F'g- ild- Esporangio del Caralnpteris


thaucIroiAes, Endiich.

en forma de odrecillos mazados; esporangios colocados en el dorso


ó margen de las hojas, ó en el ápice de las venas, formando soros
(grupos), recubiertos algunas veces de un indusio ó escama mem-
332 HISTORIA NATURAL

branosa. Esporas innumerables y libres.—Habita esta familia en


todas las regiones del globo.
Plantas comunes ó importantes.—El helécho común, el helécho
macho, el helécho hembra, t\polipodio común, la lengua de ciervo,
los culantrillos, la doradilla, la mularia, el helécho real, y la len-
gua de serpiente son indígenas de España.—Los más notables de Fi-
lipinas, por sus cualidades medicinales, son el polipodio de hojas de
encina y el culantrillo, y por su tamaño el nito, cuyo hermoso tron-
co tiene cinco pies y cuyas fibras peciolares sirven para fabricar los
sombreros de nito; t\ predicatorio y el calatondón de cinco varas de
altura.—En América se encuentran heléchos mucho mayores.—'Las
equisetáceas y las licopodiáceas son las familias más importantes
que siguen á los heléchos.

MUSGOS.

TIPO : El Musgo Capiláceo,

Caracteres.—-Plantas desprovistas de vasos, con tallos cortos y


foliosos, frondes enerves ó uninerves (fig. iyj]. Flores masculinas
fanteridios, fig. 3jS¡ axilares ó terminales con hojas perigonales cor-
tas, y con unos filamentos cilindricos ó en forma de maza (para-
fisasj. Flores femeninas (esporangios, fig. 3jg\ laterales ó termina-

Fig. )TJ. Phpcomitrium Fig. )-jS. Anteridios y fitozoarios Fig. )-;<). Esporangio del Of-
ac!0»<«<iÍH»«, Endiich. del Bryummtlam, Endlich. tholrichianpuhinaium,íni!í'i'^^'

les, constituidas algunas veces en forma de ur«a con su opérenlo-


Semillas ó esporas globosas. Los musgos crecen por retoños termi-
nales I innovaciones ó espórulasj, formadas de celdillas sin orden
aparente.—Habita en todas las regiones húmedas del globo.
BOTÁNICA. 333

Plantas comunes 6 importantes.—En España hay tres especies de


nusgo capildceo, que es medicinal.^En Filipinas seconoce el diera-
"ío santo y tres especies de hipno que sirven para calafatear navios,
embalar y hacer tacos.—Las hepáticas, familia que sigue á los mus-
gos, obtuvo grande celebridad antiguamente, porque, como indica
*' mismo nombre, se empleaban algún as de sus especies para com-
batir los padecimientos del pecho, especialmente del hígado. En
'"ihpinas ningún uso hacen de ellas los naturales.

CLASE IV.—CELULARES Ó ANFÍGAMAS.

Caracteres.—Plantas homogéneas formadas de sólo el tejido ce-


'Ular. Esporas dentro ó fuera de un saco memb ranoso. No se conoce
su fecundación.

LIQÚENES.

TIPO : La Orchilla.

Caracteres.—Plantas perennes, expuestas al aire y á la luz , que


"acen en la tierra, en los troncos de los árboles ó sobre las rocas. Ta-
juelo de dos capas, ó sólo de celdillas esferoideas. FructiHcación en
Unos cuerpecitos llamados apotecios ó escuditos, según la forma,
frecuentemente de colores varios; dentro están las esporas, negruz-
cas, libres, ó encerradas en una especie de núcleo.—Habita en todo
ei globo, y abunda en los países septentrionales.
Plantas comunes ó importantes.—Son medicinales el liquen de
Islandia y el musgo de acacia; tintóreas la orchilla, el beomice y la
Porniclia; y harinosas la celraria, el ccnonuce, y el coral terrestre.

HONGOS.

Tiro: El Agárico.

Caracteres.—Plantas celulares ó filamentosas, nunca verdes,car-


nosas, gelatinosas ó pulverulentas, muy variadas en su forma, y que
•lacen sobre el mantillo, algún leño muerto ó parásitas sobre plantas
basculares vivas. Están cubiertas de una membrana fructífera: el
^'ntemo, que contiene las esporas f'ftg. 38o¡.
Plantas comunes ó importantes.—Entre las cuatro mil especies de
*sta familia, las hay venenosas y otras que son inofensivas como
alimento.—Son comestibles algunos agáricos (la seta del campo ú
hongo campesino, la seta del cardo y el hongo pimentero), la cria-
^illa de tierra ó trufa, y algunas tremelias, helvelas, pecinas, cla~
334 HISTORIA NATURAL.

varias, boletos, nidrios, merulios y morchelas.—Otros agáricos, el


esclerocio y la escleroderma, son venenosos, y sospechosos cuantos
cambien de color interiormente al ser partidos; los de consistencia
leñosa, los de olor desagradable y sabor acre, los muy acuosos, y

fig. jSo, Agárico en diversos estados de desarrollo.

los que se crían en sitios muy húmedos y mal ventilados.—También


hay especies de agárico que se usan en medicina; otro que tiene una
materia tintórea que imita la tinta de China, y otro, finalmente,
conocido en Manila, que es fosforescente.—Son dafiosas la roya., e'
í/fo« y el carbonillo de los cereales , el cornezuelo del centeno, y ^^
oidio ó ceni:{o de la uva.—Finalmente, pertenecen á los Hongos los
mohos que nacen sobre muchas materias podridas ó fermentadas, y
el poliporo, del cual se hace la remetí.

ALGAS.

TIPO : El Sargazo.

Caracteres.—Vegetales acuáticos ó de terrenos muy húmedos, ce-


lulares, gelatinosos ó membranosos, barnizados de una sustancia
resbalosa; unos con bultos vesiculosos, otros con filamentos articu-
lados, y, finalmente, algunos divididos por cavidades, ó reducidos á
tubos simples, dotados de un movimiento de oscilación , ó á sim-
ples celdillas redondeadas, acumuladas en masas viscosas ffig. 38i)-
Órganos reproductores, unas veces en esporas desarrolladas en tecas
aisladas ó formando soros, otras en cuerpecillos llamados estiquidios,
depositados en celdillas exteriores ó interiores.—Habita esta numero-
sa familia, de la cual se conocen dos mil especies, en todos los paraje*
BOTÁNICA. 335

ouiTiedos, y en las aguas estancadas ó corrientes, fluviales, termales


o marinas.

Fig. jSi. Zonjría ¡^lantaginca, Endiích.

Plantas comunes Ó importantes.—Las algas, unas son alimenti-


^'3s, otras sirven de forraje, y de algunas se extraen sustancias muy
'aportantes en la medicina.—Son alimenticias algunas especies de
J^co, laminaria, la lechuga de mar y el guláman de los mares de
*• lupinas ; medicinales, ó aplicándolas inmediatamente, ó extra-
yendo el yodo, bromo y sosa en que abundan, la sosa de varec, a l -
8una laminaria, el musgo de Córcega y la pelota de mar, usándose
•^omo forraje la laminaria palmada.

GEOGRAFÍA BOTÁNICA,

La geografía botánica explica las causas físicas que determinan


'a distribución de los vegetales en los diferentes puntos de la super-
"Cie de Ja tierra. Son estas causas el calor, la hf{, el agua, el terreno,
'a atmósfera y la altitud.
Calor.—El calor modifica los climas, y de él depende en gran
''lanera la diversidad de vegetación. Con un calor muy escaso, ó, lo
que es igual, con un frío muy intenso, no puede haber vegetación,
o es solamente celular ; un calor excesivo, sobre todo si es seco, se
Opone también al desarrollo délas plantas; las temperaturas medias
*5on sumamente variadas, y ellas determinan en gran parte la diver-
sidad de vegetación. Mas como cada especie de plantas está limitada á
^ivir en cierta temperatura, lo que importa conocer en cada país no
*s tanto la temperatura media como las temperaturas extremas del
año ó del mes, porque de éstas depende la aclimatación del vegetal.
Llamamos lineas isotermas las que marcan la temperatura media
336 HISTORIA NATURAL.

de todo el globo; líneas isoquimenas las que marcan la temperatura


igual extremadamente baja; y líneas isoteras las que señalan los
puntos con temperatura extrema igualmente alta. Ninguna de estas
líneas es paralela al Ecuador.
Luz.—Aunque no tanto como el calor, también influye la luz en
la vida de los vegetales. Los hay que sólo vegetan en parajes som-
bríos, mientras que otros, generalmente los dicotiledóneos, prefie-
ren un ambiente claro y diáfano.
Agua.—El grado de humedad de la atmósfera influye mucho en
la distribución de los vegetales y en su desarrollo. Basta para con-
vencerse de ello comparar las islas Filipinas con el Cabo de Guarda-
fiú del África, que está á la misma latitud que aquéllas y desnudo de
toda vegetación, mientras que el archipiélago de Magallanes es un
bosque continuado, donde el hombre no ha desmontado sus terre-
nos. La humedad procedente del mar ó de terrenos salinos es favo-
rable á unas plantas y perjudicial á otras. La humedad de la atmós-
fera se conoce repitiendo las observaciones psicrométricas.
Terreno.—Las condiciones físicas del suelo influyen en la vegeta-
ción, favoreciendo más ó menos la acción del sol, la penetración
del aire y de la humedad, y el crecimiento de las raíces. Las condi-
ciones químicas determinan más bien las estaciones de las plantas,
lo mismo que la exposición de los terrenos respecto á los vientos.
Atmósfera.—La excesiva cantidad de ácido carbónico que tiene la
atmósfera en limitados sitios, perjudica ó excluye toda vegetación.
El viento muy fuerte es también contrario al desarrollo de ciertas
especies vegetales, particularmente á las leñosas, que se deforman en
las costas del Océano por efecto de los vientos reinantes, los cuales
por otra parte facilitan la diseminación y trasporte de las semillas á
lejanas distancias.
Altitud.—La elevación de los terrenos hace que la atmósfera sea
menos densa, y, por consiguiente, menos capaz para retener el calor,
la luz y la humedad. Dícese comúnmente que treinta pies de eleva-
ción sobre el nivel del mar equivalen á una legua de alejamiento
hada el norte, por cuyo motivo se encuentran montañas en cuy»
falda la vegetación es ecuatorial, y en la cima es polar.
De todas estas causas reunidas ó combinadas resulta lo que se
llama habitación de la planta, que no es otra cosa que la zona ó país
más acomodado á su naturaleza, mientras que al medio en que vive
dentro de esa habitación se llama estación. Así cuando dice WiH"
komm ' que la abejera habita en los prados y tierras calcáreas de
toda España, por los prados y tierras calcáreas indica la estación, J
por toda España la habitación.

' Prodromus Fíorae Hispaniae.


BOTÁNICA. 337

Bstaclón.—El estudio de las estaciones ó sitios en que se hallan


los individuos de las especies propias de un país constituye la topo-
grafia botánica. Distínguense generalmente las siguientes estacio-
nes : Rocas, pedrefíales, montes, bosques, praderas, arenales, tur-
bales, sembrados, laderas, escombros., marismas, cenagales, etc.,
y para expresar el grado de frecuencia de cada especie se usa de estas
abreviaturas: [CCC], común en todas partes; (CC), comunisima;
(C), común ; (AC), asa:; común ; (AR), asa^ rara; (R), rara; (RR),
'barísima ; (RRR), sumamente rara.
Habitación.—Llámase área de una clase, familia ó género la ex-
tensión de terreno en que puede habitar, y que es mayor ó menor,
según que se modifiquen menos ó más las causas físicas que hemos
descrito anteriormente. Respecto á las regiones de diferentes plantas,
nanse hecho ensayos más ó menos útiles ; pero ninguno completo
"• acabado, á causa de la oscuridad que cubre aún algunos de los co-
nocimientos auxiliares de la Geografía botánica. Hase pensado en
''^giones botánicas dividiendo la tierra en la región de la cañamiel,
«el naranjo, del olivo, etc., etc., y agrupando á estas plantas princi-
pales las demás que crecen en las mismas condiciones físicas. Hicié-
'onse también regiones físico botánicas, entre las cuales son nota-
oles las cincuenta en que De CandoUe, hijo, divide el globo terrá-
queo : la tercera de estas regiones, llamada Mediterránea, comprende
toda la Península ibérica, que tiene vegetaciones muy diferen-
tes, á causa de lo accidentado del territorio. Puede, pues, subdivi-
"irse la Península en seis zonas : i." Cantábrica, donde abundan
*os prados, bosques de hayas, castaños y robles, y el cultivo del maíz,
*^enteno, manzano, avellano, etc. 2." Celtibérica, cereales, olivo,
azafrán, garbanzo y vides. 3." Galécica, parecida á la cantábrica.
4- Lusitánica, más templada que la anterior, con naranjos, limo-
nes, etc. 5° /}(?í;cíi, olivo, vides, cañamiel, bananero, algodonero,
naranjo, etc. 6." Punibérica, con pinos, enebros, sabinas, algarrobos,
olivos, cereales, etc.
Las Islas Filipinas forman la región 23, y las Antillas la 36.
Flora.—Así se llama la descripción de las plantas que viven en
•^na ó varias regiones geográficas. Toda Flora debe exponer en un
prólogo los medios de investigación de que ha hecho uso el autor,
y luego: 1.°, la descripción física de la región cuyas plantas va á
'numerar, con las subdivisiones que aconseje su topografía; 2.°, la
'numeración completa délas especies que crecen en aquella región;
^' » el número absoluto y proporcional de las especies de unas cla-
'^s y familias con otras de las espontáneas y cultivadas, de las aborí-
8enes é introducidas; y 4.°, la comparación oon la vegetación de otras
'egiones conocidas. En España no poseemos aún una Flora que llene
'«tas condiciones, aunque es de esperar que el Prodromus que han
23
})S HISTORIA NATURAL.

publicado Willkomm y Lange facilitará sobremanera este trabajo tan


apetecido.
Jardines.—Los jardines botánicos, convenientemente dispuestos,
son un medio poderoso para ilustrar de un golpe de vista la vegeta-
ción espontánea y cultivada de un país. Dícese que el jardín de
Pisa y el de Padua son los más antiguos que merecen los honores
de tales, como creados en 1544 Y 1546. Kn España cabe la gloria ds
haber establecido el primero ai-gran Felipe II, decidido protector de
las ciencias; en i555 cedió á su médico de cámara, el célebre anató-
mico Laguna, una parte de los Jardines de Aranjuez para el cultivo
científico de las plantas. Eli Jardín Botánico de Madrid fué fundado
por F'ernando VI en 1/55, y trasladado al sitio que hoy ocupa rei-
nando Carlos III en 1774. El primer jardín botánico de Manila fue
plantado por Malespina en 1792, cerca de Pasay , y el actual data
sólo de hace veintidós años.
MINERALOGÍA.

PRKLIMINARES.

La »i!;!t'rii/o¿,'7'íj es la parte de la historia natural que tiene por ob-


lato dislinguir, clasificar y describir los cuerpos inorgánicos ó mi-
'icrales. Mineral es todo cuerpo homogéneo que carece de la diver-
sidad de partes que constituyen los órganos, y, por consiguiente,
lue no obra sobre sí mismo, que no tiene vida.
Los minerales se dividen en simples y compuestos : los primeros
entran como elementos en la composición de muchas sustancias or-
e^nicas ó inorgánicas; los segundos son sustancias inorgánicas com-
P*iestas de los primeros, y en los cuales se resuelven por disolución.
*•! mineral simple fué definido por Santo Tomás de Aquino : Quod
^^primwn in synthesi et tiltimum in analysi chymica.
Preciso es admitir varios cuerpos ó minerales simples ; pues si
«tibiera uno solo, como pretendieron algunos filósofos de la antigüe-
"ad, serían imposibles las mutuas acciones y reacciones que en cada
"^omento observamos: para ellas se necesitan cualidades opuestas,
^*ie suponen diversidad de naturaleza. Los escolásticos, siguiendo á
^anto Tomás y á Aristóteles , habían establecido cuatro clases de
^'lerpos simples: la tierra, el agua, el aire y el fuego, á los que lla-
garon elementos ó formas elementales. Empero los cuerpos brutos
"^e llevan aquellos nombres no eran para la Escuela minerales sim-
P'^Sjsólo á la química era dado el descubrirlos en su verdadera pureza,
multando de todo análisis un principio sólido (la tierra), un principio
'"luido (el agua), un principio gaseoso ó fluido (el aire) y un prin-
pio sutil (el fuego, los fluidos imponderables). Verdad es que un
"'•snio cuerpo compuesto, según el grado mayor ó menor de tempe-
tura á la cual se le someta , puede tomar sucesivamente los tres
atados de sólido, líquido y gaseoso; mas los discípulos de Santo T o -
as no hablaban sino de los cuerpos simples que presentan constan-
Uiente una sola de las formas mencionadas. Las cualidades prima-
•las que atribuían á los elementos, hállanse hoy en armonía con el
340 HISTORIA KATURAl.

aumento de calor, indispensable para que un cuerpo cualquiera pase


del estado sólido al líquido ó al gaseoso.
El número específico de cuerpos ó minerales simples, compren-
dido bajo ese género cuádruple , ó bajo esas cuatro formas, si así se
quiere, es determinado y fijo en sí mismo, por más que sea variable
respecto al estado de la ciencia y perfección de los análisis químicos.
Hoy se admiten comúnmente las 68 especies siguientes:

SÓLtDOs.—Metales.
SIGNOS. NOMBRES. SIONOS. NOMBRES

Al . Aluminio. Mo Molibdeno.
Sb.. .. Antimonio. Nb Niobio.
A . Aridio. Ni Níquel.
Ba Bario. Au Oro.
Bi Bismuto. Os Osmio.
Cd . Cadmio. Pd Paladio.
Ca. . . . . Calcio. PP Pelopio.
Ce Cerio. Ag Plata.
Cs Cesio. Pt Platino.
Co . Cobalto. Pb Plomo.
C u . . .. . Cobre. K Potasio.
Cr Cromo. Rh Rodio.
Di Didimio Rb Rubidio.
Do.. .. . Donario. Ru Rutenio.
Er . Erbio. Na Sodio.
Sn . Estaño. TI Talio.
Sr . Estroncio. Ta Tántalo.
Gl . Glucinio. Tr Terbio.
Fe . Hierro. Ti Titano.
11 . Ilmenio. Th Torinio.
In . Indio. W Tungsteno.
Ir . Iridio. U Urano.
La . Lantano. Va'. Vanadio.
Li . Litio. Yt Ytrio.
Mg.... . Magnesio. Zn Zinc.
Mn.... . Manganeso. Zr Zirconio.
SÓLIDOS.— Metaloides.

As . Arsénico, I Iodo.
. Azufre. Se Selenio.
Bo . Boro. Si Silicio.
. Carbono, Te Teluro.
Ph . Fósforo.
MINERALOGÍA. 341

LÍQUIDOS.

Metaloide. Metal.

"'' Bromo. Hg Mercurio.

GASEOSOS.—Metaloide.^.
Cl Cloro. N Nitrógeno ó Ázoe.
Fl- Fluor. O Oxígeno.
" Hidrógeno.

I'luidos impondcrable.'i.—Hemos dicho que ]os escolásticos ad-


mitían un cuarto género de elementos, bajo la denominación ÁZ, fue-
S^i los fenómenos de la luz, el calor , el magnetismo y la electrici-
dad prueban evidentemente la existencia de otra sustancia que los
produzca, y que sea diferente de las anteriores, llámese ésta éter,
«uido imponderable é incoercible, ó fuego '.
f e t a l e s y metaloides.—Siguiendo la costumbre, hemos dividido
los cuerpos simples en metales y metaloides. Los metales, en gene-
'"*!» son opacos, están dotados de un brillo característico, conducen
bien el calor y la electricidad, y al unirse con el oxígeno constituyen
^3si siempre bases. Los metaloides carecen comúnmente de las an-
teriores propiedades, y al unirse con el oxígeno forman por lo co-
''"in cuerpos ácidos.
Combinaciones y mezclas.—De la combinación ó mezcla de los 68
Cuerpos mencionados resultan todos los rtiinerales compuestos que
'^oy se conocen en la naturaleza. Llámase combinación á la síntesis
luíniica que resulta d é l a unión de dos ó más elementos, por la
*^ual, según ciertas y determinadas leyes de proporción en el peso y
*í volumen, resulta una tercera sustancia esencialmente diferente de
^Us componentes fcompositum). La wiefc/a, por el contrario, es la
Simple agregación, en la cual los elementos componentes conservan
Su naturaleza y sus propiedades (commixtio ad sensum), y pueden
«e nuevo separarse por mecánicos procedimientos (por división ) sin
'ocurrir á la química. De donde resulta que en la combinación se
Produce ó se engendra una tercera sustancia, en la cual las compo-
nentes se contienen, no formal, sino virtualmente, ysólo pueden di-
solverse por operaciones químicas. Las operaciones de estos com-
puestos difieren esencialmente de las que observamos en los simples,
prueba palmaria de que proceden de principios diferentes. Si ai some-

La teoría más generalmente admitida es la del éter. Véanse al pres-


bítero ABDUIN: Cosmogonie, París, 1881, pág. 216 y siguientes, y al Padre
SsccMi, L'UnUa del¡e forje piche—Milán, 1874, passim.
342 HISTORIA NATURAL.

ter el agua á la acción de la chispa eléctrica en el voltámetro se des-


truye aquélla y resultan hidrógeno y oxígeno, se tendrá una prueba
evidente del principio escolástico corriiptio uniíts, gcneratio alterius,
pero no de que estos educios estuvieran anteriormente en el agua,
conservando su naturaleza en a c t o ; lo estaban virtualmente, es decir,
que el agua tiene algunas propiedades semejantes ó añnes á las del
hidrógeno y el oxígeno, en virtud de las c u a l e s , al perder su propia
forma, toma con preferencia las de estos cuerpos simples. Sigúese,
por fin, que la mezcla es un agregado de diferentes sustancias , sin
unidad de principio, sin unidad sustancial y sin continuidad ; mas
la combinación es un individuo sustancial y c o n t i n u o , a u n q u e con
poros ó intersticios, que ni dividen la sustancia, ni m u c h o menos
circundan á los átomos, que en nuestro sentir no conservan su pri"
mitiva naturaleza.
Serie electro-quimlca.—Todo cuerpo soluble ó susceptible de eva-
porizarse se descompone por la corriente eléctrica, dirigiéndose al
polo negativo u n o ó varios de sus elementos, y los otros al positivo.
En virtud del análisis practicado, se ha formado con los cuerpos sim-
ples u n a escala llamada serie electro-química, que empieza por el
oxígeno, que es el más electro-negativo, porque siempre se dirige
al polo positivo, y concluye con el potasio, que es el más electro-
positivo, por aparecer siempre en el polo negativo. Los demás
minerales simples son i n t e r m e d i o s , y p o r lo mismo electro-positivos
respecto al oxígeno, y electro-negativos en comparación de los que
les siguen hasta el potasio '. T a m b i é n se da el nombre de minerali'
¡(adores á los cuerpos electro-negativos, siendo los más importantes
bajo este aspecto el oxígeno, carbono, azufre, arsénico y a n t i m o n i o ;
á los electro-positivos se les llama niincrali^ables.
Nomenclatura química.—Los cuerpos simples se designan oral-

' Las formas de los elementos, dice Santo Tomás ( De Spiritual-


creat., 2 ;, no obran más que por cualidades activas y pasivas, es decir, en
cuanto que la acción de una produce en la otra un efecto, que se llam*
pasión. Los modernos dividen los elementos en positivos y negativos, V
por punto general, ¡os metaloides son negativos respecto á los metales,"
pero siempre se veritica que una misma sustancia es, ora positiva, ora nega'
tiva, según las varias sustancias con las cuales se compara : los metaloide*
Huor, cloro, bromo, iodo, azufre, selenio, fósforo, nitrógeno, carbono, boro,
silicio y arsénico, son todos negativos respecto á los metales, mientras que
comparados entre sí son negativos los que anteceden respecto á los subsi-
guientes, y vice versa; lo cual viene á ser la contirmación de la doctrina del
Santo Doctor. Usa el Santo de la palabra/ormaj de los elementos, porque
éstos, como compuestos sustanciales (no como compuestos corpóreos, que
no lo son ¡, constan de materia y forma. La materia es el principio de la
extensión, la forma lo es de la cualidad, y por lo mismo de la actividad.
MINERALOGÍA. 343
•nente con los nombres que llevan en la tabla anterior, y por escrito
*^on los signos que en la misma los preceden. Para designar un cuerpo
compuesto se agrupan los signos de los simples en los cuales se des-
compone por el análisis, empezando siempre por el electro-positivo,
y añadiendo á cada signo los coeficientes y exponentes necesarios
para expresar el número de equivalentes. Varía, sin embargo, algún
tanto esta nomenclatura, según que los cuerpos compuestos sean aV;'-
"05, bases, sales ó cuerpos no oxidados.
Ácidos.—Combinación del oxígeno con un metaloide (raras veces
•-pn un metal), que tiene un sabor de vinagre más ó menos pronun-
ciado, más ó menos corrosivo ; cuando son solubles, enrojecen las
tinturas vegetales, y combinados con una base forman sales. Para
''^signar estos cuerpos se empieza por la palabra genérica ácido, y
^'gue como específica el nombre adjetivado del mineral al cual se ha
unido el oxígeno, así : ácido sulfúrico, cuerpo compuesto de oxí-
geno y azufre. Si hay dos combinaciones, en la más oxidada se ter-
"iina el adjetivo en ico, y en la menos en o.vo; y si hay cuatro ó
cinco proporciones en la combinación, se anteponen al adjetivo las
'riciales hipo v per, en el orden siguiente : ácido hipocloroso, ácido
cloroso,ácido Iñpoclórico, ácido dórico y ácido perclórico ; esta úl-
'itna es la más oxidada de las cinco combinaciones.
Bases ú óxidos.—Combinación del oxígeno con un metal, sin sa-
"or agrio ó de vinagre, antes bien recuerda algo el de la lejía; enver-
"^^ce el jarabe de violetas, enrojece el papel amarillo de cúrcuma, y
'levuelve el color azul á las tinturas vegetales enrojecidas por los áci-
"^os. Los óxidos se denominan simplemente óxido de aluminio, óxi-
"O de calcio, etc., para indicar la combinación ó el compuesto de
^^igeno y aluminio ó calcio. Si los óxidos están formados por la
combinación del oxígeno con un metal en la proporción de i,*/,,
^' 3, etc., se les llama protóxido, sesquioxido, deutóxido, trióxido....
P<^>~óxido de, etc. Algunos químicos aplican á la nomenclatura de
*^s óxidos la misma de los ácidos, y dicen O'XÍ'Í/O cuproso, cúpri-
^^1 etc.; y también son conocidas varias de estas sustancias por un
simple sustantivo, tomado del elemento específico, como ^ofíi.va, sí-
'^^, etc., que equivalen á oxido de potasio, de silicio.
Sales.—Las sales resultan de la combinación de un ácido y de
Una base, y suelen no ejercer ninguna acción sobre los reactivos,
•^ara nombrarlas se empieza por el nombre del ácido, añadiéndole
'a terminación ato ó ito, según que la tuviera en ico ó en oso: así, el
acido dórico, al unirse con una base, forma cloratos, y el ácido clo-
roso formará cloriios de la base supuesta. Las sales se denominan
delicuescentes ó eflorescentes , según que se licúen ó se reduzcan á
polvo.
Cuerpos no oxidados.—Las combinaciones binarias, en tas que
344 HISTORIA NATURAL.

no interviene el oxígeno, pueden efectuarse entre dos metales , en-


tre dos metaloides, ó entre un metal y un metaloide. En este último
caso el metaloide da el nombre al compuesto, poniéndole la termi-
nación uro: por ejemplo, cloruro de oro, combinación del cloro con
el oro.
Las mezclas de un metal con otro, llamadas aleaciones ó ligas, se
designan con los nombres de los metales que entran en su compo-
sición, llamándose amalgamas 3íqvie.\\a,s en las cuales entra el mer-
curio como elemento. Las combinaciones de dos metaloides se deno-
minan como las de un metal y un metaloide, comenzando por el
elemento más electro-negativo; y la ley de las proporciones múltiples
es aplicable á los dos géneros de combinaciones, debiendo expresarse
si es un monocloruro de sodio ó un bisulfuro de arieníco.—Unién-
dose el agua á diferentes compuestos, reciben éstos el nombre de hi-
dratos, como hidrato de potasa, sílice hidratada, etc.
Fórmulas qaimicas.—Son la traducción abreviada de lo que se
acaba de exponer. El ácido cloroso consta de un equivalente de cloro
y tres de oxígeno, y se escribe, por lo tanto, ClO^. El protóxido de
hierro se escribe, FeO ; el sesquióxido se multiplica por 2 para evitar
números fraccionarios, y en vez de poner FeO'lt, se expresa asi,
Fe^O". En las fórmulas de metales y metaloides se empieza siempre
por el signo úel metaloide. Las sales eran consideradas hasta hace
poco tiempo como simples mezclas, más bien que como combinacio-
nes químicas ó compuestos sustanciales. En la primera de estas hipó-
tesis se usa de una fórmula dualistica, escribiendo primero la base,
á continuación el ácido, y separando ambas fórmulas por un punto;
ejemplo : nitrato de potasa, KO.NO^. Por el contrario, los quí-
micos , que consideran las sales como compuestos químicos y no
como meros agregados ó mezclas, se sirven de fórmulas unitarias, y
escriben la anterior de la manera siguiente : KNO'^; el exponente
del O es 6 en esta última fórmula, porque es la suma de los cinco
equivalentes del ácido y de uno de la base '.

' Hemos hablado de equivalentes para adaptarnos al lenguaje admitido


en la química. Para nosotros átomo es toda sustancia indivisa, continua,
«orno dice la misma palabra, de manera que un hombre es un átomo. L*
ley de los equivalentes no signiñca otra cosa que la proporción definida se-
gún la cual deben combinarse los elementos para constituir el compuesto
químico, pero no que haya en los elementos átomos en acto, ó realmente
separados, y que necesariamente un átomo de H. haya de unirse á 2 de O.
para formar el agua. Este es un simbolismo que ha seducido demasiado la
imaginación, porque se presta á una exposición algebraica clara y precisa;
pero tomándola al pie de la letra, no pasa de ser una ficción fantástica, que
no está apoyada ni por demostración ni por prueba sólida de ningún ge*
aero. Y no decimos esto porque sea esta hipótesis inexplicable por la doc-
MINERALOGÍA 345

Nomenclatura mineralógica.—Es casi siempre la misma que aca-


bamos de tomar de la química; aunque con excepciones dignas de
TOinarse en cuenta, sobre todo cuando se trata de minerales com-
puestos de muchos elementos : así decimos cali^^a por carbonato de
cal, y barita por sulfato de barita. En este CURSO se apuntará breve-
líente una y otra nomenclatura.

CARACTERES MINERALÓGICOS.

A las propiedades físicas ó químicas que presentan los minerales


y que nos sirven para conocerlos, distinguirlos y clasificarlos, se les
*laina caracteres, y suelen dividirse en la forma que representa el
siguiente cuadro :

'•"ina de Santo Tomás ; nada de eso : ningún inconveniente vemos en que


Una sustancia continua, para combinarse con otra y formar el compuesto,
sufra una previa división en cuantos átomos se necesiten ; pero repetimos
^Uetodo ese conjunto de hipótesis tiene más poesía que ciencia.—V. BER-
THELOT, La Syntése chimique ; y BAIN, Lof;ique deductive et inductive.
346 HISTORIA NATURAL.

Cristalinas.
I Agrupadas,
Figuras {
j Incrustadas.
Geomvtricos. I Irregulares.
( Regular.
Estructura ) '
' Irregular.
(Absoluta,
Pesantez ,, , .
' Relativa.
[Mecánicos... I Estado del mineral.
Dureza.
Tenacidad.
Coherencia . . . . Ductilidad.
j Maleabilidad.
Físicos.. / f Flexibilidad.
1 Elasticidad.
i Electricidad.
Electro-maiíncticos ', , ,
'• \ Magnetismo.
. Refracción.
Policroismo.
I Brillo.
o I Ópticos
te
•o j Colores.
« I Fosforescencia.
«
a V Trasparencia.
Untuosidad.
1
» I Aspereza.
5e«í)¿/í'.';..../Del tacto ; .
s • Del olfato. i Apegamiento a la lengua.

I \\
Frío y calor.

u Del gusto •¡ Olores propios.


Delicuescencia.
I Olores accidentales.
I Eflorescencia.
, Sabores
( Electro-negativos.
Ensayos \
' \ Básicos
I Ley de combinaciones.
QUÍMICOS / Análisis
"' ( Teoría de equivalentes.
I Discusión analí- < Explicación de las excep-
I tica \ cienes.
MINERALOGÍA. 347

CARACTERES FÍSICOS DE LOS MINERALES.

Así se llaman todos los comprendidos en los cuatro primeros


grupos, porque para apreciarlos no hay necesidad de destruir la sus-
tancia física, ni aun siquiera de alterarla sensiblemente. Los exa-
ininaremos brevemente.

CARACTERES GEOMÉTRICOS.

FIGURAS.

La /¡¿lira es el límite ó término de la extensión. Para el caso pre-


sente se divide en cristalina, por concreción, irrcf^ttlarj' orgánica.
Figura cristalina.—Es el resultado de la cristalización, ó sea de
'a condensación de los fluidos que, dotados de átomos simétricos,
'orman al condensarse sólidos regulares llamados cristales. Esta con-
densación ditiere,sin embargo, de la traslocación de los átomos, ó de
'as moléculas, ó de las partecitas de un acervo ó mezcla en que, estre-
chándose más y más entre s í , ocupan menor extensión porque se
''esaloja el tluido que las dividía. La traslocación de las partes en una
sustancia continua que se condensa es la consecuencia necesaria de
la constricción de las mismas partes: es como un objeto que se ve por
"Microscopios de diferente fuerza y aparece mayor ó menor. En
•Uerza de esta misma constricción, que actúa en innumerables par-
*^s del fluido, se dividen éstas en partículas simétricas q u e , agre-
gadas por la atracción, constituyen la mezcla regular ó el cristal. La
Causa de la cristalización es la misma de la condensación, ó sea la
^Vaporización y la fusión, que deben, por punto general, ser tran-
quilas y sosegadas.
Cristales.—Los sólidos geométricos que resultan de la cristaliza-
ción, constan de caras, aristas, ángulos sólidos y ejes. En los ejes
^^ considera si forman ángulos rectos ú oblicuos, y en las demás
Partes la truncadura , el bisel y el apuntamiento, según que sean mo-
'l'ficadas por uno, dos ó tres planos.
Kstadlo de los cristales.— No basta saber que algunos cuerpos
inorgánicos se cristalizan ; necesítase además , para utilizar este ca-
•"acter, conocer la naturaleza de los poliedros que presentan, y las
^daciones ú oposiciones que de ellos resultan. Ante todo, ha de re-
conocerse bien si se trata de un cristal geométrico natural ó de una
•factura, y luego fijarlos caracteres todos que ofrece á la considera-
Coa del naturalista.
Medida de ana Aagulos.—Las inclinaciones de las caras del cristal
348 HISTORIA NATURAL.

han de someterse á una medición escrupulosa , mediante los instru-


mentos llamados goniómetros. El más sencillo es el de Haüy, qu^
consta de dos alidadas (fig. 382) movibles, que se adaptan á las

Fig. )Si. Alidadas del goniómetro Fig. jS}. Semicírculo del goniómetro.
de aplicación.

aristas del cristal, y se colocan luego sobre el semicírculo graduado


ffig. 1^3]., en cuyo limbo se encontrará el valor del ángulo. Esta
medición es muy defectuosa. Wollaston ha inventado otro gonió-
metro más exacto, llamado de reflexión. Compónese (fig. 384) de un

• ^ d

Fig. )84. Goniómetro de reflexión.

círculo vertical graduado, a¿», colocado sobre un pie, y que pueda


girar alrededor de un eje horizontal, mediante el botón / . El botóo
g pertenece á otro eje interior, también movible. El cristal que ha de
medirse se coloca sobre la placa o, fijándole con cera blanda, de ma-
nera que la arista cuya medición se busca esté perpendicular al
plano del círculo y en el eje de rotación. Partiendo del principio de
que los espejos horizontales reflejan horiiontalmente la imagen de
los objetos hori:{ontales , se miden por reflexión los ángulos diedros
en la forma que el profesor explicará prácticamente. Úsase también
con ventaja el goniómetro de Babinet.
Hechos fbadamentales de la cristalografia.—Las figuras poliédrí'
cas de los minerales son sumamente numerosas, se cuentan por mi-
les ; empero para facilitar su estudio se han reducido á seis figuras
MINERALOGÍA. 349

pf'tmitivas, considerando las demás como modificaciones ó deriva-


ciones de las mismas, y llamándolas por lo mismo secundarias; de
«onde resulta que, conociendo perfectamente las propiedades físicas
y geométricas de ese pequeño número de figuras que se toman como
'ipo, pueden fácilmente conocerse todas las otras que de ellas se de-
rivan. Ftindase este procedimiento en los postulados siguientes.
'• Separando mecánicamente las partes de los cristales, en la
airección de sus cruceros ó ejes, resulta un núcleo que es la figura

Fig. )S^. Fig. jS6.

Primitiva. Esta figura es idéntica (fif;. 385) ó diferente ffig. 386) de


'* secundaria en la cual se hizo el ensayo.
2." La truncadura, el bisel y el apuntamiento no son figuras
"'facetamente intentadas por la naturaleza, sino modificaciones acci-
dentales. De donde se infiere que los poliedros resultantes de estas
3ses de la cristalización deben reducirse á los primitivos que care-
cen de ellas.
3." En todo cristal las partes de la misma especie se modifican to-
'^s simétricamente, es decir, que si en un cubo se trunca un ángulo
" una arista (truncadura), ó se apunta una cara (apuntamiento)., se
^''uncarán y apuntarán respectivamente todos los ángulos, aristas y
caras. Para que las aristas se llamen de la misma especie, es preciso
9ue al carácter de igualdad reúnan el de posición y unión, formando
^igulos iguales.
4.° En todo cristal las partes de diferente especie se modifican
con independencia y de diferente manera ; es decir, que en un pris-
^^ recto la modificación de las caras verticales no implica la de las
*^aras horizonles.
5." Los minerales de idéntica composición química tienen igual
^'stema cristalino, é iguales los ángulos de sus formas primitivas.
^in embargo, hay minerales que, teniendo idéntica composición
9iiim¡ca, se cristalizan bajo formas de sistemas diferentes: dimorfis-
""o; tales son el azufre, la pirita de hierro y el carbonato de cal.
6." Los minerales de composición química diferente tienen dife-
rente sistema cristalino, ó cuando menos diferentes ios ángulos de
^"s formas primitivas. También este postulado tiene alguna excep-
ción :
isotnorfismo. Los compuestos de azufre y selenio, cuando se
3S0 HISTORIA NATURAL.

unen al plomo, plata y z i n c , presentan formas de sistemas cristali-


nos iguales, con diferente composición química.
C u a n d o los cristales no se hallan modificados en su totalidad
conforme á las leyes de la simetría, se llaman liemie'dricos ó disimé-
tricos ; ñ n a l m e n t e , en todo cristal se llama caras á los planos,
aristas á la intersección de los ángulos diedros, esquinas á los ángu-
los sólidos, facetas á los pequeños planos que modifican el tipo p r i -
mitivo, y ejes á las líneas rectas sobre las cuales se s u p o n e que gi-
ran los planos ó caras.
Sistemas cristalinos.—De los anteriores postulados han deducido
los mineralogistas que todas las formas de cristalización se pueden
reducir á los seis sistemas siguientes:
TIPOS CRISTALINOS. KICUHAS.

• Iguales. I." Cubo.

Trp^ p i e J ^ " ^ iguales,


I "^^^ e ) e s j • . Prisma recto de
/ tercero des-
re c t a n base cuadrada...
guiares.. igual.

i Desiguales...
3." Prisma recto del
base rectangular.'

u
•1

a Iguales 4.'' Romboedro.


3,

iDos iguales,'
'5," P r i s m a rom-
Tres e j e s , ' tercero des-
boidal oblicuo..
( oblicuos. \ igual

T o d o s des-í
des-ÍG.» Prisma oblicuo
iguales simétrico.
Fig- }»1.
MINERALOGÍA. 35i
TIPO I." Cubo.—Refiérense á este sistema el octaedro regular
(fig- 388), que es un cubo cuyas esquinas han sido truncadas com-
pletamente; el dodecaedro romboidal (fig. SSg), que también resulta
'le truncaduras; el trape^oedro ffig. 3go\; el hexaoctaedro ffig. Sgij;

fig. )SS. f-'ig- )X'J l-'ig. )^)l. Fig. )>)2.

^^^''aedio (fiíf. M)2.\ el dodecaedro ¡fig. 393), y otros. Se cristalizan


por este sistema e! alumbre, la sal común , el diamante y el granate.

!ínt)

P'g- )9). Fig- )94- Fig- J'J5-

TIPO 2.° Prisma recio de base cuadrada.—Se originan de este


tipo otros prismas, de ocho ó más caras (fig. 394), y también octaedros
triangulares que no ofrecen la igualdad de inclinación de sus caras,
*lUe caracterizan al octaedro regular del tipo i.° También se pre-
*^ntan las cristalizaciones de este sistema bajo formas mixtas de pris-
tttas, con apuntamientos octaédricos.— Estaño, calomelano.
TIPO 3." Prisma recto de base rectangular.—Resultan de él
Pfismas iguales ó romboidales, octaedros recto-rectangulares , ó

A
Fig. )^6. Pig- )97. Fig. )9S. Fig. )99-

'ecto-romboidales, y prismas exaedros irregulares ('/í^. SgS).—Cris-


t'Iizan en este sistema el azufre, topacio, suifatos de barita y de
plomo, etc.
352 HISTORIA NATURAL.

TIPO 4." Romboedro.—Derívanse de este sistema romboedros


más agudos ú obtusos, el prisma exaedro regular ífig. 3g6), el es-
calenoedro, el isosceloedro (figuras "iijyy 398), y numerosas formas
mixtas (fig. 399), que pueden verse en la cristalización de la capar-
rosa verde, ácido oxálico, sulfato de hierro, etc.
TIPO 5.° Prisma romboidal oblicuo.—Modifícase de muy dife-
rentes maneras, y ofre ce prismas y octaedros rectangulares ó romboi-
dales, pero siempre mo dificados y oblicuos, y en él se cristalizan el
sulfato de cobre ó caparrosa azul, el cuadroxalato de potasa, el ácido
paratártrico, la axinila, etc.
TIPO 6." Prisma oblicuo no simétrico.—Las formas dominantes
de este sistema son los paralelipípedos y los prismas exágonos, con
modificaciones por truncaduras.—Cristalizan en él la piedra calasía,
el cristal de roca, la esme raída, el nitrato de soda, etc.
Variaciones en nn mismo sistema.—Llama la atención el por
qué un mismo mineral se encuentra algunas veces bajo formas dife-
rentes de un mismo sistema; y parece que puede asignarse como
causa unas veces el líquido que sirve de disolvente y las materias
que tenga en suspensión ó disolución, y otras el grado de tempera-
tura, que influye en la atracción molecular, toda vez que se ha esta-
blecido que la división de la sustancia es anterior á la cristalización.
Así el alumbre disuelto en agua y depurado por cristalizaciones su-
cesivas, se presenta en octaedros completos, mientras que si al agua
se le añade ácido bórico ó ácido clorhídrico, los cristales que resul-
tan son cúbicos. Se pueden obtener otras variedades con el ácido ní-
trico, clorhídrico, amoniaco, etc. Pues una cosa análoga sucede en
el gran laboratorio de la naturaleza, de manera que los mineralogis-
tas distinguen las localidades de ciertos minerales, por las formas
cristalinas que presentan.
Cambio de sistema.—A las mismas causas ha de atribuirse el di-
morfismo que presentan algunos minerales que se cristalizan bajo di-
ferentes sistemas. El azufre disuelto en sulfuro de carbono, da pe""
la evaporación cristales en octaedro romboidal recto; mientras que
fundido da por enfriamiento cristales del sistema prismático oblicuo-
Pero es de advertir que siendo el estado sólido el de equilibrio es-
table, los minerales que por las circunstancias expresadas toman la
forma cristalina que no les es común, la conservan con menor esta-
bilidad , como se ve en el aragonito, que es el carbonato de cal cris-
talizado en prisma romboidal merced al agua caliente, y que no es
tan consistente como el espato de Islandia, que es el mismo car-
bonato en su forma regular ó romboedro.
Isomorflsmo.—Las mismas explicaciones pueden darse de aque-
llos minerales, que siendo de distinta naturale;^ química, se crista-
lizan, sin embargo, bajo un mismo tipo. Según la temperatura del
MINERALOGÍA. 355

8gua en que las sales se disuelvan , absorben mayor ó menor canti-


dad de aquél disolvente, y resultan ó no isomorfas.
Cristales agrupados.—Los cristales, no sólo se presentan aislados,
Sino también agrupados regularmente, y también al acaso. Son gru-
pos regulares los constituidos por cristales que se reúnen por sus
*^aras homologas. Unas veces conservan la misma forma, como en
^1 cubo (fig. 400) , otras veces la varían , como en el grupo hexá-
gono ffig. 401), formado por dos prismas y dos semiprismas. Cuan-

^y'.
y

\
^^U' 400. Grupos regulares de cristales J'ig. 401. Grupo regular de dos prismas
cúbicos. a , y dos semiprismas b.

"O los cristales se reúnen como al acaso, presentan formas acciden-


^'6s, como los mamelones (fig- 402), masas ovoideas ó redondea-
bas, erizadas de puntas cristalinas; las dentrilas ó arbori:;aciones
^fig- 403), grupos irregulares donde los cristales en su conjunto
''Cctan más ó menos la forma de una planta; y las configuraciones
'^^^aloideas (fig. 404), nueva forma de las dentritas, redondeadas y
entrelazadas á la manera de los corales. Las tremías (fig. 4o5), y las

Fig, 402. Mamelones. Fií;. 40'í. Dentritas Fif. 404. Configuracio-


nes coraloideas.

'^9pchas calcáreas (fig. ^06), son también configuraciones acci-


^ntales que forman los minerales suspendidos en el agua, y que al
agregarse se van hundiendo por su propio peso, afectando las nue-
as agregaciones que se efectúan en la superficie, esas figuras capri-
chosas á primera vista.
Vigoras por concreción. — Cualquier movimiento que se i m -
prima al líquido en el acto de consolidarse las materias en él disuel-
*s perturba la cristalización, y da lugar á estalactitas, pisolitas y
^'ras formas independientes. L&s estalactitas (fig. 407) son masas
24
354 HISTORIA NATURAL.

minerales cónicas, macizas ó lluecas, de superficie lisa, ondulosa y


en forma de tubo, que se encuentran suspendidas de las bóvedas de
ciertas grutas. Fórmanse en el techo de esas cavidades subterráneas
por la destilación de las aguas que tienen materias en disolución
Las primeras gotas que llegan al punto a , al evaporarse, dejan un

Fi^. ^uj. Tremiíis Fig. 4o^>. Concha h't^. ^oy. estalac- Fig. 40S.
calcárea. tita. Pisolita.

circulito de materia sólida, que va creciendo con la acumulación de


las demás materias que dejan las gotas subsiguientes. El hueco del
círculo se llena por lo general, de manera que la concreción au-
menta sólo por el exterior, y más particularmente en la parte de
arriba, donde el agua empieza á dejar sus materiales, y de ahí la for-
ma cónica que toma esta masa con el tiempo. Las gotas que caen
desde la estalactita al suelo no han dejado todo el material que con-
tenían en disolución, y forman al evaporarse otro depósito, bajo la
misma vertical, que recibe el nombre de estalagmita; cuando las
dos masas llegan á unirse parecen columnas destinadas á sostener la
bóveda de la caverna. Estos fenómenos se realizan principalmente
en las grutas de las montañas calcáreas, mediante el carbonato de
cal y el exceso de ácido carbónico que se disuelve en el agua : el
ácido carbónico se desprende en parte al contacto del aire, y el car-
bonato se precipita en masas terrosas, formando esas caprichosas
concreciones que tanto llaman la atención de los curiosos, en Riva-
desella * (Asturias) y en Antípolo (Filipinas).
Si estas mismas filtraciones se efectúan á través de las paredes en
forma de colgaduras onduladas y plegadas, se llaman paniformes.
Las pisolitas ffig. ^oS) y las oolitas son granos formados decapas
concéntricas y delgadas que se han adherido sucesivamente á un
cuerpo central, semejante ó extraño, arrastrado por el agua que con-
tiene el mineral de aquellas capas. Las geodas , piedras huecas cris-
talizadas en su interior; las piedras de águila , separación de la capa
interna de la geoda, y las bombas volcánicas, débense á causas seme-
jantes y á la intervención de cuerpos extraños en la cristalización.

* La cueva de Rivadesella no se conoció hasta Julio de 1869.


MINERALOGÍA. 355

Incrustaciones y moldes.— Las aguas cargadas de materias solu-


bles las depositan frecuentemente sobre las plantas, los animales y
las piedras, formando una capa sólida que conserva la forma exterior
de estos cuerpos ; tales son las incrustaciones de Fuente de Piedra
(Antequerai, San Miguel de Fay (Barcelona), Vichy iFrancia) y San
relipe (Toscana). Otras veces estos depósitos se amoldan á la cavidad
ititerior de conchas ú otros objetos, y forman moldes.
Petriücacióny epigenia.—ha. petrificación se verifica cuando u n
•dineral sustituye á un cuerpo orgánico , conservando la forma y
•lasta la textura aparente de éste, como se ve en la piedra de cangre-
Jo y maderas petrificadas; en la epigenia el cuerpo sustituido es tatn-
°ien mineral, y el cuerpo que le sustituye conserva las formas del
primero.
Figuras irregulares.—Los minerales se presentan además colo-
cados en grandes capas sobrepuestas como las hojas de un libro, es-
'''atos ó ¡ajas ffig. 420); entrelazados con otro mineral estratificado,
piones ffi^, 422), ó si son muy delgados, venas ; y también en for-
^^ de ríñones , guijos , cantos rodados , granos , arenas , chinas y
S''avas , palabras que se comprenden fácilmente, y que indican des-
P''Cndimientos mayores ó menores del criadero primitivo.
También las figuras regulares, ó cristales desprendidos de su ya-
•"imiento se redondean ó desgastan por el roce con otros cuerpos,
y se presentan bajo formas que desdicen de su sistema de cristaliza-
ron, y se llaman tabulares, lenticulares, cilindricas, bacilares, ca-
P^^ares, fibrosas y radiadas.

ESTRUCTURA.

Como hay dos clases de figuras ó formas , que acaban de descri-


°'rse, así hay dos clases de estructuras: la regular poliédrica y \i
^^^e guiar.
_ fistructara regular.—Es la base para la agrupación de las figuras
'istalinas bajo los seis tipos indicados. Las moléculas minerales
'*'^n unidas en direcciones que corresponden á los ejes ó cruceros
p los cristales, y se pueden separar mecánicamente mediante la es-
tilación ó clivaje ' , obteniendo pequeños poliedros. H a y , sin em-
""80, algunos minerales, como la esmeralda y el cristal de roca,
"Ue no se esfolian jamás en fragmentos regulares. Infiérese de aquí
íüe para determinar la forma cristalina de un mineral debe tomarse
sólido que resulta de la esfoliación ó clivaje en los cristales que
pueden disgregarse en poliedros regulares; en los demás se tomará
*'Orma predominante, como la del octaedro regularparaelalumbre.

Del alemán Klóben, hender la madera.


356 HISTORIA NATURAL.

Las agrupaciones regulares, de las cuales se habló más arriba,


no pertenecen propiamente á la estructura regular, si no es que se
considere cada uno de los cristales que constituyen la agrupación;
pero hay crecimientos regulares por yuxtaposición natural ó de
laboratorio, que conservando el mismo sistema de cristalización, ó
cambiándole, están sujetos completamente á las reglas de la estruc-
tura regular.
Estructura Irregular.—No obedece á la regla de la dirección de
los ejes ó cruceros, sino que es una agregación desordenada de mo-
léculas minerales; puede ser laminar como en el mármol estatuario;
niviforme, como en el sulfato de cal; granular, como en el aspe-
rón ; dentrítica, como en la mica; fibrosa, como en las agrupaciones
llamadas coraloídeas, y en el amianto ó asbesto; esquistosa ' , como
en la pizarra; compacta, cuando el ojo no descubre la estructura;
celular ó porosa, como en la piedra pómez y escorias de Jos volca-
nes ; y orgánica, como se ve en las petrificaciones.

FRACTURA.

Es una consecuencia de la estructura y un medio para conocerla.


Si golpeando un mineral, las partes en que éste se divide presentan
las superficies planas, la fractura es igual; si las presenta curvas, es
concoidea; si las ofrece desiguales en líneas rectas parecidas á las
astillas de los leños, se la llama astillosa; y, por fin, es terrosa, si al
romperla suelta en polvo sus partículas.

CARACTERES MECÁNICOS.

Bajo este epígrafe se comprenden las propiedades de pesante^ y


coherencia.

PESANTEZ.

Pesantez absoluta.—Bajo igual volumen los cuerpos presentan


pesos diferentes. Una bola de plomo pesa más que una bola de már-
mol, y ésta más que una de marfil, como una moneda de oro pesa
más que una de plata, siempre suponiendo el mismo volumen. Por
estas diferencias notables nadie confundirá el platino con la plata,
que pesa la mitad menos, ni con el estaño, que pesa la tercera parte.
Ño obstante, como la diferencia no es tan sensible en todas las sus-
tancias minerales que pueda servir de carácter distintivo en todos

' De lyfiTíó^, fácil de hender.


MINERALOGÍA. 357

los casos, se ha acudido por medio de evaluaciones exactas á deter-


minar fijamente el peso específico de cada una.
Pesantez relativa, ó peso específico.—Es la comparación de la
pesantez de un cuerpo cualquiera con la del agua destilada á la tem-
peratura de 4° cent., según el principio de Arquímedes. Por los me-
dios que la física enseña, se obtiene primero el peso absoluto ó real del
cuerpo que se desea examinar; se le pesa de nuevo sumergido en el
agua destilada para conocer lo que pierde de su peso, y luego se di-
vide el peso absoluto por la pérdida, resultando por cociente el peso
especifico buscado, ó sea XA pesante^ relativa. De manera que cuan-
do decimos que el peso del platino es 23,oo, el oro 19,36, el pio-
nco 11,35, la plata 10,47, el hierro 7,78, el marfil 1,91 y la piedra
pómez 0,90, expresamos que en igualdad de volumen los seis prime-
ros cuerpos son otras tantas veces más pesados que el agua, y el úl-
timo más ligero.

COHERENCIA.

Kstado de los cuerpos.—La coherencia, ó cohesión, como hoy se


nama,es la fuerza por la cual cada sustancia mantiene sus partes en
equilibrio íntimo. Si este equilibrio es estable, la sustancia se pre-
senta en estado sólido ; si es indiferente, en estado líquido, y si es
inestable, la sustancia estará en estado gaseoso. La coherencia es
contraria á la expansión, raíz de la extensión, y por lo mismo cuanto
liás estable y vigorosa sea aquélla, menos espacio ocupará el cuerpo.
Aunque este carácter no sea absoluto, pues un mismo mineral puede
presentarse bajo los tres aspectos, sirve para conocer la manera ordi-
naria de su ser.
Dureza.—Se llama dureza en mineralogía á la resistencia mayor
ó menor que presenta un cuerpo á ser rayado por otro. Se llama
alando al cuerpo que se raya con la uña ; duro al que se raya con '
^na navaja, y muy duro si no se raya con este instrumento, ó
*la chispas con un eslabón. Para apreciar mejor esta propiedad, se
•"ayan unos minerales con otros, siguiendo la Escala relativa de du-
'"e^a de Mohs, que es la siguiente :
358 HISTORIA NATURAL.

Núm. I.—Talco laminar blanco


. Blandos.
2.—Yeso cristalino hialino..
3.—Caliza romboédrica
4.—Cal fluotada octaédrica.
; Duros.
5.—Cal fosfatada compacta.
6.—F'eldespado adularía
7.—Cuarzo cristalino hialino
8.—Topacio amarillo de Brasil f
Muy duros.
<j.—Corindón hialino ,
10.—Diamante

Para conocer la dureza relativa de un minera!, se compara con Jo*


de la escala, hasta hallar uno que le sea igual.
Tenacidad.—Resistencia que los minerales oponen á dividirse en
fragmentos por la percusión. La tenacidad es distinta de la dureza,
pues hay cuerpos blandos que son tenaces , como el amianto , y lo*
hay duros y frágiles, como el diamante. Para que un cuerpo oc
chispas con el eslabón es preciso que sea duro y tenaz. Duro, pa^a
que raye el acero, cuya partícula lanzada rápidamente al aire se iti-
flama ; y tenaz, para que resista suficientemente al choque.
Elasticidad.—Es la facultad que tienen algunos cuerpos de reco-
brar sií antigua dirección ó extensión, cuando cesa la fuerza que los
ha sacado de ella. Resulta la elasticidad de la rarefacción y conden-
sación de las moléculas, es decir, de la facilidad de que están dotadas
para ocupar mayor ó menor espacio, dentro de ciertos límites, y "^
la tendencia á recuperar el que les es más natural. Cuando el cuerpo
no tiene esta última tendencia, se dice que es flexible; ¿/«cí//, cuando
se puede extenderen hilos; y maleable, cuando es susceptible de
tomar la figura de planchas ó láminas.

CARACTERES ELECTRO-MAGNÉTICOS.

Klectricidad.—Todas las sustancias minerales pueden ser electri-


zadas por uno ú otro de los procedimientos conocidos ; pero difieren
entre sí, ya por ser ó no buenos conductores , ya por la especie de
electricidad que adquieran, ya por la mayor ó menor facilidad en
adquirirla, y ya, finalmente, por el tiempo durante el cual la con-
servan. Caracteres todos que tienen escasa importancia, á causa ¿e
numerosas excepciones difíciles de explicar porlosdatos con que hoy
cuenta la ciencia. El vidrio adquiere electricidad positiva , la cual»
MINERALOGÍA. 359

por esta razón, es también llamada vitrea \ la resina la adquiere ne-


gativa, y de aquí el nombre de resinosa con el cual se la distingue;
y, sin embargo, los cristales toman una ú otra electricidad, según los
casos. Unas sustancias se electrizan por el frote (el dmbarj, otras
por la presión (el espato de Islandia) , y otras por exceso de tempe-
ratura (el topacio). Algunos de los minerales citados conservan la
electricidad durante algunos días, mientras que el cuarzo y el dia-
mante la pierden tn seguida.
Para conocer si un cuerpo está electrizado se le acerca á otro cuer-
po ligero y móvil en estado natural (electroscopio, péndulo eléctri-
*^oJ^ el cual, en el caso afirmativo, sufrirá una atracción sensible. La
especie de electricidad se descubre comunicando primero al electros-
copio una electricidad conocida; si el cuerpo que se examina ejerce
repulsión, tiene la misma electricidad que el instrumento; si ejerce
atracción sobre el electroscopio, posee la electricidad contraria.
Magnetismo.—La acción sobre la aguja imantada está limitada al
hierro, y sirve para descubrir su presencia en el mineral. El hierro
es atractivo cuando atrae ambos polos de Ja aguja, y es polar cuando
el mismo punto del mineral ejerce atraccción sobre un polo y repul-
sión sobre el otro (óxido negro, sulfuro magnético).

CARACTERES SENSIBLES.

ÓPTICOS.

Se incluyen en este grupo la refracción, e\ policroismo, el bri-


llo, el color, la trasparencia y la fosforescencia.
Refi-accidn.—Siempre que un rayo de luz pasa oblicuamente del
aire á otro cuerpo diáfano, se desvía de su dirección y como que se
quiebra (refractus) en el punto de unión de los dos medios, y con-
serva para cada sustancia una relación constante entre el seno del
ángulo de incidencia y el del ángulo de refracción. Esta refracción
es simple, es decir, produce una sola desviación hacia la perpen-
dicular en las sustancias no cristalizadas, como el agua y las cristali-
zadas pertenecientes al sistema cúbico; pero en las demás sustancias
cristalizadas la refracción es doble, pues el rayo de luz se divide en
•los haces, y ocasiona que se vean dobles los objetos á su través.
Uno de estos haces, llamado rayo ordinario, según las leyes arriba
apuntadas, conserva la relación entre el seno de incidencia y el
*le refracción, y se mantiene en el mismo plano perpendicular á la
superficie refringente, mientras que el otro, llamado r<yo extra-
ordinario , no observa constantemente ninguna de esas reglas.
Para conocer si una sustancia posee ó no la doble refracción, se
coloca un fragmento de la misma entre dos láminas de turmalina,
}6o HISTORU NATURAL.

(fig. 409), talladas paralelamente al eje de cristalización , cruzadas


en ángulo recto y montadas en las pinzas fjig. 410). Si Ja sustancia

fF=h

Fig. 40Í1. Fig. 4¡o.

objeto del ensayo posee sóJo la refracción simple, el cruce délas dos
láminas de turmalina, a, b, c, d, no deja pasar ningún rayo de luz;
pero, al contrario, si la sustancia tiene doble refracción, dicho cruce
se esclarecerá manifiestamente á causa de la polarización. Por este
procedimiento se pueden fácilmente distinguir entre sí muchas sus-
tancias minerales cristalizadas, debiendo advertir, sin embargo, que
el vidrio, aunque despolariza la luz, no está cristalizado, hablando
con propiedad.
Hay algunas sustancias cristalizadas que poseen la doble refrac-
ción mirándolas por un lado, mientras que por otro los dos haces de
luz se confunden en una línea neutra, circunstancia que sirve tam-
bién para la clasificación de los minerales; pues siempre que dicho
fenómeno de la línea neutra se verifique, se puede concluir que el
mineral pertenece al sistema romboédrico , ó al sistema prismática
de base cuadrada. Es, pues, importante conocer si la sustancia diá-
fana posee un sólo eje, ó posee dos. Para conseguirlo, se talla en
láminas perpendiculares al eje de cristalización y se coloca en las

%. 411- Fig. 4'i.

pinzas de turmalina : si presentan el aspecto de la fig. 411, la sus-


tancia tiene un solo eje ó línea neutra; y, por el contrario, si ofrece
los anillos elípticos y sin cruz de la fig. 412, es que tiene dos ejes, ó
conserva siempre la doble refracción.
PoUcroismo.—Los minerales dotados de doble refracción ofrecen
AÚa-otto carácter de distinción, llamado policroismo. Colocados
MINERALOGÍA. 361

*ntre el ojo y la luz, presentan diferentes colores, según la dirección


en que sean atravesados por los rayos de la luz. Paralelamente á sus
e)es ésta no se polariza, y el tinte es fijo y determinado; en cual-
quiera otra posición , la luz emergente es una mezcla de luz polari-
zada y de luz ordinaria, y su tinte varía según la proporción de esta
niezcla. Analizando esta luz por medio de la lámina de turmalina
colocada de manera que preséntela luz polarizada, el tinte es el
oiismo en todas las direcciones, y buscando este mismo matiz á sim-
P'e vista, se tiene la dirección de los ejes.
Brillo.—La luz que se refleja en la superficie de los cuerpos, ade-
^^s de trasmitirnos la imagen de los mismos , nos presenta los co-
lores que resultan de su descomposición con un matiz ó brillo
Particular, que nos hace distinguir una sustancia de otra, y que por
•O tanto tiene en mineralogía una importancia particular. Se carac-
terizan, pues, los minerales por su brillo metálico, vitreo, resinoso,
Redoso, nacarado, céreo, grasicnto, terreo, etc., según la semejanza
<íue tengan con el lustre de estas sustancias.
Colores.—Se ha de notar la especie, la intensidad y el dibujo.
Respecto á las primeras circunstancias, debe notarse si el color es
Pf'opio, es decir, debido á la naturaleza del mineral, ó si es acci-
'dental y resultado de las materias que se le hayan podido adherir.
*•" el dibujo se atenderá á si es listado, festonado, salpicado, con
'^enas, manchas, nubes, ó en forma de ruinas.—Hay además colo-
''es movibles, que dependen, como se ha visto, de la diferentedirec-
'•'On en que la luz atraviese las moléculas del cuerpo. De ellos re-
*Ulta la irisación, que unas veces es superficial, como en el hierro
^lígisto, y otras interior, como en el ópalo y piedra de Labrador.
B'OBforescencla.—Es la propiedad que tienen algunos minerales
^e resplandecer más ó menos en la oscuridad -. \a fosforita y la cal
fluotada. Por la frotación fosforecen también algunos sulfuros de
^*nc, el cristal de roca, muchas sustancias vitreas y algunos mármo-
les. Finalmente: la mayor parte de los minerales despiden resplan-
''ores fosfóricos por la elevación de temperatura, ora sea en el crisol,
'^fade otra manera menos intensa. El diamante adquiere la fosfores-
•^encia por el pulimento.
Trasparencia.—Se dice que un metal es diáfano cuando los ra-
yos luminosos le penetran lo suficiente para que se pueda distinguir
^On claridad un objeto que se mira á través de él. Si sólo se descubre
^sombra del objeto, el mineral es semi-trasparente; y trasluciente
*• sólo pasa algo de luz, pero sin señalar el objeto. Cuerpos opacos
*^o los que impiden completamente el paso de la luz.
362 HISTORIA NATURAL.

DEL TACTO.

. Como peculiares de este sentido pueden notarse los siguientes


caracteres.
TJntnosidad.—Al tocar ciertos cuerfX)s se advierte una impresión
como si dichos cuerpos estuvieran cubiertos de una capa de aceite,
ó como si se tocase un pedazo de jabón : tal es la estearina ' , cuyo
polvo se emplea por esta razón para calzar fácilmente las botas. El
carburo de hierro, el sulfuro de molibdeno y algunas arcillas tienen
en menor grado la misma propiedad de aparecer untuosas al tacto,
cuyo carácter empírico puede servir para distinguirlas, ayudado po^
la experiencia.
Aspereza.—Hay también muchos minerales que se distinguen
fácilmente de ios anteriores , por la impresión áspera que producen
en el tacto, cuales son los de estructura laminosa, granular, porosa,
celulosa, etc.
Apegamiento á. la lengua.—Los cuerpos suaves al tacto , ya en s'
mismos, ya reducidos á polvo, son muy numerosos en la natural^"
za. Son materias ávidas de agua, y que absorben la poca húmeda"
que se encuentra en los dedos , y que otras veces se apegan á la len-
gua, por la misma razón de apoderarse de la humedad de este
órgano.
Frío y calor.—Aunque la impresión de frío y calor que se perci-
be al contacto dq algunos minerales depende de su mayor ó meíiO^
conductibilidad, es aún importante en esta sección de las impresiO'
nes sensibles. Apenas se advierte la impresión fría del vidrio, es muy
sensible la del cuarzo, y más aún en el diamante y el topacio.

DEL OLFATO.

Olores propios.—Procedentes de la sustancia misma, son un c»'


rácter importante en muchos casos. El petróleo, la nafta, el cloro, ^'
ácido sulfuroso y aun algunos metales, tienen olores característico*
que bastan para conocerlos. Por la combustión despiden también
olor particular el azufre, los sulfuros, el selenio, el arsénico y el é^'
bar, mientras que el frote y la insuflación hacen que se desarrolla
en otras sustancias.
Olores accidentales.—Son debidos á la presencia de algún cuerp**
extraño en el mineral que se examina, y por lo tanto de ningún*
importancia para su conocimiento. Muchas piedras calcáreas tienO
olor bituminoso; en otros minerales se percibe el de hidrógeno sol'

De oxeap, sebo,
MINERALOGÍA. Jt»^

furado Ó hidrógeno arseniatado; circunstancias que se atribuyen á


«descomposición de materias orgánicas que han estado con ellos
enterradas.

DEL GUSTO.

Sabores.—Sólo tienen sabor las materias solubles, por cuya ra-


^ n la importancia de este carácter está casi limitada á las sales arti-
"ciales. Tienen sabor ácido las aguas sulfúricas; salado, la sal co-
"fiún; aíír/M¿'ewíí.', los sulfatos de aluminio, hierro, zinc y cobre;
<^iustico, el carbonato de sosa; fresco, el nitrato de potasa; dulce, el
borato y fosfato de sosa; amarf^o, el sulfato de magnesia , etc.
Delicaescencia.—Es la facultad que tienen ciertos cuerpos de
''raer la humedad de la atmósfera, y de disolverse en el agua que
^Cumulan. Es un fenómeno parecido al apcj^amicnto á la lengua,
*Unque más bien físico y químico que fisiológico. Los cuerpos deli-
cuescentes no se hallan generalmente en la superficie de la tierra.—
^itratosj- clorhidratos de cal, sal marina, etc.
Eflorescencia.—Cuando el cuerpo en vez de atraer la humedad
'3 pierde, se convierte en polvo, á cuyo fenómeno se llama eflores-
cencia: los carbonatas, los fosfatos y los sulfatas de sosa. A veces
*e efectúa la eflorescencia sin pérdida aparente de humedad.
Las impresiones del oído son de poco interés, por más que haya
J"i mineral (la fonolita), que ha recibido este nombre á causa de su
"itenso sonido. La experiencia, no obstante, hace que por este carácter
** lleguen á distinguir algunos minerales.

CARACTERES QUÍMICOS.

Algunos de los cuerpos considerados como elementales, se en-


cuentran frecuentemente libres, ó en estado nativo, en la naturaleza.
Tales son:

Antimonio. Cloro. Paladio


Arsénico. Cobre. Plata.
Azufre. Mercurio. Platino.
Bismuto. Oro. Teluro.
Carbono.

Los demás solo se hallan en estado de combinación binaria ó ter-


naria, etc., y es preciso recurrir al arte para obtenerlos puros. Las
combinaciones químicas, y aun las mezclas, dan lugar á todas las
Variaciones que se han apuntado al principio de esta parte de nues-
*'o CURSO, y cuyo conocimiento es indispensable para poder clasificar
364 HISTORIA NATURAL.

los minerales. Tres clases de estudios pueden emplearse con fruto


para adquirir ese conocimiento:
I •" El ensaj^o químico, que conduce al conoci-
mientode los elementos en los cuales se descom-
pone un cuerpo.
2.° La análisis, que tiene por objeto la deter-
minación cuantitativa y proporcional de los mis-
mos elementos.
3." La discusión analítica, que, partiendo o^
leyes generales comúnmente admitidas, elimina lo
que en la análisis parece accidental.
Antes de pasar más adelante, es conveniente
una noticia de los útiles necesarios para estos estu-
dios; debiendo advertir, que como pueden efec-
tuarse en partes muy pequeñas del mineral, basta
una mesa, algunos ácidos y pequeños instrumeO'
tos para formar un laboratorio portátil.
Soplete.—El más común ffif^. 4i3j consta de un
depósito D, donde se detiene la saliva que casual-
mente pueda introducirse, y de dos tubos metálicos-
El más largo, terminado por una boquilla de mar-
fil, sirve para la insuflación B; y el más corto, C*
cuyo extremo se adapta una pieza de platino P, se
aplica á la llama de una lámpara para proyectar
sobre el mineral el dardo de fuego fundente.
Lámpara.—Puede usarse la de alcohol, ó la "^
P'g- 41)- aceite, y también sirve para el objeto el tubo
de resorte, llamado apura cabos, provisto de un*
bujía. Si al proyectar el dardo de fuego sobre un cuerpo se 1^
calienta con la parte exterior de la llama que está en contacto coO^
el aire, el cuerpo se oxidará, siempre que sea susceptible de oxida'
ción ; pero si se le calienta en el interior de la llama, el cuerpo s^
desoxida. De ahí los nombres de fuego de oxidación y fuego "^
reducción.
Recipientes.—Para sostener ó colocar el mineral objeto del ^^'
sayo, se usa de pinzas, pedazos de carbón , láminas de platino, cap'
sulas de porcelana, tubos de vidrio, etc., etc.
Fnndentes.—Sirven para facilitar la fusión de algunos minerales-
Se usa comúnmente del bórax, sal de fósforo y carbonato de sos^-
Reactivos.—Determinan el género ó la especie á que correspoO'
den los elementos en que un cuerpo se descompone por la vía b*^'
meda. Son los principales : agua destilada, alcohol, ácido clorhíaf'
co, acético y sulfúrico, papeles reactivos, potasa, etc.; y tambie"
sulfato de potasa, oxalato de amoniaco, cloruro de estaño, etc.
MINERALOGÍA. 365

ENSAYOS QUÍMICOS.

Pueden efectuarse por la vía seca, empleando el calor para la


«escomposición del mineral; ó por la \'i'a húmeda, si la descomposi-
^on se obtiene por la acción del agua, de los ácidos, ó de los álcalis.
"Temos algunos ejemplos de ensayo, siguiendo, ora la vía seca y
*"* la húmeda, y empezando por indagar si del compuesto natural
^Sultán elementos electro-negativos. Lo primero que debe averi-
eUarse es si el cuerpo es ó no fusible, es decir, si pasa por la acción
"^* calor del estado sólido al líquido, bien sea formando masas tras-
Párenles {vidrio '/, opacas (esmaltes) ó esponjosas (escorias).
Electro-negativos.—Su presencia se revela por los ensayos si-
guientes :
I." Calentando el mineral en un tubo cerrado, se conocen : hi-
y lío.? por gotitas de agua ; hidrargirios, por idem de mercurio;
°*'rfo de antimonio.^ por un sublimado blanco no cristalino.
2." Calentándole en tubo abierto: seleniuros, por el olor de
"^^z^ podrida; arsénico.^ por olor de ajos ; antimonio, por vapores
"lencos; teluro, por un vapor blanco que después forma gotitas
"^pidas ; adufre, por el olor de azufre quemado.
3." Calentando en un tubo cerrado el mineral reducido á polvo
y Mezclado con carbón : ácido arsenioso, arsenitos y arscniatos,
P^r el olor de ajos; ácido sulfúrico, por el olor de azufre quemado;
""BUnos sulfatos, por el sabor de huevos podridos.
4-° Calentando el mineral con una mezcla de carbón y de s u b -
'••bonato de sosa, se conocen los sulfatos y sulfuros por el sabor
^ huevos podridos que dejan los residuos.
5." Echando sobre el mineral ácido nítrico se conocen : los car-
^^atos, por la efervescencia; algunos boratos, por un residuo blan-
^^\ algunos silicatos, por un precipitado gelatinoso de sílice.
6." Fundiendo el mineral con doble fosfato de sosa y de amo-
'''aco, se reconocerá la presencia : de flúor, por vapores que ponen
"''arillo al papel de Fernambuco; de cloro, por una llama azul
P'iípúrea ; del bromo, por una llama azul; del iodo, por una llama
'«rde.
7-° Calentando ó fundiendo ciertas sales, añadiéndoles previa-
"J^^nte subcarbonato de sosa, cambian de base, y se reconocen : áci-
J^ fosfórico, si el líquido da un precipitado amarillo por el nitrato
* plata; ácido crómico, si el precipitado es rojo; ácido vanádico, si
' Precipitado es amarillo y luego blanquea; ácidos molíbdico, Itmgs-
l'co y tantálico, si la solución toma el color azulado sobre una lá-
^ ' n a de estaño.—Si el resultado del ensayo anterior es insoluble en
^gua, se obtiene la disolución mediante un poco de ácido clorhí-
366 HISTORIA NATURAL.

drico, y se reconoce : la sílice, si la solución evaporada y luego la-


vada, deja un residuo incoloro en su fusión con el doble fosfato;
ácido titánico, si el residuo da con el doble fosfato un azul violado
en el fuego de reducción ; aluminio, si no queda residuo.
Bases.— El arsénico, el antimonio y el selenio, que se encuentran
en los sulfures, hanse visto aparecer en los ensayos anteriores: par*
el resto se hacen los siguientes:
I." Calentar al fuego de reducción y sobre un carbón el mine-
ral, y se descompondrá en cadmio, si aparece una aureola anaranjada.
2." Calentarlo sobre una hoja de platino con subcarbonato de
sosa, y resultará : manganeso, si la materia fundida es de un verde
azulado; cromo, si la materia es verde de prado al fuego de reduc-
ción, y amarilla al de oxidación.
3." Tostar el mineral al fuego de oxidación, y luego fundirle
con bórax, y resultará contener cobalto, si el vidrio que resulte toma
el color azul.
4." Tratar el mineral por el ácido nítrico; y si no es soluble,
tratarle previamente por el subcarbonato de sosa, y entonces se co-
nocen las materias no oxidadas por los vapores rutilantes que se
desprenden; y el molibdeno y antimonio por las notas de los núme-
ros 7." y 2." de los electro negativos. La presencia del estaño se nota
si el precipitado no se volatiliza ni se funde.
En la misma solución se conoce : el bismuto, si una de sus gotas
blanquea al agua; la plata, si la misma gota puesta sobre una lámi-
na de cobre forma un precipitado blanco cristalino; el mercurio, si
el precipitado anterior es gris y se amalgama con el cobre; el cobre,
si la solución deja un precipitado de cobre sobre una lámina de hie-
rro; y el {inc, si el mismo licor da por el amoniaco un precipitado
que se vuelve en parte ádisolver. Aún hayotrosmedios conocidos para
continuar este ensayo, y descubrir el plomo, hierro, barita, estron-
ciana y cal, pero no es posible descender á todo.
5." Hecha una solución y extendida convenientemente, se le
añade carbonato de amoniaco, se filtra, se evapora, secalcinaal rojo;
y si queda alguna cosa en la cápsula, es uno de los álcalis siguientes:
potasa, si echando sobre ese residuo una solución concentrada ¿^
cloruro de platino, da un precipitado amarillo; litiria, si la sustancia
durante la calcinación ha manchado la hoja de platino, y si una gota
de amoniaco da un precipitado blanco. Si ninguno de esos caracte-
res aparecen, el residuo es de sosa.

ANÁLISIS.

La análisis se hace como el ensayo, ó, mejor dicho, previo el en-


sayo, y tomando para ello precauciones particulares. Se pesa el mine-
MINERALOGÍA. 367

raí que se ha de analizar; si en la calcinación se desprende agua, se


P^s»de nuevo para conocer el peso que perdió, correspondiente al
^gua desprendida. Si se le ataca por el ácido nítrico,ó agua regia , se
filtra luego, se lava, se seca, y se pesa otra vez , teniendo cuidado de
«educir el peso del filtro ó de cualquiera otro papel que lo contenga;
^'^ una palabra , se tiene cuenta con la cantidad de todos los educ-
'^^t sin limitarse, como en el ensayo, á conocer su calidad.
Si tomando cinco gramos de marga los calentamos á too", per-
'l^rán 345 miligramos de su peso, á causa del agua que se evaporó;
'tratamos otros cinco gramos de la misma sustancia por el ácido
•"trico, eíervescerá por algún tiempo, desprendiéndose el carbonato
^ cal; sécala misma sustancia á loo", pesará 3*879 gramos; de donde
''6sultaque,en la marga, hay

Arcilla ^^79 gramos.


Agua o'345 »
Carbonato de c a l . . . . o'jjó »
TOTAL S'ooo

Bramos, que era el peso de la marga. Tal es la análisis química.


Para los usos ordinarios de la vida , la análisis indicada y su ex-
Presión por el peso de sus educios satisface completamente ; mas
*lo el punto de vista científico deja algo que desear, pues en cada
"peración analítica que se lleva á cabo resulta una diferencia muy
notable. Los químicos han introducido la lej' de las combinaciones,
piialando a priori la proporción matemática con que se combinan
"*s cuerpos elementales para constituir los compuestos; y, claro es,
todo lo explican á las mil maravillas. Sobre la misma ley han basado
J* teoría de los equivalentes y otras cosas análogas, sobre las cuales
* ciencia tiene aún mucho que decir.

DISCUSIÓN ANALÍTICA.

Para evitar algunos de los errores á que da lugar la imperfección


**^ la análisis, á pesar de lo mucho que sobre ella se ha trabajado,
'cuden los químicos á la discusión analítica, que descansa en el su-
puesto de que las materias minerales no se cristalizan casi nunca
**s» y que, ocurriendo mezclas frecuentes, la proporción de las
^tnbinaciones falta por completo. Es una confirmación de cuanto
••tcen los filósofos acerca de la falta absoluta de filosofía, y hasta de
'ciocinio, en cuantas conclusiones de orden superior se empeña en
•ftcarde la descomposición de los cuerpos la química atomística m o -
^terna. Hay algo en la sustancia, á lo cual no se llega con la balanza.
368 HISTORIA NATURAL.

CLASIFICACIÓN DE LOS MINERALES.

Clasificar los minerales es ordenarlos metódicamente en agrupa-


ciones mediante los caracteres más ó menos semejantes.
Caracteres.—Estos caracteres debieron tomarse de las propiedades
activas de los cuerpos,que, fluyendo de su esencia, son los únicos que
nos la pueden dar á conocer directamente. La forma cristalina, la esfo-
Uación,la refracción, la polarización, la elasticidad, la dureza, la duc-
tilidad,la maleabilidad, el brillo, el peso específico, la conductibilidad,
y en general la manera de obrar unas sustancias sobre otras, única
acción que corresponde á los cuerpos brutos. Empero como estas pro-
piedades no están aún suficientemente estudiadas, ycomo en muchos
casos no están acordes los químicos en señalar la línea divisoria entre
la me:^c/a y la combinación química^ entre el agregado y la sustancia
única y perfecta, se acepta hoy como carácter primario la análisis
química, es decir, la destrucción de la sustancia, para conocer su
esencia por los eductos que resultan. De ahí el atraso relativo de las
clasificaciones mineralógicas que, á pesar de los minuciosos estudios
de que han sido objeto, pueden considerarse como artificiales. Si p3^*
el conocimiento de las plantas y de los animales nos sirviéramos úni-
camente de la análisis química , no hay duda de que destruiríamos
las clasificaciones naturales.
Individuo mineral.—Entiéndese por individuo mineral el átonio,
es decir, la sustancia indivisa («TOUO;). Un pedazo de mármol es una
sustancia indivisa, es un supuesto, y por ende un átomo, en el sen-
tido genuino y filosófico de la palabra ; como es átomo un hombre-
Si se le divide, resultarán tantos átomos y tantos individuos minera-
lógicos como partes, mientras no se llegue á destruir su naturaleza,
en cuyo caso las partes resultantes y divididas serán individuos de 1^
naturaleza que toman. Si dividimos un vaso de agua en cuatro copas,
tendremos cuatro individuos de la especie agua ; empero si analiza'
mos el agua descomponiéndola en hidrógeno y oxígeno, tendremos
uno ó más individuos de estos cuerpos elementales, según que sean
ó no átomos, es decir, indivisos en sí mismos, y divididos de otra
cualquiera sustancia.
Especie.—Es el conjunto de todos los individuos que tienen 1*
misma esencia ó la misma naturaleza, conocida por la manifestación
constante de las mismas propiedades, y como consecuencia, por l^s
mismas acciones y pasiones. El oro, el hidrógeno, el granito, el mar-
mol serán especies minerales.
Variedad.—Cuando las diferencias que median entre individuos
de la misma especie son accidentales y debidas á influencias exterio-
res más bien que á su naturaleza íntima, constituyen la variedad,
MINERALOGÍA. 369

que es á la especie mineral lo que la raza á la especie animal. El már-


"ío/ del Paular, el paño mortuorio y el postor, serán variedades de
la especie mármol.
Créaero.—Llámase género al conjunto de especies minerales que,
teniendo propiedades características distintas, convienen en otras
"^ás remotas, pero que también proceden de su esencia. El yeso,
^^aragonito, el mármol y {& piedra de Colmenar, etc., pertenecerán
*» género cfl/.—De haber tomado como base primera de clasificación
" análisis química, que conduce á separar sustancias que por sus
propiedades están próximas, resulta la anomalía de que se constitu-
yan artificialmente los géneros , unas veces por la identidad de la
oase, y otras por la del ácido.
Tribu, familia, orden y clase.—Varios géneros constituyen una
'fibu, como las tribus se asocian en familia, las familias en unorden,
y los órdenes en clase.—Los caracteres que guían á los naturalistas
^^ esta serie de genealogías, son el dimorfismo, la sustitución de los
principios electro-negativos, las proporciones químicas, el elemento
*'niple predominante en la descomposición ó análisis, etc.; y como
sobre estas materias las apreciaciones son tan diferentes como puede
^rlo el punto de partida , no hay para qué exponerlas en un ciírso
elemental.
Clasificaciones.—Son muy variadas las que han aparecido , sin
l^e ninguna haya conseguido imponerse con preferencia justifi-
cada. Beudant, Dufrenoy, Delafosse, Dana y Werner han presen-
^do cada uno la suya. La de Leymerie, que divide los minerales
' " gases, hdlidos, piedras y metales; la de Werner, que los clasi-
"'^a en tierras, sales, combustibles y metales; y la de Haüy con sus
eiatro clases de ácidos, metales hetcrópsiáos, metales aiitópsiáos y
^^*nbustibles, han conservado la división cuadripartita de los géne-
"•Os elementales de los escolásticos. También el Sr. Galdo estableció
tres grandes clases, gasólitos, leucólitos y croicólitos, á las cuales,
*' se añaden los fluidos imponderables que Aristóteles designó con
^1 nombre de fuego elemental, resulta la misma cuádruple división.
La clasificación de Haüy responde mejor que ninguna otra á los
"•nites de este CURSO.

25
370 HISTORIA NATURAL.

CLASIFICACIÓN MINERALÓGICA.

Condiciones químicas de los ácidos:


libres en la naturaleza y compues-
Ácidos Ubres.
tos de oxígeno ó hidrógeno unidos
á un metaloide.

Sin brillo metálico: reducibles a


metal sólo por la acción de '^
(Metales heterópsidos..
pila.
CLASES. Apéndice.—Süice pnra y silicato»-
Con brillo metálico en lo general:
iMetales aatdpsidos. reducibles á metal por la accio'*
del calor.
De base no metálica: que ardenX
pierden de su peso por la com-
, Combastibles.
bustión.
Apéndice.—SnatSMClas fitógeo»*'

CLASE I . ' — Á C I D O S LIBRES.

Minerales ácidos que se encuentran libres en la naturaleza y **


resuelven en oxígeno ó hidrógeno y otro m e t a l o i d e , sin otra cías*
de eductos.
Ácido sulfúrico hidratado.—('i4ceiíe de vitriolo.J=SO^ -f H O .
Caracteres.—Se presenta c o m ú n m e n t e en estado líquido y ^oi*
aspecto oleaginoso, cáustico ó corrosivo. Posee tal energía, que eO'
negrece la madera y demás sustancias o r g á n i c a s , descomponién^*^
las para apoderarse del hidrógeno y del oxígeno, dejando sólo ^'
carbono. Mezclado con el agua da u n precipitado blanco por el n ' '
trato de cal.
Criaderos,—Ofrece el más rico ejemplo el Río Vinagre, que o a ^
junto ai volcán de Parace en el Papayán (América meridional). ^^^'
que en menor cantidad, se halla también en varias grutas del Etna, ^
Aix (Saboya), de Zoccolino (Toscana), y en el monte Idio de la isl*
Java.
Aplicaciones.—No las tiene el natural por su escasez, pero sí el f a » " '
cade por la combustión del azufre ó piritas de hierro, con el cual se pi*^'
MINERALOGÍA. 371

paran los ácidos clorhídrico, nítrico, carbónico, tártrico, cítrico, etc. Se


ysa en la fabricación del cloro , de las aguas minerales gaseosas, de las bu-
l'as esteáricas, de los jabones, del fósforo y en los sulfates de sosa, potasa
y amoniaco. Diluido con agua puede sustituir al yeso, mezclado con tie-
rras calizas, y por su poder corrosivo se ha usado como envenenamiento
Para fines elimínales.
Acido sulfuroso a n h i d r o . (Anhídrico sulfuroso.) = SO ^.
Caracteres.—Encuéntrase este cuerpo en estado gaseoso, ó di-
^ueito en el agua; da i n m e d i a t a m e n t e un olor á azufre, y enrojece la
tintura del tornasol.
Criaderos.—Se produce siempre que se quema azufre, y en laserupcio-
^^s de los volcanes, y se desprende constantemente de los cráteres y solfa-
^aras en actividad, cuales son: los de Taal, Maquiling y Camiling, todos en
'as islas Filipinas.
Aplicaciones.—Las tiene en la medicina y en la industria para preparar
" ácido sulfúrico y blanquear las telas. En la economía doméstica sirve
Para quitar de la ropa las manchas de procedencia orgánica, como de fru-
tas, etc.
Acido sulfliidrlco.—(Hidrógeno sulfurado, aire ó gas hepático
•^'ácido hidrosulfiírico.J=HS.
Caracteres.—Cuerpo gaseoso, incoloro, de olor á huevos p o d r i -
''°s y soluble en el agua, á la cual comunica el mismo olor. C o m -
bustible al contacto de un cuerpo inflamado, y descomponiéndose
entonces en agua y ácido sulfuroso.
Criaderos.—Despréndese en estado gaseoso en las erupciones volcáni-
"•as y por las grietas del suelo durante los terremotos. Soluble en el agua,
^ hallaren muchísimos lugares llamados de aguas minerales hepáticas ó
^'*lfurosas, cuales son Archena, Arnedillo, Carratraca, Elorrio, Aramayo-
^^t Arechavaleta, Grávalos, La PuJa, El Molar, Ontaneda, Paracuellos y
^alinetas de Novelda. Despréndese también de la descomposición de los
'ejidos orgánicos y de las materias fecales.
Aplicaciones.—En medicina, y también como reactivo en los laborato-
''•os. Usóse para el alumbrado en Madrid, donde se le llamaba gas de agua.,
pero fué sustituido por el gas de carbón, que es más económico.
Acido carbónico-—(Anhídrico carbónico.J:=CO*.
Caracteres .—Cuerpo gaseoso, incoloro, inodoro, no inflamable,
y soluble en el agua, á la cual hace algo agria, espumosa y que pre-
^Pite el agua de cal.
Criaderos.—Hállase en el aire atmosférico, pesando una vez y media
^ á s que él; despréndese de las erupciones volcánicas, y se encuentra tam-
'en en muchas grutas, citándose con preferencia la del Perro, á orillas del
'8go Agnano en Ñapóles, en Guevo-Upas (Java), en las minas y en los po-
^ d e Pedret (Gerona).
Entre las aguas minerales ácido-carbónicas ó acídulas de España, me-
•"ecen citarse Alhama de Aragón, Molinar de Carranza, Puerto-Llano, Her-
J^ideros de Fuensanta y Segura. La conocida agua de Scltj, pequeño pue-
blo de las orillas del Rhin, y los baños de Vichy, pertenecen á esta clase.
372 HISTORIA NATURAL.

Finalmente, se produce este gas en los fenómenos de la respiración ani-


mal, fermentación y combustión.
Aplicaciones.—En medicina, en la fabricación del albayalde, y en la
preparación de aguas gaseosas, vinos espumosos, como cerveza, cham-
pagne, etc.

CLASE 2.°—METALES HETERÓPSIDOS.

Cuerpos de aspecto lapídeo, sin brillo metálico, y reductibles a


metal solo por la acción de la pila.

Género CAL,—(Protóxido de calcio.J=CaO.


De este género, llamado por algunos autores Prometeo de la mi'
neralogía por sus muchas variedades, y por el terreno inmenso que
cubre, describiremos las especies más notables: cal carbonatada, <^^'
fosfatada, caljluotada, cal sulfatada hidratada, y cal sulfatada.
I." Cailca.vbona.ta.da..—(Espato calibo, piedra de cal.J^=C3LC0 •
Caracteres.—Cuerpo de dureza n . ° 3 , peso especítico 2,7, q^e
da cal viva por la calcinación, con desprendimiento de ácido carbó-
nico, sin hinchazón ni decrepitación. Es soluble en el ácido nítrico,
con efervescencia; cristalízase en romboedros /calida), y en prisma
rectangular (aragunito).
Calida.—Todas sus variedades pueden agruparse en dos seccio-
nes: a) estructura cristalina: bj estructura compacta ó terrosa.
a) Estructura cristalina. Toman las calizas cerca de ochocientas
figuras del sistema romboédrico, el cual, cuando es trasparente, se
llama espato de Islandia.
Á esta sección pertenecen las calidas hojosas, escamosas y la sac^'
roídea, con sus variedades de mármol estatuario, y alabastros o
mármoles de aguas; las estalactitas, estalagmitas, oolitas, pisolit"^
y otras varias incrustaciones.
bJ Estructura compacta ó terrosa.—Mármol, caliza susceptible
de pulimento, más ó menos cristalina, aunque siempre de estructura
irregular y compacta, grano fino y colores vivos y permanentes. Hay
muchas variedades, y cada siglo ha tenido por ellas diferentes gus'
tos. Entre los antiguos gozaban de fama los de Paros, Naxos, TcXiOh
Thasos, Lesbos, Chío, Pentales é Himetos, de blancura extraof'!'''
naria, con los cuales se esculpieron las más bellas estatuas de la GrC'
cia.—En España tenemos el paño mortuorio, negro; el portar, n^'
gro con venas amarillas; el amarillo, el verde, el a\ul y el rojo', ^
de almendrillas, brocateles, lumaquelas, y el mármol en ruinas, q^e
son agregados; el de mil colores y el pardo uniforme.—Piedra litO'
gráfica, caliza muy compacta, de grano fino y homogéneo, gr'®'
porosa, capaz de embeber cierta cantidad de agua, y sin grietas.
MINERALOGÍA. 373

Callea común, ó piedra de Colmenar, es compacta, de grano grueso


y color blanco ó amarillento.—Cal hidráulica compacta, con lo ó
*iiás por 100 de arcilla : calcinada y pulverizada tiene la propiedad
*'c endurecerse en el agua, por c u y o motivo se usa de ella como de
argamasa en determinadas construcciones. Los cementos y pu{olanas
*on la misma variedad, pero más a b u n d a n t e en arcilla.
Aragonito.—Considerado químicamente, el aragonito es el m i s -
|"*o carbonato de cal, cristalizado en el sistema prismático rectangu-
*•", y no susceptible de esfoliación. Su fractura es vitrea y brillante:
^ya la caliza, y se pulveriza en el fuego. Este mineral carece de
aplicaciones, y sus cristales agrupados reciben diferentes nombres,
^OB\oJ]osferii, piedras de Santa Casilda y colmenillas.
Criaderos.—Son numerosos y extendidos por toda la superñcie de la
'erra, perteneciendo particularmente á las formaciones sedimentarias. En
"España los hay abundantísimos : en Calatorao (Zaragoza) y en Villaviciosa
wviedoj hay canteras de mármol negro ; en San Pablo (Toledo) y en Al-
ocar (Granada), de mármol azul; en Mijas Málaga) de mil colores jaspea-
dos, y en otros muchos puntos de nuestras cordilleras. Je todas las demás
'•'ases, inclusa la del mármol estatuario, aunque inferior al de Carrara. La
^^ior piedra litográfica procede de Papphenhein (Baviera). Las grutas de
estalactitas más notables de la Península hállanse en San Valerio (Provin-
•^as Vascongadas), Villaviciosa (Oviedo), Arta 'Mallorca), Árdales (Mála-
ga) y Cucvasanta Tarragona); y se encuentra i¿\flosferri en Vizcaya, Búr-
oOs, Guadalajara y Aragón.—En Filipinas hay canteras de mármol blanco
^ la isla de Romblón; pero no son mármoles los que vulgarmente llevan
*• nombre de Mariveles.
Aplicaciones.—Son bien conocidos los usos de las diferentes calizas en
'instrucciones, escultura y ornamentación. Con cal, arena y arcillas, la-
as y puzolanas, se hacen los morteros, etc.
2.* Cal fosfatada.—!^ Fosforita, apatita.J='iCa.¥hO''.
Caracteres.—Es la especie más d u r a de todas cuantas tienen
"9se de cal ( n ú m . 5 ) ; su peso especíñco 3,3; se funde con dificul-
^ d al soplete; se disuelve en el ácido nítrico, y reducida á polvo
Josforece por el calor. H a y dos variedades: cristalina, en crista-
*** del sistema 4.", blancos, trasparentes, opacos ó coloreados, como
**esparraguina , así llamada de su color verde de espárrago; com-
f'^cta ó litoidea, entremezclada de capas ó de filones de cuarzo,
^iras veces terrosa , blanca ó amarillenta , con lustre resinoso (fos-
forita).
Criaderos.—Es famoso el criadero de fosforita de Logrosán (Extrema-
_^''a), aunque de él no saben, ó no quieren aprovecharse los españoles, y
^'O es explotado por ingleses; otros se conocen de menos valía en Murcia
" tiórdoba, y en Jumilla (Murcia) se encuentra esparraguina.
Aplicaciones.—El fosfato de cal tiene especial importancia en agricul-
1ra para fertilizar el terreno; también algunas especies son útiles para la
''lamentación (esparraguina) y para la construcción (fosforita).
374 HISTORIA NATURAL.

3." Cal Anotada. (Espato Jluor, espato fusible, fluorina^ fluoru-


ro de calcio)=CaFl*.
Caracteres.—Sustancia vitrea ó pétrea que cristaliza en el siste-
ma c ú b i c o ; dureza n ú m . 4 ; peso específico 3,2; de colores vivos
m u c h a s veces; decrepita sobre las ascuas, despidiendo una luz "^
color m o r a d o ; fosforece generalmente por el calor, despide ácido
fluorhídrico mediante la acción del sulfúrico, y se funde á u n a alta
temperatura de fuego. Las variedades que cristalizan lo hacen C
casi todas las formas del sistema cúbico, menos en el tetraedro, q"^
sólo se obtiene por esfoliación; las que no se cristalizan son compac-
tas ó concrecionadas.
Criaderos.—Yace generalmente entre los filones de época moderna, "^
plomo, zinc y estaño, y también formando filones aislados en los terrenos
graníticos, y sedimentos vecinos.
Aplicaciones.—Como objetos de ornamentación . como fuñientes en '¡*
metalurgia, y para imitar las esmeraldas, topacios y rubíes.
4." Cal sulfatada hidratada.—f'l't'io, selenita, aljc:{, espato selc-
í/no.vo.;=CaSH=05.
Caracteres.—Es un mineral blanquecino, lustroso, tenaz y blat^'
do, pues se raya fácilmente con la u ñ a ; tiene un 21 por too de agua»
la que pierde por la acción del fuego, convirtiéndose en jreso vivo-
Se encuentra cristalizada en prismas romboidales biselados y m u /
brillantes, a u n q u e modificados de varias maneras y redondeados
(espejuelo), ó en formas lenticulares, reunidas dos á dos (yeso ¿^
flecha); también se presenta laminar, en placas de hermosa trasp^'
rencia, q u e se pueden fácilmente separar; finalmente, el alabastro dí
yeso ó alabastrito, bien distinto por su blandura del alabastro cali'
zo, es compacto, de grano fino y de color blanco más ó menos m a f
chado y listado.
Criaderos.—Sobresale Voltera (Florencia) por sus preciosos nlabastri"
tos. En España abunda el yeso en Madrid, Murcia, Zaragoza, Falencia y
otras muchas provincias.
Aplicaciones.—El yeso se usa en construcciones, por la facilidad co»
que se endurece mezclándolo con el agua; es también conveniente corn
abono en ciertas tierras , y amasado con una disolución de cola y algu"^
sustancia colorante, sirve para fabricar los estucos, que se pulimentan co"
piedra pómez y se suavizan con jabón y aceite. Es importante asimisf""
el yeso para el modelado, y los alabastritas se utilizan en varios objeto
de escultura y para ornamentación.
5 / Cal sulfatada.—fKarstenita, anhidrita.J=:CaSO*.
Caracteres.—Difiere de la especie anterior en ser a n h i d r a ; ^*
fibrosa, y se presenta replegada sobre sí misma á la manera de lo
intestinos, y las veces que se cristaliza, que son pocas, lo hace et*
pequeños prismas rectangulares derechos. Además de los nombre*
apuntados, suele llamáTsele piedra de tripas, espato cúbico y pleng''
MINERALOGÍA. 375

a. Mézclase algunas veces el sílice fvtilpinita), y otras la sal c o m ú n


ffnuriacita).
Criaderos .—En Wieliczka y en Milán.
Aplicaciones.—Para construcciones, como un mármol basto.

Género BARITINA.—(Barita .sulfatada, Sulfato de barita, e-tpato


pesado.)=:EaSOK
Caractcrc;.—Mineral blanquecino, de un peso específico de 4,4,
<lureza n ú m . 1^,5, que se cristaliza en el sistema 3.°; insoluble en los
«cidos nítrico y clorhídrico, difícil de fundir, y que calentada al rojo
y amasada con agua y harina luce en la oscuridad.
Criaderos.—Abunda mucho en la naturaleza. En España es conocida
en Vizcaya, Teruel, Madrid y otras provincias; encuéntrase también uni-
^^ al cinabrio en Almadén, y i la plata en Hiendetaencina.
Aplicaciones.—No están éstas en razón directa de su abundancia; úsase,
00 obstante , en la fundición del cobre , en la fabricación del vidrio, en la
adulteración del albayalde, y hecha polvo sirve para matar ratones.

Género ALÚMINA. (Oxido de aluminio.J=W^O''.—Correspon-


dían á este género las especies: Corindón, E.fpinela, Alumbre y
"turquesa.
I." Corindón.—('Alúmina libre y óxido de aluminio, segvin los
casos.)
Caracteres.—Sustancia a n h i d r a , vitrea, m u y dura (n.° 9), pues
'aya á todos los cuerpos menos al d i a m a n t e , de peso específico
4?28, cristalizable, infusible al soplete, é inalterable por la acción
**e los ácidos. Puede dividirse en las siguientes variedades: a) corin-
dón cristalino; bj corindón laminoso; c¡ corindón granular.
a) Esta variedad es m u y estimada en el comercio, donde recibe
•aferentes n o m b r e s , según los colores que presenta. Se llama topacio
^'"iental al corindón amarillo; amatista oriental al violado; rubí
oriental al rojo; esmeralda oriental al verde; :¡afiro al azul, y \afiro
"lanco al que no tiene color.
b) La segunda variedad es de estructura laminosa y de fractura
fegular, con los fragmentos romboidales. Sus colores son sucios, y
*1 mineral carece de importancia. Llámasele corindón harmófano,
'<iminoso V espato adamantino.
c) El c i w c r ; / ó corindón g r a n u l a r se presenta en masas de color
gris ó rojizo, de estructura granugienta y con algún óxido de hierro.
Criaderos.—\^3i variedad hialina, ó corindón cristalino, procede en su
•Oayor parte de Ceilán, la India y la China, aunque se encuentra también
*n el monte de San Gotardo (Alpes), Gellivara (Suecia) y Puy-en-Velay
(Francia). El esmeril se halla en España en las provincias de Ciudad-Real,
Segovla y Badajoz; fuera de la Península en la isla de Naxos y en Sajonia.
Aplicaciones.—LB. primera variedad ¿s muy apreciada en joyería, y el
}-j6 HISTORIA NATURAL.

esmeril se usa para pulimentar metales, vidrio, cristal y otras piezas de lujo
y para esmerilar tapones.
2." Espinela.—f'A/wwwaío de Magnesia.J=M^M*0*.
Caracteres.—Mineral de fractura concoidea, color fundamental
rojo pero variado, lustre vitreo, dureza igual á 8, peso especí-
fico 3,7, infusible y que cristaliza en octaedros regulares. Son varie-
dades de esta especie: el rubí espinela, de color rojo intenso; el rubí
balaje, de color vinoso; la candila, que es negra; el cloro espinela, ver-
de, que tiene peróxido de hierro; la ceilanita, verde oscura; \a.pleo-
nasta, negra como la candita, y otras de diferentes matices.
Criaderos.—La mayor parte de estas piedras nos llegan talladas de la
India, aunque también se encuentran en el Vesubio, en Bretaña y Estados
Unidos.
Aplicaciones.—^diáic ignora que el rubí espínela es muy apreciado en
joyería, y que á causa de su dureza se emplea también para montar los
ejes de los relojes de bolsillo.
3.' Alambre.—(Sulfatas de alúmina y de potasa liidratadosJ^=
K S O * + A l ° S ' 0 " ' + 24HO.
Caracteres.—Sal blanca cristalizable en octaedros regulares, de
sabor algo azucarado en un principio, pero muy astringente des-
pués, eflorescente, soluble en el agua, dureza 2,3 y peso específi-
co 1,7. La alunita ó piedra de alumbre, se llama octaédrica ó cúbica,
según su cristalización; de roca, si está consolidado en masas vi-
treas; y calcinada, si para deshidratarla se la ha tratado por el fuego.
El mineral llamado alumbre de pluma , fibroso ó eflorescente, es el
mismo sulfato de alúmina mezclado con sulfato de hierro/'<:í7/'a/-ro-
saj, de magnesia, ó de cobre.
Criaderos.—Hállase entre las arenas de los desiertos de Egipto, pero
generalmente se prepara con diferentes metales que se extraen de Almaza-
rrón (Murcia;, Alcañiz (Teruel), valle de Aran, y otros puntos de los Piri-
neos, Asturias y Valencia.
Aplicaciones.—Empléase el alumbre en tintorería, para adobar las pie-
les, en medicina como astringente, y en la economía doméstica se impreg-
nan en esta sal las telas y las maderas para que sean menos combustibles.
4." Turquesa.
Caracteres.—Piedra opaca, color azul verdoso, de brillo muy
agradable, sin ser sobrado vivo. Es un fosfato hidratado de alúmina,
teñido por los óxidos de cobre y hierro, con alguna cantidad de cal.
La colocamos en este género, apartándonos de Haüy, por creer que
es el que mejor le corresponde. Se conocen dos variedades:
aj La calaíta, turquesa oriental, ó de roca antigua, muy apre-
ciada de los antiguos romanos para el anillo. Es infusible, insolu-
ble en los ácidos, de dureza núm. 6, y se halla en forma de peque-
ños ríñones ó venas.
bj La odonlolita, turquesa occidental, ó de roca moderna, fusi-
MINERALOGÍA. i77

°le, alterable por los ácidos, menos pura en sus tintas y menos d u r a
<]ue la anterior, n ú m . 3. Procede dé los dientes y de los huesos de
*'8unos mamíferos enterrados, y coloreados de azul verdoso por el
fosfato de hierro.
Criaderos.—Yace la primera variedad, que es de origen mineral, en las
"Pas arcillosas de Nicabur (Persia¡; y la segunda en Francia y Suiza.
Aplicaciones.—En joyería, siendo la calaíta mucho más apreciada que
'a odontolita.

tiénero SOSA.—{Oxido de sodio.J=^NsiO.—A este género corres-


ponde la especie sal común.
Sal común.—iCloruro de sodio, sal marina, sal getnma,sal de co-
*^"»a, sosa muriatada. =NaCl.
Caracteres. — Sustancia m u y soluble, de sabor salado, agradable,
"^licuescente al aire l i b r e , q u e decrepita sobre las brasas, cristaliza-
nte en el sistema cúbico, de d u r e z a n ú m . 2,5,y de peso específico 2,2.
"reséntase esta sustancia en masas compactas susceptibles de exfo-
«lación cúbica, en masas laminares, en masas granulares, y en ma-
*3s fibrosas. La sal común , única que decrepita, se obtiene de las
' S u a s por evaporación; la sal gemma se encuentra en grandes depó-
sitos subterráneos contemporáneos del trías.
Criaderos.— En España son notables los criaderos de Minglanilla y
^'"dona (sobre todo este úitimo, que merece ser visitado por el admirable
aspecto que presenta), Torres de Barrellen, Cerro de la Sal, y los de Re-
•'^oHñós y Castellar. Los puntos de la Península en que se obtiene la sal
'Umbrando las aguas subterráneas, pasan de setenta. Las salinas marinas
^''tt también muchas,
Aplicaciones.—La importancia de sus aplicaciones ha sido admirable y
^'•vinamente resumida por Jesucristo, cuando dijo á sus Apóstoles que eran
*^a sal de la tierra.» No hay nada que la sustituya como condimento, vi-
Diendo á ser la sal como un maná dado por Dios al mundo. Sirve, además,
Para engordar los animales, abonar las tierras, preservar las carnes y pes-
<^*dos de la putrefacción, beneficiarlos metales, y preparar una porción de
'fectos déla industria.

Género POTASA.—(Protóxido de potasio.J=KO.—Á este género


pertenece la especie
^liro.—/^Potasa nitratada, nitrato de potasio, salitre.y'=:KNO^.
Caracteres.—Sal de color blanco, traslúcida y á veces trasparen-
**) de sabor fresco, eflorescente, que deHagra sobre las ascuas y c r i s -
'^liza en prismas romboidales.
Criaderos.—Se encuentra el nitro eflorescente en la superficie de la
"erra, en algunas cavernas calcáreas ó feldespáticas, en las caballerizas y
''''"OS puntos donde hay descomposición de materias anímales, y también
en algunas plantas. Se beneficia en varios puntos de España, donde se
'^tna salitre al nitrato de potasa unido al de cal.
378 HISTORIA NATURAL.

Aplicaciones.—En medicina , como diurético, refrescante y atemperan-


te. En la fabricación de Ja pólvora, que es una mezcla de nitro, azufre y
carbón. Tiene, por fin, aplicación en la tintorería, salazón de carnes, y £•*
los laboratorios como fundente y como reactivo.

Apéndice.

SÍLICES.

Género SÍLICE PIRA.- fÁcido nlicicu, sílice //¿>re.y^SiO'.


Caracteres.—Sustancia infusible estando pura , insoluble en
los ácidos menos en el fluorhídrico, y soluble cuando se la funde
con el álcali. Puede dividirse en tres especies: Cuarto, Calcedonia J
Úpalo, como más fácil para los alumnos.
I." Cuarzo.—Es la única especie del género que se cristaliza, ha-
ciéndolo en el sistema romboédrico , en prismas hexaedros apunta-
dos por dodecaedros triangulares. Es sustancia de lustre vitreo , if'
alterable por el fuego, electro-positiva por frotación , que da chispas
con el eslabón y causa en la piel una impresión de frío. Las varie-
dades principales, son: ÍJ^,cristal de roca; bj, amatista; c), venturina.
aj Cristal de roca.—Carece de todo color, se cristaliza, y es per-
fectamente diáfano. De él se hacen , tallándole perpendicularmente
al eje de cristalización, lentes para anteojos, que no se han generali-
zado tanto como los comunes, aunque sean más difíciles de rayar.
bJ Amatista.—Está caracterizada por su color violado, debido á
una pequeña cantidad de óxido de manganeso que lleva en interpo-
sición.
cj Venturina.—Recibe este nombre la variedad de cuarzo que
encierra laminillas de mica que reflejan la luz y comunican á la
piedra vivísimo brillo. Llámase, finalmente, jacinto de Composteld
al cuarzo rojo y opaco ; topacio falso al amarillo y traslúcido; y
cuarto ahumado al que es pardo y negruzco.
Criaderos.—Hállase el cristal de roca en los Pirineos y Guadarrama ; Ja
amatista en Montceny y Cabo de Gata ; y las demás variedades en diferen-
tes puntos de la Península.
Aplicaciones.—En la joyería , y el cristal de roca en la fabricación de
lentes y anteojos, como también en objetos de lujo.
2." Calcedonia.—Todas las variedades de esta especie son de la
misma naturaleza y completamente silíceas ; no presentan señales de
cristalización, blanquean y se disgregan por la acción del fuego: soo
más tenaces que el cuarzo, y dan más fácilmente chispas con el esla-
bón. Las variedades notables son : aJ., ágata ; b), sílex ; c), jaspe.
áj Ágata.—Tiene el grano fino y el lustre intenso, distinguiéndose
de las otras variedades por ser traslúcida en los bordes ó en toda sU
masa. Las ágatas, que además de traslúcidas son coloreadas de atna-
MINERALOGÍA. 379

rillento y morenuzco, se llaman sardónicas; las que son rojas, color


que se debe á materias orgánicas, cornalinas ; cuando los colores es-
tán distribuidos en bandas ó fajas, la piedra se llama ónice; las que
son de verde de puerro, heüotropios ; las azules, safirinas; las de
•verde manzana , crisoprasios , y las que tienen los colores en forma
dendrítica, ágatas arbori^^adas.
bj El grano del sílex no es tan fino com o en el ágata : su estruc-
tura es compacta, la fractura concoidea, el color morenuzco, traslú-
cido en los bordes y con el lustre algo céreo. Llámase pedernal y
piedra de chispa cuando se presenta en masas arriñonadas con la
fractura escamosa ; empero si esta es celular, recibe el nombre de
muela, moleña ó piedra de molino.
c) E\ jaspe es ni más ni menos que una calcedonia opaca, cuyos
vivos colores proceden del peróxido de hierro, y á veces de arcilla.
t>istínguese el jaspe calcedónico del cuarzo coloreado y opaco, en
que aquél se disgrega por la acción del fuego. Uámase ¡aspe de
Egipto al que tiene zonas concéntricas pardas y amarillas; jaspe san-
guíneo al que es verde con puntos rojos; y piedra de toque al que es
negro por efecto de cierta cantidad de carbono que lleva en mterpo-
sición.
Criaderos.-Las calcedonias y sílices se encuentran en las inmediaciones
de Madrid , y el jaspe en Córdoba, Monjuich Harcelona ;, Cabo de Gata y
en Maribelcs (Filipinas). También hay cornalinas y ágatas en varias pro-
vincias de estas islas.
Aplicaciones.—Ea joyería, aunque hoy menos que antiguamente, en la
construcción de camafeos y objetos de lujo. El pedernal, para sacar fuego,
y la piedra de toque, para conocer ciertos metales.
3." Ópalo.—El ópalo blanquea al fuego, como la calcedonia, y
difiere de ella en que se desprende entonces cierta cantidad de agua
que contiene, no combinada, sino interpuesta. Su lustre es casi
siempre resinoso, dureza núm. 5. Algunas veces se presenta el ópalo
aparentemente puro y con alguna trasparencia, semiópalo; otras ve-
ces esa misma veriedad tiene además colores irisados en su interior,
vivos y muy estimados, ópalo noble ; el que tiene la estructura aná-
loga á la de la madera se llama litó.viUm, ó .xilópalo; y, por fin , hay
jaspes-ópalos y jaspes-resinitas, según los matices. Conócese con el
nombre de hidrófano al ópalo que puesto en el agua toma la que
había perdido. El girasol es un ópalo tallado.
Criaderos.—\.o% ópalos más estimados proceden hoy de Hungría y de
Méjico, aunque también los hay en Piamonte, isla de Elba, Silena e in-
mediaciones de Madrid.
Aplicaciones.~S6\Q sirve como objeto de adorno, y es menos apre-
ciado que en otros tiempos.
jSo HISTORIA NATURAL.

SILICATOS.

Los silicatos forman la segunda parte del apéndice de los me-


tales heterópsidos y constituyen un orden importante. Son minera-
les de aspecto lapídeo , lustre vitreo, peso específico entre 2,5 y 4,5,
casi todos infusibles al soplete é inalterables por los ácidos, y cuya
solución evaporada deja un residuo delicuescente y amargo, ó con
indicios de hierro, magnesio, zinc , etc. El siguiente cuadro indica
los géneros cuyo conocimiento tiene más importancia.
GÉNEROS.

/ Magnesio-anhidros Talco.
/ Esteatina.
Magnesio-hidratados ' Magnesita.
' Serpentina.
I Piroxeno.
jCalcáreo-magnesios I
Anfíbol.
SILICATOS . . . 1 Aluminoso-puros Andalucita.
I Aluminoso-hidratados Arcilla.
' Esmeralda.
Granate.
1 Feldespato.
lObsidiana.
i Alutninoso-dobles < Piedra-pómez.
JLapislázuli.
(Turmalina.
Mica.
Topacio.
Género TALCo.=MaSi'.
Caracteres.— Mineral blancuzco, morenuzco ó verdoso, común-
mente en hojas ó escamas que se pueden separar, y son más ó me-
nos trasparentes, de doble refracción , y parecidas á la mica, de la
cual pueden fácilmente distinguirse por su untuosidad y ñexibilidad.
Se raya con la uña, se funde con dificultad al soplete, y es insoluble
en los ácidos. Tal es el talco propiamente dicho, debiendo adver-
MINERALOGÍA. 381

tirse que se designó en otro tiempo con este nombre á algunas va-
nedades de mica y esteatina.
Criaderos.—Se encuentra en los Pirineos, Sierra-Nevada y Guadarra-
ma, no en grandes masas, sino unido á rocas calcáreas ó de cristalización.
•Aplicaciones.—Para la fabricación de lapiceros, y reducido á polvo,
para cosméticos. Utilízase también para quitar manchas, fabricar papel
pintado, y para fijarlo debajo de la rosa de los vientos en la brújula ma-
nna.

Género ESTEATINA.—/"JÍJ'WW de sa.^tre, creta de Bnanjón.J^=


í^g'Si'H'O".
Caracteres.—Sustancia sumamente untuosa y grasienta al tacto,
compacta ó de escamas finas, blanquecina y gráfica. Es un talco hi-
•Iratado de dureza número i , y peso específico 2,6.
Criaderos.—I.os mismos del talco, si bien se encuentra más abundante,
sobre todo en Rrianzón.
Aplicaciones.—l.os sastres la usan para marcar, y reducida á polvo
sirve para facilitar la entrada del calzado y guantes. Es uno de los mine-
••ales que suelen comer los peofagos.

Género MAGNESITA.—(Espuma de inar.)=y[^S\WO^.


Caracteres.—Talco más liidratado aún que la esteatina, la mag-
'lesita es compacta, terrosa, seca al tacto, blanda, blanquecina ó
"^orenuzca, y que se endurece al fuego: peso específico 2,6.
, Criaderos.—En las inmediaciones de París y de Madrid (cerro de los
•'angeles), en el Piamonte, en Cabanas de la Sagra (Toledo;, y en Vallecas.
Aplicaciones.—La variedad eí^iíma ¿/e mar, que es homogénea, com-
pacta y ligera, procede del Asia Menor, y se usa para pipas de fumar; las
magnesitas ordinarias se emplean en los hornillos por sus cualidades re-
fractarias.

Género SERPENTi.vA.=Mg''Si*H«0'\
Caracteres.—Mineral blando, tenaz, compacto; de fractura asti-
'íosa, lustre grasicnto y generalmente suave al tacto. Se endurece,
como el género anterior, por la acción del fuego; perdiendo el agua
'lUe contiene, es algo soluble en los ácidos, y muy poco fusible al
'oplete.
Las variedades de la serpentina ú ojita se toman de su aspecto.
Llámase serpentina noble ó piedra de Bardn á la que tiene color
•verde claro de puerro, y es algo traslúcida; serpentina comtín, á la
que es verde con manchas negras; y piedra ollar ó piedra de corno,
4 la que es morenuzca y de grano más basto.
Criaderos.—Ldí primera variedad procede de Córcega y Egipto; las
otfas dos se hallan en diferentes puntos de España, como Sierra Nevada,
Sierra Bermeja y Galicia.
Aplicaciones.—Las tenían antiguamente en medicina. La serpentma
382 HISTORIA NATURAL.

noble úsase hoy en obras finas de escultura y arquitectura ; las demás va-
riedades para hacer utensilios de cocina.

Género PIROXENO.
Caracteres.—Sustancia blanca, verde ó negra, que se cristaliza
en prismas oblicuos, que raya difícilmente el vidrio y es rayada por
el cuarzo, y se funde al soplete. C o m p r e n d e este género tres varie-
dades : aj diopsita, bj hedenbergita, cj angita.
a) hsi diopsita es blanca ó de verde c l a r o , trasparente ó tras-
lúcida,
bj La hedenbergita es verde oscura casi negra.
cJ Y la angita es negra, y deja un polvo moren uzeo.

Género AMFÍBDL.
Caracteres.—Los mismos del piroxeno, del cual difiere por las
proporciones químicas de sus eductos y diversa inclinación de sus
aristas en los casos de cristalización. T i e n e las siguientes variedades:
aJ TremoUta ó anfibol blanco, q u e tiene algunas veces ligeras
m a n c h a s verdes sobre el fondo blanco.
bJ Actinota ó anfibol verde, á causa de este color subido, proce-
dente de protóxido de hierro.
cJ Hornblenda ó anfibol negro.
Asbesto, A.mianto y Cartón de montafia.—Parece q u e estas s u s -
tancias n o constituyen un género mineral bien definido, sino que
pertenecen al de Serpentina, Piroxeno y Anfibol, de los cuales son
modificaciones accidentales, presentándose aquellos minerales en
formadefibras silicato-magnesianas. H e aquí los aspectos que corres-
ponden á cada u n a de sus denominaciones.
a) Amianto, en fibras flexibles como el algodón, delgadas, suel-
tas y suaves.
bJ Asbesto, masas fibrosas, con las fibras rígidas y adheridas.
c) Cartón de montaña, fibras gruesas y entrelazadas, formando
láminas flexibles.
Criaderos.—Tanto el piroxeno como el anfibol y asbesto, se encuen-
tran en los Pirineos, en Sierra Nevada y en Sierra Bermeja.
Aplicaciones-—El amianto (áp.av-'j;) incorruptible, por la propiedad
que tiene de resistir á la acción del fuego sin destruirse, ss usaba antigua-
mente hecho telas, para la cremación de los cadáveres. En nuestros tiem-
pos se ha ensayado fabricar con este mineral telas y papeles incombusti-
bles, pero sin que se haya generalizado, á pesar de la importancia que
pudieran tener, tanto para vestir á los bomberos como para techumbres
ligeras en las construcciones de bambú, ñipa y madera, tan expuestas á
ser pasto de las llamas. Imprimióse en Milán {1807) un libro en papel de
amianto, que se conserva en la Biblioteca del Instituto de París. En la del
Vaticano se guarda, depositado por orden de Clemente X I , un gran peda-
MINERALOGÍA. 383

*o dfe tela de la misma sustancia, que se halló ea una urna cineraria


en 1708.

Género ANDALUCITA (micafiUla, feldespato apiro^ espato adaman-


tino, es/d«^íj/ía J=Al*Si'?
Caracteres.—Casi siempre opaca , blanca ó agrisada , y algunas
veces traslúcida; cristaliza en el sistema romboédrico y no se funde
31 soplete. La variedad más notable es la macla , formada por la vía
'iletamórfica , que cristaliza en prismas casi cuadrados, y que forma
dibujos blanco-morenuzcos.
Criaderos.—Los Pirineos, los Alpes , y generalmente todos los terrenos
'^istalinos y metamorlicos.
Aplicaciones.—Se la buscaba antiguamente como objeto de adorno y
<levoción.

Género ARCILLA. =AlSi+x/4q.


Caracteres,—Son silicatos aluminosos, hidratados ó hidratífe-
ros, puros ó mezclados de otras sustancias, untuosos al tacto, con
apegamiento á la lengua, de olor de tierra cuando sobre ellos se es-
pira, y que forman pasta amasados con agua. Corresponden á este
género las arcillas propias y las arcillas esmécticas.
!•" Arcilla propia.—Contiene diez ó doce por ciento de agua,
'* pasta conserva las figuras que se le dan, y los ácidos la atacan muy
poco ó nada. Variedades:
a) Greda ó tierra de alfareros.—Es roja, y con ella se fabrican
^ejas, ladrillos, tinajas, y también los modelos de las obras de escul-
tura. Hállase en las inmediaciones de Madrid ( Alcorcón), Zamo-
••a, etc.
b) Plástica ó refractaria., notable por su grande infusibilidad.
Las más finas, llamadas tierra de pipa y tierra inglesa, se usan para
Vajilla y objetos delicados que hayan de sufrir la acción del fuego,
<^onio las pipas; las ordinarias para crisoles, ladrillos de hornos , de
••everbero y otros usos semejantes.
2." Arcilla esméctlca.—Tiene veinticinco por ciento de agua, y
'* pasta se deforma bajo la acción del fuego. La tierra de batán es la
Variedad más interesante, por la propiedad que tiene de dilatarse en
el agua, haciéndola jabonosa y sirviendo para desengrasarlos paños.
La tierra de quitar manchas , que se vende por las calles de Madrid,
'lene, como todas las variedades de este género, alguna mezcla cal-
*^4rea. Los mejores criaderos son los de I»emnos (Inglaterra), y Vi-
centino (Italia).

Género EsMERALDA.=Al''SiO'+Gl'SiO».
Caracteres.—Sustancia vitrea, que raya el cuarzo y es rayada por
^84 HISTORIA NATURAL.

el topacio; peso específico, 2,7; cristalización romboédrica, predomi-


nando el prisma exagonal. Variedades:
aj Esmeralda propiamente dicha. (Esmeralda occidental, esme-
ralda del Perú.) De color verde característico , puesto que sirve de
término de comparación.
bj 5erz7o, también verde, pero no puro, sino algo amarillento.
E\falso berilo y el berilo de Sajonia , que deben el nombre á su co-
lor parecido al del berilo , no pertenecen á este género , sino al es-
pato flúor el primero, y al apatito ó fosforita el segundo.
c) Agua-marina, variedad que , como indica su nombre , tiene
el color verde algún tanto azulado.
Criaderos.—En Santa Fe de Bogotá se halla la mejor mina de esmeral-
das, aunque también se recogen en Sajonia, Irlanda, Suecia y Estados
Unidos. Los mejores berilos vienen de la India Oriental (Cangayún) y de la
Siberia ; y las aguas-marinas se encuentran en compañía de los berilos X
esmeraldas.
Aplicaciones.—En joyería, siendo las más apreciadas las esmeraldas,
inferiores solamente al diamante y zafiro. Es la piedra predilecta del Epis-
copado para el anillo, que es uno délos distintivos de su dignidad. Una
esmeralda de doscientos miligramos (4 granos; vale cien pesetas, y su pr^'
CÍO sube mucho cuando es mayor. La esmeralda del Papa Julio II tenia
cincuenta y cinco milímetros de largo por treinta y cinco de diámetro. Ge-
nova posej'ó un berilo (sacro-catino) de catorce pulgadas de diámetro pt""
cinco de altura , y una de las mejores aguas-marinas que se conocen perte-
nece á la corona de Inglaterra.

Género GRANATE.^Varios son los cuerpos que reciben este nom-


bre genérico, aunque las bases de su composición química sean dife-
rentes, razón por la cual se prescinde en este género de la fórmula
usada.
Caracteres.—Cristalizan en el sistema cúbico, y comúnmente en
dodecaedros romboidales ó trapezoides : su color es más ó menos
rojo, oscurecido ó negruzco ; es fusible en escoria magnética, é inso-
luble en los ácidos. Dufrenoy divide el género en cinco especies,
atendiendo principalmente á sus educios analíticos de alúmina, cal»
hierro, manganeso y cromo. Cítanse aquí tan sólo las variedades más
interesantes.
a) Carbunclo 6 piropo, de color rojo de fuego, al cual atribuían
los antiguos la propiedad de brillar en la oscuridad.
bJ Granate sirio ú oriental, teñido de violeta, y que medíante
el pulimento adquiere brillo aterciopelado.
c) Granate noble, de color rojo vinoso.
d) Granate jacinto, de color rojo y naranjado.
Criaderos.—Encuéntranse en los terrenos cristalinos, especialmente cB
la India, Siria y Siberia. En España se conoce una variedad oscura y ™^'
nos apreciada, que se llama granate común.
MINERALOGÍA. 385

Aplicaciones —En joyería se aprecian las variedades de colores vivos;


••s de menor tamaño se llaman olivetas. Lleváronse en otro tiempo como
sniüJetos, y hasta la medicina les reconocía virtud particular para desvane-
cer la tristeza. También se hacen grabados preciosos sobre los granates.

Género FELDESPATO.—fOrtosa, feldespato común, silicato de alú-


*^i»aj-potasa. )=M'Si^O''+KSiO\
Caracteres.—Cristaliza en el sistema prismático romboidal obli-
^^0] color blanco lechoso, verdoso ó rojizo : dureza núm. 6; estruc-
'•^ra laminosa ; se funde ai soplete por los bordes, aunque con di-
ncultad, formando una especie de vidrio burbujoso ; insoluble en
'os ácidos. Especies :
I.' Ortosa.—Preséntase en prismas romboidales ó en exágonos
•Regulares, más ó menos modificados, aunque también se halla en
'Ormas laminares y globulares ó compactas (pctunccK Los ejempla-
res vitreos, trasparentes y susceptibles de ser labrados, se llaman
'adularías.
2." Albita.—Sustancia blanco-lechosa, de estructura laminar, ó
•cristalizada en el sistema prismático oblicuo, no simétrico. Llámase
^edra de aiúcar á una de sus variedades que presenta figura aná-
'Oga á la del azúcar en pilón.
3." Kaolín (tierra blanca, arcilla de porcelana).—Es una sus-
'*ncia parecida á la arcilla, que resulta de la descomposición del
feldespato puro y rocas feldespáticas, que se endurece al fuego sin
"Undirse, y sirve para la fabricación de la porcelana, la más bella y
^^& estimada de las vajillas de tierra ó piedra. Para darle más vista
^6 la cubre de la ortosa petiincé.
Hay otros géneros, cuyo conocimiento no ofrece tanto interés.
Criaderos.—El más notable de kaolín es el de Lemosin, que suminis-
'•^ el material para la gran fábrica de Sévres. España tiene kaolín en Bu-
•"ela (Galicia), del cual se surten las fábricas de Sargadelos y Sevilla ; tam-
'^'én se encuetra en Sierra Morena. Los demás géneros forman la mayoría
•^e las rocas.
Aplicaciones.—Además de las indicadas en el texto, se usan algunos de
'Os silicatos descritos anteriormente en la fabricación del vidrio, para lo
•^Ual se reducen á polvo, se funden, se labran, soplando ó amoldando, y se
Someten por fin al recocido.

Género OBSIDIANA.—(Espejo de los Incas. J=A\Si*.


Caracteres .—Mineral vitreo, casi siempre negro, aunque algu-
'^as veces se presenta también verde, pardo ó rojizo; fractura con-
coidea, lustre intenso, de procedencia volcánica , que se hincha ó
entumece calentándole, y que los agentes naturales trasforman fre-
'CUentemente en piedra pómez.

26
386 HrSTORIA NATURAL.

Género PIEDRA PÓMEZ.—fPumita.J=AlSi'.


Caracteres.—Es una escoria volcánica, muy semejante en su
composición al género anterior y á otras rocas traquíticas, fibrosa o
celular, de lustre sedoso, dura , áspera y frágil. Forma grandes ma-
sas, y se halla también en fragmentos más ó menos voluminosos.

Género LAPisLÁzvu.—fLa^uítta u/tramar, ceoUta a^ul.)


Caractere.'i.—Como sus nombres lo indican , tiene este mineral
color azul muy intenso, realzado por la coloración amarilla de la
pirita de hierro que comúnmente le acompaña; su aspecto es lap''
deo, de dureza 5,5, peso específico 2,4, opaco y á veces con vetas
blancas. Es un silicato sulfurífero de alúmina, con carbono y sti''
fato calcicos.
Criaderos.—En la Persia, en el Tibet, en varias provincias de la China
y en la Siberia.
Aplicaciones.—Es muy apreciado para la ornamentación, sobre todo
cuando presenta placas algún tanto grandes. Se extrae de él el a^ul de ul'
tramar.

Género TURMALINA.—fLyncurium.)—No es fácil reunir en una


fórmula la descomposición química de este mineral, por las diferen-
cias que presentan sus variedades.
Caracteres.—Es un silicato borífero de alúmina con algunas do-
sis de otros componentes. Raya el cuarzo y es rayado por el topacio.
Se electriza por el calor, tomándolas dos electricidades, una en cada
extremo, y cristaliza en el sistema romboédrico, aunque algunas
veces se alargan y adelgazan sus cristales. Son sus variedades:
a) Turmalina común, de color negro.
bj Rubeliía, de color rojo.
cj Esmeralda del Brasil, de color verde.
d) Indicolita, de color azul.
Criaderos.—Se hallan en la Siberia y en San Gotardo.
Aplicaciones.—Propiedad notable de este mineral es la de polarizar la
luz, por cuyo motivo se aplica en física al estudio de la doble refracción.

Género MICA.—fPlata y oro de galo.)—Sus educios son m u /


variados.
Caracteres.—Toma el nombre de micare fbrillarj, á causa desu
lustre intenso de oro, plata ó vidrio. Ofrece uno ó dos ejes de refrac-
ción ; cristaliza raras veces, y sus cristales presentan prismas hexa-
gonales regulares, ó prismas romboidales oblicuos. Se puede divi-
dir en láminas flexibles y elásticas que conservan el lustre; dureza
2,5, peso específico 2,7, color blanco, amarillo, verdoso, pardo, vio-
lado y morenuzco. Variedades:
MINERALOGÍA. 387

a) Vidrio de Moscovia, cuando se presenta en hojas grandes.


b) Oro d/i/íi/a i e g'íztó, cuando sus escamas presentan el brillo
^^ estos metales.
cj Lepidolita, cuando teniendo una base de litina, presenta
"denudas escamas muy brillantes, nacaradas, blancas, de rosa, vio-
'3das ó verdosas como las alas de una mariposa.
Criaderos. —Xbundan en los terrenos cristalinos, y entran en la com-
posición del granito, gneiss y otras.
Aplicaciones.—La lepidolita se usa para polvos de salvadera; el vidrio
^ Moscovia para vidrieras en la marina rusa.

Género T O P A C I O . = 3 A 1 ' S Í O ' + A P F 1 .


Caractóreí.—Sustancia vitrea que raya el cuarzo, cristaliza en
P'"ismas del sistema romboidal recto, infusible al soplete, solubleen
'Os ácidos después de la fusión con el auxilio de sal de sosa; eléctri-
co por el calor y por el frote. Variedades:
a) Topacio del Brasil, de color amarillo, anaranjado ó rojizo,
^-s el color característico, que se llama amarillo de topacio; y esta
Variedad es la comtin entre los joyeros.
6/ Topacio quemado, de color rojo, ó rojo violado, obtenido
'•Otíiiinmente por la acción del fuego en un crisol.
c) Go/a c/ea^Míj, límpido y diáfano.
d) Pirofisalita, cuando se presenta en cristales voluminosos y
opacos.
e) Picnila. en prismas acanalados y unidos entre sí, en sentido
longitudinal.
Criaderos.—En el Brasil, Sajonia y Siberia.
Aplicaciones.—Las tiene en la joyería como piedra de valor, vendién-
°se á más subido precio los quemados que los comunes.

C L A S E 3 . ' — M E T A L E S AUTÓPSIDOS.

Minerales que se distinguen comúnmente por su brillo metálico,


Poseen gran densidad y se reducen por la acción del soplete á metal
'""^guloj ó á escoria metaloídea.

Género PLATINO.—(Platina, oro blancoJ.=Pl.


Caracteres.—Este metal se encuentra nativo en la naturaleza, es
'^'aleable, de color bl anco algo agrisado (intermedio entre la plata y
*' plomo), muy pesado (de i6 á 22), completamente infusible por la
'••ción del fuego, insoluble en la mayor pane de los agentes quími-
cos, y sólo atacable por el agua regia, y de dureza 4,5. Va siempre
f|*2clado con un veinte por ciento de otros metales, sobre todo con
**'erro, y también con osmio, rodio, iridio, paladio, y á veces oro.
388 H;STORIA NATURAL.

C u a n d o cristaliza, q u e es raras veces, lo hace en el sistema cúbico, y


recibe el n o m b r e de platino cristalizado; pero generalmente se p r e -
senta en escamas, granos ó pepitas.
Criíiííeroí.—Fué descubierto por los españoles en Colombia y dado a
conocer por D. Antonio Ulloa (1748). Posteriormente se ha encontrado en
Haiti, en el Brasil, en Borneo y en los montes Urales de Siberia.
Aplicaciones.— Por ser el metal menos dilatable, se emplea con prefe-
rencia para marcos de pesas y medidas, para piezas delicadas de relojería
y para termómetros metálicos. También se usa para crisoles, puntas de so-
pletes y para-rayos, medallas y monedas, y para dar brillo de plata 4 1*
porcelana.

Género O R O . = A U .
Caracteres.—Color amarillo propio, y brillo metálico, dúctil Y
maleable; se funde al soplete, y sólo es soluble en el agua regia. Su
peso específico llega á 19, y su dureza es ?,5.—Se presenta u n a s ve-
ces cristalizado en octaedros ó dodecaedros, y más generalmente
en arenas, escamas, granos y pepitas. Llámase oro paladiano á una
aleación de oro y paladio, que se beneficia separando el último ^^
estos metales por medio del ácido n í t r i c o . Las arenas se encuentran
en los ríos, y se benefician por el lavado ó decantación; los granos"^
pepitas en los filones metalíferos, de donde se extraen por la fundi-
ción ó por la a m a l g a m a con el m e r c u r i o .
Criaderos,—Son los más interesantes los terrenos de detritus ó aluvión
de Colombia, Brasil, Chile, California, Méjico, Perú, y los montes Urale'
de Siberia. En cuanto á Europa, y singularmente a España, preciso eS
renunciar á las entusiastas descripciones de algunos historiadores y poetas,
confesando de plano que nuestros pretendidos yacimientos de oro sol*
pobrísimos. En Filipinas las minas más notables son las de Paracale y
Mambulao, aunque se encuentran también en la cordillera central de I-^'
zón, más conocidas estas últimas por las Reales órdenes de la legislación
ultramarina que por su explotación actual '. Hay asimismo oro en los ríos
del Caraballo , Camarines y Misamis, y en los montes de Caraga í
Cebú.
Aplicaciones.—Son bien conocidas; tanto en joyería, objetos de lujo»
ornamentación, monedas, medallas y todo género de trabajos de arte.

' En nuestro Archivo provincial de Manila hay curiosos manuscritos


que demuestran la importancia que en el siglo pasado se dio á la explota'
ción del oro de igorrotes.
La América es por excelencia el país del oro. De 33.000 kilogramos <\^^
anualmente se benefician y representan un valor de 113 millones de pesC'
tas, dicho territorio figura por 63 millones. La Providencia nos ha recoiO'
pensado con los minerales de hierro y carbón, que suben anualmente e*
Europa á 900 millones de pesetas. En lo que va de siglo se han perdido e"
Filipinas unos seis millones y medio de pesetas en la explotación del oro-
MINERALOGÍA. 389

Género PLATA.=Ag.
Caracteres.—Metal blanco, dúctil, fusible, cuyo peso específico
es 10,47 (un tercio menos que el del estaño), inatacable por los áci-
dos vegetales y que se ennegrece y empaña al aire libre por la acción
wel hidrógeno sulfurado. Á causa de los minerales que le acompa-
san, dividen los mineralogistas éste género en las especies siguientes:
I -" Plata nativa.
Caracteres.—Los del género, con el cual se identifica. Cristaliza
en figuras pertenecientes al sistema cúbico (plata cristalizada); y
también se encuentra en hilos, filamentos, esca/nas y láminas.
2." Plata amalgamada.=AgHgV
Caracít'rtw.—Confúndese á primera vista con la plata nativa por
su color blanco y su brillo argentino , y cristaliza comúnmente en
**odecaedros del sistema cúbico; y se distingue esta especie en ser
quebradiza y dar mercurio por la destilación.
3.' Arquerlta.=Ag"Hg.
Caracteres. —Distingüese de la especie anterior por su gran ma-
leabilidad y porque se deja fácilmente cortar con un cuchillo, á
causa de su mayor cantidad de plata. Recibe el nombre de Arque-
aos, rica explotación de Coquimbo, en Chile.
4." Plata antimonial.—(Discrasa,antimoniurodeplata.J:=Xg*Sb.
Caracteres .—Color blanco argentino , brillo metálico, se funde
al soplete desprendiendo vapores de antimonio y dando un glóbulo
ue plata.—Cristaliza en figuras pertenecientes al sistema prismático
••ecto romboidal, v forma la riqueza principal de las minas españo-
las de Guadalcanal.
5." Plata antimonial snlftirada.—i Plata roja, oscura, argiri-
''•OM y .sulfuro antimoniuro í/e j;/íiííi.y'=Ag'S+Sb'S'.
Caracteres.—Color rojo ó gris metálico, fusible al soplete, con
•desprendimiento de vapores blancos y formación de un glóbulo de
plata, soluble en los ácidos; peso específico 5,8, y dureza 2,5. Con-
tiene 6o por loo de plata pura. Cristaliza en el sistema romboé-
'Jrico, con cristales trasparentes ó traslúcidos, y también se presenta
compacta.
6." Plata sulfurada.—(Argirosa, plata negra.)=kg^.
Caracteres.—CoXoT gris de acero ó plomizo , muy maleable; se
'Unde á la simple llama de una bujía, y al soplete se hincha , emite
Vapores sulfurosos, se reduce á metal y es soluble en ios ácidos.
Peso específico io,5, dureza 3. Cristaliza en el sistema cúbico, y se
presenta también en figura dendrítica y terrosa (negrillo). Es intere-
sante porque abunda en la naturaleza, y contiene un 86 por too de
plata.
7." p u t a arsentoal snlfarada.—f' Proustita, rubin-blenda, pía ta
''oja-clara )=Ag'S-|-As'S».
390 HISTORIA NATURAL.

Caracteres.—Fácilmente pudiera confundirse con la especie 5. ,


cuyos caracteres exteriores le convienen, aunque su color es tnás
claro; pero se distingue fácilmente porque fundiéndola al soplete
despide olor de ajos , característico del arsénico.
8." Plata clorurada.—(Córnea, querargira.)=k%C\.
Caracteres.—Riquísimo mineral blanco, algo agrisado en cier-
tos casos, y pardo-violado después de haber sufrido por algún
tiempo la acción del aire. Se raya con la uña, se corta como la cera,
se funde á la luz de una bujía, y sobre el carbón al fuego de reduc-
ción, da un glóbulo de plata.
Otras especies.—Escasean y carecen de interés \dLplata iodurada
(de color amarillo claroi, la broiiinrada 'que es verde), y la carbona-
tada (de color gris ceniciento;. La piedra infernal es un nitrato de
plata, incoloro, pero que se ennegrece á la luz. El llamado árbol de
Diana es un precipitado de la disolución del nitrato de plata sobre
una lámina de cobre introducida en dicha disolución.
Criaderos.—La plata se extrae principalmente de los sulfures de plat^
en Europa, y de los sulfures y cloruros en América. Este país suministra
las nueve décimas partes del beneficio, que es anualmente de un milloo
de kilogramos, que representan 200 millones de pesetas. España tiene mi-
nas de plata en Hiendelaencina, Guadalcanal, Horcajuelo de la Sierra, y
otras que pueden verse en la memoria del Sr. Caveda para la exposición
de i85o, y extrae ese precioso metal de otras minas argentíferas. Son en
Europa notables las minas de Noruega y Sajonia, y lo son más en el nuevo
mundo las de Méjico, Perú y Chile. En las minas de Noruega se han en-
contrado ejemplares de mil kilogramos.
Aplicaciones.—Se emplea este metal en la acuñación de monedas, ye"
la fabricación de cubiertos, vajilla y muchos objetos de lujo y ornamenta-
ción; en el plateado, ya por el fuego, ya por la galvanoplástica; en la foto-
grafía, utilizando la propiedad que tienen las sales de plata de ennegre-
cerse por la acción de la luz; en el dibujo de porcelana fina, y también eo
medicina.

Género MERCURIO.=Hg.
Caracteres.—Metal líquido á la temperatura ordinaria; color
blanco de plata; se congela á los 40" bajo cero, entra en ebullición á
los -)- 35o°, y pesa trece veces y media más que el agua; de manera
que sobre él flota el hierro, como el corcho sobrenada en aquel l í '
quido. He aquí las especies de mineral bajo las cuales se presenta, ^
de las cuales se extrae:
1.' Mer enrió nativo.—(Abogue virgen, abogue nativo, plail
viva.)=Yi%.
Caracteres, los de! género, con el cual se identifica. Se encuentra
en pequeñas porciones, á consecuencia de la descomposición de la*
otras dos especies.
MINERALOGÍA. 39»

2.' Mercurio 9alftxr»do.-ra/ia¿>no, leberen, mercurio hepá-


tico, bermellón nativo, flor de ci>ia¿'n'o.>=HgS.
Car aderes.-Color TO]o subido, á veces gris metálico por reHe-
xión; lustre a d a m a n t i n o casi metálico; se volatiliza al soplete sin de-
jar residuo alguno; peso específico 8,09, dureza 2,5; soluble en el
agua regia, da por descomposición u n 84 por 100 de mercurio
puro ó nativo. Cristaliza en el sistema 4.", y se presenta en estado
compacto ó granudo (mercurio hepático), y también terreo, con es-
casa cohesión, en términos de tiznar los dedos (bermellón).
Criaderos.—K\ tnús anticuo y mas rico que se conoce, es el de Alma-
dén y el de AlmaJeMios (Ciudad-Real,, dclos cuales habla Teotrasto,
trescientos afios antes de Jesucristo. De esas minas se extraen anualmente
un millón de kilogramos de mercurio, no llegando más que a dos mil o-
nes y medio la explotación anual en todo el orbe. Siguen á estas minas las
• de Idria (Trieste , Huanca-Velica (Perú), Palatinado (Hungría), y Astu-
rias. También existe cinabrio en Caraga y Samar, de las Filipinas.
Apncaciones.-L:^ mayor parte del mercurio se emplea en la explota-
ción del oro y la plata por el procedimiento de la amalgamacon. Usase
también para llenar los tubos de termómetros y barómetros, para las cube-
tas en las cuales se recoge el gas en los laboratorios, y amalgamado con
estaño para azogar los espejos. Con el cinabrio se tabnca el bermellón y el
lacre encarnado. , , • . j
3.» Mercurio c l o r u r a d o . - . ^ \ / e r f ¡ . r / o córneo, dulce o muriatado;
calomelanos; protocloruro de mercurio. J=yi^C\.
Carácter es.-Color gris de p e r l a , fractura concoidea y bril o
adamantino : se deja rayar por la ut^a y cortar como un pedazo de
cera : volatilízase al soplete, sin dejar residuo a l g u n o .
C n a á e r o s . - P r e s é n t a s e e n f o r m a d e costras que cubren la superhcie
de los ejemplares de hierro oxidado pardo , y tapizan las paredes de sus
Oquedades en las minas de cinabrio .
Aplicaciones.-Los calomelanos se emplean en medicina como pur-
gantes y vermífugos, y también como am.-.ifilíticos, anti-escrofulosos y
contra ciertas enfermedades cutáneas. El sublimado corrosivo (bicloruro
de mercurio, es uno de los venenos más activos que se conocen, y en pe-
queñas dosis se receta para vencer las enfermedades venéreas.

Género P L O M O . = P b .
Car aderes.-Color blanco a z u l a d o , brillo bastante p r o n u n -
ciado, y peso tan considerable, q u e es proverbial (11,35); mediante
el roce despide un olor que le es p e c u l i a r ; es gráfico, dejando u n a
señal azul en el papel y t i z n a n d o los dedos; se raya con la u n a ,
dúctil, maleable y fusible.
I . ' Plomo n a U v o . = P b .
Caracteres.-Los del g é n e r o , del cual es el tipo. Hasta la techa
sólo hay seguridad de haberlo encontrado en una roca cuarzosa en
Alstoon-Moore (Cumberland).
392 HISTORIA NATURAL

2.' Plomo snlfbrado.—f Galena.J=PbS.


Caracteres.—Color gris metálico con brillo de igual naturaleza;
estructura cristalina laminosa , fibrosa ó granujienta; fusible al so-
plete con desprendimiento de vapores sulfurosos, y dejando sobre
el carbón glóbulos de plomo. Peso específico 7,5, y dureza 2,5. Las
variedades de esta especie se toman de las estructuras que apunta-
das quedan, debiendo sólo hacer mención de la epigénica, que toma
la figura de prismas de base hexagonal, siendo así que otras varieda-
des cristalizan en el sistema cúbico. Da por la descomposición 86
por loo de plomo puro, y algunas veces (galenas argentíferas) hasta
el r por loo de plata.
Criaderos.—La mina más abundante de España es la de Sierra o.<t
Gádor, que bastaría para surtir á todos los mercados de Europa; siguen
Linares, Cartagena y Almagrera '.
Aplicaciones.—Se usa en la fabricación de utensilios diversos, cañerías,
municiones de guerra y caza; en las aleaciones con otros metales y en el
barniz del vidriado ordinario.
3." Plomo oxidado.=PbO.
Caracteres.—Color amarillo ó rojo, en masas ó en polvo, y qu^
toma el aspecto cristalino por la fusión. Variedades:
a) Amarillo, maxicot y litargirio, es la variedad amarilla ó ci-
trina.
b) Minio nativo, ú óxido rojo de plomo , lleva el color que in-
dica su nombre, y se presenta en polvo.
Criaderos.—E.n la América del Sur.
Aplicaciones.—Como reactivo en algunas aplicaciones químicas, para
dar color al lacre y como fundente en los esmaltes.
Son menos importantes las especies : plomo carbonatado, plomo
sulfatado, plomo fosfatado, etc.

Género COBRE.=Cu.
I." Cobre nativo. =:Cu.
Caracteres.—Metal de color rojizo, olor desagradable, maleable,
dtictil, muy tenaz, fusible, muy soluble; peso específico 8,87, y
dureza 3. Cristaliza en el sistema ciíbico, con los cristales casi siem-
pre agrupados á modo de dendritas. Al aire libre se cubre de un
óxido ó carbonato verde (cardenillo.)
2." Cobresolfbrado.—(Cobre vitreo., chalcosina.J=C\i*S*.

' En 1881 la producción de plomo en todo el mundo llegó á 440.000


toneladas métricas. España es la primera nación productora de este metal,
ñgurando en la estadística por 120.000 toneladas; los Estados Unidos pro-
ducen 110.000; luego siguen Alemania, Inglaterra, Francia é Italia, por
90.000, 67.000, i3.ooo y 10.000, respectivamente.
MINERALOGÍA. 393

Caracteres.—Sustancia metaloide, color gris de acero, casi dúctil;


se funde con una bujía , y se corta con un cuchillo : soluble en los
ácidos, y cristaliza en prismas hexágonos regulares, m á s e m e n o s
modificados. Abraza las variedades : compacta, laminosa, espicifor-
'"e (plata en espigas), argentífera, bismutífera, etc.
3.° Cobre piritoso.—;'Co¿»;-t' j ' hierro sulfurado,pirita de cobre,
chalco pirita).=Fe'Cu^S\
Caracteres.—Sustancia metaloide , color amarillo de latón, fu-
sible al soplete en glóbulos atraídos por el imán, y soluble en el
«cido nítrico. La pirita de cobre apenas pesa la cuarta parte que el
'''"o nativo, y es mucho más blanda que la pirita de hierro, por lo
l^e es fácil no confundirlas. Sus variedades son : la cristalizada
(tetraedros y octaedros), y la compacta.
4." Ai\irita..—(A\ul de cobre, a^ul de montaña, cobre carbona-
tado, hidratado ai^w/.^^Cu'C'HO*.
Caracteres.—Hermosísimo mineral, que se halla casi siempre
Cristalizado, teniendo por forma primitiva el prisma romboidal obli-
cuo ; también se presenta en masas de cristales agrupados, en estado
^^TToso (cenizas acules), y mezclado con el borraj, constituyendo
^na perla de color de esmeralda. Es de color azul subido; se disuelve
*n el ácido nítrico con efervescencia ; peso específico 3,8, y du-
"•eza 3,5. h^piedra de Armenia , célebre en la antigüedad, es una
variedad de esta especie, compacta, dura y mezclada á veces con sílice.
5." Malaquita.—H'''^'"''*-' de montaña, verde mineral, cobre verde^
cenizas verdes, cobre carbonatado, hidratado verde.)—Cu^CHO^.
Caracteres.—Cristaliza en prismas romboidales rectos, tiene el
color azul, da agua por la calcinación, es soluble con efervescencia
en el ácido nítrico ; peso específico 4,0, y dureza 2,5. Las varieda-
des toman el nombre de las estructuras que presenta el mineral.
Criaderos.—Los más notables de nuestra patria se hallan en Riotinto,
Almonáster-la-Real, Castillo de las Guardias, Linares, Santander, Asturias,
Cataluña, Mancayan ( Filipinas) é Isla de Cuba. En el extranjero, las de
Inglaterra, Alemania y Siberia.
Aplicaciones.— Con la aleación de cobre y zinc se fabrica el latón; y sus
Variedades llamadas ajófar, crisócal, similor, tumbaf^a y oropel. Con el
Cobre y el estaño se hace el bronce, que tiene especial aplicación para fa-
bricar campanas ', cañones, estatuas, batintines y címbalos. El cardenillo,

' Las primeras campanas fueron fundidas en Ñola de Campania, de


donde tomaron el nombre de ñolas y campanas. Su uso se halla consignado
en la siguiente inscripción :

Laudo Deum verum,plebem voco, congrego clerum,


Defuncios ploro, pestem fugo, foesta decoro.
394 HISTORIA NATURAL.

que sirve para Ja pintura y tintorería, es un sub-acetato de cobre. La «T""


rita sirve para la pintura al óleo y dar color al papel. La malaquita, para
la fabricación de objetos de lujo. La caparrosa apil ó dañosa , debida á la
descomposición de las piritas de cobre, ú obtenida artificialmente mediante
la oxidación lenta de las mismas, ó por la trasformación en sulfuro de
planchas de cobre y subsiguiente oxidación de estos sulfures, sirve en me-
dicina, tintorería y galvanoplastia.

Género HIERRO. = Fe.


I." Hierro natlvo.=Fe.
Caracteres.—Son iguales á los del hierro común, considerado
aquí como género : es decir, es un mineral parduzco azulado, dúc-
til, maleable, muy tenaz, atraíble al imán, infusible al soplete y
soluble en el ácido nítrico. Peso específico 7,5, y dureza 4,7. Siendo
problemática la existencia del hierro puro en la naturaleza, pasamos
á la indicación de las variedades de esta especie.
a) Hierro meteórico.—Son masas de hierro de estructura vitrea
ó celular, de cuya descomposición resulta algunas veces cierta canti-
dad de níquel. Se ignora si son naturales del terreno en el cual ya-
cen, si proceden de la atmósfera como los aerolitos, ó, por fin, de la
descomposición de los minerales de hierro. La masa descubierta por
Pallas en Siberia , y que lleva su nombre, pesa 690 kilogramos. En
Méjico hay otras dos que pesan respectivamente i,3oo y 1,900 kilo-
gramos, y otras se conocen de menor importancia.
bj Bólidos.—Masas redondeadas ó irregulares, cubiertas de un
barniz negruzco, escoriáceo ó vitrificado, que se desprenden al través
de la atmósfera, siempre acompañadas de un meteoro luminoso, que
desaparece después de estallar con estruendo violento. En su rápida
carrera dejan una estela de vivísimo brillo, lanzan chispas, despiden
luz intensa, y al desvanecerse queda una nubecilla blanca, que se
disipa lentamente. Efectuada la detonación, que se parece á un ca-
ñonazo, se oye un ronco silbido que revela la rapidez con que des-
ciende el bólido, íntegro ó dividido en fragmentos. Reciben también
los nombres de aerolitos., meteoritos., urcnolilos, piedras de rayo,
piedras meteóricas, ceraulitos, piedras de la luna, etc.
2." Hierro magnético.—(Hierro oxidulado, hierro oxidado mag-
nético, imáit, piedra imdn.J=^Ft^C*.
Caracteres.— Sustancia negruzca, con brillo metálico, y negra st
se reduce á polvo; infusible al soplete,donde se vuelve de color pardo
y pierde su acción sobre la aguja imantada. Preséntase bajo las va-
riedades siguientes:
aj Cristalina, en el sistema cúbico, y de ordinario en octaedros
regulares.
bJ Imanada, de aspecto terreo, con puntos brillantes y dotada
MINERALOGÍA. 395

de polos magnéticos, pues por uno de sus extremos atrae la aguja


•'Magnética y por el otro la repele : es el imán natural.
c) Arenosa y diseminada en los esquistos micáceos.
d) Fibrosa, con libras bastante sutiles, rectas ó divergentes.
3.' Hierro ollglato.—(Peróxido de liiei'ro, óxido férrico, hierro
^^pecular.h=Fc*0\
Caracteres.—Sustancia de brillo metálico, color gris de hierro
cuando está cristalizada, y rojo más ó menos subido en cualquier
otro estado ; infusible, magnética por calcinación y soluble en el
"Cido clorhídrico. Peso específico 5,2 , y dureza 5,5. Variedades:
^J Metaloídeo.—Cristaliza en el sistema romboédrico, con varie-
'«ad de figuras : color gris de acero. El hierro especular y el hierro
micáceo.
i>) Concrecionado.—De estructura fibrosa, constituyendo masas
••eniformes ó estalactíticas, llamadas hematites rojas.
cj Terroso.—Compuesto de óxido de hierro y arcilla. Ocre y
^dpi^ rojo.
4.' Limonita.—/'///erro oxidado hidratado , hierro pardo.):=:
Fe^H'O^
Caracteres.—Color pardo en la masa y amarillo en el polvo ; da
al soplete una escoria negra, atraída á veces por el imán : peso espe-
cífico 4,0; dureza 4,0; da agua por la calcinación. Son sus varieda-
•íes más notables:
aj Hematites parda.—Muy parecida á la hematites roja, aunque
de color diferente , de origen concrecionado y de estructura fibroso-
«"adiada.
b) Etites, piedra de águila , ó hierro oxidado geógico.—Masas
irregulares de capas concéntricas, con un hueco en el medio ocupado
por un núcleo de arcilla endurecida, que á veces suena como un cas-
cabel sordo. Fueron objeto de superstición en otros tiempos.
c) Hierro oolitico.—De granos tan pequeños como los del mijo,
soldados entre sí muchas veces, y diseminados otras en las calizas,
^ arcillas (hierro en granos).
d) Ocre amarillo.—Le caracteriza este color, el tiznar los dedos
y el apegarse con fuerza á la lengua.
5.' Pirita de hierro.—(Hierro sulfurado, pirita marcial, marca-
jita, esperquisa .J=FcS'.
Caracteres,—Sustancia metaloide, amarilla de oro, ó amarilla ver-
dosa, completamente soluble en el ácido clorhídrico, fusible con des-
Prendimiento de vapores sulfurosos; peso especifico 5,o. Variedades:
aj Pirita amarilla.—Tiene el color amarillo de oro, y cristaliza
*n el sistema cúbico; dureza 6,5, de modo que da chispas con el es-
labón, por cuya propiedad se distingue fácilmente de la pirita de
cobre. Es la &ntiguai piedra de arcabu:^.
}i)6 HISTORIA NATURAL.

bj Pirita blanca.—Color amarillo verdoso deslucido, y crista-


liza en el sistema romboidal.
c) Pirita epigénica, llamada también hepática, por su color pa-
recido aJ del hígado; procede de la descomposición de la especie
anterior por la desaparición del azufre.
6." Siderosa.—(Hierro carbonatado, mina de acero, hierro eS-
pát ico.)=FeCO^.
Caracteres.—Color morenuzco ó rojizo, peso específico 3,8i, du-
reza 3,5, cristaliza en el sistema romboédrico; calcinada da una ma-
teria negra ó roja, y fundida un glóbulo que es atraído por el imán-
Suelen distinguirse como variedades, la cristalina, la laminar (hierro
espático), la reniforme, la oolílica, la compacta y la terrosa, carac-
terizadas todas ellas por la estructura. De este mineral se extrae
hierro sin recurrir á la fundición por el método catalán, y también
se trasforman fácilmente en acero las variedades que contienen
manganeso.
Criaderos.—Son notables los de Suecia, Inglaterra é isla de Elba. Eo
España constituyen un ramo de riqueza en las provincias Vascongada*
sobre todo en Somorrostro), Navarra, Galicia, Asturias, Santander y Cata-
luña. Las Filipinas tienen este mineral en Bulacán.
Aplicaciones.—Con el hierro se fabrica el acero, que es un carburo d^
hierro. Con una libra de hierro, que vale 2 5 cts. de peseta, puede fabri-
carse acero para hacer ochenta mil muelles de reloj (peso de o,i gramo))
que á 13 pesetas cada uno, representa la suma considerable i .200,000 pese-
tas. Con el mismo hierro se fabrica la hoja de lata y el alambre, y se haceo
variedad de instrumentos y utensilios que son bien conocidos de todos, aSi
como los ferrocarriles, puentes, viaductos, y construcciones de todas cla-
ses que se deben al beneficio de los minerales de este género. Por medio
de la fundición se obtiene el hierro colado, que se convierte en hierro dulce
quemando el carbono y separando las materias vitrificables.

Género EsTAÑo.=Sn.
No se halla en la naturaleza el estaño puro ó nativo, y presén-
tase en muy pocas localidades el estaño sulfurado, llamado también
estaño piritoso y oro masivo nativo, por cuya razón pasamos al
Estaflo oxidado.—(Casiterita, mina de estaño, bióxido de esta-
«o.>=SnO'.
Caracteres.—Color pardo, raras veces blanco y también amaft"
liento, lustre intenso, infusible al soplete, y soluble en el ácido clor-
hídrico, aunque con dificultad, y dando un precipitado purpúreo
por el cloruro de oro. Peso específico 7,0, dureza 6,5. Variedades:
a) Cristalizado, en el sistema prismático recto de base cua-
drada.
b) Estaño leñoso, concrecionado y'compuesto de ñbras dclg*'
das y divergentes desde un centro común.
MINERALOGÍA. 397

O-íWeroí,—Inglaterra (Devon y Cornouailles), Francia, Rusia, Bohe-


mia y Suiza. En España los hay en Galicia, Asturias y Zamora; pero su
explotación no basta para el consumo interior.
Aplicaciones.—De esta especie se extrae todo el estaño del comercio, cu-
yas principales aplicaciones son conocidas. Aleado con el co'ire, produce el
bronce; con el hierro, la hoja de lata, y con el azogue sirve para azogar Jo.s
'spejos. Utilízase también la casiterita en la fabricación de los esmaltes
olancos, en la coloración del vidrio, y en la composición de ciertos crista-
'ss. El oro mi«iVo del comercio es una preparación de estaño, mercurio,
azufre y amoniaco, y sirve para dar color de bronce á las maderas y á las
"lolduras y estatuas de yeso.

Género ZiNC.=Zn,
Tampoco se encuentra puro en la naturaleza. Se exponen á con-
tinuación las diferentes especies de minerales de las cuales se extrae.
I." Blenda..—fZinc sulfurado , sulfuro de {inc.J=iZnS.
Caracteres.—Color amarillento ó pardo, lustre resinoso, infu-
sible al soplete, atacable por los ácidos y que cristaliza en tetraedros
'•^guiares. Peso específico 4,0, y dureza 3,5. Aunque esta especie es
abundante, no se aprovecha para la extracción del zinc, por no ser
bastante rica.
2." Calamina.—(Zinc silicatado.)=Zn^Si+Aq.
Caracteres. —Es una sustancia blanquecina ó amarillenta, que
"•aya solamente la fluorina y es soluble en los ácidos. Es importante
como mineral de zinc. He aquí sus variedades, que para algunos
son especies y hasta géneros.
aj Zinc oxidado.—Color blanco más ó menos agrisado, soluble
Sin efervescencia , y cristaliza en el sistema prismático rectangular.
•Zinc silicatado, calamina, ^inc oxidado silicífero.
b) Zinc espático.—Color blanco amarillento, lustre vivo y pé-
treo, soluble con efervescencia y cristaliza en el sistema romboé-
*lrico. Esmiísonita, ^fí/zc carbonatado.
c) Zinconisa.—Color blanco mate, soluble con efervescencia, de
estructura terrea ó en forma de capas concrecionadas. Zinc carbo-
natado hidratado, \inc hidro-carbonatado.
Criaderos.—Los minerales de zinc se hallan en Inglaterra, Bélgica y Si-
lesia. En España gozan de nombradla los de San Juan de Alcaráz, Santa
Cruz de Múdela, Comillas, Lanestosst y otros puptos del litoral cantábrico.
Aplicaciones.—La calamina sirve para la extracción del zinc, que se
utiliza en diferentes utensilios, en techumbres, para galvanizar el hierro
impidiendo su oxidación, y en las aleaciones de latón (zinc y cobre) y
"¡paca (cobre, zinc y níquel).

Género ARSÉNICO.=AS.
Caracteres.—Minerales que se distinguen por su olor á ajos y
398 HISTORfA NATURAL.

por los vapores arsenicales que desprenden cuando se tuestan ó cal-


cinan con polvo de carbón. Especies :
I." Arsénico nativo.=As.
Caracteres.—Color morenuzco y brillo metálico en la fractura
reciente, que se ennegrece luego al contacto con el aire; da llama
azulada al soplete, volatilizándose en humos blancos con olor de
ajos, carácter que también se manifiesta cuando se le golpea con
un martillo. Peso específico 5,8, y dureza 3,5.
2." Rejalgar.—f Arsénico sulfurado.)=A.sS.
Caracteres.—Color rojo, estructura granosa , y llama pálida con
olor de ajos. Peso específico 3,5, y dureza i,5.
3." OrofimBnte.—f Arsénico xexquisulfurado.J=As*S'.
Caracteres.—Color amarillo de limón, estructura laminosa y
llama pálida con olor de ajos. Las demás propiedades como en el
rejalgar, con el cual se encuentra.
4." Arsénico blanco.=As'0'.
Caracteres.—Se distingue de los anteriores sólo por el colof
blanco. Es dimorfo, como el azufre, cristalizando en el sistema 3.
y 5.°, por cuya razón suelen distinguirse dos variedades, llamadas
ácido vitreo y ácido porceldnico. Es el veneno más enérgico de to-
dos los compuestos de arsénico.
Criaderos.—El arsénico puro se halla en el Delfinado, Noruega y Tran»
silvania. Minerales de arsénico se encuentran en Guadalcanal, Asturias.
Persia y China. En los volcanes del Vesubio, Etna y de la Guadalupe se ha
recogido el rejalgar, pero no el oropimente.
Aplicaciones.—El arsénico puro se usa en la medicina homeopática, y
en alguna industria poco importante. Con los sulfures arsenicales se pre-
paran colores muy bdlos, aunque poco permanentes : también se emplean
en la pirotécnica y en la tintorería. Con el arsénico blanco se preparó el
agua tofana, que tan triste celebridad dio á su autor hace ya dos siglos.

Género MANGANESO.=Mn.
Caracteres.—Los manganesos dan más ó menos cloro por la ac-
ción del ácido clorhídrico. Sólo citaremos dos especies.
i.' Firolasita.—(Peróxido de manganeso, manganesa negra,
jabón de i'idrieros.J=MnO'.
Caracteres.—Color morenuzco de acero, brillo metálico, y negro
muy marcado cuando se le reduce á polvo. Cristaliza en prismas
romboédricos oblicuos; infusible al soplete; peso específico 4,8, y
dureza 2,5.
Entre sus variedades son curiosas la acicular, la radiada, la con-
crecionada, y sobre todo la dendritica, ó sean esas herborizaciones
tan caprichosas que se observan en las superficies de muchas rocas,
y que parecen musgos.
2.' Acerdesa.—(«"^P^JÍí, no aprovechable. )=Mn'AqO.
MINERALOGÍA. 399

_ Caracfert'i.—Sustancia de brillo metálico cuando se presenta


"stahzada, mate en caso contrario, y parda cuando se halla redu-
. á polvo: cristaliza en el sistema prismático romboidal recto, y
ene la dureza de 4,5.—Da agua por la calcinación, y muy poca
ervescencia tratada por el bórax. Preséntase este mineral, que es
poco importante, en cristales agrupados, en estructura fibrosa, en
orma de mamelones, en masas estalactíticas, en globos formados
capas concéntricas, y también en herborizaciones negras que cu-
''en ciertos terrenos calcáreos.
Cr/ai/eroí.—Encuéntrase la pirolusita en las provincias de Huelva, Se-
3, Teruel , Tarragona, Almería , y la acerdesa en la abadía de las Siete
"entes (Francia), en la Alsacia y en Inglaterra.
aplicaciones.—Sirve la primera especie para la preparación de ciertos
^ros, para blanquear el vidrio, de donde le vino el nombre de jabón de
fieros, para dar color á ios esmaltes y porcelanas, y para la medicina.

Género COBALTO.;=Co.
'•" Esmaltina.—(Cobalto arseiiical, cobalto blanco.¡^CoKt*.
Caracteres.—Color gris de acero , ó blanco de estaño , que se
'"ipaña algún tanto al contacto del aire ; cristaliza en el sistema cú-
°*co, y á la simple llama de una bujía difunde humo blanco abun-
dante y olor de ajos. Peso específico 6,5, y dureza 5,5,
2-" Cobaltina.—/^Cofta/ío gris, cobalto brillante.J=CoPit''-\-CoSu*.
Caracteres.—Co]or gris con viso rojizo, brillo característico; cris-
taliza en el sistema cúbico , en figuras no menos limpias que bri-
dantes; disuelto en ácido nítrico le tiñe de color de rosa, como todas
•as especies de cobalto.
Criaderos. — En Suecia y en Noruega, y también en las provincias de
Oviedo y Huesca.
aplicaciones.—Se utilizan ambas especies para la extracción del arsénico,
y para la preparación del polvo azul, llamado esmalte, y de otro principio
•Colorante que es conocido con los nombres de ajul de cobalto, ó de The-
""fd, que se combinan con los silicatos fusibles, y producen vidrios de her-
niosísimo azul, empleados para dar color á las porcelanas.

Género ANTIMONIO.=Sb.
'• Antimonio nativo.=Sb.
Caracteres.—Color blanco de estaño, escasa dureza y bastante
fragilidad: cristaliza en el sistema romboédrico, y se funde fácilmente
Con desprendimiento de vapores blancos.
2.* Kstlbina.—^ylMf/OTowío sulfurado, antimonio ^r;.v./=Sb*S'.
Caracteres.—Color gris de plomo ó de acero, con viso azulado
pronunciado, brillo metálico y estructura manifiestamente fibrosa,
*unque algunas veces la presenta granosa y hasta compacta ; crista-
"2a en prismas romboidales; se funde con una simple bujía, y se vo-
400 HISTORIA NATURAL.

latiliza por la acción del fuego, desprendiendo vapores blancos y


abundantes. Peso específico 4,6, y dureza 2,5.
Criaderos.—El antimonio puro yace en Suecia, en el Delfinado y sa
Hatz; los minerales en Santa Cruz de Múdela (Ciudad Real), Asturias , Ga-
licia y Zamora.
Aplicaciones.—Con el antimonio se preparan algunas sustancias medi-
cinales, como el tártaro emético, el kermes mineral, la manteca de anti-
monio, etc. También se emplea en la aleación con otros metales para dar-
les dureza y fabricar cubiertos, caracteres de imprenta, espejos de telesco-
pio, planchas para grabar música, etc.

CLASE 4."—COMBUSTIBLES.

Minerales, que, como indica su nombre, pierden de su peso por


la combustión; cuya base no es metálica, antes muchos de ellos tie-
nen origen orgánico.—Divídenlos algunos autores en carbones, be-
tunes y resinas, clasificación que no abarca todos los combustibles
'•• 't-
de la aceptada en este Cuiiso, siguiendo á Haüy.

Género AZUFRE.=S. •
Azn&'e nativo.=S.
Caracteres. —SustAuda. sólida, amarilla, y también verdosa, rao-
renuzca ó rojiza cuando no está del todo pura, muy frágil, fusible,
volaiilizable y que arde fácilmente, trasformándose en ácido sulfU"
roso. Peso específico 2,0, y dureza 2,5. Cristaliza en prismas rectos
de base rectangular; pero si se funde y se la deja enfriar lentamente,
entonces toma las figuras del prismático romboidal oblicuo. Tam-
bién se la encuentra en masas compactas, traslúcidas ú opacas, y
algunas veces en estado terroso, pulverulento ó agregado con el ^O"
lor pálido.
Criaderos.—En Hungría, Brasil y Perú. España tiene ai^ufrales en
Pirineos (Salles), en las provincias de Cádiz, Granada, Albacete y Terue ,
y en el volcán de Taal y en Leite (Filipinas),
Aplicaciones.—Para fabricar pólvora, pajuelas, mechas azufradas, m
des en yeso, fuegos artificiales y para preparar los ácidos sulfuroso y s
fúrico.

Género CARBONO.=C.
Diamante.—í^Carfconopwro cr/jía//|arfo; etimológicamente qui '
re decir, indomable. )=C
Caracteres.—Cxitr^o vitreo, lustre intenso, durísimo, P"^*'^*^^
todos los cuerpos y no es rayado por otro alguno; frágil, cris
zado, pero con las caras más ó menos redondeadas, de esfoliac
fácil, refracción sencilla é intensísima, infusible al soplete é inso
MINERALOGÍA. 401

ble en los ácidos, pero fusible si se reduce á polvo y se le mezcla


salitre. Peso específico 3,52. Variedades :
aj Oriental.—El cristalizado puro y perfecto y de limpio brillo.
bj Occidental.—El que está matichado por tintas amarillentas
ó morenuzcas.
c) Borde ó carbonado.—El opaco y oscuro q u e sirve para rayar,
perforar ó pulir cuerpos d u r o s .
Criaderos.—Son muy limitados. Se conocen los del Brasil, Borneo, Si-
beria, algunos puntos de la India y los del cabo de Buena Esperanza.
Aplicaciones.—Los diamantes defectuosos que no pueden ser tallados se
venden comúnmente á i56 pesetas el gramo, y sirven para tallar otros dia-
mantes mejores con su polvo, y también para cortar el vidrio y grabar en
piedras preciosas. Los diamantes pequeños, pero susceptibles de talla y
pulimento, se venden en lotes á 23o pesetas el gramo ; pero desde que uno
de estos diamantes pesa sólo 5o miligramos, el precio sube de una manera
nnuy notable ; un diamante de medio gramo vale 1,000 pesetas antes de ser
tallado, y si tallado tiene aquel peso,su valor no bajará de 3,5oo pesetas.
Son muy raros los diamantes gruesos, y, según el testimonio de Beudant,
se conocen muy pocos que pasen de 20 gramos. He aquí los más notables:

El de Agrah, pesa unos i33 gramos.


El del raja de Mattán, Borneo 78
El del antiguo emperador del Mogol 63
El del emperador de Rusia 4r
El del emperador de Austria 29,53
El de la corona de Francia 29,89

Los cinco primeros son de mala figura , pero el último es perfecto; se


emplearon dos años en su talla; costó 2.25o,ooo pesetas, y se cree que vale
hoy 4.500,000. La corona de España poseía un hermoso diamante, llamado
estanque, cuyo paradero ignoramos después de los sucesos de 1868 y 69. Pe-
saba, antes detallarlo, 20,3o gramos; pero después de trabajado había que.
dado reducido á 9,83 gramos.
En la India se tallan los diamantes sin grande pérdida de volumen; no

A B

l-ig. 414. Diamante rosa. Fig. 41 ij. Brillante.—a, frente; b, perfil.

así en Europa, donde se sacrifica el volumen á la belleza de la forma. Los


diamantes de muy poco espesor se labran en tablas ; los que tienen algo
"las, y son por lo mismo susceptibles de más facetas, se labran en rosas
(fig, 414); y los más gruesos en brillantes (fig. 415 a y b), de treinta y
27
402 HISTORIA NATURAL.

dos facetas, que se montan al aire, y tienen doble labor, el haj ó pabe-
llón, y el envés 6 culata, que es la parte inferior. Como el diamante es tan
buscado y adquiere tanto precio, se ha intentado imitarle, y se ha conse-
guido con perfección admirable por medio de cristal cargado de óxido de
plomo, que llaman strass. Los alemanes se distinguen en esta industria.

CARBONES.

Caracteres generales.—Compréndense en este grupo los mine-


rales de origen vegetal, que contienen gran cantidad de carbono, y
que por su abundancia constituyen la principal riqueza de algunas
naciones, por ser de especial aplicación á la industria y constituir
una de las bases de la prosperidad pública. Abraza los géneros si-
guientes : Grafito, antracita, hulla, lignito y turba.

Género GRAFTO,—Plombagina, plumbago, lápi\-p¡omo, mina de


plomo, hierro carburado.
Caracteres.—Materia agrisada de plomo ó hierro, brillo semi-
metálico, untuosa ai tacto, gráfica, infusible, de peso específico 2,45
y de dureza i. De lOo partes, tiene g6 de carbono, media de óxido
de hierro y algunas sustancias volátiles.
Criaderos.—En España, en Marbella (Granada) y en los Pirineos. Se
encuentra también en Francia, Inglaterra, Italia y Baviera.
Aplicaciones.—La principal aplicación es en la fabricación de lapiceros,
bien sean de grafito puro, aserrado en prismas prolongados de bases rec-
tangular, ó bien mezclándolo con arcilla, antimonio, azufre ó goma. Em-
pléase también en la fabricación de peines cosméticos, que tiñen los cabe-
llos, en la fabricación de crisoles, mezclado con arcilla, para dar lustre á
los perdigones, y para disminuir el roce en los engranajes.

Género ANTRACITA.—(Hulla brillante.)


Caracteres.—Materia negra, lustre intenso semimetálico, estruc-
tura muy compacta, seca al tacto,que arde con dificultad al soplete,
sin humo ni llama y cubriéndose de una ligera capa de ceniza blan-
ca. Peso específico, 1,4. Contiene hasta un 90 por 100 de carbono,
con alguna cantidad de hidrógeno y de oxígeno. Conócense dos va-
riedades :
a) Vitrea, de lustre intenso y metálico.
b) Común, escamosa, granular y hasta terrosa.
'Criaderos.—En Asturias, en Francia, en los Alpes y en otros terrenos
carboníferos.
Aplicaciones.—Ofrece algunos inconvenientes para la combustión, por-
que se quiebra en pequeños fragmentos, que, ó saltan, ó se amontonan,
impidiendo la circulación del aire; úsase, no obstante, mezclado con hulla
ó leña.
MINERALOGÍA. 403

Genero HULLA.—¡^Carbón de piedra, carbón mineral, horna-


guera.)
_ Caracteres.—Color negro más ó menos brillante ; fractura la-
mosa, esquistosa ó concoidea; se inflama y arde fácilmente al s o -
P ste, con llama, h u m o negro y olor b i t u m i n o s o . Por la destilación
\ materias bituminosas, agua, gas y también amoniaco, y el carbón
SOS llamado coke. Su composición química es de carbono, hidróge-
0 y oxígeno, en proporciones varias, con alguna cantidad de n i t r ó -
o^no. Son sus variedades más n o t a b l e s , según Beudant y Regnault:
«y^ Hullas grasas ó de altos hornos; tienen 5 por l o o de hidró-
° ^^1 y son excelentes para los trabajos que exigen el fuego vivo y
sostenido.
''J Hullas de fraguas.—Contienen la misma cantidad de hidró-
Seno, pero pierden más por la calcinación.
Cy) Hullas de cocina, ó de grande llama. Contienen 7 0 9 por 100
6 oxígeno, y son las mejores para las chimeneas, cocinas y fabri-
'^ación del gas.
dj //¡///íjí .vccj.v, también de grande llama. Contienen 16 y 18
POr 100 de oxígeno, dan menos calor, pero son las preferidas para
* ^Vaporación del agua en las máquinas de vapor.
Criaderos.—\,os más notables de España son los de Langreo y Mieres
I viedo;, siguiendo después otros varios, como los de Bélmcz y Espiel
^"rdoba , San Juan de las Abadesas Barcelona),y los de las provincias de
"'encía, León y Cuenca. En Filipinas hay carbones en C.ebú y en Albay;
^ ""O las minas más ricas se encuentran en Bélgica, Inglaterra, Alemania,
'•stados Unidos y Austrah'a.
aplicaciones.—Las principales aplicaciones, que suponen un gran con-
•"0 de este precioso mineral, llamado por algunos oro MÍ"/?/-», están indi-
«asal describir las variedades. Empléase también, mediante la destila-
" 1 , para obtener el gas del alumbrado, y para la fabricación de alumbres
^°tros sulfates.

Gen ero LIGNITO.—iHulla seca., madera biíuminosa.J


Caracteres.—Co\ov negro ó morenuzco, generalmente menos bri-
*lte que la hulla, estructura m u y varia, desde la escamosa ó c o m -
P'cta hasta la orgánica ; se enciende y arde fácilmente con llama,
" l i o negro y olor bituminoso ; deja por la combustión u n carbón
•astroso y compacto, de la misma figura que Jos fragmentos q u e m a -
***; se desprenden 5o ó 70 por 100 de materias volátiles ; contiene
^ 18 á 27 por 100 de oxígeno, 5 ó 6 de hidrógeno y de 40 á 60 de
•^rbono. Variedades:
<^) A:^abache , negro, l u s t r o s o , de estructura compacta, d u r o y
'''sceptible de p u l i m e n t o .
V Madera fósil, de estructura leñosa (bosques submarinos).
^) Tierra de sombra, de Colonia, ó de Cassel. De estructura '
404 HISTORIA NATURAL.

terrea, u n t u o s a , de m u y poca d e n s i d a d , y que arde como la yesca.


dj Dusodila.—Color amarillento ó gris verdoso,estructura lami-
nar, flexible, y que urde con olor de asafétida.
Criaderos.—El azabache st; encuentra en las minas de las provincias de
Oviedo y de Teruel, y también en las de Albay 'Filipinas, ; y fuera de Es-
paña, en P'rancia 'cerca de París y en otros departamentos .
Aplicaciones.—Como combustible da menos calor que la hulla y m^*
que la lena. El azabache se emplea para adornos Je luto, rosarios, collares,
pendientes, botones, etc ; aunque hoy se falsifica mucho' por medio del vi-
drio esmaltado. Con algunas variedades se fabrican el alumbre y el sulfato
de hierro, y con otras se abonan las tierras de labor.

Género TURRA.
Carecieres.—Producto m o r e n u z c o , que se forma bajo las aguas
po r la acumulación y alteración de diferentes plantas. Es homogénea
y compacta en las capas inferiores del depósito, grosera, esponjosa y
heterogénea en las partes superiores ; arde fácilmente, y despide un
olor particular. Debe su origen á las confervas y al sphafiíium.
Criaderos.—Los más notables se hallan en Holanda, Alemania é I f
landa ; en España se forman en las bocas del Ebro y en los almarjales de
Asturias, Santander, Guadalajara, etc.
Aplicaciones. — Para combustible, sea en su estado natural, ó sea redu-
cida á carbón, siendo objeto de gran comercio en algunos puntos. L^*
cenizas son un abono excelente.

BETUNES.

Género N A F T A . — ( H i d r ó g e n o p e r c a r b u r a d o . i = ^ o C i 2 H .
Caracteres.—Sustancia líquida, volátil, de un olor m u y p e n C
t r a m e , insoluble en el agua, y s u m a m e n t e inflamable. Peso especi-
fico, 0,7.
Criaderos.—En los Pirineos franceses, en el ducaJo de Parma y junto
al mar Caspio.
Aplicaciones.—Úsase en los laboratorios químicos para la conservación
de algunos simples ; entra en la composición de barnices ; tiene valor
como antiséptico, y usóse antiguamente en medicina.

Género PETRÓLEO.—(Aceile mineral, de Gabidn y de Medec.)=^


88C,i2H.
Caracteres.—Líquido hialino, hallándose p u r o , y más ó menos
amarillento después de refinado ; viscoso, de olor fuerte, arde con
llama intensa y h u m o negro. Peso específico 0,9. Algunoscreen qu^
el petróleo es la misma nafta con alguna i m p u r e z a .
Criaderos.—En Transilvania, en el país de los Birmanes, en Crimear
Moldavia, en los Estados Unidos, en Gabián (Francia), etc.
Aplicaciones.—En el alumbrado, no sólo en las familias, donde en lo*
MINERALOGÍA. 4O5

'nios años ha sustituido casi por completo al aceite común, sino también
3S poblaciones que aún no tienen gas. Úsase también en la preparación
^ barnices y como antiséptico.

Género ASFALTO.—!Betún de Judea, bálsamo de momias, cárabe


f ^^douia, pe^ ó bclún mineral^ brea mineral ó de la Barbada, be-
" " glutinoso á de los árabes, pisa/alto, cera de mar, betún de Malta.)
Caracteres.—Color negro intenso, estructura compacta, fractura
oncoídca y brillante, que arde con llama lustrosa , liquidándose y
^fido h u m o espeso. Peso específico i , i 6 , próximamente.
'•^naderiis. — 'üi l'icosíucrtcs (Soria', en el principa Jo Je Asturias y al-
gunos otros puntos. Kn las Antillas, Colombia, v sobre toJo en el Mar
'^luerto.
^plicacii)ncs.—Usáronlo antiijuamente los CL;ipcios para embalsamar y
omilicar los caJáveres. Tiene hov grande aplicación (mezclado con cal
y arena) p;;ra cubrir los pavimentos de ¡os establos, graneros, aceras, igle-
Z^^) y particularmente suelos húmedos. Sin embaryo, á causa de su poca
"'•ación, y más que todo porque se reblan.iece con los calores del verano,
*^ ha desistido completamente de su empleo en las calles de Madrid. En la
^"ricación de barnices, lacres, cementos v fuegos artiliciales, entra tam-
°'¿n el asfalto.

RESINAS.

Género SUCCINO.—( Ámbar atnarillo, electro, lincurio.)


Sustancia amarilla, rojiza ó morenuzca, ya trasliicida, ya opaca,
T^e arde con llama amarillenta, despidiendo un olor suave y agra-
^^ble. Se electriza negativamente por el frote. Peso específico i , o 8 ,
dureza 2,5, frágil.
Criaderos.—I,a mayor parte viene de las costas meridionales del Bál-
'co. También se encuentra en las costas de la provincia de Oviedo, y en
** de Samar, y demás Visayas de las Islas Filipinas.
Aplicaciones.—Rn la fabricación de pequeños artículos de lujo, como
P'^ndientes, boquillas de fumar, rosarios, collares, brazaletes, etc.; para la
Pj"eparación de liarnices y extracción del ácido succínico. Es notable la ca-
P''la portátil, toda de ámbar, que se conserva en el Ochavo de la catedral
^^ Toledo.

APÉNDICE.

Género GUANO.
Caracteres.—Es una sal de origen orgánico, de color morenuz-
J-o» rojo ó amarillento, olor fuerte y sabor amoniacal, que resulta de
'"acumulación del excremento de una multitud de aves que fre-
•^Uentan las islas que se hallan frente alas costas del Perú.
Criaderos.—L.rís citadas islas, llamadas Chinchas, donde forma capas
406 HISTORIA NATURAL.

de cerca de 20 metros de espesor y de grande extensión; en las costas de


Chile, Bolivia, Australia, y parece que también en los Estados Unidos y
en ¡as Calamianes ¡Filipinas).
Aplicaciones.—Es un abono excelente, con cuyo objeto constituye un
artículo importante de comercio exterior para los pueblos que le poseen.
La huerta de Valencia consume anualmente muchos miles de quintales*
Industria minera.—La española dio en 1880 los siguientes re-
sultados :
La provincia de Vizcaya figura á la cabeza de las provincias producto-
ras de mineral de hierro, pues en 1880 se obtuvieron cerca de veintisiete
millones de quintales métricos; siguen después Murcia, Santander y Al-
mería con cerca de siete millones y medio; en tercer termino viene.a Ovie""
y Málaga; en cuarto lugar Guipúzcoa, Huelva y Navarra; y en último ter-
mino Sevilla, Logroño, Badajoz, Pontevedra, León, Burgos, Teruel»
Lugo, Guada'ajara, Alicante y Coruña.
Murcia y Jaén siguen las primeras productoras de mineral de plomo,
Almería y Badajoz las segundas; con cifras que van bajando de 22,230
1,104 quintales métricos las provincias de Huelva, Granada, Baleares, Gui-
púzcoa y Ciudad-Real; y con cantidades relativamente insignificantes Viz-
caya, Oviedo, Córdoba. Barcelona, Málaga , Álava , Gerona, SantanJer?
Lérida, Tarragona, Sevilla, Castellón y Toledo.
Almería produce más de las dos terceras partes de mineral de ploW
argentífero; siguen después Ciudad-Real, Guipúzcoa y Badajoz, y con ci'
fras poco importantes vienen detrás Logroño y Gerona.
Menos 12,483 quintales métricos que señala Guadalajara como producto
de mineral argentífero, Almería acusa el resto de esta producción.
Huelva figura por 14.425,138 quintales métricos de mineral de cobre;
detrás sigue Sevilla con 323,986, y en tercer término Coruña, Navarra»
Oviedo, Segovia, Murcia, Almería, Falencia y Gerona.
Ciudad-Real y Badajoz son las dos únicas provincias productoras ue
cobre argentífero de que tantos criaderos hay por otras muchas; y sólo
consta Orense con 6 quintales, como producto de mineral de estaño.
Santander rinde las ocho décimas partes del mineral de zinc; siguen
detrás Murcia, Guipúzcoa y Almería, y también contribuyen algo Viz-
caya, Palenda, Castellón, Teruel, Granada, Lérida, Baleares y Bai"-
celona.
Almadén hace subir á i'ij.zSi quintales métricos la producción del m*'
neral de azogue, y el resto se debe á Asturias.
Las exiguas cantidades de mineral de antimonio se deben á Huelva Y
Falencia; las de níkel á Málaga, y las de cobalto á Oviedo, León y Cas-
tellón.
Huelva, Almería y Tarragona son las productoras de mineral de man-
ganeso, en prinier término; Oviedo, Teruel y Gerona en segundo.
Barcelona, Álava, Guadalajara, Navarra, Burgos, Zaragoza, Teruel,
Guipúzcoa, Alicante, Soria, Huesca y Cuenca son las provincias produc-
toras de sal común; Burgos y Madrid las de sulfato de sosa ; Tarragona la
de sulfato de barita y tierras coprolíiicas; Murcia la de alumbre, y Cáce-
res la de fosforita.
MINERALOGÍA. 4»?

Murcia ríndela inmensa mayoría del mineral de azufre, á cuya pro-


ducción contribuyen también Teruel, Almería y Alicante.
Oviedo produce más de la mitad del total de hulla; acusan más de mi-
llón y medio de quintales métricos Córdoba y Falencia, á las que siguen
Sevilla con cerca de medio millón, y con cantidades mucho menores
^^n, Gerona, Ciudad-Real y Burgos.
Baleares, Santander, Barcelona, Lérida , Guipúzcoa, Teruel, Logro-
''o» Oviedo y Álava, son las provincias á que se debe el lignito ; á Oviedo
la turba, á Barcelona el ámbar, á Álava el asfalto.
GEOLOGÍA.

Derívase la palabra peologia de -¡i^j., tierra, y de Kófo;, palabra, vi-


niendo á ser lo mismo que tratado de la tierra, ó estudio de la misma)
es decir, de su coníiguración , de la estructura y disposición de sus
capas y de las causas actuales ó remolas de sus interiores y exteriores
moditicaciones. Suele dividirse en f^cognosia y gcogenia, ó en ^'•
estudio de los hechos ó fenómenos, y en el de sus causas.

ÜEOGNOSIA.

Configuración de la tierra.—La tierra se halla aislada en el espa-


cio , es decir, sin ningún otro apoyo que el de las fuerzas y leyes qu^
rigen el universo. Su figura es sensiblemente esférica, aunque algo
aplastada (unos 42 kilómetros) en el sentido de su eje polar, cocoo
se deduce de la medida de las diferentes secciones de los meridianos
terrestres', cuyos arcos son mayores según se aproximan hacia el
polo.
La redondez de la tierra fué sostenida por Santo Tomás, quien
adujo tres razones demostrativas: i.% el descenso de los cuerpos gra-
ves, y la medición del ángulo de incidencia; 2.", la sombra proyec-
tada por la tierra en los eclipses de luna, sombra que siempre es
circular; 3.", la diversa altura de la estrella polar y la diferente posi-
ción de las demás estrellas, según que nos movamos hacia el seten-
trión ó mediodía, así como las diferencias de meridiano entre los
puntos de oriente y occidente *. La primera vuelta alrededor del

' Véase el lib. 11 De Coelo, lee. xxviii.


' Según Bendaut, las mediciones llevadas a cabo dan las siguiente'
consecuencias:
Radio del Ecuador 6.376,986 metros.
Radio polar 6.'i56,i24 »
Diferencia 20,662 •
Radio medio. 6.366,745 »
Superficie de la tierra 3.094,321 miriámetros cuadrados.
Volumen de la misma 1,079.233,800 miriámetros cuadrados.
Los chinos poseen la antigua tradición del aplastamiento polar de w
GEOLOGÍA. 409
"fíundo, iniciada por Magallanes, y llevada á feliz término por Juan
^ebastián de Elcano, y las innumerables expediciones posteriores
"^n confirmado el raciocinio del Ángel de las Escuelas.
Densidad.—Es difícil señalar la densidad media de la tierrra, y
"3sta es muy discutible el principio del cual se parte para resolver
s'e problema. Por eso los resultados son tan varios como inverosí-
"^^Jes, oscilando entre 4,7 y 5,67, cuando los minerales que consti-
tuyen su corteza exterior, la caliza, el feldespato y el cuarzo, apenas
'legan al peso específico 2,5. Para explicar este fenómeno acuden los
"ofensores de la teoría insinuada á un acrecentamiento de peso de
las materias en fusión que suponen constituir el núcleo de nuestro
planeta. La misma incertidumbre reina respecto á las oscilaciones
'le* péndulo, que varían del polo al ecuador. Ni hay observaciones
tan precisas como se requiere para que sirvan de fundamento á una
'Soria , ni la mayor ó menor distancia del centro de la tierra, ó la
'^ayor ó menor fuerza centrífuga, son las tínicas causas de esas va-
••'aciones : el calor y frío, los minerales de hierro c imán, aparte de
^Iras hipótesis, pueden explicarlas de la misma manera.
Corteza terrestre.—Tres son las cubiertas de la tierra : la atiiiós-
J^''a, ñuldo gaseoso que la envuelve completamente, y que tiene
^nos 320 kilómetros de altura; las íipííti, cubierta líquida que se
extiende á tres cuartas partes de su superficie, con un fondo medio
"64,800 metros, y una masa total de dos millones de miriámetros
'^Ubicos; y la corteja terrestre, que envuelve inmediatamente al nii-
*^ieo central ó pirosfera, de naturaleza desconocida, suponiéndola al-
gunos incandescente.
La corteja terrestre, objeto déla geognosia, se compone de MINE-
•^^i-Es, ROCAS y TKRRKNos. Dc los luiíieralcs se ha tratado ya extensa-
i^ente, y sólo habremos de ocuparnos con las rocas y terrenos.

ROCAS.

Las rocas son masas considerables de minerales de importancia


bastante para ser considerados como partes constitutivas ó integran-
tes de la corteza del globo. Bajo este concepto se llaman rocas, no
^olo las masas pétreas y resistentes, como el mármol y el granito,

tierra, pues en el libro llamado Kiitf^ se dice que Chin-Nung fué el prime-
••Oque la midió, encontrando que tenía 900,000//de E. á O., ysólo83o,ooo
de N. á S—Los primeros arcos medidos para demostrar el aplastamiento
polar lo fueron en Laponia y en el Perú. Para determinar la longitud del
tnetro se midió en el siglo pasado el arco del meridiano comprendido entre
t>unkerque y Barcelona , y otros dos más, que confirmaron las observa-
ciones anteriores.
410 HISTORIA NATURAL.

sino también las que se encuentran en estado pulverulento ó incolie-


rente, como las arcillas y las arenas sueltas.
De las 2,200 especies ó variedades de minerales que se conocen,
sólo unas 3o pueden considerarse como esenciales en el estudio de
las rocas, y aurt de éstas hay seis de importancia primaria para el
geólogo, porque entran en la formación de la corteza terrestre en W
siguiente proporción :

Feldespato 0,48 \
Cuarzo . 0,35
Mica 0,08 I
Talco o,o3 ) 100

Silicatos 0,02
Calizas 0,01
Otros minerales 0,01

Caracteres de las rocas.—Los diversos caracteres para distin-


guir las rocas son : la composición, la cohesión y la textura.
Composición.—Las rocas son simples ó compuestas. Simples u
homogéneas cuando la parte predominante está formada de mine-
rales de la misma naturaleza, como el yeso. Compuestas ó hetero-
géneas, las que están formadas de minerales distintos, como el gra-
nito, que se compone de cuarzo, feldespato y mica.
Cohesión.—Es el grado de adherencia que tienen entre sí las paf
tes constitutivas de las rocas. Por este carácter se llaman rocas sóh'
das á las que son duras como las calizas y el granito; quebradi^i^^
á las margas y asperones; y sueltas á las arenas. Reciben el nombre
de agregados las rocas cuyos individuos mineralógicos están ad-
heridos sin cemento alguno ; y conglomerados, cuando interviene
un cemento en la adhesión de las partes de distinta especie minera-
lógica.
Textura.—Es el aspecto que ofrece la trabazón de los elementos
mineralógicos de una roca, llamándose compacta cuando el aspecto
es liso y uniforme, como en las calizas duras; granujienta, cuando
presenta granos, como el granito; gráfica, cuando se parecen á le-
tras hebreas, como algunas pegmatitas ; laminar 6 fósil, cuando se
encuentra formada de hojuelas, como en las micacitas; oolítica,
cuando los elementos se asemejan á huevecillos de pez; vttredy
cuando la ruptura se pai-ece á la del vidrio, como la obsidiana, J
concoidea, cuando tiene el aspecto de conchas rotas.
CJaslfloaclAn de las rocas.—Creemos más conveniente la que paf'
GEOLOGÍA. 411

e del origen ó formación de las mismas. Proceden unas de la piros-


f^ra, y se designan con el nombre de rocas ígneas ó cristalinas;
traen otras su origen inmediato de las precedentes, de las cuales han
sido disgregadas, desmenuzadas, arrastradas y alteradas, y deposi-
tadas, por último, en el fondo de las aguas; son conocidas con el
nombre de rocas sedimentarias. Cuando éstas han recibido la in-
fluencia de una erupción ígnea, que las ha hecho cambiar, no sólo
de aspecto, sino también de propiedades, imprimiéndoles una apa-
nencia cristalina compatible sin embargo con la sedimentaria que
'es es propia, reciben el nombre de rocas meiamórficas.
Vamos á dar una noción ligera de las más importantes de estas
locas, de las cuales nada se ha dicho en la Mineralogía, donde ha-
brán de buscarse los caracteres de las que aquí se omiten.
ROCAS ÍGNEAS.—Llámanse tam-
bién platónicas, no estratificadas
y cristalinas, y se presentan bajo
la forma de grandes masas amorfas
(fig. 416 a), macizas en su conjun-
íH t) to y sin apariencia ninguna de capas
ó lechos paralelos. Son las princi-
pales.
Fig. 416. 7ÍÍ2.M/ÍO.—Roca volcánica, h o -
mogénea, más ó menos magnética,
de textura compacta, bastante fusible, algo celular y de color negro
líate azulado ó gris. Se presenta en prismas ó en formas esferoida-
les, perpendiculares, y se compone de granos muy finos de labra-
dor, de augita y de hierro magnético. Hállase desde el cabo de Gata
al de Palos en todo el litoral; en CastellfoUit, cuyas columnatas son
notables, y se encuentra también descompuesto en los negrizales
de Ciudad-Real.
Diorita.—Roca, granitoide, que se compone de cristales de anfí-
M , hornblenda verde ó negro y de albita y labrador. Su aspecto es
4 veces semejante al de los granitos y pórfidos, y se usa en construc-
ciones y ornamentaciones. Hállase en Asturias, Galicia, Sierra Al-
tnagrera y otros puntos. La dolonita, que constituye la provincia de
Bataán (Filipinas), y se extiende al otro lado de la bocana, es análoga
^ la diorita.
Granito—El granito es una roca agregada, compuesta de cuar-
to, feldespato y mica. Llámase pegmatita cuando desaparece la mica;
fiialomicta cuando desaparece el feldespato, y leptinita cuando falta
la mica y el cuarzo. En algunos casos la mica es reemplazada por el
*nfibol, y resulta la sienita, ó por el talco, y se llama protogina,
<:uyas dos especies se desmoronan con mucha facilidad, y pueden
verse en Monte Blanco, en Asturias, Galicia y Granada. Es el gra-
412 HISTORIA NATURAL.

nito una de las rocas más abundantes del globo, y forma el núcleo
délas más notables de nuestras cordilleras, como los Pirineos, So-
mosierra, Guadarrama y Sierra de Gredos. Se usa para construccio-
nes, pavimentos y adoquines, y se conoce en Madrid con el nombre
de piedra risqueña, y más comúnmente con el de piedra berroque-
ña |de berrueco, berrocal).
Kersantón.—Roca platónica, maciza, compacta, compuesta de
una pasta gris ó verde, de oligoclasa, de mica negra y de laminitas
verde-oscuras de carbonato de hierro. Esta roca se decolora al ser
tratada por el ácido clorhídrico caliente.
Pórfido.—Bajo este nombre se comprende un grupo de rocas
macizas , compuestas de cristales de ftldespato, y á veces de cuarzo,
caliza, granate ó pirita, diseminados en medio de una pasta tina for-
mada de feldespato amorfo. Del color de esta pasta se toman las de-
nominaciones de púrfido rojo (ortófidos; y de pórfido verde y ncgi'^
•melátidos,. VA p Irfido rojo antip:no es una variedad procedente de
Egipto, con manchas blancas en fondo rojizo, de la cual se ha he-
cho el obelisco de Sixto V en Roma , la columna de Santa Sofía en
Constantinopla y los bustos de los emperadores romanos del real
alcázar de Madrid. La andesita de Majayjay, San Cristóbal, Isarog
y Colasi, es una variedad del pórfido.
Traquita.—Roca de procedencia volcánica , maciza ó prismática,
áspera,escoriáceay porosa,de textura compacta y granujienta. Abun-
da en las costas de la Península, principalmente entre Almería y
Cartagena. La obsidiana es una traquita vitrea, que brilla calentada
al soplete, y la póine^ una variedad de la obsidiana. íVéase la mine-
ralogía.) Hállanse en Binangonan y en Pampanga ¡Filipinas).
ROCAS SKDIMKN-TARIAS.—Llámanse también estratificadas , y se pre-
sentan dispuestas en lechos , capas ó estratos, distintos y paralelos en-
tre sí. fFif^. 416 b.J Estos lechos, como formados en el fondo de las
aguas, han sido horizontales en su primer estado, pero frecuente-
mente se inclinaron más tarde, á consecuencia de alzamientos par-
ciales del subsuelo, sin perder, no obstante, su paralelismo.
Arcilla.—Hidrosilicato de alúmina más ó menos mezclado con
óxidos de hierro, cal y magnesia, procedentes de la descomposición
de los feldespatos. Son rocas frágiles cuando están secas. Bajo la
acción del aliento, la arcilla ejerce sobre la mucosa nasal una impre-
sión particular que se llama olor arcilloso, y es el mismo que la tierra
exhala después que ha llovido; se distingue también por su apega-
miento á la lengua. Las arcillas que admiten el agua en toda pro-
porción, formando una pasta tenaz, dúctil y flexible, se llaman a r -
cillas plásticas ó tierra de alfarero. Por el contrario, las que son
untuosas al tacto y no dúctiles cuando se reducen á pasta con el
agua, quedando terrosas y deleznables después de secas, son cono-
GEOLOGÍA. 41 >

C'uas con el nombre de arcillas csméticas, tierra de batán, tierra


^quitar manchas. Las marpfas, el kaolín ó tierra de porcelana y
os ocres son variedades de la arcilla; la greda es una mezcla de ar-
cilla y a r e n a , y XAS tierras refractarias son arcillas con m e n o r
cantidad de cal y mayor proporción de materias bituminosas , ó de
Sílice y alúmina, qucles dan la propiedad de resistir un grado m u y
^'evado de temperatura. Son conocidas las de Valdemorillo y Z a -
mora.
Arena y arenisca ó asperón.—La arena es una roca sedimenta-
"^a. compuesta de granos sueltos de sílice, ó de cualquier otro d e t r i -
tus incoherente de rocas cristalinas, como el suelo de Madrid. La
"''eni.sca ó asperón es también roca de sedimento, cuvos granos están
'•gados con más ó menos fuerza por un cemento silíceo; llámase
'"'Kosa si el cemento es arcilloso. El rodeno es un asperón que se
endurece al aire libre, y se emplea en construcciones.
lirecha )• pudinpa.—Son conglomerados, no de granos, sino de
'•"agmentos calizos ó silíceos, previamente rodados y triturados, y
"•^Unidos por un cemento cualquiera. Si los fragmentos son a n g u l o -
sos, se les llama brechas; si son redondeados, piidingas, como el c é -
lebre Montserrat en España.
Brocatela.—Roca m u y compacta y de bello efecto, formada por
^n agregado de cantos angulares v d e algunos restos de conchas, u n i -
^'os por un cemento calizo. El verdadero tipo de esta roca no es co-
•locido más que en un solo yacimiento, enclavado en el piso tenén-
cico inferior de los alrededores de Tortosa, y ha sido descrito por el
eminente geólogo español D. José J. Landerer, de cuyos trabajos nos
hetnos aprovechado no poco, y utilizaremos aún en el curso de esta
obrita '.
Cuarcita.—Agregtción de granos de cuarzo, que contiene, como
'"dinerales accidentales, talco, m i c a , granate, grafito, pirita, hierro,
Oligisto y cinabrio. Se halla en masas estratificadas ó pizarreñas, y
'anibién en venas subordinadas á las pizarras cristalinas, en Sierra-
m o r e n a , León, Galicia y Asturias.
/ : ' « r ú j . — C o n g l o m e r a d o microscópico, constituido por detritus
feldespáticos endurecidos por un cemento cuarzoso.
(jneiss.—Roca hojosa,compuesta, como el granito, de cuarzo, fel-
l^espato y mica ; pero con aspecto de pizarra cristalina, y no g r a n u -
jiento.
Pitarra., afilada '.—Roca foliácea, c o m p a c t a , que se separa en

' Véase su interesante libro Principios de Geologiay Paleontología,


Barcelona, 1878 ; y las demás obras del mismo autor, sobre todo el £'nííi-
yo sobre el piso lendncico.
• Llámase también esquisto, del griego T/ISTÓ;, separado, dividido.
414 HISTORIA NATURAL.

hojas Ó baldosas, compuesta de materias talcosas ó arcillosas muy


tenues, removidas y depositadas á la manera de cieno. Pueden divi-
dirse en dos grandes grupos : las cristalinas, propias de los primeros
terrenos de sedimento ; y.las arc/7/05aí, que se hallan en terrenos
posteriores.
Trípoli.—Roca pulverulenta que está formada casi exclusiva-
mente de caparazones silíceos de infusorios.
Travertino ó tosca.—Caliza vermiculiforme, depositada por ma-
nantiales cargados de carbonato de cal.

TERRENOS.

Llámase terreno en geología á la agrupación de sedimentos que


se suponen depositados en un trascurso de tiempo más ó menos pro-
longado. Como el tiempo es elemento necesario en esta hipótesis,
suele ser sinónimo de la palabra terreno, y suele confundirse la cía.
sificación cronológica con la estratigráfica, diciendo indistintamente
terreno, ó época, ó período. No sucede lo mismo con la palabra for-
mación, porque ésta dice respecto á la causa que depositó los terre-
nos y no á la época en que ésta se verificó '.
Caracteres de los terrenos.—Tres se han presentado con fortuna
varia : mineralógicos, estratigráficos y paleontológicos.
Caracteres mineralógicos.—Se fundan en la naturaleza minera-
lógica de las rocas, partiendo del hecho de que las rocas sedimenta-
rias de cada terreno suelen llevar un sello característico. Las pizarras
cristalinas, por ejemplo, representan los sedimentos más antiguos, y
á éstos suceden las fosilíferas y areniscas, y luego las calizas oolíti-
cas, la creta, etc.
Lyell intentó reducir los terrenos á tres grupos mineralógicos:
i.°, los areniscos ó silíceos, en los cuales predomina el sílice, como en
las arenas, areniscas, etc. Estos terrenos no hacen efervescencia coO
los ácidos, á no ser que contengan calizas ; 2.°, los arcillosos, que
pueden ser modelados y amasados , y despiden olor terreo ; 3.°, los
calcáreos, que se hallan muy extendidos, y á los cuales se reduce el
yeso , el alabastro, etc. Otros geólogos, acariciando teorías esta-
blecidas apriori, y queriendo justificarlas, han clasificado los terre-
nos por su origen en mecánicos, químicos y orgánicos, según las
causas que hayan influido en su formación. Finalmente: Conte-
jean ' hace diez grupos de terrenos, atendiendo á los caracteres mi-
neralógicos, y son : feldespáticos , anfibólicos, piroxénicos, magné-
sicos, micáceos, cuarzosos, arcillosos, térreo-alcalinos , metálicos y
combustibles.

' Es lamentable la confusión que en esto reina.


* Éléments de Géologie el de Paléontologié, pág. 383.
GEOLOGÍA. 4'5
Por más completa que aparezca esta división, y lo es, porque
'barca todos los terrenos, así cristalinos como estratificados, no satis-
«ce á las necesidades de la ciencia geológica, que no atiende tanto á
' naturaleza de las rocas como al orden de su colocación.
Caracteres estratigráficos.—ha. tierra se compone de dos clases
^« masas: macizas ó cristalinas unas (fig. 417 a), y otras dispuestas

Fig. 417.

^^ bancos, capas, lechos ó lajas, que se llaman estratos (fig. 417 bj.
^-lestudio de estos estratos, su posición absoluta, ó su posición res.
P^ctiva, nos suministrará indicaciones preciosas para la clasificación
***los terrenos. Al conjunto de estos caracteres se da el nombre de
^^tfatificación, y pueden distinguirse como sigue: i." Estratificación
^^'{ontal, cuando las capas son paralelas
" liguen la dirección del horizonte ffign-
" 417 bj. 2° Estratificación inclinada,
•"^ndo forman ángulo agudo con el hori-
T^nte (fig. 416), la cual se llama en forma Fig. 4iS-
_^ silla, si es convexa, y en forma de barco,
'es cóncava. 3.° Estratificación vertical, si las capas, en vez de
f*'ar sobrepuestas, están yuxtapuestas, y forman ángulo recto con el
^rizonte (fig. 418). Por punto general estaestratificailón es inclina-

Fig. 4ig.

fig. 41^. CSG, pirosfera; MG, rocas mctamórficas; 5, rocas estratificadas, primera Ibr-
**'<in; CJÍ. id., seeunda formación discordante.
416 HISTORIA NATURAL.

da , y hasta horizontal en alguno de sus puntos. 4.° Estratificación


discordante, cuando \o$ estratos de una formación no tienen la misma
inclinación que los de la formación anterior ó posterior (fig- 4'9/"
Llámase inclinación aX ángulo que las capas forman con el horizonte)

h'lg. ^2v.
Fig. 411.

Y direccií'in al quQ forman con el meridiano, b." F.stratificación pli^'


gada ú ondulada, si la inclinación de las capas no es uni forme, sino
que ofrece ángulos ó sinuosidades más ó menos pronunciadas, aUf
que conservando siempre el paralelismo í'yfí,''. 420). 6." Estratifica'
ción quebrada, cuando una hendedura vertical á las capas las i f
terrumpe, quedando las de un lado más altas que las otras, ora con-
serven su paralelismo, ora cambien de dirección ó inclinación 'fiS^'
ra 421). Si las capas, además de estar quebradas han sido separada5>
y el hueco se ha llenado, ó por la denudación de las mismas capas, o
por otros materiales que allí fueron introducidos, se tendrá un fil^"
(fig. 422) ó un dique ffiff. 4231.

^'|g• 42 j -

Caracteres paleontológicos.—La paleontología (de -Aw., de otro


tiempo;'lv-'^,seres, y >.v(o;, discurso) tiene por objeto el estudio de lo»
fósiles. Se entiende hoy por fósil todo cuerpo organi:{ado que, en-
terrado en una época cualquiera,pero anterior á la actual, ha sido
conservado, ó ha dejado señales inequívocas de su existencia^. D^
' LAMBEKT, Gcologie, 3.me, ¿dit., pág. 16.—Esta definición noes etimo-
lógica, como la que daban los escolásticos, mas es hoy la verdadera. Lap^'
leontología data de Cuvier.
GEOLOGÍA. 417

*ta definición se desprende, que no se trata sólo de las partes más ó


"lenes completas de los seres organizados, como dientes, huesos,
conchas, raíces y hojas, sino que ha de atenderse también á los mol-
es, huellas, coprolitos y petrificaciones. Llámase moldes á los espa-
cios vacíos de ciertas rocas que se han endurecido después que un
, *^'" orgánico fué envuelto por ellas ; y habiéndose éste reducido á
polvo, dejó reproducida su figura exterior en las paredes internas del
citado hueco. Huellas son las señales del paso de un animal por un
piso blando, que después se ha endurecido conservándolas; un sedi-
mento las ha cubierto recién formadas y se han salvado de la des-
''ucción. Coprolitos (x-íxp'j;, excremento; UOo-, piedra) son excremen-
Os solidificados de los animales, redondos unas veces, ovalados
^ras, torcidos ó en espirales, con la superficielisa ó rugosa. Llámanse
Petrificaciones las piedras que se encuentran en las capas terrestres
y que presentan perfectamente la figura de una planta ó de un ani-
•^al. Los minerales más comunes que han sustituido en las petrifica-
ciones á las moléculas orgánicas son el sílice, los carbonatos de cal y
las sales de cobre y de hierro '. Aunque no sepamos dar una expli-
cación satisfactoria de las circunstancias que concurran á estas tras-
'Orttiaciones, nadie hoy puede llamarlas, como los antiguos , juegos
"e la naturaleza, ni menos sostener que Dios las haya inmediata-
""lente creado en ese estado , pues se dan casos en los cuales se en-
cuentra la petrificación á medio hacer.
Debe reconocerse, además, en los fósiles suposición y su especie.
l-a j705/cz'd«, teniendo además en cuenta las irregularidades del te-
Tenoen que yacen los restos orgánicos, puede llevarnos al conoci-
•Qiento de las causas de semejantes trastornos y de su antigüedad
respectiva. La especie se determina por los caracteres que son la base
"e la clasificación en la botánica y en la zoología, teniendo, sin em-
bargo, presente que la mayor parte de los fósiles pertenecen á espe-
cies extinguidas.
P a a n a s y floras fósiles.—El conjunto de animales que caracteri-
zan una formación, ó un período ó terreno geológico, se llama su
fauna fósil; y la reunión de vegetales que se hallan en las mismas
condiciones, recibe el nombre áe. flora fósil; por cuya razón daci-
iios la fauna y la flora secundarias, terciarias, etc. Tiene cada pe-
riodo su fauna y su flora especial, aunque incompletamente cono-
cidas. Según Zimmermann, de las 25,000 especies de animales y
2>ooo especies de plantas fósiles descubiertas, pertenecen 24,500 á
Europa, país mucho más explorado que el resto de la tierra.

' ARDUIN: Géolo¡;ie et géogénie, pág. 118, edic. de París de 1879. Véase
también MOLLOY, Geología y Revelación, traduc. de Al mera : Barcelo-
na, 1878.
28

•^
418 HISTORIA NATURAL.

Épocas paleontológicas.—Por el contrario: si las capas que cons-


tituyen la corteza de la tierra, la clasifican bajo el concepto de los
fósiles, tendremos las siguientes épocas, á partir déla más antigua y
más profunda:
I." Trtlobttica (peces, crustáceos trilobites , plantas tropicales).
2.' Megalosdurica ígrandes reptiles, marsupiales, moluscos).
3." Paleotérica (grandes paquidermos).
4.' Elefantina (elefantes).
5." Histórica 'época actual).
De la simple indicación de los fósiles característicos decada una
de las épocas señaladas, se viene en conocimiento de que los fósiles
más antiguos pertenecen á los organismos más inferiores; de manera
que, según se asciende en la serie geológica, se encuentran huellas, o
restos de plantas y de animales más complicados, ó se sube también
en la serie filológica y zoológica '. Nos abstenemos de consignar
ciertas leyes y corolarios que Pictet y otros geólogos consignan, pot
parecemos demasiado prematuros, habida consideración al estado
rudimentario de los conocimientos geognósicos.

CLASIFICACIÓN DE LOS TERRENOS.

Entre las muchas clasificaciones que se han presentado, acepta-


mos la de nuestro compatriota el Sr. Landerer, añadiéndole en
segunda columna la más comúnmente aceptada, é introduciendo
alguna otra aclaración, como la escala de la aparición de la vida
animal.

' El hecho señalado aquí, dice Arduin.del progreso orgánico en la


serie ascendente de las capas terrestres , resulta claramente de las explora-
ciones llevadas á cabo hasta hoy: es un hecho cierto, mas no de certidum-
bre absoluta, porque puede suceder que nuevos descubrimientos lo iovali'
den. La Biblia deja ancho campo á una y otra deducción. Gcologie et géo-
génie, pág. 120, nota.
GEOLOGÍA. 419

soNHyaai
420 HISTORIA NATURAL.

Fijándose detenidamente en la fig. 424, se observará el orden


y colocación de la mayor parte de estos terrenos. Más claramente se
ve aún en las minas, en los pozos, en las canteras y en los cortes de

Fig. 424.

ferrocarriles, tan comunes en el suelo accidentado de nuestra patria;


con frecuencia observará el viajero atento que estos cortes presentan
por abajo una capa calcárea, luego otra de arena, y una de ar-
cilla, de espeSOí.diferente, formadas por partículas finas y homogé'
neas, o p q r granos más ó menos considerables, yuxtapuestos ó sol-
dados por un cemento (calcáreo, silíceo, etc.), sin presentar, po^
punto general, estructura cristalina, y conteniendo por lo común al-
gunos despojos de vegetales ó animales. Estas, dispuestas en plano*
paralelos, son los terrenos estratificados.
Otras veces se encuentran las rocas dispuestas sin orden, ni p*'
ralelismo,ya en forma de peñascos, montañas, picos, conos, etc.; y*
en forma de tabiques ó de mesetas que interrumpen el paralelisW
de los terrenos estratigráftcos; ó ya, por fin, bajo el aspecto de co-
lumnas ó de conos, que parece han atravesado las capas que lo*
rodean. En estos terrenos no se hallan despojos vegetales ni anima'
les, y presentan siempre la estructura cristalina, bien esté formad*
por cristales yuxtapuestos, como en el granito, ó bien por cristales
englobados en una pasta, como en el pórfiro : son los terrenos cfi^'
talinos.
Finalmente, encuéntrase otra tercera especie de rocas, intermc-"
diarias entre las dos clases que acabamos de explic ar •, están estratt-

Fig- 424. Corte ideal vertical de la corteza terrestre.—//, Terciario; ///, Secundario;'»''
Primario; K, Eruptivo; K/, Antiguo.—a, Terciario; ) , Cretáceo; 4, Jurásico; 5, Triásico; *'
Pérmico; 7, Carbonifero; 8. Devónico; 9, Silúrico; ío, Granítico; / ; , Lávico; 12, BasáltiC"-
Fig- -fs.

IDEA DE LAS FORMACIONES COETÁNEAS A LOS ESTRATOS


Fií 424- Corte ideal vertical de
Prii^fioV, Eruptivo; l^I. Antiguo.-
pSo;'7.Car¿nifero-«,Devómco, 9
í.'.

GEOLOGÍA. 42

ficadas ó formando capas como las primeras, y presentan estruc-


tura cristalina como las segundas, y se designan comúnmente con
el nombre de terrenos metamórfieos.
A estas tres clases de terrenos, que forman por sí mismos casi toda
« corteza terrestre, hay que añadir los minerales que contienen me-
^1> y los metales puros ó en estado de mezcla sencilla, es decir, los
filones. Resulta, por consiguiente, que hay tres clases de terrenos:
*• , terrenos estratificados, llamados también sedimentarios, acuo-
sos ó neptúnicos; 2.", terrenos meiatnórfieos; y 3/', terrenos cristali-
nos, eruptivos, ígneos ó plutónicos, á los cuales pertenecen los mi-
nerales propiamente dichos y los filones metálicos.
Parécenos más cien tilico comenzar la descripción de estos terre-
nos por el orden que se cree ser el cronológico en la formación de
los mismos.

CLASE I."—TERRENOS CRISTALINOS.

Comprende esta clase una serie de masas no estratificadas y sin


fósiles, compuestas de rocas feldespáticas, piroxénicas, anfibológicas
" tálcicas, que comúnmente sirven de asiento á los terrenos estrati-
ficados. Supónese que estas rocas forman el suelo primordial de
nuestro planeta, el cual fué formado en los tiempos cosmológicos
por la soliditicación de la superficie de la materia incandescente ó
en fusión. El calor y el agua han representado un papel igualmente
iniportante en la consolidación de las rocas cristalinas, según la
teoría más probable, y que lleva el nombre de hidro-termal. Diví"
<lese esta clase en los dos sistemas antiguo y eruptivo.

SISTEMA PINTIGUO.

Las rocas antiguas plutónicas deben su origen á la fusión ígnea


<le la materia cósmica, y á su enfriamiento y cristalización en el agua.
Comprende los siguientes pisos.
Granitico.—El granito es la roca que sirve de tipo, pero se hallan
nietidas en el mismo piso la protogina, la sienita, la pegmaiina y
otras especies. Forman el armazón de muchas montañas, y se hallan
niuy extendidos por el globo, determinando la orografía de muchas
comarcas. La mole granítica de la España central se extiende desde
Somosierra y Guadarrama (al norte de Madrid) hasta más allá de
Trujillo (Cáceresj, se inclina al noroeste y llega á Santiago del
Campo. Desde este pueblo el perímetro occidental pasa por Villa-
rreal de San Carlos y Venta de Acebo, de donde se interna en Por-
tugal. El mismo terreno se muestra en toda la región meridional de
432 HISTORIA NATURAL.

Ja provincia de Toledo, y en manchones aislados en las provincias


de Segovia, Córdoba, Badajoz, Cáceres y Barcelona.
Estas inmensas moles se modifican muchas veces en su direc-
ción ó inclinación, por virtud de levantamientos, y otras veces se
alteran y se descomponen por la lenta acción de los agentes clima-
tológicos, descendiendo sus detritus á los valles, cuyos terrenos
toman el carácter mineralógico de las grandes rocas ó montañas
colindantes.
Porfídico.—Sirve de tipo el pórfido ', compuesto esencialmente
de cristales feldespáticos, y comprende además la serpentina, el trap,
la dialaga y otras especies. Este piso es menos importante que el

Fig. 426. Isla de Palma (Canarias).

granítico, y ya se presenta en masas, ó ya en diques ó filones. JLos


agentes climatológicos obran menos sobre él, á causa de la coheren-

' De rop'füpr¡, púrpura, por el color de los antiguos pórfidos.


GEOLOGÍA. 423
cía de sus moléculas, por cuya razón da origen á menos detritus que
el anterior. Hay en él criaderos metálicos.
Traqaltico.—Comprende la traquita, como tipo, y además la re-
tinita, obsidiana y otras. Es un terreno muy extenso, compuesto de
rocas macizas, pero que tienen frecuentemente poros muy finos, y
de cierta aspereza al tacto, que le ha valido el ser clasificado entre
los terrenos volcánicos, de los cuales debe, no obstante, separarse
por su más perfecta cristalización. La formación del piso traquíticoes
posterior á otros estratigráficos; se presentan estas rocas, ya en forma
<le cordilleras como en los Andes, ó ya reunidas en grupos de mon-
tañas cónicas, en torno de otra más alta, donde estuvo el centro de
erupción ó cráter. El relieve orográfico de la isla de Palma (Cana-
cas), diestramente ejecutado por Buch (/ig.426}, es un hermoso
ejemplo de esta clase de formaciones. Entre los numerosos barran-
^os de esta isla, hay uno mucho más profundo que todos, y que se
prolonga desde el pie de la montaña (Tazaeorte) hasta el fondo del
cráter principal. El mismo fenómeno se observa en cuantas islas
tienen un origen análogo.

SISTEMA ERUPTIVO.

Las rocas eruptivas ó volcánicas deben también su origen á la


fusión ígnea de la masa de que están compuestas, con la circunstan-
cia de que, habiéndose enfriado con rapidez, por haber sido lanzada.
6 derramada, no se cristalizó completamente como la de las rocas
Plutónicas. Comprende los siguientes pisos.
Basáltico.—El basalto (mezcla íntima de feldespato y augita con

Fig. 437. Gruta de los Quesos. (Bertrich-Baden.)

hierro magnético) es la roca esencial de estos terrenos. Preséntanse


Unas veces en forma de columnatas globulares (fig. 427), prismáti-
HISTORIA NATURAL.
424
cas^/z^ 428), empedrados y diques r;iá'. 429). grutas «prichosas,
y l a S i é n d i o / p u e s t o s por la acciór, del tiempo. Los terrer^os

Fig. 428. Isla de los Ciclopes. (Trezza.)

basálticos son de formación volcánica, pero sin cráter ó centro de

Fig. 429. Calzada basáltica. (Volant de Ardeche.)


GEOLOGÍA. 425

erupción; la acción interior del globo se manifestaba por cuantos


puntos ofrecían una resistencia débil, abriéndose paso acá y acullá
para sus inyecciones. Su aspecto ha llamado siempre la atención y
la admiración de los curiosos, por la tendencia de las rocas princi-
pales á dividirse en largos prismas y á tomar caprichosas disposicio-
iies. Ya se parecen á inmensas gavillas ó piras (fig. 428), ya ofre-
cen hermosas columnatas y grutas hermosísimas (fig. 427), y ya
adoquinados 1 fig. 429) regulares, cuya grandeza les ha merecido el
nombre de calcadas de los gigantes. Bajo este último punto de vista
son notables las calzadas de Irlanda, aunque también abundan los
ejemplares en Francia '. De los yacimientos de España hemos apun-
tado lo suficiente al tratar de las rocas. Castellfollit está situada en
Una cumbre cuyos bordes están formados de basalto.
Lávico.—El terreno ó piso lávico no está formado por rocas par-
ticulares ; es una manera de ser que ofrecen en la superficie del
globo diferentes especies de rocas, como traquitas, obsidianas, ba-
saltos y demás materiales ígneos arrojados por los volcanes moder-
óos ó con cráter. Preséntase en forma de lavas ó trtfinas, coheren-
tes ó sueltas, que forman montañas, depósitos, gravas, piedras,
cenizas ó arenas.
Las épocas de aparición de estas cinco clases de rocas cristalinas
que hemos descrito se han sucedido sensiblemente, según el orden
Oiismo que hemos seguido, y acerca del cual se darán aún algunas
nociones al descender á las épocas geológicas.

CLASE 2."—TERRENOS METAMÓRFICOS.

Comprende esta clase todas aquellas rocas que ofreciendo, como


las anteriores, estructura cristalina, se presentan además formando
Capas ó lechos, habiendo sufrido una modificación de textura, es-
tructura y composición , que se.atribuye al calor y á la presión. El
calor, por ejemplo, que se desprende de una roca eruptiva, actúa
sobre los terrenos que se hallan en contacto con la misma, y tras-
forma las arcillas en pizarras y las areniscas en jaspe. El mismo
fenómeno ó trasformación se verifica por efecto de la presión á la
cual estén sometidos aquellos materiales.

SISTEMA DE PIZARRAS CRISTALINAS.

Si la corteza primitiva del globo, que cubre inmediatainente la


pirosfera, está formada de granito, el sistema de pizarras cristalinas
constituiría los primeros terrenos sedimentarios, en cuya formación

' Véase BEUDANT, Géologie, pág. 148 y sig.


426 HISTORIA NATURAL.

habría que distinguir dos épocas: primera, la consolidación de aque-


lla roca; segunda, la deposición de los primeros sedimentos y su
trasformación en pizarras cristalinas. Por eJ contrario: si llegase á
demostrarse, como algunos pretenden, que el granito es una roca
exclusivamente eruptiva, entonces las pizarras cristalinas constitui-
rían el suelo primordial, estaría justificado el nombre de terrenos
primitivos que algunos tes dan, y no sería necesario más que una
época para su formación '.
El grupo de pizarras cristalinas posee un espesor de algunos mi'
les de metros, y consta de abajo arriba de tres pisos, no siempre
asociados ni fáciles de deslindar, por las frecuentes transiciones de
unos á otros; son los gneis, las micacitas y las talcitas.
Gneis.—Roca hojosa, compuesta, como el granito, de cuarzo, fel'
despato y mica, pero estratificada. En el ejemplar que representa la
fig. 43o, las fajas blancas son casi exclusivamente de feldespato

Fig. 4)o. Gneis, tamaño natural.

laminoso, entremezclado con escamas de mica y partículas de cuar-


zo. Las zonas negras están compuestas de cuarzo gris y de mica ne-
gra con partículas accidentales de feldespato. La roca se divide fácil-
mente siguiendo las fajas negras. Se halla en la provincia de Madrid.
Micacita.—Mezcla de cuarzo y mica granujienta, cristalina y de
textura apizarrada. Algunas veces, dice el Sr. Galdo, se encuentran
en este piso lechos de cuarzo puro , y otras entran en su composi-
ción granates en forma de dodecaedros *, La micacita pasa por gra-
daciones insensibles al siguiente piso.
Talcita.—Roca apizarrada, compuesta de talco, con porciones de
cuarzo ó de feldespato. Pasa insensiblemente á otra roca llamada pi-
zarra arcillosa, muy dura, foliácea, y que ofrece buenas piedras para
cubrir los tejados. Su color varía de verdoso, gris azulado, á gris de
plomo.
Todos estos terrenos pertenecen al período azoico ó inorgánico.

' Véase LANDERER, Geología, pág. i3o y sig.


' El Sr. GALDO, como otros, la llama mícasquísto, 6 pizarra micácea.
Véase Los tres reinos de la naíura/eja.—Madrid, i858, tomo ix, pág. 5oa.
GEOLOGÍA. 427

Sin embargo, como en uno de sus más potentes grupos , compuesto


de gneis y caliza, se ha pretendido hallar el Eo{oon canadense, de-
jaremos la descripción de este piso para la clase siguiente.
Rocas eruptivas en Kspafla.—Hay en la cuenca de Almagro
(Ciudad-Real) una región que se extiende desde la Sierra de Villa-
Tubia hasta la de Puertollano con volcanes apagados y rocas volcá-
nicas. En la región volcánica de Olot, Castellfollit y Bosch de la
Tosca, las erupciones volcánicas han elevado los terrenos terciarios.
Las otras regiones volcánicas de la Península son las del cabo de
Gata y délas islas Columbretes.

CLASE 3.°—TERRENOS ESTRATIFICADOS.

SISTEMA LAURENTINO.

Ocupa el ínfimo lugar entre los terrenos estratificados, y por esta


fazón le colocamos aquí, á pesar de la opinión de geólogos eminen-
tes que le atribuyen origen plutónico.
El terreno/aKr^nf/«o, así llamado del río de San Lorenzo en el
Canadá, posee, dice Landerer, más de 10,000 metros de espesor, y
presenta su estratificación discordante un conjunto de capas calizas,
pizarras y conglomerados cuarzosos, que mide 5,5oo metros, yes lía-
filado terreno hurónico (del lago Hurón). Sobre estas dos capas hay
otra de arenisca de Postdam, que se cree sincrónica de la parte supe-
ttor del piso siguiente ó cámbrico. También se suponen pertene-
cientes á este sistema las calizas cristalinas subordinadas á los gneis
<*e Bohemia, sobre las cuales descansa la fauna silúrica.
Fósiles.—Es controvertible si el llamado Eo^oon canadense, ha-
llado en el terreno laurentino, tiene ó no la naturaleza de un verda-
dero organismo.

ÉPOCA PRIMARIA.

Aunque hemos agregado el sistema laurentino á la época prima-


rla, para algunos geólogos hállase esta época constituida únicamente
por el süurialy carbónico. La época primaria llámase t a m b i é n / a -
'Co^oica, por contener los animales más antiguos que se conocen,
cotno los crustáceos tribolites y los braquiópodos. Las criptógamas
*cróg¡nasalcanzaron también una talla gigantesca, y estuvieron casi
universalmente extendidas. Las rocas sedimentarias predominantes
son las pizarras y las areniscas. Se divide en el sistemasilurial y car-
l'ónico.
438 HISTORIA NATURAL.

SISTEMA SILURIAL.

Tomó el nombre de un antiguo pueblo celu de Inglaterra, y se


subdivide en los siguientes pisos.
C&mbrico. Carácter litológico.—En Inglaterra, areniscas y pi-
zarras: 1,000 metros de espesor. En Bohemia, pizarras protozoicas:
400 metros. En la América del Norte , 3oo metros de arenisca de
Postdam, descansando sobre otra capa de 5,259 metros, compuesta
de pudinga de cantos dorados y del grupo hurónico. Las rocas de
este piso presentan unas rendijas paralelas , independientes de los
planos de estratificación, llamados/i/anoj de crucero.
Carácter paleontológico.—Al principio del piso aparecen los
Trilobites ffig. 43i) que son crustáceos, los anélidos, los pterópodos,
los braquiópodos (fig. 432), los esporígidos y los fucoides. Al final

Fig. 4)1. Calymene Bhmenhachi. Fig. 4)2. Lingukla Davisi. Fig. 4)). Olmus bohemicus.

ios heterópodos y gasterópodos, desapareciendo al íin los crustáceos


paradóxides.
España.—Hállase representado este piso en Boñar, vertiente me-
ridional de la cordillera Cantábrica, con un espesor de 40 metros y
con paradóxides; y también en Muro, Daroca, Aranda, Moncayo
y al sur de Toledo, compuesto generalmente de areniscas y pi-
zarras.
Silúrico. Carácter litológico.—Las rocas que forman este piso
son pizarras, baldosas, calizas y areniscas, que forman en Inglaterra
una potencia de más de 7,000 metros. Obsérvanse en estas capas de-
pósitos limitados de rocas ígneas, semejantes á cenizas volcánicas
endurecidas, cuya presencia se atribuye á erupciones surgidas del
fondo del mar, y esparcidas sobre los sedimentos, durante el tiempo
en que se efectuaba su depósito en el suelo de las aguas.
Carácter paleontológico.—Al principio aparecen los crustáceos,
GEOLOGÍA. 429

cefalópodos f7íg'Mríi5 434_>'435), lamelibranquios (;íg'. 436^, etc., y

Fig. 4)4. Gyroceras Goldfusi.

desaparición de los olénidos. Se ha encontrado por vez primera la im-


presión de un helécho.

Fig. 4)^. jíctinoceras Richardsont. Fig. 4}6. Ctenodonta cambriencis.

España.—Se halla representado este piso en las areniscas ferru-


ginosas de Sabero, en las pizarras negras de Sierra-Morena y mon-

% • 437- ^sapbus Buchit. Fig. 4j8. Pentamerus Ktiigbtu.

tes de Toledo, en las cuales se hallan trilobites (fig. 43;), y alas que
se creen subordinados minerales de fosforita en Logrosán y de cina-
brio en Almadén.
430 HISTORIA NATURAL.

Murchisónlco. Carácter litológico.—Este piso, dedicado al geólo-


go Murchisson, ofrece en Inglaterra grandes capas de caliza concre-
cionada, pizarras arcillosas con concreciones calizas, arcillosas y are-
niscas micáceas, con un espesor de i,5oo metros.
Carácter paleontológico.—La clase de los braquiópodos (fig. 438)
es la que más abunda en estos terrenos, muy circunscritos por otra
parte á los países de Escandinavia, Bohemia y América del Norte.
En ella aparecen los spiniferidos y los ofiúridos, y se hallan otras
especies de crustáceos, cefalópodos y radiados.

SISTEMA CARBÓNICO.

Devónico. Carácter litológico.—Toma el nombre del condado


de Devon, en Inglaterra, donde ofrece en su parte Superior areniscas
grises micáceas, que á veces pasan á verdaderos conglomerados. En
la parte media arcillas rojas, margas y bancos arcillosos; y en la parte
inferior, arcillas rojas y verdes, con baldosas subordinadas y arenis-
cas blanquecinas: 3,ooo metros de espesor.
Carácter paleontológico.—En esta formación han tomado incre-

Fig. 4)9- Lepidoiendron laxui.—;, tronco; 3 y 5, hojas;


4, ^ y 6; fructificación.

mentó muchas plantas terrestres, como las licopodiáceas, heléchos


y coniferas (fig. 439), todas de semilla desnuda. Encuéntranse los
GEOLOGÍA. 43»
primeros peces (fig. 440), y también crustáceos, acéfalos, y otros
lioluscos y radiados.

Fig. 440. Cephalaspü Lyelli. Fig. 441. Terebiatula quadrijida.

España.—Las areniscas que representan en España estos terre-


•^os son blanquecinas y rojizas, con pizarras subordinadas negruz-
cas, y á veces con calizas. Hállanse en las vertientes de los Pirineos,
^n Almadén, Sierra-Morena, donde se encuentra la terebrátula
(fig. 441) con otros fósiles, y en la parte oriental del Guadarrama.
Las minas de hierro de Mieres (Oviedo) y de Sabero (León) se hallan
^n estos terrenos.
Carbonífero. Carácter litológico.—Este piso, así llamado por la
abundancia de carbón que en él se encuentra, puede subdividirse en
^res secciones: el superior, compuesto de rodenos, conglomerados,
arcillas apizarradas, con bancos de hulla; el medio, compuesto de
areniscas, y el inferior, que consta de calizas carboníferas, arcillas y
areniscas. El espesor del piso es: 3,000 metrosen Inglaterra; 4,000 en
Asturias; y 5,000 en la América del Norte. Estas rocas contienen
yacimientos de hierro carbonatado litoide, y se presentan á veces en
2ig-zag, como efecto de las presiones laterales á que han estado so-
fiietidas.
Carácter paleontológico.—El rasgo característico del piso carbo-
•iifero es el extraordinario desarrollo y la vasta distribución de las
plantas, no tanto por su variedad específica, cuanto por su prodi-
giosa profusión y las dimensiones colosales que alcanzaron. Cree
432 HISTORIA NATURAL.

Gocppert que las especies vegetales son 984, número muy inferior
al de las épocas terciaria y cuaternaria, pero excesivamente compen-
sado por la abundancia de plantas de la
misma especie y de especies de la misma
familia. Proceden los carbones de piedra,
que abundan en este piso, de criptógamas
y de monocotiledóneas gimnospermas,
antidiluviales y gigantescas, ya enterradas
y descompuestas en el lecho donde yacen,
ó ya arrastradas por las grandes corrien-
tes de las aguas. Entre esas familias sobre-
salen : las equisetáceas, cuyo género Ca-
Fig. 442. Calamites Suckowi. lamites (fig. 442), medía un decímetro de
diámetro, las licopodiáceas (fig. 443), cu-
yos ejemplares alcanzaron metro y medio de diámetro y 5o metros
de altura; los heléchos (fig. 444) arborescentes cuyas frondes al-

Fig. 44J. Lepidodendron acuUatum. Fig. 444. Pecoptem aquilina.

canzaban 5 y 6 metros de longitud; las annularieas (fig. 445), plan-


tas acuáticas, herbáceas, flotantes, ó sumergidas en las aguas; las
calamodéndreas (fig. 446), algo parecidas á las cicádeas de nuestta.
flora, y que también se encuentran en este piso , lo mismo que las
GEOLOGÍA. 435
f^oníferas, á las cuales son algo análogas las sigiláricas (fig. 447),
lüe tanto han contribuido á la formación del carbón de piedra; y,
«nalmente, hsangiospermas, sobre cuya existencia en el piso carbo-
nífero no existen aún datos concluyentes.

Fig, ^45. Spbenophyllum angusíifolium.

La fauna carbonífera está representada por 4,900 especies, según


^arrande, entre las que se encuentran peces, moluscos, reptiles, in-
fectos y arácnidos, siendo los animales más comunes el Productus
y la Fusolina.
Se da hoy por suficientemente probado que la hulla es de origen
Vegetal. Acumulados los vegetales numerosos que entonces existían
enterrados por hundimientos de terrenos, ó trasportados por los
Standes ríos, como hoy sucede en el Mississipí,han formado bancos,
'^üyo espesor varía desde algunos centímetros hasta 3o metros, y
después se han mineralizado por la presión y el calor.
España.—El terreno carbonífero está bien representado en dife-
•"entes comarcas que son bien conocidas, pero sobre todo en la pro-
vincia de Oviedo. El horizonte inferior es de calizas con fósiles de
Productus, Fusculina y Spifer; suceden los bancos de hulla, y
•igue una potente capa de arenisca de 3,ooo metros de espesor, que
29
434 HISTORIA NATURAL.

encierra también algunosfilonesde carbón. Estas capas están muy


inclinadas, por punto general; pero la estratificación es concordante;
prueba evidente de que la sedimentación no fué interrumpida eD
mucho tiempo. En Filipinas hay lechos carboníferos en Albay J
en'Cebú.

Fig. 446. Médula de Calamodaidrea. Fig. 44y. Sígülaria tesseUata.

Pérmico.—Toma el nombre de la ciudad de Perm (Rusia), y b*


sido llamado por d'Omalius d'Halloy péneo, es decir, pobre en fó"
siles.
Carácter litológico.—Presenta generalmente el siguiente corte
de arriba abajo: bancos de caliza fétida y magnésica '; pizarras cu-
príferas; conglomerados de granito, arcilla y arenisca; conglomera'
dos de cuarzo, de micacita, pizarra y pórfido ; y areniscas amariU**
y rojas, llamadas de ios Vosges. Parece cierto, en visu de estos ca-
racteres , que al principio de la formación del piso han tenido luga^
erupciones de pórfido. La potencia es de 60 á 5oo metros.

^ Es el Zechsteing de varios autores : palabra alemana, que significa


piedra de minas: es de grande espesor.
GEOLOGÍA. 435
Carácter paleontológico,—DuTantc la formación de este piso apa-
'^cen los paleosaurios, antiguos y extraordinarios reptiles; elprotosau-
'^? f^S- 448) y el protritón, que desaparecen al fin, lo mismo que los
"«obites y que los Prodúctidos y calamites del piso carbónico. Entre

Fig. 448. Prolosauriií Spenen.

'*'* peces, merece citarse el paleonisco (fig. 449), cuyas escamas óseas
** hallan en las pizarras, y además muchas conchas y restos de ra-

Fig. 449. PaUoniscus (restaurado).

diados. En una palabra: la fauna cuenta 278 especies, y la flora


•"•ías 190.

ÉPOCA TERCIARIA.

Llámase también mesoi^oica, como si dijéramos, de animales me-


s, porque en ella aparecen las aves, los mamíferos marsupiales
«in placenta, abundando los reptiles acuáticos y los reptiles volado-
'**• Piensan algunos geólogos que esta formación empezó inmedia-
^•Dente después de haberse levantado el sistema de montañas del
^ * n , y que terminó con el levantamiento del sistema de los Piri-
^'os. Comprende los sistemas triásico, jurásico y cretáceo.

SISTEMA TRlASICO.

Este sistema ha sido así denominado del nombre ruso tri, freí,
* Causa de las tres capas ó secciones en que fué dividido, y que son,
436 HISTORIA NATURAL.

empezando por abajo, asperón ó areniscas abigarradas, calidas con-


chilíferas y margas irisadas.
Trias.—Carácter litológico. En el piso normal se encuentran
areniscas calizas y margas, como se inñere de la anterior división;
empero en el anormal falta alguno de los indicados horizontes, y **
hallan además yeso, dolomitas y arcillas apizarradas. Entre estas ro-
cas subordinadas merecen especial mención los depósitos de s(^
gema, de hierro, blenda, calamina, galena, manganeso, cobre argén*
tífero, plomo y zinc. El origen déla sal gema no está suficientemente
aclarado : atribúyenlo unos á antiguos lagos de agua salobre , míen*
tras que otros creen que es una roca eruptiva, que procede del inte-
rior del globo. En cuanto dXyeso, se cree que procede de la combi-
nación del ácido sulfúrico con el carbonato de cal de las aguas , di-
solviéndose el ácido carbónico.
Carácter paleontológico.—Hemos indicado lo más esencial **
caracterizar el sistema. La vegetación llama poco la atención: se en*
cuentran equisetáceas, coniferas , cicádeas y monocotiledóneas. L*
fauna es mucho más importante : aparecen por primera vez los m"'
luscos llamados ammonites Cfig. 45o); se encuentran las primer*

Fig. 450. Ammmües nodosus. Fig. 4¡ I. Encrinus liliforuiis,

huellas de aves, y se citan también peces característicos del piso q ;


nos ocupa. En 1847 se hallaron cerca de Stuttgardt los molares de n_ ;
mamífero didelfo, llamado Micrósleles antiquus, que es el pritn* .
que se conoce en el orden cronológico de los terrenos. El equin
dermo de la fig. 4S1, característico de este terreno, ocupa U CP^
GEOLOGÍA. 457

°'"* reciente. Son notables asimismo los saurios y tortugas de esta


formación.
España.—Son conocidos los depósitos granujientos llamados
Cáenos, que abundan en muchas localidades, y los criaderos de sal
|c»ia de Monóvar, Sarrión , Villena y vertientes meridionales de la
^«erra de Espadan.

SISTEMA JURÁSICO.

_ Hase tomado el nombre de la cordillera del J u r a , donde este


"stema de terrenos se presenta muy desarrollado. Sus rocas más co-
"'Unes son calizas oolíticas (en forma de huevos) y compactas, mar-
o'*y arcillas, siendo más claros los colores de las capas superiores.
*^rgos siglos debieron trascurrir para esta formación , pues el espe-
***' de sus capas pasa de 2,000 metros. Levantáronse entonces del
**no de las aguas algunas grandes mesetas de Europa; mas aun
•yacían en el seno del abismo los Alpes y los Pirineos , y no habían
'urgido tampoco los terrenos sobre los cuales descansan hoy las
; Brandes ciudades de Madrid, París, Londres, Berlín, Viena y Roma.
^ J ^ fauna y la flora jurásica representan ya un terreno más deslinda-
'v'O.como iremos viendo al recorrer los siguientes pisos, en los cuales
'»« hemos dividido.
Liásico.—Nombre usado en Inglaterra para designar una caliza
•fcillosa.
' Carácter litológico.—Arcillas y margas que alternan con arenis-
, ^ j calizas amarillas y pizarras, y calizas arcillosas azuladas ó blan-
í í«»ecinas; y como rocas subordinadas, lignito piritoso, ríñones de
*ido de hierro y en algunos puntos lumaquelas. El espesor del piso
' ^ pasa de 160 metros.
Carácter paleontológico.—Aparición del ichtiosaurio, 6 pez-la-
8'rto (fig, ^52 j , de hocico parecido al del cocodrilo, cabeza como la
**1 lagarto, aletas, cuerpo enorme y cola larga y robusta : la cabeza
.Tüía en algunos de estos reptiles extraordinarios dos metros de lon-
ptud , el plesiosaurio (fig. 452), enorme animal de ocho metros de
^•^gitud, con una cabeza parecida á la de la serpiente, cuello lar-
o'íísimo, cuerpo cilindrico y robusto, cuatro aletas y larga cola; el
y^odáctilo (fig. 452), que nos trae á la memoria á los dragones de
/ * tabula, yque, como el satanás de Milton, volaba, corría, trepaba,
•daba y se arrastraba. Así se infiere de sus grandes alas y de las
•ias que las terminan, de su participación, en una palabra, de los
j'^l'utos de ave y de reptil. Además de estos colosos de la clase de
. ^ reptiles, existió en el terreno liásico el telosauro, del tamaño de
'^ttestros caimanes y gaviales, y varios insectos, moluscos y radia-
4^8 HISTORIA NATURAL.

dos ', hasta pasar de seiscientas especies las que se conocen de esa
fauna. La flora no cuenta doscientas especies, la mayor parte de
equisitáceas y heléchos, aunque la presencia de los ortópteros y co-

Ftg. 4¡3. Saurios del terreno jurásico, Iciiosaurio, PUsosaurio


y Pterodáctilo.

leópteros, que viven en las selvas, supone una vegetación regular'


mente desarrollada.
España.—Hállase representado este piso en las cercanías de SO'
morrostro (Vizcaya) y en la provincia de Teruel, donde se hallaron
fósiles de moluscos.
Batónico.—Toma el nombre de Bath, en Inglaterra, y se Uaco*
también oolttico inferior.
Carácter litológico.—ha oololita, ó caliza globulosa, adquiere CO
este piso gran desarrollo; encontrándose también otras calizas, f
además pizarras. Espesor, aSo metros en su máximum. Alguno*
creen que se alzaron en el período de esta formación los monte*
Urales.
Carácter paleontológico.—Encuéntranse en este piso restos de*
megalosaurio *, reptil de quince á diez y seis metros de largo, esen-
cialmente carnicero, y también de los mamíferos marsupiales o
didelfos, Phascolotherium y r ^ / a c o f m a m , diferentes moluscos f

* El Sr. Landerer atribuye al piso líásico el Microteles antiquus, ta^


mífero que hemos puesto como fósil del piso triásico.
* Algunos autores lo atribuyen al piso anterior.
GEOLOGÍA. 439
radiados. La flora está representada por 54 especies de cicádeas, y
POf la primera aparición de la araucaria.
España.—Ofrece pocos ejemplos, siendo los más notables algu-
nas sierras de la provincia de Teruel, donde se hallan ámonites y
terebrátulas.
Oxfórdlco.—De Oxford, en Inglaterra : se llama también oolítico
*nedio.
_ Carácter litológico.—Margas, calizas margosas, arcillas y pizarras
piritosas. El piso mide unos 190 metros de espesor.
Carácter paleontológico-~E\ pez Lamma longidens, los amoni-
^** y la Trigonia clavellata, son las especies que han alcanzado ma-
yor distribución geográfica en este piso. ^
España.—Calizas duras de grano fino, alternando con arcillas y
""^a^^gas, en las provincias de Castellón y Córdoba, y junto al río
Gabriel en la carretera de Valencia á Madrid. En las cercanías de
Vitoria se hallan el Ammonites plicatilis y otros fósiles.
Coralino.—Así llamado por el gran desarrollo de coral en las zonas
templabas de este piso.
Caríícter/fío/ó^'co.—Predominan las calizas compactas, oolíti-
^as, margosas y dolomíticas ; y como roca subordinada, los bancos
formados por la aglomeración de restos de pólipos coralíferos. Espe-
sor, unos 120 metros.
Carácter paleontológico.—El Nautilus giganteus, varias especies
de ámonites, nernias, terebrátulas, otros moluscos y algunos radiados.
España.—Cita Verneuil á Alustante y Prados-Redondos en Ara-
8ón, y Landerer la sierra de Cardó en Tarragona, donde existen el
^ntmonites polyplocus y otros fósiles caracteríscos del piso.
Ponijindico.—Toma el nombre de Portland (Inglaterra), y llá-
"•lase también kimmeridico y titónico y ooliio superior.
Carácter litológico.—Está constituido por las arcillas de Kimme-
'idge, las arenas de Portland y las calizas lacustres de Purbeck (In-
Rlaterra), teniendo además brechas coralinas y calizas apizarradas
Utográfi cas. Espesor unos 210 metros.
Carácter paleontológico.—Se han encontrado en este piso restos
"íuy importantes de un mamífero insectívoro llamado Spalacothe-
*^um, de un reptil cocodrílido, el //acrorA^ncAus', catorce didelfos,
peces, aves y moluscos de mar y lacustres.
, Desaparecen en este piso algunos de los grandes reptiles y los pe-
*** heterocercos, mientras que algunos árboles conservan su posi-
ción vertical, como si hubieran sido sorprendidos por alguna catás-
trofe.
España.—Varios son los geólogos que han descrito yacimientos

* Landerer pone aquí el telosaurío del piso triásíco.


440 HISTORIA NATURAL.

de este piso en nuestra Península. El Sr. Vilanova ha recogido fó-


siles y estudiado estos terrenos en la provincia de Castellón; Ver-
neuil y Collomb en la de Albacete y Huelva, habiendo unos y otros
encontrado fósiles característicos del piso á 2,15o metros de altitud,
en la Sierra de Jaén y de Majina.

SISTEMA CRETÁCEO.

Este gran sistema, que termina la era secundaria ó mesozoica,


abraza el período larguísimo desde el levantamiento de las cordille-
ras de la Costa de Oro, última fase del sistema jurásico, hasta la
aparición de los Piy^ineos, que sirve al que nos ocupa de corona-
miento y de remate. Imprímele carácter y dale nombre el gran des-
arrollo que en él tiene la creta, ó caliza, sobre cuyo origen discuten
largamente los geólogos '. Calcúlase en cerca de 4,000 metros el
espesor de estos terrenos, comúnmente divididos en tres pisos, y que
nosotros dividimos en cinco, siguiendo á Landerer y á Renevier.
Neocómico.—Toma el nombre de Newchatel (Suiza), y es lla-
mado Hils por los alemanes.
Carácter litológico.—Grandes depósitos de calizas y arcillas la-
custres, con conchas de agua dulce y plantas terrestres, calizas y
margas negruzcas y arenas ferruginosas; y margas con caliza gris
subalpina. Espesor, más de 200 metros.
Carácter paleontológico.—Aparición de los peces teleósteos (ex-
cepto los leptolépidos), de los rudis-
tas y espatangoides. Entre los repti-
les lacustres de esta formación merece
citarse el Iguanodon Mantelli, y en-
tre los de mar la Chelonia valangi-
mensis, así como entre los moluscos
la de los lamelibranquios ('Jig. 453),
nautilos, belemites, amonites, y el
equinospatago de los radiados. Las 60
PV- 45} Unto WeaUeHsá. • . ,
especies de plantas que componen su
flora pertenecen en su mayor parte á géneros de los pisos ante-
riores.
España.—Varios territorios de la provincia de Alicante presen-
tan, entre otros fósiles, el Nautilus neocomiensis y el Echinospata'
gus cordiformis, propios de este piso.
Tenéncico.—Toma el nombre de la antigua Tenencia de Beoi'

* Creen muchos naturalistas que es de origen animal. Landerer opina


de otro modo. Véase su Introducción al estudio sobre el origen del gra-
nito y de la calija, 1873; y su Geología, en la pág. i34.
GEOLOGÍA. 44»
fazá, en la provincia de Castellón, y lo dio á conocer Landerer '.
Corresponde al piso Urgo-ápíico de Renevier.
Carácter litológico.—Componen este piso importante, comen-
tando por abajo , calizas de
color gris azulado ú oscuro,
con naticás; margas azules
y cenicientas, calizas mar-
goso-ferruginosas y arcillas;
calizas y margas cenicientas
con Orbitolina lenticularis;
y arcillas verdosas ó amari-
llentas con Phialula piad-
osa. Como rocas subordina-
bas, contiene lignito, mine-
ral de hierro en abundancia
y lumaquelas compactas de
"Cllísimo efecto. La potencia
de este piso llega á 5oo mt-
''os de espesor, mayor, por
consiguiente, que cualquiera
otro de los sistemas jurásico
y cretáceo. La montaña de
Montsiá se levantó al fin de Fig. 4f4. Natica PiilX, Und.
*sta formación.
Carácter paleontológico.—Siguen en este piso el iguanodonte y
*1 Cypris. Hay multitud de anélidos, moluscos y radiados, sobre
todo amonites y naticas , distinguiéndose entre éstas la que el señor
Landerer dedicó al gran Pontífice Pío IX (fig. 454).
España.Son muchas las localidades de la región oriental de Es-
Paña en las cuales el piso tenéncico se halla perfectamente desarro-
pado. Bajo el punto de vista geológico y paleontológico, merecen
citarse : las montañas de Fredes, y del Bojar en la Tenencia de Be-
''ifazá, con i,25o metros de altitud; Peña Golosa, 1,816 metros;
^lorella la Vieja, i,o3o metros; Moreila, 1,016 metros; Montsiá,
768 metros, y otras varias de prolija enumeración.
Ganlt.—Nombre inglés. Es el piso Álbico 6 arenisca verde (glau-
coniano) de otros autores.
Carácter litológico.—Arenas verdosas y areniscas amarillas y
'ojas, margas y arcillas, son las rocas predominantes en este piso,
^pesor, unos I,OOQ metros.
Carácter paleontológico.—Ap&Tecen los crustáceos braquiuros,

• Véase El piso tenéncico y su fauna, por Landerer, publica do en


'874, Y también La Ilustración Espadóla y Americana, Enero de i88a.
442 HISTORIA NATURAL.

y entre los moluscos, además de belemites y amonites, merecen ci-


tarse los cefalópodos de las figuras 455 y 456.

Fig. 455. Ammonitts rostratus,

España.—Es incierta la existencia del gault en nuestro país, aun-

Fig. 4¡6. fiamiíes atmmlus, Sow.

que se cree hallarlo representado en Valdeconejos y Cuatro-dineros,


en Aragón.
Cenom&Dico.—De Mans, en Francia. Es el turónico 6 la creta cío-
rídica de los autores.

P'g- 457• Hippurites sidcata, Desfr.

Carácter litológico.—Se compone de creta margosa, arenisca,


arcilla llgnitífera, calizas con peces y calizas micáceas, llegando
apenas á ciento veinte metros en su mayor espesor.
GEOLOGÍA. 44^

Carácter paleontológico.—En este piso se descubren restos de


plantas dicotiledóneas, que no contienen los estratos inferiores. Si-
guen los restos de los grandes reptiles, como el Pterodáctilo de la
fig' 451, de tortugas, amonites, nautilos, hipurites (ñg. 457) y ra-
diados. La flora está representada por nogales , higueras, laureles y
magnolias, verdaderos heftildos de la vegetación actual; mientras
que se empobrecen las cicádeas y cupresinas.
España.—Calizas amarillas en varios puntos de Aragón, y creta
verdosa en Reinosa y otros puntos del Norte. Abundan los fósiles de
caprinas, ostreas, oríiitolinas y otros.
Senénlco.—Toma el nombre de Sens, en Francia : Cretáceo su-
perior, creta blanca de los autores.
Carácter litológico.—Calizas blancas y pisoliticas (en forma de
guisantes), margosas, compactas y arcillosas, constituyen en estrati-
ficaciones varias los terrenos de este piso, que tiene una potencia de
400 metros.
Carácter paleontológico.—En este piso, que es el último de la
época secundaria ó mesozoica, desaparecen las importantes familias
de reptiles y moluscos que han pululado por tanto tiempo : los di-
nosaurios, enaliosaurios, pterodáctilos, belemnítidos, amonítidos,
rudisdas y neríneas. Encuéntranse restos del Mossasaurus Cam-
P C i , que medía diez metros de longitud , de los cuales uno y medio
correspondía á la cabeza y tres á la cola. Sus mandíbulas tenían
fuertes dientes, los dedos de los pies eran palmeados y la cola ancha
y aplastada '. Encuéntranse también nautilos, naticas, ostreas,
equinos y otros moluscos y radiados. La flora se enriquece con los
sauces, álamos, eucaliptus y otras, hasta doscientas plantas dicotile-
dóneas.
España.—El piso senónico consta en Cataluña de caliza arcillo-
sa, con ostreas, neritas y otros fósiles, según estudios del Sr. Vidal.
Ya hemos manifestado que esta época termina con la elevación de
los Pirineos. Aún no había salido del seno de las aguas el terreno
que ocupa Madrid; y, sin embargo, parece que ya había surgido casi
todo el nuevo munáo.

¿POCA TERCIARIA.

Llámase también cenoi^oica^ y parte del levantamiento de los Pi-


rineos, abrazando cuantos terrenos se han estratificado desde aquella
remota fecha, hasta que surgieron los Alpes principales. Consiste el
sello de esta época en el desarrollo de los mamíferos ordinarios , ó
«can monodelfos, y en la extinción de los reptiles acuáticos de tama-

* MoNLAU: Mineralogía, pág. 626.


444 HISTORIA NATURAL.

ño extraordinario que en la anterior hemos admirado; á estos su-


cederán en la presente mamíferos colosales, que le han valido el
nombre de época paleoíérica. La fauna de los terrenos cuyo ligero
examen abordamos, cuenta cerca de 17,000 especies, y la flora se
aproxima también á la presente. Bajo el punto de vista litológico, la
¿poca terciaria se caracteriza por calizas fcastas y de grano grueso,
duras, deleznables y por arcillas plásticas y materiales detríticos de
procedencias varias, incoherentes ó cimentados.
Hase dividido esta época en tres sistemas ó formaciones distintas:
eocénica (aurora), miocénica (media) y pliocénica (reciente) '; y aun-
que se admite que la época terciaria no ha pasado, sino que vivimos
en ella, se ha constituido con las formaciones recientes diluvial y
aluvial el sistema pospliocénico y la época cuaternaria; nosotros
(prescindiendo por el momento de los terrenos recientes) considera-
remos al único sistema de la presente época dividido en dos pisos.

SISTEMA PROTOCENO.

Bocénlco.—De £«>;, aurora; xaivó;, nuevo. Llámase también tercia-


rio inferior, numulítico y epicretáceo.
Carácter litológico.—Arenas, areniscas ó asperones, margas, pi-
zarras, pizarras calcíferas, yeso, calizas silíceas, calizas numulíticas,
calizas bastas y calizas con peces y plantas'. Como rocas subordina-
das hay abundantes criaderos de sal gema en Cardona (España), en
Moldavia y en Cracovia. La mayor potencia del piso es de 1,100 me-
tros de espesor.
Carácter paleontológico.—Aparición primera de los mamíferos
monodelfos, como el Arctocyon, Coryphodon, Lophiodon, Vesper-

* Los franceses principalmente, para quienes París y sus cercanías es


todo, y á quienes De Maistre compara en esto con los chinos, han forma-
do cinco pisos de esta época; pero hasta la fecha no han podido confir-
marse las divisiones y subdivisiones déla cuenca parisiense con datos gene-
rales. Para que no se nos tache de ligero innovador en la clasificación de
estos terrenos, véase cómo se explica el abate Hamard, á propósito del tan
celebrado piso plioceno: Nous nous demandons vraiment si cet étage exiS'
te quelque part neltement caractérisé; et s'il n'y aurait pos lieu de suprí-
mer de la serie des temps géologiques la periode correspondante qui, la me-
nte cu elle semble la mieux representée, peut encoré se confondre soit avec
la periode antérieure ou miocéne, soit avec ¡a suivante ou quaternaire. Es
precisamente lo que aquí se ha hecho. Véase L'homme tertiaire en La Re-
vue de questions scientifiques, 1879.
* Algunas de estas capas han dado origen á la formación del piso pari-
siense del plioceno, que ao está hoy justifícada.
GEOLOGÍA. 445

MÍO, y sobre todo el Paleoterio ffig. 458) , animal que por sus for-
naas, y probablemente por sus costumbres, presentaba mucha ana-

Fig. 4¡8. Paleolberíum magmon.

logia con el tapir americano. Su cabeza,grande, terminaba en trompa


corta, gruesa y musculosa; ojos pequeños como los del cerdo; cuerpo

Fig, ^59. Melania Cmieri. Fig. 460. Terebratula porrecla.

pesado y rechoncho; piernas cortas y macizas; pies de tres dedos un-


gulados, y cuyas tallas variaban según las especies, teniéndola un os
como la del caballo y otros como la de
la liebre. Entre los reptiles figura el ga-
vial, y entre los moluscos las melanias
ffig. 459), el ceritino fjig. 462) *, las te-
rebrátulas f^fig. 460), el ceriteo (fig. 463)
y entre los radiados las numulites
(fig. 461), tan propias de este piso. Ade-
más de las plantas indicadas en el piso
anterior, aparece también la encina.
España.—Dos grandes lechos pre- Fig: 461. Nimulita Puscbü.
senta este piso en España, aparte de

• Este gasterópodo, que se encuentra vivo en nuestros mares, es carac-


terístico de este piso.
44^ HISTORIA NATURAL.

diferentes manchones sueltos. Se extiende el primero desde Pam-


plona hasta las provincias de Gerona y Oviedo, siguiendo para-
lelo á los Pirineos; y el segundo desde Igualada hasta la frontera,

Ftg. 462. Cerytbinum giganieum.

paralelo á la costa. Las rocas que lo constituyen consisten princi-


palmente en calizas duras, numulíticas ó areniscas, y en conglome-
rados, que adquieren en Monserrat la altitud de 1,234 nietros ' .
Neogénico.—De vs'o;, nuevo; YSVSÓ, generación. Comprende los
sistemas miocénico y pliocénico de varios autores, con sus diíerentes
pisos.
Carácter litológico.—Los lignitos, las calizas de agua dulce, las
margas azules marinas, las margas rojizas, grises ó azuladas de agua
dulce, ciertos conglomerados y los depósitos de conchas llamados
falunes por los geólogos, son las rocas principales de la parte infe-
rior, ó más antigua de este piso, á la cual designan algunos con el
nombre de terreno miocénico, y de parisiense, molásico y falúnico.
La parte superior, ó más reciente, está constituida por depósitos i n -
coherentes de arenas, conchas rotas, travertino y margas azules: es
élplioceno de los autores, subdividido á su vez en crag (arenas y
conchas rotas), y subapenino. Espesor total del piso, unos 1,000
metros.
Carácter paleontológico.—Durante esta formación han aparecido
por vez primera, á lo que se cree, los insectívoros, los desdentados y
los paquidermos, muchos de los cuales viven hoy, mientras que
otros han desaparecido, y solo se conocen por los fósiles que halla-
remos en el sistema siguiente. Desaparecieron los dinoteriosffig. 463)
cuyos fósiles se hallan en este piso. Era un enorme proboscídeo,
que debía medir seis metros de longitud, á juzgar por la cabeza
encontrada en i836: tenía dos grandes colmillos, encorvados h a -
cia el suelo, y que le nacían en la mandíbula inferior. También

« Véase PALAU, Mineralogía, pág. 63», y AUÍERA, Cosmogoniay Geolo-


gía, pág. 197.
GEOLOGÍA. 447

'e hallan restos fósiles del mastodonte, parecido al elefante actual,

Fig. 46). Dinotheríttm giganteum.

aunque con la trompa más corta; de rinoceronte, el haliterio y otros


Oíamíferos: de peces, moluscos (fig. 464) y vegetales. Más de la mi-

Fig. 464. Pectén Jocobeus.

tad de los moluscos de este piso, y casi todos los vegetales, viven ac-
tualmente.
España.—Ocupa este piso un lugar muy importante en el cen-
tro de la península, en el mediodía y en el litoral del este. Los fó-
siles más importantes son conchas de gasterópodos y lamelibran-
quios.

ÉPOCA CUATBRNABIA.

Esta época, que acaso sea esencialmente continuación de la ter-


ciaria, es la época del hombre. Además de los caracteres litológico
448 HISTORIA VATURAL.

y paleontológico, que hasta el presente nos han servido de guía,


habremos de tener presente el carácter arqueológico, que dice rela-
ción á las obras de la industria humana, que yacen en depósitos y
cavernas contemporáneas. Solo tiene un sistema de estratos, el
deutoceno.

SISTEMA DEUTOCENO.

Al terminarse el sistema Protoceno y comenzarse del Deutoceno,


tuvo lugar en la tierra un descenso de temperatura, que la cubrió de
nieves por largo tiempo, y que, congeladas y consolidadas, han cons-
tituido lo que se llama en geología un glaciar. Estas masas inmen-*
sas, á causa de su propio peso y de la presión de las capas superiores,
corrieron como los ríos hacia la mar, aunque con mucha más len-
titud, arrastrando consigo enormes cantos erráticos que hoy se en-
cuentran aislados y muy lejos de los estratos ó grandes rocas á las
cuales debieron pertenecer. El glaciar de Aar, que se ve en Suiza,
avanza 71 metros por año, y se asienta como término medio que es-
tos depósitos de nieves congeladas sólo descienden uno ó dos centí-
metros por hora. Estos glaciares han impreso sobre las rocas que
les sirvieron de lecho á su paso huellas semejantes á las estrías, i
las superficies pulimentadas y álos canchales que los glaciares alpi'
nos contemporáneos dejan sobre los valles que los encajonan. He-
cho este ligero apuntamiento sobre la edad glacial *, pasemos al piso
del sistema.
Antrópico.—De ovOpoico;, hombre. También se llama Posplioceno.
Para mayor claridad, y á causa de su importancia, le dividiremos,
como la mayoría de los autores, en dos subpisos ó zonas : diluvial J
aluvial.
DILUVIAL.—Llámase así á los grandes depósitos fluviales ó mari-
nos, casi siempre detríticos, y cuyos caracteres paleontológicos y H'
tológicos son constantes en todos los países en que existe. Suele di'
vidirse en tres horizontes ó lechos: diluvium gris, loes , y diluvium
rojo.
I .* Diluvium gris. Carácter litológico.—Gravas, arenas, can-
tos arrancados de las laderas de las montañas vecinas, cubriendo las
llanuras y depresiones de las tierras. Aunque dicen algunos autores
que su altitud no es muy considerable, en las inmediaciones de Ma-
drid pasa de 600 metros, con un espesor de 21.
Carácter paleontológico.—Ocupa el primer lugar el mamut, ó

* LANDERER, Geología y Paleontología, pág. 62 y 208.


GEOLOGÍA. 449
«lefante de Siberia (fig. 465), de mayor corpulencia aún que nues-
^os elefantes, con una larga melena negra que se extendía á lo largo
«e su columna vertebral, con el cuerpo cubierto de lana crespa y ro-

Ftg. 46^. Elcpbas primigetiim.

)>2a, y con larguísimos colmillos (hasta de cuatro metros) encorva-


dos hacia arriba ; hanse encontrado restos de este proboscio en Vi-

Fig. 466. Megathtritm Cuvieri.

*4Ivaro (Madrid), Udias (Santander), y Olot; pero sobre todo en el


*¡orte de Europa. En la América se hallan los restos del megaterio
'fig- 466), del cual puede verse un hermoso esqueleto en el Museo
450 HISTORIA NATURAL.

de Madrid, que procede de Buenos-Aires. Este enorme desdentado


tiene los miembros anteriores algo más largos que los posteriores;
los pies de un metro de largos, y las uñas enormes. Ese leviatán de
las Pampas, como le llama un naturalista,*por su tamaño, análogo
al de los elefantes, y por su armazón grosera y pesada, no podía co-

P'g- 4^7- Mígalonix Jeffersoni.

rrer, ni saltar, ni trepar, ni abrirse una madriguera en el suelo; C*


la antítesis del pterodáctilo del sistema jurásico , y se alimentaba

Fig. 468. Cráneo del Vruu spodeiu.

de raíces. El mastodonte, hallado en Francia y en América; el tní'


galónix (fig. 467), herbívoro del tamaño de un buey, cuyas uña»!
GEOLOGÍA. 451

largas y encorvadas, le obligarían á caminar apoyándose en la parte


posterior del pie, como lo hace el perezoso. El milodón, con dien-
tes en forma de muelas, y talla parecida á la del rinoceronte. El me-
gaceronte, el caballo, la hiena, el rinoceronte, el hipopótamo, ti
oso (fig. 468), el reno, y algunos otros. Menciónanse también las
siguientes aves: el dronto, ave grande, corredora; el dinormis , que
ttiedía cuatro metros de altura; el epiomis, de Madagascar, en cu-
yos huevos caben de nueve á diez litros, y el apterix, del tamaño
*le un avestruz, con patas de gallinácea, sin cola , con alas impropias
para el vuelo, pico largo, y con plumas á manera de pelos.
Carácter arqueológico.—Divídese el piso antrópico en cuatro
edades, bajo el punto de vista de los objetos que revelan la industria
del hombre: 1.", Paleolítica, ó de IÍpiedra tallada,(\\ie corresponde
al subpiso diluvial; 2,", Neolítica, ó de la piedra pulimentada, que
corresponde á la primera fase del subpiso aluvial, en la cual predo-
mlrjaban los animales salvajes; 3.', Céltica, ó del bronce; y 4.', del
''íe^ro. Durante estas dos últimas edades, los animales domésticos
actuales predominaban sobre los salvajes. Encuéntranse en el dilu-
vium gris sílex tallados de diversos modos; pero, por punto general,
en forma de hacha amigdaloide (como una almendra, fig. 469), que

Fig. 46^. Hacha de piedra tallada.

creen algunos sea prueba de la existencia dtl hombre en esa fecha.


*^Q España se han encontrado estas supuestas hachas en el diluvium
Brisde San Isidro (Madrid), á 18 metros de profundidad. En el mls-
''''o terreno, tanto en Moulin-Quignon (Francia) como en Torrecilla
"s Cameros (España), se han encontrado los primeros restos huma-
dos, consistentes en mandíbulas'. En Puntarró (Castellón) encon-

* Nada hemos dicho, al describir el piso neogénico del pretendido


hombre terciario del abate Bourgeois y de otros, porque las pruebas son
'Ottuy débiles. Por lo demás, la Época terciaria es por excelencia la de los
Simales terrestres, y parece corresponder al dia sexto de Moisés: si el hom-
452 HISTORIA NATURAL.

tro en 1881 un hombre fósil el presbítero Sanz , que fué reconocido


como de estos terrenos por el Dr. Uldecona, compañero del infati-
gable presbítero Sanz.
2.° Loes.—Carácter litológico.—Es un depósito de cieno calizo,
arcilloso ó arenáceo, desprovisto de grava, de color amarillento, que
suele hallarse sobre el diluvium gris, y que llegaáioo metros de
espesor en algunos casos.
Carácter paleontológico.—^s el más importante el que resulta
de los huesos del reno, Cervus tarandus, por el cual se ha llamado
edad del reno á este terreno. También se encuentran restos de ma-
mut y conchas de hélices, y otros moluscos que viven en nuestros
días.
Carácter arqueológico.—Son de m u y escasa importancia las
piedras talladas, que, encontradas en Madrid y en algún punto de
Alemania, se atribuyen á este horizonte.
3." Diluvium rojo.—Carácter litológico.—Depósito compuesto
de fragmentos de cantos rodados, empastados en arcillas ó margas
de color rojizo.
Carácter paleontológico.—Tómase para esta formación de las
cavernas huesosas. Levantando la capa de estagmitas y profundi-
zando hasta el horizonte del diluvium gris, entre gravas, cantos ro-
dados y cieno, encuéntranse huesos de oso, hiena, gato, ciervo,
buey, rinoceronte y elefante. Sobre esta capa descansa otra de cieno
margoso loes, con restos de caballo, buey y jabalí, algunos de ma-
mut, oso y hiena, y muchos de reno. Finalmente: el piso superior,
que es el diluvium rojo, compuesto de arcillas, arenas y margas,
sólo ofrece restos de animales actualmente vivos; nada que perte-
nezca á los mamíferos extinguidos.
Carácter arqueológico.—Encuéntranse en las citadas cavernas
algunos objetos cerámicos, cuchillos , hachas, martillos y otros ins'
trumentos de piedra tallada, algo más perfeccionados.
Observación. «Llegados á este punto, dice Landerer, y bien
convencido el lector de que el relleno de las cavernas y la formación

bre no vivió en ella, pudo haber vivido perfectamente, sin que el clima oi
la Biblia se opongan en lo más mínimo. LQ que faltan hoy para afirmarlo
son hechos claros. Para conocer las razones del abate Bourgeoís, véase la
Rofue des Questions Scientifiques, 1877, y un trabajo del abate Hamard, en
a misma Revista, 1879 También mi amigo el Sr. Catalina García ha re-
sumido estos y otros trabajos en su folleto El hombre terciario.—Véase, ade-
más: Chabas, Eludes sur l'antiquité historique, y Les Eludes prehistori'
ques et la Ubre pensée devant ¡a science;—Víctor Meunier, Les anécetres
rf'Arfawt;—Zaborowski-Moindron, De l'Ancienneté de rfiomme;~MaTÍa de
Carranrais, taludes sur les orígenes;—Revue des Questions Historiques,
\Sjo;—Revue de France, 1875.
GEOLOGÍA. 4$ 3

«el diluvium son dos hechos correlativos que han ocurrido dentro de
l n mismo momento geológico, se preguntará tal vez: ¿Qué causa físi-
ca ha intervenido en la producción de estos fenómenos? ¿Qué inun-
dación , qué diluvio ó qué trastorno en el equilibrio de las aguas les
"3 permitido residir sobre los continentes, barriendo las llanuras y
*as laderas de las montañas, y depositando los sedimentos que llevan
el nombre de diluvium?»
Esperemos que la geología avance unos pasos más, á fin de que
Una exposición científica, hoy incompleta, del primer capítulo del
Génesis, nos diga si estos hechos son ó no el más elocuente de los
comentarios al capítulo vii del mismo libro '.
AxuviAL. Carácter iilológico.—Bajo la denominación de alu-
vial ó terreno moderno, se comprenden todos los depósitos de la
actualidad. Los aluviones fluviátiles y lacustres, la turba de los pan-
anos y desembocaduras de grandes ríos, el humus, las rocas é islas
niadrepóricas, las playas de arenas y guijarros, los derrumbamien-
tos (argayos de los asturianos) de las montañas, etc.
Carácter paleontológico.—Todos los restos que en este subpiso
reencuentran, pertenecen á especies que viven en la actualidad.
Carácter arqueológico.—Comprende las edades neolítica ó de
la piedra pulimentada, del cobre y del hierro, llamándose impro-
piamente á la primcTa prehistórica, é histórica á la segunda. En el
cap. IV del Génesis se dice que Tubalcain fué artífice en trabajar
"C martillo toda especie de obras de cobre y hierro ; y mil años des-
pués, Josué hizo cuchillos de piedra para circuncidar al pueblo; cu-
chillos que, según los Setenta, fueron puestos en la tumba del cau-
dillo, y allí encontrados y reconocidos en 1870 por el célebre hidro-
geólogo abate Richard V Ambos tiempos son históricos, con la
circunstancia de que el hierro y el cobre son más antiguos que la
piedra. Hoy mismo hay pueblos que se sirven de utensilios de pie-

' El abate MAUPIED, BEUDANT, CONSTANT PRÉVOT, BLAINVILLE, MOIGNO


y otros, sostienen que el diluvio bíblico, perfectamente probado por otro
Renero de argumentos, no tiene ni en pro ni en contra argumentos geológi-
cos, porque su duración breve y la manera con que Dios le llevó á cabo
Uo le han permitido dejar señales duraderas en las capas que forman la
corteza terrestre.—El abate LAMBERT, por el contrario, pretende que la
'Ormación del diluvium gris se debe al diluvio de la Biblia; empero sus
explicaciones sobre la cronología y sobre la sucesión de este último cata-
clismo no nos parecen aceptables teológicamente consideradas.—Vossius
y UELUC sostienen que el diluvio de Moisés fué parcial. Pueden verse ade-
Wáí las teorías de Juan de Estíenne en la Revue de Questions Scientift-
« « « , i88i.
• Véase al abate MOIGNO, Les Splendeurs de la Foi, tomo m,pág. 1195.
454 HISTORIA NATURAL.

dra, y que apenas conocen los metales, y menos la metalurgia. Di-


remos, no obstante, algo sobre los principales yacimientos de los
restos de esas tres supuestas edades.
El/ara<íero(Kjokken-moddings), junto á Dinamarca, cueva con
conchas de diferentes moluscos mezclados con huesos fracturados,
cerámica de grosera fabricación, cenizas, carbones, útiles de hueso
y asta, hachas y cuchillos de piedra, afiladas por el frotamiento.-"
Los palafitos, 6 habitaciones lacustres, de las cuales se conservan lo*
pilotes que las sostenían, y en cuyo derredor se encuentran sierras,
cuchillos, puntas de flecha, bruñidores, hachas y martillos, todo de
piedra. En las turberas, aparte de huesos de animales, se encontra-
ron canoas, vasos de tierra cocida al sol, hachas de piedra y algún
objeto de bronce. —Los monumentos megalíticos, antiguos enterra'
mientes, que, según su construcción, se llaman dólmenes, túmulos,
madorras, etc., y que se hallan en España y norte de Europa. Eo
ellos, con las cenizas calcinadas de los finados , se hallan objetos d*
pedernal, cerámica, bronce y hierro.
Formaciones de este subpiso.—Distínguense comúnmente cinco:

Fig. 470, Isla nudrepórica del Pacifico.


La madrepórica (fig. 470), que comprende las islas, bancos, arrecí'
fes y escollos formados por los corales, madréporas y otros zoófito*
análogos.—La turbal, formada por la aglomeración de plantas qU*
crecen en los pantanos, y conocidas entre nosotros con el nombf^
de tremedales.—La detrítica, procedente de los detritus ó fragmentos
que el aire disgrega de las rocas para formar las tierras vírgenes, lo*
arenales fijos ó movedizos', los canchales y berrocales.—Las acuosa^*
ó aluviales, debidas á los despojos más ó menos gruesos que á sU
paso dejan las corrientes de las aguas, como los deltas, alfaques, ban-
cos, barras, playas.—La tobar, roca caliza que debe su origen á '*
sedimentación de las aguas dulces ó saladas.

' En 1878 hemos sufrido por espacio de algunos minutos una abufl'
dante y menuda lluvia de arena en la costa de Arabia.
GEOLOGÍA. 455

GEOGENIA.

La Geogenia, de 7^, tierra, y ^éveaií, nacimiento, es aquella parte


«ela Geología que se remonta al conocimiento, ó á la investigación,
cuando menos, de las causas más ó menos lejanas que han debido
producir el estado actual de nuestro globo. ¿ De dónde viene la tie-
rra? ¿Cómo ba principiado? ¿Ha tenido en todo tiempo la figura, el
•specto y la consistencia que hoy tiene? ¿Ha estado siempre pobla-
da de plantas y animales ' ? Para responder brevemente á estas cues-
tiones, dividiremos este trabajo en tres secciones : la de los tiempos
^cosmológicos, la de Jos tiempos geológicos y la de Jos tiempos kisto-
ftcos. Abraza la primera sección desde la creación de la materia
hasta la formación de la tierra; el segundo hasta la creación del hom-
bre, y el tercero hasta nuestros días.

TIBMPOS COSMOLÓGICOS.

LA BIBLIA y LA CIENCIA.

En el principio crió Dios el cielo f la tierra, es decir, por Un acto


•ostantáneo de su omnipotencia, llamó del no ser al ser toda la masa
de materia ponderable (la tierraj é imponderable (el cielo), que
constituye el universo. Este es el principio de toda la ciencia cosmo-
l^ica, como lo han confesado Newton, Leibnitz, Gassendi, e t c . ' .
La tierra empero estaba informe j - vacía, y las tinieblas cu-

* El estudio del origen de la vida sobre la tierra se llama Biogenia, y


*e divide en Filogenia, Zoogenia y Antropogenia, según que trate de la
Vida de los animales ó del hombre.
* Con la creación comenzó el tiempo La palabra shamain, cielo,
«odica una cosa sutil, aérea y delicada como el éter; y la palabraérets, tie-
f'^, significa una cosa grosera, baja, material y pesada, como la materia
ponderable. Claro es que Moisés no se refiere al cielo y tierra actuales, que
fueron producidos más tarde.
La materia imponderable, llámese éter, cielos, ó como se quiera , es
•iempre la misma, según la teoría dinámica y los datos de la ciencia. Oiga-
naos á Santo Tomás, cuya angélica inteligencia descubrió esta verdad
hace más de seis siglos : Aristóteles autem primus.... posuit coelum esse
qointam essentíam sine gravitate et kvítate, et alus contrariis, ut patet in
4$ 6 HISTORIA NATURAL.

brían la superficie del abismo. La materia ponderable (la tierra) se


hallaba diseminada por el espacio, sin cohesión, sin movimiento, sin
configuración alguna y sin límites que deslindasen unos cuerpos ele-
mentales de los otros. Sobre ese caos incoherente de la materia cós-
mica, sobre ese abismo sin fondo, sobre esa inmensidad invisible
reinaban unas tinieblas, una inmovilidad silenciosa, un reposo ab-
soluto.
El estado actual de las ciencias enseña que la luz y el calor son
efecto del movimiento de los átomos etéreos, por manera que do-
quier haya luz y calor ha de haber necesariamente movimiento,
y, por el contrario, el frío y la oscuridad responden como un eco^
la inmovilidad de la materia. Por eso Moisés usa de la palabra he-
brea hóschék, que significa no sólo tinieblas, sino oscuridad, que
procede de la falta de movimiento, del reposo, del silencio. La ma-
teria, después de la creación, permaneció algún tiempo en reposo,
acompañado de tinieblas y de frío glacial; y como no había reci-
bido aún todas las formas accidentales, por más que no haya sido
llamada á la existencia bajo una forma única ' , se hallaba confun-
dida entre sí y con el éter, que sólo puede vibrar y circular, supuesta
la distinción de los seres. Tal es la idea científica que podemos for-
marnos hoy del caos primitivo de todas las tradiciones.
Empero la materia no basta para la explicación de los fenóme-
nos del universo; necesítase además la /i/erfa, de la cual aquella
carece, porque en sí misma es inerte. ¿ De dónde le vienen, pues, los
movimientos moleculares, los movimientos físicos, los movimientos
astronómicos y los movimientos vitales con que se presenta engala-
nada? De que Tyndall, Büchner y Moleschott no la hayan encon-
trado sin movimiento, no se deduce que éste le sea esencial é inse-
parable, ni aun siquiera que con la ayuda de instrumentos ópticos
más poderosos que los actuales, no llegue un día en el cual se desco-

primo Coeli et Mundi, et propter effícaciam rationum ejus, posteriores


philosophi conseaseruat sibi: unde nunc omnes opinioacm ejus sequuO-
tur.... Et ideo hanc positionem sequens (la de Aristóteles y San Dionisio)
dico quod coelum non est de natura quatuor elementorum, sed est quiO'
tum Corpus. Lib. u, Sententiarutn, dist. 14, c. 2. El texto, que se atribuye
á Aristóteles, puede verse en ARDUIN, Cosmogonie, pág. 430, not. 2: Parí*»
1881. Aunque Santo Tomás hubiera tenido conocimiento de los fenóme-
nos de la polarización y difracción de la luz, y de los experimentos en qoe
descansa la teoría de las ondulaciones, no tendría que añadir nada á la ex-
plicación cosmogónica que nos ha legado.
• SAKTO TOMAS: Sum. Teol., i p., c 66, a. 1; TOLOMEO de Luca: O. ?•»
Exaemeron: Sena, 1880, pág. 29. La materia era accidentalmente ii^
forme.
GEOLOGÍA. 457
.' ora la materia cósmica, como hoy se descubre la materia nebu-
losa. De todos modos, el problema no es puramente experimental,
sino ontológico, y Santo Tomás de Aquino, con todos los escolás-
ticos, y con los naturalistas y sabios modernos Newton, Copérnico,
Kepler, Galileo, Descartes, Leibniíz, Euler, Charke, Cauchy, Am-
P«re, Herschell, Würtz, Gubler, Hirn, el P. Secchi, Carpenter y cien
^ á s , sostienen que el movimiento ha sido inicialmente comunicado
« la materia, por una causa inmóvil, distinta y superior á la misma.
Y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.—Como la tierra
y la mar fueron producidas más tarde, claro es que Moisés no habla
3qin ni de las aguas de la mar, ni de las nubes, sino de aquella mA-
tcria primitiva, en estado caótico y fluido, que á causa de su invisi-
bilidad es llamada aguas ; y sobre ella, cual sobre un óvulo miste-
rioso de donde ha de salir este mundo hermosísimo, incubaba el
espíritu de Dios, comunicándole in actu primo la fuerza de que ca-
""ccía en su origen. Mas claro : la materia ponderable y la materia
imponderable (la tierra y el cielo), creadas por Dios en el prjncipio
"cl tiempo, estaban confundidas, y mezcladas, y difundidas por el
espacio; ningún movimiento se manifestaba en esa masa absoluta-
líente negra y fría; empero bajo la acción fecundante del Espíritu
de Dios, se inoculaba en ese caos una fuerza prodigiosa y se prepa-
raba en su masa un trabajo todavía imperceptible. Ya tenemos ma-
teria y fuerza, y la revelación al mismo tiempo de dos augustas per-
sonas de la Trinidad Beatísima : la omnipotencia de Dios que crea,
y la virtud del Espíritu Santo que comunica la fuerza á la materia
Uamada á la existencia. Veamos cómo el Verbo Eterno de Dios hace
pasar esa fuerza al acto segundo, imprimiéndole el movimiento.
Dijo, pues, Dios: Sea hecha la lu\. Y la lu:{ quedó hecha.—
La materia cósmica había recibido, bajo la incubación divina, un
elemento dinámico, cuyos efectos, cuyo segundo acto no se revela-
i'an a ú n ; empero una tensión enorme esperaba solamente circuns-
^ncias favorables para manifestarse en fenómenos mecánicos de una
intensidad proporcionada á esa energía acumulada en el seno déla
Materia. El Verbo divino interviene en esa escena sublime; la Inte-
ligencia inñnita, la Sabiduría sin límites abre la válvula que aprisio-
na aún la fuerza en el seno del abismo tenebroso, y en las profundi-
dades de la inmensidad caótica resuena la palabra eterna, á cuyo
*co responderán los mundos : ¡HAYA LUZ! Y HUBO LUZ '. El sol hizo

* SANTO TOMÁS : Sum. teol., i .* p., c. LXVUI , a. 3.


* Esta frase sublime, como la llamó el pagano Longino, ha causado
profunda admiración en todos los pensadores, sin que la música ni la poe-
•ía se hayan atrevido jamás á traducirla. Rafael le consagró su más her-
niosa obra en una de las logias del Varicano: Dios aclarando el caos.
458 HISTORIA NATURAL.

SU primera aparición en el día cuarto, y esta luz, que Santo Tomás


Ilatna lu:{ informe del sol y de la propia sustancia de este astro,
puede explicarse racionalmente por los datos que suministra la teo-
ría dinámica. La luz y el calor resultan del movimiento de la mate-
ria; no hay movimiento sin calor, motus est causa caloris, se dcc»
ya en la escuela; y el calor, elevado á determinado grado, produce
siempre luz; de manera que las palabras luz, calor, movimiento, Y
acaso también el magnetismo, la electricidad y la atracción, no sean
otra cosa que manifestaciones diversas del mismo principio. La pa-
labra de Moisés: Haya lu¡{, puede muy bien traducirse por esta
otra: Haya movimiento. «Entiéndese por luz, dice Santo Tomás,
lo que nos manifiesta un objeto, según cualquier género de conoci-
miento ' ; y como la materia fué creada en un principio con forma
sustancial, aun cuando se admita que existió algún tiempo informe
en cierto sentido, recibió después otras formas accidentales, y fué 1*
primera la de luz '.
Haya ¡u:{. Á esta ordenación divina, la materia pasa del estado
estático al dinámico, revelándose un movimiento inmenso en el sen©
del tenebroso caos, excitándose en su masa obediente vibraciones aC
maravillosa energía y de velocidad prodigiosa, que se cruzan y sc
cortan y chocan, y hacen que las formas indecisas de la creación
primordial sean sustituidas por figuras regulares, geométricas y a*
brillantes facetas, con movimientos peculiares, propiedades caracte-
rísticas y peso determinado. Al frío sucede el calor ; á las tinieblas,
la luz, efectos una y otro del movimiento, y que tenues acaso, é in-
sensibles en los comienzos, como nuestras nebulosas, fueron cre-
ciendo hasta iluminarse el caos é indicarse acá y allá, en su masa
informe, los centros del mundo que han de ocupar más tarde los
soles y los planetas.
Resulta de estas ligeras indicaciones :
1." Que la materia fué creada por Dios, en el principio del tiem-
po.—£a creación. Creavit.
2.° Que la fuerza es distinta de la materia : en lo cual están con»
formes la ciencia y la Biblia.—La infusión de la energía, ó incuba-
ción de la materia. Ferebatar snper aqnas.
3.° Que el movimiento que hoy existe en el mundo y se mani-
fiesta en todos los fenómenos de la naturaleza, procede de una i m -
pulsión dada por Dios á la materia primordial.—Impulsión 6 pro-
ducción del movimiento, piat lux. Tres cosas esencialmente distin-
tas ; tres importantísimas revelaciones de la Biblia, que, atribuidas á

* Sum. leol., !.• p . , c. 67,a. i."


• Loe. cit. , 3 . 4 . "
GEOUWÍA. 459

l»s tres personas de la inefable Trinidad, proyectan luz esplendorosa


en los senderos, hoy, y acaso siempre, oscuros de los orígenes del
•nundo '.

LA BIBLIA Y LA HIPÓTESIS.

Vamos á resumir los fundamentos de la teoría astronómica y cos-


mológica, más notable y más racional de cuantas se han excogitado
hasta hoy para explicar el origen del universo : la teoría de Laplace,
llamada por Vigouroux epopeya científica *. Es una mera hipótesis,
^ue ni está en contradicción con el Génesis, ni tampoco está por él
Confirmada.
Las nebulosas.—Fueron descubiertas por Herschell, quien las
«ividió en reducibles é irreducibles : estas últimas son soles en for-
jación, y de su observación se deduce :
!•" La nebulosa está formada de una materia muy enrarecida,
es informe, es decir, no tiene configuración determinada, poco lu-
•Binosa, y ocupa un espacio muy grande, atendida la cantidad de
*u masa.
2." Á medida que se condensa, se observan en ella puntos más
orillantes, que se convierten en centros de atracción, núcleos, uno ó
Varios, hacia los cuales se aproxima más y más la materia.
3.° A medida que esta condensación se efectúa en torno de los
núcleos, la materia se divide en otras tantas masas cuantos eran
'quellos puntos luminosos ó centros, resultando otras tantas nebu-
losas.
4.° La nebulosa tiene un movimiento da rotación sobre su eje,
y lo propio sucede con las nebulosas desprendidas de la principal
después de su separación.
5." La nebulosa se redondea con el movimiento, disminuye su
Volumen y toma la figura lenticular, conforme al experimento de
PUteau. A medida que el movimiento de rotación se acelera, la luz

' Á cuantos nos digan con Huxley que la Biblia retrocede ante el pro-
greso contemporáneo, podríamos muy bien demostrarles que la Biblia sigue
y seguirá yendo delante. Los Santos Padres jamás han estado conformes en
'a exposición de los detalles de la creación, ni aunque lo estuvieran, pudiera
nadie objetarnos esa unanimidad, que sólo es obligatoria cuando se refiere á
la/«y á las costumbres, como han declarado los Concilios Trideatino y
Vaticano, y enseñan Santo Tomás, Cano, etc. Véase sobre esta materia el
importante estudio del presbítero VIGOUROUX, La Cosmogonie biblique
^aprés les Peres de l'Eglise.
* Esta teoría fué iniciada por Kant( 1754), ampliada por Herschel (1784)
y perfeccionada por Laplace (1796).
460 HISTORIA NATURAL. .

aumenta y la materia se contrae : se forman anillos en su zona ecua-


torial, que á su vez se condensan alrededor de sus puntos luminosos
(núm. 3), hasta que los anillos se rompen , y forman por la conden-
sación otros tantos soles ó estrellas. Así pasan las nebulosas irredu-
cibles al estado de reducibles. La fig. 471 representa esta última fase
de una nebulosa actual '.

Fig. 4yi. Idea de una nebulosa reducible.

Hipótesis de Laplace.—Supone el ilustre matemático que nuestro


sol fué una nebulosa, como las que hoy existen, y que ocupaba todo
el espacio que se extiende desde el sol hasta neptuno. Su masa ga-
seosa en rotación formó un núcleo central en virtud de la atracción
de la periferia hacia el centro; empero las partes más separadas de
este centro, menos atraídas por su gran distancia, por la mayor ve-
locidad del movimiento y por la fuerza centrífuga, acabaron por se-
pararse, formando un anillo ecuatorial gaseoso (como los anillos de
saturno), que continuó girando en torno de la nebulosa en virtud
del impulso recibido. Como este anillo no era homogéneo en todas
sus partes, formáronse nuevos centros de atracción allí donde la ma-
teria era más densa, y precipitándose hacia ellos las partes gaseosas
del mismo, éste se rompió, y se produjo una solución de continuidad
en el anillo. Entonces esta nueva nebulosa se alargó, y tomó la
forma de huso, que hoy se observa en algunas de ellas (fig. 472);
mas continuando la atracción, el huso cósmico se redondeó, adqui-
rió movimiento de rotación sobre su eje, en virtud del impulso pri-
mitivo, al mismo tiempo que continuó girando en torno del núcleo
central de la nebulosa, de la cual formó parte. Así, la nebulosa des-
prendida, gaseosa en un principio y luego incandescente, llega al
máximum de su calor y de su luz, es una estrella; mas luego se os-
curece, se solidifica y pasa á la categoría de planeta.

Este resumen está en parte tomado de ARDUIN, Cosmogonie, pág. 3i7'


GEOLOGÍA. 461

Del primer anillo déla nebulosa solar supone Laplace que se


Ormó neptuno, del segundo urano, y así sucesivamente hasta
Oiercurio, comprendiendo por supuesto la tierra. Los satélites deben

Fíg. 412. Nebulosa de los perros de caza.

*U origen al anillo desprendido de los planetas que hoy les sirven de


centro inmediato de atracción. El sol conserva aún su calor y su
*''z, aun cuando se hayan apagado los planetas que de él se des-
prendieron, porque la masa del sol es mucho más considerable. La
'Una, desprendida de la tierra, debió enfriarse antes que ésta, por
'*r cuarenta y nueve veces más pequeña, y esto se corrobora por sus
Volcanes apagados y su carencia absoluta de agua y de atmósfera,
í^especto á la tierra, es opinión admitida generalmente que ha pa-
**do por un estado incandescente, y que su pirosfera tiene aún hoy
''Oa temperatura muy elevada, causa y origen de los volcanes, aguas
termales, etc.
La hipótesis que acaba de verse, puede aplicarse á la formación
^ todo el universo; bien haya establecido el Señor un solo centro
^e atracción en la materia cósmica, del cual se haya desprendido la
•nebulosa de nuestro sol con todos los astros que forman su cortejo;
° bien haya habido desde los comienzos diferentes centros. La pri-
''íera de estas suposiciones nos parece más grandiosa y más adecua-
*** para dar razón de la unidad actual del mundo ' y del movimien-
to propio que se ha observado en las estrellas.
Coacordaneias.—El/^/ lux del Omnipotenteimprimió á lá nebu-

Santo Tomás, Sum. teol., i.* parte, c. XLVII, a. 3.'


462 HISTORIA NATURAL.

losa primordial el movimiento de rotación que va á ser origen de


todos los fenómenos cósmicos. Consecuencia de ese movimiento ro-
tatorio habría sido la formación de los sistemas estelares, por la sub-
división de la esfera total en anillos, y de éstos á su vez en nuevas
nebulosas y en estrellas. A medida que los núcleos se condensaban
por la agrupación hacia ellos de la materia ponderable, única qu^
obedece á las leyes de atracción, y se hacían luminosos por la vi-
bración del éter que contenían, se separaban unos de otros esos
centros, no quedando en los espacios intermedios más que el éter,
ó materia imponderable, que, como no vibra donde no hay materia
ponderable, permanecían absolutamente oscuros y tenebrosos*. I^
vio Dios que la lu^ era buena; y dividió la lu^ de las tinieblas. La
nebulosa se condensó y comenzó á brillar con luz popia ; los espa-
cios intermedios entre el anillo que dio origen al sol y la nebulosa
primitiva, ó entre unas nebulosas y otras, permanecieron oscuros,
porque el éter no vibraba en ellos.
A la lu:{ la llamó día y d las tinieblas noche ;y de la tarde y de
la mañana resultó el primer dia.=Este día no puede ser como los
posteriores señalados por el sol desde el día cuarto, aunque sí indica
un período cósmico de tarde y mañana, de luz y de oscuridad qu*
se suceden. Al principio toda la materia era oscura y tenebrosa:
primera tarde; luego el Espíritu de Dios infunde la fuerza, su Ver-
bo la pone en acto por el incíahlcfiat lux, y la luz aparece en el
seno de la materia caótica: primera mañana. La materia se divide
por el movimiento de rotación, focos de luz aparecen acá y aculW
en el cielo, separados por intervalos oscuros: la luz se separa de las
tinieblas, y podemos saludar la nebulosa que será mas tarde nues-
tro sol *.
Los días genealacos.—Evidentemente la luz á la cual el Creador
impone nombre, es la misma que hemos visto salir del caos, el fulgor,
cada vez más resplandeciente, engendrado por las vibraciones del éter,
poríM inmutación intencional, como dice Santo Tomás; las tinieblas
son la oscuridad que era resultado necesario del estado de reposo
de
las moléculas de la materia primordial. Al dividirse la materia, resul-
taron fotosferas luminosas, y espacios internebulares oscuros. La pa-
labra ióm significa ciertamente día natural, y por extensión período
y luz, como en español; no se nos objete, pues, diremos con el Padre

• El éter no es la luz, sino el medio de su trasmisión. La ciencia da hof


la razón á Santo Tomás, Sum. Teol., 1.* p., c. LXVII, a. 2." y 3."
* Desechamos la idea de que esa luz primitiva fuera una aurora borea¡
ú otro fenómeno análogo. La ciencia lo rechaza, y con ella SANTO Touksi
Sum. teol., I .* parte, c. 67, a. 4 ad tertium.
GEOLOGÍA. 463

Monsabré, O. P. ', que es un dogma de fe que Dios hizo el mundo


«n seis días de veinticuatro horas. La Iglesia nada ha definido, y
sobre este punto ha dejado siempre ancho campo á todas las inter-
pretaciones, que pueden reducirse á cinco ' , y de las cuales es hoy
más corriente Ja que sostiene que esos días son períodos indetermi-
nados, ó cuya duración desconocemos. El estado de la ciencia acon-
seja esta interpretación, autorizada por diferentes pasajes déla Biblia
y por la significación etimológica de las palabras del texto sagrado.
t)ios, ciertamente/"«íío crearla tierra en el estado de vetustez
<iue hoy presenta y enterrar en su corteza la inmensidad de fósiles,
que aparecen producidos la víspera y antevíspera de la formación
del hombre, sin que entre ellos se encuentren restos, huellas ni se-
ñales que atestigüen la presencia del rey de la creación; empero la
ciencia demuestra que la corteza terrestre pudo llegar al estado que
"Oy presenta por efecto de las solas leyes naturales, suponiendo que
aquellos días son épocas de duración desconocida, pero larga. La
biblia autoriza esta exégesis, ya por la diferente acepción que en

' Con/erences de Nótre Dame de Parts, 1875. La génesis du monde.


El mismo autor había dicho: Bien qui nous ne pouissions pas suivre Saint
Jhomas dans toutes les explications qu'il a données de l'oeuvre des six
)Ours, nous ne laissons pas de reconnaítre le mérite de ees explications. Le
grand docteur était au courant de toutes les sciences de son temps. Mathe-
roatiques, physique, astronomíe, anatomía, médecine, aichimie, ríen ne
lii était étranger. Nul doute que, s'il eút vécu de nos jours, il eút su
níetire son grand génie d'accord avec les nouvelles dtcouvertes, et nous
donner un héxameron qui peut-étre léverait bien de difficultés dont nous
<íherchons encoré la solution.—No es ciertamente apartarse de Santo Te-
nias el abandonar alguna de sus interpretaciones literales por practicar los
consejos que ha inculcado con insistencia.
* Estas cinco interpretaciones son las siguientes: i." La de San Agustín,
*iue se inclina á la creación simultánea y los días alegóricos. 2.* La del
teólogo alemán y protestante Kurtz, según el cual los días genesíacos sólo
indican las impresiones subjetivas de Moisés, sin relación con la verdad ob-
lativa. Es una explicación temeraria por lo menos. 3." La de Buckland,
geólogo inglés, que supone una larga época después de la creación, segui-
da de seis días genesíacos de veinticuatro horas. Es el sistema aceptado por
*I cardenal Wiseman, poco conforme con la Biblia, con la ciencia y con
'JOa reciente definición del Concilio Vaticano. 4." La estrictamente literal,
ó de los días de veinticuatro horas, que fué aceptada por muchos Santos
«'adres y algunos sabios modernos, entre ellos nuestro ilustre Galdo. De-
cimos estrictamente literal, porque si Santo Tomás llama interpretación
literal á la de San Agustín, con mayor motivo merece este nombre la quin-
fa de días periódicos ó épocas indeterminadas, que hemos aceptado con
Meignan, Kernaíret, Pianciani, Valroger, Reusch, Gainet, Vigouroux,
Hamard, Pioger, D'Estienne, Nicolás, Arduin, Perujo,etc., etc., etc.
464 HISTORIA NATURAL.

ella tiene la palabra ióm, signifícando día, período y luz; y ya tam-


bién porque la palabra traducida tarde, signiñca confusión, y la
traducida mañana, división Dios obra sobre la materia aún confusa
y desordenada (tarde), y el resultado de esa acción inefable es un
paso más en la distinción de los seres ó en el ornato del universo
(mañana), y un nuevo día ante la presencia de Aquel para quien
mil años son como el día de ayer que ya no existe ',
Santo Tomás de Aquino expone las diversas y hasta contrarias
interpretaciones que se daban en su tiempo, sin abrazar claramente
ninguna de ellas. «La de los días, dice, es más común y parece más
conforme á la superficie del texto sagrado, pero la otra (la de San
Agustín) es más racional y defiende mejor el texto sagrado de las
burlas de los infieles, lo que se ha de tener muy en cuenta, exposi-
tando siempre la Santa Escritura de manera que se eviten esas befas.
Aunque esta última más me place, sostengo u n a y otra, y paso alas
objeciones'. «Según unos y otros, añade, en la primera produc-
ción de las cosas existía la materia bajo formas sustanciales elemen-
tales, y convienen también en que en esa primera producción los
animales y las plantas no existieron en acto. Queda en pie, no obs-
tante, la disidencia en cuatro puntos : i.°, según algunos Santos,
después de la primera producción de la criatura, hubo algún tiempo
sin que existiese la luz ; 2°, ni estaba formado el firmamento; 3.", la
tierra estaba cubierta por las aguas ; 4,°, y no habían sido formados
los luminares del cielo. EsWs cuatro cosas no se concilian con la
doctrina de San Agustín. Para no prejuzgar una ni otra hipóte-
sis, etc.'.»—La interpretación de esta página sublime é inspirada
dependerá siempre del estado de las ciencias, sin contradecir jamás á
ninguna verdad demostrada.
La nebulosa terrestre.—La nebulosa solar, desprendida, como
hemos visto, de la nebulosa primitiva, viaja por el seno del espacio
poblado ya de otras nebulosas, que serán más tarde estrellas. Toda*
brillan, todas lucen, mas su fulgor no será bastante intenso, para
descubrirlo á simple vista, hasta al día cuarto. Aquella nebulosa,
destinada á ser el centro de nuestro sistema planetario, describe un
radio inmenso y aún desconocido en torno del núcleo central del
universo, y dotada al mismo tiempo de rotación sobre su eje, toma
la figura esferoidal ó lenticular. El calor y la luz de su núcleo crecen
por grados; la materia de su periferia, menos atraída por el centro,
se acumula en la zona ecuatorial y forma un anillo que se desprende

* Mille anni ante occulos tuos tanquam dies hesterna quae praeterUt,
Salmo Lxxxix, vers. 4.
» Lib. JISenient., dist. xij, c- i, a. 2.
* Sum. teol, I." parte, c. 74, a. 2.
GEOLOGÍA. 465

«le aquel sol (gigantesco aún por lo enrarecido), y se rompe y se


condensa, y se convierte más tarde en el planeta neptuno. Otros
anjllos abandonan por la misma ley el centro solar, y de ellos se for-
njan los demás planetas. La tierra es el sétimo hijo del sol, y pasando
por los mismos estados primordiales de gas, calor, luz, condensación
y enfriamiento, llega lentamente al estado actual. Tal es la hipótesis
«e Laplace. Oigamos ahora á la Biblia.
I^ijo asimismo Dios : Haya una extensión en medio de las aguas,
9«e separe unas aguas de otras. É hi^o Dios el firmamento, j - separó
<w aguas que estaban debajo del firmamento de aquellas que estaban
^^re el firmamento. Y quedó hecho asi. Y al firmamento llamóle
*^os cielo. Con lo que de tarde y de mañana se cumplió el dia se-
Sundo.
Hemos explicado ya e! sentido que ha de darse á la palabra aguas:
significa la materia no condensada, en su estado primordial, cuando
•un no había ni fluidos, ni líquidos, ni sólidos. Per aquam, non ele-
^nentum aquae sed materiam informem intelligamus '. La palabra
*'aquiah, que San Jerónimo traduce firmamento, significa extensión
y espacio, y aplicándola al momento en que la nebulosa terrestre, ya
'ormada, se separó de la nebulosa solar, designa perfectamente el
espacio que media entre la tierra (las aguas inferiores) y el sol (las
'guas superiores), al cual vulgarmente llamamos cielo. De este cielo,
lleno de éter, y en el cual se verifican los fenómenos atmosféricos y
Meteorológicos, y donde se mueven los planetas inferiores, así como
«el cielo superior, dicen los libros santos, que es sutil, extendido
como la nada y como una gasa *.
Traduciendo ahora al lenguaje científico las palabras de Moisés,
Podríamos explicarnos así: Hágase una separación en la nebulosa
•olar, de manera que resulte un espacio entre la materia de arriba
(el sol) y la materia de abajo (la tierra). Y se hizo una separación:
y Dios llamó cielo al espacio comprendido entre la nebulosa solar y
la nebulosa terrestre.
La creación fué confusa : primera tarde.
En la mañana de lo que Moisés llama el primer día, la nebulosa
central, animada por un movimiento de rotación, se ilumina y se
«desprenden de ella anillos que serán más tarde las estrellas; la luz se

' SANTO TOIHÁS: Sum. teol., i.* parte, c. 78, a. 2.


* Qui extendit velut nihilum cáelos, ISAÍAS, XL, 22; &ctenden$ coelum
**cut pelUm, Salmo c/n,vers.|2.—La palabra hebrea, traducida aquí ;>Í//Í»I,
Significa un velo flotante. Draper, en el cap. vt de sus pretendidos Conflic-
tos acusa á la Iglesia de haber sostenido que la tierra es plana y el cielo una
Wveda ó cúpula sólida. Así no es difícil inventar conflictos entre la ciencia
y la Religión.
466 HISTORIA NATURAL.

separa de las tinieblas. Una de estas nebulosas, destinada á ser nues-


tro sol, está aún oscura y confusa : segunda tarde. En la mañana
del siguiente día la luz aparece en la nebulosa del sol, y sé desprende
de ella el anillo que ha de formar la tierra, y comienzan los tiempos
geológicos.

TIBMPOS GEOLÓGICOS.

LA HIPÓTESIS.

Periodo nebuloso de la tierra.—Dioshabíaseparadolamateria su-


perior de la materia inferior, lo que equivale en la hipótesis de La-
place al desprendimiento de la nebulosa terrestre de su matriz, 1*
nebulosa solar. En virtud del movimiento de impulsión que la tierra
recibiera al desprenderse del sol, continuó girando en torno de éste,
mientras que sus átomos, concentrándose más y más y gravitando
hacia su centro, le dieron la figura fusiforme primero , y esférica ó
lenticular más tarde. Empero los átomos de esta materia, cuatro ve-
ces más enrarecida que el hidrógeno , al precipitarse hacia el núcleo
de la esfera para condensarse y aumentar la masa de ese centro, cho-
caban entre sí y producían un calor, del cual no es fácil formarse
hoy idea justa, pues sabido es que el calor consiste en la agitación»
movimiento y vibración de los átomos del cuerpo cálido. La esfera
terrestre llegó así al estado de incandescencia, para ser más tarde lu-
minosa.
Periodo estelar de la tierra.—A medida que nuestra nebulosa
se condensaba, el calor aumentaba; y llevado al grado suficiente para
producir fenómenos luminosos, convirtió la nebulosa en estrella-
Esta estrella incandescente estaba animada de un movimiento de
traslación alrededor del sol, movimiento que ella efectuaba sumer-
gida en la masa de éter interestelar, que era su medio ambiente ; í
como este medio, hoy, como entonces, tenga una temperatura muy
baja, robaba á la tierra el calor, enfriándola por irradiación. Y coroo,
según la ley de Newton, la irradiación está en razón directa de la
diferencia de temperatura, desde el momento en que la tierra llegó á
un máximum de calor que ya no le fué posible aumentar por haber
disminuido la energía de su concentración, comenzó á enfriarse pC
grados, y á pender con el calor la virtud de iluminar'.
Periodo planetario de la tierra.—Comenzó para la tierra , como
para todo astro, desde el momento en que no pudo brillar con lu*
propia. Piensan los geólogos que la tierra, al extinguirse (y ya sepa-
rada de ella la nebulosa que había de formar la luna), estaba consti-
tuida por una esfera líquida de materiales en fusión, y por otra
GEOLOGÍA. 467

•hueca que circunscribía aquélla, y que era gaseosa. Á medida que


estas dos esferas se fueron purificando por la combinación de sus ele-
, tientos, se convirtió la primera en Upirosfera, 6 núcleo central de
nuestro globo, y la segunda en la atmósfera. La pirosfera se hallaba
en estado pastoso; era blanda, semifluida, y más fría y más viscosa
en la superficie que en el centro. Por la acción simultánea de la soli-
dificación , y por la precipitación de una parte de los vapores de la
atmósfera, se formó, por decirlo así, de la espuma de la pirosfera, la
primera corteja terrestre, compuesta tal vez de óxidos metálicos, de
silicatos y de carbonates, de los cuales se formaron más tarde el fel-
despato, el cuarzo y la mica, elementos esenciales del granito , que
nemos colocado en la Geognosia como la roca cristalina más anti-
gua. Por esta razón son estas rocas llamadas plutónicas ó ígneas.
E^urante el período estelar déla tierra, la temperatura elevada á que
rehallaba sometida no permitiría la combinación del hidrógeno con
el oxígeno; pero enfriada la atmósfera, y descargada de las materias
niás densas y más oxidables, se efectuó aquella combinación; de ma-
nera que toda el agua que hoy contienen los mares, existió primero
en forma de vapor en la atmósfera, hasta que el descenso creciente
déla
temperatura la resolvió en una lluvia abundante, que envolvió
, Completamente la corteza terrestre.
La tierra, finalmente, quedó constituida por cuatro esferas con-
"^¿ntricas: la pirosfera, la costra ó corteza, el agua y la atmósfera.
durante algún tiempo, el océano universal reinó en absoluto sobre
*4 superficie de la tierra.
Terrenos cristalinos y metamórflcos.—Al contacto de la pirosfera
incandescente, y bajo la influencia combinada del agua caliente y
Cargada de ácidos y de la presión de las primeras capas de la costra
terrestre, se formó el esqueleto, por decirlo así, de nuestro planeta,
Compuesto de rocas graníticas. El pórfido parece ser una roca erup-
tiva, que ha tomado el aspecto cristalino á causa de la lentitud de su
enfriamiento, hs^s TOCAS metamórficas, gneis, micacita y talcita, de-
l>en su origen á los depósitos ó sedimentos formados en el fondo de
las aguas por el descenso lento de las materias que aquellas contie-
•ien en suspensión. Estas rocas han sufrido una modificación, ó en
*n composición química, ó solamente en su textura y estructura, por
1* acción combinada de la presión y del calor.
1-a tierna firme.—Mientras que la corteza de nuestro planeta con-
servó el estado pastoso y blando, no oponía resistencia á la impul-
»i<Sn de la materia incandescente de la pirosfera. Endurecida y en-
grosada por el enfriamiento, se rompió para dar salida á las oleadas
<te materia líquida que se elevaban del centro por la presión de los
Tapores, y que algunas veces llevaban ante sí la película terr«stre,
«««a levantarla por encima del océano primitivo, que completa-
468 HISTORIA KATURAL.

mente la envolvía. Asi se formaron las primeras montañas, plani-


cies y mesetas, y se distinguieron por vez primera los continentes
del océar^p.

LA BIBLIA.

Dijo también Dios : aReúnanse en un lugar las aguas que están


debajo del cielo, j ' apare:[ca lo drido.n Y así se hi^o. Yá lo árido
dióle Dios el nombre de tierra, y. á las aguas reunidas las llamó
mares. Y vio Dios que lo hecho estaba bueno. Moisés supone evi-
dentemente que en el momento de la aparición de la tierra firme el
globo entero estaba cubierto por las aguas, que se corrieron como
un velo, obedeciendo á las leyes impuestas por el Creador, según la
expresión de San Basilio '. Supone asimismo que los continentes
estaban ya formados antes de aparecer sobre las aguas, porque el
texto sagrado dice : «Que aparezca lo árido,» y no simplemente un
árido.
Los naturalistas, como hemos indicado, están conformes con la
narración genesíaca. El eminente geólogo alemán Credner resume
el estado actual de la ciencia en estas palabras : «Sepuedeadmitirque
la superficie sólida del globo estuvo al principio uniformemente cu-
bierta por las aguas. La tierra disminuyó de volumen á causa del
enfriamiento, y la costra sólida se contrajo, ocasionando aberturas
y hundimientos en determinados puntos; y al hundirse de esta
manera la corteza sobre la mayor parte de la superficie del núcleo
ñuido, causó en las demás partes de la corteza sólida un levanta-
miento relativamente débil. Bajo la influencia de estos dos movi-
mientos opuestos, diferentes partes de la tierra salieron de las aguas,
y permitieron desde entonces la distinción entre los mares y los con-
tinentes *.
La armonía entre la ciencia y la revelación resaltará más aún si
se meditan las palabras de San Pedro: Los cielos fueron creados al
principio y la tierra tomó consistencia del aguay por el agua, obe-
deciendo á la palabra de Dios '; de donde aparece que los elementos
de la tierra fueron tomados del agua (de aquaj, y que el agua fué el

* In Hexaemeron, homil. iv.—SANTO TOMÁS observa que este acto se


llevó á cabo por sólo movimiento local. Que el agua, muy enrarecida, cu-
bría la tierra como una niebla, y se condensó para congregarse en las con-
cavidades de la misma,—5tt»ia teol.^ !.• parte, c. 69, ad primum et se-
cundum.
* Tratado de Geología y Paleontología., pág. 171.
* Coeli erant prius, et térra de aqua et per aquam consistens verbo
Dei.—//Pc/r.,c. 3 , V. 5.
GEOLOGÍA. 469
medio de su formación (;/7er aquamJ.Se afirma, alo menos, la presen-
cia del agua sobre toda la superficie terrestre y su acción preponde-
rante en la formación de los terrenos sedimentarios, que tan impor-
tante es en la historia del planeta.
Infiérese del texto genesíaco que la mar era entonces una sola
(en un lugar), y así lo han entendido muchísimos teólogos; los geó-
logos suponen que las tierras surgidas de las aguas fueron islas que
no interrumpían la unidad del océano, resultando la Biblia invul-
nerable bajo el punto de vista científico. Vio Dios que lo hecho era
bueno: con estas palabras se da fin á la organización puramente mi-
neral de nuestro globo, y á lo que llama Santo Tomás la obra de
separación ó distinción *.
Terrenos primarios.—Es el sistema laurentino el más antiguo de
los terrenos estratificados, y debe su origen á sedimentos que, pues-
tos al descubierto de las aguas y en contacto con la atmósfera por los
alzamientos de la corteza del globo, se combinaron con el ácido car-
bónico en que aquélla abundaba, y formaron carbonates calcáreos
y otros compuestos, que han sido tal vez la primera tierra vegetal.
En cuanto al sistema silurial, debido completamente á la acción del
agua sobre las rocas cristalinas y al depósito ó sedimento de las par-
tículas no disueltas por aquel elemento , deben tomarse en cuenta
los repliegues y otros accidentes de la estratificación, que indican la
violencia de la acción plutónica en esa época. El examen detenido
de las calizas primitivas de este sistema ha conducido á los geólogos
á desechar la teoría que asignaba origen animal á semejantes rocas,
que tal vez hayan sido inyectadas en el fondo de los mares por erup-
ciones submarinas, como quieren Contejean y L a n d e r e r ' , ó bien
deban su origen á la acción del ácido carbónico sobre los silicatos de
las rocas cristalinas, como pretende Credner. En el primer piso del
sistema carbónico, llamado devónico, se observa mayor quietud du-
rante la época de su formación. El piso carbonífero, en el cual al-
ternan las capas de origen vegetal con los depósitos de pizarras y are-
niscas, induce á suponer que se ha levantado y hundido en las aguas
tantas veces cuantas son las capas alternas que le constituyen. Por
fin, el piso pérmico se debe á la acumulación de los guijarrales de
las embocaduras de los ríos, que se depositaron sobre el piso carbó-
nico en el período de su levantamiento sobre las aguas, y á los de-
pósitos abandonados por el mar sobre esta última capa, cuando nue-

• El mismo Santo, observando que Dios no bendijo sus obras en-el


día segundo, dice que la obra de este día se consumó en el tercer día.—
IISent. dist. xiv, c. i, a, 5.
* -Introducción al estudio sobre el origen del granito y de la calija.—
Barcelona, 1873.
470 HISTORIA NATURAL.

vamente fué en las aguas sumergida. De ahí el nombre de días (dos)


con el cual fué designado por Marcou.
Minerales y filonesmet&licos.—Los primeros minerales, en el
sentido estricto de la palabra, que se encuentran, son : estaño, zinc
y cadmio, propios de los terrenos primarios ó paleozoicos. También
se hallan entre ellos hierro, manganeso, níquel, cromo y cobalto,
que son comunes á todas las épocas geológicas. Créese comúnmente
que su origen es debido á inyecciones de la materia incandescente,
que se efectuaron de abajo para arriba. Hay algunos, sin embargo,
que, siendosolubles en el agua acidulada, han podido depositarse por
vía de sedimentación ó de cristalización.

AOENTKS GEOLÓGICOS.

Llámanse agente; geológicos las diferentes causas que han con-


tribuido á la formación de los terrenos de sedimento, ya preparando
los materiales, ya acumulándolos, ó ya imprimiéndoles el carácter
distintivo de unos y otros. Pueden reducirse á cuatro: el agua, la at-
mósfera, el fuego, y los seres organizados.
El agna.—Obra química, física y mecánicamente.
Acción química.—El agua pura disuelve la mayor parte de los
minerales; y las aguas primitivas, más calientes y muy cargadas de
ácido carbónico , debieron ejercer esta virtud con mucha más ener-
gía. Esta acción, puramente física , es como el preludio de la acción
química *. Compónense las rocas de sílice puro y de silicatos de alú-
mina, de potasa, de sosa , de cal y de magnesia. El agua descompo-
ne, por ejemplo, el feldespato (silicato de alúmina con otra base),
dividiendo el mineral en sílice pura y en silicato de alúmina; los
elementos del granito , libres ya por la descomposición del feldes-
pato, se disgregan, dando origen los cristales de cuarzo y la sílice á
las arenas, gravas y guijarros; el silicato de alúmina se convierte
en arcilla, y el de potasa, descompuesto por los ácidos del agua, pue-
de convertirse en carbonates ú otras sales de potasa. Por esta pro-
piedad que tiene el agua de descomponer los minerales, y de apVo-
piarse el ácido carbónico, se explican muchas formaciones délos
Alpes,los Pirineos y el Jura '.
.4cc;on//ííca.—Consiste en disoluciones, disgregaciones y co-
rrosiones.—Acabamos de ver que el agua disuelve las rocas y las
sales; las partes disueltas forman nuevas combinaciones ó se acumu-
las encristales, y cuando el agua se evapora, aparecen nuevos

' Corpora non agunt nisi soluta.


* Usamos de la palabra descomponer, por acomodarnos al lenguaje
usual.
GEOLOGÍA. 47»

depósitos, como los desal getnma.—El agua, además, disgrega y


reduce á polvo las rocas más duras, dejando á éstas formas capricho-
sas, y amontonando á su lado depósitos de menudo polvo, que sirve
luego para la formación de arenas, asperones y grauwaclces.—Por
fin, el agua roe las rocas, las gasta, y separa el menudo polvo que
forma légamo en el fondo de ios ríos y los mares.
Acción mecánica.—Todos los días vemos formarse en las faldas
de las montañas, por la acción de las grandes lluvias, depósitos de
tierra, ramas y piedras f/ig. 473). Los ríos arrastran en su corriente

^'i- 47J- Montaña desnuda por la acción de las aguas.

inmensos materiales de todo género, que toman de sus orillas y que


llevan constantemente al fondo de los mares, donde forman depó-
sitos que tienden á levantar su lecho '; mientras que por otra parte

Fig. 474. Acción de las aguas en las costas acantiladas.

redondean las piedras que están en continuo frote con sus aguas.—
Los mares á su vez son un agente poderoso de disgregación y de
arrastre. Sus ondas se estrellan contra las costas acantiladas (fig. 474)»
las socavan, y las partes superiores, faltas de apoyo, se desmoronan.
Cuando las costas forman suave pendiente (Jig. 475), y sus capas
son uniformes y compactas, el reflujo de la ola disminuye la
«cción del siguiente flujo, que no logra fácilmente descomponer la

• Baste citar el Río Amarillo de la China. Arrastra en cada hora


^>63i metros cúbicos de tierra; cerca de 5oo.ooo,ooo cada año. LYELL,
^naipes de Géologie, tom. 11, cap. vi.
473 HISTORU NATURAL.

barrera que la detiene, si ésta no presenta hendeduras ó fallas. La.


acción de las aguas de la mar, ya por
las mareas y corrientes, ya por el
continuo batir de sus ondas , es de
tal importancia, que se le ha visto
destruir islas enteras, abrirse paso á
través de masas de pórñdo (figu-
ra 476), y avanzar sus aguas con
majestad y señorío por el camino
Fig. 47,. Acción délasaguas-en las cosus quc previamente sc habían abierto,
indinadas. Fíltranse otras veces las aguas á
través de las rocas ó terrenos, hasta
que las detiene un lecho arcilloso é impermeable, sobre el cual
siguen hasta que encuentren alumbramiento, causando en su salida

Fig. 4j6. Rocas quebradas por la acción de las aguas.

las disgregaciones consiguientes. Y cuando á una gran profundidad


las aguas filtradas corren por entre dos lechos impermeables {figu-

Fig. 477. Capas de terreno para un peio artesiano.

ra 477), éstos hacen el oficio de tubos.comunicantes, de manera que


GEOLOGÍA. 473

sise perforan las capas superiores hasta llegar al agua, ésta saldrá
en forma de surtidor hasta una altura casi igual á la de los manan-
tiales de donde proceda : tal es el origen de los po^os artesianos.
Finalmente: cuando el agua
cae desde una altura formando
cascadas (fig. 478), además de acu-
mular en el punto de caída los
oíaieriales que no disuelve, des-
compone la roca de su caída, la
desmorona, y es causa de que la
cascada recule cada día más, como
se observa en la del Niágara.
La atmósfera. —Obra química
y mecánicamente. Fig- 47S. vista de una cascada.
Acción química.—El gas y los
vapores contenidos en la atmósfera (sobre todo en la atmósfera
primitiva, muy espesa y muy oscura), obran enérgicamente sobre
las rocas feldespáticas, formando carbonates alcalinos, y probable-
mente cloruros, ioduros y bromuros '. Resultado de estas combi-
naciones fué la purificación gradual de la atmósfera, hasta hacerla
respirable: á medida que desaparecía el gas y se condensaba el vapor
de agua, el aire se hacía menos denso, menos opaco y adquiría la
diafanidad que hoy tiene con las demás propiedades necesarias para
alimentar la vida vegetal y animal, que lentamente se desarrollaba
sobre la capa terrestre, bajo las leyes por Dios impuestas.
Acción mecánica.—Las corrientes atmosféricas (vientos), desde
h brisa al huracán, trasportan y acumulan materiales detríticos
y aluviales, polvo silíceo, arcilloso y calcáreo, inmensos arenales,
despojos orgánicos, etc. Como en los tiempos geológicos era la ac-
ción química más enérgica, suministraba á las corrientes atmosféri-
cas mayor contingente de materiales movedizos.
m fuego.—La pirosfera, levantando frecuentemente la corteza en
la época de su consolidación, dislocándola é inyectando ñlones me-
tólicos á través de sus capas, las ha hendido, separado, reducido á
fragmentos, y favorecido de esa manera los primeros trasportes y
acumulaciones en el seno de los mares. Prueba d* esa accionen
otras épocas son hoy los terremotos, los volcanes, las macalubas, los
geiseres y las oscilaciones, levantamientos y hundimientos de terrenos.
Terremotos.—Son sacudidas más ó menos violentas que experi-
menta la corteza del globo, y cuyo efecto se traduce en la superhcie

» Para confirmar lo que Dolomieu llama enfenn«dad del granito, no


hay más de observar su descomposición ea el Instituto de San Isidro de
Madrid y en la cúpula del Escorial.
474 HISTORIA NATURAL.

por la conmoción del suelo. Estas sacudidas son de oscilación, trepi-


dación ó vertiginosas, que se extienden j propagan á grandes dis-
tancias, por tierra y por mar', con
una velocidad de 5o kilómetros
por minuto. Los efectos de estos
fenómenos, que tan vivamente im-
presionan los ánimos más esfor-
zados, son comúnmente: cuartea-
mientos y agrietamientos del te-
rreno ^^^g-. 479), hundimientos y
levantamientos ^^g-. 480), apertura
de simas profundas, variación del
curso de los ríos, borrascas en la
^*S- 479- Grietas causadas por un terremoto. mar, agotamiento de las fuentes y
nuevas erupciones volcánicas.
Volcanes.—his comunicaciones masó menos permanentes entre
el interior y el exterior del globo presentan la configuración de una

Fig. 480. Elevaciones causadas por un terremoto.

montaña cónica (fig. 481), ep cuyo vértice está la cavidad ó cráter,

Fig. 481. Volcán de la isla de Barrin (Bengala).

por el cual salen ios materiales del interior de la tierra. Diví-

* En Setiembre de 1864 sentimos desde el mar de China el temblor de


tierra de Filipinas, experimentando nuestra barca, La Guadalupe, una vio-
lenta sacudida. Lo mismo se había advertido el año anterior en la misma
barca, con motivo del gran terremoto que llenó á Manila de ruinas.
GEOLOGÍA. 475
dense en activos, apagados y solfataras. Los activos vomitan
por las chimeneas 6 conducto de sus cráteres inmensas columnas de
"Umo, y en medio del estruendo y conmoción de terremotos y es-
^«npidos subterráneos, lanzan luego á la atmósfera cenizas, torren-

Fig. 4S3. Volcán de Taal (Filipinas).

*cs de lava encendida, piedras, escorias, cuerpos volatilizables, etc.,


que se derrumban y corren por los terrenos inmediatos, asolando
cuanto encuentran al paso, y formando después rocas traquíticas ó
''asálticas, y ocasionando mil desastres. Son notables en Europa el
^«subio, que el año 79 de Jesucristo sepultó entre los m^ateriales de
' « erupción á Herculano y Pompeya, y que desde entonces está
«n actividad ; el Etna y el Strómboli.—En Filipinas el Mayon (1960
•netrós de altitud), que vomita cenizas, lavas, fango y vapores desde
»766; el de Camiguín (al sur), que apareció por primera vez el i."
«le Mayo de 1871, arrojando humo, cenizas y piedras en medio de
'in ruido espantoso : el cráter tiene 425 por 43 metros de ancho, y
»61o 8 de profundidad ; el de Barera (Mindanao), que hizo su apa-
rición en 14 de Enero de 1873, dejando varias rancherías sepultadas
*ntre sus lavas y matando muchas personas (400 se dijo entonces).
En los apagados han desaparecido las erupciones constantes ó pe-
riódicas. Las solf ataras son cráteres de los cuales sólo se desprenden
8««eí, ordinariamente sulfurosos, y también vapores de agua. Es
476 HISTORIA NATURAL.

conocida desde la más remota antigüedad la de Puzzoli, en Ñapóles.


En Filipinas es célebre por su historia, y hasta por su grandeza a c -
tual, la solfatara conocida con el nombre de volcán de Taal (fig^"
ra 482; 240 metros de altitud), que ha sido volcán activo desde 1716
hasta 1854. En 1870 presentaba en el fondo de su inmenso cráter
cinco lagos, algunos sulfurosos, y lodos con desprendimiento de va-
pores; presenta hermosos ejemplares de azufre. En el Maquilín hay
también grandes solfataras, y á su falda el manantial termal de Mai-
nit; las hay igualmente en Leite y Babuyanes. La influencia que tie-
nen hoy los volcanes en determinadas regiones del globo pueden dar-
nos ligera idea de su importancia en los tiempos geológicos para la
preparación de los materiales que constituyen los terrenos sedi.
mentarlos.
Macalubas.—Hay en algunas localidades de América, Italia y
Java, pequeños conos ffig. 483), generalmente agrupados, dotados

Fig. 4SJ. Macalubas de Turbaco (América).

de un cráter que vomita gas hidrógeno carbonatado, ya solo, ya


acompañado de agua y de materias cenagosas. A estas erupciones,
constantes ó periódicas, se les da el nombre de macalubas, volcanes
de aire y de lodo, y también podrían llamarse saladares, por conte-
ner muchas veces materias salinas.
Geiseres.—Con este nombre se designan ciertos manantiales de
agua hirviendo, continuos ó intermitentes, que en forma de surti-
dor se ven en Islandia (fig. 484). Hay uno, sobre todo, que de me-
dia en media hora lanza una columna de agua hirviendo de cinco
metros de diámetro y cincuenta de altura. Estas aguas contienen
sílice, que en estado de hidrato se deposita sobre los cuerpos vecinos-
Al mismo fenómeno pueden reducirse las fuentes termales y las fu-
GEOLOGÍA. 477
marolas, 6 erupciones de vapor á loo grados de temperatura, que
se observan en Toscana y otros puntos.

Fii. 4S4. Geiseres de Idandia.

Oscilaciones, levantamientos y hundimientos.—Ohsérvanse estas


modificaciones en diferentes partes de la tierra de uno y otro conti-
nente, y como el nivel del mar permanezca el mismo constante-
mente, se atribuyen á la pirosfera, que comprime, eleva ó díscola las
capas de la corteza terrestre, causando alzamientos y hundimientos
en su superficie, y hasta ladeando las colinas, ó produciendo otras
nuevas . Estos y otros fenómenos de la época actual son una prueba
del papel importante que el fuego central de la pirosfera ha desem-
peña do en la formación y orografía de la corteza terrestre.
Seres o r g a n I « d o , . - A ú n no los hemos visto aparecer sobre
nuestro planeta; empero para dar aquí una idea sucinta de los agen-
tes geológicos más importantes, indicaremos la parte que han tenido
en la formación de ciertas rocas. uyt-jrrt
Fe^eía/íí.—Durante su vida descomponen el ácido carbónico
del aire; y sus raíces, penetrando en las rocas, las hienden y separan,
favoreciendo de esta manera las combinaciones químicas y ios
arrastres de materiales. Empero la importancia más tangible de Jos
vegetales en la formación de los terrenos es debida á «"^ j«POJO^-
Los elementos necesarios de las plantas son: carbono, °^»g«°°' n^"
drógeno, nitrógeno y azufre. Si la descomposición de los vegetales
se verifica al aire libre, los elementos en que se resuelven se combí-
47^ HISTORIA NATURAL.

nan con el aire y desaparecen; pero si aquella se lleva á cabo sin


comunicación con la atmósfera, los elementos resultantes del vege-
tal se combinan entre sí, y resulta la carbonií^ación, ó la formación
del carbón. La turba, el lignito y la hulla son carbonizaciones de
vegetales llevadas á cabo con mayor perfección desde la primera
hasta la liltima; mientras que la antracita y el grafito son asimismo
carbonizaciones modificadas por otra causa adventicia. Esta teoría
se tiene hoy como demostrada, no sólo á causa de los despojos ve-
getales á medio carbonizar que se encuentran en las minas (fig. 485),

Fig. 48^. Corte de un terreno hullífero.

sino porque toda la hulla está formada por células de plantas visi-
bles con el microscopio.
Animales.—Los pólipos construyen moradas Uamadis poliperos,
de figura arbórea en ios corales, y de diferente configuración en las
madréporas. Los pólipos, además de tomar de las aguas marinas el
carbonato para la elaboración de su colmena, como trabajan sin ce-
sar y se multiplican prodigiosamente, contribuyen á modificar cada
día la configuración de la superficie del globo, llegando á formar
con sus viviendas islas fjig. 469), arrecifes, bancos y escollos. Las
islas de Cebti y Bojol en las Filipinas son de formación madrepóri -
ca, y en la isla de Panay se hallan canteras del mismo producto. Los
poliperos más abundantes en estas caprichosas formaciones, que ora
semejan á un árbol florido debajo de las aguas, ora á un árbol seco,
segiin que el pequeño animal se muestre ó se esconda, son astreas
GEOLOGÍA. 479
(fig. 486), meandrinas (fig. 487), poritas (fig. 488), cariófilos (figu-
ra 488), oculinas (fig. 490), y madréporas (fig. 491). Los moluscos.

Fig, 4S6. Astrea viridis. Fig. 4SJ. Meandrina labyrititica.

Fig. 4S8. Porites clavaria. Fig. 4S9. CaryopbylUafasligiata.

Fig. 4fo. OccuÜKa Urtela. Fig. 491. Madrepora murúata


480 HISTORIA NATURAL.

sobre todo las grifeas y lumaquelas, han contribuido con los des-
pojos de su concha á la formación de muchas calizas groseras de los
terrenos terciarios, pudiendo decirse otro tanto de \os foramintferos,
especialmente de la fusulina, que ha formado ella sola inmensos
bancos calcáreos.
Dedúcese de esta rápida ojeada cuan poderosamente contribuyan
los seres vivos á la formación de los terrenos, á la composición de
las rocas, á sus diferentes modificaciones, y á variar también la con-
figuración de la superficie terrestre.

APARICIÓN DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA.

Hemos seguido al esferoide terrestre en las primeras fases de sU


evolución, y le hemos visto enfriarse, cubrirse de una película sóli-
da, y envuelto más tarde por las aguas y por una atmósfera pesada
impenetrable á los rayos del sol. La emersión de las primeras islas,
los esbozos de los continentes y el alzamiento de las montañas,
separaron los océanos, cuyas aguas, á causa de su temperatura ele-
vada, no contendrían aún seres organizados. Próximos ya al mo-
mento en que la vida aparezca sobre nuestro globo, en que al reino
exclusivo de la materia mineral se añada el imperio orgánico, mien-
tras que los agentes geológicos prosiguen lentamente su obra y mo-
difican las condiciones exteriores de los medios donde han de crecer
las plantas y agitarse los animales, no estará demás que consigne-
mos algunas ideas sobra la
Naturaleza de la vida.—La vida es la operación inmanente de
una sustancia, que por esto se llama viva. Obran los instruinentos
movidos por la causa principal que los maneja ; obran las sustancias
inorgánicas como causas principales, que tienen en sí mismas el
principio de acción, pero que lo ejercen indefectiblemente sobre otras
sustancias, por cuya razón se dice que su operación es transettpte;
empero las sustancias organizadas tienen, además de la anteriof
operación, otra que se llama inmanente, porque la ejercen sobre si
mismas, y en la cual consiste la vida. Es, pues, un viviente el que
puede moverse á sí mismo, y la vida no es otra cosa que el movi-
miento inmanente de la sustancia, y el principio y la forma de ese
movimiento'.
Origen de la vida.—La observación y la experiencia están de
acuerdo con la filosofía en afirmar que los seres organizados reciben

' Ex quo patet quod illa proprie sunt viventia qu4e seipsa secunduB»
aliquam speciem motas movent.—SANTO TOMÁS, i.'parte, C, xviu, a. i-
—Lo mismo dicen Platón, Aristóteles, Tales, Pitágoras y Cicerón.
GEOLOGÍA. 481

Siempre la vida de otros cuerpos vivientes, y, por consiguiente, que


el origen primitivo de la vida ha de atribuirse á una acción particu-
lar del Creador, y no á las fuerzas solas de la materia bruta. Esta
teoría no supone un milagro, puesto que ninguna ley ha sido dero-
gada en el principio de las cosas.
No diremos una palabra del trasformismo por adaptación mecá-
nica, ó sea del darwinismo, impugnado hoy por casi todas las emi-
nencias científicas. La mal llamada generación espontánea ó abio-
genesia (a, negación;fiío?,vida; févean, nacimiento), defendida por
onuchos filósofos de la antigüedad, y limitada en la edad media á
ciertos animales y plantas de organización sencilla y origen desco-
nocido •, ha sido ya impugnada en nuestras lecciones de fisiología.
A estas hipótesis desautorizadas y á la heterogenia gastada, ha pre-
tendido HaeCkel sustituir el monismo, con el cual intenta además el
naturalista de Postdam completar la teoría darwiniana, insuficiente
* todas luces para explicar la primera aparición y Ja naturaleza délos
cuatro ó cinco prototipos de su sistema.
Haeckel es materialista , y por ende sostiene que la vida no es
otra cosa que la suma y resultado de las vidas particulares de las cé-
lulas que constituyen todo organismo. Cada célula es un servivo,es
*9 unidad vital, merced alprotoplasma (irpáirov, primero; 5rXíío|ia< fic-
ción) , sustancia albuminoide, semifluida, contráctil, que se halla
desde el origen en toda célula animal ó vegetal, y que es la base de
•todos los fenómenos vitales; y la vida en general es la armonía de
todas aquellas actividades vitales é individuales, como las propieda-
des especiales de los vivientes no son más que las propiedades de sus
células. Cada célula, pues, es una especie de infusorio, y cada vi-
viente una colmena de infusorios celulares.
El protoplasma amorfo de Hugo von Mohl constituye la mone-
' « de Haeckel, que yace en el fondo de los mares, en el famoso Ba-
^bius, que, después de haber hecho reir al mundo sabio, se ha con-
vertido en un mito. En él, decía su burlado padrino, se manifiestan
los fenómenos de la vida por movimientos de propulsión, expan-
rión y refracción de la sustancia de su cuerpo, y por una nutrición
elemental, que consiste en un flujo y reflujo de cierta masa amorfa.
La producción de estas moneraí en el seno de las aguas primordia-
les se efectuó por las fuerzas solas de la materia , como se eísctúa la
<le los cristales en el seno de un líquido cualquiera. Disueltos en los.
niares primitivos el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, se re-
unieron y compusieron la primera molécula de albúmina, bajo la
Influencia de la afinidad química, de la presión, de la electricidad,

' Illa quae naturaliter generantur « semine, non possunt generari sine
•emine,—SANTO TOMÍIS : &tm. teolog., i.» p., c. 711 a. únic. adprim.
32
482 HISTORIA NATURAL.

y de otras causas que confiesa ignorar el científico profesor de lena.


Formada la molécula, se erigió ella misma en centro de atracción,
agrupándose en torno suyo otras moléculas de albúmina, de la mis-
ma manera que vemos agruparse los cristales alrededor del núcleo
crisulino, y llegó á constituir una pelotilla de protoplasma homo-
géneo, es decir, una OTonera, que vivía con mucho trabajo en los
comienzos, porque sus elementos constitutivos, algo rebeldes , ten-
dían á la disgregación; pero que se mantenía v/va porque embebía
agua y gas; y por lo mismo se nutría , en lo cual consiste, dice
Haeckel, la característica de la vida. A partir de este momento, y*
tenemos un ser viviente.
Y no sólo viviente, sino creciente por intus-suscepción, puesto
que embebe más de lo que expele, hasta agotar su energía y dejar
de crecer. Entonces sí que se disgrega y se multiplica por reproduc-
ción fisipara, hastai qut más tarde estas moneras autógonas, qu*
no son ni animales ni vegetales, sino protistas, reino primordial
intermediario entre aquellos dos, adquieran las demás facultades de
sensibilidad y de apetito. Ya hemos dicho en otro lugar que el Ba'
thybius, base y fundamento único del monismo, resultó ser un pre-
cipitado de sulfato de cal que no presenta ningún síntoma de vida;
la doctrina monística no es hoy más que una hipótesis indemostrU'
ble, según confesión de sus adeptos.
El concepto mecánico de la vida que se forman los materialistas,
es insuficiente, gratuito y falso. Ni la nutrición se explica plausible-,
mente por la endosmose , ni al decir que los principios inmediatos
del organismo se forman por afinidades químicas, se hace otra cosa
que pagarse de palabras, ó describir á lo más el procedimiento exte-
rior, sin dar ninguna razón científica del fenómeno ; ni el análisis
químico, ni la mecánica molecular , explican por qué de un óvulo
cualquiera sale un caballo más bien que un elefante, ni toda la me-
cánica dará razón de por qué una bellota reproduce siempre una
encina, y jamás un tamarindo. La distancia que media entre la
materia bruta y la materia viva es tan grande, que los agentes físico-
químicos no han dado hasta el presente el salto mortal apetecido,
ni le darán seguramente en toda una eternidad. Todos los hechos
condenan el monismo, bajo el punto de vista de la experiencia, por-
que todos pregonan que omne vivum ex ovo; y si la química, al cabo
de esfuerzos gigantescos, ha llegado á producir alguna materia orgd'
nica, hase visto precisada á confesar su impotencia para presentar
materia organizada, 6 el menor ser viviente. Hay una química vi-
viente, propia y exclusiva de las almas, sean estas vegetativas, ani-
males ó racionales, que dista toto cáelo de la química artificial y or-
gánica.—La vida está además caracterizada por fenómenos esencial*
mente diferentes, si no opuestos, á los de la materia bruta. Lo*
GEOLOGÍA. 483

compuestos orgánicos más elementales, la proteina, la albúmina, el


protoplasma, están formados por elementos que tienen entre sí muy
poca afinidad, y se descomponen fácilmente cuando ya no forman
parte del cuerpo vivo. ¿Cuál es la fuerza que los une? ¿Por qué el
protoplasma vivo resiste á la penetración de una disolución de car-
**iín, y la absorbe, por decirlo así, después que muere? Laquímica no
explica estos y otros hechos, que evidencian la presenciada una fuerza
superior á las fuerzas químicas en todo glóbulo dotado de vida.
El protoplasma, dice Cl. Bernard, es ó ha sido la materia de un
viviente, pero no realmente un ser vivo, porque éste tiene siempre
forma específica y característica, mientras que aquél es amorfo, es
Un ser vivo ideal, que no existe fuera del viviente del cual forma
P*rte. Por eso no ha podido formarse primitivamente en las aguas,
i independiente de otro ser vivo ó célula primordial; y todos los he-
chos pregonan el conocido aforismo: Omnis cellula ex cellula '; y
todas las observaciones demuestran que el primer organismo que
apareció en nuestro planeta fué un ser vivo, que debió venir al
•Dundo por un procedimiento excepcional, distinto completamente
*íel proceso que se observa hoy en la multiplicación de los seres
Orgánicos.

DATOS DE LA BIBLIA SOBRE LA PRIMERA APARICIÓN DE LA VIDA.

Continuemos la narración mosaica, que tanta luz derrama sobre


*sas nebulosidades de la ciencia.
Dijo asimismo (Dios): Produzca la tierra yerba verde (germen
*íe gérmenes) y que dé simiente, y plantas fructíferas que den fruto
conforme á su especie, y contengan en sí mismas su simiente sobre
^ tierra. Y así se hi^o.
Con lo que produjo la tierra yerba verde (germen de gérmenes),
y que da simiente según su especie, y árboles que dan frutos, de los
cuales cada uno tiene su propia semilla según la especie suya. Y
"'«í Dios que la cosa era buena.
Y de la tarde y mañana resultó el dia tercero.
La tierra aparece aquí como la causa inmediata de la aparición
de las plantas, que las hace surgir de su seno á la voz del Creador.
Parece también que la vida vegetal apareció sobre el globo como la
emersión de los continentes al principio de este día, ó como la apa-
fición del sol en el día cuarto; es decir, como una consecuencia na-
tural de la evolución de la materia, y que Moisés no evoca la inter-
^ n c i ó n divina sino para acentuar la importancia del fenómeno de

* CL. BERNARD, Leqons sur les phénoménes déla yie,tom. 1, p. igS;


f^ytiol. génér.f p. 148.
484 HISTORIA NATURAL.

la producción de la vida orgánica. No faltan expositores que han


entendido así la narración genesíaca, haciendo de Moisés un precur-
sor de Darwin ó de Haeckel '; empero los datos incontrovertibles
de la ciencia imponen el deber de interpretar las palabras de la Sa-
grada Escritura en un sentido más literal, y de ver en la ordena-
ción divina de la segunda parte del día tercero un acto especial del
Creador, que, sacando de la materia inorgánica la/or>na vegetal, es-
tablece desde esta fecha las leyes naturales de la reproducción de las
plantas. Realízase ésta hoy en virtud del germen masculino que ex-
cita la materia y saca de su seno las formas que en la misma existen
virtualmente ó potencialmente; mas antes que hubieran existido se-
res vivos en la tierra, era inaplicable esta ley por falta de generado-
r<s, y la intervención divina fué necesaria para elaborar los prime-
ros anillos de esa cadena , dando á algunas moléculas minerales el
poder de organizarse en uno ó varios entes vivos. Dios suplió en uB
principio el concurso de los padres , comunicando inmediatamente
á la célula la impulsión vital, ó sacando de la materia las formas ve-
getales, como más tarde las animales, á excepción del alma racional«
que, existente por sí misma, es independiente en el ser de toda con-
creción material.
Circunstancias de la primera aparición de la vida.—El texto del
Génesis da claramente la antelación á la vida de las plantas. Los
geólogos más notables declaran, por boca de Dawson, que es difícil
explicar la formación de los carburos de hidrógeno que se contienen
en los depósitos de grafito, de esquisto y de otras rocas metamórficas
(Laurentino de algunos autores), sin admitir que la vida vegetal hu-
biera adquirido en aquella época el máximum de su desarrollo*
Corrobora esta hipótesis la fisiología comparada : los vegetales que
se alimentan directamente de materias inorgánicas, dice Contejean^
han precedido á los animales que se alimentan de plantas ; y es de
presumir que poblasen la tierra y mares de entonces musgos, liqúe-
nes, hongos y algas , que, á causa de la blandura de sus tejidos, n^
se han conservado fósiles, y que son vegetales más imperfectos que
el Equisetum sismondae, la planta más antigua que conocemos. «L^
anterioridad de las plantas, que la razón presentía, parece ser hoy un
hecho científicamente demostrado *.»

» Véase á SAN BASIUO In Hexaemeron, hom. v, y á SANTO TOMAS»


lib. II Sentcnt., d. 25, c. i, a. 1, ySumm. Tkeol., i.'part., c. 44, a. 2; c. 69»
a. 2; y c. 90, a. 4.
* DuMFRiESHiRE : Ltt tierra y la narración bíblica, pág. 34.—Aunque
se demostrase que los animales eran anteriores á las plantas, en nada se
debilitaría la autoridad de la Sagrada Biblia, porque, como dice Santo To*
más, Moyses ea tantum proposuit quae in manifestó apparent (i p., c. 7^r
a. 2); y los primeros animales, exclusivamente marinos, pertenecían sin
GEOLOGÍA. 485

Si retrocedemos un instante para examinar las condiciones del


globo terráqueo en la época de la primera aparición de las plantas,
veremos que reunía los grados de calor, lu^ , humedad y composi-
ción atmosférica más á propósho para aquella vegetación primor-
dial. Las funciones vegetales se ejecutan entre o" y 5o° de calor;
y la tierra tendría entonces, gracias al enfriamiento, una tempe-
ratura de So" poco más ó menos. Mueren los musgos , los licopo-
dios y las criptógamas en general, bajo la influencia directa de los
fayos del sol, mientras que prosperan á la sombra, ó bañadas de una
/«T difusa y atenuada ; y tal era entonces el estado de la tierra , ro-
deada de una atmósfera cargada de vapor de agua y de ácido car-
bónico , impenetrable hasta el día cuarto á los rayos del sol. Los
primeros continentes , emergidos poco ha del seno de las aguas , se
aJzaban poco sobre el nivel de Jas mismas , serían bañados frecu en-
temente por sus olas, y recibían del vapor acuoso de la atmósfera la
humedad excesiva que demandan las plantas vasculares, el germen
'^^ gérmenes, como dice el texto hebreo. Finalmente: si las criptó-
gamas necesitan, más que otras plantas, del ácido carbónico, para
Uegar al desarrollo que las caracterizó en aquellos tiempos, ya se ha
Visto que la composición atmosférica reunía entonces esa condi-
ción apetecida. Era tal la humedad de la atmósfera, que los vapores
de la tierra no podían ni levantarse mucho, ni formar nubes que se
deshiciesen- en lluvia, sino que, á manera de niebla, se pegaban al
•uelo y se condensaban para regarla como hermoso rocío. Así se
desprende de la hipótesis que venimos desarrollando, y así parece
indicarlo Moisés : Porque el Señor no había aún hecho llover sobre
^ tierra, ni había hombre que la cultivase; salía empero de la tie~
^'•a una fuente (vapor, dice el texto hebreo), que iba regando toda
¿» superficie de la tierra.
Resumiendo lo dicho hasta aquí, vemos que las obras de la crea-
ción comenzaron en medio de los días, componiéndose cada día del
fin de una obra y del principio de otra. El día tercero comprende
*i fin de la evolución de la materia primordial de nuestro planeta, y
*i principio de la aparición de los organismos en su superficie, que
*» un acto más completo que el anterior. Dios bendice á cada uno
de estos actos, y no lo hace en el segundo día, porque I» obra de
^ t e fué iacompletsL '. Primer acto. Desde el principio hasta la mi-
duda á especies inaccesibles á la observación. Hoy, sin embargo , no hay
necesidad de acudir á esta solución. Consúltese á Maignan, MoIIoy, Zím-
n>erinann, Poízy, Forchhammer, Schimper, Carlos Grad, Dumas, Lavois-
«ier, etc.
' Opus secundae díci in tertia die consummatum esse; ct ideo benedic-
*» tertíae dlei ad utrumque rcfertur. SAMTO TOUÁS, IV i^nt., lib. 11, d. 14,
«•«, a. 5.
486 HISTORIA NATURAL.

tad del primer día : creación de la materia y de la fuerza é impul-


sión dada á los átomos.—Segundo acto. Desde la mitad del segundo
día á la mitad del tercero; evolución de la materia cósmica, especial-
mente de la nebulosa terrestre, hasta el momento en que la tierra
adquiere con poca diferencia su forma actual.—Tercer acto. Se-
gunda mitad del día tercero : creación de los organismos vegeta-
les.—Cada uno de estos actos recibe la sanción divina : Vidit Deus
quod bonum; y comienza cada día con la tarde de una incubación,
para terminar con la mañana de una nueva armonía, que es un paso
más en el orden admirable de la distinción de los seres, coronada
con la producción de las plantas ' .

APARICIÓN DE LOS ASTROS.

Estado climatérico del globo.—Hemos visto á la tierra separarse


de la nebulosa central y presentar sucesivamente las fases de nebu-
losa, de estrella, y finalmente de planeta, condensándose y enfrián-
dose gradualmente, hasta que ofreció su superficie las condiciones
indispensables para la vida de las primeras plantas.
El sol mientras tanto sufría cambios semejantes, aunque coo
mayor lentitud, á causa de su enorme masa. Cuando aparecieron so-
bre la tierra los primeros vegetales, el futuro astro del día, que ha-
bíase ya desprendido de los anillos concéntricos, que fueron los em-
briones de los planetas, habíase condensado notablemente y adqui-
rido cierta intensidad de luz y de calor. La luna, á su vez, cumplí*
en torno de la tierra su ciclo mensual, y el cielo centelleaba coO
millares de estrellas, que habían alcanzado su fase brillante.
Empero la atmósfera terrestre, densa aún y oscura por los gases
y vapores que contenía, se oponía, como una pantalla, á la penetra-
ción de los rayos solares, manteniendo á la tierra envuelta en una
penumbra, favorable á la vida de las primeras plantas. No habría en-
tonces distinción entre día y noche, sino un crepúsculo continuado,
sostenido por el mayor diámetro del sol y por la refracción más
pronunciada de su luz difusa, á través de un medio más denso. Este
espesor de la atmósfera, que absorbía el calor del sol y lo repartía
por toda la tierra; la mayor intensidad del calor central del globo,
que se dejaría sentir en la superficie del mismo, y la corta extensión
de las tierras continentales, mantenían en todo el globo terráqueo
una temperatura dulce y elevada (de 25* á 3o*, dicen algunos), q"*
explica la presencia de plantas tropicales hasta los 74" de latitud sep-
tentrional *.

SANTO TOMÁS: I p-, c. 66, á c. 70.


SAPORTA, Tratado de Geología; Los antiguos climas.
GEOLOGÍA. 487

Poco á poco la atmósfera fué purificándose, ya por la mayor in-


íensidad de los rayos solares, y ya porque las plantas y el suelo ab-
sorbían constantemente el ácido carbónico, el vapor de agua, y otros
gases que en ella se contenían. Los días hacíanse por consiguiente
"las claros; las noches, por contraste, más oscuras, y las auroras y
'Os crepúsculos mascónos, porque decrecía la refracción; y bien
pronto el disco rojizo del sol se hizo visible para la tierra, inundán-
dola de torrentes de luz y de calor; y aparecieron los senos profun-
dos del espacio constelado de diamantes ; y avanzó majestuosa la
•"cina de la noche, con su cortejo de planetas y de estrellas, y con
sus fases admirables, que sugerirán á los pueblos la división más
antigua de los tiempos. Entonces sí que los cielos cantaron la gloría
de Dios, y el sol, cubriendo de verdura los campos y de variados
•^atices las flores y corolas de las plantas, fué saludado por la crea-
*^'ón como su rey.
Concordancias.—Habían los vegetales aparecido en la mañana
del tercer día, realizando el Creador la separación ó distinción entre
^í reino mineral y el reino vegetal, que corona, por decirlo así, ese
«ía tercero. En un momento desconocido de esa jornada inefable,
después del tercer acto creador, descórrese la gasa que ocultaba el
firmamento ó los astros, sacudiendo los lienzos de la infancia, y co-
ilienza el cuarto día genesíaco, en el cual se lleva á cabo el cuarto
acto de la creación. Así se dice claramente en las siguientes palabras
del Génesis :
Dijo después Dios : Haya cuerpos luminosos en el pabellón del
cielo., que distingan el diaj- la noche, y señalen las estaciones, los
días y los años.
Para que brillen en la expansión de los cielos y alumbren la fie-
'•'"a. Y fué hecho así.
Hilo, pues. Dios dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor
P^ra que presidiese al día ; y la lumbrera menor para presidir la
"oche ;y las estrellas.
Y colocólas en la extensión del cielo, para que resplandeciesen
sobre la tierra.
Y presidiesen al día y á la noche, y separasen la lu^ de las ti-
nieblas. Y vio Dios que la cosa era buena.
Con lo que de tardey mañana resultó el dia coarto.
Moisés no usa del verbo crear, sino del verbo hacer ó acabar,
Porque, como dice Santo Tomás, de acuerdo con la ciencia, la sus-
^ c i a del sol fué creada en el principio, aunque informe, y en el
Cüano día recibió la última perfección para iluminar la tierra '; la
causa de la luz, añade, estaba en la sustancia del sol, y la causa de

SumateoL, 1 p., c. 70, a. 1.°, y c. 74, a. i.*


488 HISTORU NATURAL.

las tinieblas en la opacidad de la tíerra ; y era decoroso que Dios


condujese sus obras desde lo imperfecto á lo perfecto, sin que deba-
mos suponer milagros en la primera institución de la naturaleza*-
Di jóse más arriba que antes de la aparición del sol no había dis-
tinción entre el día y la noche, y que sólo una luz tenue atenuaba
las tinieblas del globo ; desde el momento en que el sol apareció á
través de las nubes enrarecidas, marcó el día con la presencia de su
disco sobre el horizonte, (y señaló la noche con la ausencia de su
puesta, y presidió al día y separó la lu\ de las tinieblas.
Hase objetado que Moisés da al sol y á la luna una importancia
que no tienen en la creación. Cualquiera que sea la magnitud de
ciertas estrellas (y esto lo sabían muy bien los antiguos, aunque ca-
recían de telescopios), siempre se verifica que el sol y la luna son,
respecto déla tierra, las dos grandes,ó las dos principales lumbreras-
Nada diremos del empeño de Laplace en corregir la órbita y movi-
miento de la luna para que ilumine constantemente la noche,
sino que sus cálculos han sido convictos de error por el P. Car-
bonelle, S. J.'; nada de los ataques de Flammarion, porque Moi-
sés no da más importancia á las estrellas que al sol y á la tierra;
ni nada, finalmente, de la rabiosa, diatriba de Haeckel, acusan-
do al gran profeta de geocéntrico, sino que nada hay en toda la
Sagrada Escritura que consigne explícita ó implícitamente que la
tierra sea el centro del mundo; y que hoy, como en tiempo de Moi-
sés, podemos abrir cualquier tratado de astronomía con la seguridad
de encontrar mayor número de páginas consagradas al estudio del
sol, de la tierra y de la luna, que al de los demás astros. Dios puso
al hombre en la tierra, y la tierra es para nosotros el planeta más
importante; el sol y la luna iluminan nuestro planeta, y esto nos
preocupa é interesa , sin que por eso neguemos que iluminen asi-
mismo las profundidades del espacio. Cuando enciendo la lámpara
para estudiar, no me opongo á que inunde de luz los cuadros de mi
gabinete.
El relato de Moisés, como otro astro del día, ilumina los horizon-
tes de la ciencia. Y vio Dios que la cosa era buena. « En adelante,
dice Arduin, los astros, con la regularidad de sus movimientos apa-
rentes , llenarán el fin al cual Dios los ha destinado: sus órbitas
constantes revelan la sabiduría del Creador y la perfección de sus
obras. El hombre ha medido sus disuncias increíbles , pesado sus
masas gigantescas, descubierto la admirable armonía de sus movi-
mientos, analizado sus rayos laminosos, descrito y previsto sus pe-

' Id., c. 67, y 11 Senten., c. xiti, a. 4.


* Reime des Quesl. Scientif, Enero de 1879.
GEOLOGÍA. 489

regrinaciones; pero debe también reconocer su pequenez ante tan


grandiosas maravillas, y levantar su corazón hasta el Autor infinito
de esos mundos. ¡Ay del sabio que permanece frío é indiferente ante
este espectáculo, y que no ve á Dios en el espejo grandioso que
refleja sus perfecciones •.»
Jamás la palabra maña na se ha aplicado con más propiedad que
al iniciar este período, cuando nuestro planeta saludó por vez prl-
Baera al rey del día. Aquí comienza, dicen San Agustín y Santo
Tomás, un nuevo orden de cosas: la distinción de los seres.

CREACIÓN DE LOS ANIMALES.

Mirada retrospectiva.—ünraate las evoluciones de nuestro pla-


neta, consignadas hasta el presente, habíanse formado ya, al con-
solidarse la corteza de la tierra, no sólo los terrenos cristalinos (los
antiguos, y muchos de los eruptivos), y gran parte de los meiamór-
fieos, sino todos los de la ÉPOCA PRIMARIA, el laurentino, el silurial y
^^ carbónico, con los cuales se formó la seca, ó árida , y donde de-
jaron marcadas sus huellas, ó enterrados sus restos, los primeros pe-
ces y reptiles, á cuya aparición vamos á asistir. Ya hemos indicado
*nás arriba que de las plantas primitivas no es tan fácil hallar fósiles,
^ causa de su constitución blanda y endeble, por más que la cien-
cia y la revelación crean de común acuerdo que la vida vegetal pre-
cedió ala animal.
Época secundaria.—St distingue de la anterior por el gran nú-
mero de restos orgánicos que encierran sus capas. Olvídense éstas
en tres sistemas, TRIÁSICO, JURÁSICO y CRETÁCEO, y en varios pisos, que
suman un espesor de cerca de 7,000 metros, con restos de aves, ma-
míferos sin placenta, conchas y grandes reptiles marinos; circuns-
tancias que inclinan á suponer que la formación de esta época -es
coetánea de la aparición de los primeros animales.
Datos de la ciencia.—Afirma la paleontología que las especies
«e animales que se encuentran en las entrañas de la tierra han apa-
recido sucesivamente, y siguiendo por lo común un progreso ascen-
dente, y en completa armonía con las nuevas condiciones que pre-
sentaba la tierra, merced á sus constantes evoluciones; que las espe-
cies que una vez se han extinguido, no vuelven á encontrarse jamás;
í u e una especie no se cambia en otra; que los animales propios de
^9. época secundaria son: zoófitos, moluscos, crustáceos, anélidos,
peces, reptiles, aves y mamíferos sin" placenta; y, finalmente, que
los verdaderos mamíferos no aparecen hasta los comienzos de 1«

Geologlajr Geogenia, tomo n, pág. 55».—París, i883.


49o HISTORIA NATURAL.

época terciaria. La ciencia ignora cómo se han formado las parejas -


primitivas de cada especie de animales, y por lo mismo cree que ha
sido necesaria la intervención directa de Dios, como ya se dijo al
tratar del origen de la vida vegetal.
Datos de la Biblia.—Pasado el cuarto día, consagrado á consig-
nar la aparición de los astros; día que, por la duración relativamente
corta, debió influir muy poco en las modificaciones de la corteza
terrestre, y permitir, por consiguiente, que las creaciones del día
quinto depositasen sus jestos en las capas de la época primaria, es
decir, en los sedimentos del día tercero, Moisés continúa:
Dijo también Dios: Pululen del agua animales acuáticos, y volá-
tiles que vuelen sobre la tierra, debajo de la expansión de los cielos.
Y creó Dios los grandes peces (y los saurios), y todo animal vi-
viente reptil producido del agua según su especie, y todo volátil ala-
do según su género. Y vio Dios que lo hecho era bueno.
Ybendíjolo diciendo: Reproductos, multiplicaos, y llenad las
aguas en el piélago; y el volátil multipliqúese en la tierra.
Con lo que de la tarde y mañana resultó el dia quinto.
Están de acuerdo los geólogos en afirmar que los primeros ani-
males fueron exclusivamente acuáticos, y el texto sagrado es comple-
tamente explícito en este punto. El estado actual de la paleontología
enseña, además, que pertenecieron á tipos de organización inferior,
como zoófitos, moluscos y anélidos. La palabra hebrea que San Je-
rónimo tradujo en reptilia, significa todo animal que nada en el
agua '; y el mismo Moisés, en el versículo inmediato, divide esos
reptiles en peces y en animales acuáticos que pululan en las aguas *,*
y sabido es que los terrenos paleozoicos se distinguen precisamente
por la enorme cantidad de fósiles que contienen pertenecientes á
esas clases.
Á estos animales acuáticos siguen las aves y otros volátiles, como
insectos, etc.,que precedieron,según el relato mosaico, á los animales
terrestres. Y, en efecto, afirma Huxley *, que los reptiles terrestres
sólo se hallan en los terrenos mesozoicos, ó lo más pronto en el ju-
rásico, mientras que en el triásico ya se encuentran huellas de aves,
y no faltan indicios para suponerlas aún más antiguas. Nada dire-
mos de las numerosas relaciones anatómicas y morfológicas que
unen á los reptiles con las aves, según la ciencia actual, sino que
son un nuevo testimonio de los secretos científicos que encierra el

* Así lo entiende SAN AGUSTÍN De Genesi lib. imp., c. 14, y SAN BASIUO,
In Hexaemer., hom. vn.
* Puluilent aquae, traducción de los presbíteros HAMARD y Viaov^ovt
y del P. FITA.
' Elementos de anatomía comparada; Vertebr., p. 236.
GEOLOGÍA. 49'

primer capítulo del Génesis, por más que Moisés no se haya pro-
puesto en él darnos un curso completo de historia natural.
Dios bendijo á los animales que acababan de adornar la tierra,
obedeciendo á la voz omnipotente del Señor, y mandándoles que se
multiplicasen', puso fin al quinto día, y con él al primer acto de
la creación de los animales.
Época terciaría.—Del estudio de los diferentes pisos que consti-
tuyen los 3,000 metros de espesor que alcanza esta época en algunas
partes, se infiere que el suelo estuvo entonces más agitado que en la
época anterior, y que estas agitaciones del suelo limitaron los mares,
levantaron los Pirineos, los Alpes, el Cáucaso, el Himalaya, las
Cordilleras, y dieron poco á poco á la superficie terrestre la confi-
guración que hoy tiene. La diferente temperatura de las zonas , irvi-
ciada en el sistema jurásico, se acentúa más en esta época, revelando
la paleontología vegetal que el calor disminuye, y que ya entonces
se efectuaron probablemente los primeros hielos. Desaparecen gran
número de especies animales y vegetales antiguas , y se presentan
los mamíferos y angiospermas, característicos del período nedzósico,
siendo la flora y la fauna tanto más semejantes á las actuales, cuanto
más recientes son sus yacimientos. Ya hemos dicho que comprende
esta época los pisos eoc^nico y «eo^'^mco. ,
Datos de lapaleontología.-Hass visto, que los organismos inte-
riores, pólipos, moluscos, anélidos, y, generalmente hablando, los in-
vertebrados, son los más antiguos vivientes animales que depositaron
sus restos,comomedallas arqueológicas,enlosarchivosde lacreación.
Siguiéronles lo^peces, los anfibios y los reptiles marinos, y más
tarde las aves, ligadas á los reptiles por numerosas analogías morfo-
lógicas, é intermediarias entre los reptiles acuáticos y los mamiteros
terrestres. Luego los mamíferos son posteriores á las demás clases
zoológicas, como son los más perfectos , fisiológicamente conside-
rados*. ,
En efecto: de los mamíferos que más se aproximan á los sauróp-
sidos (reptiles-aves), y que pertenecen á los monoíremaí, cuales son
el Equidna y el Ornitorinco, que viven en la Australia , se hallan
tal vez algunos dientes * en el sistema triásico, y algunas raras hue-
llas en el jurásico, desapareciendo completamente en el cretáceo ; de
donde resulta que la época secundaria es pobre en extremo en es a

• Plantae nuUum habent propagandae prolis afíecnim ac ^^^^f}°J^^^^


generant, uade indigna judicatae, sunt benedictionis verbis. ÍANTO IOMAS,
Sum. teoL, i p., c. 72, a. único.
» n\3Xis.y, Revue scientifique, \%osto it 1882. .,
» Los dientes del Microsteles antiquus, hallados desde 1847 en Alema-
nía, Inglaterra y América del Norte.
49^ HISTORIA NATURAt.

clase de vivientes. Empero apenas se llega á las capas de la edad ter-


ciaria, cuando se encuentran paquidermos , carniceros, roedores
rumiantes, cetáceos y cuadrumanos , que aparecen casi simultánea-
mente, que caracterizan la no larga duración de la formación de es- ,
tos terrenos, y que se acercan mucho á la fauna contemporánea.
Datos de la Biblia y concordancias.—Á la época secundaria co-
rresponde el quinto día de Moisés; la época terciaria parece que
se halla descrita en el primer acto del sexto día. Veamos.
Dijo todavía Dios : Produ:[ca la tierra animales vivientes (irra-
cionales) en cada género,bestias mansas (de carga y de labor), repti-
les jr fieras terrestres, según su especie. Y fué hecho así.
Hi^o, pues, Dios las fieras terrestres según sus especies, y las
bestias mansas, y todo reptil de la tierra, según su especie. Y vio
Dios que lo hecho era bueno.
La palabra animales vivientes es la misma que se empleó en el
quinto día, como para indicar que esta obra es, en general, la con-
tinuación de aquélla. La frase que hemos traducido por bestias man-
sas, significa en hebreo cuadrúpedo grande, y también animales
que el hombre puede emplear en su servicio, como bueyes, caba-
llos, camellos, elefantes, etc. Por la palabra reptiles (distinta de la
usada en el quinto día) se da á entender toda clase de animalitos
terrestres, con pies ó sin ellos, que no se hallan comprendidos en
las divisiones anteriores '.' Con la palabra fieras terrestres se expre-
sa el genuino se ntido de la frase hebrea, que incluye cierta oposición
á la traducida por bestias mansas. En resumen: la división de Moi-
sés de las obras del sexto día en bestias mansas, reptiles y fieras sil-
vestres , comprendiendo de una manera artificial y al alcance del
pueblo todos los animales terrestres, está en perfecto y admirable
acuerdo con los datos de la ciencia , que demuestra la posterioridad
de estos animales respecto de las aves y de los animales acuáticos.
Fin de los tiempos geológicos.—Al realizar el Señor la creación
délos mamíferos presentaba nuestro esferoide las condiciones bio-
lógicas de nuestros días , ó era insignificante la diferencia , toda veZ
que la mayor parte de las especies entonces producidas subsisten to-
davía. La corteza terrestre se hallaba fría y solidificada; la atmósfera
pura suministraba á los mamíferos el oxígeno necesario para la he-
matosis de su sangre; las planus absorbían el ácido carbónico espi-
rado por los animales ; la sucesión de los días y de las noches ; el
turno de las estacio nes ; las mareas atmosféricas; la evaporación de
las aguas y su condensación en lluvias; cuantos fenómenos, en fío,

' Reptilia, animalia quae vel non habent pedes, quibus elerentura
térra, ut repentes, vel habent breves, quibus parum elerantur, ut lacertae
et formicae. SANTO TOMÁS, ¿tim. teol., i parte, c. 72, art. üoico.
GEOLOGÍA. 493

son regulados por el astro central, convergían ya entonces al soste-


nimiento de la vida de las plantas y animales. La época terciaría ha-
bía llegado á su fin, y con ella se había cerrado también el período
de los tiempos geológicos. El espléndido palacio de la creación se
hallaba convenientemente adornado, y reinaba en todos sus ámbitos
el orden más perfecto : el reino animal servía al reino vegetal, y los
dos proveían á la conservación de la vida animal, faltando, empero,
en medio de tantas magnificencias , quien diera gloria á Dios y enla-
ssara conscientemente á todas esas criaturas con su Creador.
Creación del hombre.—Como mañana hermosísima de ese día
tan espléndido, cual coronación radiosa de todas las obras del día
sexto, como última armonía de la úl tima de las obras de la creación,
dijo Dios:
Hagamos al hombre á imagen y semeian\a nuestra, y domine d
los peces del mar, y d los volátiles del cielo, y á las bestias mansas
en toda la tierra,y d todo reptil que se mueve sobre la tierra.
Creó , pues. Dios al hombre en imagen suya; en imagen de Dios
le creó,y los crió varón y hembra.
Y bendijoles Dios, y dijo : Reproducios, multiplicaos y llenad la
tierra ; y dominad y regid á los peces del mar y d los volátiles del
cielo, y á todo animal que ande sobre la tierra.

Y vio Dios todas las cosas que habia hecho, y eran en gran ma-
nera buenas. Con lo que de la tarde y de la mañana se formó el
4ia sexto.
Añade Moisés en el capítulo siguiente, que Dios formó al hombre
del lodo de la tierra ,y le inspiró en el rostro un soplo de vida, para
manifestarnos que nosotros no somos, como las demás criaturas,
hijos sólo de la materia, sino que procedemos del fondo mismo de
Dios. Como nuestro aliento procede del fondo de nuestras entrañas,
así nuestra alma trae su origen inmediatamente del Señor, y es , á
semejanza suya, espiritual, inteligente é inmortal.
Hemos dicho en otro lugar * que la paleontología no ha descu-
bierto hasta la fecha indicio alguno seguro que atestigüe la existen- .
cia del hombre durante la época terciaria : la ciencia, como la reve-
lación, le hacen el más joven de todos los seres creados, y colocan su
aparición primera en la época cuaternaria y en el piso que por esta
razón se llama antrópico, y por otros diluvial.
Hesumen.—Siguiendo á los antiguos filósofos cristianos, y muy
particularmente al príncipe de todos ellos *, resumiremos estas n o -

• Pág.45i.
» SANTO TOMXS : I .• p . , pról. á la cuestión 65, y más expresamente en
i c. 70, art. 1.'
494 HISTORIA NATURAL.

Clones de geogenia y el relato de Moisés en tres grandes obras : la


obra de la creación, la obra de la distinción y la obra de la orna-
mentación ú ornato del mundo.
La obra de la creación está compendiada en los dos primeros
versículos del Génesis. En el principio del tiempo sacó Dios de la
nada el cielo y la tierra, es decir, lo que está encima y debajo de
nosotros, creando la materia imponderable y la materia ponderable,
accidentalmente informes, vacías, mezcladas, descompuestas, sin
distinción y sin ornato, aunque dotadas de forma sustancial. Era esa
materia una masa ingente, aeriforme, como la de ciertas nebulosas,
que, incubada por el Espíritu de Dios, empezó á moverse, á conden-
sarse, á adquirir un grado muy elevado de temperatura, y á divi-
dirse en núcleos que formaron más tarde las estrellas ó los soles.
La obra de la distinción se llevó á cabo en los tres primeros días
genesíacos. El primer día los núcleos de la nebulosa, muy conden-
sados ya, se hicieron incandescentes y luminosos, permaneciendo en
tinieblas los espacios interestelares, llenos solamente de éter sin vi-
bración : se dividió la luj de las tinieblas. En el segundo día, la ne-
bulosa terrestre se separa y distingue de la nebulosa solar, mediando
entre las dos la gran extensión llamada cielo : periodo estelar de la
tierra. En el día tercero, la tierra había pasado por el enfriamiento á
la categoría de planeta, revestido de una corteza sólida y envuelto
por una atmósfera gaseosa. Combínanse estos gases en vapor de
agua, y condénsanse más tarde en una cubierta líquida y uniforme
que envuelve la tierra como un océano universal. La parte sólida se
alza en unas partes y se baja en otras por la acción del calor central;
el líquido se reúne en los valles más profundos de la corteza terres-
tre, y deja en seco los primeros continentes, que se cubren de vege-
tación , obedientes á la voz de su Creador,
Los tres últimos días del Génesis están consagrados á contarnos
Ja obra del ornato del universo. En el día cuarto, purificada la at-
mósfera por el exceso de gases que había perdido para formar el
océano, penetraron á través de la misma los rayos del sol, déla
luna y de las estrellas, que lucieron desde entonces en el firmamento,
cuerpo superior, é iluminaron la tierra. En el día quinto fueron
adornados los cuerpos medios (la mar y la atmósfera) con la produc-
ción de los animales acuáticos y volátiles. Y en el día sexto recibió
su ornamento la tierra ó cuerpo ínfimo, con la producción de los
animales terrestres, y más que todo, por haber sido en ese día creado
el hombre para gobernarla.
No se nos objete que esta hipótesis geogénica, en la cual las cau-
sas segundas obran siempre bajo la moción y la dirección de Dios,
sea menos adecuada para levantar el ánimo al conocimiento de las
divinas perfecciones. La Sagrada Escritura insinúa que en la for-
GEOLOGÍA. 495

niacjón del mundo se emplearon días de siglos, ^¡ispai aía>vo;, compa-


rables con las arenas de la mar y las gotas de la lluvia '. Santo To-
más de Aquino afirma «que la virtud de un agente es tanto más
poderosa, cuanto extiende su operación á objetos más remotos.... lo
cual no acontece en los agentes que no se sirven de causas interme-
dias....; y siendo máxima la virtud de la Providencia divina, debe
llevar á cabo su obra valiéndose de causas segundas. Es más noble,
añade, el orden de causas que el de efectos, como la causa es más
poderosa que el efecto, y en esto se demuestra más la perfección de
la Providencia divina. Si no hubiera causas medias que ejecutasen
esa Providencia, no habría en las cosas orden de causas, sino de
efectos solamente. Luego exige la perfección de la Providencia divina
que haya causas medias que la ejecuten *.»

CONCLUSIÓN.

Todas las ciencias, y la geología de una manera muy particular,


vienen después de largas fatigas á confirmar el sublime cuadro tra-
zado por Moisés hace cerca de cuatro mil años. Es un fenómeno
ünico, y por ende incomparable, en la historia de la humanidad.
Luego, ó Moisés fué un gran genio, que atesoró sólo y con la ante-
lación dicha cuantas nociones científicas han allegado después mi-
llares de sabios, auxiliados por instrumentos que centuplican sus
fuerzas , ó el legislador hebreo ha recibido inspiración y revelación
del Autor mismo del mundo.
La primera parte del dilema es inadmisible, es humanamente im-
posible. Resta, pues, confesar, con la Iglesia católica, la inspiración
del gran legislador, y reconocer la divina revelación como manantial
primero de la ciencia prodigiosa que resplandece en el primer capí-
tulo del Génesis. Así se prueba la existencia de Dios contra los ateos,
positivistas y libre-pensadores ; y la verdad, la divinidad y la autori-
dad infalible de la Iglesia católica que enseña el origen sobrehumano
de las revelaciones bíblicas, contra los racionalistas de nu.estros días.

' Eccli., I, 2.
* Summa contra Gentes, lib. iii, cap. LXXVII, pág. 38a de la edición de
Uccelli: Roma, 1878.—Véase también al P. PESCH , Instit.phil. naturalis,
pág. 590: Friburgo, 1880.
HIGIENE.

La higiene tiene por objeto conservar y mejorar la salud. Como


la salud no es otra cosa que la armonía, concordancia y equilibrio
de los elementos del cuerpo humano, según la bella expresión de
Santo Tomás ', resultará exacta la siguiente descripción que de la
higiene hacen Littré y Robín : «La parte de la medicina que trata
de las reglas que deben seguirse y de los medios más adecuados
para mantener la acción normal de los órganos, según las diferen-
tes edades, constituciones, condiciones y profesiones de la vida .»
Sigúese de aquí que la higiene puede ser pública ó privada se-
gún que tenga por objeto la salud de la sociedad en general, ó la
del individuo personalmente considerado; y que puede, además,
subdividirse en higiene de la infancia, de la mujer, de los hombres
sedentarios, industriales, militares, etc. La importancia de su es-
tudio es manifiesta, pues unas veces conserva la salud, evitanao
gravísimas enfermedades por medio de sus P ' " í « " « ' ' i " : " f " ? " ° " " '
apoyadas siempre en datos ciertos, tomados de la fi^oloS'^'f^ !^
química, ó de otras ciencias, y no pocas la mejora y aumento de
nuestras fuerzas mediante ejercicios gimnásticos, o una alimenta-
ción más adecuada á la complexión del hombre.
Sigúese también que siendo el hombre el sugeto de la salud a
higiene debe ante todo tener de él un conocimiento exacto, y ocu-
parse, además, en el estudio de cuantos agentes interiores ó exterro-
res puedan eficaz é inmediatamente favorecer ó per)udicar su sa ud.
Siguiendo, pues, el ejemplo de insignes tratadistas, dividiremos es
tas nociones en dos pequeños tratados :
i.' SüGETo DE LASALUD, el hombre. 2." CAUSAS DE LA SALUD, objeto
naterial de la higiene.

* In 4.» Metaphisicorum.
* Dictionnaire de Nysten, décima edición.
33
49^ HISTORIA NATURAL.

PARTE PRIMERA.

SUGETO DE LA SALUD.

En la fisiología se han dado á conocer las principales operacio-


nes del hombre, y en la zoografía se ha tratado sumariamente de
las ra:[as de la especie humana y de las diferentes edades en la*
cuales suele dividirse la vida del hombre. Resta sólo tratar del sexo,
temperamento, naturaleza, idiosincrasia, herencia, hábitos y profe-
siones, como de modificaciones importantes del sugeto de la salud.
Sexo.—Las diferencias físicas, intelectuales y morales del sexo
influyen poderosamente en el temple orgánico, ó sea en la resisten-
cia á las causas que pueden modificar la salud. Pues si bien hay
mancebos que dejan de crecer á los catorce ó quince años, mientras
que otros crecen hasta los veintidós ó veintitrés ; las doncellas, por
lo común, adquieren mucho más temprano su incremento, qu^
como es menor en total que el de los hombres, se perfecciona
en menos tiempo. El cuerpo del hombre no alcanza hasta los treinta
años todo el grado de desarrollo y de plenitud que se deben á las
perfecciones de su forma ; Ja mujer, por el contrario, se halla perfec-
tamente desarrollada á los veinte años, porque sus músculos, carnes
y demás partes de su cuerpo, como son menos fuertes, compactas
y sólidas que las del hombre, necesitan menos tiempo para llegar á
su total dilatación, que es el punto de perfección relativamente á la
figura exterior. El cuerpo de un hombre, para que pueda decirse
bien formado, ha de aparentar cierta figura cuadrilonga, los múscu-
los aplicados con dureza, diseñado con valentía el contorno délos
miembros y bien señaladas las facciones ; en la mujer todo es más-
redondeado, más suaves las formas y las facciones más delicadas. L*
fuerza y la majestad se revelan en el físico del hombre; el atractivo
y la hermosura es patrimonio de las mujeres.
Bajo el punto de vista intelectual, es indudable la supremacía
del hombre, más inteligente, más razonador, más justo, mientras que
la mujer, que necesita del apoyo intelectual del hombre , porque sU
razón está mucho menos desarrollada ', le excede por sus cualidades
morales, por su abnegación, su clemencia, su imaginación, la expre-
sión de su lenguaje y su exquisita sensibilidad y ternura. «Ella, dice
el P. Monsabré , O. P . , es toda corazón y toda nervios. Los goces y
los placeres , las penas y los dolores encuentran eco más fácil en su
delicada naturaleza, y las afecciones le imprimen huellas profundas.

' In mulieribus non est sufñciens robur mentís ad hoc quod concu-
piscentiis resistant. SANTO TOMÁS, Sum. teológ., 2.' 2.'ie, c. 149, a. 4 . ,
HIGIENE. 499

Seducida por el crimen, lo persigue con una astucia que se birria de


todas las precauciones, y se abandona á él con tal impudencia, que
espanta á nuestra misma audacia; cuando se consagra al deber es su
más rendida esclava , sin guiarse por el cálculo frío de la prudencia
del hombre, más ó menos egoísta. Madre , esposa , hija , hermana ó
amiga , lo es con tal abandono de sí misma, que es forzoso admirar
su corazón, aun cuando se reprueben las flaquezas y prodigalidades
que de él proceden. Empero con todas estas cualidades que la hon-
ran, la mujer es incapaz por parte de su razón : está dotada de inge-
nio, de intuición en ciertos casos , mas no concebirá jamás los ele-
vados y profundos pensamientos, que á lo sumo podrá aceptar y
asimilarse.... Las grandes concepciones intelectuales descienden
siempre de las alturas de una frente viril'.»
De las expresadas diferencias , y de otras que podrían señalarse,
resultan en ambos sexos distintas disposiciones para conservar ó al-
terar la salud. Siendo la mujer más débil y más sensible , se afecta,
más que el hombre por las impresiones físicas ó morales que recibe,
mientras que, dotada por otra parte de mayor resignación moral y
de menor aprensión intelectiva , la inmutan menos otra clase de
agentes exteriores , como las epidemias, los desastres públicos y las
zozobras constantes de la vida. Por eso se observa que hay más viu-
das que viudos, y más viejas que viejos, sobre todo entre los noven-
ta y cien años. j •i
Pueden además modificarse estas disposiciones, por decirlo asi
connaturales, ya mejorándolas cuidadosamente , ya reduciéndolas á
«na enervación lamentable. El hombre entregado á los vicios, ó
víctima de una mala semilla hereditaria , ó consagrado á una prote-
sión poco conforme al desarrollo de su naturaleza física, se afemina,
mientras que la mujer, que se ocupa en faenas laboriosas , adquiere
vigor y fuerza, y resiste como el hombre á los agentes exteriores
TeLperain'ento.-El principio de individuación « m u y vareado
en el hombre, y á él se deben, no sólo las di erencias de configura-
ción, de lenguaje, de costumbres, de razas, sino cambien y de una
manera muy particular, las que dependen de la variedad de las re-
laciones y proporciones de la organización humana, que llamamos
temperamento. Tomado el temperamento en sus caracteres más ge-
nerales, puede comprender á muchos individuos de la especie nu
mana, y Jor la mayor ó menor propensión que de él resulte paraco^n-
traer enfermedades , debe su estudio ocupar un lugar Vf^l^^J^
la higiene. Comúnmente se distinguen cuatro especies de tempera

• Puede consultarse FRÉDAULT, Trailé d'Antropologte , hb. v, cap. u.


500 HISTORIA NATimAL.

mentó ' : i.* TEMPERAMENTO SANGUÍNEO, debido al predominio del


sistema vascular ó circulatorio; 2." TEMPERAMENTO NERVIOSO, debido
al predominio de los nervios ; 3." TEMPERAMENTO BILIOSO , en el cual
prevalece sobre los demás sistemas el sistema digestivo , y 4.° TEMPE-
RAMENTO LINFÁTICO, debido al preferente desarrollo del sistema absor-
bente.
TEMPERAMENTO SANGUÍNEO.—Caracteres físicos.—Talla alta y bien
formada, fisonomía animada, color rosado, rostro risueño y florido,
ojos vivos y brillantes, miembros fle:cibles y ágiles y movimientos
libres y listos. Las formas suaves y graciosas, bien pronunciadas, y
las carnes firmes y compactas, forman un estado medio entre la obe-
sidad y la flaqueza; los cabellos de color rubio que tira á castaño •
Caracteres morales.—Los sanguíneos tienen sensaciones vivas,
imaginación brillante, concepción pronta y memoria feliz; p C "
rara vez llegan á ser ni eruditos ni sabios, porque les falta tenaci-
dad, y tratan superficialmente las cuestiones sin profundizarlas. SoO
en cambio amables, generosos, serviciales y francos, é inclinados á
los placeres de la mesa y de Venus, vanidosos y aficionados á expe-
diciones y espectáculos.
Sanguíneo atlético.—Cuando al temperamento sanguíneo se une
un gran desarrollo del sistema muscular, resulta la variedad llama-
da atlética ó hercúlea, cuyo carácter esencial es el vigor y la fuerza.
El hombre dotado de esta variedad de temperamento sanguíneo tie-
ne la cabeza pequeña, el cuello hundido, el pecho y las espaldas
anchas, los brazos vigorosos, el tronco robusto y las prominencias
musculares muy pronunciadas. Es valiente , más por instinto que
por reflexión, y personifica hasta cierto punto Ja fuerza brutal y ciega:
es el Hércules de Farnesio. Aunque inclinado á la glotonería y borra-
chera , es menos sensible y más púdico que el sanguíneo; se presta
á la práctica de la mortificación y penitencia, y puede ser inclinado
fácilmente á la virtud.
Son tipos de temperamento sanguíneo Antinoo , Apolo de Bel-
véder (las estatuas), Alcibiades, Marco Antonio, Enrique IV y
Luís XIV de Francia, Rafael, León X y el Sansón de Extremadura
Diego García de Paredes. Este temperamento abunda más en los
hombres que en las mujeres, en los países templados que en los
cálidos y meridionales, y es el más apto, dice el Sr. Pereda, para
disfrutar de buena salud, si bien predispone á enfermedades del
sistema vascular.
TEMPERAMENTO NERVIOSO.—Caracteres físicos.—Los individuos

' Se admite hoy otra especie más', que omitimos por razones fáciles
de comprender.
DEBRnrNE: Fisiología humana, parte iv.
HIGIENE. 50'

de este temperamento son flacos, delgados, vivos, y están casi siem-


pre en movimiento. El cabello es oscuro ó negro, la barba precoz y
cerrada; están dotados de sensibilidad física muy exaltada, y son
propensos á ataques espasmódicos y convulsivos. . ,.
Caracteres morfl/eí.-Imaginación brillante y fecundar)uicio
sólido y perspicaz; grande actividad intelectual, dotada muchas ve-
ees de soberana penetración. Su veleidad los aparta comúnmente
del cultivo asiduo de las ciencias filosóficas y de las meditaciones
abstractas, pafa las cuales son muy idóneos, y los inclina á la pro-
fesión de las letras y de las bellas artes. El trato es franco y agrada-
ble, con tal, empero, que no se excite la susceptibilidad, ni se les
causen penas. Los jóvenes que, para desgracia suya, tienen el tem-
peramento nervioso, necesitan principalmente de una terapéutica
religiosa, que modere sus ardimientos, porque si l<^ loca de la casa
como llama el P . Granada á la imaginación, se apodera del mando,
arrastrará al corazón á una ruina irremediable Este temperan^ento
se combina muchas veces con el sanguíneo ó el "^'^'^^^fl^J^^^^
tico, y con este último constituye una especie de equ>hbrio o gámco
y fisiológico, que pudiera llamarse templado, y F « ^ ^ l " 7 ^ " j " ^ ^ ^
jeres. Díces^ que Voltaire, Federico, Lamennais,Roussau en su
últimos años, Pascal, Byron, Lope de Vega, Ercilla y Fr. Luis de
León, eran de temperamento nervioso.
TKMPERAMEHTO ..uoso.-Caracteres fi'^''f--^^J°fZlZ¿l
talla regular, poco grueso, osamenta fuerte , formas ^^y^'^^^^^^
carnes compactas, musculatura vigorosa y pronunciada ve"^^ °^"¿
aparentes, cara enjuta, color amarillento sobre un ^^^^^^^^^^
nos moreno, ojos vivos y brillantes cabero ^ ^ ^ ^ ^ - - ^ .
que se cae pronto, barba espesa y voz fuerte, i^i prc
« « . h=p J c o 6 ae. hígado, ,u= « '\<"fl^2ZZ^t d. S I ,
prime su sello á todo el organismo, y le da el nomu

y v.he™.„,e,. E. bilio» « ' = ° f ¿ ' , ^ ^ ^ ¡ 1 cioWgu™,


tante, obstinado, taciturno y firme de ^^'^^^ , ' ' • aina.
reflexivo, capaz de vastas concepciones, de más ingenio 'i^^^'^^^
ción S y'más apto para las ciencias que para las ^^^es y ^ ^ ^ ^ ^ J'„
Como el amor es la pasión dominante en el « ^ " « " ' " f ^ ^ ^ ' ^ ^ " ' ^
lo es en el bilioso; y para satisfacerla no escasea ^J^jf "«^^^^^^^^
ycctos, ni hay contratiempo que abata su »7«""^,^; . f " ^ ^ o ^ ^
Vivo, Imperioso, activo, fogoso, envidioso, desconfiado, previsor,

« Debreyne dice : .posee más iagenio que talento,» lo cual no parece


exacto.
502 HISTORIA NATURAL.

trato desagradable y seco y despejado en sus modales, será por pun-


to general más temido que amado.
Del temperamento sanguíneo y del bilioso suele formarse un
temperamento medio, de fisonomía algo ruda, cutis un poco mo-
reno, pelo negro, inteligencia muy despejada, juicio sólido, memo-
ria feliz, imaginación viva, carácter más apacible, y aptitud especial
para las ciencias exactas, manejos de negocios importantes, combi-
naciones políticas, asuntos diplomáticos, etc.
AI bilioso debe ofrecérsele ancho campo para su actividad, y ¿^'
rigir esa pasión de gloria que le devora hacia un objeto digno del
cristiano : así podrá en poco tiempo alcanzar alto grado de santidad
y ser muy idóneo para dirigir á otros, cual sucedió con San Atana-
sio. Entre los de este temperamento se encontrará á cuantos han
gobernado y trastornado el mundo y se han hecho célebres por sus
hazañas y por sus crímenes : Alejandro, Julio César, Bruto, Maho-
ma. Napoleón, Cisneros, el Gran Capitán, Felipe II, Cromwell, Lu-
tero, Milton, etc. Es el temperamento que predomina en España y
en otros países cálidos, y no es incompatible con la salud, con tal
que no sea muy extremado, ó que, á lo menos, cuide el individuo de
moderar su cólera.
TEMPERAMENTO LINFÁTICO.—Caracteres físicos.—Estatura bastan-
te alta por lo común, cuerpo algo obeso, carnes blandas, piel floja,
descolorida, blanca y fría, formas redondeadas, músculos poco sa-
lientes y débiles, movimientos lentos y mesurados, rostro pálido 6
ligeramente rosado y lleno, fisonomía tranquila, poco ó nada ex-
presiva y hasta insignificante, ojos azules empañados y sin fuego,
mirada lánguida, pelo rubio ceniciento y liso, barba rala y tardía '•
Caracteres morales.—La inteligencia es débil, la memoria in-
fiel, la imaginación fría y las sensaciones poco vivas; pero el juicio
es recto y seguro. Los linfáticos, cuyas afecciones son dulces y poco
enérgicas, son amigos del reposo, poco inclinados á trabajos que re-
quieran actividad, resolución y esfuerzos; amables, compasivos, sin
doblez, fríos, indolentes, apáticos y perezosos. Todas sus pasiones
son moderadas, lo que produce en ellos virtudes de temperamento,
de las cuales no debieran mostrarse ufanos. Es preciso combatir en
ellos la pereza, que pudiera conducirlos á un cúmulo de males físi-

' En el Museo antropológico del Dr. Velasco en Madrid se conserva


emborrada la piel de Agustín Luengo y Capilla. Nació en Puebla de Al-
cocer (Badajoz) el i5 de Agosto de 1849, y murió en Madrid, de inanición,
el 31 de Diciembre de 1876, de veintiséis años de edad. Su estatura era de
2'3o metros, y pesaba 8 arrobas y i5 libras. Era de musculatura pobre, de
mucho hueso y completamente lampiño.
HIGIENE. 503

eos y morales ; el onanismo en la adolescencia y el alcoholismo en

' ' " ''si'esto^lega á conseguirse, su humor apacible y f ^*^°^^"";"''";


puras les harán hombres virtuosos y sanos , capaces de llenar ios de-
beres comunes de la vida social y religiosa. Encuéntrase «te tena-
peramento con preferencia en los países fríos y húmedos, y son ti-
pos de él Pomponio Ático y Montaigne,
Según Debreyne, el temperamento que hoy predomina en h^u-
ropa es el linfático sanguíneo, ó vice versa, de fisonomía rnas amma-
da; y pelo casi castaño. La inteligencia es mediana la aphcación
poca, ias pasiones moderadas y el trato agradable. El tetxipe argento
linfático bilioso es muy raro, y lo es asimismo que cualquiera de
los cuatro que hemos descrito se halle completamente aislado ó que
un individuo goce de tan perfecto equilibrio de '°''-;j^l^^^^^2
que no predomine en él alguno de esos temperamentos más ó menos

" t a : : l . a . - E n t i é n d e s e por naturaleza, cofsü^uaé^ 6c^^:


Plexi6n, el modo de ser de cada individuo c o n ; -^^^^^^
ñera más general y más extensa que en el « ' " P ^ " " " ' 7 ° - „„„^e3 ex-
6rganos y U s Z funciones ^^^ ^ ^ ^ é s tL-T^^^^^^^^^^^^
temos y todas sus actuaciones sobre el compueb , ^g
influir L la determinación de lo que aquí se ''^^^J^^^^^^'l'^l
ts fuerte ó débil, y se halla identificada con el individuo de
manera más permanente que ei mismo «"^P"""?^?;;- ^^^rcional-
Naturaleza /"«er/e.-Cuando el cuerpo se halla P'°P°'"°'l^'
m e n t r i Í S u í d o , se reparan fácilmente las fuerzas perdidas son
Ágiles y desembarazados los niovimientos, acuvas las j u n e o n ^ ^
nStrici6n,yla circulación " - f - ^ VSuelen
fuertelaconstitucióndelindividuo. e^LT sers smntoSas de i n fa-
^^
yorable estado el buen - l o ^ , la amphtud del pecho^.^la ^^ ^^ ^^^_
la respiración y la innervacionpron a re^^^^^^^^^^ ^^^^ complexión,
peramento sanguíneo parece el mas lavu
siempre en armonía con el medio ambiente. delgado, pá-

lido. de pocal fuerzas, apetito escaso, e s - - g ° f «^'l^ ^^^ P ^ ^ ^ ^ , ^


digestiva, impresionable y nervioso, se dice J"^ " ° ^ " ba sus
bil. El menor exceso ó la más pequeña falta de «"^'«^^ PJ[^,^ol6gi.
funciones digestivas ; el ejercicio le fat.ga r ° / / ^ ^ « ^ . t b i c o s . El
eos trastornan su organismo y le causan « « j « ° « J J ^ , 3,bre el
predominio del temperamento nervioso ó del l«) ^^^^^1^^,
«»nguíneo son causa, ó cuando menos ^ " ' ^ / ¿ a y á enfer-
débiles, siempre expuestas ^ l . P ^ ' ^ . ^ ' - ' ' ' ^ ^ ^ ' ^ ^V^^' 2 que frecuen-
medades. Cuando esta constitución es '^«^^'''''^^'^'. J . , cuando es
temente sucede, es muy difícil de combatir y me,orar, mas
504 HISTORIA NATURAL.

adquirida, la higiene tiene medios más eficaces para reformarla.


Idiosincrasia.—Es una singular disposición que determina efec-
tos particulares, raros, extraordinarios, ó ciertas inclinaciones que
no experimentan por lo común los demás hombres. No hay fortaleza,
dice Pereda, sin muro vulnerable, ni sujeto, por fuerte que sea,
en quien no haya un lado flaco, un órgano'más delicado y predis-
puesto que otros á desarreglarse en sus funciones.
Algunos ejemplos, tomados de Debreyne, harán más inteligible
esta doctrina algún tanto vaga. Emato Lusitano habla de un español
que experimentaba desmayos, vómitos y diarrea cada vez que, aun
sin saberlo él, se le mezclaba carne en sus alimentos. Tissot refiere
que un amigo suyo no podía, aun sin saberlo, tomar la más pequeña
dosis de azúcar sin tener vómitos. Dejean cita el hecho de un hom-
bre en quien la miel, tomada interiormente, ó aplicada simplemente
en la superficie cutánea, obraba como un verdadero veneno. El
mismo Debreyne gonoció á un individuo opulento que comía con el
mayor placer todas las arañas que podía atrapar en su jardín, ó que
le traían para complacerle. Hay personas que se recrean en olores de
perfumes que á otras causan vahidos ; otras qué digieren sustancias
fuertes, yque se ahitan con otras inofensivas y de fácil digestión. En
una palabra : la idiosincrasia es al organismo del hombre lo que la
antipatía es á su parte moral ó sensible.
Herencia.—Aunque la generación no produzca esencialmente más
que semejanza de naturaleza, sucede«frecuentemente que los padres
trasmiten á sus hijos, no precisamente sus cualidades intelectuales y
morales, toda vez que el alma es creada por Dios, pero sí sus pro-
piedades ó sus accidentes fisiológicos, buenos ó malos. Los fisiólogos
han escrito mucho, y han errado más si cabe, para inquirir qué parte
de esta herencia misteriosa deba atribuirse al padre, y cuál á la m^'
dre. El hecho, sin embargo, es innegable: heredamos de nuestros pa-
dres, no precisamente el talento ni la bondad, no siempre las rique-
zas, pero con seguridad defectos ó cualidades de organización, com"
patibles unas veces con la salud, y dispositivas otras para gran nu-
mero de enfermedades. Vicios de conformación, alteraciones en l o '
humores, la tisis, la gota (un 5o por 100 de casos), el cáncer, las es«
crófulas, las herpes, la predisposición á las plétoras, la clorosis, la<
hemorragias, el histérico, la epilepsís, la locura, y las enfermedades
de los ojos, etc., son afecciones que llevan el triste privilegio de su-
cederse en las familias, y que tarde ó temprano hacen que la belleza
y la fuerza física decaigan y se aniquilen, y con ellas el vigor de 1«
inteligencia, porque el alma ha menester de u n cuerpo bien organi-
zado, no ciertamente como de órgano, pero sí como de objeto, para el
ejercicio de sus facultades. Como son conocidos los Borbones por
la forma de su nariz, y lo eran también los Capetos por el volumen
HIGIENE. 505

de su cabeza, así en todas las descendencias hay una conñgura-


ción particular que se llama aire de familia, que revela en ellas el
organismo hereditario.
Para evitar esas degeneraciones, es conveniente buscar una com-
pensación, un equilibrio, mediante el cruce de individuos de dis
timas familias, al contraer las alianzas matrimoniales. ^-1 insumo
mismo sanciona de antemano esta observación de 1^ expenenc a,
toda vez que el amor, lazo santo del matrimonio, busca en la perso-
na amada cierto contraste compatible con ^^ ^«""^'^"^" ^ " ' ° ' " "
gendra; y la Iglesia, cuyos saludables preceptos son en njuch^irnos
casos t^n higiénicos como morales y religiosos ha mirado también
por la salud y la conservación de los hijos al declarar ""1°^ 1°^ "^^
trimonios contraídos dentro del cuarto grado de cognación natural.
La sangre dijo Troplong ' , siente horror de si misma en la re-
l a c i L d e l o s U r s , y la estadística se encarga de la demo^^^^^^^^^^^^
numérica délos desastrosos resultados de los ^ - " " " ° " " ^ Z " !
primos carnales, así como de la sanción de ^^^ j ^ y ^ . ^ ^ ^ " ^ " / , l S .
viles relativas á estas alianzas. Los ^«^'^«-"^"í*"^'.'^ J a i t a s Y Ío-
cos de nacimiento, así como los inibéciles, epilept eos idiot s y ^
eos, son muchas veces el castigo de - u m o n e s entre p a r i ^
aquí el cuadro de las observaciones del Dr. Leieovrc q
dencia:
460
Matrimonios entre prinf>s ^
Hijos de estos matrimonios ^9 9
Sordo-mudos entre estos hijos ^|
Imbéciles é idiotas

Resulta que, habiendo generalmente 3,65 ^or^^-rn^^^^n^


miento entre xo.ooo nacidos, los -"«"imonio entr P " ^ ° ; ^ % ^ ^ ^
enorme cifra de 5o por 10.000 que nacen ^fJ^J^^^^^ des-
gravísimo defecto. La ^^^^ ^'T'"TJZlT£tZ^^lci.
prende del estudio de las í » - ^ ^ ^ t r o b t v a T n t^h^^^^^^
tado Dr. Lefebvre, continuando sus oDservat , ,j j
celo, afirma que la tisis se Y ^ ^ ^ ^ - ^ r e r tamb é1^
madre atacados de tuberculosa, y que se nereaa tan _
mente ó por atavismo cuando los «duelos la han ten ^o 7 ^^^ P ^^
dres, sanos en la apariencia, la habían recibido ^^J^^^^^^ he-
La higiene, no obstante, puede evitar « . ' ^ « " ' ^ J ^ / ; ; ; " ! ^ c o n
reditario por medio de 1» gimnasia, la alimentación y el clima,

« Nouveau Dict. de médecine e, de chir. pratiiue tomo « . p. 191.


» Revue de Questions Scientifiques, Enero de i877-
506 HISTORIA NATURAL.

tal que uno de los padres no haya sido atacado de la tuberculosa, y


no tenga, por consiguiente, parentesco próximo.
Ya Hipócrates había dicho : Gignuntur autem laessi ex laessis,
claudiex claudiis '; y se cuentan casos de una he meralopia (abolición
completa ó incompleta de la visión durante el tiempo que el sol está
bajo el horizonte), trasmitida á seis generaciones en el espacio de dos-
cientos años. Durante cinco generaciones se conservó en toda una
familia la ichtíosís, ó sea la diátesis herpética que cubre la piel de
escamas córneas, secas y sonoras. De la sífilis, dijo José De Maistre,
y lo confirma la experiencia, «trabaja sobre lo posible, y mata lo que
aún no existe, puesto que vel a incesantemente sobre los manantia-
les de la vida para empobrecerlos é infestarlos.» Los límites de este
curso no permiten mayor extensión en este importante estudio. Los
jóvenes que se inclinan á fundar una familia, deben inquirir cuida-
dosamente el carácter, las cualidades, las virtudes y los vicios de la
persona con quien piensan unir su vida *.
H&bito.—Es una cualidad más ó menos arraigada en el sugeto,
mediante la cual éste se halla bien ó mal dispuesto, ó en su ser, ó en
sus operaciones. Hablando con rigor filosófico , la definición ante-
rior conviene al hábito Y áh disposición habitual, que en higiene
suelen confundirse. Es hábito la costumbre ó facilidad muy arrai-
gada en el sugeto; y es disposición cuando está poco arraigada, ó
cuando, á pesar de su aparente arraigo, es fácilmente amisible,
atendida su naturaleza propia. El v\cu% moral es una disposición , y
no un hábito, porque se funda en el error práctico del entendimien-
to y en la influencia de las pasiones, que no son de suyo permanen-
tes y estables; empero como algunas veces existen á modo de.hábito,
en virtud de la repetición de los actos , comprendemos bajo esta pa-
labra las buenas y las malas disposiciones arraigadas en el hombre.
Un solo acto llevado á cabo con mucha intensidad puede engendrar
un hábito, y todos los actos del ser viviente pueden de esa manera
trasformarseen hábitos, aunque bajo el punto de vista de la higiene
se arraigan más y tienen más trascendencia los que se refieren á la
vida vegetativa que á la sensitiva, y éstos más que los referentes á las
operaciones intelectuales, según que el elemento material toma en
ellos mayor ó menor parte.
Los hábitos, aunque superiores á los instintos, tienen algo de la
espontaneidad de éstos, influyen poderosamente sobre la voluntad.

' Del aire, del agua y del lugar.


* Recomendamos la lectura del discurso pronunciado porLefebvre ante
la Sociedad Científica de Bruselas, Octubre de 1877 ; el estudio de Arcelin
publicado en la misma fecha en la Reyue des Questions Scientifiques, y la
excelente obra de QUATREKAGES, VEspece humaine, lib, vn, cap. xxnr.
HIGtENE. boj

la previenen en ciertos casos, en los cuales sólo después de reflexio-


nar nos damos cuenta del bien ó del mal, al cual nos ha conducido
lo que llamamos el genio , el humor, la mala inclinación, que son
nuestras propias pasiones, desarrolladas por la repetición de los
actos y por el descuido en reprimirlas y dirigirlas hacia un objeto
ordenado. Infiérese de aquí Ja importancia de adquirir solamente ha-
bitudes buenas, sobre todo en la edad temprana, en que la naturaleza
es más dúctil y más flexible, á fin de no contraer necesidades que
estraguen el organismo y sean en la vejez dificilísimas de arrancar '.
Conocida es la resistencia que esta edad presenta á toda innovación,
aunque sea extrínseca al sugeto;en el mismo caso se hallan los hom-
bres de temperamento linfático. Las mujeres y los temperamentos
nerviosos suelen tener más facilidad para despojarse de unos hábitos
y adquirir otros, por la sencilla razón de que nada en ellos echa tan
profundas raíces.
Sin embargo, como el hombre es siempre dueño y señor de sus
acciones, siempre puede y siempre debe arrancar, modificar ó cam-
biar los hábitos perjudiciales, adquiriendo en cambio los que le im-
priman un carácter firme, eleven su alma, y den vigor al organismo.
, Tres procedimientos puede seguir para conseguirlo: i." Esforzarse
en adquirir un hábito que por su fuerza acapare toda la actividad de
sus facultades, y destruya, por lo mismo, el hábito perjudicial; por-
que es bien sabido que los hábitos malos , si pugnan entre sí mu-
chas veces , están siempre reñidos con los buenos. Así una noble
ambición puede corregir la pereza; el aprecio del dinero ó de la sa-
lud, la intemperancia; el amor verdadero y legítimo, el onanismo,
y el deseo de una posesión social, los excesos del tabaco, de la gula y
<le la embriaguez. 2.°Ocuparse en muchas cosas. Tiene sus inconve-
nientes, porque el que atiende á todo, nada hace bien; mas por lo mis-
mo llegará á disminuir la fuerza de los malos hábitos, y hasta laani-
quilará. Será su carácter la falta de todo carácter, que es menor mal
que tenerle avieso. Algo de esto se observa en las mujeres, fáciles
sobre toda ponderación á doblarse á todas Jas eventualidades; cam-
bian de posición social, de clima, de manera de vivir, suben ó ba-
jan , pasan del calor al frío y de la opulencia á la miseria, sin expe- -
"mentar las dificultades de los hombres. Vese el hombre elevado á
una posición codiciada, y vese al mismo tiempo rodeado de emba-
razos, y se resiente de su condición primera; casi nada de esosuce-
<le á la mujer. También hay hombres á quien sucede lo propio, que
no tienen carácter, ó que tienen un bello carácter; pero á estos
hombres se les llama afeminados, 3." El hábito puede también cesar

Por eso dijo Virgilio:.... Adeo in teneris assuescere multumest.


508 HISTORIA NATURAL.

por el hastío que causa el objeto, incapaz de*saciar nuestros deseos


de dicha y de quietud. Esto suele suceder cuando el hombre ha for-
zado, por decirlo así, la máquina de su organismo, y ha encontra-
do vasto campo en que apacentarse sin dificultades de ningún géne-
ro. Empero este medio, ilícito cuanto se trata de hábitos moralmente
malos, y tardío si los hábitos perjudican á la salud, es además inefi"
caz para los que ejecutan esos actos perjudiciales con cierta regulari-
dad cronométrica. En ellos cada acto es una circunstancia agravante,
fría y razonada del mal que les aflige, y del cual no saldrán jamás
sin auxilios de orden superior. Es preferible, pues, en estos casos la
sustitución paulatina y gradual del objeto vedado por otro objeto
que interese su corazón. Así, un corazón avariento se ablandará poco
apoco poniéndole en contacto con la miseria del prójimo; el que
consume sus fuerzas en casinos y cafés, los abandonará si se sabe
discretamente herir su imaginación con los encantos de una lelici-
dad posible en el hogar; el libertino sentirá repulsión hacia su pro-
pia conducta desde que sepa dirigir á Dios toda la ternura de su
alma; y un carácter duro y violento suele ablandarse ante la miseria
de una debilidad extremada. Por este camino son posibles grandes
cosas en pro del cuerpo y del alma, con tal que haya habilidad para
presentar los encantos del objeto en cuya prosecución se intenta
interesar al que es víctima de un hábito pernicioso.
Los hábitos modifican los órganos , porque, ó residen en ellos
y por ellos se ejecutan si son animales, ó á lo menos de ellos se sir-
ven, cual de condiciones indispensables, si son hábitos intelectua-
les, y, en definitiva, unos y otros tienen grande influencia en la sa-
lud del individuo y de su posteridad. De aquí la obligación de ao
dejarse esclavizar por esos tiranuelos domésticos que llamamos há-
bitos malos, y de aquí también el deber y la conveniencia de adqui-
rir hábitos buenos q u e , facilitando el ejercicio de nuestras potencias
acerca de sus objetos propios, dan al hombre la verdadera libertad
y son compatibles con su salud.
Profesiones.—Llámase profesión ala ocupación ordinaria en la cual
el hombre emplea con preferencia sus fuerzas físicas é intelectuales. El
hombre nació para trabajar, pues para ello está dotado de potencias
y de sentidos que tienen por fin los actos por el ejercicio de sus fuer-
zas. Empero si el trabajo es ley del hombre, el descanso es ley del
trabajo, para recobrar las pérdidas de calor y de vida que éste oca-
siona. Dios nos impone el descanso de la noche y el descanso del
sétimo día, para que se reconstituya el equilibrio de nuestro orgfl'
nismo, en el cual consiste la salud, y para que el hombre se acuerde
de que es algo más que un ser productor. Y esta última ley, recono-
cida por todos los pueblos, porque es natural á la par que divina, es
también higiénica á la vez que religiosa, y no se traspasa impune-
HIGIENE. 509

mente sin perjuicio de la salud, así como es imposible conservar el


vigor del cuerpo y el bienestar del alma abandonándose completa-
mente á la ociosidad y la indolencia.
Las profesiones, con relaciónala higiene, suelen dividirse en
dos grupos : las que ejercitan con preferencia el espíritu, Vrofesiones
/ i í e r a / « , y las que ejercitan con preferencia el cuerpo, ^ r o / e . o « «
mecánicas. Y decimos con preferencia, porque el hombre es uno,
y no hay profesión liberal sin ejercicio corporal, ni profesión meca
nica sin el ejercicio del espíritu. El hombre de estudio y el obrero
representan una y otra profesión. Para que la salud no se «sienta
el hombre de profesión sedentaria debe consagrar algún tiempo al
ejercicio corporal, paseando, cazando, haciendo ejercicios g i m n á -
ticos ú ocupándose en alguna arte mecánica; asi como e ob ero
debe también dar á su alma el pábulo de una instrucción más sólida
y útil que extensa y frivola, para que de él ^^'^^^'"'"''''^¡"'TZ
in corpore sano. Y como los malos hábitos per,udican á a salud del
cuerpí, al paso que manchan el alma, ha " " ^ " " ^ ^ ! " ' ' / J ^ j ^ ;
prevenirse contri la rusticidad, la ^««^«"«^"^V. h ' o o;pora? así
y otros defectos que suelen andar ¡ " ^ ^ ^ ^ , ^ 0 ^ "^^^^^^^^^^
como los hombres que se consagran á las P"^,";" , " , ' ^ ^ _ „ „ _ j . i a ^
de evitar el orgullo, la envidia, la murmuración, la intemperancia y
la lascivia.

PARTE SEGUNDA.

CAUSAS DE LA SALUD.

est ralio communis. higienistas han concentrado


Siendo numerosas esas «^^"^^^'^^^^^^f^^ef,' a continua repe-
su atención en aquellas cuya acción " « ' * " * ^ / ; 3 „ ' „ . „ „ „ „ » -
tici6n ejerce sobre la salud impresiones má »^P°«f;Jf;^ J P"
facilitar su inteligencia, las han colocado en el ord^n siguiente .

i." Agentes que rodean al hombre; como^l aire


la luz, el calor, la electricidad, las habitaciones, lo* circunfusa.
climas, etc i l l ves-
2.» ídem que se aplican al cuerpo, como ios . ^,.^^,^^
tidos, los baños, los cosméticos • • • ••••••;_
3.» Cosas ingeridas en el cuerpo, como los ahmen ^^^^^^^^
tos y bebidas
- • ^

510 HISTORIA NATURAL.

4,' Cosas expulsadas del cuerpo por los órganos ex-


cretores Excreta.
5.° Ejercicios y movimientos voluntarios Gesta.
6.° Los actos sensitivos y las pasiones del hombre. Percepta.

CINCUNFUSA.

Redúcense, como se ha indicado, al aire, agentes imponderables,


habitaciones, climas.
Aire.—El aire atmosférico nos baña por todas partes, nos en-
vuelve y penetra en nuestro pulmón, para formar parte integrante de
nuestra sangre y de nuestros órganos. Es un verdadero alimento:
pabulum vitae, le llamó Hipócrates; que será bueno ó malo según su
composición, mezcla y demás modificaciones de que es susceptible.
Presión atmosférica.—El hombre soporta el peso de una co-
lumna de aire, que tiene por altura la elevación de la atmósfera
(200 kilómetros), y por básela superficie del cuerpo del hombre.
El peso de la columna atmosférica equivale por término medio al
peso de una columna de mercurio de 756 milímetros de altura , lo
que supone para la superficie del cuerpo del hombre una presión de
16,000 kilogramos , que es sumamente favorable á la salud, porque
equilibra la tensión interior de los humores y gases de nuestros teji-
dos. Empero aquella presión varía con la altitud, es decir, con la ma-
yor ó menor elevación sobre el nivel del mar ; con la marea atmos-
férica, variación diurna y regular entre mañana y tarde ; y con las
modificaciones accidentales de la atmósfera que indica el barómetro,
de tanta influencia para la salud, que entre el tiempo de lluvia y el
buen tiempo fijo hay, para un cuerpo humano regular, la diferencia
de presión de 600 kilogramos.
El aumento de presión atmosférica, cuando no es excesiva, ali-
gera el peso del cuerpo, según el principio de Arquímedes, facilita
el movimiento de los miembros, hace la respiración más pausada,
porque el oxígeno es más abundante, aviva el apetito, hace que la
sangre sea más roja, más arterializada y rica, y comunica cierta
energía á todo el organismo. Evitando transiciones rápidas, el hom-
bre puede soportar hasta el peso de tres atmósferas. Empero el ex-
ceso de presión, sobre todo en determinados temperamentos, puede
ocasionar, no sólo los desórdenes conocidos con el nombre de
mareo de los bu\os, sino graves congestiones á causa de la mayor
riqueza que adquiere la sangre. Testigo en Madrid el presente
invierno de 1881 á 82, tan seco y primaveral como mortífero.
La falta de presión ocasiona más graves desórdenes. Los vasos de
la sangre se dilatan, porque la presión interior no está contrabalan-
ceada por una presión exterior suficiente; se dejan penetrar por
HIGIENE. 5^ *

mayor cantidad de sangre, y se congestionan, ó bien, bajo la in-


fluencia de un esfuerzo más violento, se rompen y producen derra-
mes en el cerebro ú otros órganos, cuyas consecuencias son vérti-
gos, desvanecimientos, zumbidos de oídos, y hemorragias por los
ojos, nariz, oídos ó pulmones. Por otra parte, como el aire menos
denso contiene en el mismo volumen menor cantidad de oxigeno,
resulta la necesidad de respirar más frecuentemente para obtener la
cantidad de ese gas necesaria á la hematosis, acelerándose por con-
siguiente el pulso, haciéndose la respiración anhelosa y jadeante y
desvaneciéndose los sentidos. El cuerpo aumenta de peso con reía-
ción á lo que disminuye el del aire desalojado por su volumen, y
todos sus movimientos se hacen más lentos, los musculosse fatigan,
y se cae en una especie de apatía peligrosa é indiferencia absoluta.
Es el mareo de las montañas, como le llamaron los P f ™ " ° ^ ^ ^ P ° ;
radores de América. El organismo, no obstante, de ciertos hotnbres
que habitan desde la infancia altitudes de 5,ooo metros se ha la en
armonía con ese medio, que no dejaría de ser peligroso para los re-

" " \ S ^ E 1 aire en movimiento se llama v l e n t o ^ - - ^ -


corre 3 metros por segundo, y huracán si recorre ^7 metros en igua
tiempo. El viento influye sobre la salud por «" "P"*,^;'P° Z ^ ^ ^ ^ ,
lidades de composición y por sus variaciones. Esta \"fl'^;."'^/; " ^^^^^^
dental, cuando un hombre, después de a gún «l""*^*; ^ ^ ° ^ \ " 7 "
tando 'en traspiración, recibe en reposo el viento fno y h u m d o qu
le produce un reuma, una afección á la garganta o " " / « f " ' ^ ° ' /
colstante, cuando el viento reinante, que contribuye ^JO"^"»"^^;'
clima, ó ¿or estar cargado de emanaciones pútridas, ° P^^J^!^^^^^^
cualquiera, crea enfermedades que sólo desaparecen cuando cesa

' " L : agitación violenta del a i . es - ; ^ ¿ a r a l a ^ . u c . p o ^ e .


cita demasiado la energía muscular, y por la nriay
- 1-• :r„a la rnnstante renovación de las capas que
calórico que nos ocasiona la consiamc 1 .v,«ntP las rorrien-
nos envuelven. Por eso deben evitarse ^-'^^'^''^'^'^^^'''ZZ-
tes de aire, sobre todo si, sudando el cuerpo, ^''''^^fj"'2m_
vimiento una superficie de evaporación que aumenta las probabih
dades del enfriamiento. . ..„,„^i„n<.«' el viento
El viento seco endurece la piel y detiene las f ; ^ T v i e n t o qTe
húmedo y cargado de vapores es penetrante y gl c al- El v ^ " ; ° ^^^
ha pasado por la cima de montañas nevadas conse va largo espac
el f L ; el q'ue procede de los cálidos ^^^^^^n^.^^^^ Á^ca^
encuentra á su paso, como el simoun viento e°^*'"';" , '
que arrastra montañas de arena y el - ^ - " ' 7^.,^„^7, ; , 2 d : fem-
duce desfallecimiento, á causa de ^-^^^^^^r^ \ , lo^ grandes
peratura. Sobre los pantanos y en las embocaduras e
512 HISTORIA NATURAL.

ríos, los vientos se cargan de miasmas que producen el cólera en U


India, la fiebre amarilla en el golfo de Méjico, la malaria en Italia, J
las fiebres palúdicas en muchísimos otros puntos. Horacio señaló en
su tiempo tan funesto resultado:

....Per automos nocentem


Corporibus metuemus austrum.

Evitando el viento mal sano, se suprime la enfermedad, bastan-


do muchas veces para conseguirlo una plantación de álamos ó de
eucaliptus, interpuesta en la dirección del viento, ó anclar el barco
al abrigo de las rocas. Conocido el viento dominante en una pobla-
ción, los hospitales, cementerios, fábricas y demás construcciones
insalubres han de colocarse en la parte opuesta, para que el viento
no se cargue de sus emanaciones infectas.
Aire del mar.—Generalmente considerado, tiene sobre el conti-
nental muchas ventajas. Contiene cantidad de cloruro de sodio, cuya
presencia se observa por el sabor salado que deja en los labios ; es
más húmedo, de presión más uniforme, de menor tensión eléctrica,
y suele hallarse puro de miasmas mefíticos, que sólo recibe en las
costas, de manera que en muchos casos basta internarse en alta mar
para evitar una epidemia. El apetito se desarrolla de una manera ex-
traordinaria , y Séneca dice de sí mismo, cuando residía en Ostia,
que comía non aliter quam mures quiferrum edunt.
Aire viciado.—El aire se vicia y se hace impropio para la respÍM'
ción, por emanaciones, efluvios, miasmas y por otros gases y vapo-
res que se desprenden de la tierra, ó de las lagunas, ó de la putrefac-
ción de materias animales y vegetales. Se vicia asimismo por principios
contagiosos, y sobre todo por las exhalaciones de los cuerpos vivos,
miasmas deletéreos y tóxicos que se forman en espacios reducidos
donde permanece por más ó menos tiempo gran número de perso-
nas. Obsérvase esto en las cárceles, buques, cuarteles, hospitales, es-
cuelas y templos, donde no se renueva suficientemente el aire. Üoa
ventana colocada en la parte opuesta de la puerta, y que se abra en
caso necesario, puede bastar para sanear la habitación. El aire, final-
mente, es irrespirable, deletéreo y mortal en todos los lugares donde
languidece ó se apaga una bujía, bien sea por falta de oxígeno para
la combustión, ó bien por la presencia de ácido carbónico puro ó
mezclado con otros gases. No debe, pues, entrar nadie en las alcan-
tarillas, letrinas, cuevas, bodegas, ú otros sitios cerrados, ó donde
existan líquidos en fermentación, como vino, cerveza ó sidra, sin
ensayar antes si arde la bujía atada á la extremidad de un largo palo..
Puede renovarse el aire colocando á la entrada una hornilla de car-
bón encendido, adaptándole un largo tubo que penetre mucho en la
HIGIENE. , j .

cavidad ó cueva. El mejor desinfectante es echar en una vasija de


oarro cocido dos partes de óxido de manganeso y diez de sal común,
y sobre esta mezcla seis partes de ácido sulfúrico, dilatadas de ante-
«íiano en cuatro de agua. Para una pieza de seis metros de largo por
tfes de ancho, se necesitan :

Sal común 140 gramos.


Oxido de manganeso 24 »
Acido sulfúrico 80 »
Agua 3o »

•Asfixia.—El aire viciado produce la asfixia, ó suspensión de la


'sspiración, cuyo término es la muerte. La asfixia puede proceder
^tnbién de un exceso de calor ó frío, de la electricidad, de la sumer
"ón en un líquido y de la estrangulación. El primer cuidado ha de
^ r naturalmente sustraer al asfixiado á la causa del daño, y luego
insuflarle aire por la boca, y moverle suavemente los brazos para faci-
litar la elevación y depresión de las costillas; frotarle la piel, para ex-
citar el sistema nervioso; y, si es posible,estimularle el conducto di-
gestivo por medio de corrientes eléctricas entre la boca y el ano. Tanto
'a calefacción como los refrigerativos deben aplicarse, según los casos,
suavemente y por grados.
LuB.—La piel del animal tiene funciones tan importantes para la
^da como las del pulmón ; absorbe el oxígeno, despide el carbono y
exhala vapor de agua, siendo indispensable para el desempeño regu-
lar de estos actos que la piel esté bañada y excitada por la luz natu-
Wl. Como las plantas privadas de la luz solar se decoloran (y en esto
consiste el blanqueo de ciertas legumbres), crecen rápidamente y
F^crden todo su vigor , así el hombre, y sobre todo los niños, priva-
dos de ese elemento de vida, palidecen, adquieren un tinte mate y
caen en la caquexia. Por eso los individuos que viven en habitacio-
nes bajas y sombrías, los porteros, los obreros que trabajan en minas 6
«n alcantarillas, los que habitan en sótanos, los que duermen en tras-
tiendas con vistas á patios sin aire y sin luz, los que trabajan de no-
che,los que hacen de la noche día, y otros análogos, están expuestos á
los peligros que resultan de la ausencia de luz y de la humedad,
compañera inseparable de la oscuridad. Se manifiesta primeramente
la decoloración por la diminución de glóbulos sanguíneos; lu^o
«obrevienen hinchazones é hidropesías por falta de albúmina en la
*ángre; se aminoran , en una palabra, todos los elementos plásticos
del líquido alimentador, á proporción que se aumenta el agua, para
dar lugar á escrófulas y tuberculosis. Por el contrario: bajo la in-
fluencia de la luz, la sangre es rica, la piel coloreada y activa, los
tejidos más firmes, la fibra muscular mis seca, más vigorosa y más
14
514 HISTORIA NATURAL.

contráctil, la calorificación más potente, la actividad orgánica más


desarrollada, y la constitución más compatible con la plenitud de la
salud.
La higiene, pues, reclama que en todas partes haya aire y luz, y
reprueba el uso de las veladas prolongadas, porque la luz artificial
no produce los buenos efectos de la luz solar , y consume el
oxígeno del aire. El exceso de luz es también perjudicial, porque
fatiga los ojos, como se dirá en su lugar, y los expone al peligro «le
oftalmías; y como la mucha luz va acompañada de mucho calor,
irrita la piel, causando eritemas ó erisipelas.
Calor.—El calor no es menos indispensable á la salud que el aire
y la luz, porque el cuerpo humano necesita conservar una tempe-
ratura de 36° á 37°, que no se eleva ni se baja en algunos grados sin
peligro, cual pudiera suceder con cambios bruscos y notables en
la temperatura del aire ambiente. Esta temperatura se eleva bajo 1»
influencia del sol, del cual absorbe una parte notable de calor, iw
fluyendo además la latitud,, la altitud, las estaciones, los climas, el
día y la noche. El organismo se impresiona por el calor, ó por la
ausencia de él, e l / r í o ; y como esta impresión es relativa, resulta
que, para conservar el equilibrio conveniente, no siempre es seguro
el termómetro, instrumento excelente en física, dice Riant, per"
grosero é insuficiente en higiene.
Influencia del calor,—El calor muy elevado expone á congestio-
nes y hemorragias. La acción de un sol ardiente sobre la cabeza de-
termina algunas veces delirios, inflamaciones de los tejidos que
rodean el cerebro, y efectos semejantes á los del rayo. En algunos
puntos, durante la irradiación del mediodía se siente una especie
de calentura, que suele evitarse con el reposo de la siesta. El calor
seco acelera la respiración y la circulación, exagera las funciones del
hígado y la secreción biliar, causa sed y facilita la traspiración del
agua bebida. Un exceso de calor puede dificultar la respiración y
producir la asfixia.
Influencia del frío.—El frío moderado y seco reduce la exha-
lación de la piel, la actividad del hígado y la secreción biliosa. Coio'^
el aire abunda en oxigeno, la respiración, sin ser tan acelerada como
bajo la influencia del calor, es más activa, el apetito más vivo, má*
pronta la digestión^ la nutrición más completa y la sangre más rica.
El sistema nervioso, moderado por la sangre ', está tranquilo, «e
trabaja más y se padece menos, y resultan aquellos pueblos robusto*
y poco sensibles, de quienes decía Montesquieu : Es preciso des-
cortezarlos para tocarlos.
Como el frío hace refluir la sangre y los humores de la periferia

Sanguis moderator nervorum, Hipócrates,


HIGIENE. jjr

al centro, y de la piel á los pulmones, determina, cuando es exce-


sivo, una tendencia invencible al sueño y un peligro de apoplejía,
que es preciso vencer con el movimiento. El que se sienta, se duer-
We; y el que se duerme, se muere. Produce-ademas sabañones, con-
gelación y ia gangrena en las extremidades, lo que ha de evitarse no
calentándose, sino friccionando la parte congelada con nieve ó con
la mano, para despertar el calor vital, y activando la circulación por
medio del ejercicio corporal. Más que el frío y el calor perjudican á
la salud los cambios bruscos de una á otra temperatura. Al salir de
•^n salón caliente á la calle en que corre viento, ó á un coche frío,
se cogen reumas, fluxiones de pecho y pulmonías, porque el calor
había dilatado los vasos y llenádolos de sangre, y el aire frío rechaza
la sangre á los mismos centros, deteniendo la secreción de la piel,
" n cambio en sentido contrario suele ser igualmente funesto, sobre
tododespués de unacomida abundante; porque, aumentada la circu-
lación periférica, no recibe el estómago la sangre suficiente para
funcionar.
Electricidad.—Las personas muy nerviosas experimentan un mal-
estar inexplicable al acercarse una tempestad; dolores de cabeza, ja-
queca, opresión, dolores vagos , cansancio, inquietudes, etc.; per-
turbaciones que deben atribuirse ala acumulación del fluido eléctrico
en la atmósfera. También los reumáticos, los neurálgicos, los de-
cumbentes y hasta los que tienen heridas ya cerradas, son verdade-
ros electrómetros, por la agitación insólita, la angustia indefinible,
las punzadas dolorosas y el estado de ahogo é irritabilidad en que se
encuentran.
El que se halle bajo la nube eléctrica, no ha de cobijarse con los
árboles, las torres ó los edificios altos y con puntas. Han de evitarse
las corrientes del aire, cerrar las puertas y las ventanas de los apo-
sentos, y evitar la vecindad de cuerpos buenos conductores, como
ínetales, chimeneas, cuerdas de campanas, etc. Es conveniente ade-
más cubrirse con una tela que sea mal conductor, como la seda, y.
aislarse lo posible del suelo y paredes. El rayo mata al hombre, asfi-
xiándole y derribándole en tierra, sin que haya visto ni oído nada.
Si la asfixia no ha producido la muene, se pone al paciente al aire
libre, y se le trata, como anteriormente se dijo, rodándole además
con agua fría pura 6 con vinagre. La cueva es el sitio mks seguro
para librarse del rayo, aunque el mejor preservativo es un pararra-
yos bien construido y conservado, porque de lo contrario aumenta-
ría el peligro en vez de alejarlo. No deben tocarse las campanas
durante la tempestad, como hacían nuestros padres; los accidentes
funestos por esta causa son muy numerosos.
HabltacloB«a.—Debe tomarse en cuenta la construcción, ventila-
ción, alumbrado y calefacción.
5l6 HISTORIA NATURAL.

Construcción.—En cuanto sea posible, han de construirse las


casas en puntos algo elevados, ó cuando menos sobre el del nivel del
suelo, para evitar los efluvios 7 la humedad. Si por precisión se hu-
biere de ediñcar en las inmediaciones de aguas estancadas de lagos,
lagunas ú otros focos de miasmas pútridos, será muy preferible colo-
carse al sur, porque el viento norte perjudicará mucho menos. Co-
múnmente se aconseja que las ventanas estén al norte y este. En
cuanto á los materiales, han de escogerse densos, queabsorban poco
la humedad ; los ladrjllos bien cocidos son preferibles á la piedra
blanca y porosa. He aquí cómo resume Dutroulau las prescripciones
á que deben someterse las construcciones en los países cálidos, algu*
ñas de las cuales convienen con las anteriores : «La elevación sobre
el nivel del suelo y la ventilación de las casas, que las expone me-
nos á las emanaciones, la exposición al norte y al este, que permite
el acceso-directo ú oblicuo de los vientos reinantes y procura som-
bra durante la mitad más calurosa del día, son condiciones de salu*
bridad que no siempre se tienen presentes.... Si los muros son de
piedra ó de ladrillo, según la arquitectura europea, ofrecen mejor
perspectiva y preservan más fácilmente contra los huracanes é incen-
dios, que son el terror de muchos criollos; si se construyen con tai-
dera, hay menos peligro en los terremotos, que tan cruelmente hao
tratado á algunas ciudades, y bueno es no descuidar ninguna de las
precauciones que tienen por objeto evitar los inconvenientes del cli-
ma. Redúcense aquellas precauciones á circuir los muros de galerías
exteriores (corredores], que preserven las habitaciones de la acción
directa del sol y de la lluvia. Hácense las casas de diferentes pisos, ó
á lo menos levantadas más que el nivel del suelo, con muros de pie*
dra para el piso bajo, y pies derechos de madera (harigues) para los
superiores, con galerías en la parte anterior y posterior, ó en todo d
circuito, si la casa está aislada; los huecos grandes y con persianas,
que faciliten la circulación del aire, y preserven de su acción direc-
X3L. Tal es la arquitectura que parece máspropia para las comodidades
interiores, y para evitar los inconvenientes que hemos señalado '••
Debe procurarse además que cada aposento reúna las condicio-
nes que exige el objeto al cual se destina, sobre todo que tengü aire
puro, luz suficiente, escasa humedad y limpieza exquisita. En las
casas, como en las personas, el aseo es fuente perenne de salud. Las
alcobas han de tener cavidad bastante para que al hombre no le falte
durante el sueño aire respirable. Si la atmósfera no se renueva ea
las ocho horas de descanso, un solo hombre necesita, para no sufrif
molestias, Un aposento de seis metros en cuadro, por dos y medio

' Traite des maladies des européens dans les pays chauds. París, 1868,
pág. 181.
HIGIENE. 5'7

de a l t u r a . - S e evitará con todo cuidado construir las letrinas cerca


de las cuevas, pozos y cisternas, y se cuidará mucho de su aseo. En
las casas del antiguo Madrid es bastante común que estén junto á la
cocina, sin duda para que sea imposible descuidar su limpieza. El
sistema sería perfecto si, como quiere Darcet, se pusiera el conducto
de la chimenea en comunicación con el caño de la letrina. Dilatado
el aire de la chimenea por el calor del hogar, sirve de ventilador y
de llamador á todos los gases y vapores de la letrina, y no se siente
olor ninguno.
Ventilación —Hacer entrar al aire puro en una habitación para
reemplazar al aire viciado, sin que el estado higrométrico y termo-
métrico del aire interior experimente variaciones demasiado consi-
derables, son las condiciones de la buena ventilación. El procedi-
miento más elemental consiste en la apertura de ventanas, estable-
ciendo una corriente de aire, mientras que el aposento no está
habitado. Las chimeneas contribuyen mucho á la ventilación por
el tiro que determinan cuando están encendidas, y por la constante
comunkación que tienen con el aire extenor. Tanto en l^s hab ta-
ciones particulares, como en los asilos, cátedras, escuelas, dorm t(^
ríos, etc., es necesario hacer uso de esos medios naturales y sencillos,
y completarlos en lo posible. „.,„;„
En los grandes establecimientos públicos, como salas de reunio-
nes, hospitales, templos, etc., y aun en los dormitorios que no son
bastante capaces, debe recurrirse á la ventilación foreada, con sis-
temas de atracción, mediante aparatos de calefacción, ó con máqi^ -
ñas propulsoras del aire, teniendo en cuenta que un adulto necesita
en cada hora del día ó de la noche de 3o á 8o ™«»~\ ^""^/^^^/^^
aire nuevo, según la diferencia del medio en que viva Los ingleses
suelen dormir con la madera de sus r T Z \ ' Z u ^ Í T Z Z c
tímetros, para que se renueve el aire, sin " ^ * ^ / ^ " ' " " / . ° „ ¿.
nociva, ¿ n cuanto á nosotros, que gozamos de dima ^ á s dulce de
¡amos ese cuidado á las imperfectas junturas t e n u e s ras puertas y
ventanas, sin apartar siquiera las cortinas, P^'^/^l'^^'^V.rv mien^
Upices, ¿ara que la renovación del aire sea más " " " P l ; ^ ^ ' y " " ^ ^ .
tras que hay muchas personas que se imponen ""/f^^'*"" ! " " ' '
ficio para ir á respirar algunos meses el aire puro del Guadarra'na
ó de las costas de San Sebastián y de Zarauz, son muy pocas las
que se cuidan de la higiene de todos los dtas. ,„y,..¿o «e ve-
Alumbrado.-L. combustión necesaria para el « ¿ « " f ^f" ^ ^ d ^
rifica siempre á expensas del aire de la pieza «1"™»''^»/*' J ™ !
además el inconveniente de elevar más ó ^ T ^ \ T / n ' e d e J -
de ejercer sobre el órgano de la vista una acción que "<> P"^'^* ^
rarse con indiferencia. Los cuerpos q"« f ^«° P ^ J L d e í s bu
pueden reducirse á bujías, aceites y gases. La combustión de las bu-
5l8 HISTORIA NATURAL.

jías de sebo esparce vapores que irritan los órganos de la respiración


y los ojos, causando tos y lagrimeo. La cera es menos nociva, pero
los grandes hachones sólo pueden usarse al aire libre; parece que la
estearina es preferible, si bien unas y otras velas consumen mucho
oxígeno. Aunque los aceites grasos necesitan más aire que las bujias
para su combustión, si se ponen en quinqués ó lámparas regulado-
ras, despiden menos vapores nocivos. Llámase gasolina ó gas-mil á
una mezcla de alcohol y de esencia de trementina, que produce una
luz muy bella, y cuya combustión es muy completa. Se evita la ex-
plosión colocando la gasolina en la lámpara de Mille , cuyo recipien-
te tiene una esponja sencillamente empapada en la esencia. Despren-
de humo negro y olor desagradable. Para evitar los peligros del pe-
tróleo (la más económica de las luces) es indispensable que éste sea
puro y que la lámpara esté bien preparada. La luz del gas del alum-
brado público, procedente de la hulla, es muy buena, sólo que
eleva demasiado la temperatura, y esparce en el aire mucho ácido
carbónico y vapor acuoso. Nada diremos de la luz producida por el
gas hidrógeno y el oxígeno, ni de la luz eléctrica. Una y otra, por su
brillantez é intensidad, fatigan la vista en demasía.
Como la intensidad de la luz está en razón directa del oxígeno
consumido, no se tendrá en pequeñas y cerradas habitaciones más
luz que la necesaria, á fin de que la atmósfera se vicie lo menos po-
sible. La luz de gas tiene, además, el defecto de empobrecer la san-
gre si el uso es prolongado y la ventilación imperfecta.
Calefacción.—Los medios artificiales por los cuales se mantiene
en las habitaciones una temperatura agradable y hasta conveniente,
comprometen casi siempre la pureza del aire ; porque la calefacción
consume el oxígeno y esparce en nuestras moradas gases capaces de
alterar profundamente el aire respirable , y de producir desde un li-
gero malestar hasta la asfixia. Los combustibles generalmente usa-
dos, son: la leña, el carbón vegetal, la turba, la hulla, el cok, y el
gas. La leña es el mejorde los combustibles bajo el punto de vista de
la higiene. La hulla ó carbón de piedra tiene mas potencia calorí-
fica, pero esparce humo negroy despide cierto olor empireumático,
que algunas personas no pueden soportar. La turba , formada por
vegetales putrefactos, tiene también un olor infecto y malsano. El
gas del alumbrado tiene el mismo inconveniente, á pesar de los apa-
ratos ingeniosos que se han inventado recientemente, y del aseo y
limpieza que le han merecido cierta preferencia entre las familias
distinguidas de Madrid, El carbón vegetal y el cok se distinguen poco
de la leña y de la hulla.
Redúcense á cuatro los aparatos usados para la calefacción*, el
brasero, la chimenea, la estufa y el calorífero. Para resolverse á acep-
tar uno ú otro, han de tomarse en cuenta las siguientes condiciones,
HIGIENE. 5»9

no siempre fáciles de conciliar: i.", la cantidad de calor producida;


2 / , la alteración producida en el aire; 3.*, la economía doméstica.
B R A S E R O . - E I brasero, al cual nuestro pueblo se muestra muy
apegado, no tiene otra ventaja que la economía. Los gases desprendi-
dos por la combustión quedan dentro de la estancia, y han sido fu-
nestos muchas veces para las personas que han introducido ese apa-
rato en el dormitorio durante las horas del sueño. Es Preciso tenerle
al aire libre, hasta que el combustible se haya desprendido de a
mayor cantidad de gases nocivos, y sería preferible no alimentarle
más que con el carbón menudo de huesos de aceituna, llamado
cisco. . , ,, „
CHiMENEA.-Aparato con hogar abierto, que de,a ver la llama y
provisto de una campana ó tubo que conduce al exterior el humo y
los productos gaseosos. La llama del hogar es agradable y salutífera
pero el aparato es caro por el combustible que ^ - f ' ^ / f . ^ o
calor sólo se utiliza la décima parte, perdiéndose el resto ? « ; ^ ^ " ^ 0
6 campana. Las chimeneas bien construidas y limpias on el me-
dio de calefacción preferible para gabinetes, cuartos ^ "tud.o y sa
las de visitas en las que sea preciso permanecer ^ ^ ^ ^ ^^^P^'/^
que estén resguardadas de corrientes de aire, porque mantienen una
temperatura L a v e , y renuevan el aire de la estancia Po^J^ ^¿^^^^^^
establece el tubo que va al exterior de la habitación El combusnb e
más inocente es la leña de encina, seca, sana, y que tenga poca cor
teza. Jamás debe elevarse la temperatura á más de 14 o 16 grados

" 1 S : t : : - S o n aparatos cerrados, en los que el aire ca^e^e^pasa


á un tubo con abertura al exterior. Utilizan un 35 Porj^J^ca^
rico producido,ylas capas deairedela^^a^^^^^^^^^^^^
tamente puestas en <=o"»^f»° " " , ; ' . ' P ' p ^ ° L y a razón nos parecen
Determina menores corrientes d «-^^ P^^ " ^ s oficinas, escritorios
preferibles para 1 - P - » - ; ; ; : i T e i t e d o r puede pasar por dife-
y hasta templos El tubo q " J j a temperatura. Para que no
rentes piezas, elevando en todas eu J j ^^bre su
sequen demasiado el aire ambiente, es c°n^^"'^";^ ° 1 ^u-
. L, •• II .,0 Af. auna cuva evaporación mantenga id " "
tablero una vasi)a llena de agua, cuy K ¿n de-
medad necesaria en la estancia. Como el aire caliente, p
su menor densidad, tiende á ocupar la P^«^ ^ P 7 / ; „ J : ' ; , 5 e r a
ción, el uso de estos aparatos, en c " - ; « ° ^ P « ^ " ^ / ° ^ ¿ f d e cabeza y
que se eleve mucho la temperatura, da »"?% ^^ ^°^\°¿"^^^^
favorece las congestiones cerebrales, ^as estufes-^^^^^^^^
además olor desagradable, se enfrian y se " ' ' ' " ^ r " gin embargo,
hacen pasar súbitamente por temperaturas «^^"l^^^-i, = J ^ i ^ ^ i n ^
hoy se hacen de tres cilindros y tres coberteras ^onj^'^^^
do, que ofrecen inconvenientes menores. Las estufas
520 HISTORIA MATURAt.

tierra cocida se calientan con más lentitud, conservan largo tiempo


una temperatura dulce, uniforme y moderada, y ofrecen menos pe-
ligros. En unas y otras, mientras haya lumbre en el hogar, debe
tenerse abierta la llave del tubo para que la combustión no se haga
á expensas del oxígeno de la habitación, viciándolo con el ácido car-
bónico y otros gases nocivos, que pueden causar la asñxia.
CALORÍFEROS.—Los más comunes y menos peligrosos son los de
aire y los de agua caliente. Los primeros, colocados ordinariamente
en cuevas ó subterráneos, son aparatos de combustión que toman
del exterior el aire, lo c^ientan y lo hacen pasar á las habitaciones
donde haya de utilizarse, ventilándolas al mismo tiempo y purifi-
cando su atmósfera. Por el mucho calor que producen convienen á
los edificios públicos, y han sido adoptados en el Palacio del Con-
greso de Madrid. En los segundos se calienta el agua de una gran
caldera, y elevada por la diferencia de densidad, mediante un tubo de
ascensión hasta la parte superior del edificio, se reparte desde allí por
las habitaciones, estableciendo una circulación tubular que conduce
el agua á la caldera de donde salió, para ser calentada y ascender
nuevamente.
No debe en ningún caso elevarse la temperatura de la habitación
más que lo necesario para trabajar con desembarazo, evitando cui-
dadosamente los cambios bruscos y repentinos, que tan perjudiciales
son á la salud ; respirando el aire libre y sano, y habituándose en lo
posible á las inclemencias del tiempo, que se combaten mejor con
buenos alimentos, vestidos convenientes y movimiento corporal, qoe
con una calefacción que debilita las más de las veces y afemina.
Climas.—Entiéndese por clima el conjunto de condiciones que
resultan para las diferentes regiones del globo de su situación res-
pectiva en la superficie de la tierra, y que ejercen influencia especial
en los seres organizados. Los diferentes factores de un clima son:
i.% la latitud; 3.°, la longitud; 3.°, la altitud;4.°, la exposición; 5.", la
naturaleza del suelo. En la latitud se funda la división del globo co
cinco zonas geográficas (una zona tórrida, dos zonas templadas Y
dos zonas glaciales) y la división en climas físicos, llamados cálidos,
templados y fríos. La longitud establece la diferencia de climas en
marinos y continentales. La altitud, disminuyendo la presión, ejcr*
ce notable influencia sobre el clima. La exposición, comprendiendo
la proximidad ó distancia de las aguas y de las montañas, así cotno
los vientos dominantes, hace también variar el estado higrométrico.
Finalmente: no es menos importante la naturaleza del suelo, según
sea seco, húmedo ó pantanoso.
Siendo el clima la síntesis de todos estos modificadores, se com-
prende que su influencia sobre la salud sea u n variable como los
«lementos que le constituyen, 7 que á cada clima corresponda un
HIGIENE. 5 "

estado de salud ó una predisposición morbosa especial. Sin salir del


mismo país, se encuentran todas esas diferenaas pues bien se sabe
que el habitante de la llanura difiere del que habita ^^^^J^^l
El que vive en los áridos descampados de las Castillas X ^e Extpma.
dura, no tiene ni la misma fisonomía, ni la misma «^l"'*'J^^J ^*
expuesto á las mismas enfermedades que el que 7 ^ ^ ^ " ^ « ^ / X ^
húmedos y cubiertos de vegetación de Asturias y las yas^°"g;¿^¿
ni pueden ser las mismas las condiciones climatológicas <í^^^^^^^
de las palmeras y la caña-miel de Málaga y Huelva, que los pinares
de Soria y los carrascales de Navarra.
Las ventajas y los inconvenientes de los tres climas físicos indi-
cados, son los siguientes : „o . - „ .
dima cá/záo.-Abraza una temperatura media de .0 á 28 cen
tígrados. La acción colectiva de todos los agentes de este clima se
manifiesta en el hombre por un movimiento «"^"^"8°' ^ ^ ^ J ^ t
suhado es la exageración de las fundones « « " ° « ^ , ^ . f ] " ^ 7 t ,
- ees, y la depresión de las funciones interna, ó de asimilación La
pie y el hígado son los órganos más «oTeexctados, aumentando las
excreciones sudosa y biliar. Por el contrario : el .^-^^^^J'IX
digestivo se afectan de una mengua en su actividad ^""^^l'°¡'\l
funcional, de cuyas resultas el elemento .^frbonizado abunda los
glóbulos de la sangre disminuyen, la quilificacion es ^">P^^^"' ^,
¡similación incompleta y la sensibilidad exaltada De ahí una pre^
disposición particular para las fiebres palúdicas, ^^ ^^'"^'^^^^Z
tería, la hepatitis, los cólicos, la fiebre amarilla y el ^ól^^ra mojbo
enfermedades endémicas de algunos países cálidos, <:o™o Senegai,
Guyanas, AntiUas, Cochinchina, India, Filipinas, Nueva ^
landia,
^''"* A' At^ T?' baio cero á
Clima /r/o.-Desde una temperatura media de 17 ^ J
xo-sobre ¿ r o del centígrado. Los agentes «='>"«fjf/^^^^/^ ^'^^^^^^^
fiestan en el hombre por un movimiento <^^'^°"*=f "'"^Vi^T^^^^^
tándose el apetito, la fuerza digestiva, la respiración y^jj^^'^^^^^^
y la riqueza de la sangre; mientras que el b - g ^ d o ^ ^ g a menor
cantidad de bUis, y la piel permanece más seca y '"«^"°;J " : ^ ; / „ ^ ,
rificándose las eliminaciones orgánicas PO^»f f " " " f f / ^ ° " X
Hay energía muscular, pero menor sensibüidad, f " f ; j f / X -
ter y falta de inervación por la escasez de luz de esos Países cub^
tos de eternas brumas, como Inglaterra. Suecia, Rusia, Sibena,
Finlandia, Nueva Zembla, etc. ^ centígrados.
C/ftnaímj,Wo.-Temperaturamed.ade 10 á 2 J^.^.¿^¿
Es el clima más conveniente para la salud, ' « ^ ' ' " f °. 7 ¿ ^ „ que
del hombre, y del cual han salido las razas más P f ^ f f J J ^ .
más han hecho por la civilización. España presenta " d " ^*¡ «^^^
daciones de este clima benéfico, á causa de los mares que la cercan,
522 HISTORIA NATURAL.

de las montañas que la cruzan, y de la altitud de sus mesetas cen-


trales, que es de 665 metros en Madrid, 670 en Granada, 680 en
Burgos, 690 en Segovia, 1,068 en Soria y 1,100 en Ávila. Su tem-
peratura media es de 14° en Madrid, 10° en Burgos y 20 en Sevilla.
La mayor parte de la Europa central goza del mismo beneficio.
Aclimatación.—El hombre, dotado de razón, puede luchar ven-
tajosamente contra las influencias de los climas, y armonizando la
resistencia de su organismo con los agentes exteriores, llegar á una
aclimatación completa. El problema, no obstante, ofrece sus dificul-
tades, mayores ó menores, según que lo sean respectivamente las di-
ferencias meteorológicas y mórbidas entre el suelo natal y el suelo
adoptivo. Las razas cetrinas se aclimatan con dificultad en los países
fríos, y las razas blancas suelen pagar bien caras sus frecuentes emi-
graciones hacia los países ecuatoriales. Y no son precisamente los
agentes meteorológicos los que alteran su salud. Si se pregunta á los
que han vivido largos anos bajo el cielo previlegiado, no ya del Ar-
chipiélago filipino, país relativamente sano, sino bajo la funesta in-
fluencia del clima de las Antillas, nos dirán que sólo allí pueden
vivir, y que el dulce clima de España los intimida. Las influencias
mórbidas son sin duda más terribles que las puramente meteoroló-
gicas, y á neutralizarlas han de encaminarse las indicaciones higi¿'
nicas y profilácticas que la experiencia toma del conocimiento de las
localidades y de las enfermedades endémicas que les son propias.
Y como durante la estación de lluvias se recrudecen más ó me-
nos todas esas enfermedades , el europeo debe calcular su llegada á
los países cálidos para el raes de Diciembre en el hemisferio del Nor-
te, y para el mes de Junio en el hemisferio del Sur. La observación
no es tan grave tratándose de las Islas Filipinas , como de las Anti-
llas, Cochinchlna, Sierra-Leona y otros países, donde el cólera y 1*
fiebre amarilla han llegado en algunos casos á quitar la vida en un
año al 33 por 100 de los emigrados '. La habitación más conve-
niente para el recién llegado, será sobre una altura despejada , Y
cuando esto no le sea posible, en un barrio ventilado de la pobla-
ción , lejos de los fosos y esteros, y al abrigo de los vientos que so-
plan de los pantanos. En las alturas de la provincia de Cavile po-
drían establecerse casas de salud, en extremo beneficiosas para los
peninsulares que habitan en el archipiélago de Magallanes.
Como no es el reposo lo que se va á buscar en los países cálidos,
resulta que los europeos sedentarios y los mismos criollos llevan una
vida más activa de lo que se cree , y poco ó nada conforme t o n las
ideas de indolencia y ociosidad que se tienen en Europa de la vida
colonial. Corre el comerciante á todas horas , expuesto al sol, á 1^

BECQUEREL, Tratado de Higiene: París, 1864.


HIGIENE. 525

lluvia y á la fatiga, en los muelles, almacenes y escritorios, desde las


siete de la mañana á las seis de la tarde , y comúnmente sin el des-
canso de la siesta. Pasa el empleado cinco horas seguidas en la ofi-
cina , y las mismas el militar en su servicio. Va el sacerdote á los
enfermos , ó emplea seis y más horas no interrumpidas en el tribu-
nal de la penitencia. Durante todos estos ejercicios, es preciso evitar
á todo trance las insolaciones y los aguaceros , no saliendo de casa
sin grave motivo de once á tres horas del día , resguardándose ba)o
el quita-sol, y evitando las corrientes de aire cuando se suda á c o n -
secuencia de una fatiga. El enfriamiento por supresión de la traspi-
ración es sumamente peligroso, como lo es el conservar la ropa in-
terior mojada, sobre todo si lo está por haberla penetrado la lluvia.
Sobre los alimentos, vestidos y baños se hablará en su respectivo
lugar.
En los países fríos debe el hombre abrigarse interior y extenor-
mente, mediante alimentos fuertes y sustanciosos, uso moderado de
bebidas fermentadas y vestidos convenientes.

APPLICATA.

Comprende los vestidos, baños y cosméticos.


Vestldos.-Se da el nombre de vestidos á todo lo que está desti-
nado á preservar inmediatamente al cuerpo de las impresiones ae-
masiado vivas del frío, del calor y de la humedad de la atmosfera, y
á cubrir al mismo tiempo la desnudez, como lo exige la ley de la de-
cencia y del pudor, conocida por todas las naciones de la tierra, sin
exceptuar las mismas tribus salvajes. Las dos P " " " ? ^ ' " P ™ ^ ? ¿
des que se han de considerar en los vestidos, son : la facultad
menos conductriz del calórico, y la de absorber la materia de J^"^*'
piración y del sudor. Estas dos propiedades resultan primariamente
de la materia, tejido, color y forma de los mismos.
Materia de los vestidos.-Lias sustancias de que se hacen los ves-
tidos proceden : ó del reino animal, como la lana, la seda, la pluma
nivelo y las pieles; ó del reino vegetal, como el cánamo, el /wo ei
algodón y la pina, jusi y sinamay. La potencia conductriz del calO-
rico es mayor : ..», en el lino ; 2.°, en el algodón ; 3.», en la seda y
4.% en la lana. Esta es mal conductor, y conserva, por consiguiente
el calor natural del cuerpo , aunque no tiene, como f «'8°^° '
ventaja de absorber la materia de la traspiración y de sudor ,
contacto con la piel, produce sobre ella una ligera « " ' ^ " ^ " ' ^ ^ .
mantiene y regulariza las funciones cutáneas; yes, po*" »
te, un vestido interior eminentemente higiénico y P ^ f >^/^"7'^"^
preserva de multitud de males. Para el exterior es P^^^"^ «^" " ^ /
por su ligereza, sobre todo si se acolcha, es decir, si se colocan capas
524 HISTORIA KATURAL.

de algodón entre sus dos telas. El algodón, y más aún el lino, usa-
dos á raíz de la carne, ocasionan gran pérdida de calor, si el am-
biente es frío, y lo absorben si el cuerpo está en una atmósfera de
temperatura muy elevada. Nada, pues, más higiénico que habituarse
al uso de almillas de franela y de calzoncillos y medias de lana.
Tiene, sin embargo, la lana el grave inconveniente de absorber fácil-
mente los miasmas pestilenciales y de favorecer el contagio.
Tejido.—Los tejidos cuya trama es floja y porosa son malos con-
ductores del calórico, porque encierran en sus mallas é intersticios
mayor cantidad de aire, que es peor conductor que todos los vesti-
dos. Bajo este punto de vista son preferibles, como más calientes,las
ropas hechas de estofas algo groseras de lana, como los llamados
tricots, castor, etc., y también las pieles. Los tejidos finos, lisos, tu-
pidos, y, sobre todo, vegetales, encierran poco aire, dejan pasar el
calórico, y son menos calientes, exponiéndonos más á recibir las
variantes del estado atmosférico.
Color.—Tampoco es cosa del todo indiferente el color de los ves-
tidos. Las ropas blancas reflejan el calor, ó no lo absorben, al paso
que las negras producen el efecto contrario. Por eso en los países cá-
lidos se hace tanto uso de los tejidos blancos ó descoloridos, que son
en todas partes preferidos para el uso interior, porque no trasmi-
ten tan fácilmente el calor animal. Al color blanco sigue el amarillOi
luego el verde, el rojo y el azul, que ya se aproxima al negro. De
éste puede usarse aun en los países cálidos, cuando no se está eX'
puesto á los rayos del sol y la temperatura atmosférica sea sensibU-
mente inferior á la del cuerpo del hombre (37° centígrados).
Forma.—Como la forma del vestido se impone muchísimas veces
por reglamentos, costumbres ó modas, no hemos de perder el tiempo
en estériles declamaciones. Las corbatas demasiado apretadas hao
producido congestiones cerebrales, hemorragias nasales, vértigos y
hasta apoplejías. Es, sin embargo, conveniente resguardar la gar-
ganta del frío, y lo es más aún no desabrigarla cviando el cuello está
caliente y sudado. El pecho nunca debe oprimirse, ni dejarse más 6
menos descubierto. Esas jaulas ó corazas que ha inventado la fri-
volidad, impiden el desarrollo del pecho y el juego de los pulmones»
predisponiendo á los esputos de sangre y á la tisis. Las ligas, las faja*
de la infancia, el calzado demasiado estrecho, y los sombreros apre-
tados, pesados y bajos de copa, tienen también graves inconvenien-
tes. Es preciso, cualquiera que sea la forma de vestido que s«
adopte, que el vestido se sujete al cuerpo y no el cuerpo al vestido,
evitando toda especie de presión, y procurando que entre la veste J
la piel pueda circular el aire.
Vestidos para los países cálidos.—Parece lo más higiénico llevar
dos vestidos ligeros, uno interior y otro exterior. Como la lana es
HIGIENE. 5*5

un suplido insoportable páralos que á ella no están habituados,


puede muy bien llevarse la almilla ó camisa de algodón, y aun Mi-
guel Levy le da la preferencia sobre la de lana, porque absorbe mejor
las materias de la traspiración y del sudor •; lo mismo puede decirse
del calzoncillo. Los brazos,codos, muslos y rodillas deben abrigarse,
6cubrirse con cuidado, porque son los primeros en sentirla frescura
de las tardes y la humedad de los chubascos. La veste exterior, hgera
como se ha dicho, puede ser de lanilla en tiempo fresco, y de piqué,
dril ú otro tejido más leve en el tiempo cálido. Respecto al abrigo
de la cabeza, apenas cabe discusión. El mejor sombrero será de pa,a,
palma ó nito, de baja copa y anchas alas, que proteja contra los ra-
yos del sol; ó el llamado salacot, formado de timsim con cubierta de
tela blanca. . , , , _,„„.
Baflc-Tienen muchísima importancia para el aseo de cuerpo
facilitan la eliminación de los productos « " « ' ° " ° ^ ^ P ° ; ^ J . £ ' ^
las funciones vitales, y pueden ser P°\^°''^''^^'^^^'^if'
salud. Olvídense los baños en fríos [o' i ^° « " ^ ' « " ' ^ ° t .1 T Í n t
(20- á -.S-), y calientes (25» á 40"). El baiáo debe tomarse en ayunas,
6 cuatro hoías después de la comida, á fin de no interrumpir la di-
gestión con grave detrimento de la salud y pel.gro de la vida^ Tam
Joco debe entrarse en el baño con el '="'=^P^^":'f„'lP7sa' re en
U n brusca de la - p i r a c i ó n . y l a j u - ^ ^ ^ ^ ^ ^
los órganos interiores, pueden producir congesuou« u

° " S / r t e . - E . c h a n , f c l B c n .od. U «otomia; comb...,,


¿ , „ „ . . t L o - e s n » v i „ i , y no - " ' « - " j J ^ T r c S
irritables, de temperamento nervioso, ó que Pf^^'""^ . j . ^ ^ ^
. nerviosas'agudas,%orqueelfrioes - « - 1 8 0 ^ ° ; - ^ ' ; " . ^ ^ ' ; ;
abstenerse igualmente de ellos los ^-1-.J-P^^^^^^^^^^ ,em'
las delicadas del pecho. Las personas de naturaleza ae y
peramento linfático P - d e n hallar en «tos baños u^^^^
lutífera y un tónico conveniente ^ ^ ^ J ^ : t L la época de
es generalmente el baño de mar y el ae aigui mismo

baño conviene dos veces por semana para la , Hesoués ira-


ses cáliéos, templándole al ^^^^^^^Zl^^/^^L^^^
dualmente la temperatura, hasta habituarse a un oa
rápico, tomado á cielo abierto, ó cuando e«° " ° «f . ^ n e de la
de'duc'has (á tabo). que puede P^^P^]^^^^"^^^^^^^...^-
casa.-Locke introdujo en Inglaterra la P'^'^''^^^'^ habituarse á
á los niño, con agua fría, lo que es conveniente para
~TT;^., Tr^té de nygéniepum,ueetprWée: París. ,862: tom. n,
pág. 3o5.
526 HISTORIA NATtmAL.

las intemperies de la atmósfera, y era ya practicado por los romanos,


al decir de Virgilio:

Durum ex siipe genus natos ad flumina primum


Deferimus, saevoque gelu duramus et undis.

Empero si Ja naturaleza no está dotada de este durum genus, del


cual nos habla el poeta, no parece que sea prudente la imitación.—
En los baños fríos no se debe permanecer arriba de cinco á diez mi-
nutos, saliéndose siempre del agua al experimentar el segundo tem-
blor de frío.
Baños templados.—Son los propiamente higiénicos, llamados
también baños de f^acer por el bienestar que causan. Calman la ex-
citación del sistema cutáneo, moderan la excitación nerviosa, tem-
plan el calor de la sangre, y son útiles en general á las personas fla-
cas, irritables, nerviosas é hipocóndricas. Su utilidad es manifiesta
después de las grandes fatigas de cuerpo ó de espíritu. Empero como
son debilitantes, ni se debe abusar de este gran elemento de aseo, ni
permanecer en el baño más de una hora, bastando comúnmente
media. Para facilitar la limpieza de la piel, pueden añadirse friccio-
nes con una esponja ó con un lienzo algo áspero, y añadir al baño
un poco de jabón, ó 200 gramos de subcarbonato de sosa.
Baños calientes.—Enrojecen la piel, aumentan su calor, precipi-
tan la circulación y la respiración, llevan la sangre á la cabeza y
promueven el sudor. No convienen á las personas muy sanguíneas,
ni deben tampoco tomarse en los países cálidos, dice Dutroulau.
Son más bien baños terapéuticos que higiénicos, convenientes para
excitar el sistema cutáneo, y aun toda la economía, en sujetos linfá-
ticos y escrofulosos. No tenemos, pues, que ocuparnos en ellos, como
tampoco en los baños de vapor, minerales, rusos, etc.
Lavatorios.—Algunas personas no practican los lavatorios más
que en las partes habitualmente descubiertas, como la cara y las ma-
nos. Es indispensable, sin embargo, extender este cuidado ala cabe-
za, oídos, dentadura, pies, y partes pudendas,órganos todos ellos de
abundantes excreciones, que se lubrican fácilmente é interrumpen la
regularidad de nuestras funciones. «Moisés, dice Hallé, hizo de la
limpieza un precepto de religión,y prefirió llevarla hasta el escrúpulo
más minucioso, antes que arriesgarse á dejar que la olvidasen en
circunstancias importantes.» Hay muchas personas que abandonan
lastimosamente el aseo de su cuerpo, bien sea esto por exquisito pu-
dor, ó bien por negligencia, atrayéndose tarde ó temprano seguras
enfermedades y haciéndose repulsivas en el trato social, á pesar de
cualidades excelentes que las distinguen en ciertos casos. Una den-
tadura llena de tártaro, y una cabeza cubierta de caspa, repelen i n -
527

venciblemente, al paso que destruyen la dentadura y el cabello


Los médicos y sacerdotes que por deber frecuentan los focos de
contagio, han de acudir á precauciones ^Y"'""'ir^aTeTd
como lavarse las manos y cara con - n a g r e fuerte o con agua en la
cual se hayan disuelto treinta ó cuarenta f ^ - - / ^ ^ , ^ ^ ° ; " ; ; j ^ ^ e n l
y mojar sus pañuelos en la misma agua clorurada, algo ^fj^^^
trada! Finalmente, las personas linféticas f • " ' - ^ "^'^'^^f^!
deben frotarseelcuerpo,ósus partes p r i n a p a l e s , c o n u n c e p . l l o o ^
nela seca y aromatizada para estimular el sistema cutáneo y activar
las funciones de circulación, nutrición y calorificación
n AH.„- Para todos los cuidados que acabamos de apuntar

sustancias destinadas á embellecer ei cucij. ,


fectos: tales son los cosméticos. gj ^^^^
Compónense los - s - é t K O S de ^c os ^^^^^^ ^, ^ , , ,
de los ácidos, con los ^ " ^ ' « ^^.^•^^'^^/.^.^ye el esmalte de la denta-
y los dientes, ataca la epidermis Y ^'^"^J ¿^ ^ ^ , h a s clases de
dura. Los álcalis que entran en 1»,^°™?°'"°?, • „ preparados y en
jabón, no son perjudiciales, con tal que - bien prep ^^^^y
la proporción equitativa. Los acettes de ohvas a m ^^ ^^^^^^
nueces, perfumados con aceites esenciales, ^onmu P
vación¿cabelloydelcuerocabelludoimp.udo^^^^^^^^^
epidermis y que se formen pe^cu as^ & «g"^ ^^„^,,, esente
usarse sino diluida en agua , precaución que ^^
umbién en la aplicación de todos los elixires de""fr'^o^
Como ilusorias y perjudiciales han de ^ « " ' ^ J ^ ^ ^ p S , darle falsa
paraciones,cuyo objeto es disimular - " - f / ^ ' ^ ' ^ ^ ^ X a u r n e n t a r la
frescura, cambiar el color de la - b e l era e c que|^ ^^^^ p^^^ , , .
salud, encubren momentáneament las ru ^^^ ^^ ^^,^^ ¿e
mentarlas en periodo no le)ano ^ a . ^ ^^ F^^ ^^^^^^^^^ ^^ 1^^
mercurio, de plomo ó de zinc, las violentos, y
cuales entran - • " ' ^ ^ P ' ^ ^ ^ t e C p i d U verdadera, lozana y
marchitan y alteran ^'¡l'^^^'^^J^J j e la moral, que arreglan-
suave hermosura procede de la higiene y conservan con la
el cuerpo y la vida del hombre j / ! , ' ^ j ^ ^ J ' " ' , y ¿ ó n y armonía,
salud sus cualidades extenores de claridad , propo / ^^ ^.^ ^^
Y el hombre serio y la mujer sensata, ' ^ " « " ' í » J " " L^, de recu-
que su rostro se arruga ó se blanquean sus cabellos, ^,^ ^^^^^.^ ^^
rrir á vanos artificios, se honran con esos tesumon ^^^^^^^^^ ^.„
sus manos ó de los esfuerzos de su ingenio , que
amargura los años que han vivido.
538 HISTORM NATURAL.

INGESTA.

Bajo esta denominación compréndense las sustancias destinadas


á ser introducidas en las vías digestivas, absorbidas y asimiladas para
reparar las pérdidas de nuestro organismo ó para aumentar sus fuer-
zas. Se dividen en alimentos, condimentos y bebidas.
Alimentos.—El hombre es omnívoro, y toma sus alimentos de
los tres reinos de la naturaleza ; empero tomando el alimento en el
sentido estricto que aquí le hemos dado, es siem pre del reino vegetal
ó del reino animal.
El Sr. Pereda los clasifica higiénicamente en las clases, especies
y preparados que expresa el siguiente cuadro:
HIGIENE. 539

CUADRO DE ALIMENTOS : HIGIENE.

ESPECIES. PREPARADOS.
CLASES.
Pan , borona, sopas,
Trigo, arroi, maii, centeno, galletas, p a s t a s
Cereales,,
Í cebada, etc
bizcochos, etc.
(Garbanzo, judía, lenteja, ha-f Cocidos, potajes, pa-
I Legumbres. I ba, etc I Pi'l»-
Patata, batata, ñame, zanaho-
ria, nabo, remolacha, setas,
FícuUs , ensaladas,
,„ /Hortalizas. berza, coliflor, escarola, le-
potes, etc.
I VEGETALES..< chuga, berro, cardo, alca-
chofa , cebolla, etc
llva, higo, ciruela, albarico-

I azucaradas. que , dátil, melón , san-


dia, etc...
!
I Naranja, granada, fresa, gro-1 Conservas,dulces,]»-
'.'''^«••Ucidas. I sella, guinda, manzana,/ leas,chocolate,etc
f pera , etc
(Aceituna, nuez, avellana, al-
I oleosas. \ mendra, piñón, cacao, etc
/ Vaca , ternera , carnero, ca-

Mamíferos. I bra, puerco, liebre, caba-


( lio,etc
(Gallina, pato, pavo, perdiz,
I Aves. I chocha, faisán, etc
I Tortuga de tierra y de mar,| ^^y^j,,3,do,_ fritos,
I Reptiles.. I galápago, etc embutidos, ceci-
Perca , salmonete , besugo, \ nas, tasajo, esca-
í Carnes..\ atún, salmón, sardina, bar- beches, salazones,
bo, abadejo, anguila, con-
Peces. etc.
grio , sollo, raya , lam
prea, etc
j Calamar,ostras, almejas, ca-
' Moluscos... I racoles, etc
j Cangrejos, langosta de mar,
' AMIMALES..
I Crustáceos., ) camarones, etc
I Bofes, corazón, hígado, ba-
I •. ..niM* w . i Guisos diverso», ge-

I
< 10, nfiones, sangre, " ^ J * * latinas, suero,
__ cre-
_^
rqos
( gua, etc
ma, naU, queso,
blancos, gra- I Tocino, manteca, p » t « . •*•
requesón, etc.
so», huesos, teche. >n*-l
sos ó « « •
vo», miel, etc.
canuiot.. 35
530 HISTORU NATURAL.

Conformes con esta división, que está basada en la naturaleza de


las cosas, y teniendo en cuenta que la albúmina, fibrina, gluten, etc.,
por más que se llamen principios inmediatos de los alimentos, no se
sirven en las mesas, ni bastan por sí mismos para alimentar al hom-
bre, despojaremos á estas nociones de todo aparato abstracto, pai*
ocuparnos en el examen de los alimentos complejos, cual deben co-
nocerse para conservar la salud. Al tratar de la nutrición en la fisto-
logia, hemos dado en una nota las instrucciones que nos han pare-
cido convenientes sobj-e esta materia : aquí no estarían en su luga'»
á no ser que clasificásemos los alimentos por razón de dichos princi-
pios inmediatos, uniendo el pan con la carne, porque uno y otro
son nitrogenados.
Cereales.—Los granos de los cereales constituyen la base de 1*
alimentación del hombre. Todos contienen un principio nitrogena-
do, el gluten^ y además gran cantidad de elementos no nitrogena-
dos, como la fécula, la dextrina, materias grasas, etc.; de manei*
que para los que sostienen que los alimentos nitrogenados son rep*'
radores ó plásticos, y los no nitrogenados son respiratorios solamen-
te, los cereales reúnen una y otra circunstancia, y aportan á la res-
piración y á la reparación de los tejidos los principios indispensable*
el hombre podría vivir sólo de cereales.
Los cereales más usados son el trigo, el centeno, la cebada,*'
arroz, el maíz y la avena. La harina del trigo sirve para hacer elp^i
alimento principal de los europeos y de la raza blanca en toda 1*
superficie de la tierra '. Si nuestro trabajo tuviera eco en las regio-
nes oficiales, expondríamos los defectos de que adolece el amasa»'*
como se practica en Madrid, que ni es sano para el obrero, ni á»
agrado ciertamente del consumidor, y que debiera reemplazarse po'
un procedimiento mecánico. La levadura (y mejor el agua con icioO
carbónico) producen en la masa una fermentación, que se detiCD*
con la cochura, esponjando la miga. De la harina del maíz, sin féf'
mentación, se hace la borona, especie de pan pesado, nutritivo f
común en el norte de España y Mediodía de Francia, y la polenU^t
sopa usada en Italia. El carig y la morisqueta, principal alimento»*
las razas de color de América, Oceanía y Asia, es el arroz cocido»
que es también muy nutrititvo-
Legumbres.—Es el fruto envaina de plantas herbáceas, cuf**
semillas, muy nitrogenadas y nutritivas, cocidas en agua de lluvia o
de río son un excelente alimento. No deben ponerse en agua callen^
porque la legumina se coagularía como la albúmina de la carne, tii

' No es cierto, como afirman Ríant y otros, que el pan sea la base «*
la alimentación del hombre. La mayor parte de la especie humana úeo^
aún hoy por base de su alimentación el arroz.
HIGIENE. 531

debe desperdiciarse el caldo, en el cual se halla la parte más sustan-


• ciosa de las legumbres. La cubierta de estas semillas es de muy difícil
digestión, por lo cual es de la mayor importancia masticarlas bien.
Si se las descorteza, pierden algo de su aroma.
Hortali{as.—Comprende este grupo los tubérculos , raíces y
yerbas, hzpatata, originaria de Chile, descubierta por el español
Gomaza, introducida en las dos Penínsulas por los españoles y ex-
tendida después por Parmentier, es un alimento abundante en fécula
y esencialmente respiratorio; si se le añade carne ó materias grasas
(manteca ó aceite), es un alimento tan títil como agradable. Aun
para la sopa podría sustituir al aru-rú (arrow-root), tapioca, sagú y
*lep, si no fuera por el olor poco agradable que despide. Las yerbas
nutren poco, y ya Celso había dicho : Imbecillima materiaestomne
. olus; tienen, sin embargo, en la alimentación una importancia que
no puede desconocerse. La ber:{a es muy nutritiva, añadiéndole gra-
sa, manteca ó tocino, que se combinen con sus principios nitroge-
. nados y con la albúmina, azúcar, principios olorosos y fosfatos que
contiene. La achicoria, lechuga, espinaca, acedera, alcachofa, es-
párrago, coliflor, zanahoria, nabo, etc., tomados crudos ó en ensa-
cada , alimentan poco, y aun cocidos con materias grasas, son
inferiores á la berza. Las setas ofrecen especies comestibles muy
nutritivas; pero el conocimiento y la distinción de las especies vene-
nosas es muy difícil; la costumbre y el sentido más práctico se enga-
ñan fácilmente. En Madrid son estimadas con preferencia la seta de
Campo, la de cardo y la criadilla de tierra ó trufa. Esta es particu-
larmente apreciada por su aroma, por el cual las descubren los pe-
rros y los cerdos, de los que se hace uso para encontrarlas, hí cebolla
y el ajo necesita que la cocción destruya sus principios acres. El
^erro, además de alimentar, purifica y fortalece la sangre, por cuya
razón es conocida la fama que en Madrid tiene la fuente del mismo
nombre.
Frutas.—En general las frutas maduras y de buena calidad son
"anas, refrescantes y de buena digestión. Las uvas, las cerezas, las
Brosellas, la fresa, la frambuesa, las peras, las manzanas, los meloco-
tones, los albaricoques y las ciruelas, son excelentes cuando reúnen
las condiciones indicadas. Empero si están verdes ó si se hace de
ellas uso inmoderado, producen diarrea, disentería y lombrices en
ios niños, á causa del exceso de-ácidos y de la fécula ínsoluble que
«ontienen. Los higos ?on ligeramente laxantes, á causa del estímulo
que producen en la mucosa intestinal sus numerosas semillas. Las
nueces, avellanas y almendras, muy nitrogenadas y muy nutritivas,
»Pn de difícil digestión.
La falta de madurez y el exceso de ácidos de las frutas, se corrige
i*or la cocción. Por eso las conservas, mermeladas, almíbares y ja-
532 HISTORIA NATURAL.

leas se digieren fácilmente, y son, por consiguiente, más sana ali-


mentación. El cAoco/aíe, siendo puro, es decir, componiéndose
únicamente de cacao, azúcar y un condimento de canela ó vainilla,
es un alimento de pronta digestión , que repara las fuerzas y sumi-
nistra además materiales abundantes para la respiración. EmperOr
por desgracia , la falta de conciencia en los fabricantes y el poco celo
de la administración, son causa de que la mayor parte del chocolate
del comercio tenga el nombre, y nada más, de este alimento repa-
rador '.
Carnes.—La parte más alimenticia y más digestible de los ani-
males es la carne, que en el animal adulto está formada de ñbrina
casi pura. La carne del animal muy joven es poco nutritiva, á causa
del poco desarrollo adquirido por la fibrina; la gelatina, por el con-
trario, es muy abundante; pero ésta por sí misma no nutre. Lo*
animales muy viejos, ó que han soportado un trabajo exagera'
do, tienen la fibra demasiado dura y la carne de muy difícil di-
gestión. La carne de vaca, carnero ó ternera, es más digestible que
la de cerdo, porque ésta contiene demasiada grasa, y sus fibras sol»
muy densas. Una dura necesidad ha hecho ver que la carne de ca-
ballo, asada ó cocida, es agradable y de buen caldo. Siguen á estas^
carnes las de volatería, delicadas y sustanciosas *; las de reptiles, de
hebra fina, gelatinosas; y las de los peces, de más fácil digestión f
menos nutritivas. Hay, sin embargo, ciertos pescados muy gelatino-
sos y dotados de grasa fosfatada, que son de digestión laboriosa.
Inferior en condiciones nutritivas, pesada y de digestión penosa
es la carne de los moluscos y crustáceos, cuyos tejidos son duros f
sólo quimificables por estómagos robustos : las ostras se digieren coo
más facilidad que otras especies. En una palabra: las carnes son tanto
más nutritivas, cuanto sea mayor la cantidad de fibrina y de gela^
tina que contengan.
Mejóranse las condiciones de digestión por medio de la prepara-
ción y condimento. El asado en parrillas y en asador son las mejo-
res preparaciones para la carne de vaca y carnero; el asado al horno
es inferior, y el cocido desvirtúa más aún las carnes. Por medio d*
la ebullición de la carne se forma el caldo : la albúmina forma la es'
puma, las grasas se funden y también parte de la fibrina, que coO
el osma:^omo, da al caldo aroma agradable. El caldo prepara conve-
nientemente el estómago, aunque acerca de su valor nutritivo se ba
discutido mucho, cuando no se le asocia pan. La ebullición tiene

• Véanse las curiosas revelaciones del presbítero Moígno en los Sple"'


deurs de la Foi, tomo i, cap. vi.
* El pato y el ganso son de difícil digestión.
HIGIENE. 533
además la ventaja de matar el cisticerco y la trichina de la carne del
puerco, que tan perniciosos son para la salud del hombre.
Despojos.-La carne muscular no es la única que se come délos
animales. Los sesos y el hígado son alimentos muy nutritivos, aun-
que de difícil digestión algunas veces por la grasa fosforada que con-
tienen. El hocico de ternera', y otras partes blancas, como las patas,
nutren y son de fácil digestión. El corazón y la lengua difieren poco
de la carne muscular; la sangre y los bofes se digieren con mas ai-
ficultad. .
La lechecsun alimento completo y comparable al pan, por reunir
elementos plásticos y respiratorios para el sostén del hombre. Consta
de nata, elemento respiratorio formado por la manteca; dtcáseo, o
cuajada, elemento plástico, y de suero, que consta á su vez de agua,
azúcar y sales. He aquí las proporciones con que entran estos com-
ponentes en diferentes especies de leche.


AZÚCAR

MANTECA. Y SALES.
AGUA. CÁSEO.

1*40 p . ICO 6*40 p. ICO


g o ' S o p . ICO I ' 7 0 p . 100

4'3o » 3'70 » 5'6o »


86*40 »
4*10 » 5'8o »
85'6o » 4'5o »
6'oo » 4*00 >
82'00 » 8'oo »

La leche se adultera con suma facilidad, y se elabora artificial-


La leche se aauHcra V. , » ! „ azúcar. Los liuevos son ali-
mente con harina, huevos, agua, «^^ ^ f^"^ conocerlos
mentidos y digestibles, ^os ^-cos pesan m s Y P ^^^^^ ^^
se les sumerge en una solución de i ^ ^ r „ T . el de la víspera des-
litro de agua : el huevo «i^l < ! . - - « a^f-^.^^^^^ „co Z , queda
ciende menos; si tiene tres días, flota, y si xic
fuera parte de la cascara. 1 uom-
J, .. .
Condimentos.~L& I ^»«ftr
mayor narte
parte déac las
w» sustancias conTque
I ei nom
bre se alimenta ^ - ^ ^ - : ^ ¡ : ^ Z ^ : ^ ^ ^ ^ ^ lo»

«bsolula necesidad, para que ? ^ - " - ^ ^ í s urpropüdades


Los condimentos pueden reducirse á seis clases, cuya p H
presenta el siguiente cuadro :
j^4 HISTORIA NATURAL.

I.' Sallnoa. Necesarios para la nutrición.

¡ Convenientes para facilitar la digestión de los


alimentos mucilaginosos y gelatinosos.
Í Facilitan las secaeciones, y son necesarios efl la
preparación de hortalizas y legumbres.
¡Estimulantes, antisépticos, y perjudiciales, si se
' abusa.

¡ Necesarios en algunos alimentos. El abusoper-


judica á los sanguíneos y biliosos.
¡Estimulantes y difusivos. Son perjudiciales á los
jóvenes y á los sanguíneos y biliosos.

Son tan nec<|^rios los condimentos aromáticos que tienen de-


terminados alimentos, que si se les priva de ellos dejan de ser nU'
tritivos. En otros casos son los condimentos convenientes para la
salud, con tal que se empleen con las debidas precauciones, pues el
exceso, sobre todo, es sumamente perjudicial, por la irritación que
causa y otros desarreglos á que conduce.
Digestibilidady valor nutritivo de los alimentos.—Aunque para
conocerladigestibilidaddelps alimentos han de tenerse en cuenta fflU'
chas razones complejas, incompatibles con los límites de este tratado,
todavía puede señalarse en absoluto una escala decreciente. Entre las
sustancias animales, la más digestible es la leche, á la cual siguen por
su orden los huevos frescos, los pescados, los reptiles, las aves y los
mamíferos. La fruta bien sazonada es el vegetal que mejor se digiere,
j la siguen las legumbres, el pan, las patatas y las hortalizas.
Más difícil es aún señalar el alimento apropiado á cada individuo*
Partiendo del principio de que las carnes fibrosas, los lacticinios,
los cereales y las legumbres nutren mucho, puede considerarse su
uso como generalmente adecuado á la mayoría de los hombres, ^
quienes en higiene se les considera como disfrutando de buena sa-
lud; son también convenientes á las constituciones endebles y tein~
peramentos linfáticos. Las hortalizas, las frutas y las carnes tiernas
y los despojos, que son menos nutritivas, pueden y deben aconse-
jarse con preferencia á las personas de constitttción fuerte y de tem-
peramento sanguíneo ó bilioso.
Régimen alimenticio.—La alimentación no debe ser ni supera-
bundante ni insuficiente. La alimentación superabundante conduce
i \i plétora; la insuficiente á la inanición. "EX hombre debe senci- '
llámente comer para vivir, calculando prudencialmente la cantidad
HIGIENE. " '

de alimento que necesita ingerir en su estomago P^^^'P^^X


fuerzas perdidas, que lo serán en mayor ó menor escala según a
clase deírabajo á que se consagre, el clima en que v i v a > edad j»
constitución y hasta la costumbre adquirida. Los *í>"'^"«'; ^*" ^ !
tener alguna variedad, para que sean á 1 ^ / " ^ X ^ X m i n í r e
radores de las fuerzas: un régimen ¿ernasiado uniforme d W ^
el apetito y hace que languidezcan las fueras. La ^^'^^1^^^^"^'^,
debe ser fija, y ha de comerse con tranquilidad y moderación.^ L^^
personas débiles necesitan comer más á menudo que la de consti u
don fuerte. Éstas solo deben hacer dos comidas 7 eUe *yu"^
necesiun; y teniendo en cuenta que la ^^gesuón dura de tres á^^^^^^^
tro horas, han de cuidar de no interrumpirla con " " ^ ^ ^ s S No
helados. Unos, ó exceso de trabajo mental ni aun con el sueno^ No
debiera; de pasar más de seis horas '!"'*« " f ""^*„t hacían la
Los hebreos, los romanos y los - « f ^ f , t S o d e u " L
comida principal á la caída ^^'^¡^¡{J^X^lZU^^^ perso-
expeditos para los negocios, ^s un régimen q „sonas que
ñas que se levantan y acuestan »"'*e. Respecto a i F
mad'rugan. como los trabajadores, ^¡¡^^l^^^^^^'^^s al'me-
colegios, la hora más conveniente P^'l^^f^^^'' / ¡, haga más
diodía. con tal. empero, que la cena sea l^ger^ y ¿ ^^ . „ ^ „ , „ „ p ,
temprano de lo que se acostumb a. P"« Jmdes y otras molestias, é
la digestión ocasionando pesadillas, ^"'^^ " " ¿ " ^ ¿ i , , de comer á
impidiendo que la nutrición sea completa. ^^ ^'¡'''¡X los incan-
J d o c e y cenar alas ocho6á las nueve «en^^,^^^^^^^^^ ^^^ ^
venientes apuntados, el gravísimo ^e la exceja ^^^^^
otra comida, debilitando el estómago X ' l ^ f "";^;,^ y aun antes,
Mucho más conveniente sería hacer a cena a ^J^^Í^ÍOS. me-
y emplear hasta las diez en.repasos, leccumes q ¡^ .^^ ^^^
nos incompatibles ciertamente con una buena a g
ño inmediato al cual suelen entregarse. ^^
Alimentación en ^ o s i ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ es ^eTos^activa , hay
tito está menos desarrollado y la q u i u n c ^ ^ ^ ^ ^ ^^^^.^^^^^^
la costumbre de excitar aquél con ^^^^'J°^ i,„es se en-
No es este un inconveniente para los c"o"°s ^ ' " } ^ pata
cuentran tan notables gastrónomos - ^ ^ - ^ ^ ^ J ^ f j ^ d o íodo
los recién pegados es peí gro«s^^^^^
«ceso en la comida, fijarlas ñoras ac . . . j j que, siendo
los alimentos locales aquellos é <l^''^'^l^'^^^^^^^^^ y pre-
menos fuertes que los de Europa , les son más con ^^J^^^^
fy6 HISTORIA NATURAL.

los licores alcohólicos, ron, ginebra, coñac, anisados, que m o -


mentáneamente entonan para debilitar más tarde, son un pe-
ligro en aquellos climas. Todo lo que sea pasar de una copita des-
pués del café de la mañana ó de la comida principal, que sólo cau'
sará una ligera excitación en los que hayan adquirido el hábito,
es un abuso funesto. Las limonadas y bebidas refrescantes han de
tomarse sólo en caso necesario y con mucha parsimonia, y
hasta el agua pura , sobre todo la de aljibe , ha de beberse con
templanza.
Bebidas.—Bebida es'todo líquido introducido en las vías digesti-
vas , ya sea para calmar la sed, ya para facilitar la digestión, ó ya,
finalmente, para procurar un funesto estímulo. Olvídense las bebi-
das en acuosas, fermentadas, alcohólicas y aromáticas.
Bebidas acuosas.—Son el agua y todas aquellas en que este li-
quido domine. El agua debe ser fresca , limpia, incolora y de sabor
agradable; estar aereada, cocer bien las legumbres, disolver el jabón
y no contener materias orgánicas. La frescura , tan grata al paladar
como favorable á la digestión, será de io° á 12° centígrados. La lim-
pidez da idea favorable de la pureza del agua , por más que no sea
medida de ella. El sabor del agua potable ha de ser débil y agrada-
ble; un sabor pronunciado ó desagradable es indicio de que contiene
materias extrañas, orgánicas ó inorgánicas. Finalmente: el agua debe
estar aereada, porque sin esta condición sería gruesa. Para conocer-
l o , se pone á hervir, y si se desprenden burbujas de g a s , tiene la
condición que se desea. El agua destilada que no contiene aire es
indigesta ; escasea también en el agua de pozos y aljibes , por cuya
razón se solea y se colocan en los últimos grandes piedras de azufre.
El bocio ó papera , enfermedad endémica de algunos pueblos del
norte y noroeste de^ España, reconoce por causa el uso de las aguas
crudas de sus montañas, insuficientemente aereadas. Las mejores
aguas son, por punto general, las de ríos, convenientemente filtradas
del limo y otras materias que arrastran; á éstas siguen las de manan-
tiales puros y límpidos; las de pozo son pesadas, calcáreas y cargadas
de ácido carbónico : el agua pluvial tiene mucha analogía con el
agua destilada. El agua muy fría y los helados pueden perjudicar la
salud;ingiriéndolos en el estómago con un canutillo, ó bebiendo por
el gollete del porrón , se disminuye el peligro, porque se toma el
agua en poca cantidad y tiene tiempo para calentarse. £ 1 agua tibia
es debilitante. Galeno quería que hasta los diez y ocho años el
hombre no bebiese más que agua , porque no hay brebaje que más
convenga á la salud. En todo, sin embargo, ha de haber modera-
ción; el exceso del agua debilita el jugo gástrico y promueve la tras-
piración. Es conveniente en muchos casos terciar el agua con vino,
6 templarla con la adición de unas gotas de licor espirituoso; 6 coa.
HIGIENE. 537

horchatas y limonadas, que moderen su acción, templen el ardor del


estómago y apaguen la sed. .
Bebidas fermentadas.-Comprtnder^ el vino, la stdra y la cerveiia.
El vino obtenido por la fermentación de la uva contiene alcohol (de
7 á 25 por 100), agua, azúcar, materia colorante, goma, « n m o cre-
L o r tfrtaro, ácido acético, sulfato de potasa un P " " 3 ^ -
tractivo y éter enántico. Según la fuerza del alcohol y ^^Poporaón
de otros elementos, divídense los vinos : '\]Y'""TLÍ cZt
dulces), muy alcoholizados, como el Jerez, Málaga, Made a C „ ^
nena, Pedro-Jimenez, moscatel, pajarete, etc.; ^A en a.^m^^«^^.
vinos ricos en tanino y materias colorantes, como el Burdeos, P o _
rato. Valdepeñas, y otros vinos tintos y blancos, llamados de pas^o
3.", ;n ácidos, vinos ricos en tártaro y pobres en «1 °hol que p o
ceden de países en los cuales no madura bien la ^l^^JJ-^ll''
. « . 0 . 0 . , ' a b u n d a n t e s en ácido - f - ^ j / ^ o V i o s L c u ' i S ^ ^ ^
ña. La escuela de Salerno juzgaba de los vinos por
sensibles.

Vina probantur odore, sapore, nitore, colore.

mico, y recomienda que se nagd uau j ^«t-jnopntes esoe-


generosos, por ser demasiado excitantes; los v^^^^^^^^^^^^ '/^P,',
cialmente el buen tinto, como más tónicos, «°" " " ^ J ^ ^ ^ s V o „
comidas; mientras que los espumosos e.1^^^^^^^^^^^^^
unluio,ynadamás^u^aco^^^^^^^^^^^^
h^stdra es el '^'f^^l^^'^' ,00 de alcol,ol, y además agua,
zana. Contiene desde 6 ^^^'^ 7 PO' ^ ^^^^^^^ pH„,¡pio
azúcar, ^"=««8°'^^'^^t^ 1 " L u e l " e tarlo la superior de Astu-
colorante. Bien preparada como^s^e^e«tar^^^ ^^P ^.^^^
rías, es una bebida ^^''"f^^l^f'^^lliZdep¡ras es más alcohó-
t^::. r ^ Z , i r r . ¿ c a ! ; e r o . e L sana que la sidra,

cereales, especialmente la ^J^f^'^f^' xlllm gluten, ácidos


Contien; agua, « ^ c a r , almidón, d e x t n n a l u p u h n a g , ^^^ ^._
acético y carbónico, fosfatos, un aceite esencial, y aleo
guientcs proporciones:
^}6 HISTORIA NATURAL.

Ale Burton 8'2 por loo


I Ale Edimburgo 5'7
Inglesas.
I Portcr de Londres 4*5
Pequeña de id i'i
De Santa Bárbara de Madrid 3'o

Españolas. I ídem pequeñas, llamadas Baviera.. 3'2


i Groe de Santa Isabel, Madrid 4'
La cerveza aplaca la! sed, es reparadora
Zarzapamlla, id y nutritiva, hace4'5
engordar
rápidamente, y es ligeramente estimulante; empero tomada diaria-
mente produce un estado de plétora, porque disminuye la produc-
ción de la úrea y del ácido carbónico exhalado, quita el apetito y
altera Ja nutrición.
Bebidas alcohólicas.—Compréndense bajo este nombre los aguar-
dientes y licores. Proceden los primeros de la destilación del vino, y
también se obtienen de la caña-miel, del arroz, de las cerezas y otras
frutas de rosáceas, del fruto del enebro, etc.; y los segundos son los
mismos aguardientes compuestos con principios aromáticos, amar-
gos ú oleosos.
Si el uso inmoderado de las bebidas fermentadas endurece y con-
trae la membrana interna del estómago, altera las secreciones y per-
turba la nutrición, puede fácilmente suponerse á qué peligros expon-
drá el uso de las bebidas alcohólicas, que son mucho más enérgicas,
mucho más concentradas. En muy pequeña cantidad tomadas, y
favorecidas por las circunstancias de la temperatura, el clima y la
salud, desarrollan momentáneamente el calor y la fuerza vital; pero
el uso de tales bebidas es un veneno peligrosísimo, que produce la
embriaguez y quita la salud. Estas bebidas coagulan las sustancias
albuminoides de los alimentos y la pepsina del jugo gástrico, é im-
piden la digestión. Desaparece el apetito, siendo la falta de fuerzas
consecuencia inevitable de una alimentación insuficiente, que al-
gunas veces se manifiesta por una grosura ficticia é inútil, que es
efecto de la falta de combustión de los alimentos; porque el alcohol
se apodera de todo el oxígeno de la sangre, destruye la vida de los
glóbulos é impide la reparación del organismo, cuyos elementos se
acumulan y depositan en los tejidos. Son también efectos seguros
del abuso de los licores el idiotismo, la pérdida de la memoria, una
senectud precoz, el temblor de las manos, el delirium tremens, la
epilepsia alcohólica, la parálisis general, el embrutecimiento, la lo-
cura y la muerte. No estará demás consignar aquí que si la hi-

>.
.r
HIGIENE. 539
giene condena el uso de las bebidas alcohólicas, la moral reprueba la
embriague^, acto torpísimo, que derriba al hombre del trono de su
grandeza para ponerle al nivel de los brutos que carecen de enten-
dimiento. El hombre es tal por su entendimiento, su razón y su li-
bertad; y d que del uso de estas facultades se priva, carece de la luz
hermosísima que Dios encendió en su alma para dirigirle por los
senderos de la vida, y en ese estado de abyección y de abatimiento,
el hombre no obra como hombre, sino como bruto.
Bebidas aromáticas.—No trataremos más que del café y del íe,
toda vez que el chocolate, como en España se toma, no es bebida,
sino alimento.
Las semillas del cafeto, arbusto originario de Arabia y cultiva-
do hoy con grande éxito en varios países cálidos, especialmente en
nuestras Antillas y Filipinas, después de tostadas y molidas, se po-
nen en infusión de agua caliente y producen la bebida aromática
llamada café. Tomado el café después de la comida, estimula los
movimientos del estómago, y la secreción de los jugos gástricos,
cooperando á que la digestión sea más completa y la nutrición más
perfecta. Tomado con leche es para muchos un alimento de prefe-
rencia, sobre todo para desayuno; y bien sea en«í mismo, bien á
causa del azúcar que se le pone, el café tiene propiedades nutritivas.
Llámasele además bebida intelectual, porque, excitando el cerebro,
facilita las operaciones del alma. Las personas de constitución lin-
fática hallan en el café un estímulo que combate felizmente la lan-
guidez de sus acciones vitales; los individuos nerviosos, delgados é
irritables han de tomarlo con más sobriedad, pues para ellos acaso
pudiera convertirse en el veneno lento de Fontenelle, que mata aca-
riciando '. El uso demasiado frecuente de esta bebida produce pal-
pitaciones, disminuye el apetito y puede ocasionar neuralgias. Los
niños y los adolescentes deben abstenerse de ella.
El te es la infusión en agua hirviendo de las hojas de una came-
liácea originaria de la China. Hay te negro y te verde, según los
meses diferentes en que se haga la recolección y el estado de ma-
durez de las hojas. Goza esta bebida de propiedades aromáticas muy -
importantes, y muy apreciadas de los chinos, japoneses, ingleses y
holandeses, que en esa infusión cálida y excitante encuentran un
medio de corregir los efectos del aire húmedo y de la temperatura
variable de sus climas. Produce cierta actividad general en todas las
funciones, y particularmente en las digestivas, por lo cual es útil
después de las comidas compuestas de alimentos harinosos y pesa-

' Este filósofo vivió un siglo en muy buena inteligencia con el


café.
540 HISTORU NATURAL.

dos. También ejerce su acción sobre el sistema nervioso, y el abuso,


sobre todo del te verde, determina insomnios y predispone á neu-
ralgias, aunque no tan eficazmente como el café.

EXCRETA.

Se da el nombre de excreciones á todas las materias sólidas ó lí-


quidas que deben ser expelidas del cuerpo para su bienestar y con-
servación. Los humores excrementicios, las evacuaciones albinas, la
orina, la traspiración cutánea y pulmonar, y las perspiraciones de
las diferentes membranas mucosas que revisten las vías aéreas, diges-
tivas y urinarias, constituyen excreciones diarias y ordinarias. Otras
hay que son intermitentes ó eventuales, como los menstruos, el sudor,
la leche, etc. La salud del hombre necesita del equilibrio y corres-
pondencia armónica entre todas estas funciones de excreción y las
de asimilación.
Si por estipticidad no se efectúan las excreciones intestinales, las
materias fecales ejercen presión sobre los vasos sanguíneos, la circu-
lación abdominal se retarda, y la sangre tiende á estancarse en las
partes superiores, lo que es un peligro para las personas pletóricas.
Además, la presencia de los excrementos detenidos causa irritación
local, que puede á su vez causar una reacción simpática del sistema
cerebral. Nadie, sin embargo , debe hacer uso de purgantes mientras
tenga apetito y se encuentre bien ; los ayudas son más eficaces y
menos irritantes.
Tampoco debe permitirse jamás que la vejiga se llene completa-
mente de orina: á su excesiva dilatación ha sucedido en muchos casos
la parálisis inmediata de la misma y la retención súbita de la orina.
Aparte, por supuesto, de otro peligro : la formación de arenillas, y
hasta de cálculos, por la permanencia de la orina en el depósito uri-
nario.
Hay personas que por ligereza, ó por imitación, contraen la sucia
habitud de llenarse las narices del polvo irritante del tabaco. A veces
se toma para aliviarse de un dolor de cabeza que el tiempo hubiera
curado muy pronto, el cual se disipa, y contentos con el éxito, se per-
petúa el remedio. Es, sin embargo, perjudicial, no sólo porque des-
truye el olfato, sino porque ubi stimuJus, ibi fluxus; se causa en las
fosas nasales una acción irriunte y derivativa, que relaja las funcio-
nes del cerebro y debiliu y perturba la memoria, y que ha ocasio-
nado en muchos casos el desarrollo de pólipos, por la afluencia de
sangre que provoca. El abuso del cigarro, y sobre todo de la pipai
extenúa á los grandes fumadores por la saliva que desperdician, la
excitación nerviosa que causa, y los expone además al cáncer del
labio superior.
HIGIENE. $41

Respecto á los demás enumctorios, aunque mucho se pudiera


decir, y muy útil ciertamente, nos limitamos á recomendar de nuevo
el aseo y la pulcritud más exquisita, á fín de que las vías excretivas
estén expeditas y que las materias inútiles ya al organismo no se
detengan mucho tiempo pegadas al cuerpo. Limpíense los humores
de los párpados, la cera de los oídos, el moco, el tártaro de los dien-
tes , las excreciones de todos los órganos y las sales que la traspira-
ción cutánea deposita en la superficie del cuerpo, y el bienestar será
completo.

GESTA.

«El que cree vivir sano, decía Plutarco, permaneciendo en inac-


ción, es tan insensato como el que pretendiera perfeccionar la voz con-
denándose al silencio.» «El hombre, aun en el estado de la inocen-
cia, recibió de Dios la orden formal de trabajar, porque el trabajo
manual es ley de su organismo, como el trabajo intelectual es la di-
fusión propia de las facultades de su alma.» «Puesto que tengo un
alma y un cuerpo, dijo Adison, he de llenar dos clases de deberes,
y no creo haberlos cumplido, si no ocupo mi cuerpo en el trabajo y
en el ejercicio, y mi alma en el estudio y la meditación '.» Las exi-
gencias de la vida social han dividido lo que hubiera estado unido en
el estado de justicia original, Conságranse unos hombres casi exclusi-
vamente al trabajo del espíritu, exaltándose el sistema nervioso; ocú-
panse otros con exceso en el trabajo manual, fatigando y rindiendo
el sistema muscular, y originándose en uno y otro caso tempera-
mentos y predisposiciones que destruyen la salud. No se altera sin pe-
ligro el equilibrio de los órganos y de las funciones, y la higiene, al
dar á conocer las consecuencias de esa bifurcación, indica el medio
de atenuarlas, mediante la sucesión bien dirigida del trabajo intelec-
tual y manual, de los ejercicios espirituales y gimnásticos, de la
actividad y del descanso, ó sea de la vigilia y el sueño.
Trabajo Intelectual.—Considerado bajo el punto de vista de la
salud, el trabajo intelectual ofrece sus ventajas y sus inconvenientes,
que expondremos sumariamente.
Ventajas para la salud.—Los hombres de estudio están menos
expuestos á las inclemencias del tiempo y á las afecciones que son
su secuela inmediata. La actividad moderada de sus movimientos
no les expone á enfriamientos, á esfuerzos violentos, al desarreglo de
los órganos, á caídas, etc. Ocupada la inteligencia, se extravía menos
la imaginación, y el imperio de pasiones nobles apenas deja lugar

• The Spectateur, t. n, disc. 20.


542 HISTORIA NATURAt..

á los instintos viles. El trabajo del espiñtu purifica y santifica el


cuerpo, y los apetitos groseros no suelen habitar la mansión que
fecundiza y ennoblece el pensamiento. El hombre que piensa, ni
come con exceso, ni bebe fuera de tiempo, ni ama los deleites car-
nales; mientras que la instrucción, fruto del trabajo, aumenta las
probabilidades favorables á la salud, porque el hombre instruido es
más apto para dirigir su vida.
Inconvenientes.—Sin embargo, esta apreciación no es absoluta.
El órgano que trabaja sin cesar y sin medida, no tarda en cansarse.
El cerebro suministra á la inteligencia los materiales para sus lu-
cubraciones, y la excitación constante de aquel órgano engaña á los
hombres pensadores acerca de la extensión de sus fuerzas. Dolores
pertinaces de cabeza y jaquecas atestiguan la necesidad del reposo
y de interrumpir un trabajo exagerado. Y si esto se descuida, la so-
breexcitación cerebral aumenta, el sueño no repara el gasto de vigi-
lias prolongadas, acude la sangre al órgano excitado, con peligro de
congestiones, y los ojos, á su vez, son, los primeros en sufrir las
consecuencias de un régimen mal dirigido.
Por otra parte, la concentración de la actividad por largo tiempo
en un solo punto del organismo, es en perjuicio de los demás órga-
nos, que languidecen. Resiénteseel estómago, disminuye el apetito,
y los alimentos, tomados muchas veces con precipitación y falta de
regularidad, sólo sufren una elaboración imperfecta, con perjuicio
de la nutrición. De ahí dolores de estómago, hinchazón en la región
epigástrica, gastralgias y secreciones imperfectas con extreñimiento
habitual.
Remedios.—El procedimiento más seguro es ejercitar el cuerpo,
alternando el trabajo físico, el ejercicio muscular y el paseo con el
trabajo intelectual. Los oficios mecánicos, el billar, la pelota, la jar-
dinería, las visitas á los museos, las excursiones botánicas y geoló-
gicas, inspecciones de fábricas, talleres y monumentos, y el respirar
frecuentemente el aire de los bosques y de las playas, suelen resta-
blecer el interrumpido equilibrio, espaciar el ánimo y ser ocasión
de adquirir conocimientos útiles. Los que escriben, dice Horacio,
aman los bosques y huyen del ruido de las ciudades:

Scriptorum chorus omnii atnat ntmus et/ugit urbes.

Debiera ser así siempre, ó cuando menos poner en práctica el


ejemplo de Cicerón: Quidquid conficio aut cogito, in ambulationis
fere tempus confero. La distracción que algunos buscan en el tea-
tro no llena el objeto; porque allí la atmósfera está viciada, se está
mucho tiempo senudo, se prolongan las vigilias, y el drama exige
nueva tensión de espíritu.
HIGIENE. 54)

Trabajo manual.—Como el trabajo intelectual, es ley del hombre


y fuetite de salud, porque el músculo que no trabaja se atrofía, con-
sistiendo la perfección de todo órgano en el adecuado ejercicio de
sus funciones. Solo el abuso trae inconvenientes.
Ventajas para la salud.—El hombre que ejerce una profesión
manual, como el labrador, el carpintero y el herrero, ejecutan mo-
vimientos en virtud de los cuales la circulación es más activa, la piel
funciona con energía, la respiraciones más frecuente, importando
en la sangre mayor cantidad de oxígeno, el apetito es regular, la
digestión fácil, el estómago normal y la nutrición perfecta. Ved al
labrador de vida activa, dura y laboriosa; nadie generalmente goza
de tan perfecta salud, ni vive tan largo tiempo. Rara vez se le ve car-
gado de esa inútil é incómoda gordura, carácter común de astenia
y debilidad. Es vivo, vigoroso, vigilante, animoso, infatigableéin-
vencible en la guerra, como eran los espartanos, los lacedemonios,
los antiguos romanos y como son hoy los campesinos de nuestras
provincias del norte. Goza de la vida en su plenitud, sin conocer
otras enfermedades que las externas y traumáticas. En los bellos
tiempos de la república romana se pasó ésta sin médicos el largo pe-
riodo de seiscientos años, hasta que las riquezas y las delicias que
importaron con sus victorias en Asia los afeminaron. ¿Y qué hacían
cuando caían gravemente enfermos? Se morían sencillametite, aun-
que más tarde que nosotros, que disponemos de arsenales terapéuti-
cos. Porque apenas se necesitan médicos, viviendo casta y templa-
damente, teniendo pocas necesidades y buenas costumbres, amando
la religión y la patria. Por eso la agricultura, que fomenta la vida
del hogar doméstico y las virtudes morales y cívicas y el amor al
trabajo, es manantial de salud y bienandanza.
Inconvenientes.—No todas las profesiones manuales son tan hi-
giénicas como la agricultura, pues mientras la longevidad alcanza
su máximum en el labrador y jardinero, que viven sesenta y un
años por término medio, sólo llega á cuarenta años en los tipógra-
fos. Si el ejercicio manual es excesivo, gasta las fuerzas en vez de
emplearlas, causando alteraciones profundas, que ni la alimenta-
ción , ni las horas de descanso pueden reparar : entonces se enfla-
quece por el empobrecimiento de la sangre. Los panaderos, herre-
ros y carpinteros sólo ejercitan sus brazos, los pastores sus piernas,
dejando otros músculos en la inacción más completa. Trabajan los
sastres sentados y con las piernas cruzadas; los mineros en cuevas
mal ventiladas y en actitudes violentas; los zapateros apoyando la
horma en el epigastrio y hundiendo la parte inferior del esternón;
otros obreros en medio de temperaturas elcv.das, que determinan
sudores abundantes; muchos en talleres de aire muy limitado; los
que trabajan el plomo y el mercurio respiran polvos irritantes, des-
544 HISTORU NATURAL.

cuidando completamente el aseo, que limiuría la absorción tóxica;


y si se añade la preocupación harto extendida de que las bebidas al-
cohólicas sean un preservativo para ciertas enfermedades, se com-
prenderá fácilmente cuáles puedan ser las consecuencias de algunas
profesiones manuales.
Remedios.—El hombre debe estudiar su constitución antes de
resolverse por una ú otra profesión manual. Quien tiene el pecho
delicado no ha de abrazar un ofício que le exponga á frecuentes
cambios de temperatura, ó á una posición encorvada. Los trabajos
que demandan mucha fuerza han de llevarse á cabo por medio de la
fuerza mecánica, ó cuando menos economizando la fuerza muscu-
lar por medio de palancas, poleas, planos inclinados y otros instru-
mentos cada día más generalizados, á pesar de la rutina de ciertas
clases sociales.
Uno de los mejores medios para que descanse el cuerpo, es ejer-
citar el espíritu. El hombre, dice Jesucristo, no viye sólo de pan, sino
de toda palabra que procede de la boca de Dios ' : y toda |^ sed de
producción que hoy aqueja á la sociedad no prescribirá impune-
mente contra este precepto divino y natural. Nada hace olvidar tanto
las fatigas del trabajo como la instrucción en clases nocturnas, ó en
días festivos, la asistencia al templo, la santiBcación de los domin-
gos, la instrucción religiosa y las dulces expansiones de la familia.
merciclo corporal.—El ejercicio corporal es el movimiento de los
órganos, bajo la influencia de la contracción muscular. Todos los
ejercicios aceleran más ó menos la circulación y la respiración, au-
mentan el calor y la traspiración, activan los movimientos orgánicos,
excitan las secreciones, promueven el apetito, y favorecen las funcio-
nes digestivas; con tal, empero, que en todos ellos haya la modera-
ción debida, pues de lo contrario perturban esas importantes funcio-
nes. La digestión exige un corto paseo, ó algún pequeño juego que
no fatigue, ó un rato de agradable conversación. Los ejercicios más
fuertes son convenientes á las personas linfáticas, flojas y apáticas;
si se efectúan al aire libre, son convenientisimos á los sujetos escro-
fulosos y á los que están amenazados de ser víctimas de este padeci-
miento. La ca\a es ejercicio excelente para la juventud, porque obliga
á marchas, saltos y á diferentes actitudes : es hasta un preservativo
moral contra ciertos peligros. El ejercicio que más conviene á los
eclesiásticos y personas que se consagran á trabajos mentales es el de
jardinería ; pero no entendemos que baste la sola aiicióa á las plan-
tas, árboles óflores;es preciso plantar, sembrar, ingerur, podar, re-
gar, coger las frutas, limpiar las calles, poner á cubierto las planus

San Mateo, cap. iv.


HIGIENE. $45

y ocuparse en la huerta como uno se ocupa en la biblioteca. La cuer-


da, la pelota, los bolos, el billar, etc., son también muy buenos
ejercicios, sobre todo para los niños de colegios, cuidando, sin em-
bargo, de aconsejarles que no hagan todo el esfuerzo con el brazo
derecho, condenando el izquierdo á la inacción. La fonación, decla-
mando ó leyendo en alta voz, ó bien cantando, con tal que se haga
por breve tiempo y repetidas veces, es un medio higiénico y píofi-
láctico, que desarrolla el aparato vocal, da á la voz mayor fuerza,
más extensión y un vigor varonil.
La equitación es el más activo de todos los ejercicios, cuya fuerza
impulsiva viene de afuera. Los sacudimientos y bamboleos que co-
munica al cuerpo corroboran toda su economía, fortifican el sistema
nervioso y disminuyen su sensibilidad, y no son menos benefíciosos
para las funciones de nutrición. Es un ejercicio ütil para los que pa-
decen catarros crónicos y tisis incipiente ; pero perjudicial á los indi-
viduos sujetos á inflamaciones del bajo vientre, afecciones de los ri-
'ñones y de la vejiga, ó mal de piedra, almorranas, etc. Un suspenso-
rio y un ancho cinturón son necesarios cuando estos ejercicios son
muy frecuentes. El coche y la litera se aconsejan á las mujeres y per-
sonas que no pueden montar á caballo.
Oimnaala.—La gimnasia arregla el uso de los diferentes ejercicios
del cuerpo con el objeto de desarrollar más sus fuerzas. Entre los
griegos y los romanos formaba parte de la educación, y es de desear
que se restablezca tan saludable práctica, no sólo en los institutos,
sino también en las escuelas de primeras letras. El gimnasio, aun-
que cubierto, debe presentar libre acceso al aire, y los ejercicios han
de estar dirigidos por un profesor que, á la par de su agilidad, reúna
conocimientos adecuados de los órganos que se han de poner en
juego y desarrollar. La edad más oportuna para estos ejercicios es la
de la adolescencia: los huesos han adquirido entonces la firmeza
suficiente, las articulaciones conservan toda su elasticidad, y las par-
tes que componen el pecho tienen aún tal movilidad y flexibilidad,
que permiten aumentar, por medio de movimientos bien dirigidos,
el diámetro de esta cavidad, donde tienen su asiento órganos tan im.
portantes como el pulmón, el corazón, etc. Más tarde la rigidez de
los músculos no permite u n excelentes resultados; y en la edad tem-
prana son peligrosos esos ejercicios, salvo el caso en que sea necesa-
rio acudir á la gimnasia ortopédica para corregir defectos de confor-
mación. Bien dirigida la gimnasia y con las limitaciones con que la
costumbre la legitima en los colegios, favorece el crecimiento y des-
arrollo del cuerpo, regulariza la marcha del organismo, y remedia la
falu de armonía que hay entre algunos miembros.
Para algunas personas la idea de gimnasia es inseparable de la de
pórticos y aparatos, cuerdas, escalas, trapecios, paralelas, potros,
36
546 HISTORIA NATURAL.

abollas, j de todo ese cortejo formidable que aumenta de día en día,


y que parece ya condición indispensable. Nada tenemos que objetar
contra el uso de todos estos medios, cuya descripción dejamos de
buen grado á los tratadistas especiales; empero nos parece que si la
educación ha de ser gimnástica é intelectual á la vez, también cree-
mos que pudieran combinarse los ejercicios gimnásticos de modo
que resultasen, no sólo higiénicos, sino también de práctica utilidad,
trabajando en ellos la fuerza y la inteligencia. ¿No encontramos, por
ventura, en las artes y en las profesiones mecánicas la aplicación más
seria y más fundada detodos los movimientos de la gimnasia, lleva-
dos á cabo con menos aridez y con más utilidad? ¿Por qué, pues, no
se establece una gimnasia técnica, una gimnasia de taller? La higie-
ne sería igualmente beneñciada, porque el ñn que se propone no
depende precisamente de que los movimientos se ejecuten sin objeto
determinado. Añadiéndoles, pues, un objeto útil y práctico, el tiem-
po sería bien empleado cuando menos, y al desarrollo de las fuerzas
se uniría la adquisición de gran número de nociones con el aprendi-
zaje de un oficio. Y como entre los ejercicios aquel exige más aten-
ción que más haya excitado el interés, resultaría que los niños to-
marían con gusto esos ejercicios, los ejecutarían mejor, y no dejarían
de aprovecharles igualmente para la salud.
El uso del cepillo y de la sierra sobre un banco de carpintero, les
acostumbraría á trazar líneas rectas, disciplinándoles el cuerpo y el
espíritu. Pasando después al torno, para redondearla madera, im-
primirle espirales, ó adornarla con dibujos diferentes, vería el niño
que las líneas se habían complicado, se le desarrollaría el buen gusto
y tendría algunas ¡deas de ornamentación. El complemento del
banco y del torno sería la fragua que fortificaría á la vez el cuerpo
y el alma, porque es realmente la imagen de los combates de la vida.
Cada uno de estos ejercicios desarrolla un determinado conjunto de
músculos, ó una parte determinada del cuerpo. Para no dar predo-
minio á tales ó cuáles miembros, es conveniente, ai hacer de ellos el
uso moderado que la higiene aconseja, variarlos y alternarlos, en
cuanto sea posible, en la seguridad de que en esta sucesión y en la
variedad consiguiente del ejercicio muscular se encontrará una dis-
tracción no menos salutífera que agradable. Los niños pobres sal-
drían de la escuela con los elementos de un arte mecánico aprendi-
dos ; los más afortunados, que se consagran más tarde á la carrera de
las armas, se habrían inspirado desde su juventud en la alianza ínti*
ma que debe unir las obras de mano á los trabajos del espíritu, y en
la estimación y en el respeto que es debido á todas las aplicaciones
de la gran ley del trabajo. Acaso esta sola práctica inclinaría á mu-
chos jóvenes á las profesiones mecánicas, apartándolos de las carre-
ras profesionales, que ya ofrecen escaso porvenir, y que están Ha-
HIGIENE. 547

madas á producir un conflicto por el número excesivo de sus adeptos.


Saefio y vigilia '.—Toda manifestación de la vida animal ó in-
telectiva produce fatiga y exige descanso, para reparar el gasto orgá-
nico. Si el trabajo mental sucede al ejercicio muscular, ó el estudio al
paseo, el reposo de los órganos locomotores coincide con la actividad
intelectual: hay reposo j^arc/a/. Empero el organismo ha necesidad,
en intervalos dados, de un reposo más general, que se llama sueño.
Hay, pues, en el hombre un período de actividad y de trabajo: la
vigilia; otro de descanso general: el sueño.
La vigilia.—El día es el tiempo destinado á la vigilia, por más
que los caprichos y las exigencias sociales hayan modificado las cos^
tumbres hasta el punto de llamar vigilia al tiempo que usurpa á las
horas de la noche. Son esta clase de vigilias sumamente perjudicia-
les, si se prolongan, por el gasto excesivo que se hace de las fuerzas,
por el aire viciado que se respira en piezas iluminadas por luces ar-
tificiales, adornadas de flores, llenas de gente, etc. Las personas
que velan por costumbre hasta hora muy avanzada de la noche,
pierden poco á poco los colores por el empobrecimiento de la san-
gre, sufren alteraciones en las funciones digestivas, languidece su
nutrición y caen en la anemia, que es uno de ios castigos de las cos-
tumbres desarregladas de las grandes capitales del mediodía de E u -
ropa. Las mismas perturbaciones se producen en las personas que
frecuentan reuniones nocturnas en teatros, bailes y veladas, y que
se ven luego precisadas á tomar los aires del campo ó de la marina
durante el verano para reponerse de sus quebrantos. Los hombres
estudiosos que pasan la noche trabajando, envejecen antes de tiempo
y caen en profunda anemia. Por el contrario : no hay costumbre
más útil que levantarse temprano (á las seis) y consagrarse al trabajo
inmediatamente después, cuando es menos fatigoso, por haber el or-
ganismo recobrado sus fuerzas mediante un sueño reparador.
Eisueño,—El sueño interrumpe las funciones de la vida orgá-
nica, excepción hecha de la circulación, respiración, digestión y se-
creciones; y el tiempo destinado para ese descanso es el de la noche,
con cuya calma, silencio y oscuridad el reposo es más profundo y
la reparación de las fuerzas más completa. El sueño del día no es'
reparador: deja cierto malestar de pesadez de cabeza y amargura de
boca y de lengua, que demuestran una alteración en la actividad d i -
gestiva. Las condiciones excepcionales de una temperatura elevada
que fatiga demasiado, hacen, sin embargo, conveniente la siesta en
los países cálidos, la cual no debe nunca prolongarse más allá de
dos horas.

Sería más filosófico tratar del sueño y vigilia ea los Percepta.


548 HISTORIA NATURAL.

La duración del sueño no puedefijarsede una manera absoluta,


porque, destinado á reparar las fatigas, ha de ser proporcionado á
las pérdidas sufridas. En la infancia dura el sueño mucho tiempo, y
en la adolescencia ha de ser también más prolongado que en la viri-
lidad y vejez. El trabajador, el nervioso, el melancólico, el convale-
ciente, y por punto general las mujeres, deben dormir más que otras
personas que padecen menores fatigas ó tienen una constitución más
fuerte. Suelen señalarse de seis á ocho horas para todas esas diferen-
cias constitutivas , bastando también el último plazo para los que
viven en países cálidos, fen el horario de una casa de educación, co-
legio, comunidad religiosa, etc.,deben siempre concederse siete ho-
ras de descanso, según el precepto médico de la escuela de Salerno.

Septem horas dormisse sat estjuvenique senique.

La costumbre, que modifica profun'damente las necesidades orgá-


nicas, podrá acallar las exigencias legítimas de la naturaleza; pero no
debe olvidarse que aun cuando el organismo no se queje, no por eso
deja de padecer. ¡Cuántas veces hemos visto á jóvenes extenuados por
el aniquilamiento de las fuerzas y el empobrecimiento de la sangre^
que no reconocían otra causa que la falta del sueño y el mal método
en las horas de las comidas I
Tanto más fácil y reparador es el sueño cuanto sean más regula-
res sus horas. Conviene también que éstas sean lasprimeras de la no-
che, es decir, á partir de las nueve ó las diez, y que hayan mediado
tres horas después de la comida ó cena, para que el estómago no esté
cargado, y la digestión, qne es menos perfecta durante el sueño, no
se interrumpa, dando lugar ápesadillas, sueños penosos é indiges-
tiones. De esa misma paralización parcial de las funciones nutriti-
vas resulta la tendencia del cuerpo al frío, y la necesidad de abri-
garse durante el sueño. La cama no ha de ser muy blanda ; las me.
jores almohadas son las de crin, y la cabeza debe permanecer des-
cubierta.
Empero si el sueño insuficiente no repara por completo y causa
sobreexcitación nerviosa, el sueño demasiado prolongado entorpece
el organismo, le vicia y le engorda. Los que duermen mucho son
pesados, perezosos de cuerpo y de espíritu, y carecen de la energía
muscular conveniente para toda ocupación manual ó intelectual.

PERCEPTA.

No hemos de repetir aquí la doctrina de las percepciones sensiti-


vas é intelectuales, suficientemente desarrollada en lafisiología.Con-
siderando nuestros actos de relación bajo el punto de vista bigiéni-
HIGIENE. 549

co, limitaremos nuestras observaciones á los sentidos externos y á


las pasiones. ^ , ,
Sentidos externos.—La higiene modera la vivacidad y afregla la
frecuencia y duración de las impresiones del tacto, gusto, olfato, oído
y visión, según la edad, temperamento y demás condiciones del in-
dividuo. ,.,
racío.—La piel es el órgano del tacto, y cuanto es más pálida,
está dotada de menor sensibilidad. El uso constante de guantes , las
fricciones muy continuadas y el baño caliente y prolongado dismi-
nuyen la fuerza de las sensaciones en la parte respectiva; el frío mo-
derado las estimula, el intenso anula la vitalidad de la piel, y todas
las impresiones enérgicas y repetidas causan en ella modificaciones
profundas. Podríamos decir que cada profesión determina en el sen-
tido más expresivo del tacto lo que Riant llama una mano particular,
y que por esta razón este sentido es susceptible de una educación
perfectiva. Ciegos conocemos que leen perfectamente los caracteres
en relieve de la escritura y de la música. La costumbre entorpece
también las sensaciones, y la higiene puede aprovecharse de este
gran modificador para hacer al hombre menos impresionable al ca-
lor frío humedad y sequía, mediante lociones de agua fría y el uso
de un abrigo que no sea exagerado. La piel fina y delicada es exce-
sivamente sensible; la piel seca y rugosa ofrece una sensibilidad apa-
gada. Los baños , las fricciones y los vestidos de lana vuelven á la
piel la actividad que de ella se aleja , impidiendo que afluya al pul-
món con peligro de la salud.
Gusto.—La lengua, el cielo de la boca, el paladar y una parte de
la faringe reciben las impresiones de los sabores. Cuando el gusto
no está pervertido, nos da la noción de los alimentos que más nos
convienen, impone la variedad que es útil y agradable en cierta me-
dida y contribuye eficazmente á la nutrición. Empero el gusto se
gasta con la repetición de las mismas impresiones , con el uso de
condimentos fuertes y estimulantes y con los inventos cada día más
en auge de una glotonería culpable y extravagante. Entonces el axio-
ma quod sapid nutrit se convierte en máxima peligrosa y en manan-
tial fecundo de indigestiones y enfermedades. Por el contrarió : el
gusto adquiere toda su delicadeza y es un verdadero protector de la
salud mediante la sobriedad en el uso de manjares, bebidas y taba-
co á la cual debe añadirse, como ya se dijo en otra ocasión, el más
exiuisito aseo en la dentadura y la limpieza del estómago.
Olfato —Es el olfato guía y centinela del gusto, porque , impre-
sionado por las cualidades aromáticas de los manjares , nos lleva al
conocimiento de su estado bueno ó malo. .Artificiosamente , dicen
el P Granada y Cicerón , se puso este sentido )unto á la boca, por
ser mucha parte el olor de lo que se come y se bebe , para )uzgar si
5 JO HISTORIA NATURAL.

es bueno ó es malo '.» «Estos dos sentidos , añade Bríllat Savarín,


constituyen uno solo, cuyo laboratorio es la boca, y la nariz la chi-
menea.» El sentido del olfato no tarda en gastarse por la energía de
las impresiones, ó por la repetición demasiado frecuente de una
misma impresión. Las personas que viven en una atmósfera cargada
de moléculas odoríferas acaban por no sentir los olores más fuertes,
y las atacadas de abscesos en las encías ó de caries dentaria no ad-
vierten el aliento infecto que su boca exhala. La razón de esto la da
admirablemente el Angélico Doctor, enseñando que en las sensa-
ciones del tacto, gusto y.olfato, el objeto altera previa y físicamente
el órgano, y si la alteración es constante ó excesiva, le embota. Los
olores fuertes pueden excitar el cerebro con alguna utilidad; empero
las emanaciones aromáticas condensadas en un espacio limitado
causan jaquecas, vértigos, vahídos y vómitos. Más peligrosa es aún
la alteración del aire que carece de olor, como la producida por el
óxido de carbono de la combustión, que asñxia sin sentirlo. El ta-
baco tomado por la nariz excita é irrita la mucosa nasal, la endurece
y aminora el olfato, y hace que despida mal olor el que se dedica á
este inútil y asqueroso pasatiempo.
Oído.~-El conducto externo del oído debe ser siempre permeable
á las ondas sonoras. El líquido amarillento que segregan sus glándu-
las se solidifica alcontactodel aire/'/a cerjy y determina su oclusión.
Hay sorderas que no reconocen otra causa, que es en ocasiones di-
fícil de reparar. En el fondo del conducto auditivo, cuya longitud es
de unos tres centímetros, está el tímpano, indispensable para la au-
dición ; la limpieza de la oreja ha de llevarse á cabo con prudencia,
sin introducir bruscamente cuerpos capaces de herir ó de perforar
aquella membrana. También deben evitarse los ruidos demasiado
intensos, que pueden romper el tímpano y producir convulsiones.
Los males de garganta y las anginas se complican casi siempre con
alguna alteración en el oído, á causa de la inñamación de las amíg-
dalas, que ponen en comunicación la parte posterior de la boca con
el oído medio : es, pues, conveniente para la conservación del ór-
gano auditivo llevar la garganta al abrigo de la intemperie. La im-
portancia de este sentido se comprende fácilmente : á él debemos la
primera instrucción que recibimos de la sociedad doméstica, de la
sociedad civil y de nuestros maestros : la fe misma entra por el oído,
es decir, por la predicación, según la granea expresión del Apóstol.
Los sonidos rítmicos sosiegan la ira y esparcen el ánimo, ahuyen-
tando la melancolía, si bien el exceso y abuso excita la sensibilidad
y la pervierte. Debiera haber una higiene moral para este sentido y
para el de la vista, que sólo permitiera llegar á ellos palabras buenas,

GRANADA, Símbolo de la Fe, i parte, cap. xxxi.


HIGIENE. ^^i

imágenes púdicas y ejemplos de honestidad. Los sordos de naci-


miento son también mudos, porque no reciben la educación de la
palabra, y estuvieron condenados á una ignorancia y á una inferió,
ridad moral lamentable, hasta que el benedictino español P. Pedro
Ponce halló el medio ingenioso de ponerlos en comunicación con
sus semejantes y de llevar á sus inteligencias las luces de una cultura
completa *.
Vista.—Es el más noble y más elevado de los sentidos exteriores.
La higiene de la vista se ordena á la conservación del órgano (el ojo)
para la integridad de sus funciones. La impresión repentina de la
juz es peligrosa. Debemos hacer las transiciones de un medio oscuro
á otro muy alumbrado, imitando á la naturaleza, que coloca el cre-
púsculo entre las tinieblas de la noche y los rayos luminosos del sol.
El exceso de luz fatiga el órgano, y puede hasta quemarle á causa del
calor que le es inherente ; de ahí las numerosas inflamaciones que
se producen en el centro de España, donde la hermosura del cielo y
la falta de vegetación contribuyen á una intensa irradiación solar-
Los cristales planos coloreados, las cortinas y las gasas protegen con-
venientemente los ojos contra el exceso de luz. Las paredes blancas
de los edificios, las salinas, los terrenos yesosos y toda superficie bri-
llante, perjudica la vista por el exceso de reflexión solar. La luz in-
suficiente fatiga el ojo, la Juz artificial le irrita, y ha de procurarse
que ésta sea igual, nada vacilante, y esté rodeada de una pantalla.
La costumbre de mirar los objetos demasiado cerca predispone á
la miopía; el defecto contrario á la presbicia. Para evitar estos extre-
mos han de acostumbrarse los jóvenes á mirar los objetos pequeños
á la distancia de treinta centímetros. El defecto de la miopía se sub-
sana con anteojos cóncavos; empero los que de ella son víctimas no
deben apresurarse en adquirir ese remedio, ni mucho menos en usar
cristales fuertes. Conviéneles, por el contrario, fijarse en objetos
lejanos y aumentar poco á poco el alcance de su vista. El uso cons-
tante de cristales de aumento y de microscopio es causa asimismo

' Los trabajos del P. Ponce fueron continuados por el español Juan
Pablo Bonet, quien escribió en Francia el primer tratado pedagógico que
se conoce, y que produjo en aquella nación sensación profunda. Empero
el hombre ilustre á quien se debe la instalación deKnitíva de los colegios
de sordo-mudos fué Jacob Rodríguez Pereira, natural de Extremadura
(ijiS). Luís XV de Francia, prendado de las dotes del profesor español, y
sorprendido por los resultados que había obtenido en la enseñanza de loa
sordo-mudos, nombróle su intérprete y le señaló 800 libras de pensión. El
£imoso abate l'Epée declaróle cruda guerra, y consiguió suplantarle; em-
pero parece que ha sonado la hora de la rehabilitación de Rodríguez Pe-
reira, que murió en París el i5 de Setiembre de 1780. Aristóteles había
pensado que la instrucción del sordo-mudo era imposible.
5;2 HISTORIA NATURAL.

de alteraciones ea la visióo; tampoco son indiferentes los colores de


los objetos: el blancp y el rojo fatigan el órgano, mientras que repo-
sa y descansa sobre el azul y el verde. Las lociones frescas desemba-
razan al ojo de cuerpos extraños y le dan tono; cuando están irrita-
dos ó inflamados ha de acudirse á lociones templadas, que por la
reacción que producen ocasionan al órgano afectado calma y fres-
cura.
Pasiones.—Son las pasiones movimientos del apetito sensitivo,
producidos por la imaginación del bien ó del mal, y acompañados
siempre de alguna inmutación corporal. Al conocimiento de los ob-
jetos exteriores que afectan nuestros sentidos, se sigue en el alma
cierta inclinación ó aversión hacia los mismos, que se llama sensua-
lidad. Los modernos tratadistas le dan el nombre de afectiva, y lla-
man á las pasiones afecciones. Santo Tomás de Aquino escribió
hace más de seis siglos : «Danles algunos el nombre de afecciones ó
de afectos, empero otros, como Cicerón, les llaman con más fuer\a
pasiones *.» Divídese comúnmente la sensualidad ó sea el apetito
sensitivo en concupiscible é irascible.
Apetito concupiscible.—Abraza todos aquellos movimientos ó
pasiones del alma por los cuales el animal tiende simplemente hacia
el bien conocido por los sentidos, y se aparta del mal que les es
opuesto. Sus pasiones son seis: el amor, ó sea la propensión hacia
un bien conveniente; el odio, aversión del mal; el deseo, movimiento
del ánimo hacia el bien ausente; lifuga, repulsión que causa en el
ánimo el mal futuro; el go\o, 6 descanso en el bien poseído; y la
tristeza, ó inquietud y desasosiego en el mal presente.
Apetito irascible.—Es aquella facultad por la cual tanto el hom-
bre como el animal se excitan á alcanzar los bienes sensibles de di-
fícil consecución, y á vencer los males y los obstáculos que les impi-
den su posesión. Tiene cinco pasiones: la esperan\a, movimiento
del ánimo hacia un bien futuro arduo, pero de posible adquisición;
el temor, decaimiento del ánimo vencido por un mal terrible y casi
inevitable; la desesperación, desfallecimiento del ánimo ante un
bien arduo que estima de imposible adquisición; la audacia, esfuerzo
del ánimo que intenta vencer y superar un mal terrible; é ira, ape-
tito de venganza, afluyendo al corazón la sangre encendida.
En todos estos movimientos del ánimo, continúa Santo Tomás *,
siempre se acelera ó se retarda el movimiento del corazón, que pal-
pita con mayor ó menor intensidad, en lo cual consiste principal-
mente la pasión. El corazón, pues,es, no el órgano, pero sí el símbolo
de las pasiones; y siendo aquella viscera de primaria importancia en

SANTO TOMÁS: Suma teológ., i.* 2.» dec. 22., a. 2.


Lugar citado, c. 24, a. 2.
HIGIENE. $$3

Ja vida animal, vese claro que las pasiones vehementes pueden in-
ñuir eficazmente en la alteración de la salud.
De todas estas pasiones, cuatro principalmente han de preocupar
el ánimo de quien aspire á mantenerse sano, porque en ellas se con-
centra con preferencia la fuerza de las restantes. Son el go:{o, la tris-
teza, la esperanza y el temor, designadas respectivamente por los es-
toicos con los nombres de alegría, enfermedad [ó dolor), liviandad
(ó antojo) y temor. Por eso dijo muy bien Boecio:

Gaudia pelle, pelle timorem


Spemfugato, nec dolor adsit.

El bien y el mal, dice el Angélico, es presente ó futuro; del bien


presente hay go\o; del mal presente, triste^^a; del bien futuro, espe-
ranza, y del mal futuro, temor: respecto alo futuro, se mueve el áni-
mo por esperanza y por temor; respecto á lo presente, descansa ó se
inquieta por el go^o y el temor.
Influencia de las pasiones en la salud.—El cerebro, influido por
el sistema nervioso, es el órgano del apetito sensitivo, de la sensibili-
dad afectiva, y por consiguiente de todas las pasiones, incluso el
amor. El corazón recibe á su vez las impresiones del cerebro, y ace-
lera ó retarda el movimiento de la circulación, y sus variaciones de
sístole y diástole representan a posteriori la. escala de todas las ma-
nifestaciones de la sensibilidad afectiva; empero el corazón no es el
órgano ni el asiento del amor, aunque sí su símbolo natural y como
el barómetro que nos da á conocer la fuerza de las pasiones '. Esta
teoría, saludada hoy con entusiasmo por todos los fisiólogos espiri-
tualistas , es conforme á la doctrina de Santo Tomás, y explica su-
fícientemente la influencia de las pasiones en la salud. Hemos visto
que, según la doctrina del Santo, la inmutación del corazón procede
de la imaginación del bien ó del mal, y por consiguiente del cere-
bro, que es el órgano de aquel sentido interno. El corazón, por su
parte, es el gran principio y el primer motor de la vida; siempre,
pues, que sufra honda perturbación en sus movimientos, como su-
cede en cualquiera pasión vehemente, ha de resentirse por necesidad
todo el organismo, incluso el cerebro, como sucede en aquellos,
dice el Doctor Angélico, que se vuelven locos á causa de la concupis-
cencia '. Las pasiones en si mismas son movimientos naturales, y
por ende indiferentes bajo el punto de vista moral; empero el hom-

• Véase la obra interesante del presbítero RICHK, Les fonctions de


Vorgane cardiaque dans les phénoménes de la sensibiliié af/ectire,' Pa-
rís, 1878.
» Suma teol., i." i.**, c. 6, a. 7, ad tertium.
554 HISTORU NATURAL.

bre, dotado de libre albedrío, debe y puede siempre dirigirlas, á la


práctica de la virtud, ó reprimirlas cuando su objeto sea ilícito. Si
así no lo hiciere, aparte de la degradación moral en que incurre,
dejándose dominar por instintos ciegos, en vez de dominarlos él
mismo como señor y dueño, vería bien pronto estragadas sus fuer-
zas físicas y trastornado su organismo. La gula, la ebriedad, la pe-
reza, la lascivia, la cólera, la avaricia, la nostalgia, la ira, la envi-
dia, la ambición y demás manifestaciones de nuestro apetito sensitivo,
conducen ágran número de enfermedades, ó cuando menos van poco
á poco minando la salud, hasta dar en tierra con el más robusto ce-
dro. Lo que es la polilla para el vestidoy la carcoma para la madera,
eso es la tristeza para el corazón del hombre. Al necio le mata Id
cóleray al apocado le quita la vida la envidia, dice el Espíritu Santo.
' Remedios higiénicos.—Es tan fuerte la impresión que el hombre
recibe de cuanto afecta sus sentidos, que los consejos higiénicos se-
rán siempre ineficaces para contenerle dentro de los límites de la ho-
nestidad, y para proteger su salud contra los estragos de las pasiones.
Empero así como Santo Tomás prescribió las lágrimas, la compasión
de los amigos, la contemplación de la verdad, el sueño, los baños,
y en general cualquier goce honesto, como remedios de la tristeza y
del dolor, así otros ñsiólogos aconsejan los manjares vegetales cual
medios poderosos para vencer la cólera, y suavizar los caracteres
ásperos y duros, é infundir la dulzura y la inocencia de costumbres
que tanto se ha admirado en los solitarios de la Tebaida. La parsi-
monia en el comer y beber facilita las operaciones del espíritu, y
reprime poderosamente todas las pasiones sensuales. Por el contra-
rio, los entendimientos hundidos bajo el peso de la carne y de la
sangre, son naturalmente torpes y rastreros, apenas comprenden
más que las cosas materiales, visibles y tangibles, en ellas se engol-
fan, y son víctimas de tan desordenados afectos. «Su obesidad, dice
Reveille, París, oscurece el alma, espesando las paredes de su pri-
sión.» «Comer, beber, gozar, dormir y engendrar, añade Debrey-
ne, á la manera de los brutos, he ahí el noble ñn de ese rey de la
creación, de esa imagen de Dios, de ese domador del globo, que se
degrada, se envilece, y se revuelca en el fango y en el cieno como
los inmundos animales.» «¡Cuan vil y abyecta criatura es el hombre
si no está realzado por algo celeste I,» decía Montaigne.
Solamente la religión, con su moral purísima y con la gracia que
ofrece al hombre para levantarle sobre sí mismo, y vencer las pro-
vocaciones de los sentidos, puede salvarnos de los estragos de las
pasiones, acercándonos en lo posible al estado prístino de justicia
original, en el cual la concupiscencia estaba totalmente sujeta á la
razón, y la razón del hombre á la razón de Dios.
PROGRAMA
PARA UN CURSO DE TRES LECCIONES SEMANALES

DE HISTORIA NATURAL
Y OTRAS TRES DE FISIOLOGÍA É HIGIENE

Lección i.»—Pre//mmareí.—Definición de la Historia Natural.—


Diferencias entre los cuerpos orgánicos é inorgánicos.—
Diferencias entre los animales y vegetales.—Lo% tres rei-
nos de la naturaleza y las tres partes de la Historia N a -
tural Páginas i á 4
1.60. 8.'—ZOOLOGÍA.—Definición y sus tres partes.—Organo^rafla.
—Elementos químicos , orgánicos y anatómicos del cuerpo
animal.—Órganos ó instrumentos de los animales.—Fun-
ciones que se ejecutan por estos órganos.—División de estas
funciones 5 á8
Xieo. 3.*—Zoografla.—Caracteres de clasificación. —Clasificaciones
zoológicas.—Descripción.—Nomenclatura.—Clasificación de
Linneo 53 á 57
toe. 4.*—Clasificación de Cuvier y su modificación.—Clases en que
se divide el tipo primero: Vertebrados.—Caracteres de los
Mamíferos : mamíferos monodelfos y didelfos.—Órdenes en
que se dividen los mamíferos 57 á 61
Lee. h.'—Bimanos.—Caracteres que distinguen al hombre de los
demás animales.—Unidad específica del hombre 61 á 65
1^0. 8." — Cuadrumanos. — Familias de Monos , Titís y Ma-
kts 76 á 73
1^0. 7." — Carniceros. — Familias de Queirópteros é Insectívo-
ros 79 á 81
I,ec. 8.*—Carniceros.—Familias de Plantigrados , Digitígrados y
Pinnipedos 82 á 87
I.eo. 9*—Roedores.—Familias de Claviculados y Acléidos. 87 á 94
I^g_ 10.—Desdentados.—Familias de Tardígrados y de Desdenta-
dos ordinarios 94 á 97
I,ee. 11.—i?MmM«teí.—Familias de Camellos y Rumiantes ordina-
rios 97 á io3
5;6 HISTORIA NATURAL.

Lee. 12—Paquidermos.—Familias ú órdenes de Proboscideos, Or-


dinarios y Monodáctilos (Solípedos) io3áio8
iMc. Í3.~Pisciformes.—Familias de Sirenas, Cachalotes y Ba-
llenas io8 á 112
Lee. 14.—Marsupiales y Monotremas ii2áii5
Lee. i 6 . — Aves. — Caracteres y órdenes en que se divide esta
clase ii5 á 119
Lee. 16.—Rapaces y sus familias 120 á 126
Ijee. 17.—Pájaros y sus familias 126 á i34
Lee. 18.—Trepadoras y. Gallináceas 134 á 140
Lee. 19. — Zancudas y sus familias. — Palmípedas y sus fami-
lias 140 á i5o
Lee. 80.—Reptiles.—Caracteres de esta clase y órdenes en que se
divide.—Quelonios i5i á i54
Lee. 21.—Saurios y Ofidios 155 á i63
Lee. 82.—Caracteres dé los Anfibios.—Caracteres de los peces y di-
visión de esta clase en órdenes i63 á 167
Lee. 23.—Acatopterigios, Malacopterigios abdominales, sub-bran-
quiales y ápodos 168 á 174
IMC, Zi.—Lo/obranquios, Plectonatos, Esturiones, Seláceos y Ci-
clóstomos 174 á 179
Lee. 26.—Tipo 2.° Molnseos.—Caracteres de los moluscos y de sus
conchas.—Clases y órdenes en que se divide este tipo.—Ce~
falópodos '79 á i83
Lee. 86.—Gasterópodos y principales familias.—Terópodos.—Pá-
ginas 184 á 193
lj¡tc.21.—Monomiar ios. Dimiar ios y Braquiópodos..'.. 193 a 198
Ijee. 88.—Tipo 3.° Anillados.—Sus caracteres y sus clases.—Carac-
teres de los Insectos y su división en órdenes 198 á 2o3
Lee. 29.—Coleópteros , Ortópteros , Neurópteros é Himenópte-
ros 2o3 á 211
Leo. 30.—Lepidópteros, Hemípteros, Dípteros, Afanípteros, Ano-
pluros y Tisanuros 211a 219
Lee. 81 .—Miriápodos, Arácnidos, Crustáceos y Gusanos. 220 á 229
Leo. 38.—Tipo 4.* Radladoa.—Caracteres y clases de este tipo.—
Tunicados, Brió^oos, Equinodermos, Pólipos y Heteromor-
fos 229 á 236
Leo. 83.—BOTÁNICA.—Deñnición de la Botánica y de las plantas.—
División.—Orgaaografla..—Órganos elementales : tejido celu-
lar y vascular 239 á 24^
Lee. 84.—Órganos compuestos.—Primera clasificación natural de
lai plantas.—Principales órganos de las plantas. Raíl: defini-
ción, partes de que consta y composición.—Tallo: definición,
especies y organización 242 á 249
PROGRAMA. 557

1 ^ 85 -Hojas : definición, composición y partes de que constan.


• ^División de las iiojas por razón de su sucesión , origen y
figura —Desarrollo de las hojas , ^^° M ^ ^
Lee se-Órganos accesorios.-Órganos de reproducción -Inflo-
rescencia y sus clases •••'a'""' rAUr-
Lee 37—F/or.- verticilos de que consta. —Prefioracion.— Ca//T.
partes, forma, consistencia y duración 264 á 267
Lee %l-Corola: partes, forma y duración.-Fííamfrres: partes.
• inserción, número, proporción y dirección de los estambres^
Anteridios • Dh,l„4^^
l ^ S^.-Pistilos: partes de que constay su estructura.-P/a««ía.-
Huevecillos: su número y posición.-fíporan^»o5. 273á276
Lee 40-Fruto: partes de que consta.-Pencarp/o y su composi-
t\6^-Semilla: composición y estructura.-£mfrr,d« y su
nosición.-Composición del embrión : blastema y cotiledo-
Ses -Clasificación de los frutos.-Fruto de las criptoga-
" 270 a 2o3
Leo 4r^Fisiologla.-VÍd¡,facult¡d;¡V fun^io"«.,'l« las plantas.-
Ablrción circulación, digestión, resp^rac^on, ' ' ^ " " f . T " ^
i,^r,-prinnes de las plantas 285 a 290
Lee ^-¿ZZento. JFlorescencia.--Fecundación.-U^.r^
c ón.-Diseminación y Germinación. . . . ; . . ; ; • • • / 9 0 ^ ^9^
L.c.48.-Reproducción de los vegetales por d'-.on.-Accidentes
de los vegetales ; • • • • " ' ' , ^ ru
x^ AA-Taxonomía—Clasificaciones y sus fundamentos.-Ua-
' " " • * í ¡ ; ! c i r s r x u a l de Linneo.-Clave m«6dica de^De-C^^^^
Lee Jl'lrnp;>mn¿ia'de'loVóino¡ y'subordinación de los carac-
.-Slto«rafla.-^noniceaí. Papaveráceas, Cruciferas,
teres.
lercs.—*!•«»*-"— , - 3o3 á 3oo
Malváceas y Auranctáceas • • j>o/ a 509
Lee,,J,-Terebintáceas, Leguminosas, Rosdceas, R»^]^^ceas^y
^ . 4 7 ^ l X « T « a ; ; "oleáceas, "solanácea¡\ ^ " ' " ' ' ' " " ' ' ' 3 , j / s ' g
Lee. ^'^¡l^ure'dceas\'Euforbiáceas\ Urticáceas, Cup«/(^^raí^y

^ e 4 e - " M « 7 ¿ a . ; ' L ; « ¿ e a . . Palmas, Aroideas y Gr--|^«ea-^

Í I ^ ' M - O ^ i ^ a f l L b o U n l c a - C a u s a s de la distribución de los ve-


" ^ • " g e t a ^ r c a l o r , luz, agua, terreno, atmésfera. aUnu - E s t a
ción y habitación.-Floras y jardines ^^^.^ ^,^»
^.5^¿KRA.oo.A.-Mineral«simplesycom^^^^^^^^^
^^8 HISTORIA NATURAL.

metaloides.—Combinaciones y mezclas.—Serie electro-quími-


ca.—Nomenclatura química.—Ácidos, bases, sales y cuerpos
no oxidados.—Fórmulas químicas 339 ^ M^
Lee. 63.—Caracteres mineralógicos.—Figuras.—Medición de los án-
gulos de los cristales.—Hechos fundamentales de la cristalo-
grafía.—Sistemas cristalinos 345 á 35o
Lee. 54.—Los seis tipos cristalinos y sus derivaciones.—Variaciones,
cambios, isomorfismo y cristales agrupados.—Figuras porcon-
creción.—Incrustaciones y moldes.—Petrificación y epigenia;
figuras irregulares 35o á 355
Lee. 56.—Estructura, fractura, pesadez y coherencia.—Caracteres
electro-magnéticos.—Caracteres sensibles 355 á 363
Lee. 66.—Caracteres químicos. — Ensayos químicos.—Análisis.—
Discusión analítica 363 á 367
Lee. 57.—Clasificación de los minerales; individuo, especie, varie-
dad, género, tribu, etc.—Clasificación de Haüy.—Caracteres,
criaderos y aplicaciones de los ácidos sulfúrico, sulfuroso,
sulfhídrico y carbónico 368 á 372
Lee. 58.—Caracteres y especies del género Cal: sus yacimientos y
aplicaciones 372 á 375
Lee. 69.—Caracteres, especies, yacimientos y aplicaciones de los gé-
neros Baritina, Alúmina, Sosa y Potasa 375 á 378
I^ec. 60.—Apénilee.—Sílices: sus caracteres, especies, yacimientos
y aplicaciones.—Caracteres y géneros de Silicatos.—Géneros
Talco, Esteatina, Magnesita, Serpentina: sus caracteres, ya-
cimientos y aplicaciones 378 á 382
Lee. 61.—Caracteres, yacimientos y aplicaciones de los géneros Pi-
roxeno, Anfibol, Andalucita, Arcilla, Esmeralda, Granate,
Feldespato, Obsidiana, Piedra pómen. Lapislázuli, Turma-
lina, Mica Y Topacio 382 á 387
Lee. 62.—Caracteres, especies, yacimientos y aplicaciones de los gé-
neros Platino, Oro y Plata 387 á 390
Lee. 63.—Caracteres, especies, yacimientos y aplicaciones de los gé-
neros Mercurio, Plomo y Cobre 390 á 394
Lee. 64.—Caracteres, especies, yacimientos y aplicaciones de los gé-
neros Hierro, Estaño y Zinc 394 á 397
Lee. 65. — Caracteres , especies , yacimientos y aplicaciones de
los géneros Arsénico, Manganeso, Cobalto y Antimo-
nio 397 á 400
Leo. 66.—Combiutibles: A\ufre , Carbono , Grafito , Antracita,
Hulla , Lignito y Turba.—Betunes y Resinas: Nafta , Pe-
tróleo, Asfalto y Succino.—Apéndkt: Guano.—Industria mi-
nera 400 á 406
JUee. 67.—GEOLOGÍA.—Definición y partes.—Oeocaosia.—Configu-
PROGRAMA. ^^Q

ración, densidad y corteza de la tierra.—/íocaí; Sus caracteres


y clasificación 408 4414
Lee. 68.—Terrenos: Sus caracteres mineralógicos , estratigráficos y
paleontológicos.—Faunas y flores fósiles.—Épocas paleonto-
lógicas.—Clasificación de los terrenos 414 á 421
Lee. 69.—Terrenos cristalinos.—Sistema antiguo : Granítico, Por-
fídico y Traquílico.—Sistema, eruptivo : Basáltico y La-
vico 421 á 425
Leo. 70.—Terrenos metómór/ícos.—Sistema de pizarras cristalinas:
Micacita y Talcita.—Terrenos estratificados.—Si&ttma. lau-
reniino.—Sistema silurial: Cámbrico, Silúrico y Murchisó-
nico 427 á 43o
Lee. 71.—Sistema carbónico : Devónico, Carbonífero y Pérmico.—
Sistema triásico : Trías.—Sistema jurásico : Liásico, Batóni-
co, Oxfórdico y Portlándico 430 á 440
Lee. 72.—Sistema cretáceo : Neocómico, Tenéncico, Gault, Cenomá-
nico y Senónico.—Sistema protoceno : Eocénico y Neogé-
nico 440 á 447
Lee. 78.—Sistema deutoceno : Antrópico diluvial y aluvial, con
sus caracteres litológicos , paleontológicos y arqueológi-
cos 447 á 454
Lee, 74.—Greogenia.—Definición.—Tiempos cosmológicos.—La Bi-
blia.—La hipótesis de Laplace y su comparación con la Bi-
blia 455 á 462
Lee. 75.—Los días genesiacos.—La nebulosa terrestre.—Tiempos
geológicos.—Fases por las cuales pasó la tierra.—Terrenos
cristalinos : la tierra firme.—Más datos de la Biblia.—Terre-
nos primarios 462 á 470
Lee. 76.—Agentes geológicos.—El agua.—La atmósfera.—El fue-
go.—Los seres organi\ados 470 á 480
Lee. 77.—Aparición de la vida sobre la tierra.—Naturaleza y origen
déla vida.—Falsa hipótesis de Haeckel.—Datos de la Biblia.
—Circunstancias en que apareció la vida 480 á 486
Lee. 78.—Aparición de los astros.—Estado de la tierra, según la h i -
pótesis de Laplace y los datos de la Biblia 486 á 489
Leo, 79.—Creación de los anímales.—Mirada retrospectiva.—hpoca
primaria.—Época secundaria: datos de la ciencia y de la
Biblia.—Época terciaria: datos paleontológicos.—Concor-
dancias de la ciencia con la Biblia. —i^«n de los tiempos
geológicos.—Creación del hombre.—Resumen. — Conclu-
sión 489 á 495
5^0 HISTORIA NATURAL.

FISIOLOGÍA É HIGIENE.

Lección i.'—Preliminares.—Cuerpos orgánicos 6 vivientes, y cuer-


pos inorgánicos 6 no vivientes.—Característica de los cuerpos
orgánicos, el alma.—Diferencias de forma y de crecimiento
entre los cuerpos orgánicos é inorgánicos.—División de Lin-
neo.—Diferencias entre los cuerpos animales y los vegetales.
Los tres reinos de la naturaleza Páginas i á 4
X.ec. 2.*—Organografla del cuerpo del hombre.—Elementos quími-
cos, orgánicos y anatómicos.—La gelatina, la fibrina, el mu-
cus, \A caseina, la úrea y los ácidos láctico y acético.—El
elemento celular, muscular y nervioso Sá/
Iicc. a.'—Órganos que resultan de la disposición de los anteriores
elementos.—¿j^araíoí compuestos de aquellos órganos.—Fun-
ciones que se ejecutan mediante los aparatos y en virtud del
d/md.—Fisiología: clasificación de estas funciones y actos de
cada una 7á8
Lee. 4.*—Funciones de nutrición y órganos por los cuales se verifi-
can.—Prensión de los alimentos.—Masticación éinsalivación.
—Composición y forma de los dientes.—Fórmulas denta-
rias 8ái2
Lee. 6.'—Deglución y órganos de este acto.—Bolo alimenticio.—
Quimificación y órgano de este acto.—El jugo gástrico.—
Quilificación.—Los intestinos, el páncreas y el higaáo.—Im-
portancia de estas dos glándulas en la quilificación.'—El
quilo 12 á 14
Lee. 9.*—Defecación.—Partes en que se dividen los intest¡nos.~Pe-
ritoneo, mésentenos y movimientos peristálticos.—Acto de la
defecación —Absorción.—Capilaridaá.—Endosmose y exos-
mose.—Acto de la absorción 14 á 16
Lee. 7.*—Circulación.—La sangre y su composición.—El corazón:
su pericardio, sus aurículas y sus ventrículos.—Las yenas y
las arterias y su enlace con el corazón.—Movimientos del
corazón y acto consiguiente de la circulación.—Circulación
sencilla y doble : descubrimiento de esta última.... 16 á 18
Lee. 8.*—Respiración.—Definición.—Órganos de la respiración.—
Pulmones: composición y situación.—Movimientos toráci-
cos.—Hematosis.—Asfixia.—Asimilación 18 á 20
Lee. 9.*—Exhalación : definición y especies.—Secreción.—Las glán-
dtüas ú órganos secretorios.—Sus formas, y naturaleza de los
productos segregados.—C0/ori/fcdcidn.—Animales hemater-
mos y hemacrimos.—Temperatura normal del cuerpo del
hombre.—ínvernatíón.—Enfriamiento ao á 22
PROGRAMA. 561

I.ec. íO.—Aumeniación ó crecimiento.—Definición y manera de efec-


tuarse.—Funciones de relación.—Aparato orgánico de estas
funciones.—El sistema nervioso : su composición y división.
—Descripción del encéfalo y de la médula espinal. 22 á 25
Lee. ti.—Sensaciones exteriores : definición y división.—La visto:
descripción del ojo; músculos motores del ojo.—Cómo obra
el aparato de la visión.—La audición : descripción del oído;
trasmisión de los sonidos 26 á 27
Lee. 12.—Olfación : descripción de l&s fosas nasales; trasmisión de
las partículas olorosas.—Órganos del gusto y cuerpos sápi-
dos.—Órgano del tacto : dermis, epidermis y cuerpo pigmen-
tario.—Presencia de los objetos tangibles 27 á 29
liec. 13.—Objeto de los sentidos externos.—Objeto sensible propio;
Ídem común; idem accidental.—Condiciones previas ála sen-
sación.—Naturaleza de la sensación.—Resumen... 29 á 3o
X.ec. 14.—Sensaciones interiores : definición, división y objeto de
estos sentidos.—Seníído común, su órgano y su objeto.—Ima-
ginación, su órgutio y su objeto.—Estimativa, razón parti-
cular , ó instinto y su objeto.—Memoria sensitiva y su dis-
tinción de la intelectiva 3o á 32
Lee. Ib.—Apetito sensitivo : su objeto.—Actos del apetito concupis-
cible.—Actos del apetito irascible 32 á 33
Lee. iü.—Conocimiento intelectivo.—Fi entendimiento y su objeto.
—Carece de órgano.—Actos del entendimiento.—La caracte-
rística , ó diferencia propia del hombre.—El apetito racional
ó voluntad : su objeto y su división en necesaria y //-
bre 34 á 3 5
Lee. 17.—El ángulo facial y su importancia y significación.—
Frenología, craneoscopia y craneologia. — Crítica de es-
tas hipótesis. — Fisiognomonía : sus indicios y critica de
ellos 35 á 38
Lee. tS.—Locomoción y quietud.—Órganos activos y pasivos del
movimiento, ó st&n fuenfos y puntos de apoyo.—Los hue-
sos : su composición, división y articulaciones.—El neuro-
esqueleto del hombre : sus partes principales y huesos de que
se componen estas partes. Los músculos : su composición y
forma.-'La inervación 38 á 41
I.ec. 19.—Quietud.—Diferentes especies de equilibrio.—Movimien-
tos totales voluntarios : la marcha y sus especies; la nata-
ción, el vuelo y la reptación 41 á 43
Lee. 90.—Mimia y lenguaje.—Órgano de ia vof.—La laringe y sus
f»nts.—Intensidad, tono y timbre del tonláo.—Modulación
del sonido.—El lenguaje : su importancia, su origen y tu di-
visión 4^ 4 44
37
562 HISTORIA NATURAL.

Lee. »i.—Sueño y vigilia.—Definición del sueño.—Explicación de


está función 44 á 46
Lee. Z2.—Funciones de reproducción.—Definición y división.—
Reproducción escisipara. — Gemación. — Generación se-
xual 46 á 47
Lee. 83.—Generación espontánea: definición.—Hipótesis de Haec-
kel é historia del Bathybius.—Hipótesis de los antiguos filó-
sofos y su diferencia de la hipótesis errónea de Haeckel.—
Otras hipótesis modernas: la agenesia, la necrogenesia, y la
amor/b^enei/a.—Explicación y resumen 47 á 53
Lee. 24.—El hombre.—Concepto del hombre y superioridad sobre
los demás animales.—La especie. —Unidad específicadel hom-
bre.—El alma racional, propia y exclusiva del hombre, y de
todos los hombres: pruebas.—Superioridad del hombre bajo
el aspecto orgánico 61 á 65
Lee. 25.—Edades del hombre.—i.' Edad ó época: Infancia y pueri-
cia.—2.\ Época: Adolescencia y juventud 65 á 68
Leo. 28.—3." Época: Virilidad.—4.' Época: Veje^.—De la Muerte.
Muerte natural; muerte accidental.—Señales de la muerte.—
Duración probable de la vida 68 á 71
Lee. 27.—Variedades de la especie humana.—Causas de estas varie-
dades.— Variedades más notables.—Ra^as humanas.—i."
Blanca 6 europea.—2.^ Amarilla ú oriental 71 á 74
Lee. 2 8 . - 3 . * Cobriza ó americana.—4.* Aceitunada ú oceánica.—
5.'' Negra ó etiópica.—Los hotentotes.—Anomalías. 74 á 75
Lee. 29.—HIGIENE.—Su objeto.—Concepto de la salud.—División
é importancia de la higiene. — Plan del tratado de hi-
giene 497
Lee. 80.—PRIMERA PARTE.—Sugeto de la salud.—El hombre: diferen-
cias de sexo.—Cualidades del hombre y de la mujer,—Pá-
ginas 498 á 499
Lee. 31.—Temperamento .-definición y división. — Temperamento
sanguíneo. —Caracteres físicos y morales. — Sanguíneo-at-
lético 499 á 5oo
Lee. 32.—Temperamento nervioso.—^Caracteres físicos y morales.—
Temperamento ¿t7i050.—Caracteres físicos y morales.—Tem-
peramento linfático. — Caracteres físicos y morales. — Pá-
ginas 5oo á 5o3
Leo. 9li.—Naturale\a: su definición—Naturaleza fuerte y débil.—
Idiosincrasia.—Herencia 5o3 á 5o6
Lee. 84.—/WWto y disposición habitual.—Importancia de los há-
bitos,y modo de corregir los quedestruyen la salud. 5o6 á 5o8
Lee. Sh.—Profesiones.—Definición y división.—Consejos higiéni-
cos relativos á las profesiones.. 5o8 á 5o9
PROGRAMA. 563

Lee. 86.—SEGUNDA PARTE.—Causas de ¡a salud.— Cuadro de las


mismas.—Circunfusa.—El aire: presión atmosférica; vientos;
aire viciado; asfixia 5og á 5i3
Lee. 37.—LM^: su necesidad para la salud.—Ca/or: temperatura del
cuerpo humano. — Influencia del calor y del frío en la
salud 5i3 á 5i5
Lee. 36.—Electricidad: influencia en la salud; preservativos,—//a.
bitaciones: su construcción, ventilación y alumbrado.—Pá-
ginas 5i5 á 5i8
Lee. 39.—Cíi/e/acczo«.—Combustibles.—Aparatos de calefacción:
chimenea, estufa, caloríferos 5i8 á 520
Lee. 40.—Climas.—Definición y factores del clima.—C/ima cálido:
ventajas é inconvenientes.—Clima frió: ventajas é inconve-
nientes.— Clima templado: \tma]as é inconvenientes.—Acli-
matación 520 á 523
Lee 41.—Aplicata.— Vestidos: materia, tejido, color y forma.—
Vestidos para los países cálidos 523 á 525
Lee. 48.—Baños.—Cualidades de los éañoi/r/oí: naturalezas y tem-
peramentos á quienes convienen.—Baños templados: higiene
de estos baños.—Baños calientes: terapéutica de estos baños.—
Lavatorios: su importancia y necesidad 525 á 527
Lee. 43.—Cosméticos.—Su división en ácidos, álcalis y aceites.—
Abuso de los ácidos.—Uso moderado de todos los cosmé-
ticos 527 á 528
Lee. 44.—Ingesta.—Clasificación de los alimentos. —Cereales: com-
posición, especies é importancia 528 á 53o
Lee. 45.—Legumbres,hortali^as, frutas: sus cuAlidsídes. 53o á 532
Lee. 46.—Carnes.—Ciases y calidad de este alimento.—Preparación
y condimento.—Despojos.—Leche y su composición.—Con-
dimentos: sus especies y cualidades higiénicas 532 á 534
Lee. 4t.—Digestibilidad y valor nutritivo de los alimentos.—Régi-
men alimenticio.—Alimentación en los países cálidos.—Pá-
ginas 534 a 536
Lee. ^.—Bebidas.—Su clasificación higiénica.—Bebidas acuosas.—
Condiciones del agua potable.—Bebidas fermentada^: vino,
sidra y cerveza.—Alcohol de la cerveza 536 á 538
I,ec, 49.—Bebidas alcohólicas.—Su clasificación higiénica.—Efec-
tos de estas bebidas: consejos higiénicos.—Bebidas aromáticas:
el café y el te: sus efectos 538 á 540
Lee. 60.—¿tercia.—Importancia de esta función y necesidad del
aseo en todos los emunctorios 540 á 541
Lee. 61.—Geíto.—Higiene del trabajo.—7>aía/o intelectual: sus
ventajas y sus inconvenientes.—Remedios higiénicos.—Pá-
ginas 541 á 542
564 HISTORIA NATURAL.

Ijeo. hZ.—Trabajo manual.—Sus ventajas y sus inconvenientes.—


Remedios higiénicos 5^3 i §44
Lee BB.—Ejercicio corporal.—Li ca\a, la fonación, la equitación,
el coche y la litera.—Consejos higiénicos.—Gimnasia: su im-
portancia.—La gimnasia técnica 544 á 547
Lite. 64.—Sueño y Fi^'/úi; necesidad del sueño.— Fig^V/a.; diurnas
y nocturnas; prescripciones higiénicas.—Sueño: duración y
tiempo más conveniente para el sueño 547 á 648
Lee. 6S.~'Percepta.—Higiene de los sentidos externos.—Preceptos
higiénicos respectivos al tacto, gusto y olfato 548 á 55o
Leo. 66.—Preceptos higiénicos respectivos al oído y á la vista.—
Miopía y Presbicia 55o á 552
Lee. B7.—Las pasiones.—Concepto y división de las pasiones.—
Influencia de las pasiones en la salud.—Prescripciones higié-
nicas.—Conclusión 552 á 554
Réndese este CURSO, encuadernado en tela, á DIEZ PESETAS en
las principales librerías de Madrid.

ALGUNAS OBRAS DEL MISMO AUTOR.

La Ros» Mf adea deapiecada, ó el santo Rosario explicado.


—Próxima á agotarse la segunda edición con cinco grabados
en acero, se prepara otra elegante y económica en Alema-
nia. La segunda edición, en pasta de relieve 3 pesetas.
laKaeléa del «lorlaso P. Santo DaailBca te Caaaán,
distribuida en ejercicios para los quince martes i,5o •
Diaeara* ea haaar tfe Saata Téatáa de A^alaa, seguido
de nueve artículos bibliográfícos, sobre las fuentes de su
doctrina i »
L.eeeieBea de Hiatoria Sagrada, con reflexiones morales
tomadas de los Santos Padres, y cincuenta y ocho graba-
dos intercalados en el texto. (Segunda edición agotada.)
1.a Mlllela aagéllea de Santa Tamáa de Asinina; devo-
cionario para jóvenes estudiantes. (Agotado.)
Dleelenarla de laa nanhrea vnlsarea que se dan en Fili-
pinas á muchas plantas usuales, etc > >

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