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Asignatura:

Ética Profesional.

Título del trabajo:


Ensayo.

Presenta:

Javier Eduardo Rendón Cárdenas.


ID: 359614.

Docente:

Lic. Diego Fernando Viera.

Colombia_ Guadalajara de Buga. Agosto de 2016.


LA CRISIS DE LA MORAL Y DE LA ETICA EN LA SOCIEDAD.

En todas las definiciones encontradas de ética, nos damos cuenta de que este término está
ampliamente ligado al de la moral, y entenderlo, requiere conocer ambos conceptos.

Por un lado, la ética son normas morales que rigen la conducta de las personas en
cualquier ámbito de su vida y es el fundamento de los valores.

Y por el otro lado, vemos que la moral es perteneciente o relativo a las acciones de las
personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función
de su vida individual y, sobre todo, colectiva.

Hay veces en las que nos preguntamos cual es más importante o cual debo de fomentar
más en mi persona, pues bien, con las definiciones anteriores encontramos que la ética se
sustenta en el concepto de la moral y que por lo tanto ambas debemos construirlas en
nuestro diario vivir, evolucionarlas con la cultura y transformarlas día a día.

La ética ha llegado a significar en el ámbito de la filosofía la disciplina que se ocupa del


estudio de la moral; en otras palabras, la ética es filosofía de las costumbres o filosofía
moral.

La filosofía moral hace un análisis crítico de la manera como nacen, se desarrollan y


transforman las costumbres, los valores y las normas que orientan las acciones humanas
tanto individual como socialmente.

La filosofía moral pone en cuestión las condiciones materiales que garantizan unos
mínimos de dignidad para el hombre, estas condiciones son la vida, la libertad, la igualdad
y la justicia.

La ética y la moral han sido por muchos años temas controversiales, no sólo como los
vemos diariamente evidenciados en cada una de las personas a nuestro alrededor, sino
también y llevándolas un poco más profundo, han jugado un papel importante en todos los
campos o áreas de estudio de los seres humanos; desde la salud, la educación, la política, el
periodismo, la religión, etc., estos temas siempre han estado en tela de juicio a la hora de
proceder de muchos profesionales.

Mucho se habla sobre estos términos, que son universalmente conocidos y empleados por
todos los seres humanos vivientes del mundo, sin embargo, ¿qué pasa cuando la ética y la
moral de cada uno difieren de acuerdo al lugar en el que se encuentre y al contexto en el
que se desarrolla la persona?

En la salud por ejemplo, la ética y la moral del doctor que realiza una muerte asistida se
ve empañada por este acto, ya que se supone, él mismo hizo un juramento para ayudar a
salvar vidas y no para quitarla; sin embargo, hay muchas partes del mundo que cuentan con
la aprobación legal para la llamada eutanasia.

Por otra parte, en la educación encontramos que hay maestros cuyas prácticas humanas
están completamente en contra con sus pedagogías; formadores que profesan el
conocimiento y las buenas conductas en las aulas de clase, pero que en sus actos fuera del
plantel educativo son verdaderamente detestables.

En la religión, sacerdotes y pastores profesan la fe, las buenas costumbres, la palabra de


Dios, pero su doble moralidad aparece cuando sus actos van en contra de lo que dice la
biblia, las violaciones a niños y cobro abusivo de la fe.

Renunciar a la ética profesional por publicar una noticia con la cual tus principios
morales no están de acuerdo es un claro ejemplo de lo que pasan los periodistas y
comunicadores.

El comportamiento del ser humano está mediado culturalmente, como también lo están
las costumbres, los valores, el modo de ser o la forma de existencia que se va adquiriendo a
lo largo de la vida.

Para Darwin, el sentimiento moral es guiado por la aprobación de nuestros semejantes,


que son determinantes en una sociedad para la aprobación o censura de una acción.

Darwin plantea tres dimensiones de la moral:


 Primera dimensión de la moral: el hombre es un ser de instintos o deseos.

En el hombre existen inclinaciones naturales que lo impulsan a actuar, pero esto


no quiere decir que la moral esté gobernada por tales inclinaciones.

La moral es aprehendida en el núcleo social al que se pertenece, de ahí la


importancia del hábito.
Darwin afirma que la moral no es biológica y que el hombre es un ser bicultural.

La moral como estructura se presenta en la medida en que el hombre debe


conducir por sí mismo su vida conforme a una idea de bien, y así realizar su modo
de ser.

En este sentido, la cultura juega un papel importante, ya que ésta determina pautas
de comportamiento aprobadas socialmente (buenas o malas).

 Segunda dimensión de la moral: es la moral como contenido, en ella se reconoce


que el hombre no se inventa de la nada la forma de vida o su estilo de vida.

La cultura se presenta en esta dimensión, como el horizonte colectivo de la moral


como colectivo.

 Tercera dimensión de la moral: la de exigencia y auto exigencia, de sed de


justicia, de inconformismo, de cambio social para la búsqueda de una sociedad
abierta y de crítica al código moral vigente.

Si la cultura evoluciona, así mismo lo hace la moral, pues la sociedad nos va


mostrando día a día una gran diversidad de contenidos morales y éticos.
Aunque muchas personas advierten que la dignidad humana se puede llegar a ver afectada
por las repercusiones que consigo traen las acciones moralistas, yo pienso que esta dignidad
humana es una concepción individual, pues mis derechos son iguales a los de cualquier
otro y no se pueden ver vulnerados por los quehaceres de los demás, es decir, el derecho a
la vida, a la salud, a la educación, lo tiene tanto el sacerdote, como el criminal, el anciano y
el niño, el homosexual y el heterosexual, etc.

Lo más difícil, lo más importante, lo más necesario, lo que de todos modos hay que
intentar, es conservar la voluntad de luchar por una sociedad diferente sin caer en la
interpretación paranoide de la lucha. Lo difícil, pero también lo esencial es el valorar
positivamente el respeto y la diferencia, no como un mal menor y un hecho inevitable, sino
como lo que enriquece la vida e impulsa la creación y el pensamiento.

Así como se ahorra sin duda la angustia, se distribuye mágicamente la ambivalencia de un


amor por lo propio y se produce la más grande simplificación de la vida, la más espantosa
felicidad.

Estamos redescubriendo la necesidad de la moral. El hombre debe ser más consciente de


que no vive solo y de que no da igual lo que haga. Pero le falta un peldaño por subir, ha
descubierto ya que hay cosas buenas y malas, conductas que no deben consentirse y estilos
que son buenos para todos. Pero necesita un proyecto de humanidad. Descubrir que todos
somos responsables de todos, incluso de las generaciones que aún están por nacer, y que
tienen derecho a un mundo limpio y humano. Las mayores inmoralidades de nuestra
sociedad responden a una estrategia de deseos, en la que se es insolidario con alguna parte
de la humanidad. Y mientras no seamos conscientes de esto, mientras no nos convenzamos
de que la humanidad es digna de ser respetada, estaremos retrasando la libertad. Somos
inmorales cuando somos inhumanos, y somos inhumanos cuando tratamos de realizar una
parte de la humanidad a costa de otra. La humanidad abarca todo lo humano y a todos los
humanos. Cada vez que matamos algo humano, nos jugamos nuestra condición de hombres.
Somos humanos. No podemos dejar en la cuneta a nadie. Mientras haya un solo ser humano
que no pueda vivir humanamente, todos de alguna manera tenemos algo que ver con él y no
podemos desentendernos de él, sin degradar nuestra humanidad.

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