INFORME: SEPARACIÓN DE PODERES

Jacobo Giraldo Carvajal

En un principio, el poder estaba concentrado en si mismo, el estado recaía sobre

una singularidad que abarcaba toda manifestación jurídica, las cosas eran lo que

dictaba este monarca y por no haber una correcta idiosincrasia en la forma de ser

y cualidades aptas de la persona en conocimientos, se incurría en arbitrariedades

e irregularidades en el manejo del poder, la expedición de leyes y la concepción

del juicio. En esto entonces, surgió la división del poder como expresión

fundamental para separar el poder, que antes era concentrado en un mismo

individuo, en varios órganos competentes y designados por los parámetros que se

establecían en el momento histórico sobre el cual estaba la circunstancia

desenvolviéndose; esta segmentación de la soberanía era sobre el poder público,

del cual antes no se distinguía con claridad de lo privado, pero que en dicha

brecha coyuntural adquirió un procedimiento que dividía a dicho poder de forma

tridimensional, tripartita, ya que distinguió la potestad de legislar de la de ejecutar,

así como una tercera que sería la capacidad de dirimir conflictos o juzgar.

Ahora, esta teoría era fundamental en ese entonces, pero ¿lo sigue siendo ahora?

Lo averiguaremos, al menos en la posición personal de este redactor, ya que es

una perspectiva personal, sin embargo, revestida y sustentada con argumentos

teóricos y técnicos para no incurrir en relatividades no sustanciales y meramente

referentes a la opinión.

La descentralización o descentralización es el principio político de algunas formas

de gobierno, en las cuales los poderes legislativos, administrativos y judiciales del

país son ejercidos por agencias gubernamentales diferentes, autónomas e

independientes. Esta es la característica básica de representar la democracia.

Montesquieu dijo: "Todos los que tienen poder tienden a abusar del poder’’. Por

esto cobra sentido la introducción, y lo que se generó fue una división correcta

para el momento, ya que las actividades jurídicas del funcionamiento del estado

eran solo 3, entonces se procedió a separar rígidamente una de la otra, para evitar

que se pudieran aprovechar del poder, y como bien decía Montesquieu, solo con

el poder se puede limitar al poder, por lo que hubo que desintegrar el poder que

una vez fue uno solo, para que pudiera haber una corrección en tal materia,

tomando la forma de un estado más justo, dividido en más órganos, cada uno con

su función y actividad, cada uno con una parte del poder, algo que permitió una

evolución de suma importancia para la ciencia jurídica.

En el estado moderno, las cosas no son tan simples como eran en la situación

fáctica que acaecía en el mundo fenomenológico del pasado, con cada momento

evolucionan las áreas jurídicas y conceptuales que constituyen el ahora, para

proyectar en el tiempo aun mas avances y especialidad con que se cimientan los

principios y fines del estado; la ciencia jurídica es una rama del saber como tal, y

tiene una matriz de conocimiento más amplia que la que teníamos en el pasado,
así se puede evidenciar que ahora disponemos de más tecnología y saberes de

los que habían, pero hay cosas del pasado que siempre siguen siendo un eje

temático en la actualidad, en importancia categórica para el hombre, la humanidad

y la habilitación de la existencia en coexistencia, fin último y primero del derecho,

por lo que no toda teoría y sapiencia tiene fecha de caducidad, como es el caso de

la concreta teoría objeto de este escueto informe, ya que la separación de poderes

sigue teniendo fuerza vinculante en el mundo contemporáneo y aun es

fundamental para el correcto funcionamiento del estado moderno. En el transcurso

del texto expondremos el por qué…

La forma sustancial del estado, la naturaleza del estado actual, no permite que

para que haya un funcionamiento adecuado en cuanto a la garantía de los fines y

principios, constitucionales y fundamentales, se concentre todo el poder en una

única singularidad, todavía no es posible retornar al estado originario que había

antes de la bifurcación y desdoblamiento de dicha singularidad, en el que no había

una noción concreta de lo que era poder desplegado y organizado, por lo que un

retorno al origen del poder sería caótico y podría desembocar en muchas

irregularidades y arbitrariedades, entonces en este punto la separación de poderes

es vital. Lo que sucede, es que en la realidad del momento, en el estado han

ocurrido unos cambios que no contemplaba la teoría tridimensional en su creación

originaria, por lo que ya no tiene cabida en su aspecto absoluto la rigidez que se

tenía planteada de la separación marcada de los poderes, pues ahora hay más

información bien planteada y elaborada para un adecuado desarrollo de la

actividad estatal, cosa que se ha venido planteando con el tiempo y se estructura

en una secuencia de teorización y cosas que parten de una misma esencia; algo

que aquí nos hace resaltar como era necesaria esta teoría para que se den las

otras, así que se establece como una condición sin la cual no podría darse lo que

tenemos ahora, por lo que si bien requerimos de una flexibilidad a la hora de tomar

en consideración la importancia de la teoría principal y antecesora, sin aquella no

habría la particular forma de concepción y avance científico que tenemos ahora,

que nos sigue permitiendo una evolución constante en el saber jurídico de los

aspectos estatales, cosas relevantes en el área de derecho público administrativo.

En otro ámbito, no solo por el hito histórico que comportó, ni tampoco

exclusivamente por la antigüedad y jerarquía del principio respecto de otras

creaciones conceptuales a las que le deben, las ultimas, su existencia a las

primeras, también tenemos que diferenciar la naturaleza de cada actividad, que en

sí mismas tiene cada una su fundamento propio que las diferencia de las otras; y

si bien se ha pensado que todas parten de lo mismo y apuntan a lo mismo, en el

procedimiento y función que cada una cumple, requiere, por el momento, que

estén separadas. Y siguiendo el flujo informacional que hemos elucubrado, es

importante destacar de nuevo que a la teoría de separación de poderes le es

imprescindible tener una integración con otros saberes más nuevos, recientes en

el tiempo, para que logre una correcta aplicación, ya que, como mencionábamos

con anterioridad, es indispensable la colaboración armónica de las ramas del

poder público, para que, en una esfera óptima de simbiosis relacional, logren que

sus principios cumplan el mismo fin, que son los fines de un estado democrático
social de derecho, en el que se garantizan las libertades individuales y los

derechos inalienables del hombre, en el que el conglomerado social, que no es

más que la suma de libertades individuales, conducidas todas por intermediación

del estado, prima sobre la voluntad de uno solo, pues todos en este sentido son

uno solo, una misma masa que se estructura sobre la organización del estado

real, que requiere para su adecuado orden también un sub principio de pesos y

contra pesos, como veíamos en la sentencia C-246-04, en la que nos presentan

unos argumentos solidos contra un reproche que se enquistaba en la visión de

una teoría de separación de poderes rígida y en la cual no cabían otros conceptos

más modernos. Aquí radica la importancia de la concepción que se tiene de la

teoría de Montesquieu, que si bien es de radical relevancia para el funcionamiento

del estado, tiene que ser objeto de otras adiciones de conocimiento jurídico, ya

que en la actualidad presentamos un estado más complejo del que había cuando

surgió esta creación del área del derecho, pues ahora hay particularidades y

situaciones que no habían antes, hay presencia de otros órganos distintos a los

que había, poderes que no se concebían, partes del estado que antes no habían

sido creadas formalmente, si bien materialmente ya habrían podido estar ahí, no

habían sido construidas de la manera en la cual ahora se edifican. Por lo que si, la

teoría en discusión es fundamental, es imprescindible para el estado, lo fue en un

principio y lo es ahora, para lograr un orden superior y un manejo del estado

idóneo, pero tiene que estar sujeta a inclusiones de otros conceptos, de otras

formas de conocimiento en la ciencia jurídica, no puede ser de aplicación rígida y

cerrada, por como ya hemos recalcado, la especialidad del estado actual no lo

permitiría.
El control que se hacen las ramas del poder entre si, no es una violación a este

principio, ya que todas requieren de una interacción que logre el adecuado

funcionamiento del estado en su actividad, concreta como en la concepción que se

tiene en abstracto, pero la cuestión es que para que este principio se estructure de

manera adecuada existen otras temáticas que se le agregan, y esto no lo

desmerita ni lo hace menos importante, pues lo que lo hace es antes que nos

recalque su verdadera cualidad de necesario: por tiempo, por factor histórico, por

funcionalidad, por particularidad de cada poder, por naturaleza, por atribución que

se le da, por todo el impacto categórico e imprescindibilidad, este principio sigue

vigente hoy y es de vital importancia para el estado moderno, ya que podemos ver

que en los estados en donde hay un desbalance de los poderes, no se concibe un

estado social de derecho, son estados que pertenecen a otros regímenes y

principios, en los que muchas veces podemos ver que no siguen el lineamiento de

los principios que sigue nuestro estado, y todos aquellos que se compadecen de

garantías constitucionales.

En conclusión, en mi posición personal, después de haber explorado el porqué de

la decisión, es correcto afirmar que esta teorización es aun vigente, aun de suma

relevancia y es necesaria para el correcto y justo funcionamiento de la actividad

estatal, para que el estado pueda cumplir con sus principios y fines y se preste

como un medio necesario para las personas, para que el poder publico se

organice de manera adecuada, si bien tenemos que tener una concepción más

abierta de cara a otras nociones que se tienen del saber público.